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La-seguridad-nacional-de-Los-Estados-Unidos-y-America-Latina

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS 
 
 
 
 
 COLEGIO DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS 
 
 
 
 
 TESIS: 
 
 
LA SEGURIDAD NACIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS 
Y LA AMÉRICA LATINA 
 
 
 
 
 
ASESOR: DR. SOSA ÁLVAREZ, IGNACIO 
 
 
 
 
 ALUMNO: VILCHIS DEL REYO, AARÓN 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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Si hablo en lenguas de los hombres 
y de los ángeles, pero no tengo amor, 
he venido a ser un [pedazo de] 
bronce sonante o un címbalo 
estruendoso. Y si tengo el don de 
profetizar y estoy enterado de todos 
los secretos sagrados y de todo el 
conocimiento, y si tengo toda la fe 
como para trasladar montañas, pero 
no tengo amor, nada soy. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 AGRADECIMIENTOS 
 
Aunque de la memoria escapase algún nombre por retribuir, no por eso le resta importancia en 
el logro del presente trabajo académico. 
 
Mis agradecimientos eternos a mis padres que siempre han estado conmigo y que soportaron 
esta larga espera con amor y confianza. 
 
A mis hermanos por los consejos, apoyo y el cariño incondicional que siempre me han 
profesado, además de ser mi guía desde niño. 
 
Como siempre y por siempre: 
Al Dr. Ignacio Sosa Álvarez, por su apoyo, comprensión, paciencia, en el tiempo empleado 
durante este largo trabajo; por todo lo que me ha enseñado y ser un ejemplo de vida. 
 
A mis sinodales: Ricardo Gamboa Ramírez, Alberto Betancourt Posada, Maria Guadalupe 
Rodríguez De Ita y José Carlos Hesles Bernal, por haber leído atentamente mi tesis y por 
los comentarios y sugerencias para mejorarla. 
 
A Mayu por su amor incondicional, su constante impulso y complicidad. 
 
A Guillermo y David por ayudarme en múltiples ocasiones a encontrar nuevamente el camino. 
A todos mis amigos con los cuales aún tengo sueños pendientes. 
 
 
 
 
 Contenido 
 
 
Introducción I 
 
Capitulo I 
 
El concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos 
en sus orígenes 1 
 
 
Modernidad y paz: las doctrinas de seguridad nacional de 
los Estados Unidos 10 
 
 
La geopolítica de seguridad nacional de los Estados Unidos en el siglo 
XIX 24 
 
 
La frontera y el expansionismo estadounidense 39 
 
Capitulo II 
 
La gran estrategia en la guerra fría 56 
 
 
Las estrategias de Kennan 64 
 
 
La guerra de Corea 71 
 
 
El New Look 73 
 
 
El papel del Congreso 74 
 
 
La política exterior de los Estados 
Unidos después de la Segunda Guerra Mundial 81 
 
 
Europa después de la Segunda Guerra Mundial 82 
 
 
El atlantismo 84 
 
 
 
 
Una nueva luz en la estrategia de seguridad nacional: La 
 táctica de la “Nueva Frontera” 89 
 
 
 El miedo extremo a la humillación: La guerra de Vietnam un 
 caso ejemplar 99 
 
Capitulo III 
 
América Latina 106 
 
 
La espina en la carne para la estrategia de seguridad nacional de los 
Estados Unidos: La revolución cubana 108 
 
 
Factores que provocaron el fracaso de la misión 120 
 
 
Un nuevo concepto para la defensa y el desarrollo hemisférico: 
 El programa Alianza para el Progreso 129 
 
 
 
 
Conclusiones 135 
 
 
 
 
Bibliografía 146 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 I
 Introducción 
La seguridad nacional a través de la historia ha significado varias cosas, podríamos 
mencionar en primer lugar que el concepto de seguridad nacional toma en cuenta, el 
reconocimiento de que la realidad internacional ha estado determinada por las 
relaciones de poder, expresado en la presencia de voluntades dispuestas a 
instrumentalizar, cuando no a subyugar, a otras, en un contexto de anarquía de las 
relaciones internacionales, donde cada Estado ha tratado de preservarse y proyectarse 
a través de la promoción y defensa de los intereses nacionales, como principio 
regulador de la participación en el concierto de los países y sujeto a los principios de 
dominación. 
 
El concepto de interés nacional es anterior al de seguridad nacional al que le brinda 
sustento. Como lo señala Arnold Wolfers: “De manera imprecisa y muy general (el 
interés nacional) sugiere una dirección política que puede distinguirse entre varias más 
que se ostentan como alternativas. El interés nacional significa que dicha política ha 
sido creada para promover demandas adscritas a la nación y no a los individuos, a los 
grupos subsectoriales o la humanidad en su conjunto. Además recalca que la política 
somete otros intereses a los de la nación. Fuera de estos puntos tiene muy poco 
significado”.1 
 
De esta manera, la referencia a la seguridad nacional presupone la conquista de la 
primacía del Estado en la construcción de la sociedad, lograda a través de la igualdad 
ante la ley, la eliminación de los privilegios y, en general, lo que confiere al Estado 
soberanía e independencia. Este pensamiento se ha reflejado en la historia del ser 
humano por ejemplo en la forma en que la Tierra ha sido tomada repartida y explotada 
por los mismos hombres, desde el concepto de Carl Schmitt le llamaríamos de manera 
más propicia el “Nomos” de la Tierra, donde la palabra nomos ha significado el “tomar” 
o “coger”, tambiénha simbolizado la ley, la costumbre y la convención, además de 
orden geográfico, que en referencia a este ultimo concepto territorial, la “toma de la 
tierra” es el hecho fundamental de todo ordenamiento jurídico, con efectos políticos, 
económicos así como en otros ámbitos. 
 
 
1 Arnold Wolfers: “La seguridad nacional como símbolo ambiguo”, en Relaciones Internacionales. El 
Pensamiento de los Clásicos, Limusa Noriega editores. México. 1994, p.171. 
 II
De esta manera la palabra “Nomos” representará, primero, tomar o coger algo; además 
encarnará también el reparto y la división de lo que se ha tomado; por ultimo, expresará 
la explotación y la utilización de lo que se ha adquirido mediante el reparto, es decir, la 
producción y el consumo. Pero antes de la era de los grandes descubrimientos, es 
decir, hasta antes del siglo XVI de nuestra era, los hombres no tenían ninguna 
concepción global del Astro sobre el cual vivían. Tenían una imagen mítica del Cielo y 
de la Tierra, de la tierra firme y de la mar, pero la Tierra aún no había sido medida 
como un globo y nadie se aventuraba en los grandes océanos; su mundo era 
puramente terrestre.2 
 
Cada pueblo poderoso se consideraba a sí mismo como el centro del mundo, y a su 
esfera de dominación, como la casa de la paz, en esta época estos elementos eran 
suficientes para estos pueblos dentro de su elemental concepto de seguridad, fuera de 
la cual reinaban la guerra, la barbarie y el caos. Eso significaba en la práctica que estos 
pueblos podían conquistar y despojar con la mejor conciencia hasta que se 
encontraban con una frontera. Entonces construían una fortificación, un limes, una 
Muralla china, o bien situaban en las columnas de Hércules o en el océano el límite del 
mundo, la única "tierra habitada" —la oekumene, en griego— era su propio imperio, su 
zona de seguridad. Tal era el nomos de la Tierra en el primer estadio, cuando los 
hombres aún no tenían ninguna concepción global de su planeta y cuando los grandes 
océanos mundiales del poder humano todavía no eran accesibles.3 
 
Este primer nomos de la Tierra fue destruido hace casi quinientos años, cuando se 
abrieron los grandes océanos planetarios. Se navegó alrededor de la Tierra y se 
descubrió América —un continente completamente nuevo, antes del todo desconocido 
y cuya existencia ni siquiera se sospechaba—. De estos descubrimientos de territorios 
y de mares nació un segundo nomos de la Tierra. No se pidió su opinión a quienes así 
fueron descubiertos. Carl Schmitt nos dice que los descubrimientos se hacen siempre 
sin permiso de aquél a quien se descubre; los descubridores eran pueblos europeos 
que tomaron el planeta, lo repartieron entre ellos y buscaron su propio provecho. Así 
 
2 Carl Schmitt, El Nomos de la tierra en el derecho de gentes del Ius Publicum Europeam , Granada 
Comares. 2003. 
3 Ibid. P.4. 
 III
este segundo nomos fue eurocéntrico y de esta manera se fue reformulando la manera 
en el que se tendría que entender la seguridad de cada pueblo así como su soberanía.4 
 
El continente americano recién descubierto fue utilizado, primero, bajo una forma de 
colonia; Francisco de Vitoria fue uno de los principales intelectuales de esta época que 
se preocupó por los derechos de los indios, su obra De indis recoge las reflexiones en 
las que expresa su postura ante el conocimiento de diversos excesos cometidos en las 
tierras conquistadas en América; en ella afirmaba que los indios no eran seres 
inferiores, sino que poseían los mismos derechos que cualquier ser humano y eran 
dueños de sus tierras y bienes. Este fue el inicio del Derecho de Gentes; el cual es muy 
respetado por su valía intelectual hasta el día de hoy en lo que concierne a los 
problemas del derecho internacional, donde se le nombra principalmente en los temas 
referentes a la seguridad nacional y el derecho a la soberanía de cada Estado-nación. 
En su tiempo las ideas de De Vitoria fueron consultadas por Carlos I, sus postulados al 
igual que las del también defensor de los indios, Las Casas, fueron escuchadas en las 
Cortes en 1542 y basándose en dichos concepto se promulgaron las Leyes Nuevas de 
Indias, que ponían a los indios bajo la protección directa de la Corona. 5 
 
