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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE HISTORIA LA LABOR DEL HISTORIADOR EN LA ORGANIZACIÓN DE LIBROS ANTIGUOS. EL CASO DE LA COLECCIÓN CONTEMPORÁNEA EN LAS COLECCIONES ESPECIALES DE LA BIBLIOTECA CENTRAL TESINA Que para obtener el título de: Licenciado en Historia P R E S E N T A: JUAN CARLOS GÓMEZ REBOLLAR A S E S O R: Mtro. Salvador Reyes Equiguas México. 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 “Como estoy persuadido que la mayor desgracia que pueda sucederle a un hombre es errar su vocación, procuré acertar la mía, y hallé que no era la de escribir nada nuevo, sino compilar materiales para que otros lo hicieran; es decir, allanar el camino para que marche con más rapidez y menos estorbos el ingenio a quien esté reservada la gloria de escribir la historia de nuestro país.” Joaquín García Icazbalceta. 3 A: Martha † mujer infatigable y eterna. Mi Familia. Mis Amigos. Mis Compañeros. Mis Profesores. La Universidad Nacional Autónoma de México. La Facultad de Filosofía y Letras. El Colegio de Ciencias y Humanidades. El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Mtro. Salvador Reyes Equiguas. Dra. Adriana Álvarez Sánchez. Dra. Guadalupe Curiel Defossé. Mtra. Priscila Vargas Delgado. Mtro. Ricardo Gamboa Ramírez. Mi contemporáneo Miguel Ángel García Audelo. 4 Andreas Vesalius. De Humani Corporis Fabrica. Basel, 1543. In octavo. The Warnock Library. 5 LA LABOR DEL HISTORIADOR EN LA ORGANIZACIÓN DE LIBROS ANTIGUOS. EL CASO DE LA COLECCIÓN CONTEMPORÁNEA EN LAS COLECCIONES ESPECIALES DE LA BIBLIOTECA CENTRAL Introducción Capítulo 1. El Fondo Antiguo 1.1 Generalidades 1.2 Fondo Antiguo 1.3 Colección Especial 1.4 Colección en Reserva 1.5 Colección Contemporánea 1.6 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Misión y Estructura. Capitulo 2. Algunas tipologías dentro del Fondo Antiguo 2.1 El libro incunable 2.2 El libro raro 2.3 El libro antiguo 2.4 Folletería 2.5 Impresos sueltos Capítulo 3. Organización del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central 3.1 El estado previo del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 3.2 Organización de las Colecciones 3.3 Disposición de nuevos espacios para las Colecciones 3.4 Organización de la Colección en Reserva 3.5 Organización de los libros en formato in-folio 6 Capitulo 4. El Programa Catalogación y Transcripción de Obras Antiguas y la organización de la Colección Contemporánea 4.1 El programa Memoria del Mundo de la UNESCO 4.2 Objetivos y metas del Programa Catalogación y Transcripción de Obras Antiguas 4.3 Contexto histórico de la Colección Contemporánea 4.4 Diversidad de contenidos de la Colección Contemporánea 4.5 Algunos rasgos de procedencia de la Colección Contemporánea 4.6 Organización de la Colección Contemporánea (Método de ordenamiento) 4.7 Selección de materiales para digitalización Capitulo 5. Tareas de preservación y conservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 5.1 Causas que producen el deterioro de los libros 5.2 La preservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales (Conservación preventiva) 5.3 Actividades para la preservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 5.4 Acondicionamiento de la estantería 5.5 La conservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 5.6 Actividades para la conservación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 5.7 Limpieza profunda de ejemplares 5.8 Fumigación por nebulización e hisopo 5.9 Elaboración de cajas protectoras Conclusiones Bibliografía Anexos 7 Introducción Todo historiador que haya tenido la fortuna de trabajar con fuentes de primera mano habrá habrá gozado sin duda de una experiencia única y necesaria para llevar a buen término el oficio de escribir la Historia, sin embargo, también puede enfrentarse con la desorganización y poca atención de las cuales padece el patrimonio documental de México. Esta realidad es evidente cuando la investigación se dificulta por la falta de recursos institucionales y de personal capacitado que impiden acceder ágilmente a los archivos y acervos bibliográficos en los cuales se consignaron los hechos relevantes que dan soporte al discurso histórico. En este sentido, como historiador opté por realizar mi servicio social en el Fondo Antiguo de la Biblioteca Central, ya que ahí encontré la oportunidad profesional de poner en práctica los conocimientos adquiridos durante mi estancia en el Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, asimismo debo expresar que el contacto con el libro antiguo representó un gran acercamiento con la materia prima de la cual se vale el historiador, de esta manera, la presente tesina describe el trabajo realizado en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México, concretamente describe la organización de libros impresos desde el año 1801 y hasta 1950 denominada Colección Contemporánea, esta colección en conjunto con la Colección en Reserva, Folletería e Impresos sueltos se encuentran dentro de la Biblioteca Central y la Dirección General de Bibliotecas las designa como Fondo Antiguo. Se trata de un acervo bibliográfico y documental formado por una 8 colección de libros impresos desde el siglo XVI y hasta el siglo XX, así como colecciones de hojas impresas separadas y partituras. Este trabajo en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central permite conocer, aunque resumidamente, el proceso que ha transformado los libros impresos hasta la forma en que los conocemos actualmente, desde el ejemplar incunable que posee el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, testigo del nacimiento de las técnicas tipográficas puestas en práctica por Johannes Gutenberg en la ciudad de Maguncia el año de 1455, hasta los ejemplares impresos a lo largo de los siglos XVII y XVIII que forman parte de la Colección en Reserva, o bien aquellos producidos a partir del año 1801 y hasta 1950 considerados parte de la Colección Contemporánea. Como prestador de servicio social por parte del Colegio de Historia sometí los libros impresos desde al año 1801 hasta el año de 1950 a la evaluación de su contenido con el fin de proponer algunos ejemplares para su digitalización; aquellos relacionados con la Historia Nacional. Los compañeros del Colegio de Bibliotecología hicieron lo propio en materia de catalogación y los del Colegio de Letras Clásicas apoyaron en la traducción de portadas, por ello se habla de un proyecto multidisciplinario. La selección de ejemplares con el tema de Historia de México fue la base para organizar la Colección Contemporánea, según lo enunció en su momento la encargada del Fondo Antiguo la Licenciada Beatriz Zamora, sin embargo fuenecesario: iniciar la organización física de los ejemplares, realizar inventarios, clasificar nuevamente el acervo, así como contribuir con la estabilización de la colección a través de la intervención menor; como la elaboración de guardas protectoras, la limpieza y la fumigación. 9 La presente tesina es producto de mi participación como estudiante de la Licenciatura en Historia en el programa de Servicio Social Catalogación y Transcripción de Obras Antiguas, durante el periodo de junio de 2011 y hasta marzo de 2012. De esta manera, el primer capítulo aborda las cuestiones teóricas que definen el término de fondo antiguo como repositorios de materiales insustituibles, que por sus cualidades merecen especial dedicación para su valoración y estudio. Empleando la Bibliotecología y la historia del libro se exponen las definiciones que explican términos como el de libro incunable, colección especial, libro raro y colección en reserva tan sólo por mencionar algunas. Este reconocimiento previo forma parte de un acercamiento particular e interés profesional que pretende estimular la curiosidad de otros historiadores y estudiantes de las humanidades con la terminología más comúnmente utilizada en las bibliotecas que poseen libros antiguos y que pueden auxiliar en la descripción de la Colección Contemporánea y el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Se trata de una incursión que expone la correspondencia entre la definición de un conjunto de objetos y la manera en que está constituido, dicho de otra manera, el entendimiento de una colección en reserva es más factible en tanto se conoce lo qué es un libro antiguo y las características que este posee. El capítulo concluye con los objetivos y misión que tiene el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central como área destinada para la conservación y preservación de ejemplares únicos en su acervo. El capítulo dos describe los distintos tipos de materiales que conforman la colección de un fondo antiguo, abordando las características particulares de cada 10 material. El tercer capítulo expone los trabajos precedentes en cuanto a la organización del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central, así como los distintos procedimientos para mejorar las condiciones de la colección bibliográfica. Este apartado Incluye el panorama general del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales previo a la organización, valoración, selección y clasificación de la Colección Contemporánea; aquí se exponen los movimientos internos del acervo que hicieron posible distribuir los ejemplares de acuerdo con las demandas del programa de