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Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina. Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE. Para más información consulte los sitios: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar Guerra, Luciana A. El feminismo socialista de Flora Tristán: Una aproximación a la sabiduría de una paria Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciada en Filosofía Directora: Valobra, Adriana Cita sugerida: Guerra, L. (2015). El feminismo socialista de Flora Tristán: Una aproximación a la sabiduría de una paria. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1109/te.1109.pdf http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/ http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar/ http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/ 1 Departamento de Filosofía, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata El feminismo socialista de Flora Tristán: una aproximación a la sabiduría de una paria Directora de Tesis: Dra. Adriana Valobra Estudiante: Profa. Luciana Analía Guerra Carrera: Licenciatura en Filosofía Legajo: 63643/0 Año: 2014 2 Índice Agradecimientos………………………………………………………………3 Introducción……………………………………………………………...........4 Capítulo I Flora Tristán: la mujer paria…………………………………………………10 Capítulo II Sabiduría de paria: la creación del feminismo socialista desde los márgenes………………………………………………………………………...25 Capítulo III La mujer es la proletaria del proletario……………………………………….50 a. La arquitectura del género……………………………………………………..50 b. La pionera……………………………………………………………………...58 Conclusiones…………………………………………………………………….81 Bibliografía……………………………………………………………………...88 3 Agradecimientos A las brujas de ayer y hoy. Entre ellas, muy especialmente, a Adriana Valobra, Silvana Sciortino, Las Azucenas, Bárbara Zgainer, Aldana Marinozzi, Alejandro Sarutti y Mónica Palacio. 4 Introducción Las personas saben que las cosas podrían ser mejor. Empecemos por este simple hecho. Las cosas podrían ser mejor. Todas/os sabemos eso. Algunas personas tienen grandes ideas sobre cómo las cosas podrían ser mejor. Grandes planes para la reorganización total y muchas veces, esas ideas, son llamadas utópicas porque envuelven cambios muy radicales, modelos críticos de la sociedad. Cómo puedes hacer para que las cosas sean mejores, qué ordenamientos podrían ser cambiados. Pienso que una sociedad que no tenga personas pensando en esa dirección es una sociedad ética e intelectualemte muy pobre. Entonces, en ese sentido, continúo creyendo en el pensamiento utópico, porque para mí significa pensamiento crítico Susan Sontag.1 El proyecto político expresado por Flora Tristán en sus escritos tiene un valor incalculable. Si bien en cada página se revela el lúcido pensamiento de la mujer que sentó las bases del feminismo socialista, resulta ineludible señalar que es en su experiencia de vida, en sus acciones y en sus deseos indómitos donde encontramos las claves para comprender el alcance de su voz transformadora. Una voz en la cual convergen múltiples líneas de debates y cuestionamientos sobre problemáticas que siguen siendo en nuestros días, materia de reflexión, análisis y preocupación política. En este trabajo, intentaré analizar y visibilizar el valor de sus aportes transgresores que desafiaron creativamente las fronteras de categorizaciones, movimientos político- sociales y disciplinas estancadas/os en esquematismos asfixiantes para sus ojos rebeldes. Ojos que atravesaron océanos, recorrieron continentes, caminaron ciudades, se 1 Entrevista a Susan Sontag. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=6QxS_vcZ5zU Consultada: 8 de marzo de 2014. Traducción mía. 5 deleitaron con lecturas decisivas, lloraron el dolor de las cadenas sociales y proyectaron utopías contra el sufrimiento, la miseria y la ignorancia. A lo largo de estas páginas sostengo que Flora Tristán inaugura la corriente feminista-socialista a partir de la articulación de la herencia del feminismo de raíz ilustrado y del socialismo utópico partiendo de la reflexión crítica de sus propias experiencias de opresión en tanto mujer paria. Una experiencia que va a ser el punto de anclaje de su producción de saberes críticos. Desde los márgenes, hablando en primera persona, construye y proyecta estrategias de emancipación inscriptas en una perspectiva universalista no androcéntrica de lo humano en plena consolidación del patriarcado capitalista moderno. “Sabiduría de paria” es el concepto que utilicé para destacar tanto el valor y el sentido crítico de sus pensamientos y conceptualizaciones sobre cuestiones filosóficas, políticas y sociales, como el significativo lugar de exclusión y marginalidad desde donde crea esos saberes no certificados ni avalados por las instituciones académicas contra las cuales polemiza. “Los sabios entre los sabios”, como gusta en llamar a los científicos y filósofos célebres, son puestos en cuestión por la autodidacta desafiando la validez epistémica de esas voces autorizadas por el lugar de poder de género y de clase desde donde producen sus saberes. En ese sentido, Tristán visibiliza los prejuicios sexistas y clasistas que están a la base de los juicios y teorías de los autodesignados “sabios entre los sabios”. “Sabiduría de celebridades” es pues, la noción que utilicé para identificar a los filósofos, científicos y religiosos agudamente criticados por Tristán respecto del valor de verdad de sus formulaciones en lo tocante a la promoción teórica de la “inferioridad natural” de la 6 mujer como del trabajador manual, identidades claves, por cierto, para la creación de su perspectiva feminista y socialista. Estas pioneras críticas de Tristán a los discursos filosóficos y científicos sexistas que hoy bien podríamos llamar la crítica al paradigma patriarcal y androcéntrico en la producción de conocimiento, fueron formuladas por una mujer autodidacta que sin títulos académicos, sin el derecho a la educación formal y sin dinero, anticipó con su mirada crítica los nudos problemáticos que en la actualidad constituyen algunos de los lineamientos fundamentales de la perspectiva de género o epistemología feminista reconocidas institucionalmente en las academias de occidente recién a mediados de la década de los ’60. Una perspectiva que supo nacer del choque entre el movimiento de liberación de las mujeres y las instituciones constitutivas de la rígida estructura de dominación patriarcal. Una de las cuestiones fundamentales de la perspectiva feminista, es el giro político que le imprime a dimensiones de la vida activa humana como la sexualidad, la experiencia cotidiana, la corporalidad, la división sexual del trabajo, las relaciones personales, las emociones, etc. Todas estas zonas temáticas que han sido tradicionalmente expulsadas por los paradigmas androcéntricos a la oscuridad metafísica de los esencialismos o a la aproblematización de las naturalizaciones, que ocupan un lugar central en los Estudios Feministas, aparecen aunque en sus propios términos, en el pensamiento de Flora Tristán que analizaremos en este trabajo. El amor, la esfera privada, las relaciones sexuales, el matrimonio, la violencia contra las mujeres, los serviciosdomésticos, la prostitución, la invisibilización de las mujeres en el lenguaje, la interseccionalidad de género y clase, son temas analizados críticamente por 7 Tristán 130 años antes de la institucionalización de la perspectiva Feminista y de Género. Ahora bien, tanto en los tiempos de Tristán como en la actualidad, el paradigma patriarcal se ha empecinado en exiliar de la arena política y del campo visual epistémico realidades configuradas por la política, o en otras palabras, por relaciones de poder. Por lo que el feminismo se vio en la necesidad de visibilizar esas realidades con su perspectiva crítica tanto para desarticular los nidos de poder donde tienen nacimiento las reglas genéricas de los procesos de subjetivación a partir de las cuales los cuerpos de las mujeres son expropiados; como para poner en cuestión los intereses políticos, económicos, culturales, y sociosexuales que rigen las personalidades y los cuerpos sexo/genéricamente construidos. De estos Estudios Feminista, en los cuales me inscribo para la realización de este trabajo, son las herramientas conceptuales que utilicé para enriquecer la interpretación de la vida y obra de Flora Tristán. Los aportes de Carol Pateman, Rita Segato, y Heidi Hartmann fueron muy valiosos a la hora de analizar las críticas tristanianas al eje de dominación sexual en el seno de la clase trabajadora. La caracterización del patriarcado moderno como fraternal y contractual a la luz de la noción de “contrato sexual” acuñada por Pateman me permitió enriquecer la interpretación de la definición tristaniana del matrimonio como una relación social de propiedad donde aparecen las figuras del amo y la esclava. A su vez, la elaboración teórica de Rita Segato respecto de lo que denomina la arquitectura del género, profundiza los tempranos análisis de Tristán respecto de las relaciones jerárquicas al interior mismo de la masculinidad aunque sin perder de vista la solidaridad que mantienen los varones en tanto grupo genérico para la dominación de 8 las mujeres. Para este último aspecto, las reflexiones de María Xosé Agra Romero respecto del concepto político de “fraternidad” en tanto ideal de cooperación y solidaridad entre hermanos, también me permitió abordar con