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Iseo-ateniense-de-Dionisio-de-Halicarnaso

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UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
ISEO ATENIENSE DE DIONISIO DE HALICARNASO
TRADUCCIÓN COMENTADA
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN LETRAS CLÁSICAS
P R E S E N T A
SUSANA RODRÍGUEZ MIRANDA
ASESOR
DR. JOSÉ PAZ ESPINOSA XOLALPA
2010
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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A mis padres con mucho cariño. 
 
A Ulises, Aura y Jorge. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PRESENTACIÓN 
 
El propósito y el deseo primordial de un estudiante, al elegir la carrera de Letras 
Clásicas, es llegar algún día a traducir y comprender textos en lengua griega y latina, 
propósito que el plan de estudios de esta carrera tiene, precisamente, como fundamental. 
Durante la carrera aprendí no sólo a traducir la lengua griega y latina, sino también un 
conjunto de habilidades necesarias para la traducción, con las que he aprendido a 
motivar y a preparar al estudiante hacia su mejor desarrollo profesional. 
 Ciertamente, en el transcurso del tiempo nos inclinamos hacia aquello que nos atrae 
y nos agrada, y aunque pensamos en lo fácil o difícil que puede ser trabajar tal o cual 
obra, en realidad no la conocemos sino hasta que nos enfrentamos a ella. Así pues, 
puedo decir que el motivo que me llevó a elegir el tratado, Iseo ateniense, de Dionisio 
de Halicarnaso, fue mi deseo de conocer un poco el arte de persuadir a través de la 
palabra. 
Como profesora de Letras Clásicas he abordado, en la medida de lo posible, el tema del 
uso del participio en esta obra a fin de profundizar en su conocimiento. Por ello, además 
de la traducción presento un breve estudio sobre el participio, pues éste texto ofrece 
abundantes ejemplos de esta forma verbal; además de que busco material idóneo que 
pudiera ayudarme en la preparación de mis clases de griego en la Escuela Nacional 
Preparatoria. El estudio que presento tiene un fin eminentemente didáctico y no 
pretende ser una gramática, sino un conjunto de ejemplos que muestre los usos 
generales del participio utilizados en esta obra, ya que el propósito esencial del presente 
9 
trabajo es mostrar los conocimientos que implican preparar una traducción útil al 
estudiante que desee conocer el arte de la oratoria griega, especialmente la forense, de la 
cual tenemos en esta obra una muestra excelente, así como un análisis de los estilos de 
Lisias y de Iseo, a través de los discursos que de dichos oradores nos trasmite Dionisio. 
 Por medio de la obra, Iseo ateniense, también podemos conocer la crítica literaria, el 
ambiente de la oratoria judicial y política, así como la lengua griega ática ya que, como 
sabemos, Lisias, Iseo y Demóstenes, oradores del siglo V a. C., escriben en este 
dialecto. También observemos que Dionisio, si bien vivió en el siglo I a. C., imita 
explícitamente el griego de aquéllos que han merecido renombre en la lengua ática. 
 Con respecto a la traducción, me he propuesto hacerla de manera literal con un breve 
resumen y notas explicativas, a fin de que la lectura resulte más clara y amena. Tocante 
al apéndice sobre el uso del participio, concibo el texto griego como un material útil 
para la enseñanza de la lengua en mis futuros cursos. 
 Asimismo, quisiera manifestar mi convicción de que estudiar una obra de este modo 
proporciona al estudiante un buen instrumento para la formación crítica y universal que 
pretende ofrecer la Escuela Nacional Preparatoria a sus estudiantes. 
 Por último, quisiera expresar aquí mi agradecimiento al Dr. Germán Viveros 
Maldonado por haberme concedido su tiempo y sus consejos, pero muy especialmente 
al Dr. José Paz Espinosa Xolalpa, por la asesoría que me ha permitido llevar a término 
el presente trabajo. 
 
 
 
 
 
 
 
10 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCIÓN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL AUTOR: SU VIDA Y OBRA 
 
 
Dionisio nació en Halicarnaso, región de Asia Menor, hoy Brodum, entre los años 60 y 
55 a. C., fue hijo de Alejandro y contemporáneo de Estrabón. Durante su estancia en 
Asia, antes del año 30 a. C., recibió la influencia de la escuela de Pérgamo, la cual 
estaba centrada en el estudio de la retórica y en la historia que mostraba todo dato 
interesante. En esta ciudad conoció la contienda entre el movimiento retórico aticista y 
el asianista; además trabajó tanto en la identificación de la autoría de manuscritos, cuyo 
origen era desconocido, como en la adquisición de obras de los mejores autores del 
período clásico para preservar los cánones áticos.1 
Viajó a Italia en el año 30 a. C., cuando César Augusto puso fin a la guerra civil. Vivió 
en Roma durante veintidós años, aprendiendo la lengua latina, buscando noticias del 
pasado de Roma y organizando todo cuanto versaba sobre su historia. Fue rhetor 
, docto en toda clase de temas y defensor del aticismo, que había surgido 
durante el principado de Adriano. Estuvo en desacuerdo con la filosofía epicúrea porque 
no promovía la participación política, por lo que prefería la filosofía estoica.2 
 En Roma, conoce y forma parte del círculo de los Tuberones, un grupo de 
intelectuales griegos y romanos orientados hacia la crítica literaria y hacia el 
restablecimiento del estudio de la lengua griega, con lo que intentaban solucionar los 
conflictos de la corriente aticista que carecía de una idea clara del ideal clásico en la 
oratoria. 
 
13 
 Este círculo de eruditos estuvo integrado por Quinto Elio Tuberón, Rufo Metilio, 
Gneo Pompeyo Geminiano, Ameo, Cecilio de Caleacte, Zenón y Demetrio, quienes 
eran amigos de Dionisio.3 
 Las obras de Dionisio están divididas en obras históricas y en las de crítica literaria; 
dentro de las de contenido histórico está su obra mayor, titulada Antigüedades Romanas 
que está dividida en veinte libros, de los cuales se conservan diez. 
 Los tratados de crítica literaria han sido catalogadas en obras conservadas y en obras 
perdidas.4 
Los tratados conservados: 
 Epístola a Ameo.  Dinarco. 
 Los oradores antiguos.  Epístola a Gneo Pompeyo Geminiano. 
 La imitación.  La composición literaria. 
 Tucídides.  Demóstenes. 
 II Epístola a Ameo. 
 
Las obras perdidas: 
 Filosofía política. 
 Un tratado sobre la autenticidad de los discursos de Lisias y otro sobre los de 
Isócrates. 
 Los oradores antiguos II. 
 Las figuras de las palabras. 
 Arte retórica. 
 El tratado de Iseo ateniense pertenece a la obra de Los oradores antiguos y es el 
tercero de tres tratados, pues ésta reúnen dos tratados más: el primero, comenta el estilo 
14 
de Lisias, y el segundo, el estilo de Isócrates. 
 El oficio de catalogador que Dionisio desempeñó en Pérgamo le permitió distinguir 
los textos auténticos de las imitaciones, habilidad que utilizó al elegir el material 
suficiente para sus propósitos literarios, los cuales expuso en su Iseo ateniense. En este 
tratado podemos observar su formación intelectual a través de sus comentarios5:“Si uno 
no fuera muy conocedor de estos hombres ni tuviera experiencias importantes con uno y 
con otro, uno no podría distinguir fácilmente a cuál de ambos oradores pertenecen 
muchos de sus discursos, sino que se engañaría por los títulos que no son tan exactos”6; 
así por ejemplo, refiere que “Calímaco tituló un discurso de Lisias, al cual llamó “A 
favor de Ferenico acerca de la herencia de Andróclides”7. 
 El estudio comparativo que Dionisio realizó para determinar el estilo de cada escritor 
lo obligó a utilizar ejemplos para demostrar sus aseveraciones, “si es necesario que algo 
sirva de ejemplos para que nadie piense que nosotros decimos cosas indemostrables, 
pondré uno”8 y “muchas otras narraciones podría yo presentar, organizadas por el 
orador en su provecho”9. 
 Dionisio centra la justificación de la elección del tema en las características 
particulares de cada obra: “Ahora bien, deseo que el tratado de cuenta de otros oradores, 
a fin de que ninguno opine que por ignorancia omití a los célebres y a los que son 
apreciados por fama no ordinaria, o que, por la evasión del trabajo, tomé lo más fácil 
de las obras, excluyéndolos del análisis, pues yo no ignoraba a quienes todos conocían, 
ni dudaría en escribir acerca de ellos, si el escrito diera a conocer alguna utilidad”10. 
“Pues, deliberadamente omití a quienes; en otro tiempo, habían sido menos 
sobresalientes en estos temas”11. La opinión que da acerca de las características de 
todos los escritores que cita, demuestra que estudió las obras de cada uno. 
15 
 
 El sentido utilitario de su trabajo equilibra la obra: “ No consideré digno hablar 
ampliamente de otros ni gastar el tiempo sin necesidad”12, “si de todos decidiera tratar, 
el discurso decaería para mí en vacuidades, además de que no tendría mucha utilidad y 
se extendería hacia algo ilimitado y desigual”13. 
 Asimismo, las características propias de los tres oradores proporcionaron a Dionisio 
los elementos necesarios para presentarlos como modelos de la oratoria forense: 
“Reflexionando en que por la construcción poética, por su altura y por el discurso 
solemne, nadie fue mejor que Isócrates,”14 “pues sobresale de todos ellos en todos los 
aspectos, puesto que éstos imitaron el estilo de su habla.”15 “De entre los que prefieren 
discursos esmerados y trabajan artísticamente la retórica forense, nadie fue más 
esmerado ni más elegante que Lisias.”16 “Pienso que Lisias difiere de éstos porque 
sobresale como arquetipo de apógrafos y, por tanto, a este hombre lo hago canon de esta 
elección de discursos.”17 Y si alguien me preguntara a causa de quien agregue a Iseo, 
como el tercero, siendo ahora émulo de Lisias, posiblemente le diría esta causa: que este 
hombre proporcionó las semillas y los principios del vigor de Demóstenes, que no hay 
nadie, quien no crea que de todos es el más completo. 18 Estas son las causas por las que 
eligió a estos oradores. 
 De esta índole es el carácter de Dionisio, siempre preocupado en demostrar sus 
conocimientos sobre el tema y la veracidad de sus líneas que son fuente de información 
para el futuro y un ejemplo literario. 
 
