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Universidad Nacional Autónoma de México 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
 
DIFERENCIAS EN LA CONDUCTA DE INFIDELIDAD Y MOTIVACIÓN DE 
INFIDELIDAD, EN PAREJAS ESTABLES EN UN DISTRITO DE LIMA 
METROPOLITANA 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE 
MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA 
 
PRESENTA: 
JAIME DANIEL LLANCÁN OBISPO 
 
DIRECTORA: 
DRA. PATRICIA ANDRADE PALOS 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
COMITÉ: 
DRA. SOFÍA RIVERA ARAGÓN 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
DR. ROLANDO DIAZ - LOVING 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
MTRO. SOTERO MORENO CAMACHO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
MTRA. MIRIAM CAMACHO VALLADARES 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
México D.F. Agosto 2013 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
Después de mucho tiempo logro una de mis metas, para ello agradezco a muchas 
personas, sin su participación no hubiera podido ser posible la realización de esta 
tesis. 
En primer lugar agradezco a la Universidad Nacional Autónoma de México, en 
especial a la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Psicología y a la 
plana docente, por haberme permitido obtener los conocimientos que hoy tengo. 
A la Dra. Patricia Andrade Palos, por su apoyo totalmente incondicional, por la revisión 
y corrección del trabajo, por todo el tiempo que me dedicó a la realización de la tesis, 
le estoy eternamente agradecido. 
A la Dra. Sofía Rivera Aragón, por su apoyo incondicional, por la revisión y corrección 
del trabajo, por el tiempo que me dedicó a la realización de la tesis. Muchas gracias. 
Al Dr. Rolando Diaz- Loving, por haber dedicado parte de su tiempo valioso a la 
revisión y observación de la tesis. Muchas Gracias. 
Al Mtro. Sotero Moreno Camacho, estoy muy agradecido por la revisión y observación 
de la tesis y el tiempo que le dedico al mismo. 
A la Mtra. Miriam Camacho Valladares, muchas gracias por haber dedicado parte de 
su tiempo a la revisión y observación a la tesis. 
A la Sra. Alicia Xicotencalt Flores, por sus palabras de aliento, motivación, por 
enviarme toda la información necesaria, por ser el puente indispensable entre la 
ciudad de Lima y México D.F., por su gran apoyo incondicional, sin ella no hubiera sido 
posible la realización de la tesis, le estoy eternamente agradecido por todo. 
A la Srta. Magdalena Flores, por palabras de aliento y su apoyo incondicional, 
igualmente le estoy eternamente agradecido. 
A mi madre, quién me apoyó y deseó todo lo mejor en mi vida personal y profesional. 
A mi esposa, mis hijos: Irenita, Danielito y Joelito, quienes son el motivo de mi 
esfuerzo y superación, gracias por su apoyo y comprensión. 
 
 
 
 
 
DEDICATORIAS 
 
 
A Dios por darme la luz, ver y vivir la vida con entusiasmo y optimismo, por permitirme 
lograr parte de mis metas. 
 
A mi madre quién me apoyó toda la vida en mis estudios, sin su apoyo no hubiera 
podido llegar a la UNAM. 
 
A mi esposa y a mis hijos: Irenita, Danielito y Joelito, quienes me comprendieron, 
alentaron, apoyaron y motivaron para la culminación de la tesis. 
 
Desde el cielo a mi padre y hermanito Elvis, quienes siempre depositaron su confianza 
y perspectivas en mi persona, siempre desearon con alegría que llegara este 
momento. 
 
A mi hermano Cesar, quién desde la distancia me alentó y motivó para la culminación 
de la tesis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE 
 
Resumen 6 
Introducción 7 
Capítulo I: Antecedentes 9 
1.1 Definiciones 9 
1.2 Causas de la Infidelidad 12 
1.3 Elección de la Pareja 22 
1.4 Ciclo Vital de la Pareja 27 
1.5 Tipos de Infidelidad 33 
Capítulo II: Variables Asociadas a la Infidelidad 36 
Capítulo III: Metodología de Estudio 47 
3.1 Justificación e Importancia 47 
3.2 La Pregunta de Investigación 48 
3.3 Objetivo General 48 
3.4 Objetivos Específicos 48 
3.5 Diseño 49 
3.6 Variables 49 
3.7 Definición Conceptual 49 
3.8 Definición Operacional 49 
3.9 Método 50 
3.9.1 Participantes 50 
3.9.2 Instrumentos 50 
3.9.2.1 Validez Y Confiabilidad 50 
 
 
3.9.3 Procedimiento 52 
Capítulo IV: Resultados 53 
4.1 Confiabilidad de las Escalas 53 
4.2 Confiabilidad de la Conducta de Infidelidad 53 
4.3 Confiabilidad de Motivos de Infidelidad 59 
4.4 Diferencia por sexo y edad en la Conducta y Motivos de Infidelidad 67 
4.5 Conducta de Infidelidad de acuerdo al sexo. 67 
4.6 Motivos de Infidelidad de acuerdo al sexo 68 
4.7 Conducta de Infidelidad de acuerdo a la edad 69 
4.8 Motivos de Infidelidad de acuerdo a la edad 69 
Capítulo V: Discusión y Conclusiones 71 
Alcances y Limitaciones 78 
Referencias 79 
Anexos 83 
 
 
 
 
 
 
6 
 
RESUMEN 
La presente investigación tuvopor objetivo analizar las diferencias en la 
conducta de infidelidad y la motivación a la infidelidad en parejas estables, en 
el Distrito de Lurigancho Chosica que pertenece a la ciudad de Lima 
Metropolitana. Se hicieron comparaciones por sexo y edad. Se utilizó el 
Inventario Multidimensional de Infidelidad, la Subescala de Conducta Infiel y la 
Subescala de Motivación de Infidelidad, elaborados por Romero (2007). La 
muestra fue de 260 sujetos, 130 varones y 130 mujeres. Los resultados 
señalan que, en relación a la conducta de infidelidad, los varones presentan 
mayor infidelidad que las mujeres; en relación al motivo de infidelidad los 
varones presentan mayor puntaje en la sexualidad e impulsividad. La 
comparación por grupos de edad mostró que en la conducta de infidelidad, las 
personas de 20 a 35 años presentan mayor puntaje en el deseo de infidelidad 
emocional; en relación al motivo de infidelidad no existen diferencias 
significativas en las personas de 20 a 35 años con los de 36 a 50 años. 
Palabras Claves: Conducta de Infidelidad, Motivos de Infidelidad, Sexualidad, 
Impulsividad. 
 
ABSTRACT 
This research identified differences by sex and age in the Infidelity Behavior and 
Motives, in stable couples in the District of Lurigancho- Chosica belonging to 
the city of Lima. We used the Multidimensional Inventory of Infidelity, developed 
by Romero (2007). The sample included 260 subjects, 130 men and 130 
women. The results indicate in relation to the infidelity behavior, that males 
have more infidelity than women; according to Motives of Infidelity, males have 
a higher score on sexuality and impulsiveness. In relation to the Infidelity 
Behavior according to age, people from 20 to 35 years had higher scores on the 
Desire of Emotional Infidelity, on the ground of Motives for Infidelity according to 
age, there were not significant differences. 
Keywords: Infidelity behavior, Infidelity motives, Sexuality, Impulsiveness. 
 
 
7 
 
INTRODUCCIÓN: 
La relación de pareja data desde la existencia del hombre, el hombre por su 
naturaleza es un ser que a lo largo de su vida vive insatisfecho, esto le ha 
permitido en el buen sentido crear innumerables instrumentos para la 
satisfacción de sus necesidades de orden biológico, social, económico, cultural 
y religioso. Lo que no ha podido crear es una pareja de acuerdo a la medida de 
sus necesidades; lo que indica que la pareja no es un instrumento, ni objeto 
que lo manejan de acuerdo a su voluntad. 
La cultura le ha negado muchos derechos a la mujer, lo que no le ha podido 
negar es el derecho a ser amada, querida y correspondida afectiva y/o 
sexualmente. La cultura marcó la diferencia en la satisfacción de las 
necesidades afectivas y sexuales entre hombres y mujeres; cuando uno de 
ellos o ambos no encuentran en su pareja la satisfacción amorosa y/o sexual, 
buscan como medio compensatorio a otra persona, circunscribiéndose así en 
una relación de infidelidad (Romero,2007). 
Es necesario conocer y comprender cada vez más el problema de la 
infidelidad, para poder tener mejores pautas en la orientación y/o tratamiento, 
cuando se presentan estos casos, porque cada vez la prevalencia es más alta. 
La presente investigación tiene cinco capítulos. 
En el Capítulo I se desarrollan los antecedentes, considerando las diferentes 
definiciones, causas de la infidelidad, la elección de la pareja, el ciclo vital, en 
las diferentes teorías y los tipos de infidelidad. 
En el Capítulo II se presentan algunas variables asociadas a la infidelidad, 
como actitudes hacia la infidelidad, Satisfacción Marital como predictor de 
infidelidad, Negociación del Conflicto y Satisfacción en la Pareja, Infidelidad un 
fenómeno biopsicosociocultural. 
En el Capítulo III se desarrolla la Metodología de Estudio, la justificación e 
importancia, la pregunta de investigación, el objetivo general, los objetivos 
específicos, el método, los participantes, los instrumentos utilizados, la validez 
 
 
8 
 
y confiabilidad, los procedimientos, el diseño, las variables, la definición 
conceptual y operacional. 
En el Capítulo IV se presentan los Resultados según los objetivos. 
En el Capítulo V se desarrolla la Discusión en términos de ver la relación o 
coincidencia de los resultados obtenidos con lo de los autores mencionados en 
la tesis 
En la parte final se mencionan los Alcances y Limitaciones de la presente 
investigación, destacando las sugerencias para estudios posteriores. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
CAPÍTULO I: ANTECEDENTES 
Hoy en día se comenta mucho que los matrimonios o relaciones de parejas, 
presentan problemas o conflictos serios, debido a que uno de ellos comete 
infidelidad. Por pareja estable se entenderá como todas aquellas parejas 
heterosexuales que están unidas por el vínculo matrimonial o de convivencia. 
 
