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INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA Congruencia clínica diagnóstica en pacientes con Diabetes Mellitus descompensada y descontrolada de la UMF No. 21 TESIS Que para obtener el título de Especialista En Medicina Familiar PRESENTA: Báez Rosas Ricardo Omar DIRECTOR DE TESIS Dr. Jorge Alejandro Alcalá Molina Ciudad universitaria, CDMX 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 2 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL DELEGACIÓN 4 SUR UNIDAD DE MEDICINA FAMILIAR NO. 21 “FRANCISCO DEL PASO Y TRONCOSO” CORDINACIÓN CLINICA DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN EN SALUD TESIS “CONGRUENCIA CLÍNICA DIAGNÓSTICA EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS DESCOMPENSADA Y DESCONTROLADA DE LA UMF No. 21” INVESTIGADORES: DR BAEZ ROSAS RICARDO OMAR Residente de segundo año de la Especialidad en Medicina Familiar. Matricula: 98389604 Lugar de trabajo: Unidad de Medicina Familiar No. 21 “Francisco del Paso y Troncoso” Adscripción: Delegación 4 Sur de la Ciudad de México, IMSS. Tel: 57686000 Fax: sin fax Email: bomarcito_125@hotmail.com ASESOR: DR. ALCALÁ MOLINA JORGE ALEJANDRO Médico cirujano, Especialista en Medicina Familiar. Matricula: 98381023 Coordinador Clínico de Educación e Investigación en salud. Lugar de trabajo: Unidad de Medicina Familiar No. 21 “Francisco del Paso y Troncoso” Adscripción: Delegación 4 Sur, D.F. IMSS Tel: 57686000 Fax: sin fax Email: alcalamedfam@gmail.com. México, Ciudad de México. 2018 Unidad de Medicina Familiar No. 21. Teléfono 57 68 60 00 ext. 21407. Avenida Francisco Del paso y Troncoso No. 281, colonia Jardín Balbuena delegación Venustiano Carranza, Ciudad de México, código postal 15900 FOLIO: F-2018-3605-53 mailto:bomarcito_125@hotmail.com mailto:alcalamedfam@gmail.com https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjEkcO2nfvWAhViw4MKHfF2BYIQjRwIBw&url=https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_Nacional_Aut%C3%B3noma_de_M%C3%A9xico&psig=AOvVaw2Y5BtC1EmX0EOete-vl1m8&ust=1508452425834258 https://www.google.com.mx/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjEkcO2nfvWAhViw4MKHfF2BYIQjRwIBw&url=https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_Nacional_Aut%C3%B3noma_de_M%C3%A9xico&psig=AOvVaw2Y5BtC1EmX0EOete-vl1m8&ust=1508452425834258 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 3 ÍNDICE I. Título………………………………………………………..…………………. 4 II. Identificación de los investigadores…………………….……..…….…….. 5 III. Resumen………………………………………………….……………….…. 6 IV. Marco Teórico…………………………………………………….……….… 7 V. Justificación……………………………………...……………………..……..45 VI.- Planteamiento del problema…………………………………………….....46 VII. Pregunta de investigación ……………………………………………..... ..47 VIII. Objetivo………………………………………………………………….…..48 IX. Hipótesis………….……….……………....……………………………..… ...49 X. Material y métodos…………………..………………………………..………50 XI. Variables…………………………………………………………………........53 XII. Aspectos éticos……………………………………………..……….…….. ..58 XIII. Recursos, financiamiento…………………………………........................60 XIV. Resultados…………………………………………………………………...61 XV. Discusión……………………………………………………………………...77 XVI. Conclusión……………………………………………………………………80 XVII. Sugerencias………………………………….............................................81 XVIII. Referencias bibliográficas…………………………….…..……………....82 XIX. Anexos………………………………………..…………………….………...86 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 4 I. TITULO: “CONGRUENCIA CLÍNICA DIAGNÓSTICA EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS DESCOMPENSADA Y DESCONTROLADA DE LA UMF No. 21” INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 5 II. IDENTIFICACIÓN DE LOS INVESTIGADORES INVESTIGADORES: DR BAEZ ROSAS RICARDO OMAR Residente de segundo año de la Especialidad en Medicina Familiar. Matricula: 98389604 Lugar de trabajo: Unidad de Medicina Familiar No. 21 “Francisco del Paso y Troncoso” Adscripción: Delegación 4 Sur de la Ciudad de México, IMSS Tel: 57686000 Fax: sin fax Email: bomarcito_125@hotmail.com ASESOR: DR. ALCALÁ MOLINA JORGE ALEJANDRO Médico cirujano, Especialista en Medicina Familiar. Matricula: 98381023 Coordinador Clínico de Educación e Investigación en salud. Lugar de trabajo: Unidad de Medicina Familiar No. 21 “Francisco del Paso y Troncoso” Adscripción: Delegación 4 Sur, D.F. IMSS Tel: 57686000 Fax: sin fax Email: alcalamedfam@gmail.com. mailto:bomarcito_125@hotmail.com mailto:alcalamedfam@gmail.com INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 6 III.RESUMEN: “CONGRUENCIA CLÍNICA DIAGNÓSTICA EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS DESCOMPENSADA Y DESCONTROLADA DE LA UMF No. 21” Dr. Jorge Alejandro Alcalá Molina*. Dr. Baez Rosas Ricardo Omar**. INTRODUCCIÓN. La diabetes mellitus es hoy en día una de las principales causas de muerte en nuestro país ya sea por complicaciones agudas o de presentación crónica. Dentro de las de presentación aguda se encuentra la cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar hiperglucémico. Ambas complicaciones presentan una serie de datos clínicos, los cuales nos pueden orientar para llegar a un diagnóstico oportuno o de alta sospecha y que acompañado de una buena anamnesis y exploración física se integre un diagnóstico adecuado. Objetivos. General. Identificar la congruencia clínica de pacientes con diagnóstico de Diabetes Mellitus descompensada y descontrolada de la UMF No.21. Material y métodos: Diseño: observacional retrospectivo. Periodo: enero – abril 2018. Población de estudio: pacientes mayores de 20 años de ambos sexos con diagnóstico de Diabetes Mellitus descontrolada y descompensada. Lugar: UMF 21, IMSS. Procedimientos: Recolección de datos generales. Variables: Independiente: congruencia diagnóstico terapéutica. Dependiente: descompensación y descontrol hiperglucémica. Resultados: Análisis Estadístico: Recursos e infraestructura: la unidad tiene la estructura necesaria y el personal participante es experto en el área PALABRAS CLAVE: Descompensación, descontrol, cetoacidosis diabética, estado hiperosmolar hiperglucemico. *Asesor, Médico Cirujano, Especialista en Medicina Familiar, Encargado de la Coordinación Clínica de Educación e Investigación de la Unidad de Medicina Familiar No. 21 “Francisco del Paso y Troncoso”.**Médico Residente de segundo año del Curso de Especialización en Medicina Familiar de la Unidad de Medicina Familiar N. 21 “Francisco del Paso y Troncoso”. INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 7 IV. MARCO TEÓRICO La diabetes se está transformando rápidamente en la epidemia del siglo XXI y en un reto de salud global, donde en nuestro país es una de las principalescausas de muerte y discapacidad. Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud indican que a nivel mundial, de 1995 a la fecha casi se ha triplicado el número de personas que viven con diabetes, con cifra actual estimada en más de 347 millones de personas con diabetes.1 De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes, China, India, Estados Unidos, Brasil, Rusia y México, son (en ese orden) los países con mayor número de diabéticos. 3 Uno de los principales factores de riesgo para padecer diabetes mellitus es la obesidad y sobrepeso. De acuerdo con los datos de la Asociación Internacional de Estudios de la Obesidad se estima que aproximadamente mil millones de adultos tienen actualmente sobrepeso y otros 475 millones son obesos.2 La mayor cifra de prevalencia de sobrepeso y obesidad se registró en la Región de las Américas (sobrepeso: 62% en ambos sexos; obesidad: 26%) y las más bajas, en la Región de Asia Sudoriental (sobrepeso: 14% en ambos sexos; obesidad: 3%).1 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año fallecen al menos 2.8 millones de personas adultas por alguna de estas causas y representan 44% de la carga para desarrollo de diabetes, 23% de las cardiopatías isquémicas y entre 7% y 41% de algún cáncer atribuible a la misma; por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS estiman que en Belice, México y Estados Unidos, aproximadamente 30% de su población tiene obesidad.1 En un análisis comparativo de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el segundo lugar en prevalencia de obesidad, antecedido por los Estados Unidos de América, convirtiéndose este problema en una cuestión de prioridad para la mayoría de los países miembros ya que la mitad de su población tiene sobrepeso y uno de cada seis personas padece obesidad.4 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 8 En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes. Se calcula que en 2004 fallecieron 3.4 millones de personas por esta causa. Más del 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios. Casi la mitad de esas muertes corresponden a personas de menos de 70 años y un 55% a mujeres. La OMS prevé que las muertes por diabetes se dupliquen entre 2005 y 2030. La dieta correcta, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y el evitar el consumo de tabaco pueden prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2. 1-4 Respecto a pacientes pediátricos la prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad en los escolares en 2012, utilizando los criterios de la OMS, fue de 34.4%. Para las niñas esta cifra es de 32% y para los niños de 36.9%.1-2 Estas prevalencias representan alrededor de 5 millones 664 mil niños con sobrepeso y obesidad en el ámbito nacional. En cuanto al grupo de los adolescentes, los resultados apuntan a que 35% tiene sobrepeso u obesidad, esto es, más de 6 millones de personas entre 12 y 19 años de edad. Además, indica que más de uno de cada cinco adolescentes tiene sobrepeso y uno de cada diez presenta obesidad. La prevalencia de peso excesivo en los adolescentes ha aumentado casi tres veces de 1988 a 2012.2 El perfil epidemiológico en América Latina ha sufrido cambios significativos en las últimas décadas; así como viejos problemas de salud pública se han resuelto, han surgido nuevos problemas y otros más viejos han resurgido. En los próximos 10 años se espera que las muertes por enfermedades crónicas aumenten en un 17%, y lo más alarmante es que las muertes debido a la diabetes aumentarán en más de un 80%. 