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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
 
 
Jorge Unna Gerson, pionero del Diseño Industrial en 
México. 
El rescate de una empresa potosina (1889-1922) 
 
 
Tesis que presenta: 
Martha Eugenia Alfaro Cuevas 
Para obtener el grado de Doctora en Historia del Arte 
 
Tutora: Dra. Julieta Ortiz Gaitán 
Asesores: Mto. Fausto Ramírez Rojas 
 Dr. Oscar Salinas Flores 
 Sinodales: Dr. Iván San Martín Córdova 
 Dr. Jesús Victoriano Villar Rubio 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, NOVIEMBRE DEL 2010. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
Agradecimientos. 
 
Impensable concluir el presente trabajo, producto de casi 7 años de trabajo desde 
que inicié la maestría en historia del Arte en el 2003, sin dar muestras de profundo 
agradecimiento a todas las personas que de una manera u otra contribuyeron a su 
término. 
En primer lugar, quiero señalar la valiosa ayuda académica de la doctora Julieta 
Ortiz Gaitán, desde su curso impartido en la maestría y posteriormente en el seminario 
de asesoría tutoral se fue estructurando esta tesis. Desde que propuse mi tema de 
investigación para entrar al doctorado conté con su invaluable ayuda en la elaboración 
del protocolo, posteriormente tuve un apoyo constante durante los cinco años que duró 
la elaboración de este documento. Gracias a todos estos años de guía comprometida y 
de convivencia, se fortaleció una antigua amistad. 
Un reconocimiento especial al Maestro Fausto Ramírez, por su inapreciable 
dirección y entusiasmo que mostró en mi tema. Sus acuciosas observaciones dadas a lo 
largo de estos cinco años fueron indispensables para la dirección y conclusión que tomó 
esta investigación, asimismo fueron relevantes las sugerencias del Doctor Oscar Salinas 
Flores, quien igualmente manifestó un gran interés por el desarrollo de esta tesis. En el 
mismo tenor estuvieron las opiniones y correcciones del documento por parte del doctor 
Iván San Martín Córdova y del doctor Jesús Villar Rubio, a este último, también le doy 
las gracias, ya que desde el primer día que lo busqué para pedirle orientación para el 
tema, expresó una actitud generosa para compartir información y orientarme. A la par, 
deseo señalar su entusiasmo para ser uno de mis sinodales, ya que al radicar en San Luis 
Potosí, ha tenido siempre la buena disposición de viajar a la ciudad de México cuando 
ha sido necesario. 
A mi alma Mater, la Universidad Nacional Autónoma de México, por haberme 
formado académicamente desde el bachillerato al doctorado que estoy a punto de 
concluir. Tengo un profundo agradecimiento por la UNAM, ya que además de lo 
señalado, mis dos hijos forman parte de esta noble institución. 
Un reconocimiento al CONACYT, por haberme brindado un invaluable apoyo 
económico durante casi cinco años, bajo el número de becario 199610. Sinceramente sin 
esta ayuda económica, hubiera sido prácticamente imposible la conclusión de este 
proyecto. 
No puedo omitir dar las gracias al doctor Renato González Mello, coordinador 
de Posgrado de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, así como señalar 
la gran eficiencia y el apoyo que todos los alumnos tanto de maestría como del 
doctorado recibimos del equipo de trabajo de la coordinación, en primer lugar de 
Brígida, por su gran experiencia y posteriormente de Tere y Héctor. 
Mi agradecimiento a todo el personal de las bibliotecas y archivos consultados 
por las facilidades prestadas para la obtención de las imágenes que utilizo en mi trabajo: 
a la Hemeroteca Nacional, al personal del Archivo General de la Nación para la 
obtención de información necesario para el tema, al personal de la biblioteca de la 
UASLP, así como a las dos bibliotecas de la Casa de la Cultura y del Archivo del 
Estado de San Luis Potosí. Una mención especial a todo los trabajadores de la 
Biblioteca Lerdo de Tejada, perteneciente a la Secretaria de Hacienda, por todo el 
apoyo, facilidades y por su amable atención. 
Deseo realizar un señalamiento lleno de gratitud a Delia de Peña Guajardo, por 
su apoyo incondicional que me brindó para la realización de esta investigación, desde el 
primer día que la conocí me brindó su amistad, su casa y su gran conocimiento que tiene 
de la historia y de la sociedad de San Luis Potosí, despertó en mí, un profundo interés 
sobre dicha ciudad. 
En estos recuentos resulta imposible dejar de mencionar a mi otro gran querer 
académico, la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes. Toda mi 
experiencia como docente y el poco o mucho conocimiento que tengo sobre la historia 
del diseño se lo debo a mi labor docente en esa institución. 
A todos mis alumnos que he tenido a lo largo de tantas generaciones, desde el 
lejano año de 1988, les doy las infinitas gracias porque no hay día que pase sin que 
reciba una experiencia enriquecedora, porque me retroalimentan, me vitalizan y me 
estimulan a desear ser mejor persona. 
Un recuerdo muy especial a mi querido amigo y guía intelectual Alejandro 
Rodríguez, guardo la esperanza que algún día recuperaremos aquellas discusiones 
apasionantes que teníamos sobre diseño y arte. Fuiste el responsable de mi 
enamoramiento en la teoría del diseño. 
Un reconocimiento a mi amigo Alberto Aguilar por el apoyo que me brindó para 
la realización de este trabajo, así como por sus incisivos y atinados comentarios sobre el 
tema. Igualmente deseo manifestar mi gratitud a mis compañeros del seminario de 
Contextualización: Mauricio Parra, Luis Gerardo Díaz y Regina Gómez. 
A todos mis compañeros de la EDINBA que de una u otra manera me han 
apoyado en esta emocionante profesión. 
A Aurora Garfias por su afecto y estímulo. 
A toda la familia Cuevas, una dedicación especial a mis hermanas Carmen y 
Chela, a mis primas casi hermanas y amigas de siempre: Pilar, Charo y Vico, y a 
Chucho por apoyarme, por estar conmigo y creer en mí. Un agradecimiento con mucho 
cariño a mi prima hermana y amiga de toda la vida Chelo Cuevas por su gran apoyo por 
la lectura y correcciones que hizo de mi trabajo, igual quiero reconocer el apoyo de 
Marcial quien también mostró un gran interés y apoyo en mi tema. 
A Annick Valasse por su amistad incondicional y ayuda para la impresión de la 
tesis. 
A todos mis amigos que me han acompañado en todos estos años, especialmente 
a Mauricio, Alejandra, Dulce, Liz, José Juan y Blanca. 
A Mauricio García Cedillo, su apoyo en todo este tiempo ha sido en verdad 
insustituible, he llegado a donde estoy y soy lo que ahora soy, debido al trabajo 
realizado en “mi espacio”. Gracias por tu profesionalismo y por acompañarme en el 
difícil y apasionante conocimiento de uno mismo en todo estos años. 
A mi exalumno y ahora amigo Miguel Ángel Domínguez Bustamante, por 
apoyarme de manera solidaria para la impresión de este trabajo. 
A Yola, por su apoyo en la casa en todos estos años, y por ser la segunda mamá 
de mis hijos. 
A Tiliche, Pecas, Paloma, Kika, Puma y Bingo por haberme brindado en algún 
momento, su amor y compañía de manera incondicional. 
Finalmente, dedico esta tesis con todo mi amor a Jorge y Eunice, son lo más 
belloque tengo en la vida. Aparte de ser mis hijos, son mis amigos, mis cómplices, y 
mis compañeros en la vida, siempre han sido para mí un aliciente para tratar de ser 
mejor cada día. 
 
Maru Cuevas 
 1 
 
 
Jorge Unna Gerson, pionero del Diseño Industrial en México. 
El rescate de una empresa potosina (1889-1922) 
 
 
INDICE 
 
Introducción …………………………………………………………………………...p. 7 
 
Capítulo I 
Conceptos rectores en diseño en el siglo XIX………………………………………..p. 22 
La intimida ….…………………………………………………….…………………...p. 23 
La domesticidad………………………………………………………………………...p. 25 
El confort……………………………………………………………….………………p. 27 
La higiene……………………………………………………………………................p. 33 
Conceptos de diseño en el siglo XIX en México…………………………..…..............p. 40 
 El baño …………………………………………………………………………..p. 47 
 La cocina.…………………………………………………………………….......p. 50 
 Ausencia de los principios rectores de diseño en las clases más 
 desprotegidas de México.…………………………………………………….......p. 59 
 
Capítulo II 
Los interiores y el mobiliario en el siglo XIX………………………………………..p. 63 
Importancia de las enciclopedias de ornamentación para la implementación 
del gusto historicista en las sociedades occidentales……………………….…………p. 63 
El gusto por la ornamentación……………………………………………….…..........p. 66 
Principales estilos ornamentales………………………………………………............p. 68 
 Historicismo, romanticismo y eclecticismo…………………………….................p. 68 
 El historicismo……………………………………………………………...p. 68 
 2 
 El eclecticismo………………………………………………….….............p. 76 
 El orientalism ……………………………………………………………………....p. 79 
 El japonismo……………………………………………………………..…………p. 80 
 El primitivismo……………………………………………………………………...p. 81 
 Arts and Crafts……………………………………………………………………...p. 83 
 Arte Moderno finisecular…………………………………………………………...p. 87 
El Sistema Americano de Producción………………………………………………...p. 89 
 Mobiliario proto-racionalista o de patente ……………………………………...p. 94 
Empresa Gerbrüder Thonet…………………………………………………………...p. 99 
Mundo Público y mundo privado …………………………………………………….p. 103 
 División de la casa en espacios públicos y privados ……………………………...p. 108 
 Estilos ideales para cada habitación ……………………………………………...p. 117 
Características del mobiliario en México a finales del siglo XIX……………………p. 124 
 El hogar burgués mexicano……………………………………………………….p. 125 
 
