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Odontologia Preventiva - Renato Archundia Cuevas

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Odontología
preventiva
Dra. Bertha Yoshiko Higashida Hirose
Médico Cirujano
Profesora de Educación para la Salud
UNAM
segunda edición
MÉXICO • BOGOTÁ • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • LISBOA
MADRID • NUEVA YORK • SAN JUAN • SANTIAGO
AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL • NUEVA DELHI
SAN FRANCISCO • SINGAPUR • ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO
Odontología
preventiva
Director editorial: Javier de León Fraga
Editor sponsor: Gabriel Romero Hernández
Supervisora de edición: Norma Leticia García Carbajal
Supervisor de producción: José Luis González Huerta
Diseño de portada: Victor Ortiz
NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán 
cambios de la terapéutica. El (los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación 
medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los 
posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier otra persona que haya participado 
en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa, tampoco son 
responsables de errores u omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría 
recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja informativa 
que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se 
han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es 
de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a 
los laboratorios para recabar información sobre los valores normales.
OdONtOLOGía pReVeNtiVa
prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,
por cualquier medio, sin autorización escrita del editor.
deReCHOS ReSeRVadOS © 2009 respecto a la segunda edición por,
McGRaW-HiLL iNteRaMeRiCaNa editOReS, S.a. de C.V.
a subsidiary of The McGraw-Hill Companies, Inc.
 prolongación paseo de la Reforma 1015, torre a, piso 17, Col. desarrollo Santa Fe,
 delegación Álvaro Obregón
 C.p. 01376, México, d.F.
 Miembro de la Cámara Nacional de la industria editorial Mexicana, Reg. Núm. 736
ISBN 13: 978-970-10-6927-1
1234567890 048765432109
impreso en México printed in Mexico
A la memoria de mis padres
A mi hijo y su familia
A Jorge
Capítulo 1 Odontología preventiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Capítulo 2 asepsia y antisepsia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Capítulo 3 proceso salud-enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Capítulo 4 Historia natural de la enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Capítulo 5 introducción a la inmunología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Capítulo 6 placa dentobacteriana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Capítulo 7 ecología, demografía y salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Capítulo 8 Caries dental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Capítulo 9 Medidas preventivas en odontología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Capítulo 10 introducción al método científico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Capítulo 11 epidemiología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Capítulo 12 Bioestadística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Capítulo 13 Historia clínica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
 anexo. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSa2-1994 para la prevención 
y el Control de enfermedades Bucales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
 índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293
Contenido
de acuerdo con los datos de la Organización Mun-
dial de la Salud (OMS), México se encuentra entre los 
países con alto rango de frecuencia de enfermedades 
bucales. Éstas se hallan entre las cinco de mayor de-
manda de atención en los servicios de salud.
 en muchas ocasiones los individuos acuden al 
odontólogo cuando la enfermedad está avanzada, lo 
cual implica molestias, pérdida de tiempo, ausentis-
mo en la escuela o en el trabajo, e incluso se eleva el 
costo de la atención bucal.
 La mayoría de las enfermedades bucales pueden 
ser controladas con actividades preventivas primarias 
y secundarias (diagnóstico temprano y tratamiento 
oportuno), por lo que la odontología debe hacer énfa-
sis en la prevención integral.
Prólogo
 en la actualidad, el autocuidado de la salud ha co-
brado gran importancia, de ahí que se deba insistir en 
el fomento de hábitos, valores y actitudes favorables a 
la salud.
 entre los valores que se deben inculcar están el amor a 
la vida, al propio cuerpo y a la salud, por lo que la odon-
tología preventiva debe resaltar la importancia de la sa-
lud bucal como parte de la salud integral del individuo.
 en esta obra me he permitido proporcionar al-
gunas bases, no sólo para cumplir con los objetivos 
y contenidos de un programa, sino para brindar al 
alumno una visión más completa del proceso salud-
enfermedad en el ser humano, al considerarlo como 
una unidad biopsicosocial que forma parte de una fa-
milia y una comunidad.
Odontología
preventiva
Odontología preventiva 1
Odontología 
preventiva
Antecedentes históricos 
de la odontología
La palabra odontología proviene de los términos odon-
tos (diente) y logos (tratado o estudio), por lo cual eti-
mológicamente significa tratado o estudio de los dien-
tes. Sin embargo, la odontología es ciencia y arte a la 
vez: por una parte, requiere de fundamentos teóricos y 
concepciones científicas acertadas y comprobadas; por 
otra, exige habili dad y manejo de técnicas y procedi-
mientos para ejecutar ideas relacionadas no sólo con 
los dien tes, sino con todas las estructuras de la boca.
 La revisión de la historia de la odontología reve-
la ya entre los egipcios la existencia de mé dicos cuyas 
prácticas curativas de los dientes se enfocaban al tra-
tamiento de caries, enferme dades periodontales, abs-
cesos periapicales y abrasiones intensas.
 En Babilonia, el Códice de Hammurabi men ciona 
sanciones para el médico que causara la pérdida de 
un diente, lo cual hace suponer que los dientes eran 
órganos muy valorados.
 Los dientes entre los hebreos simbolizaban fuerza 
y belleza. En libros como el Talmud se mencionan as-
pectos preventivos, por ejemplo, “el abuso del vinagre 
debe evitarse, pues es tan dañino a los dientes como 
el humo a los ojos”, y al igual que en el “Corpus Hi-
pocraticus” grie go, se recomendaba al máximo evitar 
la extrac ción de los dientes. Por su parte, los romanos 
aconsejaron el uso de un polvo llamado “nitrium” para 
pulir los dientes, así como de un palillo de dientes en-
tre un platillo y otro; ade más, remplazaban los dientes 
perdidos con piezas dentales de ternera o carnero o 
con próte sis removibles en lámina de oro.
 La medicina y la odontología alcanzaron un gran 
adelanto en la primera escuela médica fun dada en el 
siglo x: la Escuela de Salerno. Se utili zaban instrumen-
tos para tratar los abscesos, así como para la limpieza 
dental. Albucasis reco mendó realizarel aseo de los 
dientes con la cor teza de un árbol que tenía propieda-
des astrin gentes.
 En México, durante la época prehispánica se con-
cedía gran importancia a una dentadura completa y se 
obturaban las cavidades con pol vo de dientes. Asimis-
mo, se han encontrado muchos vestigios de dientes 
adornados con incrustaciones y tallados.
 Según los datos relativos a la prevención, la limpie-
za de la “toba” o sarro dental ya se reali zaba en el siglo 
xvi. 
 En Inglaterra, en el siglo xvii, el barbero cirujano 
Charles Allen escribió el primer libro que menciona 
reglas para la pre servación de los dientes.
 El “Florilegio medicinal”, escrito por fray Juan de 
Esteyneffer, menciona tratamientos, pero la prácti-
ca odontológica permanecía alejada de los avances 
científicos y técnicos que existían en otras partes del 
mundo. El odontólogo era consi derado charlatán y 
sacamuelas. Fue hasta el si glo xix cuando se regula-
rizó la actividad del barbero cirujano, la cual debía 
registrarse en el “Protomedicado”; sin embargo, muy 
pocos re unían los requisitos.
 En esa época las caries se trataban con áci dos, ál-
calis o calor directo y se obturaban con materiales 
de poca duración; también se ven día el “agua para 
blanquear y fortificar la den tadura”, así como el “elíxir 
odontológico” para el dolor de dientes y encías, contra 
el sarro y para prevenir el escorbuto.
Capítulo 1
2 Capítulo 1
 Los primeros odontólogos surgieron en la se gunda 
mitad del siglo xix y empezaron a reali zar publicacio-
nes; así, en 1894, Mariano N. Ruiz escribió La dentadura 
natural y artificial, manera de conservarla y repararla.
 En el siglo xx se elaboró el plan de estudios para 
la enseñanza de la odontología con pro pósitos curati-
vos. En 1916, la Facultad Odon tológica contempló ya 
la enseñanza de la higie ne, aunque de manera secun-
daria.
 Por fin, hacia 1960, se valoró la importancia de la 
prevención y la salud pública. En la Se cretaría de Sa-
lubridad y Asistencia de México, durante la adminis-
tración del doctor José Álvarez Amézquita, se creó 
la Dirección de Odon tología cuyos objetivos fueron: 
impulsar el desarrollo de procedimientos preventivos 
en los diferentes departamentos dentales correspon-
dientes a los centros de salud del país; divulgar, sobre 
todo en el ámbito escolar, los principios higiénicos 
para fomentar la salud dental, y es tudiar la viabilidad 
de la fluoración del agua potable o la sal de consumo.
 En los últimos años, la enseñanza de la odon tología 
se ha modificado. Así, se concede impor tancia a la 
promoción de la salud y a la prevención de las enferme-
dades; por ello, en el primer año de la licencia tura el 
estudiante está obligado a llevar un curso de odon-
tología preventiva y sa lud bucal. Este tipo de cursos 
tiene como obje tivo lograr que el futuro odontólogo 
valore la importancia de la prevención para disminuir 
la frecuencia de enfermedades bucales en los aspectos 
individual y colectivo, y de ese modo identificar dicha 
prevención como parte esen cial de la salud.
Definición
La odontología preventiva es actitudes, aspecto que 
comprende el cambio en la escala de valores, cuyo 
valor más alto es el mantenimiento de la salud bucal. 
Se puede definir como la suma to tal de esfuerzos por 
promover, mantener y res taurar la salud del individuo 
mediante la pro moción, el mantenimiento y la restitu-
ción de la salud bucal.
 Por lo general, las personas acuden a con sulta 
odontológica cuando padecen caries avan zada o sus 
complicaciones, y muchas veces lo hacen cuando ya es 
imposible conservar los dientes. Por ello, la tendencia 
actual de la odon tología es la prevención.
Entre las razones que tienen las personas para evitar al 
odontólogo se encuentran:
Negligencia personal.
El tratamiento dental se percibe como costoso.
Pesimismo e ignorancia respecto de la enfermedad 
y el tratamiento dental.
Duda sobre los motivos y reacciones del odontólo-
go acerca del paciente.
Miedo y ansiedad de naturaleza consciente e in-
consciente.
Retroalimentación negativa o declaraciones in-
tranquilizadoras sobre la odontología recibidas de 
amigos o fa miliares.
Pérdida de la confi anza en el odontólogo debido a:
 Tratamiento previo ineficaz o mal efectuado.
 Trabajo anterior de corta durabilidad.
