Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS LA EDUCACIÓN EN MÉXICO-TENOCHTITLAN ENTRE 1502-1520 REPRESENTACIÓN ICONOGRÁFICA DEL CÓDICE MENDOZA TESIS Que para obtener el título de LICENCIADO EN HISTORIA PRESENTA: PATRICIO LOIZAGA RODRÍGUEZ ASESOR: DR. TESIU ROSAS XELHUANTZI CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX., 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Índice Agradecimientos p. 3 Introducción p. 7 Capítulo 1. La educación mexica 1.1 La educación mexica en el discurso historiográfico contemporáneo p. 15 1.2 Sobre las fuentes del siglo XVI revisadas por la historiografía p. 26 1.2.1 El Códice Mendoza p. 26 1.2.2 Los huehuetlahtolli y otros códices prehispánicos y virreinales p. 37 1.3 Los límites de la historiografía contemporánea p. 38 Capítulo 2 Educación escolar mexica 2.1 Las escuelas mexicas desde los testimonios del siglo XVI p. 44 2.1.1 El calmecac p. 45 2.1.2 El ichpuchcalli y el cihuacalmecac p. 52 2.1.3 El telpuchcalli p. 54 2.1.4 El cuicacalli p. 59 2.2 La educación escolar mexica en el Códice Mendoza p. 61 2.2.1 Actores principales p. 63 2.2.2 El ofrecimiento a las escuelas p. 73 2.2.3 Los pipiltin p. 76 2.2.4 Los macehualtin p. 82 2.2.5 Los cuicapicque p. 86 2.2.6 Disciplina y formación correctiva p. 88 Capítulo 3 Educación doméstica mexica 3.1 La educación en el ámbito doméstico mexica en el siglo XVI p. 98 3.1.1 Las labores domésticas p. 99 3.1.2 Los huehuetlahtolli y la educación moral p. 104 3.2 La formación en el hogar mexica en el Códice Mendoza p. 114 3.2.1 Actores principales p. 115 3.2.2 El aprendizaje de los oficios p. 133 3.2.3 La obediencia y la tenonotzaliztli (amonestación) p. 143 3.2.4 El castigo p. 150 Conclusiones y reflexiones finales p. 155 Bibliografía p. 162 Anexo 3 Agradecimientos A mis queridos padres, María Eugenia Rodríguez Gutiérrez y José Luis Loizaga Barquín, por su amor, por sus buenos consejos, por su nobleza y por haberme inculcado la sencillez, la honestidad y los valores morales desde niño. A mis queridas hermanas, Christian Loizaga Rodríguez y Pilar Loizaga Verdugo, por su amor, por haberme acompañado a lo largo de mi vida, por su comprensión y por estar conmigo cuando más las he necesitado. A mis queridos tíos paternos, Maruja Loizaga Barquín y Gonzalo Loizaga Barquín, por su cariño, por su sencillez, por su honestidad y por haber sido excelentes personas conmigo y con sus seres queridos. A mis queridos tíos maternos, Irma Rodríguez Gutiérrez y Víctor Moreno Medina, por su cariño, por sus buenos consejos y por haber visto por mi hermana, Christian Loizaga Rodríguez, y por mí desde niños. A mis queridos primos, Cristina Moreno Rodríguez, Roberto Moreno Rodríguez, Víctor Moreno Rodríguez, Brenda Patricia Arizpe Garza y Gabriela Barrón Olvera, por su cariño, por haber compartido conmigo sus alegrías y éxitos y por haber sido excelentes personas conmigo. A Lorenia Fernández Raya por sus buenos consejos y por haber amado y cuidado a mi padre, a mis hermanas y a mí durante los últimos veintidós años. A mi querido amigo y asesor, Tesiu Rosas Xelhuantzi, por su amistad, por su honestidad, por su nobleza, por su dedicación, por sus consejos, por su paciencia, por sus enseñanzas, por formar parte de los miembros de mi sínodo, por su apoyo y por haberme ayudado a desarrollar mi tesis. 4 A mi querida amiga y maestra, Berta Gilabert Hidalgo, por su amistad, por su cariño, por haberme motivado a estudiar la Licenciatura en Historia, por sus enseñanzas, por su compresión, por haber formado parte de los miembros de mi sínodo, por su paciencia y por su apoyo en todo momento. A mi querido maestro, Héctor Buenrostro Sánchez, por su amistad, por su paciencia, por su apoyo, por respaldar la elección del tema de mi investigación y por haber formado parte de los miembros del sínodo. A mi querido maestro, Roberto Romero Sandoval, por haber formado parte de los miembros de mi sínodo, por su paciencia y por haber revisado mi tesis. A mis queridos maestros, Anabell Romo González y Eladio Terreros Espinosa, por su amistad, por sus enseñanzas y por respaldar la elección del tema de mi investigación. A mi querido maestro, Rafael Hernández Ángeles, por su apoyo, por su amistad, por su entrega y por sus enseñanzas sobre temas contemporáneos. A mis queridos amigos, Carolina Camargo, Mario Campos, Andrés García, Celso Valencia, Ciro Ortiz, Hugo Hernández, Sergio Villeda, Patrick Hernández, Mario Macin, Gilberto Reyes, Itzel Reyes, Ricardo Ocampo, Marcela Rojas, Juan Carlos Carreiro, Jimena Alcántara, Carlos Gutiérrez, Martha Morales, Alejandro Torres, Gary Bermúdez, Alfonso Campo, Andrés Conde, Salomón Goldberg, Alberto Aquino, Pilar Belausteguigoitia, Pedro Pardo, Pedro de la Torre, Héctor Montenegro, Enyeg Navarro y Carlos Tame, por su amistad, por su cariño, por haber compartido conmigo sus alegrías y éxitos y por los buenos momentos que he pasado con todos ellos. 5 A la UNAM y a sus maestros por haberme otorgado la oportunidad de estudiar la Licenciatura en Historia, por sus enseñanzas, por haberme formado para ser mejor persona y por los buenos momentos que pasé en la universidad. 6 A José Luis y a Christian 7 Introducción La presentetesis inició con el interés de conocer cómo era la educación en la sociedad mexica. Para acercarme al tema, me concentré en el Códice Mendoza y en otras fuentes del siglo XVI. Al analizar documentos del periodo virreinal que tratan sobre la historia de México-Tenochtitlan, me percaté que existen distintas interpretaciones -incluso contradictorias- del contexto social y cultural del mundo prehispánico. Esto lo percibí al analizar las obras de algunos frailes de aquella época: Bernardino de Sahagún, Diego Durán, Toribio de Benavente, Andrés de Olmos, Jerónimo de Mendieta, entre otros, quienes se dedicaron a estudiar la historia prehispánica a profundidad de acuerdo con diversos intereses religiosos, políticos e ideológicos. Algunas de las fuentes revisadas del siglo XVI que abordan la educación mexica fueron: el Códice Florentino, de fray Bernardino de Sahagún; 1 los huehuetlahtolli (discursos antiguos), recogidos por fray Andrés de Olmos;2 la Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firmes, de fray Diego Durán;3 la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo;4 la Historia Eclesiástica Indiana, de Jerónimo de Mendieta;5 la Historia 1 Códice Florentino, versión digitalizada de la World Digital Library [en línea], 7 de febrero de 2013 [Fecha de consulta: 10 de febrero de 2017, https://www.wdl.org/en/item/10096/view/1/1/], libs. II, III, IV, VI, VIII y X. 2 León-Portilla, Miguel, Huehuetlahtolli. Testimonios de la antigua palabra. Recogidos por Juan fray Andrés de Olmos hacia 1535, trad. Librado Silva Galeana, México, FCE, 2013. 3 Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firmes, México, Porrúa, 1976. 4 Bernal Díaz del Castillo, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firmes, México, Porrúa, 1976. 5 Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, Barcelona, Red ediciones S.L., 2011. 8 de los indios de la Nueva España, de Toribio Benavente de Motolinía;6 la Historia natural y moral de las Indias, de José de Acosta, 7 por señalar los más significativos. Considero que el Códice Mendoza es una de las fuentes del siglo XVI más completas que abordan el tema de la educación mexica, pues en una parte del documento encontramos elementos pictográficos que describen minuciosamente diferentes etapas de la formación de los niños de ambos géneros. Estas representaciones muestran las labores que aprendían y desempeñaban en el hogar de acuerdo con su edad y género, así como actividades relacionadas con el ámbito intelectual y moral.8 En particular los folios 57 al 71 del Códice Mendoza nos muestran ejemplos de la vida cotidiana en tiempos de Moctezuma Xocoyotzin. En esta parte del documento, se puede recuperar una visión del siglo XVI sobre el contexto histórico de la educación escolar y doméstica de México-Tenochtitlan.9 A través de la interpretación de los elementos iconográficos de dicho documento, puedo sostener que en la sociedad mexica existían formas de enseñanza-aprendizaje de diversos conocimientos tanto en el ámbito escolar como en el doméstico. Asimismo, puedo proponer que uno de los fines primordiales de la impartición de distintos conocimientos a los niños y 6 Toribio de Benavente Motolinía, Historia de los indios de la Nueva España, México, Porrúa, 2007. 7 José de Acosta, Historia natural y moral de las Indias, Madrid, Dastin, 2002. 8Códice Mendoza, edición digital [en línea], 2015 [Fecha de consulta: 30 de septiembre de 2017, http://codicemendoza.inah.gob.mx], fols. 57r.-64r., 68r., 70r.-71r. 9 Códice Mendoza, fols. 57r.