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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO MAESTRÍA EN CIENCIAS (NEUROBIOLOGÍA) INSTITUTO DE NEUROBIOLOGÍA ACTIVACIÓN DEL INFLAMASOMA P2X7/NLRP3 EN EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL EN RESPUESTA AL DAÑO HEPÁTICO INDUCIDO POR LIGADURA DEL CONDUCTO BILIAR TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRA EN CIENCIAS PRESENTA: Kathia Georgina Téllez Pimienta TUTORES Dr. Francisco Gabriel Vázquez Cuevas Dra. Anaid Antaramian Salas Unidad de Proteogenómica Laboratorio de Fisiología Celular MIEMBROS DEL COMITÉ TUTORAL Dra. Verónica Mireya Rodríguez Córdova Dra. Rebeca Corona García-Cabral MÉXICO, septiembre de 2019. Margarita Texto escrito a máquina Instituto de Neurobiología Margarita Texto escrito a máquina Margarita Texto escrito a máquina Margarita Texto escrito a máquina CIUDAD DE Margarita Texto escrito a máquina Margarita Texto escrito a máquina Margarita Texto escrito a máquina UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. El presente trabajo se desarrolló en el laboratorio de Fisiología Celular (B-11) con el apoyo de la Unidad de Proteogenómica del INb, bajo la tutoría del Dr. Francisco G. Vázquez Cuevas y la Dra. Anaid Antaramian Salas. El proyecto fue financiado por un donativo del programa PAPIIT-UNAM, No. IN201017 para FGVC. Kathia G. Téllez recibió una beca del CONACyT-México para estudios de maestría, No. 857232/635391. Universidad Nacional Autónoma de México Instituto de Neurobiología Los miembros del Jurado certificamos que la tesis elaborada por: Kathia Georgina Téllez Pimienta, cuyo título es: “Activación del inflamasoma P2X7/NLRP3 en el sistema nervioso central en respuesta al daño hepático inducido por ligadura del conducto biliar” se presenta como uno de los requisitos para obtener el grado de Maestría en Ciencias (Neurobiología) y cumple con los criterios de originalidad y calidad requeridos por la División de Estudios de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México. Firma Presidente Dr. Carlos Guillermo Martínez Moreno ____________________ Secretario (Tutor) Dr. Francisco Gabriel Vázquez Cuevas ____________________ Vocal Dra. Laura Cristina Berumen Segura ____________________ Suplente Dra. Rebeca Corona García-Cabral ____________________ Suplente Dr. Adán Hernández Cortés ____________________ Aprobado por el Comité Académico _______________________________ Dra. Maricela Luna Muñoz Coordinadora del Programa de la Maestría en Ciencias (Neurobiología) DEDICATORIA Para Omar Para Monse, Fer y Amanda Para Teresa y Enrique Con profundo amor Ningún es pequeño . / y n1ngun dueño grande AGRADECIMIENTOS Al Dr. Francisco Gabriel Vázquez Cuevas y la Dra. Anaid Antaramian Salas, por confiar en mí e incluirme en sus proyectos, permitiéndome aportar conocimiento, aprender y brindarme apoyo y paciencia. A la Dra. Verónica Mireya Rodríguez Córdova y Dra. Rebeca Corona García-Cabral, por ser miembros de mi comité tutor de una manera activa, crítica y con el apoyo suficiente y necesario para lograr este proyecto, y por sus aportaciones para mejorarlo. A la M. en C. Adriana González-Gallardo de la Unidad de Proteogenómica (INB, UNAM), por su invaluable apoyo y acompañamiento estos meses. A la Dra. Alejandra Castilla León y M.V.Z. José Martín García Servín del Bioterio (INB, UNAM) por facilitarme los animales de experimentación. A la Dra. Olivia Vázquez-Martínez por el apoyo técnico recibido en el laboratorio de fisiología celular. A la Biól. María Soledad Mendoza Trejo por el apoyo en los estudios de actividad locomotora. A la Dra. Xóchitl Zambrano Estrada de la UAQ por su colaboración en el estudio histopatológico. A la M. en C. Irma A. González Luna por su apoyo técnico. A la Dra. Deisy Gasca Martínez, Responsable de la Unidad de Análisis Conductual (INB, UNAM). Al personal de la Unidad de Microscopía por su invaluable apoyo en el procesamiento de los cortes histológicos, especialmente en las tinciones y uso del microscopio: Dra. Ericka A. de los Ríos Arellano, ISC. Elsa Nydia Hernández Ríos e IBQ. Ma. De Lourdes Palma Tirado. Al personal del INB que me apoyó de alguna manera: Dra. Maricela Luna (Coordinadora del Programa de Maestría), M. en C. Leonor Casanova, Dra. Nuri Aranda, Lic. Lourdes Lara Ayala (audiovisual), Lic. Francisco Valles y demás personal de la biblioteca. A mis compañeros que me enseñaron alguna técnica o parte de ésta: al Biól. José Almonte, la médica Jovana Pastén y a la M. en C. Patricia Juárez. A mi familia por el apoyo, el amor, la ternura y la paciencia que contribuyeron a lograr este proyecto: Omar, Monse, Fer, Amanda, Madre, Padre, Ani, Yorch, Ainhoa, Aldo y Axi. 6 ÍNDICE ÍNDICE ............................................................................................................................ 6 RESUMEN ....................................................................................................................... 7 SUMMARY ...................................................................................................................... 8 MARCO TEÓRICO .......................................................................................................... 9 OBJETIVOS .................................................................................................................. 27 1. Modelo experimental: ligadura del conducto biliar en ratón ................................... 28 2. Diagrama de flujo del diseño experimental............................................................. 29 3. Registro semanal de peso ...................................................................................... 29 4. Pruebas conductuales: olfativa y actividad locomotora .......................................... 30 4.1 Prueba olfativa: habituación y deshabituación .................................................. 30 4.2 Prueba de actividad locomotora en registro de campo abierto ......................... 32 5. Concentración de amonio en suero sanguíneo ................................................... 33 6. Análisis histológico ................................................................................................. 33 7. Análisis del nivel de expresión de los transcritos de interés ................................... 34 8. Extracción de ácido ribonucléico mensajero (mRNA) y reacción de transcripción reversa ....................................................................................................................... 34 8.1 Reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (cuantitativa) ................. 35 RESULTADOS .............................................................................................................. 37 1. La LCB no induce cambios en la ganancia de peso corporal ................................. 37 2. La LCB conduce a hiperamonemia ........................................................................ 37 3. Existen alteraciones histopatológicas severas inducidas porla LCB. .................... 38 4. La ligadura de conducto biliar en ratones indujo cambios conductuales ................ 41 4.1 La LCB altera la habilidad para discriminar los aromas, pero no la latencia de olfateo ..................................................................................................................... 42 4.2 La LCB modifica la actividad locomotora de ratones C57BL/6J a las 8 semanas postcirugía .............................................................................................................. 42 4.3 La distancia total es diferente entre ambos grupos ........................................... 44 4.4 El patrón de tiempo en movimiento se modifica en el grupo de ratones LCB ... 44 4.5 El conteo de episodios de estereotipias es diferente en el grupo experimental 45 4.6 Los ratones con LCB recorren mayor distancia en el centro a las 18 y a las 21 horas ....................................................................................................................... 45 5. Regulación de transcritos de elementos del inflamasoma P2X7/NLRP3 en la corteza prefrontal y en el bulbo olfatorio de ratones con LCB. ................................... 46 DISCUSIÓN ................................................................................................................... 49 CONCLUSIONES .......................................................................................................... 53 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .............................................................................. 