Capítulo III 
De Hamburgo a San Luis…………………………………………………………….p. 145 
Implementación de la modernidad en México………………………………………p. 145 
Importancia del ferrocarril para el despunte económico 
de San Luis Potosí ……………………………………………………………............p. 148 
Modernización de la ciudad de San Luis Potosí…………………………….…..........p. 152 
Vida social en San Luis Potosí………………………………………………..............p. 157 
 La Lonja de San Luis.……………………………………………….……………..p. 157 
 Instituto Científico y Literario de San Luis………………………………………..p. 159 
 Otros centros sociales y de recreación……………………………….…………...p. 160 
La migración alemana en México en el siglo XIX y su impacto en el 
aspecto económico y social en nuestro país ………………………………………….p. 165 
Presencia de extranjeros en San Luis Potosí ………………………………………...p. 168 
 Comunidad alemana en la ciudad de San Luis Potosí……………………………p. 169 
Jorge Unna Gerson y su tiempo………………………………………………………p. 173 
 Asociación laboral y afectiva entre Jorge Unna y Germán Gedoviud Fick……….p. 175 
 3 
Actividades empresariales y diplomáticas de Jorge Unna Gerson…………………..p. 178 
 Compañía Mercantil Colectiva Gedovius y Unna…………………………….......p. 182 
 Franquicias otorgadas a Jorge Unna por los gobiernos del Estado de 
 San Luis Potosí…………………………………………………………………….p. 184 
 Participación de la empresa Jorge Unna en Exposiciones Internacionales 
 y Nacionales ……………………………………………………………………….p. 186 
 Participación de Jorge Unna en el Centro Agrícola Industrial Potosino…………p. 190 
 El faro ornamental en la isla de la Alameda de San Luis Potosí……………..…...p. 192 
 Actividad de Jorge Unna durante la Revolución…………………………………...p. 194 
 
Capítulo IV 
Industrias mobiliarias en el Porfiriato……………………………………………....p. 206 
Panorama general de la industria………………………………………………….....p. 206 
Establecimientos que se dedicaron al ramo mobiliario en la ciudad de México.........p. 208 
 Roberto Boker y Cía.…………………………………………………………….....p. 209 
 Al Puerto de Veracruz……………………………………………………………...p. 212 
 Mosler, Bowen & Cook. SUCESOR………………………………………………..p. 214 
 La Gran Mueblería………………………………………………………………...p. 218 
 La Nueva Industria………………………………………………………………...p. 221 
 El Centro Mercantil………………………………………………………………..p. 224 
 Carlos H. Shafer & Cía. Importadores…………………………………………….p. 225 
 Otros negocios en el ramo mobiliario en la ciudad de México……………………p. 226 
Empresas establecidas en el interior del país…………………………………………p. 233 
Empresas establecidas en San Luis Potosí……………………………………………p. 236 
Empresas que constituyeron en México grandes talleres para su producción: 
Jorge Unna y Cía. Claudio Pellandini y El Palacio de Hierro…………………............p. 240 
 Claudio Pellandini…………………………………………………………..………..p. 241 
 El Palacio de Hierro……………………………………………………....................p. 251 
 Jorge Unna y Compañía……………………………………………………………..p. 262 
 Primera fábrica 1892-1903……………………………………………………p. 263 
 Segunda fábrica 1903-1922 ………………………………………..................p. 274 
 4 
 Estudio comparativo entre las fábricas de Jorge Unna, Claudio Pellandini 
 Y el Palacio de Hierro………………………………………………………..……p. 289 
 
 Capítulo V 
Distribución, producción y consumo en la empresa de Jorge Unna Gerson…….. p. 292 
Jorge Unna pionero del diseño industrial en México……………………………….. p. 292 
 Principios tayloristas………………………………………………………………p. 293 
 La Deutsche Werkbund.……………………………………………………………p. 295 
Características de la producción en la empresa de Jorge Unna y Cía…………........ p. 298 
 Producción de estilos historicistas…………………………………………………p. 299 
 Producción para el mundo público y privado.………………………………..……p. 303 
 Edificios públicos…………………………………………………………….p. 305 
 Palacio de Gobierno de San Luis Potosí……………………………..p. 305 
 Decoración de otros palacios de Gobierno………………………….p. 312 
 Secretaría de Hacienda en la ciudad de México……………………..p. 316 
 Palacio Legislativo de Guanajuato…………………………………..p. 318 
 Palacio Legislativo de Tlaxcala……………………………………...p. 327 
 Secretaría de Justicia e Instrucción Pública……………………….....p. 329 
 Bolsa Minera de México……………………………………………..p. 330 
 Sala del Tribunal Superior de la ciudad de San Luis Potosí…………p. 332 
 Nueva Penitenciaria de San Luis Potosí de 1894…………………….p. 333 
 Banco de San Luis…………………………………………………....p. 335 
 Hotel Iturbide………………………………………………………...p. 335 
 Lugares de recreación……………………………………………………….p. 336 
 La Lonja Potosina…………………………………………………….p. 336 
 Teatro de La Paz…………………………..………………………….p. 345 
 Teatro Calderón………………………………………………………p. 347 
 Teatro Juárez………………………………………………………….p. 349 
 Participación en casinos……………………………………………....p. 353 
 Trabajos de Jorge Unna para la Iglesia Católica……………………………..p. 356 
 Residencia particular del Obispo Ignacio Montes de Oca……………..p. 358 
 5 
 Templo de San Francisco…………………………………………........p. 362Santuario de Guadalupe………………………………………………..p. 364 
 Templo del Sagrado Corazón…………………………………………..p. 366 
 Templo de San Juan de Dios…………………………………………...p. 368 
 Catedral de León Guanajuato…………………………………………..p. 370 
 Casas privadas…………………………………………………………………p. 373 
 Trabajos de decoración en las casas privadas de gobernadores………...p. 373 
 Trabajos de decoración en casas privadas de empresarios……………...p. 375 
 Trabajos de decoración integral a sectores de la burguesía 
 mexicana…………………………………………………………….....p. 388 
 Producción de ajuares, muebles y objetos historicistas……………………….p. 393 
 Estilos renacentistas…………………………………………………...p. 394 
 Estilo Luis XV……………………………………………………........p. 398 
 Estilo Luis XVI.……………………………………………………….p. 400 
 Estilo Imperio………………………………………………………….p. 401 
 Estilos eclécticos del siglo XIX……………………………………….p. 402 
 Estilo Moderno………………………………………………………..p. 404 
 Producción de muebles y objetos historicistas…………………………………..p. 405 
 Divanes…………………………………………………..................... p. 405 
 Pedestales y maceteros………………………………………………. p. 406 
 Marcos para espejos…………………………………………………. p. 407 
 Roperos y vitrinas………………………………………………….....p. 408 
 Galerías y cortinajes…………………………………………………. p. 409 
 Producción de muebles racionalistas y de patente……………………………....p. 411 
 Sillón de peluquero……………………………………………….…...p. 412 
 Silla o mesa quirúrgica………….…………………………………….p. 415 
 Muebles para farmacias…………………………………………….....p. 416 
 Butacas para teatros o cines…………………………………………...p. 417 
 Silla convertible en escalera………………………………………......p. 418 
 Escritorios………………………………………………………..........p. 419 
 Silla para oficina tipo Windsor……………………………………......p. 420 
 6 
 Ajuar “Edison” estilo Moderno…………………………………….........p. 422 
 Ajuares estilo “Mission”….……………………………………………...p. 423 
 Salas racionalistas…………………………………………………..........p. 424 
 Producción de carros y carruajes………………………………………...p. 425 
Característica de distribución en la empresa de Jorge Unna………………………..p. 426 
 Sistema de envase y embalaje…………………………………………………….p. 426 
 Uso del ferrocarril para distribuir sus productos………………………………..p. 428 
 Uso del catálogo………………………………………………………………….p. 433 
 Agentes distribuidores en la República Mexicana……………………………….p. 435 
 Publicidad en la prensa ilustrada para dar a conocer 
 sus artículos .……………………………………………………………..……....p. 437 
 Jorge Unna distribuidor de producto …………………………………………....p. 439 
Características del consumo ………………………………………………………….p. 442 
 Estratificación social en el Porfiriato……………………………………………p. 442 
 Jornadas de trabajo……………………………………………………………...p. 443 
 Sueldos…………………………………………………………………………...p. 444 
 Precios de algunos ajuares y muebles en el Porfiriato…………………………..p. 448 
 Consumo de tipo burgués………………………………………………………...p. 452 
 
Conclusiones generales……………………………………………………………….p. 456 
 
Fuentes consultadas…………………………………………………………………..p. 473 
 
Glosario de términos artísticos y decorativos ………………………………………p. 487 
 
Anexos ………………………………………………………………………………...p. 501 
 
 
 
 
 7 
Introducción 
 
 
Al interesarme por la historia del diseño en México, decidí realizar un estudio de la 
fábrica de muebles de Jorge Unna Gerson, la cual constituye un caso paradigmático de 
empresa industrial durante el Porfiriato, por lo que estoy abordando un campo de 
conocimiento poco estudiado en el país. Desde la óptica de algunos enfoques de la 
historia y la historiografía que a partir de la segunda mitad del siglo XX han abierto 
considerablemente el campo de estudio, ahora es posible trabajar con la escritura en 
sentido amplio y no solamente con los “hechos” convencionales que se basaban 
principalmente en el documento escrito. 
 
