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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO POSGRADO EN HISTORIA DEL ARTE FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS LA VESTIMENTA FEMENINA Y SU REPRESENTACIÓN EN MATERIAL ARQUEOLÓGICO TESIS PARA OPTAR EL GRADO DE: DOCTORA EN HISTORIA DEL ARTE Presenta: Ma. Mercedes Rojas Herrera TUTORA PRINCIPAL: DRA. DIANA MAGALONI KERPEL DIRECTORA DEL PROGRAMA PARA LAS AMÉRICAS ANTIGUAS MUSEO DE ARTE DEL CONDADO DE LOS ÁNGELES-LACMA TUTORES: MTRO. ARTURO GÓMEZ MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA MTRA. ROSARIO RAMÍREZ ASOCIACIÓN MEXICANA DE INVESTIGACIÓN TEXTIL TE`OM. MTRA. MARTA TUROK MUSEO FRANZ MAYER DRA. FRANCISCA ZALAQUETT CENTRO DE ESTUDIOS MAYA-UNAM UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS Quiero dar especial agradecimiento a mi familia sanguínea, a mi madre, padre, hermanos, cuñadas y sobrinos, que gracias a su amor y apoyo, este trabajo no hubiese concluido. También quisiera dedicar este estudio a la familia que elegimos y construimos con los amigos y amigas de distintas partes. Al hogar que consolidé con esfuerzo y que me dio el confort necesario para desarrollarme profesionalmente y fortalecerme emocionalmente. No puedo dejar de mencionar a las personas que han sido un pilar importante en mi vida, y que lamentablemente y por distintos motivos ya no están. Especialmente a mi prima y hermana Carolina Hernández Rojas. A lo largo de la Maestría y Doctorado en Historia del Arte tuve el privilegio de conocer y recibir la enseñanza de muchos maestros y maestras, por lo que quiero hacer un especial reconocimiento a todos ellos, a Diana Magaloni K, Francisca Zalaquett, a Marta Turok, Deborah Dorotinsky, Arturo Gómez, María del Rosario Ramírez, Julieta Pérez Monroy, Gustavo Curiel, Pablo Escalante y a todos y todas que han hecho posible mi formación y la de muchos estudiantes. Muchas gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México por darme acceso al conocimiento y la oportunidad de formarme profesionalmente. Agradezco al Museo Nacional de Antropología, a Arturo Gómez Martínez y Marta Carmona por sus enseñanzas. Agradezco profundamente al Museo Etnológico de Berlín, especialmente a Manuela Fischer y María Gaida por facilitarme el acceso directo al material arqueológico a su cargo. Gracias a su amabilidad pude ampliar los alcances de mi investigación. No podría estar completo un reconocimiento, sin agradecer a todos mis amigos y amigas que me permitieron compartir muchos momentos agradables, dónde la amistad y el compañerismo se expresaron incondicionalmente, y a todos los que de una u otra manera me acompañaron en la Universidad. ÍNDICE INTRODUCCIÓN 11 I. LA INDUMENTARIA PREHISPÁNICA Y SU ESTUDIO 25 I.1. MARCO DE REFERENCIA 26 ¿Qué dice la arqueología sobre el textil prehispánico? 29 Experiencia etnográfica 35 Aproximación etnohistórica 41 Estudios desde la historia del arte 46 El objeto arqueológico como fuente de estudio para la arqueología y la historia del arte 48 I.2. SÍNTESIS 52 II. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 57 II.1. ANTECEDENTES GENERALES DEL CORPUS 62 II.2. METODOLOGÍA UTILIZADA PARA LA CONFORMACIÓN DE LA MUESTRA DE PIEZAS ARQUEOLÓGICAS 71 II.3. METODOLOGÍA UTILIZADA PARA LA CONFORMACIÓN DE LAS FORMAS DE VESTIR Y SU USO POR CULTURAS Y PERÍODOS 75 III. ANÁLISIS Y SISTEMATIZACIÓN DE LAS VESTIMENTAS PRESENTES EN EL MATERIAL ARQUEOLÓGICO 87 III.1. CUERPO DESNUDO Y CUERPO VESTIDO 91 III.2. El CUERPO FEMENINO Y SUS ATRIBUTOS 95 III.3. PRENDAS DE VESTIR (TEXTILES) 104 III.4. JOYAS Y ORNAMENTOS 115 IV. LAS VESTIMENTAS FEMENINAS REPRESENTADAS EN ESCULTURAS DE DIFERENTES ÉPOCAS Y CULTURAS 129 IV.1.PERÍODO PRECLÁSICO 135 Centro de México 136 Tlatilco 139 Figuras femeninas desnudas 145 Figuras vestidas 152 Torso desnudo y cueitl 153 Torso desnudo con calzón femenino 163 Torso desnudo y pantalón sonoro 165 Olmecas de la Costa del Golfo 171 La Venta 178 Cuerpo femenino desnudo 180 Figuras vestidas 184 IV.2 PERÍODO CLÁSICO 199 Teotihuacan 200 Culturas de la Costa del golfo 235 Culturas del Centro de Veracruz 240 Sitio Remojadas 240 Sitio Isla Sacrificios 250 Sitio El Zapotal 254 Sitio La Mixtequilla 258 Sitio Tlalixcoyan 264 Culturas del Área Maya 275 Isla de Jaina 276 K’ub o huillipi con cuello cuadrado y escotado 279 K’ ub largo atrás y corto por delante 282 Ku’b largo y ancho con rombos 285 K’ub corto y cuadrado con pik 289 Quechquémitl triangular con pik 292 Quechquémitl redondo con pik 296 Quechquémitl redondo y trapezoidal superpuesto sobre K’ub 298 IV.3. PERÍODO EPICLÁSICO 309 Sitio Xochitécatl-Cacaxtla 312 Tula 327 IV.4. PERÍODO POSCLÁSICO 341 Cultura mexica 342 Figuras de torso desnudo con enredo y faja 349 Figuras con quechquémitl y enredo 361 Figuras con huipil y enredo 371 Cultura huasteca 387 IV.5. LÍNEA HISTÓRICA DE LAS INDUMENTARIAS FEMENINAS PREHISPÁNICAS 405 VI. CONCLUSIONES 408 VII. BIBLIOGRAFÍA 438 VIII. ÍNDICE DE IMÁGENES 453 INTRODUCCIÓN 12 Diversos estudios han planteado que en el pasado contexto prehispánico mesoamericano, la vestimenta tuvo muchos significados, entre ellos, denotaba rangos sociales y étnicos. Hay ejemplos en que se observan deidades portando bellos trajes, cuyos atributos las designaban, tanto para diferenciarse entre los aldeanos, como para reforzar la cohesión social de su grupo. Es así como el vestuario ha servido para destacar entre otros, a gobernantes y deidades, castas sacerdotales, guerreros, danzantes, y eventos especiales, etc. En ese sentido, la vestimenta es entendida como un objeto ideotécnico.1, que es capaz de comunicar valores y conceptos de una sociedad. O, como lo plantea Claude Stresser-Peán, sirve para definir una sociedad, y ésta, a su vez, da vida a la indumentaria.2. Dicho de otra manera, la ropa viste el cuerpo, pero a la vez refleja lo que la sociedad piensa de el, cubriéndolo con sus ideaciones.3. Si bien, la vestimenta a lo largo de su historia, en diferentes épocas y culturas, ha cumplido la función de proteger el cuerpo, en este estudio también se la aborda desde una dimensión simbólica. La vestimenta es portadora de significados y conceptos relacionados con diversosaspectos de la sociedad que la produce a través de su forma, decoración y materialidad. 1 Definición desarrollada por el antropólogo Lewis Binford. Los objetos ideotécnicos son hechos esencialmente para comunicar entre personas o con los poderes del cosmos. Ver más en Esther Pasztory, “El arte”, en coords. Linda Manzanilla y Leonardo López Luján, Historia antigua de México, vol. IV: Aspectos fundamentales de la tradición cultural mesoamericana (México: UNAM- INAH-PORRUA, 2001), 316. 2 Claude Stresser-Péan, De la indumentaria y los hombres, una perspectiva histórica de la indumentaria indígena en México (México: FCE-CEMCA-FAH-MAT, 2012). 3 Ibidem, 149. 13 El conocimiento sobre la indumentaria indígena de México, tanto antigüa como contemporánea, ha sido posible gracias a los estudios del material arqueológico, efectuados por la arqueología, la antropología y la etnografía. Si bien la historia del arte ha contribuido a ese conocimiento y ofrece importantes y significativos aportes, esta investigación profundiza desde esa perspectiva, en la representación escultórica de la indumentaria femenina, tanto en sus formas y estilos, a fin de aportar nuevos antecedentes acerca de las culturas prehispánicas de Mesoamérica. De esta manera se aborda como un importante recurso iconográfico del arte escultórico, que sus creadores utilizaron para representar y caracterizar a las mujeres de las culturas mesoamericanas. Gracias a que la producción escultórica Mesoamericana fue prolífica, para este estudio ha sido importante seleccionar material arqueológico de diferentes procedencias culturales y cronológicas, a fin de tener una mirada o un panorama general de la indumentaria indígena de diversas culturas y épocas, ya que la mayor parte de los antecedentes disponibles refieren a la indumentaria de culturas y épocas específicas. Por otra parte y tomando en cuenta que existen muchos estudios que se han enfocado en los atributos y características de los dioses varones, surge la inquietud de focalizar esta investigación en la representación de la mujer y su indumentaria. Debido a la naturaleza perecedera y fragmentaria de textiles arqueológicos físicos, para estudiar la indumentaria femenina ha sido necesario revisar y analizar otras fuentes de información, ya que además, existen poco estudios sobre la representación de la mujer en la escultura y pintura mural. 