Servicio Social y poder así crear la Colección Contemporánea. El cuarto capítulo inicia con la descripción del programa Memoria del Mundo de la UNESCO y del programa de Servicio Social Catalogación y Transcripción de Obras Antiguas, sus objetivos y metas, así mismo los objetivos y metas individuales como prestador del servicio social. También se describe el proceso de ordenación de la Colección Contemporánea en tres etapas: valoración, selección y estabilización, por tanto en este apartado se aborda la metodología que permitió hacer una selección de ejemplares con el tema Historia de México siglo XIX y XX y aquellos que relacionan la Historia Nacional con la Historia Universal entre otros, método por el cual fue posible reunir un conjunto de ejemplares a los cuales se llama hoy Colección Contemporánea dentro del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Ya que no existe una convención que defina una colección de tipo contemporánea, esta sección pretende enumerar las características de tales ejemplares, así las cosas se lleva a cabo una descripción del libro impreso durante el siglo XIX. A través de la historia, se intenta mostrar los avances e influencias de los que fue objeto, como las innovaciones tecnológicas 11 en la imprenta y la diversidad de contenidos que se encuentran en sus páginas para expresar las transformaciones de una época en la materialidad del libro. Al concluir este capítulo se expone la nueva ordenación en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central después de iniciar la organización de la Colección Contemporánea, además de mostrar algunos ejemplos de libros digitalizados, esto con el fin de exponer los resultados finales del programa de rescate de la colección del Fondo Antiguo y Colecciones. El lector podrá observar el desarrollo de un proceso que dio inicio en el acervo, hasta culminar con la digitalización de materiales representativos de la Historia de México de los siglos XIX y XX principalmente, como resultado de un proyecto multidisciplinario. Los acervos bibliográficos merecen especial atención para depositarlos adecuadamente, para el caso del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, el proceso que permitió reunir la Colección Contemporánea hizo necesaria la implementación de medidas preservativas propias de un fondo antiguo, pues como prestador de Servicio Social en el programa Catalogación y Transcripción de Obras Antiguas se estipulaba el desempeño de actividades que auxiliaran en la estabilización del acervo como parte de los objetivos propios de proyecto de transcripción y catalogación. En el capítulo quinto el lector podrá abordar los aspectos de preservación y conservación del acervo del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central el lector podrá notar la relación que existe entre el tipo de materiales con mutilaciones o encuadernaciones especiales y las distintas técnicas que se utilizaron para estabilizar la colección con el apoyo de asesorías provistas por el Laboratorio de 12 Restauración de la Biblioteca Central. La elaboración de guardas protectoras de primer nivel, el cumplimiento de planes de limpieza del mobiliario y procedimientos de limpieza profunda de algunos ejemplares, bajo la supervisión del personal a cargo del Laboratorio de Restauración, permitió aminorar los daños presentes en la colección. La variedad de encuadernaciones y materiales que se encuentran en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales obliga al proceder de manera distinta según se trate de daño físico o bien, de un ataque de agentes bióticos, como insectos, hongos o roedores. 13 Capítulo 1. El Fondo Antiguo 1.1 Generalidades De acuerdo con observaciones propias el término fondo antiguo se utiliza para definir un conjunto de objetos de diferente naturaleza material de distintas épocas e incalculable valor cultural para una nación, una localidad o un grupo específico de personas. El principal motivo para la conservación de un fondo antiguo es el valor histórico de los materiales, y puede tratarse tanto de textos como de imágenes. La colección bibliográfica del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México, reúne estas características y por tanto, es necesario tomar acciones para su debida conservación. El tema de la presente tesina es la participación del historiador en la ordenación de colecciones de libros antiguos, en este caso particular se habla de la organización de una colección de tipo contemporánea para diferenciarla del acervo de la Colección en Reserva, mediante esta distinción se establece una frontera cronológica que divide el acervo que posee el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central en los libros impresos antes del año 1800 y aquellos impresos a partir del año 1801. Las definiciones de las que aquí nos servimos, son las más utilizadas y aceptadas en la Bibliotecología moderna para describir los objetos y organización dentro de un fondo antiguo, sin embargo la clasificación de las colecciones de un acervo antiguo a otro pueden variar, esto es posible observarlo si partimos del hechoque no existe una 14 definición oficial para una colección de tipo contemporáneo, pues debido a criterios cronológicos el conjunto de libros impresos desde el año 1801 y hasta 1950, bien podría denominarse como una colección de tipo moderno. En otras instituciones los distintos conjuntos de ejemplares se agrupan de acuerdo a convenciones cronológicas bien establecidas, así la Colección en Reserva de la Biblioteca Central puede denominarse como Colección Reservada o Fondo Reservado, como lo hace la Biblioteca Nacional para este tipo de ejemplares, tan sólo por mencionar un ejemplo. 1.2 Fondo Antiguo Los fondos antiguos son lugares en los que se encuentra material bibliográfico, libros antiguos principalmente, sin embargo pueden resguardar también: “fotografías, mapas, documentos históricos, ediciones especiales, facsimilares, microfilms, diapositivas, libros impresos en el siglo XX e incluso ediciones electrónicas. Todos estos objetos por diversas razones constituyen parte del fondo antiguo.”1 Para complementar y profundizar más en la posible variedad de fuentes resguardadas en los fondos antiguos para estudiantes e investigadores, podemos considerar a Ernesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro quienes apoyados en un cuadro de Huascar Taborga proponen dentro del rubro de las fuentes gráficas: las 1 Idalia García Aguilar. “Los fondos antiguos de las bibliotecas universitarias: Lugares desconocidos del patrimonio cultural mexicano”. En Investigación bibliotecológica, vol. 16, No. 32 enero/junio de 2002, p. 78, [consultado el 20 de agosto de 2013], disponible en: http://www.journals.unam.mx/index.php/ibi/article/view/4000 15 fuentes bibliográficas, las fuentes iconográficas y fonográficas. Los investigadores consideran como fuentes bibliográficas: obras impresas, tipográficas, mimeográficas o mecanográficas; así como las manuscritas. También agregan las fuentes iconográficas, aquellas proyectables como películas y las no proyectables como: pinturas, retratos o planos. Por último suman las fuentes fonográficas como: discos, cintas e hilos magnetofónicos.2 El acceso a los fondos antiguos es permitido bajo condiciones especiales de consulta, por ello el fondo antiguo se mantiene separado del resto de la colección general, pues el valor patrimonial de las colecciones que resguarda lo convierten en objeto especial de conservación.3 Los autores Idalia García y Miguel Ángel Rendón expresan ampliamente el valor cultural de los fondos antiguos en tres aspectos: el valor histórico, como agentes de la historia humana; el valor estético, donde las características físicas del libro le convierten en herencia del espíritu humano, por tanto debe ser conocido por las generaciones venideras como parte de su patrimonio cultural y el valor intelectual o de sus ideas, pues se convierten en vehículos de transmisión del conocimiento.4 En cuanto a su protección, el patrimonio bibliográfico de México no ha sido reivindicado en el lugar que le pertenece en; “Ley Federal sobre monumentos y 2 Ernesto de la Torre Villar, Ramiro Navarro de Anda. La investigación bibliográfica, archivística y documental. Su método. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Difusión Cultural, Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, 2008, p. 40-41, apud, Huascar Taborga, La tesis de grado. Técnica de elaboración, La Paz, Bolivia, Los amigos del libro, 1996, 257p. 3 Beatriz Zamora Ruíz, “Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central de la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México: Organización bibliográfica y preservación” inédita, México, Informe académico por actividad profesional para optar por el grado de Licenciada en Bibliotecología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2012, p. 16. 