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Apego-a-las-medidas-de-prevencion-de-infecciones-asociadas-a-cuidados-sanitarios-durante-el-periodo-perioperatorio-por-parte-de-los-medicos-anestesiologos-del-Hospital-Regional-1-de-octubre

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
 
INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES PARA LOS 
 TRABAJADORES DEL ESTADO 
HOSPITAL REGIONAL 1° DE OCTUBRE 
 
 
 
₺Apego a las medidas de Prevención de Infecciones Asociadas a 
Cuidados Sanitarios durante el periodo Perioperatorio por parte de 
los Médicos Anestesiólogos del Hospital Regional 1º de Octubre₺ 
 
NÚMERO DE REGISTRO 
015.2016 
 
TESIS DE POSGRADO 
 
PARA OBTENER EL GRADO DE 
ESPECIALISTA EN ANESTESIOLOGÍA 
 
PRESENTA 
 DRA. JUDITH MABET HERNÁNDEZ PÉREZ 
 
ASESOR 
DRA. CELINA TRUJILLO ESTEVES 
COASESORES 
DR. BERNARDO SOTO RIVERA 
DR. ÁLVARO IBARRA PACHECO 
 
 CIUDAD DE MÉXICO, A JUNIO DE 2016
http://www.google.com.mx/imgres?q=issste&um=1&hl=es&sa=N&biw=1280&bih=705&tbm=isch&tbnid=KzNX720ctD-k_M:&imgrefurl=http://www.laeconomia.com.mx/pensiones-issste/&docid=51GZvqghXxWI2M&imgurl=http://www.laeconomia.com.mx/wp-content/uploads/ISSSTE.jpg&w=278&h=339&ei=aafnT8OgIcXI2wWG8d3ZCQ&zoom=1&iact=hc&vpx=1034&vpy=90&dur=251&hovh=248&hovw=203&tx=147&ty=106&sig=115445460913631142072&page=1&tbnh=154&tbnw=126&start=0&ndsp=21&ved=1t:429,r:6,s:0,i:15
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
TÍTULO: ₺Apego a las medidas de Prevención de Infecciones Asociadas a Cuidados 
Sanitarios durante el periodo Perioperatorio por parte de los Médicos 
Anestesiólogos del Hospital Regional 1º de Octubre₺. Estudio transversal, 
descriptivo, observacional y prolectivo. 
ALUMNA: Dra. Judith Mabet Hernández Pérez 
DIRECTOR: Dra. Celina Trujillo Esteves 
COASESORES: Dr. Bernardo Soto Rivera, Dr. Álvaro Iván Ibarra Pacheco. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
__________________________________________________ 
Dr. José Ricardo Juárez Ocaña 
Coordinador de Enseñanza e Investigación 
H.R. 1° de Octubre, ISSSTE 
 
 
 
 
 
 
 
__________________________________________________ 
Dr. José Vicente Rosas Barrientos 
Jefe de Investigación 
H.R. 1° de Octubre, ISSSTE 
 
TÍTULO: ₺Apego a las medidas de Prevención de Infecciones Asociadas a Cuidados 
Sanitarios durante el periodo Perioperatorio por parte de los Médicos 
Anestesiólogos del Hospital Regional 1º de Octubre₺. Estudio transversal, 
descriptivo, observacional y prolectivo. 
ALUMNA: Dra. Judith Mabet Hernández Pérez 
DIRECTOR: Dra. Celina Trujillo Esteves 
COASESORES: Dr. Bernardo Soto Rivera, Dr. Álvaro Iván Ibarra Pacheco. 
 
 
 
 
 
 
 
 
_________________________________________________ 
Dr. Bernardo Soto Rivera 
Profesor Titular del Curso de Especialidad en Anestesiología. 
H.R. 1° de Octubre, ISSSTE 
 
 
 
 
 
 
 
_________________________________________________ 
Dra. Celina Trujillo Esteves 
Profesora Adjunta del Curso de Especialidad en Anestesiología y Asesora de 
Tesis 
H.R. 1° de Octubre, ISSSTE 
1 
 
INFORME FINAL 
 
RESUMEN……………………………………………………………………………. 2 
 
ANTECEDENTES……………………………………………………………………. 3 
 
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA…………………………………………….. 45 
 
JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………….. 46 
 
HIPÓTESIS…………………………………………………………………………… 47 
 
OBJETIVOS………………………………………………………………………….. 48 
 
MATERIAL Y MÉTODOS…………………………………………………………… 49 
 
PLAN DE ANÁLISIS ESTADÍSTICO………………………………………………. 50 
 
RESULTADOS ……………………………………………………………………….. 51 
 
DISCUSIÓN……………………………………………………………………………. 67 
 
CONCLUSIONES……………………………………………………………………… 70 
 
RECOMENDACIONES……………………………………………………………….. 72 
 
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………… 73 
 
ANEXOS………………………………………………………………………………… 75
2 
 
RESUMEN 
Dentro del programa internacional de seguridad del paciente, las infecciones 
asociadas a cuidados sanitarios, son un problema grave de salud pública, de 
trascendencia económica y social, representan un desafío para las instituciones de 
salud y personal médico responsable de la atención. A diario se realizan 
procedimientos invasivos, lo que ha puesto de relieve la preocupación existente 
sobre la transmisión de infecciones a través de los equipos de anestesia, además 
la vía parenteral, neuroeje o a través de la vía aérea. 
OBJETIVO Describir el apego a las medidas de prevención de infecciones 
asociadas a cuidado sanitario de los médicos anestesiólogos del Hospital Regional 
1° de Octubre. 
MATERIAL Y MÉTODOS Estudio transversal, descriptivo, observacional y 
prolectivo. De tipo sombra, Que incluyó a 44 médicos anestesiólogos, adscritos y 
residentes, en un formulario de evaluación sobre el apego a las medidas de 
prevención de la infección asociada a cuidados sanitarios. 
RESULTADOS Total de 44, 40.9% mujeres y 59.1% hombres, promedio de edad 
de 41 años.68% contó con infraestructura suficiente, 56.8% se apega al lavado de 
manos, 61.4% uso de guantes, 59% uso de bata estéril. 
CONCLUSIONES Dentro de nuestro servicio no se cumplen las medidas de 
prevención de la infección nosocomial, observando un pobre apego a las 
consideradas como básicas, el lavado de manos, el uso de bata estéril para 
procedimientos invasivos, así como un pobre manejo de los laringoscopios. Dentro 
del programa de SICALIDAD, podemos sustentarnos e implementar el uso de esta 
cédula para realizar una ₺anestesia segura₺. 
Palabras clave apego, infección. 
 
 
 
 
 
 
3 
 
ANTECEDENTES 
₺PREVENIR ES MEJOR QUE CURAR₺ HIPOCRÁTES (460-370 a.C) 
 
La seguridad del paciente toma relevancia a partir de la detección de varios eventos 
adversos derivados de la atención médica en pacientes hospitalizados; los cuales 
son mencionados en el estudio de Brennan y colaboradores, que analizaron 
expedientes clínicos de pacientes hospitalizados en la ciudad de Nueva York, 
Estados Unidos, durante 1984 (Harvard Medical Practice Study), encontrando una 
incidencia de eventos adversos de 3.7%; en el 70% de estos pacientes, se produjo 
discapacidad moderada o transitoria, en el 2.6% fue permanente y en el 13.6 % 
provocó la muerte 1. En 1992, otro estudio en los estados de Utah y Colorado, 
Estados Unidos, demostró una incidencia de eventos adversos de 2.9 % en 
pacientes hospitalizados 2. Fue en 1999 cuando el Instituto de Medicina (IOM) de 
los Estados Unidos publicó el informe: "To Err is Human: building a Safer Health 
System" sugiriendo que el 50 % de los eventos adversos descritos en los estudios 
de Nueva York, Utah y Colorado fueron prevenibles. Al mismo tiempo que estimaron 
que la mortalidad de pacientes hospitalizados era de 44,000 y 98,000 por año, 
derivado de los errores médicos 3. La repercusión económica de dichos errores del 
sistema, oscila entre los 37.6 y 50 billones de dólares (2,3). 
En los últimos años, el Sistema Nacional de Salud, ha venido trabajando en su forma 
y fondo, con un enfoque sistémico y sistemático por la seguridad de los pacientes; 
dando con ello la oportunidad de identificar de forma continua, áreas de mejora para 
beneficio de los usuarios de nuestro sistema de salud. 
Definimos Seguridad del Paciente como el conjunto de estructuras, procesos y 
resultados organizacionales que reducen al máximo y previenen la probabilidad de 
sufrir un evento adverso durante la atención a lasalud de los usuarios 4. Las 
experiencias y perspectivas de los pacientes y sus familias son instrumentos muy 
valiosos de aprendizaje para los sistemas, las organizaciones y los prestadores de 
servicios de salud; ya que permiten determinar las necesidades, la reingeniería de 
procesos, el monitoreo y la evaluación de los resultados y el nivel de desempeño. 
4 
 
Las alianzas entre hospitales destinadas a mejorar la seguridad de los pacientes 
mediante implantación de objetivos y acciones de mejora están basadas en las 6 
metas internacionales de seguridad del paciente, se sustentan en nueve soluciones 
definidas por expertos mundiales en seguridad del paciente; que a su vez fueron 
publicadas por la Organización Mundial de la Salud desde el 2001 y dadas a 
conocer a la comunidad internacional desde entonces. Vigentes hasta la fecha. 
 
