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Caractersticas-de-resiliencia-en-adolescentes-infractores-y-no-infractores

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGíA 
CARACTERíSTICAS DE RESILlENCIA EN 
ADOLESCENTES INFRACTORES Y NO 
INFRACTORES. 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER El TíTULO DE 
LICENCIADAS EN PSICOLOGíA 
P R E S E N T A N 
LIBERTAD AMÉRICA CISNEROS GARIBO 
NORMA ANGÉLICA VELÁSQUEZ OCAMPO 
DIRECTOR: DR. ALBERTO JAVIER CÓRDOVAAlCARÁZ 
REVISOR: DR. SAMUEl JURADO CÁRDENAS 
d 
MÉXICO. D.F. CD. UNIVERSITARIA NOVIEMBRE. 2010 
C! P)icología 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGíA 
CARACTERíSTICAS DE RESILlENCIA EN 
ADOLESCENTES INFRACTORES Y NO 
INFRACTORES. 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER El TíTULO DE 
LICENCIADAS EN PSICOLOGíA 
P R E S E N T A N 
LIBERTAD AMÉRICA CISNEROS GARIBO 
NORMA ANGÉLICA VELÁSQUEZ OCAMPO 
DIRECTOR: DR. ALBERTO JAVIER CÓRDOVA AlCARÁZ 
REVISOR: DR. SAMUEl JURADO CÁRDENAS 
d 
M~XICO. D.F. CD. UNIVERSITARIA NOVIEMBRE. 2010 
C! P)icología 
 
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3 
 
 
Agradecimientos 
YO LIBERTAD. 
Agradezco a mi Máxima Casa de Estudios la Universidad Nacional Autónoma de México. 
A mi mamá por su fortaleza, enseñanzas, sueños, creatividad, motivaciones; por la confianza que depositó en mi, por ser 
una guerrera incansable. 
A mi padre por conservar, transmitir y preservar sus ideales; por ser un librepensador, un luchador social. 
A mi hermano Juan por su cariño, su seguridad, su entusiasmo, por su buen sentido del humor. 
A mi hermana Tania por su inteligencia, su diplomacia, su cariño, su voluntad de cambio, por ser una mujer de sueños. 
A mi cuñada Rocío, a mis sobrinas Paulina y Ximena por ser mi granito de fe y esperanza. 
A mi co candy, por su inseparable amistad, compañía, por ser mi hermana, mi prima, mi amiga, mi cómplice de aventuras y 
alucinaciones, por brindarme un millón de sonrisas, por enseñarme a ser feliz. 
A mi Polita por todo el tiempo dedicado, su amor incondicional, sus enseñanzas y anécdotas, por ser mi inspiración de vida. 
A mi mono Horus por sus consejos, opiniones, ideas, compañía, por su amor, su espontaneidad, por ir juntos en el camino 
de la vida, por ser parte de mi felicidad, de mis logros y mis caídas, por creer en el millón de changuitos que hay dentro de 
mi cabeza, por las aventuras y los sueños. 
A mis amigas las brujildas; Alice, Gaby, Karlis, Normis y Same, por hacer todo tipo de magia en mi vida, por ser mis 
cómplices, mis escuchas, mis hermanas. 
A ti Normis por ser mi compañera de tesis, por los desvelos, por mi mal carácter, por compartir mis locuras, por ser parte 
fundamental de éste ciclo, por cerrarlo juntas y por emprender nuevos caminos. 
A mi Chimón por su amor, su lealtad, su fidelidad, por no pedir nada a cambio, por saber esperar, por llenarme de ternura y 
confianza. 
A mis grandes amigos de la vida Mafer, Josué, Bere, Erik, Cinthya, Vene, Nihurka, Michel y Memo; con quienes he 
compartido durante esta línea del tiempo mis objetivos. 
YO NORMA. 
Agradezco a mi máxima casa de estudios la Universidad Nacional Autónoma de México, porque creyó en mi éxito, me 
apoyo y me ha permitido desarrollarme profesionalmente. 
A mi mamá María Ocampo por su valor, entereza, fortaleza, sacrificio, apoyo, comprensión, sabiduría, confianza, por 
consentirme y estar siempre a mi lado. Te Amo y este triunfo constituye la herencia más valiosa que pudiera recibir. 
A mi padre agradezco la confianza que deposito en mí, por haberme forjado el carácter de una mujer tenaz, decidida, 
independiente y que lucha por sus ideales. 
A mis hermanos Eva, Juana y Víctor por su apoyo incondicional, por enseñarme los valores que han caracterizado a 
nuestra familia, la lealtad, honestidad, generosidad, solidaridad y responsabilidad. Por respetar mis decisiones, por 
acompañarme y creer en mí, por sus sacrificios para que lograra mis objetivos, los amo y estaré siempre agradecida con 
ustedes. 
 
 
4 
 
A mis sobrinos Mishell, Jessi, Dieguito, Vale, Alan y Chuchin por permitirme experimentar y aprender con ustedes, por 
amarme y extrañarme tanto, Quienes son mi toque de alegría, ternura y me permiten sacar la niña que siempre llevaré 
dentro. Los adoro y amo muchísimo. 
 A mis cuñis Rosy, Marquito y Franco, por su paciencia y consejos, por ser parte de mi familia y darle a mi vida un toque de 
alegría, los quiero mucho. 
A mis amiguis Joy, George y Migue por acompañarme desde la infancia y estar conmigo en los momentos alegres y difíciles 
de mi vida. Los quiero mucho. 
A las brujitas Liber, Gaby, Karlis, Same y Alis con quienes comparto mis sueños y proyectos, por esas largas noches de 
análisis y por enseñarme que la vida se disfruta de mil maneras, son parte fundamental en mi vida, las quiero mucho. 
A mi gran amiga Libertad por tu paciencia, lealtad, cariño, apoyo y tu contagiosa alegría. Por estar presente en mis peores 
somatizaciones y capturar cada momento de mis alegrías y distorsiones, por enseñarme de tu sencillez, alegre, loca y rara 
manera de percibir la vida y finalmente por permitirme iniciar y concluir este proyecto gracias a tu esfuerzo y dedicación. Te 
deseo éxito y Felicidad en los objetivos que te plantees, sabes que cuentas siempre con mi apoyo. 
A mi amigo César García por fomentar mi desarrollo profesional, por confiar y creer en mí, por las grandes oportunidades 
que me has brindado, por tu inteligencia y suspicacia que me han transformado, y el apoyo para culminar este proyecto, te 
quiero mucho. 
A mi amigo Luis Armando Rivera por tu enorme apoyo incondicional para dar este enorme paso y llevarlo hasta su 
conclusión, por tu inteligencia, análisis y sabios consejos, siempre vas a estar en mi corazón. 
A mis amigos que me han brindado su apoyo en las diferentes etapas de mi vida, a quienes quiero y estaré agradecida, 
Jhoana Frías, Marisol Camargo, Vane Sánchez y Franco Escobar. 
LIBERTAD Y NORMA 
Agradecemos a nuestro querido Director de Tesis, el Dr. Alberto Javier Córdova Alcaráz, por sus conocimientos, apoyo, 
dedicación, entrega, comprensión, paciencia y motivación, que nos impulsó para concluir con éste ciclo profesional. 
Agradecemos el ímpetu, la iniciativa, el apoyo, las enormes atenciones del Dr. Roberto Peimbert, quien nos brindó la 
oportunidad de accesar al CDA, permitiendo con ello que el objetivo de nuestra tesis se cumpliera. 
Agradecemos al Dr. Samuel Jurado Cárdenas por sus enseñanzas durante el transcurso de la Licenciatura, por representar 
un ejemplo de éxito para nosotras. 
Agradecemos la participación y el apoyo de la autoridades de las escuelas: Telesecundaria No. 5 “Manuel Bernal Mejía”, 
No. 125 “José Vasconcelos”, No. 211 “Salvador Allende”, ubicadas en el Municipio de Naucalpan Edo. de México, así como 
la Escuela Secundaria Diurna No. 70 “Mahatma Mohandas Gandhi”, Turno Vespertino “Ubicada en la Delegación 
Venustiano Carranza”. 
Agradecemos el apoyo y atenciones brindadas de la Comunidad para el Desarrollo de Adolescentes (CDA) y en especial 
al Lic. Jorge Apaez Godoy Director de la misma, por su valiosa cooperación y buena voluntad, quienes brindan atención 
integral a los adolescentes en conflicto con la ley, permitiendo con ello constituirlos como miembros activos en la sociedad. 
Agradecemos la excelente atención e intervención del Lic. Luis Manuel Jiménez Munguía encargadode la Dirección de 
Servicios Médicos Legales y en Reclusorios de la Secretaria de Salud. 
Agradecemos a la Fundación Mexicana de Reintegración Social, Reintegra A.C. por su apoyo y colaboración, 
especialmente al Director General Francisco Castellanos y a Sergio Guzmán, quienes comparten nuestro objetivo y día a 
día luchan por conseguir una reinserción social y alcanzar la libertad de los adolescentes que comenten delitos, consumen 
drogas y viven en las calles, desarrollando características de resiliencia. 
 