1.1 DEFINICIONES DE INFIDELIDAD 
 
Se puede decir que la infidelidad es una característica teórica del matrimonio a 
pesar de las excepciones observadas en las diversas culturas. Thomas Mann 
(1978, citado en Seguín, 1980) nos da una visión de la importancia del 
concepto: propone que la fidelidad es la gran superioridad unida al amor natural 
y creativo, lo que hace el matrimonio posible. Las leyes de los judíos, quienes 
fueron desde los más tempranos tiempos bien versados en estas cuestiones, 
amenazaban las relaciones sexuales entre jóvenes con la pena de muerte. Un 
filósofo contemporáneo halla que la fidelidad es la síntesis de Eros y Teas, de 
la sexualidad y la moralidad. Dice: “el matrimonio debe existir por el bien de la 
fidelidad, la fidelidad real en el amor sólo es posible en el matrimonio”. En 
realidad, el matrimonio es solamente la realización y la creación del instinto de 
fidelidad es, al mismo tiempo, su engendrador, su escuela, su alimento y su 
guardián. 
 
Seguin (1980) refiere que al justipreciar estas palabras y conceptos 
expresados, es pertinente estudiar la semántica de los dos términos: infidelidad 
y adulterio. 
La palabra adulterio viene del latín adulterium que expresaba la copula o 
ayuntamiento carnal ilegitimo, siendo uno de ellos o los dos casados, o la 
violación corporal consumada de la fidelidad conyugal por cualquiera de los 
cónyuges. 
 
 
10 
 
El mismo autor, define la fidelidad con: “lealtad, adhesión firme y constante”. , 
fidelidad viene de fidelitas y ésta a su vez de fidelis, fiel, fe, que proviene de la 
palabra confianza. 
Ante todo se debe distinguir claramente adulterio de infidelidad y no 
confundirlo. El adulterio se refiere a la relación con otro, es decir, con alguien 
distinto de los miembros de la unión conyugal. La infidelidad tiene un sentido 
moral. Se trata de una deslealtad, de un quebramiento de la fe depositada. 
Smith (1985, citado en Willy, 1997) ofrece una clasificación del adulterio. Lo 
distingue en convencional y consensual. Se trataría, en el primer caso, de 
verdadera infidelidad: relaciones extramatrimoniales con la ignorancia del 
esposo o la esposa y el consecutivo engaño. En el segundo no hay engaño ni 
infidelidad. Se trata de adulterio conocido y aprobado por ambos componentes 
de la pareja. 
Díaz- Loving (2000) define la infidelidad como un factor que altera la trama de 
las relaciones familiares, convirtiéndose en la principal disociadora de la familia. 
Provoca una crisis en el funcionamiento familiar, en la que interviene el género 
y el poder. Esta crisis se circunscribe en un período de cambio inminente, en 
donde las cosas pueden mejorar o empeorar, porque inevitablemente 
cambiarán. 
Reyes, Díaz-Loving y Rivera (2002) refieren que el fenómeno de la infidelidad 
genera un sin fin de efectos en la relación ya que ésta se va deteriorando, se 
presenta la desconfianza, conflictos, culpas y desajustes que pueden llevar al 
rompimiento definitivo o a la consolidación de la relación, en el casode que los 
efectos sean positivos, tales como: la comunicación, comprensión y el perdón. 
Mientras que en las personas que la viven les genera: enojo, miedo, soledad, 
incertidumbre, coraje, etc. O por el contrario, se genera gozo, descubrimiento, 
aventura y autoevaluación. 
Para Maestre (2003) la infidelidad es un serio trastorno que se da al interior de 
la pareja y el matrimonio, y es la causa de la mayor cantidad de rupturas, 
separaciones y divorcios. La infidelidad es un suceso frecuente y doloroso, que 
además de romper el corazón de la persona engañada afecta su autoestima, 
 
 
11 
 
destruye la confianza entre ambos miembros de la pareja y despierta en ellos 
sentimientos negativos y violentos: la envidia, el rencor y hasta ideas 
destructivas. 
Martínez (2008) refiere que para entender la infidelidad, primero se debe de 
entender que tiene que existir una pareja, puede ser noviazgo, vivir juntos, 
matrimonio, etc., es por ello que la infidelidad afecta a la relación de pareja. 
La infidelidad se vive como la peor traición de la pareja y se piensa que el infiel 
es el culpable de un gran daño a la relación de pareja, ya que se supone que 
en la relación de pareja se tiene todo lo que se necesita para vivir bien. Define 
a la infidelidad, a las relaciones extraconyugales o extraparejas, sean de tipo 
sexual o afectivo sintiéndose enamorado. 
Arteaga (2008) refiere que la infidelidad es el hecho por el cual una persona 
deja de ser fiel, leal, sincera y traiciona a su pareja, sintiendo que éste ha roto 
la confianza que se tenían, surgiendo muchas preguntas ¿Por qué? ¿Ya no 
me quiere? ¿Ya no le gusto? y muchas más. 
En la actualidad la infidelidad es considerada como una crisis de pareja dentro 
de una relación estable, donde la persona busca encontrar en otra relación lo 
que está perdiendo en la suya. 
Llancán (2003) refiere que la infidelidad es la falta de fidelidad, es la deslealtad 
a la pareja fiel y leal, aquel o aquella que muestran amor con honradez y 
sinceridad. Comúnmente conocemos al infiel como la persona que afectiva y/o 
sexualmente se siente atraído y comprometido con otro/a que no es la pareja 
formal, es decir se circunscribe en una relación de tres. 
Salmeron (2008) define la infidelidad como la relación fuera del lazo conyugal 
que uno de los miembros establece con otra persona sea ésta del mismo sexo 
o del sexo opuesto y con quien obtiene algún tipo de relación amorosa, no 
solamente genital, esto puede ser a corto o largo plazo. 
Pittman (2000) define la infidelidad como la defraudación, la traición a una 
relación, la violación de un convenio. Hay muchos tipos de infidelidades, pero 
 
 
12 
 
aquí se refiere a la sexualidad en el matrimonio monogámico o en una relación 
equivalente. 
Guell (1999) refiere que el argumento para explicar la infidelidad consiste en 
afirmar que hay problemas que parecen insuperables, conflictos sin posible 
solución. Sin duda en ocasiones la vida nos pone las cosas muy difíciles, pero 
la existencia, por una parte, de parejas que se han unido más que nunca en la 
lucha contra un problema serio y, por otra, de parejas que han naufragado 
ahogadas en un vaso de agua, conduce a pensar que no son los problemas en 
sí mismos los que pueden hundir una relación sino, una vez más, las 
habilidades de las parejas para la lucha contra ellos. 
 
1.2 CAUSAS DE LA INFIDELIDAD 
 
Son varias las causas de la infidelidad, entre ellas la insatisfacción con la 
pareja, que puede ser a nivel emocional, cuando no se recibe lo que 
afectivamente se espera del otro; el cuidado, el respeto, el cariño, etc. o 
cuando existe la insatisfacción sexual, que es uno de los pilares que sostiene a 
cualquier relación de pareja. 
 
Esta insatisfacción puede pasar por varios aspectos, desde la incompatibilidad 
moral acerca de las relaciones sexuales, como la excesiva represión y la 
dificultad para la expresión de la sexualidad, que puede manifestarse en algún 
tipo de impotencia parcial o total en el varón, o en la mujer como una 
incapacidad orgásmica o de goce, lo que se conoce como frigidez. 
En la vida de toda pareja existen conflictos, puesto que son dos seres humanos 
diferentes, cada uno con su propia historia, que deciden vincularse a través de 
una relación de pareja (enamorados, novios, casados o convivientes); esto 
implica que tienen que pasar por un proceso de asimilación, acomodación y 
adaptación. Y mientras se da el proceso aparecerán conflictos. 
 
