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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
HISTORIA 
 
 
 
 
 
 
 
La lengua como símbolo de identidad en 
Santiago Jamiltepec Oaxaca: Estudios de casos 
de familias de diferentes generaciones 
 
 
 
 
 
 
Miguel Hernández Hernández 
 
 
Director de Tesis: Dr. Federico Navarrete Linares 
 
 
 
 
México D.F., mayo de 2009 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos 
 
Son muchas las personas que me ayudaron a la realización de este trabajo y 
cada una de ellas ha contribuido de distintas maneras, no sólo en mi formación 
académica, sino en lo que respecta a los valores y principios éticos para ser 
una persona sensible ante los problemas que se presentan en mi entorno. Por 
esa razón mis agradecimientos son especialmente: 
 
Al Dr. Federico Navarrete Linares por aceptar dirigir esta investigación, por su 
paciencia, así como por motivarme en el estudio de los pueblos indígenas de 
México y Latinoamérica durante el curso Descubrimiento y Conquista de 
América. Gracias por todo su apoyo y solidaridad. 
 
A la Dra. María Teresa Rodríguez y a la Dra. Marielle Pepin Lehalleur, por 
apoyar mi investigación al incorporarme como becario del proyecto Identidades 
y movilidades: las sociedades regionales en los nuevos contextos políticos y 
migratorios. Una comparación entre México y Colombia, del Centro de 
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología social, el Institut de 
Recherche pour le Developpemen, el Instituto Colombia de Antropología e 
Historia y la Universidad Nacional de Colombia. Especialmente a la Dra. 
Marielle Pepin, con quien tuve la oportunidad de intercambiar puntos de vista 
en torno a la historia y características de las comunidades de la Costa Chica de 
Oaxaca, lugar en donde ella ha trabajado desde hace más de veinte años. 
 
Al Dr. Salomón Nahmad Sittón por invitarme a participar en el proyecto 
Estudios socioeconómicos en el área de estudio del aprovechamiento 
hidráulico de usos múltiples Paso de la Reina, Oaxaca, en donde conocí 
poblados y gente de los municipios de Santiago Jamiltepec, Santiago Tetepec, 
Villa de Tututepec y Tataltepec de Valdés, experiencia que me ha motivado a 
iniciar una formación en el campo de la antropología social. Le agradezco que 
comparta conmigo su experiencia en lo que se refiere al trabajo de campo y 
aspectos de la antropología aplicada en México. 
 
Al Mtro. Juan Julián Caballero, por su paciencia y su orientación en la 
búsqueda de bibliografía para acceder al terreno de los estudios de lingüística y 
sociología del lenguaje. 
 
Al Dr. Tomás Marcelo Ramírez Ruíz por haber tenido la paciencia de leer esta 
tesis, por sus valiosas aportaciones a mi investigación, apoyo y motivación. 
 
Al Lic. Artem Yakimov Silantieva por su paciencia y por los puntos sus puntos 
de vista sobre el tema de mi investigación. 
 
 
A la Lic. María Esther Piña Salazar, por su solidaridad como amiga, y por sus 
aportaciones y motivación para el estudio de los temas relacionados con la 
antropología y la historia. 
 
A mis padres, Miguel Hernández Velasco y María Cándida Hernández Serrano, 
quienes en todo momento me han apoyado, económicamente y moralmente 
para seguir adelante con mis estudios. Agradezco especialmente su cariño y 
solidaridad en los momentos más difíciles de mi vida y, sobre todo, su ejemplo 
al inculcarme valores como el trabajo, el respeto, la responsabilidad y la 
solidaridad. De manera muy especial agradezco su motivación por ayudarme a 
descubrir y redescubrir mis orígenes y filiación étnica indígena, por la lectura y 
asesoría que me dieron a lo largo de mi investigación. 
 
A mi hermana por todo su apoyo moral, amistad y solidaridad en momentos 
difíciles, por su valiosa ayuda en la revisión y corrección de estilo de mi tesis, 
así como por compartir intereses en común sobre el estudio de los fenómenos 
lingüísticos. 
 
A mi tío Graciano Hernández Velasco, por su ejemplo y motivación para el 
estudio de la historia y los distintos procesos sociales de nuestro país. 
 
A mis compañeros del Seminario de Tesis que dirige el Dr. Federico Navarrete 
por leer los avances de esta investigación desde sus inicios, por sus 
comentarios, sugerencias y aportaciones. 
 
A todas las familias de Jamiltepec que me ayudaron en la investigación de 
campo. Gracias a todos ellos por dejarme entrar en sus casas para compartir 
conmigo sus vivencias. Sin ellos esta investigación no se hubiera concretado. 
Al Mtro. Francisco Ziga, por su incondicional apoyo durante mis estancias en 
Santiago Jamiltepec. 
 
A Carmen Downing, de la Universidad de Arizona, por sus valiosos puntos de 
vista a mi investigación y su motivación para el estudio de la antropología. 
 
A mis amigos Huemac Escalona Lüttig y Emiliano Zolla Márquez por la lectura 
que hicieron de mi tesis y sus sugerencias. 
 
Y gracias a todos los amigos con los que he compartido inolvidables 
experiencias, especialmente para Isaac Acosta Fuentes, Huemac Escalona, 
Gerardo Espinosa, Raquel Acosta, Eleonora Eguilarduchi, Krivsova Juárez, 
Mirna Apodaca, Francisco Rangel, Alicia Hernández, Salvador Hernández, 
Ignacio García, Gabino Flores y Víctor Torres. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A mi madre, María Cándida Hernández Serrano 
A mi padre, Miguel Hernández Velasco 
A mi hermana, Janet Roxana Hernández Hernández 
 
 
Índice 
 
 Página 
 
Introducción 1 
 
 
Capítulo I. Marco conceptual 7 
 
 
I.1. Algunas ideas para entender el concepto de identidad étnica 7 
I.2 ¿Quiénes conforman el mosaico étnico de Santiago Jamiltepec? 15 
I.2.1 Mixtecos, Sundo’o, ra chiñuu, ña chiñuu e indios 16 
I.2.2 Mestizos, gente de razón, ra to’o, ña to’o, ra toon 
 nuya’avi, ña toon nuya’avi , ra to’o yuku y ña to’o yuku 20 
I.2.3 Negros, morenos, ra toon ndu’uva, ña toon ndu’uva, 
 ra toon ñu’uma, ña toon ñu’uma y toon nengu 21 
I.2.4 Yanquis, yangui, gringos 23 
1.3 Relaciones interétnicas en Santiago Jamiltepec 24 
 
 
 
 
Capítulo II. Panorama histórico de Santiago Jamiltepec 32 
 
II.1 Ubicación geográfica 32 
II.2 Una aproximación a la historia de Santiago Jamiltepec 34 
II.2.1 El periodo prehispánico 35 
II.2.2 La Colonia. 37 
II.2.3 Siglo XIX 39 
II.2.4 Siglo XX 41 
II.2.5 El INI en Santiago Jamiltepec44 
II.2.6 Santiago Jamiltepec en las últimas décadas 48 
 
 
 
 
 
Capítulo III. Lengua e identidad 52 
 
 
III.1 La lengua como símbolo de identidad 52 
III.2 Lenguas que se hablan en Santiago Jamiltepec y su interacción 60 
III.3 Política lingüística del INI a partir de los años 50 65 
III.4 La política del Centro Coordinador Indigenista de Santiago Jamiltepec 68 
 
 
 
 
 
 
 
Capítulo IV. Cambio lingüístico y esferas del habla 73 
 
 
IV.1 Familias y ámbitos de la comunicación 73 
IV.2 Lengua y familia 77 
IV.2.1 Transmisión de la lengua materna 77 
IV.2.2 Comunicación entre la familia 80 
IV.3 Lengua y educación 91 
IV.3.1 Enseñanza bilingüe 91 
IV.4 Lengua y comercio 94 
IV.5 Lengua y religión 95 
IV.5.1 ¿La lengua de Dios? 97 
IV.5.2 El papel de la lengua en las mayordomías 99 
IV.6 Valoraciones en torno a la lengua 101 
IV.7 ¿Por qué dejar de hablar xiñi savi? 106 
IV.7.1 Actitudes y valores en torno al xiñi savi 110 
 
 
 
 
Conclusiones 117 
 
 
Bibliografía 120 
 
 
Índice de mapas, cuadros y gráficas 128 
 1 
Introducción 
 
 Esta investigación se realizó en Santiago Jamiltepec, comunidad que se 
encuentra en la Costa Chica del Estado de Oaxaca, y se caracteriza por las 
complejas relaciones que existen entre los indígenas y mestizos que ahí han 
vivido desde la época colonial. El tema central es acerca de cómo la actual 
situación lingüística entre buena parte de la población indígena ha cambiado, 
producto de situaciones que históricamente se han desarrollado en la 
comunidad; además, cuestiona si la lengua debe considerarse como un 
símbolo de identidad entre la población indígena. Tanto las relaciones 
interétnicas y la intervención institucional han tenido importantes repercusiones 
en un proceso de cambio y valoración de la lengua, sin embargo, a pesar de 
que hay una clara tendencia entre la población indígena al abandono de su 
lengua, todavía se siguen asumiendo como indígenas. 
Pero, ¿por qué hacer una tesis en donde se plantea la continua 
transformación del uso de una lengua dentro de un periodo y una comunidad 
específica? En primer lugar considero prudente que dentro del ámbito de los 
estudios históricos se tome en cuenta el análisis de otros fenómenos y 
elementos de la cultura del hombre, que se expresan de distintas maneras en 
los diversos microespacios, sobre todo localidades o pequeños poblados. 
Involucrarnos en la historia de estas localidades, y poner atención a algún 
aspecto de su cultura, como lo es la lengua, nos brinda un panorama de cómo 
situaciones internas, como la relación entre indígenas y mestizos, así como las 
externas, como las políticas implementadas desde el Estado, han tenido un 
fuerte impacto en la vida cotidiana de quienes viven ahí, sobre todo en un 
sector de la población. Por esas razones, conocer de cerca los aspectos que 
caracterizan a Santiago Jamiltepec mediante el trabajo de campo, ayudó a 
tener otra perspectiva sobre las generalizaciones que desde la historia o la 
antropología se suelen hacer. En esta tesis se explican algunas 
especificaciones que sobre sí mismos han hecho algunos miembros de la 
comunidad, desde la manera en que se autoadscriben, hasta lo que significa 
para ellos hablar una lengua indígena. 
 
