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La-transitividad-en-Las-cronicas-de-Narnia--un-analisis-de-eventos-prototpicos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
 
 
 
 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
COLEGIO DE LETRAS MODERNAS 
 
LA TRANSITIVIDAD EN LAS CRÓNICAS DE NARNIA: 
UN ANÁLISIS DE LOS EVENTOS PROTOTÍPICOS 
 
 
Tesis 
que para obtener el título de Licenciado en 
Lengua y Literaturas Modernas (Letras Inglesas) 
 
 
Presenta 
Jorge Rodrigo Monjarás Manzanilla 
 
 
Asesora: 
Dra. María del Refugio Pérez Paredes 
 
 
 
 
 
 
México, D.F. Agosto 2014 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos | I I 
Agradecimientos 
“Learn everything you can, anytime you 
can, from anyone you can - there will 
always come a time when you will be 
grateful you did.” 
Sarah Caldwell. 
 “When you practice gratefulness, there 
is a sense of respect towards others.” 
The Dalai Lama. 
“When eating bamboo sprouts, 
remember the man who planted them.” 
Chinese Proverb 
Quiero empezar por agradecer a tres personas que han sido ejes importantes en mi vida: 
Mamá, gracias por darme la vida, permitirme crecer y desarrollarme con la libertad, la fuerza 
y la dulzura que hasta ahora lo he hecho. Siempre has sabido que para mí eres una fuente de 
inspiración y un modelo a seguir: honesta, estable, íntegra, agradecida, comprensiva, 
comprometida, reflexiva y decidida. Tu sabiduría ha guiado mis pasos y ha dado luz a mi vida. 
Eres la luchadora incansable que derrota dragones, soporta los golpes de la vida y conquista 
nuevos reinos sin detenerse. 
Nina, gracias por todo el apoyo, el amor, el empuje y el ejemplo. Eres una gran portadora y 
abastecedora de conocimientos, de inteligencia y de pensamiento crítico. Junto con mi mamá, 
fuiste quien hizo posible este camino y, por fin, este logro. 
Mamá Con, gracias por ser un gran ejemplo de bondad, cariño y generosidad. Tu guía 
espiritual me ha ayuda a trascender los límites de las creencias y la fe. 
También quiero agradecer a mi familia por ser la menos convencional, la más amorosa, la más 
bromista, la más cercana y la más alegre: Tanito, te agradezco por brindarme guía y cuidados; 
cuñadita, por ser fuerza, poder, presencia, entereza, sabiduría; Vicky, por ser primero una 
amiga, luego una prima genial, una compañera de juegos, de bailes, de cantos y de conciertos; 
Gina, por ser la más pequeña de mis primas, por darme tanto amor, cariño y aprecio; Cachos, 
por ser un guía espiritual y el mejor padrino que me pudo tocar; Helenita, por todo el cuidado 
y estar al pendiente a pesar de la distancia; Diana y Marisol, les agradezco por ser casi mis 
hermanas durante los primero años de mi vida y mis primas lejanas sólo de manera 
geográfica, pero siempre cercanas en el corazón; tío Jorge, te agradezco por ser la fuerza 
detrás de mi Nina y un cariño más en mi vida; Sipin, por ser mi mamá chiquita y alguien a 
quien admiro por su organización, determinación, entereza y experiencia; Bubu, por ser la 
Agradecimientos | I I I 
primera maestra del troleo, seguramente muchas personas podrán agradecerte mi temple y 
mis comentarios; papá Julio, por estar ahí del otro lado de la puerta; Gaby, por ser la hermana 
mayor y abrir nuevos horizontes; Cris, por ser analítica, sincera y afanosa; Julio por ser un 
hermano, un amigo y un vecino; Chuzmita, por ser una gran tía, brindarme tanto amor y 
cariño; hermana, que aunque no es un asunto uterino o consanguíneo, por ser un gran apoyo y 
otra gran fuente de inspiración y admiración; Mau, por integrarte y formar parte de la familia, 
y permitirnos hacer lo mismo; la secta, les agradezco por meditar en esas deliciosas cenas, 
maravillosas reuniones y amorosísimas compañías; y tío Carlos Manuel, por llegar a 
completar la familia y la historia que la conforma, aunque durante algún tiempo no estuvimos 
cercanos. 
Las maravillosas maestras que tuve la fortuna de encontrar en mi paso por la facultad, todas 
son un ejemplo en lo que hacen y tan enormes como humildes, les agradezco: 
A Kukis por darle nombre a las estructuras que ya no conocía, ampliar mi conocimiento al 
respecto, darle forma y vida a esta tesina, y trabajar arduamente en ella junto conmigo; a 
Aurora por darle correspondencia a esas estructuras en inglés, seguir expandiendo mi amor 
por la literatura y profundizar mi amor por la lengua inglesa, a Nair por ser la mejor jefa 
posible y una maestra de materia y de vida; a Claudia Lucotti por ser un impulso en el cierre 
de la licenciatura, un apoyo para mis proyectos. 
No puedo dejar de agradecer a algunas de mis amistades, personas para las que dedico unas 
palabras: 
Yuzel, Ivett, Ursu y Emmanuel, gracias por ser las más grandes amistades, por establecer 
relaciones más allá de las distancias, los medios y el tiempo, por compartir tantos y tan 
maravillosos momentos en persona o vía electrónica, y por ser un gran apoyo y estímulo para 
escribir este trabajo. 
Car, gracias por ser la compañera de estudio, la amiga y la cómplice durante tantas clases, en 
los momentos de desvelo para entregar los ensayos, en las pláticas a altas horas de la noche y 
más tarde; por su propia voluntad, yo creo que es masoquista, por ser compañera de trabajo, 
travesuras y locuras, y por confiar que pronto estaríamos en estos trámites. 
César, gracias por abrir mi mente a que los silencios dicen más que mil palabras, por esas 
pláticas profundas de la vida y la literatura y por ser la prueba de que las personas pueden 
desaparecer en menos de un segundo. 
Ednita, gracias por ser de esas personas que se vuelven de la familia casi instantáneamente, 
con las que uno parece reencontrarse después de varias vidas, por compartir la familia, todo 
el amor, y la pasión por la lingüística. 
Renata, you might not understand Spanish, so I dare to dedicate these lines to you, thank you 
for being high—high-spirited, high-minded and high-powered. You so helped to make my love 
for linguistics higher and deeper. 
Agradecimientos | I V 
Carmen, gracias por ser como una madre por tu ejemplo de dulzura, alegría y sociabilidad, y 
ser una de mis más grandes impulsoras. 
Humberto, gracias por esas pláticas en casa de Irma, por esos consejos indirectos que siempre 
serán útiles y por darle voz a muchos de mis pensamientos y Claudia por secretamente 
empujarme, apoyarme y no cejar en ese empeño para este logro. 
No puedo dejar de agradecer a mis abuelitos que, aunque hoy sean ángeles en otro plano o 
estrellas en el cielo, son ellos quienes abrieron camino de algún modo o de otro, con la 
educación que le dieron a mi mamá y a mis tíos, y con sus personalidades tenaces, 
dicharacheras, fuertes, imponentes y tiernas para que yo sea quien soy y haya tenido la 
oportunidad de estudiar una licenciatura a la que llegué por la lengua y me quedé por la 
literatura. 
Sin duda, quiero agradecer al sínodo, más conocidas como el cielo, lo siento por Diego que 
llegó al último, pero que al fin y al cabo está incluido, pues cada uno de los comentarios y 
sugerencias que aportaron fueron vitales y trascendentales, e imprimieron el refinamiento 
necesario para este trabajo. 
Cada momento, cada etapa, cada año, cada día, cada persona, cada experiencia, cada 
conocimiento son una pieza clave para este trabajo, pues creo que todos estos debieron 
suceder para que se pudiera completar el ciclo, personal,emocional, intelectual y espiritual, 
que da paso a la nueva etapa que ha de comenzar. 
Por último y no por eso menos importante, quiero agradecer a la Universidad Nacional 
Autónoma de México, en especial a la Facultad de Filosofía y Letras, por abrir sus puertas y 
todos sus espacios para llevar a cabo el desarrollo de todas mis actividades académicas y al fin 
terminar la licenciatura. 
V 
 
 
Índice 
Introducción ................................................................................................................................................. 1 
Capítulo 1 Narrativa: caracterización general ................................................................................ 5 
1.1. Un discurso cognitivamente básico ........................................................................................ 6 
1.2. Concepto de narrativa ...............................................................................................................11 
1.2.1. Subgéneros narrativos ......................................................................................................12 
1.3. La narrativa como género literario ......................................................................................14 
1.4. La narratología .............................................................................................................................21 
1.5. Tipos de composición ................................................................................................................25 
Capítulo 2 La transitividad en la gramática ...................................................................................30 
2.1. Definición de transitividad ......................................................................................................31 
2.2. La transitividad desde las perspectivas tradicionales ..................................................33 
2.2.1. Verbo transitivo ...................................................................................................................34 
2.2.2. Construcciones transitivas ..............................................................................................35 
2.2.3. Necesidad del hablante .....................................................................................................36 
2.2.4. Rección ....................................................................................................................................36 
2.3 La transitividad en perspectivas más recientes ...............................................................39 
2.3.1 Transitividad en el modelo funcionalista ...................................................................42 
2.4 La propuesta de Hopper y Thompson ..................................................................................49 
2.5. El prototipo de la transitividad ..............................................................................................51 
Capítulo 3 La transitividad en The Chronicles of Narnia ...........................................................57 
3.1. La transitividad como un continuum ...................................................................................58 
3.1.1. Parámetros involucrados en la noción de transitividad ......................................58 
3.2. Estructuras transitivas en The Chronicles of Narnia ......................................................68 
3.2.1. Eventos predominantes en el corpus ..........................................................................70 
Conclusiones ...............................................................................................................................................95 
Bibliografía ............................................................................................................................................... 100 
 
