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Imagen-e-imaginacion-como-posibles-vas-de-liberacion-ante-la-sofstica

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
Imagen e imaginación como posibles vías de 
liberación ante la sofística 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN FILOSOFÍA 
 PRESENTA 
Brian José Alavez Trujillo 
Asesor: Antonio Luis Marino López 
 
México.Mayo del 2014. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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2 
 
 
He aquí también unos árboles cuya rugosidad conozco, un agua que saboreo. 
Estos perfumes de hierbas y estrellas, la noche, ciertas tardes en las que el 
corazón se dilata, ¿cómo iba a negar yo este mundo cuya potencia y cuyas 
fuerzas experimento? Y sin embargo toda la ciencia de esta Tierra no me dará 
nada que me garantice que este mundo es mío. Me lo describís y me enseñáis a 
clasificarlo. Enumeráis sus leyes y, en mi sed de saber, admito que son ciertas. 
Desmontáis su mecanismo y mi esperanza aumenta. En último término, me 
enseñáis que este universo prestigioso y abigarrado se reduce al átomo y que el 
átomo mismo se reduce al electrón. Todo eso está bien y espero que continuéis. 
Pero me habláis de un invisible sistema planetario donde los electrones 
gravitan entorno a un núcleo. Me explicáis ese mundo con una imagen. 
Albert Camus 
Dedicar algo no siempre es fácil. Este trabajo académico no sólo envuelve el periodo en el que 
fue escrito, tiene de fondo, de menos, todo el tiempo que invertí en la universidad. Siendo 
equitativos tendría que dedicar esta tesis a un sinfín de personas y mi dedicatoria terminaría 
por convertirse en una lista, sin embargo yo no soy muy equitativo. 
En primer lugar quiero agradecer a una mujer muy especial, sin ella no hubiese tenido muchas 
fuerzas para acabar la licenciatura. Esta mujer ha sido una compañera, una confidente; muy 
discreta y reservada, pero eso sí, siempre apoyándome; nuestros corazones estaban 
sincronizados: pasó noches sin dormir junto a mí, leía a la par que yo y se levantaba al mismo 
ritmo. Gracias Victoria Gómez, madre mía, porque tu nombre simboliza mi carrera. 
Finalmente quiero agradecer a una persona, para la cual nunca he tenido secretos. Sabe el 
porqué de mis lágrimas y de mis sonrisas; no sólo nos unió la academia, también nos unieron 
las mismas preocupaciones y los mismos sueños; la música nos ha juntado y también nos ha 
separado. Rodolfo Aguilar, hermano del alma, gracias por tu apoyo incondicional, por tu bella 
amistad y por tus imágenes que siempre realizabas, sin ellas; supongo, no me habría 
impulsado a escoger el tema de esta tesis. 
 
 
3 
 
 
 Imagen e imaginación como posibles vías de liberación ante la sofística 
Introducción 
El siguiente escrito aborda el tema de la imagen y la imaginación, pero ¿qué exactamente de 
la imaginación o imagen? El presente texto se esfuerza por señalar el carácter liberador de la 
imagen gracias a la imaginación, es decir, como iremos observando a lo largo de toda la tesis 
hay dos formas en las que se presente la imagen: como algo fundamental para el 
conocimiento, y, como algo que esclaviza y somete; en ese sentido hablo de carácter liberador 
–el hecho de que la imagen es indispensable para conocer—. Cabe aclarar que si bien abordo 
el tema de la imagen y la imaginación, el presente trabajo no busca definir qué es la imagen o 
qué es la imaginación, sino que más bien denota cómo la imaginación procede ante una 
imagen, y a partir de ello ver las consecuencias que se derivan, tomo por supuesto que el 
hombre tiene la capacidad de imaginar y que existen imágenes, basándome en el filósofo 
Platón. Si bien el escrito se limita a dicho tema, ello no significa que el tema se nos pueda 
desbordar, así que hay que decir con mayor exactitud cómo se desarrolla dicha tesis. 
Para desarrollar el planteamiento de la tesis me sirvo principalmente de dos diálogos de 
Platón: La República y El Sofista [231B-236D]. Siendo aún más precisos, de la primera obra 
sólo abordo el libro seis y libro siete, del primer libro retomo la imagen de la Línea Dividida; 
del segundo libro mencionado, retomo la alegoría de la caverna. En cuanto al Sofista, sólo me 
dedico a explorar la parte de la Producción de las imágenes, dejando de lado la discusión del 
no ser. Para el tratamiento de dichas partes, la siguiente investigación se divide en tres 
capítulos, a saber los siguientes: “El poder de la imaginación en la Línea Dividida”, “Sobre la 
alegoría de la caverna”, y finalmente, “Sobre la técnica del sofista”. En el primer capítulo 
abordo la imagen de la Línea Dividida y trato de explicar cómo opera o funciona la 
imaginación, y además, denoto el poder o la fuerza que tiene la imaginación sobre nosotros, 
es decir, ésta en tanto que una facultad del alma propicia ciertas “condiciones” para que el ser 
humano sea manipulado o liberado –esto último es un tema que se hace presente en el 
capítulo II—. Ahora bien, para desarrollar el primer capítulo parto del supuesto de que todo 
hombre ve imágenes y que todos somos capaces de reconocerlas. En dicho capítulo vemos 
cómo la imaginación se mueve en tres partes de la Línea Dividida: eikasia (conjetura), pistis 
 
4 
 
 
(creencia) y dianoia (pensamiento discursivo)1; además de que la imaginación se mueve en 
estos tres terrenos, veremos cómo la imagen interfiere con los objetos de conocimiento2 de 
cada sección de la Línea, exceptuando la parte del Nous (Inteligencia), lo cual tendrá 
consecuencias importantes para nuestra empresa. Al ver la forma de proceder de la 
imaginación y cómo ella nos permite reconocer la relación entre modelo e imagen, en dicho 
capítulo pasamos a ver el gran poder de la imaginación, o en otras palabras, cómo ella en 
algún sentido nos impone a la imagen. Al ver esta imposición, además de que se posibilita la 
subordinación ante las imágenes, por el otro lado, se genera la posibilidad de liberarnos, pero 
¿liberarnos de qué? Al abrirse estas dos posibilidades nuestra investigación avanza al segundo 
capítulo. 
En el segundo capítulo se aborda la alegoría de la caverna por medio de dos apartados: 
primero se trata de evidenciar una estrecha relación entre la Línea Dividida y dicha alegoría, 
es decir, trato de relacionar la primera sección de la Línea –la sección de las cosas visibles— 
con el interior de la caverna y la segunda sección –la sección de las cosas invisibles— de 
aquélla con el exterior de la caverna. Para ello hago ver cómo ciertos elementos de una 
imagen y la otra (La Línea Dividida y la Alegoría de la Caverna) se van relacionando o 
asociando. Por otro lado, en el segundo apartado de dicho capítulo, se interpretan diferentes 
elementos de la alegoría para darnos cuenta de qué es lo que esclaviza al hombre, pues en 
líneas anteriores mencioné que la imagen libera; al analizar dichos elementos de la alegoría (el 
fuego, la luz exterior, las cadenas, los titiriteros, etc.) nos damos cuenta de la sumisión del 
hombre ante el discurso sofístico. Para darnos cuenta de dicho sometimiento, en este capítulo 
se trata de interpretar qué simbolizan las cadenas, cuál es la labor de los titiriteros, qué 
representa el fuego, por qué el hombre de la caverna es liberado –y cómo se da está 
liberación—, etc. Para interpretar dichos elementos me sirvo brevemente,y sólo como 
ejemplo, de algunas partes de otros diálogos como lo son el Protágoras y el Fedro, no con la 
intención de agotarlos, sino simplemente para ejemplificar lo que quiero decir respecto a esos 
matices que sobresalen en la alegoría. 
 
1
 Se utilizan los términos de la traducción que hace Conrado Eggers Lan. 
2
 Entiéndase por objeto de conocimiento todo aquello a lo que el alma puede aprehender, percibir y 
conocer. 
 
5 
 
 
En este mismo capítulo se evidencia aún más las dos vertientes que se irán arrastrando; o el 
hombre es esclavizado por las imágenes, o el hombre es liberado por éstas; así en esta parte 
de la tesis es muy notorio que, para que se dé una o la otra (liberación o esclavitud) depende 
en gran medida de la participación del sofista. Es pertinente aclarar al lector que si bien hay 
una estrecha relación entre el discurso y las imágenes, no abordo ni explico en qué consiste 
esa relación o cómo es, ello necesitaría otra investigación y nos retrasaría para llegar a 
nuestro objetivo, empero, se debe admitir que la dominación o el intento de por medio del 
sofista se realiza mediante el discurso de éste, y para ello es pertinente entender un poco la 
naturaleza de la imagen respecto a la labor de aquél, lo que nos lleva a tratar el diálogo 
Sofista. 
En el último capítulo “Sobre la técnica del sofista” nos enfocaremos principalmente en la 
producción de las imágenes, dejando de lado la discusión del no ser. Dejo de lado dicha 
discusión porque, nuevamente, involucrarnos en ese tema podría acrecentar nuestra 
investigación y desviarnos de nuestro tema (la discusión del no ser implica hablar de la 
comunidad de los cinco géneros: reposo y movimiento, lo mismo y lo otro, y el Ser; abordarlos 
provocaría una prolongada explicación de todo el diálogo y un desvío de nuestro tema). 
Además de que este tema no es del todo crucial para entender el fenómeno de las imágenes, 
pues si recordamos el desarrollo del diálogo, la búsqueda del Extranjero y de Teeteto es 
definir qué es un sofista, sin embargo, justo cuando comienzan a disertar sobre la técnica 
simulativa, se enfrentan con el problema del no ser en el lenguaje3; este paréntesis4 que hace 
Platón podríamos interpretarlo como algo necesario para vislumbrar qué es el sofista y, 
considero que este tema no es primordial para nuestra investigación –definir al sofista— y 
puede entenderse el tema de la imagen sin la explicación de este pasaje; si bien la imaginación 
tiene relación con el lenguaje –y explico un poco dicha relación en el capítulo III— no es 
necesario abordar a fondo dicha relación. En este capítulo se abordan tres temas: la extensión 
de la imaginación, la diferencia entre el eikón y el phántasma, y en qué consiste la técnica del 
sofista. En la primera parte de este capítulo retomamos la explicación de la Línea Dividida, 
para ver cuál es el alcance de la imaginación, es decir, en cada parte de la Línea Dividida 
 