5 El número estimado de casos de diabetes en América Latina fue de 13.3 millones en el año 2000, una cifra que se espera aumente a 32.9 millones para el año 2030 (más del doble de casos) como consecuencia del envejecimiento de la población y de la urbanización. La Diabetes mellitus fue la cuarta causa de muerte en América Latina y el Caribe en 2001, lo cual correspondió al 5% de las muertes totales. En México fue la causa principal de muerte en la población total en el 2002, causante del 12.8% de las muertes (causa principal entre las mujeres con 15.7% y la segunda INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 9 entre los hombres, con 10.5%). La mayor tasa de mortalidad por diabetes le corresponde a México y en el Caribe-no Latino con 60 y 75 por 100,000 habitantes, respectivamente.5 Para 2011, la OPS y OMS estiman que en el Continente Americano hay aproximadamente 62.8 millones de personas con diabetes y calcula que en América Latina podría incrementarse de 25 a 40 millones en 2030 (OMS, 2012). La diabetes representa un reto para la sociedad, no solo por los recursos económicos y de infraestructura que requieren los prestadores de servicios de salud para brindar una atención adecuada, sino también por el costo económico y emocional en las personas que la padecen. Se estima que esta enfermedad reduce entre 5 y 10 años la esperanza de vida de la población (INSP y SSA, 2012).1-5 En nuestro país este problema presenta una dimensión más crítica, toda vez que la OCDE ubica a México en el primer lugar en la prevalencia de diabetes mellitus en la población de entre 20 y 79 años. 4 Actualmente, la Federación Internacional de la Diabetes (IDF 2012) estima que aproximadamente 371 millones de personas la padecen a nivel mundial y va en aumento en todos los países. Por tal razón, con el objetivo de sensibilizar a la población mexicana sobre la importancia del cuidado de su salud, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta un panorama general sobre la situación actual de esta enfermedad en México. 6 De acuerdo a estadísticas del INEGI a nivel nacional durante 2011, en 9 de cada 100 personas no aseguradas que se realizaron una prueba de diabetes, ésta fue positiva. 6 Durante 2011, Morelos presenta el mayor número de casos nuevos de diabetes mellitus (655 hombres y 746 mujeres, por cada 100 mil personas de cada sexo); De cada 100 egresos hospitalarios por alguna complicación de diabetes mellitus, 24 son de tipo renal en 2011; La incidencia de diabetes se incrementa con la edad, la población de 60 a 64 años presenta la más alta en 2011 (1 788 por cada 100 mil habitantes del mismo grupo de edad). En México durante 2011, 70 de cada 100 mil personas, murieron por diabetes mellitus. 6 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 10 Los resultados de la ENSANUT 2012 muestran que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en México en adultos fue de 71.3% (que representan a 48.6 millones de personas). La prevalencia de obesidad en este grupo fue de 32.4% y la de sobrepeso de 38.8%. La obesidad fue más alta en el sexo femenino (37.5%) que en el masculino (26.8%), al contrario del sobrepeso, donde el sexo masculino tuvo una prevalencia de 42.5% y el femenino de 35.9%. La prevalencia de sobrepeso y obesidad, tanto en hombres como en mujeres, tienen sus valores más bajos en los grupos de edad extremos en la edad adulta; el grupo más joven, entre 20 y 29 años y el grupo de mayor edad, más de 80 años. El sobrepeso aumenta en hombres en la década de 60-69 años, mientras que en las mujeres el valor máximo se observa en la década de 30-39 años. En el caso de la obesidad, la prevalencia más alta se presenta en el grupo de edad de 40 a 49 años en hombres y de 50 a 59 años en las mujeres. La prevalencia de obesidad fue 28.5% más alta en las localidades urbanas. La prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad es solamente 3.6 puntos porcentuales mayor en las mujeres (73.0%) que en los hombres (69.4%). Las tendencias respecto al IMC mostraron que en mujeres de 20 a 49 años de edad, en el periodo de 1988 a 2006, la prevalencia de sobrepeso incrementó 41.2% y la de obesidad 270.5%. En cuanto a los hombres, en el periodo comprendido entre 2000 y 2012, la prevalenciade sobrepeso aumentó 3.1% y la de obesidad se incrementó 38.1%. Si unimos sobrepeso y obesidad, la prevalencia se incrementó 14.3% entre el 2000 y el 2012.6-14 Durante las últimas décadas el número de personas que padecen diabetes se ha incrementado y actualmente figura entre las primeras causas de muerte en México; de acuerdo con la ENSANUT 2012, “la proporción de adultos con diagnóstico médico previo de diabetes fue de 9.2%, lo que muestra un incremento importante en comparación con la proporción reportada en la ENSA 2000 (5.8%) y en la ENSANUT 2006 (7%)”.2-6 De igual forma, aún hay un número importante de pacientes diabéticos que no están bajo control y no reciben el seguimiento adecuado. Un análisis de la transición epidemiológica en México encontró que las enfermedades no transmisibles causaron 75% del total de las muertes y 68% de INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 11 los años de vida potencialmente perdidos. Las principales causas de muerte fueron enfermedad isquémica del corazón (EIC), diabetes mellitus tipo 2 (DM2), enfermedad cerebrovascular, y cirrosis hepática. El porcentaje de mortalidad atribuible a DM2 e Hipertensión Arterial (HTA) fue mayor a 17% del total de las enfermedades no transmisibles en México durante 2006, las cuales tienen una importante asociación con la obesidad. 1-2 Realizarse de manera rutinaria una prueba de detección debe ser considerada como una conducta de autocuidado y permite realizar un diagnóstico oportuno. De acuerdo con la ENSANUT 2012, de la población que asistió a servicios de medicina preventiva para realizarse una prueba de detección de diabetes durante el último año, 1.5% tuvo resultados positivos. Por otro lado, la Secretaría de Salud (SSA) reporta que de la población que se realizó la prueba de detección durante 2011, 49.8% es población no asegurada y 50.2% asegurada; y de ésta, en 9 de cada 100 pruebas en población no asegurada y 2 de cada 100 en la asegurada, tuvieron un resultado positivo en la prueba.7 Para el caso de la población asegurada o derechohabiente, la Secretaría reporta que el Distrito Federal (7.4%), Morelos (4.4%), Baja California (4.2%) y Durango (4.1%) son las entidades que presentan los porcentajes más altos de diagnósticos positivos de diabetes. Al comparar el porcentaje de diagnósticos positivos entre estados y condición de aseguramiento, en 30 de las 32 entidades la población no asegurada supera a la asegurada, las diferencias más altas se ubican en los estados de Baja California, Jalisco, Hidalgo y Zacatecas con 19, 16.6 y 15.4 puntos porcentuales, respectivamente; las diferencias más pequeñas las reportan Querétaro, Durango y Chiapas, que son estados con pocos diagnósticos positivos.8 Del total de la población de adultos en México, 9.17% reportó tener un diagnóstico previo de diabetes por un médico, lo que equivale a 6.4 millones de personas. Por sexo, este porcentaje fue de 8.60% entre los hombres y 9.67% entre las mujeres, lo que equivale a 2.84 millones de hombres y 3.56 millones de mujeres. Por sexo, en el caso de los hombres las entidades con mayor proporción de individuos con diagnóstico de diabetes son la Ciudad de México (12.7%), INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 12 Estado de México (11.5%), y Veracruz (10.7%), en tanto que para las mujeres, las entidades con mayor proporción de personas con diagnóstico de diabetes son Nuevo León (15.5%), Tamaulipas (12.8%), y Distrito Federal (11.9%). Respecto a las estadísticas de esta enfermedad, de los 6.4 millones de adultos mexicanos que han recibido diagnóstico por un médico y reciben tratamiento, 25% presentó evidencia de un adecuado control metabólico. Si bien, esta cifra indica un reto importante para el Sector Salud, únicamente 5.3% de los individuos con diabetes presentó evidencia de adecuado control metabólico.8 En 2011, la incidencia de diabetes (número de casos nuevos) en el país es más alta en las mujeres (442.23 por cada 100 mil mujeres) que en los varones (326.81 casos por cada 100 mil hombres). Las entidades que registran el mayor número de casos nuevos de diabetes en hombres son Morelos (654.83 casos por cada 100 mil), Baja California (492.61) y Sinaloa (480.35), en tanto Querétaro, Chiapas y Quintana Roo son las entidades con las incidencias más baja (227.09, 214.99 y 188.33, respectivamente). Asimismo, el mayor número de casos nuevos de diabetes en mujeres se ubican en Morelos (745.88 de cada 100 mil mujeres), Sinaloa (679.01 mujeres) y Chihuahua (651.94) y las incidencias más bajas en Quintana Roo (282 mujeres de cada 100 mil), Colima (292 casos nuevos) y Querétaro (300 casos). 