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1 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
COLEGIO DE HISTORIA 
 
 
 
 
LA LABOR DEL HISTORIADOR EN LA ORGANIZACIÓN DE LIBROS 
ANTIGUOS. EL CASO DE LA COLECCIÓN CONTEMPORÁNEA EN LAS 
COLECCIONES ESPECIALES DE LA BIBLIOTECA CENTRAL 
TESINA 
 
Que para obtener el título de: 
Licenciado en Historia 
P R E S E N T A: 
JUAN CARLOS GÓMEZ REBOLLAR 
A S E S O R: 
Mtro. Salvador Reyes Equiguas 
 
 
 
 
 
México. 2015 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Como estoy persuadido que la mayor desgracia que pueda sucederle 
a un hombre es errar su vocación, procuré acertar la mía, y hallé 
 que no era la de escribir nada nuevo, sino compilar materiales para 
que otros lo hicieran; es decir, allanar el camino para que marche con 
más rapidez y menos estorbos el ingenio a quien esté reservada 
la gloria de escribir la historia de nuestro país.” 
 
Joaquín García Icazbalceta. 
 
 
 
 
3 
 
A: 
 
 
Martha † mujer infatigable y eterna. 
 
Mi Familia. 
Mis Amigos. 
Mis Compañeros. 
Mis Profesores. 
 
 
La Universidad Nacional Autónoma de México. 
La Facultad de Filosofía y Letras. 
El Colegio de Ciencias y Humanidades. 
El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. 
 
 
Mtro. Salvador Reyes Equiguas. 
Dra. Adriana Álvarez Sánchez. 
Dra. Guadalupe Curiel Defossé. 
Mtra. Priscila Vargas Delgado. 
Mtro. Ricardo Gamboa Ramírez. 
 
 
Mi contemporáneo Miguel Ángel García Audelo. 
 
 
 
 
 
 
4 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Andreas Vesalius. De Humani Corporis Fabrica. 
Basel, 1543. In octavo. The Warnock Library. 
5 
 
LA LABOR DEL HISTORIADOR EN LA ORGANIZACIÓN DE LIBROS 
ANTIGUOS. EL CASO DE LA COLECCIÓN CONTEMPORÁNEA EN LAS 
COLECCIONES ESPECIALES DE LA BIBLIOTECA CENTRAL 
 
Introducción 
 
Capítulo 1. El Fondo Antiguo 
1.1 Generalidades 
1.2 Fondo Antiguo 
1.3 Colección Especial 
1.4 Colección en Reserva 
1.5 Colección Contemporánea 
1.6 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. 
 Misión y Estructura. 
 
Capitulo 2. Algunas tipologías dentro del Fondo Antiguo 
 2.1 El libro incunable 
 2.2 El libro raro 
 2.3 El libro antiguo 
 2.4 Folletería 
 2.5 Impresos sueltos 
 
Capítulo 3. Organización del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la 
 Biblioteca Central 
 3.1 El estado previo del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
 3.2 Organización de las Colecciones 
 3.3 Disposición de nuevos espacios para las Colecciones 
 3.4 Organización de la Colección en Reserva 
 3.5 Organización de los libros en formato in-folio 
 
6 
 
Capitulo 4. El Programa Catalogación y Transcripción de Obras Antiguas y 
 la organización de la Colección Contemporánea 
 4.1 El programa Memoria del Mundo de la UNESCO 
 4.2 Objetivos y metas del Programa Catalogación y Transcripción de Obras 
 Antiguas 
 4.3 Contexto histórico de la Colección Contemporánea 
 4.4 Diversidad de contenidos de la Colección Contemporánea 
 4.5 Algunos rasgos de procedencia de la Colección Contemporánea 
 4.6 Organización de la Colección Contemporánea (Método de 
 ordenamiento) 
 4.7 Selección de materiales para digitalización 
 
Capitulo 5. Tareas de preservación y conservación en el Fondo Antiguo y 
 Colecciones Especiales 
 5.1 Causas que producen el deterioro de los libros 
 5.2 La preservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
 (Conservación preventiva) 
 5.3 Actividades para la preservación en el Fondo Antiguo y Colecciones 
 Especiales 
 5.4 Acondicionamiento de la estantería 
 5.5 La conservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
 5.6 Actividades para la conservación en el Fondo Antiguo y Colecciones 
 Especiales 
 5.7 Limpieza profunda de ejemplares 
 5.8 Fumigación por nebulización e hisopo 
 5.9 Elaboración de cajas protectoras 
 
Conclusiones 
Bibliografía 
Anexos 
7 
 
Introducción 
 
Todo historiador que haya tenido la fortuna de trabajar con fuentes de primera 
mano habrá habrá gozado sin duda de una experiencia única y necesaria para 
llevar a buen término el oficio de escribir la Historia, sin embargo, también puede 
enfrentarse con la desorganización y poca atención de las cuales padece el 
patrimonio documental de México. Esta realidad es evidente cuando la 
investigación se dificulta por la falta de recursos institucionales y de personal 
capacitado que impiden acceder ágilmente a los archivos y acervos bibliográficos 
en los cuales se consignaron los hechos relevantes que dan soporte al discurso 
histórico. 
 En este sentido, como historiador opté por realizar mi servicio social en el 
Fondo Antiguo de la Biblioteca Central, ya que ahí encontré la oportunidad 
profesional de poner en práctica los conocimientos adquiridos durante mi estancia 
en el Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, asimismo debo 
expresar que el contacto con el libro antiguo representó un gran acercamiento con 
la materia prima de la cual se vale el historiador, de esta manera, la presente 
tesina describe el trabajo realizado en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México, 
concretamente describe la organización de libros impresos desde el año 1801 y 
hasta 1950 denominada Colección Contemporánea, esta colección en conjunto 
con la Colección en Reserva, Folletería e Impresos sueltos se encuentran dentro 
de la Biblioteca Central y la Dirección General de Bibliotecas las designa como 
Fondo Antiguo. Se trata de un acervo bibliográfico y documental formado por una 
8 
 
colección de libros impresos desde el siglo XVI y hasta el siglo XX, así como 
colecciones de hojas impresas separadas y partituras. 
 Este trabajo en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca 
Central permite conocer, aunque resumidamente, el proceso que ha transformado 
los libros impresos hasta la forma en que los conocemos actualmente, desde el 
ejemplar incunable que posee el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la 
Biblioteca Central, testigo del nacimiento de las técnicas tipográficas puestas en 
práctica por Johannes Gutenberg en la ciudad de Maguncia el año de 1455, hasta 
los ejemplares impresos a lo largo de los siglos XVII y XVIII que forman parte de la 
Colección en Reserva, o bien aquellos producidos a partir del año 1801 y hasta 
1950 considerados parte de la Colección Contemporánea. 
 Como prestador de servicio social por parte del Colegio de Historia sometí 
los libros impresos desde al año 1801 hasta el año de 1950 a la evaluación de su 
contenido con el fin de proponer algunos ejemplares para su digitalización; 
aquellos relacionados con la Historia Nacional. Los compañeros del Colegio de 
Bibliotecología hicieron lo propio en materia de catalogación y los del Colegio de 
Letras Clásicas apoyaron en la traducción de portadas, por ello se habla de un 
proyecto multidisciplinario. La selección de ejemplares con el tema de Historia de 
México fue la base para organizar la Colección Contemporánea, según lo enunció 
en su momento la encargada del Fondo Antiguo la Licenciada Beatriz Zamora, sin 
embargo fuenecesario: iniciar la organización física de los ejemplares, realizar 
inventarios, clasificar nuevamente el acervo, así como contribuir con la 
estabilización de la colección a través de la intervención menor; como la 
elaboración de guardas protectoras, la limpieza y la fumigación. 
9 
 
 La presente tesina es producto de mi participación como estudiante de la 
Licenciatura en Historia en el programa de Servicio Social Catalogación y 
Transcripción de Obras Antiguas, durante el periodo de junio de 2011 y hasta 
marzo de 2012. 
 De esta manera, el primer capítulo aborda las cuestiones teóricas que 
definen el término de fondo antiguo como repositorios de materiales insustituibles, 
que por sus cualidades merecen especial dedicación para su valoración y estudio. 
Empleando la Bibliotecología y la historia del libro se exponen las definiciones que 
explican términos como el de libro incunable, colección especial, libro raro y 
colección en reserva tan sólo por mencionar algunas. 
 Este reconocimiento previo forma parte de un acercamiento particular e 
interés profesional que pretende estimular la curiosidad de otros historiadores y 
estudiantes de las humanidades con la terminología más comúnmente utilizada en 
las bibliotecas que poseen libros antiguos y que pueden auxiliar en la descripción 
de la Colección Contemporánea y el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de 
la Biblioteca Central. Se trata de una incursión que expone la correspondencia 
entre la definición de un conjunto de objetos y la manera en que está constituido, 
dicho de otra manera, el entendimiento de una colección en reserva es más 
factible en tanto se conoce lo qué es un libro antiguo y las características que este 
posee. El capítulo concluye con los objetivos y misión que tiene el Fondo Antiguo y 
Colecciones Especiales de la Biblioteca Central como área destinada para la 
conservación y preservación de ejemplares únicos en su acervo. 
 El capítulo dos describe los distintos tipos de materiales que conforman la 
colección de un fondo antiguo, abordando las características particulares de cada 
10 
 