 
13 
 
Rivera, Díaz-Loving, y Vidal (2004) refieren que el conflicto y la satisfacción 
marital, son dos términos que aunque aparecen opuestos muchas veces están 
vinculados en términos de la negociación del conflicto. Cuanto más positiva es 
la forma de resolver el conflicto mayor es la satisfacción en la relación y cuando 
la solución del conflicto es negativa y aversiva se ha relacionado 
negativamente con la satisfacción marital, también refieren que las parejas que 
solucionan sus problemas de una forma poco efectiva suelen ser más infieles e 
insatisfechos con su relación; mostrándose grandes deterioros en cuanto a la 
satisfacción en la relación cuando el conflicto no se maneja adecuadamente. 
Existen desde luego causas existenciales que detonan la infidelidad, causas 
que corresponden estrictamente a la diferencia en la formación individual y en 
la escala de valores con respecto al otro. 
Usualmente las familias educan a sus hijos con diferentes expectativas y los 
hacen adquirir un “modelo”, un “ideal” de pareja que casi siempre no es 
compatible con la realidad; aquí entramos en el problema de la “pareja ideal” 
Vs “la pareja real”, es decir, con quién creí que me casé y quien tengo en 
realidad (Rivera, 1992), usualmente esta versión choca y produce un efecto de 
desilusión a la vuelta de unos pocos años, de ahí que la infidelidad muchas 
veces juega un papel de equilibrio. 
A la mujer, por ejemplo, la enseñan a idealizar a la pareja y cuando se da 
cuenta de que no es tan inteligente, tan bueno, que tiene mil defectos, 
aparecen en el horizonte nuevos ideales, esto detona la infidelidad porque 
finalmente todas las personas van a buscar la felicidad en donde crean que 
ésta se encuentra, la mayoría de las veces independientemente de las 
consecuencias que puedan surgir 
Pick, Díaz-Loving y Andrade (1988) señalan que la satisfacción marital, la 
comunicación y los celos son factores relacionados con la aparición de este 
fenómeno; aunado a esto la forma de expresar el afecto, la frecuencia y la 
satisfacción del sexo, intensifican y/o aceleran los procesos psicológicos que 
llevan a involucrarse en una relación extramarital. Los autores afirman que en 
el caso de las mujeres, la infidelidad se da principalmente por falta de amor y 
armonía y para satisfacer una necesidad afectiva y, en el caso de los hombres, 
 
 
14 
 
por problemas de índole sexual. Armenta y Díaz-Loving (2008) afirman que la 
comunicación dentro de la pareja es fundamental para el funcionamiento de la 
misma, en cualquier etapa que ésta se encuentre, ya que es el medio con el 
que se expresan sentimientos, pensamientos, temores, percepción de la 
pareja, negociación y solución de problemas. 
Ayala, Rivera y Díaz-Loving (2008) sostienen que la presencia de infidelidad en 
la pareja es sinónimo de problemas; en algún nivel y de intensidad variable. El 
aspecto más destructivo de este descubrimiento no es la existencia de la 
aventura en sí misma, sino de los poderosos sentimientos de traición, ruptura 
de confianza y desolación que provoca. Después del descubrimiento de la 
infidelidad, el miembro traicionado fácilmente siente un derroche de emociones 
desagradables, incluyendo la depresión, el enojo, el autorreproche y los celos. 
Así, los resultados de un acto infiel pueden ir desde una crisis de pareja, 
divorcio, cuadros de ansiedad, estados depresivos,hasta el suicidio u 
homicidio y es por ello que se entiende por qué la infidelidad es un motivo 
frecuente de consulta psicoterapéutica individual y de pareja. Como se 
menciona una de las consecuencias del acto de ser infiel es afectar el estado 
de ánimo de cada uno de los miembros de la pareja lo cual puede desarrollar 
cuadros depresivos, la mala relación con la pareja es una de las fuentes más 
importantes de depresión, ha demostrado que las mujeres tienen el doble de 
posibilidades de sufrir depresión en comparación con los hombres. 
Valencia y Sánchez (2008) desarrollaron el trabajo psicoterapéutico del duelo, 
como consecuencia de la depresión después de una ruptura de pareja. Las 
fases del duelo consisten: a) la Negación, no querer reconocer la muerte de la 
relación, b) la Ira, es una emoción de cólera y enfado con uno mismo y con el 
otro que causa gran frustración y que está dirigida a quien quiere dejar la 
relación, c) la Negociación, es el intento de llegar a un acuerdo, d) la Tristeza, 
aparece cuando la persona siente que haga lo que haga no puede conseguir 
evitar el rompimiento y e) la Aceptación, es la sensación de paz interior, 
pudiendo ver por lo que se ha vivido desde fuera, como algo realmente pasado. 
Romero y Rivera (2004) atribuyen la posibilidad de una infidelidad a aspectos 
relacionados con la atracción hacia una nueva persona, ya que los seres 
 
 
15 
 
humanos desde el punto de vista biológico son polígamos y culturalmente 
monógamos. Otro factor considerado como causa de infidelidad entre las 
mujeres, son los problemas de comunicación en la pareja, que se relaciona con 
el sentimiento de soledad y la búsqueda de una relación extramarital para 
cubrir la carencia. 
Bonilla (1993) menciona que la infidelidad se presenta cuando hay 
insatisfacción en cuanto al amor, la armonía y las expectativas, y son más 
reportadas por las mujeres; mientras que el aburrimiento y problemas de 
comunicación, son más reportados por los hombres; por otro lado se menciona 
que con el paso del tiempo en la relación se presenta mayor tendencia por 
parte de ambos miembros hacia la infidelidad, principalmente por los hombres. 
Romero y Rivera (2008) plantearon la Teoría Bioquímica que considera que el 
amor romántico es un fenómeno universal producido por sustancias químicas y 
estructuras específicas que existen en el cerebro. Esta teoría postula que la 
química humana estaría programada para sentir el llamado enamoramiento por 
períodos menores a cuatro años, una vez transcurrido este período, si no se ha 
establecido el vínculo de apego (endorfinas), aumentaría la probabilidad de 
finalizar la relación o bien establecer una nueva de manera paralela que facilite 
nuevamente el enamoramiento. 
Almagro (2008) refiere que la elección de la pareja es uno de los puntos 
cruciales que determinan las causas de la infidelidad, específicamente cuando 
la elección se hace de manera irracional o patológica, dice que existen 
condiciones dentro del matrimonio que son leña seca para que arda la 
infidelidad, como por ejemplo: los matrimonios por conveniencia, cuando la 
unión es por algún interés: dinero, posición social u otras ventajas económicas; 
los matrimonios escapistas, donde uno de los cónyuges se casa por huir del 
hogar o de un país por casarse con un extranjero; matrimonios edípicos, donde 
la pareja busca en el otro un padre o una madre; matrimonio de combate, 
donde la actividad sexual y afectiva solo se produce tras las agresiones 
mutuas; el matrimonio del rol invertido, donde la mujer trabaja y trae el sustento 
al hogar, mientras que el hombre se encarga de las tareas de la casa. Todos 
estos tipos de matrimonios generan con facilidad la infidelidad. 
 
 
16 
 
Souza (1996) sostiene que quienes buscan relaciones afectivas con distintas 
personas es muy difícil que en realidad lo logren con alguna, pues orientan su 
interés en la obtención de placer individual y en ese marco egocéntrico suelen 
no alimentar su vínculo de otros aspectos hasta que su relación se desnutre. 
Por ello la aventura extraconyugal resulta más larga o menos corta, pero por lo 
general autolimitada, intensa tal vez, pero efímera. 
Biscotti (2007) refiere que la fidelidad es una de las bases de la pareja 
occidental, ya que se conforma como monogámica. En la pareja latina la 
infidelidad es más permitida para el varón que para la mujer, esto obliga a que 
él la considere una afrenta imperdonable hacia él, mientras que la mujer debe 
tender a comprender y por consiguiente a perdonar. 
La infidelidad puede darse como expresión de un síntoma, o como parte de una 
estructura. La infidelidad como síntoma puede ir hacia la ruptura de la pareja o 
hacia un cambio profundo en ella; si va hacia la ruptura puede ser permanente 
o temporal, en cualquier caso la infidelidad actúa como precipitador de la 
separación; si va hacia el cambio profundo la pareja es consciente de la crisis 
que atraviesa por lo tanto ambos se proponen luchar para superar tal crisis. 
Si la infidelidad es parte de una estructura, la relación se caracteriza por la 
disfuncionalidad, el infiel carga con la culpa durante toda su vida de pareja y el 
traicionado vive permanentemente sintiéndose menos, por haber sido 
engañado y por continuar la relación. 
Llancán (2003) señala que las causas son varias y diferencia tres aspectos: las 
causas conscientes e inconscientes, como móviles primarios que llevan a la 
persona a la infidelidad; en segundo lugar el aspecto moral o crisis de valores, 
como la infidelidad, la deslealtad, que se articula con las primeras para llegar al 
tercer momento que es el comportamiento infiel, que puede ser como acto infiel 
o que proviene de estructuras de personalidad. 
Desde la perspectiva psicoanalítica las causas pueden ser conscientes e 
inconscientes: 
 
 
 
17 
 
Causas Conscientes: 
Es el conjunto de argumentos del cual se vale la persona para justificar la 
infidelidad, como son: la economía precaria, tiene un mal carácter, me trata 
mal, siento que ya no me quiere, me absorbe demasiado, ha privado mi 
libertad, soy muy alegre y amiguero, es solo un vacilón, me siento 
rejuvenecido, etc. 
Causas Inconscientes: 
Es el conjunto de contenidos que movilizan al sujeto a la infidelidad, de los 
cuales no son conscientes, entre ellos tenemos: Cuando se formaliza una 
relación de pareja, inconscientemente buscamos en ella satisfacer un conjunto 
de deseos libidinales y/o tanáticos, cuando la pareja formal no satisface 
algunas de ellas y este deseo está muy movilizado, es cuando se busca a otra 
persona para satisfacer estos deseos inconscientes. 
Cuando se busca la puesta de límites, el padre fue muy permisivo, el esposo es 
igual, inconscientemente busca al varón que le ponga los límites. 
Experiencia gravada de papá o mamá o de quienes cumplieron este rol, del 
comportamiento infiel, desde la compulsión a la repetición tienden a repetir la 
historia. 
El gran fantasma de los celos, imaginariamente crea una relación de tres, por 
tal motivo maltrata y violenta a su pareja, donde el fin último inconsciente de 
que la pareja lo engañe. 
Hay personas que necesitan vivir en una relación de tres, por tener un Edipo no 
resuelto. 
Inconscientemente necesitan vivir en un clima adverso, lleno de agresión, 
pervirtiendo a su pareja como malo, generando culpa por su agresividad, esto 
empuja a la pareja a buscar a otro donde la relación sea más libidinal. 
Mayormente la infidelidad de la mujer es por el Complejo de Edipo y del varón 
por el Complejo de Castración. 
 