8 La prevalencia de diabetes mellitus en la Ciudad de México es elevada y sin duda representa un problema importante de salud. La prevalencia está condicionada por la incidencia y la letalidad. En México se ha documentado un descenso gradual y progresivo de la letalidad por diabetes, y la incidencia es elevada, aunque ciertamente menor que la observada en población de origen mexicano que habita en los Estados Unidos de Norteamérica. La prevalencia de diabetes se incrementó sensiblemente en la Ciudad de México en la segunda mitad del siglo pasado, pero en las dos últimas décadas se ha mantenido estable. Los primeros informes sobre la ocurrencia de diabetes en la Ciudad de México, en la década de 1960, notificaron una prevalencia entre 2 y 3%. Tres décadas después, la prevalencia se estimó tres a cuatro veces más alta en diversos INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 13 estudios, lo que reflejó el incremento en la exposición a los factores de riesgo e indirectamente una mayor ocurrencia de la enfermedad. 8 Del total de personas que se identificaron como diabéticas, 15.78% reportó no contar con protección en salud, de los que 65.86% se atiende en el sector privado, 23.49% en servicios financiados por el SPSS, 10.39% reportó atenderse en el IMSS, y el resto en otras instituciones. De los que cuentan con algún esquema de protección, 41.88% (2.7 millones) refirió ser derechohabiente del IMSS, de los cuales 81.65% se atiende en el IMSS, 11.72% se atiende en servicios privados, 4.80% se atiende en servicios financiados por el SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) y el resto en otras instituciones. Asimismo, 12.33% (800 000) tiene afiliación a otras instituciones de seguridad social, de los que 78.27% se atiende en las mismas instituciones, 12.18% se atiende en los servicios privados, 5.72% se atiende en servicios financiados por el SPSS y el resto en otros servicios. Finalmente, 29.67% (1.9 millones) refiere estar afiliado al SPSS, de los cuales 74.44% se atiende en servicios financiados por el SPSS, 19.73% se atiende en servicios privados, 4.68% en el IMSS y el resto en otras instituciones. Del total de personas con diagnóstico de diabetes, únicamente 85.75% atiende esta condición de salud. De ellos, la mayoría acude al IMSS (39.00%), en segundo lugar a instituciones financiadas por el SPSS (28.27%), seguido del sector privado (21.33%) y otras instituciones de seguridad social (11.40%). Los que no se atienden presentan una importante variación por condición se aseguramiento: en tanto que únicamente 4% de los que reportaron contar con aseguramiento privado no se atiende, 27.5% de los diabéticos que no cuentan con protección en salud (cerca de 280 000 individuos) no ha acudido para atenderse de este padecimiento durante al menos un año. Entre los afilados al SPSS, el porcentaje de los que no se atienden es de 13% (256 000 personas) y de 11% (378 000 personas) para los que cuentan con derechohabiencia a la seguridad social.9 Por grupos de edad, se observa que conforme avanza la edad la incidencia aumenta; la población 60 a 64 años presenta la más alta (1 787.60 de cada 100 mil personas de ese grupo de edad), INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 14 paradespués descender a 1 249.29 casos nuevos de cada 100 mil personas de 65 años y más durante 2011. Esta tendencia es similar por sexo, tanto en hombres como en mujeres la incidencia más alta se ubica en la población de 60 a 64 años, (1 924.23 de cada 100 mil mujeres de esa misma edad y 1 636.57 entre cada 100 mil hombres); es importante resaltar que en todos los grupos de edad, las mujeres presentan un mayor número de casos nuevos que los varones. La tasa de morbilidad hospitalaria por diabetes mellitus tipo II (representa el número de egresos hospitalarios por esta causa para un grupo de edad determinado) en México, muestra que, conforme avanza la edad de la población la tasa se incrementa, al pasar de 11 personas de cada 100 mil de 20 a 29 años a 281 personas de 50 a 59 años hasta llegar a 569 entre la población de 80 años y más a nivel nacional. Más aún, el índice de masa corporal elevado (indicador de sobrepeso y obesidad) contribuye con 12.2% del total de muertes y 5.1% del total de Años de Vida Perdidos Ajustados por Discapacidad (AVPAD). Entre los principales factores de riesgo de muerte y discapacidad, también asociados con el sobrepeso y la obesidad, se encuentran: la elevada concentración de glucosa en sangre, HTA, el bajo consumo de frutas y verduras, el sedentarismo y la hipercolesterolemia que en conjunto contribuyen con 36.5% del total de muertes y 11.2% del total de AVPAD. Por sexo se observa que, entre la población de 20 a 29 años la tasa de morbilidad hospitalaria por diabetes mellitus tipo II en hombres y mujeres es igual (11 de cada 100 mil personas de cada sexo); de los 30 y hasta los 59 años de edad, la tasa en varones supera a la de mujeres y a partir de los 60 años se invierte, es decir la tasa de las mujeres supera a la de los hombres; la diferencia más amplia se da en el grupo de 75 a 79 años.4 Según los resultados de la ENSANUT 2012, de la población de 20 años y más con diabetes, menos de la mitad realizó durante el último año alguna medida preventiva como atención médica especializada y exámenes clínicos, entre otras; la población de 50 a 59 años registra la proporción más alta (39.2%), le sigue la de 64 a 74 años (38 de cada 100 en esa edad) y de los INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 15 jóvenes de 20 a 29 años; el porcentaje más bajo de personas diabéticas que realizaron alguna medida preventiva se ubica en el grupo de 30 a 39 años de edad (28.6 por ciento) (INSP y SSA, 2012) En México, las principales complicaciones en la población de 20 años y más hospitalizada con diabetes tipo 2, durante 2011 son de tipo renal (24.2%), circulatorias periféricas (17.3%) y múltiples (7.0 por ciento). Es comprensible que las complicaciones renales sean las más frecuentes, debido a que los daños renales graves requieren de constante hemodiálisis que ante cualquier descuido o mal manejo, las agravan y hace necesario que el paciente sea atendido con tratamientos más agresivos.6 Estas estimaciones indican que la diabetes es la primera causa de alta hospitalaria en el IMSS, que es el proveedor de atención médica de aproximadamente 60% de la población mexicana. La prevalencia de diabetes mellitus para población adscrita a este servicio en el periodo 2004 a 2009 reportó 10.5% en la población general y 15.2% en la población adulta (20 años y más), datos que pueden ser sobreestimados ya que no se consideraron los pacientes que ya no reciben atención. No obstante, un estudio reciente realizado en más de 20,000 derechohabientes a nivel nacional, mostró una prevalencia de diabetes de 12.7% en hombres y 12.9% en mujeres. 6 Como se mencionó la diabetes tipo 2 es alta en México; por grupo de edad, la tasa de mortalidad observada aumenta con la edad de las personas, alcanzando el punto máximo en la población de 80 años y más años (638.47 de cada 100 mil habitantes de esa edad), seguida de las personas de 75 a 79 años (498.44 casos). Por sexo aunque la tendencia es la misma, mueren más hombres que mujeres entre los 20 a 74 años, por ejemplo, en la población de 60 y 64 años por cada 203 hombres que fallecen lo hacen 185 mujeres.6 La esperanza de vida en México se ha incrementado mucho más lentamente en los últimos diez años que en cualquier otro país de la OCDE; hoy en día, México tiene la esperanza de vida más baja entre todos los países de la OCDE. Mientras que la esperanza de vida se incrementó en promedio en tres años entre el 2000 y el 2012 en los países de la OCDE (aumentando de 77.1 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 16 años a 80.2 años), la esperanza de vida en México se incrementó solamente en un año durante el mismo periodo (de 73.3 a 74.4 años). Por lo tanto, la brecha en longevidad entre México y otros países miembros de la OCDE se ha ampliado de aproximadamente cuatro a cerca de seis años.10 México tiene condiciones de alto riesgo, por ende recientemente se han impulsado políticas intersectoriales relacionadas con la salud alimentaria y con ello combatir uno de los más importantes factores de riesgo, la obesidad. Al mismo tiempo se han diseñado, ya desde hace más de una década, estrategias –PREVENIMSS, PREVENISSSTE, grupos de autoayuda, Unidades de Especialidades Médicas para Enfermedades Crónicas, entre otras al interior de las principales instituciones de salud con el propósito de mejorar la atención que se otorga a los pacientes que ya padecen la enfermedad y en aquellos que no, pero con factores de riesgo importantes, la detección temprana e incluso su aparición temprana. Sin embargo, el estado actual de los diabéticos mexicanos se conoce sólo parcialmente, información que es necesaria para cimentar y fortalecer los esfuerzos que se requieren en prevención a todos los niveles a fin de contender una de las más grandes y emergentes amenazas de la viabilidad de los sistemas de salud, la diabetes y en pacientes portadores de dicha enfermedad llevarlos a un control optimo a fin de disminuir la aparición de complicaciones a temprana edad. La diabetes mellitus es una enfermedad frecuente en la Ciudad de México, que afecta al adulto joven y de forma considerable al adulto en etapa productiva. Uno de cada seis a siete adultos entre 45 y 54 años de edad y uno de cada cinco del grupo de edad de 55 a 64 años tienen diabetes mellitus, la cual a su vez se asocia estrechamente con otros factores de riesgo cardiovascular, lo que muy probablemente expresa una base de origen común de estas entidades, que recientemente se han conjuntado para definir el síndrome metabólico. En México se ha observado una elevada prevalencia de diabetes y de otros factores de riesgo cardiovascular en población amparada por el Instituto Mexicano del Seguro Social, la mayor institución de seguridad