 
 
16 
 
NOTAS 
 
 
1. BRAVO RUBIO, Maricela, El método crítico de Dionisio de Halicarnaso 
en su Isócrates ateniense, Universidad Nacional Autónoma de México, 
México, 1992. 
2. Ibidem p. 30-32. 
3. Ibidem p. 33-44. 
4. Ibidem p. 45-48. 
5. Para los comentarios que Dionisio hace de su formación intelectual he 
utilizada la presente obra, titulada Iseo ateniense. 
6. Ibidem p. 35. 
7. Ibidem p. 69. 
8. Ibidem p. 67. 
9. Ibidem p. 68. 
10. Ibidem p. 79 y 81. 
11. Ibidem p. 81 
12. Ibidem p. 83. 
13. Ibidem p. 85. 
14. Ibidem p. 81 
15. Ibídem p. 81. 
16. Ibiden p. 83. 
17. Ibidem p. 85. 
18. Ibidem p. 85. 
 
 
 
 
 
17 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 RESUMEN DE LA OBRA TRADUCIDA 
 
 
Iseo probablemente nació en Atenas o tal vez en Calcis, no se conoce la fecha de su 
nacimiento ni de su muerte, sólo se sabe que vivió durante la guerra del Peloponeso y 
que continuó hasta la dinastía de Filipo. Convivió con los mejores filósofos, fue 
maestro de Demóstenes, pero de su vida política no se sabe nada. 
 2. Los discursos de Iseo fueron considerados los de un experto en el tribunal. Su 
estilo fue similar al de Lisias, ya que tendía a imitarlo, razón por la cual es difícil 
distinguir los discursos de cada uno, sólo un experto podría hacerlo. 
 3. El lenguaje de Iseo tiene similitudes y diferencias con respecto a Lisias; Iseo es 
limpio, esmerado, real, persuasivo, convincente, diestro en pleitear y artificioso; en 
cambio, Lisias es sencillo, natural, de buen gusto y sin artificios. 
 La composición en Iseo está más trabajada y marcada con figuras retóricas, se aleja 
de la gracia de Lisias, pero lo aventaja en la disposición de las palabras. En Lisias no 
hay mucha inventiva en los hechos, en las reflexiones y en la composición. En Iseo esto 
se expresa más artificiosamente, ya que realiza la composición con variaciones de 
formas vehementes, refutando al adversario y favoreciendo los hechos. 
 4. La diferencia entre ambos oradores puede observarse en diversos discursos 
antiguos, trabajados sencillamente y sin ninguna policromía. Lisias es el más diestro en 
procesos forenses antiguos que Iseo, quien fue considerado hábil para engañar con 
charlatanerías y cosas viles. De igual modo fue considerado Demóstenes, ya que los dos 
tienen discursos trabajados artificiosamente, mientras que los de Isócrates y Lisias son 
justos y verídicos por su sencillez. 
19 
 5. Las diferencias no son fáciles de distinguir, pero sería posible observarlas, si se 
comparan con el discurso de Iseo titulado A favor de Eumates, un meteco, el cual es 
llevado a esclavitud por el que hereda y quien había sido emancipado por los 
conciudadanos. El proemio se inicia con una exhortación a los jueces para que 
consideren el buen comportamiento de Eumates; después, el defensor expone la razón 
por la cual aceptó la defensa: “Señores jueces, intentaré salvar a Eumates, pero, para 
que no malinterpreten mi ayuda, diré que mi defendido se mostró de modo honesto 
cuando envió por mis parientes y amigos para entregarles un dinero que yo había 
dejado en su casa, después de que se divulgó la noticia de que yo había muerto”. 
 6. De igual modo hay un pasaje similar al de Lisias, titulado A favor de Ferenico, 
acerca de la herencia de Andróclides. El proemio expone el motivo por el que el 
defensor aceptó la defensa, así como la gratitud desinteresada al hospedarlos: “Señores 
jueces, es necesario hablarles de mi amistad con Ferenico para que no se admiren de mi 
defensa, pues Cefisodoto, el padre de éste, era extranjero y fue él quien nos hospedó en 
su casa con excelentes atenciones, tanto en lo particular como en lo público, cuando 
huíamos desterrados en Tebas. Después, cuando ellos fueron desterrados y llegaron a 
Atenas, los recibí con el mayor agradecimiento, sirviéndoles como en su casa. Pero 
ahora Ferenico me pide que lo ayude ante el tribunal para que no sea despojado de la 
herencia de Andróclides”. 
 7. Los dos proemios son diferentes, a pesar de que ambos tratan de lo mismo. Lisias 
tiene un exordio y un epílogo agradable porque habla de modo natural y sencillo, como 
lo hace un inexperto. Iseo los expone retóricamente debido a que sus palabras son más 
imponentes, más elevadas y menos sencillas, por ejemplo: “Cuando yo era capitán de 
una trirreme en el tiempo del arconte Cefisodoto y se divulgó la noticia entre los de casa 
20 
de que entonces yo había muerto en un combate naval y de que había un depósito mío 
en casa del mismo Eumates…” Por el contrario, en Lisias el motivo se expresa sin 
artificios: “Porque para mí, señores jueces, extranjero era Cefisodoto,el padre de éste, 
de modo que cuando huíamos desterrados en Tebas yo me hospedé en casa de él, tanto 
yo como cualquier otro ateniense…”. Las partes restantes de los proemios tienen el 
mismo trato. 
 8. En otro litigio, Iseo utilizó de nuevo el mismo principio del proemio. Se trata de la 
defensa de un tutor acusado por su propio sobrino; en ésta, el tutor manifiesta a los 
jueces la actitud de su sobrino y expone su posición con respecto del oponente: "Yo 
deseaba que Agnoteo no fuera tan desvergonzado ante el dinero ni que tramara juicios 
contra extraños, sino que cuidara la fortuna paterna y que la incrementara, mostrándose 
como persona útil, pero cuando él la hizo desaparecer, la vendió y la destruyó 
vergonzosamente en preparativos de discursos y sociedades políticas, se vino sobre mi 
fortuna”. 
 Lisias utilizó este proemio en el discurso de un varón acusado de una mala tutela por 
sus propios cuñados. El acusado manifiesta a los jueces la responsabilidad que implica 
ser tutor y que a pesar de manejar correctamente los bienes y de entregarlos a los 
herederos cuando éstos adquieren la ciudadanía, conducen injustamente a los tutores al 
tribunal. 
 9. En el proemio anterior, Lisias ha hablado de modo natural, llana y graciosamente 
como acostumbraba, y sus palabras son las de un hombre inexperto, que se presenta en 
un litigio injusto. Por el contrario, Iseo ha hablado retóricamente, es decir, con 
magnificencia, de modo penetrante y no como un ciudadano inexperto. 
 10. Sin embargo, para que la diferencia entre los dos oradores sea más clara, se citan 
21 
dos discursos. En cada uno se expone el caso de un joven que jamás ha tenido 
experiencia en un litigio y que por causas injustas ha sido obligado a presentarse ante un 
tribunal. El discurso de Lisias refiere a un joven que es llevado a juicio por una vieja 
deuda; según el acusado, ésta fue adquirida antes de que él naciera. El acusado 
manifiesta a los jueces su posición, diciendo que tan pronto como se enteró de que había 
una acusación contra él, fue en busca de Arquebiades para reclamarle y para decirle que 
se presentara ante el tribunal, a fin de que diera a conocer todas las causas de la deuda, 
pero el oponente no quiso responder hasta que se ordenara la ley de los arbitrajes. 
 El discurso de Iseo refiere la disputa de un terreno retenido por conciudadanos. En 
éste, el acusado manifiesta ante el jurado el agravio que ha recibido de parte de los 
ciudadanos y su posición ante el asunto, ya que él está dispuesto a pelear la herencia, 
que le ha sido negada, de acuerdo con sus derechos, a pesar de las adversidades y de su 
poca edad; tiene la posibilidad de hacerlo, aunque es difícil contender con muchos, pues 
su número los favorece porque creen que dicen verdades. 
 11. La comparación, que hace Dionisio, de los estilos de Iseo y Lisias muestra que 
Lisias es un simple ciudadano y que es el prototipo retirado de la política, cuyas 
expresiones e ideas son naturales. Lisias utiliza el argumento de la juventud del acusado 
y de su inexperiencia judicial, aseverando que convocará a amigos para que el oponente 
explique cómo el joven adquirió la deuda y con esto el jurado pueda deliberar. En 
cuanto a Iseo, Dionisio afirma que éste es un imitador, formado por el arte retórico, 
puesto que tiene los mismos argumentos, sólo que ubicados en el final del proemio. Así, 
en el discurso de Iseo, se dice que, aunque es muy joven, él se ha atrevido a hablar ante 
el tribunal y que no pensó necesitar del apoyo del jurado para obtener sus derechos. 
 12. Las diferencias entre Lisias e Iseo parecen muy claras, pero se verán aún más 
22 
claras cuando se hagan las observaciones sobre las partes demostrativas y patéticas, 
sobre la disposición de las palabras y la combinación de los esquemas, las cuales se 
mostrarán en el siguiente fragmento. Iseo, a través de una serie de preguntas, intenta 
demostrar los hechos verídicos con el propósito de llegar a una conclusión. Pregunta por 
qué es importante confiar en lo que se ha dicho en presencia de los dioses, por qué se 
desconfía de las palabras de los testigos y de los argumentos del acusado. Era necesario 
confundir las ideas del jurado con estas preguntas en lugar de encaminarlas hacia un 
razonamiento, o era mejor preguntar cosas concretas, como por ejemplo: ¿En cuánto se 
calcula el tributo y quiénes lo recibieron? 
 13. Estas ideas dispersas son propuestas a partir de un interrogatorio, las cuales, por 
cierto, son usadas por Demóstenes en el siguiente fragmento con el fin de persuadir a 
los oyentes: “¿Es necesario tener un servicio a sueldo para procurar lo que la ciudad 
necesita en el proceso de su organización?, o ¿es mejor que cada uno procure lo que la 
ciudad necesita para que de este modo se pueda tener tranquilidad? Y si no fuera así, 
¿mejor que se quede en casa? El soldado renuncia a un sueldo por las malas condiciones 
de la ciudad, hecho que es bueno para la patria, como también es bueno cuando ella 
recibe con orden todo lo que vigila y administra. Sin embargo, yo únicamente conduje a 
un orden militar, judicial y social, asignando lo que a cada uno corresponde”. 
 La concisión del discurso de Demóstenes se expone con atrevimiento, con brevedad 
e intrincadamente: “Un hombre audaz no promete presentar testigos para que expliquen 
la denuncia ante el jurado”. Es evidente que si le quitan los derechos del padre, ellos no 
podrían dar a cambio los derechos legales, ni podrían exigirlos si se encuentran en esta 
situación. Este es el esquema del que muchas veces se sirvió Demóstenes. Pero, para 
23 
mayor claridad, cita un párrafo en donde el orador hace una pregunta, contraponiendo 
dos ideas con el fin de llegar a una conclusión: "¿Quiénes no podrían hacerle mal y los 
que se cuidarían de no padecer lo mismo, ahora creen, que eligió engañar a éstos más 
que violentar al que previene, el cual les hará la guerra con una declaración?” 
 14. La composición y los esquemas de Iseo no se parecen a los de Lisias, pero sí a 
los de Demóstenes, pues Iseo es más hábil para organizar las partes de los discursos, las 
que están hechas con artificio. En cuanto a las narraciones de Iseo, éstas a veces no se 
ven preparadas ni breves, no adelantan los hechos demostrativos, pero sí son colocadas 
en lugares convenientes, las cuales se pueden observar en los discursos hechos a favor 
de Medón, de Agnoteo y a favor de los ciudadanos. En estos procesos se prolongan las 
partes de las narraciones conforme a las ideas principales, presentando pruebas para 
cada una y sobrepasando el esquema de las narraciones. 
 Las características de las narraciones se muestran en la defensa sobre la fianza de 
Hermón y sobre la liberación de una propiedad a favor de Euclides. En estos discursos, 
las narraciones son más largas y las partes relacionadas con las ideas principales están 
distribuidas. Iseo presenta pruebas para cada parte, a fin de que el discurso resulte fácil 
de comprender y de que las pruebas no confundan la evidencia, ya que no confirma las 
demostraciones expuestas porque considera más conveniente refutar las pruebas. 
 15. Además, Iseo prepara de antemano algunos hechos y adelanta sucesos, con el fin 
de que las narraciones sean más confiables y útiles, es el caso de la acusación a favor de 
Aristogito y Arquipo, en la cual el hermano del heredero pelea parte de la herencia y 
cita a juicio al que oculta los bienes, con el fin de exigirle que los presente 
públicamente. El dueño de la herencia expone que le fue dada por disposiciones 
testamentarias. El discurso presenta dos discusiones: por un lado, si existen o no estas 
24 
disposiciones testamentarias, y, por otro, a quiénes fueron asignadas. Para resolver 
estas propuestas primero se presentan las leyes con las cuales se va a demostrar a quién 
le fueron legadoslos bienes; en seguida se demuestra que no había testamento y que no 
era necesario entregar la herencia ante el tribunal. Las narraciones están muy bien 
preparadas, divididas en partes y a lado de cada idea presenta testigos, lee citatorios, y 
presenta el testamento con escritos para argumentar. En otros procesos se hallan los 
mismos preámbulos, las mismas variaciones de citas y la traslación de hechos, que el 
logógrafo no menciona cómo sucedieron, ni conforme a la naturaleza de los hechos, 
porque no habla como un simple ciudadano. 
 16. La diferencia entre Lisias e Iseo reside en que Lisias no tiene malicia porque la 
verdad y la naturaleza de los acontecimientos fluyen en él y su arte reside en la 
imitación de la naturaleza. Las narraciones de Iseo son totalmente opuestas a las de 
Lisias, pues éstas han sido preparadas para el engaño o la maldad, ya que los hechos no 
se cuentan como realmente ocurrieron. 
 En las partes demostrativas, Iseo difiere de Lisias en el hecho de que expone con 
propósitos, con detalles y de modo esmerado, además de que presenta y magnifica los 
hechos más terribles, moviendo los sentimientos más nobles y sin perseguir la sencillez 
de Lisias, pero sí proporciona los elementos retóricos a la futura habilidad de 
Demóstenes. 
 El discurso A favor de Eufiletes, expone el caso de éste, quien fue rechazado como 
ciudadano por votación por el pueblo de Erquies, a causa de una ley que establecía que 
aquéllos que habían sido rechazados por votación no podían ser ciudadanos y que, si por 
segunda vez éstos eran rechazados, fueran vendidos y sus bienes confiscados. En esta 
situación se halla el joven ciudadano, a quien quitan su derecho de ciudadanía. 
25 
 17. Él argumenta que en realidad es hijo de un ciudadano, que su padre no tiene 
ningún motivo para adoptar ni para mentir, que son los pobres o los que no tienen hijos 
quienes se ven obligados a adoptar a extranjeros para que, como ciudadanos, puedan 
servir a los padres adoptivos. También los parientes han testimoniado que él ha estado 
bajo el cuidado y la educación de su padre y que no han declarado falsedades, ya que 
ninguno de los integrantes del jurado las aceptaría. Asimismo, no existen motivos para 
que los cuñados atestigüen falsedades, puesto que ni las hermanas ni el tío materno lo 
permitirían. En cuanto a su madre, el orador argumenta que es ciudadana y esposa 
legítima, como ciudadano es el padre, y que si los hermanos hubieran estado en peligro 
por su origen, no pedirían a los parientes que atestiguaran. Todos han proporcionado las 
pruebas suficientes para demostrar que Eufiletes es su hermano, pero aún así desean 
prestar juramento para que sus testimonios sean más creíbles que los discursos de los 
oponentes. La madre de Eufiletes jura que éste es su hijo y que es la más interesada en 
demostrarlo, también su padre jura que es su hijo porque la madre de Eufiletes es su 
mujer, su esposa y es por ello, ciudadana. De la misma manera, uno de sus hermanos 
jura que es su hermano paterno y que todos ellos conocen la verdad, mientras que los 
oponentes la inventan. Además de estos testimonios, el defensor agrega el testimonio 
del primer juicio, diciendo que el jefe del demo no demostró que Eufiletes era hijo de 
Hegesipo, pero que tampoco halló pruebas de lo contrario, lo que fue tomado como 
argumento para condenarlo; sin embargo, los jueces lo absolvieron, de modo que ahora 
lo toman como testimonio de calidad para afirmar que Eufiletes es su hermano y un 
ciudadano, quien ha sido injuriado, injustamente, por los integrantes del demo. 
 18. En resumen, las características esenciales de Iseo son opuestas a las de Lisias, 
pues éste más la verdad y lo gracioso, mientras que Iseo busca la técnica y lo 
26 
vigoroso. 
 19. El motivo por el cual el autor no escribió ampliamente sobre otros oradores no 
fue por ignorancia, sino porque había dos grupos de oradores: los que habían sido 
célebres y los no sobresalientes; de entre éstos últimos cita a Gorgias, privado de 
moderación; a Alcidamante, pesado por el modo de hablar; a Teodoro, inexacto en las 
artes, y a Anaxímenes, cuadrado en sus discursos y, además, carente de fuerza y 
credibilidad. 
 De entre los que imitaron el estilo de Isócrates está Teodecto, Teopompo, Nuacrates, 
Eforo, Filisco, Cefisodoro y otros muchos, de quienes no consideró necesario hacer un 
tratado, porque éstos imitaron el estilo de Isócrates. 
 20. El grupo de oradores que prefiere discursos esmerados y trabajados 
retóricamente estaba integrado por Antifón, que posee austeridad y arcaísmo; 
Polícrates, quien es vano en los hechos verídicos y epídicticos, y Trasímaco, quien es 
claro, fino y avisado para hablar, dedicado a los discursos tecnográficos y epidícticos; lo 
mismo que Critias y Zoilo. 
 Lisias es diferente a todos ellos, porque sobresale de entre los logógrafos y es el 
canon de esta clase de discursos. Sin embargo, Iseo tiene el vigor, que posteriormente 
tendrá Demóstenes, quien es el más acabado en todo. 
 Estas son las causas por las cuales fueron elegidos estos oradores y por las que no es 
necesario prolongar el tratado. Nuestro rhetor ( manifiesta su intención de 
comenzar dos tratados, uno sobre Demóstenes y el otro sobre Hiperides, porque la 
retórica más acabada y la fuerza de los discursos forenses parecen estar en estos 
hombres. 
 