 
18 
 
Mayormente estas causas generan estrés conyugal, en una situación altamente 
crítica y conflictiva, en la pareja hace que uno de ellos o ambos lleguen a la 
infidelidad. 
Crisis de Valores: 
No todas las parejas que viven con problemas o en crisis llegan a la infidelidad, 
¿Por qué algunos si? Porque sumando a las causas conscientese 
inconscientes se articula la crisis de valor (deslealtad e infidelidad) esto facilita 
llegar a la infidelidad, debilitando el amor que hubo inicialmente. De ahí 
podemos observar que en muchos hogares viven en condiciones económicas 
precarias, a pesar de ello no hay infidelidad, como también tienen muchos 
problemas, sea cual fuera su naturaleza, no hay infidelidad. 
Comportamiento Infiel: 
La experiencia clínica me ha permitido observar dos grandes maneras de 
comportamiento infiel. 
 El acto infiel se da en aquellas personas que solo una vez fueron 
infieles, esto les generó una culpabilidad tan fuerte que los llevó al acto 
del arrepentimiento y nunca más fueron infieles, estos casos indican 
claramente que solo hubo un resquebrajamiento de la crisis de valor, 
que después del acto infiel se restableció. 
 La infidelidad como elemento consistente (estructural) articulado a la 
crisis de valor; en estos casos se observa que la infidelidad se repite en 
varias ocasiones y es parte de su estilo de vida. 
 
Sánchez y Gutiérrez (2000) expusieron los tipos de pareja de la mejor a la 
peor: 
 En la cumbre se encuentra el matrimonio “estable - satisfactorio” viven 
de una manera racional y saludable, difícilmente pueden llegar a la 
infidelidad. 
 El matrimonio “estable – insatisfactorio” siempre viven juntos a pesar de 
los muchos problemas que tienen, incluyendo la infidelidad. 
 
 
19 
 
 El matrimonio “inestable – insatisfactorio” son los que viven en crisis, se 
distancian, reconcilian, la infidelidad se da con mucha frecuencia. 
 El matrimonio de amor hecho en el infierno, aquí viven de manera muy 
patológica: infidelidad, violencia, celos, etc. 
 
Dentro de los factores que predisponen la infidelidad se encuentran lo que es la 
elección del compañero o la elección de la pareja, según Lemaire (1995) nos 
dice; “esta decisión está dada tanto por los factores conscientes e 
inconscientes y además, restringidos al hábitat de cada individuo”, es decir que 
la elección de la pareja está determinada según las actividades que se 
realizan, de acuerdo al medio en donde nos movemos o desempeñamos y 
según nuestras características propias, ya sean conscientes e inconscientes. 
Hay otros autores que también explican la elección de pareja de forma parecida 
a lo que nos dice Lemaire (1995); tendencia a la Simetría de Newcomb” o de la 
“teoría del balance de Heider”, concluyendo que es mucho más fácil que las 
personas elijan a su pareja o les guste alguien que realiza sus mismas 
actividades o que tenga sus mismos gustos o intereses parecidos. 
Salmeron (2008) teniendo en cuenta el esquema de Freud de parejas, saca sus 
conclusiones y nos da las causas que pueden predisponer a que las personas 
sean infieles. De tal modo Salmeron (2008) explica de mejor manera los 
elementos de amor- odio en las relaciones amorosas. Y sobre todo en casos de 
patologías, como en los siguientes casos, pero sea cual fuere el tipo de 
elección, nos dice que, se siente más “el golpe” después de la luna de miel, en 
donde el objeto idealizado cambia, y se convierte en el objeto real, lo que 
popularmente se dice: de enamorados era “un amor”, pero cuando me casé, 
“sacó las garras”. 
 
1. Por ejemplo lo que ocurre en las parejas de tipo narcisista, en donde se 
proyecta parte del yo en la pareja, pero cuando no se cumple lo que se 
busca, se desencadena el odio hacia la pareja, porque este tipo de 
personas están a la expectativa del tipo de relación que satisfaga sus 
necesidades de reconocimiento y de proyección. La movilidad también es 
parte característica en la pareja y necesaria pues, el tipo en la elección 
 
 
20 
 
inicial de la pareja puede variar según las circunstancias es así como una 
pareja de tipo narcisista en donde el que proyecta la parte de su compañero 
realiza actividades fuera del contexto o de su esquema, o se vuelve más 
dependiente entonces se desequilibra el esquema y vienen los conflictos. Y 
será un factor que le permita ir a buscar una relación extra. 
 
2. Cuando se elige al compañero se hace por idealización del objeto amado, 
en donde descargamos en él nuestros contenidos afectivos, sobretodo 
inconscientes, ya que el valor que le da al objeto idealizado como mejor 
para sí, le ayudará a valerse mejor de sí mismo. 
 
3. Hay casos también en donde se elige a la pareja pero para deshacerse de 
otro(a). 
 
4. El desplazamiento del odio, este mecanismo consiste en que el cónyuge 
infiel busca o elige como amante a una persona diametralmente opuesta a su 
pareja. Teniendo como objeto bueno a su pareja y manteniéndolo de ese 
modo, pues descarga lo negativo en la otra persona (la amante). Salmeron 
(2004) dice que esto es muy frecuente en personas que comparan la relación 
sexual con actividades excretoras, que pueden “desahogarse” con prostitutas, y 
que mantienen el nombre del cónyuge decente. Se puede deber a un tipo de 
sadismo o masoquismo encubierto, esta patología se explica así en la 
necesidad que tienen algunas personas de ganar o de perder. 
 
5. Hay otro tipo de relaciones extramaritales en donde la persona busca a 
alguien que la escuche y que le preste atención, esto tiene su razón en la 
necesidad de la persona de sentirse escuchado y atendido por otra persona. 
Esto es muy distinto de los que buscan otras relaciones por su genitalidad. 
 
6. En cambio hay parejas que buscan otras relaciones porque sienten que la 
pareja los absorbe y para evitar ser absorbido por su pareja, es entonces que 
busca otra. Siente que su pareja (cónyuge, conviviente, etc.) amenaza su 
independencia y autonomía y por lo tanto tiene miedo a quedar atrapado. 
 
 
21 
 
Generalmente este tipo de persona cuando siente que la amante “lo absorbe”, 
entonces buscan otra relación o puede mantenerse así para evitar ser 
absorbidos por ambas. Este tipo de persona se le conoce con el mito de “Don 
Juan”, que se explica en la interpretación psicoanalítica de miedo a la fusión, 
en donde la persona se relaciona con varias para evitar comprometerse con 
alguna. 
 
7. Otro caso en donde se puede desencadenar infidelidad es por satisfacer la 
necesidad de enamoramiento. Después de la luna de miel el objeto idealizado 
deja de ser tal y cambia. Para estos sujetos es necesario estar continuamente 
en la etapa de idealización y de fusión para sentirse amados. 
 
8. Salmerón (2008) menciona el factor curiosidad como causante de la relación 
extraconyugal, pero esto es totalmente ambiguo porque no tiene un sustento 
muy fuerte, ya que en personas que se consideran curiosas no se puede 
presentar este mecanismo. Habría que tomar en cuenta el mecanismo de 
enganche que se establece, tanto con el cónyuge, como con el amante. 
 
9. Es el caso también en que ocurre la infidelidad por la disconfirmación del 
poder de la pareja. Al perder, disminuir o cambiar sus atractivos (poder, dinero, 
sexo, los hijos, propiedades, etc.) es que el cónyuge infiel busca esta carencia 
en otra persona. 
 
10. Hay situaciones en donde es el cónyuge quien estimula, ya sea de manera 
consciente o inconsciente, abierta o encubierta, a que su pareja le sea infiel. Ya 
sea por problemas sexuales, defensas, etc. 
 
11. Se puede dar el caso de infidelidad homosexual, en donde se busca una 
pareja del mismo sexo. Son las personas que se casan por cubrir las 
apariencias, pero que a escondidas “llevan otra vida”. 
 
12. En otros casos se cubre una homosexualidad latente empujando o 
permitiendo que la pareja tenga relaciones extramaritales. 
 
 
22 
 
1.3 ELECCIÓN DE LA PAREJA 
 
Siglos atrás la elección y formación de la pareja no era decisión de las mismas, 
eran los padres quienes tomaban las decisiones. 
 
Atanki (2000) dice que en la antigüedad no había forma de elegir a la pareja, 
pues la unión de hombres y mujeres se daba a manera de negocio, es decir se 
hacía un intercambio con base en lasnecesidades materiales que en ese 
momento satisfacían los intereses de los padres de los novios, de tal manera 
que no fue hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX que se fue dando 
un cambio manifiesto de este proceso, este cambio fue la idea más marcada de 
la individualidad, en donde adquieren una importancia relevante las decisiones 
personales relacionadas con el proyecto de vida, pues en el intervienen deseos 
propios del sujeto y de la forma en la que busca sus relaciones interpersonales, 
y en la que por supuesto y teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, 
intervienen también aspectos que los individuos han adquirido a lo largo de su 
vida en su entorno psicosocial. 
 
Vidal y Rivera (2008) postulan que en una relación de pareja los miembros 
actúan como si desearan involucrarse en una buena compra, de tal forma que 
cada uno buscará minimizar los costos al permanecer en ella y maximizar los 
beneficios que obtenga, mientras en una relación ambos se beneficien ésta 
podrá continuar y los miembros permanecerán, de lo contrario se comenzará a 
buscar que termine. Por qué muchas personas permanecen en relaciones que 
ya no les resultan satisfactorias, ya que aun cuando no son felices, perciben 
que las alternativas posibles les resultan peores y más costosas que si deciden 
permanecer con su pareja actual. Los miembros de una pareja sienten 
dependencia cuando perciben que los beneficios obtenidos en una relación 
superan los que se piensa están disponibles en otras alternativas. 
 
