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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
LENGUA Y LITERATURAS HISPÁNICAS 
 
 
 La Fecundidad espiritual en la peroratio de 
 El país más allá de la niebla de Margarita Michelena 
 
 
T E S I S 
que para obtener el título de 
Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas 
presenta: 
Violeta Itandehuitl Chávez Muñoz 
 
 
Asesora: Dra. Lilián Camacho Morfin 
 
 
 
 
 
 
 
 Ciudad Universitaria Febrero 2011 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
 
 
ÍNDICE 
 
Introducción………………………….……………………………..….…..…7 
Agradecimientos…………………………………………………………….11 
1. Estado de la cuestión……………..………………………………………12 
1.1 Biografía..……………………………………….…………….……….13 
1.2 Margarita Michelena y la Generación de Medio Siglo……….………..14 
1.3 Contexto histórico…………………………………………….……..…24 
1.4 La crítica en torno a la obra de Margarita Michelena………….………26 
1.5 La herencia micheleana………………………………………….…….60 
2. El final de la Vía Mística: El país más allá de la niebla se llama 
Fecundidad espiritual…………………………………………………….63 
3. La mística…………………………………………………………………70 
3.1 Etimología de la palabra mística……..…………………………….…..71 
3.1.1 Uso de la palabra mística……..………………………………......72 
3.2 Hacia una definición de mística……..…………..……………………..76 
3.3 Tipología de la mística……..………………………………………..…80 
3.4 Rasgos de la experiencia mística cristiana……..………………………81 
3.5 Vía Mística……..………………………………………………………82 
3.5.1 Purificación o período de Purgación……..……………………....84 
3.5.1.1 El despertar del Yo……..…………………………………....85 
3.5.1.2 La purificación del Yo……..………………………………...85 
3.5.2 Período Iluminativo……..………………………………………..85 
3.5.2.1 La Iluminación……..……………………..…………………86 
3.5.2.2 Contemplación……..……..………………………………....87 
a) Recogimiento……..……………………………………………87 
b) Quietud……..………………………………….………………87 
c) Sueño de las potencias……..………………………..…………88 
d) Unión plena……..…………………...………………………...88 
e) Éxtasis, rapto y visiones……..………………………………...88 
f) Desposorio o unión extática……..………………………..……89 
3.5.3 Noche oscura del alma……..………...……………..…………….89 
3 
 
 
 
3.5.4 Período Unitivo……..…………………………………………….90 
3.5.4.1 Realidad u Orden trascendental……..……………………….92 
3.5.4.2 Fecundidad espiritual……..………………………………....93 
3.6 Perspectivas desde las que se ha estudiado la mística……..…………..96 
3.6.1 Teología……..…………………………………………….……....96 
3.6.2 Teología mística……..…………………………………………….96 
3.6.3 Filosofía……..……………………………………………….…....97 
3.6.4 Psicología y psiquiatría……..………………………….………….97 
3.6.5 Antropología e historiografía……..…………….………………..100 
3.6.6 Literatura……..………………………...………………………...100 
3.6.6.1 El discurso místico……..…………………………………..103 
3.7. Mística española de los Siglos de Oro……..………………….……..107 
3.7.1 Contexto histórico y cultural……..……………………………...107 
3.7.2 El misticismo de San Juan de la Cruz y el misticismo de Santa 
Teresa (semejanzas y diferencias) …….………………………..109 
4. Método: la peroratio…………………………………………………………...112 
5. La Fecundidad espiritual en la peroratio de El país más allá de la 
niebla........................................................................................................118 
5.1 ―Versos menores‖…………………………………………………………119 
5.2 ―Lección de cosas‖.…………………………………………………..122 
5.3 ―Hipótesis del vuelo‖.………………………………………………...124 
5.4 ―Sueño y rescate‖.…………………………………………………….125 
5.5 ―Inscripción fraternal‖.……………………………………………….128 
5.6 ―Palabras del poeta a la criatura humana‖.…………………………...130 
5.7 ―Monólogo del despierto‖.…………………………………………....133 
5.8 ―Golpe en la piedra‖.………………………………………………....136 
5.9 ―Notas para un árbol genealógico‖………………..………………….140 
6. Conclusiones……………………………………………………….…....147 
6.1 Reserva……………………………………………………….……160 
Fuentes directas...…………………………………………………………..163 
Fuentes citadas……………………………………………………………..164 
 
4 
 
 
 
 
 
 
 
 
A mis maestros: 
 
Dra. Lilián Camacho Morfín 
Lic. Erasto Antúnez Reyes 
Lic. Gabriel Castillo Villamil 
Lic. Araceli Escorcia Malváez 
Lic. Fco. Javier Vázquez Aguilar 
Lic. Sandra Muñoz Rivera, mi 
primera maestra 
 
 
A mi madre: 
Ruth Muñoz Rivera 
 
 
A mis segundos y amados padres: 
Sandra y Rafael 
 
 
A mis hermanos: 
Pamela y Guillermo Antonio 
 
 
A mis abuelos: 
Antonio y Guadalupe† 
 
 
A mis tíos: 
Otilia, Filemón, Sergio, Celia, 
Margarita, Zenen, Bertha, Tomás, 
Antonia y Luis 
 
 
A mis amigos: 
Hilda, César e Illimani 
 
 
 
 
 
5 
 
 
 
 
 
 
 
 
A Ángel Linares González, 
con amor. 
“Anima verius est ubi amat, 
quam ubi animat”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
 
 
 
 
 
 
 
<<Ven con nosotros>>, le dicen [los místicos] al 
yo desconcertado y confuso que anhela la 
finalidad y la paz, <<y te mostraremos una salida 
que no sólo te sacará de la prisión en la que estás, 
sino que será un camino para tu Hogar. Es cierto 
que estás inmerso, pliegue sobre pliegue, en el 
Mundo del Devenir; peor aún, que estás rodeado 
por todas partes por las persistentes ilusiones de 
los sentidos. Pero tú también eres hijo de lo 
Absoluto. Portas dentro de ti la señal de tu 
herencia. En el ápice de tu espíritu hay una 
puertecilla, tan alta que sólo esforzándote mucho 
en subir puedes alcanzarla. Allí aguarda y llama 
el Objeto de tu anhelo; de ahí proceden esos 
persistentes mensajes –pálidos ecos de la Verdad 
que eternamente golpea tu puerta– que 
perturbaban la confortable vida de los sentidos. 
Sube, así pues, por esta senda, hasta estos más 
altos niveles de la realidad a los que perteneces en 
virtud de la eterna chispa que hay en ti. Abandona 
tu innoble comodidad, tu ingenioso parloteo, tus 
absurdos intentos de resolver las aparentes 
contradicciones de un Todo demasiado grande 
como para que lo comprenda tu pequeña mente 
utilitaria. Confía en tus instintos profundos; usa 
tus latentes poderes. Aprópiate de esa vida divina, 
creadora, que es la sustancia misma de tu ser. 
Reházte en su interés, si quieres conocer su belleza 
y su verdad. Únicamente puede contemplar lo que 
eres. Sólo lo Real puede conocer la Realidad>>. 
Evelyn Underhill, La mística 
 
 
 
 
 
 
7 
 
 
 
Introducción 
 
La obra poética de Margarita Michelena está compuesta por Paraíso y nostalgia 
(1945), Laurel del ángel (1948), La tristeza terrestre (1954), El país más allá de 
la niebla (1968) y 3 poemas y una nota autobiográfica (1953); con excepción del 
último, estos poemarios fueron compilados en el libro Reunión de imágenes 
(1969). En lo que concierne a su estudio, hasta el momento, únicamente, Dionicio 
[sic.] Morales y Martha Robles han considerado que las obras que conforman 
Reunión de imágenes pueden estudiarse como si existiera un hilo conductor que 
las une. Por desgracia Martha Robles no ahonda en el tema, pero sugiere que: 
―Hasta parece que en Reunión de imágenes Margarita hubiera trazado sus 
estaciones de luz, un mapa de ausencias para aventurarse en su geografía de 
olvidos con la guía de su vocabulario secreto‖.1 Dionicio Morales sí propone con 
claridad cuál es el hilo conductor, y así estableceque la obra poética de Michelena 
comienza con una búsqueda de Dios, pero finaliza en la aceptación de lo terrenal, 
a manera de reconciliación con la vida.2 
Por otro lado, la mística en la poesía de Margarita Michelena es el tema 
más frecuentado por la crítica.3 Sin embargo, hasta donde se ha estudiado, como 
se demuestra en el estado de la cuestión, aún no se ha asociado la Vía Mística con 
Reunión de imágenes. La presente tesis pretende tomar como base la idea de un 
hilo conductor en la poesía Michelena pero, a diferencia de lo que ya ha propuesto 
la crítica, establece como hilo conductor esta vía; de tal forma, cada poemario 
corresponde a un período de la Vía Mística; esto no sólo proporciona la ventaja de 
establecer una conexión y una continuidad en Reunión de imágenes por medio de 
una manifestación que ya ha sido ampliamente estudiada, sino que puede explicar 
los giros, aparentemente contradictorios, que toma la poesía micheleana. 
De lo expuesto con antelación deriva el problema que verdaderamente 
ocupa a esta tesis: dentro de la continuidad de Reunión de imágenes cuál es la 
función y cómo la desempeña El país más allá de la niebla; así esta obra 
 
1 La poesía de Margarita Michelena, Toluca, Grupo IMER. Coordinación General de 
Comunicación Social del Gobierno del Estado de México, 1993, p. 23. 
2 V. ―La tristeza terrestre‖ en Conjuros y divagaciones, México, Universidad Nacional Autónoma 
de México, 2000 (Textos de Difusión Cultural, Serie Diagonal), pp. 41-47. 
3 V. infra pp. 58-59. 
8 
 
 
 
correspondería al período Unitivo, en especial a una de la fases de dicho período 
conocida como Fecundidad espiritual. 
 
Formulación del problema 
El país más allá de la niebla como el último poemario –por orden 
cronológico y por el puesto que ocupa en Reunión de imágenes– es el término del 
hilo conductor de la obra de Michelena. Ante esto, se pretende dilucidar si la 
función que desempeña es la de Fecundidad espiritual y de qué manera se lleva a 
cabo dicha Fecundidad por medio de la realización de alguna obra en pro de los 
demás y de la paternidad espiritual. Estas características deben manifestarse en la 
peroratio de cada poema que conforma El país más allá de la niebla para probar 
que dicho poemario es una muestra de la Fecundidad espiritual y que, así, se 
finaliza la Vía Mística. Por ello la presente tesis se intitula: La Fecundidad 
espiritual en la peroratio de El país más allá de la niebla de Margarita Michelena. 
 
