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Facultad de Medicina División de Posgrado Instituto de Oftalmología “Conde de Valenciana” Características clínicas de pacientes con patología de glándula lagrimal que cuentan con diagnóstico histopatológico en un centro de referencia. TESIS para obtener la Especialidad en Oftalmología Presenta Dra. Tania Villagra Sanjurjo Director de Tesis: Dr. René Dávila Mendoza México D.F. Agosto 2009 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. ________________________________________ Dr. Enrique Luis Graue Wiechers Profesor Titular del Curso Instituto de Oftalmología “Fundación Conde de Valenciana” ________________________________________ Dra. Claudia Elena Murillo Correa Jefa de Enseñanza Instituto de Oftalmología “Fundación Conde de Valenciana” ________________________________________ Dr. René Dávila Mendoza Director de Tesis Instituto de Oftalmología “Fundación Conde de Valenciana” A G R A D E C I M I E N T O S. A mi abuela, mi padre y mi hermana que han estado conmigo en todo momento desde hace veintisiete años, A Roberto Valencia Reyes y su familia por apoyarme incondicionalmente, A Erandi González-Rubio y Judith Valdez por compartir conmigo amistad, sueños, lágrimas, desvelos, exámenes, apuntes y tazas de café. A mi amigo y maestro, René Dávila Mendoza por su paciencia y tiempo, A todos los que en algún momento de mi vida contribuyeron con un granito de arena a llegar al punto en el que estoy. I N D I C E 1. Marco teórico ……………………………………………………1 2. Justificación ……………………………………………………. 4 3. Objetivo ………………………………………………………… 5 4. Metodología …………………………………………………… 6 5. Resultados …………………………………………………….. 8 6. Discusión……………………………………………………… 13 7. Conclusiones ………………………………………………… 17 8. Bibliografía …………………………………………………… 18 MARCO TEÓRICO. La glándula lagrimal es considerada de tipo exócrina, mide 20x12x5 cm y está localizada en el cuadrante superoexterno de la orbita. Se encuentra sostenida por cuatro tipos de ligamentos a una pequeña fosa del hueso frontal. El hasta lateral de la aponeurosis del elevador del párpado divide a la glándula en dos lóbulos: el orbitario y el palpebral. La glándula lagrimal puede presentar procesos infiltrativos, como las enfermedades inflamatorias y el linfoma; desórdenes estructurales, como la formación de quistes y neoplasias epiteliales. Alrededor del 4% de la patología orbitaria se localiza en la glándula lagrimal2. Shields y cols. estiman que sólo el 9% de los tumores orbitarios tienes su origen en esta glándula1. La frecuencia de presentación de patología en la glándula lagrimal por grupo etáreo es muy similar, alrededor del 1% para cada grupo etáreo: de 0-20 años, 21 a 60 años y > de 61 años2. Las tumoraciones de glándula lagrimal se clasifican en 4 categorías: lesiones inflamatorias, linfomas, metástasis carcinomatosas y neoplasias epiteliales3. Se consideran responsables de entre un 4.5% y un 8.1% de las exenteraciones orbitarias7. Ohtsuka y cols realizaron una revisión de 244 casos de tumores orbitarios a lo largo de diez años en el cual encontraron que el 35% de estos tumores se localizaban el la glándula lagrimal. Dentro de los tumores más frecuentemente diagnosticados localizados en la glándula lagrimal se menciona al linfoma maligno 40% y adenoma pleomórfico 24%. Mientras que por grupo etáreo reportan adenoma pleomorfo en el 10% de los pacientes alrededor de los 40 años4. Los tumores primarios epiteliales de la glándula lagrimal son infrecuentes, varían entre un 22 y un 48% según distintos autores. También existe una gran variación entre los porcentajes relativos de lesiones malignas y benignas, variando desde un 50% de benignas y 50% de malignas a un 78% de lesiones benignas y 22% de tumores malignos. Reese en 1956 realiza una revisión histopatológica de 112 lesiones de glandula lagrimal encontrando que 52% eran de origen no epitelial y 48 % de origen epitelial, la mitad de éstas eran malignas y la otra mitad eran benignas5. Shields en 1989 publica una revisión clinicopatológica de 142 biopsias de glándula lagrimal, de las cuáles el 22% correspondían a neoplasias epiteliales primarias y de éstas el 78% eran benignas y un 22% malignas6. Del 3 al 5% de los tumores orbitarios corresponden a adenoma