-71r. 9 adolescentes fue para que éstos se involucraran en las relaciones mercantiles, económicas y políticas de México-Tenochtitlan. La concepción novohispana sobre el proceso formativo de los niños de ambos géneros en escuelas durante la época prehispánica pone de manifiesto que en México-Tenochtitlan existían diversas instituciones educativas, tal como se ilustra en el Códice Mendoza, en donde se representan el calmecac (casa del linaje) y el cuicacalli (casa de canto).10 Aunque en esta fuente no aparece ningún elemento iconográfico con respecto al telpuchcalli (casa de los jóvenes), que era la escuela en donde a los macehualtin (merecedores) se les adiestraba para la guerra, se puede contemplar que en la tercera parte del códice aparecen algunas narraciones que se refieren a un tipo muy particular de formación militar: Porque también los alfaquís mayores se ejercitaban en el arte militar y según que probaban en las guerras y hazañas que hacían y cautivos que cautivaban a los señores de México les daban dictados honrosos y blasones.11 Considero que una interpretación cuidadosa del Códice Mendoza me llevará a establecer las particularidades principales de la educación mexica, lo que también me permitirá demostrar su vínculo con la enseñanza de las virtudes morales y con otras características de la vida cotidiana en las últimas dos décadas del señorío mexica, pues se sabe que entre 1502 y 1520, México-Tenochtitlan fue testigo de grandes transformaciones en el sistema educativo escolar y doméstico a causa de 10 Códice Mendoza, fol. 61r. 11 Códice Mendoza, fol. 64v. 10 las nuevas ordenanzas que giraron en torno al tlahtoani (gran orador), Moctezuma Xocoyotzin.12 El Códice Mendoza también da testimonio de algunas de las reformas promulgadas por Moctezuma Xocoyotzin que exigieron cambios trascendentales en el proceso formativo de la sociedad mexica: Antes del Motecçuma por sus antecesores no había tanta orden en las cosas de república, como el Motecçuma, después que sucedió en el señorío por ser de buen natural y sabio de su albedrío compuso orden y manera de buen regimiento y los mandó cumplir so graves penas y así el que excedía sin remisión alguna se ejecutaba la pena por él estaba puesta en el caso de que delinquían, las cuales penas fueron rigurosas.13 En lo que respecta a conceptos operativos para interpretar la educación mexica, recuperaré el término alemán Weltanschauung utilizado por Wilhelm von Humboldt, que en español es traducido por cosmovisión o concepción del mundo. Conforme con el planteamiento de Humboldt, Weltanschauung es la manera en la que nosotros dibujamos el mundo en la realidad del pensamiento, formando conceptos y marcos de referencia para representar nuestra propia experiencia en el mundo.14 A partir de los años setenta del siglo pasado se redefinió el término Weltanschauung (concepción del mundo) por el de cosmovisión. Alfredo López Austin retoma la teoría humboldtiana y establece que cosmovisión es “el conjunto estructurado de los diversos sistemas ideológicos con 12 Pablo Escalante Gonzalbo y Pilar Gonzalbo Aizpuru, Historia de la vida cotidiana en México. vol. I, Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la Nueva España, México, FCE/COLMEX, 2009, pp. 279-297. 13 Códice Mendoza, fol. 68v. 14James W. Underhill, Humboldt World and Language, Edinburgh, Edinburgh University Press, 2009, pp. 134-135. 11 los que un grupo social, en un momento histórico, pretende aprehender el universo”. 15 Debo destacar que en una cosmovisión particular se pueden generalizar algunos preceptos fundamentales que existen en un sistema cultural e ideológico. Ciertamente, dicho vocablo podría entenderse como una expresión de la cultura. En torno a la cosmovisión prehispánica, hay que tener en cuenta que, en buena medida, todo lo que existía tanto en el plano humano como en el celestial tenía vida: el hombre, los animales, los árboles, los dioses, los cuatro elementos, los astros, las piedras, etc. Sobre esta reflexión vale la pena transcribir la interpretación de Alfredo López Austinen lo que se refiere a la cosmovisión del mundo prehispánico: En Mesoamérica sobresale una conceptualización particular del mundo natural como un ser vivo que entretiene íntimas relaciones de intercambio y dependencia mutua con el mundo social, humano. Esta interdependencia se expresa en a intensa vida ritual que teje conexiones entre una infinidad de poderes sobrenaturales, naturales y humanos.16 En este contexto, coincido con la concepción de Alfredo López Austin sobre la educación: […] La educación es todo proceso por medio del cual un grupo es inducido por un sector social a adquirir por la experiencia, el ejercicio, el saber o la creencia, el 15 Alfredo López Austin, Cuerpo humano e ideología. Las concepciones de los antiguos nahuas, t. 1, México, IAA/UNAM, 2012, p. 58. En esta investigación utilizaré con frecuencia el término “cosmovisión” para explicar y comprender el contexto histórico, cultural, social y político del mundo prehispánico con mayor certeza. Es crucial el empleo de dicho término para destacar cómo se concebía la educación en México-Tenochtitlan. 16 Alejandra Gámez Espinosa y Alfredo López Austin [coords.], Comovisión mesoamericana. Reflexiones, polémicas y etnografías, México, COLMEX/FCE, 2015, p. 149. 12 conocimiento de las normas, ideas y funciones sociales que se le atribuyen en las distintas etapas de la vida, y la capacidad de ejecución de dichas funciones.17 En cuanto a la cosmovisión de los mexicas, es posible plantearse que ésta se construyó a partir de la toltecayotl (toltequidad),18 por lo que para explicarla a detalle tomaré en cuenta algunos antecedentes históricos relevantes que refieren su origen y trascendencia, a fin de interpretar con mayor certeza el Códice Mendoza y los testimonios del siglo XVI que abordan la educación mexica. Para finalizar esta introducción, es pertinente que mencione cómo abordaré la educación en México-Tenochtitlan entre 1502 y 1520 a partir del siguiente capitulado: En el capítulo 1 que se denomina, “La educación mexica”, explicaré las distintas posturas de los investigadores contemporáneos que han abordado el tema a profundidad para dar a conocer cómo, para qué y por qué era indispensable la formación escolar y doméstica entre los mexicas. En el segundo apartado del mismo capítulo hablaré sobre cómo la historiografía contemporánea ha investigado el Códice Mendoza y otras fuentes del siglo XVI para estudiar la educación mexica en el ámbito escolar y familiar. En el tercer apartado plantearé los límites de la historiografía contemporánea en el estudio de la educación mexica, pues en esta investigación se demostrará que existen otros temas a 17 Alfredo López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, México, UNAM, 1985, p. 12. 18 En esta investigación concibo el término de toltequidad de acuerdo con Miguel León Portilla: la “toltequidad es el conjunto de instituciones y creaciones de los toltecas”. Vid. Miguel León-Portilla, Toltecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl, México, FCE, 2014, p. 23. 13 revisar que no han sido tomados en cuenta como se debe por varios investigadores como, por ejemplo, la educación doméstica. En el capítulo 2 “La educación escolar mexica”, analizaré a profundidad la educación en las instituciones educativas mexicas durante el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin a partir de las fuentes del siglo XVI; aportando nuevas líneas de investigación que fueron poco abordadas durante la época virreinal como, por ejemplo, la educación femenina en el cihuacalmecac (casa del linaje para las mujeres) y en el ichpuchcalli (casa de las doncellas), así como en el telpuchcalli (casa de los jóvenes). En este mismo apartado intentaré demostrar que casi todos los niños mexicas acudían a las escuelas que existían en México- Tenochtitlan, independientemente de su género y condición social. En el apartado de este mismo capítulo, “La educación escolar mexica en el Códice Mendoza”, compararé y analizaré otras fuentes del siglo XVI para demostrar qué se puede visualizar y qué no en el códice, proponiendo, a su vez, nuevas alternativas para estudiar de igual manera la educación femenina mexica y otros aspectos que tienen que ver con la educación escolar en cuanto a la difusión de conocimientos tanto entre los pipiltin (nobles) como entre los macehualtin. A partir de la iconografía del Códice Mendoza también explicaré los temas que se refieren a los actores principales de la transmisión de los conocimientos y a las amonestaciones y castigos que se ejecutaban en las escuelas y en el hogar a los niños desobedientes de ambos géneros, los cuales en gran medida se vinculaban con lo establecido en el sistema judicial mexica. 14 En lo que se refiere al capítulo 3 “Educación doméstica mexica”, hablaré sobre lo que los registros del siglo XVI nos dicen acerca de los principales oficios en el hogar mexica. Asimismo, comentaré el significado de los huehuetlahtolli y su importancia en la educación moral de los mexicas, considerando la influencia de la tradición cristiana en su elaboración durante la época virreinal. Al igual que en el capítulo 2, en el segundo apartado del tercer capítulo consideraré el Códice Mendoza como fuente principal para explicar y demostrar cómo los padres les transmitían a sus hijos los conocimientos sobre los oficios que se llevaban a cabo en el hogar, resaltando que muchos de ellos también se aprendían en las escuelas. También señalaré que en muchos casos, tanto los padres pipiltin como los macehualtin, independientemente de su género y condición social, les enseñaban a sus hijos los conocimientos más ilustrados de la cosmovisión toltecayotl en cuanto a la moral y otros saberes que tenían que ver con la lectura de los códices mánticos y astronómicos y con otros que supuestamente estaban únicamente reservados para los niños pipiltin que acudían al calmecac. En el anexo de esta investigación integraré un catálogo pictográfico del Códice Mendoza, en el cual clasificaré los elementos iconográficos, vinculándolos a su vez con el tema de la educación en México-Tenochtitlan entre 1502 y 1520. En este apartado abordaré únicamente la tercera parte del códice, o sea, de los folios 57 al 71, la cual describe gran parte de la educación entre los mexicas. Asimismo, explicaré la metodología a seguir para leer e interpretar el catálogo de acuerdo con las temáticas que consideré para formular los capítulos 2 y 3 de esta investigación. 