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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS Filogeografía del zorzal dorsirrufo (Turdus rufopalliatus: Aves: Turdidae), con énfasis en el estatus de las poblaciones de las Islas Tres Marías T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: BIÓLOGO P R E S E N T A : MAURICIO MONTAÑO RENDÓN DIRECTOR DE TESIS: DR. ADOLFO GERARDO NAVARRO SIGÜENZA 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 La presente tesis de licenciatura fue desarrollada durante el curso del Taller “Faunística, sistemática y biogeografía de vertebrados terrestres de México”, en el Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. Esta investigación se llevó cabo con fondos otorgados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, asignados por conducto del Dr. Adolfo Gerardo Navarro Sigüenza, a través del programa “Apoyo para investigadores nacionales para el fortalecimiento de actividades de tutoría y asesoría de estudiantes de nivel licenciatura”, con número de solicitud 104326. 3 Agradecimientos A toda mi familia por el apoyo, comprensión y cariño que siempre me han brindado. A la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México por todas las herramientas académicas que me brindó durante el curso de mis estudios. A los profesores del taller “Faunística, sistemática y biogeografía de vertebrados terrestres de México” por haberme compartido su conocimiento y experiencia. A mi director de tesis el Dr. Adolfo Gerardo Navarro Sigüenza por todo el apoyo que me brindó para poder llevar a cabo esta investigación. A mis compañeros del Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” por sus enriquecedores comentarios y sugerencias, así como por su enseñanza y apoyo en las actividades de campo, laboratorio y manejo de programas de cómputo. A la M. en C. Fabiola Ramírez Corona por haberme permitido desarrollar parte de la metodología en el Taller de Biogeografía y Sistemática de la Facultad de Ciencias. Al Dr. A. Townsend Peterson por haberme recibido cordialmente en The University of Kansas en una estancia académica, así como al resto de los compañeros que allá tuve oportunidad de conocer. Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por haberme otorgado apoyo financiero, por conducto del Dr. Adolfo Gerardo Navarro Sigüenza, a través del programa “Apoyo para investigadores nacionales para el fortalecimiento de actividades de tutoría y asesoría de estudiantes de nivel licenciatura”, con número de solicitud 104326. Al jurado que revisó mi tesis: Dra. Livia León Paniagua, Dr. Luis Antonio Sánchez González, Dr. Erick Alejandro García Trejo y M. en C. Enrique Arbeláez Cortés. 4 Resumen La presencia de taxa continentales e insulares con un origen común constituye un escenario interesante para analizar los procesos evolutivos (e. g., especiación y demografía) que han moldeado la historia de sus linajes. La distribución de Turdus rufopalliatus abarca desde el sureste de Sonora hasta el sur de Oaxaca, así como la cuenca del río Balsas en el interior de México. Las Islas Tres Marías, localizadas a 100 km de la costa de Nayarit, son habitadas por la subespecie Turdus rufopalliatus graysoni, en ocasiones considerada como una especie (Turdus graysoni) con base en su coloración pálida y diferencias morfométricas. Los genes mitocondriales citocromo b y subunidad 2 de la NADH deshidrogenasa fueron secuenciados para 44 individuos recolectados a lo largo de la distribución de ambos taxa. Las reconstrucciones filogenéticas basadas en máxima parsimonia, máxima verosimilitud e inferencia bayesiana revelaron monofilia recíproca entre el conjunto continental e insular, lo cual se apoya también en la gran acumulación de diferencias genéticas observada en la red de haplotipos. Estos resultados indican que hay historias evolutivas independientes entre ambas unidades. Por su parte, el grupo continental presenta un patrón filogeográfico que muestra baja resolución y una estructura filogeográfica incipiente, lo cual podría sugerir expansiones poblacionales recientes o un nivel de flujo génico alto entre poblaciones. Los resultados de esta investigación contribuyen con evidencia genética que, sumada a las diferencias de plumaje y morfometría, apoya el reconocimiento de Turdus graysoni como una especie separada de Turdus rufopalliatus. 5 Índice 1. Introducción 1.1.Evolución en islas 1.2.Las Islas Tres Marías 1.3.Taxonomía del zorzal dorsirrufo (Turdus rufopalliatus) 1.4.Filogeografía 2. Planteamiento del problema y objetivos 2.1.Objetivo general 2.2.Objetivos particulares 3. Método 3.1.Obtención de muestras 3.2.Procedimientos de laboratorio 3.3.Análisis filogenéticos 3.4.Análisis de poblaciones 4. Resultados 4.1.Análisis filogenéticos 4.2.Análisis de poblaciones 5. Discusión 6. Literatura citada 6 “Nothing makes sense in biology except in the light of evolution”. Dobzhansky, 1964. 1. Introducción 1.1 Evolución en islas Frecuentemente los científicos han realizado investigaciones en la búsqueda de “experimentos” naturales, es decir, sistemas simplificados donde los factores que los afecten varíen de tal modo que sus efectos puedan ser aislados y estudiados (Whittaker 2004). Las islas, entidades claramente definidas que poseen biotas particulares y condiciones ambientales variadas, han sido vistas como “laboratorios naturales” y estudiadas por la biogeografía de islas (Whittaker 2004). Las islas continentales (e. g., Bali, Fiyi, Seychelles), originadas por su separación de la masa continental, generalmente se llevan con ellas porciones de biota continental. Por otro lado, las islas oceánicas (e. g., Hawaii, Islandia, Galápagos, Salomón), emergidas del suelo marino por actividad volcánica, reciben toda su biota de fuentes externas (Thornton 2007). Si bien el estudio de las biotas insulares ha permitido destacar muchos aspectos de los procesos evolutivos (Darwin 1859, Wallace 1860), aún quedan muchas preguntas por resolver alrededor del tema (Ricklefs y Bermingham 2007). Al parecer queda claro que entre más aislada se encuentre una isla, mayor será la diferenciación de sus pobladores endémicos (Grant 2001). Muchos esfuerzos han sido enfocados al estudio de islas remotas y aparentemente las islas cercanas a los continentes han sido poco estudiadas (ver Grant y Cowan 1964, Grant 1965) (Cook et al. 2001). El conocimiento de los patrones de diferenciación genética en aves de islas cercanas al continente ayudaría a comprender procesos evolutivos a una escala más local, y potencialmente ofrecería una comparación más directa con su contraparte continental (Rojas-Soto et al. 2010). 