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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
DESCRIPCIÓN DE LOS EFECTOS DEL CONSUMO DE 
ALCOHOL EN LA CONDUCTA DEL SUEÑO 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
P R E S E N T A: 
ROCIO REYES PÉREZ 
 
DIRECTOR DE TESIS: D. EN C. FRUCTUOSO AYALA GUERRERO 
 
REVISORA DE TESIS: DRA. LYDIA BARRAGÁN TORRES 
SINODAL: LIC. LETICIA BUSTOS DE LA TIJERA 
SINODAL: MTRA. LETICIA ECHEVERRÍA SAN VICENTE 
SINODAL: MTRO. MIGUEL ÁNGEL MEDINA GUTIÉRREZ 
 
 
 
 
 ABRIL 2016 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 DEDICATORIA 
Para mi familia 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A mi familia, por la confianza, el apoyo y cariño incondicional para finalizar esta y todas 
las metas de mi vida. 
A la UNAM y la Facultad de Psicología por todas las oportunidades que me dio y las 
puertas que me abrió y me sigue abriendo con ellas. 
Al Dr. Fructuoso por la oportunidad de trabajar con él y aprender acerca del mundo del 
sueño. 
A todos mis amigos y seres queridos por su cariño, siempre animándome y apoyándome 
para concluir este proyecto. 
A los sujetos que participaron en esta investigación, por su cooperación, su tiempo y 
generosidad para conmigo y con este proyecto. 
A Dios por todas las cosas maravillosas que me ha dado, incluida la oportunidad de llegar 
hasta aquí. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ÍNDICE 
 
Capítulo 1: El Alcohol 
1.1 Historia del consumo de alcohol…………………………………………….…………….…4 
 
1.2 El consumo de alcohol en México…………………………………….……………………..9 
1.3 La estructura del alcohol………………………………..……………….…………….…....12 
1.4 Efectos del alcohol…………………………………………………………………………...13 
1.4.1 Baja concentración de alcohol……..………………...……………………………15 
1.4.2 Media concentración de alcohol……..……………………………………………15 
1.4.3 Alta concentración de alcohol……………………………………..………………16 
1.4.4 Efectos en el organismo……………………………………………………………...17 
1.4.5 Efectos neurológicos………………………………………………………………….19 
1.5 Clasificación de los niveles del consumo de alcohol………………………….………….21 
 
Capítulo 2: Sueño 
2.1 Características del sueño………………………………………….………………………..24 
2.2 Anatomía funcional del sueño………………………………………………………………28 
2.3 Evaluación del sueño………………………………………………………...………………30 
2.4 Factores del sueño……………………………………………………………….…………..32 
2.4.1 Cantidad de sueño……………………………………………………………………32 
2.4.2 Calidad de sueño…………………………………………………………….………..34 
2.4.3 Hábitos de sueño………………………………………….…………………………..35 
2.4.4 Diferencias de género………………………………….……………………………..37 
2.4.5 Edad……………………………………….……………………………………………38 
2.5 Trastornos de sueño en México…………………………………………………………….39 
 
 
 
Capítulo 3: Metodología 
3.1 Justificación……………………………………………………………………………….…..46 
3.2 Objetivos………………………………...…………………………………………………….47 
3.2.1 General………………………………………………………………………………...47 
3.2.2 Específicos…………………………………………………………………………….47 
3.3 Hipótesis……………………………………………………………………………………….47 
3.4 Variables…………………………………………………………………….………………...48 
3.4.1 Variables independientes……………………………………….…………………...48 
3.4.2 Variables dependientes………………………………………………………….…..48 
3.5 Tipo de estudio y diseño……………………………………………………………….……49 
3.6 Muestra………………………………………………………………………….…………….49 
3.6.1 Selección de la muestra……………………………………………………………...49 
3.6.2 Criterios de inclusión y exclusión……………………………………………………50 
3.6.3 Consideración éticas……………………………………...………………………….50 
3.7 Escenario……………………………………………………………………………….……..50 
3.8 Instrumentos…………………………………………………………………………….…….51 
3.9 Procedimiento…………………………………………………………………………………53 
3.10 Análisis estadístico…………………………………………………………………….……54 
Capítulo 4: Resultados…………………………………………………………..…………….…55 
Capítulo 5: Discusión………………………………………………………………………….....60 
Conclusión......................................................................................................................... 63 
Anexo 1….……...………………………………………………………………………………….66 
Anexo 2…………………………………………………………………………………………….69 
Bibliografía…………………………………………………………………………………………87
 
 
 
1 
 
Resumen 
Desde sus inicios la humanidad ha tenido interés en el consumo de distintas 
sustancias que alteran la conciencia, entre estas se encuentra el alcohol. 
Aunque en un inicio el consumo no era bien visto, con el tiempo éste fue aceptado 
por la sociedad, lo que amplió su incidencia y llevo posteriormente a que se 
convirtiera en un problema de salud para la sociedad por la dependencia que 
empezaron a desarrollar consumidores frecuentes y las consecuencias negativas 
que se ocasionaron en su estado de salud (Sociedad Española de Toxicomanías, 
2003). 
Una de las consecuencias negativas del alcohol en la salud es la afección en el 
periodo de sueño que va desde quejas acerca de una pobre calidad de sueño, 
despertares frecuentes, sudoración, sequedad de boca hasta exacerbación en 
casos de apnea obstructiva y fragmentación del sueño (Sierra, Jiménez & Martín, 
2002, Gómez, Hernández, Rojas, Santacruz, Uribe, 2008). Lo anterior es 
importante ya que la óptima calidad de sueño se ha relacionado con un buen 
estado de ánimo y una sensación de bienestar físico, lo que a su vez favorece un 
buen desarrollo de las actividades diurnas (Pilcher, Ginter y Sadwsky, 1997 citado 
en Miró, Cano & Buela, 2005). 
Sin embargo en México los hallazgos de alteraciones de sueño están enfocados 
en aquellos consumidores que han desarrollado dependencia a esta sustancia, por 
lo anterior es importante desarrollar investigación acerca de los problemas de 
sueño ocasionados en aquellas personas que tienen un consumo frecuente y en 
algunas ocasiones de riesgo de alcohol, sin llegar aún al punto de haber 
desarrollado dependencia. 
Aproximadamente 30 por cierto de la población sufre algún trastorno de sueño, 
siendo los problemas principales, insomnio, somnolencia diurna excesiva y apnea, 
mejor conocida como ronquido durante el sueño. Conjuntamente, en nuestro país 
según la Encuesta Nacional de Adicciones (2011) hay 27 millones de mexicanos 
consumidores de alcohol entre los 18 hasta los 65 años, por lo que analizar las 
 
2 
 
consecuencias que tiene el consumo de alcohol en el descanso puede ayudar a 
prevenir algunos trastornos de sueño, lo que a su vez estaría previniendo efectos 
negativos en el estilo de vida de quien padece estos trastornos. 
El primer paso para llegar a contribuir en los beneficios anteriormente señalados 
es dar a conocer las características de sueño en personas con un consumo de 
riesgo de alcohol, que no han llegado aún a desarrollar dependencia, ese es el 
objetivo principal de esta investigación. Para lo cual se planteó que existen 
diferencias en rubros tales como hábitos de sueño, calidad de sueño, problemas 
para dormir, problemas de sueño excesivo, ronquido, estimación subjetiva de 
sueño y estado afectivo, entre un grupo que tiene un consumo de alcohol de 
riesgo y un grupo de personas que no suele consumir esta sustancia. 
En este estudio se reportaron resultados de 30 personas que van desde los 22 
años hasta los 40 y que fueronreclutadas por invitación personal o a través de 
sujetos conocidos, se consideraron 15 para el grupo control y 15 para el grupo 
experimental, los criterios de inclusión para el grupo experimental fue un puntaje 
mayor a 8 que se toma como indicador de consumo de riesgo o consumo 
perjudicial, así como de una posible dependencia de alcohol en el Cuestionario de 
Identificación de los Trastornos debidos al Consumo de Alcohol, (AUDIT) que es 
un instrumento que ayuda a identificar un patrón de consumo de riesgo o 
perjudicial de alcohol, las personas que no consumían alcohol o que presentaron 
un puntaje menor a 8 en este mismo cuestionario, fueron incluidas en el grupo 
control, posteriormente a los dos grupos se les pidió contestar el Inventario para 
Detección de Trastornos del Dormir, el cual es un cuestionario que identifica las 
características de sueño en los tres meses previos a la aplicación del mismo. 
Una vez seleccionados los sujetos se les explicó en qué consistiría la investigación 
y de estar de acuerdo y cumplir con los criterios de selección se les proporcionaba 
el inventario de sueño, en la aplicación del mismo se explicaba brevemente cuales 
son las partes que componen el inventario y el tipo de preguntas. A partir de las 
respuestas se realizó un análisis y un cotejo del grupo control en comparación con 
el grupo experimental. Para el análisis de respuestas tipo ordinal se utilizó la 
 
3 
 
prueba T para muestras independientes, mientras que para las respuestas de tipo 
nominal se utilizó Chi cuadrada. 
Dentro del análisis se mostró que los dos grupos eran similares en cuanto a rango 
de edad y escolaridad, mientras que se encontraron diferencias en el puntaje de 
AUDIT. Además se encontraron diferencias significativas en los rubros 
correspondientes a los hábitos de sueño, ronquido y la estimación subjetiva de 
sueño. En el estudio se encontró también que además de alcohol, consumen de 
manera más frecuente nicotina ya que son fumadores. 
Las diferencias encontradas en estos rubros son importantes debido a que se 
relacionan con dos de los trastornos de sueño que se presentan con más 
frecuencia en México, lo que contribuye al conocimiento de las consecuencias del 
consumo de alcohol y a su vez a las secuelas en el sueño y en la calidad de vida 
de quienes lo consumen. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
CAPITULO 1: EL ALCOHOL 
 