 2 
Si partimos de la idea de que la lengua es “el vehículo mediante el cual 
establecemos y vivimos nuestras más importantes relaciones humanas, al 
tiempo que sirve como instrumento fundamental para efectuar las más 
corrientes transacciones cotidianas”1 , tendríamos que tomar en cuenta que 
este sistema de símbolos está necesariamente vinculado con muchos aspectos 
de la vida de los hombres: relaciones entre los miembros de la sociedad, 
actividades ligadas a experiencias religiosas o estéticas, así como la 
interacción entre sociedades o comunidades que tienen lenguas diferentes. En 
este sentido la lengua se convierte en un símbolo que crea identidades o las 
modifica, está en permanente relación con los miembros de una comunidad, se 
manifiesta en ámbitos determinados y se encuentra en un constante proceso 
de cambio. 
Por tal motivo, los horizontes para el estudio de la lengua son múltiples, 
y en esta investigación se recurrió de manera importante a lectura de literatura 
que existe en torno a la lengua como fenómeno cultural. Esta investigación es 
el intento de un trabajo interdisciplinario en el cual, además de hacer uso de las 
metodologías propias de la historia, se incorporaron elementos metodológicos 
de la sociolinguistica o sociología del lenguaje, con el fin de contar con las 
herramientas para el análisis del cambio y desplazamiento lingüístico en una 
comunidad multiétnica en donde se hablan más de dos lenguas. 
La lingüística, por ejemplo, surge como una disciplina que pretende 
estudiar la lengua en su parte estructural, es decir, el estudio de aquellos 
elementos del lenguaje que están relacionados con la gramática2. Los 
lingüistas pretenden describir de manera precisa y adecuada la competencia 
lingüística3 de los hablantes mediante el análisis de los niveles gramaticales 
que conforman a cada lengua: fonético, fonológico, morfológico, sintáctico y 
semántico. En contraparte, después de la segunda guerra mundial se hicieron 
más evidentes las tendencias para emprender estudios en los que confluían 
tanto la sociología como la lingüística, dando como resultado la conformación 
de una disciplina concebida, en principio, como un subcampo de la lingüística 
 
1
 John Gumperz, Lengua y cultura, trad., Alberto Cardín, Barcelona, Anagrama, 1981, p. 9. 
2
 Siguiendo las ideas de Gumperz definimos la gramática como el sistema de reglas que 
gobiernan una lengua en su conjunto. Ibidem, p. 21 
3
 La competencia lingüística es el conocimiento, en ocasiones inconsciente, del uso de la 
gramática. 
 3 
y la sociología. A partir de la década de los años sesenta el nuevo interés en 
los aspectos sociales de la lengua unió a estudiosos de diversas disciplinas. En 
este contexto la noción de sociolingüística atrajo a lingüistas, sociólogos y 
antropólogos, por citar algunos ejemplos4. La sociolingüística concibe al 
lenguaje como un acto social dentro de un contexto también social, y dada su 
naturaleza interdisciplinaria, la sociolingüística no es en absoluto monolítica. 
Las tendencias quedarían agrupadas de la siguiente manera: sociolingüística, 
psicolingüística social, antropología lingüística y sociología del lenguaje5, cada 
una con sus diferentes enfoques. 
 En el marco de los estudios de la sociolingüística podemos distinguir tres 
vertientes, por un lado los estudios cuyos objetivos son puramente 
sociológicos, por otro, aquellos que en parte son sociológicos y en parte 
lingüísticos, y finalmente aquellos en que los objetivos son enteramente 
lingüísticos6. La sociología del lenguaje tiene mayor interés en los aspectos 
relacionados con lo social, ubicando, en comunidades donde se habla más de 
una lengua, las actitudes de la gente hacia su lengua, la interacción, 
desplazamiento y roles de la lengua en ámbitos de comportamiento lingüístico. 
 En tanto que la lengua es un elemento de la cultura del hombre, en torno 
a ésta hay hechos sociales que se manifiestan y repercuten en la vida cotidiana 
de las personas que viven en una comunidad. Ésa es la principal razón por la 
que, en el ámbito de la historia, interesa hacer énfasis en la forma de pensar de 
los actores de estas historias, entender sus representaciones mentales, su 
comportamiento y la relación entre ambos.7 Uno de los principales intereses fue 
conocer en primer lugar, entre los indígenas de Jamiltepec, cómo se 
autoadscriben étnicamente,y cómo perciben los cambios que en torno a su 
lengua se han presentado en las últimas décadas. Para tener una idea de 
cómo se manifiestan estas representaciones mentales entre los indígenas, se 
 
4
 Dell Hymes, “Sociolingüística: estabilidad y consolidación” en Lastra, Yolanda, (coord.) 
Estudios de Sociolingüística, México, Universidad Nacional Autónoma de México – Instituto de 
Investigaciones Antropológicas, 2000. p. 40. 
5
 Joshua Fishman, Sociología del lenguaje, trad., Ramón Sarmiento y Juan Carlos Moreno, 
Madrid, Cátedra, 1979. p.14. 
6
 Peter Trudgill, “Sociolingüística y sociolingüística”, en: Lastra, Yolanda, (coord.) Estudios de 
Sociolingüística, México, Universidad Nacional Autónoma de México – Instituto de 
Investigaciones Antropológicas, 2000. p. 22. 
7
 Ortega Noriega, Sergio, “Introducción a la historia de las mentalidades” en El historiador frente 
a la historia. Corrientes historiográficas actuales, México, Instituto de Investigaciones Históricas 
– Universidad Nacional Autónoma de México, 1992, (Serie Divulgación I), pp. 87-96. 
 4 
dio un seguimiento a diez familias, cada una compuesta por miembros de 
diferentes generaciones cuya condición socioeconómica también era diferente. 
Acercarse a la cotidianeidad de la gente es conocer muchos aspectos de su 
vida que los han hecho cambiar o valorar más la forma en cómo piensan, cómo 
se comunican o cómo perciben lo que pasa en el mundo. Además del 
seguimiento de estas familias, también nos involucramos en la cotidianeidad de 
toda la comunidad. Visitar los mercados, participar en las múltiples 
manifestaciones de la religiosidad, presenciar cómo viven y de qué hablan las 
familias, así como realizar visitas a las escuelas primarias o del nivel medio 
superior, permitieron entender el fenómeno que nos propusimos analizar. Por 
esa razón, una parte importante de la investigación se basó en lo que la gente 
pensaba acerca de su propio idioma, además, se pudo presenciar el hecho a 
partir de la observación participante, sin perder de vista que en un periodo de 
cincuenta años hubo constantes cambios y modificaciones en torno al uso y 
valoración de la lengua. 
Dichos cambios seguramente seguirán, dependiendo de las condiciones 
o circunstancias históricas. Por esa razón hicimos una delimitación 
generacional, ya que cada generación ha tenido diferentes experiencias, y de 
acuerdo con esas experiencias, se fueron acuñando distintos valores en torno a 
la lengua. 
 Para acceder a las representaciones mentales de la gente en torno a su 
lengua fue de vital importancia la utilización de recursos metodológicos como la 
historia oral, sobre todo porque se trata de una historia inmediata en la que si 
bien la delimitación temporal en esta investigación comprende cinco décadas, 
la opinión y el rescate de testimonios de la gente de edad avanzada y algunos 
más jóvenes nos permitió conocer algunos aspectos de la vida pública, privada, 
familiar y cultural.8 
 En otro sentido, también se recurrió a la aplicación de encuestas, sobre 
todo porque los resultados obtenidos demostraron en términos cuantitativos la 
tendencia en el uso y desuso del la lengua indígena. Para la construcción de la 
historia de la comunidad se recurrió a la utilización de fuentes primarias y 
 
8
 Alicia Olivera, “La historia y la tradición oral” en La etnología: temas y tendencias. Coloquio 
Paul Kirchhoff, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas - Coordinación de 
Humanidades - Universidad Nacional Autónoma de México, 1988, pp. 157-169. 
 5 
secundarias. La consulta de documentos coloniales del Archivo General de la 
Nación y otros documentos de principios del siglo XX del Archivo General del 
Estado de Oaxaca permitieron esbozar los aspectos más relevantes de la 
historia de Santiago Jamiltepec y de la gente que ahí vive. Por otro lado, la 
lectura de etnografías, diarios de campo de antropólogos e informes del 
Instituto Nacional Indigenista ofrecieron un panorama de la situación de los 
indígenas durante las décadas de los años cincuenta y sesenta, justo cuando el 
indigenismo mexicano adquiría un papel importante dentro de las diversas 
políticas gubernamentales. 
Si bien la lengua es un símbolo más de identidad, ésta también se liga, 
como líneas más arriba explicamos, a contextos y ámbitos muy concretos: 
experiencias religiosas, educación y las relaciones entre los individuos 
(indígenas y mestizos), por citar sólo algunos ejemplos. El estudio de la lengua 
a partir de los ámbitos o esferas del habla ayudó a organizar y entender los 
procesos de conservación y desplazamiento de la lengua indígena. 
En virtud de todo lo que se mencionado anteriormente, en este trabajo 
hemos planteado las siguientes hipótesis: 
 
