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Citoarquitectura-de-las-espinas-dendrticas-de-neuronas-piramidales-del-area-CA1-del-hipocampo-en-la-consolidacion-de-la-memoria-de-un-entrenamiento-incrementado

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I 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
MAESTRÍA EN CIENCIAS (NEUROBIOLOGÍA) 
INSTITUTO DE NEUROBIOLOGÍA 
 
CITOARQUITECTURA DE LAS ESPINAS DENDRÍTICAS DE NEURONAS 
PIRAMIDALES DEL ÁREA CA1 DEL HIPOCAMPO EN LA CONSOLIDACIÓN DE LA 
MEMORIA DE UN ENTRENAMIENTO INCREMENTADO 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: 
MAESTRA EN CIENCIAS 
 
PRESENTA: 
BIOL. MARTHA GUADALUPE MARTÍNEZ DEGOLLADO 
 
TUTOR PRINCIPAL 
DR. ROBERTO AGUSTÍN PRADO ALCALÁ 
INSTITUTO DE NEUROBIOLOGÍA 
 
MIEMBROS DEL COMITÉ TUTOR 
DRA. SOFÍA Y. DÍAZ MIRANDA 
 INSTITUTO DE NEUROBIOLOGÍA 
 
DR. IGNACIO GONZÁLEZ BURGOS 
CENTRO DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA DE OCCIDENTE, IMSS 
 
 
CAMPUS JURIQUILLA, QUERÉTARO, QRO., MÉXICO, AGOSTO 2016 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
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El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
II 
 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Instituto de Neurobiología 
 
Los miembros del Comité Tutor certificamos que la tesis elaborada por: Martha 
Guadalupe Martínez Degollado, cuyo título es: “Citoarquitectura de las espinas 
dendríticas de neuronas piramidales del área CA1 del hipocampo en la consolidación de 
la memoria de un entrenamiento incrementado” se presenta como uno de los requisitos 
para obtener el grado de Maestría en Ciencias (Neurobiología) y cumple con los criterios 
de originalidad y calidad requeridos por la División de Estudios de Posgrado de la 
Universidad Nacional Autónoma de México. 
 
 
Presidente 
Dr. Manuel Salas Alvarado 
 
 
Secretario (Tutor) 
Dr. Roberto Agustín Prado Alcalá 
 
 
Vocal 
Dra. Selva Rivas Arancibia 
 
 
Suplente 
Dra. Sofía Y. Díaz Miranda 
 
 
Suplente 
Dra. Claudia Pérez Cruz 
 
 
 
 
Aprobado por el Comité Académico 
 
 
Coordinador del Programa 
Dr. Alfredo Varela Echevarría 
III 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Al Dr. Roberto Prado, por brindarme la oportunidad de ser parte de su equipo de trabajo, 
por todo su apoyo y confianza depositada para la realización de esta tesis, por sus 
valiosas aportaciones y sus invaluables observaciones, muchas gracias. 
 
A la Dra. Sofía Díaz por contribuir en mi crecimiento profesional, por su invaluable guía y 
apoyo, gracias también por formar parte de mi comité tutor. 
 
A mi querido maestro, el Dr. Ignacio González Burgos, por ser el culpable de mostrarme 
el maravilloso mundo de la ciencia, gracias por compartir su conocimiento y ser parte de 
mi comité tutor. 
 
A la Dra. Gina Quirarte por abrirme las puertas del laboratorio, por sus observaciones, su 
apoyo y su paciencia para contribuir en mi formación académica. 
 
A la D. en C. Cristina Medina por su apoyo, sus valiosas observaciones y aportaciones, 
por facilitarme siempre los reactivos para la realización de la tesis, y sobre todo gracias 
por su amistad. 
 
A la M. en C. Azucena Ruth Aguilar Vázquez por el apoyo técnico, su orientación y 
enseñanzas durante mi formación como maestra, gracias por compartir tus 
conocimientos que son más valiosos que el oro, y por último pero no menos importante, 
gracias por brindarme tu amistad. 
 
A mi jurado de titulación formado por los Doctores Manuel Salas, Selva Rivas, Claudia 
Pérez y mis tutores Sofía Díaz y Roberto Prado, por tomarse el tiempo de revisar este 
trabajo de tesis y todas sus valiosas observaciones y contribuciones. 
 
A la M.V.Z. Norma Serafín López por proporcionarnos los materiales y reactivos para la 
realización de esta tesis. 
IV 
 
Al Sr. Ángel Méndez Olalde, quien se encargó del cuidado de los animales, además de 
brindarme su ayuda y su amistad, Angelito mil gracias. 
 
Al personal del Bioterio del Instituto de Neurobiología, UNAM; al M.V.Z. José Martín 
García Servín y Alejandra Castilla León por proporcionar a los animales para realizar esta 
tesis. 
 
A la Unidad de Enseñanza, en especial a Lupita y la M. en C. Leonor Casanova Rico, por 
todo el apoyo administrativo y sus atinados consejos durante el transcurso de esta 
aventura llamada Maestría. 
 
A la Unidad de Microscopia, a Nydia Hernández Ríos por facilitarme el uso del 
microscopio y la captura de imágenes, y a Lourdes Palma Tirado por su asesoría. 
 
A la Unidad de Videoconferencia, por el apoyo técnico de la Lic. Ma. de Lourdes Lara 
Ayala. 
 
A la Unidad de Computo, por la asistencia técnica de los ingenieros Ramón Martínez 
Olvera, Alberto Lara Rubalcava, Sandra Hernández García y Omar González Hernández. 
 
A la Biblioteca del Campus Juriquilla, al Dr. Francisco Valles Valenzuela y a todo su 
personal por facilitarnos el material bibliográfico. 
 
A CONACYT, por la beca otorgada (M.G.M.D. 298047) sin la cual no hubiera sido posible 
realizar este posgrado. 
 
A la Dirección General de Apoyo al Personal Académico de la UNAM, por el apoyo 
otorgado a través del proyecto PAPIIT IN201415. 
 
Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, por el apoyo otorgado a través del proyecto 
237570. 
V 
 
 
A mis amigos, colegas y compañeros del laboratorio B-04, gracias por su apoyo, sus 
atinados comentarios y por todos los momentos agradables que compartí con ustedes, 
en especial al “equipo espinas”. 
 
Al laboratorio C-02, por recibirme como a una más de sus integrantes. 
 
A mis amigos y familia queretana Azu, Erika, Laura, Didis, Jesús, Adriana, Susy, Israel, 
Isaac, Luis, Jorge, Zeus, Alexander, Paola, Min, Karina y Lety por su amistad y cariño, 
los quiero chicos. 
 
A todos mis amigos, que a lo largo de los años he tenido la oportunidad de convivir con 
ellos y dejé para venir a realizar una parte de un gran sueño. 
 
A mi familia, por todo el amor y apoyo que desde pequeña me han dado, y por darme las 
bases para ser quien soy hoy por hoy. 
 
A mi nueva familia Arrazola y Cortés, por abrirme las puertas de su casa y su corazón, 
por todos esos cafecitos y cervezas acompañados de largas y amenas charlas. 
 
A mi esposo, mi amigo y mi compañero de carrera, de paseos, de recreaciones, de juegos 
y de vida. Gracias por todo tu apoyo incondicional en cada momento, por tus ánimos y 
palabras cuando las cosas se veían complicadas, por las lecciones vividas, por las idas 
y venidas, por las subidas y bajadas, por las desveladas juntos, por preparar las comidas 
y nutrir mi corazón. 
 
A los roedores, porque siempre han sido y serán un excelente modelo experimental. 
 
Un agradecimiento especial a la UNAM, por permitirme seguir creciendo como persona 
y profesionista. Tus colores ya forman parte de mi corazón. 
 
VI 
 
Dedico esta tesis a: 
 
Mis padres Ángel y Martha, por ser un gran apoyo y ejemplo en mi vida. 
 
Mi amado esposo Alfonso Rafael, por ser mi mejor y mi peor crítico. 
 
Mi abuelo Luis Degollado†, mi Coco, por enseñarme a hacer las cosas siempre con una 
sonrisa. 
 
 
 
 
 
 
 
VII 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nada es demasiado maravilloso para ser cierto, si es consistente con las 
leyes de la naturaleza. 
Michael Faraday 
 
 
 
 
VIII 
 
ÍNDICE 
INDICE DE FIGURAS ..................................................................................................... X 
INDICE DE TABLAS ...................................................................................................... XII 
RESUMEN ....................................................................................................................XIII 
ABSTRACT .................................................................................................................. XIV 
 
1. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 1 
2. ANTECEDENTES ........................................................................................................ 3 
 2.1. Aprendizaje ..................................................................................................... 3 
 2.2. Memoria .......................................................................................................... 6 
 2.3. Consolidación de la memoria .......................................................................... 6 
 2.4. Entrenamiento incrementado .......................................................................... 9 
 2.5. Formación hipocampal .................................................................................. 10 
 2.5.1. Consideraciones anatómicas........................................................... 10 
 2.5.2. Hipocampo ...................................................................................... 11 
 2.5.3. Consideraciones funcionales ........................................................... 14 
 2.6. Espinas dendríticas ....................................................................................... 16 
 2.7. Espinas dendríticas y la memoria ................................................................. 19 
3. JUSTIFICACIÓN ........................................................................................................ 21 
4. HIPÓTESIS ................................................................................................................ 22 
5. OBJETIVOS ............................................................................................................... 23 
 5.1. Objetivo general ............................................................................................ 23 
 5.2. Objetivos particulares .................................................................................... 23 
6. MATERIAL Y MÉTODOS ........................................................................................... 24 
 6.1. Sujetos .......................................................................................................... 24 
IX 
 
