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Odontología preventiva Dra. Bertha Yoshiko Higashida Hirose Médico Cirujano Profesora de Educación para la Salud UNAM segunda edición MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • LISBOA MADRID • NUEVA YORK • SAN JUAN • SANTIAGO AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI SAN FRANCISCO • SINGAPUR • ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO Odontología preventiva Director editorial: Javier de León Fraga Editor sponsor: Gabriel Romero Hernández Supervisora de edición: Norma Leticia García Carbajal Supervisor de producción: José Luis González Huerta Diseño de portada: Victor Ortiz NOTA La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para recabar información sobre los valores normales. OdONtOLOGía pReVeNtiVa prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita del editor. deReCHOS ReSeRVadOS © 2009 respecto a la segunda edición por, McGRaW-HiLL iNteRaMeRiCaNa editOReS, S.a. de C.V. a subsidiary of The McGraw-Hill Companies, Inc. prolongación paseo de la Reforma 1015, torre a, piso 17, Col. desarrollo Santa Fe, delegación Álvaro Obregón C.p. 01376, México, d.F. Miembro de la Cámara Nacional de la industria editorial Mexicana, Reg. Núm. 736 ISBN 13: 978-970-10-6927-1 1234567890 048765432109 impreso en México printed in Mexico A la memoria de mis padres A mi hijo y su familia A Jorge Capítulo 1 Odontología preventiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 Capítulo 2 asepsia y antisepsia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Capítulo 3 proceso salud-enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Capítulo 4 Historia natural de la enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Capítulo 5 introducción a la inmunología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Capítulo 6 placa dentobacteriana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Capítulo 7 ecología, demografía y salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Capítulo 8 Caries dental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121 Capítulo 9 Medidas preventivas en odontología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 Capítulo 10 introducción al método científico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 Capítulo 11 epidemiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 Capítulo 12 Bioestadística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235 Capítulo 13 Historia clínica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 anexo. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSa2-1994 para la prevención y el Control de enfermedades Bucales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293 Contenido de acuerdo con los datos de la Organización Mun- dial de la Salud (OMS), México se encuentra entre los países con alto rango de frecuencia de enfermedades bucales. Éstas se hallan entre las cinco de mayor de- manda de atención en los servicios de salud. en muchas ocasiones los individuos acuden al odontólogo cuando la enfermedad está avanzada, lo cual implica molestias, pérdida de tiempo, ausentis- mo en la escuela o en el trabajo, e incluso se eleva el costo de la atención bucal. La mayoría de las enfermedades bucales pueden ser controladas con actividades preventivas primarias y secundarias (diagnóstico temprano y tratamiento oportuno), por lo que la odontología debe hacer énfa- sis en la prevención integral. Prólogo en la actualidad, el autocuidado de la salud ha co- brado gran importancia, de ahí que se deba insistir en el fomento de hábitos, valores y actitudes favorables a la salud. entre los valores que se deben inculcar están el amor a la vida, al propio cuerpo y a la salud, por lo que la odon- tología preventiva debe resaltar la importancia de la sa- lud bucal como parte de la salud integral del individuo. en esta obra me he permitido proporcionar al- gunas bases, no sólo para cumplir con los objetivos y contenidos de un programa, sino para brindar al alumno una visión más completa del proceso salud- enfermedad en el ser humano, al considerarlo como una unidad biopsicosocial que forma parte de una fa- milia y una comunidad. Odontología preventiva Odontología preventiva 1 Odontología preventiva Antecedentes históricos de la odontología La palabra odontología proviene de los términos odon- tos (diente) y logos (tratado o estudio), por lo cual eti- mológicamente significa tratado o estudio de los dien- tes. Sin embargo, la odontología es ciencia y arte a la vez: por una parte, requiere de fundamentos teóricos y concepciones científicas acertadas y comprobadas; por otra, exige habili dad y manejo de técnicas y procedi- mientos para ejecutar ideas relacionadas no sólo con los dien tes, sino con todas las estructuras de la boca. La revisión de la historia de la odontología reve- la ya entre los egipcios la existencia de mé dicos cuyas prácticas curativas de los dientes se enfocaban al tra- tamiento de caries, enferme dades periodontales, abs- cesos periapicales y abrasiones intensas. En Babilonia, el Códice de Hammurabi men ciona sanciones para el médico que causara la pérdida de un diente, lo cual hace suponer que los dientes eran órganos muy valorados. Los dientes entre los hebreos simbolizaban fuerza y belleza. En libros como el Talmud se mencionan as- pectos preventivos, por ejemplo, “el abuso del vinagre debe evitarse, pues es tan dañino a los dientes como el humo a los ojos”, y al igual que en el “Corpus Hi- pocraticus” grie go, se recomendaba al máximo evitar la extrac ción de los dientes. Por su parte, los romanos aconsejaron el uso de un polvo llamado “nitrium” para pulir los dientes, así como de un palillo de dientes en- tre un platillo y otro; ade más, remplazaban los dientes perdidos con piezas dentales de ternera o carnero o con próte sis removibles en lámina de oro. La medicina y la odontología alcanzaron un gran adelanto en la primera escuela médica fun dada en el siglo x: la Escuela de Salerno. Se utili zaban instrumen- tos para tratar los abscesos, así como para la limpieza dental. Albucasis reco mendó realizarel aseo de los dientes con la cor teza de un árbol que tenía propieda- des astrin gentes. En México, durante la época prehispánica se con- cedía gran importancia a una dentadura completa y se obturaban las cavidades con pol vo de dientes. Asimis- mo, se han encontrado muchos vestigios de dientes adornados con incrustaciones y tallados. Según los datos relativos a la prevención, la limpie- za de la “toba” o sarro dental ya se reali zaba en el siglo xvi. En Inglaterra, en el siglo xvii, el barbero cirujano Charles Allen escribió el primer libro que menciona reglas para la pre servación de los dientes. El “Florilegio medicinal”, escrito por fray Juan de Esteyneffer, menciona tratamientos, pero la prácti- ca odontológica permanecía alejada de los avances científicos y técnicos que existían en otras partes del mundo. El odontólogo era consi derado charlatán y sacamuelas. Fue hasta el si glo xix cuando se regula- rizó la actividad del barbero cirujano, la cual debía registrarse en el “Protomedicado”; sin embargo, muy pocos re unían los requisitos. En esa época las caries se trataban con áci dos, ál- calis o calor directo y se obturaban con materiales de poca duración; también se ven día el “agua para blanquear y fortificar la den tadura”, así como el “elíxir odontológico” para el dolor de dientes y encías, contra el sarro y para prevenir el escorbuto. Capítulo 1 2 Capítulo 1 Los primeros odontólogos surgieron en la se gunda mitad del siglo xix y empezaron a reali zar publicacio- nes; así, en 1894, Mariano N. Ruiz escribió La dentadura natural y artificial, manera de conservarla y repararla. En el siglo xx se elaboró el plan de estudios para la enseñanza de la odontología con pro pósitos curati- vos. En 1916, la Facultad Odon tológica contempló ya la enseñanza de la higie ne, aunque de manera secun- daria. Por fin, hacia 1960, se valoró la importancia de la prevención y la salud pública. En la Se cretaría de Sa- lubridad y Asistencia de México, durante la adminis- tración del doctor José Álvarez Amézquita, se creó la Dirección de Odon tología cuyos objetivos fueron: impulsar el desarrollo de procedimientos preventivos en los diferentes departamentos dentales correspon- dientes a los centros de salud del país; divulgar, sobre todo en el ámbito escolar, los principios higiénicos para fomentar la salud dental, y es tudiar la viabilidad de la fluoración del agua potable o la sal de consumo. En los últimos años, la enseñanza de la odon tología se ha modificado. Así, se concede impor tancia a la promoción de la salud y a la prevención de las enferme- dades; por ello, en el primer año de la licencia tura el estudiante está obligado a llevar un curso de odon- tología preventiva y sa lud bucal. Este tipo de cursos tiene como obje tivo lograr que el futuro odontólogo valore la importancia de la prevención para disminuir la frecuencia de enfermedades bucales en los aspectos individual y colectivo, y de ese modo identificar dicha prevención como parte esen cial de la salud. Definición La odontología preventiva es actitudes, aspecto que comprende el cambio en la escala de valores, cuyo valor más alto es el mantenimiento de la salud bucal. Se puede definir como la suma to tal de esfuerzos por promover, mantener y res taurar la salud del individuo mediante la pro moción, el mantenimiento y la restitu- ción de la salud bucal. Por lo general, las personas acuden a con sulta odontológica cuando padecen caries avan zada o sus complicaciones, y muchas veces lo hacen cuando ya es imposible conservar los dientes. Por ello, la tendencia actual de la odon tología es la prevención. Entre las razones que tienen las personas para evitar al odontólogo se encuentran: Negligencia personal. El tratamiento dental se percibe como costoso. Pesimismo e ignorancia respecto de la enfermedad y el tratamiento dental. Duda sobre los motivos y reacciones del odontólo- go acerca del paciente. Miedo y ansiedad de naturaleza consciente e in- consciente. Retroalimentación negativa o declaraciones in- tranquilizadoras sobre la odontología recibidas de amigos o fa miliares. Pérdida de la confi anza en el odontólogo debido a: Tratamiento previo ineficaz o mal efectuado. Trabajo anterior de corta durabilidad. Tratamientos y extracciones innecesarias o du- dosas. Cobro elevado de honorarios por un tratamien- to ine ficaz. Experiencias previas dolorosas. Conductas negativas del odontólogo (por ejem- plo, regaño por una deficiente higiene oral). La filosofía de la odontología preventiva incluye: 1. Considerar al paciente como unidad y no como un conjunto de dientes enfermos. 