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;'Qul'••• FL BE you'l AGO DO •.a' . . POR EL GENERAL DE BRIGA:DA ••_NABO AIIBZCUA Presidente de la Uni6n de Revolucionari08 Agrarista8 de! dur 1"- O O I1- MélÜCO, D. P. EDITORIÁL AVANCE MC XUII '. I I, LIC .. ENRIQUE FLORES MAGON -. ~ BREVE EXPLICflCION J. A. Como un producto de largas y jugosas charlas con el señor licenciado don Enrique Flores M~¡gón, haciendo reminiscencias de nuestras antiguas conecciones, surgen estos Apuntes Biográ- ficos de ese viejo batallador. Quien tenga la fortuna de leerlos, hallará en ellos altas lec- ciones de civismo y una vida ejemplar, que puede servir para dar alimento a aquellos que no se atreven a salir del medio en que nacieron. Aquí verán cómo los Flores Magón, a pesar de su humilde origen y en contra de todos los obstáculos que se les atravesa- ron en su vida, supieron salir avante por su propio esfuerzo y convertirse en seres útiles para sus semejantes. Considerando conveniente para nuestras juventudes cono- cer una vida ejemplar corno ésta, dinámica y fecunda, he pues- to manos a la obra y escrito estos breves apuntes. Ellos, también, me proporcionan la satisfacción de recor- dar "aquellos buenos tiempos" en los que nos unió la lucha, muchos años ha y que, al calor de un mismo ideal, noble y ge- neroso, nos sentimos impulsados a los mayores sacrificios y a arrostrar todos los peligros. Sean estas cuantas líneas una explicación somera del im- pulso que me animó a tomar la pluma y, sin ser escritor profe- sional, forjar esta semblanza del hombre que, actualmente. es el más alto representativo de la Revolución Social Mexicana de 1910. -5- ALOCUCION Disertación leída por su autor en la HORA NACIONAL~ el domin- go 22 de noviembre de 1942. ESTIMADOS RADIOESCUCHAS; QUERIDOS CAMARADAS REVOLUCIONARIOS: Tengo la oportunidad de hablaros por invitación del señor Secretario de Gobernación, Lic. Miguel Alemán, que por ser hijo de un precursor muerto heroicamente en combate, tiene autori- dad para expresar esta verdad: "Nosotros los hijos de los Pre- cursores Qt;; 10 Revolución, nos sentimos orgullosos de serlo, pues- to que por su esfuerzo han hecho un México mejor; y recono- cemos que sin ese esfuerzo, nuestro país no estaría en el lugar que ocupa en el concierto de las naciones". Esa Iué realmente la labor de los Precursores de la Revolu- ción Social Mexicana de 1910; llamada así aunque sus primeras manifestaciones de acción colectiva datan de 1892, cuando los estudiantes encabezamos al pueblo de la Capital. amotinado contra la tercera reelección del Gral. Díaz, y de que la orga- nizada y orientada a un fin determinado, viene desde 1900, cuan- do nació nuestro portavoz, REGENERACION. Fuimos los primeros en alzar la voz cuando hacerlo signifi- caba muerte segura; y después, siguiendo la bandera del Par- tido Liberal Mexicano, encabezado por Ricardo Flores Magón, fuimos los primeros en empuñar las armas y escribir con nues- tra sangre en la Historia los nombres de Cananea, Acayucan, San Pedro Soteapan, Huazuntlán y [iménez, en 1106; Río Blanco, en 1907; Las Vacas, Viesca, Casas Grandes, Velardeña, Pedriceña y Palomas, en 1908, y Valladolid, en junio de 1910. -9- Mucho antes de 1910, la Revolución contaba ya con Ideales, por cierto muy avanzados para esa época feudal, cOl;densados en el Programa de }Q de julio de 1906, que pr?m~lgo la [unto Organizadora del citado Partido, de la que fui m~embro y de cuyos secretos soy ahora el único poseedOl:;, pues Ricardo Flores Magón y Praxedis G. Guerrero, que tornbién los conocían, mu~ rieron ya; éste al tomar [onos, Chih., el último día de 1910, y mi hermano Ricardo, al ser asesinado en la noche del 20 a! 21 de noviembre de 1922, en la Penitenciaría de Leavenworth, Kons. Dicho Programa es el primero de un Partido Político que in- volucró problemas básicos, sociales y económicos, como e.lA~rJ.- rio y el Obrero, tendiendo a conquistar la libertad político, so- cial y económica de nuestro pueblo. Comporóndolc con la ac- tual Corte Magna, resulta que los Presursores dimos a la Revo- lución los Ideales que once años después inspiraron a los Cons- tituyentes del 17 y que han influído en los legisladores Y gober- nantes surgidos de la Revolución. El secreto de, su fuerz? y es- tabilidad consiste en que ese Programa encauzo el movimiento a una finalidad elevada, justa y equitativa, de acuerdo con la realidad mexicono, que mereciese derramar sangre para alc~n- zarla, y en que dejamos colaborar al pueblo en genera!, im- primiéndole su sentir y sus aspiraciones. Los Precursores fuimos soñadores suicidas, que entramos a dar, nunca a tomar; y dimos liberalmente nuestras posesione~, trcmquilidcd, porvenir, libertad en duras prisiones Y hasta la Vi- da De allí viene que los Precursores hemos llegado pobres a la ·edad ovonzodc. Nunca pensamos en nosotros mism?s. La Revolución fué nuestra vida misma. El luchador por la Libertad es su mayor esclavo. Nuestro ejemplo hizo prosélitos y virneron otros rebeldes: maderistas, villistas, zapatistas y carrancistas. Los Precursor~s abrimos brecha, tras rudo y peligroso trabajo de zapa. ~a~he puede disputarnos el mérito de haber escombrad;> ~l cammo; o negar, sin ofender a la Verdad, que fuimos los urncos que ~T largos años sostuvimos la cntorcho que alumbró a l~ demas facciones que nos siguieron, la ruta ascendente a la cimo don- de brilla el Sol de la Libertad. No pretendemos desconocer los méritos de los demás revo- lucionarios; ¡pero sí reclamamos que se reconozcan los nues- tros! . t Nosotros y los maderistas, villistas, zcpctistcs y carra~;lS ;í cada quien en su esfera y según su propia mterpretaclOn e -10- ideal revolucionario, desempeñó papel importante dentro de esa gestación de nuestra Historia. Fuimos, todos, a la lucha armada tras un ideal de liberación que no logramos alcanzar integralmente, porque la inmensa mo- yoria desvió el camino recto que los Precursores marcamos y se consoron. dejando las armas antes de tiempo. La obra quedó trunca, por realizarse evolutivamente, aplazada para un futuro más o menos lejano, que para bien de todos, deseamos venga sin necesidad de otra conmoción social violenta. Esto depende- rá de la sabiduría, tacto y honradez de nuestros gobernantes. y si todos los que luchamos en esas diferentes banderías fuimos factores importantes de la Revolución, todos, en mi con- cepto, debemos unimos en un solo haz, para ayudarnos mutua- mente y para seguir colaborando en la realización de nuestros ideales Además, en los momentos actuales, frente al peligro de ser esclavizados por las hordas del Eje, tenemos el deber ineludible de agruparnos rápidamente y disciplinamos conscientemente a nuestro Gobiernó, para apoyar la atinada política internacional que viene desarrollando el Presidente de la República, Gral. Me- nuel Avila Camacho. Podemos ayudar a obtener la victoria, empuñando nuestras armas de viejos guerrilleros, o en cualquie- ra otra forma. Tenemos al frente un enemigo cuya voracidad imperkrlistu se agrava con sus arcaicos prejuicios raciales. Como no somos "arios," nada valemos a sus ojos y ni derecho a vivir tenemos. Contra semejante amenaza a las conquistas que con tantos sa- crificios hemos logrado, alcémonos para defender las, asegurar 'su disfrute a nuestros hijos y que les quede abierto el camino para mayores y nuevas conquistas. Donde se luche aún por un ópíce de libertad, debe estar el libertario. Pace que se gane, es un paso más a realizar nuestro derecho a vivir y a ser libres y felices, sin más cortapiza que res- petar igual derecho en otros. Sólo así aseguraremos un brillcnte futuro para nuestro que- rido México, a fin de que se convierta en Una verdadera Patria para todos. Enrique FLORES MAGON. -ll- .Apuntes Biográficos del Sr. Lic. don Enrique Flores Maqó,n Precursor e iniciador de la Revolución Social Mexicana de 1910. -15- • GENESIS DE PUGn.E5: El señor licenciado don Enrique Flores Magón nació a las diez de la mañana del viernes 13 de abril de 1877, en el enton- ces risueño pueblecillode Teotitlán del Camino, Distrito de Cuí- catlán, enclavado en la falda norte de las magestuosas monta- ñas de la Sierra de [uérez, Estado de Oaxaca. Tuvo dos her- manos: Jesús, que noció en cian Simón el 6 de enero de 1872 y Ricardo, nacido en San Antonio Eloxochitlán, en 16 de septiembre de 1874; ambos pueblos son del Distrito de Cuicatlán, Oax. Fueron sus podrerr doña Margarita Magón, mestiza, hija de español 100ro y de india pura, y don Teodoro Flores, indio azte- ca, completamente puro, que prestó sus servicios con las armas en la mano contra el invasor en 1847, al frente de los hom- bres hábiles de aquella tribu, de la cual era el "tata;" después, también al frente de sus indios serranos, se colocó al lado de don Benito [uórez durante la Guerra de Reforma; más tarde, volvió a levantar en armas a la Sierra de [uórez, luchando en centro del llamado Imperio de Maximiliano. Enrique no fué a la Escuela sino hasta que tuvo once años de edad. Sin embargo, a pesar de que ingresó tarde a la Escuela, con la ayuda de su padre, que era muy inteligente, logró cur- sor con éxito, en tres años, los seis de la Primaria y, además, obtener el primer premio en cada curso; habiendo hecho eses estudios en la entonces Escuela Nacional Primaria Superior nú- mero Ul)O, llamada de Terceros, ubicada en el mismo predio que ahora, tras de derrumbar el viejo edificio, ocupa el de la Central de Correos y su Dirección General, frente al costado oriental del Teatro de las Bellas Artes. En esa misma Escu.ela estuvieron sus dos hermanos. Jesús, el mayor de todos y Ricardo, el de enmedio. FORJANDO CEREBROS GtnAS. Desde que Enrique entró a la Primaria, ya llevaba en su ser el germen del socialismo, porque a la edad de ocho años re- cibió de labios de su padre, don Teodoro Flores, las tradiciones de su tribu, que andando el tiempo, Enrique y Ricardo reafirma- ron como su credo político, social y económico, cuando descu- brieron que esas trodiciones contenían los principios básicos de Un socialismo libertario