Formulación de la hipótesis 
La continuidad dentro de Reunión de imágenes está dada por la Vía 
Mística, por tanto la función que desempeña El país más allá de la niebla es la 
Fecundidad espiritual, última fase de la Vía Mística. Esto nos conduce al siguiente 
argumento: si en El país más allá de la niebla encontramos las dos características 
propias de la Fecundidad espiritual, entonces podemos considerar que la 
Fecundidad espiritual está presente en este poemario. Por lo que si hay 
Fecundidad espiritual en El país más allá de la niebla entonces, dado que un 
elemento es inseparable del otro, también habrá período Unitivo. La presencia de 
dicho período indica que se ha recorrido hasta el final la Vía Mística. 
 
Objetivos generales y específicos 
El objetivo general es, por medio de nuestro enfoque metodológico, 
localizar la parte del discurso de El país más allá de la niebla en que se 
encuentran los rasgos del período Unitivo, en particular la fase de Fecundidad 
espiritual. 
9 
 
 
 
Los objetivos específicos consisten en identificar las características de la 
Fecundidad espiritual en la peroratio de cada poema de El país más allá de la 
niebla; asimismo probar que con este poemario, dentro de la obra de Michelena, 
llega a su fin la Vía Mística y, por ende, la función que éste desempeña es la de 
Fecundidad espiritual. 
 
Marco teórico 
Para el marco teórico se ha tomado en cuenta la crítica en torno a la obra 
de Michelena, así como obras especializadas en el tema de la mística,4 dado el 
objeto de estudio sólo nos abocamos a la mística cristiana. Cuando se consideró 
necesario se tomaron algunas referencias de la Biblia.5 
 
Enfoque metodológico 
Para probar que la Fecundidad espiritual está presente en El país más allá 
de la niebla primero se estableció cuáles son las características de ésta y luego se 
identificaron en la peroratio de cada poema. Se emplea la peroratio porque en ella 
se recapitula lo expuesto a lo largo de todo el poema, se hace énfasis en el 
argumento que se quiere probar y, asimismo, se intenta mover los afectos del 
lector. Estos elementos permiten analizar cada poema en profundidad a través de 
un fragmento. 
 
Esta tesis se divide en seis capítulos. En el primero (estado de la cuestión) 
se expone la vida y obra de Margarita Michelena, así como su contexto histórico y 
la crítica en torno a su obra literaria. En el segundo capítulo se plantea el 
problema de investigación y la hipótesis, también se establece cuál es el problema 
que nos ocupa a partir de lo que ya ha señalado la crítica, en especial, lo propuesto 
por Dionicio Morales, y la interpretación que propone esta tesis a partir de la 
mística. 
 
4 Considero indispensable para el estudio de la mística, cf. Evelyn Underhill, La mística. Estudio 
de la naturaleza y desarrollo de la conciencia espiritual, trad. de Carlos Martín Ramírez, pról. de 
Juan Martín Ramírez, Madrid, Trotta / Centro Internacional de Estudios Místicos, 2006 
(Estructuras y Procesos, Serie Religión). 
5 Todas las referencias bíblicas fueron tomadas de Sagrada Biblia, 2ª ed., vers. castellana de Felix 
Torres Amat, México, Cumbre, 1984. 
10 
 
 
 
En el tercer capítulo, ―La mística‖, se define el término y se señalan los 
rasgos de la mística cristiana. Se exponen los distintos enfoques desde los que ha 
sido estudiada la mística; y se describe a detalle la Vía Mística, haciendo énfasis 
en la Fecundidad espiritual. El cuarto capítulo se define la peroratio y sus 
características. También se justifica el empleo de este método para estudiar la 
Fecundidad espiritual. 
En el quinto capítulo se localiza la peroratio en cada poema y se establece 
la relación de cada una de las partes que componen la peroratio con las 
características de la Fecundidad espiritual. 
En las conclusiones, sexto capítulo, se recapitulan los datos relevantes 
obtenidos en el análisis y se corrobora la hipótesis: El país más allá de la niebla 
es una muestra de la Fecundidad espiritual y, por tanto, del período Unitivo. Por 
último, en la reserva se señalan los límites y alcances de nuestro análisis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
11 
 
 
 
Agradecimientos 
 
Deseo expresar mi profundo agradecimiento a la Dra. Lilián Camacho Morfín por 
brindarme su invaluable asesoría para la realización de esta tesis. También quiero 
agradecer a Dionicio Morales por su amabilidad y por haberme concedido una 
entrevista en la cual me proporcionó muchos datos acerca de la vida y 
personalidad de Margarita Michelena. Asimismo, expreso mi entera gratitud al Dr. 
Gabriel Linares González por sus valiosas observaciones críticas. 
Agradezco a mis compañeros del Seminario de Tesis sus comentarios y el 
interés en mi trabajo. 
Por último, aclaro que cualquier error en la presente tesis es mi absoluta 
responsabilidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
12 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Capítulo 1 
 
Estado de la cuestión 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
13 
 
 
 
1. Estado de la cuestión 
 
1.1 Biografía 
Margarita Michelena nació el 21 de julio de 1917 en Pachuca, Hidalgo. Falleció el 
27 de marzo de 1998 a causa de un derrame cerebral. Estudió algunas materias de 
filosofía y literatura en la Facultad de Filosofía y Letrasde la Universidad 
Nacional Autónoma de México. Fue conocida con el seudónimo ―Eulogio 
Cervantes‖, mismo que compartió con la escritora Eunice Odio. De acuerdo a la 
anécdota, que se menciona en una entrevista hecha por Dionicio Morales, Paraíso 
y nostalgia se dio a conocer porque Álvaro Gálvez y Fuentes, con quien 
Michelena trabajaba, encontró poemas suyos en un cajón del escritorio y, después 
de leerlos, decidió publicarlos.6 
Contribuyó en la fundación y dirección de la revista Tiras de colores (1943). 
Colaboró en las revistas América, Estaciones, Pájaro Cascabel, Examen, 
Siempre!, Ábside, La Vida Literaria, Américas (de la Unión Panamericana de 
Washington), Casa de la Cultura (de Ecuador), El Rehilete; así como en los 
suplementos culturales México en la Cultura (Novedades), La Cultura en México 
(Siempre!) y en la sección cultural La Cultura al Día (Excélsior). Tuvo a su cargo 
la dirección de varias publicaciones periódicas: la revista cultural El libro y el 
pueblo (de 1960 a 1962); el suplemento La Cultura en México (de 1988 a 1991); 
la revista política Respuesta (1961-1962), la revistas Kena (1963) y Casa (1975); 
y los diarios Cuestión y Cotidiano (1980), éste último elaborado exclusivamente 
por mujeres. 
Realizó cápsulas de radio sobre minucias lexicográficas para el Instituto 
Mexicano de la Radio. Asimismo se desempeñó como guionista de la XEW. 
Ocupó el cargo de jefa de los servicios de prensa de la Dirección General de 
Información del Departamento de Turismo (1967). Participó en la realización de 
las secciones de literatura mexicana de la Enciclopedia Británica, la Enciclopedia 
Salvat y el libro Messico. Además fue editorialista en el periódico Novedades, y 
participó de 1976 y hasta su muerte en las filas de Excélsior con la columna 
 
6 V. ―La poesía sirve para hacer más grande al hombre‖, entrevista hecha a Margarita Michelena, 
en Conjuros y divagaciones, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2000 (Textos 
de Difusión Cultural. Serie Diagonal), p. 52. 
14 
 
 
 
“¿Qué pasa allí?”. Prologó los libros México cómico y México en escena de 
Tomás Perrín, Poesías completas de Guadalupe Amor y Que mis palabras te 
acompañen de Emma Godoy. 
Margarita Michelena siempre consideró que ―la forma más rápida de cavar 
la propia tumba es publicar todo lo que se escribe‖,7 por ello su obra es breve pero 
sólida: Paraíso y nostalgia (1945), Laurel del ángel (1948), La tristeza terrestre 
(1954) y El país más allá de la niebla (1968); estos poemarios fueron compilados 
en el libro Reunión de imágenes que publicó el Fondo de Cultura Económica en 
1969, y que fue reeditado por la misma editorial en 1990. La UNAM publicó 
Poemas (1987), una breve muestra de la obra de la poeta hidalguense. Cabe hacer 
mención que la autora realizó la selección e incluyó una nota para esta edición. A 
estas obras se suman 3 poemas y una nota autobiográfica (1953), el libro de 
cuentos La tragedia en rosa (1976), y los ensayos: ―Libertad, igualdad y 
agresividad‖ incluido en el volumen colectivo La mujer (1975) y Notas en torno a 
la poesía mexicana contemporánea (1950). En El Dictionary of Mexican 
Literature se hace mención al ensayo Las mujeres poetas, el cual desconozco, y 
ya que en ninguna otra fuente se hace referencia a esta obra, es probable que haya 
sido confundido con el artículo ―Temas del subdesarrollo. Las poetisas‖.8 
En las revistas América y Estaciones, así como en el suplemento cultural La 
Cultura en México dio a conocer, respectivamente, los cuentos: Monólogo en el 
espejo (1949), Aurelia, la Bella durmiente (1956), Monólogos del buscador 
(1957) y Las tres virtudes teologales (1989). Realizó las traducciones: El Spleen 
de París y Algunas flores del mal de Charles Baudelaire, Napoleón, el genio al 
servicio del egoísmo de Hippolyte Taine y La educación por el trabajo de 
Celestin Freinet. Compiló los poemas incluidos en Jardín de palabras. Recreo 
poético juvenil publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 
 
1.2 Margarita Michelena y la Generación de Medio Siglo 
Las generaciones resultan de suma utilidad para el estudio de las obras 
literarias, mas no por ello dejan de ser construcciones artificiales, en mayor o 
 
7 Margarita Michelena, 3 poemas y una nota autobiográfica, México, Salm, 1953 (Invitación a la 
lectura, 1), p. X. 
8 V. Siempre!. México, 10 de diciembre, 1980, núm. 1433, pp. 22-23. 
15 
 
