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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNO MA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN HISTORIA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS Jorge Ibargüengoitia y las conmemoraciones Patrias de 1960: Análisis de una conspiración no escenificada Tesis Que para optar por el grado de Maestro en Historia Presenta: Vicente Méndez de la Paz Pérez. Tutora: Dra. Virginia Guedea Rincón Gallardo Instituto de Investigaciones Históricas México, Ciudad de México, agosto 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Jorge Ibargüengoitia y las conmemoraciones patrias de 1960. Análisis de una conspiración no escenificada Agradecimientos…………………………………………………………………………………………………..4 Introducción.…………………………………………………………………………….......................................6 Capítulo I: México en los albores de 1960………………………………………………………….16 1. 1. México al filo de 1960………………………………………………………………………………….19 1. 2. Panorama político, económico y social de México a principios de 1960………….27 1. 3. ¿Estabilidad política con ficción social?................. ...............................................................32 1. 4. Notas a un sindicalismo mexicano disidente…………………………………......................37 Capítulo II: Unas conmemoraciones inestables………………………………………………...55 2. 1. 1959: Preludio conmemorativo…............................................................................................55 2. 2. 1960: ¿Conmemorar o festejar?...............................................................................................65 2. 3. Conmemoraciones ¿para qué o para quién?………………………………...........................73 2. 4. La organización oficial de las conmemoraciones de 1960………………………….......86 Capítulo III: Una conspiración no escenificada: Jorge Ibargüengoitia y las conmemoraciones patrias de 1960………………………………………………………..108 3. 1. Con errores la letra entra………………………………………………………………………….108 3. 2. De la Ley de Herodes a La conspiración……………………………………………………..119 3. 3. Primera venta…………………………………………………………………………………………..137 3. 4. Segunda venta………………………………………………………………......................................146 Capítulo IV: Desenlace de una conspiración no escenificada………………………….164 4. 1. Tercera venta……………………………………………………………………………………………164 Consideraciones finales…………………………………………………………….................................233 Fuentes……..…………………………………………………………………………......................................239 Agradecimientos Quedo en deuda con la doctora Virginia Guedea, pues en más de una ocasión batalló para limitar la cantidad de información que deposité en decenas de hojas de los distintos esquemas que le presenté, los cuales imposibilitaban la estructuración coherente de un estudio serio y novedoso; pero sobre todo debo agradecerle que aceptara guiar un trabajo que aborda los años sesenta del siglo XX, aun cuando no es su tema predilecto, pues se atrevió a incursionar por esa temporalidad, mostrando interés y capacidad para orientarme por las agitadas aguas de 1960. Este trabajo fue posible realizarlo gracias al Seminario de Investigación sobre Historia y Memoria Nacionales; a los integrantes de dicho proyecto mi agradecimiento, ya que fueron ellos quienes, en las reuniones, señalaron importantes comentarios que enriquecieron mi percepción de la historia. En segundo lugar, mi reconocimiento a las doctoras Leonor Ludlow Wiechers, a Lara Campos Pérez y Aurelia Varelo Pie. A los doctores Silvestre Villegas Revueltas y Sergio Miranda Pacheco, quienes de manera desinteresada leyeron un primer esbozo del trabajo. Ellos permitieron que el trabajo pudiera afinarse para hacerlo más congruente y conciso. En tercer lugar, pero no menos importante, mi gratitud a la doctora Susana Sosenski Correa, a los doctores Alfredo Ávila, Sergio Miranda Pacheco y Jesús Hernández Jaimes, quienes se dieron a la tarea de leer un segundo proyecto de la actual tesis con mucho mayor rigor. Finalmente, mi reconocimiento a las señoras Guadalupe Rodríguez y Patricia Ordaz Pérez, bibliotecarias del Instituto de Investigaciones Históricas, quienes, de manera desinteresada, me hicieron el favor de realizar los prestamos interbibliotecarios en los distintos repositorios, los cuales contenían los libros que necesitaba para mi investigación. 5 6 Introducción Por sus características y particularidad, de ser la ceremonia que celebró el Primer Centenario de la Independencia de México, organizada bajo el gobierno de Porfirio Díaz, ésta se convirtió en el modelo a seguir, aun cuando los gobiernos posteriores a Díaz intentaron cambiar. Lo cierto es que lo realizado en 1910 fue una guía de cómo se tenían que llevar las conmemoraciones patrias en México. Porfirio Díaz nombró una Comisión encargada de coordinar los distintos eventos, los concursos, las invitaciones a los países extranjeros, la construcción de obra pública, la invitación a distintas casas comerciales las cuales se encargarían de organizar carros alegóricos, los que fueron parte del desfile conmemorativo de ese año. Pero sobre todo, se preocupó por la creación de un discurso histórico, el cual pasó con leves matices a ser parte de la historia oficial de los gobiernos de la posrevolución. La Independencia y la Reforma ya no podían cambiarla en la forma en cómo se había venido enseñando, pero sí podían, los nuevos regímenes, establecer un nuevo discurso, esto es, mostrar el sentido liberal que tenía, supuestamente, el movimiento de 1810, el de 1857 y el de 1910. Las críticas a las fiestas del centenario se dieron desde el mismo momento que iniciaron. Prueba de ello es el escrito publicado por Heriberto Frías en el periódico El Constitucional, 30 de septiembre de 1910. Donde señalaba que “El esplendor de las fiestas del centenario ha sido de carácter netamente oficial”.1 Y así es, por más que se 1 Heriberto Frías, “Victimas de la pompa oficial centenaresca: el pueblo y el ejército”, en Heriberto Frías, La escritura enjuiciada, selección y estudio preliminar de Georgina García Gutiérrez, México, Fondo de Cultura 7 quiera que las conmemoraciones patrias tengan un aire popular en donde participe el “pueblo”, como quiera que se defina a éste, la organización de las fiestas cívicas contemporáneas se organizan desde el gobierno. Para 1921, le tocó conmemorar al general revolucionario Álvaro Obregón, recientemente elegido presidente, conmemorar la consumación de la Independencia Nacional. Lo primero que hizo el gobierno de Obregón, fue la creación de un Comité Ejecutivo de las Fiestas del Centenario, quien publicó “tanto el Programa oficial como su noche mexicana en los lagos del bosque de Chapultepec”. 2 Es decir, no pudo el nuevo régimen romper con el modelo de Díaz, pues además de publicar el programa señalado, también se contempló elaborar una “Crónica Oficial de los Festejos Conmemorativos del Centenario de la Consumación de la Independencia de México”.3 En el 2000 se dio la alternancia política y, por primera vez en México otro partido político asumía la presidencia de la República. Así, el Partido Acción Nacional coronabasu tenacidad opositora, que desde 1939 había mantenido. Lo anterior generó grandes expectativas respecto a cómo se implementaría el discurso histórico, pues se tenía la certeza de que esta materia había sido un instrumento de legitimación y permanencia del Partido Revolucionario Institucional.4 Económica, Fundación de Letras Mexicanas, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, 2008, p. 163. 2 Véase: Virginia Guedea, (coordinadora), Asedios a los centenarios (1910 y 1921), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Fondo de Cultura Económica, 2009, p. 74. 3Ibidem. 4 “…la legitimación de los gobiernos posrevolucionarios solía ser doble: por un lado, se decían [sic] producto directo de la Revolución, movimiento fundacional del México contemporáneo y propiedad exclusiva de su partido, PNR-PRM-PRI; por el otro lado, dado que la Revolución mexicana comenzó a ser vista —a partir de Jesús Reyes Heroles— como la tercera fase del proceso constitutivo del país, luego de la Independencia y la Reforma, los gobernantes posrevolucionarios pasaron a ser continuadores de Madero, Carranza, Zapata y Villa, igual que de Hidalgo, Morelos y Guerrero, o de Juárez, Ocampo, Zaragoza y demás héroes de la Reforma…”. Véase: Javier Garciadiego, “¿Es posible —o deseable— una nueva historia oficial?”, en Retos de 8 Sin embargo, las dudas respecto a la dirección que tendría que tomar la historia bajo el nuevo gobierno hacía que ese entusiasmo se viera mermado, pues los triunfos que había obtenido Acción Nacional en los diferentes estados de la República mostraban el uso de la memoria colectiva para legitimar sus triunfos. Algunos alcaldes y autoridades panistas intentaron cambiar la nomenclatura de sus territorios, pues con eso se quería demostrar que se rescataba la verdadera historia del país.5 Finalmente y con todas las deficiencias políticas que mostró la administración foxista, inició el proceso de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana. Para junio del 2006, salió publicado en el Diario Oficial de la Federación, el decreto por el cual, se “declaraba al año 2010 como ‘Año del Bicentenario del inicio de la Independencia Nacional y del Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana’ y por dicho motivo, se creaba una Comisión organizadora de dicha Conmemoración”.6 En el decreto hay un error, pues se utilizó el singular para agrupar a dos motivos de celebración distintos. Sea como fuere, el caso es que para ese momento la historia y cambios políticos, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 2004, pp. 26-27. 