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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
COLEGIO DE PEDAGOGÍA 
 
 LA EDUCACIÓN EN LA NUEVA ESPAÑA TRAS LAS 
REFORMAS BORBÓNICAS: UNA INTERPRETACIÓN 
PEDAGÓGICA 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA 
PRESENTA 
CYNTHIA ALEJANDRA GONZÁLEZ LEÓN 
 
 DIRECTOR DE TESIS 
 Dr. ROBERTO PÉREZ BENÍTEZ 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA 2015 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
A mis padres 
Por su trabajo y sacrificio en todos 
estos años. Porque gracias a ustedes 
he logrado llegar hasta aquí y 
convertirme en lo que hoy soy. Por 
ayudarme, comprenderme y por todo el 
amor que me han dado y, que ha sido 
el pilar de esta tesis. 
Gracias por ser unos padres luchones 
que velaron por mi educación y la de 
mis hermanos, por siempre procurarnos 
en cada momento y ayudarnos en todo 
lo necesario. 
Gracias papá y mamá por su apoyo 
incondicional y sus bendiciones en 
todas mis decisiones. 
 
 A mi esposo 
Por ser mi amigo, mi confidente, mi 
novio y mi compañero en este camino 
Por permitirme conocerte y por formar 
una nueva familia conmigo. Por tu 
apoyo, comprensión y amor que me 
ayudaron a salir adelante. Por las risas, 
los consuelos y cada consejo que me 
diste para impulsarme a terminar esta 
meta. 
Gracias por todo el amor que me 
brindas. Te amo Luis Humberto. 
A mis hermanos 
Por ser mis primeros amigos, por los 
juegos, las risas y los enojos que 
compartimos, por que los 3 sabemos 
que al final siempre nos apoyaremos. 
Los quiero mucho. 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
A mis padres Vicente e Irma y hermanos Erika y Héctor por su apoyo, cariño, 
comprensión y esfuerzo incondicional; porque si no fuera por ustedes no hubiera 
sido posible este triunfo. 
 A mi esposo Humberto por siempre estar a mi lado en las buenas y en las malas; 
por su comprensión, paciencia y amor, dándome ánimos de fuerza y valor para 
seguir adelante. 
Mi admiración y agradecimiento a la Universidad Nacional Autónoma de México, 
por permitirme formar parte de la máxima Casa de Estudios y brindarme la beca 
PRONABES para continuar con mi carrera. 
Agradezco al Proyecto Unitario de Reorganización del Fondo Reservado de la 
Biblioteca Nacional por ADABI y PAPIIT, por la beca que recibí para poder realizar 
mi investigación y a la Mtra. Erika Brenda González León por darme la idea para el 
tema de la tesis y su continúo asesoramiento. 
Al Dr. Pérez Benítez por su asesoría, confianza y paciencia que tuvo para la 
realización de esta tesis. 
A mis asesores Dra. Clara Isabel Josefa Carpy, Mtra. Claudia Elena Lugo, Mtra. 
Ana del Pilar Martínez y la Mtra. Alma Silvia Díaz por sus aportaciones y 
comentarios. 
A la familia Sánchez Mora por acogerme y brindarme su cariño y apoyo. 
A mi fiel compañero de todas las noches, Radamuffin, por acompañarme en los 
desvelos durante mi carrera y la creación de esta tesis. 
 
¡Gracias! 
 
 
ÍNDICE 
INTRODUCCION 1 
Capítulo 1. PRIMERAS FUNDACIONES EDUCATIVAS EN LA NUEVA ESPAÑA 
1.1. La educación de las Órdenes religiosas 7 
1.1.1 El primer libro en la Nueva España 10 
1.2.La educación para varones 11 
1.2.1. El Colegio Mayor de Santa María de Todos los Santos (1573-1843) 12 
1.2.2. Escuela de Artes y Oficios de San José de los Naturales (1525-¿?) 13 
1.2.3. Colegio de San Juan de Letrán (1529-1857) 14 
1.2.4. Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco (1536-1785) 15 
1.3. La educación de la mujer 17 
1.3.1. Instituciones religiosas 18 
1.3.2. Colegio de la Madre de Dios (1531-1549) 20 
1.3.3. Colegio de Doncellas de Nuestra Señora de la Caridad (1548-
actualidad) 
21 
1.3.4. Colegio de San Miguel de Belem o de las Mochas (1683-1863) 22 
1.3.5. Escuelas “Amiga” 23 
1.4. La educación de la Compañía de Jesús 25 
1.4.1. Vida escolar 27 
1.4.2. Colegios 29 
1.5. El Real y más Antiguo Colegio de San Idelfonso 30 
1.5.1. Vida estudiantil 31 
1.6. La Real y Pontificia Universidad de México 33 
1.6.1. Vida universitaria 36 
1.7. Gremios 38 
1.7.1. Vida interna del Gremio 39 
1.8. Gremios de Maestros 42 
1.8.1. Organización del Gremio de Maestros 44 
1.8.2. Las Ordenanzas de Maestros del Noble Arte de Leer, Escribir y 
Contar 
45 
 
 
Capítulo 2. EL PROYECTO EDUCATIVO DE CARLOS III EN LA NUEVA 
ESPAÑA 
 
2.1. Las Reformas Borbónicas 49 
2.2. Las Carolinas Educativas 53 
2.2.1. Real decreto de expulsión de los jesuitas de los dominios bajo la 
monarquía de España 1767 
54 
2.2.2. Real cédula para que en los reinos de las Indias se extingan los 
diferentes idiomas de que se usa y sólo se hable el castellano. 1770 
57 
2.2.3. Representación del Ayuntamiento de México a Carlos III en que se 
propone la exclusión de los españoles para los puestos en América 1771 
59 
2.2.4. Real cédula para el finamiento de las escuelas por medio de las cajas 
de comunales y el pago de maestros 1778 
61 
2.2.5. Proyecto para establecer escuelas gratuitas en la Ciudad de México 
1786 
64 
2.2.6.De los expósitos; y de las casas para su crianza, educación y 
destino 1788 
65 
2.2.6.1. Escuela Patriótica 1806 67 
2.3. Abolición del gremio de Maestros 1786 69 
2.4. Educación de la mujer 71 
2.4.1. Convento de Nuestra Señora del Pilar (1757-1867) 72 
Capítulo 3. LOS CAMBIOS EDUCATIVOS TRAS LAS REFORMAS 
BORBÓNICAS 
 
3.1. La educación del Siglo XVIII en la Nueva España 74 
3.2. La educación después de la expulsión de los jesuitas 76 
3.3. Escuela de Primeras letras 78 
3.3.1. La nueva vida escolar 79 
3.4. Los libros del Siglo XVIII 82 
3.4.1. La Cartilla 83 
3.4.2. El catecismo 83 
3.4.3. El Catón 84 
 
 
3.4.4. Primer libro gratuito:Carta edificante en que […] refiere la vida 
ejemplar de la hermana Salvadora de los Santos india otomí 
85 
3.5. Las Instituciones del Siglo XVIII 86 
3.5.1. Real Colegio de San Ignacio de Loyola 1767 (Consagrado a la 
educación femenil) 
87 
3.5.2. La escuela de cirugía 1768 (cátedra de anatomía) 89 
3.5.3. La Academia de las Nobles Artes de San Carlos… Academia de 
Pintura, escultura y Arquitectura, titulada “de San Carlos” 1781 (creada para 
honra y protección del arte mexicano) 
90 
3.5.4. Real Jardín Botánico 1787 (Instituido para fomentar la médica en el 
naciente país) 
92 
3.5.5. Colegio de Minería 1792 (Instituido para fomentar la ciencia en el 
naciente país) 
94 
3.6. La Real y Pontificia Universidad de México 95 
CONSIDERACIONES FINALES 98 
FUENTES CONSULTADAS 106 
FUENTES ELECTRÓNICAS 110 
 
 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
“Analizar el pasado para entender 
 el presente y esclarecer el futuro” 
Dominio público 
 
Esta frase tiene una estrecha relación con la historia de la educación, ya que a 
partir del estudio de los procesos educativos que nos precedieron, se puede 
entender el funcionamiento de una época para descifrar los paradigmas que se 
establecieron y que son visibles los resultados en la educación actual. 
El sistema educativo, ha sufrido diversos cambios ajustándose a las 
condiciones y necesidades de cada momento histórico; con ello cada renovación 
le ha permitido convertirse en un modelo más eficiente, igualitario y accesible a 
otros estratos de la sociedad. 
La llegada de los españoles al Nuevo Mundo modificó la vida económica, 
política, administrativa, cultural y social de los habitantes de estas tierras. En la 
instrucción para la población se fundaron instituciones de acuerdo a las 
condiciones de las nuevas colonias y aunque se implementaron los modelos 
educativos fundamentados y aplicados en Europa, también, se establecieron 
instituciones dependiendo de las necesidades propias de los virreinatos. 
Durante el siglo XVIII estos sistemas educativos sufrieron cambios, a partir 
de las reformas instauradas por el rey español Carlos III, de la casa francesa de 
los Borbón. La presenté investigación tiene como objetivo estudiar estos cambios 
en el modelo pedagógico en la Nueva España. 
 
