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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLÓGICAS TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRA EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS PRESENTA KYOKO MASAKI MÉXICO, D.F. 2011 POR MI R A Z A H A B L R A A S P IR IT V E E L Los Chan de la “provincia de Tases” durante los siglos XVI y XVII DIRECTOR DE TESIS DR. TSUBASA OKOSHI HARADA UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Mi gratitud y reconocimiento para el Doctor Tsubasa Okoshi Harada, por sus enseñanzas y su valiosos y sabios consejos para la elaboración de esta tesis. Mi agradecimiento para la Doctora Gudrun Lohmeyer Lindner y para la Doctora María del Carmen León Cázares por su apoyo, sus apreciables comentarios y críticas. Y finalmente agradezco al Doctor Manuel Eduardo Pérez Rivas y a la Maestra Lynneth Susan Lowe Negrón por su atenta lectura de mi trabajo y sus generosas contribuciones para mejorarlo. Índice Introducción 1 Capítulo 1. El linaje Chan en la “provincia de Tases” al tiempo de la invasión española 1. Los Chan en los tiempos de contacto 7 2. El fundamento del poder de los gobernantes mayas 17 3. Los Chan frente a la conquista 22 Capítulo 2. La época de don Juan Chan, el padre 1. Los cambios fundamentales bajo el dominio español 32 2. Don Juan Chan, el padre 41 Capítulo 3. La época de don Juan Chan, el hijo 1. Los huidos a las montañas: una respuesta maya ante la política colonial 47 2. La época de don Juan Chan, el hijo y su papel político 63 3. Otra respuesta maya frente a la política colonial: los Paxbolón 82 4. Otra respuesta maya: los Xiu 90 Consideraciones finales 99 Bibliografía 105 Mapas y figuras 1. Límites del dominio colonial 111 2. Mapa de Yucatán en los tiempos de contacto 112 3. Esquema de la organización política de los batabilob 113 4. “Provincia de Tases” 114 5. Región reducida por Paxbolón 115 1 Introducción Después de la caída de Mayapán, los señores bajo el gobierno confederado abandonaron este centro político y se establecieron separadamente en las tierras bajas del norte de la Península de Yucatán. Cuando los españoles llegaron a esta tierra, se hallaron muchas entidades políticas independientes. La conquista militar de Yucatán terminó provisionalmente con la sofocación de la sublevación de los mayas en la zona oriental en 1546. Al principio la Corona introdujo el sistema de encomienda, que obligó a los conquistadores a dar instrucción cristiana y proteger a los indígenas en compensación por haber obtenido el tributo y la mano de obra de éstos, con la finalidad de financiar los gastos de la cristianización de los nativos y los pagos de servicios prestados por los conquistadores. Sin embargo, desde mediados del siglo XVI, la Corona trataba de concentrar los poderes en sus manos puesto que se dio cuenta de que el sistema de encomienda obstaculizaba el desarrollo de la colonización. Como un proceso de esta política, introdujo el programa de congregación de los indios, que solían vivir dispersos, para integrarlos en el esquema colonizador a través del cual pensaba que podía controlarlos perfectamente. La realización de la empresa de congregación generó un cambio drástico de la vida autóctona contra la voluntad de los nativos. Aunado a esto, los mayas tenían que enfrentarse con varias formas de explotación impuestas por los encomenderos, los religiosos, y los oficiales reales. Muchos mayas reaccionaban contra estos abusos de los españoles tomando la forma eficaz de huir a las montañas, lo que los colonos no habían esperado. Asimismo esta conducta de los indígenas se presentó como una amenaza para los españoles a causa de la pérdida de tributo y servicio personal.1 A pesar de todo, lo que aterrorizó más a los 1 La mayor parte de los tributos iban a parar a manos de los encomenderos a mediados del siglo XVI, pero a finales del siguiente siglo la casi totalidad de los tributos era generalmente recaudada por la Corona, ya que al fallecer los últimos agraciados de la encomienda, debían incorporarse a la Corona, junto con las encomiendas, los tributos y servicios que producían, en Calderón, Historia económica de la Nueva España en tiempos de los Austrias, México, Fondo de Cultura Económica, 1988, p. 597. Así el sistema de encomienda declinaba paulatinamente en la Nueva España. Sin 2 españoles fue el temor de que los mayas se juntaran en las montañas y se sublevaran fuera del control español. En la Península de Yucatán el territorio dominado por los españoles fue muy limitado. Ocupaban solamente la zona costera que formaba una línea conectada de Campeche, Mérida y Valladolid. Existía un gran espacio fuera de control en el oriente y en el interior sur que ofreció a los naturales lugares de refugio.2 (fig. 1) Además, la población española no había aumentado con tanta rapidez como en el centro de México, pues no había ninguna mina ni recursos naturales que llamaran la codicia de los invasores. A mediados del siglo XVI, la población de los indígenas era aproximadamente de 240,000, por otra parte, la de los españoles era de 700. Aunque se incrementó el número de éstos a principios del siguiente siglo, llegó entonces solamente a tres mil.3 Bajo estas circunstancias, sin contar con la colaboración de los nativos, los colonos estaban lejos de establecer el régimen colonial en el área recién conquistada. Ellos carecían realmente de los recursos económicos y humanos para dirigir la captura de los huidos y reducirlos. Los españoles buscaban una salida por medio de contar con la colaboración de los nobles indígenas. embargo la situación de Yucatán alrededor de la encomienda fue distinta en otra región. Los españoles no tenían más remedio que depender del tributo pagado por los indígenas debido a que la tierra era estéril y no se había encontrado ninguna mina en Yucatán. Por lo tanto, el rey de España dio a Diego Quijada la licencia de continuar la encomienda el 12 de enero de 1562. Así la encomienda de Yucatán prolongó hasta que la anuló la real cédula del 16 de diciembre de 1785. En Don Diego de Quijada, alcalde mayor de Yucatán 1561-1565, Scholes y Adams, eds, Médico, Porrúa, 1938, t. 1, p. 17 (en adelante DDQAMY), en Zavala, La encomienda indiana, 2 ed., México, Porrúa, 1973, p. 631, y en Recopilación sumaria de todos los asuntos acordados de la Real Audiencia y sala del crimen de esta Nueva España, México, UNAM, 1991, v. 1, 182 p. 2 A la llegada de los españoles a la Península, se encontraba la mayoría de las poblaciones mayas en la zona noroeste. En Yucatán, ellos no mostraban interés por las regiones con pocos poblados, ya que la única manera de obtener ganancia era explotar a los indígenas. Asimismo Okoshi Harada sugirió que la geografía física de la Península probablemente obstaculizó a los conquistadores el avance más hacia el sur y el este. Considera que por lo menos fue difícil cruzar la zona selváticaboscosa que se extendía entre los actuales estados de Yucatán y Quintana Roo a caballo (comunicación personal 2010). 3 García Bernal, Población y encomienda en Yucatán bajo los Austrias, Sevilla, EEHA, 1978, p. 149. 3 Si bien muchos nobles indígenas desaparecieron en el proceso de fortalecer el régimen real, encontramos que existían unos cuantos caciques que no sólo pudieron sobrevivir sorteando con artimañas estas condiciones desfavorables, sino que tuvieron éxito al sacar provecho legalmente de la nueva situación. Estos caciques compartían un elemento común: sus pueblos colindaban con la zona fuera de control colonial donde los huidos vivían. Para los indígenas no existía ninguna barrera entre estas dos zonas, controlada y no controlada. Al contrario, a medida que el número de los huidos aumentaba, el flujo de las materias y de la información entre estas dos áreas circulaba activamente a través de los pueblos fronterizos. La condición geográfica favorable permitía a dichos caciques sacar provecho utilizando la información de ambos lados de los huidos y de los bajo el control colonial. Por supuesto, ellos también tenían suficiente capacidad para manejar hábilmente su condición. Don Juan Chan era uno de ellos. Él era señor natural del pueblo de Chancenote que se hallaba al nordeste de Valladolid y asimismo en la frontera oriental entre la región controlada española y la independiente. El linaje Chan había gobernado esta tierra desde la época prehispánica. Respecto a su historia, el documento las “Probanzas prestadas por don Juan Chan, gobernador del pueblo de Chancenote de los servicios que ha prestado a la corona en el sometimiento de los indios infieles para que se le conceda una merced o una ayuda de costa” 4 (en adelante la “Probanza”) nos muestra su historia, los servicios prestados a la Corona por cuatro generaciones de su familia, y asimismo sus tácticas para que sobreviviera ésta, aprovechando la ubicación geográfica de su pueblo. Sobre la historia del linaje Chan se han realizado principalmente tres estudios con base en dicho documento. Okoshi Harada escribió un artículo titulado 4 Archivo General de Indias (AGI), Audiencia de México, leg.140, r. 2, las “Probanzas prestadas por don Juan Chan, gobernador del pueblo de Chancenote de los servicios que ha prestado a la corona en el sometimiento de los indios infieles para que se le conceda una merced o una ayuda de costa”. Este expediente consta de tres partes: una carta de presentación del expediente dirigida al rey, sin firma, un traslado compuesto de una probanza realizada en 1601 [1ª pte.] y los documentos fechados entre 1597 y 1614, y el traslado de una probanza llevada a cabo en 1617 [2ª pte.]