5 Javier Gaciadiego, op. cit., p. 30. 6Diario Oficial , viernes 16 de junio de 2006, p. 2. Cursivas mías. Cuando planteo el tema de la(s) conmemoración(es) estoy refiriéndome a hechos, procesos y personajes que tuvieron relevancia en un determinado tiempo y espacio. Así, la conmemoración es un acto político, pues se decide desde ese mirador, quién o quiénes son dignos de memoria o de olvido. Desde el presente se hará la reflexión de por qué los hechos identitarios van a ser recuperados, cómo se hará dicha recuperación y, sobre todo, para qué o para quiénes. ¿Se recupera el recuerdo para el individuo o para la colectividad? En ocasiones se recupera el pasado inmediato para traslaparlo con uno más lejano y, de esta manera, formar un discurso en donde se critica ese pasado inmediato y se busca establecer un punto de cruce, en donde se desvió el camino “correcto” de la política, y con ella de la historia. A decir de Nora Rabotnikof, “Los usos del pasado y las invocaciones al futuro han cambiado su función en la retórica política mexicana. Y si bien este ‘recurso a los tiempos’ no zanja las grandes controversias en el espacio público-político […] da pistas sobre el clima cultural de la época. […] una mirada rápida sobre algunos debates pondría en evidencia que el pasado ya no es (nítidamente) fuente de legitimidad…”. Véase: “De las conmemoraciones, memoria e identidades”, en Gustavo Leyva, et al., Independencia y Revolución. Pasado, presente y futuro, México, Fondo de Cultura Económica, Universidad Autónoma Metropolitana, 2010, p. 414. 9 Vicente Fox nombró, como lo establecía el Artículo Segundo del mencionado decreto, a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como Presidente de la Comisión encargada de preparar un Programa Base que contuviera la relación de eventos, expresiones, homenajes, calendarios cívicos, conmemoraciones y demás proyectos recomendables en todo el país.7 La comisión Bicentenario, como fue mayormente conocida, sufrió distintos contratiempos: mantener a una persona con el nombramiento de forma definitiva, pues en el trascurso de 2006 a 2010 hubo seis personas que fueron nombrados, lo cual nos habla de las dificultades que representó para Acción Nacional la organización de dicho evento y, sobre todo, la historia de México; otra de las dificultades fue el elevado costo económico de la noche del 15 de septiembre, pues sólo en esa noche se gastó $580 millones de pesos en el puro espectáculo, el cual fue montado por el productor australiano Rich Birch, esto sin contar el desfile. Al ser cuestionado José Manuel Villalpando, penúltimo presidente de la comisión, de si eso no era un gasto excesivo, el respecto respondió: “No sé si sea demasiado, o mucho o poco. Yo no lo vería en función de cantidades, sino en función de la ocasión única e irrepetible que vamos a vivir, que no volverá a suceder hasta dentro de 100 años”.8 A menos de dos meses de la celebración, el presidente Felipe Calderón decidió nombrar a un nuevo encargado de la comisión, en esta ocasión le tocó el turno al secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, quien en conferencia 7Ibidem. 8La Jornada, lunes 19 de julio de 2010, p. 13. Consultada el mismo día. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2010/07/19/politica/013n1pol. 10 de prensa, “insistió en que el plan de trabajo establecido con anterioridad se seguiría desarrollando, pero con la diferencia de que la vocería pasaría completamente a la SEP”. 9 Al final, las críticas hacía el gobierno de Calderón Hinojosa se enfocaron en comparar las celebraciones que él impulsó en 2010 con las de Porfirio Díaz en 1910. 10 Además de señalar la falta de congruencia en el programa, pues el costo representaba el presupuesto de ese año celebratorio, lo destinado al Fondo de Apoyo a Grupos Vulnerables (250 millones); habría que sumar los cuestionamientos al incremento de los proyectos, pues Rafael Tovar y de Teresa, quien fuera encargado de la comisión, inició con 400 acciones federales, las cuales aumento Villalpando a 1 200 entre monumentos, libros conmemorativos y actos para celebrar.11 El proyecto La tesis que aquí se presenta, busca explicar: las características, conformación y desarrollo de una obra de teatro escrita por Jorge Ibargüengoitia, La conspiración vendida, la cual inició por encargo, para luego participar en las conmemoraciones de 1960, año en que se celebró el Sesquicentenario del inicio de la Independencia Nacional y el Cincuentenario del inicio de la Revolución Mexicana. 9Reforma, 22 de julio de 2010, Sección Cultura, p. 18. 10 “En 1910, el presidente Porfirio Díaz celebró el Centenario del inicio de la guerra Independencia en medio de la opulencia y el dispendio, perocon un pueblo sumido en la pobreza y la hambruna. Hoy a 100 años, el presidente Felipe Calderón celebra el Bicentenario de la Independencia en similitud de condiciones, pero con el agregado de un país sumido en la violencia y ensangrentado”. La Jornada de Veracruz, miércoles 15 de septiembre de 2010, portada. Consultado el mismo día. Disponible en http://www.jornadaveracruz.com.mx/Noticia.aspx?seccion=7&ID=100916_020923_496. 11 Véase: CNN-México, “El tortuoso camino para festejar el Bicentenario de México”, domingo 25 de julio de 2010. Consultado el lunes 26 de julio de 2010. Disponible en http://mexico.cnn.com/nacional/2010/07/25/el-tortuoso-camino-para-festejar-el-bicentenario-de-mexico. 11 Cabe señalar que las conmemoraciones de 1960, como las que he descrito arriba, iniciaron con la organización de una comisión encargada de redactar el programa evocador para celebrar el 150 aniversario del inicio de la Independencia Nacional y el Cincuentenario del inicio de la Revolución Mexicana.12 Asimismo, señalo los contextos internos y externos que rodearon dichas fiestas. En el primer caso, se dio una fuerte movilización por parte de los trabajadores sindicalizados, los cuales demandaban aumento salarial. La mayoría de los emplazamientos a huelga fueron solucionados por la vía de la negociación. La excepción fue, en primer lugar, el movimiento que dirigió Othón Salazar, dirigente del Movimiento Revolucionario del Magisterio y que tomó las oficinas de la Secretaría de Educación Pública. El otro levantamiento importante, fue el protagonizado por el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, dirigido por Demetrio Vallejo. En el mismo panorama nacional, comento la irrupción política que tuvo la Generación del Medio Siglo13 en ese 1960. Si bien ya había dado participado en varios eventos, considero que la coyuntura política nacional e internacional les dio a los 12Diario de los Debates de la Cámara de Diputados , XLIV LEGISLATURA. Sesión de la H. Comisión Permanente, del día lunes 31 de agosto de 1959, t. 1, núm. 73, p. 1 . 13 El nombre de Generación del Medio Siglo surge de la revista con Medio Siglo, que editaron los estudiantes de la Facultad de Derecho en 1952. En su editorial señalaban que: “Hemos formado esta Revista para que sea la tribuna de nuestra Generación. Y a este respecto, hemos de aclarar que la razón profunda que nos impulsó a dominarla MEDIO SIGLO, […]. Pero el medio siglo, no sólo tiene la apariencia temporal, sino que reviste, además, una esencial dimensión humana: la de ser el nombre de una generación de individuos; de los individuos que han de hacer un balance de las circunstancias pasadas, para que, al transformarlas, planifiquen los caracteres de la sociedad futura”. Cfr. Medio Siglo: expresión de los estudiantes de la Facultad de Derecho, Universidad de México. Año 1 , octubre-noviembre-diciembre, núm. 1, 15 de diciembre de 1952, p. 5. Retomo aquí el concepto de generación que planteó José Ortega y Gasset. En un tiempo histórico conviven tres grupos de personas, pero con edades diferentes. Todos son contemporáneos, pero la distinción entre un grupo y los otros es la coetaneidad, esto es, comparte la mima edad y tiene un contacto vital. Cfr. “En torno a Galileo”, Obras completas, Madrid, Santillana, Fundación José Ortega y Gasset, 2004, vol. 6, p. 393. 