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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA, DIVISION DE ESTUDIOS SUPERIORES DE POSGRADO SERVICIO DE OTORRINOLARINGOLOGIA Y CIRUGÍA DE CABEZA Y CUELLO HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO OD. “ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE TÉCNICA MEDIANTE SISTEMA DE SELLADO DE VASOS (LIGASURE) VS. TÉCNICA TRADICIONAL (HURD) COMO TRATAMIENTO QUIRÚRGICO PARA AMIGDALITIS HIPERTROFICA”. TESIS DE POSGRADO PARA OBTENER EL TÍTULO DE ESPECIALISTA EN OTORRINOLARINGOLOGÍA Y CIRUGÍA DE CABEZA Y CUELLO P R E S E N T A : DRA. ANA ARACELI AYALA MONTES DE OCA ASESORES DE TESIS: DRA. MARÍA DEL PILAR CANSECO DRA. ALMA ANAYA GONZALEZ DR. JORGE MOISES HERNANDEZ TITULAR DEL CURSO DE POSTGRADO: DR. ROGELIO CHAVOLLA MAGAÑA JEFE DE SERVICIO: DR. ENRIQUE LAMADRID UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 ÍNDICE: PÁGINA Objetivos 3 Hipótesis 3 Justificación 4 Tipo de estudio 4 Material y métodos 5 1. Introducción 6 2. Marco Teórico 8 2.1 Embriología 8 2.2 Anatomía 9 2.3 Fisiología e inmunología 14 2.4 Patología infecciosa 15 2.5 Patología neoplásica 15 2.6 Indicaciones de amigdalectomía 16 2.7 Técnica quirúrgica 17 2.8 Complicaciones quirúrgicas 18 3. Resultados 21 3.1 Gráficas y tablas 23 4. Discusión 29 5. Conclusiones 31 6. Anexos 32 7. Referencias 33 3 OBJETIVOS 1. Valorar la eficacia de sistema de sellado de vasos (ligasure) vs técnica tradicional (Hurd) como técnica quirúrgica para el tratamiento de amigdalitis crónica. 1.1 determinar si existe diferencia entre las técnicas quirúrgicas en la cantidad de hemorragia final quirúrgica. 1.2 determinar si existe diferencia entre las técnicas quirúrgicas en la escala de dolor post operatorio inmediato, mediato y tardío. 1.3 determinar si existe diferencia entre las técnicas quirúrgicas en el tiempo quirúrgico total. 1.4 determinar si existe diferencia entre las técnicas en el tiempo de recuperación y el alta del paciente. 1.5 determinar la diferencia entre las técnicas en las complicaciones en el postoperatorio inmediato y mediato. HIPÓTESIS H0 La eficacia de la técnica de ligasure vs Hurd no presenta diferencia en los resultados trans y postoperatorios. H1 La eficacia de la técnica de ligasure supera a la tradicional en el aspecto de menor sangrado transoperatorio, menor percepción del dolor, menor tiempo quirúrgico, menor tiempo de recuperación hasta el alta del paciente y menor número de complicaciones asociadas con el procedimiento. 4 JUSTIFICACION Siendo la hipertrofia amigdalina crónica uno de los padecimientos más frecuentes referidos en la consulta de otorrinolaringología resulta de gran importancia las terapéuticas quirúrgicas que para tal se ofrece. Aun más en una institución de formación y entrenamiento en la especialidad, en la cual no se cuenta con protocolos comparativos establecidos. TIPO DE ESTUDIO PROSPECTIVO COMPARATIVO ALEATORIO y TRANSVERSAL 5 MATERIAL Y METODOS Se incluyeron 40 pacientes de abril del 2008 a abril del 2009 atendidos en consulta externa del servicio de otorrinolaringología del Hospital General de México. Siendo criterios de inclusión referir cuadros de amigdalitis de repetición, amigdalitis caseosa, amigdalitis por reflujo faringolaríngeo que no mejora con tratamiento médico , edad indistinta, ambos géneros siendo tratados previamente con tratamiento farmacológico sin mejoría, cumplir con criterios para amigdalectomía, además de haber llenado completamente los consentimientos informados, contar con exudado faríngeo y exámenes pre quirúrgicos, así como valoración cardiovascular en pacientes mayores de 45 años. Los criterios de exclusión abscesos periamigdalinos, tumores amigdalinos, amigdalitis por reflujo faringolaríngeo que remitió con tratamiento, así como amigdalitis infecciosas que remitieron con tratamiento. Se realizo una selección aleatoria de los pacientes a 20 de los cuales se les realizó amigdalectomía mediante técnica de sellado de vasos (LIGASURE) mediante un sistema bipolar generador de radiofrecuencia y fórceps (precise), y los 20 restantes mediante técnica tradicional. Se realiza amigdalectomía mediante una técnica de LIGASURE modificada por el Hospital General de México, la cual consiste en tomar amígdalas con pinza Allys, se luxa hacia la línea media, y a nivel de plica triangularis se realiza con precise disección, localizando la cápsula de la amígdala, y ésta se diseca en su totalidad, se verifica hemostasia, la cual se realiza, igualmente con precise. Se realizo cuantificación de la hemorragia total en todos los procedimientos quirúrgicos realizados. Así como medición del tiempo quirúrgico. Para valorar el dolor se utilizó una escala análoga del dolor, con una escala del 1 al 10, a cada uno de los pacientes, veinticuatro horas posteriores a su procedimiento quirúrgico, en su primera valoración durante su manejo por externo y el día de su alta. Se indicó el alta del paciente, una vez que los lechos amigdalinos se encontraban sin datos de fibrina. A todos los pacientes, posterior al procedimiento quirúrgico se les administro un régimen de antibióticoterapia, además de analgésico‐desinflamatorio para control del dolor y edema. 6 1. INTRODUCCIÓN La historia de la amigdalectomía se remonta varios siglos antes de la era cristiana donde algunos pueblos orientales venían realizando esta intervención como práctica habitual en los casos de hipertrofia amigdalina o amigdalitis crónica, así en Abisinia era tradicional extirpar durante el primer año de vida las amígdalas palatinas utilizando crin de caballo como técnica de estrangulación. Incluso, se afirma que manuscritos de la India ya relataban esta técnica quirúrgica hace 3000 años. Posteriormente es en la época de Tiberio y Augusto, donde Celsus (Aulas Cornelius Celsus) realiza la primera amigdalectomía de la que existe documentación, en el siglo I a.C. Celso realiza la amigdalectomía por el moderno método de la enucleación. En su informe relata: Las amígdalas que permanecen induradas después de la inflamación, son llamadas antiades por los griegos; si se encuentran cubiertas por una membrana delgada, deben desprenderse por raspado a su alrededor y después arrancarlas.Cuando esto no es posible, deben elevarse con un pequeño gancho para extirparlas con escalpelo. Enseguida, es necesario lavar las fosas con vinagre y aplicar medicamento para reducir la hemorragia. Como se puede comprobar, ya existía en esta época la idea de foco séptico amigdalino que tanta importancia va a tener en el devenir histórico de esta cirugía. También en su tomo VI de De Res Médica, afirma: Es de recomendar el arrancamiento de las amígdalas, porque el gran desarrollo de ellas provoca trastornos de la deglución, audición, voz, respiración y estado general., haciendo en este caso alusión a la gran segunda causa de indicación de amigdalectomía: la hipertrofia amigdalina. Aetius de Amida, educado en la famosa escuela de Alejandría, se muestra cauteloso con esta intervención haciendo hincapié en los problemas hemorrágicos que no fueron debidamente valorados hasta este momento, preconiza la amigdalo reducción o ablación parcial del órgano más hipertrofiado y trabaja