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121 Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias1 Fecha de recepción: 30 de julio de 2010 Fecha de aprobación: 21 de agosto de 2010 Rosa María Cifuentes Gil2 1 Derivado de las ponencias presentadas en: el XII Congreso Nacional de Trabajo Social, en 2007, en Medellín (Colombia), eje: Gobernabilidad, Políticas Públicas y Trabajo Social (“Aprendizajes sobre mediaciones en la implementación de po- líticas sociales. Lecciones aprendidas desde 4 experiencias: participación en salud, educación de adultos, observatorios de infancia y familia, plan decenal de educación Colombia”); el XIX Seminario Latinoamericano de Trabajo Social, Guayaquil, en 2009 (“De la reconceptualizacíón a la reconfiguración. Resignificación de la Intervención en Trabajo Social, aporte desde Colombia a la formación profesional en América Latina y el Caribe”); el Congreso internacional de evaluación y III Conferencia ReLAC reformas sociales evaluación y participación ciudadana en América Latina. Debates y posibilidades, en San José de Costa Rica, realizado entre del 28 al 31 de julio de 2010 (“Aprendizajes sobre mediacio- nes en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde 4 experiencias”). Las reflexiones que se comparten se han nutrido con discusiones en la cátedra Metodología Integrada, que oriento en el programa de Trabajo Social de la Universidad de La Salle desde enero de 2004. 2 Licenciada en Ciencias Sociales y en Educación Familiar y Social; Trabajadora Social y Magíster en Educación Comuni- taria; coordinadora de la revista Tendencias & Retos; docente del Programa de Trabajo Social Universidad de La Salle; y consultora de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún). Correo electrónico: investigacionbta@yahoo.com. 3 Concibo la mediación como una categoría dialéctica; no dentro del contexto de los mecanismos alternativos para abordar los conflictos en Colombia, donde es relativamente nueva, definida en la ley 446 de 1998: se promueven meca- nismos alternativos de justicia, que en el país cuentan con poco desarrollo institucional. El ejercicio de mediación en la construcción y consolidación de criterios o disposiciones institucionales, casi siempre definidas en ley, no aplica desde la experiencia que se aborda en la Secretaria de Gobierno (unidades de mediación y conciliación); en esos casos, el papel del mediador es de carácter pedagógico en la definición de ruta de abordaje del tema, reglas de comunicación y demás aspectos relacionados con la facilitación de un espacio de diálogo y comunicación respetuoso y horizontal o equitativo y no la intervención en las decisiones y contenidos de ésta. resumen En este artículo hago explícitas algunas lecciones aprendidas a partir de la sistematización de cuatro experiencias de acompañamiento a la implementa- ción de políticas sociales sectoriales (salud, educa- ción, infancia y familia) en Colombia, desarrolladas entre 1997 y el 2007. Evidencio mediaciones3 a ser trascendidas en la intervención profesional de Tra- bajo Social, al acompañar procesos de participación social, con el fin de repensar la intervención profe- sional en contextos sociales y comprender condi- cionantes y desafíos en la prestación de servicios sociales desde el Estado. Integro lavisión retrospecti- va y prospectiva de más de 13 años sobre la interven- ción de Trabajo Social. Las fuentes de las sistematizaciones fueron: regis- tros parciales (informes de cada actividad, reuniones de trabajo –contactación, planeación, coordinación, negociación; sesiones de acompañamiento, visitas, intercambios, narrativas, participación de actores so- ciales, diarios de campo, notas de trabajo–); registros de producto (planes, sesiones, materiales educativos, Tend. Retos N.º 15: 121-148 / octubre 2010 122 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 diagnósticos de participación, informes de inves- tigación); documentos relacionados con diferentes instancias (individual de cada integrante del equipo, colectivo en la coordinación del trabajo, interinstitu- cional sobre las negociaciones interestamentales), así como lecturas sobre los contextos y las temáticas. Son registros abiertos más que estandarizados, de carácter académico más que técnico formalista o tecnocrático, que posibilitaron reconstruir, analizar las experien- cias, construir materiales y consolidar informes.4 4 Cuento con archivos por profesional, por escenario y por proyecto; los informes de avance permitieron ir haciendo reconstrucciones, análisis parciales, confrontando puntos de vista: equipos dinamiza- dores, institucionales y comunitarios. Enriquezco la reflexión con desarrollos dela línea de investigación en construcción disciplinar en Trabajo Social de la Universidad de La Salle5 y el debate de cuatro foros del grupo sistematización de experien- cias de la ReLAC (2010).6 Palabras clave: intervención profesional, mediacio- nes, políticas sociales, participación social, sistema- tización. 5 Reconocido con categoría C en Colciencias Colombia. Investigacio- nes: Caracterización de la intervención de trabajo social (Cifuentes y otras, 1999) y Fundamentación de metodología integrada en Trabajo Social (Camelo y Cifuentes, 2006). 6 ReLAC es la Red de Seguimiento, Evaluación y Sistematización de América Latina y el Caribe. mediations in the imPlementation of seCtorial soCial PoliCies. lessons learned from the systematization of four exPerienCes abstraCt In this article I share lessons learned from the systematization of 4 experiences of support to the implementation of sectorial social policies (health, education, childhood and family) in Colombia, developed between 1997 and the 2007. I demonstrate mediations to be extended in the professional intervention of Social Work, when accompanying processes by social participation. Itcontributes to rethink the professional intervention in social contexts, to understand conditioners and challenges in the benefit of social services from the State. Integral the retrospective and prospectiva vision of more than 13 years, on mediations in the professional intervention of Social Work. The sources of the systematizations were: registries: partisans (information of each activity, meetings of work - contactación, planning, coordination, negotiation; sessions of support, visits, interchanges, narratives, participation of social, daily actors of field, notes of work). Product registries (educative plans, sessions, materials, diagnoses of participation, information of investigation). Documents related to different instances (individual of each member of the equipment, group in the coordination of the work, interinstitutional on the interestamentales negotiations), as well as in readings on the contexts and the thematic ones. They are open registries more than standardized, academic character more than formalista or tecnocrático technician, that they made possible to reconstruct, to analyze the experiences, to Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 123 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 construct materials and to consolidate information.I enrich the reflection with developments of the line of investigation in construction to discipline in Social work of the University of the Salle and the debate of 4 forums of the group Systematization of experiences of the ReLAC (2010). Keywords: professional intervention, social media- tions, policies, social participation, systematization. 1. reConstruCCión: exPerienCias, esCenarios, PartiCiPantes Trabajo da cincelar palabras de papel en la mente, en el corazón, y después ¡uf! obligarlas a encajar una por una en los renglones blancos, sin lastimarlas, sin lastimarlos; yse confía en que pulsándolas al oído de extraños tengan el sonido y el significado pacientemente acariciados: que el anhelado puente se tienda entre el autor y sus lectores y un fino –pero fuerte– eslabón los ate; que cuaje –hermoso– un momento de comunicación (el pago). En “Mi primera vez”, cuento de Des-pintando soledades, Ana Rosa Herrera Campillo, Bogotá, marzo de 1984 En las cuatro experiencias se promovió la imple- mentación de leyes y decretos derivados del proceso de democratización y modernización institucional en Colombia, escenario de políticas económicas neoliberales, procesos de “descentralización”, “de- mocratización institucional” y “participación social, materializados en la Constitución Política de 1991 y operacionalizados a nivel sectorial”.7 En todos los casos se evidencian desfases de tiempo entre la pro- puesta constitucional (1991), la formulación de la ley (1993 y 1994), la concreción de los decretos y los procesos de contratación para concretar lo ins- tituido (1997-2007); se contempla la participación social.8 Las experiencias se desarrollaron mediante contratos con entidades estatales distritales y na- cionales; las entidades contratistas evidenciaron ex- pectativa frente a la eficiencia, incidencia, impacto, cobertura (indicadores cuantitativos, lógica tecno- crática y burocrática). 7 Ley 100 de salud de 1993; decreto 1757 de 1994; ley 115 de educa- ción de 1994; decreto 3011 de 1996; ley de infancia 1098 de 2006. 8 La constitución consagra la participación como un derecho (art. 95). Diversas leyes sectoriales esbozan formas de participación; en sa- lud la ley 100 y el decreto 1757. El plan de desarrollo económico y social “Formar ciudad” (decreto 295 de 1995 de la Alcaldía Ma- yor de Bogotá) priorizó la cultura ciudadana, el progreso social y la legitimidad institucional y con ello el impulso a la participación ciudadana; diversas instituciones estatales impulsan este tipo de programas. 