 
 
menor grado. En lo que respecta a la conveniencia de emplear el método 
generacional baste lo que asevera Fernando Curiel: ―Y de esto se trata; de 
convenciones, subdivisiones de un todo complejo e inestable. Desde esta 
perspectiva, la del artificio, el método generacional auxilia a ver el bosque 
profundo donde moran los dioses y demonios que la literatura –si lo es– nombra 
ab aeterno pero siempre por primera ocasión‖.9 
Existen algunas referencias para ubicar a Michelena en una corriente 
literaria, aunque la mayoría no son del todo claras y se limitan a ubicar a la poeta 
hidalguense dentro la poesía femenina, y rara vez toman en cuenta las cualidades 
de su obra, ya sean estilísticas o temáticas. Asimismo la encasillan en un grupo 
por su fecha de nacimiento, pero sin lograr conjugar las características de su 
producción con las de una generación determinada. Por ejemplo, en Breve historia 
de la poesía mexicana se menciona que en la poesía femenina moderna de México 
(mediados del siglo XX) pueden ubicarse dos tendencias: las inquietudes 
modernas adheridas a la preocupación por el legado indígena y el amor divino.10 
Dentro de dichas tendencias se formaron diversos grupos: el neorromántico, el 
que corresponde a Margarita Michelena, pues ella misma lo encabeza. 
Posteriormente, Dauster, define la poesía de esta autora tomando como referencia 
algunos de sus poemas, así encuentra el rasgo ―moderno‖ del tormento de andar 
sin dirección en ―La flor vacía‖; el ansia religiosa en ―Las puertas de Sión‖; y la 
añoranza de la belleza y la vida en ―Enigma de la rosa‖. Pese a esto, Dauster, no 
proporciona las características del grupo neorromántico ni precisa quiénes lo 
conformaron. 
Margarita Michelena relata11 que su inclusión en la literatura fue por medio 
de la revista Tiras de colores, misma que publicaba con ―Los Siete‖;12 pero este 
 
9 Elementos para un esquema generacional aplicable a cien años (aprox.) de literatura patria, 
México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, 
2001 (Bolsillo, 18), p. 86. 
10 V. Frank Dauster, Breve historia de la poesía mexicana, México, Andrea, 1956 (Manuales 
Studium, 4), pp. 178-179. 
11 V. Margarita Michelena entrevistada por Héctor Azar, En los andamios de la creación. 
Conversaciones radiofónicas, presentación de Rabindranath Espinosa, México, Consejo Nacional 
para la Cultura y las Artes, 2003 (Lecturas Mexicanas. Cuarta Serie), p. 114. 
12 ―Los Siete‖, según Michelena, estaban conformados por Tomás Perrín, Álvaro Gálvez y 
Fuentes, Arturo Adame, Clemente Soto Álvarez, Jesús Sotelo Inclán y ella. Por desgracia, sólo 
menciona seis integrantes y dado la intrascendencia de este grupo, no existen más referencias 
sobre ellos que las que brinda la poeta hidalguense. 
16 
 
 
 
grupo no trascendió, como tal, más allá de dicha revista. Por lo tanto, su labor 
literaria no se vio influida, en manera alguna, por ―Los Siete‖. Aunque, después 
de su separación, siguieron apoyándose entre ellos realizando prólogos y artículos 
sobre las obras de sus antiguos compañeros, no pudieron concretar una propuesta 
estética que diera relevancia y cohesión al grupo. Lo anterior explica por qué este 
grupo no incidió en la obra de Michelena, como sí lo haría la Generación de 
Medio Siglo. En un artículo sobre Gabriela Mistral, Michelenase incluye a sí 
misma dentro de un grupo conformado por poetas mexicanas: ―Para esa fecha 
[1945] ya hemos aparecido en México Concha Urquiza –tan injustamente 
olvidada–, Emma Godoy, Guadalupe Amor y yo. Las cuatro, curiosamente, poetas 
de signo religioso‖.13 Asimismo, en este artículo apunta la diferencia entre las 
poetas y las poetisas, es decir, entre el grupo mencionado anteriormente y la 
poesía hecha por mujeres con antelación: 
 
a diferencia de la mujeres que en México, hasta entonces, habían escrito una 
poesía que […] redundaba en cosas de ésas que sólo han de decirse por 
teléfono. Las mujeres que escriben así son las ―poetisas‖. Gabriela es ya poeta, 
como lo somos las otras que […] tenemos con ella en común, muy 
agudamente, el sentimiento del peso o la ausencia de Dios.14 
 
En lo que respecta a los estudios literarios, vale la pena mencionar la 
―Introducción‖ de Héctor Valdés, en la que se refiere a las condiciones históricas 
y sociales en las cuales ha ido surgiendo y madurando la poesía hecha por mujeres 
durante el siglo XX en México.15 Este texto pretende ubicar a Michelena en un 
grupo, que el autor caracteriza de la siguiente manera: surgió en los años cuarenta; 
lo integraron Guadalupe Amor, Rosario Castellanos, Dolores Castro, Emma 
Godoy, Margarita Michelena, Margarita Paz Paredes y Aurora Reyes; la revista 
Rueca fue se suma importancia como un medio de difusión para algunas de estas 
poetas; la mayoría de ellas realizó estudios universitarios; fueron cultas; hicieron 
crítica literaria; sus obras estuvieron al alcance de un público mayor en 
contraposición con las autoras de la década anterior; la Biblia representó una 
 
13 ―Centenario de Gabriela Mistral‖, en ―La Cultura en México‖, supl. de Siempre!. México, 15 de 
marzo, 1989, núm. 1864, p. 35. 
14 Idem. 
15 V. Héctor Valdés, ―Introducción‖, en Poetisas Mexicanas Siglo XX, México, Universidad 
Nacional Autónoma de México, 1976 (Nueva Biblioteca Mexicana, 44) pp. VIII-IX. 
17 
 
 
 
lectura común para todas la integrantes de este grupo, las cuales tienen entre sí 
una notoria semejanza lingüística y temática. 
Si bien, es cierto, que Michelena publica su primera obra a finales de la 
década de los cuarenta -Paraíso y nostalgia (1948)-, también es verdad que la 
mayor parte de la actividad intelectual, periodística y creativa de esta autora se 
produjo durante las dos décadas siguientes, es decir durante el mismo período en 
que escriben los miembros de la Generación de Medio Siglo. Aunque es innegable 
que su obra tiene mucha afinidad con la de Guadalupe Amor o la de Rosario 
Castellanos, también existen notorias divergencias ya que Michelena posee una 
manera particular de usar el lenguaje y de tratar el misticismo. También difieren 
en que la autora de Reunión de imágenes no publicó en Rueca sino que, como 
menciona Sara Poot Herrera,16 su participación se dio en las revistas América y 
Fuensanta durante la década que va de 1940 a 1950; y colaboró en varias 
ocasiones en la revista Estaciones entre 1956 y 1960. Por todo lo anterior, 
coincido con Mario Raúl Guzmán, el de Héctor Valdés es: ―un trabajo 
insostenible desde el título en que se enuncia (Poetisas mexicanas. Siglo XX, 
UNAM, ¡1976! [sic.])‖.17 
Enrique Krauze en Caras de la historia (en el capítulo ―Cuatro estaciones de 
la cultura mexicana‖)18 y en un artículo sobre la Universidad Nacional Autónoma 
de México19 valiéndose del enfoque generacional de Ortega y Gasset (y 
retomando las generaciones propuestas con anterioridad por Wigberto Jiménez 
Moreno)20 agrupa a los distintos grupos de escritores, filósofos, historiadores, 
artistas, etcétera, que forjaron la cultura nacional y que, en algunos casos, han 
transitado por la máxima casa de estudios del país. De esta forma define a la 
Generación de Medio Siglo como la de los ―nacidos entre 1920 y 1935‖. Desde 
esta perspectiva Margarita Michelena no encajaría en ella, sino en la anterior (o 
sea la nacida entre 1905 y 1920). Sin embargo por las características de su 
 
16 V. Nueve escritoras nacidas en la mitad del siglo XX y una revista, Elena Urrutia, coord., 
México, El Colegio de México, Instituto Nacional de las Mujeres, 2006, pp. 71-72, 75-76. 
17 ―Ensayo‖, en Enriqueta Ochoa, Bajo el oro pequeño de los trigos. Antología poética (1947-
1996), México, El Aduanero, 1997, p. 61. 
18 V. Enrique Krauze, Caras de la historia, México, Joaquín Mortiz, 1983, pp. 124-168. 
19 V. Enrique Krauze, ―Los últimos nihilistas: una lectura generacional de la crisis universitaria‖, 
en Letras Libres. México, 1999, núm. 8, pp. 20-26. 
20 V. El enfoque generacional en la historia de México, México, Seminario de Cultura Mexicana, 
1974. 
18 
 
 
 
producción literaria, periodística y crítica corresponde, sin lugar a dudas, a la 
Generación de Medio Siglo. 
Krauze en su revisión generacional de la cultura mexicana hace una 
excepción con Siqueiros, quien nació en 1896, al incluirlo en la generación 
revolucionaria (1906 a 1920) y no en la fundadora (1891 a 1905). El autor 
justifica esta particularidad mencionando que: ―La clave está en no hacer fetiches 
con los números. Se pertenece a una generación si se convive en ella‖.21 Del 
mismo modo podemos considerar el caso de Michelena, puesto que el mismo 
Krauze reconoce que pertenece a los escritores que se retrasaron en provincia; 
además, a pesar de incluirla en la Generación de 1929, no sabe donde catalogarla: 
―¿Dónde clasificar a Efrén Hernández y Neftalí Beltrán? ¿O a las poetas de la 
generación: Margarita Michelena, Pita Amor, Carmen Toscano? Tan difícil como 
a Francisco Tario‖.22 
A partir de lo que menciona Krauze es necesario reflexionar que si 
agrupáramos a la autora de Reunión de imágenes dentro de la poesía femenina que 
tiene como preocupación central la búsqueda de Dios, tendríamos que considerar 
como miembros de ese grupo a Rosario Castellanos, Guadalupe Amor, Margarita 
Michelena, Carmen Toscano, Concha Urquiza, Enriqueta Ochoa y Emma Godoy, 
a pesar de que no todas pueden estar incluidas en la generación de 1929 por el año 
en que nacieron. Sin embargo esta clasificación desvirtúa y se aleja de la 
verdadera esencia de estas poetas. A pesar, de que Michelena se agrupa con poetas 
mexicanas de signo religioso y, si bien, es cierto que el factor común es el afán de 
encuentro con la divinidad, cada una lo aborda desde muy distintas perspectivas. 
Valdría la pena preguntarse: ¿se las agruparía del mismo modo si no fueran 
mujeres? Porque una clasificación a partir del género sería lo contrario a lo que 
estas escritoras pretendían, ellas no buscaban que su poesía fuera etiquetada como 
femenina sino que fuera considerada sólo como poesía. De hecho, buscan alejarse 
de la poesía femenina que había sido estereotipada como ―melosa‖, llena de 
lugares comunes y, en algunos casos, puramente anecdótica.23 
 