1.1 HISTORIA DEL CONSUMO DE ALCOHOL 
 
A lo largo de la historia de la humanidad, ha estado presente el consumo de 
sustancias que provocan una alteración en la conciencia tales como el alcohol. 
Entre las razones principales por las que se les ha utilizado, están los motivos 
religiosos, debido a que esta alteración de la conciencia se consideraba un 
facilitador para “comunicarse” o “estar en contacto con diferentes deidades”, 
asociándose a formas distintas de conocimiento o espiritualidad en diferentes 
rituales místicos, por ejemplo en la Grecia antigua se utilizaba alcohol en los cultos 
al Dios Baco, mientras que actualmente en algunas ceremonias religiosas se 
consume alcohol con el fin de acercarse a algún Dios (Sociedad Española de 
Toxicomanías, 2003). 
A pesar de la percepción positiva que se tenía acerca del consumo del alcohol, 
también desde hace ya muchos años el alcohol ha sido una sustancia 
problemática debido al exceso de su consumo. Las primeras civilizaciones donde 
están registrados algunos efectos negativos relacionados con el consumo de 
alcohol, datan de hace veinte o treinta mil años y son la civilización egipcia, la 
griega y la romana, entre algunas otras. 
Debido a lo anterior el efecto de alcoholización es un fenómeno que recorrió todos 
los continentes, pasando por Europa y terminando en América. Además de que el 
uso del alcohol se extendió, también su forma de uso y preparación evolucionó en 
cada lugar; en principio el alcohol tenía una forma de consumirse bastante 
elemental, ya que aparentemente se elaboraba mediante procesos fermentativos 
sencillos; se mezclaban básicamente una porción variada de cereales, uva o 
manzana y de esta manera se obtenía vino, cerveza o sidra, posteriormente se 
utilizó la destilación y otras formas de preparación, de hecho fue a partir de la 
Edad Media cuando heredado por los árabes se empezaron a usar las técnicas de 
 
5 
 
destilación por medio del alambique para obtener lo que ellos llamaban “alcohol”, 
que para ellos era “espíritu del vino” (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
En México hubo probablemente uno de los grupos más antiguos en consumir una 
bebida embriagante, la tribu Azteca quien consumía “Octli” lo que hoy se conoce 
con el nombre de pulque, este consumo se daba en ceremonias y ocasiones 
especiales por lo que no lo consumía cualquier persona ni tampoco en cualquier 
momento; lo anterior cambia con la llegada de los Españoles que provocó que el 
“Octli” perdiera su condición, pasando de ser una bebida de consumo ocasional a 
convertirse en una bebida de consumo habitual, bastante común y popular que 
para entonces tomó el nombre de pulque (Molina, Berruecos, & Sanchez,1985). 
Debido a las diversas secuelas que tiene el consumo de alcohol, a lo largo de la 
historia también se han analizado los efectos de su empleo. Algunos de los 
efectos encontrados fueron positivos, por ejemplo en la medicina hipocrática se le 
concedió un papel importante en la conservación de la salud y como sustancia 
terapéutica. En uno de los tratados hipocráticos llamado “El uso de los líquidos” 
se escribe lo siguiente “El vino dulce empleado sin interrupción es beneficioso 
contra las heridas que duran mucho tiempo y también para ayudar a beber los 
medicamentos. El vino astringente blanco o tiento es beneficioso, frío sobre las 
llagas, frío a causa del calor.”(La medicina hipocrática, 1976 citado en Sociedad 
Española de Toxicomanías, 2003). 
Desde la Antigüedad Clásica hasta comienzos de la Edad Moderna hay evidencia 
de que su consumo era frecuente en la población, lo cual se consideraba 
beneficioso, de hecho en toda la Europa el alcohol empezó a usarse como un 
remedio terapéutico, su consumo realmente empezó a popularizarse hasta el siglo 
XVI, cuando se concedieron por primera vez autorizaciones para algunos gremios 
destiladores permitiéndoles fabricar distintas bebidas conocidas como “bebidas 
espirituosas” tales como el aguardiente, lo anterior parece un punto clave en la 
historia del consumo del alcohol, debido a que es en este punto cuando realmente 
hay un cambio en la distribución del alcohol hacia la población, tomando en cuenta 
 
6 
 
no solamente que se empezaría a producir en masa, sino además que esta 
producción y distribución se haría de manera totalmente legal. 
Los laboratorios de alquimia y destilación alcanzaron gran importancia a lo largo 
del siglo XVI, por la producción de aguardientes, lo cual fue uno de los factores 
que aumentó su consumo ya que su venta se empezó a difundir tanto en plazas 
como en mercados, lugares aún más públicos que las boticas donde 
anteriormente fue donde se distribuyó. De modo que el consumo fue aumentando 
y empezaron a manifestarse problemas sociales por el consumo de este producto 
debido además a que las formas de destilación iban cambiando para mejor y la 
variedad de las mismas también era más amplia (Sociedad Española de 
Toxicomanías, 2003). 
Entre los factores sociales que contribuyeron al incremento en el consumo de 
alcohol, están; la expansión en Europa de las distintas destilerías, el crecimiento 
demográfico que se da de la clase obrera debido a los centros de crecimiento 
industrial, la mejora de las técnicas de producción y comercialización del vino, 
siendo uno de los lugares más populares las llamadas Tabernas en las que por 
aquellos tiempos sólo entraban hombres y en las cuales debido al abuso del 
alcohol se daba un ambiente dañino, llegando a asociarseeste tipo de lugares con 
enfermedades, ruina, violencia e incluso hasta delincuencia por lo que su 
popularidad creció exponencialmente en forma negativa (Sociedad Española de 
Toxicomanías, 2003). 
Por lo anterior la visión de los efectos del alcohol fue cambiando paulatinamente, 
debido a que a pesar de que se reconocían los efectos benéficos que tenía un 
consumo moderado, también se empezaron a reconocer sus efectos negativos, 
como el cambio en el sentido y la conciencia, el efecto de olvido a largo plazo, 
entre otros. Su consumo no se consideró alarmante sino hasta finales del siglo 
XVIII y a comienzos del siglo XIX, cuando se empezaron a notar efectos en 
extremo negativos, probablemente el primero en escribir sobre este tipo de efectos 
en el consumo de tal sustancia fue el médico de cámara del Emperador Carlos V a 
comienzos del siglo XVI (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
 
7 
 
Los médicos empezaron a preocuparse por la forma de consumo y las 
consecuencias que conllevaba y tal preocupación fue esparciéndose a distintos 
ámbitos en la población, como la política y la economía (Sociedad Española de 
Toxicomanías, 2003). 
Una de las consecuencias más populares era el llamado delirium tremens (Sutton, 
1813 citado en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Al darse cuenta que 
el alcohol estaba provocando un problema de salud en tantas personas, este 
problema dejo de ser sólo algo familiar y privado para pasar a ser un problema 
social y laboral, esto último debido a todos los problemas generados en la vida 
diaria de una persona alcohólica (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
Debido a lo anterior el gobierno de la época decide empezar a cerrar las Tabernas 
más temprano, con lo que restringen en gran medida la comercialización del 
alcohol, sin embargo hay datos de que aún cuando el consumo de esta sustancia 
no era tan fuerte, tal bebida era adulterada por lo que causaba aún más estragos 
de los que normalmente causaría una forma de beber como la de aquella época 
(Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
 “La primera consideración estrictamente médica del alcoholismo crónico como 
enfermedad que recoge la historiografía aparece en la obra del médico sueco M. 
Huss (Campos, 1997, citado por Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). En 
su obra lo define como “una intoxicación progresiva, dependiente de la absorción 
directa del tóxico por la sangre o de la alteración de ésta. Este tóxico actuando sea 
como cuerpo extraño, sea como desorganizador, ejerce secundariamente sobre el 
sistema nervioso una influencia en primer lugar irritante, después sedante, 
después estupefaciente, pero ordinariamente alternativa antes de ser permanente” 
(Huss, 1849 citado por Campos, 1997, citado por Sociedad Española de 
Toxicomanías, 2003). 
A mediados del siglo XIX debido a que el término alcoholismo estaba un poco más 
claro, el estudio de este fenómeno fue dividido en dos áreas distintas, la primera, 
preocupada más por los efectos psicológicos que tenía el alcohol en los hombres y 
 
8 
 
como solucionar tales efectos; la segunda enfocada más bien en los aspectos 
social y moral del problema. 
Sin embargo, como bien menciona Velasco & Álvarez, (1988) 
“El público nunca tuvo la menor idea de que se hubiera desarrollado concepto 
alguno respecto de los problemas derivados del abuso del alcohol o de que se 
maneja el concepto de alcoholismo. Hasta hace pocos años, el término que se 
utiliza comúnmente era “ebriedad habitual” y a la víctima se le llamaba 
simplemente “borracho”. 
A partir de que el problema del alcohol se fue haciendo más popular, se fueron 
creando campañas en las que se educaba a la población obrera, quien era la que 
más frecuente presentaba problemas con el alcohol, para prevenirlos sobre el 
consumo de esta sustancia y evitar las consecuencias para ese entonces ya bien 
conocidas. 
“Ya a mediados del siglo XIX, en los países anglosajones se propuso la creación 
de centros sanitarios específicos para la rehabilitación de los enfermos 
alcohólicos” (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
A medida que pasaba el tiempo, el consumo de alcohol se convirtió en una 
preocupación de más y más países, por lo que en occidente empezaron también a 
tomar medidas contra el consumo de alcohol, medidas que posteriormente se 
harían de dimensiones internacionales, teniendo como prioridad limitar la venta de 
esta sustancia, controlar el consumo y regular la producción de bebidas 
alcohólicas (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
Hasta el año de 1957 fue cuando se solicitó a la Asociación Médica 
Norteamericana que el alcoholismo pudiera considerarse como una enfermedad 
(Pittman, 1977). El alcoholismo, se ha entendido como afectación de la salud física 
y mental de forma individual y también como un conjunto de repercusiones 
colectivas sanitarias y sociales que los enfermos producen (Revista de Estudios 
Sociales y de sociología Aplicada, 1979). Sin embargo los problemas para la 
 
