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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA DESCRIPCIÓN DE LOS EFECTOS DEL CONSUMO DE ALCOHOL EN LA CONDUCTA DEL SUEÑO T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A: ROCIO REYES PÉREZ DIRECTOR DE TESIS: D. EN C. FRUCTUOSO AYALA GUERRERO REVISORA DE TESIS: DRA. LYDIA BARRAGÁN TORRES SINODAL: LIC. LETICIA BUSTOS DE LA TIJERA SINODAL: MTRA. LETICIA ECHEVERRÍA SAN VICENTE SINODAL: MTRO. MIGUEL ÁNGEL MEDINA GUTIÉRREZ ABRIL 2016 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DEDICATORIA Para mi familia AGRADECIMIENTOS A mi familia, por la confianza, el apoyo y cariño incondicional para finalizar esta y todas las metas de mi vida. A la UNAM y la Facultad de Psicología por todas las oportunidades que me dio y las puertas que me abrió y me sigue abriendo con ellas. Al Dr. Fructuoso por la oportunidad de trabajar con él y aprender acerca del mundo del sueño. A todos mis amigos y seres queridos por su cariño, siempre animándome y apoyándome para concluir este proyecto. A los sujetos que participaron en esta investigación, por su cooperación, su tiempo y generosidad para conmigo y con este proyecto. A Dios por todas las cosas maravillosas que me ha dado, incluida la oportunidad de llegar hasta aquí. ÍNDICE Capítulo 1: El Alcohol 1.1 Historia del consumo de alcohol…………………………………………….…………….…4 1.2 El consumo de alcohol en México…………………………………….……………………..9 1.3 La estructura del alcohol………………………………..……………….…………….…....12 1.4 Efectos del alcohol…………………………………………………………………………...13 1.4.1 Baja concentración de alcohol……..………………...……………………………15 1.4.2 Media concentración de alcohol……..……………………………………………15 1.4.3 Alta concentración de alcohol……………………………………..………………16 1.4.4 Efectos en el organismo……………………………………………………………...17 1.4.5 Efectos neurológicos………………………………………………………………….19 1.5 Clasificación de los niveles del consumo de alcohol………………………….………….21 Capítulo 2: Sueño 2.1 Características del sueño………………………………………….………………………..24 2.2 Anatomía funcional del sueño………………………………………………………………28 2.3 Evaluación del sueño………………………………………………………...………………30 2.4 Factores del sueño……………………………………………………………….…………..32 2.4.1 Cantidad de sueño……………………………………………………………………32 2.4.2 Calidad de sueño…………………………………………………………….………..34 2.4.3 Hábitos de sueño………………………………………….…………………………..35 2.4.4 Diferencias de género………………………………….……………………………..37 2.4.5 Edad……………………………………….……………………………………………38 2.5 Trastornos de sueño en México…………………………………………………………….39 Capítulo 3: Metodología 3.1 Justificación……………………………………………………………………………….…..46 3.2 Objetivos………………………………...…………………………………………………….47 3.2.1 General………………………………………………………………………………...47 3.2.2 Específicos…………………………………………………………………………….47 3.3 Hipótesis……………………………………………………………………………………….47 3.4 Variables…………………………………………………………………….………………...48 3.4.1 Variables independientes……………………………………….…………………...48 3.4.2 Variables dependientes………………………………………………………….…..48 3.5 Tipo de estudio y diseño……………………………………………………………….……49 3.6 Muestra………………………………………………………………………….…………….49 3.6.1 Selección de la muestra……………………………………………………………...49 3.6.2 Criterios de inclusión y exclusión……………………………………………………50 3.6.3 Consideración éticas……………………………………...………………………….50 3.7 Escenario……………………………………………………………………………….……..50 3.8 Instrumentos…………………………………………………………………………….…….51 3.9 Procedimiento…………………………………………………………………………………53 3.10 Análisis estadístico…………………………………………………………………….……54 Capítulo 4: Resultados…………………………………………………………..…………….…55 Capítulo 5: Discusión………………………………………………………………………….....60 Conclusión......................................................................................................................... 63 Anexo 1….……...………………………………………………………………………………….66 Anexo 2…………………………………………………………………………………………….69 Bibliografía…………………………………………………………………………………………87 1 Resumen Desde sus inicios la humanidad ha tenido interés en el consumo de distintas sustancias que alteran la conciencia, entre estas se encuentra el alcohol. Aunque en un inicio el consumo no era bien visto, con el tiempo éste fue aceptado por la sociedad, lo que amplió su incidencia y llevo posteriormente a que se convirtiera en un problema de salud para la sociedad por la dependencia que empezaron a desarrollar consumidores frecuentes y las consecuencias negativas que se ocasionaron en su estado de salud (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Una de las consecuencias negativas del alcohol en la salud es la afección en el periodo de sueño que va desde quejas acerca de una pobre calidad de sueño, despertares frecuentes, sudoración, sequedad de boca hasta exacerbación en casos de apnea obstructiva y fragmentación del sueño (Sierra, Jiménez & Martín, 2002, Gómez, Hernández, Rojas, Santacruz, Uribe, 2008). Lo anterior es importante ya que la óptima calidad de sueño se ha relacionado con un buen estado de ánimo y una sensación de bienestar físico, lo que a su vez favorece un buen desarrollo de las actividades diurnas (Pilcher, Ginter y Sadwsky, 1997 citado en Miró, Cano & Buela, 2005). Sin embargo en México los hallazgos de alteraciones de sueño están enfocados en aquellos consumidores que han desarrollado dependencia a esta sustancia, por lo anterior es importante desarrollar investigación acerca de los problemas de sueño ocasionados en aquellas personas que tienen un consumo frecuente y en algunas ocasiones de riesgo de alcohol, sin llegar aún al punto de haber desarrollado dependencia. Aproximadamente 30 por cierto de la población sufre algún trastorno de sueño, siendo los problemas principales, insomnio, somnolencia diurna excesiva y apnea, mejor conocida como ronquido durante el sueño. Conjuntamente, en nuestro país según la Encuesta Nacional de Adicciones (2011) hay 27 millones de mexicanos consumidores de alcohol entre los 18 hasta los 65 años, por lo que analizar las 2 consecuencias que tiene el consumo de alcohol en el descanso puede ayudar a prevenir algunos trastornos de sueño, lo que a su vez estaría previniendo efectos negativos en el estilo de vida de quien padece estos trastornos. El primer paso para llegar a contribuir en los beneficios anteriormente señalados es dar a conocer las características de sueño en personas con un consumo de riesgo de alcohol, que no han llegado aún a desarrollar dependencia, ese es el objetivo principal de esta investigación. Para lo cual se planteó que existen diferencias en rubros tales como hábitos de sueño, calidad de sueño, problemas para dormir, problemas de sueño excesivo, ronquido, estimación subjetiva de sueño y estado afectivo, entre un grupo que tiene un consumo de alcohol de riesgo y un grupo de personas que no suele consumir esta sustancia. En este estudio se reportaron resultados de 30 personas que van desde los 22 años hasta los 40 y que fueronreclutadas por invitación personal o a través de sujetos conocidos, se consideraron 15 para el grupo control y 15 para el grupo experimental, los criterios de inclusión para el grupo experimental fue un puntaje mayor a 8 que se toma como indicador de consumo de riesgo o consumo perjudicial, así como de una posible dependencia de alcohol en el Cuestionario de Identificación de los Trastornos debidos al Consumo de Alcohol, (AUDIT) que es un instrumento que ayuda a identificar un patrón de consumo de riesgo o perjudicial de alcohol, las personas que no consumían alcohol o que presentaron un puntaje menor a 8 en este mismo cuestionario, fueron incluidas en el grupo control, posteriormente a los dos grupos se les pidió contestar el Inventario para Detección de Trastornos del Dormir, el cual es un cuestionario que identifica las características de sueño en los tres meses previos a la aplicación del mismo. Una vez seleccionados los sujetos se les explicó en qué consistiría la investigación y de estar de acuerdo y cumplir con los criterios de selección se les proporcionaba el inventario de sueño, en la aplicación del mismo se explicaba brevemente cuales son las partes que componen el inventario y el tipo de preguntas. A partir de las respuestas se realizó un análisis y un cotejo del grupo control en comparación con el grupo experimental. Para el análisis de respuestas tipo ordinal se utilizó la 3 prueba T para muestras independientes, mientras que para las respuestas de tipo nominal se utilizó Chi cuadrada. Dentro del análisis se mostró que los dos grupos eran similares en cuanto a rango de edad y escolaridad, mientras que se encontraron diferencias en el puntaje de AUDIT. Además se encontraron diferencias significativas en los rubros correspondientes a los hábitos de sueño, ronquido y la estimación subjetiva de sueño. En el estudio se encontró también que además de alcohol, consumen de manera más frecuente nicotina ya que son fumadores. Las diferencias encontradas en estos rubros son importantes debido a que se relacionan con dos de los trastornos de sueño que se presentan con más frecuencia en México, lo que contribuye al conocimiento de las consecuencias del consumo de alcohol y a su vez a las secuelas en el sueño y en la calidad de vida de quienes lo consumen. 