No hay “hechos” sino “comunicaciones”. Desde esta postura, las llamadas fuentes para la 
historia son, antes que nada, textos de cultura; dicho de otro modo, el historiador trabaja con la 
escritura en el sentido amplio, es decir, con enunciados de todo tipo. Vestido, comida, 
arquitectura, muebles y… escritos. 1 
 
En este mismo tenor, John Heskett 2 afirma que los objetos diseñados deben ser vistos 
como documentos históricos, porque junto con el lenguaje constituyen las 
características definitorias de lo humano. Si bien existen aportaciones valiosas de 
investigadores que se han interesado por esta amplia área de conocimiento, 3 resultan 
insuficientes ante el amplio campo por indagar. Tal vez, uno de los grandes retos que 
tienen los teóricos e historiadores desde la perspectiva del diseño, es que el propio 
término entendido como una profesión autónoma en el mundo occidental, se consolidó 
hasta mediados del siglo XX, por lo que la teorización y especialidad son muy recientes. 
El propio término de diseño industrial, nació hasta 1948, cuando Mart Stam, definió a 
los diseñadores industriales como “aquellos proyectistas que trabajan para la industria 
en cualquier campo, pero en particular en la creación de nuevos elementos y 
 
1 Alfonso Mendiola y Guillermo Zermeño. “De la historia a la historiografía. Las transferencias de una 
semántica” en Historia y Grafía. Universidad Iberoamericana, núm. 4, 1995, p.255 
2 John Heskett, El diseño en la vida cotidiana, Barcelona, Gustavo Gili, 2002, p.9 
3 Vid, Oscar Salinas Flores, El diseño industrial en México, México ed. Trillas, 1992; Juan Acha, 
Introducción a la teoría de los diseños, México, Trillas, 1988; Luis Rodríguez Morales, El diseño 
preindustrial. Una visión histórica, México, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad 
Azcapotzalco, 1995; Pilar Maseda, Los inicios de la profesión del diseño en México. Genealogía de sus 
incidentes, México, CONACULTA. INBA, CENIDIAP, Tecnológico de Monterrey, 2006; y, Silvia 
Fernández Hernández, Del diseño gráfico barroco al romántico, tesis para obtener el grado de doctora en 
Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 2007. 
 
 
 8 
materiales”.4 Por otro lado, los conceptos de: proto-racionalismo, racionalismo, 
funcionalismo, vida cotidiana, obsolescencia del producto, estética de la máquina, entre 
otros son producto del análisis de ingenieros, artistas y decoradores (o tapiceros) que se 
involucraron en la producción de diseño a partir de las primeras décadas del siglo XX, 
ya que dichos profesionistas fueron los encargados de realizar esa actividad 
anteriormente. 
Otra de los grandes desafíos para los teóricos de esta nueva profesión es que el 
propio término de diseño se ha prestado a muchas confusiones ya que tiene diferentes 
acepciones y usos en distintos idiomas, además de las diferentes connotaciones que ha 
tenido a lo largo de la historia. A manera de ejemplo, se puede mencionar el caso de 
Leonardo da Vinci, que algunos estudiosos lo ubican como un gran diseñador del 
período renacentista por sus numerosos e ingeniosos inventos, sin embargo, sus 
artefactos fueron creados con intenciones tecnológicas, científicas y artísticas, por lo 
que están más involucrados con la historia de la ciencia y la tecnología que con el 
diseño. 
La primera vez que se mencionó el término de diseño fue en el Oxford English 
Diccionary, delaño 1588, donde se describió como: 
 
Un plano o un boceto concebido por un hombre para algo que se ha de realizar; o un primer 
boceto dibujado para una obra de arte...(o) un objeto de arte aplicada, necesario para la ejecución 
de la obra. Axel von Salden, señaló que hacia finales del siglo XVI, se usaban en Italia las 
nociones “disegno interno” (la idea de un proyecto a ejecutar) y “disegno esterno” (la obra 
ejectutada) 5 
 
Las varias acepciones que la palabra “diseño” tiene en la lengua castellana han 
contribuido a la falta de definición del perfil profesional del diseñador. 6 Prácticamente 
desde que se ofertó la licenciatura de diseño después de la Segunda Guerra Mundial en 
varios países occidentales incluyendo México, se dividió su campo de estudio en tres 
principales áreas: el gráfico, el industrial y el textil, acorde con el paradigma de 
 
4 Bernhard Bürdek, op.cit, p.16 
5 Bernhard Bürdek, Diseño. Historia, teoría y práctica del diseño Industrial, Barcelona, Gustavo Gili, 
1994, p.16 
6 Este concepto tiene por lo menos tres significados: como sinónimo de “formas” o “motivos”; para 
describir un fenómeno natural; y para indicar el proceso de un objeto. 
 9 
especialización del siglo XX.7 Juan Acha, con una mirada crítica, observó que al menos 
existen tres pares de diseño: el gráfico y el industrial ocupados de las informaciones 
impresas y de los objetos de utilidad práctica; el urbano y el ingenieril-arquitectónico, 
dedicados a espacios habitables y de tránsito; y por último los diseños icónico-verbales 
y los entretenimientos audiovisuales. 8 
Las novedosas posturas académicas originadas a finales del siglo XX y 
principios del XXI, tratando de corregir la fragmentación del conocimiento, tienden a 
formar diseñadores integrales, como lo propuso el movimiento de Artes y Oficios inglés 
de mediados del siglo XIX y la Deutsche Werkbund alemana a principios del siglo XX. 
Jorge Frascara en su libro, Diseño gráfico y comunicación, brinda una definición 
bastante aceptable de la actividad de un diseñador integral en la actualidad, (no obstante 
que en el propio titulo tenga la especificidad de diseño gráfico) en donde se percibe lo 
complejo de dicha profesión, como: 
 
…una actividad humana abstracta que implica programar, proyectar, coordinar una larga lista de 
factores materiales y humanos, traducir lo invisible en visible, comunicar. Incluye juicios de 
valor, aplicaciones de conocimientos, adquisición de nuevos conocimientos, uso de instituciones 
educadas y toma de decisiones. 9 
 
Existen dos principales posturas para ubicar los orígenes del diseño: la primera prioriza 
los aspectos técnicos y formales.10 Sus representantes teóricos consideran que esta 
actividad se inició en el momento en que el hombre prehistórico fue capaz de producir 
artefactos para subsistir y posteriormente le permitieron dominar su entorno, debido a 
que estos incipientes artefactos representaron prolongaciones a su limitado cuerpo; así 
un tronco le permitió alargar su brazo para poder alcanzar las frutas que estaban fuera 
de su alcance o un mazo resultaba ser mucho más eficiente para golpear que el puño 
cerrado, entre muchos casos. 
 
7 Pilar Maseda en su libro La Escuela de Diseño del INBAL, op.cit., p.10, consideró que contrariamente a 
lo esperado, la especialización característica del siglo XX, produjo “grandes ignorancias y consecuente 
miopía del especialista para enfocar los alcances de su propia disciplina”. 
8 Juan Acha, op.cit., pp.76 y 77 
9 Jorge Frascara, Diseño gráfico y comunicación. 7ª.ed., Buenos Aires, Infinito, 2000, p. 19 
10 Autores defensores de esta propuesta son: Enric Satué, El diseño gráfico. Desde los orígenes hasta 
nuestros días, 3ª. ed., Madrid, Alianza Forma, 1992; Philip Meggs, Historia del diseño gráfico, México, 
Trillas, 1991; Josef, Müller-Brockmann, Historia de la comunicación visual, México, Gustavo Gili, 
1998. 
 
 10 
La otra tendencia, que es la que comparto, asegura que el nuevo sistema llamado 
diseño se conformó como consecuencia de las transformaciones que trajo consigo la 
Revolución Industrial. Norman Pounds, en su libro La vida cotidiana. Historia de la 
cultura material,11 relaciona el nacimiento de la industria moderna con cuatro 
principales factores: 1) el crecimiento y la concentración de la población en las zonas de 
producción; 2) el predominio del trabajo mecanizado sobre el trabajo manual que 
generó un aumento considerable en la producción, originando el consumo individual en 
tejidos y en objetos de uso cotidiano; 3) la estandarización y el uniformismo del objeto 
fabricado; 4) La agricultura, y, por lo tanto, la producción de alimentos, la cual mejoró 
con el uso creciente de herramientas y de equipos más eficientes, desde el arado de 
acero hasta los drenes de avenamiento y los abonos químicos. Para definir la gestación 
del diseño en esta etapa, es necesario considerar a todo el proceso productivo 
incluyendo las características de distribución y consumo. A partir de la Revolución 
Industrial surgió la necesidad de sistematizar el trabajo intelectual en la concepción, o 
creación, de innovaciones formales requeridas por la fabricación masiva de productos 
industriales de uso cotidiano y mayoritario. Bajo esta premisa, el diseño industrial 
comprende: 
 
Los materiales y los utensilios, las máquinas y los aparatos, los muebles y los demás productos 
industriales de uso diario, individual y doméstico, destinados a una gran cantidad de personas (o 
masas). 12 
 
Si bien, desde el inicio de la Revolución Industrial a principios del siglo XVIII, se 
comenzó a gestar el diseño, éste fue madurando poco a poco. De acuerdo a Juan Acha, 
nació a mediados del siglo XIX 
 