21 Enrique Krauze, Caras de la historia, p. 127. 
22 Ibid., p. 141. 
23 V. supra p. 16. 
19 
 
 
 
Tampoco podemos agrupar a Michelena en la Generación de 1929 como lo 
sugiere Krauze dado que no comparte sus características: la ciega admiración por 
Vasconcelos; la crítica hacia los Siete Sabios; identificación plena con la clase 
media urbana; la mayoría habían estudiado en el extranjero; habían logrado 
ocupar altos puestos gubernamentales; consideraban a la URSS la tierra del 
futuro; denotado gusto por la literatura rusa; vivían en una atmósfera de pasión 
religiosa, imperaba la polémica entre el arte libre o el arte comprometido y se 
usaba el periodismo para reclamar la promesa incumplida de la Revolución o para 
apoyar el cardenismo; las publicaciones más importantes eran El Hijo Pródigo y 
Siempre!. De todas las características mencionadas con antelación, únicamente 
podemos encontrar la última enMichelena pues aunque colaboró en la revista 
Siempre!, lo hizo durante los ochenta; lo que nos conduce a afirmar que la poeta 
hidalguense pertenece a la Generación de Medio Siglo más que a ninguna otra. 
Resulta interesante considerar que Carlos Monsiváis incluye a Michelena 
dentro de los poetas de la Generación de los 50 (nombre con que también se 
conoce a la de Medio Siglo) aunque este autor rechaza el método generacional y 
se manifiesta a favor del periódico, coincide en este punto. En el artículo ―La 
poesía, la tradición, la ruptura, la limpidez‖24 se encarga de agrupar a la poeta 
hidalguense en la generación del 50, misma que se caracteriza por preferir el 
abandono de la originalidad en pos de la superioridad técnica. Monsiváis 
considera a Michelena como un ejemplo representativo de esa generación, dado 
que conserva una técnica previa al poema. 
En otro estudio posterior, el mismo autor reafirma esta información al 
considerar que resulta evidente la pertenencia de la autora de La tristeza terrestre 
a la generación de los cincuenta porque comparte los mismos intereses: el anhelo 
de distanciarse del nacionalismo practicado en los años veinte, de lo anterior 
deriva la enorme influencia que ejercieron los Contemporáneos -esencialmente 
cosmopolitas-, así como el interés por la poesía francesa y norteamericana; 
consideran que la poesía se bastaba a sí misma por lo cual podía carecer de apoyos 
históricos o sociológicos; la muerte, la soledad, el polvo, la prisión, la libertad, el 
sueño, el silencio, el movimiento, el mundo, el tiempo, la tierra y el amor son tan 
 
24 Carlos Monsiváis, en ―La Cultura en México‖, supl. de Siempre!. México, 7 de enero, 1970, 
núm. 413, p. IV. 
20 
 
 
 
intensamente frecuentados que dejan de ser elementos poéticos para convertirse 
en personajes; la elaboración de una técnica capaz de dotar al verso blanco de dos 
rasgos: la melodía y lo previsible, ambos inherentes a los términos poéticos 
canonizados; la determinación por lo ontológico; y el enaltecimiento de la soledad 
al considerarla la posibilidad más segura de la comunicación.25 
José María Espinasa26 también incluye a Michelena en la generación de los 
50, misma que define como un abanico de propuestas; por lo que los escritores 
que se incluyen en ella por cuestiones temporales se consideran casos aislados que 
no pueden formar un grupo. Asimismo, Enrique Montes García concuerda en que 
la generación literaria de Margarita Michelena se ubica alrededor de la década de 
los cincuenta.27 
Claudia Albarrán menciona que Wigberto Jiménez Moreno bautizó a la 
Generación de Medio Siglo con ese nombre por una publicación homónima que 
servía como medio de expresión para los estudiantes de la Facultad de Derecho de 
la UNAM, pero que no es necesariamente un estandarte generacional ya que, de 
los numerosos miembros con que contaba dicha generación, muy pocos de ellos 
colaboraron en esa revista.28 A esto se suma la idea de que, aunque la mayoría sí 
participó en un gran número de revistas, la actividad de está generación fue más 
notoria durante los sesenta. Durante ese decenio Michelena publicó el poemario: 
El país más allá de la niebla (1968), y el único compendio que se ha hecho de su 
poesía: Reunión de imágenes (1969). Su labor más intensa siempre fue la 
periodística, no la poética, pues recordemos que durante toda su vida esta autora 
únicamente dio a conocer cinco poemarios. El intenso trabajo periodístico llevado 
a cabo por Margarita Michelena en revistas, periódicos y suplementos culturales29 
es uno de los aspectos a considerar para incluirla como miembro de la Generación 
de Medio Siglo pues como señala Isabel Flores: 
 
25 V. ―Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX‖, en Daniel Cosío Villegas, coord., Historia 
de General de México, vol. 2, 4ª ed., México, El Colegio de México, Centro de Estudios 
Literarios, 1994, pp. 1479, 1482. 
26 V. José María Espinasa entrevistado por Ricardo Venegas, [en línea]. 
27 V. Parménides: rey criollo, rey de la onda, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 
2001 (Rotativa, Periodismo), p. 86. 
28 V. ―Sergio Galindo y su Generación‖, en Armando Pereira, Narradores mexicanos en la 
transición de medio siglo: 1947-1968, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2006 
(Letras de México), pp. 7-10. 
29 V. supra p. 13. 
21 
 
 
 
Los hombres del Medio Siglo son una generación contradictoria: guardan una 
distancia histórica de su generación con respecto a la Revolución Cubana; 
hombres de diversas profesiones y sensibilidades comparten una vocación 
crítica. No obstante muchas veces se han visto imposibilitados para ejercerla 
frente al Estado. De ahí que se centren en una crítica externa, caracterizada por 
su marcado sentido moral, por las denuncias de las desviaciones del sistema.30 
 
Según Agustín Cadena,31 los integrantes de la generación que nos ocupa 
son: Inés Arredondo, Sergio Galindo, Guadalupe Dueñas, Emilio Carballido, 
Amparo Dávila, Salvador Elizondo, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Juan 
García Ponce, Sergio Pitol y Jorge López Páez. A partir de una perspectiva más 
incluyente –sin alejarse del enfoque orteguiano, pues nunca pierde de vista los 
elementos históricos y culturales– Armando Pereira32 establece varios grupos 
dentro de la generación y con ello aumenta el número de integrantes, de esta 
manera el grupo de la Revista Mexicana de Literatura estaba constituido por Inés 
Arredondo, Tomás Segovia, Huberto Batis, Juan García Ponce, Juan Vicente 
Melo, Salvador Elizondo y José de la Colina. El Centro Mexicano de Escritores 
acogió a la mayor parte de los escritores del grupo anterior, al mismo tiempo que 
a Jorge Ibargüengoitia, Juan Rulfo y José Emilio Pacheco. 
El grupo Poesía en Voz Alta, integrado por varias generaciones, estaba 
compuesto por Jaime García Terrés, Héctor Mendoza, Antonio Alatorre, Margit 
Frenk, Octavio Paz, Elena Garro, Carlos Fuentes, León Felipe, Diego de Meza, 
Sergio Fernández, José de la Colina, María Luisa Mendoza y Juan García Ponce. 
La Casa del Lago también jugó un papel muy importante como punto de reunión y 
un medio para difundir sus creaciones. 
No menos importante fue la Universidad Nacional Autónoma de México 
pues muchos de los escritores pertenecientes a la generación que nos atañe 
publicaban constantemente en la revista de esta institución u ocupaban puestos, ya 
sea, en Difusión Cultural o como catedráticos. En la UNAM se consolidó esta 
generación, por lo que podemos considerarla un grupo, el cual albergaba a casi la 
totalidad de los escritores antes mencionados así como a Rubén Bonifaz Nuño, 
 
30 V. ―Gabriel Zaid: Una crítica del poder desde la cultura‖, en Yolanda Meyenberg y Antonio 
Mejía, coords., Pensadores mexicanos del siglo XX. México, Universidad Nacional Autónoma de 
México, 1994, p. 203. 
31 V. ―Medio siglo y los sesenta‖, en Casa del tiempo. México, 1998, núm. 79, p. 31. 
32 V. ―La generación del medio siglo: un momento de transición de la cultura mexicana‖, en 
Literatura Mexicana. México, 1995, núm. 1, pp. 187-212. 
22 
 
 
 
