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“LA EDUCACIÓN EMOCIONAL DE LOS PADRES DE 
FAMILIA DE NIÑOS CON DISCAPACIDAD 
INTELECTUAL” 
 
TESIS 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADO EN PEDAGOGÍA 
 
PRESENTA: 
JOSUE ISRAEL GARRIDO PAULIN 
 
ASESORA: 
DRA. MARÍA TERESA BARRÓN TIRADO 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN 
 
Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, 2019 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 | P á g i n a 
 
Agradecimientos 
 
 
A mi Dios, quien ha hecho posible la 
culminación del presente trabajo; sin duda, Él me dio la facultad y la 
perseverancia para poder terminarlo. 
 
A mi Papá, mi Mamá y mis hermanos Miguel, Fernanda y Anthony. 
Quienes con su apoyo, su amor y su presencia 
me impulsaban día con día. 
 
A la Dra. María Teresa Barrón Tirado, al Lic. Alfredo Romero, 
y al C. Arturo Galán quienes con sus consejos e intervenciones favorecieron 
el desarrollo y construcción de la presente investigación. 
 
A los compañeros y Prestadores del Servicio Social del Programa de 
Atención Psicopedagógica quienes con su palabras de 
aliento me inspiraban para continuar. 
 
A mis amigos Sandra, Axel, Uriel, Hanna, Noemi, Juano y Jasive 
quienes permitieron que mi transcurso por la carrera estuviera 
lleno de grandes experiencias y logros. 
 
A la UNAM y a todos y cada uno de los Profesores quienes en su momento 
 me brindaron nuevas ideas, conocimiento y soporte. En especial 
 a la Mtra. Angélica Nallely Téllez Fuentes. 
 
3 | P á g i n a 
 
Índice 
Índice __________________________________________________________________ 3 
Introducción ____________________________________________________________ 4 
Capítulo 1 : El Informe Delors y Educación Emocional. ________________________ 6 
1.1. Educación Emocional ______________________________________________ 13 
1.1.1. Enfoques de la Educación Emocional _____________________________________13 
1.1.2. Caracterización de la Educación Emocional ________________________________31 
1.1.3. La Educación Emocional en América Latina ________________________________50 
1.2. Inteligencia Emocional _____________________________________________ 55 
1.2.1. Perspectivas de la Inteligencia Emocional __________________________________61 
1.2.2. Caracterización de la Inteligencia Emocional _______________________________66 
1.2.3. La Inteligencia Emocional en Educación ___________________________________76 
1.3. Informe Delors: Su valor para la Educación Integral ____________________ 87 
1.3.1. Los Pilares Fundamentales ______________________________________________88 
1.3.2. Pilares Fundamentales aplicados a la Educación Emocional ___________________101 
1.4. Paradigma Humanista: Educar para la Vida __________________________ 109 
1.4.1. Caracterización del Humanismo _________________________________________112 
1.4.2. Humanismo y sus implicaciones Educativas _______________________________117 
1.4.3. Aplicación del Humanismo al contexto educativo ___________________________122 
1.5. La Educación Emocional y la Discapacidad Intelectual. _________________ 131 
Capítulo 2 : Contexto del Programa de Atención Psicopedagógica ______________ 143 
2.1. Reseña del Programa de Atención Psicopedagógica ____________________ 148 
2.2. Contexto actual del Programa de Atención Psicopedagógica _____________ 154 
Capítulo 3 : ¿Cómo valorar la Educación Emocional de los padres? ____________ 164 
3.1. Fases ___________________________________________________________ 167 
3.2. Desarrollo _______________________________________________________ 168 
3.2.1. Entrevista semi-estructurada ___________________________________________177 
3.2.2. Categorías __________________________________________________________183 
Capítulo 4 : Interpretación de Datos _______________________________________ 186 
Conclusiones __________________________________________________________ 225 
Referencias____________________________________________________________ 239 
Anexos _______________________________________________________________ 243 
Entrevista-semiestructura: _____________________________________________ 243 
Cuestionario: ________________________________________________________ 244 
4 | P á g i n a 
 
 Introducción 
 
El siglo XXI ha tenido importantes avances en la comprensión de la utilidad de la 
Educación Emocional en los contextos con los que interactúa el individuo, entre los que se 
destacan el familiar, el educativo y el social, ya que las habilidades que ofrece pueden aplicarse a 
múltiples situaciones cotidianas. La presente investigación ubicada dentro de los dos primeros 
contextos busca presentar cómo es que la Educación Emocional que poseen los padres de familia 
repercute en sus hijos a tal grado que aspectos como la personalidad pueden ser condicionados 
por su desempeño en este rubro. 
La distribución de este escrito está delimitada por cuatro capítulos, el primero trata de las 
generalidad de la Educación Emocional a lo largo de los años; este cuenta con cuatro 
subcapítulos: “Educación Emocional” donde se presenta su historia, su construcción realizada a 
partir de diversas teorías, sus enfoques y relevancia en la educación, el apoyo que ha recibido 
desde autores reconocidos, además de su caracterización en los contextos, también se consideró 
significativo agregar un pequeño acercamiento a algunos países de Latinoamérica que la han 
adoptado dentro de su sistema educativo. 
Los subcapítulos “Inteligencia Emocional”, “Informe Delors: Su valor para la Educación 
Integral” y “Paradigma humanista: Educar para la vida” tienen como propósito explicar a fondo 
el valor que poseen para la Educación Emocional, ya que a partir de ellos fue posible la 
construcción y el desarrollo de la Educación Emocional, además de que son características en los 
propósitos que persigue la educación en cuestión. Aquí se hace un acercamiento a aspectos 
relacionados con su historia, explicación de conceptos fundamentales para estas teorías, además 
de su significación en el campo de la Educación Emocional. 
El capítulo dos está enfocado al contexto del Programa de Atención Psicopedagógica 
(PAP), ya que éste es el lugar donde se llevó a cabo la investigación. Dentro de éste, en distintos 
subtítulos, se recuperan datos relacionados con los antecedentes del programa, la trascendencia 
que ha tenido para la población circundante de la FES Aragón, los reconocimientos que ha 
recibido, sus objetivos y las funciones que desempeñan los prestadores de servicio social. 
En el último subtítulo se definen puntos importantes sobre la situación actual del PAP, 
tales como la definición de las distintas áreas que se toman en cuenta para detectar problemas 
5 | P á g i n a 
 
que tengan los solicitantes de la atención, esto último es fundamental para comprender cómo fue 
que surgió la idea de realizar esta investigación; así como la población que compone al 
Programa, ya que a partir de ella se seleccionaron los distintos sujetos para dar inicio a la 
investigación. 
El capítulo tres se trabaja la metodología seguida para evaluar la Educación Emocional 
que poseen los padres con niños con discapacidad intelectual, así como la revisión de aspectos 
conceptuales relativos el enfoque utilizado,los objetivos, el método empleado para la 
interpretación de los datos y la explicación de cómo se entienden éstos. Dentro de los dos 
subtítulos que lo componen, se examinan las fases de la investigación y la descripción sobre los 
instrumentos utilizados, los cuales incluyen entrevistas semiestructuradas, cuestionarios, entre 
otros. Además de la construcción de las categorías para la agrupación de los datos obtenidos, 
para su posterior interpretación. 
El capítulo cuatro muestra el análisis de resultados a partir de la información recopilada 
durante la realización de las entrevistas, su interpretación y su relación con el estado del arte 
presentado en este trabajo. Como segundo punto se decidió elaborar una serie de rúbricas que, al 
tomar en cuenta la interpretación del primer momento, tienen como propósito identificar el nivel 
que poseen los padres de familia entrevistados en las microcompetencia del modelo de 
Educación Emocional de Bisquerra (2009b), por último se procede a realizar un análisis que 
contempla tanto la interpretación como las rúbricas. 
El rubro siguiente refiere a las conclusiones elaboradas durante la construcción y 
culminación de la presente investigación. 
Al final se encuentran los Anexos donde se muestran los instrumentos aplicados. 
 
6 | P á g i n a 
 
Capítulo 1 : El Informe Delors y Educación Emocional. 
 