sobre la idea de la amigdalectomía para la prevención del absceso periamigdalino. Posteriormente en el año 625 d.C., Paul de Aegina, prestigioso cirujano griego de su época, describe con detalle la amigdalectomía demostrando grandes conocimientos anatómicos y fisiopatológicos, desaconsejando la intervención cuando las amígdalas están inflamadas, contraindicación que sigue vigente en la actualidad. En el año 1120 aparece en Azara (Córdoba) la obra Al‐Tesrif o exposición de las materias de Abul Kasim Ben Abbas Az‐ Zahrani, quien profundiza en el conocimiento de la anatomía faríngea, mostrándose temeroso por las complicaciones que de la amigdalectomía pueden producirse. De esta manera, la amigdalectomía queda relegada en el casi total olvido durante la Edad Media europea, para resurgir con ímpetu con la llegada de la cirugía moderna, donde se aúnan tres elementos que impulsan la amigdalectomía y la cirugía en general, que son: aparición de sistemas de iluminación, aparición de instrumentos de corte, estrangulación y hemostasia y posteriormente la aparición de la anestesia. Ambrosio Pare en 1509 recomienda la traqueotomía en niños con grandes hipertrofias de amígdalas, previa a su ablación quirúrgica, lo cual demuestra la preocupación por la roncopatía y apnea del sueño severa en la infancia desde esta época. Es el famoso cirujano William Cheselden (1688‐1752) quien recomienda una técnica de 7 estrangulación mediante un resorte con dos hilos que pasan por una aguja, luego perfeccionado por su discípulo Samuel Sharp, quienes hacen hincapié en la ligadura como prevención de la hemorragia. Posteriormente comienza una carrera de perfeccionamiento de guillotinas, siendo uno de los precursores el francés Larollene. El primer amigdalotomo verdaderamente efectivo para el arrancamiento por estrangulación de las amígdalas, el de Phillip Syeng Physick (1825), cirujano del hospital de Pennsylvania, que tras estudiar con detenimiento los instrumentos ideados por Sharp y Benjamin Bell y motivado por el pavor a la hemorragia secundaria a la cirugía, pone a punto esta guillotina. Después Morrell MacKensie simplificó mucho el instrumental, dejando más campo quirúrgico y por tanto simplificando su manejo, por lo que se comenzó a popularizar su uso para niños pequeños. En años sucesivos, gracias a la innovación de Ballenger, se comienza a practicar la moderna y vigente técnica de la amigdalectomía por disección, gracias a su habilidad quirúrgica y al uso de fórceps para la tracción de la amígdala.(18) Como técnica quirúrgica, la amigdalectomía también sufre cambios entre sus practicantes y vuelve a ponerse de moda el uso de la guillotina, gracias a las modificaciones que Grinfield Sluder realiza a la guillotina de Physick, siendo una anécdota curiosa el que la primera intervención que realizó con la guillotina no fue una amigdalectomía, sino una uvulotomía. Es en 1923 cuando esta técnica queda definitivamente aceptada por la comunidad científica, hasta nuestros días. Muchos han sido los autores que han publicado sus resultados del control de la hemorragia, desde las mezclas de ácido tánico, propugnadas por De Santi y Ellengod en 1894, pasando por las técnicas de ligadura desde la época de Billroth (1870) o de Chevalier Jackson (1907), donde se describió la ligadura carotidea, técnica extremadamente rara en nuestros días. Asimismo, las técnicas de ligadura total de los pilares amigdalinos han perdido su indicación sistemática y se reservan para los casos de reintervención por hemorragia. En la segunda mitad del siglo XIX surge una prestigiosa aportación de la escuela quirúrgica francesa en el manual de medicina operatoria de Francois Malgaigne que prácticamente recoge todas las técnicas quirúrgicas del siglo XIX. En su capítulo llamado escisión de las amígdalas insiste el autor en recordar lo cerca que está dicha estructura anatómica de la carótida interna. Posteriormente Le Fort en 1876 describe y modifica a otros autores mejorando las guillotinas de broca y Larollene. (1,18) 8 2. MARCO TEORICO 2.1 EMBRIOLOGIA La faringe es la parte craneal del intestino primitivo y el aparato branquial, desempeñando un gran papel en su desarrollo. La faringe se deriva del intestino anterior rodeado de arcos esqueléticos que constituyen el esplacnocráneo. Su origen es doble, epiblástico por el estomodeo y endoblástico por el intestino primitivo inicialmente separados por la membrana faríngea que se absorbe al vigésimo día de vida intrauterina. La unión estomodeo‐intestino cefálico se sitúa a la altura de la V lingual. Del techo del estomodeo deriva el primordio de la ante hipófisis; el pedículo se reabsorbe tras la migración de este primordio hipofisario; no obstante puede persistir en forma de vestigio, la hipófisis faríngea, sitúa en el fórnix o bóveda de la faringe. La evolución principal de la faringe está relacionada con el desarrollo de los arcos branquiales laterales, separados en superficie por profundos surcos o bolsas ectobranquiales en el embrión de 5mm (32 días) a 10 mm (37 días). En profundidad el epitelio endoblástico del intestino primitivo se invagina entre los arcos esqueléticos para formar las bolsas endobranquiales a partir de las cuales se formará la faringe pero igualmente en el primordio laringotraqueobronquial, y por último amígdalas palatinas. Los cinco arcos branquiales se constituyen durante la cuarta o quinta semana de vida embrionaria. Cada uno está constituido por un eje mesenquimatoso; se caracteriza por un componente muscular propio, que será músculo en su migración. El primer arco o mandibular con destino bucofacial, va a contribuir a la formación de coanas, hacia la novena semana. La asociación de los tres primeros arcos branquiales va a constituir la estructura musculo aponeurótica del paladar; la asociación del segundo tercero y cuarto arco formara la base de la lengua el cuarto y sexto arco permitirán la formación del esqueleto laríngeo, los músculos constrictores de la faringe y la musculatura intrínseca de la laringe. El embrión humano posee cinco pares de bolsas faríngeas, la última es atípica y a menudo se considera parte de la cuarta. La primera bolsa forma un divertículo pediculado el receso tubotimpánico, que se pone en contacto con el revestimiento epitelial de la primera hendidura faríngea, el futuro conducto auditivo externo. La porción distal de la evaginación se ensancha en forma de saco y constituye la 9 caja timpánica o cavidad primitiva del oído medio, mientras que la porción proximaln aumenta de calibre y forma la trompa de Eustaquio o faringotimpánica .El revestimiento de la cavidad timpánica participa ulteriormente en la formación de la membrana timpánica. El revestimiento epitelial de la segunda bolsa faríngea prolifera y forma brotes que se introducen en el mesénquima adyacente. Los brotes son invadidos secundariamente por tejido mesodérmico, lo cual forma el primordio de la amígdala palatina. Entre el tercero y el quinto mes se produce la infiltración gradual de tejido linfático en la amígdala. Una porción de la bolsa no desaparece y se encuentra en el adulto constituyendo la fosa tonsilar. De la tercera y cuarta bolsas nacerán formaciones glandulares: paratiroides tiroides y timo. Contribuyen además a la constitución de los recesos piriformes. La quinta bolsa, divertículo de la cuarta origina al cuerpo último branquial precursor de las células C del tiroides, secretoras de calcitonina. Las paredes laterales y posteriores de la faringe derivan de la pared posterior, del intestino cefálico primitivo en forma de una evaginación ventral. 