14 La mayor parte de los investigadores han utilizado la figuración pictórica colonial presente en manuscritos, como fuente de información principal para realizar estudios del pasado prehispánico. Lo anterior, ha llevado que en este estudio se aborde la indumentaria prehispánica femenina a partir de su representación escultórica, pretendiendo más específicamente indagar y ampliar el conocimiento acerca de la representación de la indumentaria femenina, en particular como operó en las culturas del Centro de México, Golfo de México y culturas del Área Maya en los diferentes horizontes temporales que van desde el Preclásico al Posclásico. Con la revisión de testimonios de vestimentas representadas en figurillas de barro y esculturas de piedra, se ha pretendido: Precisar con qué prendas vestían las mujeres, cómo eran sus formas de vestir y cómo eran los estilos locales por cultura y época. A través de una línea de tiempo, rastrear los testimonios más tempranos de representaciones de quechquémitl y huipil, establecer momentos de cambio, de algunas prendas y formas de vestir y, especificar los atuendos y prendas de vestir femeninos que tuvieron continuidad o desaparecieron en los períodos estudiados. Reconocer la identidad de las mujeres representadas, a través del análisis de las formas de uso y diseños de sus vestimentas y así identificar categorías religiosas, políticas, sociales o étnicas que los artistas expresaron por medio del estilo escultórico y el soporte material de representación. Esta investigación ha surgido de la revisión de estudios sobre la vestimenta prehispánica de Mesoamérica, que en forma más pormenorizada se presenta en el Capítulo I, ya que como se ha dicho la indumentaria y los adornos son 15 portadores de significados y conceptos relacionados con diversos aspectos de la sociedad que los produce. En primer lugar es necesario señalar a Claude Stresser-Péan, quien sostiene que la indumentaria prehispánica de México, tiene una estrecha relación con el ámbito religioso y la estratificación social de un grupo. A través de su calidad y belleza, la vestimenta indicaba el rango y la clase social de cada individuo. Ese valor ceremonial estaba estrechamente ligado a la significación religiosa, pues los antiguos mexicanos convivían en todo momento con sus dioses, omnipresentes en la tierra como en el universo. Tanto la elección de cada prenda como la de sus accesorios obedecían al sentido divino. 4 . En segundo término, a través de manuscritos del XVI y sus pinturas, especialmente del Centro de México, se ha podido constatar que la indumentaria y adornos otorgaban distinción y especificidad a las divinidades prehispánicas. Guilhem Olivier por ejemplo, sostiene que los atavíos constituyeron un verdadero lenguaje visual que transmite una gran información, tanto sobre la identidad de las deidades como sobre sus distintos ámbitos de acción.5. Al estudiar la figuración pictórica de las divinidades, el historiador identificó rasgos y atributos asociados a dioses específicos tales como los siguientes: 4 Claude Stresser-Peán De la vestimenta y los hombres. Una perspectiva histórica de la indumentaria indígena en México (México: FCE-CEMCA-FAH-MAT, 2012), 244. 5 Guilhem Olivier “Los “2000 dioses” de los mexicas, politeísmo, iconografía y cosmovisión”, Arqueología Mexicana, vol. XVI, núm. 91 (México: CONACULTA-INAH, 2008), 46. 16 El cabello enmarañado caracteriza a las deidades de la tierra, Tlaltecuihtli, y al dios del inframundo, Mictlantecuhtli; las rayas verticales blancas y rojas sobre el cuerpo son propias de Mixcóatl, dios de la cacería, y de Tlahuizcalpantecuhtli, dios del planeta Venus; Huitzilopochtli y Tezcatlipoca ostentan una flecha como nariguera; la diosa Xochiquétzal hace gala de un magnifico quechquémitl, en tanto que Xipe-Tótec reviste la piel de un desollado. 6 . Sin embargo, si se confronta la figuración pictórica colonial de las divinidades, con la representación escultórica prehispánica se aprecia que sus características no son fijas e incluso, en algunos casos, la indumentaria, adornos y atributos de una misma deidad cambian significativamente entre un lenguaje artístico y otro y, una época y otra. Es sabido que durante el período prehispánico la representación del cuerpo se fue transformando y cubriendo con vestimentas y adornos, es así como también los especialistas coinciden en que la vestimenta a lo largo de su historia, en diferentes épocas y culturas, ha cumplido una función simbólica, social y cultural. También se ha reconocido que tuvo una estrecha significación religiosa; sin embargo poco se sabe cómo operaron estas distinciones en el contexto Mesoamericano, especialmente entre las mujeres. Por otra parte, gracias a los estudios etnohistóricos y etnográficos se ha podido tener una mejor aproximación al lenguaje textil. A través de las formas de confección y de uso de las prenda de vestir, así como su materialidad e iconografía, se ha podido identificar, como a través del vestido se configuran categorías sociales, culturales y religiosas. 6 Ídem. 17 También, diversas investigaciones han contribuido al conocimiento sobre las vestimentas antigüas en general y, sobreel quechquémitl y el huipil en particular; es así como se observa que entre los especialistas no hay consenso acerca del estatus de estas prendas. Respecto a la correspondencia cultural y geográfica de estas vestimentas femeninas, tampoco hay consenso entre los especialistas y disciplinas; al confrontar registros escritos en fuentes coloniales del siglo XVI, con testimonios de indumentarias representados en esculturas prehispánicas, se observa que entre ellos no hay correspondencia. Por ejemplo, Claude Stresser- Péan describe claramente las áreas donde se usó el huipil: Los cronistas dan fe de que a la llegada de los españoles el huipil era usado en casi todo México meridional, excepto en Yucatán. Ciertos testimonios arqueológicos contradicen, sin embargo, las afirmaciones de los cronistas del siglo XVI. Así, el mural descubierto en Calakmul, Campeche, en 2004, muestra a mujeres mayas ataviadas con un huipil probablemente ceremonial. Por otra parte, las figurillas femeninas de Jaina parecen lucir huipiles muy amplios. 7 . De la antigua Mesoamérica se conocen poco las formas de vestir. Se ha asumido por ejemplo, que el huipil o huipilli en su acepción en náhuatl, fue una prenda por excelencia indígena que usaron las mujeres del Centro de México, tal como se retrata en el Códice Florentino. 7 Claude Stresser-Péan. De la vestimenta y los hombres. Una perspectiva histórica de la indumentaria indígena en México. (México: FCE-CEMCA-FAH-MAT, 2012), 69. 18 Uno de los hallazgos más importantes de mi tesis de maestría.8, fue constatar que el huipil no fue una prenda representativa de la mujer precortesiana del Centro de México, ya que se encontraron representaciones más tempranas en figurillas de las culturas de la Costa del Golfo y culturas del Área Maya de la época Clásica. Estos antecedentes han sido relevantes para esta investigación; como se dijo anteriormente, a partir de la observación y confrontación de la representación escultórica prehispánica, surgió la necesidad de examinar y esclarecer cómo se materializan los rasgos femeninos y la indumentaria en la escultura antropomorfa femenina prehispánica, tomando en consideración elementos tales como el soporte material de la representación (piedra, barro), el estilo artístico de cada cultura, época y región, bajo el supuesto que estos y otros parámetros de análisis, permiten alcanzar un mayor conocimiento y una mejor aproximación a los significados presentes en las representaciones escultóricas de mujeres y diosas prehispánicas de diferentes culturas y épocas de Mesoamérica. Si bien, variados manuscritos coloniales aluden al pasado prehispánico, se ha tenido en cuenta la posición de algunos especialistas.9, que sostienen que este habría sido recreado según la visión y el momento histórico imperantes; por tal motivo estimé pertinente estudiar la vestimenta femenina prehispánica testificada 8 Mercedes Rojas Herrera. El huipil y su representación en el Códice Florentino. Tesis para obtener el grado de maestra en Historia del Arte (México: UNAM-FFyL, 2008). 9 Serge Gruzinski, La colonización de lo imaginario. Sociedades indígenas y occidentalización en el México español. Siglos XVI-XVIII. (México: FCE, 1991). 19 en la escultura de la época, creada por los mismos artífices y portadores de su cultura. En términos generales la pregunta que interesa responder en esta investigación es ¿a través del análisis de la representación escultórica, es posible ampliar el conocimiento sobre la vestimenta femenina Mesoamericana y aportar cómo operó en las culturas del Centro de México, Golfo de México y cultura maya de la Península de Yucatán, que se desarrollaron entre el Preclásico y Posclásico? ¿Cómo los artistas representaron las prendas, formas de vestir femeninas y formas de uso, en las piezas de barro y piedra? Como interés más específico también se busca responder algunas de las siguientes interrogantes sobre el huipil y quechquémitl prehispánico: ¿Es posible a través de la representación escultórica rastrear testimonios más tempranos del huipil y quechquémitl de los que actualmente se conocen? ¿Es posible identificar momentos de cambio de algunas prendas y formas de vestir y su uso, en las épocas y culturas señaladas? ¿Qué atuendos y prendas de vestir femeninos, tuvieron continuidad o desaparecieron en las épocas estudiadas? ¿Cómo los artistas a través de la escultura, representaron las identidades de las mujeres del México antiguo? La metodología desarrollada en este estudio es de tipo cuantitativo y cualitativo. El objeto de estudio se circunscribió a material arqueológico disponible en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y la colección de Ethnologisches Museum der Staatlichen Museen de Berlin-Preußischer Kulturbesitz, Alemania. 