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UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A la memoria de mis padres y mi hermano Gabriel A mis hermanos Joaquín y Lourdes A mi hijo Diego Agradezco a mis maestros y amigos que colaboraron directa o indirectamente en la realización de este trabajo. INDICE INTRODUCCIÓN 1. Contexto histórico social 1.1. Sinopsis histórica: La República. 1931-1939 7 1.2. De la dictadura franquista a la monarquía parlamentaria.1939-1975 16 2. José Sanchis y su tiempo. 2.1 Antecedentes. 25 2.1.2 Panorama del teatro español durante el franquismo. 29 2.1.4 El teatro de vanguardia y el nuevo teatro español. 34 2.2 Versatilidad de la obra teatral de Sanchis y el teatro fronterizo 41 2.2.1 El teatro fronterizo 44 3. Propuestas teatrales de Sanchis. 3.1 Texto y representación. 47 3.2.1 El retablo de Eldorado. 54 3.2.2 Ñaque o de piojos y actores. 80 3.2.3 El canto de la rana. 95 3.2.4 ¡Ay, Carmela! Elegía de una guerra civil en dos actos y un epílogo. 114 Conclusiones 148 Apéndice. Propuesta para una puesta en escena de El canto de la rana. 152 Anexos. Fotografías. 161 Bibliografía 164 4 INTRODUCCIÓN El propósito de este trabajo es analizar a uno de los autores españoles que se considera relevante en el teatro español contemporáneo: José Sanchis Sinisterra. Estudiar el contexto histórico social del autor es de vital importancia para entender su producción dramática en relación a su realidad social. De esta manera se contextualizó su obra en un período controvertido en la historia de España que es la dictadura franquista, época que le tocó vivir, por lo que el primer capítulo corresponde a una sinopsis histórica de la Guerra Civil española y como consecuencia el Estado dictatorial. En el segundo capítulo se hizo una revisión del teatro español desde el primer tercio del siglo XX hasta el período llamado de la transición y se enfatizan los momentos más importantes en el desarrollo de la dramaturgia española contemporánea. Para entender la cultura de ese momento hay que analizar los fenómenos que sobre la cultura y el arte imprimen una guerra y una dictadura. Se puede mencionar la restricción ideológica, la censura rígida, las malas condiciones económicas y también el exilio de intelectuales y escritores. Sería hasta la muerte de Franco que estas condiciones empezarían a cambiar radicalmente. Esta situación hace que el estudio de la literatura española del siglo XX sea vista entre un antes y un después, desde principios de siglo hasta 1936, en que da inicio la Guerra Civil española; de 1940 hasta el fin de la dictadura en 1975 y del fin de la misma hasta nuestros días. 5 El tercer capítulo se refiere a las propuestas teatrales de Sanchis en donde relaciona su teoría dramática con su proceso creativo, es decir su dramaturgia. Se presenta el análisis de cuatro de sus obras más representativas: Ñaque o de piojos y actores, El canto de la rana, El retablo del Eldorado y ¡Ay, Carmela! , desde un enfoque crítico de la semiótica teatral donde se analiza la obra dramática como un hecho polifónico. Aquí partimos de que el hecho teatral va más allá de la escritura dramática y al pasar a la representación de un texto dramático, el autor es sólo uno de los emisores que requiere la representación, pues en la puesta en escena tendremos un hecho polifónico en que tendremos diversos emisores. Estos elementos los presentamos en el cuadro de Kowzan, como una herramienta de análisis de la representación teatral. En las obras analizadas se mencionan las constantes más recurrentes en el teatro de Sanchis que son la reescritura, la intertextualidad, el metateatro y el subgénero del entremés que recodifica y revitaliza, creando un género que él llama tragientremés. La vigencia y vigor del entremés lo recodifica en el presente y se contrapone al teatro restrictivo e hipócrita, a la represión del lenguaje y a las formas eufemísticas del teatro que se desarrolló durante el franquismo. A lo largo de la investigación se pudo comprobar el interés que muestran investigadores, directores y actores por la producción dramática de Sanchis Sinisterra en México, puesto que sus obras se han representado con frecuencia en nuestro país. Tal es el caso de las puestas en escena de ¡Ay,Carmela!, dirigida por Otto Minera; El retablo de Eldorado, dirigida por el propio Sanchis Sinisterra; Ñaque o de piojos y actores, dirigida por Alejandro Velis; El canto de la rana, dirigida por Rodrigo Johnson; 6 Los figurantes, El cerco de Leningrado y Lector por horas, dirigidas por Ricardo Ramírez Carnero. Este análisis pretende ser una aportación que permita ampliar nuevos horizontes a los futuros investigadores sobre los dramaturgos españoles de hoy. Por último quiero agradecer a la Dra. Eugenia Revueltas su tutoría para la realización de esta tesis, ya que los cursos que imparte de Texto y representación fueron fundamentales para el desarrollo de esta investigación, así como su apoyo, paciencia y entusiasmo durante el posgrado. 7 1.- Contexto histórico-social. 1.1.- Sinopsis histórica: La República: 1931-1939 Antecedentes. Las variadas desigualdades ideológicas suscitadas desde el siglo XIX, entre monárquicos conservadores y republicanos liberales; la pérdida de las colonias en ultramar, particularmente de Cuba, así como la crisis de la Primera Guerra Mundial y la transformación del mundo a raíz de la Revolución Rusa, traen como consecuencia en España una severa crisis económica, política y social que se refleja en la caída de su monarquía. De esta manera puede afirmarse que ―La España de principios del siglo XX es el arcaísmo de occidente en este mundo que se uniforma, es el islote de las tradiciones y sus amos se vanaglorian de haber sabido mantener su hispanidad, frente a las corrientes políticas y económicas modernas.‖1 A principios del siglo XX, España era un país fundamentalmente agrícola. Más del 70% de su población económicamente activa se dedicaba a la agricultura, pero con herramientas de tipo medieval, como el arado romano, más difundido que el arado moderno de hierro. La industria había salido a duras penas del período de las manufacturas y se encontraba muy limitada. Sólo la industria metalúrgica en ciernes se había desarrollado en el País Vasco, y laindustria textil en Cataluña, que es la más importante desde el punto de vista de la producción global, en el mercado internacional. España 1 Pierre Broué y Émile Témime, La revolución y la guerra de España, México, FCE, 1962, p. 21. 8 sólo podía ofrecer productos de su suelo y subsuelo a cambio de productos manufacturados por industrias extranjeras; por lo tanto, era un terreno atractivo para la inversión foránea. De esta manera, a lo largo de varias décadas, llegaron capitales belgas, franceses, ingleses y canadienses a diferentes sectores industriales, tales como el metalúrgico, el minero, el químico, el hidroeléctrico y el ferroviario. Más tarde se introducen los capitales norteamericano y alemán en la telefonía y la electricidad. España queda al margen de la Primera Guerra Mundial que ofrece salida a los productos agrícolas españoles y es así como España se convierte en proveedora de otros países europeos, lo que le acarrea cierta prosperidad. Sin embargo, el fin de la guerra la vuelve a excluir del mercado europeo. La crisis mundial de 1929 golpea duramente a España y la hunde en la pobreza, con graves consecuencias sociales. De acuerdo con Broué y Témime, [ ...] se puede estimar que, de los once millones de españoles que constituyen la población activa del país, ocho millones son pobres cuyo trabajo apenas si les asegura la subsistencia: un millón de pequeños artesanos, de dos a tres millones de obreros agrícolas, de dos a tres millones de obreros de la industria y mineros, dos millones de aparceros o muy pequeños propietarios rurales. Entre esta masa y el millón de privilegiados a los que Rabasseire llama los ―parásitos‖ –funcionarios, sacerdotes, militares, intelectuales, grandes propietarios rurales y grandes burgueses —se intercalan menos de dos millones de hombres de las ―clases medias‖, que en su mitad son campesinos acomodados y en su otra mitad pequeños burgueses agrupados en los centros más evolucionados: Barcelona, Valencia, Bilbao, Santander.2 Todo lo anterior ocasiona en España un rezago económico, social, político y cultural en relación con el resto de los países europeos. La desigualdad social trae como consecuencia la inconformidad de las clases desposeídas que se 2 Pierre Broué y Émile Témime, op.cit., p. 27. 