54 7 RESUMEN La encefalopatía hepática (EH) es una enfermedad comúnmente derivada de la cirrosis biliar, que provoca disfunción cerebral. Se ha propuesto que la inflamación crónica contribuye a su desarrollo. La señalización purinérgica está involucrada en el proceso inflamatorio, y el ATP, actuando como patrón molecular asociado al daño (DAMP) a través el receptor P2X7, modula la inflamación debido a que induce la activación del inflamasoma NLRP3, aunque se desconoce si juega un papel en la neuroinflamación asociada a la EH. Nuestro objetivo fue determinar si la ligadura de conducto biliar (LCB), induce la activación del receptor P2X7 en el sistema nervioso central (SNC), induciendo la actividadexpresión de componentes del inflamasoma NLRP3. En ratones C57BL/6J se estandarizó un modelo de LCB para inducir fibrosis, hiperamonemia y EH temprana. Antes y después de la cirugía, los ratones fueron sometidos a dos pruebas conductuales: discriminación olfatoria y actividad locomotora, con el fin de detectar alteraciones en el bulbo olfatorio y en la corteza prefrontal. Se evaluó el grado de daño hepático por tinción tricrómica de Masson y hematoxilina-eosina y se cuantificó el amonio en sangre. En el bulbo olfatorio y la corteza prefrontal se analizó la expresión relativa de los genes Casp1, IL-1β y P2X7 por medio de PCR en tiempo real. En animales con LCB se observó un aumento en la concentración plasmática de amonio y diversas alteraciones de la arquitectura hepática, confirmando que la LCB induce disfunción del órgano. Los resultados de las pruebas conductuales revelaron diferencias significativas en la actividad locomotora y las pruebas olfatorias entre el grupo experimental y el grupo con operación simulada (OS), sugiriendo la presencia de EH. Así mismo, en los animales con LCB la abundancia relativa de los genes IL-1β y P2X7 en la corteza prefrontal fue mayor, no así en el bulbo olfatorio. En conjunto nuestros resultados sugieren que la LCB induce la actividad del inflamasoma NLRP3 en regiones específicas del SNC. 8 SUMMARY Hepatic encephalopathy (HE) is a biliary cirrhosis-derived disease that causes cerebral, cognitive, and behavioral alteration. Chronic inflammation has been proposed to contribute to the development of HE. ATP, acting as a Damage Associated Molecular Pattern, is involved in the neuroinflammation associated with HE, specifically through P2X7 receptor that induce the aggregation of the NLRP3 inflammasome. Our objective was to determine if the ligation of bile duct (LBD) induces an increment in the expression of ATP/P2X7/NLRP3 inflammation in correlation with cognitive and behavioral changes. LBD was standardized in C57BL/6J mice to induce fibrosis, hyperammonemia, and early HE. Mice were subjected to two behavioral tests, olfactory discrimination and locomotor activity, in order to detect alterations in the olfactory bulb and in the prefrontal cortex. We assessed the degree of hepatic fibrosis by Masson´s trichrome staining and hematoxylin-eosin staining, and quantified the ammonium in blood. The relative expression of the genes Casp1, IL-1β, and P2X7 in the olfactory bulb and the prefrontal cortex was analyzed by real time PCR. In LBD animals, an increase in the plasma concentration of ammonium and various alterations of the hepatic architecture were observed, confirming that the LBD induces hepatic disease. The results of the behavioral tests revealed significant differences in the locomotor activity and the olfactory tests between the LBD and sham groups, suggesting the presence of HE. Likewise, in animals with LBD the relative abundance of genes IL-1β and P2X7 was greater in the prefrontal cortex but not in the olfactory bulb. Overall, our results suggest that LBD induces NLRP3 inflammasome activity in specific regions of the CNS. 9 MARCO TEÓRICO ENFERMEDAD CRÓNICA HEPÁTICA El hígado participa en el procesamiento de nutrientes, en la obtención y almacenamiento de energía, y en la eliminación de xenobióticos. Cuando su integridad se ve comprometida por diversos factores como consumo excesivo de bebidas alcohólicas, absceso hepático amebiano, hepatitis viral o intoxicación farmacológica, el hígado experimenta daño, y cuando este daño es crónico, se presenta la Enfermedad Crónica Hepática (ECH). La primera etapa característica de la ECH es la fibrosis, la cual se caracteriza por la acumulación aberrante de fibroblastos y la acumulación de matriz extracelular (MEC), con lesiones inflamatorias y alteraciones estructurales (Huang et al., 2017). Normalmente, la matriz extracelular se compone de fibras nerviosas, fibras de colágena tipo I y III, metaloproteinasas y componentes de la membrana basal y en los espacios sinusoidales se encuentran las células estrelladas hepáticas (CEH). En condiciones normales, las CEH cumplen varias funciones del hígado, como por ejemplo almacenar vitamina A y controlar la comunicación celular al liberar mediadores intercelulares, regulando su homeostasis. Cuando ocurre una lesión crónica del tejido hepático resultante de cualquier origen, tanto las CEH como las células productoras de la MEC sufren un proceso anormal que se denomina “activación”, el cual es un proceso patológico que se caracteriza por la pérdida de las típicas gotas de grasa, el aumento del número y del tamaño de las células, y la transdiferenciación fenotípica a células proliferativas, fibrogénicas y contráctiles muy similares a los miofibroblastos. La MEC sufre modificaciones en su composición y señalización celular, dando como resultado una serie de diversos estímulos patológicos locales. Dentro de esta compleja señalización, los de mayor importancia son los mediadores inductores de la proliferación y/o motilidad celulares como factores de crecimiento; mediadores fibrogénicos como el factor transformador del crecimiento tipo b1 (TGF-b1) y la interleucina 6, así como el aumento en la producción de colágeno tipo IV, laminina y entactina; mediadores inductores de la contracción de las CEH tales como la 10 endotelina-1, la trombina, la angiotensina II y la vasopresina; y mediadores con actividad antiinflamatoria y antifibrogénica: la interleucina 10 y el inteferón gamma. Además,durante este proceso se ven implicadas las especies reactivas de oxígeno (ROS), afectando el desarrollo y la progresión de diversas enfermedades debido a que son metabolitos tóxicos, conduciendo a la célula a la muerte (Sarem et al., 2006). Los hepatocitos son las células más abundantes del hígado, y forman el parénquima hepático, donde cumplen sus funciones. En la ECH el parénquima se daña y se promueve la apoptosis o la regeneración compensatoria de hepatocitos y al mismo tiempo se genera inflamación, fibrogénesis y desarrollo de fibrosis. Debido a la organización de la circulación hepática, los hepatocitos son las primeras células que reciben los estímulos dañinos. Como respuesta, estas células liberan patrones moleculares de daño o DAMP´s cuya señalización induce la activación de las células estelares y estimulan a los miofibroblastos (Zhou et al., 2014). En este proceso también participan las células de Kuppfer y las células sinusoidales (Zhou et al., 2014). Las células estelares hepáticas, que almacenan vitamina A, secretan matriz extracelular y producen colágena, sufren un proceso de transdiferenciación transformándose en miofibroblastos (MFB) productores de colágena I, por lo que a éstos se les ha atribuido un papel precursor en la fibrosis (Hua-Zhong et al., 2017). Las células de Kuppfer son macrófagos especializados que residen sobre las paredes de los sinusoides hepáticos, cuya activación contribuye al proceso fibrótico (Zhou et al., 2014). Las CEH activadas adoptan una estratégica ubicación perisinusoidal; extienden a partir de sus cuerpos varias prolongaciones primarias de 20 µm de longitud que corren a lo largo de uno o más sinusoides, semejando forma ameboide, revelando que su contracción y relajación responde a los mediadores tensoactivos (Sarem et al., 2006) El parénquima hepático fibrótico en estado crónico llegará a un punto de no retorno, tornándose cirrótico y finalmente se transformará en hepatocarcinoma. El cáncer es el resultado de la acción de citocinas, quimiocinas y metabolitos diversos, que en conjunto crean un microambiente propicio para la transformación de hepatocitos cirróticos en tumorales (Nishida y Kudo, 2017). El hígado dañado experimenta la interrupción parcial o total del flujo de bilis del hígado hacia el duodeno, condición conocida como colestasis. La bilis se compone de 11 sales biliares que son fuertes detergentes indispensables para la extracción y emulsificación de lípidos en el intestino, además de que contiene productos endógenos y toxinas resultantes del funcionamiento del hígado, muchos de ellos ricos en amoniaco derivado de la descomposición de las proteínas provenientes de la dieta. La acumulación de las sales biliares en el parénquima hepático causa daños a nivel celular, que inician con una cascada de eventos inflamatorios y fibrogénicos. Según la Organización Mundial de la Salud (2018), el hepatocarcinoma es el cáncer con mayor número de muertes al año junto con el cáncer de pulmón, estómago, colon y mama. Encefalopatía hepática En ocasiones, la enfermedad crónica hepática conduce a la Encefalopatía Hepática (EH), que es una disfunción cerebral severa. La EH se manifiesta a través de un amplio espectro de anormalidades neurológicas o psiquiátricas en el rango de alteraciones subclínicas hasta el coma. Del 5 al 25% de los pacientes con cirrosis desarrollan EH durante los siguientes 5 años a su diagnóstico (Cisneros-Garza et al., 2009; Vilstrup et al., 2014). El paciente se ve alterado en la atención, la memoria de trabajo, velocidad psicomotora y la habilidad visoespacial. Conforme la enfermedad avanza, se aprecian cambios en la personalidad como apatía, irritabilidad y desinhibición, además de disfunciones motoras (Vilstrup et al., 2014; Luo et al., 2015). En México en el año 2018, las principales causas de muerte fueron las enfermedades cardiovasculares, seguidas por la diabetes mellitus y los tumores malignos (Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática INEGI, 2018), dentro de los cuales se ubica el carcinoma hepatocelular y cuya incidencia ha aumentado en las últimas décadas (González-Huezo et al., 2019), prevaleciendo las muertes por padecimiento hepático (INEGI, 2018). En etapas avanzadas, la enfermedad hepática puede inducir a la encefalopatía hepática en un 28% de los casos de cirrosis (Torre-Delgadillo, 2011) lo que representa un riesgo económico potencial por manifestarse principalmente en adultos productivos de entre 35 y 55 años de edad (Cisneros-Garza et al., 2009) con alteraciones subclínicas hasta en un 84% (Torre- 12 Delgadillo, 2011). En México, se ha previsto que hacia el año 2020 existirán aproximadamente 1.5 millones de casos de hepatopatía crónica que serán susceptibles de EH, lo cual implicará un serio problema de salud pública (Torre-Delgadillo, 2011). Efecto de la hiperamonemia en el sistema nervioso central Uno de los factores que causan la encefalopatía hepática es la intoxicación cerebral por el exceso de amonio (Carrillo et al., 2008). El amonio (NH4+) deriva de la disociación del amoniaco (NH3) acumulado en el organismo y que atraviesa la barrera hematoencefálica provocando inflamación sistémica, neuroinflamación e intoxicación de la sangre (Luo et al., 2015) (figura 1). La inflamación crónica derivada de la hiperamonemia puede ser un elemento importante para el establecimiento de la EH durante la enfermedad crónica hepática (Abshagen et al., 2015). La muerte por coma hepático se presenta comúnmente porque la concentración de amonio en la sangre llega a 5 mM, por lo general en etapa cirrótica (Szerb y Butterworth, 1992). La principal hipótesis para explicar la toxicidad por amonio propone que en el SNC la estabilidad de los astrocitos y las neuronas se afecta cuando se aumentan los niveles de amonio (NH4+) en el cerebro. De manera regular la enzima glutamino sintetasa de los astrocitos forma glutamina a partir de amonio y glutamato (glu) (Szerb y Butterworth, 1992), no obstante, cuando la capacidad metabólica de los astrocitos es rebasada, el exceso de amonio eleva la osmolaridad intracelular, causando edema y daño a los astrocitos y, por lo tanto, inflamación (Carrillo et al., 2008). El amoniaco NH3 se convierte en NH4+ a razón del cambio en el pH de la sustancia que lo contiene. En la neurona presináptica, el ión amonio (NH4+) inhibe la liberación de glutamato, impidiendo la generación del potencial de acción (Szerb y Butterworth, 1992). El efecto es la reducción de la efectividad del glutamato liberado al espacio sináptico, alterando el metabolismo de neuronas y astrocitos, además de afectar la integridad del ciclo de la glutamina. Durante la hiperamonemia persiste el exceso de glutamina y la falta de glutamato en los astrocitos, afectándolos ya sea por el exceso de NH3 o de que la glutamina sintetasa no sea suficiente porque esta última no se activa en esta condición. 13 Por otra parte, durante la hiperamonemia se disminuye la densidad de receptores a glutamato, lo que reduce las entradas excitatorias de las neuronas inhibitorias, causando menor liberación de GABA (ácido gama-aminobutírico). El ión amonio (NH4+) inhibe la liberación de glutamato por parte de la neurona presináptica y también se inhibe la síntesis de glutamina, impidiendo la generación del potencial de acción. Otro efecto de la hiperamonemia crónica es que se aumenta la recarga de triptófano y de serotonina, y se cree que el exceso de ésta disminuye los niveles de dopamina y de noradrenalina, induciendo el coma (Szerb y Butterworth, 1992). Por otra parte, el NH3 puede ingresar a la célula a través de los canales de Na+ y K+, y en forma de ión amonio NH4+; cuando esto ocurre, induce la despolarización de la membrana por la inactivación parcial de los canales de Na+ voltaje-dependientes,facilitado por la pérdida de K+ (Szerb y Butterworth, 1992). Otros efectos perjudiciales de la hiperamonemia sobre el SNC ocurren en el bulbo olfatorio y en la corteza cerebral, a través de la acumulación de Ca2+. Esta acumulación de Ca2+ afecta la actividad del complejo α-cetoglutarato deshidrogenasa, cuya mayor actividad se observa en el bulbo olfatorio, seguida por el mesencéfalo y al final, por la corteza cerebral. Además, la α-cetoglutarato deshidrogenasa se encarga de mediar el daño celular por estrés oxidativo, por lo que su alteración tiene efectos sobre los ciclos metabólicos, siendo el bulbo olfatorio una de las primeras estructuras en denotarlo (Gibson et al., 2005). Las altas concentraciones de amonio en la sangre también tienen efectos a nivel molecular en otras estructuras dentro del SNC. El amonio altera la neurotransmisión GABAérgica inhibitoria por reducción de la actividad de la enzima glutamato decarboxilasa, cuya consecuencia es la sobrerregulación de receptores a GABA, aumentando la inhibición neuronal por aumentar el tono GABAérgico. Este hecho contribuye a comprender los mecanismos por los cuales se alteran algunas funciones cognitivas como la capacidad olfatoria y la actividad locomotora (Zucco et al., 2006; Burnstock y Verkhratsky, 2012). 14 Figura 1. Patogenia de la EH en hígado cirrótico. La degradación de proteínas en el intestino grueso libera amoniaco el cual es transformado a glutamina por la enzima glutamina sintetasa a través de la microbiota colónica. Esta glutamina puede pasar al músculo y ser utilizada como glutamato durante la neurotransmisión. El resto del amoniaco intestinal que no fue procesado a glutamina, será absorbido por la pared intestinal y pasará a la sangre para ser enviado al hígado, donde será metabolizado en urea. El hígado sano envía la urea al riñón para eliminarse por la orina, y una parte del amoniaco también será llevada al cerebro donde será añadida al glutamato para convertirse en glutamina. También el exceso de amoniaco puede ser transformado a glutamina en el cerebro, con ayuda de los astrocitos. Finalmente, en la terminal presináptica el glutamato será recuperado de la glutamina, y funcionará como neurotransmisor, activando alguna señal neuronal. Recuperado de www.epgonline.org el 16 de mayo de 2019. Por otro lado, la inflamación sistémica suele presentarse en el tracto gastrointestinal y conducir a sepsis por la mala fagocitosis derivada del exceso de amoniaco. En estas condiciones se presentan altos niveles de citocinas proinflamatorias (incluyendo factor de necrosis tumoral alfa o TNF-α) e interleucinas (ILs) (Luo et al., 2015). Aunque estas moléculas no atraviesan la barrera hematoencefálica, sí pueden modificar su permeabilidad y entonces las citocinas periféricas podrían enviar sus efectos al cerebro por cualquiera de estas tres vías: a) el nervio vago, que transmite señales al cerebro desde los tejidos periféricos; b) la vasculatura cerebral, la cual manda señales a través de segundos mensajeros producidos en respuesta a las CEREBRO Astrodto GLN- ~ BHE FLORA COLÓNICA INTESTINO http://www.epgonline.org/ 15 citocinas, como óxido nítrico (NO) y los prostanoides; y c) por medio de una acción directa al parénquima cerebral en regiones donde no existe barrera hematoencefálica. (Luo et al., 2015). EFECTOS INMEDIATOS DE LA EH SOBRE EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL La EH y el sistema olfativo Muchas conductas del ratón incluyendo el aprendizaje, la memoria, la interacción social, el miedo y la ansiedad, están estrechamente relacionadas con la función olfatoria (Zou et al., 2016). Aunque se sabe que el olfato se daña de manera temprana en las enfermedades neurodegenerativas, existen pocos estudios que relacionen la pérdida de la capacidad olfatoria con las enfermedades hepáticas que desencadenan desórdenes cerebrales (Zucco et al., 2006, Coronas-Sámano et al., 2014). En el caso de la EH, se considera que la hiperamonemia tiene un efecto deletéreo en las sinapsis excitatorias e inhibitorias, por lo que la función del bulbo olfatorio se ve alterada (Zucco et al., 2006). Aunque existe evidencia de anosmia en pacientes humanos con EH temprana (Zucco et al., 2006) y que se sabe que la función olfatoria se ve afectada en pacientes humanos con cirrosis dependiendo de la gravedad de la encefalopatía hepática (Heiser et al., 2018), no existen estudios sobre la capacidad olfatoria en modelos de cirrosis e hiperamonemia. La EH afecta la actividad locomotora Se sabe que la exposición crónica a algún agente neurotóxico modifica los sistemas antioxidantes y elementos dopaminérgicos, lo que provoca cambios en la actividad locomotora (Rodríguez et al., 2010). En ratones con ligadura de conducto biliar (LCB) y en ratas alimentadas con manganeso a los que se ha aplicado la prueba de campo 16 abierto se ha observado que éstos pasan la mayor parte del tiempo en la periferia del campo, exhibiendo estado de ansiedad (Ferreira et al., 2017), por lo que esta prueba en roedores permite detectar la EH derivada de la hiperamonemia. En estos modelos se ha desarrollado hiperamonemia, y se considera que afecta la corteza cerebral encargada de las funciones ejecutivas (Ferreira et al., 2017; Li et al., 2017). COMUNICACIÓN PURINÉRGICA El sistema purinérgico Los nucleósidos y los nucleótidos son elementos muy importantes que participan en diferentes fenómenos bioquímicos. Un nucleósido se compone de una base nitrogenada unida a una ribosa o desoxirribosa. Los nucleótidos resultan de la unión de un nucleósido (adenosina, por ejemplo) con uno, dos o tres fosfatos identificados con las letras griegas α, β o γ, y se llamarán adenosina monofosfato (AMP), adenosina bifosfato (ADP) y adenosina trifosfato (ATP) respectivamente. De acuerdo con el tipo de base nitrogenada que posean, los nucleósidos y sus nucleótidos se denominan purinas o pirimidinas. Los nucleósidos adenosina (ADO) y guanosina son purinas, mientras que la uridina, la timidina, y la citocina son pirimidinas (Lazarowski y Schwarzbaum, 2009; Burnstock y Verkhratsky, 2012). Los nucleótidos se