9 
 
sociedad no se dan únicamente a través de los consumidores que se consideran 
alcohólicos, sino también a través de consumidores frecuentes que no llegan a 
desarrollar un síndrome de dependencia. 
Lo anterior queda demostrado a través del siguiente texto de Velasco & Álvarez, 
(1988) “El comité de expertos de alcoholismo de la OMS hizo hincapié en que no 
solamente había que prestar atención a las personas que ya habían desarrollado 
el síndrome de dependencia del alcohol (alcoholismo), sino también a los 
bebedores excesivos no alcohólicos que constituyen una fuente permanente de 
problemas sanitarios”. 
1.2 EL CONSUMO DE ALCOHOL EN MÉXICO 
En México el consumo de esta sustancia ha sido un problema durante muchos 
años, y se consideró un problema debido a que se vinculó con actos como el 
suicidio y la delincuencia como en muchos otros países. 
Hacia el año de 1868 hubo intentos para tratar de controlar el uso de alcohol, ya 
que se impuso la paga de una multa de cinco a cincuenta pesos o estar de 8 días 
a un mes entero en prisión a quien rompiera con lo siguiente… “los días jueves y 
viernes próximos deben cerrarse las pulquerías y vinaterías á las diez de la 
mañana, y que el sábado, domingo y lunes siguientes, se abrirán á las diez y se 
cerrarán á la una del día. Igualmente se previene que en los figones ó fondas no 
puedan venderse pulques después de dicha hora”… (Molina et al. 1985), por lo 
que queda asentado un antecedente del control que quería tener el gobierno sobre 
el consumo de alcohol o para este entonces de la bebida más común, el pulque. 
La Dirección de Bioestadística en la República Mexicana menciona que en el año 
de 1976 los accidentes con relación al alcohol ocupaban el cuarto lugar como la 
causa de mortalidad general y específicamente con datos del Distrito Federal, en 
1971 el 18% de los accidentes de tránsito eran bajo efectos de la sustancia antes 
mencionada (Molina et al. 1985). 
 
10 
 
Debido a lo anterior se crearon 176 artículos, entre ellos nueve transitorios que 
creó el general Manuel Ávila Camacho, en ese entonces presidente de México, 
todos ellos como un Reglamento de la Ley de Impuestos sobre Alcoholes, 
Aguardientes y Mieles Incristalizables, teniendo entre su contenido el que los 
productores de alcohol debían estar registrados, así como sus obligaciones con 
características de los envases, los almacenes, depósitos y las actividades de las 
que debían abstenerse (Molina et al. 1985). 
Caraveo, Colmenares & Saldivar mencionan en su artículo de 1999 que en México 
la población que se consideraba bebedora, era del 71.7% para los hombres, 
mientras que para las mujeres era del 20.4%, agregando que mientras más 
aumenta la edad en cualquiera de los géneros, también aumenta la cantidad de 
alcohol consumida. 
Según Velasco & Álvarez, (1988) algunas de las ocasiones o razones por las que 
se bebían alcoholen México, eran las siguientes; 
 “…el alcohol está siempre presente en los acontecimientos principales de la vida; 
la gente bebe para celebrar el nacimiento de un hijo, su incorporación a la iglesia a 
través del bautismo, para validar una relación ritual de compadrazgo, al terminar 
los estudios o inaugurar una casa, cuando una hija cumple 15 años, al celebrar la 
fiesta del santo patrón del pueblo…”- 
La Organización Mundial de la Salud dio un informe en 2014 donde menciona que 
Europa y América Latina son las regiones con mayor consumo de alcohol per 
cápita, México ocupa el decimo lugar en consumo de alcohol dentro de América 
Latina con 7.2 litros per cápita (World Health Organization, 2014). 
La OMS también menciona que la cerveza es la segunda sustancia con alcohol 
que más se consume en el mundo con el 34.8% y es la más consumida en 
América Latina con el 55.3%. En este mismo informe se menciona que México 
tiene una puntuación de 3 conforme su tipo de consumo en una escala de 1 a 5, 
donde 1 representa muy bajo riesgo de consumo y 5 un alto riesgo de consumo 
(World Health Organization, 2014). 
 
11 
 
En México también se lleva a cabo una encuesta para conocer los niveles de 
consumo de diferentes sustancias, la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA, 
2008), habla de que el consumo de alcohol de los mexicanos no es un consumo 
diario, a diferencia de otros países lo que reporta es que tenemos un consumo por 
ocasión, sin embargo las veces en las que llegamos a consumir alcohol, este se 
consume en grandes cantidades, es decir aproximadamente más de cinco copas 
para los hombres y cuatro copas o más para las mujeres en cada ocasión. 
La ENA realizada en 2008 mostró un incremento de 5.5% de consumo en la 
población en comparación con encuestas anteriores. A pesar de que los 
mexicanos no somos consumidores diarios, el tipo de consumo ocasional que 
tenemos va aumentando conforme la edad, como anteriormente lo había 
reportado Caraveo, Colmenares & Saldivar (1999), la ENA (2008) reporta también 
que el tipo de bebida preferida por nuestra población es la cerveza y plantea que 
casi 27 millones de mexicanos que van de entre los 12 y los 65 años beben con 
una frecuencia que oscila entre menos de una vez al mes y diario, mientras que el 
grupo de edad que muestra los niveles más altos de consumo es el de 18 a 29 
años en el caso de hombre y mujeres. 
Para el año 2011 la ENA presenta un nuevo informe, la tendencia en la población 
adulta de 18 a 65 años en el uso de alcohol aumentó significativamente, en 
general se observó un incremento del nivel de dependencia en hombres y 
mujeres. En este mismo año se encontró que la población que consumió alcohol 
por primera vez a los 17 años o menos se incrementó de 49.1% a 55.2% (ENA, 
2011). 
Es importante considerar la edad de consumo debido a que desde hace algunos 
años y confirmado por varios estudios se ha encontrado que dentro de la 
población mexicana, uno de los grupos importantes como consumidor es el de los 
jóvenes universitarios y la cantidad de consumo de alcohol aumenta mientras la 
edad de los consumidores aumenta (Mora & Natera, 2001), lo que significa que si 
la edad de comienzo de consumo comienza a bajar, también el consumo de 
 
12 
 
alcohol será más fuerte en edades más tempranas y los problemas de alcoholismo 
pueden llegar a presentarse en personas mucho más jóvenes. 
El consumo de cerveza es el más frecuente en la población mexicana, este 
consumo incrementó de 2002 a 2008 y se mantuvo de esta forma para el 2011. El 
53.6% de población masculina consume esta sustancia y el 29.3% de la población 
femenina también la consume (ENA, 2011). 
En la Cd. De México, la ENA del 2011 cita a (Villatoro et al, 2009; 2011) donde las 
mediciones de 2006 arrojaron que la prevalencia del consumo de alcohol fue de 
68.8% (hombres 68.2% y mujeres 69.4%), mientras que para el 2009 la cifra 
aumentó a 71.4%, siendo el mismo porcentaje para los dos sexos. 
En la ENA de 2008 se reportó que el consumo alto de alcohol (5 copas o más por 
ocasión de consumo) en el Distrito Federal está por arriba del promedio nacional 
tanto para el caso de los hombres como de las mujeres. 
1.3 ESTRUCTURA DEL ALCOHOL 
El alcohol se obtiene de la fermentación anaeróbica de los hidratos de carbono, lo 
que se conoce como fermentación alcohólica, que se realiza por la transformación 
del azúcar en alcohol mediante la actuación algunas levaduras sobre frutos como 
la uva, la manzana o algunas semillas como la cebada y el arroz (Sociedad 
Española de Toxicomanías, 2003). 
Las bebidas fermentadas más comunes son el vino y la cerveza, el vino suele 
tener entre 10 y 13 grados como contenido alcohólico, mientras que la cerveza 
suele tener entre 4 y 6 grados; las bebidas que más contenido de alcohol tienen, 
son las que tienen entre 30 y 50 grados, esto debido a que son bebidas que se 
producen por medio de la destilación de la bebida fermentada por lo cual quitan la 
mayor parte de su contenido de agua, las bebidas que están en este último caso 
son generalmente el whisky, coñac, ron, ginebra, etc. El alcohol es una molécula 
que atraviesa las membranas biológicas, este aporta 7,1 Kcal por 1 gramo de 
 
13 
 
alcohol, sin embargo no tiene ningún valor nutritivo (Sociedad Española de 
Toxicomanías, 2003). 
El alcohol puede ser absorbido por distintas partes de nuestro cuerpo, de hecho 
puede ser absorbido por todo el tracto gastrointestinal desde la boca hasta el 
recto, sin embargo las partes donde hay más absorción es en el intestino delgado, 
duodeno y yeyuno (Batt, citado por Sánchez-Tutret, 1997 citado en Arias, 2005), el 
alcohol se puede absorber también a través de la mucosa bucal, de ahí pasa al 
torrente sanguíneo; de la mucosa gástrica, se va hacia el hígado por medio de la 
vena porta y es ahí donde se metaboliza el alcohol, de hecho es ahí donde se 
lleva a cabo el 95% de la oxidación (Arias, 2005). 
“Cuando el alcohol se ingiere produce cambios bioquímicos hasta ser convertido 
en una sustancia llamada acetaldehído, que pasa a la sangre y se convierte en 
compuestos inertes; una vez que el alcohol ha sido metabolizado en acetaldehído, 
produce el cuadro de intoxicación…” (Arias, 2005). 
El alcohol actúa en todas las células y por tanto es lógico que también afecte 
nuestras neuronas. Pero ¿Por qué o cómo las afecta?, para empezar debemos 
aclarar que todas las bebidas alcohólicas contienen etanol, el etanol es conocido 
como alcohol etílico y en condiciones normales se presenta de forma líquida e 
incolora, volátil, inflamable e hidrosoluble, la fórmula química del etanol es CH3-
CH2-OH (C2H6O) es decir que el alcohol está formado por una molécula de dos 
átomos de carbono y un grupo oxhidrilo, unido a uno de los dos carbones, este 
compuesto químico es el principal ingrediente de cualquier bebida alcohólica como 
se mencionó anteriormente (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003 y Arias, 
2005). 
1.4 EFECTOS DEL ALCOHOL 
El efecto que puede tener el alcohol depende de muchos factores, que no se 
suelen tomar en cuenta, algunos de los elementos que pueden intervenir en el 
efecto del alcohol son, el tipo de alimentación que se realiza normalmente o 
incluso horas antes de ingerir la bebida, la edad de la persona que la consume, el 
 