20 En una primera fase se realizó una observación minuciosa de la indumentaria, las características físicas de su representación y del objeto, cuyos datos se cuantificaron, analizaron, sistematizaron y ordenaron de acuerdo a su procedencia cultural y cronológica, obteniendo una visión analítica y comparativa de las prendas de vestir. En una segunda fase se analizó y sistematizó el corpus seleccionado respecto de las características formales de los atuendos, las formas de vestir femeninas y las representaciones de quechquémitl y huipil, a fin de configurar una línea de tiempo, establecer momentos de cambio, de algunos atuendos y vestimentas y, su continuidad o desaparición en el tiempo. Del mismo modo, se efectuó el análisis de las formas de uso y diseños de las indumentarias, el estilo escultórico y el soporte material de representación. Con este enfoque metodológico, se ha pretendido investigar figuras antropomorfas femeninas de barro y piedra, correspondientes al Centro de México, Golfo de México y Área Maya, provenientes de diferentes horizontes temporales; período Preclásico (2500 a.C-200 d.C), Clásico (200-900 d.C), Epiclásico (650-850 d.C.) y Posclásico (900-1521 d.C), muestra que alcanza un total de 432 figuras antropomorfas: 247 provenientes del Museo Nacional de Antropología y 185 del Ethnologisches Museum der Staatlichen Museen zu Berlin- Preußischer Kulturbesitz. En el primer capítulo, titulado La indumentaria prehispánica y su estudio se exponen las investigaciones más relevantes sobre indumentaria prehispánica de Mesoamérica, que se han desarrollado desde diferentes disciplinas a partir de los años 60 hasta nuestros días. Se revisan de manera general las fuentes de 21 información provenientes de la arqueología, la etnografía, etnohistoria, historia del arte y sobre el objeto arqueológico como fuente de estudio. Así mismo, se propone una discusión sobre aspectos metodológicos para el estudio de la vestimenta indígena de México. Con base a los antecedentes derivados de estudios especializados en el tema, se plantea una discusión acerca del o los significados que pudieron tener el huipil y el quechquémitl y otros atuendos femeninos, en las sociedades prehispánicas. En el segundo capítulo, titulado Metodología de investigación, se presentan los antecedentes generales del corpus de las piezas arqueológicas y conformación de la muestra de estudio; se exponen los criterios de selección y clasificación de las piezas del corpus y se explica cómo se definieron los criterios de selección, orden y análisis de las indumentarias presentes en las colecciones de piezas de ambos museos. Así mismo se describe la metodología utilizada para el análisis de las formas de vestir y su uso, por épocas y culturas. En el tercer capítulo, titulado: Análisis y sistematización de las vestimentas presentes en las esculturas, se muestran losprimeros hallazgos cuantitativos sobre las prendas de vestir representadas y algunas tendencias de cómo se vestían las mujeres mesoamericanas de las regiones y períodos estudiados, lo que se describe en el siguiente capítulo. En el cuarto capítulo, Vestimentas femeninas representadas en diferentes épocas y culturas se exponen los principales hallazgos sobre los atavíos, se describen las formas de vestir, su uso, los primeros testimonios de huipil y 22 quechquémitl y como la indumentaria otorga identidad a las mujeres representadas en las esculturas de las diferentes épocas y culturas. Con los hallazgos de este estudio, es posible constatar que los escultores de las sociedades prehispánicas representaron modos de vestir y atuendos femeninos, que fueron cambiando, según las épocas y la ubicación geográfica. A la luz de los testimonios que han llegado a nuestros días, se encontró que en las culturas mesoamericanas existió un limitado número de atuendos femeninos (básicamente se identificaron cuatro prendas), y que esa reducida variedad de prendas se representó de diversas formas y combinaciones, lo que se aprecia especialmente en las esculturas del horizonte Clásico, probablemente debido a los intercambios comerciales, culturales y sociales que ocurrieron entre esas sociedades mesoamericanas. Por lo tanto, se observa que la indumentaria femenina prehispánica fue una expresión cultural variable y cambiante. Dicho lo anterior, con la revisión pormenorizada de las representaciones escultóricas, se logró observar que las vestimentas femeninas oscilaron entre lo transitorio y lo perdurable y desempeñaron el papel de dar identidad a las mujeres representadas. Por otra parte tanto el huipil como el quechquémitl son prendas que se testificaron a partir del Clásico. Si bien se sabe que los artistas a través de la representación escultórica de las vestimentas antigüas configuraron una serie de categorías sociales, étnicas y religiosas a las mujeres, les otorgaron identidad. 23 Dado que el material de este estudio ha sido recogido de dos fuentes arqueológicas de gran valor artístico, estimo que los alcances de esta investigación pueden contribuir a un mayor conocimiento y desarrollo de nuevos estudios de mayor profundidad que se interesen en abordar la indumentaria femenina prehispánica de Mesoamérica. 24 C A P I T U L O L a indumentaria prehispanica y su estudio. 26 I.1. MARCO DE REFERENCIA Para la realización de esta investigación ha sido indispensable revisar estudios especializados en indumentaria indígena de la época prehispánica de México, los cuales han jugado un rol importante en la difusión de esta tradición cultural ancestral que se resiste a desaparecer. Con la revisión de diferentes autores y disciplinas, se ha pretendido componer un panorama general del estudio de la vestimenta indígena y, plantear nuevas preguntas para avanzar hacia un mejor conocimiento sobre la representación femenina y su indumentaria. En términos generales, y con base en la revisión bibliográfica incluida en el presente capítulo, el conocimiento acumulado sobre los atavíos mesoamericanos es escaso. Como por ejemplo, se ha asumido que el huipil (huipilli, en su acepción en náhuatl) fue una prenda indígena que por excelencia usaron las mujeres del centro de México, tal como se retrata en el Códice Florentino. Sin embargo, esta constatación sigue abierta a nuevas indagaciones y hallazgos arqueológicos. Por otra parte, existen muchos análisis locales que describen la singularidad de una determinada cultura mesoamericana y son escasos los estudios que abordan los puntos de contacto histórico que hubo entre los diferentes grupos y sociedades de Mesoamérica. Además, con el desarrollo de esta investigación, ha sido posible constatar que existen pocos estudios especializados en indumentaria femenina que nos aporten cómo a través de ésta se materializaron algunas categorías sociales y culturales en la escultura y otras manifestaciones artísticas prehispánicas. 27 Como se sabe, la naturaleza perecedera y fragmentaria de textiles arqueológicos ha obstaculizado el análisis minucioso de las técnicas textiles y su desarrollo en el tiempo. Por este motivo, se ha elegido estudiar la escultura antropomorfa como una vía de aproximación más concreta de los vestidos precortesianos, ya que tanto la escultura como la pintura mural, los códices prehispánicos y coloniales, las fuentes escritas del siglo XVI y la indumentaria indígena contemporánea, dan cuenta que los estilos y formas de uso cambiaron de acuerdo a la época, la cultura y el soporte material de representación. Al examinar las vestimentas representadas en creaciones artísticas prehispánicas y coloniales, queda demostrado que existieron diferentes tradiciones artísticas y que la representación plástica de vestimentas es muy vasta. Además he podido constatar que existen grandes diferencias entre la figuración pictórica y la representación escultórica prehispánica; en algunos casos, la indumentaria, los adornos y los atributos de una misma deidad cambia significativamente entre un lenguaje artístico y otro, y de una época a otra. Por esta razón, considero que en la búsqueda de significados en estas representaciones, es importante tener en cuenta tanto el soporte material de representación, como la procedencia cultural y la cronología de los objetos. Con esta revisión bibliográfica se ha pretendido responder al menos dos preguntas: ¿el material arqueológico es una fuente idónea para establecer una sucesión cronológica de los atavíos antigüos, así como para conocer sus orígenes, usos y significados? y ¿cuáles han sido las herramientas metodológicas 28 más adecuadas para reconstruir la historia de la indumentaria femenina prehispánica? Si bien la historia del arte ha contribuido al conocimiento del arte indígena prehispánico y dispone de importantes y significativos aportes, considero que la indumentaria mesoamericana no ha sido una materia estudiada en profundidad. Como se verá a continuación, la arqueología, la antropología y la etnografía son las disciplinas que más han enriquecido el conocimiento sobre la indumentaria indígena, a partir de la combinación de datos derivados de fuentes históricas, la observación etnográfica y el estudio del material arqueológico. 