9 empezaron a manifestar en contra de la monarquía, ese régimen obsoleto y poco eficiente, que no toma en cuenta las necesidades del pueblo. El régimen monárquico convoca a elecciones para demostrar su legitimidad. Sin embargo, el resultado fue contrario al esperado y las elecciones favorecieron a los partidos republicanos. El triunfo de las clases populares genera una esperanza de justicia y renovación, pues era necesario superar el anacronismo del pasado. ―Cuando empezaron a conocerse los resultados [ de las elecciones] pudo comprobarse que en todas las grandes ciudades de España los candidatos monárquicos habían sido derrotados.‖3 El rechazo de las masas a la figura del Rey era evidente, y aunque Alfonso XIII no abdica, tiene que abandonar el país. Esta situación anunciaba una nueva era para España. Con el triunfo del gobierno republicano, inmediatamente se dejaron ver muestras reformadoras que dieron mayor importancia a los trabajadores, el campesinado, el arte, la cultura y la condición de las mujeres, a quienes se otorgó el derecho del voto en 1931. El problema agrario que atravesaba España por aquellos años no parecía tener solución. Como se apuntó anteriormente, la economía peninsular se basaba en la agricultura de bajo rendimiento, de lo cual se derivaron miseria y grandes conflictos sociales. En España se pueden cultivar los principales productos agrícolas excepto el café por ello, aunque tenía el potencial de convertirse en un país agrícola importante, con un adecuado desarrollo 3 Hugh Thomas, La guerra civil española, Ruedo Ibérico, París, 1967, p.14. 10 industrial y financiero, esto resultaba imposible por la bancarrota en que se encontraba. Esta crisis económica contribuyó al derrumbe de la monarquía y también, incluso, a la caída de la República. ― Si la República hubiera emprendido la reforma agraria antes de atacar a la iglesia, todos los propietarios de tierras, excepto algunos muy ricos, la hubieran apoyado.‖4 Por otro lado, se expropió a la aristocracia las tierras, no cultivadas, que sólo mantenían para su esparcimiento. Se separa a la iglesia del Estado, lo que suscita la inconformidad de las fuerzas de derecha: la iglesia, los terratenientes y los militares, entre los miembros del nuevo sistema político, la República, y esto la debilitó y le impidió consolidarse. Sin embargo, en las nuevas votaciones convocadas en 1936 la República vuelve a salir triunfante. El péndulo electoral viró una vez más a la izquierda. Pero los militares, comandados por el General Francisco Franco, traicionan a la República y se propicia la guerra civil. [...] La guerra civil se manifiesta como el cisma de una descomposición moral que se había incubado paulatinamente a través de los tiempos; la oposición de intereses y convicciones que se gestó durante una gran trayectoria social entrecruza violentamente sus perspectivas en la contienda bélica que se que se establece de 1936 a 1939. Este acontecimiento es en realidad la consecuencia de un proceso cuyas directrices surgen de la conflictiva misma del ser español.‖5 Si la lucha se había iniciado por conflictos internos, pronto adquiere un carácter internacional, pues hay intervención de los países fascistas y sus intereses políticos, particularmente de Alemania e Italia. Así es como el líder del frente nacionalista, Francisco Franco, aprovecha las relaciones con estos 4 Ibidem. 5 Idem. p. 53. 11 países y obtiene el triunfo. ―La victoria de Franco fue una victoria de Hitler y Mussolini, y tal como fue proclamada en Berlín, Roma y Madrid. Franco no hubiera podido elevar la guerra fuera de Marruecos sin la ayuda de los dictadores.‖6 Así fue como España atravesó por una cruenta guerra civil que desembocó en una de las más largas dictaduras de los países hispánicos. A este período se le ha llamado era franquista, justamente por el nombre de su caudillo, pues durante las décadas siguientes, El general Francisco Franco Bahamonde gobernó en España por espacio de casi cuarenta años como ―Caudillo por la gracia de Dios‖. Desde el 29 de septiembre que se convirtió en Generalísimo de los ejércitos que se habían sublevado contra la República y, al mismo tiempo, jefe del gobierno del Estado español en las zonas dominadas por la sublevación militar. Después de la derrota de la República en abril de 1939, fue jefe de Estado en toda España, cargo que ostentó hasta su muerte en 1975.‖7¿Cómo pudo durar tanto tiempo este régimen? En casi todos los estudios que se han realizado sobre el tema, el gobierno se identificó con la persona que lo representaba, es decir el propio Caudillo. El contexto internacional favoreció su permanencia en el poder después de la Segunda Guerra Mundial, así como también los intereses extranjeros en la economía española, aunado a la posición estratégica de España en los años de la Guerra Fría. Varían mucho las diferentes interpretaciones que se han hecho respecto a la figura política en la cual se centró el poder en esos años de la ―era franquista‖. Amando de Miguel, sociólogo que ha estudiado a este personaje, en su libro titulado Franco, Franco , Franco, señala que ―Franco ha 6 Áurea Fernández, España: Franquismo y transición, La Habana, Instituto cubano del libro, 2002 p. 5 7 Ibidem. 12 sido uno de los personajes más odiados y adulados, más injuriados y más ensalzados al mismo tiempo en el mundo contemporáneo.‖ 8Fuera de España, también ha sido objeto de análisis de historiadores, sociólogos y politólogos de otros países como Paul Preston, Raymond Carr y Hugh Thomas, que nos ofrecen sus diferentes puntos de vista. Áurea Fernández en su estudio, menciona a la historiadora María Encarna Nicolás, quien se pregunta si realmente Franco era un hombre carismático o un superhombre capaz de someter a todo un país después de la guerra, a lo que responde de la siguiente manera: Desde luego, Franco siempre imprimió a su misión el carácter mesiánico. Aparte de que él mismo llegara a creérselo, colaboró para difundir esta imagen al eficaz montaje propagandístico que buscaba sus orígenes legítimos en la calificación de cruzada dada a la guerra. La iglesia apostaría por Franco desde la misma sublevación militar y en los escritos pastorales de las máximas jerarquías eclesiásticas de le describía como un personaje bíblico. A su espada se debía la salvación de España de las ‗hordas rojas‘ –término preferido para designar la gestión republicana- y con el favor divino había alcanzado la victoria, contando claro está, con el apoyo del ejército‖9 Así, lo que funda Franco es una dictadura militar católica, que cierra España al influjo del extranjero en cuanto a cultura e ideologías. El país se replegó, se dedicó a purgar sus culpas y a reanudar su destino glorioso, como el imperio que fue. Éste es precisamente el fundamento ideológico del fascismo, un movimiento destinado a convertir un país desposeído en el conquistador de un imperio. Su ideología se basa en la xenofobia, el 8 Áurea Fernández, op.cit. p. 4 9 Idem. p.6 13 chovinismo y la intransigencia racista, como bases de un espíritu imperialista. ―El nacionalismo fascista, salteador y bandidesco, es la expresión máxima del imperialismo.‖10 De este modo, Franco instaura el régimen más poderoso y represivo que haya existido en España desde el reinado de Felipe II. Por esta razón, otro historiador inglés, Raymond Carr, señala que Franco fue el gobernante más poderoso que ha tenido España desde Felipe II. Pero mientras Felipe II fue un gobernante civil, Franco tenía una visión militar de la sociedad. Después de los inmensos sufrimientos de la década de los cuarenta, se proyectó como el caudillo de la prosperidad. Paradójicamente, la sociedad de consumo de los sesenta dio al régimen cierto grado de apoyo y también lo socavó, ya que los españoles aspiraban al nivel de vida de otras sociedades europeas, pero el país estaba aprisionado en una estructura política arcaica.11 Franco utilizó a la Falange como un partido al servicio del Estado, y éste le proporcionó los instrumentos ideológicos del nuevo régimen. La Falange fue la organización paramilitar con tendencias fascistas en la que se basaba el régimen dictatorial de Franco. La Falange española fue fundada por José Antonio Primo de Rivera en 1933, como su propio partido. La mayoría de los miembros de este partido eran jóvenes, hijos descontentos de los ricos y de la derecha, ansiosos de violencia. Eran conocidos como ―señoritos‖; otros procedían de la Unión Patriótica fundada por el viejo dictador, y un gran número eran miembros frustrados de la clase media. ―La propaganda falangista denunciaba la decadencia de las democracias occidentales, censuraba a los liberales españoles de los siglos XVIII y XIX, y exaltaba la monarquía absoluta del siglo XVI.‖12 10 Claudia Sierra Campuzano, Historia de nuestro tiempo, México, Esfinge, 2002, p.207 11 Citado en Áurea Fernández, op.cit., p7. 12 Áurea Fenández., op.cit., p. 18. 