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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
COLEGIO DE HISTORIA 
 
 
 
 
 
TÍTULO 
LA VISIÓN DE LA HISTORIA EN EL HOMBRE 
UNIDIMENSIONAL: ENSAYO SOBRE LA IDEOLOGÍA 
DE LA SOCIEDAD INDUSTRIAL AVANZADA DE 
HERBERT MARCUSE. 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN HISTORIA 
 
 
 
 
 
 
P R E S E N T A 
HOMERO GEOVANNI OLEA CONTRERAS 
 
 
 
 
 
DIRECTOR DE LA TESIS: 
MAESTRO LUCIANO CONCHEIRO SAN VICENTE 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO, FEBRERO 2018 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
2 
 
Índice 
AGRADECIMIENTOS.....................................................................................................5. 
 
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………......10. 
 
CAPITULO 1. Herbert Marcuse. Contexto, vida y pensamiento. 
1.1 Los años de juventud (1898 – 1934) …………………………...…………..……..……17. 
1.2 Los años de madurez (1934 - 1979) ………………………………………….………...33. 
 
CAPITULO 2. La visión de la historia en El hombre unidimensional. 
2.1 Actualidad y pertinencia de la obra ……………………………………...…...………....48. 
2.2 Alcances y límites de la obra……………………………………………………..………52. 
2.3 La ideología de la sociedad (unidimensional) industrial avanzada …………….…….63. 
2.4 La historia y el pensamiento unidimensional ………………………………………….77. 
2.4.1. La crítica de la enajenación social y la razón unidimensional a través de la 
historia……………………………………………………………………………………...….83. 
2.4.2. La práctica histórica ……………………………………………………………….…..89. 
2.4.3 Conciencia, sujeto y praxis histórica…………………………………...……………100. 
 
CAPITULO 3. El compromiso de la historia con la sociedad.……………...………..115. 
3.1 Totalidad negativa o unidimensional…………………………………………..………118. 
3.2 Totalidad positiva o crítica………………………………………………………………128. 
3.3 Proyecto………………………………………………………………………………….140. 
3.4 La Alternativa ………………………………………………………………...………….151. 
3.5 El compromiso ……………………………………………………………………….….158. 
 
CONCLUSIONES……………………………………………………………………...……164. 
 
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………….…………….174. 
 
 
3 
 
 
 
4 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 A mi Madre y mis Abuelitos, 
por darme todo y tenerlos siempre. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
 
 
Sería una mentira proclamar este texto unicamente como el resultado de un largo trabajo 
de investigación individual. Pensarlo exclusivamente como el producto de largas y 
dificiles horas de tedio, cansancio y estrés, sería un engaño. Los momentos que he 
dedicado a la creación de este trabajo no sólo han tomado de mí largas horas de sueño 
y angustia. Sino que tambíen me ha brindado grandes oportunidades para reconocer y 
apreciar el valor que tienen tantas y cada una de las cosas en la vida. Ya que en este 
trabajo se plasma de una y mil maneras diferentes mis preocupaciones, mis intereses, 
mis influencias, mis gustos y pasiones. Por lo tanto, aquí se cristaliza también la parte de 
mi sentir a las personas que de una u otra forma están involucradas y conformaron, en 
gran medida, el resultado de este enorme esfuerzo, no sólo de la tesis, no sólo de la 
licenciatura, sino de la vida misma, todos son parte de mi mundo de vida. Por lo tanto, 
quiero darles una efusiva mención a todos ellos que ni con todas las palabras aquí 
presentes serán suficientes para darles mi absoluta gratitud. 
 
A Luciano Concheiro, a él no sólo agradezco darme el apoyo, la confianza y la seguridad 
de dar pie a este trabajo, el cual yo pensaba que era imposible de realizar. Aprecio y 
guardaré enormemente las enseñanzas que surgieron en sus clases. Pero más aún y 
sobretodo atesoraré los momentos fuera del aula en los que me enseñó a vivir y practicar 
de manera auténtica la profesión a la que uno se quiere dedicar. 
 
A Rene Ceceña, de no haber sido por él, seguramente hubiera desertado de la carrera 
en el primer semestre. Le doy gracias por la manera de instruirme para saber como 
cuestionar e indagar realmente. Por mostrarme como complejizar y comprender cosas 
que uno ya da por hecho, cuando nunca debe ser así. 
 
 
6 
 
A Roberto Fernandez Castro, quien a pesar de las exigencias, dificultades y desvelos 
que pasé en sus clases, sin lugar a duda, me dio algunas de las mejores lecciones (no 
sólo históricas) de la vida. Aprendí a confiar en mi, a sentir seguridad por lo que pienso 
y saber defender mis ideas. A nunca detenerme por escuchar las palabras “buen trabajo”. 
 
A Martin Rios, le debo la sinceridad y la pasión. Me enseñó que la historia, además de 
llevar un compromiso, se debe hacer siempre con amor y orgullo. El entusiasmo que 
desprendía cada una de sus palabras y vivencias me llevó a explorar y conocer lugares 
en los que pensaba que era imposible ir. 
 
A Diana Fuentes, quien en cada una de sus clases me provocaba una gran sacudida de 
la realidad. Me enseñó a comprender y analizar de una forma totalmente nueva y radical. 
Me mostró que la Filosofía y la Historia siempre deben confluir en un mismo camino, al 
igual que pude descubrir el auténtico pensamiento crítico de Marx, quien hoy en día tiene 
tanto que decirnos. 
 
A Francisco Mancera, quien me transmitió la calma y la paciencia. Me ayudó a 
despojarme de tantos prejuicios y de la soberbia que uno se crea a lo largo del tiempo 
en la licenciatura. Ahuyentó a esos demonios y me dio enormes lecciones vitales. A 
eliminar los tabúes que hay sobre el psicoanálisis y el pensamiento de Freud. Me reveló 
que todos, al menos una vez en su vida, deben enfrentarse a uno mismo. 
 
A Elvira Concheiro, le agradezco eternamente la confianza por permitirme ayudarle a lo 
largo del curso: La critica al capitalismo, en el cual tuve la oportunidad de impartir varias 
clases del semestre en que fui su adjunto. Compartir la emoción y el entusiasmo de los 
alumnos, así como preparar las clases fue todo un reto, del que seguro tanto ellos como 
yo lo disfrutamos. Espero haberles transmitido un poco de lo aprendido en mi carrera. La 
experiencia me dio la posibilidad de comprender las preocupaciones actuales que 
aquejan a las tempranas generaciones y aprender a encájalas en una genuina critica. 
 
 
7 
 
Agradezco enormemente a la UNAM. Mi universidad, mi segunda casa. Me siento con 
gran orgullo, admiración y felicidad de poder decir que pertenezco a ella. Me ha dado 
tanto. Grandes momentos y oportunidades. Me ha acercado a increíbles personas. Parte 
de mi vida, mis esfuerzos y metas se encuentran aquí, más que dar las gracias, espero 
poder retribuirlo con la misma fuerza, compromiso y pasion que tuvo conmigo a lo largo 
de estos años. 
 
Por otra parte, hago una alusión especial a la Amistad. Este trabajo también está 
dedicado a la solidaridad y el cariño que se ha forjado en mis grandes amigos. Aquellos 
que permanecen a pesar del tiempo y la distancia, a los nuevos y a los viejos, a los 
cercanos y a los lejanos. Con quienes he compartido innumerables alegrías, tristezas, 
preocupaciones y triunfos. A ellos, a quienes tantas cosas quisiera decir, espero que este 
logro obtenido pueda sustituir las palabras del infinitocariño y admiración que les tengo. 
Cada uno de ustedes se encuentra en mi corazón. Más momentos únicos a su lado. Esto 
es para los que se han quedado a mi lado y también para los que se han distanciado. 
Asimismo lo dedico a quienes por una u otra razón perdieron el camino del conocimiento 
pero anhelan retomar sus estudios. Ojala que esto sirva como inspiracion de la 
perseverancia y el esfuerzo que uno puede lograr si se lo propone, ya que no importa el 
tiempo ni las circunstancias, nunca es demasiado tarde. 
 
A mi hermano Ivan, quien, a pesar de algunos momentos de enojo y malentendidos, 
hemos tenido descomunales ocasiones de risa y alegria. A su lado compartí grandes 
momentos, en especial por la musica. Tiene una dedicación impresionante a sus estudios 
y sus logros me enorgullecen enormemente, espero poder estar presente en todas las 
cosas que realice en su vida. Le agradezco mucho, pues él apoyó desde un principio mis 
estudios. Y a pesar de no expresarnos la mayoría del tiempo un sentimiento, ambos nos 
sabemos con un vínculo único y especial. Por esto y más, con gran predilección, le 
entrego este trabajo. 
 
 
 
8 
 
Quiero agradecer de manera total a mi madre, Sonia. quien, y a pesar de todo, siempre 
me apoyó y me permitió estudiar lo que yo quisiera. A pesar del tiempo, que tanto 
apremia, ella me dio la oportunidad no sólo de estudiar, sino de vivir. Le estoy agradecido 
infinitamente. Cada día descubro todos los esfuerzos, sacrificios y amor que me ha dado 
para salir adelante. La admiro por haber conseguido terminar sus estudios a pesar del 
tiempo, le doy las gracias por formarme y enseñarme a tener la honestidad, la dedicación, 
la paciencia y el orden. Estas pocas palabras no pueden expresar todo lo que siento, 
todo el reconocimiento es para ti, por ser la mejor. 
 
El afecto y admiración que tengo a mis abuelitos Homero y Susana sigue en esta línea, 
mis segundos padres. Con ellos crecí, gracias por todo. Agradezco el basto amor y lo 
tanto que me han dado. La alegría y el cuidado que me han ofrecido es único. Eternos e 
invaluables están en mi corazón. Que este pequeño éxito pueda ser una enorme alegría 
para ustedes y así remunerarles un poco de la felicidad que siento a su lado. Me han 
enseñado la sencillez y el cariño que hay que tener en la vida. 
 
