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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MEXICO 
PROGRAMA DE POSGRADO EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS 
 
 
 
 
 
 
LAS HISTORIETAS DEL CHILENO CÉSAR “GROTESCO” FUENTES 
 
 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
MAESTRO EN ESTUDIOS LATINAOMERICANOS 
 
 
 
 
PRESENTA: 
SAMUEL CRUZ PÉREZ 
 
 
 
TUTOR: 
DOCTOR ENRIQUE CAMACHO NAVARRO 
CENTRO DE INVESTIGACIONES SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 
 
 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, JUNIO DE 2016. 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Esta tesis fue realizada gracias a una beca del Programa Nacional de Posgrados de Calidad 
(PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 Quiero dejar en claro que, si lo cuantitativo de esta tesis fue cosa mía, lo cualitativo de ella debe 
bastante a los siguientes humanistas: 
 Mi tutor, doctor Enrique Camacho Navarro. Este proyecto no hubiera llegado a buen término sin 
su sabía guía, sugerencias y observaciones que pulieron mis escritos durante estos dos años y 
medio. Todos los mazapanes regiomontanos serían insuficientes para saldar la deuda que tengo con 
él. 
 Doctor Pablo Artaza. Veterano y generoso historiador de la Facultad de Filosofía y 
Humanidades de la Universidad de Chile que me ayudó con información y dudas sobre hechos 
acaecidos en los terruños de Juan Carlos Bodoque. Van mi lealtad y reconocimiento a su cubículo 
del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile (acompañados de una máscara 
del “Huracán” Ramírez). 
 Doctor Miguel Ángel Esquivel. Latinoamericanista contraculturoso en toda la extensión de la 
palabra. Titular del seminario “Historia, historiografía y construcción del conocimiento histórico de 
América Latina. Problemas de estética y marxismos no ortodoxos en México y América Latina: 
Alberto Híjar, teoría y textos” que en todo momento respaldó y orientó mis reflexiones sobre el 
“ethos del desmadre” y “la sabrosura” estética latinoamericana. 
 Doctora Thelma Camacho Morfín. Máxima autoridad académica en México en el campo de la 
historieta contemporánea, ejemplo de congruencia profesional y quien me ha enseñado que no hay 
tema pequeño o indigno de investigar. 
 
Gracias a: 
 Mi cómplice, amante, musa, correctora de estilo, fantasía sexual, ayudante, psicóloga, enfermera, 
porrista, celadora y compañera de vida. No sé qué hubiera hecho sin tu amor y respaldo en los 
buenos y malos momentos que se atravesaron durante estos años. (Y sí Aracely. ¡Me refiero a vos!). 
 Doctor Tomás Pérez Vejo y doctor Sergio Ugalde Quintanilla por ser mis sínodales y el interés 
con que leyeron y revisaron esta tesis. 
 Los altos mandos, Rosa y Eligio, por su estoicismo y paciencia al darme posada durante este 
último año. También para mis hermanas Dalia y Rocío así como mi bonachón sobrino Sebastián. 
 Las y los integrantes del clan Cruz Rivera por acoger a la oveja extraviada y recordarle quién es 
y de dónde viene su ADN chacotero. 
 La familia Padilla Chávez, especialmente a mis suegros don Fernando y doña Luz por tolerar a 
su capitalino e insolente yerno. 
 Maestra María Guadalupe Romero Zárate (†) y maestra Verónica Pérez Mata por su 
incondicional apoyo y mostrarme que un buen general no es aquel que da más ordenes, sino el que 
obtiene la victoria apoyándose y confiando en sus tropas. En este tenor, también va mi 
reconocimiento para Edgar, leal camarada ante los desencuentros con herencias normalistas 
incoherentes y anacrónicas. 
 Mi carnal, Jorge Cruz, por las lagartijas y cervezas sacrificadas en aras de la cultura alternativa, 
el muralismo y el chisme de lavadero. Va el mismo agradecimiento a mis ex roomies, Bruno y 
Nacho, por el año en que compartimos morada y pelos de gato en la ropa. 
 Mis hermanos tuzos Lalo, Isuki y Emmanuel por el enriquecimiento mutuo en esas sesiones de 
trabajo en torno a la narrativa gráfica y las nuevas expresiones contraculturales. 
 Mis cofrades de la generación 2013-2015 de la maestría en Estudios Latinoamericanos por los 
tragos, alegrías y sinsabores compartidos durante cuatro semestres. 
 
ÍNDICE 1 
Introducción………………………………………………………………... 1 
1. Tema………………………………………………………………. 1 
2. Estado de la cuestión……………………………………………… 2 
2.1. Academia e historieta…………………………………….…. 2 
2.2. Historieta en Chile…………………………………………… 12 
3. Hipótesis…………………………………………………………... 18 
4. Objetivos….……………………………………………………….. 18 
5. Justificación……………………………………………………….. 19 
6. Metodología………………......……………………........................ 21 
6.1. Clasificación de las historietas de “Grotesco”………………... 23 
 
I. Contexto de Chile………………………………………………………... 27 
I. Retorno a la democracia…………………………………………... 28 
II. Neoliberalismo en Chile………………………………………….. 33 
III. Panorama de la historieta chilena de inicios del siglo XXI………. 40 
 
II. Anclajes y conceptos teóricos…………………………………………... 50 
I. El quiebre…………………………………………………………. 50 
II. Lo grotesco………………………………………………………... 55 
III. La risa……………………………………………………………... 59 
IV. El webcómic………………………………………………………. 63 
 
III. Habitus de “Grotesco”…………………………………………………. 70 
I. Lo contracultural………………………………………………….. 71 
II. Burla al manga en Chile…………………………………………... 77 
III. Polémica con el heredero de “Pepo”……………………………… 80 
IV. Polémica con Alberto Montt……………………………………… 83 
 
IV. Carabineros en las historietas de “Grotesco”………………………….. 90 
I. Breve historia de Carabineros…………………………………….. 90 
II. Análisis de “Paqueando las alpacas”……………………………… 95 
III. El carabinero de “Los Planetarios”……………………………….. 101 
 
V. Sebastián Piñera en las historietas de “Grotesco”……………………… 107 
I. Breve biografía de Sebastián Piñera……………………………… 107 
II. Los proyectos hídricos en la región de Aysén y las protestas 
mapuches………………………………………………………….. 
 
108 
III. Análisis de foto oficial……………………………………………. 111 
IV. Análisis de “Planeta Piñerog-7”…………………………………. 112 
V. Análisis de “Los Planetarios”…………………………………… 115 
VI. Aparición en “Marcha”…………………………………………… 121 
 
Conclusiones……………………………………………………………….. 124 
 
Fuentes……………………………………………………………………... 127 
 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
1. Tema 
 Esta tesis analizará, desde una perspectiva latinoamericanista, algunas historietas del dibujante 
chileno César Fuentes, mejor conocido en el medio editorial y de la narrativa gráfica en Chile como 
“Grotesco”. Este sobrenombre, aunque el creador no aborda el tema, se explica precisamente por el 
contenido bizarro e irreverente de su producción gráfica; por la burla ácida que dirige por igual 
hacia personajes y a situaciones que se viven cotidianamente en la sociedad chilena, y que llaman la 
atención del autor, haciéndolos tema de sus caricaturas. 
 Fuentes vino al mundo en la norteña ciudad de Antofagasta, un 3 de noviembre de 1984. Creció 
dentro de una familia de clase media, lo cual le ayudó a ingresar a una institución educativa privada 
en 2002. Así pues, se matriculó en la Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación (UNIACC) 
en la carrera de arte, aunque la abandonaría dos años después. Posteriormente se inscribió en el 
Instituto Alpes Escuela de Comunicaciones (ubicado en Santiago de Chile) donde estudió 
ilustraciónartística. Aun cuando en esta segunda institución sí concluyó sus estudios, no obtuvo su 
título profesional.1 
 
 
1 Fuentes, César, “RE: Preguntas”. Correo electrónico para Samuel Cruz, 4 de marzo de 2013, 
urogenital.implosion@gmail.com. 
Imagen tomada de http://doscafesyunamesa.blogspot.mx/2009/04/reunion-en-baquedano-
rostros-que-es.html 
mailto:urogenital.implosion@gmail.com
http://doscafesyunamesa.blogspot.mx/2009/04/reunion-en-baquedano-rostros-que-es.html
http://doscafesyunamesa.blogspot.mx/2009/04/reunion-en-baquedano-rostros-que-es.html
 
 
2 
 
 Una vez terminados sus cursos universitarios comenzó a laborar por cuenta propia, realizando 
anuncios publicitarios, portadas de discos y diseño de revistas. Adicionalmente a su labor como 
diseñador gráfico, en las redes sociales vende artículos (camisetas, pinturas en acrílico, tablas de 
patineta, dibujos a tinta, entre otros) que contienen sus dibujos y estilo visual bizarro2. 
 Debutó como historietista en fanzines3 y publicaciones amateurs en 2003. Su principal personaje 
es “El Señor Intestino”. Se trata de un varón joven, sumamente aficionado a las bebidas alcohólicas 
y a burlarse de los demás; tiene orejas puntiagudas, boca alargada y pequeños colmillos, además de 
que siempre trae lo que parece ser una sudadera con capucha colgada. 
 Debido a la buena respuesta de los lectores, “Grotesco”4 creó en 2008 el blog 
srintestino.blogspot.com5. En el 2011 autopublicó una recopilación de historietas de “El Señor 
Intestino” cuyo tiraje se agotó en un par de meses y es algo complicado conseguirlo6. 
2. Estado de la cuestión 
2.1 Academia e historieta 
 Las historietas y caricaturas tienen un gran potencial al ser analizadas como fuente histórica7. Sin 
embargo, durante mucho tiempo la primera tuvo un estigma por parte de la academia mientras que 
 