14 Los efectos de la dictadura y la represión en la vida cotidiana, la educación y la cultura se hicieron sentir profundamente en el país. La vida se organizaba con patrones rígidos de conducta dirigidos por la Iglesia católica, tanto en la educación como en la vida diaria. Se instauró la enseñanza de la religión en las escuelas con carácter de obligatoria. En 1938 se derogó la Ley de Matrimonio civil y la ley de Divorcio, que habían sido promulgadas por la República en 1931, lo que ocasionó muchas situaciones conflictivas. La Iglesia adquiere mayor poder sobre los cementerios, y se deroga su secularización. De esta forma se cancela la separación entre la Iglesia y el Estado, lo que implica un retroceso en la modernización, pues la Iglesia se iguala al Estado en cuanto a su poder. Esto sucedió en 1938, como lo apunta Áurea Fernández: En mayo de 1938 se restableció la Compañía de Jesús; y en diciembre se restituyó a la Iglesia el derecho sobre los cementerios, quedando derogada la secularización de estos. Así que aquél individuo que al fallecer no recibiese los últimos sacramentos tal y como lo manda la Iglesia Católica, era enterrado en sectores aledaños y extramuros del cementerio, a partir de lo cual sus familiares eran calificados de ―rojos‖.13 Esta persecución trajo graves consecuencias sociales, como el exilio de un número significativo de artistas e intelectuales. La cultura se vio afectada en primer lugar por la pérdida de estas personas, ya sea por la muerte o por el exilio. La mayoría de ellos había estado con la República, por lo que tuvieron que salir de España y refugiarse en diferentes países de Europa y América, entre ellos México, ya que el presidente Lázaro Cárdenas abrió las puertas de nuestro país a un número importante de exiliados españoles que, dicho sea 13 Idem, p..30 15 de paso, contribuyeron en gran medida al desarrollo cultural en nuestro medio. Los creadores que permanecieron en España corrieron con diversas suertes; algunos incluso, fueron fusilados como Federico García Lorca. Otro fenómeno fue el llamado la Tercera España, un grupo significativo que decidió no comprometerse ideológicamente con la guerra civil y que trataba de permanecer neutral, especialmenteRicardo de la Cierva, quien en su excelente ensayo La victoria y el caos, lo expresa de la siguiente manera: ― Un nutrido grupo de intelectuales que logró evadirse de la España republicana o no quiso regresar a ella formó en el extranjero la agrupación llamada después la Tercera España, por su alejamiento durante la guerra civil.‖14 Todo esto trae como consecuencia una España escindida entre varios grupos desde donde están los españoles que se quedan en la península y que comulgan con el régimen franquista; al de los que se quedan pero combaten al régimen y ello les cuesta la marginación, la sospecha y la cárcel; el de los republicanos exiliados y, por último, el de los neutrales. El clima cultural del régimen de Franco estaba definido mucho más por la subcultura de consumo de las masas que por ― la propia cultura oficial‖, que carecía de preocupaciones políticas e intelectuales, pero era popular y exitosa por el entretenimiento, la evasión, la integración social y la desmovilización que promovió en el país. A todo esto se agregaba la censura en el cine, el teatro y el arte en general lo que cerraba España al resto de Europa, y congelaba los procesos de cambio en todos los renglones. ―Si a esto se agrega la implacable 14 Ricardo de la Cierva, La victoria y el caos, Fénix, Madrid, 1999, p..375. 16 censura a las películas, fuesen nacionales o extranjeras –algunas veces el doblaje cambiaba el sentido de su contenido para no herir la moral impuesta--, la prohibición de libros, el contrabando generalizado, etc...‖15 Las películas de Brigitte Bardot estaban prohibidas, por ejemplo, así como el filme Viridiana, del cineasta español Luis Buñuel asilado en México, que escandalizó a España con esta película. Así, el 28 de marzo de 1939 se rindió Madrid a las tropas de Franco, y el 1º de abril apareció el parte histórico que daba por terminado el período bélico. ―En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus objetivos militares. La guerra ha terminado. La cruenta lucha duró 32 meses.‖16 1.2 De la dictadura franquista a la monarquía parlamentaria. 1939-1975 Después de terminado este período y, como era de esperarse, tras un movimiento armado, el país se encontraba en bancarrota. Una característica fundamental en esta época fue el negativo balance económico. Así lo señala Áurea Fernández en su libro España: franquismo y transición. ―La supeditación de la economía a los fines políticos y la preferencia por la agricultura y los valores rurales, frente a la industria y los valores urbanos, fueron otras 15 Áurea Fernández. op. cit. p. 34. 16 José Terrero, Historia de España, Bacelona, Sopena, 1965, p.710. 17 características de la organización económica de los primeros años del referido período.‖17 En cuanto a la organización política, el gobierno falangista se extendió a todos los territorios del país. La organización del Estado franquista tuvo la característica de ejercer una constante represión contra todo lo que representara a la República. En lo que se refiere a las organizaciones laborales se instituyó la Ley de Unidad Sindical, que prohibía la existencia de otra organización obrera que no fuese la dirigida por la Falange Española Tradicionalista (FET), y por las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, las llamadas JONS. ―En diciembre de ese mismo año [1940] se dictó la Ley de Bases de la Organización Sindical, la cual consideraba a todos los españoles miembros de una gran comunidad nacional-sindicalista, sin hacer distinción entre capitalistas y obreros. La ley declaraba que ―[…] la sindicalización se convertía en la forma política de toda la economía española‖.18 Todos estos estatutos que se establecieron fueron del agrado de Mussolini. La vida se organizaba según patrones rígidos de conducta dirigidos por la Iglesia católica, tanto en la educación como en la vida cotidiana, por lo cual se instituye la religión en los institutos de enseñanza media. También cambiaron las leyes respecto al matrimonio, y en marzo de 1938 se derogó la Ley de Matrimonio Civil y la Ley de Divorcio, lo que 17 Áurea Fernández. Op.cit. p.28 18 Idem, p.26 18 ocasionó problemas a muchas parejas, que tuvieron que legalizar nuevamente su matrimonio, además de la compleja situación de aquellos que se habían acogido al divorcio de acuerdo con leyes que habían sido promulgadas por la República en 1931.19 La represión franquista fue de tal magnitud que es casi imposible su cálculo en cifras. Es difícil obtener datos exactos acerca de los fusilados después de terminada la guerra. Algunos autores hablan de unos cuarenta mil ejecutados por los pelotones de fusilamiento entre 1939 y 1942, y de medio millón de sentenciados a prisión; sin embargo, según las últimas versiones, el número de víctimas pudo haber sido mayor. Tal es la cifra que proporciona el conde Galeazo Ciano, quien era ministro de Relaciones Exteriores de Italia en aquel momento: ―... el conde Galeazo Ciano, quien visitó España en julio de 1939, informaba a Mussolini que había unos doscientos mil ‗rojos‘ encarcelados, y que se hacían juicios sumarísimos a un ritmo muy rápido.‖20 El sector educativo fue uno de los más alterado en cuanto a recursos humanos, ya que Las Universidades se vieron afectadas por la pérdida de los profesores unos fallecidos, otros en el exilio y otros ‗depurados‘. Las plazas se cubrieron con gente de la más estricta confiabilidad política, especialmente falangistas. Los centros universitarios fueron escenarios de pugnas por su control, entre falangistas, católicos y miembros del Opus Dei.21 19 Idem, . p.30 20 Áurea Fernández, op.cit. p.36. 21 Idem , p. 39. 19 A pesar de intentos de intelectuales como Ortega y Gasset, quien junto con Julián Marías funda el Instituto de Humanidades, a través del cual comenzaba un renacer de la cultura, el panorama no era muy alentador. Al término de la Guerra Civil ya se vislumbraba la Segunda Guerra Mundial, durante la cual España demostró una clara posición de apoyo al fascismo. En su declaración del 9 de octubre de 1939 al embajador de Italia en España, Franco definía así su postura: ―Decid Señor Embajador a vuestro augusto soberano y al Duce que España no olvidará jamás el valioso apoyo que Italia le prestó en las horas críticas de su historia.‖22 Roosevelt, el presidente de Estados Unidos, envía una carta a Franco apoyando la neutralidad de España y su permanencia al margen de la guerra. Las potencias vencedoras, Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética, al finalizar la guerra, acordaron impedir la entrada de España a la ONU. ―Las Naciones Unidas se pronunciaron contra el régimen franquista en 1946, tal como se había acordado, y sugirió la retirada de los embajadores. Casi todos los países acataron las indicaciones de la ONU, a excepción de El Vaticano, de Suiza y de Portugal.