autóctono, sencillo, justo y equitativo, sin imposiciones ni toranías. De ahí proviene y no debe extrañar, el espíritu socialista libertario que anima a nuestro biografiado; son las tradiciones de su tribu, traídas al día, de conformidad COnla marcha del Progreso. Flores Magón no tuvo que importar sus ideales; los recibió como herencia de su tribu, enclavada en- tre los mixtecas, probablemente descendiendo de alguna colonia guerrera azteca precortesiana, dejada ahí en tiempos remotos, para no perder dominio sobre las tribus subyugadas de otras razas nativas de la región. En esos mismos días, nuestro biografiado recibió, pudiera decirse, su primera lección sobre agrarismo. Al ir por las ca- lles de México acompañando a su padre, un amigo de éste se detuvo a platicar con don Teodoro, surgiendo una discusión entre ellos, porque el amigo sostenía que nadie tenía culpa de la pobreza en que se hallaba el propio don Teodoro más que él mismo, puesto que no vendía, hipotecaba o arrendaba tres ha- ciendas que don Benito [uórez había hecho titular a favor del padre de Enrique, ubicadas en el Distrito de Cuicatlán, Oax., y cuyas tierras eran muy ricas. -Ciertamente, ---decía don Teodoro=-. . tengo en casa los papeles que me hacen dueño de esas tres haciendas; pero esas tierras no son mías, sino de la tribu, porque son parte de nues- tras "tierras comunales", en las que todos los hombres hábiles trabajan para beneficio de toda la tribu, según las necesidades de cada quien. Y tras breve silencio, continuó con voz grave y lenta: La tierra es del que la trabaja; del que con el sudor de su frente la hace producir. --y lanzando un largo y profundo suspiro, concluyó lamentándose en honda nostalgia del terru- ño-: 11Yo estoy a muchas leguas de mi tierra ... y no tengo de- recho de poseer siquiera un elote de los que en ella se produ- cen ... !! Más tarde, cuando los tres hermanos, a través de sus estu- dios legales supieron que no habían prescrito sus derechos de -16- UN VIEJO PATRIOTA Teniente Coronel Teodoro Flores, Jefe del Batallón de Sel1:anos padre de los hermanos Jesús, Ricardo y Enrique Flores Magón. ' I Ir propiedad sobre esas haciendas, no las reclamaron: Ricardo y Enrique, por disciplina tribal: Jesús, por disciplina filial. TORNEOS INICIALES. En 1892, estando ya en primero de Preparatoria, entró por primera vez en las lides políticas, tomando parte en los motines populares habidas durante diecisiete días de la primavera de ese año, en contra de la tercera reelección del Gral. Porfirio Diez. y en los cuales hubo muertos y heridos por ambos bandos. Por primera vez, Enrique. Ricardo y Jesús, como otros muchos estu- diantes de la époec, hicieron oír su voz de aliento a las masas;. Enrique no conforme con arengar solamente, formó parte de una brigada de hondero s: piedras fueron las armas del pueblo en aquellas jornadas: solamente piedras; y, sin embargo, el Ti. rqno. cuya soldadesca contestaba con armas de fuego, tuvo miedo! Se encerró en Palacio durante quince días y éste fué fortificado yaspillado. En esta ocasión, Ricardo y [esús cayeron presos, saliendo libres, con multa, al mes. Al siguiente año, 1893, los tres hermanos tomaron parte en la publicación de EL DEMOCRATA: Jesús como redactor, Ricar- do fungiendo de corrector de pruebas y Enrique de simple ayu- dante entre la imprenta y la redacción. Jesús y otros, cayeron arrestados en Belén, Ricardo escapó disfrazado de impresor 'l Enrique, por la cortísima edad que representaba, fué arrojado a la calle y quedó libre, convertido en jefe de familia, porque don Teodoro hacía escasos cuatro días que había fallecido. Impreparado para la lucho por' la vida, Enrique vió com- plicado su problema con la enfermedad de doña Margarita. La muerte reciente de su espesó, la prisión de su primogénito, la ausencia de Ricardo y la miseria en que quedó la familia, la postraron en cama. Enrique logró salir avante a pesar de su im- preparación. Libre Jesús, nueve meses después y el prófugo Ricardo de- regreso al hogar, se alivió el peso que gravitaba sobre las es- paldas de Enrique; los tres hermanos pudieron normalizar su ·--19 - MADRE ESPARTANA. En eso época murió doña Margarita Magón, estando Jesús y Ricardo presos; habiéndoseles negado permiso para asistir en su agonía a tan amorosa madre. En cambio, una hora antes de que muriese la noble matrona, un señor de sorbete y levita solicitó hablar con ella y le propuso: "El señor Gral. don Por- firio Díaz ofrece a usted, bajo palabra de honor, que antes de media hora estarán los hijos de usted completamente libres C! su lado, para que la vean morir; pero sólo desea que usted les pida, como su última voluntad, que dejen de atacar al señor Gral. Dícz". Doña Margarita, ya con el estertor de la muerte bien mar- cado, contestó con voz tranquila y firme: "Diga usted al Gral. --20-- MADRE ESPARTANA Margarita Magón, madre de 108 hermanos Flores Magón. / Díoz que prefiero morir sin volver a ver a mis hijos; que es más: que prefiero verlos colgados de un árbol o de un palo muy alto, antes de saber que se han retractado o arrepentido de lo que han dicho o hecho." Ante la grande entereza de aquella madre espartana, el hombre del sorbete enropeció, avergonzado, quizás, de su desai- rado y triste papel, se levantó de su asiento, hizo una caravana profundísima y respetuosa, y buscó la puerta, retirándose sin pronunciar palabra y lleno de emoción. Una hora después murió ella. Aquella madre mártir dejó de existir sin ver más a sus hijos. A principios de 1902 Ricardo y Jesús recobraron su libertad. [esús decidió casarse con. una virtuosa señorita, con quien lle- vaba once años de noviazgo, Clara Hong, y se retiró de la lucha. DOS GLADIADORES EN LA ARENA. Ricardo y Enrique decidieron seguir solos la dura brega que habían emprendido, conscientes de los peligros mortales, perse- cusiones, atropellos, miserias y vicisitudes que les ofrecía el fu- turo; como lo fué en realidad. uerto REGENERACION to aran de don Daniel Cabrer::t nemeiúmorístico, de combate caricaturas EL _O A T " que yg aaonizgba y al cual inyectaron vida ;ton sus fogosos y viriles escritos, y sus sangrientas e hirienteg carIcaturas. • Una y otra vez cayeron los dos hermanos en las garras del Dictador y fueron arrojados a las prisiones de esta capital, hasta a la militar de Santiago Tlaltelolco, sin ser militares; pero con el resultado de que tras cada atropello. Enrique y Ricardo surgían más briosos, más llenos de fuego, más decicidos a triunfar o ::I perecer en la contienda. Hombres de ese temple y de cerebros lúcidos como el de ambos hermanos, inevitablemente atraen prosélitos. Y a su derredor vinieron entonces Juan Sarabia, Santiago de la Hoz. Antonio Díaz Soto y Gama, Librado Rivera y otros. --23- En esa época y a iniciativa de Enrique (S de febrero de 1903),recién salidos de las "cartucheras" de la Prisión Militar de Santiago Tlaltelolco, conmemoraron el aniversario de la Constituciónde 1857 enlutando rigurosamente la fechada de las oficinas de EL HIJODELAHUIZOTE,mientras los vecinos ador- naban las suyas; y entre crespones negros y al centro, se colocó un gran tarjetón con la leyenda "[Lo Constituciónha muerto...l" dibujado por el mismo Enrique; causando en la ciudad entera gran sensación el peligroso atrevimiento de desafiar al Tirano en tal forma. Para colmo; escasos dos meses después, el mismo Enrique propuso y fue aceptado, que él, Ricardo, Juan Sarabia y Son- tiago de la Hoz fuesen al día siguiente, 2 de abril de 1903,que era un buen pretexto para quemar incienso al tirano, a hablar- le a los manifestantes que habrían de desfilar para incensar a Díaz, e invitarlos a romper filas. El éxito fue tan grande, que no solamente desertaron los manifestantes de las filas porfiristas, sino que se organizó ahí mismo una contra-manifestación que, en vez de vítores al Dictador, lanzó estentoreos "mueras" contra él; obligándolo a retirarse del balcón central del Palacio Nacio- nal, donde ya estaba instalado, esperando que le quemasen incienso. EN LAS ERGASTULAS PORFIRIANAS. , . Nueve días más tarde, como era inevitable, Enrique. Rícor- do, Juan Sarabia, Alfons~Cravioto y Santiago R. de la Vega, fueron alojados en las asquerosas y húmedas "bartolinas de abajo", de la Cárcel de Belem,en las que los tuvieron incomuni- cados rigurosamente cuarenta y cinco días, con la esperanza de que el aire mefítico,la humedad reinante y la falta absoluta de luz y ventilación hicieran enfermar a los presos, para enviar- los al Hospital [uórez, donde sería fácil que "muriesen de en- fermedad alguna". Pero sus fuertes naturalezas, de las que toda- vía da pruebas don Enrique, a pesar de la vida accidentada dinámica y movidísima que ha llevado, resistieron el maltrdto -24- EXILADOS; TRAS LIBERTAD DE EXPRESION. . Loshermanos Ricardo y Enrique no tuvieron ya más puerta abierta que la de marcharse al extranjero, para buscar en tierra extraña la libertad de expresión negada en la propia; y lleven- do ya un plan preconcebido de lucha. bien discutido y delineo. do. Loredo, Tex.. los vio arribar antes de que concluyese 1903: pero ya no como simples periodistas de oposición. sino como conspiradores, ya que era imperativo derrumbar el sistema feu- dal porfiriano, para abrir a México paso hacia el Progreso y colocarlo siquiera al nivel de las demás naciones. A ese plan de acción preconcebido desde la capital de la República, se debe que la lucho de esos hermanos haya sido coordinada y tenido cohesión su movimiento, puesto que fue el resultado de un estudio profundo y concienzudo de los problemas nacionales y siempre auscultando las necesidades y tendencias de nuestro pueblo. . Tras largas penalidades y privaciones. al grado de sujetar- ,se a dieta amqUllante. lograron reunir ochOCientosdólares ,con -29-- ,CUIDADO CON LOS FALSARIOS! Esa mentira está como la de un audaz aventurero de unos 42 años de edad, actualmente, que se hace llamar indebidamen- te Enrique Flores Magón y que hasta el título de abogado us~r- pa también, habiéndose dicho al principio ser hijo de don