. 4 “Revisión crítica de la geografía política de los mayas yucatecos del postclásico: la jurisdicción de Tases”.5 Se enfoca en la organización política de esta región en la etapa de la conquista. Por otra parte, Sergio Quezada hizo un breve resumen de la historia de los Chan en su artículo titulado “Don Juan Chan: un cacique yucateco anti-idólatra”6. Bracamonte y Sosa asigna un capítulo referente a las actividades de los Chan en su libro La conquista inconclusa de Yucatán.7 Estos dos textos analizan la historia de los Chan desde el punto de vista de la persecución de la idolatría. Sin embargo, las tres obras mencionadas no son las que analizaron los hechos históricos enfocándose en el acto de un cacique que logró sobrevivir bajo el régimen colonial, y en el cómo lo pudo lograr. En esta investigación pretendo esclarecer una nueva imagen de los líderes indígenas enfocándome en el papel que jugaron algunos caciques en los tiempos de fortalecimiento del régimen colonial. Ellos nos mostraron su tenacidad con que analizaron y comprendieron la realidad bajo la cual vivían y la aprovechaban. Es decir, los dichos caciques tomaron el camino de participar activamente en formar el dominio colonial atendiendo los problemas que los colonos no lograban resolver. Ellos idearon por iniciativa propia la manera de que su familia o toda su comunidad saliera adelante a través de intervenir en el régimen colonial. El aproximarse al análisis de la historia colonial de los mayas desde este punto de vista contribuye a llenar el vacío que hemos encontrado en el estudio de esta área, dado que poco ha sido analizada esta forma de respuesta indígena ante la política colonial. Intentaré abordar este tema mediante la reconstrucción de la historia de la familia de los Chan desde el siglo XVI hasta principios del siglo XVII con base en el análisis de la “Probanza”, de las Relaciones histórico-geográficas de la 5 Okoshi Harada, “Revisión crítica de la geografía política de los mayas yucatecos del postclásicos: la jurisdicción de Tases” en Memorias del Tercero Congreso Internacional de Mayistas, México, UNAM, 1998, p. 65-76. 6 Quezada, “Don Juan Chan: un cacique yucateco anti-idólatra”, en Mayab, no.5, Campeche, UAC, 1989, p. 41-44. 7 Bracamonte y Sosa, La conquista inconclusa de Yucatán: los mayas de la montaña, 1560-1680, México, CIESAS, 2001, 5 gobernación de Yucatán 8 y de otros documentos publicados e inéditos. A través del estudio sobre la manera de adaptarse a la conquista y a la colonización hispana adoptadas por las tres generaciones de esta familia, se aprecia una estrategia inteligente: aprovechar la crisis de la política colonial con el objeto de sacar su beneficio. El desarrollo del texto se divide en tres capítulos que se dedica uno a cada generación, el abuelo, el padre y el hijo. En el primer capítulo se analiza la organización política prehispánica de la “provincia de Tases”, donde los Chan se encontraban, y asimismo el fundamento del poder de los gobernantes mayas. Esto se debe a que los dos don Juan Chan tanto el padre como su hijo, para llevar a cabo su empresa de salvaguardar su prestigio y señorio contaron con la colaboración de sus vecinos y éstos, a la vez, gozaban de cierto beneficio de los dos Chan, según nuestro parecer, recurriendo al ejercicio de un poder cuyo origen se remontaría hasta la época prehispánica. De hecho, podemos percibir entre líneas de la “Probanza” que los dos don Juan Chan hicieran valer el sistema de redistribución de bienes para satisfacer intereses de los naturales de su señorío. En la última parte del capítulo, se mencionará cómo reaccionó Na Hau Chan, el abuelo, frente a la invasión española, lo cual marcó un parteaguas para los Chan, desde nuestra perspectiva, puesto que el fracaso que experimentó hizo a sus sucesores cambiar completamente la estrategia de supervivencia. En el segundo capítulo se expone la política colonial para administrar a los indios y asimismo los obstáculos con que los colonos se enfrentaban. Al darse cuenta de la extraordinaria y estratégica ubicación político-geográfica de su pueblo, además de observar la situación política desempeñada por la administración española colonial, don Juan Chan, el padre, decidió apoyar de manera interesada a los españoles. Él ofreció su pueblo a los españoles como base del abastecimiento a través de lo cual hizo una contribución significativa a los españoles para que éstos triunfaran contra el corsario francés en 1571 y los otros. 8 Relaciones histórico-geográficas de la gobernación de Yucatán, Garza, Mercedes de la [et al.], ed., México, UNAM, 1983 (en adelante RHGGY). 6 Sobre todo el éxito de esta campaña militar contra los franceses trajo como consecuencia que los españoles comenzaran a confiar en don Juan Chan, el padre. En el capítulo tercero se aborda el análisis de los actos de don Juan Chan, el hijo. Él intervino en la política colonial y se encargaba de un área, o sea, elproblema de los huidos indígenas que cada vez más amenazaba la economía colonial yucateca, que de por sí, se veía pobre, mediante ayudar a los curas seculares. Su actitud iba de acuerdo con la política religiosa colonial, que impulsaba la secularización de las doctrinas monopolizadas por los franciscanos. Aparte de don Juan Chan, en distintos momentos, sin que se intentaran coordinar entre sí, existieron dos caciques que partiendo de sus propios intereses participaron en empresas semejantes. Los protagonistas eran don Pablo Paxbolón, cacique de Acalán-Tixchel, y don Juan Xiu Cimé, descendiente de cacique y señor natural del pueblo de Yaxá. A través del análisis de cada uno de estos dos caciques señalaremos los elementos comunes de los tres señores, sus peculiaridades, e indicaremos ventajas particulares con que contaban los Chan frente a los Paxbolón y los Xiu, destacando de esta manera la importancia de lo que habían hecho los Chan en los siglos XVI y XVII. 7 Capítulo I Los Chan en la “provincia de Tases” al tiempo de la invasión española El objetivo de este capítulo será explicar la historia de la familia Chan en los tiempos de la conquista española. Primero presentaremos la entidad política de la “provincia de Tases” en los tiempos prehispánicos, donde el linaje Chan se hallaba, enfocándonos en el concepto de la organización política que los mayas habían establecido. A continuación abordaremos el fundamento del poder de los gobernantes mayas yucatecos. Consideramos que estos dos temas son indispensables para entender la historia y la táctica de los Chan en los tiempos turbulentos. Posteriormente mencionaremos cómo reaccionó Na Hau Chan, el abuelo, contra la invasión española. 1. Los Chan en los tiempos de contactos Después de la caída de Chichén Itzá, a partir de la segunda mitad del siglo XII surgió un nuevo centro político en las tierras bajas mayas, Mayapán. Éste dominaba el norte de la Península mediante en conjunto de señores como los Cocom, los Chel, los Xiu, los Dzeh, los Canul, los Cupul, los Pech, los Iuit y los Cochuah.9 Sin embargo, a mediados del siglo XV, se destruyó por causa de las pugnas intestinas entre los Cocom y los Xiu con sus aliados. El antagonismo entre ellos siguió existiendo aun en los tiempos coloniales.10 9 Quezada, Pueblos y caciques yucatecos, 1550-1580, México, COLMEX, 1993, p. 28-31. 10 El rencor de los Cocom por los Xiu, quienes mataron a todos los miembros del linaje de los Cocom excepto a uno que estaba en Honduras, persistió durante un siglo. Ellos revivieron el rencor y posiblemente tomaron represalias por la forma en que masacraron a su rival en 1536. Cuando los españoles se retiraron después de su fracaso en la segunda campaña, Yucatán padeció una gran sequía. Los Xiu de Maní decidieron peregrinar al cenote sagrado de Chichén Itzá para implorar la clemencia de la lluvia de dios. El problema era que había que atravesar el territorio de los Cocom que eran sus enemigos hereditarios. No obstante, los Cocom no sólo aceptaron la solicitud de los Xiu, sino que agasajaron a los huéspedes con viandas y bebidas en Otzmal. A pesar de todo, en plena fiesta los Cocom traicionaron y masacraron a los huéspedes. Muchos de los miembros principales del linaje Xiu fueron asesinados. Véase Rubio Mañé, “El cronista maya Gaspar Antonio Chi, 1531-1610” en Memorias de la Academia Mexicana de la historia: correspondiente de la Real de Madrid, México, Academia Mexicana de la Historia, t. xv, no. 2, 1956. 