12 integrantes de esta generación los argumentos necesarios para exponer sus puntos de vista políticos en un medio que no fuera el académico. Así, la revista Política. Quince días de México y el mundo se convirtió en un espacio en donde el signo distintivo fue la homogeneidad de los articulistas en dicha revista. En el plano externo, la Guerra Fría marcó un periodo de tensiones hacía México, pues la esfera de influencia de uno de los bloques ideológicos, en que estaba dividido el mundo, eran los Estados Unidos. Así, la presión del Departamento de Estado para que las administraciones mexicanas se declararan a favor de la política estadounidense era férrea. En ese mismo sentido, el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y su giro político hacia el bloque socialista incrementó la presión hacía el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, quien no cedió a dicho apremio. Mantuvo relaciones diplomáticas con la Cuba revolucionaria. Finalmente, La conspiración vendida es una obra de teatro que no fue escenificada, a pesar de haber sido escrita por subvención y por la cual recibiera Jorge Ibargüengoitia la cantidad $5 000.00 pesos. Más adelante recibiría $25 000.00 por ganar un concurso que convocó, el hoy extinto Departamento del Distrito Federal, que con motivo de las conmemoraciones de 1960, abrió al público en general. Tampoco fue representada, a pesar de haber ganado en dicho certamen, y los otros concursantes recibieron; uno un accésit y el otro un reconocimiento. La obra de Ibargüengoitia rompió con el común de lo que se presentó en ese año conmemorativo. Pues los trabajos que sí se representaron en ese año fueron: El niño artillero, teatro para niños, de Efrén Orozco Rosales, La hora de la libertad, del mismo autor estrenada el 15 de septiembre de dicho año. Luisa Josefina Hernández 13 participó con una obra titulada La paz ficticia, la cual retoma la obra de Aristófanes Lisístrata, adaptada para estudiantes de secundaria. De Federico S. Inclán, Cuartelazo, obra con tema de la Revolución mexicana; estas dos últimas fueron escritas por encargo del Instituto Nacional de Bellas Artes, como la obra de Ibargüengoitia. Otras creaciones de tema histórico fueron Leona, de Margot Villanueva, 14 y La sangre derramada de Wilberto Cantón. 15 Una última puesta en escena fue El insurgente Pedro Moreno, adaptación al teatro de la novela de Mariano Azuela. Tanto la obra de Margot de Villanueva como la de Wilberto Cantón recibieron, la primera un accésit, esto es, una recompensa inferior al premio, es decir, $10 000.00 pesos. Cantón, además de obtener $5 000.00, consiguió que se llevara a escena su trabajo. ¿Qué sucedió con el ganador de dicho concurso? ¿Por qué no fue presentada La conspiración vendida, si ganó el primer lugar? Si bien Jorge Ibargüengoitia fue parte de la Generación del Medio Siglo, nunca se relacionó con los integrantes de esta. Mayormente fue un hombre que no hizo grupo o que se haya relacionado con alguno de los círculos intelectuales de la época. Tampoco tuvo relación cordial con la generación de Contemporáneos. Fue un hombre solitario, que no tenía mayor admiración sino hacía Octavio Paz, este escritor lo admiraba, llegó a escribir de él en sus ensayos de una manera encomiable. 16 14 El nombre de la Margot de Vil lanueva era Margarita Reinbeck de Vil lanueva, dramaturga y novelista nacida en la Ciudad de México en 1926. 15Cuadernos de Bellas A rtes, “La vida cultura: teatro”, septiembre de 1960, p. 52. 16 “Humor seco, ha dicho Octavio Paz: humor de ascendencia sajona más que latina, y una cierta inclinación a difamar la realidad. Sí, pero, al mismo tiempo, cierta tranquila fascinación por ese juego: juego del mundo, juego de los seres y de las cosas y de la gran Historia y la pequeña historia”. Cfr. José de la Colina, “Jorge Ibargüengoitia (1928-1983)”, en El Semanario Cultural de Novedades, año II, vol. II, núm. 85, 4 diciembre 1983, p.1. 14 El presente trabajo está dividido en cuatro capítulos. El primero da un panorama general del contexto nacional e internacional que sobresalía entre 1958 y 1960. El segundo capítulo analiza la organización oficial de las conmemoraciones del CL aniversario del inicio de la Independencia de México y el C del inicio de la Revolución Mexicana. En tercer capítulo doy cuenta de cómo Jorge Ibargüengoitia inició su transformación de escritor de obras teatralespor narrativas. En este mismo capítulo muestro las complicaciones que tuvo Ibargüengoitia para la creación de su obra La conspiración vendida. Finalmente, el capítulo está centrado en el análisis, composición, complejidad y desarrollo de la obra de teatro que inició como un trabajo por subvención, pero que en 1960, ganó un concurso convocado por el Departamento del Distrito Federal. Sin embargo y pese haber ganado no fue representada sino hasta el 2006. Importa señalar que este trabajo se elaboró dentro del Programa Seminario de Investigación sobre Historia y Memoria Nacionales, que coordina Virginia Guedea, a ella mi agradecimiento por su paciencia y sus acertadas observaciones, así como a los integrantes de dicho Seminario, pues gracias a éste puede elaborar el presente trabajo. 15 16 Capítulo I México en los albores de 1960 En este primer capítulo me propongo presentar un panorama general de los sucesos políticos, económicos y sociales del país, que entre los años de 1958 a 1960 tuvieron un impacto importante en el desarrollo de México. Cabe aclara, que el análisis general se enfocará de manera particular en el al Distrito Federal, pues abordar la problemáticas nacional, me llevaría realizar otro tipo de trabajo. En primer lugar fijo la temporalidad de estudio entre los años de 1958 a 1960. La razón de esto se debe a que en ese lapso de tiempo, los acontecimientos político- sociales impactaron a la sociedad mexicana, de tal forma que sus reverberaciones aún se escuchan. En segundo lugar, el tiempo marcado está en relación a lo que considero como el prefacio conmemorativo, ya que en este lapso de tiempo se celebró, en 1959 el Centenario luctuoso de la muerte de Venustiano Carranza. Para 1960 se organizaron las fiestas patrias, las cuales fueron: el 150 aniversario del inicio de la Independencia Nacional, el 100 aniversario del triunfo de la República Liberal1 y el 50 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. 1 “Transcurren dos semanas desde la expedición de la Ley [sobre Libertad de Cultos], y el 22 de diciembre de 1860 acontece la batalla postrera, definitiva de la guerra de Reforma. En San Miguel Calpulalpan, Jesús González Ortega vence en forma indudable al ejército de Miguel Miramón. Se consuma el esperado triunfo del orden constitucional”. Véase: Fernando Zertuche Muñoz, El Proceso liberal y las Leyes de la Reforma, México, Secretaría de Educación Pública, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2011, pp. 86-87. 17 Esta primera parte busca poner en el contexto de las celebraciones nacionales los siguientes sucesos históricos: 1.- La presencia, permanencia e importancia de la Guerra Fría como un elemento generador de tensiones a nivel mundial, pero sobre todo en el ámbito regional y en particular de México. Dicho fenómeno mantuvo una atmósfera de zozobra política, económica y social; la cual polarizó al mundo y en particular a la región de Latinoamérica, lo anterior debido a la cercanía con los Estados Unidos, país que encabezó a uno de los bloques en que se había dividido el mundo al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La otra agrupación de países, la abanderaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. 2.- En 1959, la Revolución Cubana triunfo. Dicho movimiento popular fue encabezado por Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos. Lo sobresaliente de este movimiento armado está en que coincidió con la polarización política arriba señalada. Esto fue un elemento que agudizó las tensiones en la Latinoamérica, pues el gobierno estadounidense no iba a permitir que en la región volviera a surgir una revolución con tendencia marxista-leninista. 3.- El triunfo del Movimiento Guerrillero del 26 de julio, generó en México dos tendencias políticas contrapuestas. Por un lado, estaban un grupos de mexicanos que vieron con simpatía a la Revolución cubana, a tal grado fue la inclinación a dicho movimiento armado, que lo consideraron como la prueba fehaciente para enderezar el camino de la Revolución Mexicana, el cual habían desviado los gobiernos de 1940 a 1960. Por el otro lado, vemos a un sector de la población mexicana que rechazaba al movimiento caribeño por su giro hacia el marxismo-leninismo desatándose, por 18 medio de la opinión pública, 2 una serie de críticas en contra del grupo contrario, ya que ambas posiciones consideraban sus argumentos como los más apropiados para el país. 4.- Aunado a lo anterior, analizó, de manera somera, la fuerte combatividad que mostró una parte importante de trabajadores mexicanos, quienes aprovecharon el momento de coyuntura política que abrió la campaña presidencial de 1958, y presionaron a los gobiernos de Adolfo Ruiz Cortines y de Adolfo López Mateos, en ese orden, con una serie de demandas laborales, como fue el incremento a los salarios, mayor seguridad social o apoyo para vivienda. Sin embargo, entre las peticiones que tenían que ver con el derecho laboral y las relaciones de trabajo, se mezclaron planteamientos políticos, los cuales iba desde el respeto a la Constitución de 1917, la eliminación del Artículo 145-bis del Código Penal, que imponía la cárcel por delitos de disolución social y que había servido para controlar a las agrupaciones sindicales y, en general, a toda expresión política independiente. Es importante señalar que los trabajadores que desafiaron a dichas administraciones fueron aquellas organizaciones que no estaban dentro del control oficial, es decir, que no eran integrantes de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) como tampoco del Bloque de Unidad Obrera (BUO).3 2 Por esos años, opinión pública se entendía, principalmente, los periódicos, como el Excelsior, El Universal, El Nacional, El Día , El Popular, La Prensa, El Novedades, entre otros. 3 En la cita a pie de página número 61 de este capítulo doy una explicación más amplia de los sindicatos que denomino “autónomos”. Así como de la expulsión de un importante grupo de organizaciones que formaron parte de la Confederación de Trabajadores Mexicanos. 19 1. 