27 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
TEXTO GRIEGO Y TRADUCCIÓN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
IV 
Il:AIOl: A9HNAIOl: 
1. 1 'Iautos SE ó AT) .... oaOÉvous KuOT)yT)aá .... Evos KUL s,a. 
TOUTO .... áX,O'TU yevó .... evos 1I'EP,TUV1]S. wS .... Év TLVES lo'TO-
- 'Aa ~ 3. " .~, .. , A.. pouaLV. T)VULOS 'IV TO yevos. Cl)S o eTEpOL ypu",ouaL. 
XUAK,SEÚS ... HK .... uaE SE .... ETa. TOV nEX01foVVT)aLuKov .q.ÓXE- 5 
.... Ov. ws lK Xóywv uu~oü TEK .... UlPO .... UL.KU' .... ÉXPL rijs 
4ILAt1f1fOU SUVUaTEtUS 1I'UpE~ÉTELVE. 
2 r EvÉaEws SE KU' TEXEU'ri)S TOÜinlTOpOS UKPL'i) xpóvov 
EhrEtV OUK EXCl) oliSE Si) 1fEpt TOÜP{OU TUVSpÓS. otós TLS ~v. 
ouSe · 1fEp' TT)S 1I'pOu'pÉaEws TWV ,rOX'TEU .... áTWV, ouSe 
:1 "1 , 1 ~'\ ' . '" '\., ,~, t:I '\. , ..... upXT)V EL 1I'pOELI\ETO TLVU T) 1I'OI\LTE'UV. ouo OI\WS 1fEpL TWV 
TO'OÚTWV ciuSevos S,a. TO .... T)SE .... '~ TOLUÚTtI 1fEpLTUYXávELV 
taTopl~. OuSe ya.p ;, TOUS 'laoKpáToUS .... UOT)Ta.S uvuypá-
O/US "EPIU1f1fOS. · UKp"i)S EV TOtS ÜAXOLS yEVÓ .... evOS. Ú1fEP 
TOÜSE TOÜ PTJTOPOS ouSevEtpT)KEV E~CI) Suetv TOÚTWV. OTl 
S'TJKouaE .... ev 'laoKpáToUS, KUOT)YTJaUTo SE AT)¡wa9Évous • . · 
[l:uvEyÉvEToSe TOtS uplaToLS TWV cfuAoaólj>wv.] 
2. 1 AEl1fElIUL Se 1I'Ep' Ti)s 1fpOULpÉaEWS KUL SUVá .... EWS 
UUTOU KU' T{VL KÉXPT)TUL XUPUKTfipL AÉyELV • . · févous .... ev 
10 
 
 
 
 
 
IV 
 
ISEO ATENIENSE 
 
 
 
 
 