Para el presente trabajo me interesa puntualizar y desarrollar además la manera en la 
cual Francisco de Vitoria teoriza el concepto de guerra justa; en su obra: “De iure belli” 
analiza los límites del uso de la fuerza para dirimir las disputas entre pueblos, además 
explica detalladamente la manera en la cual es lícito hacer la guerra, de igual modo 
menciona que la única causa justa para comenzarla es responder proporcionadamente 
a una injuria; por tanto desde el punto de vista de De Vitoria no es lícita la guerra 
simplemente por diferencias de religión o para aumentar el territorio, lo cual pone en 
crisis la mayoría de los conflictos bélicos de la historia del ser humano. De Vitoria 
estableció las bases teóricas del Derecho internacional moderno, del cual es 
 
4 Carl Schmitt, “El imperialismo moderno en el Derecho Internacional Publico” En Héctor Orestes 
Aguilar (comp), Carl Schmitt, Teólogo de la política. FCE. México. 2001. 
 Francisco de Vitoria O.P. Burgos o Vitoria, España; 1483/1486 - Salamanca, España; 12 de agosto de 
1546) fue un fraile dominico español 
5 Francisco Castillo Urbano, El pensamiento de Francisco de Vitoria: Filosofía política e indio 
americano. Ed. Anthropos, Hombre-UAM, México. 1992. 
 IV
considerado el fundador junto con Hugo Grocio, este último afirmaba que el derecho 
internacional proviene del derecho natural y del Derecho de Gentes. El derecho 
internacional para Grocio, es independiente de la teología o de la existencia de Dios, lo 
que implica que en las relaciones internacionales no se puede diferenciar entre 
naciones cristianas e infieles. Para Hugo Grocio el Derecho De Gentes es el dictado de 
la recta razón y existiría aunque Dios no existiese. El derecho natural y las normas 
legales del Estado necesitan de un soberano fuerte que garantice la expansión 
comercial, el orden y la paz. Hugo Grocio describe y ejemplifica que el estado natural 
es cuando en la monarquía absoluta el rey está sujeto a sus propias leyes; ya que al 
ser monarca por un supuesto derecho divino, sus leyes resultan ser justas, y todos, 
incluso él, deben obedecerlas. Pero también hay un derecho natural que no se puede 
saltar. La autoridad del rey, en muchos casos, estaba limitada por las Cortes que tenían 
que votar por los impuestos; con lo que el rey dependía de ellas para conseguir 
recursos.6 
 
En el siglo XVI la política y la religión estaban íntimamente ligadas, no sólo porque 
estaba en disputa la soberanía del Papa y la de los reyes o emperadores, sino porque 
los reyes decidían cuál debía ser la religión de sus súbditos. De esta forma el hecho de 
tener distintas formas de concebir la religión implicaban diferentes concepciones del 
poder. En su obra Sobre la guerra y la paz, Grocio deja de lado el concepto de guerra 
justa e introduce uno nuevo, el no discriminatorio de guerras "con independencia de 
justicia de la causa".7 Sostenía que en el derecho internacional no pueden existir 
buenos o malos, sino que todos son iguales, en esta misma obra es donde Grocio 
considera que el rival tiene la misma oportunidad de justicia como él mismo, ya que 
cuenta con los mismos derechos. Además desarrolla el concepto del derecho en la 
guerra, donde establece ciertas reglas que tienen como punto de partida el concepto de 
humanidad. Grocio es el responsable de sentar una de las bases mas importantes del 
Derecho de Gentes, en su obra El mar libre en la cual desarrolló su teoría distinguiendo Hugo Grocio, Hugo Grotius o Hugo de Groot (Delft, Holanda, 10 de abril de 1583 - Rostock, Alemania, 
28 de agosto de 1645). Jurista, escritor y poeta holandés. 
 
6 Ángela, Aparisi Miralles, Derecho a la paz y derecho a la guerra en Francisco de Vitoria, Granada: 
Comares, 2008. 
7 Cuadernos de ciencias económicas y empresariales, “El pensamiento económico en España y Holanda 
en el siglo XVII; la guerra de los treinta años y la difusión de ideas: Hugo Grotius”. Nº37, 1999. 
 V
entre mar próximo (le da ciertos derechos al Estado) y mar oceánico que es totalmente 
libre; sostiene que debe haber libre comunicación y navegación ya que el mar no es 
propiedad de nadie. Como podemos observar desde teóricos como Francisco de Vitoria 
en el siglo XVI o Hugo Grocio en el XVII, los juristas han tratado de racionalizar el 
hecho brutal, repetido, de la guerra y someterlo tímida y literariamente al derecho: la 
guerra justa, el derecho a la guerra, o el derecho de guerra, desarrollado en los 
tratados del derecho humanitario internacional dirigido a limitar el sufrimiento pero no el 
horror de la guerra en sí, inevitable.8 
 
Esta particularidad humana que desde la perspectiva de Schmitt es ineludible dentro de 
este segundo nomos de la Tierra, donde la tierra firme estaba dividida en territorios de 
Estados nacionales, colonias, protectorados, esferas de interés y donde comenzará a 
conceptualizarse sólo en la parte terrestre la seguridad nacional, por el contrario, la mar 
era libre y debía quedar abierta, sin divisiones fronterizas, para todos los Estados, con 
el objeto de que éstos pudieran libremente explotarla (para las pesquerías, la obtención 
de sal, la captura de perlas, etc.) y utilizarla (para la navegación pacífica y las 
operaciones militares). Naturalmente, era decisivo que de la libertad de los mares se 
dedujera también la libertad de las operaciones militares, es así que la mayor potencia 
marítima de aquellos años se apoderó de los océanos del mundo; Inglaterra venció en 
la mar a uno por uno a todos sus rivales europeos como lo eran: España, Holanda, 
Francia y Alemania. 
 
Con este despertar abrupto por parte de Inglaterra y la manera en que estaba decidida 
a imponer una serie de medidas para controlar los mares en nombre de su vida y 
seguridad como nación, su éxito obtenido se debió entre otros factores, principalmente 
que a diferencia de las otras potencias europeas supo entender mejor el tiempo 
histórico que estaba viviendo, logró conservar cierto orden, no detuvo los cambios, 
aunque en un primer momento lo intentó; pero, a diferencia de Francia, decidió mover 
sus piezas de ajedrez como en el caso particular en el que a pesar del absolutismo de 
los Tudor, y de ser el rey quien dictaba las leyes, estas sólo podían entrar en vigor 
cuando las votaba el Parlamento. Por esta y otras muchas medidas Inglaterra 
dominaría por sí sola la mar y durante mucho tiempo no admitiría ninguna competencia 
 
8 Ángela, Aparisi Miralles, Derecho a la paz y derecho a la guerra en Francisco de Vitoria, Granada: 
Comares, 2008. 
 VI
de otras potencias marítimas, poniendo como argumento que estas medidas eran en 
nombre de preservar su existencia y seguridad como nación. De manera contrastante, 
en el continente europeo reinaba el equilibrio, que no toleraba la hegemonía de una 
sola potencia terrestre con la misma idea de fondo la seguridad de la vida nacional de 
cada Estado-nación, teniendo como garante de esta concepción a Inglaterra, como la 
gran potencia marítima. El equilibrio entre tierra y mar constituía el fundamento de otro 
equilibrio particular al que estaba sometida la tierra. Tierra y mar eran órdenes 
totalmente distintos; había un derecho internacional para cada uno. Autores como 
Morgenthau desarrollan el concepto de equilibrio como consecuencia necesaria de la 
lucha por el poder en un medio político internacional (formado por Estados soberanos), 
como manifestación particular de un principio social general (el equilibrio en lo referente 
al poder tan sólo es una manifestación particular de un principio social general al cual 
deben la autonomía de sus miembros todas las sociedades compuestas de un cierto 
número de unidades autónomas) y como generadora de estabilidad (el equilibrio de 
poder y las políticas dirigidas a su conservación son factores estabilizadores esenciales 
en sociedad de Estados soberanos). El equilibrio se caracteriza por ser necesario e 
inevitable, por producir estabilidad y por mantener la autonomía de todas las unidades 
que lo conforman. Morgenthau señala diversos significados del concepto: 1) una 
política que persigue una situación concreta; 2) una situación dada; 3) una distribución 
aproximadamente igual del poder; 4) cualquier distribución del poder.9 
 
De esta manera la guerra terrestre era, desde el punto de vista jurídico, completamente 
diferente a la guerra naval. En la guerra terrestre sólo era jurídicamente enemigo el 
ejército contrario, excluyendo a la población civil. Quienes se enfrentaban en la guerra 
terrestre no eran los pueblos, sino solamente los ejércitos de los Estados europeos, 
jurídicamente, la propiedad privada de la población civil no podía constituir botín 
alguno, pero la guerra naval era una guerra comercial, era enemigo todo aquél que 
comerciara con el adversario. La propiedad privada de los súbditos del Estado 
beligerante e incluso de los Estados neutrales que comerciaran con éste, eran botín 
 
 Hans Joachim Morgenthau (Coburg, 17 de febrero de 1904 – 19 de julio de 1980) fue un abogado y 
politólogo alemán, teórico de las Relaciones Internacionales enlistado en la corriente del llamado 
realismo. 
9 Hans Joachim Morgenthau, Escritos sobre política internacional, Madrid: Tecnos, 2001. 
 VII
legítimo según el derecho del bloqueo y de la captura; de esta manera se respetaba y 
quedaba para los demás Estados-nación claras las reglas que hacían visible el 
entender y observar la soberanía y con esto no transgredir en la seguridad nacional de 
otro Estado de una manera arbitraria. 
 
