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Rosa María Cifuentes-SISTEMATIZACION - Gerardo Arias Bello

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121
Mediaciones en la implementación de políticas 
sociales sectoriales. Lecciones aprendidas 
desde la sistematización de cuatro experiencias1
Fecha de recepción: 30 de julio de 2010
Fecha de aprobación: 21 de agosto de 2010
Rosa María Cifuentes Gil2
1 Derivado de las ponencias presentadas en: el XII Congreso Nacional de Trabajo Social, en 2007, en Medellín (Colombia), 
eje: Gobernabilidad, Políticas Públicas y Trabajo Social (“Aprendizajes sobre mediaciones en la implementación de po-
líticas sociales. Lecciones aprendidas desde 4 experiencias: participación en salud, educación de adultos, observatorios 
de infancia y familia, plan decenal de educación Colombia”); el XIX Seminario Latinoamericano de Trabajo Social, 
Guayaquil, en 2009 (“De la reconceptualizacíón a la reconfiguración. Resignificación de la Intervención en Trabajo 
Social, aporte desde Colombia a la formación profesional en América Latina y el Caribe”); el Congreso internacional de 
evaluación y III Conferencia ReLAC reformas sociales evaluación y participación ciudadana en América Latina. Debates 
y posibilidades, en San José de Costa Rica, realizado entre del 28 al 31 de julio de 2010 (“Aprendizajes sobre mediacio-
nes en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde 4 experiencias”). Las reflexiones 
que se comparten se han nutrido con discusiones en la cátedra Metodología Integrada, que oriento en el programa de 
Trabajo Social de la Universidad de La Salle desde enero de 2004.
2 Licenciada en Ciencias Sociales y en Educación Familiar y Social; Trabajadora Social y Magíster en Educación Comuni-
taria; coordinadora de la revista Tendencias & Retos; docente del Programa de Trabajo Social Universidad de La Salle; y 
consultora de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún). Correo electrónico: investigacionbta@yahoo.com.
3 Concibo la mediación como una categoría dialéctica; no dentro del contexto de los mecanismos alternativos para 
abordar los conflictos en Colombia, donde es relativamente nueva, definida en la ley 446 de 1998: se promueven meca-
nismos alternativos de justicia, que en el país cuentan con poco desarrollo institucional. El ejercicio de mediación en la 
construcción y consolidación de criterios o disposiciones institucionales, casi siempre definidas en ley, no aplica desde 
la experiencia que se aborda en la Secretaria de Gobierno (unidades de mediación y conciliación); en esos casos, el papel 
del mediador es de carácter pedagógico en la definición de ruta de abordaje del tema, reglas de comunicación y demás 
aspectos relacionados con la facilitación de un espacio de diálogo y comunicación respetuoso y horizontal o equitativo 
y no la intervención en las decisiones y contenidos de ésta.
resumen
En este artículo hago explícitas algunas lecciones 
aprendidas a partir de la sistematización de cuatro 
experiencias de acompañamiento a la implementa-
ción de políticas sociales sectoriales (salud, educa-
ción, infancia y familia) en Colombia, desarrolladas 
entre 1997 y el 2007. Evidencio mediaciones3 a ser 
trascendidas en la intervención profesional de Tra-
bajo Social, al acompañar procesos de participación 
social, con el fin de repensar la intervención profe-
sional en contextos sociales y comprender condi-
cionantes y desafíos en la prestación de servicios 
sociales desde el Estado. Integro lavisión retrospecti-
va y prospectiva de más de 13 años sobre la interven-
ción de Trabajo Social.
Las fuentes de las sistematizaciones fueron: regis-
tros parciales (informes de cada actividad, reuniones 
de trabajo –contactación, planeación, coordinación, 
negociación; sesiones de acompañamiento, visitas, 
intercambios, narrativas, participación de actores so-
ciales, diarios de campo, notas de trabajo–); registros 
de producto (planes, sesiones, materiales educativos, 
Tend. Retos N.º 15: 121-148 / octubre 2010
122 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
diagnósticos de participación, informes de inves-
tigación); documentos relacionados con diferentes 
instancias (individual de cada integrante del equipo, 
colectivo en la coordinación del trabajo, interinstitu-
cional sobre las negociaciones interestamentales), así 
como lecturas sobre los contextos y las temáticas. Son 
registros abiertos más que estandarizados, de carácter 
académico más que técnico formalista o tecnocrático, 
que posibilitaron reconstruir, analizar las experien-
cias, construir materiales y consolidar informes.4
4 Cuento con archivos por profesional, por escenario y por proyecto; 
los informes de avance permitieron ir haciendo reconstrucciones, 
análisis parciales, confrontando puntos de vista: equipos dinamiza-
dores, institucionales y comunitarios.
Enriquezco la reflexión con desarrollos dela línea de 
investigación en construcción disciplinar en Trabajo 
Social de la Universidad de La Salle5 y el debate de 
cuatro foros del grupo sistematización de experien-
cias de la ReLAC (2010).6
Palabras clave: intervención profesional, mediacio-
nes, políticas sociales, participación social, sistema-
tización.
5 Reconocido con categoría C en Colciencias Colombia. Investigacio-
nes: Caracterización de la intervención de trabajo social (Cifuentes y 
otras, 1999) y Fundamentación de metodología integrada en Trabajo 
Social (Camelo y Cifuentes, 2006).
6 ReLAC es la Red de Seguimiento, Evaluación y Sistematización de 
América Latina y el Caribe.
mediations in the imPlementation 
of seCtorial soCial PoliCies. 
lessons learned from the 
systematization of four 
exPerienCes
abstraCt
In this article I share lessons learned from the 
systematization of 4 experiences of support to 
the implementation of sectorial social policies 
(health, education, childhood and family) in 
Colombia, developed between 1997 and the 2007. 
I demonstrate mediations to be extended in the 
professional intervention of Social Work, when 
accompanying processes by social participation.
Itcontributes to rethink the professional intervention 
in social contexts, to understand conditioners and 
challenges in the benefit of social services from the 
State. Integral the retrospective and prospectiva 
vision of more than 13 years, on mediations in 
the professional intervention of Social Work. The 
sources of the systematizations were: registries: 
partisans (information of each activity, meetings 
of work - contactación, planning, coordination, 
negotiation; sessions of support, visits, interchanges, 
narratives, participation of social, daily actors of 
field, notes of work). Product registries (educative 
plans, sessions, materials, diagnoses of participation, 
information of investigation). Documents related 
to different instances (individual of each member 
of the equipment, group in the coordination of the 
work, interinstitutional on the interestamentales 
negotiations), as well as in readings on the contexts 
and the thematic ones. They are open registries more 
than standardized, academic character more than 
formalista or tecnocrático technician, that they made 
possible to reconstruct, to analyze the experiences, to 
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 123
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
construct materials and to consolidate information.I 
enrich the reflection with developments of the line 
of investigation in construction to discipline in 
Social work of the University of the Salle and the 
debate of 4 forums of the group Systematization of 
experiences of the ReLAC (2010).
Keywords: professional intervention, social media-
tions, policies, social participation, systematization.
1. reConstruCCión: 
exPerienCias, esCenarios, 
PartiCiPantes
Trabajo da cincelar palabras de papel en la mente, 
en el corazón, y después ¡uf! obligarlas a encajar una 
por una en los renglones blancos, sin lastimarlas, 
sin lastimarlos; yse confía en que pulsándolas al 
oído de extraños tengan el sonido y el significado 
pacientemente acariciados: que el anhelado puente 
se tienda entre el autor y sus lectores y un fino –pero 
fuerte– eslabón los ate; que cuaje –hermoso– un 
momento de comunicación (el pago).
En “Mi primera vez”, cuento de 
Des-pintando soledades, 
Ana Rosa Herrera Campillo, 
Bogotá, marzo de 1984
En las cuatro experiencias se promovió la imple-
mentación de leyes y decretos derivados del proceso 
de democratización y modernización institucional 
en Colombia, escenario de políticas económicas 
neoliberales, procesos de “descentralización”, “de-
mocratización institucional” y “participación social, 
materializados en la Constitución Política de 1991 
y operacionalizados a nivel sectorial”.7 En todos los 
casos se evidencian desfases de tiempo entre la pro-
puesta constitucional (1991), la formulación de la 
ley (1993 y 1994), la concreción de los decretos y 
los procesos de contratación para concretar lo ins-
tituido (1997-2007); se contempla la participación 
social.8 Las experiencias se desarrollaron mediante 
contratos con entidades estatales distritales y na-
cionales; las entidades contratistas evidenciaron ex-
pectativa frente a la eficiencia, incidencia, impacto, 
cobertura (indicadores cuantitativos, lógica tecno-
crática y burocrática).
7 Ley 100 de salud de 1993; decreto 1757 de 1994; ley 115 de educa-
ción de 1994; decreto 3011 de 1996; ley de infancia 1098 de 2006.
8 La constitución consagra la participación como un derecho (art. 95). 
Diversas leyes sectoriales esbozan formas de participación; en sa-
lud la ley 100 y el decreto 1757. El plan de desarrollo económico 
y social “Formar ciudad” (decreto 295 de 1995 de la Alcaldía Ma-
yor de Bogotá) priorizó la cultura ciudadana, el progreso social y 
la legitimidad institucional y con ello el impulso a la participación 
ciudadana; diversas instituciones estatales impulsan este tipo de 
programas.
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Tabla 1. Las cuatro experiencias: objetos, escenarios, participantes, desarrollos
Núm.
Objeto, entidad, periodo, 
duración
Escenarios 
Equipo dinamizador, 
participantes
Desarrollos
1 Formación para la 
participación de 
asociaciones de usuarios.