La Educación Integral es una de las principales preocupaciones de nuestra actualidad 
educativa, debido a que se busca desarrollar “todas las dimensiones del individuo”, como lo 
menciona Vivas (2003). Para esto, organismos internacionales como la Organización de las 
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por sus siglas en inglés (UNESCO) 
y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han mostrado su 
inquietud por crear propuestas a nivel curricular que puedan ser candidatas para ocupar dicho 
lugar. Esto surge de las múltiples necesidades que la sociedad presenta en sus diversos sectores e 
instituciones, tal como puede ser la escuela, el trabajo o la familia. Tales problemáticas pueden 
abarcar el abandono escolar, el consumo de productos dañinos a la salud, embarazos no 
deseados, entre otras, pero es preciso señalar que todas, al momento en que se presentan, 
impactan directamente a otros sectores, lo cual complica su tratamiento. 
Además de la erradicación de las problemáticas vigentes, también es crucial mencionar 
que se busca a través de la educación lograr objetivos que plantean alcanzar ideales como la paz 
y la justicia. Es por ello que en varias ocasiones se ha expresado que ésta puede brindar tanto 
soluciones como medidas de prevención a varios problemas que aquejan a la sociedad, y al 
mismo tiempo proveer de herramientas útiles a la población. Es aquí donde organismos 
internacionales, como los antes enunciados, buscan a través de la Educación Integral acabar, o al 
menos, disminuir éstas problemáticas. Ejemplo de esto, lo encontramos en el Informe Delors de 
la UNESCO, donde se nos dice que: 
Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un instrumento 
indispensable para que la humanidad pueda progresar a los ideales de paz, libertad y 
justicia social… la función esencial de la educación… [es] el desarrollo continuo de la 
persona y las sociedades, no como un remedio milagroso… sino como una vía… al 
servicio de un desarrollo humano más armonioso, más genuino, para hacer retroceder a la 
pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las guerras, etc. (Delors, 1996, 
p. 13) 
Éste punto presenta una idea importante, “la educación no dará la solución a todos los 
problemas”, e incluso debe de considerarse que aquellos que pueda corregir, no pueden 
7 | P á g i n a 
 
solventarlos de inmediato, sino que debe disponer de tiempo necesario, así como de trabajo en 
conjunto, para tratarlos desde su base y así resolverlos. Pero, lo que es cierto es que, al menos en 
el transcurso a la solución, aparecen áreas de oportunidad donde se desarrollan tanto valores 
como normas de convivencia que permiten intervenir en la sociedad para posteriormente 
erradicar esas problemáticas. El Informe Delors muestra un papel imprescindible en la 
comprensión de la realidad para una Educación Integral, ya que en su momento fue escrito para: 
“suscitar en cada país y en la comunidad internacional un debate que… [Es] fundamental sobre 
el futuro de la educación…” (Delors, 1996, p. 10). 
Tanto el futuro de la educación como el paradigma de la misma deben de ser 
cuidadosamente diseñados para que respondan a las necesidades de cada sociedad, por supuesto 
el Informe Delors, nos enuncia que ante la mundialización, hemos dejado de ser “locales” para 
ser colaboradores de la “aldea planetaria”, pero a pesar de esto, cada sociedad tiene el derecho de 
preparar y seleccionar minuciosamente la educación que se le brinde a su población. Esto con el 
fin de que se le atribuya aspectos culturales y morales propios de cada sociedad y al mismo 
tiempo, acople, si es pertinente, algunas de las recomendaciones que hace el informe, ya que de 
ésta manera se busca no solo resolver los problemas locales, sino también algunos de los que 
aquejan a la comunidad internacional, para tener como resultado un paso más al progreso. 
Además, como lo dice el Informe Delors, si el objetivo es que las sociedades progresen, 
se necesita que las mismas se comiencen a cuestionar, tanto desde el individuo como desde las 
instituciones debido a que tienen un papel primordial desde el actuar, así como en la toma de 
decisiones que han aplicado cada uno de los agentes coparticipes de la sociedad. Con esta idea, y 
con el fin de empezar por cuestionarse, encontramos la siguiente pregunta: “¿cómo aprender a 
vivir juntos en la <<aldea planetaria>> si no podemos vivir en las comunidades a las que 
pertenecemos por naturaleza: la nación, la religión, la ciudad, el pueblo, la vecindad?” (Delors, 
1996, p. 16). 
Si se realiza éste ejercicio de reflexión propuesto por la pregunta anterior, desde el sujeto, 
da como resultado que el actuar y el carácter del individuo tienen un papel fundamental al 
momento de convivir en la sociedad. Al seguir con ésta reflexión, encontramos que: “En esencia, 
toda la base de nuestro comportamiento está en la emoción, pues son las emociones que sentimos 
o que deseamos sentir las que nos ‘mueven’ a actuar en un sentido o en otro.” (Pérez y Pena, 
8 | P á g i n a 
 
2011, p. 35). Las cuales en la mayoría de las ocasiones, no son las más convenientes al momento 
de desenvolverse ante una situación que exige reaccionar de manera racional y directa. Esto pone 
en evidencia que el carácter del que goce el individuo promedio, junto con el comportamiento 
que presente, más aquellas emociones que predominen en él, marcan el éxito que tiene al 
relacionarse con sus semejantes y condiciona en gran manera aspectos como la convivencia. 
Lo que es cierto, desde el sentido común, se piensa que las pautas de comportamiento son 
desarrolladas por el individuo de manera casi automática al utilizar el paso del tiempo como 
principal formador, lo cual puede ser un error catastrófico si se toma en cuenta el “ensayo y 
error” en una sociedad que cada vez más demanda resultados inmediatos y certeros. Desde aquí, 
se pueden observar dos particularidades, la educación del comportamiento emocional – racional 
del individuo y el sentido común emanado de la sociedad, ambos son clave para alcanzar los 
objetivos de la educación, recuperados por el Informe Delors; pero para que éstos puedan 
volverse realidad, primero debe desarrollarse una Inteligencia Emocional en los sujetos para que 
problemas de índole emocional sean disminuidos y, desde la sociedad, empezar por mostrarle a 
la misma que muchas de las problemáticas son producidas por un desconocimiento del contexto 
inmediato de los sujetos que la componen.Para vislumbrar parte del contexto hay que conocer: 
La tensión entre el largo plazo y el corto plazo, tensión eterna pero alimentada 
actualmente por un predominio de lo efímero y de la instantaneidad, en un contexto en 
que la plétora de informaciones y emociones fugaces conduce incesantemente a una 
concentración en los problemas inmediatos. (Delors, 1996, p. 16) 
Con lo anterior se muestra una clara preocupación en la pronta respuesta a los problemas 
más inmediatos del contexto del sujeto, los cuales sin lugar a dudas deben ser resueltos cuanto 
antes, pero no deben de olvidarse aquellos que no se consideren en el momento, ya que si sucede 
esto último, pueden volverse graves. Si estas problemáticas penetran e imperan dentro del 
contexto educativo, pueden agravar la situación futura al no ser catalogadas como asuntos 
concernientes a la educación. Por si fuera poco, encontramos que la mirada de lo efímero, reina 
sobre y en la mirada de los individuos, la cual también puede impactar a la mirada de la 
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educación, lo que complica aún más la situación; es menester decir que esto puede suceder en 
cualquier momento. 
Si retomamos los problemas que impactan a los diversos contextos, relacionados con la 
sociedad, junto con las pautas de comportamiento y las emociones predominantes del sujeto, es 
imprescindible considerar que deben: 
Revalorizar[se] los aspectos éticos y culturales de la educación [y de la sociedad], y para 
ello [es necesario] dar a cada uno [de los sujetos] los medios de comprender al otro en su 
particularidad y comprender el mundo en su curso caótico hacia una cierta unidad. Pero 
hace falta además comenzar por comprenderse a sí mismo en esta suerte de viaje interior 
jalonado por el conocimiento, la meditación y el ejercicio de la autocrítica. (Delors, 1996, 
p. 19) 
Pero al igual que los problemas exteriores al individuo son importantes, de igual o mayor 
manera lo son también aquellos que convergen dentro de su mente. Si se realiza este viaje al 
interior para comprenderse a sí mismo, puede encontrase todo un conjunto de cuestiones a tratar 
como las emocionales, las sentimentales y racionales que condicionan en gran manera tanto el 
actuar como el pensar del ser humano donde sus pasiones e ideas moldean su interior. Es en éste 
lugar donde la Educación Emocional debe tener especial protagonismo, pues su utilidad al 
emplear a la Inteligencia Emocional ofrece un camino para comprenderse a sí mismo desde las 
emociones. Por supuesto, esta educación brinda una serie de puntos que abren la posibilidad para 
comprender a los otros en los diferentes contextos que conforman la sociedad, que van desde lo 
familiar, escolar e incluso el profesional. 
Con la Educación Emocional, se muestra ahora un panorama donde lo educativo y 
familiar ya no está dominado por el solo uso de la razón, sino que ahora se ofrece un cambio en 
el paradigma social y educativo que abriga a las emociones, ante esto: 
Surge una obligación que, tras el profundo cambio de los marcos tradicionales de la 
existencia, nos exige comprender mejor al otro, comprender mejor el mundo. Exigencias 
de entendimiento mutuo, de diálogo pacífico y, por qué no, de armonía, aquello de lo 
cual, precisamente, más carece nuestra sociedad.” (Delors, 1996, p. 21). 
10 | P á g i n a 
 