2. Si el paciente tiene una boca sana, tratar de con- servar la salud. 3. Diagnosticar y tratar lesiones lo más pronto po- sible. 4. Rehabilitar al paciente. 5. Dar educación para la salud del individuo, la fa- milia y la comunidad. Importancia de la odontología preventiva y niveles de prevención Se consideran problemas de salud pública en el mun- do los siguientes: 1. Caries dental. 2. Enfermedad periodontal. 3. Anomalías dentofaciales. • • • • • • • Odontología preventiva 3 4. Maloclusiones. 5. Cáncer bucal. 6. Malformaciones de tejidos dentales. 7. Traumatismos maxilofaciales. 8. Fluorosis dental. De ese modo, resulta que la caries dental y la en- fermedad periodontal son las enferme dades más fre- cuentes en la población, por lo cual existen muchas personas con caries sin obturar y desdentadas. Tam- bién son comunes el cáncer bucal y las maloclusiones. Lo más importante de estos padecimientos es que pudieron evitarse. Un programa de odontología preventiva debe rea- lizarse en dos niveles: el hogar y el con sultorio. Las medidas a seguir en el hogar incluyen: 1. Práctica de una higiene bucal correcta, uso de den- tífricos y, cuando se requiera, enjua gues con flúor. 2. Dieta adecuada. 3. Tratamiento de cualquier enfermedad potencial- mente perjudicial para las estructuras de la boca. 4. Acudir a las citas con el odontólogo. El odontólogo debe considerar al paciente como una unidad biopsicosocial, es decir, como un ser hu- mano completo, y por ello debe pre guntar a ese pa- ciente qué espera del odontólogo y cuáles son sus co- nocimientos y sus temores. Asimismo, el programa en el consultorio debe con templar: 1. Control de placa dentobacteriana. 2. Aplicación de diferentes métodos preventi vos, entre ellos uso de fluoruro en distintos medios. 3. Instrucción al paciente acerca de dietas y ali- mentación. 4. Aplicación de pruebas para valorar activi dad de caries. 5. Uso de selladores en fosetas y fisuras. 6. Educación y enseñanza para el paciente. 7. Seguimiento o control con una frecuencia defi- nida. Uno de los objetivos primordiales de un pro grama de odontología preventiva consiste en ayudar al pa- ciente a mejorar los hábitos que contribuyen al man- tenimiento de la salud bucal. Por tanto, es necesario enseñarle a re conocer la existencia de estados inde- seables en su boca, a comprender cómo se producen y a controlarlos. Respecto al aprendizaje, Bloom estableció seis nive- les: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación. Por desgracia, la mayoría de las personas tiene conocimientos y comprende, por ejem- plo, que son necesarios el cepillado y el uso del hilo dental; muchas demuestran cómo se hace (nivel de aplicación), pero no lo practican; tampoco ana lizan, sintetizan ni evalúan estas actividades. Para que una persona pueda aprender debe tener motivación, que se puede definir como el conoci- miento y la voluntad interiores para actuar, es decir, un impulso interior que impele a una persona a sa- tisfacer una necesidad. El odontólogo tiene que reconocer el esfuer zo de los sujetos que tienen una boca sana. También debe estar consciente de que las personas tienen necesidades, en- tre ellas: fisioló gicas, de seguridad, de reconocimiento social, de autoestima y de autorrealización (fig.1-1). Abraham Maslow veía al organismo como un todo orga nizado e integrado y no sólo como una colección de órganos y funciones separadas. Se refería a las ne- cesidades como las fuerzas internas de una perso na que llevan a la acción. Consideraba que una per so- na realiza acciones para satisfacer estas necesidades, las cuales pueden ser: De autorrealización De autoestima De reconocimiento social De seguridad Fisiológicas Figura 1-1. Necesidades del individuo se gún Maslow. 4 Capítulo 1 1. Fisiológicas o de supervivencia, es decir, aquellas que son vitales, como comer, beber agua, tener la temperatura adecuada, el sueño, etc. 2. De seguridad, por ejemplo, tener tranquilidad, vivienda, trabajo, etc. 3. De reconocimiento social, que incluyen la necesi- dad de amor y pertenencia social. 4. De autoestima, que incluye un sentimiento de va- lor personal, logros, dignidad, confianza, destre- za, competencia, prestigio y nivel social. 5. De autorrealización, es decir, tendencia positiva hacia al desarrollo, conocimientos, alcanzar la cima en el campo de desempeño, etc. El individuo satisface por sí solo las necesi dades fisiológicas, como el hambre y la sed, en tre otras, y de manera similar trata de cumplir con sus requeri- mientos de seguridad, como vi vienda, trabajo, etc. El odontólogo puede desempeñar una función muy esencial en la motivación del paciente para satisfacer necesi dades sociales, como pertenecer a un grupo, ser aceptado y reconocido, lograr autoestima y dig nidad: una boca sana, un aliento fresco y una sonrisa agrada- ble son importantes para alcan zar aceptación social y mejorar la autoestima. Problemas de salud bucal en América e importancia de la prevención En 1990, la Organización Mundial de la Salud infor- mó que sólo una de cada 10 personas tiene la totali- dad de sus dientes sanos y obturados. La caries dental constituye una enfermedad de carácter universal, ma- nifiesta su ataque desde el primer año de vida, afecta más o me nos al 91% de la población mayor de cinco años de edad y es más frecuente entre las personas de cinco a 14 años de edad. Las enfermedades periodontales ocurren con fre- cuencia en personas de mayor edad; sin embargo, junto con la caries constituyen problemas graves de salud, no sólo por su ca rácter mutilador, sino por las complicaciones sistémicas generadas. Es imposible resolver esos problemas con la mera atención odontológica curativa, ya sea a través de ins- tituciones de salud públicas o privadas. La situación es más grave si se ana liza la baja cantidad de recursos humanos en focada a brindar atención. Distribución de la caries a nivel mundial Según datos de la OMS, la caries es la enfermedad más frecuen te. Con base en el índice CAOD a los 12 años de edad, los dientes cariados + ausentes + obturados de un total de sujetos examinados tenía como objetivo llegar a índices menores de 2. En Europa, casi todos los países tienen índices me- nores de 2. En países de América, Estados Unidos tie- ne un índice de 1.4 y Canadá de 3.4. En cambio, en México el índice es de 4.5 a 6 y pre- dominan los dientes cariados sin obturar. En Centroamérica y Sudamérica se tiene un índice de 5 y más, con excepción de Argentina y Cuba. En África, este índice varía entre los diferentes paí- ses, desde menos de 1.5 hasta 4. Esto mismo se observa en Asia, donde hay países que tienen un índice entre 3.5 y 5, hasta otros que tie- nen de 0.9 a 1.8. En Australia el índice es de 1.2. Asepsia y antisepsia 5 Asepsia y antisepsia Conceptos El odontólogo debe proteger a sus pacientes de las infecciones, pero también corre el peligro de que las personas estén enfermas o sean portadoras, es de- cir, que alberguen en su organis mo algún agente pató- geno (capaz de producir enfermedad) sin tener mani- festaciones clínicas. Por ello, la manera más segura de evitar ries gos es considerar a todos los pacientes como contaminantes potenciales. La transmisión de la infección puede llevar se a cabo: 1. De paciente a odontólogo. 2. De odontólogo a paciente. 3. De paciente a paciente. Por otra parte, el odontólogo, como miembro de un equipo de salud, no debe negar atención a pacien- tes con enfermedades infecciosas, como infección por hepatitis B o por virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Por ello, debe cono cer muy bien las medidas de asepsia y antisepsia. En este sentido, es necesario revisar los siguientes conceptos: infección, asepsia, antisepsia y con taminación cruzada. Infección es la entrada y desarrollo o mul tiplicación de un agente patógeno biológico en el organismo de una persona o un animal, y el afectado puede tener manifesta ciones clínicas (enfermedad infecciosa) o carecer de ellas. La in fección no manifiesta sólo puede identificarse por métodos de laboratorio o pruebas es- pecíficas, por lo cual se le conoce también como infec- ción asintomática, inaparente u oculta. La presencia de agentes infecciosos vivos en la superficie del cuerpo, en prendas de vestir o artículos sucios no constituye infección sino contaminación. Asepsia es el estado libre de infección; cons tituye el método de prevenir infecciones mediante la destruc- ción o evitación de agentes patógenos, principalmen- te por medios físicos. El material aséptico no posee microorganismos vivos ni sus formas de resistencia y permite tra bajar con asepsia. Antisepsia es el conjunto de procedimientos o mé- todos que disminuyen o destruyen micro organismos en tejidos vivos. Al utilizar produc tos bacteriostáticos o germicidas en las perso nas se realiza antisepsia. En el ámbito odontológico, los principales tipos de exposición a microorganismos patóge nos o poten- cialmente patógenos son: 1. Accidente percutáneo con objetos cortantes o punzantes contaminados. 