Secretaría Distrital de 
Salud Bogotá (nivel 
distrital), Oficina de 
Participación Social, 1997. 
Implementación decreto 
1757/94 de participación 
social en salud, 
mecanismo asociaciones 
de usuarios, 6 meses.
Oficina de Participación 
Social, Secretaría Distrital 
de Salud
Oficinas de Participación 
Social de 31 hospitales de 
20 localidades de Bogotá 
(totalidad: I, II y III nivel 
de atención en salud).
Universidad Pública:
1 coordinadora de 
proyecto (cuarto de 
tiempo), 1 coordinadora 
de trabajo de campo 
(medio tiempo), 4 
promotoras, 2 promotores 
(medio tiempo 6 meses)
Funcionarios de 
participación social, 
integrantes comunitarios 
de 31 hospitales.
Talleres perspectiva 
pedagógica diálogo de 
saberes y metodológica 
de sistematización: 2 por 
hospital con usuarios, 62, 4 
con funcionarios. Planear, 
validar la propuesta, 
analizar el proceso, elaborar 
materiales, desarrollar y 
coordinar con hospitales, 
sistematizar experiencia, 
en coordinación con nivel 
central y hospitales (nivel 
local).
2 Integración curricular 
en educación básica de 
adultos CLEIS. 
Secretaría de Educación 
de Bogotá (nivel distrital), 
2000.
Implementación de 
decreto 3011/97 de 
integración curricular, 
formación por ciclos 
en educación básica 
nocturna, 10 meses.
Oficina de Subdirección 
de apoyo a la gestión 
académica, Secretaría 
Distrital del Distrito, 
rectorías y coordinaciones 
académicas de 25 de 62 
colegios nocturnos de 
Bogotá hoy definidas 
en el sector educativo 
como IED (instituciones 
educativas), del orden 
nacionaldepartamental o 
distrital.
Universidad Pública
Equipo interdisciplinario: 
3 trabajadoras sociales, 
1 sociólogo, 1 filósofo, 1 
maestro en bellas artes, 
1 bióloga, 1 ingeniero, 1 
diseñador industrial, 5 
licenciados en educación, 
especializaciones en áreas 
del conocimiento.
colegios distritales.
Análisis contexto y 
curricular educación 
de adultos Bogotá, 
talleres de diagnóstico y 
capacitación a docentes, 
construcción de 
contenidos y propuestas 
para integración 
curricular, elaboración 
de UAF (Unidades de 
Autoformación) sobre 
Educación de Adultos, 
contexto y áreas 
conocimiento.
3 Acompañamiento 
al mejoramiento y 
visibilización de 
investigaciones de 
Observatorios de Infancia 
y Familia Instituto 
Colombiano de Bienestar 
Familiar, Subdirección 
de investigaciones (nivel 
nacional) 2004 a 2007.
Tres contratos, 20 
meses. Consolidar y 
visibilizar la información 
sobre producción de 
los OIF (informes de 
investigaciones).
Subdirección nacional de 
investigaciones
Direcciones regionales en 
los Departamentos
Coordinadores locales 
(regionales de los 
Observatorios de Infancia 
y Familia OIF)
Participantes en los OIF a 
nivel local, convocados en 
encuentros regionales
26 regionales de 
Colombia.
2 contratistas
Funcionarios, 
representantes entidades 
estatales a nivel local, 
ONG, organizaciones 
de base, líderes. Desde 
la experiencia hacia la 
práctica; asumidos en 
diferentes regionales y 
centros zonales del país y 
municipios.
Planeación, inventario de 
informes sede nacional, 
solicitud a regionales, 
diseño agenda visitas 
a regiones. Encuentros 
regionales, recuperación 
experiencias ISP, 
identificación productos, 
retroalimentación, ajustes, 
encuentro nacional de 
experiencias, entrega de 
memorias.
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 125
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Núm.
Objeto, entidad, periodo, 
duración
Escenarios 
Equipo dinamizador, 
participantes
Desarrollos
4 Moderación de 1 de 44 
mesas de discusión: 
dignificación y 
profesionalización del 
profesorado, asamblea 
nacional plan decenal 
de educación, Ministerio 
de Educación Nacional, 
Campaña Viva la 
Ciudadanía 
(nivel nacional) 2007, 2 
días.
1 Mesa de trabajo para 
construir plan decenal 
de educación sobre 
formación de educadores.
ONG, 1 contratista 
(contrataron personas para 
coordinar cada mesa de 
trabajo); la ONG contaba 
con equipos logísticos y 
académicos para liderar el 
proceso.
Discusiones, foros y mesas, 
por instancias, documentos 
de síntesis, publicación en 
página web. Discusiones, 
balance de avances con 
equipo MEN y campaña 
Viva la Ciudadanía, 
construcción del plan, 
afinamiento, consolidación, 
publicación en página web, 
implementación.
Fuente: la autora.
• Fuente de iniciativa: Entidades estatales de orden 
distrital en salud, educación y nacional en Fami-
lia (ICBF) y Educación (MEN), a cargo de la plani-
ficación sectorial de la política social.
• Rol profesional: coordinación académica y de-
sarrollo de proyectos en Universidad Pública 
Nacional desde la Maestría en Educación Comu-
nitaria (experiencias 1 y 2, docente ocasional) y 
como consultoría particular (experiencias 3 y 4).
• Las dos primeras experienciasse enmarcan en la 
transición de la lógica institucional de la univer-
sidad pública que vende proyectos, desarrolla 
contratos; evidencia reconfiguración del sentido 
de lo público en educación superior estatal.
• Dos experiencias tienen cobertura distrital en Bo-
gotá y dos, nacional en Colombia.
• En todos los casos se trató de contratos puntua-
les, coyunturales y fragmentarios, para apoyar 
procesos estructurales de implementación de po-
lítica social.
Tabla 2. Categorías, referentes legales, desarrollos metodológicos y registro en las experiencias
Núm. Algunas categorías Referentes legales
Pro -a puestas 
metodológicas
Estrategias
Registro y 
documentación 
1 Formación para la 
participación
Solidaridad, sentido 
de pertenencia
Vigilancia calidad 
de servicios, 
Deberes y derechosen salud
Ley 100, 1993: 
reforma de la salud 
en Colombia
Decreto 1757, 
1994 Mecanismos 
de participación: 
Asociaciones de 
usuarios
Diálogo de saberes
Sistematización
Diagnósticos 
participativos por 
hospital
Talleres 
comunitarios con 
usuarios hospitales
talleres con 
funcionarios 
hospitales
Registros de 
reuniones de 
equipo, planeación 
y desarrollo de 
talleres, diagnósticos 
comunitarios, 
cartillas (una para 
usuarios y otra 
para funcionarios), 
informes de trabajo
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Núm. Algunas categorías Referentes legales
Pro -a puestas 
metodológicas
Estrategias
Registro y 
documentación 
2 Integración 
curricular educación 
de adultos por ciclos
Educación 
y pedagogía 
comunitaria
Ley 115 de 
1994: reforma 
de educación 
en Colombia, 
Decreto 3011de 
1997 Educación 
de adultos, “por 
la Bogotá que 
queremos”: 
cobertura, 
programas 
educativos cortos, 
flexibles, y 
pertinentes
Socialización 
y ajustes de 
un decreto, 
fundamentación 
curricular
Talleres con 
directivos 
docentes, docentes, 
construcción 
y validación 
de materiales 
educativos
Registro de 
reuniones de 
equipo, Informes de 
acompañamiento 
por institución, 
diseño y validación 
de UAF (unidades 
de autoformación), 
informes
3 Perspectiva 
de derechos, 
transformación 
cultural para el 
cumplimiento de 
derechos
Constitución 
Nacional, protección 
integral, perspectiva 
de derechos
Investigación social 
participativa
Autorreferencia, 
interlocución, 
realimentación 
escritos
Visitas de 
reconocimiento, 
talleres de 
recuperación; 
retroalimentación 
investigaciones
Comunicación 
electrónica
Encuentro nacional 
OIF
Registro reuniones 
nivel institucional, 
local, comunitario, 
de equipo, informes 
de investigación, 
encuentro nacional 
de experiencias, 
informes, sistema 
información web
145 investigaciones, 
ubicación en página 
web ICBF.
4 Formación y 
profesionalización, 
dignificación 
docente
Ley 115, planeación 
indicativa, plan 
decenal
Planeación 
indicativa
Planeación 
participativa
Mesas temáticas de 
discusión
Asambleas temáticas
Asamblea general
Investigación acción 
participativa
Informe plan mesa 
de trabajo
Página web MEN
Fuente: la autora.
Las reflexiones que se presentan en el artículo se en-
marcan exclusivamente en las experiencias vividas 
y reconstruidas; no tienen pretensión de generaliza-
ción, sino de comprensión de lo vivido.
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2. interPretaCión: 
visiones reflexivas desde 
y sobre las exPerienCias
En este apartado reflexiono sobre lo vivido y registra-
do desde y sobre las experiencias, en mi calidad de 
trabajadora social encargada de la coordinación aca-
démica y gestión de las experiencias. Retomo infor-
mes elaborados en cada momento; de ellos, voces de 
los equipos que hicieron parte de cada experiencia, 
así como de usuarios y funcionarios de las entidades 
que participaron en éstas, para consolidar tejidos de 
miradas en torno a lo vivido. Integro reflexiones des-
de la docencia y la investigación.