 Tratamientos y extracciones innecesarias o du-
dosas.
 Cobro elevado de honorarios por un tratamien-
to ine ficaz.
 Experiencias previas dolorosas.
 Conductas negativas del odontólogo (por ejem-
plo, regaño por una deficiente higiene oral).
 La filosofía de la odontología preventiva incluye: 
 1. Considerar al paciente como unidad y no como 
un conjunto de dientes enfermos.
 2. Si el paciente tiene una boca sana, tratar de con-
servar la salud.
 3. Diagnosticar y tratar lesiones lo más pronto po-
sible.
 4. Rehabilitar al paciente.
 5. Dar educación para la salud del individuo, la fa-
milia y la comunidad.
Importancia de la odontología 
preventiva y niveles 
de prevención
Se consideran problemas de salud pública en el mun-
do los siguientes:
 1. Caries dental.
 2. Enfermedad periodontal.
 3. Anomalías dentofaciales.
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Odontología preventiva 3
 4. Maloclusiones.
 5. Cáncer bucal.
 6. Malformaciones de tejidos dentales.
 7. Traumatismos maxilofaciales.
 8. Fluorosis dental.
 De ese modo, resulta que la caries dental y la en-
fermedad periodontal son las enferme dades más fre-
cuentes en la población, por lo cual existen muchas 
personas con caries sin obturar y desdentadas. Tam-
bién son comunes el cáncer bucal y las maloclusiones.
 Lo más importante de estos padecimientos es que 
pudieron evitarse.
 Un programa de odontología preventiva debe rea-
lizarse en dos niveles: el hogar y el con sultorio.
 Las medidas a seguir en el hogar incluyen:
 1. Práctica de una higiene bucal correcta, uso de den-
tífricos y, cuando se requiera, enjua gues con flúor.
 2. Dieta adecuada.
 3. Tratamiento de cualquier enfermedad potencial-
mente perjudicial para las estructuras de la boca.
 4. Acudir a las citas con el odontólogo.
 El odontólogo debe considerar al paciente como 
una unidad biopsicosocial, es decir, como un ser hu-
mano completo, y por ello debe pre guntar a ese pa-
ciente qué espera del odontólogo y cuáles son sus co-
nocimientos y sus temores. Asimismo, el programa en 
el consultorio debe con templar:
 1. Control de placa dentobacteriana.
 2. Aplicación de diferentes métodos preventi vos, 
entre ellos uso de fluoruro en distintos medios.
 3. Instrucción al paciente acerca de dietas y ali-
mentación.
 4. Aplicación de pruebas para valorar activi dad de 
caries.
 5. Uso de selladores en fosetas y fisuras.
 6. Educación y enseñanza para el paciente.
 7. Seguimiento o control con una frecuencia defi-
nida.
 Uno de los objetivos primordiales de un pro grama 
de odontología preventiva consiste en ayudar al pa-
ciente a mejorar los hábitos que contribuyen al man-
tenimiento de la salud bucal. Por tanto, es necesario 
enseñarle a re conocer la existencia de estados inde-
seables en su boca, a comprender cómo se producen y 
a controlarlos.
 Respecto al aprendizaje, Bloom estableció seis nive-
les: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, 
síntesis y evaluación. Por desgracia, la mayoría de las 
personas tiene conocimientos y comprende, por ejem-
plo, que son necesarios el cepillado y el uso del hilo 
dental; muchas demuestran cómo se hace (nivel de 
aplicación), pero no lo practican; tampoco ana lizan, 
sintetizan ni evalúan estas actividades.
 Para que una persona pueda aprender debe tener 
motivación, que se puede definir como el conoci-
miento y la voluntad interiores para actuar, es decir, 
un impulso interior que impele a una persona a sa-
tisfacer una necesidad.
 El odontólogo tiene que reconocer el esfuer zo de los 
sujetos que tienen una boca sana. También debe estar 
consciente de que las personas tienen necesidades, en-
tre ellas: fisioló gicas, de seguridad, de reconocimiento 
social, de autoestima y de autorrealización (fig.1-1).
 Abraham Maslow veía al organismo como un todo 
orga nizado e integrado y no sólo como una colección 
de órganos y funciones separadas. Se refería a las ne-
cesidades como las fuerzas internas de una perso na 
que llevan a la acción. Consideraba que una per so-
na realiza acciones para satisfacer estas necesidades, 
las cuales pueden ser:
De autorrealización
De autoestima
De reconocimiento social
De seguridad
Fisiológicas
Figura 1-1. Necesidades del individuo se gún Maslow.
4 Capítulo 1
 1. Fisiológicas o de supervivencia, es decir, aquellas 
que son vitales, como comer, beber agua, tener la 
temperatura adecuada, el sueño, etc.
 2. De seguridad, por ejemplo, tener tranquilidad, 
vivienda, trabajo, etc.
 3. De reconocimiento social, que incluyen la necesi-
dad de amor y pertenencia social.
 4. De autoestima, que incluye un sentimiento de va-
lor personal, logros, dignidad, confianza, destre-
za, competencia, prestigio y nivel social.
 5. De autorrealización, es decir, tendencia positiva 
hacia al desarrollo, conocimientos, alcanzar la 
cima en el campo de desempeño, etc.
 El individuo satisface por sí solo las necesi dades 
fisiológicas, como el hambre y la sed, en tre otras, y 
de manera similar trata de cumplir con sus requeri-
mientos de seguridad, como vi vienda, trabajo, etc. 
El odontólogo puede desempeñar una función muy 
esencial en la motivación del paciente para satisfacer 
necesi dades sociales, como pertenecer a un grupo, ser 
aceptado y reconocido, lograr autoestima y dig nidad: 
una boca sana, un aliento fresco y una sonrisa agrada-
ble son importantes para alcan zar aceptación social y 
mejorar la autoestima.
Problemas de salud bucal 
en América e importancia 
de la prevención
En 1990, la Organización Mundial de la Salud infor-
mó que sólo una de cada 10 personas tiene la totali-
dad de sus dientes sanos y obturados. La caries dental 
constituye una enfermedad de carácter universal, ma-
nifiesta su ataque desde el primer año de vida, afecta 
más o me nos al 91% de la población mayor de cinco 
años de edad y es más frecuente entre las personas de 
cinco a 14 años de edad.
 Las enfermedades periodontales ocurren con fre-
cuencia en personas de mayor edad; sin embargo, 
junto con la caries constituyen problemas graves de 
salud, no sólo por su ca rácter mutilador, sino por las 
complicaciones sistémicas generadas.
 Es imposible resolver esos problemas con la mera 
atención odontológica curativa, ya sea a través de ins-
tituciones de salud públicas o privadas. La situación 
es más grave si se ana liza la baja cantidad de recursos 
humanos en focada a brindar atención.
Distribución de la caries 
a nivel mundial
Según datos de la OMS, la caries es la enfermedad más 
frecuen te. Con base en el índice CAOD a los 12 años 
de edad, los dientes cariados + ausentes + obturados 
de un total de sujetos examinados tenía como objetivo 
llegar a índices menores de 2.
 En Europa, casi todos los países tienen índices me-
nores de 2. En países de América, Estados Unidos tie-
ne un índice de 1.4 y Canadá de 3.4.
 En cambio, en México el índice es de 4.5 a 6 y pre-
dominan los dientes cariados sin obturar.
 En Centroamérica y Sudamérica se tiene un índice 
de 5 y más, con excepción de Argentina y Cuba.
 En África, este índice varía entre los diferentes paí-
ses, desde menos de 1.5 hasta 4.
 Esto mismo se observa en Asia, donde hay países 
que tienen un índice entre 3.5 y 5, hasta otros que tie-
nen de 0.9 a 1.8. 
 En Australia el índice es de 1.2.
Asepsia y antisepsia 5
Asepsia 
y antisepsia
Conceptos
El odontólogo debe proteger a sus pacientes de las 
infecciones, pero también corre el peligro de que 
las personas estén enfermas o sean portadoras, es de-
cir, que alberguen en su organis mo algún agente pató-
geno (capaz de producir enfermedad) sin tener mani-
festaciones clínicas. Por ello, la manera más segura de 
evitar ries gos es considerar a todos los pacientes como 
contaminantes potenciales.
 La transmisión de la infección puede llevar se a 
cabo:
 1. De paciente a odontólogo.
 2. De odontólogo a paciente.
 3. De paciente a paciente.
 Por otra parte, el odontólogo, como miembro de 
un equipo de salud, no debe negar atención a pacien-
tes con enfermedades infecciosas, como infección por 
hepatitis B o por virus de inmunodeficiencia humana 
(VIH). Por ello, debe cono cer muy bien las medidas 
de asepsia y antisepsia. En este sentido, es necesario 
revisar los siguientes conceptos: infección, asepsia, 
antisepsia y con taminación cruzada.
 Infección es la entrada y desarrollo o mul tiplicación 
de un agente patógeno biológico en el organismo de 
una persona o un animal, y el afectado puede tener 
manifesta ciones clínicas (enfermedad infecciosa) o 
carecer de ellas. La in fección no manifiesta sólo puede 
identificarse por métodos de laboratorio o pruebas es-
pecíficas, por lo cual se le conoce también como infec-
ción asintomática, inaparente u oculta. La presencia de 
agentes infecciosos vivos en la superficie del cuerpo, 
en prendas de vestir o artículos sucios no constituye 
infección sino contaminación.
 Asepsia es el estado libre de infección; cons tituye el 
método de prevenir infecciones mediante la destruc-
ción o evitación de agentes patógenos, principalmen-
te por medios físicos. El material aséptico no posee 
microorganismos vivos ni sus formas de resistencia y 
permite tra bajar con asepsia.
 Antisepsia es el conjunto de procedimientos o mé-
todos que disminuyen o destruyen micro organismos 
en tejidos vivos. Al utilizar produc tos bacteriostáticos 
o germicidas en las perso nas se realiza antisepsia.
 En el ámbito odontológico, los principales tipos 
de exposición a microorganismos patóge nos o poten-
cialmente patógenos son:
 1. Accidente percutáneo con objetos cortantes o 
punzantes contaminados.
 2. Salpicadura de productos biológicos conta mina-
dos hacia la mucosa conjuntival.
 3. Aerosolización y posterior inhalación de pro-
ductos biológicos contaminados.
 4. Exposición de piel lesionada a productos bio-
lógicos contaminados.