2. Salpicadura de productos biológicos conta mina- dos hacia la mucosa conjuntival. 3. Aerosolización y posterior inhalación de pro- ductos biológicos contaminados. 4. Exposición de piel lesionada a productos bio- lógicos contaminados. 5. Contaminación del campo operatorio como con- secuencia de accidente percutáneo o le siones cu- táneas exudativas o vesiculares del odontólogo. Lo anterior obliga a conocer el concepto de con- taminación cruzada, que consiste en el paso de un agente infeccioso de una persona a otra a través de un objeto, instrumento o material contaminado. Para prevenirla es indispensable: Capítulo 2 6 Capítulo 2 1. Reducir el campo de contaminación. Para dismi- nuir la dispersión de aerosoles, gotas y salpicadu- ras debe colocarse al paciente en posición correc- ta y, en caso necesario, utilizar succión y un dique de hule. El campo de contaminación también dis- minuye si se evi ta el contacto con objetos, como teléfonos o agendas, durante los procedimientos opera torios. Si es imprescindible utilizar dichos objetos deben colocarse otros guantes. 2. Lavarse las manos. 3. Utilizar instrumental y material desechable siem- pre que sea posible. 4. Manejar de manera adecuada y cuidadosa todo el material e instrumental punzocortante. 5. Realizar los procedimientos de limpieza, des- infección y esterilización adecuados a las ca racte- rísticas del equipo e instrumental conta minado. Esterilización y desinfección La esterilización es el proceso usado para des truir toda forma de vida microbiana, por ejem plo, virus, bacte- rias, hongos y esporas en cual quier parte u objeto. La desinfección consiste en eliminar las for mas ve- getativas de los microorganismos pató genos en todos los ambientes, materias o par tes en que sean nocivas y en diversos niveles de actividad biocida. Los desinfec- tantes de nivel biocida bajo, como los compuestos de amonio cuaternario, son sustancias que sólo destru- yen formas vegetativas de ciertos microorganismos ambientales o superficiales comunes, pero no tienen efecto en virus o microorganismos resis tentes, como el virus de la hepatitis B o las micobacterias. Los des- infectantesde nivel biocida intermedio (p. ej., los com- puestos clorados, yodóforos y fenoles) tienen mayor poder por que inactivan a los microorganismos men- cionados. Por último, los antisépticos de nivel biocida alto inactivan a todos los microor ganismos y a las es- poras bacterianas; un ejem plo de ellos es el glutaralde- hído al 2% durante seis a 10 h. Antes de establecer qué objetos deben este rilizarse y cuáles deben desinfectarse es indis pensable tener en cuenta la siguiente clasificación: 1. Objetos críticos. Es el instrumental que penetra tejidos blandos o duros de la boca, por ejemplo: explorador, espejo, bisturí, fresas, fór ceps y, en general, instrumental quirúrgico. Requieren de esterilización. 2. Objetos semicríticos. Son los que tocan pero no penetran tejidos blandos o duros, por ejemplo, el condensador de amalgama y la pieza de mano. Es preferible esterilizarlos pero pueden someter- se a desinfección de nivel alto. 3. Objetos no críticos. Son las manijas de la lám- para, aparato de rayos X, mesa de trabajo, etc. Puede aplicarse en ellos la desinfección de nivel intermedio. Cuadro 2-1. Temperaturas y tiempos mínimos recomendados para la esterilización por calor de instrumentos y materiales Método según materiales Grados centígrados kg/cm2 Minutos Hornos de calor seco, aire estático: instrumental no envuelto 170 – 60 Hornos de calor seco, fl ujo forzado: instrumental no envuelto 200 – 6 Vapor de agua a presión: instrumental no envuelto 134 2 3 115 1 15 Vapor de agua a presión, autoclave: instrumental envuelto 134 2 12 115 1 30 Vapor de agua a presión, autoclave: campos quirúrgicos, gasas 121 1 30 Vapor de agua a presión, autoclave: desechos biológicos 121 1 90 Vapor de químico a presión, quemiclave: instrumentos envueltos 132 1.5 20 Fuente: SSA. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2, para la prevención y control de enfermedades bucales. México: SSA, 1994. Asepsia y antisepsia 7 Procedimientos de esterilización Éstos incluyen vapor a presión (autoclave), ca lor seco, gas de óxido de etileno, vapor quími co y soluciones químicas. De ellos, los más recomendables son el va- por a presión y el calor seco (cuadro 2-1), pero es muy importante la var con cuidado el instrumental para eliminar restos de sangre, saliva, moco, tejido y otros. El lavado puede realizarse con agua y jabón deter- gente y la ayuda de un cepillo, o mediante un limpia- dor ultrasónico; este último tie ne la ventaja de despe- gar residuos de los sitios inalcanzables para el cepillo. El personal res ponsable de limpiar y descontaminar el instrumental debe utilizar guantes gruesos de hule. Justo después de lavar los instrumentos, es indis- pensable secarlos para evitar su oxidación y corro- sión. Lo mismo debe hacerse en caso de esterilizar con solución química, para no alte rar la dilución de ésta. Las recomendaciones a seguir para prepa rar el ins- trumental de esterilización son las si guientes: 1. En lo posible, limitar el tamaño y la densidad del paquete, así como su cubierta protectora para asegurar la penetración uniforme del vapor (fig. 2-1). 2. Colocar la carga separada de manera que presen- te la menor resistencia posible al paso del vapor a través de ella. 3. Utilizar siempre “papel testigo” adhesivo o bio- lógico que compruebe que el material ha sido esterilizado. 4. Los objetos cortantes o con posibilidades de romperse se envuelven previamente en una toa- lla de papel. 5. Para facilitar el manejo posterior pueden en vol- verse juntos varios instrumentos, por ejemplo: A. Instrumental básico para examen inicial: es- pejo, explorador, excavador, pinzas para al- godón, sonda periodontal, torundas, gasas y abatelenguas. B. Instrumental básico para alisado radicular y raspado gingival: raspadores y curetas. C. Instrumental básico para pulido: ángulo para profilaxis, copa de caucho, cepillo oclusal y vasito de vidrio. 1 2 3 4 5 Figura 2-1. Manera de envolver un paquete para efectuar esterilización. 8 Capítulo 2 Vapor a presión En la esterilización eficaz se utiliza calor a altas tem- peraturas en forma de vapor saturado bajo presión. El método físico más aceptable para esterilizar ins- trumentos es la autoclave, que pro porciona 775.72 mmHg (15 libras) de presión a nivel del mar, y por lo general se usa a 121°C durante 30 min, aunque el tiempo puede disminuirse con temperaturas más al- tas. Sus ventajas son: ciclo de corta duración, buena penetración y amplio margen de los materiales facti- bles de procesar sin afectarlos. Para esterilizar en la autoclave es recomen dable envolver el equipo con tela de algodón, papel estraza, bolsas de nailon o celofán. Calor seco El calor seco es menos efectivo que la autocla ve, pero es más económico. Tiene la ventaja de ser eficaz y se- guro para esterilizar instrumen tos de metal y espejos, no daña superficies cor tantes y no es corrosivo; sin embargo, el ciclo para esterilizar es largo, tiene menos penetra ción y puede alterar el color. Durante el proce- dimiento es necesario utilizar una envoltura de papel estraza o celofán, pero no tela de algo dón porque se quema; el hule y el plás tico tampoco deben emplearse porque se destruyen. La vigilancia de la esterilización es muy im portante. Los indicadores son indispensables en cada ciclo de esterilización, porque la eficacia de los aparatos puede disminuir en cualquier momento. El cambio de co- lor en esos indicado res por lo general señala que se alcanzaron las condiciones para esterilizar, pero no garantiza la esterilización del contenido. Por tanto, se re comienda verificar más o menos cada semana la efi- cacia de la esterilización mediante tiras de esporas; al germinar, éstas producen ácidos y el pH se mide con un papel indicador. Gas de óxido de etileno Se usa para esterilizar grandes cantidades de material e instrumental. Las desventajas son que el ciclo de es- terilización requiere de cuatro a cinco h, el equipo es costoso, el plástico y el caucho retienen el gas, y éste produce irrita ción en ojos y nariz. Vapor químico Se puede generar de la mezcla de alcoholes, ceto- nas, formaldehído y agua hirviendo a una presión de 1034.3 a 1034.87 mmHg (20 a 25 libras) durante 20 a 30 min. Soluciones químicas La única eficaz es el glutaraldehído al 2% por 10 min. Procedimientos de desinfección La desinfección por lo general se refiere al uso de pro- ductos químicos líquidos que actúan a tem peratura ambiente en instrumentos o superficies. De acuerdo con la Food and Drug Administration (FDA), los desinfectantes son sustancias químicas con capacidad para destruir en 10 a 15 min los gérmenes depositados en un material inerte o vivo, abarcando en la destruc ción todas las formas vegetativas de bac- terias, hongos y virus (excepto el de la hepatitis B) y alterando lo menos posible el sustrato donde residen. Algunas sustancias actúan como desinfectan tes y al mismo tiempo como esterilizantes; un ejemplo de ello es el glutaraldehído, cuya actividad depende de su concentración y el tiempo utilizado. La eficacia de un desinfectante de pende de varios factores: 1. Concentración y naturaleza de los microor- ganismos contaminantes. 2. Concentración del desinfectante. 