4 CAPITULO 1: EL ALCOHOL 1.1 HISTORIA DEL CONSUMO DE ALCOHOL A lo largo de la historia de la humanidad, ha estado presente el consumo de sustancias que provocan una alteración en la conciencia tales como el alcohol. Entre las razones principales por las que se les ha utilizado, están los motivos religiosos, debido a que esta alteración de la conciencia se consideraba un facilitador para “comunicarse” o “estar en contacto con diferentes deidades”, asociándose a formas distintas de conocimiento o espiritualidad en diferentes rituales místicos, por ejemplo en la Grecia antigua se utilizaba alcohol en los cultos al Dios Baco, mientras que actualmente en algunas ceremonias religiosas se consume alcohol con el fin de acercarse a algún Dios (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). A pesar de la percepción positiva que se tenía acerca del consumo del alcohol, también desde hace ya muchos años el alcohol ha sido una sustancia problemática debido al exceso de su consumo. Las primeras civilizaciones donde están registrados algunos efectos negativos relacionados con el consumo de alcohol, datan de hace veinte o treinta mil años y son la civilización egipcia, la griega y la romana, entre algunas otras. Debido a lo anterior el efecto de alcoholización es un fenómeno que recorrió todos los continentes, pasando por Europa y terminando en América. Además de que el uso del alcohol se extendió, también su forma de uso y preparación evolucionó en cada lugar; en principio el alcohol tenía una forma de consumirse bastante elemental, ya que aparentemente se elaboraba mediante procesos fermentativos sencillos; se mezclaban básicamente una porción variada de cereales, uva o manzana y de esta manera se obtenía vino, cerveza o sidra, posteriormente se utilizó la destilación y otras formas de preparación, de hecho fue a partir de la Edad Media cuando heredado por los árabes se empezaron a usar las técnicas de 5 destilación por medio del alambique para obtener lo que ellos llamaban “alcohol”, que para ellos era “espíritu del vino” (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). En México hubo probablemente uno de los grupos más antiguos en consumir una bebida embriagante, la tribu Azteca quien consumía “Octli” lo que hoy se conoce con el nombre de pulque, este consumo se daba en ceremonias y ocasiones especiales por lo que no lo consumía cualquier persona ni tampoco en cualquier momento; lo anterior cambia con la llegada de los Españoles que provocó que el “Octli” perdiera su condición, pasando de ser una bebida de consumo ocasional a convertirse en una bebida de consumo habitual, bastante común y popular que para entonces tomó el nombre de pulque (Molina, Berruecos, & Sanchez,1985). Debido a las diversas secuelas que tiene el consumo de alcohol, a lo largo de la historia también se han analizado los efectos de su empleo. Algunos de los efectos encontrados fueron positivos, por ejemplo en la medicina hipocrática se le concedió un papel importante en la conservación de la salud y como sustancia terapéutica. En uno de los tratados hipocráticos llamado “El uso de los líquidos” se escribe lo siguiente “El vino dulce empleado sin interrupción es beneficioso contra las heridas que duran mucho tiempo y también para ayudar a beber los medicamentos. El vino astringente blanco o tiento es beneficioso, frío sobre las llagas, frío a causa del calor.”(La medicina hipocrática, 1976 citado en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Desde la Antigüedad Clásica hasta comienzos de la Edad Moderna hay evidencia de que su consumo era frecuente en la población, lo cual se consideraba beneficioso, de hecho en toda la Europa el alcohol empezó a usarse como un remedio terapéutico, su consumo realmente empezó a popularizarse hasta el siglo XVI, cuando se concedieron por primera vez autorizaciones para algunos gremios destiladores permitiéndoles fabricar distintas bebidas conocidas como “bebidas espirituosas” tales como el aguardiente, lo anterior parece un punto clave en la historia del consumo del alcohol, debido a que es en este punto cuando realmente hay un cambio en la distribución del alcohol hacia la población, tomando en cuenta 6 no solamente que se empezaría a producir en masa, sino además que esta producción y distribución se haría de manera totalmente legal. Los laboratorios de alquimia y destilación alcanzaron gran importancia a lo largo del siglo XVI, por la producción de aguardientes, lo cual fue uno de los factores que aumentó su consumo ya que su venta se empezó a difundir tanto en plazas como en mercados, lugares aún más públicos que las boticas donde anteriormente fue donde se distribuyó. De modo que el consumo fue aumentando y empezaron a manifestarse problemas sociales por el consumo de este producto debido además a que las formas de destilación iban cambiando para mejor y la variedad de las mismas también era más amplia (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Entre los factores sociales que contribuyeron al incremento en el consumo de alcohol, están; la expansión en Europa de las distintas destilerías, el crecimiento demográfico que se da de la clase obrera debido a los centros de crecimiento industrial, la mejora de las técnicas de producción y comercialización del vino, siendo uno de los lugares más populares las llamadas Tabernas en las que por aquellos tiempos sólo entraban hombres y en las cuales debido al abuso del alcohol se daba un ambiente dañino, llegando a asociarseeste tipo de lugares con enfermedades, ruina, violencia e incluso hasta delincuencia por lo que su popularidad creció exponencialmente en forma negativa (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Por lo anterior la visión de los efectos del alcohol fue cambiando paulatinamente, debido a que a pesar de que se reconocían los efectos benéficos que tenía un consumo moderado, también se empezaron a reconocer sus efectos negativos, como el cambio en el sentido y la conciencia, el efecto de olvido a largo plazo, entre otros. Su consumo no se consideró alarmante sino hasta finales del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX, cuando se empezaron a notar efectos en extremo negativos, probablemente el primero en escribir sobre este tipo de efectos en el consumo de tal sustancia fue el médico de cámara del Emperador Carlos V a comienzos del siglo XVI (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). 7 Los médicos empezaron a preocuparse por la forma de consumo y las consecuencias que conllevaba y tal preocupación fue esparciéndose a distintos ámbitos en la población, como la política y la economía (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Una de las consecuencias más populares era el llamado delirium tremens (Sutton, 1813 citado en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Al darse cuenta que el alcohol estaba provocando un problema de salud en tantas personas, este problema dejo de ser sólo algo familiar y privado para pasar a ser un problema social y laboral, esto último debido a todos los problemas generados en la vida diaria de una persona alcohólica (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Debido a lo anterior el gobierno de la época decide empezar a cerrar las Tabernas más temprano, con lo que restringen en gran medida la comercialización del alcohol, sin embargo hay datos de que aún cuando el consumo de esta sustancia no era tan fuerte, tal bebida era adulterada por lo que causaba aún más estragos de los que normalmente causaría una forma de beber como la de aquella época (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). “La primera consideración estrictamente médica del alcoholismo crónico como enfermedad que recoge la historiografía aparece en la obra del médico sueco M. Huss (Campos, 1997, citado por Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). En su obra lo define como “una intoxicación progresiva, dependiente de la absorción directa del tóxico por la sangre o de la alteración de ésta. Este tóxico actuando sea como cuerpo extraño, sea como desorganizador, ejerce secundariamente sobre el sistema nervioso una influencia en primer lugar irritante, después sedante, después estupefaciente, pero ordinariamente alternativa antes de ser permanente” (Huss, 1849 citado por Campos, 1997, citado por Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). A mediados del siglo XIX debido a que el término alcoholismo estaba un poco más claro, el estudio de este fenómeno fue dividido en dos áreas distintas, la primera, preocupada más por los efectos psicológicos que tenía el alcohol en los hombres y 8 como solucionar tales efectos; la segunda enfocada más bien en los aspectos social y moral del problema. Sin embargo, como bien menciona Velasco & Álvarez, (1988) “El público nunca tuvo la menor idea de que se hubiera desarrollado concepto alguno respecto de los problemas derivados del abuso del alcohol o de que se maneja el concepto de alcoholismo. Hasta hace pocos años, el término que se utiliza comúnmente era “ebriedad habitual” y a la víctima se le llamaba simplemente “borracho”. A partir de que el problema del alcohol se fue haciendo más popular, se fueron creando campañas en las que se educaba a la población obrera, quien era la que más frecuente presentaba problemas con el alcohol, para prevenirlos sobre el consumo de esta sustancia y evitar las consecuencias para ese entonces ya bien conocidas. “Ya a mediados del siglo XIX, en los países anglosajones se propuso la creación de centros sanitarios específicos para la rehabilitación de los enfermos alcohólicos” (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). A medida que pasaba el tiempo, el consumo de alcohol se convirtió en una preocupación de más y más países, por lo que en occidente empezaron también a tomar medidas contra el consumo de alcohol, medidas que posteriormente se harían de dimensiones internacionales, teniendo como prioridad limitar la venta de esta sustancia, controlar el consumo y regular la producción de bebidas alcohólicas (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Hasta el año de 1957 fue cuando se solicitó a la Asociación Médica Norteamericana que el alcoholismo pudiera considerarse como una enfermedad (Pittman, 1977). El alcoholismo, se ha entendido como afectación de la salud física y mental de forma individual y también como un conjunto de repercusiones colectivas sanitarias y sociales que los enfermos producen (Revista de Estudios Sociales y de sociología Aplicada, 1979). Sin embargo los problemas para la 9 sociedad no se dan únicamente a través de los consumidores que se consideran alcohólicos, sino también a través de consumidores frecuentes que no llegan a desarrollar un síndrome de dependencia. Lo anterior queda demostrado a través del siguiente texto de Velasco & Álvarez, (1988) “El comité de expertos de alcoholismo de la OMS hizo hincapié en que no solamente había que prestar atención a las personas que ya habían desarrollado el síndrome de dependencia del alcohol (alcoholismo), sino también a los bebedores excesivos no alcohólicos que constituyen una fuente permanente de problemas sanitarios”. 