7 1.2 Las Islas Tres Marías Perteneciente al estado mexicano de Nayarit, el archipiélago de las Tres Marías se forma por las islas San Juanito, María Madre, María Magdalena y María Cleofas, dispuestas con una orientación noroeste-sureste. Las islas, ubicadas en el Océano Pacífico frente a las costas del estado de Nayarit, se localizan a 176 km de Mazatlán, Sinaloa, y a 132 km de San Blas, Nayarit. Elconjunto de islas, declarado Reserva de la Biósfera (DOF 2000), suma en conjunto una superficie de casi 40,000 ha y se ubica entre los 21º y 22º latitud norte y entre los 106º y 107º longitud oeste (Figura 1). De acuerdo con datos obtenidos de la estación meteorológica de las islas y con base en la clasificación de climas de García de Miranda (2004), en el archipiélago domina un clima seco extremoso y muy cálido con lluvias en verano (CONANP 2007). Figura 1. Localización de las Islas Tres Marías, Nayarit (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática 1990). La abrupta topografía del archipiélago, con una máxima altitud de 640 msnm, es típica de islas volcánicas. Los canales que separan las islas, cuya anchura 8 varía entre 4 y 16 kilómetros, son relativamente someros y no rebasan los 30 m de profundidad. Hacia el este de las islas se extiende una plataforma somera a una profundidad promedio de aproximadamente 200 m. Por el contrario, hacia el oeste del conjunto se presenta una estrecha plataforma somera que rápidamente desciende a más de 1,000 m de profundidad (SEMAR 2004). Con base en la clasificación de vegetación mexicana propuesta por Rzedowski (2006), el tipo de vegetación más común en las islas es el matorral subtropical, seguido del bosque tropical caducifolio (CONANP 2007). Actualmente las Islas Tres Marías exhiben un buen estado de conservación y alto grado de endemismo en aves (Navarro y Benítez 1993, Howell y Webb 1995) y otros vertebrados (López-Forment et al. 1996, Ochoa-Ochoa y Flores- Villela 2006). Si bien existen algunos estudios acerca de la faunística de las islas (e. g., Bailey 1906, Stager 1957, Grant y Cowan 1964, Grant 1965) y de la descripción de nuevas formas con base en una taxonomía tradicional (e. g., Friedmann et al. 1950, Miller et al. 1957, Grant 1965), sólo dos estudios genéticos se han llevado a cabo (Eberhard y Bermingham 2004, Cortés- Rodríguez et al. 2008), concluyendo que los grupos de aves que habitan las islas evolucionan como unidades distintas a las del continente. 1.3 Taxonomía del zorzal dorsirrufo (Turdus rufopalliatus) Entre la gran diversidad de formas de vida que habitan la Tierra se encuentran las aves, las cuales han sido foco de atención desde hace varios siglos debido quizá a su facilidad de observación, cantos melódicos y colores atractivos (Chansigaud 2007). Los zorzales (Turdidae) constituyen una familia de aves de distribución cosmopolita, ausente sólo en regiones polares, formada por 3 subfamilias, 60 géneros, 336 especies y 953 taxa (Collar 2005), lo cual refleja su enorme diversidad de formas adaptadas a una gran variedad de ambientes. Esta familia está compuesta por aves desde pequeñas a medianas, con picos fuertes y cola mediana, que exhiben colores que van del gris pálido o café al negro y con plumajes de uniformes a moteados o barrados (Collar 2005). El zorzal dorsirrufo (Turdus rufopalliatus Pacífico mexicano desde el sureste del estado de Sonora ha estado de Oaxaca, así como (Figura 2). Recientemente distribución (Romero-Águila y Chapa 2010). Esta especie se encuentra (Howell y Webb 1995) y habita espinosas, así como vegetación riparia y de bordes, plantíos y jardines (Collar 2005). Se ha propuesto que las poblaciones establecidas en la Ciudad de México (Wilson y Ceballos 1986), así como en la capital de Oaxaca (Rowley 1984) han sido el resultado de Figura 2. Área de distribución de subespecies reconocidas por Phillips (1991). Según Collar (2005), el macho de alas y cola grises, garganta blanca con estrías oscuras, flancos y pecho anaranjados, vientre blanco, pico amarillo hembra presenta colores similares juvenil se asemeja al adulto a diferencia T. r. rufopalliatus T. r. graysoni Turdus rufopalliatus) se distribuye en la costa del Océano Pacífico mexicano desde el sureste del estado de Sonora hasta el sur del así como hacia el interior de la cuenca del río Balsas Recientemente se ha sugerido la expansión de su Águila y Chapa-Vargas 2008, Martínez-Morales se encuentra desde el nivel del mar hasta los 1,500 msnm (Howell y Webb 1995) y habita selvas caducifolias, subcaducifolias y spinosas, así como vegetación riparia y de bordes, plantíos y jardines (Collar 2005). Se ha propuesto que las poblaciones establecidas en la Ciudad de México (Wilson y Ceballos 1986), así como en la capital de Oaxaca (Rowley resultado de escapes de aves enjauladas. de distribución de Turdus rufopalliatus (Ridgely et al. 2007), incluyendo las subespecies reconocidas por Phillips (1991). Según Collar (2005), el macho de Turdus rufopalliatus presenta cabeza, dorso, alas y cola grises, garganta blanca con estrías oscuras, flancos y pecho jados, vientre blanco, pico amarillo, y patas rosadas (Figura 3 similares al macho, aunque de tonos más pálido juvenil se asemeja al adulto a diferencia del dorso rayado y el vientre moteado T. r. grisior T. r. rufopalliatus T. r. interior 9 la costa del Océano sta el sur del la cuenca del río Balsas la expansión de su área de Morales et al. 1,500 msnm selvas