 
I n t r o d u c c i ó n | 1 
Introducción 
La transitividad es un concepto que se remonta a la gramática griega, la cual tiene su origen 
en la antigua Grecia y después es transmitida a los romanos. Los gramáticos latinos 
utilizaron los términos transitivus, transitio y transire, de donde se deriva nuestra 
nomenclatura y son una traducción literal de los términos griegos diabatikos, diabibastos, 
adjetivos utilizados para describir el cruce o el paso de un lugar a otro, diabasis, metabasis, 
diabibasmos, que denotaban transición, y diabibazo, que significaba pasar o cruzar, 
utilizados con frecuencia (Martínez, 1999, p. 15). Los griegos consideraban que las 
construcciones o los tipos de oraciones más frecuentes que incluyen dos argumentos 
denotaban de forma típica una interacción asimétrica de dos entidades que consistía en 
una transferencia de energía del sujeto al objeto. 
La transitividad es incorporada a la gramática latina por Prisciano, quien hizo que se 
volviera una noción relevante en la sintaxis. Al principio era una noción semántica, pues de 
principio implica una noción de “transición” (paso), como se ha mencionado antes, que se 
efectúa de una persona a otra con motivo del proceso expresado por el verbo. La 
transitividad fue tratada en un doble contexto: uno de forma general por el tipo de 
construcción y otro de forma más específico por los tipos de verbos. Prisciano ya reconocía, 
además de una contructio transitiua, algunos verbos transitiua que se oponían a algunos 
verbos absoluta. En la Edad Media, Petrus Helias asegura que los verbos transitivos se 
construyen sin importar el caso (genitivo, dativo o acusativo). Los gramáticos medievales 
construyeron la sintaxis alrededor de la noción de régimen (rección) tomando como punto 
de partida el elemento regido y ya no el elemento rector. Sin embargo, la noción de 
I n t r o d u c c i ó n | 2 
transitividad era difusa desde el principio, de naturaleza fundamentalmente semántica, 
tendiente a tecnificarse y gramaticalizarse, con el tiempo. Desde el inicio, la transitividad 
estuvo ligada a la voz verbal o, con más exactitud, al “género” verbal con el que mantiene 
relaciones estrechas, pero difíciles de aclarar. (Colombat, 2003) 
A lo largo de la historia, en repetidas ocasiones ha estado en discusión la doble 
naturaleza de la transitividad y el doble significado de la palabra “transitivo”, pues éstos son 
con frecuencia una cuestión confusa. Es útil hacer la distinción entre la valencia semántica y 
sintáctica, mientras la primera se refiere al número de participantes que toman parte en la 
situación, la segunda se refiere al número de constituyentes sintácticos obligatorios, es 
decir, al comportamiento sintáctico del verbo. La valencia semántica se ocupa de la posible 
configuración de los argumentos marcados por el caso, que reflejan situaciones específicas, 
y contribuyen al significado; la valencia sintáctica se dedica a la ocupación obligatoria de las 
posiciones con cuya marcación de caso sea requerida por el verbo. (Luraghi, 2010: 60 -61) 
Como puede observarse, el concepto ha cambiado y las discusiones son 
interminables, pues algunos quieren abordar el caso desde la sintaxis y otros desde la 
semántica, pero nadie había logrado unir estos dos aspectos de la lengua hasta que el 
funcionalismo y la tipología lingüística señalaron que la transitividad es una cuestión de 
grado y se manifiesta por medio de las construcciones tanto en el nivel morfológico, como 
en el sintáctico, el semántico y el pragmático. La transitividad no sólo tiene vínculos entre 
las diferentes lenguas, sino también con otros fenómenos como la voz pasiva, la reflexividad, 
la voz media, la antipasividad, la anticausatividad, la voz inversa, etc. que se asocian con 
cambios de la valencia verbal. 
I n t r o d u c c i ó n | 3 
Uno de los mayores problemas radica en que, para hablar en efecto de la codificación 
transitiva, se requiere un análisis basado en corpus extraídos del uso de la lengua, que da 
como resultado una mayor diversidadde construcciones, además de evidenciar el tipo de 
eventos1 más recurrentes en este esquema semántico-sintáctico. 
En este trabajo pretendemos abordar la transitividad con base en ese uso, para lo 
cual formamos un corpus a partir del texto El león, la bruja y el ropero (The Lion, the Witch 
and the Wardrobe) de Las crónicas de Narnia (The Chronicles of Narnia)2, del cual sólo se 
eligieron tres capítulos debido a las limitantes de tiempo y espacio. Para conformar el 
corpus se eligió las oraciones que tenían dos o más participantes argumentales, se observó 
el tipo de acontecimientos expresados por los verbos que se agruparon y se contabilizaron, 
a partir de lo cual se realizó un análisis de los grupos más sobresalientes. 
En el modelo funcionalista, la transitividad se considera un fenómeno que alude a un 
continuum que toma en cuenta una variedad de factores entre los que podemos encontrar la 
agentividad y la volición, lo que hace que no hablemos de una categoría cerrada que exige 
requisitos indispensables, sino de una categoría difusa y de grado con la que podemos 
analizar estructuras de distinto tipo, según se acerquen al modelo de esquema transitivo. 
La transitividad se organiza a partir de prototipos, es decir, en función de los 
miembros más representativos, por lo que habrá estructuras que se acerquen a ese 
prototipo idealizado, en otras palabras, transitivas en mayor grado, y otras que se alejen del 
 
1 Por eventos, nos referimos a las escenas activadas cognoscitivamente por el hablante al emplear un 
determinado verbo y por situación a un suceso real o ficticio, en contraste con acontecimiento, cuyo referente 
es un hecho o suceso relacionado con la realización de una actividad. 
2 Se utiliza el nombre en español, debido a que hay una traducción tanto de la esta obra como de la serie de los 
libros. Sin embargo, de aquí en adelante se utilizan los títulos en inglés, puesto que la versión que se utilizó 
para realizar el trabajo fue en dicha lengua. 
I n t r o d u c c i ó n | 4 
prototipo o compartan menos rasgos con éste, pero que de igual modo forman parte de la 
clase. 
Al buscar estructuras altamente transitivas, donde existe una transferencia de 
energía de un participante a otro, encontramos cierto tipo de evento que difiere del 
prototipo señalado por distintos teóricos, es decir, eventos con trasferencias físicas y 
cambios de estado. Esto se debe a que muchos autores creaban sus propios ejemplos; sin 
embargo, al extraer el material de estudio del discurso, observamos el uso, lo analizamos y 
determinamos que con mayor frecuencia se hace referencia a eventos de tipo psicosocial. 
De ahí que Vázquez Rozas proponga una revisión del concepto de prototipo, pues a partir 
de la perspectiva del uso discursivo es inapropiado decir que la frecuencia y el prototipo 
son lo mismo, lo que es fundamental para la realización de este trabajo. 
Este trabajo ha sido organizado en tres grandes capítulos. En el primer capítulo se 
revisa de manera breve el concepto de narrativa, con la intención de definir y marcar el 
rumbo del trabajo, ya que el discurso narrativo fue el elegido por tratarse de un género 
frecuente, extenso y fijo, además de básico en términos de la cognición humana. En el 
segundo capítulo, se condensan las distintas posturas y modelos en torno a la transitividad, 
desde la visión clásica hasta las visiones más actuales. Más adelante, en el tercero, se hace 
una presentación del análisis de los datos, en el que se toma en cuenta el continuum 
propuesto por Paul J. Hopper y Sandra Thompson (1980), se retoma la propuesta de 
Victoria Vázquez Rozas (2004) y se determina la clase de eventos más recurrentes en el 
discurso narrativo bajo el esquema transitivo. 
 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 5 
Capítulo 1 
Narrativa: caracterización general 
La narración es un acto social y una forma de relación, que se presenta como una de las 
actividades que el hombre realiza con mayor frecuencia como parte de una comunidad, ya 
que se narra para mantener un contacto con los otros, compartiendo lo que se conoce, se 
imagina, se piensa, se siente, etcétera. Es tanta la importancia de la narración que, hoy en 
día, algunos estudiosos se concentran en las historias de vida y recuentos como objetos 
sociales de investigación, pues se han dado cuenta de que ésta constituye una parte 
importante de la identidad de los pueblos. 
La narración desemboca en historias que pueden concebirse como simples 
representaciones posfactuales de las experiencias que se cuentan, como indicios culturales 
que proveen entendimiento y acción o como representaciones que crean y comentan sobre 
experiencias previas. 
En este capítulo abordaremos brevemente el concepto de narrativa, ya que el texto 
sobre el cual se basa nuestro estudio pertenece a este género discursivo. Aclaramos que se 
trata de una revisión somera y básica de la narrativa como género, pues éste no es el objeto 
de estudio de nuestro análisis sino su soporte. Uno de los objetivos fundamentales de dicha 
revisión es tener presentes las características de la narración como un discurso básico3, 
desde un punto de vista cognitivo, pues este estudio pretende evidenciar si los eventos 
lingüísticos que se han considerado como básicos en la cognición humana se codifican con 
 