‖23 En los años cincuenta, los Estados Unidos negociaron con España el establecimiento de diez bases militares en territorio español a cambio de una buena suma de dinero. ―El gobierno franquista aceptó inmediatamente, y en septiembre de 1953 se firmaba el acuerdo entrelas dos partes para el 22 Ibidem. 23 Ibidem. 20 establecimiento de las bases militares, aéreas y navales en España.‖24 La década de 1950 se considera de apertura, en España, y después de este período le sigue lo que se ha llamado la década desarrollista. Esta década representó para España una época de grandes cambios en el orden económico y social. Paul Preston nos dice lo siguiente: [...] el crecimiento económico de los años sesenta fue algo así como una bomba política de espoleta retardada pues creó los problemas estructurales que, más adelante, iban a derribar el edificio político del franquis- mo. Sin embargo, a corto plazo, y no obstante las importantes deficiencias de los planes de desarrollo, la prosperidad inmediata que se generó dio un respiro al Régimen.25 La década de los sesenta fue conocida como la del ―milagro económico‖. Los factores fundamentales en los cuales se basó el desarrollo acelerado de los años sesenta fueron: a) El proceso de industrialización llevado a cabo por la entrada de capitales nacionales acumulados en las décadas anteriores. b) La emigración española a Europa y el envío de remesas de dinero que constituían la entrada de divisas. c) El crecimiento de divisas. c) El crecimiento del turismo europeo y estadounidense. d) El aumento de la demanda europea de productos del agro español, especialmente vid y olivo. ―El primero de los factores podría caracterizarse como un proceso de internacionalización del capital, punto de partida para los cambios estructurales en las esferas económica y social de España.‖26 Por otro lado, la emigración 24 Idem, p 51. 25 Idem, p.51 26 Ibidem. 21 española contribuyó al crecimiento económico de España, por la creciente entrada de remesas de dinero. Así es como se explica este fenómeno: El fenómeno de la emigración laboral no es sólo una cuestión de libres iniciativas personales, sino más bien un fenómeno estructural en un doble sentido: 1.- Porque se trata de una estructura económica concreta que crea condiciones para motivar y, por tanto, empujar a los individuos a emigrar 2.- Porque esta emigración se convierte en un proceso permanente, en tanto que necesidad funcional para la supervivencia de esa estructura económica.27 Otro factor de suma importancia fue el turismo, que también contribuyó al crecimiento económico de España. La devaluación de la peseta trajo consigo que se abarataran los costos para los turistas, especialmente del norte de Europa. Lo que atraía a los europeos era el ―subdesarrollo español‖ con su folclor, corridas de toros, bailes y su magnífico clima mediterráneo. Las estadísticas nos dicen que de ―Los casi seis millones de turistas que visitaron a España en 1960 llegaron a convertirse en unos catorce millones en 1965.‖28 Esta duplicación, en tan poco tiempo, hizo que las entradas de divisas al país fueran considerables. Una gran preocupación de todos los sectores de la sociedad, a fines de los años sesenta era definir quien sería el sucesor de Franco. En este 27 Idem, p.79. 28 Idem, p.81. 22 momento y bajo la opinión de Luis Carrero Blanco, el Caudillo decide nombrar como sucesor al príncipe Juan Carlos de Borbón y Borbón, hijo de don Juan Borbón y nieto de Alfonso XIII. Así es como presenta ante la corte su propuesta: ―Consciente de mi responsabilidad ante Dios y ante la Historia, y valorando con toda objetividad las condiciones que concurren en la persona de Juan Carlos de Borbón y Borbón [ ...] he decidido proponerlo a la nación como sucesor a título de Rey. [ ...] No se trata de una restauración sino de una instauración.29 En los años sesenta, la sociedad española presentó cambios sustanciales tanto en la educación como en la cultura y las costumbres, como consecuencia de los movimientos sociales que se dieron a nivel mundial entre los jóvenes de diferentes países. La rebeldía de la juventud europea también pudo observarse en España, a pesar de mantenerse la represión. [...] las nuevas costumbres se expresaban en la manera de vestir, en los gustos musicales especialmente el rock. ‗La generación del 68 se afirma marginándose del poder institucional. Las muertes de John F. Kennedy, Martín Luther King y del ―Che‖ Guevara y, sobre todo la influencia del mayo francés, se convertirán en un revulsivo importante para la juventud española. Esta es la época de los cantautores como Joan Manuel Serrat, Paco Ibáñez, entre otros.30 En el ámbito cultural también se producían transformaciones importantes. Algunos miembros del gobierno, conscientes del cambio que se operaba en la sociedad, iniciaron una tímida y contradictoria liberalización, como la califica Juan Pablo Fusi. En el ámbito de la literatura aparecen novelas importantes 29 Idem. p. 88. 30 Idem, p.93 23 que reflejan el pasado reciente. ―Entre ellas, Un millón de muertos, tercera parte de la serie de José María Gironella y Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes. Ambos novelistas habían luchado en las filas franquistas durante la Guerra Civil. Un combatiente republicano, Antonio Buero Vallejo, publicó El tragaluz e Historia de una escalera. y Camilo José Cela, en 1969, vuelve a plantear los problemas sociales a través de recuerdos generacionales en San Camilo 36.”31 Hubo más tolerancia en cuanto a las editoriales progresistas y además se otorgaron créditos para mejorar el cine, lo que propició la creación del ―nuevo cine español‖. Así se produjeron películas como: Bienvenido Mr. Marshall (1952) de Luis García Berlanga; Muerte de un ciclista (1955) y Calle Mayor (1956) de Juan A. Bardem. También se mejora el teatro y la música. [...] el franquismo no había podido acabar con la cultura. Bien al contrario, desde finales de la década del cincuenta y hasta la muerte de Franco, la cultura de la oposición desempeñó un papel de conciencia moral de la sociedad española y como tal , su mera existencia, al margen de su calidad, contribuyó sustancialmente a erosionar los fundamentos ideológicos del franquismo y crear ideas y valores sobre los que se fundamentaría la futura libertad del país .32 Los años finales del régimen franquista (1973-1975) reflejaron en la sociedad la crisis del propio sistema. Los antecedentes se remontaban a los cambios profundos ocurridos en la década de los años sesenta y los primeros del siguiente decenio. La modernización produjo un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones de españoles que no habían conocido los años de la 31 Idem, p. 95. 32 Idem, p..96 24 posguerra. Ello propició el crecimiento de la lucha popular antifranquista en huelgas obreras y estudiantiles, asícomo luchas nacionalistas. El 20 de noviembre de 1975 murió el caudillo. Una página de la historia de España se cerraba con la losa que cubrió los restos mortales de Francisco Franco Bahamonde. Se había abierto el camino a la democracia. 25 2. José Sanchis Sinisterra y su tiempo 2.1. Antecedentes Si hablamos del tiempo de José Sanchis es hablar ineludiblemente de uno de los periodos más trascendentales en la vida de la España contemporánea y su cultura. Cada momento de una sociedad genera determinada cultura acorde con las circunstancias socio históricas, sobre todo si esa sociedad ha estado inmersa en una guerra y una dictadura. No es posible entender la cultura de ese momento sin entender antes los fenómenos que ocasionan, sobre la cultura y el arte, ese contexto histórico particular. Dentro de ellos están las restricciones ideológicas, una censura rígida, y las malas condiciones económicas que acarrean el exilio de intelectuales y escritores, así como la emigración de grandes masas. Sólo después de la muerte de Franco estas condiciones empezaron a cambiar radicalmente. El ascenso al poder del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) trajo consigo una serie de cambios políticos y sociales que repercutieron en la cultura y en la literatura. Esta situación hace que el estudio de la literatura española del siglo XX sea vista entre un antes y un después, desde principios de siglo hasta 1936, de 1940 hasta el fin de la dictadura y del fin de la misma hasta nuestros días. Los historiadores del teatro español han clasificado este periodo en diferentes etapas para su estudio, como se puede apreciar en el estudio histórico- crítico de tendencias y autores de El teatro español desde 1940 a 1980, de Ignacio Bonnín Valls. El teatro de los primeros 36 años del siglo XX se puede dividir para su estudio de la siguiente manera:33 33 Cfr.: Ignacio Bonnín Valls, El teatro español desde 1940 a 1980, Octaedro, Barcelona, 1998. 