caducifolias, subcaducifolias y spinosas, así como vegetación riparia y de bordes, plantíos y jardines (Collar 2005). Se ha propuesto que las poblaciones establecidas en la Ciudad de México (Wilson y Ceballos 1986), así como en la capital de Oaxaca (Rowley 2007), incluyendo las cabeza, dorso, alas y cola grises, garganta blanca con estrías oscuras, flancos y pecho patas rosadas (Figura 3a). La más pálidos, y el el dorso rayado y el vientre moteado o barrado. Con base en la intensidad de coloración del plumaje, reconoció tres subespecies de Sonora hasta el centro de Sinaloa y Durango de Sonora hasta Oaxaca y interior en la cuenca del río y hacia el norte hasta el Valle de México México y considerada residente, no se encuentra protección y abunda dentro Webb 1995). Figura 3. a) Fenotipo continental El zorzal de Grayson (Turdus las Islas Tres Marías posee continental. Este taxón insular ha sido considerado taxonómicos de acuerdo con distintos autores. morfología, las aves continentales e insular Con base en la intensidad de coloración del plumaje, Phillips tres subespecies de Turdus rufopalliatus: 1) T. r. grisior Sonora hasta el centro de Sinaloa y Durango, 2) T. r. rufopalliatus desde el sur de Sonora hasta Oaxaca y en el este de Jalisco y norte de Michoacán, río Balsas desde el centro de Michoacán hasta Puebla y hacia el norte hasta el Valle de México. Esta especie, endémica al oeste de México y considerada residente, no se encuentra en ninguna categoría de y abunda dentro gran parte de su área de distribución Fenotipo continental y b) fenotipo insular. Pintura realizada por Anne Pulich, tomada de Phillips (1981). Turdus rufopalliatus graysoni) (Figura 3b), habitante de Tres Marías posee tonos de coloración más pálidos que su contraparte insular ha sido considerado a diferentes niveles taxonómicos de acuerdo con distintos autores. Siempre con base en continentales e insulares fueron inicialmente consideradas a) b) 10 Phillips (1991) T. r. grisior desde desde el sur en el este de Jalisco y norte de Michoacán, y 3) T. r. Balsas desde el centro de Michoacán hasta Puebla l oeste de en ninguna categoría de (Howell y por Anne Pulich, , habitante de que su contraparte a diferentes niveles Siempre con base en la consideradas 11 especies distintas (Nelson 1899, Ridgway 1907), posteriormente se consideró que formaban una sola especie (Hellmayr 1934, Stager 1957, Grant y Cowan 1964, Grant 1965) y finalmente algunos autores han retomado la propuesta de dos especies distintas (Phillips 1981, Navarro-Sigüenza y Peterson 2004). Por otro lado, independientemente del nivel taxonómico reconocido en su momento, la presencia ocasional de la forma insular ha sido reportada en el continente (Nelson 1899, Grant 1965, Phillips 1981),específicamente en la costa de Nayarit, donde su estatus ha sido descrito como residente y visitante, y su abundancia como poco común a rara (Howell y Webb 1995). 1.4 Filogeografía Según Avise (2000), la filogeografía se ocupa de estudiar los principios y procesos que rigen la distribución geográfica de los linajes genealógicos, especialmente de aquellos cercanamente emparentados. En otras palabras, esta área de estudio ubica sobre mapas a las genealogías de genes, con el fin de conocer su disposición geográfica. El estudio de esta disciplina busca interpretar el modo mediante el cual distintos procesos históricos pudieron haber dejado huellas en la distribución geográfica actual de linajes de genes (Avise 2000). Dicha interpretación requiere de la integración de conocimiento de áreas como la genética molecular, genética de poblaciones, biología filogenética, geología, geografía histórica, entre otras (Avise 2000). La sobreposición de filogenias intraespecíficas y de mapas geográficos puede conducir a diferentes escenarios evolutivos de acuerdo al patrón de divergencia genética y a la distribución geográfica (Avise et al. 1987). Los árboles de genes, reconstrucciones evolutivas de la historia genealógica de la variación genética, tienen el potencial de integrar la microevolución y la macroevolución (Avise 2000, Templeton 2001). Por lo tanto, la filogeografía es una extensión geográfica y temporal de la genética de poblaciones (Riddle y Hafner 2004). Avances recientes en el campo de la filogeografía han sido motivados por el deseo de explicar las huellas dejadas por procesos históricos (e. g., expansión de distribución, fragmentación de poblaciones) relativamente 12 recientes (e. g., Pleistoceno tardío) entre arreglos de individuos o poblaciones cercanamente emparentados (Riddle y Hafner 2004). Las especies constituyen unidades fundamentales en estudios sobre sistemática, ecología y evolución, pero su delimitación ha sido tema de debate (Wiens y Servedio 2000). De Queiroz y Donoghue (1988) revisaron la variedad de conceptos de especie y notaron que los dos criterios más usados por los neontólogos para delimitar especies son el aislamiento reproductivo y la monofilia. El aislamiento reproductivo puede interpretarse como la ausencia de flujo génico, fundamento básico para mantener la unidad de la especie bajo el concepto biológico (Mayr 1963). Por su parte, un grupo monofilético es un taxón cuyos miembros descienden de un ancestro común (Futuyma 2005). Bajo el concepto biológico, propuesto por Mayr (1963), una especie se identifica como una población, o grupo de poblaciones, de individuos que actualmente o potencialmente se reproducen entre ellos y dejan descendencia fértil, aislados reproductivamente de todas las demás poblaciones. Por otro lado, el concepto filogenético de especie ha sido particularmente promovido en el campo de la ornitología (Cracraft 1983, McKitrick y Zink 1988, Zink y McKitrick 1995). De acuerdo con este concepto, una especie se reconoce con base en diferencias diagnósticas fijas en todas sus poblaciones (Eldredge y Cracraft 1980, Nixon y Wheeler 1990, Davis y Nixon 1992). Cracraft (1983) identificó a las especies como unidades monofiléticas diagnosticables por la presencia de caracteres o combinaciones únicas de caracteres. De Queiroz (1998) definió a la especiación como el proceso a través del cual se forman nuevas especies como resultado de nuevas y diferentes combinaciones génicas en poblaciones separadas, mientras que Morrone (2005) la definió como un conjunto de procesos que llevan a la aparición de un nuevo linaje evolutivo a partir de una especie ancestral. La especiación alopátrida es un caso particular de este proceso. El modelo afirma que ante la presencia de aislamiento reproductivo o la ausencia de flujo génico debida a barreras geográficas, las poblaciones separadas se diferencian, evolucionan y eventualmente dan origen a nuevas especies por vicarianza (Morrone 2005). 