Uno escribe a partir de una necesidad de comunicación 
y de comunión con los demás, para denunciar lo que 
duele y compartir lo que da alegría. Uno escribe contra 
la propia soledad y la soledad de los otros.[…] Somos lo 
que hacemos y sobre todo lo que hacemos para dejar de 
ser lo que somos: nuestra identidad reside en la acción 
y en la lucha. Por eso la revelación de lo que somos 
implica la denuncia de lo que nos impide ser lo que 
podemos ser. Nos definimos a partir del desafío y por 
oposición al obstáculo.
Eduardo Galeano (1977)
2.1. formaCión Para la PartiCiPaCión 
de asoCiaCiones de usuarios en salud 
en bogotá (nivel distrital)
En el primer momento fue contundente y definiti-
va la resistencia de profesionales de las oficinas de 
participación de los hospitales, en su mayoría traba-
jadoras sociales, interlocutoras en las localidades y 
mediadoras para contactar a los usuarios. Un aná-
lisis realizado por el equipo dinamizador de la ex-
periencia (desde la universidad) permitió aproximar 
comprensiones sobre sus reacciones:
• Falsos supuestos: la Oficina de Participación So-
cial (nivel central en el Distrito Capital de Bogo-
tá), con la cual se contrató la experiencia, planeó 
el proceso, asumiendo que se habían conformado 
y existían las asociaciones de usuarios (AU); la 
universidad promovería su consolidación y pro-
yección. La conformación y dinámica de las AU 
no se había cumplido en todos los hospitales; esto 
no se mostró con claridad al inicio, por temor a 
represalias institucionales. Fue necesario hacer 
explícito que la universidad no mantenía una in-
tencionalidad evaluativa; ajustar el diseño de la 
propuesta formación para tres tendencias de aso-
ciaciones de usuarios: 1. con dinámica en la que 
participan, además de la junta directiva, otros 
integrantes, con poder de convocatoria, acciones 
periódicas y, en ocasiones, posición crítica frente 
al hospital; 2. con funcionamiento centrado en 
integrantes de la junta directiva, se reúnen por 
convocatoria del hospital y apoyan actividades; 
3. constituidas formalmente para elegir represen-
tantes, en un proceso rápido, que imposibilitó 
asimilar deberes, derechos y funciones. No se ha-
bían reunido.
• Expectativas sobredimensionadas: la comunidad 
organizada no existe; implica un proceso diná-
mico y permanente de convocatoria, animación, 
construcción y dinamización. El desconocimien-
to e ideas imprecisas que tenían las funcionarias 
de participación social de los hospitales frente 
al trabajo de la universidad (esperar acompaña-
miento permanente para conformar las asocia-
ciones, no esperarlo); la insuficiente planeación 
concertada entre el nivel central (la secretaría de 
salud) y el local (los hospitales), y clarificación 
de límites y sentidos del trabajo, desencadenaron 
desencanto y resistencia. Se evidenciaron defi-
cientes niveles de lectura, comprensión y apro-
piación de la propuesta de acompañamiento que 
desarrollaba la universidad.
128 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
• Saturación de trabajo: la llegada de represen-
tantes de la universidad pudo ser vista por las 
funcionarias de participación social de los hos-
pitales como una situación más a atender en la 
multiplicidad de funciones; esto se evidenció en: 
incumplimiento de citas, prevención, resistencia 
pasiva, agresión. El manejo paralelo de otros con-
tratos para dinamizar la participación local ge-
neró sensación de sobrecapacitación y recarga a 
funcionarios y líderes de procesos comunitarios.9
• Denominación poco acertada de promotores co-
munitarios en el equipo de la universidad; con 
este nombre se conoce en salud a “personas de la 
comunidad” que los funcionarios no visualizan 
como profesionales e interlocutores del trabajo; 
la reserva y desconfianza se expresó en escepti-
cismo sobre la posibilidad de aprender de ellos; 
evidenció posiciones discriminatorias, contradic-
torias con su rol de promotoras de la participa-
ción, desde el reconocimiento y respeto de las 
diferencias.
• Acogida y apoyo diverso para convocar y coor-
dinar la organización de talleres educativos y 
trabajo comunitario; incidió en demorar la con-
creción del proceso y en la calidad de los resulta-
dos (recuérdese que se trataba de un contrato de 7 
meses, para desarrollar 64 talleres y 2 materiales 
educativos).
En la comunicación institucional se evidenciaron va-
cíos, distorsiones, desconocimiento de las reformas 
y procesos de impulso de la participación, expresa-
dos en:
• Infraestructura. La inexistencia de mecanismos 
ágiles retrasó la comunicación entre Secretaría, 
9 Usualmente las mismas personas participan simultáneamente en 
diversas instancias yprocesos locales.
hospitales, comunidades y afectó el trabajo co-
munitario.
• Cultura institucional. Las informaciones circula-
ban de forma lenta y en ocasiones poco oportuna. 
La ausencia del hábito de registro y sistematiza-
ción dificultó la comunicación interna. Vacíos e 
imprecisiones en la información indicaron des-
conocimiento de la norma, para cuya implemen-
tación se hizo el contrato.
• Efectismo. La tendencia a enfatizar en resultados, 
coberturas, puede implicar descuidar procesos. 
Se generan falsas expectativas sobre la situación 
y mediaciones en los procesos de participación; 
se tiende a magnificar hechos sueltos como asam-
bleas y desconocer el carácter cíclico, contradic-
torio, reversible de los procesos organizativos.
• Desconocimiento de la participación. Insuficiente 
claridad en algunos funcionarios sobre conceptos 
y cambiantes procedimientos de participación 
comunitaria.
Las condiciones laborales, sobrecarga de trabajo, 
multiplicidad de funciones en que se desarrollan las 
reformas institucionales, afectan a los empleados: ro-
tación, traslados, vinculaciones recientes, puntuales, 
transitorias, poca permanencia en cargos, movilidad 
institucional, relaciones tensas, incapacidades mé-
dicas, contrataciones a término fijo, en calidad de 
encargo. El peligro de ser removidas (trasladadas, 
retiradas) de sus puestos, la necesidad de concursar 
para continuar, deterioran el compromiso con el tra-
bajo y la posibilidad de plantear abiertamente pro-
blemáticas. La actitud o postura defensiva limita la 
comunicación abierta, la confrontación, el diálogo; 
reflexión sobre la práctica. Para promover la partici-
pación se requiere procesos sostenidos y proactivos. 
En algunos escenarios, el estilo vertical de directivas 
afecta procesos de conocimiento, apropiación y de-
sarrollo del trabajo comunitario.
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 129
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
Presión institucional sobre funcionarias de partici-
pación. Desde el nivel central (Ministerio de Salud, 
Secretaría de Salud, Oficina de Participación Social), 
se exige constituir e implementar los mecanismos 
de participación, en un marco legal que ha variado, 
sobre el cual hay vacíos e inconsistencias. Ello se 
percibe a nivel local (oficinas de participación social 
en hospitales y asociaciones de usuarios) como re-
carga; afecta la forma como se promueve y desarro-
lla la participación: implementar órdenes de niveles 
superiores y centrales, sobre la marcha, con visión 
coyunturalista, sin suficiente sentido y potencial 
estratégico y político, así como holístico frente a la 
complejidad de la dinámica comunitaria local. Estos 
factores median en el desencanto y escepticismo: 
¿cómo fomentar la participación, cumplimiento de 
derechos comunitarios, si el profesional se asume en 
la perspectiva de “sostenerse” en el puesto?
Debo cumplir muchas funciones: participar 
a nombre del hospital en la red del maltrato, 
el comité interinstitucional y el consejo local 
del gobierno; soy del grupo de planeación del 
hospital […] Si los directores se comprome-
tieran y me dejaran más libre, podría sólo con 
lo de participación comunitaria. En últimas 
no existe voluntad para promover la parti-
cipación; ésta y la concertación quedan en el 
papel (trabajadora social, talleres con funcio-
narios, 1997).
La situación en que estamos como mediado-
ras de procesos comunitarios hacia fuera y 
nuestro rol en la institución es complicada. 
Tenemos que desarrollar capacidad visiona-
ria en este momento crítico. La comunidad 
cuestiona y nosotros como funcionarias nos 
cuestionamos; vemos avance en el trabajo 
comunitario, porque las comunidades pre-
guntan. En la medida en que dinamicemos 
procesos afuera y no preparemos adentro el 
hospital, vamos a generar caos. Requerimos 
más equilibrio, visión para decirle al director: 
la comunidad demanda estos avances; para ir 
orientando procesos comunitarios. Con no-
sotros o sin nosotros eso se va a dar.Prefiero 
que sea con nosotros y mejor […] Tenemos la 
ventaja de ponernos en los 2 arcos del partido: 
si le hacen gol a la institución ganamos como 
comunidad y se le hacen gol a la comunidad, 
ganamos como institución. Somos el árbitro. 
Es una ventaja y por eso nos pagan (trabajado-
ras sociales, talleres con funcionarios, 1997). 
(negritas fuera del texto)
Presiones comunitarias. Los representantes de las 
comunidades y pobladores expresan intereses, in-
conformidades, exigencias relacionadas con los 
servicios. Las funcionarias se sienten en medio de 
dos bandos. En sus decisiones y acciones median 
posiciones éticas, condiciones laborales e institucio-
nales, perspectivas personales, la trayectoria comu-
nitaria profesional y organizativa local. 