26 a) Un teatro conservador de fondo burgués. b) Un teatro poético modernista. c) Teatro cómico, costumbrista y sainetesco. d) Teatro anti burgués. De más difícil factura, que obliga al público a pensar y que, por lo mismo, resulta minoritario, conformado por autores de la Generación del 98 como Unamuno (1864-1936) y Azorín (1873-1967), quienes, al hacer del teatro ensayo, son escasamente aceptados por el público y su teatro resulta de difícil montaje, pues es más apto para una lectura atenta y reflexiva. La gran figura de esta generación es Ramón del Valle-Inclán (1866-1936), cuya obra está en constante evolución: se inicia con piezas modernistas y finaliza con los esperpentos, que conforman la gran aportación al teatro español del siglo XX, así como su más atrevida renovación. Valle-Inclán estudia la negra realidad española siguiendo a Goya, a quien atribuye su invención. En el primer tercio del siglo XX, los autores que marcan un cambio en el teatro español, para reflejar y ahondar en la problemática de la sociedad española de esa época, son Ramón del Valle-Inclán y Federico García Lorca. Ellos renuevan el teatro español hasta entonces existente, yendo más allá de sus fronteras. Según Francisco Ruiz Ramón, desde el teatro del Siglo de Oro, no se había vuelto a dar en España un teatro tan original y de “tan poderosa fuerza” como el teatro de Valle-Inclán. Señala Ruiz Ramón: “Esta dramaturgia –quiero recalcarlo enérgicamente– constituye en su sentido último y más profundo un auténtico acto 27 revolucionario en la historia del teatro español contemporáneo y lleva en sí –y no siempre virtualmente sólo– las semillas de las nuevas vías abiertas al teatro actual”.34 La obra de Valle-Inclán comienza en 1899 con una pieza llamada Cenizas, que es la adaptación de un cuento que publica en su primer libro que lleva por título Femeninas, publicado en 1895. De ahí en adelante Valle-Inclán se revelará como un dramaturgo prolífico y renovador del teatro español contemporáneo, que mostrará una constante renovación formal y temática, además de una ruptura con las dramaturgias del primer cuarto del siglo XX, herederas de la tradición realista y romántica decimonónica. La forma dramática que aporta Valle-Inclán al teatro español es el llamado “esperpento”, en la que inventa un nuevo lenguaje dramático donde se funden ritualmente símbolo y metáfora. Afirma Ruiz Ramón: Espacio, personaje y lenguaje dramáticos son consecuencia directa de la metamorfosis que el dramaturgo opera en la imagen teatral de la persona humana, a la que saca de los interiores burgueses, para levantarla sobre el espacio mágico de una Galicia mítica, más allá de todo condicionamiento exclusivamente sociológico o psicológico. Valle- Inclán realiza así una honda revolución del personaje teatral.35 Se puede apreciar esta forma dramática en el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, donde Valle-Inclán nos presenta alrededor de un texto central, El embrujado, que es una obra en tres actos, otras cuatro obras: La rosa de papel, Ligazón, La cabeza del Bautista y Sacrilegio. El esperpento no es nada más un género nuevo, sino una visión del mundo, donde el autor, desde su propia circunstancia histórica, critica su realidad circundante: El esperpento se convierte así en un desenmascaramiento: el nuevo rostro por él proyectado presentativamente bajo la antigua máscara revela, irónicamente, ser la 34 Francisco Ruiz Ramón, Historia del teatro español, 2, Madrid, 1971, p.99. 35 Idem, p.106 28 única y auténtica máscara. Dentro de la historia del teatro español, el esperpento cumple en su forma y en su significación el papel de redentor del teatro español y el punto de partida de una fecunda visión dramática de la realidad.36 Otro autor renovador del teatro español en este período fue Federico García Lorca. Los principios básicos del teatro de Lorca son el principio de autoridad y el principio de libertad. Así, los dos polos opuestos de su teatro, con los que crea el conflicto dramático son, por un lado, el orden, la tradición, la realidad y la colectividad, contra el instinto, el deseo, la imaginación y la individualidad, por el otro. Esta lucha de contrarios se puede apreciar en La casa de Bernarda Alba, en donde “[…] a ese instinto de poder se opone, como fuerza conflictiva, otro instinto no menos elemental: el sexo. Sexo tan ciego en su elementalidad como el instinto del poder. Con lo cual el principio de libertad se revela como otro absoluto. La consecuencia es la imposibilidad sustantiva, esencial de todo compromiso y de toda comunicación”. 37 El teatro lorquiano es drama hecho poesía. La pasión por el teatro y la poesía de este autor se vieron claramente reflejados en su producción dramática. Lorca nos presenta en sus dramas las entrañas de España, de su gente y sus paisajes. En una de sus últimas entrevistas, que Ruiz Ramón reproduce en su Historia del teatro español, Lorca declara lo siguiente. El teatro fue siempre mi vocación. He dado al teatro horas de mi vida. Tengo un concepto del teatro en cierta forma personal y resistente. El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo se les vea los huesos, la sangre. Han de ser tan humanos, tan horrorosamente trágicos y ligados a la vida y al día con una fuerza tal, que muestren sus traiciones, que se aprecien sus dolores y que salga a los labios toda la valentía de sus palabras llenas de amor o de ascos. Lo que no puede continuar es la supervivencia36 idem. p.133. 37 Idem. p. 225. 29 de los personajes dramáticos que hoy suben a los escenarios llevados de las manos de sus autores. Son personajes huecos, vacío totalmente, a los que sólo es posible ver a través del chaleco un reloj parado, un hueso falso o una caca de gato de esas que hay en los desvanes.38 En esta declaración Lorca critica a los autores y al teatro que se representaba en ese tiempo. Ese sentimiento de Lorca frente a su teatro hace que sus dramas cobren gran fuerza y vitalidad en cada uno de sus personajes y de sus situaciones dramáticas. La última obra que escribe Lorca es La casa de Bernarda Alba en 1936. Pocas semanas después es asesinado. Esta obra es considerada por la crítica como la obra maestra del teatro lorquiano. La guerra civil española impedirá el estreno de este drama en España, donde no se representó sino hasta 1964. Tal parece que las últimas palabras de este drama: “¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!”, en boca de Bernarda, representaran esa censura que padecería España durante las siguientes décadas, a consecuencia de la dictadura franquista. 2.1.2. Panorama del teatro español durante el franquismo Durante el período de 1936 a 1939, además de García Lorca, mueren autores como Valle-Inclán, Muñoz Seca, Serafín Álvarez Quintero y Linares Rivas, mientras que Casona, Alberti y Max Aub parten al exilio. 38 Ruiz Ramón, op.cit., p.190. 30 La situación era desoladora. Por si fuera poco, los autores de este período conocieron la nueva competencia del cine. Esta nueva industria comenzaba a extenderse por todos lados, ofreciendo, además de la novedad, la atracción de presentar dos películas por el mismo boleto, lo que en tiempos de crisis constituyó la puntilla que hacía falta a la casi extinción del teatro en esa época. Ante tal panorama, se echó mano del teatro clásico español, por su evidente valor contestatario: Fuenteovejuna de Lope, La vida es sueño y El alcalde de Zalamea de Calderón, algunos entremeses de Cervantes y hasta Hamlet de Shakespeare (esta obra fue la única del dramaturgo inglés que se representó durante el período de la guerra civil). En 1939, al final de la guerra, siguió casi de inmediato la Segunda Guerra Mundial, y si España no participó directamente, si sufrió en cambio privaciones políticas y económicas. Además, el régimen franquista ya controlaba férreamente todos los medios de comunicación. Lo que predominó en este lapso fue el teatro de evasión, intrascendente y promotor de los ideales de la época: patriotismo, religión, familia, obediencia y sacrificio. Sin embargo, entre 1945 y 1948 surgen dos autores que le van a dar un giro distinto al panorama, pues serán renovadores del teatro español: Alfonso Sastre y Buero Vallejo. Alfonso Sastre, un joven universitario madrileño, cofundador en 1945 del grupo “Arte nuevo”, propuso un teatro de ensayo y de combate. Presentó en 1946 Ha sonado 31 la muerte, Uranio 235 y Cargamento de sueños en 1948. Pero no será sino hasta 1951 y 1952 cuando aparecen los títulos más célebres de este autor: Escuadra hacia la muerte y El pan de todos. “Sastre propone un teatro distinto, en donde utiliza elementos vanguardistas y simbolistas. Distinto no sólo formalmente sino por su contenido y, sobre todo, por la intención que lo hace surgir: inquietar, preocupar, hacer pensar.”39 Se considera