3. Tiempo de exposición. 4. Cantidad de residuos orgánicos acumulados. A diferencia del antiséptico, el desinfectante no se utiliza en tejidos vivos. De acuerdo con Molinari, Campbell y York, el desinfectante ideal tiene las si- guientes propiedades: 1. Posee amplio espectro antimicrobiano. 2. Tiene rapidez de acción letal sobre formas ve- getativas y esporas de bacterias, hongos, proto- zoarios y virus. 3. No se altera por factores físicos. 4. Conserva su eficacia ante la presencia de materia orgánica (sangre, saliva, heces, etc.). 5. Es compatible con jabones, detergentes y otros productos químicos. Asepsia y antisepsia 9 6. Carece de toxicidad. 7. Es compatible con la superficie, es decir, no co- rroe instrumentos ni otrassuperficies me tálicas. No daña ropa, hule, plástico u otros materiales. 8. Es fácil de usar. 9. Es inodoro. 10. No es costoso. Los desinfectantes afectan la pared celular, los ele- mentos del citoplasma, sobre todo las enzimas y el material nuclear. Entre los acepta dos por la Asocia- ción Dental Americana (ADA) se encuentran el yo- dóforo, los agentes clorados y los glutaraldehídos, los cuales tienen venta jas y desventajas. El yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) es de amplio espectro; es decir, destruye bacterias, Mycobacterium tuberculosis, virus hidrofílicos y lipofílicos. Asimismo, ejerce su acción a los cinco o 10 min, es barato y eficaz y actúa aun cuan do haya residuos biológicos. Sin embargo, no es esterilizante, es inestable a temperaturas al tas, debe prepararse a diario, puede modi ficar el color de algunas superficies y se inacti va con el agua dura y el alcohol. Los agentes clorados tienen acción antimicro biana rápida y amplio espectro, pues destru yen bacterias, vi- rus y Mycobacterium tuberculosis; también son baratos y eficaces en solución diluida. Sin embargo, destruyen esporas sólo en concentraciones elevadas, no pueden utili zarse de nuevo, deben prepararse diariamente, disminuyen su actividad ante la presencia de materia orgánica, tienen olor desagradable y persistente, irri- tan la piel y los ojos, corroen los metales y degradan el hule y el plástico. Por último, los glutaraldehídos son muy efi caces para destruir microorganismos, tienen amplio espec- tro antimicrobiano, eliminan espo ras a temperatura ambiente después de seis a 10 h, casi nunca son co- rrosivos y penetran en sangre, pus y restos orgánicos; asimismo, son de efecto prolongado y útiles para des- infectar o esterilizar el hule y el plástico. Pero, por otra parte, no son antisépticos, no desinfectan superficies, irritan con intensidad los tejidos, pue den producir alergia, alteran el color de algu nos metales, no pueden verificarse de manera biológica, su uso en ocasiones posteriores está en función de la cantidad de restos orgánicos y su actividad corrosiva depende de la dilu- ción a la cual se utilicen. Los agentes químicos para desinfección y esterili- zación se presentan en el cuadro 2-2. Precauciones universales La boca es una cavidad donde abundan micro orga- nismos, ya sea en sangre, saliva o en placa dentobacte- riana. Esos microorganismos pueden infectar a través de heridas microscópicas y contaminar instrumentos estériles, equipo den tal y demás superficies. La contaminación es la presencia de un agente in- feccioso en la superficie del cuerpo; también en ves- Nombre comercial Clasifi cación química Desinfectante Esterilizante Vida media Blanqueador casero Hipoclorito de sodio Diluido 1:5 a 1:100, 10 a 30 min — 1 día Yodine Yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) Diluido 1:213, 10 a 30 min — ? Sporicidin Glutaraldehído al 2% alcalino con amortiguador fenólico Diluido 1:16, 10 min Sin diluir 15 días Glutarex Glutaraldehído al 2% neutral Sin diluir, 10 min 6 h, 45 min ? Gafi dex Glutaraldehído al 2% con bicarbonato de sodio Sin diluir, 10 min Sin diluir, 10 h ? Cidex 7 Glutaraldehído al 2% alcalino Sin diluir, 90 min Sin diluir, 10 h ? Los compuestos de amonio cuaternario, como el cloruro de benzalconio, no son aceptados como desinfectantes de alta capacidad o potencia de alto nivel por la Asociación Dental Americana desde 1978. Cuadro 2-2. Agentes químicos para desinfección y esterilización, o ambos 10 Capítulo 2 tidos, ropa de cama, juguetes, instrumentos quirúrgi- cos, apósitos u otros objetos inanimados o sustancias, incluso en el agua y los alimentos. A diferencia de la contaminación, la polución de- nota la presencia de sustancias nocivas pero no siem- pre infecciosas en el ser humano. Desde 1980 se reconoció la importancia de la transmisión del virus de la hepatitis B en el ámbito odontológico y posteriormente el sín drome de inmu- nodeficiencia adquirida (sida). Por ello, la Asociación Dental Americana y otras organizaciones odontológi- cas se dedicaron a divulgar las precauciones univer- sales enuncia das por los Centers for Disease Control (CDC) con el propósito de evitar la transmisión cruza- da de cualquier tipo de microorganismos entre los pa- cientes y los profesionales de la salud. Las precauciones universales se basan en los si- guientes puntos: 1. Lavado y cuidado de las manos. 2. Barreras protectoras. 3. Uso de instrumental cortante o punzante. 4. Limpieza, desinfección y esterilización del mate- rial recuperable. 5. Aseo de superficies contaminadas. 6. Recolección de residuos contaminados. 7. Recolección y esterilización de ropa conta- minada. 8. Vacunación contra la hepatitis B. Lavado y cuidado de las manos La piel de las manos alberga una flora habitual (p. ej., Staphylococcus epidermidis, micrococos y difteroides) independientemente de la flora que hay en el ambien- te; además, aunque se la ven las manos, debajo de la porción libre de las uñas puede acumularse sangre. Por esas razo nes, es necesario mantener las uñas cortas y uti lizar guantes, para proteger la piel de las sustancias químicas como desinfectan tes, soluciones para revelar radiografías y otros materiales dentales. Al empezar el día de trabajo es indispensa ble qui- tarse las alhajas y revisar que la piel esté libre de abra- siones y heridas. A continuación, se lavan las manos hasta los antebrazos con al gún jabón germicida (cua- dro 2-3) y un cepillo o esponja estériles durante 20 min. La piel lavada se enjuaga con agua durante 10 min y se seca con toallas limpias de papel. Este pro- cedimiento de lavado y enjuague debe efectuar se an- tes de atender a pacientes no quirúrgicos. En caso de prepararse para realizar alguna ci rugía, las uñas deben limpiarse con un palillo de puntas redondeadas. El cepillado para la var las manos debe durar 7 min y, al igual que el enjuague, debe empezar por los dedos y descender hasta los antebrazos. Duran- te el lavado y el enjuague, es indispensable co locar los dedos en posición más elevada que los codos y cuidar que el agua escurra hacia estos últimos y nunca hacia los dedos. En este caso, el secado se realiza con toallas estériles. Asimis mo, antes de tocar al paciente debe evitarse to car objetos o superficies contaminados. Barreras protectoras Las técnicas de barrera son elementos y proce- dimientos utilizados para evitar la exposición del in- dividuo a microorganismos patógenos, y se refieren al uso de guantes, batas o uniformes, gorras, máscaras, pantallas de acrílico, cubrebocas y lentes, dique de hule y todas las cubier tas de superficies que protegen del ambiente. Guantes La sífilis, la hepatitis B y el herpes simple son enferme- dades que presentan mayor riesgo de transmisión por el contacto de piel erosio nada con mucosa, saliva o sangre infectados. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida se con tagia con sangre, por lo cual antes de atender a cualquier paciente deben utilizarse guantes. Los guantes, ya sea estériles o no estériles, se eli- gen según el tipo de atención que se va a brindar. Por ejemplo, para exploración y actividades no qui- rúrgicas se recomiendan guantes de látex no estériles, Nombre comercial Clasifi cación química Hibiscrub Gluconato de clorhexidina al 2% Yodine J Jabón neutro, yodopovidona Antibenzil Jabón neutro, cloruro de benzalconio Cuadro 2-3. Jabones antisépticos Asepsia y antisepsia 11 pero pueden usarse de vinil cuando hay necesidad de explorar y no se cuenta con guan tes de látex; cuando estos últimos ocasionan irri tación también conviene utilizar de vinil, o bien de algodón entre la piel y los de látex. Para el manejo de pacientes con riesgo alto se re- comienda colocarse simultáneamente dos pares de guantes estériles y, en caso de que se rompan, hay que lavarse las manos y sustituir los guantes por otros dos pares. Durante el la vado de material e instrumental es indispensa ble utilizar guantes gruesosde látex o cau- cho no desechables. Después de quitarse los guantes, se deben lavar de nuevo las manos y usar un nue vo par con el siguiente paciente. Por último, los guantes son de gran utilidad, pero tienen limitaciones, pues no protegen de instrumen- tos punzantes ni cortantes. Por ello, si se perforan o cortan deben cambiarse de in mediato, además de se- guir las medidas que se mencionan más adelante. Ropa (batas o uniformes) El personal odontológico debe utilizar batas o uni- formes protectores para evitar la contami nación de la piel y la ropa de calle. Durante la cirugía es recomendable que los pa- cientes usen ropa desechable y estéril. Si se trata de un procedimiento más sencillo, la ropa estéril sólo se cambia (no se desecha) con cada paciente. Después de su uso, la ropa debe colocarse en una bolsa de plástico para sacarla del consultorio. Gorras El uso de gorra desechable es necesario duran te pro- cedimientos en que existe riesgo de sal picaduras de sangre u otros líquidos orgánicos. Máscaras, cubrebocas, pantallas de acrílico y lentes Al utilizar una turbina de alta velocidad, las partículas de agua, saliva, sangre y otras se ato mizan y se expe- len por la boca. De ese modo, a 60 cm de la boca del paciente se han encontra do microorganismos como estafilococos, estrep tococos, difteroides, neumoco- cos, Mycobacterium tuberculosis, virus de la influenza, virus de la hepatitis, virus del herpes y Neisseria; con excepción de los estafilococos, esos microorganismos no se encuentran en la atmósfera en con diciones nor- males, por lo cual el odontólogo debe protegerse ojos, boca y nariz (fig. 2-2). Las máscaras pueden ser de fibra sintética y de- ben filtrar 95% de las partículas de 3.4 mμ; asimismo, han de mantener inalterable el efec to de filtrado por lo menos durante 30 min cuando se forman aeroso- Figura 2-2. Uso de bata, gorra, guantes y lentes para evitar la exposición del individuo a microorganismos patógenos. 