social en el país y que cubre a cerca de la mitad de la población mexicana. Ante el incremento creciente en la ocurrencia de diabetes mellitus y la afectación cada vez mayor de INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 17 grupos en edad productiva, es necesario establecer estrategias de salud con el fin de frenar la tendencia ascendente en la ocurrencia de la enfermedad y con ello mitigar la elevada carga que representa la diabetes.8-9 La diabetes mellitus tiene complicaciones agudas y crónicas que son motivo frecuente de hospitalización. Dentro de las agudas se encuentra la cetoacidosis diabética que ocasiona hospitalización en 13 a 86 de cada 1000 pacientes diabéticos hospitalizados, con una mortalidad en pacientes jóvenes de 2 a 5 %, y 22 % en mayores de 65 años. El estado hiperosmolar hiperglucemico no cetósico es otra complicación aguda, más frecuente en pacientes de edad media o avanzada con diabetes mellitus tipo 2 y tiene un peor pronóstico que la cetoacidosis, con una mortalidad de 15 a 70 %. La hiperglucemia y la hipoglucemia son también causas comunes de hospitalización, con una frecuencia de 66 y 21 %, respectivamente.Así mismo, la diabetes mellitus ocasiona complicaciones crónicas. Es la principal causa de insuficiencia renal crónica terminal, ceguera, amputación de miembros pélvicos y enfermedad cardiovascular, padecimientos que motivan hospitalizaciones múltiples largas estancia intrahospitalarias que empeoran el pronóstico en cada hospitalización.11 La incidencia en Estados Unidos es menor de 1 caso por 1000 personas/año. A medida que la prevalencia de la diabetes mellitus (DM) tipo 2 aumenta, la incidencia del estado hiperosmolar hiperglucémico es probable que aumente también. La frecuencia de ingresos a urgencias es baja, situándose en menos de 1%, sin embargo, su mortalidad es alta entre 18-32% más que en CAD (cetoacidosis diabética). Recae aquí la importancia de llevar acabo un buen control del padecimiento tanto farmacológico como no farmacológico, ya que a pesar de ser baja se incidencia de aparición de estas dos complicaciones, su elevada mortalidad propicia tener un conocimiento profundo de esta dos patologías. Distribución por edad y sexo: Es más frecuente en la séptima década de la vida. El estado hiperosmolar hiperglucémico tiene una edad media de inicio en la séptima década de la vida. Los residentes de asilos de ancianos de edad avanzada con demencia, se encuentran en mayor INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 18 riesgo debido a la falta de capacidad para cuidar de sí mismos. La prevalencia es ligeramente superior en mujeres que en hombres. Sin embargo también la población joven también es blanco de padecer una de estas dos complicaciones ya que puede ser el debut de DM1 y en menor proporción DM2 cuando existe falta de apego a tratamiento. En cuanto a la mortalidad, gracias a la cada vez mayor observación de las pautas estandarizadas de tratamiento, en los últimos años se ha reducido a menos del 2% en la CAD con mayor ocurrencia en los ancianos y en los pacientes con comorbilidades amenazadoras de la vida. En cuanto al EHH, la mortalidad a corto plazo (28 días) se ha reducido a 11,6%. 12 La diabetes es una enfermedad crónica de múltiples causas, sin embargo el estilo de vida sedentario, los malos hábitos higiénicos dietéticos y la carga genética juegan un papel fundamental en la aparición de la enfermedad. En su etapa inicial no produce síntomas y cuando se detecta tardíamente y no se trata adecuadamente ocasiona complicaciones de salud graves como infarto agudo al miocardio, ceguera, falla renal, amputación de las extremidades inferiores. Desde 1500 a. C. existen referencias de población con diabetes, conocida como “exceso de orina”. La primera descripción exacta la planteó el médico romano Arateus, quien la llamó diabetes (agua pasando a través de un sifón, por la poliuria); y en la medicina hindú como “orina de miel”. Posteriormente, durante el siglo XVIII, el médico escocés William Cullen con base en sus investigaciones decidió agregarle el término “mellitus” –miel– y desde entonces este padecimiento es conocido como diabetes mellitus (Zuñiga-Guajardo y Rangel-Rodríguez, 2003). Fue hasta 1921, cuando el equipo del médico canadiense Frederick Banting integrado por John MacLeod, Charles Best y James Collip, logró aislar la insulina, secreción interna del páncreas, que fue utilizada al siguiente año para tratar esta afección en un joven de 14 años con diabetes tipo I (Zuñiga-Guajardo y Rangel-Rodríguez, 2003). Partimos de este problema, ya que a pesar de ser una enfermedad donde hoy en día se han hecho grandes avances en tratamiento, detección oportuna, aún se siguen presentando diagnósticos tardíos, lo que implica una lesión irreversible a distintos órganos diana o blanco, así INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 19 como la presentación de crisis hiperglucémicas, las cuales requieren un manejo de urgencia tanto en un primer como en un segundo nivel de atención en salud. Dentro de estas complicaciones agudas, dos de las principales que han causado un impacto en la morbimortalidad del paciente diabético, es la cetoacidosis diabética y el estado hiperosmolar hiperglucémico. Sin embargo, a pesar de ser padecimientos que podemos evitar con un adecuado control y apego a tratamiento, además de tener en cuenta diversas directrices, tales como: relación médico – paciente, apego a tratamiento no farmacológico (siendo este el principal factor de intervención en primer nivel) y farmacológico, la incidencia de estas complicaciones sigue en aumento y de igual manera la mortalidad. Así pues, a pesar de ser una patología compleja, su sintomatología es muy variada y muchas veces poco específica. Sin embargo, si nos apoyamos de la elaboración de un adecuado interrogatorio, una minuciosa exploración física y haciendo énfasis en la obtención de signos y síntomas de forma dirigida, se obtendría una completa historia clínica y con ello tendríamos aproximadamente el 80% del diagnóstico sin requerir el uso de laboratorios; cabe resaltar estos son necesarios, para complementar el diagnóstico y por supuesto tomar las medidas iniciales en su tratamiento. Es preciso definir cada una de estas complicaciones de acuerdo a síntomas y estudios de laboratorio haciendo énfasis en las características que diferencian a cada una de ellas. Cetoacidosis diabética (CAD) y el estado hiperosmolar hiperglucémico (EHH), también conocido como estado hiperglucémico no cetónico son dos de las más graves complicaciones agudas de la diabetes. Ellos son parte del espectro de la hiperglucemia y cada uno representa un extremo en el espectro. La cetoacidosis diabética (CAD) y el estado hiperosmolar hiperglucémico (HHS) difieren clínicamente según la presencia de cetoacidosis y por lo general, el grado de hiperglucemia. En la CAD, acidosis metabólica es a menudo el principal hallazgo, mientras que la concentración de glucosa en suero es generalmente inferior a 800 mg / dl (44,4 mmol / L) y a menudo aproximadamente 350 a 500 mg / dL (19,4 a 27,8 mmol / L). Sin embargo, la glucosa en suero las concentraciones pueden exceder de 900 mg / dl (50 mmol / L) en los pacientes con INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 20 CAD que están en estado de coma. En EHH, hay poca o ninguna acumulación de cetoacidos, la concentración de glucosa en suero con frecuencia supera 1.000 mg / dl (56 mmol / l), la osmolaridad del plasma puede llegar a 380 mOsmol / kg, las alteraciones neurológicas se presentan con frecuencia (Incluyendo coma en 25 a 50 por ciento de los casos). La superposición significativa entre CAD y SHH se produce en más de un tercio de los pacientes. 13 Ambas condiciones permanecen como las complicaciones metabólicas agudas más serias de la diabetes y todavía asociadas a un notable exceso de mortalidad. El grado de alteración metabólica es lo suficientemente severo como para justificar la hospitalización de emergencia, corrección inmediata con la hidratación e insulina con la finalidad de aumentar la probabilidad de una recuperación exitosa.14 Factores precipitantes - Un evento de precipitación por lo general puede ser identificado en pacientes con cetoacidosis diabética o el estado hiperosmolar hiperglucémico. Los eventos más comunes son la infección (a menudo neumonía o infección del tracto urinario) y la interrupción de la terapia o inadecuada de insulina, el consumo de agua disminuido asociado a una subyacente condición médica, especialmente en pacientes de edad avanzada, pueden promover el desarrollo de la deshidratación severa y HHS. En el caso de la crisis hiperosmolar a menudo se presentan síntomas de desarrollo más lento, tales como poliuria, polidipsia y pérdida de peso. En ambos casos, si hay dolor abdominal, pensar en un abdomen agudo, aunque esta situación es más frecuente en niños. 14-15 El factor precipitante con frecuencia es el mal control metabólico seguido de las infecciones, por tanto es importante investigarsi existe algún proceso infeccioso así no tengan fiebre.14-15 Otras condiciones y factores asociados con CAD y SHH incluyen: Principales enfermedades agudas, como el infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, sepsis, o pancreatitis. Diabetes 1 de reciente aparición, en el que la CAD es una presentación común. INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 21 En la diabetes tipo 1 establecida, la omisión de la insulina en la configuración de gastroenteritis cuando el paciente se detiene por error a la insulina debido a la ingesta oral reducida. Los fármacos que afectan el metabolismo de los hidratos de carbono, incluyendo glucocorticoides, diuréticos tiazídicos, altas dosis de agentes simpaticomiméticos (por ejemplo, dobutamina y terbutalina), y los agentes antipsicóticos de segunda generación "atípicos" Inhibidores de SGLT2, utilizan sobre todo en la diabetes tipo 2. El consumo de cocaína, que se ha asociado con la CAD recurrente. Los problemas psicológicos asociados con trastornos de la alimentación y la omisión de insulina con propósito, sobre todo en jóvenes pacientes con diabetes tipo 1. Los factores que pueden conducir a la omisión de insulina en pacientes más jóvenes incluyen el temor de peso ganancia, miedo a la hipoglucemia, la rebelión de la autoridad, y el estrés de la enfermedad crónica. Mal cumplimiento con el régimen de insulina. 