3 De acuerdo con los estudios cognitivos, los seres humanos tenemos mayor acceso a la información 
relacionada con el conocimiento experiencial, el cual conforma configuraciones esquemáticas que se codifican 
en la lengua y que nos ayudan a interpretar los distintos significados. 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 6 
la frecuencia esperada, o bien qué clase de eventos son los que suelen codificarse 
lingüísticamente en un discurso narrativo. 
1.1. Un discurso cognitivamente básico 
La narrativa es el reconocimiento consciente de nuestro alrededor y nuestra propia 
experiencia, que empieza cuando nuestra conciencia interior conceptualiza la historia de 
todo lo que percibimos y hacemos. Es la base de la comunicación humana: como seres 
sociales compartimos nuestras historias con las personas que nos rodean; es la responsable 
del desarrollo de la sociedad, pues va creando una identidad colectiva en común, es decir, 
una cultura que evoluciona a partir de una narrativa compartida. En otras palabras, como 
bien apunta Luz Aurora Pimentel en El relato en perspectiva: “innumerables, pero no sólo 
los relatos del mundo sino aquellos que hacen el mundo; de hecho, nuestra vida está tejida 
de relatos: a diario narramos y nos narramos el mundo” (1998: 7). Se ha observado que a 
través de los relatos se establecen las normas para la conducta socialmente aceptable y los 
conceptos morales, ya que son destilados de la narrativa acumulada. Por otro lado, se 
encuentran la narrativa estructurada y formalizada, como en el caso de las leyendas, que se 
han vuelto una herramienta para enseñar y aprender la cultura y el código moral. 
Contar es una forma tan corriente, tan cotidiana y de igual manera extendida que 
preguntarse qué es un relato parece superfluo. De hecho, preguntarse sobre la narración en 
general es reflexionar sobre una manera de poner en palabras la experiencia cotidiana; 
también es reflexionar entorno a los diferentes tipos de discurso que pueden recurrir a la 
narración. Podemos tal vez producir narrativas como una respuesta a las preguntas de un 
doctor, un abogado, un maestro o un progenitor que quiere explicaciones de nuestro 
comportamiento, y estas historias pueden satisfacer al inquisidor sin cubrir las llamadas 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 7 
condiciones de felicidad que pertenecen a lo que Pratt llama ‘textos narrativos de 
demostración’(Pratt 1977: 69), tal como como la narración conversacional o la producción 
de ficción literaria. Mary-Laure Ryan cree que hay un continuum que corre desde las 
condiciones estrictas de narratividad hasta las condiciones de ser narrado (narratibilidad), 
o de la narratibilidad hasta los principios estéticos por completo desarrollados, tales como 
los principios aristotélicos que recomiendan exposición, conflicto, clímax y una resolución 
traída por un dramático cambio de acontecimientos. Una definición de narratividad no 
puede limitarse a la gran obra de la literatura, y por tanto debe trazarse una línea, 
modificable, que vaya desde lo más cercano a la definición hasta lo más lejano (Ryan 2005). 
Dicha posición define la narrativa como un acto de narración dirigido por un 
narrador (emisor) a un narratario, también conocido como receptor, o como la narración de 
una secuencia de acontecimientos pasados. La condición para ser un discurso narrativo es 
que se lleve a cabo un acto de habla que consiste en que un agente, llamado narrador, 
transmita una historia. El contenido semántico de este acto discursivo deben ser 
acontecimientos que ya ocurrieron, ya sea de forma real o ficticia. Esta concepción de 
narrativa como un fenómeno basado en la lengua rechaza la posibilidad de formas visuales 
o musicales de la narrativa; también excluye aquellos textos cuyo lenguaje no use un 
narrador cuya presencia sea evidente, y los textos que no representen acontecimientos 
retrospectivamente. 
Nuestra memoria e interés nos llevan a operar una incesante selección de incidentes 
a partir de nuestra vida, de la vida de los otros, del mundo que nos hemos ido narrando; una 
selección orientada de nuestras experiencias, para llevar a cabo una “composición” que 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 8 
signifique y/o resignifique esa experiencia. Y es que nuestra acción anda siempre “en busca 
del relato”. 
Tendría entonces la experiencia humana una suerte de narratividad inherente que 
no surge, como se dice, de la proyección de la literatura sobre la vida, sino que constituye 
una “auténtica exigencia del relato”. Nuestra vida cotidiana queda así informada por “una 
estructura pre-narrativa”. Reflexionar sobre el relato no sería entonces una actividad ociosa, 
aislada de la “realidad” como algunos lo piensan, sino una posibilidad de refinamiento de 
nuestra vida en comunidad, de nuestra vida narrativa. 
La narrativa empieza en la mente, cada individuo conceptualiza la percepción de una 
experiencia, al mismo tiempo que la voz interior de un individuo formula una descripción 
de la experiencia de vida como una historia. Externar las experiencias por medio de 
anécdotas con otros individuos es una función humana esencial, pequeños cuentos o 
historias que narran incidentes biográficos interesantes o entretenidos. 
De las pequeñas hasta las grandes pantallas, de las historias destinadas a acompañar 
el sueño de los niños a aquellas que ocupan los adultos, de los periódicos a los libros de 
historia, de las ficciones literarias a las parábolas religiosas, de las “fábulas políticas” a las 
historias graciosas o a la publicidad, las figuras más diversas del relato acompañan nuestras 
existencias. El relato acompaña la vida y la muerte de cualquier individuo, sin importar su 
condición, traza los límites de lo que cada uno debe y puede hacer por medio de rumores, 
chismes o elogios. 
Toda narrativa –o narración– guarda rastros de por qué y para qué alguien hace una 
narración. Se dice que un relato sólo encuentra su sentido si logra cierto efecto en aquel (o 
aquellos) a quien (a quienes) está destinado, mismo que da paso al contrato narrativo 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 9 
fundamento del intercambio, pues se apoya sobre un saber (supuesto) compartido. Narrar 
es siempre narrar algo a alguien a partir de una expectativa (condescendiente o 
desconfiada), con base en un horizonte de expectativas fundadas en primer lugar en la 
previsibilidad de las formas de organización del tipo narrativo en general y de los géneros 
del discurso narrativo en particular (relato fantástico, periodístico, humorístico, etc.) 
(Adam 1984). 
Al parecer los seres humanos prefieren organizar la información como historias más 
que como datos categorizados como hechos en una relación lógica y retienen la información 
diaria a modo de narrativas anecdóticas con personajes, tramas, motivaciones y acciones. 
Algunos piensan que toda la comunicación es una forma de narración. Como tal, las 
historias se vuelven un instrumento primario de la educación, como lo hacen los padres 
cuando cuentan historias a sus hijos para transmitir lo que han aprendido por experiencia. 
También, por su lado, la información dentro de una comunidad se comparte a través de la 
narrativa. 
Los humanos, en la prehistoria, con seguridad desarrollaban con rapidez el hábito de 
compartir narraciones anecdóticas. Probablemente con éste comenzó el desarrollo de la 
memoria, pues una comunidad acumulaba un cuerpo de expresiones verbales que incluían 
cuentos, relatos orales, bromas y proverbios que conformaban la tradición oral, el inicio de 
su propia cultura y por lo tanto, el folklore que desarrolló al mismo tiempo un estrato de 
consciencia comunitaria, lo cual a fin de cuentas refiere a una narrativa en esencia 
interesada en las tradiciones de la vida diaria, pero se desarrolla como una articulación de 
creencias dominantes de cierta época. 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 0 
La narrativa es un mensaje que cuenta o presenta una historia, es decir, el relato de 
un suceso o una serie de sucesos, tanto naturales como no naturales, ya sean verdaderos o 
ficticios; una anécdota, un reporte o una declaración de hechos. Es decir, para que se hable 
de “relato”, se necesita la representación de (al menos) un hecho. Por ejemplo, un 
acontecimiento como el asesinato de una persona, un accidente, una vida misma, sólo se 
convierten en relatos cuando son representados, es decir, contados, relatados por un 
periodista, un publicista, un biógrafo, un cineasta, etc. en un periódico, un libro, una película, 
etc. (Adam 1984) 
Abbot (2008) recomienda empezar por regresar a la distinción entre historia y 
narrativa. La historia se puede recordar, es algo que es entregado por la narrativa pero 
parece preexistir a ella. La narrativa, del mismo modo, es algo que siempre parece seguir, 
para ser una representación. La narrativa, en otras palabras, expresa una historia, y aun 
cuando muchos teóricos estén en lo correcto en cuanto a que la historia realmente no existe 
hasta que es expresada, seguimos teniendo el sentido de la preexistencia de la historia a la 
narrativa que la expresa. 
Cuando pensamos en narrativa, comúnmente pensamos en ella como un arte. 
Pensamos en ella en forma de novelas o sagas, o fábulas o, al menos, como anécdotas. 
Hablamos de un don para contar historias. Pero así como es cierto que la narrativa puede 
ser un arte y ese arte se desarrolla en la narrativa, la narrativa también es algo en lo que nos 