3
 Cfr. 256d 
4
 El tema de la imagen se retoma de nuevo hasta 240a 
 
6 
 
 
(eikasia, pistis y dianoia) hay un objeto de conocimiento; la imaginación en tanto que participa 
de las tres partes, tiene influencia sobre los objetos de conocimiento. Al ver esa extensión, nos 
percatamos del límite de la imaginación y es cuando llegamos a las cosas meramente 
pensadas, a las cosas en sí, ellas no tienen imagen y la imaginación tiene ya una limitante. 
Posterior a ello vemos la diferencia entre eikón y phántasma, ambos imágenes pero con 
consecuencias e intenciones distintas. En este apartado se ve que el eikón imita las 
características del modelo, trata de asemejarse lo más posible al objeto original, mientras que, 
en el phántasma vemos una manipulación de las características del objeto a imitar. En esa 
alteración sobresale la intención de dominar o engañar, y dicha intención de manipular a la 
imagen parece ser propia del sofista. Al ver la manipulación y alteración de la imagen, 
rescatamos la explicación de las técnicas expuestas en el diálogo: simulativa y figurativa. 
Explorando a ambas vemos que el sofista se halla en la técnica simulativa, empero, si bien se 
ha hablado de la manipulación visual, dicha manipulación debemos asociarla con el cómo se 
efectúa en el discurso sofístico. Podemos ver esa relación con la explicación de la técnica 
simulativa y las exploraciones hechas en la alegoría de la caverna. 
He decidido hablar sobre la imagen y la imaginación porque considero que es un tema 
esencial en la vida de los hombres; parece que el reconocimiento de las imágenes tiene 
importantes consecuencias para el andar cotidiano, ejemplos hay muchos: publicidad, el cine, 
la fotografía, el arte plástico, etc. En todos esos campos y en otros más vemos cómo las 
imágenes tienen gran influencia sobre nosotros, y además de influenciar despierta cierto 
interés. En el caso de la publicidad o la televisión; por ejemplo, podemos intuir ese 
sometimiento al que nos hallamos expuestos, el problema de ver las imágenes proyectadas 
por esos medios es que no ayudan al hombre a ver o pensar las cosas como son, hay una 
falsedad, digamos; algo se oculta y se antepone otra cosa para lograr cierta apariencia en las 
cosas: hay fotografías alteradas por ejemplo –en el caso de la publicidad—, donde vemos que 
se resalta el ángulo de algún objeto, se resaltan ciertos colores, se aumenta o se quita el brillo 
en esa imagen, etc. Toda esta alteración genera ambigüedad y opinión respecto a las cosas, 
ante esa manipulación, este tipo de imágenes parece que en vez de acercarnos a la cosa nos 
aleja, extravía al objeto en lo opinable y lo aparente. 
 
7 
 
 
 En el caso de Platón, la imagen también puede entenderse así, es decir, en algún sentido la 
imagen nos esclaviza, ésta puede generar cierta apariencia desviándonos para ver al objeto o 
a la cosa tal y como es; puede entenderse que la imagen o la imaginación nos alejan del 
conocimiento, y, en esta óptica podría verse que, para Platón la imaginación nos condena a 
ser eternamente esclavos de la imagen, empero, por esta misma razón quise desarrollar este 
tema; considero que desde la perspectiva de Platón el reconocimiento de las imágenes no 
sólo nos puede esclavizar sino también liberar de lo opinable. ¿Cómo algo que se halla dentro 
de lo opinable –como el reconocimiento y la alteración de las imágenes— nos puede sacar de 
este terreno? Como ya veremos, la imagen y la imaginación permite que reconozcamos o 
recordemos a los objetos originales, es decir, hay una estrecha relación entre la imagen y el 
modelo –la imaginación nos permite ver dicha relación—, en ese sentido al ver a la imagen 
junto con su original, de manera inmediata, ese hecho nos permite que saltemos de lo 
opinable a otro campo más digno. 
Tal vez el lector podría preguntarse el porqué del orden de los capítulos, es decir, por qué 
empezar con el análisis de la Línea Dividida, después por la interpretación de la alegoría de la 
caverna y, finalmente la sección de la producción de imágenes en el Sofista. La razón de este 
orden es la siguiente: quiero denunciar que: si bien hay sofística y estamos inmersos en ella, la 
imaginación; en tanto que es natural en el hombre para el hecho de conocer, puede liberarnos 
de aquélla. 
Para que esta última afirmación quede un poco más clara, señalo cómo ese orden nos permite 
ver tal aseveración. En el primer capítulo se explica el proceso de la imaginación, es decir, 
cómo ésta asocia a los diferentes objetos de conocimiento que compete a cada sección de la 
Línea Dividida. Mi punto de partida fue tal explicación, ya que, explicar este proceder de la 
imaginación, en su nivel más primitivo o elemental, nos hace ver que, independientemente de 
la sofística o la filosofía, el hombre conoce y la imaginación es fundamental paraello. Ahora 
bien, si podemos conocer y hasta parece que naturalmente estamos dotados para hacerlo, 
viene la interrogante de ¿cómo o por qué estamos inmersos en la opinión? Y esta cuestión no 
es un supuesto, ya que, todo hombre tiene la experiencia de saber que hay discrepancia sobre 
algún tema en particular, hay diferentes puntos de vista, hay debates, etc. Ante esta 
interrogante consideré pertinente analizar la alegoría de la caverna, pues en ésta se ven dos 
 
8 
 
 
caminos: el hombre puede ser liberado, o bien es sometido por el sofista. Cuando se llegue a 
analizar el segundo capítulo de esta tesis, el lector podrá percatarse de las diferentes causas 
que impiden que el hombre sea liberado, sin embargo, todas esas causas tienen una raíz: el 
sofista. Finalmente trato el sofista, pues; además de mostrar los diferentes tipos de imagen 
(eikón y phántasma), considero que es en ese capítulo donde se ve en gran medida el por qué 
somos vulnerables a la sofística. 
Uno podría cuestionar o pensar que el orden de los capítulos puede ser planteado diferente: 
primero analizar los pasajes de La República porque ahí se abren dos brechas: la liberación por 
la imaginación, y sometimiento por el sofista; por ejemplo, o al revés, primero analizar el 
problema de la sofística para después abordar el tema de la imaginación y sus consecuencias, 
etc. No desarrollaré otro orden porque creo que así se desenvuelve la experiencia de un 
hombre frente a la cuestión de las imágenes: primero tiene un acercamiento inmediato –
como se ve en el capítulo I—, después el hombre está inmerso en diferentes elementos que 
pueden ser causa de su ignorancia –como se ve en el capítulo II— y finalmente, el hombre 
puede darse cuenta de los diferentes tipos de imagen, que conllevan una intención, —como 
se ve en el capítulo III—. 
Creo que es pertinente aclarar al lector por qué he seleccionado esos pasajes de Platón, ya 
que, no habrá quien no cuestione la relación de estos pasajes, pues ante una lectura lineal, la 
imagen de la Línea Dividida responde a una cuestión diferente a la que intenta responder la 
alegoría de la caverna; y lo mismo para la sección del Sofista. Si bien estos pasajes surgen por 
un planteamiento diferente –a primera vista—, el tema que los atraviesa es la educación 
sujeta a la imagen, en tanto que ésta es indispensable para el proceso cognoscitivo. 
Reiterando que nuestro tema es la imaginación y la imagen, y no nos detendremos a explorar 
o disertar sobre el tema de la educación, sólo hago mención de esto para que el lector no 
interprete que he seleccionado los pasajes arbitraria o azarosamente. 
Con todo lo expuesto en esta introducción podemos ir entreviendo el objetivo primordial de 
esta tesis, a saber, denotar en qué sentido y en qué medida la imaginación nos permite 
 
9 
 
 
liberarnos del discurso sofístico5. Para lograr esta pretendida meta hay que ver cómo se 
manifiesta el poder de la imaginación, qué consecuencias tiene, y a partir de ello ver las 
causas que propician o impiden que el hombre en algún sentido sea liberado de la sofística –el 
estar rodeado de este discurso que se mueve en el ámbito de lo opinable—. 
 
 
5
 Si bien no defino qué es el discurso sofístico considero que es pertinente que el lector tenga presente dos 
cosas: cuando se es lector de los diálogos platónicos se puede observar que Platón manifiesta la 
problemática de los sofistas –al menos con la figura de Sócrates—; hay un enfrentamiento con éstos porque 
los sofistas se presentan como dadores de sabiduría, una sabiduría basada en poder, lujo y placer, sabiduría 
que cuestiona y es criticada por Platón (como puede verse en diálogos como Gorgias, Protágoras, Laques, 
etc.). En el segundo capítulo de esta tesis si bien no defino qué es el discurso sofístico, hago una exploración 
sobre qué características podría tener ese discurso en relación con la alegoría de la caverna; rescato ciertos 
elementos dados por dicha alegoría y los relaciono con alguna sección de otro diálogo platónico para que 
pueda entreverse la importancia de dicho discurso. 
 