pleomórfico; así mismo, el 25% de los tumores de glándula lagrimal y el 50% de las neoplasias epiteliales de glándula lagrimal son de este tipo1. Los principales tumores malignos epiteliales de la glándula lagrimal son el carcinoma adenoideo quistito, carcinoma mucoepidermoide, adenocarcinoma de novo y la variedad carcinomatosa que se desarrolla a partir del adenoma pleomorfo3. Determinar la etiología de un tumor de glándula lagrimal es considerablemente difícil. La observación, antecedentes, origen geográfico, curso de la enfermedad, examen clínico y estudios paraclínicos nos ayudan en el diagnóstico, pero el estudio anatomo-patológico nos brinda el diagnóstico de certeza3. El cuadro clínico característico incluye proptosis caracterizada por desplazamiento hacia abajo, y medial del globo ocular. La presencia de una masa en el cuadrante temporal superoexterno de la órbita es generalmente reconocida por el paciente. El ritmo de crecimiento de la tumoración es un dato de vital relevancia que nos orienta acerca del carácter maligno o benigno del padecimiento; así tenemos que, una tumoración de crecimiento lento probablemente es una lesión benigna mientras que una tumoración de crecimiento acelerado es más probable que se trate de una lesión maligna7. Algunos autores consideran que la presencia de dolor es un síntoma que nos ayuda a diferenciar una neoplasia maligna de una benigna, aunque no siempre resulta de tal forma. Otros síntomas incluyen disminución de la agudeza visual, diplopia y lagrimeo7. Además del patrón de crecimiento y la presencia o ausencia del dolor, los estudios de imagen proporcionan elementos que nos permiten diferenciar una lesión benigna de una maligna. La TC nos permite evaluar posibles cambios óseos y características del tumor de gran valor diagnóstico. Los tumores benignos producen un abombamiento de la fosa lagrimal por remodelación ósea, el tumor se observa de bordes bien definidos, de forma oval o redonda y provisto de una cápsula. Los tumores malignos presentan comúnmente destrucción ósea, los bordes de la lesión son irregulares y mal definidos, se pueden extender sobre la pared lateral hasta alcanzar el ápex orbitario y frecuentemente contienen calcificaciones en su interior1,7. JUSTIFICACIÓN No existen reportes acerca del tipo y características clínicas de pacientes con patología de glándula lagrimal cuyo diagnóstico haya sido corroborado con estudio histopatológico, en pacientes valorados en el Servicio Orbita, Párpados y Vía Lagrimal del Instituto de Oftalmología “Conde de Valenciana” I. A. P.OBJETIVO GENERAL Determinar los diferentes diagnósticos y las características clínicas de los pacientes con patología de glándula lagrimal cuyo diagnóstico fue confirmado mediante estudio histopatológico, tratados por el Servicio de Orbita, Párpados y Vía Lagrimal del Instituto de Oftalmología “Conde de Valenciana” I. A. P. METODOLOGÍA Se revisaran los expedientes clínicos de pacientes con diagnóstico histopatológico de cualquier afección en la glándula lagrimal, en el periodo comprendido entre Junio del 2001 y Julio del 2009. Del expediente clínico se recopilaran los siguientes datos: numero de expediente, nombre, teléfono, edad, sexo, ojo afectado, capacidad visual del ojo afectado, presencia o no de hiperemia, edema, dolor, tumoración (características: consistencia, bordes y movilidad), proptosis, diplopia, limitación de movimientos oculares, tiempo de evolución al momento de primera consulta, fondo de ojo, diagnóstico clínico inicial en primera consulta, diagnóstico histopatológico, tratamiento previo y si hubo mejoría o no, y síntomas agregados. Tipo de estudio: Retrospectivo, observacional y descriptivo. Universo de estudio: Pacientes atendidos en el Instituto Fundación Conde de Valenciana con diagnóstico clínico de padecimiento de origen inflamatorio o tumoral de glándula lagrimal cuyo diagnostico fue confirmado o descartado mediante estudio histopatológico en el periodo comprendido de Junio del 2001 y Julio del 2009. Criterios de inclusión: Pacientes con diagnóstico clínico de patología de glándula lagrimal de etiología inflamatoria o tumoral confirmado o descartado mediante estudio histopatológico. Pacientes que contaran con expediente completo. Criterios