1.2 EL CONSUMO DE ALCOHOL EN MÉXICO En México el consumo de esta sustancia ha sido un problema durante muchos años, y se consideró un problema debido a que se vinculó con actos como el suicidio y la delincuencia como en muchos otros países. Hacia el año de 1868 hubo intentos para tratar de controlar el uso de alcohol, ya que se impuso la paga de una multa de cinco a cincuenta pesos o estar de 8 días a un mes entero en prisión a quien rompiera con lo siguiente… “los días jueves y viernes próximos deben cerrarse las pulquerías y vinaterías á las diez de la mañana, y que el sábado, domingo y lunes siguientes, se abrirán á las diez y se cerrarán á la una del día. Igualmente se previene que en los figones ó fondas no puedan venderse pulques después de dicha hora”… (Molina et al. 1985), por lo que queda asentado un antecedente del control que quería tener el gobierno sobre el consumo de alcohol o para este entonces de la bebida más común, el pulque. La Dirección de Bioestadística en la República Mexicana menciona que en el año de 1976 los accidentes con relación al alcohol ocupaban el cuarto lugar como la causa de mortalidad general y específicamente con datos del Distrito Federal, en 1971 el 18% de los accidentes de tránsito eran bajo efectos de la sustancia antes mencionada (Molina et al. 1985). 10 Debido a lo anterior se crearon 176 artículos, entre ellos nueve transitorios que creó el general Manuel Ávila Camacho, en ese entonces presidente de México, todos ellos como un Reglamento de la Ley de Impuestos sobre Alcoholes, Aguardientes y Mieles Incristalizables, teniendo entre su contenido el que los productores de alcohol debían estar registrados, así como sus obligaciones con características de los envases, los almacenes, depósitos y las actividades de las que debían abstenerse (Molina et al. 1985). Caraveo, Colmenares & Saldivar mencionan en su artículo de 1999 que en México la población que se consideraba bebedora, era del 71.7% para los hombres, mientras que para las mujeres era del 20.4%, agregando que mientras más aumenta la edad en cualquiera de los géneros, también aumenta la cantidad de alcohol consumida. Según Velasco & Álvarez, (1988) algunas de las ocasiones o razones por las que se bebían alcoholen México, eran las siguientes; “…el alcohol está siempre presente en los acontecimientos principales de la vida; la gente bebe para celebrar el nacimiento de un hijo, su incorporación a la iglesia a través del bautismo, para validar una relación ritual de compadrazgo, al terminar los estudios o inaugurar una casa, cuando una hija cumple 15 años, al celebrar la fiesta del santo patrón del pueblo…”- La Organización Mundial de la Salud dio un informe en 2014 donde menciona que Europa y América Latina son las regiones con mayor consumo de alcohol per cápita, México ocupa el decimo lugar en consumo de alcohol dentro de América Latina con 7.2 litros per cápita (World Health Organization, 2014). La OMS también menciona que la cerveza es la segunda sustancia con alcohol que más se consume en el mundo con el 34.8% y es la más consumida en América Latina con el 55.3%. En este mismo informe se menciona que México tiene una puntuación de 3 conforme su tipo de consumo en una escala de 1 a 5, donde 1 representa muy bajo riesgo de consumo y 5 un alto riesgo de consumo (World Health Organization, 2014). 11 En México también se lleva a cabo una encuesta para conocer los niveles de consumo de diferentes sustancias, la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA, 2008), habla de que el consumo de alcohol de los mexicanos no es un consumo diario, a diferencia de otros países lo que reporta es que tenemos un consumo por ocasión, sin embargo las veces en las que llegamos a consumir alcohol, este se consume en grandes cantidades, es decir aproximadamente más de cinco copas para los hombres y cuatro copas o más para las mujeres en cada ocasión. La ENA realizada en 2008 mostró un incremento de 5.5% de consumo en la población en comparación con encuestas anteriores. A pesar de que los mexicanos no somos consumidores diarios, el tipo de consumo ocasional que tenemos va aumentando conforme la edad, como anteriormente lo había reportado Caraveo, Colmenares & Saldivar (1999), la ENA (2008) reporta también que el tipo de bebida preferida por nuestra población es la cerveza y plantea que casi 27 millones de mexicanos que van de entre los 12 y los 65 años beben con una frecuencia que oscila entre menos de una vez al mes y diario, mientras que el grupo de edad que muestra los niveles más altos de consumo es el de 18 a 29 años en el caso de hombre y mujeres. Para el año 2011 la ENA presenta un nuevo informe, la tendencia en la población adulta de 18 a 65 años en el uso de alcohol aumentó significativamente, en general se observó un incremento del nivel de dependencia en hombres y mujeres. En este mismo año se encontró que la población que consumió alcohol por primera vez a los 17 años o menos se incrementó de 49.1% a 55.2% (ENA, 2011). Es importante considerar la edad de consumo debido a que desde hace algunos años y confirmado por varios estudios se ha encontrado que dentro de la población mexicana, uno de los grupos importantes como consumidor es el de los jóvenes universitarios y la cantidad de consumo de alcohol aumenta mientras la edad de los consumidores aumenta (Mora & Natera, 2001), lo que significa que si la edad de comienzo de consumo comienza a bajar, también el consumo de 12 alcohol será más fuerte en edades más tempranas y los problemas de alcoholismo pueden llegar a presentarse en personas mucho más jóvenes. El consumo de cerveza es el más frecuente en la población mexicana, este consumo incrementó de 2002 a 2008 y se mantuvo de esta forma para el 2011. El 53.6% de población masculina consume esta sustancia y el 29.3% de la población femenina también la consume (ENA, 2011). En la Cd. De México, la ENA del 2011 cita a (Villatoro et al, 2009; 2011) donde las mediciones de 2006 arrojaron que la prevalencia del consumo de alcohol fue de 68.8% (hombres 68.2% y mujeres 69.4%), mientras que para el 2009 la cifra aumentó a 71.4%, siendo el mismo porcentaje para los dos sexos. En la ENA de 2008 se reportó que el consumo alto de alcohol (5 copas o más por ocasión de consumo) en el Distrito Federal está por arriba del promedio nacional tanto para el caso de los hombres como de las mujeres. 1.3 ESTRUCTURA DEL ALCOHOL El alcohol se obtiene de la fermentación anaeróbica de los hidratos de carbono, lo que se conoce como fermentación alcohólica, que se realiza por la transformación del azúcar en alcohol mediante la actuación algunas levaduras sobre frutos como la uva, la manzana o algunas semillas como la cebada y el arroz (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Las bebidas fermentadas más comunes son el vino y la cerveza, el vino suele tener entre 10 y 13 grados como contenido alcohólico, mientras que la cerveza suele tener entre 4 y 6 grados; las bebidas que más contenido de alcohol tienen, son las que tienen entre 30 y 50 grados, esto debido a que son bebidas que se producen por medio de la destilación de la bebida fermentada por lo cual quitan la mayor parte de su contenido de agua, las bebidas que están en este último caso son generalmente el whisky, coñac, ron, ginebra, etc. El alcohol es una molécula que atraviesa las membranas biológicas, este aporta 7,1 Kcal por 1 gramo de 13 alcohol, sin embargo no tiene ningún valor nutritivo (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). El alcohol puede ser absorbido por distintas partes de nuestro cuerpo, de hecho puede ser absorbido por todo el tracto gastrointestinal desde la boca hasta el recto, sin embargo las partes donde hay más absorción es en el intestino delgado, duodeno y yeyuno (Batt, citado por Sánchez-Tutret, 1997 citado en Arias, 2005), el alcohol se puede absorber también a través de la mucosa bucal, de ahí pasa al torrente sanguíneo; de la mucosa gástrica, se va hacia el hígado por medio de la vena porta y es ahí donde se metaboliza el alcohol, de hecho es ahí donde se lleva a cabo el 95% de la oxidación (Arias, 2005). “Cuando el alcohol se ingiere produce cambios bioquímicos hasta ser convertido en una sustancia llamada acetaldehído, que pasa a la sangre y se convierte en compuestos inertes; una vez que el alcohol ha sido metabolizado en acetaldehído, produce el cuadro de intoxicación…” (Arias, 2005). El alcohol actúa en todas las células y por tanto es lógico que también afecte nuestras neuronas. Pero ¿Por qué o cómo las afecta?, para empezar debemos aclarar que todas las bebidas alcohólicas contienen etanol, el etanol es conocido como alcohol etílico y en condiciones normales se presenta de forma líquida e incolora, volátil, inflamable e hidrosoluble, la fórmula química del etanol es CH3- CH2-OH (C2H6O) es decir que el alcohol está formado por una molécula de dos átomos de carbono y un grupo oxhidrilo, unido a uno de los dos carbones, este compuesto químico es el principal ingrediente de cualquier bebida alcohólica como se mencionó anteriormente (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003 y Arias, 2005). 