15 Capítulo 1 La educación mexica 1.1 Educación mexica en el discurso historiográfico contemporáneo Desde mi perspectiva, el significado del discurso historiográfico contemporáneo comenzó a ser acuñado a mediados del siglo XX a partir de las corrientes historiográficas de autores como: Marc Bloch, Lucien Febvre, Fernand Braudel Michel Foucault, Peter Burke, Hayden White, Carlo Ginzburg, Robert Darnton, Eric Hobsbawm, por mencionar algunos, quienes en gran medida aportaron innovaciones a la historiografía en cuanto al estudio de las estructuras sociales, económicas e ideológicas, de la antropología, de la arqueología y de la vida cotidiana, a fin de conocer el pasado de cualquier civilización con mayor claridad. 19 Con tal argumento se explica que el discurso historiográfico contemporáneo se refiere a una nueva propuesta que no solamente se encarga de historiar los acontecimientos políticos,20 sino también otros temas históricos relevantes que son inherentes a cualquier sociedad: la educación, la antropología, la arqueología, la ideología religiosa, la cultura, las tradiciones, las relaciones mercantiles, la cosmovisión, etc. En el caso de la educación mexica, ya varios investigadores mexicanos y extranjeros de los años setenta, ochenta y noventa del siglo pasado y principios19 Sonia Corcuera de Mancera, Voces y silencios en la historia: siglos XIX y XX, México, FCE, 1997. 20 Corriente historiográfica positivista propuesta por Leopoldo von Ranke a principios del siglo XIX que estudia únicamente los hechos históricos a partir de fuentes escritas. Su enfoque de estudio se centra en mayor grado en la historia política, ya que no se interesa tanto por la historia de la vida cotidiana. Vid. Adam Schaff, Historia y verdad, México, Grijalbo, 1971, p. 118. 16 de éste han basado sus planteamientos tomando en cuenta el discurso historiográfico contemporáneo sobre la vida cotidiana, considerando algunas de las posturas historiográficas antes comentadas.21 Entre ellos sobresalen Alfredo López Austin, Pablo Escalante, Fernando Díaz Infante, Miguel León-Portilla, Víctor M. Castillo, Ángel María Garibay, José María Kobayashi, Felipe Solís Olguín, Enrique Vela, Walter Krickeberg, Michel Graulich, George C. Vaillant, Jacques Soustelle, Karl Anton Nowotny, Frances Berdan, Rieff Anwalt, Charles Phillips. En cuanto a la educación entre los mexicas, el análisis de la historiografía contemporánea se aproxima a los principios fundados en la cosmovisión toltecayotl, como una forma mediante la cual los grupos nahuas visualizaban el mundo en la época prehispánica. Hacia una explicación más precisa de la educación en México-Tenochtitlan se ha dicho que las consecuencias de esta transformación cultural, religiosa e ideológica, de origen tolteca, desembocaron en la formación del carácter e identidad del hombre mexica en sociedad, por lo que se ha llegado a la conclusión de que los huehuetlahtolli se “encuentran en los linderos de la educación formal e informal mexica”.22 21 Desde la perspectiva de la corriente historiográfica marxista, hay una gran variedad de autores que vinculan la educación mexica con las estructuras económicas y la diferenciación de clases sociales que existían en México-Tenochtitlan. Vid. Víctor M. Castillo F., Estructura económica de la sociedad mexica, México, UNAM, pp. 60-65; José María Kobayashi, La educación como conquista, empresa franciscana en México, México, COLMEX, 1985, pp. 21-86; Michel Graulich, Moctezuma. Apogeo y caída del imperio azteca, México, ERA/CONACULTA/INAH, 2014, pp. 73-78 y López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, op. cit., pp. 20-246. 22 Alfredo López Austin, La educación de los antiguos nahuas, t. 2, México, SEP/El Caballito, 1985, p. 91. 17 Otros autores contemporáneos que han discutido el tema sobre la educación mexica argumentan que de la cosmovisión toltecayotl emanó el principio de la enseñanza a partir de la ixtlamachiliztli, que era precisamente la “acción de dar sabiduría a los rostros” a través del temachtiani (maestro), quien a su vez era un tlamatini (sabio) y hacía que los educandos tomaran y conocieran un rostro, con el cual se desarrollaban como individuos y se hacían sabios “al fortalecer sus corazones”.23 De acuerdo con esta explicación, Miguel León-Portilla añade que el que poseía la ixtlamachiliztli (el arte de educar al otro fortaleciendo su rostro), por medio del principio del método de enseñanza y aprendizaje in ixtli in yollotl (rostro y corazón), era el omacic oquilichtli (hombre maduro). 24 De aquí surge el razonamiento que refiere que el que poseía un “rostro sabio” y “un corazón fuerte como la piedra” recibía el influjo de la educación náhuatl cuando se convertía en un hombre maduro. La opinión de Fernando Díaz Infante hace hincapié en que los efectos de los principios de la ixtlamachiliztli, o su equivalente, el tlacahuapahualiztli (el arte de criar y enseñar al otro) a través de los huehuetlahtolli, no sólo influyeron en la educación escolar y domestica mexica, sino también en la formación del carácter y de la identidad de la sociedad mexica.25 Por esta razón es indispensable entender que la conceptualización de la educación en México-Tenochtitlan partía 23 León-Portilla, Toltecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl, op., cit., p. 346. 24 Ibid., p. 343. 25 Fernando Díaz Infante, especialista en la educación de la sociedad mexica, sustituye el término ixtlamachiliztli por tlacahuapahualiztli, que en realidad tienen el mismo significado. Vid. Fernando Díaz Infante, La educación de los aztecas, México, PANORAMA, 2015, p. 35. 18 de un sistema de enseñanza de conocimientos que se transmitían desde la niñez, con el propósito de formar a la sociedad en el ámbito escolar, familiar y moral. Según la visión contemporánea de la educación mexica, el hombre maduro (omacic oquilichtli), que en la cosmovisión prehispánica se concebía como un hombre sabio y experimentado, era el que iniciaba el proceso formativo dentro de la sociedad por ser el que recibía el ixtlamachiliztli. 26 Miguel León-Portilla profundiza en el tema destacando que los huehuetlahtolli eran difundidos únicamente por los adultos de generación en generación como una forma de comunicación en las instituciones escolares y en los hogares de México- Tenochtitlan, a fin de que los niños y adolescentes, de acuerdo con su posición social, edad y género, supieran cómo conducirse a los demás con respeto y conocieran las normas de conducta y los ritos religiosos,27 así como las cosas de gobierno, la lectura de los libros sagrados y las virtudes morales que se enseñaban en el calmecac, en el cihuacalmecac y en el telpuchcalli.28 Por su parte, Alfredo López Austin señala que uno de los objetivos primordiales de dichas escuelas consistía en normar las relaciones entre los dioses y el hombre.29 Reafirmando la postura de la historiografía contemporánea, sobre los actores de donde nacía una forma de enseñanza en la sociedad mexica a través de los huehuetlahtolli, algunas investigaciones recientes indican que en la configuración 26 León-Portilla, Toltecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl, op. cit., p. 344. 27 López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, op. cit., p. 85. 28 Miguel León-Portilla, Huehuetlahtolli. Testimonios de la antigua palabra. Recogidos por Juan fray Andrés del Olmos hacia 1535, trad. Librado Silva Galeana, México, FCE, 2013, pp. 33-37. 29 Alfredo López Austin, “La religión, la magia y la cosmovisión”, en: Historia Antigua de México, vol. IV, Aspectos fundamentales de la tradición mesoamericana, p. 255. 19 del pensamiento místico-religioso mexica en los ancianos, concebidos como una advocación del dios viejo del fuego, Xiuhtecuhtli, recaía la responsabilidad de educar al otro porque “poseían un acervo de información técnica e ideológica que era indispensable para la existencia del grupo”.30 Esta forma de ver las cosas demuestra que en el caso de las instituciones educativas de México-Tenochtitlan los maestros, los sacerdotes y las sacerdotisas eran de edad avanzada, sosteniendo que, según lo que se ha analizado sobre el mundo prehispánico, la ancianidad comenzaba a partir de los 52 años de edad.31 Pero el principal transmisor de los saberes en la sociedad mexica no se limitaba a la vejez, sino más bien esta metáfora se refiere al grado de experiencia y formación que adquiría el ser humano desde la niñez hasta la edad madura, o sea, después de los veinte años de edad, que era justamente cuando el varón alcanzaba la plena madurez para contraer matrimonio32 y se convertía en padre de familia, siendo ya apto para enseñarle a sus hijos los huehuetlahtolli en el hogar.33 Sobre la implantación de los modos de enseñanza y aprendizaje en el sistema educativo mexica, cimentados en los principios de la cosmovisión toltecayotl: la ixtlamachiliztli, el principio: in ixtli in yollotl (rostro y corazón) y los huehuetlahtolli, Felipe Solís Olguín opina que fue bajo el reinado Moctezuma Ilhuicamina,entre 1440 y 1469, cuando dicho método de enseñanza comenzó a implementarse en 30 López Austin, Cuerpo humano e ideología. Las concepciones de los antiguos nahuas, t. 1, op. cit., p. 80. 