Por supuesto, la Educación Emocional, en cierta manera, apoya lo que el Informe Delors 
enuncia, ya que brinda elementos que propician el comprenderse a sí mismo y al otro en el 
mundo, además de que platea que la utilización de las emociones, educadas desde casa y desde la 
escuela, ofrece una salida oportuna a algunos de los problemas que aquejan a la sociedad, esto 
gracias a la raíz emocional que poseen algunos de estos problemas. Un ejemplo de esto, puede 
ser el consumo de productos dañinos a la salud, mayoritariamente, esta acción tiene como fin 
evadir episodios dolorosos y negativos del pasado, pues al utilizarlos crean sensaciones de placer 
que ayudan a eludir ciertas emociones. Pérez y Pena (2011, p. 35) explican que casi siempre se 
busca y añora el placer mientras que se trata de evitar el dolor a toda costa. Por ello, sí se 
enseñara cómo dominar las emociones y de qué manera controlarlas por medio de la Inteligencia 
Emocional, se encuentra que aquellos problemas que tuvieran su raíz como en el ejemplo 
anterior, pueden ser fácilmente erradicados. 
El aspecto primordial de la utilización del Informe Delors y de la Educación Emocional 
radica en atender a las necesidades del presente, pues ambas ofrecen recomendaciones y 
herramientas para ayudar, desde la educación del individuo, a las diferentes sociedades. Por 
tanto, al revisar cada una, se recuperan los siguientes puntos esenciales: los pilares básicos (aquí 
se refieren como fundamentales) “aprender a ser, aprender hacer, aprender a vivir y aprender a 
conocer”, por parte del Informe Delors, ya que con ellos se intenta abarcar y englobar diversos 
aspectos de la vida de un ser humano para ser focalizados dentro de su formación; y por otro 
lado, la Educación Emocional engloba a la Inteligencia Emocional, la cual propone ciertas 
técnicas, herramientas, entre otras que ofrecen mejor y mayor conocimiento, al igual que control, 
sobre las emociones, sentimientos y pasiones para ser utilizadas en beneficio del individuo. 
Todo lo anterior para ofrecer una formación que considere todas las dimensiones del ser 
humano. Éste concepto, “Formación”, debe ser entendido desde el término alemán Bildung que: 
“designa tanto la formación corporal como la espiritual… [A fin de]… Acuñar una imagen en el 
alma” (Sánchez, 2002, p. 16). La cual está relacionada al desarrollo holístico del individuo, ya 
que su objetivo principal es la conformación de diversos ideales que le favorezcan consolidarse 
como persona. En lo particular, el concepto está relacionado a la Educación Integral, pues ambas 
tienen la intención de interiorizar conocimientos para desarrollar habilidades que permitan 
desenvolverse de manera crítica, reflexiva y consciente dentro de lo social y personal. 
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Por otra parte, tanto los pilares del Informe Delors como la Inteligencia Emocional están 
relacionados, pues: “El aprender a ser y el aprender a vivir, son aspectos implicados en la 
Educación Emocional.” (Vivas, 2003, p. 4). Debido a que ambas persiguen objetivos similares. 
Al mismo tiempo, las dos brindan un marco de acción, junto con apoyo teórico y práctico, que 
permiten desarrollar una propuesta para una Educación Integral. 
Asimismo, es destacable el hecho que, debido a la búsqueda de una Educación Integral, 
provocó un cambio en de paradigma, ante esto la Educación Emocional tiene un protagonismo 
enorme, ya que esta no queda relegada a un segundo plano, debido a que su utilidad e 
importancia dentro del individuo pueden ser aprovecharlos desde y para su actuar cotidiano. Si 
dentro de las escuelas, al igual que en otras instituciones se brindara una Educación Emocional, 
la calidad de vida de la gente mejoraría significativamente, gracias al reconocimiento y el 
manejo adecuado de las emociones. Por consiguiente, puede traer beneficios significativos en la 
sociedad: tales como el manejo efectivo de las emociones o el uso de la percepción emocional 
para entablar relaciones interpersonales sólidas. 
De esta manera, es importante señalar que el ser humano nunca deja de aprender, 
tampoco deja de ser educado, continuamente está en un proceso de aprendizaje intelectual y 
emocional, por tanto: 
El concepto de educación durante toda la vida con sus ventajas de flexibilidad, diversidad 
y accesibilidad en el tiempo y el espacio. Es la idea de educación permanente lo que ha de 
ser al mismo tiempo reconsiderado y ampliado, porque además de las necesarias 
adaptaciones relacionadas con las mutaciones de la vida profesional, debe ser una 
estructuración continua de la personahumana, de su conocimiento y sus aptitudes, pero 
también de su facultad de juicio y acción. Debe permitirle tomar conciencia de sí misma y 
de su medio ambiente e invitarla a desempeñar su función social en el trabajo y la ciudad. 
(Delors, 1996, p. 20) 
Por ello, se entiende que la Educación Integral es una educación permanente y para la 
vida, la cual debe atender a todas las dimensiones del individuo, lo que le otorga las herramientas 
necesarias para que éste pueda desarrollar todas sus facultades y, al mismo tiempo, disfrutar de 
éste proceso. 
12 | P á g i n a 
 
Ello implica que el desarrollo cognitivo debe complementarse con el desarrollo 
emocional. Por otro lado, la educación es un proceso caracterizado por la relación 
interpersonal, la cual está impregnada de factores emocionales y ello exige que se le 
preste una atención especial a las emociones por las múltiples influencias que tienen en el 
proceso educativo. (Vivas, 2003, p. 2) 
Sin embargo, para que esto se lleve a cabo, la Educación Integral no debe de quedar 
encomendada solo a la escuela, sino que aquellas instituciones como la familia y el trabajo deben 
de emplearla. Sobre todo la familia, al ser la primera institución donde el ser humano se 
desarrolla, ésta tiene un papel vital para empezar por crear en sus miembros más jóvenes los 
cimientos de una Educación Integral, al educar inicialmente lo emocional. 
 “Por consiguiente, la educación tiene que adaptarse en todo momento a los cambios de la 
sociedad, sin por ello dejar de transmitir el saber adquirido, los principios y los frutos de la 
experiencia.” (Delors, 1996, p. 23). Ante los retos de nuestro presente se busca atender todas las 
dimensiones del ser humano, por tanto la Educación Integral, apoyada con los pilares que 
propone el Informe Delors junto con la Educación Emocional puede responder aquello que la 
sociedad requiere, por supuesto pasar el conocimiento vigente a las siguientes generaciones con 
el fin de seguir en la difícil tarea de entender nuestro lugar en este mundo no se olvida, así como 
comprendernos a sí mismos y a los otros, de esta manera se puede cumplir el objetivo de llegar al 
progreso como una comunidad global. 
 Aunque la tarea de construir una Educación Integral apoyada por las dos propuestas 
anteriores no es tarea fácil, primeramente y para los fines que nos atañe en este documento, es 
necesario profundizar qué es la Educación Emocional y los pilares del Informe Delors, junto con 
otros conceptos, además de realizar un acercamiento al marco de acción que manejan, esto con el 
fin de comprender el protagonismo que tienen tanto los contextos como las instituciones en el 
desarrollo de ésta educación, debido a su protagonismo dentro del individuo. 
 
13 | P á g i n a 
 
1.1. Educación Emocional 
 
Para comenzar, las fuentes de información relativas a la Educación e Inteligencia 
Emocional son numerosas, esto puede parecer benéfico, sin embargo muchas de las 
investigaciones y libros que se han publicado, carecen tanto de valor científico como de rigor 
teórico, lo que reduce considerablemente la información verificada, certificada, evaluada y 
aprobada sobre esta temática. Por lo anterior se ha optado por elegir aquellas fuentes realizadas 
desde alguna universidad o institución reconocida. 
Anteriormente, se revisaron de manera muy breve algunos puntos fundamentales de la 
Educación Emocional, sin embargo es propicio profundizar para comprenderla, para ello se 
examinan los enfoques que predominan en ésta educación donde pueden revisarse aspectos como 
su historia, su conceptualización y sus objetivos, ya que esto permite aproximarse a su 
integración dentro de la vida cotidiana y escolar. 
Por otra parte, la caracterización de éste tipo de educación también se revisa, pues aquí 
radican aspectos relacionados tanto a los contextos como a diversos conceptos esenciales. 
Posteriormente, se recuperan algunos ejemplos (sobre todo de América Latina) donde la 
Educación Emocional ya es una realidad, debido a que ha sido aprobada en diferentes escuelas, 
gobiernos y países del mundo debido a los beneficios que ofrece. 
 
1.1.1. Enfoques de la Educación Emocional 
 
El primer punto a revisar atañe a la historia. Aquí los trabajos que ha realizado Bisquerra 
(2009ª) destacan por ser de los más relevantes, en uno de ellos, enuncia lo siguiente: 
Con los datos aportados [el autor hace alusión a los congresos e investigaciones 
realizadas en distintas partes de España] se puede comprobar como la Educación 
Emocional, que era prácticamente inexistente a finales de los años noventa… hacia 
mediados de los 2000 ha experimentado una auténtica explosión editorial, que refleja un 
interés y una práctica real. A partir de la segunda mitad de la primera década de los 2000, 
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la explosión editorial sobre el tema impide poder ser exhaustivos. Esto es una 
manifestación de lo que se puede denominar la “revolución emocional”. (p. 410) 
Se puede vislumbrar que ésta es relativamente reciente con apenas tres décadas de 
existencia, aún falta tiempo para crear una sólida teoría que unifique la mayoría de los trabajos 
aprobados en el mundo, pero esto no se ha visto como un impedimento que detenga los esfuerzos 
de investigadores para colocar a la Educación Emocional como una alternativa que ayude a la 
educación del mañana. 
Hay que tener en claro que su aparición parte del año de 1997 con los avances de la 
Inteligencia Emocional de Mayer y Salovey donde se reconoció que las emociones tienen un 
gran protagonismo en el actuar humano; esto impactó en gran manera a la concepción de la 
educación, ya que generó un cambio en el paradigma, ahora se busca educar no solo lo cognitivo 
sino también lo emocional, esto dio como resultado la Educación Emocional. Para la siguiente 
década, el mundo pudo conocer más de cerca qué es la Inteligencia y la Educación Emocional, 
además de saber cómo podía a ayudar a la comunidad internacional debido al rápido intercambio 
informático. Para la tercera década, puede decirse que es un concepto que ha tenido gran 
aceptación en diversas instituciones educativas como un concepto y modelo educativo de 
vanguardia. 
 Desde finales de los 90’s, aparecieron diversos investigadores alrededor del mundo que, 
preocupados por el desarrollo de esta temática, teorizaron y brindaron información para el uso de 
este nuevo conocimiento. Dentro de los diversos grupos multidisciplinarios de investigadores 
que se han dado la tarea de edificar el marco teórico en el que se mueve la Educación Emocional, 
tienen un papel crucial Bisquerra y Fernández-Berrocal, ambos autores españoles, quienes 
actualmente han desarrollado modelos de Educación Emocional innovadores; a partir de ello, 
estos autores junto con muchos otros han construido planes y programas de estudio que son 
aplicados o retomados en algunas de las universidades más prestigiosas del mundo para que 
aquellos estudiantes que decidan formarse y especializarle en esta temática puedan hacerlo de 
manera satisfactoria. 
Respectivamente, Bisquerra (2009a), refiere que las universidades de Málaga, Barcelona, 
Madrid, entre otras, han decidido crear espacios destinados a la investigación directa de las 
15 | P á g i n a 
 