encuentran en la célula casi siempre libres en forma de nucleósido trifosfato, el más abundante de los cuales es el ATP (Lazarowski y Schwarzbaum, 2009). El ATP es un mensajero autócrino y parácrino en diversos procesos celulares. Un incremento de cualquier magnitud en la permeabilidad de la membrana resulta en la salida de ATP, y este aumento en la concentración extracelular del nucleótido es capaz de iniciar una cascada de señalización al activar receptores específicos (Roman y Fitz, 1999). De hecho, algunos receptores purinérgicos son activados bajo concentraciones nanomolares en condiciones fisiológicas (Roman y Fitz, 1999; Adinolfi et al., 2018). El ATP intracelular puede ser liberado por células dañadas, también por daños mecánicos, deformación de la membrana o a través de proteínas de la membrana como panexinas 17 o conexinas, así como por el receptor purinérgico P2X7 (Adinolfi et al., 2018; Thorstenberg et al., 2018; Giuliani et al., 2019). Una vez en el espacio extracelular, el ATP puede convertirse en adenosina por acción de las ectonucleotidasas, de las cuales se conocen 4 familias: (1) ENTPD/CD39 (ectonucleotidasa trifosfato difosfohidrolasa) que forma AMP de ATP/ADP; (2) ENPP (ectonucleotido pirofosfatasa) forma AMP de ATP/ADP-ribosa; (3) fosfatasa alcalina, que hidroliza diferentes nucleótidos para ser transformados en ADO; y (4) NT5E (ecto- 5´-nucleotidasa) que forma la ADO a partir de AMP (Diaz-Muñoz et al., 2018; Giuliani et al., 2019). El ATP como neurotransmisor El estudio de las purinas inició hace más de 200 años. En 1776 se aisló ácido úrico a partir de piedras biliares, y fue muchos años después, a finalesdel siglo XIX cuando se descubrieron las purinas principales (adenina, xantina e hipoxantina), y las pirimidinas (timina, citosina y uracilo) por Ludwig Karl Martin Leonhard Albrecht Kossel (1853- 1927). En 1929, el ATP (adenosina 5-trifosfato) fue descubierto por dos grupos científicos de manera independiente: por Karl Lohmann en Alemania y por Cyrus Hartwell Fiske y Yellagaprada SubbaRow en los Estados Unidos (Burnstock y Verkhratsky, 2012). Para 1949, ya se tenía la idea de que el ATP es una molécula energética, y desde 1914 se conoce que la adenina provoca efectos hipotensivos en el sistema cardiovascular. En las siguientes décadas se hicieron experimentos en el músculo esquelético de rana y en el corazón de cerdo, con el fin de conocer los efectos de la adenina sobre los tejidos. La primera indicación de que el ATP actúa como neurotransmisor en el SNP (sistema nervioso periférico) fue cuando Holton y Holton propusieron que el ATP liberado de nervios sensoriales durante la estimulación antidrómica del nervio auricular, causaba vasodilatación en la arteria auditiva del conejo (Burnstock y Verkhratsky, 2012). Desde 1948 se ha reportado que la inyección de ATP tiene efectos fisiológicos 18 excitatorios en diversos tejidos, y en pacientes esquizofrénicos y con depresión neurótica se observó que tienen niveles altos de ATP en sangre y de AMPc (adenosín monofosfato cíclico) en orina, lo que sugiere que las purinas juegan un papel importante en las funciones cognitivas y emocionales del cerebro. En 1972, Burnstock et al. presentaron evidencia de que, en preparaciones de intestino de varios mamíferos mediante aplicaciones de ATP exógeno se observó una respuesta similar a la estimulación en nervios no-adrenérgicos no-colinérgicos (NANC), demostrando la hipótesis de que una purina actúa como neurotransmisor en estos nervios ya sea de manera excitatoria o inhibitoria. Esta purina resultó ser un nucleótido de adenina, el ATP (Burnstock et al., 1972). Los receptores purinérgicos Los receptores purinérgicos son proteínas de la membrana plasmática que unen con alta afinidad a nucleósidos y nucleótidos. Se conocen 2 familias principales, P1 y los P2. Los P1 o ADORA son afines a la adenosina y pertenecen a la superfamilia de receptores acoplados a proteínas G (GPCR). Los receptores P2 unen nucleótidos de adenina y uridina y se subdividen en P2Y, que son receptores acoplados a proteínas G GPCR y P2X que son canales iónicos activados por ligando (figura 2) (Roman y Fitz, 1999; Díaz-Muñoz et al., 2018). Los receptores P2X funcionales se conforman de 3 subunidades, y a la fecha se conocen 7 genes que codifican para las subunidades P2X1 a P2X7, cada subunidad posee dos dominios hidrofóbicos que cruzan la membrana plasmática (figura 3), formados por 20-30 aminoácidos mayoritariamente no polares. Ambos dominios hidrofóbicos están unidos entre sí por una extensa cadena extracelular de aminoácidos predominantemente polares. Dos dominios hidrofílicos relativamente pequeños se expanden hacia el interior de la célula formando los segmentos amino- (NH3+) y carboxi- (COO-) terminales de estos receptores. Como mencionamos los receptores funcionales son homo- o hetero-trímeros de estas subunidades. La unión con su agonista resulta en 19 la apertura de un poro selectivo, el influjo de iones de Na+ y Ca2+ y el eflujo de K+ (Lazarouski y Schwarzbaum, 2009). Figura 2. Clasificación de los receptores purinérgicos. Los receptores purinérgicos se subdividen en dos tipos: P1 y P2. Los P1 también llamados ADORA son receptores acoplados a proteínas G (GPCR), y son afínes a la adenosina. Los receptores P2 tienen afinidad por ATP, ADP, UTP y UDP, y se subdividen en P2X y P2Y. Los P2Y son GPCR mientras que los P2X son canales iónicos activados por ligando. Modificado de Roman y Fitz (1999) con base en Giuliani et al. (2019). Los transcritos de las subunidades de P2X (1 a 7) se han descrito en diversos órganos como el intestino delgado, el intestino grueso y el hígado fetal (Vázquez- Cuevas, 2006). También se ha reportado su expresión en células inmunitarias incluyendo monocitos, macrófagos, neutrófilos, linfocitos y mastocitos (Savio et al., 2018; Roman y Fitz, 1999, Valdez-Morales, 2011). Por otra parte, la expresión y función citotóxica del receptor P2X7 está altamente relacionada con el desarrollo de procesos neurodegenerativos que incluyen inflamación (Wen et al., 2017). En células gliales e inmunes, se ha visto que la activación por altas dosis de ATP provoca entradas importantes de Ca2+ y salidas de K+. También se ha encontrado la presencia del Receptores purinérgicos Receptores Pl Agonist as: adenosina Antagonist as: xantinas Recept ores P2 ATP, ADP, UTP, UDP ninguno ~ ~ A1 A 2a A 2b A3 P2X1_7 P2Y 1, 2, 4, 6, 11-14 Adeni lilciclasa 0 (±) ~ (±) 0 • • Estructura: GPCR Cana l iónico GPCR acoplado a ligando 20 receptor P2X7 en terminales presinápticas donde parece tener un papel importante en la modulación de la liberación de neurotransmisores, incluyendo GABA y glutamato, pero es necesario agregar estudios sobre el papel de este receptor en neuronas (Valdez-Morales, 2011; Sperlágh et al., 2014). El receptor purinérgico P2X7 P2X7 es un receptor canal catiónico no selectivo activado por ATP extracelular (eATP). con la capacidad de regular el flujo de Na+, K+ y Ca2+. Su activación induce diversos eventos río abajo, incluyendo la liberación de moléculas inflamatorias, proliferación celular y muerte, eventos metabólicos y fagocitosis. De manera muy particular, este receptor requiere concentraciones mayores a 100 µM de eATP para ser activado, y se sabe que este receptor se encuentra en muchos tipos celulares. Específicamente en el SNC, se ha demostrado la presencia de este receptor en células gliales y neuronas (Sluyter, 2017). El receptor P2X7 ha cobrado especial interés porque su extremo citoplásmico carboxilo terminal posee regiones homólogas al factor de necrosis tumoral y dominios de muerte (Di Virgilio et al., 2017; Savio et al., 2018) (figura 3). Notablemente el receptor P2X7 puede ser activado por ATP en concentraciones altas (EC50 ≥ 1 mM bajo condiciones fisiológicas), lo que lo asocia a condiciones patológicas (Toki et al., 2015; Karasawa y Kawate, 2016). En lo que se refiere a su farmacología, el receptor P2X7 puede ser activado eficientemente con 2, 3-O-(4- benzoylbenzoyl)-ATP (BzATP), el cual es 30 veces más potente que el ATP, y es antagonizado por los cationes divalentes Ca++>Mg++>Zn++>Cu++, el ácido piridoxal- fostato-6-azofenil-17 2´, 4´- disulfónico (PPADS), y más selectivamente por el ATP oxidado (oATP 100 µM), el 18 derivado de isoquinolona KN-62, y Azul brillante G (BBG, por sus siglas en inglés 19 Brilliant Blue G), el calmidazolium (10nM) y el KN-62 (North, 2002; Valdez, 2011). Si se estimula con concentraciones bajas de agonistas (BzATP 3.2 μM o ATP 320 μM), el receptor P2X7 genera una corriente monofásica, con una amplitud máxima que oscila entre 10 y 100 pA, y bajo estas condiciones experimentales el receptor se desensibiliza lentamente (hasta 147 s) (Khadra et al., 2013). 