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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
TESIS 
 
 
 
 
“ACTITUD DE LOS Y LAS ALUMNAS DE LAS CARRERAS DE 
ENFERMERÍA Y MEDICINA ANTE LA MUERTE” 
 
 
PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADA EN ENFERMERÍA 
 
 
PRESENTAN: 
 
JUANA PATRICIA MEJÍA VILLAVICENCIO 
AMANDA RODRÍGUEZ SUÁREZ 
 
 
 
 
 
 
 
 DIRECTORA: 
MTRA. DIANA CECILIA TAPIA PANCARDO 
 
 
 
 
 
TLALNEPANTLA, ESTADO DE MÉXICO, 2010 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 2
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A DIOS 
 
Por darnos la alegría de estar vivos, de ver el amanecer de un nuevo día , de tener 
salud, por recompensarnos con una familia, por tener amigos, por darnos la 
oportunidad de asistir a una universidad, de prepararnos para poder ayudar a las 
personas que pasan por un proceso de duelo o para nosotros mismos que, 
tendremos que pasar por muchos momentos en que debemos de ser fuertes y 
aunque para los demás parezcamos duros y sin corazón, y pedir a dios fortaleza 
para enfrentar el proceso más difícil, la muerte. 
 
 
 
A NUESTROS DOCENTES 
 
Por entregar en las aulas parte de su vida. por compartir sus conocimientos y 
experiencias, por ayudarnos a realizar nuestros sueños metas y proyectos muchas 
veces truncados y por comprometerse a ser formadores de gente que se 
compromete con su profesión. 
 
 
 
A MI FAMILIA 
 
Por el apoyo que nos han brindado, por la alegría de tenerlos y por la oportunidad de 
contar siempre con ustedes, y saber que cada escalón que subimos en busca de la 
superación y el triunfo, es pensando también en ustedes, muchas gracias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3
 
RECONOCIMIENTOS 
 
 
Agradeciendo la ardua labor docente y humanística de la Maestra Diana Cecilia 
Tapia Pancardo, por el apoyo brindado y el entusiasmo con que recibió nuestro 
proyecto desde su inicio, impulsándolo en cada etapa del mismo; fue una tarea difícil 
por las múltiples actividades propia de la Maestra, pero la experiencia y el 
conocimiento de ella, genero que ahora estemos ante ustedes, con el fruto de 
nuestro trabajo. 
El camino puede ser difícil, pero gracias a que nos enseño que hay que saber 
superar y afrontar los problemas, para poder continuar hasta llegar a la meta. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4
 
ÍNDICE 
 Página 
Resumen………………………………………… ..................................................... ..9 
I. Justificación ...................................................................................................... .12 
 II. Marco Teórico……………………………………………………………………….13 
CAPITULO 1 TANATOLOGÍA ………………………………………………………..13 
• 1.1 Antecedentes……………………………………………………………......13 
• 1.2 Definiciones básicas……………………………………………………......14 
• 1.3 La Tanatología en la actualidad……………………………………….......15 
CAPITULO 2 EL PROCESO DE MORIR …………………………………………….18 
• 2.1 En el niño……………………………………………………………………..19 
• 2.2 En el Adolescente…………………………………………………………….22 
• 2.3 En el Adulto……………………………………………………………………25 
• 2.4 En el Adulto mayor……………………………………………………………34 
• 2.5 Paciente en estado terminal…………………………………………………46 
CAPITULO 3 INTERVENCIÓN TANATOLÓGICA…………………………………...47 
• 3.1 Suicidio…………………………………………………………………...........48 
• 3.2 Secuestro…………………………………………………………………........50 
• 3.3 Eutanasia ……………………………………………………………………….52 
• 3.4 Muerte no esperada …………………………………………………………..54 
• 3.5 Muerte súbita …………………………………………………………………..55 
III. Protocolo 
Planteamiento del problema ................................................................................ …57 
• Delimitación del problema .......................................................................... …57 
 5
Objetivos ............................................................................................................. ….57 
• Objetivo general .......................................................................................... ….57 
• Objetivos específicos .................................................................................. ….58 
Hipótesis y variables …………………………………………………………….……..58 
• Hipótesis de investigación………………………………………………………...58 
• Relación de variables …………………………………………………….………58 
• Descripción conceptual y operacional de variables…………………………....59 
 Metodología………………………………………………………………………….…..67 
• Tipo y diseño de investigación……………………………………………………67 
• Población……………………………………………………………………………67 
• Muestra………………………………………………………………………………67 
• Criterios de inclusión, exclusión y eliminación…………………………………..67 
IV. Resultados……………………………………………………………………………..69 
• Características de la muestra….………………………………………………….69 
• Análisis de resultados y gráficas………………………………………………….72 
V. Discusión………………………………………………………………………………..98 
VI. Conclusiones………………………………………………………………………..101 
VII. Recomendaciones………………………………………………………………….103 
VIII. Bibliografía…………………………………………………………………………..104 
IX. Anexos………………………………………………………………………………...106 
 9.1 Consentimiento informado……………………………………………………106 
 9.2 Instrumento de recolección de datos………………………………………..107 
 
 
 
 6
 
ÍNDICE DE FIGURAS 
 
1Tanatología 
2 La muerte 
3 La vida y la muerte 
4 Mujer llorando 
5 La muerte en nuestros antepasados 
6 La muerte en nuestros antepasados. 
7 El paraíso después de la muerte 
8 Recién nacido 
9 Niños de 1- 2 años 
10 Edad preescolar 
11 Adolescência 
12 Adolescencia 
13 Síntomas de depresión en la adolescencia 
14 Muerte en el adulto 
15. El velorio 
16 Condolencias 
16 Tradiciones mexicanas el funeral. 
19 Reflexión 
20 Camino hacia la muerte 
21 La Flor 
22 La Vida 
23 El Anciano 
24 Anciano leyendo periódico 
25 Pintura rupestre del anciano 
26 Anciano descansando 
27 Anciano con perro 
28 El anciano 
29 El equipo de salud 
30 Muerte en el anciano en casa 
31 Anciano desnutrido 
32 Anciano en casa 
33 Hospital 
34 Anciano en hospital 
35 Apoyando al anciano 
36 El árbol 
37 Paciente en estado critico 
38 Apoyo en hospital del anciano 
39 Apoyo tanatológico ante la muerte 
40 El suicidio 
41 El suicidio 
42 El suicidio en el árbol 
43 Secuestro 
44 El secuestro 
45 Mujer secuestrada 
46 Paciente que pide eutanasia 
47 Paciente en estado critico 
 7
 
 
ÍNDICE DE GRÁFICAS 
 
1.- Género de los Estudiantes de la Licenciatura en Enfermería y Medicina de la 
Facultad de Estudios Superiores en Iztacala, junio 2010 
2.- Estudiantes de la Licenciatura en Enfermería y Medicina de la Facultad de 
Estudios Superiores en Iztacala, junio 2010 
3. Edad promedio de los estudiantes de la Licenciatura en Enfermería Medicina 
Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Junio 2010 
4 A.-Actitud ante el proceso de muerte de mis pacientes, durante mi práctica 
profesional. Medicina 
4 B.-Actitud ante el proceso de muerte de mis pacientes, durante mi práctica 
profesional.-Enfermería 
5-A. Actitud ante mi propia muerte y la de mis familiares. Medicina 
5 B. Actitud ante mi propia muerte y la de mis familiares. Enfermería. 
6 A. Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: 
Niño. Medicina. 
6 B. Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: 
Niño. Enfermería 
7 A. Actitud ante el proceso de muertede un paciente de acuerdo a su edad: 
Adolescente. Medicina. 
7 B. Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: 
Adolescente. Enfermería. 
8 A. Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: Adulto. 
Medicina 
8 B. Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: Adulto 
Enfermería. 
9 A.-Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: Adulto 
Mayor. Medicina 
9 B. Actitud ante el proceso de muerte de un paciente de acuerdo a su edad: Adulto 
Mayor. Enfermería 
10.A Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: Niño. 
Medicina 
10. B Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: Niño. 
Enfermería 
11 A.-Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: 
Adolescente. Medicina 
11 B.-Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: 
Adolescente. Enfermería 
12 A.-Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: 
Adulto. Medicina 
12 B.-Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: 
Adulto .Enfermería 
13 A.-Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: 
Adulto Mayor Medicina 
13 B.-Actitud ante el proceso de muerte de un familiar de acuerdo a su edad: 
Adulto Mayor Enfermería 
 8
14 A.- Actitud ante el proceso de duelo en casos específicos: Secuestro, Adicciones, 
Violencia Intrafamiliar, Suicidio, VIH/Sida, Homicidio, Accidentes, Desastres, 
Psicópatas, en la práctica profesional Medicina 
14 B.- Actitud ante el proceso de duelo en casos específicos: Secuestro, Adicciones, 
Violencia Intrafamiliar, Suicidio, VIH/Sida, Homicidio, Accidentes, Desastres, 
Psicópatas, en la práctica profesional.-Enfermería. 
15 A.- Actitud ante el proceso de duelo en casos específicos: Secuestro, Adicciones, 
Violencia Intrafamiliar, Suicidio, VIH/Sida, Homicidio, Accidentes, Desastres, 
Psicópatas, en mi vida personal.-Medicina. 
15 B.-Actitud ante el proceso de duelo en casos específicos: Secuestro, Adicciones, 
Violencia Intrafamiliar, Suicidio, VIH/Sida, Homicidio, Accidentes, Desastres, 
Psicópatas, en mi vida personal. Enfermería. 
16 A.- ¿La capacitación otorgada por mi carrera a qué nivel me permite proporcionar 
una intervención tanatologica ante el proceso de muerte? Medicina 
16 B.- ¿La capacitación otorgada por mi carrera a qué nivel me permite proporcionar 
una intervención tanatologica ante el proceso de muerte? Enfermería. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 9
 
 
RESUMEN 
 
Los profesionales del área de la salud se enfrentan de manera constante a la muerte 
y a todo lo que se desencadena durante el proceso del duelo del ser humano, 
interviniendo de manera consciente o inconsciente en alguna de las etapas, al tener 
contacto con la persona que se encuentra internada en alguna institución de salud 
pública o privada y los familiares que interactúan con el moribundo; de ahí que se 
hizo necesario identificar la actitud que como futuros tanatologos se tiene ante la 
muerte, en la vida profesional como personal. 
 
