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Asociacion-de-los-mecanismos-de-lesion-aguda-mas-frecuentes-de-rodilla-con-los-patrones-de-imagen-hallados-por-resonancia-magnetica-en-el-Hospital-Angeles-Mocel

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UNIVERSIDAD	
  NACIONAL	
  AUTONOMA	
  DE	
  MEXICO	
  
FACULTAD	
  DE	
  MEDICINA	
  
	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  
	
  
	
  
HOSPITAL	
  ANGELES	
  PEDREGAL	
  
GRADO	
  DE	
  ESPECIALIZACION	
  MEDICA	
  
IMAGENOLOGIA	
  DIAGNOSTICA	
  Y	
  TERAPEUTICA	
  
	
  
“Asociación de los mecanismos de lesión aguda más 
frecuentes de rodilla con los patrones de Imagen 
hallados por Resonancia Magnética en el Hospital 
Angeles Mocel”	
  
	
  
PRESENTA:	
  
	
  
Dr.	
  Marco	
  Antonio	
  Corres	
  Castillo	
  
	
  
Asesor	
  de	
  tesis:	
  Dr.	
  José	
  Luis	
  Ramírez	
  Arias	
  	
  
	
  
Co-­asesoría:	
  Dr.	
  Oscar	
  Quiroz	
  Castro	
  
	
  
Co-­asesoría:	
  Dra.	
  Sandra	
  	
  Casas	
  Romero	
  	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
México	
  Distrito	
  Federal	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  	
  JULIO	
  2015	
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lourdes
Texto escrito a máquina
División de Estudios de Posgrado e Investigación
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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   2	
  
 
 
 
INDICE	
  
 
 
 
PLANTEAMIENTO	
  DEL	
  PROBLEMA..................................................................................3	
  
ANTECEDENTES......................................................................................................................6	
  
Hipótesis...................................................................................................................................6	
  
Justificación.............................................................................................................................6	
  
Material	
  y	
  métodos ...............................................................................................................7	
  
Objetivo	
  general.....................................................................................................................7	
  
Definición	
  de	
  las	
  unidades	
  de	
  observación ..................................................................7	
  
Criterios	
  de	
  inclusión...........................................................................................................7	
  
Criterios	
  de	
  exclusión ..........................................................................................................7	
  
Criterios	
  de	
  eliminación......................................................................................................7	
  
METODOLOGIA.......................................................................................................................8	
  
MARCO	
  TEORICO....................................................................................................................8	
  
RESULTADOS........................................................................................................................27	
  
CONCLUSIONES....................................................................................................................29	
  
BIBLIOGRAFIA .....................................................................................................................30	
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
  
	
  
	
  
	
   3	
  
PLANTEAMIENTO	
  DEL	
  PROBLEMA	
  
 
Un informe de 2001 indica que hay 1,3 millones de visitantes al año en Estados 
Unidos a los departamentos de emergencia debido a trauma agudo de la 
rodilla, y más de $1 mil millones se gastan en radiografías de rodilla. La 
radiografía de rodilla es la radiografía más común para realizar en la sala de 
emergencias por trauma y tiene el menor rendimiento para el diagnóstico de 
fracturas clínicamente significativas. Una revisión retrospectiva de 1.967 
pacientes con lesiones agudas de rodilla reveló que 74,1% de los pacientes 
tenían radiografías y sólo el 5,2% fracturas. 
Un estudio concluyó que las radiografías obtenidas para trauma agudo no 
evalúan confiablemente todas las lesiones importantes y que los resultados en 
el 25% de las radiografías de rodilla obtenidas para trauma agudo no se 
correlacionan con los resultados clínicos. 
 
Además de las fracturas clínicamente significativas, se debe considerar otro 
tipo de lesiones. La mayoría de los pacientes (93,5 %), que se presentan con 
lesiones por trauma de rodilla en la sala de emergencias presentan afección 
de tejidos blandos en lugar de lesiones óseas. Incluso en pacientes con 
fracturas, concomitantemente existen lesiones de tejidos blandos. En un 
estudio se comprobó que hasta en un 90% de los pacientes con fracturas de la 
meseta tibial que ameritaron tratamiento conservador, presentaron importantes 
lesiones de tejidos blandos que son diagnosticados con Resonancia Magnética 
(RM), incluyendo desgarros de ligamentos y meniscos. 
 
Otro estudio mostró lesiones meniscales inestables en el 36% de los pacientes 
con fracturas de la meseta tibial. Un examen clínico acertado y preciso es 
esencial para identificar a los pacientes en alto riesgo de recuperación de la 
función, retardada debido a importantes lesiones de tejidos blandos. Sin 
embargo, utilizando RM, otro estudio mostró que el primer examen clínico tras 
traumatismo agudo de rodilla tiene un bajo valor diagnóstico y que la incidencia 
de lesiones en el ligamento cruzado anterior (LCA) es más alta que la descrita 
con anterioridad en la literatura. 
 
Se reconoce que la RM es la modalidad de imagen óptima para la identificación 
de lesiones de tejidos blandos, superficie cartilaginosa y lesiones óseas 
alrededor de la rodilla. La RM ha sido la técnica de elección desde la década 
de 1990. 
 
La RM es una herramienta valiosa en el proceso de toma de decisiones, la 
modificación del plan de tratamiento en el 18% de los pacientes con lesiones 
meniscales o lesiones de superficie condrales y permite la intervención 
quirúrgica de forma más temprana por los diagnósticos más precisos. Varios 
autores y estudios han validado que la artroscopia diagnóstica puede ser 
evitada por el alto valor predictivo negativo de una RM. Un estudio encontró 
que la RM tiene un valor predictivo positivo dos veces mayor al de los 
exámenes clínicos para lesiones por desgarro meniscales. 
 
La ruptura del LCA es responsable de más del 70% de todas las hemartrosis 
en atletas jóvenes y el 17% en población sedentaria y atléticos. El bloqueo, la 
	
   4	
  
presencia de un cuerpo libre en las radiografías y hemartrosis dentro de las 
primeras 12 horas de la lesión se han registrado previamente como las 
indicaciones para realizar artroscopia en lugar de RM. Sin embargo, se 
constató que en el 48% de los pacientes que se presentan con una rodilla 
bloqueada aguda, el manejo se cambió de quirúrgico a manejo conservador a 
partir de los hallazgos en la RM. 
 
La dislocación transitoria de la rótula es insospechado clínicamente en un 45% 
a 73% de los pacientes con evidencia de trastornos posteriormente visto en 
RM.1 
 
El patrón de edema de la médula es como una huella que deja atrás la lesión. 
Mediante elestudio de la distribución del edema, se puede comprender el 
mecanismo de la lesión que se produjo y por lo tanto predecir con exactitud las 
anormalidades de tejidos blandos asociados que puedan estar presentes. 
Además, la capacidad de formación de imágenes MR para la demostración de 
trauma muscular oculto hace que sea una herramienta útil para la evaluación 
de esta condición.2 
 
Las principales fuerzas que actúan sobre la articulación de la rodilla incluyen la 
traslación (anterior y posterior), angulación (varo y valgo), rotación (interna y 
externa), hiperextensión, carga axial, y golpe directo (FIG 1). La mayoría de las 
lesiones de rodilla son el resultado de dos o más fuerzas ejercidas en una 
posición flexionada o extendida. Sin embargo, todavía es útil mirar las fuerzas 
puras en términos de las estructuras que son responsables de la resistencia.3 
 
 
 
FIG 1. Diagrama que muestra las fuerzas que actúan generando lesión en la rodilla. 
 