21 Figura 3. Estructura de la subunidad P2X. Topología de la subunidad del receptor P2X7 en una vista hipotética, basada en estudios hechos con receptores P2X1 y P2X2. Tomado de Valdez-Morales, 2011). El receptor P2X7 y su papel en el ensamblaje del inflamasoma NLRP3 Cuando el ATP extracelular (eATP) se une al receptor P2X7 se abren conductancias que corresponden al influjo de Na+ y Ca2+, y eflujo de K+. El eflujo de K+ intracelular induce la activación de la cinasa NEK7. Esta es la señal que gatilla la agregación del inflamasoma NLRP3 (NOD-like receptor; nucleotide binding oligomerization domain – containing protein). El ensamblaje del inflamasomarealiza la maduración de citocinas Aminoácidos gllcosllados Puentes disutfuro o o Clst nas conservadas o Sitio proteína clnasa C • Amino cidos arom ticos o Dominio extracelular 1 Dominio transmembranal Dominio intracelular Pu d n coordinar fosfatos del A TP Mot1vo YXXXK Involucrado en unión de protones Involucrado en la unión d z 22 inflamatorias y la secreción de IL-1β e IL-18 (figura 4). Así, el eATP actuando a través del receptor P2X7 es una señal para la activación del inflamasoma NLRP3, induciendo tanto la maduración como la liberación de citocinas proinflamatorias, por ejemplo, de IL- 1β y de IL-18 (Vázquez-Cuevas, en prensa) En varios tipos celulares el eATP se considera parte de la respuesta inflamatoria pues al actuar sobre el receptor P2X7 activa por una interacción directa al inflamasoma NLRP3, y en una concentración de entre 0.5 a 1 mM es capaz de inducir necrosis y daño extensivo, por lo que el receptor P2X7 es un sensor de daño celular y un iniciador del inflamasoma (Haanes et al., 2012; Adinolfi, 2018). El inflamasoma NLRP3 se compone de proteínas responsables de mediar la transducción de la señal de caspasas inflamatorias por medio de un dominio de reclutamiento (dominio CARD, caspase activation and recruitment domain), un dominio pirina (PYD) y un dominio IAP (inhibitor of apoptyosis domain). En la región carboxiterminal tiene una secuencia repetitiva rica en leucinas (LRR) (Hernández y Urcuqui, 2012). El inflamasoma pertenece la superfamilia de proteínas de muerte (Suárez y Buelvas, 2015; Redondo-Castro et al., 2018), e interactúa con el receptor P2X7 (Adinolfi et al., 2018). El inflamasoma es un complejo multiproteico que promueve la maduración de citocinas proinflamatorias, particularmente las interleucinas IL-6, IL-1α, IL-18 y la IL-1β, por medio de la activación de la enzima Caspasa 1 (Casp1) y que da lugar al ensamblaje del inflamasoma, que puede ser finamente mediado por la proteína NLRP3 (Chen et al., 2018; Adinolfi et al., 2018). De estas moléculas, se considera que la IL-18 es un mediador del inflamasoma, de modo que influye en el establecimiento y permanencia de la inflamación (Amores-Iniesta et al., 2018). 23 Figura 4. Esquema que muestra el ensamblaje del inflamasoma NLRP3 y la cascada de señalización que madura las interleucinas proinflamatorias IL-18 e IL-1β. El ATP extracelular en concentración mM se acopla al sitio de unión del receptor P2X7, abriendo un megaporo y permitiendo de manera descontrolada la salida de K+ y la entrada de Na+ y Ca2+, alterando la conductancia de la membrana celular por un tiempo prolongado. El eflujo de K+ es sensado por NEK7, que activa el ensamblaje del inflamasoma NLRP3 por medio de los sitios ASC y CARD pertenecientes al inflamasoma, que son acopladores del ensamblaje. Una vez ensamblado el inflamasoma, la forma inmadura de la Casp1, proCasp1, se escinde y permite la maduración de la enzima Casp1, cuyo efecto será un aumento en la maduración de proIL-18 y proIL-1β, favoreciendo su liberación y modulando la respuesta inflamatoria en el tejido (Basado en Amores-Iniesta et al., 2017). El inflamasoma es un regulador muy fino de la maduración de interleucinas y por lo tanto del programa de inflamación del sistema inmunitario innato (Chen et al., 2018). Cuando el estado de producción de interleucinas inflamatorias es crónico, ocurre piroptosis de manera sostenida, provocando un estado permanente y cíclico de inflamación y muerte, dando como consecuencia la necrosis del tejido (Haanes et al., 2012; Amores-Iniesta et al., 2017; Adinolfi et al., 2018; Chen et al., 2018). -- Ca2• e· J ~ --·· ~ 24 Activación del receptor P2X7 durante la neuroinflamación La microglía es la estirpe celular de macrófagos residentes en el cerebro (Purves et al., 2018), y pertenecen a un grupo de fagocitos mononucleares que comprenden macrófagos tisulares periféricos, macrófagos asociados al SNC, células dendríticas y células derivadas de monocitos, de origen mieloide (Prinz y Priller., 2014). La activación del receptor P2X7 juega un papel muy importante en el procesamiento y la liberación de IL-1β en la microglía, que es un paso en la inducción de la respuesta inflamatoria. En células microgliales de ratón, el ATP permite la rápida maduración de IL-1β y de IL-18 por medio de la Casp1, que a su vez es parte del inflamasoma NLRP3 (Scheiblich et al., 2017). En un modelo de ratón con microglía activada por inyección de lipopolisacáridos periféricos se observó una inducción significativa en la expresión de mRNA tanto de IL- 1β como de IL-10 en la corteza cerebral motora. También se incrementó la producción de TNF-α y de IL-1β en el hipocampo, induciendo una reducción de la memoria sin muerte neuronal (Luo et al., 2015). En modelos de rata con colestasis inducida por ligadura del conducto biliar (LCB) se activó la microglía en el cerebro, se incrementaron los niveles de NO sintasa inducible, IL-1β y prostaglandina E2, y se dañaron las funciones motoras y cognitivas de la rata (Luo et al., 2015). Observando de manera integrativa la EH, se puede afirmar que la exposición crónica al amonio induce una respuesta inflamatoria que conduce a la neurodegeneración que caracteriza a esta enfermedad (Luo et al., 2015). La hiperamonemia dirige la acumulación de lactato en el cerebro y por tanto la activación de la microglía y el incremento en la producción de interleucinas inflamatorias. También se considera que la hiperamonemia actúa en sinergia con la inflamación en la EH. La hiperamonemia o la inflamación por sí solas no resultan en daños cognitivos, pero los efectos sinergísticos y crónicos de ambos son suficientes para inducir daños cognitivos en pacientes cirróticos con EH temprana (Luo et al., 2015), lo que sugiere que la inflamación es un modulador del efecto del amonio sobre el cerebro. 25 JUSTIFICACIÓN La encefalopatía hepática es un padecimiento que se desarrolla como consecuencia de la incapacidad metabólica del hígado fibrótico-cirrótico para procesar compuestos nitrogenados, condición que conduce a la acumulación sistémica de amonio teniendo un efecto altamente tóxico que en el SNC (McDermott, 1958). Este daño se observa en diversas alteraciones fisiológicas que reflejan un desbalance en las señales excitatorias e inhibitorias en el SNC. Desde el punto de vista neuroquímico y metabólico se han propuesto mecanismos que explican las alteraciones características de la EH, básicamente atribuidas a una disminución del tono glutamatérgico y un aumento en la transmisión GABAérgica (Albrecht y Jones, 1999), sin embargo, hacen falta modelos que permitan determinar los mecanismos implicados a nivel del SNC. En las últimas décadas se han sumado nuevos elementos a la descripción de los eventos celulares que participan en el establecimiento de la EH. Uno de ellos es el componente inflamatorio sistémico y del SNC; así, se ha documentado que los pacientes con Enfermedad Crónica Hepática presentan niveles elevados del TNF-α, IL- 1β e IL-6 en el suero sanguíneo (Tilg et al., 1992). Además, se ha descrito que existe correlación entre la severidad de la EH y las concentraciones circulantes de las IL-6 e IL-18 (Montoliu et al., 2009). Dado lo anterior, es necesario desarrollar modelos moleculares asociados a un proceso neuroinflamatorio a nivel del SNC derivado del daño hepático por obstrucción biliar. 26 HIPÓTESIS El receptor P2X7 participa en la inducción de la neuroinflamación en la EH inducida por la ligadura del conducto biliar. 27 OBJETIVOS Inducir la fibrosis hepática en ratones macho de la cepa C57BL/6J a través de la ligadura del conducto biliar (LCB). Detectar cambiosconductuales que revelen el establecimiento de la encefalopatía hepática. Analizar el nivel de expresión de los transcritos de P2X7, de la interleucina proinflamatoria IL-1β y de la enzima Casp1 en animales en los que se ha inducido la enfermedad hepática. 28 MATERIALES Y MÉTODOS 1. Modelo experimental: ligadura del conducto biliar en ratón El modelo experimental de LCB se estandarizó en ratones macho de la cepa C57BL/6J especie Mus musculus L., debido a que se cuenta con su mapa genético completo desde 2002, lo cual ha favorecido al estudio de diversas enfermedades humanas. Los ratones con 8 semanas de edad se alojaron en el bioterio durante dos semanas dentro de la habitación con el horario invertido, con periodo de oscuridad de 9 a 21 hrs. Para iniciar la cirugía, se anestesiaron con 200 L de ketamina-xilacina 4:1 (8 mL/kg) por vía intraperitoneal. Antes de iniciar la cirugía, se realizó la prueba de dolor, pinchando la cola o una pata del ratón, sabiendo que no reflejará dolor para entonces proceder. La composición de la muestra fue de 12 individuos con operación simulada (OS) y 16 con LCB. Los animales con ligadura del conducto biliar se denominaron grupo LCB y los animales con operación simulada (sin ligadura de colédoco pero con anestesia, incisión abdominal y sutura) se denominaron grupo OS. La cirugía se realizó 3 semanas después de que los animales ingresaron al bioterio, contando con 11 semanas de edad y 28 ± 2.4 gr de peso en promedio para ambos grupos. En el quirófano, bajo condiciones asépticas se cortó en línea media la piel y la musculatura del abdomen. Con pinzas se levantó el apéndice xifoides y se reveló la vesícula biliar, debajo del hígado. Con ayuda de agujas y pinzas de disección se levantó el conducto biliar que aparece como un filamento debajo de la vesícula y conectando hacia el estómago. El conducto se ligó con 2 vueltas de seda de gusano quirúrgica de calibre 4-0 asegurando la obstrucción de la salida de los jugos biliares hacia el peritoneo. Se regresaron los órganos a su lugar y se suturaron el abdomen y la piel con seda quirúrgica de gusano calibre 3-0. El ratón despertó de 30 a 40 minutos después de la aplicación de la anestesia (Butterworth et al., 2009). Todos los experimentos se hicieron de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana de la Secretaría de Agricultura (SAGARPA NOM-062-ZOO-1999), la cual cumple con los lineamientos del Institutional Animal Care and Use Committee Guidebook NIH Publication 80-23, 29 Bethesda, MD, USA, 1996 y fue aprobado por el Comité de Bioética del INB de la UNAM bajo el número de protocolo 85.A. Una vez realizada la cirugía, el ratón volvió a su jaula y fue alimentado ad libitum y agua corriente. Se dejaron transcurrir 5 días de recuperación. 