involucramos los artistas y los no artistas por igual. Hacemos narrativa muchas veces al día, 
cada día de nuestras vidas. Y empezamos a hacerlo casi desde el momento que comenzamos 
a juntar palabras. Tan pronto como acompañamos un sujeto con un verbo, existe una buena 
posibilidad de que nos involucremos en un discurso narrativo. 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 1 
Dada la presencia de la narrativa en casi todo discurso humano, no es sorprendente 
que haya teóricos que la coloquen a la par de la lengua misma como un rasgo distintivo 
humano, de ahí que se le considere un discurso cognitivamente básico. Fredric Jameson 
(1981), por ejemplo, escribe acerca del “procedimiento completamente informador de la 
narrativa”,que describe como “la función o el ejemplo central de la mente humana”. Jean-
François Lyotard llama a la narración “la forma por excelencia del conocimiento” (1984). 
1.2. Concepto de narrativa 
La narrativa se puede entender desde varias perspectivas a partir de las cuales puede 
definirse como la acción o facultad de narrar propiamente tal, como el género literario que 
se distingue de la lírica y la dramaturgia y que comúnmente se dedica a la novela y el cuento. 
Por otro lado, también puede entenderse como el conjunto de relatos dedicados a un tema 
en específico, de técnica narrativa, a una escuela o a un sitio geográfico, del tipo “narrativa 
latinoamericana” o “narrativa del exilio”. También se le conoce como la ciencia que se 
dedica al estudio de textos narrativos que mantienen como estructura básica común el 
relato y que abarca desde el mito hasta las tiras cómicas y el cine, es decir, la narratología, 
cuya denominación se va imponiendo en los estudios de los últimos años; e igualmente se le 
considera como uno de los cuatro tipos de composición, entre los cuales encontramos la 
argumentación, la descripción y la exposición (Estébanez 1996). 
Si bien es cierto decir que una narrativa no es más que una historia, el entendido 
importante desde un punto de vista analítico es que cuando contamos o escribimos una 
historia, tendemos a usar una forma y estructura muy similares, sin importar de qué 
historia se trata o si es imaginaria o no. 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 2 
 Para propósitos generales en semiótica y teoría literaria, la narrativa es una historia o 
parte de una historia que puede ser hablada, escrita o imaginada y tendrá uno o más puntos 
de vista que representan al narrador a quien la audiencia puede ver y/o escuchar, quien 
agrega no verbalmente niveles o capas de significado al texto. El narrador también tiene la 
oportunidad de monitorear la respuesta que tiene la audiencia ante la historia y modificar 
la manera de contar para aclarar el contenido o reforzar el interés del oyente. Esto se 
distingue de la forma escrita en la que el autor debe prever las reacciones más probables de 
los lectores cuando estos van decodificando el texto y tomar una decisión final de las 
palabras que utilizará con la esperanza de lograr la respuesta deseada. 
1.2.1. Subgéneros narrativos 
La narrativa es la principal forma en que nuestra especie organiza su entendimiento del 
tiempo. Esto parecería ser la facultad fundamental de la narrativa. Ya que somos la única 
especie en la tierra con expresión oral, escrita y un conocimiento consciente del paso del 
tiempo, es obvio que tendríamos un mecanismo para expresar este conocimiento. La 
narrativa es a tal grado una parte de la forma en que comprendemos el mundo a través del 
tiempo que está incorporada prácticamente en la forma en que lo vemos (Abbot 2008), 
muestra de ello son las anécdotas, las crónicas y la historia misma. 
Los géneros narrativos como el mito, la fábula, la leyenda, la parábola y el cuento 
nacen en la tradición oral como una necesidad de dar explicación a los fenómenos del 
mundo, al origen de los pueblos, de las ciudades o del universo mismo, de educar o enseñar 
hasta que la invención y la propagación de la imprenta dio lugar a que predominara la 
tradición escrita. Esto permitió que dichos géneros se estandarizaran o fijaran para evitar 
las variaciones o cambio. 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 3 
a) Mito 
La narrativa es sin duda una de las variedades más comunes del discurso social y no pasará 
un día sin que se lea o se escuche una historia; o se construya una propia, así podemos ver 
que muchas narrativas son tan antiguas y duraderas que se les llama mitos. Ejemplos son el 
mito de romance, el mito de familia, el mito del héroe y más. El mito demuestra que la 
espiritualidad existe en algún lugar entre los hechos y la ficción, ya que éste fue creado para 
comunicar mensajes espirituales y sagrados. Las narrativas míticas describen lo que afecta 
el alma, así como lo que no puede explicarse de una manera racional. 
b) Fábula 
Sabemos que la imaginación expande los límites de la narrativa y transforma los hechos en 
ficción, lo que permite la personificación de la representación inanimada y metafórica de lo 
animado, por lo que tenemos como resultado la fábula que explota formas imaginarias para 
entregar un mensaje moral. 
c) Leyenda 
Por su parte, los cuentacuentos pasaban las historias que aprendían de otros creando una 
distancia entre la persona que en realidad presenció la historia y el relator. Algunas 
historias se distinguieron de la crónica mientras la narración se iba volviendo más formal y 
estructurada, debido a esto la narración se transformaba y ayudaba a que las historias 
fueran adquiriendo una definición moral que las elevaba más allá de la banalidad de la 
típica vida de un humano y les otorgaba una universalidad que hacía que valiera la pena 
repetirlas a través de muchas generaciones como leyendas. 
Con esta diversidad de formas, la narrativa está presente en cada época, en cada 
lugar, en cada sociedad; empieza con la historia misma de la humanidad y no hay lugar ni ha 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 4 
habido una persona sin una narrativa. Todas las clases, todos los grupos humanos, tienen 
sus narrativas, placer que es compartido muy a menudo por hombres con orígenes 
culturales diferentes, inclusive opuestos. La narrativa es internacional, transhistórica, 
transcultural: simplemente está ahí, como la vida misma. 
“Our very definition as human beings”, como Peter Brooks escribió, “is very much 
bound up with the stories we tell about our own lives and the world in which we live. We 
cannot, in our dreams, our daydreams, our ambitious fantasies, avoid imaginative 
imposition of form on life.” (Brooks, 1996) 
1.3. La narrativa como género literario 
Los reportajes del periódico, los libros de historia, las novelas, las películas, las tiras 
cómicas, la pantomima, la danza, el chisme, las sesiones psicoanalíticas son sólo algunas de 
las narrativas que impregnan nuestras vidas. La especie de narrativa a la que este trabajo 
refiere es la llamada “narrativa de ficción”, específicamente en la forma de la novela. 
Por narrativa de ficción podemos entender la narración de una sucesión de 
acontecimientos ficticios. Por evidente que pueda parecer esta definición implica no 
obstante cierta posición con respecto a algunos asuntos en la poética. Para comenzar, el 
término narración sugiere por una parte una comunicación, es decir, un proceso en el cual 
la narrativa como mensaje es transmitida por el emisor al receptor y por otra parte, la 
naturaleza verbal del medio utilizado para transmitir el mensaje, es decir, que presupone el 
uso del habla para hacer llegar la información. Esto es lo que distingue la narrativa de 
ficción de las narrativas en los otros medios. 
A diferencia de otros textos literarios como la poesía lírica o la prosa expositiva, la 
narrativa de ficción representa especialmente una sucesión de acontecimientos, que se 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 5 
pueden definir sin gran rigor como algo que pasa, algo que puede ser resumido con un 
verbo o el nombre de una acción. Aunque las narrativas de un solo acontecimiento son 
teóricamente posibles, se habla de sucesión de acontecimientos para sugerir que las 
narrativas consisten frecuentemente en más de uno. 
En general la definición de narrativa de ficción también incita a una clasificación de 
los aspectos básicos: los acontecimientos, su representación verbal y el acto de contar y 
escribir. De acuerdo con la línea de la diferencia que hace Genette4 (1972) entre histoire, 
récit y narration, estos aspectos se pueden etiquetar como historia, relato y narraciónrespectivamente. La historia designa los acontecimientos narrados, resumidos de su 
disposición en el relato y reconstruidos en el orden cronológico, junto con los participantes 
en estos acontecimientos. Mientras que la historia es la sucesión de acontecimientos, el 
relato es un discurso escrito o hablado que lleva a cabo su enunciación. En el relato, los 
acontecimientos no aparecen necesariamente en orden cronológico, las características de 
los participantes están todas distribuidas y todos los elementos del contenido narrativo 
están filtrados por una perspectiva (‘focalizador’). 
El hecho de que el relato sea un discurso escrito o hablado implica que alguien lo 
dice o lo escribe. El acto o proceso de producción es el tercer aspecto, ‘la narración’. La 
narración puede considerarse como real y ficticia. En el mundo empírico, el autor es el 
agente responsable de la producción de la narrativa y de su comunicación. El proceso 
empírico de comunicación, sin embargo, es menos relevante para la poética de la narrativa 
 
