Logo Studenta

Deteccion-de-riesgo-adictivo-en-una-secundaria-del-D F

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

I 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
DIVISION DE ESTUDIOS PROFESIONALES 
 DETECCIÓN DEL RIESGO ADICTIVO EN UNA SECUNDARIA DEL D.F. 
TESIS PARA OBTENER TITULO EN 
LICENCIADAS EN PSICOLOGIA 
 
 DIRECTOR: MTRO. FERNANDO PASCUAL VÁZQUEZ PINEDA 
 REVISORA: DRA. CORINA CUEVAS RENAUD 
 SINODALES: DR. SAMUEL JURADO CARDENAS 
 DRA. MARIANA GUTIERREZ LARA 
 DRA. SILVIA MORALES CHAINE 
PRESENTAN: 
MARTHA LIDIA SERRATOS ORTEGA 
ALEJANDRA MALDONADO ORTEGA 
 MÉXICO, D. F., AGOSTO DE 2014. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
II 
 
Agradecimientos 
 
 
 
Para todos aquellos que hicieron posible la culminación de este proyecto, muchas gracias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Cuando todas las personas dicen que no se puede, 
simplemente hay que imaginarlo” 
Michael Phelps 
 
 
III 
 
ÍNDICE: 
Resumen V 
Introducción 1 
 
Capítulo 1 
1.1-Concepto básico en el estudio de las adicciones 8 
1.2-Consumo de drogas diferente de adicción 12 
1.3-Uso y abuso recreativo, experimental, de riesgo y dañino 16 
1.4-Abuso y dependencia 19 
1.5-Fases por las que se pasa del uso al abuso y a la dependencia 21 
1.5.1- Consolidación, Mantenimiento y Recaída 22 
1.6-Factores de riesgo del consumo (Antes del inicio) 25 
1.7-Riesgo y Vulnerabilidad 26 
1.8-Factores de protección 29 
1.8.1-Estilo de vida saludable del estudiante de secundaria 30 
 
Resultados 48 
Discusión 61 
Capítulo 2 
2.- Definición de prevención 31 
2.1- Tipos de prevención 32 
2.2- Prevención de las adicciones en la escuela secundaria 35 
2.3- Planteamiento del problema y pregunta de 
investigación 
 41 
2.4- Objetivo General y 
Específicos 
 41 
Método 42 
Participantes 42 
Instrumentos 43 
Procedimiento 44 
IV 
 
Alcances y limitaciones 65 
Propuestas 66 
Conclusión 69 
Referencias 72 
Anexo 85 
V 
 
Resumen: 
 
Detección del riesgo adictivo en una secundaria del D.F. 
Las adicciones son un problema de salud pública que afecta principalmente a los 
adolescentes, quienes enfrentan factores biopsicosociales que pueden predisponer al consumo de 
sustancias adictivas. Objetivo general.-Detectar el riesgo de consumo de sustancias adictivas a 
nivel del grupo escolar de educación secundaria. Material y métodos.- Es una muestra no 
probabilística, con 285 alumnos de 3ero de secundaria, turno matutino, edad (14 a 17 años), nivel 
socioeconómico medio, se uso el POSIT (Problem Oriented Screening Instrument for Teenagers), 
elaborado por el National Institute on Drug Abuse en 1991, validado en 1997 (Mariño, González-
Forteza, Andrade y Medina-Mora) con adolescentes mexicanos, se empleo el área de uso y abuso. 
Resultados.- Los resultados obtenidos mostraron bajo riesgo adictivo entre el sexo y la edad (14-
17 años). Implicaciones.-Poner atención en cómo funcionan los factores de protección en esta 
muestra. 
 
Palabras clave: Riesgo adictivo, detección temprana, alumnos de secundaria. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
 
Los padres de familia en muchas ocasiones por sus actividades o trabajo, no se llegan a 
enterar de los riesgos a los que se enfrenta su hijo, si algunos llegan a percatarse de que el joven 
consume drogas, es porque han llegado a verlo, no siendo la primera vez que éste las consume. 
 
De acuerdo a Blazich y Ojeda (2013) se hace mención en como los padres responden ante 
los cambios en la forma de comportarse de su hijo, como el que se muestre ausente, irritable, 
agresivo, violento, haya reprobado el ciclo escolar, robado dinero u objetos de la casa, para poder 
seguir consumiendo o les llamen de la delegación y en el más grave de los casos tengan un 
accidente que afecte contra su integridad o la de terceros. 
 
Por su parte los profesores en los niveles de primaria y secundaria, muchas veces perciben 
la educación para la salud en materia de adicciones como algo lejano a sus obligaciones, o 
carecen de los recursos para aplicar programas de prevención efectivos. 
 
Por esta razón hay que brindar a los adolescentes las herramientas necesarias para resistir 
la presión social a la que se enfrentan como serían los amigos, amenazas entre pares o incluso los 
medios de comunicación, donde se promueve el consumo de drogas para conseguir un estatus 
social y económico (Woolfolk, 2006). 
 
En la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA), realizada en 2011, se analizan estudios 
similares efectuados en 1998 y 2008. Los datos indican que, la prevalencia global del consumo de 
 
2 
 
drogas en México aún es baja al ser confrontada con otras sociedades, en las que se registran 
aumentos e índices preocupantes. 
 
Es importante enfatizar que entre los hombres, el consumo en el último mes se incrementó 
en un 90% entre 1993, 1998 y 2008; en las mujeres, aunque su consumo siempre es mucho 
menor que el de los hombres, en 1998 se triplicó la proporción de usuarias, especialmente entre 
las de 12 y 17 años de edad, que representan al grupo mayoritario de consumidoras en el último 
mes. 
 
De acuerdo (Reidl y González, 2011) la mayoría de los jóvenes aún se encuentran 
experimentando ya sea por curiosidad o por convivencia, indican que el consumo va en ascenso 
incrementando la probabilidad de pasar de un consumo legal a uno ilegal. 
 
Por todo lo anterior, el objetivo de esta tesis, es poder realizar una detección oportuna del 
riesgo de consumo de drogas a nivel del grupo escolar de educación secundaria dado que es el 
rango de edad en donde se da un mayor incremento en el consumo de drogas. 
 
La adolescencia es una etapa de transición (Rivera, 2003; López y Rodríguez, 2010), 
siendo esto por sí mismo un factor de riesgo, en la que algunos chicos pueden llegar a 
experimentar con drogas aunque para que esto ocurra deben de interrelacionarse múltiples 
factores, algunos de estos: encontrarse en lugares públicos sin supervisión como parque, centros 
recreativos, clubes deportivos, cines y escuelas donde puede dar inicio la prueba, consumo, 
distribución y venta de drogas. 
 
 
3 
 
No todo en los adolescentes son conductas antisociales como: abandono escolar, 
delincuencia y dificultades familiares también existen relaciones de empatía y apoyo hacia la 
familia, comunidad, donde se favorece la comunicación, resistencia a la presión social y el logro 
de metas siendo éstos factores de protección contra el consumo de drogas (Tena, 2011). 
 
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2004) droga es “toda sustancia 
introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más funciones de este.” 
 
La actitud hacia el consumo (Pérez, 2012), se ve influida por diversos factores tanto 
culturales, económicos y sociales que varían de país o región, donde son socialmente aceptados, 
promovidos y tolerados; a esto se agrega la oferta, disponibilidad y accesibilidad de las sustancias 
a diferencia del uso y abuso que depende en gran medida del carácter legal de la producción 
adquisición y uso de las diferentes sustancias confines de intoxicación. 
 
La Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC, 2008) define a la adicción 
como una condición en la que el individuo esta física y mentalmente entregado a una droga 
provocado por el abuso en su consumo, avanzando en la escala de tolerancia, llegando a 
convertirse en un problema para la sociedad. 
 
El uso y abuso hacia una sustancia, legal o ilegal, dependen de cuanta es la cantidad que 
se consume así como de las veces con que se realiza aunado a las consecuencias de su empleo 
(Gutiérrez, 2013). 
 
 
4 
 
La legalidad que se le ha dado al uso de algunas drogas ha decrementado la percepción de 
riesgo que tiene hacia la salud aunque por otro lado se ha observado el incremento de consumo de 
drogas ilegales a pesar de percibirse como peligrosas (García, 2011). 
 
El adolescente vive en un mundo donde interactúa con diversos factores sociales en los 
que crece y se forma generando puntos de vista y personalidad creando así sus roles sociales y 
valores, los cuales en su mayoría son dados por el grupo social al que pertenece y de las personas 
a las que otorga un valor de importancia (López y Rodríguez, 2010). 
 
El enfoque riesgo-protección es una perspectiva que permite identificar las variables 
asociadas a este problema. Un factor de riesgo pueden ser por ejemplo: características 
individuales tales como la edad o el género; condición situacional o del entorno como la 
accesibilidad al consumo de drogas de los padres (Chávez, Rivera, Leyva, Sánchez y Lazcano, 
2013). 
 
En contraste con los riesgos del inicio de consumo, es importante resaltar el importante 
papel que juega la escuela, como un factor de protección debido a su significado como un espacio 
formativo y de desarrollo integral. Ya que la integración y participación del adolescente en ésta 
disminuye la probabilidad de aparición de una conducta problemática y de riesgo. (Reidl y 
González, 2011). 
 
La forma más eficaz para evitar que los jóvenes caigan en el consumo de las drogas es la 
prevención, que en primera instancia nos conduce a estar informados y atentos en las situaciones 
que rodean a los chicos. 
 
5 
 
En Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, 2011) menciona que los 
programas de prevención generalmente están diseñados para alcanzar a la población para la cual 
fueron diseñadas y realizarla en el ambiente en donde se relacione el individuo, estos se pueden 
clasificar según la audiencia para la cual son diseñados como: universales (dirigidos a toda la 
población), selectivos (a un subgrupo de la población al que se sabe puede tener riesgo) e 
indicados (cuando hay una población detectada que ya manifiesta los síntomas). 
 