13 La presencia de taxa continentales e insulares con un origen común constituye un caso particular de subdivisión de poblaciones. El estudio acerca de los procesos evolutivos que moldean la historia de dichas poblaciones son objeto de la presente investigación. 2. Planteamiento de problemas y objetivos Si bien la diversidad de aves mexicanas ha sido considerada como “relativamente bien estudiada” (ver Howell y Webb 1995), la avifauna presente en las islas de México no ha recibido la atención necesaria (Jehl y Everett 1985). Además, estudios recientes basados en caracteres moleculares y conceptos alternativos de especie, han mostrado que la diversidad de aves de México podría haber sido subestimada y que muchas formas endémicas no han tenido el reconocimiento taxonómico merecido (Navarro-Sigüenza y Peterson 2004). En el caso particular de las Islas Tres Marías, los patrones de diferenciación de aves endémicas han sido poco estudiados (ver Grant 1965). 2.1 Objetivo general Analizar los procesos evolutivos que han ocurrido entre y dentro de las poblaciones continental e insular de Turdus rufopalliatus a través de su variación genética, así como contribuir con evidencia para la definición de límites específicos. 2.2 Objetivos particulares Construir una hipótesis sobre las relaciones filogenéticas de los grupos continental e insular con base en dos marcadores moleculares de ADN mitocondrial. De acuerdo con las relaciones filogenéticas, determinar si existe estructuración geográfica entre los grupos continental e insular, así como al interior de ellos. Analizar la diversidad genética de las poblaciones, así como los procesos demográficos que han ocurrido entre y dentro de ellas. 14 3. Método 3.1 Obtención de muestras Se usaron 12 muestras de tejido de 2 localidades insulares y 32 muestras de tejido de 10 localidades continentales (Cuadro 1), representando en conjunto a todas las subespecies de Turdus rufopalliatus. Todos los ejemplares de referencia se encuentran depositados en el Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias, UNAM. Si bien al inicio del estudio ya se tenían algunos ejemplares, trabajo de campo adicional fue llevado a cabo con el propósito de ampliar la muestra, recolectando en áreas no representadas en la colección. El trabajo de campo fue realizado del 1 al 10 de diciembre de 2009 en Nayarit y Jalisco, así como del 9 al 29 de enero de 2011 en Sinaloa, Nayarit y Guerrero. Las aves recolectadas, con redes de niebla y escopeta, fueron preparadas como ejemplares de colección científica y les fueron tomadas muestras de tejido (músculo, corazón e hígado), preservadas en nitrógeno líquido ó Etanol 96%. 3.2 Procedimientos de laboratorio Se extrajo el ácido desoxirribonucleico (ADN) de los tejidos mediante el método de precipitación de proteínas con tiocianato de guanidina (Esselstyn et al. 2008). Posteriormente los genes mitocondriales citocromo b (Cytb) y subunidad 2 de NADH deshidrogenasa (ND2) fueron amplificados mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) usando tres juegos de primers para Cytb y dos para ND2 (Cuadro 2). El volumen total de reacción sumó 13 L (Cuadro 3) y el programa de amplificación (Cuadro 4) se llevó a cabo en un termociclador tradicional para todas las muestras. La elección de genes mitocondriales como marcadores moleculares se hizo con base en su sencilla estructura genética, libre de fragmentos repetitivos, que se trasmite por vía materna sin recombinación y evoluciona a una tasa lo suficientemente rápida para permitir el surgimiento de nuevos estados de carácter durante la existencia de una especie (Avise et al. 1987). 15 Cuadro 1. Lista de ejemplares, localidades y taxa, según Phillips (1991), incluidos en este estudio. No. Catálogo de campo Catálogo de MZFC Haplotipo Edo.1 Localidad Latitud Longitud Taxón 1 CHI 133 MZFC19782 8 CHI El Llano 26.66464° -107.30858° T. r. grisior 2 CHI 140 MZFC 19781 8 3 ORT11 08 MZFC 24059 18 SIN Toro Manchado 25.36644° -108.10375° T. r. grisior 4 ORT11 19 MZFC 24057 19 SIN Malpica 23.30308° -106.16166° T. r. rufopalliatus 5 ITM 003 MZFC 19089 1 NAY Isla María Magdalena 21.46417º -106.42659º T. r. graysoni 6 ITM 009 MZFC 19090 2 7 ITM 014 MZFC 19091 3 8 ITM 020 MZFC 19092 3 9 ITM 023 MZFC 19093 4 10 ITM 026 MZFC 19094 5 11 ITM 029 * 2 12 ITM 030 * 2 13 ITM 031 * 6 14 ITM 040 MZFC 19097 2 15 ITM 041 MZFC 19098 2 16 ITM 256 MZFC 19099 5 NAY Isla María Madre 21.62611° -106.54250° T. r. graysoni 17 ORT 016 MZFC 23507 8 NAY Fortuna de Vallejo 20.96080° -105.13360° T. r. rufopalliatus 18 ORT 039 MZFC 23511 8 19 ORT 045 MZFC 23510 8 20 ORT 046 MZFC 23521 8 21 ORT 047 MZFC 23509 8 22 ORT 049 MZFC 23516 9 23 ORT 054 MZFC 23520 15 24 ORT 090 MZFC 23515 16 25 ORT 091 MZFC 23514 7 26 ORT 097 MZFC 23517 17 27 ORT 098 MZFC 23522 10 28 ORT 099 MZFC 23518 9 29 ORT11 33 MZFC 24058 20 JAL El Manantial 19.96002° -105.25561° T. r. rufopalliatus 30 ORT11 35 MZFC 24060 8 16 No. Catálogo de campo Catálogo de MZFC Haplotipo Edo.1 Localidad Latitud Longitud Taxón 31 CHAM07 21 MZFC 20479 7 JAL Chamela 19.54542° -105.08386° T. r. rufopalliatus32 CHAM07 26 MZFC 20480 8 33 CHAM07 42 MZFC 20481 8 34 CONACYT 1040 MZFC 16470 10 MICH Presa Infiernillo 18.27167° -101.89167° T. r. interior 35 CONACYT 1071 MZFC 16469 11 36 CONACYT 1083 MZFC 16471 12 37 CONACYT 1091 MZFC 16468 13 38 CONACYT 1100 MZFC 16467 14 39 CONACYT 1103 MZFC 16466 13 40 TXP 05 MZFC 20131 12 GRO Iguala 18.35812° -99.47573° T. r. interior41 TXP 08 MZFC 20134 12 42 TXP 10 MZFC 20136 10 43 ORT11 95 MZFC 24056 8 GRO Lomas de Chapultepec 16.71951° -99.62067° T. r. rufopalliatus 44 CONACYT 1022 MZFC 16591 9 GRO El Carmen 16.83617° -98.74725° T. r. rufopalliatus 1 Estados (Edo.): CHI=Chihuahua, SIN= Sinaloa, NAY=Nayarit, JAL=Jalisco, MICH=Michoacán, GRO=Guerrero * Por ingresar a la colección. 