 6.2. Manipulación ................................................................................................. 24 
 6.3. Aparatos ........................................................................................................ 24 
 6.4. Procedimiento conductual ............................................................................. 25 
 6.4.1. Entrenamiento ................................................................................. 25 
 6.4.2. Prueba de retención ........................................................................ 26 
 6.5. Diseño experimental ..................................................................................... 26 
 6.6. Estudio morfológico ....................................................................................... 28 
 6.6.1. Técnica de impregnación argéntica ................................................. 29 
 6.6.2. Análisis morfológico ......................................................................... 30 
 6.7. Análisis estadístico ........................................................................................ 30 
7. RESULTADOS ........................................................................................................... 32 
 7.1. Procedimiento conductual ............................................................................. 32 
 7.2. Estudio morfológico ....................................................................................... 34 
8. DISCUSIÓN ................................................................................................................ 46 
9. CONCLUSIONES ....................................................................................................... 55 
10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................... 56 
 
 
 
 
 
X 
 
ÍNDICE DE FIGURAS 
Figura 1. Condicionamiento clásico ................................................................................. 4 
Figura 2. Condicionamiento operante .............................................................................. 5 
Figura 3. Clasificación temporal de la memoria ............................................................... 7 
Figura 4. Formación hipocampal ................................................................................... 12 
Figura 5. Proyecciones de la formación hipocampal ..................................................... 14 
Figura 6. Clasificación de las espinas dendríticas ......................................................... 18 
Figura 7. Cámara de Evitación Inhibitoria (EI) ............................................................... 25 
Figura 8. Esquema del procesamiento conductual ........................................................ 26 
Figura 9. Línea temporal del desarrollo de los grupos experimentales .......................... 28 
Figura 10. Latencia de entrada ...................................................................................... 32 
Figura 11. Latencia de escape ....................................................................................... 33 
Figura 12. Latencia de retención ................................................................................... 34 
Figura 13. Hipocampo de la rata .................................................................................... 34 
Figura 14. Neurona piramidal del área CA1 del hipocampo dorsal de la rata ................ 35 
Figura 15. Densidad de espinas dendríticas del segmento proximal de la dendrita 
apical .............................................................................................................................. 36 
Figura 16. Densidad de espinas delgadas, hongo y cortas del segmento proximal de la 
dendrita apical ................................................................................................................ 36 
Figura 17. Densidad de espinas ramificadas y dobles del segmento proximal de la 
dendrita apical ................................................................................................................ 37 
Figura 18. Densidad de espinas dendríticas del segmento medial de la dendrita 
apical .............................................................................................................................. 38 
Figura 19. Densidad de espinas delgadas, hongo y cortas del segmento medial de la 
dendrita apical ................................................................................................................ 38 
XI 
 
Figura 20. Densidad de espinas ramificadas y dobles del segmento medial de la 
dendrita apical ................................................................................................................ 39 
Figura 21. Densidad de espinas dendríticas del segmento distal de la dendrita 
apical .............................................................................................................................. 40 
Figura 22. Densidad de espinas delgadas, hongo y cortas del segmento distal de la 
dendrita apical ................................................................................................................ 40 
Figura 23. Densidad de espinas ramificadas y dobles del segmento distal de la 
dendrita apical ................................................................................................................ 41 
Figura 24. Densidad de espinas dendríticas del segmento proximal de las dendritas 
basales ...........................................................................................................................42 
Figura 25. Densidad de espinas delgadas, hongo y cortas del segmento proximal de las 
dendritas basales ........................................................................................................... 43 
Figura 26. Densidad de espinas ramificadas y dobles del segmento proximal de las 
dendritas basales ........................................................................................................... 43 
Figura 27. Densidad de espinas dendríticas del segmento distal de las dendritas 
basales ........................................................................................................................... 44 
Figura 28. Densidad de espinas delgadas, hongo y cortas del segmento distal de las 
dendritas basales ........................................................................................................... 44 
Figura 29. Densidad de espinas ramificadas y dobles del segmento distal de las 
dendritas basales ........................................................................................................... 45 
 
 
XII 
 
ÍNDICE DE TABLAS 
 
Tabla 1. Diseño experimental ........................................................................................ 28 
Tabla 2. Resumen de los resultados obtenidos respecto al grupo Intacto (INT) ............ 54 
 
 
 
XIII 
 
RESUMEN 
 
Una de las funciones del hipocampo es almacenar información en la memoria de largo 
plazo, a través del proceso de consolidación. Se sabe que la densidad de las espinas 
dendríticas de las neuronas piramidales del área CA1 del hipocampo se incrementa como 
consecuencia de la formación y expresión de memorias asociativas y que pueden 
intervenir en la consolidación de la memoria. El objetivo de este trabajo fue cuantificar la 
densidad de espinas dendríticas así como la proporción de los diferentes tipos de espinas 
de las dendritas apicales y basales de neuronas piramidales de CA1, durante la 
consolidación de la memoria de ratas entrenadas en condiciones moderadas o 
incrementadas en la tarea de evitación inhibitoria. Los resultados muestran un incremento 
en la densidad de espinas en el segmento proximal de las dendritas basales en el grupo 
entrenado en condiciones moderadas, mientras que para la densidad proporcional de los 
tipos de espinas observamos un incremento en las espinas tipo hongo en el segmento 
proximal de las dendritas basales en las ratas entrenadas en condiciones moderadas y 
en las entrenadas con sobrerreforzamiento. Los cambios observados para la dendrita 
apical sugieren que dependen del contexto al que se sometieron las ratas estudiadas y 
de las características aversivas de los estímulos aplicados; mientras que los cambios en 
las dendritas basales se deben al aprendizaje de la tarea y, por consiguiente, al proceso 
de consolidación. Por lo tanto, los cambios en la citoarquitectura de las espinas 
dendríticas observados al momento de la consolidación de la memoria de la tarea de 
evitación inhibitoria se dan principalmente en las dendritas basales, como respuesta para 
mantener la intensidad de las conexiones sinápticas excitadoras provenientes de las 
fibras de Schaffer del CA3. Estos resultados, demuestran que hay cambios sinápticos a 
nivel de las espinas en condiciones de entrenamiento moderado e incrementado, que 
podrían encontrarse en algunas alteraciones cognitivas, como en el síndrome de estrés 
postraumático. 
 
 
XIV 
 
ABSTRACT 
 
A function of the hippocampus is to store information in long-term memory through the 
process of consolidation. It is known that spine dendritic density of hippocampal CA1 
pyramidal neurons increases due to the development and expression of associative 
memories and it might be involved in memory consolidation. The aim of this study was to 
quantify the density and shape of dendritic spines of apical and basal dendrites of CA1 
pyramidal neurons during memory consolidation in rats trained in either a moderate or an 
enhanced inhibitory avoidance task. The results show that dendritic spine density 
increases in the proximal segment of the basal dendrites in the group trained under 
moderate conditions, whereas the ratio of mushroom spines was increased in the proximal 
segment of basal dendrites in rats trained in both moderate and enhanced conditions. The 
changes observed in the apical dendrite suggest that they are dependent on the context 
and characteristics of aversive stimuli applied; while changes in the basal dendrites are 
due to the learning task and consequently to the consolidation process. Therefore, 
changes in morphology of dendritic spines observed mainly in the basal dendrites at the 
time of memory consolidation process of inhibitory avoidance, allow for the maintaining 
the excitatory synaptic connections in Schaffer fibers of CA3, this would permit us to know 
whether the changes in synaptic connections at spine level could also occur in cognitive 
impairments such as post-traumatic stress syndrome. 
 
 
1 
 
1. INTRODUCCIÓN 
El sistema nervioso (SN) nos permite percibir el mundo exterior e interactuar con él, 
debido a modificaciones estructurales y funcionales que se producen a lo largo de la vida 
de una persona, en los principales componentes celulares del SN son las neuronas y las 
células gliales. Las neuronas son células especializadas que se comunican a través de 
potenciales eléctricos transmitidos a las conexiones sinápticas, las cuales se pueden 
ajustar para responder de forma flexible a los cambios en el medio ambiente, por ejemplo, 
cuando aprendemos (Lohmann & Kessels, 2014); este fenómeno es denominado 
plasticidad cerebral y se refiere a las modificaciones en la intensidad o en la eficacia de 
la transmisión sináptica en sinapsis preexistentes dependientes de actividad, así como 
en las sinapsis de nueva creación (Horner, 1993; Gispen, 1993; Citri & Malenka, 2008). 
El aprendizaje y la memoria son procesos cognitivos dependientes de la plasticidad 
cerebral, que pueden estudiarse a diferentes niveles, por ejemplo, a nivel conductual, 
funcional, estructural, sináptico, molecular y de expresión génica (Kolb & Gibb, 2011). 
 El aprendizaje se ha definido como el cambio en la conducta del sujeto, derivado 
de la experiencia, que es más o menos permanente (Prado-Alcalá & Quirarte, 1998) y 
existe evidencia experimental de que, como resultado del aprendizaje se producen 
cambios funcionales y/o estructurales en el SN que pueden ser duraderos (Mendoza-
González, 2002; Morgado-Bernal, 2005; Correa, 2007). A la memoria se le describe como 
el fenómeno por el cual se retiene o almacena la información adquirida, la cual puede ser 
recuperada a lo largo del tiempo (Kandel, 2001). 
 Existen diversas clasificaciones en cuanto a los tipos de memoria y una de las más 
utilizadas, debido a los cambios estructurales y funcionales que implica, es la que está 
definida en función del tiempo durante el cual la información permanece accesible para 
un organismo, esta memoria se divide en memoria de corto plazo (MCP) y memoria de 
largo plazo (MLP) (McGaugh, 2000; Prado-Alcalá & Quirarte, 1998; Prado-Alcalá, et al., 
2004). 
 Se ha planteado que para que la información almacenada en la MCP pueda ser 
transferida a la MLP se requiere de un proceso llamado consolidación, el cual fue 
propuesto hace más de un siglo por Müeller y Pilzecker (1900) y se refiere al tiempo que 
2 
 