 
Cinco patrones de contusión con lesiones de tejidos blandos asociados ocurren 
en la rodilla: una lesión de desplazamiento del pivote, lesión de salpicadera, 
lesión de hiperextensión, lesión clip y luxación patelar lateral. El patrón de 
edema de médula ósea clásico visto después de la lesión de desplazamiento 
del pivote implica la meseta tibial posterolateral y la porción media del cóndilo 
	
   5	
  
femoral lateral. Se produce edema en la cara anterior de la tibia proximal 
después de la lesión tablero de instrumentos. Resultado de la hiperextensión 
es el patrón contusión "en beso" que implican la cara anterior de la tibia 
proximal y el fémur distal. Las lesiones de clip resultan en una zona destacada 
de edema que implican el cóndilo femoral lateral y un área más pequeña de 
edema que implica el cóndilo femoral medial. Finalmente, la dislocación de la 
rótula lateral resulta en edema que implica la rótula inferomedial y cara anterior 
del cóndilo femoral lateral. 
En muchos casos, el mecanismo de la lesión se puede determinar mediante el 
estudio de la distribución de edema de médula ósea, que entonces permite 
predecir con precisión las anormalidades específicas de los tejidos blandos que 
puedan estar presentes (FIG 2).2,3 
 
 
 
FIG 2 Subdivisión regional de las superficies articulares. La rótula (imagen C) se divide en 
regiones media (M) y (L) laterales, con la parte de canto considerados de la región M. El fémur 
y la tibia también se dividen en regiones M y L (imagen B), con la ranura troclear del fémur 
considerado parte de la región M. Región S representa la parte de la tibia debajo de las espinas 
tibiales. Las superficies femoral y tibial se subdividen en regiones anterior (A), central (C) y 
posterior (P) (imagen A). Región A del fémur corresponde a la articulación patelofemoral; 
región C superficie de apoyo y carga el peso, y la región P la convexidad posterior que articula 
únicamente en flexión extrema. Región C de la superficie tibial se corresponde con la parte no 
cubierta entre los cuernos anterior y posterior del menisco en el centro y la parte cubierta por el 
cuerpo del menisco periféricamente . 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
   6	
  
 
ANTECEDENTES	
  
 
 
Hipótesis	
  
¿Existe una asociación entre los mecanismos de lesión aguda y las principales 
fuerzas que actúan sobre la articulación de la rodilla y los patrones de imagen 
hallados por Resonancia Magnética (RM) en los pacientes del Hospital Angeles 
Mocel (HAM), haciendo más fácil su interpretación y evitando pasar por alto 
hallazgos importantes? 
 
Justificación	
  
 
El traumatismo esquelético representa un alto porcentaje de casos en la 
práctica clínica diaria, sobre todo en los servicios de urgencias. Lo importante 
en el informe radiológico es no mencionar únicamente la fractura. Es necesario 
estar familiarizado con los principios de los traumatismos óseos y emitir 
informes concisos que pongan de manifiesto la extensión completa de cada 
lesión. 
 
Con respecto al mecanismo de la lesión, la historia y el examen físico son 
elementos claves para determinar la indicación de radiografías y/o RM y la 
aplicación de un algoritmo de decisión.1,4 
 
Las lesiones por torsión son responsables de tres cuartas partes de todas las 
lesiones de rodilla; sin embargo, el 86% de todas las fracturas de rodilla son 
resultado de un traumatismo directo. El riesgo de fractura aumenta con la edad; 
una fractura es cuatro veces más probable en los pacientes mayores de 50 
años, presumiblemente secundaria a osteoporosis, aumento de la frecuencia 
de traumatismo, y a su incapacidad para proteger la rodilla durante una caída.4 
 
La RM es más sensible para la detección de dislocación patelar lateral, que las 
radiografías incluidos los daños a la articulación patelofemoral medial, 
ligamento, contusiones óseas y lesión osteocondral. 
También se determinó que la resonancia magnética reducía la artroscopia 
diagnóstica negativa a 5% y podría ayudar a reducir la necesidad de un 
segundo procedimiento artroscópico terapéutico. 
Otro estudio reportó que la RM tiene una precisión de aproximadamente 94%, 
lo que demuestra que se puede reemplazar de forma eficaz una artroscopia 
diagnóstica para evaluar lesiones meniscales y desgarros de ligamentos.1,4,5 
 
El radiólogo general, mediante la aplicación de un enfoque biomecánico en la 
interpretación de Resonancia Magnética de rodilla, podrá utilizar las lesiones 
detectadas, como contusión ósea y ruptura del ligamento, para predecir 
anomalías sutiles pero importantes que de otra manera pudieran pasar 
desapercibidas.2,3,5 
	
   7	
  
 
 
Material	
  y	
  métodos	
  
Estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, con muestreo no aleatorio. El 
tamaño de la muestra se realizó por conveniencia captando todos los pacientes 
que acudieron con lesión aguda de rodilla al servicio de RM Angeles Mocel en 
el periodo de enero del 2013 a enero de 2014. 
 
 
Objetivo	
  general	
  
 
Reportar las lesiones presentes más comunes como hallazgos específicos de 
las fuerzas y mecanismos de lesión más comunes relacionados con los 
patrones de imagen descritos por Resonancia Magnética. 
 
Definición	
  de	
  las	
  unidades	
  de	
  observación	
  
 
Se trata de sujetos de cualquier edad, excluyendo niños menores de 12 años, 
de sexo indistinto, que hallan presentado lesión o trauma agudo de rodilla, que 
acudan al servicio de resonancia magnética del Hospital Angeles Mocel. 
 
Criterios	
  de	
  inclusión	
  
 
Pacientes que hallan presentado lesión o trauma agudo de rodilla. 
Edad 12 a 70 años. 
Sexo indistinto. 
 
Criterios	
  de	
  exclusión	
  
 
Pacientes menores de 12 años. 
Pacientes operados. 
Pacientes con cambios degenerativos. 
 
 
Criterios	
  de	
  eliminación	
  
 
Pacientes con reporte de estudio normal. 
Pacientes con lesiones crónicas. 
 
 
 
	
   8	
  
METODOLOGIA	
  
 
Se revisan los expedientes de los pacientes que hayan acudido al servicio de 
resonancia durante el periodo de enero del 2013 a enero de 2014 con el fin de 
obtener los datos clínicos del mecanismo de lesión, posteriormente se 
obtendrán los reportes obtenidos de cada uno de los pacientes, obteniendo los 
hallazgos para al final poder describir los patrones por imagen asociados con el 
mecanismo de lesión. 
 
 
 
MARCO	
  TEORICO	
  
 
La rodilla es una articulación mayor de tipo bisagra, está compuesta 
principalmente de 3 compartimentos articulares: patelofemoral medial, femorotibial, 
y femorotibial lateral, que soporta la carga de peso, provee movilidad y 
estabilidad durante la actividad física, así como balance en la bipedestación. 
 
Para proveer este rango de función, la articulación depende de múltiples 
estructuras de tejidos blandos para mantener la alineación ósea durante la 
carga de peso y el movimiento. Si la rodilla es expuesta a fuerzas más allá de 
sus rangos fisiológicos, los tejidos blandos y estructuras óseas están en mayor 
riesgo de lesionarse. 
 
Los huesos de la articulación de la rodilla contribuyenmuy poco a la estabilidad 
de la articulación. Tanto la estabilidad estática y dinámica de la rodilla son 
dependientes de los tejidos blandos. Meniscos, ligamentos, tendones, los 
músculos y fascias, todos hacen contribuciones a la estabilidad de la rodilla. 
Dinámicamente, las estructuras de soporte pueden ser divididos por ubicación: 
anterior, medial, lateral, posterior y central (FIG 3). 3,5,6 
 
	
   9	
  
 
 
FIG 3. Diagrama que muestra la anatomía funcional de la articulación de la rodilla agrupada 
en estructuras de soporte anterior, medial, posteromedial, posterior, posterolateral, lateral y 
central. 
 
Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas con forma de cuña, semilunar, 
cada menisco tiene una superficie cóncava que está en contacto con el cóndilo 
y una plana que se adhiere a la tibia vía los ligamentos raíces centrales. Esto 
resulta en una porción periférica más gruesa y un borde libre central delgado, 
orientado circunferencialmente (longitudinal) en forma de C 
Bandas de colágeno tipo I proveen al menisco de arco que proporciona la 
fuerza y son críticas para resistir la carga axial y prevención de extrusión 
meniscal. 
Fibras radiales más delgadas se interponen perpendicularmente a estas y 
actúan para amarrar estas fibras en forma de red y proveer soporte estructural 
al menisco. 
Pueden dividirse en cuernos anteriores y grandes cuernos posterior y un 
cuerpo central. Los meniscos se dividen en una zona avascular interior o 
blanco-blanco (> 5 mm de la cápsula), hipovascular medio o zona blanca rojos 
(3-5 mm de la cápsula), y vascular exterior o una zona rojo-rojo (<3 mm de la 
cápsula) . 
Varios escollos de diagnóstico potenciales que entrañan los meniscos, y el 
conocimiento de las variantes anatómicas relacionadas con estas estructuras 
es esencial para evitar malas interpretaciones. El ligamento meniscomeniscal 
más común es el ligamento meniscal transversal anterior, que puede ser un 
error potencial de diagnóstico debido a la unión del ligamento y menisco puede 
imitar un desgarro si no están adecuadamente seguida a través de su 
entereza. Los ligamentos meniscofemorales de Humphrey y Wrisberg, ubicada 
anterior y posterior al ligamento cruzado posterior (LCP), respectivamente, de 
	
   10	
  
manera similar puede confundirse con pseudodesgarros o fragmentos 
meniscales del cuerno posterior del menisco lateral en su inserción meniscal, 
una variante rara, el ligamento meniscal oblicuo, cursa oblicuamente desde el 
cuerno posterior de cualquier menisco, ya sea a través de la escotadura 
intercondílea entre los ligamentos cruzados hacia el cuerno anterior del 
menisco contrario, y puede ser confundido con un fragmento de menisco 
volteado. 
 
El diagnóstico acertado y en tiempo de un desgarro meniscal es crítico para 
reducir la morbilidad y planeación del tratamiento. 
Es bien conocido que el daño meniscal incrementa el estrés axial y la tensión 
en el cartílago articular adyacente, resultando en osteoartritis degenerativa 
temprana. 
La prevalencia de desgarros asintomáticos, los cuales típicamente son 
horizontales, incrementan con la edad.7 
 
Fisiológicamente una pequeña cantidad de líquido dentro de la vaina del 
tendón poplíteo puede simular un desgarro lateral en la unión cuerpo-cuerno 
posterior. 
El menisco ondulado es una variante normal inusual caracterizada por un solo 
pliegue a lo largo del margen interior del menisco. Más comúnmente implica el 
menisco medial y se puede confundir con un desgarro, sobre todo en las 
imágenes coronales.7 
 
El mecanismo extensor de la rodilla está compuesto por el tendón cuadriceps, 
continuación prepatelar del cuadriceps, tendón patelar. El tendón patelar es 
estriado en su apariencia, debido a interposición de grasa entre los 4 
componentes musculares: vasto lateral, vasto intermedio (profundo), recto 
femoral (superficial), y vasto medial. El tendón patelar es una banda 
hipointensa que se origina del polo inferior de la rótula y se inserta en la 
tuberosidad tibial. La continuación prepatelar del tendón cuádriceps es una 
banda que comprende fibras superficiales del tendón del recto femoral. 
Numerosas bursas están presentes alrededor de la articulación de la rodilla, y 
permiten un movimiento fluido de varias estructuras estabilizadoras en relación 
una con la otra. La visualización de estos espacios virtuales es comúnmente 
debido a acumulación patológica de líquido (bursitis). 
La bursa gastrocnemio-semimembranosa localizada en el aspecto 
posteromedial de la rodilla comunica con la articulación de la rodilla en la 
mayoria de los individuos, y es referida como Quíste de Baker. El cuello del 
quiste está formado por el tendón de la cabeza del gastrocnemio medial y el 
tendón semimembranoso medial (FIG 4). 
 
	
   11	
  
 
FIG 4. Quiste de Baker. 
 
Anteriormente, 4 bursas son comúnmente visualizadas e incluyen la 
suprapatelar, prepatelar, e infrapatelar superficial y profunda. La bursa anterior 
y posterior son mejor vistas en secuencias axiales o sagitales. 
Medialmente la pes anserina, ligamento colateral tibial, y bursa del ligamento 
colateral lateral semimembranoso-tibial. 
La bursa de la pes anserina está localizada entre el ligamento colateral tibial 
distal y la pes anserina, que está compuesta de los tendones sartorio, gracilis, 
y semitendinoso en su inserción tibial. 
La bursa del ligamento colateral tibial ( MCL) está localizada a nivel de la línea 
de la articulación entre los componentes superficiales y profundos del MC, y se 
elonga verticalmente. 
La bursa del ligamento colateral semimembranoso-tibial, una estructura en 
forma de u invertida, no comunica con la articulación, y está posicionada entre 
el tendón semimembranoso y el ligamento tibial colateral al nivel de la 
plataforma tibial medial. 
Lateralmente, la banda ilio tibial y la bursa del ligamento colateral peroneo 
(FCL)-biceps femoral son visualizados. La bursa de la banda ilio tibial está 
situada entre la tibia y la parte distal de la banda ilio tibial inmediatamente 
proximal a su inserción en el tubérculo de Gerdy. 
La bursa FCL-Biceps femoral se encuentra lateral al FCL distal, y se insinua 
anterior y anteromedial en relación con este ligamento. Superiormente, se 
extiende al nivel del paso del tendón del bíceps femoral, y se mantiene 
superficial al FCL en esta localización. 
El conocimiento de la localización normal de las bursas es importante para 
distinguir estas de procesos patológicos. 
 
La fosa poplitea está localizada posterior a la rodilla y contiene estructuras 
neurovasculares que cursan entre el muslo y la pierna. La arteria poplitea más 
comúnmente se bifurca en el aspecto caudal del músculo popliteo en las 
arterias tibiales posterior y anterior. Una variante rara pero importante es una 
ramificación denominada arteria tibial anterior aberrante, ocurre cuando hay 
una división alta (temprana) de la arteria poplitea, y la arteria tibial anterior 
cursa inferiormente a lo largo de la superficie anterior del músculo popliteo. 
Este vaso está en alto riesgo de lesión durante los procedimientos quirúrgicos 
	
   12	
  
ortopédicos que involucran la manipulación de los tejidos blandos de la rodilla 
posterior, perforar a través de la corteza tibial posterior y en las osteotomias 
tibiales proximales. 
 
Dos áreas en la rodilla son de importancia crítica para la estabilidad: la esquina 
posteromedial y esquina posterolateral. La esquina posteromedial consta de 
las inserciones del tendón semimembranoso, cápsula articular posterior y el 
ligamento oblicuo posterior. La esquina posterolateral es anatómicamente 
compleja, que consta de la cápsula articular, ligamento arcuato, ligamento 
fabelofibular, músculo y tendón poplíteo, con el apoyo de las estructuras 
adyacentes. 
 
Tanto la esquina posteromedial y la esquina posterolateral son importantes 
resistencias de estrés rotacional y traslación, en particular en lo que a 
extensión se refiere. La pérdida traumática de una esquina puedepermitir 
rotación inestable de la articulación de la rodilla, con una articulación 
pivoteando en torno a la otra esquina. Lesiones en la esquina posterolateral, en 
particular, pueden conducir a una discapacidad severa.6,8,9,10 
 
Incontables mecanismos de trauma son los que llevan a la rodilla a lesionarse. 
Los mecanismos sencillos involucran una sola fuerza actuando sobre la rodilla, 
mientras que los mecanismos complejos involucran una combinación de 
fuerzas. 
 
Las fuerzas traumáticas pueden ser el resultado de lesiones por contacto o sin 
contacto. En el mecanismo de contacto, la rodilla sufre una colisión con un 
objeto externo, como el tablero de un vehículo o una bota o un casco de un 
oponente (p. ej., el recorte de rugby o fútbol americano). En el mecanismo sin 
contacto directo, hay un giro o dobleces de la articulación de la rodilla (p. ej., 
giro pivote de fútbol). 
 