 5. Contaminación del campo operatorio como con-
secuencia de accidente percutáneo o le siones cu-
táneas exudativas o vesiculares del odontólogo.
 Lo anterior obliga a conocer el concepto de con-
taminación cruzada, que consiste en el paso de un 
agente infeccioso de una persona a otra a través de 
un objeto, instrumento o material contaminado. Para 
prevenirla es indispensable:
Capítulo 2
6 Capítulo 2
 1. Reducir el campo de contaminación. Para dismi-
nuir la dispersión de aerosoles, gotas y salpicadu-
ras debe colocarse al paciente en posición correc-
ta y, en caso necesario, utilizar succión y un dique 
de hule. El campo de contaminación también dis-
minuye si se evi ta el contacto con objetos, como 
teléfonos o agendas, durante los procedimientos 
opera torios. Si es imprescindible utilizar dichos 
objetos deben colocarse otros guantes.
 2. Lavarse las manos.
 3. Utilizar instrumental y material desechable siem-
pre que sea posible.
 4. Manejar de manera adecuada y cuidadosa todo 
el material e instrumental punzocortante.
 5. Realizar los procedimientos de limpieza, des-
infección y esterilización adecuados a las ca racte-
rísticas del equipo e instrumental conta minado.
Esterilización y desinfección
La esterilización es el proceso usado para des truir toda 
forma de vida microbiana, por ejem plo, virus, bacte-
rias, hongos y esporas en cual quier parte u objeto.
 La desinfección consiste en eliminar las for mas ve-
getativas de los microorganismos pató genos en todos 
los ambientes, materias o par tes en que sean nocivas y 
en diversos niveles de actividad biocida. Los desinfec-
tantes de nivel biocida bajo, como los compuestos de 
amonio cuaternario, son sustancias que sólo destru-
yen formas vegetativas de ciertos microorganismos 
ambientales o superficiales comunes, pero no tienen 
efecto en virus o microorganismos resis tentes, como 
el virus de la hepatitis B o las micobacterias. Los des-
infectantesde nivel biocida intermedio (p. ej., los com-
puestos clorados, yodóforos y fenoles) tienen mayor 
poder por que inactivan a los microorganismos men-
cionados. Por último, los antisépticos de nivel biocida 
alto inactivan a todos los microor ganismos y a las es-
poras bacterianas; un ejem plo de ellos es el glutaralde-
hído al 2% durante seis a 10 h.
 Antes de establecer qué objetos deben este rilizarse 
y cuáles deben desinfectarse es indis pensable tener en 
cuenta la siguiente clasificación:
 1. Objetos críticos. Es el instrumental que penetra 
tejidos blandos o duros de la boca, por ejemplo: 
explorador, espejo, bisturí, fresas, fór ceps y, en 
general, instrumental quirúrgico. Requieren de 
esterilización.
 2. Objetos semicríticos. Son los que tocan pero no 
penetran tejidos blandos o duros, por ejemplo, 
el condensador de amalgama y la pieza de mano. 
Es preferible esterilizarlos pero pueden someter-
se a desinfección de nivel alto.
 3. Objetos no críticos. Son las manijas de la lám-
para, aparato de rayos X, mesa de trabajo, etc. 
Puede aplicarse en ellos la desinfección de nivel 
intermedio.
Cuadro 2-1. Temperaturas y tiempos mínimos recomendados para la esterilización por calor de instrumentos y materiales
Método según materiales Grados centígrados kg/cm2 Minutos
Hornos de calor seco, aire estático: instrumental no envuelto 170 – 60
Hornos de calor seco, fl ujo forzado: instrumental no envuelto 200 – 6
Vapor de agua a presión: instrumental no envuelto 134 2 3
115 1 15
Vapor de agua a presión, autoclave: instrumental envuelto 134 2 12
115 1 30
Vapor de agua a presión, autoclave: campos quirúrgicos, gasas 121 1 30
Vapor de agua a presión, autoclave: desechos biológicos 121 1 90
Vapor de químico a presión, quemiclave: instrumentos envueltos 132 1.5 20
Fuente: SSA. Norma Oficial Mexicana NOM-013-SSA2, para la prevención y control de enfermedades bucales. México: SSA, 1994.
Asepsia y antisepsia 7
Procedimientos de esterilización
Éstos incluyen vapor a presión (autoclave), ca lor seco, 
gas de óxido de etileno, vapor quími co y soluciones 
químicas. De ellos, los más recomendables son el va-
por a presión y el calor seco (cuadro 2-1), pero es muy 
importante la var con cuidado el instrumental para 
eliminar restos de sangre, saliva, moco, tejido y otros.
 El lavado puede realizarse con agua y jabón deter-
gente y la ayuda de un cepillo, o mediante un limpia-
dor ultrasónico; este último tie ne la ventaja de despe-
gar residuos de los sitios inalcanzables para el cepillo. 
El personal res ponsable de limpiar y descontaminar el 
instrumental debe utilizar guantes gruesos de hule.
 Justo después de lavar los instrumentos, es indis-
pensable secarlos para evitar su oxidación y corro-
sión. Lo mismo debe hacerse en caso de esterilizar con 
solución química, para no alte rar la dilución de ésta.
 Las recomendaciones a seguir para prepa rar el ins-
trumental de esterilización son las si guientes:
 1. En lo posible, limitar el tamaño y la densidad 
del paquete, así como su cubierta protectora 
para asegurar la penetración uniforme del vapor 
(fig. 2-1).
 2. Colocar la carga separada de manera que presen-
te la menor resistencia posible al paso del vapor 
a través de ella.
 3. Utilizar siempre “papel testigo” adhesivo o bio-
lógico que compruebe que el material ha sido 
esterilizado.
 4. Los objetos cortantes o con posibilidades de 
romperse se envuelven previamente en una toa-
lla de papel.
 5. Para facilitar el manejo posterior pueden en vol-
verse juntos varios instrumentos, por ejemplo:
 A. Instrumental básico para examen inicial: es-
pejo, explorador, excavador, pinzas para al-
godón, sonda periodontal, torundas, gasas y 
abatelenguas.
 B. Instrumental básico para alisado radicular y 
raspado gingival: raspadores y curetas.
 C. Instrumental básico para pulido: ángulo para 
profilaxis, copa de caucho, cepillo oclusal y 
vasito de vidrio.
1
2
3 4 5
Figura 2-1. Manera de envolver un paquete para efectuar esterilización.
8 Capítulo 2
Vapor a presión
En la esterilización eficaz se utiliza calor a altas tem-
peraturas en forma de vapor saturado bajo presión. 
El método físico más aceptable para esterilizar ins-
trumentos es la autoclave, que pro porciona 775.72 
mmHg (15 libras) de presión a nivel del mar, y por 
lo general se usa a 121°C durante 30 min, aunque el 
tiempo puede disminuirse con temperaturas más al-
tas. Sus ventajas son: ciclo de corta duración, buena 
penetración y amplio margen de los materiales facti-
bles de procesar sin afectarlos.
 Para esterilizar en la autoclave es recomen dable 
envolver el equipo con tela de algodón, papel estraza, 
bolsas de nailon o celofán.
Calor seco
El calor seco es menos efectivo que la autocla ve, pero 
es más económico. Tiene la ventaja de ser eficaz y se-
guro para esterilizar instrumen tos de metal y espejos, 
no daña superficies cor tantes y no es corrosivo; sin 
embargo, el ciclo para esterilizar es largo, tiene menos 
penetra ción y puede alterar el color. Durante el proce-
dimiento es necesario utilizar una envoltura de papel 
estraza o celofán, pero no tela de algo dón porque se 
quema; el hule y el plás tico tampoco deben emplearse 
porque se destruyen.
 La vigilancia de la esterilización es muy im portante. 
Los indicadores son indispensables en cada ciclo de 
esterilización, porque la eficacia de los aparatos puede 
disminuir en cualquier momento. El cambio de co-
lor en esos indicado res por lo general señala que se 
alcanzaron las condiciones para esterilizar, pero no 
garantiza la esterilización del contenido. Por tanto, se 
re comienda verificar más o menos cada semana la efi-
cacia de la esterilización mediante tiras de esporas; al 
germinar, éstas producen ácidos y el pH se mide con 
un papel indicador.
Gas de óxido de etileno
Se usa para esterilizar grandes cantidades de material 
e instrumental. Las desventajas son que el ciclo de es-
terilización requiere de cuatro a cinco h, el equipo es 
costoso, el plástico y el caucho retienen el gas, y éste 
produce irrita ción en ojos y nariz.
Vapor químico
Se puede generar de la mezcla de alcoholes, ceto-
nas, formaldehído y agua hirviendo a una presión de 
1034.3 a 1034.87 mmHg (20 a 25 libras) durante 20 a 
30 min.
Soluciones químicas
La única eficaz es el glutaraldehído al 2% por 10 min.
Procedimientos de desinfección
La desinfección por lo general se refiere al uso de pro-
ductos químicos líquidos que actúan a tem peratura 
ambiente en instrumentos o superficies.
 De acuerdo con la Food and Drug Administration 
(FDA), los desinfectantes son sustancias químicas con 
capacidad para destruir en 10 a 15 min los gérmenes 
depositados en un material inerte o vivo, abarcando 
en la destruc ción todas las formas vegetativas de bac-
terias, hongos y virus (excepto el de la hepatitis B) y 
alterando lo menos posible el sustrato donde residen.
 Algunas sustancias actúan como desinfectan tes y 
al mismo tiempo como esterilizantes; un ejemplo de 
ello es el glutaraldehído, cuya actividad depende de su 
concentración y el tiempo utilizado. La eficacia de un 
desinfectante de pende de varios factores:
 1. Concentración y naturaleza de los microor-
ganismos contaminantes.
 2. Concentración del desinfectante.
 3. Tiempo de exposición.
 4. Cantidad de residuos orgánicos acumulados.
 A diferencia del antiséptico, el desinfectante no 
se utiliza en tejidos vivos. De acuerdo con Molinari, 
Campbell y York, el desinfectante ideal tiene las si-
guientes propiedades:
 1. Posee amplio espectro antimicrobiano.
 2. Tiene rapidez de acción letal sobre formas ve-
getativas y esporas de bacterias, hongos, proto-
zoarios y virus.
 3. No se altera por factores físicos.
 4. Conserva su eficacia ante la presencia de materia 
orgánica (sangre, saliva, heces, etc.).
 5. Es compatible con jabones, detergentes y otros 
productos químicos.