17 Cuadro 2. Lista de primers utilizados Gen Primer Secuencia Referencia Cytb L 14851 5’-CCTACTTAGGATCATTCGCCCT-3’ Kornegay et al. 1993 H 494 alt 5’-TTGTCTACTGAGAATCCNCCTCA-3’ Moyle et al. sin publicar L 428 5’-GAGGACAAATATCATTCTGAGG-3’ Reddy 2008 H745 altb 5’-TTTTCTGGGTCTCCTAGNAGGT-3’ Moyle et al. sin publicar L 15557 5’-GACTGTGACAAAATCCCATTCCA-3’ Cicero y Johnson 2001 B 20 5’-TTGGTTCACAAGACCAATGTT-3’ Feinstein sin publicar ND2 L 5215 5’-TATCGGGCCCATACCCCGAAAAT-3’ Hackett 1996 H 5766 5’-GGATGAGAAGGCTAGGATTTTKCG-3’ Sorenson et al. 1999 L 347 5’-CCATTCCACTTCTGATTCCC-3’ Drovetski et al. 2004 H 6313 5’-CTCTTATTTAAGGCTTTGAAGGC-3’ Sorenson et al. 1999 Cuadro 3. Reactivos de PCR Reactivo Cantidad H2O 8.375 L Buffer 1.5 L MgCl2 0.75 L dNTP 0.75 L Primer L 0.25 L Primer H 0.25 L ADN polimerasa 0.125 L ADN 1 L Total 13 L Cuadro 4. Programa de ciclos de amplificación Descripción Ciclos Temperatura Tiempo Desnaturalización 1 95º C 2’ Desnaturalización 5 95º C 20’’ Alineamiento 58º C 15’’ Extensión 70º C 30’’ Desnaturalización 5 95º C 20’’ Alineamiento 54º C 15’’ Extensión 70º C 30’’ Desnaturalización 35 95º C 20’’ Alineamiento 50º C 15’’ Extensión 70º C 30’’ Extensión final 1 70º C 4’ Conservación 1 12º C Los productos de PCR fueron verificados en geles de agarosa preparados con solución TAE (Tris, acetato y EDTA). Se utilizaron 3 L de producto de PCR para realizar la electroforesis en TAE durante 10 minutos con un voltaje de 96 voltios. Los geles fueron analizados en un transiluminador ultravioleta para verificar el éxito de la PCR. Posteriormente, las amplificaciones fueron purificadas añadiendo 5 L de ExoSAP-IT (USB) 10% a los restantes 10 L de producto de la PCR y colocándolas en un termociclador tradicional (Cuadro 5). Por último, el producto ya purificado fue diluido en 15 L de agua. Cuadro 5. Programa de ciclos de purificación Descripción Ciclos Temperatura Tiempo Purificación con ExoSAP-IT 1 37º C 30’ Inactivación de ExoSAP-IT 1 80º C 15’’ Conservación 1 12º C 18 Para realizar la reacción de secuencia de dos placas de 96 pozos fue preparada una mezcla con agua (925 L), buffer de secuenciación 5X (325 L) y BigDye (Applied Biosystems) (43 L), la cual a su vez fue mezclada con cada uno de los mismos primers empleados en la amplificación en una proporción de 6:1.125 (BigDye:primer). Posteriormente en cada pozo fueron colocados 6 L de la mezcla BigDye-primer y 1 L del producto purificado de la PCR. El programa de reacción de secuencia se llevó a cabo en un termociclador tradicional (Cuadro 6) y el producto fue precipitado con 70% etanol. Se desechó el etanol y el ADN fue suspendido en 40 L de agua para su posterior secuenciación en una máquina secuenciadora modelo 3730 DNA Analyzer (Applied Biosystems). Por último, las secuencias fueron revisadas, editadas y alineadas en el programa Sequencher 4.10.1 (GeneCodes). En ocasiones, la información observada en el cromatograma de cada muestra no corresponde con la letra del nucleótido correcto, por lo que una revisión visual de todas las secuencias fue necesaria. Cuadro 6. Programa de ciclos de reacción de secuencia Descripción Ciclos Temperatura Tiempo Desnaturalización inicial 1 95º C 2’ Desnaturalización 25 95º C 15’’ Alineamiento 50º C 15’’ Extensión 60º C 4’ Conservación 1 12º C 3.3 Análisis filogenéticos La elección del modelo de sustitución de nucleótidos que mejor se ajustó a las secuencias fue llevada a cabo en el programa ModelTest (Posada y Crandall 1998) y evaluada bajo el Criterio de Información Bayesiano (BIC). Esto se debe a que el BIC introduce una penalización proporcional al número de parámetros en el modelo, evitando así un sobreajuste de los datos que podría suceder al usarse el Criterio de Información de Akaike (AIC) (Schwarz 1978). Por otro lado, Liddle (2007) argumentó que la evaluación del ajuste bajo el AIC y el BIC ha conducido generalmente a la obtención de resultados similares. 19 De acuerdo con el código genético universal, debido a que el porcentaje de sustituciones sinónimas varía respecto a la posición en el codón (Salemi 2009), los datos fueron particionados por posición en el codón (1º, 2º y 3º) para cada uno de los genes (Cytb y ND2) por separado, obteniendo un total de 6 particiones a ser analizadas. Un estudio filogenético realizado con base en genes mitocondriales acerca de las relaciones genealógicas dentro de un grupo de lagartijas (Brandley et al. 2005) reveló que se observa una mejoría en el resultado obtenido cuando se analizan los datos por particiones y que incluso la mejor estrategia de partición es por posición en el codón. Posteriormente se construyó una red de haplotipos, así como filogenias bajo los criterios de máxima parsimonia, máxima verosimilitud e inferencia bayesiana, con el fin de construir árboles que reflejaran las posibles relaciones filogenéticas entre los haplotipos continentales e insulares. El grupo externo empleado durante los análisis fue Turdus migratorius debido a que la más reciente propuesta sobre la filogenia del género indica que pertenecen al mismo clado, junto con Turdus rufitorques (Voelker et al. 2007). Las secuencias de Turdus migratorius fueron tomadas de GenBank bajo los números de acceso AF197835.1 para Cytb (Cracraft y Feinstein 2000) y AY752353.1 para ND2 (Klicka et al. 2005). La red de haplotipos se construyó en Network 4.6.0.0 (Bandelt et al. 1999, <www.fluxus-technology.com>) usando el algoritmo median-joining, el cual acepta caracteres con estados múltiples (i. e., A, C, G, T), a diferencia del reduced median, el cual sólo acepta