1. Uno de los principales motivos del cambio en el uso de la lengua entre 
los indígenas son, por un lado, las complejas relaciones interétnicas 
entre indígenas y mestizos. Estas relaciones, desiguales desde el 
momento del contacto con los españoles, han tenido diversas 
expresiones: desde la violencia hasta el cambio de los símbolos 
identitarios entre la población indígena. Muchos indígenas (sobre todo 
los de generaciones más jóvenes) han respondido con estos cambios 
como una manera de protegerse de la discriminación de la que fueron 
objeto por mucho tiempo sus padres o abuelos. 
2. Por otro lado, la intervención institucional, a través de los Centros 
Coordinadores Indigenistas del Instituto Nacional Indigenista, fue central 
no sólo en el cambio lingüístico de la población, sino en las relaciones 
sociales y económicas. Las políticas institucionales fueron integrales, y 
no sólo abarcaron la implementación de la educación bilingüe, sino que 
se crearon caminos que aceleraron los procesos migratorios e hicieron 
más dinámicos los procesos productivos de la región. El desarrollo de 
 6 
las vías de comunicación y el crecimiento de la comunidad generaron 
nuevas necesidades entre la población, además, modificaron los 
espacios en donde solían interactuar tanto indígenas como mestizos. 
3. El cambio lingüístico es un hecho, y seguramente los cambios seguirán. 
Bajo este contexto, las distintas generaciones indígenas han asignado 
un valor específico a su lengua materna, y la usan dependiendo de 
ámbitos o esferas específicas en la que cada miembro se desenvuelva 
en su cotidianeidad. 
4. Si bien la lengua se consolidó por mucho tiempo como un símbolo de 
identidad, en la actualidad sería riesgoso afirmar que la lengua esté 
acompañada a la adscripción étnica, por lo menos en el caso de 
Santiago Jamiltepec. Aunque las nuevas generaciones han mostrado 
una preferencia hacia el español, siguen asumiendo su identidad como 
indígenas. 
 
Esta investigación está organizada de la siguiente manera: en un primer 
capítulo se exponen los conceptos básicos en relación con la identidad y 
autoadscripción étnica, además, se construyeron, a partir de la experiencia en 
campo, categorías étnicas específicas, las cuales son usadas entre la 
población de Santiago Jamiltepec. También se explica la particularidad de las 
relaciones interétnicas en este poblado. En el segundo capítulo se desarrolla 
un bosquejo histórico de las relaciones que han existido entre indígenas y 
mestizos desde el periodo colonial hasta nuestros días. En el tercer capítulo se 
plantean aspectos en torno a la lengua como un símbolo identitario, así como la 
descripción de las lenguas que se hablan en Santiago Jamiltepec y las políticas 
de educación bilingüe que se impulsaron desde la década de los años 
cincuenta. Finalmente, en el capítulo IV, se expone la situación del uso y 
valoración de la lengua indígena en los distintos contextos o ámbitos de las 
esferas del habla. En este capítulo se da un peso importante a los testimonios 
de los miembros de lasfamilias involucradas directamente en la investigación, 
y se plasman diversas ejemplificaciones de cómo la gente utiliza una u otra 
lengua. 
 
 
 7 
Capítulo I. Marco conceptual 
 
I.1 Algunas ideas para entender el concepto de identidad étnica 
 
En este capítulo se hará un breve esbozo de algunos conceptos e ideas 
en torno a la cuestión identitaria y la etnicidad con el fin de construir un corpus 
que complemente el planteamiento en torno al cambio lingüístico que se ha 
presentado en Santiago Jamiltepec en las últimas décadas. En este trabajo se 
propone como hipótesis central que las relaciones interétnicas en la comunidad 
y la intervención institucional son los principales elementos que han propiciado 
un cambio lingüístico entre los indígenas. Partiendo de algunas definiciones 
centrales, se establecerán algunas categorías étnicas que utilizaremos a lo 
largo de esta investigación. 
México es un país multicultural, conformado históricamente por diversos 
grupos étnicos que han reinventado su identidad a lo largo de una serie de 
procesos históricos. Hablar de la identidad y la etnicidad de estos grupos suele 
ser un tema muy complejo entre quienes se dedican a estudiar estos pueblos. 
Los antropólogos que han realizado etnografías y estudios acerca de las 
tradiciones y relaciones sociales al interior y entre de cada grupo suelen 
establecer categorías que, considero, se han aplicado erróneamente para 
designar a los distintos grupos étnicos del país. 
Tradicionalmente las consideraciones del otro, sin tomar en cuenta las 
especificidades y características que se presentan al interior de un mismo 
grupo étnico, tienden a crear, basados en apariencias inmediatas, estereotipos 
y generalizaciones que dejan de lado la diversidad que puede existir al interior 
de una comunidad. Al respecto, Susana B.C De Valle, al igual que otros 
académicos, ha planteado una crítica hacia las formas en las que 
tradicionalmente se han realizado estudios sobre los otros, estudios que en 
gran medida se han desarrollado en centros académicos por parte de 
científicos sociales que ubican a los estudiados como actores pasivos frente a 
un mundo que está en permanente cambio, y no toman en cuenta que éstos 
 8 
están directamente involucrados en la conformación de su identidad y en su 
distinción con respecto a otros grupos 9. 
 En este sentido, para nuestro estudio, es necesario entender los 
conceptos de la identidad étnica y la etnicidad para establecer criterios y 
algunas categorías para el grupo étnico del cual hablaremos a lo largo de esta 
investigación. No abundaremos sobre los orígenes de las distintas teorías y 
enfoques que existen en torno a la identidad y las identidades étnicas, sólo se 
expondrán algunos conceptos, sobre todo los planteados por Miguel Alberto 
Bartolomé, Gilberto Giménez, Héctor Díaz Polanco y Federico Navarrete. 
 La manera en la que los grupos humanos, ya sea de manera individual o 
colectiva, definen lo que son y establecen una distinción con aquellos que son 
diferentes a ellos es un primer nivel de identidad. De esta manera se conforma 
no sólo una identidad, sino muchas10 en las que personas o grupos humanos 
están definidos por su condición social, económica o su pertenencia a algún 
grupo religioso, por citar algunos ejemplos.11 Por lo general, la identidad 
involucra aspectos ligados a la subjetividad y experiencias emocionales que de 
manera individual o colectiva van estableciendo lazos más fuertes a nivel 
afectivo o de compromiso con un grupo en particular. Pero hay un aspecto 
fundamental en la construcción de las identidades, a saber, que la identidad o 
identidades son parte de relaciones sociales y se conforman como el “resultado 
de un proceso de identificación en el seno de una situación relacional”12, es 
decir, que se conforman con el fin de la diferenciación con respecto a otros 
grupos humanos. Gilberto Giménez plantea al respecto que “la voluntad de 
distintividad, demarcación y autonomía, inherente a la afirmación de identidad, 
 
9
 Susana Devalle, B.C., “Concepciones de la etnicidad, usos, deformaciones y realidades, en 
Los retos de la etnicidad en los estados-nación del siglo XXI, Leticia Reina, coordinadora, 
México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Instituto 
Nacional Indigenista, Miguel Ángel Porrúa, 2000, p. 36,37. 
10
 Miguel Bartolomé, Gente de costumbre y gente de razón. Las identidades étnicas en México, 
México, Siglo XXI – Instituto Nacional Indigenista, 1997, p 42-43. 
11
 Federico Navarrete Linares, Las relaciones Inter–étnicas, México, Universidad Nacional 
Autónoma de México – Coordinación de Humanidades – Centro de Investigaciones 
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades – México Nación Multicultural, 2004, (Colección 
la Pluralidad Cultural en México # 3), p. 24. 
12
 Gilberto Giménez, “Identidades étnicas: estado de la cuestión”, en Los retos de la etnicidad 
en los estados-nación del siglo XXI, Leticia Reina, coordinadora, México, Centro de 
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Instituto Nacional Indigenista, 
Miguel Ángel Porrúa, 2000, p. 54. 
 9 
requiere ser reconocida por los demás actores para poder existir 
socialmente”13, es decir, para ser percibido como distinto. 
Cuando las características que identifican y unen a los grupos humanos 
rebasan el plano individual, y se crean identidades colectivas más estables, el 
concepto de identidad adquiere otra connotación. De esta manera Federico 
Navarrete plantea que “cuando una identidad colectiva sirva para definir una 
comunidad política se le llama “identidad étnica”.”14 
Cada individuo o grupo étnico define lo que es en función de algunos 
rasgos culturales que comparte, como por ejemplo, lengua, indumentaria, 
prácticas religiosas, organización social y política, así como una historia 
común.15 La identidad puede ser maleable, y al respecto es interesante el 
planteamiento hecho por Miguel Bartolomé sobre la identidad instrumental, la 
cual se “invoca en un momento determinado para la obtención de algún fin y 
concluida la interacción vuelven a un estado de latencia.”16 Algunos grupos 
étnicos o personas han utilizado alguno de estos rasgos culturales para obtener 
algún beneficio, y así lo demuestra el siguiente testimonio: 
 
Pues haber si no me lo pongo en estos días [su indumentaria tradicional]. Tengo 
nuevo traje que apena lo hice. Sí. Esos hombres con cotón ya no se ven mucho, y 
esos son los que valen más. Eso es lo que debo de hacer yo, cargar cotón y saber 
leer. Eso es mi pensamiento que se ve bonito así: una gente de cotón que habla 
bien castellano y sabe leer. Eso vale mucho yendo con la autoridad. Como la vez 
pasada, dice, que los señores mestizos cuando querían ser comisariado, ello se 
pusieron cotón y calzón y fueron con el presidente de la república, dice; pero 
cuando le hablaron con el presidente, pue’, estuvo bien porque ellos hablan 
castellano, dice. Pero después ellos, dice, estaban oyendo que ellos estaban 
platicando puro castellano, que no platicaban la idioma, no platicaban idioma y 
dicen, pues éstos no son indios. Fue cuando quería ser comisariado el difundo 
Monchi Reyes, pue’. Se vistieron dice. Los mestizos se vistieron de indio y fueron, 
dice. Así dicen unos señores que tal vez se dieron cuenta, pue’. No ves que 
cuando van a hablar con lo grande, lo toman foto, lo toman así, y por eso sabe la 
gente.
17
 