se requiere para pasar de una MCP a una MLP. Supuestamente este proceso requiere 
de ARNm de novo asi como de la síntesis de proteínas de novo, y es dependiente del 
tiempo, ya que durante la consolidación la información es lábil y se puede interrumpir 
interfiriendo con la formación de la MLP (McGaugh, 1966; Davis & Squire, 1984; Igaz et 
al., 2002; Dudai, 2004; Dudai & Eisenberg, 2004; Prado-Alcalá et al., 2007; Da Silva et 
al., 2008). 
El hipocampo es una estructura del sistema límbico que participade manera 
esencial en la formación de la memoria (Scoville & Milner, 1957; Eichenbaum, 2004). Una 
de las principales funciones que se le atribuye al hipocampo es la de codificar 
rápidamente asociaciones de un estímulo complejo y almacenar la experiencia en la 
memoria (Morris & Frey, 1997); por ejemplo, en la tarea de evitación inhibitoria la función 
del hipocampo ha sido ampliamente demostrada, ya que al interferir con su actividad se 
deteriora la memoria de este aprendizaje (Izquierdo et al., 1992; Ambrogi-Lorenzini et al., 
1996; Martínez et al., 2002). 
Diferentes trabajos han demostrado que ante un entrenamiento incrementado se 
genera un efecto protector contra tratamientos que normalmente son amnésicos; por 
ejemplo, se ha encontrado que con tratamientos sistémicos, o aplicados localmente y que 
interfieren con la actividad de estructuras cerebrales específicas como el hipocampo, el 
estriado, la sustancia nigra y la amígdala la memoria se deteriora, pero cuando los 
animales son sometidos a un estímulo más intenso durante el entrenamiento o a un 
mayor número de sesiones de entrenamiento no se producen deficiencias en la memoria 
(Díaz-Trujillo et al., 2009; Salado-Castillo et al., 2011; Prado-Alcalá et al., 2012). 
 Este trabajo tiene como objetivo evaluar los cambios plásticos que ocurren a nivel 
morfológico en las espinas dendríticas de neuronas piramidales del área CA1 del 
hipocampo después de un entrenamiento moderado (1.0 mA) o sobrerreforzado (3.0 mA) 
en la tarea de evitación inhibitoria. 
 
3 
 
2. ANTECEDENTES 
Algunas conductas son consecuencia de la modificación de los patrones de acción que 
resultan de la interacción constante del individuo con el medio ambiente; tal modificación 
está representada por el aprendizaje y la memoria, los cuales son dos procesos que no 
pueden ser separados fácilmente. El aprendizaje se reconoce como un cambio en la 
conducta, pero la información que induce este cambio debe ser primero almacenada en 
la memoria para poder evaluar su ejecución en un tiempo posterior, por lo tanto, la 
memoria también es determinante para la adaptación del organismo a su medio (Kandel, 
2001). 
2.1. Aprendizaje 
El aprendizaje es un proceso necesario para la gran mayoría de las especies animales, 
ya que les ayuda a adaptarse mejor al medio que les rodea, desarrollando la capacidad 
de hacer ajustes en su conducta. Se ha definido el aprendizaje como un cambio en la 
conducta más o menos permanente resultante de la experiencia y que no es resultado 
de la maduración, fatiga, drogas y/o enfermedad (Hilgard & Marquis, 1956), y se le ha 
clasificado en dos tipos: no asociativo y asociativo. 
 El aprendizaje no asociativo es el más simple y se encuentra en casi toda la escala 
filogenética del reino animal; y para que se presente no es necesario que se establezca 
una asociación entre un estímulo y una respuesta, sino que se presenta como 
consecuencia de la exposición repetida a un estímulo que no está relacionado con otro, 
y que genera cambios en la respuesta a dicho estímulo. El aprendizaje no asociativo 
puede generar una habituación, que es la reducción de la intensidad de las reacciones 
reflejas ante un estímulo inocuo repetitivo, o bien, generar sensibilización la cual es el 
fortalecimiento de una respuesta ante una amplia variedad de estímulos, que sigue a un 
estímulo intenso o nocivo (Aguado-Aguilar, 2001; Kandel, 2002). 
El aprendizaje asociativo implica el establecimiento de una asociación entre uno o 
varios estímulos y una respuesta; los principales tipos de aprendizaje asociativo son el 
condicionamiento clásico y el condicionamiento operante o instrumental; el primero 
(Figura 1), es un aprendizaje que implica la asociación entre dos estímulos, en el que un 
4 
 
estímulo poco significativo o neutral (estímulo condicionado) no produce ninguna 
respuesta predecible, sino hasta que es asociado a un estímulo significativo (estímulo 
incondicionado), el cual produce una respuesta incondicionada o refleja en particular. Una 
vez que ambos estímulos se asocian, la sola presentación del estímulo condicionado 
genera una respuesta condicionada igual o muy semejante a la incondicionada (Domjan, 
2005). 
 
 
Figura 1. Condicionamiento clásico. EI: Estímulo incondicionado; RI: Respuesta incondicionada; EC: 
Estímulo condicionado; RC: Respuesta condicionada. 
 
El condicionamiento operante implica la asociación entre estímulos y respuestas, 
y se caracteriza porque la conducta del sujeto es el instrumento para la obtención de una 
recompensa o para evitar un estímulo aversivo. Este aprendizaje consiste en que ante la 
presencia de un estímulo el sujeto emite una respuesta, y a la respuesta le sigue una 
consecuencia, que modifica la conducta del sujeto teniendo un efecto directo sobre la 
probabilidad de que se presente de nuevo la respuesta (Reynolds, 1973). 
5 
 
A las consecuencias se les ha llamado reforzadores, los cuales pueden ser 
cualquier estímulo o evento que incrementa la probabilidad de que una conducta se 
repita, los reforzadores pueden ser positivos o negativos. Un reforzador positivo o 
estímulo apetitivo, es cualquier evento que cuando se presenta inmediatamente después 
de una respuesta, incrementa la probabilidad de que el sujeto repita una respuesta. Por 
su parte, el reforzador negativo, es cuando la emisión de una respuesta evita la 
presentación de un estímulo aversivo, por lo que se incrementa la probabilidad de que tal 
respuesta ocurra de nuevo (Mendoza-González, 2002; Bower & Hilgard, 2011). 
La relación entre consecuencias positivas y negativas y la ejecución u omisión de 
la respuesta da lugar a cuatro posibles procedimientos para modificar la conducta (Figura 
2). El entrenamiento por reforzamiento negativo ha sido ampliamente utilizado para 
determinar las condiciones que producen el aprendizaje, debido a que es posible que en 
un solo ensayo se establezca una asociación entre una conducta con el estímulo 
aversivo. El escape y la evitación son dos condicionamientos en los que los estímulos 
aversivos incrementan o mantienen la acción de responder; en el condicionamiento de 
escape el sujeto debe responder rápidamente a la presentación del estímulo aversivo 
para evitar que éste continúe, mientras que en el condicionamiento de evitación, la 
ejecución de una respuesta le permite al sujeto impedir o posponer el comienzo de un 
estímulo aversivo (Reynolds, 1973; Domjan, 2010). 
 
 
Figura 2. Condicionamiento operante. Tipos de eventos que pueden modificar la conducta. 
 
 
6 
 
2.2. Memoria 
La memoria se refiere a la persistencia del aprendizaje en un estado que puede ser 
revelado un tiempo después (Squire, 1987; Tulving, 2002); la memoria es un proceso 
activo y complejo que implica tres diferentes etapas: la adquisición o aprendizaje, que 
ocurre cuando nueva información ingresa para ser procesada por el sistema nervioso 
central (SNC); la consolidación o almacenamiento de la información, donde se supone 
que, a través de la síntesis de proteínas y de ARN mensajero (ARNm), la MCP pasa de 
un estado lábil a uno estable, MLP; y por último, la evocación o recuperación de la 
información almacenada para poder ser utilizada cuando se requiera. Estudios a nivel 
celular y molecular sugieren que estas fases pueden compartir mecanismos similares, y 
que su activación en el tiempo podría ser de forma secuencial o en paralelo (Abel & Lattal, 
2001). 
 Para el estudio de la memoria existen varias categorías de análisis en función de 
características particulares. Como se mencionó anteriormente, una de las clasificaciones 
de la memoria es aquella que hace énfasis en el periodo en que la información está 
disponible para el organismo (Figura 3); es decir, la que divide a la MCP y MLP. 
 La MCP representa un almacén de información de vida corta, comprende un 
periodo que va de segundos a minutos y tiene una capacidadlimitada de 
almacenamiento. La MCP también sirve como una puerta de enlace a través de la cual 
la información puede pasar a constituir la MLP, la cual se considera que puede ser más 
o menos permanente, puede durar horas, años e incluso toda la vida del organismo y se 
dice que es ilimitada en cuanto a su capacidad de almacenamiento (citado en Prado-
Alcalá et al., 2008). La MLP implica la producción de cambios plásticos relativamente 
duraderos, tales como incremento en la densidad de botones sinápticos, en la longitud y 
ramificaciones axónicas, así como en el número de espinas dendríticas (Dudai, 2002). 
2.3. Consolidación de la memoria 
En 1900 Georg Müeller y Alfons Pilzecker publicaron un trabajo en el cual introdujeron el 
concepto de consolidación, que la definieron como el tiempo que se requiere para que la 
información guardada en la MCP sea transferida a la MLP. 
7 
 
 Años más tarde, en 1949, Donald O. Hebb publicó sus ideas acerca de la 
neurobiología de la memoria, donde explica que la información sensorial activa redes 
neuronales que mantienen potenciales de acción que dan lugar a la representación de la 
MCP, y posteriormente, la activación constante de estos circuitos provoca cambios 
estructurales duraderos en algunas regiones del cerebro que dan lugar a la MLP. 
 Históricamente, fueron Katz y Halstead en 1950, quienes proponen un proceso 
molecular complejo como sustrato de la consolidación de la memoria; propusieron que la 
síntesis de nuevas proteínas es esencial para la formación de la MLP. Esta hipótesis ha 
sido sometida a comprobación desde hace ya varios años, y con el uso de fármacos que 
inhiben la síntesis de proteínas a nivel de la traducción y/o transcripción se ha analizado 
el papel de la síntesis de proteínas de novo para la formación de nuevas memorias (Davis 
& Squire, 1984; Díaz-Trujillo et al., 2009; Rodríguez-Serrano, 2010). 
 