 
11
 Norman L.G. Pounds, La vida cotidiana: Historia de la cultura material, Barcelona, ed. Crítica, 1992. 
p. 478 
12
 Algunos teóricos partidarios de este punto de vista, son: Juan Acha, Introducción a la teoría de los 
diseños, op.cit; John Heskett, Industrial Design, London, Thames and Hudson, 1997; Penny Sparke, 
Design in Context, Secaucus, New Jersey, Chartwell, Books, Inc. 1987; Stuart Duran, La ornamentación. 
De la Revolución Industrial a nuestros días, Madrid, Alianza Editorial, 1991; Stephen Bayley, Guía 
Conran de Diseño, Madrid, Alianza, 1992; Peter Dormer, Diseñadores del siglo XX. Las figuras claves 
del Diseño y las Artes Aplicadas, Barcelona, Ediciones CEAC, 1993; Bernhard Bürdek, Diseño: historia, 
teoría y práctica del diseño industrial, México, Gustavo Gili, 1994; e Isabel Campi, La idea y la 
materia. Vol.1: El diseño de producto en sus orígenes, Barcelona, Gustavo Gili, 2007, entre otros. 
Juan Acha, op.cit.p.103 
 11 
…con la industrialización masiva de los productos útiles que se hizo realidad con la 
industrialización de la electricidad denominada segunda revolución industrial a fines del mismo 
siglo, con el desarrollo de la tecnología laboral de ensamblaje y la ergonomía de comienzos del 
siglo XX y con la existencia de masas consumidoras. La consolidación de los diseños acontece 
en los años veinte con la sistematización racional de su aprendizaje. Tenemos, pues, un 
fenómeno con un dilatado proceso de maduración y con una vida efectiva que apenas cuenta con 
poco más de medio siglo. 13 
 
Por la misma época, varios ingenieros, artistas, artesanos y filósofos, se preocuparon 
por la producción, distribución y consumo de los objetos industriales. En Inglaterra, 
Henry Cole, se esforzó para que se extendiera en la vida diaria, mediante medidas 
pedagógicas. Para lograrlo, organizó en Londres la primera Exposición Universal, en 
1851, llevada a cabo en el edificio conocido como el Palacio de Cristal, construido por 
Joseph Paxton, con el propósito de exhibir la vasta y exótica producción delos imperios 
y de otras naciones del mundo. Igualmente, fundó escuelas de artes y oficios. Debido a 
lo anterior, es posible considerar a la gran Exposición de Londres como el evento que 
marca el nacimiento del diseño. Se puede afirmar que en la producción mostrada están 
presentes las principales características que definen al diseño: producción y consumo 
masivo junto con la sistematización del aprendizaje de las actividades del diseñador.14 
Las sucesivas exposiciones universales del siglo XIX, presentaron vastas colecciones de 
productos en donde se pudo observar la técnica de entonces y el grado de desarrollo 
cultural. Como fue el uso de hierro fundido, acero y hormigón, entre otros aspectos 
relevantes. 
El hombre común del siglo XIX consideraba que los objetos producidos 
industrialmente tenían que ser ornamentados, debido a que su elaboración estaba ligada 
a las artes decorativas y a las artesanías, de tal modo que los objetos industriales 
nacieron imitando a los que se hacían de manera artesanal, intentando ocultar su origen 
industrial. Los artefactos que carecieran de ornamentación fueron rechazados de manera 
casi automática por la mayoría de la población, porque se consideraban carentes del 
“buen gusto”. Sin embargo desde que se inauguró la mencionada exposición, algunos 
arquitectos interesados en estudiar la producción industrial como: Henry Cole, John 
Ruskin, Aguste W. Pugin, William Morris, Herman Muthesius, Philip Web y Eugene 
Emmanuel Viollet-Le-Duc, entre otros, rechazaron la ornamentación en los artículos y 
 
13 Ibid., p.100 
14 Ibid., p.104 
 12 
criticaron la “baja calidad” de los productos presentados en la exposición de 1851, 
opinando que eran burdas imitaciones de las artesanías, pero con materiales baratos. 
Estaban convencidos que los objetos industriales debían de tener dos virtudes: 
honestidad y simplicidad. No obstante, aunque éste grupo de arquitectos ilustrados, 
representaron una minoría en el gusto hegemónico de la sociedad decimonónica, sus 
valoraciones de rechazo a la ornamentación fueron las que lograron imponerse y han 
constituido una importante corriente en el complejo panorama del diseño moderno. 
En cuanto al tema de esta tesis, considero al Porfiriato como una etapa propicia 
para el inicio del diseño industrial en México, ya que en ese periodo se conformó de 
manera simultánea el concepto de nación moderna en nuestro país. Mauricio Trillo, 
señala en su obra Artilugio de la nación moderna. México en las exposiciones 
universales (1889-1930), 15 que el desarrollo del capitalismo fomentó una modernidad 
caracterizada por la concepción de una historia unitaria y lineal; la confianza absoluta 
en el conocimiento científico; la idea de la libertad; y finalmente, que la tecnología y el 
progreso permitían ver a su presente como el mejor de todos los mundos posibles. 
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el país disfrutó de un largo periodo de estabilidad 
que no había tenido desde la consumación de la Independencia. Esto permitió un 
crecimiento económico que se vio reflejado en el aumento de servicios públicos en las 
ciudades; en el desarrollo de los medios de transporte como el ferrocarril; así como de 
los medios de comunicación con el establecimiento del telégrafo y el teléfono. La 
sociedad mexicana tuvo acceso a los avances científicos y tecnológicos que se 
desarrollaban en los países más avanzados de Europa y en los Estados Unidos. Pero 
sobre todo, y tal vez el factor más importante para el estudio de los utensilios cotidianos 
del porfirismo, fue el fortalecimiento y consolidación de la burguesía y de los sectores 
medios en nuestro país. Estos grupos sociales, en la medida de sus posibilidades, 
adoptaron formas de vida y costumbres de las élites de las metrópolis, principalmente 
de Inglaterra, Francia, Alemania y de los Estados Unidos, lo que permitió que en 
México se delimitaran de manera muy específica los espacios públicos y los privados, 
favoreciendo el desarrollo de un nuevo modelo de vida inspirado en valores de la 
modernidad. 
 
15 Mauricio Tenorio Trillo, Artilugio de la nación moderna, México en las exposiciones universales 1880-
1930, México, Fondo de Cultura Económica, 1998, pp. 14-21 
 13 
Michelle Perrot,16 señaló que con el avance de la burguesía se generalizó el 
concepto de vida cotidiana y la diferenciación de dos lugares de convivencia: el espacio 
público y el privado. El primero reservado para el género masculino; dedicado a la 
política, al trabajo y a actividades de recreación. En el segundo se desenvolvía la vida 
de la mujer. La familia se convirtió en la institución burguesa del espacio privado y 
fundamento del estatus quo. El diseño por sus características de producción, 
distribución y consumo se encuentra inmerso en estos dos sistemas. 
Para poder contextualizar al mobiliario y los artefactos industriales tuve que 
recurrir a la prensa ilustrada, debido a que resulta prácticamente imposible realizar un 
estudio semejante con los muebles reales, ya que lo que sobrevive se encuentra aislado, 
fragmentado y descontextualizado. Si bien en un principio tenía la intención de revisar 
los más importantes periódicos y revistas de la época, decidí con la aprobación de mi 
comité tutoral restringir mi indagación de imágenes al semanario El Mundo Ilustrado 
(1895-1914) por la riqueza de información que encontré. Con la revisión minuciosa de 
todas sus secciones, pude ver al objeto estético industrial contextualizado. Identifiqué 
por lo menos tres puntos principales para la formulación de algunas hipótesis: 
1. En las secciones del semanario como México Moderno o México y su Industria, 
se manejó de manera sistemática un discurso positivista, exhibiendo los logros y 
los avances que la ciencia y la industria tenían en nuestro país. En estos 
apartados se pudo testimoniar como se iba transformando México. Así en la 
sección llamada México Moderno, se pudo constatar como las nuevas casas que 
se edificaron, contaron con los servicios de drenaje, agua potable, luz eléctrica, 
líneas telefónicas, calles asfaltadas amplias y arboladas, priorizando la 
privacidad, el confort y la higiene. Estos conceptos rectores del diseño, 
comenzaron a imponerse en los sectores sociales más privilegiados del 
Porfiriato. En las secciones dedicadas al hogar, se dieron consejos 
principalmente a la mujer relacionada a su cuidado personal, a la buena 
administración de su casa y a la educación de los hijos. En esos apartados fueron 
numerosas las imágenes que mostraban los interiores de la casa ideal moderna. 
El estudio de estos artículos me ayudó a conocer cómo el consumo de los 
 