Metas Internacionales 
de Seguridad del 
Paciente (MISP) 
Objetivos 
Prioritarios 
En 2015 se Actualiza la Cédula de 
Acreditación con Mayor Enfoque a la 
 Seguridad del Paciente 
1. Identificar 
correctamente 
a los 
pacientes. 
Mejorar la 
precisión en la 
identificación de 
los pacientes para 
prevenir errores 
que involucran al 
paciente 
equivocado. 
Generar una inclusión total de los 
pacientes en su seguridad a través 
de la actualización, aplicación y 
supervisión del procedimiento para 
su adecuada identificación. 
2. Mejorar la 
comunicación 
efectiva. 
Prevenir errores 
de comunicación 
por órdenes 
verbales y 
telefónicas. 
Incluir el aviso de alerta para resultados 
de laboratorio, gabinete y patología fuera 
de los rangos establecidos. 
3. Mejorar la 
seguridad de 
los 
medicamentos 
de ALTO 
RIESGO. 
Prevenir la 
administración 
errónea de 
Medicamentos de 
ALTO RIESGO*. 
Analizar la inclusión de medicamentos 
de alto riesgo aunado a los establecidos 
de acuerdo al análisis de riesgos 
institucionales. 
5 
 
4. Garantizar 
cirugías en el 
lugar correcto, 
con el 
procedimiento 
correcto y al 
paciente 
correcto. 
Prevenir cirugías 
en el lugar 
incorrecto con el 
procedimiento 
incorrecto y la 
persona 
equivocada. 
Vigilar y fortalecer el procedimiento para 
el correcto llenado de los Consentimientos 
Informados de acuerdo a los 
procedimientos establecidos por las 
 
Instituciones, incluyendo casos de donación de órganos. 
5. Reducir el 
riesgo de 
infecciones 
asociadas a la 
atención 
médica. 
Prevenir y reducir 
el riesgo de 
infecciones 
mediante la 
adecuada higiene 
de las manos. 
Incluir en el INDICAS un índice específico 
para el control y prevención de infecciones 
asociadas a la atención en salud, 
en acuerdo con el Instituto Nacional de 
Ciencias Médicas y Nutrición Salvador 
Zubirán y la AMEIN. 
6. Reducir el 
Riesgo de 
Daño al 
Paciente por 
causa de 
caídas. 
Prevenir y reducir 
el riesgo de caída 
en los pacientes 
hospitalizados. 
Fortalecer la autogestión junto con el 
paciente y/o cuidador primario, para evitar 
caídas y/o lesiones por una inadecuada 
valoración y revaloración del estado de 
salud, así como una mayor difusión y 
capacitación conjunta. 
 
Dentro de este programa internacional de seguridad del paciente, los médicos 
anestesiólogos tenemos un papel fundamental en las seis metas, sin embargo 2 de 
ellas son responsabilidad directa, tal como la administración adecuada de 
medicamentos de alto riesgo y la prevención de las infecciones asociadas a 
cuidados sanitarios (Nosocomiales). 
6 
 
 
Las Infecciones Asociadas a Cuidados Sanitarios, conocidas también como 
infecciones nosocomiales, son un problema relevante de salud pública de gran 
trascendencia económica y social y constituyen un desafío para las instituciones de 
salud y el personal médico responsable de su atención. 
La infección adquirida dentro de un recinto hospitalario abarca al menos 2,500 años 
de historia médica. Las primeras instituciones dedicadas al cuidado de los enfermos 
se originan alrededor de 500 años antes de Cristo en la mayoría de civilizaciones 
conocidas, principalmente en la India, Egipto y Grecia. En esos primeros centros, 
las condiciones higiénicas giraban en torno a conceptos religiosos de pureza ritual. 
 
El estudio científico de las infecciones hospitalarias cruzadas o nosocomiales tiene 
su origen en la primera mitad del siglo XVIII principalmente por médicos escoceses. 
Fue en 1740 Sir John Pringle realizó las primeras observaciones importantes 
acerca de la infección nosocomial y dedujo que ésta era la consecuencia principal 
y más grave de la masificación hospitalaria, introdujo el término “antiséptico”. 
Los cirujanos franceses De Chauiac y Paré, cirujanos franceses en los siglos XIV y 
XVI respectivamente establecieron el concepto de prevención de infección de sitio 
quirúrgico al señalar que los pacientes y las heridas se podrían manejar para 
hacerlos menos susceptibles a las infecciones, reconociendo que tanto la limpieza 
como la nutrición eran importantes para prevenir y tratar la infección. 
 Desde etapas tempranas se daba importancia a la participación del personal 
quirúrgico en la transmisión de enfermedades, en 1830 J.Y. Simpson realizó un 
detallado estudio acerca de la epidemiología y las medidas preventivas de la " fiebre 
quirúrgica", concluyendo que la transmisión de la infección se realizaba por los 
cirujanos, sus ayudantes y enfermeras. 
 El acontecimiento de mayor impacto en cuanto a prevención de infecciones se logró 
con Ignaz Semmelweis quien 1860 relacionó la mortalidad de las mujeres por fiebre 
puerperal a la contaminación causada por las manos de los médicos y logró 
disminuir la mortalidad al establecer la obligatoriedad del lavado de las manos, 
introduciendo, además el concepto de antisepsia, al utilizar soluciones con 
7 
 
hipoclorito para ello. A pesar de que con esta medida se logró disminuir la tasa de 
mortalidad de las pacientes por fiebre puerperal, no fue sino hasta después de Lister 
y ya en el siglo XX que se estableció la necesidad de practicar la antisepsia no solo 
en las manos de los médicos sino en la piel por incidir del paciente con soluciones 
antisépticas, estas a su vez causaban tanto daño a la dermis que se dice que la 
principal razón por la que Halsted introdujo el uso de guantes fue para proteger las 
manos de los cirujanos del efecto deletéreo de los antisépticos. La introducción de 
la antisepsia, considerada uno de los avances más importantes de la cirugía, sin 
embargo no logró abatir la ocurrencia de infecciones. 
 
El descubrimiento y utilización de los antibióticos a principios del siglo XX vino a 
revolucionar el tratamiento de diferentes infecciones y a dar la sensación de falsa 
seguridad a los cirujanos, ya que si bien hemos aprendido a prevenir algunas 
infecciones, otras muy graves están surgiendo como consecuencia, entre otros 
factores, de su indiscriminada utilización de tal manera que la infección continúa 
siendo una de las complicaciones más frecuentes en pacientes sometidos a 
procedimientos quirúrgicos 5. 
En México el estudio del impacto de las infecciones nosocomiales fue iniciado por 
el Dr. Samuel Ponce de León quien en 1983 estableció un programa de vigilancia y 
control de las infecciones relacionadas a la atención médica en el Instituto Nacional 
de la Nutrición, mediante el cual se logró una disminución del 55% en la razón de 
infecciones hospitalaria con una disminución en la mortalidad asociada del 36%. 
Este sistema se convirtió en un modelo que se implementó en el resto de 
los Institutos Nacionales de Salud y hospitales de tercer nivel del Instituto Mexicano 
del Seguro Social. La investigación epidemiológica realizada por este grupo 
estableció las bases para la creación, en 1997, de la Red Hospitalaria de Vigilancia 
Epidemiológica (RHOVE) como parte de la estrategia nacional para fortalecer la 
práctica médica ydisminuir las Infecciones nosocomiales en los hospitales del 
sector salud, simultáneamente en colaboración con la Dirección General de 
Epidemiología se elaboró la primera Norma Oficial Mexicana para la prevención y 
control de las infecciones nosocomiales. Los resultados de estas actividades y los 
8 
 
evidentes beneficios de estos programas, han justificado también en México que los 
programas de vigilancia y control de infecciones sean un requisito para la 
acreditación de hospitales ya que se considera que la frecuencia de infecciones 
nosocomiales es uno de los mejores indicadores de la calidad de la atención médica 
6. 
 
Las infecciones asociadas a cuidados sanitarios (nosocomiales) se asocian con 
altas tasas de morbilidad y mortalidad, lo que se traduce no sólo en un incremento 
en los días de hospitalización y los costos de atención, sino también en un 
incremento en DALYS (años de vida ajustados de discapacidad) en la población. 
Debido a que estas infecciones son complicaciones en las que se conjugan diversos 
factores de riesgo que en su mayoría pueden ser susceptibles de prevención y 
control, resulta fundamental la evaluación continua sobre los programas y políticas 
establecidas para su control a nivel nacional. 
 
El objetivo fundamental por el cual se instituyó la prevención y el control de las 
infecciones nosocomiales fue garantizar la calidad de la atención médica. 
 
Actualmente se reconoce la necesidad de consolidar los mecanismos vigentes de 
vigilancia epidemiológica y ampliar su cobertura mediante el manejo ágil y eficiente 
de la información necesaria para la prevención y el control de las infecciones 
nosocomiales, por lo que se considera indispensable homogeneizar los 
procedimientos y criterios institucionales que orienten y faciliten el trabajo del 
personal que se encarga de estas actividades dentro de los hospitales. 
 
A pesar de que se reconoce a la infección nosocomial como una complicación 
donde se conjugan diversos factores de riesgo y que es susceptible, en la mayoría 
de los casos de prevenirse, se debe señalar que existen casos en los que se 
presenta debido a condiciones inherentes al huésped. 
 
9 
 
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una infección nosocomial puede 
definirse de la manera siguiente: 
 
-Una infección contraída en el hospital por un paciente internado por una razón 
distinta de esa infección. 
-Una infección que se presenta en un paciente internado en un hospital o en otro 
establecimiento de atención de salud en quien la infección no se había manifestado 
ni estaba en período de incubación en el momento del internado 7. 
 
La Norma Oficial Mexicana NOM-045-SSA2-2005, Para la vigilancia 
epidemiológica, prevención y control de las infecciones nosocomiales define la 
infección nosocomial como la multiplicación de un patógeno en el paciente o en el 
trabajador de la salud que puede o no dar sintomatología, y que fue adquirido dentro 
del hospital o unidad médica 8. 
 
