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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE L I C E N C I A D A EN P S I C O L O G Í A P R E S E N T A Dictaminadores: Los Reyes Iztacala, Edo de México, Análisis crítico del eje Escuela al Centro del modelo educativo a nivel Medio Superior desde la perspectiva humanista T E S I S Carla Virginia Castro González Director: Angel Corchado VargasDr. Lic. Aldo Azael Rojas Salazar Angélica Enedina Montiel RosalesLic. 2019 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos Al Doctor Angel Corchado, por acompañarme, asesorarme, dedicarme su tiempo y su conocimiento. Por permitirme trabajar con él y aprender de él. A Juan Pablo, por dedicar y compartir conmigo de la forma más cálida su tiempo, sus libros y su conocimiento para poder realizar este trabajo. A Mauricio, por no dejarme desistir ni claudicar hasta el último paso para concluir este trabajo. Por acompañarme con palabras, música y cariño para envolverme de fuerza. A Lizbeth y Binisa por acompañarnos juntas tantas horas en los espacios más silenciosos y bellos de las bibliotecas para escribir nuestras tesis. A Ricardo, por asesorarme, estar presente y ayudarme a resolver dudas, lagunas y tropiezos para realizar este trabajo. A Walter, por compartir conmigo su conocimiento, sus libros y su tiempo para poder realizar este trabajo. A Sari, por estar siempre, por invitarme a las reflexiones, por esperarme, por inspirarme a seguir en el camino, por ser Jude. A la MÚSICA de los Cabezas de Cera por acompañarme y llenarme de toda inspiración posible para escribir. Dedicatorias A mis padres, Guadalupe Virginia y Miguel Ángel Castro por estar todos los días, toda la vida y todo el tiempo conmigo. Por no dejarme caer, por abrazarme, por aguantarme, por estar, por creer en mí, por apoyarme en cada paso de esta tesis, por quererme. Gracias, pelito y bonis. A mi hermano, Miguel Ángel, por inspirarme, por estar desde la lejanía física, por hacerme reír, por estar. ÍNDICE INTRODUCCIÓN………………………….………………………………………..……1 1. PSICOLOGÍA HUMANISTA Y EDUCACIÓN…………………………………........4 1.1 Psicología Humanista y su concepción del ser humano………….……...….6 1.1.1 Enfoque centrado en la persona…………………………………..…...….7 1.2 Psicología humanista y educación …………………………..…………......…8 1.2.1 Enfoque centrado en el alumno……………………...……….…...…...….9 1.3 Dimensiones que promueven el desarrollo integral de los estudiantes.…..10 1.4 Elementos que contribuyen al desarrollo integral de los estudiantes…...…15 2. EL NUEVO EJE, ESCUELA AL CENTRO……………………………………....….21 2.1 Introducción al nuevo Modelo Educativo 2017…………………………….…21 2.2 Los cinco principales ejes del nuevo Modelo Educativo 2017 a nivel medio superior…………………………………………………………………………………...29 2.3 El nuevo eje, Escuela al centro, a nivel medio superior.…………..……..…30 2.3.1 Premisas fundamentales del eje, Escuela al centro, a nivel medio superior…………………………………………………………………………..…...…..34 3. APORTES Y LIMITACIONES DEL EJE, ESCUELA AL CENTRO…………..…..43 3.1 Aportes y limitaciones…….…………………………………………….….……43 3.2 Sobre la ausencia del papel del psicólogo en el eje Escuela al centro…....57 3.3 Análisis sobre la ausencia de los y las psicologías educativas dentro del Modelo Educativo………………………………………………………………..………62 3.3.1 Protocolos, manuales, tutoría y acompañamiento…………….…….…..62 3.3.1.1 Carencias sobre los protocolos, manuales, tutoría y acompañamiento………………………………………………………………………...63 3.3.2 Condiciones básicas de la enseñanza ………………………………..…68 3.3.2.1 Carencias sobre las condiciones básicas de la enseñanza que propone el programa Construye-t y el Servicio Profesional Docente…….….........72 3.3.2.2 Carencias del Servicio de Atención Técnico Escolar para las condiciones básicas de enseñanza……………………………………………………75 Una propuesta de intervención desde la Psicología humanista para la educación…………………………………………………………………………………77 Reflexiones políticas sobre la Reforma Educativa……..……..………………..……83 CONCLUSIONES……………………………………………………………………..…90 REFERENCIAS……………………………………………………………………….….92 INTRODUCCIÓN Hoy día, el contexto social y cultural que nos envuelve como individuos está pregonado de toda condición infértil para el sano desarrollo del ser humano, por el contrario, se ha convertido en una fuerza contra corriente a dos conceptos que deberían ser fundamentales en la definición y desarrollo de los seres humanos: libertad y responsabilidad. Watts (1979), lo afirma mencionando que el estado de conciencia que nuestra cultura considera normal es no sólo contexto, sino también caldo de cultivo para interrumpir el flujo de desarrollo de los seres humanos. El conjunto de instituciones que conforman nuestra sociedad mexicana y nuestra cultura tienden a atentar contra la libertad del ser humano, contra la libre toma de decisiones, de pensamiento y de expresión. Lo anterior, se refleja en todas las esferas de nuestra vida: en la familia, en el desarrollo de nuestra sexualidad, en los espacios de trabajo, en las relaciones interpersonales y sociales, en la religión y en la educación, siendo esta última esfera clave del crecimiento individual, pues es en ella donde transcurrimos gran parte del proceso de desarrollo de nuestra vida y en donde los procesos de aprendizaje son fundamentales para el transcurso de nuestro desarrollo. En un intento por contribuir a mejorar la educación, los espacios educativos y las condiciones para el aprendizaje y desarrollo humano, se han intentado elaborar propuestas educativas encaminadas a subsanar las inestabilidades del contexto mexicano y así potenciar y contribuir al desarrollo social y del ser humano. Hoy día, con la Reforma Educativa, se implementa en nuestro país un nuevo Modelo Educativo que busca mejorar la calidad de la educación en México a partir de un diseño aparentemente integral que se describe dentro de 5 ejes fundamentales. Son varios los autores que se encuentran al corriente de este nuevo Modelo Educativo y han comenzado a realizar investigaciones y estudios para analizar el diseño de esta nueva propuesta para la educación. Bartlett (2016), Civera (2012) y Labarca (2015) son algunos de los especialistas que se han dedicado a analizar la nueva propuesta del Modelo Educativo, en donde han encontrado inconsistencias en su planteamiento y en las que es necesario profundizar. Partiendo de lo anterior, es importante recalcar que las diferentes corrientes psicológicas han tenido un largo y fuerte camino dentro del ámbito de la educación, sin embargo, poco se ha analizado desde perspectivas que apuestan por el estudio de los factores emocionales y sociales presentes en los escenarios educativos. En este sentido, la psicología humanista ha brindado uno de los aportes más importantes al terreno de la educación: el estudio de los factores afectivos dentro de los procesos educativos (González,1998). Desde la psicología humanista, se plantea que la educación tiene el objetivo de contribuir al desarrollo de forma integral de los estudiantes. Busca crear las condiciones óptimas para construir ambientes que favorezcan los aprendizajes significativos a partir de las relaciones educativas y colocando al estudiante al centro de cualquier planteamiento pedagógico y psicológico de la educación. Como expresa Freire (1996) la práctica educativa debe estar interesada en el proceso de conocer, en la enseñanza de contenidos, pero también en concientizar a las y los estudiantes y promover que se asuman como personas en busca de. Desde este enfoque, se busca que los sentimientos sean clave del entendimiento entre la comunidad estudiantil y que estos aporten a la conciencia individual y social. Esta perspectiva requiere educar desde este espacio afectivo que promueva la aceptación del otro y la promoción de emociones positivas (Labarca, 2016). Para ello, son necesarias las herramientas que contemplan el diálogo, la empatía, la escucha, la atención, la colectividad, la promoción de la libertad y la responsabilidad, el establecimiento de relaciones reales entre los seres humanos, en este caso entre la comunidad estudiantil: todo un conjunto de herramientas claves para promover la realización de cada uno. Es justamente desde este paradigma, que se busca ampliar la investigación de la educación en México, por ello, en este trabajo se plantea realizar un análisis crítico 2 de uno de los principales ejes del modelo educativo 2017-2018 a nivel medio superior en México, La escuela al centro, desde la Psicología Humanista. A continuación, en el primer capítulo se expondrá el enfoque de la psicología humanista y sus aportaciones a la educación. Posteriormente, en el capítulo 2 se expondrá el eje Escuela al Centro del nuevo Modelo Educativo, y finalmente, en el capítulo 3 se llevará a cabo el análisis de dicho eje con base en los fundamentos de la Psicología Humanista antes expuestos. 