Por tal razón se considera importante la capacitación de los docentes para incidir en la 
población escolar con el Programa Nacional Escuela Segura impulsada en y por la Secretaría de 
Educación Pública (SEP) al sistema educativo “para brindar herramientas teórica y practicas a los 
profesores y directivos de las escuelas de educación secundaria para que se asuman como agentes 
de cambio en favor de la prevención del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas entre sus 
estudiantes” (SEP, 2013). 
 
En este contexto, es importante identificar a través del tiempo los grupos de la población 
que están en mayor riesgo de consumo de drogas, no sólo en cuanto al género sino también de 
acuerdo con su edad (Tena, 2011). 
 
La escuela se convierte en un espacio propicio para el diseño y ejecución de acciones 
preventivas, ya que constituye un ambiente donde la interacción entre los adolescentes es 
continua y permanente, que permite fomentar y fortalecer factores de protección entre los 
mismos, como son el desarrollo de una conciencia preventiva con conocimiento, habilidades y 
actitudes que los lleven al cuidado de su cuerpo y su salud (SEP, 2013). 
 
 
6 
 
Resulta importante la aplicación de un instrumento, que permita obtener información y 
detecte el riesgo adictivo, exponiendo los problemas no solamente de aquellos adolescentes de 
quién se sospecha que recurren al uso y abuso de drogas legales o ilegales, sino de todos 
aquellos que puedan ser atraídos en diferentes contextos como los ya señalados, 
independientemente de que estén relacionados o no con el uso de éstas. 
 
La ENA (2011) muestra que la edad de inicio del consumo de alcohol y otras drogas se 
encuentra cada vez más en un rango de menor edad, no existe formas prácticas y oportunas para 
una detección temprana de casos de riesgo de consumo. 
 
A lo largo de esta tesis se plantea como reto el desarrollar en sus capítulos los 
antecedentes a la prevención de las adicciones, las etapas de las mismas y los resultados 
obtenidos al aplicar el Cuestionario de Tamizaje de los Problemas en Adolescentes (POSIT) a 
una población real de jóvenes que cursan el último grado de secundaria y cuya edad oscila entre 
los 14 y 17 años de edad. 
 
El primer capítulo hace mención del concepto básico de drogas o sustancias psicoactivas, 
así como de adicción o dependencia, porque es importante señalar que es una droga y cómo 
influye en el organismo para que el uso de esta pueda llegar a convertirse en una adicción 
pasando por sus diferentes etapas como son: uso y abuso recreativo, experimental, de riesgo y 
dañino. 
 
Además, en ese capítulo se trata la influencia que tienen los factores de riesgo y los 
factores de protección que pueden dar lugar a conductas adictivas de los adolescentes y como es 
 
7 
 
importante favorecer estilos de vida saludable en los adolescentes de secundaria (etapa de mayor 
riesgo para su consumo por su periodo de desarrollo). 
 
En el capítulo 2 se habla de los modelos de prevención y las estrategias para la detección 
de las adicciones, así como del Programa Escuela Segura diseñado por la SEP ya que es en la 
escuela uno de los ámbitos prioritarios para su intervención al ser el lugar en donde conviven y 
coinciden intereses entre los adolescentes y que mediante la educación, se dará paso a la 
formación de actitudes y valores que prevengan factores de riesgo a nivel secundaria. 
 
Luego de tratar los antecedentes conceptuales y discutir algunos resultados sobre 
prevención escolar del consumo en adolescentes, se propone el método de estudio sobre 
detección de riesgo adictivo en una secundaria del sur del D.F., se muestran los resultados y el 
análisis de estos. Se discuten las implicaciones y se hacen sugerencias para 
posteriores estudios, incluyendo el seguimiento para monitorear de manera continua el 
riesgo adictivo en este contexto. 
 
8 
 
 Este capítulo se centra en los factores de riesgo y los de protección que pueden llegar a 
incidir en las conductas adictivas de los adolescentes así como en el concepto básico de adicción. 
 
El uso de una droga puede generar en un problema de evolución crónica, con recaídas 
frecuentes debido a su potencial adictivo y en ocasiones dar lugar al síndrome de abstinencia, de 
dependencia y de tolerancia de ahí la importancia de dar a conocer a los padres de familia, 
adolescentes y profesores los signos de alarma de consumo en los jóvenes como actitudes, 
vestimenta o incluso vocabulario (Tena, 2011). 
 
El propósito de este capítulo es hacer hincapié en el consumo de drogas en los 
adolescentes iniciando por conocer los conceptos básicos de adicción y droga además de cómo 
influye en el organismo para que ésta pueda llegar a convertirse en una adicción a través de sus 
diferentes etapas como son: uso y abuso recreativo, experimental, de riesgo y dañino, y la 
diferencia entre consumo y adicción. 
 
Además la influencia que tienen los factores de riesgo y los factores de protección que 
inciden en las conductas adictivas y como es importante favorecer los estilos de vida saludable en 
los adolescentes de secundaria porque es la etapadel desarrollo en la que hay mayor riesgo (SEP, 
2010). 
 
1.1 Conceptos básicos en el estudio de las adicciones 
 
Un primer concepto que debe ser comprendido antes de pasar a la definición de 
adicciones, es el de drogas. Como se refirió anteriormente la OMS (2004) definió el término 
 
9 
 
droga como “cualquier sustancia, introducida al organismo vivo que puede modificar una o más 
funciones de este”; ésta puede ser cualquier sustancia sintética o natural que afecta la percepción, 
la sensación, el estado de ánimo y la actividad tanto física como mental de quién la ingiere, y 
cuyo uso excesivo y prolongado tiene efectos perjudiciales en él. 
 
Para la Secretaría de Salud (SSA, 2001) se define como droga a toda aquella sustancia que 
modifica la percepción, la sensación, el estado de ánimo y la actividad tanto física como mental. 
 
Velasco en el 2007 define a la droga como el nombre genérico de ciertas sustancias 
minerales, vegetales o animales que son empleadas por la medicina, industria o las bellas artes. 
 
De acuerdo a CONADIC (2011) el término droga se refiere al concepto de sustancia 
psicoactiva, es decir una sustancia que altera algunas funciones mentales y a veces físicas, que al 
ser consumida reiteradamente tiene la posibilidad de dar origen a una adicción. 
 
La SEP (2013) hace mención que toda sustancia puede ser considerada droga cuando reúne 
diversas características al ser introducida en el organismo afectando en el individuo una o varias 
de sus funciones, lo que provoca en el usuario su búsqueda por resultar placentera generando una 
tolerancia farmacológica que lo vuelve susceptible a causar adicción psicológica y física. 
 
Bajo estas características se puede determinar que droga es una sustancia que afecta al 
individuo de forma física y mental que puede llegar a ser consumida de manera repetida para 
experimentar sus efectos placenteros o bien cuando ya se es usuario porque requiere de la misma 
para evitar un sufrimiento al no ser consumida y siga funcionando como un impulso que es 
 
10 
 
necesario e inevitable para sentir los efectos de euforia que produce la sustancia en el organismo, 
(Ghiardo, 2003). 
 
Según el NIDA (2011), la adicción se define como una enfermedad crónica del cerebro con 
recaídas caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de sustancias psicoactivas, término 
que se aplica a las sustancias cuyo consumo lleva o puede llevar a la condición patológica 
(enfermedad), a pesar de las consecuencias nocivas. Se considera como enfermedad del cerebro 
porque las sustancias adictivas modifican su estructura y como funciona. 
 
La APA (Asociación Americana de Psicología) en 1995, la define como un conjunto de 
síntomas y signos cognoscitivos, conductuales y fisiológicos, que indican el consumo continuado 
de una droga, a pesar de los problemas significativos que esto provoca. 
 
Velasco (2007), refiere a la adicción como un estado psicofísico causado por la interacción 
de un organismo vivo con una sustancia, y que se caracteriza por la modificación del 
comportamiento. (Sinónimos: dependencia, drogadicción, farmacodependencia). 
 
De acuerdo a CONADIC (2011) una adicción a una droga no se manifiesta 
inmediatamente, tiene un proceso con una serie de fases que van desde el uso de una droga 
(consumo ocasional de ésta que no provoca efectos negativos físicos, psíquicos, familiares, ni 
sociales en la persona) pasando por un abuso (ocurre cuando la droga se consumen en una mayor 
cantidad, con más frecuencia y sin importar si daña la salud física, mental y social de la persona 
que la consume) hasta llegar a la adicción (es un síndrome en donde existe una gran necesidad de 
 
11 
 
consumir la droga, daña gravemente la salud y ocasiona abandono de otras áreas de la vida ya sea 
laboral, escolar, familiar, social de la persona). 
 
A partir de estos referentes se puede definir a la adicción como la necesidad que presenta 
el individuo por obtener de manera constante una respuesta placentera, provocando dado su 
consumo una sensación de gratificación pero llegando a afectar sus capacidades cognitivas al no 
reconocer lugar y tiempo, desarrollando pensamientos fantasiosos, además de observarse un 
deterioro en su comportamiento de forma conductual y fisiológica ante el consumo continuo de 
estas drogas, llegando a afectar su interacción pues se muestra desinhibido, con falta de respeto 
por las reglas de urbanidad y convivencia (Gutiérrez, 2013). 
 
 Dentro de los signos más característicos a observar de manera física y conductual como 
los define el Centro de Integración Juvenil (CIJ, 2005) son los siguientes: 
 
Dentro de los físicos se manifiesta la fatiga, las repetidas quejas físicas, en ocasiones los 
ojos vidriosos o enrojecidos y tos duradera. 
 
En los emocionales se observa un cambio de personalidad, repentinos cambios de humor, 
irritabilidad, comportamiento irresponsable, baja autoestima, pobre autocritica, depresión y 
generalizado desinterés. 
 
