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CIEM CIEM Tomo I Educación e Investigación 5 “CIEM 2015” ISBN: 978-607-9337-35-3 Director editorial: Jesús Javier Vizcarra Brito Diseño editorial: Dania Anahí Castillo Treviño Diseño de portada: Perla Violeta Trujillo Luna ©Horson Ediciones Escolares, S.A de C.V. México, junio 2015. Departamento de Investigación y Acciones Escolares de Multiversidad Latinoamericana y Sistema Educativo Valladolid. Los contenidos, presentación y disposición de cada página de “CIEM 2015”, son propiedad del autor y queda extrictamente prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier sistema o mé- todo electrónico, incluso fotocopiado, sin autorización expresa del editor. Los caminos hacia una calidad educativa: el rescate de las buenas prácticas educativas La sociedad actual se encuentra sumergida en un proceso complejo y acelerado: globalizador, multicultural y tecnológico comunicativo, situa- do en una creciente incertidumbre valorativa que la ha conducido a vivir una crisis de axiología, tanto social, como ambiental. En consecuencia, ha decaído el alto valor social al que se le atribuía a la educación en la sociedad industrial; no es de asombrarse el por qué “los profesores han perdido su papel como líderes sociales y la educación experimenta un periodo de crisis” (Zabalza, 2013). El descrédito a la escuela y sus agentes esenciales, los maes- tros, resuena en todos los medios de comunicación masiva. Quienes califican la labor docente desde una visión descontextualizada de la realidad. Ellos nos enlistan las características de los entornos sociales y físicos en los cuales se desenvuelve el maestro mexicano; y glorifican las hazañas educativas de los países Europeos. Nuevamente el maestro mexicano se encuentra en el centro de un huracán, removido por las circunstancias de las crisis sociales, la violencia, las políticas y las reformas laborales educativas; recordemos como a finales del sexenio de Salinas de Gortari, se intentó destituir la Escuela Normal del sistema educativo mexicano como una acción desvalorativa a la formación del maestro. Y otra vez en la historia de la educación mexicana, la encomienda o medicina para subsanar el desempeño docente, es la administración de recetas extranjeras. En esta ocasión, la evaluación docente calificativa. De acuerdo con los especialistas (Rizo, 2015; Zabalza, 2013; Zabala y Malpica, 2012), esta práctica lejos de reflejar las bondades o éxitos de la educación mexicana, centra la observación en sus deficien- 6 7 cias y nos aleja más y más de la realidad mexicana. Cambiar la perspectiva de observación a la problemática educa- tiva mexicana; sería a juicio de algunos autores, enfocarse más en los éxitos que en las deficiencias. Zabalza (2013) menciona que: “En Mé- xico se hacen cosas muy interesantes en el terreno de la educación de las cuales tenemos que aprender en Europa”. El autor reitera que se di- funde más de lo que sucede exitosamente en Oxford o en Cambridge, que lo que ocurre en la escuela de nuestra comunidad vecina. Identifi- car las buenas prácticas y difundirlas es la clave del cambio, lejos de la opinión de las políticas nacionales, normas y teorías internacionales; ellas no cambian la educación por si solas, se requiere contextualizar, compartir y difundir las prácticas exitosas de los docentes. Bajo la perspectiva, Zabala y Malpica (2012) irrumpen en la re- flexión colegiada sobre las buenas prácticas como transformadora de la educación desde su centro, el aula, a través de sus agentes de cam- bio, los profesores. La reflexión docente compartida que se desprende de una autoevaluación de lo que sucede en el salón de clases; implica crear una cultura sistemática hacia la calidad educativa; crear un hori- zonte común: documentar los planteamientos de mejora, los procesos didácticos y resultados de aprendizaje obtenidos, y sobre todo crear la comunidad docente que permita a sus integrantes examinar, reflexionar y comparar los planteamientos con sus entornos. Hechos compartidos con la finalidad de hacer de cada experiencia, un suceso inspirador o reproducible para otros profesionistas de la educación. Perfectiva que atiende una de las necesidades de la sociedad del conocimiento; en voz de Tobón “En la sociedad del conocimiento es esencial que las personas trabajen de manera colaborativa” (Tobón, 2013). La socioformación es un enfoque creado en el contexto latinoa- mericano y se fundamenta en el trabajo colaborativo, el trabajo por pro- yecto y el aprendizaje por formación de competencias. “Su meta es trasformar la educación retomando la buenas prácticas tradicionales y articulando las nuevas estrategias” (Tobón, 2013). Actualmente, la socioformación es una línea de trabajo que cada día se usa más en el terreno educativo. La base didáctica es el trabajo por proyectos formativos, los cuales son estrategias generales e inte- grales para lograr las cuatro claves es que propone la socioformación: formar y consolidar el proyecto ético de vida, fomentar el emprendi- miento, desarrollar las competencias para afrontar los retos del con- texto y trabajar de manera conjunta. Los proyectos formativos son por naturaleza transversales involucran al menos dos disciplinas, áreas o campos de conocimiento en la resolución de un problema cercano. A través de estos proyectos los docentes abordan elementos de investi- gación y emprendimiento, además se sistematiza la información gene- rada del proyecto. Así, los resultados de las prácticas educativas por proyectos socioformativos son prendas fáciles de ser compartidas para la reflexión en comunidad. El reto educativo de la sociedad actual es construir las platafor- mas sociales que favorezcan la comunicación docente para compartir y reflexionar en torno a las buenas prácticas educativas que se generen, ya sean socioformativas o no, en los contextos y circunstancias reales. Hoy más que nunca, requerimos demostrar que la mejor profesión es la docencia, quien reclama, antes que nuevos enfoques educativos y modelos curriculares, profesionales pedagógicos que desarrollen inno- vación en el aula para generar transformaciones en los alumnos y a través de ellos, construir una nueva sociedad. Dr. Jesús Javier Vizcarra Brito Director Corporativo Académico de Sistema Educativo Valladolid 8 9 ÍN D IC E 5 Prólogo 14 Pasado y presente de la enseñanza por competencias Antoni ZAbAlA VidiellA 21 La formación didáctica del docente para la sociedad del conocimiento José silVAno HernándeZ 28 Propiedad intelectual y plagio en las puertas de la educación superior en línea FrAncisco lópeZ segrerA 31 Tendencias mundiales y regionales de la educación superior FrAncisco lópeZ segrerA 37 El Secreto de la Motivación: resultados del estudio sobre cómo se construye y funciona ricArdo perret 43 Evaluación docente en México: una oportunidad para mejorar la educación Felipe MArtíneZ riZo 49 El papel de la universidad cubana en la generación del conocimiento, el desarrollo de la investigación científica y la innovación MiriAM AlpíZAr sAntAnA 57 Condiciones para el desarrollo de la calidad educativa desde el aula Federico MAlpicA bAsurto 73 Los desafios de la responsabilidad social en la educación del futuro MArio MArenco sosA 80 Territorio y escuela: el desafío de una educación bien integrada en su entorno Miguel ángel ZAbAlZA Trabajo colaborativo y desarrollo del talento para la sociedad del conocimiento sergio tobón José MAnuel VáZqueZ Antonio 96 106 Construcción del pensamiento crítico. Un camino hacia la libertad JoAquín enríqueZ Flores 111 Propiedad intelectual y el plagio en las puertas de la educación en la educación en línea YordAnkA MAsó doMinico 116 Liderazgo educativo: palabra clave de la de la sociedad del conocimiento YordAnkA MAsó doMinico 123 La evaluación del profesorado ¿Cómo y para qué? bernArdo triMiño quiAlA 1110 Educación e Investigación 1312 Licenciado en filosofía y ciencias de la educacióny doctor en psicología de la educación. Es director del Instituto de Recursos e Investigación para la Forma- ción (IRIF), director de la revista AULA de innovación educativa y fundador de Campus Virtual de educación de la Universidad de Barcelona. Además es asesor del ministerio de Educación y otras administraciones del Estado español y de distintas ad- ministraciones de Latinoamérica en la elaboración de los diseños curriculares y en los planes de formación del profesorado y profesor/asesor de los Institutos de Ciencias de la Educación de la Universidad de Bar- celona y de la Universidad Autónoma de Barcelona. Es autor de artículos y libros sobre didáctica general y específica. Antoni ZAbAlA VidiellA eSPAÑA 1514 Pasado y presente de la enseñanza por competencias Antoni ZAbAlA VidiellA El pasado de las competencias: toda la forma- ción no escolar y las pedagogías renovadoras En el siglo pasado los colectivos de educadores con más inquietudes innovadoras han ido elaborando una serie de métodos suficientemente conocidos pero poco utilizados: proyectos, centros de interés, resolu- ción de problemas, simulaciones, investigación del medio... Son méto- dos, todos ellos, que han nacido anteriormente a la utilización del con- cepto de competencia como término para concretar las finalidades de la educación. Formas de enseñar que hoy en día podemos considerar como adecuadas a las condiciones de una enseñanza para el desarro- llo de competencias para la vida. De un modo u otro, siempre hemos aprendido a ser más o me- nos competentes en algo. Históricamente la sociedad ha hecho todo lo posible para que las nuevas generaciones fueran el máximo de com- petentes en todos los órdenes de la vida. Pero, entendida la competen- cia como aquello que disponemos las personas que nos permite dar respuesta de manera eficiente a los problemas o cuestiones que nos plantea la vida en todos los ámbitos de desarrollo humano: el personal, el interpersonal, el social