En últimos años se ha cambiado el término NOSOCOMIAL (deriva del vocablo 
griego clásico µοσοκοµος, literalmente “aquel que cuida enfermos”) por INFECCION 
ASOCIADA A CUIDADO SANITARIO, ya que por definición es “todo cuadro clínico, 
localizado o sistémico, que es el resultado de una reacción adversa debida a la 
presencia de uno o varios agentes infecciosos o sus toxinas, sin evidencia de que 
estuviese presente o en fase de incubación en el momento del ingreso 
hospitalario”9. Esta definición incluye la transmisión debida a personal directa o 
indirectamente relacionada con el paciente. 
Entendida como una complicación de la asistencia sanitaria, encaja dentro de la 
definición de evento adverso, representando entonces el 25.3% del total de los 
eventos adversos detectados, siendo el segundo más frecuente después de los 
relacionados con la medicación. 
Se producen por numerosas causas relacionadas tanto con los sistemas y procesos 
de la prestación de la atención sanitaria como con comportamientos individuales 
7. 
Infecciones contraídas durante la atención sanitaria: alcance y costo 
10 
 
-En todo momento, más de 1,4 millones de personas en el mundo contraen 
infecciones en el hospital. 
-Entre el 5% y el 10% de los pacientes que ingresan a hospitales modernos del 
mundo desarrollado contraerán una o más infecciones. 
-En los países en vías de desarrollo, el riesgo de infección relacionada con la 
atención sanitaria es de 2 a 20 veces mayor que en los países desarrollados. En 
ocasiones, la proporción de pacientes afectados puede superar el 25%. 
-En los EE.UU., uno de cada 136 pacientes hospitalarios se enferman gravemente 
a causa de una infección contraída en el hospital; esto equivale a 2 millones de 
casos y aproximadamente 80.000 muertes al año. 
-En Inglaterra, más de 100.000 casos de infección relacionada con la atención 
sanitaria provocan cada año más de 5.000 muertes directamente relacionadas con 
la infección. 
 
-En México, se calcula que 450.000 casos de infección relacionada con la 
atención sanitaria. Causando 32 muertes por cada 100.000 habitantes por año. 
 
Se calcula que las infecciones relacionadas con la atención sanitaria en Inglaterra 
generan un costo de 1.000 millones de libras por año. En los Estados Unidos, la 
cifra es de entre 4.500 millones y 5.700 millones de US$. En México, el costo anual 
se aproxima a los 1.500 millones 
Para abordar este reto en todo el mundo, la Alianza Mundial por la Seguridad del 
Paciente y los expertos asociados han formulado estrategias de bajo costo que 
ayudan a disminuir las infecciones relacionadas con la atención sanitaria 7. 
La distribución actual de las infecciones asociadas a cuidados sanitarios es 
representada por Infección respiratoria baja (incluidas las neumonías) 22.5%, 
Infección urinaria 21.4%, Infección de sitio de herida quirúrgica 20.6% y La 
Bacteriemia 15.4%. Las tasas de infección son más elevadas entre los pacientes 
con mayor susceptibilidad a causa de su edad (los muy jóvenes y las personas de 
edad avanzada), y están asociadas a la gravedad de la enfermedad subyacente, el 
11 
 
uso de instrumentos y procedimientos invasivos, o los procedimientos que debilitan 
el sistema inmunitario. 
 
La etiología de las infecciones hospitalarias ha experimentado una constante 
evolución en los últimos 40 años. Aunque los microorganismos gramnegativos, 
como Enterobacterias y Pseudomonas aeruginosa siguen siendo los agentes 
causales más frecuentes, durante las últimas décadas se ha producido un aumento 
considerable de otros patógenos nosocomiales. En los años 80 se asistió al 
resurgimiento de los estafilococos, con la aparición de cepas resistentes a la 
meticilina, y comenzaron a surgir los estafilococos coagulasa negativos 
multirresistentes. Durante la década de 1990 las nuevas pautas de terapia 
antibiótica, que frecuentemente incluyen el uso de varios antimicrobianos, 
favorecieron el incremento de estafilococos coagulasa negativos, hongos 
oportunistas y gérmenes multirresistentes, y la aparición de brotes de infección, 
como los producidos por S. aureus resistentes a la meticilina (SARM), Enterococcus 
spp., con resistencia a la ampicilina, gentamicina y otros aminoglucósidos, 
Acinetobacter baumannii en la UCI o Aspergillus spp. en los quirófanos. 
Últimamente se está asistiendo al incremento de las infecciones producidas por 
bacilos gramnegativos productores de beta-lactamasas de espectro extendido 
(BLEE) (especialmente E. coli y K. pneumoniae) y Ps. aeruginosa multirrresistente 
9. 
 
La probabilidad de que un paciente se infecte depende de tres componentes 
fundamentales: el riesgo endógeno del enfermo, la modificación del riesgo 
endógeno por los tratamientos y otros procedimientos derivados de la 
hospitalización y la mayor o menor exposición a microorganismos potencialmente 
patógenos. 
Debe resaltarse la importancia que tieneel contagio a través de las manos del 
personal sanitario, que sigue siendo el principal mecanismo de transmisión 10. 
Los factores de riesgo intrínseco o dependientes del paciente no sólo reducen la 
resistencia a la infección, sino que también condicionan el tipo de infección, 
12 
 
fundamentalmente en cuanto a su localización y etiología. Entre ellos, los principales 
descritos son la edad, la enfermedad de base del paciente, determinadas 
enfermedades crónicas y, en general, todo aquello que conlleve un deterioro del 
sistema inmunitario. Estos factores no son modificables, aunque su conocimiento 
permite la actuación de forma preventiva sobre dichos pacientes. 
Existen distintas clasificaciones que resumen el riesgo de base global que presenta 
un paciente, las más utilizadas son el índice de riesgo anestésico ASA y los índices 
SENIC y NNISS en pacientes quirúrgicos. Estos últimos han mostrado ser válidos 
como predictores de riesgo de infección quirúrgica, neumonía hospitalaria, 
bacteriemia y sepsis y de mortalidad atribuible. 
Los factores de riesgo extrínseco son aquellos derivados de la hospitalización e 
incluyen tanto las maniobras diagnóstico-terapéuticas a las que se somete a los 
pacientes como el medio ambiente que lo rodea. De hecho, las infecciones más 
frecuentes son aquellas relacionadas con dispositivos médicos, como la ventilación 
mecánica, los catéteres vasculares o las sondas urinarias y/o con los 
procedimientos quirúrgicos. Los profesionales sanitarios también son un agente 
epidemiológico muy importante en la cadena de transmisión de la infección 
nosocomial, pudiendo ser el reservorio y/o fuente de infección 9. Además tienen un 
papel primordial en la prevención y el control de la misma, ya que sobre ellos pesa 
la responsabilidad de garantizar una adecuada higiene hospitalaria y el 
cumplimiento de las medidas de prevención. 
Las infecciones asociadas a cuidados sanitarios (Nosocomiales) agravan la 
discapacidad funcional y la tensión emocional del paciente y, en algunos casos, 
pueden ocasionar trastornos incapacitantes que reducen la calidad de la vida. Son 
una de las principales causas de defunción prevenible. 
Una estadía intrahospitalaria prolongada aumenta no solo los costos directos para 
los pacientes o los pagadores, sino también los indirectos por causa del trabajo 
perdido. 
El mayor uso de medicamentos, la necesidad de aislamiento, el uso de más estudios 
de laboratorio y otros con fines de diagnóstico también elevan los costos. 
13 
 
Estas infecciones agravan el desequilibrio existente entre la asignación de recursos 
para atención primaria y secundaria al desviar los escasos fondos hacia el 
tratamiento de afecciones potencialmente prevenibles con las medidas adecuadas 
11. 
Criterios simplificados para la vigilancia de las infecciones nosocomiales (OMS). 
 
Tipo de infección nosocomial Criterios simplificados 
Infección del sitio de una intervención 
quirúrgica 
Cualquier secreción purulenta, absceso 
o celulitis difusa en el sitio de la 
intervención quirúrgica en el mes 
siguiente a la operación. 
La incidencia varía de 15 a 20.6% 
según el tipo de operación y el estado 
subyacente del paciente. 
Representan un problema grave que 
limita los beneficios potenciales de las 
intervenciones quirúrgicas. Tienen un 
enorme efecto en los costos de 
hospitalización y en la duración de la 
estadía postoperatoria (entre 3 y 20 
días más) 
Infección urinaria Esta es la infección asociada a cuidado 
sanitario más común; 80% de las 
infecciones son ocasionadas por el uso 
de una sonda vesical permanente. En el 
ámbito peri operatorio representa 
únicamente el 21.4%. Cultivo de orina 
con resultados positivos (1 o 2 
especies) al menos con 100,000 
bacterias/ml con síntomas clínicos o sin 
ellos. 
14 
 
Infección respiratoria La neumonía asociada a la ventilación 
mecánica ocurre en diferentes grupos 
de pacientes. Los más importantes son 
los pacientes conectados a 
respiradores en unidades de cuidados 
intensivos, donde la tasa de incidencia 
de neumonía es de 27%. Mientras que 
se presenta en el 22.5 a 28% de los 
pacientes sometidos a Intubación oro 
traqueal. 
Síntomas respiratorios con 
manifestación de por lo menos dos de 
los siguientes signos durante 
la hospitalización: 
— tos, 
— esputo purulento, 
— nuevo infiltrado en la radiografía de 
tórax, compatible con infección. 
Infección del sitio de inserción de un 
catéter vascular 
Inflamación, linfangitis o secreción 
purulenta en el sitio de inserción del 
catéter. 
Estas infecciones representan una 
mediana proporción de las infecciones 
nosocomiales (aproximadamente 
15.4%), pero la tasa de letalidad es alta 
y asciende a más de 50% en el caso de 
algunos microorganismos. 
La infección puede ocurrir en el sitio de 
entrada a la piel del dispositivo 
intravascular o en la vía subcutánea del 
catéter. Los microorganismos 
15 
 
colonizadores del catéter dentro del 
vaso pueden producir bacteriemia sin 
infección externa visible. La flora 
cutánea permanente o transitoria es el 
foco de infección. 
Los principales factores de riesgo son la 
duración de la cateterización, el grado 
de asepsia en el momento de la 
inserción y el cuidado continuo del 
catéter. 
12 
 
 
 
 
 
Es conveniente realizar una evaluación del riesgo para clasificar a los pacientes y 
planear intervenciones de control de las infecciones. 
 