4 María Idalia García, Miguel Ángel Rendón. “El fondo antiguo: Su estructura conceptual”. En Binaria revista de comunicación, cultura y tecnología, vol. 1, [consultado el 7 de octubre de 2013], disponible en http://ru.ffyl.unam.mx:8080/jspui/bitstream/10391/315/1/rendon.pdf http://ru.ffyl.unam.mx:8080/jspui/bitstream/10391/315/1/rendon.pdf 16 zonas arqueológicas artísticas e históricas”, en su texto vigente de la última versión reformada y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de enero de 2015, se establece en el Capítulo III, De los monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos; artículo 28. Son monumentos arqueológicos los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos de la flora y de la fauna, relacionados con esas culturas.5 Como puede observarse esta primera referencia es muy amplia en cuanto a las especificaciones de los objetos que deben resguardarse, pues entre ellos pueden incluirse diversos materiales y algunos otros, por la subjetividad del artículo pueden ser excluidos. Sin embargo, en el mismo capítulo, en el artículo 36; párrafo tercero, textualmente se lee: Los documentos originales manuscritos relacionados con la historia de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el extranjero durante los siglos XVI al XIX que por su rareza e importancia para la historia mexicana, merezcan ser conservados en el país.6 A este respecto puede observarse la falta de precisión en cuanto al tipo de patrimonio que deba tener especial atención por su valor y trascendencia histórica, pues del mismo modo que lo expuesto en el artículo anterior la ley excluye de su protección todo aquel documento fuera de estas características, como libros impresos en el siglo 5 Ley Federal sobre monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos, Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972. Texto vigente. Última reforma publicada DOF 28 de enero de 2015. [consultado el 6 de julio de 2015], disponible en: http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/7dc3f003-329b-42ba-abb3- b7921ad2eda6/ley_federal_sobre_monu_arqueologicas.pdf 6 Ibidem. p. 9. http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/7dc3f003-329b-42ba-abb3-b7921ad2eda6/ley_federal_sobre_monu_arqueologicas.pdf http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/7dc3f003-329b-42ba-abb3-b7921ad2eda6/ley_federal_sobre_monu_arqueologicas.pdf 17 pasado; creando vacíos legales que pudieran mermar el patrimonio bibliográfico nacional. Juan Manuel Palma Peña escribió un artículo titulado El patrimonio cultural, bibliográfico y documental de la humanidad. Revisiones conceptuales, legislativas e informativas para una educación sobre el patrimonio,7 en su escrito, el académico expone la dificultad de definir el patrimonio documental debido al dinamismo de la herencia cultural de cada país, al tiempo que confronta las leyes nacionales y su falta de sensibilidad ante las necesidades de protección de los distintos tipos de documentos que han de protegerse. Pues el autor argumenta que tales legislaciones no cubren las necesidades en su totalidad debido a una falta de conceptualización. Este aspecto es sumamente relevante si consideramos el papel que juegan las bibliotecas en la impartición del conocimiento, pues el autor sostiene que parte del patrimonio ha servido para comunicarse, sustentar su desarrollo y al mismo tiempo transmitir el conocimiento, y la ley mexicana protege monumentos históricos, artísticos y arqueológicos, pero no considera los libros, documentos, archivos y bibliotecas; al menos que estos hayan formado parte de una institución de gobierno.8 De acuerdo con lo anterior, la falta de precisión de las leyes mexicanas con respecto a la variedad del patrimoniohistórico, refleja el poco conocimiento de las distintas manifestaciones culturales de la nación, así como una poca sensibilidad ante la realidad del ya de por sí, disminuido patrimonio bibliográfico. La legislación 7 Juan Manuel Palma Peña, El patrimonio cultural, bibliográfico y documental de la humanidad. Revisiones conceptuales, legislativas e informativas para una educación sobre el patrimonio, [Consultado el 7 de julio de 2015], disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/351/35130975003.pdf 8 Ibidem. p. 34. http://www.redalyc.org/pdf/351/35130975003.pdf 18 del patrimonio bibliográfico debe estar al tanto de los distintos objetos que se resguardan en las bibliotecas y los egresados de humanidades interesados en el tema tenemos la obligación de coordinar nuestros esfuerzos en beneficio del documento antiguo a través de su estudio y difusión de su importancia. Según Elvia Carreño Velázquez algunas características que dan valor a los impresos antiguos son: el procedimiento en la elaboración del soporte y de las hojas usando trapos u otras materias vegetales; el formato o tamaño del libro, a consecuencia de la cantidad de dobleces hechas al soporte; la composición o creación tipográfica; las ilustraciones hechas a través del grabado y la encuadernación con pergamino, piel o madera.9 José Luís Checa Cremades llega más allá de las consideraciones estéticas del libro antiguo, él reflexiona sobre las características evolutivas en la producción del libro antiguo como elementos de interés y estudio tanto de la Historia como de la Bibliotecología, subraya: la edición, la impresión, emisión y estado, ya que estos enuncian las modalidades de recepción de los lectores, aunque también considera los aspectos de la forma material y el proceso técnico de fabricación; es decir cómo se producía un libro antiguo y cómo evolucionó su fabricación.10 Ambas consideraciones complementan el valor del libro antiguo como producto del ingenio humano y como terreno fértil para la difusión y trascendencia de las ideas, pues diluyen las fronteras que relacionaron a los lectores con el libro antiguo. El proceso que conforma la elaboración del primer escrito, impresión y lectura del libro, confieren al impreso antiguo un valor trascendental para el historiador, pues ayudan a 9 Elvia Carreño Velázquez. Coord., Los fondos bibliográficos antiguos. Manual de procedimientos, México, Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A.C., 2007, [6]. 10 José Luís Checa Cremades. El libro antiguo, Madrid, Acento Editorial, 1999, p. 29. 19 descubrir el transcurso inicial en la historia de la lectura y los hábitos de los lectores, asimismo la manera en que se difundía el conocimiento y los medios por los cuales los lectores tenían acceso a éste. De manera superficial puede advertirse el innegable valor que el documento escrito e impreso antiguo posee para los autores arriba citados, aunque caben resaltar algunas coincidencias entre ellos, como es la consideración de las fuentes electrónicas de las que hacen mención Idalia García y los autores Ernesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro, esto debe tomarse como una consecuencia del ineludible paso del tiempo, que habrá de considerar otro tipo de fuentes para su resguardo e investigación histórica debido al uso de nuevas tecnologías utilizadas como soportes de la información, como es el caso de los microfilms y las fuentes tanto proyectables como fonográficas de instituciones especializadas. Por otro lado, en otras de sus definiciones, Elvia Carreño, Miguel Ángel Rendón e Idalia García convergen en que el valor de una fuente se complementa tanto por su contenido intelectual, su valor histórico y material. Por otro lado, José Luís Checa considera al libro antiguo como un objeto digno de estudio por el conjunto de sus características físicas. Conjuntamente las definiciones anteriores complementan la descripción de los objetos que resguarda un fondo antiguo, sin embargo dejar fuera otro tipo de documentos o soportes, como las ediciones electrónicas puede dificultar en un futuro no muy lejano, la reflexión sobre la definición de un fondo antiguo y el tipo de documentos que puede llegar a resguardar; así como la propia evolución de la estructura de un fondo antiguo. 20 1.3 Colección Especial Las Colecciones Especiales son llamadas así a partir de criterios de contenido o materialidad, más que por su antigüedad. Su valor intelectual y relevancia significativa les hace objeto de permanecer en un área de conservación donde se restringe su acceso. Las colecciones especiales pueden estar integradas por: facsimilares, “material raro, antiguo, a veces monotemático, único e históricamente valioso. Por lo general incluye material insustituible tal como documentos, manuscritos e impresos de tirada muy limitada.”11 Así como materiales audiovisuales, auditivos y gráficos; también material de archivo que por su antigüedad temática, rareza, riqueza, etcétera,12 merece tratamiento y uso diferentes.13 Recordemos que el Fondo Antiguo de la Biblioteca Central agrega a su título el de Colecciones Especiales, algunas de ellas son: la colección bibliográfica Tobías Chávez Lavista, Colección Especial de Cocina Mexicana creada por el doctor Javier Taboada en 1990, Colección Especial de Arte con 1,096 registros y libros desde el año 1804 y hasta 1950, la Colección Ezequiel A. Chávez, la Colección Rústica que destaca por sus ediciones príncipes de imprentas tales como: Botas, Viuda Ch. Bouret, Espasa Calpe, M. Aguilar, Javier Morata, Caro Raggio y Talleres Gráficos de la Nación entre otras, también se incluyen la 11 Manuel de Ezcurdia y Vértiz, Margarita Maass Moreno. Las Colecciones Especiales, México, Secretaría de Educación Pública, Dirección General de Bibliotecas, 1987, p. 13. (Temas de Bibliotecología. 5). 12 Ibidem. p. 13. 13 Lizbeth Jazmín Luis Ríos. “Las colecciones especiales. Material de apoyo didáctico hipertextual para la asignatura de Bibliografía Mexicana, siglo XVI-XIX”, México, Informe académico de apoyo a la docencia para optar por el grado de Licenciada en Bibliotecología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2009, p. 22. 