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Alteraciones-endocrinas-en-sobrevivientes-de-cancer-infantil

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 
 
 
 
DIVISION DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
FACULTAD DE MEDICINA 
REGISTRO: 299.2011 
 
 
 
CENTRO MEDICO NACIONAL 
“20 DE NOVIEMBRE” 
ISSSTE 
 
 
 
 
“ALTERACIONES ENDOCRINAS EN SOBREVIVIENTES DE 
CANCER INFANTIL” 
 
 
 
 
Tesis de postgrado para obtener el título de médico especialista en 
Pediatría. 
 
 
 
 
Presenta: 
 
Dr Eduardo Jorge Baños Rodríguez 
 
 
Asesor de tesis: 
 
Dra Sandra F. Páez Aguirre 
 
 
 
MEXICO, D.F. ENERO 2012 
 
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ALTERACIONES 
ENDOCRINAS EN 
SOBREVIVIENTES DE 
CANCER INFANTIL. 
 
 
 
01/01/2012 
CENTRO MEDICO NACIONAL “20 DE NOVIEMBRE” 
EDUARDO JORGE BAÑOS RODRIGUEZ 
 
 
 
2 
 
 
 
 
 
 
Del Jef Subdirector de Enseñanza e investigación del CMN “20 de Noviembre” 
NOMBRE FIRMA 
 
 DRA. AURA A. ERAZO VALLE 
 
 
 
 
 Profesor Titular 
NOMBRE FIRMA 
 
DR MIGUEL ANGEL PEZZOTTI Y RENTERIA. 
 
 
 
 
 Director de tesis 
NOMBRE FIRMA 
 
DRA. SANDRA FLOR PAEZ AGUIRRE 
 
 
 Medico Residente 
NOMBRE FIRMA 
 
DR. EDUARDO JORGE BAÑOS RODRIGUEZ 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mi sincero agradecimiento y gratitud 
a las personas que contribuyeron 
para la realización de este trabajo; a 
mis maestros por todas sus 
enseñanzas, a mis padres por todo su 
apoyo y cariño sin los cuales no 
hubiera podido concluir esta etapa. 
 
 
4 
INDICE: 
 
1.- RESUMEN……...……………………….…………………………………………….. 5 
 
2.- INTRODUCCION…….……………………………………………………………….. 7 
 
3.- JUSTIFICACION.………..…………………………………………………………… 18 
 
4.- HIPOTESIS…………………..……………………………………………………….. 18 
 
5.- OBJETIVOS……………………..……………………………………………………. 18 
 
6.- PACIENTES Y METODOS………..…………………………………………………. 19 
 
7.- RESULTADOS………………………….……………………………………………. 20 
 
8.- DISCUSION……………………………….………………………………………….. 25 
 
9.- CONCLUSIONES……………………………..……………………………………… 28 
 
10.- BIBLIOGRAFIA…...……………………………..…………………………………..29 
 
11.- ANEXOS…….………..…………………………………………………………….. 30 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
Introducción: Se estima que casi la mitad de los supervivientes de un cáncer infantil 
pueden desarrollar problemas que afectan su calidad de vida. Aproximadamente dos 
tercios de los supervivientes tienen un efecto tardío del tratamiento oncológico, y en un 
tercio las complicaciones que aparecen son graves. Se han descrito secuelas de la terapia 
antineoplásica a nivel de todos los órganos y sistemas, dependiendo de la edad y terapia 
específica a la que fueron expuestos. Material y Métodos: se realizo un estudio 
observacional, prospectivo, transversal, descriptivo, del 01-12-10 al 30-11-11, 
determinando la prevalencia, incluyendo 60 pacientes sobrevivientes de cáncer de la 
infancia con al menos un año de terminado el tratamiento oncológico. Resultados: de los 
60 pacientes estudiados, en 20 pacientes se encontraron alteraciones endocrinas con una 
prevalencia del 33%; siendo las más frecuentes hipotiroidismo 65%, Panhipopituitarismo 
20%, Hipogonadismo Hipogonadotropico 10%, Diabetes Insípida 10%, Hiperprolactinemia 
5%. En cuanto al tratamiento se observo mayor prevalencia de las alteraciones endocrinas 
en pacientes que recibieron quimioterapia y radioterapia versus los pacientes tratados 
con quimioterapia exclusivamente. Se observo una mayor prevalencia de alteraciones 
endocrinas en pacientes con neoplasia de sistema nervioso central lo cual puede ser de 
origen mutifactorial. El eje hipotálamo-hipófiso-tiroideo fue el más afectado en nuestro 
estudio, observándose con mayor frecuencia en pacientes que recibieron radioterapia a 
neuroeje y cuello. Discusión: Dada la creciente población de supervivientes a largo plazo 
de un cáncer infantil, es importante un mayor conocimiento de las secuelas de la terapia 
antineoplásica para poder ofrecer una detección y tratamiento oportunos. Con el 
conocimiento de los efectos secundarios a largo plazo del tratamiento oncológico podrán 
plantearse diferentes estrategias de terapia con el objetivo de ofrecer el menos tóxico sin 
sacrificar la duración ni la calidad de la supervivencia a largo plazo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
Introduction: Esteem that almost half of the survivors of an infantile cancer can develop 
problems that affect their quality of life. Approximately two thirds of the survivors have a 
delayed effect of the oncology treatment, and in a third the complications that appear are 
serious. Sequels of the antineoplastic therapy concerning all the organs have been 
described and systems, following the age and specific therapy were set out to it. Material 
and Methods: I am realised a observacional study, prospective, cross-sectional, 
descriptive, from the 01-12-10 to the 30-11-11, determining the prevalence, including 60 
surviving patients of cancer of the childhood with at least a year of finished the oncology 
treatment. Results: of the 60 studied patients, in 20 patients were endocrine alterations 
with a prevalence of 33%; being most frequent hypothyroidism 65%, Panhipopituitarism 
20%, Hypogonadism Hipogonadotropico 10%, Insipid Diabetes 10%, Hyperprolactinemia 
5%. As far as the treatment I am observed major prevalence of the endocrine alterations 
in patients who exclusively received chemotherapy and x-ray versus the patients dealt 
with chemotherapy. I am observed a greater prevalence of endocrine alterations in 
patients with neoplasic of central nervous system which can be of mutifactorial origin. The 
hipotálamo-hipófiso-tiroideo axis was affected in our study, being observed most 
frequently in patients who received x-ray to neuroeje and neck. Discussion: Given the 
increasing long term survivor population of an infantile cancer, a greater knowledge of the 
sequels of the antineoplastic therapy is important to be able to offer an opportune 
detection and treatment. With the knowledge of the long term indirect effect of the 
oncologyc treatment different strategies from therapy with the aim of offering less toxic 
without in the long term sacrificing neither the duration nor the quality of the survival will 
be able to consider. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
INTRODUCCION. 
 
El cáncer en la edad pediátrica esraro y mucho menos frecuente que en el adulto, 
suponiendo en los países industrializados un 0,5% del total (1). 
 