Diversas visiones sobre la participación según posi-
ciones, condiciones, intereses, posibilidades, que se 
expresan en lo que dicen y hacen, en la forma como 
asumen el liderazgo, la orientación o participación 
en procesos de organización. Se destacan la perspec-
tiva institucional y la comunitaria, las posiciones de 
profesionales que tienen contacto con los poblado-
res, y quienes no (funcionarios administrativos de 
nivel central e institucional). La participación se 
asume como: garantía de mercadeo de servicios de 
los hospitales, proceso legal, desde el cual se des-
conocen las vivencias cotidianas como posibilidad 
de construcción de sentidos; trabajo no remunera-
do, gratuito, remedial, compensatorio, que limita la 
consolidación de propuestas organizativas. Activida-
des satélites de los procesos de trabajo. Autogestión. 
Varios líderes pertenecen simultáneamente a diver-
sos espacios de participación, por situaciones de 
130 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
desempleo, subempleo, vocación; expresan nece-
sidad de reconocimientos tangibles en tiempo, ser-
vicio, dinero para su trabajo comunitario. Solicitan 
respeto y cumplimiento, en especial ante la satura-
ción de capacitaciones. La norma habla de trabajo 
“voluntario”. 
Conflicto de intereses. Según la posición de quien 
participa, se fomentan intereses personales y colec-
tivos; aunque “todos estén hablando de lo mismo”, 
pueden significar horizontes distintos; la participa-
ción es percibida como amenazante. Las tensiones 
limitan el desarrollo de actitudes de pluralismo, res-
peto, autonomía para confrontar, debatir, tomar de-
cisiones y ejecutar proyectos por parte de diversos 
actores.
[…] vamos a encontrar contradictorias las 
formas de entender y operacionalizar la par-
ticipación. Para los actores dominantes la 
participación se entiende en términos de le-
gitimar las ideas y programas concebidos y 
formulados por ellos y se debe manifestar en 
lo necesario y suficiente para cumplir objeti-
vos previamente definidos, casi siempre con 
una racionalidad, la técnica, que supone que 
los objetivos sociales son posibles de prede-
terminar y que su cumplimiento depende de 
la ordenación en el tiempo y el espacio de 
unos medios y recursos y que presume que 
todo sucede como si un gran reloj social orga-
nizara las actividades sociales.
Para los actores dominados, la participación 
implica oposición y supone cambios significa-
tivos en las relaciones y distribución del poder, 
comprendido éste en una excepción ampliada 
que involucra no solo lo propiamente políti-
co, sino lo económico y más ampliamente lo 
social, es decir, cómo decidir sobre su propio 
futuro sin que los “que saben, los técnicos, se 
lo señalan de antemano a partir de sus propias 
utopías” (Vargas Velásquez, 1987:27).
2.2. aComPañamiento a la 
imPlementaCión de integraCión 
CurriCular en eduCaCión de adultos 
en bogotá (nivel distrital)
Integrantes del equipo dinamizador de la experien-
cia, departe de la Universidad, reflexionaban al fi-
nalizar el contrato que, desde el nivel central, con 
racionalidad “eficientista”, se busca, en concordan-
cia con el modelo neoliberal, racionalizar y evaluar 
diversos procesos y actividades por resultados; sin 
embargo, las condiciones del entorno, del proceso, 
del clima, de los sujetos, no propician el cumplimien-
to de esas expectativas. Se llevan a cabo procesos de 
planeación técnica y se espera evaluar resultados de 
acuerdo al desarrollo de los planes, pero no se dis-
pone de condiciones suficientes y necesarias para la 
ejecución.
La implementación es más que una traduc-
ción mecánica. Se empieza a ver como proceso 
continuo, con conversiones, y no sólo como 
medio para alcanzar metas; como mecanis-
mo para que los actores logren los objetivos; 
es continuación del juego político de la 
formulación, pero con otros actores, que ge-
neralmente están en desventaja. En los países 
en desarrollo gran porción de manifestación 
de exigencias, individuales y colectivas, la 
representación de intereses, aparición y reso-
lución de conflictos, ocurren en la etapa de 
ejecución de las políticas […]
[…] La formulación de la política se percibe 
como etapa crítica; se piensa que la imple-
mentación consiste en administrar lo que ha 
sido decidido. Si la implementación fracasa, 
las explicaciones refieren una administración 
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 131
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
ineficaz o falta de voluntad política […] algu-
nos estudiosos sostienen que en los países en 
desarrollo la implementación es con frecuen-
cia el aspecto más crucial del proceso (Duarte, 
1997: 262).
Estamos exigiendo cumplimiento del tiempo 
escolar. Les aplicaremos parámetros. Saldrán 
maestros de las instituciones por esta razón. 
Están desmotivados (Reunión coordinación 
interinstitucional, 2000).
La institución y los docentes en estos momen-
tos no poseemos ni los recursos ni el tiempo 
para dedicarnos a un proceso juicioso de ela-
boración de perfiles (Docentes, taller, 2000). 
En las entidades centrales se manifestó interés en 
“manejar lenguajes comunes” referidos a las polí-
ticas institucionales,10 pero las condiciones tem-
porales, coyunturales, puntuales de los contratos, 
lo ambicioso de sus objetos y la diversidad de en-
tidades que los ejecutaban, lo imposibilitaban. Se 
busca, en medio de la dispersión, acopiar informa-
ción sobre desempeños en las instituciones locales 
(instituciones educativas), para proyectar la toma de 
decisiones; ello implica, en un contrato académico 
asumido desde una universidad pública, se pretenda 
que asuma acciones de índole administrativo que no 
le competen como contratista y desvían el desarrollo 
de responsabilidades de la entidad estatal. 
Sobre esta situación se reflexionó en el equipo dina-
mizador de la experiencia: 
Estamos mediando entre las lógicas centrales 
que emanan la política, desde criterios de efi-
ciencia, cobertura, impacto y la lógica de las 
bases, los colegios, rectores, maestros, que se 
10 Aunque no se hizo una inducción al equipo dinamizador de la uni-
versidad, al iniciar la ejecución del contrato.
resisten, se sienten no consultados. Somos 
universidad pública trabajando, desde crite-
rios de responsabilidad social, con lo público. 
¿Cómo nos posicionamos ante el poder, ante el 
saber y ante el tercero excluido entre los dos? 
Entre la lógica de las bases y la de la Secre-
taría, está la Universidad, que no representa 
solo a las bases ni a la SED. Es indispensable 
reconocer la lógica discursiva, de actuación, 
organizativa: analizar el caso como búsque-
da. ¿Cómo se da un proceso de emergencia de 
voluntad colectiva que se pronuncie? Entre el 
atropello de arriba y el tropel de abajo, des-
de una actitud esperanzada. La construcción 
teórica y metodológica debe agarrar con las 
manos los procesos vivos, potenciar autono-
mías (Reunión equipo, 2000).
Los discursos de democracia y autonomía se homo-
genizan en los procesos educativos, por la vía de la 
evaluación: al cambiar los sistemas de evaluación, 
no queda opción “voluntaria” a formar de maneras 
que no aportan insumos a los logros evaluativos es-
perados. Faltó observar las implicaciones de un pro-
ceso gradual de construcción curricular: el proceso 
de acompañamiento fue paralelo con otros contratos 
para construir lineamientos curriculares, desde un 
nuevo enfoque: evaluación de competencias; impli-
có transposición de lenguajes (evaluación por logros 
a evaluación por competencias, sin suficientes nive-
les de fundamentación, apropiación), improvisacio-
nes y poca credibilidad en el vertiginoso cambio de 
las políticas sectoriales y centrales.
Una institución de carácter central asume o se con-
centra en la función de planificación de la política 
educativa, delega y fragmenta la ejecución (ONG y 
universidades). Desde el nivel central se siguen pre-
tendiendo resultados homogéneos, según indica-
dores de evaluación que no fueron propuestos, por 
los que ejecutan la mediatización de la política, ni 
por las instituciones educativas, sujetos, actores del 
132 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
desarrollo de políticas. Documentar y reflexionar so-
bre factores de contexto y condiciones que afectan 
la ejecución, posibilita cualificar la evaluación de 
procesos.
2.3. aComPañamiento a la visibilizaCión 
de investigaCiones soCiales 
PartiCiPativas en observatorios de 
infanCia y familia (oif), Colombia 
(nivel naCional)11
Si los intelectuales no son necesariamente decisivos, 
tampoco sin ellos podrán las clases trabajadoras hacer 
la revolución, mucho menos hacerla contra ellos. 
Eric Hosbsbawm
La historia de los observatorios sociales se relaciona 
con el seguimiento de políticas gubernamentales re-
feridas a grupos poblacionales. La propuesta deviene 
de las ciencias naturales (observatorios astronómi-
cos). El equipo gestor de la experiencia (funciona-
rios de nivel nacional en el Instituto Colombiano de 
Bienestar Familiar) rescató la perspectiva de desa-
rrollo humano, encaminada a procesos de reflexión, 
autorreferencia, comprensión de la sociedad, para 
mejorar el servicio y transformar la sociedad. Dos 
consultoras desarrollamos el acompañamiento desde 
el enfoque de Investigación Social Participativa para 
la producción, sistematización y divulgación del co-
nocimiento construido en los OIF.
Mediaciones en la escritura de investigaciones so-
ciales participativas. Es difícil concretar las inves-
tigaciones, sus procesos, resultados, reflexiones y 
aprendizajes; en los procesos de investigación y es-
critura de sus productos se evidencian tensiones de 
diversos órdenes:
11 Sobre este tema se publicó el artículo “Investigación social partici-
pativa en observatorios de infancia y familia en Colombia”, de Luz 
Estela Valenzuela Camacho y Rosa María Cifuentes, en la revista 
Tendencias & Retos, N.o 12, 2007.