29 ¿QUÉ DICE LA ARQUEOLOGÍA SOBRE EL TEXTIL PREHISPÁNICO? Como se ha dicho, la naturaleza perecedera y fragmentaria de los materiales textiles ha dificultado el desarrollo de estudios arqueológicos diacrónicos, que aborden la génesis y el desarrollo de prendas prehispánicas tejidas, atendiendo a su desarrollo histórico y sucesión cronológica, tema que es especialmente de interés para esta investigación. Una de las principales dificultades que se ha presentado para estudiar las prendas de vestir es que buena parte de los fragmentos textiles que se encuentran disponibles no cuentan con fechamiento, y en la mayoría de los casos sólo ha sido posible conocer el tipo de fibra, las técnicas y los materiales usados para su confección. Las únicas telas completas conocidas son unos mantos tejidos en fibras vegetales, que provienen de sitios arqueológicos de Chihuahua, Coahuila y del Valle de Tehuacán, estudiados por Irmgard W. Johnson.10. Hasta el momento también se conoce la existencia de un huipil infantil encontrado en la Cueva de la Garrafa, Chiapas; de un xicolli, o chaleco, mexica rescatado de una excavación realizada en el Templo Mayor de la ciudad de México; del huipil o xicolli de Chilapa, Guerrero, y del desaparecido xicolli encontrado en la cueva de Malinaltenango, Municipio de Ixtapan de la Sal en el Estado de México, confeccionado con fibra de agave, que estuvo en posesión del10 Irmgard W. Johnson, “Un huipilli precolombino de Chilapa, Guerrero”, en Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, tomo XXI (México: SMA-Fondo Boch-Gimpera, 1967). 30 Museum für Volkerkunde de Berlín hasta 1945, cuando se perdió en un incendio.11. A pesar de estas limitaciones, los fragmentos textiles de algodón y fibras vegetales, así como algunas ofrendas textiles encontradas en contextos funerarios, han sido un campo fértil para estudios arqueológicos comparativos de técnicas, así como para la identificación de materias primas y el estudio de técnicas de ornamentación textil. La antropóloga Irmgard W. Johnson y la arqueóloga Alba G. Mastache dedicaron muchos años de trabajo al estudio de tecnologías textiles prehispánicas, a través del análisis de telas rescatadas en cuevas secas ubicadas en el norte de México.12, en el Valle de Tehuacán, en partes de la Mixteca Alta y Guerrero.13. Las condiciones climáticas de las cuevas favorecieron la conservación de un número importante de piezas tejidas con técnicas bien desarrolladas.14. Irmgard W. Johnson rescató fragmentos de telas elaboradas con “tejido básico”, ornamentadas con la combinación de brocado y gasa. También identificó un estilo de ornamentación confeccionado con material sumamente delicado como lo es el pelo de conejo o liebre. A esta técnica se le conoce como tochomitl, y sobrevivió hasta los siglos XVI y XVII. 11 Irmgard W. Johnson y Alba G. Mastache, “Tejidos prehispánicos de Guerrero”, en coords. Rosa Ma. Reyna Robles y Christine Niederberger, El pasado arqueológico de Guerrero (México: CFEMC-INAH, 2002), 446. 12 De cuya investigación pública: Los textiles de la Cueva de la Candelaria, Coahuila (México: Departamento de Estudios Prehispánicos 51-Colección Científica Arqueológica, 1977). 13 Irmgard W. Johnson, “Un huipilli precolombino de Chilapa, Guerrero”, en Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, tomo XXI (México: SMA-Fondo Boch-Gimpera, 1967), 150. 14 Op. cit., 149. 31 Alba Mastache realizó en 1971 un estudio que consistió en el análisis de 69 fragmentos textiles asociados a objetos de cobre encontrados en la cueva de Campo Morado y distribuidos en cuatro sitios que se localizan en la parte media de la cuenca del Río Balsas, en Guerrero-Michoacán. En el marco de esta investigación desarrolló su tesis de maestría y publicó Técnicas prehispánicas del tejido.15, asesorada por Irmgard W. Johnson. Este libro ofrece información detallada de fibras textiles, colorantes y pigmentos, e informa sobre la existencia de 14 tipos de entrelazamientos que identificó tras un examen minucioso de esos fragmentos textiles. También describe los implementos y procesos de la elaboración de un tejido. Por su parte, Irmgard W. Johnson, también dedicada a estudiar estructuras textiles procedentes del Campo Morado, encontró varios fragmentos de lo que sería un huipil.16. A partir de este y otros vestigios de indumentaria textil, desarrolló una línea de investigación centrada en la manufactura y aspectos estéticos de la técnica de ornamentación elaborada con pelo de conejo o liebre. En su estudio, la antropóloga menciona que, aunque sabemos que se utilizó pelo de conejo en tiempos precolombinos, ésta es la primera evidencia positiva que muestra cómo se entretejía entre las telas.17. 15 Alba G. Mastache, Técnicas prehispánicas del tejido. (México: SEP-INAH, 1971). 16 Irmgard W. Johnson, “El Huipilli Precolombino de Chilapa, Guerrero”, en Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, tomo XXI. (México: SMA-Fondo Boch-Gimpera, 1967). 17 Ibímen, 163. 32 Tanto Alba G. Mastache como Irmgard W. Johnson son reconocidas por sus valiosos aportes y conocimiento de las tecnologías textiles y la estética de los tejidos del México prehispánico, pues han recopilado un nutrido léxico de técnicas de entrelazados y ornamentaciones y un amplio repertorio de elementos iconográficos. Con la examinación de textiles arqueológicos, Irmgard W. Johnson llevó a cabo un importante análisis comparativo entre las técnicas de tejido de los fragmentos arqueológicos y las que se emplean actualmente en la manufactura de indumentarias contemporáneas de chinantecos, cuicatecos, mazatecos y zapotecos del estado de Oaxaca, disponibles y pertenecientes a colecciones públicas y privadas. En la revista Artes de México, la antropóloga publicó Trama interna, anatomía de una tradición textil.18, y dio a conocer la existencia de algunos huipiles de Oaxaca elaborados con una técnica antigua de tejido con tramas envolventes y gasa, así como también el estudio de algunos colorantes antiguos tales como, caracol púrpura y grana cochinilla. También señalaba la presencia de algunos de diseños textiles antigüos que sobreviven en textiles modernos, tales como la mariposa mazateca (símbolo del alma que sale del cuerpo), la greca escalonada o xicalcolliuhqui y el motivo “S espiral” o “espiral doble”, conocido como ílhuitl. Tras rastrear y recopilar diversas técnicas textiles y corroborar su larga duración, también enfocó su estudio en indumentarias con telas emplumadas, una técnica de origen prehispánico que fue reutilizada en la sociedad colonial para 18 Irmgard W. Johnson, “Trama interna, anatomía de una tradición textil”, en Revista Artes de México. Textiles de Oaxaca, N. 35 (México: CONACULTA, 1996). 33 elaborar prendas de lujo. Es así como también en el año 1993 Johnson publicó Telas emplumadas en la época virreinal.19, manifestando lo mucho que se conoce sobre tesoros plumarios prehispánicos y lo poco que se sabe sobre procesos de manufactura de esas telas. Para la realización de su estudio, la antropóloga examinó minuciosamente diversas telas y, a través de un método comparativo, estudió el “Huipil atribuido a la Malinche” y otros fragmentos, aparentemente de diferentes procedencias; el manto de San Miguel Zinacantepec, Valle de Toluca, que data del siglo XVIII y se encuentra en el Museo Mexiquense de las Culturas, Toluca, y un textil conocido como Tlamachayatl, que pertenece a la colección Luigi Pigorini, exhibida en el Museo Etnográfico y Prehistórico de Roma.20. Por medio del análisis de la morfología, el color de los hilos, el número de lienzos, sus medidas, la identificación de los elementos empleados para los diseños, el tipo de ligamento del tejido, las técnicas de tejido y teñido y la distribución de los motivos ornamentales, estableció que los textiles estudiados eran parte de una misma clase y de un mismo entorno cultural, expresaban un mismo estilo, eran provenientes de una misma región y fueron manufacturados en un mismo período. Sus hallazgos han contribuido a conocer tradiciones textiles de manufactura indígena que siguen vivas en diferentes estados de México, especialmente en Oaxaca, Puebla y Guerrero. 19 Irmgard W. Johnson, “Telas emplumadas en la época virreinal”, coord. Cándida Fernández de Calderón y Alberto Sarmiento, El arte plumaria en México (México: Fondo de Cultura Banamex, 1993). 20 Este manto fue estudiado por Carlota Mapelli Mozzi. 34 Como se dijo anteriormente, los especialistas en el estudio de muestras físicas de textiles, han contribuido con valiosos hallazgos y se ha podido componer con estos fragmentos un panorama general de las técnicas textiles. Sin embargo, aún falta por avanzar en el conocimiento de la indumentaria, en cuanto a sus características y formas de uso. En este sentido, Patricia Anawalt sostiene que, por medio del estudio comparativo de las partes o fragmentos, se podría establecer relaciones entre el uso de técnicas textiles paraelaborar prendas específicas. No obstante, debido a que no han sobrevivido muchos ejemplares de textiles arqueológicos, no se han podido establecer correlaciones entre determinadas técnicas y prendas específicas.21. 21 Patricia Anawalt, “Atuendos del México antiguo”, en Arqueología de Mexicana: Indumentaria Prehispánica, vol. III., núm. 17 (México: CONACULTA-INAH, 1996). 