 
Figura 3. Clasificación temporal de la memoria. MCP, Memoria de corto plazo; MLP, Memoria de largo 
plazo (Modificado de Dudai, 2004). 
 
8 
 
 Se han descrito procesos moleculares que se observan durante la formación de la 
MCP y la MLP; de esta manera se sabe que durante el establecimiento de la MCP los 
neurotransmisores facilitan la activación de la vía del adenosín monofosfato cíclico 
(cAMP), mientras que la MLP requiere de la activación de genes (Barco et al., 2006). Por 
lo tanto, se podría decir que la consolidación de la memoria es un proceso que involucra 
eventos bioquímicos, moleculares y celulares que causan cambios en la conectividad 
sináptica de las neuronas (Squire & Davis, 1981), lo cual hace suponer que estos eventos 
son la base que permite la transición de una MCP a una MLP, en una escala temporal de 
segundos a minutos (Eichenbaum, 2003), donde la memoria permanece vulnerable y 
puede ser interrumpida por un periodo de tiempo después del aprendizaje (Lechner et al., 
1999). 
 La MCP involucra la activación de cascadas de transducción de señales, es decir, 
el proceso por el cual una célula transforma una señal extracelular en una respuesta 
intracelular, pero para que la MCP de lugar a la MLP las señales de transducción deben 
llegar al núcleo de la neurona donde se lleva a cabo el proceso de transcripción y 
posteriormente, en el citoplasma, la traducción del ARNm sintetizado, finalizando con la 
síntesis de proteínas de novo que son necesarias para remodelar las sinapsis, 
permitiendo que la huella de la memoria sea más estable. A este proceso se le conoce 
como consolidación sináptica (Frankland & Bontempi, 2005). 
 Se ha propuesto que el proceso de consolidación ocurre dentro de las primeras 6 
horas posteriores a la experiencia en una tarea de evitación inhibitoria (EI) (O´Malley et 
al., 1998); esto se ha demostrado en varios experimentos en los que sí se interfiere con 
el proceso de transcripción o de síntesis de proteínas en diferentes ventanas de tiempo, 
que van desde los minutos antes del entrenamiento hasta las 24 horas posteriores al 
entrenamiento; se observa un efecto amnésico solo dentro de las primeras 6 horas (Igaz 
et al., 2002; Freeman et al., 1995). 
 Estudios más recientes mencionan que la consolidación se divide en dos tipos: 
a) Consolidación a nivel celular o sináptico, la cual es rápida e implica eventos 
moleculares y celulares que ocurren inmediatamente después del entrenamiento, y no 
van más allá de minutos, horas o días. 
9 
 
b) Consolidación de sistemas, la cual es lenta e implica la participación de diferentes 
regiones neocorticales, y su interacción con estructuras del lóbulo temporal medial 
reorganiza el material de información reciente (Dudai, 2004; Medina et al., 2008). 
2.4. Entrenamiento incrementado 
En la búsqueda de estructuras cerebrales y de sistemas de neurotransmisión que 
pudieran estar participando en el aprendizaje y la memoria, uno de los procedimientos 
conductuales más empleados es el de la evitación inhibitoria, el cual consiste en entrenar 
a los sujetos a evitar un estímulo aversivo por medio de la inhibición de una respuesta de 
tipo motor (Prado-Alcalá et al., 2012). 
 Se ha demostrado que cuando un organismo es expuesto a un entrenamiento o 
aprendizaje incrementado (una situación en la cual el sujeto recibe más sesiones de 
entrenamiento después de haberse alcanzado una asíntota, o es entrenado con 
intensidades de estimulación aversiva relativamente altas en tareas de tipo aversivo), se 
genera un efecto protector ante la exposición a tratamientos amnésicos. Este efecto 
protector se manifiesta por la formación de la MLP, a pesar de dichos tratamientos. Esta 
hipótesis del efecto protector ante tratamientos amnésicos provocado por el 
entrenamiento incrementado se ha demostrado por la administración sistémica (Cruz-
Morales et al., 1992; Solana-Figueroa et al., 2002; Díaz-Trujillo et al., 2009) o en 
diferentes regiones cerebrales de sustancias que interfieren de manera temporal con la 
actividad eléctrica neuronal o con la transmisión sináptica (Giordano & Prado-Alcalá, 
1986; Pérez-Ruiz & Prado-Alcalá, 1989; Cobos-Zapiaín et al. 1996; Salado-Castillo et al., 
2011), así como con la síntesis de ARNm o de proteínas (Rodríguez-Serrano, 2010; 
Torres-García, 2012). 
Se acepta que la consolidación de la memoria podría involucrar una relación entre 
genes y sinapsis (Kandel, 2001; citado por Morgado-Bernal, 2011); como resultado de 
esta relación ocurre una remodelación en las espinas dendríticas, proporcionando 
cambios estructurales relativamente persistentes que favorecen la estabilización y el 
mantenimiento de la memoria de largo plazo. Estos cambios incluyen no sólo la formación 
de nuevas espinas, sino también el alargamiento de la cabeza de las espinas ya formadas 
10 
 
o bien a la disminución de otras espinas (Engert & Bonhoeffer, 1999; citado por Morgado-
Bernal, 2011). 
A la fecha, estos cambios estructurales se han estudiado en condiciones de 
aprendizaje y memoria de tareas con entrenamiento moderado, con un número de 
ensayos o de intensidad de estimulación aversiva suficientes para alcanzar niveles 
asintóticos (o menores) de ejecución. Sólo existe una publicación en la que se estudió la 
dinámica de cambios en la densidad de espinas dendríticas del hipocampo en ratas que 
fueron sometidas a un proceso de extinción de un aprendizaje de evitación inhibitoria 
mediado por niveles relativamente bajos o altos de entrenamiento (Garín-Aguilar et al., 
2012), y se encontró que tras un entrenamiento incrementado, durante el cual la 
estimulación aversiva fue mayor, las ratas tuvieron una mayor resistencia a la extinción 
de la memoria, que represente un índice de que hubo una fuerte consolidación. También 
observaron una disminución o poda en las espinas dendríticas en los segmentos proximal 
y medial de la dendrita apical tras los 6 días consecutivos de sesiones de extinción, pero 
observaron un mantenimiento de las espinasen el segmento distal de la dendrita apical 
de las neuronas piramidales del área CA1 del hipocampo dorsal, por lo que sugieren que 
en los grupos que recibieron una estimulación aversiva mayor la resistencia a la extinción 
podría estar relacionada con el mantenimiento de las espinas dendríticas. 
La presente tesis pretende establecer si existe relación entre la consolidación de la 
memoria en una tarea de evitación inhibitoria con entrenamiento bajo e incrementado y 
la densidad y tipo de espinas en las dendritas apical y basal de las neuronas piramidales 
del área CA1 del hipocampo. 
2.5. Formación hipocampal 
2.5.1. Consideraciones anatómicas 
La formación hipocampal (FH) es parte del sistema límbico y de la arquicorteza; se 
encuentra formada por las cortezas entorrinal (medial y lateral), perirrinal y 
parahipocampal, el complejo subicular (subiculum, pre y parasubiculum), el propio 
hipocampo o Cornu Ammonis (CA) y el giro dentado (Amaral et al., 2007; Andersen, et 
al., 2007). 
11 
 
La FH, tanto en humanos como en primates, se localiza en la parte medial o interna 
del lóbulo temporal, bajo la superficie cortical, y su forma de caballito de mar es típica de 
primates, pero en otros mamíferos tiene formas variadas. En los roedores, la FH es una 
estructura en forma de “C” que se ubica en el diencéfalo, mide aproximadamente 1.2 cm3 
en la rata adulta y tiene una posición rostro caudal desde la altura de los polos septales 
siguiendo un eje caudo-ventral hacia el lóbulo temporal; el polo septal está localizado en 
la parte dorsal del encéfalo y es más anterior al resto del hipocampo, mientras que el polo 
temporal se localiza en la parte ventral y caudal del encéfalo (Figura 4) (Andersen et al., 
2007; Scharfman & Myers, 2012). 
2.5.2. Hipocampo 
Anatómicamente el hipocampo es una estructura subcortical localizada en el lóbulo 
temporal y forma parte del sistema límbico, se pueden distinguir tres regiones de 
naturaleza glutamatérgica: 1) el giro dentado (GD), formado por células granulares; 2) el 
cuerno de Ammón (CA), formado por neuronas piramidales de proyección y que incluye 
los campos CA1, CA2 y CA3; y 3) la región hilar formada por células polimorfas (Amaral 
et al., 2007). 
 Su organización laminar permite identificar 5 estratos: el stratum piramidale, 
compuesto por los somas de las neuronas piramidales; el stratum radiatum y el stratum 
lacunosum moleculare que corresponden a las arborizaciones dendríticas apicales; el 
stratum oriens que está formado por las dendritas basales y los axones de las neuronas 
piramidales; y el stratum lucidum en el cual se encuentran las aferencias de las fibras 
musgosas (Cohen & Eichenbaum, 1993; Witter & Amaral, 2004; Afifi & Bergman, 2006). 
 