2 
 
La periodización estará determinada, en un principio, por la educación 
establecida antes del ascenso al trono de Carlos III en 1759, hasta la fundación de 
Real Colegio de Minería en 1792, que aunque para esta fecha se encontraba en el 
trono su sucesor, Carlos IV fue él quien dejo las bases para el establecimiento del 
Colegio. Este periodo de 33 años será el eje rector de la tesis, porque en este 
tiempo se suscitaron eventos históricos que cambiaron el sistema pedagógico de 
la época. Las modificaciones fueron el resultado de la legislación del rey Borbón, 
las cuales no sólo se percibieron en los niveles universitarios, sino también en la 
vida de los indígenas, la educación de la institución de primeras letras a los 
párvulos y la educación de la mujer. 
Teniendo en cuenta este periodo, la tesis se centra en cuatro ejes históricos 
específicos: 
1. La estructura de la educación colonial antes de las reformas borbónicas. 
2. El ascenso al trono de Carlos III en 1759. 
3. Los dictámenes reales que modificaron al sistema educativo. 
4. Finalmente, la instauración de nuevos institutos, derivados de las 
denominadas reformas borbónicas. 
La manera en la que abordé el tema consiste en conocer primero las 
instituciones educativas antes de las Reformas Borbónicas, cuáles fueron las 
cédulas que se dictaron en torno a la educación y cómo estos cambios influyeron 
en el sistema educativo de la colonia estableciendo nuevas instituciones como el 
Colegio de Cirugía en 1768, la Real Academia de San Carlos en 1781, el Jardín 
 
3 
 
Botánico de 1787, el Real Colegio de Minería de 1792 y el Colegio de las 
Vizcaínas en 1767, todos ellos derivados de las reformas carolinas apegadas al 
modelo ilustrado que se implementó durante el siglo XVIII, en el que se rompía 
con la antigua tradición escolástica de las instituciones pedagógicas. 
Cabe mencionar que el presente trabajo es resultado de mi participación en 
el Proyecto Unitario de Reorganización del Fondo Reservado en la Biblioteca 
Nacional de México, catalogando fuentes históricas que abarcan el siglo XVIII, las 
cuales representan una amplia gama de información de diferente naturaleza: 
educativa, oficial, política, económica, religiosa y social. 
La propuesta para esta investigación consistirá en conocer las secuelas 
educativas de dichas reformas, como principal factor del contexto histórico que ha 
permitido la evolución al sistema vigente. A partir del estudio del contexto social, 
económico y político de la Nueva España desde una perspectiva pedagógica, 
permitiendo así conocer la trascendencia de los cambios educativos. Aunque ya 
han merecido varios estudios importantes las reformas, en el entendido que, como 
expresa Clara Isabel Carpy: 
La educación no puede estudiarse de manera aislada [...] De ahí derivan la 
importancia y la necesidad del conocimiento de la historia de la educación 
y de la pedagogía tanto para los estudiantes en plena formación como para 
los docentes involucrados en esta tarea.1 
                                                            
1 Clara Isabel Carpy, (coord.). Miradas históricas de la educación y de la pedagogía. México: 
CONACYT/UNAM Posgrado Pedagogía/Díaz de Santos, 2011, p. 14. 
 
4 
 
Considero que un estudio pedagógico, permitirá ampliar el conocimiento sobre la 
educación en México, resaltando los cambios educativos vinculados a estas 
reformas y la influencia que tuvieron en el contexto cultural. 
La mayor parte de la información, proviene de documentos de la época y de 
trabajos modernos sobre la educación en México. La búsqueda de información se 
llevó a cabo en diversas bibliotecas e instituciones, tanto de la UNAM, como de 
otros centros de educación e investigación especializados. Mi principal fuente de 
información, fueron algunas cédulas y reglamentos expedidos durante el reinado 
de Carlos III. Acudí, además, a las bibliotecas de la Universidad Pedagógica 
Nacional y del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. De 
especial ayuda fueron las investigaciones de diversas autoras como Dorothy 
Tanck de Estrada, Pilar Gonzalbo Aizpuru, Josefina Vázquez y Josefina Muriel que 
han escrito sobre el tema, aportando libros, artículos, ensayos por mencionar 
algunos, lo cual me ha permitido enriquecer la tesis, aunque he querido 
profundizar un poco más en el estudio de los colegios y las cédulas que se 
dictaminaron para la Nueva España. 
Durante mi investigación sobre el tema, me enfrenté a mi primer problema: 
el esclarecimiento acerca de los colegios que fueron establecidos en la ciudad de 
México, ya que en la época colonial el territorio no estaba divido como 
actualmente se conoce por lo que se me dificultó el situar los colegios 
correctamente. Otro problema que noté fue la escasez de información referente a 
los gremios de maestros, principalmente en la separación con los gremios. Si bien 
 
5 
 
es conocida su labor como organismo privado en ocasiones no se hace una 
separación en su estructura interna de los gremios artesanales. 
Además, en ocasiones no se expidieron cédulas reales para los mandatos 
del rey, por lo que era necesario revisar cartas y decretos para poder desarrollar el 
capitulo 2, referente a las reformas carolinas establecidas en la Nueva España. 
Sin embargo, revisé diferentes fuentes para poder documentar los cambios que 
surgieron en torno a la instrucción. 
A pesar de estos inconvenientes considero que logré desarrollar mi objetivo: 
propongo una tesis que da a conocer tantos las instituciones como los cambiosque se dieron en el sistema educativo establecido antes y después de las 
Reformas Borbónicas en México, no en toda la colonia, sino en los institutos que 
formaron parte de la ciudad de México y el sistema educativo que se había 
establecido en aquella época. 
Durante el desarrollo de la tesis organicé el texto en tres capítulos, ya que 
considero que de este modo agrupo los temas de manera lógica y, al mismo 
tiempo, respeto la secuencia cronológica de los eventos que en materia educativa 
me interesa abordar. 
En el primer capítulo, explico el contexto educativo de la Nueva España 
durante el siglo XVII, justo antes de que se establecieran las Reformas Borbónicas 
de Carlos III. También expongo los 11 puntos de la Reglamentación educativa, así 
como su finalidad. Además, se aborda la temática de la educación indígena, los 
colegios -en especial de la Compañía de Jesús-, aunque también se habla de los 
 
6 
 
colegios en enseñanza de primeras letras, sobre la educación de la mujer y la 
Pontificia Universidad de México, además explicó la estructura educativa de los 
gremios. 
En el segundo capítulo analizo las Reales Cédulas que tuvieron repercusión 
en la manera de impartir la educación entre 1760 y 1821, ya que este periodo fue 
el de mayor auge educativo para la ciudad, porque entre estas fechas ocurren las 
transformaciones que dan a esta época una personalidad […] y buscan nuevas 
formas de expresión a los intereses sociales, económicos y culturales.2 
También se explican las cédulas que se emitieron, los documentos que 
fueron establecidos con fines totalmente económicos, pero resalto en cada uno de 
ellos mi principal objetivo: la educación en la colonia. Analizó para ello el contenido 
de 7 cédulas o mandatos reales, de las cuales presentó su contenido y su 
repercusión en la vida educativa de la sociedad. 
En el tercer y último capítulo explico los cambios que surgieron tras las 
Reformas Borbónicas, la creación de nuevas instituciones con un pensamiento 
Ilustrado, así como la desaparición de colegios tras la expulsión de los Jesuitas, la 
abolición de gremios, las transformaciones de la Universidad y los pocos cambios 
que tuvieron los colegios de mujeres. Expongo los diferentes institutos educativos 
que se establecieron en la época, enfatizo su importancia y la trascendencia que 
tuvieron en la sociedad novohispana. Para cada uno se especifican sus métodos 
educativos, las materias que impartían, el fin educativo y la vida estudiantil. 
                                                            
2 Enrique Florescano y Margarita Menegus. Historia general de México. México: El Colegio de 
México. 2000, p. 366. 
 
7 
 
Capítulo 1. PRIMERAS FUNDACIONES EDUCATIVAS EN LA 
NUEVA ESPAÑA 
1.1. La educación de las Órdenes religiosas 
La implantación de un modelo educativo en la Nueva España comenzó con la 
llegada de los frailes de la Orden de San Francisco en el año de 1524; 
posteriormente se les unieron las órdenes de Santo Domingo en 1526 y finalmente 
los agustinos en 1534. Su metodología se basó en re-educar a los habitantes 
indígenas a través de la evangelización y la castellanización. La labor 
desempeñada por los misioneros tuvo favorecedoras repercusiones, ya que para 
el siglo XVI y sobre todo el XVII una aparte de la población indígena ya hablaba 
español y estaba convertida a la fe cristiana, como nos explica Pilar Gonzalbo: 
Era invariable la convicción de que evangelizar a los naturales era tarea 
primordial, de la que dependía la legitimación de la conquista, y de que ello 
exigía imponer nuevas costumbres y buenas costumbres […] se imponía el 
criterio pragmático de enseñarles tan sólo lo que se consideraba esencial 
para su salvación y aquello que era adecuado a la posición que les 
correspondía ocupar en la sociedad.3 
El método más eficaz sería educar a los jóvenes y a los niños para que éstos 
continuaran con la ardua tarea de brindar a otros pobladores la enseñanza básica, 
que consistía en: instruir en la doctrina cristiana y enseñar a leer, escribir y contar; 
para ellos éstas eran herramientas suficientes para que los pueblos nativos, 
formaran parte de la estructura económica y social del virreinato, así que no era 
necesario el aprendizaje de otras áreas, como lo expresa Paula Alegría: 
                                                            
3 Pablo Escalante Gonzalbo [et al]. Historia mínima de México. México: El Colegio de México, 
2010, p. 37. 
 
 
8 
 
Durante los 300 años de dominio español no existió un verdadero sistema 
educativo, diseñado y controlado por una autoridad superior […], sino que 
los estudios de todos los niveles se establecieron más o menos 
espontáneamente según lo requerían las necesidades.4 
Tras un largo periodo se establecieron tres niveles de instrucción: la escuela 
elemental, las de artes y oficios y el universitario. La distribución de los estudios en 
la Nueva España tuvo un orden distinto al que tenemos en la actualidad. 
Una de las preocupaciones de las autoridades fue establecer estudios 
universitarios, después se propició la apertura de escuelas para la enseñanza de 
las humanidades, que constituían el nivel medio, y finalmente, hacia el siglo XVII, 
se promulgaron ordenanzas reguladoras de la labor de los maestros de primeras 
letras,5 que explicaban las obligaciones y las normas que debía seguir el docente 
para su oficio. Las ideas para la distribución de la enseñanza provenían de la 
teoría escolástica:6 pensamiento que regía a los españoles, pero primordialmente 
a las órdenes religiosas. 
Las prácticas pedagógicas, estuvieron sustentadas en el célebre principio: 
“la letra con sangre entra”.7 Durante el proceso de evangelización los misioneros 
utilizaron el castigo físico como método de enseñanza. Aunque ésta fue la base de 
la instrucción, los clérigos desarrollaron métodos didácticos y apoyaron el logro de 
                                                            