La incidencia anual del cáncer infantil varía ampliamente en diferentes regiones del 
mundo, según las zonas geográficas y los grupos étnicos considerados, situándose entre 
122 casos/millón de niños menores de 15 años en México (1). Estas variaciones dependen 
en gran medida de los métodos de registro existentes en cada país, pero también ponen 
de manifiesto la etiología multifactorial del cáncer, en la que intervienen factores 
genéticos y ambientales, siendo estos últimos menos importantes en el niño que en el 
adulto (1,2,3). El cáncer es el resultado de una alteración genética, siendo el retinoblastoma 
un ejemplo clásico de un cáncer resultante de un trastorno genético heredado. Existe un 
amplio grupo de síndromes familiares y genéticos que se asocian con un riesgo 
aumentado de cáncer infantil (1). Los factores genéticos y familiares conocidos en la 
actualidad concurren en un 5-15% de casos de cáncer infantil (2). Por otro lado, hay pocos 
factores de riesgo ambientales o exógenos establecidos en la etiología del cáncer infantil, 
y ocurren en menos del 5-10% de casos, correspondiendo la mayoría de ellos a 
radiaciones ionizantes y agentes infecciosos, como el virus de Epstein-Barr (VEB), el virus 
de la hepatitis B (VHB), el virus de la hepatitis C (VHC), el virus de la inmunodeficiencia 
humana (VIH) y el herpesvirus humano 8 (HVH-8), que se relacionan con linfomas, 
carcinoma nasofaríngeo, carcinoma hepático y sarcoma de Kaposi(1,2). 
 
Respecto a los tipos de cáncer más frecuentes en la infancia, son histológicamente muy 
variados, predominando los hematopoyéticos y los embrionario-mesenquimales; en el 
adulto la mayoría de cánceres son carcinomas. Las leucemias agudas (LA) ocupan el 
primer lugar, representando aproximadamente un 30% del total. En segundo lugar, están 
los tumores del SNC, que suponen un 20-25%, siendo el grupo más frecuente el de los 
astrocitomas. En tercer lugar, se halla el grupo de los tumores embrionarios (15% del 
total), que engloba al neuroblastoma (6-7%), al tumor de Wilms (4-6%), al retinoblastoma 
(2-3%) y al hepatoblastoma (0,5-1%). Después están los linfomas (11-15%), siendo más 
frecuente en la infancia el linfoma no Hodgkin (LNH, 6%) que el linfoma de Hodgkin (LH, 
5%). Los sarcomas de partes blandas suponen un 6-7% del total y los tumores óseos un 5-
6% (1,2,3). 
 
 
8 
En México existen pocos datos epidemiológicos sobre las neoplasias en los niños. Durante 
10 años (1982–1991) se realizó un estudio multicéntrico de incidencia en la población de 
niños menores de 15 años residentes del Distrito Federal (D.F.), en el que se revisaron los 
archivos clínicos de los principales hospitales del D.F. que atienden a niños con cáncer (4). 
Se encontró una tendencia general al incremento, ya que la tasa para 1982 fue de 24,08 y 
para 1991, de 71,7; se encontró la misma tendencia en ambos sexos y la razón 
hombre:mujer fue de 1,4. En 1991, la mayor incidencia fue la del grupo de 1 a 4 años, 
seguidas de la de los menores de un año, los de 5 a 9 y, por último, los de 10 a 14 años 
(tasas de 91,7, 81,7, 69,3 y 50,5, respectivamente) (4). 
 
Al revisar los datos publicados por la Dirección General de Epidemiología dependiente de 
la Secretaría de Salud, se encontró que la tasa en niños de 1 a 4 años en 1970 fue de 47 y 
en 1990, de 58,3; para el grupo de 5 a 14 años fue de 35 y 47,8 en los años respectivos, lo 
que señala una tendencia ascendente en ambos grupos (24%) para el primero y de 36,5% 
para el segundo) (4). El lugar que ocupan las neoplasias dentro de las 10 primeras causas 
de mortalidad también ha cambiado; en 1973, solo se encontraban dentro de las 10 
primeras causas en el grupo de 5 a 14 años. En cambio, en 1990 los menores de un año 
ocuparon el décimo lugar, de 1 a 4 años, el quinto, y los de 5 a 14 años, el primero; para 
2001 el cáncer constituye la segunda causa de muerte en México en el grupo entre los 4 y 
los 15 años de edad (4). 
 
El tratamiento del cáncer infantil combina cirugía, quimioterapia y radioterapia, en 
función del diagnóstico histológico y del estudio de extensión. La mayoría de los niños con 
cáncer siguen protocolos terapéuticos nacionales o internacionales diseñados para 
mejorar la supervivencia y minimizar los efectos secundarios (1,2). 
 
La cirugía es la base principal para el diagnóstico y el tratamiento de los tumores sólidos 
malignos. La excéresis tumoral, sobre todo si es total, constituye el mejor tratamiento de 
cualquier tumor maligno. Cuando no es posible la resección tumoral completa por no ser 
técnicamente posible o por comportar un alto riesgo vital y/o de mutilación, puede ser 
necesaria la re-intervención quirúrgica después del tratamiento con quimioterapia y/o 
radioterapia. La cirugía también tiene un papel importante en el caso de recidiva tumoral 
y en la resección de metástasis. Por otro lado, cada vez cobra más importancia la cirugía 
reconstructiva para recuperar la función y estética de la zona afecta. La quimioterapia 
constituye la parte más importante del tratamiento en las leucemias y los linfomas. En el 
 
9 
caso de los tumores sólidos, la quimioterapia preoperatoria disminuye el tamaño tumoral, 
haciendo que la cirugía sea más sencilla y menos agresiva. La quimioterapia adyuvante 
trata la enfermedad micrometastásica, y disminuye el riesgo de recaídas y metástasis tras 
la cirugía(1,2). 
 
En el cáncer ocurre una proliferación anormal de células que han perdido el control de los 
mecanismos reguladores de la multiplicación y la diferenciación. Las células entran en el 
ciclo celular para reproducirse, y los agentes citostáticos interfieren en este ciclo, evitando 
la multiplicación celular y favoreciendo la muerte celular. En la Tabla 1 se presentan los 
agentes citotóxicos más utilizados en Pediatría (1,2). 
 
GRUPO FARMACOLOGICO FARMACOS MAS USADOS. 
Agentes alquilantes 
 
 
 
 
Derivados de la metilhidrazina 
Ciclofosfamida, ifosfamida, clorambucilo, 
melfalán, busulfán, cisplatino, 
mecloretamina 
(mostaza nitrogenada), nitrosoureas. 
 