8 Así el gobierno de Mayapán se fragmentó en sus componentes y cada uno de ellos estableció una entidad política. Referente a la geografía política en esta tierra en aquellos tiempos, Ralph L. Roys propuso en su obra, The Political Geography of the Yucatan Maya que existían 16 “provincias”: Ah Canul, Chakan, Cehpech, Hocabá, Maní, Ah Kin Chel, Sotuta, Chikinchel o Chauaca, Tases, Cupul, Cochuah, Ecab, Cozumel, Uaymil y Chetumal, Chanputun, y Canpech (fig.2). Asimismo, las clasificó en tres tipos: 1) la provincia dominada por un halach uinic, 2) la dominada por un conjunto de batabob, 3) un conjunto de pueblos semi-autónomos regidos por sus respectivos batabob.11 Los estudios realizados por Roys a mediados del siglo XX han tenido una influencia sumamente amplia en el campo del análisis sobre la geografía política de los mayas yucatecos del siglo XVI. Él realizó una investigación con base en la matrícula de tributos de 1549 y en RHGGY principalmente, complementando esto con el análisis de los textos mayas coloniales, los datos arqueológicos, e investigación de campo. Roys nos ofreció no sólo una tipología de la geografía política maya yucateca, sino reconstruyó sus territorios en un mapa. Además, su análisis de la estructura de cada unidad política aborda por primera vez la imagen del sistema administrativo maya, aunque antes de él también varios estudiosos yucatecos se dedicaban al mismo tema.12 No obstante, Roys asignó el término “provincia” al cuchcabal que los mayas yucatecos denominaron a su organización política, lo que generó una limitación en su trabajo que provino del manejo del criterio occidental moderno en cuanto al concepto del término “cuchcabal”. Él creía que cada “provincia” formaba un territorio bien demarcado y estaba bajo el dominio de un gobernante, como sucede actualmente. 11 Roys, The Political Geography of the Yucatan Maya, Washington, D.C., Carnegie Institution of Washington, 1957, p. 6. 12 Ancona, Eligio, Historia de Yucatán desde la época más remota hasta nuestros días, Barcelona, Jaime Jepús Roviralta, 1889; Molina Solís, Juan Francisco, Historia del descubrimiento y conquista de Yucatán, México, D.F., Mensaje, 1943; Carrillo y Ancona, Crescencio, Historia antigua de Yucatán, Mérida, Tipografía Yucateca, 1937. 9 En la década de los 80, Tsubasa Okoshi Harada y Sergio Quezada plantearon una nueva perspectiva sobre la geografía política maya yucateca con base en los conceptos autóctonos. El punto de partido sería que los mayas yucatecos no tenían el concepto de propiedad privada de la tierra. Landa dijo: “las tierras, por ahora, es de común: y así, el que primero las ocupa las posee”13 y coincidían al respecto los encomenderos que redactaron las RHGGY lo confirmaron.14 Los mayas concebían la tierra como algo sagrado y como el origen de la vida, pero no como fortuna u objeto de compraventa. Mientras tanto, en la sociedad occidental moderna se consideraba que la tierra era una mercancía y era un símbolo de riqueza. Por lo tanto hubo que definir bien los límites de la propiedad de la tierra y no existía la tierra sin dueño. Referente al término cuchcabal, el Calepino maya de Motul muestra dos sentidos: 1. Tierra, región, partido o visita sujetos a alguna cabeçera, o comarca así. U cuchcabal Maní, Mutul, etc. la provinçia o comarca de Maní, Mutul, etc. 2. La familia y gente que uno tiene a su cargo. Haytulx a cuchcabal: quanta gente o criados o familia tienes.15 Quezada define con base en la primera acepción del Calepino, a través del análisis de los morfemas que cuchcabal es el espacio territorial gobernado por un poder que reside en un lugar determinado que denominaré capital.16 Por otra parte, Okoshi Harada comenta que los dos cuchcabal mencionados en este diccionario son palabras diferentes dado que el maya es uno de los idiomas que tienen tonalidad, la cual no se marcaba en su ortografía de la época colonial. El primero de los sentidos de cuchcabal se escribe kúuchkabal y el segundo kuuchkabal, 13 Landa, Relación de las cosas de Yucatán, Mérida, E.G. Triay e Hijos Imps., 1938, cap. 43, p. 41. 14 Véase RHGGY t. 1, p.148, 184, 202, 218, 307. 15 Ciudad Real, Calepino maya de Motul, t. 1, México, UNAM, 1984, f. 86. 16 Quezada, Pueblos y caciques…, p. 36. 10 según la ortografía moderna. El significado de kúuch es “asiento o lugar propio de alguna cosa, donde está naturalmente”. Por ende, cúchcabal se puede definir como el espacio donde habita un conglomerado gobernado por un poder que reside en un lugar determinado. Se utiliza con el topónimo, por ejemplo: tu cuchcabal Sací (la jurisdicción de Sací). Mientras tanto, kuuch significa “carga que el hombre o la bestia lleva a cuestas; llevar o tomar a cuestas, o llevar o traer carga asida de alguna cuerda”, de ahí se extiende a los significados “carga que trae el oficio y el mismo cargo y oficio”, y “gobernar pueblo o república”. Así cuchcabal se acompaña con un patronímico como yetel tu cuchcabalob Tutul Xiu (y con las cabezas o responsables de las ramas familiares del linaje Tutul Xiu).17 Podemos deducir de la exposición anterior que el cuchcabal o cúchcabal no estaba asociado con el espacio demarcado sino que se trataba de una jurisdicción que el poder del gobernante alcanzaba. 18 Okoshi Harada considera que la organización político territorial maya de la época prehispánica descansaba en las relaciones humanas de índole diversa establecidas entre el gobernante y los gobernados. La prerrogativa de los gobernantes consistía en usufructuar la fuerza de trabajo de los numerosos pueblos hallados en la Península. Para la sociedad maya era importante el número de los gobernados que se tenía bajo su autoridad; mientras más la población indígena se tenía, mayor era el prestigio. En cuanto a la espacialidad del cuchcabal o cúchcabal estaba compuesto por la cabecera donde residía el halach uinic o el batab y los pueblos en que habitaban los nativos que 17 Okoshi Harada, “Análisis de la organización político territorial de los mayas peninsulares del postclásico tardío: una nueva perspectiva”, en Los investigadores de la cultura maya, 8, t. 1, Campeche, UAC, 2000, p. 30. 18 De acuerdo con Diccionario de autoridades, t. 3, Madrid, Gredos, 1990, p. 334, la “jurisdicción” tiene el sentido de: Facultad o poder que se concede para el gobierno, en la decisión de las causas. Vale también, autoridad, poder, u dominio sobre otro: y se extiende a todo aquello que domina sobre alguna cosa. 11 reconocían la soberanía de aquél. Por ende la organización político territorial maya de la época prehispánica no contaba con una frontera marcada linealmente.19 Si creáramos un modelo de organización política basado en esta hipótesis, surgiría un esquema como el que mostró Okoshi Harada. “Los batabilob pertenecientes a distintos cuchcabalob se encuentran entreverados o intercalados, lo cual imposibilita y hace insignificante el trazo del lindero lineal fijo de cada cuchcabal por no tener un territorio continuo”.20 (fig. 3). Okoshi Harada demostró claramente esta idea por medio del análisis del Códice de Calkiní. Cuando preguntaron al Na Chan Canul, batab de Calkiní, acerca del término del monte de Bécal y de Calkini, lo que ocurrió hacia la segunda mitad del siglo XVI, él contestó que “por la laguna [de] Tzemez Akal, por el alcance de la sabana de Matú [que está] al norte; porque allí se estableció Na May Tayú por la laguna [de] Tzemez Akal, [el cual era] un anciano”.21 Así el gobernante de Calkini reconoció Tzemez Akal como su pueblo puesto que él tenía vínculo político, económico y religioso con Na May Tayú. Los marcadores naturales indicaban el alcance de la posesión de los montes de los agricultores. Éstos no estaban, desde luego, interconectados. Lo que significa es que estos marcadores mostraban simplemente hasta donde alcanzaba el ejercicio del poder del señor de Calkiní. Hay otra evidencia que acredita esta idea autóctona. En este sentido podemos citar un pasaje donde el gobernante de Calkiní dijo resistiendo contra la política colonial, cuando la autoridad local le mandó que deslindara su territorio para no provocar los conflictos territoriales con sus vecinos: 19 Okoshi Harada “Análisis de la organización…”, p. 33 20 Okoshi Harada, “En el extremo de los señoríos: análisis de los espacios mayas yucatecos del siglo XVI”, p. 3, en prensa 21 Códice de Calkiní, introducción, transcripción, traducción y notas de Tsubasa Okoshi, México, UNAM, 2009, p. 64. 12 Nadie ponga piedras sobrepuestas, puesto que sería origen de discordias y mutuas matanzas. Si pusiesen piedras sobrepuestas al alcance del monte, serían removidas constantemente por los hombres malos en los días venideros. Así pues, cuando vayan [al monte], esto sería el fundamento de no poner mojoneras en el borde del monte.22 Este gobernante no veía ningún sentido ni necesidad en delimitar la frontera frente a la imposición hispana, que pretendía delimitar de manera precisa el territorio de los pueblos. Ahora bien, con base en este lineamiento del análisis de la organización político-territorial de los mayas yucatecos, intentaremos analizar si existía o no una entidad política llamada la “provincia de Tases”. Según se sabe en los tiempos de la llegada de los españoles, a 12 leguas nordeste de la actual ciudad de Valladolid, estaba ubicada una entidad política, a la que Ralph L. Roys denominó la “provincia de Tases”. (fig. 4) Después de la caída de Mayapán, el linaje Dzeh, dirigido por Kauac Op Dzeh, salió de dicho lugar, arribó al pueblo de Tixcancal y se estableció en esta “provincia de Tases”. A mediados del siglo XVI, don Fernando Dzeh, quien era señor natural, gobernaba Tixcancal con tres pueblos sujetos: Tikkanbul, Kaguan y Yaxhaal.23 Aunque no sabemos cómo se llamaba este lugar antes, según Roys el nombre de Tases vino de Tahdzeh que significa “el lugar del linaje Dzeh” y estaba escrito Tzeh de vez en cuando.24 En realidad se hallan estas dos ortografías en la “Probanza”. Suponemos que desde el momento de la llegada de los Dzeh a esta zona, los habitantes acostumbraron a llamarla “Tases” en honor al descendiente de algún gobernante de Mayapán. Cuando arribaron los Dzeh a la dicha región, se encontraban dos poderes locales, los Uluac y los Chan, empero parece que el descendiente de Mayapán no 22 Ibid., p. 65-66. 