Dentro de una relación existen fuerzas restrictivas que impiden a las personas 
abandonarla aunque lo deseen y fuerza que los atraigan a permanecer en ella. 
Dentro de las primeras, se encuentran cuestiones como son la dependencia 
 
 
23 
 
económica, los hijos la religión y el compromiso al matrimonio, y en la segunda 
se encuentran el amor, la confianza, etc. 
 
La mayoría de los estudios relacionados a la elección de la pareja concuerdan 
que esta experiencia tiene como base las experiencias infantiles, 
específicamente con la madre. Cada individuo tiene la tendencia a repetir el 
estilo de relación aprendido en la familia parental en todas sus futuras 
relaciones. 
 
Bowlby (1986) desarrolló la teoría sobre el apego y señala que los modelos 
internos de apego se mantienen relativamente estables a través de la vida; 
considera tres estilos de apego: 
a) el estilo seguro, permite el desarrollo estable de la relación, incorpora 
altos niveles de confianza, independencia, compromiso y satisfacción. 
Estas personas están libres de miedo y ansiedad hacia su objeto de 
amor (pareja) y la relación que establecen con ésta. 
b) El estilo inseguro, se caracteriza por conductas de protesta, enojo y 
mucha angustia ante la separación del objeto de amor. 
c) El estilo de evitación, se caracteriza por conductas de evitación y 
angustia hacia el objeto de amor, es decir, estas personas reaccionan a 
la defensiva y rechazo hacia el otro como una forma de protección de sí 
mismo. 
 
La teoría del apego de Bowlby (1986) se fundamenta en las conductas de 
apego infantiles, pero resurge y florece en la esfera de las relaciones adultas. 
 
Satir (1988) comenta que los padres son los arquitectos de los selfs sexuales y 
afectivos de sus hijos. 
 
Díaz (2003) dice que cuando los compañeros se unen cada uno espera que las 
acciones del esposo tomen la forma que para él es familiar. Cada cónyuge 
tratará de organizar al otro a través de las bases que le son familiares o 
preferidas y empujará al otro a que se acomode. 
 
 
 
24 
 
Díaz (2003) hace un énfasis importante en conocer el proceso de la elección de 
pareja y establece que, si hay cualquier principio sencillo en nuestra elección 
de pareja en mi opinión es que nos casamos con alguien que es en algún 
modo un mellizo psicológico. Estamos todos realmente interesados en buscar a 
alguien que nos ayude a sentirnos psicológicamente completos. 
 
Díaz (2003) sostiene que la elección de la pareja no es un accidente. Las 
personas son arrastradas a estar juntas basándose en un acuerdo 
inconsciente; propuso que hay tres niveles que determinan la elección del 
compañero marital. Un primer nivel está basado en las normas y valores socio-
culturalmente preferidos. El segundo nivel es la interacción de los Yo-Yo o de 
los egos centrales, que incluyen las creencias acerca de uno mismo, como las 
cosas deben ser hechas, y acerca de la manera en que ven el mundo. Y el 
tercer nivel es la interacción inconsciente de las realidades objetales, esto 
quiere decir en un lenguaje cotidiano que en la relación de pareja 
predominantemente se busca una relación que se asemeje a la primera 
relación con una figura parental. 
 
Díaz (2003) creía que la experiencia clínica sugiere que los individuos tienden a 
elegir por compañeros maritales a otros que han conseguido un nivel de 
madurez equivalente pero que han adoptado un modelo de organización 
defensiva opuesto. Los individuos buscan un compañero basado en la 
capacidad de éste para ayudar a repetir sus experiencias familiares tempranas, 
el nivel de diferenciación del compañero y la expectativa de que el compañero 
ayudará al individuo a solucionar los fallos del desarrollo. 
 
Freud (1974) decía que encontrar el objeto es en el fondo reencontrarlo, es 
importante tener en cuenta que uno tiende no sólo a elegir a la persona en 
función de la madre o del padre sino que fundamentalmente uno repite en esa 
relación de pareja el tipo de relación que uno mantenía con las figuras 
parentales, fundamentalmente una relación en general marcada por la 
ambivalencia. 
 
 
 
25 
 
Puget (1997) refiere que el lazo amoroso es una vía de comunicación entre las 
oscuras simientes de lo originario y la producción de retoños. Algo del orden de 
lo realizado, propio de un inconciente irreducible, guarda eficacia para 
configurar el rasgo erótico que comanda la búsqueda y, de esta manera el 
amor resulta propicio para que ese fondo traumático encuentre algún cauce 
para ser tramitado. En este espacio de articulación, donde se da el lazo 
amoroso conjugan: el orden simbólico, el campo narcisista y el plano de la 
satisfacción. 
 
En el surgimiento de una relación de pareja definitivamente tiene que haber 
atracción. 
 
Sánchez, Reyes, y Díaz-Loving (2004) conciben a la atracción como cualquier 
orientación directa(por parte de una persona hacia otra) que se puede describir 
en términos de signos (+ o - ) e intensidades, mencionan además que la 
atracción se puede entender como una actitud compleja ya que comprende una 
serie de sentimientos y cogniciones que determinan una predisposición hacia 
las otras personas; la atracción interpersonal es la tendencia o predisposición 
del individuo a evaluar a otra persona o símbolo de esa persona en una forma 
positiva o negativa. La atracción la definen como la diferencia entre la 
percepción real (lo que me gusta) e ideal (lo que me gustaría) de las 
características que se observan en un sujeto, basada en el número de adjetivos 
positivos y negativos que se utilizan para describirlo. 
 
En la conceptualización que se hace de la atracción, es evidente la importancia 
del aspecto emocional (agrado de estar con la persona, necesidad de 
acercarse físicamente, emociones intensas, mariposas en el estómago) y 
cognoscitivos (interés en la persona, gusto por el físico de ésta, deseo de 
adentrarse). Lo conductual se circunscribe a la búsqueda de llamar la atención 
de la persona y a la coquetería. 
 
Díaz (2003) considera el concepto de colusión que comprende las nociones de 
que los compañeros están unidos sobre la base de un tipo de conflictos 
similares no resueltos, alrededor de un no admitido y oculto interjuego que 
 
 
26 
 
ocurre entre ellos. El proceso de elección de pareja no es mágico o místico, 
sino una expresión de las necesidades personales de cadaindividuo y del 
desarrollo, en un contexto sociocultural determinado. 
 
Llancán (2004) define la pareja como la unión de dos personas que se 
relacionan a través de un vínculo fuerte, para compartir sentimientos, 
responsabilidades, información, costumbres, valores, mitos y creencias. 
Rivera y Díaz-Loving (2002) consideran que el poder es un factor que está 
presente en toda relación de pareja, la define como cualquier tipo de conducta 
a través de la cual se logra que los otros hagan lo que nosotros como 
individuos queremos que se haga. También refiere que todas las reglas en la 
vida matrimonial son expresiones de poder. Con respecto a la distribución del 
poder dentro de la relación de pareja, es visto que se proporciona en forma 
desigual a cada uno de los miembros debido a las expectativas e ideas 
sociales que marcan la superioridad-inferioridad de hombres y mujeres de una 
cultura determinada. Sostienen que amor y violencia pueden coexistir en una 
relación de pareja. 
Díaz-Loving (1999) refiere que una relación involucra una serie de 
interacciones (reales o imaginadas) a través del tiempo, de manera que cada 
episodio es afectado por eventos anteriores, en conjunto con las expectativas 
del futuro. Desde la perspectiva de la dicotomía participante, la relación implica 
sentimientos, emociones, atribuciones, deseos, esperanzas, desilusiones, etc.; 
durante y entre interacciones los participantes reflejan lo que les ha acontecido 
y lo comparan con lo que les gustaría que sucediera. 
Un compromiso de pareja fuerte y mutuo se sustenta en que ambas partes de 
la misma muestren y mantengan sentimientos positivos el uno hacia el otro, los 
cuales serán reforzados a su vez por sentimientos, vínculos y estructuras 
estables. 
Souza (1996) sostiene que toda relación amorosa incluye deseos de lograr 
seguridad, intensidad, correspondencia y mutualidad diádica en estricto 
sentido, llámese a esto relación conyugal. La adaptación de la vida afectiva a la 
vida de pareja, depende más de las capacidades adaptativas individuales que 
 
 
27 
 
de otros factores. Los conceptos de acuerdo, consenso y comprensión son 
importantes para el establecimiento de una relación emocional estable y 
duradera. 
 
1.4 CICLO VITAL DE LA PAREJA: 
 
Todos conocemos que la vida en pareja, pasa por distintas fases, por distintas 
situaciones. Al fin y al cabo, así es la vida en general, un proceso que está 
sujeto al cambio. 
 
Díaz-Loving (1999) refiere que el contar con un ciclo teórico y sus etapas 
permite clasificar los hallazgos de la investigación en forma ordenada y 
relevante en el estudio y la investigación sobre el ciclo evolutivo de la pareja. 
 
Díaz-Loving (1999) desarrolló una teoría bio-psico-socio-cultural de la relación 
de pareja, que comprende 10 periodos y 5 componentes: 
 
Etapa extraño/desconocido: la presencia de un desconocido se especifica 
como el primer paso de una relación. Es decir cuando uno de los sujetos 
percibe al otro como un extraño. En este contexto, se percibe y reconoce al 
otro, pero no se realizan conductas o cogniciones dirigidas al fomento de algún 
tipo de relación o acercamiento. 
Etapa de conocido: la persona evalúa al estímulo , y con base en él, 
categoriza a esta persona como alguien que podría convertirse en un conocido 
y mantenerse como extraño; acá se da cierto grado de familiaridad y por 
conductas de reconocimiento(sonrisas, saludos) a nivel superficial, aunado a 
una historia prospectiva, aunque manteniendo un bajo grado de cercanía o 
intimidad. 
 