Asepsia y antisepsia 9
 6. Carece de toxicidad.
 7. Es compatible con la superficie, es decir, no co-
rroe instrumentos ni otrassuperficies me tálicas. 
No daña ropa, hule, plástico u otros materiales.
 8. Es fácil de usar.
 9. Es inodoro.
 10. No es costoso.
 Los desinfectantes afectan la pared celular, los ele-
mentos del citoplasma, sobre todo las enzimas y el 
material nuclear. Entre los acepta dos por la Asocia-
ción Dental Americana (ADA) se encuentran el yo-
dóforo, los agentes clorados y los glutaraldehídos, los 
cuales tienen venta jas y desventajas.
 El yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) es de amplio 
espectro; es decir, destruye bacterias, Mycobacterium 
tuberculosis, virus hidrofílicos y lipofílicos. Asimismo, 
ejerce su acción a los cinco o 10 min, es barato y eficaz y 
actúa aun cuan do haya residuos biológicos. Sin embargo, 
no es esterilizante, es inestable a temperaturas al tas, debe 
prepararse a diario, puede modi ficar el color de algunas 
superficies y se inacti va con el agua dura y el alcohol.
 Los agentes clorados tienen acción antimicro biana 
rápida y amplio espectro, pues destru yen bacterias, vi-
rus y Mycobacterium tuberculosis; también son baratos 
y eficaces en solución diluida. Sin embargo, destruyen 
esporas sólo en concentraciones elevadas, no pueden 
utili zarse de nuevo, deben prepararse diariamente, 
disminuyen su actividad ante la presencia de materia 
orgánica, tienen olor desagradable y persistente, irri-
tan la piel y los ojos, corroen los metales y degradan el 
hule y el plástico.
 Por último, los glutaraldehídos son muy efi caces 
para destruir microorganismos, tienen amplio espec-
tro antimicrobiano, eliminan espo ras a temperatura 
ambiente después de seis a 10 h, casi nunca son co-
rrosivos y penetran en sangre, pus y restos orgánicos; 
asimismo, son de efecto prolongado y útiles para des-
infectar o esterilizar el hule y el plástico. Pero, por otra 
parte, no son antisépticos, no desinfectan superficies, 
irritan con intensidad los tejidos, pue den producir 
alergia, alteran el color de algu nos metales, no pueden 
verificarse de manera biológica, su uso en ocasiones 
posteriores está en función de la cantidad de restos 
orgánicos y su actividad corrosiva depende de la dilu-
ción a la cual se utilicen.
 Los agentes químicos para desinfección y esterili-
zación se presentan en el cuadro 2-2.
Precauciones universales
La boca es una cavidad donde abundan micro orga-
nismos, ya sea en sangre, saliva o en placa dentobacte-
riana. Esos microorganismos pueden infectar a través 
de heridas microscópicas y contaminar instrumentos 
estériles, equipo den tal y demás superficies.
 La contaminación es la presencia de un agente in-
feccioso en la superficie del cuerpo; también en ves-
Nombre comercial Clasifi cación química Desinfectante Esterilizante Vida media
Blanqueador casero Hipoclorito de sodio Diluido 1:5 a 1:100, 10 a 30 min — 1 día
Yodine Yodóforo (yodopolivinilpirrolidona) Diluido 1:213, 10 a 30 min — ?
Sporicidin Glutaraldehído al 2% alcalino con 
amortiguador fenólico
Diluido 1:16, 10 min Sin diluir 15 días
Glutarex Glutaraldehído al 2% neutral Sin diluir, 10 min 6 h, 45 min ?
Gafi dex Glutaraldehído al 2% con bicarbonato 
de sodio
Sin diluir, 10 min Sin diluir, 10 h ?
Cidex 7 Glutaraldehído al 2% alcalino Sin diluir, 90 min Sin diluir, 10 h ?
Los compuestos de amonio cuaternario, como el cloruro de benzalconio, no son aceptados como desinfectantes de alta capacidad o 
potencia de alto nivel por la Asociación Dental Americana desde 1978.
Cuadro 2-2. Agentes químicos para desinfección y esterilización, o ambos
10 Capítulo 2
tidos, ropa de cama, juguetes, instrumentos quirúrgi-
cos, apósitos u otros objetos inanimados o sustancias, 
incluso en el agua y los alimentos.
 A diferencia de la contaminación, la polución de-
nota la presencia de sustancias nocivas pero no siem-
pre infecciosas en el ser humano.
 Desde 1980 se reconoció la importancia de la 
transmisión del virus de la hepatitis B en el ámbito 
odontológico y posteriormente el sín drome de inmu-
nodeficiencia adquirida (sida). Por ello, la Asociación 
Dental Americana y otras organizaciones odontológi-
cas se dedicaron a divulgar las precauciones univer-
sales enuncia das por los Centers for Disease Control 
(CDC) con el propósito de evitar la transmisión cruza-
da de cualquier tipo de microorganismos entre los pa-
cientes y los profesionales de la salud.
 Las precauciones universales se basan en los si-
guientes puntos:
 1. Lavado y cuidado de las manos.
 2. Barreras protectoras.
 3. Uso de instrumental cortante o punzante.
 4. Limpieza, desinfección y esterilización del mate-
rial recuperable.
 5. Aseo de superficies contaminadas.
 6. Recolección de residuos contaminados.
 7. Recolección y esterilización de ropa conta-
minada.
 8. Vacunación contra la hepatitis B.
Lavado y cuidado de las manos
La piel de las manos alberga una flora habitual (p. ej., 
Staphylococcus epidermidis, micrococos y difteroides) 
independientemente de la flora que hay en el ambien-
te; además, aunque se la ven las manos, debajo de la 
porción libre de las uñas puede acumularse sangre. 
Por esas razo nes, es necesario mantener las uñas 
cortas y uti lizar guantes, para proteger la piel de las 
sustancias químicas como desinfectan tes, soluciones 
para revelar radiografías y otros materiales dentales.
 Al empezar el día de trabajo es indispensa ble qui-
tarse las alhajas y revisar que la piel esté libre de abra-
siones y heridas. A continuación, se lavan las manos 
hasta los antebrazos con al gún jabón germicida (cua-
dro 2-3) y un cepillo o esponja estériles durante 20 
min. La piel lavada se enjuaga con agua durante 10 
min y se seca con toallas limpias de papel. Este pro-
cedimiento de lavado y enjuague debe efectuar se an-
tes de atender a pacientes no quirúrgicos.
 En caso de prepararse para realizar alguna ci rugía, 
las uñas deben limpiarse con un palillo de puntas 
redondeadas. El cepillado para la var las manos debe 
durar 7 min y, al igual que el enjuague, debe empezar 
por los dedos y descender hasta los antebrazos. Duran-
te el lavado y el enjuague, es indispensable co locar los 
dedos en posición más elevada que los codos y cuidar 
que el agua escurra hacia estos últimos y nunca hacia 
los dedos. En este caso, el secado se realiza con toallas 
estériles. Asimis mo, antes de tocar al paciente debe 
evitarse to car objetos o superficies contaminados.
Barreras protectoras
Las técnicas de barrera son elementos y proce-
dimientos utilizados para evitar la exposición del in-
dividuo a microorganismos patógenos, y se refieren al 
uso de guantes, batas o uniformes, gorras, máscaras, 
pantallas de acrílico, cubrebocas y lentes, dique de 
hule y todas las cubier tas de superficies que protegen 
del ambiente.
Guantes
La sífilis, la hepatitis B y el herpes simple son enferme-
dades que presentan mayor riesgo de transmisión por 
el contacto de piel erosio nada con mucosa, saliva o 
sangre infectados. El síndrome de inmunodeficiencia 
adquirida se con tagia con sangre, por lo cual antes de 
atender a cualquier paciente deben utilizarse guantes.
 Los guantes, ya sea estériles o no estériles, se eli-
gen según el tipo de atención que se va a brindar. 
Por ejemplo, para exploración y actividades no qui-
rúrgicas se recomiendan guantes de látex no estériles, 
Nombre comercial Clasifi cación química
Hibiscrub Gluconato de clorhexidina al 2%
Yodine J Jabón neutro, yodopovidona
Antibenzil Jabón neutro, cloruro de benzalconio
Cuadro 2-3. Jabones antisépticos
Asepsia y antisepsia 11
pero pueden usarse de vinil cuando hay necesidad de 
explorar y no se cuenta con guan tes de látex; cuando 
estos últimos ocasionan irri tación también conviene 
utilizar de vinil, o bien de algodón entre la piel y los 
de látex.
 Para el manejo de pacientes con riesgo alto se re-
comienda colocarse simultáneamente dos pares de 
guantes estériles y, en caso de que se rompan, hay que 
lavarse las manos y sustituir los guantes por otros dos 
pares. Durante el la vado de material e instrumental es 
indispensa ble utilizar guantes gruesosde látex o cau-
cho no desechables.
 Después de quitarse los guantes, se deben lavar de 
nuevo las manos y usar un nue vo par con el siguiente 
paciente.
 Por último, los guantes son de gran utilidad, pero 
tienen limitaciones, pues no protegen de instrumen-
tos punzantes ni cortantes. Por ello, si se perforan o 
cortan deben cambiarse de in mediato, además de se-
guir las medidas que se mencionan más adelante.
Ropa (batas o uniformes)
El personal odontológico debe utilizar batas o uni-
formes protectores para evitar la contami nación de la 
piel y la ropa de calle.
 Durante la cirugía es recomendable que los pa-
cientes usen ropa desechable y estéril. Si se trata de 
un procedimiento más sencillo, la ropa estéril sólo se 
cambia (no se desecha) con cada paciente. Después de 
su uso, la ropa debe colocarse en una bolsa de plástico 
para sacarla del consultorio.
Gorras
El uso de gorra desechable es necesario duran te pro-
cedimientos en que existe riesgo de sal picaduras de 
sangre u otros líquidos orgánicos.
Máscaras, cubrebocas, pantallas 
de acrílico y lentes
Al utilizar una turbina de alta velocidad, las partículas 
de agua, saliva, sangre y otras se ato mizan y se expe-
len por la boca. De ese modo, a 60 cm de la boca del 
paciente se han encontra do microorganismos como 
estafilococos, estrep tococos, difteroides, neumoco-
cos, Mycobacterium tuberculosis, virus de la influenza, 
virus de la hepatitis, virus del herpes y Neisseria; con 
excepción de los estafilococos, esos microorganismos 
no se encuentran en la atmósfera en con diciones nor-
males, por lo cual el odontólogo debe protegerse ojos, 
boca y nariz (fig. 2-2).