3 1. PSICOLOGÍA HUMANISTA Y EDUCACIÓN La Psicología Humanista es hoy la perpetuación de un modelo que continúa vigente frente a la grave deshumanización que enmarca a las sociedades en su conjunto. El mundo ha tenido giros históricos interesantes que han impactado significativamente todas sus estructuras sociales (Labarca, 2016). La consecuencia de grandes procesos económicos, políticos, sociales y culturales han dado origen a las múltiples problemáticas que enfrentamos en la actualidad. La ruptura es grave; la decadencia de las relaciones humanas y del propio ser humano se alimenta todos los días de la violencia, de los paradigmas individualistas, de la constante competencia en la que nos insertamos en las distintas esferas de nuestra vida y de las desigualdades que se continúan acumulando para la fragmentación del ser humano y de la misma sociedad. Este cúmulo de circunstancias en las que se rodean las personas, han flagelado e interrumpido su flujo natural y con ello se ha transgredido su propio desarrollo personal, así como las posibilidades de autorrealización y crecimiento. Este contexto ha frustrado en gran medida las condiciones necesarias para el autoconocimiento de los propios seres humanos, para la toma de conciencia, para el descubrimiento y reconocimiento de sus propias emociones y sentimientos. Este escenario ha potenciado, pero también ha restringido las posibilidades de desarrollo del ser humano (Pérez, 1988). Dentro de este contexto que se visibiliza, la educación no ha estado exenta de los desafíos históricos asociados a los tiempos que corren, y son muchos los teóricos que presentan propuestas tendentes a replantear el hecho educativo como una necesidad actual (Labarca, 2016). La educación es una vía y un camino para el fortalecimiento de la sociedad, es necesario reconstruirla como un espacio que establezca las condiciones para que niños, niñas y jóvenes caminen hacia su máximo potencial, a través también de relaciones de respeto y de empatía. Sin embargo, en la esfera de la educación se visibilizan y reflejan las condiciones que enmarcan al país. Mientras algunas propuestas educativas apuestan por aprendizajes integrales y significativos en los que se conjuntan las dimensiones afectivas y cognitivas de los estudiantes, promoviendo el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y creativo, por otro lado, en la sociedad se aplauden y reconocen los logros individuales, la competencia cada vez más necesaria para vivir, el egoísmo y el abuso. La falta de compromiso, el desinterés, la irresponsabilidad, la mutación de valores y la ausencia del compromiso social es lo común hoy día entre los jóvenes, no sólo en su educación sino en su vida personal. La constante lejanía que hay entre los objetivos que se imponen en los sistemas educativos de nuestro país y las verdaderas necesidades de los alumnos, fomentan todavía más la ausencia de las condiciones necesarias para promover el desarrollo personal de los estudiantes dentro de la esfera de la educación. Las instituciones educativas parecen hoy un instrumento de reproducción de trabajadores, un instrumento que moldea las conciencias estudiantiles. Los objetivos educativos se han dirigido en gran parte a servir a los intereses del mercado; tanto más saben, más oportunidades de mejores cargos, más dinero, más estatus. Los modelos de educación que han sido instaurados como norma en todo el sistema educativo, lejos de apoyar el desarrollo integral de los estudiantes, apoyan las perspectivas desarrollistas que buscan el progreso material de la sociedad (Labarca, 2016). Esta visión permea y hace carecer de sentido a otras perspectivas que plantean a la educación como facilitador del desarrollo integral de los estudiantes y que enfatizan el conocimiento, reconocimiento y promoción de un desarrollo que mire también por las dimensiones afectivas y sociales que nos conforman como seres humanos. Por el contrario, se han enaltecido los modelos de comportamiento y de actuar que promueven el desconocimiento de nuestro sentir, de nuestra esfera afectiva que perpetúan un sistema en el que se siguen órdenes, en el que se repiten los conocimientos, en el que los docentes se alejan cada vez más de los alumnos y se mira al estudiante de forma fragmentada y a distancia. 5 Estas graves carencias educativas que hoy son la sombra de los estudiantes hacen que en cada generación se vuelva más difícil que los estudiantes se sientan motivados y entusiasmados de su propio proceso educativo, promueve que continúen con actitudes pasivas y desinteresadas hacia sus estudios. Parece ser que la forma tradicional, vertical, estandarizada e impositiva, cada vez refleja con mayor claridad sus consecuencias en las y los jóvenes. Los ha impregnado de una visión limitada del hecho educativo, de su propio desarrollo y aprendizaje; los objetivos educativos para los estudiantes se centran en la expedición de papeles y títulos, en el seguimiento de programas y leyes impuestas desde escenarios lejanos, en lugar de buscar el desarrollo del propio ser. 1.1 Psicología Humanista y su concepción del ser humano En este marco que no es constante en sus manifestaciones, pero sí en su origen y características, la Psicología Humanista continúa reivindicado al ser humano como una totalidad. Deja atrás posturas mecanicistas, elementalistas y reduccionistas de éste, para posicionarlo como un todo integrado y organizado (Maslow, 1982). En este sentido, como menciona Guadarrama 2004 (citado en Labarca, 2016), la perspectiva humanista no sólo ha desempeñado el papel de comprensión teórica del ser humano, sino de instrumento de toma de conciencia para la actuación práctica. Este es el verdadero marco de la psicología humanista, es una de las aportaciones que entrega para la comprensión del ser humano en su visión más amplia e integral. Los trabajos y la investigación desde la psicología humanista se han enfocado en el estudio y la promoción de los procesos integrales de la persona. Aborda el estudio desde una perspectiva integral con el objeto de lograr una comprensión más amplia e integradora de la persona humana, así como promover el proceso de desarrollo del potencial bio-psico-social-espiritual (González, 2006). Una de las premisas fundamentales que sostiene la Psicología Humanista, es 6 justamente esta visión que encarna del ser humano como una totalidad, entendiendo la totalidad como el conjunto de sentidos, emociones, sentimientos, intereses, valores, inteligencias, relaciones, voluntades y la realidad del contexto del que es parte (Aizpuru, 2008). En este sentido, la Psicología Humanista describe al ser humano como un ser bio psico social, con las características de ser único, autónomo, responsable, cambiante y que se constituye como persona a través de la relación con los otros. Es un ser en un contexto humano, consciente de sí mismo y de su existencia, intencional y con facultades para decidir. “Es un ser que se encuentra en constante cambio y desarrollo, capaz de auto trascender y auto dirigirse, es decir, trae innatamente una tendencia hacia la supervivencia y hacia la autorrealización” (Muñóz, 2015). Según Rogers 1957 (citado en Lafarga, 1988) el ser humano es positivo, se mueve hacia adelante, es constructivo, realista y digno de confianza; es una organización que está en continuo proceso. 1.1.1 Enfoque centrado en la persona Ahora bien, uno de los enfoques más importantes y desarrollados dentro de la Psicología Humanista es el Enfoque Centrado en la Persona. Este enfoque que parte desde la psicoterapia sentó las bases para el estudio y la comprensión del ser humano y de las relaciones humanas, así como de los procesos de facilitación de crecimiento personal. Para ello, el paradigma humanista postula a la persona como eje central del modelo, es decir, se sitúa a la persona o ser humano en el centro de su estudio porque es la principal fuente del desarrollo integral (Hernández, 1998). Partiendo de este enfoque se puede comprender apropiadamente a la persona anteponiendo y valorándola por encima de todo, al considerarla como ya se hizo mención, una persona con capacidades innatas de crecimiento, autorregulación y actualización. La orientación de cualquier proceso se dirige a la persona y camina a su paso y a su ritmo. Este enfoque se basa en la construcción de una relación en la que por lo menos una de las dos partes tiene la intención de promover el crecimiento, desarrollo, 7 maduración, mejor funcionamiento y el mejor enfrentamiento a la vida del otro, quien puede ser un individuo o un grupo Rogers 1958 (citado en Lafarga, 1986). Una relación de ayuda tiene el objetivo de facilitar el crecimiento personal de una persona, por tanto, se puede dar en diferentes espacios: en la familia, entre padres e hijos; en un hospital, entre paciente y doctor, psicoterapeuta y cliente; en la escuela, entre educador y educando, facilitador y educando, orientador y cliente, entre otros espacios. Teniendo lo anterior como base, cuando en la relación se establecen las condiciones de aceptación, congruencia y empatía, el ser humano tiende a actualizarse, tiende al desarrollo y al crecimiento a través del despliegue de su potencialidad y de su creatividad. Las actitudes básicas promueven la tendencia actualizante como capacidad innata y natural de autodesarrollo que posee toda persona (cambio de sus autoconceptos, actitudes y conductas), que los conducirán al máximo despliegue y auto realización de sus potencialidades. No se trata de hacerle algo al individuo o inducirlo a hacer algo en relación a sí mismo. Por el contrario, se trata de liberarlo para que tenga un crecimiento y un desarrollo normal. Se trata de quitar obstáculos para que su desarrollo sea pleno (Martínez, 2006). De esta forma, la visión integral del ser humano que presenta la psicología humanista, ha permitido que se elabore todo un marco de estudio y comprensión del ser humano que se ha manifestado dentro de las distintas esferas en las que se desenvuelve, teniendo en todo momento como objetivo la formación integral del ser humano. 