4 Paula Alegría. La educación en México antes y después de la conquista. México: CVLTVRA, 
1963, p. 44. 
5 Pilar Gonzalbo Aizpuru. Educación y colonización en la Nueva España 1521-1821. México: 
Universidad Pedagógica Nacional, 2011, p. 106. 
6 La Teoría Escolástica que se estableció en la Nueva España provenía de la Edad Media, estuvo 
influenciada por el cristianismo. Comenzó como agrupaciones de clérigos establecidos en las 
escuelas monacales o escuelas en los monasterios, su función era preparar a los niños y jóvenes 
para la vida totalmente religiosa como sacerdotes o monjes. Su objetivo de estudio fue conciliar la 
fe, la razón, la filosofía y la teología. Tuvo una gran influencia ya que durante su desarrollo permitió 
el surgimiento de las universidades. 
7 José María Kobayashi. La educación como conquista: empresa franciscana en México. 2° 
edición. México: El Colegio de México, 2007, p. 180. 
 
9 
 
los fines educativos con libros escolares como: las cartillas o silabarios y el 
catecismo de la doctrina cristiana. 
Pese a los castigos, los misioneros utilizaron diferentes recursos para 
optimizar la educación entre los indígenas. Los métodos didácticos ocuparon un 
lugar muy importante en su instrucción, el principal fue el canto, que despertó el 
interés de los indígenas. Los misioneros se dieron cuenta de esta situación y 
comenzaron a utilizarlo como un recurso mnemotécnico, es decir después de cada 
lección impartida, el aprendizaje se continuaba en el coro, para reforzar lo 
aprendido. Otro método fue la elaboración y uso de láminas con dibujos o 
grabados donde eran representadas diversas figuras a colores que reemplazaban 
a las letras y la lengua, esto permitió que existieran diferentes representaciones, 
como murales, estelas, códices, entre otros a los cuales estaban acostumbrados 
los indígenas. Se superaba de este modo la incomunicación debido a la falta del 
dominio del dialecto indígena por parte de los españoles, Finalmente,el teatro fue 
otra herramienta que adoptaron las órdenes para el aprendizaje, utilizaban 
diferentes vestuarios y escenografías, en las cuales representaban y explicaban a 
los indios la doctrina cristiana por medio de obras. 
Aunque la instrucción era un beneficio para hombres y mujeres, las mujeres 
fueron confinadas a la vida doméstica, y se crearon pocas instituciones para su 
formación, a diferencia de lo ocurrido con las escuelas para los hombres, quienes 
obtuvieron facilidades para continuar con una formación académica, de acuerdo 
con la clase social a la que pertenecían y a las necesidades de la sociedad. 
 
10 
 
1.1.1. El primer libro educativo en la Nueva España 
Durante el periodo colonial se realizaron diferentes publicaciones de silabarios, 
cada uno tratando de mejorar al anterior; utilizaban la misma base pero realizaban 
anotaciones o aportaciones que facilitaban y ayudaban al maestro a la enseñanza 
de la lectura. Si bien, existieron diversos silabarios, algunos no fueron conocidos 
en la Nueva España, debido al alto costo que implicaba traerlos de la metrópoli, 
sin embargo, las publicaciones realizadas en España lograron beneficiar la 
enseñanza. 
La enseñanza de la lectura se iniciaba con el aprendizaje de las letras del 
alfabeto en mayúsculas y minúsculas, cuando los niños las memorizaban se 
continuaba con las sílabas, construyendo combinaciones sencillas, para finalizar 
con las más complejas. Además, en algunas publicaciones se desarrollaban 
conocimientos básicos de la doctrina cristina: 
Cómo persignarse, el Padre Nuestro, el Avemaría, el Credo, la Salve Regina, 
los mandamientos de la ley de Dios, los de la Santa Madre Iglesia, los 
sacramentos, los artículos de la fe, las obras de misericordia, los pecados 
capitales, las virtudes, las potencias del alma, los sentidos corporales, los 
dones y frutos del Espíritu Santo y la confesión general.8 
Los diferentes silabarios tenían aportaciones innovadoras para que otros maestros 
facilitaran el aprendizaje, las principales anotaciones consistían en leer en voz 
alta, comparar las letras de los títulos y utilizar cartones o carteles para optimizar 
la enseñanza. Pilar Gonzalbo Aizpuru expone que el libro “oficial” y el primero que 
se utilizó, fue el denominado “testeriano”, en referencia a su inventor, el 
                                                            
8 Carmen Castañeda García [et al]. Lecturas y lectores en la historia de México. México: CIESAS/El 
Colegio de Michoacán, 2004, p. 39. 
 
11 
 
franciscano fray Jacobo de Testera; y era un libro con imágenes que mostraba la 
doctrina cristiana,9 en ocasiones los dibujos iban acompañados de textos 
doctrinales en lengua indígena. 
 
Libro Testeriano. Documento manuscrito, de los más notables del acervo del Centro de Estudios de Historia de México 
CEHM. En los primeros tiempos de la conquista, cuando los religiosos aún no habían aprendido las lenguas de los 
indígenas, con el fin de evangelizarlos hicieron dibujos que describían lo básico de sus enseñanzas. 
 
1.2. Instrucción para varones 
En la Nueva España la fundación de colegios estuvo a cargo de las órdenes 
mendicantes apoyadas por mecenas acaudalados. Cada instituto tenía diferentes 
métodos educativos, dependiendo del sector de la sociedad al que iba dirigido, 
esta separación por clases no permitía una educación igualitaria. 
                                                            
9 Pablo Escalante Gonzalbo [et al]. op. cit., p 42. 
 
12 
 
En los colegios, los hijos de españoles eran educados para obtener cargos; 
por su parte los indígenas eran evangelizados y adiestrados en oficios y, 
finalmente, los mestizos recibían educación elemental. Las escuelas eran 
exclusivamente para varones y la disciplina en el salón era severa y basada en 
castigos físicos. 
A continuación hablaré de los colegios establecidos y su labor con cada 
grupo social. 
 
1.2.1. El Colegio Mayor de Santa María de Todos los Santos (1573-1843) 
Fue fundado por el Dr. Francisco Miclón Rodríguez Santos, tesorero de la Catedral 
de México e inaugurado el 15 de agosto de 1573. Su creación siguió el modelo del 
Colegio Mayor de Santa Cruz, de Valladolid, en España. Se distinguía por un 
carácter riguroso y elitista en sus programas académicos y en la selección de 
alumnos. Sólo los españoles que podían demostrar pureza de sangre eran 
admitidos. Elisa Luque nos explica los requisitos: 
Tener 20 años y nobleza y limpieza de sangre. Descender de españoles. 
Buenos antecedentes morales y literarios. Realizar una prueba rigurosa […] 
generalmente consistía en hacer en el plazo de 24 horas un discurso en latín 
cuya exposición durara una hora y que había de ser rebatido en las 
disputas.10 
 
                                                            
10 Elisa Luque Alcaida. La educación en Nueva España en el siglo XVIII. Sevilla: Escuela de 
Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1970, p. 101. 
 
13 
 
Se impartían clases de Teología, Cánones y Leyes, la estancia debía ser de siete 
años para obtener el título de maestro. La instrucción se basaba en lecturas 
específicas divididas por facultad. Con el paso del tiempo el Colegio fue uno de los 
más reconocidos por su labor formativa y por su elitismo, puesto que los 
egresados ocupaban un lugar académico dentro del mismo Colegio o empleos 
distinguidos en la sociedad, como obispos, oidores, canonistas y legistas. 
Estuvo considerado como plantel para especialistas posgraduados como 
diríamos hoy; en sus 270 años de existencia patrocinó el perfeccionamiento de los 
alumnos, casi todos sumamente distinguidos por su actuación en las cátedras, el 
foro, la administración civil y eclesiástica. Existen registros de sus aportaciones 
educativas hasta la independencia, pero en 1843 Santa Anna prescindió el edificio 
como colegio. 
 
1.2.2. Escuela de Artes y Oficios de San José de los Naturales (1525- ¿?) 
También conocida como la escuela de San Francisco o Colegio de San José de 
los Naturales fue un internado exclusivamente para indios. Se trató del primer 
seminario que hubo para todo género de oficios y ejercicios. No se limitó a impartir 
educación cristiana o educación elemental, impartía ambas, aunque su misión 
primordial era enseñar a los indios los oficios y artes conocidos como: canteros, 
herreros, zapateros, talladores, sastres, etc. 
Esta escuela fue reconocida por su extraordinaria labor con los indígenas, 
pero principalmente por la estructura educativa que realizó su fundador fray Pedro 
 
14 
 
de Gante,11 quien era “[…] el organizador de toda la enseñanza, tanto en la 
programación como en el horario, que describe minuciosamente; las actividades 
diarias se alternaban entre las prácticas religiosas”.12 
Su labor tuvo como finalidad ayudar a los indígenas para que se integraran a la 
sociedad, con recursos para ganarse la vida. 
Para el año de 1529 el arzobispo fray Juan de Zumárraga cambió el nombre 
del internado al de Colegio de San Juan de Letrán.13 Siguió perteneciendo a la 
orden franciscana y brindo instrucción a las clases sociales que más la 
necesitaran. 
 