En general, las fuerzas que actúan sobre la articulación de la rodilla producen 
una lesión por impactación en el sitio de entrada de la fuerza y las lesiones 
distracción o avulsión, por el contrario, en el sitio de salida de la fuerza. 
En la fuerza por compresión, los huesos chocan condicionando impactación. La 
carga de compresión provoca contusión de la médula ósea, y en suficiente 
magnitud, fractura cortical deprimida. También puede dañar los tejidos blandos 
interpuestos, con mayor frecuencia el cartílago articular, meniscos, cuando se 
quedan atrapados entre los huesos. 
 
En carga de tensión, por otra parte, los huesos van en dirección opuesta 
condicionando distracción en la articulación y tracción en las estructuras 
estabilizadoras. La carga de tensión puede causar desgarros en ligamentos y 
tendones, así como fracturas por avulsión. 
 
Sin embargo, las lesiones óseas causadas por impactación tienden a ser 
amplias, en comparación con las pequeñas, áreas focales del edema de 
médula ósea asociado con avulsión de ligamentos en el lado con tensión. La 
impactación puede ser subdividida en lesiones contiguas, "en beso", y lesiones 
o heridas no contiguas, las cuales son producidas por la abrupta traslación de 
	
   13	
  
dos huesos que se produce tras ruptura ligamentosa. La dirección y el tipo de 
fuerza puede ser inferido a partir de los patrones de edema de médula ósea y 
lesiones en los tejidos blandos. (Fig 5). 
El trauma directo resulta en contusiones de hueso y lesiones en los tejidos 
blandos en el sitio de impactación solamente. 
 
 
FIG 5. A) Corte sagital en secuencia DPFS con patrón de contusión en beso del cóndilo 
femoral posterolateral y meseta tibial posterolateral. B) Engrosamiento y aumento en la 
intensidad de señal en tercio superior del ligamento colateral medial. C) Aumento de la 
intensidad de señal del ligamento colateral lateral y de los ligamentos menisco femoral y 
menisco tibial. 
 
En las imágenes de RM, la contusión trabecular tiene la apariencia de edema 
de médula ósea. Aunque el edema de médula ósea es inespecífico, y tiene una 
apariencia similar en los procesos inflamatorios y enfermedades neoplásicas, 
una causa traumática usualmente es obvia en base a la ubicación del edema 
de médula ósea y la presencia de otros hallazgos relacionados con trauma. 
Posterior a lesión en la rodilla, el edema de médula ósea es con frecuencia de 
localización subcondral y puede estar asociada con fractura en la cortical o 
fractura trabecular. (Fig 6). 
 
	
   14	
  
 
 
FIG. 6 A y B), Corte axial y coronal en secuencia de densidad de protones con saturación 
grasa, donde las flechas señalan aumento de la intensidad de señal de los tejidos blandos en 
relación con edema y aumento de la intensidad de señal de la medular en relación con edema 
y/o contusión trabecular, el paciente recibió trauma directo en la meseta tibial medial. 
 
El edema de médula ósea leve puede ser obvio en las imágenes de supresión 
grasa, secuencias sensibles al fluido, pero pasarse por alto en secuencias 
ponderadas en T1. El tiempo para la resolución del edema de médula ósea es 
variable, oscilando desde una fecha tan temprana como 3 semanas hasta 2 
años, típicamente resolviendo de 6-12 semanas. 
 
En lesiones de distracción, el exceso de tensión puede dañar la cápsula de la 
articulación, retinácula, ligamentos y tendones, así como sitios de inserción. El 
espectro de daños incluye el estiramiento, desgarro parcial y ruptura completa. 
El estiramiento o ruptura parcial de las estructuras puede sanar por completo 
sin implicaciones clínicas o pueden dar lugar a la inestabilidad de la rodilla, 
lesiones repetitivas, y la progresiva degeneración de la articulación. En las 
imágenes de RM, el estiramiento puede ser imposible de reconocer, mientras 
que la ruptura es evidente. En algunos casos, el edema de la médula ósea 
puede ser un signo útil de lesión en ligamento cuando otros hallazgos son 
ambiguos, ya que este se localiza precisamente en el sitio de fijación 
ligamentosa, especialmente las fibras profundas meniscofemoral del ligamento 
colateral medial (LCM), y puede reflejar cambios reactivos o la tracción 
transmitida al hueso, por la ruptura parcial de ligamentos. 
 
Las imágenes por RM fácilmente pueden revelar desgarros parcial o completos 
de ligamentos debido a disrupción de sus fibras, así como edema y hemorragia 
adyacente. 
Si, en el momento de la lesión, la carga de tensión se desarrolla lentamente, el 
ligamento es más probable que se estirase antes de romperse o causar 
avulsión ósea. Una fuerza fuerte súbita es más probable que cause ruptura del 
ligamento en su tercio medio. El esqueleto inmaduro tiene un mayor riesgo de 
fractura avulsión, antes del cierre de las placas de crecimiento. El riesgo de 
	
   15	
  
avulsión también es mayor en la población de edad avanzada debido a la 
osteoporosis. 
 
Sistema de clasificación en función del mecanismo de las lesiones de rodilla. 
 
Sobre la base de la información de los patrones de lesiones a las estructuras 
estabilizadoras primarias y secundarias, patrones de lesiones óseas, se 
clasificó las lesiones de rodilla complejas en 10 categorías, de acuerdo con la 
posición de rodilla (flexión, extensión), dirección de la fuerza y la presencia o 
ausencia de rotación) pura hiperextensión; (b) una hiperextensión con varo; (c) 
una hiperextensión en valgo; (d) puro valgo; (e) puro varo; (f) flexión en valgo, 
rotación externa; (g) flexión en varo, rotación interna; h) flexión con traslación 
posterior de la tibia; (i) dislocación de la rótula (flexión, valgo, rotación interna 
del fémur de tibia); y (j) trauma directo. 
 
 
El stress en valgus y carga axial, por ejemplo, causa impactación lateral y 
distracción medial. 
 
¿Cuál sería el mecanismo traumático más probable si las imágenes por RM 
mostraran edema de médula ósea subcondral en el compartimiento medial 
(carga por compresión) y desgarro parcial o ruptura de la banda iliotibial (carga 
por tensión)? Estos resultados indicarían stress en varo. 
¿Cuál sería el mecanismo traumático más probable si las imágenes por RM 
mostraran edema de médula ósea en el polo patelar medial (carga de 
compresión) y cóndilo femoral lateral (carga de compresión) en combinación 
con un desgarro del ligamento patelofemoral medial (carga de tensión)? Estos 
hallazgos son específicos para dislocación lateral transitoria de la rótula. 
 
Durante el trauma, la traslación o rotación excesiva de la rodilla causa 
desalineación transitoria resultante en daños estructurales. Por convención, la 
descripción del movimiento de la rodilla se basa en la posición de la tibia 
relativa al fémur. 
Posición en valgo de la rodilla, por ejemplo, indica angulación lateral tibial en el 
plano coronal, mientras que posición en varo indica angulación medial de la 
tibia. 
 
Una lesión que debe ser descrita como rotación interna de la rodilla (tibia 
rotada internamente con respecto al fémur) refleja en realidad rotación externa 
del fémur sobre la tibia. Esta rotación axial interna lleva una carga de tensión 
excesivaen la esquina posteromerial, con un riesgo concomitante de lesión 
por distracción de las estructuras estabilizadoras ( por ej. , el ligamento oblicuo 
posterior y la unión menisco capsular.) 
 
La tríada de O'Donoghue (menisco, ligamento cruzado anterior (ACL), y 
ligamento colateral lateral (MCL) representa el patrón más frecuente de los 
resultados obtenidos a través de varios mecanismos posibles, uno de los 
cuales involucra una fuerza en valgo con o sin carga axial (soportando peso) 
en flexión de la rodilla, rotación femoral externa y en abducción. (Fig 7). 
 
	
   16	
  
 
FIG 7. Planos coronal, y sagital en Densidad de Protones con saturación grasa, las flechas 
amarilla señalan la Triada de O´Donoghue. A) lesión del ligamento colateral medial. B) 
desgarro de espesor total del ligamento cruzado anterior. C) desgarro con trazo complejo del 
cuerno posterior del menisco lateral. 
 