12 Capítulo 2 les muy contaminados, como al utilizar instrumen- tal rotatorio de alta velocidad. Dejan de actuar como barrera cuan do su superficie exterior se impregna de micro organismos, por lo cual es preciso cambiarlas con cada paciente. Los cubrebocas pueden ser de tela o de mate rial me- nos poroso, y por consiguiente son me nos permeables al aerosol. Deben cambiarse por lo menos cada hora. Por otra parte, los ojos deben protegerse no sólo de microorganismos, sino también de sus tancias quími- cas como los desinfectantes y ma terial de restauración e incluso del daño físico. Para ello, se utilizan gafas protectoras y es me jor si tienen protecciones laterales como los goggles (fig. 2-3). La división sanitaria de la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) acordó en 1987 que A B C Figura 2-3. Barreras protectoras que sirven para evitar la exposición del individuo a microorganismos patógenos. A, cubrebocas; B, lentes protectores; C, goggles. Asepsia y antisepsia 13 las gafas protectoras fueran lo bastante confortables para no tener que ajustarlas varias veces, y durante las técnicas operatorias se reco mienda usar gafas panta- lla que cubran toda la cara. Las gafas deben elaborar- se con materia les que permitan el lavado y desinfección con glutaraldehído al 2% o por la acción del calor. Dique de hule El uso de dique de hule es esencial para reducir al máximo la posibilidad de contaminación del campo operatorio. Uso de instrumental cortante o punzante Todo material punzocortante, como las agujas y las hojas de bisturí, es infeccioso en potencia. Por ello se requiere manejarlo con sumo cui dado para reducir al mínimo la posibilidad de punciones accidentales. Las jeringas estériles y las agujas desechables tienen que ser nuevas para cada paciente. Cuan do es necesa- rio inyectar a un mismo paciente varias veces, la jerin- ga y la aguja se dejan sin protector en un campo estéril, pero la última se cubre con una gasa; asimismo, es ne- cesario cui dar de no dejarlas en el campo de trabajo. No debe intentarse colocar el protector de manera di- recta; si se desea hacerlo, puede ponerse en la charola e introducir la jeringa con lentitud y de modo paralelo al protector, o bien sostener el protector con pinzas. El sistema más seguro es la jeringa con aguja in- tegral desechable. Así se evita todo riesgo porque la jeringa tiene incorporada una aguja con un capuchón no extraíble que se desliza. Las agujas desechables de las jeringas deben guar- darse posteriormente en recipientes especia les rígidos de cristal, metal o cartón grueso, colo cados en el sitio más cercano a donde se utilicen. Limpieza, desinfección y esterilización del material recuperable Equipamientos dentales El equipo y mobiliario dental más recomenda ble es el que ofrece el mayor número de super ficies lisas y tiene mandos integrados en el pe dal del equipo para evi- tar la manipulación manual y posible contaminación con productos biológicos de la boca del paciente. Si no se cuenta con un equipo como el mencionado, las áreas que se pueden contaminar se deben cubrir con láminas protectoras de papel aluminio, plás tico, papel plastificado o cualquier otro material que garantice sellado e impermeabilidad. Los Centers for Disease Control, la Asocia ción Den- tal Americana y la Occupational Safety and Health Ad- ministration recomiendan cubrir las zonas con mayor riesgo de contaminación y además limpiarlas con una tela humedecida por un agente limpiador vehiculiza- do en una solu ción acuosa para facilitar la disolución de resi duos orgánicos. También aconsejan rociar des- pués las superficies con algún desinfectante y dejarlo actuar durante 10 min. En México se recomienda limpiar y desin fectar las áreas de trabajo al finalizar las activi dades diarias. La limpieza debe hacerse con una toalla absorbente para eliminar restos de saliva y sangre, y luego con germicidas como yodóforos, fenoles sintéticos o compuestos clora- dos. Estos últimos se aplican en aerosol, con excep ción del hipoclorito de sodio. Después de aplicar desinfectan- te para limpiar, es necesario secar el exceso, rociarlo de nuevo y a continuación dejarlo actuar por 10 min. Un método eficaz consiste en aplicar, con una toalla de papel, una solución de hipoclorito de sodio (blan- queador casero) preparada al día. Las concentraciones recomendables de dicha so lución dependen de la can- tidad de material or gánico a eliminar y pueden ser de 500 ppm (dilu ción de 1:100, es decir, 10 ml de blan- queador en 1 L de agua) y hasta de 5 000 ppm (dilución de 1:10, o sea, 100 ml de blanqueador en 1 L de agua). Las superficies aparentemente no contami nadas también deben descontaminarse y des infectarse con solución de hipoclorito de sodio (1:100). Pero como esta sustancia es corrosiva, no se recomienda usarla en superficies metálicas. Durante la limpieza y desinfección es preciso utili- zar guantes gruesos, cubreboca y lentes, así como ropa especial. Las cubiertas usadas también pueden cam- biarse al atender a otro paciente. Conducciones internas La Asociación Dental Americana recomienda que el agua que se utilice en los tratamientos dentales no 14 Capítulo 2 quirúrgicos debe tener menos de 200 UFC/ml de bac- terias no coliformes. La unidad de agua puede contaminarse por dos motivos: 1. Aspiración de productos orgánicos contaminados a través de la turbina y jeringa de agua-aire. Esto puede resolverse con la adición de una vál vula antirreflujo, así como por esterilización de la turbina y la jeringa de agua-aire an tes de usarlas con cada paciente. 2. El agua remanente favorece la colonización bac- teriana. Para evitar esta situación, al iniciar la jornada es forzoso aplicar desinfectantes clo- rados y clorhexidina de 0.5 a 1 ppm, y además expulsar agua durante 3 min a través de las je- ringas. También conviene dejar correr el agua durante 30 s después de tratar a cada paciente, con la fi nalidad de eliminarcualquier material que pudiera haber sido aspirado. Jeringas de agua o aire y cavitrón Se prefieren las puntas de jeringas para agua o aire desechables. El cuerpo de esas puntas debe cubrirse con hojas protectoras, las cuales tienen que cambiarse al finalizar la acción terapéutica. Las jeringas de aire o agua y la pieza de mano deben desinfectarse o, cuando así lo considere el fabricante, esterilizarse por alguno de los mé todos disponibles. Es posible esterilizarlas por inmersión con glutaralde- hído al 2% por 6 h y 45 minutos. Aparatos radiológicos La cuba, el cono y los mandos del equipo ra diológico se cubren con láminas u hojas de pro tección. Fresas e instrumental manual La Asociación Dental Americana (1992) y los Centers for Disease Control (1989) recomiendan esterilizar todo el instrumental que penetre en tejidos bucales y toque hueso. La esterilización por calor es necesaria para el instrumental que sólo hace contacto con la mucosa bucal y la desinfección química para el ins- trumental que se deteriora por la acción del calor. En el cuadro 2-4 se presenta una guía de métodos de es- terilización y desinfección de instrumentos y ma terial usados en odontología. Antes de proceder a la esterilización es for zoso se- guir varios pasos: 1. Prelavado. Disminuye la carga microbiana y por consiguiente reduce el riesgo de conta gio en la limpieza manual. El instrumental contaminado se sumerge durante 10 min en jabón desinfec- tante. El glutaraldehído al 2% en solución acuosa es de gran utilidad. También es recomendable el ultrasonido durante seis a 10 min para elimi- nar los re siduos orgánicos hasta en las fresas de tungs teno con varias hojas de corte, las cuales son difíciles de limpiar. 2. Limpieza manual. La Asociación Dental Ame- ricana, los Centers for Disease Control y la Food and Drug Administration resaltan la importan- cia de la limpieza manual con agua y un cepi- llo grueso y consistente para frotar. El personal tiene que protegerse con ropa adecuada, gafas y guantes. 3. Secado y empaquetado. El material metálico del instrumental requiere de secado perfecto para evitar la acción corrosiva de la humedad. Una vez seco, es necesario empaque tarlo en bolsas o disponerlo en bandejas aireadas. 4. Esterilización. El material ya esterilizado debe conservarse en una zona cerrada y limpia. Instrumental rotatorio Las piezas de mano deben recubrirse con papel alumi- nio y desinfectarse con alguna solución química. En algunos países se utilizan: 1. Decident. Consta de dos esponjas impregna das en una mezcla de derivados del fenol. La pieza de mano se coloca entre las espon jas durante 10 min y luego se enjuaga. 