Etapa de amistad: hay una motivación afectiva común a la amistad, o en 
algunos casos, una motivación instrumental, en la que la persona piensa que la 
interacción coadyuvará en la solución de una serie de necesidades. Con la 
amistad se da una constante reevaluación que lleva al mantenimiento o 
 
 
28 
 
incremento de la amistad, esta etapa puede incluir sentimientos de intimidad y 
cercanía. 
 
Etapa de atracción: la pareja inicia la construcción de cogniciones en 
intereses románticos, se cataloga como atracción: Aparece la unión como 
motivo, y con él, la locomoción de acercamiento afectivo hacia el otro sujeto. 
Se acentúa un interés por conocer de, e interactuar con el otro(a) aunado a la 
búsqueda de formas y momentos de hacerse más interdependientes. 
 
Etapas de pasión y romance: en la etapa pasional, existe una respuesta 
fisiológica y una interpretación cognoscitiva de intensidad que define a la 
relación como una relación más cercana. La etapa de romance ha sido descrita 
por hombres y mujeres mexicanas como: comprensión, amor, agradable, 
poesía, detalle, etc., mientras que la etapa pasional incluye: arrebato, sexo, 
deseo, ternura y amor. 
 
Etapa de compromiso: se refiere a que la pareja está de acuerdo en continuar 
dentro de su relación a largo plazo y más íntima, los compromisos se 
establecen con base en el amor, también cancelan el compromiso cuando se 
acaba el amor. 
 
Etapa de mantenimiento: esta etapa permea el diario convivir, en una relación 
a largo plazo, es la base de la estabilidad y evaluación de la familia. Involucra 
franquear y resolver las incógnitas y problemáticas presentadas por la llegada 
de los hijos, el sustento económico y emocional de la familia, el envejecer 
juntos. etc. 
 
Etapa de conflicto: en toda vida de pareja hay conflictos, cuando no se 
resuelven en corto plazo, pueden crear una relación en la cual el 
mantenimiento está teñido de conflictos. Cuando el conflicto es recurrente, y el 
mantenimiento ya no resulta placentero, se desarrolla la etapa de conflicto 
 
Etapas de alejamiento y desamor: poco a poco, conforme la gente se lastima 
en la relación desaparece el gusto por interactuar y conocer a la pareja y se va 
 
 
29 
 
optando por una estrategia de evitación del cotidiano contacto de pareja. Al 
mismo tiempo aparecen mayores sentimientos de frustración y temor al 
interactuar; todo aquello que un día nos parecía unir y acercar a nuestra pareja, 
ahora parece alejarnos. 
 
Etapas de separación y olvido: en el momento que la relación se torna 
insoportable, inmediatamente se vuelve a otras opciones (dejar la relación o 
tener otra pareja) y el descontento con la relación hace evidente que lo más 
adecuado es separarse, ahora el compromiso individual es lograr la 
separación, una relación en la cual se ha decidido no continuar más, produce 
un rompimiento que legalmente puede ser sancionado con el divorcio. 
 
Díaz-Loving (2004) considera que en toda relación de pareja existen cinco 
componentes: 
 
C. biocultural: considera que para los seres humanos más que para ninguna 
otra especie, la necesidad de afecto, apego, cuidado, cariño, interdependencia, 
compañía y amor, son necesidades genéticamente básicas y determinantes 
para la sobrevivencia de la especie. En el caso de los humanos existe una 
amplia evidencia sobre los sustanciales aumentos en conflictos y patologías 
emocionales y sociales presentes ante la falta de interacción cercana y 
frecuente con la madre y/o otros humanos afectuosos en la etapa del desarrollo 
temprano. Las características biológicas incluyen también el potencial de 
desarrollar cultura y trasmitirla a través del uso del lenguaje. 
 
C. socio-cultural: en todas las culturas existe intercambio social, lo que 
cambia es su percepción e interpretación. El saber que un fenómeno o proceso 
es universal, asegura su relevancia e invita a estudiar su conformación y 
matices en grupos socio-culturales particulares. El amor, el poder, los celos, la 
intimidad y las diferencias sexuales, interactúan constantemente con el macro-
sistema sociocultural en el establecimiento de figuras sociales y aprendidas. Es 
decir las características biológicas no se dan en un vacío, se desarrollan, 
evolucionan y modifican en interrelación constante con pautas socioculturales. 
 
 
 
30 
 
C. individual: através del proceso de socialización, endoculturación, 
aculturación, la sociedad, la cultura, el grupo y la familia enseñan a las nuevas 
generaciones cuales son las premisas y expectativas de cómo es que se llevan 
a cabo las relaciones humanas en general, y las relaciones de pareja, de amor, 
de afecto en lo particular. 
 
C. evaluativo: los seres humanos consistentemente evaluamos el estímulo que 
representan otras personas o eventos de vida. Nuestro sistema de evaluación 
está influenciado por nuestras características antecedentes (personales y 
socio-culturales), tales como nuestro historial de apego, nuestro estilo amar, la 
internalización que hemos realizado de las normas socioculturales que rigen las 
relaciones interpersonales. El sistema de evaluación cognoscitiva es el 
mecanismo utilizado para analizar las características observables y 
antecedentes de la pareja estímulo en referencia al sistema de significados 
denotativos del sujeto. La evaluación requiere de percibir, codificar, interpretar 
e integrar la información relevante, convirtiendo el estímulo externo en 
información personal.. El sistema de evaluación afectivo describe fenómenos 
como la atracción, apego, amor, celos, etc. El él se considera la tendencia de 
los humanos a juzgar los eventos de vida con base en las emociones. 
 
C. conductual: la conducta tiene un impacto y una interpretación social de 
alejamiento o acercamiento del sujeto hacia la pareja. A su vez, afecta a la 
pareja, la que evalúa la conveniencia de reaccionar y en que forma, así como 
sobre el sujeto, quien altera sus expectativas y percepción de sí mismo y del 
otro. 
 
Llancán (2007) considera cinco periodos o etapas: 
 
E. de enamoramiento: cuando uno de ellos o los dos se sienten atraídos, se 
movilizan afectivamente el uno con el otro, se interesan mutuamente y solo 
mantienen una relación de amigos o amistad. 
 
 
 
 
31 
 
E. de simbiosis: cuando se han aceptado mutuamente como pareja, surgen 
fuertes deseos de estar al lado de la pareja la mayor cantidad de tiempo, 
sienten que Dios los creó el uno para el otro. 
 
E. de diferenciación: en esta etapa comienzan a vivir la relación con mayor 
realismo o grado de objetividad, se relacionan con los pies en la tierra, 
descubren que su pareja es diferente a él o ella, reconocen sus virtudes y sus 
defectos 
 
E. de hábitos: desarrollan un estilo de vida de pareja en función a sus propios 
contenidos, la vida se va dando entre ellos y se van aceptando como tal, hasta 
desarrollar un estado de equilibrio que puede ser racional- saludable o 
irracional –patológico. 
 
E. dependencia o interdependencia: dependiendo de cómo han desarrollado 
la etapa de hábito y el estado de equilibrio la vida de ellos puede ser de 
interdependencia (racional –saludable) donde se respetan los espacios, los 
tiempos, las singularidades de cada uno de ellos; es decir sumado a la vida de 
pareja cada uno tiene su propio espacio donde lo maneja con respeto, 
responsabilidad y espontaneidad. También puede ser de dependencia 
(irracional –patológico) donde pondera el autoritarismo, la imposición, el 
verticalismo, la sumisión y el chantaje; uno de ellos se subordina al otro, 
mayormente es la mujer, la desigualdad en la relación es muy notoria, uno 
maneja su tiempo y espacio a su propio antojo y el otro lo hace en función a 
como el otro le impone. 
 
Para Lemaire (1995) saber, entender y ver el camino, supone el aprendizaje de 
las diferentes situaciones, el anticiparnos a los consecuentes conflictos y 
evitarnos sufrimientos innecesarios. 
 
Lemaire (1995) considera a la pareja como un sistema, las fases que 
sintéticamente distingue son: 
- 
 
 
32 
 
- fase de inicio- la pareja disfruta de estar solos, es la fase de 
complacencia mutua. 
 
- Fase de adaptación- la pareja empieza a enfrentar a la realidad, los 
gastos que comparten, los desacuerdos, la convivencia, se descubren 
los primeros defectos en el otro. Es el momento idóneo para el diálogo e 
instaurar la comunicación en la pareja como recurso en los momentos 
de conflicto, esta etapa se supera por la atracción que existe entre 
ambos. 
 
- Fase de crisis- empieza a surgir las primeras crisis en la pareja, la 
monotonía se instaura en la relación, faltan las novedades y hay 
estancamiento. Hay constante intento de adaptación y búsqueda del 
equilibrio, las crisis sirven para estos cambios y pone de manifiesto lo 
que se está abandonando en la relación. 
 
Estas crisis se van a repetir y alternar con periodos estables, el que se vaya 
superando o acumulando y sirvan únicamente como válvula de escape, es lo 
que nos va dando una idea de la evolución de la relación de pareja. La pareja 
tiene que ir adaptándose a los cambios situacionales y externos a ella, así 
como a los cambios que se van derivando de cada uno de sus miembros. 
 