 
 
 
 
9 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para el futuro o para el pasado, 
para el tiempo en que se pueda 
pensar sin censuras, cuando los 
hombres sean diversos y eso no 
implique la soledad y la 
incomunicacion…para el momento 
en que la verdad sea aceptada y lo 
hecho no pueda ser deshecho por 
la fuerza. 
George Orwell, 1984. 
 
10 
Introducción 
 
 
 
Entender qué es la historia, cuál es su sentido, su utilidad y su devenir, son algunas de 
las tantas preguntas fundamentales que se ha hecho el ser humano a lo largo del tiempo 
— mismas que han aportado una serie de interpretaciones diversas sobre ella a través 
de la historia—. Sin embargo, la pregunta por la pertinencia o la actualidad de la historia 
hoy no es simplemente por su importancia per se o su trascendencia, sino que su 
reflexión debe ser justificada por la manera en que puede ser capaz de dar cuenta de la 
realidad y sus cambios. 
La presente investigación buscar indagar sobre estas cuestiones dentro uno de 
los momentos más tormentosos y destructivos de la historia: el siglo XX. El cual dio lugar 
a sucesos tales como dos guerras mundiales, al fascismo, al colapso de las ideas 
ilustradas, a la desilusión de la razón, así como fue el escenario del surgimiento de una 
nueva fase del capitalismo. A grandes rasgos se pueden enmarcar todos estos hechos 
en una palabra: el caos. 
Las consideraciones que abordo en este trabajo se hacen a partir de la 
denominada Escuela de Frankfurt, la cual reunió a una serie de grandes pensadores 
tales como: Theodor Adorno, Max Horkheimer, Walter Benjamin y Herbert Marcuse. 
Quienes lograron la creación de la Teoría Crítica y con la cual se dieron a la tarea de 
analizar los hechos angustianes que estaba viviendo la humanidad en este momento. 
 
11 
Ante el panorama que acontecia, estos autores se hicieron una serie de preguntas 
vitales: ¿Cómo salir de ello? ¿Cómo crear la manera de que se puedan hacer cambios 
cualitativos para la sociedad que rebasen o superen la catastrofe? En otras palabras: 
¿cómo trasformar la sociedad? A lo largo de la historia estas preguntas han albergado al 
ser humano, quien ha tratado de responder y proponer diversas maneras de realizarlo 
para el bienestar de la humanidad. Indudablemente el mundo se ha ido transformando 
de una u otra manera en el tiempo, pero es hasta este momento en que el uso de la 
razón dio un giro radical, llevándonos a un nuevo tipo de barbarie nunca antes ocurrida. 
Fue en el siglo XX en donde hubo más intentos de lograr cambios radicales en el 
mundo, de transformarlo. Esto con movimientos como el fascismo y el comunismo, los 
cuales buscaron la reestructuración total de la sociedad en cada uno de sus ámbitos. A 
pesar de ello, dichos cambios no se lograron, pero sí hubo grandes consecuencias en la 
medida que surgio una nueva fase del capitalismo, la cual superaba todo análisis 
realizado por críticos del siglo XIX ante este modo de producción que pensaban estaba 
agonizando. Esto ha hecho pensar que, hasta el día de hoy, un cambio efectivo en la 
sociedad no es posible o se ha apagado toda posibilidad de realizarlo. 
Por consiguiente, una de las cuestiones fundamentales en este trabajo es intentar 
responder ¿Cómo esta serie de reflexiones que abordaron la Escuela de Frankfurt nos 
hace mirar hacia la historia de una manera diferente y pensar así que hay posibilidades 
del cambio? El tiempo y el esfuerza serían inalcanzables si abordara a todos sus 
pensadores. Por lo tanto, he decidido tomar a una de sus figuras más emblemáticas: 
Herbert Marcuse. Quien tuvo una clara intensión en lograr un auténtico cambio en la 
sociedad comprometiéndose a lo largo de su vida. Sus indagaciones son el modelo 
 
12 
pertinente para señalar esto, por lo tanto, me ocuparé de su pensamiento de ahora en 
adelante. 
Explorar en torno a su figura es repensar los acontecimientos devastadores ya 
mencionados. Significa pensar sobre la pérdida y el fracaso, así como el dolor y la 
angustia de los sucesos que la misma humanidad provocó a lo largo de esta época. Pero 
también indagar sobre Herbert Marcuse simboliza la esperanza y la perseverancia que 
prevalece aún en un siglo tan devastador como el ya mencionado. 
 Su pensamiento manifiesta uno de los intentos más destacables por lograr 
la recuperación del autentico pensamiento de Karl Marx, mezclando y retomando las 
ideas de G.W.F. Hegel y el psicoanálisis de Sigmund Freud. Representa la posibilidad 
de pensar en un cambio verdadero para la sociedad: su figura es el testimonio de que 
aún en las circunstancias más adversas existen instantes de auténtica libertad. 
Expresado de una mejor manera: 
Recordar a Marcuse hoy, es recordar su presencia viva en las calles de París, en 
los auditorios atestados de la Universidad de Berlín o en los prados universitarios 
de Berkeley, Columbia y Stanford, leído y comentado con ardor por estudiantes, 
mujeres y negros que intentaban descifrar las genealogías secretas de un 
presente peligrosamente cercano a las ficciones de Georges Orwell o Aldous 
Huxley [...] Una generación y una época se reconocieron en Marcuse y 
encontraron en él las claves para comprender, en la medida de lo posible, los 
rasgos esenciales de su tormentosa escena social, política, ideológica y cultural. 
Leer a Marcuse, hoy y entonces, es aproximarse al pensamiento de una de las 
figuras más complejas y sugerentes de la historia intelectual contemporánea; es 
adentrarse en el pensamiento de un testigo y un actor de los acontecimientos 
configuradores del siglo XX. [...] De maneramás específica, acercarse a Marcuse 
significa englobar su pensamiento en el marco de una de las más apasionantes y 
 
13 
lúcidas aventuras intelectuales de nuestro siglo, la que hoy se conoce como 
Escuela de Frankfurt.1 
 
Por lo tanto, y tal como lo señala Gilda Waldman, adentrarse en sus reflexiones el día de 
hoy es de vital importancia pues puede dar las herramientas teóricas y prácticas para 
comprender y denunciar las nuevas injusticias y barbaries que se están presentando 
justo en estos momentos en contra de la humanidad. En este sentido, como dice Bryan 
Magee: 
Las ideas de Marcuse y de la Escuela de Francfort han dominado algunos 
departamentos de Ciencias Sociales en diversas universidades europeas y, a 
través de éstos, han ejercido una influencia continua e importante en parte de los 
jóvenes más inteligentes de Occidente.2 
 
A pesar de estos elogios y aclamaciones sobre la figura de Herbert Marcuse, en la 
actualidad su pensamiento —y particularmente su pensamiento histórico— no ha sido 
estudiado académicamente en profundidad. En esto reside la importancia de esta 
investigación. Ya que existe una gran cantidad de autores y obras que tienen interés en 
su pensamiento, pero sólo enmarcándolo dentro de los estudios y análisis acerca de la 
Teoría Crítica o sobre la historia de la Escuela de Frankfurt en su conjunto. Por lo tanto, 
se ha expuesto de manera general su pensamiento en relación a otras figuras de la 
misma corriente, sin lograr separarlo de estos ámbitos. Por otra parte, dentro de los 
 
1 Gilda Waldman. Tiempo y memoria en Marcuse. En Memoria del encuentro Marcuse y la cultura del 68. Graciela 
Borja Sarmiento y Maria Ines Garcia Canal (Compiladoras). México: Editorial Universidad Autonoma Metropolitana, 
1991, pp. 42-43. 
2 Magee Bryan. Los hombres detrás de las ideas. Algunos creadores de la filosofía contemporánea. México: Editorial 
Fondo de Cultura Económica, 1993, p. 65. 
 
14 
trabajos y obras que se han realizado en torno a su vida y su filosofía, no se ha abordado 
la visión de la historia en su pensamiento con profundidad. Si bien algunos formulan de 
manera exacta y precisa las tesis e ideas principales del mismo Marcuse, el elemento de 
su visión histórica queda relegado a un segundo plano. 
 La pregunta fundamental que se busca e intenta resolver en esta investigación es: 
¿cuál es la visión de la historia de Herbert Marcuse en la obra El hombre unidimensional 
y cómo se vincula con la teoría crítica y el compromiso de lograr un cambio cualitativo 
con la sociedad? De esta manera, si bien la pregunta tiene que ver ante todo con su 
visión de la historia, existe de igual manera la intención de poder realizar una contribución 
a la manera en como se hacen las investigaciones históricas actuales —tal como él lo 
hizo, e indagar sobre los alcances y posibildiades de un cambio cualitativo en la 
sociedad—. 
 Derivada de la primera pregunta, una posterior será: ¿qué papel juega la visión de 
la historia dentro del pensamiento filosófico de Herbert Marcuse y que diferencia tiene en 
relación a otras interpretaciones y maneras de comprender y transformar el mundo en la 
actualidad? En conjunto, una cuestión vital e importante será el comprender en qué 
medida su visión de la historia puede provocar —si es que puede hacerlo— un cambio 
cualitativo y radical en la sociedad a diferencia de otras interpretaciones históricas o 
filosóficas contemporáneas. 
 Estas preguntas delimitan esta investigación dentro de la historia intelectual 
y la teoría de la historia. Lo que se pretende, en última instancia, es indagar por el papel 
que juega la historia en el horizonte de reflexión de Marcuse. De igual manera, se quiere 
poder entender la forma en que el pensamiento histórico de Marcuse logra dar cuenta de 
 
15 
diferente modo de la historia —ya que, por ejemplo, él la articula en un sentido 
radicalmente distinto a la manera en que el positivismo del siglo XX, pensamiento que 
predominaba en el contexto del autor, estructuraba las ramas del saber a favor del 
capitalismo—. Debido a que este modo de producción ha alterado e intervenido en toda 
relación no sólo económica, sino política, social e intelectual en el mundo. 
 Esto es de gran significación, pues de ser acertados los puntos que señalo, 
se puede contribuir dentro de la disciplina de la historia a poder abordar las 
investigaciones históricas integrando la teoría crítica, tal como él lo hizo y así obtener 
análisis más enriquecedores en contenido, así como la misma posibilidad de un cambio 
cualitativo en la sociedad. Hay una importancia en esto, en especial porque el estudio de 
la Historia en la actualidad ha tomado diversos caminos y ha estado en constantes 
cambios por querer encajar en los estándares de las ciencias exactas. Las 
consecuencias de intentar dotar con estas herramientas a la disciplina de la historia, lejos 
de darle un rigor más fuerte, desenvocan en que se limiten a estudios tan herméticos en 
los que no se puede confluir con otras ramas del saber para darle mayor cualidad a las 
investigaciones. 
 Por lo tanto, uno de los objetivos que también busca el presente trabajo es 
reflexionar sobre la importancia, valor y sentido del cómo se realizan las investigaciones 
históricas en la actualidad. Busca criticar esto, es decir, investigar los alcances y límites 
que tienen dichas investigaciones el día de hoy. Estos puntos señalados se tratarán de 
mostrar críticamente a lo largo de este trabajo a través de un análisis especifico en la 
obra de Marcuse. 
 