de exclusión: Pacientes con diagnóstico clínico de patología de glándula lagrimal de etiología inflamatoria o tumoral que no contaran con estudio histopatológico. Reporte histopatológico no concluyente de afección de glándula lagrimal. Pacientes con expediente clínico incompleto. Criterios de eliminación: Pacientes sin diagnóstico histopatológico al momento de realizar recopilación de información. Tipo de muestra: No probabilística de casos consecutivos Plan de tabulación: Se procederá a realizar un análisis estadístico descriptivo. RESULTADOS Se incluyeron en el estudio a 29 ojos de 26 paciente, en el periodo de tiempo de Junio del 2001 a Julio del 2009. El genero masculino comprendió el 26.93% (7) y 73.07% (19) correspondió al genero femenino. La afección monocular se presento en el 88.46% (23) del total de pacientes; el ojo derecho se encontró afectado en un 47.82% (11) mientras que el ojo izquierdo estaba comprometido en un 52.17% (12) y sólo en el 11.53% (3) de los pacientes se reporto compromiso bilateral. De la capacidad visual inicial de cada paciente se obtuvieron los siguientes datos: en el 55.17% de los ojos afectados se registró una capacidad visual de 20/20; el 24.13% alcanzaba 20/25; el 10.34% presentaba una capacidad visual de 20/30; 6.89%, 20/40 y sólo el 3.44% alcanzaba el 20/15. En cuanto a sintomatología, el 57.69% (15) presento algún grado de hiperemia conjuntival, mientras que el 42.30% (11) negó dicha característica. El edema conjuntival estuvo presente en el 73.07% (19) del total de pacientes, pero el 26.92% (7) no lo manifestó. Los pacientes refirieron dolor como síntoma inicial en el 46.15% (12); de los cuales, el 50% (6) lo refirió a la palpación de la región cercana a la glándula lagrimal, el 25% manifestó dolor durante los movimientos oculares y el 15.38% (4) lo describió como espontáneo. El 65.38% de los casos de esta serie cursó sin dolor. Fue posible palpar una masa en el 65.38% (17) de los casos, mientras que en el 42.30% (11) no se palpaba lesión tumoral, Se recopilaron algunos datos acerca de las características de la lesión tumoral en los casos en los que fue palpable; así tenemos que, en 58.82% (10) de los casos se reporta una tumoración de consistencia blanda, en el 35.29% (6) se describe una tumoración de consistencia aumentada y sólo en un caso, es decir, en el 5.8% no se hace mención acerca de ésta característica. En cuanto a los Tabla 1. Pacientes por género Masculino Femenino Tabla 2. Ojo afectado 1 47% 10% 43% Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos bordes de la lesión, solo en el 11.76% (2) se describen como bordes mal definidos, en 7 casos, es decir el 41.17% se describe a la lesión de bordes definidos y en el 47.05% (8) no se hace mención alguna acerca de ésta característica. En el 29.41% (5) se identificaron lesiones fijas a planos profundos, en un 29.41% (5) de las tumoraciones fueron móviles a la palpación y en el 35.29% (6) de los casos se omitió reportar esta característica en el expediente clínico. La exoftalmometría reportó proptosis sólo en el 19.23% (5) con una media de 8.6 mm, siendo el valor mínimo de 2 mm y el máximo de 28 mm. Durante la exploración estrabológica, el 19.23% (5) presentó diplopia y de éstos, sólo en 2 pacientes coincidía con proptosis. Los movimientos oculares se encontraban alterados en 26.92% (7). Tabla 4. Sintomatología manifestada 0.00% 50.00 % 100.00 % Hiperemia Edema Proptosis Limitación de movimientos Limitacion de movimientos oculares Diplopia Proptosis Tumoracion Edema Dolor Hiperemia En cuanto al tiempo de evolución, la media fue de 27.27 meses, siendo el periodo más corto de 0.25 meses que correspondió histopatológicamente a una hiperplasia linfoide difusa moderada; el periodo más largo de evolución, 240 meses, se reportó en dos pacientes, cuyo diagnóstico histopatológico fue compatible con Hidrocistoma ecrino y Linfoma de bajo grado respectivamente. Durante la exploración de fondo de ojo, únicamente en un paciente se reportaron pliegues en área macular. Estos fueron los diagnósticos clínicos iniciales: Pseudotumor inflamatorio en el 11.53% (3), Dacrioadenitis 11.53% (3), Quiste de glándula lagrimal 11.53% (3), Adenoma pleomorfo 7.69% (2), Dermolipoma 3.84% (1), Lesión