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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA De las estructuras sintácticas de Noam Chomsky a los actos de significado de Jerome Bruner TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTA: VANIA RAMÍREZ SORIANO DIRECTORA: DRA. CLAUDETTE DUDDET LIONS Ciudad Universitaria, Ciudad de México, Abril 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A Jerome Bruner (1915-2016) in memoriam. A Noam Chomsky por su incansable genialidad. Ambos inspiradores de este trabajo. Índice Resumen …………………………………………………………………….……….… 4 Abstract …………………………………………………………………….……….…. 4 Introducción ………………………………………………………………..………….. 5 Capítulo I. Noam Chomsky ……….………………………………..…. 13 1.1 Antecedentes: lingüística estructuralista ……………..……………….…… 14 a) Análisis distribucional ………………………………………………………………… 16 b) Reglas de reescritura ………………………………………………………………… 18 c) Ausencia del significado ………………….………………………………………..… 18 1.2 El rechazo al estructuralismo ……………….………………………………… 19 a) La facultad creativa del lenguaje ………………….……………………………….… 21 b) Aspecto profundo del lenguaje …………………………………………………….... 23 1.3 Revolución lingüística: objetivos de la teoría lingüística ……………..… 24 a) El estudio científico de la mente …………………………………………….……….. 25 b) Teoría general de la estructura lingüística: Gramática universal y particular……...... 26 c) La tarea del lingüista: criterios de selección para las distintas gramáticas ………..... 27 d) La tarea del niño: criterios de selección para las distintas gramáticas ……………… 29 e) Simplicidad …………………………………………………………………..……..… 30 f) La autonomía de la sintaxis …………………………………………….….…….…… 31 g) Modularidad ……………………………………………………………….……….… 32 h) Competencia versus actuación …………………….………………………..…….… 35 i) Aceptabilidad versus gramaticalidad ……………………………………………….… 38 j) Método idealista ……………………………………………………………..……..… 39 k) Creatividad ……………………………………….………………………….……..… 41 l) Los límites de la mente ………………………….……………………...…………..… 42 m) La intuición del hablante nativo ………………….………………………………..… 42 1.4 La parte innata del lenguaje …………………………….…………………..… 44 a) La pobreza del estímulo ……………………………………………………………… 45 b) Rasgos semánticos y fonológicos ………………………….………….…………..… 46 c) Ambiente y genética ……………………………………….……………..………..… 47 d) Más pruebas a favor del innatismo ………………………………………………..… 48 1.5 Gramática Generativa Transformacional ………………….……………...… 50 1.5.1 Estructuras sintácticas (1957) ……………………………………….……...… 51 a) Reglas de reescritura ………………………………………………………………… 51 b) Reglas transformacionales ………………………………………………………...… 52 1.5.2 Aspectos de la teoría de la sintaxis (1965) ………………………………..… 53 a) Componente sintáctico ………………………………………………………….…… 53 Capítulo II. Jerome Bruner …………………………………………………… 56 2.1 Antecedentes: ciencias cognitivas …………………………….…………..… 57 a) Dos importantes simposios para las ciencias cognitivas: 1948 y 1956 …………...… 57 b) Definición de ciencias cognitivas ………………….…………………..…………..… 58 c) Fundación P. Sloan ………………………………………………………………...… 59 2.2 Revolución en psicología cognitiva ……………………………………….… 60 a) Conductismo …………………………………………………………………………. 60 b) El neoconductismo y su crisis …………………………………………….……….… 61 c) Teorías organicistas y el estudio de la mente ………………….…...……………..… 62 d) Psicología cognitiva: los inicios …………………………………………………….... 64 e) Influencias externas ………………………………………………………………..… 65 f) Influencias internas ………………………………………………………………...… 66 g) El objeto de estudio del Procesamiento Humano de la Información ........................ 68 2.3 Revolución cultural: objetivos de la psicología cultural ……………….... 70 a) Crítica al procesamiento humano de información …………………….……..…….… 70 b) La importancia de la psicología cultural ………………………………………...…… 72 c) Influencias de la psicología cultural ………………………………………………..… 77 2.4 Psicología popular y narración ……………………………….…………….… 80 a) Definición de psicología popular ……………………………………………………... 81 b) Premisas de la psicología popular …………………………………….…………..… 81 c) La importancia de la narración ………………………………………..………...…… 82 d) Dos modalidades de pensamiento …………………………………….…………..… 82 e) Propiedades de las narraciones ……………………………………………………... 84 f) La organización narrativa de la experiencia ………………………...…………….… 86 2.5 Biología del significado ……………………………………………………...… 87 a) Del conocimiento prelingüístico al conocimiento de la sintaxis ……………………... 88 b) Interacción entre el Mecanismo de Adquisición del Lenguaje y el Sistema de Apoyo de Adquisición del Lenguaje ……………………………………………………………..… 90 c) Conocimiento prelingüístico: propiedades …………………………….…………..… 91 d) El juego …………………………………………………………………………….… 92 e) Los formatos ……………………………………………………………………….… 93 f) Adquisición del lenguaje y de la retórica ………….………………………………..… 94 g) La función conduce a la forma del lenguaje …………………………...………….… 94 2.6 La autobiografía narrativa ………………………………………….…………. 96 Capítulo III. Lo biológico y lo cultural: diferencias, similitudes y complementariedad …………………………………………………………..… 98 3.1 El contexto ……………………………………………………………………..… 98 3.2 Diferencias entre lo biológico y lo cultural ………….……………….…… 100 a) Pensamiento lógico versus narrativo …………………………………………….… 100 b) Sintaxis versus función …………………………………………………………...… 102 c) Forma versus contenido ………………………….………………………………… 103 3.3 Similitudes entre la teoría de Chomsky y la teoría de Bruner ………… 104 a) Pensamiento lógico o paradigmático …………………………………………….… 104 b) A favor del innatismo del lenguaje …………………………………………….…… 105 3.4 ¿Existe complementariedad entre ambas teorías? ………….………..… 105 a) Pensamiento lógico y narrativo ………………………………………….……….… 106 b) Lo innato en la acción y en el lenguaje ……………………………….………….… 109 c) Complementariedad entre el Mecanismo de Adquisición del Lenguaje y el Sistema de Apoyo de Adquisición del Lenguaje ……………………………………………...…… 110 d) A favor de una teoría democrática del conocimiento ……………….……………… 111 Discusiones y conclusiones ……………………………………..…………….… 113 Agradecimientos …………………………………………………..……………..… 120 Referencias ………………………………………………………..………………… 121 Resumen Esta tesis estudia de manera conjunta las investigaciones de dos teóricos del lenguaje, Noam Chomsky y Jerome Bruner, quienes se aproximan desde disciplinas y enfoques distintos al estudio del lenguaje como un medio para entender la mente. Chomsky, desde la lingüística se centra en la parte biológica e innata del lenguaje, con la finalidad de encontrar las reglas subyacentes y universales del lenguaje. Mientras que Bruner, desde la Psicología, se enfoca en entender el poder que tiene la cultura para moldear la mente, desde que el niño adquiere sus primeras palabras. Esta investigación teórica realiza un análisis comparativo de ambas teorías, teniendo en cuenta sus diferencias y similitudes, así como una posible complementariedad. En caso de que se complementen entre sí, se busca mostrar que esto contribuye a enriquecerel conocimiento del lenguaje. Palabras Clave: Mente, lenguaje, cultura, biología, acción. Abstract This thesis jointly studies the research made by two language theoreticians, Noam Chomsky and Jerome Bruner, who approach the subject matter from different perspectives and disciplines as a way of understanding the mind. Chomsky, from the Linguistics, focuses on the biological and innate aspects of the language aiming at finding the subjacent and universal language rules. While Bruner, from the Psychology, focuses on the understanding of the actual power, which culture has, to shape the mind since the child acquires his first words. This theoretical thesis pretends to carry out a comparative analysis of both theories to verify whether they are complementary. In case they complement each other, it is intended to show that this contributes to enrich the knowledge of the language. Key words: mind, language, culture, biology, action. Introducción La presente investigación se aboca a mirar de manera conjunta las propuestas de dos teóricos del lenguaje, el lingüista Noam Chomsky y el psicólogo Jerome Bruner, quienes parten de formas divergentes de entender el lenguaje y así la mente, con la finalidad de obtener un estudio más completo de los mismos. Es decir que ambos autores estudian el lenguaje, desde dos posturas distintas, para concebir la parte de la mente que se ocupa de los aspectos lingüísticos. Chomsky se centra exclusivamente en la parte innata del lenguaje, en su estructura, mientras que Bruner se concentra más en el papel que juega la cultura para moldear la mente, en los significados culturales. Chomsky limita su investigación a la mente y el lenguaje visto desde un ángulo innatista y universal mientras que Bruner busca entender de manera más amplia cómo las intenciones humanas moldeadas culturalmente guían las acciones de las personas. Si bien Bruner enfoca su teoría más en la cultura también admite e incorpora en sus investigaciones ciertas condiciones biológicas que permiten que los seres humanos adquieran el lenguaje y con él, la cultura. La razón por la que nos parece importante retomar los aportes de ambos autores es por la relevancia que tuvieron, cada uno en su ámbito, para el estudio del lenguaje como medio para entender la mente. Chomsky en lingüística y Bruner en Psicología. Recordemos, el estudio de la mente es un tema fundamental de la Psicología. Noam Chomsky es un lingüista norteamericano nacido en 1928, considerado el creador y mayor representante de la Gramática Generativa Transformacional. La lingüística chomskyana busca explicar el mecanismo que subyace al lenguaje, percibiendo a este último como el responsable