1.2.3. Colegio de San Juan de Letrán (1529-1857) 
Como se mencionó en líneas anteriores en un principio este colegio respondía a la 
realidad mestiza e india, pues amparaba y daba asilo a los niños de estos grupos, 
aunque en el transcurso del tiempo se convirtió en un centro universitario, del cual 
salían estudiantes para seguir en las facultades mayores. 
                                                            
11 Fray Pieter van der Moere, conocido como fray Pedro de Gante (1490-1572). Nació en Iguen, en 
Bélgica. Fue uno de los misioneros franciscanos más notables de México durante el siglo XVI. 
Comenzó a educar a la población indígena según las reglas de su religión. El método de 
evangelización de Fray Pedro de Gante era una mezcla de la educación europea y dela Indígena, 
así que utilizó la música, las danzas y el teatro para poder inculcarles la religión. 
12 Criado Buenaventura Delgado (coord.). Historia de la educación en España y América. La 
educación en la España Moderna (Siglos XVII y XVIII). ). Volumen 2. Madrid: Morata, 1993, p. 39. 
13 Oscar Gustavo Retana Guiascón. La institucionalización de la investigación científica en México 
breve cronología, 2009 p. 47. [en línea]. 
<http://www.ejournal.unam.mx/cns/no94/CNS094000009.pdf> [consultado: el 7 de abril de 2013]. 
 
15 
 
La enseñanza iniciaba con la doctrina cristiana, la lectura y la escritura, 
posteriormente […] se dividían en dos clases: los que eran para oficios y los 
elegidos para estudiantes de facultades mayores.14 
Los primeros se instruían en las mecánicas para desarrollar su trabajo en 
los oficios, mientras que los otros recibían cátedras específicas para su formación 
y posteriormente pudieran establecer escuelas en las provincias, para continuar 
con la instrucción de la doctrina cristiana. 
Utilizaron un sistema que tres siglos después fue conocido como educación 
mutualista que consistía en elegir a los niños más hábiles y virtuosos de la clase 
para ayudar como monitores a otros alumnos más pequeños y menos 
adelantados; su labor radicaba en indicarles qué debían leer, aprender, repetir y 
cuáles eran los ejercicios que debían de realizar. 
El Colegio continúo durante un largo periodo su ardua tarea de instruir a la 
clase mestiza e india, pero en 1709 se cambió el plan de estudios y a finales de la 
etapa virreinal vino en decadencia. 
 
1.2.4. Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco (1536- 1785) 
El obispo Zumárraga se propuso dar educación a los indios, principalmente a los 
hijos de caciques; su labor consistía en recoger a niños entre 10 y 16 años, que 
eran internados en el colegio para darles instrucción básica y criarlos. La primera 
instrucción era persignarse y santiguarse, luego aprender a rezar el Padre 
                                                            
14 José Luis Becerra López. La organización de los estudios en la Nueva España. México: 
CVLTVRA, 1963, p. 89. 
 
16 
 
Nuestro, el Ave María, el Credo y el Salve, todo en latín y después, se procedía a 
enseñarles lógica, latín y filosofía.15 
El plan de enseñanza comprendía dos modelos: uno parecido al del Colegio 
de San José de los Naturales y otro, basado en estudios filosóficos y literarios, por 
lo que tuvo una gran influencia, según expresa Francisco Larroyo: 
Produjo maestros que no sólo enseñaban las lenguas indígenas, sino 
también las artes liberales. Salieron de sus aulas aventajadísimos alumnos 
que llegaron a su vez a enseñar en el mismo Colegio, y no sólo: también 
llegaron a impartir cátedra de humanidades en los conventos, a estudiantes 
religiosos, españoles o criollos.16 
 
La escuela causó controversia por educar a los indígenas, sin embargo, logró 
impartir por un largo periodo cátedras de retórica, de medicina indígena, música y 
teología. 
Los colegios establecidos en el virreinato cumplieron con los fines educativos 
instaurados por la sociedad, cada clase social efectuaba diferentes labores; 
existieron pocos casos en los que la clase indígena sobresaliera de la española 
por medio de la educación. 
La estructura educativa fue desarrollada tomando como base a la doctrina 
cristiana, pues los colegios fueron fundados por religiosos de alguna orden, 
aunque después comenzaron a brindar instrucción en las primeras letras y para 
las facultades. 
 
 
                                                            
15 Félix de Osores. Historia de todos los colegios de la ciudad de México desde la Conquista hasta 
1780. Tomo II. México: Talleres Gráficos de la Nación. 1929, p. 2 
16 Francisco Larroyo. Historia comparada de la educación en México. 10° edición. México: Porrúa, 
1973, p.129. 
 
17 
 
1.3. La educación de la mujer 
A lo largo de la historia la educación de la mujer ha sido diferente a la del hombre 
dependiendo sobre todo, de la época y el lugar donde ésta se desarrollara. Las 
mujeres debían aprender labores para el hogar o actividades religiosas para poder 
ingresar a un convento. Aprendían en sus hogares las tareas que habrían de 
desempeñar cuando llegaran a la edad adulta, al mismo tiempo se les enseñaban 
actitudes que la sociedad esperaba de ellas según la clase social al que les 
correspondía. Las niñas acomodadas recibían instrucción por maestros privados, 
las de recursos medios podrían acceder a las “Amigas”17 y finalmente las 
huérfanas o indígenas a los colegios o conventos. 
En los inicios de le época colonial, la primera instrucción que recibieron las 
niñas indígenas fue la evangelización, que estuvo a cargo de la misión imperial,18 
en el cual un grupo de mujeres encomendadas por la reina las instruían 
fomentando las buenas costumbres y las labores propias de su sexo. 
En el siglo XVII en Nueva España, la educación continuó desarrollándose de 
forma similar, sin embargo se establecieron las instituciones religiosas para niñas, 
el Colegio de la Madre de Dios, el orfanatorio para niñas conocido como el Colegio 
                                                            
17 Elvira García Alarcón nos comenta que las escuelas denominadas Amigas fueron colegios, 
conventos o casas atendidas por mujeres respetables con la misión de preparar a las niñas para 
las tareas domésticas y los valores cristianos. [en línea] 
<http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/16022/1/ASN_15_12.pdf> [consultado el 4 de abril de 
2014]. 
18 El proyecto se llevó a cabo bajo la supervisión de la emperatriz de España, envió a mujeres 
españolas a la Nueva España para solucionar el problema educativo de las niñas indias, se 
establecieron en conventos y casas. Su misión era dar instrucción a todas ellas o la mayoría para 
guiarlas por el camino de doctrina cristiana y en las labores de la casa. 
 
18 
 
de Nuestra Señora de la Caridad y el Colegio de Belem, además de las escuelas 
“Amiga”. 
A continuación daré una breve explicación de cada una de las instituciones y 
la labor que cumplían en cada clase social. 
 
1.3.1 Instituciones religiosas 
Después de crearse algunos colegios donde se instruyera a los niños, los clérigos 
comenzaron a buscar como incrementar la educación a favor de las niñas, así que 
la emperatriz de España19 encomendó a un grupo de mujeres beatas20 a viajar a la 
Nueva España y comenzar con la instrucción femenina fundando la primera 
organización religiosa de Las Concepcionistas en 1540. 
Los conventos fueron dirigidos por monjas o beatas, pero supervisados por 
frailes, quienes las ayudaban en la administración y como guías espirituales. Su 
mantenimiento se debía en gran parte a los recursos otorgados por un patrono o 
mecenas, quien solía ser un hombre o mujer acaudalada que aportaba recursos al 
convento; 21 además, obtenía ingresos por las dotes que se exigían a las jóvenes 
que deseaban profesar. 
                                                            
19 Catalina Bustamente envió a la misión imperial a Nueva España conformadas por un grupo de 
maestras de España patrocinadas por la Corona Española para instruir a las niñas. 
20 Las beatas son mujeres que dedican su vida a la religión, pero a diferencia de las monjas no 
hacen votos ni viven en clausura. 
21 A esta obra de caridad se les conocía como “Obra Pía”. 
 
19 
 
En sus inicios no tenían la intención de instruir a las niñas y jóvenes, puesto 
que su prioridad era la educación religiosa, aunque con el paso del tiempo llegaron 
a ser los únicos centros donde las mujeres podían recibir una cultura más 
completa. Se aceptaba a niñas españolas o criollas de 7 a 12 años, que no 
padecieran ninguna enfermedad contagiosa o hereditaria, las jóvenes de 12 años 
o más debían tener conocimientos de lectura y escritura, además saber contar y 
tener habilidad para coser, bordar y cocinar.22Asimismo, entraban viudas sin 
responsabilidad de hijos y también mujeres casadas cuyos maridos profesaran de 
frailes. 
Su modelo educativo consistió en asignar una niña por monja, para que se 
hiciera cargo de toda su educación, conviviendo con ella en la misma celda. Se les 
enseñaban las prácticas religiosas, lectura, escritura en español y latín, aritmética, 
oficios femeninos como coser, bordar, tejer, pintar, hacer flores, cuadros de papel 
picado y cocinar. Algunas niñas indígenas entraron a los conventos como 
trabajadoras domésticas y no podían acceder a la instrucción que tenían las 
criollas y españolas, ni profesar como monjas. 
 
 
 
 
                                                            
22 Rosa María González Jiménez. Las maestras en México: re-cuento de una historia. México: 
Universidad Pedagógica Nacional, 2008, p. 40. 
 