metastásica 3.84% (1) y Linfoma en el 30.76%. En el 15.38% (4) inicialmente existían dos probables diagnósticos clínicos (adenoma vs. Linfoma (1), Pseudotumor vs. Linfoma (2), Dacrioadenitis vs. Neoplasia (1). Se registraron únicamente 3 pacientes con tumoración maligna (11.53%) que correspondieron en 2 casos a linfoma y 1 caso a carcinoma secundario a metástasis. De los tumores benignos y procesos inflamatorios el 30.43% (7) correspondieron con hiperplasia benigna linfoide reactiva, adenoma pleomorfo en el 13.04% (3), pseudotumor en el 17.39% (4) de los casos, hidrocistoma ecrino en el 8.69% (2), inflamación crónica granulomatosa indeterminada en 8.33% (2) y 4.34% para cada una de los siguientes padecimientos: fibrosis angiocéntrica eosinofílica, enfermedad de Miculicz, inflamación crónica con predominio de células plasmáticas, fibrosis perilobulillar y neurofibroma con degeneración quística mixoide. El diagnóstico clínico fue congruente con el diagnóstico histopatológico únicamente en el 26.92% (7) de los pacientes. Se recabó información acerca del tratamiento médico recibido previo a su ingreso a este hospital y si con éste hubo mejoría o no. El 69.23% (18) recibió tratamiento previo, de éstos, el 88.88% (15) recibió esteroides con lo cual presentaron mejoría de la sintomatología el 80% (12). Un 20% tuvieron el diagnóstico histopatológico de pseudotumor inflamatorio y el 33.33% se diagnosticaron mediante estudio histopatológico como hiperplasia linfoide benigna reactiva. El 20% (3) no refirió alivio de sintomatología, su diagnóstico histopatológico fue el siguiente: neurofibroma con degeneración quística mixoide, linfoma folicularde bajo grado y adenoma poco diferenciado metastático. Solo 3 pacientes, 16.66%, recibieron tratamiento con AINE sin presentar mejoría de sintomatología, estos pacientes tuvieron diagnóstico histopatológico de Adenoma pleomorfo, Hiperplasia linfoide benigna y Linfoma de bajo grado. En cuanto a sintomatología no ocular, el 65.38% (17) no refirió síntomas o hallazgos sistémicos adicionales y sólo un paciente contaba con el antecedente de adenoma pleomorfo diagnosticado 11 años atrás. Del 34.61% que si refirieron sintomatología tenemos que el 55.55% (5) presentaron cefalea (diagnóstico histopatológico de hiperplasia linfoide y pseudotumor inflamatorio), 11.11% (1) refirió perdida ponderal y nódulos articulares (diagnóstico histopatológico de enfermedad de Miculicz) y el 33.33% (3) presentaba adenopatías cervicales y/o mandibulares y/o axilares y/o supraclaviculares (diagnóstico histopatológico inflamación crónica granulomatosa idiopática). DISCUSIÓN. Existen pocos reportes sobre series de pacientes con patología de la glándula lagrimal y principalmente se encuentran series de casos de pacientes con tumoraciones de la órbita, en los cuales se hace referencia se forma somera acerca de las tumoraciones de la glándula lagrimal. En el presente estudio, se recopilan los datos de pacientes con patología, ya sea inflamatoria o neoplásica, de la glándula lagrimal en un periodo de 8 años. El género femenino fue el más frecuentemente afectado, a diferencia de reportes parecidos en los cuales no se observa predilección por género. Tanto el ojo derecho como el ojo izquierdo se afectan con una frecuencia muy similar. La agudeza visual de ninguno de nuestros pacientes fue < a 20/40 y ninguno de ellos manifestó baja visual como motivo de consulta oftalmológica. En cuanto a sintomatología, poco mas de la mitad de los pacientes incluidos en esta serie de casos manifestaron hiperemia conjuntival y el 73% manifestó la presencia de edema conjuntival. El dolor estuvo presente en el 46% del total de pacientes, en la literatura se considera a este síntoma como sugestivo de malignidad; sin embargo, únicamente 2 de los 3 pacientes que presentaron una tumoración maligna, refirieron dolor. En más de la mitad de los casos fue posible localizar una masa, independientemente de si se trataba de un padecimiento inflamatorio o neoplásico. En las 3 neoplasias malignas identificadas en esta serie no se reportó tumoración palpable durante la exploración clínica. La proptosis se reporto solamente en el 19% de los casos. Los movimientos oculares se encontraban alterados en el 26% y refirieron