14 
 
peso del consumidor, la cantidad y la velocidad con la que se consume, algunos 
estudios han demostrado que incluso podría haber una tendencia genética para 
desarrollar alcoholismo. 
La manera en que el alcohol afecta al cuerpo humano depende en gran medida de 
la dosis, lo que se traduce en cuanto alcohol tenemos en la sangre, Velasco & 
Álvarez (1988) mencionan una clasificación superficial de las fases del consumo 
de alcohol, en las que habla por ejemplo, del alcoholismo ocasional, del que la 
mayoría somos partícipes, le sigue el alcoholismo temprano, el cual se refiere a 
ciertadependencia física que se da principalmente en los eventos sociales, está 
existe en los individuos que necesitan el alcohol para “entrar en ambiente” o para 
sentirse de cierta manera aceptados dentro del grupo; en la siguiente etapa se 
refiere a la dependencia física, en la cual la necesidad de bienestar físico 
relacionado con el alcohol es mucho más frecuente, por último se menciona la 
intoxicación crónica, en la cual se pierde la voluntad y el autocontrol y se necesita 
urgentemente el alcohol para recobrar la sensación de bienestar. 
A continuación, se presentan los efectos dependiendo la concentración en gramos 
de alcohol por litro de sangre según Velasco & Álvarez (1988): 
Concentraciones bajas de alcohol: 0,1 – 
0,5 gr/l 
-Pseudoexcitación, euforia, optimismo y 
sociabilidad. 
- Psicomotricidad fina alterada, 
aumento del tiempo de reacción y 
pérdida de la capacidad de 
concentración. 
-Deterioro en la visión, sobre todo en la 
acomodación, campo visual reducido y 
perturbación en la visión periférica. 
-Provoca una sensación de “superman” 
Concentraciones medias: 0,6 – 1gr/l 
-Torpeza expresiva y motora notable. 
-Pérdida de reflejos. 
 
15 
 
-Sopor y sueño. 
Concentraciones altas: > 1 gr/l 
-Sopor y sueño excesivo. 
-Sedación y somnolencia. 
Concentraciones peligrosas: > 1.5 gr/l -Coma, depresión bulbar o la muerte. 
 
1.4.1 Baja concentración de alcohol 
En dosis bajas el alcohol tiende a tener un efecto más bien excitador debido a que 
hay una desinhibición de la actividad cortical que se traduce en que las personas 
se sientan con mayor euforia, esto último principalmente porque el flujo sanguíneo 
aumenta en el hemisferio frontal derecho, lo que provoca la sensación ya 
mencionada (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
En lo que al aparato cardiovascular se refiere, los efectos son diversos, por 
ejemplo en el consumo bajo de alcohol los efectos pueden ser la disminución de 
contractilidad miocárdica, vasodilatación periférica, lo que hace descender la 
presión arterial y provoca un aumento compensatorio en la frecuencia y el gasto 
cardiaco (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 
Entre los efectos conductuales del alcohol que se conocen popularmente, está su 
efecto diurético, esto es causado debido a que el efecto del alcohol es la inhibición 
de la hormona antidiurética. En cuanto al aspecto sexual, muchas veces el alcohol 
consumido en cantidades moderadas puede aumentar la libido, sin embargo con 
un consumo que sea más fuerte pasa exactamente el efecto contrario. 
1.4.2 Media concentración de alcohol 
Aunque se presentan efectos negativos del consumo de alcohol hacia el aparato 
cardiovascular, en la Sociedad Española de Toxicomanías (2003), se menciona 
que: 
 
16 
 
 …”Diversos estudios han puesto de manifiesto que aquellas personas que beben 
cantidades moderadas de alcohol, entre 10 y 30 gramos de alcohol al día, tienen 
un menor riesgo de padecer una enfermedad coronaria que las que no beben 
nada. En estas personas existe un menor riesgo de mortalidad cardiovascular, 
debida fundamentalmente a cardiopatía isquémica aterosclerótica y a accidentes 
cerebrales isquémicos, frente a los abstemios.” 
Cuando hay altas dosis, donde el alcohol abarca más centros nerviosos 
subcorticales, los cuales controlan la coordinación por ejemplo, es entonces 
cuando vemos efectos inhibitorios tales como falta de coordinación o dificultad 
para producir el habla, entre otros. 
1.4.3 Alta concentración de alcohol 
Generalmente cuando el consumo es agudo los efectos son fuertes, sin embargo 
el consumo crónico se da para provocar los mismos efectos que se provocaban al 
principio del consumo, esto debido a que se desarrolla una tolerancia a la 
sustancia; aunado a esto, el efecto que tiene el alcohol también depende si lo 
consume una persona sana o enferma, es decir una persona con consumo crónico 
esta “acostumbrada” al alcohol, su sistema funciona normalmente con alcohol y 
también ha dañado poco a poco el sistema, por lo que los efectos tienden a ser 
mas graves (Arias, 2005). 
Con el consumo crónico del alcohol se empieza a desarrollar la tolerancia, pero 
también la dependencia en efectos motores, anestésicos, hipotérmicos, sedantes 
y ansiolíticos, la fatiga, depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, 
un deterioro en la capacidad de retención, en el pensamiento abstracto, etc.. Si el 
consumo de alcohol ha sido prolongado y se interrumpe de manera abrupta se 
manifiestan síntomas tales como convulsiones, alucinaciones, alteraciones 
emocionales como ansiedad y depresión, con lo que se sugiere que hay una 
hiperexcitabilidad neuronal (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003 y Arias, 
2005). 
 
17 
 
El 95% del alcohol es metabolizado a nivel hepático, en anhídrido carbónico (CO2) 
y agua (H2O) y las formas más comunes en las que el alcohol es desechado del 
cuerpo son; la mayor parte del alcohol ingerido se elimina por vía urinaria que se 
debe al efecto de la hipófisis posterior sobre la hormona antidiurética (Souza y 
Machorro, 1988 citado en Arias, 2005), aproximadamente del 1 al 5% se elimina 
por el aire respirado y del 1 al 15% se elimina sin metabolizar (Arias, 2005). 
1.4.4 Efectos en el organismo 
Como se mencionó previamente uno de los órganos más importantes para el 
metabolismo del alcohol en nuestro cuerpo es el hígado, ya que es en este órgano 
donde se lleva a cabo aproximadamente el 95% de su oxidación. Por lo anterior, si 
el consumo de alcohol es frecuente o excesivo, el hígado al metabolizar el alcohol 
sufre una disminución en su función principal, el metabolismo de grasas, lo que 
trae como consecuencia alteraciones al propio hígado en enfermedades tales 
como el hígado graso alcohólico y en casos muy graves, cirrosis (Arias, 2005). 
El consumo de alcohol frecuente tiene efectos tales como, la disminución de 
apetito, la afectación de la mucosa en el sistema digestivo, el impedimento de la 
absorción adecuada de los diferentes alimentos y por el contrario, aumenta la 
necesidad de vitaminas en el organismo, también puede llegar a tener un efecto 
debilitador en los músculos por el déficit de vitaminas (Bolet & Socarrás, 2003). 
Esta sustancia ocasiona una baja en la temperatura, aunado a una depresión en el 
sistema regulador de la misma, esto puede ser más peligroso cuando el clima es 
muy frio por el hecho de que la persona pierda mucho de su calor y derive en 
alguna consecuencia aún más seria para la salud (Bolet & Socarrás, 2003). 
Otro de los efectos del alcohol es el daño al miocardio, ya que se ha constatado 
que aumenta la velocidad de contracción del corazón. La intoxicación de alcohol 
de forma repetitiva con daños al corazón se denomina miocardiopatía alcohólica y 
las consecuencias de la misma consisten en arritmias, disminución de la tolerancia 
al ejercicio, taquicardia y palpitaciones (Smith, 1989 en Arias, 2005). 
 
18 
 
Incluso se ha llegado a relacionar al alcohol con el cáncer, esto debido a que esta 
sustancia, es un disolvente altamente efectivo para las células cancerígenas, 
provocando que puedan viajar libremente por el cuerpo, por lo que se ha visto que 
aumenta el riesgo de cáncer en boca, lengua, faringe, esófago, laringe, hígado, 
colon, recto, mama y pulmones (MINSAP Programa de prevención, atención y 
control del alcohol, (1992), citado en Bolet & Socarrás, 2003). 
Dentro de los efectos del alcohol, en el aparato digestivo, por ejemplo; 
específicamente en el estómago, el alcohol provoca una secreción de ácido y de 
gastrina, el consumo crónico, provoca esofagitis, diarreas, gastritis, entre otras 
patologías. En cuanto al intestino, el consumo crónico afecta la absorción de 
nutrientes, tales como la vitamina B lo que puede dar como resultado problemas 
nutricionales. El hígado también es afectado y en su caso el consumo crónico 
puede provocar desdeuna acumulación de depósitos grasos hasta una hepatitis 
alcohólica y cirrosis hepática, que en muchas ocasiones lleva a la muerte (Bolet & 
Socarrás, 2003). 
En cuanto al sistema respiratorio, grandes cantidades de alcohol pueden llegar a 
producir depresión respiratoria que puede como en otros casos llevar a la muerte 
del individuo. 
En personas que tienen un consumo crónico de esta sustancia, se puede 
presentar, en el caso de las mujeres, infertilidad o incapacidad de concluir con 
éxito el proceso de embarazo, pueden ocasionarse partos prematuros o muerte 
intrauterina y en los hombres, impotencia, ya que un consumo excesivo de alcohol 
conduce, en un largo plazo, al aceleramiento de los procesos arterioscleróticos 
que afectan a las arterias que conducen sangre al pene en los cuerpos 
cavernosos, también puede existir atrofia testicular y ginecomastia, esta última se 
refiere al crecimiento de una o las dos glándulas mamarias en el hombre, la 
disminución de vello facial, el afinamiento de la voz y atrofia testicular debido al 
exceso de estrógenos que hay y que el hígado es incapaz de procesar, puede 
afectar fuertemente la producción de las hormonas hipofisarias y testiculares 
(Bolet & Socarrás, 2003). 
 