1.2 Psicología humanista y educación Una de las esferas en las que constantemente se ha luchado por promover el desarrollo del propio ser, ha sido la educación. La educación es un proceso que tiene como finalidad contribuir al desarrollo integral del individuo; es decir, el sentido educativo no debe centrarse solamente en el desarrollo de lo cognitivo, sino desde la psicología humanista, se propone también el desarrollo de las 8 dimensiones afectiva, social y física. De hecho, una de las aportaciones más importantes a la educación desde la psicología humanista, es la atención que le otorga a lo emocional. Por esta razón, y como menciona Lafarga (1978) la educación debe dirigirse hacia el ser humano completo, debe incluir tanto la cognición como la emoción y el afecto. Se debe basar en el respeto a la libertad individual que supone por parte del educando un ejercicio responsable de dicha libertad, sólo así se podrá verdaderamente ejercer un modelo de educación que mire, comprenda y acompañe a los estudiantes de una forma integral. Por tanto, un sistema educativo debe estar fundamentado en la promoción de valores, virtudes, actitudes positivas y desarrollo general e integral de los individuos que educa. (Corchado, A. 2013, pp. 7). El proceso educativo se mira como un camino para la toma de conciencia, para promover en los estudiantes la conciencia sobre sí mismos y sobre su realidad; debe promover el respeto hacia el ser humano, hacia sus derechos y sus responsabilidades. Como expresa Sebastián (1986) la educación es un medio favorecedor del desarrollo de la tendencia actualizante que es inherente a todos los seres humanos. Esta tendencia deberá ser potenciada si se atienden las necesidades personales de cada alumno y se le proporcionan opciones válidas de auto conocimiento, crecimiento y de decisión personal. 1.2.1 Enfoque centrado en el alumno Para poder cumplir y promover dichos objetivos que ha planteado la psicología humanista, se propone que la educación siga el camino que propuso el Enfoque Centrado en la Persona, y plantea el Enfoque Centrado en el Alumno como la vía que permitirá contemplar los principios de la psicología humanista respecto al ser humano para promover el desarrollo integral de los estudiantes. Este enfoque permite situar al estudiante en el centro de la educación para dirigir y enfocar los objetivos de acuerdo a sus necesidades de autorrealización y de crecimiento, lejos de seguir programas y modelos descontextualizados e impuestos, se propone que 9 el camino de la educación surja de las necesidades de los estudiantes. Desde esta propuesta, se coloca a los estudiantes al centro de este modelo. Como menciona Aizpuru (2008) dentro de la perspectiva educativa se debe también estudiar al ser humano de una manera integral, como una totalidad, con una personalidad en permanente cambio y constante desarrollo e imbuido en un contexto interpersonal. La educación, por tanto, debe ser liberadora, debe dejar atrás los paradigmas educativos que miran la educación como una herramienta instrumental y generalista. Por ello, el enfoque centrado en el alumno busca y promueve el desarrollo integral de los estudiantes. Ahora bien, para cumplir con el cometido de la educación desde esta perspectiva, se deben plantear y describir los elementos y premisas principales. Como ya se mencionó, una de las aportaciones más importantes a la educación desde este enfoque, fue la importancia que se le otorgó a la dimensión afectiva, asimismo, la importancia de la construcción de relaciones dentro de los espacios educativos, específicamente, la relación docente -alumno se vuelve fundamental dentro de este enfoque educativo. Para tener mayor claridad sobre qué es el desarrollo integral y cómo se puede promover, es necesario describir cuáles son los componentes del desarrollo del ser humano. 1.3 Dimensiones que promueven el desarrollo integral de los estudiantes A continuación, se expondrán las dimensiones que componen al ser humano y que se buscan promover y potenciar a partir del enfoque de la psicología humanista: Dimensión afectiva La dimensión afectiva se refiere al conocimiento y reconocimiento de nuestro mundo emocional, sentimental y afectivo, así como el de los demás. La dimensión 10 afectiva implica aprender el lenguaje de nuestras emociones y sentimientos, reconocerlos en mí y en los otros. Esto a su vez, se vincula y enriquece con nuestra dimensión social ya que nos da la posibilidad de construir mejores relaciones interpersonales dentro de los centros escolares y de facilitar el autoconocimiento de los estudiantes. La educación desde la Psicología Humanista amerita una formación que no sólo haga énfasis en lo cognitivo, como tradicionalmente se aborda en el hecho educativo, sino también en lo afectivo. Según Maturana (1996) “la convivencia exige el encuentro en un espacio de acciones y emociones comunes”. El hecho de acompañar procesos educativos, implica una relación humana, y en tanto humana está provista de relaciones emocionales, sentimentales y afectivas que se dan dentro de los salones de clases y se manifiestan de diferentes formas, por lo que desligar los afectos de la educación, resulta imposible. Los paradigmas educativos tradicionales que han intentado deslindar y alejar lo experiencial de la educación, promoviendo la objetividad educativa, hoy reflejan sus graves carencias y fallos. Es por ello que Freire (2004) se pregunta cómo se podría ser educador si no desarrollo en mí la necesaria actitud amorosa hacia los educandos con quienes me comprometo en el propio proceso formador del que soy parte. Es decir, impera la necesidad de proponer un nuevo paradigma educativo que asiente las bases de la dimensión afectiva como uno de los elementos evidentemente necesarios dentro de la educación. Una realidad que no podemos negar es que las emociones están presentes en nuestros pensamientos, en nuestras ideas y en lo que creemos del mundo. (Labarca, 2016). Lo afectivo no excluye lo cognoscitivo. Nuestras emociones y sentimientos se manifiestan cuando, por ejemplo, aprendemos nuevos conocimientos, cuando sentimos interés o desagrado por algún tema, cuando establecemos relaciones interpersonales con nuestros compañeros del aula y con nuestros docentes, cuando presentamos exámenes, 11 cuando nos evalúan y autoevaluamos. Nuestras emociones y sentimientos que surgen en las distintas esferas en las que nos relacionamos como en la familia, con nuestra pareja, entre nuestras amistades, etc., se manifiestan innegablemente en las aulas de clase, por tanto, éstas no son ajenas ni se excluyen en los procesos educativos. Como menciona Rodríguez (1990) la educación integral debe aceptar los sentimientos como la base de la conciencia social, la cual, según esta perspectiva requiere educar desde este espacio afectivo para que se promueva la aceptación del otro y el conocimiento y reconocimiento de nuestras propias emociones y sentimientos y las de los demás. Este clima de respeto, cercanía, aceptación y escucha, establece las condiciones idóneas para el aprendizaje y para el crecimiento personal de los estudiantes. Rogers (2000) señala que cuando se le permite al otro comunicar lo más personal y singular de sí mismo se logra un acercamiento más profundo y estrecho. La aceptación y comprensión que percibe, le permite avanzar hacia su propia maduración. Dimensión social La dimensión social se refiere a la construcción de relaciones interpersonales sanas: amistades, relaciones profesor-alumno, relaciones de pareja, núcleo familiar, centros de trabajo, círculos cercanos, etc. Se consideran sanas porque están basadas en el respeto, en la empatía, en la aceptación, en la escucha y en el bien común. No podemos olvidar que desde la psicología humanista no se concibe al ser humano en solitario, sino dentro de una concepción de intercambio personal (Aizpuru, 2008), es decir, el ser humano por naturaleza, es un ente social, no se concibe aislado, por lo que es necesario el desarrollo de la capacidad y habilidad para establecer relaciones como parte de su desarrollo integral. Esto nos lleva a afirmar que para explicar, comprender y contribuir al desarrollo personal de los 12 individuos debemos tener presente su contexto interpersonal y social, por tanto, para lograr consolidar relaciones interpersonales sanas, es fundamental que se promuevan, se modelen y se enseñan las actitudes básicas que desde la psicología humanista se proponen, así como el respeto y las habilidades de comunicación y expresión. La empatía, la aceptación incondicional y la autenticidad son las actitudes básicas que propone la educación humanista como uno de los elementos que contribuyen a desarrollar la capacidad de relacionarse. Estas actitudes favorecen un ambiente de confianza, de apertura y de respeto en donde los estudiantes tienden a responder más a los sentimientos, dan más aprecio, responden más a la opinión e ideas de los demás compañeros de clase y, evidentemente, impacta directamente en el crecimiento positivo del estudiante y en su forma de relacionarse. Las prácticas de acompañamiento bajo este esquema son necesarias para construir relaciones afectivas y sanas dentro y fuera de los centros escolares. Prácticas en las que exista un respeto a la individualidad de cada persona, consideración a sus circunstancias vitales y reconocimiento de lo que son por derecho propio, es decir como seres humanos (Labarca, 2016). No podemos dejar a un lado el acento que la psicología humanista le da al ser humano como un ser social, con dignidad, valor y unicidad por sobre