 
En esta posición de la rodilla, el ACL y MCL son sinérgicos porque ambos son 
tensados por stress en valgo. El stress en valgo excesivo por lo tanto los 
desgarra de forma secuencial. El LCM y el menisco medial son sinérgicos 
porque la fuerza por distracción en el compartimiento medial crea tensión 
simultáneamente en las fibras superficiales (ligamento colateral tibial) y fibras 
profundas MCL. 
Estas fibras profundas meniscotibiales y meniscofemorales ya sea que causen 
avulsión de la unión meniscocapsular o creen un desgarro longitudinal en el 
menisco medial.3,4,8,9,12 
 
En el contexto de un traumatismo, lesiones óseas radiológicamente ocultas se 
identifican con frecuencia en la RM como áreas poco marginadas de alteración 
en intensidad de la señal (disminución de la intensidad de la señal con 
secuencias ponderadas en T1, el aumento de intensidad de la señal con 
secuencias ponderadas en T2, o ambos) en el hueso esponjoso y la médula 
ósea . Esta apariencia se cree que representan áreas de hemorragia, edema, o 
hiperemia secundarias a la lesión trabecular. 
Estas lesiones óseas pueden resultar de un golpe directo en el hueso, las 
fuerzas de compresión de los huesos adyacentes afectan unos a otros, o las 
fuerzas de tracción que ocurren durante lesiones por avulsión. 
 
El patrón de edema de la médula es como una huella que deja atrás la lesión. 
Mediante el estudio de la distribución del edema, se puede comprender el 
mecanismo de la lesión que se produjo y por lo tanto predecir con exactitud las 
anormalidades de tejidos blandos asociados que puedan estar presentes. 
 
Se analizan cinco mecanismos diferentes de lesión en la rodilla: una lesión de 
pivote cambio, lesiones salpicadero, lesión de hiperextensión, lesiones clip, y 
luxación patelar lateral. 
 
	
   17	
  
La lesión de desplazamiento en pivote es una lesión sin contacto comúnmente 
visto en los esquiadores o jugadores de fútbol americano. Esta lesión se 
produce cuando una carga valgo se aplica a la rodilla en varios estados de 
flexión combinada con rotación externa de la tibia o la rotación interna del 
fémur. Este tipo de lesión ocurre generalmente con maniobras como la 
desaceleración rápida y cambio de dirección simultánea. Estas maniobras 
ejercen una carga en el ligamento cruzado anterior (LCA) y pueden resultar en 
la ruptura. Una vez que el LCA se rompe, la subluxación anterior de la tibia con 
respecto al fémur se produce, lo que resulta en la impactación del cóndilo 
femoral lateral contra el margen posterolateral de la meseta tibial lateral. 
El patrón de contusión ósea resultante implica el aspecto posterior de la 
meseta tibial lateral y la porción media del cóndilo femoral lateral cerca de la 
escotadura intercondílea posterior. 
 
La ubicación exacta de la lesión cóndilo femoral lateral depende del grado de 
flexión de la rodilla en la lesión. El aumento de los grados de flexión resulta en 
una contusión ósea localizada más posteriormente, mientras que menos flexión 
resulta en un patrón de edema ubicado más anteriormente. Otro patrón de 
contusión ósea recientemente descrito asociada con la lesión de 
desplazamiento del pivote es el edema en el labio posterior de la meseta tibial 
medial. Este patrón se piensa que es el resultado de las fuerzas de contra 
golpe en el compartimento medial en la resolución de las fuerzas en valgo 
forzado.2,3,5,12 
 
El LCA típicamente se visualiza mejor en el plano sagital oblicuo. Se extiende 
desde el techo de la escotadura intercondílea en el cóndilo femoral lateral a su 
sitio de fijación tibial adyacente y anterior a las espinas tibiales. Su curso 
debería ser paralelo al techo de la escotadura intercondílea. 
De vez en cuando , es necesario para obtener imágenes en los planos axial y 
coronal para confirmar un LCA intacto. La LCA tiene una intensidad de señal 
baja con todas las secuencias de pulso, pero puede contener estrías con 
intensidad de señal modificada entre las fibras separadas del ligamento cerca 
de su inserción tibial. La interrupción de la LCA con mayor frecuencia se 
produce en su sustancia media. La siguiente localización más frecuente es 
cerca del sitio de inserción femoral, y la ubicación menos común para la 
interrupción está en el sitio de fijación tibial. La interrupción se ve en las 
imágenes de RM como discontinuidad completa de las fibras con alteraciones 
tanto en la intensidad de la señal y la morfología del ligamento. 
Después de una lesión aguda, intensidad de señal de alta en T2 atraviesa el 
ligamento; puede demostrar una pendiente anormal. 
Otras lesiones de los tejidos blandos en ocasiones asociados a la lesión de 
desplazamiento del pivote incluyen desgarros de la cápsula posterior y 
ligamento arqueado, el cuerno posterior del menisco lateral o medial, y el 
ligamento colateral medial (LCM ). Impactación osteocondral o lesiones por 
cizallamiento también pueden implicar la meseta tibial posterior o el cóndilo 
femoral externo. 2,3,5,12,14 
 
Lesiones Dashboard 
Lesión del tablero se produce cuando se aplica una fuerza a la cara anterior de 
la tibia proximal, mientras que la rodilla está en una posición flexionada. Esta 
	
   18	
  
lesión se produce normalmente cuando, la rodilla golpea contra el tablero 
durante un accidente automovilístico pero también pueden ocurrir con los 
golpes de rodilla contra el suelo durante una caída (FIG 8). Se ve edema en la 
cara anterior de la tibia y, ocasionalmente, en la superficie posterior de la 
rótula. 
Las lesiones de tejidos blandos asociados incluyen la interrupción del 
ligamento cruzado posterior (LCP) y la ruptura de la cápsula posterior de la 
articulación. El LCP se representa generalmente en la RM como una estructura 
gruesa en forma de banda, tiene una intensidad de señal baja con todas las 
secuencias de pulsos, y se extiende desde la escotadura intercondilea en el 
cóndilo femoral medial posterior al aspecto de la pendiente en la meseta tibial. 
Se ve normalmente en su totalidad en una sola imagen sagital oblicuo de la 
rodilla y posee una porción horizontal y una porción más vertical, que están 
conectados por una suave curva (el genu). En una lesión de tablero se 
interrumpe el LCP en lugar de la ACL porque, con la rodilla flexionada, el LCP 
se tensa y el LCA está laxo. 
Además, el LCP por lo general limita la traslación tibial posterior mientras que 
el LCA limita la traslación anterior. 
Una fuerza dirigida posteriormente en la cara anterior de la tibia proximal como 
la que se produce con la lesión de tablero más comúnmente resulta en un 
desgarro de la sustancia media del LCP. 
 
 
 
FIG 8. A-D paciente con golpe directo con escalón de escaler al sufrir caída. A-B Imágenes 
sagitales en plano sagital T1/T2 muestran engrosamiento del tendón patelar tercio medio y 
superior hacia el origen en el polo inferior de la rótula, y B muestra aumento de la intensidad de 
señal de tendón con ruptura casi total de las fibras en el origen e intra substancia. C y D son 
imágenes sagital y coronal respectivamente donde las flechas amarillas señalan el patrón en 
flama por aumentode la intensidad de señal de la medular en relación con contusión del 
segmento antero lateral del cóndilo femoral. F-H Paciente con avulsión de la inserción del LCP. 
E. Radiografía lateral de rodilla donde se observa aumento de la densidad de los tejidos 
blandos en fosa poplitea y fragmento óseo avulsionado señalado por flecha amarilla. F. Corte 
	
   19	
  
axial de Tomografía a nivel de la superficie articular de la tibia en inserción del LCP con tres 
fragmentos óseo. G. Reconstrucción en plano coronal. H Reconstrucción 3D vista posterior. 
 
