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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE LETRAS MODERNAS LA TRANSITIVIDAD EN LAS CRÓNICAS DE NARNIA: UN ANÁLISIS DE LOS EVENTOS PROTOTÍPICOS Tesis que para obtener el título de Licenciado en Lengua y Literaturas Modernas (Letras Inglesas) Presenta Jorge Rodrigo Monjarás Manzanilla Asesora: Dra. María del Refugio Pérez Paredes México, D.F. Agosto 2014 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos | I I Agradecimientos “Learn everything you can, anytime you can, from anyone you can - there will always come a time when you will be grateful you did.” Sarah Caldwell. “When you practice gratefulness, there is a sense of respect towards others.” The Dalai Lama. “When eating bamboo sprouts, remember the man who planted them.” Chinese Proverb Quiero empezar por agradecer a tres personas que han sido ejes importantes en mi vida: Mamá, gracias por darme la vida, permitirme crecer y desarrollarme con la libertad, la fuerza y la dulzura que hasta ahora lo he hecho. Siempre has sabido que para mí eres una fuente de inspiración y un modelo a seguir: honesta, estable, íntegra, agradecida, comprensiva, comprometida, reflexiva y decidida. Tu sabiduría ha guiado mis pasos y ha dado luz a mi vida. Eres la luchadora incansable que derrota dragones, soporta los golpes de la vida y conquista nuevos reinos sin detenerse. Nina, gracias por todo el apoyo, el amor, el empuje y el ejemplo. Eres una gran portadora y abastecedora de conocimientos, de inteligencia y de pensamiento crítico. Junto con mi mamá, fuiste quien hizo posible este camino y, por fin, este logro. Mamá Con, gracias por ser un gran ejemplo de bondad, cariño y generosidad. Tu guía espiritual me ha ayuda a trascender los límites de las creencias y la fe. También quiero agradecer a mi familia por ser la menos convencional, la más amorosa, la más bromista, la más cercana y la más alegre: Tanito, te agradezco por brindarme guía y cuidados; cuñadita, por ser fuerza, poder, presencia, entereza, sabiduría; Vicky, por ser primero una amiga, luego una prima genial, una compañera de juegos, de bailes, de cantos y de conciertos; Gina, por ser la más pequeña de mis primas, por darme tanto amor, cariño y aprecio; Cachos, por ser un guía espiritual y el mejor padrino que me pudo tocar; Helenita, por todo el cuidado y estar al pendiente a pesar de la distancia; Diana y Marisol, les agradezco por ser casi mis hermanas durante los primero años de mi vida y mis primas lejanas sólo de manera geográfica, pero siempre cercanas en el corazón; tío Jorge, te agradezco por ser la fuerza detrás de mi Nina y un cariño más en mi vida; Sipin, por ser mi mamá chiquita y alguien a quien admiro por su organización, determinación, entereza y experiencia; Bubu, por ser la Agradecimientos | I I I primera maestra del troleo, seguramente muchas personas podrán agradecerte mi temple y mis comentarios; papá Julio, por estar ahí del otro lado de la puerta; Gaby, por ser la hermana mayor y abrir nuevos horizontes; Cris, por ser analítica, sincera y afanosa; Julio por ser un hermano, un amigo y un vecino; Chuzmita, por ser una gran tía, brindarme tanto amor y cariño; hermana, que aunque no es un asunto uterino o consanguíneo, por ser un gran apoyo y otra gran fuente de inspiración y admiración; Mau, por integrarte y formar parte de la familia, y permitirnos hacer lo mismo; la secta, les agradezco por meditar en esas deliciosas cenas, maravillosas reuniones y amorosísimas compañías; y tío Carlos Manuel, por llegar a completar la familia y la historia que la conforma, aunque durante algún tiempo no estuvimos cercanos. Las maravillosas maestras que tuve la fortuna de encontrar en mi paso por la facultad, todas son un ejemplo en lo que hacen y tan enormes como humildes, les agradezco: A Kukis por darle nombre a las estructuras que ya no conocía, ampliar mi conocimiento al respecto, darle forma y vida a esta tesina, y trabajar arduamente en ella junto conmigo; a Aurora por darle correspondencia a esas estructuras en inglés, seguir expandiendo mi amor por la literatura y profundizar mi amor por la lengua inglesa, a Nair por ser la mejor jefa posible y una maestra de materia y de vida; a Claudia Lucotti por ser un impulso en el cierre de la licenciatura, un apoyo para mis proyectos. No puedo dejar de agradecer a algunas de mis amistades, personas para las que dedico unas palabras: Yuzel, Ivett, Ursu y Emmanuel, gracias por ser las más grandes amistades, por establecer relaciones más allá de las distancias, los medios y el tiempo, por compartir tantos y tan maravillosos momentos en persona o vía electrónica, y por ser un gran apoyo y estímulo para escribir este trabajo. Car, gracias por ser la compañera de estudio, la amiga y la cómplice durante tantas clases, en los momentos de desvelo para entregar los ensayos, en las pláticas a altas horas de la noche y más tarde; por su propia voluntad, yo creo que es masoquista, por ser compañera de trabajo, travesuras y locuras, y por confiar que pronto estaríamos en estos trámites. César, gracias por abrir mi mente a que los silencios dicen más que mil palabras, por esas pláticas profundas de la vida y la literatura y por ser la prueba de que las personas pueden desaparecer en menos de un segundo. Ednita, gracias por ser de esas personas que se vuelven de la familia casi instantáneamente, con las que uno parece reencontrarse después de varias vidas, por compartir la familia, todo el amor, y la pasión por la lingüística. Renata, you might not understand Spanish, so I dare to dedicate these lines to you, thank you for being high—high-spirited, high-minded and high-powered. You so helped to make my love for linguistics higher and deeper. Agradecimientos | I V Carmen, gracias por ser como una madre por tu ejemplo de dulzura, alegría y sociabilidad, y ser una de mis más grandes impulsoras. Humberto, gracias por esas pláticas en casa de Irma, por esos consejos indirectos que siempre serán útiles y por darle voz a muchos de mis pensamientos y Claudia por secretamente empujarme, apoyarme y no cejar en ese empeño para este logro. No puedo dejar de agradecer a mis abuelitos que, aunque hoy sean ángeles en otro plano o estrellas en el cielo, son ellos quienes abrieron camino de algún modo o de otro, con la educación que le dieron a mi mamá y a mis tíos, y con sus personalidades tenaces, dicharacheras, fuertes, imponentes y tiernas para que yo sea quien soy y haya tenido la oportunidad de estudiar una licenciatura a la que llegué por la lengua y me quedé por la literatura. Sin duda, quiero agradecer al sínodo, más conocidas como el cielo, lo siento por Diego que llegó al último, pero que al fin y al cabo está incluido, pues cada uno de los comentarios y sugerencias que aportaron fueron vitales y trascendentales, e imprimieron el refinamiento necesario para este trabajo. Cada momento, cada etapa, cada año, cada día, cada persona, cada experiencia, cada conocimiento son una pieza clave para este trabajo, pues creo que todos estos debieron suceder para que se pudiera completar el ciclo, personal,emocional, intelectual y espiritual, que da paso a la nueva etapa que ha de comenzar. Por último y no por eso menos importante, quiero agradecer a la Universidad Nacional Autónoma de México, en especial a la Facultad de Filosofía y Letras, por abrir sus puertas y todos sus espacios para llevar a cabo el desarrollo de todas mis actividades académicas y al fin terminar la licenciatura. V Índice Introducción ................................................................................................................................................. 1 Capítulo 1 Narrativa: caracterización general ................................................................................ 5 1.1. Un discurso cognitivamente básico ........................................................................................ 6 1.2. Concepto de narrativa ...............................................................................................................11 1.2.1. Subgéneros narrativos ......................................................................................................12 1.3. La narrativa como género literario ......................................................................................14 1.4. La narratología .............................................................................................................................21 1.5. Tipos de composición ................................................................................................................25 Capítulo 2 La transitividad en la gramática ...................................................................................30 2.1. Definición de transitividad ......................................................................................................31 2.2. La transitividad desde las perspectivas tradicionales ..................................................33 2.2.1. Verbo transitivo ...................................................................................................................34 2.2.2. Construcciones transitivas ..............................................................................................35 2.2.3. Necesidad del hablante .....................................................................................................36 2.2.4. Rección ....................................................................................................................................36 2.3 La transitividad en perspectivas más recientes ...............................................................39 2.3.1 Transitividad en el modelo funcionalista ...................................................................42 2.4 La propuesta de Hopper y Thompson ..................................................................................49 2.5. El prototipo de la transitividad ..............................................................................................51 Capítulo 3 La transitividad en The Chronicles of Narnia ...........................................................57 3.1. La transitividad como un continuum ...................................................................................58 3.1.1. Parámetros involucrados en la noción de transitividad ......................................58 3.2. Estructuras transitivas en The Chronicles of Narnia ......................................................68 3.2.1. Eventos predominantes en el corpus ..........................................................................70 Conclusiones ...............................................................................................................................................95 Bibliografía ............................................................................................................................................... 