10 
 
 
El poder de la imaginación en la Línea Dividida 
Todo aquel que haya tenido un acercamiento a Platón se habrá dado cuenta de la gran 
variedad de temas que nos ofrece su obra. Hay un aspecto sin embargo que me ha llamado 
mucho la atención, y es el la imagen y la imaginación. Me ha llamado la atención dicho tema 
porque en mi acercamiento a Platón me percaté que éste podría ser interpretado sólo de una 
forma y, yo he querido apreciarlo desde otro ángulo. Además, este tema, las imágenes, la 
imaginación, con cuestiones que ello implica, es un asunto que nos atañe o debería de 
interesarnos ya que todos somos testigos de haber visto imágenes y somos testigos del hecho 
de saber que imaginamos. 
No está muy lejos de nuestra experiencia el hecho de que reconocemos imágenes. Digo que 
reconocemos pues sabemos lo que son. Cuando vemos líneas y colores, figuras y trazos, 
podemos asociarlas con algún objeto, por ejemplo, cuando vemos una imagen de una rosa, 
vemos una rosa y difícilmente podemos ver la imagen en sus meros componentes, verla como 
trazos con colores y ya, ¿por qué nos cuesta trabajo romper a la imagen? Tal vez estas líneas 
suenan confusas para aquellos que no se han percatado de la magia que hay en las imágenes, 
tal vez invirtiendo el ejemplo denote más lo que quiero decir. Nos ha llegado a pasar que en 
ocasiones nos hallamos contemplando alguna imagen, podemos pasar bastante tiempo en un 
estado en el que la contemplamos y de repente ya no nos reporta eso que veíamos, de tajo 
podemos reconocer en un momento a aquella imagen como un conjunto de manchas, de 
colores y líneas y, parece que en un instante desmenuzamos a dicha imagen: podemos ver la 
imagen de una rosa en una foto y la empezamos a desmenuzar, por colores, ángulos, 
perspectiva, etc. Con ambos señalamientos –es decir, ver a una imagen en su unidad, y por el 
otro en sus partes— quiero hacer patente dos cosas: por un lado vemos que la imagen se nos 
impone como otra cosa que es, es decir, la imagen de una manzana quiere imponerse como la 
manzana, es muy difícil ver a una imagen como un conjunto de colores o líneas en un primer 
acercamiento. Por el otro lado, también tenemos la experiencia de que podemos agrietar 
dicha imagen y ya no se nos presenta como otra cosa sino lo que es, un conjunto de puntos 
líneas o figuras, con o sin colores. ¿Qué es lo que nos permite reconocer a estas imágenes 
que llegan a encantarnos? 
 
11 
 
 
De manera más específica en el siguiente escrito he decidido hablar del poder de la 
imaginación. Tal vez decir “el poder de la imaginación” queda abierto a distintas 
interpretaciones, para ser más preciso me refiero a que trataré de evidenciar esta facultad del 
alma con base en la Línea Dividida que se encuentra en el libro VI de La República de Platón, 
dando dicha explicación espero que se visualice mejor lo que trato de decir, aunque, como 
preámbulo podría decir que el poder de la imaginación –con base a la Línea Dividida— se 
presenta desde dos perspectivas: una, como “sometimiento” ante las imágenes y la 
imposibilidad de desencantarnos con facilidad, y la otra, como vehículo de conocimiento y, en 
tanto que hay una participación del conocimiento una liberación, en un nivel; ya que, cuando 
vemos en el 510b de La República que Sócrates dice que la Línea ha quedado dividida en 
cuanto a su verdad y no verdad, dicha sentencia nos hace pensar que entender a la imagen 
sólo en el ámbito de la sección de lo visible nos imposibilita a acercarnos al conocimiento, 
mientras que pensar a la imagen en relación con el modelo podría facilitarnos el acercamiento 
a aquél. 
He decidido hablar de dicho tema porque lo considero crucial para poder entender más el 
fenómeno de las imágenes,sin embargo, toda esta exploración va orientada para tratar de ver 
cómo la imagen influye en un nivel de conocimiento y nos libera de la opinión. Es pertinente 
anunciar que con base al esquema que nos da Platón podemos ver que la gran distinción entre 
lo inteligible y lo visible denota un nivel de superioridad6, pues, la primera se apega al 
conocimiento –lo anuncio como preludio- y la segunda a lo opinable. Tendríamos que explorar 
y pensar más dicha relación, por ello será otra de las temáticas importantes en esta 
exploración. Es importante aclarar que no tenemos por objetivo, en relación con la imagen y 
la imaginación, definir qué es el conocimiento; parto del supuesto de que conocemos y que el 
hecho de reconocer imágenes contribuye al mismo y, como ya iremos viendo en los demás 
capítulos, la imagen en tanto que nos acerca a las ideas, parece que nos permite conocer. 
Cabe anticipar al lector otro aspecto peculiar de este escrito, ya que, al servirnos de la Línea 
Dividida tenemos que enfatizar y hasta cierto punto poner atención al hecho de que la misma 
 
6
 Cfr. 510b. En este pasaje de La República se observa que los objetos de conocimiento, en primera instancia, 
tienen una jerarquía, ya que en ese pasaje se dice que el género visible se divide en verdadero y falso, como 
el objeto de la opinión es al objeto del conocimiento. 
 
12 
 
 
línea, es una imagen7. Este hecho es importante, creo, porque nos puede ilustrar de mejor 
manera hasta qué punto lo visible tiene que ver con lo opinable y lo inteligible, y lo inteligible 
con el conocimiento, o en otras palabras, la explicación de la Línea Dividida es testigo del 
poder de la imaginación y, esta primera presentación habría que tomarla en consideración a lo 
largo de toda nuestra exploración. Después de todo este recorrido veremos algo muy 
importante, y es, las diferentes formas en las que opera la imaginación. 
He decidido elaborar mi escrito en tres apartados: “Modelo e imagen: una unidad en la Línea 
Dividida”, “Lo visible y lo aparente” y “Lo inteligible: un paso al conocimiento por medio de la 
imagen”. 
-Modelo e imagen: una unidad en la Línea Dividida 
Cuando nos adentramos al libro VI de La República, vemos la explicación de la Línea Dividida, 
ésta ha surgido a partir de la analogía que Sócrates hizo entre la Idea del Bien y el Sol, pues en 
dicha comparación hay una distinción muy importante: lo visible y lo inteligible8. Estas dos 
partes van a conformar a la Línea Dividida: “toma ahora una línea dividida en dos partes 
desiguales […] la del género que se ve y otra la del que se intelige.”9Esta distinción nos dará 
pie para nuestra exploración y dará el eje para entender, al menos en este apartado, una 
relación muy importante que identificamos gracias a la imaginación, empero, no nos 
detendremos a explicar con lujo de detalle toda la Línea Dividida en esta parte, sino que nos 
concentramos en la primera división que se hace, lo visible. 
“Llamo imágenes en primer lugar a las sombras, luego a los reflejos en el agua, y en todas las 
cosas que, por su constitución, son densas lisas y brillantes.”10En esta parte de la Línea 
Dividida se halla el reflejo de los objetos, es decir, estas sombras o imágenes brotan por la 
 
7
Si bien no desarrollo a fondo el hecho de que la Línea Dividida es una imagen, creo que es importante 
tenerlo presente, ya que, esta misma imagen –la Línea Dividida– es una prueba o “atestigua” cómo el uso 
adecuado de una imagen libera. Como lectores de Platón vemos que nos hace reflexionar sobre la 
problemática para la que ésta está planteada. Es importante contrastar este hecho con el capítulo III de esta 
tesis. 
8
 Cfr. Platón, La República, 509a-509d. En esta parte del diálogo se explica dicha comparación, no nos 
detendremos a analizar dicha parte, sólo hago mención de ésta para que el lector lo tenga presente. 
9
 Ibíd. He de señalar que en ocasiones me basaré en la traducción de Émile Chambry porque la considero 
más adecuada, cuando sea así lo iré señalando. 
10
 Cfr.510a A diferencia en la editorial Gredos Émile Chambry hace una distinción muy importante, en vez de 
traducir los reflejos en el agua traduce por fantasmas la palabra en griego phantastiké. 
 
13 
 
 
presencia de algún cuerpo frente a una superficie que los refleja, sea un árbol reflejado en un 
estanque o la imagen de un espejo. Esta relación se hace más patente cuando se agrega la 
otra parte de esta sección –lo visible-: “la otra sección de la que ésta ofrece imágenes, a la que 
corresponden los animales que viven en nuestro rededor, así como todo lo que crece, y 
también el género íntegro de las cosas fabricadas por el hombre.”11 Lo que alcanzamos a ver 
con estas dos citas es una relación entre las cosas y las imágenes de éstas, ahora, ¿cómo se da 
esta relación? Ante esta difícil cuestión creo que el indagar sobre cómo identificamos esta 
relación nos permite alumbrar dicha interrogante. En primera instancia aceptamos la relación 
entre cosa e imagen y, recurriendo a ejemplos de objetos reflejados “comprendemos” la 
relación entre cosa e imagen y no hacemos mucho reparo, sin embargo, bajo el esquema que 
nos presenta Platón-es decir la Línea Dividida-, no queda del todo claro cómo es que se da una 
relación, si ambas partes están separadas; a pesar de que es una misma sección, está dividida 
en dos partes, si hay una división, ¿cómo es posible que las podamos unir o relacionar? Parece 
que nuestra imaginación es cómplice para unir a estas dos partes. 
En este punto hay algo importante que se debe aclarar. Si bien se habla de divisiones en la 
Línea Dividida debemos recalcar que dichas divisiones son inherentes a ésta, es decir, si bien 
Sócrates ha dicho o mencionado tales divisiones, ha sido con la finalidad de explicar el alma 
apoyándose de dicha imagen, considero adecuado hacer una distinción o separación en la que 
se ve a la Línea Dividida: uno, en tanto que la línea es imagen del alma12 y hace referencia a 
ésta como imagen y dos, en tanto que se descompone cuando hablamos de ella. Con el 
discurso que nos dona Sócrates vemos que la imagen de la Línea Dividida intenta clarificar el 
alma –al menos en el proceso de conocer—, es decir, hay una unidad en tanto que la Línea 
Dividida es imagen del alma, no es que literalmente tenga partes, (resalto este hecho porque 
se puede prestar a confusión u olvido de dicha unidad cuando en la explicación de la imagen 
del alma se presentan las divisiones) está imitando a una sola cosa, no a varias. Ahora este 
 
11
 Ibíd. Émile traduce por seres vivientes. 
12
 Cfr. 508a-e. En este pasaje de La República, previo a que se dé la explicación de la Línea Dividida, Sócrates 
explica a Glaucón y Adimanto qué entiende por el vástago de La idea del bien, durante la explicación que se 
da, Sócrates hace una comparación entre ojos y alma: así como el ojo se vuelve hacia los colores, el alma fija 
su mirada sobre objetos que intelige y conoce; así podemos ver cómo la Línea Dividida es imagen del alma, 
en tanto que ésta intenta explicar cómo es que el alma fija su atención sobre dichos objetos. 
 