Riesgo de infección Tipo de pacientes Tipo de procedimiento 
1 Mínimo Sin inmunodeficiencia; sin 
enfermedad subyacente 
grave 
No invasivo 
Sin exposición a humores 
biológicos* 
2 Medio Pacientes infectados o con 
algunos factores de riesgo 
(edad, enfermedades 
coexistentes) 
 
Exposición a humores 
biológicos o 
Procedimiento no quirúrgico 
invasivo (por ejemplo, 
cateterización venosa 
periférica, introducción de una 
sonda urinaria) 
16 
 
3 Alto Con inmunodeficiencia 
grave (<500 leucocitos/ml); 
traumatismo múltiple, 
quemaduras graves, 
trasplante de órganos 
 
Intervención quirúrgica o 
Procedimientos invasivos de 
alto riesgo (por ejemplo, 
cateterización venosa central, 
intubación endotraqueal) 
* Los humores biológicos comprenden sangre, orina, heces, líquido cefalorraquídeo 
y otros líquidos de las cavidades corporales. 
 
 
NEUMONÍA ASOCIADA A LA VENTILACIÓN MECÁNICA 
Es la complicación infecciosa más frecuente en pacientes admitidos a la UCI, 
afectando al 27% de los pacientes en estado crítico. Representa el 60% de las 
muertes por infección asociada a cuidado sanitario; el 23 a 28% de pacientes 
sometidos a intubación oro traqueal podrán desarrollar NAVM. 
 
Los pacientes con asistencia mecánica a la ventilación por más de 48 hrs tienen 
una letalidad de 20 a 25%, con 1% adicional por cada día de ventilación mecánica. 
Se estima que el riesgo de desarrollar neumonía es 21% mayor en pacientes que 
son sometidos a intubación oro traqueal que aquellos que no lo son. 
La letalidad puede aumentar hasta 76% por microorganismos multirresistentes. El 
deterioro de los mecanismos de defensa del paciente y la colonización por 
microorganismos patógenos de la oro faringe predisponen al desarrollo de 
neumonía de un paciente enfermo. Los microorganismos llegan al epitelio de vías 
respiratorias bajas, se adhieren a la mucosa y causan infección, a través de los 
siguientes mecanismos: 
1. Aspiración de secreciones colonizadas procedentes de la oro faringe, o 
mediante el reflujo del contenido del estómago. 
2. Extensión de un foco infeccioso por contigüidad 
3. Acarreo por vía hematógena de microorganismos desde otro sitio hacia el 
pulmón 
4. A través de la inhalación de aire contaminado o aerosoles médicos. 
 
17 
 
La intubación oro traqueal rompe el aislamiento de la vía aérea inferior lo que 
favorece esta colonización. Los dispositivos para neumo-taponamiento del tubo 
endotraquealson sistemas diseñados para aislar la vía aérea, evitando pérdidas de 
aire y la entrada de material a los pulmones, pero no son 100% seguros. Siendo 
además reservorio de microorganismos que se adhieren a la superficie del cuerpo 
extraño produciendo un biofilm, lo que lo hace resistente a antimicrobianos. 
Pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos complejos que requieren de 
apoyo en el postoperatorio en una UCI, que necesitan ventilación mecánica en las 
primeras 24 a 48 hrs (promedio 8 hrs), pudiendo además desarrollar complicaciones 
postoperatorias, lo que prolongaría aún más la ventilación mecánica, con un elevado 
riesgo de desarrollar neumonía asociada a la ventilación mecánica. 
Incrementando con ello los días de estancia intrahospitalaria y el riesgo inminente 
de muerte. 
FACTORES DE RIESGO 
 IMC mayor a 27.0 o menor a 18.0 
 Edad avanzada 
 Tabaquismo crónico (se recomienda suspender el uso de tabaco por lo 
menos 8 semanas previo a cirugía programada para disminuir el riesgo de 
complicaciones pulmonares) 
 Cirugía de abdomen superior o tórax (por compromiso de músculos 
ventilatorios). 
 Sepsis, infecciones virales, uso de fármacos o procedimientos invasivos que 
alteren los mecanismos de defensa del paciente. 
 Colonización de la oro faringe por patógenos: posición supina, lesiones 
extensas, trauma craneoencefálico, ventilación mecánica, uso de sonda 
nasogástrica, cúmulo de líquido de condensación en circuito ventilatorio. 
 Uso de antiácidos y bloqueadores H2 en pacientes con ventilación mecánica. 
 
ETIOLOGIA 
Depende del momento en que se desarrolla. Posterior a la ventilación mecánica. 
TEMPRANA (≤5 días): Staphylococcus aureus meticilino sensible, Streptococcus 
pneumonie, y Haemophilus influenzae. 
TARDIA (≥ 5 días): Staphylococcus aureus meticilino resistente, Pseudomonas 
aureginosa y enterobacterias. 
 
 
18 
 
 
DIAGNOSTICO 
 
Aquellos pacientes con Intubación oro traqueal, o recientemente extubados que 
presenten los siguientes datos clínicos: 
 Fiebre y leucocitosis 
 Secreción traqueo bronquial purulenta 
 Disminución de la oxigenación o incremento de las necesidades de oxígeno 
suplementario 
 Incremento de las necesidades de ventilación 
 Radiografía con nuevo infiltrado pulmonar o progresión del infiltrado. 
 
 
INFECCIONES URINARIAS 
Las infecciones urinarias son las infecciones asociadas a cuidado sanitario más 
frecuentes; 80% son causadas por una sonda uretral permanente. Entre las 
intervenciones eficaces para prevenir una infección urinaria nosocomial cabe citar 
las siguientes: 
• Evitar la cateterización uretral, a menos que haya una indicación apremiante. 
• Limitar la duración del drenaje, si la cateterización es necesaria. 
• Mantener una práctica aséptica apropiada durante la introducción de una sonda 
urinaria y otros procedimientos urológicos invasivos. 
• Proceder al lavado higiénico de las manos o friccionarlas antes y después de la 
inserción de la sonda o de la manipulación de la bolsa de drenaje 
• Usar guantes estériles para la inserción. 
• Limpiar la región perineal con una solución antiséptica antes de la inserción. 
• Realizar una inserción uretral sin traumatismo, empleando un lubricante apropiado. 
• Mantener un sistema de drenaje cerrado. 
 
INFECCIONES DE HERIDAS QUIRÚRGICAS (infecciones del sitio de una 
intervención quirúrgica). 
 
19 
 
Los factores que influyen en la frecuencia de infección de una herida quirúrgica 
comprenden los siguientes: 
• La técnica quirúrgica. 
• El grado de contaminación endógena de la herida durante la intervención (por 
ejemplo, limpia, limpia-contaminada). 
• La duración de la operación. 
• El estado subyacente del paciente. 
• El ambiente del quirófano. 
• Los microorganismos transmitidos por el equipo del quirófano. 
 
Un programa sistemático de prevención de las infecciones de heridas quirúrgicas 
incluye la práctica de la técnica quirúrgica óptima, un medio limpio en el quirófano 
con entrada restricta del personal, ropa apropiada, equipo estéril, preparación 
adecuada del paciente antes de la operación, uso apropiado de profilaxis 
preoperatoria con antimicrobianos y un programa de vigilancia de heridas 
quirúrgicas. (10) 
 
Todas las personas que entren al quirófano deben llevar ropa quirúrgica, cuyo uso 
se limita únicamente a la zona quirúrgica del establecimiento. El diseño y la 
composición de la ropa quirúrgica deben reducir al mínimo la dispersión de bacterias 
al medio ambiente. 
Toda la cabeza y el vello facial, incluso las patillas, y el cuello deben estar cubiertos. 
Todo el personal que entre al quirófano debe quitarse las joyas; no se debe llevar 
esmalte de uñas ni uñas artificiales. 
Cualquier persona que entre al quirófano debe tener completamente cubiertas la 
boca y la nariz con una mascarilla quirúrgica. 
Todas las personas que participen directamente en la operación o en 
procedimientos invasivos deben usar batas quirúrgicas estériles. 
 Actividad en el quirófano 
• Es necesario reducir al mínimo el número de personas que entran al quirófano 
durante la operación. 
20 
 
• Se debe evitar el movimiento o la conversación innecesarios. 
 
INFECCIONES CAUSADAS POR CATÉTERES INTRAVASCULARES 
 
Pueden ocurrir infecciones locales (sitio de salida, túnel) y sistémicas. Las 
principales prácticas que deben seguirse con todos los catéteres vasculares 
comprenden las siguientes: 
• Evitar la cateterización, a menos que haya una indicación médica. 
• Mantener un alto nivel de asepsia para la inserción y el cuidado del catéter. 
• Limitar al mínimo posible el período de uso de catéteres. 
• Preparar los líquidos en forma aséptica e inmediatamente antes del uso. 
• Capacitar al personal en la inserción y el cuidado del catéter. 
 
Catéteres vasculares periféricos 
• Antes del cuidado de todos los catéteres, es preciso lavarse siempre las manos 
en forma higiénica o desinfectárselas por fricción. 
Se debe lavar y desinfectar la piel en el sitio de inserción con una solución 
antiséptica. 
• Es preciso usar mascarilla, gorro, guantes estériles. 
 
 
ZONAS DE RIESGO DE INFECCIÓN INTRAHOSPITALARIA 
Conviene estratificar las zonas de atención de pacientes según el riesgo de contraer 
infecciones que presenta esa población. 
 
Se pueden considerar cuatro grados de riesgo: 
 
A – Zonas de poco riesgo: por ejemplo, secciones administrativas. 
B – Zonas de riesgo moderado: por ejemplo, unidades regulares de atención de 
pacientes. 
21 
 
C – Zonas de alto riesgo: por ejemplo, unidades de aislamiento y de cuidados 
intensivos. 
D – Zonas de muy alto riesgo: por ejemplo el QUIRÓFANO, toco cirugía. 
 
