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Educar-a-los-padres-para-la-prevencion-de-obesidad-en-ninos-bajo-el-modelo-cognitivo-conductual

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA 
 
PSICOLOGÍA 
 
 
EDUCAR A LOS PADRES PARA LA PREVENCIÓN DE OBESIDAD 
EN NIÑOS BAJO EL MODELO COGNITIVO-CONDUCTUAL 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADO EN PSICOLOGÍA 
P R E S E N T A: 
PATRICIA BERMUDEZ CAPAZ 
 
 
JURADO DE EXÁMEN 
 
TUTORA: DRA. RAQUEL DEL SOCORRO GUILLÉN RIEBELING 
 COMITÉ: MTRA. ANA LILIA MUÑOZ CORONA 
 LIC. FÉLIX RAMOS SALAMANCA 
 LIC. NORMA MARTÍNEZ LIMA 
 LIC. JAVIER RIVERA CONTRERAS 
 
 
 
 
 
 
 MÉXICO, D .F JUNIO 2012 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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AGRADECIMIENTOS 
 
 
A mis padres 
 Por el valioso esfuerzo, apoyo, amor 
 y ejemplo de fortaleza que me han 
 brindado durante todos estos años. 
 
A mi hermana 
 Por amarme, apoyarme y escucharme siempre. 
 
 A Eleazar 
 Por su amor, apoyo y haberme motivado 
 a continuar los proyectos importantes en 
 momentos difíciles. 
 
 A mi amiga Andrea 
 Por su compañía, apoyo y amistad que 
 recibí desde el primer día que la conocí. 
 
 
 A mi asesora Raquel Guillén 
 Por el apoyo que recibí en el desarrollo 
 de éste trabajo. 
. 
 A mis sinodales: 
 Félix Ramos, Norma Martínez, 
Ana Lilia Muñoz y Javier Rivera 
 Por sus valiosas observaciones, consejos y amistad. 
 
 
ÍNDICE 
 
Resumen…………………………………………………………………………………..…..1 
Introducción………………….…………………………………….…....……………...........2 
Capítulo 1 Desarrollo Infantil……………………………………….……..………………..…......3 
1.1 Teorías del desarrollo infantil 
1.1.1 Psicoanalítico- Freud. 
1.1.2 Conductista – Watson 
1.1.3 Cognitivo - Piaget 
1.2 Emociones y afectos en la infancia 
 
Capítulo 2 Obesidad en Niños……………………………………………….……………….......15 
2.1 Definición de Obesidad 
2.1.1Médico 
2.1.2 Psicológico 
2.2 Tipos de Obesidad 
2.3 Factores de Riesgo 
2.3.1 Psicológicos: creencias y aprendizaje social 
2.3.2 Biológicos: herencia genética 
2.3.3. Ambientales: escuela y familia 
 
Capítulo 3 Aspectos psicológicos en la obesidad: Enfoque Cognitivo–Conductual......32 
3.1 Paradigmas del Enfoque Cognitivo-Conductual 
3.2 Técnicas de la Terapia Racional Emotiva Conductual en la Prevención de Obesidad. 
3.3 Autocuidado y Estilo de vida 
3.4 Niños con y sin obesidad 
 
Capítulo 4 Taller Psicoeducativo………………………………………………………..……....49 
4.1 Recursos didácticos y educativos: actividades 
4.2 Conceptos empleados y sus definiciones. 
 