Para responder a la pregunta sobre el origen del engaño, algunos autores 
(Lake y Hills, 1990 citado enCorsi 2000) hablan de lo frecuente que es en las 
relaciones de pareja que se rodeen de una malla de mentiras y engaños que 
sirven según estos autores, para proteger la relación, muchas de esas mentiras 
parecen constituir verdades a medias puesto que las verdades completan su 
deficiencia emocional o sexual a través de aventuras amorosas, estables o 
esporádicas. 
Estos mismos autores reseñan que la mayor parte de las aventuras 
extramatrimoniales son causales y esporádicas y se obtiene menor 
 
 
33 
 
gratificación sexual que con la pareja estable. También la relación 
extramatrimonial pierde valor, en la medida que se va aproximando a una 
relación estable. 
Varía mucho el concepto de infidelidad de unas personas a otras, así muchos 
consideran que las relaciones sexuales esporádicas fuera de la relación, no 
revisten importancia y tan solo constituyen el concepto de fidelidad, la 
solidaridad y la franqueza desarrolladas con la pareja, especialmente en las 
situaciones difíciles. 
Los factores que desencadenan estas conductas pueden ser muy variados 
tenemos que tener en cuenta que el problema que desencadena estas 
conductas, pueden ser la falta de comunicación, la comunicación negativa y los 
celos, ellos pueden contribuir como parte de la insatisfacción matrimonial, el 
desequilibrio en la relación e inseguridad por parte de sus componentes, la 
búsqueda de nuevas experiencias, la atracción sexual y las creencias 
personales y el estilo de vida son factores desencadenantes en un momento 
dado. 
1.5 TIPOS DE INFIDELIDAD. 
Según Maestre (2002) no todas las infidelidades son iguales y por lo tanto 
existen diferentes maneras de manejar la situación, hay por lo menos seis 
formas de infidelidad: 
 
a).Infidelidad circunstancial. 
Son las escapadas de una sola noche, cuando se presenta una atractiva 
oportunidad, empieza por lo general cuando se está bebiendo copas, 
aprovechando la situación sabiendo que durara muy poco, luego la persona se 
siente muy sola y culpable, y si ha sido realmente eventual, no va a querer 
repetir la experiencia, cuando se descubre puede traer más dolor que 
preocupación de que llegue a romper el matrimonio. Esta aventura no deja 
ligaduras emocionales. 
 
b). El conquistador. 
 
 
34 
 
Le gusta tener vínculos con mujeres a las que permanentemente seduce y dura 
poco tiempo, hasta que aparece la posibilidad de otra nueva conquista, por lo 
general en esta conducta el hombre esconde un serio problema de sexualidad, 
lo que le atrae es el triunfo sobre la mujer, por ello muy pronto la sensación de 
éxito pasa, la angustia vuelve y de inmediato tendrá que iniciar otra nueva 
aventura. 
 
c). Aventura por venganza. 
Se presenta cuando la relación de pareja está funcionando mal y uno de ellos 
descubre la infidelidad del otro, ofendida la pareja se sentirá tan enojado que 
buscará pagarle de la misma manera y engañará para estar a la par.d). Aventura ante el divorcio. 
Se produce cuando uno de los miembros empieza a sentir que el matrimonio se 
hunde, está mal. 
Antes de que esto suceda se busca una pareja para apoyarse y sentir fuerza y 
seguridad para soportar la eminente crisis conyugal que se viene encima. 
Puede pasar dos cosas: 1). Aparejarse con la pareja de modo definido, 2) o 
que la odie o la culpe por la ruptura del matrimonio. 
e). Aventura de mantenimiento matrimonial. 
Son arreglos que hacen los esposos por conveniencia, aceptando otorgarse 
mutuamente una licencia sexual y buscan en la calle lo que les está faltando en 
el hogar, se corre el riesgo de que la pareja se quede emocionalmente 
involucrada con la nueva relación, presentándose un problema dentro del 
hogar. 
 
f). Infiel hedonistas. 
Necesitan placer todo el tiempo, cada vez que tiene una excitación le propone 
a la eventual pareja tener relaciones sexuales. Esta personalidad no es normal 
y probablemente traerá problemas al interior del hogar. 
 
 
35 
 
La tendencia interna que lleva a tener esta conducta suele tener raíces muy 
profundas, vinculadas con aspectos narcisistas de la personalidad. 
También se considera que la infidelidad femenina es diferente a la infidelidad 
masculina. 
Infidelidad Femenina: 
Las mujeres erosionadas por la rutina y el aburrimiento tratan en la mayoría de 
los casos, de resucitar con la infidelidad la chispa del romance perdido. No se 
trata aquí de algo carnal, aunque también lo sea, sino también de algo 
puramente sentimental y prohibido, algo que logra ponerla en contacto con la 
vitalidad de la seducción, algo que consiga hacerla volver a sentir esa droga 
natural del enamoramiento fluyendo a través de su cuerpo. Este tipo de 
infidelidad por ser de carácter sentimental, tiene un costado peligroso. A 
diferencia del sexual que una vez terminado el sexo también termina todo lo 
atractivo, en lo sentimental las cosas pueden pasar a otro plano y convertirse 
en una nueva relación. 
Infidelidad Masculina: 
Tiene gran parte de sus casos que ver estrictamente con el sexo. Criados 
durante años y generaciones en la cultura de los machos, guardan en su 
cabeza el mensaje social de que cuantas mas mujeres tienen mas hombres 
son. Esto la ha llevado a un celo permanente que en muchas ocasiones los 
hacen caer en la infidelidad. Este tipo de infidelidad sexual no es tan riesgoso 
por parte del que la comete. 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 
CAPITULO II: VARIABLES ASOCIADAS A LA INFIDELIDAD 
 
Mucho se habla, se escribe y se comenta acerca de la infidelidad, lo curioso es 
que muy poco se ha investigado sobre el tema. 
Pereyra (1997) investigó las actitudes hacia la infidelidad conyugal, por sexo, 
edad y tiempo de convivencia, en una muestra de 303 miembros de parejas 
conyugales, en cuatro distritos de Lima Metropolitana. Utilizó el método 
descriptivo de encuesta, la muestra total estuvo conformada por 203 sujetos, 
de los cuales 95 eran varones y 135 mujeres. El rango de edad fue de 20 a 50 
años. El instrumento fue la Escala de Actitudes hacia la Infidelidad con un 
formato tipo likert, las áreas exploradas fueron: espacio social, sexualidad, 
dominio laboral, desplazamiento sintomático y uso de sustancias psicoactivas, 
familia de origen, dinámica conyugal. 
 
Los resultados más relevantes indican, con relación a la sexualidad, existen 
diferencias significativas en las actitudes hacia la infidelidad según el sexo de 
los sujetos; en cuanto a la edad no arrojan diferencias significativas en ninguno 
de los factores; se encontró que el 64% de la muestra estuvo de acuerdo en 
considerar que es normal y natural que los hombres tengan relaciones 
sexuales fuera del matrimonio. La insatisfacción sexual no es un motivo válido 
para aceptar la infidelidad en el caso de las mujeres, pero si para los hombres. 
El 68% desaprobó la posibilidad de buscar terceras personas para tener más 
experiencia, sin mezclar en ello los sentimientos hacia su propia pareja. El 71% 
estuvo en desacuerdo en considerar que el sexo más placentero se encuentra 
fuera del matrimonio. 
 
Morales y Gálvez (2003) realizaron un estudio preliminar de tipo exploratorio 
para examinar el tema de la infidelidad. El trabajo se realizó con parejas 
jóvenes entre los 18 y 28 años de edad, no casados. Se utilizó una entrevista 
individual semi estructurada, no se obtuvieron muestras representativas. 
 
 
 
37 
 
Los resultados de la entrevista arrojan los siguientes datos: En un primer 
momento la pareja idealiza a la otra parte tomando en cuenta los aspectos 
positivos, cuando pasa el enamoramiento se va perdiendo el ideal, aparece la 
desilusión y esto abre paso al surgimiento de una aventura. 
 
Otro hallazgo indica que una de las características de las relaciones de pareja 
es regirse por acuerdos explícitos e implícitos; sino existen reglas claras, no 
hay infidelidad, porque no se traiciona nada. 
 
Otro resultado es que cuando la pareja se entera que es engañada aparece 
una reacción emocional negativa donde prima la rabia, la pena y el dolor; 
después de aproximadamente tres meses aparece una reacción racional 
positiva que le permite tener una visión más sistémica y el afectado es capaz 
de identificar su propia responsabilidad en lo sucedido. 
 
Zumaya (1994) refiere que el 55% de los varones han sido infieles alguna vez 
en su vida y el 45% de las mujeres también. 
 
Reyes, Díaz-Loving y Rivera (2002) realizaron la investigación “Satisfacción 
marital como predictor de infidelidad en parejas mexicanas”, la muestra estuvo 
constituida por 587 sujetos, 190 hombres y 397 mujeres, con un rango de edad 
de 16 a 59 años (media 30), con escolaridad de primaria a posgrado (M= 
licenciatura), de 1 a 39 años de relación (M= 8.72 años), de 0 a 4 hijos (M=1). 
La muestra fue no probabilística accidental. Los sujetos pertenecieron a 
diferentes zonas de la ciudad de México. El instrumento para medir satisfacción 
marital fue una escala tipo Likert. 
 
Los resultados obtenidos reflejan la importancia de la satisfacción marital como 
indicador importante en el fenómeno de la infidelidad en parejas mexicanas. A 
través de esta investigación se pudo comprobar que es importante mantener 
una buena satisfacción marital tanto personalmente como proveerla a la pareja 
ya que esto evitará la aparición del fenómeno de la infidelidad que en la 
mayoría de los casos es aversiva para la relación, el estudio también presenta 
indicadores de que lo más importante es tener una buena interacción con la 
 
 
38 
 
pareja y con los hijos para mantenerse satisfecho en la relación y de igual 
manera saber divertirse en compañía de la pareja y de la familia, así como 
fortalecer la vida sexual y de cercanía íntima con la pareja ya que la 
insatisfacción en estos aspectos desencadenará el fenómeno de la infidelidad. 
 