El presente trabajo de investigación fue un estudio de tipo observacional, descriptivo, 
transversal y prospectivo, con una muestra de 100 alumnos de las Licenciatura de 
Medicina y Enfermería de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, a los 
cuales se les aplicó un instrumento de recolección de datos (cuestionario) con 
preguntas de opción múltiple con las variables en estudio (proceso de muerte en las 
diferentes etapas de la vida, en casos específicos como suicidio, muerte súbita, 
VIH/SIDA etc. Se creó una base de datos en Excel y se aplico la estadística 
descriptiva. Los resultados más relevantes resaltan su actitud ante el proceso de 
muerte. 
De la población estudiada, el 60% son del género femenino y el 40% del género 
masculino, 50% del total fue de Medicina y el 50% de Enfermería, ambos grupos se 
encuentran en un rango de edad de 18 a 20 años con un 57%. 
De los resultados más relevantes podemos mencionar que la actitud ante el proceso 
de muerte de pacientes durante la práctica profesional para las y los estudiantes de 
medicina en un 34% y para enfermería en un 44% es atender la necesidad del 
paciente y familiares, de comunicación interpersonal con base a la etapa del proceso 
de muerte, cuando hablamos de la actitud ante mi propia muerte y la de mis 
familiares con un 22% el grupo de medicina lo ven como un proceso normal 
comparado con enfermería que con un 26% dicen vivir su día conjunto a los que 
aman como el último instante de su vida. 
Cuando hablamos de la actitud ante el proceso de muerte de un niño los estudiantes 
de medicina con un 32% y enfermería en un 38% favorecen la empatía para 
proporcionar, afecto y compañía en el proceso al niño y familiares; cuando hablamos 
de la actitud ante el proceso de muerte de un paciente adolescente los estudiantes 
de medicina con un 34% dicen favorecer la empatía para proporcionar 
intercomunicación afecto y compañía en el proceso al adolescente y familiares, el 
mismo caso es para estudiantes de enfermería con un 39% ; al hablar de la actitud 
ante el proceso de muerte de un paciente adulto los estudiantes de medicina con un 
33% dicen favorecer la empatía para proporcionar intercomunicación afecto y 
compañía en el proceso al adulto y familiares, y para enfermería el mismo caso 
con un 27%; cuando se trata de la actitud ante el proceso de muerte de un paciente 
adulto los estudiantes de medicina con un 25% dicen favorecer la empatía para 
proporcionar intercomunicación, afecto y compañía en el proceso del adulto mayor y 
familiares, el mismo caso para enfermería con un 21%, recalcando que en ambas 
carreras los y las estudiantes lo ven como un proceso natural que está a punto de 
culminar con un 22% y un 20% respectivamente. 
Más sin embargo cuando nos referimos a la actitud ante el proceso de muerte de un 
familiar niño estudiantes de medicina igualan sus respuestas con un 19% 
 10
manifestando tener dificultad para aceptar que se está muriendo su familiar, y 
favorecen la empatía para proporcionar intercomunicación, afecto y compañía en el 
proceso al niño y el resto de sus familiares; y para enfermería el 24% dicen tener 
dificultad para aceptar que se está muriendo su familiar; al hablar de la actitud ante 
el proceso de muerte de un familiar adolescentes estudiantes de medicina con un 
21% dicen favorecer la empatía para proporcionar la intercomunicación, afecto y 
compañía en el proceso al adolescente y al resto de sus familiares, y para 
enfermería con un 25% es el mismo caso; al hablar de la actitud ante el proceso de 
muerte de un familiar adulto estudiantes de medicina con un 27% dicen favorecer la 
empatía para proporcionar intercomunicación, afecto y compañía en el proceso al 
adulto y el resto de sus familiares, y en el caso de de enfermería con un 17% dicen 
tener dificultad para aceptar que se está muriendo su familiar; al hablar de la actitud 
ante el proceso de muerte de un familiar adulto mayor estudiantes de medicina con 
un 20% dicen favorecer la empatía para proporcionar intercomunicación, afecto y 
compañía en el proceso al adulto mayor y el resto de sus familiares, caso contario 
para enfermería con un 26% ya que lo ven como un proceso natural que está a 
punto de culminar; cuando hablamos de la actitud en el proceso de duelo ante casos 
específicos por ejemplo: secuestros, adicciones, violencia intrafamiliar, suicidio, sida, 
homicidio, accidentes, desastres, psicopatías, durante la práctica profesional 
estudiantes de la carrera de medicina con un 27% dicen participar en tratar de 
disminuir el sufrimiento físico y psicológico de la persona y familiares con base en la 
etapa en que esta el proceso de la perdida, para el caso de la carrera de enfermería 
con un 35% dicen no haber tenido la experiencia; al hablar de la actitud en el 
proceso de duelo ante casos específicospor ejemplo: secuestros, adicciones, 
violencia intrafamiliar, suicidio, VIH/SIDA, homicidio, accidentes, desastres, 
psicópatas en mi vida personal medicina con un 19% dicen no haber tenido la 
experiencia, casi a la par con el 18% dicen participar en tratar de disminuir el 
sufrimiento físico y psicológico de su familiar que vivió la experiencia y el resto de 
familiares con base a la etapa en que esta el proceso de la perdida, y para 
enfermería con un 25% dicen no haber tenido la experiencia en esta situación. 
Cuando preguntamos sobre la capacitación otorgada por la carrera a qué nivel 
permite proporcionar una intervención tanatologica ante el proceso de muerte 
estudiantes de la carrera de medicina con un 21% engloban todas las opciones, es 
decir la función de acompañamiento, consejería e identificación de la etapa del 
proceso de muerte o perdida y solo un 3% dicen que ninguna, y para enfermería 
con un 27% dicen englobar todas y solo el 1% ninguna. 
Por todo lo anterior se concluye que no nos encontramos alejados de la realidad 
cuando hablamos de que falta mucha cultura ante la muerte ya sea propia o la de un 
familiar, la de un paciente o la de un amigo, y que la capacitación en Tanatología es 
sin lugar a duda una tendencia que marcara una pauta significativa en los 
profesionales del área de la salud, al encontrarnos frente a la muerte, que nunca 
respetara sexo, edad, raza, economía, por ello es sumamente importante seguir 
trabajando en dar a conocer el camino Tanatológico como una luz ante la 
obscuridad, ante el más difícil y doloroso de los procesos y para el cual muy pocos 
están preparados. Para los y las alumnas de medicina es más fácil ver a la muerte 
como un proceso normal, en algunas circunstancias ya que ellos están siendo 
preparados para curar no para prevenir como en el caso de enfermería, ellos no lo 
viven en el aspecto emocional o sentimental, sino más el aspecto científico por la 
cuestión de que si se muere un paciente fue porque ya no había nada más que 
 11
hacer, o lo sufren en cuanto a que científica y medicamente no pudieron resolver esa 
situación médica 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 12
 
I. JUSTIFICACIÓN 
 
 
 
En la muerte del ser humano sin importar la edad o el sexo, o cuando un ser amado 
fallece nos encontramos frente a un proceso de perdida y duelo que muchas veces 
no sabemos cómo enfrentar, más aun en las carreras de enfermería y medicina, en 
las cuales a diario nos encontramos con la perdida de la salud de nuestros pacientes 
y vivimos el sufrimiento humano, en ambas circunstancias debemos estar 
preparados para enfrentarlos, en el caso del paciente, lo más profesionalmente 
posible y en el caso familiar ser el apoyo emocional para la familia, ya que están 
puestas a prueba nuestras creencias y emociones y debemos tomarlas con 
entereza, y cuando se trata de la perdida de nuestra salud debemos enfrentarlo con 
dignidad, tomarlo con asertividad y preparar a nuestros familiares para aceptar lo 
inevitable. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 13
 
II. MARCO TEÓRICO 
 
CAPITULO 1 TANATOLOGÍA 
 
1.1 ANTECEDENTES 
 
La muerte siempre ocurre, es un hecho ineludible, el hombre ha tenido que aprender 
a plantear este tema desde diferentes ángulos y perspectivas. 
 
En el mundo occidental, la incertidumbre de la muerte produce temor en la vida, pero 
se debe de entender que todos vamos a morir y aprender a afrontar la muerte en su 
doble vertiente, individual o de doliente, hay que aprender a asumir nuestra propia 
humanidad. Es importante saber que desde la época medieval, las órdenes 
religiosas eran las que proporcionaban consuelo y atención a los enfermos graves 
en sus monasterios, posteriormente se formaron los primeros hospicios donde se 
aceptaban y cuidaban a los enfermos graves.1 
 
 
Fig. Nº. 1 TANATOLOGÍA 
 
 
 
 
Ya en el siglo XIX en Francia se formaron los primeros albergues para enfermos con 
cáncer 
 
Y en el siglo XX se forman los primeros Hospicios en Inglaterra, y en 1974 en 
Estados Unidos se forma el primer Hospicios. 
 
Basándonos en la Historia sabemos que desde la segunda mitad del siglo pasado 
existen un número reducido de Instituciones que ofrecían asistencia a enfermos 
terminales que carecían de familia que los cuidara y que en muchas ocasiones 
morían solas 
 
La Tanatología en una ciencia que comprende muchos campos de acción, desde la 
atención al enfermo moribundo y a su familia, hasta la elaboración de un proceso de 
duelo por una pérdida significativa. 
 