y el profesional. Es así como la humanidad ha utilizado estrategias para que apren- dieran a hablar, a convivir, a trabajar de la mejor manera posible. Es con la introducción de la escolarización universal y la definición de unas fi- nalidades educativas centradas en disciplinas académicas y teoricístas que se ha ido desplazando lo que era una formación muy relacionada con las necesidades vitales, a modelos en el que el conocimiento por sí mismo es el objetivo prioritario. Es decir una situación escolar en el que el conocimiento de la matemática, la física la historia, etc., son la finalidad en sí mismo, y no los instrumentos que permiten comprender la realidad y participar en ella. Así pues, en el ámbito escolar, el pasado de una enseñanza com- petencial se reduce a las distintas propuestas renovadoras del siglo XX, que se planteaban la vida como objeto de estudio. El pasado reciente, finales del siglo y principio del actual, las organizaciones empresaria- les, para poder identificar el proceso de desarrollo profesional de sus empleados, se ven en la necesidad de superar una visión centrada en los estudios realizados (titulaciones profesionales) para fijarse en la capacidades necesarias para resolver eficientemente las tareas enco- mendadas. A esta capacidad para resolver problemas concretos de manera eficiente se le adjudica el término competencia. A pesar de ser una procedencia extraña al mundo escolar se introduce como concepto más o menos válido para definir los propósitos de la enseñanza y con- secuentemente, el perfil del egresado. Desde mi punto de vista, ligado estrechamente a los grandes pe- dagogos del siglo pasado que entendían que la función de la escuela es la preparar para la vida, y sólo desde esta acepción, el presente de la enseñanza de las competencias no radica en la búsqueda de nuevos métodos, sino en la manera en cómo se puede conseguir que se ge- neralice su aplicación. En este artículo, intentaré defender la necesidad de profundizar en el proceso de aplicación progresiva de pequeños cambios desde los modelos utilizados mayoritariamente por el profeso- rado, para poder avanzar con seguridad hacia el uso generalizado de las metodologías para la enseñanza de las competencias: investigación del medio, proyectos, resolución de problemas, centros de interés, pro- yectos de trabajo, simulaciones, análisis de casos, etc. El método tradicional de enseñanza y la nece- sidad de cambiar progresivamente La educación que hemos heredado, al menos la oficial, ha permitido, si no que ha favorecido, que los aprendizajes pudiesen ser mecánicos y notablemente memorísticos. De manera que la enseñanza, por diferen- tes razones, se ha visto obligada a desarrollar en el alumnado la “com- petencias” de saber responder, por escrito y en un tiempo limitado, el máximo número posible de conocimientos adquiridos, de los cuales en muchos casos la aplicación a situaciones más o menos reales era 16 17 inexistente. Es así como el método expositivo de transmisión verbal ha sido el más utilizado siendo muy apropiado para conseguir esta “com- petencia” reproductora. Razones que hacen que la transición de un modelo conocido, con unas reglas de juego y una gestión de aula rela- tivamente sencillas, a métodos de notables complejidad, no se puedan resolver sólo con la buena voluntad. La única posibilidad para que esta transición sea posible, pasa por el fomento de un proceso de avances progresivos a partir de las estrategias pedagógicas que cada uno de los maestros y maestras ya dominen. Proceso de mayor dificultad según el diferencial existente en- tre lo que el profesorado sabe hacer y aquello que sería deseable que supiera hacer. A pesar que esta sea una evolución singular de cada profesor y profesora podemos reconocer, de manera generalizada, que será más compleja en los niveles superiores de la enseñanza. Esta si- tuación hace aconsejable la visualización de itinerarios teóricos desde los modelos expositivos hacia modelos cada vez más complejos que permitan a cada uno de los profesores y profesoras establecer un pro- ceso propio de mejora sistemática de su práctica educativa. En la situación actual, abordar la enseñanza de las competencias, sobre todo cuando estas se determinan como “competencias para la vida”, implica, para una gran parte del profesorado, vencer dos re- tos: en primer lugar, el que representa en sí mismo la enseñanza de una competencia, independientemente de cual sea ésta y, en segun- do lugar, la enseñanza de unas competencias hasta ahora demasia- do ajenas a la enseñanza tradicional y que podemos identificar como transversales (aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal, emprendeduría, socialización, comunicación lingüística y audiovisual, etc.) y que, en muchos casos, son metadisciplinarias, es decir, que no tienen un área de conocimientos que les den soporte científico. Primer paso: la funcionalidad de los aprendi- zajes de los contenidos “disciplinarios” Como ya sabemos, para ser competente en un ámbito determinado, no es suficiente con disponer de un conocimiento, sino que deviene indispensable saber utilizar este conocimiento para dar respuesta a los problemas o a las situaciones que se presenten. La característica primordial de las competencias es su funcionalidad y, por lo tanto, el primer reto que se presenta para enseñarlas consiste en poder dispo- ner de una metodología que garantice que todos los contenidos de las competencias sean aprendidos de manera funcional. Este sería, en- tonces, el primer paso que realizaría la mayoría del profesorado en el proceso de introducción de metodologías que favorezcan el desarrollo de las competencias. Esto hace que el punto de partida de cualquier unidad didáctica sea una situación que el alumno o la alumna puedan entender como verosímil y, si es posible, cercana a su realidad, de manera que com- prenda que todo aquello que ha aprendido, o que ha de aprender, no sólo ha de servir para superarunos exámenes, sino, fundamentalmen- te, para ayudarlo a entender y a dar respuesta a los problemas que le pueda plantear la vida. Si estamos utilizando una metodología de carácter expositiva, el primer paso consistirá en emplear un discurso siempre inductivo, es decir, partir de situaciones cercanas a la experiencia del alumnado uti- lizando ejemplos concretos. Con esta estrategia, aunque no garantice el control de los procesos personales de apropiación del contenido, podemos conseguir que muchos chicos y chicas puedan entender el significado y la función de los contenidos aprendidos y, por tanto, estar en condiciones de saber aplicarlos cuando convenga. Pasar de una metodología de carácter deductivo a una inductiva es un reto razonable, pero nada fácil de llevar a cabo teniendo en cuen- ta el uso tradicional de modelos deductivos, el objetivo prioritario de los cuales ha sido que el alumno aprenda las teorías de las diferentes disciplinas académicas. El resultado de esta tradición teoricista hace que la enseñanza más pragmática y funcional que exige el aprendiza- je de las competencias sea notablemente incomprendida y causa de muchas resistencias para una gran parte del profesorado. Pero ¿qué sucede con las competencias de carácter metadisciplinario, es decir, aquellas que no tienen una disciplina científica que les de soporte como las mencionadas anteriormente (aprender a aprender, autonomía e ini- ciativa personal, etc.)? Pasos siguientes: introducción progresiva de las competencias metadisciplinarias La enseñanza de los contenidos menos académicos y, sobretodo, los de carácter metadisciplinar constituyen el segundo reto para el profe- sorado, y es lo más difícil de generalizar, ya que implica la introducción de contenidos, que hasta no hace mucho eran ajenos a los currículums 18 19 oficiales. Desarrollar competencias metadisciplinares, para las cuales no existe mucha tradición, hace que la utilización de los métodos de enseñanza que éstas exigen sea una tarea notablemente difícil. Es, por tanto, necesario, en este caso, insistir en el establecimiento de itine- rarios personales de avances progresivos. Es así como, una vez con- seguido que la enseñanza de los contenidos convencionales de las diferentes disciplinas se realice de forma inductiva, partiendo de situa- ciones cercanas a la realidad del alumnado, se pueden hacer los pasos siguientes, consistentes en ir agregando actividades de menor a mayor complejidad que promuevan los aprendizajes de competencias meta- disciplinares. Así, podemos ir introduciendo de manera progresiva, y en función del dominio de las nuevas estrategias, diálogos, debates, tra- bajos cooperativos, búsqueda de información, trabajo de campo. etc. Si continuamos con este recorrido de ir agregando cada vez ac- tividades nuevas de enseñanza y aprendizaje a los conocimientos que ya había adquirido el alumnado y que desarrollan las competencias que no habían aparecido hasta ahora, nos encontraremos con unos estilos de enseñar que, de una manera u otra tienen que ver con los métodos que antes hemos enumerado como los más apropiados para la enseñanza de la competencias básicas. Pero, al mismo tiempo, todos presentan secuencias didácticas en las cuales la dinámica grupal y las actividades para buscar la informa- ción y dar respuesta a las cuestiones planteadas desarrollan, de ma- nera natural las competencias básicas de carácter metadisciplinario. Uno de los factores que dificultan la generalización de estas me- todologías es el relacionado con la gestión y la organización social del aula. Todas tienen una organización grupal compleja, en las cuales convive el trabajo en equipos fijos heterogéneos con los equipos flexi- bles homogéneos y heterogéneos, con el trabajo en gran grupo y el tra- bajo individual. De manera que, para una buena parte del profesorado, la capacidad de gestionar el aula en diferentes tipos de agrupación se convierte en la causa