1. México al filo de 1960 A principios de la década de 1960, la Revolución convocada por Francisco I. Madero llegaba a medio siglo de haberse iniciado. La Constitución promulgada en 1917 arribaba a la edad de 43 años y en ese tiempo ya se había llevado a cabo una serie de reformas en sus artículos fundamentales, el 3°, el 27 y el 130. Dichas reformas fueron desarrolladas por los distintos gobiernos posrevolucionarios que enfrentaban condiciones en el país que los constitucionalistas del 17 no contemplaron. Durante el periodo de 1920 a 1960, los gobiernos posrevolucionarios buscaron resolver el problema político, económico y social el cual era, según he podido entender, la legitimidad de la Revolución Mexicana a partir del cumplimiento de la Constitución de 1910. Sin embargo, el resurgimiento del regionalismo, la crisis económica de 1929, la falta de consensos políticos por parte de sectores de la población mexicana, y el compromiso de los gobiernos posrevolucionarios de reconocer una deuda económica que se generó en el Porfiriato por la mexicanización de los ferrocarriles, para formar la Compañía Ferrocarriles de México, S. A., a esto hay que sumarle el gravamen que representaba la deuda consolidada y que se incrementó durante el gobierno de Francisco I. Madero y Victoriano Huerta, deuda que los banqueros extranjeros exigían se pagara de manera inmediata. Otra responsabilidad que tuvieron que enfrentar las administraciones posrevolucionarias, tiene que ver con cubrir el gasto que generó la Reforma Agraria, la nacionalización de la compañía Ferrocarriles de México, S. A., así como la nacionalizaciónde las compañías petroleras en 1938. 20 Las soluciones planteadas por el triunvirato sonorense (Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta) fue la negociación con los bancos extranjeros que pedían la inmediata liquidación de la deuda mexicana. Esto llevó a reconocer los compromisos económicos que se habían realizado el Porfiriato, 4 así como los que se generaron durante la lucha armada de 1910 a 1917. Dentro de este gran paquete de obligaciones económicas esta uno que me parece es importante resaltar, y lo es por qué sus implicaciones político -sociales estuvieron presentes durante el periodo de estudio, esto es 1958-1960. Aquí, me refiero al problema de los ferrocarriles y la deuda que esta representó a las administraciones de Obregón y de Calles. Era un obligación que estaba en forma paralela a la deuda consolidada del Porfiriato, es decir, que estaba comprendida de manera global. Al término del movimiento armado, y al hacer los primeros balances del haber y del deber de México, Álvaro Obregón supo del desastre en que se encontraban los ferrocarriles, pues estos estaban en números rojos. Los dueños de la deuda ferrocarrilera exigieron al gobierno de Obregón el pago inmediato de esta. La administración de Obregón tuvo que pactar de nueva cuenta, pero ahora con los propietarios de las obligaciones ferrocarrileras, las cuales sumaban una cantidad 4 “La deuda interior y exterior durante el Porfiriato, la había logrado reducir Manuel Dublán, quien fungió como secretario de Hacienda con Porfirio Díaz, y a su muerte fue nombrado José Yves Limantour, quien diseñó el arreglo financiero de la “deuda flotante”, que era el nombre como se le conocía a la deuda a corto plazo. En este caso concreto, el nuevo secretario de Hacienda logró hacer que las obligaciones de pago se convirtieran a largo plazo. Sin embargo, para lograr esto el país pidió un préstamo de quince millones de pesos, del cual sólo recibió nueve millones y medio en firme con un interés de seis por ciento, el cual debía ser pagado en oro, lo que implicaba el aumento de la deuda en su servicio en relación a la depreciación de la plata”. Véase: Alicia Salmerón Castro, “Proyectos heredados y nuevos retos. El ministerio de José Yves Limantour (1893-1911)”, en Leonor Ludlow, Coordinadora, Los secretario de hacienda y sus proyectos (1821- 1933), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2002, tomo II, p. 184 y ss. 21 imposible de pagar de manera inmediata, como era la exigencia de los tenedores de dicha deuda. Otro punto que tuvo que negociar, no sólo los primeros gobiernos posrevolucionarios, sino también los institucionalizados, fue el resurgimiento del regionalismo, aunque tal vez podríamos señalar que, Porfirio Díaz logró centralizar el poder, pero en su persona, no a través de instituciones. 5 Ahora, el reto para los nuevos actores políticos era la formación de instituciones que pudieran, al menos, contener las fuerzas centrífugas de las regiones que por años, sino no es que por siglos, habían actuado en el país. Un acontecimiento importante, y que me parece que muchas veces se pasa por alto, es que desde la Segunda Guerra Mundial y al término de ésta México se vio envuelto en el ambiente de tensión que provocó la Guerra Fría.6 Se marca el principio 5 Cfr. David A. Brading, (compilador), Caudillos y campesinos en la Revolución mexicana, 7a reimpresión, traducción Carlos de Valdés, México, Fondo de Cultura Económica, 2014. En especial pp. 180 y ss. 6 Las características principales del ambiente enrarecido que se creó durante la Guerra Fría son: 1) La bipolaridad política alrededor de las dos organizaciones militares que surgieron al término de la Segunda Guerra Mundial, me refiero al Tratado del Atlántico Norte, signado en 1949 por doce países, siendo Estados Unidos uno de los principales promotores de la NATO, como se le conoce a dicha organización por sus siglas en inglés. La contraparte de este organismo fue el Pacto de Varsovia, el cual fue fundado en mayo 1945. Al frente de esta organización de países coaligados estaba la Unión Soviética. 2) Ambos organismos tenían como principal objetivo mantener la paz, pero a partir de objetivos muy concretos; cada una de estas, defendía su ideología. La OTAN se consideraba como la representante del “universalismo”. El Pacto de Varsovia basó su lucha ideológica a partir del marxismo-leninismo. 3) El uso de la bomba atómica por los Estados Unidos en agosto de 1945, le dio una supremacía militar, la cual, las administraciones de ese entonces, no pensaban que pudiera ser igualada por los soviéticos. Sin embargo, en 1949, la Unión Soviética hizo su primera prueba nuclear en la zona de Kazajiztán. De esta forma se empataban las dos cabezas de la Guerra Fría, cada una podía fabricar armamento no convencional. Esto hizo que ambas naciones tuvieran cuidado en qué se decía y cómo se decía de los acontecimientos políticos mundiales. No querían iniciar una guerra atómica, pues los primeros blancos serían los países integrantes de las organizaciones arriba señaladas. Así, se abrieron otros frentes político-militares que les permitía probar su capacidad militar, así como la llamada contra inteligencia, esto es, la capacidad para obtener información que les permitiera aventajar a la otra organización. Durante los años más críticos de la Guerra Fría —1950-1970— México se vio presionado por el Departamento de Estado para que definiera su postura política a favor de la OTAN, o al menos que sirviera de cabeza de playa en Latinoamérica. Cabe señalar aquí, que los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional asumieron, en la medida de sus posibilidades, una postura neutral. No se sabe aún, de la existencia de un documento que señale el compromiso de los gobiernos priistas con las 22 de esta Guerra Fría con el discurso pronunciado por el presidente estadounidense, Harry S. Truman, el día 12 de marzo de 1947. En dicho discurso, Truman señaló, ante el Congreso estadounidense, la existencia de dos tipos de vida: uno libre de toda coacción y el basado en la voluntad de una minoría. En el primer caso se subrayaban la libertad, la existencia de garantías individuales, la libertad de expresión y religión y la ausencia de opresión política. En el otro modelo político estaba la supresión de todo tipo de libertades individuales, el control de la prensa, la radio, elecciones a modo y supresión de las libertades individuales. En este sentido, Truman consideró que era obligación de los Estados Unidos ayudar a las naciones que se encontraban en serios problemas políticos derivados de una crisis económica, en particular Grecia y Turquía. Lo significativo del discurso de Truman, como bien señala Robert McMahon, estriba en el uso de “un lenguaje hiperbólico, unas imágenes maniqueas y una simplificación deliberada para reforzar su llamamiento”.7 La Guerra Fría ponía en juego la eliminación del contrario a partir, primero de un discurso en donde lo más destacado era mostrar los beneficios de cada uno de los sistemas que representaba la OTAN y el Pacto de Varsovia. En segundo lugar, era importante mostrar los adelantos tecnológicos militares para cada uno de los dos grupos antagónicos que se disputaban la supremacía mundial. Finalmente, la administraciones estadounidenses respecto a que favorecerían la política norteamericana en contra del marxismo-leninismo. Para el caso de la OTAN VÉASE: Declaration of Principles issued by the President of the United States and the Prime Minister of theUnited Kingdom, enhttp://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_16912.htm?, del 14 de octubre de 1941, sin número de págs. Consultado el 21 de abril de 2016. Para el caso del Pacto de Varsovia, cfr. Claude Delmas, El Pacto de Varsovia, traducción de Aurelio Garzón del Camino, México, Fondo de Cultura Económica, 1985. 