1.4 EFECTOS DEL ALCOHOL El efecto que puede tener el alcohol depende de muchos factores, que no se suelen tomar en cuenta, algunos de los elementos que pueden intervenir en el efecto del alcohol son, el tipo de alimentación que se realiza normalmente o incluso horas antes de ingerir la bebida, la edad de la persona que la consume, el 14 peso del consumidor, la cantidad y la velocidad con la que se consume, algunos estudios han demostrado que incluso podría haber una tendencia genética para desarrollar alcoholismo. La manera en que el alcohol afecta al cuerpo humano depende en gran medida de la dosis, lo que se traduce en cuanto alcohol tenemos en la sangre, Velasco & Álvarez (1988) mencionan una clasificación superficial de las fases del consumo de alcohol, en las que habla por ejemplo, del alcoholismo ocasional, del que la mayoría somos partícipes, le sigue el alcoholismo temprano, el cual se refiere a ciertadependencia física que se da principalmente en los eventos sociales, está existe en los individuos que necesitan el alcohol para “entrar en ambiente” o para sentirse de cierta manera aceptados dentro del grupo; en la siguiente etapa se refiere a la dependencia física, en la cual la necesidad de bienestar físico relacionado con el alcohol es mucho más frecuente, por último se menciona la intoxicación crónica, en la cual se pierde la voluntad y el autocontrol y se necesita urgentemente el alcohol para recobrar la sensación de bienestar. A continuación, se presentan los efectos dependiendo la concentración en gramos de alcohol por litro de sangre según Velasco & Álvarez (1988): Concentraciones bajas de alcohol: 0,1 – 0,5 gr/l -Pseudoexcitación, euforia, optimismo y sociabilidad. - Psicomotricidad fina alterada, aumento del tiempo de reacción y pérdida de la capacidad de concentración. -Deterioro en la visión, sobre todo en la acomodación, campo visual reducido y perturbación en la visión periférica. -Provoca una sensación de “superman” Concentraciones medias: 0,6 – 1gr/l -Torpeza expresiva y motora notable. -Pérdida de reflejos. 15 -Sopor y sueño. Concentraciones altas: > 1 gr/l -Sopor y sueño excesivo. -Sedación y somnolencia. Concentraciones peligrosas: > 1.5 gr/l -Coma, depresión bulbar o la muerte. 1.4.1 Baja concentración de alcohol En dosis bajas el alcohol tiende a tener un efecto más bien excitador debido a que hay una desinhibición de la actividad cortical que se traduce en que las personas se sientan con mayor euforia, esto último principalmente porque el flujo sanguíneo aumenta en el hemisferio frontal derecho, lo que provoca la sensación ya mencionada (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). En lo que al aparato cardiovascular se refiere, los efectos son diversos, por ejemplo en el consumo bajo de alcohol los efectos pueden ser la disminución de contractilidad miocárdica, vasodilatación periférica, lo que hace descender la presión arterial y provoca un aumento compensatorio en la frecuencia y el gasto cardiaco (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Entre los efectos conductuales del alcohol que se conocen popularmente, está su efecto diurético, esto es causado debido a que el efecto del alcohol es la inhibición de la hormona antidiurética. En cuanto al aspecto sexual, muchas veces el alcohol consumido en cantidades moderadas puede aumentar la libido, sin embargo con un consumo que sea más fuerte pasa exactamente el efecto contrario. 1.4.2 Media concentración de alcohol Aunque se presentan efectos negativos del consumo de alcohol hacia el aparato cardiovascular, en la Sociedad Española de Toxicomanías (2003), se menciona que: 16 …”Diversos estudios han puesto de manifiesto que aquellas personas que beben cantidades moderadas de alcohol, entre 10 y 30 gramos de alcohol al día, tienen un menor riesgo de padecer una enfermedad coronaria que las que no beben nada. En estas personas existe un menor riesgo de mortalidad cardiovascular, debida fundamentalmente a cardiopatía isquémica aterosclerótica y a accidentes cerebrales isquémicos, frente a los abstemios.” Cuando hay altas dosis, donde el alcohol abarca más centros nerviosos subcorticales, los cuales controlan la coordinación por ejemplo, es entonces cuando vemos efectos inhibitorios tales como falta de coordinación o dificultad para producir el habla, entre otros. 1.4.3 Alta concentración de alcohol Generalmente cuando el consumo es agudo los efectos son fuertes, sin embargo el consumo crónico se da para provocar los mismos efectos que se provocaban al principio del consumo, esto debido a que se desarrolla una tolerancia a la sustancia; aunado a esto, el efecto que tiene el alcohol también depende si lo consume una persona sana o enferma, es decir una persona con consumo crónico esta “acostumbrada” al alcohol, su sistema funciona normalmente con alcohol y también ha dañado poco a poco el sistema, por lo que los efectos tienden a ser mas graves (Arias, 2005). Con el consumo crónico del alcohol se empieza a desarrollar la tolerancia, pero también la dependencia en efectos motores, anestésicos, hipotérmicos, sedantes y ansiolíticos, la fatiga, depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, un deterioro en la capacidad de retención, en el pensamiento abstracto, etc.. Si el consumo de alcohol ha sido prolongado y se interrumpe de manera abrupta se manifiestan síntomas tales como convulsiones, alucinaciones, alteraciones emocionales como ansiedad y depresión, con lo que se sugiere que hay una hiperexcitabilidad neuronal (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003 y Arias, 2005). 17 El 95% del alcohol es metabolizado a nivel hepático, en anhídrido carbónico (CO2) y agua (H2O) y las formas más comunes en las que el alcohol es desechado del cuerpo son; la mayor parte del alcohol ingerido se elimina por vía urinaria que se debe al efecto de la hipófisis posterior sobre la hormona antidiurética (Souza y Machorro, 1988 citado en Arias, 2005), aproximadamente del 1 al 5% se elimina por el aire respirado y del 1 al 15% se elimina sin metabolizar (Arias, 2005). 1.4.4 Efectos en el organismo Como se mencionó previamente uno de los órganos más importantes para el metabolismo del alcohol en nuestro cuerpo es el hígado, ya que es en este órgano donde se lleva a cabo aproximadamente el 95% de su oxidación. Por lo anterior, si el consumo de alcohol es frecuente o excesivo, el hígado al metabolizar el alcohol sufre una disminución en su función principal, el metabolismo de grasas, lo que trae como consecuencia alteraciones al propio hígado en enfermedades tales como el hígado graso alcohólico y en casos muy graves, cirrosis (Arias, 2005). El consumo de alcohol frecuente tiene efectos tales como, la disminución de apetito, la afectación de la mucosa en el sistema digestivo, el impedimento de la absorción adecuada de los diferentes alimentos y por el contrario, aumenta la necesidad de vitaminas en el organismo, también puede llegar a tener un efecto debilitador en los músculos por el déficit de vitaminas (Bolet & Socarrás, 2003). Esta sustancia ocasiona una baja en la temperatura, aunado a una depresión en el sistema regulador de la misma, esto puede ser más peligroso cuando el clima es muy frio por el hecho de que la persona pierda mucho de su calor y derive en alguna consecuencia aún más seria para la salud (Bolet & Socarrás, 2003). Otro de los efectos del alcohol es el daño al miocardio, ya que se ha constatado que aumenta la velocidad de contracción del corazón. La intoxicación de alcohol de forma repetitiva con daños al corazón se denomina miocardiopatía alcohólica y las consecuencias de la misma consisten en arritmias, disminución de la tolerancia al ejercicio, taquicardia y palpitaciones (Smith, 1989 en Arias, 2005). 18 Incluso se ha llegado a relacionar al alcohol con el cáncer, esto debido a que esta sustancia, es un disolvente altamente efectivo para las células cancerígenas, provocando que puedan viajar libremente por el cuerpo, por lo que se ha visto que aumenta el riesgo de cáncer en boca, lengua, faringe, esófago, laringe, hígado, colon, recto, mama y pulmones (MINSAP Programa de prevención, atención y control del alcohol, (1992), citado en Bolet & Socarrás, 2003). Dentro de los efectos del alcohol, en el aparato digestivo, por ejemplo; específicamente en el estómago, el alcohol provoca una secreción de ácido y de gastrina, el consumo crónico, provoca esofagitis, diarreas, gastritis, entre otras patologías. En cuanto al intestino, el consumo crónico afecta la absorción de nutrientes, tales como la vitamina B lo que puede dar como resultado problemas nutricionales. El hígado también es afectado y en su caso el consumo crónico puede provocar desdeuna acumulación de depósitos grasos hasta una hepatitis alcohólica y cirrosis hepática, que en muchas ocasiones lleva a la muerte (Bolet & Socarrás, 2003). En cuanto al sistema respiratorio, grandes cantidades de alcohol pueden llegar a producir depresión respiratoria que puede como en otros casos llevar a la muerte del individuo. En personas que tienen un consumo crónico de esta sustancia, se puede presentar, en el caso de las mujeres, infertilidad o incapacidad de concluir con éxito el proceso de embarazo, pueden ocasionarse partos prematuros o muerte intrauterina y en los hombres, impotencia, ya que un consumo excesivo de alcohol conduce, en un largo plazo, al aceleramiento de los procesos arterioscleróticos que afectan a las arterias que conducen sangre al pene en los cuerpos cavernosos, también puede existir atrofia testicular y ginecomastia, esta última se refiere al crecimiento de una o las dos glándulas mamarias en el hombre, la disminución de vello facial, el afinamiento de la voz y atrofia testicular debido al exceso de estrógenos que hay y que el hígado es incapaz de procesar, puede afectar fuertemente la producción de las hormonas hipofisarias y testiculares (Bolet & Socarrás, 2003). 