16 
Esta investigación, a pesar de desearlo, no propone qué es lo que debe cambiar 
o cómo hacerlo de manera amplia. No busca hacer una fórmula que —aunque lo 
quisiera— pudiera revelar el cambio, ya que esto rebasa todo horizonte de posibilidad. 
Más bien se enfoca en una reflexión sobre la importancia de no olvidar y perseverar sobre 
dicho cambio, el cual aún puede y debe ser realizable para bien de la sociedad.
 
17 
Capítulo 1. 
Herbert Marcuse. Contexto, vida y pensamiento. 
 
 
 
 
 
 
1.1 Los Años de Juventud (1898–1934) 
 
 
Herbert Marcuse nació el 19 de julio de 1898 en la capital de Alemania, Berlín. 
Este año se produjeron una gran variedad de hechos, tales como la muerte de Otto von 
Bismarck o el conflicto entre Estados Unidos y España. Se puede enunciar dentro de los 
sucesos intelectuales dos elementos fundamentales: en el año 1900 aparece la obra La 
Interpretación de los Sueños, uno de los libros más conocidos de Sigmund Freud —quien 
será un elemento crucial para Marcuse en sus años de madures. Por otra parte, en 1909, 
se publica Materialismo y empiriocriticismo, obra primordial de Vladímir Ilich Uliánov, 
mejor conocido como Lenin, a quien Marcuse conocerá más tarde. 
Durante su infancia y años posteriores, Marcuse formó “parte de esa generación 
de jóvenes alemanes nacidos en familias judías asimiladas, económicamente 
 
18 
acomodadas.”3 A pesar de encontrarse “en el contexto de una Alemania sacudida en sus 
cimientos, marcada irremediablemente por una larga serie de acontecimientos socio-
políticos, a menudo de trágicas consecuencias,” tales como el surgimiento de la Gran 
guerra o la Primera Guerra Mundial en 1914, uno de los sucesos políticos más 
devastadores del siglo qué apenas iniciaba.4 
Su padre, Carl Marcuse, era un fabricante textil. Esta posición le permitió tener 
una adolescencia bastante tranquila, la cual le posibilitó realizar sus primeros estudios 
académicos con satisfacción. Con lo que en el año de 1916, a sus dieciocho años, pudo 
presentar el examen de admisión en la Universidad de Berlín. A la par, Marcuse tuvo 
interés en participar activamente en los sucesos que lo conmocionaron de tal manera 
que optó por alistarse como soldado dentro del propio ejército germano en 1917. 
Mientras tanto, en Rusia tenía lugar laRevolución de octubre. 
En el año de 1918, se suscitaron diversos eventos políticos que marcarían al autor: 
se asoció en el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), participando “al final de la 
primera guerra mundial en el movimiento consejista que se desarrolló entonces en 
Alemania, en un contexto de auténtica crisis revolucionaria.”5 Estos acontecimientos 
fueron decisivos para su formación intelectual. Por una parte, en el año 1919 “se mezcló 
fugazmente en política en un consejo de soldados de Berlín (…) abandonó el partido 
socialdemócrata, al cual se había unido dos años antes, para protestar contra su tradición 
 
3 José Manuel Romero Cuevas. H. Marcuse y los orígenes de la teoría crítica: contribuciones a una fenomenología 
del materialismo histórico (1928), sobre filosofía concreta (1929). Madrid, España: Plaza y Valdés, 2010, p.13. 
4 Jordi Magnet Colomer. El joven Marcuse y su camino de Heidegger a Horkheimer. España: Universitat de Barcelona. 
eikasia, revistadefilosofía.org. Mayo, 2013, p.226. 
5 Ibíd. p. 13. 
 
19 
al proletariado.”6 Y, por la otra, en enero se dio el asesinato de Karl Liebknecht y de Rosa 
Luxenburg durante el levantamiento Espartaquista. Finalmente, se dio el nombramiento 
oficial de la República de Weimar, posicionado a Friedrich Ebert como presidente. 
Esta serie de acontecimientos tan repentinos tuvieron una consecuencia en el 
pensamiento de Marcuse: tuvo la determinación de ausentarse totalmente del plano 
político para poder centrarse nuevamente en sus estudios universitarios.7 Los cuales 
abarcaron desde el año 1919, en la Universidad Humboldt-Universität de Berlín, así como 
en 1920 en la Universidad Alberto-Ludoviciana en Friburgo de Brisgovia, donde obtuvo 
las formaciones en filosofía y literatura alemana respectivamente; “siguiendo, entre otros, 
los cursos de Carl Stumpf, un renombrado filósofo y psicólogo discípulo de Franz 
Brentano”8. 
En 1922 obtuvo su doctorado en este último instituto en Friburgo, con una tesis 
titulada “Der deutsche Kunstlerroman” (“La novela de artista alemana”), la cual obtuvo 
magna cum laude.9 Esta tesis, a pesar de encontrarse dentro del campo de la literatura, 
manifestó una gran lucidez y mostró su interés filosófico, principalmente de la 
hermenéutica proveniente de Wilhelm Dilthey. De igual manera, reflejaba sus posturas 
ideológicas, las cuales se combinaban con “la fuerte influencia de la estética hegeliana y 
 
6 Martin Jay. La imaginación dialéctica. Una historia de la Escuela de Frankfurt. Versión castellana de Juan Carlos 
Curutchet. Madrid: Taurus, 1988, p. 62. 
7 “Lo decisivo fue el fracaso de la revolución alemana, del que mis amigos y yo nos habíamos dado cuenta ya en 
1921, si no antes, con el asesinato de Karl (Liebknecht) y Rosa (Luxemburgo).” J. Habermas. Perfiles filosófico-
políticos. Madrid: Taurus, 1984, pp. 238 - 239. 
8 Jordi Magnet Colomern. Op. Cit. p. 226. 
9 Herbert Marcuse. Der deutsche Künstlerroman. en H. Marcuse, Schriften. vol.1. Frankfurt: Suhrkamp, 1978, pp. 7-
343. 
 
20 
de la teoría de la novela de G. Lukács,”10 principalmente por sus obras El alma y las 
formas, así como La teoría de la novela. 
José Manuel Romero Cuevas dice que el sentido de su investigación se 
concentraba en “la diferencia generada en la era moderna entre arte y vida, las cuales, 
según la tesis del autor, se habrían tornado irreconciliables a lo largo de la modernidad.”11 
Este primer análisis realizado por el autor logra señalar puntualmente que, incluso sin 
tener un acercamiento habituado a la obra de Karl Marx, sus reflexiones ya giraban en 
torno a las contradicciones sociales que provocaba el capitalismo. Estas ideas se 
complementarían con mayor fuerza con su posterior encuentro con los Manuscritos 
filosóficos de 1844. 
En torno a la idea que envuelve su tesis se puede englobar la intención de la obra 
entendiendo justamente que las contradicciones que subraya son entre la vida y el arte. 
Esto lo hace con un gran manejo del sistema hegeliano. Para ejemplificarlo toma como 
referencia la poesía épica y la novela, en la que ésta última se destaca por la “alienación” 
que existe en relación a la vida social —aspecto que posteriormente y para el interés de 
este trabajo será de vital importancia—. La discordancia entre la existencia y la estética, 
muestra Marcuse, es posible superarla de dos maneras, una subjetiva que intenta huir 
de la realidad y la otra objetiva que la afronta y con determinación “puede superar la 
alienación artística intrínseca a su actividad, éste puede, en cambio, volverse hacia la 
historia e intentar afrontar la realidad modelándola según sus ideales.”12 
 
10 José Manuel Romero Cuevas. Op. Cit. p. 13. 
11 Ibídem. 
12 Jordi Magnet Colomern. Op. Cit. P. 227. Para una mejor explicación sobre esta obra, Véase en su totalidad el 
artículo completo de Jordi Magnet Colomern citado más arriba. 
 
21 
Esta reflexión en torno a la vida y a la superación de la enajenación a través de la 
historia es lo que se abordará en el siguiente capítulo. Sin embargo, se puede destacar 
que sus consideraciones en este momento de su vida pueden reflejarse en el siguiente 
fragmento, en el cual muestra que su convicción y esperanza en torno a la historia no 
cambiaría a lo largo de los años: 
 
La fórmula de Nietzsche puede servir muy bien a los fines de elucidar el ímpetu y 
el alcance de la rebelión actual contra el Arte como componente esencial de la 
cultura afirmativa burguesa, una rebelión desencadenada por el brutal conflicto, 
hoy ya intolerable, entre lo potencial y lo actual, entre las muy reales posibilidades 
de liberación y los esfuerzos, nada conspirativos, de los poderes vigentes para 
impedir esa liberación. Parece que la sublimación estética se está aproximando a 
sus límites históricos; que el compromiso del Arte con lo Ideal, con lo bello y lo 
sublime, y la consiguiente función "ociosa" del Arte, ofenden hoy a la naturaleza 
humana. Parece también que la función cognitiva del arte continúa obedeciendo 
a la armonizadora "ley de la Belleza": la contradicción entre forma y contenido hizo 
trizas a la tradicional Forma del Arte.13 
 
 
De momento, regresemos a la vida del autor en el punto que lo dejamos pausado. 
Posteriormente a la disertación de su doctorado en 1922, Herbert Marcuse se reintegró 
al lugar que lo vio nacer y en el cual, para su fortuna, sus padres lo ayudaron en el sentido 
económico al integrarlo como parte de una librería y una editorial, en la cual pudo tener 
una experiencia laboral de seis años en la venta de libros. 
 