100 I n t r o d u c c i ó n | 1 Introducción La transitividad es un concepto que se remonta a la gramática griega, la cual tiene su origen en la antigua Grecia y después es transmitida a los romanos. Los gramáticos latinos utilizaron los términos transitivus, transitio y transire, de donde se deriva nuestra nomenclatura y son una traducción literal de los términos griegos diabatikos, diabibastos, adjetivos utilizados para describir el cruce o el paso de un lugar a otro, diabasis, metabasis, diabibasmos, que denotaban transición, y diabibazo, que significaba pasar o cruzar, utilizados con frecuencia (Martínez, 1999, p. 15). Los griegos consideraban que las construcciones o los tipos de oraciones más frecuentes que incluyen dos argumentos denotaban de forma típica una interacción asimétrica de dos entidades que consistía en una transferencia de energía del sujeto al objeto. La transitividad es incorporada a la gramática latina por Prisciano, quien hizo que se volviera una noción relevante en la sintaxis. Al principio era una noción semántica, pues de principio implica una noción de “transición” (paso), como se ha mencionado antes, que se efectúa de una persona a otra con motivo del proceso expresado por el verbo. La transitividad fue tratada en un doble contexto: uno de forma general por el tipo de construcción y otro de forma más específico por los tipos de verbos. Prisciano ya reconocía, además de una contructio transitiua, algunos verbos transitiua que se oponían a algunos verbos absoluta. En la Edad Media, Petrus Helias asegura que los verbos transitivos se construyen sin importar el caso (genitivo, dativo o acusativo). Los gramáticos medievales construyeron la sintaxis alrededor de la noción de régimen (rección) tomando como punto de partida el elemento regido y ya no el elemento rector. Sin embargo, la noción de I n t r o d u c c i ó n | 2 transitividad era difusa desde el principio, de naturaleza fundamentalmente semántica, tendiente a tecnificarse y gramaticalizarse, con el tiempo. Desde el inicio, la transitividad estuvo ligada a la voz verbal o, con más exactitud, al “género” verbal con el que mantiene relaciones estrechas, pero difíciles de aclarar. (Colombat, 2003) A lo largo de la historia, en repetidas ocasiones ha estado en discusión la doble naturaleza de la transitividad y el doble significado de la palabra “transitivo”, pues éstos son con frecuencia una cuestión confusa. Es útil hacer la distinción entre la valencia semántica y sintáctica, mientras la primera se refiere al número de participantes que toman parte en la situación, la segunda se refiere al número de constituyentes sintácticos obligatorios, es decir, al comportamiento sintáctico del verbo. La valencia semántica se ocupa de la posible configuración de los argumentos marcados por el caso, que reflejan situaciones específicas, y contribuyen al significado; la valencia sintáctica se dedica a la ocupación obligatoria de las posiciones con cuya marcación de caso sea requerida por el verbo. (Luraghi, 2010: 60 -61) Como puede observarse, el concepto ha cambiado y las discusiones son interminables, pues algunos quieren abordar el caso desde la sintaxis y otros desde la semántica, pero nadie había logrado unir estos dos aspectos de la lengua hasta que el funcionalismo y la tipología lingüística señalaron que la transitividad es una cuestión de grado y se manifiesta por medio de las construcciones tanto en el nivel morfológico, como en el sintáctico, el semántico y el pragmático. La transitividad no sólo tiene vínculos entre las diferentes lenguas, sino también con otros fenómenos como la voz pasiva, la reflexividad, la voz media, la antipasividad, la anticausatividad, la voz inversa, etc. que se asocian con cambios de la valencia verbal. I n t r o d u c c i ó n | 3 Uno de los mayores problemas radica en que, para hablar en efecto de la codificación transitiva, se requiere un análisis basado en corpus extraídos del uso de la lengua, que da como resultado una mayor diversidadde construcciones, además de evidenciar el tipo de eventos1 más recurrentes en este esquema semántico-sintáctico. En este trabajo pretendemos abordar la transitividad con base en ese uso, para lo cual formamos un corpus a partir del texto El león, la bruja y el ropero (The Lion, the Witch and the Wardrobe) de Las crónicas de Narnia (The Chronicles of Narnia)2, del cual sólo se eligieron tres capítulos debido a las limitantes de tiempo y espacio. Para conformar el corpus se eligió las oraciones que tenían dos o más participantes argumentales, se observó el tipo de acontecimientos expresados por los verbos que se agruparon y se contabilizaron, a partir de lo cual se realizó un análisis de los grupos más sobresalientes. En el modelo funcionalista, la transitividad se considera un fenómeno que alude a un continuum que toma en cuenta una variedad de factores entre los que podemos encontrar la agentividad y la volición, lo que hace que no hablemos de una categoría cerrada que exige requisitos indispensables, sino de una categoría difusa y de grado con la que podemos analizar estructuras de distinto tipo, según se acerquen al modelo de esquema transitivo. La transitividad se organiza a partir de prototipos, es decir, en función de los miembros más representativos, por lo que habrá estructuras que se acerquen a ese prototipo idealizado, en otras palabras, transitivas en mayor grado, y otras que se alejen del 1 Por eventos, nos referimos a las escenas activadas cognoscitivamente por el hablante al emplear un determinado verbo y por situación a un suceso real o ficticio, en contraste con acontecimiento, cuyo referente es un hecho o suceso relacionado con la realización de una actividad. 2 Se utiliza el nombre en español, debido a que hay una traducción tanto de la esta obra como de la serie de los libros. Sin embargo, de aquí en adelante se utilizan los títulos en inglés, puesto que la versión que se utilizó para realizar el trabajo fue en dicha lengua. I n t r o d u c c i ó n | 4 prototipo o compartan menos rasgos con éste, pero que de igual modo forman parte de la clase. Al buscar estructuras altamente transitivas, donde existe una transferencia de energía de un participante a otro, encontramos cierto tipo de evento que difiere del prototipo señalado por distintos teóricos, es decir, eventos con trasferencias físicas y cambios de estado. Esto se debe a que muchos autores creaban sus propios ejemplos; sin embargo, al extraer el material de estudio del discurso, observamos el uso, lo analizamos y determinamos que con mayor frecuencia se hace referencia a eventos de tipo psicosocial. De ahí que Vázquez Rozas proponga una revisión del concepto de prototipo, pues a partir de la perspectiva del uso discursivo es inapropiado decir que la frecuencia y el prototipo son lo mismo, lo que es fundamental para la realización de este trabajo. Este trabajo ha sido organizado en tres grandes capítulos. En el primer capítulo se revisa de manera breve el concepto de narrativa, con la intención de definir y marcar el rumbo del trabajo, ya que el discurso narrativo fue el elegido por tratarse de un género frecuente, extenso y fijo, además de básico en términos de la cognición humana. En el segundo capítulo, se condensan las distintas posturas y modelos en torno a la transitividad, desde la visión clásica hasta las visiones más actuales. Más adelante, en el tercero, se hace una presentación del análisis de los datos, en el que se toma en cuenta el continuum propuesto por Paul J. Hopper y Sandra Thompson (1980), se retoma la propuesta de Victoria Vázquez Rozas (2004) y se determina la clase de eventos más recurrentes en el discurso narrativo bajo el esquema transitivo. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 5 Capítulo 1 Narrativa: caracterización general La narración es un acto social y una forma de relación, que se presenta como una de las actividades que el hombre realiza con mayor frecuencia como parte de una comunidad, ya que se narra para mantener un contacto con los otros, compartiendo lo que se conoce, se imagina, se piensa, se siente, etcétera. Es tanta la importancia de la narración que, hoy en día, algunos estudiosos se concentran en las historias de vida y recuentos como objetos sociales de investigación, pues se han dado cuenta de que ésta constituye una parte importante de la identidad de los pueblos. La narración desemboca en historias que pueden concebirse como simples representaciones posfactuales de las experiencias que se cuentan, como indicios culturales que proveen entendimiento y acción o como representaciones que crean y comentan sobre experiencias previas. En este capítulo abordaremos brevemente el concepto de narrativa, ya que el texto sobre el cual se basa nuestro estudio pertenece a este género discursivo. Aclaramos que se trata de una revisión somera y básica de la narrativa como género, pues éste no es el objeto de estudio de nuestro análisis sino su soporte. Uno de los objetivos fundamentales de dicha revisión es tener presentes las características de la narración como un discurso básico3, desde un punto de vista cognitivo, pues este estudio pretende evidenciar si los eventos lingüísticos que se han considerado como básicos en la cognición humana se codifican con 3 De acuerdo con los estudios cognitivos, los seres humanos tenemos mayor acceso a la información relacionada con el conocimiento experiencial, el cual conforma configuraciones esquemáticas que se codifican en la lengua y que nos ayudan a interpretar los distintos significados. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 6 la frecuencia esperada, o bien qué clase de eventos son los que suelen codificarse lingüísticamente en un discurso narrativo. 1.1. Un discurso cognitivamente básico La narrativa es el reconocimiento consciente de nuestro alrededor y nuestra propia experiencia, que empieza cuando nuestra conciencia interior conceptualiza la historia de todo lo que percibimos y hacemos. Es la base de la comunicación humana: como seres sociales compartimos nuestras historias con las personas que nos rodean; es la responsable del desarrollo de la sociedad, pues va creando una identidad colectiva en común, es decir, una cultura que evoluciona a partir de una narrativa compartida. En otras palabras, como bien apunta Luz Aurora Pimentel en El relato en perspectiva: “innumerables, pero no sólo los relatos del mundo sino aquellos que hacen el mundo; de hecho, nuestra vida está tejida de relatos: a diario narramos y nos narramos el mundo” (1998: 7). Se ha observado que a través de los relatos se establecen las normas para la conducta socialmente aceptable y los conceptos morales, ya que son destilados de la narrativa acumulada. Por otro lado, se encuentran la narrativa estructurada y formalizada, como en el caso de las leyendas, que se han vuelto una herramienta para enseñar y aprender la cultura y el código moral. Contar es una forma tan corriente, tan cotidiana y de igual manera extendida que preguntarse qué es un relato parece superfluo. De hecho, preguntarse sobre la narración en general es reflexionar sobre una manera de poner en palabras la experiencia cotidiana; también es reflexionar entorno a los diferentes tipos de discurso que pueden recurrir a la narración. Podemos tal vez producir narrativas como una respuesta a las preguntas de un doctor, un abogado, un maestro o un progenitor que quiere explicaciones de nuestro comportamiento, y estas historias pueden satisfacer al inquisidor sin cubrir las llamadas N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 7 condiciones de felicidad que pertenecen a lo que Pratt llama ‘textos narrativos de demostración’(Pratt 1977: 69), tal como como la narración conversacional o la producción de ficción literaria. Mary-Laure Ryan cree que hay un continuum que corre desde las condiciones estrictas de narratividad hasta las condiciones de ser narrado (narratibilidad), o de la narratibilidad hasta los principios estéticos por completo desarrollados, tales como los principios aristotélicos que recomiendan exposición, conflicto, clímax y una resolución traída por un dramático cambio de acontecimientos. Una definición de narratividad no puede limitarse a la gran obra de la literatura, y por tanto debe trazarse una línea, modificable, que vaya desde lo más cercano a la definición hasta lo más lejano (Ryan 2005). Dicha posición define la narrativa como un acto de narración dirigido por un narrador (emisor) a un narratario, también conocido como receptor, o como la narración de una secuencia de acontecimientos pasados. La condición para ser un discurso narrativo es que se lleve a cabo un acto de habla que consiste en que un agente, llamado narrador, transmita una historia. El contenido semántico de este acto discursivo deben ser acontecimientos que ya ocurrieron, ya sea de forma real o ficticia. Esta concepción de narrativa como un fenómeno basado en la lengua rechaza la posibilidad de formas visuales o musicales de la narrativa; también excluye aquellos textos cuyo lenguaje no use un narrador cuya presencia sea evidente, y los textos que no representen acontecimientos retrospectivamente. Nuestra memoria e interés nos llevan a operar una incesante selección de incidentes a partir de nuestra vida, de la vida de los otros, del mundo que nos hemos ido narrando; una selección orientada de nuestras experiencias, para llevar a cabo una “composición” que N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 8 signifique y/o resignifique esa experiencia. Y es que nuestra acción anda siempre “en busca del relato”. Tendría entonces la experiencia humana una suerte de narratividad inherente que no surge, como se dice, de la proyección de la literatura sobre la vida, sino que constituye una “auténtica exigencia del relato”. Nuestra vida cotidiana queda así informada por “una estructura pre-narrativa”. Reflexionar sobre el relato no sería entonces una actividad ociosa, aislada de la “realidad” como algunos lo piensan, sino una posibilidad de refinamiento de nuestra vida en comunidad, de nuestra vida narrativa. La narrativa empieza en la mente, cada individuo conceptualiza la percepción de una experiencia, al mismo tiempo que la voz interior de un individuo formula una descripción de la experiencia de vida como una historia. Externar las experiencias por medio de anécdotas con otros individuos es una función humana esencial, pequeños cuentos o historias que narran incidentes biográficos interesantes o entretenidos. De las pequeñas hasta las grandes pantallas, de las historias destinadas a acompañar el sueño de los niños a aquellas que ocupan los adultos, de los periódicos a los libros de historia, de las ficciones literarias a las parábolas religiosas, de las “fábulas políticas” a las historias graciosas o a la publicidad, las figuras más diversas del relato acompañan nuestras existencias. El relato acompaña la vida y la muerte de cualquier individuo, sin importar su condición, traza los límites de lo que cada uno debe y puede hacer por medio de rumores, chismes o elogios. Toda narrativa –o narración– guarda rastros de por qué y para qué alguien hace una narración. Se dice que un relato sólo encuentra su sentido si logra cierto efecto en aquel (o aquellos) a quien (a quienes) está destinado, mismo que da paso al contrato narrativo N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 9 fundamento del intercambio, pues se apoya sobre un saber (supuesto) compartido. Narrar es siempre narrar algo a alguien a partir de una expectativa (condescendiente o desconfiada), con base en un horizonte de expectativas fundadas en primer lugar en la previsibilidad de las formas de organización del tipo narrativo en general y de los géneros del discurso narrativo en particular (relato fantástico, periodístico, humorístico, etc.) (Adam 1984). Al parecer los seres humanos prefieren organizar la información como historias más que como datos categorizados como hechos en una relación lógica y retienen la información diaria a modo de narrativas anecdóticas con personajes, tramas, motivaciones y acciones. Algunos piensan que toda la comunicación es una forma de narración. Como tal, las historias se vuelven un instrumento primario de la educación, como lo hacen los padres cuando cuentan historias a sus hijos para transmitir lo que han aprendido por experiencia. También, por su lado, la información dentro de una comunidad se comparte a través de la narrativa. Los humanos, en la prehistoria, con seguridad desarrollaban con rapidez el hábito de compartir narraciones anecdóticas. Probablemente con éste comenzó el desarrollo de la memoria, pues una comunidad acumulaba un cuerpo de expresiones verbales que incluían cuentos, relatos orales, bromas y proverbios que conformaban la tradición oral, el inicio de su propia cultura y por lo tanto, el folklore que desarrolló al mismo tiempo un estrato de consciencia comunitaria, lo cual a fin de cuentas refiere a una narrativa en esencia interesada en las tradiciones de la vida diaria, pero se desarrolla como una articulación de creencias dominantes de cierta época. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 0 La narrativa es un mensaje que cuenta o presenta una historia, es decir, el relato de un suceso o una serie de sucesos, tanto naturales como no naturales, ya sean verdaderos o ficticios; una anécdota, un reporte o una declaración de hechos. Es decir, para que se hable de “relato”, se necesita la representación de (al menos) un hecho. Por ejemplo, un acontecimiento como el asesinato de una persona, un accidente, una vida misma, sólo se convierten en relatos cuando son representados, es decir, contados, relatados por un periodista, un publicista, un biógrafo, un cineasta, etc. en un periódico, un libro, una película, etc. (Adam 1984) Abbot (2008) recomienda empezar por regresar a la distinción entre historia y narrativa. La historia se puede recordar, es algo que es entregado por la narrativa pero parece preexistir a ella. La narrativa, del mismo modo, es algo que siempre parece seguir, para ser una representación. La narrativa, en otras palabras, expresa una historia, y aun cuando muchos teóricos estén en lo correcto en cuanto a que la historia realmente no existe hasta que es expresada, seguimos teniendo el sentido de la preexistencia de la historia a la narrativa que la expresa. Cuando pensamos en narrativa, comúnmente pensamos en ella como un arte. Pensamos en ella en forma de novelas o sagas, o fábulas o, al menos, como anécdotas. Hablamos de un don para contar historias. Pero así como es cierto que la narrativa puede ser un arte y ese arte se desarrolla en la narrativa, la narrativa también es algo en lo que nos involucramos los artistas y los no artistas por igual. Hacemos narrativa muchas veces al día, cada día de nuestras vidas. Y empezamos a hacerlo casi desde el momento que comenzamos a juntar palabras. Tan pronto como acompañamos un sujeto con un verbo, existe una buena posibilidad de que nos involucremos en un discurso narrativo. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 1 Dada la presencia de la narrativa en casi todo discurso humano, no es sorprendente que haya teóricos que la coloquen a la par de la lengua misma como un rasgo distintivo humano, de ahí que se le considere un discurso cognitivamente básico. Fredric Jameson (1981), por ejemplo, escribe acerca del “procedimiento completamente informador de la narrativa”,que describe como “la función o el ejemplo central de la mente humana”. Jean- François Lyotard llama a la narración “la forma por excelencia del conocimiento” (1984). 1.2. Concepto de narrativa La narrativa se puede entender desde varias perspectivas a partir de las cuales puede definirse como la acción o facultad de narrar propiamente tal, como el género literario que se distingue de la lírica y la dramaturgia y que comúnmente se dedica a la novela y el cuento. Por otro lado, también puede entenderse como el conjunto de relatos dedicados a un tema en específico, de técnica narrativa, a una escuela o a un sitio geográfico, del tipo “narrativa latinoamericana” o “narrativa del exilio”. También se le conoce como la ciencia que se dedica al estudio de textos narrativos que mantienen como estructura básica común el relato y que abarca desde el mito hasta las tiras cómicas y el cine, es decir, la narratología, cuya denominación se va imponiendo en los estudios de los últimos años; e igualmente se le considera como uno de los cuatro tipos de composición, entre los cuales encontramos la argumentación, la descripción y la exposición (Estébanez 1996). Si bien es cierto decir que una narrativa no es más que una historia, el entendido importante desde un punto de vista analítico es que cuando contamos o escribimos una historia, tendemos a usar una forma y estructura muy similares, sin importar de qué historia se trata o si es imaginaria o no. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 2 Para propósitos generales en semiótica y teoría literaria, la narrativa es una historia o parte de una historia que puede ser hablada, escrita o imaginada y tendrá uno o más puntos de vista que representan al narrador a quien la audiencia puede ver y/o escuchar, quien agrega no verbalmente niveles o capas de significado al texto. El narrador también tiene la oportunidad de monitorear la respuesta que tiene la audiencia ante la historia y modificar la manera de contar para aclarar el contenido o reforzar el interés del oyente. Esto se distingue de la forma escrita en la que el autor debe prever las reacciones más probables de los lectores cuando estos van decodificando el texto y tomar una decisión final de las palabras que utilizará con la esperanza de lograr la respuesta deseada. 1.2.1. Subgéneros narrativos La narrativa es la principal forma en que nuestra especie organiza su entendimiento del tiempo. Esto parecería ser la facultad fundamental de la narrativa. Ya que somos la única especie en la tierra con expresión oral, escrita y un conocimiento consciente del paso del tiempo, es obvio que tendríamos un mecanismo para expresar este conocimiento. La narrativa es a tal grado una parte de la forma en que comprendemos el mundo a través del tiempo que está incorporada prácticamente en la forma en que lo vemos (Abbot 2008), muestra de ello son las anécdotas, las crónicas y la historia misma. Los géneros narrativos como el mito, la fábula, la leyenda, la parábola y el cuento nacen en la tradición oral como una necesidad de dar explicación a los fenómenos del mundo, al origen de los pueblos, de las ciudades o del universo mismo, de educar o enseñar hasta que la invención y la propagación de la imprenta dio lugar a que predominara la tradición escrita. Esto permitió que dichos géneros se estandarizaran o fijaran para evitar las variaciones o cambio. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 3 a) Mito La narrativa es sin duda una de las variedades más comunes del discurso social y no pasará un día sin que se lea o se escuche una historia; o se construya una propia, así podemos ver que muchas narrativas son tan antiguas y duraderas que se les llama mitos. Ejemplos son el mito de romance, el mito de familia, el mito del héroe y más. El mito demuestra que la espiritualidad existe en algún lugar entre los hechos y la ficción, ya que éste fue creado para comunicar mensajes espirituales y sagrados. Las narrativas míticas describen lo que afecta el alma, así como lo que no puede explicarse de una manera racional. b) Fábula Sabemos que la imaginación expande los límites de la narrativa y transforma los hechos en ficción, lo que permite la personificación de la representación inanimada y metafórica de lo animado, por lo que tenemos como resultado la fábula que explota formas imaginarias para entregar un mensaje moral. c) Leyenda Por su parte, los cuentacuentos pasaban las historias que aprendían de otros creando una distancia entre la persona que en realidad presenció la historia y el relator. Algunas historias se distinguieron de la crónica mientras la narración se iba volviendo más formal y estructurada, debido a esto la narración se transformaba y ayudaba a que las historias fueran adquiriendo una definición moral que las elevaba más allá de la banalidad de la típica vida de un humano y les otorgaba una universalidad que hacía que valiera la pena repetirlas a través de muchas generaciones como leyendas. Con esta diversidad de formas, la narrativa está presente en cada época, en cada lugar, en cada sociedad; empieza con la historia misma de la humanidad y no hay lugar ni ha N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 4 habido una persona sin una narrativa. Todas las clases, todos los grupos humanos, tienen sus narrativas, placer que es compartido muy a menudo por hombres con orígenes culturales diferentes, inclusive opuestos. La narrativa es internacional, transhistórica, transcultural: simplemente está ahí, como la vida misma. “Our very definition as human beings”, como Peter Brooks escribió, “is very much bound up with the stories we tell about our own lives and the world in which we live. We cannot, in our dreams, our daydreams, our ambitious fantasies, avoid imaginative imposition of form on life.” (Brooks, 1996) 1.3. La narrativa como género literario Los reportajes del periódico, los libros de historia, las novelas, las películas, las tiras cómicas, la pantomima, la danza, el chisme, las sesiones psicoanalíticas son sólo algunas de las narrativas que impregnan nuestras vidas. La especie de narrativa a la que este trabajo refiere es la llamada “narrativa de ficción”, específicamente en la forma de la novela. Por narrativa de ficción podemos entender la narración de una sucesión de acontecimientos ficticios. Por evidente que pueda parecer esta definición implica no obstante cierta posición con respecto a algunos asuntos en la poética. Para comenzar, el término narración sugiere por una parte una comunicación, es decir, un proceso en el cual la narrativa como mensaje es transmitida por el emisor al receptor y por otra parte, la naturaleza verbal del medio utilizado para transmitir el mensaje, es decir, que presupone el uso del habla para hacer llegar la información. Esto es lo que distingue la narrativa de ficción de las narrativas en los otros medios. A diferencia de otros textos literarios como la poesía lírica o la prosa expositiva, la narrativa de ficción representa especialmente una sucesión de acontecimientos, que se N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 5 pueden definir sin gran rigor como algo que pasa, algo que puede ser resumido con un verbo o el nombre de una acción. Aunque las narrativas de un solo acontecimiento son teóricamente posibles, se habla de sucesión de acontecimientos para sugerir que las narrativas consisten frecuentemente en más de uno. En general la definición de narrativa de ficción también incita a una clasificación de los aspectos básicos: los acontecimientos, su representación verbal y el acto de contar y escribir. De acuerdo con la línea de la diferencia que hace Genette4 (1972) entre histoire, récit y narration, estos aspectos se pueden etiquetar como historia, relato y narraciónrespectivamente. La historia designa los acontecimientos narrados, resumidos de su disposición en el relato y reconstruidos en el orden cronológico, junto con los participantes en estos acontecimientos. Mientras que la historia es la sucesión de acontecimientos, el relato es un discurso escrito o hablado que lleva a cabo su