2 
 
 
ÍNDICE 
ÍNDICE ...................................................................................................................... 2 
RESUMEN.................................................................................................................. 4 
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 6 
CAPÍTULO I. RESILIENCIA ........................................................................................... 9 
ANTECEDENTES .................................................................................................................. 9 
DEFINICIÓN ........................................................................................................................ 12 
MEDICIÓN DE LA RESILIENCIA ........................................................................................... 15 
FACTORES DE RIESGO Y FACTORES DE PROTECCIÓN .................................................... 23 
FACTORES PERSONALES .................................................................................................. 24 
FACTORES SOCIALES: ...................................................................................................... 25 
CAPÍTULO II. FAMILIA ............................................................................................... 31 
FAMILIA DISFUNCIONAL ..................................................................................................... 35 
FAMILIA Y RESILIENCIA ..................................................................................................... 38 
FAMILIA Y ADOLESCENCIA ................................................................................................ 40 
FAMILIA Y DELINCUENCIA .................................................................................................. 41 
CAPÍTULO III. ESCUELA ............................................................................................ 44 
CAPÍTULO IV. ADOLESCENCIA .................................................................................. 51 
DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA ........................................................................................ 51 
CAPITULO V. ADOLESCENTES INFRACTORES ............................................................. 59 
ANTECEDENTES ................................................................................................................ 59 
DROGAS ............................................................................................................................ 64 
VIOLENCIA Y JUVENTUD .................................................................................................... 71 
 
 
3 
 
CONCEPTO DE DELINCUENCIA .......................................................................................... 72 
CONDUCTA ANTISOCIAL .................................................................................................... 73 
CAPÍTULO VI. LEY DE JUSTICIA PARA ADOLESCENTES PARA EL DISTRITO FEDERAL .... 75 
CAPÍTULO VII. MÉTODO ........................................................................................... 96 
OBJETIVO GENERAL.......................................................................................................... 96 
OBJETIVO ESPECÍFICO ..................................................................................................... 96 
HIPÓTESIS ......................................................................................................................... 96 
DISEÑO .............................................................................................................................. 97 
INSTRUMENTOS ................................................................................................................. 97 
PROCEDIMIENTO ............................................................................................................... 98 
VARIABLES ........................................................................................................................ 98 
MUESTRA .......................................................................................................................... 99 
ANÁLISIS DE RESULTADOS ............................................................................................. 100 
DROGAS .......................................................................................................................... 116 
DISCUSIÓN .......................................................................................................................... 156 
CONCLUSIONES .................................................................................................................. 159 
REFERENCIAS ..................................................................................................................... 161 
ANEXOS .............................................................................................................................. 167 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
RESUMEN 
La delincuencia y violencia en el país se han convertido en una dificultad real, la 
cual se traduce como un problema general, debido a las dimensiones que han 
alcanzado, y cuyos orígenes se derivan de factores históricos, demográficos, 
económicos, sociales, biológicos y psicológicos, entre otros. 
Como parte de la evaluación para ver la evolución o incremento de conductas 
delictivas, antisociales, consumo de drogas y características de resiliencia en 
grupos vulnerables tales como lo son los adolescentes infractores y no infractores, 
bajo similares condiciones sociodemográficas, se realizó un estudio para 
determinar el nivel de incidencia en consumo de drogas, problemas con la ley y 
la resiliencia entre los grupos. 
En este estudio se evaluaron variables sociodemográficas como: ubicación 
geográfica, nivel de estudios, consumo de drogas, edad, turno escolar y 
características de resiliencia. La valoración se realizó en 200 sujetos, mismos que 
se conformaron en dos grupos, los adolescentes infractores dentro del Centro de 
evaluación y tratamiento, y los adolescentes no infractores que se encontraban 
dentro de dos escuelas secundarias. 
Los resultados indican que si existen diferencias entre los grupos sobre todo en 
los dominios de autoestima, control de impulsos y tolerancia a la frustración, 
actitudes prospectivas y prosociales, aspectos que son mejor manejados por los 
adolescentes no infractores y con mayor dificultad para los infractores, asimismo 
en las conductas delictivas y antisociales, se observa que son dominios indicativos 
de una mayor presencia en Adolescentes Infractores, por otro lado no se 
observaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos estudiados, 
en relación con la asertividad, expresión de sentimientos y manejo de sentimientos 
depresivos. 
 
 
5 
 
Respecto a los hallazgos de este estudio han permitido corroborar que el uso de 
drogas legales es un factor de riesgo para el consumo de drogas ilegales, además 
de que los jóvenes abusadores o dependientes de drogas inician su consumo a 
edades más tempranas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
INTRODUCCIÓN 
El fundamento del paradigma de la resiliencia es una perspectiva nueva 
que emerge de los campos de la psiquiatría, la psicología y la sociología, que 
brinda informaciónacerca de cómo niños, jóvenes y adultos se sobreponen al 
estrés, el trauma y el riesgo en sus vidas. 
El concepto de resiliencia está basado en la psicología positiva, es decir, las 
personas pueden sobreponerse a las experiencias negativas y a menudo hasta 
fortalecer el proceso de superarlas. Para comprender la adaptación se hace 
necesaria la evaluación tanto de los factores de riesgo que actúan para intensificar 
la reacción del sujeto ante la adversidad (hacerlo más vulnerable), y los factores 
protectores que actúan para mejorar la respuesta individual ante la adversidad 
(hacerlo más resiliente). 
La resiliencia es entonces, la capacidad de una persona o grupo para seguir 
proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de 
condiciones de vida difíciles y de vivencias traumáticas (Henderson y Milstein, 
2008). 
La resiliencia es un atributo que varía de un individuo a otro y que puede crecer o 
declinar con el tiempo; los factores protectores son características de la persona o 
del ambiente que mitigan el impacto negativo de las situaciones o condiciones 
estresantes. Las escuelas pueden aportar condiciones ambientales que 
promuevan reacciones resilientes ante circunstancias inmediatas, así como 
también enfoques educativos, programas de intervención o prevención, para 
desarrollar factores protectores individuales (Henderson y Milstein, 2008). 
Durante los últimos años este concepto ha tenido gran auge, las personas 
resilientes no experimentan síntomas disfuncionales ni ven interrumpido su 
funcionamiento normal, sino que consiguen mantener un equilibrio estable sin que 
afecte a su rendimiento y su vida cotidiana, demostrando que la resiliencia es un 
 
 
7 
 
fenómeno común entre personas que se enfrentan a experiencias adversas 
(Masten, 2001). 
Por lo que el interés se ha centrado, en particular, en ambientes que representan 
un riesgo en la aproximación de conductas problema, como la delincuencia, 
suicidio, embarazos tempranos y abuso de drogas, especialmente entre jóvenes y 
adolescentes, pudiéndose confirmar que, no obstante al estar sometidos a 
condiciones de riesgo, algunos jóvenes han podido tener un desarrollo sano, ajeno 
a conductas autodestructivas o delictivas (Werner y Smith 1989; Grotberg, 1995). 
La delincuencia en el país se ha convertido en una dificultad real, la cual se 
traduce como un problema general, debido a las dimensiones que ha alcanzado, y 
cuyos orígenes se derivan de factores históricos, demográficos, económicos, 
sociales, biológicos y psicológicos, entre otros. 
Uno de los grupos más afectados, debido a los factores antes mencionados es el 
de los adolescentes, ya que se encuentran con la necesidad de experimentar y 
conocer nuevas sensaciones, como el uso del alcohol y otras drogas, la presión 
del ambiente hostil y un grupo familiar disfuncional, con pocas normas, límites, 
reglas insuficientes y la ausencia de vínculos afectivos, son algunos riesgos que 
enfrentan actualmente los adolescentes. Sin embargo, es importante señalar que 
hay una serie de factores que protegen o fortalecen al individuo aun en 
condiciones de riesgo. 
Por otra parte, en el caso de los adolescentes infractores, se puede observar que 
el ambiente que los rodea, tales como: la familia, la escuela, el medio social, la 
educación; así como el impacto económico en las zonas más marginadas dentro 
del país representan un punto determinante para la disminución del 
fortalecimiento de las características de resiliencia. 
 
 
 
8 
 
Ante el incremento de las conductas desviadas en los adolescentes, es importante 
identificar características de resiliencia para tratar de incrementar fortalezas, ya 
que en un momento dado se pueden reducir las consecuencias negativas, 
intentando que el adolescente presente conductas adecuadas que modifiquen su 
comportamiento y así presenten una mejor reinserción social. 
Es por ello que se crea en el Distrito Federal la Ley de Justicia para Adolescentes 
con la finalidad de exponer los derechos y obligaciones de los adolescentes 
infractores, de sus familiares y las autoridades correspondientes, para el 
cumplimento de la misma, y el mejoramiento de dicho sujeto para la reinserción 
social. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
CAPÍTULO I. RESILIENCIA 
 
ANTECEDENTES 
Aunque el estudio científico de la resiliencia es reciente, ello no demerita que ya 
existiera desde la antigüedad. El término de resiliencia es aún desconocido por la 
generalidad de las personas en México, en otros países del mundo se empezó a 
aplicar a las ciencias de la salud mental, importándolo de disciplinas de la física y 
la mecánica, para referirse a la resistencia de algunas personas a los eventos 
fuertes de la vida y al temple de su personalidad bajo esas condiciones (González, 
2006). 
El desarrollo humano se realiza a nivel individual, familiar, escolar, grupal, 
organizacional y comunitario, en cada uno de estos contextos los factores de 
riesgo o de protección pueden impulsar o impedir el desarrollo, por lo que podría 
decirse que dependiendo de la presencia de tales elementos internos y/o externos, 
los adolescentes pueden tener un desarrollo saludable o de riesgo (Rutter, 1987). 
Especializándose en la investigación de riesgo, en la década de los 70´s Anthony 
E.J. se introdujo en un nuevo campo científico, su método de investigación y su 
población de sujetos, conocida también como “niños de alto riesgo”, el objetivo era 
entonces observar el desarrollo del niño de riesgo antes de que apareciesen 
patologías, para descubrir cómo y en qué grado moldean su vida los riesgos 
afrontados, las vulnerabilidades y las inmunidades que aporta en esas situaciones, 
y las defensas, competencias y capacidades para enfrentarse que se ha forjado 
para sobrevivir psicológicamente. Fue entonces cuando se introdujo el término de 
vulnerabilidad, considerando que los individuos no son iguales ante el riesgo: son 
vulnerables en distinto grado referido en (Manciaux 2003, pág. 46). 
Inicialmente los factores de riesgo fueron creados para los estudios de 
epidemiología, donde la meta era identificar correlaciones estadísticas de 
 