 En los familiares se manifiestan por ser siempre quienes empiezan las discusiones, el tener 
una actitud negativa, el romper con las reglas de disciplina, el aislamiento de la familia y el ser 
extremadamente reservado y callado. 
 
12 
 
 En el ambiente escolar los signos que se observan son tener un bajo rendimiento y 
desinterés por los aspectos académicos, una actitud negativa, presentar reprobación en las 
diferentes asignaturas, el ausentismo escolar así como la vagancia y los constantes problemas de 
disciplina. 
 
 Los signos sociales que frecuentemente se presentan son tener nuevas amistades que 
tienen problemas de conducta, el desinterés en actividades escolares o familiares y el relacionarse 
con personas que son consumidores de drogas, así como tener problemas legales, mostrar 
notorios cambios en su higiene, imitar la forma de vestir, accesorios y música. 
 
 Los adultos en ocasiones evitan ver los cambios de conducta de los jóvenes quizá por falta 
de comunicación, lo que impide darse cuenta de las situaciones de riesgo a las que se enfrentan, 
por el contrario si a la familia y a la escuela se le brindan las herramientas que como factores de 
protección pueden promover a través del acercamiento, la convivencia y la apertura al diálogo se 
daría al joven las posibilidades de resistirse a la presión social. 
 
1.2 Consumo de drogas diferente de adicción o dependencia 
 
 Existen varios factores asociados al uso de drogas que pudieran incrementar la 
probabilidad del consumo sin embargo ninguno es determinante ni implica causalidad al cual 
Sloboda, Alantz y Tarter (2012) denominan con el concepto de riesgo. 
 
 En CIJ (2007) se menciona que en los jóvenes se da el consumo de drogas ante 
determinadas circunstancias y ambientes (escolares, sociales, recreativos, etc.) que pueden ser o 
 
13 
 
no condiciones que incrementen la conducta en donde puede influir la personalidad, factores de 
riesgo y las habilidades sociales con las que se cuenta para que este se presente. 
 
Numerosas encuestas como la ENA (2011) tienen como resultado, saber que los indujo a 
usar por primera vez una droga y sus razones para continuar su consumo. Las respuestas más 
frecuentes son: 
 
La satisfacción, el sentirse aceptado, por rebeldía ante la autoridad o simplemente como 
un acto de liberación ante una prohibición injusta o social. 
 
Se atribuyen a la conjunción de varios factores que sin duda pueden detonar el consumo 
de drogas, como: el temperamento, el desarrollo cognitivo y la personalidad, pero al ser el 
individuo parte de un ambiente social, familiar y cultura, con una exposición constante hacia las 
actitudes de rechazo o negligencia ante el consumo en menores de edad (Cava, Murgui y Musitu, 
2008). 
 
Herrera, Wagner, Velasco, Borges, Lazcano realizaron un estudio enel 2004 con 
estudiantes mexicanos de educación básica, media y superior donde se obtuvo como resultado 
que existe una estrecha relación entre el consumo de tabaco y la predisposición al uso de drogas. 
 
Estos resultados demuestran que la probabilidad acumulada del uso de drogas ilícitas 
entre los estudiantes que no usaban alcohol y tabaco a la edad de 16 años fue del 1 por ciento, 
mientras que en los jóvenes de la misma edad que si consumían se obtuvo hasta un 10 por ciento. 
 
 
14 
 
Estos resultados les confirmaron la hipótesis respecto al impacto que tienen el alcohol y el 
tabaco como drogas de inicio al consumo de otras de tipo ilegal como la marihuana y la cocaína. 
 
Este estudio arroja información relevante al observar que la misma presión ejercida 
durante la convivencia, el deseo de pertenecía a un grupo, su inmadurez no les permite 
identificar los riesgos dado que las condiciones son parte del grupo y sentir que no se cumplen es 
dejar de ser parte de algo importante, de no pertenecer, por ello entre más jóvenes son más 
influenciables (López y Rodríguez, 2010). 
 
Becoña (2002) plantea el modelo teórico general subyascente a los programas preventivos 
de drogas, fundamentado en la etiología del consumo donde mencionan el inicio como aquel 
atributo, característica o condición situacional, ambiental, biológica o psicológica que incrementa 
la probabilidad de uso o abuso y el mantenimiento como un periodo de contacto continuo con las 
misma, la progresión como el consumo de drogas legales a las ilegales. 
 
El consumo recurrente de estas sustancias pese a los efectos negativos que generan en el 
organismo, es lo que NIDA (2008) define como adicción, una enfermedad crónica del cerebro 
que lo cambia, modifica su estructura y función con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el 
uso compulsivo de sustancias adictivas, a pesar de las consecuencias nocivas. 
 
Se puede determinar que el consumo trasciende a adicción cuando la búsqueda de esa 
satisfacción es de manera constante, llevando al individuo a ingerirla con una mayor frecuencia, 
hasta dejar de tener una actividad y vida rutinaria por el hecho de obtener ese efecto placentero 
cuya duración es cada vez menor. 
 
15 
 
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV, 1995) define, 
la adicción como un patrón desadaptativo del consumo de sustancias que lleva a un deterioro 
clínicamente significativo y se caracteriza por la presencia de tres o más de las siguientes 
características: tolerancia, dependencia física, consumo de la sustancia en cantidades mayores, 
deseo persistente por controlar el consumo de droga, empleo de tiempo cada vez mayor. 
 
Como menciona CONADIC (2011) entre adicción física y adicción psicológica, algunas 
drogas, con el tiempo y la continuidad de su consumo cuando se suprimen aparecen síntomas o 
signos desagradables, a veces intensos y peligrosos para la salud se dice entonces que la 
dependencia es física, cuando una persona necesita droga para sentir sus efectos y le hace falta 
para sentirse bien, se dice que ha desarrollado o adicción psicológica. 
 
Se puede considerar que el individuo se ve expuesto ante la droga enfrentándose a esta de 
maneras muy diversas, la primera sería al probarla y satisfacer una necesidad que va desde la 
curiosidad hasta la presión social. En la segunda es cuando se visualiza como elemento que le 
posibilita poder enfrentarse a los conflictos, un extra que lo hace capaz, aunque no se percata de 
que cada vez es más constante y persistente la necesidad de consumirla, al grado de que su 
tolerancia cada vez es menor requiriendo una mayor cantidad, pues el organismo lo requiere, 
convirtiendo esta situación en una acción constante sin tener consciencia del daño que le provoca 
hasta convertirse en una adicción que lo lleve al aislamiento de sus actividades cotidianas y 
cambios emocionales que lo alejen de su entorno social, reduciendo su grupo al del consumo 
(Tena, 2011). 
 
 
 
16 
 
1.3 Uso y abuso recreativo, experimental, de riesgo y dañino. 
 
Becoña (2010) señala la influencia que tienen los factores de riesgo y de protección que 
influyen en el desarrollo de conductas adictivas en los adolescentes siendo importante favorecer 
estilos de vida saludable en los mismo por ser la etapa de mayor riesgo para su consumo debido 
al periodo de desarrollo en que se encuentran. 
 
Siendo el uso de una droga, el consumo de una sustancia que no produce consecuencias 
negativas en el individuo. Este tipo de consumo es el más habitual cuando se usa ésta de forma 
esporádica mientras que abuso es cuando hay un uso continuado a pesar de las consecuencias 
negativas derivadas del efecto producido en el organismo (Gutiérrez, 2013). 
 
La adquisición hacia el consumo de drogas inicia con una prueba inicial y la 
experimentación, afirma Becoña (1999) donde existen 8 tipos de factores implicados en el 
consumo: predisposición al consumo, características socio-demográficas, disponibilidad, costo 
económico, publicidad y la presión social a la que se enfrentan los factores cognitivos y 
expectativa ante su consumo, así como la falta de consecuencias (Gutiérrez, 2013), la carencia de 
estrategias adecuadas de afrontamiento ante el aburrimiento así como el control de peso corporal, 
los efectos fisiológicos y psicológicos que producen el consumo (fig. 1) de las primeras drogas o 
sustancias psicoactivas (Babor, 1992). 
 
Millman y Botvin (1992) señalan que es en la adolescencia temprana donde se presenta el 
consumo de drogas, siendo la adolescencia media donde se establece el consumo de las mismas, 
 
 
17 
 
 
 
 
 
• , 
! ¡j 
, 
u 
, 
! , 
S 
1m 
\ 
¡JI ¡ll ., ¡il j' !t 
~ 
h l¡ 
li l· 
• 
111* ' 
j,l q 
¡ s • 
,! 1 
, t, 
l' 
l i 1I , !ijl 
¡ '! 
r-¡ , , 
"" , , · , ~ ¡ · , .8 ¡ , ' 
al ¡ · , , , 
.a ¡ 
~ i , ' 
~ 
" 
~e ,. 
" ¡~ 
'" ¡ ~ 
" ! !i 
il ,. 
~ 
!e 
'-" ,. 
" 
" 
" " ¡ ~ 
" 
" • '! 
~ 
• , , 
~ -, 
! ~ 
" c •••••• 
, 
I 
! 
• ; • • 
j 
IIU 
¡ji III 
111 j' 1I .1 
"" 
IPI 
" j 
111¡lt , 
¡jI 
!s j 
11 • , 1 
, 
JI 
1 
, 1¡1f , ¡' 
! .1 
, 
~ . 
" I • • 
~ ¡ · , j i • • 
• ¡ 
• I 
• I ~ . 
! : , , 
~ , 
! I 
~ I .¡ 
'í 
11 
ro L ' o , .. . 
• I i ! 
! i , . 
• ¡ · . 
-~ ! 
~ I ; , · , , , 
o • · , 
~ ¡ · , i ! 
¡;¡; ! 
J 
 
18 
 
tal es el caso de México, demostrado a partir de los índices epidemiológicos de consumo, que 
indican que la población entre 10 y 18 años es la que se encuentra en mayor riesgo. 
 