todas las circunstancias: materiales, intelectuales y espirituales. Por otra parte, cuando se desarrolla la capacidad de relacionarse con el otro, se logran establecer relaciones bajo las condiciones mencionadas y en conjunto se desarrollan la dimensión afectiva y la dimensión cognitiva, es entonces que se puede llegar a lo más humano del proceso formador educativo desde la psicología humanista: el rol social que cada estudiante tiene en la sociedad. Como menciona Gómez del Campo (citado en Lafarga, 1978), en la actualidad es necesario educar para el compromiso social, es decir, para insertar al individuo en la totalidad del medio social a fin de tener una conciencia plena de los vínculos 13 que nos unen con la comunidad y la conducta que tales vínculos suponen. La visión humanista promueve seres humanos que sean conscientes de su posición y de su rol en la sociedad, por ello propone incentivar el pensamiento crítico, el respeto, la voluntad y las actitudes básicas que contribuyan a construir una sociedad más justa. Como bien menciona Rogers, 2000 (citado en Labarca, 2016) la educación es uno de los pilares más importantes en la configuración de un país como un espacio de convivencia. Sin embargo, también es importante mencionar que, si bien la educación no es la solución total a la problemática del mundo actual, dentro del paradigma correcto sí es una forma viable de evitar la pasividad y retomar la toma de conciencia responsable como parte de un modelo que promueve el desarrollo integral de los estudiantes (Aizpuru, 2008). Dimensión cognitiva Esta dimensión se refiere al desarrollo de las capacidades cognitivas, es decir, a la capacidad de pensar, reflexionar, analizar, imaginar, razonar, sintetizar, argumentar, crear, opinar. Pensar por sí mismos se refiere a pensar desde la conciencia, es construir al ser (Labarca, 2016). Desarrollar las capacidades cognitivas implica que el ser no se sujete al comportamiento y pensamiento meramente normado y limitado a las necesidades sociales. Se trata del razonamiento propio, de cuestionar, de ser conscientes, de preguntar. Se trata de desarrollar procesos creativos, de reflexión y de opinión. Es desarrollar cada una de estas facultades a la par que promovemos el desarrollo afectivo y social de los estudiantes, es decir, se propone vincular lo cognitivo con lo afectivo, con nuestras experiencias, sentidos y significados personales. Por tanto, también se busca promover sentimientos positivos de los estudiantes hacia sus aprendizajes y estudios, pues vincula la dimensión cognitiva con experiencias vivenciales. El desarrollo de la dimensión cognitiva promueve la capacidad de ser y estar en el 14 mundo relacionada con el aprendizaje y el conocimiento. Dimensión física Esta dimensión se refiere al conocimiento del cuerpo. Es la capacidad de conocer, reconocer y auto conocer el funcionamiento de nuestro cuerpo. Desarrollar las capacidades que nos permitan el auto reconocimiento de las sensaciones, percepciones y emociones en nuestro cuerpo, así como el conocimiento y reconocimiento de los diferentes sistemas que nos integran es un proceso de concientizar y sensibilizar sobre nosotros. La importancia de esta dimensión se relaciona con la construcción del auto conocimiento, del auto concepto, de la auto percepción, de la auto estima, de las formas en las que se siente y se percibe el ser humano en el mundo. Por ello, es fundamental como parte del desarrollo integral del individuo, del ser social, del ser cognitivo, del ser afectivo, pero también del ser físico. 1.4 Elementos que contribuyen al desarrollo integral de los estudiantes Una vez descritas las dimensiones que conforman al ser humano, es importante conocer los elementos y factores que tienden a promover el potencial de cada una de estas de manera integral. Aprendizaje significativo González (2006) define el aprendizaje significativo desde la psicología humanista como un proceso integral y núcleo central del proceso de desarrollo y de la plena realización del potencial bio-psico-social-espiritual debido a que siempre es el producto de un cambio significativo en la percepción y que conduce a modificaciones en las actitudes, conductas, valores e incluso en la personalidad de quien aprende. 15 Este proceso se considera como una actividad social porque se encuentra íntimamente asociado con la interacción humana, así como con los conocimientos previos y las experiencias de vida del educando. Es un proceso activo y dinámico en el que el educando aprende a aprender, incluye la totalidad de la persona en la experiencia misma del aprendizaje, ocurre de manera constante y continua a lo largo del proceso al que llamamos vida. La facilitación del aprendizaje es entonces el objetivo que tiene la educación, para lo cual es necesario que se adopte una perspectiva globalizante de lo intelectual, lo afectivo y lo interpersonal (Hernández, 1998). Objetivos del aprendizaje significativo: De acuerdo con González (2006) y Barraza (2015) los objetivos que se buscan con el aprendizaje significativo son los siguientes: Promover la libertad responsable y la confianza tanto en el estudiante como en su proceso de desarrollo. Impulsar el interés y el gusto por conocer más. Fomentar las actitudes de autonomía e interdependencia, así como la apertura al diálogo, a la experiencia y al cambio. Impulsar el desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico y de la creatividad. Promover la interacción consciente de las relaciones interpersonales y con el medio de forma comprometida, armónica, solidaria y significativa. Promover el auto conocimiento en los estudiantes. Condiciones para promover el aprendizaje significativo Para toda condición facilitadora de cualquier proceso, en este caso de la educación, desde la psicología humanista se plantean condiciones básicas que 16 ayudan en gran medida a facilitar cualquier proceso de aprendizaje y son las siguientes: Los objetivos educativos se centran en los estudiantes mediante una relación interpersonal comprometida, aceptante, empática, congruente y auténtica. Es necesario trabajar y desarrollar las actitudes básicas dentro de los escenarios educativos: Empatía: Comprensión de la experiencia del estudiante. Aceptación incondicional: Diversas formas en que el maestro y la comunidad estudiantil muestra respeto por el estudiante. Congruencia: Pensar, actuar y hablar de forma congruente. Las relaciones dentro de los escenarios educativos deben partir de un absoluto respeto a los estudiantes y a su propio ritmo, de tal forma que le permita ir desarrollando el potencial latente en cada una de las dimensiones humanas. Reconocer y aceptar los alcances y limitaciones de los distintos niveles de desarrollo de los estudiantes y promover la disolución de las fronteras que los separan. Contemplar la educación como un proceso continuo, secuencial, integrador, envolvente y ascendente que favorece una praxis educativa, en la que se incluye la participación activa del estudiante en su proceso de aprendizaje y desarrollo, así como la apertura al encuentro consigo mismo, con los demás y con el mundo que le rodea. Incluye en su misión formativa, tanto contenidos teórico-conceptuales como 17 habilidades, destrezas y técnicas, siempre conjugadas con la experiencia, las inquietudes, los intereses y los valores de la comunidad de aprendizaje. Modela y facilita el auto descubrimiento, la auto aceptación, la autoestima, la libertad responsable, la creatividad, la expresión de sí mismo, la espontaneidad, la originalidad, el juicio crítico, el discernimiento, la comunicación abierta, las relaciones interpersonales, la apertura al diálogo, a la experiencia y al cambio, así como al reconocimiento de nuevas alternativas y caminos que conduzcan a la realización integral del potencial humano, al compromiso social y a la trascendencia. Sobre el papel de los docentes Siendo congruentes con los postulados que se han expuesto, quienes integran las instituciones educativas deberían, en su trayecto de formación, haber tenido ya la experiencia de un proceso de crecimiento personal, en el que haya vivenciado por propia experiencia los elementos necesarios que desde esta perspectiva se enfatizan. Como menciona Labarca, (2016) un docente que se ha descubierto a sí mismo como persona en el mundo, es capaz de formar personas reales, que sean conscientes de sí mismas, de su lugar en la vida y de su impacto sobre los otros. Rompe la visión individualista, separadora y competitiva que desprovee a las personas de su parte más humana. En relación a la dimensión afectiva, el docente que comprende y es consciente de sus afectos y emociones, posee las condiciones para establecer una comunicación real, promueve la escucha y el respeto, promueve la empatía. Rogers (2000) menciona que el educador debe tener como consideración principal la búsqueda de la liberación del estudiante, ya que cuando los estudiantes ven en el curso una experiencia que puede servirles para resolver problemas que les preocupan o interesan, hay una asombrosa sensación de libertad y un verdadero progreso. 