16 Michelle Perrot, Sociedad burguesa: aspectos concretos de la vida privada en Historia de la vida 
privada, en Philippe Aries y Georges Duby, Historia de la vida privada, Sociedad burguesa: aspectos 
concretos de la vida privada, Tomo 8. 
 14 
nuevos objetos industriales se asociaba con un pensamiento aspiracional y 
educativo. 
2. Una cantidad extraordinaria de fotografías de interiores de hogares mexicanos. 
Si bien en la mayoría de los casos se trataba de mansiones pertenecientes a la 
alta burguesía mexicana o de embajadas, me permitió confirmar el gusto estético 
hegemónico de la época que fue el estilo historicista ornamentado. También 
aunque menos frecuente aparecieron fotografías de interiores de las casas de los 
habitantes menos favorecidos económicamente, en donde se pudo apreciar que 
el pobre mobiliario que empleó el grueso de la población urbana y rural fue de 
hechura doméstica, u obra de humildes carpinteros de barrio. Los pocos objetos 
industriales que figuraron en dichos espacios fueron máquinas de coser usadas 
como fuentes de trabajo; algunas lámparas de petróleo; y estampas religiosasimpresas en litografía. Los dibujos y grabados que aparecieron en el semanario, 
ya sea para ilustrar un cuento, o bien para sugerir nuevas ideas de tipo 
aspiracional, me permitieron poder corroborar los interiores fotografiados. 
3. La valiosa información que brindaron los anuncios de ajuares, ayudaron a 
reconocer cuales fueron los estilos de mayor popularidad en ese momento. En 
algunos de estos mensajes se proporcionaba el precio, lo que permitió realizar un 
esbozo del consumo a finales del siglo XIX, Asimismo, estos anuncios me 
brindaron una importante información referente a los principales 
establecimientos comerciales que se dedicaron a la venta de muebles. 
Al estudiar estas imágenes constaté que en nuestro país se manifestó de manera muy 
similar a la que se dio en los países desarrollados, la presencia de dos principales 
tendencias estéticas en la producción de objetos industriales: la primera fue la 
elaboración de ajuares historicistas, esta fue la línea hegemónica y se mantuvo presente 
hasta bien avanzado el siglo XX. La segunda tendencia fue la elaboración de un diseño 
racionalista, comenzó de manera emergente en los últimos 30 años del siglo XIX, 
producto de las necesidades de producción de Estados Unidos, Alemania y del imperio 
Austro-Húngaro. Esta propuesta estuvo ubicada preferentemente en los espacios 
públicos de tránsito. 
Como resultado de la revisión hemerográfica, fueron surgiendo diversos 
anuncios de un empresario alemán llamado Jorge Unna, que tuvo una fábrica de 
muebles en la ciudad de San Luis Potosí. Su producción parecía ser muy importante y 
comenzaron a surgir muchas inquietudes por tan ilustre personaje. Para tratar de 
 15 
esclarecer algunas dudas en torno a su vida y producción, realicé una práctica de campo 
en la ciudad de San Luis Potosí para indagar más sobre su trabajo. Descubrí cosas tan 
interesantes y reveladoras, que decidí con la aprobación de mi comité tutoral, orientar el 
tema de investigación al análisis de su vida y obra, ya que su producción resultó ser tan 
variada y amplia, que bastaba su estudio detallado para conocer las principales 
características que tuvo el mobiliario en ese momento. Además, a pesar de haberme 
circunscrito al análisis de los objetos estéticos industriales en un solo semanario: El 
Mundo Ilustrado, (1895-1914) todavía resultaba demasiado amplio y corría el riesgo de 
perderme en el inmenso mundo de los objetos industriales del Porfiriato. 
La colección de imágenes que obtuve de la publicación El Mundo Ilustrado, me 
fue de mucha utilidad para la realización de esta tesis; en primer lugar me brindó 
numerosos anuncios de Jorge Unna que me proporcionaron información muy 
importante sobre la actividad industrial de la empresa, ya que era muy común en la 
publicidad de ese tiempo la abundancia de textos explicativos que acompañaban a la 
imagen. En segundo lugar, con las imágenes recabadas de los interiores de casas 
burguesas pude corroborar que los menajes que vendía en su empresa, fueron muy 
similares en estilo y calidad a los que se encontraban en los interiores de las casas 
burguesas de la ciudad de México. Igual de valiosos fueron los artículos y anuncios 
publicados de otras industrias, comercios y casas distribuidoras que se dedicaron al 
negocio de los muebles, esta información sirvió para conocer a sus competidores más 
cercanos: Claudio Pellandini y El Palacio de Hierro, además de que pude comparar las 
tendencias y estilos de muebles que ofrecían con la de los artículos que producía nuestro 
empresario alemán. 
El desarrollo de este trabajo se basa en fundamentos metodológicos de la 
disciplina sociológica, por un lado, para lograr la contextualización del diseño en la 
sociedad porfiriana; por otro, en el materialismo histórico para el estudio del ciclo 
básico de producción. Sin embargo, mi intención fue enfatizar en el estudio de la vida 
cotidiana, tomada como la suma de acontecimientos positivos y negativos del acontecer 
diario, los avatares domésticos, el mundo de las modas y las diversiones y, en fin, las 
múltiples formas y maneras en que la sociedad cubría su tiempo de ocio. Para que este 
enfoque no se quede en un elemento meramente descriptivo, sino que se constituya 
como recurso metodológico, fue necesario potenciar sus elementos estructurales. Para 
algunos estudiosos, esto se consigue si se parte del individuo a la sociedad: 
 
 16 
...se puede otorgar un estatuto interpretativo muy distinto a la vida cotidiana si se plantea la 
siguiente hipótesis: el conjunto de esas reacciones individuales puede producir efectos colectivos 
y movimientos colectivos, porque son el lugar donde engendran y se reelaboran los valores 
sociales. 17 
 
Agnés Heller, señaló que en la cotidianidad cabía, prácticamente todo: La organización 
del trabajo y de la vida privada, las distracciones y el descanso. Henri Lefebvre, también 
destacó la importancia que tenía el saber lo que la gente comía, cómo se vestía, cómo 
amueblaban sus casas, de acuerdo a los diferentes países, épocas, etc. Afirmaba que la 
historia de la cama o del ajuar era de sumo interés para lograr ejemplificar el 
pensamiento colectivo de una determinada época y sociedad.18 
Esta tesis tiene tres principales propósitos: el primero, es demostrar que debido a 
la manera totalmente innovadora de producir que Unna estableció en su industria, se le 
puede considerar un precursor del diseño industrial en México; en segundo lugar, es que 
analizando su producción, es posible hacer un estudio del diseño mexicano en el 
contexto internacional. En tercer lugar y no por ello menos importante es dar a conocer 
la vida y obra de Jorge Unna Gerson, debido a que existen muy pocas investigaciones 
que consideren la totalidad de la producción de este empresario que permitan ubicarlo 
como un pionero del diseño en México, ni que valoren su trabajo en el ámbito nacional 
e internacional, por lo que esta tesis pretende subsanar esta gran carencia. Igual de 
significativo será valorar e identificar su obra que sobrevive en la actualidad en todo el 
país, pero sobre todo la que se encuentra en la capital de San Luis Potosí, con el 
objetivo que la sociedad potosina conozca el trabajo realizado en una fábrica ubicada en 
su ciudad y que en su momento fue considerada como una de las mejores en su ramo. 
En la primera parte de la tesis, se hizo un estudio deductivo al presentar un 
panorama mundial de las tendencias en el decorado y elaboración del mobiliario en el 
siglo XIX, para poder ubicar que el trabajo que estaba realizando Jorge Unna se 
adecuaba perfectamente al “espíritu de la época” que le había tocado vivir. La segunda 
parte, se abocó a la obra particular de este empresario, lo que permitió realizar un 
estudio inductivo de la historia del diseño, ya que su producción presentó las mismas 
características que las que se estaban presentando en las principales capitales europeas y 
en Estados Unidos. 
 
17 Jean Remy, “Vida cotidiana y producción de valores”, citado por Rafael Torres Sánchez en la vida 
cotidiana: Concepto y coordenadas”, p.19 
18 Ibid., p.21 
 17 
El primer capítulo, lo dediqué a presentar un desarrollo histórico de los 
conceptos rectores que condicionaron los interiores burgueses en el siglo XIX, estos 
fueron: domesticidad, intimidad, confort e higiene. En la segunda parte del capítulo 
estudié como dichos conceptos se aplicaron en nuestro país. Baudrillard señaló en su 
obra El sistema de los objetos, 19 que con la modernidad los objetos industriales se 
habían tenido que adaptar a nuevos ambientes, donde la principal característica era que 
se habían diferenciado los espacios públicos y privados; la segunda fue que las casas 
burguesas fueron más pequeñas que los palacios de la monarquía, por lo que los 
muebles se tuvieron que adaptar a esta situación. 
El capítulo segundo,está organizado en tres secciones. En la primera, realicé un 
panorama de las dos principales tendencias que tuvo el diseño en el siglo XIX: el 
historicista y el racionalista. Se revisaron los principales estilos que estuvieron de moda 
en el siglo XIX y que influenciaron el decorado y la elaboración de objetos de diseño 
principalmente en Francia e Inglaterra; de la segunda tendencia, se señalaron las 
principales características que tuvo el sistema de producción en los Estados Unidos y se 
habló del caso específico de la empresa Thonet para ejemplificar la propuesta 
racionalista en el imperio Austro-Húngaro. En la segunda parte del capítulo se ubicaron 
estas líneas estilísticas en los dos lugares de convivencia que tuvo la burguesía: el 
mundo público y el privado. La sociedad decimonónica le asignó valores morales a los 
diferentes estilos, de tal suerte que su adquisición y ubicación en los espacios burgueses 
estuvo condicionado por lo que cada tendencia significaba: así el estilo griego denotaba 
pureza, el renacimiento civismo y cultura, el rococó sensualidad, entre otros, 
delimitándose con absoluta precisión los estilos correspondientes para el mundo público 
y para el mundo privado. En el último apartado, desarrollé cómo se dio la 
implementación de estos conceptos en México, para lograrlo me apoyé en imágenes 
obtenidas de las secciones: Para el Hogar, Para las Damas, la Mujer en el Hogar, 
arreglo de las Habitaciones, así como de anuncios obtenidos del semanario El Mundo 
Ilustrado tanto de interiores de mansiones de la alta burguesía, así como en anuncios 
publicitarios de tiendas que se dedicaron a la venta de muebles y de artículos aparecidos 
en las secciones 
Mi intención en el tercer capítulo fue dar a conocer la vida y obra de Jorge Unna. 
Para lograrlo desarrollé una contextualización del momento histórico que le tocó vivir al 
 