19 Cuando el consumo de alcohol es excesivo y su empleo se retira de manera abrupta del organismo pueden presentarse alteraciones psíquicas, tales como el delirium tremens, el cual se da y es caracterizado por síntomas tales como, agitación excesiva, confusión, activación del sistema nervioso simpático y generalmente toda la sintomatización termina en 72 horas, aunque hay casos en que puede llegar a prolongarse. Otras consecuencias son la alucinosis alcohólica, que se refiere principalmente a alucinaciones visuales, alucinaciones auditivas y también se presentan ideas delirantes, esto pasa en las primeras 48 horas después del último consumo de alcohol, aunque tales condiciones pueden variar. También está la psicosis de Korsakov es otra alteración que principalmente trae como consecuencia la alteración de la memoria y cuadros convulsivos en algunas ocasiones. Por último, en los casos más graves se puede llegar a tener una desmielinización de la médula espinal (Bolet & Socarrás, 2003). Por lo que se refiere a las consecuencias conductuales, estas pueden ser muy variadas, sin embargo en general se puede mencionar que una persona alcohólica puede perder el interés por toda actividad, perdiendo no solamente la salud, sino también la autoestima, deficiencia en su labor, deterioro mental y empobrecimiento económico (Bolet & Socarrás, 2003). 1.4.5 Efectos neurológicos El alcohol es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica en un 90%, por lo que puede llegar a tener un efecto directo sobre el cerebro. Las propiedades depresoras del alcohol por ejemplo, hacen que haya un efecto anestésico sobre algunas áreas del cerebro y que estas disminuyan su actividad (Carlson, 2006). Las neuronas intercambian biomoléculas llamadas neurotransmisores, que son sustancias químicas que pueden tener efectos inhibitorios o excitatorio sobre las neuronas, este tipo de efectos pueden verse reflejados incluso a nivel conductual (Carlson, 2006). 20 Uno de los neurotransmisores más conocidos, es la dopamina, debido a que interviene en procesos de movimiento, atención, aprendizaje y tiene un papel importante como reforzante no sólo del alcohol sino de las drogas en general (Carlson, 2006). Se ha reportado que el etanol administrado específicamente en el núcleo accumbens provoca la liberación de dopamina en algunos animales (Wozniak et al., 1991; DiChiara e Imperato, 1985; Impertao & Dichiara, 1986 en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003), también promueve el aumento de la frecuencia de descargas en las neuronas dopaminérgicas que se encuentran en el área tegmental ventral que después envía proyecciones al núcleo accumbens y este proceso por si sólo es un proceso reforzante que induce al consumo de más alcohol (Sociedad Española de Toxicomanías, 2003), los efectos positivos con los que se relaciona el alcohol, se deben justamente al efecto estimulante que tiene este neurotransmisor (Sánchez-Tutret, citado en Arias, 2005). Otro de los neurotransmisores afectados en el cerebro por el etanol, es la serotonina, ya que se ha visto que a dosis bajas de alcohol se aumenta la frecuencia de disparo de las neuronas serotoninérgicas del rafe (Verbank et al, 1990 en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003) y aumentan también los niveles de serotonina extracelular en el núcleo accumbens; es importante mencionar que estos estudios se han hecho únicamente en animales (Yoshimoto et al, 1992 en Sociedad Española de Toxicomanías, 2003). Dentro de los procesos en los que se ve implicada la serotonina están; el control de la ingesta de alimentos, la regulación del estado de ánimo, la regulación del dolor y del nivel de activación y de sueño (Carlson, 2006). Hablando en términos hormonales, el alcohol inhibe la liberación de la vasopresina y de la oxitocina principalmente; estas dos se encuentran presentes en regiones cerebrales relacionadas con los mecanismos de aprendizaje, memoria y algunas otras capacidades superiores del comportamiento (Arias, 2005). Se ha demostrado que el consumo excesivo de alcohol es causante de algunas disfunciones en el cerebro, produciendo afectaciones en la memoria o algunas 21 funciones intelectuales complejas como el cálculo, la comprensión, el aprendizaje e incluso en aspectos afectivos o alteraciones del juicio (Arias, 2005). Dentro de las afectaciones más graves causadas por el alcohol al cerebro, está el síndrome alcohólico cerebral que es causado por la pérdida acelerada de neuronas en el cerebro y consiste en un estado parecido a la demencia. Aunque se desconoce el proceso por medio del cual los consumidores tienen esta pérdida de neuronas, es bien conocido que está aceleración tiene lugar. Entre los síntomas que pueden presentarse en el síndrome alcohólico está la fatiga, la apatía, la pérdida de interés, depresión, a veces ansiedad, agitación y cambios de personalidad como irritabilidad (Arias, 2005). 1.5 CLASIFICACIÓN DE LOS NIVELES DEL CONSUMO DE ALCOHOL Hoy en día existen diversos instrumentos para la detección y el diagnóstico de los trastornos relacionados con el consumo del alcohol, entre estos se encuentran los siguientes: - Entrevistas diagnósticas generales o de tamizaje. Se refieren a las entrevistas de exploración psiquiátrica, en este tipo de entrevistas hay preguntas muy específicas acerca del consumo de alcohol, generalmente este tipo de instrumentos son usados por personal especializado en el tema. - Escalas de gravedad clínica de la adicción. Son instrumentos para ayudar a la evaluación de la gravedad de la dependencia desde un punto de vista clínico. - Diagnósticos de comorbilidad. Este tipo de diagnósticos se usan para pacientes que generalmente no solo presentan el trastorno de abuso de sustancias, sino algún otro trastorno psiquiátrico y que por consecuencia necesitan ser tratados de forma distinta. - Instrumentos de valoración de impacto. En este caso los instrumentos se enfocan en analizar las consecuencias negativas que puede llegar a tener 22 el consumo de alcohol no únicamente de manera física, sino también en otros aspectos de la vida, como el aspecto social o afectivo. - Cuestionarios específicos de consumo de alcohol. Estos instrumentos son específicos para el consumo de alcohol y buscan realizar el diagnóstico de alcoholismo de forma más práctica. Como se puede observar hay diversos instrumentos para identificar el consumo de alcohol, estos instrumentos sin embargo son útiles sobre todo para identificar niveles avanzados de alcoholismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) diseñó un instrumento de tamizaje simpleen 1982 llamado Alcohol Use Disorder Identification Test (AUDIT) que sirve para identificar a las personas en las que el consumo de alcohol ya se ha convertido en un problema y conlleva algunos riesgos o dependencia (García, Garate, Garcés, de la Peña, Aguilar y Navarro, 2002). Los distintos niveles en los que el AUDIT define el consumo de alcohol, son los siguientes: Abstemios: Aquellas personas que obtienen un puntaje entre 1 y 7, este grupo de personas reportan no haber bebido en el último año o que con anterioridad nunca haber ingerido alcohol. Consumo de riesgo: En este grupo se encuentran las personas que obtienen puntajes entre 8 y 15, se define como un patrón de consumo al beber más de 5 unidades estándar en una sola ocasión, este nivel puede tener consecuencias negativas para la salud física, mental y social si se vuelve un hábito persistente. Consumo nocivo: Definido por las personas que obtienen un puntaje de 16 a 19 y se refiere al uso de alcohol en un periodo de 1 año o más que produce peligrosos deterioros clínicos importantes, por presentar un consumo recurrente que puede provocar el incumplimiento a nivel laboral, escolar o familiar, en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso o lleva a problemas legales relacionados con el alcohol, siguiendo 23 el consumo a pesar de tener problemas sociales recurrentes o interpersonales causados por los efectos de esta sustancia. Dependencia al alcohol: Es el último nivel, donde el usuario presenta un puntaje mayor o igual a 20, significa que existen un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos en los que el alcohol se convierte en una prioridad del individuo, contraponiéndose a otras actividades que en el pasado tuvieron mayor importancia. En esta etapa es probable que el individuo haya presentado en el último año uso de la sustancia en mayor cantidad o tiempo de lo planeado, deseo persistente por consumir, empleo de mucho tiempo para conseguir alcohol, etc. En estos casos lo recomendable es canalizar al usuario a un tratamiento especializado. 