1.1 Iseo1, quien fue maestro de Demóstenes2 y por ello, muy conocido, según algunos 
refieren, era ateniense de nacimiento, pero según otros escriben, era de Calcis3. Yo, por 
mi parte, deduzco de sus discursos que él estuvo en pleno vigor durante la guerra del 
Peloponeso4 y que continuó así hasta la dinastía de Filipo5. 
 2. Del nacimiento y muerte del orador, no sé decir la fecha exacta, ni nada de la vida 
de este hombre, tal cual era, ni acerca de su elección de derechos de ciudadanía, ni si 
eligió algún cargo político, ni en general nada de esto, por no encontrar ninguna historia 
de tal índole. Pues, ni Hermipo6, quien registró a los discípulos de Isócrates7, a pesar de 
que había sido exacto en otros asuntos, nada dijo de este orador, a excepción de estas 
dos cosas: que escuchó a Isócrates y que fue maestro de Demóstenes, [Y, además, que 
convivió conlos mejores filósofos]. 
2.1 Falta hablar de su elección, de su fuerza y de el estilo que usó; ciertamente su 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
33 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
IV, 2, 1 J}";AJO}"; 
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TOUTO. pci"A.lI'7Ta EU1ToúoaO'€. 
2 Xap(lJcrilpa oE TOV AlIu~ou KaTa TO '1T"A.€lUTOV Ettj"A.W<7E 
Ka\ El p.tj ns EI.mupos '1Távu TWV civSpwv EL1) Ka\ Tpl~as 
a~lo"A.óyouS cipcJ>OlV EXWV, OÚK. o.v SlayYO~1') p~SLWS '1To"A."A.ous 5 
T¿;)V "A.óywv, b'1TOTÉpOU TWV P1')TÓpWV EtU~V, ci"A."A.ci '1TapaKpOú-
UETal TalS EmypacJ>ais {OúX) OÜTWS tiKpl~w,ExoúualS, 
WS oul jllaS01)"A.ouTa~ pOl ypacJ>ils. 3 Oú . PT]v ci1TapáA-
AaKTóc; yÉ EUTLV 'Í TOU xapaKTilpos ÓpOlÓT1)S, ti"A.Aa Exouua 
SlacJ>opús nvas oú P.lKpaS oúSE oAlyaS Kal. KaTa TT]V 10 
( , , ", , ?' "7'1'" EpP'lYELaV KaL KaTa Ta '1TpaypaTa '1TEpL wv KaLpos ay EL1l 
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4'~'1TdSE KaTa T~V "A.É~lV pUAAOV EOlK€ T~ AUUL~, TT¡V 
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'1TpÉ'1TOUua TOlC; U'1TOKElpÉYOle;, O'TpOyyúA"l SE Kal. SlKUVlKT] 
OUX ~TTÓV ÉUTLV .q '/ua~ou AÉ~lS Tilc; AUULOÚ,KUl. KaTa 
pEv Taun1 OÚK ñv ne; aÚTT]Y SLayvol1l' 20 
2 . AlacJ>ÉpElV SE EKELY1lS OÓ~ElEV o.Y Év . TOlUOE. "H pEv 
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xúpLn '1TOAAn ' KÉXP1)Tal. 3 eH SE '/uaLou ' TEXVlKwTÉpa 
OÓ~ElEV av EtvaL Kal. ciKpL~EuTÉpa Tile; AUULOU T"Ív TE 25 
O'ÚV9EULV '1TEplEpyoTÉpa TlS Kal. UX1lpUTlupoiS SlHAlJppÉv1l 
 
 
 práctica fue de un solo género de discursos: el judicial, al que dedicó muchísimo 
tiempo. 
 2. En cuanto al estilo imitó durante muchísimo tiempo el de Lisias8, de modo que si 
uno no fuera muy conocedor de estos hombres ni tuviera experiencias importantes con 
uno y con otro, uno no podría distinguir fácilmente a cuál de ambos oradores pertenecen 
muchos de sus discursos, sino que se engañaría por los títulos que no son tan exactos, 
como lo muestro a través de un escrito. 3. En verdad hay similitud de estilo, pero tienen 
diferencias no pequeñas ni pocas, tanto en el habla como en los asuntos; acerca de lo 
cual podría ser el momento de decir cómo opinamos. 
 4. En cuanto al estilo, Iseo es muy parecido a Lisias, hablaré primero de él, haciendo 
similitudes y diferencias, las que tiene respecto de aquél. 
3.1 El estilo es puro, preciso y claro, fuerte, propio y conciso; además persuasivo y 
adecuado en sus fundamentos, el estilo de Iseo no es menos complejo y forense que el 
de Lisias, por tal razón ninguno podría distinguirlo. 
 2. Se podría pensar que difiere de aquél en estos aspectos: uno es más simple y 
característico, se presenta más natural, hace esquemas más sencillos, usa el placer y 
mucha gracia. 3. El estilo de Iseo podría parecer más basado en la técnica y más preciso 
que el de Lisias; la composición es más elaborada y distribuida en esquemas diversos, 
 
 
 
 
 
 
 
35 
 
 
 
 
 
 
 
36 
IV, 3, ~I IEAIOE 
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A' , • ,.,., • . ~, .... <-> ua&cz. P.EV ou 1fOI\I\'lY TllY E1f&TEXYll~&V OUT €V TOlS 
P.Ep&O'p.ois TedV 1I'pUYP.«ÍTWY OÜT' €v ..-n T«Í~E' Tcdv Év9uP.ll-
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Tas TedV E1rlxuPllp.áTWY É~Epyaatas, aXllp.áTwv TE P.ETU-
~oAuiS EVUYWY'WV KUt 1fU0'lTlKedV1rO&KíAAEl TOUS Aóyous • 
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Tais ápxaLoTÉpuLS EOlKEV Ó Aualas KUTa. TI¡Y á.1fAÓTT)TC 
 
 
 
cuanto más se aleja de aquella gracia, tanto más lo aventaja con el vigor de la 
disposición y, en efecto, es una fuente de la fuerza de Demóstenes. 
 4. Pues bien, se podría distinguir su estilo de este modo, pero en los asuntos 
encontrará algunas diferencias como éstas. 5. En Lisias no se verá mucha elaboración 
en las divisiones de los hechos, en el orden de los entimemas ni en los desarrollos de 
éstos; en efecto el hombre es sencillo. 6. En cambio, en Iseo, encontrará que su estilo es 
más técnico, y que, en efecto se sirve tanto de preámbulos de fácil acceso, como de 
distribuciones más artísticas y coloca cada cosa en el lugar adecuado e, incluso, anticipa 
bastante los desarrollos de los argumentos y enriquece los discursos con variaciones de 
los esquemas forenses y patéticos. 7. Fustiga al adversario en juicio, dirige a los jueces e 
intenta favorecer a los hechos con todo, respecto de los cuales se da el discurso. 
4.1 Para que la diferencia entre estos hombres resulte más clara, me serviré de alguna 
figura visible. Hay, en efecto, algunos procesos antiguos, trabajados sencillamente con 
colores y sin ninguna policromía en sus mezclas, pero con mucha gracia en sus líneas 
precisas. 2. De entre aquéllas, los trazos menos definidos, pero mejor trabajados, 
coloreadas con sombra y luz y en su conjunto tienen la fuerza de sus mezclas. De entre 
éstas, Lisias se parece ciertamente más a las antiguas por su sencillez y gracia, pero Iseo 
a las más elaboradas, y a las más artísticas. 
 
 
 
37 
 
 
 
 
 
 
38 
IV, 4,2 IEAiOE 
- KaL Tl]V Xó.pw. TalS S¿ EK"lTE"lTOV1]~~va,s TE KaL TEXV'KWT~pa,s 
Ó 'Ioalos. 
3 "Hv S¿ 1rEpL a,ho6" Só~a "lTapa TOIS TÓTE yOT)TEldS KaL 
ci1ráTT)s. ws SElVOS áVl]p TExv'TEuoa, "óyous E1I" Ta. "lTOVT)- -
pÓTEpa, Ka, €Oís- TOUTO S'E~áAAETO. 4 A1]AOi SE TOUTO TWV 5 
a.pxalwy TiS P1]TÓpWV EV Tñ.6.1]~009wous KaT1]yopl~ 
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p.ÉpOS O"OV ElS S,a~oAT]V ÉmTí01]o,v OT' TOV 'Ioalov oAOV 
Kut Tas TWV AóywvEKeívou TÉXvaS oEolTioTU'. KaL p.a. I (J 
.6.ll]. OUK a."lTO oK01l'OU TT]V SlabOAT]V TaÚT')V EtXEV EKÓ.TEpOS. 
'Ep.oL youv oi p.¿v 'Iaulou TE Kui A1]p.009~ous AÓyOl, Ka.V 
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"~O' .~, 'l: .c O' .. "lTEp' (!.1\1] ElUS KUl ulKalas oU"TU~EWS al U1I'O Eo'E'S, U"lTO"ITTOl 
SOKOUc7W dVUl TllS 'rrOAAllS E"ITlTEXvTJoEWS EvEKU, oi ' S¿ 
'laOKpó.TOUS KaL Aua10u "lTUVTOS P.áA,O'TU SlKa'Ol T'E KUL 15 
a.A1]OEIS, Ka.V p.1] TOlUUTU Ta."lTpáyp.aTa E" aUToIS, OTl 
Ka~oupyov ouSEv Em4>aLvoualv É"lTi Ti}S KaTuaKEullS, a.AA' 
,. ,~ 'O' "J.. ~ ~ €la", EI\EU EpOl TlVES KUl U'I'EI\ElS. 
5. 1.T aUT~ P.O' Ta SluAAó.TTovTa ESO~EV Etval Eg wv áv 
TiS ou xaAurws Sluy"wval TOUS Auáí.oUTE Kai 'Idaí.ou 20 
Aóyou') SU"l}Oeí.l}. E¡ SE op9ws uveí.A1]cJ>a, E~ÉoTUl T~ 
POUAOP.ÉV~ aKO"ITEIV < ÉlT' aUTW"TW" 1I'apaSnyp.áTw" 1I'O'OU-
~É,,'t') T1]V E~ÉTual". 2 
Aé~lV 9EWpl}~Ó.TC,JV. 
"EaTl Si) Tl') 'IU(}lOU AÓyos úlTEP Eu~ó.90us, ~eToí.Kou '2~) 
TiVOS TWV TpUlTe~~TeUóvTwv " A9tl~1]ui", OV ets SouAdav 
o:yóJ.levov UlTO TOU KAr¡pOVO¡ltlUUVTOS TOV a.1I'l}AEugepwKóTu 
TWV a.un';)v ns a.epulpeLTul KUi. T1lv a.lToAoyí.uv "lTOleLTCll lTepi. 
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 3. Entre los de su tiempo existía la opinión en torno a Iseo de que en él había 
charlatanería y engaño, de que era una persona hábil en hacer con técnica discursos con 
fines malvados y por ello fue desacreditado. 4. Pitias9, uno de los antiguos oradores, 
según me parece, manifiesta lo anterior en su acusación contra Demóstenes. En efecto, 
dice que en Demóstenes se halla toda la vileza y la maldad de los hombres, y que toda 
esta parte está puesta en la querella de que se nutre totalmente de Iseo así como de los 
artificios de los discursos de éste. ¡Por Zeus!, no lejos de su propósito, cada uno de los 
dos tiene la misma desavenencia. Por tanto, para mí, los discursos de Iseo y 
Demóstenes, y las sospechas en torno a la verdad y la justa coordinación parecen ser 
suspicaces a causa de su mucho artificio, en cambio los de Isócrates y Lisias, 
precisamente por todo esto, son justos y verdaderos, aunque los asuntos tratados en ellos 
no sean los mismos, porque nada perverso muestran en su disposición, sino que algunos 
son independientes y sencillos. 
5.1 Me parece que las diferencias están en esto, a partir de las cuales uno podría 
distinguir no difícilmente los discursos de Lisias y de Iseo; si los comprendiera 
correctamente, cualquiera podría observar la prueba, haciéndolo con los mismo 
ejemplos. 2. Comenzaré a partir de observaciones en torno al estilo. 
 Existe un discurso de Iseo, A favor de Eumates, uno de los metecos banqueros en 
Atenas, a quien es conducido a esclavitud por el heredero, a quien aún, después de haber 
sido liberado, uno de los ciudadanos lo libera y prepara su defensa. 
 