 
10 
 
enfermedades semejantes. Los factores de riesgo están definidos como registros 
individuales o ambientales, los cuales están relacionados con el aumento de la 
probabilidad de resultados negativos. Por otro lado, los factores protectores están 
usualmente definidos como protectores individuales o ambientales que aumentan 
las habilidades de las personas para resistir a eventos estresantes de vida 
promoviendo la adaptación y la competencia (Rutter, 1987). 
Los riesgos son todas aquellas condiciones que se ubican entre lo físico, lo 
psicológico y lo social que dañan, impiden o limitan el potencial de un niño o 
adolescente, pudiendo ser experiencias en el hogar, la escuela o la comunidad. 
Este enfoque asume que a mayor conocimiento sobre los eventos negativos, 
mayor posibilidad de actuar sobre ellos con anticipación para evitarlos, cambiando 
las condiciones que exponen a un individuo o grupo a adquirir la enfermedad o el 
daño (Rutter, 1985, 1989). 
Así mismo Greendspan (1996) indica que los adolescentes que no han aprendido 
a enfrentar las soluciones resultantes de las tenciones propias de su desarrollo y 
de las condiciones de su ambiente, han estado frecuentemente inmersos en 
hogares disfuncionales, y modelos que no tienen la capacidad de conducción. Si 
bien los factores de riesgo están presentes en la adversidad, al mismo tiempo, por 
lo general se presentan los mecanismos protectores que logran crear en las 
personas la posibilidad de revertir, no la situación a la que se enfrentan si no la 
percepción que tienen sobre ésta y por tanto, de eliminarla o superarla (Munist, 
Santos, Kotliarenco, Suárez, Infante y Grotberg, 1998). 
Los estudios longitudinalesde Werner y Smith (1989) son precursores de la 
investigación acerca de la resiliencia. Dichos estudios tuvieron una duración de 
tres décadas, en donde los investigadores pudieron observar que muchos de los 
niños que estuvieron expuestos a factores de estrés perinatal, pobreza e 
inestabilidad familiar y que fueron criados con padres de un bajo nivel educativo, 
se desarrollaron plenamente llegando a ser jóvenes competentes y autónomos 
 
 
11 
 
realizando una vida laboral y afectivas satisfactorias. Esta investigación se 
convirtió en uno de los primeros reportes de la búsqueda de las raíces de la 
resiliencia y del origen de su fortaleza. Como producto del resultado de su trabajo, 
los autores plantearon que el conocimiento acerca de este constructo permitiría 
diseñar políticas de intervención que podrían disminuir la exposición a situaciones 
estresoras que atentan contra la salud mental. 
Otro precursor en analizar la vulnerabilidad y las habilidades de afrontamiento de 
la población infantil fue Murphy en 1973 (Referido en Werner y Smith, 1989) cuyo 
estudio “The Widening world of childhood” aportó una serie de lineamientos que 
han sido útiles para entender la constitución de la resistencia a factores y eventos 
estresores. Si bien en estos y en otros trabajos pioneros se tendía a utilizar el 
concepto de resiliencia como equivalente a “invulnerabilidad,” más tarde se 
estableció una distinción entre ambos, quedando circunscrito el uso de la noción 
de invulnerabilidad principalmente al campo de la psicopatología. 
A partir de los estudios sobre niños de alto riesgo, paralelamente al concepto de 
vulnerabilidad surgió la tendencia opuesta: la de invulnerabilidad. En efecto, 
algunos de esos niños no desarrollaban los trastornos predichos; antes bien, 
mostraban una admirable invulnerabilidad. Las críticas más sutiles sobre la 
invulnerabilidad se las debemos a Rutter, cuando la contrapuso a la resiliencia, así 
pues se abandonó el modelo de la vulnerabilidad debido a que no permite 
entender porqué algunos de esos niños de alto riesgo no sucumben a la patología. 
Los investigadores estudiaron entonces las competencias de esos individuos, sus 
capacidades para el afrontamiento y sus estrategias de ajuste, es así como nace 
un nuevo modelo: el de resiliencia y los factores de protección. 
 
 
 
 
 
12 
 
DEFINICIÓN 
Actualmente no hay en la literatura científica una definición consensuada de la 
resiliencia, lo que ha generado que diferentes autores tengan una percepción 
personal de lo que es la resiliencia. 
El vocablo “resiliencia” tiene su origen en el idioma latín, en el término resilio que 
significa “volver atrás”, “volver de un salto”, “resaltar”, “rebotar”. En psicología, 
cobra un sentido distinto, pues no se limita a la resistencia, si no que conlleva un 
aspecto dinámico que implica que el individuo traumatizado se sobrepone y se 
reconstruye. 
Bowlby (referido en Manciaux, 2003) fue uno de los primeros investigadores que 
utilizó el término de Resiliencia en un sentido figurado, que mencionaba que era 
como el resorte moral, cualidad de una persona que no se desanima, que no se 
deja abatir. 
El término resiliencia que Rutter (1993) conceptualizó con importantes 
investigaciones y desarrollos teóricos se refiere a la capacidad del ser humano de 
recuperarse de la adversidad y, más aún, transformar factores adversos en un 
elemento de estímulo y desarrollo. Trabajó en poblaciones de alto riesgo, en un 
estudio Rutter y colaboradores, con niños negros residentes en la isla de Wight 
permitió demostrar que la presencia de un solo factor de riesgo no aumenta la 
probabilidad de que aparezca un trastorno psiquiátrico; pero la presencia de dos 
factores la multiplica por cuatro (referido en Manciaux, 2003). 
Varios autores (Raymundo 2001, Silva 1999, Soriano 1996, Bernard 1995 y 
Masten, Best y Garmezy 1991) se refieren a la resiliencia en términos generales 
como la capacidad de afrontar de manera positiva situaciones adversas y 
transformarlas, sobreponiéndose a dichas adversidades. 
 
 
13 
 
Para Vanistandael (1996) la resiliencia es la capacidad de una persona o de un 
sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las 
condiciones de vida difíciles, y esto de una manera socialmente aceptable. 
Luthar, Cicchetti y Becker (2000) definen a la resiliencia como un proceso 
dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en contextos de gran 
adversidad. Esta definición distingue tres componentes esenciales de la 
resiliencia. 
 La noción de adversidad 
 La adaptación positiva o superación de la adversidad 
 El proceso que considera la dinámica entre mecanismos emocionales, 
cognitivos y socioculturales que influyen sobre el desarrollo humano. 
La diversidad de definiciones relativas al concepto de resiliencia ha derivado en un 
gran problema, la carencia de un marco teórico único integrado capaz de llevar a 
abordajes más estructurados y basados empíricamente para el desarrollo del 
constructo, dando por resultado que cada investigador analice lo que él entiende 
por resiliencia, sin embargo presentan un buen porcentaje de concordancia en 
sus postulados. 
La investigación basada en el proceso tiene la intención de comprender 
mecanismos o procesos que actúan para modificar el impacto del riesgo y el 
proceso de desarrollo por medio del cual el adolescente tiene una adaptación 
exitosa. Para comprender el proceso de adaptación se hace necesaria la 
evaluación tanto de los mecanismos de riesgo que actúan para intensificar la 
reacción del sujeto ante la adversidad (hacerlo más vulnerable), y los mecanismos 
protectores que actúan para mejorar la respuesta individual ante la adversidad 
(hacerlo más resiliente) (Rutter, 1987). 
No obstante, la diversidad de propuestas sobre posibles modelos de la resiliencia 
puede destacarse que, en términos generales, la mayoría de estas propuestas 
 
 
14 
 
toman en cuenta dos elementos centrales, el riesgo ambiental e individual y el 
resultado en términos de la adaptación del individuo. 
Cuando se considera a la resiliencia como un proceso, se deben de comprender 
los mecanismos a través de los cuales la gente joven se adapta exitosamente. 
Para comprender los procesos de adaptación se necesitan valorar tanto los 
mecanismos de riesgo como los de protección que influyen en el adolescente ante 
la adversidad. Los factores que promueven la resiliencia provienen de tres amplias 
áreas que son: las personales, las familiares y las sociales (Garmezy, 1993). 
Probablemente la aportación más importante de la investigación en resiliencia, es 
que hace a un lado el estudio de las debilidades y se enfoca en las fortalezas que 
hacen que un individuo logre superar la adversidad, tratando de identificar dichas 
fortalezas, y generando estrategias para fomentarlas. 
Por lo que se concluye, que la resiliencia es un concepto esperanzado, optimista, 
flexible, cuya visión concibe al ser humano como un todo constituido por sus 
partes, entre las que se cuentan sus condiciones tanto internas como externas. 
Como diría Oterga y Gasset (Inciarte, 1986) “Yo soy yo y mis circunstancias”. Este 
concepto representa un modo distinto de ver la vida, dando sentido a las 
experiencias que enfrentan las personas como una oportunidad interminable de 
desarrollo, de evolución y de superación de sus condiciones internas y externas. 
No se trata de un tema más de autoayuda, sino de una filosofía de vida con 
implicaciones importantes en el devenir como personas, como seres sociales, 
profesionales y prestadores de servicio. 
 