material. El tercer capítulo expone los trabajos precedentes en cuanto a la 
organización del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central, así como los distintos 
procedimientos para mejorar las condiciones de la colección bibliográfica. Este 
apartado Incluye el panorama general del Fondo Antiguo y Colecciones 
Especiales previo a la organización, valoración, selección y clasificación de la 
Colección Contemporánea; aquí se exponen los movimientos internos del acervo 
que hicieron posible distribuir los ejemplares de acuerdo con las demandas del 
programa de Servicio Social y poder así crear la Colección Contemporánea. 
 El cuarto capítulo inicia con la descripción del programa Memoria del Mundo 
de la UNESCO y del programa de Servicio Social Catalogación y Transcripción de 
Obras Antiguas, sus objetivos y metas, así mismo los objetivos y metas 
individuales como prestador del servicio social. También se describe el proceso de 
ordenación de la Colección Contemporánea en tres etapas: valoración, selección y 
estabilización, por tanto en este apartado se aborda la metodología que permitió 
hacer una selección de ejemplares con el tema Historia de México siglo XIX y XX y 
aquellos que relacionan la Historia Nacional con la Historia Universal entre otros, 
método por el cual fue posible reunir un conjunto de ejemplares a los cuales se 
llama hoy Colección Contemporánea dentro del Fondo Antiguo y Colecciones 
Especiales de la Biblioteca Central. Ya que no existe una convención que defina 
una colección de tipo contemporánea, esta sección pretende enumerar las 
características de tales ejemplares, así las cosas se lleva a cabo una descripción 
del libro impreso durante el siglo XIX. A través de la historia, se intenta mostrar los 
avances e influencias de los que fue objeto, como las innovaciones tecnológicas 
11 
 
en la imprenta y la diversidad de contenidos que se encuentran en sus páginas 
para expresar las transformaciones de una época en la materialidad del libro. 
 Al concluir este capítulo se expone la nueva ordenación en el Fondo 
Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central después de iniciar la 
organización de la Colección Contemporánea, además de mostrar algunos 
ejemplos de libros digitalizados, esto con el fin de exponer los resultados finales 
del programa de rescate de la colección del Fondo Antiguo y Colecciones. El lector 
podrá observar el desarrollo de un proceso que dio inicio en el acervo, hasta 
culminar con la digitalización de materiales representativos de la Historia de 
México de los siglos XIX y XX principalmente, como resultado de un proyecto 
multidisciplinario. 
 Los acervos bibliográficos merecen especial atención para depositarlos 
adecuadamente, para el caso del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la 
Biblioteca Central, el proceso que permitió reunir la Colección Contemporánea 
hizo necesaria la implementación de medidas preservativas propias de un fondo 
antiguo, pues como prestador de Servicio Social en el programa Catalogación y 
Transcripción de Obras Antiguas se estipulaba el desempeño de actividades que 
auxiliaran en la estabilización del acervo como parte de los objetivos propios de 
proyecto de transcripción y catalogación. 
 En el capítulo quinto el lector podrá abordar los aspectos de preservación y 
conservación del acervo del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central el lector podrá 
notar la relación que existe entre el tipo de materiales con mutilaciones o 
encuadernaciones especiales y las distintas técnicas que se utilizaron para 
estabilizar la colección con el apoyo de asesorías provistas por el Laboratorio de 
12 
 
Restauración de la Biblioteca Central. La elaboración de guardas protectoras de 
primer nivel, el cumplimiento de planes de limpieza del mobiliario y procedimientos 
de limpieza profunda de algunos ejemplares, bajo la supervisión del personal a 
cargo del Laboratorio de Restauración, permitió aminorar los daños presentes en 
la colección. La variedad de encuadernaciones y materiales que se encuentran en 
el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales obliga al proceder de manera distinta 
según se trate de daño físico o bien, de un ataque de agentes bióticos, como 
insectos, hongos o roedores. 
13 
 
Capítulo 1. El Fondo Antiguo 
 
1.1 Generalidades 
 
De acuerdo con observaciones propias el término fondo antiguo se utiliza para 
definir un conjunto de objetos de diferente naturaleza material de distintas épocas 
e incalculable valor cultural para una nación, una localidad o un grupo específico 
de personas. El principal motivo para la conservación de un fondo antiguo es el 
valor histórico de los materiales, y puede tratarse tanto de textos como de 
imágenes. La colección bibliográfica del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México, reúne 
estas características y por tanto, es necesario tomar acciones para su debida 
conservación. 
 El tema de la presente tesina es la participación del historiador en la 
ordenación de colecciones de libros antiguos, en este caso particular se habla de 
la organización de una colección de tipo contemporánea para diferenciarla del 
acervo de la Colección en Reserva, mediante esta distinción se establece una 
frontera cronológica que divide el acervo que posee el Fondo Antiguo y 
Colecciones Especiales de la Biblioteca Central en los libros impresos antes del 
año 1800 y aquellos impresos a partir del año 1801. Las definiciones de las que 
aquí nos servimos, son las más utilizadas y aceptadas en la Bibliotecología 
moderna para describir los objetos y organización dentro de un fondo antiguo, sin 
embargo la clasificación de las colecciones de un acervo antiguo a otro pueden 
variar, esto es posible observarlo si partimos del hechoque no existe una 
14 
 
definición oficial para una colección de tipo contemporáneo, pues debido a 
criterios cronológicos el conjunto de libros impresos desde el año 1801 y hasta 
1950, bien podría denominarse como una colección de tipo moderno. En otras 
instituciones los distintos conjuntos de ejemplares se agrupan de acuerdo a 
convenciones cronológicas bien establecidas, así la Colección en Reserva de la 
Biblioteca Central puede denominarse como Colección Reservada o Fondo 
Reservado, como lo hace la Biblioteca Nacional para este tipo de ejemplares, tan 
sólo por mencionar un ejemplo. 
 
 
1.2 Fondo Antiguo 
 
Los fondos antiguos son lugares en los que se encuentra material bibliográfico, 
libros antiguos principalmente, sin embargo pueden resguardar también: 
“fotografías, mapas, documentos históricos, ediciones especiales, facsimilares, 
microfilms, diapositivas, libros impresos en el siglo XX e incluso ediciones 
electrónicas. Todos estos objetos por diversas razones constituyen parte del fondo 
antiguo.”1 Para complementar y profundizar más en la posible variedad de fuentes 
resguardadas en los fondos antiguos para estudiantes e investigadores, podemos 
considerar a Ernesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro quienes apoyados en un 
cuadro de Huascar Taborga proponen dentro del rubro de las fuentes gráficas: las 
 
1
 Idalia García Aguilar. “Los fondos antiguos de las bibliotecas universitarias: Lugares desconocidos del 
patrimonio cultural mexicano”. En Investigación bibliotecológica, vol. 16, No. 32 enero/junio de 2002, p. 78, 
[consultado el 20 de agosto de 2013], disponible en: 
http://www.journals.unam.mx/index.php/ibi/article/view/4000 
15 
 
fuentes bibliográficas, las fuentes iconográficas y fonográficas. Los investigadores 
consideran como fuentes bibliográficas: obras impresas, tipográficas, 
mimeográficas o mecanográficas; así como las manuscritas. También agregan las 
fuentes iconográficas, aquellas proyectables como películas y las no proyectables 
como: pinturas, retratos o planos. Por último suman las fuentes fonográficas como: 
discos, cintas e hilos magnetofónicos.2 El acceso a los fondos antiguos es 
permitido bajo condiciones especiales de consulta, por ello el fondo antiguo se 
mantiene separado del resto de la colección general, pues el valor patrimonial de 
las colecciones que resguarda lo convierten en objeto especial de conservación.3 
 Los autores Idalia García y Miguel Ángel Rendón expresan ampliamente el 
valor cultural de los fondos antiguos en tres aspectos: el valor histórico, como 
agentes de la historia humana; el valor estético, donde las características físicas 
del libro le convierten en herencia del espíritu humano, por tanto debe ser 
conocido por las generaciones venideras como parte de su patrimonio cultural y el 
valor intelectual o de sus ideas, pues se convierten en vehículos de transmisión 
del conocimiento.4 
 En cuanto a su protección, el patrimonio bibliográfico de México no ha sido 
reivindicado en el lugar que le pertenece en; “Ley Federal sobre monumentos y 
 
2
 Ernesto de la Torre Villar, Ramiro Navarro de Anda. La investigación bibliográfica, archivística y 
documental. Su método. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Difusión 
Cultural, Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, 2008, p. 40-41, apud, Huascar Taborga, La 
tesis de grado. Técnica de elaboración, La Paz, Bolivia, Los amigos del libro, 1996, 257p. 
3
 Beatriz Zamora Ruíz, “Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central de la Dirección 
General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México: Organización bibliográfica y 
preservación” inédita, México, Informe académico por actividad profesional para optar por el grado de 
Licenciada en Bibliotecología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2012, p. 16. 
4
 María Idalia García, Miguel Ángel Rendón. “El fondo antiguo: Su estructura conceptual”. En Binaria revista 
de comunicación, cultura y tecnología, vol. 1, [consultado el 7 de octubre de 2013], disponible en 
http://ru.ffyl.unam.mx:8080/jspui/bitstream/10391/315/1/rendon.pdf 
http://ru.ffyl.unam.mx:8080/jspui/bitstream/10391/315/1/rendon.pdf
16 
 
zonas arqueológicas artísticas e históricas”, en su texto vigente de la última 
versión reformada y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de enero 
de 2015, se establece en el Capítulo III, De los monumentos Arqueológicos, 
Artísticos e Históricos; artículo 28. Son monumentos arqueológicos los bienes 
muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la 
hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos de la flora y de la 
fauna, relacionados con esas culturas.5 Como puede observarse esta primera 
referencia es muy amplia en cuanto a las especificaciones de los objetos que 
deben resguardarse, pues entre ellos pueden incluirse diversos materiales y 
algunos otros, por la subjetividad del artículo pueden ser excluidos. 
 Sin embargo, en el mismo capítulo, en el artículo 36; párrafo tercero, 
textualmente se lee: Los documentos originales manuscritos relacionados con la 
historia de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el 
extranjero durante los siglos XVI al XIX que por su rareza e importancia para la 
historia mexicana, merezcan ser conservados en el país.6 A este respecto puede 
observarse la falta de precisión en cuanto al tipo de patrimonio que deba tener 
especial atención por su valor y trascendencia histórica, pues del mismo modo que 
lo expuesto en el artículo anterior la ley excluye de su protección todo aquel 
documento fuera de estas características, como libros impresos en el siglo 
 