2. Sistema STS (Sporicidin Turbonet Système). Con- siste en un recipiente relleno de partícu las rígi- das e impregnadas con un líquido desinfectante denominado Sporocidin, el cual se elabora con fenol y glutaraldehído. Las piezas de mano se introducen en el recipien te y se realizan movi- mientos verticales y de rotación durante 30 s. Asepsia y antisepsia 15 Autoclave Calor seco Agentes químicos Instrumental de acero inoxidable (Al) Pinzas de curación 1 1 2 Exploradores 1 1 2 Cucharillas 1 1 2 Jeringas Carpulle 1 1 2 Condensadores de amalgama 1 1 2 Portaamalgama 1 1 2 Banda y portamatriz 1 1 2 Pinza portagrapa 1 1 2 Grapas 1 1 2 Arco para dique de hule 1 1 2 Curetas de profi laxis 1 1 2 Sondas periodontales 1 1 2 Losetas de vidrio 1 1 2 Espejos 2 1 3 Fresa (carburo y diamante) 3 1 3 Puntas de cavitrón 3 3 1 Copas de hule* – – – Instrumental de cirugía Fórceps 1 1 2 Pinzas hemostáticas 1 1 2 Alveolótomo 1 1 2 Pinzas de disección 1 1 2 Lima para hueso 1 1 2 Gubias 1 1 2 Elevadores 1 1 2 Legra 1 1 2 Mango de bisturí 1 1 2 Agujas y material de sutura* – – – Portaagujas 1 1 2 Separadores 1 1 2 Fresas quirúrgicas 1 1 2 Tijeras 3 1 2 Hojas de bisturí* – – – Instrumental de prótesis Cucharillas de aluminio, cromo, plateadas 1 1 2 Piedras de diamante 2 1 2 Piedras de pulido 1 2 3 Piedras agudas y cortantes 2 2 3 Discos de pulido 2 3 2 Instrumental de ortodoncia Pinzas de acero inoxidable 1 2 3 Bandas de ortodoncia 1 2 3 Retractor de labios (de plástico) 3 3 1 Fijador de lengua (de plástico) 3 3 1 Aplicador de bandas (de plástico) 3 3 1 Pinzas de acero inoxidable con partes de plástico 3 3 1 Instrumental de endodoncia Instrumentos de acero inoxidable: 1 2 3 Limas 1 2 3 Ensanchadores 1 2 3 Fresas 1 2 3 Brocas 1 2 3 Puntas de papel* – – – Obturadores 1 2 3 Léntulo 1 2 3 Tiranervios 1 2 3 Cuadro 2-4. Guía de métodos de esterilización y desinfección de instrumentos y material usado en odontología, o ambos 1 = recomendable; 2 = adecuado; 3 = ineficaz. * Material desechable. 16 Capítulo 2 3. Terminator. Es un aparato articulado sobre el brazo de la unidad dental y expulsa una so lución antiséptica por pulverización a presión. Ejerce su efecto en uno a tres minutos. Prótesis, modelos e impresiones dentales Los materiales y estructuras ya utilizados en la boca se consideran fuente potencial de conta minación cru- zada; por tanto, es imprescindible lavarlos, esterilizar- los o desinfectarlos con cui dado antes de manejarlos, ajustarlos o enviar los al laboratorio dental. Esos ar- tículos también requieren limpieza y esterilización o desinfec ción luego de ser devueltos por el laboratorio dental y antes de ser colocados en la boca del pacien- te. Conviene consultar al fabrican te en relación con la estabilidad del producto al procedimiento de esterili- zación y desinfección de alta potencia (cuadro 2-5). Manejo de muestras de laboratorio Biopsias Todos los tejidos deben considerarse potencialmente infectantes y por ello se recomienda evitar salpicadu- ras. La muestra de tejido se coloca en un frasco con boca ancha, el cual debe eti quetarse con la fecha de obtención y los datos del paciente. El tejido de per- sonas con alguna enfermedad infecciosa (hepatitis, tuberculosis, sida, etc.) se guarda en una bolsa de plástico cerrada y se identifica por fuera con la leyen- da “infeccioso en potencia” para alertar a quienes lo manejen. Antes de procesar los tejidos, es indispensa ble fijar- los con formol al 10% durante 24 h. La relación tejido y formalina debe ser de un volumen de tejido por 10 volúmenes de formalina como mínimo. Las muestras de pacientes infecciosos requieren al menos 72 h de fijación, y la relación es de un volumen de teji do por 20 volúmenes de formalina. Citología exfoliativa Se usa como auxiliar en el diagnóstico de cán cer, in- fecciones por hongos (Candida albicans) y virus (her- pes), entre otras afecciones. La muestra debe fijarse de inmediato al co locarse en un frasco con alcohol absoluto antes de enviarla al laboratorio. Si proviene de un paciente con infección, entonces se evitará el uso de aerosoles para fijarlas porque de lo contrario se corre el riesgo de contagio por salpicaduras. Igual que las biopsias, las muestras tam bién se ro- tulan y envían al laboratorio en una bolsa de plástico; si corresponden a un pacien te con alguna enfermedad transmisible también es necesario anotar la leyenda Materiales Agentes químicos Tiempo Impresiones* Silicones Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min Polisulfuros Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min Alginatos** Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (aerosol) 1 minuto Prótesis*** Fija (metal/porcelana) Glutaraldehído al 2%, yodóforos 10 min Removible (acrílico/porcelana) Yodóforos, hipoclorito de sodio 10 min Removible (metal/acrílico) Yodóforos 10 min * Lavar con agua antes y después de desinfectar. ** Rociar la solución y guardar por un minuto en la bolsa de plástico. *** La prótesis debe lavarse con agua y desinfectarse antes de entregarla al paciente y enviarla al laboratorio, o ambas conductas. Nota: los compuestos clorados no se recomiendan para metal; el glutaraldehído no se recomienda para el acrílico. Material paraprótesis, articuladores, reglas, espátulas, taza de hule y rollos de cera, lavar y desinfectar con agentes químicos. Cuadro 2-5. Desinfección de material e instrumental para prótesis y laboratorio dental Asepsia y antisepsia 17 “infeccioso en potencia”, seguida del diagnóstico pro- bable. Limpieza de superficies contaminadas Véase apartado anterior. Recolección de residuos contaminados Todos los materiales contaminados con sangre, saliva o líquidos corporales se depositan en bolsas de plás- tico dobles y perfectamente sella das para desecharlas posteriormente; por ejem plo, guantes, cubrebocas desechables, gasas, algodones e hilo (fig. 2-4). Si estos materiales provienen de pacientes con infección, se etique tan con su leyenda respectiva y al final se inci- neran. Los instrumentos punzocortantes deben de posi- tarse en contenedores rígidos y es recomen dable este- rilizarlos o desinfectarlos antes de desecharlos. Recolección y esterilización de ropa contaminada Luego de usar la ropa, se recoge y guar da en bolsas de plástico dobles, a las cuales se les coloca la etiqueta respectiva; asimismo, an tes de llevarla a la lavandería se esteriliza en la autoclave. Vacunación contra la hepatitis B y recomendaciones finales Las recomendaciones finales son las siguientes: 1. Vacunación del personal odontológico contra la hepatitis B; algunos autores también acon sejan aplicar inmunización contra la rubéo la, el sa- rampión, la parotiditis y el tétanos. 2. Se considera infeccioso en potencia a todo pa- ciente, por lo cual es necesario adoptar los pro- cedimientos de control de infección en todos los sujetos. 3. Elaborar una historia clínica del paciente, con énfasis en los antecedentes de enfermedades transmisibles, transfusiones y prácticas de alto riesgo (p. ej., promiscuidad sexual y uso de je- ringas ya usadas). 4. Utilizar de preferencia instrumental y mate rial desechable. 5. No desinfectar cuando sea posible esterilizar. 6. Antes de esterilizar o desinfectar, eliminar los res- tos de partículas orgánicas de los instru mentos. 7. Si el personal odontológico sufre inoculación accidental, contaminación de mucosas o con- taminación de piel lacerada con material in- feccioso en potencia, es necesario llevar a cabo las siguientes acciones: A. En caso de contaminación de mucosas (p. ej., salpicadura de ojos o boca), lavar esas áreas con abundante agua. Cuando ocurra inocula- ción accidental o contaminación de piel lace- rada, el área infectada se lava con abundante agua y jabón; de ser necesario, se usa algún Figura 2-4. Se observa el símbolo de “material potencialmente infeccioso” que debe aparecer en los botes y bolsas de basura cuando contienen residuos contaminados con sangre, saliva o líquidos corporales. 18 Capítulo 2 antiséptico para la piel y se promueve el san- grado venoso haciendo presión con los dedos entre el sitio afectado y el corazón. Se reco- mienda considerar la posibilidad de infeccio- nes por virus de inmunodeficiencia humana, hepatitis B y sífilis, entre otras. B. Valorar al paciente de manera clínica y epide- miológica. C. Ante el peligro de infección por virus de inmu- nodeficiencia humana, realizar de inmediato un estudio de laboratorio para valorar en ese momento si se encuentra o no infectado por el virus. Este estudio debe repetirse a las seis se- manas y a los tres, seis y 12 meses posteriores al accidente. Si el estudio inicial es negativo, pero alguno de los posteriores es positivo, se considera que ha ocurrido transmisión por el accidente. D. Mientras se encuentre en observación, la per- sona que sufrió el accidente debe tomar medi- das preventivas para evitar con taminar a otros; por ejemplo, utilizar preservativo o condón durante el acto sexual; evitar com partir obje- tos potencialmente contamina dos con sangre, como el cepillo de dientes y el rastrillo para rasurar, y abstenerse de donar sangre o tejidos. Además, es muy importante reforzar las me- didas de segu ridad en el trabajo con el fin de evitar nue vos accidentes. Infecciones importantes en odontología El odontólogo está expuesto a adquirir las en ferme- dades infecciosas y parasitarias de sus pacientes. Sería imposible describir todas esas enfermedades, por lo cual aquí sólo se inclu yen las más importantes (cua- dro 2-6). Resfriado común Es una enfermedad aguda producida por virus, entre muchos de ellos están: virus de la influenza, corona- virus, rinovirus, ecovirus y adenovirus. El periodo de incubación de esos agentes infec ciosos es breve, por lo regular de uno a cinco días; la infección se manifiesta por