 14
Es importante saber que la Tanatología o “Ciencia de la Muerte” tiene sus inicios en 
1901 por el médico ruso ELIAS METCHNIKOFF, Y se consideró una rama de la 
Medicina Legal, ya que trataba de la muerte y de todo lo relacionado a los cadáveres 
desde el punto de vista médico-legal.1 
 
En 1930, como resultado de grandes avances en la medicina, la muerte se 
confinaba en los hospitales, y en 1950 esto se generalizó, trasladando a los 
enfermos terminales a los hospitales, con el afán de esconder los horrores de la 
Segunda Guerra Mundial. 
Al inicio de los años 60 en mayor proporción en Inglaterra, se iniciaron estudios más 
serios que muestran que la presencia de los familiares durante la muerte de un ser 
querido, disminuyó hasta en un 25%, ya que se pensaba que la muerte tenía poca 
importancia, ocultando así su sentido trágico, llegando a ser un hecho ordinario, 
tecnificado y programado, considerándolo algo insignificante; al mismo tiempo el 
acceso al cuidado hospitalario se hizo más fácil y aceptable, por lo que “morir en un 
hospital se hizo algo normal”.2 
 
 
Fig. Nº 2 
La muerte. 
 
Con el desarrollo de la tecnología médica de este siglo, se incrementó la dificultad 
de conciliar entre el diagnóstico y la curación, por lo tanto la muerte, era considerada 
como un fracaso, dificultándose el cuidado de los enfermos terminales en los 
hospitales que se dedicaban a curar. 
 
Con este cambio disminuyó el número de muertes y la experiencia en torno a ella, 
por lo que la muerte fue cada vez menos aceptada, situación que fue aceptada por 
familiares, médicos y enfermeras, por lo que los enfermos terminales y su familia se 
evitaron en los hospitales, además frecuentemente las necesidades emocionales de 
los pacientes y las personas que los cuidaban eran ignoradas e insatisfechas, a los 
pacientes se les ocultaba la realidad de su padecimiento ya que se creía que no 
contribuiría a su recuperación. 
 
En general las necesidades físicas y emocionales del enfermo se desatendían, solo 
en ocasiones daban importancia a las necesidades espirituales pero no siempre de 
manera adecuada. 
 
1.2 DEFINICIONES BÁSICAS 
 
La Tanatología es una disciplina orientada a entender las vivencias del enfermo y su 
familia, ante la cercanía de la muerte. La muerte es el cese de las funciones vitales 
siendo el fin natural y evolutivo de toda materia viva, puede ser por un trastorno en el 
 15
organismo o por un hecho súbito, la muerte humana adquiere un carácter auténtico, 
específico y propio porque se conflictúa el yo que tiende a perpetuarse y lo 
desconocido.2,3 
 
En la década de los sesenta el Dr. Eissler y la Dra. Elizabeth Kubler Ross en sus 
obras “El Psiquiatra y el Paciente Moribundo” y “Sobre la muerte y los moribundos”, 
en 1969 respectivamente, le dieron a la Tanatología otro enfoque que ha prevalecido 
en la actualidad. 
La Dra. ELIZABETH KUBLER ROSS es quién se da cuenta de los fenómenos 
psicológicos que acompañan a los enfermos en fase terminal y define a la 
Tanatología Moderna como una instancia de atención a los moribundos, por lo que 
se le considera la fundadora de esta nueva ciencia, ella hace sentir a los moribundos 
útiles y valiosos a la sociedad siendo su lema “AYUDAR A LOS ENFERMOS EN 
FASE TERMINAL A VIVIR GRATAMENTE, SIN DOLOR Y RESPETANDO SUS 
EXIGENCIAS ÉTICAS”.4 
 
 
 
 Fig. Nº 3 
La viday la muerte 
 
1.3 LA TANATOLOGÍA EN LA ACTUALIDAD 
 
La Tanatología como ciencia actualmente ha producido un avance importante en 
nuestra sociedad en la atención del paciente moribundo en lo referente a la terapia 
del dolor y la farmacología, además en los cuidados atenuantes iniciados en 
Inglaterra a mediados del siglo XX, ya que la necesidad de dar atención compasiva 
no solo para disminuir el sufrimiento físico del paciente, sino para optimizar su 
calidad de vida, controlando los síntomas físicos, emocionales mentales y sociales. 
 
Esta ciencia, gira alrededor del enfermo terminal en la observación de su diagnóstico 
y la determinación de las acciones a seguir, la Tanatología distingue los avances 
científicos y la posición de la sociedad ante la muerte, ya que considera que la 
muerte humana tiene distintas dimensiones por lo que la estudia apoyándose en 
diferentes ciencias como son: psicología, espiritual, religión, legales, sociales, etc.. 
 
La Tanatología estudia los sentimientos y los efectos que la muerte provoca a los 
familiares, o personas involucradas afectivamente con el paciente, es difícil aceptar 
la muerte de un ser querido como algo natural.6 
 
Con esta visión integral de la muerte, el tanatólogo puede comprender los temores y 
estados emocionales de quienes están involucrados en un proceso de muerte y 
debe contribuir a que todos ellos sean tomados en cuenta en la medida de lo posible 
considerando sus diferentes inquietudes.2 
 
 
 16
 
 
 
 
 Fig. Nº 4 Mujer Llorando. 
 
 
La muerte siempre ha inquietado al hombre, ha sido estudiada desde tiempos muy 
remotos, desde diferentes puntos de vista, religioso, médico, filosófico, psicológico, 
ético, etc. Se han hecho infinidad de estudios para alargar la vida, ya que al 
enfrentarse a su muerte, a lo desconocido, se atormenta, se angustia, sufre y trata 
de evitarla. 
 
La muerte causa miedo, rebelión, temor, pero no puede causarnos duda. Es el 
destino temporal más cierto del hombre y su aceptación es prueba de la madurez del 
ser humano, la mayoría de las personas no tiene miedo a la muerte misma, sino al 
morir, a la enfermedad larga, dolorosa, a la agonía, al deterioro físico, a la pérdida 
de autocontrol e independencia. 4 
 
El hombre experimenta el dolor más fuerte y profundo de su vida al enfrentarse con 
su propia muerte. Es un problema existencial, todos los seres vivos moriremos, es el 
hombre el único ser que se cuestiona la muerte de el o de un ser querido, no se 
reduce a un proceso mecánico ni químico, tampoco la causa del mundo exterior, 
pertenece a la interioridad de la vida, a la espiritualidad de la persona.5 
 
 
 
 
 
 Fig. Nº 5 
La muerte en nuestros antepasados. 
 
 
 17
La muerte humana es un fenómeno multifacético que afecta a la vida, que no es 
aceptada ni asumida como un proceso natural, se toma como un problema personal, 
familiar y social por lo que es necesario que se estudie como un conjunto sistemático 
y científico. Es por esto que la Tanatología es una disciplina que estudia el proceso 
de la muerte como algo integral e interdisciplinario, que influye en cada individuo 
para resolver los conflictos que existen en torno a la muerte como la eutanasia, el 
suicidio, el abandono de enfermos terminales y ancianos.4 
 
 
 
 
 Fig. Nº 6 La muerte en nuestros antepasados. 
 
 
Es por todo esto que debemos de tomar en cuenta que la reacción ante una 
enfermedad terminal o ante la muerte dependerá de la personalidad, de los valores 
que se sustenten y del conocimiento espiritual que tenga cada ser humano, vivir una 
vida impecable da cuenta del logro de la capacidad de lo que se puede denominar 
como morir con arte.5 
 
Es por esto que la nueva Tanatología debe fomentar y desarrollar holísticamente las 
potencialidades del ser humano, en particular de los jóvenes, para enfrentar con 
éxito la difícil pero gratificante tarea de contrarrestar los efectos destructivos de la 
“cultura de la muerte”; mediante una existencia cargada de sentido, optimismo y 
creatividad, donde el trabajo sea un placer y el humanismo una realidad.6 
 
 
 
“LA MUERTE ES UN PASO MAS HACIA LA FORMA DE VIDA EN OTRA 
FRECUENCIA Y EL INSTANTE DE LA MUERTE ES UNA EXPERIENCIA ÚNICA, 
BELLA, LIBERADORA, QUE SE VIVE SIN TEMOR Y SIN ANGUSTIA”6 
 
 
 
 18
 
 
CAPITULO 2 EL PROCESO DE MORIR 
 
La muerte no es un hecho biológico. No lo es, al menos, para el hombre, que le ha 
querido buscar siempre un significado. La historia de la humanidad trata de la vida 
del ser humano, pero también de su postura ante la muerte. 
 
A todos nos infunde temor la enfermedad y la muerte pero no hablamos acerca de 
ello, ni con los demás ni con nosotros mismos. En lugar de sobreponernos a este 
temor saliendo con franqueza al encuentro de la enfermedad y de la muerte como 
las reales posibilidades de nuestra existencia y entablar al respecto una 
conversación grave, eludimos esta conversación haciendo ver que la enfermedad y 
la muerte no existen. Las costumbres sociales contemporáneas facilitan esta 
actitud.7 
 
A esta actitud de evitación de la muerte y de todo y de todo lo que se le relaciones, 
se une el hecho de que el morir se sucede, en la mayoría de los casos, en los 
hospitales, frecuentemente sin la compañía de los seres queridos; es más el periodo 
que antecede al deceso, presumiblemente, al menos en una importante proporción 
de los casos; esta lleno de desvalores, en especial de soledad y el sufrimiento. 5 
 
Elizabeth Kùbler- Ross, pionera de la Tanatología en su relación con enfermos 
terminales hospitalizados, pudo determinar varias cosas que son fundamentales en 
el cuidado de este tipo de pacientes como son: a) que la inmensa mayoría de los 
pacientes en esta condición tienen gran necesidad de comunicación interpersonal; b) 
que por lo general el personal de salud no sabe establecer una relación con ellos, ni 
tiene claro como ayudarlos. c) el que la propia familia no sabe ni es capaz de prestar 
la ayuda necesaria al enfermo y d) que los ministros religiosos-católicos, 
protestantes o judíos- tampoco establecen una buena relación con estos enfermos. 
4,8 
 
Todo lo anterior lleva a concluir que en relación con la práctica clínica; en la atención 
al enfermo Terminal, los programas de educación y formación académica de los 
profesionales de la salud están dirigidos hacia la preservación de la vida y muy poco 
acerca de la fase de la agonía, la muerte y de los dilemas ligados a la atención de 
éste tipo de enfermos.9 
 