Jes~.s. después aseguró serló de don Enrique y ahora posa como hIJO de Ricardo. [Tres padres para una sola persona! Pero su patraña le ha servido a ese aventurtro, para medrar, pues ahora es dueño de casas y terrenos, gracias a sus malas artes. Don Enrique sostiene que dicho individuo se llama en realidad Enrique Flores Martínez y es hijo del llamado Padre Flores y de una humlide mujer, María Martínez; pero que le gusta posar co- mo familiar de nuestro biografiado, para sorprender la buena fe de quienes no conocen al audaz aventuren::. El a~l1ido Flores Magón es productivo en manos de gente sm escrúpulos, como Flores Martínez. En Jalapa, Ver., hay una familia entera que indebidamente se ha apropiado el aoellido Flores Magón. Entendemos que son familiares del cudoz aventurero Flores Martínez. Por la región -30- de los Tuxtlas han quedado abandonados dos pequeños, Ricar- do y Enrique, que el mismo aventurero ha tenido en una pobre mujer que dejó por ahí abandonada, ya los cuales, de seguro, pretenderá hacerlos llevar el apellido robado a nuestro bio- grafiado. Hasta en esta ciudad, se nos asegura, que en la Revista HOY, también hay un individuo joven que se llama José Luis Flores M., cuya M. la convierte en Magón cuando lo encuentra cómodo, para pasar como familiar del respetable revolucionario y Precursor. En la frontera Norte, también hay quien se hace pasar con el nombre de Ricardo Flores Magón; y en Durango, una mucha. cha pretende posar con ese apellido, alegando que su padre fué un Capitán carrancista que portaba ese nombre patronímico, indebidamente, por no ser pariente de los Flores Magón. QUIENES SON LOS GENUINOS FLORES MAGON. Ante la generación expontánea y convenenciera de tonto Flores Magón, hemos consultado al respecto a nuestro biogra- fiado y él se ha servido contestamos clara, categórica y contun- dentemente de esta manera: -Nadie tiene derecho a hacerse pasar como hijo bastardo de cualquiera de los tres hermanos Jesús, Ricardo y Enrique Flores Magón y que puedan o deban llevar este apellido. Ri.. cardo rAMAS tuvo hijos, porque estaba estéril. Jesús tuvo dos hijas: Alicia y Margarita Flores Magón; ambas residen en esta ccpitcl. Por lo que a mí respecta, he tenido seis hijos de mi esposa y compañera de lucha, Teresa A. de Flores Magón, que llevan mi apellido. De ellos ..dos han muerto: Esperanza (de la cual tengo dos nietas, Sritas. Teresita y Eleanor Huizar) y mi hijo Santiago, que murió soltero, sin dejar descendencia. Y me viven todavía cuatro hijos: Pedro (titulado y establecido como Cirujano Dentista, soltero, .sin hijos y que vive conmigo); José (casado, residente en Nueva York y con dos pequeños niños, [irnmy y Martha Flores Magón); la Señorita Estele, que reside -31~ conmigo y Enrique [r. (joven de veintitrés años, que en unos cin- comeses más se recibe de Ingeniero Naval y quien actualmente se halla en la Escuela Naval Militar del Pacífico, en Mazatkm, Sin.). Estas son las únicas personas, EN EL MUNDO ENTERO. que llevan, con derecho y legalmente el apellido Flores Magón, que es compuesto del nuestro paterno y materno, por ser hijos de Jesús o míos. Cualesquiera otras persones que usen como propio de ellas ese apellido, son simples aventureros e impostores, que preten- den utilizarlo para fines torcidos. Una persona honrada jamás suplanta el apellido de otra. Queden, pues, enterados nuestros lectores. Cuídense de los falsarios que se roban ten ilustre apellido, para que no sean sor- prendidos en su buena fe. Muchos han sido estafados por el aventurero audaz Enrique Flores Martínez, utilizando de camouflage el apellido de nuestro biografiado. ¡Cuidado con los falsarios y no olvidéis quiénes son los au- ténticos Flores Magón! ¡EN LA BRECHA! La reaoarición de REGENERACION en San Antonio, marcó una nueva- etapa de persecuciones. Un asesino allanó la mo- rada de los Flores Magón, cuchillo en mano; Enrique, joven ro- busto entonces, lo noqueó a mcno limpia, por lo que fué encar-celado, sentenciado a tres meses de arresto y a pagar una mul- ta de setenta y cinco dólares; más los gastos y costas del juicio. [Todo por haber defendido la inviolabilidad de su hogar! Con lo que las autoridades de San Antonio demostraron estar en connivencia con el asesino y las autoridades mexicana s; pues había sido enviado por éstas, obedeciendo órdenes de Dípz y Bernardo Reyes, según confesó el pelafustán a don Enrique, en los primeros momentos de confusión. En febrero de 1905 fueron Ricardo Enric¡1m y luan a esta- blec~rse a Saint Louis, Mo., para colocarse fuera del radio ge .aCcI3ñ de las autoridades venales de San Antonio. A esa ciu·~ --32- A CANADA: TRAS LIBERTAD DE ACClON. Hasta Saint Lous, Mo., alcanzó a los Flores Magón la po- derosa y larga mano de Porfirio Díaz y fueron arrojados a la prisión local; las oficinas e imprenta de REGENERACION fueron materialmente saqueadas; ni los cabitos de lápices usados halla- ron perdón y hasta la ropa íntima de los que habitat:'an la casa así como sus escasísimos muebles. fueron decomíscdos. Del orchivo de REGENERACION no se salvó ni una brizna de papel. -33- ~bres en fianza, descubrieron una conspiración oficial para pkrqiorlos y traerlos a México, entregarlos a la administraci6n de Diaz y hacerlos desaparecer, como acostumbraba el Tirano con los periodistas que lo atacaban Los peri6dicos de la ciu- dad de St. Louis, Mo., eran ya omiqos de los hermanos Flores Magón y no sería fácil al Dictador Ioqror que los plagiaran sin que, aquel~os lo notasen y diesen la voz de alerta, que írus- trarlOfolel. intento: pero, como quiera que fuese, los trabajos ~ o:gamzaclOn revolucionaria que los Flores Mag6n y Juan Sara- bio estaban efectuando, quedarían paralizados o, cuando me- nos, serían entorpecidos. Para evitar to a molestia en el mo- mento en que necesitaban más ue nunca de su ioerta .aCClOn, os os hermanos y Sarabia marcharon a Canadá. de- ¡;Xn~o ya recH~n pr~m~lgado el Programa del PartIdo Liberal _ eXlcano, e 19 de Juho de 1906, que sirvi6 de orientación y nor~a al movimiento revolucionafio, por encima de la ideología partIcular de cualquiera otra facción, hasta el grado de que en e~a fuente se ha inspirado la leqisloción básica de la Revolu- ción: pues puede decirse que ese Programa fué vaciado íntegro d~ntro de la Constituci6n y e~que inspir6, con su Capitulo sobre TIerras, .nuestrcr 1egislaci6n agraria y con su correspondiente al problema del Capital y Trabajo, di6 origen a la Ley Federal del Trabajo, como fácilmente pueden comprobarse estas ver- dades comparando el citado Programa con esas tres Leyes. IJA LAS ARMAS!! Concluído el trabajo de orqcnizcción, llegó la época de actuar. La presencia de Ricardo era inevitable en El, Pase, Tex., y. para él se separ6 desde luego su pasaje; pero no ha- bíendo dinero bastante para que los tres pr6fugos bajasen juntos desde Canadá, entre Juan Sarabia y Enrique echaron suertes, pero dilucidar quién acompañaría a Ricardo. A este último, a Enrique, toc6 la mala suerte de quedarse solo. Fué la primera vez que ambos hermanos se separaban dentro de la lucha .• --34- Ricardo y Sarabia marcharon a El Paso, Tex.; Enrique perma- neció en Montreal atendiendo a la correspondencia rezagada. Creían los dos hermanos separarse por un par de meses. Los accidentes de la lucha determinaron que se prolongasen a cuatro años, porque descubiertos los planes de los revolucio- narios, solamente actuaron los comprometidos en Cananea. Acayucan" San Pedro Soteapan, Huazuntlán y [iménez, ade- más Ricardo fué preso en El Paso, logrando fugarse y marchar hasta los Angeles, Calif., quedando desconectado de Enrique. Esos cuatro años fueron bien movidos para Enrique, cuya presencia fué descubierto en Montreal. Que., Canadá, y Iué perseguido tenazmente de pueblo en pueblo, de cuidad en ciu- dad, de Provincia en Provincia, hcsto hacerla recorrer todo Canadá y Estados Unidos, animados los esbirros por la espe- ranza de ganarse el premio de veinte mil d61ares que ofrecía el Gral. Díaz al que lo entregase, vivo o muerto. Igual premio pesaba sobre la cabeza de su hermano Ricardo. Para eludir la persecución sistemática de que era objeto, el hoy letrado don Eirque Flores Magón, tuvo que ejercer toda clase de labo- . res, intelectuales y manuales en campos, fábricas Y' talleres, a fin de poder cambiar de personalidad en cada pueblo, pasando con otro nombre, diferente ocupación, distinta nacionalidad y hasta diverso idioma y con aspecto físico cambiado. Pero no por eso dej6 de seguir llevando la lucha adelante. De día fué trabajador y discreto propagandista y organizador; de no .