31 Idem 32Jacques Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, México, FCE, 2011, p. 176. 33 León-Portilla, Huehuetlahtolli. Testimonios de la antigua palabra. Recogidos por Juan fray Andrés del Olmos hacia 1535, op. cit., p. 33. 20 México-Tenochtitlan, por lo que es probable que en aquella época se hayan creado las primeras casas de estudio mexicas: el calmecac, el telpuchcalli y el cuicacalli,34 donde era evidente que existía una gran difusión y aprendizaje de diversos saberes mediante los huehuetlahtolli. Mientras tanto, José María Kobayashi niega esta teoría, alegando que cuando Moctezuma Ilhuicamina asumió el poder, dichas casas de estudio ya existían.35 En el caso del calmecac, la historiografía contemporánea resalta que los conocimientos que se transmitían en esta institución educativa eran: la lectura de códices; de los amoxtli (libros); de los cecemeilhuiamoxtli, libros de lo que ocurría cada día; de los xiuhamatl, memorias; de los tonalamatl, libros de la cuenta de los días y del destino y de los tlalamatl, papeles de tierra; la formación sacerdotal; los relatos de los huehuetlahtolli y los valores más elevados de la cultura náhuatl. Al sabio tlamacazqui (sacerdote) se le consideraba como el principal transmisor de la enseñanza de dichos conocimientos, pues poseía “el arte de criar y enseñar al otro con el rostro y con el corazón” por medio de los huehuetlahtolli, lo que lo facultaba a transformarse en temachtiani: personaje decisivo en la formación de los niños en el calmecac; todo ello sin descartar el hecho de que la educación también era transmitida de padres a hijos en el seno familiar. Como se ha dicho, en la sociedad mexica los sacerdotes eran los únicos capaces de interpretar los libros que hablaban sobre la cuenta calendárica, los astros y el destino: el tonalamatl, así como los códices mánticos e históricos sobre la vida cotidiana en el mundo prehispánico. También hay que decir que la 34 Felipe Solís Olguín, “Gloria y esplendor de los aztecas”, en: Arqueología Mexicana, México, Edición Especial 13, abril de 2003, pp. 10-15. 35 Kobayashi, op. cit., p. 54. 21 historiografía contemporánea ha destacado que dentro del pensamiento cosmogónico del mundo prehispánico se creía firmemente que los conocimientos que se enseñaban en las escuelas principales respondían en estricto sentido a la situación social de los niños de ambos géneros, ya que el principio de la enseñanza in ixtli in yollotl (rostro y corazón) únicamente se difundía entre los pipiltin. Por dar un ejemplo, si el joven formaba parte de la nobleza, éste tenía acceso a los códices y a la tradición oral vinculada con ellos, con lo que podía enriquecer su propio conocimiento y transformarse en un futuro sabio.36 Conforme con lo que se ha visto en algunas investigaciones recientes, las tendencias de estudio se centran en mayor grado en el estudio de la educación escolar entre los mexicas, tomando como referencia el Códice Florentino de fray Bernardino de Sahagún, de donde se han revisado exhaustivamente los conocimientos más ilustrados que se impartían en el calmecac, en el telpuchcalli y en el cuicacalli, de acuerdo con la condición social de los que acudían a cada una de ellas.37 En relación con un concepto distinto de educación informal mexica desde el punto de vista historiográfico, sobresale José María Kobayashi quien, en el caso del término educación informal, lo sustituye por “educación doméstica”. Para él, esta forma de educar al hombre “comienza en el momento de su nacimiento y se 36 León-Portilla, Toltecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl, op. cit., p. 56. y Eduardo Natalino dos Santos, Tiempo, espacio y pasado en Mesoamérica. El calendario, la cosmografía y la cosmogonía en los códices y textos nahuas, México, III/UNAM, 2014, p. 78. 37 Alfredo López Austin es uno de los mejores investigadores mexicanos que tratan el estudio de la educación escolar mexica. Sus planteamientos se centran en la perspectiva de fray Bernardino de Sahagún cuando transcribe sus relatos tanto en náhuatl como en español. Vid. Alfredo López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, México, UNAM, 1985. 22 desarrolla durante los primeros años de su vida bajo el cuidado de los padres en la intimidad familiar”, agregando que tal forma de educación tiene como fin esencial “preparar y ayudar a que el niño se adapte al medio ambiente en el que le tocó nacer y desarrollar su vida de adulto”.38 Las fuentes virreinales con las que Kobayashi vincula su concepción de educación doméstica con el contexto educativo mexica son: el Códice Mendoza, los trabajos de fray Andrés de Olmos, fray Bernardino de Sahagún, fray Diego Durán, fray Toribio Benavente de Motolinía y fray Juan de Torquemada. Kobayashi agrega que los huehuetlahtolli eran fundamentales para formar a los mexicas en el “aspecto moral”. 39 El discurso historiográfico contemporáneo sobre el contexto educativo escolar entre los mexicas resalta que en México-Tenochtitlan predominaba una clara diferenciación social y discriminación en torno a los conocimientos y a las escuelas donde éstos eran impartidos.40 De acuerdo con la interpretación de Jacques Soustelle, esta cuestión se justificaba en el discurso de origen prehispánico que enfatizaba que la enseñanza de conocimientos astronómicos y la lectura de libros históricos y sagrados estaban destinadas únicamente a la élite mexica.41 Esta misma diferenciación social en el contexto educativo escolar mexica la plantea José María Kobayashi cuando resalta que en el telpuchcalli, que era la escuela donde los macehualtin eran adiestrados para la guerra, los maestros 38 Kobayashi, op. cit., p. 50. 39 Ibid., p. 52. 40 Graulich, op. cit., pp. 73-82. 41 Jacques Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, op. cit., p. 175. 23 mostraban poco interés en que los alumnos aprendieran el “principio del rostro y sabio y el corazón firme como la piedra”, pues los que estudiaban en la casa de los jóvenes no tenían “acceso a puestos de categoría y responsabilidad a causa de su manera de ser poco refinada”.42 Esta fue una de las razones por la cual, desde la opinión de otros estudiosos contemporáneos, la educación mexica a partir los principios del tlacahuapahualiztli y del in ixtli in yollotl se fundaba en valores desiguales y “absolutamente antiéticos”.43 Sin embargo, Jacques Soustelle sostiene que, pese a la indudable diferenciación social que existía en el ámbito escolar de México-Tenochtitlan en vísperas de la conquista española, la formación en instituciones educativas era obligatoria para todos, sin importar el nivel social ni el género de los niños y adolescentes.44 En lo que se ha dicho sobre los asuntos de la vida cotidiana en México- Tenochtitlan durante el reinado de Moctezuma Xocoyotzin, resalta el interés por estudiar el concepto educación mexica desde el Códice Mendoza,45 con el que además se aborda la historia de la vida diaria cuando se menciona, por ejemplo, que durante la ceremonia del matrimonio las cihuamantecatl (las que trabajan el arte plumario) llevaban a la novia a sus espaldas antes de entrar a la casa del novio.46 Este argumento se obtuvo de los relatos obtenidos del Códice Florentino de Sahagún para demostrar que a los mexicas se les educaba desde la niñez 42 Ibid., p. 86. 43 Jacques Soustelle, El universo de los aztecas, México, FCE, 2012, p. 65.44 Ibid, p. 176. 45 Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, op. cit., p. 172. 46 Pablo Escalante Gonzalbo, Los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española, México, FCE, 2013, pp. 156-157. 24 para que acataran las normas establecidas en el hogar y para prepararse para el matrimonio.47 A causa de las nuevas reformas promulgadas en México-Tenochtitlan, entre 1502 y 1520, se agudizó el acatamiento de los hijos frente a sus padres, ya que “en general los niños y jóvenes eran educados para saludar a los adultos, con esmero y elocuencia”,48 a tal grado que algunos investigadores afirman que en aquella época los padres exhortaban a sus hijos a no mirar a los ojos al tlahtoani.49 Alfredo López Austin defiende este argumento al señalar que cuando Moctezuma Xocoyotzin llegó al poder, exigió que se le venerara con mayor rigor.50 Algunos estudios recientes plantean que el mismo Moctezuma se ocupó de la educación. De hecho, se dice que se reunía con los niños para enseñarles el significado del respeto y de las virtudes morales y cómo debían de hablar.51 El análisis historiográfico del concepto de educación mexica, en este sentido, ha sido vinculado con la honorabilidad y con las virtudes morales en la formación doméstica, señalando que fueron fundamentales dentro de la sociedad mexica, pues desde la niñez se advertía que el quebrantamiento de las normas de convivencia ameritaba la ejecución de una serie de crueles castigos a los ladrones, a los traidores y a los adúlteros.52 47 Escalante Gonzalbo y Gonzalbo Aizpuru [coords.], Historia de la vida cotidiana en México, vol. I, Mesoamérica y los ámbitos indígenas de la Nueva España, op. cit., p. 262. 