 
 
 
 
 
15 
 
 MEDICIÓN DE LA RESILIENCIA 
Se realizó una extensa revisión de diferentes autores que han intentado medir la 
Resiliencia entre los cuales se mencionaron a Werner y Smith (1989) y Gamezy 
(1985), quienes detectaron factores de protección que ayudan al niñoa desarrollar 
la Resiliencia: los factores internos como las características de disposición de 
temperamento, inteligencia, sentido del humor, habilidades empáticas, locus de 
control interno y autoestima. Factores externos como cohesión familiar y la calidez 
con la que el niño es valorado y protegido al menos por uno de los padres. 
Los eventos negativos de la vida no son experiencias raras; ninguna de estas 
situaciones llevan, a una vida de privación, siendo importante entender la 
resiliencia como un proceso de superación de la adversidad y responsabilidad 
social y política, ya que puede promoverse con la participación de padres, 
investigadores, personas que trabajan implementando programas psicosociales, 
servicios sociales y de la comunidad. 
Además, un factor importante que se refleja en la sorprendente capacidad que 
muestran muchos seres humanos de crecer y desarrollarse en medios adversos y 
alcanzar niveles de competencia y salud. 
Werner y Smith (1989) indican ciertas características que deben poseer las 
personas para superar la adversidad: 
 Acercamiento Activo hacia el problema a resolver 
 Habilidad en la infancia para generar la tensión positiva de los demás. 
 Visión optimista de sus experiencias. 
 Estar alerta y ser autónomos. 
 Tendencia a buscar nuevas experiencias. 
 Perspectiva proactiva. 
 
 
16 
 
La resiliencia disminuye la potencialidad de verse afectado por eventos negativos, 
incluso, algunos daños. Se refleja en el hecho que en momentos diferentes de 
vida de las personas muestran mayor capacidad para enfrentar, resistir y 
recuperarse de factores que pueden ser destructivos (Werner y Smith, 1989). 
La Resiliencia surgirá de la interacción entre los factores personales y sociales 
manifestándose de manera específica en cada sujeto. Estas diferencias 
individuales serían producto del procesamiento interno del ambiente (Kotliarenco, 
Dueñas y Cáceres, 1997; González, 1999). 
El enfoque de la resiliencia permite pensar que, no obstante las adversidades 
sufridas por una persona, familia, o comunidad tienen la capacidad para 
desarrollarse y alcanzar niveles aceptables de salud y bienestar. La propuesta 
consiste en enfocar y hacer énfasis en los recursos de las personas y los grupos 
sociales para salir adelante. 
La resiliencia no es un rasgo que unas personas tengan y otras no, sino más bien 
representa una interacción entre el individuo y su medio. Rutter (1993) menciona 
que la resiliencia es una interactiva con el riesgo, es un desarrollo natural 
proveniente de la biología y de las experiencias tempranas en la vida así como de 
los factores protectores que pueden operar en diferentes direcciones y en 
diferentes estados del desarrollo. 
La resiliencia abre una serie de posibilidades en tanto se hace énfasis en las 
fortalezas o aspectos positivos en los seres humanos y da cuenta de las 
posibilidades de afrontar la vida cotidiana de manera positiva. La resiliencia se 
caracteriza por los siguientes aspectos: 
 Aparece ante el estés o eventos traumáticos de la vida, 
 Llega a evidenciarse sólo cuando está en uso, 
 Es dinámica, varía a lo largo del tiempo y de acuerdo a las circunstancias, 
 
 
17 
 
 Es un Proceso interactivo entre el individuo y su medio, 
 Varía de acuerdo a la etapa del desarrollo de los niños y la calidad de los 
estímulos que reciben, 
 Para fortalecerla y nutrirla requiere de apoyos sociales, 
 Está relacionada con factores de riesgo y mecanismos protectores, 
 El afrontamiento es un importante componente, (Rutter, 1993). 
Como puede observarse, estos elementos hablan de la resiliencia entendida más 
como un proceso que se pone en juego ante las situaciones de adversidad. Esta 
concepción apoya la idea de que la resiliencia es más un estado que una suma de 
características intrínsecas. 
Postular la resiliencia como un concepto en vez de la invulnerabilidad, se debe a 
que la resiliencia implica que el individuo es afectado por el estrés o la adversidad 
y es capaz de superarlo o salir fortalecido; además, la resiliencia implica un 
proceso que puede ser desarrollado y promovido, mientras que la invulnerabilidad 
es considerada un rasgo intrínseco del individuo (Rutter, 1992). Por tanto no es 
una capacidad estática ya que puede variar a través del tiempo y de las 
circunstancias. Es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, de 
protección y la personalidad del ser humano (Munist y colaboradores, 1998). En 
suma, son tres los aspectos principales a tomarse en cuenta para el proceso de 
fomento de la resiliencia. 
a) Que el proceso es a largo plazo y se asocia directamente con el desarrollo. 
b) Que implica centrarse en las características de fortaleza de los niños más 
que en sus debilidades o riesgos. 
c) Que deben consolidarse los procesos protectores, de modo que los niños 
puedan tener éxito cambiando las estructuras y creencias existentes dentro 
 
 
18 
 
de las instituciones y las comunidades (Munist, Santos, Kotliarenco, Suárez, 
Infante y Grotberg, 1998). 
La resiliencia en el ámbito de las ciencias sociales es relativamente nueva y los 
investigadores la han abordado desde diferentes vertientes: 
 La primera línea de investigación se basó en la búsqueda de las 
características que tienen las personas resilientes que hacen que se 
enfrenten a la adversidad y que salgan airosos ante los factores de riesgo. 
 La segunda línea de investigación define a la resiliencia como un proceso 
ante la adversidad, el cual enriquece las características de la persona. Esta 
línea de investigación intenta explicar la pregunta de cómo se adquieren las 
características resilientes. Flach (Referido en Richardson, 2002) sugiere 
que las características resilientes son adquiridas del enfrentamiento a la 
adversidad y a la integración. 
 La tercer línea de investigación indica que la resiliencia es un proceso de 
reintegración ante las situaciones adversas a las que se enfrentan 
cotidianamente, que requirió de alguna fuerza motivacional. 
Estos enfoques acerca de la resiliencia han generado gran discusión y una 
diversidad de opiniones, escepticismos y diferentes perspectivas entre los 
estudiosos del tema. Entre los elementos identificados por diferentes autores 
como características que hacen a un sujeto resiliente están las siguientes: 
Gamezy (referido en Richardson, 2002) indica algunas características de las 
personas resiliente, entre las cuales se pueden mencionar: eficacia, altas 
expectativas, perspectiva, autoestima, locus de control interno, autodisciplina, 
habilidad para la resolución de problemas, pensamiento crítico y humor, estas 
características generan una tríada acerca de la resiliencia conformada por la 
disposición personal, ambiente de apoyo familiar y un sistema de soporte externo. 
 
 
19 
 
Castells y Siber (Referido en Castellano, 2001) proponen como factores de 
resiliencia el asumir responsabilidades y planificar el futuro, independencia y 
distanciamiento de los focos de riesgo, asociación con personas de sólida 
experiencia, iniciativa, ideas de creatividad y humor, ideología personal y 
moralidad. Una forma útil para producir resiliencias es la actuación en tres 
conjuntos amplios: 
 Mejorar la autoestima. 
 La cohesión, el afecto, la unión de la familia. 
 Existencia de sistemas externos de apoyo. 
Para Mothner (1995) fue importante resumir algunos temas centrales que se han 
escrito acerca de la resiliencia: 
 Identifica que las relaciones cuidadosas y comprensivas son un factor 
protector crítico importante. 
 El amor incondicional y la aceptación son necesarios para el desarrollo 
saludable del niño. 
 El soporte en redes informales como las que se generan en el ambiente 
escolar donde se genera la resiliencia. 
 Identifican el pensamiento creativo y crítico como dos atributos en los niños 
resilientes. 
 Los niños resilientes creenque ellos controlan sus vidas. 
 Reconocen que las altas expectativas para los éxitos de los estudiantes son 
un factor de protección importante. 
 