inhibidora de las mejoras pedagógicas. El presente y el futuro: itinerarios personales de mejora continua y colaboración profesional El establecimiento de una enseñanza basada en el desarrollo de com- petencias para la vida, desde una concepción de un sistema educativo centrado en la “preparación para la vida”, es irreversible. Ha sido nece- sario toda una centuria para que los sistemas educativos establecidos acepten las propuestas de los grandes pedagogos del siglo pasado: Dewey, Freinet, Kilpatrick, Ferriere, Montessori… Un escuela educado- ra, como instrumento básico para una sociedad socialmente más justa y, económicamente y culturalmente más equitativa El presente y el futuro, independientemente del término utilizado, de las competencias consiste en la generalización de los medios, recur- sos y estrategias metodológicas que permitan el aprendizaje integrado de los conocimientos, las habilidades y las actitudes, que permita a las personas dar respuesta a los problemas que les va a plantear la vida en el orden, personal, interpersonal, social y profesional. Y esto no será posible, sin el establecimiento de un proceso ambicioso a corto y medio plazo que responda al principio desarrollado por Vigotsky de “la zona de desarrollo próximo”, en el cual se ofrezca al profesorado la oportu- nidad de mejorar sus prácticas en un recorrido progresivo de mejora continua a partir de sus habilidades y de sus conocimientos personales y, con la ayuda indispensable de otros compañeros y compañeras que dispongan de este conocimiento. Bibliografía Zabala, A. (1995): Enfoque globalizador y pensamien- to complejo. Barcelona. Graó. Zabala, A.; Arnau, L.(2007): 11 Ideas Clave para el aprendizaje Cómo enseñar y aprender competencias. Barcelona Graò. Zabala, A.; Arnau, L.(2014): Métodos de enseñanza para de las competencias. Barcelona Graò. 2120 Maestro en desarrollo de competencias docentes por el Instituto Universitario de Puebla y la Corporación Universita- ria “Ciencia e Innovación para la For- mación y el Emprendimiento (CIFE)” que dirige el Dr. Sergio Tobón Tobón, uno de los principales impulsores del trabajo por competencias a nivel inter- nacional. Es licenciado en psicología general por la Universidad de Londres Campus Querétaro. Ha desempeñado diferen- tes cargos académicos y directivos en instituciones privadas de nivel básico y medio superior en la cuidad de Queré- taro, Qro. JoSé SilVAno HernándeZ MéXiCo La formación didáctica del docente para la sociedad del conocimiento La docencia actual se ha centrado en el desarrollo de procesos de aprendizaje comprendiendo éste como la transformación conductual de las personas gracias a las experiencias que viven en su interacción con el ambiente (Peterssen, 1976); sin embargo, esta transformación de la conducta de los estudiantes en muchas ocasiones no ha impac- tado en la vivencia de valores como la democracia, la justicia, la equi- dad o el respeto a los demás, y aunque el profesorado busca con los medios que tiene a la mano, mejorar la calidad de la enseñanza en las aulas, aparecen una serie de problemáticas internas y externas que restan impacto a su liderazgo con los estudiantes. Esta falta de calidad de la educación, tiene entre sus manifestaciones los altos índices de deserción escolar, el bajo nivel de aprovechamiento y de demostración de los aprendizajes, así como la falta de renovación de los métodos de enseñanza (UNESCO, 1992; Guevara, 1992). En las décadas recientes se ha iniciado un proceso de reflexión y análisis de las estructuras educativas para revisar qué es lo que ha ocurrido en las entrañas del sistema educativo, particularmente el mexi- cano, y a partir de ello se han establecido una serie de reformas en los distintos niveles escolares para tratar de adecuar el currículo a las nuevas exigencias del siglo XXI. Sin embargo, citando las palabras de Ángel Díaz Barriga y Catalina Inclán (2001): “…se han establecido elementos de una reforma educativa que asume nuevasperspectivas de educación y que abruptamente tienen la intención de lograr cambios significativos en la dinámica de todo el sector educativo, lo que implica modificar los mecanismos de desempeño de los que están en condi- ciones de actuar, y por lo tanto llenar de significado una reforma, esto es, los docentes”. José silvano Hernández 22 23 sitarias con títulos académicos que les dan la posibilidad de laborar en instituciones educativas, de acuerdo a la disciplina científica o huma- nística cursada. El normalismo en México goza de gran tradición y es uno de los factores que han contribuido a la mejora y profesionalización de la labor educativa en la historia de este país, aunque las reformas curriculares continúan siendo un reto en su implementación en las au- las; de igual manera, existen universidades prestigiadas que forman a sus estudiantes con excelentes estándares de calidad curricular, así como en procesos de investigación, lo cual ha generado la conforma- ción de un cuerpo docente diverso en su formación profesional, ya que en ocasiones la parte didáctica está ausente o al menos, se reduce a las experiencias que como estudiantes obtuvieron a lo largo de su pre- paración académica, y en el mejor de los casos, se imparten algunas asignaturas que tienen relación con la docencia. Es evidente que la formación de los docentes que demanda la sociedad del conocimiento requiere de una sólida formación pedagógica y disciplinar y necesitan integrar un conocimiento práctico, lo cual requiere a todas las institu- ciones formadoras mejorar sus respectivas tareas (Ortega et al. 2009). Ciertamente la diversidad favorece la discusión y análisis multi- disciplinario con base en criterios diferentes lo cual es sinónimo de una sociedad abierta y flexible, en otras ocasiones también genera dificul- tades para la toma de decisiones que den respuesta a necesidades emergentes que requieran de un consenso y la consolidación de un colegiado convencido y capaz de dar solución a las problemáticas que aquejan a la sociedad. Sumado a esto, la diversidad de enfoques didácticos y pedagó- gicos existentes, algunos ya oficializados por parte de los sistemas de educación y que son motivo de reformas, otros manejados por los do- centes en sus prácticas aunque no necesariamente divulgados por las autoridades y menos aún pertinentes en esta época, hacen de esta rea- lidad un elemento central para la formación de las nuevas generaciones de docentes, así como la actualización de los que ya están en servicio. En la última década, el enfoque de competencias ha sido impul- sado a nivel internacional haciendo énfasis en los procesos de apren- dizaje más que en los de enseñanza, y por tanto busca dar al estu- diante el papel central en la educación, en donde el docente media los procesos y lo acompaña en su mejoramiento para lograr el perfil de egreso. Desafortunadamente, la diversidad de posturas frente al enfo- que de competencias generó confusión en el profesorado al momento de implementarlas en las aulas, lo cual favorece la burocratización de los procesos educativos, generando cansancio y desmotivación. Como Un nuevo paradigma: la sociedad del conocimiento La aparición de la llamada sociedad del conocimiento es uno de los cambios en el contexto de la educación actual. En la sociedad del conocimiento, a diferencia de la sociedad industrial, se considera que son el conocimiento y la tecnología, los elementos de mayor impacto para el desarrollo económico y social de las comunidades (Mora, 2004), ya que la multidisciplinariedad es una necesidad creciente y los conocimientos se convierten en obsoletos en muy breves períodos de tiempo. Para construir la sociedad del conocimiento es necesario que las escuelas se conviertan en espacios de formación integral para que las personas logren aportar soluciones a los problemas que enfrenta la hu- manidad en este siglo, entre ellos se encuentran la violencia en todas sus manifestaciones, la corrupción, el desempleo, la baja calidad de vida que afecta a muchas poblaciones, entre otros. Esto será posible en la medida que los estudiantes busquen, procesen, adapten, creen, in- noven y apliquen el conocimiento a través de diferentes medios (Tobón, 2013a). Lograr la sociedad del conocimiento implica: • Pasar del manejo de la información a trabajar con el conoci- miento. Para esto es necesario analizar críticamente la informa- ción, comprenderla, organizarla de forma sistemática y buscar su pertinencia. • Centrarse en el conocimiento. Esto requiere que esté accesible a través de diferentes medios, principalmente tecnológicos, que son los que facilitan el acceso. • Formar personas con un sólido proyecto ético de vida, con un propósito claro y la actuación considerando los valores uni- versales, comprometidas con la resolución de problemas de su contexto local y global. La encrucijada de la formación docente El colectivo docente actual es heterogéneo y está conformado por egresados de instituciones particulares o públicas que tienen como fi- nalidad preparar a los profesionales de la educación en los enfoques pedagógicos actuales, siendo éstas denominadas escuelas normales, así como por profesionales egresados de diversas instituciones univer- 24 25 Finalidad Características Metodología D o ce n ci a so ci o fo rm at iv a Lograr la formación integral y el desarro- llo de competencias en los estudiantes con base en ambien- tes de aprendizaje centrados en proble- mas. -Resolución de problemas. -Metacognición para el mejo- ramiento continuo. -Trabajo colaborativo. -Gestión del conocimiento. -Proyecto ético de vida. -Presentación del problema a resolver. -Análisis de saberes previos. -Gestión del conocimiento. -Trabajo colaborativo. -Resolución de problemas del contexto. -Abordaje del proyecto ético de vida. -Metacognición. -Socialización del proceso de aprendizaje y resolución del problema. C o ac h in g s o ci o fo rm at iv o Lograr la