emociones y de la Inteligencia Emocional junto con otras temáticas relacionadas. Los avances 
obtenidos han brindado la oportunidad de introducir en algunos planes de estudio del magisterio 
de ese país la implementación de ciertas unidades de conocimientos enfocadas en conocer, 
comprender y desarrollar ésta temática dentro del profesorado, las cuales han logrado, con gran 
éxito, constituir una formación sólida y concreta en materia emocional, con ello se demuestra la 
gran aceptación que ha recibido en el país Vasco la enseñanza de lo emocional. 
Es significativo agregar que la Educación Emocional, aunque es un tipo de educación 
reciente,lo es al categorizarla como tal, ya que antes de la década de los 90’s, puede decirse que 
ya existían algunos ejemplos que pueden reconocerse como precursores de este tipo de 
educación, ante esto: 
No podemos pensar que la Educación Emocional es una innovación que ha salido ex 
nihilo, a caballo del cambio de siglo. Hay muchos antecedentes que hay que tener 
presentes… desde siempre ha habido educadores que han considerado las emociones 
como importantes en el desarrollo personal y, de alguna forma, han hecho Educación 
Emocional aunque no hayan utilizado esa expresión. (Bisquerra, 2009a, p. 407) 
Prueba de ello se puede encontrar en grandes pedagogos o filósofos que en su tiempo 
expresaron que educar con amor y afecto, mejoraba en gran manera el desarrollo educativo de 
los infantes, tales son los casos de Pestalozzi, Rousseau, Freire, entre muchos otros; aunque 
algunos de estos autores pertenecen a una tradición o modelo diferente, tienen en común la 
implementación de una educación que busca cultivar a sus estudiantes desde y para la vida al 
tratar de abarcar otras dimensiones además de la educativa, pues consideraban que tanto lo 
emocional y lo cognitivo, partes fundamentales de la mente, son imprescindibles para que el ser 
humano pueda formarse de manera holística. A partir de este punto, es preciso señalar que 
algunos de estos educadores, fundaron sus ideas de educación desde una dimensión afectiva, la 
cual puede diferir de la educación del afecto, esta última es la que se entiende como Educación 
Emocional. 
Al respecto Bisquerra refiere lo siguiente: 
La Educación Emocional supone pasar de la educación afectiva a la educación del afecto. 
Hasta ahora la dimensión afectiva en educación o educación afectiva se ha entendido 
16 | P á g i n a 
 
como educar… [al poner] afecto en el proceso educativo. Ahora se trata de educar el 
afecto, es decir, de impartir conocimientos teóricos y prácticos sobre las emociones. 
(Citado por Vivas, 2003, p. 3) 
De esta manera, mientras una dicta de qué manera ha de educársele, la otra está 
encaminada a educar la parte afectiva del sujeto. Al momento de aclarar que la educación del 
afecto es diferente a la educación afectiva es donde empieza la Educación Emocional, por ello es 
pertinente esclarecer que ésta busca educar tanto las emociones, los sentimientos y el afecto. Por 
consiguiente, ambas educaciones están ligadas, no están separadas en los procesos de enseñanza 
y aprendizaje. Sin embargo, por el hecho de estar relacionadas, esto no quiere decir que se deba 
poner mayor énfasis en alguna de ellas, sino que ambas deben de estar en un punto medio, esto 
con el fin de cumplir con el propósito de lograr educar de manera holística, al tratar de atender la 
mayor cantidad de dimensiones del estudiantado. 
La educación afectiva y del afecto, lleva a considerar la conceptualización de la 
Educación Emocional, ya que al conocer su concepto se entenderán de mejor manera los 
objetivos que busca cumplir dentro de los contextos que atraviesa el ser humano a lo largo de su 
vida. Sin embargo, para cumplir dicho propósito, se señala que dentro de la bibliográfica 
especializada, se puede encontrar una variedad enorme de conceptualizaciones, algunas priorizan 
aspectos de alguno de los contextos que más adelante se analizarán, es por ello que se ha 
decidido utilizar dos como eje principal: la primera de ellas nos dice que puede ser vista: “como 
el proceso educativo y preventivo articulado sobre programas cuyo cometido es desarrollar la 
Inteligencia Emocional y/o las competencias emocionales o socioemocionales.” (Perez y Pena, 
2011, 32). 
Y por otro lado, Vivas (2003) nos dice que es: 
Un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo 
emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo… [lo que 
constituye] ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. 
Para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones 
con el objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se planten en la 
17 | P á g i n a 
 
vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social. (p. 
2) 
Con ambas conceptualizaciones, se puede denotar que el uso de la Educación Emocional 
tiene especial protagonismo dentro de la escuela debido a su utilidad. Mientras la primera 
conceptualización está más enfocada al aspecto curricular donde se busca no solo desarrollar, 
sino también crear y estimular a la Inteligencia Emocional del cuerpo estudiantil a través de 
competencias emocionales, la otra nos dice que acuña un proceso educativo de carácter continuo, 
complemento indispensable para desarrollar y desenvolver las dimensiones del sujeto que 
involucra como punto de partida lo emocional, esto con el fin de proveerle un repertorio de 
habilidades y competencias emocionales que le ofrezcan ayuda para enfrentarse a las 
problemáticas de la vida diaria. 
Las conceptualizaciones antes retomadas generan dos consideraciones, la primera tiene 
que ver con el uso de las “competencia emocionales” dentro de la Educación Emocional y la 
segunda con los enfoques que se le atribuyen a la Educación Emocional. El concepto de 
“competencias emocionales” es bastante vasto, por ello debe de explicarse desde qué es una 
competencia, Bisquerra (2009b) refiere que el término “competencia” abarca: “la capacidad para 
movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes 
necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia (Bisquerra y 
Pérez, 2007)” (Como se citó en la p. 143). Esto debido a que las competencias involucran tanto 
saberes, saber–hacer, saber–estar y saber–ser, por ello este término es empleado en diversos 
modelos educativos debido a que dicho concepto ofrece flexibilidad, pueden aplicarse de manera 
individual y general, además de que una competencia puede desarrollarse y modelarse a lo largo 
del tiempo. 
Dentro de las competencias, existen dos categorías, las “competencias específicas 
técnico–profesionales” y las “competencias genéricas o transversales”, las primeras: “se 
circunscriben alrededor de conocimientos y procedimientos en relación con un determinado 
ámbito profesional o especialización. [Mientras que las segundas] Incluyen aspectos generales 
como dominio de idiomas… y un amplio bloque de competencias sociopersonales…” 
(Bisquerra, 2009b, p. 144). Aunque las primeras competencias son específicas para un campo del 
saber o para una profesión precisa que se adquieren al estudiar dichos, las segundas atraviesan 
18 | P á g i n a 
 
aspectos intelectuales, laborales y sociales, pues se emplean en cada relación que se entable o en 
cada acción que se realice, de esta manera, su campo de acción es más amplio e impacta de 
mayor manera la vida del individuo al usarlas de manera correcta. 
Es relevante mencionar que la segunda categoría ha sido nombrada de diferente manera 
por diversos teóricos alrededor del mundo, a tal grado que, Bisquerra (2009b) tras haber realizado 
una búsqueda exhaustiva de las competencias de esta categoría, encontró que al menos se les han 
denominado de trece maneras distinta, una de las cuales se les ha denominado como 
competencias socioemocionales o emocionales. Por supuesto, aquí se considera a las 
competencias emocionales como parte del marco de las competencias sociopersonales como un 
subconjunto, tal como lo hace Bisquerra (2009b), debido a que guardan una relación estrecha que 
está encaminada a los escenarios donde se aprenden y se llevan a la práctica, además de que 
están condicionadas en gran manera por el carácter de la persona, así como por su estado 
emocional y lo socio–políticamente aceptable dentro de una comunidad. 
Aunado a lo anterior, con respecto a las competencias emocionales, es preciso hacer unapuntualización, ya que puede esclarecer la incertidumbre con respecto al término mismo. Éstas: 
Son un concepto en proceso de elaboración y reformulación continua por parte de los 
especialistas. Todavía no hay una delimitación clara sobre lo que son exactamente. 
Lógicamente se basan en la Inteligencia Emocional, pero pueden abarcar más elementos. 
Por eso, algunos prefieren denominarlas competencias socioemocionales, competencias 
sociales y emocionales o al revés. (p. 144) 
Por una parte, al reformularse y permitir que no exista una delimitación clara del 
concepto en cuestión permite que exista una flexibilidad en el concepto, lo que genera parte de 
su esencia al ser un concepto abierto tanto a la discusión como a su construcción, no obstante 
esto también es contraproducente debido a que en muchos escritos se han sido denominado a tal 
subconjunto como lo menciona la última parte de la idea anterior, lo que puede llevar a la 
confusión y al no enriquecimiento del concepto, aunado a la explosión editorial de la que fue 
protagonista la Educación Emocional, hoy en día existe dicha problemática a nivel general. 
Asociado a la problemática anterior sobre la falta de delimitación en el concepto de 
competencia emocional, se une que: “la Educación Emocional, tal y como se entiende hoy en 
19 | P á g i n a 
 