 
 
 
39 
 
 
 
 
 
 
 
 
40 
V. 5, 'l I~AIO}; 
To 1TpOOlI1l0V SÉ ECrrl TOU 'Myóu TOlÓVSE • 
1 "Al,«5eEs ~,,,aqTa{, iyw "al n(!ÓTEeOV Ev¡cáOEt .TOlírr{) 
. iyevó¡CTJv X(!11qt¡cor; ~t"atwr; "ai vVv, el Tl iqTt "a1"' e¡ci, 
nEt(!áqo¡cat · qvqqf[JCew . av-rov ¡ceO' v¡cwv. Mt"eu «5i ¡cov 
&"ovqaTE,l'JIa ¡CTJOelr; 'Úno).áb?] v¡cwv w¡;lywneone-rc{f!.5 . 
7¡ líJ.lnnvl a«5t"{q. . neor; TU Eu¡cáOovr; neáy¡caTa n(!o-
(11}).Oov. 2 Te'rJeaexoVvTor;yáe . ¡cov . ini lú]q>iqo«5óT:OV 
U(!XOVTOr; . "al · Myov cVcayyeAOéviOr; neor; -rour; ol"ctovr; 
wr; líea TETEAevTTJ"Wr; dr¡v lv TÚ vav¡cax{q., .ovqTJr; ¡COL 
;iaea"ataO~"TJr; nal/ Ev¡cáOEt TOVTlp, ¡cllTUJ,-elltpáf.tevor; . 10 
TOVr; ol"e{ovr; xal qJ{AOVr; TOUr; l¡covr; EvpáOTJ~ lveqJávtqe 
-ru xe'í¡caTa, a 1}v ¡C0Lna(!'aVTlp, xal dnibw"e návTa 
.oeowr; xal b,xa{wr;. 3' AvO' wv lyw (fwOe~ lX(!Wpr¡vTe 
av-rqí . eTt ¡cM).OV xal xaT(1qxevaCo¡cévcpTi¡V -r(!(17.81;av 
¡¡;eOqetqeWCÓeTJqa Ueyv(!íov. . Kal . ¡ce-ru -rav-ra ayov-ro; 15 
aUTov L1Lovvd{ov l~Et).ó¡CrJV elr; ÜevOEeíav elOwr; ap8t¡civo'JI 
lv Tqí b,,,aqTrJe{cp 'Úno ' Entyivovr;. ' A).}.a nEel ¡dv TOV-rWV 
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6 1 "E ~ • • • - A' • . • , . ~, ~ , • . . . <Tn 01'] Kal 1Tapa T~ U<TlCf ns U1TEp avapos ~EVOU 
OlK1']V cpEÚyóVTos 1TEPL KAT¡pOU1TO~oúluvoS TI¡v: a1ToAoylav. 20 
TOUTOV E'It~ypácpEl TOV AÓyoV . KaAMllaxoS 'Yni(! $eeEV{Xov 
neel iov ' Avt5eoxAelbov XAlíeóv Kat ElTl"l 1ToAAo'iS 1TpÓ':-
TEpOU T¡ywVL<TIlÉvoS ETE<TL9aTÉpou. ;Ev ~ TT¡V aLTlav 1TpWTOS 
EmOElKVU<TlV Ó 1TEpt TOU ~Évou 1To~oúIlEvoSTous AÓyouS 
W<TlTEpÓ TOV IlÉTOlKOV É~aLpoúllEVOsEls EAEugeplav. 
 
 
 
 El proemio del discurso es éste: 
 I. "Señores jueces, ya antes fui útil a Eumates, aquí presente, justamente 
como ahora, si algo me toca, intentaré socorrerlo con vuestro favor. Atendedme 
un poco para que ninguno de vosotros suponga que yo, con precipitación o con 
alguna otra injusticia, abordé los asuntos de Eumates. 2. Cuando yo era 
responsable del sostenimiento de una trirreme durante el arcontado de 
Cefisodoto10 y se divulgó la noticia entre los de casa de que tal vez yo había 
muerto en el combate naval y de que yo tenía un depósito en casa del mismo 
Eumates, él, después de enviar por los de casa y mis amigos, mostró el dinero 
que yo tenía con él y todo lo entregó correcta y justamente 3. Ante esto, yo, que 
estaba a salvo, me serví de él todavía más; a él, que administraba la banca, 
incrementé su plata. Después de estos acontecimientos, yo lo conduje a la 
libertad, cuando Dionisio11 se lo llevó, sabiendo que había sido emancipado por 
Epígenes12 en el tribunal. Pero, sostendré estos asuntos". 
6.1 También, Lisias tiene un discurso a favor de un hombre extranjero que huye de un 
juicio, en donde hace su defensa por un asunto de herencia; a este discurso Calímaco13 
lo titula A favor de Ferenico14 acerca de la herencia de Andróclides, y existe el que fue 
pronunciado en un pleito muchos años antes que el otro, en el que, por primera vez 
demuestra la causa, siendo él quien hace los discursos acerca del extranjero, como quien 
logra la libertad del meteco. 
 
41 
 
 
 
42 
IV, 6, 1 IEAIOE 
"ECTTL oe TO TrPOOll_UOV TOU A.oyou TÓOE • 
1 > Avay"aíóv pot oo"eí dvat, w avd(!ec; (wcacnal, 
ne(!l rije; q;t).{ac; rije; lpije; xal rije; <Pe(!evíxov neooTOV 
ebteív Jt"(!Oe; vpaC;, (va pTJoele; vpoov Oav¡táf1n IJn ' ímie 
ovOevoe; vprov mfmore elerJ"roe; n(!ÓTe(!OV vnee rovTqv 5 
vvvl ),.éyw. 2 • Epo;' yáe, w avd(!ee; dtxamal, Uvoc; ?¡v 
lZ '5: ~, " J! 2' • .n.1Jq;Lf10uOrOe; o rOVTOv narrJ(!, "aL uTe cq;wyo¡u;v, ev 
e -rybULe; nae' l"eívep xaTT/YÓPrJV xal lyro xal áA).oe; 
• A OrJva{wv ó PovA.ópevoe;, xal no).).a xal ' ayaBa "aL lOte¿. 
. xal 61JlLOa{e¿. naOóvrec;vn' avTOü ete; r~v i¡perÉeav aVTrov 10 
xaTi¡J..Oopev. 3 'End o' oVv. ouroL Taíe; aVTaíe; TtJxale; 
lxei¡aavro "al qnryáoee; > AOi¡vaCe aq;txoVTo, f¡yoÍJpevo; ' 
r~v p.ey{mrJv aVToíe;: oq;dJ..eLv Xá(!LV ovrwe; olxdwe; avrove; 
v7teod;áp.1Jv 'wcne f1JOi"a yl'(ñ"at rrov etmónwv, el luí · 
rLe; neóúeov iptÍcnaro, ómJréQoc; i¡¡trovly.Éx.rr¡To - r~v 15 
ol,,{av. 4 iJ loe ¡tiv oVv "al cJ)eeiVLy.oe;, w avo(!ee; OIXaf1wt, 
on noJ..J.ol UyeLv elaiv l¡tov Of:LVÓUQOL x_al ¡taHov rowú-
. rwvJt"(!ayp<Írwv e¡meL{!OL, aU' o¡twc; 7JyÚWt r~v lf1n,v 
Oi%eLórr¡ta maTotárrJv dVaL. Alax~(hi OV¡·¡tOL-ÓO%f.Í elval 
"devovroc; roúrotl ;cal í5eo¡tÉvov ra otxata aVTf? {Jor¡OijaaL 20 
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7. 1 TlOT¡ TaUTa. Ta TrPoolf_ua aA.A:ríA.wv oLaq,€pO ; napa 
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 El proemio del discurso es éste: 
 1. " Me parece, señores jueces, que es necesario deciros primeramente acerca 
de la amistad, entre Ferenico y yo, para que ninguno de vosotros se asombre de 
que, no habiendo hablado antes de ningún modo de esto ante vosotros, ahora 
hable de él. 2. En efecto, para mí, señores jueces, Cefisodoto, el padre de éste, 
era un extranjero, y cuando huíamos desterrados; yo me hospedé en Tebas15en 
casa de aquél, yo y otro ateniense que lo deseaba y, después de haber recibido 
de él muchas y buenas atenciones, en privado como en público, volvimos a 
nuestra propia casa. 3. Después, cuando ellos corrieron de la misma suerte y 
desterrados acudieron a Atenas, pensando que yo les debía el favor más grande, 
los recibí tan familiarmente, de modo que ninguno de los que llegaron supo, a 
menos que hubiera sido informado previamente, quién de nosotros era dueño de 
la casa. 4. Ahora bien, señores jueces, Ferenico sabeque muchos son más 
hábiles que yo para hablar y más expertos en tales asuntos, pero piensa que mi 
amistad es la más digna de fe. Por tanto me parece que es vergonzoso que sea 
despojado de lo que le otorgó Andróclides16 y que yo no lo atienda, teniendo la 
posibilidad de hacerlo, cuando él pide y necesita que lo ayude en este juicio". 
7.1 ¿En qué se distinguen estos proemios uno del otro? En Lisias el exordio es grato y 
no es sino porque habla de modo natural y sencillo: "Me parece que es necesario, 
señores jueces, hablaros primeramente acerca de la amistad, entre Ferenico y yo”. 
Comparándolo con el epílogo, parece ser todavía más sencillo, y tal como un hombre 
común pudiera decirlo: 
43 
 