Procarbazina 
Antimetabolitos 
- Antagonistas del ácido fólico 
 
- Análogos de las pirimidinas 
 
- Análogos de las purinas 
 
Metrotexato 
 
Arabinósido de citosina (citarabina), 
Hidroxiurea 
6-Mercaptopurina, 6-Tioguanina 
Antibióticos 
 
Antraciclicos 
 
 
Alcaloides vegetales 
(inhibidores mitóticos) 
 
Actinomicina D, adriamicina, bleomicina, 
 
Daunomicina, epirrubicina, mitoxantrone 
 
Vinblastina, vincristina, VP 16 (etopósido), 
VM 
26 (tenipósido) 
Bloqueadores de la síntesis proteica L-Asparraginasa 
 
La radioterapia también tiene como finalidad la erradicación tumoral. Mediante la 
irradiación se generan moléculas con radicales libres altamente reactivas que alteran la 
estructura del ADN, llevando a una alteración en la proliferación celular. Se puede utilizar 
antes de la cirugía en un tumor inoperable, o con posterioridad a la misma para eliminar 
restos tumorales. También puede estar indicada en los síndromes dolorosos o 
compresivos producidos por el tumor o sus metástasis. Como las secuelas a largo plazo de 
 
10 
la irradiación son dosis-dependientes, los niños que la precisan se tratan con la menor 
dosis eficaz. Sin embargo, la dosis de radioterapia, su fraccionamiento, la duración del 
tratamiento y el campo de irradiación dependerán del tipo de cáncer, la extensión de la 
enfermedad, la edad del paciente y su tolerancia al tratamiento. En general, los efectos 
adversos derivados de la radioterapia no aparecen de forma inmediata tras su 
administración, sino que se presentan después de un periodo de latencia más o menos 
largo (1,2). 
 
EFECTOS SECUNDARIOS DEL TRATAMIENTO ANTINEOPLASICO. 
Se estima que casi la mitad de los supervivientes de un cáncer infantil pueden desarrollar 
problemasque afectan su calidad de vida. Aproximadamente dos tercios de los 
supervivientes tienen como mínimo un efecto tardío del tratamiento oncológico, y en un 
tercio de ellos las complicaciones que aparecen son graves. Se han descrito secuelas de la 
terapia antineoplásica a nivel de todos los órganos y sistemas, dependiendo de la edad y 
terapia específica a la fueron expuestos (cirugía, quimioterapia única o combinada, 
radioterapia, trasplante de médula ósea) (4). A pesar de que los niños toleran mejor la 
toxicidad aguda del tratamiento que los adultos, por ser organismos en desarrollo puede 
ser más vulnerable a las secuelas tardías de la terapia sobre todo a nivel del crecimiento, 
fertilidad, miocardio y función neuropsicológica. Existen mucha literatura internacional 
que reporta las secuelas a largo plazo del tratamiento en los sobrevivientes de un cáncer 
infantil, sin embargo existen pocos trabajos nacionales (4,5). 
 
Efectos secundarios neuropsicológicos 
Se presentan especialmente en los dos tipos de cáncer más frecuentes en la edad 
pediátrica, la LLA y los tumores del SNC, en proporciones variables, que oscilan entre un 
10 y un 50%. Las secuelas neurológicas han sido asociadas principalmente a la radioterapia 
craneal y la dosis recibida, pero también pueden intervenir otros factores, como la propia 
recaída o afectación del SNC, el tratamiento de la recaída, el tipo de neuroprofilaxis 
recibida, el protocolo terapéutico sistémico empleado, la extensión local del tumor, la 
presencia de hidrocefalia, la necesidad de una válvula de derivación ventrículo-peritoneal 
y las complicaciones postoperatorias, tan frecuentes en estos tumores. El uso intratecal y 
sistémico de citarabina y metotrexato a altas dosis se ha relacionado con la aparición de 
secuelas neurológicas. (4,5,6). 
 
 
11 
Entre estas secuelas destacan las dificultades en el aprendizaje, sobre todo, a nivel de la 
lectura, el lenguaje y las matemáticas, la leucoencefalopatía, la mielitis, los déficits focales, 
las neuropatías periféricas, las convulsiones y la ataxia. La leucoencefalopatía puede 
iniciarse a los 4 meses de la radiación craneal, y sus manifestaciones clínicas consisten en 
convulsiones, ataxia, letargo, alteraciones en el habla, espasticidad, disfagia, disminución 
del cociente intelectual, alteración de la memoria y confusión (4,5,6,7). En la TAC los 
hallazgos más frecuentes en los niños con secuelas neuropsicológicas son: dilatación 
ventricular, atrofia cerebral, hipodensidad de la sustancia blanca y calcificaciones 
intracraneales (4,5,6). 
 
La edad parece ser un factor esencial a la hora de determinar el riesgo de presentar 
déficits neurológicos. Se considera que los niños menores de 8 años en el momento de 
recibir el tratamiento sobre el SNC tienen un riesgo mucho más elevado de padecer algún 
déficit neurocognitivo. 
 
Efectos secundarios cardiovasculares 
Suelen ser debidos a irradiación mediastínica y/o determinados agentes quimioterápicos, 
como las antraciclinas. Estos tratamientos pueden provocar derrames pericárdicos y 
pericarditis constrictiva. También pueden desencadenar una miocardiopatía y una 
insuficiencia cardíaca congestiva, con una mortalidad que puede llegar al 80%, así como 
enfermedad coronaria, defectos valvulares y arritmias. Debe prestarse una atención 
especial a estos efectos secundarios en etapas de la vida con un aumento del gasto 
cardíaco, como la pubertad, el embarazo y el parto (4,6,8). 
 
Efectos secundarios gastrointestinales 
Las secuelas digestivas más frecuentes en los niños supervivientes de un cáncer infantil 
son la enteritis y la fibrosis, siendo la radioterapia y la enfermedad injerto contra huésped 
crónica (EICH) los principales agentes etiológicos. (4,5,6)- 
 
Las alteraciones digestivas secundarias a radioterapia abdominal se manifiestan de forma 
más común como obstrucción de intestino delgado, pudiendo ocasionar también úlceras, 
fístulas y síndromes de mala absorción. Los problemas relacionados con la EICH son las 
 
12 
ulceraciones orales, con dificultad para la apertura de la boca y sequedad oral, la disfagia 
por afectación esofágica, acompañada de pérdida de peso, dolor retroesternal, 
aspiraciones del contenido gástrico, reflujo gastroesofágico y alteraciones de la motilidad, 
y, de forma más rara, la afectación intestinal en forma de diarrea, dolor abdominal y 
síndromes de mala absorción asociados a sobre crecimiento bacteriano o fúngico. (4,7,8)- 
 
Por último, no hay que olvidar la hepatitis viral, siendo la infección por VHB o VHC la causa 
más frecuente de enfermedad hepática crónica en los pacientes que han recibido 
transfusión de hemoderivados, con un alto riesgo de progresión a hepatopatía severa y 
cirrosis en el caso de la hepatitis C, también implicada en el desarrollo de 
hepatocarcinoma. Por otro lado, se ha detectado fibrosis hepática en los niños que han 
recibido irradiación abdominal. El citostático que mejor se conoce como responsable de 
hepatopatía crónica en estos niños es el metotrexato, que, cuando es administrado de 
forma prolongada, puede inducir el desarrollo de fibrosis y cirrosis hepática (4,7,8). 
 