A pesar del gran avance en la cirugía contemporánea las Infecciones adquiridas en 
los hospitales continúan representando un grave problema de seguridad para 
millones de enfermos en todo el mundo. Estas infecciones son un problema 
creciente como consecuencia de diferentes factores: enfermos con padecimientos 
quirúrgicos más complejos y comorbilidades más graves que los vuelven más 
susceptibles a la infección; tecnología cada vez más sofisticada e invasiva que 
mejoran el pronóstico de los pacientes pero al mismo tiempo incrementan el riesgo 
de infección relacionada con el proceso diagnóstico y/o terapéutico y, aún en países 
del primer mundo, alto índice de ocupación hospitalaria, carencia de recursos 
adecuados tan elementales como agua potable y jabón, instrumental, material de 
curación, equipo de esterilización, personal de salud sensibilizado y capacitado 
para la prevención de este tipo de infecciones, factores todos que se deben de 
atender y resolver. 
 
El problema es tan grave en todo el mundo que la Organización Mundial de la Salud 
eligió a las infecciones intrahospitalarias como tema de trabajo bianual (2005-2006 
) en el programa “ Global Patient Safety Challenge ” ( Reto Global para la Seguridaddel Paciente ) con el lema “ Clean Care is Safer Care”, “ Atención Médica limpia es 
Atención Segura”. En el nuevo programa de la OMS “Save Surgery, Safe Lives¨ la 
prevención de infecciones de herida quirúrgica es un tema prioritario 7. 
 
En México, en el año 2005 se realizaron casi 4 millones de intervenciones 
quirúrgicas; si consideramos una tasa probable del 10%, podemos considerar que 
cerca de 400 000 pacientes sufrieron de una infección relacionada al proceso de su 
tratamiento quirúrgico. 
 
Las infecciones relacionadas a la atención médico-quirúrgica: 
22 
 
 Duplican la estancia hospitalaria 
 Incrementan 60% el riesgo de ingresar a la unidad de terapia intensiva 
 Aumentan 6 veces la posibilidad de reingreso hospitalario 
 Incrementan 2.2 veces el riesgo de morir 
 
En EUA el costo anual estimado de estas infecciones es de 4 500 millones de 
dólares y podría, por su mortalidad atribuible ser la 10ª causa de muerte. En 
México, de acuerdo a Ponce de León y col. podría ser la 5ª causa. 
La infección intrahospitalaria puede, en el paciente pos operado, estar limitada a 
infección del sitio quirúrgico, diseminarse y provocar infección sistémica o bien el 
enfermo puede desarrollar otro tipo de infecciones como la neumonía nosocomial 
(asociada a ventilador, por aspiración, dolor postoperatorio) bacteriemia primaria y/o 
secundaria, o infección de vías urinarias entre otras, que incrementan significativa 
e independientemente el riesgo de mortalidad. En algunos casos los resultados de 
esa infección anulan los beneficios de la cirugía realizada encontrándose el paciente 
en peores condiciones que antes del procedimiento quirúrgico. En México, de 
acuerdo a la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (RHOVE) del Sector 
Salud, la frecuencia de infecciones de sitio quirúrgico oscila entre 9 al 60 %, 
mientras que la frecuencia de eventos adversos no infecciosos en estudios de 
investigación epidemiológica del IMSS, es al menos el doble al de otras 
publicaciones internacionales 11. 
Las complicaciones postoperatorias afectan gravemente al paciente no solo en el 
período postoperatorio inmediato sino en su calidad y esperanza de vida, ya que 
reduce un 60 % (independientemente del riesgo preoperatorio) la sobrevida del 
paciente a largo plazo. Se calcula que entre el 30-50% de esas complicaciones se 
pueden prevenir, con adecuadas técnicas de prevención del personal implicado en 
el evento quirúrgico. 
 
Ahora bien, aunque es escasa la bibliografía, se han publicado en años recientes 
varios artículos, los cuales han puesto de relieve la preocupación existente sobre la 
transmisión de infecciones a través de los equipos de anestesia, concentrándose 
23 
 
en su mayoría en determinados aspectos de la misma, como puede ser la 
transmisión de infecciones por vía parenteral o a través de la vía aérea. 
Por lo tanto se ha dado bastante promoción a la Política de Control de Infección 
Institucional relacionada con el trabajo global del Anestesiólogo; algunas 
Sociedades de Anestesia incluyen normativas de actuación sobre la limpieza, 
descontaminación, desinfección y esterilización del material y equipos anestésicos. 
De la misma manera, los médicos anestesiólogos al encontrarse en el área de Muy 
alto riesgo de una unidad hospitalaria (Quirófano) son susceptibles a la exposición 
a sangre o sustancias corporales provenientes de un paciente enfermo, además de 
instrumentos punzocortantes, debido a que dentro de la labor de los mismos se 
encuentran los procedimientos invasivos día con día. 
 
A fin de garantizar que la práctica de la anestesia sea lo más seguro posible para 
los pacientes, anestesiólogos y otros trabajadores de la salud es imprescindible que 
los riesgos de infección para todas las partes se reduzcan al mínimo. 
Es imposible emitir directrices que garanticen que la infección no se transmita a 
través de los aparatos de anestesia. A continuación verán las pautas basadas en la 
comprensión actual de los riesgos de transmisión de esta índole. En determinadas 
situaciones clínicas puede haber una necesidad de adoptar prácticas más estrictas. 
Estas directrices deben ser considerados con los documentos que sobre este tema 
han expedido los organismos e instituciones con autoridad en este tema. 
DEFINICIONES 
Descontaminación: La eliminación de los microorganismos y la materia no 
deseada de los materiales contaminados o los tejidos vivos. 
Desinfección: La inactivación de los microorganismos excepto esporas usando ya 
sea medios térmicos o químicos. 
Esterilización: destrucción completa de todos los microorganismos, incluyendo 
esporas. 
Asepsia: La prevención de la contaminación microbiana de los tejidos vivos o 
materiales estériles. Para la desinfección o esterilización se produzcan debe haber 
habido previamente una descontaminación completa 17. 
24 
 
 
MEDIDAS DE PREVENCIÓN RECOMENDADAS 
Lavado de manos 
El anestesiólogo debe asegurarse de que una buena higiene de manos sea una 
parte indispensable de su cultura clínica. La transmisión por las manos es el 
principal factor contribuyente a las infecciones asociadas al cuidado sanitario. Una 
descontaminación efectiva de las manos inmediatamente antes de cada contacto 
directo con el paciente se traducirá en una reducción significativa de transmisión de 
potenciales patógenos y, por tanto, de la infección asociada al cuidado sanitario. 
Las manos se deben lavar con agua y jabón al inicio de cada jornada y cuando estén 
visiblemente sucias o contaminadas, así como antes de realizar cualquier 
procedimiento invasivo y expuesta de tocar sangre o secreciones, excreciones y 
líquidos contaminados, tanto si se han utilizado guantes como si no. Puede ser 
necesario lavarse las manos entre tareas y procedimientos en el mismo paciente 
para prevenir contaminación cruzada de diferentes lugares del cuerpo. 
Cuando no estén sucias, el Hands Hygiene Liaison Group propone también frotar 
las manos con un agente antimicrobiano entre pacientes o actividades, ya que es 
igual de efectivo y más rápido. Es importante asegurarse que se frota toda la mano 
y los dedos (especialmente las puntas de los dedos). 
 
 
Guantes 
Ofrecen protección sobre la inoculación de virus de transmisión sanguínea, pero su 
uso inapropiado puede diseminar infecciones entre pacientes. Se deben utilizar 
guantes estériles para los procedimientos invasivos y para contacto con zonas 
estériles. Los guantes no estériles se deben utilizar para el contacto con piel, 
membranas mucosas, piel no intacta y todas las actividades que conlleven riesgo 
de exposición a sangre, así como fluidos corporales, secreciones o excretas. 
Los guantes deben ser de un solo uso. Se han de poner inmediatamente antes del 
contacto con el paciente, y deben ser retirados tan pronto como se complete la 
actividad y antes del contacto con objetos. Se deben cambiar entre pacientes y entre 
25 
 
diferentes procedimientos en el mismo paciente. Se tienen que lavar o 
descontaminar las manos después de retirarse los guantes. 
 
Mascarillas 
Se ha cuestionado el empleo de mascarilla facial para disminuir la incidencia de 
infección de la herida. Sin embargo se deben emplear mascarillas con protección 
facial cuando hay riesgo de salpicaduras sobre la cara y ojos de sangre, fluidos 
corporales, secreciones y excretas. También se deben utilizar mascarillas durante 
la realización de procedimientos estériles. Además, cuando están bien ajustadas, 
aportan protección al profesional contra la inhalación de gotitas infecciosas de 
pacientes con infecciones respiratorias. 
 
Gorros de quirófano 
Existe poca evidencia acerca de la efectividad de esta práctica excepto para el 
personal lavado cercano al campo quirúrgico. Aun así se deben usar gorros en los 
quirófanos con flujo laminar durante las intervenciones de implantes de prótesis, y 
se recomiendasu uso de manera generalizada. 
 
Batas de quirófano 
Se deben usar batas repelentes de líquido cuando existe el riesgo de salpicaduras 
de sangre, fluidos corporales, secreciones o excretas. Las batas estériles se 
emplearán en los procedimientos invasivos. Hay poca evidencia que demuestre que 
llevar el atuendo quirúrgico fuera del quirófano y volver al mismo sin cambiarse 
aumente las tasas de infección de herida quirúrgica. 
 
Calzado y calzas de quirófano 
Se debe usar un calzado especial en la zona quirúrgica, y se debe limpiar si se 
contamina y después de cada uso. Las calzas de plástico pueden aumentar la 
contaminación bacteriana de los suelos, y además se pueden contaminar las manos 
al ponerlas o quitarlas, por lo que su uso no se recomienda. 
 
26 
 
Movimiento en la zona quirúrgica 
Para reducir la contaminación ambiental se debe minimizar el tráfico dentro y fuera 
del quirófano. Las puertas deben mantenerse cerradas para asegurar la eficacia del 
sistema ventilatorio. Introducir a los pacientes en sus camas dentro del quirófano 
puede aumentar el contaje bacteriano en los suelos, pero parece tener escasa 
significación si se han cambiado las sábanas antes del traslado. 
 
Orden de los pacientes 
La cirugía sucia debe identificarse y notificarse al personal de quirófano con 
antelación. Se deben programar los últimos del parte para minimizar los riesgos. 
 