4 « La distinction entre l'histoire (la succession d'événements qui est rapportée par le récit), le récit («l'énoncé 
narratif, le discours oral ou écrit qui assume la relation d'un événement ou d'une série d'événements») et la 
narration («l'acte de narrer pris en lui-même», et par extension la situation dans laquelle il prend place). » 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 6 
de ficción. Dentro del texto, la comunicación involucra un narrador ficticio que transmite 
una narrativa a un narratario. 
El texto narrativo es en sí definido por estos otros dos aspectos: si no contara una 
historia no sería una narrativa y si no fuera narrado o escrito no sería un texto. En efecto, la 
historia y la narración pueden verse como dos metonimias del texto, la primera la evoca 
desde el contenido narrativo y la segunda desde la producción. 
Al ser una abstracción, un constructo, la historia no está disponible directamente al 
lector. En efecto, ya que el texto es el único aspecto observable y tangible de la narrativa 
verbal, parecería tener sentido tomarlo como el punto de anclaje para cualquier discusión 
de los otros aspectos. 
Considerar el relato como discurso plantea tres problemas: el tiempo (relación entre 
el tiempo de la historia y el del discurso), los aspectos o punto de vista (la forma como la 
historia es percibida por el narrador) y los modos del relato (la forma en que se expone esa 
historia: como “crónica” en la que un narrador relata los hechos de ésta. 
Por su parte, Otto Ludwig (1891) indicaba con respecto a la narración, la diferencia 
entre dos formas de relato: el relato propiamente dicho y el relato escénico. En el primer 
caso, el autor o narrador imaginario se dirige al público: la narración es uno de los 
elementos que determina la forma de la obra, a veces el elemento principal; en el segundo 
caso, el diálogo de los personajes está en primer plano y la parte narrativa se reduce a un 
comentario que envuelve y explica el diálogo, es decir, que se atiene a las indicaciones 
escénicas. Este género de relato recuerda la forma dramática, no sólo por el acento puesto 
en el diálogo sino también por la preferencia dada a la presentación de los hechos y no a la 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 7 
narración: percibimos las acciones no como contadas (poesía épica), sino como si se 
produjeran frente a nosotros, en la escena. 
La relación entre la prosa literaria y el relato oral adquiere importancia fundamental. 
La prosa literaria ha utilizado extensivamente las posibilidades de la tradición escrita y ha 
creado formas impensables fuera del marco de esta tradición. La poesía está siempre más o 
menos destinada a ser hablada; puede vivir fuera del manuscrito, del libro, mientras que la 
mayor parte de las formas de los géneros prosaicos se encuentran completamente aisladas 
del habla y tienen un estilo propio del lenguaje escrito. En general, el relato del autor se 
orienta hacia la forma epistolar, hacia las memorias o las notas, hacia los estudios 
descriptivos, el folletín, etc. Todas estas formas del discurso se atienen al lenguaje escrito, 
se dirigen al lector y no al oyente, se construyen a partir de los signos escritos y no de la voz. 
Por otra parte, en los casos en que los diálogos están construidos siguiendo los 
principios de la conversación oral y se colorean con el tinte sintáctico y léxico 
correspondiente, introducen en la prosa elementos hablados y relatos orales. Si en tal tipo 
de diálogo se deja amplio lugar a alguno de los interlocutores, se establece una 
aproximación mayor al relato oral. A veces la novela roza la lengua hablada; entonces se 
introduce un narrador cuya presencia es explicada o no por el autor. 
Sin importar la forma, el contenido debe vincular a la gente y a los acontecimientos 
del mundo real, como en el caso de la narrativa de experiencia personal, en la que la 
perspectiva de la primera persona, que se basa sólo en las experiencias y la percepción del 
narrador, con frecuencia por medio de cartas o diarios. Cuando el contenido es ficticio, se 
ponen en práctica diferentes convenciones. El texto proyecta una voz narrativa, pero el 
narrador pertenece a un mundo inventado o imaginario, no al real. El narrador puede ser 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 8 
uno de los personajes en la historia. Roland Barthes (1994) describe a tales personajes 
como seres de papel y la ficción comprende las narrativas de experiencias personales como 
las creadas por el autor. Cuando sus pensamientos son incluidos en esto se le denomina 
focalización interna, cuando la mente de cada personaje se enfoca en un acontecimientos 
particular, el texto refleja sus reacciones. 
En la forma escrita el lector escucha la voz del narrador tanto a través de la elección 
de contenidos como del estilo: el autor puede codificar voces para diferentes emociones y 
situaciones, y la voz puede estar abierta o cubierta, y a través de pistas que revelan las 
creencias, valores e instancias ideológicas del narrador, así como la actitud del autor hacia 
la gente, los acontecimientos y las cosas, podemos descubrir esas voces. 
Hay una distinción entre la narrativa de la primera y la tercera persona a la que 
Gerard Genette (1972) se refiere como homodiegética y heterodiegética respectivamente. 
Un narrador homodiegético describe experiencias personales propias como un personaje 
en la historia. De una narrativa donde los acontecimientos son vistos a través de los ojos de 
un focalizador interno en tercera persona se dice que es figurativo. En algunas historias el 
autor puede ser omnisciente y emplea también múltiples puntos de vista y comenta los 
acontecimientos cuando suceden. Tzvetan Todorov (1969) acuña el término narratología 
para el análisis estructural de cualquier narrativa en sus constituyentes con el fin de 
determinar sus funciones y relaciones. Para estos propósitos la historia es lo que 
usualmente narra una secuencia cronológica de temas, motivos y líneas de trama (trama 
narrativa), por lo tanto, la trama representa la estructura lógica y casual de una historia que 
explica por qué los acontecimientos suceden. El término discurso se utiliza para describir 
las elecciones estilísticas que determinan cómo el texto narrativo y el rendimiento al fin se 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 1 9 
presentan a la audiencia. Una de las decisiones estilísticas puede ser presentar 
acontecimientos en orden no cronológico por medio de retrospectivas, por ejemplo, para 
revelar motivaciones en un momento dramático. 
El arte de la narrativa es por definición una empresa altamente estética. Hay gran 
cantidad de elementos estéticos que interactúan de manera típica enhistorias desarrolladas 
por completo. Tales elementos incluyen la idea esencial de la estructura narrativa, con 
inicios, nudos y desenlaces identificables o exposición, desarrollo, clímax y desenlace, con 
incidentes emocionantes e importantes, normalmente construidos en líneas de trama 
coherente; un fuerte enfoque en la temporalidad que incluye la retención del pasado, 
atención a la acción presente, y la pretensión o anticipación del futuro; un enfoque 
substancial en los personajes y la caracterización que es “discutiblemente el único 
componente más importante de la novela” (Lodge 1992: 67); una heteroglosia dada por 
diferentes voces que dialogan en escena, “el sonido de la voz humana muchas voces que 
hablan en una variedad de acentos, ritmos, registros; que posee un narrador o una voz 
parecida a la de un narrador que por definición “se dirige a” e “interactúa con” la audiencia 
lectora; que se comunica con la fuerza retórica de un narrador poco confiable, un proceso 
dialéctico de interpretación que está algunas veces debajo de la superficie, que condiciona 
una narrativa entramada y otras veces mucho más visible “aboga” a favor y en contra de 
varias posiciones, confía substancialmente en una figuración estética estándar, 
particularmente incluye el uso de la metáfora, la metonimia, la sinécdoque y la ironía, está 
con frecuencia enredada en la intertextualidad, con numerosas conexiones, referencias, 
discusiones, similitudes, paralelas, etcétera, a otras literaturas, y comúnmente demuestra 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 0 
un esfuerzo hacia el bildungsroman5, una descripción del desarrollo de la identidad con un 
esfuerzo por manifestar la transformación en personaje y comunidad. 
La narración designa un relato detallado, pero también la estructura general de ese 
relato. En la retórica antigua se ayuda de la segunda parte del discurso después de la 
introducción, en la que el orador hace el relato de hechos. 
El esquema narrativo más simple de una obra es generalmente el siguiente: 
La narrativa 
 