14 
 
 
hecho nos sirve para tematizar sobre una imagen, pues como dije, la misma línea es testigo 
del poder de la imaginación. 
Aceptando que la Línea Dividida es una imagen, vemos que se nos presenta de dos maneras, 
una como Unidad y la otra en partes. Esta primera ambivalencia nos es útil para comprender 
el hecho de reconocer imágenes, pues, pensemos en una imagen, la que sea, la reconocemos 
de tajo; por ejemplo reconocemos la imagen de manzana, serpiente o de árbol, no negamos 
en primera instancia la relación entre la imagen de árbol con el árbol. Al ver cualquier imagen 
no nos confundimos al remitirnos alobjeto original, y además no vemos una por ingredientes 
o componentes. Sin embargo hay un momento en el que ya empezamos a descomponer a la 
imagen, vemos contornos, figuras, sombras, dimensión, colores, etc. ¿por qué o cómo 
comenzamos a analizar a la imagen? Tal vez me aventure a decir que es gracias a la 
inteligencia, a nuestro intelecto, es lo que nos permite ver a la imagen como mera imagen 
reconociendo sus partes o elementos, pues la Línea Dividida es dividida cuando Sócrates hace 
un intento de explicación de ésta –que para hacer dicho intento necesita forzosamente de 
utilizar su inteligencia- y, considero que esta pequeña observación nos puede ser más útil para 
después, por ahora conservémosla y la retomaremos para después13. 
“La línea ha quedado dividida en cuanto a su verdad y no verdad, de modo tal que lo opinable 
es a lo cognoscible como la copia es aquello de lo que es copiado.”14Lo que nos reitera esta 
cita es la relación que ya señalé anteriormente, es decir, previamente he señalado la estrecha 
relación entre modelo e imagen; así podemos entrever que esta relación entre modelo e 
imagen se repite en toda la línea. Tal vez un ejemplo puede aclarar más lo que intento decir, 
cuando llegamos a ver un logotipo o un señalamiento (que son imágenes no tan elaboradas) 
llegamos a asociarlas con el objeto original; una imagen de una manzana nos va a remitir a 
una auténtica manzana, pero el fenómeno de asociar o de que nos remitimos al autentico 
objeto debe llamarnos la atención, pues, ¿cómo un par de líneas, sean curvas o rectas, 
trazadas en colores que no necesariamente tienen que ver con el objeto que nos remite, 
tienen que ver con éste? En otras palabras ¿por qué ese conjunto de líneas de un color o 
 
13
 Teniendo presentes la interacción de la inteligencia y un trabajo distinto que hace la imaginación. 
14
 Ibíd. La traducción de Émile Chambry puede sernos más útil para entender el problema. En su traducción 
en vez de decir la copia es a lo que es copiado dice la imagen es al modelo. 
 
15 
 
 
varios, se nos presenta en un primer momento como una manzana? Esos trazos no se nos 
presentan como lo que son, simplemente trazos. Si no hubiese algo que uniese tanto a la 
imagen como al objeto, no reconoceríamos las imágenes o cada percepción sería un objeto 
único, no veríamos similitud entre imagen y cosa. 
Podríamos postular que la imaginación en este nivel de reconocimiento entre modelo e 
imagen, une a la sección misma de lo visible y también une esta sección con la sección de lo 
inteligible, de otra manera no se me ocurre cómo podríamos asociar a las imágenes con sus 
originales. Parece que sin la participación de la imaginación no podríamos “recordar” a los 
objetos o ideas de estos, es decir, gracias a la imaginación no necesitamos de la presencia 
espacial de un objeto. Gracias a la imaginación atamos al objeto con la imagen, es decir, se 
asocian los dos niveles de la Línea Dividida de la primera sección, empero, ¿cómo distinguir el 
objeto de su imagen? Si pensamos a la imaginación como una facultad aislada, la cual 
reconoce o hace imágenes de las cosas, difícilmente podríamos distinguir a la imagen de su 
modelo, pero la interacción de la imaginación con las otras secciones de la Línea Dividida 
permite distinguir el objeto de su imagen, además con la imaginación podemos relacionar la 
sección de lo visible con lo inteligible, pero eso lo veremos más adelante. 
-Lo visible o lo aparente 
En el apartado anterior tratamos de enfocarnos en el reconocimiento de la relación entre 
original e imagen y cómo una imagen –con el ejemplo de la misma línea Dividida- se presenta 
como unitaria y después se descompone, además, dimos cuenta de que parece que la 
imaginación es la que nos permite ver la relación entre modelo y original. Ahora, vamos a 
explorar y reflexionar sobre un misterio más de la imaginación; un lado insólito, el 
sometimiento que produce. 
Cuando se hizo mención de los ejemplos de una imagen con un objeto, nos cuestionamos el 
porqué la imagen se nos presenta como lo original y no reconocemos a aquélla como meros 
trazos, en este sentido hablo de sometimiento, pues, en un primer momento parece que no 
 
16 
 
 
podemos ver a la imagen sola e independiente como si no tuviese relación con un objeto, sino 
que seguimos viéndola con el original15. 
Este tema es delicado y complejo, pero debemos prestar atención a ello porque hay 
consecuencias importantes ante el hecho de estar sometidos por la imaginación. Se me ocurre 
pensar que ante esta subordinación caemos en el peligro de no distinguir lo aparente con lo 
que sí es, es decir, ¿hasta qué punto estamos expuestos a ser engañados por nuestra propia 
facultad de imaginar que tiene nuestra alma; a ya no distinguir la imagen del original? Podría 
pensarse que lo que quiero decir es que no hay posibilidad de distinguir una imagen de su 
objeto, no es lo que quiero decir sino que, aún reconociendo a la imagen como imagen, eso 
que vemos –la imagen— la seguimos viendo con el original. En este impacto a lo mucho que 
llegamos a enunciar –de eso que se me presenta— es imagen de algo. 
Lo que debe preocuparnos es hasta qué punto confundimos, o mejor dicho, ya no 
distinguimos bien las cosas, ¿cómo podría yo distinguir a una persona dentro de una casa de 
espejos? Aunque en algún sentido parezca exagerado lo que planteo, creo que sí nos llega a 
pasar que nos confundimos de tal manera que ya no sabemos distinguir entre imagen y 
original; esto es analogable en otros sentidos: “la línea ha quedado dividida, en cuanto a su 
verdad y no verdad, de modo tal que lo opinable es a lo cognoscible.”16Esta cita nos muestra o 
nos advierte lo complejo que puede aparecernos el hecho de reconocer imágenes, pues así 
como está esta comparación: la imagen es al modelo, el objeto de la opinión es al objeto del 
conocimiento, podemos confundir opinión –su objeto- con el objeto de conocimiento. 
Entendemos por objeto de la opinión las cosas que se dan en el ámbito de lo visible, y al 
objeto del conocimiento a las cosas que están en el ámbito de lo inteligible. Con esta 
comparación vemos que hay una relación aún más abarcante que dentro del campo de lo 
visible, pues como el objeto de lo opinable es al objeto del conocimiento, vemos que la 
relación entre original e imagen se da en las dos grandes partes de la línea Dividida (lo visible 
y lo inteligible), por tanto es menester preguntarnos qué consecuencias trae este hecho, pues 
si la imagen no sólo se limita al campo de lo visible, sino que se extiende hasta al campo de las 
 
15
 Es decir, no podemos romper la asociación entre la imagen y su modelo; al ver la imagen de serpiente; por 
ejemplo, la asociamos y pensamos en una serpiente, incluso hay una relación con la idea de serpiente. 
16
 Ibíd. De igual manera la traducción de Chambry es más clara: él traduce el objeto de la opinión es al objeto 
del conocimiento. 
 