del habla. En sus investigaciones, Chomsky llama la atención acerca de la capacidad creativa del lenguaje, es decir la facultad de los seres humanos para crear oraciones de manera infinita. Durante sus estudios, el autor concluye que la creatividad del lenguaje obedece a leyes innatas que se encuentran inscritas en nuestro cerebro. Para Chomsky, a pesar de la complejidad del lenguaje, éste se adquiere a una temprana edad sin mayor dificultad en donde las facultades mentales superiores aún no están completamente desarrolladas, lo que indica en parte, su origen biológico. Por otro lado, Chomsky argumenta que todos los niños adquieren el lenguaje más o menos a la misma edad sin recibir mayor instrucción por parte de los padres y sin importar su sexo, grado de inteligencia, motivación o la cultura a la que pertenezcan. De esta manera, su tesis se basa en descubrir el dispositivo genético que permite al ser humano hablar. Dicho mecanismo consta de una gramática universal común a todos los seres humanos y de una gramática particular que dependerá de la cultura o la experiencia lingüística que tenga el hablante. Este mecanismo completo que comprende las reglas lógicas acerca de la sintaxis, la semántica formal y la fonología del lenguaje es denominado Gramática Generativa Transformacional. La finalidad del lingüista consiste entonces en estudiar, mediante un análisis formal, las distintas lenguas para crear una hipótesis de los universales del lenguaje. Esta hipótesis debe ser lo suficientemente rica para abarcar todas las lenguas y al mismo tiempo, lo suficientemente restrictiva para contener únicamente gramáticas reales. Gracias a las aportaciones de Chomsky, la lingüística dejó de ser una ciencia descriptiva, que se limita a la estructura del lenguaje externo, como lo estudiaron sus antecesores, los lingüistas estructuralistas norteamericanos, para convertirse en una ciencia explicativa. Dicha ciencia busca indagar las reglas universales de la parte de la mente correspondiente al lenguaje. Justamente esta tesis pretende retomar de este primer autor, sus descubrimientos a la parte biológica e innata del lenguaje para comprender también los límites naturales del conocimiento. Por el otro lado, retomaremos a Jerome Bruner, psicólogo también norteamericano, nacido en 1915, quien recientemente acaba de fallecer en el 2016. La importancia de Bruner tiene que ver con que cuestionó varios de los paradigmas dominantes de la psicología, como el conductismo y la psicología cognitiva en la que él mismo participó. El psicólogo estadunidense se interesó principalmente en la cognición humana, sin embargo, podemos observar dos etapas diferentes de su trayectoria científica. En los años cincuenta y sesenta, su aproximación a la psicología se distingue por llevar a cabo un método riguroso y objetivo dominado por reglas formales, que se acerca más a las ciencias exactas. En dicho periodo la preocupación del autor era descubrir y describir formalmente los significados que los seres humanos generaban a partir de sus acercamientos con el mundo, con la finalidad de proponer hipótesis sobre procedimientos en los que se basaban (Bruner, 2009). En El estudio del pensamiento de 1956, escrito por Bruner en colaboración con Jacqueline Goodnow y George Austin, los autores pretendían averiguar cómo las personas crean nuevos conceptos a partir de su interacción con el entorno. Las conclusiones a las que llegaron postulan que los humanos no forman conceptos al azar sino que utilizan ciertas estrategias cognitivas mediante reglas lógicas que pueden ir modificando. Más adelante, Bruner criticaría dicho estudio por no guardar una correspondencia con la vida cotidiana. Los años siguientes, a mediados de los setentas, Bruner se inclina hacia un método más interpretativo del conocimiento, aproximándose al área de las humanidades (Medina, 2007). En esta etapa el interés del autor consiste en comprender, cómo es que los seres humanos construyen sus significados de acuerdo a la cultura en la que participan. En dicho periodo Bruner propone una psicología cultural en donde resalta la importancia de la cultura para la formación de la mente. Para el autor, las personas y así sus procesos mentales no pueden entenderse fuera del medio cultural en que se crean porque es este mundo simbólico el que dota de significado sus acciones y discurso. Debido a que los significados culturales están arraigados en el lenguaje, al adquirir este último se aprende a convivir en una determinada cultura. Por ello es que el psicólogo estudia al lenguaje enfocándose en la sintaxis, el significado y la pragmática, considerando estos tres componentes inseparables. Lo cual permite que Bruner no estudie únicamente la forma de la mente, es decir la sintaxis, sino también el contenido, adoptando como punto central al significado. Estudiar el significado implica al mismo tiempo estudiar al individuo dentro de la cultura a la que pertenece. De esta manera Bruner se aproxima al estudio del lenguaje, analizando el discurso narrativo y contextualizado de las personas, tomando en cuenta las creencias que tienen acercade ellos mismos, de los demás y de su entorno. Esto se debe a que el autor considera que las creencias de las personas, reflejo de su estado intencional, son las que guían sus acciones y su discurso. Es el estado intencional gobernado por ciertas reglas establecidas y significados compartidos culturalmente lo que permite a las personas interpretar sus actos y su discurso y actuar organizadamente conforme a dichas interpretaciones. Estos son algunos de los tópicos que profundizaremos en las siguientes páginas. * Durante la segunda mitad del siglo XX, surge la revolución en las ciencias cognitivas en Estados Unidos en donde participan distintas disciplinas como la lingüística, la psicología, las neurociencias y la informática (Miller, 2003). La finalidad de dicha revolución es responder de forma empírica, gracias a los avances tecnológicos de aquella época, a los interrogantes que se hicieron los filósofos griegos hace 2,500 años acerca de la naturaleza, origen y límites de la mente (Gardner, 1996). En el inicio de esta tesis, nos enfocamos en la participación de Chomsky en la revolución cognitiva que surgió en la lingüística y de Bruner en la revolución cognitiva en psicología, para posteriormente desarrollar de manera más amplia al Bruner cultural. Antes de que las ciencias cognitivas levantaran la voz, la lingüística norteamericana estaba dominada por el estructuralismo, cuyo fundamento, en la lingüística se basaba en el conductismo. Su metodología obedecía a principios objetivistas y antimentalistas. En 1957 surge la revolución lingüística con la aparición de Noam Chomsky y su publicación de Estructuras sintácticas. En este libro critica fuertemente al estructuralismo mientras propone su Gramática Generativa Transformacional. En dicho modelo, Chomsky (1957) estudia el mecanismo que subyace al lenguaje con la finalidad de hacer explícitas las reglas que nos permiten generar oraciones de manera infinita. Más adelante Chomsky (1959) también hace una fuerte crítica al conductismo de Burrhus F. Skinner que dominaba en psicología. Es así que logra abrir una brecha hacia un nuevo campo de estudio: la mente. Aproximadamente por los mismos años el conductismo entra en crisis en la psicología lo que facilita la revolución en psicología cognitiva, donde Jerome Bruner es, junto con George Miller, uno de los principales representantes. Como ya hemos mencionado, en esta tesis nos enfocaremos en el primer autor debido a su participación en la psicología cultural. Para Bruner, el objetivo fundamental de dicha revolución consistía en recuperar el estudio de la mente y el significado que el conductismo había eliminado de la psicología. Debido al surgimiento de la cibernética y la computación que se estaba produciendo a mediados del siglo XX, la metáfora dominante para entender la mente que toman tanto la lingüística como la psicología es la computadora. A mediados de los años ochenta, Bruner se da cuenta de que el objetivo de la revolución cognitiva, al usar como metáfora de la mente a la computadora, elimina de su estudio el significado o el contenido. De esta manera, Bruner decide recuperar el objetivo inicial de tal revolución con un enfoque más interpretativo del conocimiento cuyo centro de interés es la “construcción de significados” y cuya metáfora dominante es el texto (Bruner, 2009). Las investigaciones teóricas de Chomsky y de Bruner acerca de la mente tienden a ser revisadas por separado. O bien se estudia el lenguaje desde una perspectiva biológica, o, por lo contrario, se le investiga desde una perspectiva cultural o social. Para el primer autor el objetivo es la búsqueda de reglas universales que nos permiten formular oraciones correctas independientemente de la cultura en la que nos encontremos. Mientras que el segundo autor se centra en cómo los seres humanos construyen sus significados dependiendo del contexto cultural en el que se encuentren. Por lo que, en este trabajo, se busca abordar el lenguaje desde una perspectiva tanto biológica como cultural tomando en cuenta las aportaciones de ambos autores. De acuerdo a lo que acabamos de mencionar, esta investigación tiene como principal objetivo ver si se pueden complementar ambas teorías. Esto se realiza a través de profundizar en el análisis de las características principales de la teoría "biológica" de Chomsky y "cultural" de Bruner, entendidas como dos teorías que consideran el lenguaje como metáfora para entender la mente (Pérez, 2015), mediante el análisis comparativo de las mismas y el estudio de sus aspectos coincidentes y divergentes. En el primer capítulo, que corresponde a Noam Chomsky, comenzamos por analizar el estructuralismo norteamericano para entender el contexto en que surgió la revolución chomskyana. Lo anterior debido a que la Gramática Generativa se crea como una crítica al estructuralismo, al limitarse a un estudio descriptivo de la lengua, dejando de lado la forma general del lenguaje que subyace a todas las frases posibles. En este primer capítulo quedan explicados los principales argumentos y conceptos que propone Chomsky para defender su postura biológica e innatista acerca del lenguaje. Para evitar confusiones acerca de la gramática generativa, es importante tener claro que Chomsky se refiere al estudio de la competencia, esto es al conocimiento que tiene el hablante acerca de su lengua pero no a la actuación, es decir, al distinto empleo que hace de la misma. Nos referimos a que el funcionamiento del dispositivo genético del lenguaje que explica Chomsky es idealizado porque corresponde al de un sujeto que emplea el lenguaje tal como se lo dicta su gramática sin hacer caso de problemas propios de la actuación, como son las fallas en la memoria, el cansancio, la inteligencia, etcétera. En este sentido podemos pensar las investigaciones del autor como abstractas, puras e idealizadas. Adelantamos que, para Chomsky, la gramática generativa que poseemos en la mente funciona de la misma manera que una teoría científica. Es decir que consta de un conjunto de postulados o reglas que se aplican a un determinado vocabulario de donde se derivan todas las oraciones gramaticales de la lengua. En el segundo capítulo, que corresponde a Jerome Bruner, iniciamos por hablar de la revolución en las ciencias cognitivas, en donde participaron Bruner y Chomsky. Posteriormente nos enfocamos en la revolución en la psicología cognitiva para destacar el papel que ejerció Bruner. En una segunda etapa comenzamos con la crítica que realiza Bruner de la psicología cognitiva, comparándola con el conductismo, para adentrarnos en el tema que nos compete, que es la psicología cultural que propone el autor. Conviene mencionar que para el autor no hay distinción entre las categorías cultura y sociedad. Una de las herramientas más poderosas que utiliza Bruner para desarrollar su psicología cultural es la psicología popular. Esta última trata de los aspectos subjetivos de la mente, es decir dicha psicología estudia el estado intencional que guía el comportamiento de las personas, de acuerdo a la cultura a la que pertenecen. Bruner propone que la psicología popular, es decir, la forma en que se organizan dichos estados intencionales es predominantemente narrativa. La sintaxis del lenguaje está determinada por ciertas funciones comunicativas. De esta manera, para el autor adquirimos el lenguaje como una herramienta para cumplir ciertas funciones dentro de determinada cultura. El hecho de que Bruner se centre en las narraciones, lo obliga a estudiar el contenido o el significado de la secuencia de frases dentro del discurso. A pesar de que Bruner defiende un estudio más cultural que biológico del lenguaje, también aboga por posturas innatistas acerca del mismo. De hecho, como veremos más adelante, el psicólogo propone un sistema prelingüístico,refiriéndose al conocimiento innato que prepara al infante, antes de poder hablar, para entender los usos y contextos lingüísticos. Finalmente, en el tercer capítulo comparamos las teorías de ambos autores, analizando sus diferencias, similitudes y complementariedad. La principal diferencia que nos permite ver la teoría de ambos autores tiene que ver con la forma en que conciben la estructura del pensamiento y por ende del lenguaje, de donde se derivan las siguientes categorías analíticas: Pensamiento lógico versus narrativo, sintaxis versus función y forma versus contenido. Las similitudes encontradas entre ambas posturas así como su complementariedad se deben al hecho de que Bruner incorpora ciertos conceptos innatistas acerca de la adquisición del lenguaje que complementa con sus aportaciones culturales. Por lo que en ambas teorías encontramos similitudes en cuanto al pensamiento lógico y en cuanto lo innato del lenguaje. Por último, en el apartado que corresponde a la complementariedad entre ambos encontramos las siguientes categorías: pensamiento lógico y narrativo, lo innato en la acción y en el lenguaje, complementariedad entre el Mecanismo de Adquisición del Lenguaje y el Sistema de Apoyo de Adquisición del Lenguaje y a favor de una teoría democrática del conocimiento. De esta manera, esta tesis trata de una investigación teórica que pretende adentrase en los postulados centrales de cada uno de los autores, tomando en cuenta el momento histórico en el que se inscribe el desarrollo del pensamiento de éstos y el enfoque diferenciado relativo a la disciplina científica particular de la que parten: desde la psicología cultural de Bruner y la lingüística biológica de Chomsky. Capítulo I Noam Chomsky Noam Chomsky nacido en 1928 en Filadelfia, fue el fundador y mayor representante de la “Gramática Generativa Transformacional” (GGT). Estudió lingüística, matemáticas y filosofía en la Universidad de Pennsylvania. Fue discípulo de Zellig Harris (1909-1992), uno de los creadores de la lingüística estructuralista norteamericana junto con Charles Hockett (1916-2000) y Leonard Bloomfield (1887-1949). Su formación se caracterizó por el rigor científico con la insistencia en los métodos objetivos y de verificación propios del estructuralismo. Debido a las limitaciones que Chomsky encontró en tal formación, elaboró su teoría de la gramática generativa que rompe no sólo con la lingüística moderna y objetivista dominante, sino con toda la visión de las ciencias del comportamiento que imperaba en la década de los cincuentas, cuya influencia directa provenía del positivismo lógico. Los estructuralistas se caracterizaron por estudiar únicamente la parte observable del lenguaje, seleccionaban frases reales de la lengua, las descomponían en unidades pequeñas y las analizaban. De manera contraria, Chomsky (2007) se interesó en la parte que subyace al lenguaje, su carácter “creativo”. La creatividad que permite que podamos generar y comprender oraciones nuevas de manera infinita. Tal aspecto lo explica partiendo de un modelo hipotético que simula la generación de dichas oraciones. Su unidad de análisis es la oración completa. Ni los lingüistas descriptivos ni las corrientes conductistas de la psicología del lenguaje daban cuenta del aspecto “creativo” de la lengua. El concepto de estructura profunda estudiado por Chomsky (1999) no tenía sentido para el estructuralismo puesto que éste restringía su análisis a la parte superficial de la lengua. En 1957 Chomsky pública el libro Estructuras sintácticas, en el cuál, por medio de su Gramática Generativa, logra introducir el lenguaje en un marco científico. A su vez, en esa breve pero monumental obra, dicho autor hace manifiesto su rechazo al modelo estructuralista, utilizado por los estructuralistas norteamericanos, como el único adecuado para la descripción de las lenguas naturales. Las bases teóricas sobre las que se fundamentan las ideas de Chomsky (1972, 1999, 2013a) se remontan a los siglos XVII, XVIII y comienzos del XIX, época a la que el autor solía llamarle la “lingüística cartesiana”. Dos de sus exponentes más importantes son el filósofo René Descartes (1596-1650) y el filólogo y filósofo Wilhelm von Humboldt (1767-1835) quienes afirman que el lenguaje no se reduce a la comunicación, sino que, su importancia radica en la libertad de estímulos externos y en la auto-expresión del pensamiento. Independientemente de si estamos de acuerdo o no con la teoría de Chomsky, es indudable su valiosa contribución científica. No sólo cuestionó a las doctrinas empiristas dominantes y creó un nuevo método de investigación, sino aún más importante, abrió la brecha hacia un nuevo campo de estudio: la mente. Es preciso aclarar que después de Estructuras sintácticas, Chomsky publica otros escritos relevantes con críticas y cambios con respecto al primer modelo. El programa de Chomsky está sujeto a constantes modificaciones en cuanto a la técnica y a la metodología. Sin embargo su fundamento filosófico mentalista, racionalista y anti-objetivista permanece constante (Bronckart, 1985). 