La adicción no es producto de un evento único en la vida del sujeto, sino el resultado de 
un proceso que incluye aspectos psíquicos, familiares, socio-demográficos, históricos, culturales, 
macro sociales, etc. Que emergen, se configuran, articulan e incluso perpetúan (Fernández, 
2013). 
 
CONADIC (2011) menciona que existe uso de drogas cuando se trata de un consumo 
ocasional y esporádico que no tiene consecuencias mayores porque no es frecuente, sin embargo; 
cuando una persona ya abusa de una droga o puede incumplir con sus obligaciones en el trabajo, 
la escuela o la casa, puede llegar a consumir en situaciones riesgosas como conducir un 
automóvil después de beber, presentar problemas legales, sociales o familiares relacionado con el 
consumo. 
 
Por lo anterior, se considera que la etapa de la adolescencia, dada la ausencia de los 
padres y los factores de convivencia, hace que busquen en las drogas la pronta gratificación, 
siendo las fiestas, reuniones y juegos entre pares los primeros eventos donde se use de manera 
recreativa (Becoña, Calafat, Fernández, Juan, Secades, Fernández y Angels, 2010). 
 
El contexto familiar y la relación entre padres e hijos son considerados como factores de 
riesgo, ya sea por divorcios, uso y abuso de alcohol, historia familiar, etc. (CIJ, 2007). 
 
 
19 
 
Carvajal 2005 describe las conductas de riesgo como la necesidad de algunos jóvenespor 
experimentar sensaciones nuevas, interesantes, con riesgos físicos y sociales. 
 
Es así, que se determina que la impulsividad genera la falta de reflexión a las 
consecuencias, lo que desencadena situaciones que puedan dañar al individuo que lo consume o a 
terceros cuando se ve involucrado en eventos sociales pasando de ser una situación de riesgo a 
una que dañe su integridad. 
 
1.4 Abuso y dependencia 
 
A lo largo del capítulo se ha revisado el significado de abuso el cual actualmente 
entendemos como una enfermedad que es desarrollada por una multitud de causas pero 
principalmente como una enfermedad del cerebro por la estimulación que las drogas provocan en 
él. 
Todas las drogas en mayor o menor medida, pueden ocasionar dependencia física, 
psicológica o ambas, y en muchos casos ocasionan un grave deterioro en quién las consume, en 
su familia y en su entorno, la dependencia a una droga puede variar según las característica 
personales, tipo de sustancia, cantidad y frecuencia (CONADIC, 2011). 
 
De tal forma que cuando los jóvenes llegan a probar y luego consumir regularmente 
sustancias tóxicas estos pueden dañarlos permanentemente, la prevención busca retrasar la edad 
de inicio de la prueba para evitar un posterior consumo regular, abuso y dependencia (Carvajal, 
2005). 
 
20 
 
 Diversos estudios realizados (Gutiérrez, 2013) han arrojado como resultado que las 
personas son más vulnerables en ciertas etapas de la vida debido a que pueden estar relacionados 
con situaciones de crisis o cambios a enfrentar. Es aquí cuando los niños y jóvenes son más 
vulnerables al ser susceptibles al uso de drogas por la etapa de transición en la que se encuentran. 
 
El romper con las inseguridades es el primer paso para seguir experimentando la prueba 
de la misma ya sea por curiosidad y después creando una falsa seguridad que lleva a la 
dependencia (Reidl y González, 2011). 
 
Según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) 10 (OMS, 1992) 
dependencia o síndrome de dependencia es un conjunto de manifestaciones fisiológicas 
(tolerancia, neuroadaptación y abstinencia) psicológicas (aprendizaje y características personales) 
y sociales (grupos de afinidad, cultura de grupo y medio ambiente), en el cual el consumo de una 
droga o de un tipo de ellas, se convierte en prioridad para el individuo, mucho más que cualquier 
otro tipo de comportamiento de los que en el pasado tuvieron el mayor interés. 
 
Se considera que el síndrome de dependencia es un fuerte deseo a veces insuperable por el 
mismo individuo que manifiesta deseos constantes por ingerir drogas, aun prescritas por un 
médico, aumentando las dosis o incluso ingiriéndolas aún cuando el objetivo para el que fueron 
destinadas ya no sea necesario (CONADIC, 2011). 
 
De acuerdo con Becoña (2002) la recaída en el consumo de drogas, después de un periodo 
de ausencia de la misma, desarrolla de una manera más rápida la dependencia, en comparación 
con individuos no dependientes. La dependencia psicológica genera un sentimiento de 
 
21 
 
satisfacción e impulso que exige al individuo el consumo regular o continúo para producir un 
placer o evitar un malestar. 
 
Medina-Mora (2013) describe otro concepto relevante que es el potencial adictivo como 
la propensión que se tiene a una sustancia psicoactiva que produce adicción en aquel que la usa, 
en lo que se refiere a las drogas el consumirlas puede llegar a no controlarse ni moderarse salvo 
en raras excepciones o de acuerdo a cuál de éstas se utiliza. 
 
Se plantea que el hombre que se inicia en el consumo de las drogas puede que se arraigue 
en este hábito. El consumo de éstas suele avanzar por etapas, desde el uso experimental u 
ocasional hasta el uso continuo, pasando por el consumo de varias sustancias, hasta una 
dependencia, en esta última, el consumo se caracteriza por ser intenso y variado por sus efectos 
(Velasco, 2007). 
 
1.5 Fases por las que se pasa del uso al abuso y a la dependencia 
 
De acuerdo CONADIC (2011) están los criterios para identificar la adicción al tabaco, 
alcohol y otras drogas, como son la tolerancia donde la persona requiere consumir cantidades 
cada vez mayores de éstas para experimentar efectos deseados. 
 
El síndrome de abstinencia donde el estado de malestar físico y psíquico se caracteriza por 
ansiedad, sudoración, taquicardias, alucinaciones, temblores y otros, se presenta al interrumpir 
bruscamente el consumo de la droga 
 
 
22 
 
El consumo de droga en cantidades o períodos de tiempo mayores donde también se 
encuentran los intentos fallidos por dejarla, después el empleo de mucho tiempo en conseguir, 
consumir y recuperarse de los efectos de ésta para posteriormente llegar al abandono de otras 
actividades sociales, laborales o recreativas para finalizar en su consumo a pesar de todos los 
problemas que esto le ocasiona. 
 
El uso, abuso y la clara dependencia a las drogas pertenecen a la fase de consolidación en 
donde las causas externas e internas son decisivas en la persona para qué deje de consumir, es 
aquí donde puede o no ocurrir la fase de recaída o de las recaídas que son fases por las que 
atraviesa la posterior rehabilitación. 
 
Se piensa que es importante considerar otro factor que hasta el momento no se plantea 
como es el fácil acceso, la posibilidad de compra o la disponibilidad de las mismas en casa 
hablando de drogas como el tabaco y el alcohol (Reidl y González, 2011). 
 
Se considera fundamental trabajar desde casa y escuela los valores para disminuir su 
consumo. 
 
1.5.1 Consolidación, Mantenimiento y recaída 
 
Becoña (1999) describe la fase de consolidación del consumo de una droga como aquella 
donde se da el paso del uso, al abuso y a la dependencia, siendo el componente principal para 
mantener el consumo de éstas las consecuencias, positivas o negativas, que siguen a dicho 
consumo, la persona decidirá continuar o no consumiendo. 
 
23 
 
También reconoce que el estado emocional se convierte en un factor para que se 
mantenga o no el consumo y se pueda producir un incremento cuantitativo pasando del uso, al 
abuso y a la adicción, llegando a consumir otro tipo de drogas más peligrosas (Medina-Mora, 
2013). 
 
Se piensa que la consolidación al consumo de una droga depende de la experiencia que se 
tenga con ésta, si esta es desagradable se evitará su consumo, por el contrario si es placentera se 
mantiene su consumo a largo plazo hasta generar una posible adicción (Kerlikowske y 
Fernández, 2010). 
 
Becoña (2002) plantea que el síndrome de abstinencia se manifiesta cuando se deja de 
consumir bruscamente o la dosis es insuficiente, en un estado de abuso de una droga, son un 
conjunto de síntomas y signos que aparecen en una persona que es dependiente de ésta y que deja 
de consumirla bruscamente o la cantidad consumida es insuficiente. 
 
En el CONADIC (2008) se define la tolerancia como un estado adaptativo que se 
caracteriza por la disminución de la respuesta a la cantidad de droga por la necesidad de una dosis 
mayor para producir el mismo efecto en el organismo. 
 
El proceso de metabolización de la droga limita la duración de su efecto. La exposición 
repetida ocasiona que ésta se metabolice con mayor rapidez y la duración e intensidad del efecto 
deseado disminuya considerablemente. 
 
 
24 
 
La fase de abandono de acuerdo con Becoña (2007) es donde una conducta permanece en 
el tiempo, en el que la persona puede seguir o dejar, si sus consecuencias son más negativas que 
positivas. Por eso es que algunos individuos dejarán de consumirlas después de una o varias 
pruebas, otros pasan un periodo corto o largo de consumo y otros casos consumirán 
ininterrumpidamente durante muchos años o a lo largo de toda la vida, estos son los que están en 
la fase de mantenimiento del consumo. 
 
Algunos individuos llegan a abandonar el consumo por causasexternas o por casusas 
internas. Dentro de las causas externas Becoña (2002) cita la presión familiar, de los amigos, 
novia, social, legal, sanitaria, etc., para que abandone el consumo de esa droga. Las de tipo 
interno son cuando la persona decide dejar de hacer un consumo por los problemas que le 
acarrea, sean de tipo personal, físico, afectivo, familiar, social, etc. Su tratamiento es de vital 
importancia ya que este determinará su abstinencia o mantenimiento a largo plazo. 
 