5
 Ley Federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos, Nueva Ley publicada en el 
Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972. Texto vigente. Última reforma publicada DOF 28 de 
enero de 2015. [consultado el 6 de julio de 2015], disponible en: 
http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/7dc3f003-329b-42ba-abb3-
b7921ad2eda6/ley_federal_sobre_monu_arqueologicas.pdf 
6
 Ibidem. p. 9. 
http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/7dc3f003-329b-42ba-abb3-b7921ad2eda6/ley_federal_sobre_monu_arqueologicas.pdf
http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/7dc3f003-329b-42ba-abb3-b7921ad2eda6/ley_federal_sobre_monu_arqueologicas.pdf
17 
 
pasado; creando vacíos legales que pudieran mermar el patrimonio bibliográfico 
nacional. 
 Juan Manuel Palma Peña escribió un artículo titulado El patrimonio cultural, 
bibliográfico y documental de la humanidad. Revisiones conceptuales, legislativas 
e informativas para una educación sobre el patrimonio,7 en su escrito, el 
académico expone la dificultad de definir el patrimonio documental debido al 
dinamismo de la herencia cultural de cada país, al tiempo que confronta las leyes 
nacionales y su falta de sensibilidad ante las necesidades de protección de los 
distintos tipos de documentos que han de protegerse. Pues el autor argumenta 
que tales legislaciones no cubren las necesidades en su totalidad debido a una 
falta de conceptualización. Este aspecto es sumamente relevante si consideramos 
el papel que juegan las bibliotecas en la impartición del conocimiento, pues el 
autor sostiene que parte del patrimonio ha servido para comunicarse, sustentar su 
desarrollo y al mismo tiempo transmitir el conocimiento, y la ley mexicana protege 
monumentos históricos, artísticos y arqueológicos, pero no considera los libros, 
documentos, archivos y bibliotecas; al menos que estos hayan formado parte de 
una institución de gobierno.8 
 De acuerdo con lo anterior, la falta de precisión de las leyes mexicanas con 
respecto a la variedad del patrimoniohistórico, refleja el poco conocimiento de las 
distintas manifestaciones culturales de la nación, así como una poca sensibilidad 
ante la realidad del ya de por sí, disminuido patrimonio bibliográfico. La legislación 
 
7
 Juan Manuel Palma Peña, El patrimonio cultural, bibliográfico y documental de la humanidad. Revisiones 
conceptuales, legislativas e informativas para una educación sobre el patrimonio, [Consultado el 7 de julio 
de 2015], disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/351/35130975003.pdf 
8
 Ibidem. p. 34. 
http://www.redalyc.org/pdf/351/35130975003.pdf
18 
 
del patrimonio bibliográfico debe estar al tanto de los distintos objetos que se 
resguardan en las bibliotecas y los egresados de humanidades interesados en el 
tema tenemos la obligación de coordinar nuestros esfuerzos en beneficio del 
documento antiguo a través de su estudio y difusión de su importancia. 
 Según Elvia Carreño Velázquez algunas características que dan valor a los 
impresos antiguos son: el procedimiento en la elaboración del soporte y de las 
hojas usando trapos u otras materias vegetales; el formato o tamaño del libro, a 
consecuencia de la cantidad de dobleces hechas al soporte; la composición o 
creación tipográfica; las ilustraciones hechas a través del grabado y la 
encuadernación con pergamino, piel o madera.9 José Luís Checa Cremades llega 
más allá de las consideraciones estéticas del libro antiguo, él reflexiona sobre las 
características evolutivas en la producción del libro antiguo como elementos de 
interés y estudio tanto de la Historia como de la Bibliotecología, subraya: la 
edición, la impresión, emisión y estado, ya que estos enuncian las modalidades de 
recepción de los lectores, aunque también considera los aspectos de la forma 
material y el proceso técnico de fabricación; es decir cómo se producía un libro 
antiguo y cómo evolucionó su fabricación.10 Ambas consideraciones 
complementan el valor del libro antiguo como producto del ingenio humano y como 
terreno fértil para la difusión y trascendencia de las ideas, pues diluyen las 
fronteras que relacionaron a los lectores con el libro antiguo. El proceso que 
conforma la elaboración del primer escrito, impresión y lectura del libro, confieren 
al impreso antiguo un valor trascendental para el historiador, pues ayudan a 
 
9
 Elvia Carreño Velázquez. Coord., Los fondos bibliográficos antiguos. Manual de procedimientos, México, 
Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A.C., 2007, [6]. 
10
 José Luís Checa Cremades. El libro antiguo, Madrid, Acento Editorial, 1999, p. 29. 
19 
 
descubrir el transcurso inicial en la historia de la lectura y los hábitos de los 
lectores, asimismo la manera en que se difundía el conocimiento y los medios por 
los cuales los lectores tenían acceso a éste. 
 De manera superficial puede advertirse el innegable valor que el documento 
escrito e impreso antiguo posee para los autores arriba citados, aunque caben 
resaltar algunas coincidencias entre ellos, como es la consideración de las fuentes 
electrónicas de las que hacen mención Idalia García y los autores Ernesto de la 
Torre Villar y Ramiro Navarro, esto debe tomarse como una consecuencia del 
ineludible paso del tiempo, que habrá de considerar otro tipo de fuentes para su 
resguardo e investigación histórica debido al uso de nuevas tecnologías utilizadas 
como soportes de la información, como es el caso de los microfilms y las fuentes 
tanto proyectables como fonográficas de instituciones especializadas. 
 Por otro lado, en otras de sus definiciones, Elvia Carreño, Miguel Ángel 
Rendón e Idalia García convergen en que el valor de una fuente se complementa 
tanto por su contenido intelectual, su valor histórico y material. Por otro lado, José 
Luís Checa considera al libro antiguo como un objeto digno de estudio por el 
conjunto de sus características físicas. Conjuntamente las definiciones anteriores 
complementan la descripción de los objetos que resguarda un fondo antiguo, sin 
embargo dejar fuera otro tipo de documentos o soportes, como las ediciones 
electrónicas puede dificultar en un futuro no muy lejano, la reflexión sobre la 
definición de un fondo antiguo y el tipo de documentos que puede llegar a 
resguardar; así como la propia evolución de la estructura de un fondo antiguo. 
 
 
20 
 
1.3 Colección Especial 
Las Colecciones Especiales son llamadas así a partir de criterios de contenido o 
materialidad, más que por su antigüedad. Su valor intelectual y relevancia 
significativa les hace objeto de permanecer en un área de conservación donde se 
restringe su acceso. Las colecciones especiales pueden estar integradas por: 
facsimilares, “material raro, antiguo, a veces monotemático, único e históricamente 
valioso. Por lo general incluye material insustituible tal como documentos, 
manuscritos e impresos de tirada muy limitada.”11 Así como materiales 
audiovisuales, auditivos y gráficos; también material de archivo que por su 
antigüedad temática, rareza, riqueza, etcétera,12 merece tratamiento y uso 
diferentes.13 
 Recordemos que el Fondo Antiguo de la Biblioteca Central agrega a su 
título el de Colecciones Especiales, algunas de ellas son: la colección bibliográfica 
Tobías Chávez Lavista, Colección Especial de Cocina Mexicana creada por el 
doctor Javier Taboada en 1990, Colección Especial de Arte con 1,096 registros y 
libros desde el año 1804 y hasta 1950, la Colección Ezequiel A. Chávez, la 
Colección Rústica que destaca por sus ediciones príncipes de imprentas tales 
como: Botas, Viuda Ch. Bouret, Espasa Calpe, M. Aguilar, Javier Morata, Caro 
Raggio y Talleres Gráficos de la Nación entre otras, también se incluyen la 
 
11
 Manuel de Ezcurdia y Vértiz, Margarita Maass Moreno. Las Colecciones Especiales, México, Secretaría de 
Educación Pública, Dirección General de Bibliotecas, 1987, p. 13. (Temas de Bibliotecología. 5). 
12
 Ibidem. p. 13. 
13
 Lizbeth Jazmín Luis Ríos. “Las colecciones especiales. Material de apoyo didáctico hipertextual para la 
asignatura de Bibliografía Mexicana, siglo XVI-XIX”, México, Informe académico de apoyo a la docencia para 
optar por el grado de Licenciada en Bibliotecología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2009, p. 22. 
21 
 
Colección de Partituras y la Colección de Obra Dramática,14 y finalmente las 
ediciones del Fondo UNAM. En el caso de la Colección Tobías Chávez su 
conservación se debe a la importancia de haber pertenecido a un universitario 
distinguido. La importancia de la colección del Fondo UNAM, radica en su 
significado histórico para la Universidad. La Colección de la Imprenta Universitaria, 
es una rica colección formada con los impresos bajo el sello de la Universidad, 
desde sus inicios en la difusión de la cultura como institución de educación 
superior. 
 Otra cualidad de las colecciones especiales, es su contribución a la 
formación de una institución académica o dependencia gubernamental, y 
convertirse con el paso del tiempo en patrimonio documental. Al tratarse de 
fuentes primarias de un alto valor, sea por su rareza o temática su acceso es 
restringido.15 Dentro de la variedad de las colecciones especiales puede 
considerarse: el valor institucional de los documentos pues contribuyen con la 
reconstrucción de organismos públicos y privados, el valor testimonial e intelectual 
del personaje que produjo la documentación, el valor evolutivo de las ideas de un 
tema en específico y la diversidad del conocimiento en una determinada época. 
 