 
Fig. Nº 7 El paraíso después de la muerte 
 
 
 19
 
En esta etapa de la vida del enfermo, el papel del personal de salud especialmente 
médicos y enfermeras es verdaderamente estelar; de una buena conducción 
profesional va a depender un alto porcentaje de la calidad de vida en esta fase, así 
como la relación con los familiares y los seres queridos.10 
 
2.1 MUERTE EN EL NIÑO 
 
El desarrollo psicológico del niño lo imposibilita para darse realmente cuenta del 
fenómeno de la muerte y sus implicaciones. Su aparato psíquico se encuentra en 
esta etapa centrado en su propia perspectiva y en la realidad vivenciada desde sí 
mismo, por lo cual su pensamiento presenta las características de egocentrismo y 
animismo entre otras, que distorsionan sus experiencias en la formación de su 
realidad configurada particularmente. 11 
 
La falta de introspección y la incompleta cimentación de su individualidad, que aun 
está en desarrollo hacen que la muerte para el niño tenga un significado libre en 
gran medida de angustia y crueldad, por lo cual difiere de la significación adulta de la 
muerte. Sin embargo el niño vivencia el fenecer como un viaje o un abandono, por lo 
que puede experimentarlo con mucha ansiedad y considerar esta dolorosa 
separación como un acto de agresividad contra él. Los niños asocian la muerte 
principalmente a la pérdida de su objeto amoroso más preciado, su madre, y con ella 
todas las garantías de cuidado y amor incondicional que solían protegerlodel mundo 
desconocido y hostil. Todo esto además de temor le produce ira, pues como ya 
dijimos el niño cree que la muerte es una afrenta contra él, dado que el morir es para 
el dejarse morir sin perder la vida, sino solamente alejándose como en un viaje. A su 
vez desconocen la posibilidad de su propia muerte dado que esta constituye algo 
externo, ajeno, situación en la cual no hay amenaza vital. En este sentido los niños 
tienden a ver la muerte como algo remoto en cuanto a la aversión que les provoca 
los obliga a alejarla hasta el punto que quede fuera de nuestra realidad. Ellos creen 
que el que evita la muerte encañándola, no muere.12, 13 
 Esta es una característica de su pensamiento egocéntrico, el cual no le permite 
entender la muerte porque ve más allá de su experiencia personal, y además es 
consecuencia de que los niños tienen en parte la noción de la inevitabilidad de la 
muerte, sin embargo, desarrollan defensas psicológicas tales como el pensamiento 
mágico, para sobreponerse al sentimiento de indefensa que le produce. 4 
 
El bebé. (0 - 1 año) 
 
Para un bebé, la muerte no es un concepto real. Sin embargo, los bebés reaccionan 
frente a la separación de uno o ambos padres, a los procedimientos dolorosos y a 
cualquier alteración de su rutina. Un bebé con una enfermedad terminal requiere 
tanto cuidado físico y emocional como cualquier otra persona para lograr un entorno 
cómodo. Mantener una rutina constante es importante para el niño y las personas 
que están a su cargo. Los bebés no pueden comunicar sus necesidades 
verbalmente, pero utilizan otras formas, como el llanto para mostrar su incomodidad 
y sus sentimientos. 5 
 20
 
 
 
 
Fig. Nº 8 Recién Nacido 
El niño en edad de caminar. (1 - 2 años) 
Para el niño en edad de caminar, la muerte tiene muy poco significado, de hecho, 
para algunos, es algo temporal y reversible. 
La persona que muere puede aún comer, ir a la escuela o a trabajar, etc. 
Lo que sí sucede es que pueden percibir la ansiedad de las emociones de quienes 
los rodean. Cuando los padres o los seres queridos de un niño en edad de caminar 
están tristes, deprimidos, asustados o enojados, los niños intuyen estas emociones y 
manifiestan preocupación o miedo. Los términos "muerte", "para siempre" o 
"permanente" pueden no tener un valor real para los niños de esta edad. Aun 
contando con experiencias previas con la muerte, el niño puede no comprender la 
relación entre la vida y la muerte. 5, 14 
 
 
Fig. Nº 9 
Niños de 1- 2 años 
 
 21
El niño en edad pre-escolar (2-5 años) 
 
Los niños en edad pre-escolar pueden comenzar a comprender que la muerte es 
algo que atemoriza a los adultos. En esta edad se percibe a la muerte como 
temporal, justo como en las historietas o los dibujos animados y como en sus juegos. 
Con frecuencia, la explicación sobre la muerte que recibe este grupo es "se fue al 
cielo". La mayoría de los niños de esta edad no comprende que la muerte es 
permanente, que cada persona y cada ser vivo finalmente muere, ni que los seres 
muertos no comen, no duermen ni respiran.5 
La experiencia con la muerte con la que cuentan está influenciada por aquellos que 
los rodean. Pueden preguntar "¿por qué?" y "¿cómo?" se produce la muerte. El niño 
en edad pre-escolar puede sentir que sus pensamientos o acciones han provocado 
la muerte y, o la tristeza de quienes lo rodean, y puede experimentar sentimientos de 
culpa o vergüenza. 15, 16 
Cuando un niño en edad preescolar se enferma gravemente, puede creer que es su 
castigo por algo que hizo o pensó. No comprende cómo sus padres no pudieron 
protegerlo de la enfermedad. 
 
Fig. Nº 10 
Edad preescolar 
El niño en edad escolar. (6-11 años) 
 
Los niños en edad escolar desarrollan un entendimiento más realista de la muerte, 
en el sentido de que se trata de algo irreversible y definitivo. Aunque la muerte 
puede ser personificada como un ángel, un esqueleto o un fantasma, el niño ya 
comienza a comprender la muerte como permanente, universal e inevitable. Pueden 
manifestar mucha curiosidad sobre el proceso físico de la muerte y qué ocurre 
después de que una persona muere. Es posible que debido a esta incertidumbre los 
niños de esta edad teman su propia muerte. El miedo a lo desconocido, la pérdida 
de control y la separación de su familia y amigos pueden ser las principales fuentes 
de ansiedad y miedo relacionadas con la muerte en un niño en edad escolar. 16,17 
 22
2.2 MUERTE EN EL ADOLESCENTE 
El adolescente. (12 y más años) 
Al igual que con las personas de todas las edades, las experiencias previas y el 
desarrollo emocional influyen en gran medida en el concepto de la muerte de un 
adolescente. 
Independientemente de haber o no tenido experiencias previas con la muerte de un 
familiar, un amigo o una mascota, la mayoría de los adolescentes comprende el 
concepto de que la muerte es permanente, universal e inevitable. 
Es durante el período de la adolescencia cuando la mayoría de los niños comienza 
el proceso de establecer su identidad, su independencia y la relación con gente de 
su misma edad. 
Un tema predominante de este período es el sentimiento de inmortalidad o de estar 
exento de la muerte. Cuando la muerte se vuelve una amenaza real para ellos, 
todos sus objetivos de destrozan. Las actitudes negativas y desafiantes pueden 
cambiar de repente la personalidad de un adolescente que se enfrenta a la muerte. 
Puede sentir no sólo que ya no pertenece o no encaja con sus amigos, sino que 
tampoco puede comunicarse con sus padres. 18 
 
Otro concepto importante entre los adolescentes es la imagen que ellos tienen de sí 
mismos. Una enfermedad terminal y, o los efectos del tratamiento pueden provocar 
muchos cambios físicos que enfrentar. El adolescente puede sentirse solo en su 
lucha, temeroso y enojado. 
 
 
Fig. Nº 11 ADOLESCENCIA 
 
Con esta visión general sobre la evolución del concepto de muerte en los niños 
hasta los adolescentes, es importante que nos percatemos de que los niños de 
todas las edades responden a la muerte de una manera particular, pero todos 
necesitan apoyo y lo demuestran de una u otra manera, sea con llanto, con cambios 
de conducta bruscos o bien, acercándose y pidiéndolo.4, 19 
 23
En particular, cuando una persona de cualquier edad, sobre todo un niño, se 
enfrenta a su muerte, necesita de alguien que le escuche, le tranquilice y disipe sus 
miedos. 4,20 
Muchas veces el adolescente, aunque sufra intensas emociones, no las comparte 
con nadie, porque se siente, de alguna manera, presionado a comportarse como si 
se las arreglara mejor de lo que realmente lo hace. 
Después del fallecimiento de su padre, su madre o de su hermano/a, se le puede 
pedir "ser fuerte" y "mantener el tipo" delante del otro padre. No se siente capaz de 
sobrevivir a su propio dolor y además se les exige que sostengan a otros. 
Los adolescentes perciben la muerte como algo que les hace "diferentes", y temen, 
que si expresan su dolor pueda verse como una señal de debilidad. 
Este tipo de conflictos puede tener como resultado que el adolescente renuncie a 
vivir su propio duelo (duelo aplazado o congelado). 
El/la adolescente puede sentir mucha rabia, miedo, impotencia...y preguntarse por 
qué y para qué vivir. 6,21 
Tiene que hacer frente a la pérdida de un ser querido, al mismo tiempo que hace 
frente a todos los cambios, dificultades y conflictos propios de su edad. 
Aunque exteriormente parezca ya un adulto, el desarrollo del cuerpo no va siempre a 
la par con la madurez afectiva. Es por eso que necesita todavía mucho apoyo 
afectivo para emprender el doloroso y difícil proceso de duelo. 
 Como hemos mencionado antes, es frecuente que se espere del/de la adolescente 
que sea adulto/a y se haga cargo de cuidar y ayudar al resto de la familia, sobretodo 
al padre o madre sobreviviente o a los hermanos más pequeños. 
Podemos pensar que entonces puede encontrar alivio y ayuda en sus amigos. Pero 
cuando se trata de lamuerte, salvo que se haya vivido una situación similar, los 
amigos se sienten impotentes y pueden ignorarlo totalmente. 
 El esfuerzo del adolescente para ser cada vez más independiente de sus padres, 
suele acompañarse de conflictos y problemas en la relación. Atravesar un periodo de 
desvalorización de su familia es una forma normal, aunque difícil, de separarse de 
ellos. 
Si su padre o su madre fallecen mientras está alejándose física y emocionalmente 
de ellos, puede experimentar un gran sentimiento de culpa y de "tarea inacabada". 
Aunque la necesidad de separarse es perfectamente natural, esta experiencia puede 
hacer el proceso de duelo más complicado. 
 Como hemos visto, son varios los motivos que determinan que el duelo en el 
adolescente sea más difícil. Algunos adolescentes pueden incluso mostrar un 
comportamiento inoportuno o preocupante. 6, 21 
 24
 