Con menos frecuencia, un desgarro o avulsión puede ocurrir en el sitio de 
unión del fémur o la tibia. La ruptura del LCP se puede ver en las imágenes de 
RM como discontinuidad completa de sus fibras con alta intensidad de señal 
que atraviesan la sustancia del ligamento. Los desgarros parciales también 
pueden ocurrir y pueden ser vistos como áreas de alta intensidad de señal 
dentro del LCP en las imágenes ponderadas en T2, con algunas fibras que 
quedan intactas. 
Si las fuerzas son graves, lesiones óseas distintas de edema pueden resultar 
de una lesión de tipo tablero. Estas incluyen fractura o lesión osteocondral de 
la rótula y lesiones de la cadera. 
 
Lesiones hiperextensión 
La hiperextensión de la rodilla puede resultar cuando se aplica una fuerza 
directa a la tibia anterior mientras que el pie está plantado o de una fuerza 
indirecta, tal como un movimiento de patada contundente. Los casos más 
graves suelen ser consecuencia de una lesión directa (por ejemplo, un auto de 
choque golpeando la tibia anterior de un peatón) . 
Durante el breve momento de hiperextensión , la cara anterior de la meseta 
tibial golpea la cara anterior del cóndilo femoral , lo que resulta en el patrón de 
contusión "en beso" de la lesión ósea. Si una fuerza en valgo también se aplica 
en hiperextensión, las contusiones en beso estarán ubicados medial. 
 
Dependiendo de la cantidad de fuerza aplicada, anormalidades de tejidos 
blandos asociadas pueden incluir una lesión a cualquiera el LCA o LCP y una 
lesión meniscal. Las características de imagen por RM de lesión de LCA o 
lesión de LCP son similares a los descritos anteriormente. Si se aplica una 
fuerza sustancia, se puede producir la dislocación de la rodilla, junto con 
lesiones de las estructuras neurovasculares poplíteos, la interrupción completa 
del complejo posterolateral, y , posiblemente , lesiones del gastrocnemio . 
 
 
 
Lesiones clip 
La lesión clip es una lesión de contacto que se produce después de un estrés 
en valgo puro que se aplica a la rodilla mientras que la rodilla se encuentra en 
un estado de flexión leve (es decir, 10° -30°). Esta lesión es común entre 
jugadores de fútbol americano. Con lesiones clip, el edema de médula ósea es 
generalmente más prominente en el cóndilo femoral lateral secundaria a golpe 
directo, mientras que una segunda área más pequeña de edema puede estar 
presente en el cóndilo femoral medial secundaria a avulsión en el MCL. 
Lesiones de tejidos blandos asociados pueden incluir diversos grados de 
esguince o ruptura del MCL. La lesión afecta con mayor frecuencia 
la porción proximal del ligamento cerca del sitio de inserción femoral. Un 
esguince grado I del ligamento lateral interno se visualiza en las imágenes de 
RM como irregularidad del contorno y edema superficial al MCL (Fig 9). Las 
fibras, sin embargo, permanecen intactas. Un desgarro parcial del MCL es una 
lesión de grado II y se puede ver en las imágenes de RM como una 
discontinuidad parcial de las fibras con las zonas adyacentes de aumento de la 
	
   20	
  
intensidad de la señal en imágenes ponderadas en T2 en una lesión aguda; 
algunas fibras permanecerán intactas. 
Interrupción completa es una lesión grado III y se puede considerar como 
completa discontinuidad de las fibras MCL, con alta intensidad de la señal que 
rodea las imágenes ponderadas en T2 en los casos agudos. 
El aumento de grados de flexión de la rodilla en la lesión puede resultar en la 
interrupción de la ACL y un desgarro del menisco medial. Esta extensa 
combinación de lesiones es mejor conocida como la tríada 
O'Donoghue.2,3,5,10,12 
 
La luxación patelar lateral 
La dislocación lateral transitoria de la rótula normalmente se produce en los 
adolescentes y adultos jóvenes que participan en las actividades deportivas y 
es el resultado de un movimiento de giro de la rodilla mientras la rodilla está en 
un estado de flexión. El fémur rota internamente en una tibia fija mientras la 
rodilla está flexionada; la contracción del cuádriceps se produce, lo que resulta 
en la luxación lateral de la rótula del surco troclear. Los individuos con un surco 
troclear poco profundo están en mayor riesgo de luxación patelar lateral. 
 
El patrón clásico de contusión ósea observada después de la luxación patelar 
lateral incluye el aspecto de la cara anterolateral del cóndilo femoral lateral y el 
aspecto inferomedial de la rótula (Fig 10). En casos raros , también puede 
observarse edema en el tubérculo del aductor del cóndilo femoral medial 
secundaria a una lesión por avulsión del ligamento medial patelofemoral 
(MPFL). La contusión del cóndilo femoral lateral después de la luxación patelar 
lateral debe diferenciarse del patrón de la contusión que implica el cóndilo 
femoral lateral después de una lesión de desplazamiento en pivote. Con la 
luxación patelar lateral, el edema del cóndilo femoral lateral se encuentra más 
anterior y periférico, mientras que con la lesión de desplazamiento en pivote la 
contusión es más en una ubicación céntrica o posteriormente en el cóndilo 
femoral lateral. 
 
 
Fig 10. Cortes axiales secuenciales por arriba y a nivel de la escotadura femoral posterior en 
secuencia de densidad de protones con saturación grasa en la que las flechas gruesas señalan 
aumento en la intensidad de señal en la faceta medial y la flechas largas aumento en la 
	
   21	
  
intensidad de señal de la cara anterolateral del cóndilo femoral lateral. Existe lesión grado I de 
ambos retináculos con aumento de la intensidad de señal de sus fibras así como edema de 
tejidos blandos y aumento en la cantidad de líquido articular. 
 
Como se dijo anteriormente , la ubicación exacta del edema femoral después 
de una lesión de desplazamiento del pivote depende del grado de flexión de la 
rodilla en la lesión. Con menos flexión, el edema femoral se encuentra más 
anteriormente, pero se asocia con edema de la meseta tibial posterior en lugar 
de con edema de la rótula inferomedial. 
Lesiones de tejidos blandos asociados incluyen esguince o interrupción de los 
sistemas de retención de partes blandas mediales . Estas restricciones incluyen 
el retináculo medial, el MPFL , y el ligamento medial patelo-tibial. El MPFL ha 
demostrado ser la estructura de estabilización más importante de la rótula en la 
prevención de la subluxación lateral, y la literatura reciente sugiere que, 
después de la dislocación de la rótula , los pacientes con una interrupción de la 
MPFL o lesión sustancial osteocondral se beneficia de la cirugía. 
 
La RM muestra con precisión la MPFL normales como una banda de baja señal 
de intensidad que se extiende desde el polo superior de la rótula al tubérculo 
aductor. En las imágenes axiales, la MPFL se encuentra justo por debajo del 
vasto interno oblicuo. El retináculo medial surge de la región interpolar de la 
rótula y se encuentra justo distal a la MPFL. A nivel del retináculo medial, el 
músculo vasto medial oblicuo ya no debe ser visualizado. 
El MPFL es más comúnmente lesionado cerca de su sitio de inserción femoral 
y puede ser un esguince, desgarrado, o avulsión fuera del tubérculo aductor. 
Un esguince se puede ver en las imágenes de RM como el estiramiento del 
ligamento con las fibras intactas y edema circundante de tejido blando. La 
interrupción se ve como, fibras onduladas discontinuas con intensidad de señal 
alta adyacente en las imágenes ponderadas en T2 en la configuración de una 
lesiónaguda. 
Después de la avulsión del MPFL fuera del tubérculo del aductor, líquido entre 
la MPFL puede observarse y el sitio de inserción femoral. 
Además, el vasto interno oblicuo se eleva fuera de su ubicación normal en la 
parte superior del cóndilo femoral medial como se ve en las imágenes de RM 
sagital. Esta elevación resulta de edema y hemorragia subyacente y es un 
signo indirecto de luxación patelar lateral. La RM también puede describir con 
exactitud las lesiones osteocondrales de la rótula o cóndilo femoral lateral. 
2,3,5,12,13 
 
Las fracturas de meseta tibial son un grupo complejo de lesiones que a 
menudo se manifiestan con lesiones ligamentosas graves y/o lesión meniscal. 
En estudios anteriores se han demostrado un alto número de rupturas de 
meniscos en casos de fracturas de meseta tibial. Debido a que las lesiones de 
menisco pueden conducir a la artrosis postraumática y disminución de la 
función de la rodilla, es importante que las roturas de menisco sean reparadas 
o desbridarse para mantener estabilidad de la articulación de la rodilla y de la 
coherencia y para reducir al mínimo la presión de contacto articular con 
precisión. 
 