1.1 Antecedentes: lingüística estructuralista Leonard Bloomfield (1887-1949) fue uno de los representantes más importantes del estructuralismo estadunidense. Se dedicó más que nadie a transformar la lingüística en una disciplina autónoma y científica. Sus investigaciones fueron el punto de partida de la lingüística norteamericana durante más de veinte años (Abad y García, 1982). Bloomfield adoptó dos posturas diferentes con respecto al lenguaje a lo largo de su carrera. En 1914 con la publicación de An Introduction to the Study of Language, se ve influenciado por un tratado de psicología social escrito en 1900 por Wilhelm Wundt (1832-1920). En dicho tratado Wundt basaba su psicología del habla en todas las descripciones lingüísticas alcanzables, punto que retoma Bloomfield con su lingüística descriptiva. Posteriormente, en 1933 con la publicación de Language, Bloomfield sigue las teorías psicológicas de Albert Weiss (1849-1931) en donde adopta al conductismo como principio fundamental. El conductismo radical de Weiss rechaza todo tipo de mentalismo e introspección optando por un estudio del comportamiento que relaciona los procesos fisiológicos del organismo con su ambiente. La relación principal entre Bloomfield y Weiss consiste en el estudio del comportamiento humano únicamente en términos físicos (Bloomfield, 1984). Para Bloomfield, el habla era considerada como una forma más de comportamiento observable característico de los seres humanos; y el pensamiento como un hablar inaudible (Lyons, 1974). Los lingüistas estructuralistas también fueron inspirados por Franz Boas (1858- 1942), antropólogo estadunidense quien dedicó gran parte de su vida a la descripción sistemática de las lenguas indio-americanas. De la misma manera, para obtener el contenido de sus estudios, este grupo de lingüistas se dedicó a recopilar enunciados de las lenguas amerindias existentes en Estados Unidos sin registro previo (Searle, 1974). La recopilación de enunciados se hacía con la intención de ser objetiva y verificable, por lo que tomaba únicamente aquellos que hubieran sido comprobados en el uso de los hablantes nativos. De esta manera, grababan los enunciados emitidos o los transcribían fonéticamente para obtener el “corpus”, es decir las oraciones que serían sometidas a análisis al representar el conjunto de características estructurales de la lengua. Dichos registros eran modelos simples que carecían de un sustento teórico, razón por la cual a la lingüística estructuralista se le ha denominado también lingüística descriptiva (Abad y García, 1982). Así, según Bloomfield, las generalizaciones encontradas a partir de los datos recolectados serían siempre inductivas y no especulativas.a) Análisis distribucional Bloomfield (1954) propone una teoría general del lenguaje que posteriormente desarrollan y sistematizan sus alumnos Zellig Harris en 1951 y Charles Hockett en 1958, bajo el nombre de distribucionalismo. El análisis distribucional consiste en un método riguroso que parte del supuesto de que las unidades lingüísticas (fonema, morfema y palabra) no aparecen de manera arbitraria las unas en relación con las otras, sino que, cada elemento se encuentra en determinadas posiciones particulares con relación a los demás. Es decir que por medio del entorno lingüístico se buscan regularidades en las unidades para su clasificación. Como diría John Searle, la lingüística era una especie de botánica verbal (Searle, 1974). El análisis en constituyentes inmediatos, junto con el método distribucional, construye las oraciones jerárquicamente para después descomponerlas por unidades. La descomposición va de los constituyentes más generales hasta llegar a los últimos constituyentes, los morfemas, unidades mínimas significantes, y los fonemas, unidades sonoras mínimas y significantes. Tomemos como ejemplo la oración “El niño golpeó la piñata”. En el primer orden tendríamos a la “Oración” que se descompondría en sus constituyentes más inmediatos que serían la “frase nominal” y la “frase verbal”. La frase nominal sería “El niño” y la verbal “golpeó la piñata”. En el segundo orden se analizarán dichos elementos para a su vez descomponerlos en sus propios constituyentes, la frase nominal “El niño” se descompondría en el artículo “El” y en el nombre “niño”, mientras que la frase verbal lo haría en el verbo “golpeó” y en la frase nominal “la piñata”. En el tercer orden se descompondrían los últimos constituyentes de la segunda frase nominal. Es decir que “la piñata” se descompondría en el artículo “la” y en el nombre “piñata”. La estructura de la oración vista como una construcción jerárquica puede representarse de diversas maneras como son la red de encaje propuesta por Hockett (cit. por Bronckart, 1980) (Fig. 1), el diagrama arbóreo (Fig. 2) o la parentización. Fig. 1 Red de encaje (basado en Bronckart, 1980) El niño golpeó la piñata a Oración b Frase Nominal Frase Verbal c Artí culo Nombre Verbo Frase Nominal d Artí culo Nombre Verbo Artí culo Nombre Fig.2 Diagrama arbóreo (basado en Bronckart, 1980) b) Reglas de reescritura Después de obtener el análisis en constituyentes inmediatos de alguna frase emitida por un hablante nativo, los estructuralistas podían formalizarla bajo reglas de reescritura. Así que éstas dos figuras pueden escribirse también por medio de las reglas de reescritura, en dónde la flecha significa que se debe de reescribir el símbolo del lado izquierdo substituyéndolo por los símbolos del lado derecho hasta que se llegue al último constituyente de dicho elemento (Bronckart, 1980). a→b El constituyente O es reescrito como Frase Nominal y Frase Verbal, o sea: O → FN + FV. b→c El constituyente FN es reescrito como Artículo y Nombre, o sea: FN → Art + N. b→c El constituyente FV es reescrito como Verbo y Frase Nominal, o sea: FV→ V + FN c→d El constituyente FN es reescrito como Artículo y Nombre, o sea: FN→ Art. + N c) Ausencia del significado Mientras que la psicología conductista se caracteriza por eliminar la mente de su estudio, la lingüística conductista de Bloomfield elimina al significado (Reynoso, 2007). Es así que un aspecto importante del estructuralismo tiene que ver con la propiedad inmanentista de la lengua. Es decir que al analizar las oraciones, únicamente se toma en cuenta a la lengua misma sin considerar ningún factor extralingüístico. Su análisis excluye al contexto que rodea el enunciado y al hablante. La razón por la cual Bloomfield (1954) hace caso omiso del significado a la hora de analizar el lenguaje se debe a que la mayoría de los términos de la lengua no poseen un significado científico. Afirma que hasta que este problema no esté resuelto, el significado no formará parte de la investigación lingüística. Así lo explica Bloomfield (1954) en Language. In order to give a scientifically accurate definition of meaning for every form of a Language, we should have a scientifically accurate knowledge of everything in the speaker’s world. The actual extend of human knowledge is very small, compared to this. We can define the meaning of a speech-form accurately when this meaning has to do with some matter of which we possess scientific knowledge. We can define the names of minerals, for example, in terms of chemistry and mineralogy, as when we say that the ordinary meaning of the English word salt is sodium chloride (NaCl), (…), but we have no precise way of defining words like love or hate, which concern situations that have not been accurately classified- and these latter are in the great majority1. Sin embargo, en su artículo Meaning de 1934, Bloomfield admite que el estudio del significado está destinado a producir problemas siempre que nos neguemos a adoptar “‘el punto de vista popular (mentalista)’ y a decir que ‘las formas del habla reflejan acontecimientos inobservables, no físicos, de las mentes de los hablantes u oyentes’ ” (Hockett (1979) citado en Jakobson, 1988, p.76). 1.2 El rechazo al estructuralismo La formación de Chomsky dentro de la escuela estructuralista fue estrictamente formal. Estudió con Zellig Harris, uno de los mejores exponentes de metodología de la lingüística estructuralista. Ambos autores participaron en la obra cumbre del distribucionalismo, Methods in structural linguistics de 1951. Por otra parte, 1 Traducción mía: Con el fin de dar una definición precisa del significado de cada forma de un lenguaje, debemos tener un conocimiento científicamente preciso de todo el mundo del hablante. El horizonte real del conocimiento humano es muy pequeño en comparación con esto. Podemos definir el significado de una forma de discurso de modo riguroso cuando este significado tiene que ver con alguna materia sobre la cual poseemos conocimiento científico. Podemos definir el nombre de minerales, por ejemplo, en términos de química y mineralia, como cuando decimos que el significado ordinario de la palabra sal es cloruro de sodio (NACL). (…) pero no tenemos una manera precisa de definir palabras como amor u odio, que conciernen a situaciones que no han sido clasificadas con exactitud y estas son la gran mayoría. también tomó clases con Roman Jakobson, un lingüista no bloomfieldiano con quien después junto con Morris Halle publicaría su fonología binarista. A pesar de que Chomsky critica fuertemente la lingüística antimentalista de Bloomfield, podemos ver que mantiene cierta correspondencia e influencia de su maestro Harris. Zellig Harris al realizar la sistematización del análisis distribucional, propuesto por Bloomfield, busca llevar al límite el rigor de este último eliminando por completo el significado de sus trabajos, cosa que Bloomfield contradictoriamente a sus principios no había logrado del todo. Al llevar al extremo dicho análisis, Harris se percata de las insuficiencias del mismo, por lo que decide crear una gramática transformacional, la cual se convierte en una fuerte inspiración para la gramática generativa transformacional de Chomsky. La gramática transformacional de Harris utiliza una unidad de análisis mayor que la oración, a diferencia de la mayoría de los análisis propuestos en lingüística hasta la fecha. A partir de las transformacioneses que explica porque dos oraciones con estructuras aparentemente diferentes tienen una misma equivalencia. Fue en este ambiente influenciado por su maestro Harris, que Chomsky inició sus primeras investigaciones dentro de dicho marco estructuralista. Sin embargo, su objeto de estudio tenía diferencias con respecto al de sus antecesores. El método de Harris al igual que el de Bloomfield se basaba en una lingüística inductiva mientras que la lingüística de Chomsky se basa en una deductiva. Mientras que Harris pretendía describir las oraciones de un “corpus”, Chomsky buscaba reglas universales que pudieran generar todas las oraciones potenciales de la lengua. Fue entonces que en 1957 escribió Estructuras sintácticas, la obra más importante de la gramática generativa en donde manifiesta su rechazo y separación del estructuralismo. Las críticas más enérgicas que realizó Chomsky (2013b) fueron en contra de Leonard Bloomfield y de Burrhus F. Skinner, este último, psicólogo estadunidense representante del condicionamiento operante. Lo que más les cuestionaba era la forma tan superficial en que ambas corrientes empiricistas como la lingüística de Bloomfield o la psicología del lenguaje de Skinner abordaban el estudio del lenguaje en su intento de imitar a la ciencia. Abad y García (1982) afirman que esta reacción de Chomsky se debe a un deseo por reintroducir la semántica en los análisis lingüísticos. Ambas escuelas tenían características en común como su carácter antimentalista y el uso de una metodología objetiva (Bronckart, 1980). Fue en respuesta al libro de Skinner Conducta verbal de 1957, acerca de la adquisición del lenguaje, en donde Chomsky publica Sobre conducta verbal de B.F. Skinner, en 1959, cuestionándolo fuertemente. Para Searle (1974), las ideas de Chomsky eran tan opuestas al empiricismo que los resultados a los que llegó acerca del lenguaje le sirvieron para crear conclusiones generales anticonductistas y antiempiricistas sobre la naturaleza de la mente humana. a) La facultad creativa del lenguaje Las corrientes empiricistas no prestaban mayor importancia a explicar el aspecto creativo del lenguaje. Tanto Bloomfield como Hockett pensaban que los hablantes producían formas nuevas por analogía con las formas similares que habían oído (Searle, 1974). Mientras que los conductistas explicaban la adquisición del lenguaje por medio del reforzamiento. Es decir, tales corrientes elucidaban este fenómeno basándose en la imitación o el reforzamiento. De hecho, en la investigación lingüística hacía más de un siglo, desde Wilhelm von Humboldt, que nadie le adjudicaba la importancia que le dio Chomsky al término de creatividad. Para Chomsky (2013a), debido a los desarrollos en la lógica y en las matemáticas así como en la tecnología,2 es posible volver ahora a las cuestiones centrales que se planteaba Humboldt acerca de la “Creatividad regida por reglas”. Contrariamente a los modelos conductistas, Chomsky pensaba que el aspecto fundamental a estudiar en el lenguaje era la creatividad. Concepto entendido 2 Cuestión que se profundizará en el siguiente capítulo. como: la capacidad que tiene un niño al dominar su lengua natal para generar y comprender cualquier oración de la lengua. Conforme fue avanzando en el estudio del lenguaje, Chomsky (1992) llegó a la conclusión de que esta capacidad creativa tenía que ser innata. Para él, era imposible explicar que un niño tan pequeño, es decir a la edad en que empieza a hablar, aprendiera a formular oraciones de manera correcta por medio de la información incompleta que le proporcionaban las personas que lo rodeaban. Pensaba que el lenguaje al ser tan complejo no podía aprenderse a una edad en que las capacidades mentales superiores no estuviesen aún desarrolladas y menos escuchándolo de manera parcial. Por lo que, para el autor, el lenguaje no podía adquirirse por mera imitación sino por medio de un mecanismo innato que proporcionara las reglas que nos permitiesen generar y comprender nuevas oraciones. De la misma manera, para Chomsky (2013b), era absurdo pensar que el aprender una lengua fuera por medio de reforzamientos, como lo planteaba el conductismo. Su argumento era que todos los niños, aproximadamente a la misma edad, independientemente de su cultura, siendo inteligentes o no, con o sin motivación, aprenden a hablar. Las ideas de Chomsky (2013b) chocaban fuertemente con los postulados empiricistas. Por lo mismo, su objeto de estudio tenía que diferir del que tenía el estructuralismo. Cuando Chomsky (2007) quiso basarse en el modelo estructuralista para el estudio de la sintaxis se percató de que funcionaba bien para los fonemas y los morfemas pero no para las oraciones. En un sistema cerrado de oraciones podemos descomponerlas y enlistar los morfemas, fonemas y demás elementos lingüísticos para clasificarlos. Pero de manera contraria, con un número infinito de oraciones, que son las que podemos generar gracias a la capacidad creativa del lenguaje, se vuelve imposible clasificar dichas oraciones junto con los elementos que las componen. Como ya lo habíamos comentado, este modelo únicamente tomaría frases reales de la lengua, es decir aquellas que hayan sido emitidas por algún hablante, lo que deja sin lugar a las oraciones posibles. Y, suponiendo que se consideraran únicamente las frases reales de la lengua para su descripción, ¿cuál sería el criterio para seleccionarlas? Para Chomsky cualquiera que fuera el criterio elegido carece de sentido (Lyons, 1974). Si tomamos a ciertas oraciones como representativas y gramaticales, más allá de que la mayoría de las veces se trataría de frases nuevas, éstas corresponderían tan sólo a una ínfima parte de la lengua si se comparan con el número infinito de oraciones del lenguaje. b) El aspecto profundo del lenguaje El modelo de análisis en constituyentes inmediatos, al ser inmanentista, no puede prestar atención al aspecto profundo del lenguaje. Esta situación, desde el punto de vista de Chomsky (2007), deja sin lugar cuestiones fundamentales de la investigación lingüística. Una de ellas tiene que ver con interpretar correctamente las oraciones ambiguas. El análisis sintagmático será incapaz de asignar varias interpretaciones a frases que contengan más de un significado puesto que sólo se basará en el significado patente. Otro problema del método estructuralista para Chomsky (1999) tiene que ver con la explicación de las relaciones internas entre las oraciones. Si realizamos un análisis superficial de las frases “John is easy to please” (“Es fácil complacer a John”)3 y “John is eager to please” (“John está deseoso de complacer”) obtenemos que ambas tienen la misma estructura gramatical. Las dos frases se conforman de la secuencia nombre-cópula-adjetivo-verbo en infinitivo. Sin embargo, si estudiamos la relación que existe entre las categorías gramaticales, podemos darnos cuenta de que la función de “John” cambia entre una y otra frase. En la primera oración, “John” es el complemento directo del verbo “to please”, mientras 3 En la traducción de estas dos frases al español se pierde el sentido de lo que quiere demostrar el autor. que en la segunda, “John” es el sujeto del verbo “to please”. Los estructuralistas explicarían ambas frases de la misma manera. Estas y otras incapacidades del modelo estructuralista como las que mencionamos en el inciso anterior, llevaron a Chomsky (2013a) a repensar el estudio de la lingüística. Más que intentar analizar la mayor cantidad de oraciones posibles de la lengua de manera sintagmática, el autor pensó que el objeto de la lingüística debía ser el esclarecimiento de la forma general del lenguaje que subyace a cada emisiónparticular. Chomsky entiende la “forma general del lenguaje” como lo hacía Humboldt al hablar de “forma” como proceso generativo para la explicación de la naturaleza del lenguaje. Por lo que el resultado será un dispositivo generador de oraciones de forma infinita, que trataría los temas omitidos por el estructuralismo lo que a su vez formalizaría los rasgos implícitos de las gramáticas tradicionales no explícitas. Lo anterior se verá más claro en el apartado 1.5, donde se abordará a la gramática transformacional. 1.3 Revolución lingüística: objetivos de la teoría lingüística Como pudimos ver en el apartado anterior, Chomsky (1992) niega que la capacidad del lenguaje se adjudique únicamente a la experiencia. Más bien, sostiene que dicha facultad se debe primordialmente a un factor genético, y al medio ambiente, que contribuye a que éste se desarrolle adecuadamente. Es decir que “tiene que haber un entorno de estímulos suficientemente rico para que el proceso determinado genéticamente se desarrolle del modo como está programado para desarrollarse” (p.139). Así, la facultad del lenguaje tiene un origen genético, se hereda de padres a hijos, siendo específica y exclusiva del ser humano. Sin importar raza, sexo o cultura, los humanos poseen la facultad del lenguaje con pocas variaciones entre los mismos. Aun en casos de patologías severas existe dicha facultad. Si bien los animales se comunican y poseen algún tipo de lenguaje, el suyo tiene características totalmente distintas a las del lenguaje humano. Los animales utilizan algunos mensajes o códigos fijos para fines específicos dependiendo de los estímulos que marque el ambiente, pero no generan “mensajes nuevos” ni independientes de algún factor externo. Su lenguaje es finito y limitado. Al contrario, el del humano es libre e ilimitado. Aunque se le pueda enseñar a los chimpancés a dominar una gran cantidad de signos para comunicarse con las personas o entre ellos, el lenguaje humano y, en especial, nuestra sintaxis, es única (Smith, 2001). La propuesta de Chomsky (1992) se centra en que, si la facultad del lenguaje se presenta en la mente-cerebro del hablante nativo como un conocimiento inconsciente, ésta puede estudiarse experimentalmente como si se tratara de un órgano físico más. Así, el trabajo del lingüista debe hacer explícito tal conocimiento intuitivo por medio de reglas contenidas en una gramática. A continuación definiremos varios conceptos claves de la obra de Chomsky