 
20 
 
 Los estudios de Rutter (1993) concluyen que la escuela promueve la alta 
autoestima y a su vez el éxito social y escolar, lo cual reduce 
probablemente los atributos emocionales y conductuales. 
Baruth y Carroll (2002) midieron la resiliencia resaltando cuatro factores primarios 
de protección, medio ambiente de apoyo, experiencias compensatorias, pocos 
estresores y personalidad adaptable. 
Dentro del contexto Psicológico Mrazek y Mrazek (1987) estipularon que las 
características de resiliencia psicológicas específicas están relacionadas con la 
resiliencia en niños que sufrían maltrato. Las características se reflejan en 
destrezas y habilidades que la gente resiliente usa en situaciones de estrés. Su 
teoría plantea que las respuestas al estrés están influenciadas por la evaluación 
de la situación, por la capacidad de procesar una experiencia y por incorporar la 
experiencia dentro del sistema de creencias de uno mismo. 
La promoción de la resiliencia implica la identificación de las situaciones 
estresantes así como la vivencia de experiencias de responsabilidad dominantes y 
apropiadas, las cuales incrementan su sentido de autoestima y competencia. Las 
personas resilientes afrontan mejor el estrés porque utilizan habilidades y 
destrezas particulares en situaciones de estrés. Mrazek y Mrazek (1987) 
identificaron ciertas habilidades o destrezas: maduración precoz, rápida respuesta 
al peligro, búsqueda de información, disociación de afecto, ser estimado, 
altruismo, optimismo, aprendizaje de los eventos estresantes, responsabilidad, 
relaciones positivas y proyecto de vida. 
McWhirter (1998) indica cuáles son las características de jóvenes resilientes: 
 Capacidad de enfrentar activamente los problemas cotidianos. 
 Control de emociones en situaciones difíciles o de riesgo. 
 
 
21 
 
 Habilidad para manejar de manera constructiva el dolor, el enojo y la 
frustración. 
 Capacidad de obtener la atención positiva y el apoyo de los demás, 
entablando amistades duraderas. 
 Competencias en el área social, escolar, y cognitiva que le permita resolver 
los problemas. 
 Mayor autonomía y capacidad de observación. 
 Confianza en una vida futura positiva. 
 Sentido del humor y condescendencia. 
 Jew, Green y Kroger (1998) se basaron en el estudio de Mrazek y Mrazek 
(1987) antes planteado en donde estudiaron las características que ellos 
plantearon, formando una escala de resiliencia, que al final la agrupan en 
tres subescalas: 
 Orientación al futuro. 
 Adquisición de destrezas activas. 
 Independencia y toma de riesgos. 
Grotberg (1995) por su parte opina que existen características que favorecen el 
desarrollo de la resiliencia; tales como un ambiente facilitador (salud, bienestar y 
educación), fuerza intrapsíquica (autonomía, control de impulsos, empatía y 
sentirse querido), habilidades interpersonales, manejo de situaciones, solución de 
problemas y la capacidad de planeación. Por lo que este autor desarrolló siete 
factores básicos de resiliencia que son: 
 Introspección, 
 
 
22 
 
 Independencia, 
 Interacción, 
 Iniciativa, 
 Creatividad, 
 Ideología Personal y 
 Sentido del humor 
La literatura de resiliencia en adolescentes puede situarse en dos focos 
informativos: 
 Una investigación de resultados psicosociales en poblaciones de 
adolescentes definidos por un escenario de riesgo particular. 
 Una importante investigación sobre mecanismos protectores en un proceso 
de adaptación adecuada (Olson, Bond, Burns, Vella Brodrick y Sawyer, 
2003). 
El factor protector más relevante para el desarrollo de las personas, corresponde 
al vínculo afectivo con una persona significativa para el niño o adolescente, ya 
que así adquiere confianza básica, fe y constancia. Asimismo la creatividad y el 
humor son recursos que le permiten al niño bajar la tensión y resistir situaciones 
que de otra forma no podría alcanzar. Finalmente, la red social que se puede 
definir como un grupo de personas que aportan ayuda y apoyo real y duradero 
tanto a la familia como al individuo, también es un factor protector (Mc Whriter, 
1998). 
En México existe poca información al respecto, destacando los trabajos realizados 
por Pérez (2001) y Córdova, Andrade y Rodríguez (2002), el primero es una 
investigación documental y el segundo una aplicación para determinar 
características de resiliencia en adolescentes. 
 
 
23 
 
Se puede concluir que los autores han medido diferentes características en los 
sujetos que consideran importantes para ser resilientes, pero en lo que todos 
concuerdan es que el sujeto debe estar inmerso en una situación de riesgo y salir 
adelante. 
FACTORES DE RIESGO Y FACTORES DE PROTECCIÓN 
Jessor (1991) define la conducta de riesgo como cualquier conducta que pone en 
peligro el desarrollo psicosocial del niño o del adolescente como, por ejemplo, el 
consumo de sustancias la delincuencia, embarazo temprano, etc. Los factores 
asociados con un potencial mayor para el desarrollo de estas conductas de riesgo 
se llaman factores de “riesgo”, mientras que los asociados con una reducción en la 
probabilidad de esta conducta se llaman factores de “protección”. 
En lo que concierne a los factores protectores, se puede distinguir entre externos e 
internos. Los externos se refieren a condiciones del medio que actúan reduciendo 
la probabilidad de daños: familia extendida, apoyo de un adulto significativo, o 
integración social y laboral. Los internos se refieren a atributos de la propia 
persona: estima, seguridad y confianza de sí mismo, facilidad para comunicarse, 
empatía. 
Se entiende entonces por factor de riesgo, a cualquier circunstancia o evento de 
naturaleza biológica, psicológica o social, cuya presencia o ausencia modifica la 
probabilidad de que se presente un problema determinado en una persona o 
comunidad. Los factores de riesgo se entremezclan y organizan de modo muy 
dinámico, su importancia dentro del sistema de causas también es variable: la 
relevancia de un factor de riesgo puede cambiar de un grupo a otro y de un 
individuo a otro. 
Este enfoque de riesgo trae dos conceptos: el de vulnerabilidad, que es el 
potencial de que se produzca un riesgo o daño, ya que se observó que las 
probabilidades de padecer daños pueden surgir de sujetos que concentran en sí 
 
 
24 
 
los factores de riesgo, constituyéndose en individuos de alto riesgo y el de 
conducta o comportamiento de riesgo, aspecto que reside en las personas 
generadoras de riesgo, como la de adolescentes que buscan o generan 
situaciones de riesgo, a través de comportamientos que aumentan reiteradamente. 
Siguiendo con los aportes de la epidemiología social, se descubrieron también la 
existencia de factores, que sirven como escudos para favorecer el desarrollo de 
los seres humanos, los factores protectores. Es decir que las actuales tendencias 
en prevención, van orientadas hacia la promoción de factores de protección, no 
quedándose en sólo la identificación de los factores de riesgo, sino que se actúa 
en la construcción de resistencias, hacia procesos protectores que incidan en la 
reducción de conflictos de comportamiento. Así tenemos que los Factores de 
Protección, son aquellos factores psicológicos o sociales que modifican la acción 
de un factor de riesgo para desestimular o evitar la aparición de la problemática. O 
son los recursos personales o sociales que atenúan o neutralizan el impacto del 
riesgo (David Hawkins, 1992). Vanistandael (1996), establece los siguientes 
factores de protección personales y sociales: 
FACTORES PERSONALES 
Características temperamentales: 
 Mayor Coeficiente Intelectual verbal y matemático. 
 Mayor tendencia al acercamiento. 
 Humor más positivo.Ritmicidad biológica estable (control de esfínteres, patrones de sueño y 
alimentación). 
Características cognitivas y afectivas: 
 Mayor empatía. 
 Mayor autoestima. 
 Mayor incentivación al logro. 
 
 
25 
 
 Mayor sentimiento de autosuficiencia. 
 Menor tendencia a sentimientos de desesperanza. 
 Mayor autonomía e independencia. 
 Habilidades de enfrentamiento caracterizadas por orientación hacia las 
tareas, mayor actividad dirigida a la resolución de problemas, mejor manejo 
económico, menor tendencia a la evitación de los problemas y menor 
tendencia al fatalismo en situaciones difíciles. 
FACTORES SOCIALES: 
 Ambiente cálido. 
 Existencia de madres o sustitutas. 
 Comunicación abierta al interior de la familia. 
 Estructura familiar sin disfunciones importantes. 
 Padres estimuladores. 
 Buenas relaciones con los pares. 
 Mayor apoyo social (emocional, material, informativo, entrega de valores). 
En los cuadros siguientes se describen factores de riesgo y de protección 
asociados a diversas áreas de interés para los niños y adolescentes. En una 
adaptación realizada por el Consejo Nacional para la Acreditación de la Ciencia 
Económica (CONACE) de la “Guía de intervenciones: Menores y consumo de 
drogas” (Madrid, España 2002). Se describen estos factores, organizados por 
área: recursos personales, familia, grupo de pares, escuela, comunidad-barrio y 
por último, ocio y tiempo libre. 
 
 
 
 
 
 
26 
 
 
 
 
Factores de Riesgo Factores de Protección 
Ausencia de efectividad y comunicación. 
Actitudes y comportamientos permisivos y/o 
positivos ante la droga. 
Falta de cohesión del grupo familiar y 
aislamiento emocional de sus miembros. 
Pérdida de roles de las figuras de autoridad: 
Ausencia de límites y normas claras 
Incoherencia en la supervisión excesiva 
exigencia en determinados aspectos y 
excesiva tolerancia en otros 
Exceso de protección; disciplina severa 
Falta de reconocimiento y aceptación del/la 
hijo/a 
Ausencia de participación y disfrute en el 
tiempo libre 
Alcoholismo y/o drogadicción de algunos de 
los miembros de la familia 
Situación de estrés de la familia por 
problemas económicos, de pareja, etc. 
Cuando hay antecedentes de adicción al 
alcohol y otras drogas aumentan 
significativamente la probabilidad de que se 
desarrolle una dependencia. Por esta razón 
se recomienda que los hijos de padres 
dependientes No consuman alcohol u otras 
drogas, ya que el riesgo de desarrollar una 
dependencia es mayor. 
Límites y normas claras. 
Reconocimiento y aceptación del hijo/a. 
Experiencia de refuerzos positivos ante el 
esfuerzo y valoración del rendimiento y 
motivación de la eficacia; apoyo para superar 
los fracasos. 
Ambiente familiar afectivo y comunicación 
positiva. 
Cohesión del grupo familiar. 
Actitudes y comportamientos contrarios al 
consumo de drogas; rechazo de las 
conductas de riesgo. 
Modelos de conductas positivas en los 
padres. 
Roles claros y presencia de figuras de 
autoridad. 
Supervisión y procedimientos de control 
adecuados sobre sus conductas. 
Seguimiento y apoyo en el rendimiento y 
asistencia escolar. 
Participación y disfrute en el tiempo libre 
familiar. 
Adecuado estilo de resolución de conflictos 
(no violento), ambiente de humor y calidez. 
 