caracteres binarios. La construcción por máxima parsimonia se desarrolló en PAUP (Swofford 2003), para lo cual se realizó una búsqueda heurística de 1,000 réplicas de bootstrap basada en un proceso de adición aleatoria de ramas. La construcción por máxima verosimilitud se desarrolló en PAUP (Swofford 2003), el cual calculó los parámetros delmodelo de sustitución y empleó el algoritmo rapid bootstrap con 1,000 réplicas de bootstrap. La construcción por inferencia bayesiana se desarrolló en MrBayes 3.1.2 (Ronquist y Huelsenbeck 2003) bajo los modelos de sustitución calculados previamente por ModelTest 20 (Posada y Crandall 1998), para lo cual se empleó el algoritmo MCMC vía dos cadenas de Markov independientes por 10,000,000 generaciones, muestreadas cada 500 generaciones. Los primeros 5,000 árboles fueron descartados y se obtuvo una topología consenso a partir de los últimos 15,001 árboles. 3.4 Análisis de poblaciones Todos los análisis de poblaciones se desarrollaron en DNAsp (Librado y Rozas 2009). De acuerdo con Nei y Tajima (1981), con el fin de analizar la diversidad genética, fueron medidos: H número de haplotipos; Hd diversidad haplotípica.- medida de la frecuencia y cantidad de haplotipos entre individuos, varía de 0 (diversidad nula) a 1 (diversidad total) (Abbas et al. 2010); π diversidad nucleotídica.- proporción promedio de nucleótidos diferentes entre haplotipos, varía de 0% (no divergencia) a más de 10% (divergencia profunda) (Grant y Bowen 1998). Con el fin de analizar los procesos demográficos, se evaluó el grado de desviación del estado de neutralidad de las poblaciones a través de las pruebas de D de Tajima (Tajima 1989) y Fs de Fu (Fu 1997). La probabilidad (P) asociada a cada uno de estos dos estadísticos se obtuvo a través simulaciones de coalescencia con 1,000 réplicas. La D de Tajima prueba la hipótesis nula de mutación neutral usando información acerca de la frecuencia de mutación (Ramos-Onsins y Rozas 2002); esta hipótesis nula se rechaza cuando P < 0.05 y se interpreta como una población que no se encuentra en equilibrio (Tajima 1989). Si el valor es significativamente negativo, entonces podría sugerirse que la población ha experimentado expansión poblacional. Por otro lado, si el valor es significativamente positivo, entonces podría sugerirse que la población ha experimentado cuellos de botella. 21 La Fs de Fu prueba también la hipótesis nula de mutación neutral, sólo que para ello usa información de la distribución de haplotipos (Ramos-Onsins y Rozas 2002); esta hipótesis nula se rechaza cuando P < 0.02 y se interpreta como una población que no se encuentra en equilibrio (Fu 1997). Un valor significativamente negativo es evidencia de un exceso de alelos, lo cual se esperaría de una población que ha experimentado expansión poblacional reciente. Por otro lado, un valor significativamente positivo sería evidencia de una deficiencia de alelos, lo cual se esperaría de una población que ha experimentado cuellos de botella. La diferenciación genética se evaluó a través de una prueba de hipótesis con el estadístico X2 (1,000 réplicas, P > 0.05), donde la hipótesis nula corresponde a la ausencia de diferenciación genética. El flujo génico y el grado de diferenciación genética se estimaron a través del índice de fijación FST (Wright 1951) el cual toma valores de 0 (panmixia total) a 1 (aislamiento reproductivo total). El flujo génico fue también estimado a través del número de migrantes por generación (m). 4. Resultados Se obtuvieron secuencias completas de 1,143 pb de Cytb y secuencias parciales de 980 pb de ND2, disponiendo finalmente de un total de 2,123 pb. Durante el desarrollo de todos los análisis, ambos genes fueron concatenados, es decir, el final de la secuencia de Cytb fue unido al inicio de la secuencia de ND2 con el fin de ser tratados como una sola unidad. Se encontró que el 1.7% de los caracteres corresponde a sitios polimórficos y que el 1.3% constituye sitios informativos, lo cual condujo a la definición de 20 haplotipos (Cuadro 1). Compartido por 11 individuos, el haplotipo 8 resultó ser el más común y fue encontrado en cinco localidades continentales ubicadas en la línea costera de los estados de Chihuahua, Nayarit, Jalisco y Guerrero (Figura 4). El haplotipo 2, compartido por 5 individuos, resultó ser el segundo más común y sólo fue encontrado en la Isla María Magdalena, Nayarit. Tres haplotipos fueron compartidos por 3 individuos, y cuatro haplotipos fueron compartidos por 2 22 individuos. Aquellos haplotipos que fueron encontrados únicamente en un solo individuo sumaron 11 en total, es decir, una cuarta parte del tamaño de la muestra. Figura 4. Distribución geográfica de haplotipos únicos. Los círculos representan cada localidad. Los números indican haplotipos presentes por localidad. El número de porciones al interior de cada círculo corresponde al número de haplotipos. 4.1 Análisis filogenéticos Únicamente 5 de las 6 particiones resultaron variables, por lo que sólo se hicieron 5 búsquedas de modelos de sustitución que mejor se ajustaran a cada una de las particiones. La única partición que no resultó informativa fue la segunda posición de ND2. Los resultados de dichas búsquedas, así como sus valores asociados de BIC se presentan en el Cuadro 8. Cuadro 8. Modelos de sustitución y BIC Gen Posición Modelo BIC Cytb 1º K80 1103.9480 2º F81 1027.2692 3º HKY 1063.0498 ND2 1º F81 987.3212 3º HKY 1022.5671 La red de haplotipos (Figura 5) mostró que los haplotipos insulares y continentales forman dos grupos separados por 12 mutaciones puntuales. Adicionalmente, ambos grupos exhiben haplotipos exclusivos, es decir, no comparten ningún haplotipo haplotipos se separan por una mutación, a excepción del haplotipo 1 que se separa por dos mutaciones del haplotipo 3. En el interior del grupo continental se encuentran haplotipos correspondientes a las tres subespecies de rufopalliatus descritas por Phillips (19 exclusivos de cada subespecie, a excepción del 8 y el 10, los cuales son compartidos