20 
 
1.3.2. Colegio de la Madre de Dios (1531- 1549) 
Fue el primer colegio que se estableció para la educación de las mujeres, aunque 
no estuvo situado en México, si no en Oaxaca, es importante hacer mención de 
este colegio debido a la función que tuvo en la educación. 
Fue fundado en 1531 bajo la directiva de Zumárraga, pero a cargo de 
mujeres españolas que habían sido encomendadas por la reina. Enseñaron a las 
niñas “una nueva manera de vestir, la realización de nuevas labores femeninas y 
hasta la forma de practicar las virtudes humanas y conocer las cristianas […] Se 
les enseñó el catecismo, a entonar cantos y rezar las Horas de Nuestra Señora”.23 
Se educaba a las niñas para que buscaran un joven acaudalado y educado por 
una orden religiosa y con el contraer matrimonio para seguir con una vida 
ejemplar. 
La educación estaba encaminada a prepararlas para ser una señora de 
casa, capaz de elaborar artesanías femeninas (coser y bordar); esto último tuvo 
una gran influencia en la vida social, ya que “el preparar a las mujeres en estas 
labores se consideró importantísima en la educación, pues con ello ampliaban el 
medio de sostenimiento para ellas y sus familias”.24 
El Colegio dejo de funcionar en la segunda mitad del siglo XVI, por diversas 
razones, las mujeres o maestras encargadas del colegio prefirieron dar sus 
servicios en casas particulares donde les pagaban bien, además en 1549 se 
                                                            
23 Josefina Muriel. Las mujeres de Hispanoamérica. Época colonial. Madrid: MAPFRE, 1992, p.64 
24 Ibídem, p. 74. 
 
21 
 
consideró que ya no era necesario educar a las niñas en los colegios, ya que, sus 
padres ya eran cristianos y ellos podrían enseñarles lo necesario. 
 
1.3.3. Colegio de Doncellas de Nuestra Señora de la Caridad (1548- 
actualidad) 
Durante el periodo virreinal también se establecieron los colegios de niñas, con 
fines diferentes al de las escuelas Amiga de la que se hablará posteriormente, con 
el propósito de acoger a niñas huérfanas de 10 a 25 años. El orfanato conocido 
como el Colegio de Doncellas de Nuestra Señora de la Caridad fue único en su 
género, al recoger y educar a niñas indias y mestizas. 
 Se fundó en 1548 y el edificio logró subsistir hasta la actualidad, sin 
embargo, con el paso del tiempo su función como colegio se suprimió, y quedó en 
pie únicamente para formar parte de la iglesia. Estuvo bajo la dirección de una 
mujer española y su propósito era que las niñas fueran adoctrinadas, según 
expresa José Carrillo: 
Las cosas de Nuestra Santa Fe Católica y enseñadas en toda virtud y buena 
manera de policía humana, para que estando hábiles en lo espiritual y en lo 
temporal las saquen a casar y ponerlas en orden de vivir.25 
                                                            
25 José Carillo Jesús. “Templo de nuestra señora de la caridad o del colegio de niñas”, en Ritos y 
retos del centro histórico. Cultura y turismo, 2010 [en línea]. 
<http://www.ritosyretos.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=69:templo-de-
nuestra-senora-de-la-caridad-o-del-colegio-de ninas&catid=10:iglesias-y-conventos&Itemid=22> 
[consultado el 2 de abril de 2013]. 
 
22 
 
Se instruía a las niñas en catecismo, lectura, escritura, algunos conceptos de 
aritmética y música. El Colegio no fue dirigido por monjas, se prefirió a 
mujeres con experiencias matrimoniales o solteras de edad madura. 
Este colegio contaba con todos los servicios necesarios para que las niñas 
tuvieran las mejores condiciones de vida. En ocasiones recibían niñas de familias 
acomodas, las cuales pagaban cuotas y además obtenían donaciones piadosas 
que permitían pagar el mantenimiento del colegio. 
La estructura del colegio tras varias décadas sufrió diversas modificaciones 
en su estructura, actualmente el edificio sigue en pie pero totalmente renovado 
para ser un Club de Banqueros.26 
 
1.3.4. Colegio de San Miguel de Belem o de las Mochas (1683-1863) 
Fundado por el padre Domingo Pérez de Barcia, tenía el mismo objetivo y tareas 
que el Colegio de Nuestra Señora de la Caridad. Fue conocido como el colegio de 
las “Mochas”, ya que las prácticas piadosas absorbían la mayor parte del tiempo 
de las pupilas, de ahí el nombre de “mochas”, por profesar la fe católica en todo 
momento. 
El colegio funcionaba en grupos de 8 o 10 niñas a cargo de una maestra o 
nana, como también las llamaban, con la idea de que convivieran como familia. 
                                                            
26 Josefina Muriel. De colegio de niñas a Club de Banqueros 1548-1992 [en línea]. 
<http://www.acadmexhistoria.org.mx/pdfs/discursos/SILLON_27_JOSEFINA_MURIEL.pdf> 
[consultado: el 31 de julio de 2014]. 
 
23 
 
Después de un tiempo la enseñanza se enriqueció con clases de música y canto, 
con la intención de que las niñas con vocación religiosa y sin recursos para pagar 
la dote, pudieran compensar su manutención sirviendo de cantoras u organistas 
en los conventos. 
Posteriormente, el colegio perdió el carácter de recogimiento de niñas 
huérfanas, y se convirtió en un centro de educación en donde muchas familias 
enviaban a sus hijas, recibían a adultas, pero principalmente a jóvenes de todos 
los grupos étnicos. 
Finalmente, el colegio dejó de impartir clases y fue convertido en 1863 en 
cárcel, hasta hace algunos años cuando fue demolido para construir el Centro 
Escolar Revolución. 
 
1.3.5. Escuelas “Amiga” 
En sus inicios la educación femenina novohispana estuvo en manos de las Amiga, 
que eran escuelas a cargo de mujeres adultas, que daban instrucción en sus 
casas a las niñas, impartían religión, rudimentos de lectura, escritura y labores 
manuales que, correspondían a la costura, tejido y bordado. 
Las escuelas Amiga existían para apoyar a las madres en la tarea de la 
enseñanza de sus hijas, las mantenían entretenidas por horas, con “labores de 
aguja, sometidas a la quietud y el silencio que se consideraban inseparables de 
 
24 
 
una buena educación”.27 En ocasiones también les llevaban niños pequeños para 
que se entretuvieran cantando el catecismo o memorizando algunas rimas, con el 
fin de ambientar a los niños en la vida escolar y separarlos de su familia antes de 
que tuviesen que enfrentar a los maestros de primeras letras, que eran muy 
severos. A decir de José Manuel Villalpando: 
Siendo una escuela privada tenían la oportunidad de ampliar, no sólo el 
contenido de lo que se enseñaba (lectura, escritura, nociones de cuentas, 
doctrinas cristiana, buenas costumbres, y labores hogareñas), sino también el 
tiempo de la escolaridad, que llegaba a varios años, estimulando con ella la 
atención de las niñas, por mujeres que no eran las propias madres, con las 
ventajas educativas que esto conllevaba.28 
 
La formación cristiana que impartían, alentaba a las mujeres a ser, hacendosas, 
obedientes y buenas esposas, ya que su destino era formar una familia, por lo que 
no era necesario que tuvieran otro conocimiento fuera del ámbito doméstico.Comparar la educación de la mujer con el hombre colonial, sería un ejercicio 
anacrónico, ya que no podemos juzgar desde nuestro presente a una sociedad 
con sus propias dinámicas y pensamientos. Sin embargo, como ha sido una 
constante en la historia, las labores de la mujeres se han limitado al plano 
doméstico como a servir en casa y en la crianza de hijos; además, como se puede 
observar, las escuelas creadas para ellas, sólo mejoraban aspectos de la vida 
hogareña; sin permitir que formaran parte en la vida pública, ya sea 
desempeñando oficios o trabajos dentro del gobierno virreinal, ya que, no tenía 
acceso a los estudios superiores, ni a la mayor parte de las profesiones. 
                                                            
27 Pilar Gonzalbo Aizpuru, Pilar. Historia de la educación en la época colonial. La educación de los 
criollos y la vida urbana. México: El Colegio de México, 2005, p. 322. 
28 José Manuel Villalpando. Historia de la Educación en México. México: Porrúa, 2009, p. 119. 
 
25 
 
Aunque cada corporación ofrecía diferentes formas de instrucción, 
compartían el mismo fin: educar a niñas de todas las clases sociales (españolas, 
criollas, mestizas e indígenas) para la vida matrimonial, enseñarles a comportarse 
ante la sociedad y tener las bases para desempeñarse en el ámbito doméstico o 
para ingresar a un convento. Se puede advertir que tampoco era igual la 
importancia de las maestras, ya que en su mayoría se trataba de monjas, 
solteronas, ancianas o viudas que impartían a las niñas sus conocimientos. 
 