Becoña (2002) refiere a la recaída como la última fase en la que la adicción arraigada 
puede considerarse como una conducta aprendida difícil de extinguir, de ahí que las personas que 
llegan a este nivel, habitualmente después de varios años de consumo, cuando deciden dejarla y 
lo consiguen, con frecuencia tienden a recaer. 
 
Las consecuencias que pueden favorecer el consumo de una droga son las reacciones de la 
familia o amigos quienes promueven su consumo en situaciones de convivencia o de conflicto lo 
que genera su consumo posterior en ambientes o situaciones determinadas (Tena, 2011). 
 
 
 
25 
 
1.6 Factores de riesgo del consumo (Antes del inicio) 
 
Se establece por factor de riesgo a una característica individual, condición situacional y/o 
ambiental favorable para el uso/abuso de una droga en su inicio y a la permanencia promoviendo 
su mantenimiento (NIDA, 2004). 
 
Los factores de riesgo de acuerdo a los CIJ (2009) pueden identificarse a nivel individual, 
familiar, comunitario e institucional, ya sea biológico, psicológico, ambiental y social. 
 
Para la presente investigación resulta importante señalar cuáles pueden ser los factores de 
riesgo (deserción escolar, baja autoestima, relaciones familiares, relación con los pares, la misma 
adolescencia, entre otros) al tener claridad en los mismo se podrá detectar y brindar los apoyos 
oportunos para su atención, evitando que el individuo se vea expuesto a esas pruebas que hacen 
que inicie a temprana edad y se posterguen por mayor tiempo o se oriente para que no caiga en 
una etapa de la que es difícil recuperarse, ya que por más que se evite el sujeto está expuesto a un 
entorno en que por su periodo de transición puede llegar a consumirla además de que son de fácil 
acceso. 
 
Como Gutiérrez (2013) hace referencia, los adolescentes que experimentan con drogas, 
generalmente lo hacen después de haber fumado o ingerido bebidas alcohólicas, como drogas de 
inicio, para posteriormente utilizar distintas drogas, como resultado de las primeras experiencias 
con éstas no existen alteraciones manifiestas evidentes, sin embargo, como se menciona en 
NIDA (2006) se pueden reconocer las señales que puede indicar si un joven está consumiendo 
 
26 
 
drogas como sería ausentarse de la casa sin razón aparente, cambios súbitos de comportamiento y 
crisis de mal humor (irritabilidad, actitud defensiva, etcétera). 
 
En la escuela la SEP (2010) menciona que los adolescentes manifiestan bajo rendimiento 
escolar, inasistencia o indisciplina, no cumplir con sus obligaciones alterando la disciplina 
familiar, robar dinero u objetos en la casa o escuela, pedir frecuentemente dinero prestado o 
gastar demasiado, cambio de amistades y renuencia a presentar a sus nuevos amigos, desinterés 
por las cosas que anteriormente le gustaban, falta de entusiasmo, etc. 
 
1.7 Riesgo y vulnerabilidad 
 
Los factores de riesgo hacen hincapié en la vulnerabilidad que enfrenta el individuo al 
iniciarse en el consumo de drogas, en la SEP (2010) se menciona que los individuos que son más 
vulnerables son los expuestos a condiciones de vida poco favorables para su sano desarrollo 
como las víctimas de violencia, niños de la calle, hijos de padres consumidores de alcohol y otras 
drogas. 
 
La vulnerabilidad de acuerdo a CIJ (2009) hace referencia a un estado o situación en la 
que el individuo está ubicado en desventaja o riesgo en comparación con los demás, otros 
elementos que pueden enmarcar la vulnerabilidad son la predisposición genética, enfermedad 
crónica, conflictos personales, familia, trabajo o escuela. 
 
La vulnerabilidad se entiende como la desventaja en la que está el individuo en 
comparación con otro en una comunidad o sociedad frente a la exposición a los factores de riesgo 
 
27 
 
que propician el posible uso y abuso de drogas a las que no puede resistirse por no contar con la 
fortaleza para enfrentar la presión que tiene la sociedad o los pares sobre él (fig. 2). 
 
 Bandura (1986), explica el fenómeno denominado aprendizaje vicario destacando que el 
individuo aprende básicamente, a partir de la observación del comportamiento de los otros lo cual 
implica que no necesita pasar por las situaciones para aprender, si los padres toman alcohol, 
fuman o consumen otras drogas, están enseñando pautas de conducta que en el futuro favorecerán 
que adopte igual comportamiento (Gutiérrez, Villatoro, Gaytán y Alamo, 2008). 
 
 Se piensa que hay conductas que son normales y que se han favorecido a través de la 
aceptación y tolerancia en diversos contextos y situaciones que favorecen el consumo de drogas, 
no percibiendo la magnitud de su impacto en el individuo como factor de riesgo para sus 
próximas conductas de socialización (ENA, 2011). 
 
Los factores de riesgo de acuerdo a la SEP (2013) remarcan la vulnerabilidad para 
iniciarse en el consumo de drogas, mientras que los factores de protección limitan los factores de 
riesgo. Es decir existe un alto número de factores de protección y un mínimo de riesgo, hay 
mayor posibilidad de resistirse ante la presión hacia el consumo de drogas; por el contrario 
cuando se invierten estas condiciones la probabilidad de consumo puede favorecerse. 
 
 
28 
 
-
-.... 
-
• • • 
.' p 
::: 
..g 
~ 
¡:: --a 
:; -!! -
:1 ... 
• • , 
• • 
--~ 
• 
... . 
• • -
• ., • 
"" • 
~ .. 
~ 
g' .. .. -
~ . 
• 
 
29 
 
1.8 Factores de protección 
 
La familia es el primer espacio donde al sujeto se le marcan las pautas de comportamiento 
para su desenvolvimiento, de acuerdo con CIJ (2005) las conductas que se aprenden aquí son 
denominadas recurrentes y son la base para formar un repertorio más complejo en donde cada 
individuo las incorporará a sus posteriores procesos de convivencia. 
 
La familia tiene un papel relevante en la formación de la identidad y comportamiento del 
individuo convirtiéndola en un factor de protección teniendo como papel principal la educación 
(NIDA, 2006). 
 
Un factor de protección es definido por la SEP (2013) como la capacidad o característica 
individual o de tipo situacional o ambiental que disminuye la probabilidad del uso, abuso de 
drogas o su nivel de interacción con las mismas. 
 
Dentro de estos factores de protección la ENA (2011) señala el buen autoconcepto, 
conductas positivas, habilidades para la vida, grupos de amigos favorables, comunicación con los 
padres, el ejercicio físico, la confianza en la toma de decisiones, etc. 
 
Los factores de protección permiten al individuo enfrentarse a situaciones o ambientes de 
riesgo que lo induzcan al consumo de drogas, resistiendo las presiones a las que comúnmente se 
enfrentan sabiendo decir no, valorando sus capacidades y habilidades para resolver conflictos 
tanto internos como externos (NIDA, 2004). 
 
 
30 
 
1.8.1 Estilos de vida saludable del estudiante de secundaria 
 
Bernal (2009) reconoce a la escuela como formadora, como un espacio para la 
convivencia, donde se favorece el diálogo, la reflexión, la toma de acuerdos, la aceptación de las 
diferencias y las formas más pertinentes para alcanzar los objetivos. 
 
Es por ello que se considera que la escuela es el espacio en donde el individuo transcurre 
la mayor parte del tiempo a la par de la familia y en la que aprende en sus diferentes etapas de 
desarrollo a interactuar, resolver y a reflexionar en las diferentes etapas de transiciónen las que 
se encuentran (SEP, 2013). 
 
Al visualizar esta necesidad de fortalecer al individuo es que se considera necesario 
incluir en el currículo escolar habilidades para la vida señaladas por la SEP (2013) como aquellas 
que fomentan el desarrollo personal de los estudiantes, favorecen su potencial para disfrutar de 
una vida exitosa que le permitan enfrentar contextos y problemas de la vida cotidiana. 
 
Ante esta circunstancia, se plantea que es necesario fortalecer los niveles de prevención de 
acuerdo a la etapa de desarrollo del estudiante pues es en la escuela fundamental sensibilizar a los 
adolescentes con respecto a los daños potenciales provocados por el consumo de drogas que son 
nocivas y que sea capaz de tomar una decisión adecuada ante su consumo, a resistir la presión 
social o ser resiliente ante las adversidades, como aprendizaje adquirido en la etapa escolar que 
llevará a la confrontación de los conflictos (NIDA, 2004). 
 
31 
 
Este capítulo menciona los tipos de prevención y como favorecer los factores de 
protección. Es importante señalar a la prevención como una de las respuestas de mayor 
importancia en contra de las adicciones. 
 
2.1 Definición de prevención 
 
En su dimensión etimológica, la palabra prevención se deriva del verbo transitivo latín: 
preavenire, que significa prever, anticiparse a que algo ocurra o tenga lugar. El uso del término 
tiene dos connotaciones, una del dominio popular y otra de carácter técnico. 
 
La prevención de adicciones es una estrategia desarrollada en la medicina y la psicología 
como resultado de las experiencias en el tratamiento y rehabilitación de personas usuarias a las 
drogas, no obstante la SEP con el referente del Programa de Escuela Segura (2010) plantea a la 
prevención como una opción que es formadora en función de que las personas hagan frente a 
situaciones que afectan su autoconcepto y autoimagen reconociendo sus habilidades para 
fortalecerse en la autonomía moral, con base en su juicio crítico. 
 
Se da un peso importante a la prevención como la posibilidad de evitar caer en un daño o 
riesgo donde se brindan herramientas a los individuos que le permitan resistirse al consumo de 
drogas y a la presión social donde se tome una decisión más asertiva que facilite hacer frente a las 
situaciones o problemas y que no se recurran a éstas como alternativas. 
 