detenimiento los mecanismos de exclusión de las mujeres. Por último, la definición de patriarcado de Heidi Hartmann en la cual me apoyo, fue útil para dar cuenta, desde una perspectiva feminista y materialista, de los distintos grados de poder y privilegios patriarcales de los varones según otras pertenencias como son la etnia, la clase, la edad, la sexualidad, etc. como así también de los distintos grados de poder patriarcal a los cuales están sometidas las mujeres según su nacionalidad, clase, etnia, etc. Varias de estas consideraciones ya eran advertidas por la fundadora del feminismo socialista quien con su famosa frase “la mujer es la proletaria del proletario” criticó sin miramientos tanto a los varones proletarios como a los burgueses a la hora de poner en cuestión el eje de poder varón-mujer. Unas implacables críticas a la “raza” masculina en tanto amos de las mujeres, como suele nombrarla, y a la familia proletaria que como veremos también, luego será matizada, justificada o incluso invisibilizada por los fundadores del socialismo marxista. Como bien sabemos, la memoria sexista ha pretendido expulsar de la historia escrita con la pluma del androcentrismo, las acciones y las voces de las mujeres sustituidas, al mismo tiempo, por la uniformidad del estereotipo femenino dibujado a imagen y semejanza de la misoginia del artífice. Teniendo en cuenta estos mecanismos de invisibilizaciones y omisiones del sistema patriarcal, esta tesis dedicada a Flora Tristán, pretende ser un aporte a la visibilización y valorización de sus aportes que no han tenido el suficiente reconocimiento que, a mi modo de ver, ameritan. 9 Ya que como ha señalado Lidia Falcón: Si Flora Tristán hubiera sido hombre, el éxito, la fama y la posteridad le hubieran estado destinados […] Ella y su obra serían de mención obligada para economistas, sociólogos, dirigentes sindicales y políticos de izquierda […] Flora Tristán fue una mujer. Ni su vida ni su obra son recordadas.2 Con este trabajo me propongo entonces escribir mi interpretación de la vida y obra de Flora Tristán, pero al mismo tiempo y a pesar de mi profundo reconocimiento a la sabiduría de la fundadora del feminismo-socialista, pretendo incursionar a modo de exploración crítica, sobre algunas dimensiones de sus posicionamientos donde pueden advertirse ciertas limitaciones. Este último objetivo se dirige, fundamentalmente, hacia las apuestas estratégicas de Tristán a partir de las cuales planifica los pasos que a su entender son los más apropiados para la construcción de su ambicioso proyecto político. 2 Citado por Ana de Miguel y Rosalía Romero (comp.) Feminismo y Socialismo. Antología: Flora Tristán, Madrid, Los libros de la catarata, 2003, p.9. 10 Capítulo 1 FLORA TRISTÁN: LA MUJER PARIA Yo no creo que sea posible pensar sin experiencia personal, es imposible. Hannah Arendt La acción política, según las conceptualizaciones de Hannah Arendt, es la suprema capacidad de los seres humanos de ser libres, la actividad a partir de la cual una persona puede trascender lo dado y comenzar algo nuevo, tomar iniciativas, dar curso a lo espontáneo, y revelar su identidad impredecible e inasible. En su obra, La Condición Humana, leemos: El hecho de que el hombre sea capaz de acción significa que cabe esperar de él lo inesperado, que es capaz de realizar lo infinitamente improbable. Y una vez más esto es posible debido sólo a que cada hombre es único, de tal manera que con cada nacimiento algo singularmente nuevo entra en el mundo.3 En esta oportunidad, el hombre activo impredecible del que habla Arendt resulta ser una mujer cuyas acciones y discursos incorporaron al mundo el comienzo de algo infinitamente improbable y novedoso en su tiempo: el nacimiento de un proyecto político feminista en el marco de la clase obrera enunciado en primera persona por una mujer paria. Por empezar, resulta relevante hacer una aproximación al anclaje identitario “mujer paria” desde donde Flora critica la situación de esclavitud en la cual se vio inmersa ella misma y las mujeres de su tiempo. Los aportes de Hannah Arendt son oportunos para dicho cometido ya que, como se sabe, la noción de “paria” ocupa un 3 Arendt, Hannah. La Condición Humana, Buenos Aires, Paidós, 2010. P.202 11 lugar considerable en su pensamiento político aunque en relación a sus reflexiones sobre la cuestión judía. La pensadora alemana, señala en sus escritos, que toma esta categoría del escritor y activista sionista Bernard Lazar (1865-1903) nacido en Francia, quién lejos de inscribirse en la tradición judía caracterizada por Arendt con la categoría de advenedizos (aquellos que en un contexto de antisemitismo optaban por renunciar a su identidad con el fin de ser asimilados socialmente) decide, por el contrario, reivindicar su condición de judío en tanto anclaje político-identitario a partir del cual combatir y cuestionar la violencia antisemita. Esta corriente minoritaria de parias conscientes con la cual Hannah Arendt se identifica, es la tradición de Rahel Varnhagen, Kafka, Chaplin, Heine, Lazar ente otros. Lo que considero significativo visibilizar, es que años previos al giro judío que el francés Lazar (defensor tanto del socialismo como del sionismo) le imprime a la categoría de paria, Flora Tristán había utilizado este concepto como estrategia política para poner de manifiestola situación de marginalidad y violencia que experimentó en su vida por el hecho de ser mujer reconociendo su experiencia de paria a tal punto que una publicación suya donde relata a modo de diario, su viaje a Perú, lo titula: Peregrinaciones de una paria (1937). A su vez, resulta oportuno comentar, que fue a raíz de los prejuicios sociales en relación a las mujeres que decidían separarse del vínculo marital esclavizante encarnados y expresados en las palabras de su tío, hermano de su madre, el comandante Laisney, que Flora advierte al mismo tiempo que se rebela contra el carácter de paria de toda mujer que desafíe la supremacía masculina institucionalizada en el matrimonio. Como contaré con mayor detenimiento más adelante, Flora es obligada por su madre a 12 casarse con un hombre que ejerció todo tipo de violencias contra su persona por lo cual decide separarse. Al enterarse su tío de que su sobrina se había separado de su marido sostuvo que Una esposa que huye del domicilio conyugal y se lleva los frutos del matrimonio, no tiene lugar en la sociedad: es una paria.4 Desmarcarse de la desvalorización del amo reivindicando la propia identidad inferiorizada para transformar la vergüenza en orgullo de sí, es una estrategia central en el pensamiento de Flora Tristán no sólo para la identidad mujer sino también para la de trabajador/a manual. Todas las marcas de subalternidad que atravesaron su existencia fueron el punto de partida de sus reflexiones críticas y de sus proyectos emancipatorios. La primera experiencia de discriminación que Tristán vivencia tiene lugar en el marco de su sistema de parentesco, en su familia nuclear, donde su estatuto de hija natural va a tener consecuencias desafortunadas respecto de su situación económicas. El padre de Flora, Mariano Tristán, era un noble peruano primogénito de una familia española radicada en Perú y su madre, Anne–Pierre Laisnay, de nacionalidad francesa, provenía de una familia de clase media. Anne y Mariano se casaron en una ceremonia de carácter religioso carente de todo valor legal. Cuando Flora tenía 4 años, su padre muere sin haber regularizado el matrimonio con su madre. Este hecho va a tener enormes consecuencias en las condiciones de vida de la pionera del feminismo socialista. Como ella misma señala: Se ha visto en mi prefacio que el matrimonio de mi madre no había sido regularizado en Francia y que, como resultado de aquel defecto de forma, se me consideraba hija natural. Hasta la edad de 15 años había yo ignorado esta absurda distinción social y sus monstruosas consecuencias.5 4 Citado por Yolanda Marco en la introducción a: Tristán, Flora. Unión obrera, México, Fontamara, 1993. p. 17. 5 Tristán, Flora. Mi vida, Buenos Aires, Del nuevo extremo, 2003, p. 112. 13 Hija natural, mujer, sin recursos económicos, es obligada por su madre a casarse civilmente con André Chazal a los diecisiete años, bajo el marco legal del Código Civil Napoleónico de 1804 que instituía con autoridad de ley la eterna minoría de edad para la mujer casada quien debía prestar obediencia a su mardido-tutor a cambio de “protección”. En este contexto, Chazal, legitimado por las leyes patriarcales, hizo uso de la violencia sexista para perpetuar su poder de esposo-amo sobre el cuerpo de Flora Tristán: violaciones conyugales, instigación a la prostitución, golpes, humillaciones, persecuciones, intento de violación incestuosa con la hija de ambos, maltratos físicos y psíquicos a sus dos hijos, hasta un intento de asesinato con un arma de fuego cuyas balas afortunadamente no lograron terminar con la vida de Flora. Estas experiencias despiertan las reflexiones críticas de Tristán quien describe el matrimonio con Chazal como la unión a la cual le debe todos sus males. En sus palabras: Esta sociedad organizada para el dolor, en la cual el amor es un instrumento de tortura, no tenía para mí ningún atractivo. (…) Estaba unida a un ser vil que me reclamaba como su esclava. ¡Oh! Esas reflexiones me causaban gran indignación. Maldecía esta organización social que, opuesta a la providencia, sustituye con la cadena del prisionero el lazo del amor y divide la sociedad en siervos y amos.6 En esta cita vemos cómo Tristán realiza un análisis político de los usos del amor en tanto instrumento de tortura en el marco de la institución matrimonial. La relación amorosa tal y como estaba organizada y reglamentada era equiparable a la cadena del prisionero. Otra cuestión importante de la cita, es la emergencia de dos figuras grupales que tienen lugar a raíz de su análisis de la relación amor-tortura entre una varón y una mujer. Para Tristán, el amor-tortura genera una división social de siervos y amos, o 6 Tristán, Flora. Op. cit. p.14-15. 