7 Robert McMahon, La Guerra Fría: una breve introducción, traducción de Carmen Criado, Madrid, Alianza, 2004, p. 36. http://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_16912.htm 23 propaganda política o ideológica, es decir, los contenidos que cada uno de los grupos sostenían, por un lado la libertad y la democracia como principio rector. Por el otro, la implantación de una sociedad sin clase y la eliminación del capitalismo, sistema económico que, según la doctrina marxista-leninista, debía ser reemplazado, inevitablemente, por el comunismo. Junto con la Doctrina Truman, Estados Unidos prometió ayuda económica a los países europeos que estuvieran dispuestos a la reconstrucción. A este proyecto se le conoce como “Plan Marshall”, pues fue ideado por el secretario de Estado George C. Marshall, y su objetivo era combatir “el hambre, la pobreza y la desmoralización que alimentaba el ascenso de la izquierda en la Europa de la posguerra”.8 Desde ese 1947 hasta el colapso de la Unión Soviética con Mijail Gorbachov,9 se mantuvo la Guerra Fría en la periferia de las dos potencias. ¿Cómo afectó a México la Guerra Fría? Hubo una polarización de las opiniones respecto a la toma de decisiones políticas que tenían que tomar los distintos gobiernos del periodo en estudio. Por un lado, se tenía la idea de que la diplomacia mexicana no era firme ante los Estados Unidos y la soberanía del país. Por el otro lado, la opinión buscaba mantener relaciones económicas y políticas con los gobiernos estadounidenses sin que esto comprometiera la independencia de México y se volviera un apéndice de aquél. El equilibro mantenido por las administraciones mexicanas ante la presión de ambos bloques, pero principalmente por el encabezado 8 Robert Mc Mahon, op. cit., p. 58. 9 Gorbachov planteó una serie de reformas político-administrativas, las cuales permitieron, entre otras cosas, la libre expresión en la prensa, la autocrítica sin que esto representara el destierro a Siberia o la muerte. Ha estas reformas se le conoce como la Perestroika (1980) la cual planteó la restructuración económica de la Unión Soviética, la otra gran reforma de Gorbachov se le conoce como la Glásnot, y tenía como objetivo la restructuración social. 24 por Estados Unidos, tuvo que trabajar de manera cautelosa, pues a cualquier tipo de declaración oficial por parte del gobierno en turno, respecto a la situación internacional, podría ser cuestionada. Era de sobra conocido por los responsables del Estado mexicano, que el gobierno estadounidense no dejaría que hubiera un país comunista en Latinoamérica. Si bien el presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower buscó menguar las tensiones políticas de la Guerra Fría a nivel mundial, en el caso de Latinoamérica se endurecieron éstas, el ejemplo de lo anterior fue el hecho ocurrido en el vecino país de Guatemala, cuando los Estados Unidos consideraron que se veían afectados sus intereses económicos al implantar, el presidente de dicho país, Jacobo Arbenz una serie de disposiciones gubernamentales de corte liberal. Las cuales fueron percibidas como un intento de penetración moscovita en América Latina. Así, en 1954, “el gobierno democráticamente elegido de Arbenz fue derrocado por un golpe organizado e inspirado por la CIA. La […] correspondencia entre la dirección de la CIA y sus agentes en Guatemala que han sido recientemente desclasificados por la [misma organización] revelan los métodos empleados por esta agencia para derrocar no sólo el gobierno de Guatemala, sino también a otros gobiernos de América Latina”10. Si bien Estados Unidos había mostrado una relación con México más o menos tersa, el ejemplo de Guatemala no debía ponerse en el olvido, pues el peso de la relación entre ambos países era de tal envergadura que las administraciones mexicanas jugaban entre mostrar independencia política y la negociación comercial, está última era la que más 10 Friedrich Katz, “La guerra fría en América Latina”, Daniela Spenser, coordinadora, Espejos de la guerra fría : México, América Central y el Caribe, México , Secretaría de Relaciones Exteriores, Centro de Investigaciones y Estudios superiores de Antropología Social, Miguel Ángel Porrúa, 2004, p. 20. 25 afectaba al país, pues gran parte del comercio se efectuaba con las empresas norteamericanas. En 1959, un acontecimiento vino a romper la “tranquilidad” de Latinoamérica. En ese año, el movimiento 26 de julio había triunfado por encima de un ejército de línea. La guerrilla cubana, encabezada por Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos mostraba que se podía dar un giro político en un país que era guiado por el militarismo. Al principio, se pensó que era una revolución de tipo liberal, es decir, se buscaba implantar los principios democráticos occidentales, en donde la existencia de partidos, las elecciones libres y la formación de un gobierno elegido de manera libre en las urnas. Probablemente por eso Estados Unidos no realizó una intervención militar, como lo había realizado en el caso de Guatemala, pues tal vez, los asesores de la Agencia Central de Inteligencia (la CIA como se le conocerá por sus siglas en inglés) no percibieron que esta revolución tuviera tintes comunistas.11 Con el triunfo del Movimiento 26 de julio, la Revolución Cubana emitió una serie de transformaciones. Una de ella fue la reforma agraria cubana, la cual eliminó la propiedad privada como forma de tenencia de la tierra, y esto marcó la diferencia entre la Revolución Mexicana y la Revolución Cubana, pues en la primera este tipo de posesión se mantuvo en la Constitución de 1917. Otro giro importante de la 11 De hec ho, e n la defensa que hic iera Fide l Castro de sí mism o c onocido c om o La Hist oria m e absolver á, é l se ñala el proble m a de la te ne ncia de la tier ra, pero la soluc ión que propuso ahí era regresar a la Constit ución c ubana de 1940. E l m anifiest o e mit ido e l 26 de julio de 1953, dec lar aba ese ret orno constit ucional, es dec ir, a lo que c onsideraban los pr imeros r evoluc ionar ios c ubanos como e l re gre so a la le galidad. Cfr. Rolando Pavo Ac ost a, “L e gado de la Re volución Mexic ana en la reform a agraria cubana de 1959” , Polític a y Cult ura , México, Revist a de la Universidad Autónom a Metropolit ana-Xoc him ilc o, prim avera 2010, núm . 33, p.47 . Consult ada el día 19 de m arzo de 2013. Disponible e n http: //eds.b.e bsc ohost .c om /e ds/pdfviewer/pdfvie wer ?vid=1&sid=13f9efda-8705- 4796-9708-8f246d0da338% 40se ssionm gr106&hid=127 http://eds.b.ebscohost.com/eds/pdfviewer/pdfviewer?vid=1&sid=13f9efda-8705-4796-9708-8f246d0da338%40sessionmgr106&hid=127 http://eds.b.ebscohost.com/eds/pdfviewer/pdfviewer?vid=1&sid=13f9efda-8705-4796-9708-8f246d0da338%40sessionmgr106&hid=127 26 Revolución Cubana, al menos en los primeros años, fue la presión que ejerció la comunidad cubana instalada en el estado de Mami, Estados Unidos, para que el gobierno estadounidense organizara una intervención, la cual se realizó en 1961.12 Posterior a este acontecimiento, la Revolución Cubana giró hacía el bloque político encabezado por la Unión Soviética. Sea como fuere, resulta que el movimiento 26 de julio marcó un hito en la historia de América Latina. “Con una Cuba socialista, la guerra fría se estacionó en el Caribe”.13 Ante esta coyuntura, el gobiernode López Mateos mostró su capacidad política, pues empleó la diplomacia para evitar la presión ejercida por los Estados Unidos para que México desconociera al gobierno revolucionario de Cuba. No obstante lo anterior, existe la sospecha de que esto no ocurría así. Se presupone que el gobierno aceptaba, de una u otra forma, el dictado político del país del norte. Un hecho que, supuestamente, confirma la sospecha de sumisión de la administración lopezmateista hacia la estadounidense, fue que “En enero de 1959 [cuando López Mateos] se reunió con Eisenhower. En la entrevista, el gobierno norteamericano concedió una serie de créditos y garantías al de México. Nadie informó que uno de los temas era ‘la presencia del comunismo en los sindicatos’”.14 Los autores de El ocaso de los mitos no nos dicen cómo fue que ellos se enteraron de que en dicha reunión ocurrida en Acapulco de 1959, el gobierno mexicano, se comprometió a “perseguir” a los comunistas que se encontraran dentro 12 El 16 de abril de 1961 se llevó a cabo la invasión a Bahía de Cochinos o Playa Girón, en donde un grupo de cubanos, adiestrados por agentes de la Agencia Central de Inteligencia, fueron derrotados por el ejército revolucionario encabezado por Fidel Castro. 13 Lorenzo Meyer, “la guerra fría en el mundo periférico: el caso del régimen autoritario mexicano. La utilidad del anticomunismo discreto”, en Daniela Spencer, op. cit., p. 110. 14 Ilán Semo, Dolores Groman y María Eugenia Romero, El ocaso de los mitos (1958-1968), 4a reimpresión, México, Alianza, 1993, p. 56. 27 de los sindicatos. Lo escrito por los autores del libro arriba señalado no tendría mayor importancia si no fuera porque subrayan una política de dependencia por parte del gobierno de López Mateos, quien comprometía la independencia sindical a cambio de recibir apoyo financiero. Hasta el momento no se ha encontrado ningún documento que certifique esta afirmación, es probable que de manera verbal, tanto López Mateos como Eisenhower hubieran comentado la situación por la que atravesaba el país, pero no parece que haya sido un tema a tratar de manera específico. 