12 
 
 
Figura 4. Formación hipocampal. Cortes coronales teñidos con Nissl donde se muestra la formación 
hipocampal de rata, mono y humano. Se pueden observar las similitudes de la estructura cerebral en estas 
especies (Esquema modificado de Andersen et al., 2007). 
 
El hipocampo recibe información principalmente de la corteza entorrinal, por medio 
de la vía perforante, formando proyecciones corticohipocampales mediante aferencias 
glutamatérgicas. Existen dos proyecciones aferentes distintas y topográficamente 
organizadas desde la corteza entorrinal. Las primeras son las proyecciones de la vía 
perforante que surgen principalmente de la capa II y III de la corteza entorrinal. Las 
células de la capa II proyectan casi exclusivamente al GD y al área CA3 del hipocampo, 
mientras que las células de la capa III proyectan hacia el área CA1 del hipocampo y al 
subículo; estas proyecciones son robustas y organizadas en los cerebros de ratas y 
monos (Amaral, 1993). La segunda entrada importante al hipocampo es el sistema de la 
fimbria fornix (FF), que provee al GD y al CA de inervación aminérgica y colinérgica 
13 
 
procedente del septo y de los núcleos de la formación reticular del tronco encefálico 
(Almaguer-Melian et al., 2003). 
El blanco principal de la vía perforante proveniente de la capa II de la corteza 
entorrinal es la capa molecular del giro dentado que forma la primera sinapsis del circuito 
hipocampal. Las fibras musgosas, las cuales son los axones de las células granulares del 
giro dentado, forman la segunda sinapsis al unirse con las células piramidales del CA3. 
Las neuronas piramidales del CA3 proyectan sus axones (colaterales de Schaffer) a las 
neuronas piramidales del área CA1 formando la tercera sinapsis del clásico circuito 
trisináptico del hipocampo (Buzsáki & Eidelberg, 1982). El área CA1 proyecta en forma 
columnar al subiculum, y algunas de sus proyecciones también se dirigen a capas 
profundas de la corteza entorrinal (Figura 5) (Isaacson, 1982). 
Por otra parte, en el circuito intrasináptico del hipocampo, las neuronas piramidales 
del CA1 reciben aferencias provenientes del hipocampo contralateral (fibras comisurales 
intrahipocámpicas) a nivel del primer tercio de la dendrita apical y en las dendritas basales 
(stratum oriens) (Witter et al., 1989; Kaibara & Leuing, 1993). Asimismo, las neuronas 
piramidales del CA1 reciben aferencias de la corteza entorrinal a través de la vía 
perforante provenientes de la capa III, las cuales terminan a nivel del stratum lacunoso 
moleculare (Köhler, 1985). Pero en condiciones experimentales, aumentan las 
colaterales de Schaffer y terminan en las dendritas basales de las neuronas piramidales 
del CA1 (stratum oriens) (Kaibara & Leuing, 1993; Amaral & Lavenex, 2007). Las 
diferentes aferencias laminadas al área de CA1 sugieren la posibilidad de una alta 
interacción de entradas sinápticas (Kaibara & Leuing, 1993). 
14 
 
 
Figura 5. Proyecciones de la formación hipocampal. a) Proyecciones a lo largo del eje transversal de 
la formación hipocampal (Modificado de Amaral & Lavenex, 2007). b) Entrada de la vía perforante al 
hipocampo; las neuronas de la corteza entorrinal mandan proyecciones a través de la vía perforante (VP) 
directamente a CA1 y hacia el giro dentado (GD), el GD conecta con CA3 por medio de las fibras musgosas 
(fm). Las células piramidales de CA3 mandan sus axones a ellas mismas a por medio de las colaterales 
recurrentes (Cr) y a CA1 a través de las colaterales de Schaffer (CS); a su vez CA1 recibe fibras del 
hipocampo contralateral a través de la vía comisural (com) (Modificado de Yassa & Stark, 2011). 
 
2.5.3. Consideraciones funcionales 
El hipocampo es una estructura cuya participación en la consolidación de la memoria se 
conoce ampliamente (Eichenbaum, 2003; 2004). Desde hace más de 50 años es motivo 
de estudio y el caso H.M. (Henry Molaison) dio una gran cantidad de información sobre 
su función, cuando le extirparon el lóbulo temporal medial como remedio para una 
15 
 
epilepsia intratable; el paciente mantuvo el recuerdo de eventos previos a la lesión (MLP) 
pero fue incapaz de consolidar nuevas experiencias. Desde entonces, la cantidad de 
información sobre el funcionamiento del hipocampo relacionado con los procesos 
cognitivos en humanos, primates y roedores ha sido enriquecedora (Scoviille & Milner, 
1957; Squire, 1992). 
Según Squire (1992) el hipocampo está implicado en la memoria declarativa y 
juega una función crucial en la codificación y formación de memorias de tipo espacial; el 
procesamiento mnemónico en la formación hipocampal sólo es temporal y necesario para 
que las memorias sensoriales multimodales se almacenen en estructuras no 
hipocampales como la corteza prefrontal a través de la consolidación. Funcionalmente se 
le divide en tres compartimentos: ventral, intermedio y dorsal, el hipocampo ventral se 
relaciona con las emociones, el estrés y el afecto; el hipocampo intermedio es una zona 
de transición donde se traslapan las regiones dorsal y ventral, mientras que el hipocampo 
dorsal desempeña funciones cognitivas que se relacionan con el procesamiento de 
información(Dong et al., 2009). 
El hipocampo es una de las regiones cerebrales más vulnerables a los agentes 
excitotóxicos (Pulsinelli, 1985). Los mecanismos que subyacen a esta vulnerabilidad 
especifica no son claros, pero la presencia y la alta densidad de receptores de glutamato 
N-metil-D-aspartato (NMDA) parecen tener un papel crucial (Schmidt-Kastner et al., 
1990); de hecho, se ha demostrado que la sobreestimulación de los receptores NMDA 
desencadena la muerte celular (Rivera-Cervantes et al., 2004; Gascon et al., 2008; Martel 
et al., 2009). 
 La vía perforante proporciona información sensorial supramodal procedente de 
todas las áreas corticales de asociación sensorial. Estudios en ratas en los que se ha 
lesionado el hipocampo, ponen de manifiesto que esta estructura desempeña un papel 
importante en la representación espacial de contextos (Winocur et al., 1987; Penick & 
Solomon, 1991), en pruebas de condicionamiento del miedo al contexto (Rudy & O'Reilly, 
1999) y además, que también puede sustentar el procesamiento de información de 
carácter no espacial (Wallenstein et al., 1998), así como en tareas de evitación inhibitoria 
(Izquierdo et al., 1992). 
16 
 
2.6. Espinas dendríticas 
Ha pasado más de un siglo desde que Santiago Ramón y Cajal describiera por primera 
vez la existencia de las espinas dendríticas. Desde sus observaciones en 1899, señalaba 
que las conexiones sinápticas se hacían directamente en las espinas, en lugar de que lo 
hicieran en los ejes dendríticos. La hipótesis de Cajal fue confirmada en 1959 por Gray, 
gracias a la primera visualización por microscopia electrónica de los contactos pre y 
postsinápticos. A partir de entonces se especuló que las espinas recibían contactos de 
los axones y que sus cambios morfológicos se asociaban con la función neuronal y los 
procesos de aprendizaje. Aunque se acepta de manera general que los cambios a largo 
plazo en la función sináptica son la base del aprendizaje y la memoria, hoy en día sigue 
sin quedar claro cómo ocurre este mecanismo a pesar de que existe evidencia de las 
relaciones entre la actividad sináptica, la morfología de las espinas dendríticas y la 
formación en el trazado de memoria (Matsuzaki, 2007). 
 Las espinas dendríticas se encuentran en muchas especies, desde los anélidos 
hasta los primates, y son particularmente abundantes en el SNC de los vertebrados 
(Yuste, 2010). Las espinas dendríticas son pequeñas protuberancias del citoplasma ricas 
de actina de las dendritas de las neuronas, que podrían contribuir a aumentar la superficie 
neuronal de contacto entre éstas y las terminales axónicas. Las espinas son 
especializaciones estructurales cuya función primordial es la recepción y traducción de la 
información excitadora aferente de las neuronas, por lo que forman la parte post sináptica 
de la mayoría de los contactos sinápticos excitadores y la remodelación morfológica de 
las espinas está estrechamente relacionada con los cambios en la transmisión sináptica 
(Harris & Stevens, 1989; Gray, 1959). 
 Las espinas dendríticas son pequeños compartimentos compuestos de una 
cabeza generalmente conectada a la dendrita por medio de un cuello estrecho (Adrian et 
al., 2014). Las dimensiones típicas son de ~<1 μm para el diámetro de la cabeza y de 
~0.2 μm de ancho, y ~1 μm de longitud para el cuello de la espina, pero existen 
diferencias notables en la morfología de las espinas (Bourne & Harris, 2008; Adrian et al., 
2014). 
 La distribución de las espinas está directamente relacionada con la topografía de 
17 
 