 
27 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Factores de Riesgo Factores de Protección 
Niveles bajos de Autoestima. 
Falta de autonomía en la acción y toma de 
decisiones. 
Dificultad para asumir responsabilidades. 
Ausencia de normas y límites. 
Ausencia de adultos a apoyar al 
adolescente. 
Incapacidad de autocontrol, impulsividad y 
baja tolerancia a la frustración. 
Actitud evasiva ante los problemas y/o 
conflictos. 
Dificultad para reconocer y expresar 
sentimientos. 
Patología psiquiátrica 
 
Concepto positivo de sí mismo. 
Adecuada autoestima. 
Autonomía acorde a su edad. 
Responsabilidad. 
Internalización de límites y normas. 
Manejo de la resolución de problemas. 
Autocontrol emocional y conductual. 
Habilidades sociales. 
Capacidad para expresar y reconocer 
sentimientos. 
Tolerancia a la frustración. 
Disponibilidad de adultos que sirvan de apoyo 
al adolescente 
Tener metas personales y proyecto de vida. 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 
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Factores de Riesgo Factores de Protección 
Dificultades de adaptación. Sensación de 
identidad y desmotivación. 
Ausentismo escolar y pasividad. 
Mal rendimiento académico unido a un 
autoconcepto bajo. 
Ausencia de hábitos de trabajo y de 
recursos culturales. 
Ausencia de modelos de referencia en los 
profesores tutores. 
Poca integración con sus compañeros. 
Desinterés hacia lo escolar entre sus 
iguales. 
Problemas de integración de normas. 
Experiencia de poca competencia: fracaso 
escolar y abandono temprano de los 
estudios. 
Falta de preparación y de oportunidades, 
intereses y niveles de aspiración bajos. 
Relación distante de los profesores con sus 
alumnos. 
No abordaje de la prevención del uso de 
drogas en la institución educadora. 
Integración en la dinámica escolar. 
Motivación escolar, puntualidad, asistencia, 
cumplimiento de horarios. 
Hábitos de estudio. 
Adecuado rendimiento y autoconcepto 
positivo. 
Modelos positivos de referencia en el 
profesorado. 
Integración en el grupo/clase 
Interés hacia lo escolar entre sus iguales. 
Interiorización de normas escolares. 
Relaciones cercanas con los profesores, 
buena comunicación. 
Experiencias de reforzamiento positivo ante 
el esfuerzo, valoración del rendimiento y 
motivación de la eficacia: apoyo a superar 
fracasos. 
 
 
 
 
 
29 
 
 
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Factores de Riesgo Factores de Protección 
Situación económica precaria. 
Problemas de integración e inclusión social. 
Desestructuración social. 
Ausencia de apoyo social: escasos recursos 
comunitarios. 
Degradación de la zona (barrios conflictivos 
del entramado urbano) 
Accesibilidad a las sustancias y tráfico de 
drogas. 
Organización social adecuada. Cohesión 
social adecuada en el barrio. 
Relaciones positivas de vecindad. 
Integración e inclusión social. 
Apoyo social y protección a los adolescentes. 
Recursos comunitarios suficientes para el 
adolescente, conocimiento y accesibilidad a 
los mismos. 
Dificultades de acceso a las sustancias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30 
 
Anaut (2003) refiere que los factores de riesgo implican la probabilidad de sufrir un 
daño o una pérdida, la posibilidad de estar sometido al peligro, de estar expuesto 
a la herida. En psicología, los factores de riesgo son unas variables ligadas a la 
aparición posterior de la patología, o bien de inadaptaciones. 
Rutter (1985) fue uno de los primeros en advertir a los investigadores del peligro 
de centrarse en identificar los factores de riesgo y de protección. Propuso 
interesarse más bien por los procesos implicados en el desarrollo de la resiliencia, 
debido a que la misma característica puede ser un riesgo en una situación, y en 
otra, factor de protección. 
Los factores de riesgo y protección pronostican las conductas problemáticas 
juveniles como el abuso de substancias y la delincuencia que son prometedores 
blancos para la intervención preventiva. 
En conclusión, diversas variables pueden constituir un factor de protección en una 
situación, y actuar como factor de vulnerabilidad o riesgo en otra. Por estas 
razones, la búsqueda debería dirigirse a los mecanismos situacionales y del 
desarrollo que den cuenta del modo en queestos operan (Castellanos, Fernández, 
Guzmán y Rosales, 2006). 
 Generalmente estos factores ayudan a prever conductas desviadas en niños y 
adolescentes, eventos que permiten mejorar continuamente los métodos o 
modelos preventivos contra algunos índices de delincuencia, consumo de drogas, 
deserción escolar o embarazos tempranos, y así evitar o disminuir el riesgo. 
 
 
 
 
 
 
31 
 
CAPÍTULO II. FAMILIA 
La familia es la base y estructura fundamental de la sociedad, en ella se realizan 
los más altos valores de convivencia humana. Es la unidad básica de desarrollo y 
experiencia, realización y fracaso, además la unidad básica de la enfermedad y la 
salud. 
Se puede considerar a la familia como una especie de unidad de intercambio, los 
valores que se intercambian son amor y bienes materiales. Estos valores influyen 
en todas direcciones dentro de la esfera familiar. (Tocaven, 1989). 
Para Tocaven (1989) el proceso íntegro de distribución de satisfacción en la 
familia, está dirigido por los padres, en ellos reposa especialmente el que las 
expectativas que pone un integrante en otro, estén destinadas a cumplirse 
razonablemente. En el mejor de los casos, este proceso va sobre ruedas y 
prevalece una atmósfera familiar de amor mutua, pero si ésta está llena de 
cambios y desvíos bruscos, pueden surgir profundos sentimientos de frustración, 
acompañados de resentimiento y hostilidad. 
Por lo que la función principal de la familia es hacer que el niño socialice y 
fomente su identidad. Por lo que el grupo familiar efectúa la tarea de moldear el 
desarrollo de personalidad del menor, determinando así gran parte de su salud 
mental. Asimismo la familia provee la clase específica de experiencias formadoras 
que permiten que una persona se adapte a situaciones vitales diversas. 
Recientemente, se observa que las crisis sociales que se han llevado a cabo en 
México han tenido consigo una crisis reflejada en las familias mexicanas (Leñero, 
1996). 
La familia mexicana tiene rasgos tan peculiares que es necesario estudiarla 
detenidamente, ya que de la formación del hogar vienen varias características 
delictivas notables (Rodríguez, 2004). 
 
 
32 
 
Aunque la familia actual tiene una visión más amplia y variada del mundo, también 
presenta fragmentación y dispersión con los lazos entre parientes y amigos. En 
nuestros días, las familias se encuentran solas y dentro de ellas cada uno de sus 
miembros; cuando la relación entre sus integrantes es menor, la familia se debilita 
(Castellanos, Guzmán, López, y Gómez, 2004). 
Por ello, la familia no es una unidad estática, sino una identidad dinámica. En el 
curso del ciclo de la vida, los individuos pasan a través de una variedad de 
modelos, estructuras familiares que conllevan diferentes funciones. 
Soifer (1979;29) desglosó las siete funciones de la familia, considerando que el 
objetivo principal es la defensa de la vida: 
1. Enseñanza del cuidado físico: incluye la respiración, alimentación, sueño, vestido, 
locomoción, aseo, higiene, control de esfínteres y previsión de peligros en los niños. 
2. Enseñanza en las relaciones familiares: Desarrollo de roles, actitudes, respeto, solidaridad, 
características psicológicas de cada sexo, así como el comienzo de la identificación sexual 
que constituyen la base de la capacidad de relación social. 
3. Enseñanza de la actividad productiva y creativa: Proporciona la adquisición de 
conocimientos que serán útiles para a la existencia, promoviendo la creatividad, la 
seguridad en sí mismo y organización de las funciones mentales como la atención, 
concentración y memoria. 
4. Enseñanza de las relaciones sociales: La convivencia diaria con la familia proporciona la 
oportunidad para practicar los diferentes modelos existentes y establecer relaciones 
interpersonales. Dicha enseñanza propone alternativas para relacionarse3 primero dentro 
de la familia, para después llevarlo a cabo con los demás familiares y posteriormente con 
la gente en general. 
5. Enseñanza de la inserción laboral: Consiste en la responsabilidad de ayudar al joven a 
ubicar su orientación vacacional, elegir su lugar de trabajo, cómo hacerlo, dónde y cuándo 
efectuarlo. La familia sirve de modelo para que posteriormente pueda establecer relaciones 
laborales con jefes y compañeros, así como tener la capacidad de acatar órdenes y cumplir 
con las leyes. 
 