124 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 Tabla 1. Las cuatro experiencias: objetos, escenarios, participantes, desarrollos Núm. Objeto, entidad, periodo, duración Escenarios Equipo dinamizador, participantes Desarrollos 1 Formación para la participación de asociaciones de usuarios. Secretaría Distrital de Salud Bogotá (nivel distrital), Oficina de Participación Social, 1997. Implementación decreto 1757/94 de participación social en salud, mecanismo asociaciones de usuarios, 6 meses. Oficina de Participación Social, Secretaría Distrital de Salud Oficinas de Participación Social de 31 hospitales de 20 localidades de Bogotá (totalidad: I, II y III nivel de atención en salud). Universidad Pública: 1 coordinadora de proyecto (cuarto de tiempo), 1 coordinadora de trabajo de campo (medio tiempo), 4 promotoras, 2 promotores (medio tiempo 6 meses) Funcionarios de participación social, integrantes comunitarios de 31 hospitales. Talleres perspectiva pedagógica diálogo de saberes y metodológica de sistematización: 2 por hospital con usuarios, 62, 4 con funcionarios. Planear, validar la propuesta, analizar el proceso, elaborar materiales, desarrollar y coordinar con hospitales, sistematizar experiencia, en coordinación con nivel central y hospitales (nivel local). 2 Integración curricular en educación básica de adultos CLEIS. Secretaría de Educación de Bogotá (nivel distrital), 2000. Implementación de decreto 3011/97 de integración curricular, formación por ciclos en educación básica nocturna, 10 meses. Oficina de Subdirección de apoyo a la gestión académica, Secretaría Distrital del Distrito, rectorías y coordinaciones académicas de 25 de 62 colegios nocturnos de Bogotá hoy definidas en el sector educativo como IED (instituciones educativas), del orden nacionaldepartamental o distrital. Universidad Pública Equipo interdisciplinario: 3 trabajadoras sociales, 1 sociólogo, 1 filósofo, 1 maestro en bellas artes, 1 bióloga, 1 ingeniero, 1 diseñador industrial, 5 licenciados en educación, especializaciones en áreas del conocimiento. colegios distritales. Análisis contexto y curricular educación de adultos Bogotá, talleres de diagnóstico y capacitación a docentes, construcción de contenidos y propuestas para integración curricular, elaboración de UAF (Unidades de Autoformación) sobre Educación de Adultos, contexto y áreas conocimiento. 3 Acompañamiento al mejoramiento y visibilización de investigaciones de Observatorios de Infancia y Familia Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Subdirección de investigaciones (nivel nacional) 2004 a 2007. Tres contratos, 20 meses. Consolidar y visibilizar la información sobre producción de los OIF (informes de investigaciones). Subdirección nacional de investigaciones Direcciones regionales en los Departamentos Coordinadores locales (regionales de los Observatorios de Infancia y Familia OIF) Participantes en los OIF a nivel local, convocados en encuentros regionales 26 regionales de Colombia. 2 contratistas Funcionarios, representantes entidades estatales a nivel local, ONG, organizaciones de base, líderes. Desde la experiencia hacia la práctica; asumidos en diferentes regionales y centros zonales del país y municipios. Planeación, inventario de informes sede nacional, solicitud a regionales, diseño agenda visitas a regiones. Encuentros regionales, recuperación experiencias ISP, identificación productos, retroalimentación, ajustes, encuentro nacional de experiencias, entrega de memorias. Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 125 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 Núm. Objeto, entidad, periodo, duración Escenarios Equipo dinamizador, participantes Desarrollos 4 Moderación de 1 de 44 mesas de discusión: dignificación y profesionalización del profesorado, asamblea nacional plan decenal de educación, Ministerio de Educación Nacional, Campaña Viva la Ciudadanía (nivel nacional) 2007, 2 días. 1 Mesa de trabajo para construir plan decenal de educación sobre formación de educadores. ONG, 1 contratista (contrataron personas para coordinar cada mesa de trabajo); la ONG contaba con equipos logísticos y académicos para liderar el proceso. Discusiones, foros y mesas, por instancias, documentos de síntesis, publicación en página web. Discusiones, balance de avances con equipo MEN y campaña Viva la Ciudadanía, construcción del plan, afinamiento, consolidación, publicación en página web, implementación. Fuente: la autora. • Fuente de iniciativa: Entidades estatales de orden distrital en salud, educación y nacional en Fami- lia (ICBF) y Educación (MEN), a cargo de la plani- ficación sectorial de la política social. • Rol profesional: coordinación académica y de- sarrollo de proyectos en Universidad Pública Nacional desde la Maestría en Educación Comu- nitaria (experiencias 1 y 2, docente ocasional) y como consultoría particular (experiencias 3 y 4). • Las dos primeras experienciasse enmarcan en la transición de la lógica institucional de la univer- sidad pública que vende proyectos, desarrolla contratos; evidencia reconfiguración del sentido de lo público en educación superior estatal. • Dos experiencias tienen cobertura distrital en Bo- gotá y dos, nacional en Colombia. • En todos los casos se trató de contratos puntua- les, coyunturales y fragmentarios, para apoyar procesos estructurales de implementación de po- lítica social. Tabla 2. Categorías, referentes legales, desarrollos metodológicos y registro en las experiencias Núm. Algunas categorías Referentes legales Pro -a puestas metodológicas Estrategias Registro y documentación 1 Formación para la participación Solidaridad, sentido de pertenencia Vigilancia calidad de servicios, Deberes y derechosen salud Ley 100, 1993: reforma de la salud en Colombia Decreto 1757, 1994 Mecanismos de participación: Asociaciones de usuarios Diálogo de saberes Sistematización Diagnósticos participativos por hospital Talleres comunitarios con usuarios hospitales talleres con funcionarios hospitales Registros de reuniones de equipo, planeación y desarrollo de talleres, diagnósticos comunitarios, cartillas (una para usuarios y otra para funcionarios), informes de trabajo 126 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 Núm. Algunas categorías Referentes legales Pro -a puestas metodológicas Estrategias Registro y documentación 2 Integración curricular educación de adultos por ciclos Educación y pedagogía comunitaria Ley 115 de 1994: reforma de educación en Colombia, Decreto 3011de 1997 Educación de adultos, “por la Bogotá que queremos”: cobertura, programas educativos cortos, flexibles, y pertinentes Socialización y ajustes de un decreto, fundamentación curricular Talleres con directivos docentes, docentes, construcción y validación de materiales educativos Registro de reuniones de equipo, Informes de acompañamiento por institución, diseño y validación de UAF (unidades de autoformación), informes 3 Perspectiva de derechos, transformación cultural para el cumplimiento de derechos Constitución Nacional, protección integral, perspectiva de derechos Investigación social participativa Autorreferencia, interlocución, realimentación escritos Visitas de reconocimiento, talleres de recuperación; retroalimentación investigaciones Comunicación electrónica Encuentro nacional OIF Registro reuniones nivel institucional, local, comunitario, de equipo, informes de investigación, encuentro nacional de experiencias, informes, sistema información web 145 investigaciones, ubicación en página web ICBF. 4 Formación y profesionalización, dignificación docente Ley 115, planeación indicativa, plan decenal Planeación indicativa Planeación participativa Mesas temáticas de discusión Asambleas temáticas Asamblea general Investigación acción participativa Informe plan mesa de trabajo Página web MEN Fuente: la autora. Las reflexiones que se presentan en el artículo se en- marcan exclusivamente en las experiencias vividas y reconstruidas; no tienen pretensión de generaliza- ción, sino de comprensión de lo vivido. Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 127 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 2. interPretaCión: visiones reflexivas desde y sobre las exPerienCias En este apartado reflexiono sobre lo vivido y registra- do desde y sobre las experiencias, en mi calidad de trabajadora social encargada de la coordinación aca- démica y gestión de las experiencias. Retomo infor- mes elaborados en cada momento; de ellos, voces de los equipos que hicieron parte de cada experiencia, así como de usuarios y funcionarios de las entidades que participaron en éstas, para consolidar tejidos de miradas en torno a lo vivido. Integro reflexiones des- de la docencia y la investigación. Uno escribe a partir de una necesidad de comunicación y de comunión con los demás, para denunciar lo que duele y compartir lo que da alegría. Uno escribe contra la propia soledad y la soledad de los otros.