 
 
 
 
14
Capítulo 2 El fondo antiguo [consultado el 20 de noviembre de 2014] disponible en 
132.248.9.195/pd2007/0614605/A5.pdf 
 
15
 Lizbeth Jazmín Luís Ríos Op. cit., p. 22.22 
 
1.4 Colección en Reserva 
La definición de una colección en reserva, hace referencia a la cronología e 
historicidad del libro; puede contener códices (medievales o precolombinos), libros 
xilográficos, manuscritos, libros incunables (siglo XV), libros de los siglos XVI, XVII 
y XVIII hasta el año 1800, en ésta colección se considera el valor histórico y 
artístico de su contenido. 16 
 La Colección en Reserva permanece reunida y organizada en un lugar 
específico y posee una catalogación bibliográfica particular, como la descripción 
de títulos y el autor, así como la mención que se hace de las signaturas que 
posee. Este tipo de colección goza de especial interés por parte de investigadores 
y estudiosos, pues la época de su producción brinda especial fidelidad como 
fuente de consulta. La Colección en Reserva se distingue de las otras al poseer 
títulos con un particular contenido intelectual, libros de excepcionales cualidades 
estéticas, pero, especialmente, por reunir la producción impresa entre los siglos 
XVI y XVIII. La principal característica de la Colección en Reserva es su 
pertenencia al periodo de la imprenta manual, es decir, su cuerpo bibliográfico ha 
sido elaborado con métodos artesanales o bien; refleja las primeras innovaciones 
de la imprenta primitiva de Gutenberg. 
 Si consideramos el tipo de ejemplares que se ajustan a una colección en 
reserva debemos suponer su original contenido y considerarlas como únicas 
dentro del acervo de una biblioteca, pues, aunque algunas colecciones pueden 
contener uno o varios títulos semejantes, una colección en reserva, en conjunto 
 
16
 Beatriz Zamora Ruiz. Op. cit., p. 19. 
23 
 
nunca será idéntica a otra, por consiguiente aumenta la variedad de contenidos y 
temáticas dispersas en otras estanterías del mundo. Otro punto a reflexionar es el 
nivel de divulgación de las obras impresas en un determinado taller, y así poder 
descubrir los métodos por los cuáles un impreso llegaba a un lugar distinto del de 
su impresión y por ende los mecanismos comerciales vigentes en cada época. 
 
 
1.5 Colección Contemporánea 
 
Como en otras colecciones, en la Colección Contemporánea de la Biblioteca 
Central se evidencia el devenir histórico del libro en una época particular, pues en 
ella se entremezclan tanto los métodos de producción artesanal como industrial 
del impreso, ello se debe principalmente a la desigual difusión de la tecnológica de 
la imprenta y las distintas técnicas en la producción de papel. Los libros bajo esta 
categoría, considerados contemporáneos, son aquellos que se imprimieron entre 
1801 y 1950 principalmente. En esta colección algunos de los ejemplares se 
encuentran empastados al estilo holandés y otros en pasta dura, también hay 
algunas ediciones en encuadernación rústica. Se compone principalmente de 
material bibliográfico además de algunos manuscritos y manuscritos mecánicos, 
aunque destaca un ejemplar hecho con noticias recortadas de distintos periódicos 
referentes a la Intervención Francesa en México, se titula La question mexicaine, 
se compone de dos tomos de hojas blancas empastadas sobre las cuales se 
pegaron los fragmentos noticiosos de manera cronológica. Del mismo modo, la 
Colección Contemporánea se distingue por los temas de Historia de México siglos 
24 
 
XIX y XX, y las ediciones de la Imprenta Universitaria entre otras, es decir la 
Colección Contemporánea es un conjunto de colecciones temáticas que se 
ajustan al periodo cronológico entre 1801 y 1950. 
 En los ejemplares de la Colección Contemporánea se encuentran casi 
todos los formatos o tamaños de libros, desde los grandes folios hasta el 
treintaidosavo. La mayoría de las tapas son de color rojo o café con letras doradas 
sobre el lomo de los libros donde se incluyen el título, el autor y figuras de flores y 
marcos a manera de ornamentos, lo cual puede indicar un estilo particular de 
encuadernación, aunque también se encuentran algunas de belleza particular con 
aplicaciones de madera y tapas interiores con papel de textura y relieves 
especiales. La calidad del papel es variada, en algunos es posible distinguir las 
marcas propias del papel fabricado de manera artesanal, así como la textura y el 
grosor del papel que se utilizaba en el siglo XIX, en otros, la acidez ha comenzado 
a producir estragos debido a la utilización de celulosa en la elaboración del 
soporte volviendo las hojas quebradizas y amarillentas debido a los efectos de la 
producción industrial del libro. Algunas obras aún conservan la antigua etiqueta de 
sus primeras clasificaciones, donde se especifica la materia, el estante y el 
número de charola; es recomendable conservar las etiquetas que contiene un libro 
de tales características pues forman parte de la historia particular de un ejemplar. 
 Las ilustraciones que acompañan los textos de estos ejemplares fueron 
elaboradas por medio de grabados, a simple vista es posible distinguir diferencias 
en la elaboración de las imágenes, como aquellas escasamente coloreadas. Entre 
sus páginas se halla una gran diversidad de testigos (objetos depositados entre 
las páginas del libro, principalmente de papel), por ejemplo: flores, fotografías, 
25 
 
volantes, notas de pago e imágenes religiosas, los testigos no deben separarse 
del libro pues forman parte de su historia, tampoco es recomendable cambiarlos 
de páginas pues existen distintos tipos de papel que pueden ocasionar una 
desestabilización química a las páginas del ejemplar. Asimismo puede observarse 
en algunos ejemplares anotaciones hechas por los propietarios que decidieron 
donarlos, escribiendo con perfecta letra cursiva atentas dedicatorias, en otros 
ejemplares sus hojas contienen dibujos de flores, poemas, e incluso dibujos 
obscenos y anotaciones con relación al texto o renglones subrayados. Los 
distintos ejemplos de exlibris o marcas de propiedad van desde sellos con el 
nombre del autor, como es el caso de los libros de Balbino Dávalos, otro tipo de 
exlibris son el autógrafo del propietario o una imaginativa etiqueta colocada al final 
del libro tan sólo con las iniciales o el nombre completo del propietario. 
 Debido a que una parte de este material alguna vez formó parte de la 
Colección General y estuvieron en circulación, como objetos de préstamo algunos 
conservan su boleta con las fechas del trámite, así como la firma, el nombre y 
número de cuenta de quien solicitó este servicio. 
26 
 
 
 
Margen superior izquierdo: detalles de registros en el lomo del ejemplar utilizados en distintos procesos de 
clasificación. Margen superior derecho: ejemplo de exlibris, registros de donación y marcas de propiedad de la 
Biblioteca. 
Abajo margen inferior izquierdo: anotaciones para efectos de control al interior del acervo. Margen inferior 
derecho: ejemplo de ilustración utilizando grabados. 
 
 La Colección Contemporánea forma parte del acervo que se denomina 
Fondo Antiguo y Colecciones Especiales, tal designación es un criterio cronológico 
y de organización. Actualmente el piso 12 lado poniente de la Biblioteca Central es 
27 
 
depositaria de este conjunto pues el poco espacio a impedido reunir en un sólo 
lugar la totalidad del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales. Las características 
arriba mencionadas no son exclusivas de los libros impresos desde el año 1801 y 
hasta 1950, la relación de tales cualidades tan sólo pretende reunir algunas 
observaciones hechas en la colección con el fin de aproximar al lector con el 
objeto de estudio y brindar una imagen aproximada del tipo de libros que se trata. 
 
 
1.6 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Misión y 
Estructura. 
Algunos ejemplares con que cuenta el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de 
la Biblioteca Central son provenientes de distintas institucionesy facultades. Los 
pisos 9 y 12 del lado poniente son depositarios de las colecciones del Fondo 
Antiguo. En su reglamento, la Biblioteca Central establece en su artículo tercero 
del Capítulo II como misión: 
 
Proporcionar a la comunidad universitaria recursos documentales y servicios de información 
de manera eficiente y oportuna, que permitan apoyar las tareas sustantivas de la universidad 
de docencia, investigación y difusión y extensión de la cultura, así como hacer extensivos 
estos beneficios a la sociedad en general.17 
 
 
17
 Reglamento de la Biblioteca Central, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección 
General de Bibliotecas, 2005, p. 1. 
28 
 
En cuanto a su estructura la Biblioteca Central es una subdirección de la 
Dirección General de Bibliotecas, entre las subdirecciones Técnica, Informática, de 
Planeación y Servicios Especializados; de manera interna la Biblioteca Central se 
divide en seis departamentos: Selección y Adquisición Bibliográfica, Circulación 
Bibliográfica, Consulta, Tesis, Publicaciones Periódicas y el de Turno Especial, sin 
embargo el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales no cuenta aún con el 
nombramiento de departamento, tal como se muestra en el organigrama de la 
institución.18 
 
 
 
Parte de los avances en la organización del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central 
de la UNAM. 
 