Fig. Nº 12 Adolescencia 
 
Vigilar los siguientes comportamientos: 
 
 
Fig. Nº 13 Síntomas de depresión en la adolescencia 
• Síntomas de depresión, dificultades para dormir, impaciencia, baja 
autoestima. 
• Fracaso escolar o indiferencia hacia las actividades extraescolares. 
• Deterioro de las relaciones familiares o con los amigos. 
• Conductas de riesgo: abuso del alcohol y otras drogas, peleas, relaciones 
sexuales sin medidas preventivas… 
• Negación del dolor y alardes de fuerza y madurez. 6 
 
 
 
 
 
 
 
 25
2.3 MUERTE EN EL ADULTO 
Los adultos están abocados al término de sus tareas sociales, y se encuentran 
ansiosos por desarrollar sus planes de vida para lo cual ya se encuentran 
capacitados, su gran tarea es lograr la intimidad para lo cual destinan una no 
menospreciable cantidad de su tiempo y energía, la muerte es algo ajeno, asumido 
como algo inevitable, sin embargo con una certeza inconsciente de que a uno jamás 
le va a pasar, comienza la carrera por la consecución de lo que uno pueda llegar a 
ser, y junto a quienes ame, construir una vida plena de satisfacción. Para un 
individuo que se encuentra en esta etapa de la vida, la aparición de una enfermedad 
catastrófica se vivencia como algo muy frustrante y difícil de llevar debido a la 
imposibilidad de conquistar las metas anheladas. Su trabajo no ha valido de nada y 
esta injusticia lo enfurece, es el paciente más conflictivo y el más lábil 
emocionalmente, a esto se suma la dificultad del personal que por lo general tiene la 
misma edad que el paciente para tratar asertivamente a un desahuciado de su 
mismo grupo.15, 22 
Estos adultos piensan de manera evasiva, rehúyen de la muerte pues es un tema 
que no les agrada. 
 
 
Fig. Nº 14 Muerte en el adulto 
En esta edad se produce la defunción de los padres, y este hecho constituye el 
motivo por el cual es en esta etapa donde se instala la certeza de la muerte en 
nuestros corazones, en esta etapa sabemos muy adentro que de veras moriremos. 
Sin embargo este no es el único dato sobre su condición que recibirá en esta época; 
los obituarios comenzaran a llenarse con nombres conocidos, los organismos e 
instituciones enviaran información sobre nuestra condición y se encargará además 
de hacernos saber que tan aceptados seremos en el mundo en el que 
supuestamente nosotros (los de esta etapa) tenemos el poder. Los adultos 
intermedios cambian el referente de su cuenta de edad, pues ahora los días que 
faltan son mucho menos que los que ya han pasado.23, 24 
Esta sensación de límite impulsa al sujeto a buscar sacarle provecho a lo que le 
resta de vida, y nace un nuevo ímpetu por hacer mayores cambios en su vida. La 
evaluación a la que se someten será crucial en cuanto una vida satisfactoria 
propugna integridad y autoestima, y por el contrario la inconformidad genera 
desesperanza, frustración y un sentimiento de vacuidad. (La muerte un amanecer 
Elizabeth K) 19 
 26
La forma en que nos dispongamos frente a la muerte definirá nuestro proceso de 
muerte, porque ¿qué es la muerte, sino un nacer a otra cosa? como plantea la 
doctora E. Kübler-Ross ; quien dice que la muerte no es más que un pasaje hacia 
otra forma de vida. Esta profesional de la salud supo comprender el real significado 
del término "salud" y lo aplicó a sus moribundos, esos tantos que lejos de ser 
sustancias en desecho, son verdaderos maestros de la vida, porque allí donde ésta 
se extingue aflora todo su esplendor, al acompañar la muerte se nos regala la 
belleza de la vida, cuando el último aliento adorna nuestras caras con expresiones 
de felicidad por que algo se ha descubierto, en nosotros mismos. 19 
Volviendo a lo nuestro, Kübler-Ross después de realizar una cantidad de estudios de 
campo inimaginable sobre enfermos terminales, dio a conocer la existencia de 4 
etapas de la muerte y la agonía, las cuales serían: 
Negación: cuando una persona se entera de que sufre una enfermedad mortal su 
primera reacción es la negación, aquel mecanismo de defensa que ante la evidencia 
nos hace decir "no, no puede ser", esto constituye una autosugestión que implica la 
no aceptación de la condición, la persona se convence de que ha habido errores en 
los resultados de laboratorios o radiografías y cambiando de médico para obtener 
otra respuesta. La negación es un mecanismo normal que nos ha acompañado a lo 
largo de toda nuestra vida en relación al tema de la muerte, y la negación parcial de 
ésta hasta se hace necesaria para asumir algunos riesgos, pero ante la noticia de 
una muerte inminente se hace total. La negación permite una tregua entre la psiquis 
y la realidad, le otorga el tiempo al individuo para pensar su muerte de manera más 
distanciada, buscando la adaptación del evento que ha asaltado su psiquismo de 
manera muy abrupta. La negación constituye un mecanismo de amortiguación del 
efecto. 19 
Fig. Nº 15 
 
Es importante destacar que la negación, a su vez, no es un fenómeno 
absolutamente individual, dado que nuestra cultura poco a poco ha ido negando los 
eventos de la muerte, no se habla de ella, los velatorios se trasladaron de la cama 
de la propia casa donde se era acompañado por gran cantidad de familiares y 
amigos, a una camilla de terapia intensiva, con restricción de visitas y con la soledad 
que un lugar tan descarnado como ese provoca. 
Ira: cuando el enfermo acepta por fin la realidad se rebela contra ella, y nace la 
pregunta ¿por qué yo? la envidia comienza a corroer el alma, que injusto es que me 
haya tocado a mi morir, deseos de tener la vida de los demás, su ira inunda todo a 
su alrededor, nada le parece bien, nada le conforma. Todo lo que ve le produce un 
agudo dolor, recordar su condición le inunda de odio y rencor, esta etapa se 
caracteriza por la negación de dios, los insultos. Su auto estima está atropellada por 
 27
no ser él el elegido para permanecer con vida. Los enfermos en esta etapa 
necesitan expresar su rabia para librarse de ella. 
Pacto o negociación : se asume la condición, pero aparece una tentativa por 
negociar el tiempo, se intenta hacer un trato, dado que en vida este recurso más de 
alguna vez lo sacó de algún apuro, aunque la realidad le indique que para eso es 
demasiado tarde, Ej. El eterno fumador que cuando se entera que tiene cáncer 
promete no fumar nunca más. Los adultos en estas circunstancias se vuelven 
regresivos, pidiendo tiempo a cambio de buena conducta. La gran mayoría de estos 
pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de ello. 
 Depresión: esta aparece cuando se tiene conciencia de que todos los pasos 
anteriores fracasan ante el desarrollo de la enfermedad que provoca gran invalidez, 
dolores u hospitalizaciones continuas. Las consecuencias psicosociales que acarrea 
una enfermedad catastrófica, entre ellas ; decadencia física, imposibilidad de 
trabajar o desempeñarse en tareas habituales, problemas económicos y familiares, 
sensación de inutilidad y de constituir una carga innecesaria, provocan en el enfermo 
un estado natural de depresión. La depresión es producto de lo ya perdido, pero 
tambiénun proceso de preparación ante la propia muerte. En esta etapa, es 
saludable para el enfermo expresar la profundidad de su angustia en vez de 
esconder su dolor. 
 Aceptación: requiere que la persona haya tenido el tiempo necesario para superar 
las fases anteriores. La persona ha trabajado con la muerte a través de la ansiedad 
y la cólera, y ha resuelto sus asuntos incompletos. A esta etapa se llega muy débil, 
cansado y en cierto sentido anestesiado afectivamente. En su lucha por 
desprenderse del mundo y de las personas prefiere estar solo, preparándose para 
morir, durmiendo demasiado, a lo mejor en un proceso de evaluación que es una 
experiencia privada y personal. El paciente ha comenzado a morir, a renunciar a su 
vida en paz y armonía, en esta etapa no hay ni felicidad ni dolor, solo paz, el dolor 
está en quienes rodean al enfermo, éste solo desea el silencio para terminar sus 
días con un sentimiento de paz con sigo mismo y con el mundo. 19 
Estas etapas no se dan rigurosamente como una secuencia invariable, alguien 
puede morir enojado con el mundo, o sin jamás aceptar la muerte por que su amor a 
la vida es más fuerte que su paz interior, por lo general quien no desea morir 
llegando su hora ha dejado algo pendiente, resolver sus asuntos de la mejor forma 
puede ser un incentivo para el buen morir. Lo importante es que a través de estas 
etapas Kübler-Ross supo plasmar una anatomía psíquica de la muerte, acompañada 
de todo su carácter emocional, ahora algo podemos entender el proceso de la 
muerte, para poder aceptar su llegada de mejor manera. 
 La pena de muerte y el duelo. 
Como ya he repetido antes toda muerte exige un duelo, o sea una elaboración e 
integración del acontecimiento de la muerte como parte de la vida de un sujeto, se 
debe asimilar hasta el punto de reconstruir la vida sin el ser amado, recordándole 
con amor y cariño, y comenzar el desarrollo de una vida normal, cumpliendo con 
todas la exigencias sociales. 27 
 
 28
 
Fig. Nº 16 Condolencias 
 
 
La muerte es un hecho muy duro, tanto como para quien lo vive como para los que 
lo rodean (sobrevivientes). Estos últimos deben aceptar su aflicción, o sea el hecho 
objetivo de la perdida y el cambio de su condición social de vida en cuanto a la 
desaparición de la persona muerta. Así una esposa debe asumir su condición de 
viuda, por ejemplo. 
Una cultura debe estar dispuesta a resolver el problema del dolor de sus miembros 
por medio de rituales y ceremonias, 
y en resumen por medio de espacios para elaborar la pérdida con un gran soporte 
social. Por ello sus condiciones de luto serán primordiales para lo que a salud mental 
se refiere. 
 