[…] Somos lo que hacemos y sobre todo lo que hacemos para dejar de ser lo que somos: nuestra identidad reside en la acción y en la lucha. Por eso la revelación de lo que somos implica la denuncia de lo que nos impide ser lo que podemos ser. Nos definimos a partir del desafío y por oposición al obstáculo. Eduardo Galeano (1977) 2.1. formaCión Para la PartiCiPaCión de asoCiaCiones de usuarios en salud en bogotá (nivel distrital) En el primer momento fue contundente y definiti- va la resistencia de profesionales de las oficinas de participación de los hospitales, en su mayoría traba- jadoras sociales, interlocutoras en las localidades y mediadoras para contactar a los usuarios. Un aná- lisis realizado por el equipo dinamizador de la ex- periencia (desde la universidad) permitió aproximar comprensiones sobre sus reacciones: • Falsos supuestos: la Oficina de Participación So- cial (nivel central en el Distrito Capital de Bogo- tá), con la cual se contrató la experiencia, planeó el proceso, asumiendo que se habían conformado y existían las asociaciones de usuarios (AU); la universidad promovería su consolidación y pro- yección. La conformación y dinámica de las AU no se había cumplido en todos los hospitales; esto no se mostró con claridad al inicio, por temor a represalias institucionales. Fue necesario hacer explícito que la universidad no mantenía una in- tencionalidad evaluativa; ajustar el diseño de la propuesta formación para tres tendencias de aso- ciaciones de usuarios: 1. con dinámica en la que participan, además de la junta directiva, otros integrantes, con poder de convocatoria, acciones periódicas y, en ocasiones, posición crítica frente al hospital; 2. con funcionamiento centrado en integrantes de la junta directiva, se reúnen por convocatoria del hospital y apoyan actividades; 3. constituidas formalmente para elegir represen- tantes, en un proceso rápido, que imposibilitó asimilar deberes, derechos y funciones. No se ha- bían reunido. • Expectativas sobredimensionadas: la comunidad organizada no existe; implica un proceso diná- mico y permanente de convocatoria, animación, construcción y dinamización. El desconocimien- to e ideas imprecisas que tenían las funcionarias de participación social de los hospitales frente al trabajo de la universidad (esperar acompaña- miento permanente para conformar las asocia- ciones, no esperarlo); la insuficiente planeación concertada entre el nivel central (la secretaría de salud) y el local (los hospitales), y clarificación de límites y sentidos del trabajo, desencadenaron desencanto y resistencia. Se evidenciaron defi- cientes niveles de lectura, comprensión y apro- piación de la propuesta de acompañamiento que desarrollaba la universidad. 128 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 • Saturación de trabajo: la llegada de represen- tantes de la universidad pudo ser vista por las funcionarias de participación social de los hos- pitales como una situación más a atender en la multiplicidad de funciones; esto se evidenció en: incumplimiento de citas, prevención, resistencia pasiva, agresión. El manejo paralelo de otros con- tratos para dinamizar la participación local ge- neró sensación de sobrecapacitación y recarga a funcionarios y líderes de procesos comunitarios.9 • Denominación poco acertada de promotores co- munitarios en el equipo de la universidad; con este nombre se conoce en salud a “personas de la comunidad” que los funcionarios no visualizan como profesionales e interlocutores del trabajo; la reserva y desconfianza se expresó en escepti- cismo sobre la posibilidad de aprender de ellos; evidenció posiciones discriminatorias, contradic- torias con su rol de promotoras de la participa- ción, desde el reconocimiento y respeto de las diferencias. • Acogida y apoyo diverso para convocar y coor- dinar la organización de talleres educativos y trabajo comunitario; incidió en demorar la con- creción del proceso y en la calidad de los resulta- dos (recuérdese que se trataba de un contrato de 7 meses, para desarrollar 64 talleres y 2 materiales educativos). En la comunicación institucional se evidenciaron va- cíos, distorsiones, desconocimiento de las reformas y procesos de impulso de la participación, expresa- dos en: • Infraestructura. La inexistencia de mecanismos ágiles retrasó la comunicación entre Secretaría, 9 Usualmente las mismas personas participan simultáneamente en diversas instancias yprocesos locales. hospitales, comunidades y afectó el trabajo co- munitario. • Cultura institucional. Las informaciones circula- ban de forma lenta y en ocasiones poco oportuna. La ausencia del hábito de registro y sistematiza- ción dificultó la comunicación interna. Vacíos e imprecisiones en la información indicaron des- conocimiento de la norma, para cuya implemen- tación se hizo el contrato. • Efectismo. La tendencia a enfatizar en resultados, coberturas, puede implicar descuidar procesos. Se generan falsas expectativas sobre la situación y mediaciones en los procesos de participación; se tiende a magnificar hechos sueltos como asam- bleas y desconocer el carácter cíclico, contradic- torio, reversible de los procesos organizativos. • Desconocimiento de la participación. Insuficiente claridad en algunos funcionarios sobre conceptos y cambiantes procedimientos de participación comunitaria. Las condiciones laborales, sobrecarga de trabajo, multiplicidad de funciones en que se desarrollan las reformas institucionales, afectan a los empleados: ro- tación, traslados, vinculaciones recientes, puntuales, transitorias, poca permanencia en cargos, movilidad institucional, relaciones tensas, incapacidades mé- dicas, contrataciones a término fijo, en calidad de encargo. El peligro de ser removidas (trasladadas, retiradas) de sus puestos, la necesidad de concursar para continuar, deterioran el compromiso con el tra- bajo y la posibilidad de plantear abiertamente pro- blemáticas. La actitud o postura defensiva limita la comunicación abierta, la confrontación, el diálogo; reflexión sobre la práctica. Para promover la partici- pación se requiere procesos sostenidos y proactivos. En algunos escenarios, el estilo vertical de directivas afecta procesos de conocimiento, apropiación y de- sarrollo del trabajo comunitario. Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 129 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 Presión institucional sobre funcionarias de partici- pación. Desde el nivel central (Ministerio de Salud, Secretaría de Salud, Oficina de Participación Social), se exige constituir e implementar los mecanismos de participación, en un marco legal que ha variado, sobre el cual hay vacíos e inconsistencias. Ello se percibe a nivel local (oficinas de participación social en hospitales y asociaciones de usuarios) como re- carga; afecta la forma como se promueve y desarro- lla la participación: implementar órdenes de niveles superiores y centrales, sobre la marcha, con visión coyunturalista, sin suficiente sentido y potencial estratégico y político, así como holístico frente a la complejidad de la dinámica comunitaria local. Estos factores median en el desencanto y escepticismo: ¿cómo fomentar la participación, cumplimiento de derechos comunitarios, si el profesional se asume en la perspectiva de “sostenerse” en el puesto? Debo cumplir muchas funciones: participar a nombre del hospital en la red del maltrato, el comité interinstitucional y el consejo local del gobierno; soy del grupo de planeación del hospital […] Si los directores se comprome- tieran y me dejaran más libre, podría sólo con lo de participación comunitaria. En últimas no existe voluntad para promover la parti- cipación; ésta y la concertación quedan en el papel (trabajadora social, talleres con funcio- narios, 1997). La situación en que estamos como mediado- ras de procesos comunitarios hacia fuera y nuestro rol en la institución es complicada. Tenemos que desarrollar capacidad visiona- ria en este momento crítico. La comunidad cuestiona y nosotros como funcionarias nos cuestionamos; vemos avance en el trabajo comunitario, porque las comunidades pre- guntan. En la medida en que dinamicemos procesos afuera y no preparemos adentro el hospital, vamos a generar caos. Requerimos más equilibrio, visión para decirle al director: la comunidad demanda estos avances; para ir orientando procesos comunitarios. Con no- sotros o sin nosotros eso se va a dar.Prefiero que sea con nosotros y mejor […] Tenemos la ventaja de ponernos en los 2 arcos del partido: si le hacen gol a la institución ganamos como comunidad y se le hacen gol a la comunidad, ganamos como institución. Somos el árbitro. Es una ventaja y por eso nos pagan (trabajado- ras sociales, talleres con funcionarios, 1997). (negritas fuera del texto) Presiones comunitarias. Los representantes de las comunidades y pobladores expresan intereses, in- conformidades, exigencias relacionadas con los servicios. Las funcionarias se sienten en medio de dos bandos. En sus decisiones y acciones median posiciones éticas, condiciones laborales e institucio- nales, perspectivas personales, la trayectoria comu- nitaria profesional y organizativa local. Diversas visiones sobre la participación según posi- ciones, condiciones, intereses, posibilidades, que se expresan en lo que dicen y hacen, en la forma como asumen el liderazgo, la orientación o participación en procesos de organización. Se destacan la perspec- tiva institucional y la comunitaria, las posiciones de profesionales que tienen contacto con los poblado- res, y quienes no (funcionarios administrativos de nivel central e institucional). La participación se asume como: garantía de mercadeo de servicios de los hospitales, proceso legal, desde el cual se des- conocen las vivencias cotidianas como posibilidad de construcción de sentidos; trabajo no remunera- do, gratuito, remedial, compensatorio, que limita la consolidación de propuestas organizativas. Activida- des satélites de los procesos de trabajo. Autogestión. Varios líderes pertenecen simultáneamente a diver- sos espacios de participación, por situaciones de 130 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 desempleo, subempleo, vocación; expresan nece- sidad de reconocimientos tangibles en tiempo, ser- vicio, dinero para su trabajo comunitario. Solicitan respeto y cumplimiento, en especial ante la