Capítulo 5 Método………………………………………………………………………………....62 
5.1Planteamiento del problema 
5.2 Objetivos 
5.3Diseño 
5.3 Variables 
5.4 Muestra 
5.5 instrumento 
5.6 Procedimiento 
 
Capítulo 6 RESULTADOS………………………………………………………………………..86 
 
Capítulo 7 DISCUSIÓN…………………………………………………………………………..107 
 
Capítulo 8 CONCLUSIONES……………………………………………………………………112 
 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………………………….113 
 
ANEXOS…………………………………………………………………………………………….118 
 
 1 
INTRODUCCIÓN 
 
Las diversas investigaciones de Obesidad Infantil en México referente al cambio de 
hábitos alimentarios en los niños se han realizado directamente con madres, pues el rol 
activo de los padres interviene directamente en el desarrollo cognoscitivo, emocional y 
social de sus hijos. 
Por esto es de suma importancia conocer la relación madre-hijo respecto a la 
alimentación e identificar posibles factores que pueden determinar cierta adquisición de 
hábitos. Hábitos que condicionan la salud física y mental a partir de diversas 
necesidades físicas y emocionales, es entonces, que la adquisición de hábitos 
alimentarios favorece la salud de niños y adultos. 
Esta investigación es descriptiva y exploratoria de campo, se desarrolló en una 
institución educativa a nivel primaria. La propuesta consistió en un taller como medio de 
prevención y orientación a padres de familia sobre Obesidad Infantil a través del 
enfoque cognitivo-conductual, haciendo una pre-post evaluación acerca de creencias 
en hábitos alimentarios, emociones, modo de alimentación y peso corporal. La 
evaluación consistió en la aplicación de un cuestionario por cada área, mismos para la 
pre y post evaluación. 
En el capítulo 1 se hace referencia al desarrollo infantil por la sucesión de 
cambios físicos y psicológicos, los cuales son parte importante del aprendizaje para la 
edad adulta. En el capítulo 2 se mencionan los tipos de Obesidad y sus principales 
factores de riesgo. Posteriormente en el capítulo 3 se describen de manera breve los 
aspectos psicológicos en la obesidad mediante el enfoque cognitivo-conductual. En el 
capítulo 4 se describe detalladamente los componentes de un Taller Psicoeducativo, 
sus recursos didácticos, educativos y conceptos empleados. En el capítulo 5 se 
describe la manera en que se llevó a cabo la propuesta de prevención para padres de 
familia. 
Las estrategias y recomendaciones están dirigidas a toda la población con el 
objetivo de disminuir hábitos que perjudiquen en el bienestar de la persona. 
 
 2 
JUSTIFICACIÓN 
 
El motivo de haber realizado el taller de Prevención de Obesidad Infantil y trabajar 
directamente con los padres de familia se debe a que son los que brindan el cuidado de 
los niños, enseñándoles reglas, valores, costumbres y horarios alimentarios. 
Dicha propuesta tiene el objetivo de brindar a los padres una visión más allá de 
la perspectiva médica, la cual últimamente ha trabajado solo en recomendaciones 
dirigidas fundamentalmente en una alimentación saludable, baja en grasas, actividad 
física y disminución de porciones con alto contenido calórico. 
Estos términos en la mayoría de las veces no son realizados por los padres, 
teniendo ante este tipo de prevención o intervención resultados no esperados. 
Enfatizar en la prevención ayuda a evitar la intervención de casos serios 
derivados de la obesidad, como depresión, ansiedad, miedo, ya que éstos pueden ser 
causa o consecuencia del mismo. 
La propuesta cognitivo-conductual puede llevar a los padres defamilia a 
identificar pensamientos, creencias, hábitos, emociones y conductas que causan algún 
malestar en sí mismos, en sus hijos y familiares, pues los hábitos disfuncionales o 
comportamientos negativos son fáciles de adoptar. 
Se pretende que los padres al aprender a identificar las causas y consecuencias 
psicológicas de una alimentación desequilibrada puedan intervenir sin esperar a que se 
inicie una dificultad mayor. 
Por esto el enfoque cognitivo-conductual permite que con trabajo y práctica haya 
un cambio a través de la propia identificación de ideas o pensamientos, llevando al 
individuo a permanecer sin tantos malestares o a tener alguna afectación. 
 