1.4. La educación de la Compañía de Jesús 
Desde 1540, la Nueva España envió solicitudes a la metrópoli para traer a un 
grupo de jesuitas a la región, sin embargo, hubo varias peticiones fallidas y un 
largo periodo de rechazos. Hasta el año de 1572 el rey Felipe II, permitió el 
embarque de miembros de la Compañía de Jesús hacia la Nueva España. Su 
llegada fue un acontecimiento trascendental para la vida religiosa, intelectual y 
social de la colonia; aunque en un principio los jesuitas se dieron a conocer como 
confesores y predicadores en la capital y en algunas ciudades, posteriormente su 
llegada significó el establecimiento de nuevos métodos para la enseñanza de los 
jóvenes. Su labor fue intensiva, ya que a veinte años de su llegada ya habían 
fundado nueve colegios, dos seminarios para estudiantes seglares, dos internados 
para indígenas, tres residencias, una casa profesa y un noviciado. 
El establecimiento de un Colegio de la Compañía de Jesús, era un signo de 
prestigio que enorgullecía a los ciudadanos, por lo que diversos propietarios 
 
26 
 
acaudalados entregaban sus bienes muebles e inmuebles a los clérigos para que 
abrieran un colegio en su región. 
La rápida expansión de la Compañía se debió a su inmensa capacidad de 
adaptarse a los lugares y a las personas; así como al apoyo y la aprobación de la 
población, tanto por su labor educativa como piadosa, es bien sabido que eran 
caritativos, asistían a enfermos en epidemias y visitaban a encarcelados, daban 
atención a la localidad, y como expresa Josefina Vázquez “su influencia no sólo 
había alcanzado a los alumnos de sus escuelas y colegiales de los convictorios 
sino que pretendía llegar a todos los niveles de la sociedad”.29 
Los jesuitas en Nueva España ciertamente contaban con grandes y muy 
eficientes unidades de producción agrícola; también eran importantes 
terratenientes urbanos; sin embargo su mayor influencia estaba en su labor 
educativa. 
La misión fundamental de los jesuitas era cambiar a la sociedad y hacerla 
cada vez más acorde con el Evangelio y, para ello recurrían a diversos métodos 
pedagógicos; tenían como objetivo lograr, por medio de la educación de los niños 
y colegios a nivel medio superior, una renovación del mundo. 
 
 
 
                                                            
29 Josefina Zoraida Vázquez. [et al.] La educación en la historia de México. México: El Colegio de 
México, 1992, p. 32. 
 
27 
 
1.4.1. Vida escolar 
Los alumnos fueron los más beneficiados por las innovaciones que aportó la 
Compañía de Jesús en el sistema educativo. Implementaron su Ratio Studiorum30 
e introdujeron el arte de la métrica y por medio de certámenes difundieron el gusto 
por la poesía, como expresa Paula Alegría: 
El Ratio studiorum servía a los jesuitas como medio de educación, además 
rompía con las rutinas del dogma inflexible. Se basaron en los siguientes 
principios; el amor, que toma al alumno maleable y espontáneo; el interés, 
que despierta una actitud accesible y sincera, y el estímulo, que obtiene 
como trofeo el rendimiento máximo.31 
La Ratio tuvo un valor excepcional por ser resultado del pensamiento de los 
miembros de la compañía, basado en las experiencias realizadas en los propios 
centros educativos de sus colegios. 
El método se basaba en los siguientes principios: a) la división de los 
estudiantes según edad y su aprovechamiento; b) la ubicación de los alumnos en 
grupos con un sólo maestro y una sola clase; c) lectura, repetición y memorización 
de reglas gramaticales y fragmentos de textos clásicos; d) frecuentes debates y 
actos públicos. 
                                                            
30 El Ratio atque Institutio Studiorum o como se le llama brevemente Ratio Studiorum contiene el 
plan, programas y métodos de enseñanza, así como el espíritu que ha de orientar la práctica de los 
maestros. Inspirado por el modelo que se había realizado en la Universidad de Paris, estaba 
constituido por las siguientes características: la unidad, el orden, la gradación de los estudios, la 
enseñanza activa y participativa, el equilibrio de teoría y praxis de las enseñanzas, el cultivo de la 
expresión oral y escrita, la aplicación de los recursos psicológicos para fomentar el interés y la 
participación, la relación cordial de maestros y discípulos, la colaboración de los familiares, la 
asimilación, reflexión y degustación de los conocimientos adquiridos, la unidad y coordinación en la 
dirección de centro escolar, los medios de vigilancia y la suavidad en los castigos, el fomento de la 
responsabilidad en los alumnos, etc. [...] se refieren a los ideales que constituyen las directrices de 
la pedagogía jesuita. Manuel Revuelta González. Los colegios de jesuitas y su tradición educativa 
(1868-1906). Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 1998, p. 367. 
31 Paula Alegría. op. cit. p. 156. 
 
28 
 
Con el advenimiento de los jesuitas se implementó, por primera vez en la 
educación en México una corriente con base en el humanismo y al mismo tiempo, 
se estudiaron los autores griegos y latinos;32 de hecho, impartieron educación 
desde las escuelas de primeras letras hasta la universidad. Su proyecto de formar 
clérigos instruidos exigió la fundación de escuelas e internados. El paso siguiente 
fue la recepción de seglares y, por último, la diversificación de los cursos 
escolares.33 Según explica Paula Alegría: 
La obra educativa de los jesuitas alcanzó muy pronto una justa fama como 
directo resultado de métodos y procedimientos pedagógicos que no sólo se 
instruían sino que educaban; la finalidad de adquirir conocimientos fue 
sobrepujada por la formación de hábitos que lograron como resultado último 
la determinación de todos los sistemas educativos.34 
Sus métodos didácticos se basaban en tres principios pedagógicos: el primero fue 
el fundamento en la pedagogía cristiana “virtud y letras o educación religiosa en 
armonía con el desarrollo humano intelectual”.35 El segundo establecía el plan de 
estudios o el conjunto de materias establecidas (asignaturas) que debían llevarse 
a cabo dependiendo del grado de estudios. Y finalmente la metodología empleada 
durante las clases (prelección, explicación de los profesores, ejercicios escritos, 
las exposiciones en actos públicos, entre otras), Pilar Gonzalbo abunda sobre el 
tema: 
Las característicasmás conocidas del método jesuítico eran: la apertura de 
estudios a clérigos y laicos indistintamente, el establecimiento de escuelas de 
externos, en grupos numerosos y ordenados en clases, la atención 
personalizada a los alumnos, el riguroso sistema de ascenso de los grupos 
                                                            
32 Ibídem, p.155. 
33 Pablo Escalante Gonzalbo [et al]. op. cit., p. 54. 
34 Paula Alegría. op. cit., p. 150. 
35 Manuel Revuelta González. Los colegios de jesuitas y su tradición educativa (1868-1906). 
Madrid: Universidad Pontificia Comillas, 1998, p. 361. 
 
29 
 
inferiores a los superiores y de las materias más sencillas a las más difíciles, 
la participación de los alumnos en la clase, con intervenciones orales y 
presentación de tareas escritas, el predominio de las humanidades, el estudio 
de los clásicos, la sustitución de los castigos por lo estímulos honoríficos y la 
proyección social de las actividades escolares, que enriquecen la vida cultural 
de las comunidades.36 
Los jesuitas fueron grandes innovadores. Crearon diversas instituciones, que 
permitieron el progreso educativo, sus métodos didácticos modificaron el sistema 
educativo en la colonia. Además de enriquecer el contexto educativo, auxiliaron en 
hospitales y, por ende, a personas que lo necesitaran, fueron reconocidos como 
una de las órdenes misioneras más sobresalientes, cuyo mayor auge fue en el 
siglo XVIII. Aunque sólo uno de sus cuatros colegios construido en México 
continuó con la formación de estudiantes, siendo el más reconocido. 
 
1.4.2. Colegios 
Los colegios por lo general se dividían en dos partes: una de estudios inferiores 
equivalente a la educación secundaria y la otra de estudios superiores de carácter 
universitario y comprendían de cinco a seis años de estudio. 
Las materias de enseñanza en los colegios inferiores eran similares a las de 
los colegios superiores, “sobre la base del latín y el griego, la gramática y las 
matemáticas; mientras que en los superiores se incluía la teología, la filosofía y 
algunas ciencias”.37 
                                                            
36 Pilar Gonzalbo Aizpuru, 2011. op.cit., p. 99. 
37 Lorenzo Luzuriaga. Historia de la educación y de la pedagogía. 9° edición. Buenos Aires: 
Losada, 1971, p. 124. 
 
30 
 
Estos colegios inicialmente abrieron sus puertas para socios, para que los 
seglares pudiesen asistir a escuelas y estudiaran humanidades, gramática latina, 
preceptiva literaria, retórica, artes, lógica, física, matemáticas y teología. 
Los jóvenes deberían ejercitarse en la vida piadosa, perfeccionar sus 
habilidades literarias y participar en congregaciones. 
Para ayudar a la población fueron a predicar, confesar, visitar a los pobres 
en los hospitales y aconsejar la frecuencia de los sacramentos a quienes 
deseaban avanzar en la vida espiritual. A continuación se hablará de la historia del 
Colegio más sobresaliente de la Compañía. 
 
1.5. El Real y más Antiguo Colegio de San Idelfonso 
Apenas un año después de su arribo, la Compañía de Jesús fundó su primer 
colegio conocido como: El Colegio Máximo o Colegio de San Pedro y San Pablo 
(1573) fue el primero en abrir, siempre se mantuvo como el más importante de la 
provincia mexicana y su método sirvió de ejemplo a los restantes colegios 
establecidos en la Nueva España. Debido a la sobrepoblación de los alumnos que 
querían estudiar en las instalaciones del colegio se erigieron 3 seminarios: San 
Gregorio fundado en 1575, San Bernardo en 1576 y San Miguel 1576. Aunque 
tiempo después, en 1583, se fusionaron los seminarios y se creó el Colegio de 
San Ildefonso y en 1612 el Colegio de San Pedro y San Pablo siguió el mismo 
 
31 
 
rumbo, para que todos los colegiales residieran en una sola institución llamada el 
Real Colegio de San Pedro, San Pablo y San Idelfonso de México. 
San Idelfonso tiene gran importancia en la historia de la educación de la 
Nueva España, debido a la aportación educativa superior que brindó a la sociedad 
colonial. Su fundación fue para la impartición de un seminario y para hospedar a 
estudiantes de diferentes colegios jesuitas, su creación data de 1588. En 1618, 
empezó a funcionar bajo el Patronato Real otorgado por Felipe III, con lo que se 
convirtió en el Real y más Antiguo Colegio de San Ildefonso. 
 