1.2. Panorama político, económico y social de México a principios de 1960 El 1 de septiembre de 1959, el presidente Adolfo López Mateos pronunció su primer informe de gobierno. En dicho informe, se señaló el incremento de la población mexicana, pues de 1950 a 1960, el incremento demográfico fue de un 34.28%,15 lo que implicaba disponer acciones encaminadas a solventar las necesidades estructurales y sociales. Una solución a esto, fue la propuesta que señaló López Mateos en su primer informe, esto es reformar la Ley Orgánica de las Secretarías de Estado. La trasformación consistió en la creación de dos de las más importantes secretarías de la administración lopezmateista. Una fue la Secretaría de Patrimonio Nacional y la otra la Secretaría de la Presidencia. Esta última fue una “super secretaría”, dada la concentración de funciones. Dicha secretaría tenía como objetivo fundamental 15 Cámara de Diputados, Informes presidenciales. Adolfo López Mateos, México, Cámara de Diputados, LX Legislatura, Dirección de Servicios de Investigación y Análisis, Subdirección de Refer encia Especializada, 2006, p. 82. (Consultado el viernes 11 de febrero de 2011.) Disponible en http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/re/RE-ISS-09-06-12.pdf http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/re/RE-ISS-09-06-12.pdf 28 … integrar un régimen administrativo congruente para ejercer con sentido uniforme las facultades que a la nación confiere el artículo 27 constitucional; compilar y, en lo futuro, proyectar las modificaciones de normas que regulen el aprovechamiento y la explotación de recursos naturales; vigilar la operación y el financiamiento de las instituciones descentralizadas que forman parte del patrimonio nacional, y de las empresas de participación estatal, en cuanto a los intereses públicos en ellas invertidos.16 Por otro lado, el arranque del sexenio de López Mateos se vio comprometido económicamente debido a condiciones tanto internas como externas; “disminución de cosechas por exceso de lluvias en el temporal; incertidumbre propia de los periodos de transmisión presidencial; repercusiones de la recesión norteamericana”.17 Por lo complicado del panorama económico que se le presentó al exvasconcelista, la recuperación de la confianza de los inversionistas y del público en general era una prioridad. Así, el gobierno señalaba que el “valor del peso mexicano se hallaba plenamente garantizado”,18 lo cual significaba que no habría, al menos en el corto plazo, una nueva devaluación. Lo que urgía era tener una economía sana o, al menos, lo suficientemente fuerte para soportar las crisis internas y externas. Una de las metas del gobierno de López Mateos era mantener una estabilidad económica, pues eso aseguraría que las demandas legítimas de los trabajadores de un incremento salarial podrían satisfacerse. Al mismo tiempo, el proyecto más importante del sexenio estaba en el Plan de Once Años, plan que contemplaba de 16 Cámara de Diputados, Informes presidenciales..., 2006, p. 5. (Consultado el viernes 11 de febrero de 2011.) Disponible en http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/re/RE-ISS-09-06-12.pdf. 17 Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México a través de los Informes presidenciales, México, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Secretaría de la Presidencia, 1976, tomo 4, volumen 2, p. 670. 18 Secretaría de Hacienda y Crédito Público, op. cit., p. 670. http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/re/RE-ISS-09-06-12.pdf 29 formación de maestros que pudieran cubrir las plazas que la población creciente del país necesitaba. Dentro de ese plan se había comprometido la administración de López Mateos a cubrir la demanda de libros de texto, para lo cual se formó la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito y se lanzaron convocatorias para que maestros, pedagogos y personas relacionadas con la educación enviaran sus propuestas para la formación de los libros. Esto, que a lo lejos parece tan cotidiano, fue toda una experiencia, pues se partía del principio de hacer entrega de los libros de texto a la mayoría de la población con el objetivo de que esto permitiera la igualdad de condiciones sociales y así tener ciudadanos más comprometidos con la democracia. Justamente, la prioridad del gobierno en turno era mantener una estabilidad económica y para eso era importante que “los precios del consumidor y con el incremento moderado, pero sostenido de los salarios y de los ingresos reales de la clase media urbana en rápida expansión”,19 permitieran al gobierno dar un mensaje claro de estabilidad social y política. Al decir de Lorenzo Meyer y Héctor Aguilar Camín, “Todo indica que la Revolución efectivamente favoreció el crecimiento de la clase media y que fue ése, justamente, uno de sus grandes logros. Para 1960, y como quiera que se defina, la clase media prácticamente se había duplicado en relación a 1910. De acuerdo con cálculos de Arturo González Cosío, en ese año de 1960 el 17 por ciento de los mexicanos podían clasificarse como clase media. No faltó quien viera en este hecho 19 Rafael Izquierdo, Política hacendaria del desarrollo estabilizador, 1958-1970, México, El Colegio de México, Fideicomiso Historia de las Américas, Fondo de Cultura Económica, 1995, p. 17. 30 la prueba irrefutable de que México se convertía poco a poco en una sociedad un poco más justa”. 20 Si bien el modelo económico propuesto por López Mateos tendía a controlar los aumentos de la canasta básica, también es verdadque había una política de contención de los salarios. Sin embargo, hubo incrementos salariales desde 1958 hasta el inicio de 1960: el gobierno incrementó de manera general el salario mínimo a $14.50 pesos para la ciudad y a $14.00 pesos para el campo.21 En cuanto a la Secretaría de la Presidencia, ésta tenía como objetivo central “contar con un plan general del gasto público e inversiones del Poder Ejecutivo; la planeación, coordinación y vigilancia de la inversión de las dependencias federales y gubernamentales”.22 Pero, ¿acaso esta creación de nuevas secretarías no era simplemente la creación de un espacio para justificar el gasto público y colocar en esas dependencias a personal que no tenía la capacidad para lo que se hicieron dichas secretarías? Me parece que la creación de estas dos secretarías, además del Departamento de Turismo, tenían sentido, sobre todo si tomamos en cuenta que la sociedad mexicana se había vuelto más compleja y necesitaba de técnicos capaces de mantener una disciplina fiscal, además de una norma racional en la planeación y en la proyección del desarrollo nacional, lo que permitió el desarrollo económico-social del 20 Héctor Aguilar Camín, Lorenzo Meyer, A la sombra de la Revolución Mexicana, 26a edición, México, Cal y Arena, 2000, p. 208. 21 En 1959, el salario para la ciudad era de $12.50 y de $9.50 para el campo. Esto, antes de la creación de la Comisión de Salarios Mínimos que data de 1962. 22 Cámara de Diputados, op. cit., p. 5. 31 país, los cuales estaban bajo fuerte presión debido al incremento demográfico 23 y los vaivenes económicos que en cada momento se presentaban a nivel mundial involucrando al país. A pesar de las propuestas hechas por el Ejecutivo en 1960, había voces disidentes que señalaban a López Mateos como traidor a la patria “porque el Gobierno ha renunciado a la política económica de la Revolución, porque ha renunciado a su función planificadora”.24 Esta crítica planteada por Carlos Fuentes en la revista, Política. Quince días de México y el mundo, no me parece fundamentada del todo, pues la administración de López Mateos había creado una secretaría encargada de resolver el problema de la carencia de planeación económica y social del país. Los gobiernos posrevolucionarios pregonaban que ellos eran defensores de los derechos de los trabajadores, palabra que englobaba a obreros y campesinos por igual. La realidad se impuso, pues una cosa fue la organización de los trabajadores en sindicatos, como lo normaba la Constitución de 1917, y otra muy diferente sería dejar que esas organizaciones quedaran fuera del control del Estado. De hecho, lo que sucedió durante el régimen de Lázaro Cárdenas, fue seguir, en buena medida, la política laboral de Díaz, en donde “lo prudente era incluir al sistema del gobierno nacional toda fuente de oposición […] o aplastarla”.25 Lo anterior no significaba necesariamente que se prolongara el régimen porfirista; indicaba que bajo la legislación laboral, los trabajadores tenían que estar dentro de una organización que 23 Presidencia de la República, 50 años de Revolución Mexicana en cifras , México, Presidencia de la República, Nacional Financiera, 1963, p. 22. 24 Carlos Fuentes, “Revolución sin brújula”, Política, vol. 1, núm. 1, 1° de mayo de 1960, p. 16. 25 Raymon Vernon, El dilema del desarrollo económico de México: papeles representados por los sectores público y privados, 11a impresión, traducción de René Cárdenas Barrios, México, Diana, 1983, p. 84. 32 se denominaba sindicato, los cuales estarían agrupados en una institución de frente amplio, pero además, serían independientes del gobierno, esta agrupación fue la Confederación de Trabajadores de México. La cual muy pronto dejó su independencia sindical para ser parte de un sector que formaría la estructura social de México.26 1. 