16 Fisiopatología: Los mecanismos subyacentes básicos que llevan a la CAD resultan de los efectos de la deficiencia de insulina y las elevaciones de las hormonas contrareguladoras (glucagón, epinefrina, cortisol y hormona de crecimiento) en el hígado y en el tejido adiposo así como también de la diuresis osmótica inducida por hiperglicemia en el riñón y la disminución de la captación periférica de glucosa. 26 El mecanismo básico en ambas complicaciones (CAD Y EHH) es una reducción en la concentración neta de insulina acoplada simultáneamente al aumento de los niveles de hormonas contrarreguladoras (glucagón, cortisol, hormona de crecimiento y catecolaminas). Esta asociación conduce a una alteración en la producción y utilización de la glucosa y a un incremento de la lipólisis, con elevación de los niveles de ácidos grasos libres, que son oxidados a cuerpos cetónicos, dando lugar a la cetogénesis y acidosis metabólica. El incremento de la producción de INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 22 glucosa hepática representa el mayor disturbio patológico responsable de la hiperglicemia. La insulina promueve las vías de almacenamiento y síntesis en el hígado que incluye glucogénesis y lipogénesis. En ausencia de ella hay predominio de las hormonas contrareguladoras lo que provoca aumento de la gluconeogénesis y de la glucogenolisis, además de la disminución de la captación tisular de glucosa todo lo cual lleva a la hiperglicemia característica. Sin insulina la actividad de la lipoprotein-lipasa disminuye, lo que lleva a un incremento de los niveles de lípidos, además en presencia de bajos niveles de insulina hay disminución de la actividad de la lipasa tisular lo que causa la liberación de Ácidos Grasos Libres (AGL) y glicerol a la circulación. La hipercetonemia aparece como consecuencia de un incremento de la cetogénesis hepática, junto a una disminución de la cetolisis periférica la cual se ve favorecida por la mayor oferta al hígado de AGL. Estos AGL bajo efecto del glucagon por disminución de la malonil-CoA y aumento de la enzima carnitil-aciltransferasa, atraviesan la membrana mitocondrial y luego previa β-oxidación se convierten en ácido acetoacético, ácido hidroxibutirico y acetona. Ocasionalmente las elevaciones predominantes de ácido hidroxibutirico al no detectarse con técnicas a base de nitroprusiato producen falsos negativos en determinaciones urinarias de cuerpos cetónicos. Además la presencia de cuerpos cetónicos en sangre junto al ácido láctico en ausencia de mecanismos compensatorios adecuados es lo que hace característica a la CAD como una acidosis metabólica con anión gap aumentado5. Las prostaglandinas I2 y E2 generadas por el tejido adiposo y que se ven aumentadas en la CAD pueden llevar a caída de la resistencia vascular periférica y otros hallazgos comunes como taquicardia, hipotensión, nauseas, vómitos, y dolor abdominal. El riñón juega un rol clave en el desarrollo de la hiperglicemia y CAD. El umbral normal para la reabsorción de glucosa es de 180 mg/dl, el cual cuando es excedido determina la precipitación la glucosa hacia la orina generando glucosuria. Cuando la función renal es normal y la hidratación es mantenida, la glucosuria previene la elevación significativa de los niveles séricos de glucosa. No obstante la diuresis osmótica lleva a hipovolemia que eventualmente conduce a una caída de la tasa de filtración glomerular, que a su vez exacerba la hiperglicemia. La diuresis osmótica inducida por glucosuria lleva a anormalidades electrolíticometabólicas en la CAD. Agua INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 23 libre, sodio, magnesio y fosfatos son excretados a la orina con la glucosa. Los cetoácidos actúan como aniones no reabsorbibles que son excretados como sales de sodio y potasio lo que lleva a una depleción de tales iones. No obstante a pesar de dichas perdidas de potasio, muchos pacientes cursan con hipercalemia. Tal hipercalemia resulta de la pérdida del estímulo de la insulina que típicamente mueve el potasio al interior celular y el estado de acidosis que junto al movimiento de agua desplazan el potasio del espacio intracelular al extracelular. Es por ello que la rehidratación y la terapia con insulina redistribuyen el potasio al interior celular disminuyendo dramáticamente los niveles séricos de este ion, lo que es un aspecto importante durante el manejo terapéutico de la CAD. En definitiva podemos decir que las consecuencias de la CAD sobre el equilibrio ácido base y electrolítico del individuo están dados por la presencia de una acidosis metabólica con Anion GAP aumentado (>14); Perdida de 75 a 150 ml/kg de agua (aproximadamente 6 litros); Perdida de 7-10 meq/kg de sodio; Alteraciones en la homeostasis del Potasio en las que puede estar aumentado o disminuido y alteraciones en la homeostasis del fósforo en la que puede estar disminuido. 17-18-27 La presencia de cantidades residuales de insulina en el EHH, demostrada por la elevación de los niveles basales y estimulados de péptido C, minimiza la cetosis, pero no controla la hiperglucemia lo cual conduce a una deshidratación severa por perdida de agua, sodio potasio y otros electrolitos 14. Los pacientes con CAD a menudo presentan más temprano en el curso de su enfermedad aguda con síntomas de cetoacidosis (por ejemplo, disnea, dolor abdominal, náuseas y vómitos), en lugar de síntomas debido a la hiperosmolalidad. Los pacientes con CAD tienden a ser más jóvenes y tener una tasa de filtración glomerular conservada. Durante los primeros años de diabetes, los pacientes pueden tener una tasa de filtración glomerular supranormal, con niveles tan grandes como 50 por ciento por encima predicho. Como resultado, los pacientes con CAD generalmente tienen una capacidad mucho mayor para excretar glucosa a diferencia del paciente de edad avanzada con HHS. Este grave grado de glucosuria limita la gravedad de la hiperglucemia. INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 24 Aunque la glucosuria asociada con cetoacidosis diabética (y HHS) inicialmente reduce al mínimo el aumento de la glucosa sérica, la diuresis osmótica causada por la glucosuria por lo general conduce a la depleción de volumen y una reducción en la tasa de filtración glomerular que limita aún más la excreción de glucosa. Este efecto es más pronunciado en el HHS, lo que se traduce en un alto valor de glucosa en suerte lo visto en la CAD. Alteraciones hormonales en CAD y SHH generan hiperglucemiapor su impacto en los tres procesos fundamentales del metabolismo de la glucosa: utilización de la glucosa alterada en los tejidos periféricos, el aumento de la gluconeogénesis hepática y renal y el aumento de la glucogenolisis. 18-16 La deficiencia de insulina y / o resistencia en pacientes diabéticos deterioran la utilización de glucosa periférica en el músculo esquelético. Sin embargo, la disminución de la utilización de la glucosa solo producirá solamente hiperglucemia postprandial y un aumento de glucogenolisis. También se requiere la gluconeogénesis para el desarrollo de la hiperglucemia en ayunas a menudo grave que se produce en la CAD y HHS.18-28 Ambos hiperglucemia y altos niveles de cuerpos cetónicos causan diuresis osmótica, lo que conduce a la hipovolemia y la disminución de la tasa de filtración glomerular, el último de los cuales agrava aún más hiperglucemia.25 Independientemente de las variaciones diarias en el consumo de agua y en la producción de orina, mantienen un volumen y osmolaridad plasmática (280 a 310 mOsm/kg) constantes. Tanto la ingestión de agua como la excreción de orina, están controladas por diversos factores, entre los que destacan: las variaciones en la osmolalidad y volumen plasmáticos, el centro de la sed, los riñones, el hipotálamo y la hipófisis, de tal forma que cualquier disfunción a estos niveles se puede traducir en una poliuria y/o una polidipsia (Guyton, 1981) Centro de la sed. Está integrado por osmorreceptores celulares localizados en el hipotálamo anterior y regula la ingestión o entrada de agua en el organismo desde el exterior y por tanto, el deseo de beber agua. Los principales estímulos que activan estos ormorreceptores provocando sensación de sed, son: - El incremento de la osmolalidad plasmática. - La hipovolermia. - La hipernatrernía - La activación del sistema renina-angiotensina. Una vez que se han normalizado INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 25 las condiciones del medio interno cesa el estímulo activador del centro de la sed, con lo que se impide el desarrollo de una sobrehidratación patológica.28 Los pacientes con osmolaridad sérica > 330 mOsm/Kg se encuentran severamente comprometidos y el coma a menudo ocurre con una osmolaridad > 350 mOsm/kg. Sin embargo, la alteración del estado mental raramente se encuentra en pacientes con una osmolaridad < 320 mOsm/kg.29 Hasta el 25% de los pacientes con cetoacidosis diabética tienen hematemesis en poso de café. Estudios endoscópicos