 
33 
 
6. Enseñanza de las relaciones sentimentales: La educación de los afectos cómo se 
manifiestan o cómo se reprimen se da en la vida familiar. La transmisión de las pautas de 
comunicación verbal y no verbal son modeladas en la familia así como la búsqueda, 
elección, y relación de pareja. 
7. Enseñanza de la formación y consolidación de un nuevo hogar: La responsabilidad de la 
familia es mostrar a los hijos cómo se construye y consolida un matrimonio, cómo se cría y 
educa a los hijos, cómo se resuelven los problemas a través de la comunicación, siendo el 
paso final lograr la independencia en los hijos para establecer un nuevo hogar. 
Espejel (1997;12) clasifica a la familia basada en la Escala de Funcionamiento 
Familiar (EFF), de la siguiente manera: 
Familia primaria nuclear: familia integrada por padre, madre e hijos de ambos, 
sin que haya uniones previas con hijos. 
Familia primaria semiextensa: Es una familia primaria con quienes viven uno o 
varios miembros de la familia de origen de alguno de los cónyuges. 
Familia primaria extensa: Es una familia nuclear que va a vivir con la familia de 
origen de uno de los cónyuges o que nunca salió del seno familiar y ahí 
permaneció después de realizar su unión conyugal. 
Familia reestructurada familiar: Es una familia formada por una pareja donde 
uno o ambos de los cónyuges ha tenido una unión previa con hijos, 
independientemente de los hijos que conciban juntos. 
Familia reestructurada semiextensa: Es una familia formada por una pareja 
donde uno o ambos de los cónyuges ha tenido una unión previa con hijos y que 
incluyen bajo un mismo techo a uno o más miembros de la familia de origen de 
alguno de ellos. 
Familia reestructurada extensa: Es una familia formada por una pareja donde 
uno o ambos de los cónyuges ha tenido unión previa con hijos y que vive con la 
familia de origen de él o de ella. 
 
 
34 
 
Familia uniparetal nuclear: Una familia integrada por padre o madre con uno o 
más hijos. 
Familia uniparetal semiextensa: Una familia integrada por padre o madre con 
uno o más hijos y que reciben en su hogar a uno o más miembros de su familia de 
origen. 
Familia uniparetal extensa: Una familia integrada por padre o madre con uno o 
más hijos que viven con su familia de origen. 
Tocaven (1991;85) menciona otro tipo de familias inadecuadas para la formación 
de los hijos y misma que se presentan a continuación: 
La Familia Idónea normal. El niño y el adolecente mientras permanece en el 
seno familiar, necesitan para su desarrollo mental normal de una familia 
funcionalmente sana. Esta debe tener factores estimulantes y carecer de factores 
perturbadores, la familia debe proporcionar amor afecto, aceptación, tolerancia, 
seguridad y estabilidad por parte de los padres. 
Familia Invertida. Este tipo de familia representa un problema sociológico y 
psicológico. La familia es un tipo de matriarcado donde la madre es casi a la 
autoridad absoluta en el hogar. Las responsabilidades de la madre son grandes y 
las cumple con poca determinación. 
Familia sobretrabajada. Es aquella donde los padres viven intensamente 
ocupados en actividades fuera del hogar, actividades que son remuneradas, pero 
que empobrecen el hogar a nivel emocional. Cuando ambos padres trabajan, 
muchas veces el tiempo estimado para los hijos es deficiente. A menudo los 
padres trabajan para adquirir mejores comodidades, sin embargo estas ganancias 
materiales raras veces contribuyen a favorecer el desarrolloemocional de los hijos 
a los cuales se abandona o se deja a cargo de personas que tienen poco interés 
emocional en su formación. 
 
 
35 
 
Familia hiperemotiva. Esta familia se caracteriza por que los miembros por igual, 
dan rienda suelta a sus emociones en mayor medida de lo común. Una mínima 
provocación puede desencadenar una perturbación emocional y todos los 
sentimientos se expresan en forma libre y exagerada, inclusive el amor, la 
depresión, la excitación y la ira. Los hijos nacidos en estas familias aprenden en 
poco tiempo que para ser escuchados se debe gritar. Presencian discusiones 
violentas entre los padres y llegan a imitar dicho comportamiento. 
Familia Ignorante. En esta familia ambos padres, por uno u otro motivo, carecen 
de conocimientos generales sobre el mundo que los rodea. Son padres cagados 
de prejuicios, tendenciosos, con puntos de vista limitados y exponen a sus hijos a 
un concepto cerrado del mundo. Estos padres inculcan verdades a medias o de 
concepciones falsa, de las cuales, al paso de los años será difícil despojarlos. 
Familia Intelectual. En esta familia los padres se dedican mayormente a las 
actividades intelectuales, inhibiendo en gran parte la expresión de sus emociones. 
Fomentan en los hijos dicha intelectualidad combatiendo todo despliegue de 
expresión de sentimientos. Los padres tienen mucha educación y cada uno se 
dedica a sus propios interese intelectuales. 
FAMILIA DISFUNCIONAL 
Una familia disfuncional se entiende como aquella que a pesar de estar formada 
con lazos afectivos en común, conviven con conflictos, mal comportamiento y 
frecuentes abusos por los integrantes de cada miembro de la familia. Los niños 
que se desarrollan en este tipo de ambientes crecen pensando que esta conducta 
puede ser normal. 
La disfuncionalidad familiar tiene que ver con la falta de competencias para 
enfrentar los compromisos; cuando las crisis no fueron resueltas o se respondió de 
forma incorrecta, se afecta su dinámica, se generan problemas y se establecen 
 
 
36 
 
transacciones que producen malestar y situaciones de sufrimiento entre sus 
miembros (Castellanos, Guzmán, López y Gómez,2004). 
El concepto de familia disfuncional es ya de uso común y, al menos de forma 
aproximada, mucha gente lo entiende. Su origen se encuentra en el área de la 
psicología y en un principio sirvió para designar a aquellas células de la sociedad 
con situaciones conflictivas que iban en detrimento del buen desarrollo de las 
habilidades de sus integrantes, en concreto de adolescentes y niños. A partir de 
este precepto se han explicado muchos fenómenos, entre ellos alcoholismo, 
drogadicción, violencia, agresividad o delincuencia, de modo que un juicio 
apresurado podría señalarle como el origen y único depositario de los males 
comunitarios. Debemos explicar que la palabra disfuncional nos dice que la familia 
„no funciona‟, es decir, no cumple las labores que le atribuye la sociedad. 
(http://www.saludymedicinas.com.mx/nota.asp?id=2195) 
Sin embargo, no se puede hablar de funcionalidad familiar como algo estable y 
fijo, sino como un proceso que tiene que estarse reajustando constantemente. 
Si la familia establece estrategias disfuncionales ante las situaciones de cambio, 
como la rigidez y la resistencia, esto provoca un detenimiento de los conflictos y 
por tanto, comienzan a aparecer síntomas que atentan contra la salud y el 
desarrollo armónico de sus miembros. 
La principal característica que debe tener una familia funcional es que promueva 
un desarrollo favorable a la salud para todos sus miembros, para lo cual es 
imprescindible que tenga: jerarquías claras, límites claros, roles definidos, 
comunicación abierta, explícita y capacidad de adaptación al cambio. 
Autores como Ackerman (1978) y Mc Cord (1966) hablan de la relación que existe 
entre la familia disfuncional y la conducta delincuente (antisocial) de los hijos. Para 
Ackerman (1987) la familia es la unidad de desarrollo y experiencia, de realización 
y fracaso, de enfermedad y salud. Por lo que relaciones familiares regulan y 
 
 
37 
 
facilitan algunos canales de desarrollo emocional e inhibe otros. Así, la interacción 
familiar moldea los alcances del impacto entre fantasía y realidad. El individuo 
busca aquellas cualidades de la experiencia familiar que congenian con sus 
propias necesidades. 
Para Mc Cord (1966) la estabilidad familiar depende de un factor sutil de equilibrio 
en el intercambio emocional, donde cada miembro influye en la conducta de los 
otros, por lo que la mala relación entre las personas de la familia, afecta los 
procesos de interacción del resto de los miembros de esta. 
Muchos adolescentes que pasan por tiempos difíciles, provienen de un medio 
familiar desfavorable, hogares destruidos donde alguno de los padres o los dos, 
no les brindan afecto o los rechazan de manera activa (Glueck, 1959, Gibbons, 
1969 y Hurlock, 1970) 
Desde el punto de vista de Minuchin (1986), existen dos tipos de relación que 
provocan problemas familiares cuando se ponen en marcha mecanismos 
adaptativos. Los cuales tienen una relación directa con la claridad de los límites en 
el interior de la familia. Estos dos extremos del funcionamiento de los límites son 
designados por el aglutinamiento y desligamiento. Constituyen los dos extremos 
de límites difusos, por un lado y, de límites sumamente rígidos por otro, que de 
alguna manera determinarán el funcionamiento del grupo familiar. 
De acuerdo con Gibbons (1969) la mayoría de los padres de adolescentes 
infractores han sufrido abandono familiar. Por otro lado refiere que los conflictos 
de la delincuencia juvenil, también marca su origen en hogares conflictivos, con 
padres severos, autoritarios, y ausentes que no proporcionan las experiencias 
adecuadas para el manejo de la autoridad, creando desconfianza en cada uno de 
los integrantes. 
 