17 
 
 
cosas invisibles, debemos pensar la importancia de este hecho para nuestro proceso 
cognoscitivo; ahora bien, vimos en apartados anteriores de este capítulo, que la imagen 
también se presentaba como algo que sometía, algo con lo que difícilmente podíamos 
romper, la cuestión a reflexionar es la siguiente: si alguien está consciente de la importancia 
de las imágenes para conocer y abusa de ese conocimiento, ¿qué consecuencias se 
desprenden? Retomando el sometimiento de la imaginación al ver imágenes, debemos pensar 
qué tanto este hecho afecta o influye en nuestro proceso de conocer, puesto que la imagen 
(que es comparable con lo opinable) podría imponérsenos como el conocimiento17. Empero, 
con todo lo dicho hasta ahora hay un tema que debemos reflexionar, la relación entre lo 
visible y lo opinable, pues, como lo evidenciala última cita hay una semejanza o un vínculo 
entre aquellos dos. Para comenzar deberíamos preguntarnos por qué el ámbito de lo visible 
se presta más a ser objeto de la opinión. Se me ocurre pensar que en el nivel de la percepción 
nada permanece; cómo se ve o se percibe un objeto es relativo, es decir, hay un sinfín de 
variables a considerar para tratar de entender la multiplicidad de posibilidades para ver de 
determinada forma a un objeto: posición, luz, ángulo, el sujeto que percibe, la calidad de 
visión, el tipo de visión, etc. Ante esta multiplicidad es muy difícil decir o hacer un juicio 
exactamente igual sobre una cosa, se puede estar viendo a un mismo punto, pero 
seguramente se percibe de manera diferente; un buen ejemplo de este hecho podría ser 
algunas fotografías de un mismo objeto tomado por cámaras diferentes, puede ser el mismo 
objeto pero aparecerá de manera distinta en las fotografías, teniendo como consecuencia 
discrepancia sobre un mismo objeto: se abre puerta a la disputa. 
 Reconociendo esta inestabilidad al ver a las cosas, se puede entrever la razón por lo que lo 
visible se presta más a la opinión; por ejemplo, si hablamos de cosas no visibles y que se 
prestan poco a la opinión, las matemáticas son un buen ejemplo, ya que, su veracidad no 
depende de la percepción en tanto que no son visibles y no están sujetas a esa inestabilidad a 
la que hago referencia, no es el caso que en un momento el dos se parezca al cuatro, las 
matemáticas difícilmente son opinables. Por otro lado, basándonos en el esquema de la Línea 
Dividida, las sombras, los reflejos, y estas imágenes no pueden verse con claridad y, no se ven 
con claridad porque con base a la explicación de la Línea Dividida se encuentran en el nivel 
 
17
 En el Capítulo II de esta tesis explico a más detalle esta relación 
 
18 
 
 
más inferior, no hay –al menos en este nivel— un reconocimiento plenamente claro sobre el 
objeto que se perciba. Pero por ahora, sólo fijemos esta idea de multiplicidad en el terreno de 
lo visible y, al no haber algo exactamente idéntico en el ámbito de lo visible se presta a que 
haya un gran balbuceo por parte de muchos respecto de lo que vemos. Tal vez para entender 
mejor este punto sea conveniente pasar a la segunda sección de la línea Dividida, lo 
inteligible. 
-Lo inteligible: un paso al conocimiento por medio de la imagen 
“Sabes que los que se ocupan de geometría y de cálculo suponen lo impar y lo par, las figuras, 
tres clases de ángulos y cosas afines […] Como si las conocieran, las adoptan como supuestos y 
ahí en adelante no estiman que deban dar cuenta de ellas […] Sabes por consiguiente que se 
sirven de figuras visibles y hacen discursos sobre ellas.”18 En esta sección según entiendo, es 
que las cuestiones matemáticas en este nivel siguen sirviéndose de imágenes. Por ejemplo, 
cuando alguien nos habla o explica cosas de dicha materia no está muy lejos de nuestra 
experiencia el saber que se sirven de imágenes para dar cuenta de lo que hablan; cuando 
alguien habla de un triángulo o círculo lo llega a trazar y en seguida sabemos de qué está 
hablando. Ahora, esta parte de la Línea Dividida representa el razonamiento discursivo-según 
se muestra al final del libro VI— y, tendríamos que pensar la relación entre razonamiento 
discursivo e imagen19. Se puede especular que no hay dicha relación, pues basándonos en la 
explicación de la parte de lo visible, no podríamos asociar figuras geométricas con imágenes, 
porque si bien en nuestra experiencia vemos objetos y podemos relacionarlos con formas 
geométricas, originalmente estos no son los objetos geométricos; una pelota podría asociarse 
con una esfera, pero lo que vemos es una pelota. Ver las figuras geométricas ya no recae en el 
ámbito de lo visible. Las figuras geométricas, las originales, las pensamos: el triángulo –la 
idea— no es las representaciones que se llegan a hacer de éste (como cuando se traza un 
triángulo escaleno y un isósceles), empero, lo peculiar de esta parte es que sigue habiendo 
relación entre imágenes (que es algo visible en un sentido) con algo “invisible” (que en este 
caso serían figuras geométricas). 
 
18
 Ibíd. 510c-d. Chambry Traduce supuesto por hipótesis, nuevamente nos basaremos en la traducción de 
Chambry. 
19
 En el Capítulo III se explica un más esta relación. Por ahora sólo hay que tener presente que esta relación 
permite llegar a las ideas de las cosas. 
 
19 
 
 
Por otro lado, con base en la cita, podemos intuir una relación entre discurso e imagen. 
Nuevamente, aunque se llegase a pensar que no hay relación entre imágenes y discurso; ya 
que, las imágenes pertenecen a la sección de lo visible y, la palabra o el lenguaje requieren de 
intelección para comprenderles, parece que es irrelevante la participación de imágenes, 
empero, vemos que sí hay participación, sea cuando leamos o escuchamos la palabra círculo o 
su definición de éste, vemos que nuestra imaginación nos obsequia una imagen, en un 
momento instantáneo llega a aparecer la imagen en nuestra mente. 
 Con todo lo esbozado hasta ahora, parece que la imaginación no es más que un espejo que 
nos remite al objeto y a la imagen, y nada más. Sin embargo, como poco a poco se ha visto en 
este escrito, en el caso de las matemáticas, nuestra imaginación parece operar de manera 
distinta. “No estiman que deban dar cuenta de ellas […] Como si fueran evidentes a 
cualquiera”20, y más adelante dice “se sirven de figuras visibles y hacen discursos acerca de 
ellas, aunque no pensando en éstas sino en aquellas cosas a las cuales éstas se parecen, 
recurriendo en vista al cuadrado en sí.”21Con estas citas creo que se evidencia un error 
patente: en ocasiones no se distingue cuando se discurre sobre las cosas en sí y cuando se 
discurre sobre las cosas visibles, es decir, pensar que el cuadrado representado es el cuadrado 
en sí. Lo interesante, es que estas figuras visibles nos pueden remitir a las cosas en sí, como la 
imagen de triangulo nos puede transportar a la idea de triangulo, y además de que estas 
imágenes son evidentes a cualquier espíritu: “se sirven como imágenes, buscando divisar 
aquellas cosas en sí y que no podrían divisar de otro modo que con el pensamiento.”22Si esto 
es como lo evidencia la cita, las imágenes junto con la imaginación son un puente entre lo 
visible y lo inteligible y; bajo esta óptica, el conocimiento parece ir desde la parte inferior de la 
Línea Dividida hasta la superior; la imaginación asociando, encadenando, y si quieren, 
imponiéndose, nos va acercando a cuestiones inteligibles. La imaginación junto con el 
razonamiento parece guiarnos a los principios, sin embargo, lo peligroso es no reconocer a 
éstos. 
 
20
 Ibíd. Chambry dice a cualquier espíritu. 
21
 Ibíd. 
22
 Ibíd. 
 
20 
 
 
Ahora bien, podría pensarse que la imaginación no es lo que asocia las diferentes partes de la 
Línea Dividida, sino que es otra parte del alma que lo hace, empero, creo que la imaginación 
es la única facultad del alma que funge como puente entre las demás partes de la Línea 
Dividida. Pensemos que, con los demás objetos que son aprehendidos por cada parte de la 
Línea Dividida como la dianoia y pístis, no parecen entremezclarse si no es por medio de la 
imagen, así; por ejemplo, el lenguaje o la palabra no remite imágenes si no es por su 
interacción con la imaginación –pues el razonamiento discursivo no aprehende o produce 
imágenes—, el objeto que esta facultad aprehende es el discurso y, si no hay interacción entre 
discurso e imagen, ¿cómo podríamos comprender de lo que se discurre si estamos 
imposibilitados a asociar el discurso con el objeto? Digo con el objeto porque, con base al 
reconocimiento entre imageny modelo, la imagen nos remitiría al objeto. De la misma 
manera para la pístis, cómo podríamos asociar a los objetos con el discurso si no hay un 
representación mental de ellos, ¿qué nos transmitiría el discurso? Para aclarar las ideas 
anteriores será pertinente explorar el aspecto de lo inteligible en relación con el 
conocimiento. Con citas anteriores23 podemos deducir que la parte superior de la Línea 
Dividida va ligada al conocimiento, debemos preguntarnos por qué hay dicha asociación o 
tratar de deslumbrar en qué sentido lo vemos. En el apartado anterior hablamos un poco de 
que percibimos una multiplicidad variada de las cosas y que en sentido estricto no hay 
identidad en ellas, abriendo la puerta a la opinión. En el ámbito de lo inteligible podemos 
servirnos de hipótesis de que sí vemos identidad, y las últimas dos citas nos evidencian lo 
anterior. En el caso de las matemáticas es claro que no hay muchas opiniones respecto a ellas 
y no se nos presentan en múltiple apariencia; los números son claros, los vemos o los vemos. 
Por otro lado, en el caso de las matemáticas no hay una alteración o un cambio de ellas, es 
decir, el número uno siempre lo concebimos igual, no decimos el número uno es grande, 
chico, bonito, etc., no adjudicamos atributos y, en las operaciones matemáticas sabemos todo 
el proceso y anticipamos los resultados, suma o resta, el resultado siempre es el mismo. Al 
haber esta permanencia, nos permite darnos cuenta de que conocemos, no hay posibilidad de 
confusión, no podemos equivocarnos en saber qué es uno o siete o, tres más siete igual a diez; 
 