 
18
Capítulo 2. Op. Cit. p., 55. 
29 
 
 
Organigrama de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM, donde se aprecia el rango institucional del 
Fondo Antiguo y Colecciones Especiales. 
 Al interior el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales se divide como 
sigue: 
 
 
 
 
Dirección General de Bibliotecas 
Subdirección de 
Servicios 
Especializados 
Subdirección 
de Planeación 
Subdirección 
de Biblioteca 
Central 
Subdirección 
de 
Informática 
Subdirección 
Técnica 
Departamento 
de Selección y 
Adquisición 
Departamento de 
Circulación 
Bibliográfica 
Departamento 
de Consulta 
Departamento de 
Publicaciones 
Periódicas 
Departamento 
de Tesis 
Fondo Antiguo y 
Colecciones 
Especiales 
Departamento de 
Turno Especial 
Fondo Antiguo y Colecciones 
Especiales 
Colección en 
Reserva 
Colecciones 
Especiales 
Partituras Impresos 
Sueltos 
Colección 
Contemporánea 
30 
 
Esquema de los distintos conjuntos que componen el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca 
Central, en él pueden observarse las distintas secciones que se agrupan bajo esta denominación. 
 
A grandes rasgos, este es el panorama que describe los fondos antiguos, 
los objetos y las colecciones que se hallan en él. Las características enumeradas 
anteriormente pretenden acercar al lector con las nociones esenciales de las 
cuales la Bibliotecología y otras disciplinas como la Historia pueden valerse. Se ha 
descrito en conjunto el concepto de fondo antiguo, pero también es necesario 
ahondar sobre en las características individuales de los grupos más 
representativos que pueden apreciar al interior de este tipo de acervos. 
 
 
Una muestra de los avances en la organización de la Colección Contemporánea, en la imagen pueden 
apreciarse, el etiquetado especial, el ordenamiento por clasificación y algunos ejemplares con guardas de 
primer nivel. 
 
31 
 
 Capitulo 2. Tipologías dentro del fondo antiguo 
 
2.1 El libro incunable 
 
Dentro de un fondo antiguo, destacan por su antigüedad y particulares técnicas de 
elaboración los primeros libros impresos, o también llamados libros incunables. 
 El libro incunable es producto de un largo proceso de creación. En este 
apartado recurriremos, necesariamente a la historia del libro, para explicar el 
fenómeno de los primeros impresos y a través de ella advertiremos el concepto de 
libro incunable. 
 El libro incunable es fruto del llamado periodo de la imprenta manual, es 
decir, se trata de los primeros ejemplares de la imprenta primitiva que Gutenberg 
puso en práctica en la ciudad de Maguncia en el año de 1455; de este periodo 
destaca la Biblia de Gutenberg o también llamada de 42 líneas.19 
 Según Francisco Asín Ramírez de Esparza, el término incunable fue usado 
por primera vez por el holandés Cornelio van Beughen para un repertorio en 
Incunabula Typographiae editada en Ámsterdam en 1688.20 Para Sebastian Brant, 
Incunabula Iuris es el término para referirse a una obra de introducción a las leyes; 
más no a un producto impreso antiguo. Bernhard von Mallinckrodt denominó a los 
primeros tiempos de la imprenta como prima typographiae incunabula y estableció 
 
19
 Jacques Lafaye. Albores de la imprenta. El libro en España y Portugal y sus posesiones de ultramar (siglos 
XV y XVII), México, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 24. (Sección de Obras de Historia). 
20
 Francisco Asín Ramírez de Esparza. El comercio del libro antiguo, Madrid, Arco/Libros, 2008, p. 20, 
(Instrumenta blibliográfica). 
32 
 
el año 1500 como el final del período.21 La raíz de la palabra incunable no hace 
referencia específica al libro, como producto primigenio de la imprenta, sino al alba 
de la invención del arte de imprimir. Aunque los términos incunabulum, el libro en 
su cuna e incunabula, es decir, cuna, se utilicen para señalar a los primeros 
impresos cabe señalar que es el arte que da forma al libro el que está en su cuna; 
la tipografía. Así, Manuel de Olaguibel, asegura, “como se comprende, desde 
luego, se les da este nombre porque salieron a la luz en el mismo siglo que salió la 
imprenta,”22 Otra etimología es la de paleotipos, del griego palaios que significa 
antiguo y týpos, que resulta en modelo.23 
 El término incunable encierra una historia en sí mismo. Los avances 
tecnológicos de la imprenta, la tipografía y el desarrollo del libro, inauguraron una 
primera etapa en el arte de la impresión primitiva que va desde el año 1455 hasta 
el de 1500; desde el punto de vista bibliográfico se considera una convención 
cronológica que nos sirve como referencia en la historia del libro. 
 Posterior al 28 de octubre de 1462, día en que Adolfo II de Nassau tomó e 
incendió la ciudad de Maguncia, comenzó el éxodo de los tipógrafos de la época 
por toda Europa e inició el período del libro incunable; a partir de ese momento, la 
aparición de talleres en distintas ciudades fue paulatina.24 
 Después de Maguncia, Johannes Mentelin se estableció en Estrasburgo 
entre 1458 y 1460. En 1460 o 1461 Albrecht Pfister en Bamberg, Ulrich Zell en 
 
21
 Ferdinand Geldner. Manual de Incunables. Introducción al mundo de la imprenta primitiva, trad. Juan Luís 
Winkow Hauser, Madrid, Arco/Libros, 1998, p. 15, (Colección Instrumenta Bibliográfica). 
22
 Manuel de Olaguibel. Impresiones Celebres y libros raros, México, Universidad Nacional Autónoma de 
México, 1991, p. 35. 
23
 Los incunables: La imprenta en su cuna, Bogotá, Ministerio de Cultura, Biblioteca Nacional de Colombia, 
2008, p. 8. 
24
 José Martínez de Sousa. Pequeña historia del libro, 3ra. reimp. Gijón, TREA, 1999, p. 85. (Bibliotecología y 
Administración Cultural. 33). 
33 
 
Colonia hacia 1466, en Augsburgo Günter Zainer llevó la imprenta en 1468, este 
mismo año Berthold Ruppel de Hannau fundó la tipografía en Basilea. El arte de 
imprimir llegó a Italia en 1467 con dos alemanes Conrad Shweinheim y Arnold 
Pannartz establecidos en la Abadía de Subiaco cercana a Roma. Venecia contó 
con imprenta en 1469, Nápoles en 1470, Milán y Florencia en 1471. En la 
Universidad de la Sorbona el prior Johann Heynlin la instaló en 1470.25 La difusión 
de la tipografía siguió extendiéndose entre 1480 y 1485 a varias ciudades de 
Europa.
Océano Atlántico
Expansión de la 
Imprenta por Europa
Golfo de Vizcaya
MarMediterráneo
Mar 
Tirreno
Mar 
Jónico
Mar 
Egeo
Mar Negro
Mar 
del 
Norte
Adriático
Mar
Londres 
1499
Portugal
1489
Sevilla 
1477
Barcelona
1473
Valencia 
1474
Zaragoza 
1473
Tours 
1496
París
1470
Islandia 
1531
Suecia 
1483
Génova 
1516
Roma
1467
Venecia
1469
Moscú 
1560Mar 
Báltico
Maguncia
1455
Hungría
1473
Milán 
1471
Fráncfort 
1462
Dinamarca
1463
Moravia
1500
Bohemia 
1475
Nápoles 
1470
Toulouse
Basilea
Ruán
Lovaina
Colonia
Deventer
Bamberg
Núremberg
Salamanca 
1480
Lyon
Oxford
 
Mapa de Europa y las principales ciudades que contaron con imprenta a partir de su funcionamiento en la 
ciudad de Maguncia en 1455, las fechas son aproximadas.26 
 
25
 Historia Universal. vol. 13, “Orígenes de la imprenta” La era de los descubrimientos europeos. Las luchas 
de religión, Lima, Salvat, 2005, p. 178. 
26
 Ibid. 
34 
 
Debido al arribo desigual de la imprenta a distintas ciudades tanto de 
Europa como de América, se ha utilizado el término incunable aún rebasando la 
frontera del año 1500. Tal es el caso de los incunables americanos, ya que la 
primera imprenta en América se estableció en la Nueva España el año de 1539. 
Como empleado de Juan Cromberger, Juan Pablos (Giovani Paoli) estuvo al frente 
del primer taller de impresión en la Nueva España, el cual funcionó con una sola 
prensa para la que no se elaboraron tipos nuevos y las planchas grabadas en 
madera eran “material viejo del taller sevillano”,27 es posible que el efecto de tal 
tecnología en la producción de los impresos novohispanos haga referencia al 
término de incunables, y que similar situación se haya repetido en otras latitudes 
de América, más que obedecer a la estructura cronológica del libro. “En 
Iberoamérica el término incunable, se refiere a las primeras ediciones de un país 
en que el inicio de la actividad tipográfica puede datar de un año cualquiera de los 
siglos XVI al XVIII.”28 Y se considera que un libro incunable puede tratarse del 
primero en una ciencia o rama del conocimiento. 
 Los incunables intentaron reproducir las características de los manuscritos, 
objetos muy preciados en la sociedad medieval. No obstante, para la 
Incunabulogía, el periodo entre los años 1501 a 1550 el de los post-incunables 
comienza a reflejar cambios en su morfología, contenido y calidad del impreso. De 
la misma manera la clasificación de libros post-incunables se ciñe a la 
temporalidad de la actividad tipográfica en cada país o ciudad. El período post-
incunable, es la frontera en el escenario de la imprenta mecánica, aunque los 
 
27
 Augusto Jurado. La imprenta, orígenes y evolución. Madrid, CAPTA, 1999, p. 127. 
28
 Julián Martín Abad. La descripción de impresos antiguos: Análisis y aplicaciones del ISBD (A), Madrid, 
Arco/Libros, 2008, p. 11. 
35 
 
adelantos tecnológicos y las mejoras en la calidad de impresión confirieron 
cualidades únicas a los libros incunables. Según Manuel de Olaguibel, durante el 
período post-incunable, la edición impresa deja de estar sujeta al influjo del 
modelo manuscrito, “la tipografía se libera de este ejemplo, orientándose según 
sus propias leyes inmanentes.”29 
 En el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, 
destaca el incunable, Las siete partidas de Alfonso X el sabio, impreso en Sevilla 
por Meinardo Ungut Alamano y Lançalao Polono, en el año de 1491, en folio, este 
ejemplar se distingue por la encuadernación en madera, además de ser el único 
ejemplar de esta época en el Fondo Antiguo. 
 