Romero y Rivera (2004) realizaron la investigación “¿Qué motiva a un hombre 
y a una mujer a ser infiel?, la muestra fue no probabilística accidental, estuvo 
constituida por 227 sujetos de ambos sexos 90 hombres (47 casados y 44 
solteros) y 110 mujeres (73 solteras y 37 casadas). La media de edad fue 31.2 
años, la escolaridad iba de nivel primaria hasta posgrado, y el nivel 
socioeconómico de medio a medio-bajo. El instrumento que se utilizó fue un 
cuestionario mixto de preguntas cerradas y abiertas. 
 
Los resultados indican que las categorías encontradas muestran que los 
motivos emocionales, circunstanciales, instrumentales, de personalidad y 
sexuales son los más atribuidos por los sujetos como causales de infidelidad. 
Se detectó que las mujeres solteras son las que más atribuyen la infidelidad a 
motivos instrumentales, principalmente en comparación con los hombres 
solteros, aunado a esto al enfocarse en la personalidad se observa un 
intercambio de lugares, pues ahora son los hombres solteros los que dan 
mayor peso a estosmotivos, por sobre los demás grupos. En cuanto a los 
motivos circunstanciales nuevamente se encontró que los hombres solteros 
consideran más frecuentemente que el escenario es un facilitador de la 
infidelidad, en contraste con las mujeres casadas quienes prácticamente no 
consideran estos motivos, referente a los motivos sexuales y emocionales no 
se encontraron diferencias significativas en ninguno de los grupos, así mismo 
cabe destacar que casi el 100% de la población consideró que ningún motivo 
justifica la infidelidad. 
 
Rivera, Díaz-Loving, Cruz del Castillo y Vidal (2004) realizaron la investigación 
“Negociación del conflicto y satisfacción en la pareja”. Se seleccionaron a 672 
sujetos de los cuales 320 fueron hombres y 352 mujeres, el rango de edad fue 
de 17 a 66 años, con una media de 29.15 años. En cuanto al estado civil 602 
eran casados y 70 vivían en unión libre. La media del tiempo en la relación fue 
 
 
39 
 
de 7.4 años viviendo con su pareja. Se utilizaron dos instrumentos para evaluar 
estos aspectos: el inventario multifacético de satisfacción marital y el inventario 
de estilos de negociación. 
 
Los resultados obtenidos indican que para los hombres los estilos positivos de 
negociar el conflicto incrementa la satisfacción y estilos negativos la 
decrementan. En el caso de las mujeres, el patrón de las correlaciones fue muy 
similar al de los hombres en cuanto a que, estilos positivos incrementan la 
satisfacción y estilos negativos la disminuyen. 
 
Sánchez, Reyes y Díaz-Loving (2004) realizaron la investigación “Lo positivo y 
negativo de la atracción entre la pareja”. La muestra estudiada fue no 
probabilística por cuota, quedó comprendida por 120 sujetos adultos mexicanos 
de los cuales 65 eran hombres y 55 mujeres. La media de edad fue de 33.46 y 
todos los sujetos tenían en esos momentos una relación de pareja. En cuanto a 
la escolaridad de los sujetos se observó que fluctuaba entre la primaria a 
posgrado con una media de preparatoria. 
Aplicaron los siguientes instrumentos: 
 
1.- Viñeta de apego adulto 
2.- Inventario de premisas históricos-socio-culturales. 
3.- Reactivos que evalúan auto-estima. 
4.- Reactivos que evalúan auto-realización 
5.- Inventario de locus de control. 
6.- Reactivos que evalúan defensividad. 
7.- Inventario de masculinidad-feminidad. 
8.- Escala diagnóstica del ciclo de acercamiento-alejamiento. 
9.- Escala de estilos de afrontamiento auto-modificador. 
10.- Inventario de estilos de afrontamiento. 
11.-Inventario de estilos de amor. 
12.- Escala de estilos de comunicación. 
13.- Inventario de conductas de la pareja. 
 
 
 
40 
 
Los resultados obtenidos fueron, en el caso de los hombres se observa que 
para que rían, apoyen, compartan, acaricien y besen a su pareja, requieren de 
creer que la atracción es el inicio de algo más intenso, que hay que resolver 
conflictos para poder estar juntos y que el amor es tan valioso que debe ser 
para toda la vida sin importar los sufrimientos que implique; así mismo es 
necesario que el individuo sea amable, afectuoso, inteligente, capaz, se sienta 
a gusto consigo mismo y realizado y no sea defensivo. En lo referente a las 
mujeres en fase de atracción, se observa un patrón similar, excepto que en el 
área de los estilos conductuales se requiere que gusten de colaborar para 
llegar a acuerdos compartidos, sean románticas, abiertas y positivas al 
comunicarse con su pareja. 
 
En el caso de los hombres se observa que para que peleen, rechacen, 
ofendan, ignoren y controlen a su pareja, requieren de tener características de 
poca emotividad y sensibilidad, control excesivo del medio, carácter dominante 
y poca flexibilidad en la manifestación de sus sentimientos, por lo tanto este 
individuo va a presentar rasgos de masculinidad y feminidad negativa ya que 
se va a comportar de manera brusca, introvertido, reservado y temperamental, 
trayendo como consecuencia el que no colabore, no se porte romántico, 
abierto, ni positivo ante algún acuerdo establecido entre la pareja. En el caso 
de las mujeres que se encuentren en la fase de atracción, se observa un patrón 
similar, excepto que en el área de la personalidad requieren primero de tener 
rasgos de poca expresividad, control y poder hacia su pareja, no les gusta 
colaborar para llegar acuerdos compartidos y por lo tanto no son románticas, 
abiertas y positivas al comunicarse con su pareja. 
 
Romero y Rivera (2008) realizaron la investigación “Infidelidad: un fenómeno 
biopsicosociocultural”. La muestra fue de 334 voluntarios, 151 hombres y 183 
mujeres, cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 64 años (M=30 años) con 
una relación de pareja heterosexual. El 53% reportó no haber tenido vivencia 
previa de infidelidad, el 30% reportó haber sido ejecutor de infidelidad durante 
su relación actual y el 17% reportó haber sido receptor de infidelidad durante su 
relación actual. Se utilizaron los siguientes instrumentos: 1.- Escala de 
Orientación Sociosexual, 2.- Escala de Motivación Sexual, 3.- Inventario de 
 
 
41 
 
Conducta Sexual, 4.- Escala de Personalidad Sexual, 5.- Escala de 
Satisfacción Marital, 6.- Subescala de Motivos de Infidelidad. 7.- Subescala de 
Conceptos de Infidelidad, 8.- Subescala de Consecuencias de Infidelidad, 9.- 
Subescala de Conducta Infiel. 
 
Los resultados que se obtuvieron fue, en el caso de las mujeres decidirá 
entablar una relación extrapareja con mayor probabilidad si tiene una 
diversidad de prácticas sexuales, así como una personalidad sexual 
encaminada al coqueteo y el bajo compromiso, si mantiene un concepto 
positivo acerca de lo que es la infidelidad y su personalidad es impulsiva, 
inestable y baja de autocontrol; la mujer que se encuentra alejada de las 
premisas tradicionales culturales tenderá con mayor probabilidad a 
experimentar una relación extrapareja, probablemente como complemento a la 
rutina de la vida cotidiana. 
 
En el caso de los hombres la infidelidad se da por un conjunto de influencias 
biológicas como motivacionales, quienes pretendan tener muchas parejas 
sexuales en un corto plazo tenderán más a la infidelidad que quienes buscan 
parejas a largo plazo. 
 
Armenta y Díaz-Loving (2008) realizaron la investigación “Comunicación y 
Satisfacción: Analizando la Interacción de Pareja”. La muestra fue no 
probabilística por cuota, conformada por 114 parejas heterosexuales de las 
cuales el 67% son matrimonios y el 33% viven en unión libre, el tiempo de 
relación en promedio es de 8 años y el tiempo que tienen viviendo juntos es de 
6 años en promedio, el 29% no tiene hijos, el 32% tiene un hijo y el resto 
reportó tener más de un hijo. Los instrumentos que se utilizaron fueron: El 
Inventario de Estilos de Comunicación, La Escala de Comunicación Marital y el 
Inventario Multifacético de Satisfacción Marital. 
 
Los resultados confirman que lo más relevante para la satisfacción en la 
relación de pareja es la comunicación no verbal, en este caso la entonación 
utilizada y percibida durante las conversaciones. Estos resultados implican que, 
cuando ellos identifican que el otro miembro de la relación no se comunica de 
 
 
42 
 
forma destructiva, fría, intolerante, severa, inexpresiva o distante ellos tienen un 
estilo más platicador, oportuno y optimista al comunicarse y que esto a su vez, 
produce la satisfacción conjunta de la relación. 
 
Ayala, Rivera y Díaz-Loving (2008) realizaron la investigación “Infidelidad, 
Ansiedad y Depresión en la Relación de Pareja”. La muestra fue no 
probabilística, comprendió a 690 sujetos, 319 fueron hombres y 371 mujeres. El 
criterio de inclusión fue que los participantes fueran mayores de 18 años, con 
pareja heterosexual, casados o en unión libre, que hayan vivido juntos mínimo 
un año. La media de edad fue de 40 años y del número de hijos fue de 2. Los 
instrumentos que se utilizaron fueron: La Escala de Infidelidad,

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