18 Esto resulta fundamental cuando hoy día parece ser que la educación todavía cumple un papel meramente administrativo y reducido a la entrega de constancias con títulos educativos. La educación debe ser formadora, debe ser potencial para el desarrollo de niñas, niños y jóvenes. Para ello, es importante que el educador humanista reflexione su práctica cotidiana, así como su acción en el mundo; que su hacer se fundamente en la conciencia de su acción y de su relación con los estudiantes. En este contexto, el diálogo se hace clave (Labarca, 2016). El educador es un modelo que, a través de las herramientas humanistas, ejemplifica las actitudes básicas, el respeto por el otro, la autenticidad, la apertura a la comunicación y la comprensión del otro. Cuando un docente escucha a sus alumnos, y sus alumnos se sienten escuchados, se forja un lazo con un impacto afectivo muy importante en la relación docente-alumno. Este último se siente tomado en cuenta, se siente reconocido, respetado y aceptado. Cuando se establece un verdadero diálogo basado en la aceptación incondicional del otro, permite reconocerse unos entre otros y sólo así se permiten construir y transformar el mundo que nos rodea. Freire (2005) habla del respeto a los educandos, a su capacidad creadora, como la necesaria apertura y promoción de un pensamiento nuevo, consciente y libre para ser en los estudiantes. La apertura al diálogo es un respeto que pasa por aceptar su saber como válido. Es la aceptación del otro como un legítimo otro en convivencia. Para lograr lo anterior, de acuerdo a Barreiro (2005) se plantea que el docente pueda tener estas actitudes desarrolladas para su práctica educativa: Autenticidad del facilitador del aprendizaje Se refiere a que el docente es una persona auténtica, se comporta tal cual es, puede relacionarse con el estudiante sin presentar una máscara o fachada, es mucho más probable que sea efectiva la relación. 19 Estimación, aceptación y confianza Se refiere a apreciar al estudiante, apreciar sus sentimientos, sus opiniones, su persona. Aceptar a este otro individuo como persona independiente y respetarlo por su propio valor. Asimismo, es capaz de aceptar sentimientos personales que pueden estorbar o facilitar el aprendizaje. La aceptación del estudiante por parte del facilitador constituye una expresión operacional de su confianza básica en la capacidad del organismo humano. Comprensión empática Un elemento más que ayuda a crear el ambiente propicio para un aprendizaje experiencial, es la comprensión empática. Esto quiere decir que el facilitador tiene la habilidad de entender al estudiante, cuando tiene una sensibilidad consciente sobre lo que significa para el estudiante el proceso de educación y aprendizaje. Una vez revisadas y descritas las premisas fundamentales que expone la psicología humanista para la educación, el siguiente capítulo abordará y describirá el eje de Escuela al Centro del nuevo Modelo Educativo para su posterior análisis con base en este primer capítulo. 20 2. EL NUEVO EJE, ESCUELA AL CENTRO El presente capítulo aborda de manera general, uno de los principales ejes del Modelo Educativo 2017, la Escuela al centro. A continuación, se plasman las principales razones y los objetivos que justifican la nueva propuesta para la educación en México, así como sus premisas fundamentales, lo cual permitirá tener los elementos necesarios para hacer una breve descripción de los aportes y las limitaciones de dicho enfoque. 2.1 Introducción al nuevo Modelo Educativo 2017 Desde que inició el proceso institucional de educación en México hasta la actualidad, la sociedad mexicana ha atravesado por diferentes cambios culturales, sociales y económicos que con el transcurso del tiempo se han conformado como indicadores para la actualización y reestructuración de diferentes aparatos institucionales que están al servicio de la sociedad, ejemplo de lo anterior, es el sistema educativo nacional en México con la puesta en marcha de la Reforma Educativa. La educación es uno de los factores más importantes y necesarios cuando se busca el crecimiento social, económico y cultural de un país. Como menciona Civera (2012) la educación es el principal elemento de desarrollo y movilidad social, es el vehículo que permite promover una sociedad consciente y activa en relación a las problemáticas de su país. Por ello, en el marco del contexto actual de México, se vuelve necesario promover una educación de calidad que contribuya a sanar las carencias y necesidades que han afectado gravemente nuestra sociedad. Si bien la educación no es la solución total a la problemática del mundo actual, dentro del paradigma correcto sí es una forma viable de evitar la pasividad y retomar la toma de conciencia responsable no sólo personal, sino conjunta (Aizpuru, 2008). Aunado a esto, son incontables los problemas que enfrenta nuestro país y que evidentemente han repercutido en el desarrollo personal de los individuos de esta sociedad. Esto aumenta la urgencia de establecer mejores condiciones para la educación que permitan contribuir a resolver las carencias que han interrumpido el flujo natural del desarrollo de los seres humanos como miembros de esta sociedad. Justificación del nuevo Modelo Educativo 2017 En este sentido, según los documentos Modelo Educativo 2016 y Modelo Educativo 2017, que redactó y publicó la Secretaría de Educación Pública, la necesidad de reestructurar el sistema educativo nacional tiene que ver con que la sociedad, actualmente, se caracteriza por ser cada vez más educada, plural, democrática e incluyente. Sumado a esto, a casi un siglo del diseño original, es evidente que el modelo establecido para regir la educación en nuestro país no refleja ya, en la organización y en los contenidos educativos, la variedad de perspectivas y culturas que preservan identidades diferentes como reflejo de la gran diversidad que nos caracteriza como nación (SEP, 2017). Estos dos planteamientos han llevado a afirmar en dichos documentos que, al cambiar el mundo, la educación también debe hacerlo, es decir, la educación debe transformarse para responder cabalmente a las exigencias y cambios actuales, así como a las necesidades futuras de los niños, niñas y jóvenes de nuestro país (SEP, 2016). Por lo anterior, se afirma que más que una era de cambios, nos encontramos frente a un cambio de era (SEP, 2017). Un segundo factor determinante para reformar la educación en México se sustenta en que, según criterios nacionales e internacionales, los aprendizajes de los alumnos son deficientes porque sus prácticas no cumplen con las necesidades de formación de los niños y jóvenes que exige la sociedad actual (SEP, 2016), es decir, hay una necesidad imperante por trascender un enfoque que ha estado dirigido únicamente a la enseñanza de nuevos conocimientos, pues esta 22 perspectiva ya no corresponde con las transformaciones que en la actualidad enmarcan a nuestra sociedad; ejemplo de lo anterior, según la SEP, son los resultados a nivel internacional que nuestro país ha obtenido, pues según estadísticas en pruebas como PISA y en comparación con países que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), México tiene un nivel educativo que está lejos de trascender, ya que se ubica dentro de los últimos lugares entre los países de la OCDE, específicamente, en el sitio 53 de entre los 65 países que participan en la prueba. De hecho, se destaca que entre el 40 y 55% de los alumnos mexicanos de 15 años de edad no alcanza el nivel de competencia básico en matemáticas, lectura y ciencias (OCDE, 2016). Con datos como los anteriores, se refleja claramente el nivel de rezago y atraso que tiene nuestro país en materia de educación, por lo que ahora se plantea en este nuevo modelo educativo, la necesidad de configurar la forma de enseñanza para promover que los estudiantes desarrollen habilidades de pensamiento como la reflexión, análisis, síntesis, creatividad, entre otros, y de esta manera, faciliten sus propios aprendizajes. En este sentido, no solamente se debe definir qué enseñar, sino también se propone toda una transformación de la cultura pedagógica que impera nuestro actual sistema educativo. Un tercer factor para la implementación de la reforma educativa es el serio problema de abandono escolar que se manifiesta sobre todo en el primer año del nivel medio superior (SEP, 2016). Este factor es necesario de analizar ya que representa uno de los problemas más grandes de la educación en México, por lo que más adelante se hará mención de este tema. Los puntos vertidos en los párrafos anteriores justifican principalmente la propuesta de reforma educativa en México que pusieron en marcha los ex Secretarios de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor y Aurelio Nuño Mayer, la cual plantea como objetivo general que la educación se convierta en un instrumento decisivo para el desarrollo humano, social, político y económico de 23 México (SEP, 2016). En julio de 2016, la Secretaría de Educación Pública presentó un planteamiento para la actualización de la educación en México, compuesto por tres documentos: Carta sobre los Fines de la Educación en el siglo XXI, Modelo Educativo 2016 y Propuesta Curricular para la Educación Obligatoria 2016. Figura 1. Documentos para la actualización de la educación en México [elaborado por quien presenta este trabajo]. Posterior a emitirse dichos documentos, se inició un proceso de discusión y consulta en el que participaron más de 1,000 representantes de distintos sectores y 50, 000 asistentes entre foros estatales y nacionales, así como consultas en línea para padres de familia. Todo lo anterior, con la finalidad de discutir y mejorar dichos documentos. Posteriormente se incorporaron a dichos documentos, las 24 conclusiones, opiniones y propuestas recabadas en ese proceso y finalmente a mediados del año 2017, se emitieron los siguientes documentos que serían la base del modelo educativo que se implementará de manera paulatina a partir del año 2018: Figura 2. Documentos que conforman la base del Modelo Educativo 2017 [elaborado por quien presenta este trabajo]. En ambos documentos se exponen los principales aciertos que se incorporaron y/o reafirmaron y que refieren a: la implementación de un enfoque humanista, los aprendizajes clave, el énfasis en habilidades socioemocionales, descarga administrativa, una nueva gobernanza, así como mejorar la calidad y articulación entre niveles y la definición del camino para llevar a cabo los objetivos planteados (SEP, 2017). Objetivo del nuevo Modelo Educativo 2017 Partiendo de los tres documentos revisados, el objetivo que plantea este nuevo Modelo Educativo, está dividido en dos partes: 1.