enunciación. En el relato, los acontecimientos no aparecen necesariamente en orden cronológico, las características de los participantes están todas distribuidas y todos los elementos del contenido narrativo están filtrados por una perspectiva (‘focalizador’). El hecho de que el relato sea un discurso escrito o hablado implica que alguien lo dice o lo escribe. El acto o proceso de producción es el tercer aspecto, ‘la narración’. La narración puede considerarse como real y ficticia. En el mundo empírico, el autor es el agente responsable de la producción de la narrativa y de su comunicación. El proceso empírico de comunicación, sin embargo, es menos relevante para la poética de la narrativa 4 « La distinction entre l'histoire (la succession d'événements qui est rapportée par le récit), le récit («l'énoncé narratif, le discours oral ou écrit qui assume la relation d'un événement ou d'une série d'événements») et la narration («l'acte de narrer pris en lui-même», et par extension la situation dans laquelle il prend place). » N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 6 de ficción. Dentro del texto, la comunicación involucra un narrador ficticio que transmite una narrativa a un narratario. El texto narrativo es en sí definido por estos otros dos aspectos: si no contara una historia no sería una narrativa y si no fuera narrado o escrito no sería un texto. En efecto, la historia y la narración pueden verse como dos metonimias del texto, la primera la evoca desde el contenido narrativo y la segunda desde la producción. Al ser una abstracción, un constructo, la historia no está disponible directamente al lector. En efecto, ya que el texto es el único aspecto observable y tangible de la narrativa verbal, parecería tener sentido tomarlo como el punto de anclaje para cualquier discusión de los otros aspectos. Considerar el relato como discurso plantea tres problemas: el tiempo (relación entre el tiempo de la historia y el del discurso), los aspectos o punto de vista (la forma como la historia es percibida por el narrador) y los modos del relato (la forma en que se expone esa historia: como “crónica” en la que un narrador relata los hechos de ésta. Por su parte, Otto Ludwig (1891) indicaba con respecto a la narración, la diferencia entre dos formas de relato: el relato propiamente dicho y el relato escénico. En el primer caso, el autor o narrador imaginario se dirige al público: la narración es uno de los elementos que determina la forma de la obra, a veces el elemento principal; en el segundo caso, el diálogo de los personajes está en primer plano y la parte narrativa se reduce a un comentario que envuelve y explica el diálogo, es decir, que se atiene a las indicaciones escénicas. Este género de relato recuerda la forma dramática, no sólo por el acento puesto en el diálogo sino también por la preferencia dada a la presentación de los hechos y no a la N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 7 narración: percibimos las acciones no como contadas (poesía épica), sino como si se produjeran frente a nosotros, en la escena. La relación entre la prosa literaria y el relato oral adquiere importancia fundamental. La prosa literaria ha utilizado extensivamente las posibilidades de la tradición escrita y ha creado formas impensables fuera del marco de esta tradición. La poesía está siempre más o menos destinada a ser hablada; puede vivir fuera del manuscrito, del libro, mientras que la mayor parte de las formas de los géneros prosaicos se encuentran completamente aisladas del habla y tienen un estilo propio del lenguaje escrito. En general, el relato del autor se orienta hacia la forma epistolar, hacia las memorias o las notas, hacia los estudios descriptivos, el folletín, etc. Todas estas formas del discurso se atienen al lenguaje escrito, se dirigen al lector y no al oyente, se construyen a partir de los signos escritos y no de la voz. Por otra parte, en los casos en que los diálogos están construidos siguiendo los principios de la conversación oral y se colorean con el tinte sintáctico y léxico correspondiente, introducen en la prosa elementos hablados y relatos orales. Si en tal tipo de diálogo se deja amplio lugar a alguno de los interlocutores, se establece una aproximación mayor al relato oral. A veces la novela roza la lengua hablada; entonces se introduce un narrador cuya presencia es explicada o no por el autor. Sin importar la forma, el contenido debe vincular a la gente y a los acontecimientos del mundo real, como en el caso de la narrativa de experiencia personal, en la que la perspectiva de la primera persona, que se basa sólo en las experiencias y la percepción del narrador, con frecuencia por medio de cartas o diarios. Cuando el contenido es ficticio, se ponen en práctica diferentes convenciones. El texto proyecta una voz narrativa, pero el narrador pertenece a un mundo inventado o imaginario, no al real. El narrador puede ser N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 8 uno de los personajes en la historia. Roland Barthes (1994) describe a tales personajes como seres de papel y la ficción comprende las narrativas de experiencias personales como las creadas por el autor. Cuando sus pensamientos son incluidos en esto se le denomina focalización interna, cuando la mente de cada personaje se enfoca en un acontecimientos particular, el texto refleja sus reacciones. En la forma escrita el lector escucha la voz del narrador tanto a través de la elección de contenidos como del estilo: el autor puede codificar voces para diferentes emociones y situaciones, y la voz puede estar abierta o cubierta, y a través de pistas que revelan las creencias, valores e instancias ideológicas del narrador, así como la actitud del autor hacia la gente, los acontecimientos y las cosas, podemos descubrir esas voces. Hay una distinción entre la narrativa de la primera y la tercera persona a la que Gerard Genette (1972) se refiere como homodiegética y heterodiegética respectivamente. Un narrador homodiegético describe experiencias personales propias como un personaje en la historia. De una narrativa donde los acontecimientos son vistos a través de los ojos de un focalizador interno en tercera persona se dice que es figurativo. En algunas historias el autor puede ser omnisciente y emplea también múltiples puntos de vista y comenta los acontecimientos cuando suceden. Tzvetan Todorov (1969) acuña el término narratología para el análisis estructural de cualquier narrativa en sus constituyentes con el fin de determinar sus funciones y relaciones. Para estos propósitos la historia es lo que usualmente narra una secuencia cronológica de temas, motivos y líneas de trama (trama narrativa), por lo tanto, la trama representa la estructura lógica y casual de una historia que explica por qué los acontecimientos suceden. El término discurso se utiliza para describir las elecciones estilísticas que determinan cómo el texto narrativo y el rendimiento al fin se N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 9 presentan a la audiencia. Una de las decisiones estilísticas puede ser presentar acontecimientos en orden no cronológico por medio de retrospectivas, por ejemplo, para revelar motivaciones en un momento dramático. El arte de la narrativa es por definición una empresa altamente estética. Hay gran cantidad de elementos estéticos que interactúan de manera típica enhistorias desarrolladas por completo. Tales elementos incluyen la idea esencial de la estructura narrativa, con inicios, nudos y desenlaces identificables o exposición, desarrollo, clímax y desenlace, con incidentes emocionantes e importantes, normalmente construidos en líneas de trama coherente; un fuerte enfoque en la temporalidad que incluye la retención del pasado, atención a la acción presente, y la pretensión o anticipación del futuro; un enfoque substancial en los personajes y la caracterización que es “discutiblemente el único componente más importante de la novela” (Lodge 1992: 67); una heteroglosia dada por diferentes voces que dialogan en escena, “el sonido de la voz humana muchas voces que hablan en una variedad de acentos, ritmos, registros; que posee un narrador o una voz parecida a la de un narrador que por definición “se dirige a” e “interactúa con” la audiencia lectora; que se comunica con la fuerza retórica de un narrador poco confiable, un proceso dialéctico de interpretación que está algunas veces debajo de la superficie, que condiciona una narrativa entramada y otras veces mucho más visible “aboga” a favor y en contra de varias posiciones, confía substancialmente en una figuración estética estándar, particularmente incluye el uso de la metáfora, la metonimia, la sinécdoque y la ironía, está con frecuencia enredada en la intertextualidad, con numerosas conexiones, referencias, discusiones, similitudes, paralelas, etcétera, a otras literaturas, y comúnmente demuestra N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 0 un esfuerzo hacia el bildungsroman5, una descripción del desarrollo de la identidad con un esfuerzo por manifestar la transformación en personaje y comunidad. La narración designa un relato detallado, pero también la estructura general de ese relato. En la retórica antigua se ayuda de la segunda parte del discurso después de la introducción, en la que el orador hace el relato de hechos. El esquema narrativo más simple de una obra es generalmente el siguiente: La narrativa 1. Situación inicial 2. Elemento perturbador 3. Peripecias 4. Elemento de resolución 5. Situación final El esquema narrativo de un relato es un concepto que resulta de la lingüística estructural, nacida