las aferencias sinápticas, que a su vez afecta a la integración de los impulsos nerviosos 
procedentes de sistemas aferentes específicos. Por ejemplo, las sinapsis entre un axón 
y las espinas situadas en las dendritas basales de las neuronas piramidales median el 
control rápido de la generación del impulso nervioso; por su parte, las sinapsis entre 
axones y las espinas de las regiones apicales de las dendritas median la modulación 
lenta de la salida de los impulsos del axón; por lo tanto, la eficacia de las entradas 
sinápticas distales se incrementa por el efecto de amplificación de múltiples potenciales 
de acción simultáneos en las espinas dendríticas (Shepherd et al., 1985). 
 Aparte de la idea de que las espinas aumentan la conectividad, se han propuesto 
otras funciones, como compartimentos bioquímicos, eléctricos o dispositivos 
neuroprotectores (Shepherd, 1996). De entre todas estas propuestas la más aceptada es 
que son compartimentos funcionales, es decir, la espina es la unidad funcional de la 
dendrita que comprende una sola entrada sináptica. Las espinas podrían restringir 
acumulaciones de calcio a las sinapsis individuales, y por lo tanto localizar a las sinapsis 
dependientes de calcio (Holmes, 1990; Yuste & Denk, 1995). Además de calcio, las 
espinas podrían compartamentalizar otras señales bioquímicas (Yasuda, 2006), o aislar 
eléctricamente las entradas sinápticas (Tsay & Yuste, 2004). 
 La estructura de las espinas está regulada por mecanismos moleculares que están 
sintonizados y ajustados de acuerdo a la edad de desarrollo, nivel y dirección de la 
actividad sináptica, región específica del cerebro y condiciones conductuales o 
experimentales. Los cambios en la forma y tamaño están correlacionados con la 
intensidad de las conexiones sinápticas excitadoras y dependen en gran medida de la 
remodelación del citoesqueleto de actina (Bourne & Harris, 2008). 
Harris y colaboradores (1992) postularon la existencia de cuatro formas 
fundamentales de espinas dendríticas (delgadas, cortas, en hongo y ramificadas), de 
acuerdo a características geométricas precisas, que involucran dos regiones más o 
menos bien definidas: la cabeza y el cuello (Harris & Stevens, 1989; Tarelo-Acuña et al., 
2000; Tashiro & Yuste, 2003); esta clasificación continúa vigente y sigue siendo utilizada 
(Figura 6), aunque recientemente se ha añadido una nueva categoría, las espinas dobles 
(Tarelo-Acuña et al., 2000). La proporción que guardan entre sí los distintos tipos de 
18 
 
espinas no es constante; sin embargo, en las neuronas espinosas de proyección de 
algunas regiones cerebrales se observan proporciones más o menos constantes, 
encontrando una mayor cantidad de espinas delgadas y en hongo (entre 30 y 40% del 
total) respecto a las espinas cortas (alrededor del 20%), y el resto de las espinas no 
rebasan el 5% (Tarelo-Acuña et al., 2000; Lee et al., 2005). 
 
 
Figura 6. Clasificación de las espinas dendríticas. Esquema que muestra la clasificación de cinco 
espinas dendríticas por su forma, y describen los criterios principales para clasificarlas. dcu, diámetro del 
cuello; dca, diámetro de la cabeza; L, longitud de la espina (Modificado de Harris et al., 1992). 
 
19 
 
Las espinas dendríticas no son estáticas, ya que existe una gran cantidad de 
estudios que muestran que las espinas dendríticas expresan diversos cambios plásticos 
en su distribución a lo largo de las dendritas, en su densidad y en su forma geométrica, 
en respuesta a las características de la información sináptica que median (González-
Burgos et al., 2005; Harris & Stevens 1989; Tarelo-Acuña et al., 2000; Arellano et al., 
2007; Kasai et al., 2010a). El estudio de los procesos dinámicos de las espinas 
dendríticas, ha revelado que ocurren transformaciones entre unos tipos de espinas y 
otros durante la etapa adulta, e incluso que hay neoformación y retracción total de las 
espinas bajo ciertas condiciones de estimulación (Garín-Aguilar, 2012; Arellano et al., 
2007; Kasai et al., 2010b). Se cree que tales cambios funcionales y estructurales de las 
espinas dendríticas y las sinapsis son el sustrato del aprendizaje y la memoria (Yuste & 
Bonhoeffer, 2001; Kasai et al., 2010a). 
2.7. Espinas dendríticas y la memoria 
Las espinas dendríticas son los sitios de contacto sináptico excitatorio con las neuronas 
postsinápticas,y las variaciones en el contenido de la información excitatoria, incluida la 
relacionada con las capacidades cognitivas como el aprendizaje y la memoria, están 
regulados por cambios en la morfología de las espinas dendríticas (Korkotian & Segal, 
2000; González-Burgos et al., 2009; 2012). 
Bliss y Lomo (1973) propusieron la teoría de que la adquisición y el 
almacenamiento de información podrían estar relacionado con la estimulación sináptica 
que induce la potenciación de larga duración (LTP por sus siglas en inglés), sobre las 
espinas dendríticas. Por lo que la consolidación de la memoria podría verse como un 
diálogo entre genes y sinapsis (Kandel, 2001), y como resultado de este diálogo ocurre 
una remodelación en las espinas dendríticas proporcionando cambios estructurales 
relativamente persistentes que favorecen la estabilización y el mantenimiento de la MLP. 
Estos cambios incluyen no solo la formación de nuevas espinas sino también el 
alargamiento de la cabeza de las espinas ya formadas o bien la poda de otras espinas 
(Engert & Bonhoeffer, 1999). 
Estudios realizados in vitro han mostrado que las espinas delgadas son las que 
favorecen en mayor medida la transmisión del impulso nervioso a nivel sináptico. 
20 
 
Además, hay evidencia que muestra que las espinas delgadas presentan una actividad 
mayor que el resto de las espinas, por lo que Kasai et al. (2003) sugirieron que las espinas 
delgadas pudieran estar relacionadas con la adquisición de información (aprendizaje), y 
las espinas en hongo y las cortas podrían estar relacionadas más bien con su 
almacenamiento (memoria) (Bourne & Harris, 2007). Estas evidencias sugieren una 
estrecha relación entre la plasticidad de las espinas dendríticas y el procesamiento de 
información cognoscitiva (Kasai, 2010a, 2010b). Vetere y colaboradores, en 2011, 
observaron que un incremento de espinas dendríticas en la corteza anterior del cíngulo 
es necesario para que la memoria de miedo al contexto sea consolidada. 
 Existe evidencia de que la densidad de las espinas dendríticas de las neuronas 
piramidales del área CA1 del hipocampo de las ratas incrementa causalmente por la 
formación y expresión de memorias asociativas (Leuner et al., 2003) y pueden estar 
implicadas en el proceso de consolidación de la memoria (Diamond et al., 2006). Además, 
hay estudios que relacionan los distintos tipos de espinas en la formación de la memoria, 
porque tienen diferentes propiedades funcionales, tales como el nivel de actividad de los 
cambios inducidos por concentración de calcio intracelular (Korkotian & Segal, 2000) o 
por los niveles del receptor a glutamato (Matsuzaki et al, 2001). La plasticidad estructural 
y funcional de las espinas dendríticas en el hipocampo implican la alteración del tamaño 
y la composición de la densidad postsináptica; así como la polarización y despolarización 
de los filamentos de actina, la exocitosis y endocitosis de los receptores de glutamato y 
canales iónicos, la regulación de la síntesis local de proteínas por la redistribución de 
polirribosomas y proteasomas, el reposicionamiento dinámico del retículo endoplásmico 
liso y las mitocondrias, y las interacciones estructurales y metabólicas entre espinas y la 
astroglía perisináptica (Bourne & Harris, 2008). 
 
 
21 
 
3. JUSTIFICACIÓN 
En condiciones de entrenamiento incrementado de evitación inhibitoria, los sujetos 
experimentales son sometidos a un aumento en la intensidad del estímulo aversivo, lo 
cual se conoce como sobrerreforzamiento; en la tarea de evitación inhibitoria, este tipo 
de entrenamiento implica un incremento en la intensidad del choque eléctrico 
administrado. Se ha reportado que el entrenamiento incrementado protege a la memoria 
ante tratamientos farmacológicos que normalmente producen amnesia, permitiendo la 
consolidación de la memoria. Sin embargo, no se sabe cuáles son los procesos que 
medían este efecto protector del sobrerreforzamiento; por ello, es importante conocer si 
en este fenómeno están involucrados posibles cambios en la densidad y morfología de 
las espinas dendríticas de las neuronas piramidales del CA1 del hipocampo dorsal de la 
rata. 
 
 
 
 
 
 
22 
 
4. HIPÓTESIS 
Con base en los antecedentes descritos, se proponen las siguientes hipótesis: 
1) Se observará un aumento en la densidad de espinas dendríticas en el segmento 
distal de la dendrita apical de las neuronas piramidales del CA1 durante la 
consolidación de la memoria de la tarea de evitación inhibitoria, entrenada en 
condiciones de sobrerreforzamiento en comparación con el entrenamiento 
moderado. 
2) Se observará un aumento en la densidad de espinas tipo delgada y hongo en el 
segmento distal de la dendrita apical de las neuronas piramidales del CA1 
durante la consolidación de la memoria de la tarea de evitación inhibitoria, 
entrenada en condiciones de sobrerreforzamiento en comparación con el 
entrenamiento moderado. 
3) Se observará un aumento en la densidad de espinas dendríticas en las dendritas 
basales de las neuronas piramidales del CA1 durante la consolidación de la 
memoria de la tarea de evitación inhibitoria, entrenada en condiciones de 
sobrerreforzamiento en comparación con el entrenamiento moderado. 
4) Se observará un aumento en la densidad de espinas tipo delgada y hongo en las 
dendritas basales de las neuronas piramidales del CA1 durante la consolidación 
de la memoria de la tarea de evitación inhibitoria, entrenada en condiciones de 
sobrerreforzamiento en comparación con el entrenamiento moderado. 
 