- Carta sobres los Fines de la Educación en el siglo XXI 2.- Modelo Educativo para la educación obligatoria 25 1.- Calidad educativa: Mejorar la calidad de la educación, de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa, y la idoneidad de los docentes y directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los estudiantes (SEP, 2017). De esta forma, se busca asegurar que la educación se convierta en una plataforma para que los niños, niñas y jóvenes de México tengan las posibilidades de alcanzar sus objetivos personales y profesionales: educación para la libertad y la creatividad (SEP, 2017). 2.- Equidad en la educación: Reducir las desigualdades estructurales que persisten en el sistema educativo. Estas brechas existen en todos los niveles, ya sea entre modalidades educativas, grupos sociales o regiones, tanto en materia de acceso como en el propio desempeño escolar (SEP, 2017). Significa que el estado debe garantizar el acceso a la escuela a todos los niños, niñas y jóvenes, independientemente de su entorno socioeconómico, origen étnico o género (SEP, 2017). Específicamente, a nivel medio superior, el reto de este nuevo Modelo se centra en elevar la calidad educativa, a partir de la reorganización de los procesos educativos fundamentales como: formación y desarrollo de los docentes, las prácticas pedagógicas, los planes curriculares, la gobernanza del sistema educativo, los planes y programas de estudio, la administración escolar, así como toda una reconfiguración cultural dentro de la educación. Por ello, la balanza de esta reforma evidentemente tiende a la implementación de la supervisión escolar, así como en la descarga de administración escolar como los pilares que permitirán mejorar el sistema educativo nacional a nivel medio superior en México. Sumado a lo anterior, este nuevo Modelo Educativo plantea que para lograr los objetivos anteriores son necesarios 4 aspectos que se pueden leer a lo largo de 26 los documentos publicados por la SEP: Fortalecer el sentido y el significado de lo que se aprende. Hoy día es fundamental que como parte de una educación integral, se fortalezcan distintas habilidades y capacidades para afrontar los acontecimientos sociales que nos rodean. De esta forma se enfatiza el desarrollo de la interpretación de fenómenos, de la creatividad y del manejo de información en entornos cambiantes, así como el desarrollo de las capacidades de pensamiento crítico, análisis, razonamiento lógico y argumentación, que son indispensables para un aprendizaje profundo que permita trasladarlo a las diversas situaciones para resolver nuestros problemas (SEP, 2016). Por lo anterior, se propone ensanchar y hacer más sólidos el entendimiento y la comprensión de los principios fundamentales, así como de las relaciones que los contenidos guardan entre sí. Por el contrario, se propone eliminar la memorización de hechos, conceptos o procedimientos ya que hoy día son insuficientes y ocupan demasiado espacio en la enseñanza. En este sentido, se plantea una premisa fundamental: los aprendizajes adquieren sentido cuando verdaderamente contribuyen al pleno desarrollo personal y social de los individuos (SEP, 2016) Este último punto es fundamental ya que enfatiza la importancia del aprendizaje significativo que además, desde este modelo, se pretende vincular con que los estudiantes se desarrollen como personas más libres, autónomas, responsables, competitivas e íntegras. Educación integral. Este punto tiene que ver con que la formación integral de los estudiantes incluya estrategias para el desarrollo de sus emociones, oportunidades para hacer deporte, así como tener contacto con las artes y la cultura en general (SEP, 2016). Por ello, se pretende educar a personas que tengan la motivación y la capacidad 27 de lograr su desarrollo personal, laboral y familiar, dispuestas a mejorar su entorno social y natural, así como continuar con su formación académica y profesional. Derecho a la educación para todos. Este tercer punto, plantea que a partir de los principios que dan sustento a la educación inclusiva, se postula la eliminación de las barreras que impiden el aprendizaje y la participación de todos los alumnos, con especial énfasis en aquellos que presentan condiciones de vulnerabilidad (SEP, 2017). Desarrollar las competencias genéricas y disciplinares. Finalmente, en la educación media superior, las competencias genéricas y disciplinares deben estar articuladas con el perfil de la Educación Básica, y deben favorecer la continuidad del proceso educativo. A continuación se define cada una de ellas: Figura 3 Definición de las competencias disciplinarias y las competencias genéricas [elaborado por quien presenta este trabajo]. C o m p e te n c ia s d is c ip li n a re s Se refieren a las nociones que expresan conocimientos, habilidades y actitudes mínimos necesarios de cada campo disciplinar (SEMS, 2008). C o m p e te n c ia s g e n é ri c a s Son aquellas habilidades, destrezas y actitudes aplicables en un amplio campo de ocupaciones, condiciones y situaciones profesionales (Medina, Amado, Brito, 2010). 28 Competencias genéricas Se autodetermina y cuida de sí. Se expresa y comunica. Piensa crítica y reflexivamente. Aprende de forma autónoma. Trabaja en forma colaborativa. Participa con responsabilidad en la sociedad. Competencias disciplinares Matemáticas. Ciencias experimentales. Ciencias sociales. Comunicación. Con los puntos anteriores, se concluye la descripción del panorama en el que fue propuesta la Reforma Educativa, y con ella, el nuevo Modelo Educativo para la educación en México. Los puntos anteriormente vertidos sirven para entender los siguientes cinco principales ejes del Modelo Educativo 2017, mismos que se circunscriben y sostienen en el marco descrito en el inicio de este primer capítulo. 2.2 Los cinco principales ejes del nuevo Modelo Educativo 2017 a nivel medio superior El Modelo Educativo para la educación obligatoria, explica cómo la reorganización del sistema educativo en cinco grandes ejes contribuirá a que niñas, niños y jóvenes de nuestro país desarrollen su potencial para ser exitosos en el siglo XXI (SEP, 2017). El primero de estos es el Planteamiento Curricular, que tiene que ver con una 29 reestructuración de la cultura pedagógica reflejada en un nuevo plan curricular construido a partir de los cambios que circunscriben a nuestro país y enfatiza los aprendizajes clave como base de este nuevo currículo. El segundo eje, Escuela al Centro, plantea justamente la reorganización de la escuela como el espacio en el que convergen los recursos y esfuerzos de los distintos actores de la educación, es decir, docentes, directivos, la participación social, así como los estudiantes. El tercer eje es la Formación y Desarrollo Profesional Docente, que plantea el apoyo en la formación de docentes de manera permanente y basado justamente en los ejes anteriores, con la finalidad de estimular a los estudiantes en su proceso educativo. El cuarto eje es la Inclusión y equidad, que busca eliminar las barreras que han existido por años dentro de la educación y que ha impedido que existan las condiciones necesarias para que todos los niños, niñas y jóvenes tengan acceso a la educación. El quinto y último eje es la Gobernanza del Sistema Educativo, que busca la reorganización de los actores involucrados en el proceso educativo para un funcionamiento adecuado. Para ello, aborda la participación del gobierno federal, gobiernos estatales y la relación entre la autoridad educativa y el magisterio. 2.3 El nuevo eje, Escuela al centro, a nivel medio superior Ahora bien, para los fines de este trabajo y por el contenido que enseguida será descrito, el eje Escuela al centro, será el foco de análisis de esta tesis. Para ello, expongo una estructura del panorama y las características principales de dicho eje, basada en la lectura que realicé de los documentos que emitió la SEP: Modelo Educativo 2016 y Modelo Educativo 2017. 