fiebre, cefalalgia (dolor de cabeza), mialgia (dolor muscu lar), coriza (catarro), dolor de faringe y tos. Sinusitis aguda o crónica El resfriado común complicado con infección bacte- riana puede producir sinusitis. Esta es la infección de los senos paranasales y es ocasio nada por neumoco- cos, Haemophilus influenzae y microorganismos anae- robios, entre otros agen tes causales. La persona con sinusitis padece dolor en el seno paranasal afectado. Faringitis aguda Se produce por virus, estreptococos, estafiloco cos o incluso gonococos. La persona afectada puede experi- mentar dolor y enrojecimiento de la faringe. Neumonía La neumonía neumocócica se caracteriza por fie bre, escalofrío, dolor torácico, disnea (dificultad para respirar) y tos con expectoración “herrum brosa”. Se produce por Streptococcus pneumoniae o Mycoplas- ma pneumoniae. Asimismo, en los úl timos años ha cobrado importancia la neumo nía por el protozoario Pneumocystis carinii, ya que se presenta como infec- ción oportunista del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, en cuyo caso puede evolucionar con fiebre o sin ella y con tos seca. La neumonía también puede desarrollarse debido a otros microorganismos, entre ellos: Chlamydia tra- chomatis; Chlamydia pneumoniae; adenovirus; virus de la parainfluenza, y aque llos que afectan el tracto respiratorio Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumo- niae, Haemophilus influenzae, Streptococcus pyogenes y Neisseria meningitidis. Tuberculosis Es una infección crónica por Mycobacterium tu- berculosis. Tiene gran importancia como causa de in- capacidad y acompaña en muchas ocasio nes al síndro- me de inmunodeficiencia adquiri da. Cuando afecta el sistema respiratorio se caracteriza por fiebre, fatiga y pérdida de peso; en grados avanzados hay tos, dolor torácico y hemoptisis (expectoración con sangre). Asepsia y antisepsia 19 Cuadro 2-6. Infecciones importantes en odontología Microorganismos Hábitat Transmisión Enfermedad potencial Bacterias Bordetella pertussis Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Tos ferina Estreptococos y estafi lococos Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Endocarditis Corynebacterium diphtheriae Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Difteria Escherichia coli Boca Sangre, exudado de la lesión Neumonía, bacteriemia Klebsiella pneumoniae Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Infecciones, neumonía Haemophilus infl uenzae Boca y nasofaringe Sangre y secreciones nasofaríngeas Neumonía, meningitis Mycobacterium tuberculosis Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Tuberculosis Mycoplasma pneumoniae Faringe Secreciones faríngeas Infecciones, neumonía Neisseria meningitidis Boca, nasofaringe Sangre, secreciones nasofaríngeas Meningitis Neisseria gonorrhoeae Boca, nasofaringe Sangre, exudado de las lesiones nasofaríngeas Lesiones orales, conjuntivitis Staphylococcus aureus Boca, piel, nasofaringe Secreciones del exudado Abscesos, septicemia, endocarditis Estreptococo del grupo A Streptococcus pyogenes Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Sangre Neumonía, tonsilitis, angina estreptocócica, escarlatina, fi ebre reumática, otitis media, meningitis, glomerulonefritis y mastoiditis Actinomyces israeli Encía Exudado crevicular Abscesos Chlamydia trachomatis Sistema reproductor Secreciones Conjuntivitis, neumonía Espiroquetas Treponema pallidumSangre, mucosa oral Exudado de las lesiones Sífilis Virus Coxsackie Mucosa orofaríngea Ingestión Infecciones en manos y boca, faringitis vesicular Citomegalovirus Glándulas salivales Saliva, sangre Infección vírica citomegálica Epstein-Barr Glándula parótida Saliva, sangre Mononucleosis infecciosa Hepatitis A Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis Hepatitis B Hígado Sangre, saliva Hepatitis, carcinoma hepatocelular Hepatitis C Hígado Sangre Hepatitis, carcinoma Hepatitis delta Hígado Sangre Hepatitis Hepatitis E Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis Herpesvirus 1 y 2 VIH Nasofaringe Linfocitos T 4 Exudado de la lesión, saliva Sangre, semen, fl uidos vaginales, perinatal Lesiones orales, conjuntivitis Síndrome de inmunodefi ciencia adquirida (sida) Sarampión (morbilivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, contacto con las lesiones Sarampión Parotiditis (paramixovirus) Glándula parotídea Saliva, ingestión Parotiditis Varicela-zoster Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, exudado de las lesiones Varicela Rubéola (rubivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Rubéola Infl uenza A y B Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Resfriado común Hongos Candida albicans Boca, piel Secreciones nasofaríngeas Candidiasis Protozoarios Pneumocystis carinii Boca, tracto respiratorio Secreciones nasofaríngeas Neumonía 20 Capítulo 2 Varicela Es una infección por el virus del herpes huma no (alfa- 3) o virus de varicela-zoster. Se ca racteriza por fiebre moderada y exantema (erupción) en la piel de tipo maculopapular al principio y vesi cular durante tres o cuatro días, que deja costras granulosas. Las lesiones son más abundantes en las partes cubiertas del cuerpo y ocasionan mucho prurito (comezón). También hay lesio nes en lengua y mucosa bucal (oral). Sarampión Enfermedad vírica en extremo transmisible. Sus ma- nifestaciones iniciales son fiebre, conjuntivi tis, coriza, tos y manchas de Koplik en la cavidad bucal. Entre el tercero y séptimo días aparece la erupción caracterís- tica (manchas rojas pardas), al principio en la cara y después de manera genera lizada; esta fase dura cuatro a siete días y des pués se presenta descamación de la piel. El padecimiento puede evolucionar con com plica- ciones como otitis media (infección del oído medio), neumonía, diarrea, encefalitis y erupción hemorrági- ca, sobre todo en niños con des nutrición, en quienes también puede producir incluso ceguera e infecciones agregadas en la piel, deshidratación y muerte. Parotiditis infecciosa Esta enfermedad se produce por el virus de la paroti- ditis infecciosa, miembro del género Paramyxovirus, y sus manifestaciones son: fie bre y aumento de volu- men, y dolor en una o más glándulas salivales, aunque con más fre cuencia en la glándula parotídea. El padecimiento posterior a la pubertad pue de da- ñar testículos (20 a 30%) y ovarios (5%). En otros casos afecta al sistema nervioso central cuando ocasiona me- ningitis aséptica. También puede generar sordera, neu- ritis, pancreatitis, artritis, miositis, nefritis, tiroiditis y pericardi tis. Sin embargo, es de letalidad muy baja. Infecciones por citomegalovirus Por lo general, la infección por citomegalovi rus (CMV) evoluciona sin síntomas aunque en algunos pacientes se manifiesta como mononucleosis infec- ciosa. En personas con disminución de la respuesta inmunitaria puede relacionarse con infecciones gene- ralizadas, nefritis, neumonitis y hepatitis. Herpes El herpes simple se produce por el virus del her pes huma- no tipo 1, el cual se transmite por medio de la saliva. El padecimiento se caracte riza por fiebre, malestar gene- ral y lesiones vesi culares en la orofaringe. En ocasiones afecta ojos (queratoconjuntivitis), sistema nervioso cen- tral (meningoencefalitis) o amígdalas (tonsilas) y farin- ge (faringoamigdalitis). La afección en los labios suele originar herpes labial, el cual se manifiesta por vesículas en una base eritematosa que por lo común se conocen como “fue gos”. Los odontólogos infectados por el virus pueden desarrollar panadizos herpéticos. El virus del herpes humano tipo 2 casi siempre se transmite por contacto sexual y ocasiona her pes genital. En mujeres afecta el cuello del úte ro y la vulva (pudendo femenino), y también puede dañar la piel del perineo, los muslos y los glúteos; asimismo, favorece el desarrollo de cáncer del cuello uterino, sobre todo en combi nación con el virus del papiloma, y es tan in feccioso que el pro- ducto infectado durante el parto puede sufrir infección visceral disemina da, encefalitis y morir. En varones, las lesiones aparecen en el glande o en el prepucio. En am- bos sexos puede afectar el ano y el recto. Infección gonocócica (blenorragia o gonorrea) Es una enfermedad de transmisión sexual pro ducida por Neisseria gonorrhoeae o gonococo. Entre los dos y siete días posteriores al contagio, los varones expe- rimentan secreción purulenta de la uretra y disuria (dificultad para orinar); las mujeres pueden tener se- creción vaginal pu rulenta o indicios de inflamación en la pelvis. Asimismo, la infección se manifiesta en la con juntiva ocular, la faringe, el ano y el recto. Más adelante, algunos pacientes desarrollan artri- tis, endocarditis y meningitis; otros pade cen eritema (enrojecimiento) y edema (aumento de volumen por retención de líquido) en la mucosa bucal; algu nos más tienen pústulas en el área de las amíg dalas (área tonsi- lar). También hay personas que presentan ulceraciones Asepsia y antisepsia 21 en los labios, edema y seudomembranas; en el peor de los casos, las personas infectadas no tienen manifesta- ciones pero pueden transmitir la enfermedad. Rubéola Es una enfermedad producida por el virus de la rubéola (familia Togaviridae, género Rubivirus). Se manifiesta por erupción maculopapular, la cual es precedida en ocasiones por fie bre, cefalea, malestar, coriza, conjuntivitis, así como linfadenopatía retroau- ricular, occipital y cervical posterior. La infección du- rante el pri mer trimestre del embarazo puede condu- cir al aborto o generar malformaciones congénitas en el producto, las cuales traen como consecuen cia sor- dera, cataratas, microftalmía, glaucoma, microcefalia, meningoencefalitis, alteraciones