 
2.2 El libro raro 
Una colección especial puede contar con ejemplares especialmente raros, 
calificados como tales por su valor excepcional de la edición o por una belleza 
particular. Según el Diccionario de la Lengua Española, el término raro, puede 
significar algo extraordinario, poco común o frecuente, también lo escaso en su 
clase o especie, lo insigne, sobresaliente o excelente en su línea.30 En 
Bibliotecología la rareza de un libro se define por características objetivas y 
subjetivas. Si se consideran las características subjetivas, se enumeran las 
siguientes: la importancia del autor, la reputación del editor, importancia del tema, 
así como singularidad y excelencia del tratamiento del tema, tan solo por 
 
29
 Manuel de Olaguibel, Op. cit., p. 16. 
30
 Diccionario de la Lengua Española, Real Academia de la Lengua, Madrid, Espasa Calpe, 1992, p. 1224. 
36 
 
mencionar algunas.31 En tanto, si se enlistan las características objetivas por 
importancia éstas serían: la antigüedad, el número de ejemplares o tirada de la 
edición, si es ejemplar numerado, ejemplar fuera de comercio, ejemplar firmado 
por el autor, editor o ilustrador; tipo de papel, así como cualidades del formato, 
ilustraciones y tipografía.32 O bien sus características constitutivas: 
encuadernación artística, soportes y tintas. El mayor o menor número de 
características tanto subjetivas como objetivas harán que un libro sea, absoluta o 
relativamente raro. Así las cosas, dentro de una colección de libros raros se 
encuentran aquellos de cualidades excepcionales que los convierten en únicos 
dentro del acervo. 
 Ramírez de Esparza alude a condiciones de escasez la rareza de un libro, 
ya sea porque su edición fue escasa o mínima, o bien: “su no aparición en el 
comercio de un período inferior a 10 años, o podemos comprobar, además su 
corta existencia o escasez en las grandes bibliotecas nacionales o 
especializadas.”33 
 Para investigadores y especialmente para los historiadores, las condiciones 
de rareza hacen referencia al contenido intelectual del libro y en algunos casos al 
autor, del mismo modo a las condiciones sociales de producción. Si de una obra 
histórica se trata, la importancia del autor recae en el sentido historiográfico del 
texto, por la corriente intelectual del autor, o bien por la interpretación de los 
hechos que él hace. 
 
31
 Ezcurdia y Vértiz. Op. cit., p. 33. 
32
 Ibidem. p. 33. 
33
 Ramírez de Esparza. Op. cit., p. 29. 
37 
 
 Un ejemplo de libro raro dentro del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
de la Biblioteca Central, es una edición facsimilar del Códex Seraphinianus escrito 
e ilustrado por Luigi Serafini, con introducción de Ítalo Calvino, el Códex 
Seraphinianus está rodeado de suposiciones fantásticas sobre su contenido, 
cubriéndolo de un velo de misterio por su particular composición.34 Se trata de un 
libro raro (del siglo XX). Con pocos ejemplares en cada tirada, además de 
alcanzar altos precios en cada edición; la última publicación en venta se ofrece 
con la firma del autor en cada ejemplar. Otro ejemplo de libro raro: Ramillete de 
Flores Divinas, Vidas de Sanctos, y otras obras Espirituales. Compvesto en verso, 
por Bernardo de la Vega.35 Este tipo de ejemplares varían en número de acuerdo 
a cada fondo antiguo, los libros raros ostentan un valor muy particular debido a su 
poca accesibilidad y falta de disponibilidad. 
 
 
2.3 El libro antiguo 
Desde la aparición de la escritura, los esfuerzos por aprehender el conocimiento 
fueron incesantes; tablillas de arcilla, pergamino, papiro, piel y papel, fueron 
algunos de los soportes utilizados para plasmar la escritura y hacerla transferible a 
las generaciones posteriores. El libro y su estructura actual tan sólo son la muestra 
del avance tecnológico que conjuga la escritura con el arte de la impresión; así 
 
34
 Luigi Serafini, Codex Seraphinianus, trad. Carlos Alonso, Barcelona, Franco María Ricci, 1993. Luigi Serafini 
asegura que el autor del libro es un gato que le transmitió el texto a través de telepatía. Declaraciones como 
esta han convertidoal Códex Seraphinianus en un libro rodeado de misterio en torno a su contenido. 
35
 Agustín Millares Carlo, “Dos notas de bibliografía colonial mexicana” en Filosofía y Letras. Revista de la 
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, No. 7, IV, 1942, pp. 95-107. 
38 
 
mismo dan cuenta de la fusión del libro como expresión de soporte y contenido 
intelectual de conocimiento transferible, asequible y permanente. 
 La existencia del libro y su historicidad obliga a contemplarlo de manera 
diferente según su apariencia y condición de producción. El libro antiguo emerge 
único e insustituible, e históricamente se posiciona como testigo del conocimiento 
concreto en una época determinada. De ahí, el valor del ejemplar antiguo y la 
necesidad de comprenderlo en su particularidad, “libro viejo, libro antiguo, libro 
raro, libro precioso, fondo antiguo. Todos ellos parecen sinónimos y, 
frecuentemente se usan como si lo fuesen. Sin embargo, estas denominaciones, 
que generalmente se aplican al mismo objeto, hacen referencia a aspectos 
completamente diferentes: al cronológico (viejo o antiguo) y a factores cualitativos 
(raro, singular, curioso o precioso),”36 en tanto que, la antigüedad también importa 
para el momento de producción del libro, como manuscrito ó como libro de 
producción artesanal. 
 Así como existe una clara periodización para el libro incunable, es 
necesario hacer lo mismo para el caso del libro antiguo y sus subsecuentes 
divisiones. De tal manera, la designación de libro antiguo, contiene: 
 Libro manuscrito copiado en un soporte. 
 Libros xilográficos. 
 Códices: de la edad antigua, desde el siglo X, elaborados en papiro, 
en rollo o volumen. 
 
36
 José Manuel Pedraza Gracia. “Análisis, identificación y descripción de los elementos materiales del libro 
antiguo. Tipología del libro antiguo”, en Valoración y Tasación del libro antigüo (textos y materiales), 5-9 de 
septiembre de 2005, Curso de verano de la Universidad de Zaragoza, Vicerrectorado de Proyección Social y 
Cultural, Zaragoza, Prensas universitarias de Zaragoza. p. 13. 
39 
 
 Códices: de la Edad Media, en pergamino o papel doblados como 
códex. 
 Manuscritos modernos: de la época del libro impreso, también 
llamados manuscritos de la edad moderna. 
 Libro artesanal: de confección manual, incluye el período incunable 
(1455-1500) y post incunable (1501-1550), y la producción impresa 
hasta 1800. 
 Libros impresos desde 1801 y hasta inicios del siglo XX. 
Un libro antiguo se considera así cuando posee más de cien años a partir 
de su fecha de edición.37 En cuanto a su materialidad un argumento que refuerza 
la periodización del libro antiguo, es: “hasta que la serie de cambios científicos, 
políticos y culturales que vivieron Europa y América entre finales del siglo XVIII y 
comienzos del XIX revolucionaron el mundo del libro.”38 Para Ramírez de Esparza 
fueron, la Ilustración, así como las revoluciones americana y francesa, factores 
que plasmaron cambios en el gusto de los lectores y en el contenido de los libros, 
convirtiéndolos en portadores del conocimiento científico y del debate 
revolucionario de la época. Una serie de inventos que aumentaron e hicieron más 
eficiente la fabricación del papel al reemplazar la pila holandesa por las máquinas 
impulsadas por vapor y electricidad, así como el enriquecimiento de las técnicas 
de grabado y la aparición de la imprenta mecánica que trabajaba a mayor 
velocidad y con mejores volúmenes de producción; también marcaron un antes y 
después en la historia del libro y en la Historia Universal. 
 