 Las máscaras pueden ser de fibra sintética y de-
ben filtrar 95% de las partículas de 3.4 mμ; asimismo, 
han de mantener inalterable el efec to de filtrado por 
lo menos durante 30 min cuando se forman aeroso-
Figura 2-2. Uso de bata, gorra, guantes y lentes para evitar 
la exposición del individuo a microorganismos 
patógenos.
12 Capítulo 2
les muy contaminados, como al utilizar instrumen-
tal rotatorio de alta velocidad. Dejan de actuar como 
barrera cuan do su superficie exterior se impregna de 
micro organismos, por lo cual es preciso cambiarlas 
con cada paciente.
 Los cubrebocas pueden ser de tela o de mate rial me-
nos poroso, y por consiguiente son me nos permeables 
al aerosol. Deben cambiarse por lo menos cada hora.
 Por otra parte, los ojos deben protegerse no sólo de 
microorganismos, sino también de sus tancias quími-
cas como los desinfectantes y ma terial de restauración 
e incluso del daño físico. Para ello, se utilizan gafas 
protectoras y es me jor si tienen protecciones laterales 
como los goggles (fig. 2-3).
 La división sanitaria de la Occupational Safety and 
Health Administration (OSHA) acordó en 1987 que 
A
B
C
Figura 2-3. Barreras protectoras que sirven para evitar la exposición del individuo a microorganismos patógenos. 
A, cubrebocas; B, lentes protectores; C, goggles.
Asepsia y antisepsia 13
las gafas protectoras fueran lo bastante confortables 
para no tener que ajustarlas varias veces, y durante las 
técnicas operatorias se reco mienda usar gafas panta-
lla que cubran toda la cara. Las gafas deben elaborar-
se con materia les que permitan el lavado y desinfección 
con glutaraldehído al 2% o por la acción del calor.
Dique de hule
El uso de dique de hule es esencial para reducir al 
máximo la posibilidad de contaminación del campo 
operatorio.
Uso de instrumental cortante 
o punzante
Todo material punzocortante, como las agujas y las 
hojas de bisturí, es infeccioso en potencia. Por ello se 
requiere manejarlo con sumo cui dado para reducir al 
mínimo la posibilidad de punciones accidentales.
 Las jeringas estériles y las agujas desechables tienen 
que ser nuevas para cada paciente. Cuan do es necesa-
rio inyectar a un mismo paciente varias veces, la jerin-
ga y la aguja se dejan sin protector en un campo estéril, 
pero la última se cubre con una gasa; asimismo, es ne-
cesario cui dar de no dejarlas en el campo de trabajo. 
No debe intentarse colocar el protector de manera di-
recta; si se desea hacerlo, puede ponerse en la charola 
e introducir la jeringa con lentitud y de modo paralelo 
al protector, o bien sostener el protector con pinzas.
 El sistema más seguro es la jeringa con aguja in-
tegral desechable. Así se evita todo riesgo porque la 
jeringa tiene incorporada una aguja con un capuchón 
no extraíble que se desliza.
 Las agujas desechables de las jeringas deben guar-
darse posteriormente en recipientes especia les rígidos 
de cristal, metal o cartón grueso, colo cados en el sitio 
más cercano a donde se utilicen.
Limpieza, desinfección y esterilización 
del material recuperable
Equipamientos dentales
El equipo y mobiliario dental más recomenda ble es el 
que ofrece el mayor número de super ficies lisas y tiene 
mandos integrados en el pe dal del equipo para evi-
tar la manipulación manual y posible contaminación 
con productos biológicos de la boca del paciente. Si 
no se cuenta con un equipo como el mencionado, las 
áreas que se pueden contaminar se deben cubrir con 
láminas protectoras de papel aluminio, plás tico, papel 
plastificado o cualquier otro material que garantice 
sellado e impermeabilidad.
 Los Centers for Disease Control, la Asocia ción Den-
tal Americana y la Occupational Safety and Health Ad-
ministration recomiendan cubrir las zonas con mayor 
riesgo de contaminación y además limpiarlas con una 
tela humedecida por un agente limpiador vehiculiza-
do en una solu ción acuosa para facilitar la disolución 
de resi duos orgánicos. También aconsejan rociar des-
pués las superficies con algún desinfectante y dejarlo 
actuar durante 10 min.
 En México se recomienda limpiar y desin fectar las 
áreas de trabajo al finalizar las activi dades diarias. La 
limpieza debe hacerse con una toalla absorbente para 
eliminar restos de saliva y sangre, y luego con germicidas 
como yodóforos, fenoles sintéticos o compuestos clora-
dos. Estos últimos se aplican en aerosol, con excep ción 
del hipoclorito de sodio. Después de aplicar desinfectan-
te para limpiar, es necesario secar el exceso, rociarlo de 
nuevo y a continuación dejarlo actuar por 10 min.
 Un método eficaz consiste en aplicar, con una toalla 
de papel, una solución de hipoclorito de sodio (blan-
queador casero) preparada al día. Las concentraciones 
recomendables de dicha so lución dependen de la can-
tidad de material or gánico a eliminar y pueden ser de 
500 ppm (dilu ción de 1:100, es decir, 10 ml de blan-
queador en 1 L de agua) y hasta de 5 000 ppm (dilución 
de 1:10, o sea, 100 ml de blanqueador en 1 L de agua).
 Las superficies aparentemente no contami nadas 
también deben descontaminarse y des infectarse con 
solución de hipoclorito de sodio (1:100). Pero como 
esta sustancia es corrosiva, no se recomienda usarla 
en superficies metálicas.
 Durante la limpieza y desinfección es preciso utili-
zar guantes gruesos, cubreboca y lentes, así como ropa 
especial. Las cubiertas usadas también pueden cam-
biarse al atender a otro paciente.
Conducciones internas
La Asociación Dental Americana recomienda que el 
agua que se utilice en los tratamientos dentales no 
14 Capítulo 2
quirúrgicos debe tener menos de 200 UFC/ml de bac-
terias no coliformes.
 La unidad de agua puede contaminarse por dos 
motivos:
 1. Aspiración de productos orgánicos contaminados a 
través de la turbina y jeringa de agua-aire. Esto 
puede resolverse con la adición de una vál vula 
antirreflujo, así como por esterilización de la 
turbina y la jeringa de agua-aire an tes de usarlas 
con cada paciente. 
 2. El agua remanente favorece la colonización bac-
teriana. Para evitar esta situación, al iniciar la 
jornada es forzoso aplicar desinfectantes clo-
rados y clorhexidina de 0.5 a 1 ppm, y además 
expulsar agua durante 3 min a través de las je-
ringas. También conviene dejar correr el agua 
durante 30 s después de tratar a cada paciente, 
con la fi nalidad de eliminarcualquier material 
que pudiera haber sido aspirado.
Jeringas de agua o aire y cavitrón
Se prefieren las puntas de jeringas para agua o aire 
desechables. El cuerpo de esas puntas debe cubrirse 
con hojas protectoras, las cuales tienen que cambiarse 
al finalizar la acción terapéutica. 
 Las jeringas de aire o agua y la pieza de mano deben 
desinfectarse o, cuando así lo considere el fabricante, 
esterilizarse por alguno de los mé todos disponibles. 
Es posible esterilizarlas por inmersión con glutaralde-
hído al 2% por 6 h y 45 minutos.
Aparatos radiológicos
La cuba, el cono y los mandos del equipo ra diológico 
se cubren con láminas u hojas de pro tección.
Fresas e instrumental manual
La Asociación Dental Americana (1992) y los Centers 
for Disease Control (1989) recomiendan esterilizar 
todo el instrumental que penetre en tejidos bucales y 
toque hueso. La esterilización por calor es necesaria 
para el instrumental que sólo hace contacto con la 
mucosa bucal y la desinfección química para el ins-
trumental que se deteriora por la acción del calor. En 
el cuadro 2-4 se presenta una guía de métodos de es-
terilización y desinfección de instrumentos y ma terial 
usados en odontología.
 Antes de proceder a la esterilización es for zoso se-
guir varios pasos:
 1. Prelavado. Disminuye la carga microbiana y por 
consiguiente reduce el riesgo de conta gio en la 
limpieza manual. El instrumental contaminado 
se sumerge durante 10 min en jabón desinfec-
tante. El glutaraldehído al 2% en solución acuosa 
es de gran utilidad. También es recomendable el 
ultrasonido durante seis a 10 min para elimi-
nar los re siduos orgánicos hasta en las fresas de 
tungs teno con varias hojas de corte, las cuales 
son difíciles de limpiar.
 2. Limpieza manual. La Asociación Dental Ame-
ricana, los Centers for Disease Control y la Food 
and Drug Administration resaltan la importan-
cia de la limpieza manual con agua y un cepi-
llo grueso y consistente para frotar. El personal 
tiene que protegerse con ropa adecuada, gafas y 
guantes.
 3. Secado y empaquetado. El material metálico del 
instrumental requiere de secado perfecto para 
evitar la acción corrosiva de la humedad. Una 
vez seco, es necesario empaque tarlo en bolsas o 
disponerlo en bandejas aireadas. 
 4. Esterilización. El material ya esterilizado debe 
conservarse en una zona cerrada y limpia.
Instrumental rotatorio
Las piezas de mano deben recubrirse con papel alumi-
nio y desinfectarse con alguna solución química. En 
algunos países se utilizan:
 1. Decident. Consta de dos esponjas impregna das 
en una mezcla de derivados del fenol. La pieza 
de mano se coloca entre las espon jas durante 10 
min y luego se enjuaga.
 2. Sistema STS (Sporicidin Turbonet Système). Con-
siste en un recipiente relleno de partícu las rígi-
das e impregnadas con un líquido desinfectante 
denominado Sporocidin, el cual se elabora con 
fenol y glutaraldehído. Las piezas de mano se 
introducen en el recipien te y se realizan movi-
mientos verticales y de rotación durante 30 s.