por T. r. grisior interior, respectivamente. Figura 5. Red de haplotipos const indica un haplotipo distinto (Cuadro 7) individuos con ese haplotipo específico. La trama y el diseño de cada círculo indican el taxón, según Phillips (1991). Cuadrícula blanco=T. r. interior. Los cuadros sobre las líneas Las construcciones por máxima parsimonia (Figura (Figura 7) e inferencia bayesiana (Figura similares, en las que se identifican dos clado congruentes con la estructura geográfica. cada clado es muy variable y no es posible observar una clara estructura geográfica. El nodo basal separa los haplotipos insulares de los continentales, lo cual coincide con su distribución geográfic La red de haplotipos (Figura 5) mostró que los haplotipos insulares y continentales forman dos grupos separados por 12 mutaciones puntuales. Adicionalmente, ambos grupos exhiben haplotipos exclusivos, es decir, no comparten ningún haplotipo entre ellos. Al interior del grupo insular los se separan por una mutación, a excepción del haplotipo 1 que se separa por dos mutaciones del haplotipo 3. En el interior del grupo continental se encuentran haplotipos correspondientes a las tres subespecies de descritas por Phillips (1991). Los haplotipos continentales son exclusivos de cada subespecie, a excepción del 8 y el 10, los cuales son T. r. grisior y T. r. rufopalliatus y por T. r. rufopalliatus onstruida con base en el algoritmo median-joining. Cada número (Cuadro 7). El tamaño de cada círculo es proporcional al número de s con ese haplotipo específico. La trama y el diseño de cada círculo indican el taxón, Cuadrícula=T. r. graysoni; gris=T. r. grisior; negro=T. r. rufopalliatus Los cuadros sobre las líneas indican mutaciones y los taches haplotipos no muestreados. Las construcciones por máxima parsimonia (Figura 6), máxima verosimilitud ) e inferencia bayesiana (Figura 8) generaron árboles con topologías similares, en las que se identifican dos clados, con altos valores de soporte, tura geográfica. Por su parte, el soporte al interior de cada clado es muy variable y no es posible observar una clara estructura geográfica. El nodo basal separalos haplotipos insulares de los continentales, lo cual coincide con su distribución geográfica disyunta. 23 La red de haplotipos (Figura 5) mostró que los haplotipos insulares y continentales forman dos grupos separados por 12 mutaciones puntuales. Adicionalmente, ambos grupos exhiben haplotipos exclusivos, es decir, no grupo insular los se separan por una mutación, a excepción del haplotipo 1 que se separa por dos mutaciones del haplotipo 3. En el interior del grupo continental se encuentran haplotipos correspondientes a las tres subespecies de T. 91). Los haplotipos continentales son exclusivos de cada subespecie, a excepción del 8 y el 10, los cuales son T. r. rufopalliatus y T. r. . Cada número cada círculo es proporcional al número de s con ese haplotipo específico. La trama y el diseño de cada círculo indican el taxón, T. r. rufopalliatus; taches indican ), máxima verosimilitud ) generaron árboles con topologías s, con altos valores de soporte, l soporte al interior de cada clado es muy variable y no es posible observar una clara estructura geográfica. El nodo basal separa los haplotipos insulares de los continentales, 24 Figura 6. Árbol construido por máxima parsimonia. Los números sobre las ramas indican el soporte de bootstrap. Los números al final de cada rama indican el haplotipo. Longitud = 220, índice de consistencia (CI) = 0.968, índice de retención = 0.934, índice de homoplasia = 0.031. Islas Continente 25 Figura 7. Árbol construido por máxima verosimilitud. Los números sobre las ramas indican el soporte de bootstrap. Los números al final de cada rama indican el haplotipo. Islas Continente 26 Figura 8. Árbol construido por inferencia bayesiana. Los números en los nodos indican la probabilidad posterior. Los números al final de cada rama indican el haplotipo. Islas Continente 27 4.2 Análisis de poblaciones Las medidas de la diversidad genética y los resultados de las pruebas de neutralidad se reportan en el Cuadro 9. En todos los casos, la diversidad haplotípica (Hd) resultó alta y la diversidad nucleotídica (π) resultó baja. Lo anterior corresponde a un escenario en donde los tres conjuntos (total, islas y continente) han experimentado cuellos de botella seguidos de una expansión poblacional y una acumulación de mutaciones rápidas (Grant y Bowen 1998). El conjunto que incluye a ambas poblaciones presentó las diversidades haplotípica (Hd) y nucleotídica (π) más altas, mientras que el conjunto insular presentó las diversidades haplotípica (Hd) y nucleotídica (π) más bajas. Las pruebas de neutralidad D de Tajima y Fs de Fu revelaron valores no significativos (Cuadro 9), por lo que no es posible rechazar la hipótesis nula sobre mutación neutral. Esto sugiere que las poblaciones se encuentran en equilibrio al no poder demostrarse cambios en el tamaño poblacional. Cuadro 9. Parámetros sobre la genética de poblaciones Población N H Hd ± SD π ± SD D P Fs P Total 44 20 0.918 ± 0.028 0.00399 ± 0.00037 0.085 0.610 -2.139 0.245 Islas 12 6 0.818 ± 0.960 0.00076 ± 0.00018 -0.702 0.269 -1.898 0.052 Continente 32 14 0.867 ± 0.050 0.00169 ± 0.00018 -0.815 0.224 -3.937 0.048 El grado de diferenciación genética entre los conjuntos insular y continental resultó estadísticamente significativo (X2 = 44.00; P = 0.0009; gl = 19). Además, a partir de los datos se obtuvo un índice de fijación FST = 0.84, lo cual sugiere un flujo génico bastante restringido, considerando 0 como panmixia y 1 como aislamiento reproductivo, y un alto grado de diferenciación. Asimismo, se estimó que existe 1 migrante cada 10 generaciones (m = 0.1). Estas pruebas apuntan hacia una evidencia para sugerir historias evolutivas independientes. 