Tierra y mar se colocaron así uno frente a otros como dos mundos separados, con 
concepciones de seguridad enteramente diferentes sobre la guerra, el enemigo y el 
botín. El problema que ha planteado la teorización de la seguridad nacional ha radicado 
en que es un aspecto toral de la vida política nacional que, como muchos otros temas, 
se ha convertido en un tabú con todas las implicaciones negativas que esto conlleva. 
Así, se ha llenado de mitos, mentiras y malos manejos, desvirtuando su verdadera 
razón de ser, su esencia y sus objetivos originales. Así, la seguridad nacional se ha 
convertido en un concepto muy abrupto, pues no sólo se refiere al hecho de estudiar 
los fenómenos, personas o instituciones que sustentan a la soberanía o que atentan 
contra ella, sino de encararlos –de acuerdo con el citado axioma– y a partir de ahí, 
evaluar el problema, emitir un diagnóstico y dar alternativas de solución con base en 
dichos criterios. Por otra parte, este concepto es polivalente, pues está condicionado 
por muchísimas coyunturas, amén de sus factores determinantes permanentes. Pero 
además, a esto tenemos que sumarle que la seguridad nacional es un concepto vago e 
impreciso, pues muy pocos investigadores o personajes de la política se han atrevido a 
definirlo, y cuando así lo han hecho ha podido notarse titubeo o ambigüedad en sus 
palabras. Por tanto, es un concepto mal definido y peor entendido, obviamente mal 
aplicado y con resultados desastrosos, que urge aclarar. 
 
Alejandro Ramos Esquivel escribió: “El de seguridad nacional es un concepto nebuloso 
para la mayor parte de la gente y de los propios políticos y casi siempre asociado con 
las acciones encubiertas de las policías y el ejército, lo cual explica,en buena medida, 
el por qué de tantos desatinos en la materia”.10 El investigador estadounidense Gene 
Sharp dice que: “el concepto de seguridad nacional tradicionalmente se refería a las 
amenazas externas y a la estabilidad de un Estado y, por lo tanto, se definía en 
términos de disuasión nuclear, superioridad en armamento, inteligencia militar, 
 
10 Adolfo Del Castillo Martínez (Enero, 1997). La seguridad nacional de México y las relaciones con los 
Estados Unidos. Quórum N° 49 pp. 61-65, México: Instituto de Investigaciones Legislativas de la H. Cámara 
de Diputados. P. 
 VIII
alianzas, contención de las naciones agresoras y estabilidad en la relación Estados 
Unidos-Unión Soviética. Sólo que, en una época posterior a la guerra fría- 
concretamente, la nuestra-, una definición estrictamente militar de la seguridad nacional 
parece bastante anacrónica”.11 Tomando la definición etimológica, Norberto Bobbio 
indica que:”El fin del Estado solamente es la seguridad entendida como la certeza de la 
libertad en el ámbito de la ley”.12 En tanto que, para el comando conjunto de las fuerzas 
armadas de los Estados Unidos de América (U.S. Chiefs of staff): “La seguridad 
nacional es la condición que resulta del establecimiento y manutención de medidas de 
protección que aseguren un estado de inviolabilidad contra actos o influencias 
antagónicas”.13 Para la Escuela Superior de Guerra de Brasil: “La seguridad nacional 
es el grado relativo de garantía que a través de acciones políticas, económicas, sico-
sociales y militares, un Estado puede proporcionar, en una época determinada, la 
nación que jurisdicciona, para la consecución y salvaguardia de sus objetivos 
nacionales, despecho de los antagonismos existentes”.14 
 
Por otra parte el general de div. Edgardo Mercado Jarrin señala que: “podemos definir 
la seguridad nacional como la situación en la cual nuestros objetivos nacionales se 
hallan cubierto de interferencias y perturbaciones substanciales tanto internas como 
externas (…) La seguridad nacional(…) es un valor intermedio para la consecución y 
mantenimiento de los objetivos nacionales. La seguridad puede entenderse en un 
sentido objetivo como la ausencia de amenazas o terror de que tales valores sean 
atacados”.15 El coronel Alejandro Medina Solís señala en su obra: La doctrina de la 
seguridad nacional, que esta se define como “(…) La capacidad del Estado soberano 
para garantizar su supervivencia, manteniendo su soberanía e independencia material 
y espiritual, preservando sus forma de vida y posibilitando el logro de sus objetivos 
fundamentales”.16 De acuerdo con el teniente coronel Venancio Carullo:”La seguridad 
nacional adquiere (…) el carácter de disciplina del orden social, de la paz y de la 
 
11 Thorup, Cathryn L. (1990). Agenda de seguridad nacional. En Aguayo Quezada, Sergio y Bagley, Bruce 
Michael. En busca de la seguridad perdida: aproximaciones a la seguridad nacional mexicana pp. 97-
103. México: Siglo XXI. 
 
12 Max Weber, El político y el científico, Ed Premia. México. 1981. p.8 
13 Coronel. Alfonso Litumma Ariazaga, Doctrina de seguridad nacional, Caracas Venezuela, 1967 .p.42 
 
14 Citado por el Lic. Oscar Morales Herrera, Los objetivos nacionales, el poder nacional y la democracia, 
Colegio de Estudios Estratégicos, El Salvador. 1995 p.24. 
15 Gral. De Div. Edgardo Mercado Jarrin, Seguridad, política y estrategia, Lima Perú. 1974.p.46.. 
16 Alfonso Litumma Ariazaga, Doctrina de seguridad nacional, Caracas Venezuela, 1967. p55. 
 IX
guerra, o sea del derecho, de la política interna, de la política exterior y de la estrategia 
militar (…) como seguridad interior se relaciona con el ordenamiento social y el uso del 
poder, no solo con la ley, sino también por el equilibrio y armonía entre los factores de 
la dinámica social (…) como seguridad exterior se relaciona con el interés nacional, con 
la supervivencia de la nación y del Estado, frente a las amenazas virtuales o reales que 
surgen de la relación con otros”.17 
 
Para Felipe Quero Rodiles, se entiende por seguridad nacional: “(…) El estado de vida 
de una nación en el que no existe amenaza a la soberanía ni a la integridad del 
territorio; en el que desde el interior no se atenta contra el normal ejercicio de la 
autoridad ni contra las instituciones, y en el que tanto las actividades publicas como las 
privadas pueden llevarse a acabo sin obstáculos que se opongan hacia más altos 
niveles de prosperidad”.18 Roberto Calvo en Su Doctrina militar de la seguridad 
nacional expone que: “Los militares chilenos han elaborado la siguiente definición: La 
seguridad nacional es la estructuración de las potencialidades de un país, de manera 
que su desarrollo sea factible con el completo dominio de su soberanía e 
independencia tanto interna como externa”.19 También en Chile la seguridad nacional 
se tipifica como: “(…) una necesidad vital del Estado-nación y por lo tanto un deber, 
requiere tener la capacidad para precaver y enfrentar las interferencias amenazas o 
peligros que afecten o puedan afectar las legitimas aspiraciones e intereses 
permanentes de los objetivos nacionales. Debe preservar los valores fundamentales 
del ser nacional (…)”20 Por otra parte, José Thiago Cintra define la seguridad nacional 
como: “La garantía que, en grado variable, es proporcionada a la nación, 
principalmente por el Estado, a través de acciones políticas, económicas, psico-
sociales y militares para que una vez superados los antagonismos y presiones se 
pueda conquistar y mantener los objetivos nacionales permanentes”.21 De este inicio 
se infieren puntos básicos, de los cuales parten rasgos esenciales que limitan el 
concepto de la seguridad nacional, entre los más destacados tenemos: es una 
 
17 Venancio Carullo, Ideas y problemas sobre seguridad nacional, Buenos Aires. Argentina. 1974. p.59. 
18 Felipe Quero Rodiles, Introducción a la teoría de la seguridad nacional, Madrid España. 1989. p36. 
19 Roberto Calvo, La Doctrina militar de la seguridad nacional, Universidad Católica Andrés Bello. 
Caracas Venezuela. 1979. p.66. 
20 Alfonso Reyes Echandia, El pensamiento militar latinoamericano 1. Democracia y seguridad nacional. 
Centro de Estudios militares Gral. Prats. 1990. p.84. 
21 José Thiago Cintra, Seguridad nacional, poder nacional y desarrollo, Texto de las conferencias 
impartidas por el autor, ante la segunda promoción del diplomado en análisis político que se imparte en el 
centro de investigación y seguridad nacional (cisen). 1991. P53. 
 X
condición política, económica, social y militar. Se manifiesta como un proceso continuo 
e incesante. Tiene una dinámica propia. Es una función estatal, nace con la 
organización del Estado, se manifiesta en pleno ejercicio de la soberanía e 
independencia. Su meta básica es la consecución de los objetivos nacionales, 
representa un estado de garantía, capacidad de conservación y supervivencia que 
posee cada Estado. Existe en función del desarrollo de una nación. Se manifiesta en 
acciones en los cuatro campos del poder, busca la estabilidad y consecución de los 
objetivos nacionales. Esta dirigida a superar los problemas nacionales. 
 