23 la “Probanza”, [1ª pte.], ff. 3v, ff. 7v. 24 Roys, The Political Geography…, p. 109. 13 tenía influencia tan poderosa que sometiera a estos dos linajes locales. En realidad coexistían tres entidades políticas independientes allí.25 A continuación veamos de manera más concreta sobre las características de cada una de ellas. Respecto a los Uluac no tenemos suficientes datos. Suponemos por los datos coloniales que los Uluac sujetaban a los pueblos de Tizno, Tecaz, Holcol y Tezamay, cuya cabecera era Chancenote.26 Mientras tanto, el linaje Chan era una familia de las que dominaban la “provincia de Tases” desde tiempos prehispánicos. El abuelo de don Juan Chan, quien era el interesado en la dicha probanza, llamado Na Hau Chan, era el “señor que fue de dicho [sic] pueblos, los quales se llamaban Tipox, Tiscocom, Tihaaz, Tichiquichi, Tikunché, Axulchén, Tismoeb y Tahkú, todos estos obedezían al dicho mi abuelo en tiempo de su gentilidad que en Tiscocom tenía su asiento como cabezera …”.27 De acuerdo con la “Probanza” esta entidad política estaba compuesta por una cabecera donde residía el gobernador, Na Hau Chan, y los siete pueblos que ocupaban los gobernados que reconocían su soberanía. Por otra parte, el encomendero, Juan de Urrutia, mencionó sobre dicha provincia en los tiempos de contacto, aunque él ignoraba la presencia de Tixcancal de los Dzeh, enfocándose sólo a Chancenote: Chancenote,cabecera de la provincia de los tasees [tases], donde los demás pueblos de la dicha provincia reconocen a los señores de la dicha cabecera por superiores, y esto no por vía de vasallaje, sino por confederación y amistad, allende de esto tenía la dicha cabecera por sus sujetos los pueblos siguientes: El pueblo de Tizno [Tixcancal?], [...]. El pueblo de Tecaz [Tekax], [...]. El pueblo de Temaza, [...]. El pueblo de Holcol, [...]. El pueblo de Tezamay [Texam?] […].28 25 Véase la “Probanza”, [1ª pte.], ff. 3v., RHGGY, t. 2, p. 245, Residencia de Diego de Quijada en A.G.I., Justicia, leg. 245 y Roys, The Political Geography…, p. 109-112. 26 RHGGY, t. 2, p. 245. 27 La “Probanza”, [1ª pte.], ff.1. 28 RHGGY, t. 2, p. 245. 14 A juzgar por este pasaje, el encomendero entendió que un gobernante regía toda la “provincia de Tases”, cuya cabecera era Chancenote. Se supone que existe una confusión cronológica en esta información de Juan de Urrutia. El encomendero explicó, en la primera mitad del párrafo, el vínculo político entre el gobernante y los gobernados que los mayas yucatecos mantenían en la época prehispánica. Después, en la segunda mitad, aclaró cuáles fueron los pueblos sujetos a Chancenote. Sin embargo, fue en el período colonial que Temaza (=Tiscocom),29 que era cabecera de la jurisdicción de los Chan, fue traslada a Chancenote según la política de congregación. Roys reafirmó que la “provincia de Tases” fue formada por grupos de los pueblos confederados y no existía ningún gobernador que dominara toda la entidad política como en Maní y Sotuta. Asimismo sugirió que la familia Uluac de Chancenote era la más eminente, empero Temaza de los Chan era el mayor pueblo30. Si reconstruimos la organización política de esta zona en el tiempo del contacto, según la idea de Roys, resulta que tres pueblos, Tixcancal, Chancenote y Temaza, eran cabeceras, las cuales formaban el cuchcabal de los Dzeh. No obstante no podemos aceptar el planteamiento de este investigador norteamericano, al considerar la naturaleza del cuchcabal, que se componía de un grupo de batabilob que reconocían el poder del que reside en un pueblo cabecera. Además consideramos que no existía ninguna jerarquía de poder entre estos tres pueblos. Los datos reunidos acerca de esta región llamada la “provincia de Tases”, nos permiten reconstruir la historia prehispánica de esta región así, lo que coincide con el análisis de Okoshi Harada.31 Después de la caída de Mayapán, los Dzeh salieron de Mayapán y se instalaron en Tixcancal, que era cabecera de cuchcabal de los Dzeh que correspondía efectivamente a la “provincia de Tases”. Los Dzeh, como el linaje más destacado de esta región, habían mantenido su poder en la 29 Discutiremos sobre este asunto en el inciso 3 del capítulo 1. 30 Roys, The Political Geography…, p. 109. 31 Okoshi Harada, “Revisión crítica …”, p. 73-74. 15 época prehispánica. Al mismo tiempo en esta región existían otras dos entidades políticas locales que dominaban: el cuchcabal de Tiscocom y el cuchcabal de Chancenote. Posteriormente los Dzeh perdieron su preponderancia en algún momento y el poder de los Uluac de Chancenote lo sustituyó. Empero los indios seguían llamando a esta región “Tases” como antes. Por lo tanto, el encomendero de Chancenote, Juan de Urrutia, utilizó también esta denominación. Aunque los Dzeh perdieron su gran influencia, siguieron manteniendo su cuchcabal con tres pueblos sujetos en la de década de los sesenta del siglo XVI.32 Hasta aquí hemos tratado de demostrar la hipótesis de la existencia de un cuchcabal en esta tierra con base en los datos de RHGGY, empero la conclusión obtenida de que se hallaban tres cuchcabalob en esta tierra, nos parece también cuestionable. En la “Probanza” el abuelo de don Juan Chan, Na Hau Chan, no poseía el título, halach uinic. Asimismo, no podemos soslayar que Landa no reconoció “Tases” como “provincia”. 33 Según Quezada, los franciscanos aplicaron dos maneras de congregar a los indígenas respetando los sistemas políticos preexistentes: 1) juntar a las parcialidades sujetas a la cabecera; 2) congregar varios pueblos en un mismo sitio. 34 El caso de la “provincia de Tases” correspondía al primero caso, puesto que las tres cabeceras, Tixcancal, Chancenote y Temasa seguían manteniendo sus puestos como antes, después de la realización de la congregación. Entonces, ¿estos tres pueblos eran realmente cuchcabalob? A este respecto tenemos datos sugestivos. Roys publicó en 1939 “The Titles of Ebtun”, una recopilación de los documentos históricos de la región sur de la “provincia de Cupul”. Encontramos en dicho libro el papel “Registro de los pueblos abandonados, cuyos habitantes fueron movidos por la autoridad española a Ebtún, Kaua, Cuncunul, Tekom, and 32 La “Probanza”, [1ª pte.], ff. 3v; Quezada, Pueblos y caciques…, p. 159. 33 Landa, op. cit., p. 11 34 Quezada, Pueblos y caciques…, p. 82. 16 Tixcacalcupul, 26 de agosto, 1600”.35 Este documento, que fue escrito con base en los registros que el oidor Tomás López averiguó al visitar el pueblo de Tekom, nos presenta los nombres de los habitantes que habían vivido en los cahob antiguos y los de sus descendientes que vivían en los cinco pueblos ya mencionados, después de la realización de la congregación. 36 No podemos identificar la mayoría de dichos cahob en el mapa colonial hecho por Roys. Si estos cahob hubieran sido batabilob, sus nombres se habrían registrado en el mapa. Por lo tanto, consideramos que ellos eran los cuchteloob sujetadas a los cinco pueblos, o sea, los batbiloob independientes.37 Tampoco podemos identificar los sitios sujetos a los tres pueblos de la “provincia de Tases”. Este caso fue parecido al de la “provincia de Cupul mencionado arriba. El cuchcabal fue una unidad política que estaba constituida por los batabilob38 bajo el mando del halach uinic. Sin embargo la estructura de cuchcabal era completamente la replica del batabil. Por lo tanto es difícil realmente determinar si una entidad política era cuchcabal, o batabil. Además no todos los batabilob integraban el cuchcabal, sino algunos batabilob dirigidos por los batabob, mantenían su independencia. Asimismo no era raro que un batabil independiente estableciera una alianza con otro de acuerdo con la necesidad política, sin que implicara que esa alianza fuera definitiva, lo que coincidía con la descripción del encomendero Juan de Urrutia.39 Por todo lo anterior me inclino a 35 Roys, The Titles of Ebtun, Washington, D.C., Carnegie Institution of Washington, 1939, p. 74-76. Este documento fue presentado para aclarar los límites de los cinco pueblos por sus gobernadores. 36 El registro original hecho por Tomás López se perdió. 37 Quezada clasificó estos cinco pueblos como batabiloob independientes en Pueblos y caciques…, p. 168-170. 38 En cuanto a la organización política maya yucateca en los tiempos de la invasión española, se distingue tres niveles: cuchteel, batabil y cuchcabal. El cuchteel era unidad básica formada por unas familias extensas. Se componía un batabil de unos cuchteelob que aceptaban reconocer la jurisdicción del batab y un cuchcabal constaba de unos batabilob. No obstante, muchos batabilob se mantenían independientes sin llegar a integrar un cuchcabal. 39 RHGGY, t. 2, p. 245. 17 considerar que no eran los cuchcabalob sino los batabilob los que se hallaban en la “provincia de Tases”, llamado así por el encomendero Juan de Urrutia. Así, es más razonable considerar que existían en esta región tres batabilob independientes en la época de la invasión española. Ellos fueron batabilobde Chancenote con sus pueblos sujetos, Tizno, Tecaz, Holcol y Tezamay; de Tiscocom con sus pueblos sujetos, Tipox, Tihaaz, Tichiquich, Tikunché, Axulchén, Tismoeb y Tahkú; de Tixcancal con los pueblos sujetos Tikkanbul, Kaguan y Yaxhaal, a los que dominaban los linajes de Uluac, Chan y Dzeh respectivamente. Era frecuente que los nombres de los pueblos sujetos al batabil, o sea, los grupos de cuchteelob desaparecieron por causa de que fueron absorbidos al realizar la congregación. El batab ejercía su dominio en su jurisdicción que se componía de unos cuchteelob físicamente dispersos. Entonces ¿en qué se basaba su poder o cuáles eran sus características? Este tema se discutirá en el siguiente inciso. 