• En la tradición de la formación investigativa, des-
de esquemas empírico-analíticos, se hace énfasis 
en descripciones y datos, o se sobredimensionan 
teorías y conceptos. Se valora el dato en detri-
mento de su contextualización, comprensión y 
significación, según las categorías de actores par-
ticipantes en las experiencias y los momentos y 
condiciones en que se construyen las informacio-
nes. No ha sido fácil trascender esa lógica, para 
valorar narraciones, diálogos, imaginarios. Se 
requiere formación permanente de diversos ac-
tores sociales en torno a las lógicas, sentidos y 
productos de la ISP en los OIF, aunque desde la 
perspectiva de la División de Investigación, del 
ICFB se esperan “productos de investigación”.
• Las condiciones de trabajo en entidades dedica-
das en primera instancia a la prestación de servi-
ciossociales no son óptimas para la investigación 
y para la escritura. Un país que dedica menos del 
2% de su presupuesto anual a la investigación es 
indicio de tal situación. Se generan tensiones y 
desafíos para quienes asumen la investigación.
En ocasiones a escala regional, local y zonal la 
estructura institucional no ha logrado suficien-
te sensibilización y concientización sobre la 
trascendencia y relevancia de la investigación y 
la escritura; no se propicia la consolidación de 
equipos, no se viabiliza la reasignación de activi-
dades de funcionarios, para dedicarse a la inves-
tigación; se cuestiona que los servidores públicos 
“se metan en esa perdedera de tiempo”.
• Vivir en una sociedad que ancestralmente ha pri-
vilegiado la cultura oral implica insuficiente co-
nocimiento y manejo de estrategias en torno a la 
escritura de la vida, de la cotidianidad, objeto de 
los OIF.
• El tiempo que demanda la escritura de informes 
de investigación ha llevado a buscar, en los con-
textos locales, actores que contribuyan a dina-
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 133
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
mizar los procesos de indagación e impulsar su 
escritura, situación que puede incidir negativa-
mente en el reconocimiento y visibilización de 
los procesos vividos.
• La tensión entre procesos y productos en la In-
vestigación Social Participativa: la vivencia del 
proceso de reflexión, de encuentro, de diálogo de 
saberes se da en la cotidianidad, en la oralidad, 
en la lúdica. Por el contrario, los procesos de es-
critura, en especial de informes de investigación, 
se forjan en espacios de concentración, rigurosi-
dad, sistematicidad, disposición para la lectura y 
reescritura, diferentes al lugar de encuentro, par-
ticipación, diálogo y construcción colectiva que 
convoca el OIF.
• Al escribir informes de investigación se plasman 
apreciaciones, percepciones, opiniones, senti-
mientos, significaciones de diversas categorías 
del actor; esto implica responsabilidad social 
para quienes escriben: obtener el consentimiento 
informado, proteger la identidad de las fuentes, 
preservar la vida y honra humana, por encima 
de la comunicación del conocimiento que se 
construye. Dada la diversidad de niveles de for-
mación, no todos pueden escribir los informes. 
Como en la participación, no todos pueden estar 
en todo.
• Escribir implica un proceso de composición con 
algún grado de originalidad: tener en cuenta el 
propósito y los posibles lectores. Lo oral y lo es-
crito tienen reglas diferentes. El lenguaje oral es 
multidimensional y ligado al contexto. El escrito 
debe ser explicativo, autorreferencial. La escritu-
ra cumple más funciones que comunicar; como 
actividad intelectual, posibilita el descubrimien-
to, recuerdo, organización del pensamiento, 
clasificación, evaluación. Escribir es complejo; 
implica demandas simultáneas.
• En la Investigación Social Participativa no todo 
se reduce a información: hay aspectos, vivencias, 
acciones y reacciones que no recorren comple-
tamente el cerebro; circulan desde los impulsos. 
Nunca un escrito dará cuenta de todas las viven-
cias, significaciones, procesos y aprendizajes des-
encadenados (Villasante, 2002:54). Todo esquema 
es una reducción conceptual de lo que queremos 
comunicar; la mediación escritural es corta para 
dar cuenta de procesos investigativos en torno a 
interacciones sociales.
La constitución y desarrollo de los OIF se puede 
comprender en un entramado paradojal: se crean 
y existen como un discurso plural, abierto, convo-
cante, a la vez como práctica que persiste y resul-
ta contrahegemónica; tienden a desarrollarse como 
iniciativa que resulta en contravía de pretensiones 
de estandarización y establecimiento de parámetros 
promovidos internacionalmente desde predominan-
tes enfoques de gestión de la calidad en investiga-
ción y en el marco de la normativa y administración 
institucional. Como procesos sociales se pueden 
comprender en el marco de enfoques y diseños com-
plejos, en medio de incertidumbres, contingencias, 
emergencias; constituyen una iniciativa que se man-
tiene desde lo local, sin lograr institucionalización 
suficiente:12
1. La estrategia OIF tuvo cambios en la ubicación 
en la estructura programática institucional, que 
incidieron en la fluidez de la comunicación y 
confianza en el proceso13. Al pasar de la Subdi-
12 La base de este apartado es la relatoría del primer día de Encuen-
tro Nacional OIF desarrollado por el ICBF, en septiembre de 2005; 
participaron 68 servidores públicos de 38 regionales y agencias del 
ICBF. Ésta fue escrita por el Dr. Gabriel Jaime Otálvaro.
13 2004 y 2005, modalidad de Acciones de Investigación Social Partici-
pativa en el subproyecto de Asistencia Técnica para la articulación 
y coordinación del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, comple-
mentaria a modalidades de formación y gestión de este subproyecto; 
en el 2006 continua bajo la modalidad de Investigación Social Par-
ticipativa en el programa 131, subproyecto soporte a la gestión, 
conserva los dos primeros objetivos y adiciona el de identificar con 
las comunidades, las necesidades y características del servicio pú-
blico de bienestar familiar como diagnósticos sociales participativos 
134 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
rección de Promoción y Fomento a la de inves-
tigaciones, fueron desmembradas sus estrategias 
correlativas y los equipos de servidores públicos.
En la Subdirección de Investigaciones se privile-
gia, para los OIF, la producción de conocimiento 
social (formalización, sistematización, escritura, 
comunicación, visibilización del conocimiento 
como producto). Esta condición difiere de la con-
cepción inicial; privilegiar procesos de sensibili-
zación de servidores públicos, construcción de 
sentido al reflexionar sobre la realidad, socializar 
el enfoque de derechos. Tendió a desdibujarse el 
sentido reflexivo, problematizador y de construc-
ción de tejido social en torno a la vulneración de 
derechos de la familia y la infancia,como proceso 
de investigación. Al provenir de procesos de par-
ticipación de base en que se promueven procesos 
sociales participativos, los participantes pudie-
ron sentir que en la nueva lógica “se privilegian 
los productos contra procesos”.
2. Disyunción entre investigación e intervención: el 
cambio de lineamientos técnicos para la finan-
ciación de proyectos de investigación OIF res-
tringe posibilidades para financiar alternativas 
derivadas de los OIF, procesos de formación y 
capacitación en torno a estos. Lo anterior generó 
confusión, desconcierto, incertidumbre y nece-
sidad de aprendizajes en torno al significado de 
construir y lograr la aprobación y financiación de 
este tipo de investigaciones. Se evidenció dificul-
tad para que los productos de la ISP se conectaran 
para el desarrollo del Sistema Nacional de Bienestar Familiar SNBF; 
mantiene el carácter participativo de los Diagnósticos Sociales Si-
tuacionales y su aporte a la articulación; en el 2007, se ubica en el 
programa 410 Investigación Básica Aplicada a Estudios, subproyec-
to 06 Investigación Social. En 2007 los cambios se evidencian en 
el título del Subproyecto: se suprime en la investigación social la 
palabra participativa, en las acciones se remplaza por Investigación 
social regional. Se mantiene la identificación de necesidades con la 
comunidad, permitiendo continuidad a la elaboración de diagnós-
ticos situacionales participativos consecuentes con el mandato de 
la ley de la Infancia en que se delega al presidente, gobernadores y 
alcaldes, durante los cuatro primeros meses, realizar el diagnóstico 
de la situación de la niñez y la adolescencia, e incorporarla en el 
Plan de Desarrollo.
con nuevas intervenciones, en tanto lastradicio-
nales no se enmarcan en diseños flexibles.
3. A nivel conceptual y metodológico se identifican 
dificultades para distinguir estrategias, enfoques 
y acciones (conceptos inherentes al OIF y proce-
sos de investigación e intervención social). Esto 
evidencia el desafío de formación y capacitación 
permanente, disciplina y rigor, para llevar a cabo 
las investigaciones sociales participativas.
4. En tanto los procesos administrativos que direc-
cionan el desarrollo de los OIF se sigan orientan-
do desde la lógica vertical, tradicional de gestión 
institucional gubernamental y no se logren cons-
truir y desarrollar en coherencia con enfoques 
inherentes al observatorio, se dificultará generar 
acuerdos entre diversos servidores públicos: las 
concepciones y experiencias de quienes conocen 
y apropian la experiencia en el nivel local son di-
ferentes a la de quienes lo coordinan, financian y 
evalúan a nivel regional y nacional.
5. Cuando la totalidad de las acciones desarrolladas 
en los OIF no se incluyen en la programación de 
los servidores públicos, quedan a merced de la 
buena voluntad, el compromiso y tiempo libre de 
quienes las dinamizan; esto atenta contra la sos-
tenibilidad, institucionalización y legitimación 
de la estrategia.
6. La participación como proceso de construcción 
colectiva del conocimiento riñe con la escritura 
como construcción de productos de conocimiento-
de procesos de participación e interacción social. 