 
13
 Idem, p. 56. 
14
 Navarrete, op, cit., p. 25. 
15
 Algunos grupos étnicos comparten elementos que ayudan a conformar una historia y origen 
común. Un ejemplo de esta situación son los mitos de origen o de fundación, en los cuales se 
narran las historias sobre cómo se formaron sus comunidades. 
16
 Miguel Bartolomé ejemplifica de la siguiente manera: “Tambiénilustrativo es el caso de los 
indígenas que cambian su indumentaria tradicional al llegar a los pueblos mestizos o, a la 
inversa, el caso del vendedor de artesanías que recurre a la indumentaria étnica para vender 
su diferencia. La manipulación o negociación de la identidad que se produce en las fronteras de 
interacción es instrumentalmente orientada hacia la satisfacción de fines inmediatos. Esta 
práctica da cuenta tanto de la rigidez social como de la ambigüedad ideológica que tipifican 
dichas fronteras.” Bartolomé, op, cit., p. 71. 
17
 Entrevista con Antonio Merino de la Cruz, Santiago Jamiltepec, Municipio de Santiago 
Jamiltepec, Oaxaca, julio de 2006. 
 10 
 Por otro lado, también es necesario hacer una distinción entre identidad 
étnica y etnicidad. La primera se conforma, como ya se ha planteado, a partir 
del cúmulo de características o rasgos culturales que comparten de manera 
colectiva un grupo de personas. En cambio, la etnicidad, es la “identidad en 
acción”18 y es una manifestación política de lo étnico que permite la 
visualización de contrastes entre los distintos grupos sociales que interactúan 
en las sociedades. Esta condición se puede observar con mejor claridad en las 
sociedades que se han caracterizado por su configuración multiétnica, en la 
que ellas mismas van delimitando los rasgos que las diferencian entre sí.19 La 
etnicidad, como se verá líneas adelante, “debe verse como un proceso cuyos 
significados sólo pueden comprenderse en contexto, evolucionando en el curso 
de la historia en circunstancias sociales específicas de un pueblo dado”.20 
 Este complejo proceso da origen a lo que los estudiosos sobre el tema 
han denominado relaciones interétnicas. Éstas relaciones se han constituido a 
lo largo de la historia de las sociedades multiétnicas, y prácticamente ningún 
pueblo escapa a la experiencia. Como lo ha planteado Federico Navarrete, las 
relaciones interétnicas son “relaciones de poder, es decir, que son relaciones 
de dominación política, de control social y de explotación económica.”21 Las 
diferencias en el ámbito económico o político adquieren una mayor relevancia 
en el contexto de las relaciones interétnicas precisamente a partir de que un 
grupo en una sociedad multiétnica es el que mantiene el control político o 
económico, presentándose así una compleja interacción que lleva a cada grupo 
a reafirmar su identidad étnica, adaptarse a la realidad que esté viviendo, o 
redefinir su rasgos identitarios y culturales.22 
 Las relaciones interétnicas han sido una manifestación de las 
sociedades humanas a lo largo de la historia, y se han caracterizado por un 
constante cambio. En México, estas relaciones existen desde antes de la 
llegada de los españoles y han dado origen a complejos fenómenos entre las 
sociedades que han coexistido a través de la historia. Bajo este planeamiento, 
es importante destacar, como lo hace Federico Navarrete, que 
 
18
 Bartolomé op. cit., p. 76. 
19
 Ibidem. 
20
 De Valle, B.C. op. cit., p. 38. 
21
 Navarrete, op. cit., p. 31. 
22
 Idem, p. 32. 
 11 
 
El carácter histórico de las relaciones interétnicas nunca debe olvidarse, pues sólo 
se les puede entender dentro de su contexto temporal y geográfico. Por ello, para 
comprender cuáles son las relaciones interétnicas entre indígenas y mestizos, y el 
significado mismo de estas categorías étnicas en el México contemporáneo, no 
tiene sentido analizar la historia de los indígenas por separado de la de otros 
grupos de la población nacional, sino que antes que nada, analizar las relaciones 
de dominación política, diferenciación y segregación social, y explotación 
económica que definen y separan hoy a ambos grupos.23 
 
 En el contexto de las relaciones interétnicas no existe una identidad 
étnica autentica o única, y es, sobre todo, en los Estados multiculturales donde 
los distintos grupos étnicos se han adaptado a sus nuevas circunstancias; se 
han redefinido en función de sus nuevas necesidades bajo la lógica, en algunos 
casos, de que para “poder seguir siendo hay que dejar de ser lo que se era”24. 
Lo que los investigadores sociales han llamado etnogénesis son precisamente 
esos procesos de actualizaciones identitarias o procesos de reetnización 
“expresados como movimientos de recuperación cultural que protagonizan 
colectividades étnicas preexistentes, pero cuya presencia social había estado 
un tanto oculta por la ausencia de manifestaciones explícitas”.25 
Son distintos los niveles y los grados de adaptación que han impulsado 
los diferentes grupos étnicos de nuestro país, y los casos están determinados 
por los contextos históricos y las dinámicas que se presentan en el marco de 
las relaciones interétnicas. Gilberto Giménez plantea que, por ejemplo, “una 
modalidad extrema de estrategia de identificación consiste en ocultar la propia 
identidad para escapar a la discriminación, al exilio e incluso a la masacre”. Es 
común que en comunidades donde las relaciones interétnicas han generado 
climas de confrontación violenta o en las que un grupo haya mostrado 
intolerancia frente a los rasgos culturales de algún grupo étnico, los procesos 
de reconfiguración étnica tienen diferentes manifestaciones. Mientras hay 
algunos grupos étnicos que cambian radicalmente y hacen a un lado algunos 
aspectos culturales como la lengua o la indumentaria, otros conforman un 
discurso y prácticas que reafirman todo aquello que se estaba perdiendo, como 
 
23
 Idem, p. 33. 
24
 Bartolomé, op. cit., p. 72. 
25
 Miguel Alberto Bartolomé, “Los rostros étnicos de México; relaciones interétnicas, 
identidades y autonomías,” en Visiones de la diversidad. Relaciones interétnicas e identidades 
indígenas en el México actual, Vol. 1, Miguel Alberto Bartolomé (coord.), México, Instituto 
Nacional de Antropología e Historia, 2004, p. 52. 
 12 
la lengua. Por otro lado, puede presentarse un transito étnico (como lo llama 
Miguel Bartolomé) en el que, por ejemplo, un indígena, si los medios materiales 
se lo permiten, renuncie a su cultura tradicional y se incorpore al sector 
mestizo; sin embargo, no sucede lo mismo entre los mestizos, ya que es difícil 
que los mestizos quieran asumir un estilo de vida indígena, a menos que 
reivindiquen su pasado indígena bajo la idea de conformar una nueva identidad 
que, como se ha visto en la historia de México, los coloque en una posición de 
herederos de una cultura ancestral y formadores de la moderna nación 
mexicana.26 Ahora bien, es interesante ver que aunque hay personas que se 
autoadscriben como mestizos, sus prácticas cotidianas tienen muchos 
aspectos relacionados con lo que comúnmente se denomina lo indígena. En 
algunas comunidades de la Costa Chica de Oaxaca, por mencionar algunos 
ejemplos, hay pueblos que tienen estilos de vida y prácticas similares27 a las de 
los pueblos indígenas. 
 Los procesos de etnogénesis y redefinición de las identidades étnicas 
están enmarcados en un contexto de relaciones interétnicas y se presentan en 
momentos específicos a lo largo de la historia. La situación se hace más 
compleja cuando aparecen políticas implementadas desde el Estado hacia los 
distintos grupos étnicos, cargados de un interés ideológico para construir una 
nueva identidad o incorporar a éstos grupos a la nación. En México, después 
de la Revolución mexicana, las políticas para “mexicanizar a los indios” fueron 
parte de un proyecto ideológico-político para conformar una nueva identidad 
nacional que legitimaría el mestizaje cultural. De esta forma, como lo señala 
Bartolomé, “aculturación y cambio fueron considerados dos sinónimos de 
evolución y desarrollo”.28 Estas políticas al ser implementadas generaron 
notables cambios en el seno de muchas comunidades indígenas. Uno de los 
más visibles es, sin duda, el proceso de castellanización,que en muchas 
 
26
 Al respecto se pueden revisar los planteamientos que ha hecho Federico Navarrete en el 
sentido del papel que han tenido las configuraciones de nuevas identidades a lo largo de la 
historia de México. Al igual que Miguel Bartolomé coinciden en el peso histórico y simbólico de 
cada uno de los grupos étnicos, sobre todo el de indígenas, usualmente vistos como arcaicos 
frente a la modernidad, vinculada con los mestizos. 
27
 Los aspectos mágicos-religiosos, de organización social y política, así como las prácticas de 
subsistencia son algunas de las más notables. Esto se puede ver en poblados que pertenecen 
a municipios como Santiago Tetepec, Santa Cruz Tututepec y dentro del mismo municipio de 
Santiago Jamiltepec. 
28
 Miguel Bartolomé, Gente de costumbre y gente de razón. Las identidades étnicas en México, 
México, Siglo XXI – Instituto Nacional Indigenista, 1997, p. 28. 
 13 
comunidades ya ha generado un paulatino desplazamiento de la lengua 
materna para utilizar el español como la lengua de uso cotidiano y de mayor 
prestigio. 
 Un aspecto importante de tomar en cuenta en la reconfiguración de las 
identidades étnicas a lo largo de la historia es la situación socioeconómica que 
se presenta a nivel mundial. Lo que se ha denominado como globalización29 es 
un proceso histórico que ha generado un dinamismo en las configuraciones 
étnicas. Al respecto, Díaz Polanco plantea que 
 
…durante un tiempo se pensó que, en el marco de la globalización, los brotes de 
particularismo, de nacionalismo, de afianzamiento de identidades étnicas, etcétera, 
eran precisamente los últimos estertores de la diversidad moribunda que, puesto 
que iban a contracorriente de la globalización, debían considerarse como 
“anomalías” pasajeras. Muy pronto se ha debido aceptar que no se trata de 
rarezas anacrónicas; e incluso que la proliferación de localismos y el renacimiento 
de las identidades a principios del siglo XXI no sólo no son ajenos a las tendencias 
centrales que estimula la globalización, si no que son consecuencia de ésta, 
aunque ciertamente inesperada para ciertos enfoques.30 
 
Aunque se ha pensado que la globalización tiende a generar la 
homogeneidad cultural, en los hechos hay un “renacimiento de identidades” en 
muchas regiones del mundo. Este florecimiento identitario, plantea Díaz 
Polanco, “se manifiesta a menudo bajo la forma de luchas culturales – 
nacionales, étnicas, religiosas, regionales –, con intensidad y escala variables”. 
En algunos casos, algunos grupos étnicos han recurrido a radicalismos que 
han llevado a la confrontación entre etnias o contra los Estados. 
 