13 Herbert Marcuse. "El arte como forma de la realidad”. translation of "Art as Form of Reality" New Left Review 
74(July-August 1972), P. 51-58. by José Fernández Vega, University of Buenos Aires, posted on the Official Herbert 
Marcuse website by Harold Marcuse, Dec. 2004, with permission of the translator. Updated: May 30, 2005. 
Consultada en: enero 2017. 
 
22 
En el transcurso de este tiempo, se dio el surgimiento de otras obras que para 
esta investigación cobrarán sentido en la medida que funcionaron como ejes centrales 
de las investigaciones de Marcuse. Entre estas obras cabe mencionar Psicología de las 
masas y análisis del yo de Freud, que se publicó en 1921. De igual forma, Marcuse tuvo 
un entusiasmo por la sociología de Max Weber, pero las obras que marcaron 
crucialmente su pensamiento fueron Marxismo y filosofía de Karl Korsch e Historia y 
consciencia de clase de Georg Lukács, ambos trabajos de 1923, a los que les tomó una 
gran admiración y respeto por el enorme esfuerzo por darle vitalidad a la obra de Marx. 
Este año, de igual manera, “se crea en Frankfurt el instituto para la investigación 
social (Institut Für sozialforschung),marco que empieza a agrupar a algunos de los 
pensadores que, con el tiempo, constituirán la llamada “escuela de Frankfurt’.”14 En ella 
se puede encontrar a intelectuales como Theodor Adorno, Max Horkheimer, Otto 
Kirchheimer, Walter Benjamin y Herbert Marcuse, quien fue de los últimos miembros en 
ingresar. Sus reflexiones giraban en torno a las nuevas dinámicas del capitalismo y los 
nuevos conflictos políticos que estaban surgiendo en el mundo. Las cuestiones centrales 
que buscaban comprender era: ¿cómo se había llegado a ese momento de crueldad? 
¿Por qué la gente no reacciona? ¿Cómo lograr una autentica sociedad libre? 
Su propósito fue descubrir cómo de un momento como el de la Ilustración se llegó 
a un nuevo caos. Lo que se propusieron comprender era “por qué la humanidad, en lugar 
de entrar en un estado verdaderamente humano, se hunde en un nuevo género de 
barbarie.”15 Entendían que esto fue el resultado de una nueva etapa del capitalismo, la 
 
14 Véase Cronología en Herbert Marcuse. El hombre unidimensional: Ensayo sobre la ideología de la sociedad 
industrial avanzada. Trad. Antonio Elorza. Barcelona: Editorial Planeta-Agostini, 1993. 
15 Adorno Theodor W. y Max Horkheimer. Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos. Traducción de Juan 
José Sánchez. Madrid: Editorial Trotta, 1994, p. 51. 
 
23 
cual manipulaba las consciencias al grado de provocar que el ser humano se sintiera 
satisfecho con una falsa libertad. Observaron que existía una resignación y falta de 
interés por la solución de los problemas concretos de la sociedad. Esto lo veían como 
algo insoportable, al punto de creer que el auténtico pensamiento crítico se encontraba 
agonizando. 
Ante estos problemas, reflexionaron sobre el impacto y transformación que tuvo 
la sociedad con el surgimiento de la industria cultural y los medios de comunicación 
masivos. Su objeto de estudio central se basaba en el análisis de la cosificación en las 
sociedades y en conocer los nuevos mecanismos de dominación. Ya que esto cerraba 
cada vez más toda posibilidad de un cambio cualitativo y de una autentica reflexión 
crítica. 
Para lograr esto, la Escuela de Frankfurt se inclinó por revalorar y reexaminar el 
pensamiento de Karl Marx. Proponían analizarlo sin caer en una perspectiva 
economicista, ya que esto daba interpretaciones sesgadas de la realidad. Entendieron 
que comprender el elemento económico era necesario, pero no suficiente. Si bien lo 
económico funciona como el eje articulador de los demás componentes sociales, no se 
puede reducir todo a ello: se deben tomar aspectos de otra índole para que 
complementen y logren dar cuenta de elementos extraeconómicos con los que se pueda 
captar la totalidad de las relaciones sociales. 
En este sentido, se oponían a la segmentación de las disciplinas y propusieron 
para sus estudios un enfoque multidisciplinario que se pudiera aproximar de mejor 
manera a la vida social. La incorporación de ramas como la psicología, la sociología y la 
fenomenología eran indispensables a sus estudios para poder concebir nuevos enfoques 
 
24 
y modelos teóricos a los problemas sociales e históricos que estaban surgiendo en su 
contexto. 
Esto muestra que su interés no radicaba solamente en la descripción del mundo, 
por lo que en conjunto se consideraron partidarios de la Teoría Crítica, la cual se 
construyó en la Escuela de Frankfurt y aboga por la reconciliación de la unidad entre 
teoría y praxis. La premisa es que el cambio es posible. En consecuencia, la reflexión 
debe conllevar la posibilidad de la emancipación. Para ellos indudablemente cambiar el 
objeto implica conocerlo, pero debe existir una intervención efectiva que logre esto. Por 
lo tanto, entienden que el conocimiento de lo real se logra a través de los elementos de 
la praxis. De esta manera, la práctica es puesta como criterio de verdad, es decir, la 
verdad debe ser algo producido para ser reconocido. De igual manera, la Teoría Crítica 
cuestiona la razón y los fines de la praxis cotidiana que son en gran medida irracionales: 
buscan superar los límites de esta praxis que también expresa contradicciones. Juzgan 
la función ideológica de la ciencia, ya que al no referir a la transformación de la sociedad, 
justifica lo existente. El propósito que buscan es llegar a un fin en el que la praxis si pueda 
transformar lo real. 
Esto significa que asumieron los problemas sociales de tal forma que pudieran 
clarificar la comprensión de la realidad y liberar a los individuos de manera concreta y 
verdadera. Ellos no podían “concebir que una filosofía auténtica no reflejase, de alguna 
manera, la condición humana en su situación concreta; en su situacion social y política. 
Para nosotros, desde Platón, la filosofía siempre ha sido, en gran medida, filosofía social 
y política.”16 
 
16 Magee Bryan. Op. Cit. p. 67. 
 
25 
Las reflexiones de los integrantes de La Escuela de Frankfurt se centraron en 
ofrecer análisis más amplios y profundos ante las recientes configuraciones sociales que 
habían sido producto de una nueva etapa del capitalismo. La intención que tenían era 
develar las contradicciones que surgían en el sistema de producción existente, mismo 
que provocaba un proceso de alienación cada vez mayor. Sus investigaciones lograban 
analizar la sociedad humana de tal forma que daban cuenta de la irracionalidad que 
contenían los acontecimientos históricos y a su vez conseguían denunciar los abusos 
que surgen en el capitalismo. 
Reanudando la semblanza del autor, en 1924 Marcuse contrajo matrimonio con 
quien sería su pareja hasta su muerte, Sophie Wertheim.17 Este suceso y el entusiasmo 
que tenía con la lectura de las obras de Korsch y Lukács hicieron que continuara con la 
búsqueda de complementar su conocimiento ya que los movimientos en los que se había 
interesado comenzaban a desvanecerse. Las alternativas que parecían dar lugar a la 
libertad, tales como la revolución de noviembre y el levantamiento espartaquista 
fracasaron rotundamente. 
Marcuse escribió que “parecía que no había nada con lo que uno pudiera 
identificarse. Entonces apareció Heidegger, en 1927 se publicó Ser y Tiempo”.18 Esta 
obra le provocó una verdadera emoción, pues en ese momento “la escena académica 
 
17 Sophie Wertheim, nacida en 1901, se convirtió más tarde en matemática. Estudió en la Universidad de Friburgo a 
principios de la década de 1920, incluyendo conferencias de Heidegger. Ella y Herbert Marcuse se casaron en 1924 
en Berlín, donde su hijo Pedro nació en 1928. A principios de los años 40, Sophie trabajó como estadística para la 
Oficina de Nutrición Humana y Economía del Hogar y tal vez también para la Inteligencia Naval de los Estados Unidos. 
Sophie murió de cáncer en 1951. Página web oficial de Herbert Marcuse. Disponible en: 
http://www.marcuse.org/herbert/people/sophie/sophie.htm Consultada en: Diciembre 2016. 
18 Habermas. Op. Cit. p. 239. 
http://www.marcuse.org/herbert/people/sophie/sophie.htm
 
26 
estaba dominada por el neokantismo, el neohegelianismo y, de golpe, apareció Ser y 
tiempo como una filosofía realmente concreta.” 19 Una filosofía que lograba 
complementar, desde su perspectiva, las aportaciones teóricas tanto de Lukács como de 
Korsch. Marcuse llegó a considerar, al igual que otros pensadores, que Heidegger era el 
pensador más importante del siglo XX. Sin embargo, también encontraba grandes 
problemáticas dentro de su pensamiento, pues su denominada filosofía concreta estaba 
apartada de los aspectos materiales de la vida y contrastaba con los objetivos políticos 
emancipadores de Marcuse. 
Al siguiente año, en 1928, mientras trabajaba en la edición impresa de una 
bibliografía sobre Friedrich Schiller, nació su primer hijo Peter y pudo redactar y concluiruna de sus primeras obras importantes: Contribuciones a una fenomenología del 
materialismo histórico. Esta obra tiene el mérito de realizar una síntesis entre los 
pensadores a los que tenía gran admiración: el pensamiento crítico y materialista de Karl 
Marx y la fenomenología trascendental tanto de Edmund Husserl como de Martin 
Heidegger. 
El interés del autor de emprender una conciliación entre el marxismo y las diversas 
posturas filosóficas no se encontraba excluido de su contexto, pues a lo largo del siglo 
XX múltiples corrientes y pensadores fueron los que se esforzaron por lograr esto. En 
Alemania, por parte de la Escuela de Frankfurt, fueron partidarios de una reconciliación 
del pensamiento de Hegel; mientras que en Francia rechazaban completamente el 
idealismo alemán. 
 