satura- ción de capacitaciones. La norma habla de trabajo “voluntario”. Conflicto de intereses. Según la posición de quien participa, se fomentan intereses personales y colec- tivos; aunque “todos estén hablando de lo mismo”, pueden significar horizontes distintos; la participa- ción es percibida como amenazante. Las tensiones limitan el desarrollo de actitudes de pluralismo, res- peto, autonomía para confrontar, debatir, tomar de- cisiones y ejecutar proyectos por parte de diversos actores. […] vamos a encontrar contradictorias las formas de entender y operacionalizar la par- ticipación. Para los actores dominantes la participación se entiende en términos de le- gitimar las ideas y programas concebidos y formulados por ellos y se debe manifestar en lo necesario y suficiente para cumplir objeti- vos previamente definidos, casi siempre con una racionalidad, la técnica, que supone que los objetivos sociales son posibles de prede- terminar y que su cumplimiento depende de la ordenación en el tiempo y el espacio de unos medios y recursos y que presume que todo sucede como si un gran reloj social orga- nizara las actividades sociales. Para los actores dominados, la participación implica oposición y supone cambios significa- tivos en las relaciones y distribución del poder, comprendido éste en una excepción ampliada que involucra no solo lo propiamente políti- co, sino lo económico y más ampliamente lo social, es decir, cómo decidir sobre su propio futuro sin que los “que saben, los técnicos, se lo señalan de antemano a partir de sus propias utopías” (Vargas Velásquez, 1987:27). 2.2. aComPañamiento a la imPlementaCión de integraCión CurriCular en eduCaCión de adultos en bogotá (nivel distrital) Integrantes del equipo dinamizador de la experien- cia, departe de la Universidad, reflexionaban al fi- nalizar el contrato que, desde el nivel central, con racionalidad “eficientista”, se busca, en concordan- cia con el modelo neoliberal, racionalizar y evaluar diversos procesos y actividades por resultados; sin embargo, las condiciones del entorno, del proceso, del clima, de los sujetos, no propician el cumplimien- to de esas expectativas. Se llevan a cabo procesos de planeación técnica y se espera evaluar resultados de acuerdo al desarrollo de los planes, pero no se dis- pone de condiciones suficientes y necesarias para la ejecución. La implementación es más que una traduc- ción mecánica. Se empieza a ver como proceso continuo, con conversiones, y no sólo como medio para alcanzar metas; como mecanis- mo para que los actores logren los objetivos; es continuación del juego político de la formulación, pero con otros actores, que ge- neralmente están en desventaja. En los países en desarrollo gran porción de manifestación de exigencias, individuales y colectivas, la representación de intereses, aparición y reso- lución de conflictos, ocurren en la etapa de ejecución de las políticas […] […] La formulación de la política se percibe como etapa crítica; se piensa que la imple- mentación consiste en administrar lo que ha sido decidido. Si la implementación fracasa, las explicaciones refieren una administración Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 131 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 ineficaz o falta de voluntad política […] algu- nos estudiosos sostienen que en los países en desarrollo la implementación es con frecuen- cia el aspecto más crucial del proceso (Duarte, 1997: 262). Estamos exigiendo cumplimiento del tiempo escolar. Les aplicaremos parámetros. Saldrán maestros de las instituciones por esta razón. Están desmotivados (Reunión coordinación interinstitucional, 2000). La institución y los docentes en estos momen- tos no poseemos ni los recursos ni el tiempo para dedicarnos a un proceso juicioso de ela- boración de perfiles (Docentes, taller, 2000). En las entidades centrales se manifestó interés en “manejar lenguajes comunes” referidos a las polí- ticas institucionales,10 pero las condiciones tem- porales, coyunturales, puntuales de los contratos, lo ambicioso de sus objetos y la diversidad de en- tidades que los ejecutaban, lo imposibilitaban. Se busca, en medio de la dispersión, acopiar informa- ción sobre desempeños en las instituciones locales (instituciones educativas), para proyectar la toma de decisiones; ello implica, en un contrato académico asumido desde una universidad pública, se pretenda que asuma acciones de índole administrativo que no le competen como contratista y desvían el desarrollo de responsabilidades de la entidad estatal. Sobre esta situación se reflexionó en el equipo dina- mizador de la experiencia: Estamos mediando entre las lógicas centrales que emanan la política, desde criterios de efi- ciencia, cobertura, impacto y la lógica de las bases, los colegios, rectores, maestros, que se 10 Aunque no se hizo una inducción al equipo dinamizador de la uni- versidad, al iniciar la ejecución del contrato. resisten, se sienten no consultados. Somos universidad pública trabajando, desde crite- rios de responsabilidad social, con lo público. ¿Cómo nos posicionamos ante el poder, ante el saber y ante el tercero excluido entre los dos? Entre la lógica de las bases y la de la Secre- taría, está la Universidad, que no representa solo a las bases ni a la SED. Es indispensable reconocer la lógica discursiva, de actuación, organizativa: analizar el caso como búsque- da. ¿Cómo se da un proceso de emergencia de voluntad colectiva que se pronuncie? Entre el atropello de arriba y el tropel de abajo, des- de una actitud esperanzada. La construcción teórica y metodológica debe agarrar con las manos los procesos vivos, potenciar autono- mías (Reunión equipo, 2000). Los discursos de democracia y autonomía se homo- genizan en los procesos educativos, por la vía de la evaluación: al cambiar los sistemas de evaluación, no queda opción “voluntaria” a formar de maneras que no aportan insumos a los logros evaluativos es- perados. Faltó observar las implicaciones de un pro- ceso gradual de construcción curricular: el proceso de acompañamiento fue paralelo con otros contratos para construir lineamientos curriculares, desde un nuevo enfoque: evaluación de competencias; impli- có transposición de lenguajes (evaluación por logros a evaluación por competencias, sin suficientes nive- les de fundamentación, apropiación), improvisacio- nes y poca credibilidad en el vertiginoso cambio de las políticas sectoriales y centrales. Una institución de carácter central asume o se con- centra en la función de planificación de la política educativa, delega y fragmenta la ejecución (ONG y universidades). Desde el nivel central se siguen pre- tendiendo resultados homogéneos, según indica- dores de evaluación que no fueron propuestos, por los que ejecutan la mediatización de la política, ni por las instituciones educativas, sujetos, actores del 132 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 desarrollo de políticas. Documentar y reflexionar so- bre factores de contexto y condiciones que afectan la ejecución, posibilita cualificar la evaluación de procesos. 2.3. aComPañamiento a la visibilizaCión de investigaCiones soCiales PartiCiPativas en observatorios de infanCia y familia (oif), Colombia (nivel naCional)11 Si los intelectuales no son necesariamente decisivos, tampoco sin ellos podrán las clases trabajadoras hacer la revolución, mucho menos hacerla contra ellos. Eric Hosbsbawm La historia de los observatorios sociales se relaciona con el seguimiento de políticas gubernamentales re- feridas a grupos poblacionales. La propuesta deviene de las ciencias naturales (observatorios astronómi- cos). El equipo gestor de la experiencia (funciona- rios de nivel nacional en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) rescató la perspectiva de desa- rrollo humano, encaminada a procesos de reflexión, autorreferencia, comprensión de la sociedad, para mejorar el servicio y transformar la sociedad. Dos consultoras desarrollamos el acompañamiento desde el enfoque de Investigación Social Participativa para la producción, sistematización y divulgación del co- nocimiento construido en los OIF. Mediaciones en la escritura de investigaciones so- ciales participativas. Es difícil concretar las inves- tigaciones, sus procesos, resultados, reflexiones y aprendizajes; en los procesos de investigación y es- critura de sus productos se evidencian tensiones de diversos órdenes: 11 Sobre este tema se publicó el artículo “Investigación social partici- pativa en observatorios de infancia y familia en Colombia”, de Luz Estela Valenzuela Camacho y Rosa María Cifuentes, en la revista Tendencias & Retos, N.o 12, 2007. • En la tradición de la formación investigativa, des- de esquemas empírico-analíticos, se hace énfasis en descripciones y datos, o se sobredimensionan teorías y conceptos. Se valora el dato en detri- mento de su contextualización, comprensión y significación, según las categorías de actores par- ticipantes en las experiencias y los momentos y condiciones en que se construyen las informacio- nes. No ha sido fácil trascender esa lógica, para valorar narraciones, diálogos, imaginarios. Se requiere formación permanente de diversos ac- tores sociales en torno a las lógicas, sentidos y productos de la ISP en los OIF, aunque desde la perspectiva de la División de Investigación, del ICFB se esperan “productos de investigación”. • Las condiciones de trabajo en entidades dedica- das en primera instancia a la prestación de servi- ciossociales no son óptimas para la investigación y para la escritura. Un país que dedica menos del 2% de su presupuesto anual a la investigación es indicio de tal