48 Idem 49 Graulich, op. cit., p. 117. 50 López Austin, La educación de los antiguos nahuas, t. 2, op. cit., p. 91. 51 Idem 52 La horca, la lapidación hasta la muerte, la restitución de daños, la conversión a la esclavitud eran los castigos más frecuentes con los que eran sancionados los adúlteros, ladrones y ebrios. Vid. George C. Vaillant, La civilización azteca, México, FCE, 2003, pp. 105-106. 25 Por otro lado, los estudios de Fernando Díaz Infante53 y George Vaillant54 ofrecen líneas de investigación en todo lo referente a la educación psicológica y física entre los mexicas. 55 Las explicaciones antes referidas pueden ser comparadas y analizadas desde la perspectiva de lo que se ha discutido en el discurso historiográfico contemporáneo sobre la educación mexica, pues de alguna forma se puede asumir que, en buena medida, en las escuelas y en los hogares de México- Tenochtitlan predominaba un modo de transmisión y difusión de conocimientos y normas de conducta que aprendía el ser humano desde que nacía, con los que lograba desarrollar su intelecto, su conducta, su moral, su autoestima, su identidad y su espiritualidad, dando como resultado la transformación de su carácter. Caber reiterar que los huehuetlahtolli, emanados de la cosmovisión toltecayotl, conformaron el origen la educación mexica y eran entendidos como una forma de expresión, de la cual surge un método para enseñar y aprender diversos conocimientos en distintas instituciones educativas y en el hogar, los cuales indiscutiblemente transformaron el carácter de los mexicas desde la fundación de la excan tlahtoloyan hacia 1427 hasta la caída de México-Tenochtitlan en 1521. 53 Entre una gran variedad de disciplinas que había en México-Tenochtitlan, la investigación historiográfica contemporánea resalta que en la época prehispánica existía la figura del teixcuitiani (psicólogo), aunque no se precisa en qué escuelas se enseñaba dicha profesión. Vid. Díaz Infante, op. cit., p. 60. 54 La iconografía el Códice Mendoza exhibe las particularidades de la psicología infantil entre los mexicas. Vid. Vaillant, op. cit., p. 97 y Códice Mendoza, fols. 57r.-71r. 55 Para poder practicar el juego de pelota (tlachlti) y el patolli, los niños mexicas eran entrenados para desarrollar su físico en las escuelas que había en México-Tenochtitlan. La historiografía contemporánea destaca que la carrera fue uno de los deportes más ensayados en México-Tenochtitlan. Vid. Díaz Infante, op. cit., pp. 73-74. 26 1.2 Sobre las fuentes del siglo XVI revisadas por la historiografía 1.2.1 El Códice Mendoza En la interpretación de Frances Berdan y Patricia Rieff Anwalt: “El Códice Mendoza es el más completo de los códices mesoamericanos conocidos que combina la historia de las conquistas imperiales, las cuentas de los tributos de las provincias y una crónica etnográfica de la vida cotidiana”.56 El Códice Mendoza fue confeccionado por la ordenanza del virrey Antonio de Mendoza entre 1542 y 1549 y firmado en 1553 por el historiador franciscano André Thevet.57 Al parecer, uno de sus autores más destacados fue el pintor indígena Francisco Gualpuyocuálcatl, aunque hay otras versiones que le atribuyen su confección a Juan González.58 Compuesto de tres partes divididas en 144 páginas o 71 folios, el Códice Mendoza aborda los siguientes temas sobre la sociedad mexica: expansión territorial, tributo y vida cotidiana. Como suele suceder al estudiar las fuentes del siglo XVI que tratan el tema del mundo prehispánico, en el Códice Mendoza se refleja no poca influencia de la tradición cristiana. Es posible afirmar este argumento si tomamos en cuenta una narración del recto del folio 1 de dicho documento, donde aparece la firma del historiador franciscano André Thevet y la introducción a la primera parte que comienza así: “En el año de mil trescientos y veinte y cuatro años después del 56 Frances F. Berdan & Patricia Rieff Anwalt, The Essential Codex Mendoza, vol. II, USA, University of California, 1997, XI. 57 Karl Anton Nowotny, “Die Hieroglyphen des Codex Mendoza. Der Bau einer mittelamerikanischen Wortschrift”, en: Amerikanistische Miszellen, Hamburg, Komissionsverlag Ludwig Appel Hamburg, 1959, p. 97. 58 Idem 27 advenimiento de nuestro señor y salvador Jesu Cristo, los mexicanos llegaron al asiento de la ciudad de Mexico”.59 La tercera parte del Códice Mendoza, que comprende los folios 57-71, es una fuente virreinal frecuentemente consultada por la historiografía contemporánea para estudiar a profundidad la educación escolar y doméstica entre los mexicas durante el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin, de 1502 a 1520. 60 Entre los investigadores que defienden esta postura sobresalen los extranjeros: F.F. Berdan, Patricia Rieff Anwalt, Karl Anton Nowotny, y Walter Krickeberg.61 En el caso de los investigadores mexicanos tenemos a Pablo Escalante, Víctor Castillo y Federico Gómez de Orozco.62 Sin embargo, algunos otros investigadores difieren de esta esta forma de ver las cosas, advirtiendo que para los mexicas no era relevante dibujar escenas sobre la vida cotidiana.63 Si esta aseveración fuese del todo cierta, es posible advertir que en el caso de la elaboración del Códice Mendoza el artista indígena 59 Códice Mendoza, fol. 1r. 60 Berdan & Rieff Anwalt, op. cit., pp. 142-237 y Nowotny, op. cit., pp. 97-113. 61 En 1959, el etnógrafo austriaco, Karl Anton Nowotny, dio a conocer una propuesta bastante interesante sobre la clasificación de la iconografía del Códice Mendoza, en la cual analizó cada uno de los elementos iconográficos que aparecen en el códice y aportó una nueva forma de estudiar su contenido. De hecho, traduje el texto de Nowotny del alemán al español con la ayuda de mi asesor de tesis, Tesiu Rosas Xelhuanzti. Vid. Karl Anton Nowotny, “Die Hieroglyphen des Codex Mendoza. Der Bau einer mittelamerikanischen Wortschrift”, op. cit., pp. 71-113 y Walter Krickeberg, Las antiguas culturas mexicanas, México, FCE, 2003,p. 67. 62 Escalante Gonzalbo, Los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española, op. cit., pp. 156-157; Castillo F., op. cit., pp. 149-150 y Federico Gómez Orozco, “Quien fue el autor del Códice Mendocino”, en: Revista mexicana de Estudios Antropológicos, vol. V, pp. 43-52. 63 Esther Pasztory, Aztec Art, New York, Harvey N. Abrams Publishers, 1983, p. 179. 28 tuvo que “crear nuevas formas para abordar el nuevo tema (historia de la vida cotidiana) en vez de copiar o repetir las antiguas formas prehispánicas”.64 Sin embargo, a pesar de la propuesta de Esther Pasztory, no se puede negar que la iconografía del Códice Mendoza está conformada por varias representaciones que manifiestan lo contrario, ya que aquí se describe la historiografía sobre la educación en el ámbito escolar y doméstico y la vida cotidiana en México-Tenochtitlan, en un periodo de por lo menos veinte años antes de la llegada de Hernán Cortés. Sobre el estudio de los folios de la tercera parte del Códice Mendoza varios investigadores contemporáneos se han enfocado en mayor grado en el análisis de la educación escolar mexica, o sea, en el calmecac y en el cuicacalli (figura 1), centrándose en menor grado en la formación que se les daba a los niños de ambos géneros en el hogar desde pequeños. En el caso del telpuchcalli, que en el Códice Mendoza no aparece representado, la historiografía contemporánea no toma como punto de partida otros elementos iconográficos del códice que sí dan a conocer algunas particularidades de dicha casa de estudio en cuanto a las enseñanzas y a los actores que participaban en la educación militar mexica (figura 2). De acuerdo con lo que se mencionó, el Códice Mendoza resalta cómo los padres ofrecían a la criatura recién nacida al telpuchtlahto (el que enseña a los jóvenes), quien era el maestro que dirigía el telpuchcalli. Asimismo, en el códice se visualizan las enseñanzas que se impartían en aquella institución educativa 64 Escalante Gonzalbo, Los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española, op. cit., p. 156. 29 como eran: la construcción de obras públicas y el arte militar. Esta fuente del siglo XVI también destaca cómo ascendían en la milicia los que acudían al telpuchcalli y triunfaban en los enfrentamientos bélicos. 65 Hay otros investigadores que retoman el Códice Florentino y los relatos de fray Diego Durán y fray Juan de Torquemada para abordar el tema sobre la casa de los jóvenes.66 Educación escolar: calmecac y cuicacalli fol. 61r. (figura 1) 65 Códice Mendoza, fols. 57r., 62r., 64r.-65r., 67r.