cardiacas (persisten- cia del conducto arterioso o de los septos [tabiques] interauricular [interatrial] e interventricular), icteri- cia u osteopatía. Faringitis por virus Coxsackie (herpangina) La faringitis vesiculosa es una enfermedad pro ducida por virus Coxsackie del grupo A, tipos 1 a 6, 8, 10 y 22. Se manifiesta por fiebre e inflamación de la farin- ge; asimismo, aparecen lesio nes papulovesiculosas y grisáceas sobre una base eritematosa, las cuales miden de 1 a 2 mm y poco a poco se transforman en úlceras. Estas lesiones se localizan en los pilares anteriores del velo del paladar o arcos palatoglosos, el paladar blan- do, la úvula y las tonsilas (amígdalas). La estomatitis vesiculosa con exantema es cau sada por virus Coxsackie del tipo 16 y se manifiesta por lesiones más difusas en las superfi cies bucales de los carrillos y las encías y a los lados de la lengua. La faringitis linfonodular se debe al virus Coxsackie tipo 10 y se caracteriza por lesiones no dulares firmes, prominentes, de color blanquecino o amarillento y ro- deadas por una zona eritematosa de 3 a 6 mm. Infecciones por Chlamydiae Las clamidias son bacterias intracelulares y pue den ocasionar tracoma, infecciones genitales, conjunti- vitis y neumonía, así como linfogranuloma venéreo. Es una infección de transmi sión sexual. En caso de transmisión por contacto sexual, se manifiesta en el varón como uretritis con ardor al orinar y en la mujer como cervicitis (inflamación del cuello uterino) y se- creción mucopurulenta; sin embargo, en ambos sexos puede evolucionar sin síntomas. El contagio de la infección por “sexo oral” puede manifestarse por pequeñas pústulas en las tonsilas(amígdalas). Tricomoniasis Esta enfermedad es causada por el protozoario Tri- chomonas vaginalis y afecta los sistemas re productor y urinario. En la mujer se manifiesta por vaginitis, a menudo con pequeñas lesiones hemorrágicas punti- formes y secreción acuosa, espumosa, amarillenta y de olor fétido; sin em bargo, también puede evolucio- nar sin síntomas. En el varón por lo general cursa sin síntomas; pero puede haber uretritis, o sea, malestar al orinar, secreción blanquecina a través de la ure tra, comezón en el glande y erección dolorosa. La infección transmitida por “sexo oral” se mani- fiesta en la faringe por inflamación de la mucosa y punteado rojizo. Candidiasis (moniliasis) El agente causal de la candidiasis es el hongo Candida albicans que se transmite por contacto con secrecio- nes o excreciones de boca, piel y vagina o por las heces de enfermos o portado res y durante el parto. La candidiasis se limita por lo regular a las capas superficiales de la piel o las mucosas. Sus manifesta- ciones clínicas son: aftas en la boca, intertrigo, vul- vovaginitis y onicomicosis (afec ción en las uñas, las cuales adquieren aspecto blanquecino como de yeso). La infección de las mucosas se conoce co múnmente como “algodoncillo” y se caracteri za por la aparición de placas blanquecinas y blandas en una superficie enrojecida. La infección en la vagina se manifiesta por secre- ción vaginal de aspecto blanquecino claro con algu- nos puntos blancos, semejante al que so “cottagge”, así como por inflamación, come zón y sensación de ardor 22 Capítulo 2 en la región pudenda. En el varón se caracteriza por inflamación del glande y puede producir uretritis. A veces se forman úlceras o seudomembranas en el tracto gastrointestinal o en la vejiga. La candidiasis puede dañar riñón, bazo, pul món, hígado, endocardio, ojo, meninges y cere bro en las personas con diabetes mellitus o con inmunodeficiencia, o en pacientes que reciben tratamiento con antibióticos de amplio espec- tro, corticosteroides o quimioterapia. Mononucleosis infecciosa El virus de Epstein-Barr, un virus herpético 4 (gam- ma), infecta a los linfocitos B y ocasiona mononu- cleosis infecciosa. Esta enfermedad se caracteriza por fiebre y dolor e inflamación de la orofaringe, así como por linfadenopatía, en es pecial de la cadena cervical posterior. Puede afectar el funcionamiento del hígado y también originar esplenomegalia. Hepatitis víricas Hepatitis A Ésta es ocasionada por el virus de la hepatitis A (VHA), un picornavirus. Por lo general, se transmite por vía fecal-oral, es decir, al ingerir agua y alimentos contami- nados con el virus que se elimina a través de la materia fecal; sin em bargo, hay informes de pacientes contagia- dos por transfusión de sangre, aunque son muy raros. La enfermedad tiene un comienzo repenti no. Se manifiesta por fiebre, malestar general, anorexia, náu- sea y molestias abdominales, y días después aparece ictericia. Hepatitis B Es de gran importancia para el odontólogo porque el agente causal, el virus de la hepatitis B (VHB), pue- de transportarse por medio de la sangre, la saliva, el semen y los líquidos vagi nales. De ese modo, el pade- cimiento se conta gia por exposición percutánea (in- travenosa, intramuscular, subcutánea o intradérmica) y a través de las mucosas, como en accidentes por pin- chazo de agujas, independientemente de las vías pe- rinatal (de madre a hijo) y sexual. La in fección puede diseminarse por contaminación de lesiones cutáneas o por exposición de muco sas a sangre infecciosa. El comienzo de la hepatitis vírica B es insi dioso con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vómito; en ocasiones hay artralgias y erupciones, las cuales a menudo cul minan en ictericia. La fiebre, si se presenta, pue de ser leve. Hay personas que poseen anticuerpos con tra este virus y no tienen manifestaciones de la enfermedad. Por otra parte, el virus de la hepatitis B se relaciona con el carcinoma hepatocelular y la cirrosis hepática. Hepatitis C El virus de la hepatitis C es el agente causal de la hepa- titis vírica C o hepatitis no-A no-B transmitida por vía parenteral. La en fermedad se propaga por exposición percutánea a sangre y hemoderivados contaminados, por lo cual las agujas y las jeringas contaminadas constituyen vehículos de transmisión. Asimis mo, la hepatitis se caracteriza por comienzo insidioso con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vó- mito; el desarrollo de icteri cia es menos frecuente que en la hepatitis B. Hepatitis D La hepatitis delta o hepatitis vírica D es ocasiona da por el virus de la hepatitis delta. Indepen dientemente de la vía sexual, se transmite por la exposición a sangre y líquidos serosos cor porales, agujas, jeringas y hemo- derivados con taminados como el factor antihemofí- lico. Tiene comienzo repentino con manifestaciones si milares a las de la hepatitis B. Hepatitis E Se denomina también hepatitis vírica no-A no-B de transmisión entérica porque se transmi te por vía fe- cal-oral. Es similar a la hepatitis A. Sífilis Es una enfermedad crónica producida por una espi- roqueta, Treponema pallidum. Sus manifes taciones clínicas son: lesión primaria (complejo primario); erupción secundaria que afecta la piel y las mucosas; largos periodos de latencia, y lesiones tardías en piel, huesos, vísceras y sis temas nervioso central y angioló- gico o circula torio. Asepsia y antisepsia 23 La lesión primaria implica la aparición de un chan- cro, que consiste en una pequeña elevación rojiza de la piel en el sitio donde ocurrió el contagio, el cual se ul- cera tiempo después, no produce dolor y adquiere una base dura (chancro duro). Días más tarde se inflaman los ganglios linfáticos (linfonodos) cercanos. El chan- cro duro rara vez aparece en los labios, aunque es posi- ble hallar lo en la lengua y las tonsilas (amígdalas). Más adelante pueden presentarse ulceraciones en la mucosa bucal, con linfadenopatía cervical; en la lengua puede observarse una úlcera con in duración, y crecimiento de las papilas o des plazamiento de la úvula y el arco pala- togloso o pilar anterior del velo del paladar. El complejo primario desaparece solo aproxi- madamente a las cuatro semanas. Sin embar go, entre seis y ocho semanas posteriores al bro te de la primera lesión, aparece la erupción secundaria generalizada de tipo maculopapulosa y simétrica. Esta erupción se acompaña de sín tomas generales como fiebre, cefalea, malestar general, pérdida de peso y dolor en articula- ciones y músculos. En la etapa tardía, después de dos a tres años de evolución, la sífilis puede manifestarse por lesiones llamadas gomas y nódulos. Los gomas semejan tumo- res y son indoloros, pero poco a poco reblandecen y se abren para dejar salir un material espeso. Aparecen en el cráneo, la fren te, la lengua y las extremidades; cuan- do sur gen en el paladar o en el tabique nasal pueden destruir los huesos. Los nódulos son lesiones pardas rojizas poco prominentes. Por último, la sífilis congénita tardía puede mani- festarse en la edad escolar con gomas, y entonces es posible que los huesos de la pierna se deformen (la tibia adopta la forma de sable). Asimismo, puede ha- ber pérdida de la visión, sordera y malformaciones en los dientes de la segunda dentición: los bordes de los incisivos tienen forma de media luna (dientes de Hut- chinson) o sierra. Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) Es un trastorno grave y mortal que se iden tificó en 1981 como un síndrome definido e in dependiente. La sigla significa: s, síndrome; i, inmuno; d, deficiencia; a, adquirida. El agente causal de este padecimiento es el virus de la inmunodeficiencia humana, un retrovirus del cual se han identificado dos tipos: tipo 1 (VIH-1) y tipo 2 (VIH-2). Igual que la sífilis y la hepatitis B, los mecanismos de trans misión son: contacto sexual, in- tercambio de flui dos corporales por compartir agujas y jeringas
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