A partir de los elementos que se han expuesto, concluimos que: 
 
1. La identidad, en un primer nivel, se conforma a partir de una serie de 
rasgos culturales que en un plano individual o grupal definen a las 
personas. No hay una identidad única, sino muchas que se conforman, 
cambian y se reinventan a lo largo de la historia. 
2. Es una construcción social, en la que los grupos buscan diferenciarse de 
los otros para reforzar sus lazos en el nivel afectivo y de compromiso 
 
29
 La globalización es un proceso que se presenta precisamente a partir de los procesos de 
expansión y se inaugura con la era moderna, a partir del siglo XVI. 
30
 Héctor Díaz Polanco, Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia, 
México, Siglo XXI– El Colegio de Sinaloa, 2006, p. 133. 
 14 
con el grupo. Para esto se pueden resaltar condiciones subjetivas u 
objetivas, las cuales forman un cuerpo de aspectos culturales que hacen 
posible la identidad y crean un sentido de pertenencia. Bajo éstas 
premisas se conforma la identidad étnica. 
3. La interacción de los distintos grupos que han conformado su propia 
identidad étnica, se da en un proceso mucho más amplio y se 
establecen relaciones interétnicas entre los grupos definidos; éstas son 
relaciones de poder que se han ido desarrollando a lo largo de la historia 
y se manifiestan de diferentes formas, dependiendo de la historia y el 
contexto en el que interactúen los diferentes grupos que han conformado 
su identidad étnica. Las relaciones interétnicas son relaciones de poder, 
que están directamente relacionadas con los ámbitos económicos y 
políticos, en los que alguno de los grupos étnicos que coexisten se 
impone sobre otro, generando momentos de fricción o negociación. 
4. El complejo sistema de relaciones interétnicas ha hecho posible la 
formación de complejos procesos de redefinición identitaria, cambio, o 
adaptación de los grupos étnicos. Estos procesos no son aislados y 
obedecen a las condiciones históricas de cada grupo. 
5. Los cambios y redefiniciones étnicas han sido una constante, desde el 
momento en que entran en contacto dos o más grupos étnicos, pero 
estos cambios son originados por las propias relaciones de poder. Un 
grupo se puede ir adaptando a las nuevas circunstancias que le toque 
vivir, pero también puede reafirmar su identidad y entrar en el escenario 
de las luchas y reivindicaciones por su derecho a ser diferente. La 
etnogénesis es un elemento a considerar en el análisis que vamos a 
hacer ya que se parte de la idea de que un grupo puede configurar una 
nueva identidad al reafirmar sus orígenes, retomar sólo algunos 
aspectos de su cultura y también absorber y apropiarse de elementos de 
la cultura de otros grupos. 
 
 
 
 
 15 
Hasta aquí se han esbozado algunos conceptos en torno a la identidad 
étnica con la finalidad de conformar las categorías étnicas que existen en 
Santiago Jamiltepec, lugar en donde se ha desarrollado nuestra investigación. 
Las relaciones que ahí se han presentado a lo largo de la historia son 
complejas y han tenido importantes repercusiones en la conformación de la 
identidad étnica de los grupos indígenas. Los cambios se han presentado en 
distintos ámbitos: lengua, indumentaria, situación laboral, económica y de 
prestigio social. 
 
I.2 ¿Quiénes conforman el mosaico étnico de Santiago Jamiltepec? 
 
 Santiago Jamiltepec es una comunidad multiétnica, y los estudios 
realizados por distintos investigadores sociales han propuesto que se conforma 
por mixtecos de la costa, mestizos y población afromexicana, sin embargo, 
nosotros plantearemos algunas categorías étnicas más precisas y que son 
producto de la investigación de campo realizada a lo largo de los años 2006 y 
2007, además de poner especial atención en las relaciones que se han dado 
entre los grupos que forman parte de este amplio mosaico étnico. 
En el año de 1954, Julio de la Fuente en su trabajo Investigaciones en 
Jamiltepec planteaba que en la región de la Costa Chica coexistían los 
siguientes grupos étnicos: 
1.- Los naturales, son indígenas propios de la región general, que constituyen la 
mayoría de la población. Habitantes de pueblos y comunidades más pequeñas, 
se encuentra también residiendo permanente en ciudades (Pinotepa Nacional, 
Jamiltepec, Putla). Distínguense entre ellos: a) los mixtecos; b) los tacuates, 
grupo particular de los anteriores; c) los amuzgos; y d) los triques. 
2.- La gente de razón. Menos numerosos que los anteriores, son mexicanos o 
mestizos, habitantes generalmente de ciudades y villas 
3.- Los morenos o negros. El primer término es el favorecido por el propio grupo. 
Habitantes de pequeñas comunidades costeras, son los afro-mexicanos, de 
cultura semejante a la gente de razón y de habla nacional. Menos numerosos 
que los anteriores. 
Debemos mencionar todavía a los siguientes: 
Los mixtequitos. Son los indígenas de la Mixteca Alta, a quienes se encuentra 
más bien como visitantes que como residentes, que llegan en viajes de 
comercio. Constituyen un tipo especial de indígena. 
Los yanquis. Son un tipo particular de gentes de razón mexicanas o extranjeras, 
habitantes de regiones lejanas,representados regionalmente por pocas 
gentes.
31 
 
 
31
 Julio de la Fuente, Investigaciones en Jamiltepec, Texto mecanografiado, México, Instituto 
Nacional Indigenista, 1955, p. 5. 
 16 
Estas son las categorías étnicas que, por lo general, utilizan quienes han 
realizado distintos estudios en Santiago Jamiltepec, dejando de lado la manera 
en que cada uno de estos grupos las utilizan para autodefinirse y para definir a 
los demás. Al tratarse de una sociedad multiétnica, los parámetros para la 
definición son complejos ya que ésta varía de acuerdo con una serie de 
características muy específicas entre los habitantes: pertenencia a un grupo 
étnico determinado, edad y, en muchas ocasiones, situación económica y 
política. 
 
I.2.1 Mixtecos, Sundo’o, ra chiñuu, ña chiñuu e indios 
 
Los mixtecos, a quienes genéricamente se les llama Ñuu savi 32 (pueblo 
de lluvia), son el cuarto grupo étnico más numeroso en nuestro país y se 
encuentran asentados en el noroeste del estado de Oaxaca, el extremo sur del 
estado de Puebla y en una franja en el oriente del estado de Guerrero33. Esta 
categoría étnica se ha aplicado a este grupo sin distinguir sus peculiaridades y 
la forma en la que se autodenominan. 
En Santiago Jamiltepec los indígenas tienen formas muy específicas de 
autodefinirse. La gente de mayor edad suele autodefinirse como Sundo’o 
haciendo alusión al personaje mítico que fundó Jamiltepec: Casando’o. 
También se autodefinen como ra chiñuu (para el caso de los hombres) y ña 
chiñuu (para el caso de las mujeres). Para referirse a un hombre se emplea la 
palabra ra, y para una mujer, ña. El término ñuu traducido al español significa 
pueblo, lo cual haría alusión a que alguien es del pueblo. No existe una 
conciencia para autodefinirse como mixtecos, incluso, muchos jóvenes o 
personas cuyas edades oscilan entre los cuarenta o cincuenta años suelen 
definirse como indios y no como mixtecos. 
 De esta manera se puede apreciar que, para el caso de los indígenas de 
Jamiltepec, existen dos niveles de distinción: la que se da entre los indígenas 
originarios de Santiago Jamiltepec, y la que se da en relación con los indígenas 
 