24 CAPITULO 2: SUEÑO 2.1 CARACTERÍSTICAS DEL SUEÑO Velayos, (2009) define el sueño como “…un estado biológico activo y periódico, en el que se distinguen las etapas NMOR y MOR, que se alternan sucesivamente durante la noche.” También Montes, Rueda, Urteaga, Aguilar & Prospero (2006) definieron el sueño como “…un estado de quietud conductual de los organismos, acompañado de una postura de inmovilidad o reposo (propia de la especie), con una disminución en la capacidad de responder a los estímulos externos”. Se puede decir que todos los animales, desde los más complejos hasta los unicelulares, tienen ciclos de actividad y reposo, este último generalmente se caracteriza por la inmovilidad física, sin embargo la vigilia tampoco es una estado homogéneo, ya que durante el curso de la misma se observan también ciclos de actividad-reposo, aproximadamente cada 90 minutos se alternan periodos en que la vigilancia, alerta, atención y capacidad discriminativa disminuyen y en estos periodos es probable que también exista una reducción de la actividad neuronal (Micheli, Nogués, Asconapé, Fernández & Biller, 2003). Hace ya muchos años que se pensaba que el periodo de sueño era una falta total de actividad, sin embargo desde los años 80´s esto ha pasado a ser desmentido, considerándose actualmente que el sueño es una conducta. Entre las características más importantes del sueño, se encuentra la particular postura que se adopta al dormir y que a diferencia de estados que pudieran parecer iguales, como el estado de coma, el estado de sueño es reversible ante estímulos suficientemente fuertes, regresando fácilmente al estado de vigilia (Velayos, 2009). Otra de las características conductuales del sueño es, que es periódico, es decir que se da cada cierto periodo de tiempo, generalmente estos periodos son más o 25 menos constantes, el sueño también es espontaneo, sin embargo una persona que siente sueño, puede voluntariamente evitar dormir (Velayos, 2009). Aunque todo lo anterior parece ser bastante lógico, realmente el saber con seguridad todo esto llevo un proceso largo. Las investigaciones formales de sueño, empezaron a finales del siglo XIX y casi todas eran dedicadas a saber la función del sueño, ¿Para qué servía?, ¿Qué pasa si no lo tenemos?, por lo que la mayoría de investigaciones se dedicaron a trabajar acerca de la privación del sueño, de tal forma que si alguna función o habilidad normal del ser humano o de algún animal se veía afectada al no dormir, podrían inferir fácilmente qué función tenía el dormir. Los primeros estudios de este tipo se realizaron en perros, los autores pioneros en tales procedimientos fueron Manaceine (1891), Tarozzi (1899), así como Legendre y Pieron (1907), todos encontraron efectos a nivel celular dentro del cerebro de los perros que dejaban sin dormir varios días, además algunos de ellos comentan consecuencias como hipotermia y baja en el tono muscular (Velayos, 2009). El primer estudio de privación de sueño en humanos fue reportado en 1896, por Patrick y Gilbert, quienes privaron a varias personas durante 90 horas sin dormir, los resultados fueron, entre otros, disminución de la agudeza sensorial, disminución en la velocidad de las respuestas motoras, disminución de la temperatura, aumento de la irritabilidad y una creciente dificultad para concentrarse, actualmente los resultados de estudios similares, no difieren de los resultados reportados en ese primer estudio (Velayos, 2009). Sin embargo, los experimentos para saber más acerca del sueño, no sólo se quedaron en la privación del sueño, ya fuera por accidentes a algunas personas o por experimentos en animales, distintos investigadores comenzaron a deducir que ciertas partes del cerebro son responsables o afectan de alguna manera la conducta del sueño, algunos experimentos se dedicaron primeramente a lesionar estas partes del cerebro en animales, mientras otros estudios se dedicaron a la 26 estimulación de algunas zonas del cerebro en humanos para también observar consecuencias en la conducta del dormir (Velayos, 2009). Posteriormente se dedujo que no solamente la conducta del dormir era causada por ciertas partes del cerebro, sino que además debía haber algunas sustancias que actuaran sobre ellas, de tal manera que las “activaran” o las “desactivaran” para así, provocar el sueño o el despertar, entre las sustancias que estuvieron interesados distintos investigadores desde el año 1901, se encontraba el anhídrido carbónico, pasando por las hipnotoxinas, el ácido láctico, leucomaínas, los opioides, la serotonina y la dopamina. De hecho actualmente se sigue investigando el actuar de estos y otros, ahora llamados neurotransmisores, en la conducta del sueño (Velayos, 2009). A la postre, se encontró lo que actualmente se conoce como reloj biológico, el cual está situado en el sistema nervioso central, está conformado por una red neuronal que regula algunos aspectos del proceso dinámico que es el sueño, dentro de los aspectos sobre los que tiene influencia están; el tiempo que dormimos y cuándo es que lo hacemos. El reloj biológico sigue un ciclo circadiano que dura 24 horas, este proceso está guiado por los periodos de luz, oscuridad correspondientes al día y la noche, y aunque los periodos deberían ser aproximadamente de 12 horas de sueño algunos estudios han confirmado que el ciclo sin esta guía sería aproximadamente de 25 a 29 horas y no de 24 (Velayos, 2009). Independientemente de la guía que representa el ciclo circadiano, hay sustancias en nuestro cuerpo y principalmente en el cerebro que ayudan a que el proceso de sueño comience, un ejemplo es la adenosina o el factor de liberación de hormonade crecimiento, la cual se acumula en el cerebro de forma proporcional al tiempo que la persona ha estado en estado de vigilia, cierta cantidad de esta sustancia en el espacio extracelular activa las neuronas del núcleo preóptico ventrolateral del hipotálamo, lo que da finalmente paso al sueño (Santamaría, 2003). Además de que diversos investigadores se interesaron por saber, qué ocasionaba el sueño, muchos otros también empezaron a tratar de conocer, cómo era que se 27 componía el sueño, tratando de observar el comportamiento del dormir por sí mismo; al principio fue difícil llegar a una conclusión más allá de que el sueño se componía por tres etapas, un estado de duerme-vela, el dormir propiamente y el sueño ligero, sin embargo posteriormente y al tratar de hacer una investigación más meticulosa, algunos se dieron cuenta que el dormir era mucho más complejo que estas tres etapas (Ramos, 1996). Para empezar se tuvieron que construir aparatos que pudieran captar que pasaba durante el tiempo que dormimos y que fuera de manera distinta a la observación, por lo que se construyeron, electroencefalogramas (EEG), oculogramas, miogramas, etc., estos aparatos captaban, entre las cosas más importantes, el movimiento de algunas partes de nuestro cuerpo, principalmente de la cara y las pequeñas descargas eléctricas con las que funciona nuestro cerebro; por medio de todo lo anterior fue como Loomis en 1937 fue el primero en llegar a la conclusión de que el sueño tenía no tres sino cinco fases diferentes durante el tiempo que dormimos, posteriormente Kleitman redujo estas fases a sólo cuatro, las primeras dos de sueño ligero y las otras dos de sueño profundo; aún con todo lo anterior, faltaba una de las fases más importantes, la cual fue dada por un grupo de estudiantes de Aserinky, ellos describieron la fase MOR, haciéndose también la descripción de sus características, por ejemplo el movimiento de ojos de un lado a otro, la ausencia de tono muscular y el trazado desincronizado del EEG, posteriormente se descubrió que esta era la etapa en la que se daban también lo que nosotros comúnmente llamamos sueños y que además esta fase ocupaba por lo menos el 20% del tiempo de sueño total (Ramos, 1996). Con lo anterior, también se empezaron a investigar las estructuras responsables de cada fase del sueño, con lo cual se encontró que la región crucial del sueño MOR es la parte ventral del núcleo reticular oral del puente y para los años ochenta se encontró que el núcleo dorsomedial del tálamo era una parte fundamental para el establecimiento del sueño lento (Velayos, 2009). Algunos investigadores se concentraron en cómo solucionar los problemas que se presentan en el momento de dormir. Aunque estas investigaciones han sido 28 constantes y hechas por diferentes personajes, actualmente aún no se ha encontrado la sustancia hipnógena perfecta; durante varios años se probo con distintas sustancias, por ejemplo barbitúricos, los cuales producían una pronta habituación y a altas dosis eran tóxicos; también se intento con las llamadas benzodiacepinas, sin embargo con estas el sujeto nunca llegaba a tener sueño profundo o sueño MOR, por lo que no es la mejor opción, algunas otras sustancias que se han utilizado y que sin embargo tienen algún punto negativo por el cual no son sustancias ideales son; las midazopiridinas, los fármacos GABAérgicos, los péptidos muramílicos (que son fragmentos de pared bacteriana que desempeñan funciones hipnógenas) y péptidos orexinérgicos, todos estos sin tener el perfecto efecto deseado de sueño que buscan hasta ahora muchos investigadores (Velayos, 2009) 2.2 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL SUEÑO Como se mencionó anteriormente, el sueño no es un proceso simple, está formado por distintas etapas, todas ellas, con una función para el desarrollo normal en las actividades de una persona, por eso es importante considerar, cómo es la estructura normal del sueño, de tal manera que se puede tener una base para considerar lo que es “normal” por llamarlo de alguna manera y lo que no lo es, en la arquitectura del sueño. El sueño tiene distintas etapas que están