1. Situación inicial 
2. Elemento perturbador 
3. Peripecias 
4. Elemento de resolución 
5. Situación final 
 
El esquema narrativo de un relato es un concepto que resulta de la lingüística estructural, 
nacida en los años sesenta. De acuerdo con esta teoría, dicho concepto constituye la 
estructura de un relato. 
En una narrativa, los acontecimientos, ya sean reales o ficticios, son narrados en 
cierta forma, son contados desde cierto punto de vista, son cuidadosamente seleccionados 
por su valor en la creación de un sentido de participación, interés y tensión; los 
acontecimientos son unificados y coherentes, tienen una estructura de “causa y efecto” 
aparentemente lógica. Los acontecimientos involucran típicamente un personaje principal 
(llamado protagonista o héroe), la vida del protagonista suele ser alterada de un inicial (o 
presumible) estado de “normalidad” o equilibrio; esta alteración es creada por un conflicto 
 
5 ”Tipo de novela cultivado en el siglo XIX, también llamado “Novela de formación” o “Novela de aprendizaje 
para la vida”. En su forma tradicional tiene siempre por protagonista a un hombre adolescente. Wilhelm 
Meister (1 9 ; 18 ), de oethe, y La educacio n sentimental (18 9), de ustave Flaubert, son obras 
representativas de este modalidad” ( ar a Francisca Paredes- e ndez et al, oces de Espan a : antologia 
literaria, Australia ; Boston : Heinle Cengage Learning, 2014 2ª. edición.) 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 1 
que es introducido por un segundo personaje (llamado antagonista o villano, también 
algunas veces una institución social); el conflicto es enfrentado por el “héroe” durante el 
desarrollo o elevación de la narrativa; esto lleva a un clímax de acción seguido por una 
sinuosa caída y un atado de cabos sueltos llamado desenlace; durante esta parte final de la 
historia, se hace la formación de un nuevo equilibrio y una resolución final. Con gran 
frecuencia para el final de la narrativa la vida del o de la protagonista habrá cambiado de 
alguna forma y él o ella habrá aprendido algo útil de su experiencia. 
Las narrativas tienen con frecuencia una estructura relativamente fija: un “principio”, 
donde un escenario crea el humor o la atmósfera y los personajes son introducidos, 
vinculado con un “nudo”, en el que el héroe se encuentra con el problema y trabaja para 
superar el problema donde la trama se vuelve interesante y llega a un clímax, relacionado 
con un “fin”, en el cual un satisfactorio sentido de cierre se introduce: la trama se dirige a 
una conclusión. 
1.4. La narratología 
En El relato en perspectiva, Luz Aurora Pimentel (1998) nos invita a definir la 
narratología como el conjunto de estudios y propuestas teóricas que sobre el relato se han 
venido realizando desde los formalistas rusos, y en especial, desde el trabajo de Propp 
(1985) sobre los cuentos populares rusos. Así nos dice que con frecuencia la narratología se 
ha descrito simplemente como “la teoría de los textos narrativos” o en las palabras de 
Gerald Prince (1982), como “el estudio de la forma y el funcionamiento de la narrativa”, 
definiendo el relato, mínimamente, como “la representación de por lo menos dos 
acontecimientos o situaciones reales o ficcionales en una secuencia temporal”. uchos de 
estos estudios, como bien lo ha hecho notar Gérard Genette (1983), constituyen un análisis 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 2 
lógico o semiológico del contenido narrativo, haciendo caso omiso de su forma de 
transmisión (oral, escrita, cinematográfica, etc.) mientras que otros son análisis formales 
del relato que atendienden al modo o situación de enunciación. 
Cuando hablamos de narrativa desde la narratología es oportuno recordar que el 
término narratología fue acuñado por Tzvetan Todorov (1969) para denominar la ciencia 
que abarca y sistematiza los conocimientos de la teoría del relato en sus diferentes aspectos 
y cuya prioridad es elaborar modelos de análisis del relato aplicables a los diferentes tipos 
de textos narrativos, de acuerdo con la presuposición de Roland Barthes (1975) de que el 
relato está presente en todos los tiempos, lugares y sociedades y abarca desde el mito hasta 
el cine. 
Roland Barthes (1975) propone una teoría de la obra narrativa desde categorías 
lingüísticas y considera el relato como “una gran oración” en la que se descubren las 
principales categorías del verbo: tiempos, aspectos, modos y personas. Con ellos se 
confirma la idea de que el “modelo oracional” sirve de base de estudio al modelo del relato, 
concibe “los sujetos” como opuestos a los “predicados verbales”. A su juicio, la tipología 
actancial de Algirdas Julien Greimas “descubre en la multitud de personajes del relato las 
funciones elementales del análisis gramatical”. 
Gerard Genette (1972) aporta una distinción precisa entre tres elementos 
constitutivos del relato: la historia, la serie de acontecimientos que constituye el contenido 
narrativo de un relato, el relato, el “enunciado” verbal, el “discurso” o “texto” narrativo en el 
que se expresa dicha historia, la narración, el acto de narrar o de producir el texto, y “por 
extensión, el conjunto de la situación real o ficticia en la que se sitúa”. Gerard Genette confía 
en los términos franceses récit (relato) y discours (discurso) para distinguir entre los 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 3 
acontecimientos de una narrativa y cómo estos acontecimientos están “ordenados” por los 
recursos y las figuras narrativos que son a menudo identificados por la narratología. 
Cobley (2004: 5) dice que historia (story) comprende “all the events which are to be 
depicted”; trama (plot) comprende “the chainof causation which dictates that these events 
are somehow linked and that they are therefore to be depicted in relation to each other”; y 
narrativa (narrative) es “the showing or the telling of these events and the mode selected 
for that to take place”. Por su parte, Barthes propone tres niveles de narrativa para ser 
analizados: función (como lo hace Propp), acción (citando a Greimas) y narración (derivada, 
en este caso, de Todorov). 
La palabra historia puede utilizarse como un sinónimo de narrativa. También puede 
usarse para referirse a la secuencia de acontecimientos descritos en una narrativa. Una 
narrativa también puede ser contada por un personaje dentro de una narrativa mayor. 
Dichos fenómenos son estudiados por la semiótica y por la semántica, la primera estudia los 
bloques individuales de significado llamados signos; y la segunda analiza la forma en que 
dichos signos se combinan en códigos para transmitir el mensaje. Esto es parte de un 
sistema de comunicación general que utiliza tanto elementos verbales como no verbales y 
que crea un discurso con modalidades y formas diferentes. 
Roman Jakobson (1971), por su parte, sostiene que la literatura no existe como una 
identidad separada. Así, él y muchos otros semiotistas prefieren la idea de que todos los 
textos, ya sean hablados o escritos, son iguales, a diferencia de algunos autores que 
codifican sus textos con cualidades literarias propias que los distinguen de otras formas de 
discurso. Sin embargo, podemos notar una clara tendencia a tratar las formas narrativas 
literarias como separables de otras formas. Como se sabe, esto se ve por primera vez en el 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 4 
formalismo ruso con el análisis de Viktor Shklovsky (1990) sobre la relación entre la 
composición y el estilo y en el trabajo de Vladimir Propp (1985), quien analizó las tramas 
utilizadas en los cuentos tradicionales e identificó 31 componentes funcionales distintos. 
Esta tendencia continúa en el trabajo de la Escuela de Praga y de los investigadores 
franceses como Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes, que llevan a un análisis estructural 
de la narrativa y a un cuerpo cada vez más influyente del trabajo moderno que plantea 
importantes preguntas epistemológicas. 
Por fortuna, hay un amplio acuerdo en la naturaleza dualística de la narrativa, que 
tiene un qué y un cómo. El qué de la narrativa puede verse en términos de contenido 
narrativo, el cual consiste, en lo que a los principales elementos respecta, en 
acontecimientos, actores, tiempo y localización. El cómo tiene que ver con la manera como 
se cuenta la narrativa. A lo que también se le llama historia; o lo que es conocido también 
como histoire por los estructuralistas franceses o fabula por los formalistas rusos. El cómo 
es el discurso, o lo que los estructuralistas franceses llamaron discours o los formalistas 
rusos llamaron sjužet, dualismo que Seymour Chatman expone en Story and Discourse 
(1978). 
La clasificación binaria de la narrativa puede ser útil para nosotros si tenemos la 
intención de conceptualizar la idea de la “traducción” o conversión de una narrativa 
particular de una forma o medio de arte a otro: cuando uno traduce, uno traduce la historia 
y no el discurso. El discurso es obviamente diferente en diferentes formas de arte, aunque 
puede haber similitudes en la historia. 
Habría que distinguir, asimismo, la narratología de los estudios genéricos del relato. 
Un estudio narratológico implica la exploración de los diversos aspectos que conforman la 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 5 
realidad narrativa, independientemente de la forma genérica que pueda asumir. Los 
aspectos de los que se ocupa la narratología son, entre otros, la situación de enunciación, las 
estructuras temporales, la perspectiva que orienta al relato, así como la indagación sobre 
sus modos de significación y de articulación discursiva. Un análisis genérico, en cambio, 
procede a partir de especificaciones temáticas, y de la descripción de un conjunto de 