3. ¿Estabilidad política con ficción social? El 1 de mayo de 1960 salió al público capitalino la revista Política. Quince días de México y del Mundo.27 Fue una publicación de izquierda, pues la línea editorial redactada por sus colaboradores simpatizaba, o eran miembros activos de organizaciones políticas que sostenían dicha corriente ideológica.28 El director de esta revista fue Manuel Marcué Pardiñas, quien tenía una amplia experiencia en el mundo editorial. Entre los colabores de dicha publicación destacaron algunos integrantes de la Generación del Medio Siglo.29 A decir de Enrique Krauze, por generación podemos entender un grupo de individuos que comparten una serie de 26 El cambio del Partido Nacional Revolucionario a Partido de la Revolución Mexicana en el periodo de Lázaro Cárdenas significó la creación de un partido de masas, las cuales se encontraban sectorizadas: el sector obrero, el sector campesino y el sector popular. 27 A partir de ahora hare uso del título Política para referirme a dicha publicación. 28 A principios de la década de 1960, ser de izquierda significaba la adhesión, la simpatía o la militancia con partidos que argumentaban como herramienta política la teoría política marxista-leninista. Dichas instituciones eran el Partido Comunista Mexicano, el Partido Obrero Campesino Mexicano y el Partido Popular Socialista. También había individuos que, sin militar o simpatizar con alguna de las corporaciones señaladas, consideraban al marxismo-leninismo como una herramienta política para lograr un cambio en la configuración del México contemporáneo. 29 “La generación de los nacidos entre 1921 y 1935, bautizados por Wigberto Moreno como ‘Generación de Medio Siglo’, es la más heterogénea de las cuatro que integran el ciclo. El ‘primal scream’ de su promoción inicial es un no atemperado: en octubre de 1945 organizan un Congreso de Critica de la Revolución Mexicana. La mayoría había adquirido conciencia pública durante el Cardenismo y participa de la pasión nacionalista, ideológica y social que en los años treinta se desplaza, con creciente intensidad y radicalismo, a la Universidad Nacional”. Cfr. Enrique Krauze, “Cuatro estaciones de la cultura mexicana”, en Caras de la historia, 2a reimpresión, México, Joaquín Mortiz-Planeta, 1999, pp.145-146. 33 intereses que los hacen afines, la edad, la clase social, el país, participan de los mismos gustos literarios o los intereses estéticos y morales. Observamos que la generación se divide en grupos o facciones que sustentan opiniones antagónicas, pero en general, los temas trascendentes son los que les dan su marca característica, y que distingue una generación de la otra. 30 Por el momento, me interesa esta aproximación que tomo de Krauze, más adelante, en el capítulo tercero, ahondaré sobre el tema de las generaciones. Entre los colaboradores de Política que formaban parte de la Generación del Medio Siglo tenemos a personajes como Fernando Carmona de la Peña, Carlos Fuentes, Enrique González Pedrero y Francisco López Cámara, entre otros. El sello particular esta revista fue expresar una fuerte crítica a los gobiernos posteriores a Lázaro Cárdenas. De manera que la publicación consideraba al periodo de 1940 a 1960 como un tiempo en donde se había traicionado a la Revolución Mexicana y sostenía que era necesario regresar al camino trazado por el general Cárdenas. Entre los señalamientos que hacía Política están los relacionados con lo que los colaboradores de dicha publicación consideraban debía ser una verdadera revolución. El modelo fue la Revolución Cubana. En ésta encontraron un punto de comparación con la Revolución Mexicana, pero sobre todo una línea político-ideológica que, aseguraban, había perdido México. Considero de interés señalar la importancia de dicha revista en el ámbito político-cultural,porque fue una caja de resonancia para un sector de la creciente población capitalina. Hasta donde he podido indagar, la publicación se distribuyó, al 30 Enrique Krauze, op. cit., p. 126. 34 parecer, únicamente en el Distrito Federal y, la difusión se hizo mayormente sobre los jóvenes universitarios y politécnicos. Quienes simpatizaban o eran miembros de los partidos de izquierda, como el Partido Comunista Mexicano, el Partido Obrero Campesino Mexicano y el Partido Popular, que más tarde adoptaría el adjetivo de Socialista como una forma de reafirmar su tendencia marxista-leninista. 31 Se da por un hecho 32 que el régimen político mexicano surgido de la posrevolución todo lo tenía controlado, 33 y esto incluía el sector obrero; pero cuando uno va analizando las partes que formaban el sistema político mexicano, cae en cuenta que éste era menos totalitario de lo que señala la literatura especializada. Un ejemplo de lo anterior lo tenemos con la salida de los sindicatos arriba señalados, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). 31 Me parece que hace falta estudiar la distribución de las publicaciones capitalinas existentes en los años 50, 60 y 70 del siglo XX, pues, al parecer, muchas de estas no alcanzaban a llegar sino a las capitales de los estados que conformaban la república Mexicana. 32 Al menos dos autores señalan el control político, económico y social del sistema surgido de la Revolución mexicana. Siguiendo la propuesta de análisis de Juan J. Liz, respecto a “Regímenes totalitarios y autoritarios”. Soledad Loaeza en el artículo “Celebrando el Cincuentenario”, señala que: “...eran reales las movilizaciones obreras y campesinas. Unos reclamaban aumentos salariales, otros, tierras o créditos, pero coincidían en la protesta contra los métodos antidemocráticos con que el ya para entonces legendario Partido Revolucionario Institucional PRI, controlaba su participación y desvirtuaba la representatividad de sus organizaciones…”, en 20/10 Memoria de las Revoluciones de México, Reflejo RGM Medios, invierno 2010, número 10, p. 193. Otro autor señala lo siguiente: “Cuando la comisión estatal electoral tuvo que reconocer el triunfo del Frente Cívico Potosino con el registro de la fórmula PAN-PDM, el profesor Carlos Jonguitud Barrios imponía sus métodos de dominación como gobernador tradicional en la entidad, caracterizados por una doble herencia: la del caciquismo de tipo agrario y la del charrismo sindical que mueve a los grandes sindicatos en México”, en Carlos Martínez Assad, San Luis Potosí, ¿se puede gobernar con el pueblo?, en Revista Mexicana de Sociología, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Sociales, vol. 49, núm. 4, octubre-diciembre de 2004, p.143.Cursivas mías. 33 Más recientemente, Sergio Aguayo escribió: “A principios de los años sesenta el autoritarismo estaba en su esplendor. Había estabilidad política y crecimiento económico y la primera encuesta sobre cultura cívica, publicada en 1959, confirmaba que la sociedad mexicana estaba satisfecha con un sistema que giraba en torno a una sola persona: el Señor Presidente de la República y un partido casi único: el Revolucionario Institucional. […]. El maltrato a los opositores se generalizó, lo cual alimentaba las semillas de la inconformidad, que se expresaban en dos demandas: efectividad del sufragio y menos coerción. Por aquellos años también resurgió la idea de que la única salida estaba en la vía armada”. Véase: La transición en México: Una historia documental 1910-2010, México, El Cole gio de México, Fondo de Cultura Económica, 2010. P. 74. 35 Todas las organizaciones de signo político, como la comunista CSUM 34 y la sempiterna callista vieja CROM, fueron impedidas de participar en el Congreso, y Lombardo dedicó su discurso en lo esencial a atacar y desacreditar a los comunistas y tejadistas, los “políticos” dentro del movimiento obrero. Pero no se trataba sólo de eso. El Congreso Obrero Campesino era, en sí mismo, un rechazo a la política del gobierno revolucionario, el cual nunca como en ese momento se había encontrado aislado del movimiento de masas.35 En la creación de la CTM estuvieron los integrantes de la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM), miembros del Partido Comunista de México e intelectuales que buscaban la unificación de los trabajadores en una central obrera única; esto es, se perseguía “la unificación de los diversos núcleos de la clase obrera, alejándose de los inconvenientes de la táctica cerrada y de la disciplina ciega, contrarios a las normas de la democracia sindical. [...] la lucha contra la estructura semi-feudal del país, contra el imperialismo extranjero y por la independencia económica de la nación mexicana”.36 Los miembros del Partido Comunista estuvieron en esta organización obrera escasos dos años, pues en 1937, en el Informe del Comité Nacional de la Confederación de Trabajadores de México al V Consejo Nacional de la misma institución, en el tercer apartado, titulado Problemas de la disciplina, se dio a conocer “la actitud asumida por los Secretarios del Comité Nacional, compañeros Juan Gutiérrez, Pedro A. Morales y Miguel A. Velazco, así como la conducta de las organizaciones que juntamente con 34 Confederación Sindical Unitaria de México. 35 Arnaldo Córdova, La Revolución en crisis. La aventura del maximato, México, Cal y Arena, 1995, p. 386. 36 CTM, 1934-1941, presentación por Javier García Paniagua, México, Partido Revolucionario Institucional, Cuadernos Obreros, 1981, vol. 1, p. 33. 