situación. Se generan tensiones y desafíos para quienes asumen la investigación. En ocasiones a escala regional, local y zonal la estructura institucional no ha logrado suficien- te sensibilización y concientización sobre la trascendencia y relevancia de la investigación y la escritura; no se propicia la consolidación de equipos, no se viabiliza la reasignación de activi- dades de funcionarios, para dedicarse a la inves- tigación; se cuestiona que los servidores públicos “se metan en esa perdedera de tiempo”. • Vivir en una sociedad que ancestralmente ha pri- vilegiado la cultura oral implica insuficiente co- nocimiento y manejo de estrategias en torno a la escritura de la vida, de la cotidianidad, objeto de los OIF. • El tiempo que demanda la escritura de informes de investigación ha llevado a buscar, en los con- textos locales, actores que contribuyan a dina- Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 133 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 mizar los procesos de indagación e impulsar su escritura, situación que puede incidir negativa- mente en el reconocimiento y visibilización de los procesos vividos. • La tensión entre procesos y productos en la In- vestigación Social Participativa: la vivencia del proceso de reflexión, de encuentro, de diálogo de saberes se da en la cotidianidad, en la oralidad, en la lúdica. Por el contrario, los procesos de es- critura, en especial de informes de investigación, se forjan en espacios de concentración, rigurosi- dad, sistematicidad, disposición para la lectura y reescritura, diferentes al lugar de encuentro, par- ticipación, diálogo y construcción colectiva que convoca el OIF. • Al escribir informes de investigación se plasman apreciaciones, percepciones, opiniones, senti- mientos, significaciones de diversas categorías del actor; esto implica responsabilidad social para quienes escriben: obtener el consentimiento informado, proteger la identidad de las fuentes, preservar la vida y honra humana, por encima de la comunicación del conocimiento que se construye. Dada la diversidad de niveles de for- mación, no todos pueden escribir los informes. Como en la participación, no todos pueden estar en todo. • Escribir implica un proceso de composición con algún grado de originalidad: tener en cuenta el propósito y los posibles lectores. Lo oral y lo es- crito tienen reglas diferentes. El lenguaje oral es multidimensional y ligado al contexto. El escrito debe ser explicativo, autorreferencial. La escritu- ra cumple más funciones que comunicar; como actividad intelectual, posibilita el descubrimien- to, recuerdo, organización del pensamiento, clasificación, evaluación. Escribir es complejo; implica demandas simultáneas. • En la Investigación Social Participativa no todo se reduce a información: hay aspectos, vivencias, acciones y reacciones que no recorren comple- tamente el cerebro; circulan desde los impulsos. Nunca un escrito dará cuenta de todas las viven- cias, significaciones, procesos y aprendizajes des- encadenados (Villasante, 2002:54). Todo esquema es una reducción conceptual de lo que queremos comunicar; la mediación escritural es corta para dar cuenta de procesos investigativos en torno a interacciones sociales. La constitución y desarrollo de los OIF se puede comprender en un entramado paradojal: se crean y existen como un discurso plural, abierto, convo- cante, a la vez como práctica que persiste y resul- ta contrahegemónica; tienden a desarrollarse como iniciativa que resulta en contravía de pretensiones de estandarización y establecimiento de parámetros promovidos internacionalmente desde predominan- tes enfoques de gestión de la calidad en investiga- ción y en el marco de la normativa y administración institucional. Como procesos sociales se pueden comprender en el marco de enfoques y diseños com- plejos, en medio de incertidumbres, contingencias, emergencias; constituyen una iniciativa que se man- tiene desde lo local, sin lograr institucionalización suficiente:12 1. La estrategia OIF tuvo cambios en la ubicación en la estructura programática institucional, que incidieron en la fluidez de la comunicación y confianza en el proceso13. Al pasar de la Subdi- 12 La base de este apartado es la relatoría del primer día de Encuen- tro Nacional OIF desarrollado por el ICBF, en septiembre de 2005; participaron 68 servidores públicos de 38 regionales y agencias del ICBF. Ésta fue escrita por el Dr. Gabriel Jaime Otálvaro. 13 2004 y 2005, modalidad de Acciones de Investigación Social Partici- pativa en el subproyecto de Asistencia Técnica para la articulación y coordinación del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, comple- mentaria a modalidades de formación y gestión de este subproyecto; en el 2006 continua bajo la modalidad de Investigación Social Par- ticipativa en el programa 131, subproyecto soporte a la gestión, conserva los dos primeros objetivos y adiciona el de identificar con las comunidades, las necesidades y características del servicio pú- blico de bienestar familiar como diagnósticos sociales participativos 134 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 rección de Promoción y Fomento a la de inves- tigaciones, fueron desmembradas sus estrategias correlativas y los equipos de servidores públicos. En la Subdirección de Investigaciones se privile- gia, para los OIF, la producción de conocimiento social (formalización, sistematización, escritura, comunicación, visibilización del conocimiento como producto). Esta condición difiere de la con- cepción inicial; privilegiar procesos de sensibili- zación de servidores públicos, construcción de sentido al reflexionar sobre la realidad, socializar el enfoque de derechos. Tendió a desdibujarse el sentido reflexivo, problematizador y de construc- ción de tejido social en torno a la vulneración de derechos de la familia y la infancia,como proceso de investigación. Al provenir de procesos de par- ticipación de base en que se promueven procesos sociales participativos, los participantes pudie- ron sentir que en la nueva lógica “se privilegian los productos contra procesos”. 2. Disyunción entre investigación e intervención: el cambio de lineamientos técnicos para la finan- ciación de proyectos de investigación OIF res- tringe posibilidades para financiar alternativas derivadas de los OIF, procesos de formación y capacitación en torno a estos. Lo anterior generó confusión, desconcierto, incertidumbre y nece- sidad de aprendizajes en torno al significado de construir y lograr la aprobación y financiación de este tipo de investigaciones. Se evidenció dificul- tad para que los productos de la ISP se conectaran para el desarrollo del Sistema Nacional de Bienestar Familiar SNBF; mantiene el carácter participativo de los Diagnósticos Sociales Si- tuacionales y su aporte a la articulación; en el 2007, se ubica en el programa 410 Investigación Básica Aplicada a Estudios, subproyec- to 06 Investigación Social. En 2007 los cambios se evidencian en el título del Subproyecto: se suprime en la investigación social la palabra participativa, en las acciones se remplaza por Investigación social regional. Se mantiene la identificación de necesidades con la comunidad, permitiendo continuidad a la elaboración de diagnós- ticos situacionales participativos consecuentes con el mandato de la ley de la Infancia en que se delega al presidente, gobernadores y alcaldes, durante los cuatro primeros meses, realizar el diagnóstico de la situación de la niñez y la adolescencia, e incorporarla en el Plan de Desarrollo. con nuevas intervenciones, en tanto lastradicio- nales no se enmarcan en diseños flexibles. 3. A nivel conceptual y metodológico se identifican dificultades para distinguir estrategias, enfoques y acciones (conceptos inherentes al OIF y proce- sos de investigación e intervención social). Esto evidencia el desafío de formación y capacitación permanente, disciplina y rigor, para llevar a cabo las investigaciones sociales participativas. 4. En tanto los procesos administrativos que direc- cionan el desarrollo de los OIF se sigan orientan- do desde la lógica vertical, tradicional de gestión institucional gubernamental y no se logren cons- truir y desarrollar en coherencia con enfoques inherentes al observatorio, se dificultará generar acuerdos entre diversos servidores públicos: las concepciones y experiencias de quienes conocen y apropian la experiencia en el nivel local son di- ferentes a la de quienes lo coordinan, financian y evalúan a nivel regional y nacional. 5. Cuando la totalidad de las acciones desarrolladas en los OIF no se incluyen en la programación de los servidores públicos, quedan a merced de la buena voluntad, el compromiso y tiempo libre de quienes las dinamizan; esto atenta contra la sos- tenibilidad, institucionalización y legitimación de la estrategia. 