19 
 
Cuando el consumo de alcohol es excesivo y su empleo se retira de manera 
abrupta del organismo pueden presentarse alteraciones psíquicas, tales como el 
delirium tremens, el cual se da y es caracterizado por síntomas tales como, 
agitación excesiva, confusión, activación del sistema nervioso simpático y 
generalmente toda la sintomatización termina en 72 horas, aunque hay casos en 
que puede llegar a prolongarse. 
Otras consecuencias son la alucinosis alcohólica, que se refiere principalmente a 
alucinaciones visuales, alucinaciones auditivas y también se presentan ideas 
delirantes, esto pasa en las primeras 48 horas después del último consumo de 
alcohol, aunque tales condiciones pueden variar. También está la psicosis de 
Korsakov es otra alteración que principalmente trae como consecuencia la 
alteración de la memoria y cuadros convulsivos en algunas ocasiones. Por último, 
en los casos más graves se puede llegar a tener una desmielinización de la 
médula espinal (Bolet & Socarrás, 2003). 
Por lo que se refiere a las consecuencias conductuales, estas pueden ser muy 
variadas, sin embargo en general se puede mencionar que una persona alcohólica 
puede perder el interés por toda actividad, perdiendo no solamente la salud, sino 
también la autoestima, deficiencia en su labor, deterioro mental y empobrecimiento 
económico (Bolet & Socarrás, 2003). 
1.4.5 Efectos neurológicos 
El alcohol es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica en un 90%, por lo 
que puede llegar a tener un efecto directo sobre el cerebro. Las propiedades 
depresoras del alcohol por ejemplo, hacen que haya un efecto anestésico sobre 
algunas áreas del cerebro y que estas disminuyan su actividad (Carlson, 2006). 
Las neuronas intercambian biomoléculas llamadas neurotransmisores, que son 
sustancias químicas que pueden tener efectos inhibitorios o excitatorio sobre las 
neuronas, este tipo de efectos pueden verse reflejados incluso a nivel conductual 
(Carlson, 2006). 
 
20 
 
Uno de los neurotransmisores más conocidos, es la dopamina, debido a que 
interviene en procesos de movimiento, atención, aprendizaje y tiene un papel 
importante como reforzante no sólo del alcohol sino de las drogas en general 
(Carlson, 2006). Se ha reportado que el etanol administrado específicamente en 
el núcleo accumbens provoca la liberación de dopamina en algunos animales 
(Wozniak et al., 1991; DiChiara e Imperato, 1985; Impertao & Dichiara, 1986 en 
Sociedad Española de Toxicomanías, 2003), también promueve el aumento de la 
frecuencia de descargas en las neuronas dopaminérgicas que se encuentran en el 
área tegmental ventral que después envía proyecciones al núcleo accumbens y 
este proceso por si sólo es un proceso reforzante que induce al consumo de más 
alcohol (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003), los efectos positivos con los 
que se relaciona el alcohol, se deben justamente al efecto estimulante que tiene 
este neurotransmisor (Sánchez-Tutret, citado en Arias, 2005). 
Otro de los neurotransmisores afectados en el cerebro por el etanol, es la 
serotonina, ya que se ha visto que a dosis bajas de alcohol se aumenta la 
frecuencia de disparo de las neuronas serotoninérgicas del rafe (Verbank et al, 
1990 en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003) y aumentan también los 
niveles de serotonina extracelular en el núcleo accumbens; es importante 
mencionar que estos estudios se han hecho únicamente en animales (Yoshimoto 
et al, 1992 en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Dentro de los 
procesos en los que se ve implicada la serotonina están; el control de la ingesta de 
alimentos, la regulación del estado de ánimo, la regulación del dolor y del nivel de 
activación y de sueño (Carlson, 2006). 
Hablando en términos hormonales, el alcohol inhibe la liberación de la vasopresina 
y de la oxitocina principalmente; estas dos se encuentran presentes en regiones 
cerebrales relacionadas con los mecanismos de aprendizaje, memoria y algunas 
otras capacidades superiores del comportamiento (Arias, 2005). 
Se ha demostrado que el consumo excesivo de alcohol es causante de algunas 
disfunciones en el cerebro, produciendo afectaciones en la memoria o algunas 
 
21 
 
funciones intelectuales complejas como el cálculo, la comprensión, el aprendizaje 
e incluso en aspectos afectivos o alteraciones del juicio (Arias, 2005). 
Dentro de las afectaciones más graves causadas por el alcohol al cerebro, está el 
síndrome alcohólico cerebral que es causado por la pérdida acelerada de 
neuronas en el cerebro y consiste en un estado parecido a la demencia. Aunque 
se desconoce el proceso por medio del cual los consumidores tienen esta pérdida 
de neuronas, es bien conocido que está aceleración tiene lugar. Entre los 
síntomas que pueden presentarse en el síndrome alcohólico está la fatiga, la 
apatía, la pérdida de interés, depresión, a veces ansiedad, agitación y cambios de 
personalidad como irritabilidad (Arias, 2005). 
1.5 CLASIFICACIÓN DE LOS NIVELES DEL CONSUMO DE ALCOHOL 
Hoy en día existen diversos instrumentos para la detección y el diagnóstico de los 
trastornos relacionados con el consumo del alcohol, entre estos se encuentran los 
siguientes: 
- Entrevistas diagnósticas generales o de tamizaje. Se refieren a las 
entrevistas de exploración psiquiátrica, en este tipo de entrevistas hay 
preguntas muy específicas acerca del consumo de alcohol, generalmente 
este tipo de instrumentos son usados por personal especializado en el 
tema. 
- Escalas de gravedad clínica de la adicción. Son instrumentos para ayudar a 
la evaluación de la gravedad de la dependencia desde un punto de vista 
clínico. 
- Diagnósticos de comorbilidad. Este tipo de diagnósticos se usan para 
pacientes que generalmente no solo presentan el trastorno de abuso de 
sustancias, sino algún otro trastorno psiquiátrico y que por consecuencia 
necesitan ser tratados de forma distinta. 
- Instrumentos de valoración de impacto. En este caso los instrumentos se 
enfocan en analizar las consecuencias negativas que puede llegar a tener 
 
22 
 
el consumo de alcohol no únicamente de manera física, sino también en 
otros aspectos de la vida, como el aspecto social o afectivo. 
- Cuestionarios específicos de consumo de alcohol. Estos instrumentos son 
específicos para el consumo de alcohol y buscan realizar el diagnóstico de 
alcoholismo de forma más práctica. 
Como se puede observar hay diversos instrumentos para identificar el consumo de 
alcohol, estos instrumentos sin embargo son útiles sobre todo para identificar 
niveles avanzados de alcoholismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) 
diseñó un instrumento de tamizaje simpleen 1982 llamado Alcohol Use Disorder 
Identification Test (AUDIT) que sirve para identificar a las personas en las que el 
consumo de alcohol ya se ha convertido en un problema y conlleva algunos 
riesgos o dependencia (García, Garate, Garcés, de la Peña, Aguilar y Navarro, 
2002). 
Los distintos niveles en los que el AUDIT define el consumo de alcohol, son los 
siguientes: 
 Abstemios: Aquellas personas que obtienen un puntaje entre 1 y 7, este 
grupo de personas reportan no haber bebido en el último año o que con 
anterioridad nunca haber ingerido alcohol. 
 Consumo de riesgo: En este grupo se encuentran las personas que 
obtienen puntajes entre 8 y 15, se define como un patrón de consumo al 
beber más de 5 unidades estándar en una sola ocasión, este nivel puede 
tener consecuencias negativas para la salud física, mental y social si se 
vuelve un hábito persistente. 
 Consumo nocivo: Definido por las personas que obtienen un puntaje de 16 
a 19 y se refiere al uso de alcohol en un periodo de 1 año o más que 
produce peligrosos deterioros clínicos importantes, por presentar un 
consumo recurrente que puede provocar el incumplimiento a nivel laboral, 
escolar o familiar, en situaciones en las que hacerlo es físicamente 
peligroso o lleva a problemas legales relacionados con el alcohol, siguiendo 
 