 
 
 
 
 
 
44 
IV. 7. 1 ILAIO~ 
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, 2 napa O( 'IO'aí~ KaT€O'KeúaO'Tal 1'0 OOKOUV €tval 
a.4>eA(s Kal o\' XÉA'lOev OTl EO"'" pT}TOplKÓV. ' Eywxal " 5 
n(!ÓTEf!OV Evp.áOu Tovnp lj'EV6pT/vx(!~atJlOr; ótXalwr; xal 
vVv, el Ti lun xaT lJlé, nEI(!áuopaLuvuuc¡,CeLv aVTóv . 
úo/T}MT€pa. (yúp> EO'Tt Ka~ lÍTTOV &.4>eAÉO'T€pa EKELVWV, 
Ká.l En ¡.LüAAov Ta. E'IJ'lcJ>€pól.l€va· Mtxr}fJ. ói pov axovuau, 
l,·a pT/Oei.r; 1mo)'á~n ' VJliiJv , wr; , lyen 'neonETdq. 1} üUn 10 
nvi aOLxlq. neor; TU EVJláOovr; neáypaTa neouij).(Jov ~ 
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n(!áYJlaTa neouéAOúv 'IT'€lT01T}¡.LÉv01S !1üAAOV EOU(~ il 
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3 Kai. aú9~s y€ lTapa. !1(vTQ AuO';'~ T¡ lTPócJ>a0'1S AÉyETat 15 
a.vE1T1TT}OeÚTtAlS· ' EJloi y tÍ(! , di uvotlEr; OtxauTal, ~b,o~ '1}1 
1(T/crnuóooTor; Ó TOVToVnaT17(!, "ai oTe lrpeVyopev, ¿v 
81]baLr; nar!' lxelvfpxauly6.ur¡vxci¿ €yen xal ú,l).oq 
'AOT/valwv Ó povJ..ó¡.tevo~. cHoÉws ' T€ Kili. ' <icJ>OplO'TLKWS .Ta. 
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xa¿ 0T/Jloulq. ' naOóv-rer; . vn' avl'OV ek T~V ' f¡pe-rleáv 
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4 napa O("i'<!> 'IO'aL~ ' lTÉcJ>paO'TCillTeplEpYPT€pOV Kai. 
ou !laKpa.v cmÉXEl TijS ll.T}!l0o-9Évous ,KaTaO'KEuijs' TeLT/-
(!Q{!XOVVTOr; yáf! <pov> bd J(T/qnuooói:ov Uexov-ror; xal 25 
}.óyov a..7Cayye,lObror; neor; 'wur; olxelovr; wr; líea reú}.w-
TT/y.Wr; 6Í7Jv lv Tti vavJlaxlq., ovdT/r; JlOL naQaxaTa817x17r; '¡wr/ 
 
 
“Para que ninguno de vosotros se asombre de que no habiendo hablado antes de ningún 
modo de esto ante vosotros, ahora hable de él”. 
 2. En cambio en Iseo, lo que parece ser sencillo es elaborado, y no se olvida que es 
retórico: “Señores jueces, ya antes fui útil a Eumates, aquí presente, justamente como 
ahora, si algo me toca, intentaré socorrerlo con vuestro favor”. En efecto sus palabras 
son más elevadas y menos sencillas que las de aquél y todavía más las siguientes: 
“Atendedme un poco para que ninguno de vosotros suponga que yo, con precipitación o 
con alguna otra injusticia, abordé los asuntos de Eumates”. En efecto, las palabras 
“precipitación”, “injusticia” y “abordé los asuntos de Eumates” parecen más elaboradas 
que naturales. 
 3. Por el contrario, en Lisias el motivo se expresa sin artificio: “En efecto, para mí, 
señores jueces, Cefisodoto, el padre de éste, era un extranjero, y cuando huíamos 
desterrados; yo me hospedé en Tebas15en casa de aquél, yo y otro ateniense que lo 
deseaba”. Después de esto agrega de manera grata y concisa lo siguiente: “Y, después 
de haber recibido de él muchas y buenas atenciones, en privado como en público, 
volvimos a nuestra propia casa”. 
 4. En Iseo, la expresión se observa más minucioso y no se aparta mucho de la 
construcción de Demóstenes: “Cuando yo era responsable del sostenimiento de una 
trirreme durante el arcontado de Cefisodoto10 y se divulgó la noticia entre los de casa de 
que tal vez yo había muerto en el combate naval y de que yo tenía un depósito en casa 
del mismo Eumates”. 
 
45 
 
 
 
 
 
 
 
46 
IV, 7," Il:;AIOl:; 
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rov, clno),oyúaOat ~e neel wv ~yxéx).T/xeXiJ.l l~w pe 
TOV neáypaÚJ<; (jtabib).-r¡xevw~ ay OVv lnrvwpeOa neoOv-
p6TaTu neo<; vpii.<;. 
 
 
 
 En efecto, las expresiones “se divulgó la noticia” y “de que tal vez yo había muerto” y 
de “había un depósito mío”, por lo mismo yo no diría que él se expresa con sencillez. 
Dicho de la misma manera estaría más inacabado: “Cuando yo era responsable del 
sostenimiento de una trirreme y se dio a conocer la noticia a los de allí de que yo había 
muerto, y que el mismo Eumates tenía un depósito mío”. 
8.1 En cuanto a las partes restantes de ambos proemios, en el uno, se podría encontrar 
lo dicho más sencillamente mientras que en el otro más retóricamente. 
 2. En otro litigio, Iseo utilizó de nuevo el mismo comienzo cuando compuso un 
discurso en defensa de un tutor, acusado por su propio sobrino. 
 1. " Yo deseaba, señores jueces, que Agnoteo17 no fuera tan desvergonzado 
ante el dinero, ni que tramara e intentara tales juicios contra extraños, sino que 
por ser en efecto mi sobrino y dueño de la fortuna paterna, no pequeña sino 
suficiente como para prestar un servicio público, cuidara de ésta por habérsela 
confiado nosotros y que no deseara la nuestra, a fin de que ante todos pareciera 
que él era el mejor, al preservarla e incrementarla, se mostrara ante vosotros 
como ciudadano más útil. 2. Sin embargo, cuando él la hizo desaparecer, la 
vendió y la destruyó vergonzosa y malamente; como yo no hubiera querido, por 
confiar en sociedades políticas y en preparativos de discursos, se vino sobre la 
mía, es necesario, parece, pensar que es una desgracia que tal persona sea mi 
pariente y defenderme de lo que me ha acusado, y de lo que me ha injuriado 
fuera de este caso, para que actuemos ante vosotros de la manera más decidida". 
47 
 
 
 
 
 
 
 
 
48 
.. IV, 8,3 IEAIOE 
3 '0 S¿ AUO'las ciVOPl ÚTrO · TWV ci6EA~wY T1)S ÉaUTOÜ 
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9. 1 Oli 'rrOAA¿)votl'a~ SELVMywv ¿hl: TOÜTO J'iv ci~EAWS 
Kal T¡8€ws ErpT)Tal 1¡9ós T€ ou 1TETrAcÍO'l'ÉvOV QUa. cfiUO'lKOV · 
E,TlIllalVEl. Tb yá.p' OvX ¡;cavóv, iJJ avo(!ee;oueaf1Tal, Toíe; 15 
l:raTeónou;; oaa n(!áy paTa OLa -r:TIV lmT(!One[av lXovatv . "", , al\l\a 1TaVTOS .~ I • lOlWTOU 
, , 't..... ",~ 
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To S' 'IO'a~ou 1TETrOlT¡0'9al Pl)TOplKWS Kal KaAAl-
AoyT¡O'a0'9al O'El'VÓTEpOV aTraVTES ·. a.v 4njuElav, TO' 20 . 
> HbovMp.TJv p.1:v,ro áVO(!6e;Jt"aUTal,p.~ A[ávoihwe; 
• Ayvó(Jwv neoe;xei¡paTa lX6tv alaxewe; cOUTS Toí<; 
U.uOTe{Ote; e:rabovAiVetv. 
2 Kal . ETl l'a.AAoV 1Tapa. AuO'í.¡¿. l'iv xaplÉvTwS 1Tá.VU 
Kal aTEAws dpl10'9al TO •• Eyw ycÍ(!, ro avo(!ec; lJtxaauil, 25 
"aTaMtcp(}ek bd-reono<; TWV • In:n:o,,(!áTovc; . X(!TJP.áTWV 
"al otaxueíaae; oe(Jwe;xal ~t"a[we; T~V ova[av"al naeci-
oove; Toíe;víoíe; Ooxtpaa(Júat TU Xe~f1-aTa. 
 
 
 
 3. Lisias se sirvió de este proemio cuando escribió un discurso para un hombre 
acusado de una mala tutela por los hermanos de su propia mujer: 
 "Señores jueces, no bastan a los tutores todas las molestias que tienen por 
causa de la tutela, sino que también ahora, por salvar la riqueza de los amigos, 
muchos de ellos son acusados falsamente por los huérfanos, asunto que también 
ahora me sucede, pues yo, señores jueces, después de que dejé de ser tutor de los 
bienes de Hipócrates18, de manejar correcta y justamente los bienes, y de dar los 
a los hijos, ya ciudadanos, de los cuales había quedado como tutor, ahora soy 
injustamente acusado en falso por ellos". 
9. 1 Pienso que no necesito de muchas palabras para decir que lo anterior es dicho de 
manera llana y gratamente, que el carácter no fue fingido, sino que aparece de modo 
natural. En efecto, la expresión: "Señores jueces, no bastan a los tutores todas las 
molestias que tienen por causa de la tutela”, nadie podría decir que es característica de 
un orador, sino de todo individuo inexperto que se presenta en un litigio injusto. 
 En cambio, todos podrían decir de Iseo que ha sido hecho retóricamente y que se ha 
expresado bellamente, con magnificencia: " Yo deseaba, señores jueces, que Agnoteo17 
no fuera tan desvergonzado ante el dinero ni que tramara”. 
 2. Todavía más, en Lisias, lo siguiente se dice de modo muy gracioso y llano: “Pues 
yo, señores jueces, después de que dejé de ser tutor de los bienes de Hipócrates18, de 
manejar correcta y justamente los bienes, y de dar los a los hijos, ya ciudadanos”. 
 