• che fué siempre el luchador que todos conocemos, dinámico, incansable, resuelto, atrevido y lúcido. No importaba que Ri- cardo estuviese distante; ambos hermanos teman un ~lerio común, una táctica de lucha premeditada, un plan definido y laborado al detalle desde las galeras de la odiosa Cárcel de Belem, y siempre iban de acuerdo en sus actos y decisiones, aunque no tuviesen previo acuerdo. Ambos estaban perfec- tamente identificados el uno con el otro. -35- PRISION FORZOSA: Y PRISION VOLUNTARIA. ,NUEVAS CLARINADAS AL COMBATE! El levantamiento se fiió 190. Pero, como en 1906, el bien organizado espionaje i5íaz, descubrió los planes de los hberales y todos los J u e enor t . para el levantamiento hasta Paxedis G., Guerrero UN GRAVE ERROR. y esa entrada de Enrique. como simple guerrillero, a ata- car Palomas, fué un grave error de nuestro biografiado; y que las filas combatientes, como él mismo lo comprendió después, ante los hechos que pasamos a ncrror. Mientras que él íué nos perdone si así lo hacemos constar. Su puesto no estaba en a Palomas y estuvo perdido un mes en el desierto, llegaron a El Poso delegados de todas partes de la República, b{;scando al Jefe, a don Enrique, poro que les diese instrucciones, ya -37- que todos los Jefes y Subjefes de grupos que habían nombrado estaban presos, habían sido asesinados o estaban perdidos. Y· al no encontrarlo en El Paso, Tex., regresaron desalentados a sus lugares de origen y el movimientoarmado volvió a ser un fracaso, como en 1906. Si Enrique se hubiese estado en El Paso., Tex., la Revolu- ción hubiera prendido y sido un hecho desde entonces, sin los errores de la de 1910, porque había cohesión revolucionaria bajo una sola bandera y un Ideal único, bien definido y de avance. Enrique Praxedis tenían todo listo, nuevamente, a ven rse'en mmas otra vez en 6 de jumo de 1910;pero a elloo Uegó la noticia de . e re raban t ., , a valltarse en armas: y comoRicardo y sus compañeros gs- 'fcfr)anpróximos a salir libres de la Penitenciaría Federal de Flo- rence, Anz., aquellos decidleron' aplazar su leva tamjento nord . uan o os ma eristas entrasen e ción ara tomar a os uegos a lcta o y para dar tiempo, también, a que saliesen . es sus presos. n es a ocasión, a pesar del aviso de suspender la acción armada, el grupo de Valladolid, Yuc. se rebeló aisladamente, por circunstancias desconocidas y a la Dictadura le fué fácil dominar a los rebeldes, exterminándolos. En agosto de 1910 salieron libres Ricardo Flores Magón•.y COnl - er y rearesarop a 1 os A eles, Calif. Praxedis G. uerrero, gue recorríq los gmpos del Sur de.Estados nidos, ~ concentró al mis les. Y Enrique, que a la ' es a a en San Fran i e Ca:lif.,también ajo a Los An n septiembre siguiente, REGENE , VO ViO a la brec¡a. ANTORCHA QUE SE APAGA. Llegó el día esperado: 20 de noviembre de 1910. Made- ristas y liberales entraron a la lucha; aquellos guiados por Madero; éstos, por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. -38- FORJADORES DE CAMPEONES LIBERTARIO S La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexilcano en 20 de noviembre de 1910. Sentado: RICARDO FLORES YrAGON,Presidente.-Dl'l pie y de izquierda a. derecha: ANSELMO L. FIGUERIOA, Vocal.- PRAXEDIS G. GUERRERO, Secretario.-ENRIQUE FLORES MAGON,Tesorero y LIBRADO RIVERA, Vocal. SIEMPRE ALERTAS. Los liberales nunca pudieron estar de acuerdo con un mero cambio de personas enlos puestos públicos y se sostuvieron en pie de lucha; porque previeron la traición a Madero y la ame- naza a la Revohición. . .hos tratados de Cil-dad Iuárez. para ellos, fuerce un libro abier El cuartelazo de Victoria Huer a no los tomó de sorpresa; 11 an revisto' esa traición los encontró con as ar a. en a mano. e Jos Flores Mggón estaban presos' pero desde abi djrigian los movimientos de sus compañero§. - .!;ué en esa époro cuando se conce,¡6 la aliama que ex"-I -41- EMILIANO y RICARDO.-DOS FAROS QUE SE EXTINGUEN. Más tarde, habiendo sido asesinado Emiliano Zapata en 1919 y los Flores Magón enviados nuevamente en 1918 con larga condena a la Penitenciaría de Leavenworth, Kansas y a trabajos forzados, el movimiento liberal fué desvaneciéndose pculctincmente, y el Zapatista continuó en marcha hasta 1920, en que las fuerzas del Sur y del Norte se unieron. Después, en la noche del 20 al 21 de noviembre de ]922, Ricardo Flores Maaón fué asesinado en el interior de su celda, en la Penitenciaría-Federa! de Leavenworth, Kans. Don Enrique, para fortuna suya, había salido ya en libertad y se salvó de igual suerte. Al salir libre, encontró que Méxicohabla entrado al presente lapso de paz. La Revolución había cesado su avance al galope hacia eJ futuro y emprendido su lente jornada por el largo camino de la- 'Svolución. -·42- CONJUNCrON DE CAUDILLOS. CAmos; PERO NO VENCmOs. Los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, en la Cárcel del Conctadoy Ciudad de los Angeles, Cal1f., antes de ser enviados por largos afio,ssentenclados a. trabajos forzadOs,a la Penitenciaria Federal de Leavenworth,Kansas, Estados Uni~os de Norteamérica, por defender los derechos de los humildes. • UN HOMBRE DE UNA PIEZA. El 4 de marzo de 192a vió al señor licenciado don Enrique Flores Magón regresar a México después de veintiún años de -~5- exilio en Estados Unidos y Canadá, viniendo acompañado de sus hijos y de su valerosa esposa, doña Teresa Arteooo de Flores Magón, también precursora de la Revolución y quien tanto al finado don Ricardo, como a don Enrique les salvó la vida; a aquél en 1906, en Los Angeles, Calif., y a éste en distintas oca- siones y lugares. Porque la vida dinámica de los hermanos Flores Magón estuvo siempre sembrada de ace.chanzas y peligros. Don En- rique ha perdido ya cuenta de las veces en que se les ha querido asesinar; el premio de veinte mil dólares que el Gral. Díaz ofreció por su cabeza, fué bastante tentador. Además, fué un eterno perseguido; y por sostener sus convicciones sufrió y afrontó toa/!" clase de peligros y vejaciones, y ha tenido que pasar catorce años de su vida en inmundas prisiones, penitenciarías, cuarteles y cárceles. No vino a disfrutar de seguridad sino hasta cuando el Gral. Cárdenas asumió el poder y bajo la presente Adminis- traci6n del señor Gral. Manuel Avila Camacho. Pero a pesar de todas las vicisitudes que ha sufrido -mise- rias, prisiones, persecuciones, vejaciones, asaltos a mano ormc- da y traiciones y desencofios->: el señor licenciado don Enrique Flores Mag6n continúa con su espíritu entero, lleno' de fé en el futuro de México y con su cerebro lúcido, siempre atento a es- tudiar y resolver nuestros problemas nacionales e internacio- nales, tal como si ocupase él mismo un puesto público de im- portancia, donde estuviese llamado a hacer! ; muchos de sus estudios inéditos de esos problemas, los hemos visto, más tarde. llevados a la práctica por la presente y anterior Administración.- ••• Esta, a grandes rasgos -pues para entrar en detalles se ne- cesitaría escribir varios volúmenes-, es la biografía de este pre- claro ciudadano, licenciado don Enrique Flores Magón. que por sus Ideales elevados y h'tlmanitarios, su mentalidad amplia y comprensiva, su valor civil a toda prueba, su entereza de espíritu, su voluntad de acero, su arrojo temerario, su altruismo, su hon- -46- General Emiliano Zapata, Caudillo de la Rebolución Agraria.. radez y su renunciación de sí mismo,se ha conquistado ya, junto con su ilustre hermano don Ricardo Flores Magún, un puesto de honor en las más luminosas páginas de nuestra Historia Patria y de nuestra Revolución Social. Porque, como él lo dijera años atrás: Supo salir de todo ello con la conciencia tranquila y las manos limpias. Dsegraciadamente, no nacen a cada instante hombres cum- bres de la talla de un Flores Magón. Gral. de Brigada. JENABO AMEZCUA. -:-t-: -49- UN IRREDUCTIBLE Oadáver de Ricardo Flores Magón, en 811capilla ardiente en 108Angeles, Oalifornia., E. U. de A.-En 27 de noviembre de 1922. • Programa del Partido Liberal Mexicano JUNTA ORGANIZADORA DEL PARTIDO LIBERAL MEXICANO. PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL Y MANIFIESTO A LA NACION. Es conveniente hacer notar lo oportuno, que es todavía desde sus puntos de vista político, social y. económico, y de palpitante interés y actualidad, este documento his- tórico, a pesar de que fué promul- gado desde hace treinta y seis años por la Junta Revolucionaria de los hermanos Flores Magón. Nótense, también, los ideales avanzados y atrevidos que contiene; ¡de hom- bres-faros! Julio 10. de 1942 .:» (XXXVI Aniversario de su promulgación ). La Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano en nombre del Partido que representa, proclama solemnemente el siguiente PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL EXPÓSICION: Todo partido político que lucha por alcanzar influencia efec- tiva en la dirección de los negocios públicos de su país, está obligado a declarar ante el pueblo, en forma clara y precisa, cuáles son los ideales porque lucha y cuál el programa que ~55- se propone llevar a la práctica, en caso de ser favorecido por la victoria. Este deber puede considerarse hasta como conve- niencia para los partidos honrados, pues siendo sus propósitos justos y benéficos, se atraerán indudablemente las simpctics de muchos ciudadanos que, para sostenerlos, se adherirán al Partido que en tales propósitos se inspira. El Partido Liberal, dispersado por las persecusiones de la Dictadura, débil, casi agonizante por mucho tiempo, ha logrado rehacerse y hoy rápidamente se reorganiza. El Partido Liberal lucha contra el despotismo reinante hoy en nuestra Patria, y seguro como está de triunfar al fin sobre la Dictadura, considera que ya es tiempo de declarar solemnemente ante el pueblo me- xicano cuáles son, concretamente, los anhelos que se propone realizar cuando logre obtener la influencia que se pretende en la orientación de los destinos nacionales. En consecuencia. el Partido Liberal declara que sus aspi- zaciones son las que constan en el presente Programa, cuya reali- zación es estrictamente obligatoria para el Gobierno que se es- tablezca a la caída de lal Dictadura, siendo también estricta obligación de los miembros del Partido Liberal, velar por el 'cumplimiento de este Programa. En los puntos del Programa, no consta sino aquello que para ponerse en práctica amerita reformas en nuestra Legislación o medidas efectivas del Gobierno. Lo que no es más que un principio, lo que no puede decretar _, sino aue debe estar siem- pre en la conciencia de los hombres líbercles.mo figura en el Programa, porque no hay objeto para ello. Por ejemplo, sien- do rudimentarios principios de liberalismo que el Gobierno deba sujetarse al cumplimiento de la Ley e inspirar todos sus actos en el bien del pueblo, se sobrentiende que todo funcionario liberal ajustará su conducta a este principio. Si el funciona- rio no es hombre de conciencia ni siente respeto por la ley, la violará, aunque en el Programa del Partido Liberal se ponaa una cláusula que prevenga desempeñar con honradez los puestos públicos. No se puede decretar que el Gobierno sea honrado y justo: tal cosa saldría sobrando cuando "todo el conjunto de las leyes, al definir las atribuciones del Gobierno, le señalan con bastante claridad el camino de la honradez; pero para con- seguir que el Gobierno no se aparte de ese camino como muchos lo han hecho, sólo hay un medio: la vigilancia del pue- blo sobre sus mandatarios, denunciandosus malos actos y exi- giéndoles la más