el año de 1948 como definitivo en la historia del teatro español, pues con la aparición de Historia de una escalera de Buero Vallejo se inicia un teatro nuevo, a la vez que rompe con el anterior. Lo que no quiere decir que ese teatro burgués deje de representarse; al contrario, por mucho tiempo más, ambos teatros, el burgués y el antiburgués, coexistirían cada uno con su público. El primero con sus asistentes triviales y deseosos de evasión, y el segundo buscando a los jóvenes pensantes. En 1949, con el estreno en el Teatro Español de Madrid de Historia de una escalera, comienza no sólo la obra dramática de Buero, sino el nuevo drama español, fundado en la necesidad insoslayable del compromiso con la realidad inmediata, en la búsqueda apasionada, pero lúcida de la verdad, en la voluntad de inquietar y remover la conciencia española y en la renuncia tanto a la evasión lírica como al tremendismo ideológico.40 El teatro de Buero Vallejo comienza a formar un público para un tipo de teatro realista que lo ubique en su realidad y lo haga reflexionar. Finalmente, la necesidad de los trabajadores españoles de emigrar en busca de trabajo hacia Alemania, genera la creación de obras de contenido realista, como La camisa de Lauro Olmo, estrenada en 1962. De esta manera surgen autores de la tendencia realista, con compromiso social y político y cuyo trabajo la censura oficial 39 Historia del teatro español, op. cit., p. 424. 40 Idem, p. 377. 32 intentó, sin éxito, acallar. Estos autores llamados realistas convivieron con otro grupo de dramaturgos no contestatarios del régimen franquista, que atraen a los espectadores poco exigentes. Sus temas eran más o menos frívolos, con cierta comicidad, y servían de distracción. Ese teatro burgués sobreviviente fue llamado “teatro público” por Ruiz Ramón,41 quien lo caracteriza como un teatro tradicional, bien hecho, con poca profundidad temática, condescendiente con el espectador para que pasara un rato agradable, a1unque también se encuentran autores que escriben obras de tesis donde los problemas morales y sociales de la clase media se resuelven siguiendo los principios morales preestablecidos. Los ambientes de las escenas suelen corresponderse con interiores propios de una clase media elevada; la comodidad y el confort son sus notas más destacadas. No faltan los mayordomos y las doncellas. La escenografía y el mobiliario están a tono con la desahogada situación económica de los personajes. A veces el ambiente es aristocrático. Este teatro guarda estrecha relación con la “alta comedia” de finales del siglo XIX. La temática es poco variada y repetitiva como el de la infidelidad, el adulterio, el amor, entre frases brillantes y juegos retóricos que encubren la monotonía. El espectador de este teatro era poco exigente y así “el teatro público” sirvió para desvirtuar la realidad de España, y mientras en escena todo era encantador, los españoles de la posguerra vivían una dura realidad. El viejo teatro tuvo que convivir con el de las nuevas generaciones, que con su entusiasmo y actualidad crearon la ruptura entre esas dos formas de hacer teatro. 41 F. Ruiz Ramón, Historia del teatro español. Siglo XX, op.cit., pp. 332 ss. 33 Este teatro burgués, ligero, a veces melodramático, lleno de lugares comunes, nunca alcanzó un gran nivel, no obstante las cuidadas maneras de sus autores. Todo está al servicio del desenlace, casi siempre feliz, y muy previsible, que deja todo en su mismo sitio, de acuerdo a los gustos del espectador. Hubo gran número de autores de este estilo, pero uno de los más relevantes es sin duda, Alfonso Paso (1926-1978). En la historia del teatro español contemporáneo, la obra de Paso es un verdadero fenómeno de sociología literaria. En el panorama teatral de su época, destaca su extraordinaria fecundidad y su aceptación multitudinaria. Alfonso Paso, quien fue considerado en sus comienzos como uno de los autores que iban a renovar el teatro español, al grado de que su nombre figuró junto a los de Buero Vallejo y Alfonso Sastre, pronto se dio cuenta de que la manera más fácil de alcanzar el éxito popular consiste en dar gusto al público y pacta con él, aunque ello le suponga traicionar sus principios o claudicarde algunos valores. Sin embargo, lo anterior no es obstáculo –dice el mismo Paso– para que el autor conserve su actitud revolucionaria. De la obra de Alfonso Paso, difícil de clasificar y caracterizar pues consta de más de 160 títulos, podemos afirmar que refleja un gran dominio de la técnica teatral y una gran facilidad para crear personajes, en boca de los cuales coloca un diálogo fluido y con abundantes notas de comicidad. Hay que subrayar, además, la exaltada imaginación del autor para inventar argumentos. Cabe mencionar que su teatro se ha representado con frecuencia en México. Manolo Fábregas estrena las obras de Alfonso Paso por primera vez en nuestro país entre 1961 y 1964 y con giras a Centro y 34 Sudamérica42. Títulos como Cosas de papá y mamá, El canto de la cigarra, Vamos a contar mentiras y Vivir es formidable fueron producciones exitosas de Manolo Fábregas. Una de sus puestas en escena más reciente fue El casado casa quiere, en el 2001, que tuvo una larga temporada en el Teatro de los Insurgentes, bajo el título de Quiero, pero no puedo, en una versión de Jorge Ortiz de Pinedo. ¿Será que el público mexicano está ávido de este tipo de teatro para evadirse de su realidad? 2.1.3 El teatro de vanguardia y el nuevo teatro español. De este modo llegamos a la década de los años sesenta, donde las corrientes vanguardistas europeas se presentan en España de manera tardía. El teatro vanguardista está representado por el movimiento pánico y sus autores principales son Fernando Arrabal y Francisco Nieva. Como la mayoría de los vanguardismos del período de entreguerras europeo, el movimiento pánico es esencialmente francés, aunque uno de sus principales hombres, Arrabal –hombre pánico– es español. 42 Cfr. Manolo Fábregas. Un hombre de teatro. 40 años de producciones, 1950-1990. Producciones MAFE, México , 1990. 228, pp. 35 Entre las definiciones que se han hecho de “pánico”, elegimos la que dio Arrabal en agosto de 1963. El pánico es […] una manera de ser presidida por la confusión, el humor, el terror, el azar y la euforia. Desde el punto de vista ético, el pánico tiene como base la exaltación de la moral en plural y desde el punto de vista filosófico el axioma: “la vida es la memoria y el hombre es el azar” […] Pánico no es un grupo ni un movimiento artístico o literario, pretende ser un estilo de vida, una forma de acción, una manera de ser.43 La memoria y el azar son los dos pilares sobre los que se asienta la escritura pánica. El artista crea lo inesperado. El artista crea sirviéndose de dos valores: a) memoria, en forma de biografía, de sensibilidad, de inteligencia, de imaginación. b) azar, es decir, la confusión, lo inesperado. Esto que unos llaman originalidad y otros, más modestamente, genialidad. El movimiento pánico se deriva del surrealismo, del que no es más que una variante, y con el que también se vincula históricamente. En 1962 Arrabal entra en contacto con los surrealistas de París, cuyo jefe –papa negro, se le llamaba– es André Breton. Fernando Arrabal (n. 1932) es un autor español que nació en Marruecos y residió en París. Por razones políticas, hizo la promesa de no volver definitivamente a España mientras hubiese un solo preso político. Los historiadores del teatro español consideran a este dramaturgo como el más universal del siglo XX, después de Lorca. En muchas ocasiones ha sido comparado con Ionesco y Beckett; es sobre todo un dramaturgo de excepción, que no era aceptado en España por el régimen. 43 Ignacio Bonnín Valls, op. cit., p. 312. 36 […] la escena española se permitió el lujo de no contar con quien quizá sea su dramaturgo contemporáneo más universal, Fernando Arrabal (1932). Al menos el más internacional. Sólo en régimen de locales marginales, grupos independientes y docentes, encontró Arrabal su medio de expresión. Medio, por otro lado, inmenso, pues muchos fueron los montajes que de él se hicieron hasta que la desaparición de la censura permitió sus estrenos normalmente.44 Los temas constantes en la obra de Arrabal son sobre todo la política, el amor y la muerte, y la religión con reiteradas alusiones a los sacerdotes y a la vida religiosa. Todo ello como consecuencia del clima opresivo de la época de la dictadura franquista, en el que se desenvolvió la adolescencia y la juventud de Arrabal, sobre todo en lo que a cuestiones sexuales se refiere. Así la sexualidad aparece en sus temas o subtemas teatrales de manera reiterada, obsesiva, desde la utilización frecuente del desnudo integral hasta la referencia descarada a los órganos sexuales y sus actividades. Arrabal fue un autor muy representado en México, y una de las representaciones memorables de su obra fue Cementerio de automóviles, dirigida por Julio Castillo en 1968 en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA. […] obra con atributos simbólicos y personajes adolescentes marginados reveló una imaginación desbordada, una necesidad de recrear el texto, una capacidad de expresar símbolos a través de las luces, utilizando música de la década, como la de los Beatles, por ejemplo.45 Esta puesta en escena logró impactar al público mexicano por los signos escénicos, es decir, escenografía, música, iluminación vestuario, atmósfera que el director logró de acuerdo con el estilo del teatro de vanguardia. 