23
 Ver nota al pie no. 16 
 
21 
 
 
como sí ocurre como cuando confundimos otra persona a lo lejos o cuando le damos forma a 
las nubes. 
Sin embargo se nos presenta una ambigüedad, por un lado vemos que la parte de lo 
inteligible, de lo invisible, contribuye al conocimiento, y lo visible a la opinión, en este sentido 
podría pensarse que las imágenes contribuyen más a la opinión que al conocimiento, habría 
que ver si es pertinente encasillar a las imágenes de un solo lado de la Línea Dividida. 
Decir que la imagen contribuye más a la opinión o al conocimiento es una sentencia 
demasiada arriesgada por la ambigüedad que presenta la imagen. Podría pensarse que la 
imagen al participar en esta multiplicidad de las cosas o tomar una estrecha relación con ellas, 
es muy probable que se preste a polémica. Pero la única polémica que se me ocurre pensar 
respecto a una imagen es qué tanto se asemeja o no al original, por ejemplo. Lo que quiero 
decir es que una imagen, sea la que sea, no hay equivocación en el sentido de que remite al 
objeto original; si vemos la imagen de una hoja no dudamos si es imagen de perro o de taza. Si 
esto es así, podríamos sospechar que la imagen no contribuye sólo a la opinión, en algún 
sentido también al conocimiento. La imagen contribuye al conocimiento porque no sólo está 
presente en lo visible, sino que el hecho de imaginar también se da en el ámbito de lo 
inteligible, ver imágenes no sólo depende de percibir objetos, sino también verlas en el 
pensamiento, podemos recordar algunas cosas por medio de imágenes24. Esto por un lado nos 
haría sospechar que la imagen contribuye al conocimiento. Pero además pasa otro hecho que 
nos revela que la imagen o la imaginación contribuyen al conocimiento; y es que, cuando 
vemos una imagen nos remite al original, pero no hablando ya en el ámbito de lo visible, sino 
de lo inteligible, la imagen nos transporta o nos ayuda a recordar la idea de alguna cosa, como 
la imagen de cuadrado nos remite a la idea de cuadrado. Lo anterior no suena tan 
descabellado si recordamos la cita en la que Sócrates menciona que los geómetras se sirven 
de figuras visibles para la explicación de la materia que ellos ejercen25. 
Hay un punto muy importante a explicar, y es la diferencia que hay entre ver la imagen de 
manzana y la del cuadrado, ya que, podemos intuir que nuestra imaginación opera de manera 
 
24
 Si bien el tema de la memoria con el de la imaginación es muy importante porque están entrelazados, no 
lo abordaré sólo hago mención de ello porque me parece revelador para nuestra investigación. 
25
 Ver nota al pie de página no.18 
 
22 
 
 
diferente. Recordamos a grosso modo las divisiones de la Línea Dividida para explicar 
paulatinamente lo anterior. La cuarta parte de la Línea Dividida –la primera sección— se 
hallan las sombras (eikasía), las imágenes que se obtienen a partir del reflejo en cuerpos lisos 
u opacos; en esta parte podemos encasillar cualquier imagen sea de perro o de triángulo. La 
tercera parte contiene las cosas hechas por los hombres y los seres vivientes (pístis); aquí 
hallamos los ejemplos que algunas ocasiones llamo originales, como la manzana o la 
serpiente. La segunda sección (la sección de lo invisible) se encuentran las hipótesis que 
recaen en conclusiones y no llegan a los principios –ideas- (dianoia); en esta parte podemos 
colocar las distintas definiciones que dan sobre las figuras geométricas y; finalmente, la última 
parte se hallan las hipótesis que recaen ya no en conclusiones sino en principios (nous)26; por 
ende aquí se hallan las ideas. 
Con el anterior esbozo lo que quiero señalar es cómo nuestra imaginación relaciona o asocia 
de manera diferente; por ejemplo, cuando vemos la imagen de manzana la asociamos con la 
manzana; en esto vemos que la imaginación interactúa con dos partes de la Línea Dividida, las 
primeras dos partes de la sección de lo visible –eikasía y pístis-. Empero, en el caso de ver un 
cuadrado es diferente, porque al hablar del cuadrado o cualquier figura geométrica no 
señalamos a los objetos que pudiesen tener similitud con formas de este tipo27, sino que la 
imaginación nos remite al plano de lo invisible. Cuando vemos el trazo de una línea o de un 
triángulo ya no miramos a algo perceptible sino a algo pensado, enfatizando que hasta cierto 
punto necesitamos de la imagen para relacionar o reconocer una figura geométrica; por 
ejemplo, en la primera parte de la segunda sección (dianoia) donde colocamos las definiciones 
de figuras geométricas, ahí vemos que mínimamente seguimos utilizando imágenes o vemos 
la interacción de la imaginación, es decir, cuando leemos o escuchamos la definición de alguna 
figura en nuestra mente aún representamos una imagen; por ejemplo, si leo o escucho la 
definición de triángulo “área delimitada por tres líneas que se cruzan entre sí y la suma de sus 
ángulos son ciento ochenta grados”, ante una definición de este tipo, somos capaces de 
representarnos a la figura geométrica. 
 
26
 Cfr. 510a-511e 
27
 Es decir, objetos que se hallen en el nivel de la pístis. 
 
23 
 
 
Finalmente, tenemos la última parte de la Línea Dividida, donde se hallan las ideas, en esta 
28parte ya no recurrimos a una imagen, pensar al cuadrado en sí, la idea de cuadrado ya no 
requiere de imágenes, ya que, si alguna idea se sustenta en una imagen, chocaría con nuestra 
experiencia cotidiana, es decir, si yo tengo la idea de árbol; la cual está basa en una imagen –
basada en la imagen de árbol pino— y me enfrento con un árbol –como un roble— que no 
corresponde con mi idea sustentada en esa imagen, o no reconozco a ese árbol dado que mi 
idea de árbol no corresponde con lo que se me presenta, o bien, las ideas no pueden estar 
sustentadas en imágenes. 
La imagen de cuadrado en realidad no remite a alguna cosa del género de lo visible, en 
realidad remite al cuadrado en sí, con este ejemplo dado en el diálogo vemos cómo las 
imágenes no están atadas sólo al ámbito de lo visible, sino que también aterrizan en el plano 
de lo inteligible. Con esta peculiaridad vemos que en un sentido la imagen puede contribuiral 
conocimiento, en su relación con lo inteligible. 
-Conclusiones 
Con toda esta exploración podemos extraer algunas conclusiones pertinentes. Vimos que el 
hecho de identificar a la imagen con el modelo u original es gracias a la imaginación. En ese 
mismo apartado hicimos un señalamiento respecto a la línea dividida, ésta es una imagen del 
alma y, sobre este punto abordamos un aspecto de la imagen dado que la línea nos sirvió de 
pretexto, y es que, una imagen se me presenta de dos maneras: en un principio se muestra 
como una; en tanto que me remite o me recuerda al objeto que simula ser, y el otro aspecto, 
es cuando la llegamos a fragmentar, es decir, reconocemos sus partes o elementos y, así ya no 
nos remite al objeto simulado. Parece que en cuanto a su manifestación unitaria, digamos, se 
da gracias al poder de la imaginación, la imaginación hace que ese conjunto de trazos, 
manchas o colores nos recuerde a algún objeto, empero, señalé que al igual como ocurre con 
la imagen del alma, o sea la Línea Dividida, al haber participación del intelecto y una 
participación diferente de la imaginación podemos ver los diferentes componentes de una 
imagen, y así, ya no estamos bajo el sometimiento de la imaginación. La idea anterior surgió a 
 
28
 Es importante aclarar que la imaginación al interactuar con la dianoia es lo que permite llegar a la idea. 
Esta interacción se explica más a fondo en el apartado “El reino de la imaginación” del tercer capítulo de 
esta tesis. 
 
24 
 
 
partir de que vemos cómo la Línea Dividida se fragmenta ante la explicación de Sócrates, al 
haber esta participación implícita de la inteligencia, me hizo sospechar esta posible respuesta. 
Además, cuando explicamos y esbozamos de manera más pausada la Línea Dividida, 
dedujimos que la imaginación trabaja de manera diferente, pues vimos que asociaba 
diferentes partes de la línea Dividida de manera diferente. 
Otra parte importante a recordar es el segundo apartado, en el cual tratamos de hacer ver en 
qué sentido las imágenes se nos imponen, cómo difícilmente ya no vemos a la imagen con su 
objeto a imitar, cómo nos cuesta trabajo no pensar en un árbol, por ejemplo, cuando vemos 
una imagen de éste. Además se trató de ahondar la estrecha relación entre lo opinable con lo 
visible, aunque seguro hay muchas explicaciones o hipótesis sobre la relación entre ellas, lo 
que quise enfatizar más fue el porqué es muy difícil que no se preste a polémica lo visible y, 
una de las cosas que subrayé fue la multiplicidad que vemos, y en esta constante multiplicidad 
inestable es lo que nos impide dar juicios o sentencias que se cumplan o no. Me basé en esto 
porque lo consideré adecuado para contraponerlo con el otro aspecto, es decir, la relación 
entre lo cognoscible y lo inteligible. 
En el último apartado lo que se enfatizó fue que en este terreno ocurren cosas que en lo 
visible no se dan y, en alguna medida posibilitan el conocimiento. Usamos como ejemplo las 
matemáticas, rescatamos su identidad y en algún sentido su permanencia o no alteración; 
siguen siendo las mismas y no están sujetas al cambio, en ese sentido sabemos que el uno 
siempre es uno o cinco más cinco es igual a diez. Haciendo esta relación tratamos de ligarla a 
nuestras preocupaciones iniciales, la imagen y el poder de la imaginación. 
Tenemos dos perspectivas, las imágenes en tanto que tienen una estrecha relación con el 
ámbito de lo visible podría postularse que contribuyen a la opinión; en un sentido confunden 
y someten. Por otro lado, vemos que las imágenes también contribuyen al conocimiento, no 
sólo porque remitan a un objeto, sino como vimos con el ejemplo que da Platón de los 
geómetras, las imágenes nos acercan a las ideas. Para no entrar a una especie de 
contradicción, tal vez sea un error encasillar a la imagen de un lado o del otro, pues si 
recordamos la unidad que hay en la Línea Dividida, tanto la imaginación como los otros 
movimientos del alma son “uno” con ella misma, no es que en realidad operen por separados, 
 
25 
 
 
sino entrelazados todos, todos están en una unidad con el alma, además de que hemos visto 
cómo la imaginación interactúa con las diferentes las facultades del alma. Es probable que si 
las facultades del alma funcionaran por separado ocurriría que sólo estamos inmersos en la 
opinión, pues se me ocurre pensar que si sólo viésemos imágenes sin intervención del 
intelecto no sabríamos distinguir una imagen de un objeto real29. 
Hasta este momento mi exploración parece inclinarse más por la imposición de la 
imaginación, traté de apuntar al final la conexión y la importancia entre imagen e idea. No 
hablé de la última parte de la Línea Dividida porque habría que darle cabida en otro trabajo, 
claro asociándolo con esta reflexión. Aunque el poder de la imaginación parece ser más 
peligroso que benéfico, creo que debería ser aprovechado en algún sentido, pues cómo vimos, 
la imaginación puede ser que nos libere de lo meramente visible y lo opinable, con unas 
cuantas migajas, como lo son las imágenes, sacarnos de la caverna. 
 