19 Ibídem. 
 
27 
Autores como Jean Paul Sartre, quién intentó una síntesis entre el existencialismo 
con el marxismo, señalando que el “proceso histórico en la crítica de la razón dialéctica 
tomó como irreductible punto de partida el individuo concebido de este modo, como 
termino final de toda clase social.”20 Otro de los ejemplos es Louis Althusser, quien 
argumentó la existencia de una “ruptura epistemológica” en el pensamiento de Marx, en 
la cual pasó de una etapa “ideológica y prehistórica” que abandona a Hegel, para dar 
paso a un momento “científico e histórico”, tal como él lo señala: 
 
Vemos al joven Marx cambiar, simultáneamente, de objeto de reflexión (pasa por 
completo del Derecho al Estado y luego a la Economía Política); cambiar de 
posición filosófica (pasa de Hegel a Feuerbach y luego al materialismo 
revolucionario); y cambiar de posición política (pasa del liberalismo radical 
burgués al humanismo pequeñoburgués y luego al comunismo).21 
 
Luego de estos sucesos, y tras una lectura profunda de la obra de Heidegger, tuvo 
la determinación de retomar sus estudios, con lo cual en el año de 1929 “regresó a 
Friburgo, donde estudió con Husserl y Heidegger, quienes ejercieron ambos un impacto 
considerable sobre su pensamiento”22. Escribió un ensayo titulado Filosofía concreta. 
Los dos trabajos escritos por Marcuse en este tiempo fueron el resultado de la síntesis 
que intentaba realizar entre el materialismo histórico y la fenomenología, esto debido a 
la afinidad que encontraba en ambos pensadores. Ya que Marcuse veía que: 
 
20 Perry Anderson. Consideraciones Sobre el marxismo occidental. Traducción de Néstor Miguez. México: Siglo XXI, 
1979, p. 80. 
21 Louis Althusser. Elementos de autocrítica. Barcelona: Editorial laia, Distribuciones fontamara, s.a. 1975, p. 81. 
22 Martin Jay. Op. Cit. p. 63. 
 
28 
Aquello que asemeja la obra de Heidegger a la de Marx es el énfasis en la 
dimensión ontológica y praxiológica del proceso de producción y reproducción de 
la vida, ya sea mediante la ocupación práctica con el mundo circundante (ser-en-
el-mundo), en el caso de Heidegger, o a través del trabajo, en el caso de Marx.23 
De igual manera: 
Tanto en Marx como en Heidegger este acercamiento acarrea un rechazo del 
paradigma del sujeto – objeto que ha dominado la filosofía desde Descartes: el 
Dasein humano es desde el principio un Ser-en-el-mundo comprometido 
prácticamente.24 
 
Con el entusiasmo que tenía en ese momento, escribía de igual manera diversos 
ensayos en torno al mismo tema. Pero el propósito que envolvía en su totalidad su interés 
era poder conseguir su tesis de habilitación (Habilitationsschrift) con Heidegger titulada 
Ontología de Hegel y teoría de la historicidad, para poder impartir la docencia. 25 
Tengamos en cuenta que en 1930 aparece El malestar en la Cultura, una de las obras 
más pesimistas de Freud, la cual repercutirá en gran medida en el pensamiento de 
Marcuse. 
Marcuse fue asistente de Heidegger hasta 1932. En este año Marcuse publica 
Nuevas fuentes para la fundamentación del materialismo histórico. Debido a esta obra 
cortaron relaciones tajantemente. La razón fue las propias diferencias ideológicas de 
ambos pensadores, así como “las diferencias políticas entre el estudiante con 
 
23 Jordi Magnet Colomern. Op. Cit. p. 229. 
24 Thomas McCarthy. Heidegger y la teoría crítica: el primer encuentro. En Ideales e ilusiones: reconstrucción y 
deconstrucción en la teoría crítica contemporánea. Madrid: Tecnos, 1992, p. 98. 
25 Véase P.-E. Jansen, «Marcuses Habilitationverfahren – eine Odyssee», en P.-E. Jansen (ed.), Befreiung denken – 
Ein politischer Imperativ, Offenbach a. M., Verlag 2000, 1990, pp. 141-150. 
 
29 
inclinaciones marxistas y el profesor cada vez más derechista fueron sin duda una de las 
causas”.26 
Estos enfrentamientos entre ambos también se vieron reflejados en los aspectos 
filosóficos teóricos de ambos autores, no sólo en sus posturas políticas. El asombro y 
admiración que tuvo por Heidegger, tal como Marcuse declara, fue relativamente corto, 
ya que en 1932 logró observar que esta “filosofía concreta” en el fondo no había logrado 
lo prometido: 
 
Nos fuimos dando cuenta gradualmente -y hablo en plural porque realmente no 
se trató sólo de una evolución personal- de que esa concreción era bastante 
ficticia. Lo que Heidegger había hecho era, en esencia, sustituir las categorías 
trascendentales de Husserl por sus propias categorías trascendentales; es decir, 
conceptos aparentemente tan concretos como «existencia», «cura», volvían a 
evaporarse otra vez en malos conceptos abstractos en el sentido de Hegel.27 
 
 
En paralelo, como se mencionó anteriormente, lo que provocó apartar de su 
pensamiento a la figura de Heidegger, que lograba mostrarse de manera constante en 
su tesis de Hegel, así como la dirección a los trabajos de Korsch y de Lukács, fue la 
lectura de Marx y “el descubrimiento de los Manuscritos de Economía y Filosofía de 1844, 
mismos que el propio Marcuse comentó cuidadosamente. Este fue probablemente el 
giro. Aquí había un nuevo Marx que era realmente concreto”.28 En ellos, se podía 
 
26 Martin Jay. Op. Cit. p. 63. 
27 Habermas. Op. Cit. p. 239. 
28 Ibídem. 
 
30 
encontrar el profundo vínculo que existe entre Marx y Hegel, así como el origen y sentido 
que se adoptaba en el materialismo histórico, tal como lo enuncia Marcuse: 
 
Nos hallamos ante una crítica filosófica de la economía política, porque es aquí, 
en los Manuscritos, donde nacen las categorías fundamentales de la teoría 
marxista, merced a una discusión con la filosofía hegeliana (par ejemplo las 
nociones de trabajo, de objetivación, de alienación, de superación [Aufhebung], 
de propiedad, etc.). No que Marx retome el "método" de Hegel después de haberlo 
transformado y que lo vivifique colocándolo en otro contexto; la empresa de Marx 
consiste más bien en regresar al fundamento de la filosofía hegeliana, al haz de 
problemas que fundan su método, para apropiarse su contenido y desarrollarlo. 
Es aquí donde reside la importancia mayor de estos textos, inéditos hasta hoy: 
ellos son el primer documento que testimonia formalmente del análisis crítico al 
que Marx ha sometido la Fenomenología del Espíritu, designada como "la fuente 
verdadera y (el) secreta de la filosofía de Hegel.”29 
 
El fruto de esta larga reflexión y el encuentro con los Manuscritos…, fue la 
aparición de la obra Sobre los fundamentos filosóficos del concepto científico–económico 
de trabajo. La escritura de este texto tenía como intención principal poder conciliar el 
pensamiento de Marx y de Heidegger. Marcuse pensaba que podía complementar el 
carácter critico que envolvía la obra temprana de Marx con el carácter ontológico de 
Heidegger y así revalorizar el sentido del trabajo y la praxis, elementos que habían sido 
banalizados y sesgados por el propio uso cientificista y progresistade la obra de Marx 
en la URSS. 
 
29 Herbert Marcuse. Los Manuscritos Económico-filosóficos de Marx. Traducción de Doña Myrian de Aragón. En Ideas 
y Valores; Núm 2. p. 18. Universidad Nacional de Colombia. Disponible en: http://www.bdigital.unal.edu.co/30295/ 
Consultada en: Febrero 2017. 
http://www.bdigital.unal.edu.co/30295/
 
31 
Por lo tanto, la disputa con Heidegger no fue un obstáculo para Marcuse, pues su 
tesis logró ser publicada después de todo, bajo el sello de la editorial Klostermann. De 
igual manera, Husserl, quien fue parte de los sinodales de su tesis, lo ayudó a tener una 
conexión a través de Kurt Riezler con el Institut Für sozialforschung. Como cuenta Rolf 
Wiggershaus, “Leo Löwenthal llevó a cabo una primera conversación con Herbert 
Marcuse, que condujo a su integración al instituto, después de que Horkheimer hubiera 
mostrado poco interés en 1931 por llevar al instituto un “alumno de Heidegger 
recomendado por Riezler.”30 A pesar de todos los inconvenientes que se presentaron, 
Marcuse logró su ingreso al Instituto.31 
Este acontecimiento llamó la atención de otro de los integrantes del instituto, 
Theodor Adorno, quien leyó con un gran detenimiento su tesis sobre La Ontología de 
Hegel y expresó que la influencia de Heidegger en el pensamiento de Marcuse se había 
disuelto de manera considerable “Marcuse, escribió, estaba alejándose de «El 
Significado del Ser» hacia la amplitud del ser-en-el-mundo (Seienden), de la ontología 
fundamental hacia la filosofía de la historia, de la historicidad (Ceschichtlichkeit) hacia la 
historia.”32 Esta reseña, que si bien mostraba elementos heideggerianos, develaba que 
los intereses de Marcuse estaban cambiando hacía elementos críticos de un marxismo 
que rompiera con la visión sesgada y panfletaria que se había creado del mismo a lo 
largo de los intereses políticos y con lo cual su estancia y colaborador como miembro 
estaba asegurada. 
 