35 EXPERIENCIA ETNOGRÁFICA A la luz de la revisión bibliográfica de diversos estudios sobre el atuendo antiguo, se constata que el método más explorado ha sido la etnografía. Especialistas con diferentes formaciones profesionales.22, han hecho uso de esta herramienta metodológica. Marta Turok señala que La aproximación más usual es la etnográfica, que dentro de la antropología es una rama en la que predomina la observación, la descripción y el análisis de la cultura de grupos específicos. En el ámbito textil, describe la producción y el uso de la indumentaria y diversas telas realizadas por diversos grupos étnicos y populares. De manera consecutiva se aborda las materias primas utilizadas, las herramientas de trabajo, la técnica de tejido, las técnicas decorativas, y los motivos y diseños, así como los tipos de prendas que se elaboran. 23 . En México, a partir de la década de los años 40, una generación de antropólogos comenzó a realizar trabajos de campo en comunidades indígenas, surgiendo estudios como el efectuado por el matrimonio Donald y Dorothy Cordy. En el año 1939 iniciaron sus estudios que concluyeron alrededor del 1963-64. En 1968, publicaron Mexican Indian Costumes, dando a conocer valiosos registros fotográficos de indumentarias y tejidos contemporáneos de diferentes etnias indígenas como seris y mayos de Sonora, otomíes de Hidalgo, pueblos de habla nahua de Veracruz, Puebla, Morelos, pueblos zapotecos, mixtecos, trique y huave de Oaxaca y algunas etnias zoque y tzotzil de Chiapas. 22 Irmgard W. Johnson, Ruth Lechuga, Alejandro de Ávila, Marta Turok, Donald y Dorothy Cordry, Claude Stresser-Péan, Miguel Alberto Bartolomé, entre otros. 23 Marta Turok, “Color y símbolo en el textil mexicano”, en coord. George Roque, El color en el arte mexicano (México: UNAM-IIE, 2003). 36 Para los estudiosos del tema, esta publicación constituye una referencia obligada para indagar sobre la indumentaria étnica actual y sus variantes regionales. En esta misma línea de investigación, la antropóloga Marta Turok, en el año 1972, inició sus estudios en la comunidad de la Magdalena, en el municipio de Chenalhó, Chiapas, para estudiar el significado de los diseños y símbolos del huipil ceremonial de la virgen de la Magdalena, investigación que publicó un año más tarde con el título Diseño y símbolo en el huipil de Magdalena Chiapas. En esta monografía abordó el valor simbólico del huipil indígena dentro de un marco cultural específico y mestizo, a través de la observación y descripción etnográfica. Su aproximación directa con las tejedoras, le permitió dimensionar el valor y significado de la tradición textil para la comunidad; las mujeres tejían para su familia y para la virgen de la Magdalena. Marta Turok observó que año tras año elaboraban huipiles y fajas ceremoniales con la técnica de brocado y bordado, plasmando en estas prendas símbolos que transmitían las prerrogativas de la comunidad. Para comprender el significado de los símbolos presentes en el huipil ceremonial, la antropóloga aplicó algunos conceptos derivados del campo de la semántica, la semiótica y la lingüística, que en su conjunto contribuyeron a descifrar, interpretar y definir los símbolos bordados como un lenguaje o un texto susceptible de ser interpretado y “leído”.24. Además, a través de informantes indígenas y documentos etnohistóricos de la región maya, recopiló algunas creencias, mitos, ritos y prácticas religiosas de los habitantes de la Magdalena. 24 Ídem, 128. 37 Con la correlación de datos y a través de la observación directa de la ceremonia de la virgen de la Magdalena vestida con huipil, Marta Turok propone que esta prenda chiapaneca ancestral, es portadora de conceptos y mensajes relacionados con el antiguo calendario agrícola y el culto al maíz, puestos de manifiesto a través de símbolos bordados y brocados que representan a ese vegetal en sus diferentes estados de maduración y animales como el sapo, que según la tradición se encarga de anticipar las lluvias. Otro estudio etnográfico efectuado por Miguel Alberto Bartolomé, es el del antropólogo argentino que ha investigado, entre otros temas, el vestido indígena; plantea como éste interviene en la construcción de la identidad de los “seres colectivos” y aporta una manera de entender la identidad indígena tanto en el contexto mesoamericano como en la época contemporánea, sosteniendo que es fundamental el estudio del cuerpo humano y la “noción de persona”, ya que son categorías que permiten aproximarse a la cultura y a la naturaleza, así como también a la identidad corporal y a la proyección de dicha identidad a la sociedad y el cosmos.25. Si bien la categoría de corporalidad indígena es un tema central que el autor aborda en su estudio, en sus planteamientos específicos sobre la indumentaria sostiene que, a través de ésta, se proyectan y materializan “representaciones 25 Miguel Alberto Bartolomé, “La construcción de persona en las etnias mesoamericanas”, Gente de costumbre y gente de razón. Las identidades étnicas en México (México: Siglo XXI, 2006), 148. 38 colectivas”. Es decir, la ropa viste el cuerpo y a la vez refleja lo que la sociedad piensa de él, cubriéndolo con sus ideaciones.26. A la luz de las ideas de Miguel A. Bartolomé, se puede plantear que la indumentaria indígena en el contexto mesoamericano no sólo habría operado como marcador étnico, sino que también habría sido una máscara social o, como lo sugiere el autor, una “máscara textil”, con la que la persona se reconoce y forma parte de una cultura y cosmovisión. El valor intrínseco de los vestidos indígenas antiguos y contemporáneos, a diferencia del vestido moderno, no recae en su exclusividad y originalidad, sino que más bien, en su función aglutinante que interviene en la construcción de una identidad colectiva. Por lo tanto, si la vestimenta es una máscara textil a partir de la cual se configuran las identidades colectivas, a través de su estudio es posible establecer algunas tipologías del vestir local por épocas, culturas y regiones. Otros estudios con aproximación etnográfica, han recopilado algunos motivos textiles brocados o bordados en diversas prendas de vestir provenientes de diferentes etnias indígenas del México contemporáneo. Por ejemplo Chloe Sayer.27, no sólo estudió diseños de raigambre prehispánica, sino que también recogió motivos foráneos que llegaron a México a partir de 1521 y que poco a poco permearon las costumbres del vestir indígena. 26 Ibidem, 149. 27 Chloe Sayer, Diseño mexicano: arte y decoración (Madrid: Studio Editions, 1990). 39 Otra investigación corresponde al etnólogo Arturo Gómez.28, dedicado a estudiar el trabajo textil de una organización de tejedores nahuas de San Mateo Tlacoxcalco, Puebla, cuyas mujeres bordan lienzos para la confección de blusas, camisas, servilletas, etc., con la técnica que implica contar o seleccionar puntos llamada tlapehpenal.29, y a la que localmente se le conoce como “estilo pepenado”. Esta investigación derivó en la publicación de un catálogo iconográfico de diseños textiles, en laque Arturo Gómez explica que en el pueblo existe un estilo de tejido común, aunque cada familia agrega elementos que les permite identificarse.30. Gracias a este trabajo es posible disponer de un vasto corpus de diseños inspirados en la vida social, el mito, flora y fauna local, tales como animales cuadrúpedos, aves, flores, cruces, quincunces, templos, figuras antropomorfas, mariposas, arcángeles, etcétera. Por otra parte, existen otras investigaciones académicas desarrolladas en el posgrado de Estudios Mesoamericanos, entre las que se destacan la de Julieta León Romero.31, y la de Débora Manchón.32, quienes han centrado sus esfuerzos en el reconocimiento y la puesta en valor de mujeres tejedoras, que reproduciendo 28 Arturo Gómez, Arte textil poblano, San Mateo Tlacoxcalco: catálogo iconográfico (México: Instituto de Artesanías en Industrias Populares del Estado de Puebla, 2010). 29 Ídem, 5. 30 Ídem, 6. 31 Julieta León Romero, Urdiendo significados: técnicas, diseños, y mitos en textiles de Santiago Jamiltepec, Oaxaca. Tradición oral y organización de mujeres tejedoras y bordadoras mixtecas (México: ENAH, 2004). 32 Débora Manchón, IXKEEM, la abuela del tejido tz´utujil y sus nietas en tiempos de globalización (México: UNAM, 2004). 40 pasos técnicos y patrones decorativos trasmitidos de generación en generación durante siglos, han mantenido viva la tradición textil y la indumentaria regional. Dicho lo anterior, es posible proponer que los datos derivados del análisis de la indumentaria y su representación en la escultura, y otros soportes y materiales, han sido confirmados a través del estudio de la indumentaria indígena contemporánea. Si bien el vestido ha experimentado muchas transformaciones a lo largo de su historia, a la luz del análisis de la indumentaria indígena contemporánea, es posible tener un mejor acercamiento a las dimensiones sociales, culturales y étnicas de la indumentaria indígena de Mesoamérica, así como constatar la contribución de las mujeres tejedoras como portadoras de valiosos códigos propios de su cultura.33. 33 Miguel Alberto Bartolomé, “La construcción de la persona en las étnicas mesoamericanas”, Gente de costumbre y gente de razón. Las identidades étnicas en México (México: Siglo XXI, 2006), 150. 