23 
 
el consumo a pesar de tener problemas sociales recurrentes o 
interpersonales causados por los efectos de esta sustancia. 
 Dependencia al alcohol: Es el último nivel, donde el usuario presenta un 
puntaje mayor o igual a 20, significa que existen un conjunto de fenómenos 
conductuales, cognitivos y fisiológicos en los que el alcohol se convierte en 
una prioridad del individuo, contraponiéndose a otras actividades que en el 
pasado tuvieron mayor importancia. En esta etapa es probable que el 
individuo haya presentado en el último año uso de la sustancia en mayor 
cantidad o tiempo de lo planeado, deseo persistente por consumir, empleo 
de mucho tiempo para conseguir alcohol, etc. En estos casos lo 
recomendable es canalizar al usuario a un tratamiento especializado. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
CAPITULO 2: SUEÑO 
2.1 CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO 
Velayos, (2009) define el sueño como “…un estado biológico activo y periódico, en 
el que se distinguen las etapas NMOR y MOR, que se alternan sucesivamente 
durante la noche.” 
También Montes, Rueda, Urteaga, Aguilar & Prospero (2006) definieron el sueño 
como “…un estado de quietud conductual de los organismos, acompañado de una 
postura de inmovilidad o reposo (propia de la especie), con una disminución en la 
capacidad de responder a los estímulos externos”. 
Se puede decir que todos los animales, desde los más complejos hasta los 
unicelulares, tienen ciclos de actividad y reposo, este último generalmente se 
caracteriza por la inmovilidad física, sin embargo la vigilia tampoco es una estado 
homogéneo, ya que durante el curso de la misma se observan también ciclos de 
actividad-reposo, aproximadamente cada 90 minutos se alternan periodos en que 
la vigilancia, alerta, atención y capacidad discriminativa disminuyen y en estos 
periodos es probable que también exista una reducción de la actividad neuronal 
(Micheli, Nogués, Asconapé, Fernández & Biller, 2003). 
Hace ya muchos años que se pensaba que el periodo de sueño era una falta total 
de actividad, sin embargo desde los años 80´s esto ha pasado a ser desmentido, 
considerándose actualmente que el sueño es una conducta. Entre las 
características más importantes del sueño, se encuentra la particular postura que 
se adopta al dormir y que a diferencia de estados que pudieran parecer iguales, 
como el estado de coma, el estado de sueño es reversible ante estímulos 
suficientemente fuertes, regresando fácilmente al estado de vigilia (Velayos, 
2009). 
Otra de las características conductuales del sueño es, que es periódico, es decir 
que se da cada cierto periodo de tiempo, generalmente estos periodos son más o 
 
25 
 
menos constantes, el sueño también es espontaneo, sin embargo una persona 
que siente sueño, puede voluntariamente evitar dormir (Velayos, 2009). 
Aunque todo lo anterior parece ser bastante lógico, realmente el saber con 
seguridad todo esto llevo un proceso largo. Las investigaciones formales de 
sueño, empezaron a finales del siglo XIX y casi todas eran dedicadas a saber la 
función del sueño, ¿Para qué servía?, ¿Qué pasa si no lo tenemos?, por lo que la 
mayoría de investigaciones se dedicaron a trabajar acerca de la privación del 
sueño, de tal forma que si alguna función o habilidad normal del ser humano o de 
algún animal se veía afectada al no dormir, podrían inferir fácilmente qué función 
tenía el dormir. 
Los primeros estudios de este tipo se realizaron en perros, los autores pioneros en 
tales procedimientos fueron Manaceine (1891), Tarozzi (1899), así como Legendre 
y Pieron (1907), todos encontraron efectos a nivel celular dentro del cerebro de los 
perros que dejaban sin dormir varios días, además algunos de ellos comentan 
consecuencias como hipotermia y baja en el tono muscular (Velayos, 2009). 
El primer estudio de privación de sueño en humanos fue reportado en 1896, por 
Patrick y Gilbert, quienes privaron a varias personas durante 90 horas sin dormir, 
los resultados fueron, entre otros, disminución de la agudeza sensorial, 
disminución en la velocidad de las respuestas motoras, disminución de la 
temperatura, aumento de la irritabilidad y una creciente dificultad para 
concentrarse, actualmente los resultados de estudios similares, no difieren de los 
resultados reportados en ese primer estudio (Velayos, 2009). 
Sin embargo, los experimentos para saber más acerca del sueño, no sólo se 
quedaron en la privación del sueño, ya fuera por accidentes a algunas personas o 
por experimentos en animales, distintos investigadores comenzaron a deducir que 
ciertas partes del cerebro son responsables o afectan de alguna manera la 
conducta del sueño, algunos experimentos se dedicaron primeramente a lesionar 
estas partes del cerebro en animales, mientras otros estudios se dedicaron a la 
 
26 
 
estimulación de algunas zonas del cerebro en humanos para también observar 
consecuencias en la conducta del dormir (Velayos, 2009). 
Posteriormente se dedujo que no solamente la conducta del dormir era causada 
por ciertas partes del cerebro, sino que además debía haber algunas sustancias 
que actuaran sobre ellas, de tal manera que las “activaran” o las “desactivaran” 
para así, provocar el sueño o el despertar, entre las sustancias que estuvieron 
interesados distintos investigadores desde el año 1901, se encontraba el anhídrido 
carbónico, pasando por las hipnotoxinas, el ácido láctico, leucomaínas, los 
opioides, la serotonina y la dopamina. De hecho actualmente se sigue 
investigando el actuar de estos y otros, ahora llamados neurotransmisores, en la 
conducta del sueño (Velayos, 2009). 
A la postre, se encontró lo que actualmente se conoce como reloj biológico, el cual 
está situado en el sistema nervioso central, está conformado por una red neuronal 
que regula algunos aspectos del proceso dinámico que es el sueño, dentro de los 
aspectos sobre los que tiene influencia están; el tiempo que dormimos y cuándo 
es que lo hacemos. El reloj biológico sigue un ciclo circadiano que dura 24 horas, 
este proceso está guiado por los periodos de luz, oscuridad correspondientes al 
día y la noche, y aunque los periodos deberían ser aproximadamente de 12 horas 
de sueño algunos estudios han confirmado que el ciclo sin esta guía sería 
aproximadamente de 25 a 29 horas y no de 24 (Velayos, 2009). 
Independientemente de la guía que representa el ciclo circadiano, hay sustancias 
en nuestro cuerpo y principalmente en el cerebro que ayudan a que el proceso de 
sueño comience, un ejemplo es la adenosina o el factor de liberación de hormonade crecimiento, la cual se acumula en el cerebro de forma proporcional al tiempo 
que la persona ha estado en estado de vigilia, cierta cantidad de esta sustancia en 
el espacio extracelular activa las neuronas del núcleo preóptico ventrolateral del 
hipotálamo, lo que da finalmente paso al sueño (Santamaría, 2003). 
Además de que diversos investigadores se interesaron por saber, qué ocasionaba 
el sueño, muchos otros también empezaron a tratar de conocer, cómo era que se 
 
27 
 
componía el sueño, tratando de observar el comportamiento del dormir por sí 
mismo; al principio fue difícil llegar a una conclusión más allá de que el sueño se 
componía por tres etapas, un estado de duerme-vela, el dormir propiamente y el 
sueño ligero, sin embargo posteriormente y al tratar de hacer una investigación 
más meticulosa, algunos se dieron cuenta que el dormir era mucho más complejo 
que estas tres etapas (Ramos, 1996). 
Para empezar se tuvieron que construir aparatos que pudieran captar que pasaba 
durante el tiempo que dormimos y que fuera de manera distinta a la observación, 
por lo que se construyeron, electroencefalogramas (EEG), oculogramas, 
miogramas, etc., estos aparatos captaban, entre las cosas más importantes, el 
movimiento de algunas partes de nuestro cuerpo, principalmente de la cara y las 
pequeñas descargas eléctricas con las que funciona nuestro cerebro; por medio 
de todo lo anterior fue como Loomis en 1937 fue el primero en llegar a la 
conclusión de que el sueño tenía no tres sino cinco fases diferentes durante el 
tiempo que dormimos, posteriormente Kleitman redujo estas fases a sólo cuatro, 
las primeras dos de sueño ligero y las otras dos de sueño profundo; aún con todo 
lo anterior, faltaba una de las fases más importantes, la cual fue dada por un grupo 
de estudiantes de Aserinky, ellos describieron la fase MOR, haciéndose también la 
descripción de sus características, por ejemplo el movimiento de ojos de un lado a 
otro, la ausencia de tono muscular y el trazado desincronizado del EEG, 
posteriormente se descubrió que esta era la etapa en la que se daban también lo 
que nosotros comúnmente llamamos sueños y que además esta fase ocupaba por 
lo menos el 20% del tiempo de sueño total (Ramos, 1996). 
Con lo anterior, también se empezaron a investigar las estructuras responsables 
de cada fase del sueño, con lo cual se encontró que la región crucial del sueño 
MOR es la parte ventral del núcleo reticular oral del puente y para los años 
ochenta se encontró que el núcleo dorsomedial del tálamo era una parte 
fundamental para el establecimiento del sueño lento (Velayos, 2009). 
Algunos investigadores se concentraron en cómo solucionar los problemas que se 
presentan en el momento de dormir. Aunque estas investigaciones han sido 
 
28 
 
constantes y hechas por diferentes personajes, actualmente aún no se ha 
encontrado la sustancia hipnógena perfecta; durante varios años se probo con 
distintas sustancias, por ejemplo barbitúricos, los cuales producían una pronta 
habituación y a altas dosis eran tóxicos; también se intento con las llamadas 
benzodiacepinas, sin embargo con estas el sujeto nunca llegaba a tener sueño 
profundo o sueño MOR, por lo que no es la mejor opción, algunas otras sustancias 
que se han utilizado y que sin embargo tienen algún punto negativo por el cual no 
son sustancias ideales son; las midazopiridinas, los fármacos GABAérgicos, los 
péptidos muramílicos (que son fragmentos de pared bacteriana que desempeñan 
funciones hipnógenas) y péptidos orexinérgicos, todos estos sin tener el perfecto 
efecto deseado de sueño que buscan hasta ahora muchos investigadores 
(Velayos, 2009) 
2.2 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL SUEÑO 
Como se mencionó anteriormente, el sueño no es un proceso simple, está 
formado por distintas etapas, todas ellas, con una función para el desarrollo 
normal en las actividades de una persona, por eso es importante considerar, cómo 
es la estructura normal del sueño, de tal manera que se puede tener una base 
para considerar lo que es “normal” por llamarlo de alguna manera y lo que no lo 
es, en la arquitectura del sueño. 
El sueño tiene distintas etapas que están marcadas por cambios fisiológicos 
específicos que se han ido conociendo según la experiencia de diversas 
investigaciones. Para identificar cada uno de estos cambios se utilizan 
instrumentos como el electroencefalograma (EEG) o señales como los 
movimientos oculares y el tono muscular, es en base a estos indicadores que se 
puede diferenciar entre una y otra etapa en un estudio polisomnográfico (Velayos, 
2009). 
Durante la etapa a la que se le llama vigilia pasiva, la persona está en un nivel de 
alerta intermedio, a partir de este oscila hacia un estado de vigilia activa y alcanzar 
niveles máximos de alerta o pasar a la somnolencia para pasar progresivamente a 
 