2.2 Anatomía La faringe es un conducto musculomembranoso que se extiende verticalmente desde la base del cráneo hasta la sexta vértebra cervical por detrás, o el borde inferior del cricoides por delante, donde continúa por el esófago. En forma de canal medio, simétrico, se amolda a la curvatura del raquis cervical sobre el cual se apoya a lo alto. Los relieves de la cara anterior de los cuerpos vertebrales son palpables, incluso visibles, principalmente a nivel de C6. Este canal se abre por delante e incluye siete orificios que la dividen en tres niveles: ‐ Nivel nasal: abertura de las fosas nasales por las coanas y , lateralmente por las trompas auditivas: es la nasofaringe; ‐ Nivel bucal u orofaringe que comunica con la cavidad bucal por el istmo de las fauces; ‐ Nivel inferior o hipofaringe o laringofaringe. Se termina por debajo a nivel de la boca del esófago. Su altura total es de 14 a 15 cm en reposo; durante la deglución su extremo inferior se eleva aproximadamente 3 cm, acompañado del bloque laringotraqueal y del cuerpo de tiroides. Según Poirier, esta elevación durante la deglución puede acarrear una disminución de la altura de 7 cm. El diámetro no es regular y disminuye de arriba abajo; es de 2 cm en la unión faringoesofágica. Así, a nivel nasofaríngeo, este conducto es ancho (6cm) pero poco profundo (2cm); la orofaringe es más o menos cilíndrica, con un diámetro 10 De 4 cm en promedio; la hipofaringe es la zona más estrecha: 2cm de ancho, 1cm de profundidad. ´ Por último existen variaciones fisiológicas del tamaño en reposo, en particular a nivel de la nasofaringe: variaciones durante el sueño, según la posición de la lengua, debidas a los movimientos del velo del paladar. Las variaciones se relacionan con la edad y sexo: ‐ En el recién nacido, como el ángulo entre la base del cráneo y la columna cervical es muy abierto y el desarrollo del macizo facial es incompleto, el velo esta mas alto a nivel del atlas, y la rinofaringe esta casi en el eje de la orofaringe , mientras que en el adulto éstas forman un ángulo abierto abajo y adelante; ‐ La nasofaringe aumenta con la edad, principalmente entre los 9 a los 13 años; el volumen es mayor en los varones pero la diferencia no es significativa hasta aproximadamente 13 años. La nasofaringe está en relación directa con las fosas nasales por delante, comunica con el oído medio por la trompa auditiva lateralmente y se abre sobre la orofaringe por abajo. Situada por delante del raquis cervical y por debajo de la base del cráneo, tiene aproximadamente una forma hexagonal en el adulto; en el niño se reduce a una simple hendidura cuyo diámetro antero superior es netamente mayor que el diámetro vertical. La superficie de la nasofaringe es en promedio de 249.6 a 289.9 mm2 [3]. Su crecimiento es paralelo al del macizo facial. La nasofaringe se relaciona: ‐ Con el cuerpo del esfenoides y el seno esfenoidal por arriba ‐ Por detrás, con la fosa craneal posterior por medio del clivus; ‐ Lateralmente por arriba, con la trompa auditiva y con la arteria carótida interna y el torus tubárico varía según la edad y el peso de 6.1 a 28.6 mm, distancia que se alcanza los 12 ‐ 11 ‐ años y 56 kg en promedio. Esta relación tan cercana en el niño pequeño puede explicar la importancia de la hemorragia postadenoidectomia. La orofaringe está limitada por arriba por la cara antero inferior del velo del paladar y el ostium intrafaríngeo, lateralmente por las fosas amigdalinas, por delante por el istmo de las fauces y la base de la lengua, por detrás de la pared posterior de la faringe y por debajo por el plano horizontal que pasa por el borde superior de la epiglotis y el cuerpo del hioides. Su superficie media va de 544 a 664 mm2. (13) Las paredes laterales están representadas por las fosas amigdalinas depresiones comprendidas entre los dos arcos palatinos. Su parte superior contiene la amígdala palatina que se encuentra por encima del fondo del surco glosoamigdalino. La amígdala palatina tiene aproximadamente la forma de una almendra con eje mayor casi vertical cuyas dimensiones medias son de 1.5cm en sentido antero posterior, 2cm de la altura y 1 cm de espesor. Es una formación linfoide bilateral que constituye el elemento más voluminosos del anillo de Waldeyer y ocupa la mitad superior de la fosa amigdalina, unida a la pared faríngea por tejido conjuntivo laxo pero bien vascularizado que facilita la disección quirúrgica; una cara medial, que puede explorarse directamente, irregular, convexa, con criptas; el polo superior es alargado y libre en la parte superior de la fosa amigdalina; el polo inferior abultado está 2 cm por encima del pliegue glosoepiglótico lateral. La fosa amigdalina está limitada por detrás por el arco faringopalatino. Forma una depresión ovalada de eje mayor vertical y mide aproximadamente 4cm de altura. Su pared inferior está constituida por el surco glosoamigdalino, oblicuo abajo, por detrás y medialmente, limitada por delante por el pie del arco glosopalatino, medialmente y de delante a atrás por el borde lateral de la base de la lengua, el pliegue glosoepiglótico lateral y, por detrás, por el pliegue faringoepiglótico tendido entre la pared faríngea lateral, por debajo y por delante del arco faringopalatino y del borde lateral de la epiglotis. El pliegue faringoepiglótico corresponde al relieve mucoso formado por el haz epiglótico del músculo estilofaríngeo. La cima se caracteriza por la unión de los dos arcos faríngeos que dibuja una ojiva atenuada por un pliegue mucoso, el pliegue semilunar que puede continuar adelante con el pliegue triangular. Así se encuentra delimitada la fosita supramigdalina, vestigio embrionario de la segunda hendidura branquial cuyo desarrollo es muy variable. Sus paredes están compuestas por tres planos, de dentro a fuera: la fascia faringobasilar, la musculatura faríngea, constituida por los músculos constrictores y medios, el estilofaríngeo, el estilogloso y la fascia perifaríngea. Pared anterior de la orofaringe: su parte superior comprende el istmo de las fauces y su parte inferior la porción faríngea de la base de la lengua, por detrás de la V lingual cuya mucosa es elevada por la amígdala lingual. El dorso de la lengua se prolonga en la línea media por la cara anterior de la epiglotis de la que está separada por un surco transversal cruzado por tres repliegues glosoepiglóticos, uno medial y dos laterales, creando así las dos valéculas epiglóticas. 