1.5.1. Vida estudiantil 
La formación de salones se estableció por medio de una selección de alumnos, de 
la que quedaban excluidos negros, mulatos, indios y mestizos. Su práctica era 
recurrir a los castigos para mantener el orden. 
 Las clases comenzaban a las 7 de la mañana y duraban casi todo el día, 
se realizaban 3 ejercicios durante toda la jornada. El primero consistía en la 
memorización de una lectura en latín, la cual ejercitaba y acostumbraba a los 
alumnos en el manejo del idioma. Se continuaba con la prelección, que según 
Elisa Luque consistía en que: 
[…] el profesor lee el texto latino cuidadosamente seleccionado, aclara los 
puntos difíciles para su compresión, explica el argumento de mismo, el 
sentido de las palabras latinas, el modo de expresarlo; el estilo y, por último, 
aclara todos los puntos que tengan relación con el texto: datos históricos, 
 
32 
 
mitológicos, geográficos, políticos, es decir, todo aquello que el texto respira 
y a través de lo cual, el alumno toma contacto con el mundo clásico.38 
Con esta actividad el estudiante se acercaba al fondo cultural que era 
imprescindible conocer para aprender el tema. Se tomaban recesos a las 10:30 
para asistir a la Santa Misa, para el almuerzo y para un tiempo de descanso. 
Regresaban a la 1 y la clase se dedicaba a la poesía latina y griega con el mismo 
método de memorización, de lectura de textos y comentarios. La última clase 
consistía en realizar el tercer ejercicio de concertación que era 
[…] un verdadero concurso o pugilato entre los dos bandos, regidos por 
cónsules y pretores, en los que se había divido la clase, cabían en el todo tipo 
de preguntas: declinar un nombre, conjugar un verbo, definición etimológica, 
explicar un trozo o una poesía, interpretar un emblema. A los vencedores se 
les entregaba una insignia por el triunfo.39 
La forma en que enseñaban los jesuitas durante las clases, tiene algunas 
similitudes con la instrucción que otorgaba la Real y Pontificia Universidad de 
México, principalmente en el método de explicación que se realizaba durante las 
jornadas educativas, y las discusiones de temas por parte de los alumnos, ya que 
en ambos casos debían tener un amplio conocimiento en latín y de diversos 
autores para fortalecer sus ideas. 
 
 
 
 
                                                            
38 Elisa Luque Alcaide. op. cit., p. 147. 
39 Ibídem., p. 148. 
 
33 
 
1.6. La Real y Pontificia Universidad de México 
La historia de la Universidad inicia en 1551, cuando el primer Obispo de México, 
fray Juan de Zumárraga40 y el virrey Antonio de Mendoza41, propusieron la 
creación de una Institución de alto rango académico. La erección de ésta fue 
aprobada por Carlos V42 en la Real Cédula el 21 de septiembre de 1551, sin 
embargo se inauguró hasta el 25 de enero de 1553. Dice Pilar Gonzalbo que: 
La fundación de la Universidad fue para naturales y españoles; es probable 
que algunos indígenas, descendientes de familias de la antigua nobleza, 
llegasen a las aulas, una vez aceptados e incorporados a la sociedad 
criolla.43 
La población criolla y española disfrutó de una institución de enseñanza que en 
poco tiempo alcanzaría fama como vanguardia de la educación superior. 
Desde los primeros tiempos de su fundación, la Universidad se rigió por las 
Constituciones de la Universidad de Salamanca, aunque sufrió modificaciones en 
algunos aspectos para ser adaptada al medio donde tenía que prestar sus 
servicios, como expresa Elisa Luque: 
En el momento de la erección ordenó el emperador que la mejicanahabía de 
estar privada del poder de jurisdicción que gozaba la española y que sus 
graduados no tendrían el privilegio de exención de impuestos que tenían los 
castellanos […]. El numero de cátedras fue siempre menor en Méjico que en 
                                                            
40 Don Fray Juan de Zumárraga (1468-1548). Nació en Durango (Vizcaya, España). Llegó a México 
hacia 1528 en la orden los franciscanos se constituyó como gran protector de los indios, fundador 
de grandes instituciones y escuelas, promotor de la civilización, cultura y sostén de la 
evangelización de los nativos. 
41 Antonio de Mendoza (1490-1552). Nació en Granada. Fue designado primer virrey de Nueva 
España. Con el objetivo de reforzar el poder real, se trasladó a México y se enfrentó a Hernán 
Cortés, que hasta entonces había actuado de manera independiente, forzándole a regresar a 
España. 
42 Carlos de Austria o de Habsburgo (1500-1558), reinó España desde 1516 y hasta 1556 con la 
denominación de Carlos V. Su llegada al poder en España marcó el inicio del gobierno de la casa 
de Habsburgo en España. 
43 Pilar Gonzalbo Aizpuru, 2011. op.cit., pp. 86 -87. 
 
34 
 
Salamanca […]. En la mejicana, por el contrario, y como síntoma de 
adaptación al ambiente se enseñó lenguas indígenas, estableciéndose 
cátedras para ello.44 
La organización de estudios de la Universidad de Salamanca contaba con 
veintitrés cátedras, a diferencia de la Pontificia45, la cual contaba con las 
necesarias dependiendo de la facultad, además, en la mexicana se enseñaron 
lenguas indígenas a diferencia de la española. 
Los grados o títulos universitarios que se otorgaban fueron tres. El de 
bachiller, licenciado, maestro o doctor. Una vez obtenido el grado de bachiller, los 
jóvenes podían pasar a cualquiera de las cuatro facultades mayores que eran 
Teología, Cánones, Leyes, Medicina y una facultad menor de Artes. El primer 
título era otorgado tras haber cursado 4 años de pasante en la Facultad, después 
de este tiempo se podía solicitar el grado de licenciado luego de ser profesor por 
un determinado número de años, para finalizar con el grado máximo de maestro o 
doctor, otorgado mediante una ceremonia, en la que los catedráticos de la 
especialidad discutían sobre la ponencia del alumno. El grado de bachiller, la 
licenciatura y el doctorado se daban en todas las facultades, y el grado de maestro 
sólo se recibía en Artes y Teología. 
La primera facultad en jerarquía era la de Teología, ya que sólo algunos 
estudiantes tenían la posibilidad y el derecho de leer los libros que contenían los 
                                                            
44 Elisa Luque Alcaide. op.cit., p. 57. 
45 Debido a que la Universidad concedía los grados de Teología y Derecho Canónico, es decir, 
eclesiástico, era necesario que el Papa, como jefe de la Iglesia, sancionara también dichos 
estudios: la Universidad de México fue confirmada mediante Bula de Clemente VIII en 1595. Sin 
embargo, la Real Universidad de México sólo a fines del siglo XVIII empezó a llamarse Real y 
Pontificia. Renate Marsiske. “La Universidad de México: Historia y desarrollo”, en Revista Historia 
de la Educación Latinoamericana, núm. 8, 2006. p. 13. [en línea] 
<http://www.redalyc.org/pdf/869/86900802.pdf > [consultado: el 4 de agosto de 2014]. 
 
35 
 
dogmas de la Iglesia, además de reflexionar y debatir sobre los estudios. “Los 
alumnos de bachiller en Teología debían llevar cuatro cursos de ´Prima´ de 
Teología, dos de ´Vísperas´, dos de Sagrada Escritura y uno de la Suma 
Teológica de Santo Tomas de Aquino”.46 
Para ser bachiller en Cánones el estudiante debía llevar cinco cursos, en 
cinco años, de la cátedra de “Prima” de Cánones, uno de la de “Vísperas”, dos en 
la de Decreto, uno en la de Instituta y otro en la de Clementinas47, con lo cual se 
hacía un profundo estudio del Derecho Eclesiástico. Igualmente el Bachillerato de 
Leyes exigía cinco cursos en cinco años, eran parecidas a la facultad de Cánones, 
aunque ésta tenía la cátedra de Jurisprudencia Civil. Debía de realizar cuatro 
años de pasantía en los cuales practicaban en el bufete de un abogado para 
conocer el derecho indiano y otros. Después pedía un caso a la Audiencia para 
conseguir el título de abogado.48 
En la carrera de Artes, para recibir el bachillerato se necesitaba, “[…] 
además del Latín y la Retórica, haber cursado tres años las clases llamadas de 
Artes, que comprendía la Dialéctica, la Lógica, la Ontología, la Física, las 
                                                            
46 Rafael Sánchez Vázquez. “Síntesis sobre la Real y Pontificia Universidad de México”, en Anuario 
Mexicano de Historia del Decreto, núm. 14. 2002, p. 324. [en línea]. 
<http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/hisder/cont/14/cnt/cnt10.pdf> [consultado: el 4 de 
agosto de 2014]. 
47 La Instituta y la Clementinas fueron cátedras donde se estudiaban un conjunto de libros o 
manuales destinado a la enseñanza introductoria del derecho romano. 
48 Jaime González Rodríguez. Oferta y demanda educativas en Nueva España (s. XVII). Las 
salidas profesionales de los graduados superiores de la Universidad de México, [en línea]. 
<revistas.ucm.es/index.php/RCHA/article/download/.../28594>. [consultado: el 6 de noviembre de 
2012]. 
 