codificaciones formales como producto histórico de la convención, mismos que distinguen 
al género stricto sensu: novela, cuento, autobiografía, epopeya, leyenda; incluso la llamada 
“poesía narrativa”. Los estudios genéricos se ubican en el cruce de los temáticos y los de 
historia literaria; la narratología, en cambio, se sitúa en una dimensión más abstracta 
(Pimentel 1998). 
1.5. Tipos de composición 
El propósito de la narración es contar un acontecimiento o una serie de ellos. Otra de 
las características de la narración es que puede manifestarse por sí sola, pero con mayor 
frecuencia incorpora la descripción. Se pueden reconocer dos formas de narración: la 
narrativa simple, que sirve para relatar acontecimientos y con mayor frecuencia presenta 
los acontecimientos de forma cronológica, y narrativa con trama, que tiene una menor 
tendencia a presentar los acontecimientos de forma cronológica y con frecuencia se 
organiza de acuerdo con un principio artístico preconcebido que se encuentra determinado 
por la naturaleza de la trama y del tipo de historia deseadas. El propósito primordial de la 
narración, ya sea o no con fines literarios, es interesar y entretener, aunque, por supuesto, 
se puede utilizar para instruir e informar. 
En pocas palabras, la narrativa es la presentación de un acontecimiento o una serie 
de estos. De tal manera, hemos de observar que “acontecimiento” es la palabra clave aquí, 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 6 
aunque algunas personas prefieran la palabra “acción”, ya que sin un acontecimiento o una 
acción, se puede tener una “descripción”, una “explicación”, un “argumento”, una “lírica”, 
una combinación de estos o una combinación de todos, pero no se tendrá una narrativa. “ i 
perro tiene pulgas” es una descripción de mi perro, pero no se tendrá una narrativa porque 
nada pasa. “ i perro fue mordido por una pulga” es una narrativa. Cuenta un 
acontecimiento. El acontecimiento es muy pequeño – la mordida de la pulga – pero eso es 
suficiente para hacer una narrativa. 
Algunos investigadores consideran que basta con la presencia de un acontecimiento 
para que haya una narrativa, pero otros exigen al menos más dos acontecimientos, uno 
después del otro (Barthes, Rimmon-Kenan apud Abbot 2008); y algunos más van más allá, 
pues exigen que los acontecimientos estén causalmente relacionados (Bal, Bordwell, 
Richardson apud Abbot 2008). 
En la opinión de Porter Abbot (2008), la capacidad para representar un 
acontecimiento, ya sea con palabras o de alguna otra manera, es la facultad clave y produce 
los cimientos con los cuales todas las formas complejas son construidas. Es importante 
notar que a la mayoría de nosotros –investigadores, lectores y espectadores– se nos 
dificulta algunas veces llamar a algunos trabajos más complejos y más largos narrativas, 
aunque contengan numerosos ejemplos de esos pequeños, y a veces no tan pequeños 
cimientos narrativos. 
A partir de lo anterior, es comprensible que haya un amplio debate en torno a qué 
debe clasificarse bajo el título de narrativa. 
Una narrativa es un formato productivo (como un trabajo de discurso, escritura, 
canción, película, televisión, juegos de video, fotografía o teatro) que describe una secuencia 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 7 
de acontecimientos ficticios o no ficticios. La palabra deriva del verbo latín narrare que 
significa narrar, contar, y se relaciona con el adjetivo gnarus cuya acepción es conocedor o 
versado. 
Al respecto, Luz Aurora Pimentel (1998) define el relato, de manera sucinta, como la 
construcción progresiva por la mediación de un narrador, de un mundo de acción e 
interacción humanas cuyo referente puede ser real o ficcional, de acuerdo con Paul Ricoeur(apud Pimentel 1998). Así definido, el relato abarca desde la anécdota más simple, pasando 
por la crónica, los relatos más complejos, la biografía o la autobiografía. 
Cuando se habla de la narratividad en general, no se trata solamente de relatos 
hechos por una narrador; no es raro oír hablar del contenido narrativo o de la(s) línea(s) 
narrativa(s) de un ballet, de un cuadro, o de una escultura. Existen innumerables estudios 
sobre las estructuras narrativas en el drama, el cine, la mímica, la pintura o las tiras cómicas. 
De ellos se infiere que la narratividad trasciende no sólo fronteras genéricas y modales sino 
semióticas, puesto que lo narrativo puede observarse en diferentes medios y sistemas de 
significación. Incluso este fenómeno transemiótico ha propiciado la extensión conceptual no 
sólo de lo narrativo, sino del término lenguaje, mismo que se aplica ahora ya no 
exclusivamente al verbal sino a otros sistemas de significación y de representación 
(Pimentel 1998). 
La narrativa, entendida como relato, se define como un discurso que integra una 
sucesión de acontecimientos de interés humano en la unidad de la misma acción. Por este 
interés humano dicho relato se diferencia de otras modalidades discursivas como la 
descripción, exposición, argumentación, etc., y la serie de acontecimientos no se reduce a 
mera “cronología”, sino que adquiere sentido en una “serie temporal estructurada”. 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 8 
El historiador Augustin Thierry ya había pensado en el tema cuando escribía en sus 
Récits des Temps Mérovingiens (1840 : 583 ): “On a dit quel but de l’historien était de 
raconter, non de prouver, je ne sais, mais je suis certain qu’en histoire le meilleur genre de 
preuve, le plus capable de frapper et de convaincre tous les esprits, celui qui permet le 
moins défiance et laisse le moins doutes, c’est la narration complète”. 
Junto con exposición, argumentación y descripción, la narración, ampliamente 
definida, es una de los cuatro modos retóricos del discurso. Definido más precisamente, es 
el modo de escritura de la ficción por el cual el narrador se comunica directamente con el 
lector. 
Las historias son un aspecto importante de la cultura. Muchos trabajos de arte y 
muchos trabajos de literatura cuentan historias; de hecho, muchas de las humanidades 
(artes) involucran historias. Owen Flanagan, en Consciousness Reconsidered (1992: 198), 
escribe que “Evidence strongly suggests that humans in all cultures come to cast their own 
identity in some sort of narrative form. We are inveterate story tellers”. 
Sabemos que cualquier género es fácil de conceptualizar, pues la mayoría de 
nosotros tiene al menos un conocimiento informal de qué es. Inclusive los niños pequeños 
son receptivos al género. Muchos de ellos, por ejemplo, saben qué es un cuento o una 
canción infantil, aún antes de asistir a la primaria. 
La narrativa por sí misma, desde luego, se considera un género, ya que algunas veces 
se usa como criterio para distinguir entre un texto y otro, por ejemplo, para distinguir un 
cuento de una canción infantil. Mientras que el cuento siempre es narrativo, la canción 
infantil puede no ser narrativa, o bien tener una narrativa muy simple. En la escuela, desde 
N a r r a t i v a : c a r a c t e r i z a c i ó n g e n e r a l | 2 9 
luego, aprendemos a escribir y a distinguir entre los cuatro modos discursivos: narrativo, 
argumentativo, descriptivo y expositivo. 
Si de historias hablamos sabemos que éstas tienen un origen antiguo, pues existieron 
en la cultura del antiguo Egipto, de la Grecia antigua, China e India. Las historias también 
son un componente universal de la comunicación humana, usadas como parábolas y 
ejemplos para dar una explicación. La narración probablemente fue una de las primeras 
formas de entretenimiento. Como Owen Flanagan apunta, la narrativa también puede 
referirse a procesos psicológicos en la construcción de identidad, memoria y significado. 
Los límites entre el concepto de narrativa como narratología y el modo retórico 
parecen difusos. La narrativa en algunos momentos se presenta como un acontecimiento 
humano, parte de la vida, pues es un hecho de todos los días, sin duda, por eso se presenta 
como un modo retórico del discurso. No pueden dejarse de lado los demás conceptos de 
narrativa, pues el análisis de la narrativa necesita de los otros aspectos para poder tener 
una visión más amplia, global y comprensible que sirva a los propósitos de este trabajo. 
Sin duda pudimos observar que la narrativa tiene presencia e importancia desde 
tiempos remotos, ha ayudado a la conformación de las sociedades y ha dado paso a 
conceptos más complejos y variados que permiten que los académicos de las distintas áreas 
definan y creen nuevos caminos para ésta. Es trascendental destacar la importancia de la 
narrativa, porque la encontramos en casi todos, si no es que todos, los aspectos de nuestra 
vida, internos y externos, públicos y privados, formales/académicos e informales, nos da la 
oportunidad de entender nuestro presente, nuestro pasado, posiblemente nuestro futuro y 
nos permitirá traspasar las fronteras del tiempo y el espacio. 
L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 0 
Capítulo 2 
La transitividad en la gramática 
En este capítulo revisaremos diversas perspectivas sobre la transitividad en la gramática con el fin 
de presentar un panorama general sobre cómo se ha conceptualizado este fenómeno a través del 
tiempo y de los distintos modelos teóricos. Todo ello para construir un marco teórico que nos 
permita desarrollar un análisis de este fenómeno dentro del discurso narrativo. Las diferentes 
perspectivas van desde el concepto tradicionalista de la Real Academia de la Lengua Española hasta 
las propuestas dentro del modelo funcionalista. 
Definiremos el concepto de transitividad, mediante el apoyo de distintos diccionarios 
especializados, para luego revisar la gramática de la Real Academia de la Lengua Española, luego 