estrecha responsabilidad por cualquier falto en el cumplimiento de sus deberes. Los ciudadanos deben -56- comprender que las simples declaraciones de principios. por muy altos que éstos sean, no bastan para formar buenos Go- biernos y evitar tiranías; lo principal es la acción del pueblo el ejercicio del civismo, la intervención de todos en la cosa pública. Antes que declarar en este Programa que el Gobierno será honrado, que se inspirará en el bien público, que impartirá completa justicia, etc., etc., es preferible imponer a los liberales la obligaci6n de velar por el cumplimiento del Programa, para que así recuerden continuamente que no deben fiar demasiado en ningún Gobierno, por ejemplar que parezca, sino que deben vigilarlo para que lleno sus deberes. Esta es la única manera de evitar tiranías en lo futuro y de asegurarse el pueblo el goce y aumento de los beneficies que conquiste. Los puntos de este Programa no son ni pueden ser otra cosa que bases generales para la implantación de un sistema de gobierno verdaderamente democrático. Son la condensa- ción de las principales aspiraciones del pueblo y responden a las más graves y urgentes necesidades de la Patria. Ha sido preciso limitarse a puntos generales y evitar todo detalle para no hacer difuso el Programa ni darle dimensiones exageradas; pero lo que en él consta, basta, sin embargo, pan dar a conocer con toda claridad lo que se propone el Partido Liberal y lo que realizará tan pronto como, con la ayuda del pueblo mexicano, logre triunfar definitivamente sobre la Dic- tadura. Desde el momento que se consideran ilegales todas las re- formas hechas a la Constitución de 57'por el Gobierno de Por- firio Diez, podría parecer innecesario declarar en el Programa la reducci6n del período presidencial a cuatro años y la no- reelección. Sin embargo, son tan importantes estos puntos, Y fueron propuestos con tal unanimidad y empeño, que se ha considerado oportuno hacerla s constar expresamente en el Pro- grama. Las ventajas de la alternabilidad en el poder y. las de no entregar éste u un hombre por un tiempo demaslOdo largo, no necesitan demostrarse. La Vice-Presidencia, con las modificaciones que expresa el Art. 3Q, es de notoria utilidad, pues con ella las faltas del Presidente de la República se cubren desde lueqo legal y pacíficamente, sin las convulsiones que .de otra manera pudieran registrarse. --57- El serVICIOmilitar obliaatorio es una tiranía de las más odiosas, incompatible con los derechos del ciudadano de un país libre. Esa tiranía se suprime y en lo futuro, cuando el Gobierno Nacional no necesite, como la actual Dictadura, tantas bayonetas que lo sostengan, serán libres todos los que hoy de- sempeñan por la fuerza el servicio de las armas, y sólo permo- necerán en el Ejército los que así lo quieran. El Ejército futuro debe ser de ciudadanos, no de forzados, y para que la Nación encuentre soldados voluntarios que la sirvan, deberá ofrecerles una paga decente y deberá suprimir de la Ordenanza Militar esa dureza, ese rigor brutal que estruja y ofende la dignidad humana. Las manifestaciones del pensamiento deben ser sagradas para un Gobierno liberal de verdad: la libertad de palabra y de prensa no deben tener restricciones que hagan inviolable al Gobierno en ciertos casos y que permitan a los funcionarios ser indignos y corrompidos fuera de la vida pública. El orden público tiene que ser inalterable bajo un buen Gobierno, y no habrá periodista que quiera y mucho menos que pueda turbarlo sin motivo, y en cuanto a la vida privada no tiene por qué respetarse cuando se relaciona con hechos que. caen bajo el dominio público. Para los calumniadores, ehcntocístos y otros pícaros que abusen de estas libertades, no faltarán severos cas- tigos. No se puede, sin faltar a la igualdad democrática, es- tablecer tribunales especiales para juzgar los delitos de im- prenta. Abolir por una parte e¡ fuero militar y establecer por otra el periodístico, será obrar, no democrática sino caprichosa- mente. Establecidas amplias libertades para la prensa y la palabra, no cabe ya distinguir y favorecer a los delincuentes de este orden, los que, por lo demás no serán muchos. Bajo los Gobiernos populares, no' hay delitos de imprenta. La supresión de los Tribunales Militares es una medida de equidad. Cuando se quiere oprimir, hacer del so'ldada un ente sin derechos, y montenerlo en una férrea servidumbre, pueden ser útiles estos Tribunales con su severidad exagerada, -con su dureza implacable, con sus tremendos castigos para la más ligera falta. Pero cuando se quiere que el militar tenga las mismas libertades y derechos que los demás ciudadanos, cuan- do se quita a la disciplina ese rigor brutal que esclavizo. a los hombres, cuando se quiere dignificar al soldado y a la vez robustecer el prestigio de la autoridad civil, no deben dejarse subsistentes los Tribunales Militares que han sido, por lo generaL más instrumentos de opresión que garantía de justicia. Sólo -58- 8Ir.BNOIO BL~ Capilla ardiente de Ricardo Flores Magón en Ciudad Juárez, en enero.re 19.:3.-Ahi su caaaver dijo mucho a íos cerebros de los irredentos. Laelocuencia de la muerte es más vígorosa, en los cadáveres de los gladiadores caídos en la Arena. • en tiempo de guerra por lo muy especial y grave de las cir- cunstancias, puede autorizarse el funcionamielfto de esos Tri- bunales. Respecto a los otros puntos, sobre la pena de muerte y la responsabilidad de los funcionarios, sería ocioso demostrar su conveniencia, que salta a la vista. La instrucción de la niñez debe reclamar muy especialmente los cuidados de un Gobierno que verdaderamente anhele el engrandecimiento de la Patria. En la escuela primaria está la profunda base de la grandeza de los pueblos, y puede decirse que las mejores instituciones poco valen y están en peligro de perderse, si al lado de ellas no existen múltiples y bien cten- didas escuelas, en que se formen los ciudadanos que en lo fu- turo deban velar por esas instituciones. Si queremos que nues- tros hijos guarden incólumes las conquistas que hoy para ellos hagamos, procuremos ilustrarlos y educarlos en el civismo y el amor a todas las libertades. Al suprirnirse las escuelas del Clero, se impone imprescin- diblemente para el Gobierno, la obligación de suplirlas sin tar- danza, para que la proporción de escuelas existentes no dismi- nuya y los clericales no puedan hacer cargos de que se he! perjudicado la instrucción. La necesidad de crear nuevas es- cuelas, hasta dotar al país con todas las que reclome su po- blación escolar, la reconocerá a primera vista todo p.~ que no sea un enemigo del proqreso. Para lograr que la instrucción laica se imparta en todas las escuelas, sin ninguna excepción conviene reforzar la obli- gación de las escuelas porticulores de ajustar estrictomente sus programas a los oficiales, estableciendo responsabilidades y penas para los maestros que falten a este deber. Por mucho tiempo, la noble profesión del magisterio ha sido de las más despreciadas, y ésto solamente porque es de las peor pagadas. Nadie desconoce el mérito de esta pro- fesión, nadie deja de designarla con los más honrosos epítetos; pero al mismo tiempo, nadie respeta de verdad ni guarda aten- ción a los pobres maes ros que, por lo mezquino de sus sueldos, tienen que vivir en lamentables condiciones de inferioridad social. El porvenir que se ofrece a la juventud que abraza el magisterio, la compensación que se brinda a los que llama- mos abnegados apóstoles de la enseñanza, no es otra cosa -61- que una mal disfrazada miseria. Esto es injusto D~b garse ~ lo~ .maestros buenos sueldos, como lo mer~ce su ~~~ ~t~ee1-lgndIÍlcc:r~edel profesorado, procurando a sus miembro~ 10 e VIVIr ecentemente acos~ enseñar rudimentos de artes y oficios en las escuelas desPie~:~ c:i ~I??,a ved:hcon nat~ralidad el trabajo manual; d e a icion a lC o trabajo y lo prepara, desarrollan- e~;l~~ artnudes, para adoptar más tarde' un oficio, mejor que b . argosanos en la conquista de un título Hay que ~~~ ?hr desde l la escuela ese desprecio aristocráÚco hacia el OJO :r:nanua, que una educación viciosa ha imbuido a n:Jtra ,¿uventu~; hay, ,?ue fc:rmar trabajadores, factores deb f tUCCIEn efechva y útil, mejor que señores de pluma y do hu e eo n cuanto a la instrucción militar en las escuelas se ace conveniente para poner a los ciudadanos en a titud' d prestar sus servicios en la Guardia Nacional en lo Pq óleperfecci' . . ,ue s o , onaran sus ccnocimíentos militares, Teniendo todos los cIUdadanos, estos conocimientos; podrán defender a la P tri ~u~dodsea prec~~o y harán imposible el predominio de losaso~ a os de ~rofeslOn, es decir, del militarismo, La preferencia ~:s:~ a e prestar a la instrucción cívica, no necesita demos- ~s inútil declarar en el Programa que debe d f renc~a al mexicano sobre el extranjero en igualdad darse,pre e- tanclOS pu ' t á ' e circuns- Co ' ~s es c: est ya consignado en nuestra Constitución mo m~dlda 7Ílcaz, para evitar la preponderancia extroni er~ y gar<X?hzar la mtegndad de nuestro territorio, nada parece) t~ ~onveruentedco~o declarar ciudadanos mexicanos a los extran- íeros que- a quieren bienes raíces. me ~a prohibició~, de la inmigración china, es, ante lodo, una p .dl~~de protecclOn a los trabajadores de otras nacionalidades o n:~~l~ tr;:::~~'a los rr:exi~anos: El chino, dispuesto po; lo ge~ '. jor Con e mas boio salario, sumiso mezquino en ~~~~~ones, e~ un gran obstáculo para la prospe'ridad de otros , .ores. u competencia es funesta y hay que evitarla Mené~exlcloo En bgener?