37
 Ramírez de Esparza. Op. cit., p. 13. 
38
 Ibidem. p. 13. 
40 
 
 Cabe recalcar que, la antigüedad de un libro obedece más a necesidades 
cronológicas y de datación, que al contenido intelectual que posee. Muchos libros 
de nuestra época pronto serán antiguos, sin embargo, muchos libros antiguos 
salidos de la imprenta in cuna poseen contenido intelectual de particular interés e 
importancia. Por otro, lado los códices precolombinos, si bien no poseen el 
formato de un libro, pueden permanecer en condiciones de conservación similares 
a la que se someten el libro y el documento antiguo, pues de igual manera se 
considera su contenido, su valor cultural, así como el material e información de los 
soportes principalmente, convirtiéndolos en objetos de preservación y resguardo.39 
 
 
2.4 Folletería 
 
Los fondos antiguos no se componen únicamente de libros o manuscritos. Dentro 
de una colección con distintos tipos de materiales puede hallarse una gran 
variedad de contenido, igualmente en la composición del soporte y de su formato. 
Los folletos u opúsculos, como también se conocen, forman un cuerpo especial 
dentro del acervo. En el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca 
Central, la folletería hace presencia en ejemplares únicos; también encontramos 
grupos de folletos encuadernados a manera de misceláneas. 
 
39
 Miguel León-Portilla expone que el barón Alexander von Humboldt pudo haber designado con el vocablo 
códices a los primeros libros de Mesoamérica, en su Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos 
indígenas de América, siguiendo a algunos bibliotecarios europeos, también hizo lo mismo Edward King en 
Antiquities of Mexico Comprising Facsimiles of Ancient Mexican Paintings and Hyeroglyphics y con mayor 
frecuencia William H. Prescott en su History of the Conquest of Mexico, León Portilla resalta como elemento 
característico de los códices mesoamericanos, las pinturas a diferencia de los europeos que no 
necesariamente las contienen. Miguel León-Portilla, Códices. Los antiguos libros del Nuevo Mundo, México, 
Aguilar, 2003, p. 12-13. 
41 
 
 Los folletos son una fuente importante de consulta para el historiador e 
investigador de la Historia de México en el siglo XIX. De manera general, los 
folletos tratan asuntos muy concretos respecto a su fecha de edición, su 
paginación es variada en relación al desarrollo del tema que hizo el autor; por 
tanto, su formato y endeble encuadernación plantean problemas para su 
conservación y acomodo para el acervo que los posee, puesto que, la mayoría son 
“pequeños cuadernos impresos, de variados tamaños, sumariamente cosidos, 
forrados tan sólo con una hojita de color, a veces primorosamente ribeteada.”40 
 Los folletos ostentan un valor privilegiado como fuente de consulta de 
primera mano, debido a la pluralidad de temas que tratan: “desde un discurso 
cívico hasta los méritos de una imagen milagrosa, desde una sentencia judicial 
hasta una tabla de tarifas aduanales, desde un modesto manual docente hasta un 
iracundo reclamo político, desde un presupuesto municipal hasta un texto de 
ley.”41 
 En otra perspectiva, la calidad del discurso histórico que posee un folleto 
reside en el momento de su redacción. Los folletos se imprimieron en talleres 
artesanales e imprentas de gran tradición, como los salidos del taller de Ignacio 
Cumplido, los impresos por Joaquín Fernández de Lizardi entre 1811 y 1827 y los 
de Esteban de Antuñano, hecho que habla de una manufactura cuantiosa y de una 
función social determinada de la información que no se divulgaba en libros o 
 
40
 Nicole Giron. “El proyecto de Folletería Mexicana del Silgo XIX: alcances y límites” en Secuencia, nueva 
época, núm. 39, sept-dic. 1997 p. 7. 
41
 Ibidem. p. 7. 
42 
 
periódicos. 42 Para Arturo Soberón Mora, el folleto es, durante el periodo de la 
cruzada intelectual de la Ilustración, el vehículo idóneo para el mensaje que se 
intenta transmitir pues, “en la arena política, el periódico y el folleto, impregnados 
de una prosa directa,liberada de los circunloquios frecuentes en el lenguaje 
académico, demostraron ser los instrumentos de mayor eficacia y penetración 
ideológica.”43 
 No obstante, José María Muriá señala que es entre los años de 1823 y 
1860, ante la falta de opciones periodísticas y la facilidad de mandar imprimir al 
taller de su preferencia, si se podía costear todo lo que alguien quisiera decir; que 
bien podría llamarse la edad de la folletería.44 
 Algunos folletos tienen pie de imprenta y otros no; en algunos es necesario 
buscar páginas adelante para localizarlo.45 Existen numerosas colecciones de 
folletería mexicana en Europa y Estados Unidos, que tratan temas nacionales en 
algún asunto particular del siglo XIX. En México son considerables las colecciones 
de folletería de la Biblioteca Pública de Jalisco46 y del fondo José María Lafragua 
de la Biblioteca Nacional de México.47 En la Biblioteca Sutro de San Francisco 
 
42
 Arturo Soberón Mora. “Las armas de la Ilustración: folletos, catecismos, cartillas y diccionarios en la 
construcción del México moderno.” En Empresa y cultura en tinta y papel (1800-1860), Laura Beatriz Suárez 
de la Torre, coord., México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Mora, Instituto de 
Investigaciones Bibliográficas, Seminario de Bibliología mexicana del siglo XIX, 2001, p. 433. 
43
 Ibidem. p. 434. 
44
 José María Muriá. “Folletería mexicana del siglo XIX”. [consultado el 15 de noviembre de 2013], disponible 
en: http://secuencia.mora.edu.mx/index.php/Secuencia/article/download/4829/3177 
45
 Nicole Giron. Op. cit., p. 8. 
46
 http://www.bpej.udg.mx/miscelaneas_busc1 
47
 http://hndm.iib.unam.mx/lafragua/ 
http://secuencia.mora.edu.mx/index.php/Secuencia/article/download/4829/3177
http://www.bpej.udg.mx/miscelaneas_busc1
43 
 
California, se halla una de las colecciones más considerables.48 Destaca también 
la colección de The Bancroft Library de la Universidad de California en Berkeley.49 
 En palabras de Anne Staples el folleto: “se usaba para tratar de influir en la 
opinión pública a la hora de pronunciamientos políticos, juicios ante tribunales, 
cuestiones de honor (el duelo panfletario casi sustituyó al duelo con armas), 
sermones, cartas pastorales, etcétera.”50 
 En concreto un folleto se reconoce como “cualquier publicación no 
periódica, que fuese superior a dos páginas e inferior o igual a 100, incluyendo 
aquellas publicados en el extranjero.”51 Aunque, en su definición de folleto, José 
Martínez de Sousa, limita el número de páginas en menos de 50: “Impreso no 
periódico que consta de más de cuatro páginas y de menos de cincuenta.”52 El 
Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central cuenta con una 
colección de 659 folletos y numerosas misceláneas recientemente clasificadas.53 
 El panfleto o folleto del siglo XIX mexicano forma parte importante de la 
historia de la lectura en México. Durante los primeros años posteriores a la 
Independencia, los hábitos de lectura y los contenidos iniciaron un cambio. Frente 
al elevado costo de los libros, los folletos fueron una alternativa de información 
 
48
 La Colección más grande de folletería mexicana fue adquirida accidentalmente por Adolph Sutro en un 
repentino viaje a México en 1889. Sutro la obtuvo a través de la compra de la librería más antigua de la 
Ciudad de México establecida a mediados del siglo XVIII por Eguiara y Eguren, la cual fue heredada a 
Eufemio Abadiano. La librería se encontraba en situación de quiebra e incluye el acervo más cuantioso de 
libros mexicanos y cerca de 30,000 folletos de los siglos XVII, XVIII y XIX de materias diversas. En: 
http://www.enmusica.unam.mx/div/img_div/biblioteca/SutroLibrary.pdf ó bien, 
https://www.library.ca.gov/ 
49
 http://bancroft.berkeley.edu/collections/westernamericana.html 
50
 Anne Staples. “La lectura y los lectores en los primeros años de vida independiente”, en Historia de la 
lectura en México, Seminario de la educación en México, México, El Colegio de México, Centro de Estudios 
Históricos, El ermitaño, 1988, p. 95 et seq. 
51
 Ibid. p. 12. 
52
 José Martínez de Sousa. Op. cit., p. 397. 
53
 Beatriz Zamora Ruiz. Op. cit., p. 67. 
http://www.enmusica.unam.mx/div/img_div/biblioteca/SutroLibrary.pdf
https://www.library.ca.gov/
http://bancroft.berkeley.edu/collections/westernamericana.html
44 
 
oportuna y accesible para una parte de la población que sabía leer, pero no podía 
adquirir libros, pues la libertad de imprenta permitía el acceso a otro tipo de 
impresiones. Sin embargo, en la mayoría de nuestras bibliotecas, el folleto no ha 
sido valorado en todas sus dimensiones y menos todavía se ha reivindicado el 
lugar que les corresponde en las que los poseen. 
 