5. Discusión Un análisis basado exclusivamente en ADN mitocondrial tiene varias limitaciones (Funk y Omland 2003, Ballard y Whitlock 2004), aunque posee 28 mayor probabilidad de detectar límites geográficos y especies crípticas que estudios basados en secuencias de ADN nuclear (Moore 1995, Hudson y Coyne 2002, Zink y Barrowclough 2008, Barrowclough y Zink 2009). Los resultados presentados en este estudio constituyen una hipótesis de las relaciones matrilineales entre los grupos insular y continental Todos los resultados obtenidos de los análisis filogenéticos y de poblaciones sugieren una gran separación de las poblaciones insular y continental, lo cual se basa en: 1) las 12 mutaciones que las separan en la red de haplotipos, 2) los altos valores de soporte en los nodos basales de los árboles de máxima parsimonia, máxima verosimilitud e inferencia bayesiana, 3) la significativa diferenciación genética, 4) el restringido flujo génico y 5) la baja tasa de migración. La agrupación geográfica de los haplotipos continentales e insulares mostró monofilia recíproca, un patrón que ha sido reportado en etapas tempranas de especiación en otras especies de aves (Avise et al. 1990, Baker et al. 2003, Funk y Omland 2003). La diferenciación genética significativa entre las aves insulares y continentales, sumada a las evidentes diferencias de plumaje y tamaño (Grant 1965), podría reflejar diferentes presiones de selección presentes en las Islas Tres Marías y en el continente, lo cual constituye una condición que potencialmente puede conducir a un evento de especiación (Morrone 2005). Estudios previos sugieren que la débil estructura geográfica al interior de un grupo, en este caso el continental, podría estar asociada a una reciente expansión poblacional y a la ausencia de barreras aislantes (Zink et al. 2001). Los resultados obtenidos en esta investigación muestran una pobre correspondencia con la estructura geográfica de las tres subespecies de T. rufopalliatus (sensu Phillips 1991) basada en la coloración del plumaje. Estudios anteriores ya han reportado este mismo patrón (Seutin et al. 1993, Baker et al. 2003) y sugieren que podría ser consecuencia de un sorteo incompleto de linajes o una alta tasa de flujo génico. Por otro lado, se ha sugerido que la falta de estructura geográfica podría resultar de que la mayoría 29 de las subespecies muestreadas no correspondan a historias evolutivas independientes y, por el contrario, sean sólo divisiones arbitrarias basadas en variación morfológica (Avise 2004, Zink et al. 2002). Adicionalmente se ha demostrado que muchas especies de aves exhiben variación en la coloración del plumaje, a pesar de presentar poca o ninguna variación genética (Greenberg et al. 1998, Baker et al. 2003, Zink et al. 2005). Dado que al interior del continente no se encontraron separaciones genéticas definitivas en el ADN mitocondrial, existe la posibilidad de que las subespecies descritas por Phillips (1991) únicamente representen clinas morfológicas y de ADN mitocondrial (Cortés-Rodríguez 2008). La población de las Islas Tres Marías ha sido distinguida por su particular morfología (Nelson 1899, Ridgway 1907, Hellmayr 1934, Stager 1957, Grant y Cowan 1964, Grant 1965, Phillips 1981, Navarro-Sigüenza y Peterson 2004). Esta población es más pálida que los individuos del continente y además existen diferencias morfométricas (Grant 1965). Este patrón de coloración de plumaje, en el que la contraparte continental es más brillante que los individuos de las islas, ha sido encontrado en otras aves endémicas de las Islas Tres Marías (e. g., Amazilia rutila graysoni, Cynanthus latirostris lawrencei, Thryothorus felix magdalenae, Melanotis caerulescens longirostris, Grant 1965; Icterus pustulatus, Cortés-Rodríguez 2008). La población insular difiere de las poblaciones continentales en varios tipos de caracteres (e. g., DNA mitocondrial, plumaje, morfometría, Grant 1965), lo cual indica que podría ser tratada como una unidad distinta. Considerado el concepto biológico de especie (Mayr 1963), ambas poblaciones (insular y continental) se ajustan a la definición: población, o grupo de poblaciones,de individuos que actualmente o potencialmente se reproducen entre ellos y dejan descendencia fértil, aislados reproductivamente de todas las demás poblaciones. Phillips (1981) reportó no haber encontrado híbridos en la costa de Nayarit, zona donde supuestamente se encuentran tanto la forma insular como la continental. 30 El concepto filogenético de especie (Cracraft 1983) argumenta que las especies pueden ser reconocidas con base en al menos un carácter único. La coloración pálida del plumaje y las mutaciones fijadas en el ADN mitocondrial brindan soporte al reconocimiento de esta unidad como una especie distinta, Turdus graysoni, tal como ha sido propuesto por Phillips (1981, 1991) y Navarro-Sigüenza y Peterson (2004). Estudios adicionales basados en genes nucleares de diferentes cromosomas, morfología, morfometría, bioacústica y comportamiento deberán llevarse a cabo para lograr un mejor entendimiento de la historia evolutiva de este grupo. Lo anterior podría contribuir con evidencia para apoyar o rechazar si la genealogía resultante de este estudio basado en dos genes mitocondriales refleja la filogenia macroevolutiva del grupo (Bryson et al. 2011). 6. Literatura citada Abbas, B., Y. Renwarin, M. H. Bintoro, Sudarsono, M. Surahman y H. Ehara. 2010. Genetic diversity of sago palm in Indonesia based on chloroplast DNA (cpDNA) markers. Biodiversitas 11:112-117. Avise, J. C. 2000. Phylogeography: the history and formation of species. Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, USA. Avise, J. C., J. Arnold, R. M. Ball, E. Bermingham, T. Lamb, J. E. Neigel, C. A. Reeb y N. C. Saunders. 1987. Intraspecific phylogeography: the mitochondrial DNA bridge between population genetics and systematics. Annual Review of Ecology and Systematics 18:489-522. Avise, J. C., C. D. Ankney y W. S. Nelson. 1990. Mitochondrial gene trees and the evolutionary relationship of Mallard and Black Ducks. Evolution 44:1109-1119. Avise, J. 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Discusión 6. Literatura Citada
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