mediación y acompañamiento continuo de docen- tes y/o estudiantes pa ra que tengan un sólido proyecto ético de vida y con- tribuyan a la convi- vencia, al desarrollo socioeconómico y a la sustentabilidad ambiental, mediante la resolución de pro- blemas del contexto con colaboración y metacognición. -Emplea problemas del contex- to antes, durante y al final del proceso de acompañamiento. -Trabaja la mediación antes, durante y al finalizar el proceso. -Aborda la metacognición. -Se basa en la demostración de la actuación con evidencias. -Requiere procesos de cola- boración y socialización. -Diagnóstico sistemático de las prácticas docentes. -Identificación de problemas del contexto. -Diseño de un plan estratégico de forma colaborativa. -Generación de espacios for- mativos o de coaching. -Diseño e implementación de estrategias para evaluar el de- sempeño. -Comunicación de los resulta- dos. -Establecimiento de nuevas metas con base en la metacog- nición. R ú b ri ca s so ci o fo rm at iv as Permiten determinar el nivel de logro o desempeño en la rea- lización de eviden- cias o procesos para resolver problemas del contexto, relacio- nando los criterios o indicadores de cali- dad con los niveles de dominio. -Establece las metas de des- empeño a alcanzar durante el proceso. -Considera un problema del contexto específico para su análisis y resolución. -Valora el desempeño de las personas a partir de los pro- ductos y/o procesos formati- vos que demuestran. -Establece la gradualidad del desempeño a partir del nivel de dominio establecido. -Integra la evaluación cuanti- tativa y cualitativa. -Favorece el proceso meta- cognitivo para la mejora de la calidad de vida. -Promueve los distintos tipos de evaluación existentes. -Aporta elementos para la me- jora de la práctica educativa. -Establece las metas de de- sempeño a alcanzar durante el proceso. -Considera un problema del contexto específico para su análisis y resolución. -Valora el desempeñode las personas a partir de los pro- ductos y/o procesos formativos que demuestran. -Establece la gradualidad del desempeño a partir del nivel de dominio establecido. -Integra la evaluación cuantita- tiva y cualitativa. -Favorece el proceso metacog- nitivo para la mejora de la cali- dad de vida. -Promueve los distintos tipos de evaluación existentes. -Aporta elementos para la me- jora de la práctica educativa. E st ra te g ia s consecuencia, la práctica docente quedó en segundo plano y es ahí en donde se requiere brindar respuestas para construir la sociedad del conocimiento. Estrategias socioformativas para la formación didáctica del profesorado La formación didáctica del profesorado como se ha mencionado ante- riormente, continúa siendo una encrucijada tanto para los sistemas de educación como para los encargados de las instituciones formadoras de docentes a nivel internacional. Desde la socioformación, un enfoque educativo que pretende generar las condiciones pedagógicas esencia- les para facilitar la formación de personas íntegras, integrales y com- petentes para afrontar los retos y problemas del desarrollo personal, la vida en sociedad, etc. A partir de la articulación de la educación con los procesos sociales, comunitarios, económicos, políticos, ambientales y artísticos en los cuales viven las personas, implementando actividades formativas con sentido (Tobón, 2013b), se busca que las personas tras- ciendan el aprendizaje como un cambio conductual, porque tiene la visión de la persona humana como un todo, considerando su dinámica de cambio y realización continua. En el siglo XXI no se necesita enseñar a los docentes a transmitir información, ya que eso tuvo sentido en la sociedad industrial, más en la sociedad del conocimiento se requiere formar para actuar con ética de manera sistémica, es decir, teniendo en cuenta las implicaciones de los actos en el propio desarrollo personal, en el bienestar de los demás y en el entorno, y esto se logra cuando se actúa con ética. En este orden de ideas, el desarrollo de las competencias en las personas cobra su sentido más profundo, pues éstas no son un fin en sí mismas, como lo ha manejado el sistema educativo mexicano actual, sino un medio para dar respuesta a los requerimientos del contexto, ya que son la actuación que tiene la persona frente a problemas de su entorno. Desde la socioformación se proponen algunas estrategias didác- ticas y de evaluación (Hernández et al. 2014): la docencia, el coaching y las rúbricas socioformativas, como una serie de herramientas que fa- ciliten a los docentes alcanzar los propósitos anteriormente descritos. A continuación se muestra su finalidad, las principales características y metodología. 26 27 Bibliografía Barriga, A. D., & Espinosa, C. I. (2001). El docente en las reformas educativas: Sujeto o ejecutor de pro- yectos ajenos. Revista Iberoamericana de educación, (25), 17-42. Guevara, G. (comp.) (1992): La catástrofe silenciosa. México: Fondo de Cultura Económica. Hernández M, J. Silvano. Tobón, S. Vázquez A, J. Manuel. (2014). Estudio conceptual de la docencia socioformativa. Ra Xim hai: El mundo, el universo, la vida, 10 (5), 89-99. Mora, J. G. (2004). La necesidad del cambio educa- tivo para la sociedad del conocimiento. Revista Ibe- roamericana de educación, 35, 13-37. Ortega, S., & Castañeda, A. (2009). El formador de formadores en México: Entre la escuela y la academia. Aprendizaje y desarrollo profesional docente, 129. Peterssen, W. H (1976). La enseñanza por objetivos. Madrid: Santillana. Tobón, S. (2013a). Los proyectos formativos: transver- salidad y desarrollo de competencias para la socie- dad del conocimiento. México: CIFE. Tobón, S. (2013b). Formación integral y competencias (4ª. Ed.). Bogotá: ECOE. UNESCO-cepal (1992): Educación y conocimiento: ejes de la transformación productiva con equidad. Santiago de Chile. Doctor en estudios latinoamericanos (Soborna). Vi- cerrector del ISRI, Cuba (1974-1988), donde imparte periódicamente cursos sobre “Prospectiva y Globali- zación”. Funcionario de UNESCO entre 1994 y 2002, donde se desempeñó, entre otros cargos, como con- sejero regional de ciencias sociales para América Lati- na y el Caribe y director del IESALC. Profesor titular vi- sitante de la Universidad de Salamanca (2002-2004). Asesor académico de la Red GUNI (2004-2012) y con- sultor de dicha Red desde 2012. Desde 2004 es profe- sor titular adjunto de la cátedra UNESCO de Dirección Universitaria de la UPC, Barcelona. Es autor de 24 li- bros y editor o co-autor de otros doce publicados en siete idiomas. Profesor invitado de las siguientes uni- versidades, entre otras: Oxford, Soborne, Boston Co- llege, Berkeley, Stanford, Riverside, Binghamton, City College of New York, Salamanca, Sao Pablo (USP), UNAM, Puebla, Tec de Monterrey, Guadalajara, UBA, Universidad de la República, UEM, PUCRS, Federal de Río de Janeiro y Externado de Colombia. FrAnCiSCo lóPeZ SegrerA CUbA 2928 so libre a conocimientos y comunidades virtuales, a wikis y a blogs. En la web 1.0, los estudiantes pueden tener acceso al contenido creado por otros. Sin embargo, en la web 2.0, los estudiantes pueden diseñar su propio contenido e interactuar con otros. Estamos ante un paisaje en que la eficacia de los sistemas educativos está cuestionada debi- do a que la sociedad del conocimiento y de la información demanda la generación y diseminación cada vez más rápida del conocimiento, lo cual sitúa a los estudiantes y profesores ante exigencias crecientes para cumplir con esto. Emergen modelos de software de código abier- to, como por ejemplo el Open Course Ware del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT OCW) que proporciona acceso libre a los ma- teriales de los cursos del MIT. Empresas como Apple con su iTunesU, Google y YouTube, entre otras, ofrecen una diversidad cada vez mayor de conocimiento de acceso libre. En este escenario de proliferación creciente de proyectos de open content, los desafíos para el e-learning y el blended-learning serán cada vez mayores. Muchos cuestionan que la educación superior virtual tenga un coste económico más bajo y que pueda alcanzar la calidad de la pre- sencial. Si bien puede facilitar la cooperación inter-universitaria, los paí- ses en vías de desarrollo no derivarán beneficios de ella, salvo que se logren acuerdos de cooperación favorables y no con la visión que se está imponiendo guiada por el ánimo de lucro. Por otra parte, el crecimiento exponencial de las TIC ha dado lu- gar a la proliferación de cursos en línea de universidades públicas y privadas. En muchos casos se ofrecen certificados de curso de grado y posgrado de carácter falso, de ahí la creciente necesidad de desarro- llar mecanismos de legitimación, reconocimiento y control de los cursos y diplomas que se ofrecen en la educación superior en línea. El fraude académico y la corrupción existían en las formas tradi- cionales de la educación superior. Por ejemplo, filtrar las preguntas del examen previo a su realización o bien tener que pagar clases especia- les al profesor para garantizar el aprobado en el examen. Las nuevas formas de educación superior en línea dan lugar a novedosas formas de fraude académico. Por ejemplo, aceptar en un máster alumnos que no presentan ningún certificado de licenciatura. Entregar diplomas de máster a cambio de una cantidad de dinero sin que se haga ningún curso. Instituciones que anuncian cursos de una calidad que en realidad no tienen. Existencia de cursos de posgrado que no han pasado ningún proceso de acreditación de instituciones nacionales ni internacionales. Emisión de títulos falsos por instituciones Propiedad intelectual y plagio en las puertas de la educación superior en línea La educación superior se encuentra en un proceso de transición de la educación superior tradicional presencial a la educación superior vir- tual. Esto no quiere decir que la presencial desaparezca, perosí que cada vez