6. La participación como proceso de construcción colectiva del conocimiento riñe con la escritura como construcción de productos de conocimiento- de procesos de participación e interacción social. Es necesario avanzar y proyectar procesos de in- vestigación, intervención y transformación social promovidos desde los OIF. Con la estrategia OIF se han abierto espacios que han llenado las expectativas y cubierto necesidades en diversos contextos, a partir de múltiples expe- Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 135 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 riencias desarrolladas; los ciudadanos los han apro- piado. Aún es deficiente el conocimiento sobre sus mediaciones, desarrollos y balances; se cuenta con versiones fragmentadas, desarticuladas, uso disper- so de recursos, atomización, falta de credibilidad y cruce de información. Los OIF han posibilitado convocar y dinamizar el Sistema Nacional de Bienestar Social, incidir en la construcción de política local en torno a situaciones de la infancia. La revisión de 145 investigaciones sociales participativas recuperadas en 26 regiona- les14 permitió aproximar temáticas documentadas: proyección institucional del ICBF en el Sistema Na- cional de Bienestar Familiar, en la atención de la in- fancia y la familia; promoción de la perspectiva de derechos; desarrollo de diagnósticos situacionales que dan cuenta de reflexiones de servidores públi- cos en torno al servicio que prestan, contribuyen al desarrollo institucional y de la política social. Hay diversidad metodológica, conceptual y procesual, por sus dinámicas internas, historias, procesos de acompañamiento y resultados. 2.4. moderaCión de mesa Para Plan deCenal de eduCaCión del ministerio de eduCaCión (nivel naCional) El Ministerio de Educación Nacional convoca, para los procesos de planeación, las discusiones sobre propuestas plan, por diversas estrategias: mesas de trabajo locales, foros virtuales. Esta información se va consolidando y se pone en discusión en una asamblea nacional, que dura 3 días. A ella asisten representantes de regiones, sectores, poblaciones di- versas. Estas se desarrollaron en agosto de 2007 en Bogotá. Las deliberaciones de más de 1.500 perso- nas durante un fin de semana buscaban construir 14 Productos construidos colectiva, participativamente, por diversos actores, con la perspectiva de incidir en la construcción de política pública a nivel local, más que de investigaciones formales. un consenso nacional que recogiera acumulados de información construida desde voces ciudadanas, du- rante más de 8 meses. El carácter indicativo del plan, junto con la decisión en la asamblea final, de nom- brar una comisión para finalizar la redacción del do- cumento, por cuanto lo construido “no era un plan”, dejó sinsabores, escepticismos y sensaciones de des- gaste de los procesos de participación, que ameritan discernimiento, reflexiones, seguimiento en torno a este tipo de convocatorias. 3. PotenCiaCión: leCCiones aPrendidas desde y sobre las exPerienCias En este apartado consolido una mirada global, retros- pectiva y prospectiva, sobre reflexiones construidas en cada momento, por cada equipo, en y desde cada experiencia. Se trata de volver al pasado, pensando en el futuro, como aporte a tejer, comprender y proyec- tar procesos de intervención profesional de y desde Trabajo Social, en la perspectiva de afianzar su rele- vancia y pertinencia social y de aportar luces a la re- flexión sobre estos procesos sociales y profesionales. 3.1. mediaCiones en la imPlementaCión de PolítiCas soCiales En Trabajo Social se pueden asumir las políticas sociales como un condicionante de la intervención profesional (Cifuentes y otras, 1999); para compren- derlas es necesario relacionar los contextos, refe- rentes legales y propuestas institucionales, con las necesidades, demandas sociales; las opciones per- sonales y profesionales. La política se relaciona con un proyecto de sociedad, que se concreta en políticas sociales, programas de gobierno y ofertas institucio- nales. Los trabajadores sociales nos relacionamos con políticas sectoriales e institucionales que im- plementamos con poblaciones que atendemos; operacionalizamos formas de gestión social; asumi- mos la protección y prevención, desde posiciones 136 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 institucionales y políticas institucionales, más que como procesos generados a partir de la profesión o de la disciplina. La implementación de políticas sociales es una prác- tica multideterminada por variables sociales (Casti- llo, 1986); en este proceso, inciden factores exógenos a la institución, usuarios y profesionales: el medio institucional, sus criterios, recursos, experiencias, el tipo de problemática atendida, el desarrollo teóri- co metodológico de las ciencias sociales; rasgos que cambian en el tiempo; las formas de proceder de los usuarios que afectan las modalidades de atención (Maldonado, 1992). “La norma no se constituye linealmente; su análisis implica procesos de reconstrucción; las políticas pú- blicas y sociales requieren interpretación […] para analizar la eficacia de una ley, hay que trascender la propia ley” (Matus, 2002). El análisis de contex- to posibilita establecer condiciones de posibilidad, para trascender los planos del voluntarismo y escep- ticismo. Reflexiones críticas posibilitan analizar me- diaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. El concepto mediación posibilita comprender procesos cambiantes, dinámicos, inacabados, que se transfor- man mientras los conocemos e intervenimos; permite comprender la compleja procesualidad social. Las mediaciones son expresiones históricas de las re- laciones que el ser humano edifica con la naturaleza; la sociedad, corrientes y formas sociales que la his- toria registra. La mediación es una categoría dialéctica del Materialismo Histórico para alcanzar el co- nocimiento a partir de conexiones que dan cuenta de problemas de conocimiento in- mediato y mediato. Se inscribe sobre nexos lógicos, sobre realidades y asume un papel vertebral en la compresión de procesos socia- les […] Retoma la fenomenología del espíritu, el descubrimiento de que el ser humano es re- sultado de su automediación con la naturaleza […] Las mediaciones creadas históricamente en las complejas relaciones hombre, mujer- naturaleza, son indicadores del punto de vista histórico-social […] con […] alto poder dedinamismo y articulación […] posibilidad de trabajar en perspectiva de totalidad (Nobre, 1995). No puede existir una naturaleza, una sociedad, un objeto que no sea resultado de mediaciones […] la mediación es una categoría objetiva y ontológica […] presente en cualquier realidad independientemente del sujeto (Lukács Bem, citado por Nobre, 1995). El concepto mediación permite dar cuenta de articu- laciones de totalidades parciales para comprender la procesualidad social, desde la singularidad de cada experiencia, la universalidad que condensa; la par- ticularidad que da sentido al proceso de implemen- tación de las políticas. En las interacciones legales, institucionales y comunitarias de las experiencias reconstruidas, se identifican dos tipos de mediacio- nes: facilitadoras (permiten alcanzar los objetivos y metas propuestas) y obstaculizadoras (oponen resis- tencia al cambio, en detrimento del desarrollo social y local). Paradójicamente se desencadenan reformas en el contexto político; nuevos tipos de Estado en lo político-administrativo; la descentralización implica participación para movilizar recursos y gestar formas organizativas. El espíritu “participativo” demanda propósitos comunes de diversos actores y condicio- nes sociales; es difícil lograr la cohesión como socie- dad, nación, y Estado.15 15 Sobre estas tensiones se ha avanzado en la construcción de un esta- do del arte latinoamericano: “Las paradojas de la participación ¿Más Estado o más sociedad?”, elaborado conjuntamente por ONG y uni- Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 137 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 Mediaciones facilitadoras. Procesos de reforma cons- titucional en América Latina permiten afirmar que el ordenamiento jurídico se basa en decisiones de la voluntad popular (Muñoz, 1995). Desde la normati- vidad se reconoce y promueve la participación y au- tonomía; la política social deriva en leyes, decretos, estrategias, programas, proyectos, lineamientos de planeación sectorial, nacional, local, institucional, en que se espera evaluar resultados de acuerdo a los planes. En los ochenta se revaloriza la democracia en sus estatutos formales, instituciones e instrumentos; la sociedad civil, como espacio de las organizaciones y aspiraciones de los ciudadanos, cuyos intereses deben ser representados, como garantía de los prin- cipios del Estado social de derecho y del control de los desbordamientos del poder individual, social y político.16 Se asume la participación para construir nuevos tiempos con mayores potencialidades (Villa- sante, 2002: 44-45). Mediaciones obstaculizadoras. Paradójicamente, no se dispone de condiciones necesarias y suficientes para la ejecución, etapa en que se rompe con muchos presupuestos; las condiciones de implementación y desarrollo sectorial, institucional, local, dificultan, asumir la autonomía y participación. ¿Es posible una política sin noción de bien público? “El sistema ca- pitalista genera desigualdad, mientras que la política social busca generar igualdad” (Santana, 1987). Desde la perspectiva marxista, “la crisis es constitu- tiva de la dinámica capitalista (Netto, 2005:31). El Estado ocupa una posición subalterna en la actual crisis de coyuntura, dominada por la racionalidad del capital. No tiene cómo sobreponerse a factores versidades; y el estado del arte en Colombia: “Los estudios sobre la participación”, escrito por Leopoldo Múnera. 