21 Colección de Partituras y la Colección de Obra Dramática,14 y finalmente las ediciones del Fondo UNAM. En el caso de la Colección Tobías Chávez su conservación se debe a la importancia de haber pertenecido a un universitario distinguido. La importancia de la colección del Fondo UNAM, radica en su significado histórico para la Universidad. La Colección de la Imprenta Universitaria, es una rica colección formada con los impresos bajo el sello de la Universidad, desde sus inicios en la difusión de la cultura como institución de educación superior. Otra cualidad de las colecciones especiales, es su contribución a la formación de una institución académica o dependencia gubernamental, y convertirse con el paso del tiempo en patrimonio documental. Al tratarse de fuentes primarias de un alto valor, sea por su rareza o temática su acceso es restringido.15 Dentro de la variedad de las colecciones especiales puede considerarse: el valor institucional de los documentos pues contribuyen con la reconstrucción de organismos públicos y privados, el valor testimonial e intelectual del personaje que produjo la documentación, el valor evolutivo de las ideas de un tema en específico y la diversidad del conocimiento en una determinada época. 14 Capítulo 2 El fondo antiguo [consultado el 20 de noviembre de 2014] disponible en 132.248.9.195/pd2007/0614605/A5.pdf 15 Lizbeth Jazmín Luís Ríos Op. cit., p. 22.22 1.4 Colección en Reserva La definición de una colección en reserva, hace referencia a la cronología e historicidad del libro; puede contener códices (medievales o precolombinos), libros xilográficos, manuscritos, libros incunables (siglo XV), libros de los siglos XVI, XVII y XVIII hasta el año 1800, en ésta colección se considera el valor histórico y artístico de su contenido. 16 La Colección en Reserva permanece reunida y organizada en un lugar específico y posee una catalogación bibliográfica particular, como la descripción de títulos y el autor, así como la mención que se hace de las signaturas que posee. Este tipo de colección goza de especial interés por parte de investigadores y estudiosos, pues la época de su producción brinda especial fidelidad como fuente de consulta. La Colección en Reserva se distingue de las otras al poseer títulos con un particular contenido intelectual, libros de excepcionales cualidades estéticas, pero, especialmente, por reunir la producción impresa entre los siglos XVI y XVIII. La principal característica de la Colección en Reserva es su pertenencia al periodo de la imprenta manual, es decir, su cuerpo bibliográfico ha sido elaborado con métodos artesanales o bien; refleja las primeras innovaciones de la imprenta primitiva de Gutenberg. Si consideramos el tipo de ejemplares que se ajustan a una colección en reserva debemos suponer su original contenido y considerarlas como únicas dentro del acervo de una biblioteca, pues, aunque algunas colecciones pueden contener uno o varios títulos semejantes, una colección en reserva, en conjunto 16 Beatriz Zamora Ruiz. Op. cit., p. 19. 23 nunca será idéntica a otra, por consiguiente aumenta la variedad de contenidos y temáticas dispersas en otras estanterías del mundo. Otro punto a reflexionar es el nivel de divulgación de las obras impresas en un determinado taller, y así poder descubrir los métodos por los cuáles un impreso llegaba a un lugar distinto del de su impresión y por ende los mecanismos comerciales vigentes en cada época. 1.5 Colección Contemporánea Como en otras colecciones, en la Colección Contemporánea de la Biblioteca Central se evidencia el devenir histórico del libro en una época particular, pues en ella se entremezclan tanto los métodos de producción artesanal como industrial del impreso, ello se debe principalmente a la desigual difusión de la tecnológica de la imprenta y las distintas técnicas en la producción de papel. Los libros bajo esta categoría, considerados contemporáneos, son aquellos que se imprimieron entre 1801 y 1950 principalmente. En esta colección algunos de los ejemplares se encuentran empastados al estilo holandés y otros en pasta dura, también hay algunas ediciones en encuadernación rústica. Se compone principalmente de material bibliográfico además de algunos manuscritos y manuscritos mecánicos, aunque destaca un ejemplar hecho con noticias recortadas de distintos periódicos referentes a la Intervención Francesa en México, se titula La question mexicaine, se compone de dos tomos de hojas blancas empastadas sobre las cuales se pegaron los fragmentos noticiosos de manera cronológica. Del mismo modo, la Colección Contemporánea se distingue por los temas de Historia de México siglos 24 XIX y XX, y las ediciones de la Imprenta Universitaria entre otras, es decir la Colección Contemporánea es un conjunto de colecciones temáticas que se ajustan al periodo cronológico entre 1801 y 1950. En los ejemplares de la Colección Contemporánea se encuentran casi todos los formatos o tamaños de libros, desde los grandes folios hasta el treintaidosavo. La mayoría de las tapas son de color rojo o café con letras doradas sobre el lomo de los libros donde se incluyen el título, el autor y figuras de flores y marcos a manera de ornamentos, lo cual puede indicar un estilo particular de encuadernación, aunque también se encuentran algunas de belleza particular con aplicaciones de madera y tapas interiores con papel de textura y relieves especiales. La calidad del papel es variada, en algunos es posible distinguir las marcas propias del papel fabricado de manera artesanal, así como la textura y el grosor del papel que se utilizaba en el siglo XIX, en otros, la acidez ha comenzado a producir estragos debido a la utilización de celulosa en la elaboración del soporte volviendo las hojas quebradizas y amarillentas debido a los efectos de la producción industrial del libro. Algunas obras aún conservan la antigua etiqueta de sus primeras clasificaciones, donde se especifica la materia, el estante y el número de charola; es recomendable conservar las etiquetas que contiene un libro de tales características pues forman parte de la historia particular de un ejemplar. Las ilustraciones que acompañan los textos de estos ejemplares fueron elaboradas por medio de grabados, a simple vista es posible distinguir diferencias en la elaboración de las imágenes, como aquellas escasamente coloreadas. Entre sus páginas se halla una gran diversidad de testigos (objetos depositados entre las páginas del libro, principalmente de papel), por ejemplo: flores, fotografías, 25 volantes, notas de pago e imágenes religiosas, los testigos no deben separarse del libro pues forman parte de su historia, tampoco es recomendable cambiarlos de páginas pues existen distintos tipos de papel que pueden ocasionar una desestabilización química a las páginas del ejemplar. Asimismo puede observarse en algunos ejemplares anotaciones hechas por los propietarios que decidieron donarlos, escribiendo con perfecta letra cursiva atentas dedicatorias, en otros ejemplares sus hojas contienen dibujos de flores, poemas, e incluso dibujos obscenos y anotaciones con relación al texto o renglones subrayados. Los distintos ejemplos de exlibris o marcas de propiedad van desde sellos con el nombre del autor, como es el caso de los libros de Balbino Dávalos, otro tipo de exlibris son el autógrafo del propietario o una imaginativa etiqueta colocada al final del libro tan sólo con las iniciales o el nombre completo del propietario. Debido a que una parte de este material alguna vez formó parte de la Colección General y estuvieron en circulación, como objetos de préstamo algunos conservan su boleta con las fechas del trámite, así como la firma, el nombre y número de cuenta de quien solicitó este servicio. 26 Margen superior izquierdo: detalles de registros en el lomo del ejemplar utilizados en distintos procesos de clasificación. Margen superior derecho: ejemplo de exlibris, registros de donación y marcas de propiedad de la Biblioteca. Abajo margen inferior izquierdo: anotaciones para efectos de control al interior del acervo. Margen inferior derecho: ejemplo de ilustración utilizando grabados. La Colección Contemporánea forma parte del acervo que se denomina Fondo Antiguo y Colecciones Especiales, tal designación es un criterio cronológico y de organización. Actualmente el piso 12 lado poniente de la Biblioteca Central es 27 depositaria de este conjunto pues el poco espacio a impedido reunir en un sólo lugar la totalidad del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales. Las características arriba mencionadas no son exclusivas de los libros impresos desde el año 1801 y hasta 1950, la relación de tales cualidades tan sólo pretende reunir algunas observaciones hechas en la colección con el fin de aproximar al lector con el objeto de estudio y brindar una imagen aproximada del tipo de libros que se trata. 