44 César Oliva, Teatro español contemporáneo Antología., FCE, Madrid, 1992, p. 41. 45 Gabriel Careaga, Sociedad y teatro moderno en México, Joaquín Mortiz, México, 1994, p. 116. 37 Otro de los autores que representan a esta corriente es Francisco Nieva (n. 1927) y su obra es un claro exponente de la extraordinaria curiosidad y del enorme interés que este polifacético hombre de teatro ha suscitado entre los críticos. José Monleón señala: “las obras de Nieva no responden a los esquemas habituales y pueden parecernos poco teatrales. […] proponen otro tipo de teatralidad.” 46 Sería fácil establecer puntos de semejanza entre el teatro de Nieva y el de Arrabal, a partir de las relaciones de ambos con el surrealismo y con los grandes dramaturgos de las vanguardias europeas: Ionesco, Beckett, Adamov y, sobre todo, Artaud, por cuyas teorías del teatro de la crueldad se sienten atraídos. . Todo el teatro de Nieva se caracteriza, sobre todo, por su extraordinaria originalidad que, la mayoría de las veces, es sinónimo de atrevimiento. Pérez Coterillo dice que es “un autor a quien ni la Academia, ni la reiteración de los premios han podido mermar su talante iconoclasta ni sus excelentes modales de incendiario”. 47 Además, debemos señalar el carácter simbolista de buena parte de ese teatro en gran medida subterráneo, es decir, oculto, a causa de la censura franquista. El uso del símbolo –a veces, a través de la fábula– no es sino un subterfugio para enmascarar sus referencias a una época histórica –finales de los sesentas y principios de los setentas–, de fuerte represión dictatorial. Este nuevo teatro español puede considerarse de oposición al régimen político vigente y, por tanto, continuador, en ese sentido, del realista que tiene sus orígenes en Buero y Sastre. 46 Ignacio Bonnín Valls, Op.cit., p. 161. 47 IdeM , p. 178. 38 Esos nuevos autores escriben, pero apenas representan, debido a la temática política que abordan. Su generación –o grupo– ha sido llamada por Alberto Miralles, la “más premiada y la menos representada de la historia teatral” española. Así, llegamos al llamado nuevo teatro español que aparecerá en los años setenta. Me parece importantedestacar el hecho de que las obras de estos jóvenes autores fueron conocidas antes en el extranjero que en España. Así ocurre, por ejemplo, con El hombre y la mosca, de José Ruibal, que aludía a la dictadura franquista aunque de una manera metafórica. De ahí que Lázaro Carreter utilice la denominación de “teatro soterrado” para designar el que el profesor estadounidense George Wellwarth había llamado “underground”, en su estudio que publicó en 1972 llamado Spanish undeground drama, donde nos dice que “era un teatro político que había optado por alejarse de las formas realistas para desembocar en la parábola, el símbolo y la alegoría como formas de expresión”.48 Otras denominaciones son “subterráneo”, “marginado”, “maldito”, “mimético”, “oculto”, “encubierto”, “inconformista”, “jóvenes autores”, “nuevo teatro español”. Esta última manera de llamarlo es la más generalizada entre los críticos e historiadores del teatro español contemporáneo. Un hecho determinante de los cambios que se experimentan en el teatro español a partir de 1976 es la muerte de Franco, ocurrida en 1975. Con él desaparece también la censura, por varias disposiciones oficiales que se establecen en los primeros años de la transición a la democracia, como el Real Decreto de 1 de abril de 1977, que declara la libertad de expresión; o el Real Decreto de 27 de enero de 1978, 48 José García Templado. El teatro español actual. Grupo Anaya, Madrid , 1992, p. 75. 39 que establece la libertad de representación de espectáculos teatrales, y la Orden de 7 de abril de 1978, que dicta normas sobre calificación de espectáculos. La creación del Centro Dramático Nacional en 1978, a la que siguen la de otros centros regionales, propician numerosos estrenos de obras de autores españoles y extranjeros, como: Rodríguez Méndez, García Lorca, Valle-Inclán, Shakespeare, Ibsen, Gorki, Jardiel Poncela, Brecht, etc. También debe destacarse la organización de festivales ya clásicos (Almagro, Granada, Sitges, etc.) y la creación de otros nuevos (Valladolid, Victoria, por ejemplo). Se trata de una importante regeneración del teatro español como espectáculo, en el que tenemos, por una parte, una actitud política comprometida con el régimen, como ocurría con los realistas, y, por otra, una manera de escribir revolucionaria, experimental. Lo uno y lo otro deriva en una incomunicación de la mayoría de los “nuevos autores” con el público, una gran cantidad de actores poco conocidos. Sin embargo, el teatro independiente, sí conectó con un público, no propiamente “teatral”, más interesado por la expresión política que por cuestiones formales o de estilo. El surgimiento de un gobierno socialista, de ideología cercana a la de esos dramaturgos, así como la creación de teatros oficiales y el desarrollo de las autonomías, hace pensar en un resurgir de ese teatro, para el que también se espera que nazca un público distinto, progresista, más de acuerdo con la mentalidad política de los “nuevos autores”, inconformes con el régimen franquista. Los “nuevos autores” nacidos alrededor de 1940, son los autores de la generación del autor que nos ocupa: Sanchis Sinisterra. Además del suyo, destacaremos los nombres de Luis Matilla (1938), Ángel García Pintado (1940), 40 Jerónimo López Mozo (1942) y Domingo Miras (1934). Las obras de estos dramaturgos fueron escritas, en gran parte, después de 1980. No podemos ocuparnos de cada uno de ellos, pues no es el propósito de este trabajo, pero sí contextualizar al autor que analizamos en esta tesis. José Sanchis Sinisterra nació en 1940, en Valencia. También comprometido con la política, sobre todo en los últimos años del franquismo, y de vasta producción, Sanchis ha desarrollado una muy intensa y fructífera labor en pro del teatro, escribiendo obras originales; adaptando para la escena obras de otros autores, como Brecht, Joyce, Kafka, Calderón, Melvilla, Beckett, Shakespeare, Collazos, Cortázar y Sófocles; ejerciendo como profesor; teorizando y polemizando sobre temas teatrales; dirigiendo grupos de teatro experimental universitario y montajes (propios y ajenos), y creando en 1977 la compañía El Teatro Fronterizo, de Barcelona, cuyo manifiesto redactó y con el que pretende investigar sobre el hecho teatral. Es un dramaturgo que pone en práctica su teoría dramática en su propia dramaturgia, lo que enriquece su vasta producción teatral. Como la mayoría de los dramaturgos de su grupo, está vinculado estrechamente a los colectivos de teatro independiente. Por su edad y por las fechas de sus títulos hay que considerarlo de la generación de autores de la época política de la transición, cuya nota común es la ausencia de coacción y el disfrute de una libertad de la que no gozaron sus inmediatos antecesores. A través de la historia del teatro independiente, en la que Sanchis desempeñó un papel importante al ejercer distintas funciones como autor, actor, director, 41 administrador, puede seguirse el proceso de la renovación escénica que se dio en España a partir de 1975 o poco antes, y hasta finales del régimen dictatorial. El teatro tuvo un importante cometido en la transición política que llevó a España desde la dictadura a la democracia. A falta de otros centros de reunión y debate de los problemas habituales del momento, el escenario se convirtió en ese lugar de encuentro que se reclamaba. Aunque el pretexto era, simple y llanamente, ir a ver una obra teatral, detrás de ello se entrecruzaban diversas posiciones personales. Allí se podía ver aquello que no se veía en la calle, oír lo que no se oía y, en definitiva, participar en temas que la política de entonces mantenía en estado letárgico.49 Ruiz Ramón, en su Historia del teatro español del siglo XX, menciona a Sanchis Sinisterra entre otros autores como los dramaturgos de un futuro próximo que conformará el teatro español de la segunda mitad del siglo XX y termina diciendo: “Esperemos que su teatro no tenga que seguir siendo un teatro de catacumba ni un teatro del silencio.” Hay que señalar que este comentario lo hace en la edición de 1971 de su segundo tomo de la obra antes mencionada. De esta manera surge el autor objeto de este estudio. 