ocupará un porcentaje menor del total. Se incrementa el e-lear- ning y el b-learning (blended-learning). Hay un incremento exponencial de programas virtuales. De un total de 69 universidades españolas 33 tienen oferta telemática. Esta tendencia crece también con fuerza en el mundo en desarrollo, pues es una de las formas de ampliar el acceso sin grandes inversiones en infraestructuras, lo que no subestima el valor económico de una educación universitaria con uso intensivo de tecno- logía. La estrategia de mercado de muchas de estas instituciones de educación superior (IES), afirma que son instituciones y programas de excelencia, competitivos e innovadores sin que muchas veces esto se corresponda con la realidad de programas de baja calidad. Este proceso plantea importantes retos en lo que se refiere a la propiedad intelectual y al plagio en el marco de este crecimiento expo- nencial de la educación superior en línea. También da lugar a un amplio debate en torno a aquello que debe considerarse propiedad intelectual, aún afectando al bien público, como suele ocurrir con medicamentos de las grandes empresas farmacéuticas que sólo están al alcance de los más ricos. En un breve plazo, la educación superior virtual enfrentará nuevos retos. Una nueva generación está entrando en la enseñanza superior. Esta generación no sólo creció haciendo uso de las TIC, sino que tam- bién está habituada a desempeñar un papel activo, creando y dise- ñando recursos virtuales, y encontrándose en la web con sus pares del mundo entero. Es una generación habituada a dos aspectos esenciales de la web 2.0: su carácter abierto e interactivo y la posibilidad de acce- Francisco López segrera 3130 no acreditadas. La posible solución con respecto a la proliferación del plagio y otras formas de fraude académico en la educación superior en línea, pasa por el desarrollo de nuevas instancias de acreditación en los esta- dos nacionales que otorguen las certificaciones correspondientes tanto a la educación superior pública como a la privada y por mecanismos de control de los ministerios de educación y de educación superior de los estados nacionales de estas prácticas fraudulentas. También debería desarrollarse, coordinado por UNESCO, un sis- tema de acreditación de carácter internacional para los cursos masivos de educación superior en línea (MOOCS) y en general para los cursos que se ofrecen en línea. Las perspectivas de la sociedad del conocimiento y de la innovación estarán condicionadas por las tendencias mundiales y regionales de la educación superior. Pudiéramos resumirlas del modo siguiente: 1. Masificación: la tasa bruta de matrícula (TBM) a nivel mun- dial pasó de 13 millones de estudiantes en 1960 a 182 millones en 2012 según el último Informe del Instituto de Estadística de UNESCO de 2014. Las diferencias regionales y nacionales en tasas de matrícula revelan la desigualdad mundial: 8% en África Subsahariana, 77% en América del Norte y Europa Occidental, 42% en América Latina y el Caribe, 24% en Asia Central, 18% en Asia Meridional y Occidental, 30% en Asia Oriental y Pacífico, 23% Estados Árabes, 68% Europa Central y Oriental (UNESCO, UIS, 2014). 2. La educación se ha hecho permanente dado al crecimiento exponencial del conocimiento: en el año 2005 las corporaciones de EUA gastaron 15 mil millones de dólares en entrenar a sus empleados. 3. La aparición de las TIC implica que el equipamiento de una universidad es más costoso. La exclusión de ellas implica la se- gregación del estado del arte de la sociedad del conocimiento. 4. El incremento vertiginoso de la movilidad académica interna- cional favorece a los alumnos de los países desarrollados y de ciertos países asiáticos y tiende a incrementar la “fuga de cere- bros”. Los estudiantes internacionales pasaron de 2.5 millones en el 2004 a 3.57 millones en el 2010 de acuerdo a las últimas estadísticas de UNESCO de 2012. En EUA estudia alrededor Tendencias mundiales y regionales de la educación superior Francisco López segrera 32 33 de la tercera parte de ellos, y casi el total del resto lo hacen en Europa Occidental, Canadá y Australia. Cerca del 70% de los estudiantes internacionales van a estos destinos. América Latina y el Caribe (ALC) apenas reciben anualmente el 2% de los estu- diantes internacionales (UNESCO, UIS, 2012, p. 133). 5. La privatización de la educación superior se incrementa ace- leradamente en América del Norte, América Latina y el Caribe, en Asia y en los países del Este de Europa y Rusia. Sólo en las regiones de Europa Occidental y África sigue predominando la educación superior pública financiada casi en su totalidad por el Estado. 6. La crisis de la profesión académica –debido a los bajos sa- larios entre otros factores- es un fenómeno que se da en forma aguda en los países en desarrollo, pero que también afecta a los profesores del mundo desarrollado. 7. La inequidad en el acceso por motivos de género, étnico, re- ligioso o de clase social, sigue privando a muchos con méritos suficientes para cursar estudios universitarios. 8. El impulso hacia el perfeccionamiento de los procedimientos de gestión, la evaluación, la rendición de cuentas y los procesos de acreditación, muchas veces han tenido un carácter positivo. Sin embargo, en más de una ocasión se han caracterizado por su aspecto burocrático y formal y en otras han servido de pre- texto para acelerar procesos de privatización o de reducción de fondos estatales. 9. Hay una carencia de actualización y flexibilidad en el currículo de la mayoría de las Instituciones de Educación Superior (IES) y en los cursos de posgrado, con la excepción de una minoría de universidades nacionales públicas y unas pocas privadas de calidad. 10. Las IES de educación superior privada son las de más alto nivel (Harvard, ITAM, Externado de Colombia, universidades ca- tólicas) y las de más bajo nivel simultáneamente (universidades garaje o patito). Estas últimas se denominan de “absorción de demanda”, pues a ellas van a cursar sus estudios todos aquellos que no tienen los requisitos para acceder a las universidades privadas de élite ni a las públicas. 11. Otro fenómeno nuevo es la emergencia de “seudouniversi- dades”, instituciones que no se corresponden con la definición tradicional de la universidad, pero que ofrecen “entrenamiento especializado en una variedad de áreas”. La mayoría de ellas son entidades con ánimo de lucro (for profit) cuya preocupación esencial no son los valores ni la calidad de la docencia, sino obtener ganancias. Como ejemplos podemos poner a la Univer- sidad de Phoenix que pertenece al Grupo Apollo (Altbach, 2006, p. 204). 12. Una de las consecuencias negativas de la globalización eco- nómica es la propuesta de la OMC de incluir la educación supe- rior como un servicio sujeto a las regulaciones del GATS. Aun- que esta propuesta aún no ha sido aprobada, los países –EUA, Nueva Zelanda, Australia, Japón- que obtienen importantes ga- nancias por concepto de estudiantes extranjeros defienden con fuerza esta iniciativa. 13. Existe la tendencia de que IES de los países en desarrollo soliciten ser acreditadas por agencias de acreditación de países extranjeros, en especial de EUA, sin percatarse que estas agen- cias desconocen los valores y necesidades de desarrollo autóc- tono por estar conformadas para otra realidad. Puede ser positi- vo invitar a expertos a incorporarse a los equipos nacionales de acreditación, pero siempre que estos procesos estén elaborados a partir de valores, normas y necesidades autóctonas. 14. Los rankings están cada vez más de moda. A mediados de los años 80 el Asian Wall Street Journal incluía, en una lista de las 10 mejores universidades del mundo, sólo 4 (Cambridge, Oxford, Sorbonne, Tokio) fuera de EUA. Según Altbach algunos de estos ranking tienen cierta respetabilidad como el de U.S. News y el del Times Higher Education Suplement (THES).Se de- bate mucho acerca de los indicadores que utilizan el THES y la Shangai Jiao Tong University. Lo que ocurre es que los ranking están construidos sobre la base de parámetros –número de Premios Nobel, profesores de la universidad con trabajos en el citation index, doctorados y maestrías, equipamiento, financia- miento…- propios de las universidades de “clase mundial” del mundo anglosajón, en especial de EUA e Inglaterra y que ade- más privilegian las ciencias duras en detrimento de las sociales y humanas. Aplicar las normas y valores de las principales potencias acadé- 34 35 micas no medirá en forma exacta la calidad a nivel mundial, ni dará lugar a rankings mundiales de interés. En el competitivo y orientado hacia el mercado mundo académico del siglo XXI, los ranking son inevitables y probablemente necesarios. El desafío es asegurar que provean criterios exactos y relevantes y midan las cosas adecuadas (Altbach, 2006, p.80). 15. Es cada vez mayor el debate en torno a las universidades de categoría mundial (World-Class Universities), refiriéndose este concepto a las que tienen una excelencia reconocida mundial- mente (Yale, Harvard, Oxford, Cambridge, Sorbonne, Tokio…). Sin embargo, los países en desarrollo, en vez de emular para obtener indicadores muchas veces difíciles de alcanzar en sus condiciones específicas, deberían prestar más atención a un ideal de universidad que propulse el desarrollo sostenible de carácter autóctono. Más importante que tener los indicadores de las “world class universities” o “research universities”, más importante que tener un Premio Nóbel, es garantizar que existan buenas escuelas de medicina y buenos programas de formación de ingenieros agrónomos y educadores para garantizar un nivel adecuado de “capital humano y social”, esto es, de recursos hu- manos en condiciones de generar desarrollo con equidad en las “universidades nacionales”. 