30 De acuerdo con los documentos emitidos por la SEP, gran parte de los problemas de educación en México que justifican el nuevo Modelo Educativo, se derivan del enfoque erróneo y poco funcional con el que se concibe a la escuela, así como con las actividades y funciones designadas a cada integrante de las comunidades escolares, que poco corresponden a las necesidades de cada escuela. Esto lo sostienen a partir de las siguientes razones: La primera de ellas es que existe una gran carga de actividades administrativas dentro de las instituciones educativas, que se deriva de los órganos superiores del sistema educativo nacional que únicamente se encargan de transmitir políticas y supervisar su adecuada instrumentación dentro de cada escuela, supuestamente para el funcionamiento de ésta. Sin embargo, lo único que hace es convertirla en uno de los últimos eslabones de la burocracia del sistema educativo nacional. Estas políticas, además, se imponen desde la lejanía de la realidad educativa, ya que son autoridades externas quienes dictan qué políticas se deben cumplir y de qué forma, lo cual, sumado al carácter administrativo que las caracteriza, las convierte en políticas ineficaces y obsoletas para el buen funcionamiento de cualquier institución educativa. Derivado de esta gran carga administrativa, se critica que se ha reducido la función de la supervisión escolar a vigilar que las escuelas cumplan con las reglas y realicen las tareas que les han sido definidas externamente (SEP, 2017), lo que también es consecuencia, evidentemente, de la gran carga administrativa que existe. Incluso, se hace mención que parte del problema que impide el desarrollo de la escuela como una organización con autonomía de gestión es la falta de claridad en las reglas que norman la actuación de los supervisores escolares y las autoridades educativas. Otro punto importante que se expone en los documentos de la SEP, es que, como consecuencia de estas actividades administrativas, el contenido pedagógico de las tareas y actividades que se designan dentro de las escuelas queda subordinado al 31 área administrativa. Resulta tanta la carga de estas tareas que además se desincentiva el trabajo colaborativo y se desaprovechan las posibilidades de intercambio horizontal y de aprendizaje entre pares (SEP, 2017). De la misma manera, se inhibe la creatividad, la innovación y el cambio por parte de los docentes, tendientes a mejorar el aprendizaje como consecuencia de esta saturación de actividades (SEP, 2017). Todos estos factores son determinantes para que el uso del tiempo en las aulas y en las escuelas, así como las interacciones significativas por parte de la comunidad escolar y estudiantil, sean ineficientes. Asimismo, el nuevo Modelo Educativo critica también la existencia de una visión estandarizada que sostiene la organización de la gestión escolar. Dicha visión que ha sido instaurada por décadas, promueve que se apliquen los mismos principios y lineamientos de trabajo a todas las escuelas sin distinción alguna; lo cual también se deriva de que la designación de tareas y actividades quede a cargo de los órganos superiores de educación. Por último, en los documentos de la SEP también se afirma que existe una grave frustración personal y colectiva dentro de las comunidades escolares a consecuencia del conjunto de problemas que existen dentro de la educación, por lo que es necesario plantear un nuevo enfoque que termine con las deficiencias que ha dejado este último. Esto resulta fundamental debido a que en esta época y en el actual contexto en el que se encuentra nuestro país, se está produciendo un pánico moral inmenso por la forma de preparar a las nuevas generaciones, lo que ha convertido a las escuelas en destinatarios políticos en los que se depositan los asuntos no resueltos en la sociedad Hargreaves 2005 (citado en Cisneros, 2014). Como resultado, los docentes tienen que asumir grandes responsabilidades demandadas por esta nueva sociedad, que además sigue evolucionando y planteando nuevas necesidades y compromisos que colocan al docente en una posición de alta exigencia dentro de este escenario educativo. Asimismo, la 32 escasez de tiempo, la saturación de tareas administrativas, las obligaciones correspondientes a sus labores, el exceso de responsabilidades, los constantes conflictos dentro de las aulas y el hecho de que el estudiante pase a un segundo término para darle primacía al cumplimiento del programa y de los tiempos del curso, son también elementos clave para que se generen ambientes de frustración como resultado de las implicaciones que tiene el ejercicio profesional del docente así como de los actores involucrados de manera directa e indirecta en los centros escolares. No siendo suficiente lo anterior, los maestros de básica y media, así como los profesores universitarios contemplan su trabajo como un medio de subsistencia y no como una realización personal, dificultando la posibilidad de hacer una labor significativa tanto para sí mismos como para sus alumnos (Labarca, 2016). Como mencionan Rodríguez, Oramas y Rodríguez 2007 (citado en Cisneros, 2014), tal escenario de la educación genera problemas de calidad en el sistema de enseñanza que son necesarios de analizar y visibilizar con la finalidad de atender de manera paulatina, las carencias que se han acumulado en nuestro Sistema Educativo. Ante este escenario, la SEP (2017) “ plantea como uno de los elementos clave de la transformación educativa en el siglo XXI, poner la escuela al centro del funcionamiento del sistema educativo” (p. 95). Este nuevo enfoque tiene como objetivo fortalecer a la comunidad escolar como centro del sistema educativo y orientar los recursos y las acciones hacia una educación de calidad con equidad. Por tanto, este nuevo enfoque busca sentar las bases para construir centros escolares que fomenten el trabajo colaborativo y colegiado, el aprendizaje entre pares y la innovación en ambientes que promuevan la igualdad de oportunidades y la convivencia pacífica, democrática e inclusiva en la diversidad. Asimismo, la SEP (2017) afirma que “el nuevo enfoque busca impulsar la planeación estratégica, la evaluación para la mejora continua, el uso efectivo del tiempo en las aulas con 33 interacciones significativas, y la creación de ambientes adecuados para el aprendizaje” (p. 99). Esta nueva gestión pedagógica busca fortalecer los liderazgos directivos, las prácticas docentes flexibles, la participación social responsable, y un mejor uso de los recursos de la escuela, con base en principios de ética, transparencia, eficiencia y rendición de cuentas. “Un modelo con la escuela al centro permite a maestros, directores, supervisores y demás autoridades identificar retos y fortalezas y crear colectivamente soluciones a sus problemas educativos con mayor autonomía y pertinencia” (SEP, 2017, p. 108). Para lograr dichos objetivos, la Escuela al Centro, propone las siguientes condiciones mínimas para su cumplimiento: fortalecimiento de los Consejos Técnicos Escolares y de zona, la descarga administrativa, fortalecimiento de la supervisión escolar y la participación social, mismos que se desglosan de la siguiente manera: 2.3.1 Premisas fundamentales del eje, Escuela al centro, a nivel medio superior 1.- Descarga Administrativa Un reto clave para una nueva forma de gestión escolar es la descarga administrativa de las figuras educativas claves en el sistema: docentes, directores, asesores técnico-pedagógicos y supervisores (SEP, 2017). Para ello, una herramienta clave tiene que ver con la construcción de sistemas de información que eliminen o faciliten las actividades de todas las figuras educativas. Asimismo, se propone mejorar la comunicación al interior de los centros escolares, eliminar la duplicidad de actividades, reducir los requerimientos a las escuelas y facilitar las necesidades de las escuelas para su oportuna respuesta. 2.- Fortalecimiento de consejos técnicos escolares, de zona y la supervisión 34 escolar. - Liderazgo directivo: Este planteamiento establece habilitar y facultar gradualmente a las escuelas para que, bajo el liderazgo del personal directivo se logren los objetivos planteados en este modelo, es decir, se propone que la dirección de la escuela sea el engranaje que articule a la institución con el resto del sistema educativo, y ejerza el liderazgo pedagógico que conduzca a la conformación de una comunidad escolar con una visión, objetivos y metas acordadas mediante el trabajo colaborativo (SEP, 2017). Para lograr lo anterior, se propone la capacitación de los directivos en el ámbito de gestión y en el ámbito pedagógico, así como en la planeación estratégica como herramientas que ayudarán a construir la autonomía de gestión desde la dirección escolar. - Fortalecimiento del papel docente: En relación al fortalecimiento del papel de los docentes, a lo largo de los documentos revisados se encuentran tres propuestas para llevar a cabo este planteamiento. La primera propuesta se refiere a la conformación de Academias a nivel medio superior que permitan que los objetivos generales del Marco Curricular Común de la educación media superior, se cumplan a cabalidad y sean contextualizados a cada grupo específico de estudiantes. Las Academias las definen como el conjunto de docentes y directivos que labora en un plantel enfocados al análisis, colaboración y reflexión colectiva. Para ello, las Academias deben orientar sus metas, principalmente, a las siguientes prioridades: 35 Figura 4. Metas establecidas para las Academias conformadas por docentes [elaborado por quien presenta este trabajo]. El acompañamiento planteado en las metas, lo definen como una asesoría que se brinda al personal docente y a la escuela para apoyar procesos de formación continua y desarrollo profesional. Facilita que los docentes tengan elementos teóricos y metodológicos para la construcción de ambientes de aprendizaje (SEP, 2018). a) Asegurar las condiciones básicas en el proceso de enseñanza- aprendizaje. b) Proporcionar acompañamiento a los estudiantes que tienen rezago con la finalidad de prevenir la deserción escolar. c) Que los alumnos adquieran los aprendizajes esperados y desarrollen la capacidad de “aprender a aprender”. d) Que las escuelas se formen como espacios de convivencia pacífica, inclusivas y participativas donde los jóvenes aprendan a convivir. e) Buscar que la mejora del trabajo docente en el aula se base en el análisis y reflexión compartida. f) Consolidar la evaluación interna como actividad permanente para el mejoramiento de la práctica profesional de los docentes. g) Trabajar en conjunto para instrumentar el planteamiento pedagógico que derive en proyectos de enseñanza de los docentes. 