en los años sesenta. De acuerdo con esta teoría, dicho concepto constituye la estructura de un relato. En una narrativa, los acontecimientos, ya sean reales o ficticios, son narrados en cierta forma, son contados desde cierto punto de vista, son cuidadosamente seleccionados por su valor en la creación de un sentido de participación, interés y tensión; los acontecimientos son unificados y coherentes, tienen una estructura de “causa y efecto” aparentemente lógica. Los acontecimientos involucran típicamente un personaje principal (llamado protagonista o héroe), la vida del protagonista suele ser alterada de un inicial (o presumible) estado de “normalidad” o equilibrio; esta alteración es creada por un conflicto 5 ”Tipo de novela cultivado en el siglo XIX, también llamado “Novela de formación” o “Novela de aprendizaje para la vida”. En su forma tradicional tiene siempre por protagonista a un hombre adolescente. Wilhelm Meister (1 9 ; 18 ), de oethe, y La educacio n sentimental (18 9), de ustave Flaubert, son obras representativas de este modalidad” ( ar a Francisca Paredes- e ndez et al, oces de Espan a : antologia literaria, Australia ; Boston : Heinle Cengage Learning, 2014 2ª. edición.) N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 1 que es introducido por un segundo personaje (llamado antagonista o villano, también algunas veces una institución social); el conflicto es enfrentado por el “héroe” durante el desarrollo o elevación de la narrativa; esto lleva a un clímax de acción seguido por una sinuosa caída y un atado de cabos sueltos llamado desenlace; durante esta parte final de la historia, se hace la formación de un nuevo equilibrio y una resolución final. Con gran frecuencia para el final de la narrativa la vida del o de la protagonista habrá cambiado de alguna forma y él o ella habrá aprendido algo útil de su experiencia. Las narrativas tienen con frecuencia una estructura relativamente fija: un “principio”, donde un escenario crea el humor o la atmósfera y los personajes son introducidos, vinculado con un “nudo”, en el que el héroe se encuentra con el problema y trabaja para superar el problema donde la trama se vuelve interesante y llega a un clímax, relacionado con un “fin”, en el cual un satisfactorio sentido de cierre se introduce: la trama se dirige a una conclusión. 1.4. La narratología En El relato en perspectiva, Luz Aurora Pimentel (1998) nos invita a definir la narratología como el conjunto de estudios y propuestas teóricas que sobre el relato se han venido realizando desde los formalistas rusos, y en especial, desde el trabajo de Propp (1985) sobre los cuentos populares rusos. Así nos dice que con frecuencia la narratología se ha descrito simplemente como “la teoría de los textos narrativos” o en las palabras de Gerald Prince (1982), como “el estudio de la forma y el funcionamiento de la narrativa”, definiendo el relato, mínimamente, como “la representación de por lo menos dos acontecimientos o situaciones reales o ficcionales en una secuencia temporal”. uchos de estos estudios, como bien lo ha hecho notar Gérard Genette (1983), constituyen un análisis N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 2 lógico o semiológico del contenido narrativo, haciendo caso omiso de su forma de transmisión (oral, escrita, cinematográfica, etc.) mientras que otros son análisis formales del relato que atendienden al modo o situación de enunciación. Cuando hablamos de narrativa desde la narratología es oportuno recordar que el término narratología fue acuñado por Tzvetan Todorov (1969) para denominar la ciencia que abarca y sistematiza los conocimientos de la teoría del relato en sus diferentes aspectos y cuya prioridad es elaborar modelos de análisis del relato aplicables a los diferentes tipos de textos narrativos, de acuerdo con la presuposición de Roland Barthes (1975) de que el relato está presente en todos los tiempos, lugares y sociedades y abarca desde el mito hasta el cine. Roland Barthes (1975) propone una teoría de la obra narrativa desde categorías lingüísticas y considera el relato como “una gran oración” en la que se descubren las principales categorías del verbo: tiempos, aspectos, modos y personas. Con ellos se confirma la idea de que el “modelo oracional” sirve de base de estudio al modelo del relato, concibe “los sujetos” como opuestos a los “predicados verbales”. A su juicio, la tipología actancial de Algirdas Julien Greimas “descubre en la multitud de personajes del relato las funciones elementales del análisis gramatical”. Gerard Genette (1972) aporta una distinción precisa entre tres elementos constitutivos del relato: la historia, la serie de acontecimientos que constituye el contenido narrativo de un relato, el relato, el “enunciado” verbal, el “discurso” o “texto” narrativo en el que se expresa dicha historia, la narración, el acto de narrar o de producir el texto, y “por extensión, el conjunto de la situación real o ficticia en la que se sitúa”. Gerard Genette confía en los términos franceses récit (relato) y discours (discurso) para distinguir entre los N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 3 acontecimientos de una narrativa y cómo estos acontecimientos están “ordenados” por los recursos y las figuras narrativos que son a menudo identificados por la narratología. Cobley (2004: 5) dice que historia (story) comprende “all the events which are to be depicted”; trama (plot) comprende “the chainof causation which dictates that these events are somehow linked and that they are therefore to be depicted in relation to each other”; y narrativa (narrative) es “the showing or the telling of these events and the mode selected for that to take place”. Por su parte, Barthes propone tres niveles de narrativa para ser analizados: función (como lo hace Propp), acción (citando a Greimas) y narración (derivada, en este caso, de Todorov). La palabra historia puede utilizarse como un sinónimo de narrativa. También puede usarse para referirse a la secuencia de acontecimientos descritos en una narrativa. Una narrativa también puede ser contada por un personaje dentro de una narrativa mayor. Dichos fenómenos son estudiados por la semiótica y por la semántica, la primera estudia los bloques individuales de significado llamados signos; y la segunda analiza la forma en que dichos signos se combinan en códigos para transmitir el mensaje. Esto es parte de un sistema de comunicación general que utiliza tanto elementos verbales como no verbales y que crea un discurso con modalidades y formas diferentes. Roman Jakobson (1971), por su parte, sostiene que la literatura no existe como una identidad separada. Así, él y muchos otros semiotistas prefieren la idea de que todos los textos, ya sean hablados o escritos, son iguales, a diferencia de algunos autores que codifican sus textos con cualidades literarias propias que los distinguen de otras formas de discurso. Sin embargo, podemos notar una clara tendencia a tratar las formas narrativas literarias como separables de otras formas. Como se sabe, esto se ve por primera vez en el N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 4 formalismo ruso con el análisis de Viktor Shklovsky (1990) sobre la relación entre la composición y el estilo y en el trabajo de Vladimir Propp (1985), quien analizó las tramas utilizadas en los cuentos tradicionales e identificó 31 componentes funcionales distintos. Esta tendencia continúa en el trabajo de la Escuela de Praga y de los investigadores franceses como Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes, que llevan a un análisis estructural de la narrativa y a un cuerpo cada vez más influyente del trabajo moderno que plantea importantes preguntas epistemológicas. Por fortuna, hay un amplio acuerdo en la naturaleza dualística de la narrativa, que tiene un qué y un cómo. El qué de la narrativa puede verse en términos de contenido narrativo, el cual consiste, en lo que a los principales elementos respecta, en acontecimientos, actores, tiempo y localización. El cómo tiene que ver con la manera como se cuenta la narrativa. A lo que también se le llama historia; o lo que es conocido también como histoire por los estructuralistas franceses o fabula por los formalistas rusos. El cómo es el discurso, o lo que los estructuralistas franceses llamaron discours o los formalistas rusos llamaron sjužet, dualismo que Seymour Chatman expone en Story and Discourse (1978). La clasificación binaria de la narrativa puede ser útil para nosotros si tenemos la intención de conceptualizar la idea de la “traducción” o conversión de una narrativa particular de una forma o medio de arte a otro: cuando uno traduce, uno traduce la historia y no el discurso. El discurso es obviamente diferente en diferentes formas de arte, aunque puede haber similitudes en la historia. Habría que distinguir, asimismo, la narratología de los estudios genéricos del relato. Un estudio narratológico implica la exploración de los diversos aspectos que conforman la N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 5 realidad narrativa, independientemente de la forma genérica que pueda asumir. Los aspectos de los que se ocupa la narratología son, entre otros, la situación de enunciación, las estructuras temporales, la perspectiva que orienta al relato, así como la indagación sobre sus modos de significación y de articulación discursiva. Un análisis genérico, en cambio, procede a partir de especificaciones temáticas, y de la descripción de un conjunto de codificaciones formales como producto histórico de la convención, mismos que distinguen al género stricto sensu: novela, cuento, autobiografía, epopeya, leyenda; incluso la llamada “poesía narrativa”. Los estudios genéricos se ubican en el cruce de los temáticos y los de historia literaria; la narratología, en cambio, se sitúa en una dimensión más abstracta (Pimentel 1998). 