16 En algunos países de América Latina (Brasil, Argentina, Chile, Uru- guay, Bolivia) se trata de recuperar las normatividad democrática arrebatada por el autoritarismo militar; en otros, como Colombia, de revalorizar los instrumentos y los hábitos de la democracia formal y de reconocer constitucionalmente sus principios para instituir po- sibilidades legales de participación, libertad e igualdad jurídica y social (Constitución de 1991). que determinan el orden social; al tiempo es llamado a interferir en ella y a cumplir con funciones de regu- lación que se mantienen, de modo marginal. En las políticas sociales, las agencias internacionales (G8, organismos multilaterales, bilaterales, etc.) imponen reglas al funcionamiento del Estado. En países como Brasil, Argentina, Uruguay y últimamente Chile, adquieren una dinámica social, cultural, industrial e institucional más moderna, con un perfil cosmo- polita que permite integrarse al mundo globalizado, pero el aparato estatal se supedita a grupos de in- terés económico y a políticas internacionales17 que exigen “ajustes fiscales”, “reducción del gasto públi- co” y “privatizaciones” con las que supuestamente se lograría estabilidad en la economía y las finanzas del país; esto desató graves consecuencias en países como Argentina18 y Uruguay entre el 2001 y el 2002. Nuevos modelos de crecimiento económico, políti- cas neoliberales, en el contexto de la globalización, ocasionan transformaciones en la conformación, constitución y proyección del Estado; comprometen el tema social. Se desdibuja progresivamente y hasta desaparece el estado de bienestar. La libre circulación del capital a nivel nacional e internacional propicia el juego de las fuerzas del mercado, asumidas como mecanismo de redistribución de bienes y servicios; se afecta las demandas sociales, niveles de inver- sión, empleo y consumo de sectores medios y bajos. El progresivo debilitamiento de las políticas sociales, incumplimientos y provisión social del Estado, arti- culadas a la pobreza en expansión, constituyen fuen- tes de reivindicaciones sociales (Conets-Icfes, 2004). Un fenómeno radicalmente nuevo, pone en cuestión por primera vez la primacía del 17 Los países de América Latina firmaron el Consenso de Washing- ton. La primera formulación fue hecha por John Williamson; en este documento se presentan “reformas” en diez temas de política econó- mica. 18 Junto con las “reformas” asumidas por el Estado, la crisis evidenció la corrupción y los malos manejos administrativos y financieros co- metidos por sus gobernantes. 138 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 Estado como unidad de la acción social y como unidad de análisis… requerimos una com- prensión renovada de los parámetros reales y el alcance temporal de múltiples formas so- ciales de participación en la inserción social... una comprensión cabal de las continuidades estructurales. Ser proactivos al comprender el cambio social no es fácil. Es punto de parti- da identificar la unidad básica del cambio… para definir conceptos sólidos desde el pun- to de vista teórico, conviene centrarse en los procesos más que en los resultados… para comprender el cambio macrosocial… no se puede medir en forma directa los procesos, sino obtener información sobre los resultados en un momento […] medimos fenómenos emergen- tes de la dinámica social […] la mayoría de datos que requieren las ciencias sociales son de tipo relacional […] (Richard E. Lee y otros, 2005: 10, 14-15). Al cambiar la noción de Estado, hay exigencias cre- cientes de transnacionalización, de competencia seg- mentada; explosión de demandas, criterios, normas, que hacen que las formas de marginalidad se diversi- fiquen y acentúen (Matus, 2002: 35). En la implementación de políticas sectoriales se desencadenan dinámicas de participación y empo- deramiento, procesos locales y regionales, que nos desafían aconocer y afianzar la gestión institucio- nal, generar reflexión crítica en torno a la gestión, la dinámica social de diversos grupos poblacionales; construir conocimiento emergente en y sobre la di- námica social. Las políticas existen como discurso y como prácti- ca; se convoca la participación social; se suscitan contradicciones. Los procesos de participación tien- den a desarrollarsecomo iniciativa que resulta en contravía de pretensiones de estandarización y es- tablecimiento de parámetros internacionales, desde enfoques de gestión de la calidad, en el marco de la normatividad y administración institucional; llegan a convertirse en contrahegemónicos. En el contexto actual se agudiza la nueva cuestión social: amplias capas de población pierden seguri- dades, se deteriora el tejido relacional, ocurren se- rias transformaciones en la sociedad: las reformas sociales y laborales modifican marcos normativos; se traslada la responsabilidad social del Estado a or- ganismos privados. La protección social antes ligada al trabajo se desdibuja en el marco de la desestabili- zación de las políticas sociales. La mercantilización de la política social desdibuja lo público, particulariza el derecho social, fomenta la discriminación, reinstaura la lógica asistencialista. La vida social se desvincula de marcos estructurantes de la existencia; las instituciones empiezan a perder vigencia, trasladan sus responsabilidades a las per- sonas, quienes se ven enfrentadas a asumir mayores obligaciones y a organizar su vida de manera preca- ria y aislada (individualización y desinstitucionali- zación). Se refuerza el carácter de independencia y autonomía de las personas, se socava la seguridad y protección, se aumenta la vulnerabilidad social. El cambio en la protección institucional, el tránsito del trabajo como mecanismo de integración a otro de exclusión, su flexibilización, desestructuración, for- talece la construcción de un nuevo sentido común legitimador de las reformas del Estado: recorte de la inversión social y derivación de la política social en una nueva filantropía, que representa un retroceso, vulnera derechos sociales, produce fracturas en el vinculo social; focalización del gasto público, elimi- nación de sectores medios, privatización de la salud, educación y seguridad (Vélez, 2003: 89-90). En este contexto la familia pierde la virtud de sopor- te estructurante de construcción social: se afianza su Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 139 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 inseguridad y aislamiento; se afecta los vínculos y ocasiona rupturas sociales. La precariedad en el tra- bajo debilita la familia, que reduce la capacidad de brindar protecciones próximas e inmediatas; la es- tructura se torna frágil, depende más de su calidad afectiva. Conviene fortalecer este frente de interven- ción profesional, generar procesos de comunicación que posibiliten construir proyectos a través de los cuales las interacciones cobren sentido; pensar la ex- clusión, comprender el alcance de las rupturas y su incidencia en los procesos de intervención profesio- nal (Vélez, 2003). 3.2. PersPeCtivas y Contextos de PartiCiPaCión19 Las condiciones históricas, políticas y económicas configuran mediaciones que inciden en la imple- mentación de políticas sociales. Su análisis permi- te comprender dinámicas institucionales, estilos de trabajo, posibilidades y alcances. Procesos contradictorios generan tensiones entre perspectivas de participación agenciada, normatiza- da, tutelada por el Estado y otras construidas desde la base: la reforma constitucional legitima procesos de descentralización, participación, modernización institucional y privatización de servicios. El ajuste económico y el desmonte del Estado de bienestar amplían el desempleo, la pobreza y descarga funcio- nes sociales del Estado en la comunidad o en dife- rentes tipos de organizaciones. • La política social promueve la participación como alternativa de descentralización, como estrategia de mercadeo de servicios en el marco de derechos y deberes, pertenencia, gestión o autogestión. 19 Parte de las reflexiones de este aparte fueron socializadas y reflexio- nadas en talleres con funcionarios y funcionarias de hospitales de Secretaría de Salud del Distrito de Bogotá, 1997. • La débil trayectoria participativa desde la base, intereses particulares, concepciones caciquistas, clientelistas, autoritarias, utilitaristas, no confi- guran condiciones para asumir crítica, propositi- va y prospectivamente la participación. • Los procesos de participación, lentos, complejos, dinámicos e inestables, no se ajustan a la imple- mentación de la normas, cuando éstas cambian. En estas situaciones la participación se desgasta; se sabe que “hay que participar”, pero no cómo. En una cultura que no participa, promover la par- ticipación genera tensión, angustia, desencanto. Pareciera que “desde el Estado”, la imagen de comu- nidad equivale a un grupo concreto de poblaciones que se delimita sobre la “homogeneidad de sus ne- cesidades”; se desconoce su contradicción. Se asu- me la participación comunitaria como invitación a los comunes, para apoyar programas. El desorden, desorganización, falta de solidaridad, se consideran “anormales”, conflictivos, problemáticos; objeto de “educación y capacitación”. El “remedio” es la ac- ción educativa (Velásquez, 1985). Así se caricaturi- za un sentido institucional con que se promueve la participación, al implementar políticas sociales en el marco de procesos de privatización, con sistemas de focalización, que importan tecnologías transnaciona- les para la gestión social, desde criterios de redistri- bución y priorización de servicios, de forma rápida, sin suficiente claridad, que ocasionan insatisfaccio- nes. El proceso en países de elevadas situaciones de pobreza (más del 50% de la población) tiende a ser discriminatorio e inequitativo. El sistema tiende a la equidad, pero no es equitativo. La política social, las instituciones y la comunidad tienen diversas y com- plejas perspectivas, que median en los procesos de participación social. El proceso de privatización en la implementación de reformas de política social, media en las acciones 140 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 institucionales del nivel central y local; y lesiona la participación. 