Rosario Castellanos, Augusto Monterroso, Ernesto Mujía Sánchez, Jorge Portilla, 
Emma Speratti, Luis Villoro y Ramón Xirau. Un subgrupo podría ser ―la élite‖, 
constituida por aquellos que colaboraban asiduamente en los suplementos de 
Novedades y Siempre! que eran, respectivamente, México en la Cultura y La 
Cultura en México. Aunque Albarrán no la menciona, Michelena podría incluirse 
en ―la élite‖, puesto que continuamente publicaba en ambos suplementos y 
posteriormente fue directora de La Cultura en México. 
Los rasgos que definen a la Generación de Medio Siglo, de acuerdo con 
Albarrán -y que ya habían sido señaladas con anterioridad por Krauze y Pereira-, 
son las siguientes: 1) el desplazamientode las tendencias nacionalistas a favor de 
la postura crítica sobre el cumplimiento de los postulados de la Revolución; 2) el 
afán cosmopolita; 3) el pluralismo; 4) los integrantes de esta generación 
estimularon la labor de jóvenes literatos nacionales o extranjeros; 5) la vigorosa 
colaboración de esta generación con las instituciones culturales (Centro Mexicano 
de Escritores, Difusión Cultural de la UNAM, etcétera); 6) actitud crítica; 7) la 
ayuda que les brindaron las editoriales (Era, Joaquín Mortiz, la imprenta de la 
UNAM, el Fondo de Cultura Económica, entre otras muchas).33 
Agustín Cadena señala la preponderancia del cuento como característica de 
esta generación: ―Ciertamente, Medio Siglo fue una generación que dio al cuento 
o relato corto un lugar especial en su producción literaria. […] Un escritor podía 
hacer su carrera en el género que quisiera, pero en algún momento tenía que pasar 
por la prueba del cuento‖.34 Y éste es, precisamente, el caso de Michelena que, a 
pesar de cifrar la mayor parte de su producción en la poesía, publicó cuatro 
cuentos en diversas revistas.35 
En la labor de la escritora hidalguense encontramos la mayoría de las 
características propias de la Generación de Medio Siglo. Otro aspecto 
fundamental para considerarla como una de sus integrantes es que gran parte de la 
obra de esta autora se publica en los años cincuenta -Ensayo: notas en torno a la 
poesía mexicana contemporánea (1950), 3 poemas y una nota autobiográfica 
(1953), La tristeza terrestre (1954)- a lo que se suman sus constantes 
 
33 V. ―La generación de Inés Arredondo‖, en Casa del tiempo. México, 1998, núm. 79, pp. 9-10. 
34 Op. cit., p. 33. 
35 V. supra p. 14. 
23 
 
 
 
colaboraciones en la revista América durante ese período. Si tomamos en cuenta 
lo expuesto con antelación no resulta erróneo admitir que la autora de Reunión de 
imágenes pertenecía a la Generación de Medio Siglo, dado que ésta se identificaba 
por su pluralidad, ya que no se regía por manifiestos o por seguir con rigor una 
postura estética o estilística, sino que su cohesión consistía en intereses comunes y 
una actitud hacia la literatura que, sin ser idéntica, era consonante; como señala 
Armando Pereira al respecto: 
 
Aunque aparentemente azaroso, me parece que el encuentro entre ellos estuvo 
dictado más bien por la necesidad; compartían demasiadas cosas […] no sólo 
una misma voluntad de escribir, sino también una concepción semejante de la 
literatura; […] además, una decidida disposición crítica que los llevaría a 
cuestionar no sólo zonas específicas de la cultura nacional, sino a esa cultura en 
su conjunto, como una totalidad. La crítica que todos ellos desarrollaron en 
revistas y suplementos literarios abarcaba por igual la música, la pintura, el 
teatro, el cine, la poesía, el cuento, la novela, el ensayo. Podríamos afirmar que 
no hubo un solo territorio del quehacer intelectual que no hubiera sido tocado 
por la actividad crítica del grupo.36 
 
De la misma forma, encontramos en Michelena el afán cosmopolita y el 
interés por la poesía francesa en las diversas traducciones que realizó, siendo la 
más notable El spleen de París. Asimismo, se debe resaltar su gran labor crítica 
tanto en el ámbito literario como en las artes plásticas. Otro rasgo de esa 
generación se hace notorio si se aprecia que Michelena, al igual que muchos de 
los miembros de la Generación de Medio Siglo, participó en el Teatro de la 
Universidad.37 También se debe considerar que, de acuerdo con Krauze, lo 
integrantes del Medio Siglo se caracterizan por tener un temple: ―burlesco, ácido, 
irreverente, insatisfecho‖.38 Prueba de ello es la sátira que, en sus años de 
juventud, Michelena emprendió en contra de la poesía de Salvador Novo.39 Es así 
que, dado lo expuesto con antelación, es posible concluir que Margarita 
Michelena pertenece a la Generación de Medio Siglo. 
 
 
36 ―La Generación de Medio Siglo‖, en José Luis Martínez, coord., Juan García Ponce y la 
Generción de Medio Siglo. México, Universidad Veracruzana, Instituto de investigaciones 
Lingüístico-Literarias, 1998 (Cuadernos), p. 128. 
37 V. Margarita Michelena entrevistada por Héctor Azar, En los andamios de la creación, p. 117. 
38 Caras de la historia, p. 148. 
39 V. Margarita Michelena entrevistada por Héctor Azar, op. cit., pp. 114-116. 
24 
 
 
 
1.3 Contexto histórico 
A continuación se presenta una brevísima información sobre el periodo 
histórico en que se desenvolvió la Generación de Medio Siglo. La parquedad de 
esta información se debe a que la poesía de Margarita Michelena, al caracterizarse 
por una exacerbada introspección, es ajena totalmente a las circunstancias 
históricas. Como ya se mencionó con antelación los escritores del Medio Siglo 
consideraban que la poesía se bastaba a sí misma y por ello podían prescindir de 
apoyos históricos o sociológicos.40 Además, son herederos del afán cosmopolita 
de los Contemporáneos, lo que desemboca en un marcado distanciamiento del 
nacionalismo, mismo que había sido practicado en la segunda década del siglo 
XX. Como lo señaló Krauze41 la generación que nos atañe adopta una postura 
crítica frente a las generaciones que la anteceden (la de 1915 y la del 29), las 
cuales se encargaron respectivamente de inventar y fundar un nuevo orden; y de 
consolidarlo e institucionalizarlo. 
La Generación de Medio Siglo, de acuerdo con Albarrán,42 se alejó de las 
tendencias nacionalistas en pos de una postura crítica sobre el cumplimiento de 
los postulados de la Revolución. Lo que concuerda con el momento histórico 
correspondiente al sexenio de Miguel Alemán (1946-1952): ―Para situarse 
histórica e ideológicamente, el alemanismo reinterpretaba el proceso 
revolucionario mexicano y lo veía como un absurdo. […] Repartir la riqueza 
exigía primero crearla. Sólo así se podía ir más allá de la Revolución Mexicana‖.43 
La actitud crítica de Michelena no se da en la poesía sino en el periodismo, pues 
como ella misma expresó: ―Yo tengo -dice- un espíritu crítico, despierto y 
travieso. Soy lo que diría un señor: una clásica malhora mexicana. Mi quehacer 
periodístico no tiene nada que ver con mi trabajo poético‖.44 En cuanto a su labor 
periodística es bien conocida la polémica que numerosas veces ocasionó; por ser 
éste un estudio literario y porque el objeto de nuestro análisis (El país más allá de 
 
40 V. supra pp. 19-20. 
41 V. ―Los últimos nihilistas: una lectura generacional de la crisis universitaria‖, en Letras Libres, 
p. 21. 
42 V. ―La generación de Inés Arredondo‖, en Casa del tiempo, pp. 9-10. 
43 Eduardo Blanquel, ―La Revolución Mexicana‖ en Cosío Villegas, Daniel, et al., Historia 
mínima de México. 2ª ed., México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2002, p. 
155. 
44 Margarita Michelena entrevistada por Enrique Montes García, op. cit., pp. 91-92. 
25 
 
 
 
la niebla) no está directamente relacionado con la circunstancias políticas de 
México no ahondaremos en cuanto a las opiniones políticas que la escritora 
hidalguense dio a conocer por medio de sus columnas en Siempre! y Excélsior. 
 
Resulta fundamental considerar la postura de Michelena frente a la poesía 
comprometida: 
 
Cortejantes hay del poema que, narrando los anémicos incidentes de su vida 
estrictamente privada, ni referida ni trascendida al hombre, suponen escribir 
―poesía pura‖. Y otros hay que imaginan hacer ―poesía social‖ sirviendo 
solamente en la confección de asuntos de propaganda que benefician los 
intereses particulares y circunstancias de su partido o confesión. Y en ninguno 
de los dos casos, naturalmente, se acierta, porque desde cualquiera de estos dos 
ángulos se ha ubicado el aspirante a una distancia sideral de la poesía y su 
inmodificable esencia universal e intemporal.45La única excepción al nacionalismo en la poesía micheleana es 3 poemas y 
una nota autobiográfica, obra en que la patria podría ser considerada como el 
tema predominante, cabe mencionar que está muy lejos de tratar asuntos políticos 
pues se trata de una exaltación de la belleza cultural y natural de México. No se 
ahonda en ello puesto que dicho libro no es objeto de estudio de esta tesis. Y baste 
lo que la autora declaró al respecto de ese poemario: ―libro que ni quiero ver. Es 
mi pecado. No debí publicarlo nunca. -¿Por qué?- Porque es muy malo. […] No 
vale nada. Es malísimo. Perdió usted su tiempo en buscarlo. Ni se hubiera 
molestado‖.46 
El alemanismo creó la ilusión de progreso económico: ―En un primer 
momento el alemanismo pareció tener razón. La acumulación de capital 
propiciada por la guerra y por una política de tolerancia indiscriminada hacia la 
inversión extranjera hicieron posible un crecimiento espectacular de la economía 
mexicana‖.47 Por esto se vivía una atmósfera de confort, lo que favoreció que en 
los años posteriores se diera un florecimiento en la artes y se impulsara el 
 
45 Margarita Michelena, Notas en torno a la poesía mexicana contemporánea, presentación de 
Marco Antonio Millán, México, Asociación Mexicana por la Libertad de la Cultura, México, 1956 
(Edición conmemorativa de la Conferencia Interamericana del Congreso por la Libertad de la 
Cultura, septiembre de 1956), p. 24. 
46 Margarita Michelena entrevistada por Enrique Montes García, op, cit., p. 86. 
47 E. Blanquel, op. cit., p. 155. 
26 
 
 
 
desarrollo cultural; prueba de ello son la creación de la Casa del Lago, el 
surgimiento del grupo Poesía en Voz Alta y el florecimiento de revistas culturales 
y literarias como América, Estaciones, Cuadernos del Viento, La Revista 
Mexicana de Literatura y El libro y el pueblo (publicación que fue dirigida por 
Michelena a partir de 1960). Daniel Cosío Villegas concuerda con que la tercera 
etapa de la Revolución (1941-1970) se caracterizó, entre otras cosas, por ser una 
época de: ―estabilidad política y de avance económico‖.48 Aunque no por ello 
omite mencionar que: 
 
No todo podía ser así de paradisíaco ni de eterno. Hace doce años [actualmente 
hace cuarenta y nueve años] se publicó el primer estudio sobre la forma en que 
se distribuían los beneficios de ese gran avance económico, y se descubrió que 
era bastante inequitativa. Mientras un diez por ciento de las familias 
privilegiadas se llevaba casi la mitad del ingreso nacional al cuarenta por ciento 
de familias pobres apenas les tocaba el catorce por ciento.49 
 