1.5. Tipos de composición El propósito de la narración es contar un acontecimiento o una serie de ellos. Otra de las características de la narración es que puede manifestarse por sí sola, pero con mayor frecuencia incorpora la descripción. Se pueden reconocer dos formas de narración: la narrativa simple, que sirve para relatar acontecimientos y con mayor frecuencia presenta los acontecimientos de forma cronológica, y narrativa con trama, que tiene una menor tendencia a presentar los acontecimientos de forma cronológica y con frecuencia se organiza de acuerdo con un principio artístico preconcebido que se encuentra determinado por la naturaleza de la trama y del tipo de historia deseadas. El propósito primordial de la narración, ya sea o no con fines literarios, es interesar y entretener, aunque, por supuesto, se puede utilizar para instruir e informar. En pocas palabras, la narrativa es la presentación de un acontecimiento o una serie de estos. De tal manera, hemos de observar que “acontecimiento” es la palabra clave aquí, N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 6 aunque algunas personas prefieran la palabra “acción”, ya que sin un acontecimiento o una acción, se puede tener una “descripción”, una “explicación”, un “argumento”, una “lírica”, una combinación de estos o una combinación de todos, pero no se tendrá una narrativa. “ i perro tiene pulgas” es una descripción de mi perro, pero no se tendrá una narrativa porque nada pasa. “ i perro fue mordido por una pulga” es una narrativa. Cuenta un acontecimiento. El acontecimiento es muy pequeño – la mordida de la pulga – pero eso es suficiente para hacer una narrativa. Algunos investigadores consideran que basta con la presencia de un acontecimiento para que haya una narrativa, pero otros exigen al menos más dos acontecimientos, uno después del otro (Barthes, Rimmon-Kenan apud Abbot 2008); y algunos más van más allá, pues exigen que los acontecimientos estén causalmente relacionados (Bal, Bordwell, Richardson apud Abbot 2008). En la opinión de Porter Abbot (2008), la capacidad para representar un acontecimiento, ya sea con palabras o de alguna otra manera, es la facultad clave y produce los cimientos con los cuales todas las formas complejas son construidas. Es importante notar que a la mayoría de nosotros –investigadores, lectores y espectadores– se nos dificulta algunas veces llamar a algunos trabajos más complejos y más largos narrativas, aunque contengan numerosos ejemplos de esos pequeños, y a veces no tan pequeños cimientos narrativos. A partir de lo anterior, es comprensible que haya un amplio debate en torno a qué debe clasificarse bajo el título de narrativa. Una narrativa es un formato productivo (como un trabajo de discurso, escritura, canción, película, televisión, juegos de video, fotografía o teatro) que describe una secuencia N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 7 de acontecimientos ficticios o no ficticios. La palabra deriva del verbo latín narrare que significa narrar, contar, y se relaciona con el adjetivo gnarus cuya acepción es conocedor o versado. Al respecto, Luz Aurora Pimentel (1998) define el relato, de manera sucinta, como la construcción progresiva por la mediación de un narrador, de un mundo de acción e interacción humanas cuyo referente puede ser real o ficcional, de acuerdo con Paul Ricoeur(apud Pimentel 1998). Así definido, el relato abarca desde la anécdota más simple, pasando por la crónica, los relatos más complejos, la biografía o la autobiografía. Cuando se habla de la narratividad en general, no se trata solamente de relatos hechos por una narrador; no es raro oír hablar del contenido narrativo o de la(s) línea(s) narrativa(s) de un ballet, de un cuadro, o de una escultura. Existen innumerables estudios sobre las estructuras narrativas en el drama, el cine, la mímica, la pintura o las tiras cómicas. De ellos se infiere que la narratividad trasciende no sólo fronteras genéricas y modales sino semióticas, puesto que lo narrativo puede observarse en diferentes medios y sistemas de significación. Incluso este fenómeno transemiótico ha propiciado la extensión conceptual no sólo de lo narrativo, sino del término lenguaje, mismo que se aplica ahora ya no exclusivamente al verbal sino a otros sistemas de significación y de representación (Pimentel 1998). La narrativa, entendida como relato, se define como un discurso que integra una sucesión de acontecimientos de interés humano en la unidad de la misma acción. Por este interés humano dicho relato se diferencia de otras modalidades discursivas como la descripción, exposición, argumentación, etc., y la serie de acontecimientos no se reduce a mera “cronología”, sino que adquiere sentido en una “serie temporal estructurada”. N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 8 El historiador Augustin Thierry ya había pensado en el tema cuando escribía en sus Récits des Temps Mérovingiens (1840 : 583 ): “On a dit quel but de l’historien était de raconter, non de prouver, je ne sais, mais je suis certain qu’en histoire le meilleur genre de preuve, le plus capable de frapper et de convaincre tous les esprits, celui qui permet le moins défiance et laisse le moins doutes, c’est la narration complète”. Junto con exposición, argumentación y descripción, la narración, ampliamente definida, es una de los cuatro modos retóricos del discurso. Definido más precisamente, es el modo de escritura de la ficción por el cual el narrador se comunica directamente con el lector. Las historias son un aspecto importante de la cultura. Muchos trabajos de arte y muchos trabajos de literatura cuentan historias; de hecho, muchas de las humanidades (artes) involucran historias. Owen Flanagan, en Consciousness Reconsidered (1992: 198), escribe que “Evidence strongly suggests that humans in all cultures come to cast their own identity in some sort of narrative form. We are inveterate story tellers”. Sabemos que cualquier género es fácil de conceptualizar, pues la mayoría de nosotros tiene al menos un conocimiento informal de qué es. Inclusive los niños pequeños son receptivos al género. Muchos de ellos, por ejemplo, saben qué es un cuento o una canción infantil, aún antes de asistir a la primaria. La narrativa por sí misma, desde luego, se considera un género, ya que algunas veces se usa como criterio para distinguir entre un texto y otro, por ejemplo, para distinguir un cuento de una canción infantil. Mientras que el cuento siempre es narrativo, la canción infantil puede no ser narrativa, o bien tener una narrativa muy simple. En la escuela, desde N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 9 luego, aprendemos a escribir y a distinguir entre los cuatro modos discursivos: narrativo, argumentativo, descriptivo y expositivo. Si de historias hablamos sabemos que éstas tienen un origen antiguo, pues existieron en la cultura del antiguo Egipto, de la Grecia antigua, China e India. Las historias también son un componente universal de la comunicación humana, usadas como parábolas y ejemplos para dar una explicación. La narración probablemente fue una de las primeras formas de entretenimiento. Como Owen Flanagan apunta, la narrativa también puede referirse a procesos psicológicos en la construcción de identidad, memoria y significado. Los límites entre el concepto de narrativa como narratología y el modo retórico parecen difusos. La narrativa en algunos momentos se presenta como un acontecimiento humano, parte de la vida, pues es un hecho de todos los días, sin duda, por eso se presenta como un modo retórico del discurso. No pueden dejarse de lado los demás conceptos de narrativa, pues el análisis de la narrativa necesita de los otros aspectos para poder tener una visión más amplia, global y comprensible que sirva a los propósitos de este trabajo. Sin duda pudimos observar que la narrativa tiene presencia e importancia desde tiempos remotos, ha ayudado a la conformación de las sociedades y ha dado paso a conceptos más complejos y variados que permiten que los académicos de las distintas áreas definan y creen nuevos caminos para ésta. Es trascendental destacar la importancia de la narrativa, porque la encontramos en casi todos, si no es que todos, los aspectos de nuestra vida, internos y externos, públicos y privados, formales/académicos e informales, nos da la oportunidad de entender nuestro presente, nuestro pasado, posiblemente nuestro futuro y nos permitirá traspasar las fronteras del tiempo y el espacio. L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 0 Capítulo 2 La transitividad en la gramática En este capítulo revisaremos diversas perspectivas sobre la transitividad en la gramática con el fin de presentar un panorama general sobre cómo se ha conceptualizado este fenómeno a través del tiempo y de los distintos modelos teóricos. Todo ello para construir un marco teórico que nos permita desarrollar un análisis de este fenómeno dentro del discurso narrativo. Las diferentes perspectivas van desde el concepto tradicionalista de la Real Academia de la Lengua Española hasta las propuestas dentro del modelo funcionalista. Definiremos el concepto de transitividad, mediante el apoyo de distintos diccionarios especializados, para luego revisar la gramática de la Real Academia de la Lengua Española, luego observaremos algunas concepciones tradicionales (Andrés Bello, Rufino José Cuervo, Samuel Gili y Gaya), posteriormente estudiaremos otras más recientes (Alarcos, Cano Aguilar, Chomsky, Martinet, Coseriu, Alsina y Blecua), finalmente reflexionaremos sobre lo que la gramática funcional ha aportado más recientemente (Keenan, Givón, Dryer, Dik, Foley y Van Valin, Shibatani y Hopper y Thompson). Para comenzar este capítulo es conveniente recordar que tradicionalmente en los análisis gramaticales se menciona que un verbo es transitivo o intransitivo; ésta es una perspectiva tradicional y un tanto reduccionista en la que se considera que la transitividad sólo implica al verbo, por lo que a partir de él se realiza una clasificación, argumentando que transitivo es todo verbo que necesita un objeto para tener un sentido completo, del tipo: Juan bebió leche o María lee un libro; mientras que los verbos que tienen sentido completo sin necesidad de un complemento son intransitivos, del tipo: Diana corre o José durmió. Es decir, tan sólo la presencia de un complemento L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 1 directo cataloga a un verbo dentro de la categoría de transitivo y la ausencia de éste, dentro de la categoría de intransitivo. 