12Relaciones de la orofaringe: por detrás, la pared posterior de la orofaringe corresponde a la tercera vértebra cervical por medio de los músculos pres vertebrales recubiertos por la lámina pre vertebral, de la fascia cervical. Por delante, la orofaringe se abre sobre la cavidad bucal y su contenido. Las relaciones más importantes son laterales con los espacios laterofaríngeos bien estudiados gracias al diagnóstico por imágenes moderno (tomografía computada, resonancia magnética) que permiten vías de acceso quirúrgicas nuevas desde el nivel nasofaríngeo hasta la base de nasofaringe. El espacio laterofaríngeo está dividido en espacios pre y retroestiloideo por el telón estiloideo constituido por un conjunto musculoligamentario unido entre sí por formaciones fibrosas. El telón estiloideo se extiende de la pared lateral de la faringe a la cara medial del musculo esternocleidomastoideo e incluye de dentro afuera los músculos estilofaríngeo, estilogloso, estilohioideo y el vientre posterior del digástrico. Constituye el alerón lateral de la faringe reforzado por el ligamento estilohiodeo y el ligamento estilomandibular. El espacio preestiloideo está subdividido por la fascia interpterigoidea reforzada por los ligamentos pterigoespinosos, esfenomandibulares y timpanomandibulares en dos compartimentos: el compartimento parotídeo por fuera y por detrás y el espacio para amigdalino o pterigofaríngeo por dentro y por delante. El espacio retroestiloideo, las relaciones esenciales con vasculonerviosas; la arteria carótida interna es el elemento más medial. La vascularización de la nasofaringe y dela orofaringe proviene: ‐ la arteria faríngea ascendente, que asciende a lo largo de la pared faríngea posterolateral, a lo largo de los músculos constrictores medios y superiores de la faringe, por detrás del estilofaríngeo hasta el foramen yugular donde se convierte en la arteria meníngea posterior de la orofaringe y la parte posterolateral del velo del paladar, así como el polo superior del compartimento amigdalino. ‐ La arteria palatina ascendente, que nace de la facial en contacto con el músculo constrictor superior y la amígdala palatina; da la arteria amigdalina inferior, principal pedículo del compartimento amigdalino, se sitúa por dentro del músculo estilogloso y se distribuye a los arcos del velo el paladar y a la pared adyacente de la faringe. ‐ La arteria del canal pterigoideo y la arteria faríngea superior, colaterales de la arteria palatina descendente, que van destinadas al fórnix de la faringe a los músculos elevador y tensor del velo y a la trompa auditiva. ‐ La arteria dorsal de la lengua, colateral de la arteria lingual, que asegura la vascularización de la pared anterior de la orofaringe y da una rama a la arteria polar inferior, destinada a la amígdala palatina. 13 El drenaje venoso se efectúa hacia la vena yugular interna. Está formado por dos plexos: ‐ Uno profundo, submucoso, particularmente marcado a nivel de la región pterigoidea y a nivel de velo, de la base de la lengua y sobre la pared posterior de la laringofaringe; drena hacia el plexo externo por las venas perforantes que discurren por debajo del constrictor. ‐ El plexo perifaringeo, entre músculos y fascias, que forma una red de venas voluminosas unidas entre sí, formando una vía colateral profunda latero faríngea que drena hacia la yugular interna. El plexo submucoso de la orofaringe, principalmente de la cara dorsal alta del velo y de la parte superior de la fosa amigdalina drena en la vena yugular externa. El drenaje linfático a nivel nasofaríngeo, comparte el drenaje con las cavidades nasales y éste se dirige hacia los nódulos linfáticos retro y laterofaríngeos y yugulodigástricos del centro linfático cervical profundo. Las vías de drenaje son idénticas a las del nivel orofaríngeo. El drenaje es bilateral para los colectores que proceden del velo del paladar. Los linfáticos dela laringofaringe forman un pedículo que acompaña los vasos y nervios laríngeos superiores drenando en los nódulos linfáticos que están escalonados a lo largo de la vena yugular interna hasta llegar al musculo omohioideo. Inervación de la faringe. La faringe está constituida por músculos estriados con movimiento voluntario que dependen de los nervios glosofaríngeo (IX) y neumogástrico (X). Incluye también una mucosa secretora bajo la acción de fibras simpáticas y parasimpáticas. Todas las fibras forman el plexo faríngeo que es particularmente rico. La inervación motora de todos los músculos de la faringe depende de los pares craneales noveno y decimo, salvo el músculo tensor del velo del paladar que s inervado por una rama terminal del nervio maxilar inferior, rama del nervio trigémino (V). La inervación sensitiva se lleva a cabo por: ‐ El nervio glosofaríngeo, esencialmente para la naso y orofaringe. ‐ El nervio neumogástrico par la laringofaringe. ‐ El nervio maxilar inferior para el fórnix de la faringe y el velo del paladar. La inervación de la mucosa faríngea sigue conociéndose mal; según los trabajos de Ito, en el gato parece que la nasofaringe recibe fibras del ganglio cervical superior y del ganglio pterigopalatino de forma unilateral; no obstante, también se ha descrito una inervación parasimpática contralateral por el ganglio pterigopalatino. 14 La orofaringe y la laringofaringe son semejantes: ambas están inervadas por fibras procedentes de los ganglios cervicales superiores y medio así como del ganglio cervicotorácico de manera bilateral. No parecen existir fibras procedentes del ganglio pterigopalatino. 2.3 FISIOLOGIA E INMUNOLOGIA. La faringe desempeña un papel activo en la deglución. A cada deglución la precede y sigue una inhibición respiratoria, y se desarrolla según un proceso constante en forma de onda peristáltica en la que participan los músculos faríngeos, el velo, los músculos supra e infrahioideos y laríngeos. La inervación motora, cuyo centro lo representa ante todo el núcleo ambiguo, corresponde al vagoespinal. Los nervios glosofaríngeo y vago aseguran la sensibilidad de las paredes faríngeas y del tercio posterior de la lengua. Aparte de la alimentación, la deglución suele desencadenarse por las secreciones nasales, traqueobronquiales y la saliva. Durante la alimentación, la deglución es un acto voluntario que se adapta al tipo de alimento. Cuando el bolo alimenticio franquea el istmo de la faringe, los movimientos de la lengua, del velo y de la pared faríngea posterior lo proyectan en la orofaringe. El velo es atraído hacia arriba y hacia atrás, llega a contactar con la pared faríngea posterior y bloquea la rinofaringe. El hueso hioides realiza un desplazamiento anterosuperior al que sigue la laringe, cuyas cuerdas vocales quedan en aducción. La contracción de los músculos aritenoepiglóticos asegura la basculación de la epiglotis sobre el vestíbulo. La ascensión e l laringe también produce el ensanchamiento de la hipofaringe en sentido transversal. La deglución finaliza con la contracción activa del músculo cricofaríngeo. Una inspiración siempre sigue esta fase faríngea de la deglución. La onda peristáltica afecta a todos los músculos faríngeos y progresa a la velocidad de 12‐25 cm por segundo. El bolo así deglutido atraviesa el esfínter a 70 cm/s. Esta velocidad depende del tamaño del bolo alimenticio. El acto faríngeo de la deglución también contribuye a la digestión, ya que las glándulas de Ebner secretan una lipasa. Estas glándulas están situadas en el velo y en la base de la lengua, pero el mecanismo exacto de estimulación sigue siendo desconocido. La faringeinterviene en la fonación y, sobre todo, en la formación de las vocales; es el refuerzo de determinados armónicos por el paso del sonido a través de la cavidad faríngea y bucal lo que otorga a la vocal su carácter propio. La faringe confiere el formante grave, y la cavidad bucal el formante agudo. Según la naturaleza de su formante y la mayor o menor apertura del conducto faringobucal, las vocales pueden clasificarse en vocales anterior y posteriores y en vocales cerradas o abiertas. Los efectores bucales condicionan de manera esencial la formación de las consonantes. 