2 Se pueden consultar sus perfiles de Facebook y de la galería virtual Devianart. Esta información la revisé a 
principios de septiembre de 2013. 
3 Este término proviene de la abreviación en inglés de las palabras fan´s magazine. Se refiere a una 
publicación pequeña, no comercial y con poco tiraje realizada para seguidores de un tema o evento especial. 
Tomado de Samuel Cruz, “Un historietista mexicano de finales del siglo XX. La obra de José Quintero”, 
Tesis de Licenciatura en Estudios Latinoamericanos, Colegio de Estudios Latinoamericanos, Facultad de 
Filosofía y Letras, UNAM, 2010. p. 38. 
4 A partir de este punto y en lo que resta de este texto, me referiré a César Fuentes por su sobrenombre 
artístico. 
5 Junto con su página de Devianart y su perfil de Facebook, en este blog es donde he encontrado las 
historietas que tengo de “Grotesco”. 
6 La edición, corrección y distribución la hizo el propio “Grotesco”. Ésta última la realizó durante todo el 
2011 por medio de pedidos a su correo electrónico y presentaciones en bares y eventos sobre historieta en 
varias ciudades chilenas. Tomado de César Fuentes, “Puntos de venta Sr. Intestino” en Grotescomics, lunes 
30 de agosto de 2010. http://grotescomics.blogspot.mx/2010/08/puntos-de-venta-sr-intestino.html. Fecha de 
consulta: 28 de septiembre de 2015. 
7 Es común –no obstante- que a la historieta se le confunda con la caricatura. Ante esta confusión, autores 
como Eduardo del Río “Rius” en La vida de cuadritos (México, Grijalbo, 1984) y Fausta Gantús (en 
Caricatura y poder político) al inicio de sus textos puntualizan –respectivamente- qué es la historieta y la 
caricatura. Más adelante retomaré un planteamiento del autor estadounidense Scott Mc Cloud donde señala 
una diferencia técnica entre caricatura e historieta. 
http://grotescomics.blogspot.mx/2010/08/puntos-de-venta-sr-intestino.html
 
 
3 
 
la caricatura ha tenido ciertos acercamientos e interacciones con historiadores e investigadores8. Un 
ejemplo de este acercamiento son los textos que vienen en La gráfica política del 989. Se trata de un 
catálogo sobre una exposición de caricatura política de finales del siglo XIX realizada en 1998 en 
Cáceres con motivo del centenario del inicio de la Guerra Hispano-Estadounidense. A partir de las 
caricaturas políticas que aparecieron en publicaciones de EU, España, Cuba, México y Argentina, 
investigadores como Miguel Rojas Mix, Adelaida de Juan y Patricia Galeana (entre otros) 
reflexionan sobre el imaginario político de la generación del 98, el papel del magnate periodístico 
William Randholph Hearst en la declaración de guerra, la imagen que dan los líderes de las partes 
en pugna, etc. 
 La academia y la historieta en América Latina tuvieron sus primeros contactos al abrigo de la 
metodología marxista. Desde esta perspectiva, las historietas que se analizaron se consideraron 
como productos que no aportaban algo para los lectores y que, por el contrario, contribuían al 
enajenamiento mental. Ejemplifican esta postura los casos de Para leer al Pato Donald (1970)10 de 
Ariel Dorfman y August Mattelart, así como Mitos y monitos (1979)11 de Irene Herner. 
 Una de las tesis del libro de Dorfman es que las historietas de Disney tienen el objetivo de 
difundir entre la población los valores morales de la sociedad capitalista norteamericana. Tuvo 
mucha aceptación en general ya que aportó una justificación marxista al gran prejuicio cultural 
contra las historietas. 
 Sin embargo, es importante señalar que en Chile durante el periodo de 1970 a 1973 hubo una 
profunda crisis política producida por el enfrentamiento entre el gobierno de la Unidad Popular y la 
oligarquía chilena respaldada por Estados Unidos. Dentro de este contexto, la editorial que 
publicaba los títulos de Disney era la misma que se encargaba del tiraje de El Mercurio, el periódico 
 
8 Ejemplo de esto es la llamada “Catrina”, creación popular que proviene de una caricatura de José Guadalupe 
Posada y que fue retomada por varias instituciones y creadores en México durante la segunda mitad del siglo 
XX. 
9 Miguel Rojas Mix, et. al, La Gráfica Política del 98, Cáceres, Centro Extremeño de Estudios y Cooperación 
con Iberoamérica-consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta de Extremadura, 1998. 
10 Ariel Dorfman y Armand Matterlart, Para leer al Pato Donald. Comunicación de masas y colonialismo, 
México, Siglo Veintiuno, 1997. 
11 Irene Herner, Mitos y monitos. Historietas y fotonovelas en México, México, Nueva Imagen-UNAM, 1979. 
 
 
4 
 
portavoz de la oposición al régimen de Allende. Así pues, Ariel Dorfman, en su calidad de profesor 
de la Universidad Chile, trató de contrarrestar los ataques de la derecha apoyada por la CIA. La 
mejor manera de hacerlo fue analizando desde un enfoque marxista uno de los símbolos de la 
cultura norteamericana: los dibujos de Disney. 
 Dentro del esquema de la cultura capitalista versus cultura emancipadora, toda aquella historieta 
producida en Estados Unidos es nociva para el público. Dorfman era colaborador de los programas 
culturales de la Unidad Popular y como tal reforzó su postura de izquierda. Los sangrientos hechos 
de 1973 lo llevaron a afirmar que cualquier expresión artística norteamericana contiene una gran 
dosis de enajenación. 
 Al igual que en la actualidad, en la década de los años setenta del siglo XX la empresa fundada 
por Walt Disney contaba con un considerable poder económico ya que controlaba una buena parte 
de la industria del entretenimiento infantil; cualquier producto que lanzara al mercado (película, 
historieta, etc.) alcanzaba un considerable éxito puesto que pocos eran capaces de competir con 
Disney. 
 Una lectura crítica de este libro debe tener en cuenta el contexto en que fue publicado, es decir, 
que apareció durante el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular. Es necesario evitar una 
lectura superficial ya que existe el riesgo deque, dentro de un contexto diferente, se puede entender 
al texto de Dorfman como un feroz ataque a la historieta en general. Ejemplo de esto es lo ocurrido 
en circuitos intelectuales y académicos de México durante los años setenta y ochenta donde este 
libro, al abrigo de una fuerte influencia de marxismos ortodoxos, fue muy socorrido como punto de 
sustento del asco hacía las historietas; este tipo de lecturas resultan riesgosas ya que, por un lado, 
generan un esquema profundamente radical que complica cualquier acercamiento académico a la 
historieta y, por el otro, opacan lo innovador que fue el libro dentro del contexto cultural 
latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX. Para leer al Pato Donald debe entenderse como 
una crítica al emporio de Walt Disney como símbolo capitalista, más no como una arremetida la 
historieta en general. 
 
 
5 
 
 Mitos y monitos de Irene Herner es el producto de una investigación de campo sobre las 
fotonovelas en México y su impacto cultural en la sociedad. En este texto se analizó quiénes 
producen, distribuyen y consumen historietas y fotonovelas en México. También abordó el lenguaje 
que utilizan dichos títulos y la forma en que se vinculan con otras expresiones culturales que se 
originan en los medios de comunicación. 
 Dicho proyecto se realizó en 1979 y fue dirigido por esta académica de la Facultad de Ciencias 
Políticas y Sociales de la UNAM. Basándose en una profunda investigación de campo, reconoce la 
difusión nacional y el gran impacto que tenían las historietas en la sociedad mexicana de finales de 
la década de los años setenta; pese a sus reservas al respecto, el texto de Herner señala que las 
historietas mexicanas trascienden más allá de las páginas de una publicación. Desde su posición 
sugiere que esta penetración en la mentalidad popular es contraproducente ya que, por medio de la 
historieta, la clase dominante difunde los valores y prejuicios de su ideología capitalista. 
 Conforme avanzó la década de los años ochenta esta visión despectiva fue cambiando. Pese al 
prejuicio social e intelectual que supone que la lectura de historietas es sinónimo de atraso y 
enajenación12, aparecieron ideas y propuestas que sirvieron como argumentos a favor de ellas. Es el 
caso del trabajo historiográfico con imágenes (Peter Burke y Tomás Pérez Vejo), así como el 
análisis del papel que tuvieron las revistas de “monitos” como auxiliares del proceso de 
alfabetización en México durante la mayor parte del siglo XX (Manuel Aurrecoechea)13. 
 En su libro Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico14 el historiador inglés 
Peter Burke propone estudiar y escribir historia a partir de nuevas fuentes. Considera que las 
imágenes son una fuente histórica poco valorada y subutilizada15; a pesar de que entre los 
historiadores de finales del siglo XX hay una tendencia a trabajar con imágenes, pocos de ellos las 
reconocen como documentos históricos. Las imágenes dan acceso a las visiones del mundo de la 
 
12 Juan Manuel Aurrecoechea, Catálogo de la historieta mexicana del siglo XX, México, Instituto Nacional de 
Antropología e Historia - Universidad de Colima, 2001. p. 12. 
13 Ídem. 
14 Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Barcelona, Crítica, 2005. 
15 Ibíd. p. 9. 
 