Se considera que un ambiente familiar donde se favorecen los vínculos afectivos, la 
comunicación, la cercanía entre padres e hijos disminuye la probabilidad del consumo de drogas, 
 
32 
 
ya lo refiere Moos, Moss y Trickett (1995) al plantear su teoría del clima social en donde el 
ambiente es determinante y decisivo del bienestar del individuo; asume que el rol del ambiente es 
fundamental como formador del comportamiento humano ya que, contempla una compleja 
combinación de variables organizacionales y sociales, así como también físicas, las que influirán 
contundentemente sobre el desarrollo del individuo. 
 
Por esta razón es importante considerar a la prevención como una medida para reducir el 
riesgo de situaciones que se pueden agravar creando un conflicto mayor que resulte más difícil 
controlar, es fundamental brindar a la población herramientas que le permitan evitar caer en 
situaciones de riesgo (NIDA, 2006). 
 
2.2 Tipos de prevención 
 
Leavell y Clark en l965 sugirieron un esquema de prevención que se dividía en tres 
niveles: primaria, secundaria y terciaria. 
 
La prevención primaria Caplan (1980) busca tomar medidas para que las personas no 
prueben drogas evitando los factores de riesgo y promoviendo los factores de protección. 
 
La prevención secundaria está dirigida a identificar y tratar la enfermedad (adicción) 
frenando su avance y evitando se convierta en un problema mayor. 
 
 
33 
 
Y por último la prevención terciaria, cuando ya se manifestó la enfermedad (adicción) se 
busca evitar complicaciones o recaídas, se centra en el tratamiento y rehabilitación de la 
dependencia a las drogas. 
 
Después Gordon 1987 sugiere otra clasificación: Universal (dirigida a toda la población 
teniendo una perspectiva amplia y poco costosa, orientada a conseguir cambios de 
comportamiento), la selectiva (dirigida a subgrupos con mayor riesgo que la población en 
general) y la indicada (dirigida a individuos con alto riesgo). 
 
El Modelo de Atención adoptado por la red de los Centros Nueva Vida (CONADIC, 
2011) parte del principio de que la prevención puede desarrollarse en tres modalidades de 
intervención, es importante identificar cuál es el apropiado en función del nivel de consumo. 
 
La prevención Universal está dirigida a toda la población presente o no un riesgo es 
difundido a nivel (nacional, estatal, local, vecinal, escolar), a través de mensajes y programas 
orientados a prevenir o retardar el abuso de alcohol, tabaco y otras drogas, el objetivo de este 
nivel es utilizar la información, para detener situaciones y circunstancias que favorecen el uso y 
abuso, a la mejora de los contextos con educación sexual, higiene mental y ambiental, así como 
ofrecer alternativas del uso adecuado del tiempo libre a través de la recreación, talleres de artes, 
música, teatro, deporte entre otros. 
 
La prevención selectiva se dirige al subgrupo entero, ya que éste se encuentra en más 
riesgo que la población en general. Las intervenciones se dirigen a subconjuntos de personas que 
tiene un riesgo mayor para desarrollar abuso de drogas, a un segmento particular de la población, 
 
34 
 
hijos de alcohólicos, estudiantes que abandonan la escuela o que reprueban materias, niños con 
hermanos consumidores de drogas que viven en lugares en donde existe la prevalencia y 
disponibilidad de las mismas, entre otros riesgos. 
 
La prevención indicada evita el avance al consumo de sustancias psicoactivas y disminuir 
los problemas asociados al mismo. Se dirige a grupos que ya consumen tabaco, alcohol u otras 
drogas y que muestran consecuencias negativas de su empleo. 
 
Está diseñada para prevenir la instauración del abuso de drogas en los individuos que no 
cumplen los criterios de diagnósticos para la adicción de éstas, pero que muestran efectos 
tempranos asociados con el uso experimental, tiene como meta la reducción del consumo en su 
primera vez, también la disminución en tiempo de los síntomas de abuso, el retardo en el uso y en 
el establecimiento excesivo y/o atenuar la severidad de su consumo (CONADIC, 2011). 
 
De acuerdo a la SEP (2013) las intervenciones se dirigen al ámbito escolar, que es donde 
se encuentra una mayor parte de la población vulnerable (niños y jóvenes). 
 
Los adolescentes al estar en una etapa de transición, por los diferentes factores que los 
rodean y sus circunstancias o vivencias personales, por esta razón es que se decidió la aplicación 
de un instrumento, que exponga los problemas no solamente de aquellos adolescentes de quién se 
sospecha que recurren al uso y abuso de drogas, sino de todos aquellos que puedan ser atraídos en 
diferentes contextos como los ya señalados, independientemente de que estén relacionados o no 
con el uso de éstas; con la intención de proporcionar apoyo a la adolescencia para favorecer los 
factores de protección (Reidl y González, 2011). 
 
35 
 
2.3 Prevención de las adicciones en la escuela secundaria 
 
En NIDA (2004) se plantea que, junto con las medidas legales y sociales, las medidas 
educativas son la base de la prevención del consumo de drogas, por lo que el contexto escolar 
cobra gran relevancia y se convierte en uno de los escenarios idóneos para llevar el mensaje 
preventivo a un mayor número de niños y jóvenes en riesgo. 
 
La escuela es el segundo espacio de socialización más importante para los niños y 
jóvenes, ya que en ella se establece el primer contacto con el medio, se relaciona con jóvenes de 
su edad y con las presiones que el mismogrupo impone, es donde se encuentra la mayor parte del 
tiempo y hace uso de su toma de decisiones, brinda la oportunidad de establecer relaciones con 
sus iguales y con figuras de autoridad, que resultan modelos de comportamiento que apoyan el 
aprendizaje de nuevas normas, valores, creencias y actitudes, que determinan la futura conducta 
del adolescente (CIJ, 2008). 
 
Dado que es el espacio donde se concreta la mayor cantidad de jóvenes que por su edad se 
consideran en riesgo, muchas de las instituciones escolares tanto públicas como privadas, 
concentran sus esfuerzos preventivos, CIJ (2009) describe que la edad escolar es más propicia 
para la adquisición de valores, conocimientos, actitudes y hábitos que favorezcan el desarrollo 
social y personal del sujeto, la información que se recibe es de forma horizontal y continua, 
además de permitir incluir la prevención del consumo de drogas como parte de las materias 
curriculares que tienen que estudiar todos los niños, al incorporar a todos los miembros de la 
comunidad escolar, padres, maestros, alumnos y directivos. 
 
 
36 
 
Se sabe que la población adolescente de acuerdo con NIDA (2004) se encuentra en mayor 
riesgo por su etapa de desarrollo y las influencias del medio (amigos, medios de comunicación, 
presión social) es que se han desarrollado varios instrumentos que miden el riesgo adictivo, por lo 
que se ha elegido el POSIT por ser un cuestionario que esta específicamente dirigido a 
adolescentes y que se ha adaptado a la población mexicana y que permite identificar al menos 
una consecuencia negativa asociada al consumo de alcohol u otra droga (Mariño, González-
Forteza, Andrade y Medina-Mora, 1998; Martínez, Salazar, Ruiz, Barrientos y Ayala, 2005). 
 
Varias son las investigaciones que se han realizado con el POSIT, que han apoyado la 
detección de adolescentes que se encuentran en situación de riesgo y es por esta razón que 
mencionaremos algunas de estas: 
 
En Michoacán, un estudio realizado por Villegas (2011), reporta que no existen 
programas de prevención y atención a las adicciones para jóvenes de doce a quince años, los 
estudios enfocados en la protección de la infancia concluyen hacia los doce años de edad, 
mientras que los programas posteriores de apoyo normalmente son dirigidos a jóvenes de quince 
años en adelante. 
 
Se consultaron en tres contextos socio-económicos: medio urbano, medio semiurbano y 
medio rural a 17 mil 147 jóvenes, considerando sus grados de escolaridad, y las edades de catorce 
a quince años y 16 a 17 de los jóvenes que no son estudiantes. 
 
Hay que enfatizar que hubo factores que obstaculizaron el estudio como fueron: La 
agresión de grupos organizados rompiendo los cuestionarios, la negativa de algunas autoridades 
 
37 
 
educativas a la aplicación del POSIT, el acoso de policías municipales así como la escasa 
población adolescente en las comunidades debido a la migración interna y externa, 
principalmente del medio rural y el hostigamiento de pobladores cuestionando la presencia de los 
aplicadores. 
 
Los resultados obtenidos de la aplicación del POSIT señalan a la población adolescente 
de secundaria de Michoacán, de entre doce y quince años, como la más vulnerable y expuesta al 
uso de drogas. Los resultados obtenidos muestran que los adolescentes valoran poco las 
consecuencias de sus actos y buscan ser aceptados y saberse pertenecientes a un grupo. 
 
Dentro de otros factores de riesgo está la pobreza externa, la conflictividad en el medio 
familiar, abandono, el maltrato, expulsión del hogar, alcoholismo, el abuso físico y sexual, 
orfandad, la inactividad escolar o laboral de los adolescentes, así como la escasez de programas 
de inclusión social, que ponen en riesgo la estabilidad, autonomía y el reconocimiento social de 
los adolescentes michoacanos. 
 
En Aguascalientes (Martínez, Pedroza, Vació, Jiménez, y Salazar, 2008) aplicaron un 
estudio para determinar la efectividad del Consejo Breve para adolescentes escolares sobre el 
patrón de consumo del alcohol. 
 
Inicialmente en el estudio participaron 52 adolescentes con un promedio de edad de 16 
años, es importante mencionar que sólo 40 adolescentes concluyeron la fase de intervención y el 
seguimiento a los seis meses, quedando los grupos de la siguiente manera: grupo experimental 
 
38 
 
con 23 adolescentes (13 hombres y 10 mujeres) y grupo control con 17 adolescentes (13 hombres 
y 4 mujeres). 
 