Efectos secundarios músculo-esqueléticos 
Los niños supervivientes de tumores sólidos presentan alteraciones funcionales y/o 
estéticas de huesos, dientes, músculos y otros tejidos de sostén en una proporción 
elevada, que en algunas series alcanza el 40%. Los mayores problemas clínicos se 
corresponden con las alteraciones óseas, que se manifiestan como escoliosis, atrofia o 
hipoplasia muscular, necrosis avascular, discrepancia en la longitud de las extremidades y 
osteoporosis, tanto por efecto de la radiación como del tratamiento con 
corticoesteroides. Como efectos secundarios de la quimioterapia a este nivel, podemos 
encontrar necrosis avascular, osteoporosis, y cicatrices y contracturas provocadas por la 
extravasación de fármacos (4,5,6). 
 
Efectos secundarios nefro-urológicos 
Pueden presentarse a lo largo de todo el tracto urinario y van a ser secundarios a cirugía, 
quimioterapia (ifosfamida, ciclofosfamida, cisplatino, carboplatino y metotrexato a altas 
dosis) y radioterapia. Los más frecuentes son la nefropatía, con aparición de proteinuria, 
hipertensión arterial, anemia e insuficiencia renal, y la cistitis hemorrágica. La nefrectomía 
en niños con tumor de Wilms provoca una hipertrofia compensadora en el otro riñón, que 
puede evolucionar hacia una insuficiencia renal progresiva motivada por 
 
13 
glomeruloesclerosis y daño intersticial renal, y agravada por la sobrecarga renal, la 
radioterapia y los fármacos citotóxicos (4,5,6). 
 
Efectos secundarios pulmonares 
Se deben a la radioterapia, la cirugía, algunos agentes citostáticos (bleomicina, 
ciclofosfamida, nitrosoureas, busulfán, metotrexato, mercaptopurina, citarabina y 
procarbazina) y las infecciones pulmonares de repetición. Son secuelas poco frecuentes, 
pero graves, que pueden evolucionar de forma crónica y fatal, siendo la neumonitis 
intersticial difusa y la fibrosis pulmonar las formas clínicas más frecuentes. Se manifiestan 
con disnea de esfuerzo y alteraciones radiológicas (5,6,7). 
 
Efectos secundarios sensoriales 
Los oculares son debidos fundamentalmente a la radioterapia y la cirugía. Destacan las 
cataratas, que se manifiestan con opacidades del cristalino, el glaucoma, la retinopatía, la 
neuritis óptica, la hiposecreción lagrimal y la atrofia orbitaria o del globo ocular. Entre los 
trastornos auditivos destacan la otitis crónica, asociada a radioterapia local superior a 40-
50 Gy, y la sordera neurosensorial, relacionada también con el uso de cisplatino (4,5,6). 
 
Efectos secundarios sobre el sistema inmunitario 
El cáncer y su tratamiento son una causa importante de inmunodeficiencia secundaria en 
la infancia. Pueden producirse alteraciones en la inmunidad celular y humoral, de tipo 
cuantitativo(linfopenia, granulocitopenia, disminución en la síntesis de inmunoglobulinas) 
y cualitativo (deficiencias en la quimiotaxis, la fagocitosis y la actividad bactericida). 
Además, se asocian situaciones de asplenia anatómica o funcional, como las que se 
presentan en niños tratados de enfermedad de Hodgkin(4,5,6). 
 
Efectos secundarios endocrinológicos. 
Entre los efectos tardíos del tratamiento contra el cáncer, destacan los que afectan al 
sistema endocrino, que pueden manifestarse muchos años después de finalizada la 
terapéutica. Puede haber alteración del crecimiento, pubertad, fertilidad, función tiroidea 
y adrenal, con todas sus consecuencias físicas y psicosociales. Los efectos secundarios 
 
14 
tardíos endocrinos son frecuentes y, en muchas ocasiones, son tributarios de un 
tratamiento hormonal sustitutivo. Su frecuencia es mayor en los tratamientos que 
incluyen radioterapia administrada a SNC, cabeza, cuello y pelvis, pero también aparecen 
tras la administración de ciertos agentes quimioterápicos. (5,6). 
 
Los supervivientes de un cáncer infantil pueden presentar detención del crecimiento y 
talla baja en la edad adulta. Los mecanismos implicados en la aparición de trastornos del 
crecimiento son variados: malnutrición, déficit de hormona de crecimiento (GH), déficit de 
hormona estimulante del tiroides (TSH), irradiación corporal total, radioterapia cráneo-
espinal, quimioterapia intensiva, corticoides, recidiva tumoral y pubertad precoz o 
adelantada. Sin embargo, el factor más frecuentemente relacionado con el deterioro del 
crecimiento en estos niños es la alteración en el eje de la GH por un déficit aislado de 
secreción de GH secundario a una lesión de la hipófisis y/o del hipotálamo originada por la 
radioterapia administrada en los tumores de SNC, cabeza y cuello, y en las leucemias 
agudas como neuroprofilaxis. (5) 
 
La alteración del eje de la hormona de crecimiento (GH) es la alteración endocrina más 
frecuente en niños que reciben radioterapia craneal. Los niños son más vulnerables, dado 
que la alteración es dependiente de la edad la que se efectuó el tratamiento. 
Clásicamente se ha descrito que la irradiación corporal total (7-12 Gy), puede provocar 
disfunción neurosecretora de GH o insuficiencia aislada de GH, y que dosis de 18-24 Gy 
provocan disfunción neurosecretora o insuficiencia aislada de GH en un 30% de los casos. 
Cuando la dosis es mayor, entre 30-50 Gy, 50-100% de los pacientes presentan 
insuficiencia de GH, dependiendo del esquema de administración, la edad y el tiempo de 
seguimiento postradioterapia (80% se afectan dentro de los cinco años), mientras que con 
dosis de 50-70 Gy prácticamente el 100% de los pacientes presentan insuficiencia de GH a 
los cinco años de seguimiento (5,6,7). 
 
El tratamiento exclusivo con quimioterapia es responsable de una deficiencia de GH en 
aproximadamente 2% de los sobrevivientes de cáncer evaluados por baja velocidad de 
crecimiento. La existencia de tumores del SNC se asoció con deficiencia de GH pre-
radioterapia en 22% de los casos de tumores ubicados en fosa posterior, 33% en 
hemisferios cerebrales, 40% en tálamo, 50% en hipotálamo/vía óptica y 88% en región 
supraselar. Se recomienda que hasta finalizar el crecimiento los niños deben ser 
controlados cada 6 meses, requiriendo una evaluación endocrinológica si la talla se ubica 
 
15 
por debajo del percentil 3 o si hay una disminución de la velocidad de crecimiento por 
debajo de la esperada para la edad; requiriéndose realizar determinaciones de edad ósea, 
la determinación de la concentración sérica de IGF-I, y los niveles de GH, son necesarios 
para establecer una alteración en el crecimiento en los niños (6,7). 
 