 
29
 Es importante aclarar que, si bien la imagen de la Línea Dividida, en tanto que imagen del alma, habla de 
una división de facultades, no por ello implica que efectivamente el alma se encuentre seccionada en partes, 
o que funcione mecánicamente; más bien, esta división o estas secciones se dan por el esfuerzo que hace 
Sócrates por intentar explicar cómo es que nuestra alma llega a acercarse a la Idea del bien. Así, hay que 
tener presente que si se habla de partes o divisiones en el alma surgen de la necesidad de explicar qué es 
ésta mas la imagen de la Línea Dividida no asevera que el alma se halle fraccionada. 
 
26 
 
 
Sobre la alegoría de la caverna 
Después de haber explicado cómo es que opera la imaginación en la Línea Dividida, considero 
pertinente hablar sobre la alegoría de la caverna del libro VII de La República. He decidido 
hablar de ello porque encuentro una estrecha relación entre ambas imágenes (la alegoría de 
la caverna y la Línea Dividida), así el presente capítulo se divide en dos apartados: “Línea 
Dividida y la alegoría de la caverna” e “Imaginación: un camino hacia el conocimiento”. 
En el primer apartado se señala la estrecha relación entre ambas imágenes, es decir, cada 
parte de la Línea Dividida se va relacionando y comparando con alguna parte de la alegoría, 
así, podremos ver cómo hay un estrecho vínculo entre el interior de la caverna con la sección 
de lo visible de la Línea Dividida y, el exterior de aquélla con la sección de lo invisible. En dicho 
capítulo se abren dos brechas a seguir: por un lado la imaginación somete al tener una 
estrecha relación con el interior de la caverna, pues, en el interior se nos presenta a un 
hombre esclavizado; por el otro, de igual forma notamos la presencia de la imagen en el 
exterior de la caverna, dándonos cuenta de que para que se efectúe la liberación del hombre 
es necesario la presencia de una imagen. Al tener estos dos caminos iremos explorando por 
qué en el interior de la caverna la imagen parece ser un grillete, y a la vez la llave que permite 
salir al cavernícola. 
En el segundo apartado intento hacer ver cómo la imagen es necesaria para la liberación del 
hombre, como ya apunté anteriormente, en el interior de la caverna veremos que la imagen 
nos lleva a la opinión, mientras que en el exterior parece que nos sirve de apoyo para ver a las 
cosas en sí. Al ver esta aparente contradicción tratamos de explorar qué es lo que hace que en 
el interior de la caverna se dé el sometimiento del hombre, y para ello he de interpretar 
ciertos elementos que se hallan en la alegoría. 
El primer elemento que se llega a interpretar es el fuego que se halla en el interior de la 
caverna. He decididointerpretar este elemento porque en la narración nos damos cuenta de 
que hay un matiz muy peculiar: los prisioneros no se dan cuenta de que sólo ven sombras, 
esto sería totalmente coherente suponiendo que sólo hubiese el fuego, el muro que se 
interpone a lo largo del camino entre el fuego y los prisioneros; sin embargo en la alegoría 
podemos percatarnos que la caverna tiene una apertura hacia la luz del sol, entonces ¿cómo 
 
27 
 
 
es posible que los prisioneros no se den cuenta de su condición? Al enfrentarnos a esta 
peculiaridad veremos qué relación tiene el fuego con el placer, y cómo éste tiene relación con 
el discurso sofístico, así, para dar más sustento a esta relación, interpreto brevemente el 
pasaje de Prometeo encadenado del diálogo Protágoras, aunque no es mi intención explorar a 
fondo ese diálogo, ya que, las temáticas que se desarrollan en el diálogo no le competen a 
nuestra investigación y no tienen relación con el fenómeno de las imágenes, mas este breve 
pasaje donde se narra cómo Prometeo da a los hombres al fuego es de gran utilidad para 
interpretar el fuego que se haya en la caverna. 
Después de acercarnos a la interpretación del fuego nos daremos cuenta de la importancia 
que tienen los titiriteros, y poco a poco veremos que ellos son los sofistas. Ahora bien, en 
nuestra exploración surge la cuestión de si todo aquel que esté en el interior de la caverna es 
un prisionero, y al desplegarse nuestra investigación veremos que no, ya que los titiriteros 
parecen emplear tanto al fuego como a las cadenas que se hallan en el interior de la caverna 
para hacer prisioneros a los hombres. Así, al ver la participación del sofista consideré 
pertinente contraponer la participación de éste con la del filósofo. Para ello se explora la 
liberación del cavernícola y hay dos posibilidades: éste ha tenido la voluntad de salir por su 
propia cuenta, o bien, alguien lo ha ayudado o motivado para salir; empero, al explorar estas 
dos posibilidades vemos que no es tan tajante el asunto; no sólo basta tener el deseo para 
salir de la caverna y tampoco basta tener a un maestro, más bien parece ser necesario ambas 
opciones. Esta idea se sustentara cuando se interpretemos un breve pasaje del diálogo Fedón, 
en la sección donde Sócrates cree haber encontrado un maestro; nuevamente no pretendo 
agotar el contenido de todo el diálogo, sólo lo utilizo esa parte para ejemplificar con mayor 
claridad la influencia de un maestro o el deseo mismo de conocer. 
Finalmente hay otro elemento a interpretar que es muy importante, y son las cadenas. En esta 
interpretación podremos ver que ellas simbolizan la tradición y a su vez la rigidez del esclavo. 
Para dar cuenta de ello se explica cómo hay una oposición entre filósofo y tradición; en la 
alegoría de la caverna se aprecia esta oposición. Por lo tanto al hacer esta larga exploración 
podremos ver por qué se ha dado el sometimiento en el interior de la caverna. 
 
 
28 
 
 
-Línea Dividida y alegoría de la caverna 
Para comenzar, debemos recordar la primera parte de la alegoría de la caverna, para poderla 
relacionar con la primera sección de la Línea Dividida, y en ambas (alegoría y Línea Dividida) 
ver la división que es más patente en el nivel de lo visible. Para proseguir con nuestra 
exploración en la alegoría, considero pertinente hacer una breve paráfrasis de la alegoría 
porque así puedo delimitar los aspectos que llaman mi atención y que el lector enfoque más 
su mirada con la mía, es decir, al resaltar ciertos elementos que podemos ver tanto en el 
interior de la caverna como en el exterior, será más fácil para el lector ver lo que intento decir. 
Hay una morada en forma de caverna, la entrada a ésta está abierta hacia la luz, en dicha 
caverna hay unos hombres y, desde su infancia están atados por medio de cadenas, tomados 
por el cuello y las piernas, ellos no pueden ver hacia la luz. Hay un fuego dentro de la caverna, 
alejado de estos hombres: entre los hombres y el fuego hay un camino y, a lo largo de éste 
hay un pequeño muro, similar al biombo que utilizan los titiriteros. Hay unos hombres detrás 
de dicho muro que portan utensilios de toda especie que pasan a la altura del muro.30 
 Durante la descripción de la alegoría de la caverna Sócrates comienza a relatar ciertos 
elementos que creo nos pueden ser de ayuda para irlos asociando con la Línea Dividida. 
“Sócrates— ¿Crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras 
proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?”31Si recordamos las 
divisiones de la Línea Dividida la primera parte de la primera sección de dicha línea eran las 
imágenes (eikasia), las sombras, en este sentido, estos hombres que se parecen a nosotros 
están en un nivel, el más bajo, ¿cómo podemos interpretar esta sección de la alegoría? 
Cuando hablamos de la imaginación y su función en la sección de lo visible en la Línea 
Dividida, se ensayó la idea del sometimiento ante la imaginación, y además la relación entre 
opinión y el campo de lo visible. Asociando estas ideas con lo que se nos presenta en la 
alegoría podemos reafirmar y consolidar la sentencia de que el hombre es esclavo o prisionero 
de las imágenes en este nivel, pues, superficialmente las cadenas simbolizan ese 
sometimiento en el que nos hallamos32, ¿ante qué o quienes estamos sometidos? Por lo 
 