que nos ayudarán a entender de mejor manera su teoría. a) El estudio científico de la mente El estudio de la mente, específicamente de la parte que se ocupa del lenguaje, debe de obedecer a la metodología científica. La mente, al igual que el cerebro, debe de estudiarse bajo los principios de las ciencias naturales. Cuando Chomsky habla de mente, está hablando del cerebro con un nivel de abstracción. El autor se ocupa de la parte abstracta del cerebro pero espera que otras disciplinas trabajen de manera conjunta en la investigación, como la psicología y la biología, las cuales puedan encargarse de encontrar los mecanismos físicos que correlacionen la mente y el cerebro. La mente no se diferencia de la realidad física (Miranda, 2005). Chomsky (cit. en Miranda, 2005, p. 52) lo afirma de la siguiente manera: Existe una tarea común: descubrir la caracterización correcta de la facultad lingüística en su estado inicial, descubrir la verdad acerca de la facultad lingüística. Estas tareas se desempeñan en diferentes niveles: una caracterización abstracta en la teoría de la mente y una investigación sobre los mecanismos cerebrales en las ciencias del cerebro. En principio, los descubrimientos sobre el cerebro han de influir sobre la teoría de la mente y, al mismo tiempo, el estudio abstracto de los estados de la facultad lingüística ha de formular las propiedades que ha de explicar la teoría del cerebro y, con toda probabilidad, resulta indispensable en la búsqueda de esos mecanismos. En la medida en que se puedan establecer esas conexiones, el estudio de la mente, en particular de la lengua-I [con lengua-I, Chomsky se refiere a una lengua internalizada, es decir que está representada físicamente en el cerebro] quedará inmerso en el seno de las ciencias naturales. La gramática universal y la gramática particular son reales en la mente del sujeto que ha adquirido su lengua materna. En cambio, los enunciados exteriorizados, estudiados por los estructuralistas, no pertenecen al mundo real, puesto que, carecen de una base que sustente su investigación. A diferencia de la teoría de Chomsky, en donde, la gramática particular obtiene su fundamento de la gramática universal (Otero, 1984). b) Teoría general de la estructura lingüística: Gramática universal y particular Siguiendo la línea científica, Chomsky (2007) crea una teoría formal aplicada al lenguaje natural que da cuenta de las reglas gramaticales que subyacen a la lengua. Dicha teoría consta de una gramática universal común a todos los seres humanos y una gramática particular que dependerá de la experiencia lingüística de cada individuo. Esta teoría general o gramática universal de la estructura lingüística se comporta de la misma manera que una teoría científica. Es decir, se basa en un número finito de observaciones de las cuáles se realizan predicciones que mediante la comprobación empírica, forman leyes universales. Mientras que en la gramática particular, entendida como una teoría particular, habrá una relación entre las locuciones del corpus, las reglas gramaticales propias de la lengua y las reglas gramaticales universales. De manera conjunta, estos tres elementos sirven para predecir las oraciones que una lengua puede generar. Para formar una gramática general se deben de estudiar distintas gramáticas particulares prestando atención en las regularidades que existen entre ellas. Es así como se eligen sus datos de una manera abstracta de forma que no haya ninguna referencia específica a alguna lengua, lo cual se logra gracias al estudio formal del lenguaje. Chomsky ha afirmado que existen ciertas categorías fijas tales como el nombre y el verbo, entre otras, que son comunes en las distintas lenguas particulares por lo que sirven como estructura sintáctica subyacente de cada lengua. Entonces, la tarea fundamental de la teoría lingüística será crear una hipótesis de los universales del lenguaje que, por un lado, sea lo suficientemente rica para abarcar a todas las lenguas, pero que así mismo, sea restrictiva de forma que sólo haga caso de gramáticas reales y dé cuenta de la rapidez y la uniformidad con que se aprende el lenguaje. Recordemos que la gramática general será entendida como un dispositivo capaz de generar todas las oraciones de la lengua. Así que, de esta manera, este ingenio tiene como primer fin el generar oraciones gramaticales. Siguiendo este criterio se establecerán los principios de la teoría de tal forma que la gramática contendrá las reglas para crear únicamente oraciones gramaticales. Tales reglas serán las que le permitirán al hablante formar y entender cualquier frase. Las proposiciones que no cumplan con dichas reglas serán desviadas del modelo. Es decir, que nuestra mente/cerebro, que es en donde de alguna manera están inscritas tales reglas, no asignará interpretación alguna a tales frases agramaticales por lo que el sujeto detectará que son aberrantes. c) La tarea del lingüista: criterios de selección para las distintas gramáticas De acuerdo a Chomsky (2007), para seleccionar las distintas gramáticas particulares, que correspondan a la teoría general del lenguaje, se deben de cumplir tres criterios de adecuación y uno de evaluación. 1) Nivel de adecuación observacional: En este punto, las gramáticas deben de representar correctamente la estructura del lenguaje, por lo que correspondeal input del dispositivo. Este primer nivel de adecuación es el menos complicado de todos, sin embargo Chomsky argumenta que aun así la tarea es bastante difícil porque es muy frecuente encontrarse con emisiones agramaticales no tan fáciles de detectar y que no indican nada acerca de la naturaleza del lenguaje. 2) Nivel de adecuación descriptiva: Este nivel de adecuación es más alto que el primero y tiene como finalidad describir la competencia intrínseca del sujeto hablante considerando las oraciones que intuitivamente relaciona como gramaticales o agramaticales, equivalentes o ambiguas entre otras. Por lo que este criterio corresponde al output del dispositivo. 3) Nivel de adecuación explicativa: Este es el nivel más alto de los tres y es el que dicta que las gramáticas de las distintas lenguas deben formarse conforme a la teoría general de la estructura lingüística. Dicho criterio proporciona una explicación de la intuición lingüística del sujeto, por lo que corresponde al interior del dispositivo. Este tercer criterio también desarrolla un procedimiento de evaluación que permite seleccionar, entre varias gramáticas que cumplan con los requisitos dictados por la teoría general y que correspondan a un mismo corpus, a aquélla que más se aproxime a dicha teoría. Chomsky se enfoca en la idea central según la cual, las distintas gramáticas particulares son construidas sobre una misma base: la gramática universal. Es decir, no se limita a entender las lenguas particulares sino que se centra en la naturaleza general del lenguaje. De no existir estas condiciones de adecuación y evaluación no habría forma de elegir entre las distintas gramáticas existentes que corresponden a un corpus. La relación entre la gramática universal y las gramáticas particulares que se derivan de ésta, consiste en que la primera, por medio de sus reglas, permite evaluar y seleccionar a la segunda. Así, uno de los objetivos a cumplir por Chomsky debe ser la realización de una teoría general del lenguaje que abarque la mayor cantidad de lenguas posibles. Cada una de las gramáticas particulares tendrá que adecuarse obligatoriamente a la forma dictada por la gramática universal. De esta manera podemos ver que Chomsky (2007) no se limita al nivel observacional, como lo hacen los estructuralistas, sino que, al abarcar los tres niveles explicados más arriba, desarrolla una explicación de las descripciones observadas de los datos lingüísticos. d) La tarea del niño: criterios de selección para las distintas gramáticas Algo que se ve en la teoría de Chomsky (2007), es cómo la tarea que realiza el lingüista al seleccionar la mejor gramática correspondiente a un corpus, es en cierta forma, equivalente a la que realiza el niño al adquirir su lengua. Proceso que se evidencia con la manera ambigua en que Chomsky utiliza el término “gramática”, ya sea para referirse a la gramática interna que posee el niño o para mostrar la interpretación que el lingüista hace de la misma. Al igual que el lingüista, el niño construye una gramática. El primer paso consiste en observar su lengua, las emisiones lingüísticas de todas las personas que le rodean que implican tanto oraciones bien-formadas como no-oraciones. A partir de esos datos, la mente del niño puede elaborar una estrategia para seleccionar una gramática que corresponda con aquellos datos. La forma general del lenguaje es la que le permite acceder a dicha estrategia para valorar entre las distintas gramáticas que tienen una forma permisible. Chomsky (1999) lo explica de la siguiente manera: “Para el lingüista, como para el niño que está aprendiendo la lengua, el problema es determinar con los datos del uso el sistema de reglas subyacente que el hablante-oyente domina y del que se vale en la actuación concreta.” (p. 6) El hecho de que el niño genere frases gramaticales a pesar de que los datos con los que cuenta casi siempre sean frases incompletas, simplificadas y con errores gramaticales revela dos aspectos. El primero es que el niño se encuentra en gran desventaja frente al lingüista porque éste último idealiza los datos de tal manera que no se enfrente con los fallos de memoria y distracciones habituales de la gente a la hora de hacer uso del lenguaje, lo