 
 
 
 
 3 
CAPÍTULO 1 
DESARROLLO INFANTIL 
 
El estudio del desarrollo cognitivo infantil es un área en el que diversos teóricos se han 
mostrado interesados, desde tiempos del siglo XVII, filósofos como John Locke (1690) 
describió la mente del niño como una tabula rasa, describiendo la labor de los padres 
como llenar una pizarra, planteando una plasticidad en la conducta, la cual menciona se 
encuentra sumamente influida por recompensas ambientales. 
Un siglo después el educador y filósofo Jean Jacques Rousseau (1762) supuso 
que las causas de los cambios en el desarrollo surgen del medio ambiente, pensaba 
que la época de la niñez es un periodo en que las exploraciones efectuadas por los 
niños y las consecuentes respuestas del medio eran de suprema importancia para 
realizar el tránsito a la edad adulta (Mc Candless, 1984). 
 
Rousseau, describía al niño como un “salvaje noble”, todavía que no estaba corrompido 
por las presiones de los padres, maestros y de la sociedad, según esta filosofía se 
debía permitir a los niños crecer y desarrollarse en una atmosfera de libertad, de esta 
manera aprenderían de sus experiencias e interacciones con el medio, Rousseau 
consideraba que la educación no debía imponerse por fuerza a los niños (Mc Candless, 
1984: 5). 
 
Tomando en cuenta estas aportaciones sobre el desarrollo infantil se mencionan de 
manera breve aportaciones psicológicas de teóricos como Sigmund Freud, John B. 
Watson y Jean Piaget. 
 
1.1 Teorías del Desarrollo Infantil 
1.1.1Psicoanalítico- Freud. 
 
La teoría freudiana sostiene que el desarrollo se produce por la superación de varios 
estadios o etapas teniendo en cuenta la edad, basada en supuestos sobre la naturaleza 
biológica del niño y su dependencia física con respecto a los adultos, como el supuesto 
de que los procesos del pensamiento humano son los más altamente desarrollados 
entre procesos de todas las especies. 
 4 
 Según Freud (1949) la noción básica de esta teoría expresa que las 
experiencias primeras determinan de modo importante la conducta posterior y la clave 
para la sobrevivencia psicológica abarca el ajuste de los impulsos de la persona a los 
requisitos de la sociedad (Lipsitt 1990). 
 Para Freud (1949), el motivo principal de la vida, manifestado desde la infancia, 
es la búsqueda del placer. Describiendo brevemente su teoría, el niño busca aquello 
que le resulta agradable y evita aquello que le resulta doloroso. Este proceso 
búsqueda-evitación se da de diversas maneras, durante toda la existencia. En la base 
de este proceso se encuentra la libido, verdadera energía sexual que genera la 
dirección a lo placentero. 
En los diversos periodos o etapas por las que atraviesa el niño en su desarrollo 
se hacen dominantes determinadas necesidades como físicas, intelectuales, 
emocionales, etc. que se relacionan con diversas zonas específicas del cuerpo en que 
los adultos representan los lugares de placer y tensión sexual y que en los niños se 
manifiesta de modo rudimentario, percibido sólo como sensaciones agradables o 
placenteras. 
 Los niños no saben que esas sensaciones tienen un origen sexual, sólo las 
sienten y sobre la base de estas zonas particulares es que se convierten en centros de 
placer sexual, postulando cuatro etapas en el desarrollo psicosexual llamados: oral, 
anal, fálica y genital. Las tres primeras concurren durante los cinco o seis primeros 
años de vida, de tal modo que las diferencias individuales de los adultos se conforman 
durante este período. 
Para Freud (1949), la personalidad es un sistema dinámico de energías 
constituido por tres factores básicos el Ello, Yo y Súper Yo, y que cuando el niño nace 
es una masa de instintos e impulsos que tienden a su inmediata satisfacción, sin 
ninguna conciencia de la realidad objetiva, poco a poco, el contacto que el niño tiene 
con el mundo que lo rodea, es decir su familia produce en él la conciencia y una parte 
de ese ello se modifica surgiendo el yo, una parte del cual entra en contacto con la 
realidad exterior. 
 