Harold Brown* explica la concepción estadounidense de seguridad nacional como: “la 
capacidad de preservar la integridad física, de la nación y de su territorio; de mantener 
sus relaciones económicas con el resto del mundo en términos convenientes, de 
proteger su naturaleza, sus instituciones y su gobierno de los ataques provenientes del 
exterior, y de controlar sus fronteras”.22 Robert McNamara**, por su parte, señala que: 
“la seguridad nacional no es la fuerza militar, aunque pueda incluirla, la seguridad no es 
la actividad militar tradicional, aunque pueda abarcarla. La seguridades desarrollo y sin 
desarrollo no puede haber seguridad”.23 De acuerdo con la Organización de las 
Naciones Unidas, la seguridad nacional es definida como la situación en la que un 
Estado se considera resguardado contra agresiones militares, presiones políticas o 
coerciones económicas significativas, obteniendo con ello libertad de acción para 
proseguir con su propio desarrollo y progreso.24 La expresión “seguridad nacional”, 
aunque puede ser hallada en documentos de distinta antigüedad histórica, como por 
 
* Harold Brown (nació en1927), científico americano, fue secretario de defensa de los Estados Unidos de 
1977 a 1981 en el gabinete del Presidente Jimmy Carter. Él había servido de manera provisional en la 
presidencia de Lyndon Johnson en la secretaria de de la fuerza aérea 
22 Harlod Brown, Reflexiones acerca de la seguridad nacional, Citado en John Lewis Gaddis, A grand 
strategy of transformation Foreign Policy, no. 133, november/ december 2002 pp 50-57. http://www. 
Foreignpolicy.com/ sigue_novdec_2002/gaddis.html. 
** Robert Strange McNamara (nacido el 9 de junio de 1916) es un ejecutivo y antiguo Secretario de 
Defensa estadounidense. McNamara trabajó como Secretario de Defensa entre 1961 y 1968, durante el 
periodo de la guerra de Vietnam, y abandonó el cargo para convertirse en el Presidente del Banco 
Mundial entre 1968 y 1981. 
23 Citado por Oscar Morales Herrera, Los objetivos nacionales, el poder nacional y la democracia, 
Colegio de Altos Estudios Estratégicos, El Salvador, 1995, p.24. 
24 ONU, Informe del Secretario General, Conceps of security, New York, 1986, p.2. 
 XI
ejemplo en la teoría de la Geopolítica del siglo XIX en Alemania e Inglaterra.25 En 1927, 
cuando se publicó la Zeitschrift für Geopolitik (Teoría de la Geopolítica), dicha idea 
dispuso que la conducta política y las capacidades militares pueden explicarse y 
preverse basándose en el ambiente físico, y que esta influencia puede llegar a 
determinar la tecnología, la cultura, la economía de los estados, su política interna y 
externa y las relaciones de poder entre ellos.26 Entonces, podemos señalar que este 
fenómeno es el conjunto de acciones hechas por los integrantes de un Estado para 
obtener el logro de su proyecto nacional. Una vez que surgieron los estados, la 
seguridad asumió su naturaleza política, pues se concreto a asegurar la supervivencia 
de esa organización. El paso del tiempo ubicó a la seguridad nacional como fenómeno 
social circunscrito al proceso político. 
 
 Aunque se incorporó al vocabulario común de las Relaciones Internacionales, hasta 
1943, con el influyente libro de Walter Lipmann: “Política Exterior de los EEUU: Escudo 
de la República”. En su texto, y refiriéndose al aislacionismo geográfico natural de su 
país (“con dos océanos protectores y una benevolente marina inglesa” según decía), el 
autor resaltaba que en esa precisa combinación de factores se “ocultaba la idea de la 
seguridad nacional para los norteamericanos”. Tal como allí lo expresara y según su 
criterio, la fuerza de las circunstancias al final de la Gran Guerra, comenzaba a 
delinear, para los Estados Unidos, un “perímetro de seguridad” muy superior al de sus 
simples fronteras. 
 
Como señala el investigador Wolfers, el termino de seguridad nacional es más preciso 
y simbólicamente efectivo que el de interés nacional, en la medida en que: “sugiere la 
protección mediante el poder y, por lo tanto, se le encuentra con mucho mayor 
frecuencia en los discursos de aquellos que sustentan la dependencia en el poder 
nacional que en los de quienes cifran su confianza en que una conducta modelo, la 
 
 
25 Olguín, Alarcón Víctor y Bermúdez, Ubléster Damián. Orden jurídico y seguridad nacional. Crítica 
jurídica N° 9, Puebla, Pue. Universidad Autónoma de Puebla. 1988. pp. 83-95 
 
26 Fulvio Attina, (1991). Geopolítica. Diccionario de Política de Norberto Bobbio tomo I pp. 702-703. 
Siglo XXI. México: Siglo. pp.702-703 
 
 XII
cooperación internacional o las Naciones Unidas conducirán a su país a salvo de las 
tempestades del conflicto internacional”.27 
 
Uno de los primeros problemas a los que se enfrenta el estudioso de estos 
aspectos es la diferencia entre la seguridad nacional y el poder militar. Éste, 
último, es definido por el especialista Michael I. Handel, como el resultado de 
multiplicar los factores cuantitativos por los factores cualitativos que, sumados a la 
evaluación de la hipótesis de guerra (amenazas más probables que enfrenta todo 
Estado), terminan por perfilar una determinada composición de fuerza militar.28 Se 
reconocían así dos hechos relevantes: el primero, referente al desuso y paulatino 
reemplazo del término “defensa”, con su connotación básica de repeler 
agresiones, por uno mucho más amplio y complejo como el de “seguridad”, que no 
sólo sugería resistencia a las amenazas, sino “anticipación”. Se ratificaría así, la 
interrelación jerárquico-funcional que existe entre seguridad y defensa, 
considerada la seguridad como “objetivo” o “situación deseada” y la defensa como 
la concreción de “medidas y acciones” para su consecución. 
 
El principal indicador que ayuda al concepto de seguridad nacional a encontrar su 
camino a través del paisaje de la política internacional es el concepto de interés 
definido en términos de poder. El concepto de interés definido como poder impone 
disciplina intelectual al observador, infunde orden racional en la materia de la política y, 
de este modo, hace posible la comprensión teórica de la política. En cuanto al actor, le 
dota de disciplina racional para la acción y crea esa sorprendente continuidad en la 
política exterior que hace que las estrategias de seguridad nacional como la 
norteamericana, británica y rusa aparezcan como un continuo racional, inteligible y 
consecuente consigo mismo en su conjunto, al margen de los motivos, diferencias y 
valores intelectuales y morales de los sucesivos estadistas. 
 
El hacer un estudio de la conceptualización de la seguridad nacional nos libraría, así, 
de dos falacias comunes: la consideración de las motivaciones y la consideración de 
las preferencias ideológicas. Cuando se desea entender la política exterior, lo que es 
 
27 Wolfers, Arnold: “La seguridad nacional como símbolo ambiguo” en Relaciones Internacionales. El 
pensamiento de los clásicos, Limusa Noriega editores. Mexico, 1994, p.171. 
28 Gabriel Marcella, Guerra en tiempos de paz: misiones futuras de las fuerzas armadas 
latinoamericanas, un ensayo exploratorio, ONU, 1996. 
 XIII
importante conocer no son tanto las motivaciones del estadista como su capacidad 
intelectual para captar lo esencial de la política exterior, así como su capacidad política 
para transformar lo que ha captado en una acción política efectiva. La seguridad 
nacional no exige ni excusa la indiferencia con respecto a los ideales políticos y a los 
principios morales, pero exige fe al hacer una clara distinción entre lo deseable y lo 
posible, entre lo que es deseable en cualquier lugar y momento y lo que es posible en 
circunstancias concretas de lugar y tiempo. Una teoría de la política exterior que 
pretenda ser racional debe, por así decirlo, hacer abstracción de esos elementos 
irracionales e intentar pintar un cuadro de la política exterior que presente la esencia 
racional localizable en la experiencia, sin las desviaciones contingentes de la 
racionalidad que también hallamos en la experiencia. 
 
El concepto de seguridad nacional contiene no sólo un elemento teórico, sino también 
uno normativo. Sabe que la realidad política está repleta de contingencias y de 
irracionalidades sistémicas y señala las influencias características que ejercen sobre la 
política exterior. No obstante,comparte con cualquier teoría social la necesidad de 
acentuar los elementos racionales de la realidad política, ya que son esos elementos 
racionales los que hacen la realidad inteligible para la teoría. La conceptualización de la 
seguridad nacional considera que una política exterior racional es una buena política, 
porque sólo una política exterior racional minimiza los riesgos y maximiza los beneficios 
y, en consecuencia, cumple tanto con el precepto moral de la prudencia como con el 
requerimiento político del éxito. 
 