Asepsia y antisepsia 15
Autoclave Calor seco Agentes químicos
Instrumental de acero inoxidable (Al) 
Pinzas de curación 1 1 2
Exploradores 1 1 2
Cucharillas 1 1 2
Jeringas Carpulle 1 1 2
Condensadores de amalgama 1 1 2
Portaamalgama 1 1 2
Banda y portamatriz 1 1 2
Pinza portagrapa 1 1 2
Grapas 1 1 2
Arco para dique de hule 1 1 2
Curetas de profi laxis 1 1 2
Sondas periodontales 1 1 2
Losetas de vidrio 1 1 2
Espejos 2 1 3
Fresa (carburo y diamante) 3 1 3
Puntas de cavitrón 3 3 1
Copas de hule* – – –
Instrumental de cirugía 
Fórceps 1 1 2
Pinzas hemostáticas 1 1 2
Alveolótomo 1 1 2
Pinzas de disección 1 1 2
Lima para hueso 1 1 2
Gubias 1 1 2
Elevadores 1 1 2
Legra 1 1 2
Mango de bisturí 1 1 2
Agujas y material de sutura* – – –
Portaagujas 1 1 2
Separadores 1 1 2
Fresas quirúrgicas 1 1 2
Tijeras 3 1 2
Hojas de bisturí* – – –
Instrumental de prótesis 
Cucharillas de aluminio, cromo, plateadas 1 1 2
Piedras de diamante 2 1 2
Piedras de pulido 1 2 3
Piedras agudas y cortantes 2 2 3
Discos de pulido 2 3 2
Instrumental de ortodoncia 
Pinzas de acero inoxidable 1 2 3
Bandas de ortodoncia 1 2 3
Retractor de labios (de plástico) 3 3 1
Fijador de lengua (de plástico) 3 3 1
Aplicador de bandas (de plástico) 3 3 1
Pinzas de acero inoxidable con partes de plástico 3 3 1
Instrumental de endodoncia 
Instrumentos de acero inoxidable: 1 2 3
Limas 1 2 3
Ensanchadores 1 2 3
Fresas 1 2 3
Brocas 1 2 3
Puntas de papel* – – –
Obturadores 1 2 3
Léntulo 1 2 3
Tiranervios 1 2 3
Cuadro 2-4. Guía de métodos de esterilización y desinfección de instrumentos y material usado en odontología, o ambos
1 = recomendable; 2 = adecuado; 3 = ineficaz. 
* Material desechable.
16 Capítulo 2
 3. Terminator. Es un aparato articulado sobre el 
brazo de la unidad dental y expulsa una so lución 
antiséptica por pulverización a presión. Ejerce su 
efecto en uno a tres minutos.
Prótesis, modelos e impresiones dentales
Los materiales y estructuras ya utilizados en la boca 
se consideran fuente potencial de conta minación cru-
zada; por tanto, es imprescindible lavarlos, esterilizar-
los o desinfectarlos con cui dado antes de manejarlos, 
ajustarlos o enviar los al laboratorio dental. Esos ar-
tículos también requieren limpieza y esterilización o 
desinfec ción luego de ser devueltos por el laboratorio 
dental y antes de ser colocados en la boca del pacien-
te. Conviene consultar al fabrican te en relación con la 
estabilidad del producto al procedimiento de esterili-
zación y desinfección de alta potencia (cuadro 2-5).
Manejo de muestras de laboratorio
Biopsias
Todos los tejidos deben considerarse potencialmente 
infectantes y por ello se recomienda evitar salpicadu-
ras. La muestra de tejido se coloca en un frasco con 
boca ancha, el cual debe eti quetarse con la fecha de 
obtención y los datos del paciente. El tejido de per-
sonas con alguna enfermedad infecciosa (hepatitis, 
tuberculosis, sida, etc.) se guarda en una bolsa de 
plástico cerrada y se identifica por fuera con la leyen-
da “infeccioso en potencia” para alertar a quienes lo 
manejen.
 Antes de procesar los tejidos, es indispensa ble fijar-
los con formol al 10% durante 24 h. La relación tejido 
y formalina debe ser de un volumen de tejido por 10 
volúmenes de formalina como mínimo. Las muestras 
de pacientes infecciosos requieren al menos 72 h de 
fijación, y la relación es de un volumen de teji do por 
20 volúmenes de formalina.
Citología exfoliativa
Se usa como auxiliar en el diagnóstico de cán cer, in-
fecciones por hongos (Candida albicans) y virus (her-
pes), entre otras afecciones.
 La muestra debe fijarse de inmediato al co locarse 
en un frasco con alcohol absoluto antes de enviarla al 
laboratorio. Si proviene de un paciente con infección, 
entonces se evitará el uso de aerosoles para fijarlas 
porque de lo contrario se corre el riesgo de contagio 
por salpicaduras.
 Igual que las biopsias, las muestras tam bién se ro-
tulan y envían al laboratorio en una bolsa de plástico; 
si corresponden a un pacien te con alguna enfermedad 
transmisible también es necesario anotar la leyenda 
Materiales Agentes químicos Tiempo
Impresiones*
Silicones Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min
Polisulfuros Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (inmersión) 10 min
Alginatos** Yodóforos o hipoclorito de sodio diluido (aerosol) 1 minuto
Prótesis***
Fija (metal/porcelana) Glutaraldehído al 2%, yodóforos 10 min 
Removible (acrílico/porcelana) Yodóforos, hipoclorito de sodio 10 min 
Removible (metal/acrílico) Yodóforos 10 min
* Lavar con agua antes y después de desinfectar. 
** Rociar la solución y guardar por un minuto en la bolsa de plástico.
*** La prótesis debe lavarse con agua y desinfectarse antes de entregarla al paciente y enviarla al laboratorio, o ambas conductas. 
Nota: los compuestos clorados no se recomiendan para metal; el glutaraldehído no se recomienda para el acrílico. Material paraprótesis, 
articuladores, reglas, espátulas, taza de hule y rollos de cera, lavar y desinfectar con agentes químicos.
Cuadro 2-5. Desinfección de material e instrumental para prótesis y laboratorio dental
Asepsia y antisepsia 17
“infeccioso en potencia”, seguida del diagnóstico pro-
bable.
Limpieza de superficies contaminadas
Véase apartado anterior.
Recolección de residuos 
contaminados
Todos los materiales contaminados con sangre, saliva 
o líquidos corporales se depositan en bolsas de plás-
tico dobles y perfectamente sella das para desecharlas 
posteriormente; por ejem plo, guantes, cubrebocas 
desechables, gasas, algodones e hilo (fig. 2-4). Si estos 
materiales provienen de pacientes con infección, se 
etique tan con su leyenda respectiva y al final se inci-
neran.
 Los instrumentos punzocortantes deben de posi-
tarse en contenedores rígidos y es recomen dable este-
rilizarlos o desinfectarlos antes de desecharlos.
Recolección y esterilización 
de ropa contaminada
Luego de usar la ropa, se recoge y guar da en bolsas de 
plástico dobles, a las cuales se les coloca la etiqueta 
respectiva; asimismo, an tes de llevarla a la lavandería 
se esteriliza en la autoclave.
Vacunación contra la hepatitis B 
y recomendaciones finales
Las recomendaciones finales son las siguientes:
 1. Vacunación del personal odontológico contra la 
hepatitis B; algunos autores también acon sejan 
aplicar inmunización contra la rubéo la, el sa-
rampión, la parotiditis y el tétanos.
 2. Se considera infeccioso en potencia a todo pa-
ciente, por lo cual es necesario adoptar los pro-
cedimientos de control de infección en todos los 
sujetos.
 3. Elaborar una historia clínica del paciente, con 
énfasis en los antecedentes de enfermedades 
transmisibles, transfusiones y prácticas de alto 
riesgo (p. ej., promiscuidad sexual y uso de je-
ringas ya usadas).
 4. Utilizar de preferencia instrumental y mate rial 
desechable.
 5. No desinfectar cuando sea posible esterilizar.
 6. Antes de esterilizar o desinfectar, eliminar los res-
tos de partículas orgánicas de los instru mentos.
 7. Si el personal odontológico sufre inoculación 
accidental, contaminación de mucosas o con-
taminación de piel lacerada con material in-
feccioso en potencia, es necesario llevar a cabo 
las siguientes acciones:
A. En caso de contaminación de mucosas (p. ej., 
salpicadura de ojos o boca), lavar esas áreas 
con abundante agua. Cuando ocurra inocula-
ción accidental o contaminación de piel lace-
rada, el área infectada se lava con abundante 
agua y jabón; de ser necesario, se usa algún 
Figura 2-4. Se observa el símbolo de “material 
potencialmente infeccioso” que debe aparecer 
en los botes y bolsas de basura cuando 
contienen residuos contaminados con sangre, 
saliva o líquidos corporales.
18 Capítulo 2
antiséptico para la piel y se promueve el san-
grado venoso haciendo presión con los dedos 
entre el sitio afectado y el corazón. Se reco-
mienda considerar la posibilidad de infeccio-
nes por virus de inmunodeficiencia humana, 
hepatitis B y sífilis, entre otras.
B. Valorar al paciente de manera clínica y epide-
miológica.
C. Ante el peligro de infección por virus de inmu-
nodeficiencia humana, realizar de inmediato 
un estudio de laboratorio para valorar en ese 
momento si se encuentra o no infectado por el 
virus. Este estudio debe repetirse a las seis se-
manas y a los tres, seis y 12 meses posteriores 
al accidente. Si el estudio inicial es negativo, 
pero alguno de los posteriores es positivo, se 
considera que ha ocurrido transmisión por el 
accidente.
D. Mientras se encuentre en observación, la per-
sona que sufrió el accidente debe tomar medi-
das preventivas para evitar con taminar a otros; 
por ejemplo, utilizar preservativo o condón 
durante el acto sexual; evitar com partir obje-
tos potencialmente contamina dos con sangre, 
como el cepillo de dientes y el rastrillo para 
rasurar, y abstenerse de donar sangre o tejidos. 
Además, es muy importante reforzar las me-
didas de segu ridad en el trabajo con el fin de 
evitar nue vos accidentes.
Infecciones importantes 
en odontología
El odontólogo está expuesto a adquirir las en ferme-
dades infecciosas y parasitarias de sus pacientes. Sería 
imposible describir todas esas enfermedades, por lo 
cual aquí sólo se inclu yen las más importantes (cua-
dro 2-6).
Resfriado común
Es una enfermedad aguda producida por virus, entre 
muchos de ellos están: virus de la influenza, corona-
virus, rinovirus, ecovirus y adenovirus. El periodo de 
incubación de esos agentes infec ciosos es breve, por lo 
regular de uno a cinco días; la infección se manifiesta 
por fiebre, cefalalgia (dolor de cabeza), mialgia (dolor 
muscu lar), coriza (catarro), dolor de faringe y tos.