30
 Cfr. Ibíd. 514a 
31
 Ibíd. 515a-b 
32
 Más adelante retomo el significado de las cadenas en la alegoría. 
 
29 
 
 
menos, hasta este punto de la narración, parece ser por las imágenes. Tendríamos que 
preguntarnos, por qué las imágenes someten; en este nivel la alegoría no nos está hablando 
de algún movimiento del alma –como en el caso de la Línea Dividida— y no sólo debemos 
limitarnos a pensar que es por la imaginación el hecho de estar expuestos a un sometimiento, 
ya que, hay ciertos elementos –como el muro, el fuego, las cadenas, etc. — que nos obligan a 
reflexionar sobre un sometimiento que no sólo se da por medio de imágenes. Una posible 
respuesta podría ser la naturaleza de la imagen, es decir, ésta se me presenta como lo que es, 
mientras que en realidad es lo que no es, es decir, con la ilustración que se halla en la alegoría, 
se toman estos utensilios o figurillas de animales u hombres simulando que son algo que en 
realidad no son, esas figurillas se presentan como los hombres o los animales a los prisioneros 
de la caverna, cuando en realidad son imágenes, sombras producidas por el fuego, son lo que 
no son. Ahora bien, este pasaje oscuro de la caverna donde los hombres no distinguen estas 
imágenes, podemos asociarlo con el hecho de que el hombre se halla inmerso en la opinión, 
hay que tratar de ver cómo somos esclavos de la opinión, pues si es verdad que hay una 
relación estrecha entre la opinión y lo visible –como se ensayó en el primer apartado del 
capítulo I de esta tesis—, las cadenas reflejarían el sometimiento del que se habló. Como lo 
evidencia la alegoría ya hay dificultades o obstáculos para conocer algo efectivamente; 
además de que el hombres se halla encadenado, alguien proyecta las sombras de animales, 
haciendo creer a los cavernícolas que esas proyecciones son las coas, y si tomamos por joyas 
lo que bien podrían ser vidrios, es evidente que no saldremos de la opinión, estamos 
encadenados a ella. 
Dentro de esta misma parte de la alegoría es más o menos claro la segunda parte de la 
primera sección de la línea Dividida, es decir, están presentes de igual forma los animales y las 
cosas fabricadas por los hombres: “Sócrates—Del otro lado del tabique, pasan sombras que 
llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y 
madera.”33Cuando en la alegoría se dice lo anterior, lo relaciono inmediatamente con la 
tercera parte de la Línea Dividida(pístis). Si vemos, hasta este punto podemos contemplar la 
primera sección de la línea Dividida en la alegoría de la caverna, empero, ahora debemos 
pensar e indagar por qué esta parte sólo se reduce a la opinión, pues uno podría pensar que 
 
33
 Ibíd. 515a 
 
30 
 
 
ver animales y cosas hechas por los hombres de alguna manera es un conocimiento, yo 
considero, que no se niega ello, sin embargo, creo que dentro de la alegoría, como lo describe 
Platón, debe ser tomada esa descripción como una pista para sospechar que, ver animales o 
herramientas no sea el conocimiento genuino o no debemos conformarnos en este nivel, por 
ejemplo, en la caverna se muestra a los animales hechos por utensilios y que son de madera 
o piedra; con esta descripción mínimamente podemos interpretar que el conocimiento 
autentico de una cosa no se limita sólo a las percepciones y no podemos tomar por verdadero 
sólo las cosas visibles, pues no está muy lejos de nuestra experiencia el hecho de que no 
podemos rebajar el conocimiento al nivel de percepción, ya que ello chocaría con nuestro 
andar cotidiano; supongamos que el conocimiento se rebaja sólo al nivel de lo visible, 
supongamos de igual modo que conozco el círculo, pero, como conozco al círculo sólo en el 
nivel de lo visible, mi forma de haber conocido a esta figura geométrica tuvo que haber sido 
por medio de una percepción, si conocí esa figura de determinada manera –con cierto tamaño 
o color, por ejemplo– al momento de ver otro círculo que no se me presenta de la misma 
manera, entonces, no podría reconocerlo como círculo, pero vemos que sí reconocemos las 
figuras geométricas, no por sus atributos visibles, sino más bien porque tenemos una idea 
clara de círculo u otra figura geométrica. Por otro lado, con este pequeño matiz hace que 
piense en que hay una manipulación, el hecho de que se presenten a los animales como 
construidos o fabricados me remite a pensar a quién los construyó y para qué, por ahora 
suspendamos esta idea y retomémosla más adelante. 
Prosiguiendo con la lectura de la alegoría, nos damos cuenta que por alguna razón es posible 
que uno de esos hombres sea liberado de sus cadenas y salga de la caverna. “Examina ahora el 
caso de una liberación de sus cadenas y una curación de su ignorancia.”34Ahora, lo que nos 
debe llamar la atención es la curación de su ignorancia, debemos explorar y pensar el porqué 
el exterior de la caverna hace más libre y menos ignorante a este hombre subterráneo, ya 
que, en el exterior el hombre que ha salido de la caverna puede reconocer a las cosas en sí y 
ya no se haya bajo el yugo de los titiriteros35. En esta parte, es fácil asociar el exterior de la 
caverna con la parte de lo inteligible en la Línea Dividida, pues si recordamos, la segunda 
 
34
 516a 
35
 Cfr.516a 
 
31 
 
 
sección de la Línea Dividida nos acercaba más a las cosas en sí y, como veremos, en el exterior 
de la caverna el hombre liberado podrá ver las cosas en sí. 
Para ver de manera más paralela tanto la alegoría como la Línea Dividida en esta parte, es 
pertinente recordar lo indispensable de cada parte de la segunda sección y hallarlas en la 
alegoría. En el título anterior vimos que la primera parte de la segunda sección (dianoia) se 
partía de hipótesis a conclusiones, y todavía había participación de las imágenes, este hecho lo 
podemos rastrear en la alegoría: “Sócrates—en primer lugar miraría con mayor facilidad las 
sombras, y después las figuras de los hombres y de otros objetos reflejados en el agua, luego a 
los hombres y los objetos mismos.”36El ejemplo de la geometría podría sernos útil, pues, 
cuando hablábamos de esta parte de la Línea Dividida, mencionamos la participación de la 
imagen en este nivel, los geómetras se sirven de figuras visibles para dar cuenta de lo que 
están hablando y, además dijimos que en ese nivel la participación de la imaginación es 
patente, en este nivel se sigue imaginando a la figura geométrica. Respecto a la alegoría, 
interpreto que ese ver en las aguas de manera indirecta a los objetos es equiparable al hecho 
de ver a las figuras geométricas en el nivel planteado y, como dice la cita, después de esto 
podrá ver a los objetos mismos. 
“La razón misma aprehende […] hace de los supuestos no principios sino realmente supuestos, 
que son como peldaños y trampolines hasta el principio del todo […] desciende hasta una 
conclusión, sin servirse para nada de lo sensible, sino de ideas, a través de Ideas, y en 
dirección a Ideas, hasta concluir en Ideas.”37Esta cita puede corroborarse en la alegoría de la 
caverna y además, es de suma importancia tener en consideración lo siguiente: lo que nos 
intenta explicar esta cita es la importancia de todas las asociaciones que hace la imaginación, 
es decir, la imaginación asocia imagen con objeto (relaciona los objetos de conocimiento de la 
eikasía y de la pístis); pero además habíamos dicho que la imaginación aún tenía relación con 
la dianoia, aunque ésta se encontrara en la sección de lo invisible; si yo escucho o leo la 
palabra gato o perro o la definición de éstos aún puedo representarme la imagen de aquéllos, 
incluso en las cuestiones matemáticas puedo representarme la imagen de alguna figura 
geométrica, empero, habíamos afirmado que la imagen por medio de la imaginación nos 
 
36
 Ibíd. 
37
 Ibíd. Émile Chambry traduce peldaños y trampolines por puntos de apoyo e hipótesis. 
 
32 
 
 
acercaba a la idea, pero ¿cómo? Si las ideas no tienen imagen. Es la dianoia junto con la 
eikasía lo que permite el reconocimiento de la idea38; así esta interacción entre estas 
facultades del alma es lo que nos acerca a las ideas y al momento de su reconocimiento hace 
que veamos a los supuestos como verdaderos supuestos y no como principios. Después de la 
liberación del prisionero, cuando se halla en el exterior le cuesta trabajo ver el exterior, esta 
parte podríamos asociarla con la última parte de la Línea Dividida: “En primer lugar miraría 
con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos 
reflejados en el agua, […] sino contemplarlo en sí y por sí, en su propio ámbito.”39Con estas 
dos citas es más clara la relación entre la segunda parte de la segunda sección de la Línea 
Dividida en la alegoría, pues en el exterior el mismo diálogo nos dice que es ahí donde el ex 
prisionero podrá ver a las cosas cual son, y en la imagen de la Línea Dividida se enfatiza que es 
en el nous donde se reconocen los principios de las cosas, ya no como supuestos sino como 
principios40; además, el sol es el principio que nos permite ver todas las cosas41, y el hecho de 
que el hombre liberado se sirve de las imágenes, sombras, reflejos en el agua, etc., éstos 
pueden ser interpretados como las hipótesis o puntos de apoyo para llegar a los principios, a 
las Ideas, por tanto es más evidente la relación entre la Línea Dividida y la alegoría. 
Había dicho anteriormente que debía de aclararse por qué las animales y los objetos no 
debían ser tomados por principios o ideas, y es que con base en la alegoría, el sol además de 
permitir ver todas las cosas, es principio porque permite la preservación de estos: seres 
vivientes y objetos. Emparentando esto con el esquema de la Línea Divida, un objeto no es el 
que nos permite reconocerlo como tal, en su individualidad no es lo que nos permite 
reconocerlo, es decir, si yo veo alguna especie de árbol, ver este objeto en específico no me 
permitiría reconocer a los demás tipos de árbol si sólo me quedo con esa individualidad, la 
 
38
 Más adelante, en el primer apartado del tercer capítulo explico esta interacción entre la dianoia y la 
eikasía.

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