La muestra fue no probabilística de sujetos voluntarios, donde se incluían adolescentes 
usuarios de alcohol, con consumo mayor de cuatro tragos estándar por ocasión de consumo en 
más de cinco ocasiones en los últimos seis meses y reportar al menos un problema relacionado 
con su consumo de alcohol, pero sin presentar los síntomas físicos de la dependencia fisiológica 
de acuerdo con el DSM-IV-TR (2000); el rango de edad oscila entre 14 y 18 años y requerían 
estar inscritos en una escuela de educación media o media superior del Estado de Aguascalientes 
además de clasificar como consumidor de riesgo moderado a muy alto. 
 
Se aplicó el POSIT su objetivo es la identificación de los adolescentes que presentan al 
menos una consecuencia negativa asociada al consumo de alcohol u otra droga y que por tanto 
pudieran ser candidatos a la intervención. Consta de 81 reactivos que contempla 7 áreas de 
funcionamiento (Mariño et al., 1998). 
 
Con el objetivo de determinar la efectividad del consejo breve para adolescentes escolares 
sobre el patrón de consumo del alcohol (Martínez, et al 2008) solo se utilizó el área de uso/abuso 
de sustancias (17 reactivos). La confiabilidad interna del instrumento fue de 0.9057, obtenida a 
través del alpha de Cronbach. 
 
También se realizó una entrevista inicial (Salazar, Ugarte, Vásquez y Loaiza, 2009) cuyo 
objetivo fue obtener información general acerca del adolescente, su historia de consumo y los 
problemas relacionados con éste. Consta de 68 reactivos divididos en 11 áreas: datos generales, 
 
39 
 
área escolar y laboral, administración del tiempo libre, consumo de drogas, área de familia, salud, 
sexualidad, conducta antisocial, depresión y riesgo suicida, migración y satisfacción personal. 
 
Los hallazgos de Martínez, et al (2008), resultan importantes para el personal de las 
instituciones educativas del nivel medio y medio superior, debido a que el consejo breve es una 
estrategia de intervención de corta duración que no requiere que los estudiantes le dediquen 
mucho tiempo, por lo que no los distrae de sus actividades escolares. Sin embargo, para cumplir 
con los criterios de una intervención validada empíricamente sería importante ampliar el tamaño 
de la muestra y que los efectos de la intervención sean replicados por otro grupo de investigación. 
 
Otra de las investigaciones fue la realizada en San Mateo Nopala (Quezada, 2002) donde 
su objetivo fue determinar los principales factores predisponentes al consumo de drogas en la 
población adolescente de educación media de una escuela secundaria de San Mateo Nopala en 
Naucalpan, Estado de México, donde se realizó un estudio Transeccional descriptivo, no 
experimental en el que se aplicó el POSIT versión mexicana, en el cual se valoraron 6 áreas de 
funcionamiento de la vida de los adolescentes (Mariño et al, 1998). 
 
Se estudiaron 2 grupos de adolescentes los adictos y los no adictos y se determinó que 
áreas de funcionamiento estaban afectadas en ellos para posteriormente determinar si había 
diferencia proporcional estadística en alguna de las área que la asociara al consumo de drogas. 
 
Se estudiaron 350 alumnos (145 hombres y 205 mujeres), de los cuales 116 (33%) 
presento consumo drogas, de estos alumnos, el 45.5% fueron hombres y el 24.3% fueron mujeres 
siendo mayor la prevalencia en el sexo masculino, el grado con mayor consumo de drogas fue el 
 
40 
 
tercer grado seguido del primergrado. Las áreas de funcionamiento afectadas relacionadas con el 
consumo fueron las de “Relaciones Familiares, Relaciones con amigos y Conductas agresiva 
delincuencia” ya que solo se encontró diferencia estadística proporcional representativa en estas 
tres áreas de funcionamiento. 
 
Se concluyó que la presencia de desintegración familiar, convivencia con amigos con 
conductas antisociales y el comportamiento agresivo son factores predisponentes al consumo de 
drogas en los adolescentes de educación media, por lo que se deben implementar programas de 
intervención en los que se fortalezca la integración de la familia, los valores y se establezcan 
acciones que reduzcan los tiempos de ocio en los adolescentes como por ejemplo actividades 
deportivas y culturales que ayuden a los adolescentes a tener una mejor convivencia social y 
menos afinidad por grupos antisociales. 
 
Los argumentos anteriores permiten valorar la conveniencia de utilizar para esta tesis el 
POSIT debido a la eficiencia para detectar el consumo de alcohol u otras drogas en adolescentes 
además porque es de fácil aplicación, es sencillo de contestar, es accesible, puede evaluar los 
diferentes contextos, como una forma de sistematizar el tratamiento más adecuado y el área de 
conflicto. 
 
Por otro lado, la ENA (2011) muestra que la edad de inicio del consumo de alcohol y 
drogas es cada vez menor, además de que no existen formas prácticas, oportunas y constantes 
para una detección temprana de estos casos en las escuelas de educación básica. 
 
 
 
41 
 
Planteamiento del problema y pregunta de investigación 
 
Como se observa en los datos obtenidos por la Encuesta de Consumo de Drogas en 
Estudiantes de la Ciudad de México (2006) los adolescentes están en una etapa en la que se 
agudizan factores de riesgo que pueden llevarlos a ser víctimas de la adicción. Se necesita 
identificar de manera temprana los factores de riesgo socio-afectivos que ayuden a la prevención 
del inicio del consumo (Villatoro, Gutiérrez, Quiroz, Moreno, Gaytán, Gaytán, Amador, Medina-
Mora, 2007). 
 
A nivel escolar se carece de un sistema de detección oportuna con base en herramientas 
prácticas, válidas y confiables que ayuden a detectar el riesgo adictivo a nivel de individuos, 
grupos y escuela, que procure la atención temprana, dada una identificación efectiva de casos. 
 
Objetivo general 
 
Detectar el riesgo de consumo de drogas o sustancias psicoactivas a nivel del grupo 
escolar de educación secundaria. 
Los objetivos específicos 
 
1. Utilizar un instrumento que mida el riesgo adictivo entre adolescentes. 
2. Seleccionar a los alumnos de 3er año debido a que están a punto de terminar un ciclo escolar 
y se encuentran con riesgos distintos a los de sus compañeros de 1ero y 2º año ya que sus 
padres los consideran más independientes, responsables en la toma de sus decisiones. 
 
42 
 
3. Determinar la prevalencia del consumo de drogas o sustancias psicoactivas en alumnos de 
nivel secundaria de 3er año. 
4. Analizar mediante estadística inferencial las categorías poblacionales de mayor riesgo con 
relación al consumo de drogas. 
 
Método 
 
Participantes 
 
Se trabajo con 285 alumnos (masculino 143 y femenino 142) turno matutino del tercer 
año de secundaria con una edad de 14 a 17 años, con un nivel socio económico medio, son 
alumnos de una escuela pública de la zona sur de la Ciudad de México. 
 
Para medir el riesgo adictivo se conformaron 2 grupos de edad, el de 14-15 años, mencionado 
como grupo 1 con 267 alumnos siendo un 94% de la población y el de 16 -17 años, nombrado 
como grupo 2 con 18 alumnos siendo el 6% además se conformo otro grupo el de género, 
masculino y femenino donde la comparación a través del análisis de la prueba t con una 
significancia de .05, para conocer si el riesgo adictivo de la población femenina es diferente al de 
la población masculina, contando con 143 alumnos (50.2%) del sexo masculino y 142 alumnas 
(49.8%) del sexo femenino dando un total de 285 alumnos. 
 
 
 
 
 
43 
 
Instrumentos 
 
Se empleó el POSIT (ver anexo 1). Es uno de los instrumentos que permiten la detección de 
adicciones en jóvenes de manera fácil y oportuna. Su objetivo es ser un primer filtro para detectar 
a los adolescentes que presenten problemas relacionados con el uso de alcohol y otras drogas. 
(Mariño et. al. 1998; Martínez et al. 2005). 
 
El POSIT fue elaborado por el NIDA en 1991 con el fin de poder detectar oportunamente 
problemas específicos de los jóvenes que usan/abusan de las drogas. 
 
El POSIT consta de 81 reactivos, contempla siete áreas de funcionamiento: uso/abuso de 
drogas, salud mental, relaciones familiares, relaciones con amigos, nivel educativo, interés 
laboral y conducta agresiva/delincuencia. Para los objetivos de este programa sólo se utilizará el 
área de uso/abuso de drogas (17 reactivos) cuya opción de respuesta es dicotómica (si/no). 
 
Según Mariño et al (1998), los reactivos que son considerados críticos para señalar alto riesgo 
adictivo, en el caso de contestarse de manera positiva, son: 3, 5, 7, 9, 10, 11, 14, 17. 
 
A partir de una respuesta afirmativa a uno o más de los 17 reactivos contenidos dentro de este 
instrumento, se considera necesario que el adolescente ingrese a un programa de apoyo, ya que 
esto indica la presencia de problemas asociados con el consumo. La confiabilidad interna que 
tiene el instrumento es de 0.9057, obtenida a través del alpha de Cronbach en la adaptación de 
Mariño et al (1998) en población Mexicana. 
 
 
44 
 
Se obtiene por análisis factorial las comunalidades .30 distribuyéndose en 4 factores 
agrupados de la siguiente manera, los reactivos (5, 7, 9, 14, 15, 17, 18) denominándose 
predisposiciòn al consumo, ya que los reactivos van encaminados hacia esa dirección. Al segundo 
factor se le nombro impulsividad al consumo teniendo los siguientes reactivos (4, 8, 11, 13, 19), 
el tercer factor es consecuencias inmediatas por el consumo con los reactivos (10, 12, 16) y por 
último el factor cuatro denominado sociales teniendo los reactivos (1, 3). La resolución del 
cuestionario requiere un tiempo aproximado de 15 minutos, este instrumento cubrió los dos 
requisitos esenciales de la medición: confiabilidad y validez de contenido. 
 