36 Ahora bien, por la magnitud de estas metas, se propone que las Academias se consoliden como órganos colegiados de decisión técnico-pedagógica para implementar de forma colaborativa los compromisos de la planeación y darle seguimiento a la concreción del currículo mediante el análisis de los resultados de las evaluaciones a los aprendizajes de los estudiantes (SEP, 2017). Aunado a esto, las academias, junto con los estudiantes y padres de familia, deben establecer un marco de convivencia que fomente la autorregulación cognitiva y ética de los alumnos, y auspicie un clima escolar de alegría, respeto, integración y empatía hacia la diversidad, así como el buen manejo de los conflictos entre los miembros de la comunidad. Se busca que las Academias promuevan pautas consensuadas para la convivencia y el trabajo, dentro y fuera del aula, así como la supervisión del cumplimiento del marco curricular. Finalmente, las Academias, en colaboración con padres de familia y los propios estudiantes, deben promover en consenso el establecimiento de pautas de conducta, reglas y normas institucionales, así como protocolos de prevención, atención oportuna de situaciones de acoso escolar, violencia y adicciones, esto con la finalidad de propiciar seguridad e integridad física y emocional de todos los miembros de la escuela, así como promover un marco normativo de convivencia que impulse un clima de desarrollo armónico, de respeto, igualdad de trato y empatía hacia la diversidad, así como el buen manejo de los conflictos entre sus miembros. La finalidad de las Academias es que orienten sus metas y acciones en torno a prioridades nacionales, tal como se afirma en los documentos que expone la SEP. La segunda de estas propuestas, además de la conformación de Academias, se refiere a que el Trabajo Colegiado Docente – planeado y sistemático – se consolide como un componente clave para fortalecer y actualizar el conocimiento pedagógico de los contenidos; para mejorar el desarrollo de interacciones 37 significativas, y para favorecer la consulta, la reflexión, el análisis, la concertación y la vinculación con la comunidad académica y directiva de los planteles. El trabajo colegiado debe resultar en equipos sólidos, capaces de dialogar, concretar acuerdos, y definir y dar seguimiento a metas específicas sobre el aprendizaje y la trayectoria educativa de los estudiantes (SEP, 2017). De la misma forma, el acompañamiento a los estudiantes queda a cargo del trabajo colegiado de los docentes. Desde este nuevo enfoque educativo, se afirma que es fundamental desarrollar las capacidades de acompañamiento de los docentes hacia los alumnos -principalmente de tutoría- de tal manera que el estudiante cuente con el apoyo permanente para evitar el abandono escolar y concluir exitosamente la educación obligatoria. Para ello, la tutoría es uno de los mecanismos de acompañamiento que se propone en este nuevo modelo educativo, definida como el proceso de acompañamiento a un estudiante que, además de referir a los aspectos estrictamente académicos y cognitivos de la trayectoria escolar, apoya en las condiciones sociales, emocionales y de desarrollo personal que los conducen (SEP, 2018). Para finalizar con el papel del docente, la tercera propuesta dentro de este nuevo enfoque, es la conformación de Colectivos Docentes Especializados en Contextos de Diversidad como una herramienta clave para lograr una asistencia pertinente, oportuna y con rigor técnico y equidad (SEP, 2017). - Supervisión escolar En relación a la supervisión escolar, se propone que para que el funcionamiento del aparato educativo sea congruente, los centros escolares requieren de una estructura interna y externa de acompañamiento para el logro de las metas propuestas. Por ello, es fundamental contar con reglas precisas sobre las atribuciones y obligaciones de los directores, supervisores y autoridades de todos los niveles. 38 - Sistemas de apoyo técnico-pedagógicos Uno de los grandes retos del sistema educativo, condición indispensable para la implementación del Modelo Educativo y el desarrollo profesional de los docentes, es avanzar en la consolidación de Sistemas de Apoyo Técnico-Pedagógico para atender las necesidades específicas de las escuelas y los docentes, y acompañar el cumplimiento de su labor de acuerdo con las políticas nacionales (SEP, 2017). Este sistema de apoyo estará encargado de la supervisión escolar (conformada por el supervisor escolar como líder pedagógico, asesores técnico-pedagógicos y apoyo administrativo), que buscará integrarse a esta comunidad de aprendizaje para apoyar, asesorar y acompañar el desarrollo profesional y el mejor funcionamiento de las escuelas, según las necesidades de cada una. El Asesor Técnico Pedagógico es personal docente con funciones de asesoría técnico-pedagógica. Tiene la responsabilidad de brindar a otros docentes la asesoría señalada y constituirse como un agente de mejora de la educación para las escuelas (SEP, 2018). La ley plantea que la asistencia atienda cuatro aspectos fundamentales: el desarrollo profesional docente, el fortalecimiento de la escuela y el ejercicio de la autonomía de gestión, las capacidades de evaluación interna, y el uso de los resultados de evaluaciones externas (SEP, 2017). Tanto los sistemas de apoyo técnico-pedagógico, como las supervisiones deben funcionar como observadores formativos, es decir, como apoyos externos que identifiquen las fortalezas y las áreas de oportunidad en las escuelas. Estas figuras deben desarrollar competencias de observación en el aula, con rigor técnico y profesionalismo ético, así como capacidades de supervisión con una orientación pedagógica y retroalimentación formativa específica, para que de ella deriven recomendaciones para la práctica en el aula y en las escuelas. En cuanto al desarrollo profesional docente, es importante que los supervisores 39 visiten las aulas para apoyar a los docentes en el uso efectivo del tiempo, en la detección de estudiantes en riesgo de abandono, en la atención a sus problemas de aprendizaje y en la transformación de las prácticas pedagógicas acorde con el Modelo Educativo. Finalmente, deben brindar asesoría respecto al aprovechamiento del material didáctico, así como el establecimiento de ambientes de aprendizaje y de convivencia escolar. En relación a las evaluaciones, se plantea que la evaluación interna será una actividad permanente, y para ello es necesario brindar asistencia en su implementación, así como en la interpretación y uso de evaluaciones externas. Finalmente, en cuanto a la asesoría pedagógica, estará orientada a que los planes y programas de estudio que se imparten, consideren la situación específica de cada escuela y las características regionales y culturales de la población escolar. 3.- Participación social - Familia Como parte de la participación social, los documentos mencionan que las familias y las comunidades tienen un papel destacado en el buen funcionamiento de las escuelas y en generar ambientes propicios para que los estudiantes aprendan. En la educación Media Superior, los planteles deben proveer a los padres de familia de información y orientación que les permitan lograr una mejor comunicación con sus hijos y les ayuden a dimensionar los desafíos que enfrentan, así como a conocer mejor sus problemas, intereses e inquietudes (SEP, 2016). Es importante que los padres y la comunidad en general se involucren como corresponsables del aprendizaje de sus hijas e hijos, y coadyuven en esta tarea dentro y fuera de la escuela. De esta forma, el nuevo modelo plantea que los 40 padres brinden a sus hijos apoyo en el desarrollo de sus habilidades socioemocionales, en los procesos de lectoescritura y en el pensamiento lógico- matemático. - Instituciones y organizaciones Es de gran importancia favorecer una mayor vinculación con el sector social y el productivo con la finalidad de promover un proyecto educativo de formación integral, y de esta forma se fortalezca el componente de formación profesional en la educación media superior. Acercar a las escuelas el apoyo de instituciones y organizaciones de la sociedad permite aumentar el capital social y cultural de los miembros de la comunidad escolar, habilitar estrategias asociadas al desarrollo de planes de vida y desarrollo personal de los estudiantes, así como contar con información y orientación pertinente ya actualizada (SEP, 2017). Con esto, además, se busca contrarrestar el desarrollo de modelos asociados a conductas negativas o nocivas e involucrar a padres de familia en estas actividades. Asimismo, se plantea una estrecha colaboración con los sectores productivos con el fin de desarrollar las competencias necesarias que posibiliten en los estudiantes una inserción exitosa, tanto al mundo laboral como a una carrera universitaria. Es decir, se busca tratar de consolidar una vinculación capaz de contribuir a la formación de los ciudadanos
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