 
 
 
38 
 
FAMILIA Y RESILIENCIA 
La expresión “Resiliencia Familiar” designa los procesos de superación y 
adaptación que tienen lugar en la familia como unidad funcional. La perspectiva 
sistémica permite comprender de qué manera los procesos familiares dominan el 
estrés y posibilitan a las familias afrontar penurias y dejar atrás las situaciones de 
crisis (Walsh, 2004). Patterson (1993) sostiene que los factores estresantes 
afectan a los niños sólo en tanto y cuanto interrumpen los procesos decisivos de la 
familia. No sólo el niño muestra vulnerabilidad o resiliencia: lo más importante es 
que el propio sistema familiar influye en el eventual ajuste. 
McGubbin y McGubbin (1988), definieron la resiliencia familiar como “las 
características, dimensiones y propiedades de las familias que ayudan a hacerlas 
resistentes frente a la desorganización, el cambio y la adaptación que plantean las 
situaciones de crisis”. Silliman (1994), la define la como “la capacidad familiar para 
cultivar fortalezas que posibilitan encarar positivamente los desafíos de la vida”. 
Cómo una familia enfrenta y maneja una experiencia disruptiva, cómo amortigua el 
estrés, se reorganiza efectivamente, y se mueve hacia adelante con la vida, 
influirá en la adaptación inmediata como a largo plazo, de todos los miembros de 
la familia y de la unidad familiar. De esta manera la familia es vista como un 
desafío y afirma su potencial reparativo, de cara a la adversidad. En ese sentido 
McGubbin y Patterson (1983), desarrollaron una estructura de crisis familiar donde 
se incluían los conceptos de vulnerabilidad y poder regenerativo, que involucraba 
la habilidad para minimizar el impacto disruptivo de una situación estresante, a 
través de los esfuerzos para influir en las demandas y también desarrollar 
recursos para enfrentarlos. Posteriormente a este modelo McGubbin y McGubbin 
(1988,1993) le agregaron dos factores preponderantes en la determinación del 
nivel de adaptación de la familiaa los estresores, que son el sentido de coherencia 
de los sucesos familiares, y el plan familiar, que describe el compartir en la familia 
valores, metas, prioridades, expectativas y una visión del mundo. 
 
 
39 
 
La resiliencia familiar debe entenderse como un proceso de interacciones 
múltiples a través del tiempo, que fortalece el vigor o la energía, tanto individual 
como familiar, dentro de particulares contextos ecológicos y de desarrollo. 
En el contexto social, valoriza el funcionamiento familiar con relación a las 
variadas demandas que éste exige, situando a la familia en relación con sus 
particulares desafíos, restricciones y recursos. Desafíos como la jubilación, el 
divorcio, segundas nupcias con la misma u otra pareja, pérdida súbita del trabajo, 
etc. McGubbin y Patterson (1983), también enfatizaron acerca de la importancia 
de encajar y balancear la adaptación, de la unidad familiar y de los miembros 
individuales, con el fin de lograr un nivel de funcionamiento que promueva el 
desarrollo de ambos. 
Por otra parte el desarrollo considera cómo los procesos de resiliencia relacional 
varían con las diferentes fases de adaptación y el paso del ciclo de la vida. Este 
paso no es casi nunca una trayectoria tranquila, ya que en cada transición la 
familia debe calibrarse y reajustarse. Por ejemplo, Walsh y McGoldrick (1991), al 
hablar sobre el duelo, cambiaron la atención de aquel, focalizado en el individuo, 
hacia los procesos de adaptación familiar para recuperarse y ser resiliente. 
Walsh (2004) propone identificar elementos básicos de resiliencia, incluyendo 
procesos interacciónales tales como la cohesión, flexibilidad, comunicación 
abierta, habilidades para solucionar problemas, y sistemas de creencia afirmativos 
o de apoyo, la familia, como primer sistema social, representa un espacio de 
seguridad para el niño porque este puede actuar despreocupándose de la 
evaluación que los miembros hagan de su comportamiento, saben que se les va 
aceptar aún cuando pueda no comportarse del modo que los padres y hermanos 
desearían. 
 
 
 
 
40 
 
FAMILIA Y ADOLESCENCIA 
El sistema relacional de una familia en la etapa adolescente se enfrenta a intensos 
cambios de uno a más de sus miembros y por lo tanto necesariamente también 
cambia su propio funcionamiento. Hay interacciones que muestran que la 
retroalimentación positiva predomina sobre la negativa, es decir, se producen 
cambios que a su vez activan nuevos cambios. 
Por estas razones, la etapa con hijos adolescentes suele ser considerada como 
una de las más difíciles dentro del ciclo vital de la familia. Es un periodo donde los 
distintos miembros de la familia cambian su orientación hacia relaciones 
extrafamiliares y las fronteras pueden volverse menos permeables que en etapas 
anteriores. Esta característica se nota con claridad en los típicos conflictos padres-
hijos referidos a la defensa de la privacidad y de la autodeterminación por parte de 
los adolescentes, en contraposición al intento de los padres por mantener las 
pautas de relación de la niñez. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que el hijo 
adolescente también está atravesando por ciertas dificultades, en el sentido que 
mantienen conductas que reflejan sus necesidades infantiles de protección y 
control por parte de sus padres. 
Estas características del sistema de relaciones se pueden acompañar de mayores 
incertidumbres para las personas y de más conflictos entre los distintos miembros 
de la familia. 
En esta etapa las tareas parentales son difíciles. Los padres deben aceptar el 
crecimiento y desarrollo de su hijo y darle progresivamente las condiciones para 
que se desarrolle y pueda llegar a decidir personalmente su futuro laboral, sexual 
y familiar. Las opciones que el adolescente toma en algunos momentos pueden 
coincidir o no con las expectativas de los padres, lo que produce conflictos que 
para muchas familias son difíciles de manejar y aceptar. A veces los padres se 
cierran y asumen una actitud controladora que retarda la independencia del joven. 
 
 
41 
 
Idealmente deben reaccionar apoyando a sus hijos, manteniendo una 
comunicación abierta y dando las posibilidades emocionales y materiales para que 
el joven comience una vida independiente exitosa. También es posible que tengan 
una postura desinteresada o impotente, manifestada en una excesiva 
permisividad, y que también tiene consecuencias negativas para el desarrollo 
adolescente. 
Durante el proceso de formación de la identidad los adolescentes se ven obligados 
a juzgar sus valores y conductas en relación con los de la familia. La forma en la 
que los padres interactúan con los adolescentes influye de modo decisivo en la 
forma en que éstos avanzan a la adultez. Los sistemas familiares son dinámicos: 
los cambios conductuales de un miembro de la familia inciden en los demás. Por 
ser la adolescencia un periodo de modificaciones trascendentales y a veces 
radicales, la familia también cambia como sistema social, lo mismo que la 
comunicación entre generaciones. 
El conflicto que existe entre los adolescentes y su familia no van más allá de cosas 
simples como son los quehaceres del hogar, las calificaciones, el noviazgo, los 
amigos, etc. Por lo general, en los primeros años de la adolescencia se presentan 
más conflictos que en los últimos. Cuando los adolescentes y sus padres son 
mayores, logran superar los arduos problemas de la autonomía y la separación. 
Por otra parte los padres y las madres logran influir en la vida de sus hijos 
adolescentes de distintas maneras (Stone y Church 1970, Craig 2002). 
FAMILIA Y DELINCUENCIA 
El hombre se desarrolla dentro de una institución familiar, y si ésta no cumple su 
misión, aquél será perjudicado. 
En la mayor parte de las familias existen el padre y la madre; sin embargo, la 
figura paterna es muy inestable. El 45 % no se encuentra en el hogar, y el 6 % lo 
 
 
42 
 
abandona ocasionalmente (Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 
II Conteo de Población y Vivienda 2005). 
En los grupos familiares en los que uno de los padres está ausente y no hay una 
persona que lo sustituya, los controles son débiles o nulos, y los roles tanto de 
padres como de hijos son confusos y no se hallan delimitados claramente. Estas 
familias están más propensas a problemas, tanto familiares como individuales. 
Una figura masculina poco estable, lejana o ausente proporciona una socialización 
inadecuada que deja al individuo más expuesto a la influencia de otros grupos. 
Las causas de abandono paterno influyen en la desestabilización psicológica y 
social de los menores. 
El abandono paterno es una experiencia dolorosa que generalmente se expresa 
como rechazo hacia el padre (algunas veces hacia la madre), resentimiento y 
actitudes agresivas hacia los representantes de la autoridad, (maestros, policías y 
patrones). También conlleva falta de disciplina por lo que le menor actúa a 
voluntad y atiende sus propios problemas y carencias desde temprana edad. 
Un 87 % de las madres permanecen en casa, siendo muy importante debido a que 
la figura débil o ausente del padre, la mujer suplirá muchas de las necesidades 
efectivas y económicas de la familia De la Garza y colaboradores (1987). 
La familia nuclear tiene un fuerte peso en el desarrollo infantil, ya que de la 
calidad de la relación padres-hijos, depende la primera cosmovisión del infante; 
ésta puede ser agradable, gratificante, interesante, o, por el contrario hostil, 
extraña, aterrorizante y aburrida. 
Es vital, en la formación de la personalidad del individuo, la primera etapa de la 
vida, la correcta formación en primera instancia de un binomio madre-hijo y 
posteriormente un trinomio padre-madre-hijo, será para el sujeto una buena base 
para la formación de la personalidad. (Rodríguez, 2004). 
http://www.inegi.org.mx/inegi/default.aspx?s=est&c=10215

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