14 mejor aún, de siervas y amos. En otras palabras, a su lúcido entender, la organización política del amor-tortura institucionalizada en el marco del matrimonio cristaliza la relación social de dominación entre dos grupos, los varones-amos y las mujeres-siervas. Ahora bien, como anticipé anteriormente, Flora se separa de su marido-amo a pesar de las presiones sociales y prescripciones legales que existían en ese momento sobre las mujeres casadas que decidían romper con los tutelajes del contrato matrimonial. Las violencias experimentadas por su condición de “mujer separada” son también, para Flora, objeto de reflexión y preocupación política. En sus palabras: Supe durante esos seis años de aislamiento todo lo que está condenada a sufrir la mujer que se separa de su marido en una sociedad que, por la más absurda de las contradicciones, ha conservado viejos prejuicios contra las mujeres que se hallan en esta posición, después de haber abolido el divorcio y hecho casi imposible la separación. La incompatibilidad y otros mil motivos que la ley no admite hacen necesaria la separación de los esposos (…) Bien acogida en todas partes como viuda o como soltera, siempre era rechazada cuando se descubría la verdad. (…) Ser joven, bonita y gozar en apariencia de cierta independencia eran causas suficientes para envenenar las conversaciones y para que me repudiase una sociedad que gime bajo el peso de las cadenas que se ha forjado y que no perdona a ninguno de los miembros que trata de liberarse de ellas.7 Esta cita, pone de manifiesto, el valor que Tristán le da al saber que extrae de sus experiencias. La sabiduría empírica que produce al pensar críticamente con la profundidad del deseo sobre lo vivido, lo observado, lo leído y lo padecido abrirá las puertas de su proyecto político. Un proyecto que revela sus constantes reflexiones sobre el mal que existe y el bien que podría existir8. Otro aspecto a destacar de la cita, es que la crítica que formula contra la institución matrimonial en tanto esclavitud para la mujer, continúa con la denuncia a la 7 Tristán, Flora. Op. cit. p. 8. 8 Tristán, Flora. Unión Obrera, México, Fontamara, p.129. 15 reacción sexista que la sociedad detona cuando la esposa se abre a la desobediencia, como ella misma hizo, con la intención de liberarse de las cadenas maritales. La insumisión femenina forjó su camino de mujer paria. Las dificultades y los obstáculos con que se va enfrentando cada vez que decide avanzar contra los mandatos patriarcales de sometimiento son enunciados y cuestionados una y otra vez en sus escritos. En ellos, expresa su búsqueda constante de nuevas estrategias que permitan sortear las jaulas legales, económicas y sociales del patriarcado capitalista. Volviendo a los avatares de su vida, más precisamente a la compleja situación de violencia en la que se encontraba luego de separarse de Chazal cuando tienen lugar las constantes persecuciones de sumarido-señor, Tristán se ve en la necesidad de abandonar París en varias oportunidades e incluso en la necesidad de adoptar un nombre falso para no ser condenada por los prejuicios sociales y para no ser hallada por este hombre que la reclamaba como esclava.9 Las persecuciones, la clandestinidad, la disputa por apoderarse de sus hijxs (un niño y una niña, ya que el primer hijo muere tempranamente) hacen que Flora tome la decisión de viajar a Perú con la intención de reclamar la herencia paterna. Esta experiencia es la que dio lugar a sus diarios de viaje publicados bajo el título Peregrinaciones de una paria (1838) donde quedan plasmadas sus críticas a la forma de vida de su propia familia que representaba a la oligarquía criolla peruana, prestando particular atención a las sujeciones de las mujeres nobles. Nuevamente las categorías utilizadas por Arendt de paria y advenedizo/a que expresan posiciones políticas antitéticas respecto de una situación de marginalidad y discriminación en base a las distintas marcas de subalternidad que inscribe el poder de dominación en un grupo determinado por cuestiones de género, religión, raza, clase, 9 Ver Tristan, Flora. Mi vida, Op. Cit. p. 10-11 16 etc., son oportunas para pensar las acciones y decisiones políticas de Flora Tristán. Una mujer que viajó por varios territorios configurados en zonas de poder y no-poder según el criterio-yugo del capitalismo y su ferocidad expansiva. El peso de la colonización occidental en África y América forma parte de la historia de vida de Flora como así también de sus posicionamientos internacionalistas. En principio, podría decir que su condición de paria por ser mujer y pobre en territorio europeo, se puso en suspenso al cruzar el Océano Atlántico y pisar tierras Latinoamericanas. Inmersa en la tela de relaciones aristocráticas de su poderosa familia paterna radicada en Arequipa, su vida se convierte en un espectáculo de etiqueta que su deseo de libertad termina por rechazar. Una actitud que poco tiene que ver con los rumbos de las/os advenedizas/os y mucho que ver con la lucha política de lxs parias conscientes. Al llegar a Arequipa y ser recibida por sus parientes experimentó desde adentro la forma de vida de la mujer de familia oligárquica. En sus escritos visibilizó el carácter opresivo de los supuestos privilegios de clase y estirpe por filiación familiar de las damas. En sus palabras: Es costumbre en Perú, entre las mujeres de clase social alta, que cuando llegan a una ciudad en la que son extranjeras, permanezcan en la casa sin salir durante todo el primer mes a fin de esperar visitas. Transcurrido ese tiempo salen para corresponder a su vez la que ha recibido. Mi prima Carmen, estricta en estas reglas de etiqueta, me dio instrucciones exactas sobre ellas creyendo que les prestaría igual importancia y que me sometería a ellas sin omitir detalle alguno. Pero en esta circunstancia del yugo de la costumbre me pareció demasiado pesado y decidí liberarme. (…) Hay sufrimiento donde hay opresión y opresión donde el poder de ejercitarla existe. En Europa, como aquí, las mujeres están sometidas a los hombres y tienen que sufrir aún más su tiranía. (…) Las mujeres de aquí, pensaba, son debido al 17 matrimonio tan desgraciadas como en Francia. Encuentran igualmente la opresión en ese lazo y la inteligencia con que Dios las ha dotado queda inerte y estéril.10 Como se puede ver en la cita, Flora Tristán realiza un análisis comparado sobre la situación de las mujeres europeas y latinoamericanas respecto de la institución matrimonial y encuentra que la opresión y la tiranía del poder masculino aparecen en ambos continentes aunque con sus propias particularidades. Al mismo tiempo, observa que ese vínculo de sometimiento impacta profundamente en la subjetividad de las mujeres paralizando sus capacidades intelectuales en polémica con los paradigmas deterministas que sostienen la inferioridad intelectual de la mujer por naturaleza, por esencia o por la voluntad de un Dios misógino. Los cuestionamientos al matrimonio como lazo de opresión que Tristán realiza tanto a partir de su propia experiencia como de sus estudios comparados sobre la situación de las mujeres casadas tanto en Europa como en Latinoamérica, bien podríamos profundizarlos incorporando al análisis el concepto de “contrato sexual” acuñado por Carol Pateman. Bajo ese concepto, la autora visibiliza los mecanismos a partir de los cuales tiene lugar la reconfiguración y naturalización de la supremacía masculina en el contexto de la modernidad. En este sentido, el análisis crítico de las solidaridades o pactos entre varones que habilitan la coexistencia del orden de estatus premoderno en la relación varón/mujer y del orden del contrato moderno en la relación frater/frater ocupan un lugar central a la hora de explicar la permanencia de los privilegios patriarcales en las sociedades que Tristán criticó y pretendió transformar. 10 Tristán, Flora. Mi vida, op. cit., p. 151, 161-162. 