cual le facilita enormemente el trabajo (Otero, 1984). Por otro lado, el que el niño tenga datos deficientes en el momento de adquirir el lenguaje demuestra que su lengua no fue producto de una generalización inductiva, es decir que el niño no infiere sus propias frases de las emisiones particulares que escuchó, como lo consideraban los estructuralistas. Para Chomsky (1992), el niño “conoce” mucho más de lo aprendido. Entonces, el trabajo del niño, al igual que el del lingüista, consiste en dar con la mejor gramática de acuerdo a los datos que le corresponden y a su teoría general del lenguaje. La gramática elegida le permitirá al niño explicar tales datos, es decir, diferenciar las emisiones gramaticales de las no gramaticales, asignarle varias interpretaciones a las oraciones ambiguas, etc. Chomsky argumenta que si la gramática universal no fuera la responsable de determinar la forma de las distintas gramáticas particulares, el niño no tendría la capacidad para aprender ninguna de las lenguas existentes. Cabe señalar que una diferencia importante entre la manera de proceder del lingüista y el niño es, que mientras que el primero construye la teoría general del lenguaje de forma consciente, el segundo lo hace de forma inconsciente. e) Simplicidad A los criterios de adecuación de datos y de generalidad utilizados para la evaluación entre las distintas gramáticas, Chomsky (2007) agrega un cuarto: la simplicidad. Este criterio se refiere a la conformación interna del modelo. Podemos decir que la gramática transformacional es más simple y por lo tanto más poderosa que la gramática estructuralista. Las dos pueden llegar a los mismos resultados, sin embargo la primera, gracias a sus transformaciones, requiere menos pasos. Neil Smith (2001) argumenta que la simplicidad de una teoría tiene más que ver con el hecho de acercarse lo mejor posible que se pueda al propósito de una teoría gramatical, que es, la adquisición del lenguaje. Es así como la teoría transformacional es más simple porque sus constructos pueden ser eliminados de las gramáticas particulares para atribuirlos a principios generales, los cuales logran explicar la adquisición del lenguaje. Gracias al carácter científico de los postulados chomskyanos, hay que recordar que tanto la teoría general como las gramáticas particulares, están en continuo cambio. Las teorías se aceptan provisionalmente hasta que las pruebas empíricas exijan su renovación. En palabras de Chomsky (2007): (…) ni la teoría general ni las gramáticas particulares quedan fijadas para siempre. El descubrimiento de hechos nuevos sobre lenguas particulares o de iluminaciones puramente teóricas sobre la organización de los datos lingüísticos, es decir, de nuevos modelos de la estructura lingüística, pueden resultar en revisiones y progreso. En cualquier momento podemos intentar formular, lo más precisamente que sea posible, tanto la teoría general como el conjunto de gramáticas asociadas a ella que tienen que satisfacer las condiciones de adecuación externas, empíricas (p. 69). f) La autonomía de la sintaxis La teoría gramatical de Chomsky está basada primordialmente en la sintaxis. Para poder estudiar la mente de manera científica, Chomsky se ocupa de aquellos aspectos del lenguaje, que puedan ser abordados mediante teorías lógico- matemáticas. Lo que da como resultado que la sintaxis se estudie de forma independiente de otros aspectos del lenguaje como son la semántica, la intencionalidad, la decisión voluntaria, etc. El crear una teoría general de la intencionalidad del lenguaje según Chomsky (2013c)es científicamente inalcanzable. El hecho de que se pueda estudiar la sintaxis aisladamente de la semántica, para Chomsky (2013c), demuestra que la semántica no determina la organización de la sintaxis. Sin embargo, para entender la semántica se necesita de la sintaxis, puesto que su estructura gramatical profunda es la que determina el significado de una oración. Lo mismo sucede con la fonología, es la estructura sintáctica superficial la que determina el sonido de una oración. Lo anterior quedará más claro en el apartado 1.5 del capítulo en dónde explicaremos las funciones de la estructura profunda y la superficial. Por lo tanto, la importancia en el modelo recae en la sintaxis, es así que la semántica y la fonología serán componentes secundarios estudiados de manera aislada, siempre teniendo como base la sintaxis. Investigar aisladamente la sintaxis es uno de los postulados que Chomsky conserva de sus antecesores estructuralistas. Como bien dice Lyons (1974), “(…) las opiniones generales acerca de la teoría lingüística, tal y como vienen presentadas en Syntactic Structures (donde la teoría chomskiana es predominantemente sintáctica) coinciden en muchos aspectos con las sostenidas por otros miembros de la escuela bloomfieldiana y especialmente por Zellig Harris” (p. 39). La diferencia radica en que para Chomsky el estudio de la sintaxis va a tener una finalidad distinta a la de sus antecesores. Mientras que éstos se encargaban únicamente de analizar sintácticamente el lenguaje externo y superficial, Chomsky prestaba mayor atención al lenguaje interno y profundo. Para dicho autor, la investigación del lingüista debe de empezar con el lenguaje externo, las expresiones estructuradas, pero sólo si después se sigue con el análisis del lenguaje interno, sobre la naturaleza de la facultad del lenguaje. g) Modularidad Para Chomsky, la mente es concebida como un sistema de módulos donde el componente gramatical es considerado uno de ellos. Dicha hipótesis refuerza la idea de estudiar la sintaxis de manera autónoma sin que esto se deba únicamente a restricciones metodológicas. Digamos que la mente no es entendida como un órgano que realiza indiferenciadamente distintas tareas sino que está dividida en módulos especializados. Cada uno de esos módulos está regido por principios propios por lo que obedecen a una estructura y organización específica determinada genéticamente. Los módulos pueden interactuar entres sí pero al tener cada uno características propias se les puede estudiar de manera aislada como en el caso del sistema circulatorio o el visual. Otros ejemplos de módulos para Chomsky son la aptitud para reconocer rostros, la aptitud para determinar la personalidad de otra persona, poder reconocer una melodía, etc. Cada uno de estos dominios está determinado por un sistema de reglas propio, representado físicamente en el cerebro (Miranda, 2005). Es importante recalcar que aunque estos módulos estén determinados genéticamente, necesitan del ambiente para su correcto desarrollo. Es decir, que en el caso de la vista, se necesita estar expuesto a la luz, los contornos, las direcciones y la profundidad para que ésta suceda de manera normal. En el lenguaje, el hecho de que se hablen distintos idiomas, nos demuestra que hay una parte del lenguaje que es aprendida. Aunque sea universal el que todas las lenguas se compongan de un sujeto, verbo y objeto, el orden en que estos elementos se acomodan debe ser aprendido, puesto que varía dependiendo del idioma. Desde la perspectiva chomskyana, el niño seleccionará las reglas que correspondan a su lengua nativa dentro de las opciones que le proporciona su gramática estructural. Si se pueden aislar los distintos componentes del lenguaje para su investigación, podemos esperar que suceda lo mismo con facultades distintas al lenguaje. Por estos motivos, Chomsky estudia al lenguaje como un módulo aparte de la inteligencia o de otras facultades. Esta ideología difiere de la adoptada por Jean Piaget (1896-1980) epistemólogo, psicólogo y biólogo suizo, creador de la epistemología genética, quien considera que la mente se desarrolla como un todo. Para Piaget, la habilidad de “conservación”, es decir, la capacidad que tiene un niño de saber que la cantidad de agua de un vaso bajo y ancho no cambia cuando se le vierte en un vaso delgado y alto, es requisito previo para la adquisición y posesión de una lengua. Sin embargo, para Chomsky esta idea es errónea, puesto que el hecho de que un niño a los cuatro años no posea tal habilidad no impide que tenga un gran dominio de las reglas de su gramática. Lo anterior se debe a que no existe relación con la habilidad de conservación, o de formación de series (colocar objetos de forma ascendente de tamaño) con el tipo de conocimiento de la gramática que posee (Otero, 1984). Gracias a diversas patologías se han encontrado varios casos de disociación. Por ejemplo, se puede ser sordo sin ser ciego, o ser ciego sin ser sordo. En el caso del lenguaje existen dos patologías que comprueban su independencia con respecto a la inteligencia. Una muestra de aquello sucede con los niños que padecen el síndrome de Williams ya que presentan un coeficiente intelectual entre 40 y 50, es decir por debajo de lo normal, pero no tienen dificultad para usar estructuras lingüísticas complejas. Por otro lado existe el Trastorno Lingüístico Específico (TLE) en donde los niños que lo padecen tienen grandes dificultades para aprender procesos lingüísticos que caracterizan al lenguaje adulto, y que los niños de su edad no tienen, pero presentan una inteligencia normal (Smith, 2001). Sin embargo, Ezcurdia (2013) argumenta que el hecho de que haya disociaciones en el funcionamiento de los hemisferios cerebrales en quienes padecen patologías, no explica el desempeño del cerebro en personas normales. Porque en general, el funcionamiento del cerebro de los primeros es diferente al de los segundos. Asimismo investigaciones recientes que incorporan a la genética, han