La afectación gonadotrófica es la segunda en frecuencia de las alteraciones hipotálamo-
hipofisarias luego de la irradiación craneal. La radiotoxicidad depende de la dosis total, el 
tamaño de la fracción y el tiempo entre fracciones permitido para reparar el tejido. Dosis 
superiores a 35 Gy pueden producir insuficiencia gonadotrófica en algunos casos a largo 
plazo. También alteraciones en el desarrollo puberal pueden observarse con estas dosis. 
La tasa de deficiencia de LH/FSH fue de 66 a 85% de los casos en el rango de dosis de 35-
40 Gy pero se observó una incidencia significativamente más baja (33%) en los tratados 
con 20 Gy. Los tratamientos con dosis superiores a 50 Gy típicamente resultan en 
deficiencia gonadotrófica. En pacientes con tumores cerebrales que comprometen la 
hipófisis, el hipogonadismo se eleva hasta 50% luego del tratamiento con altas dosis de 
radiación, comprobándose la hipofunción hipotálamo-hipofisaria por una disminución en 
la concentración sérica de estradiol o testosterona y bajos niveles de LH y FSH basales y 
post-estímulo con GnRH (7,8). 
 
Los agentes alquilantes disminuyen la espermatogénesis de una manera dosis 
dependiente. El daño gonadal que sigue a dosis acumuladas de ciclofosfamida de 7.5 
gr/m2 o 200 mg/kg, ha mostrado ser irreversible hasta en el 70% de pacientes después 
de intervalos de varios años libres de quimioterapia. En contraste a su acción sobre las 
células germinales, los efectos de los alquilantes son menos evidentes en las células de 
Leydig, pero en niños pre-púberes se ha observado ginecomastia y niveles bajos de 
testosterona y LH (5,7). 
 
La vigilancia de la función gonadal masculina en sobrevivientes de cáncer de la niñez 
incluye una historia anual con atención específica a los problemas de libido, impotencia, o 
fertilidad; exploración de mamas, así como el desarrollo puberal en base a las escalas de 
Tanner, así mismo la evaluación hormonal, incluye por lo menos LH sérica, FSH, y niveles 
de testosterona (7,8). 
Aunque la toxicidad gonadal relacionada a quimioterapia se considera menos frecuente en 
mujeres que en varones, la falla ovárica se ha asociado a la quimioterapia, especialmente 
 
16 
a agentes alquilantes, y la toxicidad es dependiente de la dosis y de la edad. Después de 
dosis mieloablativas de agentes alquilantes, incluyendo busulfan y ciclofosfamida, la falla 
ovárica permanente se puede presentarse en todas las edades. Para los sobrevivientes 
que conservan la función ovárica normal después de terapia del cáncer, hay un riesgo 
creciente para la presencia de menopausia prematura. Los factores de riesgo asociados a 
una menopausia temprana incluyen la exposición a dosis altas de agentes alquilantes y a 
la radiación abdomino-pelvica. La evaluación de la disfunción ovárica se basa en la historia 
de amenorrea primaria o secundaria, irregularidad menstrual, y embarazos o dificultad 
para la concepción; el estadio de Tanner del pecho y del desarrollo genital. Las 
gonadotropinas del suero (FSH, LH) y los niveles del estradiol se deben obtener en 
ausencia de evidencia clínica de la pubertad (menarquía, desarrollo de características 
sexuales secundarias), para determinar la necesidad de la terapia hormonal sustitutiva 
(7,8). 
 
El eje hipotálamo-hipófiso-tiroideo es el menos vulnerable. La prevalencia de 
hipotiroidismo central inducido por radiación no es tan clara, existe discrepancia según las 
series, observándose que es mayor a partir de dosis de 30 Gy. En algunos estudios se ha 
observado que con la administración de 15-29 Gy en radiación craneal o cráneo-espinal se 
observa una incidencia acumulada de hipotiroidismo central del 8%, primario del 10% y 
mixto del 2%, diez años después del diagnóstico del tumor, de estos el 20% son 
hipotiroidismos leves. Con dosis de 30 Gy o más se encuentra una incidencia acumulativa 
de hipotiroidismo central del 39%, primario del 22% y mixto del 15%, el 76% son 
hipotiroidismos leves. Los efectos de la quimioterapia sobre la función tiroidea no están 
claramente establecidos. Algunos quimioterápicos, como la vincristina, las nitrosureas y el 
cisplatino, se han asociado con un efecto citotóxicosobre los tirocitos. La determinación 
de niveles séricos de TSH y T4 son necesarios para la determinación de alteraciones 
tiroideas (6,7). 
 
El eje hipotálamo-hipófiso-adrenal es relativamente radio resistente. La deficiencia de 
ACTH no se observa con dosis menores a 24Gy, es infrecuente (menos del 3-5%) en 
pacientes irradiados por tumores no hipofisarios cuando las dosis de radiación son bajas o 
moderadas y prácticamente inexistente en la irradiación corporal total, aumentando hasta 
35% cuando la radiación supera 50 Gy. En casos de adenoma hipofisario con radioterapia 
entre 30-50 Gy, la incidencia de afectación del eje aumenta entre el 31-60%. Los 
corticoides exógenos utilizados como terapia producen inhibición del eje. Con una dosis 
de 6 mg/m2/día de dexametasona administrada por un período de 28-42 días, sólo se 
 
17 
observa una supresión transitoria del eje, que se recupera en alrededor de 4-8 semanas. 
Con dosis mayores y administraciones más largas, la supresión es mayor y puede verse en 
un 46% de los niños tratados a las dos semanas de suspender el tratamiento y persiste en 
un 38%, 29% y 13% a las 4, 8 y 20 semanas post-suspensión. Durante el control y 
seguimiento de los pacientes, para detectar deficiencia del eje adrenocorticotrófico se 
sugiere determinar cortisol basal (9,10). 
 
Hay evidencia reciente para indicar que los sobrevivientes del cáncer infantil están en un 
riesgo más alto de desarrollar síndrome metabólico. El síndrome metabólico es un 
conjunto de desordenes relacionados con la resistencia de insulina que incluye obesidad 
central, la glucosa plasmática elevada, dislipidemias, hipertensión, y un estado pro-
trombótico y pro inflamatorio. La deficiencia de la hormona de crecimiento contribuye al 
desarrollo de obesidad central y desordenes metabólicos relacionados, incluyendo 
resistencia de insulina y dislipidemias. La evidencia preliminar indica que la deficiencia de 
hormona de crecimiento a largo plazo se puede asociar a alteraciones cardiovasculares y 
al desarrollo de diabetes como consecuencia de la radiación craneal (8). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18 
JUSTIFICACION. 
Las secuelas endocrinas en sobrevivientes de cáncer de la niñez se reportan con una 
frecuencia tan alta como el 40%, sobre todo en niños que recibieron radioterapia a cráneo 
y cuello, la detección y tratamiento oportuno mejora la calidad de vida, e impacta a 
mediano y largo plazo en limitación del daño. De ahí la importancia de realizar dicho 
estudio para establecer la prevalencia de alteraciones endocrinas en los sobrevivientes de 
cáncer infantil tratados en el servicio de oncología pediátrica del Centro Médico Nacional 
“20 de Noviembre”. 
 
HIPOTESIS. 
Los sobrevivientes de cáncer de la infancia dependiendo de la edad y tipo de tratamiento 
recibidos desarrollan alteraciones endocrinológicas hasta en 40%. 
 
El tratamiento antineoplásico provoca alteraciones en la función endocrinológica en los 
pacientes pediátricos supervivientes de un cáncer infantil, independientemente de su 
edad al inicio del mismo. 
 