41 APROXIMACIÓN ETNOHISTÓRICA Tal como explica Marta Turok: Los estudios desarrollados desde la perspectiva etnohistórica e historiográfica entrelazan los datos documentales, las evidencias físicas y elementos visuales a través de códices, murales, fragmentos y restos textiles prehispánicos y coloniales, litografías, cronistas, viajeros, con el fin de reconstruir la información sobre materiales, técnicas, prendas, objetos, colorantes y diseños de siglos y épocas anteriores al siglo XX.34. En esta línea de investigación, destacan los valiosos aportes de la coleccionista de piezas de arte popular Ruth Lechuga, quién, en 1992, publicó El traje de los Indígenas de México, considerado uno de los pocos libros que conforma un mapa general del pasado y presente de la indumentaria indígena prehispánica y contemporánea. Desde una perspectiva etnohistórica, y con apoyo de fuentes históricas, figurillas de barro y otros materiales, la autora brinda una descripción de los vestidos indígenas de hombres y mujeres. En mi opinión, las referencias arqueológicas que cita en su estudio, adolece de ciertos antecedentes, ya que las piezas no fueron analizadas en su contexto cultural y cronológico, cuestión que se intenta subsanar con este estudio, dado que uno de los objetivos principales es establecer algunas las tipologías del vestir femenino a partir de su representación en figurillas y esculturas representativas por cultura y por período histórico, y que pretende contribuir al futuro desarrollo de estudios comparativos más precisos y específicos. En este sentido, el libro escrito 34 Marta Turok, “Color y símbolo en el textil mexicano”, en coord. George Roque, El color en el arte mexicano (México: UNAM-IIE, 2003), 125. 42 recientemente por Claude Stresser-Péan, De la indumentaria y los hombres, sobre una perspectiva histórica de la indumentaria indígena en México.35, si bien propone un método de investigación similar al desarrollado por Ruth Lechuga y el objeto arqueológico sigue siendo una fuente de información secundaria, aporta una importante documentación y logra establecer algunas analogías entre los vestidos representados en figurillas y esculturas y ciertos ejemplares de indumentaria etnográfica contemporánea. Además del tratamiento que dio a las piezas, se orientó al análisis del quechquémitl de puntas redondeadas, representado en figurillas de Xochitécatl, Tlaxcala. A partir de ello, menciona que esa vestimenta de apariencia curva es un “tejido en curva”, cuya tecnología textil fue utilizada exclusivamente en el México prehispánico y que actualmente la practican las mujeres otomíes de Santa Ana Hueytlalpan en Tulancingo, Hidalgo, y San Pablito Pahuatlán, Xolotla, Cuetzalan, para elaborar sus quechquémitl. El estudio de Claude Stresser-Péan, realizado con un enfoque etnohistórico, posee referencias etnográficas muy relevantes y no sólo retoma conocimientos de Donald y Dorothy Cordry y la maestra Irmgard W. Johnson, sino que los enriquece con nuevas referencias etnográficas obtenidas en los trabajos de campo que la investigadora realizó entre 1970 y 1980 junto a su esposo y arqueólogo Guy Stresser-Péan y la antropóloga Irmgard W. Johnson. Es importante mencionar que la obra de Claude Stresser-Péan es uno de los pocos escritos que aborda la distribución geográfica del huipil y el 35 Claude Stresser-Péan, De la indumentaria y los hombres, una perspectiva histórica de la indumentaria indígena en México (México: FCE-CEMCA-FAH-MAT, 2012). 43 quechquémitl, tema que se retomará más adelante y que es de principal interés para esta investigación. Otro estudio con enfoque etnohistórico y que ha contribuido al conocimiento de la vestimenta indígena precortesiana corresponde a la especialista en cultura mexica y doctora en antropología Patricia Anawalt. Una de sus publicaciones más destacadas es Indian Clothing Before Cortés: Costumes From the Códices.36, escrita el año 1981, y que, tal como refiere el título, es un estudio sistemático de las indumentarias mesoamericanas representadas en códices prehispánicos y coloniales de diferentes tradiciones estilísticas. En él, Anawalt reunió un interesante repertorio de vestimentas de seis grupos étnicos: mexicas, tlaxcaltecas, tarascos de Michoacán, mixtecas de Oaxaca y mayas de las tierras bajas de Yucatán. Para organizar el vasto corpus de representaciones pictográficas, la antropóloga retomó el postulado desarrollado por Homer G. Barnett quien sostiene que todo objeto material tiene tres propiedades: fundamento o principio, forma y función. A partir de estos conceptos, Patricia Anawalt analizó las indumentarias prehispánicas a partir de los procesos técnicos que intervienen en la elaboración de las prendas, estudió sus formas esenciales, cómo se colocan en el cuerpo y qué parte del cuerpo cubren. Adicionalmente adaptó las tipologías desarrolladas por el historiador francés François Boucher, autor del la Historia del traje en occidente, desde los orígenes hasta la actualidad que, a través del estudio del traje y la moda de occidente, identificó básicamente 36 Patricia Anawalt, Indian Clothing Before Cortés: Costumes From the Códices (U.S.A: University of OklahomaPress, Publishing Division of the University, 1981). 44 cinco arquetipos de vestimentas. A partir de estos modelos, Anawalt clasificó los vestidos pintados en los códices prehispánicos y coloniales y estableció algunas categorías del vestir nativas. Dicho lo anterior, para el estudio de la indumentaria prehispánica, tanto Patricia Anawalt como otros investigadores han reconstruido parte de la historia de los atavíos prehispánicos y sus significados con base a la combinación de datos arqueológicos y etnohistóricos.37. Como se ha visto a lo largo de este capítulo, los hallazgos obtenidos y el significado que se desprende de las imágenes en estudio, están determinados por varios factores: la naturaleza de las fuentes y su cronología, la visión y cultura de sus creadores, su particular forma de retratar el pasado y el soporte material de representación. Sin embargo, es necesario señalar que los estudios realizados sobre el pasado prehispánico han tenido que ceñirse al material disponible. Por este motivo existe una gran tradición de estudios sobre los nahuas del centro de México, por ser una de las culturas y etapas mejor documentadas por medio de registros escritos y pictográficos que se elaboraron en el momento de contacto o período colonial temprano. Lamentablemente, los testimonios de otros grupos étnicos desaparecieron y gran parte de la diversidad cultural y étnica que caracterizó a Mesoamérica no se ve reflejada en esos documentos. Por otro lado, no es descartable que las fuentes históricas y sus imágenes no hayan registrado las realidades sociales y cotidianas de los indígenas, en ellas 37 Patricia Anawalt, Claude Stresser-Péan. 45 más bien se reflejan interpretaciones o representaciones idealizadas del pasado. Esto es sugerido por Serge Gruzinski.38, y otros especialistas, y se demuestra en la tesis de maestría titulada El huipil y su representación en el Códice Florentino.39, en la que se comprueba que las imágenes presentes en este manuscrito aluden a un pasado recreado por sus pintores según la realidad imperante. Un claro ejemplo, es el caso del huipil o huipilli, vestimenta de origen mesoamericano que fue prolíficamente representado en este manuscrito para retratar a la mujer nahua; pero que, al confrontar estas imágenes con testimonios de mujeres presentes en obras prehispánicas provenientes de la misma área cultural donde se elaboró el Códice, se pudo comprobar que la mujer nahua vestía quechquémitl con enredo y, o torso desnudo. Por lo tanto el huipil, antes de la conquista española, no era un atuendo típico de la mujer nahua, más bien se trataba de una prenda de prestigio maya que data del Clásico y que se integró al centro de México con posterioridad. Pero aún no se ha podido establecer cómo el huipil se integró al centro de México ni qué circunstancias lo hicieron posible. De esta manera, es posible pensar que los huipiles pintados en el Códice Florentino fueron prendas de prestigio maya, incorporadas al manuscrito por los tlahcuilos o pintores, para representar a la mujer nahua noble del siglo XVI y así honrar su pasado. 38 Serge Gruzinski, La colonización de lo imaginario. Sociedades indígenas y occidentalización en el México español. Siglos XVI-XVIII (FCE, 1991). 39 M. Mercedes Rojas H., El huipil y su representación en el Códice Florentino (México: UNAM, 2008). 