marcadas por cambios fisiológicos específicos que se han ido conociendo según la experiencia de diversas investigaciones. Para identificar cada uno de estos cambios se utilizan instrumentos como el electroencefalograma (EEG) o señales como los movimientos oculares y el tono muscular, es en base a estos indicadores que se puede diferenciar entre una y otra etapa en un estudio polisomnográfico (Velayos, 2009). Durante la etapa a la que se le llama vigilia pasiva, la persona está en un nivel de alerta intermedio, a partir de este oscila hacia un estado de vigilia activa y alcanzar niveles máximos de alerta o pasar a la somnolencia para pasar progresivamente a 29 estados de sueño más profundos conforme transcurra el tiempo (Ayala & Mexicano, 2010). Durante la transición entre la vigilia pasiva y la primera fase del sueño se han descrito algunas conductas tales como la prolongación en el tiempo de reacción e incluso la desaparición de respuesta a estímulos aplicados a través de las vías sensoriales auditivas y visuales (Ayala & Mexicano, 2010). La primera etapa se denomina, etapa 1 de sueño no MOR, es distinguida por la somnolencia en el sujeto y en el EEG se marca la desaparición del ritmo alfa, que generalmente se encuentra en el estado de vigilia, en esta etapa hay tono muscular y prácticamente no hay movimientos oculares, excepto por algunos muy lentos (Velayos, 2009). En cuanto a la etapa II y III de sueño no MOR se puede describir, una disminución aún mayor en el ritmo electroencefalográfico, en donde aparecen los husos de sueño y complejos K que vienen dados por el núcleo reticular del tálamo, en esta segunda etapa sigue habiendo tono muscular y no hay movimientos; las estructuras responsables de esta etapa son la corteza prefrontal y el núcleo dorsomedial del tálamo, cabe mencionar que esta fase de sueño, es la que se considera más reparadora, es la más profunda también, por lo que es más difícil que algún estimulo llegue a despertar al sujeto, dura aproximadamente 20% del total de tiempo de sueño y generalmente el individuo tiende a dar vueltas en la cama, cambiando de postura (Velayos, 2009). Una de las etapas que más ha causado interés, es la etapa de sueño MOR, la última etapa del ciclo de sueño, a la cual también se le llama sueño paradójico debido a que hay una desincronización en el EEG y esta desincronización generalmente es una característica del estado de vigilia, se da ya que se activan zonas tales como la formación reticular activadora, también en esta fase de sueño se pueden observar movimientos oculares rápidos, de donde se desprende su nombre, en esta etapa también se produce una atonía, es decir una desaparición 30 del tono muscular, esta fase del sueño ocupa aproximadamente el 25% del sueño total (Velayos, 2009). Con los datos anteriores, podemos deducir que el sueño NO MOR dura aproximadamente 6 horas, mientras que el sueño MOR dura 2 horas, generalmente las dos fases de sueño se alternan cuatro o cinco veces en toda una noche y como se mencionó anteriormente, hay más facilidad para despertar en la etapa de sueño MOR. 2.3 EVALUACIÓN DEL SUEÑO Como se describió anteriormente, la forma más objetiva de analizar y valorar el sueño, no sólo de las personas, sino incluso de algunos animales, es actualmente el estudio polisomnográfico, donde mediante electrodos colocados en la cabeza, cara y algunas partes del cuerpo, se puede observar la actividad eléctrica del cerebro, la actividad motora y la respiración. Cuando no se utiliza un estudio polisomnográfico, los datos de las características de sueño de un sujeto vienen dadas desde él mismo, es decir por medio del autoreporte, por ejemploJiménez (2013) menciona en uno de sus artículos que la herramienta más importante con la que se cuenta actualmente para evaluar a un paciente con insomnio es por medio de la historia clínica, mencionando que el autoreporte debe ser la base para determinar la existencia de este trastorno y el tipo del mismo. Otro instrumento importante son los cuestionarios escritos de sueño, planteando sólo algunas preguntas para que puedan ser respondidas por el sujeto mismo y en orden de obtener una idea superficial pero precisa de si una persona tiene un comportamiento de sueño normal. Los cuestionarios, generalmente evalúan aspectos como, tiempos de sueño, percepción del sueño, trastornos de sueño de manera superficial, depresión, insomnio, narcolepsia, apnea, hábitos y trabajo, alteraciones de sueño, cantidad de sueño y calidad de sueño por mencionar algunas. Las escalas pueden ir 31 enfocadas a distintos tipos de población, por ejemplo hay escalas para niños, para adolescentes y adultos. Dentro de las pruebas que están relacionadas con tiempos de sueño y el sueño fisiológico se encuentran; el Cuestionario de Calidad de Sueño de Oviedo (COS) que es un cuestionario de diagnóstico para algunos trastornos de sueño como el insomnio y el hipersomnio, según los criterios dados por el DSM-IV y el CIE-10, la Sleep Scale de Snyder-Halpem (VSH) elaborada en 1987, el Basic Nordic Questionnaire de Partinen evaluando aspectos cuantitativos y cualitativos del sueño fisiológico, el Sleep Evaluation Questionnaire, el Karalinska Sleep Diary y el Sleep Timing Questionnaire (STQ) que hace un análisis más bien cuantitativo (Lomeli, et al., 2008). También existen pruebas que evalúan trastornos del sueño en general, los cuestionarios más importantes en este aspecto son; el cuestionario SDQ que tiene como objetivo la evaluación de trastornos comunes del sueño y entre los aspectos que analiza están el sueño fisiológico, la depresión, el insomnio, la narcolepsia y la apnea del sueño. Uno de los más populares es el Wisconsin Sleep Questionnaire (WSQ) que es un cuestionario muy corto diseñado para evaluar problemas de sueño como ronquidos, apneas, dificultad para quedarse dormido, levantarse de cama por la noche, sensación de no descanso después de haber dormido, dificultad para despertar, pesadillas, somnolencia diurna, inquietud al dormir, obstrucción nasal o facilidad para quedarse dormido viendo televisión o leyendo. También está el Sleep Disorders Inventary (SDI) que es una prueba diseñada para evaluar problemas de sueño en pacientes con trastornos psiquiátricos. El Pittsburg Sleep Quality Index (PSQI) es un cuestionario autoadministrado que consta de 19 ítems, además de algunas preguntas para el compañero de cama, aunque en la calificación no se toman en cuenta las respuestas del compañero, este cuestionario analiza la calidad de sueño en 7 diferentes componentes como calidad, latencia, duración, alteraciones del sueño, uso de medicación para dormir y disfunción diurna. Otros ejemplos menos conocidos de cuestionarios que valoran 32 los trastornos del sueño en general son el Athens Insomnia Scale (AIS) y el Sleep Problems Scale (Lomeli, et al., 2008). Sin embargo, este tipo de escalas, presentan varios problemas, uno de ellos es que generalmente los sujetos que contestan tales cuestionarios, no recuerdan con exactitud los datos requeridos, con la desventaja además de que los cuestionarios generalmente son cortos, para facilitar la respuesta, aunque también esto implique, una probable ausencia de información importante para un diagnóstico más profundo. Prácticamente ninguna escala explora completamente hábitos, características fisiológicas, las relaciones entre estos y las condiciones ambientales, sociales, culturales, estacionales y ritmos cronobiológicos, lo cual es importante para poder entender mejor, si existe algún problema de sueño (Lomeli, et al., 2008). Actualmente el instrumento más usado para el estudio de sueño, es el estudio polisomnográfico, debido a la exactitud de sus resultados, sin embargo, cabe mencionar que este instrumento también tiene desventajas, entre las cuales están, el alto costo de un estudio polisomnográfico, el tiempo que toma llevar a cabo tal estudio y por último el material y el espacio requerido para realizar tal estudio. En conclusión, es importante tener resultados exactos, para una buena evaluación y diagnóstico de un problema de sueño, sobre todo tomando en cuenta que muchas veces, estos son utilizados para mejorar la calidad de vida de un ser humano; aunque también es muy importante tener un instrumento, que se encuentre al alcance de la población en general y que sea práctico para hacer una evaluación inicial, que pueda ayudar a tratar la salud de una persona, y que al mismo tiempo ahorre costo y tiempo. 