15 La rinofaringe desempeña un papel en la olfacción y, esencialmente, en la corriente espiratoria. Así, durante la deglución, percibimos los olores de origen alimentario por difusión retronasal. De esta forma, se produce la doble estimulación gustativa y olfativa que permite reconocer los alimentos. Las papilas gustativas se encuentran a nivel de velo, en la cara laríngea de la epiglotis y de fuera las caras posteriores de la faringe; los estímulos sensoriales se transmiten a través de las ramas de los nervios trigémino y glosofaríngeo. Durante la respiración, la faringe presenta movimientos que no son de naturaleza peristáltica, sino de tipo agonista‐antagonista, como ocurre en el árbol respiratorio. La faringe recibe el aire inspirado por la nariz, calentando y humedificado. Cuando existen problemas de ventilación nasal, el aire puede ser inspirado de forma anormal por la boca. En este caso, la faringe asume las funciones que corresponden a las fosas nasales, pero lo hacen de forma imperfecta, consiguiendo calentar y humedificar menos el aire. 2.4 PATOLOGIA INFECCIOSA. Amigdalitis y adenoiditis aguda. Los principales estudios epidemiológicos indican que más del 50% de las amigdalitis y adenoiditis son de origen viral cualquiera que sea la edad. Entre los agentes etiológicos virales encontramos al virus de Epstein Barr, Adenovirus, Influenza A y B, Herpes simple, virus sincitial respiratorio y parainfluenza entre los más comunes. Las amigdalitis bacterianas constituyen el 20 al 40% de los casos. En la epidemiología bacteriana de las amigdalitis y adenoiditis predomina ampliamente el estreptococo beta‐hemolítico del grupo A. Los datos clínicos que encontramos en pacientes con amigdalitis o adenoiditis son faringodinia, fiebre, disfagia, adenomegalias, obstrucción nasal, otitis media, rinorrea (en ocasiones purulenta), halitosis (amigdalitis crónica), reacción periamigdalina, roncus, trastornos del sueño, hipertrofia amigdalina. La hipertrofia de las amígdalas palatinas se clasifica en 4 grados, clasificación propuesta en base al rango entre la orofaringe y las amígdalas en un plano de medial a lateral. 2.5 PATOLOGIA NEOPLASICA. Carcinomas escamosos o epidermoides: Son los más frecuentes. Comprenden varios subgrupos: • El carcinoma epidermoide diferenciado reproduce el aspecto de un epitelioma normal. Las células escamosas presentan a menudo una maduración córnea (globo corneal); • El carcinoma epidermoide poco diferenciado está constituido de macizos celulares mal delimitados cuyas células recuerdan con frecuencia a las células más profundas de un epitelio escamoso. 16 • El carcinoma verrucoso tiene un aspecto exofítico no infiltrante e hiperqueratinizado; • El carcinoma sarcomatoso o de células fusiformes puede hacer pensar en un sarcoma fibroblástico, pero su grado de malignidad es mínimo. • El carcinoma in situ debe su nombre al respecto de la membrana basal. Se encuentran imágenes de mitosis anormales. Carcinomas indiferenciados de tipo nasofaríngeo: El tumor recuerda más a un sincitio que a un epitelio pavimentoso. Adenocarcinomas: son excepcionales en la región amigdalina. Los datos clínicos que nos hacen que nos hacen sospechar en una neoplasia maligna de la región amigdalina son: faringodinia, odinodisfagia, otalgia refleja, disfagia, trismus, esputo sanguinolento, adenopatía cervical, pérdida de peso. El dato clínico más frecuente y que motiva la primera consulta es disfagia unilateral. Al principio esta disfagia se describe como una molestia a la deglución de la saliva y de los alimentos que más tarde resulta dolorosa. 2.6 INDICACIONES DE AMIGDALECTOMÍA Las indicaciones de amigdalectomía involucran el exceso relativo de tejido linfoide faríngeo. En la mayoría de los casos el tejido es hiperplásico no hipertrófico y ocupa un lugar desproporcionado en la vía aérea, especialmente en niños preescolares. (1) La obstrucción atribuible a tejido amigdalino y adenoideo hiperplásico también tiene un componente dinámico en el cual los síntomas aumentan al estar el paciente en posición supina o en los que presentan un tono neuromuscular disminuido. La obstrucción secundaria a una hiperplasia adenoamigdalina es la primera causa de trastornos del sueño. (1) Generalmente las indicaciones para la amigdalectomía pueden estar relacionadas primariamente con obstrucción crónica de la vía aérea, apnea obstructiva del sueño y condiciones infecciosas crónicas tales como la amigdalitis crónica recurrente. Las indicaciones para amigdalectomía son: INDICACIONES QUIRÚRGICAS PARA AMIGDALECTOMIA (1) INFECCIONES ‐amigdalitis aguda recurrente (más de seis episodios por año o tres episodios por dos o más años) ‐amigdalitis aguda recurrente asociada a otras patológicas: • Valvulopatías asociadas con amigdalitis recurrente estreptocócica • Crisis febriles recurrentes ‐amigdalitis crónica que no responde a tratamiento asociado con: • Halitosis • Adenomegalias • Faringodinia 17 ‐estado portador de estreptococo que no responde al tratamiento médico ‐absceso periamigdalino ‐amigdalitis asociada a adenomegalias abscedadas ‐mononucleosis con amígdalas severamente obstructivas refractarias a tratamiento médico. OBSTRUCCIONES ‐ronquido excesivo y respirador oral crónico ‐apnea obstructiva del sueño o disturbios del sueño ‐hipertrofia amigdalina asociada a: • Cor pulmonale • Disfagia • Anormalidades del habla ‐anormalidades del crecimiento craneofacial ‐anormalidades de la oclusión OTROS ‐hipertrofia asimétrica de amígdalas donde se sospecha malignidad 2.7 TECNICA QUIRURGICA. (13,4) Amigdalectomía con Sluder. (13,9) Exposición de la orofaringe hasta el polo inferior de la amígdala izquierda. Introducción completa de la amígdala gracias al movimiento de rotación del amigdalotomo y a la presión que ejerce el índice de la mano libre sobre el pilar anterior. Contención de la amígdala en el amigdalotomo, cuya hoja se desliza a ras del borde medial del pilar anterior y después en su cara profunda. Se verifica que sólo se ha pinzado la amígdala. Despegamiento extracapsular de la amígdala: el índice doblado en forma de gancho se apoya sobre el borde convexo del amigdalotomo. Amigdalectomía. Bajo anestesia general se realiza una incisión de la mucosa faríngea. Se practica con bisturí a lo largo de borde libre del pilar anterior, de la ojiva amigdalina por arriba y hasta la mucosa de la base de la lengua por abajo. Esta maniobra se puede realizar con la tijera o con el bocado de la pinza de disección. Algunos cirujanos tienen la costumbre de infiltrar las fosas amigdalinas. Para ello, inyectan