1.6 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Misión y Estructura. Algunos ejemplares con que cuenta el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central son provenientes de distintas institucionesy facultades. Los pisos 9 y 12 del lado poniente son depositarios de las colecciones del Fondo Antiguo. En su reglamento, la Biblioteca Central establece en su artículo tercero del Capítulo II como misión: Proporcionar a la comunidad universitaria recursos documentales y servicios de información de manera eficiente y oportuna, que permitan apoyar las tareas sustantivas de la universidad de docencia, investigación y difusión y extensión de la cultura, así como hacer extensivos estos beneficios a la sociedad en general.17 17 Reglamento de la Biblioteca Central, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección General de Bibliotecas, 2005, p. 1. 28 En cuanto a su estructura la Biblioteca Central es una subdirección de la Dirección General de Bibliotecas, entre las subdirecciones Técnica, Informática, de Planeación y Servicios Especializados; de manera interna la Biblioteca Central se divide en seis departamentos: Selección y Adquisición Bibliográfica, Circulación Bibliográfica, Consulta, Tesis, Publicaciones Periódicas y el de Turno Especial, sin embargo el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales no cuenta aún con el nombramiento de departamento, tal como se muestra en el organigrama de la institución.18 Parte de los avances en la organización del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central de la UNAM. 18 Capítulo 2. Op. Cit. p., 55. 29 Organigrama de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM, donde se aprecia el rango institucional del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales. Al interior el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales se divide como sigue: Dirección General de Bibliotecas Subdirección de Servicios Especializados Subdirección de Planeación Subdirección de Biblioteca Central Subdirección de Informática Subdirección Técnica Departamento de Selección y Adquisición Departamento de Circulación Bibliográfica Departamento de Consulta Departamento de Publicaciones Periódicas Departamento de Tesis Fondo Antiguo y Colecciones Especiales Departamento de Turno Especial Fondo Antiguo y Colecciones Especiales Colección en Reserva Colecciones Especiales Partituras Impresos Sueltos Colección Contemporánea 30 Esquema de los distintos conjuntos que componen el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, en él pueden observarse las distintas secciones que se agrupan bajo esta denominación. A grandes rasgos, este es el panorama que describe los fondos antiguos, los objetos y las colecciones que se hallan en él. Las características enumeradas anteriormente pretenden acercar al lector con las nociones esenciales de las cuales la Bibliotecología y otras disciplinas como la Historia pueden valerse. Se ha descrito en conjunto el concepto de fondo antiguo, pero también es necesario ahondar sobre en las características individuales de los grupos más representativos que pueden apreciar al interior de este tipo de acervos. Una muestra de los avances en la organización de la Colección Contemporánea, en la imagen pueden apreciarse, el etiquetado especial, el ordenamiento por clasificación y algunos ejemplares con guardas de primer nivel. 31 Capitulo 2. Tipologías dentro del fondo antiguo 2.1 El libro incunable Dentro de un fondo antiguo, destacan por su antigüedad y particulares técnicas de elaboración los primeros libros impresos, o también llamados libros incunables. El libro incunable es producto de un largo proceso de creación. En este apartado recurriremos, necesariamente a la historia del libro, para explicar el fenómeno de los primeros impresos y a través de ella advertiremos el concepto de libro incunable. El libro incunable es fruto del llamado periodo de la imprenta manual, es decir, se trata de los primeros ejemplares de la imprenta primitiva que Gutenberg puso en práctica en la ciudad de Maguncia en el año de 1455; de este periodo destaca la Biblia de Gutenberg o también llamada de 42 líneas.19 Según Francisco Asín Ramírez de Esparza, el término incunable fue usado por primera vez por el holandés Cornelio van Beughen para un repertorio en Incunabula Typographiae editada en Ámsterdam en 1688.20 Para Sebastian Brant, Incunabula Iuris es el término para referirse a una obra de introducción a las leyes; más no a un producto impreso antiguo. Bernhard von Mallinckrodt denominó a los primeros tiempos de la imprenta como prima typographiae incunabula y estableció 19 Jacques Lafaye. Albores de la imprenta. El libro en España y Portugal y sus posesiones de ultramar (siglos XV y XVII), México, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 24. (Sección de Obras de Historia). 20 Francisco Asín Ramírez de Esparza. El comercio del libro antiguo, Madrid, Arco/Libros, 2008, p. 20, (Instrumenta blibliográfica). 32 el año 1500 como el final del período.21 La raíz de la palabra incunable no hace referencia específica al libro, como producto primigenio de la imprenta, sino al alba de la invención del arte de imprimir. Aunque los términos incunabulum, el libro en su cuna e incunabula, es decir, cuna, se utilicen para señalar a los primeros impresos cabe señalar que es el arte que da forma al libro el que está en su cuna; la tipografía. Así, Manuel de Olaguibel, asegura, “como se comprende, desde luego, se les da este nombre porque salieron a la luz en el mismo siglo que salió la imprenta,”22 Otra etimología es la de paleotipos, del griego palaios que significa antiguo y týpos, que resulta en modelo.23 El término incunable encierra una historia en sí mismo. Los avances tecnológicos de la imprenta, la tipografía y el desarrollo del libro, inauguraron una primera etapa en el arte de la impresión primitiva que va desde el año 1455 hasta el de 1500; desde el punto de vista bibliográfico se considera una convención cronológica que nos sirve como referencia en la historia del libro. Posterior al 28 de octubre de 1462, día en que Adolfo II de Nassau tomó e incendió la ciudad de Maguncia, comenzó el éxodo de los tipógrafos de la época por toda Europa e inició el período del libro incunable; a partir de ese momento, la aparición de talleres en distintas ciudades fue paulatina.24 Después de Maguncia, Johannes Mentelin se estableció en Estrasburgo entre 1458 y 1460. En 1460 o 1461 Albrecht Pfister en Bamberg, Ulrich Zell en 21 Ferdinand Geldner. Manual de Incunables. Introducción al mundo de la imprenta primitiva, trad. Juan Luís Winkow Hauser, Madrid, Arco/Libros, 1998, p. 15, (Colección Instrumenta Bibliográfica). 22 Manuel de Olaguibel. Impresiones Celebres y libros raros, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1991, p. 35. 23 Los incunables: La imprenta en su cuna, Bogotá, Ministerio de Cultura, Biblioteca Nacional de Colombia, 2008, p. 8. 24 José Martínez de Sousa. Pequeña historia del libro, 3ra. reimp. Gijón, TREA, 1999, p. 85. (Bibliotecología y Administración Cultural. 33). 33 Colonia hacia 1466, en Augsburgo Günter Zainer llevó la imprenta en 1468, este mismo año Berthold Ruppel de Hannau fundó la tipografía en Basilea. El arte de imprimir llegó a Italia en 1467 con dos alemanes Conrad Shweinheim y Arnold Pannartz establecidos en la Abadía de Subiaco cercana a Roma. Venecia contó con imprenta en 1469, Nápoles en 1470, Milán y Florencia en 1471. En la Universidad de la Sorbona el prior Johann Heynlin la instaló en 1470.25 La difusión de la tipografía siguió extendiéndose entre 1480 y 1485 a varias ciudades de Europa. Océano Atlántico Expansión de la Imprenta por Europa Golfo de Vizcaya MarMediterráneo Mar Tirreno Mar Jónico Mar Egeo Mar Negro Mar del Norte Adriático Mar Londres 1499 Portugal 1489 Sevilla 1477 Barcelona 1473 Valencia 1474 Zaragoza 1473 Tours 1496 París 1470 Islandia 1531 Suecia 1483 Génova 1516 Roma 1467 Venecia 1469 Moscú 1560Mar Báltico Maguncia 1455 Hungría 1473 Milán 1471 Fráncfort 1462 Dinamarca 1463 Moravia 1500 Bohemia 1475 Nápoles 1470 Toulouse Basilea Ruán Lovaina Colonia Deventer Bamberg Núremberg Salamanca 1480 Lyon Oxford Mapa de Europa y las principales ciudades que contaron con imprenta a partir de su funcionamiento en la ciudad de Maguncia en 1455, las fechas son aproximadas.26 25 Historia Universal. vol. 13, “Orígenes de la imprenta” La era de los descubrimientos europeos. Las luchas de religión, Lima, Salvat, 2005, p. 178. 26 Ibid. 34 Debido al arribo desigual de la imprenta a distintas ciudades tanto de Europa como de América, se ha utilizado el término incunable aún rebasando la frontera del año 1500. Tal es el caso de los incunables americanos, ya que la primera imprenta en América se estableció en la Nueva España el año de 1539. Como empleado de Juan Cromberger, Juan Pablos (Giovani Paoli) estuvo al frente del primer taller de impresión en la Nueva España, el cual funcionó con una sola prensa para la que no se elaboraron tipos nuevos y las planchas grabadas en madera eran “material viejo del taller sevillano”,27 es posible que el efecto de tal tecnología en la producción de los impresos novohispanos haga referencia al término de incunables, y que similar situación se haya repetido en otras latitudes de América, más que obedecer a la estructura cronológica del libro. “En Iberoamérica el término incunable, se refiere a las primeras ediciones de un país en que el inicio de la actividad tipográfica puede datar de un año cualquiera de los siglos XVI al XVIII.”28 Y se considera que un libro incunable puede tratarse del primero en una ciencia o rama del conocimiento. Los incunables intentaron reproducir las características de los manuscritos, objetos muy preciados en la sociedad medieval. No obstante, para la Incunabulogía, el periodo entre los años 1501 a 1550 el de los post-incunables comienza a reflejar cambios en su morfología, contenido y calidad del impreso. De la misma manera la clasificación de libros post-incunables se ciñe a la temporalidad de la actividad tipográfica en cada país o ciudad. El período post- incunable, es la frontera en el escenario de la imprenta mecánica, aunque los 27 Augusto Jurado. La imprenta, orígenes y evolución. Madrid, CAPTA, 1999, p. 127. 