OBJETIVOS. 
 OBJETIVO GENERAL. 
Determinar la prevalencia de alteraciones endocrinas en sobrevivientes de cáncer infantil 
secundarias a las diversas modalidades de tratamiento oncológico. 
 
 OBJETIVOS ESPECIFICOS. 
 Estudiar la función endocrinológica en sobrevivientes de cáncer infantil. 
 Determinar alteraciones endocrinológicas específicas. 
 Instaurar un tratamiento sustitutivo oportuno. 
 Disminuir secuelas a largo plazo, secundarias a alteraciones endocrinológicas. 
 Mejorar calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer infantil. 
 
 
19 
PACIENTES Y METODOS. 
 
GRUPO DE ESTUDIO. 
Sobrevivientes de un cáncer de la niñez que tengan un año o más de haber terminado su 
tratamiento oncológico. 
 
CRITERIOS DE INCLUSION. 
 Pacientes del servicio de oncología pediátrica sobrevivientes de un cáncer 
confirmado de la niñez. 
 Pacientes que tengan un año o más de terminado su tratamiento oncológico. 
 Pacientes que cuenten con todos los estudios de laboratorio solicitados. 
 Pacientes que acepten entrar al estudio en caso de ser mayores de edad o cuyos 
padres acepten que entren al estudio en caso de ser menores de edad. 
 Pacientes entre 7 y 18 años de edad que firmen el consentimiento informado. 
CRITERIOS DE EXCLUSION 
 Pacientes que previamente al tratamiento oncológico (cirugía, quimio o radioterapia) 
tengan ya una alteración endocrinológica demostrada). 
CRITERIOS DE ELIMINACION. 
 Pacientes que no hayan accedido a participar en dicho estudio. 
Se realizo un estudio observacional, prospectivo, transversal , descriptivo, del 01-12-
10 al 30-11-11, realizando la determinación de prevalencia, en el que se incluyeron 60 
pacientes sobrevivientes de cáncer de la infancia con al menos un año de terminado el 
tratamiento oncológico, y de los cuales se registraron los siguientes datos: Nombre, # de 
expediente, edad, genero, tipo de cáncer, estadio, fecha del diagnostico, fecha de 
inclusión en el estudio, fecha de terminación del tratamiento oncológico, tipo de 
tratamiento ( cirugía, radio, quimioterapia, esteroides, dosis y duración del mismo), 
resultados de determinaciones de hormona de crecimiento, IGF-1, FSH, LH, estradiol, 
testosterona, TSH, T4, Cortisol y ACTH ( anexo 1), Tannner (anexo 2 y 3). 
 
 
 
 
 
 
20 
RESULTADOS. 
 
Se incluyeron 60 pacientes estudiados, de los cuales 33 fueron masculinos y 27 
femeninos; con una edad que vario de 3 a 21 años (promedio), los estadios fueron 
avanzados en 30% (estadios III – IV), 45% fueron estadios tempranos (I-II) y 25% fueron no 
estadificables en especial los tumores de sistema nervioso central; en 20 pacientes se 
encontraron alteraciones endocrinas con una prevalencia del 33%. 
De los 20 pacientes con alteraciones endocrinas se observaron en orden de 
frecuencia: hipotiroidismo (13 pacientes) 65%, Panhipopituitarismo (4 pacientes) 20%, 
Hipogonadismo Hipogonadotropico (2 pacientes) 10%, Diabetes Insípida (2 pacientes) 
10%, Hiperprolactinemia (1 paciente) 5%. (Grafico 1). 
 
 
 
De los 60 pacientes por grupo de tumores, los tumores de sistema nerviosos 
central representan el primer lugar con una prevalencia de 21.6% del total, en segundo 
lugar los linfomas con una prevalencia del 5%; seguido por los tumores de sistema 
nervioso parasimpático y los tumores de células gonadales con una prevalencia del 3%. 
(Ver grafico 2). 
 
Grafico 1 
Hipotiroidismo 
Panhipopituiarismo 
Hipogonadismo 
Hipogonadotropico 
Diabetes insipida 
Hiperprolactinemia 
 
21 
 
 
Agrupando por tipo de tratamiento recibido, 29 pacientes fueron tratados con 
quimioterapia y radioterapia representando un 48.3%; 30 pacientes solo recibieron 
quimioterapia representando el 50% de pacientes, un solo paciente fue tratado 
únicamente con radioterapia siendo el 1.7%. (Ver grafico 3). 
 
 
 
 
De los 30 pacientes tratados a base de quimioterapia, 9 presentaron alguna 
alteración endocrina (30%); de los 29 pacientes manejados con la combinación de 
quimioterapia + radioterapia, 10 pacientes (34%) tuvieron alteración en sus pruebas 
endocrinológicas; el único paciente tratado solo con radioterapia presento alteración 
endocrina (100%). (Ver grafico 4) 
 
0 
2 
4 
6 
8 
10 
12 
Alteracion 
Sin alteracion 
Quimioterapia+ 
Raioterapia 
Quimioterapia 
Radioterapia 
 
22 
 
 
Por dosis de radioterapia administrada se observo que con dosis mayores de 45 Gy 
se presenta mayor posibilidad de presentar alguna secuela endocrina; 30 pacientes fueron 
tratados con radioterapia sola o en combinación con quimioterapia sistémica; 5 pacientes 
recibieron dosis de 55 Gy, los 5 (100%) presentaron alteraciones; de los 9 tratados con 
dosis de 45Gy, 4 pacientes (44.4%) sufrieron alguna alteración; de los 15 tratados con 
dosis igual o menores de 35 Gy solo 2 (13.3%) sufrieron alguna alteración endocrina.(Ver 
Grafico 5). De 10 pacientes que recibieron radioterapia a cráneo y neuro-eje, 8 tuvieron 
alteración endocrina siendo estos los más afectados; de 5 pacientes con radioterapia a 
cuello 2 presentaron alteración endocrina; de 5 pacientes con radioterapia abdominal, 
solo 1 presento secuela endocrina; 9 pacientes que recibieron radioterapia en otra 
localización no presentaron alteraciones endocrinas. 
 
 
 
 
0 
5 
10 
15 
20 
25 
Quimioterapia Quimioterapia + 
Radioterapia 
Radioterapia 
Sin alteraciones 
Alteraciones endocrinas 
0 
2 
4 
6 
8 
10 
12 
55 Gy 45 Gy 35 Gy 25 Gy 
Alteracion 
Sin alteracion 
 