PREVENCIÓN DE INFECCIÓN ASOCIADA A CUIDADO SANITARIO EN 
PACIENTES 
 
Desinfección de equipos. La exposición a materias potencialmente infecciosas del 
equipo de anestesia es posible durante la utilización cotidiana. Puede contaminarse 
a través del contacto directo con la piel del paciente, mucosas, secreciones o 
sangre. El interior del circuito respiratorio puede contaminarse con el contacto de 
las secreciones respiratorias. 
La contaminación puede también ocurrir por el contacto con el TS, salpicaduras 
desde el campo quirúrgico, uso inadecuado del equipamiento, o fallos en el sistema 
y técnicas del control de infección. Aunque la transmisión de infección a través del 
material de anestesia es rara, si no se siguen los procedimientos adecuados, es 
posible que los materiales de anestesia contaminados transmitan la infección a los 
pacientes. Ya que es imposible saber qué material ha sido contaminado, todos los 
materiales utilizados deberían ser considerados contaminados, y tomar las 
precauciones adecuadas en su manipulación para el control de la infección. 
 
Material que requiere esterilización. El material que vaya a estar en contacto con 
cualquier parte del cuerpo normalmente estéril, deberá estar estéril en el momento 
de su utilización, debiendo emplearse técnicas asépticas para mantenerla. Dicho 
27 
 
equipo incluye jeringas, catéteres vasculares y de bloqueos regionales, sistemas de 
perfusión, conexiones, jeringas y catéteres urinarios. 
El material reutilizable debe limpiarse profundamente y someterse a un proceso de 
esterilización antes de reutilizarse. 
Se comprobará la esterilidad en el momento de la utilización del equipo. En caso de 
duda sobre la esterilidad de un artículo, este no debe utilizarse. 
 
Material que requiere alto grado de desinfección. El material que vaya a entrar en 
contacto con mucosas, pero que 
Habitualmente no penetra superficies corporales, deberá estar libre de 
contaminación, pero no necesariamente estéril. 
Este material incluye palas de laringoscopio 20, dispositivos de vía aérea orales y 
nasales, mascarillas faciales, circuitos de respirador y conexiones, bolsas de 
reanimación auto inflables, estetoscopios esofágicos, y sondas de temperatura 
esófago/faringo/rectales. 
 
Las condensaciones que se acumulan en el circuito respiratorio deben evacuarse 
periódicamente. 
Los tubos endotraqueales y endobronquiales deben mantenerse libres de 
contaminación hasta el momento de su uso, así como los lubricantes, fiadores y 
catéteres de aspiración. 
Los materiales reutilizables deben enjuagarse para eliminar la sangre y secreciones 
tan pronto como sea posible después de su utilización. Además deben 
descontaminarse con una profunda limpieza seguida de un proceso de esterilización 
o de desinfección de alto nivel. 
No es necesaria ni razonablemente viable la esterilización/desinfección rutinaria de 
los componentes internos del respirador (salidas de aire, válvulas, reguladores de 
presión, flujómetros y vaporizadores). Las válvulas unidireccionales y las cámaras 
del absorbedor de CO2 deben limpiarse y desinfectarse periódicamente. Se deben 
seguir las recomendaciones del fabricante referentes a la desinfección y limpieza 
28 
 
de la máquina de anestesia. No está indicado el cultivo rutinario de los componentes 
internos de la máquina. 
Hasta el momento, no hay evidencias que apoyen el empleo rutinario de filtros 
bacterianos para los circuitos respiratorios. Se debe utilizar un filtro entre la vía 
aérea del paciente y la conexión en Y del circuito respiratorio antes de conectar a 
un paciente con alto riesgo de tuberculosis (TBC) pulmonar. 
Las tubuladoras de la máquina de anestesia y la concertina deben limpiarse y 
desinfectarse periódicamente. En contraste con el equipo de terapia respiratoria, los 
equipos anestésicos representan un bajo riesgo de transmisión infecciosa, no 
necesitando limpieza y desinfección tras cada uso. 
Los equipos ópticos, incluyendo fibroscopios flexibles requieren un proceso especial 
para evitar dañar el instrumento durante la limpieza y desinfección/esterilización. Se 
deben seguir las instrucciones del fabricante para su limpieza y 
desinfección/esterilización, ya que los canales de succión y los de trabajo de 
endoscopios flexibles pueden llegar a contaminarse con materiales orgánicos 
durante su uso. 
 
Material que requiere limpieza. El equipo que no contacta habitualmente con el 
paciente o que lo hace solamente con piel intacta se deberá limpiar con un 
desinfectante al final de la jornada y siempre que este visiblemente contaminado. 
Las superficies horizontales (máquinas de anestesia y carros) son más proclives a 
la contaminación y deben limpiarse después de cada paciente. También deben 
limpiarse los botones de uso frecuente (p. ej., válvulas de seguridad, flujómetros y 
vaporizadores). 
 
Material de un solo uso. No es recomendable la reutilización de materiales de un 
solo uso. No hay evidencia suficiente sobre la seguridad de esta práctica para los 
equipos de anestesia. La reutilización de los dispositivos de un solo uso desplaza 
toda la responsabilidad desde el fabricante al usuario. 
 
Prevención de contaminación de medicaciones 
29 
 
Se requiere una manipulación segura de la medicación parenteral para prevenir 
infecciones nosocomiales en pacientes que se someten a anestesia o sedación. 
Aunque la contaminación de medicaciones o fluidos puede ocurrir por vías 
extrínsecas o intrínsecas, algunas preparaciones son más proclives al crecimiento 
de microorganismos. 
 
Medicaciones sin conservantes. Las ampollas, viales y jeringas precargadas libres 
de conservantes son productos de un solo uso por paciente. 
Las ampollas, viales y jeringas precargadas deben abrirse en el momento de su 
utilización. El CDC recomienda que se carguen las medicaciones lo más próximo 
posible al momento de su administración. 
Se debe emplear una técnica aséptica, incluido el uso de alcohol o un desinfectante 
apropiado, para limpiar el tapón de goma del vial antes de puncionarlo con la aguja. 
Siempre se utilizarán agujas y jeringas estériles para aspirar el contenido de 
ampollas y viales. 
Los fármacos en ampollas abiertas parcialmente utilizadas pueden contaminarse 
con bacterias u otros microorganismos, por los fragmentos de cristal no estériles, 
por contaminantes suspendidos en el aire o por fracaso de la técnica aséptica. 
Cualquier fallo en el diafragma de goma de los viales puede facilitar el desarrollode 
contaminación. 
Estas recomendaciones son aplicables en general. No obstante, los 
microorganismos proliferan más rápidamente en algunas soluciones y 
medicaciones. Se ha reportado fiebre posquirúrgica, infección, sepsis y otros 
procesos con riesgo vital, e incluso muertes, tras contaminación de propofol. 
 
Uso de jeringas. Las agujas y jeringas son dispositivos estériles y desechables y de 
uso en un único paciente. Se recomienda no administrar medicación con la misma 
jeringa a múltiples pacientes, aunque se cambie la aguja. Al retirar la aguja de la 
jeringa se crea un efecto sifón que aspira el contenido de la aguja al interior de la 
jeringa. Una aguja que contenga virus o bacterias contaminará la jeringa aunque la 
aguja sea lavada antes de retirarla de la jeringa. Después de su uso, o al final del 
30 
 
acto anestésico en un paciente, todas las jeringas y agujas deben desecharse 
inmediatamente en un contenedor apropiado. 
 
Algunos profesionales eligen mezclar más de una medicación en la misma jeringa 
para su administración simultánea. 
El procedimiento debe realizarse de una manera aséptica y las soluciones deben 
ser compatibles. Aunque esta práctica puede ser aceptable en determinadas 
situaciones, las maniobras adicionales del proceso pueden aumentar la posibilidad 
de contaminación. 
 
Caducidad de los medicamentos. Los fármacos se deben extraer lo más próximo 
posible al momento de su utilización. Los extraídos a una jeringa deberán ser 
desechados en 24 horas cuando no sean necesarios (lo que suceda primero), salvo 
otras especificaciones del fabricante o de la farmacia hospitalaria. Una excepción 
es el caso de las medicaciones formuladas como emulsiones lipídicas (como 
propofol), de las que cualquier resto no utilizado en una jeringa, reservorio o vía de 
administración debe desecharse al final del procedimiento o 6 h después de abrir la 
ampolla, vial o jeringa precargada, lo que ocurra antes. El sistema intravenoso (i. v) 
debe purgarse cada 6 hrs o al finalizar el acto anestésico, para eliminar cualquier 
resto. Las jeringas cargadas con propofol deben marcarse con la fecha y hora en la 
que se ha abierto la ampolla, vial o jeringa precargada. 
Cuando se administra propofol directamente del vial para sedaciones en unidades 
de cuidados intensivos, los sistemas de perfusión y cualquier resto deben 
desecharse en las primeras 12 h tras la apertura del vial. 
El propofol deberá prepararse para utilizarse en un solo paciente. 
 
Uso de viales multidosis. Si se utiliza una rigurosa técnica aséptica, el vial multidosis 
no contaminado se podrá utilizar hasta la fecha de caducidad marcada por el 
fabricante. 
Pero si se sospecha o es visible la contaminación o si la esterilidad es cuestionable, 
el vial se desechará cada vez que un vial multidosis es puncionado, se debe emplear 
31 
 
técnica aséptica, incluyendo la limpieza del diafragma con alcohol y utilizando una 
aguja estéril y jeringa. 
El riesgo de infección nosocomial causada por contaminación extrínseca de los 
viales multidosis es pequeño, estimado en 0,5 por 1.000 viales. 
Se recomienda marcar el vial con la fecha de apertura y de caducidad. Si los viales 
previamente utilizados se van a guardar durante un período prolongado, es una 
buena práctica gastar antes los viales más antiguos. En áreas clínicas, como el 
quirófano o el departamento de urgencias, donde el cuidado del enfermo crítico hace 
más probable que se rompan las normas de asepsia, algunos datos e instituciones 
recomiendan la utilización de viales mono dosis o desechar los viales multidosis tras 
su uso en un único paciente. 
 