16. Los procesos de evaluación y acreditación que nos brindan mayor información sobre las IES, la masificación de la educación superior, su comercialización, el ataque a la concepción de su condición de bien público, la emergencia de las TIC, el auge de los nuevos proveedores y el deterioro de las condiciones salaria- les y de trabajo de la profesión académica, entre otros factores, han llevado a un debate sobre lo que muchos consideran un cre- ciente fenómeno de corrupción académica. Es decir, a la obten- ción de calificaciones, títulos universitarios, puestos académicos o certificaciones de acreditación en el caso de las IES, mediante procedimientos irregulares tales como: pago de sobornos, venta de títulos sin cursar los estudios adecuados, vender una plaza a un candidato en lugar de otorgarla a quién corresponde, acre- ditar a una IES o programa sin los requisitos a cambio de pagar cierta cantidad. 17. En el 2011 se produjeron intensas movilizaciones estudian- tiles en Chile que demandaban una educación superior pública financiada por el Estado. También en Colombia, a partir del 12 de octubre de 2011, se produjeron manifestaciones de los estudian- tes docentes, trabajadores universitarios y sindicatos en todo el territorio del país, como protesta por el Proyecto de Reforma a la Educación Superior presentado por el Gobierno Nacional y que luego fue retirado. 18. Las IES están influidas y condicionadas por las políticas del Estado-Nación y por las tendencias globales del sistema-mundo capitalista. Parece ser que estas influencias sobre la universidad son mucho más poderosas que los cambios y transformaciones que pueden producir las IES dentro de ellas mismas y en la so- ciedad donde radican. Tal vez por esto se produce una cierta frustración al ver que los impactos de las políticas con ansias transformadoras (Conferencias Mundiales de Educación Supe- rior de UNESCO, 1998 y 2009) son de poca intensidad. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Es posible una transformación profunda de la universidad sin transformar previamente la sociedad? 3736 riCArdo Perret MéXiCo Licenciado por el Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey y maestría en Políticas en Carne- gie Mellon University. Ha sido catedrático en más de 10 universidades en México. Fue consultor para el Banco Mundial en temas de competitividad. Desde el 2005 es socio director de Mindcode, empresa de- dicada a entender el inconsciente del consumidor y ayudar a firmas a desarrollar productos, servicios y ex- periencias innovadoras. En febrero del 2010 arranca BrainScan Group con el objetivo de estudiar la neuro- biología del consumidor y generar recomendaciones de innovación y marketing. Autor de Código de Innovación, Pavorreales con Cor- tex, Psicoantropología del Cambio y El Factor Gratitud. Fundador de Past Re-Design, instituto que ayuda a las personas a entender su propio inconsciente y mejorar su vida. Ha escrito 80 artículos para revistas de nego- cios en diferentes países y ha sido entrevistado por CNN y otros medios electrónicos. Es un asiduo conferencista en congresos en Améri- ca Latina, Europa y Estados Unidos, con temas so- bre innovación en el mercado y el inconsciente de los consumidores, ofreciendo más de 300 conferencias y talleres a empresarios, ejecutivos, profesores y univer- sitarios. Durante los últimos años, llevé a cabo una de la investigaciones más in- teresantes de mi vida a la cual llamé EL GEN EXITOSO, la cual concluyó en un libro del mismo nombre. En esta buscaba entender cómo hemos sido programados como individuos alrededor del éxito, qué patrones y hábitos comparte la gente exitosa y cómo todos podemos ser un poco más exitosos tanto en nuestra vida personal como profesional. Una de las características más claras y puntuales que identifiqué entre las personas exitosas, y aquellas que van derechito al éxito, es su MOTIVACIÓN, la cual, en ellos, ya no es una condición temporal sino permanente, ya no es algo que en ocasiones está y otras veces no, sino que la gran mayoría del tiempo ésta, ya es parte de ellos. A mediados del 2014 me comprometí a explorar con mayor profundidad este fenómeno con la intención de entender cómo surge la motivación, cómo funciona en nuestra mente y cuerpo, cómo se mantiene en su más alto nivel y cómo impacta en nuestras acciones diarias, como en la definición y logro de objetivos. A esta investigación la denominamos EL SECRETO DE LA MOTIVACIÓN. Seguramente habrás leído muchos libros de superación personal en los que los autores buscan motivarte a hacer y lograr más, a creer en ti y sentirte mejor. Estamos (yo, Zohe Vinasco co-coordinadora del pro- yecto y todo el equipo de investigación que colaboró en este proyecto) seguros que habrás asistido a muchos eventos en donde los conferen- cistas y facilitadores tratan de motivarte también. Muchos tratan de mo- tivarte, pero pocos han escrito sobre los significados, el funcionamiento de la motivación y las estrategias para lograr una auto-motivación. Esta investigación y libro no busca motivarte por el simple hecho de leerlo, sino que busca estudiar las entrañas de la motivación y que tú las com- prendas, de tal manera que puedas ser tu propio motivador y también El Secreto de la Motivación: resultados del estudio sobre cómo se construye y funciona RICARDO PERRET 38 39 aplicar técnicas de motivación en tus hijos, alumnos, colaboradores, amigos y personas cercanas ¿Cuál fue la última vez que tú te hiciste o dijiste algo para motivarte a ti mismo?, ¿cuál fue la última vez que hiciste un auto-análisis de tus niveles de motivación?, ¿qué tan capaz te sientes de comprender tus motivadores y tus estrategias para auto-motivarte? Para muchos todo esto es aún un misterio. La motivación es, a final de cuentas, la energía interna que nos mueve a romper la comodidad. Nuestro cerebro, por instinto, va a bus- car sufrir lo menos posible, tener comodidad, ahorrar recursos, sin em- bargo para ser exitoso, para lograr tus grandes objetivos se requerirá justo lo contrario,sufrir incomodidades, gastar muchos recursos y, para lograr esta dinámica de manera casi permanente, requerirás mucha motivación. A lo largo de esta investigación llevamos a cabo ejercicios en va- rias escuelas para entender cómo funciona la motivación en los niños, que después comprobamos que justo así funciona también en los adul- tos en los centros de trabajo y sus vidas personales. Hicimos también sesiones de exploración del inconsciente, a las cuales les llamamos Im- print Rooms, para determinar cómo hemos sido programados tanto por nuestros padres y entornos, como por nosotros mismos, a lo largo de nuestra vida alrededor de la motivación, para descubrir también nues- tras creencias conscientes e inconscientes sobre ésta, y para revelar patrones alrededor de los grandes momentos de motivación y, su con- traparte la desmotivación. Entrevistamos también a cientos de perso- nas sobre lo que los motiva, sus sentimientos cuando están motivados y desmotivados, el impacto de la motivación en sus acciones diarias, la definición de sus objetivos y el logro de estos. Esta investigación nos llevó a revisar literatura científica sobre el funcionamiento de la motivación a nivel neurobiológico, aún cuando se ha hecho poco al respecto, lo que hemos encontrado complementa muy bien nuestros descubrimientos en campo. ¿Qué es la motivación? Motor, fuerza, energía, combustible, la motivación es lo mueve e impul- sa a una persona a lograr un objetivo. Ya sea conquistar a una pareja, sacar 10 en un examen, conseguir un trabajo, vencer una enfermedad para recuperar la salud, ser presidente o conquistar la cima del Everest; la única manera de lograr todo esto es con motivación. El ser humano cuenta con recursos para operar y funcionar, estos recursos son tiempo, esfuerzo, glucosa, oxígeno, conocimiento, emo- ciones, recursos económicos y hasta relaciones personales. Debido a que estos son limitados, el ser humano tiene que maximizar su uso, eficientarlos. Es decir, tú cuentas con una cantidad limitada de minutos en tu día, así que deberás de decidir en qué actividades invertirlos. Lo mismo sucede con los otros recursos, deberás de aprovecharlos en lo que más beneficios te dé, y de la percepción, consciente e inconscien- te, de estos beneficios será que apliques más o menos motivación en las actividades. La motivación, hasta cierto punto, es medible, ya que es posible cuantificar la cantidad y calidad de recursos que una persona está dis- puesto a sacrificar con tal de obtener un objetivo. Si un padre quiere defender a su hija estará dispuesto a sacrificar su propia vida, la mo- tivación es máxima; si un adolescente quiere ser respetado por sus compañeros estará dispuesto a pelear, la motivación es también muy alta; si un ejecutivo quiere obtener una promoción importante estará dispuesto a trabajar de sol a sombra, incluso en algunos casos estará dispuesto a hacer cosas poco éticas como criticar a otros que compiten por su puesto. El concepto de motivación es usado por todos, todo el tiempo, pero rara vez se entiende o explica a cabalidad. Lo mismo sucede con su contra-parte la desmotivación; la cual es la no disposición de invertir recursos en el logro de algo. “Esto me motiva”, “esto me desmotiva”, “ando desmotivado”, “ne- cesito un motivo poderoso”, “vamos a motivar a los colaboradores”, “este es un niño desmotivado”, etc. Sin embargo es importante aclarar que en la mayoría de las ocasiones, estos conceptos, se utilizan incons- cientemente, no se reflexionan, las personas no se detienen a analizar el por qué se sienten así, qué objetivo están persiguiendo, el momento del día en que lo dicen, los pensamientos que atraviesan su imagina- ción cuando expresa una de estas frases. La motivación siempre está ahí, en nosotros, depende de nuestras experiencias de vida y prioridades en qué la enfocamos. Algunos sen- tirán motivación por vivir, otros por morir incluso, algunos sentirán moti- vación por sudar al máximo en una actividad, mientras otros