 
6 
 
época en que fueron creadas. El testimonio que ofrecen debe ser situado en sus respectivos 
contextos de producción (cultural, político, material, etc.) ya que el lector puede “interpretar cosas 
que el artista no sabía que estaba diciendo”16. El historiador debe prestar atención a los pequeños 
detalles de las imágenes en cuestión ya que pueden revelar aspectos que el autor retomó del 
imaginario de la época; éstas a su vez podrían complementar los datos aportados por fuentes 
escritas, e incluso encontrar información a la que difícilmente se hubiera podido llegar por otras 
fuentes. 
 Otro autor que apoya el trabajo histórico con imágenes es el español Tomás Pérez Vejo17, quien 
labora desde hace años en la academia mexicana. Coincide con Burke en que detrás de dicha labor 
hay una considerable tradición histórica; sin embargo señala que en Occidente se ha dado prioridad 
a las fuentes escritas sobre las imágenes. En este esquema se concibe a éstas como algo para las 
masas ignorantes mientras que la palabra escrita es exclusiva de las minorías ilustradas y 
preparadas. Para que el historiador pueda reconstruir el código en que fue creada una imagen debe 
recurrir a textos contemporáneos a ella; esto llevaría a una segunda reconstrucción que 
correspondería a la mirada del creador y del público al que iba dirigida la imagen. Las imágenes 
pertenecen a un imaginario social18 y son vestigios de cómo una sociedad se representaba a sí 
misma. Sin embargo la visión que dan de la sociedad no es estática ya que representan el cambio 
social y los conflictos del momento en que se crearon. 
 Para Juan Manuel Aurrecoechea –estudioso apasionado de la historieta mexicana- las revistas de 
historietas significaron una fuente de lectura para varias generaciones de mexicanos que crecieron 
leyendo Memín Pinguín, La familia Burrón y Kaliman. En el prólogo del Catálogo de la historieta 
 
16 Ibíd. p. 18. 
17 Tomás Pérez Vejo, “Imágenes e historia social: una reflexión teórica” en Camacho Navarro, Enrique, et. al. 
El rebelde contemporáneo en el Circuncaribe: imágenes y representaciones, México, UNAM, 2006. pp. 65-
82. 
18 Se trata de un concepto creado por el filósofo griego Cornelius Castoriadis que se refiere a la capacidad 
imaginante colectiva que, al ser producida, se va transformando. Gracias al imaginario social sabemos quiénes 
somos y qué papel debemos desempeñar en la sociedad. María Josefa Erregeurena Albateiro, “El concepto de 
imaginario social” en Anuario de investigación 2000, Volumen II, México, Universidad Autónoma 
Metropolitana, 2001. pp.15-27. 
 
 
7 
 
mexicana del siglo XX19 señala que, a pesar de ser uno de los pilares de la cultura popular, la 
historieta mexicana sigue siendo relegada a un segundo plano. 
 Junto con el investigador Armando Bartra, Aurrecoechea redactó el libro Puros Cuentos, 
catálogo sobre una exposición realizada en 1985 en el Museo de Culturas Populares de la Ciudad de 
México dedicada a la narrativa gráfica mexicana. La introducción del tomo I señala la doble moral 
del público mexicano respecto a los monitos: “(se les) ha frecuentado alguna vez pero nadie las 
conoce”;20 es decir, los monitos avergüenzan al mexicano común cuando debería ocurrir todo lo 
contrario. En los años en que fue publicado Puros cuentos el prejuicio contra las historietas locales 
era muy fuerte: pocas personas aceptaban que leían historietas y menos aún que la narrativa gráfica 
podía aportar algo a la cultura contemporánea. Durante la segunda mitad del siglo XX la idea de 
que México había entrado a la modernidad era aceptada por algunos sectores,21 pero el hecho de que 
alguien reconociera y aceptara ser lector asiduo de monitos era percibido como sinónimo de atraso 
y bajo perfil socioeconómico. Bartra y Aurrecoechea atacan esta afirmación ya que argumentan que 
la historieta de los siglos XIX y XX, si bien reflejaba vicios, también mostraba virtudes (colectivas 
o individuales) de la sociedad mexicana. 
 Desde la década de los años setenta hasta los noventa también hubo autores en Europa y Estados 
Unidos que escribieron con la intención de analizar la labor cultural y social de la historieta en el 
mundo contemporáneo. Haciendo a un lado la vieja suposición de que los cómics son una lectura 
exclusiva de públicos infantiles y/o poco leídos, propusieron que los comics y revistas ilustradas 
son una nueva forma de hacer arte. Al respecto mencionaré los ejemplos de la investigadora 
francesaAnnie Baron-Carvais y el dibujante estadounidense Scott McCloud. 
 
19 Juan Manuel Aurrecoechea. op. cit. p. 7. 
20 Juan Manuel Aurrecoechea y Armando Bartra, “Introducción” en Puros cuentos. Volumen 1. México, 
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes - Museo Nacional de Culturas Populares. 1989. p. 9. 
21 El discurso oficial afirmaba, durante los gobiernos post revolucionarios, que México era una nación 
moderna que había superado el atraso económico y político del siglo XIX. Sin embargo, la constante 
migración del campo a las grandes ciudades ponía en evidencia que no todos los mexicanos habían entrado a 
la modernidad. Esta idea se puede apreciar en las novelas Las batallas en el desierto y El principio del placer 
de José Emilio Pacheco, así como en El tamaño del infierno de Arturo Azuela, entre otras. Samuel Cruz, op. 
cit. p. 9. 
 
 
8 
 
 Annie Baron-Carvais escribió un texto titulado La bande dessiné cuya traducción en español 
sería La historieta 22. Su título original se refiere a la bande dessiné, nombre dado por los franceses 
a las historias ilustradas y publicadas en esa nación europea. Es así que el título francés pretende 
ocuparse sólo de las historietas francesas pero la traducción al español podría entenderse como una 
referencia a la historieta en su totalidad. Esto resulta en una trampa para un lector latinoamericano 
ya que, al revisar el contenido del texto, sólo menciona unas cuantas de las cientos de historietas 
que produjeron en Latinoamérica durante la primera mitad del siglo XX. 
 En los primeros renglones aparece la línea principal de investigación: “esas revistas que no 
osábamos leer abiertamente so pena de pasar por iletrados”23 es una frase que muestra que en la 
Francia de finales de los años setenta existía cierto prejuicio pedagógico y moral contra ellas. Así a 
lo largo del libro aparecen argumentos a favor de los cómics donde la autora se propone demostrar 
que las historietas no son tan nocivas como para ser despreciadas por los estudiosos. En este tenor, 
señala que la historieta no es una subliteratura ya que su elaboración no se hace al azar sino que 
tiene técnicas propias para su creación. Para ello hace una breve historia de la historieta así como 
las diferentes técnicas que utilizan los dibujantes para crear un título. Reconoce que una de las 
virtudes de las historietas es que no discriminan al lector; leen historietas por igual obreros, 
universitarios y profesionistas. Llega a todos los sectores sociales, es decir, la historieta es 
universal. Señala los pros de la historieta y demuestra que, si es utilizada adecuadamente, esta 
expresión gráfica se ha convertido en un arte. Sin embargo la escasa información sobre historietas 
de otros lugares del mundo pudiera ocasionar que el lector no francés tome con cierta reserva este 
texto. Para prevenir esto, hay que tener presente que este libro fue publicado en París y estaba 
dirigido a lectores galos. 
 
22 Annie Baron-Carvais, La historieta, México, Fondo de Cultura Económica, 1989. 
23 Ibíd. p. 9. 
 
 
9 
 
 En Cómo se hace un cómic. Un arte invisible24, el dibujante Scott McCloud menciona que el 
potencial de los cómics es ilimitado ya que mucha gente se interesa y se apasiona en ellos. Al igual 
que Annie Baron-Carvais, hace un recuento de la historieta desde sus orígenes y señala que una 
forma de expresión gráfica con tanta historia no puede ser tan negativa como muchos creen. Explica 
que para muchos “los cómics son vulgares, simples, toscos y cosa de niños”, idea con la cual ni en 
las obras señaladas, como tampoco en esta tesis, tiene cabida. McCloud hace un señalamiento muy 
importante donde distingue historieta de la caricatura; a pesar de que para muchas personas son lo 
mismo, el autor señala la diferencia entre ambas, al sostener que la caricatura es estática y tiene una 
sola viñeta mientras que la historieta tiene una secuencia de imágenes. El autor abunda más al 
respecto cuando puntualiza una definición de historieta: “son ilustraciones yuxtapuestas y otras 
imágenes en secuencia deliberada, con el propósito de transmitir información y obtener una 
respuesta estética del lector”25. Esta es precisamente la definición de historieta que utilizaré en lo 
subsecuente en esta investigación. 
 A pesar de sus aportaciones en la defensa de la historieta, tanto McCloud como Baron-Carvais se 
refieren a la historieta que se produce en países capitalistas avanzados. Llama la atención que las 
ilustraciones de dichos textos sean de títulos de EU, Europa y Japón; esto se debe a que durante la 
segunda mitad del siglo XX la mayor parte del mercado de historietas estaba inundado de títulos 
como DC Cómics, Marvel Cómics y mangas japoneses. 
 A partir de lo que aparece en ambos textos, pareciera que en América Latina no hay mucha 
producción y creación de historietas durante el siglo XX. Baron-Carvais sólo menciona a Mafalda 
del argentino “Quino” y a Los agachados del mexicano Eduardo del Río “Rius”, mientras que en el 
libro de McCloud únicamente se alude a los códices precolombinos mesoamericanos. Esta omisión 
no aparece únicamente con estos autores sino que es parte de una tendencia general entre europeos 
y estadounidenses ya que, cuando hablan de historietas, se refieren a lo que se produce en sus 
 
24 Scott McCloud, Cómo se hace un cómic. El arte invisible, Barcelona, Ediciones B, 1995. 
25 Ibíd. p. 8. 
 
 
10 
 
países. Pese a esto, basta una breve investigación para encontrarnos que en América Latina hay una 
larga tradición de producción de historietas26. 
 Aquí es donde entra lo que propuso Enrique Camacho Navarro. En Estudios Latinoamericanos e 
iconología27 indica que en Latinoamérica hay grandes vetas en cuanto a imágenes y material 
iconológico se refiere. La mayor parte de los trabajos académicos que se han realizado al respecto 
no han ido más allá de lecturas descriptivas basadas en inventarios de elementos percibidos a simple 
vista, muy a pesar de que toda imagen es una entrada a un mundo más amplio28; es valiosa porque -
en muchas ocasiones- no es posible reconstruirla y documentarla con otras fuentes. La historia de 
América Latina está llena de conflictos de poder y enfrentamientos; las imágenes contribuyen a la 
definición de una interpretación histórica que tome en cuenta dichos cambios y contextos históricos 
particulares. 
 El papel del discurso del poder hegemónico, dentro del señalamiento del doctor Camacho, sería 
de suyo importante ya que en la posguerra fue evidente a lo largo del continente la gran influencia y 
predominio de ideología de los Estados Unidos29. Sin embargo, el triunfo de la revolución cubana 
en enero de 1959 fue un duro golpe para el “Tío Sam” ya que mostró que era posible construir un 
proyecto político y social a partir de las necesidades y perspectivas de un país latinoamericano. 
 Cuando la experiencia cubana puso en entredicho el paradigma norteamericano también 
replanteó la interpretación de la historia de América Latina. Se puede entender a los estudios 
latinoamericanos como una respuesta al enfoque académico que es parte del discurso del poder 
estadounidense. Una característica importante de los estudios latinoamericanos es que cuestionan al 
poder mismo, ya sea local y/o de los EU. 
 