~ la inmigración china no produce a.XlCOe menor eneficío, -62- El clero Católico, saliéndose de los límites de su misión re- ligiosa, ha pretendido siempre erigirse en un poder político, y ha causado grandes males a la Patria, ya como dominador del Estado con los Gobiernos conservadores, o ya como rebelde en su odio salvaje a los instituciones democráticas, provoca una contra los gobiernos liberales. Esta actitud del Clero, inspirada actitud equivalente por parte de los gobiernos honrados que no se avienen ni a permitir la invasión religiosa en las esferas del poder civil, ni a tolerar pacientemente las contínuas rebeldías del clericalismo. Observara el Clero de México la conducta que sus iguales observan en otros países -por ejemplo, en Inglaterra y los Estados Urtidos-; renunciara a sus pretensiones de gobernar al país; dejara de sembrar odios contra las institu- ciones y autoridades liberales: procura hacer de los católicos buenos ciudadanos y no disidentes o traidores; negárase a aceptar la separación del Estado y de la Iglesia, en vez de seguir soñando con el dominio de la Iglesoia sobre el Estado; abandonara, en suma, la política y se consagra sencillamente a la religión; observara el Clero esta conducta, decimos, y de seguro ningún Gobierno se ocuporío de molestarlo ni se tomaría el trabajo de estarlo vigilando para aplicarle ciertas leyes. Si los gobiernos democráticos adoptan medidas restrictivas para el Clero, no es por el gusto de hacer decretos ni por ciega per- secusión, sino por la más estricta necesidad. La actitud agresiva del Clero ante el Estado Liberal, obliga al Estado a hacerse respetar enérgicamente. Si el Clero en México, como en otros países, se mantuviera siempre dentro de la esfera religiosa, no lo afectarían los cambios políticos; pero estando, como lo está, a la cabeza de un partido militante --el conservador- tiene que resignarse a sufrir las consecuencias de su conduc- ta. Donde la Iglesia es neutral en político, es intocable poro cualquier gobierno; en México, donde conspira sin tregua, alián dose a todos los despotismos y siendo capaz hasta de la troicióu a la Patria para llegar al poder, debe darse por satisfecha con que los liberales, cuando triunfen sobre ella y sus aliados, sólo impongan algunas restricciones a sus abusos, Nadie ignora que el Clero tiene muy buenas entradas de dinero, el que no siempre es obtenido con limpios procedimien- tos, Se conocen numerosos casos de gentes tan ignorantes como pobres que dan dinero a la Iglesia con inauditos sacrificios, obligados por sacerdotes implacables que exigen altos precios por un bautismo, un matrimonio, etc. amenazando a los cre- yentes con el infierno si no se procuran esos sacramentos al -63- precio señalado. En los templos se venden a precios excesi- vos, estampas y hasta cintas y estambritos sin ningún valor. Para mil cosas se piden limosnas, y espoleando el fanatismo, se logra arrancar dinero hasta de gentes que disputarían un cen- tavo si no creyeran que con él compran la gloria. Se vé en todo ésto un lucro exagerado a costa de la ignorancia humana, y es muy justo que el Estado, que cobra impuestos sobre todo lucro o negocio, los cobre también sobre éste, que no es por cierto de los más honrados. Es público y notorio que el Clero, para burlar las Leyes de Reforma, ha puesto sus bienes a nombre de algunos testafe- rros. De hecho, el Cl~ro sigue poseyendo los bienes que 1::l Le',' prohibe poseer. Es pues, preciso, poner fin a esa burla y nacio- nalizar esos bienes .. Las penas qpe las Leyes de Reforma sefi-rlor; poro sus infractores, son leves, y no inspiran temor al Clero. Los soc - dotes pueden pagar tranquilamente una pequen-a multa, por darse el gusto de infringir esas Leyes. Por tanto, se hoce ne- cesario para prevenir las infracciones, señalar penas que im- pongan respeto a los eclesiásticos atrevidos. La supresión de las escuelas del Clero, es una medida que producirá al país incalculables beneficios. Suprimir Ja escue- la clerical es acabar con el foco de las divisiones y los odios en- tre los hijos de México; es cimentar sobre la más sólida base, para un futuro próximo, le completa fraternidad de la gran fa- milia mexicana. La escuela clerical, que educa ',l la nifiez en el más intolerante fanatismo, que la atiborra de prejuicios y de dogmas caprichosos" que le inculca el aborrecimiento a nues- tras más preclaras glorias nacionales y le hace ver como enemi- gos a todos los que no son siervos de la Iglesia, es el gran obs- táculo para que la Democracia impere serenamente en nuestra Patria y para que entre todos los mexicanos reine esa armo- nía, esa comunidad de sentimientos y aspiraciones, que es e~ alma de las nacionalidades robustas y adelantadas. La es- cuela laica, que carece de todos estos vicios, que se inspira en un elevado patriotismo, ajeno a mezquindades religiosas, que tiene por lema la verdad, es la única que puede hacer de los mexicanos el pueblo ilustrado, Iroternol y fuerte de mañana, pe- ro su éxito no será completo mientras que al lado de la juven- tud emancipada y patriota, sigan arrojando las escuelas cleri- cales otra juventud que, deformada intelectualmente por tor- pes enseñanzas, venga a mantener encendidas viejas discor- -64-- Hasta desp~ÓISide muerto, Ricardo Flores Magón agitó multitudes y despertó rebeldias, en reeonocímíento de su labor libertaría y de REGE· NERAOION de los .oprimidos. Al descargar BU cadáver del tren que lo tra.jo de Estados Unidos. dias en medio del engrandecimiento nacional. La supresi6n de las escuelas del Clero, acaba de un golpe con lo que ha sido siempre el germen de amargas divisiones entre los mexicanos y asegura definitivamente el imperio de la democracia en nues- tro país, con sus naturales consecuencias de progreso, paz y fraternidad. Un Gobireno que se preocupa por el bien efectivo de todo el pueblo, no puede permanecer indiferente ante la importan- tísima cuesti6n del trabajo. qracias a la Dictadura de Porfirio Diez, que pone el poder al servicio de todos los explotadores del pueblo, el trabajador mexicano ha sido reducido a la con- dici6n más miserable; en donde quiera que presta sus servi- cios, está obligado a desempeñar una dura labor de muchas ho- ras por un jornal de unos cuantos centavos. El capitalista so- berano impone sin apelaci6n las condiciones del trabajo, que siempre son desastrosas para el obrero, y éste tiene que acep- tarlas por dos razones: porquela miseria lo hace trabajar a cualquier precio o porque, si se rebela contra el abuso del ri- co, las bayonetas de la Dictadura se encargan de someterlo Así es como el trabajador mexicano acepta labores de doce a más horas diarias por salarios menores de setenta y cinco cen- tavos, teniendo que tolerar que los patronos le descuenten to davia de su infeliz jornal diversas cantidades para médico, culto cat6lico, fiestas religiosas o cívicos y otras cosas, aparte de las multas que con cualquier pretexto se le imponen. En más deplorable situaci6n que el trabajador industrial, se encuentra el jornalero de campo, verdadero siervo de los mo- dernos señores feudales. Por lo general, estos trabajadores tienen asignado un jornal de veinticinco centavos o menos, pe- ro ni siquiera este menguado salario perciben en efectivo. Co- mo los amos han tenido el cuidado de echar sobre sus peones una ileuda más o menos nebulosa, recogen lo que ganan esos desdichados a titulo de abono, y s6lo para que no se mueran de hambre les proporcionan algo de maíz y frijol y alguna otra cosa que les sirve de alimento. De hecho, y por le general, el trabajador mexicano nada gana; desempeñando rudas y prolongadas labores apenas ob- tiene lo muy estrictamente preciso para no morir de hambre Esto no s6lo es injusto: s inhumano, y reclama un eficaz co- rrectivo. El trabajador no es ni debe ser en las sociedades una -67- bestia mascilante, condenada a trabajar hasta el agotamiento sin recompensa alguna; el trabajador fabrica con sus .monos cunto existe para beneficio de todos, es el productor de todas las riquezas y debe tener los medios para disfrutar de todo aquello de que los demás disfrutan. Ahora le faltan los dos ele- mentos necesarios: tiempo y dinero, y es justo proporcionárse- los, aunque sea en pequeña escala. Ya que ni la piedad ni la justicia tocan el corazón encallecido de los que explotan al pueblo, condenándolo a extenuarse en el trabajo, sin salir de la miseria, sin tener una distracción ni un goce, se hace necesa- rio que el pueblo mismo, por medio de madantarios demócratas, realice su propio bien, obligando al capital inconmovible a obrar con menos avaricia y con mayor equidad. Una labor máxima de ocho horas y un salario mínimo de ~ ] .00 .es lo menos que puede pretenderse para que el traba- iodor esté siquiera a salvo de la miseria, para que la fatiga no ]0 agote, y para que le quede tiempo y humor de procurar- se instrucción y distracción después de su trabajo. Segura- mente, que el ideal de un hombre no debe ser ganar un peso por dia, eso se comprende; y la legislación que señale tal sa- lario mínimo no pretenderá haber conducido al obrero a la me- ta de la feliicdad. Pero no es eso de lo que se trata. A esa n:eta de~e ~legar el obrero por su propio esfuerzo y su exclu- srvo cspírrrcíén, luchando contra el capital en el campo libre de la democracia. Lo que ahora se pretende es cortar de raíz los abusos de. ~ue hq venido siendo víctima el trLlbajador y po- ~~:l? en condiciones de luchar contra el capital sin que su po- sicion sea en absoluto desventajosa. Si se dejara al obrero en las condiciones en que está, diíícilmente lograría mejorar, pues la negra miseria en que vive continuaría obligándolo a ace1?tc:r todas las condiciones del explotador. En cambio, ga- rantizandole menos horas de trabajo y un salario superior al que b~y gana la generalidad,-se le aligera el yugo y se le pone e~ cptitud de luchar por mejores conquistas, de unirse y rga- ~uzarse y fortalecerse para arrancar al capital nuevas v me- ¡ores concesiones. - ~c:r.reglamentación del servicio doméstico y del trabajo a ?OmlCIhos~ h?ce n~cesaria, pues a labores tan especiales como estas es difícil aphcarles el término general del máximun de trab~o y el mínimum de salario qu~ resulta sencillo para las demas labores. Indudablemente deberá procurarse que los -68- afectados por esta reglamentación, obtengan garantías equiva- lentes a las de los demás trabajadores. El establecimiento de ocho horas de trabajo es un benefi- CIOpara la totalidad de los trabajadores, aplicada