2. El fundamento del poder de los gobernantes mayas El cuchcabal era el conjunto de los batabilob. Por lo tanto, se considera que el batabil fue una unidad fundamental de la entidad política maya yucateca a la llegada de los españoles. Los españoles también lo percibieron y tomaron el batabil como base de la unidad política colonial. De acuerdo con Okoshi Harada, el término batab se divide en dos morfemas: ba y tab. La primera significa “la autoridad o el ocupar el primer lugar con respecto a otros” y la segunda, “cordel o cuerda con que los indios atan y llevan las cargas a cuestas”, “atadero, cuerda, ramal con que se ata algo” y “atar como se ata el caballo y otros animales”. Infirió de dichos significados aplicados al contexto político que “el batab era el de la autoridad o el primer personaje que 18 concierta o arregla asuntos del pueblo”.40 El batab ejercía el poder sobre los gobernados como si los hubiera atado con una cuerda. El batab ejercía su poder judicial, político, religioso y militar sobre los gobernados, pero no ejercía realmente su función de manera vertical, sino por medio del concejo, que estaba compuesto por los funcionarios ah kulob (o ah kulelob) y los ah cuch cabob, estos últimos eran administradores de cada cuchteel. Las órdenes del batab fueron ejercidas mediante los funcionarios, los ah kulob. Mientras tanto, los ah cuch cabob se ocupaban de recaudar tributos, de organizar la energía humana para las diversas actividades y de convocar a los integrantes de cuchteelob para las guerras y las festividades tutelares. Parece que este funcionario desempeñaba un papel como el representante del cuchteel, puesto que manejaba cierto poder que permitía al cuchteel mantener autonomía determinada.41 Así la función del poder de batab no era ordenar ni decidir por su propia voluntad, sino coordinar los asuntos como si atara a sus pueblos con cuerda. En RHGGY se muestra una escena en la cual los pueblos venían a tomar consejo con el batab llevandole algunos presentes simbólicos.42 Una vez que un cuchteel fue subordinado bajo el mando del batab por causa de la conquista o la necesidad de protección, tenía que ofrecer a éste los servicios militares, pago de tributo, y mano de obra. Sin embargo, el pago del tributo al señor significaba que los gobernados le reconocían como su gobernante, cuya cantidad no era tan grande para que el gobernante pudiera sacar provecho de esto. Al respecto, el encomendero, Alonso Rosado, asentaba: Los tributos que llevaban sus vasallos eran de maíz, gallinas, miel y alguna ropilla de algodón, todo muy limitado y casi voluntario, que no era más que 40 Okoshi Harada, “Los Canules: un análisis etnohistórico del códice de Calkini”, tesis de doctorado, UNAM, 1992, p. 191-193. 41 Roys, The Indian Background of Colonial Yucatan, Washington, D.C., Carnegie Institution of Washington, 1943, p. 63; RHGGY, v.1, p. 94, p. 110, v. 2, p. 85, p. 118. 42 RHGGY, t. 2, p 51. 19 un reconocimiento de su señorío, salvo que eran los vasallos obligados a servir en la guerra con sus personas.43 Mientras tanto, el gobernante mismo tenía como deber: proteger a los súbditos. Cuando el gobernante olvidaba su misión, sus súbditos acudían a otro o le mataban como en el caso de Ekbalam.44 El gobernante tenía sus derechos y deberes sobre los gobernados, entretanto éstos también los tenían sobre el gobernador. Así se estableció la relación entre las dos partes con base en un tipo de pacto. Cuando uno de los dos no cumplía con su deber, el otro podía romper este pacto. Las características de poder del gobernante no eran despóticas como vemos arriba. Esta tendencia derivó del patrón de asentamiento de los pueblos mayas yucatecos que era originalmente disperso y además de eso, los pueblos gobernados por el mismo gobernante estaban entreverados e intercalados. Aunque él hubiera tratado de controlar directo y perfectamente a los dominados, no habría sido fácil. Fue natural que cada pueblo pudiera gozar de cierta autonomía. Bajo estas circunstancias políticas que los gobernantes no podían asumir el poder absoluto, ellos se veían obligados a superar varios procesos de justificar su legitimidad para mostrar su capacidad a los pueblos. Únicamente el hombre que podía comunicarse con los dioses por medio de los estrictos ritos iniciáticos, podía acceder al trono del gobernante. Sabemos el acto famoso realizado por Hunac Ceel Cauich, que se zambulló en el cenote de Chichén Itzá para escuchar la profecía.45 Cuando regresó Hunac Ceel con profecía de dios a este mundo, le 43 RHGGY, t. 1, p. 253. 44 “Este señor [de Ekbalam], después de haber edificado y poblado y haber gobernado más de cuarenta años, viéndose poderoso y señor de muchas gentes, se ensoberbeció e hizo malquisto, porque vino a despreciar y a tener en poco a sus súbditos y echales tributos demasiados y hacerles otros malos tratamientos, que fue causa de su muerte, porque la gente popular le tomó gran odio a él y a sus capitanes, porque también se habían hecho crueles, y habido consejo entre ellos un día los mataron a todos:…, “ (en RHGGY, t. 2, p. 138). 45 “Aquel Cauich, un Hunacceel que era Cauich del nombre de su familia, he aquí que estiraba la garganta, a la orilla del pozo, por el lado del sur. Entonces fueron a recogerlo. Y entonces salió lo 20 designaron el título de ahau,46 que justificó su legitimidad.47 Nos llama la atención la referencia descrita simbólicamente por De la Garza sobre este tema. Estas imágenes de los gobernantes clásicos son, sin duda, expresiones de ciertos ritos de iniciación que se relatan en las fuentes escritas, y que han pervivido hasta hoy entre los propios mayas y algunos otros pueblos mesoamericanos. Los ritos iniciáticos consisten en que, después de un largo aprendizaje, el iniciando va a un lugar oscuro y alejado, en los bosques o las montañas, y se coloca cerca de un hormiguero, de donde sale una enorme boa, símbolo de las fuerzas ctónicas, que lo traga, lo tritura entre sus fauces y después lo excreta. Así surge el chamán, un hombre sacralizado que ha adquirido, a través de la serpiente, capacidades sobrenaturales; esto le permite ejercer el poder sobre los otros hombres. La serpiente desempeña aquí el papel de demiurgo o «Maestra de iniciación».48 La autora sigue: La transfiguración de quienes detentan el poder, los antiguos Halach uinicoob, «Hombres verdaderos», y los actuales chamanes, se liga con la serpiente porque ésta es un animal ctónico, del inframundo, que encarna la muerte, y la iniciación implica morir para renacer sacralizado.49 último de su voz. Y comenzó a recibirse su voz. Y empezó su mandato. Y se empezó a decir que era Ahau. Y se asentó en el lugar de los Ahau, por obra de ellos. Y se empezó a decir que antes era Alach-uinic, y no Ahau; que era sólo el precursor de Ah Mex Cuc. Y se dijo queera un Ahau porque era el hijo adoptivo de Ah Mex Cuc. Que un águila había sido su madre y que había sido encontrado en una montaña, y que desde entonces se comenzó a obedecerle como Ahau. Tal era lo que entonces se decía”, en Libros de Chilam Balam de Chumayel, México, CONACULTA, 1998, p. 48. 46 “Un ahau era aquel que podía comunicarse con los dioses” “…en el maya yucateco también se restringía el uso del término ahau a los señores naturales nacidos en el linaje señalado”, en Okoshi Harada, “Los Canules”, 1992, p. 197-198. 47 Okoshi Harada, “Gobierno y pueblo entre los mayas yucatecos posclásicos”, en Revista Universidad de México, no. 534-535, México, UNAM, 1995, p. 22. 48 De la Garza, Rostros de lo sagrado en el mundo maya, México, Paidós, 1998, p. 176. 49 Ibid. p. 177. 21 Así crearon la imagen del gobernante maya que era intermediario entre los seres humanos y lo sagrado para que respaldara su legitimidad, lo que era indispensable que el linaje de gobernante mantuviera su cargo seguro. En la sociedad maya yucateca prehispánica, el sistema político y social se basaba en el vínculo personal con un gobernante. El fundamento de poder del gobernante no se basaba en la riqueza material sino en el privilegio de aprovechar la mano de obra ofrecida por sus habitantes. Por lo tanto, el gobernante tenía que preocuparse mucho cómo mantener una buena relación con sus súbditos. Los regalos y las fiestas desempeñaban una función importante para respaldar este vínculo. La guerra era la mejor oportunidad para que el gobernante pudiera distribuir los premios a los gobernados. Después de terminar la guerra, si ellos habían vencido, él les dejaba saquear y capturar a los vencidos.50 Vemos a través de los sucesos que les ocurrieron a Jerónimo de Aguilar y a Gonzalo Guerrero,51 y los registros de las RHGGY que los mayas yucatecos hacían guerra a menudo.52 Consideramos que una de las causas de las frecuentes guerras entre los mayas era la ausencia del señor poderoso que controlara toda la Península, pues cada señor buscaba imponerse mediante la alianza con uno u otro; y el capturar a los indios enemigos como esclavos para que los gobernantes pudieran poseerlos o distribuirlos a sus súbditos. 