18 Tal es así, que en su tesis doctoral titulada el Contrato Sexual (1988), Pateman brinda una serie de conceptualizaciones respecto del proceso de consolidación y legitimación del patriarcado capitalista moderno caracterizado por la autora como fraternal y contractual. Para fundamentar su tesis, desarrolla un lúcido análisis de la historia conjetural de los teóricos clásicos del contrato social (Hobbes, Locke, Rousseau) a partir de la cual se ha legitimado la autoridad de los Estados Modernos y la ley civil. El paradigma liberal desde donde se afirma que las relaciones sociales libres adquieren una forma contractual se fundamenta en la ficción política del contrato originario, es decir, en la hipótesis que afirma que las democracias burguesas se originan por medio de un contrato racional libremente acordado. Según advierte Pateman, este contrato originario fundante de la civilidad moderna y de una nueva forma de derecho político civil, es un pacto sexual-social aunque sólo se ha contado la mitad de la historia, la vinculada a la de la libertad de los varones propia del contrato social. La Otra historia, la del contrato sexual, es la historia invisibilizada de la sujeción de las mujeres: la historia de las Otras. Como bien señala Pateman, El pacto originario es tanto un pacto sexual como un contrato social, es sexual en el sentido de que es patriarcal –es decir, el contrato establece el derecho político de los varones sobre las mujeres- y también es sexual en el sentido de que establece un orden de acceso de los varones al cuerpo de las mujeres. El contrato original crea lo que denominaré, siguiendo a Adrienne Rich, “la ley del derecho sexual masculino” El contrato está lejos de oponerse al patriarcado; el contrato es el medio a través del cual el patriarcado moderno se constituye. 11 11 Pateman, Carol. El contrato sexual, Madrid, Anthropos, p. 11. 19 Ahora bien, para dar cuenta de la génesis del Estado, el contractualismo moderno recurre a un punto de partida pre-político al que llaman “estado de naturaleza”.12 En la interpretación hobbesiana del contrato original, los individuos que habitan el “estado de naturaleza” son absolutamente libres al mismo tiempo que hostiles. Que la condición de mera naturaleza, es decir, de absoluta libertad como la de aquellos que ni son soberanos ni súbditos, es anarquía y condición de guerra.13 Para evitar los peligros y la inseguridad de la libertad natural figurada como un estado de guerra, el hombre natural, crea mediante pactos mutuos de carácter racional y voluntario, al hombre artificial representado en la figura e institución del Estado cuya función es definida en términosde protección. En sus palabras: Vínculos artificiales, o pactos. Pero del mismo modo que los hombres, para alcanzar la paz y, con ella, la conservación de sí mismos, han creado un hombre artificial que podemos llamar Estado, así tenemos también que han hecho cadenas artificiales, llamadas leyes civiles, que ellos mismos, por pactos mutuos han fijado fuertemente, en un extremo, a los labios de aquel hombre o asamblea a quien ellos han dado el poder soberano; y por el otro extremo, a sus propios oídos. /…/ La libertad de los súbditos consiste en libertad respecto de los pactos.14 Si la unidad de análisis del estado de naturaleza en Hobbes son individuos cuyo rasgo común es la hostilidad mutua, en Rousseau, la naturaleza humana es pincelada positivamente y la unidad de análisis es, curiosamente, una familia patriarcal. En el paisaje natural Rousseauniano conviven en armonía y libertad los buenos salvajes. 12 Femenías, María Luisa. Sobre Sujeto y Género, Buenos Aires, Catálogos, 2000, p. 124. 13 Hobbes, Thomas. Leviatán, Ediciones Libertador, Buenos Aires, 2004.p. 85. 14 Hobbes, Thomas. Op. Cit. P. 87-88 20 La más antigua de todas las sociedades, y la única natural, es la de la familia; sin embargo, los hijos no permanecen ligados al padre más que durante el tiempo que tienen necesidad de él para su conservación. Tan pronto como esta necesidad cesa, los lazos naturales quedan disueltos. Los hijos exentos de la obediencia que debían al padre y éste relevado de los cuidados que debía a aquéllos, uno y otro entran a gozar de igual independencia. Si continúan unidos, no es ya forzosa y naturalmente, sino voluntariamente; y la familia misma no subsiste más que por convención. Esta libertad común es consecuencia de la naturaleza humana. /…/ La familia es pues, si se quiere, el primer modelo de las sociedades políticas: el jefe es la imagen del padre, el pueblo la de los hijos, y todos, habiendo nacido iguales y libres, no enajenan su libertad sino en cambio de su utilidad.15 En esta figuración de la familia natural donde los integrantes comparten una libertad común, las mujeres son significativamente omitidas. Ahora bien, Rousseau supone que en el estado de naturaleza, la subsistencia humana supera las capacidades individuales por lo cual los hombres ceden por común acuerdo la libertad natural para la conformación de una fuerza común que les permita sobrevivir. De tal forma, el contrato social es el medio para construir una asociación que, por un lado, defienda la integridad de los asociados y sus bienes, y por otro, garantice la libertad de cada contratante. En cuanto a los asociados, éstos toman colectivamente el nombre de pueblo y particularmente el de ciudadanos como partícipes de la autoridad soberana, y súbditos por estar sometidos a las leyes del Estado.16 En el estado de naturaleza, como pudimos ver de las citas anteriores, los seres humanos nacen libres. El pasaje de la libertad natural a la seguridad de la libertad civil por medio del contrato originario es un acto voluntario y racional. Ésta, sería la historia 15 Rousseau, Jean-Jacques. El Contrato Social, el aleph, 1999. P. 5. Disponible en www.elaleph.com 26 de agosto de 2014. 16 Rousseau, Jean-Jacques. Op. cit. p. 16. 21 visible del pacto social, la historia de los derroteros de la libertad. Pero como bien señala Pateman, las mujeres son excluidas del contrato original, no son sujetos del pacto sino que son el objeto del pacto y condición de posibilidad de la libertad de los hombres cívicos. Porque de ser sujetos del pacto habría que afirmar también que las mujeres, en el estado de naturaleza, son tan absoluta y peligrosamente libres como los varones. Pero la carta de la ideología sexista es apelar al estado de naturaleza para legitimar la no libertad de las mujeres, la no igualdad entre varones y mujeres y la consecuente negación de sus derechos y ciudadanos. De esta forma, para los contractualistas clásicos, las mujeres no nacen libres e iguales, nacen mujeres. Esto significa, que definen las nociones de mujer y de libertad como antagónicas ya sea en el cuadro pre- político de la condición natural como en la sociedad civil. Pero la negación de los derechos de ciudadanía a las mujeres en el marco de la revolución francesa, fueron el producto de las decisiones políticas impulsadas por los fráteres revolucionarios. Como se sabe, la célebre Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano que dice Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos excluía a las mujeres. Tal es así que Olympe de Gouges, una pionera del feminismo moderno, se vio en la necesidad política de publicar en el año 1791 una Declaración de los Derechos de la mujer y la Ciudadana donde resignifica en clave feminista los derechos de ciudadanía que no eran extensivos para la mitad del pueblo, es decir, para las mujeres. En su artículo primero escribe: La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos.17 Olympe de Gouges fue guillotinada en el año 1793. 17 Olympia de Gouges, “Declaración de los derechos de la Mujer y la ciudadana” en Puleo, Alicia. Op. cit., p. 156. 22 Al no garantizarse la libertad y la igualdad de derechos para las mujeres, las revolucionarias que había luchado codo a codo con los varones del pueble francés que luego las traicionarían, desenmascaran en folletos, revistas, declaraciones y libros de quejas el rostro aristocrático de la masculinidad liberal y democrática. Es decir, observan que la masculinidad se convierte en un nuevo “título de nobleza” sexual permaneciendo el orden del estatus en el marco de los Estados Modernos. Tal es el caso de una carta firmada por Madame M. de M… publicada en la revista Etrennes Nationales Des Dames Nº1 del 30 de noviembre de 1789 donde leemos lo siguiente: Volvamos a poner a los hombres en su camino y no aceptemos que con sus sistemas de igualdad y de libertad, con sus declaraciones de derechos, nos dejen en la inferioridad, digamos la verdad, de esclavitud, en el que nos mantienen desde hace tan largo tiempo. (…) Si encontráramos algunos maridos lo bastante aristócratas en sus hogares [resaltado mío] como para oponerse a compartir los deberes y honores patrióticos que reclamamos, nos serviremos contra ellos de las armas que ellos han empleado con tanto éxito. 18 Lamentablemente las luchas que dieron las mujeres en el marco de la revolución Francesa por la igualdad de derechos fueron derrotadas por la reacción misógina de los varones revolucionarios. Por poner sólo un ejemplo, podemos señalar el decreto del año 1795 expedido por la Convención que establecía Todas las mujeres deberán retraerse hasta nueva orden a sus respectivos domicilios. Las que sean encontradas en la calle con número superior a cinco, una hora después de la promulgación del presente decreto serán dispersadas por las fuerzas armadas y detenidas, para que el orden público se restaure en París. 19 18 Puleo, Alicia. Op. cit., p.136-137. 19 Citado por Rossana Rossanda en Las Otras, Barcelona, Gedisa, 1982. P.86 de la Introducción de Lisa Baruffi en Jules Michelet, Le donne della revoluzione, Bompiani, Milán, 1978. 