Estabilidad de menisco es un concepto importante en la diferenciación de las 
roturas de menisco sintomáticos y asintomáticos. Los desgarros inestables se 
	
   22	
  
asocian con el dolor, que es un criterio importante para muchos cirujanos 
ortopedistas de considerar el tratamiento de menisco. Además de la radiografía 
y la CT, MRI se ha convertido en una técnica de imagen cada vez más popular 
para la planificación quirúrgica. 
A nuestro entender, sin embargo, se detalla el análisis de resonancia 
magnética de la lesión meniscal, como la prevalencia de roturas meniscales 
inestables y la ubicación exacta de un desgarro en el trauma agudo de rodilla 
con las fracturas de meseta tibial es insuficiente. 
El propósito de este estudio retrospectivo fue evaluar la prevalencia, tipo y 
localización de la lesión meniscal, en particular para evaluar la prevalencia de 
roturas de menisco inestables que justificarían el uso rutinario de la RM en la 
evaluación del traumatismo de rodilla agudo que involucre fracturas de la 
meseta tibial.14 
 
Las imágenes de RM se obtuvieron secuencias clínicas estándar coronal T2 
weighted spin echo rápido con saturación grasa, spin echo proton density 
sagital, sagital T2 weighted rápido eco de espín, y protón density axial spin 
echo rápido con saturación de la grasa. 
 
Las fracturas de meseta tibial se clasificaron de acuerdo a la AO Orthopaedic 
Trauma Association Classification. Todas las fracturas fueron clasificadas tipo 
B o C y grupo 1, 2 o 3. No se subdividieron en subgrupos. Las fracturas por 
avulsión del ligamento cruzado anterior o posterior se incluyeron cuando la 
meseta tibial también estaba fracturada. Se cuantificó la máxima depresión de 
la superficie articular tibial. (Fig 11). 
 
 
 
FIG 11. Imagen sagital (A) y Coronal (B) ponderadas en T1 a mitad de la articulación que 
presentan una gran fractura por avulsión, que involucra la plataforma tibial a nivel de la 
inserción del ligamento cruzado anterior. Existe mínimo o nulo edema óseo en el hueso 
trabecular adyacente debido a que la fuerza de tensión se aleja del hueso. 
	
   23	
  
 
 
Los meniscos se evaluaron como normal o con desgarro. Los desgarros se 
clasificaron como horizontal. Vertical (subdivididos en longitudinal y radial), flap, 
en asa de balde, o complejos. Los desgarros complejos consistiendo en dos o 
más trayectorias. La presencia de contusión meniscal fue documentada. Se 
documentaron por separado el cuerno anterior, cuerpo y cuerno posterior en 
ambos meniscos. 
 
Un menisco desgarrado se consideró cuando un área de aumento de la 
intensidad de señal interna que estaba en contacto inequívoca con una 
superficie articular meniscal en una o más imágenes. Contusión de menisco se 
definió como una zona de aumento de la intensidad de señal interna en el 
menisco en contacto con la superficie articular, pero menos discreta y menos 
bien definida que la intensidad de la señal asociada con un desgarro o con 
degeneración intrasustancia. Excepto por menisco discoide y flounce (volante), 
meniscos con características morfológicas anormales (por ejemplo, desgarros 
radiales) se consideraron desgarrados. Los desgarros horizontales se 
consideran estables, y longitudinales, radial, flap y desgarros complejos 
inestables. (Fig 12). 
 
 
Fig 12. Diferentes grados de lesiones meniscales en diferentes pacientes. A) y E) las flechas 
gruesas señalan lesión meniscal grado I, imágenes globulares hiperintensas que no contactan 
las superficies articulares de los cuernos de los meniscos. A-C) las flechas señalan desgarros 
complejos con trayectos lineales bien definidos en múltiples direcciones que contactan las 
superficies articulares. D) Desgarro horizontal del cuerno posterior. F) Contusión meniscal 
caracterizada por aumento de la intensidad de señal de forma difusa y tamaño del cuerno 
posterior del menisco lateral. 
 
 
	
   24	
  
Por rotura de menisco, los valores de diagnóstico de la RM fueron sensibilidad, 
88%; especificidad, 90%; exactitud, el 89%; valor predictivo positivo, el 78%; y 
el valor predictivo negativo predictivo, el 95%. 
No hay correlación significativa entre el sitio de la lesión meniscal y las 
características morfológicas y el grado de depresión articular. 
Correspondientemente, no hay una correlación significativa aparente entre 
menisco normal y grado de depresión articular, ni hubo una asociación 
significativa entre el grupo de las fracturas y los hallazgos de menisco. 
 
La lesión aguda en la rodilla con fractura de meseta tibial se encuentra 
comúnmente en los servicios de urgencias. Las radiografías y TCMD han sido 
ampliamente utilizados para la evaluación preoperatoria de estas lesiones, pero 
las fracturas de meseta tibial de alta energía son a menudo asociadas con la 
lesión severa de partes blandas y las roturas de menisco. 
 
Las rupturas de meniscos se observa con mayor frecuencia en los pacientes 
con fracturas de tipo split (B1) , que indica el efecto nocivo de la carga axial con 
fuerza de cizallamiento combinada, llevando eventualmente a meniscal 
lacrimógenos. En contraste , la mayoría de las contusiones en nuestro estudio 
se produjeron en pacientes con fracturas tipo B2, en la que la depresión 
articular ( fuerza de compresión axial ) es el hallazgo característico . A pesar de 
las fracturas de alta energía, algo sorprendente, ni la RM ni la artroscopia 
representaron lesiones radiculares de menisco. 
 
 
Un alto porcentaje de los pacientes (33 %) con fracturas de meseta tibial tenía 
un desgarro de menisco inestable. El dolor y desgarros inestables, se han 
relacionado con pobre resultado, por lo general requiere intervención 
quirúrgica. Si un desgarro meniscal es detectado antes de la operación, la 
cirugía meniscal (artroscópica o abierta) se puede combinar con fijación de 
fractura, evitando otra operación. Por otra parte, porque se encontraron un gran 
número de contusiones de menisco, el conocimiento de esta anomalía puede 
ayudar a los radiólogos a aumentar la especificidad evitando el hallazgo de 
desgarros meniscales falsos positivos. Por lo tanto, sugerimos que la 
resonancia magnética de la rodilla se considera un estudio complementario 
después de la TCMD en el cuidado de los pacientes que han sufrido fracturas 
de meseta tibial de alta energía (Fig 13 y 14). 7,11,12,14, 15,16,17 
 
	
   25	
  
 
Fig 13. Fractura de la meseta tibial lateral tipo IV de la clasificación de Schatzker, con 
depresión de la plataforma tibial, asociado a desgarro avulsión del ligamento colateral medial. 
 
 
 
Fig 14. Fractura tipo II de la clasificaciónn de Schatzker, con depresiòn de la meseta tibial 
medial y asociado a contusión del menisco lateral y hemartrosis. 
 
El sistema de clasificación Schatzker para las fracturas de meseta tibial es otra 
aternativa a la clasificaciónAO ampliamente utilizado por los cirujanos 
ortopédicos para evaluar la lesión inicial, la gestión de planificar y predecir el 
pronóstico. Muchos investigadores han encontrado que los planes quirúrgicos 
basados en los hallazgos radiográficos de placa simple fueron modificados 
	
   26	
  
después de la tomografía computarizada preoperatoria (TC) o resonancia 
magnética (MR). 
La clasificación Schatzker divide fracturas de meseta tibial en seis tipos: 
fractura meseta lateral sin depresión (tipo I), fractura de meseta lateral con la 
depresión (tipo II), fractura por compresión del lateral (tipo IIIA) o (tipo IIIB) 
meseta central, la fractura de meseta medial (tipo IV), fractura de meseta 
bicondílea (tipo V), y la fractura de meseta con discontinuidad diafisiaria (tipo 
VI) Fig 15 . 
 