Es necesario avanzar y proyectar procesos de in-
vestigación, intervención y transformación social 
promovidos desde los OIF.
Con la estrategia OIF se han abierto espacios que 
han llenado las expectativas y cubierto necesidades 
en diversos contextos, a partir de múltiples expe-
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 135
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
riencias desarrolladas; los ciudadanos los han apro-
piado. Aún es deficiente el conocimiento sobre sus 
mediaciones, desarrollos y balances; se cuenta con 
versiones fragmentadas, desarticuladas, uso disper-
so de recursos, atomización, falta de credibilidad y 
cruce de información.
Los OIF han posibilitado convocar y dinamizar el 
Sistema Nacional de Bienestar Social, incidir en la 
construcción de política local en torno a situaciones 
de la infancia. La revisión de 145 investigaciones 
sociales participativas recuperadas en 26 regiona-
les14 permitió aproximar temáticas documentadas: 
proyección institucional del ICBF en el Sistema Na-
cional de Bienestar Familiar, en la atención de la in-
fancia y la familia; promoción de la perspectiva de 
derechos; desarrollo de diagnósticos situacionales 
que dan cuenta de reflexiones de servidores públi-
cos en torno al servicio que prestan, contribuyen al 
desarrollo institucional y de la política social. Hay 
diversidad metodológica, conceptual y procesual, 
por sus dinámicas internas, historias, procesos de 
acompañamiento y resultados. 
2.4. moderaCión de mesa Para Plan 
deCenal de eduCaCión del ministerio de 
eduCaCión (nivel naCional)
El Ministerio de Educación Nacional convoca, para 
los procesos de planeación, las discusiones sobre 
propuestas plan, por diversas estrategias: mesas de 
trabajo locales, foros virtuales. Esta información 
se va consolidando y se pone en discusión en una 
asamblea nacional, que dura 3 días. A ella asisten 
representantes de regiones, sectores, poblaciones di-
versas. Estas se desarrollaron en agosto de 2007 en 
Bogotá. Las deliberaciones de más de 1.500 perso-
nas durante un fin de semana buscaban construir 
14 Productos construidos colectiva, participativamente, por diversos 
actores, con la perspectiva de incidir en la construcción de política 
pública a nivel local, más que de investigaciones formales.
un consenso nacional que recogiera acumulados de 
información construida desde voces ciudadanas, du-
rante más de 8 meses. El carácter indicativo del plan, 
junto con la decisión en la asamblea final, de nom-
brar una comisión para finalizar la redacción del do-
cumento, por cuanto lo construido “no era un plan”, 
dejó sinsabores, escepticismos y sensaciones de des-
gaste de los procesos de participación, que ameritan 
discernimiento, reflexiones, seguimiento en torno a 
este tipo de convocatorias.
3. PotenCiaCión: leCCiones 
aPrendidas desde y sobre las 
exPerienCias
En este apartado consolido una mirada global, retros-
pectiva y prospectiva, sobre reflexiones construidas 
en cada momento, por cada equipo, en y desde cada 
experiencia. Se trata de volver al pasado, pensando en 
el futuro, como aporte a tejer, comprender y proyec-
tar procesos de intervención profesional de y desde 
Trabajo Social, en la perspectiva de afianzar su rele-
vancia y pertinencia social y de aportar luces a la re-
flexión sobre estos procesos sociales y profesionales.
3.1. mediaCiones en la imPlementaCión 
de PolítiCas soCiales
En Trabajo Social se pueden asumir las políticas 
sociales como un condicionante de la intervención 
profesional (Cifuentes y otras, 1999); para compren-
derlas es necesario relacionar los contextos, refe-
rentes legales y propuestas institucionales, con las 
necesidades, demandas sociales; las opciones per-
sonales y profesionales. La política se relaciona con 
un proyecto de sociedad, que se concreta en políticas 
sociales, programas de gobierno y ofertas institucio-
nales. Los trabajadores sociales nos relacionamos 
con políticas sectoriales e institucionales que im-
plementamos con poblaciones que atendemos; 
operacionalizamos formas de gestión social; asumi-
mos la protección y prevención, desde posiciones 
136 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
 institucionales y políticas institucionales, más que 
como procesos generados a partir de la profesión o 
de la disciplina.
La implementación de políticas sociales es una prác-
tica multideterminada por variables sociales (Casti-
llo, 1986); en este proceso, inciden factores exógenos 
a la institución, usuarios y profesionales: el medio 
institucional, sus criterios, recursos, experiencias, 
el tipo de problemática atendida, el desarrollo teóri-
co metodológico de las ciencias sociales; rasgos que 
cambian en el tiempo; las formas de proceder de los 
usuarios que afectan las modalidades de atención 
(Maldonado, 1992). 
“La norma no se constituye linealmente; su análisis 
implica procesos de reconstrucción; las políticas pú-
blicas y sociales requieren interpretación […] para 
analizar la eficacia de una ley, hay que trascender 
la propia ley” (Matus, 2002). El análisis de contex-
to posibilita establecer condiciones de posibilidad, 
para trascender los planos del voluntarismo y escep-
ticismo. Reflexiones críticas posibilitan analizar me-
diaciones en la implementación de políticas sociales 
sectoriales.
El concepto mediación posibilita comprender procesos 
cambiantes, dinámicos, inacabados, que se transfor-
man mientras los conocemos e intervenimos; permite 
comprender la compleja procesualidad social. 
Las mediaciones son expresiones históricas de las re-
laciones que el ser humano edifica con la naturaleza; 
la sociedad, corrientes y formas sociales que la his-
toria registra.
La mediación es una categoría dialéctica del 
Materialismo Histórico para alcanzar el co-
nocimiento a partir de conexiones que dan 
cuenta de problemas de conocimiento in-
mediato y mediato. Se inscribe sobre nexos 
lógicos, sobre realidades y asume un papel 
vertebral en la compresión de procesos socia-
les […] Retoma la fenomenología del espíritu, 
el descubrimiento de que el ser humano es re-
sultado de su automediación con la naturaleza 
[…] Las mediaciones creadas históricamente 
en las complejas relaciones hombre, mujer-
naturaleza, son indicadores del punto de vista 
histórico-social […] con […] alto poder dedinamismo y articulación […] posibilidad de 
trabajar en perspectiva de totalidad (Nobre, 
1995).
No puede existir una naturaleza, una sociedad, 
un objeto que no sea resultado de mediaciones 
[…] la mediación es una categoría objetiva y 
ontológica […] presente en cualquier realidad 
independientemente del sujeto (Lukács Bem, 
citado por Nobre, 1995).
El concepto mediación permite dar cuenta de articu-
laciones de totalidades parciales para comprender la 
procesualidad social, desde la singularidad de cada 
experiencia, la universalidad que condensa; la par-
ticularidad que da sentido al proceso de implemen-
tación de las políticas. En las interacciones legales, 
institucionales y comunitarias de las experiencias 
reconstruidas, se identifican dos tipos de mediacio-
nes: facilitadoras (permiten alcanzar los objetivos y 
metas propuestas) y obstaculizadoras (oponen resis-
tencia al cambio, en detrimento del desarrollo social 
y local). Paradójicamente se desencadenan reformas 
en el contexto político; nuevos tipos de Estado en lo 
político-administrativo; la descentralización implica 
participación para movilizar recursos y gestar formas 
organizativas. El espíritu “participativo” demanda 
propósitos comunes de diversos actores y condicio-
nes sociales; es difícil lograr la cohesión como socie-
dad, nación, y Estado.15
15 Sobre estas tensiones se ha avanzado en la construcción de un esta-
do del arte latinoamericano: “Las paradojas de la participación ¿Más 
Estado o más sociedad?”, elaborado conjuntamente por ONG y uni-
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 137
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
Mediaciones facilitadoras. Procesos de reforma cons-
titucional en América Latina permiten afirmar que 
el ordenamiento jurídico se basa en decisiones de la 
voluntad popular (Muñoz, 1995). Desde la normati-
vidad se reconoce y promueve la participación y au-
tonomía; la política social deriva en leyes, decretos, 
estrategias, programas, proyectos, lineamientos de 
planeación sectorial, nacional, local, institucional, 
en que se espera evaluar resultados de acuerdo a los 
planes. En los ochenta se revaloriza la democracia en 
sus estatutos formales, instituciones e instrumentos; 
la sociedad civil, como espacio de las organizaciones 
y aspiraciones de los ciudadanos, cuyos intereses 
deben ser representados, como garantía de los prin-
cipios del Estado social de derecho y del control de 
los desbordamientos del poder individual, social y 
político.16 Se asume la participación para construir 
nuevos tiempos con mayores potencialidades (Villa-
sante, 2002: 44-45).
Mediaciones obstaculizadoras. Paradójicamente, no 
se dispone de condiciones necesarias y suficientes 
para la ejecución, etapa en que se rompe con muchos 
presupuestos; las condiciones de implementación y 
desarrollo sectorial, institucional, local, dificultan, 
asumir la autonomía y participación. ¿Es posible una 
política sin noción de bien público? “El sistema ca-
pitalista genera desigualdad, mientras que la política 
social busca generar igualdad” (Santana, 1987).
Desde la perspectiva marxista, “la crisis es constitu-
tiva de la dinámica capitalista (Netto, 2005:31). El 
Estado ocupa una posición subalterna en la actual 
crisis de coyuntura, dominada por la racionalidad 
del capital. No tiene cómo sobreponerse a factores 
versidades; y el estado del arte en Colombia: “Los estudios sobre la 
participación”, escrito por Leopoldo Múnera.