46 ESTUDIOS DESDE LA HISTORIA DEL ARTE En México son escasos los estudios especializados en indumentaria mexicana. Se cuenta con algunas tesis.40, desarrolladas en el campo de la historia y la historia del arte, que abordan la historia de la indumentaria y la moda en la sociedad novohispana de los siglos XVIII y XIX. Los estudios especializados en indumentaria prehispánica de Mesoamérica, sustentados en el análisis de objetos artísticos prehispánicos, son más escasos aún. Esta ausencia podría deberse a las dificultades que presenta el estudio del legado de culturas antiguas, anónimas y no occidentales en general. Además, desde el punto de vista occidental, la cultura material de los pueblos indígenas, como por ejemplo, los textiles y vestimentas, se reconocen más bien como objetos artesanales y no se les otorga el estatus de objetos de arte. Pese a este dilema, con este estudio se intenta superar esta dicotomía y darle una puesta en valor a la tradición textil ancestral, incorporándola a la discusión que se desarrolla en el campo de la historia del arte. Las herramientas que provee la historia del arte son fundamentales para el estudio del arte prehispánico en general y el análisis de la indumentaria en particular. Existe una tradición en el uso de la iconología y la iconografía desarrollada por Erwin Panofsky.41, que ha sido retomada por otros investigadores para describir y analizar imágenes de las culturas precolombinas. El método iconográfico postulado por Erwin Panofsky ha sido de mucha utilidad para explorar 40 Martha Sandoval Villegas, Julieta Pérez Monroy, Guillermina Solé Peñalosa. 41 Erwin Panofsky, El significado en las artes visuales (Madrid: Alianza Forma S.A., 1979). 47 y abordar el significado de las creaciones artísticas prehispánicas en general y las esculturas prehispánicas en específico, método que ha permitido tener una mejor aproximación a estos materiales.42. Otra herramienta fundamental que ha sido utilizada para estudiar imágenes, objetos y sus creadores y que ha aportado interesantes resultados, es el análisis estilístico, línea de estudio que permite conocer una obra específica ya sea porque pertenece a un grupo, cultura o época. Para el estudio de la indumentaria representada en material arqueológico se sostiene que es de vital importancia incorporar la noción de estilo, entendiendo a éste como un conjunto de características y soluciones formales que relacionan a varias obras de arte entre sí, elaboradas con diferentes técnicas y materiales. Es una herramienta que permite analizar y establecer algunos patrones de representación, comunes o no, entre diferentes culturas, regiones y épocas. De esta manera, las tipologías del vestir que se proponen en este estudio, desde la perspectiva de la historia del arte, surgen de un análisis estilístico. Es así como, por medio del estudio de las formas de las indumentarias y diseños, es posible no sólo reconocer distinciones sociales por edad, género y profesiones, sino también es posible definir estilos locales y distinguir tanto su procedencia cultural y época específica como rasgos de carácter intercultural, asociados a varios grupos de diferentes filiaciones culturales de distintas épocas y áreas de Mesoamérica. 42 Erwin Panofsky, Estudios sobre iconología (Alianza Editorial S.A., Madrid, 1971). 48 EL OBJETO ARQUEOLÓGICO COMO FUENTE DE ESTUDIO PARA LA ARQUEOLOGÍA Y LA HISTORIA DEL ARTE Como se ha dicho antes, una vía de aproximación al conocimiento de las vestimentas prehispánicas son los estudios de su representación en piezas arqueológicas (figurillas, esculturas, dinteles, etc.), las cuales, en su mayoría, se han desarrollado en el campo de la arqueología, siendo escasas las investigaciones que provienen de la historia del arte. Los estudios arqueológicos sustentados en el análisis de figurillas y esculturas se han interesado más en conformar familias tipológicas, prestando atención a su distribución espacial y cronológica. Estos análisis se han centrado en una cultura y época específica, dando poca cabida al desarrollo de estudios comparativos. Un claro ejemplo son los estudios del arqueólogo Felipe Solís y de la historiadoradel arte Maite Garbayo. Felipe Solís, en El Estado azteca y sus manifestaciones escultóricas: análisis de la escultura antropomorfa.43, analizó, por medio del método iconográfico de Panofsky, un conjunto de 790 esculturas completas o semicompletas de la cultura mexica. Dichas piezas corresponden al período Posclásico y se encontraban, en el momento del estudio, depositadas en distintos museos y colecciones, tanto en México como en otros países. Durante la investigación, el arqueólogo intentó entender el entramado ideológico que les dio el Estado azteca y reconstruir la 43 Felipe Solís, El Estado azteca y sus manifestaciones escultóricas: análisis de la escultura antropomorfa, tesis para optar por el título de arqueólogo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y al grado de Maestro en Ciencias Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1982. 49 ideología dominante en esa época tanto en Tenochtitlán como en algunos territorios dominados por este pueblo.44. El arqueólogo tomó algunas ideas de Panofsky sobre el sistema iconográfico, que también fueron retomadas y perfeccionadas por H.B. Nicholson.45, y Esther Pasztory.46. Solís, a diferencia de H. B. Nicholson y Esther Pasztory, ideó su propio repertorio e incluyó en el análisis iconográfico las indumentarias y otros elementos.47, que se encontraban representados en las esculturas en forma constante y variable. De este modo, Solís presentó una serie de categorías para agrupar y ordenar las esculturas de acuerdo a un patrón formal, llegando a conclusiones importantes sobre la manera en que la ideología dominante del grupo mexica se proyecta en las imágenes de piedra estudiadas. Al respecto, plantea que: 44 Ídem, 14. 45 H.B. Nicholson establece ocho elementos representativos: pintura facial, nariguera, máscaras, tocado y ornamentos para el pelo, objetos que llevan en las manos (maíz, bastones, etc.), ornamentos en el cuerpo y extremidades (collares, placas, colgantes, etc., otros símbolos que presentan las imágenes, como rayos de sol, etc. Ver más en Felipe Solís, El estado Azteca, 14. 46 La historiadora del arte Esther Pasztory se centra en las posturas corporales: la frontalidad, la simetría bilateral y la posición del cuerpo y extremidades. Ver más en Felipe Solís, El estado Azteca, 14. 47 Felipe Solís organiza las esculturas a través de doce categorías: escena, sexo, edad, postura, actitud, peculiaridades, atavíos, ornamentos, tocados, peinado, simetría bilateral y otros elementos. 50 Estas manifestaciones plásticas en piedra no solo constituyen un reflejo de la realidad, también fueron creaciones en las cuales la actividad estética, actitudes prácticas y dinámicas fueron proyectadas por el hombre frente a su universo natural y social.48. En el marco del estudio de Felipe Solís, la indumentaria es un elemento iconográfico que, junto con un repertorio de elementos, contribuye al análisis de la escultura mexica y su estilo. Otra monografía muy interesante corresponde a la historiadora del arte Maite Garbayo, titulada Las figurillas femeninas de Tlatilco.49, en la que analiza un vasto corpus de 994 figurillas de barro correspondientes al período Preclásico, rescatadas de la excavación de la temporada IV y que forman parte de la colección de piezas que se encuentra en la bodega del Museo Nacional de Antropología en México. A través de la observación de las figuras y del análisis del contexto arqueológico de las mismas, Maite Garbayo indagó la vestimenta y analizó de qué manera los atuendos y adornos presentes en las figuras de Tlatilco fijan jerarquías y proyectan un ideal de belleza. En el estudio, la investigadora señala que: 48 Felipe Solís, El Estado azteca y sus manifestaciones escultóricas: análisis de la escultura antropomorfa (México: UNAM, 1982), 15. 49 Maite Garbayo Maeztu, Las figurillas femeninas de Tlatilco (México: UNAM, 2006). 51 El atuendo es considerado como un elemento diagnóstico del canon de belleza de la sociedad del Preclásico de la Cuenca de México. Por otra parte también es vía útil para identificar jerarquías entre los individuos de una aldea específica. Es decir, mientras más parafernálicos son los atuendos más alto será el rango del personaje.50. Para la investigadora, las vestimentas femeninas también son portadoras de significados y conceptos relacionados con el mundo femenino, la fertilidad, la tierra y el mundo agrícola mesoamericano. De esta manera, y en el contexto de este estudio, es posible apreciar que el análisis de los atuendos en figuras arqueológicas aporta información muy útil en cuanto a que estos son signos diacríticos de identidad cultural.51, y a través de los cuales es posible conocer diferentes aspectos de una sociedad, identificar cánones estilísticos y definir el estatus de los individuos representados. 50 Ídem, 24. 51 Miguel Alberto Bartolomé, “La construcción de la persona en las étnicas mesoamericanas”, en Gente de costumbre y gente de razón. Las identidades étnicas en México (México: Siglo XXI, 2006) ,149. 52 I.2.SÍNTESIS Tras examinar estos interesantes estudios especializados en indumentaria prehispánica de México, se ha podido estimar en términos generales el estado de la cuestión y entender de qué manera estas investigaciones han contribuido en la reconstrucción histórica de los atavíos antiguos de México. A la luz de esta revisión ha sido posible recabar y conocer relevantes hallazgos, además de comprender las dificultades y limitantes que han implicado su desarrollo y cómo es que ha sido necesario explorar distintos caminos metodológicos para aportar nuevos conocimientos. Entre las dificultades metodológicas, para el estudio de la vestimenta, cabe mencionar que, dada la fragilidad y fragmentación de algunas evidencias físicas de textiles, ha sido difícil realizar estudios sistemáticos. Como se ha dicho antes, de los fragmentos textiles disponibles y estudiados, sólo a unos pocos se les ha podido estimar fechamiento, y en la mayoría de los casos no ha sido posible establecer con certeza su forma y uso original, aunque sí se ha podido avanzar en el conocimiento de fibras y técnicas textiles específicas. Los especialistas que han investigado las técnicas textiles por medio del análisis comparativo de fragmentos han dado a conocer algunas técnicas de entrelazamiento y ornamentación; sin embargo, al no contar con suficiente material, no ha sido posible trazar una línea del tiempo de las técnicas ni establecer una correlación entre ellas y prendas específicas. 