diplopia 19%. La proptosis, movimientos oculares alterados y diplopia estuvieron asociados en sólo 2 pacientes, uno con diagnóstico de hiperplasia linfoide benigna reactiva y el otro con diagnóstico de adenoma pleomorfo; esto nos indica que existen diversas formas de presentación clínica en la patología de la glándula lagrimal en donde un proceso linfoproliferativo puede dar un cuadro clínico muy semejante al de una neoplasia, en este caso, benigna. El tiempo promedio de evolución en esta serie fue de 27 meses, el tiempo mas corto correspondió a una hiperplasia linfoide reactiva benigna con una semana de evolución y el tiempo mas largo de evolución fue de 20 años en un paciente con hidrocistoma ecrino. Las masas localizadas en la glándula lagrimal pueden ser clasificadas en dos grandes subgrupos: las de origen inflamatorio y las de origen neoplásico. Las de origen inflamatorio incluyen a la dacrioadenitis, sarcoidosis y pseudotumor inflamatorio. Muchas de las lesiones neoplásicas de la glándula lagrimal tienen un origen epitelial, y aproximadamente el 50% son malignas y el resto benignas. Las lesiones benignas incluyen al adenoma pleomórfico, hiperplasia linfoide reactiva benigna y oncocitomas. Comúnmente, estas lesiones presentan un crecimiento lento, tienen mayor incidencia en adultos entre la cuarta y quinta década de la vida. Entre los tumores malignos más frecuentes se encuntra el carcinoma quístico adenoideo, adenocarcinoma, carcinoma de células escamosas, carcinoma mucoepidermoide y linfoma maligno. El tumor quístico adenoideo se presenta en el 50% del total de neoplasias malignas de esta glándula y alrededor del 25% del total de tumores. En la relación entre el diagnóstico clínico y el diagnóstico histopatológico observamos que la hiperplasia linfoide reactiva benigna es una entidad, que aunque bien sabemos solo es posible determinarla por estudio histopatológico, debemos sospecharla ya que se encontró en el 26.9% de los diagnósticos histopatológicos mientras que en los diagnósticos clínicos fue inicialmente confundida con Pseudotumor o Dacrioadenitis. El 100% de los hidrocistomas ecrinos fueron diagnosticados clínicamente como quistes de glándula lagrimal y ningún pseudotumor inflamatorio fue diagnosticado clínicamente como tal, fueron confundidos con: dacrioadenitis, linfoma y dermolipoma. Solo el 66.6% de los adenomas pleomorfos fueron diagnosticados clínicamente. Se reporta un caso de neurofibroma con degeneración quística mixoide, tumoración de presentación poco frecuente. En ésta serie se registraron únicamente 11.53% de tumores malignos a diferencia de lo registrado en la literatura en la cual se reporta una frecuencia del 50% de éste tipo de tumores. El tumor maligno más frecuente en esta serie de casos correspondió a linfoma seguido de carcinoma metastásico. Un 76.92% de la afección a la glándula lagrimal correspondió a padecimientos de tipo no epiteliales y un 23.07% tuvo su origen en células epiteliales. De las lesiones no epiteliales, los procesos inflamatorios se observaron en el 90% y los linfomas en el 10%. De la patología de etiología epitelial tenemos que 30% correspondió a hidrocistoma ecrino, 50% a adenoma pleomorfo y 16.3% a tumores epiteliales malignos. Estos resultados son muy similares a los reportados en una revisión de 142 casos de patología de glándula lagrimal con estudio histopatológico realizado en el Will Eye Hospital en 1989. CONCLUSIONES La patología de glándula lagrimal y especialmente las neoplasias son padecimientos poco frecuentes que pueden confundir al oftalmólogo inexperto, es de suma importancia conocer tanto la anatomía de este órgano así como la sintomatología que provocan para sospechar de este padecimiento en nuestros pacientes. El interrogatorio nos orientará en cuanto al tipo de padecimiento: inflamatorio o neoplásico. La exploración oftalmológica debe realizarse palpando la glándula lagrimal y los sitios aledaños, biomicroscopía con lámpara de hendidura y no olvidar la evaluación de la movilidad ocular. Los estudios de imagen son de gran ayuda pero deben solicitarse con la finalidad de apoyar nuestro diagnóstico clínico. 1177 BIBLIOGRAFIA 1. Shield JA, Shield CL, Scartozzi R.. 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