2. Diagrama de flujo del diseño experimental Figura 5. Diagrama de flujo del diseño experimental 3. Registro semanal de peso Cada ratón fue pesado una vez por semana (figura 5). Al final se analizaron los datos por medio de un análisis de varianzas (ANDEVA) de medidas repetidas y t-student no apareada para determinar si existen diferencias en los diferentes momentos del registro. Disección de hígado - Registro semanal de peso corporal • Cirugía de ligación de conducto biliar para inducir la enfermedad hepática crónica • Identificar encefalopatía hepática a partir de cambios conductuales: análisis de discriminación olfatoria y de actividad locomotora • Disección de bulbo olfatorio y corteza prefrontal para cuantificar la expresión genética • Determinación de la expresión relativa de los transcritos de los componentes del inflamasoma P2X7/NLRP3 Concentración de amonio en suero sanguíneo 30 4. Pruebas conductuales: olfativa y actividad locomotora 4.1 Prueba olfativa: habituación y deshabituación En estudios recientes se ha investigado el impacto que las enfermedades hepáticas agudas, crónicas y en la etapa final tienen sobre el sentido del olfato, cuyos resultados sugieren que la función olfatoria se daña en diversos grados en la enfermedad hepática, siendo la disosmia y la hiposmia los síntomas más comunes. La hiperamonemia conduce a la neuroinflamación y ésta contribuye a daños cognitivos en ratas con encefalopatía hepática (Cauli et al., 2007; Cauli et al., 2019) más aún, la falta de umbrales en la habilidad para identificar los olores se asocia con la cirrosis hepática por daño en el SNC y no en el sistema nervioso periférico (SNP), pues la identificación del aroma se asocia con procesamiento de información en estructuras de alto orden como la neocorteza (Chen et al., 2016). En muchas enfermedades neurodegenerativas, de manera temprana se afecta la función del bulbo olfatorio, cuya detección la convierte en una potente herramienta para la pronta atención de una enfermedad del sistema nervioso central (Lehmkul et al., 2014). El bulbo olfatorio se compone por las células, que proyectan a la corteza cerebral, y su excitablidad es mediada por la vía del glutamato actuando a través de los receptores a glutamato-amino-3-hidroxi-5-methil-isoxazol-4-ácido propiónico (AMPA) y N-metil- d-aspartato (NMDA). El ácido gama-aminobutírico (GABA), que es liberado de las interneuronas inhibitorias, de las células periglomerulares y de las células granulares, también regulan la transmisión sináptica en el bulbo olfatorio. Los neurotransmisores GABA y glutamato, crean un sistema de procesamiento de información en el bulbo olfatorio principal, por lo que su concentración y movimiento a través de la sinapsis determinará la capacidad olfatoria. Se ha descrito que el exceso de glutamato hiperexcita a las células mitrales, las responsables de decodificar la información de los aromas, aumentando su tasa de disparo pero no la amplitud del potencial de acción (Chen et al., 2016). En el mismo estudio encontraron que la excitotoxicidad por bilirrubina facilita la transmisión sináptica glutamatérgica y el disparo intrínseco en las células mitrales, lo que puede contribuir a la hiperexcitación por bilirrubina, por lo cual sugieren que se trata de un posible mecanismo celular que explica la pérdida de la habilidad para identificar olores en pacientes con enfermedad 31 hepática. De ser así, es una gran herramienta para detectar el grado de daño en el bulbo olfatorio por la enfermedad hepática, que podría indicar daño en el SNC. Una prueba para conocer el estado funcional del bulbo olfatorio es la de habituación / deshabituación, y permite conocer la tendencia del animal para explorar nuevos estímulos y la permanencia del olfateo. Esta prueba se usa para saber si el ratón detecta y discrimina diferentes aromas, pudiendo usar estímulos sociales y no- sociales (Yang y Crawley, 2009). La habituación se define como el decremento progresivo normal de la exploración olfativa, siempre y cuando el estímulo se presente de manera constante. La deshabituación se define como la restauración en la exploración y la latencia de exploración cuando se presenta la novedad del estímulo olfatorio (Yang y Crawley, 2009). Los animales con olfacción normal reducirán significativamente su tiempo de olfateo cuando el estímulo es reintroducido por segunda y tercera vez (habituación) y se va a restaurar el primer tiempo de olfacción ante un olor novedoso, por lo que esta prueba de habituación/deshabituación nos indica si la olfacción es normal (Yang y Crawley, 2009). Como parte del diseño experimental de nuestro trabajo (figura 5), se aplicó esta prueba a los animales experimentales antes de la cirugía de ligación y tras haber transcurrido 6 semanas posteriores a ésta. La prueba consistió en presentar al ratón un aroma neutro (agua corriente) y dos aromas sociales (vainilla 10% y ácido acético 10%) en intervalosde 2 minutos de duración y con intervalo de 1 min entre un aroma y otro (Yang y Crawley, 2009). Se colocaron 10µL del aroma en un papel filtro adherido al fondo de un recipiente metálico que funcionó como vehículo para presentar el estímulo olfatorio sobre la jaula en el espacio del alimento, y así el ratón accede al aroma sin la posibilidad de tocarlo. La jaula que se utilizó fue de plástico, para ratón de bioterio, con cama nueva de aserrín y con restricción de alimento y agua. Esta prueba se repitió a las 48 horas con la variante de presentar los aromas sociales en orden invertido. Se registraron: a) la latencia, la cual se define como el tiempo que transcurre para que el ratón identifique un nuevo aroma en la jaula, y b) la permanencia de olfateo que se define como el tiempo que el animal olfatea y explora el estímulo olfatorio. Los tiempos se reportan en segundos y milisegundos. Estos datos se analizaron con la prueba estadística Wilcoxon para datos no paramétricos con un intervalo de confianza del 95%. 32 4.2 Prueba de actividad locomotora en registro de campo abierto Evaluar la actividad locomotora en un animal es la prueba más básica que permite explorar el estado funcional del cerebro y se ha visto que en enfermedades neurodegenerativas existen desórdenes del movimiento (Baltazar et al., 2014), como disfunción psicomotora, daños en la memoria, alteraciones sensoriales y confusión general (Ferreria et al., 2017). La actividad locomotora se evalúa para elucidar preguntas básicas, como los efectos de diferentes clases de drogas en el circuito que regula este tipo de conducta, o para evaluar las bases neurales de los ritmos etológicos o biológicos (Pierce y Kaliwas, 2007). Como parte de nuestro diseño experimental (figura 5), la actividad locomotora fue evaluada en cajas con fotoceldas horizontales que registran: a) la distancia total (cm) que el animal recorrió en la caja; b) la distancia que recorre en la región central de la caja (cm); c) la cantidad de veces que manifiesta conductas estereotipadas; y d) el tiempo que pasa en movimiento (s). El registro se realizó a las 8 semanas después de la ligadura de conducto biliar, ya que fue el tiempo suficiente para permitir que los ratones se relajaran después de la cirugía de LCB y de las pruebas olfatorias. La actividad locomotora se registró durante 25 horas, la primera de las cuales se consideró de exploración y se eliminó del análisis de datos. Se tomaron las medidas necesarias para asegurar las condiciones de luz y temperatura habituales, y el registro fue individual para cada ratón. El ratón fue alimentado ad libitum y con agua corriente mientras permaneció en su caja (Rodríguez et al., 2010). Para registrar y evaluar la actividad locomotora del ratón en campo abierto se usó el equipo Digiscan Animal Activity Monitors, Accuscan Inc. (Colombus, Ohaio, E.U.A.) y el software es Fusion 4.8.0.0. VersaMax. Como prueba estadística se hizo un ANDEVA para muestras repetidas con software StatView, seguida por t de student como posthoc, considerando los datos de las 24 horas promediados en 8 segmentos de 3 horas cada uno. 33 5. Concentración de amonio en suero sanguíneo Con el objetivo de confirmar ligadura de conducto genera la hiperamonemia, al momento de la eutanasia por decapitación, se obtuvo la sangre del ratón, la cual se centrifugó a 4000 rpm durante 10 min para separar el suero sanguíneo, y se procedió a utilizar el protocolo para ensayo de amonio con un kit de Sigma-Aldrich (número de catálogo AA0100, St Louis, EU). En este ensayo, el amonio reacciona al ácido α- cetoglutárico (KGA) y se reduce a fosfato dinucleótido de adenina nicotinamida (NADPH) en presencia de L-glutamato deshidrogenasa (GDH) y se convierte en L- glutamato y fosfato dinucleótido de adenina nicotinamida oxidada (NADP+) como se muestra a continuación: GDH+ KGA + NH4+ + NADPH NADP + L-Glutamato + H2O El decremento en la absorbancia a 340nm es debido a la oxidación de NADPH, la cual es proporcional a la concentración de amonio (mg/mL). Los datos se analizaron con una prueba de t-student (p< 0.05). 