19 Jean Baudrillard, El sistema de los objetos, México, siglo veintiuno, 2004, p.15 
 18 
empresario alemán, inmerso por completo en la ideología modernizadora del Porfiriato. 
Dentro de todas las innovaciones que trajo consigo este movimiento, destacó la 
construcción y el desarrollo del ferrocarril. Este medio de comunicación permitió el 
despunte económico del país y en específico del estado de San Luis Potosí. Otro 
elemento sustancial fue recrear la vida social potosina a la que se incorporó el 
empresario alemán, con el objetivo de sensibilizarme con las costumbres y formas de 
vida, para lograr compenetrarme en las dos esferas donde se movió esa burguesía: el 
mundo público y el privado. Igual de relevante fue el acercamiento que hice al 
fenómeno migratorio, sobre todo el que se refiere a la inmigración alemana a México en 
el siglo XIX. Del mismo modo se valoró las influencias que las colonias extranjeras 
tuvieron en la población local; con esta información pude conocer a otros compatriotas 
suyos que realizaron una labor importante en San Luis Potosí, como fue el caso del 
doctor Gustavo Pagnestecher. En el último inciso señalé los principales aspectos de la 
vida y de las actividades empresariales, industriales y diplomáticas de Jorge Unna en 
San Luis Potosí. En este punto se pudo apreciar la compenetración del empresario en las 
actividades económicas del estado, como fue su participación en el Centro Agrícola 
Industrial, así como su presencia en exposiciones internacionales celebradas en Estados 
Unidos como la de Chicago o la de San Louis Missouri, y su participación diplomática, 
como Vicecónsul de Portugal y Alemania en San Luis Potosí. 
El capítulo cuarto, lo dediqué al estudio de los establecimientos relacionados al 
ramo de la mueblería que se establecieron durante el régimen de Porfirio Díaz, tanto de 
los negocios que fueron fabricantes, como de los distribuidores. Esta información 
resultó indispensable para poder conocer las características específicas que tuvo la 
industria de Jorge Unna, y poder comprobar, lo que se afirmaba en sus anuncios; que 
fue una de las más grandes e importantes fábricas de su momento. Para la realización de 
este apartado, se hizo primero una reseña de quince empresas o distribuidoras que se 
anunciaron en la prensa ilustrada en la ciudad de México, sobre todo en El Mundo 
Ilustrado, y en El Universal. Se partió de la tesis que las industrias mobiliarias más 
importantes del país, tuvieron que haber tenido presencia en dicha ciudad o en su 
defecto publicitarse ahí, debido a su posición estratégica; como fue el caso precisamente 
de la compañía de Jorge Unna. También se señalaron algunas empresas ubicadas en 
otros estados que igualmente se publicitaron en los medios impresos de la ciudad de 
México. Se le dedicó un apartado especial a los negocios establecidos en San Luis 
Potosí. La última parte del capítulo fue la descripción de las tres empresas más 
 19 
importantes que produjeron muebles en el Porfiriato, estas fueron: Jorge Unna, Claudio 
Pellandini y El Palacio de Hierro. Obviamente las descripciones que se hicieron de las 
dos fábricas del empresario alemán fueron mucho más amplias que las otras dos, por ser 
parte sustantiva en esta investigación. En la parte final, se realizó un estudio 
comparativo de estas tres industrias en donde se pudo apreciar cuales fueron los 
artículos similares por los que competían en el mercado, así como identificar sus 
productos exclusivos que no manejaron ninguna de las otras dos empresas. 
El capítulo quinto fue dedicado al análisis y descripción del ciclo básico de 
producción en la industria de Jorge Unna, para lograrlo se dividió en tres apartados: el 
primero fue el análisis de su producción, este fue la sección más grande de toda la tesis, 
ya que aparte de realizar un análisis formal de la obra de Jorge Unna que se logró 
recopilar a lo largo de todos estos años de investigación, se explicó por que es posible 
afirmar que el empresario alemán fue un pionero del diseño en México, debido a las 
aplicaciones modernas que implementó en su fábrica como el taylorismo, la 
estandarización y serialización característicos del sistema americano de producción, así 
como la posible pertenencia de Jorge Unna a la institución de diseño más importante 
que tuvo Alemania en ese momento, la Deutsche Werkbund. 
Como consecuencia de la gran cantidad de producción de la empresa de Jorge 
Unna, fue necesario hacer una clasificación de toda su obra en dos grandes bloques: la 
primera y más numerosa fue la dedicada a la elaboración de estilos historicistas. En este 
rubro se incluyó la decoración completa de interiores para el mundo público y para el 
privado. Para el estudio del primero se dividió en tres apartados, estos fueron: a) 
edificios gubernamentales; b) lugares de recreación; y, c) templos católicos. Para el 
mundo privado, a su vez se hicieron tres incisos: el primero dedicado a la instalación y 
decoración de casas particulares de miembros de las élites políticas y económicas, el 
segundo fue el trabajo de Unna como decorador pero en casas pertenecientes a la 
burguesía en general y a sectores de la clase media con ingresos más altos. El último 
inciso de este apartado fue la revisión y descripción de ajuares, muebles y objetos 
historicistas, que se ofertaron en sus catálogos o en los anuncios de la prensa ilustrada. 
El segundo bloque fue dedicado a la línea de producción de muebles 
racionalistas y de patente. En este apartado se observó que hubo dos principales 
tendencias: la primera de ellas estuvo dedicada a cubrir necesidades del mundo público 
pero de espacios considerados de tránsito donde prácticamente no había 
involucramiento afectivo con los objetos, por lo que se podía enfatizar en los 
 20 
requerimientos funcionales. De esta producción, destacaron: una patente que hizo de un 
motor para sillón de peluquero; el diseño de mobiliario médico, tanto de mesas o sillas 
quirúrgicas así como gabinetespara farmacias; butacas para teatro y cine. La segunda 
tendencia fue la elaboración de muebles bajo estos principios, pero que ya tenían un 
involucramiento afectivo con los usuarios por pertenecer al mundo público y privado, 
estos fueron: muebles para oficina como escritorios, libreros y sillas; el diseño de 
muebles convertibles; y la producción de ajuares y objetos racionalistas. 
La segunda parte del capítulo se enfocó a la distribución que Jorge Unna 
Implementó en su industria. Se señalaron las principales innovaciones que el empresario 
alemán usó para agilizar y modernizar la distribución de sus productos, como: el 
sistema de envase y embalaje; el uso del ferrocarril; el uso del catálogo; los agentes 
distribuidores en las principales ciudades de la República Mexicana; y el uso de la 
publicidad en la prensa ilustrada. Finalmente se señalaron los objetos que Jorge Unna 
distribuía en sus tiendas de exhibición, como fueron muebles austriacos, bicicletas, 
pianos, papel tapiz, entre otros. 
La tercera y última parte del capítulo se centró en algunas características que 
tuvo el consumo en el Porfiriato. Para la realización de este apartado se tuvo que 
recurrir a generalizaciones debido a la falta de información sobre los precios de los 
ajuares de Jorge Unna. Los datos obtenidos sólo permitieron una aproximación a este 
tema tan complejo. Se comenzó este inciso mencionando una propuesta de clasificación 
social, enfatizando las principales características socioeconómicas de la clase media 
debido a que su presencia significa que se habían mejorado sustantivamente la 
capacidad adquisitiva. Igualmente se hizo una pequeña indagación referente a 
condiciones de jornada, salarios y costos tanto de productos básicos como del 
mobiliario en el México porfiriano, que permitió concluir que el tipo de consumo 
durante el Porfiriato fue de tipo burgués. 
Es relevante mencionar que la fundamentación teórica de los capítulos uno, dos 
y cuatro, se basa en los argumentos de Sigfried Giedion,20 en su importante libro La 
mecanización toma el mando; Witold Rybczynski,21 con su obra La casa. Historia de 
una idea; la investigación de Leora Auslander, Taste and power;22 y, el libro de John 
 
20 Sigried Giedion, La mecanización toma el mando, Barcelona, Gustavo Gilli, 1978, 731pp 
21 Witold Rybczynski, La casa. Historia de una idea, Madrid, Hermann Blume, 1987, 234pp. 
22 Leora Auslander, Taste and power. Furnishing Modern France, London, University of California 
Press, 1996, 495pp. 
 21 
Heskett, Industrial Design. 23 La forma en como abordé el tema de investigación, tuvo 
la particularidad de corresponder a varias ramas de conocimiento. Los principales 
campos de estudio utilizados a lo largo de toda la tesis, fueron: la historia y teoría del 
diseño; la historia del arte, la historia de la decoración; y, la historia del mueble en la 
cultura occidental. Sin embargo, el acercamiento a las disciplinas socio-económicas fue 
indispensable, debido a que el análisis de la obra de Unna, se realizó a través del ciclo 
básico de producción. 
Por otra parte, el tema se relacionó con el campo de la historia de la arquitectura, 
cuando se señalaron las innovaciones de construcción que se aplicaron en los modernos 
edificios que Jorge Unna mandó construir para hacer más eficiente su producción. El 
abordaje de diferentes áreas es necesario, ya que antes de ser especialista en arte o 
diseño, se es en primer lugar historiador. Para realizar el estudio de un fenómeno 
artístico es necesario ubicarlo en la sociedad que lo produjo. No soy partidaria de 
posturas teóricas que defienden “el arte por el arte” aislado de toda problemática social. 
A lo largo de esta tesis demostraré que Jorge Unna Gerson puede ser 
considerado como un diseñador industrial, en primer lugar porque su moderna 
producción estandarizada estuvo destinada a una gran cantidad de personas y a la 
sistematización del aprendizaje en su fábrica; en segundo, y lo más importante es que 
su obra se ajusta a la definición actual de diseñador integral, ya que en su empresa 
programó, proyecto, coordinó una larga lista de factores humanos y materiales, 
comunicó, consideró juicios de valor, trasmitió nuevos conocimientos, y sobre todo 
porque tuvo en sus manos la toma de decisiones para guiar a su industria. 
 