 
 
Fig. Nº 16 Tradiciones mexicanas el funeral. 
Esta acción eminentemente cultural permite abordar la muerte desde una mirada 
social de reconocimiento de sus miembros, como una pérdida total de la cultura y no 
una difusión particular sin importancia. Las culturas deben estructurar el dolor por 
medio de tradiciones y ritos que ayuden a sobrellevar el dolor. 
La forma en que sentimos la pérdida como algo muy doloroso tiene gran 
importancia. La persona afligida debe aceptar la dolorosa realidad, para ello debe 
dejar el vínculo con la persona fallecida, organizar la vida sin esa persona y 
 29
desarrollar nuevos intereses y relaciones. Para poder describir una pena normal 
debemos mencionar las etapas que subyacen en ella: 
 
 Fase inicial: (varias semanas) la muerte se vive como algo impactante e increíble, 
los sobrevivientes se sienten muy abrumados, aturdidos y confundidos. Estas 
condiciones constituyen en algún aspecto una defensa de los dolientes para 
protegerse de sus reacciones intensas. Todo este periodo está acompañado de un 
fuerte correlato fisiológico, emocional y psicológico que vulnerabiliza en demasía al 
individuo. Tiene accesos de nauseas y un profundo sentimiento de vacuidad por la 
impotencia ante la vida. 19,24 
2º fase: (6 meses o más) persiste la preocupación por la persona fallecida. Realiza 
un gran esfuerzo por entender la muerte sin lograrlo debido a que no es capaz de 
aceptarla, en esta etapa hay mucho llanto, insomnio, fatiga, pérdida de apetito, etc. 
este periodo de crisis es necesario, pues en medio de este dolor se evalúa 
emocionalmente la relación que en vida tuvo con el fallecido. Para elaborar la 
muerte esto es esencial, dado que en este periodo se rescata la intensidad de las 
emociones compartidas y se tiñen los recuerdos para revivirlos hasta la eternidad. 
Fase final: el tiempo es muy variable, esta es el periodo de la resolución, la persona 
reanuda el interés por sus actividades diarias, recordando al muerto con cariño y 
tristeza en vez de dolor y nostalgia. Se asume la idea de que la vida continúa y de 
que existen otros motivos por los cuales luchar. 
Cuando deformamos el dolor que sentimos por el fallecido nos arriesgamos a vivir 
una pena patológica, es muy probable que a la base de ésta exista un desorden de 
la personalidad o una relación altamente dependiente u hostil con el fallecido. 
Muchas veces se vivencia la pena de esta manera debido a las circunstancias 
traumáticas en que pudo ocurrir el episodio de muerte y la prestancia social de 
apoyo deficiente que pudo sufrirse. Esta forma distorsionada de elaborar la pérdida 
puede traer con sigo la presencia de hiperactividad compulsiva, identificación 
patológica con la persona muerta, deterioro físico, depresión, culpa, ira, etc. 19 
 Terapia para el dolor. 
La Tanatología, como disciplina de ayuda profesional, concibe integralmente a la 
persona en su ser bio-sico-social-espiritual, para vivir en plenitud. Proporciona ayuda 
profesional al enfermo terminal y a sus familiares, a personas con ideas suicidas y a 
todo individuo que haya tenido una pérdida significativa. 18 
 
 
 Fig. Nº 18 Monjas Llorando 
El apoyo de la Tanatología como alternativa para revalorar la vida descansa en el 
principio de la condición mortal de todo ser humano. ¿Cómo condiciona o determina 
la vida de un individuo este principio del cual no existe la menor duda? La respuesta 
 30
es variable de acuerdo a las convicciones y circunstancias personales, pero de una 
u otra forma tiene que asimilarse este hecho. De ahí la importancia de aprender a 
elaborar el propio duelo no como una carga lóbrega sino como un acontecimiento 
necesario en la vida, y, en base a ello, vivir plenamente el "más acá" de la muerte. 
Se sugieren dos caminos para aproximarse a ella: por la vía teleológica en base a la 
propia imaginación y por la reflexión de acontecimientos de muerte - como las 
enfermedades incurables -, la misma muerte de familiares o amigos muy queridos o 
del dolor que se experimenta por separación del ser amado, que es una forma de 
vivir la muerte. 17 
 
 
 
 
 
 
 Fig. Nº 19 Reflexión 
El cómo ayudar a las personas a resolver la muerte constituye una tarea ardua, y 
más aún en una sociedad donde la muerte se suele ocultar. Es primeramente 
necesario comenzar por la educación infantil, ayudando a los niños a disminuir su 
ansiedad hacia la muerte, o sea se debe educar al niño a nivel cognitivo impersonal 
por medio de la enseñanza cultural (escuela) y a un nivel emocional personal (en el 
seno familiar). 
La tanatología cumple un papel fundamental, su nombre proviene de Thanatos: 
muerte; y Logos: que quiere decir tratado, constituye una disciplina que proporciona 
ayuda profesional al enfermo terminal y a sus familiares, a personas con ideas 
suicidas y a todo individuo que haya tenido una pérdida significativa.22,23 
La ideología de esta disciplina versa sobre los siguientes puntos: 
A) La muerte y el miedo a la muerte son fuente de muchos de los problemas 
humanos. Eliminar estos miedos es dar vida: vida a plenitud, vida llena de calidad. 
B) El suicidio es un mal que se puede prevenir. En la mayoría de los casos, quienes 
tienen ideas suicidas prefieren recibir ayuda adecuada, en lugar de fabricar su propia 
muerte. 
C)Por último, de acuerdo con Kubler Ross, creo que el amor incondicional es un 
ideal asequible. 
 En suma, la meta última del tanatólogo es orientar al enfermo hacia la aceptación 
de su realidad, aceptación que se traduce en ESPERANZA REAL. En ella está 
 31
contenida el verdadero sentido de la vida. Esto incluye una mejor calidad de vida, la 
muerte digna y en paz. 26, 27 
La educación para la muerte tiene ciertos objetivos que vale la pena revisar, entre 
ellos están; ayudar a crear en las personas sistemas de creencias propios sobre la 
vida y la muerte, pero no en un sentido de fantasía enajenante, sino como una 
revelación intima del sentido de la muerte que presupone su aceptación como algo 
natural, también tiene por uno de sus objetivos el preparar a la gente para asumir la 
muerte propia y la de las personas cercanas al individuo, enseñar a tratar humana e 
inteligentemente a quienes están cercanos a la muerte. Entender la dinámica de la 
pena desde un punto de vista muy humano, donde se acentúe la importancia de las 
emociones más que cualquier otro aspecto de la psicología. 
"Por último, la tanatología se propone con su educación y trabajo, hacer de la agonía 
una actitud lo más positiva posible, destacando la importancia de minimizar el dolor, 
ofreciendo cariño, cuidado personal, involucrando a la familia y a los amigos 
cercanos, en el cuidado de la persona agónica y siendo susceptible a los deseos y 
necesidades del moribundo." 
Una terapia para el dolor debe contemplar la expresión de la pena y sus 
sentimientos de pérdida y culpa, apoyar en el moribundo la revisión de sus 
relaciones, e integrar la muerte dentro de la vida. A su vez debe brindar ayuda 
práctica y emocional, por medio del encuentro de personas que sufren un proceso 
parecido, y con la confianza de que al ser un proceso natural las personas disponen 
de las herramientas para superar esta situación. 27 
 
 Fig. Nº 20 Camino hacia la muerte 
Es muy importante para las personas explorar sus actitudes hacia la muerte, 
involucrarse afectiva y cognitivamente con ella ayuda a descubrir cuáles son 
nuestros temores frente a ella y cómo podemos superarlos.27 
 
 Significado de la muerte. 
El sentido de la muerte se encuentra en la vida misma, en cuanto sabemos que 
vamos a morir, dirigimos nuestros esfuerzos hacia la vida intensamente vivida, el 
morir nos enseña a amar, querer, recordar. La muerte postergada hacia la eternidad 
no puede sino constituir el más absurdo de los absurdos. En cuanto ésta dejaría de 
ser fuente de vida, vivir en el más acá, requiere la certeza de la finitud. 12 
 
La muerte es un espejo en el cual contemplamos nuestra vida entera, la historia 
personal se perfila hacia un proyecto común de todos los hombres, de los que están 
y los que vendrán, el dialogo del espíritu con el corazón, resuelven su acuerdo de 
 32
vida en un instante, el corazón ofrece energía para la acción, y el espíritu ofrece un 
viaje hacia el crecimiento. Entender esto, significa entender que la vida misma no es 
más que un periodo pequeño de nuestra existencia. 
 
La vida cobra sentido en cuanto se revela como un transito, morir es cambiar de 
estado y el bien morir puede ser entendido en términos de desprenderse finalmente 
de todo lo material que nos confina a este mundo para facilitarnos el paso a la 
eternidad. El bien morir es estar dispuesto con humildad a despedirse de la vida, 
entregar la existencia que nos fue dada, sin rencores ni arrepentimientos, sin culpa y 
sin dolor. 
 