49 
 
 
 
 
 
 
 
 
50 
. IV, 9,2 . I~AIOl,; 
eáTEpOV SE Tpa.VÓTEpOV Ka.t o;'X ws av · tStWTTIS · ouvÉ~ 
. 9'l"EV· . d,u' 6vra re ovv aOeAg.ltooVv Ef'OV "al"vetovTií~ 
nar(!c¡,a~ oVf1la~ ov f'L,,(!ii~ .dAl' í"avij~ <von "ai ).urove- . 
r eív, vrp' f¡f'WV aVTq,naeaoo()e!ar¡r;, TavTr¡~ lmf'eAeíf1()at. 
3 • 'Evos .8' En f'v'lo9-qoo .... a.t yÉvous E~ o~ .... ÚAtOTa...j· 6 
Sta.cJ>opa TWV · civ8p~v EaTa.L ~aTa.4>a.v-qS. . 
. 10. . 1 'Y";oTt9ua.L SE ~.cá.TEpOS tSLWTl]V üv8pa. Ka.t ci1fpúy-
Jlova. Ka.t vÉov lI'a.pa TT¡V ~a.UTOU lI'pOa.lpEOli,o TE "al 4>ÚOLV 
-qvay"ciC7 .... ÉVOV lv8iKa.aT'Ipl~ AÉyELV. 
'O .JlEv AUC7la.s< ÉvT'i' npos' APXE'LÚS'I" My~ TOV 10 
. , . '.' .... . 
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1 ' Em,Q;¡ TáXtf1Ta l).axé f'aL TatÍTr¡VT1]vb{;cr¡v 
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dmbat el~ "t"cif1T~(!tOv; «'Erro oVv f1ed~tw Ill}Weefla 15 
f¡yeíaOat r1]v ,.jlt"lav T1]V Ef'~l', á.Ud: naealabóvra TOUr; 
Ef'OVr; . rpo..ov~ "al TOUr; f1aVTOV "tr¡r~aaa()at ne(!l rov 
xeéwr; Ó(JeVrertvr¡Tat~ Kav M~?7~ dlr¡()ij léyetV ¡"e{volr;, 
ovM:" aot "e~f1únearf'áTWV, dUd: labrov lbttt ra f1amoi). 
2 ¿J{"at~r; oe el f'r¡"svnaeaJ.meív, dAl' emeív lbtavru, 20 
bu:t"7} VeWTe(!Ó~ .· elf'L roi) f1vpboJ.a{ov; íva d"ovaO:vrer; · 
nEel cLv o~u if1f'Sv,pÓvleVf1Wf'EOa neel &Jv f1V Uyur; . 
iáv :ri'w~ rpave(!ov "tvr¡Tat nóre(!ov db{"w~ . TWV lf'wv 
ErpÚf1at 7} . "tXa.{wr;Td: f1Eavroi) C1JTeír; "of'laaaOat )). 
TaVT' Éf'ovn(!o"alovf'bov ovOenwnoT ~()é}.1Jae avvei.Oeív 25 
 
 
 
 Sin embargo, Iseo es más penetrante y no hubiera compuesto esto como un simple 
ciudadano: “sino que por ser en efecto mi sobrino y dueño de la fortuna paterna, no 
pequeña sino suficiente como para prestar un servicio público, cuidara de ésta por 
habérsela confiado nosotros”. 
 3. Y aún más, recordaré una causa, a partir de la cual la diferencia entre estos 
hombres será más clara. 
10.1 Cada uno de los dos supone a un hombre profano, retirado de la política y joven, 
obligado a hablar ante un tribunal de justicia, contra su propia decisión y naturaleza. 
 Lisias, en el discurso contra Arquebíades19, habló de esta manera: 
 1. “Tan pronto como Arquebíades intentó contra mí este proceso, señores 
jueces, fui con él para decirle que yo era joven y sin experiencia en estos 
asuntos, y que no tenía necesidad de ir al tribunal. Por tanto, yo creo que tú no 
consideras mi edad ganancia inesperada, sino que después de invitar a mis 
amigos y a los tuyos, expliques de dónde surgió la deuda. Y si a aquéllos les 
parece que dices la verdad, no tendrás necesidad de pleitos, sino que después de 
tomar lo tuyo, te alejes. 2. Pero es justo que nada omitas, sino que digas todo, 
puesto que yo soy más joven que el contrato, a fin de que, después de oír lo que 
no sabemos, deliberemos acerca de lo que tú dices, aunque de algún modo es 
evidente que uno de los dos manda injustamente lo mío, o bien, buscas 
justamente obtener lo tuyo. Por lo anterior yo lo cité en el tribunal, pero él jamás 
 
51 
 
 
 
 
 
 
52 
1\', 10,2 · U;AIOE 
ov()e Uyov nee¿ · wV lve"áAet · nOL~aaa(}(lL ov!5e MatTav 
lltLT:f!Éll'at fwr; vpeír; TOV "ÓpOV TOV nee1 Tiii" (Jtamrrwv 
lOcaOe. 
2'0 Se 'IO'alos €v ap.cj>lO"~níO'El XWplOU 'foil ÚTr.o 'fWV 
01']P.OTWV KaTEaX1]p.Évo~, otSTe, XWptOV Ú~ÉKE':TÓ, 'faúin 5 
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1 MáAta't'a p& l~ovJ.óp"1", Wu.v<'Jeer; OL"airraí, ftr¡cj' · 
vg/évor; u<'J",eía(}(ú TWV nOALrwv, el <'Je · p~, TOWVTCVV 
uvnM"wv TVXeív neor; OOr; oMe" dv lcpeóvnl;ov OLarpe-
(!6pevor;~ Nüv (Jé . pOL náV't'wv n{!aypárwv AVnr¡eoraTov 10 
ov!lbi~r¡"ev.· U<'JL"oVpat YUeWto rwv!5r¡porwv óíJ;; 
neeLOeav¡dv MOOUeOw.ar; ov é4owv, &nix(}eu(}at oe 
. ar¡Mr;, {leO' rov uváyxr¡ "al <uvpl]VeLv "al> avvovaíar; 
r.OLVCZr; nOLEÍuOat.2 Ileor; pevoi}p noA..lmJ(; xaJ.rnov&vn-
ÓLúív . piya yUe pleor; dVPbáAAáuL <ro> nAijOor; aVTolr; 15 
. neor; -ro <'Jo"EÍ'JI OJ..r¡Oij Uyetv~ "Opwr; O[<'JL-J TO 7tLUUVelV 
Toíe; neáypa.ut, JtO..tAWV pot"a¿ <'JvO'x:o..lwv u·VJ.L-CmTOvrwv 
OVX f¡yovpr¡" &ív x:aro"l'ij<iat (j¿'vpwv neteauOat TV)'Xá-
"etv rwv &"aíwv. LUOpat oVv vpwvovyyvwpr¡vlietv. el 
x:aZ vewTeeor; wv Myuv br;l(JL"aUTr¡e{OV . uróJ.p.r¡xa ~ OU} 20 
ya!! T6V(;a~ty.oüvTU(; aváy"cÍ.l;opat na{!a rOl' . lfl,avroü 
reÓltOV TCnovTov n notú".IletecÍ.uopat. <'J' V{lí" if UQxi'lc;, 
wr; av · <'JvvwpaL, <'JLa {JeaxvtáTwvebieív ne(2i TOV n(!áy.,.. 
paror;. 
11. 1 Tts J.LEv oov OUK av óJ.LoAoyi¡aElE Tav . p.ev !\UO'lÓU 25 
V€oV Kai LOl<~T1]V Kai chrpa.yp.ova apxÉTuTrÓV nva Etval 
 
 
 quiso llegar a un acuerdo, ni solicitaba que le hicieran un discurso acerca del caso, ni 
optar por un arbitraje, hasta que vosotros establecierais la ley acerca de los árbitros". 
 2. Iseo, en una discusión de un terreno retenido por los conciudadanos, en poder de 
quienes estaba el terreno, introduce el discurso, utilizando el mismo principio. 
 1. "Sobre todo deseaba, señores jueces, no ser agraviado por uno solo de mis 
conciudadanos, pero si no es así, desearía encontrarme con tales adversarios, 
contra quienes en absoluto me preocuparía discutir. Pero ahora me ha tocado el 
más penoso de todos los casos, pues soy agraviado por mis conciudadanos, a 
quienes no les es fácil menospreciar a quienes son despojados y a quienes les es 
desagradable ser odiados, conquienes es necesario ofrecer sacrificios y hacer 
vida en común. 2. Así pues, es difícil contender en juicios contra muchos, pues 
en gran parte su número contribuye a creer que dicen cosas verdaderas. De igual 
modo, por confiar en los asuntos, me acaecen muchas adversidades, pues yo no 
pensaba que fuera necesario rehusarme ni intentar obtener mis derechos por 
medio de vosotros. Así pues, necesito que vosotros tengáis consideración de mí, 
porque aun siendo muy joven me he atrevido a hablar ante un tribunal. En 
efecto, por los que son injustos me veo obligado a hacer algo en contra de mi 
propia forma de ser. Intentaré exponeros el asunto desde el comienzo de la 
manera más breve y según mis posibilidades”. 
11.1 “¿Pues bien, quién, no estaría de acuerdo en que el joven de Lisias es un simple 
ciudadano y un prototipo sin conflictos que se distingue por su veracidad, y no poca 
 
53 
 
 
 
 
 
 
 
 
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IV, 11,1 n:AIOE 
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cosa, mientras que el otro es un copiador y no oculta que se formado por el arte 
retórico? En efecto, las expresiones y las ideas, en aquél muestran lo natural y en el otro 
lo artificial. 
 2. Quien en principio se sirve de la idea de que él es joven y sin experiencia en los 
asuntos judiciales y de que no necesitó dirigirse a un tribunal. Y arremete sin duda 
moralmente: “Yo creo que tú no consideras mi edad ganancia inesperada”; además de 
esto, dice que tenía la naturaleza de manifestarse y hablar, y que consideraba digno 
recurrir a amigos comunes como árbitros: “Y si a aquéllos les parece que dices la 
verdad, no tendrás necesidad de pleitos, sino que después de tomar lo tuyo, te alejes”. Y 
agrega lo que resta en el carácter útil, describiendo al final: “Por lo anterior yo lo cité en 
el tribunal, pero él jamás quiso llegar a un acuerdo”. 
 3. Iseo coloca esta parte hacia el final del proemio: “En contra de mi manera de 
pensar, fui obligado a hablar en el tribunal, a pesar de ser joven" Y, ¡por Zeus!, 
comienza con una idea, no sencilla ni común, cuando dice que es muy molesto enojarse 
con éstos, con quienes es necesario compartir lo más honroso. Después se aparta un 
poco de los que están a punto de dañarlo, pues son muchos los ciudadanos, y de los que 
están a punto de contender contra él. 4. Compone expresiones, ¡por Zeus!, no 
descuidadamente ni como lo haría un simple ciudadano: “Pues soy agraviado por mis 
conciudadanos, a quienes no les es fácil menospreciar a quienes son despojados y a 
quienes les es desagradable ser odiados, con quienes es necesario ofrecer sacrificios y 
hacer vida en común”. 
55 
 