 
23 John Heskett, op.cit. 
 22 
 El amueblamiento interior de las casas apareció 
Junto con el amueblamiento interior de las mentes. 
 
 Witold Rybczynski 
 
 
Capítulo I 
Conceptos rectores del diseño en el siglo XIX 
 
Después del Imperio de Napoleón, la burguesía se convirtió en el grupo dominante en 
Europa. Si bien los individuos de linaje noble continuaban teniendo importancia social y 
política, funcionaban dentro de una república inspirada por el laissez-faire, laissez-passer 
del capitalismo industrial. Convivieron y se mezclaron con los primeros, que habían logrado 
amasar cuantiosas fortunas a través de su trabajo y que eran de orígenes, la mayor de las 
veces, humildes. 
Leora Auslander ha clasificado en dos a las principales tendencias de los estilos del 
mobiliario y decoración en Europa en el siglo XIX: la primera la llamó transicional debido a 
la influencia todavía importante de la nobleza; esta línea fue la hegemónica debido a su gran 
durabilidad ya que abarcó desde la caída de Napoleón hasta 1880. La segunda línea fue la 
tendencia estilística burguesa, que cubrió desde 1880 hasta el inicio de la Primera Guerra 
Mundial. 1 De manera similar Witold Rybczynski, 2 en su obra La casa. Historia de una 
idea, propuso dividir en dos grandes etapas la historia del confort en el mundo occidental: la 
primera, abarcó desde el siglo XVIII hasta la última década del siglo XIX, y la segunda de 
1890 a 1914. Esta acentuada diferenciación temporal entre un periodo y otro se debió a que 
los cambios en los interiores de las habitaciones se fueron modificando de manera paulatina 
en la primera etapa; en contraste, los últimos años del siglo XIX se caracterizaron por una 
auténtica revolución en la vida cotidiana generada por el uso de los aparatos modernos como: 
calefacción central, fontanería interior, agua corriente fría y caliente, luz y energías eléctricas 
y ascensores entre otros. 
Intimidad, domesticidad, confort e higiene, fueron los principales adelantos que la 
burguesía implementó a partir del siglo XVIII. Estos fueron producto de la evolución cultural 
y social que tuvo la familia, la que se convirtió en la célula social más importante del 
capitalismo, debido a que fortalecía sobre todo el principio básico de propiedad privada y 
 
1 Leora Auslander, Taste and power, London, University of California Press, 1996, pp.255-256 
2 Witold Rybczynski, La casa. Historia de una idea, Madrid, Hermann Blume, 1987 pp.222-223 
 23 
legalizaba la trasmisión de bienes, asegurando que los hijos heredaran las propiedades del 
padre. 
 
…la familia es la administradora de los “intereses privados” cuya buena marcha es esencial para la 
fuerza de los Estados y el progreso de la humanidad. En sus manos se le confían un buen número de 
funciones. Clave de bóveda de la producción, asegura el funcionamiento económico y la transmisión de 
los patrimonios. Célula de la reproducción, proporciona los hijos, a los que dispensa una primera 
socialización. Garante de la raza, vela por su pureza y salud. Crisol de la conciencia nacional… Es la 
creadora, tanto de la ciudadanía como de la civilidad. 3 
 
Las ideas de la Ilustración acentuaron la división de las esferas pública y privada, valorando 
a la familia y la diferenciación de los papeles sexuales; se asignó a los hombres las 
actividades públicas y a las mujeres el ámbito privadodoméstico. A partir de ese momento 
todos los espacios tanto públicos como privados debieron de contar con esa distinción de 
género. Fue durante el siglo XIX, que dichos conceptos lograron consolidarse de manera 
definitiva en el mundo occidental. 
En las siguientes páginas, se hará un breve recorrido histórico por el desarrollo de 
dichos conceptos en la sociedad europea, para apreciar cómo estos principios modernos se 
hicieron presentes en la sociedad decimonónica mexicana. Esta contextualización permitirá 
por un lado, apreciar los valores y formas de vida que tuvo la burguesía; en segundo lugar, 
se podrá reconocer como la actividad industrial que se desarrolló en nuestro país, resultó ser 
muy similar a lo que acontecía de manera simultánea en las metrópolis europeas y en los 
Estados Unidos; y, finalmente, se apreciará que la producción que diseñó Jorge Unna para la 
sociedad porfiriana se encontró circunscrita a esos patrones. 
 
La intimidad 
 
El concepto de intimidad, entendido por el hecho fundamental de pensar en una casa como 
el refugio y uso exclusivo de una sola familia, fue algo completamente desconocido hasta el 
siglo XVIII. Las habitaciones burguesas se fueron modificando conforme se fue 
consolidando el capitalismo; en el siglo XIV, en sus casas se combinaron las actividades 
laborales y de residencia. No se acostumbraba que viviera la familia solamente, había 
 
3 Michelle Perrot, Funciones de la familia, p. 111 en Catherine Hall, et.al., La Revolución francesa y el 
asentamiento de la sociedad burguesa, Tomo 7 en Historia de la vida privada, bajo la dirección de Philippe 
Aries y Georges Duby, Madrid, Editorial Taurus, 1989 
 24 
amigos, empleados, sirvientes, aprendices, oficiales y servidumbre. Se calcula que vivían en 
esas casas un promedio de 25 personas, por lo tanto con toda esa gente pernoctando en una 
habitación o dos, resultaba imposible pensar que en ese ambiente se propiciara la 
intimidad.4 En el mismo espacio donde se trabajaba se dormía, por lo mismo, tenían pocos 
muebles y casi todos ellos abatibles. La gente se sentaba donde le apetecía, pero muy pocas 
veces en sillas. 
A partir del siglo XVII, empezó a surgir casi de manera simultánea en las casas 
urbanas de París, Inglaterra y los Países Bajos la necesidad de una mayor privacidad. Se 
comenzaron a construir habitaciones dedicadas especialmente para dormitorio de la familia, 
llamadas en francés chambre. Sin embargo, había muy poca privacidad en esos espacios, 
debido a que los padres dormían junto a sus hijos. Para lograr una mayor intimidad, se 
realizaron algunas modificaciones como la separación de los amos de sus criados y la 
construcción de camas con cuatro postes, que permitió un relativo aislamiento entre los 
padres e hijos. 
Con el crecimiento de las ciudades a finales del siglo XVIII y a lo largo del siglo 
XIX, aumentaron los trabajadores que vivían de prestar servicios como: abogados, médicos y 
profesionistas en general. En dicho sector de la población, integrado principalmente por 
sectores medios, la casa se convirtió en un lugar exclusivo de residencia; los espacios 
laborales quedaban aparte. Se comenzó a identificar a la casa como un lugar privado, 
exclusivo de la familia. 5 
 
El sentimiento cada vez mayor de la intimidad doméstica tuvo tanto de invención humana como 
cualquier artefacto técnico. De hecho, quizá haya sido más importante, pues no sólo afectó a nuestro 
entorno material, sino también a nuestra conciencia. 6 
 
La idea de privatización fue consustancial al afianzamiento de la modernidad y a la 
consolidación de la burguesía. En las mismas sociedades europeas, no siempre existió el 
concepto de privacidad. Lo que actualmente se entiende por pudor, que radica en realizar 
ciertos actos humanos, como sonarse, defecar, hacer el amor y bañarse, fueron realizadas de 
forma absolutamente privada y en la intimidad. En cambio, en la Edad Media y en el 
Renacimiento, fueron actividades que se realizaron en público y sin ningún recato. Las 
sociedades europeas decimonónicas, llevaron estas actividades a la discreción de nuestra 
 
4 Witold Rybczynski, op.cit. p. 39 
5 Ibid., p.49-50 
6 Ibid., p.59 
 25 
privacidad, a medida que evolucionó una conciencia de sí mismo que se logró en gran parte 
por la intimidad de los cuerpos. 7 
 
La domesticidad 
 
Fue en los Países Bajos en el siglo XVII, donde se desarrolló el sentido de lo privado y 
domestico; para el siglo XVIII se había difundido al resto del norte de Europa: Inglaterra, 
Francia y los Estados alemanes y para el siglo XIX a Estados Unidos y al resto del mundo 
occidental. Dicho concepto se inició en la región neerlandesa debido a la intensa actividad 
marítima y comercial de la región. La mayoría de la población era urbana y por lo tanto había 
un predominio de sectores medios dedicados a actividades terciarias. A través de su vida 
cotidiana, los holandeses reflejaron las virtudes que se convirtieron en tradicionales: una 
moderación sosegada; una admiración por el trabajo intenso, y una prudencia financiera que 
bordeaba en la tacañería. La sencillez de los burgueses neerlandeses se expresó en su 
vestimenta totalmente austera. Sus casas, igualmente, carecieron de las pretensiones 
arquitectónicas de otras capitales europeas. Tenían que ser de madera o ladrillo, con muchas 
ventanas para hacerlas ligeras debido a lo pantanoso de su suelo. 
Debido a que la sociedad neerlandesa desalentaba la contratación de sirvientes por el 
pago de impuestos severos, provocó que en las casas sólo vivieran los esposos con los hijos, 
favoreciendo una vida hogareña familiar más tranquila y privada. Probablemente esta 
limitación fue la principal causa de la feminización y domesticidad de la casa en los países 
Bajos del siglo XVII, ya que las mujeres tuvieron que encargarse del trabajo de limpieza de 
la casa y de la elaboración de los alimentos, lo que propició que la cocina se convirtiera en 
el espacio más importante de la casa. Todo lo contrario ocurría en las casas burguesas de 
Francia e Inglaterra, las cocinas se encontraban muy alejadas del resto de las otras 
habitaciones, y como eran los sirvientes los encargados de elaborar la comida, se tenían que 
sujetar a las condiciones incómodas que estas habitaciones tuvieran. 
El objetivo de los muebles en las casas neerlandesas fue expresar aunque de una 
manera moderada, la riqueza de su propietario. Al igual que en Inglaterra y Francia, la silla 
se convirtió en el artefacto más frecuente para sentarse, tenían mesas de patas torneadas y las 
camas generalmente cerradas por tres lados y una apertura que se tapaba por una cortina o 
puerta. El mueble burgués preferido fue el aparador que lo habían tomado de Alemania. 
 