50 Landa, op. cit., p. 54. 51 “Guerrero, …se fue a Chectemal, …y que allí le recibió un señor llamado Nachancan, el cual le dio a cargo las cosas de la guerra, en que se hubo muy bien, venciendo muchas veces los enemigos de su señor, y que enseñó a los indios pelear mostrando les hacer fuertes y bastiones, y que con esto y con tratarse como indio, ganó mucha reputación.” en Landa, op. cit., p. 6-7. Véase: Gurria Lacroix, ed., Relación de méritos y servicios del conquistador Bernardino Vázquez de Tapia: vecino y regidor de esta gran ciudad de Tenustitilan, México, México, UNAM, 1973, 27-28; Cervantes de Salazar, Crónica de la Nueva España, Madrid, Atlas, 1971, cap. 27-28, p. 190-193 52 Véase RHGGY, t. 1, p. 146, p. 269, p. 390; t. 2, p. 85, p. 318, etc.; Roys, Indian Background …, p. 65. 22 Las fiestas y las ceremonias religiosas eran otras ocasiones en que los gobernados gozaban de la repartición de los beneficios. “Muchas veces gastan en un banquete lo que en muchos días mercadeando y trompeando ganaban”.53Nos acordamos de la ceremonia de distribución de montes celebrada en 15 de agosto de 1557 por halach uinic don Francisco de Montejo Xiu, quien regaló a los gobernantes no dependientes del cúchcabal de Maní 2,000 de granos de cacao, cinco patíes de cuatro piernas, un brazo de largo de cuescas coloradas enhiladas y cinco veintenas de piedras verdes enhiladas mientras ofreció tres arrobas de vino.54 ¿Cómo consiguió el halach uinic de Maní estos regalos lujosos? Los datos históricos nos dan información de que la familia noble se dedicaba muchas veces al comercio de larga distancia. Cuando los Xiu masacraron a los Cocom, uno de los hijos de los Cocom estaba en Honduras para su negocio y pudo sobrevivir.55 Parece que el más importante objetivo del comercio era acumular los artículos lujosos y preciosos para distribuir a sus súbditos. Cuando la relación con los vasallos no fuera sólida, la única manera de consolidar su jefatura dependía de cómo redistribuir eficazmente la riqueza y contentar a sus pueblos. 3. Los Chan frente a la conquista En el período comprendido entre la caída de Mayapán y los primeros contactos con los españoles, atacaron la Península desastres como huracanes, pestilencias y guerras intestinas.56 Muy agotados tras estas calamidades, los mayas yucatecos 53 Landa, op. cit., p. 39. No conocemos el significado de “trompeando”. No obstante, Tozzer lo traduce como “bargaining”. Tozzer, ed., Landa´s Relación de las Cosas de Yucatn: a translation, Cambridge, Mass, Peabody Museum of American Archaeology and Ethnology, Harvard University, 1941, p. 92. 54 Papeles de los Xiu de Yaxá, Yucatán, Quezada y Okoshi Harada, eds., México, UNAM, 2001, p. 57-59. 55 Landa, op. cit., p. 17; Chapman, Anne M., Puertos de intercambio en Mesoamérica prehispánica, México, INAH, 1959, p. 41 56 Landa, op. cit., p. 19. 23 debieron haber sufrido la invasión de los hispanos. Entre los años de 1517 a 1519 las tres expediciones de Córdoba, Grijalva, y Cortés pasaron por las costas de la Península de Yucatán, cuyos propósitos no consistían en colonizar esta tierra, sino en explorarla. Se inició la conquista de Yucatán con la llegada de los Montejo en septiembre de 1527. Los Montejo tuvieron que emprender tres campañas, que duraron 19 años, hasta que terminó la conquista de la zona norte de la Península de Yucatán. Esta demora en terminar la guerra de conquista fue a causa de que Yucatán no contaba con metales preciosos, lo que no llamaba la mucha atención de los conquistadores. Aparte de este factor, en un principio, los conquistadores no se percataron de que la organización política de los mayas era totalmente distinta a la hispana y se dividía en muchas entidades políticas sin poder político central, lo que generaba irónicamente que se prolongara el período de conquista más que en el Centro de México. Los españoles veían que habitaban gran número de indígenas que mantenían la homogeneidad étnica y cultural en este enorme espacio sin frontera natural. A medida que avanzaba la empresa de la conquista, los españoles comenzaron a entender la estructura de la organización política maya yucateca, y se percataron de la existencia de antagonismo entre las unidades políticas. Ellos aprovecharon los conflictos entre los mayas para conquistarlos. En realidad, la discrepancia en la actitud contra los españoles intensificó la enemistad entre los naturales aunado al ya existente antagonismo tradicional. En la última conquista definitiva para colonizar Yucatán los Montejo tomaron una estrategia que habían aprendido de los fracasos de las dos invasiones anteriores. Una vez que conquistaban un distrito, construían una población española a manera de base de donde pudieran expandir su dominio territorial. Después lo repartían entre los encomenderos, al mismo tiempo organizaban el cabildo. Así seguía avanzando el dominio español hacia el noroeste y el nordeste 24 sucesivamente.57De esta manera, construyeron la villa de Campeche en 1541 y al año siguiente, fundaron la capital de Yucatán en T´ho. Por otra parte, fue Montejo el Sobrino que se empeñó en conquistar la zona nordeste. A fines de 1542 o a principios de 1543, él avanzó hasta Chauac-há buscando un lugar donde estableciera otra villa española. En 1543 decidió fundar la villa de Valladolid en Chauac-há, que se trasladaría a Zací en 1545. En el momento de este triunfo, los indios acudieron a presentarse ante los españoles comoasienta la ”Relación de la villa de Valladolid”: “A este asiento de Chuaca [Chauac-Ha] le vinieron de paz muchos pueblos de la provincia de los tacees [tases], que eran allí vecinos, y algunos de los copules [cupul], que estaban poblados hacia este asiento de Valladolid”.58 Na Hau Chan, que era el gobernante del batabil de Tiscocom en aquel momento, con otros señores de dos batabilob seguramente mostró su lealtad a Montejo el Sobrino. Sin embargo la obediencia a los españoles no duró mucho tiempo. Los Cupul organizaron una rebelión convocando a los Cochuah, a los Dzeh, a los Chan y a los Uluac. Los españoles consideraron que la conquista de Yucatán había terminado con la sumisión de la zona Uaymil-Chetumal, que Alonso y Melchor Pacheco lograron en 1544. Sin embargo, se vieron obligados a enfrentarse con la rebelión más grande organizada en 1546. En la noche de la luna llena del 8 de noviembre de 1546, que correspondía al 5 cimi y 19 xul, muerte y fin, según el calendario maya, los mayas de las provincias orientales de la Península se levantaron. El alzamiento dirigido por los sacerdotes de los Cupul se extendió inmediatamente a las regiones de Sotuta, de los Cochuah, de Chancenote, de Uaymil-Chetumal y de Chauac-há. Ellos se sublevaron para arrojar a los extranjeros de su tierra, aprovechando la ausencia de los colonizadores que fueron a Campeche para asistir a la fiesta del regreso del 57 Chamberlain, Conquista y colonización de Yucatán, 1517-1550, México, Porrúa, 1974, p. 210- 211. 58 RHGGY, t. 2, p. 29. 25 Adelantado después de largo tiempo de ausencia en Yucatán. Encontramos un cierto número de informes impresionantes que hacen referencia a este levantamiento.59 Se cita de acuerdo con el informe de Cabildo de la villa de Valladolid. Y el año de mil y quinientos y cuarenta y seis, por el mes de noviembre, fue cuando los naturales de estas provincias de Valladolid se alzaron contra la Corona Real y mataron a dieciocho españoles que estaban derramados por sus pueblos, fuera de esta villa, friendo dos hijos de Magdalena de Cabrera en copal en el pueblo de Chemax, que se hallaron allí estudiando y aprendiendo las letras en compañía de un conquistador que los enseñaba, que se decía Juan López de Mena. Y al uno de ellos frieron vivo y en los demás españoles hicieron grandes crueldades, sacándoles los corazones estando vivos, matando asimismo a más de seiscientos indios del servicio de los españoles.60 En aquel tiempo los encomenderos residían con frecuencia en los pueblos nativos con su familia para facilitar la administración de los indios, lo que causó muchas víctimas españolas en esta sublevación. Según los documentos registrados por los españoles, los odios y las furias de los mayas eran tan grandes que no sólo mataron a 500 o 600 naborías61 quienes servían en las casas de los españoles en Valladolid, sino todos los animales que los españoles poseían. Además de esto, arrancaban de raíz todas las plantas y frutas que fueron traídos de Europa. Los españoles organizaron las expediciones inmediatamente para recuperar su dominio en la zona oriental. Valladolid fue rescatado en marzo de 1547 después de cuatro meses de batalla, y la “provincia de los tases” fue 59 Véase Historia y crónica de Chac-Xulub-Chen, México, SEP, 1936, p. 31; Landa, op. cit, p. 29; López Cogolludo, Historia de Yucatán, Campeche, Comisión de Historia, 1954, lib. 5, cap.2-3, p. 18-26; RHGGY, t. 2, p. 36, 137, 172, 244. 60 RHGGY, t. 2, p. 36. 61 Naboria significa “indio libre que en América se empleaba en el servicio doméstico”, en Enciclopedia universal ilustrada,t. 37, Madrid, Espasa Calpe, 1996, p. 838. 