 
 
 
 
 
 
 
56 
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En efecto, las expresiones “la enemistad desagradable" y " las vidas comunes" están 
compuestas de manera más artificiosa que sencilla, y todavía más este pasaje: “A pesar 
de las muchas adversidades que me acaecen, yo no pensaba que fuera necesario 
rehusarme ni intentar obtener mis derechos por medio de vosotros”. De ningún modo, 
un simple ciudadano hablaría así: " Yo no pensaba que fuera necesario rehusarme", y 
menos aquello de: " Obtener mis derechos por medio de vosotros ", sino más bien de 
otra manera, por ejemplo: “Por tantas adversidades que me acaecen, me he obligado a 
recurrir a vosotros, a fin de que a través de vosotros obtenga lo justo”. 
12.1 Ahora bien, creo que la diferencia entre ambos hombres es clara a partir de estos 
pasajes. Pero, también a partir de lo que diré a continuación será más evidente, y sobre 
todo a partir de las expresiones demostrativas y de las patéticas, en las que Lisias es una 
persona más sencilla, en la disposición de las palabras y en la combinación de los 
esquemas, y éste es más bien variado. En efecto, alguien podría encontrar muchos 
aspectos que examinar, tanto en éste, como en el pasaje que sigue. 
 1. " ¿Por qué es necesario tener confianza en lo dicho en presencia de los 
dioses? ¿No a partir de testigos? Así lo creo. ¿Por qué confiar en los testigos? 
¿No a partir de las torturas? Esto es verosímil. ¿Por qué desconfiar de las 
palabras de éstos? ¿No del que huye de los argumentos? La necesidad es grande. 
Así pues yo me presento, citando estas cuestiones y conduciendo las acciones 
hacia torturas, y él las prepara con calumnias y palabras, lo que haría alguien que 
quisiera aventajar. 2. Era necesario esto, si realmente pensaba algo justo y no 
buscaba engañar vuestras ideas, ¡por Zeus! para qué hace esto, sino para 
57 
 
 
 
 
 
 
 
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IV, 12,2 IEAlOE 
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reónov nae" lpov nvvOavÓpEvoV."ElO'g>oea~ AoyíCn izóaa~; 
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13. 1 T o.UTi. JA-€V ol)~a.AEAUJA-ÉVo. Ko.i. l~ lií'Ep<lln1O'E<IlS. ots Ó 
AuO'~o.s JA-€v lll<~<7To. · l<ÉXpr¡To.~, Ar¡JA-00'9Évt)s S€ Ó 1fo.pa 
· TOVTOU oT(lsa.~op~a.s X<i.Cwv a.~ELSÉO"TEpOV, oto v • 
.. . 34 .ovx . ov" O'V ptO'OOIPOeaV UyEl~; gnJO'Et Tt~: Kal 
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naTeíoo~."EO'Tt Ttt; l~(J)Tií~ 1ÍAl;da~ ijpwv; "OaaOVTO~ 
· clTáxu.()t; vüv Aapbávwv ovx WIPeJ.ü, °ravTa lv tan ",á~ét 
 
 
conducir hacia un razonamiento conforme a testigos y para examinar cada uno 
de ellos en lo dicho, preguntándome de esta manera: -¿En cuánto calculas los 
tributos? -En tanto. -¿En cuánto dinero han sido ofrecidos? -En tanto y tanto. -
¿Con qué decretos? -Con éstos. -¿Quiénes los recibieron? -Tales”. 3. Así pues yo 
conté a éstos que el testigo alegó esto: Los decretos, el número de 
contribuciones, las pruebas ofrecidas y las recibidas, y si estaba bien y 
favorablemente, confiaría en lo dicho, y si no, ahora se presentaran testigos si 
algo falso había”. 
13. 1 Éstas fueron cosas dispersas y hechas a partir de un interrogatorio, de las que 
Lisias se sirvió mínimamente, pero Demóstenes tomó muy despreocupadamente 
motivos de él. Por ejemplo: 
 34. " -¿Ciertamente no hablas de un servicio a sueldo? - Diría alguien. Y en el 
momento de la propia organización de todo, señores atenienses, a fin de que 
cada uno tome parte de lo común, de lo que podría necesitar la ciudad; si 
procurara esto, ¿Es posible tener tranquilidad? Es mejor que permanezcas en 
casa, a que seas obligado a hacer algo vergonzoso por necesidad, a causa de la 
pobreza. ¿Ocurre algo tal cual, y como ahora? El soldado mismo empieza 
alejarse de estas mismas ganancias, como es justo en nombre de la patria. ¿Es 
alguien que rebasa nuestra edad? ¿Cuánto ésta no ayuda, a pesar de que ahora 
acoge con desorden estas cosas, como, cuando recibe estas mismas en igual 
orden, cuando vigila todo y cuando administra lo que es necesario hacer?”. 
 
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60 
IV 13 34 · t • ILAIOL 
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Kal ofTrO(; ó :n:ánwv avOew:n:wv UXSTAtWTarO(;, ov 
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TOVrOV(; piv eEa:n:a1'áv uí(!síuOat I"állov t) . n(!oUyovra . 
{JtáCsO'Oat, vl"i.,,(je ex :n:(!Oee1ÍO'SW(; :n:OAel"ijuat; 
10 
15 
20 
 
 
 
35. “En general, ni quité ni puse sino algo pequeño, habiendo eliminado el 
desorden; conduje a la ciudad a este orden, al de recibir y prestar servicio 
militar, al de juzgar, al de hacer aquello que cada uno tuviere según su edad y de 
quien fuere la ocasión propicia de hacer el orden ". 
 2. Pero, aquellas palabras, referentes a la concisión, que fueron expuestas 
temerariamente por él con brevedad e intrincadamente, son reunidas de modo 
inesperado, y no conocidas por todos de modo fácil. 
 "Éste es el más audaz de todos los hombres, los mismos que no procuran 
presentar testigos, de quienes dan cuenta de las denuncias contra nosotros, de 
quienes parecen confiar más en aquéllos, porque ellos nos las dieron o porque 
nosotros no las obtuvimos. Sin embargo, es evidente para todos, según parece, 
que si despojaban a su padre, quien es poseedor del derecho civil, los 
voluntarios no podrían darnos y no podríamos exigir estando de este modo”. 
 En efecto, éste es el esquema del que muchas veces se sirvió Demóstenes. 
13."¿Creed vosotros, quienes en nada fueron capaces de hacerle mal, los mismos 
que se cuidarían de padecer del mismo modo, que ciertamente éstos eligieron 
engañar más que violentar a quien previene y a vosotros combatieron con una 
declaración?” 
 
 
 
 
61 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
62 
IV, 13,3 II:AIOI: 
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(O' l"úva > lp~l neoaijxov avalJ.(ptabr¡r~rw~, omo, rr¡J.L- 5 
"aúT77v d{"1Jv ).axóvu~ "al (J(péu(!a avrwv elva, cpúaxov-
ré~ lxCÍJ).vaúv pe ll; avrwv n0L17aaaOaL T~V lma;<;ev~v. 
Kal Tl ·SEl Ta. VAE~W vapan9€VTa JI'lKÚVElV; nOXAa 
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TOUS aXTJJlaTlaJlous E~TJAAay¡.L€Va JlEV TijS "ualou A€~EWS, 10 
EOlKóTa Se TU A'lJloa9€vous SewóT'lTl. 
14. 1 ElP'lKWS Se Kal mpl TWV Vpa.y¡.Lá.TWV OTl SElVÓTEpÓS 
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Ta JlÉpl1 alhwv Kal OUSEV E~W VOlWV Ti}S T€XVTJS TI J.1ETa. 
Ta(ha OTOAAU Ó A'l¡.Loa9€vTJS Exp~aaTO, ~OÚAOJlal KCl.l 15 
, <" . • 9 • "E ~ , .t. Tas UVEp TOUTWV vapaaxea al VlaTElS. aTal oe KE'j'a-
AUlWO'lS Te Kal WS vpoe; á.VEYVWKÓTae; TOV avopa Ó AÓyoS • 
00 yap Eyxwpel -rrapaoEiYJlaTa Vá.VTWV Tl9€Val. 
2 AUTlKa Ta.e; Ol'lY'ÍaElS TóTe JI€v á.vpoKaTaaI(Euá.aTous 
\ , "~, \. P , ....., 
Kal aUVTOJlOUS Kal OUUEV vpOKaTal\a¡.Lbavouaas TWV alTO-
O€lKTlKWV EV TU Vp0<TTJKoúaTI TH)'lal Xwp~, Ka9á.lTEp EV 
T~ npOS M€OOVTU lTOlEl Aóy"! · Kal EV Ti¡) npos 'Ayvó9EOV 
Kai EV TU npOS TOUe; S'l¡.LÓTUS a¡.Lcplab'lT'ÍaEl lTEpl TOU 
XWplOU KaL EV aAAOlS auxvols. 
'20 
T OTE SE ¡.LEPl(TUS aUTaS KaTa. KE4>á.AaLU Kal lTap' EKaaTov '25 
aÚTwv Ta.S vlaTEtS lTapan9ei, EK¡.LTJKÚVEl ':e ¡.LnAAov Kal 
EKbalVEl TO TijS StTJY'ÍaEws axij¡.La, T~ aU¡.LcpÉpOVTl XpWJ.1EVOS. 
 
 
 
 
 3. Y más todavía, esto otro: 
 “En efecto, lo que él poseía, además de lo hipotecado, se lo había gastado 
desempeñando un servicio público; a quien toma prestado ninguno le concedería 
más que nada sobre lo mismo, pero restituidos los contratos, me convenía 
indudablemente tener aquello, pero éstos que intentaron un proceso tan grande y 
quienes afirmaban que sus bienes pertenecían a ellos, me impedían hacer la 
restauración de los mismos”. 
 ¿Es necesario prolongar más los ejemplos expuestos? Muchas aspectos de Iseo, 
seguramente, cualquiera podría encontrarlos en la composición y en los esquemas, 
ambos alejados del estilo de Lisias, pero parecidos a la habilidad de Demóstenes. 
14.1 He dicho también, acerca de los ejemplos, que Iseo es más hábil para organizar que 
Lisias,

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