6. Análisis histológico Con el fin de identificar el efecto que la ligadura de conducto biliar provoca en el hígado (figura 5), los ratones con LCB a las (10 semanas post cirugía), fueron perfundidos con PBS 1x (solución amortiguadora salina de fosfatos 1x) para lavar los tejidos y eliminar la sangre pues sus células expresan los genes de interés. Posteriormente se perfundieron con PFA 4% (paraformaldehído al 4%) para fijar los tejidos y preservarlos. El hígado fue disecado y almacenado en formalina hasta su procesamiento. Se realizaron dos tinciones en diferentes porciones de tejido de hígado (5 µm de grosor), 34 determinando el grado de fibrosis o cirrosis: a) hematoxilina-eosina (HE) para teñir los núcleos y el citoplasma, y b) tricrómica de Masson (TricM) para teñir colágena. Esta etapa del trabajo se hizo en colaboración con la Dra. Xóchitl Zambrano, quien es docente investigadora de la facultad de ciencias naturales (UAQ). 7. Análisis del nivel de expresión de los transcritos de interés En este trabajo se analizó la expresión genética de Casp1 e IL-1β por ser factores proinflamatorios producidos tras el ensamblaje del inflamasoma NLRP3, y también se analizó la expresión del transcrito P2X7 por ser el gatillador de esta cascada de señalización. Para extraer el mRNA del cerebro se perfundió al ratón con solución salina (PBS 1x) previamente anestesiado con ketamina-xilacina 4:1. Los tejidos y órganos de interés que se disecaron para este protocolo son el bulbo olfatorio y la corteza prefrontal. 8. Extracción de ácido ribonucléico mensajero (mRNA) y reacción de transcripción reversa Las muestras de bulbo olfatorio y corteza prefrontal se homogenizaron en TRIzol® (Ambion, Van Allen Way, CA, EU) para extraer el RNA total bajo las indicaciones del proveedor. Para verificar la integridad del RNA total se preparó gel de agarosa 3% (30 mL de tampón trisborato-EDTA 1x con 0.3 gr de agarosa y 2 µL de GelRed®), se colocaron 2 µL de muestra con 2 µL de GelRed® (Biotium 41001, CA, EU) y se corrió la muestra por electroforesis durante 30 min a 100 voltios. Se sintetizó el ácido desoxirribonucléico complementario (cDNA) por medio de transcripción reversa (RT) (Tamay de Dios et al., 2013). Se siguieron las especificaciones del proveedor (Promega, Maddison, WI, EU). 35 8.1 Reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (cuantitativa) Con los genes seleccionados se diseñaron los oligonucleótidos para obtener las moléculas de DNA cuya secuencia es la expresión de los mRNA de interés. La secuencia de los cDNA de interés se recuperaron del sitio web del National Center and Biotechnology Information https://www.ncbi.nlm.nih.gov/, y para diseñar los oligonucleótidos cuya secuencia se utilizó como templado se usó la plataforma de Integrated DNA Technologies https://www.idtdna.com/pages. Las secuencias de los oligonucleótidos se encuentran en la figura 6. Gen Secuencia de oligonucleótidos Tamaño Tm oC NCBI P2X7 F TGACGAAGTTAGGACACAGC R GGATACTCAGGACACAGCG 129 42.8 NM_011027.3 Caspasa 1 F AGTAGCTCTGCGGTGTAGAA R GCCAGGTAGCAGTCTTCATTAC 281 63 NM_009807.2 IL-1β F CCA CCT CAA TGG ACA GAA TAT CA R CCC AAG GCC ACA GGT ATT T 95 54.4 NM_008361.4 Sod2 (Constitutitvo) R GACCCAAAGTCACGCTTGATA F TGGACAAACCTGAGGCCTAA 154 55 XM_015275354.1 Figura 6. Tabla en la que se muestra el diseño de las secuencias de los oligonucleótidos que se usaron como templados para determinar la expresión relativa de los genes de interés. Tamaño: número de pares de bases; Tm °C: temperatura de fusión del ADN, y NCBI: número de identificación del gen. F: forwardprimer; R: reverse primer. Se determinó la expresión relativa de los genes Caspasa 1 (Casp 1), IL-1β y P2x7, utilizando SOD 2 como gen constitutivo (superóxido dismutasa tipo 2) (figura 6 - tabla) en tejido de corteza prefrontal y bulbo olfatorio. Se estableció una curva de eficiencia para cada gen con el fin de estimar la concentración (µg/µL) de DNA de doble cadena que se forma durante la qPCR. El siguiente paso fue desarrollar la qPCR para cada gen dentro de cada muestra siguiendo las instrucciones del proveedor (LightCycler® FastStart DNA Master SYBR Green I Ref 12239264001, Roche, Mannheim, Germany). Para cada gen en un conjunto de muestras del mismo tejido, se obtuvo el valor de punto de cruce o CP, que indica el momento en que la muestra inicia la generación de DNA de doble cadena a partir de los templados de oligonucleótidos de cada gen y de su codificación a partir del mRNA de la muestra. Por lo tanto, a mayor https://www.ncbi.nlm.nih.gov/ https://www.idtdna.com/pages https://www.ncbi.nlm.nih.gov/nucleotide/XM_015275354?report=genbank&log$=nuclalign&blast_rank=1&RID=7VYK80ZF015 36 CP, menor cantidad de mRNA para el gen en cuestión, teniendo como intervalo de cuantificación un CP de 15 a 35 por el rango de detección del equipo (LightCycler 2.0 Roche). Los CP de las muestras se normalizan de acuerdo con el método de doble delta CP para analizar la expresión genética de los datos obtenidos en qPCR (Livak y Schmittgen, 2001). Una vez normalizados, se analizan estadísticamente comparando cada tejido y cada gen para ambos grupos; usando la prueba t-student para datos normales y U de Mann-Whitney para datos no paramétricos. 37 RESULTADOS 1. La LCB no induce cambios en el de peso corporal No se observaron diferencias en el peso corporal durante el tiempo de registro entre los grupos de LCB y OS (ANDEVA, [F(1, 26)= 0.008, p= 0.9286]). No obstante, en la semana 4, que es la posterior a la cirugía, los animales LCB mostraron una disminución significativa de su peso en un 5%, diferencia que desapareció a partir de la semana 5. Estos resultados nos permiten concluir que la LCB no indujo cambios en el peso corporal de los animales (figura 7). Figura 7. Registro semanal del peso corporal de ratones OS (28.04 ± 0.2358 gr) y ratones con LCB (27.95 ± 27.54 gr). La cirugía de ligadura de conducto biliar se realizó en la semana 3, y sólo existe diferencia en el peso de los grupos experimentales en la semana 4 (p< 0.001). *Denota diferencias significativas entre el grupo LCB y el OS. 2. La LCB conduce a hiperamonemia Como mencionamos antes, la disfunción hepática inducida por la LCB se ve reflejada en la concentración plasmática de amonio. Con el fin de analizar este fenómeno en .--.. L. 32 O> 30 - ~ 28 o Q. L. 8 26 o ~ 24 o.. Registro de peso corporal 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Tiempo (semanas) ..... os -■· LCB 38 nuestros grupos experimentales, realizamos la cuantificación de este metabolito. Observamos que el grupo de ratones con LCB tienen hasta 3.5 veces más amonio en la sangre que los animales OS (0.002 vs 0.007 mg de NH3/mL, figura 8) Figura 8. Gráfica de concentración de amonio en el suero sanguíneo en la que se observa que los animales con LCB (0.002 ± 0.00033 NH3 mg/mL; n=16) alcanzan una concentración hasta 3.5 veces mayor que los ratones OS (0.0067 ± 0.0004 NH3 mg/mL; n=12) (p< 0.05). *Denota diferencias significativas entre el grupo LCB y OS. 3. Existen alteraciones histopatológicas severas inducidas por la LCB. Con el fin de corroborar si la LCB induce daño hepático, se realizaron cortes histológicos de 5 µm de grosor del hígado de animales tanto con LCB como OS en la semana 10 postcirugía. Estos cortes fueron procesados con las técnicas de hematoxilina-eosina (figura 9) o tricrómica de Masson (figura 10). Las observaciones principales del análisis histopatológico en el grupo LCB son el crecimiento y proliferación de conductos biliares (hiperplasia) con acumulación de sales biliares formando cristales, inclusiones de glucógeno y degeneración del tejido periférico de la vena central (degeneración centrolobulillar) en el 75% de las muestras (figura 9 c, d). 0.008 ~ 0.006 E -O) E 0.004 ----(") I Z 0.002 Concentración de amonio * 0.000..._- os LCB 39 Figura 9. Fotomicrografías de cortes histológicos que exhiben la arquitectura del hígado en ratones con OS (a y b, n = 12) o con LCB (c-f, n = 16), teñidos con hematoxilina y eosina. En los ratones OS se aprecia la tríada portal (a, flecha azul), con hepatocitos binucleados y sinusoides regulares (b). En los animales con LCB se aprecia la degeneración centrolobulillar como una decoloración de la zona perivascular (c flecha azul) y aumento en su diámetro e inclusión glucogénica leve, y los hepatocitos modifican su estructura tornándose redondeados, lo que conduce a la deformación de los sinusoides (d), denotando proceso de necrosis. De manera importante existe proliferación y displasia de los conductos biliares (e, f), y aumento considerable de su diámetro (f). La presencia mayoritaria de hepatocitos mononucleados indica la rápida regeneración del tejido (e). La barra de la escala representa 500 µm. Vl o 40 FIGURA 10. Fotomicrografías de tejido hepático teñido con tricrómica de Masson, de ratones con OS (a y b) y con LCB (c-f). Se observa la triada portal (a, flecha amarilla) y los sinusoides regulares (b, flecha amarilla). En los animales con LCB se aprecia la degeneración centrolobulillar (c, flecha amarilla) y proliferación de conductos biliares (c y d). En las figuras e y f, con flechas amarillas se indica la excesiva formación de fibras de colágena teñidas en azul, los cristales de sales biliares y hepatocitos mononucleados. En la figura e, la estructura fibrosa en azul es un nódulo precirrótico, que nos indica la transformación del hígado fibrótico en cirrótico. La barra de la escala representa 500 µm. V) o 41 La inclusión glucogénica es una acumulación de glucógeno que podría indicar necrosis cuando se vuelve crónica, siendo un fenómeno subyacente a la muerte celular por hipoxia y falta de nutrientes (degeneración centrolobulillar), y cuya presencia representa daño hepático irreversible. Por otra parte, la proliferación de conductos biliares se ve aumentada hacia la región portal y se asocia a la obstrucción del conducto biliar, provocando inflamación local y fibrosis en el 75% de las muestras. Los rasgos anteriores son manifestaciones de que el parénquima hepático está luchando por regenerarse, pero en este momento del daño ha perdido dicha capacidad, además de que este proceso implica la generación de fibras de colágena, la acumulación de concreciones biliares, alteraciones en la arquitectura del parénquima hepático, cambios morfológicos en los tipos celulares hepáticos, generación de hepatocitos mononucleados y necrosis. Estas observaciones son indicativas de que la enfermedad crónica hepática se ha instalado en el hígado y que existe fibrosis. 