29 
 
estados de sueño más profundos conforme transcurra el tiempo (Ayala & 
Mexicano, 2010). 
Durante la transición entre la vigilia pasiva y la primera fase del sueño se han 
descrito algunas conductas tales como la prolongación en el tiempo de reacción e 
incluso la desaparición de respuesta a estímulos aplicados a través de las vías 
sensoriales auditivas y visuales (Ayala & Mexicano, 2010). 
La primera etapa se denomina, etapa 1 de sueño no MOR, es distinguida por la 
somnolencia en el sujeto y en el EEG se marca la desaparición del ritmo alfa, que 
generalmente se encuentra en el estado de vigilia, en esta etapa hay tono 
muscular y prácticamente no hay movimientos oculares, excepto por algunos muy 
lentos (Velayos, 2009). 
En cuanto a la etapa II y III de sueño no MOR se puede describir, una disminución 
aún mayor en el ritmo electroencefalográfico, en donde aparecen los husos de 
sueño y complejos K que vienen dados por el núcleo reticular del tálamo, en esta 
segunda etapa sigue habiendo tono muscular y no hay movimientos; las 
estructuras responsables de esta etapa son la corteza prefrontal y el núcleo 
dorsomedial del tálamo, cabe mencionar que esta fase de sueño, es la que se 
considera más reparadora, es la más profunda también, por lo que es más difícil 
que algún estimulo llegue a despertar al sujeto, dura aproximadamente 20% del 
total de tiempo de sueño y generalmente el individuo tiende a dar vueltas en la 
cama, cambiando de postura (Velayos, 2009). 
Una de las etapas que más ha causado interés, es la etapa de sueño MOR, la 
última etapa del ciclo de sueño, a la cual también se le llama sueño paradójico 
debido a que hay una desincronización en el EEG y esta desincronización 
generalmente es una característica del estado de vigilia, se da ya que se activan 
zonas tales como la formación reticular activadora, también en esta fase de sueño 
se pueden observar movimientos oculares rápidos, de donde se desprende su 
nombre, en esta etapa también se produce una atonía, es decir una desaparición 
 
30 
 
del tono muscular, esta fase del sueño ocupa aproximadamente el 25% del sueño 
total (Velayos, 2009). 
Con los datos anteriores, podemos deducir que el sueño NO MOR dura 
aproximadamente 6 horas, mientras que el sueño MOR dura 2 horas, 
generalmente las dos fases de sueño se alternan cuatro o cinco veces en toda una 
noche y como se mencionó anteriormente, hay más facilidad para despertar en la 
etapa de sueño MOR. 
2.3 EVALUACIÓN DEL SUEÑO 
Como se describió anteriormente, la forma más objetiva de analizar y valorar el 
sueño, no sólo de las personas, sino incluso de algunos animales, es actualmente 
el estudio polisomnográfico, donde mediante electrodos colocados en la cabeza, 
cara y algunas partes del cuerpo, se puede observar la actividad eléctrica del 
cerebro, la actividad motora y la respiración. 
Cuando no se utiliza un estudio polisomnográfico, los datos de las características 
de sueño de un sujeto vienen dadas desde él mismo, es decir por medio del 
autoreporte, por ejemploJiménez (2013) menciona en uno de sus artículos que la 
herramienta más importante con la que se cuenta actualmente para evaluar a un 
paciente con insomnio es por medio de la historia clínica, mencionando que el 
autoreporte debe ser la base para determinar la existencia de este trastorno y el 
tipo del mismo. 
Otro instrumento importante son los cuestionarios escritos de sueño, planteando 
sólo algunas preguntas para que puedan ser respondidas por el sujeto mismo y en 
orden de obtener una idea superficial pero precisa de si una persona tiene un 
comportamiento de sueño normal. 
Los cuestionarios, generalmente evalúan aspectos como, tiempos de sueño, 
percepción del sueño, trastornos de sueño de manera superficial, depresión, 
insomnio, narcolepsia, apnea, hábitos y trabajo, alteraciones de sueño, cantidad 
de sueño y calidad de sueño por mencionar algunas. Las escalas pueden ir 
 
31 
 
enfocadas a distintos tipos de población, por ejemplo hay escalas para niños, para 
adolescentes y adultos. 
Dentro de las pruebas que están relacionadas con tiempos de sueño y el sueño 
fisiológico se encuentran; el Cuestionario de Calidad de Sueño de Oviedo (COS) 
que es un cuestionario de diagnóstico para algunos trastornos de sueño como el 
insomnio y el hipersomnio, según los criterios dados por el DSM-IV y el CIE-10, la 
Sleep Scale de Snyder-Halpem (VSH) elaborada en 1987, el Basic Nordic 
Questionnaire de Partinen evaluando aspectos cuantitativos y cualitativos del 
sueño fisiológico, el Sleep Evaluation Questionnaire, el Karalinska Sleep Diary y el 
Sleep Timing Questionnaire (STQ) que hace un análisis más bien cuantitativo 
(Lomeli, et al., 2008). 
También existen pruebas que evalúan trastornos del sueño en general, los 
cuestionarios más importantes en este aspecto son; el cuestionario SDQ que tiene 
como objetivo la evaluación de trastornos comunes del sueño y entre los aspectos 
que analiza están el sueño fisiológico, la depresión, el insomnio, la narcolepsia y la 
apnea del sueño. Uno de los más populares es el Wisconsin Sleep Questionnaire 
(WSQ) que es un cuestionario muy corto diseñado para evaluar problemas de 
sueño como ronquidos, apneas, dificultad para quedarse dormido, levantarse de 
cama por la noche, sensación de no descanso después de haber dormido, 
dificultad para despertar, pesadillas, somnolencia diurna, inquietud al dormir, 
obstrucción nasal o facilidad para quedarse dormido viendo televisión o leyendo. 
También está el Sleep Disorders Inventary (SDI) que es una prueba diseñada para 
evaluar problemas de sueño en pacientes con trastornos psiquiátricos. El Pittsburg 
Sleep Quality Index (PSQI) es un cuestionario autoadministrado que consta de 19 
ítems, además de algunas preguntas para el compañero de cama, aunque en la 
calificación no se toman en cuenta las respuestas del compañero, este 
cuestionario analiza la calidad de sueño en 7 diferentes componentes como 
calidad, latencia, duración, alteraciones del sueño, uso de medicación para dormir 
y disfunción diurna. Otros ejemplos menos conocidos de cuestionarios que valoran 
 
32 
 
los trastornos del sueño en general son el Athens Insomnia Scale (AIS) y el Sleep 
Problems Scale (Lomeli, et al., 2008). 
Sin embargo, este tipo de escalas, presentan varios problemas, uno de ellos es 
que generalmente los sujetos que contestan tales cuestionarios, no recuerdan con 
exactitud los datos requeridos, con la desventaja además de que los cuestionarios 
generalmente son cortos, para facilitar la respuesta, aunque también esto 
implique, una probable ausencia de información importante para un diagnóstico 
más profundo. 
Prácticamente ninguna escala explora completamente hábitos, características 
fisiológicas, las relaciones entre estos y las condiciones ambientales, sociales, 
culturales, estacionales y ritmos cronobiológicos, lo cual es importante para poder 
entender mejor, si existe algún problema de sueño (Lomeli, et al., 2008). 
Actualmente el instrumento más usado para el estudio de sueño, es el estudio 
polisomnográfico, debido a la exactitud de sus resultados, sin embargo, cabe 
mencionar que este instrumento también tiene desventajas, entre las cuales están, 
el alto costo de un estudio polisomnográfico, el tiempo que toma llevar a cabo tal 
estudio y por último el material y el espacio requerido para realizar tal estudio. 
En conclusión, es importante tener resultados exactos, para una buena evaluación 
y diagnóstico de un problema de sueño, sobre todo tomando en cuenta que 
muchas veces, estos son utilizados para mejorar la calidad de vida de un ser 
humano; aunque también es muy importante tener un instrumento, que se 
encuentre al alcance de la población en general y que sea práctico para hacer una 
evaluación inicial, que pueda ayudar a tratar la salud de una persona, y que al 
mismo tiempo ahorre costo y tiempo. 
2.4 FACTORES IMPORTANTES PARA EL SUEÑO 
2.4.1 Cantidad de sueño 
Anteriormente, se mencionaron los ritmos biológicos como base del ciclo vigilia-
sueño, es bien sabido que el ritmo circadiano de 24 horas, el cual marca el inicio 
 