día, está primordialmente basada en el concepto de Inteligencia Emocional, por un lado, y en el 
concepto de competencias emocionales o socioemocionales, por otro.” (Pérez y Pena, 2011, p. 
32). Lo cual genera un doble camino al referirse a este tipo de educación, para los fines de este 
escrito se considera indispensable establecer que al referirse a la conceptualización de la 
Educación Emocional se considera una composición de ambas, ya que de esta manera puede 
abarcarse conceptos que, aunque generalmente son tratados por separado, aquí se tratan de 
manera paralela al tener la relación de lo emocional. 
Por lo cual se ha decidido derivar un concepto acerca de qué son las competencias 
emocionales al considerar los señalamientos de Bisquerra (2009b) para poder aclarar parte de 
este recorrido, por tanto se entienden como: las habilidades, destrezas y conocimientos sobre 
emociones aplicadas sobre el actuar cotidiano y las competencias sociopersonales que 
involucran aspectos de la Inteligencia Emocional. Dentro de este punto, Buj (2014) ofrece el 
abanico de las habilidades que pretende desarrollar la Educación Emocional en el estudiantado, 
menciona que: 
“Educar emocionalmente, es fomentar la autonomía de los más jóvenes. Es educar en 
aspectos como la tolerancia a la frustración, la motivación, el autoconcepto, la conciencia 
emocional, la empatía, la asertividad, el autocontrol, la persistencia, la responsabilidad 
personal y social, las relaciones interpersonales, la flexibilidad en la resolución de 
conflictos o la tolerancia al estrés”. (p. 5) 
Esto permite conocer tanto los propósitos que persigue como los aspectos que serán 
desarrollados en la persona, además lo anterior permite visualizar la línea por la cual la 
Educación Emocional se dirige. Aquí se establecen dichas, posteriormente se mostrará que clase 
de habilidades busca propiamente la Inteligencia Emocional. 
A partir de lo anterior, la mayoría de autores están convencidos que la Educación 
Emocional retoma lo que es propiamente la Inteligencia Emocional, pues dan por entendido que 
ambas persiguen los mismos propósitos. Ambas tratan de entender y utilizar tanto el actuar 
subjetivo del individuo como la posición objetiva que poseen las instituciones, como la familia, 
desde el aspecto emocional. Con relación a lo anterior, es substancial realizar una diferenciación 
con el concepto de Educación Emocional e Inteligencia Emocional, para ello Bisquerra (2009b) 
20 | P á g i n a 
 
establece que la Inteligencia Emocional es utilizada como concepto psicológico desde esa 
disciplina para aumentar así su marco teórico, lo que lo convierte en un concepto poco flexible y 
puramente científico, mientras que la Educación Emocional como tal, es un concepto que retoma 
a la Inteligencia Emocional para aplicarla en el campo educativo, con carácter flexible, esto para 
desarrollar tanto la Inteligencia Emocional como las denominadas “competencias emocionales” 
en los alumnos. 
Para comenzar con la segunda consideración, es preciso establecer qué se entiende por 
enfoque, para ello se retoma lo que Baralo (1997) dice, para ella: “El enfoque… se refiere a las 
teorías… sobre la naturaleza del aprendizaje… que constituyen la fuente de los principios y las 
prácticas de la enseñanza (didáctica).” (Baralo, 1997, p. 137). Por consiguiente, un enfoque 
dentro de lo educativo recoge un conjunto de teorías que respaldan la manera de enseñar para 
generar los procesos de enseñanza y aprendizaje, pues delimita de qué manera han de abordarse 
los conocimientos que se pretenden otorgar a aquellos individuos que han decidido formase, 
además de proveer aspectos técnicos como la utilización de ciertos materiales didácticos y por 
supuesto, el lenguaje que se ha de utilizar tanto dentro como fuera del aula de clases. 
Al hablar sobre los enfoques que se le atribuyen a la Educación Emocional, es pertinente 
señalar que se retoman primordialmente cuatro; estos son el enfoque de necesidades, el enfoque 
positivo, enfoque cognitivo y el enfoque no cognitivo. Cada uno de ellos utiliza teorías para 
fundamentarse y aunque pueda parecer que algunos de ellos se contradigan por la tradición 
teórica que llevan consigo, en la práctica se complementan. Por supuesto, los enfoques se 
manejan en distintos niveles o dimensiones que pretenden explicar y aprovechar un escenario 
propio para la educación del aspecto emocional del sujeto, por ello es fundamental retomar las 
teorías que los respaldan y a grandes rasgos, aspectos de su esencia. A continuación se explican a 
partir del orden que se mencionó con anterioridad. 
Romero (2006) explica que el enfoque de necesidades emerge para atender las demandas 
de la sociedad y de los sujetos que la conforman. Al realizar un rastreo rápido de éstas, se 
encuentra que en los individuos tienen deficiencias y carencias, sobre todo al hablar de 
habilidades (sociales, de autocontrol, entre otras), éstas son las que afectan directamente al 
estado emocional. Para atender dichas, la Educación Emocional desde este enfoque: 
21 | P á g i n a 
 
Se plantea así como una medida educativa de carácter reactivo y centrado en aprendizajes 
vinculados a la satisfacción de finalidades sociales o académicas. Habilidades de 
negociación, asertividad y resolución pacífica de conflictos, unidos a los de motivación 
hacia el aprendizaje escolar, falta de atención, ansiedad ante los exámenes y desarrollo de 
la autoestima de los estudiantes.... (Romero, 2006, p. 107) 
Como se puede apreciar, las habilidades de las que habla la autora pretenden proveerle al 
individuo un repertorio de herramientas que le permitan hacerse frente ante los retos que de él 
emanen y al mismo tiempo enfrentar las que surjan de la sociedad. Por otra parte, el carácter de 
vinculación que poseen estas habilidades con las necesidades determinadas tanto de los sujetos 
como de la sociedad son esenciales para entender este enfoque, debido a que se enfatiza la 
determinación de lo que solicitan en el plano emocional de la persona y la selección de aquellos 
elementos que permiten suplirlos, esto para alcanzar un bienestar y equilibrio en la sociedad a 
partir de la satisfacción y solvencia. 
Sin embargo, los contenidos que sobrepone este enfoque para la Educación Emocional 
van desde la creación de habilidades o competencias para solventar problemas socio-
emocionales, reconocimiento de áreas de oportunidad para resolver problemas, conocimiento del 
ambiente donde se desarrolla el individuo, entre otros. Además, este enfoque considera esencial 
retomar los diferentescontextos que convergen en la vida del individuo, ya que en ellos participa 
e interviene el en un proceso dicotómico. Conjuntamente, atribuye un carácter benefactor a la 
educación al proveer el desarrollo de puntos como los anteriores, los cuales pretende que 
impacten a la sociedad, la escuela y a la familia. 
En cuanto al fundamento teórico que da sustento a este enfoque están allegadas teorías de 
corte económico, aquí solo se retoma una que se ha vuelto vital para entender su papel dentro de 
lo educativo. Este aboga por la satisfacción de las necesidades sociales a partir de una equidad e 
igualdad de oportunidades para la justicia social tal como lo menciona Jiménez (2014). Según 
este autor: “La obra de Streeten ‘Lo primero es lo primero’ y ‘El desarrollo a escala humana’ de 
Max-Neef… va a sentar los fundamentos teóricos del llamado enfoque de las necesidades 
básicas.” (p. 211). A partir de ello, el objetivo principal de este enfoque será “‘proporcionar a 
todos los seres humanos la oportunidad de tener una vida plena’, frente a aquellos enfoques que 
toman como base informacional abstracciones.” (Como se citó en Jiménez, 2014, p. 211). 
22 | P á g i n a 
 
De esta manera, al aplicarse en la educación, este enfoque de las necesidades básicas se 
adapta al renombrarse enfoque de necesidades, el cuál al igual que su homólogo en economía, 
busca crear oportunidades para alcanzar un bienestar para generar una vida plena, solo que 
concretamente en la Educación Emocional se utiliza el camino de lo emocional para proveer e 
instruir conocimiento en esta temática para alcanzar tal fin. Incluso conceptos como 
autosuficiencia y autodependencia los comparten ambos enfoques en distintas disciplinas, ya que 
se han determinado como fundamentales para lograr el objetivo antes enunciado. Aunque es un 
enfoque que persigue una tarea noble al desarrollar aspectos sustanciales de la vida del 
individuo, ha sido criticado en varias ocasiones en diversos puntos desde ambas disciplinas. 
Dentro de lo educativo, se le ha desacreditado, ya que pone en duda el papel de la tarea 
educativa, según Romero (2006) refiere que: 
“está… [desvirtuado] el sentido educativo –la educación como cultivo de capacidades- de 
la propia Educación Emocional y que… [al ampararse] en esta denominación, las 
finalidades… se orientan más a satisfacer las necesidades del sistema social o el propio 
sistema escolar, que a satisfacer demandas específicas para el desarrollo humano.” (p. 
107) 
 