2.4 FACTORES IMPORTANTES PARA EL SUEÑO 2.4.1 Cantidad de sueño Anteriormente, se mencionaron los ritmos biológicos como base del ciclo vigilia- sueño, es bien sabido que el ritmo circadiano de 24 horas, el cual marca el inicio 33 del día y la noche, es el ritmo que señala desde el principio de los tiempos el momento de irse a dormir y el momento de despertar. Esto ha dejado de practicarse debido a los cambios en nuestra vida y actividades diarias, en nuestros días las personas se desvelan por diferentes causas, entre ellas están; el trabajo, la escuela o actividades sociales, tales como fiestas o reuniones, también existen situaciones en donde las personas se despiertan a media noche y en muchas ocasiones no pueden volver a conciliar el sueño, generalmente las causas de este repentino despertar son estrés, preocupación e incluso depresión, todo lo anterior hace que no tengamos hábitos de sueño sanos. Uno de los factores más importantes para dormir bien, es el horario de sueño, se ha encontrado que es muy importante tratar de acostarse y levantarse todos los días a la misma hora, también es bien sabido que en el caso de los adultos dormir por lo menos de 7 a 8 horas diarias es lo mejor para llevar una vida sana, aunque esta cantidad puede tener variaciones entre una y otra persona. Se ha demostrado que la falta de sueño, lo que se conoce como insomnio o la simple privación voluntaria de sueño puede llevar a problemas como una disminución en el rendimiento laboral, un incremento en la tasa de accidentes de automóvil, y también a la propensión a enfermedades, además de la falta de descanso y restauración de la energía (Miró, Cano & Buela, 2005). En el otro extremo está el exceso de sueño, que afecta también nuestro desempeño en las actividades diarias; las consecuencias pueden ir desde la falta de atención en varias actividades, somnolencia diurna y falta de descanso, hasta incluso la muerte a largo plazo, por ejemplo Miró, Cano & Buela (2005) mencionan en uno de sus artículos, la relación entre muertes más tempranas en personas que acostumbran dormir más de 8 horas por distintas causas. Aunque no se estudió con claridad, si el exceso de sueño es la causa de la muerte o una secuela de otras enfermedades que llevan a la misma, si se ha comprobado el hecho de que personas con periodos de sueño de más de 8 horas o incluso de menos de estas horas, tienden a morir más rápidamente, que las personas que duermen generalmente entre 7 y 8 horas. 34 El correcto descanso puede ser afectado por tener diversos despertares durante la noche, sobre todo si estos llegan a durar varios minutos e incluso horas, debido a que esto reduce el tiempo de sueño Miró, Cano & Buela (2005). Lo más recomendable es que la hora de dormir sea por la noche, aunque muchas personas no pueden cumplir esto por los horarios laborales con los que cumplen; para este punto es importante tomar en cuenta las siestas que se dan durante el día, actualmente se considera que es bueno dormiruna siesta ya que puede ser reparadora para las personas, mientras está no dure más de 30 minutos y mientras no se dé más de una vez al día. 2.4.2 Calidad de sueño Como se pudo apreciar en el apartado anterior, las formas de dormir y el tiempo que duerme una persona adulta varía de muchas maneras, independientemente del tiempo que dure durmiendo una persona lo más importante es que realmente descanse y restaure su energía. Es por esto que no sólo se ha estudiado la forma y la cantidad de sueño, sino también la calidad del sueño, la cual abarca aspectos, tales como, el número de despertares durante un periodo de sueño, la latencia del sueño, trastornos tales como la apnea y el movimiento excesivo durante el dormir, etc. Una buena calidad de sueño se ha relacionado, con un buen estado de ánimo al siguiente día, además de una sensación de bienestar físico. Pilcher, Ginter y Sadwsky (1997) citado en Miró, Cano & Buela (2005) hicieron un estudio con estudiantes universitarios, en el que se demostró que entre menor era la calidad del sueño era mayor el número de quejas físicas, tensión, depresión, ira, fatiga y confusión, además de una pobre satisfacción con la vida. Respecto a otros de los aspectos que afectan la calidad de sueño y la percepción de descanso, se encuentran los despertares durante el sueño, los cuales, es bien sabido, van aumentando conforme aumenta también nuestra edad, siendo un efecto normal de la misma. En el caso de padecimientos como la apnea, son trastornos que afectan de manera grave el sueño y por tanto el desempeño en la 35 vida diaria, generalmente la apnea está ligada a problemas cardiovasculares o factores de hipertensión como la obesidad y se ha comprobado, que sujetos con apnea severa viven menos, muriendo al menos 2 años antes que los sujetos que sólo tienen apnea moderada o que están libres de esta enfermedad. Uno de los aspectos de la apnea que más afecta la calidad de sueño es el ronquido, es por este mismo que las personas con apnea sufren constantes interrupciones en su periodo de descanso, alargando su periodo de sueño y despertando con un alto grado de fatiga, por el esfuerzo que producen en el constante ronquido (Peraita, 2005). Uno de los factores que influyen en la calidad del sueño son las ensoñaciones. Se ha encontrado que estas se dan durante la etapa MOR del dormir, basándose en relatos de sueños vívidos contados por un 80% de sujetos despertados durante esta fase (Sandoval, 2004). La etapa de sueño MOR se relaciona sobre todo con la restauración psicológica y con procesos de memorización y es por esto que se considera como una señal de buena calidad de sueño. El contenido de los sueños es en su mayoría ilógico aunque vívido y muy emotivo, sin embargo algunos autores como Santamaría en 2003, reportan pacientes a los que se les despierta en medio de la fase MOR y que mencionan tener sueños con significado neutro y rutinario. Se ha comprobado que soñamos varias veces durante el tiempo que permanecemos dormidos pero la mayoría de las personas no recuerda haber soñado y sólo de vez en cuando despiertan reportando recordar al menos uno de sus sueños. 2.4.3 Hábitos de sueño Para tener un buen descanso y por tanto una buena calidad de sueño, es importante tomar en cuenta conductas que puede parecer que no tienen injerencia en la hora de dormir y que sin embargo son importantes para poder dormir de manera óptima, muchos de estos aspectos se toman a la ligera, aunque pueden parecer cosas lógicas, es importante mencionarlas debido a que muchas veces no se cumplen. 36 Por ejemplo, es importante que para dormir se busque un lugar tranquilo, que este protegido y que tenga poca estimulación tanto auditiva como lumínica, por lo anterior es lógico que factores tales como, el estrés, un lugar extraño al que diariamente ocupamos para dormir, el dolor o la toma de sustancias estimulantes, afecten de manera importante nuestro descanso y restauración de energía a la hora de dormir. Algunos indicadores que usamos para saber que es la hora de dormir son, una sensación subjetiva de somnolencia con signos como la disminución de actividad, la disminución de parpadeo espontáneo, el bostezo, regularización de la respiración, dificultad para mantener los ojos abiertos, el aumento de temperatura en manos y pies y la disminución de reactividad ante estímulos externos (Santamaria, 2003). Independientemente de los indicadores anteriores, es importante mantener un horario regular tanto para ir a dormir como para despertarse, como ayuda para regularizar una rutina, pueden implementarse algunas actividades realizando un condicionamiento básico, estas actividades deben realizarse unos minutos antes de ir a la cama y pueden ser cosas simples como un baño o el cepillado de dientes. Es importante por el contrario evitar actividades físicas aeróbicas por lo menos 4 horas antes de irse a dormir, ya que el ejercicio es estimulante y puede derivar en dificultades en la conciliación del sueño (Manrique, 2011). La manera de alimentarnos es otro de los factores que puede influir en la forma en que dormimos, es recomendable llevar una dieta ligera por la noche y consumirla mínimo 2 horas antes de irse a dormir, evitando comidas abundantes y ricas en carbohidratos. También se recomienda no consumir bebidas estimulantes por la noche, algunos ejemplos de estás bebidas son el café, el té, el refresco y el chocolate (Manrique, 2011). Manrique (2011) menciona además que es importante evitar realizar actividades laborales o escolares antes de la hora de dormir ya que la situación ideal para 37 dormir requiere de la ausencia de luces intensas y televisiones por ejemplo, de manera que el dormitorio sea exclusivamente un lugar de descanso. Durante el sueño es normal, al menos en los adultos, que haya movimiento por cambios de postura, al menos cada 20 minutos, sin alterar la continuidad del sueño. Mientras se duerme pueden existir conductas que son poco frecuentes pero realmente no son de importancia para la persona dormida, estas pueden ser pesadillas, ronquido moderado, los movimientos ocasionales de las extremidades, entre algunos otros (Santamaria, 2003). Por último y como ya se había mencionado anteriormente, un adulto normal tarda unas 7 u 8 horas para despertar y en algunas personas es normal que se pase por un periodo de lentitud psicomotora que tarda algún tiempo en desaparecer. 2.4.4 Diferencias de género Es importante mencionar que el género es uno de los aspectos que afecta el dormir, sobre todo en el caso de la mujer probablemente por los ciclos a los que está sometida hormonalmente hablando. En la vida adulta las mujeres tienen mejor calidad de sueño ya que tienen una latencia más corta hacia el inicio del sueño y una eficiencia mucho más alta en comparación con hombres de su misma edad, lo anterior solo por referirse al sueño normal, sin embargo se ha visto que las mujeres tienden a padecer más de problemas de sueño que los hombres. Por ejemplo en el caso de la pubertad, cuando empiezan los cambios hormonales, las jóvenes suelen tener problemas como insomnio, cansancio durante el día y sueño insuficiente, lo cual no ocurre con los jóvenes (Regal, Amigo & Cebrián, 2009). En el caso de la menstruación, se ha observado que en la fase lútea hay más interrupciones del sueño, así como una pobre calidad subjetiva de sueño comparándola con la fase folicular, sin embargo es importante para estos periodos tomar en cuenta los estados de ánimo negativos que también pueden afectar la 38 calidad de sueño (Regal, Amigo & Cebrián, 2009). Por último, vale la pena mencionar que uno de los estados que más afecta al sueño de la mujer es probablemente el embarazo, ya que se ha observado que durante esta etapa, las mujeres tienen más problemas para
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