26 sometida por Francisco de Cieza.62 Aunque los indios sublevados incitaron a los mayas de toda la Península a que se alzaran junto con ellos. La respuesta no fue favorable, ya que algunos no les contestaron, más bien los atacaron apoyando a los españoles. Así los indígenas vencidos se dispersaron dejando sus pueblos abandonados. Muchos salieron de su tierra natal para emigrar a la región que estaba fuera del dominio español. Consideramos que este levantamiento causó el gran descenso de la actividad económica en la región oriental. El Adelantado quiso atribuir a los sacerdotes mayas, o chilames, toda la culpa de esta sublevación e informó en su residencia lo siguiente: […] los […] señores todos juntos me dixeron que no se habían alzado por malos tratamientos sino por unos Chilanes que llaman ellos dioses entre sí, el uno que hacía entender que era hijo de Dios y otros enviados por Dios e que les decían que dexasen ir a los españoles a los pueblos de sus encomiendas e los matasen a todos porque Dios decía que todos los españoles habían de morir e no había de quedar ninguno en la tierra […].63 Es raro que tres años antes de esta rebelión, en 1543, cuando los Cupul y los Cochuah se levantaron, Francisco de Cieza, quien fue mandado para apaciguar esta sublevación, echara la culpa también a los chilames. 64 Los españoles tuvieron la impresión que los chilames provocaron este levantamiento, empero sabemos que el sacerdote maya desempeñaba el papel no sólo religioso sino político en la sociedad maya, especialmente en la guerra, dos papeles importantes, el militar y el religioso. En este sentido, se puede decir que los chilames eran líderes de estos levantamientos. No obstante, al momento de esta sublevación, no era tan sólido el avance del programa misionero que hiciera a los sacerdotes temer perder su influencia, puesto que los franciscanos, cuyos miembros eran sólo siete en toda la Península, acababan de iniciar una tarea 62 Molina Solís, op. cit., p. 334. 63 Chamberlain, op. cit., p. 247. 64 RHGGY, t. 2, p. 30. 27 evangélica. Era alrededor del año 1553 cuando fray Hernando de Guevara puso en marcha efectivamente esta tarea en Valladolid.65 En aquellos tiempos, la villa de Valladolid estaba en el pleno boom de su construcción, ya que fue trasladada a Sací en 1545, desde esa fecha los españoles empezaron a construir calles, plazas, y edificios públicos y habitacionales para sí mismos. Parece que la actividad de la construcción de entonces era tan intensa que el cabildo de la villa de Valladolid acusó a la afición de construcción de edificios grandes de los religiosos como “las cuales habiendo otro guardián las deshace y hace a su modo y jamás cesan de obrar”.66 Los colonos reclutaban y explotaban a los indígenas como naborios o como obreros. Además de esta situación, la administración colonial se había establecido en la región oriental de manera mucho menos firme que en la occidental. Las villas de Valladolid y de Salamanca de Bacalar estaban lejos de Mérida donde descansaba la sede política y religiosa de la gobernación de Yucatán. El control administrativo colonial era muy limitado, pues lo ejercía alrededor de la villa de Valladolid solamente. Sólo 49 vecinos españoles en esta villa67 y en Salamanca aún menos vivían aisladamente como en una isla en el océano de la densa población indígena. Estas dos villas estaban rodeadas por dos regiones fuera de control de la Corona, la de oriente y la del interior sur de la Península. La zona dominada por Na Hau Chan, el abuelo de don Juan Chan, en entonces se localizaba justamente en límite de la zona costera del Caribe donde habían muchas islas y los montes, que no fueron alcanzados por el dominio colonial, a las que se les facilitaran huir y una vez allí, preparar rebeldía contra el dominio extranjero a los indios. Considerando estas condiciones, esta sublevación no fue provocada por los chilames, a quienes el Adelantado y Francisco de Cieza acusaron de haber lo65 DDQAMY, t. 1, p. xx. 66 RHGGY, t. 2, p. 40. 67 Molina Solís, op. cit., t. 2, p. 243. 28 hecho. Me parece que éstos últimos intentaron encubrir los hechos realizados por los españoles en Yucatán. Por que en aquellos tiempos, Las Casas seguía acusando de que el mal trato de los indígenas continuaba, a pesar de que había sido promulgado las Leyes Nuevas para proteger a los indígenas en 1542. Mientras tanto, una vez que Carlos V tomó la decisión de abolir el sistema de encomienda, se vio obligado a retractarla a consecuencia de las reclamaciones realizadas por los colonos. De tal manera, que todos estaban sensibles con este asunto. Los españoles de Yucatán temían que la Corona conociera le realidad que estaba sucediendo en aquella tierra. Los motivos del levantamiento debieron haber sido políticos, sociales y económicos ocasionados por la explotación de los indígenas por parte los colonos.68 Después de la derrota de la sublevación de 1546, no sabemos cómo se escapó Na Hau Chan de la persecución de los españoles en la que quemaban a los mayas o los descuartizaban utilizando perros. Él sobrevivió hasta cumplir 60 años, o sea, hasta alrededor de 1550 y falleció como pagano. Consideramos que la razón de mantenerse gentil era debido a que él se resistió a ser bautizado. Seguidamente su hijo, don Juan Chan, el padre, empezó a gobernar su señorio. La “Probanza” asienta: […] muerto el dicho mi abuelo quedo mi padre en la cabezera de los asientos de los principales como a más principal del pueblo y asiento de Temaza que allí se hiço junta de todos los pueblos por mandado del dicho mi abuelo diez años fue señor el dicho mi padre don Juan Chan […].69 Interpretamos de este pasaje que don Juan Chan, el padre, sucedió a su padre y a la vez juntó a todos los pueblos en la cabecera, según el consejo de su padre. Sin embargo, es difícil pensar que Na Hau Chan decidió por propia iniciativa juntar a sus pueblos en la cabecera. Sería la realidad que la derrota de la rebeldía de 1546 obligó a los Chan a reconocer la superioridad militar español y a 68 Landa apunta sobre la causa de este alzamiento: Que los indios de Valladolid, por sus malas costumbres o por el mal tratamiento de los españoles, se conjuraron de matar a los españoles…, Landa, op. cit., p. 29. 69 La “Probanza”, [1ª pte.], ff. 1. 29 aceptar la política española. Pero él se resistió a efectuarla por su mano y le encargó a su hijo de este trabajo. Así don Juan Chan, el padre, aceptó juntar sus pueblos dependientes a la cabecera. Aquí vemos el cambio significativo de la estrategia de los Chan frente a los españoles. Aquéllos no tenían más remedio que aceptar la diferencia de la forma del dominio español. En la época prehispánica, la organización política maya estaba basada en un tipo de pacto concluido entre el gobernante y los gobernados. Aunque un gobernante maya conquistara a los pueblos, él estaba obligado a administrar y proteger militarmente a los conquistados bajo la condición de entregarle el tributo tanto en especie como en servicio. Sin embargo, a medida que la empresa de la conquista avanzaba, los mayas empezaron a notar una notable discrepancia entre lo acostumbrado y lo que les obligaban los europeos. Éstos exigían trabajar a los indios hasta que se agotaran o a veces, hasta que se murieran. Suponemos que después de haber observado esta condición, los Chan pensaron que no era buena manera enfrentarse con el poder tenaz hispano. Aunado a esto, esta parte de la Probanza nos recuerda una estrategia que la nobleza indígena solía tomar. Aunque don Juan Chan, el solicitante de esta Probanza, intentó subrayar cómo eran leales a la autoridad real las cuatro generaciones de su linaje, existió una realidad de que su abuelo luchó como líder contra los españoles en el alzamiento de 1546 y falleció como gentil. A don Juan Chan le fue necesario escribir como si su padre hubiera realizado la política de la congregación voluntaria para compensar la carrera manchada de su abuelo. Por otra parte, aquí primeramente apareció el topónimo, Temaza, sin que la “Probanza” explicara nada al respecto. No obstante, es seguro que Temaza fue el otro nombre de Tiscocom dado que encontramos un pasaje en la “Probanza” que mencionaba: “Na Hau Chan por cacique y señor de los dichos pueblos y de Temaza”.70 El topónimo de Tiscocom está registrado como la cabecera de los pueblos gobernados por el abuelo de don Juan Chan, Na Hau Chan, y Temaza 70 La “Probanza”, [1ª pte.], ff. 8v. 30 como la cabecera durante la etapa del dominio de su padre, don Juan Chan. Además en la nómina de los pueblos de 1565 registrada en la “Residencia de Diego Quijada”, ya no se encontró el topónimo de Tiscocom, pero el de Temaza sí.71 Suponemos que don Juan Chan, el padre, cambió el nombre de la cabecera justo cuando juntó a todos los pueblos sujetados a la cabecera. 71 “ Residencia de Diego de Quijada (1565)” en AGI, Justicia, leg. 245, ff. 1298. 31 Capítulo II La época de don Juan Chan, el padre El período que comprende de mediados del siglo XVI a finales del mismo siglo, se caracterizó por el establecimiento del sistema administrativo colonial en la tierra conquistada, mientras tanto, la Corona se veía obligada a enfrentar muchos problemas, especialmente financieros. España se ahogaba con una deuda financiera grande, mientras tanto su colonia necesitaba fondos para establecer régimen colonial.72 Aunado a esto, desde que “el tesoro de Moctezuma” fue robado por el corsario francés Jean Fleury en el Atlántico en 1522, el imperio español sufrió en el Mar Caribe los ataques de los piratas y corsarios europeos a lo largo de los siglos XVI y XVII. Los ataques piratas causaron a la Corona grandes pérdidas económicas que ocasionaban los saqueos, la construcción de fortificaciones, el decrecimiento del comercio costero y, además el daño económico generado por los contrabandistas extranjeros. Por otra parte, la población indígena seguía disminuyendo, aunque el declive demográfico se atenuó. Además de los factores de los desastres naturales y las epidemias traídas por los europeos, la aplicación del programa de congregación causó pérdidas entre la población indígena, lo que dañaba también a la hacienda de la Corona. En este capítulo analizaremos primeramente la política administrativa de la Colonia que generaba los cambios de la sociedad maya. Posteriormente abordaremos los proyectos que don Juan Chan, el padre, decidió emprender bajo dichas circunstancias. 