buscarán descansar. Todos somos una entidad completa, en donde la motivación es una gran parte o pieza, está ahí, lista para ser utilizada en lo que tú 40 41 busques lograr, en ocasiones serás consciente de tus deseos, en otras ocasiones tus deseos serán inconscientes, vivirás en automático. Permíteme esta metáfora para explicar qué es la motivación, ima- gínate una hormiga tratando de cargar una rama de árbol que pesa más de 300 veces su peso, sola no lo logrará, sin embargo, si 50 hor- migas le ayudan, seguro lo lograrán. Pues bien, si nuestra motivación o energía interna está dispersa (muchas hormigas cada quien haciendo cosas diferentes), con poco enfoque, no lograremos tener la disposi- ción necesaria para sacrificar recursos tan valiosos en el logro de algo, sin embargo, si enfocamos toda nuestra motivación (todas las hormi- gas) en un solo objetivo, la fuerza será tan grande, que invertiremos todos nuestros recursos y seguro conseguiremos la meta. En realidad, el gran secreto de la motivación, está en reconocer la existencia de una enorme capacidad de auto-motivarnos, de entender que somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos gracias a la motivación que es una fuerza inmensurable que reside en nuestro interior; sí, eso que tanto admiramos en otros, también vive en nosotros. El secreto reside en darte cuenta que no necesitas que otros te motiven porque es como pretender que otros sean tu gasolinera cuando la ga- solinera vive en ti mismo, lo que tienes que buscar es estar en control de ella y aprovecharla en lo que más te agrega valor a ti, a los demás, al mundo. La motivación provoca activación a nivel neuronal, psicológico, y de comportamientos. Es decir provoca la activación de ciertas par- tes del cerebro y la segregación de ciertas hormonas, genera pensa- mientos y sentimientos cuando existe, y nos hace reaccionar de ciertas maneras. Una persona sentada frente al televisor está tranquila, des- cansando, tratando de desestresarse, olvidándose, de los problemas del trabajo, de pronto ve un comercial de una cerveza, se activan cier- tas áreas del cerebro, comienza a imaginarse a si mismo tomando la cerveza y disfrutándola, en eso se levanta toma las llaves del auto, se traslada por varios minutos entre el tráfico a la tienda y compra un six pack de esa marca de cerveza en particular, el comercial logró re-enfo- car la motivación en el logro de comprar y disfrutar tanto esa cerveza o marca en particular. O bien, en el mismo escenario, ves un comercial de un hijo con su mamá disfrutando un paseo por la playa, lo cual genera un re-enfoque de tu motivación a tú experimentar el mismo amor de su madre, tomas el celular y le llamas en ese instante a tu madre, para escuchar su voz, para platicarle tus problemas. La motivación, según la neurociencia, debido a que activa el stria- tum ventral en nuestro cerebro, está altamente vinculada a la capacidad de memorizar un evento. Es decir, vivimos una experiencia placentera y nuestro cerebro genera una síntesis proteica importante que cimenta el recuerdo, reforzando la conexión sináptica neuronal; de esta manera el cerebro buscará repetir la acción para volver a experimentar ese placer. Así, entre más motivación, más emociones, y por ende mayor memoria sobre algo. Si un niño o niña está motivado en la escuela recordará mejor el material de la clase, si no lo está seguramente recordará poco del material. Estar motivado implica ESTAR PRESENTE, vivir el presente, dis- frutar el presente y generar una buena memoria del momento presen- te, que revivirás y disfrutarás también hacia el futuro. Queremos hijos, alumnos, colaboradores, parejas y amigos presentes, que vivan con no- sotros el HOY y guarden gratos y poderosos recuerdos sobre qué viven. El ser humano está totalmente programado y cableado para defi- nir preferencias, escoger objetivos, anticipar el placer, evitar el miedo y hacer lo que sea necesario para lograr sus metas.Vivimos en un estado de motivación hacia algunos objetivos y desmotivación hacia otros ob- jetivos, según nuestras preferencias y percepciones subjetivas. No hay día que no definas un objetivo, no hay día que no luches por un objetivo. Como veremos en la presentación, y en el libro El Secreto de la Motivación, existen estrategias, palabras, frases, personas, activida- des, recompensas y lugares particulares que fomentan la motivación y que contribuyen en que esta se enfoque en lo que más le agregue valor a una persona, de cualquier edad y segmento socioeconómico. Saber usar todo esto tanto a nuestro favor como para el bien de los demás es uno de los grandes objetivos de esta investigación. 4342 FeliPe MArtíneZ riZo MéXiCo Licenciado en ciencias sociales por la Universidad de Lovaina. Desde 1974 es profesor de la Universidad Au- tónoma de Aguascalientes, México, donde fue director de planeación y de asuntos académicos, decano y rec- tor del Centro de Ciencias Sociales. Primer director del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México, de 2002 a 2008. Ha impartido más de 100 cur- sos de pregrado y posgrado y dirigido más de 20 tesis. Ha desarrollado proyectos de investigación educativa a nivel local y nacional. Puso en marcha y coordinó varias maestrías y un doctorado para formar investigadores en educación. Ha brindado asesoría a decenas de universidades, la Asociación Nacional de Universidades, la Secretaría de Educación y varios estados de México, así como a mi- nisterios de educación de Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, República Dominicana y Uruguay, y al Instituto de Evaluación de España. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Academia Mexicana de Ciencias, así como al Consejo Técnico del Tercer Estudio Regional del Laboratorio Lati- noamericano de Evaluación de la Calidad Educativa. Ha sido miembro del Consejo de Especialistas de la Secre- taría de Educación y del Consejo Nacional de Calidad Educativa de Argentina. Autor o coautor de 55 libros, así como de 125 artículos, 61 capítulos en obras colectivas y 205 ponencias en eventos académicos en una quincena de países. Evaluación docente en México: una oportunidad para mejorar la educación Pocas dudas hay sobre la importancia del maestro para que los alum- nos tengan buenos niveles de aprendizaje. Esto lleva a concluir que un ingrediente central de todo esfuerzo por mejorar la educación deberá ser la mejora de los docentes mismos. La evaluación de estos puede a su vez ayudar a diseñar estrategias efectivas de mejora, pero no cual- quier evaluación servirá para ello. En las páginas siguientes, a partir de una revisión de experiencias pasadas, se reflexiona sobre las caracte- rísticas que deberá tener la evaluación docente para que contribuya eficazmente a la mejora de la educación. Antiguamente competía a la autoridad eclesiástica o civil designar a los maestros, al igual que confirmarlos o removerlos, lo que suponía algún tipo de evaluación, que se reducía a la valoración de cualidades personales, religiosas o morales, y de la capacidad de mantener la es- cuela en orden y en buen estado. La formación que se esperaba de los docentes era de tipo eclesiástico, o la que daba el gremio. La moder- nidad y las democracias trajeron consigo la supresión de los gremios, incluido el de maestros, con cambios sustanciales en la formación de los futuros docentes, en instituciones como los seminarios pedagógicos en Prusia o las escuelas normales en Francia. Para evaluar el trabajo docente surgieron los inspectorados. (Martínez Rizo, 2013) En el siglo XIX la masificación de la educación elemental hizo cambiar a las escuelas: el aula multigrado dejó el lugar a escuelas or- ganizadas por grados y la profesionalización de los docentes avanzó, pero los criterios para definir su salario se basaban ante todo en el género y la filiación étnica, lo que cambió hasta el siglo XX. En Estados Unidos para 1925 casi 80% de las maestras en las principales ciudades de la nación habían logrado tener un salario similar al de sus colegas varones por un trabajo igual (Prostik, en Gratz, 2009: 58). A mediados Felipe Martínez rizo 44 45 del siglo XX casi todas las escuelas norteamericanas manejaban una escala única de salarios para hombres y mujeres, con base en esco- laridad, antigüedad y la evaluación del inspector (Sharpes, en Odden y Kelly, 2002: 32). En las principales naciones europeas y otros países democráticos los criterios que consideraban características ideológi- cas, religiosas y raciales dejaron el lugar a sistemas de remuneración de maestros o escalafones basados en escolaridad y antigüedad, como los de todo funcionario. Con la llamada sociedad del conocimiento tienen lugar transforma- ciones adicionales, cuyos alcances apenas vislumbramos. Hasta bien entrado el siglo XX la tarea de la educación básica consistía en que una minoría de los alumnos alcanzara buenos niveles de aprendizaje, que les permitieran acceder a estudios superiores y prepararse para ocupar puestos directivos en la sociedad, mientras la mayoría de los estudian- tes desarrollaba sólo competencias básicas para trabajos rutinarios. En este contexto las exigencias para el docente eran distintas de las que trae consigo la idea actual de que las escuelas deben preparar a todos los estudiantes para desempeñar actividades que implican competen- cias complejas: a medida que los propósitos de la educación cambian del aprendizaje de datos y habilidades básicas al desarrollo de compe- tencias de pensamiento y desempeño de alto nivel, cambian también las concepciones de lo que los maestros necesitan saber y poder hacer (Darling-Hammond, 2008: 761). Las consecuencias para la evaluación de maestros son claras: si se pretende que los alumnos aprendan cosas simples, también se pueden identificar tareas rutinarias que el docente deberá aplicar. Para desarrollar competencias avanzadas el docente debe también manejar acciones