26 Ibíd. p. 9. 
27 Enrique Camacho Navarro, “Estudios Latinoamericanos e iconología”, en Nostromo. Revista crítica 
latinoamericana, Año 2, Número 2, Otoño 2008-Invierno 2009. pp.33-45. 
28 Ibíd. p. 43. 
29 Ignacio Sosa, “De la memoria a la historia. Los estudios latinoamericanos como disciplina y comunidad” en 
Revista de la Educación Superior, vol. XXXVI, núm. 144, octubre – diciembre 2007, pp. 57-85. Asociación 
Nacional de Universidadese Instituciones de Educación Superior, México. 
 
 
11 
 
 ¿Cuál sería la relación entre esta crítica al poder y las historietas? La historiadora mexicana 
Fausta Gantús lo señala en Caricatura y poder político. Crítica, censura y represión en la ciudad de 
México, 1876-188830. A partir del estudio de las relaciones entre las caricaturas capitalinas y el 
poder político de 1876 a 1888, menciona que la crítica al poder es muy socorrida en la historieta y 
la caricatura. 
 Gantús puntualiza que la caricatura política recurrió al imaginario político y a la apropiación de 
elementos del discurso en el poder para crear un discurso contestatario al régimen de Porfirio Díaz. 
Como herramienta política, la caricatura tiene la capacidad de sintetizar una idea y transmitirla en 
una viñeta por medio del humor. La respuesta del gobierno a las críticas de las caricaturas políticas 
osciló entre el acuerdo y el enfrentamiento abierto de los tuxtepecanos con su prensa escrita. Su 
obra también estudia cómo el régimen porfirista estructuró un marco legal que regulara y censurara 
la prensa y la libertad de imprenta. 
 Entre los tantos e interesantes aspectos que desarrolla con rigor la doctora Gantús, me parece 
destacable la cita del historiador francés Maurice Agulhon31 donde se menciona que cada sistema 
estatal crea un inventario de signos emblemáticos que lo define y le sirve para difundir sus 
principios ideológicos; por medio de estos inventarios o códigos se transmiten las relaciones de 
dominio y subordinación. Este inventario puede sumarse o enriquecer a otros códigos que integran 
el repertorio discursivo contestatario, es decir, dentro de la oposición al sistema también hay 
códigos propios. Lo que hacen la caricatura y algunas historietas es apropiarse de este código 
(símbolos, imágenes y discursos) para crear mundos análogos donde el poder es cuestionado por 
medio de la parodia y la burla32. 
 La investigación de la Dra. Gantús es uno de los textos de principios del siglo XXI que se acerca 
a la narrativa gráfica mexicana desde una perspectiva no excluyente. En este tenor se encuentra El 
 
30 Fausta Gantús, Caricatura y poder político. Crítica, censura y represión en la ciudad de México, 1876-
1888, México, Colegio de México-Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 2009. 
31 Ibíd. p. 98. 
32 Ídem. 
 
 
12 
 
mundo imaginario de la historieta mexicana33 del sociólogo hidrocálido Genaro Zalpa. Este texto 
estudia desde una perspectiva interdisciplinaria a las historietas mexicanas para adultos que se 
pueden conseguir en la ciudad de Aguascalientes. Por medio de una recopilación y análisis de 
títulos como Así soy, ¿y qué? y Sensacional de traileros propone que estas expresiones de literatura 
popular contienen un gran acervo de informaciones y referencias que pueden ayudar a estudiar y 
entender la vida cotidiana en México a inicios del siglo XXI. 
 Faltarían en esta lista los textos de Rafael Barajas “El Fisgón” sobre la crítica al poder en 
periódicos y revistas ilustradas en México a finales del siglo XX34, así como las investigaciones de 
Thelma Camacho Morfín sobre la publicidad en historietas de la cigarrera “El Buen Tono”35. 
Además de dichos autores, se ha escrito mucho más sobre la historieta y la narrativa gráfica que se 
ha producido en México y América Latina. Sin embargo, se necesitarían muchas páginas para hacer 
un inventario total de los autores e investigadores. 
 En resumen, el estado de la cuestión abarca a las historietas mexicanas modelo de lo que se ha 
escrito. Asimismo, este breve recuento historiográfico sienta una utilidad para esta tesis ya que se 
amplía el número de referentes metodológicos. 
2.2 Historieta en Chile 
 La historieta chilena tiene sus orígenes a inicios del siglo XX en publicaciones satíricas con 
influencia europea como El Peneca36. A partir de la década de los años cincuenta, con la llegada de 
títulos como Dick Tracy y Daniel el Travieso, el estilo estadounidense fue ganando terreno al 
europeo. A la par que las publicaciones extranjeras, la historieta chilena tiene entre sus exponentes a 
 
33 Genaro Zalpa, El mundo imaginario de la historieta mexicana, Aguascalientes, Universidad Autónoma de 
Aguascalientes, 2005. 
34 Rafael Barajas, Barajas, Rafael, La historia de un país en caricatura. Caricatura mexicana de combate 
1829 – 1872. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2000; El país de “El Ahuizote”. La 
caricatura mexicana de oposición durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, México, Fondo de 
Cultura Económica, 2005; El país de “El llorón de Icamole”. Caricatura mexicana de combate y libertad de 
imprenta durante los gobiernos de Porfirio Díaz y Manuel González (1877 – 1884), México, Fondo de 
Cultura Económica, 2007. 
35 Thelma Camacho Morfin, “Imágenes de México. Las historietas de El Buen Tono de Juan B. Urrutia 1909-
1912, México, Instituto Mora, 2002. 
36 Cristian Eric Díaz Castro, “La historieta en Chile 1” en Revista Latinoamericana de estudios sobre la 
historieta, (La Habana), vol. 2, núm. 6, junio 2002, p. 75. 
 
 
13 
 
Condorito de René Ríos “Pepo” y Juan Verdejo de Jorge Délano. Las historietas se publicaban en 
revistas quincenales o mensuales que se vendían en los quioscos37. “Zig-zag” y “Lord Cochrane” 
son las editoriales dedicadas a la difusión de historietas con mayor presencia en el contexto editorial 
chileno desde 195038. 
 De 1965 a 1973 se da lo que Cristian Eric Díaz Castro llama “la Edad de Oro” de la historieta 
chilena. A la par que continúan publicando cómics foráneos, las editoriales chilenas apuestan por el 
talento local. Durante esta época muchos chilenos dedicaban sus ratos de ocio a la lectura de títulos 
como Mawa, Mizomba, Dr. Mortis y Jinete Fantasma. Así pues, para inicios de 1973 circulaban en 
la nación andina cerca de 30 publicaciones de historietas y caricaturas39. 
 En el año que llegó al poder el gobierno de la Unidad Popular, de inmediato se dio a la tarea de 
difundir sus proyectos sociales y concientizar a los chilenos sobre los problemas nacionales. En 
1971 compró a “Zig-zag” y la rebautizó como Editora Nacional Quimantú. A la par que continuaba 
publicando títulos extranjeros, Quimantú aprovechó el potencial didáctico de las historietas y sacó 
títulos de contenido histórico como Ramona. 
 A finales de 1973, la junta golpista aprovechó la popularidad de las historietas como herramienta 
de propaganda40. Durante los siguientes años aparecieron en los quioscos, junto a La pequeña Lulú 
y los cómics de Walt Disney, títulos que enaltecían la imagen heroica y patriota del ejército 
chileno41. Pero para 1980 esta situación cambió, las historietas en Chile tenían un contenido 
apolítico dirigido principalmente al mercado infantil. Cualquier referencia o broma sobre la 
situación política o social chilena era censurada por el gobierno militar. 
 
37 En Sudamérica reciben este nombre los puestos fijos en la calle donde se venden revistas, periódicos y 
golosinas. Son el equivalente sureño de los puestos de revistas en México. Información obtenida en la clase 
“Análisis y crítica de textos filosóficos latinoamericanos” del doctor Miguel Ángel Esquivel el miércoles 26 
de febrero de 2014. 
38 Cristian Eric Díaz Castro, “La historieta en Chile 3” en Revista Latinoamericana de estudios sobre la 
historieta, (La Habana), vol. 2, núm. 8, diciembre 2002, p. 219. 
39 Cristian Eric Díaz Castro, “La historieta en Chile 5” en Revista Latinoamericana de estudios sobre la 
historieta, (La Habana), vol. 3, núm. 10, junio 2003, p. 107. 
40 Cristian Eric Díaz Castro, “La historieta en Chile 6” en Revista Latinoamericana de estudios sobre la 
historieta, (La Habana), vol. 3, núm. 11, septiembre 2003, p. 137.41 Ídem. 
 