72 Elliott [et al.], “América Latina colonial: Europa y América en los siglos XVI, XVII, XVIII”, en Historia de América Latina, v. 2, Barcelona, Crítica, 1990, p. 28-31; Le Flem [et. al.], La frustración de un imperio, 1476-1714, Barcelona, Labor, 1982, 85-89. 32 1. Los cambios fundamentales bajo el dominio español En cuanto Colón regresó del primer viaje, los Reyes Católicos negociaron con el Papa Alejandro y consiguieron los derechos de soberanía en las Indias en 1493. Estas célebres bulas alejandrinas autorizaban que donaban a los Reyes Católicos las islas descubiertas y por descubrir que se encontrasen por occidente y que no perteneciesen a ningún príncipe cristiano a condición de tener la obligación de evangelizar a los naturales.73 Desde este momento la Corona española puso en marcha la empresa colonial en el Nuevo Continente. La Corona acababa de terminar su lucha contra los musulmanes en la Península Ibérica. Para explotar el Nuevo Mundo, la Corona, cuyo poder financiero era frágil, introdujo el sistema deencomienda, en el que encomendó a los indios en la mano de los conquistadores. Dicho sistema satisfizo tanto el interés monárquico como el particular. No obstante, esta institución, aprobada por la Real Provisión en 1503, no comportaba título alguno sobre la tierra ni el derecho de jurisdicción, sino repartía la mano de obra de los indios.74 Los conquistadores partieron hacia América concibiendo la ilusión de hacerse ricos. Era imposible en realidad ejecutar justamente este contrato en el que se permitía a los encomenderos explotar a los indios, y por otra parte les obligaban a proteger y a cuidar a los indios. Aunque en 1500, la Corona declaró que los indios eran libres y no sujetos a la servidumbre,75 los encomenderos seguían explotándolos sin ningún freno hasta que los dominicos denunciaron su conducta cruel. Al observar esta situación, el dominico Antonio de Montesinos acusó los abusos hacia los indios en el sermón de 1511, y se rehusó a dar la comunión a los 73 Elliott [et al.], “América Latina colonial: la América precolombina y la conquista”, en Historia de América Latina, v. 1, Barcelona, Crítica, 1990, p. 134. 74 Ibid., p. 160. 75 Ibid., p. 136. 33 encomenderos abusivos. 76 La protesta contra los maltratos de los indios, encabezada por los dominicos, incitó tanto a la reflexión al rey de España que promulgó las llamadas Ordenanzas o Leyes de Burgos el 27 de diciembre de 1512. Estas leyes reafirmaron el sistema de encomienda y al mismo tiempo establecieron las responsabilidades de los encomenderos para que mantuvieran una buena relación con los indios. Las Leyes de Burgos regulaban especialmente cómo los españoles debían tratar a los indios y cómo debían darles la educación espiritual. La esencia de estas leyes era procurar ser compatibles con el sistema de la encomienda y con la libertad de los indios, lo que fue efectivamente imposible. Además las Indias todavía carecían de un sistema para aplicar estas leyes. Después de haber tomado estas medidas, la Corona proclamaba unas ordenanzas para proteger a los indios. Pero no se podía detener el descenso de la población indígena. La crisis fue tan grave que los naturales de la Isla Española desaparecieron completamente después de 20 años de la llegada de los españoles.77 Los dominicos encabezados por fray Bartolomé de Las Casas seguían denunciando la crueldad de los españoles, lo que forzó a Carlos V a promulgar las Leyes Nuevas, en Barcelona, 20 de noviembre de 1542 y el 4 de junio del siguiente año sus complementos en Valladolid.78 Entretanto, la misma Corona se dio cuenta de la necesidad del cambio de la política administrativa en América e intentaba centralizar todos los poderes bajo su mando. Incrementar los ingresos de la Hacienda Real fue un asunto urgente. Las finanzas reales estaban tan mal que Felipe II debió decretar la primera 76 Hanke, La lucha por la justicia, Madrid, Colegio Universitario de Ediciones Istmo, 1988, p. 29. 77 Elliott [et al.], “América Latina colonial: la América…”, p. 138. 78 Elliott [et al.], “América Latina colonial: Europa y América …”, p. 19. 34 bancarrota al siguiente año de subir al trono. La Corona se agotó por los gastos de las guerras y la elección imperial en la que fue elegido Carlos V. Los objetivos principales de las Leyes Nuevas eran dos: primero, fortalecer la organización administrativa bajo la autoridad real, segundo, abolir el sistema de encomienda. No obstante, Carlos V estuvo obligado a anular la prohibición de la herencia de la encomienda frente a la oposición de los colonos. En realidad, la institución de la encomienda estaba arraigada tan sólidamente en la sociedad de las Indias que si se la hubiera quitado, hubiera provocado un gran desorden. En Perú, Gonzalo Pizarro se sublevó efectivamente contra la política de abolición de encomienda. Aunque, la monarquía española debía aceptar la continuación del sistema de encomienda, a partir de la década de 1550, empezó a llevar a cabo su proyecto de administración directa en la Nueva España. En Yucatán acababa de terminar la conquista militar. Apenas habían emprendido el repartimiento en Campeche en 1541, los españoles explotaron a los mayas quienes debieron proveerles de tributos y servicios personales. La cédula real de 1549 suprimió los servicios personales como parte de las encomiendas, empero en Yucatán dejaron que continuaran hasta 1560 sujeto a la condición de una licencia de la autoridad y posteriormente modificando la forma de prestación de estos servicios.79 La población de los españoles era muy escasa, y además ellos poseían el concepto de perjuicio hacia los trabajos físicos. Los indios debían encargarse de todos los trabajos físicos. En 1552 la Audiencia de los Confines nombró al oidor Tomás López Medel como visitador de Yucatán y Tabasco con el propósito de consolidar la política 79 Cada español que necesitaba de trabajadores tramitaba una licencia ante la autoridad real. Ésta enviaba un alguacil o tupil a un pueblo con un mandamiento de servicio y se lo entregaba al cacique, quien designaba a los indios que tenían que acudir a servir al español. Después, en algún momento de la octava década del siglo XVI, se estableció que entre 2 y 4% de los tributarios de cada pueblo tenían obligación de acudir cada miércoles al asentamiento español de su jurisdicción correspondiente en Quezada, Breve historia de Yucatán, México, COLMEX, 2001, p. 59. 35 administrativa real con base en las Leyes Nuevas. Su llegada significó para los encomenderos el fin del período de la explotación arbitraria de los indios. Tomás López Medel había concebido la idea de que construyera una sociedad en Ultramar donde los indios como vasallos reales vivieran dentro del marco cristiano igual que los colonos. Así aplicando la misma política de la etapa de reconquista territorial, en la que el rey castellano había otorgado autonomía a las ciudades recién conquistadas que habían sido sujetas directamente al rey, el oidor se encargaría de introducir la idea de la república de indios en el mundo autóctono. Mediante esta institución, los indios por sí mismos administrarían su sociedad. No obstante, la realidad que el joven humanista observó en el Nuevo Mundo, le obligó a dejar esta idea utópica.80 Habían transcurrido sólo siete años desde que los franciscanos se establecieron definitivamente en Yucatán. Por supuesto, no había arraigado el cristianismo ni el modo español de vida en las comunidades mayas. Los indios conservaron la manera tradicional de vida y las costumbres gentiles. Ellos se volvían a bautizar, usaban los nombres gentiles olvidando los de cristiano, por la noche se juntaban a realizar el rito pagano, se mudaban de este pueblo a otro como antes y asimismo las indígenas andaban desnudas.81 Debió de parecer al oidor que los mayas yucatecos estaban viviendo totalmente en desorden y no habían alcanzado el nivel necesario para tener autonomía. El oidor decidió que ordenar la vida espiritual y cotidiana de los indios en el marco cristiano era prioritario. Sus ordenanzas, expedidas en 1552, reflejaron fuertemente esta idea y al mismo tiempo la condición de los mayas yucatecos. Él manifestó su observación en el preámbulo de sus ordenanzas así: [...] Porque una de las cosas más cumplideras, y necesarias al bien espiritual y temporal de los naturales de esta dicha provincia, y que es 80 Pereña [et al.], Utopia y realidad indiana, Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca, 1992, p. 14-19. 81 “Ordenanzas de Tomás López” en Garibay K., ed., Relación de las cosas de Yucatán, México, Porrúa, 1986, p. 209-211.
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