23 
Por tipo de neoplasia, tipo de tratamiento y presencia o no de alteraciones obtenidos los 
resultados obtenidos son: 
 
NEOPLASIA 
(# pacientes) 
QUIMIOTERAPIA 
RADIOTERAPIA 
 
QUIMIOTERAPIA RADIOTERAPIA TOTAL 
 ALTERACION NO 
ALTERACION 
SI NO SI NO SI NO 
SNC (13) 7 (63%) 4 (37%) 3 (100%) - 1 (100%) -- 11(73.3% 4 (26.7%) 
LINFOMAS (12) 2 (33.3%) 4 (66.6%) 1 (16.6%) 5 (83.3%) -- -- 3 (25%) 9 (75%) 
Neuroblastoma 
(4) 
 2 (100%) -- 2 (100%) -- -- -- 4 (100%) 
Tumor de Wilms 
(7) 
-- 4 (100%) 1 (25%) 2 (75%) -- -- 1 (14.2%) 6 (85.8%) 
Histiocitosis (4) -- -- 1 (25%) 3 (75%) -- -- 1 (25%) 3 (75%) 
Retinoblastoma 
(3) 
-- 2 (100%) -- 1 (100%) -- -- -- 3 (100%) 
Células 
Germinales (4) 
 1 (100%) 1 (33.3%) 2 (66.6%) -- -- 1 (25%) 3 (75%) 
Hepático (2) -- -- 1 (50%) 1 (50%) -- -- 1 (50%) 1 (50%) 
Páncreas (1) -- -- -- 1 (100%) -- -- -- 1 (100%) 
Sarcomas (7) -- 2 (100%) 1 (20%) 4 (80%) -- -- 1 (14.2%) 6 (85.8%) 
 
El grupo de pacientes con tumores del sistema nervioso central fue el que con mayor frecuencia 
presento alteraciones endocrinas, 69.2%. 
 En 55% de los pacientes que recibieron quimioterapia y radioterapia se encontraron 
alteraciones endocrinas; siendo más frecuente la presencia de hipotiroidismo (4 pacientes) y 
el panhipopituitarismo (3 pacientes). 
 De 3 pacientes tratados con quimioterapia exclusivamente, 2 tuvieron 
hipotiroidismo (75%) y 1 (25%) hiperprolactinemia. 
El único paciente que recibió solo radioterapia presento panhipopituitarismo. 
 
En segundo lugar se encuentran los linfomas (12 pacientes) siendo también el 
segundo grupo con mayor afectación endocrina representando el 5% de la población en 
estudio; de 6 pacientes tratados con quimioterapia y radioterapia que incluia cuello, 2 
(33.3%) presentaron hipotiroidismo. 
1 paciente tratado solo con quimioterapia tuvo hipotiroidismo. 
 
En el grupo de Neuroblastoma y TNEP (4 pacientes), de 2 pacientes tratados con 
quimioterapia y radioterapia no presentaron alteración endocrina, de igual forma los 2 
pacientes tratados únicamente con quimioterapia no manifestaron ninguna alteración. 
 
 
24 
En los pacientes con Tumor de Wilms (7 pacientes); en 4 pacientes tratados con la 
combinación de radioterapia a fosa renal y quimioterapia no se documento alteración 
endocrina alguna; de los pacientes tratados solo con quimioterapia (3 pacientes) solo 1 
manifestó hipotiroidismo. 
 
En el grupo de las histiocitosis (4 pacientes), todos fueron tratados solo 
quimioterapia, un solo paciente presento diabetes insípida secundaria a la misma 
neoplasia y posteriormente al tratamiento se documento hipotiroidismo. 
 
Del grupo de pacientes con retinoblastoma; 2 fueron manejados con quimioterapia 
y radioterapia a orbita; y 1 manejado exclusivamente con quimioterapia no mostraron 
alteración endocrina. 
 
De los pacientes con tumores de células germinales gonadales de los 3 pacientes 
manejados con quimioterapia en 1 (33.3%) se reporto hipotiroidismo y 2 no tuvieron 
alteración endocrina. 
 
De 2 pacientes con tumores hepáticos y que se manejaron solo con quimioterapia 
1 presento como secuela endocrina hipotiroidismo. 
 
El único paciente con tumor de páncreas y manejado solo con quimioterapia no 
presento ninguna alteración al momento del estudio. 
 
Del grupo de sarcomas de tejidos blandos (7 pacientes), 3 fueron manejados con 
quimioterapia y radioterapia no a sitios parameningeos ni cráneo, solo uno presento 
hipogonadismo hipergonadotropico; de los 5 pacientes manejados solo con quimioterapia 
no presentaron alteración. 
 
 
 
 
25 
DISCUSION. 
 
De 60 supervivientes evaluables de un cáncer infantil tratados en la Sección de 
Oncología Pediátrica del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, se observo una 
prevalencia de alteraciones endocrinas del 33%, la literatura reporta un 40% de 
alteraciones, el tiempo de vigilancia de los pacientes vario de (2-7 años), la literatura 
reporta la aparición de alteraciones endocrinas hasta muchos anos después de terminado 
el tratamiento oncológico, lo que significa que posiblemente en los años siguientes se 
incrementara esta prevalencia. 
 
Entre los efectos tardíos del tratamiento contra el cáncer, destacan los que afectan 
al sistema endocrino, que pueden manifestarse muchos años después de finalizada la 
terapéutica. Puede haber alteración del crecimiento, pubertad, fertilidad, función tiroidea 
y adrenal, con todas sus consecuencias físicas y psicosociales. Los efectos secundarios 
tardíos endocrinos son frecuentes y, en muchas ocasiones, son tributarios de un 
tratamiento hormonal sustitutivo. Su frecuencia es mayor en los tratamientos que 
incluyen radioterapia administrada a SNC, cabeza, cuello y pelvis, pero también aparecen 
tras la administración de ciertos agentes quimioterápicos. (5,6). 
 
En cuanto al tratamiento se observo mayor prevalencia de las alteraciones 
endocrinas entre los pacientes que recibieron quimioterapia y radioterapia versus los 
pacientes tratados con quimioterapia exclusivamente. 
Los pacientes tratados con radioterapia a cráneo y neuroeje con dosis mayores de 
45 Gy tuvieron una mayor prevalencia de alteraciones endocrinas en relacion a los que 
recibieron dosis menores de 45 Gy; mientras que los pacientes que recibieron radioterapia 
a cuello con dosis entre 25-35 Gy mostraron hipotiroidismo. 
 
Se observo una mayor prevalencia de alteraciones endocrinas en pacientes con 
neoplasia de sistema nerviosos central lo cual puede ser de origen mutifactorial (cirugía, 
quimioterapia, radioterapia). 
 
 
26 
El eje hipotálamo-hipófiso-tiroideo fue el más afectado en nuestro estudio, 
observándose con mayor frecuencia en pacientes que recibieron radioterapia a neuroeje y 
cuello; en la literatura se reporta que la prevalencia es mayor a partir de dosis de 30 Gy. 
Algunos quimioterápicos, como la vincristina, las nitrosureas y el cisplatino, se han 
asociado con un efecto citotóxico sobre los tirocitos; en nuestro estudio solo se observo 
un paciente con hipotiroidismo secundario al tratamiento exclusivo por quimioterapia, 
probablemente secundario aunque raro a el uso de vincristina. 
 
En cuanto a las alteraciones gonadales se observaron en base a las 
determinaciones de FSH, LH, estradiol y/o testosterona, 2 pacientes presentaron 
hipogonadismo hipogonadotropico, 1 paciente con neoplasia en sistema nervioso central 
y una asociada a radioterapia pelvica. 
 