30 Rolf Wiggershaus. La Escuela de Fráncfort. México: Editorial Fondo de Cultura Económica: UAM, Unidad 
Iztapalapa, 2010, p. 58. 
31 Horkheimer recordará en años posteriores este recelo por incorporar a Marcuse al Instituto en la correspondencia 
que mantenía con el autor. Véase correspondencia Horkheimer – Marcuse, 8 de diciembre de 1963. 
32 Theodor Adorno, reseña de Hegels Ontologie, ZfS, I, 3 (1932), p. 410. 
 
32 
El 30 de enero de 1933 Adolf Hitler adquiere el poder como Canciller imperial 
(Reichskanzler), con lo cual el Instituto entró en una grave crisis: “el futuro de una 
organización declaradamente marxista, donde trabajaban casi exclusivamente hombres 
de ascendencia judía —al menos según los criterios nazis— tenía que ser obviamente 
sombrío.”33 Debido a esto, con gran inmediatez los miembros del Instituto tuvieron que 
desplazarse en un primer momento a Ginebra, Suiza y, posteriormente, a París, Francia. 
Finalmente, optaron por salir del continente para arribar a Estados Unidos en 
1934, permaneciendo en Nueva York. Esta coyuntura favoreció a Marcuse en la medida 
que se volvió “un estrecho colaborador filosófico de Horkheimer hasta la llegada de Th. 
W. Adorno a los Estados Unidos en 1938.”34 Esto le permitió comenzar a destacarse 
paulatinamente por las aportaciones teóricas que realizaba ante sus demás socios. 
Este acontecimiento, junto con la profunda lectura que comenzaría de la obra de 
Sigmund Freud, darán las bases necesarias para que Herbert Marcuse se replanteé sus 
preocupaciones e intereses. El pensamiento de Heidegger, quien fue uno de los pilares 
en sus reflexiones iniciales, ya no podía dar cuenta de las nuevas circunstancias que 
estaban surgiendo en el plano político. Por lo mismo, se vio en la necesidad de prescindir 
de los pasos del filósofo e iniciar reflexiones que fueran capaces de responder a los 
nuevos problemas que surgían. Es en este nuevo espacio en el que se encontraba, 
donde visualiza que el desenvolvimiento de sus ideales correspondía con las 
inclinaciones de la propia Teoría Crítica, misma que buscaba la posibilidad de un cambio 
cualitativo en la sociedad. 
 
33 Martin Jay. Op. Cit. p. 64. 
34 José Manuel Romero Cuevas. Op. Cit. p. 15. 
 
33 
1.2 Los Años de Madurez (1934-1979) 
 
Uno de los grandes problemas que existen dentro del estudio de la historia es pensar el 
cambio. La reflexión se puede tornar más compleja cuando esto se sitúa en la vida de un 
autor tan complejo como lo es Herbert Marcuse. La ruptura con su pensamiento 
temprano se da precisamente en 1934 por dos motivos. 
El primero fue de carácter intelectual al tener un profundo acercamiento a la obra 
de Freud. El descubrimiento del psicoanálisis le permitió comprender el impacto que 
tenía el capitalismo a nivel subjetivo, esto fue vital para su propia interpretación de la 
Teoría Crítica, la cual incorporó estos nuevos elementos de análisis a sus 
investigaciones. 
El segundo motivo es por la posición como migrante que ocupaba en su vida, ésta 
era una constante debido a los recurrentes acontecimientos bélicos, la oportunidad de 
sentir una calma ante la persecución se pudo vislumbrar en los Estados Unidos. Lugar 
en el que se estableció a lo largo de una parte considerable de su vida y en donde pasará 
su mayor periodo de investigación y aportación teórica. La permanencia en Norteamérica 
le mostró las nuevas dinámicas y contradicciones del capitalismo americano, que no 
habían surgido en Europa. Siendo consecuente con la renovación de su pensamiento 
crítico, ambos fundamentos realizaron en sus reflexiones una eventual pero rigurosa 
transformación. 
De igual modo, su estancia en Nueva York fue una de las etapas con mayor 
entusiasmo intelectual, ello se reflejó en la intensa producción de los escritos que 
realizaba. Aspecto que le comenzó a dar prestigio en los medios universitarios de 
 
34 
Estados Unidos. Con lo cual fue invitado a ser profesor de filosofía en la Universidad de 
Columbia, misma en la que se estableció la nueva ubicación del Instituto de Investigación 
Social. Al mismo tiempo, fue integrante del Institute of Social Research en la misma 
universidad. Aquí permaneció hasta principios de 1940. 
Un buen ejemplo son los ensayos que surgieron y se debatieron con el propio 
Horkheimer; Der Kampf gegen den Liberalismus in der totalitären Staatsauffassung (La 
lucha contra el liberalismo en la concepción totalitaria del estado de 1934)35, Über den 
affirmativen Charakter der Kultur (Acerca del carácter afirmativo de la cultura del año 
1937)36 y Zur Kritik des Hedonismus (A propósito de la crítica del hedonismo de 1938).37 
Estos escritos, tal como lo recuerda Marcuse en años posteriores al ser reeditados en el 
año de 1965, “son el resultado de mi trabajo en el Instituto de Investigaciones Sociales 
de Nueva York y fueron discutidos con el entonces director del Instituto, mi amigo Max 
Horkheimer y sus colaboradores.”38 
Dichos escritos le otorgaron la admiración de los demás miembros, con lo cual en 
estos años y hasta 1941 se integrará a las investigaciones que se hacían en conjunto 
con Theodor W. Adorno y Erich Fromm, las cuales se publicaban en el que era el medio 
oficial del Instituto, la Zeitschrift für Sozialforschung (Revista de investigación social)39, 
 
35 “Der Kampf gegen den Liberalismus in der totalitären Staatsauffassung” [La lucha contra el liberalismo en la 
constitución estatal totalitaria], Zeitschrift für Sozialforschung, 1934, núm. 2. 
36 “Über den affirmativen Charakter der Kultur” [Sobre el carácter afirmativo de la cultura], Zeitschrift für 
Sozialforschung, 1937, núm. 1. 
37 “Zur Kritik des Hedonismus” [Sobre la crítica del hedonismo], Zeitschrift für Sozialforschung, 1938, núm. 1. 
38 Herbert Marcuse. Cultura y sociedad. Versión castellanade E. Bulygin y E. Garzón Valdés. Buenos Aires: Editorial 
Sur, 1967, p. 7. 
39 Otros Artículos que se publicaron en la revista de investigación social, así como otras publicaciones del instituto 
que se realizaron por parte de Herbert Marcuse fueron: “Zum Begriff des Wesens” [Sobre el concepto de la esencia], 
Zeitschrift für Sozialforschung, 1936, núm. 1; “Ideengeschichtlicher Teil” [Apartado de la historia de las ideas], 
Studien über Autorität und Familie [Estudios sobre autoridad y familia], París, 1936; “An Introduction to Hegel’s 
 
35 
en la cual destacaron los textos Studien über Autorität und Familie (Estudios Sobre 
Autoridad y Familia) en 1936 y Filosofía y Teoría Crítica, ambos en colaboración con 
Horkheimer.40 
Durante la Segunda Guerra Mundial su producción intelectual no fue dejada de 
lado. En el año de 1941, a la par que aparece El Miedo a la Libertad de Erich Fromm, 
surge su próximo libro, Razón y Revolución. Hegel y el resurgimiento de la teoría social. 
Obra de gran significado, la cual gira en torno a la figura y filosofía de Hegel y las 
aportaciones “teórico-revolucionarias” que realizó y que, posteriormente, tanto el 
pensamiento de Marx como la Teoría Crítica recogerán. Este libro, sin lugar a duda, 
señala una separación definitiva con el pensamiento heideggeriano, ya que es el “primer 
intento de efectuar un análisis marxista de todo el desarrollo del pensamiento de Hegel, 
en todas sus frases, como preparación y condición para la obra de Marx.”41 
Como consecuencia, le brindan un amplio marco categorial y conceptual para 
poder criticar las posturas filosóficas y científicas que se estaban presentando y 
convirtiendo en una ideología en ese momento, tales como el positivismo y la 
 
Philosophy” [Una introducción a la filosofía de Hegel], Studies in Philosophy and Social Science, 1939-1940; “Some 
Social Implications of Modern Technology” [Algunas implicaciones sociales de la tecnología moderna], Studies in 
Philosophy and Social Science, 1941, núm. 3; “Trieblehre und Freiheit” [Doctrina de las pulsiones y libertad], 
Sociologica. Aufsätze Max Horkheimer zum Sechzigsten Geburtstag [Sociológica. Artículos para Max Horkheimer con 
motivo de su 60 aniversario], Fráncfort del Meno, 1955; “Trieblehre und Freiheit; Die Idee des Fortschritts im Lichte 
der Psychoanalyse” [Doctrina de las pulsiones y libertad; La idea del progreso a la luz del psicoanálisis], Freud in der 
Gegenwart [Freud en el presente], tomo 6 de Frankfurter Beiträge zur Soziologie [Contribuciones de Fráncfort a la 
sociología], Fráncfort del Meno, 1957; “Zur Stellung des Denkens heute” [Sobre la posición del pensamiento 
actualmente], Zeugnisse [Testimonios], ed. por Max Horkheimer, Fráncfort del Meno, 1963; Para mayor información 
sobre el resto de publicaciones realizadas por Marcuse, Véase la Obra Rolf Wiggershaus. La Escuela de Fráncfort. 
Anexo p. 862-867. 
40 Horkheimer/Marcuse, “Autorität und Familie in der deutschen Soziologie bis 1933” [Autoridad y familia en la 
sociología alemana hasta 1933], Studien über Autorität und Familie [Estudios sobre autoridad y familia], París, 1936; 
Horkheimer/Marcuse, “Philosophie und kritische Theorie” [Filosofía y teoría crítica.], Zeitschrift für Sozialforschung, 
1937, núm. 3; 
41 Perry Anderson. Op. Cit. p. 79. 
 