han relacionado este hallazgo con gastritis hemorrágica. El dolor abdominal a veces imita el abdomen agudo, está presente en el 50 a 75 % de los casos de pacientes con CAD y guarda relación directa con la severidad de la acidosis. Cuando el dolor abdominal no desaparece con hidratación y la resolución de la CAD es necesario investigar otras posibilidades diagnósticas.19-28 Es necesario enfatizar dos de las principales bases de la medicina: 1) la historia clínica y 2) exploración física, herramientas necesarias para el correcto diagnóstico de estas patologías en un servicio de primer nivel, donde en algunas situaciones se carece del recurso para estudios de laboratorio y gabinete, por lo que un diagnóstico clínico oportuno ayudaría a disminuir los casos de defunción. Por otro lado la importancia que recae la identificación oportuna de estas complicaciones y la referencia oportuna a un servicio de segundo nivel. Es importante hacer mención de dos importantes términos en este padecimiento: el descontrol y la descompensación diabética. Por un lado “descontrol” se refiere al aumento de las cifras de glucosa en sangre sin presentar signos y síntomas relacionados con ésta. Por otro lado “descompensación” describe a las complicaciones agudas (hiperglucemicas) de la diabetes de sintomatología variada que requieren un manejo de urgencia y en muchos de los casos, el envío a un segundo nivel. Al parecer son dos términos inocuos referentes a un descontrol metabólico. Sin embargo hay que saber discernir cuál de ellas requiere un tratamiento hospitalario de forma inmediata, y en cuál se puede dar un tratamiento en consulta externa, en donde el paciente pueda estar en domicilio solo son los debidos ajustes y correcciones en el tratamiento. No obstante, muchas veces los envíos a INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 26 un segundo nivel carecen de sustento clínico que avalen una descompensación hiperglucémica que requiera tratamiento de forma urgente. Encontramos que en los hombres la edad media de presentación de las complicaciones agudas de la diabetes es de 47.4 años mientras que en las mujeres la media es de 53.9 años. El diagnóstico de la diabetes mellitus se establece fácilmente cuando un paciente se presenta con síntomas clásicos de la hiperglucemia (polidipsia, poliuria, pérdida de peso, visión borrosa, etc) y tiene un valor de glucosa en sangre aleatoria de 200 mg / dl (11,1 mmol / L) o superior. 29 Asintomático - El diagnóstico de la diabetes en un asintomática Individual se puede establecer con cualquiera de los siguientes criterios: glucosa plasmática en ayunas (FPG) valores ≥126 mg / dl (7,0 mmol / L), los valores de carga oral de glucosa a las dos horas de ≥200 mg / dl (11,1 mmol / L), y la hemoglobina glicada (A1C) valora ≥6.5 por ciento (48 mmol / mol). En ausencia de hiperglucemia inequívoca sintomática, el diagnóstico de la diabetes debe ser confirmada en un día posterior mediante la medición de la repetición, la repetición de la misma prueba para la confirmación. Sin embargo, si dos pruebas diferentes (por ejemplo, FPG y A1C) están disponibles y son concordantes para el diagnóstico de la diabetes, no es necesario realizar pruebas adicionales. Si dos pruebas diferentes son discordantes, la prueba de que es diagnóstico de la diabetes se debe repetir para confirmar el diagnóstico. La importancia de la confirmación del diagnóstico por la repetición de la medida en un día posterior, sobre todo cuando el diagnóstico se basa en mediciones de glucosa en plasma, se ilustra con un informe de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición En segundo lugar (NHANES) III.20 Criterios diagnósticos ADA 2015: Hemoglobina glucosilada ≥ 6,5 % El test debe realizarse en un laboratorio que use un método certificado por el National Glicohemoglobin Standarized Program (NGSP) y estandarizado según el ensayo Diabetes Control and Complication Trial (DCCT)* o Glucemia plasmática en ayunas1 ≥ 126 mg/dl* o Glucemia plasmática a las dos horas después del test de tolerancia oral a la glucosa (con 75 g de glucosa) ≥ 200 mg/dl* o Glucemia plasmática ≥ 200 mg/dl en pacientes con síntomas clásicos de hiperglucemia o crisis de hiperglucemiam. 20 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 27 Es necesario reiterar la elaboración de una buena historia clínica, destacando los puntos clave (signos, síntomas y datos encontrados en la exploración física) y tenido en cuenta las principales causas que lo desencadenen, así como factores de riesgo que predispongan a estas complicaciones. Dentro de la identificación de signos y síntomas en pacientes con descompensación metabólica puedo mencionar lo siguiente: PRESENTACIÓN CLÍNICA: Iniciación: No siempre es posible determinar el momento de iniciación de la diabetes. Esto sucede en los casos en que el proceso se instala en forma lenta e insidiosa y es descubierto al aparecer una complicación o bien accidentalmente, al practicarse un examen de orina donde aparece una glucosuria. Más raramente la iniciación es brusca y puede determinarse con certeza el momento de comienzo. Así sucede en la diabetes de la niñez y en la forma juvenil. La sintomatología franca e intensa llama la atención de los padres y los lleva a consultar al médico. En algunos de estos casos el diagnóstico se realiza cuando ya la diabetes ha llegado al estado de acidosis o de algunaotra complicación hiperglucemica, provocado por una causa intercurrente que, por lo general, es una enfermedad infecciosa. En el adulto puede también manifestarse en forma brusca, aun cuando una investigación cuidadosa demuestra casi siempre que su comienzo antecede, por lo menos, varias semanas al episodio agudo. En los adultos jóvenes y en la diabetes con desnutrición, el diagnóstico se realiza en algunos casos en la etapa final de acidosis metabólica. Se considera que el comienzo es reciente cuando los primeros síntomas datan de menos de dos meses. Cuanto más se avanza en edad, el comienzo es tanto menos intenso y franco. Con frecuencia los síntomas existen desde varios meses antes del momento de la consulta médica y, a pesar de no haber pasado desapercibidos, ellos no habían alarmado al enfermo. La falta de dolor explica la demora de los pacientes en consultar al médico. En este encadenamiento de hechos patológicos se van concitando los distintos elementos que constituyen el síndrome diabético. Por otra parte, la movilización excesiva de las grasas por falta del freno insulínico y el consumo exagerado de las INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 28 mismas, conduce al adelgazamiento y a la cetosis. Los cuerpos cetonicos producidos en exceso no pueden ser totalmente oxidados por los tejidos, ni eliminados del organismo, ni neutralizados por los sistemas buffer, sino parcialmente, lo que determina la acidosis diabética, que constituye la etapa final del desequilibrio metabólico propio de la diabetes. Glucosuria: en condiciones normales no se encuentra glucosa en la orina. La glucosa sanguínea filtra a través del glomérulo y es reabsorbida por los túbulos renales. La capacidad máxima de esa reabsorción es de 300 a 350 mg. por minuto. La glucosa aparece en la orina cuando sus cifras sobrepasan determinado nivel en la sangre, al cual se designa umbral renal de eliminación. Este umbral es variable, aun en condiciones normales y oscila entre 1,40 y 2 g. En la etapa clínica y en los casos no tratados, la glucosuria es permanente y sus cifras sobrepasan 20 g. (. La mayor concentración de la glucosa en el filtrado glomerular determina el aumento de la diuresis, que se observa, en general, cuando la glucosuria sobrepasa los 20 g. 21 Poliuria: Se define como la existencia de una diuresis superior a 3 litros al día en adultos o de 2 litros/m2 de superficie corporal en niños1. La poliuria se debe a una alteración en el mecanismo de concentración urinaria con incapacidad de excretar una orina concentrada2, 3. Puede deberse a: Diuresis acuosa Está relacionada con una ingesta excesiva de agua o un déficit o alteración de la función de la hormona antidiurética (vasopresina u hormona antidiurética [ADH]) a nivel renal. Diuresis osmótica: Está condicionada por la presencia aumentada de solutos osmóticamente activos en la orina que provoca de modo secundario un aumento del agua. El incremento de la diuresis se debe a un aumento del flujo tubular renal con disminución de la hipertonicidad medular. EI exceso de glucosa eliminado exige el aumento del líquido de dilución y esto determina la poliuria. La pérdida de agua por su lado provoca la sed o polidipsia. Por otra parte, la utilización insuficiente de la glucosa por los tejidos como material energético obliga al organismo a recurrir a otras sustancias, consumiendo las reservas de proteínas y de lípidos y aumentando el apetito, lo que deriva en la polifagia. Además la gluconeogénesis se realiza utilizando las INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 29 proteínas ingeridas, así como los tisulares, ocasionando un balance nitrogenado negativo, debilitamiento muscular, astenia y fatigabilidad.22-27 En relación con la forma clínica, la iniciación es variable y aunque esto no tiene el valor de lo incontrovertible, puede decirse que la forma denominada florida, simple o sin desnutrición, tiene un comienzo insidioso y progresivo. El comienzo es tan silencioso que no se manifiesta por ningún signo aparente, son formas en las que el diagnóstico se realiza a veces casualmente al practicar un examen de orina preventivo (examen para certificado médico, seguro de vida, carnet de salud, etc.). En la forma denominada consuntiva, grave o con desnutrición, el comienzo es más bien menos