32
 Es preciso aclarar que en cada uno de los pueblos mixtecos existen formas distintas de 
autodenominarse. 
33
 Dubravka Mindek, Mixtecos, México, Comisión Nacional para el Desarrollo de los 
Pueblos Indígenas - Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2003, (Pueblos 
Indígenas del México Contemporáneo) p. 5. www.cdi.gob.mx 
http://www.cdi.gob.mx/
 17 
de otros poblados. Al interior son dos las categorías étnicas: En la primera 
están los ra chiñuu (para los hombres) y ña chiñuu (para las mujeres). Estos 
términos están planteados bajo la lógica del idioma, que genéricamente ha sido 
designado por los lingüistas y antropólogos como mixteco, al igual que el grupo 
étnico que lo habla. Sin embargo, aquí también valdría la pena detenernos para 
decir que los ra chiñuu y ña chiñuu llaman al idioma que hablan xiñi savi: xiñi 
significa cabeza, mientras que savi, significa lluvia, es decir, que los ra chiñuu 
y ña chiñuu hablan el idioma cabeza de lluvia, término que definitivamente tiene 
poco que ver con lo que han planteado los lingüistas. Estas categorías son las 
que se utilizan entre la gente mayor de cincuenta años, quienes por lo general 
siguen hablando el xiñi savi como lengua de comunicación cotidiana. Son sobre 
todo las personas monolingües las que todavía recurren al uso de este tipo de 
distinción. 
 La segunda categoría está definida en función de las generaciones más 
jóvenes, sobre todo entre las personas que tienen menos de cincuenta años. 
Aunque en su idioma se autodefinen como ña chiñuu o ra chiñuu, al ser el 
español la lengua de uso cotidiano, se plantea otro nivel de adscripción, 
utilizando el término indio. Cuando uno habla con algún indígena bilingüe de 
Jamiltepec, generalmente más joven, y se le pregunta cómo se autodefine, 
éste responde que es indio o indígena. No recurre al término mixteco, ni a los 
de ra chiñuu o ña chiñuu, expresados en el idioma xiñi savi. 
 Por otro lado, los mestizos se refieren a los ra chiñuu y ña chiñuu como 
indios; para referirse a ellos no usan los términos indígenas o mixtecos. Es de 
llamar la atención que los ra chiñuu más jóvenes recurren a la misma distinción 
generada por los mestizos, es decir, indio. Esto, considero, puede deberse 
fundamentalmente a dos factores: a un proceso en el cual los indígenas más 
jóvenes han retomado la definición creada por el grupo mestizo respecto a sus 
antepasados y a ellos mismos, y a que los indígenas prefieren que les llamen 
indios porque el concepto de mixteco esta asociado a la inferioridad. 
 El segundo nivel de distinción se da entre los indígenas de la región que 
viven en distintos poblados cercanos a Jamiltepec. El término mixteco se ha 
convertido en un concepto asociado a la inferioridad, por ejemplo, los ra chiñuu, 
ña chiñuu o indios de Santiago Jamiltepec al referirse a los mixtecos de la 
Mixteca Alta o de la Mixteca Baja, emplean el término mixtecos o 
 18 
mixtequitos34 o, en el idioma xiñi savi, to’o teku (to’o es un término peyorativo 
que identifica al que viene de afuera, y teku es equivalente a decir mixteco en 
xiñi savi). Por lo tanto, los to’o teku serían los que vienen o viven en la 
montaña, situación que es verdadera ya que estas personas provienen de las 
serranías, conocidas como la región de la mixteca alta. La interacción con los 
miembros de este grupo era más dinámica décadas atrás, ya que estos to’o 
yuku o mixtequitos solían llegar a Santiago Jamiltepec para establecer 
relaciones de comercio y de intercambio de productos. En la actualidad siguen 
llegando, pero las relaciones ya no son tan intensas. 
Por otro lado, a quienes viven en Ixtayutla también suelen decirles 
mixtequitos o tacuates35, en idioma español, pero en xiñi savi se emplea el 
término ra nvaa o ña nvaa, palabra de la que no pude obtener un significado. 
Para referirse a los pobladores de otros pueblos suele utilizarse el término o 
nombre del lugar. Por ejemplo, Dooyu’u es el nombre en mixteco que se 
emplea para designar al poblado de Pinotepa de Don Luis. Si alguien de 
Jamiltepec se refiere a un hombre de Pinotepa de Don Luis lo hará de la 
siguiente forma: ra Dooyu’u; y si es mujer: ña Dooyu’u. Lo mismo sucede con 
alguien de Comaltepec: ra Yukutyiyo, o ña Yukutyiyo. Santiago Pinotepa 
Nacional es otro poblado cercano a Santiago Jamiltepec y con el que se 
mantienen importantes relaciones comerciales. El nombre de Pinotepa es Ñuu 
Oko, o Ñioko. El significado es complejo, ya que Ñuu significa pueblo y Oko es 
la palabra para designar el número veinte; lo cual equivaldría a decir Pueblo 
Veinte. A quienes viven ahí se les dice ra Ñuu Oko o ña Ñuu Oko. San Andrés 
Huaxpaltepec es otra comunidad cercana, a 20 kilómetros de Jamiltepec. El 
nombre que se le asigna a esta comunidad es Xiñi Tikyi: xiñi es cabeza, 
mientras que tikyi es iguana, es decir, Cabeza de Iguana. A quienes viven en 
este lugar se les denomina como ra xiñi tikyi o ña xiñi tikyi. Pero también existe 
 
34
 Este término lo pude observar durante una estancia de trabajo de campo en el año 2006. Por 
otro lado, Julio de la Fuente, desde la década de los años cincuenta, refiere que “Los 
mixtequitos –cuyo número es pequeño, de dos o tres gentes en una comunidad, en un 
momento dado- son vistos con menosprecio por todos los grupos anteriores, por su desaseo y 
miserable vestir, pero se les identifica como mixtecos de habla”. De la Fuente, op. cit., p. 2. 
35
 Aquí hay que hacer la siguiente aclaración: durante muchos años a los indígenas que viven 
en Santiago Ixtayutla se les había identificado como mixtecos, sinembargo, en las últimas 
décadas se han realizado algunos estudios en los cuales se indica que los pobladores de ese 
pueblo se autodefinen como tacuates y no como mixtecos, aunque pertenezcan al mismo 
grupo lingüístico. 
 19 
una palabra con la que se designa a los indígenas que no son de Jamiltepec: ra 
shee o ña shee. Este término es usado de manera despectiva a todo aquel 
indígena de la región. Aunque en el trabajo de campo no se pudo obtener una 
definición de la palabra shee, la única definición indicó que significa buche de 
de iguana. 
 
Pareja de ancianos indígenas de Santiago Jamiltepec 
Foto: Miguel Hernández Hernández, 2006. 
 
Los emblemas identidarios están basados en el lugar de residencia, en el 
pueblo y no tanto en la denominación del grupo étnico en la cual antropólogos, 
lingüistas e historiadores los han clasificado. La conciencia de identidad, 
entonces, está muy apegada a la localidad. Esto no descarta la posibilidad de 
que exista empatía con miembros de otras comunidades, como la relación que 
hoy en día hay entre los tata mandones36 de Santiago Jamiltepec y los de 
Santa Elena Comaltepec, quienes durante las fiestas de sus respectivos 
pueblos establecen un intercambio basado en la visita y ofrendas a los santos 
de cada comunidad: 
Y es cierto que así fue la gente grande; nuestros viejos abuelos, nuestros padres, 
abuelas; y así anduvieron haciendo promesas, en cada pueblo, en cada silla [se 
refiere a otros pueblos]; donde están los hermanos; pero con qué alegría van con 
todos sus hermanos y todos sus compañeros! Y en ese momento y en esa hora 
esa es la ley y esa es la costumbre; y se quedó con nosotros los pobres, aquí en 
la tierra. Y así que nos quedamos en la tierra para que estemos juntos con 
nuestros hermanos; eso es lo que nos dejaron los viejos que se murieron. Y es 
cierto que ya no están aquí y ya no viven: todos se perdieron, todos se apagaron. 
 
36
 Los tatamandones, o tatamandoñi (en xiñi savi) son un grupo de ancianos y personas en 
edad adulta que son parte del sistema de cargos religiosos. Entre los indígenas tienen 
reconocimiento y prestigio social. Es un grupo que está organizado jerárquicamente y es el 
responsable de organizar las diversas fiestas patronales a lo largo del año, completando así un 
ciclo religioso. 
 20 
Ya están en las manos de Dios; están dando cuentas, se acabaron sus 
problemas, se acabaron sus tristezas de lo que les pasó en este mundo
37. 
 
Finalmente, la gente que vive en los poblados que acabamos de 
mencionar designan a quienes viven en Santiago Jamiltepec como ra Sundo’o 
o ña Sundo’o. El significado de esta palabra es complejo, ya que hace alusión 
al personaje mítico, fundador de Santiago Jamiltepec, llamado Casando’o38. 
 
I.2.2 Mestizos, gente de razón, ra to’o, ña to’o, ra toon nuya’avi, ña toon 
nuya’avi , ra to’o yuku y ña to’o yuku. 
 
Muchos mestizos de Santiago Jamiltepec tienen un origen indígena, sin 
embargo, en muchas ocasiones este origen es negado. Por lo general hay 
también dos maneras en las que se autoadscriben los mestizos: la mayor parte 
de las personas cuyas edades rebasan los 50 años se definen como gente de 
razón, definición que antes de la llegada del Centro Coordinador de la Costa 
Chica del Instituto Nacional Indigenista era muy frecuente entre quienes no 
eran parte del grupo indígena. Pero las generaciones más jóvenes no tienen 
una forma en particular para definirse. Por lo general se autoadscriben como 
mestizos y algunos han llegado a decir que “en el pueblo no hay diferencias 
porque todos somos iguales”. 39 
Los indígenas definen, en su lengua, al mestizo de Jamiltepec como ra 
toon nuya’avi, si es hombre, y ña toon nuya’avi si es mujer. Tanto las palabras 
ra y ña, se refieren al género (hombre y mujer), mientras que la palabra toon 
designa a alguien que no es indígena y nuya’avi significa plaza o centro del 
pueblo. Esta categoría étnica se basa principalmente en el lugar de residencia 
de los mestizos de Jamiltepec, ya que desde la llegada de los españoles éstos 
han vivido en el centro del pueblo, mientras que los indígenas establecieron 
sus barrios en las periferias. En la actualidad ya hay algunas familias de 
mestizos que viven dentro de los barrios indígenas, pero antes de la llegada del 
 