36 
 
Matemáticas, la Organografía, la Psicología, la Teodicea y la Ética, así como el 
repaso de diversos textos de Filosofía”.49 
Finalmente, por jerarquía, se encontraba la facultad de Medicina, debido a 
que durante un largo periodo la carrera fue menospreciada por la actividad manual 
que presentaba la profesión. Los estudiantes estuvieron vinculados a las Artes por 
el componente de Física en su carrera, de hecho, de esta facultad salieron buenos 
retóricos y filósofos. Se debían cursar cuatro cursos, uno por año, de “Prima” y 
“Vísperas”, dos de Medicina, más uno de Cirugía y Anatomía, otro de Astrología y 
otro de método de la disección. Terminado el bachillerato, los futuros médicos 
debían hacer dos años de prácticas de la mano de un médico, cirujano o boticario, 
a veces en un hospital, y después debían examinarse en medicina práctica.50 
 
1.6.1. Vida universitaria 
La vida escolar comenzaba a las 7 de la mañana y concluía a las 6 de la tarde; 
había un descanso entre las 11 de la mañana y las 2 de la tarde. Las cátedras 
eran dentro de las aulas y con duración de una hora. “Para aprobar el curso en 
vigor, igual que en España, la costumbre era extender al catedrático una 
certificación al final del curso para probar que efectivamente, la asistencia se 
había realizado”.51 
                                                            
49 Rafael Sánchez Vázquez, 2002.op. cit., p. 323. [en línea]. 
50 Jaime González Rodríguez op. cit., [en línea]. 
51 Elisa Luque Alcaide. op.cit. p. 61-62. 
 
37 
 
Se asistía a la Universidad desde los 14 años de edad y sólo se admitía a 
jóvenes de familias acomodadas que pudieran pagar las altas cuotas que se 
solicitaban. Se aprendía por medio de las sietes artes, el trívium (gramática, 
retórica y lógica o dialéctica) y el quadrivium (aritmética, música, geometría y 
astronomía). 
El sistema de enseñanza estaba basado en el movimiento escolástico 
filosófico, en el que el maestro realizaba una exposición didáctica para continuar 
con disputas por parte de los alumnos. Elisa Luque nos explica que: 
En la exposición el maestro comenzaba enunciando la tesis o tratado, que 
concretaban de forma precisa la materia a tratar, continuaba con la 
explicación de los términos utilizados, pasaba a hacer exposición de los 
adversarios de dicha tesis, Luego exponía la postura propia y hacia la 
“censura”: grado de certeza de la tesis defendida o de falsedad de las que 
rechazaba. Así daba lo que se llamaba “estado de la cuestión”. Exponía en 
forma silogística los argumentos favorables y resolvía las dificultades 
opuestas por las teorías contrariascon los “distingos”, ya clásicos y las 
consecuencias inadmisibles que de ellos se seguirían.52 
La rapidez y agudeza de pensamiento de cada alumno favorecía el desarrollo del 
proceso, además era necesario tener un dominio de latín, para conocer y delimitar 
los argumentos de diferentes autores y así fortalecer sus propios discursos. Para 
ello tenían a su disposición en 1784 una Biblioteca de 20,000 volúmenes, 
manuscritos, mapas y jeroglíficos de la historia antigua, los cuales eran utilizados 
en las cátedras de las facultades y para uso propio de los estudiantes. 
La Universidad se convirtió en una Institución que permitió un cambio en la 
Nueva España. Su organización académica logró en la sociedad novohispana un 
avance cultural y educativo. En ella se formaron grandes teólogos, filósofos 
                                                            
52 Ibídem, p. 64. 
 
38 
 
doctores y artistas que aportaron un cambio ilustrativo en la población. Pero 
principalmente fue el primer instituto independiente de alguna orden religiosa, ya 
que fue establecida por la Corona. 
 
1.7. Gremios 
Dorothy Tanck explica que en la Nueva España, igual que en España, artesanos 
de diferentes oficios se organizaron en gremios de un mismo ramo, los cuales 
beneficiaban a la Corona con el comercio, los trabajos y la exportación de sus 
productos.53 Dentro de la organización también existieron los maestros quienes 
tuvieron un impacto en la educación. Su origen se dio a través de personas “que 
pudieran enseñar el arte de leer, escribir y contar […] individuos que medio sabían 
leer, bachilleres que echaron mano a la enseñanza para resolver su problema 
económico o de ocupación”.54 El propósito de los gremios era proteger a sus 
miembros de la competencia, y al público de las mercancías de poca calidad. 
El gremio fue constituido como un organismo educativo, debido a la 
instrucción que daba a los jóvenes, pero también se caracterizó por su espíritu 
religioso ya que en general estaban vinculadas a una cofradía,55 que atendían las 
labores espirituales de los miembros. Cada gremio contaba con un santo patrono 
                                                            
53 Dorothy Tanck de Estrada. La educación Ilustrada 1786-1836. Educación primaria en la ciudad 
de México. México: El colegio de México, 1977, p. 90. 
54 Cayetano Reyes Morales. Un día de clases en la época colonial. [en línea]. 
<http://www.colmich.edu.mx/files/relaciones/020/pdf/CayetanoReyesMorales.pdf [consultado: el 28 
de octubre 2013]. 
55 Asociación de personas con unos mismos intereses, especialmente si éstos son profesionales o 
altruistas. 
 
39 
 
al que se encomendaba, de ahí la importancia de que los profesores instruyeran al 
aprendiz en la doctrina cristiana. Estas asociaciones también brindaban auxilio a 
los cófrades enfermos, ancianos o que hubiesen caído en desgracia. 
Los principales gremios establecidos y reconocidos en la Nueva España 
fueron los de: herreros, pintores, impresores, zapateros, talabarteros, silleros, 
loceros, pintores, escultores, entalladores, ensambladores, mineros, curtidores, 
(éste último fue el único gremio que permitió el ingreso de negros y mulatos, 
debido a la baja existencia de curtidores de pieles), por mencionar sólo algunos, 
ya que el trabajo estaba estructurado, así, para cada artículo, objeto o trabajo que 
se fabricara en la Nueva España existía un gremio que llevaba a cabo la tarea. 
Cabe mencionar que el gremio más poderoso durante un largo periodo fue el 
de plateros, debido a la exhaustiva demanda que tenían por parte de la sociedad 
novohispana, pero sobre todo de la Iglesia. 
 
1.7.1. Vida interna del Gremio 
La edad para iniciar la preparación oscilaba entre los 10 y 12 años, con algunas 
excepciones de pequeños de 8 años o mayores de 12 y 14. Debido a ello un 
familiar tenía que establecer un contrato con el maestro del taller, ya que el joven 
quedaba bajo el completo auspicio y responsabilidad de éste. Se establecía el 
periodo de enseñanza, de 5 años aproximadamente y se obligaba al maestro a 
enseñarle al aprendiz. El tiempo calculado para la instrucción del oficio era de 4 
 
40 
 
años o más, dependiendo de la edad del aprendiz y el grado de dificultad del 
oficio; al finalizar el joven debía salir conociendo su labor y, en algunos casos, con 
las herramientas necesarias para desempeñar el trabajo.56 
El alumno comenzaba su educación al ingresar al taller como aprendiz para 
ser instruido, algunas veces no había escuelas y se quedaban a vivir con el 
maestro, por lo general el aprendiz seguía el oficio del padre, circunstancia que se 
conocía como “heredad” en el oficio. Según las recomendaciones de las 
ordenanzas, lo maestros debían tratar a los aprendices como sus hijos; no sólo 
enseñarles las técnicas del oficio, sino instruirlos en la doctrina cristina y buenos 
modales. Aunque la realidad era otra, ya que no existía una clausura que 
delimitara las condiciones de trabajo y la vida del aprendiz era como la de un 
pequeño sirviente obligado a realizar las labores más pesadas del taller. 
El siguiente cargo era el de oficial también conocido como compañero, se 
obtenía al terminar la instrucción como aprendiz y tras un examen interno, con 
esta categoría ya recibía una paga por su trabajo y, en ocasiones, podía vender 
sus artículos. 
Así mismo, los maestros también salían todas las mañanas a la plaza para 
ofrecer sus servicios, podían ser contratados por un tiempo ilimitado o hasta la 
conclusión de la obra. Los oficiales no contaban con este mismo sistema de 
contratación, dependían de los maestros, por lo que su servicio era jornal, a 
                                                            
56 Paula Alegría. op. cit., p. 49. 
 
41 
 
cuenta de éste y del oficio que realizaran, ya que, algunos talleres cerraban al 
atardecer, mientras que otros debían de trabajar durante largas jornadas. 
El número de maestros fue siempre menor que el de oficiales y aprendices, 
porque el gremio limitaba el número de acuerdo con las exigencias del mercado. Y 
en muchos casos sólo otorgaba títulos de maestros cuando había una vacante 
debido a la muerte de algún maestro o al abandono del oficio. 
Además de estas tres categorías, en el gremio existían: el mayor, el alcalde, 
el veedor, el clavario y el prohombre, estas denominaciones eran otorgadas por el 
jefe de las organizaciones gremiales, y eran quienes supervisaban o 
inspeccionaban la expedición de normas para reglamentar los oficios, las artes y la 
instrucción. 
Es necesario recalcar la importancia de este modelo medieval, conocido 
como modelo práctico-artesanal de enseñanza que perfeccionó su instrucción, ya 
que el proceso de enseñanza se daba a través de experimentar las funciones y 
técnicas que realizaba el docente. Por lo que el maestro se convertía en un 
mecanismo de moldeamiento que el aprendiz debía imitar, pues sería el futuro 
profesor que debería reproducir conceptos, hábitos, valores culturales y hasta las 
rutinas desarrolladas e incorporadas en el ambiente áulico.57 Este proceso 
formativo ponía en contacto al estudiante durante su formación con el ambiente 
que desarrollaría sus habilidades y tras un periodo de observación e imitación, el 
                                                            
57[…] La formación inicial de docentes y la práctica profesional [en línea]. 
<http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/8900/ZSCapituloIIDef.pdf;jsessionid=3E974F1D3EE64
9BCDFC08E02010B5A6A.tdx2?sequence=5 citado> [consultado: el 6 de noviembre de 2012]. 
 
42 
 
aprendiz alcanzaría un dominio de perfección en las técnicas, ya que en la vida 
estudiantil tenía un proceso de ensayo y error. 
A diferencia de los colegios, en el gremio no había un libro de texto que 
describiera la técnica en la que se debían llevar a cabo los oficios, ya que todo era 
por tradición, de forma

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