2.1. Definición de transitividad En el Oxford Concise Dictionary of Linguistics (2007) se puede encontrar que el origen de término transitividad proviene del latín transitivitus que quiere decir “atravesar” y cuyo sentido original sugiere la transición de una persona o participante representado por una inflexión del verbo a otro participante al que el objeto hace referencia, mientras que en el Diccionario de Lingüística (ANAYA, 1986) se dice que viene del latín transtitus que después se vuelve transeo que significa pasar al otro lado. A continuación citamos otros diccionariosespecializados como: Routledge Dictionary of Language, el antes mencionado Diccionario de Lingüística, Dictionnaire de la linguistique, An Encyclopedia of Language and Languages y Key Concepts in Language and Linguistics que concuerdan en que: “ alence property of verbs which require a direct object […] used more broadly verbs which govern other objects […] can also be termed ‘transitive’, while only verbs which have no object at all would be transitive” (Bussmann 1998: 1221); también encontramos que se refieren a transitividad como: “aspecto semántico-sintáctico de la acción verbal por el que se indica que ésta, ejecutada por un agente, pasa o se aplica a un objeto o término a menudo llamado paciente”(Cerda 1986) y por otro lado tenemos que: “se dit de tout verbe qui est construit avec un complément d’objet direct… Aussi de grammairiens contemporains proposent, plutôt que de verbes, de parler uniquement de constructions transitives et intransitives” (Mounin 1974). En An Encyclopedic Dictionary of Language and Languages (1992) se muestra que la transitividad es: “a category used in the grammatical analysis of clause/sentence constructions to define types of relationship between verb and the presence or absence of object elements with transitive constructions, the verb takes a direct object; with intransitive constructions, it does not”, aunque también en Key Concepts in L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 2 Language and Linguistics (1999) se afirma que puede ser: “the manner in which a verb is related to the noun phrases in its clause” a lo que se agrega que “ rammarians have been aware that transitivity is a more complex matter than had previously thought” y después se detalla que “we may begin by noting a fundamental difference (between two types of clause (or sentence). In a prototypical intransitive construction, the (intransitive) verb has subject but no object… In a prototypical transitive construction, the (transitive) verb has both a subject and an object; the subject represents an agent instigating the action, and the object represents a patient affected by the action”. El Oxford Concise Dictionary of Linguistics la destaca como transitive construction, y la define como aquella “in which a verb is related to at least two nouns or their equivalent whose semantic roles are characteristically those of an agent and patient” y agrega “a transitive verb is one which takes or can take such a construction: thus carry, or carry in its basic sense”. Las anteriores definiciones son el resultado de diferentes fuentes, en las cuales podemos observar que se dan al menos cuatro vertientes: la primera en la que se afirma que en los verbos radica la transitividad, la segunda en la que se dice que se trata de una construcción transitiva, de ahí que se les nombre verbos transitivos, una tercera en la que se muestra que se trata de una relación predicativa, entre verbo y complemento y una cuarta en la que se expresa que se basa en las necesidades del hablante por expresarse. Por otro lado, también se pueden observar dos posiciones en cuanto a cómo se pueden reconocer estas construcciones, una dice que se ha de hacer al transformar la oración de activa a pasiva, en caso dado de no ser posible, la oración se declara como intransitiva, y la otra asevera que sólo se dará la transitividad si la acción pasa al complemento, también llamado objeto o paciente. L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 3 2.2. La transitividad desde las perspectivas tradicionales El Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, publicado por Espasa-Calpe en 1973, divide las oraciones según los tipos de predicado: nominal y verbal. Es justo en las de predicado verbal donde observamos que existe una separación entre oraciones de predicación completa e incompleta del verbo, y se detalla para el primer caso que puede bastar sólo el verbo para expresar lo deseado y no hay más predicado que el verbo, mientras que por el otro lado se dice que el predicado puede complementarse con algunas palabras que por cumplir dicha función se les llama complementos. También se puntualiza que, en general, algunos verbos requieren un complemento por necesidad de su propio significado, y de acuerdo con los diferentes tipos de complementos se pueden clasificar en: adjetival, adverbial, nominal o pronominal, verbal en forma de infinitivo o gerundio y oración subordinada, y en el caso de la división de los complementos de verbos, se menciona que el objeto directo se refiere: “al vocablo que precisa la significación del verbo transitivo” y “se designa con el nombre de complemento u objeto directo al vocablo que expresa la persona, animal o cosa en que se cumple o termina la acción del verbo transitivo ejercida sobre el objeto directo”. A partir de esto, como sabemos, se da la división de los verbos en transitivos e intransitivos, de la cual se dice que “se funda en la aptitud de los mismos para poder tener o no lo que hemos llamado complemento directo”. De dicha división se logra consolidar la clasificación y nomenclatura de las oraciones de predicado verbal de la RAE donde declara que los verbos que carecen de complemento directo se llama intransitivos, aun cuando éstos se encuentren acompañados de otros complementos, como el circunstancial y, en el caso de que cuenten con la presencia de un complemento u objeto directo, se llaman transitivos, esta clasificación nos lleva a realizar una categorización binaria, aunque se menciona que algunos verbos pueden ser intransitivos y que con tan solo agregarles un objeto directo serán transitivos, para lo que a continuación se presentan algunos ejemplos: (1) Antonio murió. L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 4 (2) Antonio murió una muerte piadosa en el hospital. (3) El alumno estudia. (4) El alumno estudia las lecciones con ahínco. La RAE afirma que, en apariencia, este fenómeno se vincula con “la intención expresiva del hablante en cada ocasión concreta del habla real” (Real Academia Española, 1973: 378). Por el contrario, muchos diccionarios registran el uso transitivo o intransitivo en cada una de los sentidos de los verbos, que se basa en el uso predominante de los verbos, pero dicha nomenclatura no puede prever todos los contextos en que puedan presentarse. Es así como el uso indicado por los diccionarios depende del significado del verbo y, se menciona, hay verbos del tipo morir, vivir o dormir que tienden a omitir el objeto directo, pero existen ocasiones en que estos verbos pueden complementarse con un objeto directo, si se trata de un objeto cognado: (5) Morir una muerte gloriosa (6) Dormir un sueño tranquilo (7) Vivir una vida miserable Mientras que otros verbos tienden a complementarse con un objeto directo, como dar, entregar, dejar, abandonar, mostrar, que con dificultad pueden prescindir de su complemento, pero que en algunos casos se presentan como absolutos, es decir, sin ningún complemento obligatorio, para esto se muestran unos ejemplos: (8) Un ciclista que abandonó en la segunda etapa de su carrera. (9) Un cartero puede decir, al terminar su trabajo, que ha repartido. (10) Contra el vicio de pedir, hay la virtud de dar. 2.2.1. Verbo transitivo Hjelmslev (apud Bosque y Demonte, 1999), por su parte, dice que las transitividad sigue el hecho sintagmático de que un verbo puede ‘regir’ a sus complementos, en otras palabras, el verbo determina el tipo de complemento que rige; Tesnière (apud Bosque y Demonte, 1999) elabora L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 5 dicha propuesta en un texto en el que se proponen dos planos: uno de conexiones estructurales y otro de conexiones semánticas; en el primero, el verbo rige a los complementos subordinados y en el segundo, el verbo es el determinado y el
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