¿Porqué vivir si sabemos que vamos a morir? 
Porque en la vida encontramos el significado de la existencia y en la muerte 
encontramos el significado de la vida, el convencimiento de nuestra muerte nos 
impulsa a trabajar, a hacer, a producir, sin posponer inútilmente nuestro destino. La 
presencia de la muerte nos pone frente a nuestra responsabilidad, que es la de 
hacer de la vida el sentido mismo de la existencia. 10 
 
 Fig. Nº 21 La Flor 
 
Un tema muy conflictivo, a modo de conclusión, en lo que se refiere a la sociedad 
ante el problema de la muerte. Se trata de la eutanasia definida como una teoría o 
práctica que defiende la licitud de acortar la vida de un enfermo incurable, para 
poner fin a sus sufrimientos físicos y psicológicos. A partir de las "ventajas" 
entregadas por la tecnología podemos alargar la vida aún en condiciones de 
extremo daño físico, sin embargo muchas personas defienden la idea de la 
eutanasia pues asumen que es necesario que prevalezcan los criterios de calidad de 
vida por sobre los de cantidad de vida. 
 
El día 9 de noviembre de 1999 se realizó, en el auditorio de la facultad de medicina 
de la universidad de la Frontera de Temuco, una charla con respecto a este tema 
llamada "eutanasia: el derecho de morir o asesinato" en esta sala se reunieron las 
opiniones de un médico el doctor Arturo Pinto, un asistente jurídico la Sta. Claudia 
Turra, desde el plano de la ética se presentó la Sra. Margarita Zeggy y como 
representante de la religión se presento el padre Luis Acuña. 14 
 
 33
La posición del doctor Pinto estaba sustentada en la ética profesional del médico, y 
dado que el hombre constituye una unidad, los valores que como médico había 
jurado defender estaban a su vez en el seno de los valores que como ser humano lo 
definen. El doctor pregunta: ¿matar tiene justificación? yo creo que no, y mucho 
menos como profesional de la salud. Es necesario, comenta, que se tome en cuanta 
la importancia de esta situación, dado que la relación del médico con el paciente 
está basada en la confianza del segundo que deposita su vida en las manos del 
primero, a su vez el médico a jurado luchar por la vida de las personas a toda costa, 
haciendo lo posible por ayudarlo en su condición de enfermo. Si el médico ofrece la 
muerte se quiebra el vínculo entre paciente y médico. 14 
 
 
 
 
 
Fig. Nº 22 La Vida 
 
El doctor finaliza con una reflexión, ¿es lícito decidir ser esclavo? no, no lo es 
estamos condenados a nuestra libertad, tampoco debe de sernos licito decidir morir, 
pues estamos condenados a la vida. 
La Sta. Claudia Turra plantea el término de eutanasia como una figura delictual que 
recibe una sanción penal por parte del estado. El estado modera la interacción de 
las personas y dirige su actuar en forma bastante determinante, esto significa que el 
estado con su pena, priva de libertad, porque existe un bien jurídico afectado que el 
estado trata de proteger mediante el castigo. 
Sin embargo, al considerar la eutanasia como el derecho a bien morir, asumimos el 
hecho de que nuestra vida nos pertenece en nuestra corporalidad y el derecho penal 
defiende nuestra vida de la acción de otros. La decisión de morir pasa por el sujeto 
solamente evitando de esta manera entrar en criterios utilitaristas de la eutanasia. 
El problema que se suscita en la legislación de la eutanasia es el responder a su 
cuestión ética ¿puede un tercero intervenir en la muerte, aún siendo consentida por 
el actor?, jurídicamente la respuesta es no. la muerte consentida se puede 
extrapolar al asesinato consentido, o sea al aprobar mi propia muerte cualquiera que 
yo desee puede matarme. 25 
Por eso la eutanasia requiere un análisis contextual, si la causa de la motivación a 
morir es una falta de cuidado, o una carencia afectiva, la muerte no se puede 
permitir. 
La Sra. Margarita Zeggy considera que la discusión sobre este tema pasa por el bien 
morir y el bien vivir, en este sentido el amor propio nos puede impulsar al deseo de 
 34
muerte. Al hombre hay que entregarle la libertad que posee como derecho propio, 
por que se confía en él, pues es perfectamente capaz de evaluar sus propias 
condiciones de vida como para asumir este tipo de responsabilidad. 
La eutanasia se enmarca en un plano multidimensional que toma aspectos; 
emocionales, de conciencia, costumbres, valores, y además es un problema 
eminentemente social por lo que debe resolverse en estaesfera. El cómo resolver 
estos problemas asumiendo que engloba aspectos que van mucho más allá del 
individuo, pasa por el otorgar la importancia que le corresponde a la emoción en la 
toma de decisiones a este respecto. 
El ámbito de los derechos humanos apunta a los derechos a la vida, buscando 
reafirmar la condición humana, en este sentido la ética se plantea en dirección a la 
calidad de la vida, el derecho a morir como se ha vivido. Aunque esto signifique el 
cese de la vida, se reafirma el derecho a vivir y morir bajo nuestras propias 
convicciones. 18 
Desde la religión el padre Luis Acuña plantea que el hombre está constituido a 
imagen y semejanza de Dios, es más somos parte de dios. La muerte es un evento 
natural, es la voluntad de Dios, tenemos acaso el derecho supremo de contradecir 
los dictados del señor. 
El valor de la vida humana es el fundamento de la convivencia, no se puede sujetar 
a consenso, porque no puede estar en manos de nadie, sino sólo de Dios (lo que 
Dios creó, solo Dios puede destruirlo). 
El proferir la propia muerte niega el deber que tenemos para con los demás, porque 
yo no solo vivo para mí. La vida es un bien aquí en la tierra y es útil en la relación 
entre nosotros los hermanos. El suicidio, porque eutanasia yace en el límite entre el 
suicidio y el asesinato, es el rechazo a la soberanía de dios, es la renuncia a lo 
humano, es la ruptura del compromiso para con el otro y para con la sociedad. 18
 
 
2.4 MUERTE EN EL ADULTO MAYOR 
 
La muerte puede sobrevenir en cualquier etapa de la vida, sin embargo el orden 
natural supone que se produzca al final del ciclo completo, cuando su cercanía 
forma ya parte de su experiencia cotidiana. En esta edad casi la mayoría del tiempo 
está destinada a la solución de asuntos acerca de la muerte y están 
significativamente menos ansiosos que los adultos intermedios con respecto a la 
muerte. 
Es necesario considerar que el mundo frente al cual se enfrenta el anciano es un 
mundo distinto, irreconocible, perturbador obviamente que nuestra es la 
responsabilidad de que no le sea hostil. Antes su mundo estaba poblado por 
determinadas personas que fueron muy significativas en su vida. Con el correr de los 
años todo eso de alguna manera, por no decir literalmente, ha desaparecido. Es 
probablemente que los problemas cotidianos de hoy le resulten algo abrumador e 
inexplicable. Ante esta situación uno puede entender el porqué los abuelos están 
cansados de la vida y porque es tan natural que muchas veces lo inunde la tristeza. 
7, 8 
 
 35
 
 
 Fig. Nº23 El Anciano 
 
La gran tarea del anciano es reorganizar sus pensamientos y sentimientos para 
aceptar su propia muerte. 
Los problemas físicos impiden que el anciano vea las cosas de un modo alentador y 
placentero, al contrario, esto se suma a la lista de estímulos que lo abandonan a la 
muerte. 
Cuando la persona ha construido un auto concepto estable y satisfactorio y cuando 
ha sido rodeada de amor logra concebir de manera más tranquila su propia muerte, 
aceptando este final natural.7, 8 
Actitudes ante la muerte de un anciano 
La muerte de cada individuo tiene en los otros una realidad y un significado distintos. 
Entre muchas variables, la de la edad es la que más ayuda a orientarse ante el 
fallecimiento de una persona y aun la de uno mismo. Es utilizada por todos los 
implicados como una referencia. 8 
 
Fig. Nº 24 Anciano Leyendo Periódico 
Para nuestra cultura actual, la muerte de un anciano se vivencia, generalmente, con 
menor dolor que la del adulto o la del joven. 
Generalmente el anciano tiene menores responsabilidades sociales de todo tipo; los 
que lo rodean tienen menor dependencia de él y se encuentra en una edad en que 
es mayor la frecuencia estadística de los fallecimientos. Ello haría suponer a los más 
jóvenes que la muerte es normal para los viejos (idea que les hace sentirla más 
lejos), ayudando a vivir ese hecho con más naturalidad.8, 9 
También produce alivio en los supervivientes el pensamiento defensivo de que los 
sujetos de mayor edad han tenido tiempo para irse mentalizando de su próximo fin. 
Además, la cultura imperante ayuda en el sentido de que cada vez hay mayor 
alejamiento entre las normas de vida de los ancianos y de los jóvenes. Ello permitirá 
 36
la no identificación de éstos con la muerte de personas muy distintas y distantes de 
su mundo físico y espiritual. 
Al estar el anciano generalmente apartado de la dinámica diaria habitual del joven y 
del adulto, da la impresión de que estuviera ya un poco perdido. Esta visión 
contribuye a que los demás consideren que muchos ancianos deteriorados 
desvaloricen y vean menos apetecible la existencia, y por lo tanto, sea 
aparentemente menos trágica su desaparición. Pero la identificación, por lo general, 
se hará con los familiares allegados del anciano y no con éste, ya que resulta más 
fácil identificarse con quien pierde a otros que con quien pierde su propia vida. Por 
otra parte, es significativo que el propio anciano comparte, más o menos 
conscientemente, estos criterios y, por lo tanto, experimente con menor intensidad el 
temor a la muerte. 9 
 
 
 
 Fig. Nº 25 Pintura Rupestre del anciano 
Kalis (1976) justifica ésta realizado en base a 3 razones: 
1) Disminución del valor que socialmente se da a sus vidas y que el anciano también 
comparte y asume, haciéndole reconocer lo precario de su futuro y las limitaciones 
que, progresivamente, le esperan a todos los niveles (físico, afectivo, económico, 
etcétera). 
2) La progresiva asunción de que él ya ha vivido "lo suyo", según medida del tiempo 
que ve que viven, habitualmente, las personas de su entorno. 
3) Lo que se ha llamado la "socialización de la muerte", por la que el sujeto se va 
haciendo a la idea de que se va aproximando su hora a medida que va viendo morir 
a los demás. 
Otros autores dicen que factores como el estado de salud física y metal del anciano, 
el estar integrado en una familia, en una institución o el vivir solitario, el nivel cultural, 
la religiosidad, son variables determinantes de la disposición a aceptar, dócilmente o 
no, el propio final. Estas actitudes también influirán en los seres que lo rodean, 
determinando sus conductas. 7 
 37
 