 
FIG 15 Diagrama de la clasificación Schatzker. 
 
El manejo de fracturas tipo I, II, y III se centra en la evaluación y reparación del 
cartílago articular. El mecanismo de la fractura-luxación de fracturas tipo IV 
aumenta la probabilidad de daño a los vasos nerviosos o poplítea peroneos. En 
el tipo V y VI fracturas, la localización de la lesión de los tejidos blandos dicta el 
abordaje quirúrgico y el grado de hinchamiento de los tejidos blandos dicta el 
momento de la cirugía definitiva y la necesidad de estabilización provisional 
con un fijador externo. La TC y la RM son más precisos que la radiografía 
normal para la clasificación Schatzker de fracturas de meseta tibial, y el uso de 
imágenes transversales pueden mejorar la planificación quirúrgica.16 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
   27	
  
 
 
RESULTADOS	
  
 
Durante el periodo de enero del 2013 a enero de 2014 se realizaron 200 
estudios que cumplen con nuestros criterios en el departamento de Resonancia 
magnética del Angeles Mocel, de los cuales se vio una prevalencia de 106:98 
F:M. 
La menor edad presentada fue de 12 años, mientras que la mayor fue de 76 
años, con un promedio de 41 años. 
Se observaron 12 lesiones grado III, 1 lesión grado II, 7 lesiones grado I, 1 Asa 
de Balde en el cuerno anterior del menisco medial, en el cuerno posterior del 
menisco medial se observaron 47 lesiones grado III, 21 lesiones grado II, 85 
lesiones grado I, 5 contusiones. 
Se observaron 8 lesiones grado III, 5 lesiones grado II, 2 lesiones grado I, en el 
cuerno anterior del menisco lateral, en el cuerno posterior del menisco lateral 
se observaron 13 lesiones grado III, 1 lesión grado II, 26 lesiones grado I, 
1contusión, 1 lesión en Asa de Balde. 
Se presentaron 20 lesiones grado III, 4 lesiones grado II, 11 lesiones grado I y 
una avulsión en la inserción del ligamento cruzado anterior, 1 lesión grado III, 3 
lesiones grado II, 1 lesión grado 1 y 1 avulsión en la inserción del ligamento 
cruzado posterior. 1 lesión grado III, 1 lesión grado II, 1 lesión grado I del 
ligamento colateral lateral, 2 lesiones grado III, 7 lesiones grado II, 16 lesiones 
grado I del ligamento colateral medial. 
Se presentaron 5 fracturas de la meseta tibial. 18 patrones en contusión en 
hueso. 
Otros hallazgos reportados fueron 1 avulsión faceta lateral de la patela, 3 
fracturas condrales, 29 quistes de Baker, 3 lesiones grado I del retináculo 
medial, 1 lesión del esguince lateral. 
 
Cuerno	
  anterior	
   2	
  
Lesión	
  grado	
  I 	
   Cuerno	
  posterior	
   26	
  
Cuerno	
  anterior	
   5	
  Lesión	
  grado	
  II 	
  
Cuerno	
  posterior	
   1	
  
Cuerno	
  anterior	
   8	
  Lesión	
  grado	
  III	
  	
  
	
   Cuerno	
  posterior	
   13	
  
Cuerno	
  anterior	
   0	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
Menisco	
  
lateral.	
  
Contusión 	
   Cuerno	
  posterior	
   1	
  
Cuerno	
  anterior	
   7	
  
Lesión	
  grado	
  I 	
   Cuerno	
  posterior	
   85	
  
Cuerno	
  anterior	
   1	
  Lesión	
  grado	
  II 	
  
Cuerno	
  posterior	
   21	
  
Cuerno	
  anterior	
   12	
  Lesión	
  grado	
  III	
  	
  
	
   Cuerno	
  posterior	
   47	
  
	
  
	
  
	
  
	
  
Menisco	
  
medial.	
  
Cuerno	
  anterior	
   2	
  
	
   28	
  
	
  
Contusión 	
  
Cuerno	
  posterior	
   3	
  
Lesión	
  grado	
  I	
   11	
  
Lesión	
  grado	
  II	
   4	
  
Ligamento	
  
Cruzado	
  
Anterior	
   Lesión	
  grado	
  III	
   20	
  
1	
  avulsión	
  en	
  
la	
  inserción	
  
Lesión	
  grado	
  I	
   1	
  
Lesión	
  grado	
  II	
   3	
  
Ligamento	
  
Cruzado	
  
Posterior	
   Lesión	
  grado	
  III	
   1	
  
1	
  avulsión	
  en	
  
la	
  inserción	
  
Lesión	
  grado	
  I	
   1	
  
Lesión	
  grado	
  II	
   2	
  
Ligamento	
  
Colateral	
  
Lateral	
   Lesión	
  grado	
  III	
   1	
  
	
  
Lesión	
  grado	
  I	
   16	
  
Lesión	
  grado	
  II	
   7	
  
Ligamento	
  
Colateral	
  
Medial	
   Lesión	
  grado	
  III	
   2	
  
	
  
 
	
  
	
  
 
 
 
 
 
2%	
  
8%	
  
5%	
  
6%	
   1%	
  
46%	
  
3%	
  
8%	
  
6%	
  
15%	
  
Hiperextensión	
  pura	
  
Hiperextensión	
  con	
  varo	
  
Hiperextensión	
  con	
  valgo	
  
Valgo	
  puro	
  
Varo	
  puro	
  
Flexión	
  con	
  valgo,	
  rotación	
  
externa	
  
Flexión	
  con	
  varo,	
  rotación	
  
interna	
  
Flexión	
  con	
  traslación	
  tibial	
  
posterior	
  
Dislocación	
  patelar	
  (Rlexión	
  
coy	
  rotación	
  interna	
  del	
  
femur	
  con	
  la	
  tibia	
  Rija)	
  
Trauma	
  directo	
  
	
   29	
  
 
 
CONCLUSIONES	
  
La rodilla es la articulación revestida por sinovial más grande del cuerpo. Tiene 
un diseño anatómico complejo que permite simultáneamente soportar la carga 
de todo el peso del cuerpo y, al mismo tiempo, mantener una movilidad 
máxima. La rodilla es una articulación en forma de bisagra y, como tal, precisa 
de un sistema complejo de estructuras de tejidos blandos para su soporte y 
estabilidad. Muchas de estas estructuras son particularmente vulnerables a la 
lesión. 
 
Durante los últimos años, nuestro conocimiento sobre las peculiaridades de la 
anatomía de dichos tejidos blandos ha aumentado significativamente, 
impulsado fundamentalmente por los avances quirúrgicos, así como por la 
evaluación anatómica no invasiva de la resonancia magnética (RM). Las 
opciones y técnicas quirúrgicas han avanzado hasta un punto en el cual es 
importante para el radiólogo poseer un conocimiento detallado de los 
intrincados detalles de la anatomía de los tejidos blandos y ser capaz de 
describir variaciones sutiles en los patrones de lesión. La radiografía y la 
tomografía computarizada (TC) siguen siendo las modalidades de imagen 
principales para la detección de lesiones óseas en torno a la rodilla, pero la RM 
se ha situado en el centro del escenario respecto a la detección y descripción 
de los patrones de lesión de los tejidos blandos, de hecho, la rodilla es la 
articulación que con mayor frecuencia se estudia con RM. 
 
La comprensión de la biomecánica de la rodilla puede inducir una búsqueda 
detallada en las lesiones que son difíciles de detectar, por ejemplo, fracturas 
avulsión. 
El reconocimiento de los mecanismo de la lesión pueden ayudar a predecir 
tanto inestabilidad inmediata y retardada y la necesidad de cirugía. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
	
   30	
  
 
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