28 Julián Martín Abad. La descripción de impresos antiguos: Análisis y aplicaciones del ISBD (A), Madrid, Arco/Libros, 2008, p. 11. 35 adelantos tecnológicos y las mejoras en la calidad de impresión confirieron cualidades únicas a los libros incunables. Según Manuel de Olaguibel, durante el período post-incunable, la edición impresa deja de estar sujeta al influjo del modelo manuscrito, “la tipografía se libera de este ejemplo, orientándose según sus propias leyes inmanentes.”29 En el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, destaca el incunable, Las siete partidas de Alfonso X el sabio, impreso en Sevilla por Meinardo Ungut Alamano y Lançalao Polono, en el año de 1491, en folio, este ejemplar se distingue por la encuadernación en madera, además de ser el único ejemplar de esta época en el Fondo Antiguo. 2.2 El libro raro Una colección especial puede contar con ejemplares especialmente raros, calificados como tales por su valor excepcional de la edición o por una belleza particular. Según el Diccionario de la Lengua Española, el término raro, puede significar algo extraordinario, poco común o frecuente, también lo escaso en su clase o especie, lo insigne, sobresaliente o excelente en su línea.30 En Bibliotecología la rareza de un libro se define por características objetivas y subjetivas. Si se consideran las características subjetivas, se enumeran las siguientes: la importancia del autor, la reputación del editor, importancia del tema, así como singularidad y excelencia del tratamiento del tema, tan solo por 29 Manuel de Olaguibel, Op. cit., p. 16. 30 Diccionario de la Lengua Española, Real Academia de la Lengua, Madrid, Espasa Calpe, 1992, p. 1224. 36 mencionar algunas.31 En tanto, si se enlistan las características objetivas por importancia éstas serían: la antigüedad, el número de ejemplares o tirada de la edición, si es ejemplar numerado, ejemplar fuera de comercio, ejemplar firmado por el autor, editor o ilustrador; tipo de papel, así como cualidades del formato, ilustraciones y tipografía.32 O bien sus características constitutivas: encuadernación artística, soportes y tintas. El mayor o menor número de características tanto subjetivas como objetivas harán que un libro sea, absoluta o relativamente raro. Así las cosas, dentro de una colección de libros raros se encuentran aquellos de cualidades excepcionales que los convierten en únicos dentro del acervo. Ramírez de Esparza alude a condiciones de escasez la rareza de un libro, ya sea porque su edición fue escasa o mínima, o bien: “su no aparición en el comercio de un período inferior a 10 años, o podemos comprobar, además su corta existencia o escasez en las grandes bibliotecas nacionales o especializadas.”33 Para investigadores y especialmente para los historiadores, las condiciones de rareza hacen referencia al contenido intelectual del libro y en algunos casos al autor, del mismo modo a las condiciones sociales de producción. Si de una obra histórica se trata, la importancia del autor recae en el sentido historiográfico del texto, por la corriente intelectual del autor, o bien por la interpretación de los hechos que él hace. 31 Ezcurdia y Vértiz. Op. cit., p. 33. 32 Ibidem. p. 33. 33 Ramírez de Esparza. Op. cit., p. 29. 37 Un ejemplo de libro raro dentro del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, es una edición facsimilar del Códex Seraphinianus escrito e ilustrado por Luigi Serafini, con introducción de Ítalo Calvino, el Códex Seraphinianus está rodeado de suposiciones fantásticas sobre su contenido, cubriéndolo de un velo de misterio por su particular composición.34 Se trata de un libro raro (del siglo XX). Con pocos ejemplares en cada tirada, además de alcanzar altos precios en cada edición; la última publicación en venta se ofrece con la firma del autor en cada ejemplar. Otro ejemplo de libro raro: Ramillete de Flores Divinas, Vidas de Sanctos, y otras obras Espirituales. Compvesto en verso, por Bernardo de la Vega.35 Este tipo de ejemplares varían en número de acuerdo a cada fondo antiguo, los libros raros ostentan un valor muy particular debido a su poca accesibilidad y falta de disponibilidad. 2.3 El libro antiguo Desde la aparición de la escritura, los esfuerzos por aprehender el conocimiento fueron incesantes; tablillas de arcilla, pergamino, papiro, piel y papel, fueron algunos de los soportes utilizados para plasmar la escritura y hacerla transferible a las generaciones posteriores. El libro y su estructura actual tan sólo son la muestra del avance tecnológico que conjuga la escritura con el arte de la impresión; así 34 Luigi Serafini, Codex Seraphinianus, trad. Carlos Alonso, Barcelona, Franco María Ricci, 1993. Luigi Serafini asegura que el autor del libro es un gato que le transmitió el texto a través de telepatía. Declaraciones como esta han convertidoal Códex Seraphinianus en un libro rodeado de misterio en torno a su contenido. 35 Agustín Millares Carlo, “Dos notas de bibliografía colonial mexicana” en Filosofía y Letras. Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, No. 7, IV, 1942, pp. 95-107. 38 mismo dan cuenta de la fusión del libro como expresión de soporte y contenido intelectual de conocimiento transferible, asequible y permanente. La existencia del libro y su historicidad obliga a contemplarlo de manera diferente según su apariencia y condición de producción. El libro antiguo emerge único e insustituible, e históricamente se posiciona como testigo del conocimiento concreto en una época determinada. De ahí, el valor del ejemplar antiguo y la necesidad de comprenderlo en su particularidad, “libro viejo, libro antiguo, libro raro, libro precioso, fondo antiguo. Todos ellos parecen sinónimos y, frecuentemente se usan como si lo fuesen. Sin embargo, estas denominaciones, que generalmente se aplican al mismo objeto, hacen referencia a aspectos completamente diferentes: al cronológico (viejo o antiguo) y a factores cualitativos (raro, singular, curioso o precioso),”36 en tanto que, la antigüedad también importa para el momento de producción del libro, como manuscrito ó como libro de producción artesanal. Así como existe una clara periodización para el libro incunable, es necesario hacer lo mismo para el caso del libro antiguo y sus subsecuentes divisiones. De tal manera, la designación de libro antiguo, contiene: Libro manuscrito copiado en un soporte. Libros xilográficos. Códices: de la edad antigua, desde el siglo X, elaborados en papiro, en rollo o volumen. 36 José Manuel Pedraza Gracia. “Análisis, identificación y descripción de los elementos materiales del libro antiguo. Tipología del libro antiguo”, en Valoración y Tasación del libro antigüo (textos y materiales), 5-9 de septiembre de 2005, Curso de verano de la Universidad de Zaragoza, Vicerrectorado de Proyección Social y Cultural, Zaragoza, Prensas universitarias de Zaragoza. p. 13. 39 Códices: de la Edad Media, en pergamino o papel doblados como códex. Manuscritos modernos: de la época del libro impreso, también llamados manuscritos de la edad moderna. Libro artesanal: de confección manual, incluye el período incunable (1455-1500) y post incunable (1501-1550), y la producción impresa hasta 1800. Libros impresos desde 1801 y hasta inicios del siglo XX. Un libro antiguo se considera así cuando posee más de cien años a partir de su fecha de edición.37 En cuanto a su materialidad un argumento que refuerza la periodización del libro antiguo, es: “hasta que la serie de cambios científicos, políticos y culturales que vivieron Europa y América entre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX revolucionaron el mundo del libro.”38 Para Ramírez de Esparza fueron, la Ilustración, así como las revoluciones americana y francesa, factores que plasmaron cambios en el gusto de los lectores y en el contenido de los libros, convirtiéndolos en portadores del conocimiento científico y del debate revolucionario de la época. Una serie de inventos que aumentaron e hicieron más eficiente la fabricación del papel al reemplazar la pila holandesa por las máquinas impulsadas por vapor y electricidad, así como el enriquecimiento de las técnicas de grabado y la aparición de la imprenta mecánica que trabajaba a mayor velocidad y con mejores volúmenes de producción; también marcaron un antes y después en la historia del libro y en la Historia Universal. 37 Ramírez de Esparza. Op. cit., p. 13. 38 Ibidem. p. 13. 