36 
racionalidad formal que derivaba de esta corriente y que comenzaba a permear todo 
ámbito de la sociedad. A esta visión positivista, Marcuse ve que la superación de este 
sistema cerrado era la propia dialéctica de Hegel y Marx, con lo cual logra enlazarlo a la 
Teoría Crítica y a sus preocupaciones en relación a la historia, tal como él entiende a 
Hegel. En este sentido, menciona que: 
 
El original impulso crítico de su pensamiento fue, empero, lo bastante fuerte para 
llevarlo a abandonar la indiferencia tradicional del idealismo por la historia. Hizo 
de la filosofía un factor histórico concreto e introdujo la historia en la filosofía. La 
historia, sin embargo, cuando es comprendida, rompe el marco idealista.42 
 
A pesar de su gran admiración por Hegel, desde los escritos de su juventud, 
mantiene una posición bastante crítica sobre su idealismo filosófico, debido 
principalmente a su posición política y la mayor pertinencia que puso en Marx, en 
especial después de su encuentro con los Manuscritos de 1844, con lo cual trata de hacer 
una recuperación de la filosofía hegeliana a partir de estos elementos, para darle una 
fundamentación histórica y política. 
 
La elaboración del sistema filosófico hegeliano está acompañada de una serie de 
fragmentos políticos que intentan aplicar sus nuevas ideas filosóficas a situaciones 
históricas concretas. (...) Debido a la conexión entre su filosofía y los 
acontecimientos históricos de su época, los escritos políticos de Hegel son parte 
integrante de su obra sistemática, y ambos deben ser tratados en conjunto a fin 
 
42 Herbert Marcuse. Razón y Revolución. Hegel y el surgimiento de la teoría social. Madrid: Altaya, 1994. p. 21. 
 
37 
de dar a sus conceptos básicos una explicación tanto filosófica como histórica y 
política.43 
 
 
En esta etapa de su vida intelectual empieza a concebir lo que serán sus análisis 
posteriores, los cuales sumarán el psicoanálisis de Sigmund Freud. 
En 1941, se afilió dentro del Servicio Secreto de los Estados Unidos, labor con la 
que creía poder aportar algo contra el surgimiento del fascismo que se presentó en 
Europa. 44 El año posterior fue decisivo para él: optó por concentrarse en su vida 
académica, misma que comenzaba a dar sus frutos al ser identificado como personaje 
intelectual de renombre. 
Consecutivo a esto, y debido a los problemas financieros por los que pasaba, se 
desligó económicamente del Instituto. A pesar de ello, el prestigio de su carrera 
académica como profesor en los Estados Unidos se iba consolidando cada vez más. El 
periodo consecutivo al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 fue provechoso tanto 
en su vida como en su producción intelectual, ya que inclusive teniendo su nacionalidad 
americana y habiendo decidido radicar en Estados Unidos, mantuvo una relación y 
comunicación persistente con varias partes de Europa, tales como Francia y Alemania, 
a las cuales viajaba incontables veces. 
Desde otra perspectiva, en ese periodo tuvo lugar su enfoque inicial en la lectura 
profunda de la obra de Freud, con la que quedó sorprendido y empezó a tomar el 
proyecto de lograr una conciliación entre el psicoanálisis de Freud y la obra de Karl Marx. 
Su fin era darle nuevos elementos y herramientas de análisis a la Teoría Crítica. Para 
 
43 Ibíd. p. 34. 
44 (USSS) 
 
38 
este momento Marcuse comenzaba a observar las deficiencias y faltas de las 
investigaciones realizadas por los otros miembros de la escuela de Frankfurt. Repensar 
la misma Teoría Crítica de tal forma que no cayera en supuestos necesitaba, según 
Marcuse, de elementos que se encontraban en el pensamiento Freud y con los cuales 
se podía indagar de una forma más abundante la vida dentro del capitalismo, tanto 
individualmente como colectivamente en sociedad. A su vez, se podría dar cuenta tanto 
de los elementos culturales e ideológicos que se habían desarrollado bajo las nuevas 
dinámicas del capital. 
Mientras esto acontecía, Marcuse ocupó diversos cargos en numerosos espacios 
académicos. A lo largo de un año dio una serie de conferencias en la Escuela de 
Psiquiatría de Washington, mismas que representarían un avance en cuanto a su trabajo 
en relación a la obra de Freud. De 1952 a 1953 fue profesor e investigador en el Instituto 
Ruso, perteneciente a la Universidad de Columbia, así como tuvo un cargo impartiendo 
clases en filosofía y política en Harvard. De 1954 a 1955 se trasladó al Centro de 
Investigación de Rusia, estavez en la Universidad de Harvard, la cual abandonará años 
posteriores por los desacuerdos que surgían en torno a su pensamiento por parte de 
ciertos profesores. En estos mismos años en Cambridge, Massachusetts, impartía clases 
en ciencias políticas en la Universidad de Brandeis, misma en la que permanecerá hasta 
1965.45 
Sus análisis se condensarán en los años subsiguientes y se verán plasmados en 
una obra posterior. El fruto de sus prolongados estudios durante este periodo en relación 
al psicoanálisis fue su siguiente libro Eros y Civilización, publicado en el año de 1955. En 
 
45 Disponible en: http://www.hdg.de/lemo/biografie/herbert-marcuse.html Consultado en: Enero 2017. 
http://www.hdg.de/lemo/biografie/herbert-marcuse.html
 
39 
él aparece una de las mayores contribuciones del autor a su interpretación de la Teoría 
Crítica. Así como en su juventud intento un vínculo entre el pensamiento crítico de Marx 
y la fenomenología, ahora era el turno de correlacionar el materialismo con el 
psicoanálisis de Freud. 
La tesis primordial de este libro gira en torno, como se ha señalado arriba, al 
pensamiento de Freud. Reflexiona sobre varios puntos. El primero de ellos centra su 
atención en investigar el carácter filosófico del psicoanálisis, el cual “comprende las 
hipótesis que Freud derivó de su experiencia clínica y que las erigió como tentativas de 
un análisis de la cultura”.46 Por otra parte, Marcuse tenía un entusiasmo por incorporar 
los elementos del análisis que realizaba Freud a la sociedad, ya que contrariamente al 
prejuicio que existe de que el psicoanálisis se entiende como un solipsismo, Freud 
entendía que estudiar al individuo conlleva siempre el elemento social y que es algo que 
no se puede separar por los vínculos qué existen entre uno y otro: “En la vida anímica 
individual aparece integrado siempre, efectivamente, «el otro», como modelo, objeto, 
auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde 
un principio psicología social, en un sentido amplio, pero plenamente justificado.”47 
Por otra parte, encontraba una problemática fundamental en el psicoanálisis 
freudiano, esto por el pesimismo que se encontraba en las últimas investigaciones que 
realizó el autor y las cuales parecían que toda posibilidad de cambio era totalmente 
imposible. El Porvenir de una Ilusión publicado en 1927 refleja con toda claridad esto. En 
 
46 Herbert Marcuse. Eros y civilización. Una investigación filosófica acerca de Freud. Traducción de Juan García 
Ponce. Madrid: Sarpe, 1983, p. 9. 
47 Sigmund Freud. Psicología de las masas. Madrid: Alianza Editorial. 2010, p. 9. 
 
40 
esta obra Freud tiene el interés por querer dar cuenta de qué es la cultura y cómo impacta 
en el individuo, en sus palabras entiende que: 
Cada individuo es virtualmente un enemigo de la civilización, a pesar de tener que 
reconocer su general interés humano. Se da, en efecto, el hecho singular de que 
los hombres, no obstante serles imposible existir en el aislamiento, sienten como 
un peso intolerable los sacrificios que la civilización les impone para hacer posible 
la vida en común [...] Toda la civilización ha de basarse sobre la coerción y la 
renuncia a los instintos, y ni siquiera puede asegurarse que al desaparecer la 
coerción se mostrase dispuesta la mayoría de los individuos humanos a tomar 
sobre sí la labor necesaria para la adquisición de nuevos bienes. A mi juicio, ha 
de contarse con el hecho de que todos los hombres integran tendencias 
destructoras –antisociales y anticulturales- y que en gran número de personas 
tales tendencias son bastante poderosas para determinar su conducta en la 
sociedad humana.48 
 
Posteriormente, El Malestar en la Cultura escrito en el año 1930, es la reflexión 
que hace el autor al presenciar la Primera Guerra Mundial. En la que sus expectativas 
de una civilización no represiva eran muy reducidas al momento de analizar la cultura y 
los atentados que ocurrían contra la humanidad. Con gran desencanto, escribió: 
 
Dicho instinto de agresión es el descendiente y principal representante del instinto 
de muerte, que hemos hallado junto al Eros y que con él comparte la dominación 
del mundo. Ahora, creo, el sentido de la evolución cultural ya no nos resultará 
impenetrable; por fuerza debe presentarnos la lucha entre Eros y muerte, instinto 
de destrucción, tal como se lleva a cabo en la especie humana. Esta lucha es, en 
 
48 Sigmund Freud. El porvenir de una ilusión. En Op. Cit. pp. 163 - 164. 
 
41 
suma, el contenido esencial de la misma, y por ello la evolución cultural puede ser 
definida brevemente como la lucha de la especie humana por la vida.49 
 
 Y ante la cual, con desilusión, Freud pensaba que la pulsión de muerte tomaba 
ventaja. La cultura se basa en la represión y el sufrimiento tomaba ventaja 
inevitablemente en la partida contra la pulsión de vida y si no fuera suficiente, la cultura 
para Freud se fundaba en estos valores, en la necesidad de reprimir los instintos 
primarios del ser humano. 
 