gener.almen- te, sin necesidad de modificaciones para casos determmados No sucede lo mismo con el salario mínimo de $ 1.00 y sobre es- to hay que hacer una advertencia en extremo importante. LaR condiciones de vida no son iguales en toda la República: hay regiones en México en que la vida resulta mucho más cara que en el resto del país. En esas regiones los jornales son más al- tos, pero apesar de eso el trabajador sufre allí tanta miseria co- mo la que sufren con más bajos salarios los trabajadores en los puntos donde es más barata la existencia. Los salarios ver- rían, pero la condición del obrero es la misma; en todas partes no gana, de hecho, sino lo preciso para no morir de hambre Un jornal de más de $ 1.00 en Mérida, como de 50 centavos en San Luis Potosí; mantiene al trabajador en el mismo estado de miseria, porque la vida es doblemente o más cara en el pri- mer punto que en el segundo. Por tanto, si se aplica con ab: soluta generalidad el salario mínimo de $ 1.00, no se lograra como se pretende arrancar de la miseria a todos los trabaja- dores, sino solamente a algunos. Los que viven en regiones donde el costo de la vida es excesivo, y que ya hoy perciben jornales de más de $ 1.00 que no los salvan de la miseria, con- tinuar1an en la misma desastrosa condición en que ahora se en- cuentran sin obtener con la ley de que hablamos el más insigni- ficante beneficio. Es, pues, preciso prevenir tal injusticia, y al formularse detalladamente la Ley del trabajo, deberán expre- sarse las excepciones para la aplicación del salario mínimo da $ 1.00, estableciendo para aquellas regiones en que la vida es más cara, y en que ahora ya se gana ese jornal, un salario ma- yor de $ l.00. Debe procurarse que todos los trabajadores ob- tengan en igual proporción los beneficios de esta ley. Los demás puntos que se proponen para la legislación so .bre el trabajo son de necesidad y justicia patentes. La higiene en 'fábricas, talleres, alojamientos y otros lugares en que depen dientes y obreros deban estar por largo tiempo; las garantías a la vida del trabajador; la prohibición del trabajo infantil; el descanso dominical; la indemnización por accidentes y la pen- sión a obreros que han agotado sus energías en el trabajo; la prohibición de multas y descuentos; la obligación de pagar con dinero efectivo; 1 I anulación de la deuda de los jornaleros; las -69- medidas para evitar abusos en el trabajo a destajo, y las de pro- tección a los medieros; todo esto lo reclaman de tal manera las tristes condiciones del trabajo en nuestra Patria, que su conveniencia no necesita demostrarse con ninguna conside- ración. La obligación que se impone a los propietarios urbanos de indemnizar a los arrendatarios que dejen mejoras en SU3 casas o campos es de gran utilidad pública. De este modo. los propietarios sórdidos que jamás hacen reparaciones en las pocilgas que rentan, serán obligados a mejorar sus posesiones con ventaja para el público. En general, no es justo que un pobre mejore la propiedad de un rico, sin recibir ninguna com- pensación, y s610para beneficio del rico. La aplicación práctica de ésta y de la siguiente parte de} Programa Liberal, que tienden a mejorar la situación económi- ca de la 'clase más numerosa del país, encierra ~abase de una verdadera prosperidad nacional. Es axiomático que los pue- blos no son prósperos sino cuando la generalidad de los ciuda- danos disfrutan de particular y siquiera relativa prosperidad. Unos cuantos millonarios,acaparando toda la riqueza y siendo los únicos satisfechos entre millones de hambrientos, no hacen el bienestar general sino la miseria pública, como lo vemos en. Méxíco. En cambio el país donde todos o los más pueden sa- tisfacer cómodamente sus necesidades, será próspero con millo- narios o sin ellos. El mejoramiento de las condiciones del trabajo, por una parte, y por otra, la equitativa distribución de les tierras, con las facilidades de cultivarlasy aprovecharlas sin restricciones, producirán inapreciables ventajas a la nación. No sólo salva- rán de la miseria y procurarán cierta comodidad a las clases que directamente reciben el beneficio, sino que impulsarán no- tablemente el desarrollo de nuestra agricultura, de nuestra in- dustria, de todas las fuentes de la pública riqueza, hoy estan- cadas por la miseria general. En efecto; cuando el pueblo es demasiado pobre, cuando sus recursos apenas le alcanzan pa- ra mal comer, consume sólo artículos de primera necesidad, y aun estos en pequeña escala. ¿Cómose han de establecer in- dustrias, cómo se han de producir telas o muebles o cosas por el estilo en un país en que la mayoría de la gente no puede procurarse ningunas comodidades? ¿Cómono he de ser raquí- tica la producción donde el consumo es pequeño? ¿Qué im- pulso han de recibir las industrias donde sus productos sólo -70- Don Mi~ e. Hidalgo y Costilla, Padre de la Independencia. encuentran un reducido número de compradores, porque la ma- yoría de la población se compone de hambrientos? Pero si es- tos hambrientos dejan de serlo; si llegan a estar en condiciones de satisfacer sus necesidades normales; en una palabra, si su trabajo les es bien o siquiera regularmente pagado, consumi- rán infinidad de artículos de que hoy están privados y harán necesaria una gran producción de esos artículos. Cuando los millones de parias que hoy vejetan en el hambre y la desnu- dez, coman menos mal, usen ropa y calzado y dejen de tener un petate por todo ajuar, la demanda de mil géneros y objetos que hoyes insignificante, aumentará en proporciones colosales, y la industria ,la agricultura, el comercio, todo, seré!mcteriolmen- te empujado a desarrollarse en una escala que Jamás alcanza- río mientras subsistieran las actuales condiciones de miseria generaL La falta de escrúpulos de la actual Dictadura para apro- piarse y distribuir entre sus favoritos ajenas heredades, la des- alentadora rapacidad de los actuales funcionarios para adue- ñarse de lo que a otros pertenece, ha tenido por consecuencia que unos cuantos afortunados sean los acaparadores de la tie- rra, mientras infinidad de honrados ciudadanos lamentan en la miseria la pérdida de sus propiedades. La riquerxr pública na- da se ha beneficiado y sí ha perdido mucho con estos odiosos monopolios. El acaparador es un todopoderoso que impone la esclavitud y explota horriblemente al jornalero y al mediero; no se preocupa ni de cultivar todo el terreno que posee ni de emplear buenos métodos de cultivo, pues sabe que esto no le hace falta para enriquecerse: tiene bastante con la noturcl mul- tiplicaciónde sus ganados y con lo que le produce la parte de sus tierras que cultivan sus jornaleros y rnedieros. casi gra- tuitamente. Si esto se perpetúa, ¿cuándo se mejorará la si- tuación de la gente de campo y se desarrollará nuestra agricul- tura? Para lograr estos dos objetos no hay más que aplicar por una parte la Ley del jornal mínimo y el trabajo máximo, y por otra la obligación del terrateniente de hacer productivos todos sus terrenos, so pena de perderlos. De aquí resultará irreme- diablemente que, o el poseedor de inmensos terrenos se decide a cultivarlos y ocupa miles de trabajadores y contribuye pode- rosamente a la producción, o abandona sus tierras o parte de -73- ellas para que el Estado las adjudique a otros que las nagan producir y se aprovechen de sus productos. De todos modo~, se obtienen los dos grandes resultados que se pretenden: Pri- mero, el de proporcionar trabajo, con la compensación respec- tiva, a numerosas personas, y segundo, el de estimular la pro- duccción agrícola. Esto último no solo aumenta el volumen de la riqueza general. sino que influye en el abaratamiento de los productos de la tierra. Esta medida no causaría el empobrecimiento de ninguno y sí evitará el de muchos. A los actuales poseedores de tierras les queda el derecho de aprovecharse de los productos de ellas, que siempre son superiores a los gastos de cultivo, es decir, pue- den hasta seguir enriqueciéndose. No se les van a quitar las tierras que les producen beneficios, las que cultivan, aprove- chan en pastos para ganado, etc., sino sólos las tierras impro- ductivas, las que ellos mismos dejan abandonadas y que, de he- cho, no les reportan ningún beneficio. Y estas tierras despre- cíodcs, quizá por inútiles, serán, sin embargo, productivas, cuan- do se p;mgan en manos de otros más necesitados o más aptos que los }.yimitivos dueños. No será un perjuicio para los ricos perder tierras que no atienden y de las que ningún provecho sacan, y en cambio, será un verdadero beneficio para los po- bres poseer estas tierras, trabajarlas y vivir de sus productos. La restitución de ejidos a los pueblos que han sido despoja- dos de ellos, es de clara justicia. La Dictadura ha procurado la despoblación de México. Por millares, nuestros conciudadanos han tenido que traspa- sar las fronteras de la Patria, huyendo del despojo y la tiranía Tan grave mal debe remediarse, y lo conseguirá el Gobierno que brinde a los mexicanos expatriados las facilidades de vol- ver a su suelo natal, para trabajar tranquilamente, colaborando con todos a la prosperidad y engrandecimiento de la nación. Para la cesión de tierras, no debe haber exclusivismos, de- ben darse a todo el que las solicite para cultivarlas La con- dición que se impone de no venderlas, tiende a conservor la di- visión de la propiedad y a evitar que los capitalistas pueden de nuevo, acaparar terrenos. También para evitar el coopera- miento y hacer equitativamente la distribución de las tierras, se hace necesario fijar un máximum de las que se pueden ceder a una persona. Es sin embargo, imposible, fijar e e máximum. mientras no se sepa aproximadamente, la ccntidod de tierros -74- de que pueda disponer el Estado ·para distribución en (re los ciudadanos. La creación del Banco Agrícola, para facilitar a los agricul- tores pobres los elementos que necesitan para iniciar o desa- rrollar el cultivo de sus terrenos, hace accesible a todos el be- neficio de adquirir tierras y