en el plano capsular de cada fosa 1‐2 ml de solución de suero fisiológico o anestésico local (lidocaína al 0,5%) con adrenalina (cuya dosis total no debe superar los 15 μg/kg). Búsqueda del plano capsular. Se sujeta la amígdala con la pinza tira‐amígdalas, y se atrae medialmente. La identificación del plano capsular, así desplegado, se consigue mediante las maniobras de disección de la tijera. El hallazgo de la cápsula nacarada suele ser fácil; una vezque se ha localizado, su exposición se realiza desde arriba hacia abajo, bien con las tijeras, con una torunda montada o con el aspirador rígido. Liberación de la amígdala. Tras haber fijado así los límites de un corredor capsular delimitado por los planos mucosas anterior y posterior, la coagulación bipolar de estos últimos y después su 18 sección con la tijera permiten liberar la totalidad de la amígdala, que solo queda pediculada por su polo inferior. No obstante, se necesita una cuidadosa coagulación del polo superior para soltar la ojiva amigdalina. La liberación del polo inferior se realiza mediante amplia coagulación que puede lesionar la mucosa de la base de la lengua, La sección con la tijera de este plano mucoso previamente coagulado permite la exéresis de la amígdala. El control de la hemostasia de la fosa amigdalina debe ser extremadamente cuidadoso. Se efectúa con la pinza bipolar mediante toques sucesivos de las zonas hemorrágicas. Mientras que un fragmento de compresa húmeda se coloca en la fosa amigdalina, se realiza la amigdalectomía contralateral con la misma técnica. Al finalizar la intervención, se comprueba de nuevo la hemostasia de las dos fosas amigdalinas. . 2.8 Complicaciones quirúrgicas Según el momento de su aparición, se clasifican en inmediatas, secundarias y tardías. (15) Complicaciones inmediatas Hemorragia. Con independencia del momento en que aparezca, constituye la complicación más frecuente y más temida. Nunca debe ignorarse, ya que puede originar complicaciones muy graves que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Su valoración suele ser muy arriesgada, debido a que el niño es difícil de explorar ya que no coopera o lo hace poco debido al dolor y a su estado general, deglute con facilidad la sangre faríngea y, en la exploración, aparenta un aspecto tranquilizador. En el adulto y el adolescente, el diagnóstico resulta más sencillo, ya que la cooperación es posible, y la deglución de la sangre escasa. 19 Aunque se han señalado varios factores de riesgo como la edad, el sexo femenino y la duración de la intervención, los factores esenciales de riesgo son la hemostasia incompleta y las coagulopatías. Las hemorragias inmediatas son las más frecuentes] y se presentan cuando el niño está todavía en el bloque quirúrgico, tanto en la misma mesa de operaciones como en la sala de reanimación. En general, provienen de los pedículos vasculares de la amígdala y suelen manifestarse por sangrado a chorro que impone la revisión quirúrgica inmediata. También puede aparecer como sangrado en capa que proviene de secciones de la mucosa. Su persistencia al cabo de algunos minutos también impone la revisión quirúrgica bajo anestesia general con intubación. Traumatismos o luxaciones dentales. Estas complicaciones se producen como consecuencia de la intubación o de la colocación del abrebocas, y son más frecuentes en las amigdalectomías por disección que en las que se realizan con Sluder. Afectan, básicamente, a los dientes de leche y se debe tener sumo cuidado para que el fragmento dental no se introduzca en el árbol respiratorio. Heridas velares o velofaríngeas. Suelen ser incidentes secundarios a las amigdalectomías con Sluder. Aparecen como amputaciones de la úvula y desgarros o perforaciones del pilar anterior. Estas heridas pueden originar hemorragias y cicatrices retráctiles. No se reparan quirúrgicamente de forma sistemática si no plantean trastornos de la voz. Laceraciones de los espacios parafaríngeos. Suelen producirse en el curso de amigdalectomías difíciles, como por ejemplo en el caso de los flemones, donde desaparece el plano de despegamiento entre la amígdala y la fosa. Su búsqueda puede provocar laceración de los músculos faríngeos, con el riesgo de hemorragia que esto conlleva. Dicho riesgo puede controlarse mediante disección cuidadosa con la pinza bipolar y una compresa húmeda. Si la hemostasia es necesaria, se pueden efectuar puntos en cruz con sutura reabsorbible. Complicaciones secundarias Hemorragias. Hay que distinguir las hemorragias que aparecen en las horas posteriores a la intervención quirúrgica de las que tienen lugar en el curso de los días siguientes. En el postoperatorio inmediato, el 90% de las hemorragias acontece antes de las 6 horas, aunque algunos episodios hemorrágicos pueden aparecer hasta 12 horas después. Estas hemorragias suelen tener su origen, fundamentalmente, en una hemostasia incompleta y obligan a una revisión rápida del campo quirúrgico. Las hemorragias tardías suelen presentarse entre los días 5°‐15°, y se deben a la caída de las escaras. Se ha descrito incluso un caso en el que la hemorragia se produjo a los 38 días .En ésta situación una simple consulta telefónica obliga a la revisión del niño. Puede que el episodio hemorrágico no haya sido muy grave y que en el momento de la exploración sólo se observen las fosas en vías de cicatrización, pero en otras ocasiones puede observarse un coágulo en el lecho amigdalino: – Si el coágulo es pequeño y el estado general del niño estable, se indicará vigilancia médica, ya que si se repite la hemorragia será preciso revisar quirúrgicamente los lechos amigdalinos. – Si el coágulo es grande y obstruye la faringe, es preferible programar la revisión quirúrgica inmediata, ya que la hemorragia clásicamente mantenida por el coágulo no cesará por sí misma y expondrá de forma secundaria al paciente a un cuadro hemorrágico grave. 20 Estas revisiones suelen ser difíciles debido a que se realizan sobre tejidos friables y esfacelados; si no se consigue la hemostasia con la pinza bipolar, las ligaduras se deben efectuar sin tracción para evitar cualquier desgarro muscular, que pueda producir fenómenos hemorrágicos a su alrededor, y en algunos casos, puede ser necesaria la embolización mediante angiografía [15,13]. Complicaciones infecciosas. En principio, se previenen mediante la antibióticoterapia pre y postoperatoria. La infección de las fosas amigdalinas se traduce por hipertermia asociada a dolor y, sobre todo, otalgia. Hoy en día, los abscesos postoperatorios de los espacios parafaríngeos son excepcionales. Pueden producirse después de las heridas de las paredes laterales del lecho y tras las laceraciones de los espacios parafaríngeos. Es posible prevenirlos mediante la antibióticoterapia local y general postoperatoria. En la actualidad, han desaparecido las bronconeumonías y los abscesos pulmonares, que se producían como consecuencia de aspiraciones de sangre debidas a la ausencia de protección de las vías respiratorias durante las amigdalectomías. Complicaciones a largo plazo Las modificaciones de la voz son consecuencia inconstante de la modificación de los resonadores faríngeos. Además de los problemas