observaremos algunas concepciones tradicionales (Andrés Bello, Rufino José Cuervo, Samuel Gili y 
Gaya), posteriormente estudiaremos otras más recientes (Alarcos, Cano Aguilar, Chomsky, Martinet, 
Coseriu, Alsina y Blecua), finalmente reflexionaremos sobre lo que la gramática funcional ha 
aportado más recientemente (Keenan, Givón, Dryer, Dik, Foley y Van Valin, Shibatani y Hopper y 
Thompson). 
Para comenzar este capítulo es conveniente recordar que tradicionalmente en los análisis 
gramaticales se menciona que un verbo es transitivo o intransitivo; ésta es una perspectiva 
tradicional y un tanto reduccionista en la que se considera que la transitividad sólo implica al verbo, 
por lo que a partir de él se realiza una clasificación, argumentando que transitivo es todo verbo que 
necesita un objeto para tener un sentido completo, del tipo: Juan bebió leche o María lee un libro; 
mientras que los verbos que tienen sentido completo sin necesidad de un complemento son 
intransitivos, del tipo: Diana corre o José durmió. Es decir, tan sólo la presencia de un complemento 
L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 1 
directo cataloga a un verbo dentro de la categoría de transitivo y la ausencia de éste, dentro de la 
categoría de intransitivo. 
2.1. Definición de transitividad 
En el Oxford Concise Dictionary of Linguistics (2007) se puede encontrar que el origen de 
término transitividad proviene del latín transitivitus que quiere decir “atravesar” y cuyo sentido 
original sugiere la transición de una persona o participante representado por una inflexión del 
verbo a otro participante al que el objeto hace referencia, mientras que en el Diccionario de 
Lingüística (ANAYA, 1986) se dice que viene del latín transtitus que después se vuelve transeo que 
significa pasar al otro lado. 
A continuación citamos otros diccionariosespecializados como: Routledge Dictionary of 
Language, el antes mencionado Diccionario de Lingüística, Dictionnaire de la linguistique, An 
Encyclopedia of Language and Languages y Key Concepts in Language and Linguistics que 
concuerdan en que: “ alence property of verbs which require a direct object […] used more broadly 
verbs which govern other objects […] can also be termed ‘transitive’, while only verbs which have 
no object at all would be transitive” (Bussmann 1998: 1221); también encontramos que se refieren 
a transitividad como: “aspecto semántico-sintáctico de la acción verbal por el que se indica que ésta, 
ejecutada por un agente, pasa o se aplica a un objeto o término a menudo llamado paciente”(Cerda 
1986) y por otro lado tenemos que: “se dit de tout verbe qui est construit avec un complément 
d’objet direct… Aussi de grammairiens contemporains proposent, plutôt que de verbes, de parler 
uniquement de constructions transitives et intransitives” (Mounin 1974). En An Encyclopedic 
Dictionary of Language and Languages (1992) se muestra que la transitividad es: “a category used in 
the grammatical analysis of clause/sentence constructions to define types of relationship between 
verb and the presence or absence of object elements with transitive constructions, the verb takes a 
direct object; with intransitive constructions, it does not”, aunque también en Key Concepts in 
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Language and Linguistics (1999) se afirma que puede ser: “the manner in which a verb is related to 
the noun phrases in its clause” a lo que se agrega que “ rammarians have been aware that 
transitivity is a more complex matter than had previously thought” y después se detalla que “we 
may begin by noting a fundamental difference (between two types of clause (or sentence). In a 
prototypical intransitive construction, the (intransitive) verb has subject but no object… In a 
prototypical transitive construction, the (transitive) verb has both a subject and an object; the 
subject represents an agent instigating the action, and the object represents a patient affected by the 
action”. 
El Oxford Concise Dictionary of Linguistics la destaca como transitive construction, y la define 
como aquella “in which a verb is related to at least two nouns or their equivalent whose semantic 
roles are characteristically those of an agent and patient” y agrega “a transitive verb is one which 
takes or can take such a construction: thus carry, or carry in its basic sense”. 
Las anteriores definiciones son el resultado de diferentes fuentes, en las cuales podemos 
observar que se dan al menos cuatro vertientes: la primera en la que se afirma que en los verbos 
radica la transitividad, la segunda en la que se dice que se trata de una construcción transitiva, de 
ahí que se les nombre verbos transitivos, una tercera en la que se muestra que se trata de una 
relación predicativa, entre verbo y complemento y una cuarta en la que se expresa que se basa en 
las necesidades del hablante por expresarse. 
Por otro lado, también se pueden observar dos posiciones en cuanto a cómo se pueden 
reconocer estas construcciones, una dice que se ha de hacer al transformar la oración de activa a 
pasiva, en caso dado de no ser posible, la oración se declara como intransitiva, y la otra asevera que 
sólo se dará la transitividad si la acción pasa al complemento, también llamado objeto o paciente. 
L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 3 
2.2. La transitividad desde las perspectivas tradicionales 
El Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, publicado por Espasa-Calpe en 1973, 
divide las oraciones según los tipos de predicado: nominal y verbal. Es justo en las de predicado 
verbal donde observamos que existe una separación entre oraciones de predicación completa e 
incompleta del verbo, y se detalla para el primer caso que puede bastar sólo el verbo para expresar 
lo deseado y no hay más predicado que el verbo, mientras que por el otro lado se dice que el 
predicado puede complementarse con algunas palabras que por cumplir dicha función se les llama 
complementos. También se puntualiza que, en general, algunos verbos requieren un complemento 
por necesidad de su propio significado, y de acuerdo con los diferentes tipos de complementos se 
pueden clasificar en: adjetival, adverbial, nominal o pronominal, verbal en forma de infinitivo o 
gerundio y oración subordinada, y en el caso de la división de los complementos de verbos, se 
menciona que el objeto directo se refiere: “al vocablo que precisa la significación del verbo 
transitivo” y “se designa con el nombre de complemento u objeto directo al vocablo que expresa la 
persona, animal o cosa en que se cumple o termina la acción del verbo transitivo ejercida sobre el 
objeto directo”. A partir de esto, como sabemos, se da la división de los verbos en transitivos e 
intransitivos, de la cual se dice que “se funda en la aptitud de los mismos para poder tener o no lo 
que hemos llamado complemento directo”. De dicha división se logra consolidar la clasificación y 
nomenclatura de las oraciones de predicado verbal de la RAE donde declara que los verbos que 
carecen de complemento directo se llama intransitivos, aun cuando éstos se encuentren 
acompañados de otros complementos, como el circunstancial y, en el caso de que cuenten con la 
presencia de un complemento u objeto directo, se llaman transitivos, esta clasificación nos lleva a 
realizar una categorización binaria, aunque se menciona que algunos verbos pueden ser 
intransitivos y que con tan solo agregarles un objeto directo serán transitivos, para lo que a 
continuación se presentan algunos ejemplos: 
(1) Antonio murió. 
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(2) Antonio murió una muerte piadosa en el hospital. 
(3) El alumno estudia. 
(4) El alumno estudia las lecciones con ahínco. 
La RAE afirma que, en apariencia, este fenómeno se vincula con “la intención expresiva del hablante 
en cada ocasión concreta del habla real” (Real Academia Española, 1973: 378). Por el contrario, 
muchos diccionarios registran el uso transitivo o intransitivo en cada una de los sentidos de los 
verbos, que se basa en el uso predominante de los verbos, pero dicha nomenclatura no puede 
prever todos los contextos en que puedan presentarse. Es así como el uso indicado por los 
diccionarios depende del significado del verbo y, se menciona, hay verbos del tipo morir, vivir o 
dormir que tienden a omitir el objeto directo, pero existen ocasiones en que estos verbos pueden 
complementarse con un objeto directo, si se trata de un objeto cognado: 
(5) Morir una muerte gloriosa 
(6) Dormir un sueño tranquilo 
(7) Vivir una vida miserable 
Mientras que otros verbos tienden a complementarse con un objeto directo, como dar, entregar, 
dejar, abandonar, mostrar, que con dificultad pueden prescindir de su complemento, pero que en 
algunos casos se presentan como absolutos, es decir, sin ningún complemento obligatorio, para esto 
se muestran unos ejemplos: 
(8) Un ciclista que abandonó en la segunda etapa de su carrera. 
(9) Un cartero puede decir, al terminar su trabajo, que ha repartido. 
(10) Contra el vicio de pedir, hay la virtud de dar. 
2.2.1. Verbo transitivo 
Hjelmslev (apud Bosque y Demonte, 1999), por su parte, dice que las transitividad sigue el hecho 
sintagmático de que un verbo puede ‘regir’ a sus complementos, en otras palabras, el verbo 
determina el tipo de complemento que rige; Tesnière (apud Bosque y Demonte, 1999) elabora 
L a t r a n s i t i v i d a d e n l a g r a m á t i c a | 3 5 
dicha propuesta en un texto en el que se proponen dos planos: uno de conexiones estructurales y 
otro de conexiones semánticas; en el primero, el verbo rige a los complementos subordinados y en 
el segundo, el verbo es el determinado y el

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