Sinusitis aguda o crónica
El resfriado común complicado con infección bacte-
riana puede producir sinusitis. Esta es la infección de 
los senos paranasales y es ocasio nada por neumoco-
cos, Haemophilus influenzae y microorganismos anae-
robios, entre otros agen tes causales. La persona con 
sinusitis padece dolor en el seno paranasal afectado.
Faringitis aguda
Se produce por virus, estreptococos, estafiloco cos o 
incluso gonococos. La persona afectada puede experi-
mentar dolor y enrojecimiento de la faringe.
Neumonía
La neumonía neumocócica se caracteriza por fie bre, 
escalofrío, dolor torácico, disnea (dificultad para 
respirar) y tos con expectoración “herrum brosa”. Se 
produce por Streptococcus pneumoniae o Mycoplas-
ma pneumoniae. Asimismo, en los úl timos años ha 
cobrado importancia la neumo nía por el protozoario 
Pneumocystis carinii, ya que se presenta como infec-
ción oportunista del síndrome de inmunodeficiencia 
adquirida, en cuyo caso puede evolucionar con fiebre 
o sin ella y con tos seca.
 La neumonía también puede desarrollarse debido 
a otros microorganismos, entre ellos: Chlamydia tra-
chomatis; Chlamydia pneumoniae; adenovirus; virus 
de la parainfluenza, y aque llos que afectan el tracto 
respiratorio Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumo-
niae, Haemophilus influenzae, Streptococcus pyogenes y 
Neisseria meningitidis.
Tuberculosis
Es una infección crónica por Mycobacterium tu-
berculosis. Tiene gran importancia como causa de in-
capacidad y acompaña en muchas ocasio nes al síndro-
me de inmunodeficiencia adquiri da. Cuando afecta el 
sistema respiratorio se caracteriza por fiebre, fatiga y 
pérdida de peso; en grados avanzados hay tos, dolor 
torácico y hemoptisis (expectoración con sangre).
Asepsia y antisepsia 19
Cuadro 2-6. Infecciones importantes en odontología
Microorganismos Hábitat Transmisión Enfermedad potencial
Bacterias
Bordetella pertussis Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Tos ferina
Estreptococos y estafi lococos Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Endocarditis
Corynebacterium diphtheriae Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Difteria
Escherichia coli Boca Sangre, exudado de la lesión Neumonía, bacteriemia
Klebsiella pneumoniae Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Infecciones, neumonía 
Haemophilus infl uenzae Boca y nasofaringe Sangre y secreciones nasofaríngeas Neumonía, meningitis
Mycobacterium tuberculosis Tracto respiratorio Secreciones respiratorias Tuberculosis 
Mycoplasma pneumoniae Faringe Secreciones faríngeas Infecciones, neumonía 
Neisseria meningitidis Boca, nasofaringe Sangre, secreciones nasofaríngeas Meningitis
Neisseria gonorrhoeae Boca, nasofaringe Sangre, exudado de las lesiones 
nasofaríngeas 
Lesiones orales, conjuntivitis
Staphylococcus aureus Boca, piel, nasofaringe Secreciones del exudado Abscesos, septicemia, endocarditis
Estreptococo del grupo A
Streptococcus pyogenes
Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas 
Sangre
Neumonía, tonsilitis, angina 
estreptocócica, escarlatina, fi ebre 
reumática, otitis media, meningitis, 
glomerulonefritis y mastoiditis
Actinomyces israeli Encía Exudado crevicular Abscesos
Chlamydia trachomatis Sistema reproductor Secreciones Conjuntivitis, neumonía
Espiroquetas
Treponema pallidumSangre, mucosa oral Exudado de las lesiones Sífilis
Virus
Coxsackie Mucosa orofaríngea Ingestión Infecciones en manos y boca, faringitis 
vesicular 
Citomegalovirus Glándulas salivales Saliva, sangre Infección vírica citomegálica 
Epstein-Barr Glándula parótida Saliva, sangre Mononucleosis infecciosa 
Hepatitis A Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis
Hepatitis B Hígado Sangre, saliva Hepatitis, carcinoma hepatocelular 
Hepatitis C Hígado Sangre Hepatitis, carcinoma 
Hepatitis delta Hígado Sangre Hepatitis 
Hepatitis E Hígado, tracto gastrointestinal Ingestión Hepatitis
Herpesvirus 1 y 2 
VIH
Nasofaringe 
Linfocitos T
4
Exudado de la lesión, saliva
Sangre, semen, fl uidos vaginales, 
perinatal
Lesiones orales, conjuntivitis
Síndrome de inmunodefi ciencia 
adquirida (sida)
Sarampión (morbilivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, contacto 
con las lesiones
Sarampión
Parotiditis (paramixovirus) Glándula parotídea Saliva, ingestión Parotiditis 
Varicela-zoster Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas, exudado de 
las lesiones 
Varicela
Rubéola (rubivirus) Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Rubéola 
Infl uenza A y B Nasofaringe Secreciones nasofaríngeas Resfriado común
Hongos
Candida albicans Boca, piel Secreciones nasofaríngeas Candidiasis
Protozoarios 
Pneumocystis carinii Boca, tracto respiratorio Secreciones nasofaríngeas Neumonía
20 Capítulo 2
Varicela
Es una infección por el virus del herpes huma no (alfa-
3) o virus de varicela-zoster. Se ca racteriza por fiebre 
moderada y exantema (erupción) en la piel de tipo 
maculopapular al principio y vesi cular durante tres o 
cuatro días, que deja costras granulosas. Las lesiones 
son más abundantes en las partes cubiertas del cuerpo 
y ocasionan mucho prurito (comezón). También hay 
lesio nes en lengua y mucosa bucal (oral).
Sarampión
Enfermedad vírica en extremo transmisible. Sus ma-
nifestaciones iniciales son fiebre, conjuntivi tis, coriza, 
tos y manchas de Koplik en la cavidad bucal. Entre el 
tercero y séptimo días aparece la erupción caracterís-
tica (manchas rojas pardas), al principio en la cara y 
después de manera genera lizada; esta fase dura cuatro a 
siete días y des pués se presenta descamación de la piel.
 El padecimiento puede evolucionar con com plica-
ciones como otitis media (infección del oído medio), 
neumonía, diarrea, encefalitis y erupción hemorrági-
ca, sobre todo en niños con des nutrición, en quienes 
también puede producir incluso ceguera e infecciones 
agregadas en la piel, deshidratación y muerte.
Parotiditis infecciosa
Esta enfermedad se produce por el virus de la paroti-
ditis infecciosa, miembro del género Paramyxovirus, 
y sus manifestaciones son: fie bre y aumento de volu-
men, y dolor en una o más glándulas salivales, aunque 
con más fre cuencia en la glándula parotídea.
 El padecimiento posterior a la pubertad pue de da-
ñar testículos (20 a 30%) y ovarios (5%). En otros casos 
afecta al sistema nervioso central cuando ocasiona me-
ningitis aséptica. También puede generar sordera, neu-
ritis, pancreatitis, artritis, miositis, nefritis, tiroiditis y 
pericardi tis. Sin embargo, es de letalidad muy baja.
Infecciones por citomegalovirus
Por lo general, la infección por citomegalovi rus 
(CMV) evoluciona sin síntomas aunque en algunos 
pacientes se manifiesta como mononucleosis infec-
ciosa. En personas con disminución de la respuesta 
inmunitaria puede relacionarse con infecciones gene-
ralizadas, nefritis, neumonitis y hepatitis.
Herpes
El herpes simple se produce por el virus del her pes huma-
no tipo 1, el cual se transmite por medio de la saliva. El 
padecimiento se caracte riza por fiebre, malestar gene-
ral y lesiones vesi culares en la orofaringe. En ocasiones 
afecta ojos (queratoconjuntivitis), sistema nervioso cen-
tral (meningoencefalitis) o amígdalas (tonsilas) y farin-
ge (faringoamigdalitis). La afección en los labios suele 
originar herpes labial, el cual se manifiesta por vesículas 
en una base eritematosa que por lo común se conocen 
como “fue gos”. Los odontólogos infectados por el virus 
pueden desarrollar panadizos herpéticos.
 El virus del herpes humano tipo 2 casi siempre se 
transmite por contacto sexual y ocasiona her pes genital. 
En mujeres afecta el cuello del úte ro y la vulva (pudendo 
femenino), y también puede dañar la piel del perineo, 
los muslos y los glúteos; asimismo, favorece el desarrollo 
de cáncer del cuello uterino, sobre todo en combi nación 
con el virus del papiloma, y es tan in feccioso que el pro-
ducto infectado durante el parto puede sufrir infección 
visceral disemina da, encefalitis y morir. En varones, las 
lesiones aparecen en el glande o en el prepucio. En am-
bos sexos puede afectar el ano y el recto.
Infección gonocócica 
(blenorragia o gonorrea)
Es una enfermedad de transmisión sexual pro ducida 
por Neisseria gonorrhoeae o gonococo. Entre los dos 
y siete días posteriores al contagio, los varones expe-
rimentan secreción purulenta de la uretra y disuria 
(dificultad para orinar); las mujeres pueden tener se-
creción vaginal pu rulenta o indicios de inflamación 
en la pelvis. Asimismo, la infección se manifiesta en la 
con juntiva ocular, la faringe, el ano y el recto.
 Más adelante, algunos pacientes desarrollan artri-
tis, endocarditis y meningitis; otros pade cen eritema 
(enrojecimiento) y edema (aumento de volumen por 
retención de líquido) en la mucosa bucal; algu nos más 
tienen pústulas en el área de las amíg dalas (área tonsi-
lar). También hay personas que presentan ulceraciones 
Asepsia y antisepsia 21
en los labios, edema y seudomembranas; en el peor de 
los casos, las personas infectadas no tienen manifesta-
ciones pero pueden transmitir la enfermedad.
Rubéola
Es una enfermedad producida por el virus de la 
rubéola (familia Togaviridae, género Rubivirus). Se 
manifiesta por erupción maculopapular, la cual es 
precedida en ocasiones por fie bre, cefalea, malestar, 
coriza, conjuntivitis, así como linfadenopatía retroau-
ricular, occipital y cervical posterior. La infección du-
rante el pri mer trimestre del embarazo puede condu-
cir al aborto o generar malformaciones congénitas en 
el producto, las cuales traen como consecuen cia sor-
dera, cataratas, microftalmía, glaucoma, microcefalia, 
meningoencefalitis, alteraciones cardiacas (persisten-
cia del conducto arterioso o de los septos [tabiques] 
interauricular [interatrial] e interventricular), icteri-
cia u osteopatía.