3.2.1. Ciudad, instituCiones seCtoriales, Contextos loCales, funCionarios, Comunidades Bogotá experimenta tensiones entre la dinámica so- cial urbana, la fragmentación de sus instituciones y actores, que mantienen una visión coyuntural ante sus condiciones sociales. Algunas instituciones ofi- ciales abordan de forma cíclica, inestable y reacti- va, complejos problemas, sin hacer seguimiento sistemático ni comprenderlos; responden a condi- ciones históricas con funcionarios que en ocasiones ingresan por razones de orden clientelista, más que técnico (Rojas, 1997). En ocasiones la capacidad institucional se puede relacionar con el perfil de sus funcionarios, la coordinación y la información. Puede darse una tendencia a la inercia institucional y relaciones lejanas con las comunidades (Delgado, 1998). En algunas entidades públicas los niveles téc- nicos no tienen acceso al directivo y el político frena la capacidad de operar. El Estado tiende a actuar con perspectiva de corto plazo; prioriza el efectismo, que limita condiciones para que lo local pueda acceder a una amplia distribución de recursos. A partir de reformas a la normatividad, luego de ha- ber definido constitucionalmente el país como par- ticipativo, pluriétnico y multicultural, se fomenta (agencia) la participación desde programas institu- cionales, en los que se aumenta la cobertura, pero se puede sacrificar la calidad, el seguimiento y la sustentabilidad. La variedad de propuestas implica negociar tiempos con los líderes, promover la coor- dinación y concertación interinstitucional e inter- sectorial local, diseñar estrategias para reconocer el trabajo comunitario de los funcionarios, como un frente que no cuenta con apoyo institucional sufi- ciente, en todoslos casos. La participación social tiende a ser inviable en las condiciones en que las instituciones la ofrecen. 3.2.2. CondiCiones objetivas y subjetivas de la PartiCiPaCión Para participar se requiere igualdad de oportuni- dades, condiciones objetivas y materiales; libertad política y social (de opinar, disentir, discrepar) y con- diciones subjetivaspara el desarrollo de actitudes de pluralismo, respeto, autonomía, que permitan con- frontar, debatir, tomar decisiones y ejecutar proyec- tos; comprender los problemas de la vida cotidiana, y consolidar espacios para la constitución de lideraz- gos democráticos (Camelo y Cifuentes, 1996). La participación implica descentralizar el poder de decisión, tradicionalmente ubicado en la institución. Asumir colectivamente, o en forma cogestionada, ac- ciones, para incidir en la toma de decisiones sobre la vida social y comunitaria. Desarrollar procesos me- todológicos, cambiar actitudes y crear instrumentos para gestionar e incidir en relación con los intereses delos pobladores; promover procesos de autonomía, organización y movilización en torno al desarrollo integral. González (1996: 91) afirma que las condicio- nes objetivas y subjetivas para participar, se limitan por situaciones de pobreza, fragmentación social, fal- ta de recursos locales y débil trayectoria organizativa. Los procesos de formación en contextos comunita- rios son complejos, lentos; emprender procesos de organización comunitaria en contextos locales im- plica contextualización, reflexión crítica, sistemati- zación permanente y consolidación organizativa de equipos, que permitan avanzar con paso firme, sin desencanto, ante tropiezos, que no son pocos. Es necesario afianzar la coherencia y consistencia entre procesos de planeación del nivel central y de ejecución de las políticas sociales sectoriales en el nivel local e institucional. La implementación es conflictiva y compleja, desborda los planteamientos institucionales, reclama construir emergencias orga- nizativas y dinamizadoras. Mediaciones en la implementación de políticas sociales sectoriales. Lecciones aprendidas desde la sistematización de cuatro experiencias / 141 Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 3.3. reConfiguraCiónde la intervenCión de trabajo soCial Asumir crítica y estratégicamentelas políticas como condicionantes de la intervención permite contex- tualizar y comprender cambios paradojales y avan- zar en la resolución de dilemas que emergen en la intervención profesional. Es necesario evidenciar y problematizar las implicaciones epistemológicas, éti- cas, políticas, sociales, instrumentales y funcionales de la intervención de trabajo social; trascender alter- nativas instrumentales; sustentar la elección de téc- nicas e instrumentos que operan como dispositivos metodológicos de la acción social, vinculados con concepciones y visiones de la práctica profesional y de la realidad social, en contextos específicos; aso- ciarla con postulados teóricos y metodológicos. En la reconfiguración profesional de Trabajo Social (Cifuentes 2009, 2009a y 2009b, 2010a),el instrumen- tal o caja de herramientas (dimensión metodológica) se enmarca en las dimensiones ética y epistemoló- gica: se asocia con la intención, concepción y opera- cionalización; contribuye a la comprensión, control, evaluación y sistematización de las experiencias. El instrumental se construye permanentemente en el proceso de intervención; abarca técnicas, cono- cimientos, competencias y habilidades, cambia de sentido, según los fines y propósitos políticos, socia- les, institucionales y cognitivos de la acción social. Esta situación nos desafía a mantener posturas críti- cas y creativas (Vélez, 2003: 95). Las alteraciones en el mundo del trabajo plantean nuevas respuestas y renovadas instrumentalidades. La razón instrumental, afianzada en las políticas neoliberales, instaura relaciones sociales basadas en el efectismo (cálculo racional de resultados tan- gibles y cortoplacistas), lesiona posibilidades de- mocráticas de elecciones concertadas y colectivas. Requerimos transitar de lo instrumental (es decir la practicidad técnica en que se hace énfasis en la búsqueda de resultados inmediatos) a la definición de intencionalidades profesionales éticamente res- ponsables y comprometidas con el conocimiento, las implicaciones del quehacer, el ser humano y la so- ciedad; generar nuevas competencias profesionales para configurar legitimidades distintas a las simple- mente operativas, requeridas por el mercado laboral; sin perjuicio de la capacidad técnica, de atender y anticipar las demandas. Necesitamos resituar las técnicas; construir alternativas viables y pertinentes a exigencias y ordenamientos alternativos a los del capitalismo salvaje (Vélez, 2003: 87). Vislumbramos recortes de espacios laborales, tur- bulencias, fragilidad relacional, aislamiento social, disminución de oportunidades sociales y aumento progresivo de desigualdades, como formas de exclu- sión y desafiliación social;20 proliferan formas atípicas de contratación:subcontratos, creación de ONG de servicios, múltiples formas de trabajo independien- te, marginal, inseguro, inestable, que dificultan cons- truir proyectos profesionales y disciplinares. Luisa Benito y Marcos Chinchilla (2001) comentan la ten- dencia desprofesionalizadora del trabajo social, que explican como un proceso tendiente a descalificar de forma premeditada el rango y competencia profesio- nal, disminuir la calidad y cualidad que caracterizan una profesión de formación y trayectoria universi- taria; esto incide negativamente en sus propuestas metodológicas de intervención, sus conocimientos particulares, los paradigmas epistemológicos y on- tológicos que sustentan el cuerpo de conocimientos y la intervención, los métodos de investigación de la realidad, su capacidad de interpretación, identi- dad profesional, principios filosóficos y valores éti- cos. Esto se instituye con precarias condiciones de 20 Castells plantea que la desafiliación incide en la disociación del vinculo social; no implica ausencia de relaciones sociales, sino una particular forma de relacionar con el conjunto de la sociedad (Vélez, 2003). 142 / Rosa María Cifuentes Gil Tend. Retos N.º 15 / octubre 2010 trabajo, flexibilización de condiciones laborales de contratación y remuneración de la práctica profesio- nal, enmarcadas en principios de competitividad y bajo costo de la mano de obra, condiciones propias de una economía que mercantiliza lo social. Requerimos potenciar la creatividad y subjetividad; extraer rendimiento cognitivo generador de prác- ticas reflexivas de retorno sobre y desde nuestras experiencias; actuar como sujetos de acción que construyen21 nuevas propuestas que recogen el sen- tir y necesidades de actores involucrados en proce- sos sociales;contribuir a configurar sujetos sociales y garantizar la pertinencia social de los proyectos y programas. Entender la complejidad de los procesos metodológicos, sus posibilidades como generadores de sentidos y estructuradores de interacciónreconfi- gura el ejercicio profesional. Propuestas soportadas en un instrumental revita- lizado y reconfigurado a la luz de las necesidades y exigencias, en escenarios turbulentos y comple- jos, posibilitan consolidar una profesión éticamen- te responsable y socialmente pertinente; soportar el desarrollo teórico y metodológico en estrategias cualitativas, interactivas y proactivas, en enfoques contemporáneos y convergentes de actuación, con dispositivos que doten de sentido las relaciones so- ciales y prácticas profesionales; establecer alternati- vas éticas, políticas, estéticas y sociales, que aporten a la comprensión de lo social, al desarrollo del cono- cimiento y al ejercicio de una profesión responsable y pertinente (Vélez, 2003: 96).
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