intenso; es señalado por síntomas propios de la diabetes que por su intensidad orientan de inmediato hacia el diagnóstico. Integración clínica del síndrome: para la integración clínica se concitan signos y síntomas que tienen su explicación en las perturbaciones químicas de base. Cuando no existen complicaciones que puedan enmascarar el cuadro, los síntomas fundamentales pueden dividirse en trastornos subjetivos y manifestaciones objetivas. Trastornos subjetivos. Suelen iniciar el cuadro, cuando el comienzo es lento e insidioso. La astenia y los mareos son casi siempre los trastornos que los enfermos acusan primeramente. La astenia es a la vez mental y física; hay pérdida de la voluntad para el trabajo y se observa rápida fatigabilidad. Se sufre cefalea, con pesadez y cierto grado de alteración mental. Todo esfuerzo intelectual resulta penoso. Pueden comprobarse trastornos de la memoria, consistentes en amnesia transitoria. En esta etapa se observa, frecuentemente, en el hombre, trastornos de la actividad genital con disminución pasajera y cierto grado de disfunción eréctil. Manifestaciones objetivas: Síntomas principales: las manifestaciones clínicas definidas aparecen cuando el trastorno metabólico ha adquirido suficiente intensidad como para provocar perturbaciones nutritivas, alteraciones tisulares y eliminación excesiva de agua por el riñón. Estos signos cardinales constituyen la tríada clásica: poliuria, polidipsia y polifagia a los cuales se INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 30 agrega el adelgazamiento y la astenia. El exceso de glucosa que atraviesa el filtro renal sobrepasa la capacidad del epitelio renal para su reabsorción, y una gran parte de aquélla es eliminada por la orina. La glucosa actúa como diurético y determina una mayor emisión de agua; de ahí la poliuria. A causa de su dilución, la orina del diabético no tratado, es casi incolora. Tiene, sin embargo una densidad aumentada, entre 1.020 y 1.040, en relación con la glucosuria. Umber (1928) atribuyó, en parte, la poliuria a que los tejidos del diabético han perdido la capacidad de retener el agua de una manera normal, por falta de insulina. Parece confirmar esa hipótesis el hecho de que, cuando se inicia el tratamiento insulínico en diabetes severa, pueden producirse edemas por excesiva retención de agua. El tratamiento insulínico reduce la poliuria, y puede observarse una oliguria relativa persistiendo una elevada glucosuria. La insulina tiene, pues, una franca acción antidiurética, que se sobrepone al efecto que ejerce la glucosa sobre el riñón. La poliuria puede alcanzar varios litros y ser tan importante como la diabetes insípida. POLIDIPSIA. El aumento de la sed es consecuencia de la poliuria y proporcional a la pérdida de agua. En los casos agudos ambos signos son simultáneos. En la diabetes moderada esos signos son poco marcados y pueden pasar inadvertidos al enfermo. La deshidratación produce sequedad de las mucosas lingual, bucal y respiratoria, así como sequedad de la piel, provocando la necesidad de tomar líquido continuamente. La sed nocturna determina que el enfermo deje junto a su cama un recipiente con agua. El paciente acusa una sensación de fiebre interior que no se calma con la ingestión de bebidas refrescantes, las cuales, cuando son dulces, exageran aún más la sed. En algunos casos la sequedad de las mucosas laríngea y respiratoria ocasiona una tos molesta y persistente. El aumento de la sed sin poliuria puede observarse en individuos no diabéticos: obesos, hipertiroideos, en mujeres durante la menopausiay en personas que sufren de traspiración exagerada. POLIFAGIA. El exceso de apetito, llegando a la bulimia en algunos casos, ha sido siempre considerado como un síntoma básico de la diabetes. Sin embargo, este signo no es tan constante como los otros componentes del síndrome. La pérdida considerable que experimenta el organismo de elementos que son esenciales al mantenimiento del triple equilibrio calórico.27 INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 31 Los diabéticos durante mucho tiempo digieren fácilmente enorme cantidad de alimento, pero esta tolerancia no es indefinida y da paso a fenómenos dispépticos: digestiones difíciles, distensión, pirosis. Pueden sobrevenir dolores en forma de crisis que suelen preceder a la alimentación y que pueden tener repercusión sobre la esfera psíquica. Si bien estos desórdenes son menos frecuentes que los otros integrantes clínicos del síndrome, deben señalarse para evitar errores de diagnóstico. ADELGAZAMIENTO. Es un síntoma muy importante que, cuando se ignoran los otros signos y no se piensa en la diabetes, puede ser fácilmente atribuido a otras causas; así en el niño y en el joven orienta hacia la tuberculosis; en el adulto después de la cincuentena, sugiere el cáncer. Un adelgazamiento importante instalado rápidamente, plantea el diagnóstico entre diabetes e hipertiroidismo, estados que, por otra parte, pueden coincidir. La pérdida de peso es un exponente de la gravedad de la diabetes y de la rapidez de su evolución. Repercute mucho más desfavorablemente sobre el estado general en el individuo de peso normal que en el obeso. El adelgazamiento traduce la intensidad del proceso de gluconeogénesis a expensas de las proteínas tisulares y de la movilización de las grasas, que se exageran a medida que el organismo pierde la capacidad de utilizar la glucosa. El adelgazamiento en un enfermo que come normal o exageradamente, debe conducir de inmediato a investigar la glucosuria. 27 ASTENIA. La astenia física se sufre precozmente y la sensación de postración anula todo rendimiento en las tareas habituales. El trabajo muscular se ve dificultado por la disminución progresiva de las fuerzas que obliga a interrumpir toda ocupación. La marcha y hasta la estación prolongada de pie resultan penosas y el paciente queda físicamente agotado con cualquier esfuerzo moderado. Conociendo el papel fundamental que juega la glucosa en la fisiología muscular, se comprende que la actividad motriz está comprometida. En esta astenia pueden observarse todos los grados, desde una discreta disminución en el rendimiento, hasta la postración que impide todo esfuerzo. La alteración mental es frecuente. Se observa fatigabilidad rápida, sobre todo en las formas graves con desnutrición. En esta situación toda actividad mental, INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 32 aún muy limitada, como una simple lectura, se soporta mal, se convierte en penosa. La disminución de la voluntad coincide con la astenia psíquica y la depresión. Se comprende que, en casos en que no se ha diagnosticado el trastorno metabólico, esta astenia psíquica conduce a errores de interpretación. Otros síntomas pueden iniciar el cuadro e integrar el síndrome y, dada su frecuencia, se les estudia junto a las manifestaciones comunes. „Entre éstos se encuentran trastornos visuales, manifestaciones cutáneas, genitales y neurológicas. La diabetes tipo 2 es, con mucho, el tipo más común de diabetes en los adultos (> 90 por ciento) y es caracterizada por la hiperglucemia y grados variables de deficiencia de insulina y resistencia. La mayoría de los pacientes son asintomáticos y la hiperglucemia se observa en la evaluación de rutina de laboratorio, lo que provocó la realización de más pruebas. La frecuencia de la diabetes sintomática ha ido disminuyendo en paralelo con la mejora de los esfuerzos para diagnosticar la diabetes anterior mediante el cribado. Los síntomas clásicos de la hiperglucemia incluyen poliuria, polidipsia, nicturia, borrosa visión y, con poca frecuencia, la pérdida de peso. Estos síntomas se observan a menudo sólo en retrospectiva, después de un valor de glucosa en sangre se ha demostrado estar elevados. Poliuria se produce cuando la concentración de glucosa sérica aumenta significativamente por encima de 180 mg / dl (10 mmol / L), que excede el umbral renal de la glucosa, lo que conduce a un aumento de la excreción urinaria de glucosa. La glucosuria provoca diuresis osmótica (es decir, poliuria) y la hipovolemia, que a su vez puede conducir a la polidipsia. Los pacientes que repleta sus pérdidas de volumen con bebidas concentradas de azúcar, como refrescos no dietético, exacerban su hiperglucemia y la diuresis osmótica. En ocasiones los adultos con diabetes tipo 2 pueden presentar con un estado hiperglucémico hiperosmolar, que se caracteriza por una marcada hiperglucemia sin cetoacidosis, deshidratación severa, y obnubilación. Cetoacidosis diabética (CAD) como el síntoma de presentación de la diabetes tipo 2 también es poco común en los adultos, pero puede ocurrir bajo ciertas circunstancias (por lo general de infección grave u otra enfermedad) y en grupos étnicos no caucásicos. INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 33 La diabetes tipo 1 se caracteriza por la destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas, lo que lleva a la deficiencia absoluta de insulina. Diabetes tipo 1 representa aproximadamente el 5 al 10 por ciento de la diabetes en los adultos. CAD puede ser la presentación inicial en aproximadamente el 25 por ciento de los adultos con diagnóstico reciente de diabetes tipo 1. En comparación con los niños, la pérdida de la capacidad secretora de insulina por lo general es menos rápido en los adultos con diabetes tipo 1. Por lo tanto, los adultos con diabetes tipo 1 tienen típicamente un período más largo estimado antes del diagnóstico y es probable que tengan un período más largo con síntomas de hiperglucemia (poliuria, polidipsia, fatiga) que los niños. En 2 a 12 por ciento de los adultos, la presentación clínica es similar a la de la diabetes tipo 2 (no dependiente