 
14 
 
Imagen tomada de 
 
http://quimantuparatodos.blogspot.mx/2011/02/revis
ta-ramona.html 
Fecha de consulta: 7 de octubre de 2015 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Durante los años ochenta, ante un panorama editorial estancado y cerrado, aparecieron fanzines 
de historieta y caricatura42. Pese a tener poco éxito inicial, estos proyectos son el antecedente de una 
nueva narrativa gráfica sustentada en una propuesta irreverente que incorpora experiencias 
cotidianas de los chilenos43. El común de estos autores es que eran jóvenes universitarios que 
escuchaban rock y gustaban de la literatura contemporánea y contracultural44. Aparecieron algunos 
fanzines durante los últimos años de la dictadura -como Beso negro45- que abordaban temas como la 
influencia del movimiento punk en Chile, el pasivo descontento de muchos jóvenes de clase baja 
hacia el gobierno, así como la vida cotidiana de los chilenos que habitaban en barrios bajos y zonas 
marginales. 
 Trauko fue el fanzine con más éxito. Su primer número se publicó el 1 de abril de 1988 
respaldado por Pedro Bueno y Emilio Ruíz (dibujantes españoles), la historietista argentina Inés 
Bagú y el chileno Emilio Ruiz. La revista retomó el nombre de un ser sobrenatural del imaginario 
 
42 Cristian Eric Díaz Castro, “La historieta en Chile 7” en Revista Latinoamericana de estudios sobre la 
historieta, (La Habana), vol. 3, núm. 12, diciembre 2003, p. 251. 
43 Christian Gutiérrez, “Historieta chilena de la postdictadura. Renaciendo en la década del ochenta” en 
Revista Latinoamericana de estudios sobre la historieta, vol. 2, núm. 5, marzo 2002, p. 137. 
44 El concepto de contracultura aquí referido es entendido como las expresiones musicales y literarias que se 
oponían a la cultura oficial durante en los años setenta y ochenta en países como México y España. Tomado 
de Samuel Cruz, op. cit, p. 83. 
45 Debido a su circulación por canales alternativos, no es posible encontrarlos. 
http://quimantuparatodos.blogspot.mx/2011/02/revista-ramona.html
http://quimantuparatodos.blogspot.mx/2011/02/revista-ramona.html
 
 
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Imagen tomada de http://ergocomics.cl/wp/2011/02/%E2%80%9Carranca-arranca-que-viene-el-trauko%E2%80%9D/ 
 
Fecha de consulta: 7 de octubre de 2015 
chileno que hipnotiza doncellas para violarlas. Con una fuerte influencia de la movida madrileña46, 
en Trauko se dieron a conocer propuestas e ideas de dibujantes chilenos que recurrían a la burla a 
las instituciones, el uso de las drogas, el desempleo y la actitud juvenil de echar relajo; dos de los 
personajes más emblemáticos de esto son “Checho López” (parodia del típico empleado chileno) de 
Martín Ramírez y “Meltor” (un sarcástico muerto viviente) de Miguel Hiza. 
 Trauko tuvo una buena recepción y se publicaron 30 números hasta 1991. Sin embargo, por sus 
contenidos irreverentes y sus portadas (donde aparecían mujeres semidesnudas en escenarios post 
apocalípticos o referentes a escenarios marginales) fue perseguida y censurada por el gobierno de la 
Concertación. 47 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
46 Movimiento cultural que surgió en España a finales de los años setenta y principios de los ochenta como 
consecuencia a la censura e intolerancia heredadas del franquismo. Rafael Calero Palma, “Música y 
contracultura en España” en Generación (México), Año 26, núm 98, tercera época, abril-mayo 2014, pp. 12-
17. 
47 http://ergocomics.cl/wp/2011/02/%E2%80%9Carranca-arranca-que-viene-el-trauko%E2%80%9D/. Fecha 
de consulta: 4 de octubre de 2015. 
http://ergocomics.cl/wp/2011/02/%E2%80%9Carranca-arranca-que-viene-el-trauko%E2%80%9D/
http://ergocomics.cl/wp/2011/02/%E2%80%9Carranca-arranca-que-viene-el-trauko%E2%80%9D/
 
 
16 
 
 La industria editorial y los quioscos rechazaron desde el principio a los fanzines. Ante esta 
situación, los jóvenes historietistas optaron por distribuir fotocopias de su obra en universidades y 
parques públicos. Sin embargo para mediados de la década de los años noventa, editoriales 
independientes poco a poco comenzaron a publicar libros o “álbumes”48 de historietas. Un ejemplo 
de esto es “Historias, planetas, cerebros y átomos” de Claudio Gallegos. También aparecieron 
colectivos artísticos como “Kiltraza” y “Ergocómics”, así como la revista La Nueva Gráfica 
Chilena, dirigida por Rodrigo Salinas. 
 Para el año 2000 la llegada y auge de internet dio un nuevo impulso al cómic chileno 
independiente. Disminuyeron los costos de publicación y aumentaron las posibilidades de difusión 
dentro y fuera de Chile; con el internet, los nuevos autores evitaron censura gubernamental y la 
discriminación del medio editorial. Precisamente ésta es la generación a la que pertenece 
“Grotesco”. 
 Las investigaciones sobre historieta chilena no tienen mucho tiempo. Recientemente la gente del 
medio comenzó a dialogar y deliberar sobre la situación actual de la historieta; estos debates se han 
dado en circunstancias un tanto informales –convenciones de cómics, fanzines, etc.- donde la 
información y documentos generados han tenido una difusión nula o limitada. 
 Hasta donde he podido averiguar49 la historia de la historieta chilena apenas ha sido trabajada 
por investigadores. Sobre la historieta chilena de la primera mitad del siglo XX está El Chile de 
Juan Verdejo50 elaborado por los historiadores Maximiliano Salinas, Judith Silva, Tomás Cornejo y 
Jorge Rueda. También debo mencionar a Cristian Eric Díaz Castro (dibujante), Mauricio Villafana 
(periodista) y Christian Gutiérrez (historietista y artista independiente). 
 En El Chile de Juan Verdejo se aborda la figura del roto chileno por medio de “Juan Verdejo”, 
personaje creado y dibujado en 1931 por Jorge Délano para la revista humorística Topaze. Este 
 
48 Ídem. 
49 Esta búsqueda comenzó en la primavera del 2013 y se basó exclusivamente en internet. 
50 Maximiliano Salinas, et. al, El Chile de Juan Verdejo. El humor político de Topaze, 1931-1970, Santiago, 
USACH, 2011. 
 
 
17 
 
texto se refiere a un estereotipo social del siglo XIX y principios del XX en Chile conocido como 
“el roto”; recibían este adjetivo las personas de clase baja que vivían en zonas urbanas marginales y 
que vestían ropas maltratadas o desgarradas; también se les consideraba groseros e irreverentes. El 
“roto” chileno es similar al “peladito” mexicano. Los autores de este texto consideran que ciertas 
expresiones de las clases bajas –como el lenguaje popular y el imaginario colectivo- tienen el 
mismo peso ideológico y estético que la llamada “alta cultura”. Esta afirmación se inserta en el 
debate que se dio en Chile durante la segunda mitad del siglo XX sobre qué es cultura. Muchos 
defendían la idea de que la cultura sólo se abarcaba a la pintura, la danza y la música provenientes 
de Europa; las expresiones locales (la narrativa gráfica, las canciones populares, la fotografía, etc.) 
eran menospreciadas ya que no encajaban con el concepto de cultura. Asimismo, los autores 
también señalan que es importante el personaje de “Juan Verdejo” ya que es un individuo que, 
viniendo de la clase baja, se atrevía a cuestionar a las instituciones por medio de su actitud picaresca 
e irreverente. 
 Al igual que los autores del texto anterior, Christian Eric Castro es un dibujante chileno que está 
interesado en la historieta chilena pero en la que se publicó entre 1970 y 1990. Es colaborador 
habitual de la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta51, publicada en La Habana, 
así como de algunos periódicos en Chile y Argentina52. 
 Por su parte Mauricio Villafana es un periodista que regularmente escribe en el rotativo La 
Nación; en el 2005 comenzó un proyecto de investigación sobre los dibujantes y contenidos de los 
títulos publicados porEditorial Quimantú de 1971 hasta el golpe militar en septiembre de 197353. 
 Christian Gutiérrez, mejor conocido como “Christiano”, es un historietista chileno que comenzó 
sus andanzas en los fanzines de historieta en 1989. Está interesado en investigar y difundir los 
 
51 Christian Eric Díaz Castro, “La historieta en Chile 1”, vol. 2, núm. 6, junio 2002; “La historieta en Chile 3”, 
vol. 2, núm. 8, diciembre 2002; “La historieta en Chile 5”, vol. 3, núm. 10, junio 2003; “La historieta en Chile 
6”, vol. 3, núm. 11, septiembre 2003; “La historieta en Chile 7”, vol. 3, núm. 12, diciembre 2003. 
52 http://www.meliwaren.cl/articulo.php?id_articulo=48. Fecha de consulta: 30 de enero de 2014. 
53 http://www.elperiodista.cl/newtenberg/1809/propertyvalue-26892.html Fecha de consulta: 29 de enero de 
2014. 
http://www.meliwaren.cl/articulo.php?id_articulo=48
http://www.elperiodista.cl/newtenberg/1809/propertyvalue-26892.html
 
 
18 
 
proyectos gráficos que aparecieron en Chile después de la dictadura. Asimismo, señala que dentro 
de este recuento todavía no se ha escrito sobre la nueva generación de creadores que da a conocer su 
obra en internet y eventos culturales54. 
 En síntesis, la relación entre historieta y academia ha evolucionado durante la última década del 
siglo XX y principios del XXI. Si bien el estigma hacia los cómics todavía tiene unos cuantos 
partidarios, desde hace tiempo la academia viene reconociéndolos como potenciales objetos de 
estudio; sin embargo, este acercamiento ha priorizado a las historietas de Estados Unidos y Europa 
y ha dejado un tanto de lado a (parafraseando a Enrique Camacho) las potenciales vetas de otras 
partes del planeta55. 
 Dentro de este panorama, las investigaciones sobre historieta chilena se han volcado sobre títulos 
como Condorito, Dr. Mortis, o lo que publicó Editorial Quimantú antes del golpe militar. Apenas 
ha comenzado a trabajarse tanto a los historietistas de la postdictadura como a los autores del boom 
del webcómic chileno. 
3. Hipótesis 
 Las historietas de “Grotesco” no son enajenantes sino que -por el contrario- enriquecen a los 
Estudios Latinoamericanos, ya que al analizar su contenido irreverente se conoce la postura política 
de un joven artista chileno de inicios del siglo XXI. Dentro de esta aportación, el análisis 
iconológico suma elementos para un entendimiento más agudo de la historieta. Asimismo, 
“Grotesco” es la prueba de que en Chile los historietistas chilenos recurren a un nuevo espacio y 
canal de difusión, como lo es el internet, para crear y difundir sus obras. 
4. Objetivos 
 Estudiar algunas historietas de “Grotesco”, atendiendo los temas y tópicos que, desde la 
perspectiva de los Estudios Latinoamericanos, revelan una fuerte crítica al poder chileno –y global- 
en un contexto de inicios del siglo XXI. 
 