16 En algunos países de América Latina (Brasil, Argentina, Chile, Uru-
guay, Bolivia) se trata de recuperar las normatividad democrática 
arrebatada por el autoritarismo militar; en otros, como Colombia, de 
revalorizar los instrumentos y los hábitos de la democracia formal y 
de reconocer constitucionalmente sus principios para instituir po-
sibilidades legales de participación, libertad e igualdad jurídica y 
social (Constitución de 1991).
que determinan el orden social; al tiempo es llamado 
a interferir en ella y a cumplir con funciones de regu-
lación que se mantienen, de modo marginal. En las 
políticas sociales, las agencias internacionales (G8, 
organismos multilaterales, bilaterales, etc.) imponen 
reglas al funcionamiento del Estado. En países como 
Brasil, Argentina, Uruguay y últimamente Chile, 
adquieren una dinámica social, cultural, industrial 
e institucional más moderna, con un perfil cosmo-
polita que permite integrarse al mundo globalizado, 
pero el aparato estatal se supedita a grupos de in-
terés económico y a políticas internacionales17 que 
exigen “ajustes fiscales”, “reducción del gasto públi-
co” y “privatizaciones” con las que supuestamente 
se lograría estabilidad en la economía y las finanzas 
del país; esto desató graves consecuencias en países 
como Argentina18 y Uruguay entre el 2001 y el 2002.
Nuevos modelos de crecimiento económico, políti-
cas neoliberales, en el contexto de la globalización, 
ocasionan transformaciones en la conformación, 
constitución y proyección del Estado; comprometen 
el tema social. Se desdibuja progresivamente y hasta 
desaparece el estado de bienestar. La libre circulación 
del capital a nivel nacional e internacional propicia 
el juego de las fuerzas del mercado, asumidas como 
mecanismo de redistribución de bienes y servicios; 
se afecta las demandas sociales, niveles de inver-
sión, empleo y consumo de sectores medios y bajos. 
El progresivo debilitamiento de las políticas sociales, 
incumplimientos y provisión social del Estado, arti-
culadas a la pobreza en expansión, constituyen fuen-
tes de reivindicaciones sociales (Conets-Icfes, 2004). 
Un fenómeno radicalmente nuevo, pone en 
cuestión por primera vez la primacía del 
17 Los países de América Latina firmaron el Consenso de Washing-
ton. La primera formulación fue hecha por John Williamson; en este 
documento se presentan “reformas” en diez temas de política econó-
mica. 
18 Junto con las “reformas” asumidas por el Estado, la crisis evidenció 
la corrupción y los malos manejos administrativos y financieros co-
metidos por sus gobernantes.
138 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
Estado como unidad de la acción social y como 
unidad de análisis… requerimos una com-
prensión renovada de los parámetros reales y 
el alcance temporal de múltiples formas so-
ciales de participación en la inserción social... 
una comprensión cabal de las continuidades 
estructurales. Ser proactivos al comprender el 
cambio social no es fácil. Es punto de parti-
da identificar la unidad básica del cambio… 
para definir conceptos sólidos desde el pun-
to de vista teórico, conviene centrarse en los 
procesos más que en los resultados… para 
comprender el cambio macrosocial… no se 
puede medir en forma directa los procesos, sino 
obtener información sobre los resultados en un 
momento […] medimos fenómenos emergen-
tes de la dinámica social […] la mayoría de 
datos que requieren las ciencias sociales son 
de tipo relacional […] (Richard E. Lee y otros, 
2005: 10, 14-15).
Al cambiar la noción de Estado, hay exigencias cre-
cientes de transnacionalización, de competencia seg-
mentada; explosión de demandas, criterios, normas, 
que hacen que las formas de marginalidad se diversi-
fiquen y acentúen (Matus, 2002: 35). 
En la implementación de políticas sectoriales se 
desencadenan dinámicas de participación y empo-
deramiento, procesos locales y regionales, que nos 
desafían aconocer y afianzar la gestión institucio-
nal, generar reflexión crítica en torno a la gestión, 
la dinámica social de diversos grupos poblacionales; 
construir conocimiento emergente en y sobre la di-
námica social. 
Las políticas existen como discurso y como prácti-
ca; se convoca la participación social; se suscitan 
contradicciones. Los procesos de participación tien-
den a desarrollarsecomo iniciativa que resulta en 
contravía de pretensiones de estandarización y es-
tablecimiento de parámetros internacionales, desde 
enfoques de gestión de la calidad, en el marco de la 
normatividad y administración institucional; llegan 
a convertirse en contrahegemónicos.
En el contexto actual se agudiza la nueva cuestión 
social: amplias capas de población pierden seguri-
dades, se deteriora el tejido relacional, ocurren se-
rias transformaciones en la sociedad: las reformas 
sociales y laborales modifican marcos normativos; 
se traslada la responsabilidad social del Estado a or-
ganismos privados. La protección social antes ligada 
al trabajo se desdibuja en el marco de la desestabili-
zación de las políticas sociales.
La mercantilización de la política social desdibuja lo 
público, particulariza el derecho social, fomenta la 
discriminación, reinstaura la lógica asistencialista. 
La vida social se desvincula de marcos estructurantes 
de la existencia; las instituciones empiezan a perder 
vigencia, trasladan sus responsabilidades a las per-
sonas, quienes se ven enfrentadas a asumir mayores 
obligaciones y a organizar su vida de manera preca-
ria y aislada (individualización y desinstitucionali-
zación). Se refuerza el carácter de independencia y 
autonomía de las personas, se socava la seguridad 
y protección, se aumenta la vulnerabilidad social. 
El cambio en la protección institucional, el tránsito 
del trabajo como mecanismo de integración a otro de 
exclusión, su flexibilización, desestructuración, for-
talece la construcción de un nuevo sentido común 
legitimador de las reformas del Estado: recorte de la 
inversión social y derivación de la política social en 
una nueva filantropía, que representa un retroceso, 
vulnera derechos sociales, produce fracturas en el 
vinculo social; focalización del gasto público, elimi-
nación de sectores medios, privatización de la salud, 
educación y seguridad (Vélez, 2003: 89-90). 
En este contexto la familia pierde la virtud de sopor-
te estructurante de construcción social: se afianza su 
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 139
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
inseguridad y aislamiento; se afecta los vínculos y 
ocasiona rupturas sociales. La precariedad en el tra-
bajo debilita la familia, que reduce la capacidad de 
brindar protecciones próximas e inmediatas; la es-
tructura se torna frágil, depende más de su calidad 
afectiva. Conviene fortalecer este frente de interven-
ción profesional, generar procesos de comunicación 
que posibiliten construir proyectos a través de los 
cuales las interacciones cobren sentido; pensar la ex-
clusión, comprender el alcance de las rupturas y su 
incidencia en los procesos de intervención profesio-
nal (Vélez, 2003).
3.2. PersPeCtivas y Contextos 
de PartiCiPaCión19 
Las condiciones históricas, políticas y económicas 
configuran mediaciones que inciden en la imple-
mentación de políticas sociales. Su análisis permi-
te comprender dinámicas institucionales, estilos de 
trabajo, posibilidades y alcances.
Procesos contradictorios generan tensiones entre 
perspectivas de participación agenciada, normatiza-
da, tutelada por el Estado y otras construidas desde 
la base: la reforma constitucional legitima procesos 
de descentralización, participación, modernización 
institucional y privatización de servicios. El ajuste 
económico y el desmonte del Estado de bienestar 
amplían el desempleo, la pobreza y descarga funcio-
nes sociales del Estado en la comunidad o en dife-
rentes tipos de organizaciones.
• La política social promueve la participación como 
alternativa de descentralización, como estrategia 
de mercadeo de servicios en el marco de derechos 
y deberes, pertenencia, gestión o autogestión. 
19 Parte de las reflexiones de este aparte fueron socializadas y reflexio-
nadas en talleres con funcionarios y funcionarias de hospitales de 
Secretaría de Salud del Distrito de Bogotá, 1997.
• La débil trayectoria participativa desde la base, 
intereses particulares, concepciones caciquistas, 
clientelistas, autoritarias, utilitaristas, no confi-
guran condiciones para asumir crítica, propositi-
va y prospectivamente la participación.
• Los procesos de participación, lentos, complejos, 
dinámicos e inestables, no se ajustan a la imple-
mentación de la normas, cuando éstas cambian. 
En estas situaciones la participación se desgasta; 
se sabe que “hay que participar”, pero no cómo. 
En una cultura que no participa, promover la par-
ticipación genera tensión, angustia, desencanto.
Pareciera que “desde el Estado”, la imagen de comu-
nidad equivale a un grupo concreto de poblaciones 
que se delimita sobre la “homogeneidad de sus ne-
cesidades”; se desconoce su contradicción. Se asu-
me la participación comunitaria como invitación a 
los comunes, para apoyar programas. El desorden, 
desorganización, falta de solidaridad, se consideran 
“anormales”, conflictivos, problemáticos; objeto de 
“educación y capacitación”. El “remedio” es la ac-
ción educativa (Velásquez, 1985). Así se caricaturi-
za un sentido institucional con que se promueve la 
participación, al implementar políticas sociales en el 
marco de procesos de privatización, con sistemas de 
focalización, que importan tecnologías transnaciona-
les para la gestión social, desde criterios de redistri-
bución y priorización de servicios, de forma rápida, 
sin suficiente claridad, que ocasionan insatisfaccio-
nes. El proceso en países de elevadas situaciones de 
pobreza (más del 50% de la población) tiende a ser 
discriminatorio e inequitativo. El sistema tiende a la 
equidad, pero no es equitativo. La política social, las 
instituciones y la comunidad tienen diversas y com-
plejas perspectivas, que median en los procesos de 
participación social.