 5 
Similar a otras posturas que consideran que los primeros años de vida de un 
niño son marcadas fuertemente en su desarrollo por los padres. 
 
1.1.2 Conductista – Watson 
 
Una cualidad de la conducta es que es posible observarse, el conductismo representa 
el tercer enfoque de estudio del ser humano. El conductismo nació en Estados Unidos 
con las investigaciones de John B. Watson (1913) considerando al desarrollo humano 
como el proceso de aprendizaje y formación gradual de hábitos y normas de conducta 
(Mc Candless, 1984). 
Según este enfoque, las conductas no son el resultado de fuerzas internas no 
observables, sino se aprenden a través de la interacción y la experiencia con el 
ambiente. 
El conductismo de Watson tenía dos objetivos específicos, predecir la respuesta, 
conociendo el estímulo, y predecir el estímulo conociendo la respuesta. 
Watson dividió toda la conducta en actividades observables y no observables 
como las orgánicas. La sensación y la percepción fueron temas presentados con 
dificultades para el conductismo, surgiendo así nuevas posturas. 
 En resumen, el conductismo por limitarse a considerar hechos solo observables 
y medibles, describe reacciones que son comunes a todas las personas. La posibilidad 
de afirmar que los principios de estímulo-respuesta son aplicados a todas las personas 
y al insistir en un enfoque puramente científico, los conductistas se vieron orientados a 
evitar el estudio de aspectos como las ideas, expectativas y aspiraciones. Estos 
aspectos son parte importante de la vida humana, aún cuando no sea posible 
observarlos. 
 
 
1.1.3 Cognitivo - Piaget 
 
Es una de las teorías más globales, amplias y vigentes que existen, constituyendo un 
referente para el currículo actual, además responde a un enfoque genético y evolutivo. 
 6 
Bajo esta perspectiva, los niños construyen activamente su mundo al interactuar 
con él, este autor pone énfasis en el rol de la acción en el proceso de aprendizaje. 
Divide el desarrollo cognitivo en etapas caracterizadas por la posesión de estructuras 
lógicas cualitativamente diferentes, que dan cuenta de ciertas capacidades e imponen 
determinadas restricciones a los niños. 
 La noción piagetiana del desarrollo cognitivo en términos de estructuras lógicas 
progresivamente más complejas ha recibido múltiples críticas por parte de otros 
teóricos cognitivos, en especial de los teóricos provenientes de la corriente de 
procesamiento de la información. Según este autor, el desarrollo cognitivo es una 
construcción continua. En esta construcción se distinguen distintos períodos: 
 Período Sensoriomotriz (0-2 años). 
 Período Preoperacional (2-6 años). 
 Período de las Operaciones Concretas (6-12 años). 
 Período de las Operaciones Formales (12-16 años). 
Piaget (1948) pensaba que todos los niños pasan por cada una de estas etapas en 
el mismo orden, independientemente de la cultura y de la cantidad de experiencia y 
adiestramiento a que estén sometidos (McCandells, 1984). 
Las contribuciones de Piaget (1948) sobre el desarrollo cognitivo han sido de gran 
importancia para explicar estos procesos complejoscomo percibir, recordar, pensar, 
aprender, y generalizar. Dos conceptos fundamentales se basan en que el 
conocimiento se da de forma específica como una adaptación biológica de un 
organismo complejo que selecciona e interpreta activamente información del medio 
para construir su propio conocimiento, se habla de una adaptación como el proceso 
más importante del funcionamiento intelectual, dentro de ésta se encuentran dos 
aspectos básicos: la asimilación y la acomodación, de este modo de acuerdo con la 
etapa de desarrollo los niños elaboran su información y aprenden según el entorno, así 
los patrones de conducta que los padres les brindan para su desenvolvimiento. 
La asimilación hace referencia a la interpretación o construcción de acontecimientos 
exteriores en función de las formas de comprender la realidad, mientras que la 
acomodación hace referencia al proceso inverso, es decir, a adaptar esas estructuras 
mentales a la estructura de esos mismos estímulos. Este sistema cognitivo del niño: 
 7 
“puede desarrollarse de un modo gradual gracias a la maduración y 
experiencia…desarrollando progresivamente inteligencia, cambiando su estructura y 
contenido por medio de repetidas interacciones con el entorno” (Flavell, 1984: 26). 
 