-68r. y 70r. 66 Alfredo López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, México, UNAM, 1985; José María Kobayashi, La educación como conquista, empresa franciscana en México, México, COLMEX, 1985 y León-Portilla, Aztecas-Mexicas. Desarrollo de una civilización originaria, op. cit., p. 217. Figura 1. 30 Educación en el telpuchcalli: fols. 57r., 62r., 64r.-65r., 67r.-68r. (figuras 2, 3, 4, 5 y 6) Figura 2. Figura 3. Figura 4. Figura 5. Figura 6. 31 En cuanto a la educación doméstica en el Códice Mendoza, algunos investigadores contemporáneos han resaltado las tareas que los padres les enseñaban a los niños de ambos géneros en las etapas de la niñez, o sea, desde los tres hasta los catorce años de edad,67 que en el caso de las niñas eran el tejido de textiles y la preparación de diversos alimentos, mientras que en el caso de los niños eran la pesca, las funciones que se llevaban a cabo en el tianquiztli (tianguis) y la limpieza del hogar (figura 3). 68 Hay que decir que en ciertos casos la historiografía contemporánea sobre la educación mexica en el Códice Mendoza no incluye otros oficios que aprendían los varones, los cuales están representados en el recto del folio 70 del códice. Dicho folio se tomará en cuenta en esta investigación para explicar a profundidad los demás oficios que aprendían los niños mexicas: la carpintería, la orfebrería, el arte plumario y el oficio del tlahcuilo (el que escribe pintando).69 Otro investigador que refiere las etapas de la niñez y la educación doméstica entre los mexicas a grandes rasgos es el investigador Enrique Vela, quien 67 Vaillant, op. cit., pp. 96-106 y Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, op. cit., pp. 172-176. 68 Aunque algunos autores han estudiado el fenómeno de la educación doméstica entre los mexicas desde el Códice Mendoza, casi todos se han centrado, en mayor grado, en los conocimientos que se impartían en las casas de estudio de México-Tenochtitlan. Vid. Alfredo López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, México, UNAM, 1985; Alfredo López Austin, La educación de los antiguos nahuas, t. 1 y t. 2, México, SEP/El Caballito, 1985; Miguel León-Portilla, Aztecas-Mexicas: desarrollo de una civilización originaria, México, Algaba, 2004; Miguel León-Portilla, Obras de Miguel León- Portilla. Entorno a la historia de Mesoamérica, t. 2, México, UNAM/COLMEX, 2004; José María Kobayashi, La educación como conquista, empresa franciscana en México, México, COLMEX, 1985; Miguel León-Portilla, Toltecáyotl. Aspectos de la cultura náhuatl, México, FCE, 2014; Charles Phillips, The complete illustrated history of the Aztec & Maya, London, JG Press, 2006; Eduardo Matos Moctezuma, Tenochtitlan, México, FCE, 2006 y Eduardo Natalino dos Santos, Tiempo, espacio y pasado en Mesoamérica. El calendario, la cosmografía y la cosmogonía en los códices y textos nahuas, México, UNAM, 2014. 69 Códice Mendoza, fol. 70r. 32 únicamente menciona que en México-Tenochtitlan “el niño aprendía a hacer diligencias como traer agua”, mientras que “las niñas empezaban a aprender el oficio femenino por excelencia, el tejido”. En este sentido, el historiador Enrique Vela toma como base el folio 58r. del Códice Mendoza para explicar los oficios domésticos antes mencionados. 70 En cambio, George C. Vaillant, Walter Krickeberg, Frances Berdan y Miguel León-Portilla sí consideran varias representaciones iconográficas del recto del folio 70 Códice Mendoza para explicar los oficios que los padres les enseñaban a sus hijos en el hogar: la orfebrería, el arte plumario y la carpintería.71 Desde otro punto de vista de la historiografía, el investigador mexicano, Víctor Castillo, también considera la enseñanza de los oficios en el ámbito doméstico mexica a partir del Códice Mendoza, pues retoma varios elementos iconográficos del códice para explicar que la pesca, la manufactura de textiles y la carpintería jugaron un papel preponderante en el desarrollo económico de México- Tenochtitlan.72 70 Vid. Enrique Vela, “La educación de los niños”, en: Arqueología Mexicana, México, Edición Especial 75, agosto 2017, pp. 40-43. 71 Vaillant, op. cit., p. 69; Krickeberg, op. cit., p. 69; Berdan & Rieff Anwalt, op. cit., pp. 142-237 y León-Portilla, Aztecas-Mexicas. Desarrollo de una civilización originaria, op. cit., p. 189. 72 Castillo F., op. cit., pp. 60-65. 33 La enseñanza de los oficios y de la educación moral y las amonestaciones y la ejecución de castigos en el hogar mexica: fols. 58r., 59r. 60r. y 70r. (figuras 7, 8, 9 y 10) Figura 7. Figura 8. Figura 9. Figura 10. 34 Como parte de la formación correctiva en el hogar mexica, existen algunos investigadores que han considerado el Códice Mendoza como la fuente del siglo XVI que mejor explica las amonestaciones y los castigos que los padres les aplicaban a sus hijos por desobedientes conforme con su edad como, por ejemplo, cuando los padres obligaban a sus hijos de ambos génerosa inhalar el humo de una hoguera de chiles (figura 9).73 En lo que se refiere a los castigos que se ejecutaban en las escuelas, como parte fundamental de la formación correctiva de los varones desobedientes y viciosos, algunos los autores contemporáneos hacen ver que en el Códice Florentino, en el Códice Durán y en los relatos de Bartolomé de las Casas, Juan Bautista Pomar y Alonso de Zorita se explica con mayor verosimilitud que tanto los maestros del calmecac como los del telpuchcalli eran los que ejecutaban las penas corporales, vinculándolas a su vez con lo estipulado en el sistema jurídico de México-Tenochtitlan.74 De aquí se desprende la hipótesis de que en la mayoría de los casos la historiografía contemporánea ha estudiado en menor grado los folios del Códice Mendoza donde aparecen algunos tlamacazque (sacerdotes) y telpuchtlahtoque (los que educan a los jóvenes) ejecutando una serie de crueles castigos a los niños que acudían a ambas escuelas.75 73 Escalante Gonzalbo, Los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española, op. cit., p. 156; Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, op. cit., p. 173; Vela, op. cit., pp. 41-43 y Krickeberg, op. cit., p. 74. 74 López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, op. cit., pp. 34-38 y 236-242; Díaz Infante, op. cit., pp. 49-60 y Graulich, op. cit., p. 75. 75 Códice Mendoza, fols. 62r. y 63r. 35 Formación correctiva en el calmecac y en el telpuchcalli: fols. 62r. y 63r. (figuras 11 y 12) Formación correctiva según las leyes de México-Tenochtitlan fols. 66r., 68r. y 71r. (figuras 13, 14 y 15) Figura 11. Figura 12. Figura 13. Figura. 14 36 Como se mencionó más arriba, la investigación historiográfica contemporánea establece un vínculo muy estrecho entre la formación correctiva en los ámbitos escolar y doméstico con el sistema jurídico mexica. Y es que, como lo demuestra la iconografía del Códice Mendoza, en tiempos de Moctezuma Xocoyotzin los niños eran educados y corregidos para no cometer faltas al código de conducta establecido no sólo por las instituciones educativas, sino también por el tlahtoani y por los tecuhtlahtoque (senadores).76 A partir de la explicación anterior, hay algunos investigadores que concuerdan con esta postura, que se refiere precisamente al vínculo que existía entre el proceso educativo, la ejecución del castigo como parte esencial de la formación 76 Entre las advertencias que los padres mexicas les daban a sus hijos de ambos géneros resaltan la prohibición de la embriaguez, del robo, de la gula, del adulterio y de la holgazanería. El cometer cualquiera de las faltas antes mencionadas ameritaba la ejecución de castigos corporales y la pena de muerte en algunos casos. Vid. Códice Mendoza, fols. 58r.-59r., 66r., 68r. y 70r. Figura 15. 37 correctiva y las instancias jurídicas que existían en la sociedad mexica, según lo establecido en el Códice Mendoza, a pesar de que la iconografía del códice no lo explique a detalle.77 1.2.2 Los huehuetlahtolli y otros códices prehispánicos y virreinales La investigación historiográfica contemporánea sobre la educación mexica ha analizado códices, relatos, obras y textos de los cronistas y frailes más sobresalientes del siglo XVI. Los códices mayormente estudiados han sido los relatos de los libros II, III, VI y VIII del Códice Florentino para explicar ampliamente el modelo educativo escolar mexica con respecto a las enseñanzas que se impartían en las escuelas de acuerdo con el origen social de los que acudían a ellas.78 El mismo códice, sobre todo el libro VI, recopilado por Sahagún en 1547, ha sido estudiado con el propósito inicial de explicar en mayor grado la educación doméstica y moral de los mexicas mediante el estudio de los huehuetlahtolli.79 Miguel León-Portilla ha centrado su enfoque de estudio en los relatos en náhuatl recopilados por fray Andrés de Olmos en 1535 para investigar y explicar la educación escolar y doméstica en México-Tenochtitlan con una interpretación del pasado prehispánico más precisa. Para estudiar las enseñanzas de la lectura la del tonalamatl y de otros amoxtli (libros) en el calmecac, Miguel León-Portilla se basa en los elementos iconográficos del Códice Borgia, uno de los pocos códices de origen prehispánico más enriquecedores sobre la cosmogonía religiosa, 77 Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, op. cit., pp. 172-173; Krickeberg, op. cit., pp. 71-74 y Berdan & Rieff Anwalt, op. cit., pp. 235-236. 