Uso de perfusiones. Todas las perfusiones y equipos de perfusión (líneas y 
conexiones) son para uso de un solo paciente. 
Se incluyen los transductores de presión desechables y otros dispositivos que 
entran en contacto con el sistema vascular u otros fluidos corporales estériles. Se 
utilizará técnica aséptica cuando se prepare la infusión i. v y el equipo de 
administración, y se deberán minimizar los pinchazos del sistema o sus roturas. Las 
llaves, puertos de inyección y otros accesos a fluidos estériles deben mantenerse 
con técnica estéril. Las llaves se mantendrán libres de sangre y cubiertas con un 
tapón estéril o una jeringa cuando no estén en uso. Los puertos de inyección i.v. Se 
deberán limpiar con el desinfectante adecuado previamente al procedimiento. 
 
Fármacos no inyectables. Los fármacos no inyectables, como los ungüentos tópicos 
y aerosoles, que son empaquetados en contenedores multidosis, deberán ser 
administrados de tal manera que se evite la contaminación cruzada. Cualquier 
fármaco no inyectable se desechará si la contaminación es visible o se sospecha 
que se haya producido. 
 
Prevención de la infección durante la inserción y mantenimiento de catéteres 
venosos centrales 
32 
 
El uso de catéteres venosos centrales (CVC) se puede complicar por una variedad 
de causas infecciosas locales y sistémicas incluyendo tromboflebitis séptica, 
endocarditis bacteriemias y diseminación de gérmenes. Las infecciones 
relacionadas con catéteres se asocian con incremento de la morbilidad y mortalidad, 
prolongación de la hospitalización, e incremento del gasto sanitario. Las siguientes 
recomendaciones para reducir las infecciones relacionadas con catéteres están 
basadas en las guías publicadas por los CDC. 
 
Lavado de manos. Antes y después de palpar, insertar, reemplazar o curar cualquier 
dispositivo i.v. Es el pilar de la prevención de las infecciones relacionadas con el 
catéter. Está bien documentado el fallo en la realización de una correcta técnica de 
lavado de manos por personal hospitalario, habiéndose vinculado numerosas 
epidemias de bacteriemias asociadas a catéteres a transmisión por las manos del 
personal sanitario. 
 
Preparación de la piel. Antes de la inserción del catéter, limpiar el punto de inserción 
en piel con un antiséptico apropiado, como alcohol al 70%, povidona iodada al 10%, 
clorhexidina al 4% o tintura de yodo al 2%. Reduce la incidencia de infecciones 
asociadas a CVC. 
 
Selección del catéter. Utilizar CVC de una sola luz salvo que se necesiten más para 
el manejo del paciente, ya que los catéteres multilumen se asocian con mayor riesgo 
de infección. 
 
Selección del lugar de inserción. Al elegir el lugar de inserción del CVC hay que 
valorar el riesgo beneficio inherente a la cateterización subclavia yugular o femoral 
en el contexto de cada paciente. Los catéteres subclavios tienen un menor riesgo 
de infección que los yugulares o femorales; las complicaciones mecánicas, sin 
embargo, son menores con la inserción en la yugular interna que en la subclavia. 
 
33 
 
Precauciones de barrera durante la inserción del catéter venoso central. Utilizar 
técnicas estériles incluyendo bata y guantes, mascarilla y paños grandes (máximas 
precauciones de barrera) para la inserción de un CVC, incluso cuando se inserte en 
el quirófano. El riesgo de infección de un CVC está más relacionado con la 
protección de barrera empleada durante su inserción que con la esterilidad del 
ambiente. 
Las precauciones de barrera máxima incluyen un paño grande que cubra la cabeza 
y cuerpo del paciente, mejor que un paño fenestrado. 
Las recomendaciones de los CDC se han basado en catéteres mantenidos a largo 
plazo. El riesgo de infección en la colocación de catéteres a corto plazo no ha sido 
evaluado completamente. 
 
Cuidados del punto de inserción. Utilizar un apósito estéril o una cobertura 
transparente en el lugar de punción. Las coberturas transparentes permeables que 
permiten la pérdida de humedad bajo la cura pueden asociarse con cifras menores 
de colonización de la piel y de infección asociada a los catéteres. Se han descrito 
tasas de infección comparables cuando se utilizan apósitos estériles. 
 
Reemplazo del catéter y sistemas de perfusión. Noreemplazar rutinariamente los 
CVC no tunelizados como método para prevenir las infecciones relacionadas con 
catéter. El riesgo diario de infección permanece constante a lo largo del tiempo, y el 
reemplazo rutinario de los CVC no reduce la incidencia de su colonización o las 
infecciones sanguíneas relacionadas con los CVC. 
Los sistemas de infusión i.v. deberán cambiarse cada 72 hr. No hay reducción en la 
incidencia de infección si los equipos de perfusión se cambian más frecuentemente. 
 
Transductores de presión. Utilizar transductores desechables siempre que sea 
posible. La utilización de sistemas de purgado continuo y de transductores 
desechables ha disminuido el riesgo de infección. 
 
Otros procedimientos invasivos 
34 
 
Algunos procedimientos invasivos no requieren la totalidad de las precauciones de 
barrera, aunque sí adecuadas técnicas asépticas. Estas precauciones incluyen 
guantes estériles y paños estériles pequeños, aunque se debe prestar la misma 
atención al lavado de manos y a la preparación de la piel. Estos procedimientos 
incluyen los bloqueos regionales periféricos y la canulación arterial. Los bloqueos 
centrales pueden requerir precauciones de barrera más estrictas, similares a las del 
CVC. 
 
Protección del paciente inmunodeprimido 
Se deben seguir las precauciones estándar. El lavado de manos frecuente y el uso 
de precauciones de barrera, como los guantes y mascarillas, son de particular 
importancia. 
Así como está ampliamente reconocido que el paciente con síndrome de 
inmunodeficiencia adquirida (SIDA), representa un riesgo de infección ocupacional 
para el TS, es igualmente importante reconocer que el TS puede transmitir 
infecciones a los pacientes inmunodeprimidos. La piel de los TS frecuentemente 
está contaminada con organismos potencialmente dañinos si se transmiten a los 
pacientes, por lo que se deben tomar precauciones para evitarlo. 
 
Prevención de la transmisión de tuberculosis 
Durante muchos años, los anestesiólogos y otros TS han estado en riesgo de 
contraer infecciones nosocomiales como la tuberculosis (TBC). El advenimiento de 
técnicas de control de la infección efectivas y el desarrollo de antibióticos para tratar 
Mycobacterium tuberculosis, ha disminuido la TBC en la población general y el 
riesgo de infección nosocomial. Más recientemente, la TBC causada por cepas de 
M. tuberculosis resistente a 2 o más antibióticos es una nueva preocupación y la 
infección nosocomial está bien documentada. 
 
Recomendaciones de los CDC. Instan a las instituciones que tratan pacientes con 
TBC a que sigan controles para prevención temprana, aislamiento y tratamiento de 
los pacientes con TBC pulmonar activa. Se requieren procesos de control para 
35 
 
prevenir la diseminación y reducir la concentración de las partículas infecciosas, 
incluyendo la disponibilidad de habitaciones con aislamiento respiratorio, utilizando 
ventilación, filtros y luz ultravioleta adecuadas. 
 
Cirugía electiva para pacientes con tuberculosis. Debe retrasarse la cirugía electiva 
en un paciente con TBC hasta que no sea infeccioso. El paciente debe intervenirse 
cuando cumpla criterios para terminar con el aislamiento respiratorio. 
Es improbable que el paciente transmita el M. tuberculosis si ha seguido una terapia 
antibiótica efectiva, ha mejorado clínicamente y ha tenido 3 cultivos de esputo 
consecutivos negativos, recogidos en diferentes días. 
 
Cirugía en pacientes con tuberculosis. Cuando se deban realizar intervenciones 
quirúrgicas en pacientes con TBC pulmonar activa o con sospecha de tenerla, las 
puertas del quirófano deberán permanecer cerradas, y el tránsito de personas 
dentro y fuera del quirófano minimizarse. Se ha de intentar realizar el procedimiento 
en un momento en el que no estén presentes en la zona quirúrgica otros pacientes 
y haya un menor número de personal presente (p. ej. Al final del día). Los pacientes 
con TBC que requieren ser trasladados desde su habitación de aislamiento 
respiratorio al quirófano para cirugía urgente deberán ser transportados portando 
mascarilla quirúrgica. 
Uso de filtros de circuitos anestésicos. Cuando se anestesia a un paciente con TBC 
sospechada o confirmada se debe colocar un filtro bacteriano entre la vía aérea del 
paciente y el circuito de anestesia para prevenir la contaminación del equipo de 
anestesia o la suelta de bacilo tuberculoso en el ambiente. Los filtros aéreos 
particulados de alta eficiencia retienen el 99.97% de todas las partículas. Estos 
filtros se pueden colocar en la conexión en Y entre la mascarilla o el tubo 
endotraqueal, y sirven para retener las partículas infecciosas y que no salgan al aire 
ambiente, al circuito respiratorio, a la máquina de anestesia ni al sistema de 
extracción. 
 
36 
 
Recuperación de la anestesia. Durante la recuperación de la anestesia, el paciente 
deberá estar monitorizado y ubicado en una habitación individual que cumpla con 
los estándares para habitaciones de aislamiento respiratorio 
 
Dispositivos de protección respiratoria para los trabajadores sanitarios. Cuando se 
realicen procedimientos quirúrgicos (u otros procedimientos que requieran campos 
estériles) en pacientes que puedan tener infección TBC, los dispositivos de 
protección respiratoria utilizados por los TS deben proteger el campo estéril de las 
secreciones del TS, y proteger al TS de las partículas aéreas infecciosas generadas 
por el paciente. Las recomendaciones NIOSH describen las características que 
deberán tener las mascarillas para proteger al personal sanitario de los patógenos 
transmitidos por vía aérea. Las mascarillas para el entorno quirúrgico no deben 
tener válvula de sobrepresión y deberán adaptarse a la cara del TS. 
 