cicatrízales del velo y de las fosas amigdalinas, hay que conocer la existencia de rinolalia postoperatoria regresiva tras la extirpación de amígdalas especialmente hipertróficas. La estenosis orofaríngea es una complicación poco frecuente. Suele aparecer después de las amigdalectomías con Sluder que producen laceración y cicatrización viciosa de los pilares. Su tratamiento es quirúrgico y se basa en la faringoplastia de ampliación. Hay que distinguir la insuficiencia velopalatina funcional transitoria, que aparece en el postoperatorio inmediato y que se debe a la contracción refleja de la banda muscular velofaríngea, y dela insuficiencia velopalatina definitiva, resultado de la resección excesiva de los pilares. Las amigdalectomías incompletas (excepto en las técnicas intracapsulares) se producen esencialmente durante las amigdalectomías con Sluder y afectan sobre todo al polo inferior, que escapa a la hoja del instrumento. Estas amigdalectomías incompletas suelen producir hemorragia inmediata. En ocasiones los restos amigdalinos pasan desapercibidos, descubriéndose al cabo del tiempo por la reaparición de los cuadros de amigdalitis. Entre las complicaciones poco frecuentes, deben citarse las lesiones del nervio hipogloso mayor y del nervio lingual. (15) En un intento de mitigar las complicaciones, se han realizado diversas modificaciones de amigdalectomía tradicional, entre las cuales incluyen disección amigdalina usando electrocauterio monopolar, bipolar, láser, escalpelo armónico, y radiofrecuencia bipolar. Al introducir dichas técnicas se observó la disminución de dolor, menor incidencia de sangrado, que la técnica tradicional. (4) 21 3. RESULTADOS Se presentan a continuación los resultados obtenidos del presente estudio en forma de tablas y gráficas de distribución para su posterior análisis. (Gráfica 1) Se estudio una población total de 40 pacientes de los cuales 23 fueron mujeres lo que equivale a (57.5%) y 17 hombres equivalente a (42.5%) Las edades oscilaron en un rango de 4 a 50 años con una media de 21.8 años, con un porcentaje de distribución que se muestra en la tabla 1. Dentro de los principales objetivos a comprobar es la cantidad de sangrado resultante de ambos procedimientos quirúrgicos obteniendo los siguientes resultados: ‐ La técnica de sellado de vasos (LIGASURE) muestra una cantidad promedio de sangrado de 5 cc, con un sangrado mínimo en el rango de 1‐5 cc, y máximo de 6‐10cc.(Tabla 4 y Gráfica 6 ) ‐ La técnica para amigdalectomía tradicional (HURD) muestra sangrado quirúrgico final promedio 20cc, con un sangrado mínimo entre el rango de 6‐10cc y máximo entre 31‐ 35cc. (tabla 4y gráfica 6) En el postoperatorio inmediato, mediato y tardío comparado en ambas técnicas fue el siguiente: DOLOR INMEDIATO ‐ Técnica LIGASURE: Según la escala de dolor análoga se observo dolor moderado (5/10) en la mayoría de los pacientes. Observando un registro de dolor máximo en la escala de 6/10 y mínimo de 2/10. (tabla 3, gráfica 3) ‐ Técnica HURD: La mayoría de los pacientes realizados con ésta técnica refirieron dolor intenso 8/10 según la escala de dolor. Con un registro de dolor mínimo de 5/10, y máximo de 10/10. (tabla 3, gráfica 3) DOLOR MEDIATO ‐ Técnica LIGASURE: se registra una intensidad promedio de dolor leve, oscilando entre 1/10,2/10,3/10,4/10. La intensidad mínima referida 1/10 y máxima 4/10. (tabla 3, gráfica 4) ‐ Técnica HURD: se aprecia una intensidad mínima de dolor de 1/10, y máxima 5/10, observando que la mayoría de los pacientes refirieron una intensidad de dolor 2/10,3/10 y 5/10. (tabla 3, gráfica 4) 22 DOLOR TARDÍO ‐ Técnica LIGASURE: Todos los pacientes sometidos a ésta técnica no presentaron dolor, (0/10). (tabla 3, gráfica 5) ‐ Técnica HURD: El promedio de intensidad álgica fue nulo, sin embargo se registra una intensidad máxima leve 1/10. (tabla 3, gráfica 5) El ALTA del paciente otro de nuestros objetivos a valorar tuvo la siguiente distribución: ‐ Técnica LIGASURE: La mayoría de los pacientes fueron dados de alta durante su segunda semana postoperatoria. Entre el 11º y 15º. Sin embargo se observó un grupo de pacientes los cuales fueron dados de alta 1 semana después de su cirugía, y un porcentaje muy bajo de pacientes fueron dados de alta al cumplir 1 mes de realizada su cirugía. (tabla 5 ,gráfica 7) ‐ Técnica HURD: Se aprecia un diferencia importante, dando de alta a la mayoría de los pacientes a la tercera semana después de realizado el procedimiento, entre los días 21‐25. (tabla 5 gráfica 7) TIEMPO QUIRÚRGICO para ambos procedimientos se reporta de la siguiente manera: ‐ Técnica LIGASURE: El tiempo quirúrgico promedio registrado fue entre 31‐45 minutos. El menor tiempo quirúrgico osciló entre 16‐30 min. Mayor tiempo quirúrgico registrado entre 46‐60 min. (tabla 2, gráfica 2) ‐ Técnica HURD: Se observó un tiempo promedio 31‐45 min. Con un tiempo quirúrgico mínimo entre 16‐30 min y máximo 61‐75 min. (tabla 2, gráfica 2) 23 TABLA 1. Porcentaje de distribución de edad. GRUPO DE EDAD TOTAL % 1-10 6 15% 11-20 10 25% 21-30 18 45% 31-40 5 12.5% 41-50 1 2.5% GRAFICA 1 DISTRIBUCIÓN POR EDAD Y SEXO 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 1‐10 años 11‐20años 21‐30años 31‐40años 41‐50años mujeres hombres total 24 TABLA 2 TIEMPO QUIRÚRGICO TOTAL TIEMPO LIGASURE TRADICIONAL 0‐15 MIN 0% 0% 16‐30 MIN 15% 10% 31‐45 MIN 32.5% 27.5% 46‐60 MIN 2.5.% 10% 61‐75 MIN 0% 2.5% GRÁFICA 2 TIEMPO QUIRÚRGICO 0 2 4 6 8 10 12 14 0‐15min 16‐30min 31‐45min 46‐60min 61‐75 LIGASURE TRADICIONAL 25 TABLA 3. ESCALA DEL DOLOR ESCALA DE DOLOR LIGASURE TRADICIONAL INMEDIATO MEDIATO TARDIO INMEDIATO MEDIATO TARDIO 0/10 0% 0% 100% 0% 0% 75% 1/10 0% 25% 0% 0% 15% 25% 2/10 25% 25% 0% 0% 25% 0% 3/10 10% 25% 0% 0% 25% 0% 4/10 25% 25% 0% 0% 10% 0% 5/10 30% 0% 0% 25% 25% 0% 6/10 10% 0% 0% 10% 0% 0% 7/10 0% 0% 0% 15% 0% 0% 8/10 0% 0% 0% 30% 0% 0% 9/10 0% 0% 0% 5% 0% 0% 10/10 0% 0% 0% 15% 0% 0% GRÁFICA 3 ESCALA DE DOLOR INMEDIATO 0 2 4 6 8 10 12 TRADICIONAL LIGASURE 26 GRÁFICO 4 ESCALA DE DOLOR MEDIATO 0 2 4 6 8 10 12 TRADICIONAL LIGASURE GRÁFICA 5 ESCALA DE DOLOR TARDÍA 0 5 10 15 20 25 LIGASURE TRADICIONAL 27 TABLA 4. SANGRADO QUIRÚRGICO TOTAL SANGRADO LIGASURE TRADICIONAL 1‐5 cc 42.5% 0% 56‐10cc 7.5% 2.5% 11‐15cc 0% 10% 16‐20cc 0% 12.5% 21‐25cc 0% 10% 26‐30cc 0% 10% 31‐35cc 0% 5% GRÁFICA 6 SANGRADO QUIRÚRGICO 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 LIGASURE TRADICIONAL 28 TABLA 5. ALTA DIA LIGASURE TRADICIONAL 1‐5 día 0% 0% 6‐10 día 10% 0% 11‐15 día 22.5% 0% 16‐20 día 12.5% 15% 21‐25 día 2.5% 20% 26‐30 día 2.5% 15% GRÁFICO 7 ALTA 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1‐5 día 6‐10 día 11‐15 día 16‐20 día 21‐25 día 26‐30 día LIGASURE TRADICIONAL 29 4. DISCUSIÓN ‐ La técnica HURD presenta mayor cantidad de sangrado en comparación con LIGASURE, ya que, el principio de esta tecnología se basa en el sello hemostático permanente de vasos sanguíneos de hasta 7mm de diámetro con seguridad y sin necesidad de disección ni ligaduras. Se sellan los vasos de forma permanente.