El proceso de privatización en la implementación de 
reformas de política social, media en las acciones 
140 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
institucionales del nivel central y local; y lesiona la 
participación.
3.2.1. Ciudad, instituCiones seCtoriales, 
Contextos loCales, funCionarios, Comunidades
Bogotá experimenta tensiones entre la dinámica so-
cial urbana, la fragmentación de sus instituciones y 
actores, que mantienen una visión coyuntural ante 
sus condiciones sociales. Algunas instituciones ofi-
ciales abordan de forma cíclica, inestable y reacti-
va, complejos problemas, sin hacer seguimiento 
sistemático ni comprenderlos; responden a condi-
ciones históricas con funcionarios que en ocasiones 
ingresan por razones de orden clientelista, más que 
técnico (Rojas, 1997). En ocasiones la capacidad 
institucional se puede relacionar con el perfil de 
sus funcionarios, la coordinación y la información.
Puede darse una tendencia a la inercia institucional 
y relaciones lejanas con las comunidades (Delgado, 
1998). En algunas entidades públicas los niveles téc-
nicos no tienen acceso al directivo y el político frena 
la capacidad de operar. El Estado tiende a actuar con 
perspectiva de corto plazo; prioriza el efectismo, que 
limita condiciones para que lo local pueda acceder a 
una amplia distribución de recursos.
A partir de reformas a la normatividad, luego de ha-
ber definido constitucionalmente el país como par-
ticipativo, pluriétnico y multicultural, se fomenta 
(agencia) la participación desde programas institu-
cionales, en los que se aumenta la cobertura, pero 
se puede sacrificar la calidad, el seguimiento y la 
sustentabilidad. La variedad de propuestas implica 
negociar tiempos con los líderes, promover la coor-
dinación y concertación interinstitucional e inter-
sectorial local, diseñar estrategias para reconocer el 
trabajo comunitario de los funcionarios, como un 
frente que no cuenta con apoyo institucional sufi-
ciente, en todoslos casos. La participación social 
tiende a ser inviable en las condiciones en que las 
instituciones la ofrecen. 
3.2.2. CondiCiones objetivas y subjetivas 
de la PartiCiPaCión
Para participar se requiere igualdad de oportuni-
dades, condiciones objetivas y materiales; libertad 
política y social (de opinar, disentir, discrepar) y con-
diciones subjetivaspara el desarrollo de actitudes de 
pluralismo, respeto, autonomía, que permitan con-
frontar, debatir, tomar decisiones y ejecutar proyec-
tos; comprender los problemas de la vida cotidiana, 
y consolidar espacios para la constitución de lideraz-
gos democráticos (Camelo y Cifuentes, 1996). 
La participación implica descentralizar el poder de 
decisión, tradicionalmente ubicado en la institución. 
Asumir colectivamente, o en forma cogestionada, ac-
ciones, para incidir en la toma de decisiones sobre la 
vida social y comunitaria. Desarrollar procesos me-
todológicos, cambiar actitudes y crear instrumentos 
para gestionar e incidir en relación con los intereses 
delos pobladores; promover procesos de autonomía, 
organización y movilización en torno al desarrollo 
integral. González (1996: 91) afirma que las condicio-
nes objetivas y subjetivas para participar, se limitan 
por situaciones de pobreza, fragmentación social, fal-
ta de recursos locales y débil trayectoria organizativa.
Los procesos de formación en contextos comunita-
rios son complejos, lentos; emprender procesos de 
organización comunitaria en contextos locales im-
plica contextualización, reflexión crítica, sistemati-
zación permanente y consolidación organizativa de 
equipos, que permitan avanzar con paso firme, sin 
desencanto, ante tropiezos, que no son pocos.
Es necesario afianzar la coherencia y consistencia 
entre procesos de planeación del nivel central y de 
ejecución de las políticas sociales sectoriales en el 
nivel local e institucional. La implementación es 
conflictiva y compleja, desborda los planteamientos 
institucionales, reclama construir emergencias orga-
nizativas y dinamizadoras.
Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 141
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
3.3. reConfiguraCiónde la intervenCión 
de trabajo soCial
Asumir crítica y estratégicamentelas políticas como 
condicionantes de la intervención permite contex-
tualizar y comprender cambios paradojales y avan-
zar en la resolución de dilemas que emergen en la 
intervención profesional. Es necesario evidenciar y 
problematizar las implicaciones epistemológicas, éti-
cas, políticas, sociales, instrumentales y funcionales 
de la intervención de trabajo social; trascender alter-
nativas instrumentales; sustentar la elección de téc-
nicas e instrumentos que operan como dispositivos 
metodológicos de la acción social, vinculados con 
concepciones y visiones de la práctica profesional y 
de la realidad social, en contextos específicos; aso-
ciarla con postulados teóricos y metodológicos.
En la reconfiguración profesional de Trabajo Social 
(Cifuentes 2009, 2009a y 2009b, 2010a),el instrumen-
tal o caja de herramientas (dimensión metodológica) 
se enmarca en las dimensiones ética y epistemoló-
gica: se asocia con la intención, concepción y opera-
cionalización; contribuye a la comprensión, control, 
evaluación y sistematización de las experiencias. 
El instrumental se construye permanentemente en 
el proceso de intervención; abarca técnicas, cono-
cimientos, competencias y habilidades, cambia de 
sentido, según los fines y propósitos políticos, socia-
les, institucionales y cognitivos de la acción social. 
Esta situación nos desafía a mantener posturas críti-
cas y creativas (Vélez, 2003: 95).
Las alteraciones en el mundo del trabajo plantean 
nuevas respuestas y renovadas instrumentalidades. 
La razón instrumental, afianzada en las políticas 
neoliberales, instaura relaciones sociales basadas 
en el efectismo (cálculo racional de resultados tan-
gibles y cortoplacistas), lesiona posibilidades de-
mocráticas de elecciones concertadas y colectivas. 
Requerimos transitar de lo instrumental (es decir 
la practicidad técnica en que se hace énfasis en la 
búsqueda de resultados inmediatos) a la definición 
de intencionalidades profesionales éticamente res-
ponsables y comprometidas con el conocimiento, las 
implicaciones del quehacer, el ser humano y la so-
ciedad; generar nuevas competencias profesionales 
para configurar legitimidades distintas a las simple-
mente operativas, requeridas por el mercado laboral; 
sin perjuicio de la capacidad técnica, de atender y 
anticipar las demandas. Necesitamos resituar las 
técnicas; construir alternativas viables y pertinentes 
a exigencias y ordenamientos alternativos a los del 
capitalismo salvaje (Vélez, 2003: 87).
Vislumbramos recortes de espacios laborales, tur-
bulencias, fragilidad relacional, aislamiento social, 
disminución de oportunidades sociales y aumento 
progresivo de desigualdades, como formas de exclu-
sión y desafiliación social;20 proliferan formas atípicas 
de contratación:subcontratos, creación de ONG de 
servicios, múltiples formas de trabajo independien-
te, marginal, inseguro, inestable, que dificultan cons-
truir proyectos profesionales y disciplinares. Luisa 
Benito y Marcos Chinchilla (2001) comentan la ten-
dencia desprofesionalizadora del trabajo social, que 
explican como un proceso tendiente a descalificar de 
forma premeditada el rango y competencia profesio-
nal, disminuir la calidad y cualidad que caracterizan 
una profesión de formación y trayectoria universi-
taria; esto incide negativamente en sus propuestas 
metodológicas de intervención, sus conocimientos 
particulares, los paradigmas epistemológicos y on-
tológicos que sustentan el cuerpo de conocimientos 
y la intervención, los métodos de investigación de 
la realidad, su capacidad de interpretación, identi-
dad profesional, principios filosóficos y valores éti-
cos. Esto se instituye con precarias condiciones de 
20 Castells plantea que la desafiliación incide en la disociación del 
vinculo social; no implica ausencia de relaciones sociales, sino una 
particular forma de relacionar con el conjunto de la sociedad (Vélez, 
2003).
142 / Rosa María Cifuentes Gil
Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010
trabajo, flexibilización de condiciones laborales de 
contratación y remuneración de la práctica profesio-
nal, enmarcadas en principios de competitividad y 
bajo costo de la mano de obra, condiciones propias 
de una economía que mercantiliza lo social.
Requerimos potenciar la creatividad y subjetividad; 
extraer rendimiento cognitivo generador de prác-
ticas reflexivas de retorno sobre y desde nuestras 
experiencias; actuar como sujetos de acción que 
construyen21 nuevas propuestas que recogen el sen-
tir y necesidades de actores involucrados en proce-
sos sociales;contribuir a configurar sujetos sociales 
y garantizar la pertinencia social de los proyectos y 
programas. Entender la complejidad de los procesos 
metodológicos, sus posibilidades como generadores 
de sentidos y estructuradores de interacciónreconfi-
gura el ejercicio profesional.
Propuestas soportadas en un instrumental revita-
lizado y reconfigurado a la luz de las necesidades 
y exigencias, en escenarios turbulentos y comple-
jos, posibilitan consolidar una profesión éticamen-
te responsable y socialmente pertinente; soportar 
el desarrollo teórico y metodológico en estrategias 
cualitativas, interactivas y proactivas, en enfoques 
contemporáneos y convergentes de actuación, con 
dispositivos que doten de sentido las relaciones so-
ciales y prácticas profesionales; establecer alternati-
vas éticas, políticas, estéticas y sociales, que aporten 
a la comprensión de lo social, al desarrollo del cono-
cimiento y al ejercicio de una profesión responsable 
y pertinente (Vélez, 2003: 96).

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