78 Alfredo López Austin, Educación mexica. Antología de textos sahaguntinos, México, UNAM, 1985. 79 López Austin, La educación de los antiguos nahuas, t. 2, México, op. cit., p. 92. 38 astrológica y astronómica del mundo prehispánico.80 En otro estudio, Miguel León- Portilla retoma los relatos de Sahagún y de Andrés de Olmos para dar a conocer cómo el principio del amoxohtoca (seguir el camino del libro) le permitió a los tlamacazque enseñarles a los niños los cantares y discursos en el calmecac.81 Los testimonios de fray Diego Durán, fray Toribio de Benavente Motolinía, fray Juan de Torquemada, fray Juan Bautista Pomar, Bernal Díaz del Castillo y Alonso Zorita han sido frecuentemente considerados por los investigadores contemporáneos que tratan, sobre todo, el tema de la educación en las instituciones educativas que existían en México-Tenochtitlan. 1.3 Los límites de la historiografía contemporánea En la medida en que la historiografía contemporánea ha analizado la educación doméstica y moral en México-Tenochtitlan, es de llamar la atención que el tema no se ha abordado como debiese, pues en la mayoría de los textos revisados se concibe una mayor inclinación al contexto del aprendizaje escolar entre los mexicas, aunque hay algunos estudiosos que sostienen que en México- Tenochtitlan la educación de la sociedad se basaba en la enseñanza de las virtudes morales y de las normas de conducta.82 Existe otra controversia en cuanto a la creación de las primeras escuelas en México-Tenochtitlan, pues los investigadores José María Kobayashi y Felipe Solís 80 Miguel León-Portilla, “La riqueza semántica de los códices mesoamericanos”, en: Estudios de cultura náhuatl, Edición 48, México, UNAM, enero-junio 2012, p. 140. 81 Miguel León-Portilla, El destino de la palabra. De la oralidad y los glifos mesoamericanos a la escritura alfabética, México, FCE, 2013, p. 45. 82 Fernando Díaz Infante se enfoca en la enseñanza del código de conducta y de las virtudes morales entre los mexicas, basándose, en primer lugar, en lo manifestado en los huehuetlahtolli recopilados por Andrés de Olmos, así como en el libro VI del Códice Florentino. Vale la pena subrayar que en su obra se discute sobre el control educativo en lo que tiene que ver con el instinto sexual. Vid. Díaz Infante, op. cit., pp. 75-112. 39 Olguín difieren diametralmente; mientras el primero afirma que las primeras instituciones mexicas se fundaron antes de la conformación de la excan tlahtoloyan, o sea antes de 1427; el segundo refiere que el calmecac, el telpuchcalli y el cuicacalli fueron creados durante el gobierno del tlahtoani Moctezuma Ilhuicamina. Hasta donde se sabe, la historiografía contemporánea ha condicionado las investigaciones sobre el rol de la mujer en el ámbito escolar mexica, pues se sabe muy poco sobre las enseñanzas que les eran transmitidas a las niñas de acuerdo con su edad en el cihuacalmecac y en el ichpuchcalli.83 Sobre este punto también existen varios temas que se deben analizar a detalle como son: el aprendizaje de la educación domésticafemenina entre los mexicas y su vínculo con la educación escolar, ya que a través de una revisión a los documentos y códices del XVI es posible advertir que, sin importar el origen social, una gran parte de la población femenina adquiría los conocimientos más elevados de la cosmovisión toltecayotl en el hogar: la lectura de los libros mánticos y astronómicos y los oficios de la cihuapochtecatl (mujer comerciante), de la cihuamantecatl (mujer que trabaja el arte plumario), de la cihuatlahcuilo (mujer que escribe pintando), etc.; los cuales supuestamente estaban exclusivamente reservados para los varones. Del mismo modo, se debe estudiar la figura de la cihuatlamacazqui (sacerdotisa) en la educación escolar mexica, así como el acceso de algunas mujeres al telpuchcalli 83 En gran medida, los oficios que se les enseñaban a las mujeres estaban destinados al ejercicio sacerdotal. Se discute muy poco sobre los demás conocimientos que aprendía la mujer en las instituciones educativas que existían México-Tenochtitlan. Vid. Kobayashi, op. cit., pp. 80-81. 40 donde aprendían el arte militar, lo que posiblemente les permitía convertirse en cihuayaquizque (guerreras). Otro aspecto que se debe resaltar es la escasa investigación del análisis historiográfico sobre la educación preescolar en la sociedad mexica, ya que no se cuenta con la información suficiente para saber si existía o no una casa de estudios para los niños de ambos géneros menores de diez años de edad. Asimismo, se ha detectado que en México-Tenochtitlan existían arquitectos, comerciantes y médicos de ambos géneros, pero es un hecho que la historiografía contemporánea no ha analizado el tema a profundidad. Si bien las fuentes del siglo XVI no informan con precisión este asunto, sí es posible plantearse que, si los trabajos en las obras públicas estaban destinados a los jóvenes macehualtin,84 se puede asumir que éstos los hayan aprendido en el telpuchcalli. Sin embargo, la mayoría de los estudios historiográficos recientes no revelan cómo ni en dónde se aprendían tales conocimientos. Hay otra interrogante por responder que la historiografía reciente no ha aclarado como se debe: ¿Si hipotéticamente los únicos que poseían el conocimiento de los huehuetlahtolli y el principio de crear al otro por medio del rostro y del corazón eran los pipiltin, entonces cómo explicar la forma en la que los padres macehualtin les transmitían a sus hijos los conocimientos y las virtudes morales? En este sentido, la investigación historiográfica deberá revisar este planteamiento, a fin de interpretar con mayor certeza la educación mexica entre 84 Códice Mendoza, fol. 70r. y Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiástica indiana, Barcelona, Red ediciones S.L., 2011, p. 214. 41 los macehualtin. Esta es una clara evidencia de que la historiografía le ha dado un mayor peso al tema sobre la formación de las élites de México-Tenochtitlan durante el gobierno de último tlahtoani mexica. En otra revisión exhaustiva a la historiografía contemporánea sobre la educación mexica se advierte que se ha explicado muy poco sobre la afectación de las reformas de las xochiyaoyotl (guerras floridas), promulgadas por Moctezuma Xocoyotzin entre 1505 y 1507, a la estructura del sistema educativo escolar y doméstico de México-Tenochtitlan. En cuanto a los actores principales de la educación doméstica entre los mexicas, también es posible advertir que en la investigación historiográfica se percibe una poca valoración al estudio de la participación de los abuelos en el proceso formativo de los niños de ambos géneros en el hogar: un tema que se puede abordar a través de una revisión al Códice Mendoza, al Códice Florentino, al Códice Durán y a otros códices mánticos como el Borbónico, el Telleriano- Remensis, el Borgia, el Féjerváry-Mayer y el Magliabechiano, por mencionar los más relevantes. Sobre la educación escolar mexica se ha resaltado la existencia de tres escuelas: el calmecac, el telpuchcalli y el cuicacalli, principalmente; sin embargo, los registros del siglo XVI demuestran que en México-Tenochtitlan había un mayor número de casas de estudio, donde supuestamente los conocimientos que se transmitían eran prácticamente los mismos que en las instituciones educativas antes mencionadas. Estas escuelas eran el ichpuchcalli, el cihuacalmecac, el 42 ayauhcalli (la casa de la niebla), el telpuchpan (lugar de los jóvenes), el mixcoacalli (la casa de Mixcóatl) y el tequihuacacalli (la casa de los valientes). En realidad, son pocos los investigadores contemporáneos que se han centrado únicamente en el estudio sobre la educación mexica, entre ellos sobresalen, Alfredo López Austin, Pablo Escalante, Fernando Díaz Infante, José María Kobayashi y Miguel León-Portilla; los otros se han enfocado en la vida cotidiana entre los mexicas, dejando a un lado el tema sobre la educación en México-Tenochtitlan. La conclusión de este apartado lleva a estudiar con mayor esmero la educación que se difundía en el ámbito doméstico en cuanto a las tareas y a las virtudes morales que los niños aprendían desde los tres años de edad. Del mismo modo, se deberán reconocer los principales actores de la educación doméstica, pues en las fuentes del siglo XVI es posible afirmar que dichas enseñanzas de la cosmovisión toltecayotl eran transmitidas a la mayoría de los niños mexicas por los maestros de las escuelas y por la mayoría de los padres y abuelos, tanto pipiltin como macehualtin, pese a las controversias que se desprenden de la investigación historiográfica contemporánea al insistir en que en México- Tenochtitlan la educación en los hogares era desigual, represora y fundada en valores “antiéticos”. 85 En esta investigación se refutará este planteamiento y se hará énfasis en que, si bien la disciplina entre los mexicas fue bastante severa, la intención inicial de la mayoría de los actores principales de la educación, por lo menos en el ámbito doméstico más que en el escolar, era formar a los niños de ambos géneros y de 85 Soustelle, El universo de los aztecas, op. cit., p. 65. 