 Fig. Nº 26 Anciano descansando. 
Actitudes del anciano y su entorno ante la muerte 
La conciencia de la finitud de las cosas y de sí mismo podría facilitarle al anciano 
adoptar posturas más o menos estoicas. Frecuentemente esto ocurre así, pero en 
algunas circunstancias, por ejemplo de marginación social y familiar, la hace sentir 
cada muerte de otro como una nueva experiencia sobre el fin de la vida y le pone de 
manifiesto su empobrecimiento progresivo y sus menores conexiones con los 
hechos afectivos y biológicos de la vida. 
Por lo tanto, lo más angustiante para el viejo es la pérdida y la muerte. Esa pérdida 
supone un grado y características determinadas por el monto de pertenencias 
afectivas, tanto sociales como familiares, relacionadas con la repercusión que ella 
puede tener en la satisfacción de necesidades objetivas y subjetivas del anciano, 
que se pueden clasificar en cinco grandes grupos: 
1) Fisiológicas (son vitalmente prioritarias); 
2) De seguridad y confianza en los demás; 
3) De pertenencia o integración (ante vivencia de aislamiento y soledad); 
4) De reconocimiento y estima (ante la progresiva auto desvalorización y pérdida de 
auto es 
tima derivadas de la merma de facultades que va experimentando). 
5) De superación y confianza en sí mismo (para recuperar lo que tiene). 
Estas necesidades, planteadas por el geronte, motivan en los que lo rodean un 
monto de angustia tendiente a aliviar más la propia ansiedad que la del que lo 
plantea. Así, es común ver comportamientos totalmente negativos para el 
interesado, como los descritos por Russ (1986): 
 
 Fig. Nº 27 Anciano con perro 
 
 38
- Cambiar el tema de conversación; 
- Callaro alejarse de él como si no se le hubiera oído; 
- Restar importancia a aquello que a él le angustia o preocupa, pero sin afrontarlo o 
razonarlo; 
- Adoptar más o menos cínicamente posturas fatalistas; 
- Trasladar la respuesta a otros; 
- Negar la situación que el interesado tiene objetivamente clara; 
- Contestar con evasivas, más o menos negativas, a la cuestión, pero sin 
comprometerse; 
- Adoptar actitudes moralizadoras, ejemplarizantes y/o paternalistas. 
Estas actitudes, como el "pacto de silencio", no solucionarán las angustias del 
anciano ni satisfarán a quien las ejecuta. 
Esto se puede revertir en parte, intentando darle seguridad sobre que: 
- No le faltará en ningún momento la clase y cantidad de medicación que precise; 
- En el momento final no experimentará sufrimiento; 
- Tendrá la compañía que desee a cada momento; 
- Seguirá contando con apoyo y comprensión aunque dé muestras de enfado y 
hostilidad. 
- En todo momento será tratado con todo el respeto que merece una persona. 
Obviamente, el lenguaje verbal deberá acompañar al gestual en todas las 
circunstancias. 
 
 
El anciano y su proceso de morir: 
El hombre, en su carácter de ser racional, es el único animal que reflexiona sobre la 
muerte. Esto le produce malestar, angustia, miedo, repugnancia, sufrimiento y 
sentimiento de soledad. 
La muerte de un anciano es un hecho importante para quienes lo rodean y para él 
mismo. Aquellos reciben la enseñanza del temple de los moribundos y éstos se 
gratifican con el soporte emocional que le brindan quienes los acompañan. 
 39
Nuestra civilización occidental, urbana, trata de disimular los signos exteriores de la 
muerte. Ante ella, los intervinientes la sienten cada uno a su manera. Para el 
anciano es "su" propia muerte, para la familia es la muerte del "otro", y el equipo 
asistencial, si participó, también se ve afectado por ella.9 
Desarrollaremos brevemente qué pasa con cada uno de ellos: 
 
 
 
 Fig. Nº 28 El anciano 
 
Ingresar en un servicio de geriatría le evidencia su sentimiento de soledad, tenga o 
no familia, con el temor de la posibilidad de no poder volver a su casa. De este modo 
comienza muriendo socialmente, como paso previo a la muerte biológica. 7 
La familia: 
Se manifiestan actitudes de negación o de salvación. Pueden negar la enfermedad 
grave, brusca o progresiva, y la proximidad de la muerte. O pueden erigirse en 
"salvadores" acrecentando en el moribundo el sentimiento de indefensión y de carga. 
Existe una diferencia entre ayudar y salvar, que es necesario aclarar. La ayuda 
permite la colaboración del paciente en su lucha contra la enfermedad y su 
preparación para morir. La salvación, en cambio, refuerza en el moribundo el 
sentimiento de no tener control sobre su vida, pudiendo llegar a perder su voluntad 
de vivir. Hemos sido educados para creer que los enfermos son víctimas y es muy 
importante revertir esa actitud. 
 
Fig. Nº 29 El equipo de salud: 
 40
 
El proceso de morir adquiere connotaciones especiales si se produce en una 
institución, debido a la repercusión que tendrá en el personal interviniente, que se 
conducirá de acuerdo a: 
- La educación académica recibida, generalmente de corte biologista; 
- La insistencia en la curación, en detrimento de las relaciones personales; 
- La burocracia institucional, que entorpece la relación con los pacientes críticos; 
- La falta de trabajo en equipo, con características horizontales; 
- La negación de la muerte en el contexto social urbano; 
- La carencia de recursos psicológicos que satisfagan las necesidades personales 
de los pacientes críticos. 
- El juicio social hacia el médico por la muerte de un paciente; 
El Servicio Social, si bien integra el equipo multidisciplinario de salud en un hospital, 
merece un párrafo aparte. 
El trabajador social es el profesional que está en contacto continuo con el anciano y 
su familia durante el proceso de morir. Brinda la contención y la orientación 
necesarias, siendo además nexo entre el equipo de salud y el paciente y allegados. 
Es importante que la ciencia, sobre todo la médica, comprenda el hecho de morir y 
acompañe al hombre en ese acontecer. 
El equipo de salud trata, en general, de intensificar la relación con el paciente 
estableciendo una comunicación abierta con él y atiende sus requerimientos. 
 El moribundo manifiesta ambivalencia evidente, aceptando y negando 
alternativamente su situación. Por ello, es importante el desarrollo de un diálogo 
basado en una información clara y veraz, con el conocimiento del manejo de 
técnicas de comunicación social. 
 
Generalmente las instituciones sanitarias cuentan con un servicio religioso que 
llevan confort espiritual al moribundo creyente, haciéndole menos penosa su 
situación. 
Tener en cuenta lo expresado redunda en un beneficio para todos los que 
intervengan en este tramo final de la existencia de un ser querido. 
Los próximos temas contemplarán sucintamente lo concerniente a la muerte de un 
anciano en su hogar o en una institución de salud, con sus diferencias, ventajas y 
desventajas.7 
 41
 
 
Muerte del anciano en su hogar 
 
Fig. Nº 30 Muerte en el anciano en casa 
El fallecimiento del anciano en su hogar debe ser considerado como el lugar más 
adecuado. Así se hizo tradicionalmente, aunque las transformaciones que sufren las 
familias actuales, a menudo impiden que pueda desarrollarse así. Esto es debido a 
que: 
- Se ha reducido el número de integrantes del grupo familiar, y por ello, de personas 
que atiendan a los moribundos. 
- Viviendas más reducidas que no dan mayor intimidad. 
- Otros familiares pueden necesitar cuidados simultáneamente. 
- Desvinculación entre los miembros del grupo familiar que implica menor 
compromiso. 
- El hospital brinda a la familia la alternativa de la comunidad. 
- Los miedos, la ignorancia, que influyen al tomar decisiones. 
Pueden darse más razones que intenten justificar la internación de un anciano en su 
fase terminal, pero también se ofrecen razones para que permanezcan en su casa. 
- Si el anciano vivo habitó esa casa, es lógico que muera en ella. 
- Tiene mejor control de la cantidad y calidad de los servicios que se le brindan. 
- Se podrá sentir más respetado en su intimidad. 
- Allí podrá experimentar más intensamente las demostraciones afectuosas, la 
aceptación y la integración a la familia. 
- Tendrá mayores posibilidades de ser cuidado cuando ya no pueda ser curado. 
- Le será posible solucionar temas pendientes. 
 42
- La familia se verá beneficiada en cuanto a horarios y desplazamientos para 
atenderlo. 
 
 Fig. Nº 31 Anciano desnutrido 
- Disfrutará de espacio y atención a gusto. 
- Podrá compartir sus vivencias con sus seres queridos. 
- Es el dueño de su hogar y es injusto que sea desarraigado por conveniencia de 
otros. La familia, al estar compuesta por varios integrantes, cada miembro dará una 
respuesta diferente ante la muerte del viejo. Cada uno de ellos a su vez se verá 
influenciado por los otros y viceversa, esto generará ansiedades y miedos, como por 
ejemplo a: 
- No percibir el comienzo del fin. 
- Ser espectador de la agonía del paciente. 
- Dificultad para acceder a un servicio médico de urgencia. 
- Ser responsables del desarrollo del proceso y de las dificultades que surjan. 
- Dañar involuntariamente al cuidar al enfermo. 
- Estar ausente en el momento del fallecimiento. 
- Revelar involuntariamente el diagnóstico al paciente (si éste lo ignora). 
- Desavenencias con otros miembros de la familia ante la responsabilidad de 
internarlo en la casa. 
- No darse cuenta del momento exacto de la muerte. 
- No saber qué hacer con el cadáver. 
- Los problemas económicos y familiares que deriven de la muerte de esa persona. 
- La soledad que sobrevendrá luego de la pérdida. 
- La posibilidad de un "contagio". 
 43
- Exigencias insatisfechas del paciente. 
 
Fig. Nº 32 Anciano en casa. 
 
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