En la seguridad nacional se considera que el concepto clave de interés definido como 
poder es una categoría objetiva con validez universal, pero no lo dota de un significado 
establecido de una vez y para siempre. La idea de interés es de hecho la esencia de la 
política y no se ve afectada por las circunstancias de tiempo y de lugar. El tipo de 
interés que determina la acción política en un período concreto de la historia depende 
del contexto político y cultural en el cual se elabora la política exterior. 
 
Las mismas consideraciones se pueden hacer respecto del concepto de poder. Su 
contenido y su uso están determinados por el medio cultural y político. El poder puede 
incluir cualquier cosa que establezca y mantenga el control del hombre sobre el 
hombre. Así, el poder integra todas las relaciones sociales que llevan a dicho fin, desde 
 XIV
la violencia física hasta los lazos psicológicos más sutiles a través de los que una 
mente controla a otra. El poder incluye el dominio del hombre por el hombre, tanto por 
salvaguardas constitucionales, como en las democracias occidentales, como cuando se 
trata de esa fuerza bárbara y salvaje que no atiende a otra ley que no sea su propia 
fuerza y cuya única justificación es su engrandecimiento. 
 
En la seguridad nacional se conscientiza del significado moral de la acción política, 
también es consciente de la inevitable tensión entre el imperativo moral y las 
exigencias de la acción política acertada. Al estudiar el concepto de seguridad nacional 
éste sostiene que los principios morales universales no pueden ser aplicados a las 
acciones de los Estados en su formulación universal abstracta, sino que deben ser 
filtrados a través de circunstancias concretas de tiempo y lugar. Entendiendo por el 
concepto del Estado lo que comprende al ente político constituido en un territorio 
definido, a través del proceso histórico de un pueblo que crea nexos económicos, 
lingüísticos y culturales uniformes, bajo un ordenamiento jurídico soberano. Así 
podemos argumentar que el Estado es la agrupación jurídica por excelencia, la mayor 
obra cultura del ser humano que le permite vivir en sociedad. El Estado, al igual que 
toda entidad política: “es un enlace de dominio de individuos sobre individuos, 
sostenido mediante la legitima violencia”.29 
 
La figura del Estado es alcanzada por el hombre para organizarse en una asociación 
necesaria que brinde, ante todo, seguridad y bienestar, por lo que no se puede vivir 
fuera de el, mientras que si es posible abstenerse de otras asociaciones. El Estado es 
en esencia una realidad política, es decir, un hecho social de naturaleza política, el cual 
integra una sociedad humana, establecida en el territorio que les pertenece, además de 
estar regida y estructurada por un orden jurídico creado, aplicado y sancionado por un 
poder soberano con el objeto de obtener el bien publico de toda la comunidad. Tanto el 
individuo como el Estado deben juzgar la acción política con principios morales 
universales, como la libertas. Pero, mientras el individuo tiene el derecho moral de 
sacrificarse en defensa de tal principio moral, el Estado no puede dejar que su 
desaprobación moral de la violación de la libertad se interponga en el camino de una 
acción política acertada, inspirada ella misma por el principio moral de la supervivencia 
nacional. No puede existir moralidad política sin prudencia; esto es, sin la consideración 
 
29 Max Weber, El Político Y El Científico.,. Ed Premia. México 1981 p. 8 
 XV
de las consecuencias políticas de una acción aparentemente moral. Así en nombre de 
la seguridad nacional se piensa que la prudencia (sopesar de las consecuencias de 
acciones políticas alternativas) es la suprema virtud en política. La ética en abstracto 
juzga la acción por su concordancia con la ley moral; la ética política juzga la acción por 
sus consecuencias políticas. 
 
En la seguridad nacional se niega a identificar las aspiraciones morales de una nación 
concreta con leyes morales que gobiernan el universo. Es exactamente el concepto de 
interés definido en términos de poder el que nos salva tanto de los excesos morales 
como de la locura política. Cuando los planificadores desarrollan la seguridad nacional 
están defendiendo la autonomía de la esfera política, al igual que el economista, el 
moralista y el jurista defienden las suyas. Piensan en términos del interés definido 
como poder (el planificador de la seguridad nacional pregunta ¿Cómo influye esta 
política en el poder de la nación?). Los planificadores de la seguridad nacional no 
desconocen la existencia y la importancia de formas de pensamiento al margen de las 
políticas. Pero como planificadores no puede más que subordinar esas otras formas a 
las políticas. Y se separa de otras concepciones cuando éstas imponen formas de 
pensamiento propias de otras esferas en la esfera política. Aquí es donde la seguridad 
nacional se opone a la aproximación legalista- moralista de la política internacional. La 
seguridad nacional está basada en una concepción pluralista de la naturaleza humana. 
La seguridad nacional al reconocer que existen esas diferentes facetas de la naturaleza 
humana, también reconoce que para entender a cada una de ellas se debe tratar con la 
misma en sus propios términos. 
 
Es por este motivo que se pretende hacer una pequeña revisión histórica tomando 
como eje el concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos de América para 
hacer un estudio de que hasta que punto los estadounidenses, han podido llevar 
adelante una política exterior inteligente, responsable y eficaz; donde se compruebe si 
realmente han superado los riesgos de vivir bajo una mentalidad de asedio y el 
problema que les ha ocasionado este sentimiento para adecuarse al estatus histórico 
para el cual según ellos ha sido predestinada la nación estadounidense. 
 
La pregunta obligada es por qué hacer un estudio de la seguridad nacional de los 
Estados Unidos desde América Latina. Esta teorización se ha visto reflejada desde que 
 XVI
los países de esta región obtuvieron su independencia, las relaciones entre ellos se ha 
caracterizado: “por una subordinación externa en el caso de la vinculación América 
Latina-Estados Unidos, en el ámbito de un sistema y de aislamiento interno, en lo que 
hace a las relaciones de los Estados Unidos de la región entre si”.30 La “Doctrina 
Monroe” vino a convertirse en un elemento de dominación de los Estados Unidos 
respectos a sus vecinos del sur, en virtud del cual los Estados Unidos de América, junto 
con definir a América Latina y el Caribe como una esfera prioritaria de su influencia, 
resulta innegable por lo tanto que vivimos bajo una influencia política norteamericana 
así como bajo su continuo escrutinio, creo que nos es necesario aprender el lenguaje 
político de los Estados Unidos de América. 
 
El concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos de América debe ser 
estudiado en América Latina, por ser ésta la primera región donde se utilizó en la 
historia y se convirtió, a partir de entonces, en su franja de máxima seguridad, además 
de cinturón primario de influencia política. En América Latina, desde 1823, hemos visto 
expresado este dominio político en los siete puntos del cambio de la seguridad nacional 
que se traducenen aspectos tales como en expansionismo territorial, es decir, que la 
primera estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos estuvo encaminada 
hacia América Latina; así como el Destino Manifiesto, un documento que expresa la 
voluntad de la población de expandirse (aspiraciones nacionales) termina uniéndose a 
los intereses del gobierno (intereses nacionales). El interés nacional es un componente 
del espíritu de los padres fundadores y, por tanto, un concepto guía de la política 
exterior de los Estados Unidos desde la fundación de la república. El concepto de 
interés nacional contiene dos elementos, uno que es lógico y necesario, y el otro que 
es variable y está determinado por las circunstancias sociales. En lo que respecta al 
elemento necesario, el análisis de la obra de Hans Joachim Morgenthau permite 
afirmar que el mismo es equivalente a la seguridad nacional. De tal manera que el 
interés nacional necesario se traduce en la supervivencia física, política y cultural de la 
nación. Dando como resultado que, por ejemplo, la guerra contra México, en 1846, 
fuese un objetivo nacional. 
 
 
30 William Appleman Williams. The Frontier thesis and American history, Henry Holt Co, New York, 
1995. p.90. 
 XVII
El concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos de América ha existido desde 
su nacimiento como Estado hasta nuestros días. La política de los Estados Unidos sólo 
ha cambiado para acelerar la conquista presuntamente preordenada por Dios, a fin de 
cumplir la voluntad del todo poderoso de instaurar la democracia y la libertad por el 
bien de la humanidad. En la actualidad el fenómeno de la militarización ha centrado las 
miradas en este concepto bastante citado y pocas veces estudiado a profundidad pero 
que, por su importancia y peso histórico, resulta fundamental analizar su desarrollo y 
centrarse en su estudio. 
 
Los dilemas inherentes al concepto de seguridad nacional estadounidense obligan a 
plantearse el tratar de entender como es que surge el concepto de seguridad nacional 
en los Estados Unidos. El problema radica en que un país como los Estados Unidos de 
América que se siente atenazado por sus grandes problemas, intereses, posiciones de 
preponderancia o dependencia, o simplemente de graves desequilibrios estructurales 
en muchas ocasiones nos hace sentir que parece que estamos ante un trabajo de 
adivinación analógica, produciendo un mare mágnum de proyecciones desenfrenadas 
por exceso y por defecto. Y precisamente lo que intentamos evitar es que ese mare 
mágnum anegue y envenene hasta el último vaso capilar de las relaciones políticas, 
sociales y económicas entre una gran potencia y el resto de varias naciones que 
geográficamente son cercanas pero, culturalmente, distintas. 
 