En cuanto a las alteraciones por deficiencia de hormona de crecimiento se reporta 
en la literatura como la alteración más frecuente en pacientes que recibieron radioterapia 
a neuroeje sin embargo en nuestro estudio solo se observo un paciente con deficiencia en 
esta hormona secundario a un panhipopituitarismo en paciente con tumor de sistema 
nervioso central y que fue tratado con radioterapia y quimioterapia. Cabe mencionar que 
en la literatura se reporta que la menor edad al tratamiento y el sexo femenino se asocian 
significativamente con un descenso en la talla final prevista. 
 
Dada la creciente población de supervivientes a largo plazo de un cáncer infantil, 
es importante un mayor conocimiento de las secuelas de la terapia antineoplásica para 
poder ofrecer una detección y tratamiento oportunos. Con el conocimiento de losefectos 
secundarios a largo plazo del tratamiento oncológico podrán plantearse diferentes 
estrategias de terapia con el objetivo de ofrecer el menos tóxico sin sacrificar la duración 
ni la calidad de la supervivencia a largo plazo. Además, esto permitirá poder ofrecer más 
información a los pacientes sobre su futura fertilidad, su función endocrinológica y sobre 
medidas correctoras cuando sea posible. 
 
En base a la alta prevalencia de alteraciones endocrinas y con la finalidad de su pronto 
diagnostico y tratamiento el Children´s Oncology Group, recomienda el siguiente 
protocolo de vigilancia: 
 
27 
 Observación semestral del crecimiento y desarrollo puberal, en todos los niños 
tratados por neoplasia maligna, hasta que alcancen su estatura adulta y completen 
su desarrollo sexual. Con especial atención al inicio precoz de los signos puberales 
y a la falta de aparición de los mismos dentro del rango de edad esperado. 
 Control anual de la función tiroidea, que incluya TSH y hormonas tiroideas, examen 
clínico con palpación de la glándula y ecografía. 
 Control anual nivel de cortisol matinal por un período de hasta 15 años luego de la 
finalización del tratamiento oncológico. 
 Determinación anual de niveles basales de prolactina. 
 Determinación del contenido mineral óseo (BMD) al inicio del seguimiento, basado 
en el mismo se adecuarán los controles posteriores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28 
CONCLUSIONES. 
 
1.- En este estudio se observo una prevalencia de alteraciones endocrinológicas en el 30 % 
de los pacientes. 
 
2.- Las alteraciones más frecuentes fueron hipotiroidismo y panhipopituitarismo. 
 
3.- Los pacientes que reciben quimioterapia y radioterapia a cuello y neuroeje son los más 
afectados. 
 
4.- Los pacientes con tumores del SNC son los que con más frecuencia presentan 
alteraciones endocrinas. 
 
5.- Todo niño oncológico debe tener una valoración endocrinológica basal y controles 
anuales posteriores. 
 
6.- Las alteraciones endocrinológicas en los supervivientes se detectaron de los a los 
meses de terminado el tratamiento. 
 
7.- Con el seguimiento a largo plazo se espera un incremento en el número de pacientes 
con alteraciones endocrinas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
29 
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30 
ANEXOS. 
Anexo 1. VALORES HORMONALES DE REFERENCIA. 
 HORMONAS TIROIDEAS 
T4 8 días a 1 mes= 7,1-22 µg/ml 
1 mes a 2 meses= 10,1-16,9 µg/ml 
 2 meses-6 meses= 8,9-14 µg/ml 
6 meses-12 meses= 8,1-12,7 µg/ml 
1 año-5 años= 7,3-15 µg/ml 
 6 años-10 años= 6,4-13,3 µg/ml 
TSH cordón= 17,4 mUI/ml 
1-3 días= 13,3 mUI/ml 
2-4 semanas= 10 mUI/ml 
 > 4 semanas= 5,5 mUI/ml 
 
 CORTISOL 
EDAD MASCULINO (nmol/L) FEMENINO (nmol/L) 
0 a 5 dias 17-546 17-546 
2 a 12 meses 66-632 66-632 
2 a 13años 69- 632 69-632 
14 a 15 años 69-632 69-789 
16 a 18 años 66-789 66-789 
 
 FACTOR DE CRECIMIENTO SIMILAR A LA INSULINA 
EDAD MASCULINO (ng/ml) FEMENINO (ng/ml) 
1 – 6 meses 9-108 30-86 
6 meses a 4 años 22-135 57-214 
4 a 7 años 11-197 62-181 
7 a 10 años 39-241 32-259 
10 a 14 años 41-306 49-354 
Tanner 2 115-331 57-429 
Tanner 3 143-565 149-543 
Tanner 4-5 221-577 247-483 
 
 HORMONA DEL CRECIMIENTO 
ESTADIO PUBERAL MASCULINO (mg/dl) FEMENINO (mg/dl) 
Tanner I (precoz) 0.9-4.5 1.5-4.1 
Tanner I (tardio) 1.3-4.9 2.4-6 
Tanner II 1.6-5 0.9-7.5 
Tanner III 3.1-8.7 3.3-10.3 
Tanner IV 3-4.2 3.8-10 
Tanner V 1.5-7.5 1.1-4.9 
 
 
31 
 HORMONA LUTEINIZANTE 
EDAD MASCULINO (U/L) FEMENINO (U/L) 
<2años 0.5-1.9 <0.5 
2 a 5 años <0.5 <0.5 
6 a 10 años 0.5-5.3 <0.5 
11 a 20 años 0.2-10.3 0.5-9 
Tanner I 0.2-10.3 0.2-7.5 
Tanner II 0.5-12 0.4-11.5 
Tanner III 0.5-15 0.5-15 
Tanner IV 0.6-20 0.6-34 
Tanner V 0.5-25 0.5-80 
 
 HORMONA FOLICULO ESTIMULANTE 
EDAD MASCULINO (U/L) FEMENINO U/L) 
<2años 0.2-1.8 0.2-6.6 
2 a 5 años 0.2-1.4 0.2-3.8 
6 a 10 años 0.2-1.3 0.2-2.7 
11 a 20 años 0.2-8 0.2-8 
Tanner I 0.5-10.2 0.5-8.1 
Tanner II 0.5-10 0.7-10 
Tanner III 1-18 0.8-15 
Tanner IV 1-20 1.2-20 
Tanner V 1-20 1.3-20 
 
 TESTOSTERONA 
EDAD MASCULINO (ng/dl) FEMENINO (ng/dl) 
TANNER I 
6 meses-4 años 4-15 3-11 
4 a 7 años 3-16 4-14 
7 a 10 años 4-18 6-20 
10-14 años 7-332 8-20 
TANNER II 15-266 6-43 
TANNER III 107-559 8-51 
TANNER IV-V 268-556 13-35 
 
 ESTRADIOL 
EDAD MASCULINO (ng/dl) FEMENINO (ng/dl) 
TANNER I 0.2-3.5 0.8-3 
TANNER II 0.2-4 0.5-6.2 
TANNER III 0.8-3.2 0.9-27 
TANNER IV 1.1-6 1-30 
TANNER V 1.4-4.9 1.5-40 
 
 
 
 
32 
ANEXO 2. Descripción de os estadios de Tanner en el niño 
 
 
 
 
33 
Anexo 3. Descripción de los estadios de Tanner en la niña. 
 
 
 
 
 
 
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