7 Michelle Perot, Introducción a La Historia de la vida privada. La Revolución Francesa y el asentamiento 
de la sociedad burguesa, tomo 7, p.9-10 
 26 
También estaba la credenza con puertas de cristal. A diferencia de Francia, sus interiores 
tenían pocos muebles, probablemente debido a la limpieza y a la austeridad, propiciado tal 
vez, por el mantenimiento que se tenían que dar a las casas por el exceso de humedad. Con 
dichas transformaciones, la casa en los Países Bajos, se modificó tanto física como 
emocionalmente; se hizo más pequeña cuando dejó de ser un lugar de trabajo y por lo tanto 
público, para convertirse en un lugar de uso exclusivo para la familia. 
En Estados Unidos a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX se dieron 
características similares a las que se desarrollaron en los Países Bajos en el siglo XVII, en 
primer lugar porque un grupo numeroso de los que colonizaron ese país procedían de dicha 
región y en segundo, porque las familiasburguesas norteamericanas contaban con muy poca 
servidumbre. Esta circunstancia, paradójicamente se debió a la prosperidad del país, ya que al 
haber gran oferta de trabajo, pocas personas se dedicaban a la limpieza de casas como 
actividad remunerativa; así, al igual que las neerlandesas unos siglos atrás, las mujeres 
norteamericanas se dieron a la tarea de buscar la eficacia y el confort en las tareas 
domésticas. Como parte de este contexto, Catherine E. Beecher en 1841, publicó su obra: Un 
tratado sobre Economía Doméstica para el Uso de Damas Jóvenes en Casa y en la 
Escuela. 8 La autora fue una de las primeras mujeres en escribir sobre decoración, rompiendo 
con reglas establecidas, ya que en ese momento se consideraba que sólo el hombre podía 
opinar al respecto, a pesar de que las tareas domésticas eran consideradas actividades 
femeninas. 
En su libro Beecher recomendó que para lograr un mayor confort, había que empezar 
por reducir el tamaño de la casa, ya que resultaba más económico y además era más fácil 
cuidarla y darle mantenimiento. En segundo lugar, recomendaba el uso de muebles 
empotrados como estantes, armarios de cocina, libreros, asientos de chimenea, etc., para que 
la limpieza fuera más sencilla. Esta última sugerencia no habría sido aceptada en las casas 
victorianas, en donde los muebles generalmente eran colocados en medio de los salones, 
adueñándose de los espacios. 
 
Con todas esas transformaciones la casa se fue convirtiendo en un hogar y, tras la intimidad y la 
domesticidad, estaba abierto el camino al tercer descubrimiento: la idea de confort. 9 
 
 
 
8 Ibid., p.164 
9 Ibid., p.85 
 27 
 
El Confort 
 
Originariamente, en latín, la palabra confort significaba “reforzar”. Para el siglo XVIII, el mundo 
occidental identificó confort con “conveniencia”: el hombre debía ordenar y controlar su entorno 
íntimo para que éste pudiera proporcionarle las mayores comodidades, esta visión nos movería a crear 
nuestro mobiliario, elegir nuestras alfombras, graduar nuestra iluminación y utilizar todas las ayudas 
técnicas que la mecanización pone a nuestra disposición. Actualmente en nuestros diccionarios, tiene 
que ver sólo con comodidad.10 
 
La noción de confort tiene significados distintos para las diferentes culturas. En relación a 
posturas, el mundo se divide en dos grandes bandos: los que se sientan en sillas (el mundo 
occidental) y los que se sientan en el suelo, que son todos los demás. Existen numerosas 
teorías en torno a las causas del por qué unas sociedades humanas prefirieron sentarse en 
muebles y otros no: una de ellas es que los muebles ayudan a diferenciar las clases sociales; 
la segunda propone que el uso de muebles es característico de las grandes civilizaciones; una 
tercera sería que estos se presentaron en lugares donde la temperatura baja mucho y los pisos 
resultaban muy fríos. Sin embargo, ninguna de estas teorías resuelve de todo el problema, ya 
que existen culturas tan refinadas como la China o la India Mogola que no usaron sillas. 
Witold Rybczynski opinó que probablemente la decisión entre una postura u otra sea una 
simple cuestión de gusto, la decisión de sentarse en una silla es parte de la cultura artificial, 
al igual que la música, la comida y las manifestaciones artísticas. Nos sentamos erguidos 
porque queremos no porque lo necesitemos. Por esta razón, el confort va unido al estudio del 
mobiliario y su desarrollo en el mundo occidental. 
De todo el mobiliario, el artefacto clave para el estudio de la evolución de los 
interiores fue la silla. En Europa, ésta comenzó a ser valorada hasta el Renacimiento, después 
de una larga ausencia (durante toda la Edad Media). Su uso coincidió con el inicio de 
estabilidad política y social, ya que permitió la creación de mobiliarios fijos. La razón de ser 
de muchos objetos se debió a la posición sedente. Las mesas, los escritorios y otros muebles 
no existirían si no fuera por la silla. El diseño ergonómico del sentarse en posición erguida 
apareció por primera vez en la cultura griega. Existen ilustraciones de sillas que presentan la 
inclinación necesaria en el respaldo para lograr una posición cómoda al estar sentado. Las 
 
10 Sigfried, Giedion, op.cit, p.274 
 28 
sillas griegas con sus patas elegantemente ahusadas, no fueron superadas por la cultura 
occidental en gracia y sensibilidad de las formas hasta el siglo XVIII. 
Cuando los bárbaros invadieron Roma, encontraron sillas que para ellos no tenían 
más sentido que las estatuas, las termas o los muebles de talla. Todas aquellas 
manifestaciones eran completamente ajenas a su propia identidad cultural, por lo que 
continuaron sentándose en cuclillas en el suelo. Esta postura se mantuvo de manera general 
al menos durante toda la Baja Edad Media. El gótico no produjo muebles modelados según 
las formas del cuerpo. De acuerdo a pinturas y a los mobiliarios que quedan de esa época, 
todo lleva a pensar que la mayoría de las personas se sentaban de manera improvisada e 
informal en posición de cuclillas. Los tronos eran usados sólo para demostrar una posición 
jerárquica. La alta jerarquía social de ese momento, se sentaba en el suelo sobre 
almohadones, así como en los peldaños y en los escalones que conducían a sus altos lechos. 
Al hacerse más bajas las cómodas, las encontramos alineadas junto a las paredes, llamadas 
arcas que desempeñaron el papel de sillas y sofás. Siguiendo esta tradición, se hicieron sillas 
y mesas que eran al propio tiempo recipientes, costumbre que todavía prevalecía alrededor de 
1500. 
La profunda inseguridad, tanto social como económica, obligó a comerciantes y a 
señores feudales a llevarse consigo sus pertenencias siempre que ello les fuera posible. En la 
palabra mueble, está profundamente enraizada la idea de lo móvil, de lo transportable, por lo 
mismo la principal característica que tuvieron los muebles en la Edad Media era la facilidad 
de desmontar, cargar y armar, como los escritorios y las mesas. Esta práctica, persistió en 
algunos lugares hasta el inicio del Renacimiento en el siglo XIV. 
Sigfried Giedion, comentó que todavía tenemos en nuestro lenguaje coloquial 
términos medievales como el de “poner la mesa” o “recoger la mesa”. Esto se debe a que 
hasta muy avanzado el siglo XVIII, las mesas eran improvisadas con tablones y caballetes, al 
terminar de comer, se desmantelaban. El lugar exclusivo en las casas burguesas llamado 
comedor en donde se colocaron mesas fijas, se consolidó hasta finales del siglo XVIII. El uso 
de muebles fijos significaba una estabilidad en la sociedad que los usaba. 
 
La sociedad medieval no tenía sillas tal como las conocemos nosotros, y la gente estaba acostumbrada a 
sentarse en contacto unos con otros. Nosotros estamos acostumbrados a sentarnos en sillas que dejan un 
hueco inevitable entre las personas, con lo que cada uno queda separado de su vecino. Este hábito ha 
llegado a quedar insertado en nuestra conducta. A diferencia de las gentes del Medievo, nosotros 
 29 
consideramos desagradable tocar a cualquier vecino o ser tocados por él, y en tales casos nos 
separamos disculpándonos.11 
 
La silla volvió a hacer su aparición en Europa Occidental, aproximadamente por el 1490, en 
el Palazzo Strozzi en Florencia. A partir de ese momento las sillas empezaron a prestar 
servicios a actividades más cotidianas, como comer o escribir, pero la postura erguida y 
sentada evolucionó lentamente a lo largo del Renacimiento y el Barroco. En el reinado de 
Luis XIV, las sillas tenían la función de destacar y realzar la arquitectura, estaban diseñadas 
para ser admiradas, pero no para sentarse en ellas. Se alineaban en filas ordenadas contra la 
pared. Tenía una función de etiqueta en la corte. 
 
Un inventario levantado cuando murió Luis XIV mostró que

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