37
 Discursos pronunciados en xiñi savi por tata mandones de Jamiltepec y tata mandones de 
Comaltepec. 4 de mayo de 2006. Traducción Miguel Hernández Velasco. Miguel Hernández, 
Informe de trabajo de campo, mayo de 2006, CIESAS-Golfo, Manuscrito, 2006. 
38
 Esta cuestión se detalla en el capítulo II de esta tesis. 
39
 Entrevista con Francisco Tello, Santiago Jamiltepec, Municipio de Santiago Jamiltepec, 
Oaxaca, junio de 2006. 
 21 
Centro Coordinador Indigenista la separación a nivel de barrios era más 
delimitada. 
Hay otras dos categorías que se aplica a los mestizos que no viven en 
Jamiltepec. Los ra to’o yuku o ña to’o yuku son los mestizos que viven en las 
serranías de la región: to’o es otra palabra con la que se designa a alguien que 
no es de la comunidad, y yuku significa cerro, es decir, la gente que viene del 
cerro. Por lo general, los mestizos que viven en Jamiltepec se refieren a los 
mestizos que viven en las serranías como serranos, pero también a los 
mestizos que son de otros lugares, principalmente de ciudades, se les dice ra 
to’o o ña to’o. 
Los indígenas cuando se refieren a los mestizos en la lengua española, 
suelen denominarlos como los de razón. 
 Ser mestizo implica una situación de estatus social muy distinta a la que 
pudiera tener algún indígena, aunque en términos de estatus y prácticas 
culturales el estilo de vida sea muy parecido al de los indígenas. Las 
diferencias y la diversidad al interior de cada uno de los grupos étnicos son un 
hecho. No se podría encasillar a todos los indígenas, afromexicanos y mestizos 
como grupos homogéneos. Existen diferencias en términos económicos, 
culturales, e históricos al interior de cada grupo.40 Aunque un mestizo no posea 
los medios económicos que le permitan un estilo de vida holgado, en términos 
de la jerarquía social se ubica en una escala mayor frente a un indígena, 
aunque éste último tenga un mejor nivel de vida. 
 
I.2.3 Negros, morenos, ra toon ndu’uva, ña toon ndu’uva, ra toon ñu’uma, 
ña toon ñu’uma y toon nengu 
 
A los afromexicanos41, los indígenas les llaman ra toon ñu’uma, o ña 
toon ñu’uma. El término ra (el) y ña (ella) determinan el género, mientras que 
toon hace alusión a quien no es parte del grupo étnico o es de otro pueblo y, 
 
40
 “Al igual que los mestizos, los indios tampoco constituyen un grupo único y homogéneo. Las 
sociedades indígenas que viven en México han sido siempre muchas y muy distingas entre sí.” 
Navarrete, op., cit, p. 35. 
41
 En esta tesis hemos recurrido al uso de la categoría de afromexicano, sin embargo, durante 
el trabajo de campo para desarrollar esta investigación se hizo evidente que los afromexicanos 
de esta región tienen sus propias maneras de autoadscribirse. Una categoría podría ser la de 
afrocosteño de Oaxaca, sin embargo, ese es un tema de investigación a desarrollar en futuras 
investigaciones. 
 22 
finalmente, ñu’uma significa humo, lo cual nos indica que se trata de una 
persona que no es del pueblo y que además es de tez oscura, como el humo, 
haciendo alusión a las características físicas de la población afromexicana. 
Esta es una de las formas despectivas de dirigirse a los afromexicanos, sin 
embargo, existe también una forma de designarlos tomando en cuenta su 
lugar de residencia: ra toon ndu’uva o ña toon ndu’uva. La palabra ndu’uva es 
el nombre de un lugar cercano al mar, conocido como el bajo, es decir, la gente 
que vive en el bajo. La mayor parte de la población afromexicanavive en esa 
región, la cual se encuentra dentro del municipio de Jamiltepec; ahí el clima es 
mucho más caluroso, pero se encuentran las mejores tierras. Aunque la mayor 
parte de los afromexicanos viven en otros poblados cercanos a Santiago 
Jamiltepec, hay que señalar que también hay afromexicanos que radican en la 
cabecera municipal por diferentes razones: por su trabajo, porque asisten a 
algunos centros educativos o porque se han casado con alguien de Jamiltepec. 
Los afromexicanos se definen como morenos42 y descienden de esclavos 
africanos que durante el siglo XVI y XVII fueron traídos a la Nueva España para 
satisfacer las demandas de mano de obra. Para mediados del siglo XVI, en 
Santiago Jamiltepec abundaban negros y mulatos, quienes habían llegado para 
trabajar en el laboreo de las minas, las cuales se abandonaron por la 
inconsistencia de los metales. Muchos negros obtuvieron su libertad y se 
establecieron en el municipio de Santiago Jamiltepec43 y en la comunidad del 
mismo nombre. En la actualidad, la región de la Costa Chica alberga 
aproximadamente a 50,000 mexicanos de ascendencia africana44. Algunos 
afromexicanos también se autodefinen como gente de razón, y llaman a los ra 
chiñuu o ña chiñuu indios. A los mestizos suelen llamarles los de razón o 
mestizos. Socialmente a los morenos, si bien no se les ha discriminado como a 
los indígenas, en la pirámide social son considerados como inferiores frente a 
los mestizos, sobre todo porque en el plano económico existe una importante 
diferencia, aunque también han establecido relaciones de trabajo en las labores 
 
42
 Los afromestizos se llaman a sí mismos morenos, término que según Laura Lewis condensa 
la negritud con la indianización. 
43
 José Antonio Gay, Historia de Oaxaca, prólogo, Pedro Velásquez Colmenares, México, 
Editorial Porrúa, 2000, p. 383. 
44
 Vaughn Bobby, “Los negros, los indígenas y la diáspora. Una perspectiva etnográfica de la 
Costa Chica” en Afroméxico. El pulso de la población negra en México: una historia recordada, 
olvidada y vuelta a recordar, CIDE-FCE, México, 2004.pp. 75-96. 
 23 
agrícolas. Una buena parte de morenos venden su mano de obra a mestizos 
prominentes de Santiago Jamiltepec y van a trabajar en los periodos de 
cosecha de limón y papaya o se contratan como vaqueros; además, existe un 
fuerte estigma social en el sentido de que suelen ser de un temperamento más 
fuerte.45 
 
I.2.4 Yanquis, yangui, gringos 
 
Esta es otra de las categorías étnicas aplicadas entre los pobladores de 
Jamiltepec con respecto a los extranjeros. Jamiltepec se encuentra en medio 
de un importante corredor turístico que corre desde Acapulco hasta Puerto 
Escondido, y es sobre todo con el establecimiento de la carretera federal 
número 200, conocida como la costera, como después de los años sesenta se 
hizo más visible la presencia de extranjeros en la región. En otro plano, la 
presencia directa de extranjeros en la comunidad estuvo acompañada con la 
llegada del Instituto Nacional Indigenista46 y el Instituto Lingüístico de Verano. 
Entre finales de los años cincuenta y finales de los años ochenta hubo una 
importante presencia de antropólogas como Susan Druker, Veronique Flanet o 
Eleonora Muntañola47, quienes realizaron importantes etnografías de la 
comunidad. Durante los años sesenta, también se hizo evidente la presencia 
de lingüistas norteamericanos que aprendieron el xiñi savi y realizaron algunas 
cartillas para enseñar el castellano a niños y adultos, aunque también 
comenzaron la traducción de la Biblia al idioma xiñi savi, y posteriormente 
fundaron una iglesia evangélica en la comunidad. 
 Sin ninguna distinción acerca de la nacionalidad, todo aquel que se 
sabía no era de este país y reunía una serie de características físicas 
(generalmente asociadas al color de la piel y del cabello), era llamado por los ra 
 
45
 En la literatura que existe sobre Jamiltepec, a este grupo se le vincula con prácticas 
delictivas y se les asocia como guaruras y sicarios. Aunque esta es una generalización, es 
verdad que en la actualidad los mestizos prominentes sí recurren a los servicios de algunos 
morenos para utilizarlos como su cuerpo de seguridad personal. 
46
 Al respecto Julio de la Fuente, en los años cincuenta plantea que: “Los yanquis, según las 
pocas referencias sobre ellos, son vistos por los mixtecos como un grupo temible –un tanto 
mítico- . Considérase a los yanquis como gentes que comen mixtecos y utilizan la grasa de 
éstos para mover los aviones. El temor hacia los yanquis es explotado por los de razón, para 
obstruccionar al Centro, ya que identifican a empleados del Centro [Centro Coordinador 
Indigenista] como yanquis.” De la Fuente, op. cit., p. 2. 
47
 La primera es de origen Inglés, Veronique es de Francia y Eleonora Muntañola de España. 
 24 
chiñuu como yangui, y por los mestizos como yanquis. En la actualidad, tanto 
mestizos como indígenas se refieren a ellos como gringos. 
 Hasta aquí se han hecho algunas caracterizaciones con respecto a los 
grupos que viven en Santiago Jamiltepec, las cuales se generaron a partir de la 
autoadscripción de los propios actores. Por tal razón, en este trabajo nos 
referiremos a la parte indígena como indios, indígenas o ra chiñuu o ña chiñuu; 
dependiendo de las generaciones a las cuales nos estemos refiriendo. Aunque 
emplearemos el término mestizo, se hace la aclaración de que este grupo 
tampoco es homogéneo y las diferencias al interior son un hecho. Finalmente, 
nos referiremos a los afromexicanos como morenos. 
 
I.3 Relaciones interétnicas en Santiago Jamiltepec 
 
Como ya se ha mencionado líneas arriba, las relaciones interétnicas son 
relaciones de poder, y la fricción entre los grupos que viven en Santiago 
Jamiltepec ha sido una continuidad que se ha presentando desde tiempos 
coloniales. Siempre han existido grupos que ostentan el poder económico y 
político, además, la violencia ha sido una de las manifestaciones más comunes 
de la fricción que ha existido. Un periodista del Semanal Milenio, en el año 
2001 escribió respecto a esta situación lo siguiente: 
 
De los contrastes en el mapa indígena del país, Jamiltepec, en el epicentro de la 
Costa Chica de Oaxaca, es una encrucijada en la que negros, indígenas y 
mestizos viven un prolongado clima de tensión heredado de ancestrales conflictos. 
Aquí la gente se mata por nada. La memoria del pueblo, desde su origen, tiene en 
la sangre un símbolo vital. La posibilidad de que llegue una Ley de Culturas y 
Derechos Indígenas no inhibe la pesada presencia del caciquismo
48. 
 