40 Cabe recalcar que, la antigüedad de un libro obedece más a necesidades cronológicas y de datación, que al contenido intelectual que posee. Muchos libros de nuestra época pronto serán antiguos, sin embargo, muchos libros antiguos salidos de la imprenta in cuna poseen contenido intelectual de particular interés e importancia. Por otro, lado los códices precolombinos, si bien no poseen el formato de un libro, pueden permanecer en condiciones de conservación similares a la que se someten el libro y el documento antiguo, pues de igual manera se considera su contenido, su valor cultural, así como el material e información de los soportes principalmente, convirtiéndolos en objetos de preservación y resguardo.39 2.4 Folletería Los fondos antiguos no se componen únicamente de libros o manuscritos. Dentro de una colección con distintos tipos de materiales puede hallarse una gran variedad de contenido, igualmente en la composición del soporte y de su formato. Los folletos u opúsculos, como también se conocen, forman un cuerpo especial dentro del acervo. En el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, la folletería hace presencia en ejemplares únicos; también encontramos grupos de folletos encuadernados a manera de misceláneas. 39 Miguel León-Portilla expone que el barón Alexander von Humboldt pudo haber designado con el vocablo códices a los primeros libros de Mesoamérica, en su Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América, siguiendo a algunos bibliotecarios europeos, también hizo lo mismo Edward King en Antiquities of Mexico Comprising Facsimiles of Ancient Mexican Paintings and Hyeroglyphics y con mayor frecuencia William H. Prescott en su History of the Conquest of Mexico, León Portilla resalta como elemento característico de los códices mesoamericanos, las pinturas a diferencia de los europeos que no necesariamente las contienen. Miguel León-Portilla, Códices. Los antiguos libros del Nuevo Mundo, México, Aguilar, 2003, p. 12-13. 41 Los folletos son una fuente importante de consulta para el historiador e investigador de la Historia de México en el siglo XIX. De manera general, los folletos tratan asuntos muy concretos respecto a su fecha de edición, su paginación es variada en relación al desarrollo del tema que hizo el autor; por tanto, su formato y endeble encuadernación plantean problemas para su conservación y acomodo para el acervo que los posee, puesto que, la mayoría son “pequeños cuadernos impresos, de variados tamaños, sumariamente cosidos, forrados tan sólo con una hojita de color, a veces primorosamente ribeteada.”40 Los folletos ostentan un valor privilegiado como fuente de consulta de primera mano, debido a la pluralidad de temas que tratan: “desde un discurso cívico hasta los méritos de una imagen milagrosa, desde una sentencia judicial hasta una tabla de tarifas aduanales, desde un modesto manual docente hasta un iracundo reclamo político, desde un presupuesto municipal hasta un texto de ley.”41 En otra perspectiva, la calidad del discurso histórico que posee un folleto reside en el momento de su redacción. Los folletos se imprimieron en talleres artesanales e imprentas de gran tradición, como los salidos del taller de Ignacio Cumplido, los impresos por Joaquín Fernández de Lizardi entre 1811 y 1827 y los de Esteban de Antuñano, hecho que habla de una manufactura cuantiosa y de una función social determinada de la información que no se divulgaba en libros o 40 Nicole Giron. “El proyecto de Folletería Mexicana del Silgo XIX: alcances y límites” en Secuencia, nueva época, núm. 39, sept-dic. 1997 p. 7. 41 Ibidem. p. 7. 42 periódicos. 42 Para Arturo Soberón Mora, el folleto es, durante el periodo de la cruzada intelectual de la Ilustración, el vehículo idóneo para el mensaje que se intenta transmitir pues, “en la arena política, el periódico y el folleto, impregnados de una prosa directa,liberada de los circunloquios frecuentes en el lenguaje académico, demostraron ser los instrumentos de mayor eficacia y penetración ideológica.”43 No obstante, José María Muriá señala que es entre los años de 1823 y 1860, ante la falta de opciones periodísticas y la facilidad de mandar imprimir al taller de su preferencia, si se podía costear todo lo que alguien quisiera decir; que bien podría llamarse la edad de la folletería.44 Algunos folletos tienen pie de imprenta y otros no; en algunos es necesario buscar páginas adelante para localizarlo.45 Existen numerosas colecciones de folletería mexicana en Europa y Estados Unidos, que tratan temas nacionales en algún asunto particular del siglo XIX. En México son considerables las colecciones de folletería de la Biblioteca Pública de Jalisco46 y del fondo José María Lafragua de la Biblioteca Nacional de México.47 En la Biblioteca Sutro de San Francisco 42 Arturo Soberón Mora. “Las armas de la Ilustración: folletos, catecismos, cartillas y diccionarios en la construcción del México moderno.” En Empresa y cultura en tinta y papel (1800-1860), Laura Beatriz Suárez de la Torre, coord., México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Mora, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Seminario de Bibliología mexicana del siglo XIX, 2001, p. 433. 43 Ibidem. p. 434. 44 José María Muriá. “Folletería mexicana del siglo XIX”. [consultado el 15 de noviembre de 2013], disponible en: http://secuencia.mora.edu.mx/index.php/Secuencia/article/download/4829/3177 45 Nicole Giron. Op. cit., p. 8. 46 http://www.bpej.udg.mx/miscelaneas_busc1 47 http://hndm.iib.unam.mx/lafragua/ http://secuencia.mora.edu.mx/index.php/Secuencia/article/download/4829/3177 http://www.bpej.udg.mx/miscelaneas_busc1 43 California, se halla una de las colecciones más considerables.48 Destaca también la colección de The Bancroft Library de la Universidad de California en Berkeley.49 En palabras de Anne Staples el folleto: “se usaba para tratar de influir en la opinión pública a la hora de pronunciamientos políticos, juicios ante tribunales, cuestiones de honor (el duelo panfletario casi sustituyó al duelo con armas), sermones, cartas pastorales, etcétera.”50 En concreto un folleto se reconoce como “cualquier publicación no periódica, que fuese superior a dos páginas e inferior o igual a 100, incluyendo aquellas publicados en el extranjero.”51 Aunque, en su definición de folleto, José Martínez de Sousa, limita el número de páginas en menos de 50: “Impreso no periódico que consta de más de cuatro páginas y de menos de cincuenta.”52 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central cuenta con una colección de 659 folletos y numerosas misceláneas recientemente clasificadas.53 El panfleto o folleto del siglo XIX mexicano forma parte importante de la historia de la lectura en México. Durante los primeros años posteriores a la Independencia, los hábitos de lectura y los contenidos iniciaron un cambio. Frente al elevado costo de los libros, los folletos fueron una alternativa de información 48 La Colección más grande de folletería mexicana fue adquirida accidentalmente por Adolph Sutro en un repentino viaje a México en 1889. Sutro la obtuvo a través de la compra de la librería más antigua de la Ciudad de México establecida a mediados del siglo XVIII por Eguiara y Eguren, la cual fue heredada a Eufemio Abadiano. La librería se encontraba en situación de quiebra e incluye el acervo más cuantioso de libros mexicanos y cerca de 30,000 folletos de los siglos XVII, XVIII y XIX de materias diversas. En: http://www.enmusica.unam.mx/div/img_div/biblioteca/SutroLibrary.pdf ó bien, https://www.library.ca.gov/ 49 http://bancroft.berkeley.edu/collections/westernamericana.html 50 Anne Staples. “La lectura y los lectores en los primeros años de vida independiente”, en Historia de la lectura en México, Seminario de la educación en México, México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, El ermitaño, 1988, p. 95 et seq. 51 Ibid. p. 12. 52 José Martínez de Sousa. Op. cit., p. 397. 53 Beatriz Zamora Ruiz. Op. cit., p. 67. http://www.enmusica.unam.mx/div/img_div/biblioteca/SutroLibrary.pdf https://www.library.ca.gov/ http://bancroft.berkeley.edu/collections/westernamericana.html 44 oportuna y accesible para una parte de la población que sabía leer, pero no podía adquirir libros, pues la libertad de imprenta permitía el acceso a otro tipo de impresiones. Sin embargo, en la mayoría de nuestras bibliotecas, el folleto no ha sido valorado en todas sus dimensiones y menos todavía se ha reivindicado el lugar que les corresponde en las que los poseen. 2.5 Impresos sueltos Otro tipo de colección en el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, es la llamada Impresos Sueltos; se trata de hojas impresas sueltas o volanderas que a simple vista escapan a todas las normas de la edición formal. Este tipo de materiales presentan problemas de clasificación pues carecen de elementos que faciliten su catalogación, tal como se hace con el resto de los materiales en el fondo antiguo. José Martínez de Sousa en su Diccionario de bibliología y ciencias afines, las define brevemente como, publicación unitaria que no excede las cuatro páginas.54 El Fondo Antiguo y Colecciones Especiales, denomina impresos sueltos al tipo de soportes débiles u hojas impresas, que carecen de encuadernación, y cuya edición es efímera, perecedera y frágil, hojas impresas que conforman una colección de bandos gubernamentales, publicaciones de leyes y juicios, notificaciones militares, boletines informativos y noticiosos del siglo XIX y XX, 54 José Martínez de Sousa. Diccionario de Bibliología y Ciencias Afines, 2da. ed., Salamanca, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1993, p. 397. 