Como consecuencia, en el Distrito Federal a mediados del siglo pasado, 
ocurre una explosión demográfica por lo que esta ciudad es el centro de las artes y 
de la vida política del país. Lo anterior explica por qué muchos escritores de 
provincia acuden a la capital atraídos por el intenso movimiento cultural; al igual 
que lo hiciera Michelena un poco antes. Y también explica que la Generación de 
Medio Siglo pudiera ser tan numerosa, fecunda en su producción y pudiera 
dedicarse a la crítica y revisión del pasado tan holgadamente. Prueba de ello, es la 
referencia que hace Fernando Curiel de sus integrantes: ―[…] los de Medio Siglo 
–primeros usufructuadores de la bonanza educativa y cultural-, no militan más allá 
de la teoría, contra el sistema […]‖.50 
 
1.4 La crítica en torno a la obra literaria de Margarita Michelena 
La mayoría de las antologías e Historias literarias únicamente hacen 
referencia a Margarita Michelena dentro de la categoría de la poesía femenina 
mexicana del siglo XX o la mencionan por su labor como directora de las revistas 
 
48 Daniel Cosío Villegas, ―El momento actual‖ en Historia mínima de México, 2ª ed., México, El 
Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2002, p. 159. 
49 Ibid., p.163. 
50 Fernando Curiel Defossé, op. cit., p. 50. 
27 
 
 
 
Tiras de colores y El Libro y el Pueblo;51 en algunos casos hacen mención de su 
obra y de las revistas en las que colaboró;52 y sólo en contadas ocasiones realizan 
un comentario sobre su labor poética.53 
Existen pocos estudios literarios que se hayan ocupado por completo de la 
obra de Margarita Michelena, y en contraste, hay muchas menciones y 
comentarios en antologías e Historias literarias. Los primeros resultan de suma 
utilidad para entender y profundizar en la obra de esta autora; en cuanto a los 
segundos, por las características que le son propias, reducen la conveniencia de 
incluirlos en el análisis, aunque, indudablemente pueden servir para aportar ideas 
e interpretaciones. En el presente estudio se incluyeron las referencias antes 
mencionadas por haber deliberado que lo mejor es mostrar, lo más documentada y 
detalladamente posible, cuanto se ha escrito en torno a la obra literaria de 
Margarita Michelena puesto que, de acuerdo con los datos presentados en esta 
tesis, no se tiene conocimiento de que algún artículo, tesis u obra se haya ocupado 
del estado de la cuestión hasta el momento. 
El objeto de estudio de esta tesis es El país más allá de la niebla –el último 
poemario que diera a conocer Michelena– lo que implica tener en cuenta la crítica 
generada sobre sus obras anteriores (Paraíso y nostalgia, Laurel del ángel, La 
tristeza terrestre y 3 poemas y una nota autobiográfica); sin embargo nos hemos 
ocupado de lo que atañe a la obra en prosa (cuento y ensayo) con la intención de 
dar una visión total de su labor literaria. 
Por lo antes expuesto se ha omitido lo que respecta a la labor de Michelena 
como traductora y periodista, sin que por ello se deje de reconocer el valor de 
ambas actividades y la correspondencia que la primera actividad tiene con la 
literatura. En lo referente a la segunda, Michelena siempre evitó mezclar la poesía 
 
51 Cf. Boyd G. Carter, Historia de la Literatura Hispanoamericana. A través de sus revistas, t. V, 
México, Andrea, 1968, pp. 150-151. Cf. Heriberto García Rivas, Historia de la Literatura 
Mexicana, t. IV, México, Porrúa, 1974 (Textos Universitarios), p. 337. Cf. María del Carmen 
Millán, Literatura Mexicana, 20ª ed., México, Esfinge, 1994, p. 297. 
52 Cf. María Edmée Álvarez, Literatura Mexicana e Hispanoamericana, 28ª ed., México, Porrúa, 
1985, p. 490. Cf. Maricruz Patiño, selec., Trilogía Poética de la Mujeres en Hispanoamérica, t. II: 
Místicas, La cuadrilla de la langosta, México, 2004, p. 167. 
53 Cf. Juan Domingo Argüelles, Dos siglos de poesía mexicana. Del XIX al fin del milenio: una 
antología, México, Océano, 2001, p. 337. Cf. Agustín del Saz, ―Prólogo‖ en Antología general de 
la poesía mexicana, siglos XVI-XX, Barcelona, Bruguera, 1972 (Libro clásico, 110), pp.28-29. Cf. 
Carlos Monsiváis, Poesía Mexicana, t. II, México, Promexa, 1979, p. 304. 
 
28 
 
 
 
con el periodismo. Por ello, en esta parte, se pretende mostrar una visión general 
de la crítica en torno a la obra literaria de Margarita Michelena, sin dejar de tener 
en cuenta el tiempo en que fue publicada. Al final se mencionan las referencias 
que existen en diccionarios, así como las entrevistas realizadas a esta autora y, por 
último, se muestran los porcentajes y gráficas correspondientes a los temas y la 
cantidad de artículos realizados por la crítica. 
La creación poética de Michelena se inicia a mediados de los años cuarenta 
y concluye a finales de los sesenta. El primero en realizar crítica en torno a la obra 
micheleana es Roberto Guzmán Araujo, quien dedica un comentario a Paraíso y 
nostalgia (1945) en el cual retoma el mito bíblico para explicar la postura de la 
autora.54 Al hombre desterrado del Paraíso, no le queda más que el dolor de 
hallarse en un lugar ajeno y hostil. Además debe sufrir la tortura de recordar su 
patria original a la que sólo es posible volver valiéndosede la memoria. En ese 
intento de rememorar se propone llamar a todo por su nombre primigenio, no 
siempre lo consigue, pero (de acuerdo con este autor) con sólo el intento ya está 
recuperando algo de su primera esencia. Posteriormente, se hace notar el armónico 
manejo del verso libre que conjuga sabiamente melodía e imagen. Las ideas 
plasmadas en este comentario serán retomadas posteriormente por diversos 
críticos que ahondarán aún más en ellas; su importancia consiste en ser de los 
primeros en ocuparse de esta obra. 
A finales de la década de los cuarenta, Armando Valdez y Mauricio Ocampo 
ofrecen una semblanza55 sobre la poeta que nos atañe; comienzan contando la 
anécdota sobre cómo Michelena se dio a conocer en Tiras de Colores, para 
después hacer notar que su obra poética está muy por encima de lo que estos 
autores llaman ―poesía de recámara‖. En este caso nos encontramos ante una nota 
en que la falta de cohesión y formalidad impiden tomarla en serio pues finaliza 
describiendo a esta escritora como: ―Es joven, bonita, viste bien […]‖. En este 
mismo artículo se intercala (a manera de cita) la opinión de Efrén Hernández 
sobre Paraíso y nostalgia; este autor define como tema central de la obra la 
nostalgia de la complementación. Con ello se refiere a que subyace en la poesía de 
 
54 V. ―Paraíso y nostalgia‖, en América. México, 15 de abril, 1946,núm. 47, pp. 51-53. 
55 ―Margarita Michelena o la nueva poesía‖, en Novedades. México, 8 de agosto, 1948, núm. 3144, 
3ª Sec., p. 4. 
29 
 
 
 
Margarita Michelena la reminiscencia platónica de la escisión del andrógino por 
lo que la búsqueda está siempre orientada a conseguir la integración, a encontrar 
la otra parte que le es propia. Esta búsqueda se realiza guiada por la intuición; al 
final del poemario –de acuerdo con este autor- la autora comienza a vislumbrar 
aquello a lo que tanto aspira. La aportación de Hernández es la única opinión 
relevante en dicho artículo.56 
En esta misma época José Luis Martínez57 se limita a delinear rápidamente, 
con sus respectivas alabanzas, el estilo de la autora de Reunión de imágenes. Un 
año después de la publicación de Laurel del ángel aparece el artículo de Manuel 
A. Romero, en el cual refiere que la capacidad de Michelena para retratar la lucha 
desigual entre lo mundanal y lo espiritual, esa lucha en la que se busca eternizarse 
y sobrevivir. Esto es, según Romero, lo que convierte a Michelena en una poeta 
auténtica; el autor finaliza calificando a este poemario como un libro carente de 
toda esperanza, lleno de amor y soledad.58 Lo anterior es discutible pues la 
carencia de esperanza no concuerda con el poema que le da nombre al libro; en él 
se narra un encuentro místico, lo que era el mayor anhelo de la autora como puede 
constatarse en Paraíso y nostalgia. Para cerrar esta década, en 1949, aparece una 
pequeña nota en la cual Jesús Arellano se limita a hacer referencia a Laurel del 
ángel para alabar el talento de esta poeta.59 
Se realizó crítica únicamente durante la primera mitad de la década de los 
cincuenta; tiempo en el que figura la antología de Antonio Castro Leal quien, en 
un brevísimo comentario,60 alaba la forma en que Michelena alcanzó la madurez 
poética y logró el hábil manejo del tópico de la rosa al punto de renovarlo. Dicho 
comentario, al igual que la mayoría de los que figuran en antologías, es muy útil 
como una breve introducción a los poemas que se presentan, pero debido a que se 
limita a describir brevemente la poesía micheleana podría no resultar provechoso 
para el análisis literario. Pese a ello, se menciona por ser esta antología referencia 
 
56 El comentario de Efrén Hernández, prescindiendo del artículo de Armando Valdés y Mauricio 
Ocampo, fue publicado en Bosquejos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1995, 
p. 173. 
57 V. Literatura Mexicana del siglo XX, t. I, México, Antigua Librería Robredo, 1949 (Clásicos y 
Modernos. Creación y crítica literaria, 3), p. 84. 
58 V. ―La mexicanidad desde 6 ventanas‖, en América. México, febrero, 1949, núm. 59, pp. 88-89. 
59 ―Laurel del ángel‖, en Fuensanta. México, 31 de octubre, 1949, núm. 11, p. 5. 
60 V. La poesía mexicana moderna. Antología, México, Fondo de Cultura Económica, 1953 
(Letras mexicanas, 12), p. 438. 
30 
 