Desde tiempos coloniales los grupos de españoles y algunos mestizos se 
consolidaron como el grupo con mayores recursos económicos.49 Las 
actividades agropecuarias y el comercio han sido sus principales actividades, 
mientras que los indígenas se dedicaron a la economía de autoconsumo y, 
algunos, se contrataban como peones. En la comunidad se han creado 
cacicazgos que han acaparado el control no sólo económico, sino político, ya 
 
48
 Juan Veledíaz, “Crónicas del País. La Mixteca de la Costa: Tierra de caciques”, en Revista 
Milenio, México, num. 189, abril 2001, p. 39-44. 
49
 Como se verá en el siguiente capítulo, los españoles fueron quienes acapararon las mejores 
tierras para la siembra de algodón y la ganadería. 
 25 
que en buena medida han sido los grupos dominantes quienes definen muchas 
cosas en Jamiltepec. Tenemos noticias, antes de la llegada del Centro 
Coordinador, que desde principios del siglo XX hubo familias que tenían el 
control de todo. En la década de los años cincuenta Julio de la Fuente hace 
una minuciosa descripción de las familias con mayores recursos económicos: 
 
La familia Iglesias. Comerciantes, terratenientes, ganaderos. El padrefue un 
hombre de gran importancia, monopolista de granos. (La familia todavía lo es). 
Fue asesinado hace tiempo, por individuos que le debían algún dinero. La Sra., es 
una mujer extraordinaria, fuerte, que acostumbraba ir a caballo con su marido y se 
ocupaba de los negocios como si fuera hombre. El año pasado trataron de 
acaparar maíz pero les falló el negocio porque todo el maíz se picó. Están 
retirándose ya de la circulación. Los hijos, Antonio y Francisco, llevan pistola y 
generalmente un pistolero, temiendo ser atacados por parientes de una familia a la 
cual liquidaron los hermanos mayores, en venganza por el asesinato del padre. 50 
 
En Jamiltepec se puede ubicar muy bien a familias que desde hace años 
han logrado amasar fortuna mediante el acaparamiento de tierras y, en los 
últimos años, con la creación de negocios de distinta índole. Esto refleja que, 
por un lado, las familias mestizas más ricas han logrado imponerse como el 
grupo con mayor poder económico y político; por otro, que los fenómenos 
relativos a la adscripción étnica tengan un peso importante para la clasificación 
de individuos al interior de la comunidad. Si bien los mestizos pobres viven en 
condiciones similares a la de los indígenas, el hecho de ser mestizos les otorga 
una posición muy distinta en la pirámide social, porque a final de cuentas 
siguen formando parte del grupo de los de razón. Sin embargo, también es 
un hecho que hay indígenas que se han ido incorporando a los estilos de vida 
asociados al de los mestizos y se han vinculado con ellos a partir del 
matrimonio, logrando así, aunque no del todo, un lugar distinto en la escala 
social: 
 
Diego Calderón. Indio de razón, vestido generalmente como campesino, de 
pantalón y zapatos. Importante político local, muy abuzado, casado con la madre 
de Bonfilio (mestiza). Tiene tierras y ganado. 51 
 
El cambio sociocultural es una situación que se ha venido dando desde 
hace mucho tiempo en la comunidad. El cambio de la indumentaria es una de 
 
50
 De la Fuente, op. cit., p 49. 
51
 Idem, p. 48. 
 26 
las primeras experiencias que la mayor parte de los indígenas ha 
experimentado. A estos indígenas se les llamaba revestidos. Acompaña a este 
cambio el aprendizaje del español, que para los años cincuenta era algo no 
muy común entre los indígenas al existir un mayor número de monolingües. 
Julio de la Fuente plantea que “hay en Jamiltepec indígenas revestidos que son 
aceptados aparentemente como gente de razón, aunque se les sigue 
reconociendo su origen indio. Se les llama algunas veces “indios de razón”.”52 
Uno de los indígenas que se adaptó y logró sobresalir en la comunidad es el 
que se presenta en el siguiente caso: 
 
Don Diego Calderón. Es campesino. Viste el traje que le convenga, según las 
labores a que se dedique, habla perfectamente el español, ha sido estudiado, -
parece que fue tinterillo-, y es uno de los políticos locales, de influencia entre los 
indios. Su mujer, de rasgos ligeramente amulatados, más india que española, dijo 
que ella era de razón y que su marido era o había sido “indito”. El hijo de la Sra., 
es bastante negroide, pero es de razón. Es un muchacho que ha estudiado. Las 
hijas son también de razón.53 
 
Por la información con la que contamos se puede apreciar que antes de la 
década de los años cincuenta, las relaciones entre los grupos fueron mucho 
más contrastantes. Por un lado había un grupo de mestizos con mucho poder 
económico y político, pero se comenzaba a configurar un nuevo esquema de 
participación y cambio entre algunos indígenas. Pero a pesar de estos 
cambios en algunos de los rasgos culturales, las diferencias se mantenían. No 
fueron suficientes los cambios en la indumentaria, el aprendizaje de la lengua e 
incluso la unión matrimonial para que los ra chiñuu fueran dejados de ser 
considerados indios por parte de los mestizos, además, los mestizos de mayor 
edad de esos tiempos no estaban dispuestos a que sus hijos se casaran o se 
asociaran con los indígenas. A pesar de ello, las generaciones más jóvenes de 
mestizos sí establecieron diversos tipos de relaciones con los indígenas. El 
siguiente caso es un ejemplo de esta situación: 
 
Manuel. Es clasificado como indígena, aunque anda de camisa, pantalón y 
zapatos, habla español, estuvo en la escuela. Fue alguna vez a trabajar a 
Acapulco pero fracasó en sus intenciones y regresó. Los padres de Manuel son 
indígenas completos. Manuel se emparejó con una muchacha de razón, que ya 
había tenido relaciones sexuales con otro de razón. No obstante esto, Manuel la 
 
52
 Idem, p. 89. 
53
 Idem, p. 49. 
 27 
prefirió a una indígena. Los últimos incidentes con esta unión fueron los siguientes: 
Manuel decidió casarse formalmente con la muchacha, por lo civil, pero la madre 
de la muchacha, a la que no le hacía ninguna gracia que su hija viviera o se 
casara con un indio, la incitó a que no se casara. La pareja no vivía en paz, y 
parece que alguna vez se separaron. Una vez la muchacha agarró a Manuel de 
los testículos fuertemente (dos veces ocurrió) y le dijo de pita morada para arriba. 
Para terminar la situación – que la madre siguiera influenciando a la hija – Manuel 
estaba dispuesto a irse del pueblo con ella, para hacer su trabajo de Promotor, 
pero a fin de cuentas se quedó todo en suspenso.54 
 
 Por otro lado, cuando algunos indígenas se fueron incorporando a 
ámbitos laborales que anteriormente estaban destinados a los de razón, éstos 
por lo general siempre manifestaron su inconformidad: 
 
Pedro, el del correo. Casado con una hija de un tal Dionisio […]. Dionisio no habla 
a ninguna de sus dos hijas por haberse unido a indios. La mujer de Pedro, aunque 
habla lengua, no la usa, se limita a hablar español. El Padre de Pedro es o era 
llamado burlonamene “rico”, porque tuvo propiedades o fue algo importante, 
aunque no para calificarlo como rico. Cuando Pedro entró al correo, era insultado 
por la gente que veía esto como una afrenta. Pedro anda siempre de camisa, 
pantalón, zapatos. […] su mujer es una mixteca de vestido, que ya no quiere 
hablar mixteco, sólo habla español a los chamacos del matrimonio.55 
 
 El caso de las mujeres indígenas es particularmente interesante, ya que 
éstas siempre mantuvieron relación ya sea por propia voluntad o por la fuerza 
con algunos mestizos. En pocas ocasiones se llegaba a concretar una vida en 
pareja, ya que por lo general los mestizos siempre abandonaban a las mujeres 
indígenas por diversas razones. El siguiente es un ejemplo de esto, a finales de 
la década de los años cincuenta: 
 
Rita: estuvo un poco de enfermera. Habla un poco español bastante aceptable. 
Anda descalza, de vestido. Se emparejó con uno de razón, que la dejó tirada. Es 
sobrina de la dueña de la casa. Un ladino le hizo la corte, se acostó con ella, luego 
se fue huyendo para México. Ella se quiere ir del pueblo, no se siente bastante 
joven para aprender cosa alguna: “ya está vieja y tiene la cabeza dura” – no tiene 
más de 20 años. Aunque no sabe leer, es muy inteligente y de buena memoria. 
Aprendió a inyectar bien en un periquete, y reconocía las medicinas que le pedía 
el Doctor, sin dificultad. Quiere irse a México o a Acapulco, a trabajar. […] Rita es 
un ejemplo de lo que sucede a indias que se ponen vestido: los de razón se burlan 
de ellas, las dejan tiradas, Por eso hay entre los indios renuencia a que las 
mujeres cambien huipil y enredo.56 
 
En términos generales éste es el contexto de cómo vivían los grupos en 
Santiago Jamiltepec antes de la llegada del Instituto Nacional Indigenista a 
 
54
Idem, p. 90. 
55
 Ibidem. 
56
 Idem, p. 92. 
 28 
Jamiltepec. Julio de la Fuente, en un informe de trabajo, resume de la siguiente 
manera la situación: 
 
El grupo sociológicamente superior

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