36 ellos abandonaron el Consejo protestando por determinados procedimientos, acordó que la actitud de estos camaradas lo mismo que la de los representantes de las organizaciones, eran francamente divisionistas”.37 Finalmente, la expulsión de elementos comunistas y socialistas de las filas de la Confederación de Trabajadores de México y de la Confederación Nacional Campesina se debió a tres factores que señaló Katz en su análisis sobre la Guerra Fría y América Latina. Entre las causas tenemos: el apoyo de los Estados Unidos, las políticas impulsadas por los gobiernos posteriores a Cárdenas y las diferencias entre los integrantes del Partido Comunista y el desacuerdo entre este partido y el liderazgo de Lombardo Toledano.38 1. 4. Notas a un sindicalismo mexicano disidente Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, disidente procede de disidir, que significa separarse de la común doctrina, creencia o conducta.39 Parecería que en los años finales de la década de 1950 y principios de la de 1960 algunos trabajadores sindicalizados mostraron su capacidad de desafiar el control del Estado mexicano. La Constitución de 1917 legisló en materia laboral señalando el Título Sexto, Del Trabajo y la Previsión Social. En dicho encabezamiento, los diputados le asignaron 37 CTM, 1934-1941, vol. 1, p. 400. 38 Las siguientes organizaciones expulsadas en ese 1937 fueron “[el] Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, [la] Cámara Unitaria del Trabajo del Distrito Federal, [el] Sindicato Mexicano de Electricistas, [el] Comité Organizador de Trabajadores al Servicio del Estado, [la] Confederación de Ligas Gremiales de Yucatán, [la] Cámara del Trabajo del Estado de Aguascalientes, [la] Federación de Trabajadores del Territorio de Quintana Roo, [la] Federación de Sindicatos Obreros del Estado de Morelos”. Cfr. CTM, 1934-1941, vol. 1, p 401. 39 Cfr., Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 21a edición, Madrid, Espasa-Calpe, UNIGRAF, 1992, p. 538. 37 en artículo 123 la responsabilidadal Estado surgido de la lucha armada, como defensor de los trabajadores; ahora tenía, en cuanto a materia laboral, el compromiso de ser el mediador entre el capital y el trabajo. Dicho artículo, que ha sido comentado por politólogos, sociólogos e historiadores, se considera como uno de los más avanzados en materia laboral hasta antes de la Revolución Rusa. Sin embargo, su aplicación se enfrentó a una condición social y económica que no estaba contemplada en dicha Constitución. Así que, a pesar de querer aplicarlo de manera estricta, se tuvo que pasar por alto las violaciones a dicho artículo, el cual contenía más de 30 incisos que abordaron todos los problemas en materia laboral. Un ejemplo de lo anterior es el inciso IX que fija un salario mínimo y la participación de las utilidades de toda empresa agrícola, comercial, fabril o minera.40 Muchos empresarios se negaron a otorgar participación de utilidades a los trabajadores y esto fue fuente de muchos y frecuentes conflictos. Respecto al salario mínimo, éste se instituyó por los años 30, cuando se promulgó la Ley Federal del Trabajo. Pero imponer el salario mínimo, como lo indicaba la Constitución, generó el descontento de los trabajadores, pues muchos gremios, que hasta ese momento venían laborando sin esta norma constitucional, recibían un salario por encima de lo fijado por la Ley. Así, “la preocupación que el Estado dispensaba a los trabajadores se justificaba por la debilidad extrema de los mismos frente a sus explotadores; ahora se recurría al mismo principio para imponer el control y la vigilancia del Estado sobre el funcionamiento de los sindicatos”.41 Para 40 Felipe Tena Ramírez, Leyes fundamentales de México, 1808-1975, 6ª ed., revisada, aumentada y puesta al día, México, Porrúa, 1975, p. 872. 41 Arnaldo Córdova, op. cit., p. 148. 38 1962 se formó una comisión encargada de establecer un salario mínimo que año con año pudiera compensar la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, que fue uno de los principios por lo que lo estableció el constituyente del 17. La organización de los trabajadores en México después de la revolución mexicana tuvo su mayor periodo de crecimiento en el periodo del presidente Lázaro Cárdenas. Fue bajo su apoyo que la Confederación de Trabajadores de México pudo agrupar en un grupo más o menos homogéneo a la mayoría de las “centrales sindicales obreras y campesinas de importancia en México”42 en 1936. Pese a los esfuerzos de Lombardo Toledano respecto a crear una organización de trabajadores fuerte y más o menos equilibrada en cuanto a las distintas corrientes políticas que formaron la CTM, todo quedó en una buena pretensión, ya que en muy poco tiempo inició la deserción de organizaciones sindicales que no estaban de acuerdo con las directrices de Lombardo. Así, el 28 de julio de 1937, el Comité Nacional de la citada Confederación presentó un Informe en el que, entre los múltiples puntos expuestos que se trató en el IV Consejo Nacional, se hacía incitaba a la disciplina a algunos miembros que integrantes de la organización. Pero como no fue atendido el llamado, se procedió a darle un plazo de veinticuatro horas para que “Juan Gutiérrez, Pedro A. Morales y Miguel A. Velazco”43 manifestaran por escrito el acatamiento del dicho consejo. Como los nombrados arriba no respondieron como les demandaba la CTM, ellos y sus organizaciones de las cuales eran los dirigentes fueron suspendidos de sus 42 CTM. 1936-1941, tomo 1, p. 31. 43 Op. cit., p. 400. 39 derechos. Esto fue el paso previo para que el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, la Cámara Unitaria del Trabajo del Distrito Federal, el Sindicato Mexicano de Electricistas, El Comité Organizador de Trabajadores al Servicio del Estado, la Confederación de Ligas Gremiales de Yucatán, la Federación Sindical Independiente del Estado de Yucatán, la Cámara del Trabajo del Estado de Aguascalientes, la Federación de Trabajadores del Territorio de Quintana Roo y la Federación de Sindicatos Obreros del Estado de Morelos.44 Así, el sindicalismo mexicano corrió por dos vía: una la que mantenía un control sindical bajo el CTM ya sin Lombardo Toledano al frente de esta y sin el lema “Por una sociedad sin clases”. Ahora esta organización la controlaba, Fidel Velázquez y, desde 1941, mantuvo la dirigencia de la Confederación, por más años que Porfirio Díaz la presidencia de México. Los sindicatos expulsados de la Confederación de Trabajadores de México en 1937, mantuvieron una línea política de lucha por las reivindicaciones salariales. En muchas de las ocasiones que se lanzaron por el camino de la huelga, encontraron respuestas distintas a sus peticiones laborales. Cada gobierno mexicano respondió a las solicitudes de los pliegos petitorios que hacían los sindicatos “autónomos”45 de 44 Ibidem. pp. 400 y 401. 45 Los sindicatos que señalo como autónomos son los que habían sido expulsados de la Confederación de Trabajadores de México en 1937. Si bien la CTM logró reunir a las más importantes agrupaciones de trabajadores y sindicatos para su fundación en 1934; tres años después se van a escindir de esta organización los sindicatos que en su momento formaban parte del Comité Nacional de Defensa Proletaria, el cual estaba integrado por los “empleados de la Compañía de Tranviarios de México, S. A.; el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana; el Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana y el Sindicato Mexicano de Electricistas”. Véase: José Luis Reyna, Francisco Zapata, Marcelo Miquet Fleury y Silvia Gómez Tagle, Tres estudios sobre el movimiento obrero en México, México, El Colegio de México, 1976, pp. 44 y 48. El Bloque de Unidad Obrera fue una organización que intentó mostrar un nuevo rostro en cuanto al tipo de asociación de trabajadores. Fue un organismo que nació a partir del Pacto de Guadalajara en 1955, como un contrapeso a la CTM, pero además para agrupar a 40 diversas maneras. En algunas ocasiones las administraciones, aun cuando impulsaban la organización de los trabajadores, no fueron del todo favorables a ellos. Otros presidentes forzaron las elecciones de las dirigencias, como fue el caso representativo del sexenio de Miguel Alemán. Quien intervino directamente en la elección de la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de México, a favor de Jesús Díaz de León, quien gustaba de usar vestimenta de charro. Dándose de esta manera la designación de “charrismo” para todo movimiento social o político que no representara a las mayorías. Entre 1958 y 1960, el país tuvo una serie de emplazamientos a huelga, esto se debió al problema que significó el deterioro de los sueldos de los trabajadores, pues el presidente Adolfo Ruiz Cortines tuvo que devaluar el peso debido al incremento inflacionario que generó el fin de la Guerra de Corea. Así, la paridad del peso pasó de $8.65 a $12.50. A pesar de que la CTM encabezó la demanda por el incremento salarial, fueron los sindicatos “autónomos” los que enfrentaron a sistema político mexicano de ese periodo. El desafío a los gobiernos de Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos, respectivamente, por parte del Sindicato de Trabajadores Ferrocarriles de México y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación fue de tal importancia que se convirtieron en símbolos de la lucha sindical. Respecto al conflicto magisterial, éste se inició en 1956, cuando los maestros pidieron un incremento salarial del 30%, para finalmente aceptar el 14%. Este tipo de
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