 
 
obligada en el ámbito literario mexicano. Dauster61 también dedica un comentario 
a la poesía de Michelena, e incluye a esta poeta dentro del grupo neorromántico.62 
Eduardo Lizalde dedica un pequeño pero sustancioso artículo63 al libro 3 
poemas y una nota autobiográfica; en él se pone de manifiesto que la influencia 
de López Velarde ahoga la voz de Michelena al grado de hacerla desaparecer. En 
la opinión de este autor, la mayoría de los poetas de aquella época (años 
cincuenta) acogieron un ―tono‖ muy similar para producir lo que, más allá de 
enaltecer, menoscabó su creación poética. Ese tono se refiere al uso del discurso 
ambiguo, lo que cancela la función social de la poesía; también a la falta de 
originalidad, ya que vuelve uniforme el mensaje poético y, por último, a la 
facilidad que brinda el empleo de estas herramientas pues hace creer que 
cualquiera puede, por simple hecho de emplearlas, considerarse poeta. Finalmente 
este autor nos hace ver que, sin importar lo compleja y rimbombante que pueda 
ser la retórica empleada que, el poema carece de raíces que lo afiancen hacia lo 
más profundo del ser no puede sostenerse a sí mismo. 
El artículo de Lizalde, pese a ser muy breve, es de suma importancia por dos 
motivos: el primero, se ocupa de una obra de Michelena sumida en el olvido, por 
parte de los críticos y de los lectores; el segundo, es un poeta quien hace la 
valoración de esta obra. La crítica de Lizalde es inteligente y, lo más importante, 
sensible porque se emite desde el punto de vista del creador. Se agradece 
encontrar, después de haber hallado únicamente elogios en un sinnúmero de 
referencias, una crítica que sin dejar de ser constructiva no omite mencionar los 
defectos y vicios de ese poemario: 
 
No me parece, por cierto, que la poesía de Margarita Michelena sea muy 
oscura en este libro [3 poemas y una nota autobiográfica], aunque sí 
adolezca de los otros defectos; la parte positiva de su obra viene a residir 
frecuentemente en la claridad de ciertas bellas imágenes que no tienen 
relación con el sentido del poema y que no significan sino un juego retórico 
de procedimiento elemental; pero es, a pesar de todo, en esas imágenes 
donde vemos la capacidad de Margarita Michelena.64 
 
61 V. op. cit., pp. 178-179. 
62 V. supra p. 15. 
63 V. ―3 poemas y una autobiográfica‖, en Revista de la Universidad Nacional Autónoma de 
México. México, 1954, núm. 5, pp. 26-27. 
64 Ibid., p. 27. 
31 
 
 
 
Álvaro Méndez Leal se ocupa de La tristeza terrestre.65 Para entrar en 
materia, este articulista empieza opinando que, si bien, consideraba a 3 poemas y 
una nota autobiográfica como un libro carente de la calidad que se halla presente 
en Laurel del ángel, el poemario La tristeza terrestre no sólo lo iguala sino que lo 
supera. Para este autor la poeta hidalguense no se encuentra atada a modelo 
alguno, por lo que su obra fluye con la naturalidad de la verdadera poesía. La 
destreza técnica de Michelena sirve para sorprender al lector en forma favorable. 
Para Méndez Leal el poema de mayor dramatismo es ―El cainita‖, mientras que el 
de mejor belleza formal es ―Enigma de la rosa‖. Lo más relevante de este artículo 
es considerar que la técnica previa al poema no anula la autenticidad y naturalidad 
de la poesía. En la antología Poetas jóvenes de México Jesús Arellano66 hace notar 
(apenas en una mención) la inusual manera mediante la cual, Michelena 
racionaliza la emoción. Por último en el Anuario de la PoesíaMexicana 1954,67 
Andrés Henestrosa la considera, junto con Carmen Toscano, la ―poetisa‖ más 
distinguida de entre las que surgieron después de la generación Taller. 
En los años sesenta Carlos González Salas, Manuel Mejía y Alberto Dallal 
son los únicos que escriben algún texto que se refiera a la obra poética de 
Michelena. El primero68 considera que para considerar religiosa a la poesía es 
necesario que el poeta tenga una inquietud por escrutar el enigma de la muerte y 
lo que hay después de ella, valiéndose para ello de las religiones o la fe. No es 
imperioso que en el poema se invoque o, siquiera, se mencione a Dios pues es el 
―impulso‖ hacia lo trascendente y la actitud siempre indagadora lo que caracteriza 
a la poesía religiosa. De esta forma la poesía de Michelena se inscribe en este 
ámbito; González Salas también menciona que el diálogo que esta poeta sostiene 
con Dios es un potente gemido, hecho desde el exilio, siempre con nostalgia del 
Paraíso. En el comentario que precede a los poemas de esa autora, el antólogo se 
encarga de agruparla dentro de la poesía femenina –nada más contrario a 
 
65 V. ―La Tristeza Terrestre‖, en supl. de El Nacional. México, 21 de noviembre, 1954, núm. 399, 
p. 12. 
66 V. Poetas jóvenes de México, vol. 23, México, Libro-Mex, 1955 (Biblioteca Mínima Mexicana), 
p. 9. 
67 V. Andrés Henestrosa, ―Prólogo‖, en Anuario de la Poesía Mexicana 1954, México, Instituto 
Nacional de Bellas Artes, 1954, pp. 133-135. 
68 V. Carlos González Salas, ―Introducción‖, en Antología Mexicana de Poesía Religiosa. Siglo 
veinte, México, Jus, 1960 (Voces nuevas, 13), pp. 7-48. 
32 
 
 
 
Michelena-, además de elogiar su manejo del tópico de la ―rosa‖ y la ―depuración 
y sobriedad‖ que distinguen sus escritos. 
En ―La terrible dulzura‖, Manuel Mejía se centra en Reunión de imágenes.69 
La intención de esta ―nota‖, como su autor la llama, es acentuar dos aspectos del 
libro que reúne la mayor parte de la obra poética de Michelena: el encantamiento 
de las imágenes y la elevación mística. El primero consiste en la virtud de esta 
poeta para transmutar el sueño y la realidad sin dejar, por ello, su esencia humana. 
La segunda, se fundamenta en la creencia de que la armonía del universo es una 
muestra de la divinidad. Esto se aprecia por medio de la razón pero, dicho 
conocimiento, sólo se revela por la fe. Por lo anterior, la obra de Michelena ofrece 
dos impresiones al lector: su poesía brinda un júbilo melodioso, mientras que su 
visión del mundo nos hace conocer la ―dulzura terrible‖ de toparse con la nada. 
Este artículo es sumamente laudatorio y aporta poco, o casi nada, al estudio de 
Reunión de imágenes debido a que se enfoca superficialmente en aspectos que ya 
han sido mencionados por la crítica. Por último, cabe mencionar que en la 
antología hecha por Max Aub70 aparecen antologados algunos de los poemas de 
Michelena, sin embargo no hay ninguna mención a la escritora hidalguense en el 
prólogo de esta obra. 
Alberto Dallal, en el panorama que ofrece de las letras mexicanas en 1969,71 
hace ver a Reunión de imágenes como una antología en la que se muestra una 
contradicción entre el primer poemario y el cuarto (que además es el último). De 
acuerdo con este autor, la voz de Michelena no ha logrado trascender hasta la 
reflexión filosófica por lo que su intento de poetizar la muerte o la estirpe sólo 
llega a convertirse en retórica. 
La crítica durante los años setenta es de suma importancia pues escritores de 
renombre (Carlos Monsiváis, Octavio Paz y Griselda Álvarez) vuelcan su mirada 
sobre la labor poética de Michelena. En el artículo ―La poesía, la tradición, la 
 
69 V. ―La Cultura en México‖, supl. de Siempre!. México, 1º de octubre, 1969, núm. 398, p. XIII. 
Este artículo fue publicado, con ligeros cambios, dos veces más, cf. ―Reunión de imágenes‖, en 
Excélsior. México, 20 de junio, 1984, p. 7C. Cf. ―Las anécdotas y los días‖, en Excélsior. México, 
20 de junio, 1985, p. 4C. 
70 V. Poesía mexicana 1950-1960, México, Aguilar, 1960, pp. 139-146. 
71 V. ―Astros y Geometrías. La poesía mexicana en 1969‖, en ―Revista Mexicana de Cultura‖, 
supl. dominical de El Nacional. México, 28 de diciembre, 1969, núm. 48, pp. 1 y 3. 
33 
 
 
 
ruptura, la limpidez‖72 Monsiváis juzga a Laurel del ángel como el poemario más 
logrado por su dominio del lenguaje. Sin embargo, considera que los poemarios 
posteriores caen en el lugar común de recurrir a imágenes como ―polvo‖ y 
―aurora‖ o se valen de la poesía para recobrar la historia familiar. 
Es cierto que, como señala este autor, la escritora que nos ocupa ha dado 
preponderancia a la técnica. Sin embargo, su forma de tratar la ―religiosidad‖ no 
puede considerarse un lugar común. Es innegable que, a veces, recurre a imágenes 
comunes, pero también es necesario considerar que en la obra de Michelena el 
encuentro con la divinidad y sus repercusiones en esta vida terrena poseen matices 
distintos a los de San Juan de la Cruz o Santa Teresa, incluso se diferencian de los 
de las poetas de su generación como Guadalupe Amor. En cuanto a sus creaciones 
posteriores, antes de encasillarlas como venidas a menos, valdría la pena 
apreciarlas como poemas en donde el sentimiento se iguala a la técnica. 
En la antología Poesía en movimiento existe una observación73 que precede 
a los poemas de Michelena, en la cual se menciona al destierro como uno de los 
temas más frecuentados por la poeta y a la angustia como su leiv motiv. Octavio 
Paz, en la ―introducción‖ de dicha antología, indica que la poesía de esta autora 
fue escrita por una mujer que asume su condición, aunque no pueda incluirse en lo 
que se ha llamado ―poesía femenina‖. También califica su obra como: ―[…] torres 
esbeltas, construcciones intelectuales de una sensibilidad inteligente. 
Introspección, dialéctica interior que no pocas veces se desliza de la sutileza al 
retorcimiento‖.74 Este comentario de Paz ha sido muy difundido, probablemente 
porque este escritor es considerado una autoridad en el terreno de las letras. En 
otra obra del mismo autor, Generaciones y semblanzas, se incluye el mismo 
comentario (ligeramente ampliado).75 
 