complejas y hacer enseñanza personalizada. En un caso se ve al maestro como técnico que se puede evaluar con preguntas de opción múltiple o listas de cotejo de conductas precisas; en el otro se le ve como profesional y se requieren acercamientos complejos para evaluarlo. Directores e inspectores deben tener la formación y experiencia necesarias para analizar el trabajo de los maestros, por lo que los sis- temas de evaluación docente se basan muchas veces en sus apre- ciaciones. Sin embargo las tareas administrativas dejan poco tiempo para asumir funciones de evaluación y es difícil evitar sesgos en senti- do positivo o negativo. Además los instrumentos de observación de la práctica docente más usados se reducen a listas de cotejo que sólo captan conductas simples. Por ello las evaluaciones de docentes que hacen directores e inspectores suelen dar resultados altos o al menos satisfactorios a casi todos los evaluados. La aplicación masiva de pruebas estandarizadas ha llevado a proponer otra forma de evaluar a los docentes: como su tarea es que los alumnos aprendan, si se tiene información sobre el rendimiento de estos no debería ser necesario observar el trabajo de cada maestro para valorar su desempeño, bastaría inferirlo a partir del rendimiento de los alumnos. Para tener en cuenta que estos comienzan el curso en diferente situación, lo que se compara es la diferencia entre lo que sabía cada alumno al inicio y lo que sabe al fin del curso, el llamado valor agregado. Los Modelos de Valor Agregado tampoco dan información sufi- ciente sobre el desempeño de los maestros, y menos sobre sus prác- ticas. Es difícil implementar un sistema confiable de evaluación de do- centes basado en dichos modelos, por las limitaciones de pruebas que no miden aspectos importantes del rendimiento de los alumnos; por im- precisión e inestabilidad de la medición; por problemas prácticos para tener bases de datos completas y la dificultad básica paraatribuir el avance de los alumnos al maestro, ya que los resultados se deben a la influencia de muchos factores que no es factible controlar eficazmente. Los límites de las evaluaciones anteriores han llevado a plantea- mientos nuevos sobre evaluación docente (Ladson-Billings, 2009:215). Estos acercamientos reconocen la dificultad de la tarea y combinan fuentes de información, incluyendo pruebas de conocimientos de los contenidos y pedagógicos, observación en aula y portafolios de evi- dencias, en lo que se ha llamado sistemas de indicadores múltiples. La distinción entre evaluación formativa y sumativa es pertinente en evaluación de docentes, pues además de identificar a los mejores y a los menos buenos también puede servir para ayudar a los segundos a orientar sus esfuerzos por superarse. Como dice Darling-Hammond, la evaluación por sí misma no es interesante, si no va unida al mejoramien- to (2008: 219), para lo cual es necesario que, sin dejar de ser objetiva, la evaluación incluya apoyo y consejo por pares calificados. Esta con- cepción de la evaluación es congruente con la idea de que la mejora de las escuelas sólo se logrará con estrategias basadas en la experiencia y el trabajo de los maestros, que pueden hacerlas organizaciones cen- tradas en el aprendizaje y capaces de mejora continua, lo que implica ciertas condiciones en las escuelas, incluyendo recursos suficientes, ausencia de presiones o condicionamientos adversos y apoyo de las instancias superiores (Landson-Billings, 2009: 206-222). 46 47 Evaluar a los maestros no los mejora automáticamente; para que haya buenos maestros se deberá lograr que accedan a la profesión jóvenes con capacidad, darles buena formación y apoyarlos al comen- zar a trabajar y a lo largo de su carrera. Un sistema integral de evalua- ción docente supone la consolidación de las instituciones formadoras y debe incluir evaluación de los aspirantes a entrar a ellas, evaluación de los candidatos a ocupar una plaza de maestro, y evaluaciones pe- riódicas a lo largo de la carrera, que distingan a los docentes novatos, los que han alcanzado cierta madurez y los que han acumulado ya una gran experiencia. Para que la evaluación docente sirva para mejorar la educación se necesita concebir aquella como parte de una estrategia integral de mejora. Siguiendo a una especialista ya citada: • Un buen sistema de evaluación de docentes debe ser parte de un enfoque integral para mejorar la enseñanza, desarrollado en conjunto por directivos y maestros, que parta de estándares claros sobre el aprendizaje de los estudiantes con los que se ar- ticulen estándares de buena enseñanza concebidos para conse- guir aprendizajes significativos de los estudiantes y compartidos ampliamente en la profesión docente. • Las evaluaciones de los docentes deberán estar basadas en el desempeño y alineadas con los estándares, e incluir unas para egresados de programas de formación, otras para entrar al ejer- cicio profesional y otras para certificar competencias avanzadas. • Se deberá incluir la evaluación de las prácticas docentes en el aula y del aprendizaje de los alumnos. Deberá haber evalua- dores calificados, mentores experimentados para maestros que necesiten apoyo y cuidados para que las decisiones laborales sean justas. Deberá haber además oportunidades de desarrollo profesional que apoyen la mejora de los docentes y la calidad de la docencia (Cfr. Darling Hammond, 2013: 14-15). La evaluación docente es una tarea delicada y compleja. No es aceptable que un maestro sea juzgado solo con base en el resultado de una prueba de opción múltiple, pero los casos de abandono del em- pleo y otros abusos graves son inaceptables y su corrección sería una mejora importante en algunas zonas. Medidas fuertes adoptadas con base en evaluaciones simplistas pueden dar lugar a claras injusticias y ser contraproducentes. Pensemos en un docente que trabaje en una comunidad remota, con muchas carencias, y que atiende a niños de contexto vulnerable. Imaginemos que se trata de una persona dedicada a su trabajo y pre- ocupada por sus alumnos, que no falta a sus clases y hace lo posible porque el grupo a su cargo aprenda. Hizo la primaria en una escuela multigrado, pasó a una telesecundaria y luego a un tele-bachillerato, para luego formarse en una normal llena de carencias. Tiene mala or- tografía y no acaba de entender los quebrados. Sus resultados en una prueba de conocimientos son bajos. ¿Deberíamos despedirlo, o bien apoyarlo para que se supere? Creo que la segunda opción es la única adecuada en un contexto como el mexicano. Muchos maestros y maestras del país tienen deficiencias serias, y algunos no cumplen con sus obligaciones más elementales, pero tam- bién hay otros que se parecen al docente imaginario del párrafo ante- rior. La evaluación docente contribuirá a que la calidad de la educación mexicana mejore si toma en cuenta la situación real de los maestros y las maestras del país; si precisa los elementos de la normalidad mínima que todos deberán cumplir y procedimientos justos y expeditos para re- mover a quienes no lo hagan; si desarrolla, con el rigor técnico necesa- rio, instrumentos con los que se obtenga información de buena calidad sobre aspectos importantes de la práctica docente; si establece crite- rios razonables para reconocer desempeños ejemplares y corregir los deficientes; y, lo que es fundamental, si va acompañada por estrategias consistentes de apoyo a escuelas y docentes para la mejora. Bibliografía Darling-Hammond, L. (2008). Standard setting in teaching: Changes in licensing, certification & assess- ment. En Richardson, V. (Ed.). Handbook of Research on Teaching, 4th Edn. Washington, AERA, pp. 751- 776. Darling-Hammond, L. (2013). Getting teacher evalua- tion right. What really matters for effectiveness and im- provement. New York-Oxford, Teacher College Press. Gratz, D. B. (2009). The Peril and Promise of Perfor- mance Pay: Making Education Compensation Work. Lanham, Rowman & Littlefield Education. Ladson-Billings, G. (2009). Opportunity to Teach: Teacher Quality in Context. En Gitomer, D. (Ed.). Mea- surement Issues and Assessment of Teaching Quality. Thousand Oakes, Sage, pp. 206-222. Martínez Rizo, Felipe (2013). Evaluación de los do- centes, mejora profesional y de la educación. En Miradas 2013. Informe de seguimiento de las Metas 2021. OEI. Odden, A. y C. Kelley (2002). Paying Teachers for What They Know and Do: New and Smarter Compen- sation Strategies to Improve Schools. Thousand Oaks, Corwin Press. Porter, A., P. Youngs y A. Odden (2001). Advances in teacher assessments and their uses. En Richardson, V. (Ed). Handbook of research on teaching 4th Ed. Was- hington, AERA, pp. 259-297. 4948 MiriAM AlPíZAr SAntAnA CUbA Graduada en licenciatura en economía de la industria en la Universidad “Carlos Rafael Rodríguez” de Cienfuegos. Profesora auxiliar. Máster en administración en el Instituto Superior Politécnico “José Antonio Echevarría” de La Ha- bana. Doctora en ciencias de la educación de la Univer- sidad de La Habana. Jefe de departamento de ciencias económicas y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad “Carlos Rafael Rodríguez” de Cienfue- gos durante quince años. Directora de contabilidad y fi- nanzas del Ministerio de Educación Superior en el año 2000 y viceministra del Ministerio de Educación Superior desde el 2006 hasta la fecha. Ha impartido docencia en diversas asignaturas de ges- tión económica en pregrado y postgrado y desarrollado investigaciones, publicado y aplicado trabajos sobre la gestión económico-financiera en la educación superior. Ha visitado universidades y participado en proyectos in- ternacionales, eventos y congresos en varios países. El papel de la universidad cubana en la generación del conocimiento, el desarrollo de la investigación científica y la innovación MiriaM alpízar Santana La universidad es el escenario
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