53 Por otra parte, de todo el conocimiento que se tiene sobre la manufactura indígena mesoamericana, poco se sabe del origen de las prendas de vestir, es decir, desde cuándo se usaron, cuál fue su distribución geográfica y cómo el sistema colonial, entre otros fenómenos sociales y culturales, modificó el modo de vestir de los nativos. Por ello, es necesario generar nuevos conocimientos sobre la indumentaria y reformular nuevas preguntas sobre su origen y filiación cultural y cronología. Si bien muchos de los hallazgos derivados del análisis de la indumentaria indígena contemporánea han sido confrontados y corroborados a través del material arqueológico, muchas técnicas, diseños y formas de uso han desaparecido y no se cuenta con evidencias físicas que las confirmen. Por esta razón se ha estimado indispensable formular un análisis sistemático de las vestimentas y su representación en el material arqueológico a fin de ampliar y confrontar estos materialesy establecer analogías más precisas entre ejemplares de indumentaria etnográfica y prehispánica, representadas tanto en figurillas, esculturas y códices prehispánicos y coloniales. No obstante y como se ha dicho antes, para analizar estos materiales es importante considerar el soporte material de representación, el estilo, la procedencia o filiación cultural y la cronología del objeto artístico, ya que existe una variedad de tradiciones estilísticas y formas para representar las indumentarias indígena prehispánica. Por ejemplo, los atavíos modelados en figurillas de barro y las vestimentas talladas en esculturas de piedra no siempre se corresponden con las vestimentas pintadas 54 en las imágenes de los códices. Este caso muestra que para tener una mejor aproximación a estas imágenes y materiales es importante situarlas y analizarlas en función del lenguaje mismo de su representación. Este problema se hizo más evidente al desarrollar mi tesis de maestría, en la que, tras establecer una correspondencia entre la vestimenta de la mujer indígena testificada en las imágenes del Códice Florentino, con las indumentarias presentes en esculturas y figurillas del mismo grupo cultural, pude constatar que no existe una correlación formal entre ellas. Se determinó que aun cuando las imágenes del Códice Florentino y otros manuscritos pictográficos coloniales pretenden aludir al pasado indígena, sólo lo recrean según la realidad y la visión imperante del momento histórico en las que fueron creados. Por otra parte, también es necesario considerar que, al estudiar la indumentaria y sus significados a partir de fuentes o documentos coloniales, se presenta otra limitante: gran parte de estos documentos son de filiación náhuatl, por lo tanto, muchos grupos, de diferentes filiaciones étnicas, no están representados en estas fuentes, lo cual obliga a buscar otras fuentes y materiales para su estudio. Por ejemplo, poco se conoce sobre cómo vestían las mujeres en la antigua Mesoamérica en el Preclásico y Epiclásico. Es así como se puede concluir que las investigaciones antes descritas ofrecen importantes y valiosos aportes, tanto desde el punto de vista conceptual como metodológico, para el desarrollo de esta investigación; sin embargo, aún falta por responder algunas preguntas, por ejemplo, ¿las sociedades que conformaban Mesoamérica vestían de la misma forma? ¿Las vestimentas 55 indígenas que se conocen actualmente existieron antes del proceso de colonización o son posteriores? ¿Las mismas vestimentas se usaron en diferentes regiones y culturas y en los mismos horizontes temporales? ¿Las vestimentas representadas y conocidas pueden ser atribuibles a ciertos grupos étnicos? Estas y otras interrogantes han surgido al revisar dichos estudios, y hacen una interesante invitación a indagar más sobre las vestimentas prehispánicas femeninas y adentrarse en un mejor conocimiento de esas culturas, considerando que, si bien la vestimenta cumple una función práctica de proteger el cuerpo, en todas las culturas y épocas, el vestirse ha tenido una implicación simbólica. Se ha dicho que en el contexto mesoamericano la vestimenta tuvo muchos significados: denotaba rangos sociales y profesiones. Hay ejemplos en que se observan deidades portando bellos trajes, cuyos atributos las designaban, tanto para diferenciarse entre los aldeanos, como para reforzar la cohesión social de su grupo. En ese sentido, la vestimenta es un objeto ideotécnico.52, que es capaz de comunicar valores y conceptos de una sociedad. O, como lo plantea Claude Stresser-Peán, sirve para definir una sociedad, y ésta, a su vez, da vida a la 52 Definición desarrollada por el antropólogo Lewis Binford. Los objetos ideotécnicos son hechos esencialmente para comunicar entre personas o con los poderes del cosmos. Ver más en Esther Pasztory, “El arte”, en coords. Linda Manzanilla y Leonardo López Luján, Historia antigua de México, vol. IV: aspectos fundamentales de la tradición cultural mesoamericana (México: UNAM- INAH-PORRUA), 316. 56 indumentaria.53. Dicho de otra manera, la ropa viste el cuerpo, pero a la vez refleja lo que la sociedad piensa de él, cubriéndolo con sus ideaciones.54. El conjunto de estas ideas permite entender que la indumentaria es una estructura tejida que no sólo cubre al cuerpo, sino que también crea y organiza los cuerpos culturales o, como lo plantea Miguel Alberto Bartolomé, interviene en la construcción de la identidad de los “seres colectivos”. 53 Claude Stresser-Péan, De la indumentaria y los hombres, una perspectiva histórica de la indumentaria indígena en México (México: FCE-CEMCA-FAH-MAT, 2012). 54 Ibidem, 149. C A P I T U L O I 1 Metodologfa de la investigacidn. 58 En el presente capítulo se presenta, cómo se realizó esta investigación, es decir, se dan a conocer las preguntas que la guiaron, las hipótesis que se plantearon y los objetivos propuestos. Así también se entregan los antecedentes cuantitativos del corpus de figuras seleccionadas, se describen los criterios empleados para la conformación de dicho corpus, la metodología utilizada para conformar la muestra de las piezas estudiadas, como también la metodología utilizada para el análisis de las vestimentas femeninas representadas en las esculturas de diferentes culturas y períodos. En términos generales la pregunta que interesa responder en esta investigación es si, a través del análisis de la representación escultórica, ¿es posible ampliar el conocimiento sobre la vestimenta femenina y cómo operó en las culturas del centro de México, Golfo de México y maya de la Península de Yucatán, que se desarrollaron entre el Preclásico y Posclásico? ¿Cómo los artistas representaron las prendas, formas de vestir femeninas y formas de uso, en las piezas de barro y piedra? Como interés más especifico también se busca esclarecer algunas interrogantes que aún persisten sobre el huipil y quechquémitl prehispánico. Es así como se pretende responder ¿Es posible a través de la representación escultórica rastrear testimonios más tempranos del huipil y quechquémitl de lo que actualmente se conocen? ¿Es posible identificar momentos de cambio, de algunas prendas y formas de vestir y su uso, en las épocas y culturas señaladas? ¿Qué atuendos y prendas de vestir femeninos, tuvieron continuidad o desaparecieron en las épocas estudiadas? 59 ¿Como los artistas a través de la escultura, representaron las identidades de las mujeres del México antiguo? Como se sabe, al confrontar la figuración pictórica colonial de divinidades con la representación escultórica prehispánica, se ha comprobado que sus características no son fijas e incluso, en algunos casos, la indumentaria, adornos y atributos de una misma deidad cambian significativamente entre un lenguaje artístico y otro y, una época y otra. De esta manera, el análisis de la escultura prehispánica, puede aportar nuevos antecedentes de cómo vestían las mujeres, y cómo eran los estilos locales por cultura y época en el contexto mesoamericano. Por otra parte, diversas investigaciones señalan que el huipil y el quechquémitl son prendas de vestir indígenas originarias de Mesoamérica y se cuenta con prolíficos estudios que analizan estos vestidos. Sin embargo se ha podido observar que no existe una clara visión respecto de si estas prendas operaron de la misma forma en los diferentes grupos, culturas y épocas del México prehispánico, cuestión que es posible observar en las esculturas estudiadas. A través de distintas fuentes y materiales, se ha podido constatar como el vestuario ha servido para dar lugar a gobernantes, ya que entre otras, existieron vestimentas de mando, atuendos
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