23 Los decretos y medidas sexistas que clausuraron la posibilidad de libertad e igualdad para las mujeres en el contexto de la revolución francesa fueron llevados a cabo por los fráteres. Siguiendo a Pateman, estas resoluciones y acciones políticas, son el contenido de la historia invisibilizada del Contrato Sexual que inaugura una nueva forma de patriarcado nunca vista hasta las vísperas de la modernidad. Es la historia invisibilizadade la sujeción de las mujeres que completa el cuadro del contrato originario. Para comprender mejor este proceso, Pateman toma en consideración la (re)escritura del contrato originario llevada a cabo por Sigmund Freud. Esta versión conjetural del contrato originario basado en el asesinato del padre por los fráteres que se liberan de la autoridad paterna, implica una redistribución del poder sobre las mujeres que no es analizada, cuestionada o señalada como dato significativo por Freud. Por tanto lo que se omite, como bien señala Pateman, es que no sólo está en juego la libertad de los fráteres en esta lucha contra la ley del padre que culmina en parricidio. La dominación de las mujeres por los varones y el derecho de los varones a disfrutar de un gran acceso sexual a las mujeres es uno de los puntos en la firma del pacto original.20 Si el amo sexual de todas las mujeres (padre-varón) es asesinado por sus hijos (varones), las mujeres, concebidas como objetos sexuales de uso y abuso por excelencia, quedan en una situación de disponibilidad a los ojos de los hijos triunfantes. Los fráteres, lejos de cuestionar esa relación de dominación sexual del padre sobre las mujeres, la convierten en herencia. Los hijos derrotan al padre y toman a las mujeres como botín de guerra. Por tanto para Pateman: 20 Pateman, Carole, El contrato sexual, Barcelona, Anthropos, 1995, p.10. 24 El patriarcado hace mucho que ha dejado de ser paternal. La sociedad civil moderna no está estructurada según el parentesco y el poder de los padres; en el mundo moderno, las mujeres están subordinadas a los hombres en tanto que varones, o a los varones en tanto que fraternidad. El contrato original tiene lugar después de la derrota política del padre y crea el patriarcado fraternal moderno.21 De esta forma, Pateman completa la historia conjetural del contrato originario. La historia del contrato social es la historia de la génesis de la esfera pública propia de los fráteres ciudadanos e iguales, ámbito de la libertad y el poder masculino. Por su parte, la historia del pacto o contrato sexual es la historia de la sujeción y dominación de las mujeres, la historia conjetural del origen de la esfera privada considerada, a excepción de las voces feministas, como poco relevante para la vida política del conjunto social. De esta forma el contrato matrimonial es considerado por Pateman la columna vertebral del contrato sexual fundante del patriarcado moderno que es fraternal, contractual y estructura la sociedad civil capitalista. El amor-tortura de Tristán o el contrato sexual de Pateman hablan, en tiempos y geografías distantes, de la historia del matrimonio en tanto institución clave para la consolidación del poder masculino. Pero al mismo tiempo, ponen en cuestión los discursos filosóficos deterministas a partir de los cuales se ha intentado legitimar la inferiorización de las mujeres. En este sentido, resultan valiosas las pioneras reflexiones críticas de Tristan respecto del modo en que los “sabios” y los científicos célebres han colaborado en la construcción del estereotipo femenino, como podremos analizar con mayor detenimiento en el siguiente capítulo. 21 Pateman, Carol, Op. Cit., p. 12. 25 Capítulo 2 SABIDURÍA DE PARIA: LA CREACIÓN DEL FEMINISMO SOCIALISTA DESDE LOS MÁRGENES ¡El libro de Mary Wollstonecraft es una obra imperecedera! Es imperecedera porque la felicidad del género humano está ligada al triunfo de la causa que defiende la reivindicación de los derechos de la mujer. Sin embargo existe desde hace medio siglo, y ¡nadie lo conoce…! Flora Tristán Como se sabe, durante el siglo XIX, el derecho a la educación formal estaba negado a las mujeres. Una vez más, estas exclusiones no fueron un límite para Flora Tristán quien se ocupó por sí misma de enriquecer su pensamiento sobre la realidad social leyendo y escribiendo según sus propias búsquedas y valoraciones literarias. En sus libros encontramos la relevancia que le da a las obras escritas por mujeres y por obreros. Este aspecto es significativo no sólo por la valorización de las expresiones artísticas, filosóficas y científicas de sujetos excluidos y heterodesignados22 como inferiores intelectualmente sino también por su crítica al elitismo de quienes se autodesignan como sabios y genios. En este sentido, Tristán, reivindica y visibiliza la literatura de mujeres para refutar a la numerosa fila de “sabios” que niegan las 22 Respecto del concepto de “heterodesignación” cabe la siguiente explicación de Rosa Cobo quien señala que: Todo sistema de dominación para serlo y para reproducir su hegemonía debe tener la fuerza y el poder suficiente para producir las definiciones sociales. En otros términos, los sistemas de dominación lo son porque los dominadores poseen el poder de la heterodesignación sobre los dominados, el de la autodesignación sobre sí mismos y el de la designación sobre las realidades prácticas y simbólicas sobre las que se asienta su dominio. Cobo, Rosa, “Prólogo” del libro Esperanza Bosch, Victoria a. Ferrer y Aina Alzamora. El laberinto patriarcal, Madrid, Anthropos, 2006, p.12. 26 capacidades racionales de las mujeres. En su obra Paseos por Londres (1940), nombra a una gran cantidad de escritoras inglesas que considera notables como Lady Montagu, Lady Blissington, Martineu, Trollope, deteniéndose en Lady Litton-Bulwer con quien se identifica por ser una de las numerosas víctimas de la indisolubilidad del matrimonio. Incluso denuncia cómo varias novelas publicadas bajo la autoría de su marido Sir. Litton-Bulwer fueron en realidad escritas por su esposa. A la escritora le dedica las siguientes palabras. ¡Oh Lady Bulwer!, hago votos para que el odio de vuestro marido sea para siempre impotente; para que, más feliz que yo, escapéis de toda bala homicida. 23 Al mismo tiempo que destaca y visibiliza a las autoras inglesas, no duda en expresar su aflicción debido a que los temas sobre los cuales escriben no tienen relación con la causa de la libertad de la mujer. Libertad sin la cual, a los ojos de Tristán, todas las otras libertades son de corta duración. Es en el pensamiento de Mary Wollstonecraft donde la autodidacta encuentra la convergencia de la agudeza intelectual de una mujer que decide expresar y fundamentar en sus escritos la urgente necesidad de reclamar derechos iguales para las mujeres. 23 Tristán, Flora, Feminismo y socialismo Antología, Madrid, Los libros de la Catarata, 2003, p.116. En esta cita, Flora hace referencia al disparo de bala que sufrió por parte de Chazal en el año 1838 a raíz del cual se inicia un juicio por intento de homicidio que culmina con la condena de 20 años de trabajos forzado para su ex marido y la liberación legal de Flora de los lazos maritales como la recuperación de su hija e hijo quienes llevarán a partir de ese momento el apellido de su madre. 27 Tal es así que la presenta como una voz de mujer que se hizo escuchar en Inglaterra (…) voz que no tiene miedo de atacar uno a uno los prejuicios y de demostrar la mentira y la inequidad.24 Con un reconocimiento elogioso, cita los argumentos centrales de la obra considerada por Amelia Valcárcel y Rosa Cobo, entre otras, como una de las obras fundacionales del feminismo occidental: Vindicación de los Derechos de la mujer (1792). La influencia de Wollstonecraft en el pensamiento y programa político de Tristán es decisiva. La igualdad de derechos civiles y políticos, la igualitaria admisión a los empleos, la igualitaria educación profesional y el divorcio, son algunas vindicaciones enarboladas porMary Wollstonecraft que Tristán hace propias como así también sus críticas al sexismo de la filosofía Rousseauneana. Estas críticas se inscriben en las disputas que al interior de la filosofía ilustrada dieron lugar a dos corrientes enfrentadas respecto de las polémicas sobre la diferencia sexual. Por un lado la corriente ilustrada misógina, mayoritaria, en la cual podemos ubicar a Jean-Jacqus Rousseau y por otro lado la feminista donde sin duda, Mary Wollstonecraft, es una de sus precursoras.25 24 Tristán, Flora. Op. Cit, p.117. 25 Cabe señalar, que las dos vertientes ilustradas, la feminista y la misógina, encuentran un antecedente en las polémicas filosóficas entre igualitaristas y anti-igualitaristas. Fue el parisino Poullain de la Barre quien publica en el año 1673 una obra titulada La Igualdad de los Sexos, en 1674 La educación de las Damas para la conducta del espíritu en las ciencias y en las costumbres, y en el año 1675, La excelencia de los hombres contra la igualdad de los sexos. Heredero del cartesianismo, retoma la noción de “buen sentido” (bon sens) tal y como la concibió Descartes (“buen sentido” o “razón” como el poder que todo ser humano tiene de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso) aunque ampliando su campo de aplicación. Como se sabe, el 28 Como se sabe, la filosofía ilustrada consideraba protagónico el papel de la educación respecto del mejoramiento de la condición humana. Al mismo tiempo, el derecho a la educación era negado a las mujeres. Debido a esta situación, Mary Wollstonecraft realiza una lúcida defensa del derecho a la educación igualitaria para niñas y niños que luego Tristán recupera para inscribirla como elemento clave en su proyecto de unión de obreros y obreras. Ahora bien, en el capítulo V de su Vindicación titulado “Censuras a algunos de los escritores que han hecho de las mujeres objetos de piedad, al borde del desprecio” Wollstonecraft inicia una aguda crítica al modelo de mujer que Rousseau promueve en el libro V de su obra Emilio titulado “Sofía”. El Emilio es un tratado de la educación que tiene por protagonista al niño Emilio (representante de la masculinidad y futuro ciudadano libre) y por complemento o ser relativo, la figura de Sofía, como depositaria de lo que a los ojos misóginos de Rousseau sería una femineidad perfecta y conforme a cogito fue utilizado por su creador como método para evitar errores, falsedades o prejuicios en el marco de las deliberaciones epistemológicas. Lo que hace Poullain es redireccionar la duda metódica al ámbito de la crítica social, la ética y la política, con el propósito de impugnar los prejuicios sexistas y defender la igualdad entre varones y mujeres. Si el buen sentido es universal, Poullaine no encuentra razones válidas para afirmar que las mujeres carecen de dicha capacidad. Para reforzar esta postura igualitarista, toma como punto de apoyo la distinción cartesiana entre sustancia extensa y sustancia pensante. El alma, intelecto, razón o espíritu, en Descartes, es conceptulizada como una sustancia pensante completamente distinta a la naturaleza corpórea o sustancia extensa. El sexo es una propiedad de la res extensa, no un atributo del alma. Por tanto si el yo pienso, común a toda la especie, no tiene sexo, apelar a las diferencias corporales y sexuales para afirmar la inferioridad intelectual de las mujeres respecto de los varones, es para Poullaine, un absurdo basado en prejuicios y no una verdad fundada en un examen crítico de la razón. 29 la “naturaleza”. El filósofo ginebrino comienza el capítulo V diciendo No es bueno que el hombre esté solo. Emilio es hombre y le hemos prometido una compañera; es menester dársela. Esta compañera es Sofía.26 Con esta frase quedan en evidencia las raíces del sexismo bíblico de las que se nutre Rousseau para construir el estereotipo femenino. El mito bíblico dice que Dios creó a Eva de la costilla de Adán y el mito patriarcal rousseauniano inventa a Sofía utilizando los procesos de socialización y educación para producirla.27 En sus palabras: Un hombre y mujer perfectos se deben parecer tan poco en el intelecto como en el rostro. (…) Uno debe ser activo y fuerte, el otro débil y pasivo. Es muy necesario que uno quiera y pueda, alcanza con que el otro se resista poco. Establecido este principio, se desprende que el destino especial de la mujer es agradar al hombre. (…) El mérito del varón consiste en su poder, y por eso agrada sólo cuando es fuerte. Esta no es la ley del amor, lo confieso, pero es la ley de la naturaleza, más antigua que el amor mismo. Si el destino de la mujer es agradar y ser sometida, debe agradarle el hombre en vez de incitarlo; su violencia se vincula en sus atractivos. Por ellos los debe forzar a que encuentre y use su fuerza. El arte más eficaz de animarla, es hacerla necesaria con la resistencia. Juntándose entonces el amor propio con el deseo, uno obtiene la victoria que el otro le deja alcanzar; de aquí nacen la agresión y la defensa, la osadía de un sexo y el recogimiento del otro, la modestia y la vergüenza con la que armó la naturaleza al débil para que el fuerte lo esclavizara.28 En esta cita, Rousseau designa los atributos que cada sexo debería desarrollar para acercarse a la perfección. La conceptualización binaria y jerarquizada de la 26 Rousseau, Jean-Jacques. Emilio, Buenos Aires, Gradifco, 2006, p.373. 27 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Génesis, 2. 22. 28 Rousseau, Jean-Jacques. Emilio, Buenos Aires, Gradifco, 2006, p.374. 30 diferencia sexual y el sometimiento de las mujeres por parte de los varones son elementos constitutivos del orden genérico que promueve. Por un lado, tenemos “el eterno masculino” conceptualizado como: superior, racional, fuerte, activo, poderoso, violento, agresivo, victorioso, osado, amo. Por otro lado, el “eterno femenino” es definido como: inferior, débil, pasiva, de poca resistencia, defensiva, vencida, modesta, vergonzosa, sometida, esclava. A su vez, cabe destacar de la cita en cuestión que si bien Rousseau comienza hablando en términos morales sobre el deber ser de las mujeres, inmediatamente convierte estos deberes en destino y ley de la naturaleza. Otro aspecto significativo de la cita es la apología y naturalización del uso masculino de la violencia contra las mujeres para obtener la victoria colonizadora sobre la esclava femenina. Esta legitimación de la violencia sexista da cuenta de los altos niveles de misoginia rousseaunianos. Continuando el análisis del Emilio encontramos que el filósofo se ve en la necesidad de visibilizar en su texto las voces de las mujeres que reclamaban y luchaban por la igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones. Voces desafiantes que si llegaban a los oídos de Sofía podrían sublevarla y convertir los sueños patriarcales de su padre-inventor en una pesadilla parricida. Ellas, las rebeldes anónimas que no querían quedar fuera del banquete de la igualdad, aparecen como referentes polémicas del ginebrino que sostiene lo siguiente: La demarcación de las obligaciones relativas a ambos sexos no es ni puede ser la misma, y cuando las mujeres se quejan de la desigualdad que los hombres impusieron al respecto, no tienen razón; esta disparidad no es una institución humana, o por lo menos, no es hija de la preocupación, sino de la razón; a aquél 31 de los dos que la naturaleza le dio el encargo de los hijos, le toca responder por ellos en lugar del otro.29 Como se advierte, su objetivo es deslegitimar la luchacontra las desigualdades en base al sexo impulsada por las mujeres de su tiempo. Para dicho propósito, niega insistentemente el origen histórico de toda disparidad sexual. Rousseau dice que no es una institución humana la que prescribe la exclusión de las mujeres al ámbito privado bajo la obligación de realizar los trabajos domésticos no remunerados. Nuevamente, presenta a la naturaleza como la responsable del orden patriarcal, y, nuevamente, el estatus racional de estas mujeres quejosas es, a su modo de evaluar, nulo. Pero las leyes de la naturaleza sexista que invoca Rousseau no parecen ser tan poderosas para garantizar por sí mismas las desiguales obligaciones que prescribe para Emilios y Sofías. Las desobediencias femeninas se convierten en amenazas “contranatura”. Con el fin de evitar estas transgresiones, el filósofo apela a una institución indudablemente histórica y humana como es la educación, para que enseñe a las mujeres a respetar el lugar y las funciones “naturales” que como tales les corresponde: El cuidado de las/os niñas/os en la esfera privada. De esta forma, la educación debe ser solidaria con las reglas de juego patriarcales elevadas al estatuto metafísico de “leyes naturales ahistóricas” por el discurso rousseauneano. El teórico del contrato social, legitimador del contrato sexual, dice que hay que educar a las mujeres para mantenerlas en relación de dependencia y esclavitud respecto de los varones. 29 Rousseau, Jean-Jacques. Emilio, Buenos Aires, Gradifco, 2006, p.375. 32 Llevando su ideología sexista al extremo, termina por afirmar que la sujeción femenina es la única garantía de alcanzar la felicidad de todas y todos. En sus palabras: Por esta razón, la educación de las mujeres debe ser siempre relativa a los hombres. Complacernos, sernos útiles, hacernos amarlas y estimarlas, educarnos en la juventud, cuidarnos cuando crecemos, aconsejarnos, consolarnos, hacer nuestras vidas fáciles y agradables: estos son los deberes de las mujeres en todo momento, y lo que debe enseñárseles en su infancia. En la medida en que fracasemos en recurrir a este principio nos alejamos del objetivo y todos los preceptos que se les den no contribuirán a su felicidad ni a la nuestra.30 Para Wollestonecraft el sistema educativo propuesto por el ginebrino lejos de tener un fundamento racional, parte de la sensibilidad propia de la aristocracia masculina que lleva a los varones, y en particular a Rousseau, a degradar a la mujer haciéndola esclava del amor.31 La figura de Sofía es construida desde la falacia naturalista cuya treta se basa en presentar lo prescriptivo como descriptivo. Esposa y madre sumisa, su hábitat por naturaleza es el doméstico, débil, pasiva, obediente, dócil, coqueta aunque casta, autocontrolada, carente de razón especulativa, incapaz para la ciencia, madre piadosa, esclava, ignorante, son algunas de las caracterizaciones misóginas proyectadas por Rousseau para dar forma a su ideal de “mujer perfecta”. Si bien, desde una mirada feminista podemos afirmar que Sofía sienta las bases del estereotipo femenino afín a los intereses del patriarcado capitalista naciente, para Jean- Jacques era expresión de las cualidades constitutivas de la naturaleza y de la biología del “segundo sexo”. 30 Citado en Wollstonecraft, Mary, Op. Cit., p.150. 31 Wollstonecraft, Mary, Op. Cit., p.166. 