33 
 
del día y la noche, es el ritmo que señala desde el principio de los tiempos el 
momento de irse a dormir y el momento de despertar. Esto ha dejado de 
practicarse debido a los cambios en nuestra vida y actividades diarias, en nuestros 
días las personas se desvelan por diferentes causas, entre ellas están; el trabajo, 
la escuela o actividades sociales, tales como fiestas o reuniones, también existen 
situaciones en donde las personas se despiertan a media noche y en muchas 
ocasiones no pueden volver a conciliar el sueño, generalmente las causas de este 
repentino despertar son estrés, preocupación e incluso depresión, todo lo anterior 
hace que no tengamos hábitos de sueño sanos. 
Uno de los factores más importantes para dormir bien, es el horario de sueño, se 
ha encontrado que es muy importante tratar de acostarse y levantarse todos los 
días a la misma hora, también es bien sabido que en el caso de los adultos dormir 
por lo menos de 7 a 8 horas diarias es lo mejor para llevar una vida sana, aunque 
esta cantidad puede tener variaciones entre una y otra persona. Se ha demostrado 
que la falta de sueño, lo que se conoce como insomnio o la simple privación 
voluntaria de sueño puede llevar a problemas como una disminución en el 
rendimiento laboral, un incremento en la tasa de accidentes de automóvil, y 
también a la propensión a enfermedades, además de la falta de descanso y 
restauración de la energía (Miró, Cano & Buela, 2005). 
En el otro extremo está el exceso de sueño, que afecta también nuestro 
desempeño en las actividades diarias; las consecuencias pueden ir desde la falta 
de atención en varias actividades, somnolencia diurna y falta de descanso, hasta 
incluso la muerte a largo plazo, por ejemplo Miró, Cano & Buela (2005) mencionan 
en uno de sus artículos, la relación entre muertes más tempranas en personas que 
acostumbran dormir más de 8 horas por distintas causas. Aunque no se estudió 
con claridad, si el exceso de sueño es la causa de la muerte o una secuela de 
otras enfermedades que llevan a la misma, si se ha comprobado el hecho de que 
personas con periodos de sueño de más de 8 horas o incluso de menos de estas 
horas, tienden a morir más rápidamente, que las personas que duermen 
generalmente entre 7 y 8 horas. 
 
34 
 
El correcto descanso puede ser afectado por tener diversos despertares durante la 
noche, sobre todo si estos llegan a durar varios minutos e incluso horas, debido a 
que esto reduce el tiempo de sueño Miró, Cano & Buela (2005). Lo más 
recomendable es que la hora de dormir sea por la noche, aunque muchas 
personas no pueden cumplir esto por los horarios laborales con los que cumplen; 
para este punto es importante tomar en cuenta las siestas que se dan durante el 
día, actualmente se considera que es bueno dormiruna siesta ya que puede ser 
reparadora para las personas, mientras está no dure más de 30 minutos y 
mientras no se dé más de una vez al día. 
2.4.2 Calidad de sueño 
Como se pudo apreciar en el apartado anterior, las formas de dormir y el tiempo 
que duerme una persona adulta varía de muchas maneras, independientemente 
del tiempo que dure durmiendo una persona lo más importante es que realmente 
descanse y restaure su energía. 
Es por esto que no sólo se ha estudiado la forma y la cantidad de sueño, sino 
también la calidad del sueño, la cual abarca aspectos, tales como, el número de 
despertares durante un periodo de sueño, la latencia del sueño, trastornos tales 
como la apnea y el movimiento excesivo durante el dormir, etc. 
Una buena calidad de sueño se ha relacionado, con un buen estado de ánimo al 
siguiente día, además de una sensación de bienestar físico. Pilcher, Ginter y 
Sadwsky (1997) citado en Miró, Cano & Buela (2005) hicieron un estudio con 
estudiantes universitarios, en el que se demostró que entre menor era la calidad 
del sueño era mayor el número de quejas físicas, tensión, depresión, ira, fatiga y 
confusión, además de una pobre satisfacción con la vida. 
Respecto a otros de los aspectos que afectan la calidad de sueño y la percepción 
de descanso, se encuentran los despertares durante el sueño, los cuales, es bien 
sabido, van aumentando conforme aumenta también nuestra edad, siendo un 
efecto normal de la misma. En el caso de padecimientos como la apnea, son 
trastornos que afectan de manera grave el sueño y por tanto el desempeño en la 
 
35 
 
vida diaria, generalmente la apnea está ligada a problemas cardiovasculares o 
factores de hipertensión como la obesidad y se ha comprobado, que sujetos con 
apnea severa viven menos, muriendo al menos 2 años antes que los sujetos que 
sólo tienen apnea moderada o que están libres de esta enfermedad. Uno de los 
aspectos de la apnea que más afecta la calidad de sueño es el ronquido, es por 
este mismo que las personas con apnea sufren constantes interrupciones en su 
periodo de descanso, alargando su periodo de sueño y despertando con un alto 
grado de fatiga, por el esfuerzo que producen en el constante ronquido (Peraita, 
2005). 
Uno de los factores que influyen en la calidad del sueño son las ensoñaciones. Se 
ha encontrado que estas se dan durante la etapa MOR del dormir, basándose en 
relatos de sueños vívidos contados por un 80% de sujetos despertados durante 
esta fase (Sandoval, 2004). La etapa de sueño MOR se relaciona sobre todo con 
la restauración psicológica y con procesos de memorización y es por esto que se 
considera como una señal de buena calidad de sueño. El contenido de los sueños 
es en su mayoría ilógico aunque vívido y muy emotivo, sin embargo algunos 
autores como Santamaría en 2003, reportan pacientes a los que se les despierta 
en medio de la fase MOR y que mencionan tener sueños con significado neutro y 
rutinario. Se ha comprobado que soñamos varias veces durante el tiempo que 
permanecemos dormidos pero la mayoría de las personas no recuerda haber 
soñado y sólo de vez en cuando despiertan reportando recordar al menos uno de 
sus sueños. 
2.4.3 Hábitos de sueño 
Para tener un buen descanso y por tanto una buena calidad de sueño, es 
importante tomar en cuenta conductas que puede parecer que no tienen injerencia 
en la hora de dormir y que sin embargo son importantes para poder dormir de 
manera óptima, muchos de estos aspectos se toman a la ligera, aunque pueden 
parecer cosas lógicas, es importante mencionarlas debido a que muchas veces no 
se cumplen. 
 
36 
 
Por ejemplo, es importante que para dormir se busque un lugar tranquilo, que este 
protegido y que tenga poca estimulación tanto auditiva como lumínica, por lo 
anterior es lógico que factores tales como, el estrés, un lugar extraño al que 
diariamente ocupamos para dormir, el dolor o la toma de sustancias estimulantes, 
afecten de manera importante nuestro descanso y restauración de energía a la 
hora de dormir. 
Algunos indicadores que usamos para saber que es la hora de dormir son, una 
sensación subjetiva de somnolencia con signos como la disminución de actividad, 
la disminución de parpadeo espontáneo, el bostezo, regularización de la 
respiración, dificultad para mantener los ojos abiertos, el aumento de temperatura 
en manos y pies y la disminución de reactividad ante estímulos externos 
(Santamaria, 2003). 
Independientemente de los indicadores anteriores, es importante mantener un 
horario regular tanto para ir a dormir como para despertarse, como ayuda para 
regularizar una rutina, pueden implementarse algunas actividades realizando un 
condicionamiento básico, estas actividades deben realizarse unos minutos antes 
de ir a la cama y pueden ser cosas simples como un baño o el cepillado de 
dientes. Es importante por el contrario evitar actividades físicas aeróbicas por lo 
menos 4 horas antes de irse a dormir, ya que el ejercicio es estimulante y puede 
derivar en dificultades en la conciliación del sueño (Manrique, 2011). 
La manera de alimentarnos es otro de los factores que puede influir en la forma en 
que dormimos, es recomendable llevar una dieta ligera por la noche y consumirla 
mínimo 2 horas antes de irse a dormir, evitando comidas abundantes y ricas en 
carbohidratos. También se recomienda no consumir bebidas estimulantes por la 
noche, algunos ejemplos de estás bebidas son el café, el té, el refresco y el 
chocolate (Manrique, 2011). 
Manrique (2011) menciona además que es importante evitar realizar actividades 
laborales o escolares antes de la hora de dormir ya que la situación ideal para 
 
37 
 
dormir requiere de la ausencia de luces intensas y televisiones por ejemplo, de 
manera que el dormitorio sea exclusivamente un lugar de descanso. 
Durante el sueño es normal, al menos en los adultos, que haya movimiento por 
cambios de postura, al menos cada 20 minutos, sin alterar la continuidad del 
sueño. Mientras se duerme pueden existir conductas que son poco frecuentes 
pero realmente no son de importancia para la persona dormida, estas pueden ser 
pesadillas, ronquido moderado, los movimientos ocasionales de las extremidades, 
entre algunos otros (Santamaria, 2003). 
Por último y como ya se había mencionado anteriormente, un adulto normal tarda 
unas 7 u 8 horas para despertar y en algunas personas es normal que se pase por 
un periodo de lentitud psicomotora que tarda algún tiempo en desaparecer. 
 
2.4.4 Diferencias de género 
Es importante mencionar que el género es uno de los aspectos que afecta el 
dormir, sobre todo en el caso de la mujer probablemente por los ciclos a los que 
está sometida hormonalmente hablando. 
En la vida adulta las mujeres tienen mejor calidad de sueño ya que tienen una 
latencia más corta hacia el inicio del sueño y una eficiencia mucho más alta en 
comparación con hombres de su misma edad, lo anterior solo por referirse al 
sueño normal, sin embargo se ha visto que las mujeres tienden a padecer más de 
problemas de sueño que los hombres. Por ejemplo en el caso de la pubertad, 
cuando empiezan los cambios hormonales, las jóvenes suelen tener problemas 
como insomnio, cansancio durante el día y sueño insuficiente, lo cual no ocurre 
con los jóvenes (Regal, Amigo & Cebrián, 2009). 
En el caso de la menstruación, se ha observado que en la fase lútea hay más 
interrupciones del sueño, así como una pobre calidad subjetiva de sueño 
comparándola con la fase folicular, sin embargo es importante para estos periodos 
tomar en cuenta los estados de ánimo negativos que también pueden afectar la 
 
38 
 
calidad de sueño (Regal, Amigo & Cebrián, 2009). Por último, vale la pena 
mencionar que uno de los estados que más afecta al sueño de la mujer es 
probablemente el embarazo, ya que se ha observado que durante esta etapa, las 
mujeres tienen más problemas para

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