43 ambos estratos sociales en lo que tiene que ver con su carácter, su moral y su intelecto, con el propósito esencial de generar conciencia en ellos para que fueran mejores seres humanos en la adultez, tal como ha sucedido en las distintas sociedades a través de la historia. 44 Capítulo 2 Educación escolar mexica 2.1 Las escuelas mexicas desde los testimonios del siglo XVI Según el testimonio de Juan de Torquemada: “Todos los padres tenían en general tenían cuidado, según se dice, de enviar a sus hijos a estas escuelas o generales, desde la edad de seis años hasta la de nueve, y eran obligados a ello”.86 Entre los primeros acercamientos a la explicación sobre la educación mexica escolar en la época virreinal destacan los relatos de Diego Durán, quien interpretaba la impartición del conocimiento y la capacitación de los niños y adolescentes en las distintas escuelas que existían en México-Tenochtitlan de la siguiente manera: […] Eran casas diferentes a donde los unos y los otros tenían, tenían ayos, maestros y prelados que les enseñaban y ejercitaban en todo género de artes: militares, eclesiásticas y mecánicas, y de astrología por el conocimiento. De todo lo cual tenían hermosos libros de pinturas y caracteres de todas estas artes, por donde los enseñaban.87 Sobre una interpretación de diferenciación social en el sistema escolar mexica el mismo Durán resaltaba que durante el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin los niños no eran tratados de igual forma en las distintas escuelas que había en México-Tenochtitlan,pues según él: 86 Miguel León-Portilla, Obras de Miguel León-Portilla: En torno a la historia de Mesoamérica, México, UNAM/COLMEX, 2004, p. 357. 87 Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e Islas de la Tierra firme, t.1, México, Porrúa, 2006, p. 191. 45 Aunque todos estaban de una puerta adentro los hijos de los reyes y de los grandes siempre estaban más respetados y admirados trayéndoles las comidas de sus casas, en particular especialmente a los hijos de Montezuma y de otros valerosos principales y señores.88 Desde su pensamiento cristiano, Juan de Torquemada también hacía notar que en México-Tenochtitlán la educación escolar giraba en torno a diferentes estratos sociales (pipiltin, pochtecatl y macehualtin) y, por lo tanto, cada una de las escuelas mexicas estaban consagradas a los dioses: el calmecac a Quetzalcóatl y el telpuchcalli a Tezcatlipoca.89 Se asume que esta interpretación de Torquemada es válida si se analiza que la enseñanza escolar entre los pipiltin era más ilustrada por la sabiduría que les había transmitido el mítico Quetzalcóatl, mientras que la de los macehualtin, que eran los conformaban la mayor parte de la población, recibía menos reconocimientos por estar vinculada con Tezcatlipoca: deidad del panteón mexica que fue el viejo enemigo de Quetzalcóatl a quien expulsó de Tula por haberlo hechizado.90 2.1.1 El calmecac Los testimonios del periodo virreinal resaltan que la educación escolar entre los nobles mexicas en cuanto al ejercicio del sacerdocio se llevaba a cabo en instituciones especiales conocidas como templos-escuelas: el calmecac, el tlillancalmecac (casa de lo negro) y el cihuacalmecac. Sobre el significado de la palabra náhuatl, calmecac, existen dos versiones: la primera es que este vocablo significa literalmente “casa de los sacerdotes”, mientras que la segunda de 88 Ibid., p. 49. 89 Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, t. 2, op. cit., p. 179. 90 Soustelle, La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, op. cit., p. 175. 46 Sahagún se refiere a dos palabras que componen dicho término calli (casa) y mecatl (cuerda), que se suele traducir por “hilera de casas”.91 El sufijo figurativo mecatl en esta palabra sugiere que entre los mexicas existía un lazo muy estrecho con la estirpe gobernante culhuacana-tolteca y, por tal motivo, las escuelas de los pipiltin eran nombradas de esta manera, cuyo fin esencial, entre otras cosas, fue la enseñanza de una identidad noble mexica emanada de la cosmovisión toltecayotl. Pese a las controversias que existen en los relatos del siglo XVI, referentes a la existencia de este tipo de escuelas en el mundo prehispánico, la versión de Sahagún parece ser la más certera ya que, si nos fiamos en la de Clavijero,92 hay que tener en cuenta que el jesuita escribió su obra a mediados del siglo XVIII, o sea, a más de doscientos años después de la conquista española; a diferencia del Códice Florentino que fue confeccionado en 1577. En este contexto, Sahagún refería las siguientes casas de estudio de origen nahua dirigidas a los dioses: 1) Calmecac de Tlillan 2) Calmecac de México 3) Calmecac de Huitznáhuac 4) Calmecac de Tetlanman 5) Calmecac de Tlamatzinco 6) Calmecac de Yopico 91 Sahagún, op. cit., p. 892. 92 Monzón decía hubo seis colegios de este tipo en la época prehispánica, mientras Clavijero afirmaba que solamente hubo cinco. Vid. Kobayashi, op. cit., p. 57. 47 7) Calmecac de Tzonmolco.93 La importancia del acceso a dichas escuelas se refleja en el Códice Mendoza, de modo que es posible apreciar que para los padres pipiltin resultaba primordial la educación escolar de sus hijos, por lo que a los veinte días de haber nacido la criatura era ofrecida por aquéllos al tlamacazqui del calmecac.94 La versión de Sahagún coincidía con esta forma de ver las cosas: Los padres que tenían deseo de que viviese, para que su vida conservase, prometíanle al templo donde se servían los dioses: y esto a la voluntad de los padres, o los prometían de meter en la casa que se llamava Calmécac, o en la casa que se llamava telpuchcali.95 En realidad, tanto los padres pipiltin como macehualtin deseaban que sus hijos fueran aceptados en el calmecac, por lo que existía cierta flexibilidad, ya que en casos muy particulares el acceso a esta institución educativa estaba sujeta a votación, como lo señalaba Juan Bautista Pomar, quien decía que a dicha institución educativa también era posible que acudieran “algunos plebeyos”96 que tenían una relación muy estrecha con los miembros de la tlahtocayotl (señorío). De alguna forma, Sahagún coincidía con Pomar, destacando que entre los pipiltin 93 Sahagún, op. cit., pp. 154-160. 94 Códice Mendoza, fol. 56v. 95 Códice Florentino, lib. VI, cap. XXXIX. 96 Ángel María Garibay K., Historia de la literatura náhuatl, México, Porrúa, 1964, p. 179 y Códice Florentino, lib. III, ap. 9. Tanto Pomar como Sahagún señalaban que no importaban ni el género ni la condición social de los niños mexicas para ingresar al calmecac, siempre y cuando se comportaran y siguieran las normas establecidas por los sacerdotes. En ciertos casos esto les permitía convertirse en tlamacazque. 48 y los macehualtin la intención primordial de los padres era que sus hijos acudieran a la casa del linaje.97 Si se toma en cuenta lo que nos dicen los relatos de Pomar y Sahagún con la seriedad que merece, es posible asumir que los padres de familia macehualtin más bien pretendían que sus hijos ingresaran al calmecac y no al telpuchcalli, ya que los saberes que se impartían en la primera eran mucho más elevados que los que se impartían en la segunda. Desde la perspectiva de la tradición cristiana del siglo XVI, no cabe duda de que la educación escolar entre los mexicas fue vinculada con la religión, por lo que las interpretaciones de fray Bernardino de Sahagún y Juan de Torquemada coincidían en que el calmecac era un templo-escuela, donde las figuras del teopixqui, tlamacazqui, mexicatl teohuatzin (sacerdote mexicano) y de la cihuatlamacazqui, esta última en el caso de ser sacerdotisa, representaban el vehículo que vinculaba a Quetzalcóatl con el hombre por medio de los conocimientos “concernientes al culto divino”, a la lectura de los amoxtli de carácter astronómico y del tonalamatl, que era el libro de la cuenta de los destinos.98 El mismo Sahagún concebía que entre los mexicas el supremo Tótec Tlamacazqui Quetzalcóatl representaba a Tloque Nahuaque (Jesucristo), y por esta razón era el que poseía el principio de in ixtli in yollotl, con el propósito de difundir los saberes religiosos en el calmecac.99 En esta escuela de los pipiltin también se les enseñaba a los niños a elaborar códices, de ahí nace la figura del tlahcuilo que elaboraba los códices, pero 97 Sahagún, op. cit., p. 201. 98 Códice Florentino, libs. II, ap. IV. y III, ap. IV. 99 Códice Florentino, lib. III, ap. VII. 49 además los sabía interpretar gracias a las enseñanzas de los tlamacazque y tlamachtiani que conocían los diferentes tipos de libros que existían en México- Tenochtitlan. Sobre la formación escolar en la administración de justicia Sahagún destacaba que también los tecuhtlahtoque (senadores) y jueces pipiltin egresaban del calmecac,100 lo cual tampoco pone en duda que conocieran la lectura de los libros sagrados y el ejercicio militar que les enseñaban los generales y capitanes de guerra de dicha casa de estudios. Cierto es que la formación militar de todos los yaquizque macehualtin (guerreros macehuales) era en el telpuchcalli, sin embargo, Sahagún resaltaba que en casos excepcionales éstos
Compartir