concluido que si bien existe un gen (FOXP2, que está en el cromosoma 7) que se relaciona con las funciones lingüísticas, también es cierto que, al vincularlo con quienes padecen el TLE no sólo presentan problemas al hablar sino que añaden entre otros, complicaciones auditivas, motrices y de comportamiento. Esto lleva a varios autores (Tallal et al. y Bishop, citados en Ezcurdia) a cuestionar la propuesta de Chomsky de estudiar la gramática universal como un módulo. Para Chomsky, el hecho de que cada módulo que contiene la mente se comporta de la misma manera, es decir que se rige por principios propios, lo lleva a proponer que se estudien con el mismo método hipotético deductivo que él utiliza para investigar al lenguaje. Otero (1984) plantea que “en principio, cualquier dominio mental autónomo puede ser investigado a la luz de la metodología chomskiana” (p. 83). h) Competencia versus actuación Ahora bien, la gramática no es únicamente considerada como una teoría gramatical sino que es más bien un modelo de la competencia. Recordemos que la teoría particular y la teoría general, para Chomsky son reales en la mente- cerebro del sujeto hablante. Es decir que es el conocimiento que el hablante y también oyente posee sobre su lengua así como es representado por la gramática generativa (Otero, 1984). Lo que hace Chomsky es explicitar dicho conocimiento que el sujeto tiene implícito. La explicación de este conocimiento se presenta como un dispositivo o una máquina que funciona mediante una entrada (input) y una salida (output). El input recibe instrucciones en forma de reglas sobre la construcción de oraciones gramaticales y por medio del output se obtiene el resultado de dichas oraciones acompañadas de su descripción estructural. Christian Nique (1980) lo ejemplifica de la siguiente forma:Input constitución Output (instrucciones) de oraciones oraciones realizadas Fig. 3 Forma de la Gramática Generativa Para evitar equivocaciones sobre el objeto de estudio de Chomsky es muy importante diferenciar entre la competencia, las reglas de la lengua que el hablante “conoce” y la actuación, las locuciones que éste emite en la vida diaria. La diferencia radica en que la competencia es un dispositivo de información programada en nuestra mente-cerebro de manera innata. Ese conocimiento de la lengua es el mismo entre los distintos individuos mientras que la actuación, el hacer uso de tal dispositivo, es diferente en cada persona. Aunque dos sujetos se hayan criado bajo las mismas condiciones y tengan el mismo conocimiento de la lengua, difícilmente su uso será el mismo. Así, lo que permanece estable entre una persona culta que se exprese de manera elocuente y una persona ignorante con un uso vulgar de la lengua, será su competencia. De acuerdo a lo anterior una persona puede mejorar su habilidad para usar la lengua sin alterar su conocimiento de la misma. Es decir, el conocimiento de la gramática, en cuanto a la sintaxis, la semántica y la fonología en cada persona, no se modifica. Sin embargo, al emplear una lengua no tenemos únicamente el conocimiento sobre sus reglas de estructura, sino que, sabemos cómo emplearla dependiendo de la ocasión. No nos expresamos de la misma manera cuando estamos con amigos o en una comida familiar. Tampoco hablamos igual en una iglesia, en el aula, en el funeral, etc. Estas reglas no forman parte de la competencia, sino de la actuación, porque dependen del uso que uno le da a la lengua, y por lo tanto son materia de la pragmática. Según Chomsky (1999), para hacer una correcta teoría de la actuación, hay que entender primero la teoría de la competencia. Por otro lado, aspectos de la actuación, como el uso de la lengua, las hipotetizadas disposiciones para responder, al igual que los datos proporcionados por la introspección, ofrecen información para la determinación de la competencia. Sin embargo, puesto que el autor se basa en una teoría formal, la actuación y la pragmática no pueden ser el objeto principal de la lingüística si ésta busca la cientificidad. Es importante también no confundir el conocimiento con la capacidad o aptitud. Es decir, que la capacidad de ejercer determinada lengua tiene que ver con el conocimiento que se posee sobre la misma, pero este conocimiento no se basa en aptitudes. Podemos tener el conocimiento de una lengua sin tener la capacidad para usarla. Por ejemplo, no es lo mismo el conocimiento que se tiene sobre manejar un auto a ejercer dicho conocimiento. Supongamos que una persona que sabe manejar un auto sufre un accidente que le imposibilita mover las piernas y los brazos. Esta persona perderá la habilidad o la destreza para manejar, pero su conocimiento sobre cómo manejar quedará intacto. Tan es así que, si recupera la movilidad de sus extremidades, volverá a manejar sin ningún tipo de instrucción. Pero es claro que regresará a manejar un auto y no un avión, porque el conocimiento adquirido es específico para el manejo del auto. Ahora bien, el conocimiento de una lengua se halla en un nivel más abstracto que la capacidad. En resumen, la facultad del lenguaje tiene la cualidad de crear estructuras cognitivas pero no una capacidad para actuar. Para Chomsky (1979) “la capacidad” tiene más que ver con la conducta, es decir con la actuación. Considerar la competencia como una capacidad imposibilitaría adentrarse al estudio de lo realmente relevante científicamente, la mente. Digamos que la competencia contiene las reglas que permiten crear todas las oraciones correctas de la lengua en cuestión, oraciones gramaticales. Ese es el armamento con el que se cuenta ya al nacer, independientemente del ambiente. Ahora bien, al emplear el conocimiento en la vida cotidiana es muy fácil que caigamos en aberraciones y por lo tanto generemos frases agramaticales. Esto se debe a que generalmente los seres humanos tenemos muchas limitaciones al estar expuestos a múltiples circunstancias. Algunas de esas limitaciones serían el cansancio, la atención así como fallos en la memoria, distracciones, etcétera. Lo que no queda siempre claro acerca del funcionamiento de la competencia es la siguiente cuestión: ¿Por qué si nacemos con un dispositivo que contiene reglas para generar únicamente frases gramaticales, al usarlo se emplean frases agramaticales? Lyons (1974) responde a esto usando una analogía con las matemáticas. Argumenta que si una persona comete equivocaciones al realizar una ecuación, se dice que tiene errores de actuación, o sea errores en la aplicación de las reglas. A nadie se le ocurriría adjudicarle dichos errores a las reglas. Entonces es posible que el hablante genere oraciones agramaticales o que tenga dificultades para entender oraciones gramaticales. No hay que olvidar que el modelo funciona de la misma manera, tanto para generar como para comprender oraciones. Como bien argumenta Smith (2001), no hay razón para pensar que el conocimiento que usamos para construir una frase sea muy distinto al que recurrimos para descodificar los enunciados que escuchamos, nadie puede hablar solo un idioma y entender solo otro idioma distinto. La actuación es hacer uso de la competencia, pero la primera sólo es reflejo de la competencia cuando se investiga a un sujeto idealizado, como lo hace Chomsky. Fuera de toda idealización, cada aspecto tiene funciones específicas por lo que deben de estudiarse de manera independiente. Para Chomsky, la actuación es más bien tema de estudio de la psicología o de la pragmática, pero no del lingüista, si la meta es realizar una investigación científica. Al no diferenciar entre un modelo de la competencia y el uso que el hablante le dé a la competencia, se han creado muchas confusiones en torno a la teoría de Chomsky. El funcionamiento de las reglas gramaticales, las derivaciones que se hacen en la gramática, no implican el modo de proceder del sujeto hablante. Estos aspectos corresponden a la teoría de la actuación, la gramática generativa no es un modelo perceptual o productual del hablante. Sin embargo, Chomsky opina que una buena teoría de la actuación deberá incorporar a la competencia del hablante. i) Aceptabilidad versus gramaticalidad Ahora que ya definimos los conceptos de competencia y actuación podemos relacionarlos con la gramaticalidad y la aceptabilidad. La aceptabilidad es un concepto de la teoría de la actuación mientras que la gramaticalidad se vincula con la teoría de la competencia. Podemos afirmar que si un enunciado es aceptable por la mayoría de los hablantes nativos, considerado como correcto y utilizado frecuentemente, no significa forzosamente que éste sea gramatical. De manera contraria, si una oración es gramatical, es decir, que cumple con las reglas que dicta la competencia, no quiere decir que ésta sea aceptable y utilizada por los hablantes nativos. El hecho de que una persona genere y reconozca enunciados no se basa en nociones estadísticas. Chomsky aclara que las oraciones que “pueden existir” o aquellas que son “posibles” nada tiene que ver con que se les denomine gramaticales. Lo que ocurre es que debido a la complejidad de la lengua, los estructuralistas acostumbraban relacionar lo “posible” con lo “altamente probable” y lo “probabilidad cero y de probabilidades extremadamente bajas” por “imposible” y de ahí distinguir entre gramatical y agramatical. Esta idea es totalmente incorrecta puesto que se delimita el análisis estructural a una estadística incompleta (Lyons, 1974). De ahí deriva la diferencia entre la gramática descriptiva y la gramática prescriptiva.
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