2.2 Versatilidad de la obra teatral de Sanchis y el teatro fronterizo. La producción dramática de Sanchis es amplia y variada. Comienza a escribir en 1962, elabora sus dramas a partir de textos narrativos y otros textos teatrales, lo que serían las reescrituras y también escribe textos originales. María-José Ragué Arias en su obra El teatro de fin de milenio en España (de 1975 hasta hoy), distingue tres corrientes en su teatro y lo apunta de esta manera: Posiblemente, en la abundante obra teatral de José Sanchis podemos percibir tres corrientes que a menudo confluyen: la de sus 49 Teatro español contemporáneo, op. cit., p. 43. 42 trabajos sobre obras clásicas de la literatura universal, ya sean de teatro o pertenezcan al género narrativo; la de sus visiones sobre períodos Históricos; las experimentaciones sobre la ficcionalidad, a partir de un despojamiento escénico y textual. En las tres hay un desencadenante inicial que invierte el punto de vista habitual de la historia y la Historia; en las tres hay esencialidad y minimalismo en el mejor sentido del término; en las tres observamos la acción desde la acción desde la perspectiva interior del teatro, metáfora del mundo y de la vida.50 En el estudio de Marcela Sosa, Las fronteras de la ficción, divide la obra del autor de acuerdo con el estudio que hizo Santiago Fondevila sobre Sanchis donde menciona en primer lugarsus reescrituras y especifica el hipotexto de cada una de ellas de la siguiente manera: Dramaturgias de textos narrativos Dramaturgias de textos teatrales. Textos escénicos originales. Midas, Mito clásico. 1963. Algo así como Hamlet, 1970. Hamlet de Shakespeare Tú, no importa quién. 1962. Un hombre, un día.1968 Adaptación de La decisión de Ricardo Domenech. Tendenciosa manipulación del texto de La Celestina de Fernando de Rojas, 1974. La Celestina de Fernando de Rojas. Demasiado frío, 1965 La leyenda de Gilgamesh,1977. Fragmentos de La epopeya de Gilgamesh. Historias de tiempos revueltos, 1979. El círculo de tiza caucasiano y La excepción y la regla de B. Brecht. La edad media va a empezar, 1976. La noche de Molly Bloom, 1979. “Versión escénica” de un capítulo de Ulises de James Joyce. Ñaque o de piojos y actores, 1980. El viaje entretenido de Agustín de Rojas y además fragmentos de comedias, entremeses y otros textos. Escenas de terror y miseria en el primer franquismo, 1983. El gran teatro natural de Oklahoma, 1982. América y otros textos de F. La vida es sueño, 1981. Dramaturgia sobre adaptación de Álvaro Bajo el signo de Cáncer, 1984. 50 María José Regué Arias, El teatro de fin de milenio en España (Desde 1975 hasta hoy), Ariel, Barcelona, 1996, p. 170. 43 Kafka. Custodio y José Luis Gómez. Informe sobre ciegos, 1982.Cap. de Sobre héroes y tumbas de E. Sábato. Ay, Absalón, 1983. Los cabellos de Absalón de Calderón de la Barca. Gestos para nada, 1986- 1987. Moby Dick,1983 Novela homónima de Melville. Conquistador o El retablo de Eldorado, 1985. El retablo de las maravillas de M.de Cervantes. Dos tristes tigres, 1993. Crímenes y locuras del traidor Lope de Aguirre, 1977-1986 Primer amor, 1985.Relato homónimo de Samuel Beckett. La estirpe de Layo. 1988-1989. Edipo Rey de Sófocles; El canto de la rana, 1983- 1987. Despojos, 1986. Relatos de Óscar Collazos: El padre y Disociaciones. Mísero próspero, 1987- 1992. La tempestad de W. Shakespeare. Traskalampaykán, 1986 Carta de la Maga a bebé Rocamadour. 1986-87. Rayuela de Julio Cortázar. ¡Ay, Carmela!, 1986. Cuento de invierno, 1985. W. Shakespeare. Los figurantes, 1986- 1988. Perdida en los Apalaches, 1990 Naufragios de Alvar Núñez, 1991 Valeria y los pájaros, 1992. El cerco de Leningrado, 1989-1993 Marsal, Marsal, 1996; El año pasado en Toulouse, 1998. El lector por horas, 1996 La raya del pelo de William Holden, 1999. En este trabajo analizaremos, únicamente cuatro de sus obras, que se consideran más representativas de su producción dramática; estas son, por orden de aparición: 44 Ñaque o de piojos y actores, El canto de la rana, El retablo de Eldorado y ¡Ay, Carmela!., que además se han representado en México. Sin duda, y además de ¡Ay, Carmela!, a cuya popularidad ha contribuido el cine, las obras de Sanchis que mayor resonancia han tenido en los escenarios han sido Ñaque, su primer gran éxito; las dos obras estrenadas de su trilogía americana, El retablo de Eldorado y Lope de Aguirre, traidor; y El cerco de Leningrado, la única obra de autor español vivo –además de la Fedra de Salvador Espriu- que ha representado Nuria Spert, y en la que la interpretación de María Jesús Valdés, poco después de su reaparición en los escenarios tras treinta años de ausencia, consigue un gran éxito. 51 Otro aspecto, tan importante como su producción dramática y su práctica escénica, es su teoría teatral, aunque no es el propósito de este trabajo hacer un estudio detallado de su teoría, mencionaremos lo más relevante para la mejor comprensión de su obra. 2.2.1 El teatro fronterizo. Una propuesta teatral de Sanchis es el llamado “teatro fronterizo” donde nos dice que hay un teatro fronterizo, “íntimamente ligado al fluir de la historia, la Historia sin embargo, lo ha ignorado a menudo, quizás por su adhesión insobornable al presente, por su vivir de espaldas a la posteridad. También por producirse fuera de los tinglados inequívocos, de los recintos consagrados, de los compartimentos netamente serviles a sus rótulos, de las designaciones firmemente definidas por el consenso colectivo o privativo.” 52Esto quiere decir que hay manifestaciones teatrales que por no ser 51 El teatro de fin de milenio, p.171 52 Ñaque o de piojos y actores, edición de Manuel Aznar Soler, Cátedra, p.269. 45 convencionales, no se les reconoce como tal, pero que no deja de expresar ideologías y sentimientos humanos de gran vitalidad en las fronteras mismas del arte y la vida. Sanchis propone que el teatro fronterizo es un lugar de encuentro, investigación y creación, una zona abierta y franqueable para todos aquellos profesionales del teatro que se plantean su trabajo desde una perspectiva crítica y cuestionadora.53 El manifiesto del teatro fronterizo se publica en 1977, nos encontramos en la transición a la democracia, momento idóneo para cuestionar y replantear el teatro que se había producido hasta entonces. Nos explica que no se trata de llevar el teatro burgués a los públicos populares, ni se modifica la ideología de las obras representadas y nos dice que La ideología se infiltra y se mantiene en los códigos mismos de la representación, en los lenguajes y convencionalismos estéticos que, desde el texto hasta la organización espacial, configuran la producción y percepción del espectáculo. El contenido está en la forma. Sólo desde una transformación de la teatralidad misma puede el teatro incidir en las transformaciones que engendra el dinamismo histórico. Una mera modificación del repertorio, manteniendo invariables, los códigos específicos que se articulan en el hecho teatral, no hace si no contribuir al mantenimiento de “lo mismo” bajo la apariencia de “lo nuevo” , y reduce la práctica productiva artística a un quehacer de reproducción, de repetición.54 Nos dice que hay que revisar, cuestionar e investigar los componentes de la teatralidad en dominios distintos al teatro, es decir en zonas fronterizas del arte y la cultura. Por esta razón es que en las propuestas teatrales de Sanchis encontramos 53 Idem.270. 54 Ibidem. 46 esas fronteras entre los límites de la narratividad y la dramaticidad, donde utiliza diversos materiales textuales. De esta manera nos expone en su teoría que El teatro fronterizo se plantea este ambicioso programa de revisión y cuestionamiento de la práctica escénica en todos sus niveles de una forma gradual y sistemática, acotando, para cada etapa, para cada experiencia, un área de investigación determinada, en la que son localizados aquellos segmentos de la estructura teatral, sujetos a examen: la naturaleza del texto dramático y el modo de escritura teatral, la noción de “personaje” y su relación con las funciones escénicas del actor, el imperialismo de la “fábula” y la estructura de la trama, los conceptos de Unidad y Coherencia estéticas, el pretendido carácter discursivo de la representación, las fronteras entre narración oral e interpretación, la plasticidad del espacio espectacular, la teatralidad diferente del juego, del ritual, de la fiesta, de la juglaría… Toda una serie de cuestiones aparentemente “formales”, pero que comprometen el lugar, el sentido y la función del hecho teatral en la
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