Programas de test cutáneos para personal sanitario. Se recomienda que el personal 
de anestesia sea sometido periódicamente a test con PPD de tuberculina. Los CDC 
han establecido unas guías para prevenir la transmisión nosocomial de la TBC en 
instituciones sanitarias. Las recomendaciones acerca de la frecuencia de las 
investigaciones sobre la TBC en el PS están basadas en la estimación del riesgo de 
TBC. 
 
PREVENCIÓN DE LA TRANSMISIÓN DE LA INFECCIÓN OCUPACIONAL 
 
Precauciones estándar 
El personal de anestesia está en riesgo de infecciones ocupacionales, incluyendo 
infecciones respiratorias e infecciones de transmisión hematógena. La infección 
respiratoria de mayor importancia es la TBC, mientras que las infecciones por vía 
sanguínea más preocupantes son el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH), 
virus de la hepatitis b (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC). La principal ruta de 
exposición ocupacional a estos patógenos son las lesiones cutáneas (pinchazos, 
cortes, etc.), el contacto mucoso (ojos, boca y otras mucosas) o el contacto con piel 
37 
 
no intacta. Los fluidos que pueden transmitir VIH, VHB y VHC son la sangre, 
productos sanguíneos y productos sanguinolentos y virus concentrados en el medio 
ambiente de los laboratorios. 
Otros materiales potencialmente infecciosos para estos agentes virales son los 
líquidos cefalorraquídeo (LCR), amniótico, pleural, pericárdico, peritoneal y sinovial, 
así como exudados inflamatorios. 
 
Los estándares sobre patógenos vía sanguínea de la Occupational Safety and 
Health Administration (OSHA) de 1991, instan a la utilización de precauciones 
universales y exigen a las instituciones que implanten los siguientes controles y 
equipos protectores: medidas de control que aíslen o eliminen los riesgos por 
patógenos en sangre del puesto de trabajo (p. ej., contenedores para objetos 
punzantes desechables, resistentes a la punción y a prueba de fugas, colocados 
próximos al lugar de utilización y reemplazados antes de llegar a estar llenos, agujas 
autoenvainables y sistemas de acceso i.v. sin agujas); prácticas de trabajo que 
reduzcan la posibilidad de exposiciónalterando la forma en la que se realiza el 
trabajo (p. ej., prohibir recubrir las agujas utilizando las 2 manos, doblar, romper o 
cualquier otra manipulación de las agujas), y la utilización de equipos protectores, 
como vestimenta especializada o equipamiento protector para riesgos (p. ej., 
guantes, batas resistentes a líquidos, así como protección ocular y de cara). Los 
estándares OSHA también requieren de las instituciones que proporcionen 
evaluación pos exposición con tratamiento apropiado, profilaxis de infección y 
seguimiento de vacunación para VHB a todos los trabajadores en riesgo y 
entrenamiento anual. 
– Lavado de manos (ver dicho apartado anteriormente). 
– Uso de barreras. Siempre que se prevea un potencial contacto con sangre o 
fluidos corporales del paciente para prevenir la exposición de la piel y mucosas del 
TS, deberán utilizarse rutinariamente las precauciones de barrera adecuadas, como 
guantes, mascarillas impermeables, protectores faciales y batas. La elección de la 
barrera deberá ser proporcionada a la exposición. Se recomienda eliminar los 
guantes y batas rápidamente tras su uso, antes de que se pueda tocar material no 
38 
 
contaminado y servicios ambientales y lavarse las manos antes de atender a otro 
paciente. Se debe proporcionar formación continuada sobre los riesgos existentes 
y los procedimientos para minimizarlos. 
– Prevención de pinchazos accidentales con agujas. La prevención de las lesiones 
producidas por agujas, bisturís u otros objetos punzantes es de vital importancia. 
Las agujas contaminadas no deberán nunca ser separadas de las jeringas a mano 
y no se deberán doblar, romper o manipular de ninguna forma. Es absolutamente 
necesario cubrir las agujas contaminadas por “técnica de una sola mano”, o por 
dispositivos mecánicos de protección. Utilizar sistemas sin aguja (llaves de varios 
pasos, válvulas unidireccionales, etc.) o incentivar la utilización de productos con 
protección de agujas, que eviten la lesión. Se deben tener fácilmente accesibles 
contenedores resistentes a pinchazos y a prueba de fugas, para depositar agujas, 
jeringas, bisturís y otros artículos punzantes. 
La lesión cutánea, como el pinchazo por aguja, se asocia con el riesgo más elevado 
de transmisión de infección vehiculada por sangre. El riesgo promedio de adquirir 
una infección por VIH tras una exposición parenteral (punción de aguja o corte) a 
sangre de un paciente desconocido portador de VIH se estima en el 0,3%. El riesgo 
de transmisión de infección por VIH al profesional lesionado aumenta si la 
exposición es profunda, hay sangre en el instrumento agudo, la aguja estaba 
colocada directamente en la vena o arteria del paciente, o padecía una enfermedad 
aguda retroviral o se encontraba en las últimas fases de sida (elevados títulos de 
VIH). La sangre y el LCR se han mostrado como portadores de las mayores 
concentraciones de VIH y, por tanto, representan un mayor riesgo tras la exposición, 
mientras que la saliva, las lágrimas, la orina, la leche materna, el líquido amniótico 
y las secreciones vaginales tienen menor riesgo. 
El riesgo de transmitir VHB a TS no inmune tras una exposición percutánea oscila 
entre el 6 y el 37%. El riesgo de transmisión del VHC tras exposición percutánea 
oscila entre el 3 y el 10%. 
El doble guante ofrece protección incrementada a lesiones penetrantes a las manos, 
en comparación a llevar un solo guante. La utilización de guantes puede también 
descender el riesgo de transmisión al reducir el tamaño del inóculo. 
39 
 
– Tratamiento de las exposiciones a la sangre. Las instituciones sanitarias deberán 
disponer de un detallado protocolo para el tratamiento y seguimiento de un TS que 
ha sufrido una exposición ocupacional a sangre o fluidos corporales. Para reducir el 
riesgo de transmisión de VHB y VHC se utiliza la vacunación. El Sistema Público de 
Salud norteamericana recomienda una terapia profiláctica poli farmacológica ante 
la exposición al VIH. Se deben consultar las recomendaciones actuales de 
tratamiento y seguimiento, ya que la elección de los agentes antivirales puede 
cambiar. 
– Dispositivos de ventilación de emergencia. Cuando está indicado practicar una 
resucitación boca-boca debemos disponer de piezas bucales, bolsas de 
resucitación u otros dispositivos de ventilación. No se han descrito casos de 
transmisión de VIH, VHC o VHB tras contactos de mucosas, cutáneos o con saliva, 
pero las medidas de precaución son apropiadas. 
– Personal con lesiones cutáneas. Los TS con heridas en la piel o lesiones 
exudativas no deben tener contacto directo con los pacientes ni con el 
equipamiento, salvo que la zona esté protegida. 
La práctica de la anestesia resulta en un 36% de contactos con fluidos corporales y 
este porcentaje se reduce drásticamente con las adecuadas protecciones, el 
contacto con lesiones no protegidas supone un riesgo significativo e inaceptable 
tanto para el TS como para el paciente. 
 
Vacuna de la hepatitis B 
Todos los anestesiólogos que no han documentado inmunidad al VHB deben ser 
vacunados de la hepatitis B. La infección por VHB es un riesgo ocupacional para el 
TS que tiene contacto frecuente con sangre y fluidos corporales. La inmunización 
es la primera estrategia para la prevención de VHB en los anestesiólogos. 
 
Evacuación del humo durante la utilización de láser o de unidades electro 
quirúrgicas 
40 
 
Se debería utilizar un extractor de humo para eliminar las partículas potencialmente 
tóxicas durante las operaciones con láser o electro bisturí que crean un penacho de 
humo. 
Para ser más efectivo, la tobera del extractor debería estar lo más próxima posible 
al campo operativo y estar funcionando antes, durante y después de 30 s tras haber 
sido vaporizado el tejido. El personal debe llevar guantes y mascarillas de alta 
eficiencia que se deben retirar y desechar adecuadamente lo más rápido posible 
tras su utilización. No hay evidencia concluyente de la transmisión de infección viral 
a través del humo del láser o de las unidades electro quirúrgica 18. 
 
 
Por muchas razones, el ambiente intraoperatorio es un factor de riesgo para el 
desarrollo de una infección asociada a cuidado sanitario, esto aunado a la evidencia 
de que la técnica anestésica, principalmente la general, está asociada a un estado 
de inmunosupresión, tomando en cuenta además, el ambiente potencialmente 
contaminado y la cantidad de maniobras invasivas realizadas. 
El ambiente intraoperatorios incluye partículas de aire e instrumentos médicos 
utilizados dentro del área anestésica, teóricamente estos factores están asociados 
con el desarrollo de infecciones nosocomiales, pero aún no existe evidencia objetiva 
que ligue los procedimientos anestésicos con la transmisión directa de agentes 
causantes de infecciones nosocomiales. El mecanismo por el cual estos factores 
generan una infección nosocomial aún no está bien definido, sin embargo existe 
una alta probabilidad de contaminación durante éstos, debido al contacto frecuente 
con superficies ampliamente contaminadas. 
 
Aunque la transmisión de un agente infeccioso a un paciente sano es difícil, hay 
ciertas poblaciones más susceptibles al desarrollo de una infección, por ejemplo, 
los pacientes quemados, pacientes obesos, personas de edad avanzada, diabéticos 
o aquellos que tienen estado nutricional deficiente. Aunado a estos factores, el 
estado de inmunosupresión que conlleva el acto anestésico por sí mismo. 
41 
 
Además, en estos días el anestesiólogo se enfrenta a un aumento en el número de 
pacientes con un estado de inmunosupresión congénita o adquirida y más común a 
pacientes que están recibiendo tratamiento inmunosupresor aumentando la 
incidencia de infecciones oportunistas. 
Sin embargo, aunque la posibilidad de transmisión de agentes infecciosos durante 
las técnicas anestésicas es real, no existen suficientes

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