Aunque el enfoque está dirigido a contemplar de manera global las necesidades para 
abarcar la mayor cantidad de ellas y poder tratarlas, esto se ha visto como algo en contra, ya que 
en la práctica, puede descuidar las necesidades concretas de los individuos, tanto académicas 
como personales, lo cual puede traer consigo una serie de consecuencias que no permitan 
desarrollar en su completud, dentro de la Educación Emocional, las competencias emocionales 
debido a la búsqueda de satisfacer lo que exige la sociedad a macro-nivel en lugar de lo que 
demanda el estudiante en un micro-nivel. Aunado a lo anterior, en ambas disciplinas, se le ha 
criticado al enfoque su escaso apoyo teórico, además de claras contradicciones dentro de su 
fundamento original al no haber llegado a un consenso de su concepto central: el de “necesidad” 
como lo señala Jiménez (2014). 
Para comenzar con el enfoque positivo, se toman en cuenta las dos vías por las cuales 
concibe a la Educación Emocional, la primera: “como vía para el cultivo del desarrollo y 
autorrealización humana y [la segunda] como vía para promover el bienestar psíquico…. 
23 | P á g i n a 
 
organizado sobre el constructo salud mental positiva- también aplicado en el campo de la 
intervención psicosocial” (Romero, 2006, p. 108). Como se puede apreciar, ambas rutas ponen 
de relieve favorecer a dos facetas que influyen en la vida del sujeto, tanto la realización humana 
dentro de la sociedad y el bienestar psíquico individual. Como puede deducirse, este enfoque 
lleva consigo una tradición psicosocial, la cual le da sustento teórico. 
Este sustento proviene de múltiples consideraciones dentro del campo de la salud tanto 
psicológica como médica; la salud mental es uno de los aspectos y conceptos en los que más 
énfasis pone, según Romero (2006), este concepto es fundamental dentro de este enfoque y, lo 
definen, al retomar lo que dice la OMS: 
Salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. La salud es un estado 
de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o 
enfermedades. Los conceptos de salud mental incluyen bienestar subjetivo, autonomía, 
competencia, dependencia intergeneracional y reconocimiento de la habilidad de 
realizarse intelectual y emocionalmente. También ha sido definido como un estado de 
bienestar por medio del cual los individuos reconocen sus habilidades, son capaces de 
hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y 
contribuir a sus comunidades…. Salud mental se refiere a la posibilidad de acrecentar la 
competencia de los individuos y comunidades y permitirles alcanzar sus propios 
objetivos. (Como se citó en Romero, 2006, p. 108). 
En otras palabras, si la persona posee el estado mencionado con anterioridad, además de 
poseer las habilidades que lo componen mentalmente, este se vuelve competente para poder 
realizar sus metas y propósitos, ya que está capacitado para hacer frente a los diferentes desafíos 
que se le presenten al utilizar dicho repertorio. Este enfoque al tener relación con el campo 
psicosocial tiene en consideración una serie de áreas que son de interés, ya que brindan una clara 
estructura para evaluar la salud mental positiva de aquellos que pasen por un programa desde 
este enfoque. 
Estas áreas son tres: 
 La primera, involucra habilidades y recursos emocionales relacionados con el logro 
propio y la capacidad de autoactualización; la segunda, involucra el sentimiento de 
24 | P á g i n a 
 
control que ejerce el individuo sobre su ambiente; la tercera, la capacidad de autonomía 
para identificar, confrontar y resolver problemas. Estas tres áreas están integradas por 
dimensiones específicas relacionadas con: (i) la actitud positiva hacia uno mismo; (ii) 
automotivación y actualización del sí mismo; (iii) equilibrio interior; (iv) autonomía; (v) 
percepción correcta de la realidad; (vi) dominio del entorno. (p. 108) 
Con lo anterior, se puede denotar lo que busca evaluar la salud mental positiva, incluso 
estas pueden ser tomadas también como aquellas que se pretenden desarrollar en el individuo, la 
primera de ellas al involucrar el aspecto como “el logro propio” ofrece un panorama amplio 
acerca de la capacidad de alcanzar los propósitos personales y la facultad para mantenerlos; 
mientras que la siguiente alude al control y a la gestión del ambiente donde se desenvuelve, la 
última tiene como puntos medulares la discriminación de problemáticas a las que se enfrentan en 
la vida cotidiana y el manejo efectivo de ellas para encontrar la solución más favorable a tales. 
Las dimensiones, de acuerdo al nombre que ostentan, tienen gran similitud con las habilidades de 
la Inteligencia Emocional, las cuales se verán más adelante. 
Para concluir con este enfoque, es preciso exponer el establecimiento de las funciones 
que llevará acabo la escuela, ya que además de llevar: “un rol central para el fomento del 
desarrollo académico… [Posee la tarea del] desarrollo socioemocional de niños y jóvenes. La 
escuela es, en este sentido, una institución orientada a la promoción de la salud mental positiva 
de los escolares.” (p. 109). Por tanto la Educación Emocional, desde este enfoque, es un camino 
que busca la “salud mental positiva” de aquellos que pasan por una formación de este tipo. La 
misión que le comisiona a la escuela, además de proveer conocimientointelectual sobre las 
habilidades que busca desarrollar y evaluar, es encargarse de desarrollar las dimensiones 
anteriormente descritas mediante actividades complementarias o transversales para 
posteriormente evaluarlas a partir de las áreas que se retomaron anteriormente. 
El siguiente enfoque que a continuación se examina, es uno de los que se retoman con 
mayor frecuencia debido a la cantidad de conocimiento que lo respaldan en materia de lo 
emocional: este es el enfoque cognitivo, sin lugar a dudas es el favorito para desarrollar planes y 
programas para la Educación Emocional, ya que involucra una serie de teorías respaldadas por 
diferentes tradiciones teóricas, las cuales incluyen postulados desde el cómo aprende el ser 
humano hasta aspectos de corte biológico e intelectual. Debido al vasto marco teórico que 
25 | P á g i n a 
 
ofrecen solo se mencionaran por efecto práctico. Por consiguiente, para entender a este enfoque 
primero se expresa cómo se entiende a la Educación Emocional, Bisquerra (2009a) refiere que es: 
Una propuesta educativa encaminada al desarrollo de competencias emocionales. La 
Inteligencia Emocional es uno de los fundamentos básicos de la Educación Emocional. 
Pero hay otros como la teoría de las inteligencias múltiples, teorías de la emoción, 
neurociencia, psiconeuroinmunología, counseling humanista, investigaciones sobre el 
bienestar subjetivo, teoría del fluir, psicología positiva, las competencias básicas, etc. 
(Bisquerra, 2009a, p. 407) 
De igual manera, la teoría de la resiliencia y la teoría sobre la motivación del logro, de 
acuerdo con Romero (2014), son retomadas para darle un fundamento más amplio a la parte del 
marco teórico de un plan o programa de Educación Emocional. Estas teorías se complementan de 
manera exitosa para dar sustento a esta clase de programas, ya que todas ellas, aunque buscan 
explicar una parte concreta del cómo las emociones funcionan dentro de la vida ordinaria de un 
ser humano, permiten fortalecer y brindar una serie de conocimiento que favorece recuperar a las 
emociones, junto con la razón, para formar a los individuos con un equilibrio emocional y 
racional. El cual, de acuerdo con este enfoque, es preciso para producir un bienestar social y 
personal al desarrollar los aspectos que proponen las teorías mencionadas hasta el momento. 
Ahora, para producir dicho bienestar, desde este enfoque, se ha visualizo una serie de 
consideraciones que son necesarias revisar para lograr este objetivo, entre estas se encuentran la: 
“Atención positiva, una percepción de contingencias que mejore el razonamiento de 
consecuencias, un conocimiento amplio de uno mismo, unos recursos para conocer a los 
otros y estrategias de afrontamiento ante las diferencias y los cambios, una organización 
ambiental que genere estabilidad, una expectativas realistas que impliquen aceptación y 
tolerancia, una comprensión y expresión emocional lo más enriquecida posible, una 
capacidad de escucha suficiente y de elección con criterio.” (Buj, 2014, p. 5) 
Cada una de las consideraciones anteriores pone de relieve la clase de formación que éste 
enfoque emplea, pues destaca aspectos tanto emocionales como racionales al utilizarlos como 
camino para generar armonía tanto dentro de la mente del sujeto como entre las relaciones 
sociales, además de involucrar y emplear aspectos concernientes a la personalidad individual y 
26 | P á g i n a 
 