33 Tal es así, que la estrategia argumentativa de Wollstonecraft tiene como objetivo demostrar que Sofía, lejos de representar la realidad de la naturaleza femenina, es una quimera que sólo existe en la imaginación de Rousseau. Pero todos los errores de razonamiento de Rousseau se derivan de la sensibilidad. (…) Cuando debería haber razonado se volvió apasionado, y la reflexión inflamó su imaginación en vez de iluminar su entendimiento.32 Las mujeres consideradas no sólo criaturas morales, sino también racionales, deben intentar adquirir las virtudes humanas (o perfecciones) por los mismos medios que los hombres, en lugar de ser educadas como una imaginaria especie de medio ser, una de las descabelladas quimeras de Rousseau.33 La estrategia ideológica de los partidarios de la exclusión de las mujeres se basaba en negarles capacidades racionales o en considerar que la razón femenina era una razón práctica, (como es el caso de Rousseau) incapaz de especulaciones, abstracciones y por tanto de ejercer los derechos de ciudadanía. Cuando Wollstonecraft considera que Rousseau no se guió por la razón y el entendimiento en sus formulaciones referentes a Sofía, sino que lo hizo desde sus pasiones y su imaginación como se observa en la cita anterior, está invalidando el carácter racional y por tanto el valor de verdad de las proposiciones de Rousseau respecto de las mujeres. Los ojos racionales del teórico del “contrato social” fueron desplazados por ojos embriagados de imaginación apasionada. Lo que Wollstonecraft sostiene es que lejos de dirigir la mirada intelectual hacia la realidad de las mujeres concretas y sus actos, lo que mira Rousseau es la productividad ficticia de su imaginación que construye la figura quimérica de Sofía para legitimar el sexismo y la desigualdad, o en otras palabras, para legitimar el contrato sexual. 32 Wollstonecraft, Mary, Op. Cit., p. 165. 33 Wollstonecraft, Mary, Op. Cit., p. 93. 34 Ahora bien, Flora Tristán, no sólo adhiere a la dimensión crítica del pensamiento de Wollstonecraft respecto de los filósofos que como Rousseau legitimaban la inferioridad de las mujeres por naturaleza, sino que también se apropia de las consideraciones propositivas sobre la educación aunque imprimiéndole, y este es su aporte original, un giro de clase. Incluso, Tristán plantea que la pionera del feminismo inglés, en su publicación de 1792, da a conocer los principios pedagógicos que luego, el socialista Saint-Simon, difunde. De esta forma, avanza hacia la articulación teórico- política del feminismo con el socialismo, la otra vertiente ideológica de la cual se nutre en su creativo camino hacia la construcción del feminismo socialista. La lectura del periódico Le Phalanstère dirigido por Victor Considerant la acercan al pensamiento de Fourier con quien tuvo varios encuentros en París. También leyó el periódico Le Globe de orientación sansimoniana y conoció personalmente a Robert Owen. Un elemento importante que Tristán retoma de la escuela saintsimoniana perpetuada por Prosper Enfantín, (discípulo directo de Saint-Simon), es la revalorización del trabajo manual. En la Unión Obrera, reivindica de Enfantín el hecho de haber sido el primero en intentar realizar el precepto de Saint-Simon de rehabilitar el trabajo manual ya que para Tristán, Esta rehabilitación, en sí misma, encierra el cambio radical de la sociedad.34 La desvalorización, humillación y desprecio hacia quienes trabajan con sus manos impacta en la autopercepción de los trabajadores quienes terminan por sentir vergüenza de su condición. Siguiendo el ejemplo de Enfantín de honrar el trabajo manual, Tristán revaloriza esta actividad y a la clase trabajadora que 34 Tristán, Flora, Unión Obrera, Op. Cit., p.98. 35 es, según su punto de vista, la más útil de todas. El pasaje subjetivo de la “vergüenza de sí” hacia el “orgullo de sí” es clave para el proceso de emancipación de clase y, como veremos también, de sexo. Otra idea que retoma Tristán de Enfantín aunque con un sentido propio, es el de la mujer mesías. Para el discípulo de Saint-Simon sería una mujer la profeta destinada a guiar por el camino de la libertad a la clase obrera. Convencidode la superioridad moral de la “naturaleza femenina” emprendió un viaje hacia Egipto en busca de la mujer mesías que, por cierto, nunca encontró. Pero la misma Tristán aclara que sólo acuerda con las ideas defendidas por Enfantín a principios de la década de 1830. Con el correr del tiempo, va a tomar distancia del santsimoniano. Al momento de escribir la Unión Obrera, la autodidacta estudia la obra de Enfantin publicada a principios de la década de 1840 titulada Colonización de Argelia donde el autor plantea que la forma de organizar el trabajo es regimentando a los obreros. Tristán califica la propuesta de Enfantín de anacrónica y contraria a la libertad ya que su nueva forma de entender la organización del trabajo es equiparable a la organización de un ejército.35 Va a ser con las ideas de Fourier y con las posturas de su discípulo Victor Considérant con las que Tristán encuentra mayor afinidad. Destaca del segundo su empeño por reclamar tanto la organización del trabajo como el derecho para todo el mundo al trabajo tomando como base para sus propósitos el conocimiento científico. Con el autor de El nuevo mundo amoroso Tristán comparte la relevancia política que tienen las pulsiones sexuales y las emociones a la hora de la construcción de una 35 Tristán, Flora, Op. Cit., p. 103. 36 sociedad libre, como así también sus ideas respecto de la necesidad de emancipación de las mujeres en tanto que tales. Pero Fourier, al proyectar una idealización de la naturaleza femenina la cual presentaba virtudes superiores a la de los varones, terminaba por excluir a las mujeres no por una infravaloración, sino, por una supravalorización. En esta oportunidad, la mujer ya no está en pie de igualdad con los varones por ser heterodesignada como inferior, sino, como superior. A su vez, si bien pregonaba la independencia económica de las mujeres, se oponía a que en la sociedad de su tiempo se les reconociera el derecho al trabajo ya que eso empeoraría la situación general de la clase proletaria. En este punto, Tristán discrepa. Respecto de la educación, Tristán la consideraba una herramienta política clave para que del seno de una sociedad surjan varones y mujeres libres. En la Unión Obrera señala el valor de los aportes de Fourier sobre esta cuestión como así también, al método de enseñanza propuesto por Owen que, según observa, es similar al que ella misma propone. Según Tristán una enseñanza basada en fatigar a los niños y las niñas sobrecargando la memoria con una multiplicidad de datos y cosas inútiles es lo opuesto a su metodología de la enseñanza en base al “por qué”. Tal es así, que propone aplicar la metodología del “por qué” para la solución de las grandes cuestiones morales, sociales y filosóficas en el marco de los palacios de la unión obrera sobre los cuales hablaré más adelante. Ahora bien, a pesar de que Tristán recupera ciertos aportes de los primeros socialistas, no se identificaba ni como fourierista, ni como sansimoniana ni owenista ya que tenía su propia perspectiva donde la articulación de la cuestión de la mujer y la cuestión obrera no admitía desfasajes entre la teoría y la práctica ni postergaciones de unas opresiones, la de las mujeres obreras, respecto de otras consideradas más urgentes 37 y prioritarias, la de los obreros varones. Por eso, en sus palabras, en sus libros, no hay olvido del ser mujer, no hay universales masculinos, ni idealizaciones de lo femenino, hay una insistencia en la igualdad entre los sexos. Las diferencias con los partidarios del socialismo también fueron decantando en el andar debido a la inconsecuencia entre las acciones concretas y los planteos teóricos respecto de la condición femenina y la libertad sexual. Ejemplos de ello, fueron la prohibición de la participación de las mujeres en una comunidad de ayuda mutua organizada por Prosper Enfantín, o la prohibición por parte de los discípulos de Fourier, de aceptar la presencia de mujeres en el banquete del primer aniversario de la muerte del autor de El nuevo mundo amoroso.36 Ahora bien, un aspecto significativo que quisiera remarcar es la atención que la autodidacta reclama para aquellas obras sobre la cuestión obrera escritas por los mismos obreros. En el primer capítulo de su obra Unión Obrera, expresa la influencia que ha ejercido en su propuesta de la Unión Universal de Los Obreros y Las Obreras, la lectura del Libro del compañerismo de Agricol Perdiguier, obrero carpintero, como un folleto de Pierre Moreau (obrero cerrajero) y el Proyecto de regeneración del compañerismo de Gosset, padre de los herreros. Tristán destaca la importancia de estas tres obras de la siguiente manera: Se plantea la cuestión de los obreros enfocada por obreros. Hombres inteligentes y conscientes, que conocen perfectamente el tema del que hablan. Se trata de tres obras pensadas y escritas de buena fe: en cada página se descubre un ardiente y sincero amor por la humanidad, cualidades preciosas que no siempre se encuentran en las sabias obras escritas por nuestros célebres economistas.37 36 Ana de Miguel y Rosalía Romero, “Introducción: Flora Tristán, hacia la articulación de feminismo y socialismo en el siglo XIX” en Tristán, Flora. Op. Cit, p. 31-32 37 Tristán, Flora. Unión Obrera, México, Fontamara, p. 79. 