Para entender como han conceptualizado su seguridad nacional los Estados Unidos de 
América, se ha dividido el presente estudio en tres capítulos. En el primero se hablará 
de la evolución de la seguridad de los Estados Unidos antes de la guerra fría, es decir, 
de 1789 a 1947,31 periodo en el que existió un miedo persistente a las amenazas 
exteriores europeas y en el que se desarrolló una gran fuerza militar con miras a salir 
de una política aislacionista e ir tomando a América Latina y el Caribe como su lago 
particular. Este desarrollo explica la importancia de hacer un estudio sobre el cinturón 
primario de su seguridad nacional. 
 
En el segundo capítulo se aborda el concepto de seguridad nacional norteamericano 
después de la Segunda Guerra Mundial y en el inicio de la guerra fría hasta el año de 
 
31 Deliberadamente se ha hecho omisión al periodo de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Por tanto, el 
énfasis ha sido en los aspectos de base, más que en las estructuras de la seguridad nacional. 
 XVIII
1970. Este año fue decisivo porque surgió una nueva manera de controlar, por parte 
del Congreso de los Estados Unidos, los gastos y las decisiones, además de concebir 
la seguridad nacional dentro de límites más definidos, teniendo estrategias como la 
contención de Kennan que intentó detener la influencia soviética con la creación del 
Nacional Security Council, la Central Inteligency Agency y la Organización del Atlántico 
Norte. En este capítulo se estudia entonces cómo la Unión Soviética dejó de ser una 
amenaza política y psicológica para convertirse en una amenaza militar; así como el 
intento de acabar con los movimientos de liberación nacional y desalentar las 
revoluciones en el Tercer Mundo. En esta parte en Latinoamérica volverán a estar 
presente las estrategias de seguridad nacional de los Estados Unidos. 
 
De esta manera el objetivo es analizar las circunstancias en las que surgió el concepto 
de seguridad nacional en los Estados Unidos de América, así como observar su 
continua transformación en la historia. Se pretende estudiar el desarrollo del concepto 
resaltando la continuidad de valores considerados esenciales desde los padres 
fundadores de esa nación hasta 1970. Los cambios en el concepto tienen que ver con 
el desarrollo de siete puntos básicos que son: 1) el tipo de gobierno, 2) la capacidad 
militar, 3) el desarrollo económico por el cual se esté pasando, 4) el proyecto de nación 
o la ausencia de éste, 5) el contexto internacional, 6) qué tipo de amenazas se tengan, 
7) qué tan real es el tener un conflicto o una guerra. La continuidad de la seguridad 
nacional como ya se mencionó, se expresa a través de las aspiraciones nacionales 
(pueblo) unido a los intereses nacionales (gobierno o sector especifico de la sociedad) 
para terminar confluyendo en los objetivos nacionales, que en la historia 
norteamericana se han traducido, en el aspecto interior, con el mantener el American 
way life del siglo XIX y en el exterior ha tenido en el expansionismo que se justifica en 
llevar el nombre de la democracia y la libertad a todo el mundo. Tratando de entender a 
través de planteamientos políticos, militares y socio-económicos de los hombres que 
forjaron esta nación desde una perspectiva interna así como externa, pretendiendo 
dilucidar qué es, cómo se origina y tal vez lo más importante, a dónde conduce el 
concepto de seguridad nacional norteamericano. Es por este motivo que aunque no es 
tema del presente trabajo desarrollar el aspecto actual de la seguridad nacional en 
Norteamérica es mencionado para dar una mayor continuidad histórica, dejando claro 
que podría desarrollarse en un próximo trabajo. 
 XIX
Pretendo comprobar que los Estados Unidos no necesitaron de la existencia de la 
Unión Soviética para desarrollar un concepto de seguridad “contra extraños peligros” e 
institucionalizar un concepto de seguridad nacional y un aparato único de espionaje. 
La existencia del comunismo y el socialismo en el Este de Europa sólo resultaron ser el 
caldo de cultivo necesario para los objetivos políticos de los Estados Unidos. Además 
uno de los puntos que se intenta establecer es la manera en que ha ido cambiando el 
concepto en la historia de los Estados Unidos, como en el caso especifico del espíritu 
que impregnaba aquella declaración de Fisher Ames, portavoz de los federalistas de 
Massachussets, en julio de 1798, ante la posibilidad expansionista del país al decir: “Mi 
fe es que hemos nacido para altos destinos”,32 con los cambios lógicos originados por 
los procesos históricos es posible aún rastrear y encontrar cierta esencia de los padres 
fundadores en las declaraciones del presidente George W. Bush en La estrategia de 
seguridad nacional después de los atentados del 11 de septiembre del 2001. 
 
En el tercer capítulo se habla del concepto de seguridad nacional aplicado a América 
Latina en dos casos específicos: la revolución cubana y el programa Alianza para el 
Progreso, de manera cronológica de 1959 a 1964, añospor demás emblemáticos por la 
importancia que adquiere el hemisferio occidental para los Estados Unidos al pasar de 
una zona de supuesta baja prioridad a una región de máxima seguridad debido a los 
movimientos insurgentes, además de la influencia soviética en la crisis de los misiles 
cubanos, caso que, como es bien sabido, estuvo a punto de ocasionar la Tercera 
Guerra Mundial. 
 
La primer problemática referente al concepto de seguridad nacional de los Estados 
Unidos, que se desarrolla en el presente trabajo alcanzó su cenit poco después de la 
independencia del país y giro en torno a si aquel Estado recién emancipado debía 
siquiera tener un ejército regular en tiempo de paz y si era necesario adoptar 
precauciones (y cuales debían ser estas) para contrarrestar el riesgo de que la 
existencia misma de tal institución pudiera degenerar en una situación de despotismo. 
El Congreso de Estados Unidos se mostró inicialmente reticente a aprobar la creación 
de un ejército permanente, lo que llevó a Alexander Hamilton a advertir en El 
Federalista que sin dicho ejército: “Estados Unidos exhibiría entonces el espectáculo 
más extraordinario que el mundo jamás haya presenciado: el de una nación 
 
32 A. Hamilton, J. Madison, J. Jay, El Federalista... p.14 
 XX
incapacitada por su Constitución para prepararse para su defensa antes de que sea 
realmente invadida”.33 
 
De esta manera la historia norteamericana señala que, desde finales del siglo XVIII, los 
Estados Unidos eran renuentes a contar con una fuerza militar perpetua. Esto se 
explica porque se veían como una solitaria isla en un inmenso mar, y pensaban que un 
gasto militar era innecesario y sólo les acortaría su libertad. Los Estados Unidos por 
cuestiones geográficas habían encontrado un vinculo entre soberanía Estatal y 
seguridad nacional, como quedó expresado en su “Destino Manifiesto” que se publicó 
por la élite revolucionaria durante la Guerra de Independencia, además el estar con 
vecinos débiles, tanto al norte como al sur, hicieron pensar a los norteamericanos que 
su soberanía nacional era un derecho natural y al mismo tiempo, una consecuencia 
también natural de su seguridad nacional sin igual. Estas ideas siguieron vigentes, por 
poco más de cien años, entre los hombres forjadores de la nación norteamericana. Lo 
sorprendente y digno de estudio es ver como otro grupo de hombres de esa nación 
fueron forjando paralelamente la idea de un Estado en expansión, un Estado que veía, 
para 1823, a América como su zona natural de dominio y necesario crecer en el 
aspecto militar así como estaban creciendo en los aspectos económicos y políticos. 
 
La realidad es que los Estados Unidos de América son un país intrínsecamente nuevo 
un verdadero imperio muy alejado ya del mundo pionero que lo engendro.34 En donde 
ha habido una serie de penurias históricas en la ascensión irrestible del viejo y apacible 
gigantón agrícola, emergido revolucionariamente del continente europeo a la cumbre 
del poder económico y estratégico mundial. Hay una dinámica muy fuerte de cambios 
en las circunstancias externas del concepto de seguridad nacional por lo cual fue 
diseñado con un sentido pragmático de adaptación flexible a la realidad. Cambios 
promovidos para servir a la funcionalidad de los Estados Unidos esencialmente 
distintos en sus dimensiones, recursos, responsabilidades y objetivos de lo que en un 
principio echaron a andar en la Convención de Filadelfia en 1787.35 
 
 
33 Gregory J. Urwin, “The Army of the Constitution: The Historical Context”, en Max C. Manwarnin 
(comp), Into insure domestic Tranquility, provide for the common defence, Caroline Pensilvania, 
Strategic Studies Institute. 
34 Javier Roiz. Paul E. Sigmud, Poder, sociedad y Estado en USA, Editorial Teide, España. 1985. 
35 Sheldon S. Wolin, “The people’s two bodies”, Democracy, vol. 1 nº 1 pag.2-24 
 XXI
Los cambios producidos en el concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos a 
través del tiempo han sido no sólo cuantitativo sino que su magnitud y naturaleza los 
hace también cualitativos. Donde podemos observar cambios adaptativos, como 
prueba de una flexibilidad excepcional en el sistema que diseñaron los padres 
fundadores. La pregunta es si el concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos 
del siglo XVIII y XIX, basada en la dispersión del poder, la descentralización y los 
controles y contrapesos institucionales, puede ajustarse a las necesidades internas de 
una de las mayores potencias económicas, militares y políticas del mundo.36 
 
Al realizar un estudio de las estrategias de seguridad nacional de los Estados Unidos 
se pretende comprobar que la idea de ser una gran potencia así como el concepto de 
seguridad nacional estuvo siempre vigente y que se necesitó más de siglo y medio y 
dos Guerras Mundiales para poder introyectarla en la sociedad norteamericana. Para 
ello fue necesario crear un sentimiento de temor continuo a extraños peligros que se 
transformó en una fobia perdurable. Se requirió de astucia, trabajo incesante y algo de 
buena suerte para poder hacer a un lado la idea del aislacionismo y cambiar el 
pensamiento de un pueblo que por tradición histórica rehuía a los compromisos 
internacionales. 
 
El concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos de finales del siglo XVIII y 
principios del siglo XIX fue cambiando, en una defensa por medio de alianzas 
internacionales durante la segunda mitad del siglo XX y en la actualidad se está 
transmutando en una vulnerabilidad global compartida. Este elemento surgió con el fin 
de la Guerra Civil estadounidense cuando desapareció la noción del enemigo interno. 
En otras palabras, existía una clara diferenciación y separación de funciones. Unas, las 
policiales se ocupan de problemas internos Law and Order; las otras, las militares por 
su parte se dedican a la proyección del poder hacia fuera; principio de pacis comitate, 
que, oficialmente, a partir de 1878; excluye a las fuerzas armadas de toda operación y 
funciones de fronteras hacia adentro. 
 
El segundo debate prolongado, de igual trascendencia en la conceptualizacion de la 
seguridad nacional en cuanto a sus consecuencias, fue el provocado tras la Primera 
Guerra Mundial por el rechazo de Estados Unidos a ser miembro de la Sociedad de 
 
36 Walter Dean Burnham, Critical elections and mainstream of american politics, 1970. 
 XXII
Naciones y culminó con la decisión alcanzada casi tres decenios más tarde (finalizada 
la Segunda Guerra Mundial) de implicarse en un compromiso de duración indefinida 
con la seguridad de Europa, tal como quedó expresado en el artículo 5 del Tratado del 
Atlántico Norte. La ratificación de dicho tratado en el Congreso supuso una redefinición 
fundamental del significado y el alcance del concepto de seguridad nacional 
estadounidense: a partir de aquel momento, la defensa de Europa se convirtió en la 
primera línea de la defensa del propio Estados Unidos. La alianza se convirtió en la 
piedra angular de la política estadounidense de defensa. 
 
¿Fue el contar con una visión amplia y el intentar entender y estudiar el mundo lo que 
llevó a los Estados Unidos a desarrollar una fuerza militar que los impulsaría a 
convertirse en la gran potencia mundial a finales de la primera mitad del siglo XX? En 
este sentido la historia tradicional norteamericana ha intentado explicar que los Estados 
Unidos se vieron obligados a dar este salto de una sociedad que, pese a seguir siendo 
aislacionista, se transformó en una sociedad con enormes compromisos 
internacionales y que se vio ante la disyunción de expandirse y cambiar su imagen y 
función. De ser el gendarme de América pasó a convertirse en árbitro mundial. 
 
Durante la GuerraFría, y aún antes de ella, estuvo vigente el concepto de Nacional 
Security, cuyo significado fue: la militarización hacia el exterior, aunado a otra serie de 
condiciones que se verán en el presente trabajo, es decir, desarrollaron una fuerza 
táctica para disuadir, en una primera parte de su historia, a peligros extraños y después 
a la Unión Soviética. En el proceso de la Guerra Fría, los Estados Unidos lograron 
mantener el peligro geográficamente alejado de Norteamérica. Hasta finales de la 
década de 1950 y principios de 1960 (la crisis de los misiles cubanos), los Estados 
Unidos se vieron abocados a reconocer que la tecnología moderna había hecho de la 
invulnerabilidad una cosa del pasado. Al final de la guerra fría y después de esta; 
durante un breve periodo de tiempo, Estados Unidos volvió a sentirse casi invulnerable. 
 
Desde 1970 y hasta la actualidad, la Constitución otorga amplías facultades al 
Congreso en asuntos de seguridad nacional: declarar la guerra, expedir cartas de 
marca y represalia, reclutar un ejército, promover y sostener una armada, regular las 
fuerzas de tierra y mar, regular gastos para la defensa común; entre otras. Es por este 
motivo que el presente estudio del concepto de seguridad nacional llega hasta 1970. 
 XXIII
Podemos decir que, debido al colapso y desmembramiento de la Unión Soviética y a la 
emergencia de la Federación Rusa, esto es, a la virtual desaparición de una 
superpotencia capaz de competir por la hegemonía mundial con los Estados Unidos, 
éstos reducen el número de efectivos bajo las armas. La lección de la experiencia del 
pasado histórico estadounidense, asimilado e incorporado a la política de defensa les 
ha mostrado a los Estados Unidos, que los conflictos de baja intensidad se libran 
fundamentalmente en el plano político y no en el militar de esta manera se explica esa 
reducción vivida. 
 
Actualmente los Estados Unidos se encuentran ante una transformación radical porque, 
desde su óptica, el enemigo está fuera y dentro del territorio nacional, ante la amenaza 
real del terrorismo y de las armas de destrucción masiva. Esto obliga a una 
reinterpretación de las fuerzas militares, policiales y de inteligencia; y tiene como efecto 
una transformación de los procesos, con lo que se hace difusa la frontera entre estos 
tres actores estatales a los que, incluso se otorga poderes extraordinarios. Como 
consecuencia el concepto de National Security comienza a adecuarse al de Domestic 
Security, esto se puede observar en la necesidad que se tiene de recuperar la iniciativa 
estratégica; concepto de guerra preventiva basado en la idea de que “la mejor defensa 
es una buena ofensiva,” cuyo significado es tomar medidas anticipadas y preventivas. 
La coyuntura actual se caracteriza por un momento histórico de cambio y continuidad 
de la seguridad nacional de Estados Unidos, de tránsito con un impacto en la 
concepción, doctrina, legislación, administración y función en la materia, cuyos efectos 
y resultados no son tan difíciles de predecir. 
 
El tercer debate que como se mencionó al principio de manera formal no se 
desarrollará en el presente trabajo pero por cuestión cronológica y de entendimiento se 
aludirá de manera continua, este tiene visos también de convertirse en prolongado y 
divisivo tanto dentro como fuera del país. En esencia, gira en torno a la cuestión de 
hasta dónde debería llegar Estados Unidos para maximizar su propia seguridad y en 
qué consiste de manera política y económica tomando en cuenta los riesgos para los 
vínculos estratégicos que mantiene con sus aliados. Si bien irrumpió en la escena 
pública tras el 11-S, el tercer debate estaba ya prefigurado a mediados de la década de 
1980, momento en el que se produjo una dura confrontación de opiniones con motivo 
 XXIV
de la propuesta del presidente Reagan de lanzar una iniciativa de redefensa 
estratégica, pero cuando la Unión Soviética se colapso la amenaza misma se disipó. 
 
El poder estadounidense ha puesto sobre el tablero mundial una nueva manera de 
entender por los Estados-nación, los conceptos de seguridad nacional y soberanía, 
donde para bien o para mal los Estados Unidos terminan siendo el garante en la 
estabilidad actual; el poder y la dinámica social estadounidense diluyen lo que 
conocíamos como la soberanía tradicional. Para Hans Joachim Morgenthau: “La 
aspiración por el poder es el elemento diferenciador de la política internacional, al igual 
que de la política general”. De este modo, Morgenthau da al concepto un primer 
sentido. Lo convierte en fundamento y condición de la política. Según Weber poder 
significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, 
aun contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa posibilidad. Esta 
visión de poder- relación es compartida por Morgenthau: " El poder comprende todo 
aquello que establezca y mantenga el control del hombre sobre el hombre. Así, el 
poder cubre todas las relaciones que sirven a ese fin, desde la violencia física hasta los 
más sutiles lazos psicológicos por los que una mente puede controlar a otra".37 
 
Morgenthau también asume la concepción del poder como poder- posesión o 
capacidad del Estado para alcanzar fines basándose en sus recursos. Pero qué es el 
poder político: un medio para alcanzar los fines de la nación. Sin embargo, el sentido 
instrumental del poder va más allá de la definición del poder- posesión de Hobbes, 
pues junto a los recurso o factores materiales Morgenthau toma en consideración los 
elementos que permiten movilizar los recurso o base del poder potencial de 
movilización: Las fuerzas utilizables por cada unidad política en su rivalidad con las 
otras son proporcionales no al potencial, sino al potencial de movilización. Este, a su 
vez, depende de circunstancias múltiples que pueden reducirse a dos términos 
abstractos: capacidad y voluntad. Morgenthau se concentra en los aspectos cualitativos 
del factor humano componente del poder nacional: carácter y moral nacional, calidad 
del gobierno y, sobre todo, de la diplomacia. 
 