colectiva para usarlos, de igual manera, en el desarrollo de una Educación Emocional. 
Generalmente este enfoque se complementa con alguno de los anteriores, esto parte de la 
similitud que tienen con sus objetivos; entre los que destacan el mejoramiento de las relaciones 
interpersonales, el establecimiento de una mejora de la calidad de vida al satisfacer necesidades y 
la generación de diferentes competencias y habilidades en los seres humanos desde el terreno de 
lo emocional en beneficio de la persona, además de poseer un carácter transversal. 
Aunque en un primer momento se planteó la idea de solo mencionar las teorías 
concernientes a este enfoque, se hace un par de excepciones en un subcapítulo póstumo donde se 
lleva a cabo una explicación a profundidad de dos teorías que dan fundamento a este enfoque, las 
cuales son la Inteligencia Emocional y la psicología humanista o positiva (paradigma 
humanístico) debido a su carácter fundamental por su gran protagonismo dentro del terreno de lo 
educativo, esto con el fin de cumplir el objetivo inicial de comprender de mejor manera a la 
Educación Emocional. Para cerrar este enfoque, Romero (2006) nos remite a conocer qué 
tradiciones filosóficas son retomadas para dar sustento a este enfoque paradigmático, estas: 
Se vinculan a la tradición filosófica de la Filosofía de la Acción y la Filosofía de la 
Conciencia. [Estas] Conciben la emoción como un recurso evaluativo que hace posible la 
toma de decisiones y la acción racional. Las emociones se harían corresponder con 
estados mentales complejos, tales como creencias y deseos, a las que se considera causas-
motivos de los estados emocionales. En estos enfoques las emociones gozan de un 
carácter más activo y racional que en los enfoques no cognitivos. (p. 110) 
Tales tradiciones filosóficas ofrecen una visión dinámica de lo que es la emoción dentro 
del actuar humano, lo que les dota de un carácter que permite partir en conjunto con la razón 
para la toma de decisiones. Este carácter permite reconsiderar a las emociones desde una 
perspectiva realista, donde no solo la razón domina o condiciona aspectos como la voluntad o el 
raciocinio humano, sino que involucra a las emociones y las coloca como un “recurso” tan 
valioso como la misma razón, ya que ellas pueden condicionar tanto la conducta humana o 
aspectos como la esperanza o la motivación, estos últimos de propiedad fundamental en el 
carácter humano. 
27 | P á g i n a 
 
Para abordar el último enfoque de la lista antes expuesta, primero debe tomarse en 
consideración una peculiaridad, este enfoque denominado no Cognitivo recupera y utiliza teorías 
de corte socio-lingüístico y cultural, las cuales han sido retomadas para dar una explicación 
donde se da énfasis a aspectos que incluyan relación con el ambiente sociocultural y la conducta 
emocional, lo que ostentan los dos enfoques anteriores, en esta parte y de acuerdo con Romero 
(2006): “Los planteamientos no cognitivistas atribuyen un mayor peso al lenguaje, la cultura, el 
contexto –y también la historia personal del sujeto en el caso de las teorías conductuales- para 
explicar la dinámica emocional.” (p. 111). Por tanto, la utilización del ambiente donde se 
desarrolle un sujeto delimitará la manera en que este utilizará sus emociones. 
Esta última parte es fundamental para comprender este enfoque, ya que el peso que le da 
al contexto donde se desarrollan los sujetos permite realizar un acercamiento directo a lo que 
pretende educar dentro de la Educación Emocional, primero la dinámica a que refiere la cita 
anterior está en relación con el uso y significado que cada sociedad le otorga a cada una de las 
emociones implícitas en el uso del lenguaje coloquial, ya que la aceptación social que obtengan 
tales depende tanto de la historia de los sujetos así como de aquello moralmente correcto; para 
dar un ejemplo de esto último se puede utilizar a la felicidad, en un contexto puede que sea en 
extremo aceptada al depender de la situación y momento donde se exprese, pero en otros puede 
ser no correcta al estar presente en una circunstancia donde se requiere pautas de dirección 
basadas en otra emoción. 
En segundo lugar, el significado y el valor que se les otorgue a las emociones depende de 
cada una de las sociedades donde se desarrollen, ya que cada una ha formulado cuáles son 
deseables, cuáles aceptadas e incluso a delimitado a aquellas que se consideran negativas. Para 
complementar, es menesterdecir que: 
Los enfoques no cognitivos aplicados al estudio de las emociones no niegan que los 
factores cognitivos (p.e.: creencias) estén involucrados en el comportamiento afectivo [,] 
se retoman en su mayoría dos teorías que dan fundamento teórico a este enfoque pero no 
causan la respuesta afectiva. Las causas habría que hallarlas en la esfera cultural y 
relacional. En estos enfoques, el papel de las emociones es más reactivo aunque no 
necesariamente irracional. La función evaluativa e informativa de las emociones es 
aceptada en estas teorías implícitamente. (Romero, 2006, p. 111) 
28 | P á g i n a 
 
 
Dentro de este enfoque, se puede apreciar que las emociones además de ser consideradas 
y catalogadas de manera activa dentro de la sociedad, se observa con la idea anterior que poseen 
un carácter más reactivo, en otras palabras un carácter más sustancial en la personalidad del 
sujeto, pero estas no pertenecen del todo al rango de lo racional, sino que se encuentran en una 
esfera más cercana a los instintos donde se produce el comportamiento afectivo. Aunado a la cita 
anterior, la autora refiere a dos teorías básicas que dan sustento a este enfoque, estás son: “La 
Teoría del Aprendizaje Social” y “Las Teorías Centradas en la Cultura y el Lenguaje”, cada una 
de ellas son esenciales para entender este enfoque, las cuales se examinan a continuación. 
 
La primera de ellas, “La Teoría del Aprendizaje Social”, de Albert Bandura es recuperada 
en este enfoque para explicar: 
La adquisición de aprendizajes complejos, como el aprendizaje social, [el cual] se 
produce a partir de la interacción de factores personales (psicológicos), conductas y 
acontecimientos en el medio. Estos aprendizajes requieren de un procesamiento cognitivo 
(también de las emociones) y de la observación de modelos (en vivo, simbólicos, 
electrónicos...). (p. 111) 
Los factores anteriores son retomados dentro de este enfoque para explicar el carácter 
social con el que se abordan las emociones, aspectos como la motivación y la creación de 
relaciones interpersonales, estos están sujetos a un aprendizaje de tipo vicario de acuerdo con la 
teoría de Bandura, donde a partir de lo que se observa como correcto dentro de una sociedad 
determinada define aquello que se busca aprender y poner en práctica; aunque cabe la posibilidad 
que aquello que se tome como aceptable no lo sea para el sujeto, en determinado momento este 
puede elegir independientemente, ya que desea ser recompensado por aquello que el mismo vea 
como algo que le otorgue algún placer o reconocimiento dentro de su ambiente a pesar de no ser 
socialmente aceptable. 
Con lo anterior, puede deducirse que el aprendizaje vicario, junto con sus postulados, son 
utilizados en la elaboración de: 
29 | P á g i n a 
 