 
2.5 Impresos sueltos 
 
Otro tipo de colección en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la 
Biblioteca Central, es la llamada Impresos Sueltos; se trata de hojas impresas 
sueltas o volanderas que a simple vista escapan a todas las normas de la edición 
formal. Este tipo de materiales presentan problemas de clasificación pues carecen 
de elementos que faciliten su catalogación, tal como se hace con el resto de los 
materiales en el fondo antiguo. José Martínez de Sousa en su Diccionario de 
bibliología y ciencias afines, las define brevemente como, publicación unitaria que 
no excede las cuatro páginas.54 
 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales, denomina impresos sueltos al 
tipo de soportes débiles u hojas impresas, que carecen de encuadernación, y cuya 
edición es efímera, perecedera y frágil, hojas impresas que conforman una 
colección de bandos gubernamentales, publicaciones de leyes y juicios, 
notificaciones militares, boletines informativos y noticiosos del siglo XIX y XX, 
 
54
José Martínez de Sousa. Diccionario de Bibliología y Ciencias Afines, 2da. ed., Salamanca, Fundación 
Germán Sánchez Ruipérez, 1993, p. 397. 
45 
 
nacionales y extranjeros. Los impresos sueltos encajan en la estructura de la 
llamada literatura gris, término acuñado en el Seminario de York que se llevó a 
cabo el año de 1978, para definir en los sentidos técnico y científico el tratamiento 
de la literatura no convencional.55 
 Bajo la categoría de literatura gris también se hallan los folletos, sin 
embargo existen puntuales definiciones desarrolladas para ese tipo específico de 
ediciones elaboradas por investigadores como Anne Staples, José María Muriá y 
Nicole Girón, las cuales ya se han mencionado. Para el caso de los impresos 
sueltos se decidió conservar la designación que utiliza el Fondo Antiguo y 
Colecciones Especiales para identificarlos, y manejar la definición de literatura gris 
tan sólo para apoyar la descripción física de materiales poco convencionales. 
 Las hojas impresas sueltas fueron designadas antes de la convención de 
York, como literatura de informes, porque se consideraba parte de esta literatura a 
los informes técnicos de naturaleza científica, empresarial, institucional, etcétera.56 
Una de las particularidades de la literatura gris es su distribución por canales 
comerciales distintos a los de otras publicaciones. La literatura gris no se emite 
dentro de los circuitos habituales de publicación comercial, razón que sitúa este 
tipo de materiales como de difícil acceso y adquisición.57 El interés por conservar 
la literatura gris se debe al carácter provisional de la información que contiene, ya 
que la Association Française de Normalisation, considera literatura gris, “al 
documento mecanografiado o impreso, a menudo de carácter provisional, del que 
 
55
 Lola García Santiago. Manual básico de literatura gris. El lado oscuro de la documentación, Gijón, TREA, 
1999, p. 16, (Bibliotecología y administracióncultural, 24). 
56
 Ibidem. p. 16. 
57
 Ibidem. p. 17. 
46 
 
se reproducen y distribuyen un número de ejemplares inferior al millar, fuera de los 
circuitos comerciales de distribución y edición.”58 Estos impresos también se 
caracterizan por: 
 Su contenido variado. 
 Corta tirada. 
 Limitado número de lectores. 
 Poco control bibliográfico. 
 Formato y presentación poco profesionales, sin datos para su 
correcta identificación. 
 Bajo costo, baja calidad del soporte e impresión. 
 Emanada de organismos, instituciones, empresas, más que de 
particulares. 
 No se encuentra recogida en bibliografías ni catálogos. 
 Difícil adquisición por su mala distribución.59 
 
 La definición de literatura gris incluye los siguientes materiales: 
 Todo tipo de informes, de investigación final, de trabajo, técnico 
 y cuadernos de trabajo. 
 Comunicados de congresos. 
 Escritos académicos. 
 Patentes. 
 Traducciones. 
 
58
 Lola García Santiago. Op. cit., p. 18. 
59
 Ibidem. p. 20. 
47 
 
 Normas. 
 Libros blancos. 
 Documentación comercial o industrial. 
 Documentación de ONG’s. 
 Reviews. 
 Folletos. 
 Hojas volantes u hojas sueltas.60 
Según la traducción propia del texto de María do Rosário Guimares se 
define la literatura gris como: “Todo documento dactilográfico o impreso, de 
carácter provisional, de los que se producen y distribuyen un número reducido de 
ejemplares, (inferior a un millar) fuera de los mecanismos comerciales de 
distribución y edición.”61 
 Los Impresos Sueltos existentes dentro de la estructura del Fondo Antiguo y 
Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, cuenta con 522 impresos y 23 
manuscritos que componen la Colección Tobías Chávez Lavista, quien fungió 
como primer director de la Biblioteca Central. Actualmente los impresos sueltos 
permanecen bajo un proceso de reorganización y el sitio digital se encuentra en 
mantenimiento. 
 Para finalizar este capítulo es necesario señalar las causas que hicieron 
necesaria la investigación sobre los aspectos cuantitativos y cualitativos de los 
fondos antiguos, especialmente, sobre el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
 
60
 Ibidem. p. 36 et seq. 
61
Maria de Rosario Guimares Almeida. Literatura Cinzenta teoría y práctica, Sao Luís, Ediçoes 
UFMA/Sousândrade, 2000, p. 174. 
48 
 
de la Biblioteca Central. Un motivo primordial, fue el escaso conocimiento sobre 
los objetos que ahí se resguardan, así como aprehender los términos con los 
cuales la Bibliotecología designa cada libro o documento; el producto de esta 
investigación contribuyó en el nivel de profesionalización del trabajo en equipo con 
prestadores de servicio social de otros colegios de la Facultad de Filosofía y 
Letras, especialmente, con el personal a cargo del Fondo Antiguo y Colecciones 
Especiales. 
 Por otro lado, las motivaciones profesionales, multiplicaron el ánimo para la 
búsqueda de literatura especializada, artículos de internet e intercambio de ideas 
con el personal de mayor experiencia en la materia, de tal manera, fue posible 
asumir la responsabilidad plena de las tareas que debía realizar en la sección del 
Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Finalmente, el 
conocimiento teórico sobre el libro antiguo y su conservación, allanaron el camino 
hacia la sensibilización y valoración del libro antiguo y su contenido cultural como 
elemento meritorio de la historia. La concientización sobre este patrimonio, es en 
parte, la contribución del quehacer histórico para con la sociedad. 
 
49 
 
Capítulo 3. La organización del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de 
la Biblioteca Central 
 
3.1 El estado del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 
 
Antes de hacer una descripción del estado en que había permanecido el Fondo 
Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central previo a los trabajos de 
evaluación, selección y estabilización es necesario apuntar el motivo por el cual la 
organización de la Colección Contemporánea se convierte en objeto de exposición 
de este trabajo. 
 En el artículo El proyecto del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central del año 
2001, su autora Isabel Chong describió el plan de trabajo para el rescate del 
Fondo Antiguo de la Biblioteca Central en conjunto con la Dirección General de 
Bibliotecas.62 Sitúa como fecha de inicio mayo de 1998 y la conformación de un 
equipo de profesionales para su rescate hacia octubre del año 2000, el propósito 
de dicho plan incluía: la descripción bibliográfica, el ordenamiento de materiales, la 
creación de bases de datos, así como la identificación de materiales antiguos; 
para rescatar, organizar y sistematizar el acervo bibliográfico que derivaría en la 
digitalización y el establecimiento de políticas y lineamentos para el debido 
desarrollo de la colección. Al mismo tiempo se proponía la capacitación de 
 
62
 Isabel Chong et al. “El proyecto del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central” en Nuestras Bibliotecas, 
Biblioteca Universitaria, México, Universidad Nacional Autónoma de México, vol. 4, No. 1, enero-junio de 
2001, p. 26-32, [Consultado el 3 de enero de 2015], disponible en: 
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28540108 
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28540108
50 
 
personal académico, administrativo y de servicio social, así como su difusión a 
través de eventos culturales. 
 En tanto, en el artículo La catalogación de libros antiguos en el catálogo 
colectivo LIBRUNAM, Margarita Hernández Herrera puntualiza el origen del 
proyecto destinado a rescatar el Fondo Antiguo de la Biblioteca Central desde abril 
de 2008, cuando se sentaron las bases bajo el mando de la Dirección General de 
Bibliotecas, la Subdirección de Servicios y la Subdirección Técnica para la 
creación del catálogo y organización bibliográfica del Fondo Antiguo y Colecciones 
Especiales de la Biblioteca Central.63 Y conformar así el Catálogo Colectivo de 
Fondos Antiguos del Sistema Bibliotecario de la UNAM, aunque después se 
consideró su incorporación al catálogo de LIBRUNAM. 
 Por las diferencias en las fechas de origen del proyecto, es posible que este 
haya recibido poca atención y fuera retomado por la Dirección General de 
Bibliotecas, tal como puede leerse en el escrito que aparece en internet con el 
título Capítulo 2, El Fondo Antiguo de la Biblioteca Central de la UNAM, 
 Tanto la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM como la Biblioteca Central han 
 estado bajo la dirección de varios estudiosos de diversas áreas, en ocasiones no del todo 
 afines con lo relacionado a las cuestiones bibliotecológicas, por tal motivo el Fondo Antiguo 
 y Colecciones Especiales de la BC se mantuvo descuidado.64 
 
63 Margarita Hernández Herrera et al. La catalogación de libros antiguos en el catálogo colectivo 
LIBRUNAM, Dirección General de Bibliotecas, Universidad Nacional Autónoma de México,[1], 
[Consultado el 3 de enero de 2015], disponible en: 
http://iibi.unam.mx/publicaciones/269/iv_encuentro_catalogacion_25_hernandez_herrera_marg
arita.html 
 
64
 Capítulo 2. Op. Cit., p. 57. 
http://iibi.unam.mx/publicaciones/269/iv_encuentro_catalogacion_25_hernandez_herrera_margarita.html
http://iibi.unam.mx/publicaciones/269/iv_encuentro_catalogacion_25_hernandez_herrera_margarita.html
51 
 
Tanto Margarita Hernández Herrera e Isabel Chong coinciden en que el 
primer eslabón para concretar la dignificación del acervo era el trabajo con la 
Colección en Reserva y la posterior incorporación de los registros bibliográficos 
correspondientes al Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Mexicano. De 
igual manera consideran los inventarios realizados en Excel de los materiales

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