Faringitis por virus Coxsackie 
(herpangina)
La faringitis vesiculosa es una enfermedad pro ducida 
por virus Coxsackie del grupo A, tipos 1 a 6, 8, 10 y 
22. Se manifiesta por fiebre e inflamación de la farin-
ge; asimismo, aparecen lesio nes papulovesiculosas y 
grisáceas sobre una base eritematosa, las cuales miden 
de 1 a 2 mm y poco a poco se transforman en úlceras. 
Estas lesiones se localizan en los pilares anteriores del 
velo del paladar o arcos palatoglosos, el paladar blan-
do, la úvula y las tonsilas (amígdalas).
 La estomatitis vesiculosa con exantema es cau sada 
por virus Coxsackie del tipo 16 y se manifiesta por 
lesiones más difusas en las superfi cies bucales de los 
carrillos y las encías y a los lados de la lengua.
 La faringitis linfonodular se debe al virus Coxsackie 
tipo 10 y se caracteriza por lesiones no dulares firmes, 
prominentes, de color blanquecino o amarillento y ro-
deadas por una zona eritematosa de 3 a 6 mm.
Infecciones por Chlamydiae
Las clamidias son bacterias intracelulares y pue den 
ocasionar tracoma, infecciones genitales, conjunti-
vitis y neumonía, así como linfogranuloma venéreo. 
Es una infección de transmi sión sexual. En caso de 
transmisión por contacto sexual, se manifiesta en el 
varón como uretritis con ardor al orinar y en la mujer 
como cervicitis (inflamación del cuello uterino) y se-
creción mucopurulenta; sin embargo, en ambos sexos 
puede evolucionar sin síntomas.
 El contagio de la infección por “sexo oral” puede 
manifestarse por pequeñas pústulas en las tonsilas(amígdalas).
Tricomoniasis
Esta enfermedad es causada por el protozoario Tri-
chomonas vaginalis y afecta los sistemas re productor 
y urinario. En la mujer se manifiesta por vaginitis, a 
menudo con pequeñas lesiones hemorrágicas punti-
formes y secreción acuosa, espumosa, amarillenta y 
de olor fétido; sin em bargo, también puede evolucio-
nar sin síntomas. En el varón por lo general cursa sin 
síntomas; pero puede haber uretritis, o sea, malestar 
al orinar, secreción blanquecina a través de la ure tra, 
comezón en el glande y erección dolorosa. 
 La infección transmitida por “sexo oral” se mani-
fiesta en la faringe por inflamación de la mucosa y 
punteado rojizo.
Candidiasis (moniliasis)
El agente causal de la candidiasis es el hongo Candida 
albicans que se transmite por contacto con secrecio-
nes o excreciones de boca, piel y vagina o por las heces 
de enfermos o portado res y durante el parto.
 La candidiasis se limita por lo regular a las capas 
superficiales de la piel o las mucosas. Sus manifesta-
ciones clínicas son: aftas en la boca, intertrigo, vul-
vovaginitis y onicomicosis (afec ción en las uñas, las 
cuales adquieren aspecto blanquecino como de yeso).
 La infección de las mucosas se conoce co múnmente 
como “algodoncillo” y se caracteri za por la aparición 
de placas blanquecinas y blandas en una superficie 
enrojecida.
 La infección en la vagina se manifiesta por secre-
ción vaginal de aspecto blanquecino claro con algu-
nos puntos blancos, semejante al que so “cottagge”, así 
como por inflamación, come zón y sensación de ardor 
22 Capítulo 2
en la región pudenda. En el varón se caracteriza por 
inflamación del glande y puede producir uretritis.
 A veces se forman úlceras o seudomembranas en 
el tracto gastrointestinal o en la vejiga. La candidiasis 
puede dañar riñón, bazo, pul món, hígado, endocardio, 
ojo, meninges y cere bro en las personas con diabetes 
mellitus o con inmunodeficiencia, o en pacientes que 
reciben tratamiento con antibióticos de amplio espec-
tro, corticosteroides o quimioterapia.
Mononucleosis infecciosa
El virus de Epstein-Barr, un virus herpético 4 (gam-
ma), infecta a los linfocitos B y ocasiona mononu-
cleosis infecciosa. Esta enfermedad se caracteriza por 
fiebre y dolor e inflamación de la orofaringe, así como 
por linfadenopatía, en es pecial de la cadena cervical 
posterior. Puede afectar el funcionamiento del hígado 
y también originar esplenomegalia.
Hepatitis víricas
Hepatitis A
Ésta es ocasionada por el virus de la hepatitis A (VHA), 
un picornavirus. Por lo general, se transmite por vía 
fecal-oral, es decir, al ingerir agua y alimentos contami-
nados con el virus que se elimina a través de la materia 
fecal; sin em bargo, hay informes de pacientes contagia-
dos por transfusión de sangre, aunque son muy raros.
 La enfermedad tiene un comienzo repenti no. Se 
manifiesta por fiebre, malestar general, anorexia, náu-
sea y molestias abdominales, y días después aparece 
ictericia.
Hepatitis B
Es de gran importancia para el odontólogo porque el 
agente causal, el virus de la hepatitis B (VHB), pue-
de transportarse por medio de la sangre, la saliva, el 
semen y los líquidos vagi nales. De ese modo, el pade-
cimiento se conta gia por exposición percutánea (in-
travenosa, intramuscular, subcutánea o intradérmica) 
y a través de las mucosas, como en accidentes por pin-
chazo de agujas, independientemente de las vías pe-
rinatal (de madre a hijo) y sexual. La in fección puede 
diseminarse por contaminación de lesiones cutáneas 
o por exposición de muco sas a sangre infecciosa.
 El comienzo de la hepatitis vírica B es insi dioso 
con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y 
vómito; en ocasiones hay artralgias y erupciones, las 
cuales a menudo cul minan en ictericia. La fiebre, si se 
presenta, pue de ser leve.
 Hay personas que poseen anticuerpos con tra este 
virus y no tienen manifestaciones de la enfermedad. 
Por otra parte, el virus de la hepatitis B se relaciona 
con el carcinoma hepatocelular y la cirrosis hepática.
Hepatitis C
El virus de la hepatitis C es el agente causal de la hepa-
titis vírica C o hepatitis no-A no-B transmitida por vía 
parenteral. La en fermedad se propaga por exposición 
percutánea a sangre y hemoderivados contaminados, 
por lo cual las agujas y las jeringas contaminadas 
constituyen vehículos de transmisión. Asimis mo, la 
hepatitis se caracteriza por comienzo insidioso con 
anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vó-
mito; el desarrollo de icteri cia es menos frecuente que 
en la hepatitis B.
Hepatitis D
La hepatitis delta o hepatitis vírica D es ocasiona da por 
el virus de la hepatitis delta. Indepen dientemente de 
la vía sexual, se transmite por la exposición a sangre y 
líquidos serosos cor porales, agujas, jeringas y hemo-
derivados con taminados como el factor antihemofí-
lico. Tiene comienzo repentino con manifestaciones 
si milares a las de la hepatitis B.
Hepatitis E
Se denomina también hepatitis vírica no-A no-B de 
transmisión entérica porque se transmi te por vía fe-
cal-oral. Es similar a la hepatitis A.
Sífilis
Es una enfermedad crónica producida por una espi-
roqueta, Treponema pallidum. Sus manifes taciones 
clínicas son: lesión primaria (complejo primario); 
erupción secundaria que afecta la piel y las mucosas; 
largos periodos de latencia, y lesiones tardías en piel, 
huesos, vísceras y sis temas nervioso central y angioló-
gico o circula torio.
Asepsia y antisepsia 23
 La lesión primaria implica la aparición de un chan-
cro, que consiste en una pequeña elevación rojiza de la 
piel en el sitio donde ocurrió el contagio, el cual se ul-
cera tiempo después, no produce dolor y adquiere una 
base dura (chancro duro). Días más tarde se inflaman 
los ganglios linfáticos (linfonodos) cercanos. El chan-
cro duro rara vez aparece en los labios, aunque es posi-
ble hallar lo en la lengua y las tonsilas (amígdalas). Más 
adelante pueden presentarse ulceraciones en la mucosa 
bucal, con linfadenopatía cervical; en la lengua puede 
observarse una úlcera con in duración, y crecimiento de 
las papilas o des plazamiento de la úvula y el arco pala-
togloso o pilar anterior del velo del paladar.
 El complejo primario desaparece solo aproxi-
madamente a las cuatro semanas. Sin embar go, entre 
seis y ocho semanas posteriores al bro te de la primera 
lesión, aparece la erupción secundaria generalizada 
de tipo maculopapulosa y simétrica. Esta erupción se 
acompaña de sín tomas generales como fiebre, cefalea, 
malestar general, pérdida de peso y dolor en articula-
ciones y músculos.
 En la etapa tardía, después de dos a tres años de 
evolución, la sífilis puede manifestarse por lesiones 
llamadas gomas y nódulos. Los gomas semejan tumo-
res y son indoloros, pero poco a poco reblandecen y se 
abren para dejar salir un material espeso. Aparecen en 
el cráneo, la fren te, la lengua y las extremidades; cuan-
do sur gen en el paladar o en el tabique nasal pueden 
destruir los huesos. Los nódulos son lesiones pardas 
rojizas poco prominentes.
 Por último, la sífilis congénita tardía puede mani-
festarse en la edad escolar con gomas, y entonces es 
posible que los huesos de la pierna se deformen (la 
tibia adopta la forma de sable). Asimismo, puede ha-
ber pérdida de la visión, sordera y malformaciones en 
los dientes de la segunda dentición: los bordes de los 
incisivos tienen forma de media luna (dientes de Hut-
chinson) o sierra.
Síndrome de inmunodeficiencia 
adquirida (sida)
Es un trastorno grave y mortal que se iden tificó en 
1981 como un síndrome definido e in dependiente. La 
sigla significa: s, síndrome; i, inmuno; d, deficiencia; 
a, adquirida.
 El agente causal de este padecimiento es el virus 
de la inmunodeficiencia humana, un retrovirus del 
cual se han identificado dos tipos: tipo 1 (VIH-1) y 
tipo 2 (VIH-2). Igual que la sífilis y la hepatitis B, los 
mecanismos de trans misión son: contacto sexual, in-
tercambio de flui dos corporales por compartir agujas 
y jeringas

Otros materiales