de la insulina inicialmente), con autoinmune mediada por la deficiencia de insulina desarrollar más tarde en el curso de la enfermedad. A veces se denomina diabetes lada (LADA). La CAD por lo general se desarrolla rápidamente durante un período de 24 horas. Los primeros signos comunes, de este trastorno son náuseas, vómitos, dolor abdominal, y la hiperventilación. Los primeros síntomas de hiperglucemia marcada son poliuria, polidipsia, y pérdida de peso. A medida que empeora la hiperglucemia, los síntomas neurológicos se manifiestan, y pueden progresar hasta incluir letargo, focal déficit, embotamiento, convulsiones y coma. Respiración de Kusmaull: Adolph Kussmaul, se refirió a este tipo de respiración cuándo la acidosis metabólica es lo suficientemente severa para incrementar la tasa respiratoria. La respiración de Kussmaul fue denominado por Adolph Kussmaul, médico alemán del siglo XIX que primero lo notó entre pacientes con diabetes mellitus avanzada. Él publicó su hallazgo en un clásico reporte en 1874. Una acidosis metabólica pronto produce hiperventilación, pero al principio tenderá a ser rápido y relativamente superficial. Kussmaul identificó originalmente este tipo de respiración como un signo de coma y muerte inminente en pacientes diabéticos. La duración de ayuno, la presencia o la ausencia de hepatomegalia y la respiración de Kussmaul proporcionan indicios al diagnóstico diferencial de hipoglucemia en los errores innatos de metabolismo. INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 34 Respiracion de Kusmaull es un tipo de respiración que se caracteriza por ser profunda y forzada, usualmente se asocia con acidosis metabólica severa, y particularmente con cetoacidosis diabética, además con insuficiencia renal crónica.Se caracteriza por hiperventilación que colabora con la reducción de dióxido de carbono (CO2) en la sangre. En la acidosis metabólica, se inicia con una respiración rápida y superficial pero conforme se incrementa la acidosis, la respiración llega a ser gradualmente profunda, forzada y jadeante.29 La respiración de Kussmaul ocurre sólo en etapas avanzadas de acidosis, y en debutantes. En casos menos severos de acidosis, respirar rápido y superficial es por lo general lo más visto. En alguna literatura norteamericana menos rigurosa cualquier incremento en la taza respiratoria o cualquier tipo de respiración durante la acidosis son referidos como de Kussmaul. En todos los casos, la hipernatremia y por lo tanto la hipertonicidad plasmática, induce la salida de agua del espacio celular al extracelular, lo que produce disminución del volumen celular. La disminución del volumen neuronal se manifiesta clínicamente por síntomas neurológicos: letargia, reflejos hiperactivos, temblor muscular, convulsiones y coma. 28 Los signos y síntomas más prominentes son los vinculados con el sistema nervioso central. Se trata de un síndrome hiperosmolar; por lo tanto, la letargia, debilidad, apatía o espasticidad, hiperreflexia, convulsiones y coma se iniciarán dependiendo del tiempo trascurrido desde el inicio de la hipernatremia y del grado de la misma.21 Incluso, en 30% de la población estudiada se encontró hipernatremia en pacientes con mal control glucémico, lo que trae consigo el vínculo hiperglucemia-hipernatremia; la relación aparece cuando los pacientes hiperglucémicos sólo tienen signos y síntomas neurológicos y de manera concomitante cursan con hipernatremia.10 Dentro de los síntomas neurológicos – deterioro neurológico se presenta principalmente en pacientes con una osmolaridad plasmática efectiva por encima de 320 a 330 mOsmol/kg. Obnubilación mental y coma son más frecuentes en el HHS debido al mayor grado de hiperosmolaridad. Además, algunos pacientes con HHS tienen signos neurológicos focales (hemiparesia o hemianopsia) y/o convulsiones. Obnubilación mental puede ocurrir en pacientes INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 35 con CAD, que tienen un menor grado de hiperosmolaridad, cuando existe acidosis grave. Sin embargo, estupor o coma en pacientes diabéticos con una osmolaridad plasmática efectiva inferior a 320 mosm/kg demanda inmediata revisión de otras causas del deterioro del estado mental.23 Evaluación inicial-. La evaluación inicial de los pacientes con descompensación debe incluir la evaluación de la condición cardiorrespiratoria, el estado del volumen, y el estado mental. La historia y el examen físico inicial rápida, pero deben centrarse en: ● La respiración y circulación (ABC) ● Estado Mental ● Posible eventos precipitantes (por ejemplo, fuente de infección, infarto de miocardio etc.) ● Estado de volemia. (Datos clínicos de deshidratación) De acuerdo a la presentación clínica, por un lado la cetoacidosis diabética se presenta y evoluciona más rápidamente dentro de un periodo de 24 horas; en contraste con el estado hiperosmolar hiperglucémico, el cual se presenta más tardíamente pero con características clínicas importantes como poliuria, polidipsia, pérdida de peso (los cuales persisten por varios días hasta su admisión hospitalaria). Las manifestaciones clínicas son poliuria, polidipsia, signos de deshidratación, y el deterioro progresivo de la salud mental el estado que lleva a un estado de coma, dolor abdominal a veces imitando un abdomen agudo, se informó en un 40% a 75% de los casos de CAD. Náuseas, vómitos y abdominal el dolor se ven comúnmente en la CAD y es probable que sean causado en gran parte por los efectos combinados de deshidratación, cetonemia, y el retraso del vaciamiento gástrico. La deshidratación aguda (DA): Se reconoce clínicamente por la inspección y la exploración, confirmándose con el peso del niño y la realización de electrolitos séricos. El síndrome clínico de INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 36 la DA puede dividirse en tres apartados fundamentales: 1. La pérdida de peso permite la exacta valoración de la DA. Al ser el agua el componente más importante del organismo, una brusca pérdida de peso supone obviamente una pérdida de este elemento. La valoración de la gravedad de la DA se basa en la pérdida ponderal: pérdida < 5% del peso, deshidratación leve; pérdida 5- 10% del peso, deshidratación moderada; pérdida > 10% del peso, deshidratación grave16. 2. Signos de deshidratación extracelular. Se presentan preferentemente en la DA isotónica e hipotónica. Dentro de éstas se incluyen los siguientes: signo de pliegue positivo y persistente; facies de sufrimiento, con cerco periocular, ojos hundidos, mirada extraviada, aspecto tóxico, sensación de gravedad, frialdad de la piel, pérdida de turgencia, etc.; depresión de la fontanela anterior; descenso de la presión arterial (PA) como expresión de la repercusión que tiene la pérdida de LEC sobre la volemia, lo cual se plasma en un pulso débil y rápido, con extremidades frías y signos más o menos acusados de shock; oliguria como consecuencia de la repercusión sobre el filtrado glomerular, lo que constituye un mecanismo de ahorro por parte del organismo para no perder más agua ni solutos. La escasa orina emitida es pobre en sodio, potasio y cloro y rica en urea17. 3. Signos de deshidratación intracelular. Se presentan preferentemente en la DA hipertónica. Dentro de éstos se incluyen: oliguria con aumento de la ADH; gran sensación de sed, y sequedad de las mucosas; signos de sufrimiento cerebral (hiperreflexia, irritabilidad, convulsiones, trastornos de la conciencia, etc.)28 En la cetoacidosis diabética los pacientes presentaron, taquicardia, hipotensión, deshidratación además de glucosa central > 250 mg/dl, gasometría arterial con pH < 7.3, bicarbonato < 15 mEq/l, examen general de orina con cetonuria 3-4+, osmolaridad < 300 y anión gap > 12. Para el diagnóstico de Estado hiperosmolar no cetósico se presentan pacientes con datos de deshidratación de moderada a severa e hipotenson, alteraciones mentales con glucosa central > 600 mg/dl, pH >7.30, bicarbonato > 15 meq/l, cetonuria ≤ 2+, osmolaridad > 320 y anión gap < 12. Se puede ver un patrón respiratorio característico (respiración de Kussmaul) con respiraciones profundas, regulares y lentas y percibirse un olor típico, a manzana, en el aire espirado. La INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL Página 37 respiración de Kussmaul aparece cuando el pH es inferior a 7,20–7,10 y constituye el signo clínico de cetoacidosis.3 La turgencia de la piel es escasa, pero éste es un dato inespecífico que se detecta en muchos ancianos. Se puede plantear que hay una fase de precoma prolongada más poliuria y polidipsia creciente, luego ausencia de sed, deshidratación e hipovolemia y shock hipovolémico.3 Como el grado o la duración de la hiperglucemia progresan, los síntomas neurológicos, incluyendo letargo, signos focales, y obnubilación, pueden desarrollar. Esto puede progresar hasta el coma en etapas posteriores. Los síntomas neurológicos son más comunes en el HHS, mientras que la hiperventilación y dolor abdominal se limitan principalmente a los pacientes con CAD. En la cetoacidosis diabética la duración de los síntomas es relativamente corta, máximo un día o dos, debido a los efectos tóxicos de la cetosis y acidosis Los pacientes con CAD pueden presentar náuseas, vómitos y dolor abdominal; aunque más común en los niños, estos síntomas pueden ser vistos en adultos. El dolor abdominal es inusual en el HHS. El dolor abdominal se asocia con la gravedad de la acidosis metabólica (que se producen en el 86 por ciento de las personas con un bicarbonato sérico ≤5 pero sólo 13 por ciento de las personas con un bicarbonato sérico ≥15 mEq / L), pero no se correlacionó con la gravedad de
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