72 Carlos Monsiváis, en ―La Cultura en México‖, supl. de Siempre!. México, 7 de enero, 1970, 
núm. 413, p. IV. 
73 V. Octavio Paz, Alí Chumacero, et al., Poesía en movimiento. México, 1915-1966, 13ª ed., 
México, Siglo XXI, 1973 (La creación literaria, Poesía), p. 233. 
74 Ibid., p. 22. 
75 V. Octavio Paz, Obras completas, t. IV: Generaciones y semblanzas. Dominio mexicano, 
México, Fondo de Cultura Económica, 1994 (Letras Mexicanas), pp. 126-127. 
34 
 
 
 
En ―Perspectiva‖,76 la introducción con la que se inicia la antología titulada 
10 mujeres en la poesía mexicana del siglo XX, apenas se esboza un poco el estilo 
de la poeta hidalguense. Además de esto, hay un soneto compuesto por Griselda 
Álvarez cuyo tema central es la figura de Michelena. Incluir a la autora de 
Reunión de imágenes en esta antología contribuyó en gran medida a la difusión de 
su obra. Por último, Héctor Valdés77 considera que Michelena coincide lingüística 
y temática con Rosario Castellanos, Dolores Castro, Margarita Paz Paredes, 
Aurora Reyes, Ema Godoy y Guadalupe Amor.78 
Durante la década de los ochenta vieron la luz una gran cantidad artículos y 
una tesis en torno a la obra literaria de Michelena, esto se debe a que en los 
setenta la crítica realizada por Paz y Monsiváis constituyó un parteaguas, al igual 
que la inclusión de esta autora en las antologías Poesía en movimiento y 10 
mujeres en la poesía mexicana del siglo XX. Lo anterior propició que los poemas 
de la escritora hidalguense llegaran a un mayor número de lectores y más críticos 
se interesaran en su labor poética. 
Emma Godoy dedica un comentario79a Reunión de Imágenes. Después de 
hacer evidentes los lazos que unen a este poemario con las ideas indostánicas, esta 
escritora coloca a Michelena entre los elegidos que poseen la chispa divina, como 
los filósofos y los profetas. Ello se debe a la acción de recordar el origen, esto la 
condena a ser un ―ángel arrojado del mundo‖. Lo que conduce a la lamentación 
del poeta por no poder amar ni entregarse; la nostalgia de la patria perdida se lo 
impide. Es así que la única forma de vivir es por medio del canto, el cual se 
construye con base en la ―añoranza divina‖ que, en Michelena, siempre tiende al 
panteísmo. 
Sin embargo, de acuerdo con Godoy, la poesía humana es efímera. La única 
esperanza es la resurrección, pero para alcanzarla hay que morir. De esta forma la 
muerte se convierte en un ―rescate‖. La mayoría de las veces resulta revelador 
conocer el comentario de un poeta sobre la obra de otro. En este caso el 
 
76 V. Griselda Álvarez, ―Perspectiva‖ en 10 mujeres en la poesía mexicana del siglo XX, 2ª ed., 
México, Departamento del Distrito Federal, Secretaría de Obras y Servicios, 1974 (Metropolitana), 
pp. 7-10. 
77 V. op. cit., pp. VIII-IX. 
78 V. supra pp. 16-17. 
79 ―Reunión de imágenes de Margarita Michelena‖, en Excélsior. México, 3 de junio, 1984, p. 1E. 
35 
 
 
 
comentario es interesante y acertado, pero no revelador puesto que repite ideas 
que ya han sido muy difundidas sobre Reunión de Imágenes. 
En una brevísima nota de autor anónimo80 se reseña La tragedia en rosa, un 
libro de cuentos con base en las peripecias cotidianas de las mujeres. Este artículo 
concluye haciendo notar que a pesar de que la obra no es mala a la escritora 
hidalguense se le prefiere como poeta. Esta semblanza aporta poco al estudio de la 
obra narrativa y, por desgracia, es de las pocas en haberse ocupado de ella. 
Dionicio Morales realiza un recorrido por la obra de Michelena. Este autor 
comienza por hacer notar lo que motiva el canto de la poeta: ―recordar los muros 
de su casa‖. Enseguida comenta que la nostalgia venida desde una época 
antiquísima es la causa de su ―tristeza terrestre‖, misma que la conduce a una 
búsqueda inagotable de Dios. La pesquisa es siempre en pos del origen, sin 
embargo la creación literaria de esta autora se distingue de la poesía religiosa 
porque: ―[…] su auténtica inclinación la rescata de flagelos innecesarios, de 
ruegos temerosos, de búsqueda inútiles‖.81 Así, como resultado de su búsqueda a 
la que se suma su experiencia vital, la escritora llega a El país más allá de la 
niebla para encontrar su verdadera imagen. Este artículo de Dionicio Morales 
resulta imprescindible para el estudio de la poesía de Margarita Michelena pues es 
el primero en encontrar un hilo conductor y, sobre todo, descifra cuál es la 
consumación de la obra poética. En un ensayo posterior este autor profundiza en 
la idea de un hilo conductor en Reunión de imágenes.82 
 Carlos Eduardo Turón dedica un artículo83 a analizar la ―mesura de 
Occidente‖. Conforme a este autor, no se mezclan la poesía y el periodismo ya 
que, a manera de ―Juno bifronte‖, la escritora que nos ocupa tiene el perfil de 
poeta orientado hacia el Occidente y el de periodista y prosista hacia el Oriente. 
Para adentrarse en su obra, se plantean tres temas fundamentales: humano amor, 
tanteo metafísico y concepto de la poesía. Esto bajo la idea de que el alcance lírico 
 
80 ―Morral de libros. La tragedia en rosa‖, en ―El Universal en la Cultura‖, supl. de El Universal. 
México, 18 de marzo, 1988, p. 2. 
81 V. ―Margarita Michelena en una Reunión de Imágenes‖, en ―La Cultura en México‖, supl. de 
Siempre!. México, 15 de marzo, 1989, núm. 1403, p. 64. 
82 V. ―La tristeza terrestre‖, en Conjuros y divagaciones, México, Universidad Nacional Autónoma 
de México, 2000 (Textos de Difusión Cultural. Serie Diagonal), pp. 41-47. 
83 V. ―La mesura de Occidente en la poesía de Margarita Michelena‖, en ―La Cultura en México‖, 
supl. de Siempre!. México, 3 de mayo, 1989, núm. 1871, pp. 38-39. 
36 
 
 
 
y espiritual de un poeta se mide por el manejo que el artista haga de ellos. En ese 
manejo estriba la diferencia entre Michelena y las demás escritoras 
latinoamericanas de finales del siglo XIX y la primera mitad del XX, puesto que 
esta poeta no sólo ha logrado desprenderse de la tradición de elaborar poemas que 
relatan las vicisitudes amorosas de una pareja, sino que ha encauzado su amor, 
como ninguna poeta lo había hecho antes, hacia el mundo: ―Ninguno de los poetas 
femeninos anteriores o posteriores a Margarita Michelena han tenido esta radical, 
estoica preocupación: soportar -amando- el mundo donde vivimos‖.84 
Lo expuesto con antelación toma forma en Paraíso y Nostalgia, ya que en 
este poemario la vida terrenal adquiere valía, pese al dolor de saber sobre la 
existencia de un Edén que en este mundo nos está negado. En Laurel del ángel y 
La tristeza terrestre la poeta hace sentir la nostalgia del paraíso y la tristeza que 
ello le causa, asimismo hace oír su queja porque la vida en la tierra se vuelva 
soportable. Turón concluye que el ―encanto del ritmo‖ ha conducido a 
interpretaciones equivocadas de la poesía de Michelena, ya que la poeta no se 
―solaza‖ –tal como se menciona en Poesía en movimiento- en el dolor del 
destierro; más bien ese tema está presente como un reclamo constante al 
sufrimiento de encontrarse limitada en lo terrenal y el anhelo de hacer más 
llevadera la existencia. 
En lo que respecta a este artículo de Turón, cabe señalar que hace 
observaciones importantes en lo que se refiere al manejo de la nostalgia en la 
poesía de Michelena; sin embargo es necesario considerar que los parámetros para 
medir el talento de un poeta quizá no sean tan fácilmente delimitables como este 
autor lo plantea. Lo más significativo de este artículo reside en revalorar y, por 
ende, aportar una nueva lectura (dado que su distancia histórica lo permite) de la 
poesía de Michelena. Otro acierto de Turón es la diferencia que logra establecer 
entre Michelena y las demás mujeres latinoamericanas que escribieron poesía, 
religiosa o no, en la primera mitad del siglo XX. 
 
84 V. ―La mesura de Occidente en la poesía de Margarita Michelena‖, en ―La Cultura en México‖, 
supl. de Siempre!. México, 3 de mayo, 1989, núm. 1871, p. 38. El subrayado es mío. 
37 
 
 
 
En la segunda parte del artículo ―La mesura de Occidente en la poesía de 
Margarita Michelena‖85 se pone de manifiesto la importancia de Laurel del ángel 
en la obra poética de esta autora. También se enfatiza la labor del poeta la cual, 
más que un oficio, es un deber peligroso que lleva a la locura o al suicidio. Por eso 
Michelena en ocasiones trata de evadir ser poeta, aunque la conciencia de su deber 
la lleva a enfrentarse con ello pese al dolor que esto le causa. De acuerdo con 
Carlos Eduardo Turón, la poesía permite alcanzar el mundo de claridad y bondad 
y, también, es la forma de combatir este mundo que representa el mal. Pareciera 
que esta escritora acalla la voz poética para dedicarse al periodismo y a la 
traducción de poetas franceses, mas es por vía de la traducción que retorna la voz 
poética; dado que no sólo implica la traslación de un idioma a otro, sino volver a 
crear. 
La mesura occidental de Michelena radica en no mezclar los asuntos 
periodísticos con los poéticos. Pues los primeros son inmediatos, mientras que los 
segundos son trascendentales e implican la expresión de la ―memoria viva 
recobrada‖. En este artículo el poeta es concebido bajo una visión romántica que, 
por desgracia, no logra expresar en su totalidad la labor de la autora que nos ocupa 
ya que la poesía no sólo le acarrea desgracias y sacrificios, también le proporciona 
júbilo, la satisfacción del cumplimiento del deber

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