38 En esta cita aparecen varias cuestiones a partir de las cuales emerge la mirada crítica tristaniana que rompe, como señalamos anteriormente, con concepciones filosóficas del ser humano y de su vida activa ancladas en binarismos jerarquizados configurados por prejuicios de género y de clase. Estas cuestiones son tanto la relevancia de hablar en primera persona tomando como fuente de conocimiento la propia experiencia, como la articulación de la emocionalidad y la inteligencia en el proceso de producción de saberes. Así como puso énfasis en visibilizar a las mujeres escritoras que con sus mismas acciones y producciones refutaban los prejuicios sexistas de la incapacidad intelectual de las mujeres, emprende similar estrategia para visibilizar la agudeza intelectual de los obreros. En la cita, Tristán afirma que los obreros saben de lo que hablan cuando reflexionan y escriben sobre la cuestión obrera ya que los involucra en primera persona. La reflexión crítica sobre las propias experiencias de opresión son el camino para la creación de saberes y conocimientos que den lugar a estrategias de emancipación donde él o la oprimido/a aparece como protagonista de su emancipación. La tradicional distinción jerárquica entre trabajo intelectual y trabajo manual es puesta en cuestión por Tristán. Las figuras identitarias y opuestas que se desprenden de dicha demarcación excluyente (sabio y obrero manual) con sus estatus correspondientes son revalorizadas y resignificadas. Tristán pretende desmontar los prejuicios de quienes autodesignándose como sabios, filósofos o científicos han juzgado con desprecio a los trabajadores manuales, para legitimar la opresión y la esclavitud por un lado, y para negarles la posibilidad concreta de desarrollar sus capacidades intelectuales por otro, al considerarlos de naturaleza inferior. Se configura de esta forma una definición 39 relacional y antagónica de las clases: quienes trabajan con su razón sobre cuestiones teóricas elevadas son no-trabajadores manuales. Quienes trabajan con sus brazos para producir objetos útiles y servir a sus amos, son no-sabios y carecen de capacidades racionales. El desafío a las fronteras impuestas por el elitismo clasista de los teóricos de la opresión (filósofos) planteada por la existencia de obreros pensantes que reflexionan con lucidez sobre su condición de opresión y elaboran estrategiaspara romper sus sujeciones es articulada por la fundadora del feminismo socialista con las transgresiones al elitismo sexista que demarca fronteras cuestionables entre lo racional y lo emocional. La perspectiva racionalista que promueve la exclusión y la invalidación de los sentidos, las emociones, en suma, del cuerpo y sus percepciones empíricas, del proceso de producción de conocimiento alejan, según Flora Tristán, al ser humano de la posibilidad de comprender. Como bien dice la cita, el amor a la humanidad manifestado en las obras de obreros inteligentes como Perdiguier, Moreau y Gosset brilla por su ausencia en las “sabias obras” de célebres economistas. Con estas consideraciones e ironías de por medio, Tristán visibiliza que en el proceso de producción de saberes, las emociones no son exteriores ni ajenas. El concepto de comprensión, desarrollado por la franco-peruana, implica la unidad entre emoción y entendimiento. De entre todas las emociones, el amor va a ser la emoción privilegiada de la cual emerge la inteligencia ardiente dando lugar a la comprensión. En sus palabras: Si el amor es el alma de la inteligencia, la inteligencia a su vez es la llama del amor. Estos dos términos unidos forman lo que yo llamaría la comprensión y el 40 pleno discernimiento; mientras que uno separado del otro no constituye sino algo espurio, incompleto, castrado, desprovisto de fuerza, de poder, de vida.38 El concepto de comprensión tristaniano unifica acciones y facultades humanas que fueron históricamente concebidas de forma separada legitimando jerarquías y dominaciones. Comprender significa amar-inteligentemente. La inteligencia es sensual, y el amor es pensante. Las emociones no son irracionales, ni la razón es un frío cálculo lógico descorporizado. Esta invalidación de la distinción razón/emoción se desplaza inmediatamente a la invalidación de los estereotipos de género que identifican razón con masculinidad y emoción con feminidad. La unión de los dos términos razón/emoción, separados por intereses clasistas y sexistas, son elementos constitutivos, para Tristán, de un mismo proceso cuyo sentido es la acción de comprender. Las consecuencias políticas y estratégicas de su conceptualización de lo humano destacadamente no androcéntrica, expresan la novedosa perspectiva feminista-socialista que pone en cuestión, al mismo tiempo, los prejuicios sobre los cuales se ha legitimado la inferiorización de trabajadores manuales y de mujeres. Así como los obreros manuales varones eran definidos como fuerza bruta no-intelectual, las mujeres eran definidas como débiles criaturas irracionales. De esta forma, tenemos que en la cadena de jerarquías naturalizadas, el rico, desde el punto de vista de la intelectualidad, se concibe superior al pobre y el varón pobre, desde el punto de vista de la fuerza e intelecto, superiores a las mujeres no-racionales y no-fuertes, es decir, débiles y emocionales. Las consecuencias económicas y políticas de estas consideraciones ponen de manifiesto que la división social del trabajo en base al sexo estructura la división del 38 Tristán, Flora. Op. Cit. p. 161. 41 trabajo manual e intelectual. Porque si se establece esta jerarquía entre trabajo manual e intelectual, las mujeres van a ser excluidas del trabajo intelectual y también del trabajo manual masculinizado al ser entendidas como carentes de inteligencia y de fuerza. La naturalización de la maternidad en el marco de la familia monogámica heterosexual y todos los servicios que de dicha función se desprenden, era el fundamento económico patriarcal de la exclusión de las mujeres del derecho a la educación y al trabajo remunerado. Volviendo a la crítica tristaniana contra el sexismo filosófico, destaco el siguiente planteamiento: El sabio filósofo le ha dicho: Mujer, ha quedado constatado por la ciencia que, por tu constitución, eres inferior al hombre. No tienes inteligencia ni comprensión para las cuestiones elevadas, ni lógica en las ideas, ninguna capacidad para las ciencias llamadas exactas, ni aptitud para los trabajos serios, en fin, eres un ser débil de cuerpo y de espíritu pusilánime, supersticiosa;(…) Por esto, es necesario que el hombre sea tu dueño y tenga toda la autoridad sobre ti.39 Como podemos ver, Tristán pone en cuestión la sabiduría de los privilegiados que utilizan su “genio” para perpetuar su lugar de supremacía y legitimar la exclusión de las no-iguales, las no-libres, las no-fráteres. Una sabiduría certificada por el poder de los amos de la historia que podríamos bien llamar “sabiduría de celebridades” (para usar la palabra con que Tristán califica a los economistas de renombre que carecen de la capacidad de comprensión que sí tiene por ejemplo el obrero Perdiguier y desde ya, la misma Flora Tristán). Este saber elitista es desafiado por la fundadora del feminismo socialista desde una sapiencia que voy a denominar “sabiduría de paria” en la cual la 39 Tristán, Flora, Op. Cit., p.112. 42 relevancia del lugar desde donde se construye sabiduría, conocimiento y pensamiento crítico como del sentido ético-político proyectado, son fundamentales. Cabe señalar, que estas son cuestiones no menores teniendo en cuenta la centralidad estratégica que tiene para Tristán la educación y el conocimiento en la lucha contra la miseria, pilar fundamental del cual se desprenden la ignorancia y el egoísmo: tres males que configuran, según las reflexiones de la franco-peruana, la situación de opresión de obreras y obreros. ¿En qué consiste la sabiduría de paria? Por empezar, tomaré el concepto de paria, tal y como lo entiende Tristán. Para ello utilizaremos la siguiente cita: Hasta ahora, la mujer no ha contado para nada en las sociedades humanas. ¿Cuál ha sido el resultado de esto? Que el sacerdote, el legislador, el filósofo, la han tratado como verdadera paria. La mujer (la mitad de la humanidad) ha sido echada de la Iglesia, de la ley, de la sociedad. Para ellas no ha habido ninguna función en la Iglesia, ninguna representación frente a la ley, ninguna función en el Estado.40 Paria, es la mujer excluida de la sociedad por los diferentes poderes que han estado históricamente en manos de los varones convertidos, según el marco institucional desde donde afianzan la supremacía masculina, en legisladores, sacerdotes o filósofos. Una supremacía masculina que, por cierto, incorpora al banquete de los privilegios patriarcales incluso a los varones que no forman parte de las clases altas o de las razas consideradas superiores, en el marco de dos instituciones fundamentales: la familia y el prostíbulo. A su vez, como señalamos anteriormente, los mecanismos de exclusión se agudizan ante la insumisión de las mujeres respecto de sus esposos-amos en el marco del contrato sexual matrimonial. 40 Tristán, Flora. Op. Cit., p. 110. 43 Ahora bien, el poder científico o filosófico ocupa un lugar estratégico en el fortalecimiento de la colonización subjetiva para evitar posibles desobediencias y corrimientos de los lugares de subordinación de los/as dominados/as. La sabiduría de paria, se propone roer el poder heterodesignante de los sabios certificados institucionalmente, construyendo desde la propia perspectiva de paria conciente, al decir de Lazare, una mirada que resignifica el sentido y el valor de las subjetividades jerarquizadas en las relaciones de dominación. Con las propias acciones, con las propias palabras, con los propios valores emancipatorios, la sabiduría de paria expresa y proyecta una verdad desde el lugar más inesperado, el lugar de la subalternidad supuestamente muda y carente de razón. Deshace las cadenas psíquicas de la sumisión al poner
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