evita que dicho beneficio esté sólo al alcance de algunos privilegiados. En lo relativo a impuestos, el programa se concreta a ex- presar la abolición de impuestos notoriamente inicuos y a se- ñalar ciertas medidas generales de visible conveniencic. No se puede ir más adelante en materia tan complexa, ni trazar de antemano al Gobierno todo un sistema hacendario. El impues- to sobre sueldos y salarios y la contribución, personal. son ver- daderas extorsiones. El impuesto del Timbre- que todo lo ara- va, que pesa aun sobre las más insifnificantes tronsccciones y ha llegado hasta hacer irrisoria la declaración constitucional de que la justicia se impartirá gratuitamente, pues obliga a los li- tigantes a desembolsar cincuenta centavos por cada "foja de ac- tuaciones judiciales, es una pesada carga, cuya supresión de- be procurarse. Multitud de serias opiniones están de acuerdo en que no se puede abolir el Timbre de un golpe, sin producir funestos desequilibrios en la Hacienda Pública, de los que se- ría n:-u~ difícil reponerse. Esto es verdad; pero si no se puede supnrmr por completo y de un golpe ese impuesto oneroso, sí se puede disminuir en lo general y abolir en ciertos casos, como en los negocios judiciales, puesto que la justicia ha de ser en- teramente gratuita, y sobre compras y ventas, herencias, al- C?:101es,tabacos y en general sobre todos los ramos de produc- Clan o de comercio de los Estados, que estos solamente pueden gravar. - Los otros puntos envuelven el propósito de favorecer al capital pequeño y útil, de gravar lo que no es de necesidad o beneficio público en provecho de lo que tiene estas cualidades y de evitar que algunos contribuyentes paguen menos de lo que legalmente les corrseponde. En la simple enunciación lle van estos puntos su justificación Uegamos a la última parte del Programa, en la que resulta la declaración de que se confiscarán los bienes de los Iuncío- -75- narios enriquecidosen la presente época de tiranía. Esta me- dida es de la más estricta justicia. No se puede ni se debe reconocer derecho de legítima propiedad sobre los bienes que disfrutan, a individuos que se han apoderado de esos bienes, abusando de la fuerza de su autoridad, despojando a los legí- timos dueños, y aun asesinándolos muchas veces para evitar to- da reclamación. Algunos bienes han sido comprados, es ver- dad, pero no por eso dejan de ser ilegítimos,pues el dinero con que se obtuvieron fué previamente substraído de las arcas pú- blicas por el funcionario comprador. Las riquezas de los actua- les opresores, desde la colosal fortuna del Dictador hasta los menores capitales de los mds ínfimos caciques, provienen sen- cillamente del robo, ya a los particulares, ya a la Nación; robo sistemático y desenfrenado, consumado en todo caso a la som- bra de un puesto público. Así como a los bcndoleros vulgares se les castiga y se les despoja de lo que habían conquistado en sus depredaciones, así también se debe castigar y despojm a los bandoleros que comenzaron por usurpar ~a autoridad y acabaron por entrar a saco en la hacienda de todo el pueblo. Lo que los servidores de la Dictadura han defraudado a la Na- ción y arrebatado a los ciudadanos, debe ser restituido al pue- blo, para desagravio de la justicia y ejemplo de tiranos.. La aplicación que haga el Estado de los bienes que con- fisque a los opresores, debe tender a que dichos bienes vuelvan a su origen primitivo. Procediendo muchos de ellos de des- pojos a tribus indígenas, comunidades e individuos, nada más natural que hacer la restitución correspondiente. La deuda enorme que la Dictadura ha arrojado sobre la nación, ha ser- vido para enriquecer a los funcionarios; es justo, pues, que los bienes de estos se destinen a la amortización de dicha Deuda. En general, con la bonfiscación de que hablamos, el Estado podrá disponer de las tierras suficientes para distribuir entre todos los ciudadanos que las soliciten. Un punto de gran importancia es el que se refiere a sim- plificar los procedimientos del juicio de amparo, para hacerla práctico. Es preciso, si se quiere que todo ciudadano tenga a su alcance este recurso cuando sufra una violación de garCt'.1- tías, que se supriman las formalidades que hoy se necesitan para pedir un amparo, y los que suponen ciertos conocimien- tos jurídicos que la mayoría del pueblo no posee. La justicia con trabas no es justicia. Si los ciudadanos tienen el recurso del amparo como una defensa contra los atentados de que son -76- Generalisimo don José María Morelos: y Pavón, esforzado campeón de la Independencia. víctímos, debe este recurso hacerse práctico, sencillo y expedito, sin trabas que lo conviertan en irrisorio. Sabido es que todos los puebles fronterizos comprendidos en lo que era la Zona Libre, sufrieron, cuando ésta fué abolida recientemente por ·10 Dictadura, inmensos perjuicios que los pre- cipitaron a la más completa ruina. Es de la más estricta justi- cia la restitución de la Zona Libre, que detendrá la ruina de las poblaciones fronterizas y las resarcirá d:e los periuicios que han padecido con la torpe y egoísta medida de la Dictadura. Establecer la igualdad civil para todos los hijos de un mismo padre, es rigurosamente equitativo. Todos los hijos son natu- ralmente hijos legítimos de sus padres, sea que estos estén uni- dos o no por contrato matrimonial. La Ley no debe hacer al hijo v1ctima de una falta que ,en todo caso, sólo corresponde al padre. Una idea humanitaria, digna de figurar en el Programa dP.! Partido Liberol y de que se le tenga presente para cuando se-r posible su realización es la de substituir las actuales peniten- ciarías y cárceles por colonias penitenciarias en las que sin vi- cios, pero sin humillaciones, vayan a regenerarse los delincuen- tes, trabajando y estudiando con orden y me-tido. pudiendo tener el modo de satisfacer todas las exigencias de la naturaleza y obteniendo poro sí los colonos el producto de su trabajo, pa- ra que puedan subvenir a sus necesidades. Los pr.esidios oc- tuales pueden servir para castigar y atormentar a los hombres, pero no para mejorarlos, y por tanto no corresponden al fin a que los destina la sociedad que no es ni puede ser una falange de verdugos que gozan en el sufrimiento de sus víctimas, sino un conjunto de seres humanos que buscan la regeneración de sus semejantes extraviados. Los demás puntos generales se imponen por sí mismos. La supresión de los Jefes Políticos que tan funestos hcn sido para la República como útiles al sistema de la opresión reinante es una medida democrática, como lo es también la multiplicación de los municipios y su robustecimiento. Todo lo que tienda a com- , batir el pauperismo, directa o indirectamente, es de reconocido utilidad. La protección de la raza indígena que, educada y dig- nificada, podrá contribuir poderosamente al fortalecimiento de nuestra nacionalidad, es un punto de necesidad indiscutible. En el establecimiento de firmes Ú:xzosde unión entre los países latino- americanos, podrán encontror estos países, entre ellos México, una garantía para la conservación de su inteqridod, haciénaose ---79 - respetables por la fuerza de su unión ante otros poderes que pre- tendieran abusar de la debilidad de alguna nación latino ame- ricana. En general y aún en el orden económico, la unión de estas naciones las beneficiaría a todas y a cada una de ellas; proponer y procurar esa unión es, por tanto, obra honrcdc y patriótica. Es inconcuso que cuanto consta en el Programa del Par- tido Liberal, necesita la sanción de un Congreso para tener fuerza legal y realizarse; se expresa, pues, que un Congreso Nacional dará forma de ley al Programa para que se cumpla y se haga cumplir por quien corresponda. Esto no sigmfica que se den órdenes al Congreso, ultrajando su dignidad. y soberanía, no. Esto significa sencillamente el eiercicio de un derecho del pueblo, con lo cual en nada ofende a sus repre- sentantes. En efecto, el pueblo liberal, lucha contra un despo- tismo, se propone destruirlo aún a costa de mayores sacrificios. y sueña con establecer un Gobierno honrado que haga mós tarde la felicidad del país; ¿se conformará el pueblo con derro- car la tiranía, elevar un nuevo gobierno y dejarlo que haga en seguida cuanto le plazca? El pueblo que lucha, que tal vez derramará su sangre para constituir un nuevo gobi.erno, ¿no tiene el derecho de imponer algunas condiciones a los que van a ser favorecidos con el poder? ¿no tiene el derecho de pro- ::lamar sus anhelos y declarar que no elevará mañana a de- terminado gobierno sino con la condición de que realice las aspiraciones populares? Indudablemente que 131 pueblo libe- ral que derrocará la Dictadura y elegirá después un nuevo gobierno, tiene el más perfecto derecho de advertir a SUE re- oresentcmtesque no los eleva para que obren como les plazca, sino para que realicen la felicidad del país conformea las aspi- rociones del pueblo que los honra colocándolos en los puestos públicos. Sobre la soberanía de los congresos, está la sobe- ranía popular. No habrá un solo mexicano que desconozca lo peliqroso que es para la Patria el aumento de nuestra ya demasiado enorme Deuda Extranjera. Por tanto, todo paso encaminado a impedir que la Dictadura contraiga nuevos empréstitos o aumente de cualquier modo la Deuda Nacional, no podrá menos -80- que obtener la aprobación de todos los.,ciudadar:,osho~rados, que no quieran ver envuelta a la nocion en mas pehgros y compromisosde los que ya ha arrojado sobre ella la rapaz e infidente Dictcduro, Tales son las consideraciones y fundamentos con que se justifican los propósitos del Partido Liberal, condensados con- cretamente en el Programa que se inserta a continuación. PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL REFORMAS CONSTITUCIONALES. 1.-Reducción del período presidencial a cuatro años. 2.-Supresión de la reelección para el Presidente y los Gobernadores de los Estados. Estos funcionarios sólo podrán ser nuevamente electos hasta después de dos
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