4. La ligadura de conducto biliar en ratones indujo cambios conductuales Para estandarizar la prueba de discriminación olfatoria, se realizó un experimento piloto con 3 ratones intactos con el fin de determinar los aromas y la concentración de los aromas que se utilizarían en la prueba. En esta prueba se utilizaron los aromas vainilla, ácido acético, canela y cítrico en tres concentraciones: 5%, 10% y 20%. Los ratones mostraron una clara discriminación de los aromas vainilla y a ácido acético, y no de canela y cítrico. Ante las presentaciones de aroma cítrico, los animales lo rechazaron en sus tres concentraciones. Ante la presentación de la canela, más del 50% de los ratones mostraron rechazo por la canelaen esas concentraciones. Así mismo, se determinó que los ratones prefieren el aroma a vainilla y a ácido acético en concentración de 10%, con tiempo de olfateo de 9.8 s y latencia 14.1 s en promedio. La latencia es el tiempo en que el ratón tarda en detectar el estímulo olfatorio, mientras que el tiempo o permanencia de olfateo es el tiempo que el animal permanece alrededor de 1 cm de distancia de la localización estímulo, olfateando. Con base en estas observaciones, se determinó utilizar los aromas vainilla y ácido acético en una concentración de 10% para realizar la prueba de discriminación olfatoria. 42 4.1 La LCB altera la habilidad para discriminar los aromas, pero no la latencia de olfateo Dos días antes de la LCB, y 6 semanas posteriores a ésta, se realizó la prueba de habituación y deshabituación de aromas para determinar la discriminación olfatoria tanto en el grupo OS (n= 12) como en el grupo LCB (n= 16), con el fin de detectar si la hiperamonemia derivada de la LCB ha generado alteraciones olfativas (figura 11), lo cual podría reflejar la existencia de la EH. Antes de la cirugía, los grupos se comportaron bajo los mismos patrones de discriminación olfatoria y latencia de olfateo (figura 11 a y c). La prueba Wilcoxon reveló que a las 6 semanas postcirugía existieron diferencias entre ambos grupos en la discriminación olfatoria (figura 11 b), siendo mayor el tiempo de olfateo para el grupo OS durante las exposiciones a la vainilla y al ácido acético, pero el tiempo de habituación al aroma es menor en el grupo LCB. En el tiempo de latencia no hubo diferencias entre los grupos (figura 11 c y d). 4.2 La LCB modifica la actividad locomotora de ratones C57BL/6J a las 8 semanas postcirugía Con el fin de analizar si la LCB induce alteraciones en el SNC que se reflejen en alteraciones motrices, se realizó la evaluación de la actividad locomotora en cajas con fotoceldas a las 8 semanas posteriores a la cirugía de ligadura de conducto biliar. Las variables que se registraron fueron: distancia total, tiempo de movimiento, conteo de episodios de estereotipias y distancia en el centro. Los datos se registraron durante 60 minutos por 24 horas la sumatoria dentro del lapso de cada hora es un dato, de modo que se tienen 24 datos para cada animal. En las gráficas (figura 12) se representan las 24 horas iniciando por el periodo de descanso que va de las 21 a las 9 horas en la fase luminosa, y por el periodo de actividad durante la fase oscura que va de las 9 a las 21 horas. Los datos se agruparon en 8 segmentos de 3 horas cada uno, dando 8 puntos de la gráfica y que representa los promedios de cada grupo. 43 Figura 11. Prueba de discriminación olfatoria antes (a y c) y en la semana 6 posterior de la cirugía (b y d). El patrón normal de discriminación está representado por la disminución del tiempo ante la segunda y tercera presentación del estímulo olfativo a partir de la primera presentación (a). El patrón normal de latencia se observa con aumento de tiempo ante la segunda y tercera presentación de cada estímulo (c). Los animales con OS tardan más tiempo (0.99 ± 0.11s) en discriminar los aromas (b) que los animales LCB (0.66 ± 0.089s) resultando significativamente diferentes (Wilcoxon, P= 0.0078). No existen diferencias en la latencia de olfateo antes (c) y después (d) de la cirugía. Los datos están expresados en media ± error estándar de la media. -•· os .... LCB a Discriminación olfatoria precx 15 o Q) !§ 10 o Q) "'O g_ 5 E Q) ¡= \ \ 'i* r'i o_.__-~---~---~-- 11 2 31 11 2 31 11 2 31 agua vainilla vinagre Presentación de estímulos C Latencia de olfateo precx 50 40 -en ';° 30 o. ~ 20 ¡= 10 agua vainilla vinagre Presentación de estímulos b d 40 _30 ~ o o. 20 E Q) i= 10 Discriminación olfatoria postcx 11 2 31 11 2 31 11 2 31 agua va inilla vinagre Presentación de estímulos Latencia de olfateo postcx 11 2 31 11 2 31 11 2 31 agua vainilla vinagre Presentación de estímulos 44 4.3 La distancia total es diferente entre ambos grupos Esta variable es el registro de la distancia total (figura 12 a), medida en centímetros, que un ratón recorre en la caja de fotoceldas durante 24 horas; los animales estuvieron sujetos al ciclo de luz invertido. Se encontró el efecto del tiempo [F(7, 182)= 63.735, p< 0.0001], y también diferencias en la interacción tiempo vs tratamiento [F(7, 182)= 6.448, p< 0.0001], lo que se traduce en que la LCB tiene un efecto sobre la distancia recorrida por los ratones durante las 24 horas. Los análisis posthoc muestran que de 9 a 12 horas (ciclo de oscuridad) el grupo LCB presentó mayor actividad (P= 0.042) y de 18 a 21 horas fue el grupo OS el que tuvo mayor actividad (P= 0.0003). Además, se indicaron diferencias entre los grupos entre las 21 y 24 horas con el grupo LCB con mayor actividad (p= 0.0035), y las 6 y 9 horas con el grupo OS con mayor actividad (p= 0.0367). La diferencia más importante es que la distancia que los animales recorren durante la etapa de oscuridad disminuye para el grupo LCB, mientras que en el grupo OS la actividad aumenta en este periodo y tiene un pico significativamente mayor entre las 18 y 21 horas, equivalente a un incremento de 120% en su actividad comparando la cantidad de movimientos entre ambos grupos en ese segmento de tiempo. 4.4 El patrón de tiempo en movimiento se modifica en el grupo de ratones LCB Esta prueba registra la variable que mide el tiempo en segundos que el animal se mueve en la horizontal de la caja de fotoceldas. La prueba t-student mostró diferencia entre grupos de las 21 a las 24 horas (p= 0.0018), con respecto al grupo OS que presenta mayor actividad (figura 12 b). El tiempo de movimiento es diferente para ambos grupos de las 9 a las 12 horas (p= 0.0255) siendo mayor para el grupo LCB y de las 18 a las 21 horas (p< 0.001) siendo notablemente mayor para el grupo OS. También en el registro de esta variable se observa que el grupo OS presenta un pico de mayor actividad hacia las 18 horas (p< 0.001) equivalente a un 50%, mientras que el pico de actividad del grupo LCB ocurre a las 15 horas. 45 4.5 El conteo de episodios de estereotipias es diferente en el grupo experimental Esta variable cuenta el número de veces que el ratón manifestó alguna estereotipia, como acicalarse, lamerse las vibrisas, entre otros (figura 12 c). Las diferencias significativas ocurren a las 9 horas (p= 0.0283), a las 18 (p= 0.0002) y a las 21 horas (p= 0.0114), siendo estos dos últimos con mayor conteo de episodios de estereotipias para el grupo OS. Se observa notablemente que esta variable va disminuyendo conforme transcurren las horas para el grupo LCB, contrario al grupo OS, en el que su conteo es 40% mayor a las 18 horas. El ANDEVA reveló que los grupos son diferentes debido al tratamiento [F(1, 26)= 0.218, p= 0.0001], para el tiempo de muestreo [F(7, 182)= 114.025, p= 0.0001] y para la interacción tiempo vs tratamiento [F(7, 182)= 7.236, P= 0.0001]. 4.6 Los ratones con LCB recorren mayor distancia en el centro a las 18 y a las 21 horas Esta variable mide la distancia en centímetros que el ratón recorre en el centro de la caja de fotoceldas, bajo la premisa de en estado de ansiedad, el animal se ubicaría en los márgenes de la caja (Ferreira et al., 2017) (figura 12 d). Esta variable, igual que las anteriores, presenta una actividad desfasada entre los grupos, ya que el LCB tiene su mayor actividad a las 9 horas (p= 0.0214) mientras que el grupo OS la tiene a las 18 horas (p< 0.0001), este último con una diferencia mayor del 150%. Se observaron diferencias en la distancia durante el tiempo de muestreo [F(7, 182)= 61.341, p< 0.0001] y en la interacción tiempo de muestreo con tratamiento [F(7, 182)= 8.744, p< 0.0001].
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