54 Christian Gutiérrez, op. cit. p. 137. 
55 Enrique Camacho Navarro, op. cit.p.38. 
 
 
19 
 
5. Justificación 
 Mi tesis de licenciatura definió el interés profesional que mantengo, dentro del contexto 
latinoamericano de finales del siglo XX y principios del XXI, en la historieta alternativa y las 
expresiones de irreverencia contracultural en América Latina. El interés y gusto que tengo por los 
monitos se debe a tres cuestiones fortuitas: el acervo didáctico y bibliográfico de mi hogar, el 
descubrimiento del suplemento Histerietas56 de La Jornada así como la lectura de la revista satírica 
infantil Vídeorisa. Respecto a lo primero debo de mencionar que, como vástago de profesores 
normalistas egresados del área de Ciencias Sociales, crecí en medio de libros del monero mexicano 
Eduardo del Río “Rius”, textos sobre códices e imágenes de civilizaciones mesoamericanas, así 
como con ejemplares de las revistas La Garrapata. El azote de los bueyes57 y Proceso. De La 
Garrapata recuerdo los dibujos de autores como “Helioflores”, “Nerilicón” y “Naranjo”; en el caso 
del semanario político Proceso me enganché con Boogie el Aceitoso del monero argentino Roberto 
Fontanarrosa. A pesar de que trataban temas de los que yo no sabía nada, las portadas e imágenes al 
interior de dichos materiales me hacían reír y su simple contemplación me daba indicios de su 
contenido. Hasta la fecha conservo periódicos, revistas, libros y demás materiales relacionados con 
estos autores y series. 
 Cuando recién aprendí a leer, me gustaba el suplemento dominical de historietas del periódico 
La Prensa donde aparecían personajes como Quintín Pérez y Petronila. Sin embargo, perdí todo mi 
interés en ellas después de que conocí Histerietas. Era un suplemento dominical de historietas y 
caricaturas que aparecía en el periódico izquierdista La Jornada. Ahí autores como Luis Fernando 
Enríquez, “Jis”, “Trino” y Manuel Ahumada conjugaban magistralmente en sus tiras la crítica al 
poder con el humor. Fui fiel seguidor de dicho suplemento hasta que desapareció a finales de la 
década de los años noventa. 
 
56 Samuel Cruz, op. cit. p. 28. 
57 Revista catorcenal mexicana de humor político que criticaba al gobierno. Apareció de noviembre de 1968 
hasta mediados de 1980. Entre sus colaboradores estaban los dibujantes “Helioflores”, Rogelio Naranjo, 
“Rius”, “AB” y el yucateco Carlos Dzib. 
 
 
20 
 
 Mi tercera veta monera se originó gracias a que, al asistir a un curso de verano a mis ocho años, 
conocí la revista infantil de monitos Vídeorisa58. Se trataba de una historieta semanal que, tomando 
como referencia un episodio de alguna serie o película del momento, construía todo un entramado 
satírico y humorístico plagado de lenguaje coloquial e ilustrado con sugerentes dibujos. Sin 
embargo, debo señalar que si mi familia vio con buenos ojos mi lectura de Proceso e Histerietas, no 
pasó lo mismo con Vídeorisa. En general las autoridades matriarcales (mi abuela y mi mamá) 
toleraron hasta cierto punto mi afición al Vídeorisa, aunque ocasionalmente hacían algún 
comentario negativo sobre el lenguaje y los dibujos que contenía. Dejé de comprar esta revista 
cuando entré a la secundaria (1993). 
 Gracias al Vídeorisa tuve mi primer encuentro –no tan afortunado- con el paradigma de la “alta 
cultura”. En cada reunión familiar hacía acto de presencia la “tía Maricela”. De profesión dentista, 
escuchaba música clásica y participaba en un coro que constantemente realizaba giras por todo el 
país, además de que se jactaba de ser una persona con un amplio bagaje cultural. Por esto, el resto 
de la familia la consideraba una persona “culta” y rara vez cuestionaban su palabra. Sin embargo, su 
trato hacia varios miembros de la familia (incluido yo) era sumamente despectivo, elitista e incluso 
racista. Ella evitaba que su hija jugara con nosotros y, a la menor oportunidad, tachaba mi afición 
por el Vídeorisa como una pérdida de tiempo que no me ayudaría a ser “una persona de bien”. 
 Si en su momento no entendí el por qué la actitud de esta obesa dama y su asco al Vídeorisa, mi 
formación interdisciplinaria en Estudios Latinoamericanos me dio luces al respecto años después. 
Comprendí que se debía a los prejuicios de “la alta cultura” que tanta fuerza tuvieron durante la 
segunda mitad del siglo XX; para la gente con esta mentalidad todas aquellas expresiones culturales 
que no encajan con lo refinado y lo bello (por ejemplo la historieta, la irreverencia, el caló 
cotidiano, etc.) son consideradas sinónimos de atraso. 
 
58 Era una revista semanal publicada por Editorial Ersa. Su equipo creativo estaba encabezado por el dibujante 
veracruzano “Moraliux” y la entintadora “Eme deis”. Estaba dirigida a un público infantil y juvenil y, además 
de burlarse de series y películas, tenía una sección de cartas de lectores así como consejosy recomendaciones 
para sus lectores. 
 
 
21 
 
 Un domingo de verano del 2008, en la ciudad de Monterrey, mi novia Aracely yo curioseábamos 
en los puestos del bazar cultural del Barrio Antiguo. En uno de ellos me obsequiaron un pequeño 
fanzine con varias historietas; una de ellas era “Niños calamar” de “Grotesco”. 
 Me sorprendió que, en una entidad tan conservadora como el estado de Nuevo León, surgiera 
una propuesta por igual de irreverente y alegre. Cuando me enteré que el autor era chileno, decidí 
que el proyecto de investigación con el que me postularía a la maestría en Estudios 
Latinoamericanos sería sobre este creador y sus historietas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Así pues, además de mi interés personal, mi intención es analizar las historietas de “Grotesco” 
desde la perspectiva interdisciplinaria de los Estudios Latinoamericanos ya que dentro de ellas se 
conjugan varios tópicos (como la irreverencia como arma política, la herencia de la dictadura, los 
efectos del neoliberalismo en Chile, o la crítica a Carabineros) que pasarían desapercibidas para un 
análisis unidisciplinario. 
6. Metodología 
 No existe un modelo único de metodología en cuanto a analizar historietas. Sin embargo, en lo 
que coinciden cada uno de los trabajos que mencioné en el estado de la cuestión (Ariel Dorfman, 
 
 
22 
 
Irene Herner, Fausta Gantús, Annie Baron-Carvais, Genaro Zalpa, etc.) es que hicieron una 
búsqueda, clasificación y selección del material para construir sus respectivos análisis. 
 Tomaré dos ejemplos. Al inicio de Caricatura y poder político, Fausta Gantús estudia, por 
medio de un análisis estadístico de revistas (número de publicaciones, postura política de cada 
publicación y el perfil general de los caricaturistas de dicho periodo), la evolución del discurso del 
gobierno de Porfirio Díaz y cómo la prensa parodió dicho discurso; define el concepto de caricatura 
política a partir de su contextualización dentro de la primera etapa de gobierno de Porfirio Díaz. 
Otro modelo metodológico es el que utilizó Genaro Zalpa en El mundo imaginario de la historieta 
mexicana59. El punto de partido partida para la redacción de dicho texto fue la recopilación y 
selección de historietas mexicanas para adultos que este sociólogo realizó en la ciudad de 
Aguascalientes. Este material lo trabajó a partir de la propuesta actancial del semiótico francés 
Julien Algirdas Greimas donde hay dos niveles de análisis y representación: el superficial y el 
profundo. 
 Entonces, tomando como referencia los dos ejemplos anteriores, una de mis primeras tareas con 
esta tesis fue ubicar la producción artística de “Grotesco”. El resultado fue una gran cantidad de 
material ya que en sus inicios como dibujante, produjo una gran cantidad de historietas y caricaturas 
(desde el año 2000 hasta aproximadamente el 2012). Esto se debe en parte a que si bien comenzó en 
el campo de la historieta, al paso de los primeros años del siglo XXI “Grotesco” incursionó en otras 
expresiones gráficas como el diseño de portadas de discos60 de grupos chilenos de música punk, 
dibujo publicitario, el dibujo en acuarela y carboncillo así como en la decoración de patinetas y 
playeras. 
 Pese a que las historietas fueron la forma en que su obra se dio a conocer, a partir del 201261 las 
hizo un poco de lado ya que incursionó en el dibujo publicitario y la venta de productos decorados 
con su estilo corrosivo y ácido. Esto me lleva a afirmar que si su carrera comenzó en la historietista, 
 
59 Genaro Zalpa, op. cit. 
60 https://www.flickr.com/photos/elgrotesco/6501763213/. Fecha de consulta: 1 de octubre de 2014. 
61 Esta afirmación la sustento en las entradas de notas de su página de Blogspot y su perfil en Facebook. 
https://www.flickr.com/photos/elgrotesco/6501763213/
 