( 7,11) U.S Food and Drug Administration aprueba el sellado de vasos de hasta 7 mm de diámetro y refiere que el sellado puede resistir hasta tres veces más la presión sistólica normal. En diversos estudios experimentales se muestra que el sellado es igual a las suturas y hemoclips, y mayor a la coagulación ultrasónica y bipolar. (15, 7,3) El sellado de vasos es flexible, asegurando la usencia de trombos en él. Es posible no sólo la hemostasia de vasos sanguíneos, sino también la disección de los tejidos. (7,6) ‐ El dolor posoperatorio fue registrado mediante una escala análoga, ya que actualmente no se cuenta con instrumentos para medir el dolor, ayudándonos a diferenciar entre cada procedimiento, observando que dolor inmediato se presentó en menor intensidad en la técnica de sellado de vasos (LIGASURE), así como en dolor mediato y tardío encomparación con la técnica tradicional. Una de las principales secuelas de la amigdalectomía es el dolor el cual presenta un promedio de duración de 7 a 10 días y puede ser de intensidad moderada a severa. (12,15) Además de ser subjetivo y difícil de cuantificar, estudios prospectivos usaron escalas de dolor para su cuantificación (12,3). Otras medidas incluye medir el tiempo que tarda el paciente en reintegrarse a su dieta y actividades normales, así como la cantidad de analgésico necesario para aliviarlo. (15, 7,10) El uso de dexametasona 1mg/kg peri operatoria disminuyó el dolor según estudio de Hanasono et al. (8) Núñez et al en su estudio comparativo amigdalectomía con calor vs. Tradicional refieren no encontrar diferencia entre ambas sobre uso de analgésicos para control de dolor postoperatorio. Además de presentar mayor cantidad de dolor en pacientes sometidos a disección con calor de amígdalas. (16) ‐ El tiempo de alta en los pacientes sometidos en ambos procedimientos también presentó diferencias, observando que la técnica de sellado de vasos presenta menor tiempo de recuperación postoperatoria de los lechos amigdalinos en las valoraciones postoperatorias a cada paciente.(2) 30 La técnica de sellamiento venoso con el empleo de energía eléctrica bipolar modificada por el control de impedancia sobre el tejido o LIGASURE permite el sellamiento completo y seguro de los vasos que irrigan a la amígdala sin generar calor en el tejido vecino ni daño o ruptura a la vena. (10) LIGASURE provee energía la cual desnaturaliza colágeno y elastina en las paredes de los vasos y el tejido conectivo circundante (16, 4,5) En los últimos años se ha recomendado el uso de esteroides para la reducción de la morbilidad posoperatoria después de una amigdalectomía (16). Se cree que el uso de esteroides reduce el daño tisular, y el dolor postoperatorio, por la supresión de depósitos de fibrina, dilatación capilar, edema, y migración leucocitaria. (16,8) ‐ LIGASURE técnica de sellado de vasos presenta menor tiempo quirúrgico en comparación con la técnica tradicional. Sin embargo depende de forma importante la experiencia del cirujano para dichas técnicas. Kirdak y cols. En una serie prospectiva de 30 pacientes intervenidos con LIGASURE y 28 con ligaduras habituales sin encontrar diferencias significativas en cuanto a las complicaciones. Solo registran diferencias significativas en el tiempo quirúrgico en tiroidectomías totales. (7,8) Gac et al consideran que existe una leve disminución del tiempo quirúrgico de los pacientes operados con Ligasure, similar a distintos reportes internacionales (7,9) ‐ La complicación más frecuente de amigdalectomía es la hemorragia presentando una incidencia de 2 a 4 %. Schmidt et al reportan en su estudia de técnicas comparativas para amigdalectomía un sangrado de 3.3%. (3,15) 31 5. CONCLUSIONES Este estudio comparativo constituye el primer informe de evaluación del uso de técnica de sellado de vasos, con uso de la energía bipolar modificada con control de impedancia sobre el tejido (LIGASURE), vs. Técnica tradicional para amigdalectomía en el Servicio de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital General de México. Este estudio sugiere que la técnica de sellado de vasos (LIGASURE) presenta ventajas sobre la técnica tradicional tales como mejoría del dolor, nula cantidad de sangrado trans y postoperatorio, bajo traumatismo sobre el lecho amigdalino, además de ofrecer una técnica sencilla, con menor tiempo quirúrgico que conlleva a un menor riesgo anestésico, así como estadía intrahospitalaria. Todo procedimiento quirúrgico, presenta riesgos, derivados de la anestesia y los inherentes al procedimiento per se, la mayoría de éstos riesgos que se relacionan al tiempo del procedimiento son predominantemente de tipo anestésico o dependiente de la cantidad de sangrado, es lógico que al disminuir el tiempo quirúrgico, disminuyen los riesgo. Además un menor tiempo quirúrgico implica menores costos de tiempo quirófano y de consumo anestésico, en concordancia a lo anterior, lo cual se traduce en un beneficio económico con impacto directo para el paciente y secundario para el hospital. El material empleado por LIGASURE es mínimo y desechable, en comparación con la técnica de HURD, la cual emplea diversos instrumentos, los cuales tienen que asearse y esterilizarse. LIGASURE es un tratamiento optativo y con buenos resultados para amigdalectomía. Además de que cuya aplicación es tanto para pacientes pediátricos y adultos obteniendo las mismas ventajas. Por lo tanto en éste estudio se puede observar que el método LIGASURE presenta mayores ventajas económicas, con un tiempo de recuperación y de reintegración social y laboral menor. Así como uso diverso ya que actualmente se emplea en diferentes campos médico‐quirúrgico. 32 6. ANEXO 1 CARTA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO AMIGDALECTOMIA MEDIANTE SISTEMA DE SELLADO DE VASOS (LIGASURE) Po r éste conducto yo, _______________________________________________________ ACEPTO VOLUNTARIAMENTE, participar en el protocolo implementado en el servicio de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello del Hospital General de México, en el cual se extirparán mis amígdalas mediante sistema de sellado de vasos, bajo anestesia general, con el fin de desaparecer la amigdalitis crónica la cual padezco. He sido satisfactoriamente informado acerca de las posibles complicaciones quirúrgicas y el riesgo anestésico. Estoy en la mejor disposición de cooperar en realizar los estudios solicitados y acudir a las citas que se me indiquen, así mismo a cumplir con los cuidados que debo, así como renunciar al protocolo cuando yo desee. ______________________ _________________________ Nombre y firma de paciente Nombre y firma de testigo ___________________________ Nombre y firma del médico 33 7. REFERENCIAS 1. Darrow DH, Siemens C. Indications for tonsillectomy and adenoidectomy. Laryngoscope 2002; 112:6‐10 2. Stoker KE, Don DM, Kang DR, Haupert MS, Magit A, Madgy DN. Pediatric total tonsillectomy using coblation compared to conventional electrosurgery: a prospective, controlled single blind study. Otolaryngol Head Neck Surg. 2004; 130: 666‐675. 3. Hulcrantz E, Ericsson E. Pediatric tonsillectomy with the radiofrequency technique: less morbidity and pain. Laryngoscope 2004; 114:871‐877. 4. Wexler DB. Recovery after tonsillectomy: electrodissection vs. sharp dissection techniques. 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