Procedimiento 
 
Derivado de la plática sostenida con la Directora del plantel, sobre el propósito de un estudio 
de detección del consumo de alcohol y otras drogas, autorizó a partir de que se cuido que en la 
planeación y aplicación de la evaluación propuesta se cumplieran con los estándares éticos que la 
escuela tiene para participar en estudios de investigación, tener acceso a los 285 alumnos 
(masculino y femenino) del tercer año de secundaria con una edad de 14 a 17 años, con un nivel 
socio económico medio-abajo, medio-medio, medio-alto. 
 
Se informó a los asesores el objetivo del cuestionario, ellos son los responsables de los 
grupos en la escuela y se encargan de apoyarlos con problemáticas como: conflictos dentro del 
grupo, aprovechamiento escolar, comunicación asertiva y resiliencia, además de estar en contacto 
de manera más constante con los padres de familia. También a los profesores a cargo de cada uno 
de los grupos de tercer grado se les informó el objetivo del cuestionario; se distribuyeron a los 
alumnos los formatos de consentimiento dirigido a los padres de familia para la aplicación del 
 
45 
 
POSIT. Luego de la devolución de los formatos de conformidad se identificaron a los alumnos de 
los 6 grupos de 3er. año a quienes se le aplico el cuestionario. 
 
En acuerdo con los asesores de grupo de tercer grado A al F que imparten diferentes 
asignaturas como español, matemáticas, ciencias, historia, formación cívica y ética, inglés, 
educación física y que orientan a los alumnos en situaciones como resolución de conflictos, 
aprovechamiento escolar,etc. 
 
Se trabajo en un periodo total de tres horas la aplicación de los cuestionarios con la misma 
duración de tiempo de realización, ésta se realizó por la mañana. 
 
En cada sesión de aplicación se les daba las siguientes instrucciones generales al grupo de la 
aplicación del POSIT: 
 
“Buenos días, mi nombre es … formo parte del personal de la Secretaría de 
Educación Pública, el día de hoy los visitamos con la finalidad de que puedan 
responder algunas preguntas que les hacemos a través de algunos cuestionarios, 
por lo que les pido que lean cuidadosamente cada uno de ellos y respondan de 
la manera más honesta posible. Es importante resaltar que la veracidad de sus 
respuestas de ninguna manera influirá en sus calificaciones. Los datos que 
ustedes nos proporcionan, nos ayudan a conocer un poco más acerca de ciertos 
problemas que pudieran estar experimentando, información que nos servirá 
para elaborar programas de trabajo que nos permitan ayudarlos”. 
 
 
46 
 
“Si observan sus cuestionarios, pueden ver que no les pedimos datos personales 
como su nombre o dirección y los datos que ustedes anoten son estrictamente 
confidenciales, nadie puede tener acceso a esta información, por lo que pueden 
contestar con toda confianza cada pregunta”. 
 
El aplicador siguió los lineamientos que se detallan a continuación: como protocolo de la 
aplicación del instrumento para asegurar la consistencia del método 
 
 Antes de la aplicación 
 
1. Se elaboraron paquetes con el número de cuestionarios para cada grupo programado, 
en el grupo de 3ero. A con 53 cuestionarios, en el grupo B con 52 cuestionarios, en el C con 53, 
en el D con 53, en el E 52, en el F con 52. Se preparo el material de apoyo para la aplicación 
como: lápices, plumas, hojas de registro etc. 
 
2. El lugar en donde se realizó la aplicación del cuestionario fue en su respectivo salón de 
clases. 
3. Se presenta el aplicador con el asesor de cada grupo con la finalidad de explicar de 
manera breve, la dinámica de trabajo así como solicitar los requerimientos específicos para la 
aplicación del cuestionario. 
 
 Durante la aplicación 
 
 
47 
 
1. Se explicó a los participantes de manera breve y comprensible (ver Instrucciones 
Generales) el objetivo de la aplicación del cuestionario. 
2. Se reafirmó en todo momento la confidencialidad de los datos y que esto no repercutirá 
en sus calificaciones. 
3. Se entregó a cada alumno el cuestionario correspondiente. 
4. Se cercioro de que no existiesen dudas con respecto a los cuestionarios, enfatizando 
que el tiempo disponible para realizar la actividad es de 10 a 15 minutos. 
5. Se estuvo al pendiente de cualquier duda que pudiera surgir así como de evitar los 
distractores que interfiriesen con la aplicación. 
6. Cuando los participantes terminaron de contestar los cuestionarios, se hizo una revisión 
rápida para saber si estaban completos y si se respondió a todas las preguntas. 
 
 Al finalizar la aplicación 
 
1. Se agradeció la participación a quienes contestaron los cuestionarios. 
2. Terminada la sesión se verificó que se recogieran todos los cuestionarios, ordenándolos 
por número de folio y constatando que no existieran faltantes. 
3. Se conformó un paquete por grupo con la listas de asistencia. 
 
La captura de los datos se analizó en el programa SPSS. Para la interpretación de los 
resultados se realizó una base de datos para su análisis haciendo uso de la prueba t (donde se 
analizaron las respuestas a los reactivos red flag como no red flag tanto con la edad (14-15 y 16-
17) y con el sexo (masculino y femenino) para comparar si el riesgo adictivo es diferente en cada 
uno de estos casos). 
 
48 
 
Entre algunos de los resultados que se encontraron y que se revisaron de la literatura a lo 
largo de la elaboración de la tesis, se constató que el inicio al uso y abuso de drogas, alcohol y 
tabaco tienen las mismas probabilidades de consumo entre los adolescentes, así mismo la 
exposición a las drogas en edades tempranas hace la diferencia en el riesgo de consumo de las 
mismas entre hombres y mujeres adolescentes que cursan la secundaria (Villatoro, Gaytán, 
Moreno, Gutiérrez, Oliva, Breton, López, Bustos, Medina-Mora, Blanco, 2011). 
 
Cabe señalar que para la detección de necesidades de intervención preventiva en el 
contexto escolar se propone una evaluación de tipo diagnostica que sirva de línea base para guiar 
la planeación, operación y seguimiento de los proyectos y programas (escuela segura) en las 
escuelas secundarias. 
 
Se sugiere la aplicación del instrumento POSIT elaborado por NIDA en 1991 y validado 
(Mariño et al, 1998; Martínez et al, 2005) con adolescentes mexicanos, no sólo de aquellos 
adolescentes de quiénes se sospecha que están utilizando drogas, sino a todos aquellos que 
puedan ser captados en diferentes contextos, como las escuelas y los clubes deportivos, con el 
propósito de identificar posibles problemas en las diferentes áreas de la vida de los adolescentes, 
independientemente de que estén relacionadas o no con el uso de éstas. Todo ello con la intención 
de proporcionar apoyo a los riesgos específicos de la adolescencia. 
 
Resultados 
 
El Total de la muestra se constituyo de 285 alumnos de 3er. grado en una secundaria 
pública de la zona sur del Distrito Federal, que asisten en el turno matutino. 
 
49 
 
De ellos, el 50.2% (143) es del sexo masculino y el 49.8% (142) son del sexo femenino. 
 
Las edades de los estudiantes encuestados (3er. grado) oscilan entre los 14 y los 17 años 
de edad, la edad promedio fue de 15 años. 
 
Los grupos participantes se distribuyeron de la siguiente manera: 
 
49 alumnos de 3º. A con un promedio de 17.1 
46 alumnos de 3º. B con un promedio de 16.1 
48 alumnos de 3º. C con un promedio de 16.8 
48 alumnos de 3º. D con un promedio de 16.8 
47 alumnos de 3º. E con un promedio de 16.5 
47 alumnos de 3º. F con un promedio de 16.5 
 
La mayor cantidad de alumnos se concentra en 3º. A con 49 alumnos siendo el 17.1% y el 
menor es 3º. B con 46 alumnos siendo el 16.1 % en los demás grupos hay casi la misma cantidad 
de alumnos, la diferencia es de un alumno entre los grupos E, F con 47 estudiantes mientras que 
en C, D hay 48 estudiantes, no habiendo alguna causa específica para esta designación de grupos. 
 
El propósito de esta sección es presentar los resultados de la aplicación del POSIT. El 
objetivo de esta tesis es detectar el riesgo de consumo de drogas a nivel del grupo escolar de 
educación secundaria, sólo se utilizó el área de uso/abuso de sustancias con 17 reactivos cuya 
opción de respuesta es dicotómica (sí/no). 
 
 
50 
 
Para este análisis se valoraron 4 hipótesis respecto a la muestra: 
 
1.- Si el riesgo adictivo de la población menor de 15 años es diferente a la de mayor de 15 años. 
2.- Si el riesgo adictivo de la población femenina es diferente al de la población masculina. 
3.- Si hay diferencias en el riesgo adictivo de cada grupo respecto a la media de la muestra. 
 
a) Análisis de los reactivos “red flag” (considerados críticos por señalar alto riesgo adictivo, en el 
caso de contestarse de manera positiva). 
 
En primer lugar se presenta el riesgo adictivo de acuerdo a las respuestas positivas a los 
reactivos “red flags” (3, 5, 7, 9, 10, 11, 14, 17). Una respuesta afirmativa a uno de estos reactivos 
considera necesario que el adolescente ingrese a un programa de apoyo, ya que esto indica la 
presencia de problemas asociados con el consumo. 
 
En la tabla 1 se observan las respuestas positivas a todos los reactivos “red flag”. La 
frecuencia varía de 2 a 31 contestaciones, con un porcentaje máximo de 10.9%, donde 1 de cada 
9 alumnos respondió que si al reactivo 11. El reactivo hace mención a si olvida lo que hace 
cuando bebe o se drogan en el último mes. El segundo reactivo con mayor frecuencia de 
respuestas positivas

Otros materiales