 
23 
 
al paso del tiempo se volvió un artista gráfico, es decir, sus historietas quedaron en un segundo 
plano cuando el autor se integró como dibujante profesional al mercado laboral. 
 6.1. Clasificación de las historietas de “Grotesco” 
 En el verano del 2013 comencé la búsqueda en internet de historietas de “Grotesco” y me 
encontré con que éstas se concentraban en tres páginas o sitios web: el blog dedicado al Señor 
Intestino (srintestino.blogspot.com), así como en los perfiles de Facebook de la obra de “Grotesco” 
y el dedicado al Señor Intestino. El resultado de este rastreo fueron 158 historietas que abarcan 
desde diciembre de 2009 hasta mayo del 2012. 
 Un primer obstáculo para clasificarlas fue que aquellas historietas descargadas de Facebook 
fueron “subidas” a internet en un mismo día y no cuentan con algún dato que indique la fecha 
exacta en que el autor las dibujó; en contraste las del blog del “Señor Intestino” sí tienen el día y 
mes exactos en que “Grotesco” las posteó. No obstante este detalle, en la mayoría de las historietas 
el autor agregó dos dígitos junto a su firma refiriendo el año en que dibujó cada una. 
 La extensa producción artística de “Grotesco” convierte en un considerable esfuerzo el intento 
de hacer un recuento total de su obra. La primera delimitación entonces viene en el hecho de que 
únicamente abordaré sus historietas. 
 Debo acotar que las 158 tiras que hallé tienen una gran riqueza de contenido y elementos 
intertextuales. Si bien lo ideal hubiera sido analizar cada una de ellas, el primer paso fue hacer una 
clasificación general de las temáticas y contenidos de las 158 historietas. Seleccioné aquellas tiras 
que justamente se ajustaron con los objetivos de esta tesis. 
 Después de leerlas todas fue evidente que –desde mi perspectiva- se podían agrupar en siete 
categorías generales: 
1. Chistes ácidos sobre situaciones de la vida cotidiana en la capital chilena. 65 historietas. 
2. Burlas a cantantes internacionales y figuras públicas de la televisión chilena de finales del 
siglo XX y principios del XXI. 14 historietas. 
 
 
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3. Chistes sobre los valores y paradigmas sociales en Chile (tanto conservadores como 
progresistas). 55 historietas. 
4. Apología de la festividad relacionada con el consumo de alcohol y el estilo de vida 
despreocupado de algunos sectores de jóvenes urbanos en Chile. 36 historietas. 
5. Crítica a ciertos paradigmas de la historieta chilena. 12 historietas. 
6. Burla y parodia de las instituciones chilenas. 3 historietas. 
7. Burla a la imagen del otrora presidente chileno Sebastián Piñera. 3 historietas. 
 A fin de delimitar aún más todo este material, me centré en aquellas que se adscriben a las dos 
últimas categorías. 
 El resultado de esta segunda selección fueron las siguientes historietas: 
1. “Planeta Piñerog-7”. Subida al blog de “Grotesco” el 16 de septiembre de 2010. Al tomar 
posesión como presidente de Chile, Sebastián Piñera confiesa que es un reptil que viene de 
otro planeta. 
2. “Paqueando las alpacas”. Subida al blog de “Grotesco” el 26 de diciembre de 2010. Un 
policía chileno pide su identificación a una alpaca pero terminan teniendo relaciones 
sexuales. 
3. “Los Planetarios”. Subida al blog de “Grotesco” el 22 de mayo de 2011. Una parodia de 
una caricatura ecologista de los años noventa. 
 De éstas resulta que en “Presidente”, “Reptiloide” y “Los Planetarios” aparece una referencia a 
la figura presidencial. “Los Planetarios”, al igual que “Paqueando las alpacas”, tiene una mención 
importante sobre el cuerpo de policía nacional chilena conocida como Carabineros. 
 La metodología con la que las trabajé se sustentó en la propuesta de Erwin Panofsky mencionada 
por Peter Burke en Visto y no visto62. En dicho apartado se señala que toda aproximación a una 
imagen debe sustentarse en tres niveles de lectura: 
1. La simple descripción de los elementos que lo integran. 
 
62 Peter Burke,op. cit. p. 45. 
 
 
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2. El análisis iconográfico donde se identifican y vinculan los elementos. 
3. El último es el de la interpretación iconológica donde se buscan los significados e 
imaginarios de la época en que se creó la imagen. 
 Cuando apliqué este esquema a las historietas me llevé una sorpresa. Al principio fue evidente 
que el primer nivel hace un inventario de los elementos que integran a la historieta, para el segundo 
es preciso tener nociones históricas de ciertos hechos que ocurrieron en Chile; en el tercero es 
donde se da una lectura más amplia y significativa ya que (desde la perspectiva de los Estudios 
Latinoamericanos) los resultados de los dos primeros niveles se insertaron e interpretaron dentro de 
un contexto histórico y cultural más amplio. 
 Si bien esperaba encontrar datos y referencias, conforme fui trabajando las historietas, el 
resultado del análisis superó mis expectativas. A pesar de que cuantitativamente sólo son tres 
itinerarios para abordar la imagen, esta cartografía didáctica me sirvió para hacer una lectura 
profunda que arrojó una gran riqueza de información y elementos. Ante esta diversidad, surgió la 
necesidad de anexar un apartado que diera cuenta de algunas cuestiones del presupuesto cultural de 
“Grotesco” como creador; así pues fue que surgió el capítulo III “El habitus de “Grotesco”, cuando 
ya tenía los borradores de los otros. 
 
 Esta tesis consta de cinco capítulos que se fueron redactando desde agosto del 2013 hasta 
diciembre del 2015. El capítulo I, “Contexto de Chile”, es un acercamiento al complejo panorama 
político-económico de dicha nación andina y da un vistazo general a la historieta chilena de finales 
del siglo XX y principios del XXI. En el apartado II, “Anclajes y conceptos teóricos”, abordé y 
desarrollé el quiebre estético en Chile a finales del siglo XX, así como los conceptos de la risa, lo 
grotesco y el webcómic. En el capítulo III, “El habitus de “Grotesco”, la propuesta de Pierre 
Bordieu me fue de utilidad para ahondar más en la actitud punk y contracultural de dicho dibujante 
chileno. El capítulo IV, “Carabineros en las historietas de “Grotesco”, trata sobre cómo percibe el 
autor las acciones de la policía militarizada chilena durante la primera década del siglo XXI. El 
 
 
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quinto y último apartado, “Sebastián Piñera en las historietas de “Grotesco”, se refiere a las 
apariciones del ex presidente chileno en dichos dibujos y la manera en que es representado. 
 Los ensayos y trabajos finales de las clases y seminarios que cursé en los cuatro semestres de la 
maestría fueron la semilla de esta tesis. En este proceso fueron muy valiosas las observaciones y 
correcciones de mi tutor y profesor, el doctor Enrique Camacho Navarro, el intercambio de ideas 
con compañeros de clase y con profesores como el doctor Miguel Ángel Esquivel, la doctora 
Alejandra González Bazúa, el doctor Giancarlo Delgado Ramos, el doctor Sergio Ugalde Quintana 
y la doctora Thelma Camacho Morfín. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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I. CONTEXTO DE CHILE 
 El siguiente apartado se refiere a ciertos hechos y procesos que ocurrieron en Chile a finales del 
siglo XX y principios del XXI. La lectura de la obra de “Grotesco” necesita dar cuenta de ello ya 
que en sus historietas aparecen referencias o menciones a momentos y acontecimientos concretos 
de dicha nación sudamericana. A pesar de que formalmente entregó el poder al gobierno civil en 
1990, la dictadura militar dejó una herencia en todo Chile. Al respecto, Luis Hernán Errázuriz y 
Gonzalo Leiva Quijada mencionan en El Golpe Estético que los regímenes autoritarios no sólo 
dejan huellas en la política y la economía sino también en la dimensión estética y cultural
1. La herencia de la dictadura también llegó al campo cultural. A fin de marcar distancia del 
derrocado gobierno de Salvador Allende, los militares construyeron su propio perfil estético 
sustentado en una idiosincrasia chilena “pura”, es decir, sin resabios de “ideologías externas”2. Para 
lograrlo, eliminaron cualquier imagen, palabra o costumbre que recordara o se refiriera a los 
tiempos de la Unidad Popular (UP). La prohibición del pelo largo y la barba, el pintado de murales 
callejeros y la quema de libros “peligrosos” fueron algunas de las medidas para lograrlo. Los 
autores se refieren a esto como “una noción militarizada de la estética cotidiana3”, es decir, que el 
golpe no fue sólo militar sino también estético. 
 Esta estética militarizada se expresó en elementos cotidianos como las monedas (se cambiaron 
los símbolos de las monedas y billetes emitidos por el gobierno de la UP) y espacios públicos 
(calles, escuelas y plazas fueron rebautizados con nombres de personajes que participaron en la 
Independencia, la Guerra del Pacífico y la Junta Militar)4. El resultado fue que durante la década de 
los años ochenta el panorama cultural chileno era complejo en cuanto a interrelaciones emitidas por 
la dictadura; cualquier expresión cultural debía ser políticamente correcta por lo que estaba 
estrictamente prohibido criticar a las fuerzas armadas o interferir ante la paz pública. 
 
1 Luis Hernán Errázuriz y Gonzalo Leiva Quijada, El golpe estético. Dictadura militar en Chile 1973-1989¸ 
Santiago, Ocho Libros Editores, 2012. p. 7. 
2 Ibíd. p. 29. 
3 Ibíd., p. 127. 
4 Ídem. 
 