A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de 
si – y hasta qué punto – el desarrollo cultural logrará hacer frente a las 
perturbaciones de la vida colectiva emanadas del instinto de agresión y de 
autodestrucción. En este sentido, la época actual quizá merezca nuestro particular 
interés. Nuestros contemporáneos han llegado a tal extremo en el dominio de las 
fuerzas elementales, que con su ayuda les sería fácil exterminarse mutuamente 
hasta el último hombre. Bien lo saben, y de ahí buena parte de su presente 
agitación, de su infelicidad y su angustia. Sólo nos queda esperar que la otra de 
ambas “potencias celestes”, el eterno Eros, despliegue sus fuerzas para vencer 
en la lucha con su no menos inmortal adversario. Más ¿Quién podría augurar el 
desenlace final?50 
 
 
Aquí reside el principal problema que Marcuse observó en la obra de Freud. No 
sólo por la desesperanza que está plasmada en toda la obra, sino por el carácter que 
manifiesta de que la humanidad siempre ha tenido esta forma estática y no hay una 
 
49 Sigmund Freud. El malestar en la cultura. Madrid: Alianza Editorial, 2010, p.63. 
50 Ibíd. pp. 87-88. 
 
42 
apertura al cambio, “la idea de que una civilización no represiva es imposible es una 
piedra central de la teoría freudiana.”51 Para Freud, la represión se encuentra a lo largo 
de la historia y la cultura, aspecto que Marcuse crítica con gran fuerza, pues al parecer 
el creador del psicoanálisis estaba olvidando la importancia del carácter histórico. Esto 
es justo lo que le interesa rescatar de la obra y tratar de “responder a la pregunta de si 
es posible una civilización no represiva, más allá de la negativa del propio Freud a tal 
cuestión, y partiendo desde la propia teoría freudiana, de su «tendencia oculta».”52 
Sin embargo, la tesis que sostiene en este libro es que justamente ambas 
pulsiones, de vida y muerte, no tienen por qué chocar de tal manera que recaiga en la 
represión del ser humano. Para Marcuse, son las propias condiciones históricas y 
sociales las que provocan esto, el hecho de encontrarse en un momento en el que haya 
represión no quiere decir que siempre ha existido o existirá. La manera de poder salir de 
tal problemática es a través de la crítica. Ya sean investigaciones dentro del 
psicoanálisis, de la fenomenología o del marxismo, se debe comprender que los 
conceptos y categorías que surgen de cada rama se deben revalorar constantemente 
para que sean capaces de dar cuenta de la realidad en su totalidad. Marcuse pone un 
ejemplo en relación el pensamiento de Marx, señalando que no se debe incurrir en: 
 
La renuencia a reexaminary desarrollar categorías marxistas; la tendencia a 
convertir en fetiche la teoría marxista; a tratar los conceptos marxistas como 
categorías objetivas, cosificadas, en vez de llegar a hacerse conscientes, 
finalmente, del hecho de que se trata de conceptos históricos y dialécticos, que no 
 
51 Herbert Marcuse. Op. Cit. p. 32. 
52 Ibíd. p. 10 
 
43 
pueden repetirse; que tienen que reexaminarse, de acuerdo con los cambios de 
la sociedad misma.53 
 
En ello está contenido, al menos en un primer momento en la imaginación, el 
camino a la libertad. La oportunidad de forjar una nueva sociedad, un nuevo modo de 
producción, reside ya en las propias condiciones históricas y sociales que existen. No 
obstante y a pesar del carácter innovador que presentaba esta obra de Marcuse, tardará 
un par de años más en lograr situar y condensar estos nuevos elementos de análisis en 
aspectos culturales. 
Posterior a la publicación de este trabajo, en el año 1958, surge otra obra de igual 
influencia con el mismo carácter crítico que ya lograba distinguir a Marcuse de otros 
teóricos, esta vez era el turno de evidenciar sus juicios, así como lo hizo con la 
fenomenología y el psicoanálisis, hacía el propio marxismo, con la obra El Marxismo 
Soviético. Fue el resultado de todas las investigaciones sobre la Unión Soviética que 
logró hacer en sus estancias en los institutos sobre Rusia años atrás. En esta obra 
analiza la manera en que el denominado “socialismo real” hizo uso del pensamiento de 
Karl Marx en función de los intereses políticos del momento y con lo cual provocó una 
versión acotada y escasa de toda su obra. Como Marcuse escribió: 
 
Este estudio trata de enjuiciar algunas de las tendencias principales del marxismo 
soviético desde el punto de vista de una «crítica inmanente»; es decir, parte de 
las premisas teóricas del marxismo soviético, desarrolla sus consecuencias 
ideológicas y sociológicas y vuelve luego a examinar aquellas premisas: a la luz 
de estas consecuencias. La crítica emplea, pues, los instrumentos conceptuales 
 
53 Bryan Magee. Op. Cit. p. 68. 
 
44 
de su objeto, esto es, del marxismo, con el fin de aclarar su función real en la 
sociedad soviética y su dirección histórica.54 
 
Dos años más tarde, en 1960, logra su jubilación, sin que esto significara una 
retirada a los recintos académicos. Ingresa en la Universidad de California, San Diego 
como catedrático de Ciencias Políticas. Lugar en el que comenzó a concurrir y comunicar 
su activismo en los foros donde se debatían temas sociopolíticos del momento con tal 
efervescencia, que “llegó a hablarse de las 3M (Marx, Mao, y Marcuse), lo que da idea 
de su prestigio en esos momentos de revuelta y agitación.”55 Tal es el impacto de su 
pensamiento que inevitablemente su figura se tomó como un referente ideológico tanto 
de la Nueva Izquierda. Por consiguiente, sus ideas fueron convertidas en un discurso 
que adoptaron principalmente los movimientos estudiantiles que comenzaban a 
articularse en varias partes del mundo, especialmente en Francia. 
En este tiempo, tuvo la oportunidad de entablar una amistad con el filósofo político 
Robert Paul Wolff y el sociólogo e historiador Barrington Moore Jr., con quienes pudo 
participar en actividades intelectuales, de las cuales surgió el libro colectivo A Critique of 
Pure Tolerance en 1965.56. Algunos de sus estudiantes fueron personajes notorios, como 
Angela Davis, quien sería una destacable figura del activismo y participante del 
movimiento Panteras Negras. 
 
54 Herbert Marcuse. El marxismo soviético. Traductor: Juan de la Vega. Revisión: J.P. Cortázar. Cuarta edición. 
Madrid: Alianza Editorial, 1975, p. 7. 
55 Antonio mendez rubio. Perspectivas sobre comunicación y sociedad. Valencia: Universitat de Valencia, depósito 
legal, 2004, p. 79. 
56 Robert Paul Wolff, Barrington Moore, Herbert Marcuse. A critique of pure tolerance. Boston: Beacon Press, 1965. 
 
45 
Cuatro años más tarde, en 1964, apareció la obra que es central para la presente 
investigación: El hombre unidimensional. Ensayo sobre la ideología de la sociedad 
avanzada. Este trabajo, en el cual nos adentraremos en los próximos capítulos, ha sido 
considerado como el libro más subversivo del siglo XX por parte de muchos intelectuales, 
uno de ellos, Jürgen Habermas. 
Si existe la pertinencia de poder enunciar bajo una dirección las obras Razón y 
Revolución; Eros y Civilización; El Marxismo Soviético y El hombre unidimensional, se 
puede señalar sin duda que son el resultado de sus preocupaciones sociales y su 
compromiso político por un autentico cambio. 
Mientras que la figura de Marcuse se iba consolidando como una de las más 
influyentes de su momento, el año siguiente publicó su siguiente libro Tolerancia 
Represiva. Continuación de los argumentos desarrollados a lo largo de sus obras 
anteriores. Dos años más tarde, en 1967, y con la popularidad que giraba en torno a su 
nombre, accedió a conceder en Berlín una variedad de conferencias en torno a estos 
temas, mismos que serían publicados en el mismo año bajo el nombre de El Final de la 
Utopía57, el cual continuaba con la crítica a los postulados del marxismo, esta vez 
tomando el papel central el sentido de la revolución. Su producción teórica en ese 
momento se encontraba en el punto más alto de su vida intelectual. 
El año siguiente ocurrió uno de los eventos que se venía articulando en los años 
anteriores. Los movimientos estudiantiles habían estallado canalizando la euforia y 
entusiasmo en una postura revolucionaria, principalmente en Francia con el denominado 
 
57 Herbert Marcuse. El final de la Utopia. Traducción de Manuel Sacristan. España: Planeta- De Agostini. 1968. 
 
46 
Mayo Francés y en México con la noche de Tlatelolco. Estos movimientos fueron 
sofocados de manera inhumana, a tal punto que la vida política daría un cambio de 
rumbo. Mismo que impactaría en Marcuse y sobre las reflexiones que había llevado a 
cabo. En este año realiza unas conferencias en torno a Karl Marx organizadas por la 
UNESCO, así como se da a conocer también su siguiente obra La Sociedad Industrial y 
el Marxismo. 
En 1969 continuó impartiendo conferencias, esta vez en Italia. Este mismo año 
aparecen Psicoanálisis y Política y Un Ensayo sobre la Liberación —dentro del cual se 
notaba explícitamente la desigualdad con el tono de sus obras anteriores, al considerar 
una actitud con mayos esperanza en el cambio—. Su producción teórica seguía dando 
grandes trabajos en los años subsiguientes, los cuales fueron: Ética de la revolución de 
1970; Contrarrevolución y revuelta y La sociedad Opresora, ambos de 1972; The 
Aestheric Dimension de 1978; finalmente La Agresividad en la sociedad industrial 
avanzada y La dimensión Estética, ambos de 1979. Este último libro se ve marcado por 
el nuevo significado que se presentó en el pensamiento de Marcuse al considerar el 
sentido e importancia que tiene la estética para la vida y para una transformación de la 
sociedad. Ya que él pensó que en el propio arte se encontraba la capacidad de crear las 
posibilidades del cambio y de la libertad. 
En este mismo año y continuando con las conferencias que impartía desde hace 
unos años, se dirigía hacía Starnberg en la República Federal de Alemania por invitación 
del propio Jürgen Habermas, el pensador más reconocido de la segunda generación de 
La Escuela de Frankfurt. Durante el viaje tuvo un ataque cerebrovascular, con lo cual 
tuvo problemas de salud y ante los cuales Habermas cuidaría de él. Sin embargo, días 
 
47 
después, el 29 de julio de 1979 falleció. De esta manera se extinguió la llama de una de 
las mentes más polémicas y brillantes del siglo XX, la que llegó a ser denominada

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