45 nacionales y extranjeros. Los impresos sueltos encajan en la estructura de la llamada literatura gris, término acuñado en el Seminario de York que se llevó a cabo el año de 1978, para definir en los sentidos técnico y científico el tratamiento de la literatura no convencional.55 Bajo la categoría de literatura gris también se hallan los folletos, sin embargo existen puntuales definiciones desarrolladas para ese tipo específico de ediciones elaboradas por investigadores como Anne Staples, José María Muriá y Nicole Girón, las cuales ya se han mencionado. Para el caso de los impresos sueltos se decidió conservar la designación que utiliza el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales para identificarlos, y manejar la definición de literatura gris tan sólo para apoyar la descripción física de materiales poco convencionales. Las hojas impresas sueltas fueron designadas antes de la convención de York, como literatura de informes, porque se consideraba parte de esta literatura a los informes técnicos de naturaleza científica, empresarial, institucional, etcétera.56 Una de las particularidades de la literatura gris es su distribución por canales comerciales distintos a los de otras publicaciones. La literatura gris no se emite dentro de los circuitos habituales de publicación comercial, razón que sitúa este tipo de materiales como de difícil acceso y adquisición.57 El interés por conservar la literatura gris se debe al carácter provisional de la información que contiene, ya que la Association Française de Normalisation, considera literatura gris, “al documento mecanografiado o impreso, a menudo de carácter provisional, del que 55 Lola García Santiago. Manual básico de literatura gris. El lado oscuro de la documentación, Gijón, TREA, 1999, p. 16, (Bibliotecología y administracióncultural, 24). 56 Ibidem. p. 16. 57 Ibidem. p. 17. 46 se reproducen y distribuyen un número de ejemplares inferior al millar, fuera de los circuitos comerciales de distribución y edición.”58 Estos impresos también se caracterizan por: Su contenido variado. Corta tirada. Limitado número de lectores. Poco control bibliográfico. Formato y presentación poco profesionales, sin datos para su correcta identificación. Bajo costo, baja calidad del soporte e impresión. Emanada de organismos, instituciones, empresas, más que de particulares. No se encuentra recogida en bibliografías ni catálogos. Difícil adquisición por su mala distribución.59 La definición de literatura gris incluye los siguientes materiales: Todo tipo de informes, de investigación final, de trabajo, técnico y cuadernos de trabajo. Comunicados de congresos. Escritos académicos. Patentes. Traducciones. 58 Lola García Santiago. Op. cit., p. 18. 59 Ibidem. p. 20. 47 Normas. Libros blancos. Documentación comercial o industrial. Documentación de ONG’s. Reviews. Folletos. Hojas volantes u hojas sueltas.60 Según la traducción propia del texto de María do Rosário Guimares se define la literatura gris como: “Todo documento dactilográfico o impreso, de carácter provisional, de los que se producen y distribuyen un número reducido de ejemplares, (inferior a un millar) fuera de los mecanismos comerciales de distribución y edición.”61 Los Impresos Sueltos existentes dentro de la estructura del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central, cuenta con 522 impresos y 23 manuscritos que componen la Colección Tobías Chávez Lavista, quien fungió como primer director de la Biblioteca Central. Actualmente los impresos sueltos permanecen bajo un proceso de reorganización y el sitio digital se encuentra en mantenimiento. Para finalizar este capítulo es necesario señalar las causas que hicieron necesaria la investigación sobre los aspectos cuantitativos y cualitativos de los fondos antiguos, especialmente, sobre el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales 60 Ibidem. p. 36 et seq. 61 Maria de Rosario Guimares Almeida. Literatura Cinzenta teoría y práctica, Sao Luís, Ediçoes UFMA/Sousândrade, 2000, p. 174. 48 de la Biblioteca Central. Un motivo primordial, fue el escaso conocimiento sobre los objetos que ahí se resguardan, así como aprehender los términos con los cuales la Bibliotecología designa cada libro o documento; el producto de esta investigación contribuyó en el nivel de profesionalización del trabajo en equipo con prestadores de servicio social de otros colegios de la Facultad de Filosofía y Letras, especialmente, con el personal a cargo del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales. Por otro lado, las motivaciones profesionales, multiplicaron el ánimo para la búsqueda de literatura especializada, artículos de internet e intercambio de ideas con el personal de mayor experiencia en la materia, de tal manera, fue posible asumir la responsabilidad plena de las tareas que debía realizar en la sección del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central. Finalmente, el conocimiento teórico sobre el libro antiguo y su conservación, allanaron el camino hacia la sensibilización y valoración del libro antiguo y su contenido cultural como elemento meritorio de la historia. La concientización sobre este patrimonio, es en parte, la contribución del quehacer histórico para con la sociedad. 49 Capítulo 3. La organización del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central 3.1 El estado del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales Antes de hacer una descripción del estado en que había permanecido el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central previo a los trabajos de evaluación, selección y estabilización es necesario apuntar el motivo por el cual la organización de la Colección Contemporánea se convierte en objeto de exposición de este trabajo. En el artículo El proyecto del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central del año 2001, su autora Isabel Chong describió el plan de trabajo para el rescate del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central en conjunto con la Dirección General de Bibliotecas.62 Sitúa como fecha de inicio mayo de 1998 y la conformación de un equipo de profesionales para su rescate hacia octubre del año 2000, el propósito de dicho plan incluía: la descripción bibliográfica, el ordenamiento de materiales, la creación de bases de datos, así como la identificación de materiales antiguos; para rescatar, organizar y sistematizar el acervo bibliográfico que derivaría en la digitalización y el establecimiento de políticas y lineamentos para el debido desarrollo de la colección. Al mismo tiempo se proponía la capacitación de 62 Isabel Chong et al. “El proyecto del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central” en Nuestras Bibliotecas, Biblioteca Universitaria, México, Universidad Nacional Autónoma de México, vol. 4, No. 1, enero-junio de 2001, p. 26-32, [Consultado el 3 de enero de 2015], disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28540108 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28540108 50 personal académico, administrativo y de servicio social, así como su difusión a través de eventos culturales. En tanto, en el artículo La catalogación de libros antiguos en el catálogo colectivo LIBRUNAM, Margarita Hernández Herrera puntualiza el origen del proyecto destinado a rescatar el Fondo Antiguo de la Biblioteca Central desde abril de 2008, cuando se sentaron las bases bajo el mando de la Dirección General de Bibliotecas, la Subdirección de Servicios y la Subdirección Técnica para la creación del catálogo y organización bibliográfica del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la Biblioteca Central.63 Y conformar así el Catálogo Colectivo de Fondos Antiguos del Sistema Bibliotecario de la UNAM, aunque después se consideró su incorporación al catálogo de LIBRUNAM. Por las diferencias en las fechas de origen del proyecto, es posible que este haya recibido poca atención y fuera retomado por la Dirección General de Bibliotecas, tal como puede leerse en el escrito que aparece en internet con el título Capítulo 2, El Fondo Antiguo de la Biblioteca Central de la UNAM, Tanto la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM como la Biblioteca Central han estado bajo la dirección de varios estudiosos de diversas áreas, en ocasiones no del todo afines con lo relacionado a las cuestiones bibliotecológicas, por tal motivo el Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la BC se mantuvo descuidado.64 63 Margarita Hernández Herrera et al. La catalogación de libros antiguos en el catálogo colectivo LIBRUNAM, Dirección General de Bibliotecas, Universidad Nacional Autónoma de México,[1], [Consultado el 3 de enero de 2015], disponible en: http://iibi.unam.mx/publicaciones/269/iv_encuentro_catalogacion_25_hernandez_herrera_marg arita.html 64 Capítulo 2. Op. Cit., p. 57. http://iibi.unam.mx/publicaciones/269/iv_encuentro_catalogacion_25_hernandez_herrera_margarita.html http://iibi.unam.mx/publicaciones/269/iv_encuentro_catalogacion_25_hernandez_herrera_margarita.html 51 Tanto Margarita Hernández Herrera e Isabel Chong coinciden en que el primer eslabón para concretar la dignificación del acervo era el trabajo con la Colección en Reserva y la posterior incorporación de los registros bibliográficos correspondientes al Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Mexicano. De igual manera consideran los inventarios realizados en Excel de los materiales
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