Los recursos (capacidad potencial) debidamente movilizados constituyen ese poder 
nacional que determina la potencia de un Estado. El poder debidamente movilizado da 
 
37 Hans J. Morgenthau, Escritos sobre política internacional, Madrid: Tecnos, 2001. 
 XXV
lugar a un fenómeno de control o de dominación. Sin embargo, Morgenthau distingue 
en este caso entre la dominación derivada del poder político y la derivada de la fuerza. 
En suma, el término poder cubre diversas realidades en la teoría de Morgenthau: el 
fenómeno básico de la relación que constituye el poder, los medios y la movilización de 
los medio que permiten hablar del poder nacional en el sentido de potencia y, 
finalmente, los efectos derivados de tal poder, no equivalentes al uso de la fuerza, que 
originan un fenómeno de dominación. 
 
Desde la perspectiva del autor Zbigniew Broezinkky es de resaltar esto ya que: 
“Estados Unidos empezó a existir como tal en una época en la que la soberanía y la 
seguridad nacional eran términos casi sinónimos que definían las cuestiones 
internacionales. El orden internacional de los últimos siglos se ha basado en la premisa 
de la soberanía del Estado-nación, según la cual cada Estado es el último y absoluto 
árbitro- dentro de su territorio- de sus necesidades de seguridad nacional. Aunque esa 
soberanía se definió desde el primer momento como absoluta a nivel legal, las 
asimetrías evidentes en materia de poder nacional no sólo han hecho necesario el 
establecimiento de grandes compromisos necesarios, sobre todo, desde el punto de 
vista de los Estados más débiles, sino que también han comportado violaciones 
significativas de la soberanía de algunos Estados a cargo de otros más fuertes”.38 Así 
se puede observar que comotal la soberanía nacional en la actualidad sólo existe para 
los Estados más poderosos. 
 
En otras palabras el problema que acarrea la aplicación del concepto de seguridad 
nacional norteamericano hacia otros Estados en sus soberanías nacionales, se debe 
principalmente a que carece en este momento de un competidor global en igualdad de 
condiciones. Con todo lo que pueda causar sorpresa o irritación ante las aseveraciones 
explicitas del papel hegemónico estadounidense hacia Estados que viven en una 
continua inspección dentro de su soberanía nacional en nombre de la aplicación del 
concepto de seguridad nacional estadounidense, no existe ninguna alternativa realista 
a la actual hegemonía norteamericana, así como su peso determinante en la seguridad 
global. 
 
 
38Zbigniew Brzezinkky, El dilema de los Estados Unidos de América, ¿dominio global o liderazgo 
global; Editorial Paidos. 2005, p.25. 
 XXVI
De esta afirmación puede desprenderse que existen dos clases de países, los que 
apelan al empleo del termino de seguridad nacional como parte de una estrategia de 
promoción de sus intereses a través del empleo de los recursos económicos, políticos, 
psicosociales y militares del poder nacional (como en el caso de los Estados Unidos de 
América), y aquellos que, ante situaciones similares, se inclinan por el empleo 
civilizado de los recursos que proporcionan el derecho y la cooperación. Como de 
acuerdo con el investigador Wolfers, ambas opciones están igualmente disponibles 
para los países, ya que ninguna de ellas tiene mayor validez que la otra, estos pueden 
emplearlas de acuerdo con las necesidades que se les presentan a cada momento. 
 
Lo anterior significa que el concepto de vulnerabilidad, fundamental en el estudio de la 
seguridad nacional, debe revisarse en una perspectiva en la cual aluda al grado de 
preparación con la que una nación puede hacer frente a un problema determinado. Se 
asume que las capacidades del estado no son inagotables y que las disponibles están 
lejos de distribuirse de manera uniforme. Al contrario de la afirmación en el sentido de 
que existen, por decirlo así, amenazas absolutas, es necesario señalar que este grado 
de preparación no depende tanto de la magnitud de las amenazas, sino más bien al 
margen de maniobra existente para impulsar políticas eficaces. 
 
La vulnerabilidad, por tanto está menos referida al problema en cuestión, sino a la 
solidez interna con la que la sociedad se amalgama para hacerle frente. Un enfoque 
complementario sobre el problema lo sugieren Buzan Waever y de Wilde: “diferentes 
sociedades tienen diferentes formas de vulnerabilidad, que dependen de la forma 
comos se construyó la identidad”. Hay naciones que privilegian el aislamiento, la 
represión, los hábitos culturales, el lenguaje, la integración étnica, etc. Cada principio 
organizador tiene su némesis, su forma de amenaza total sobre la identidad nacional.39 
 
El problema que plantea la política estadounidense a Estados débiles como es el caso 
de América Latina; es el entender el cómo sobrellevar la política hegemónica 
estadounidense, en lo que se refiere a la aplicación de su concepto de seguridad 
nacional. Lo que esta en juego para las naciones débiles no sólo en América Latina, es 
el cómo lograr la existencia de una soberanía nacional ante el empeño estadounidense 
de conformar una aplicación de su concepto de seguridad nacional basado en intereses 
 
39 Ugo Pipitone, La salida del Atraso, FCE. México, 1995, capXIII 
 XXVII
compartidos, utilizando en la mayoría de los casos su poder global soberano con el 
único fin de afianzar su propia seguridad. Una de las preguntas que se plantea este 
trabajo al hacer una revisión del concepto de seguridad nacional de los Estados Unidos 
es el tratar de entender el porqué los Estados Unidos han pensado y piensan que 
tienen derecho a más seguridad que otras naciones y en nombre de esta seguridad, 
romper las soberanías de los Estados en América Latina. 
 
El inconveniente para América Latina y el mundo es que la preeminencia 
estadounidense en lo que respecta a la aplicación de su concepto de seguridad 
nacional y el desmoronamiento en nombre de este concepto de las soberanías 
nacionales no parece indicarnos un final próximo, es como aquella línea imaginaria que 
no deja de alejarse a medida que caminamos hacia ella. La historia nos enseña que 
nada dura indefinidamente; la actual preponderancia de la era global estadounidense, 
también decaerá en algún momento, desafortunadamente después de lo que la 
mayoría desea y antes de lo que el conjunto de los estadounidenses asumen. La idea 
que es necesario dejar en claro para el propósito del siguiente trabajo es que, cuando 
los Estados Unidos hablan de incrementar la seguridad global, realmente de lo que 
hablan es de incrementar su propia seguridad nacional. 
 
En la práctica podemos observar que los Estados Unidos han pasado por este acto de 
fuerza para imponer una serie de condiciones y medidas al adversario y, a su vez su 
sociedad ha terminado por aceptar acortar su libertad a cambio de tener seguridad. Por 
tanto se puede decir entonces que la seguridad nacional es un mal necesario aún en su 
peor condición. El dominar a través de la barbarie para imponer la civilización ha sido 
una constante de los países que anhelan ser una potencia, un Estado moderno, ya que 
en la práctica se ha relacionado el concepto de seguridad nacional con el concepto de 
barbarie, debido a que, en la política exterior, las medidas tomadas por algunos 
Estados poderosos ha significado romper con las libertades más esenciales de las 
naciones a las cuales han sido impuestas. 
 
La seguridad nacional norteamericana: “tiene como objetivo eliminar cualquier desafío 
o amenaza contra la hegemonía estadounidense”40 además de garantizar la 
 
40 George Bush, La gran estrategia, 2001. U.S. President: Policies in focus: Nacional Security. 
http://www.Whitehouse.gov/response/index.html. 
 XXVIII
sobrevivencia de la nación en la comunidad internacional como un Estado soberano e 
independiente, por lo que requiere asegurar el logro de las condiciones básicas que le 
permitan ejercer su autodeterminación, mantener su integridad nacional y obtener su 
desarrollo. En el caso de los Estados Unidos tiene que ir más allá debido al papel 
geoestratégico que juega esta nación en el ámbito internacional, es decir tiene la 
finalidad de sostenerse como potencia hegemónica. La irracionalidad de la ideología de 
la seguridad nacional norteamericana reside principalmente en su incapacidad para 
reconocer la misma importancia a la soberanía y la seguridad de otras naciones. Las 
restantes naciones deben someterse a las sombrías consecuencias de la doctrina de la 
necesidad política estadounidense. 
 
Por mucho que les pese a los Estados Unidos en realidad el enfado que experimentan 
ante la perspectiva de afrontar las consecuencias desagradables de su patrimonio, 
impulsa generalmente al estadounidense a descubrir razones que le permiten negar 
que los Estados Unidos inflija a otros países agravios reales o graves, teniendo en 
cuenta que el propio instituto norteamericano de derecho internacional tiene claro el 
principio de que la autopreservación no justifica que se inflijan agravios ilegales a los 
Estados que no han cometido agresiones, es decir, que no se pueden cometer ataques 
a otros Estados en nombre de esta seguridad nacional. 
 
El problema que se observa es que esta búsqueda y aplicación de su seguridad 
nacional en solitario, rompiendo de manera arbitraria con la soberanía de otros 
Estados-nación, puede llegar a desbordarse y transformar a la nación que se 
autoproclama como el “país de los libres” en un Estado que

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