 
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 Pese la entrega del poder a los civiles en 1989, la herencia estética de la dictadura tuvo 
repercusiones y permeó en toda la sociedad chilena. Una de aquellas es que obstaculizó la 
democratización del país ya que había un vacío en cuanto a referentes culturales democráticos 
inmediatos. Dentro de esto, para muchos chilenos la herencia de la Unidad Popular resultaba 
desconocida y/o poco atractiva ya que los militares habían extirpado la mayor parte de sus 
expresiones culturales. 
 Los párrafos anteriores llevan a proponer que la obra de “Grotesco” se inserta en un contexto 
cultural con una profunda herencia autoritaria que se gestó y consolidó durante la dictadura. 
I. El retorno a la democracia 
 Los últimos años de la década de los años ochenta en Chile avizoraban una apertura política. En 
la Constitución Política de 1980 decretada por la Junta se mencionaba que Augusto Pinochet debía 
entregar la presidencia el 11 de marzo de 1989. Unos meses antes la misma Junta debería proponer 
un nuevo candidato a presidente y éste debería ratificarse por medio de un plebiscito. 
 La consulta se fijó para el 5 de octubre de 1988. Los militares defendían el “SI” lo que implicaba 
que se designara un candidato que continuaría con el régimen. A pesar del recelo por prestarse al 
juego político del régimen, la oposición participó por medio de la defensa del “No”5; esto implicaba 
el rechazo al candidato propuesto por los militares por lo que se llamaría a nuevas elecciones 
presidenciales en un máximo de 90 días. Finalmente el plebiscito se realizó y triunfó el “No”6. 
 En los siguientes meses, aprovechando la ley 18603, que permitía a las agrupaciones opositoras 
al gobierno militar integrar partidos políticos, la oposición se movilizó para evitar que el régimen 
retomara el poder que había perdido con el plebiscito. En diciembre de 1989 hubo elecciones 
presidenciales donde el demócrata cristiano Patricio Aylwin (candidato de la Concertación de 
Partidos Por la Democracia7) se impuso sobre Hernán Büchi (centro) y Francisco Javier Errázuriz 
 
5 Santiago Villalobos, et. al. Historia de Chile, Santiago, Editorial Universitaria, 2005. p. 23 
6 Ídem. 
7 A partir de estas elecciones, se conocerá como la Concertación a la alianza de partidos políticos de centro e 
izquierda. 
 
 
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Talavera (derecha). Este fue el punto de partida para 20 años de gobiernos de la Concertación.Pese a que la presidencia estaba en manos de civiles la figura de Augusto Pinochet seguía presente 
ya que se mantuvo como Jefe del Ejército hasta 1998. Si bien hubo una relación cordial entre 
Aylwin y Pinochet, se presentaron tensiones entre Patricio Rojas –Ministro de Defensa designado 
por la Concertación- y el otrora dictador. La presencia militar fue la espada de Damocles8 de los 
gobiernos civiles. Esto fue evidente en varias ocasiones como el Ejercicio de Enlace en noviembre 
de 1990 o el “Boinazo” en 1993. El primero se trató de una serie de ejercicios militares en todo 
Chile donde los soldados fueron acuartelados para posteriormente realizar simulacros de invasión y 
movilización de tropas. Pinochet los justificó como simples ejercicios de rutina pero muchos 
chilenos lo interpretaron como una amenaza de un nuevo golpe. El “Boinazo” ocurrió el 28 de 
mayo de 1993. Dirigidas por el propio Augusto Pinochet, tropas especiales del ejército se reunieron 
cerca del Palacio de la Moneda a fin de presionar para que no se dieran a conocer los resultados de 
una investigación gubernamental sobre el desvío de fondos públicos que involucraba a Pinochet y 
su hijo. Finalmente el gobierno de Patricio Aylwin cedió ante la presión militar y no se continuó 
con la investigación. 
 El gobierno de Aylwin concluyó en 1994. En las elecciones presidenciales de ese año 
compitieron Eduardo Frei Tagle por la Concertación y Arturo Alessandri por una alianza de 
centroderecha. Frei Tagle se alzó con la victoria y gobernó de 1994 a 2000. Durante su mandato las 
relaciones con los militares fueron un tanto más amables ya que Edmundo Pérez Yoma -Ministro de 
Defensa- tuvo una actitud más conciliadora con Pinochet. Pese a esta cordialidad, se presentaron 
 
8 Se trata de un relato oral clásico sobre un cortesano llamado Damocles que vivía en la ciudad griega de 
Siracusa y era en extremo adulador con el gobernante Dionisio I. Éste, harto de la actitud de Damocles, le 
propuso vivir por un día como rey y disfrutar de las mieles del poder. Al atardecer se celebró un gran 
banquete teniendo Damocles el lugar de honor; cuando preguntó a su anfitrión cómo era vivir rodeado de 
placer y poder, éste le pidió que volteara hacia arriba. Había una espada afilada colgada sobre su cabeza 
sostenida únicamente por un delgado cabello de crin de caballo atado a la empuñadora. Dionisio le dijo que 
eso era el poder: estar en riesgo en todo momento sin ser consciente de ello. 
 Esta anécdota viene a colación ya que durante la década de los años noventa, a pesar de que formalmente 
habían entregado el poder a un gobierno civil, las fuerzas armadas chilenas tuvieron una silenciosa presencia 
en el escenario político de Chile. El Ejercicio de Enlace y el “Boinazo” fueron demostraciones de que los 
militares podían intervenir en cualquier momento. 
 
 
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situaciones delicadas con el ex dictador: una de ellas fue cuando se le nombró senador vitalicio9, la 
segunda comenzó cuando fue arrestado en Londres en 1998. 
 De 2000 a 2006 el socialista Ricardo Lagos ocupó la presidencia. Su gobierno comenzó con un 
gran nivel de aceptación10 aunque fue opacado por los escándalos de corrupción de 2001 y 2002 que 
involucraron a Patricio Trombolini (subsecretario de Transportes) y Carlos Cruz (Ministro de Obras 
Públicas). En septiembre de 2005 tuvo un roce con la prensa cuando acusó al director de El 
Mercurio de estar al servicio de un grupo de poder.11 Precisamente El Mercurio es el diario más 
leído en Chile12. 
 Lo mencionado en el párrafo anterior me sirve para tocar la cuestión de la prensa chilena. Es 
necesario profundizar un poco más en el contexto de la prensa chilena de inicios del siglo XXI ya 
que los medios de comunicación son en su mayoría propiedad de grupos empresariales13. Los 
principales periódicos son editados en Santiago: El Mercurio, La Nación¸ La Cuarta y La Tercera. 
Grupo Edwards está presidido por Agustín Edwards y es propietario de El Mercurio así como de 
otros periódicos locales a lo largo de Chile como El Mercurio de Valparaíso, La Estrella de Árica y 
La Estrella de Chiloé14. Grupo Consorcio Periodístico de Chile (COPESA) está controlado en su 
mayoría por Álvaro Saieh Bendeck; es dueño de La Cuarta y La Tercera así como de la 
aseguradora “Corpvida”, el hotel “Hyatt”, los centros comerciales “VIVO Rancagua” y “Piedra 
 
9 Pinochet entregó la jefatura del ejército oficialmente, el 10 de marzo de 1998, a Ricardo Izurieta. Al día 
siguiente fue designado senador vitalicio en medio de protestas en Chile y el extranjero. A pesar de que no 
participaba mucho en las sesiones del Congreso, su mero cargo era un recordatorio de la herencia del régimen 
militar. 
10 http://www.adimark.cl/es/index.asp. Fecha de consulta: 22 de abril de 2015. Se trata de una empresa 
dedicada a aplicar encuestas de opinión en Chile. 
11http://www.lanacion.cl/noticias/pais/ministros-piden-no-ser-ingenuos-en-polemica-por-carta-a-el-mercurio/ 
2005-09-23/205348.html. Fecha de consulta: 1 de junio de 2015. También se puede leer la carta de Lagos en 
http://www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20050921/pags/20050921113257.html. 
12 Paúl Alonso, “The Clinic: La prensa satírica en Chile”. https://paulalonso.wordpress.com/2007/04/10/the-
clinic-la-nueva-prensa-satirica-de-chile Fecha de consulta: 26 de marzo de 2015. 
13 José Mogado, “El complejo escenario informativo que se viene”, en La Nación, 23 de enero de 2010. 
14 César Jiménez Yáñez, “El rol del Estado y la concentración mediática en Chile” en Diálogos de la 
comunicación. Revista Académica de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación 
Social¸ Número 82, noviembre 2011. 
http://www.adimark.cl/es/index.asp
http://www.lanacion.cl/noticias/pais/ministros-piden-no-ser-ingenuos-en-polemica-por-carta-a-el-mercurio/
http://www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20050921/pags/20050921113257.html
https://paulalonso.wordpress.com/2007/04/10/the-clinic-la-nueva-prensa-satirica-de-chile
https://paulalonso.wordpress.com/2007/04/10/the-clinic-la-nueva-prensa-satirica-de-chile
 
 
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Roja”, las estaciones de radio “97.7 Zero” y “Duna 89.7”.15 Andrónico Luksic es el principal 
accionista de Grupo Luksic-PUC y posee la mayor fortuna de Chile ya que es dueño de empresas 
como Grupo Antofagasta Minerals y el Banco de Chile así como del Canal 13 de televisión.16 
Grupo Bethia es propiedad de la familia Solari Falabella y posee la radiodifusora “Radio Candela” 
así como el canal Etc TV; también es dueño de Financiera SInergy, Grupo Empresas Navieras 
(transportes), Lechera Ancalí y la cadena de tiendas departamentales Falabella.17 
 Volvamos con la cronología del poder chileno. El primer gobierno de Michelle Bachelet 
transcurrió del 2006 al 2010. Es interesante el dato de que en 1974 tuvo que huir a Australia cuando 
su padre, el general Alberto Bachelet, fue apresado y asesinado por las fuerzas armadas. 
 Sus primeras medidas de gobierno fueron reformar el sistema de salud chileno18, y aprobar la 
polémica regulación de la subcontratación laboral19. Sin embargo, el principal conflicto que se 
presentó a Bachelet fue la llamada “Revolución de los Pingüinos” protagonizada por estudiantes de 
educación secundaria20 que exigieron la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de 
Enseñanza (LOCE) heredada del gobierno de Pinochet. La Ley Orgánica Constitucional de la 
Enseñanza o (Ley 18962) fue promulgada el 7 de marzo de 1990. Establecía que el estado sólo es 
un ente regulador y protector por lo que delega la responsabilidad de educar a instituciones privadas 
a la par que reduce la participación estudiantil en la toma de decisiones de los centros educativos. 
También establece requisitos mínimos para crear establecimientos educativos. Los gobiernos de la 
Concertación se comprometieron a reformarla

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