 
23 
 
5. OBJETIVOS 
5.1. Objetivos Generales 
1) Cuantificar el número y el tipo de espinas dendríticas en las neuronas piramidales 
del CA1 del hipocampo dorsal durante la consolidación de la memoria de la tarea 
de evitación inhibitoria entrenada en condiciones de entrenamiento moderado y de 
sobrerreforzamiento. 
 
5.2. Objetivos Particulares 
1) Cuantificar la densidad de espinas dendríticas en los segmentos proximal, 
medial y distal de la dendrita apical de las neuronas piramidales del CA1 del 
hipocampo dorsal, durante la consolidación de la memoria de la tarea de evitación 
inhibitoria entrenada en condiciones moderadas y de sobrerreforzamiento. 
2) Cuantificar la densidad de espinas tipo delgada, hongo, corta, ramificada y 
doble en los segmentos proximal, medial y distal de la dendrita apical de las 
neuronas piramidales del CA1 del hipocampo dorsal, durante la consolidación de 
la memoria de la tarea de evitación inhibitoria entrenada en condiciones 
moderadas y de sobrerreforzamiento. 
3) Cuantificar la densidad de espinas dendríticas en los segmentos proximal y 
distal de las dendritas basales de las neuronas piramidales del CA1 del 
hipocampo dorsal, durante la consolidación de la memoria de la tarea de evitación 
inhibitoria entrenada en condiciones moderadas y de sobrerreforzamiento. 
4) Cuantificar la densidad de espinas tipo delgada, hongo, corta, ramificada y 
doble en los segmentos proximal y distal de las dendritas basales de las 
neuronas piramidales del CA1 del hipocampo dorsal, durante la consolidación de 
la memoria de la tarea de evitación inhibitoria entrenada en condiciones 
moderadas y de sobrerreforzamiento. 
 
24 
 
6. MATERIAL Y METODOS 
6.1. Sujetos 
Se utilizaron 60 ratas macho de la cepa Wistar con un peso de entre 250 y 350 g, criadas 
en condiciones óptimas de bioterio. Se alojaron en cajas individuales (46 x 24 x 20 cm3) 
con libre acceso a comida y agua, con un ciclo de luz-oscuridad de 12/12 h, iniciándose 
a las 7:00 h, siguiendo las normas internacionales sobre la utilización y cuidado de los 
animales de experimentación (Guidelines of the Institutional Animal Care and Use 
Committe Guidebook (NIH publication 80-23, Bethesda, MD, USA, 1996), así como las 
del Comité de Bioética del Instituto de Neurobiología de la UNAM. 
6.2. Manipulación 
Las ratas fueron manipuladas durante tres díasconsecutivos previos a las pruebas 
conductuales, durante 3 a 5 min diarios, para habituar a los animales al manejo del 
experimentador. Esta habituación consistió en sacar a la rata de su jaula, colocarla sobre 
una toalla blanca y limpia y sujetarla, simulando el manejo del día de las pruebas 
conductuales. 
6.3. Aparatos 
El procedimiento conductual se realizó en una cámara de evitación inhibitoria (EI) la cual 
consta de dos compartimentos del mismo tamaño (30 x 30 x 30 cm3 cada uno) separados 
por una puerta corrediza tipo guillotina (Figura 7). Uno de los compartimientos, 
denominado “de seguridad”, está iluminado por una lámpara de 10 W colocada en el 
centro de su tapa y tiene como piso una rejilla de barras de acero inoxidable. El otro 
compartimiento, denominado “de castigo”, no se encuentra iluminado y tiene paredes 
laterales de acero inoxidable que forman una “V” hacia el centro del piso, estando 
separadas por una distancia de 1.5 cm justo en la mitad del mismo. Las láminas del 
compartimento oscuro pueden ser electrificadas por un estimulador de pulsos cuadrados 
(Grass Instruments Co., modelo S48G) conectado en serie con una unidad de corriente 
constante (Grass Instruments Co., modelo CCU-1A). La administración de los estímulos, 
así como la medición de las latencias de entrada, de escape y de retención fueron 
realizadas automáticamente con la ayuda de una computadora. La cámara de evitación 
25 
 
inhibitoria se encuentra ubicada en un cuarto sonoamortiguado y oscuro, provisto de una 
fuente de ruido de fondo. 
 
Figura 7. Cámara de evitación inhibitoria (EI) (Modificado de Martínez et al., 2002). 
 
6.4. Procedimiento conductual 
6.4.1. Entrenamiento 
El entrenamiento consiste en colocar a la rata dentro del compartimiento de seguridad y 
10 s después se abre la puerta tipo guillotina y se registra el tiempo que la rata tarda en 
pasar, con las cuatro patas, al compartimiento de castigo (latencia de entrada). Cuando 
la rata pasa al compartimiento de castigo la puerta se cierra y se administra un choque 
eléctrico (1.0 o 3.0 mA) durante 10 s; transcurridos 5 s después del inicio del choque 
eléctrico la puerta se abre, dando la oportunidad de que la rata escape al compartimiento 
de seguridad y se registra el tiempo que tarda en salir del compartimiento de castigo al 
de seguridad (latencia de escape), donde la rata permanece por 30 s antes de ser 
regresada a su caja-habitación. Los pisos y paredes de ambos compartimientos se 
limpiaron con alcohol al 10% y agua corriente antes y después de que cada rata fuera 
introducida en la cámara. 
 
 
26 
 
6.4.2. Prueba de retención 
La medición de la retención se realizó a las 6 h después del entrenamiento, para ver los 
cambios estructurales que ocurren a nivel de las espinas dendríticas durante el proceso 
de consolidación (O´malley et al., 1998). Las condiciones de la sesión de prueba fueron 
idénticas a las descritas en la sesión de entrenamiento, con la excepción de que no se 
administró el choque eléctrico. Se registró la latencia de retención, que es el tiempo que 
la rata tarda en pasar del compartimiento de seguridad al de castigo. Si la rata no cruza 
en 600 s al compartimiento de castigo se dio por terminada la sesión y se le asignó una 
latencia de retención de 600 s (Figura 8). 
 
 
Figura 8. Esquema del procedimiento conductual. (A) Entrenamiento, se coloca a la rata en el 
compartimiento de seguridad, se abre la compuerta tipo guillotina y se registra la latencia de entrada al 
compartimiento de castigo, una vez que la rata entra al compartimiento de castigo se cierra la compuerta y 
se administra una descarga eléctrica durante 10 s; a los 5 s se abre la compuerta permitiendo al animal 
escapar del choque eléctrico registrándose la latencia de escape. (B) En la prueba de retención, la rata es 
de nuevo expuesta al compartimiento de seguridad, a los 10 s se abre la compuerta y se registra el tiempo 
que tarda en pasar al compartimiento de castigo (latencia de retención). 
 
6.5. Diseño experimental 
Con la finalidad de evaluar si el entrenamiento incrementado produce un aumento en la 
densidad de espinas dendríticas de las neuronas piramidales del área del CA1 del 
hipocampo dorsal, como consecuencia del proceso de consolidación de la memoria, se 
27 
 
entrenaron grupos independientes de ratas en la tarea de evitación inhibitoria con una 
intensidad alta (3.0 mA) o una intensidad baja (1.0 mA) de choque eléctrico, y la prueba 
de retención se realizó a las 6 h después del entrenamiento, tiempo en el cual se ha 
reportado que se lleva a cabo el proceso de consolidación de la memoria (O´malley et al., 
1998). Los parámetros de estimulación fueron establecidos con base a la curva de 
extinción reportada por Garín-Aguilar et al, (2012). Se estudiaron los siguientes grupos 
de experimentación (Tabla 1): 
1) Intacto (INT). Ratas que se mantuvieron en el bioterio hasta el momento del sacrificio. 
2) Solo choque (Ch). Ratas que se colocaron en el compartimiento de castigo y que 
recibieron un choque eléctrico en las patas de una intensidad de 3.0 mA, con una 
duración igual a la mediana de la latencia de escape de los grupos entrenados en la 
tarea de EI. Inmediatamente después se sacaron del compartimiento y se regresaron 
a su caja-habitación, se perfundieron 6 h después del choque. 
3) Contexto (0.0 mA). Ratas entrenadas en la tarea de EI pero que no recibieron un 
choque eléctrico, las cuales fueron probadas 6 h después del entrenamiento y 
sacrificadas inmediatamente después. 
4) Entrenamiento moderado (1.0 mA). Ratas que fueron entrenadas en la tarea de EI 
con una intensidad de 1.0 mA, 6 h después del entrenamiento realizaron la prueba de 
retención e inmediatamente después sacrificadas. 
5) Sobrerreforzamiento (3.0 mA). Ratas que fueron entrenadas en la tarea de EI con 
una intensidad de 3.0 mA, 6 h después del entrenamiento realizaron la prueba de 
retención e inmediatamente después sacrificadas. 
 
 
28 
 
 
Tabla 1. Diseño experimental. 
 
En la figura 9 se muestran las fases del experimento. Los animales fueron manipulados 
por tres días consecutivos, al siguiente día se realizó el entrenamiento de EI, y la prueba 
de retención se realizó 6 h después. Terminado el experimento los animales fueron 
perfundidos para realizar el análisis histológico. 
 
 
Figura 9. Línea temporal del manejo de los grupos experimentales. Animales entrenados en la tarea 
de EI para observar el proceso de consolidación de la memoria (6 h). 
 