Numerosos programas de habilidades sociales y de Educación Emocional… [desde] esta 
teoría para entrenar, mediante procesos de modelado, un gran número de habilidades 
sociales y de comunicación (asertividad, negociación, comunicación, regulación 
emocional). Asimismo, las investigaciones centradas sobre las características de los 
modelos han encontrado evidencias empíricas sobre la efectividad del entusiasmo del 
modelo empleado sobre la autoconfianza y la autoeficacia, centrales para trabajar la 
motivación. También esta teoría… ayuda a explicar cómo existen patrones de relación 
social desadaptativos como consecuencia del proceso de aprendizaje social del sujeto…. 
Fundamentalmente la cita anterior pone de relieve el carácter primario que tiene el 
aprendizaje vicario dentro del desarrollo de las competencias emocionales a partir de un ejemplo 
claro de cómo deben de expresarse y utilizarse en un medio dado; pues esto permite desarrollar 
un referente concreto del cómo deben de dirigirse aquellas personas que sean educadas desde 
este enfoque. Por tanto, esta teoría permite recuperar gran parte de aquello que otros enfoques 
dan por hecho, como lo es propiamente la gran condicionante que el contexto ejerce sobre la 
personalidad emocional de cada sujeto y el modelado a partir de la capacidad de imitación de las 
conductas que posea un individuo dentro de su entorno. 
La segunda y última teoría, “Las Teorías Centradas en la Cultura y el Lenguaje”, recoge 
principalmente postulados clave como la interpretación que cada círculo cultural genera sobre las 
emociones, esta teoría brinda a este enfoque la posibilidad de que: 
En Educación Emocional es importante no perder de vista la interpretación que hacen de 
las emociones y su aprendizaje las teorías centradas en los efectos de la cultura y la 
actividad simbólica (lenguaje) en la formación de la identidad humana y, por tanto, en el 
proceso de autoconocimiento. Es un hecho contrastado por la ciencia que la cultura 
condiciona los esquemas emocionales de las personas y el modo en que expresamos y 
regulamos nuestras emociones. Estas teorías, a grosso modo, comparten el presupuesto 
siguiente: la cultura, en cierto modo, unifica nuestra experiencia emocional…. (p. 115) 
Como ya se adelantaba; la sociedad, la cultura y el lenguaje, desde estas teorías, tienen la 
posibilidad de unificar un significado socialmente aceptado sobre alguna temática, las emociones 
no son la excepción, éstas son simbolizadas de cierta manera por un circulo concreto, “la 
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sociedad”, para luego ser asimiladas y reproducidas por los individuos, lo que conserva dicho 
valor simbólico de tales emociones para formar y educar póstumamente a las generaciones más 
jóvenes. De esta manera al vincular: “los propósitos de la Educación Emocional con los análisis 
teóricos y empíricos de esta perspectiva conviene no dejar de lado cómo nuestra cultura incide en 
la experiencia emocional de las personas y, por ello, en la subjetividad.” (p. 116). Por si fuera 
poco, la utilización de las subjetividades está en sincronía con lo objetivo de la sociedad, 
ninguno subsiste aislado, ya que se encuentran en un intercambio dinámico de información. 
Al haber expuesto los principales enfoques que se utilizan dentro de la Educación 
Emocional junto con su relación con diferentes teorías del conocimiento, hasta ahora vigentes, ya 
se tienen los elementos necesarios para revisar los objetivos que persigue, para los efectos de este 
escrito se ha decidido utilizar el enfoque cognitivo como eje globalizador para explicarla, aunque 
también se recuperan aspectos de los otros tres. Entre los objetivos que se pueden encontrar con 
mayor frecuencia, desde Bisquerra (2005) son los siguientes: 
Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones; identificar las emociones de 
los demás; desarrollar la habilidad para regular las propias emociones; prevenir los 
efectos nocivos de las emociones negativas; desarrollar la habilidad para generar 
emociones positivas; desarrollar la habilidad de automotivarse; adoptar una actitud 
positiva ante la vida; aprender a fluir, etc. (p. 97). 
Como se puede observar, los objetivos de la Educación Emocional están encaminados a 
lograr un equilibrio emocional dentro del ser humano que involucra tanto al sujeto como a los 
miembros del ambiente donde vive. Cada uno está ubicado en habilidades o competencias 
emocionales muy específicas que, además de tratar lo interior de la persona, también está 
dirigido a impactar el actuar cotidiano y externo del individuo. Algunas de las habilidades que se 
enuncian dentro de la cita son retomadas directamente del modelo de habilidades de la 
Inteligencia Emocional de Mayer y Salovey (1997) (el cual se explicará a detalle más adelante), 
esto es debido a que Bisquerra (2009b) ha desarrollado un modelo educativo con enfoque de 
competencias que parte del trabajo de los autores de dicha inteligencia. 
 Aunque Bisquerra (2009b) retoma dicho fundamento teórico para englobar los objetivos 
de la Educación Emocional, éstas no tienen gran cambio en su trabajo, yaque conservan gran 
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relación con sus homólogas; por ejemplo, al tener un mejor conocimiento de las propias 
emociones facilita reconocer las de los demás, lo cual no difiere de lo que Mayer y Salovey 
(1997) buscan. Por otra parte, algunos de los objetivos son un tanto ambiciosos y dependientes a 
la personalidad que el individuo posea, pero esto no quiere decir que no puedan cumplirse en la 
mayoría de estas, es menester agregar que en algunos casos es más difícil por la historia de vida 
que ha llevado hasta el momento de plantearse la idea de lograr dichos objetivos, pero esto no 
debe de considerarse un impedimento. 
A partir de la idea anterior, Bisquerra (2009b) ha planteado la idea de que la Educación 
Emocional debe comenzar en la primera infancia dentro de la educación primaria, además de: 
“Estar presente a lo largo de toda la vida. Es la única forma de asegurar el desarrollo de 
competencias emocionales, que son las más difíciles de adquirir. Esto representa un enfoque del 
ciclo vital.” (p. 13). De esta manera, el desarrollo de una Educación Emocional que sea holística 
y de carácter formativo a largo plazo, no solo puede traer consigo la consolidación de las 
competencias emocionales, sino que puede fortalecer otras competencias de corte profesional 
que le son de beneficio al individuo y a la sociedad en general. 
Si se considera esencial ese aspecto de “largo plazo”, la Educación Emocional no solo 
está delimitada a lo formal dentro de una institución educativa: “sino que se extiende a las 
organizaciones y a la sociedad en general a través de los medios formativos del contexto 
comunitario.” (p. 13). De esta manera, la Educación Emocional converge y se desarrolla en 
diferentes contextos de la vida del ser humano, éstos tienen que ser revisados a fondo debido a su 
carácter esencial en formar al ser humano desde sus dimensiones. En el siguiente subcapítulo se 
examinan a profundidad con algunas consideraciones aterrizadas a la realidad. 
 
1.1.2. Caracterización de la Educación Emocional 
 
Tales objetivos son tratados y cumplidos por el contexto educativo, pero evidentemente el 
ser humano no solo aprende en ese contexto, sino que interactúa con otros tres durante toda su 
vida para desarrollar y complementar el proceso de aprendizaje, al hacer esta diferenciación, 
ayuda a afinar en donde se desenvuelve la Educación Emocional. Para analizar lo significativo 
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que es cada uno de los contextos en la formación del individuo, es preciso revisarlos de cerca. La 
primera institución donde se lleva a cabo la educación tanto afectiva como del afecto es en la 
familia, pues los padres son los encargados de educar a sus hijos (es menester decir que no solo 
los profesionales aplican una Educación Emocional, sino que hay otros personajes que se 
encargan de brindar esta educación antes y después de la escuela). Por consiguiente, dentro de 
ésta, pareciera que es un proceso casi invisible y, en el cual, apenas se hace el mínimo esfuerzo 
para lograr dicha educación. Pero la realidad es otra, en palabras de Flórez: 
La primera matriz de formación humana es el afecto materno, cuyo suplemento y relevo 
posterior en la sociedad moderna es la comprensión afectuosa del maestro. La afectividad 
consciente, la motivación, el interés, la buena disposición, los estímulos positivos, la 
empatía, son variaciones pedagógicas del principio que articula la cabeza con el corazón, 
la razón con el sentimiento, lo cognitivo con lo afectivo, como lo plantearon Comenius y 
Pestalozzi. (Citado por Vivas, 2003, p. 4) 
 
Con lo expuesto anteriormente, se puede denotar que el afecto está unido a otras 
emociones y a algunas partes sustanciales de la personalidad del sujeto, en ellas es donde la 
Educación Emocional entra en protagonismo para poder educar al individuo, aunque también es 
cierto que es un proceso que debe ser cuidadosamente desarrollado, pues al depender la edad del 
infante al igual que la habilidad que poseen los padres para educar las emociones, puede dar 
diferentes consecuencias en el desarrollo emocional-cognitivo tanto del infante como del padre, 
ya que está caracterizado por una reciprocidad latente. 
Al hablar de los contextos donde se lleva a cabo la Educación Emocional, como 
anteriormente ya se adelantaba, pueden clasificarse en familiar, curricular y comunitario, de 
acuerdo con Vivas (2003). Ahora, cada uno de ellos utiliza estrategias específicas con diversos 
grados de efectividad para alcanzar ciertas metas. A partir de esto, cada uno de los contextos 
serán significativos para el sujeto con base a su edad; si se ve de manera cronológica, la familia 
es el primero en el que interactúa, por lo que recae mayor responsabilidad en éste al desarrollar 
varias habilidades, por ejemplo las emocionales; posteriormente el contexto curricular es aquel 
que refuerza y genera aquellas que no fueron atendidas en la familia, también posee la tarea de 
complementar la formación emocional a partir de aquellas habilidades que no fueron asentadas 
desde la familia. Por último, está el contexto comunitario, el cual tiene las mismas metas que el 
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contexto anterior, pero aquí se evalúa si las acciones que se llevaron a cabo con anterioridad 
quedaron asentadas de manera satisfactoria. 
Primero, el contexto familiar denota gran peso en la formulación de la personalidad del 
individuo, lo que conlleva a desarrollar la forma de relacionarse dentro de la familia, y en un 
futuro en la sociedad. Aunado a esto, “Goleman (1996) sostiene que la familia es la primera 
escuela de aprendizaje emocional y argumenta que el impacto que tiene ese temprano 
aprendizaje es profundo, puesto que el cerebro del niño tiene su máxima plasticidad…” (Citado 
por Vivas, 2003, p. 8). Es por ello, que una educación de índole emocional en estos primeros 
años de vida beneficia en gran manera al individuo, ya que al aprovechar esa facilidad que 
poseen los seres humanos de aprender, propicia el aprendizaje del cómo utilizar y expresar las 
emociones; por supuesto al ser brindada por los padres de familia, estos forman los pilares para 
desempeñarse de manera ideal al usar las emociones para involucrarse de manera óptima dentro 
del núcleo familiar. 
Antes de continuar es preciso realizar un paréntesis para explicar el concepto de 
plasticidad, ya que éste término ha sido desarrollado a partir de diferentes enfoques y teorías del 
conocimiento lo que lo ha vuelto polisémico, con el fin de aclararlo, aquí se recupera una 
conceptualización que parte de las neurociencias donde se le especifica como: 
Un proceso mediante el cual las neuronas consiguen aumentar sus conexiones con otras 
neuronas de forma estable a consecuencia de la experiencia, el aprendizaje y la 
estimulación sensorial y cognitiva…. Puede entenderse como un proceso intrínseco 
cerebral que se desarrolla debido a la estimulación diaria y las experiencias que se 
acumulan a lo largo de la vida” (Fernández y M., s. f., p. 3) 
En otras palabras, la plasticidad refiere a la producción eficaz de la sinapsis 
(comunicación) entre las neuronas para comprender, almacenar y evaluar los estímulos y 
experiencias que se producen en el exterior; este proceso funciona a su máxima capacidad en los 
primeros años de vida de un infante donde su cerebro tiene una posibilidad extraordinaria para 
aprender, la cual disminuye con el paso de los años. 
Para Goleman (2010) esta facilidad que tienen los niños por asimilar conocimiento es 
crucial, ya que menciona que todo lo que se aprenda en los primeros años tiene un impacto 
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duradero que marca tanto el temperamento como la personalidad, consiguientemente debe de 
aprovecharse ésta disposición en la educación que ofrece la familia para enseñar las habilidades 
emocionales para asegurar que persistan en la formación del infante. Con esto se concluye

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