6.6. Estudio morfológico 
Para el estudio morfológico se seleccionaron cuatro animales de los grupos entrenados 
en la tarea de EI con un choque eléctrico que mostraron latencias de retención superiores 
a 500 s; asimismo para los grupos controles se seleccionaron al azar cuatro animales de 
cada grupo. Inmediatamente terminado el procedimiento correspondiente, todos los 
sujetos fueron anestesiados con una dosis letal de pentobarbital sódico, inyectado por 
vía intraperitoneal y se prefundieron con solución lavadora (buffer de fosfatos 0.1 M, pH 
7.4 + cloruro de sodio al 0.9% + heparina al 1%), seguida de una solución fijadora (buffer 
29 
 
de fosfatos 0.1 M, pH 7.4 + formaldehído al 10%). Las ratas se decapitaron y el cráneo 
fue envuelto en papel aluminio donde permanecieron 24 h bajo una campana de 
extracción a temperatura ambiente; concluido este tiempo se extrajeron los encéfalos y 
se realizaron bloques coronales de 4 mm de espesor conteniendo todo el hipocampo 
dorsal (Paxinos & Watson, 2007), los cuales fueron procesados con la técnica de Golgi 
rápido modificado por Díaz Cintra et al. (1981) para realizar el análisis morfológico de las 
espinas dendríticas apicales de las neuronas piramidales del área CA1 del hipocampo. 
6.6.1. Técnica de impregnación argéntica (Golgi rápido) 
Los bloques de tejido se colocaron en una solución de dicromato de potasio al 4.5% y 
ácidoósmico al 1% en una proporción de 8:2 respectivamente. Los bloques se dejaron 
en la oscuridad, en un lugar templado, por un periodo de 12 días en agitación constante. 
Pasado este tiempo, se sacaron quitándoles el exceso de solución y se colocaron en una 
segunda solución de nitrato de plata al 0.75% cambiando la solución hasta no haber 
precipitaciones, los bloques permanecieron por un tiempo de 36-48 h en la segunda 
solución. 
Concluido el tiempo, los bloques se lavaron en alcohol al 50°, cepillando la 
superficie cuidadosamente con la ayuda de un pincel, y se deshidrataron en alcoholes 
graduales de 70°, 80°, 96°, 100°, OH-éter por 2 tiempos de 15 min cada uno. Los bloques 
se colocaron en nitrocelulosa al 10%, 20% y 30% cada una por un periodo de 24 h y se 
incluyeron en nitrocelulosa concentrada en vapores de cloroformo. 
Una vez polimeralizada la nitrocelulosa se montaron en una base para ser cortados 
con un micrótomo de deslizamiento, obteniendo cortes de 100 µm y se colectaron en 
alcohol 70°. Los cortes se deshidrataron en concentraciones crecientes de alcoholes de 
80°, 96° e isopropanol por dos tiempos de 15 min cada uno, posterior a los alcoholes se 
colocaron en terpineol por alrededor de 15 min y en xilol durante 5 min para su 
aclaramiento; por último los cortes se montaron con el medio de montaje histológico 
permount. 
 
 
30 
 
6.6.2. Análisis morfológico 
La densidad de espinas dendríticas fue cuantificada, así como los tipos de espinas 
(delgadas, hongo, cortas, ramificadas y dobles) de acuerdo a su densidad proporcional. 
Es decir, se calculó el número de cada tipo de espina y se dividió entre el número total 
de espinas en cada segmento estudiado. 
Se tomaron 6 neuronas piramidales, bien impregnadas, del área del CA1 del 
hipocampo dorsal en cada rata y se contaron las espinas dendríticas en 30 µm lineales 
de tres ramificaciones dendríticas secundarias de la dendrita apical, la cual se dividió en 
tres segmentos: proximal, medial y distal, debido a que la dendrita apical presenta 
diferentes aferencias, las cuales provienen de las fibras de la vía comisural del hipocampo 
contralateral al segmento proximal, las colaterales de Schaffer al segmento medial y las 
fibras de la vía perforante provenientes de la capa III y V de la corteza entorrinal hacia el 
segmento distal (Amaral & Witter, 1989; Yeckel & Berger, 1990; Dudman et al., 2007). En 
el caso de las dendritas basales se tomaron 4 neuronas piramidales del área del CA1 
dorsal y se contaron las espinas dendríticas de cuatro ramificaciones dendríticas 
secundarias en 30 µm lineales para cada una de las ramificaciones; las dendritas basales 
se dividieron en dos segmentos: proximal y distal, debido a las aferencias provenientes 
de las fibras comisurales intrahipocámpicas y las colaterales de Schaffer, 
respectivamente (Witter et al., 1989; Amaral & Lavenex, 2007). 
 Se analizaron las ramas secundarias y no el eje dendrítico principal, debido a que 
el segmento proximal de la dendrita apical primaria carece de espinas dendríticas en los 
primeros 100 µm del soma (Megías et al., 2001; Garín-Aguilar et al., 2012). 
6.7. Análisis estadístico 
Para el análisis de los resultados conductuales se utilizó estadística no paramétrica 
porque los datos en muchos casos no presentaron una distribución normal, debido al 
corte arbitrario de 600 s que se dio en la prueba de retención; por lo tanto, las latencias 
de entrada, escape y retención de los grupos fueron analizados de manera independiente 
con la prueba de análisis de varianza de Kruskal-Wallis; cuando se encontraron 
31 
 
diferencias significativas se aplicó la prueba de U Mann-Whitney, la cual es una prueba 
que se utiliza para hacer comparaciones entre pares de grupos. 
Para el análisis de la densidad de espinas en cada uno de los segmentos, y de la 
densidad proporcional de los distintos tipos de espinas dendríticas para cada uno de los 
segmentos se realizó un análisis de varianza de una vía (ANOVA), y cuando se 
encontraron diferencias significativas (p < 0.05) se realizó una prueba post hoc de Fisher. 
32 
 
7. RESULTADOS 
7.1. Procedimiento conductual 
Se realizó la comparación de las latencias de entrenamiento, escape y retención de la 
tarea de EI entre los diferentes grupos entrenados (0.0 mA, 1.0 mA y 3.0 mA), en los que 
se realizó la prueba de retención 6 h posteriores al entrenamiento, habiéndose perfundido 
los animales inmediatamente después de terminada la prueba de retención. 
 Para la latencia de entrada la prueba de Kruskal-Wallis no mostró diferencias 
significativas entre los grupos (H (2) = 1.162, p = 0.5592) (Figura 10). 
 
 
Figura 10. Latencias de entrada. Gráfica en la que se muestran los valores de las medianas con sus 
rangos intercuartilares de los grupos; n = 10 animales por grupo. 
 
Para la latencia de escape se encontraron diferencias significativas entre los 
grupos, producidas por las diferentes intensidades de choque (H (2) = 19.99, p < 0.0001). 
La comparación entre pares de grupos demostró diferencias significativas entre el grupo 
0.0 mA contra el grupo 1.0 mA (p = 0.0002), así como entre el de 0.0 mA y el grupo de 
3.0 mA (p = 0.0002), mientras que no se encontraron diferencias significativas entre el 
grupo de 1.0 mA y el de 3.0 mA (Figura 11). 
33 
 
 
Figura 11. Latencia de escape. Gráfica en la que se muestran los valores de las medianas con sus rangos 
intercuartilares de los grupos entrenados con 0.0, 1.0 y 3.0 mA. El asterisco (*) indica diferencias 
significativas (p < 0.005) con respecto al grupo 0.0 mA que no recibió un choque eléctrico; n = 10 animales 
por grupo. 
 
La latencia de retención a las 6 h después del entrenamiento (Figura 12) muestra 
que hubo diferencias significativas entre grupos (H (2) = 24.03, p < 0.0001). La prueba 
de U de Mann Whitney reveló que el grupo que recibió el choque eléctrico bajo (1.0 mA) 
y el que recibió el choque eléctrico alto (3.0 mA) difirieron del grupo que no recibió choque 
(0.0 mA) (p < 0.0001 y p < 0.0001, respectivamente). 
 
 
34 
 
Figura 12. Latencia de retención. Gráfica en la que se muestran los valores de las medianas con sus 
rangos intercuartilares de los grupos que recibieron diferentes intensidades de choque eléctrico. El 
asterisco (*) indica diferencias significativas (p < 0.0001) con respecto al grupo 0.0 mA que no recibió 
choque eléctrico; n = 10 animales por grupo. 
 
7.2. Estudio morfológico 
Se realizó la comparación de la densidad total de espinas dendríticas de los diferentes 
grupos controles y entrenados en la tarea de EI a las 6 h después del entrenamiento, 
tiempo en el que se propone se da la consolidación de la memoria y donde ocurren los 
cambios moleculares, bioquímicos y estructurales correspondientes (Squire & Davis, 
1981; O´Malley et al., 1998). Para determinar la densidad se contó el número de espinas 
a lo largo de 30 μm de una dendrita secundaria en los diferentes segmentos (proximal, 
medial y distal) de la dendrita apical, y de las dendritas basales (proximal y distal) de las 
neuronas del área CA1 del hipocampo dorsal (ver Figuras 13 y 14). 
 
 
Figura 13. Hipocampo de la rata. a) Fotomicrografía de un corte coronal del hipocampo dorsal de la rata, 
aumento 1X; la barra indica una longitud de 1000 μm. b) Aumento del hipocampo dorsal de la rata donde 
se observa el cuerno de Ammón, (CA1, CA3) y el giro dentado (GD). Aumento 4X; la barra indica una 
longitud de 200 μm. 
 
35 
 
 
Figura 14. Neurona piramidal del área CA1 del hipocampo dorsal de la rata. a) Fotomicrografía de una 
neurona piramidal de CA1 con su árbol dendrítico basal y apical tomada con un objetivo de 20X. b) Dibujo 
realizado con la cámara lúcida con un objetivo 20X y en el que se muestra la dendrita apical y las dendritas 
basales divididas en segmentos: proximal (P), medial (M) y distal (D); la barra indica una longitud de 100 
μm. c) Fotomicrografía

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