Así, el sistema cognitivo experimenta cambios trascendentales, la elaboración de 
previas estructuras cognitivas de información llamados esquemas hacen referencia a 
pautas de conductas organizadas de un modo repetido como escuchar, soltar, separar, 
llegando a la parte donde los esquemas se asimilan y acomodan mediante un equilibrio 
donde el niño actúa con una inteligencia adaptada . 
La teoría de Piaget (1948) contribuye a explicar la conducta y el desarrollo 
humano; la teoría cognoscitiva intenta explicar el origen, la naturaleza, los métodos y 
los límites del conocimiento humano, aunque a menudo ha ignorado los aspectos 
social, emocional, biológico e individual del desarrollo. 
Son varias las aportaciones en el área biológica en primer lugar se tiene a Carlos 
Darwin por sus principios sobre la evolución natural, dentro de esta concepción el 
adulto es considerado como el ejemplar inevitable y altamente desarrollado de la 
especie animal, Darwin se interesaba personal e intensamente por los niños pequeños 
conduciendo a la documentación del progreso físico que el niño realiza desde el 
nacimiento hasta la adolescencia y la edad adulta (Lipsitt, 1990). 
Arnold L. Gesell ha proporcionado la documentación más amplia sobre conductas 
específicas propias de una edad determinada del niño en desarrollo, no creía en la 
eficacia de los factores ambientales para determinar el desarrollo conductual o 
emocional: 
 
“La aceleración de desarrollo… es normalmente una característica biológica inherente 
del individuo, y con mayor probabilidad es de naturaleza hereditaria. No existe prueba 
convincente de que la aceleración fundamental del desarrollo pueda ser inducida con 
facilidad mediante métodos de estimulación” (Gesell, 1928: 363). 
 
 
 8 
 
1.2 Emociones y afecto en la infancia 
 
El desarrollo de los sentimientos está muy influido por la educación, la cultura, la 
interacción del niño con sus padres, las actitudes de padres permisivos fomentan en los 
niños a ser poco tolerantes, debido a que normalmente les satisfacen las demandas sin 
indicar reglas, siendo importante establecer límites, ya que es la forma como el niño 
aprende a recibir y compartir, además de asimilar en tiempo y espacio las relaciones 
con los demás. 
 Uno de los factores que en diversas investigaciones se toma en cuenta son las 
emociones y afecto puesto que desde el primer contacto que tiene el niño con el 
exterior es la familia. 
 Actualmente la madre y el padre juegan un papel activo en el desarrollo 
cognoscitivo, emocional y social de sus hijos, por esto es de suma importancia conocer 
el rol que juega cada uno de los miembros de la familia. 
 Una característica distintiva de la emoción es la experiencia subjetiva intensa que 
contiene fuertes matices de sentimientos, afectos e intervienen en todos los procesos 
evolutivos como la comunicación, la organización del apego, el desarrollo moral, el 
conocimiento social y pueden considerarse la principal fuente de las decisiones que 
tomamos a lo largo de la vida. 
 Etimológicamente, la emoción se refiere a movimiento. Es decir, una expresión 
hecha a través de la conducta, para Stanley, Schachter & Singer (1962) (citado en 
Hernández & Rojas, 2005), afirman que el término emoción alude a una reacción 
fisiológica y una actividad cognoscitiva que pone una etiqueta o identifica la emoción 
abarcando un conocimiento apropiado de las circunstancias. 
 López (2006), menciona que Wolf en 1979, define las emociones como funciones 
reguladoras del organismo, y por lo tanto existen reacciones que ayudan a descargar y 
a estimular las reacciones de defensa. Así mismo, a través de la emoción se logra la 
percepción de las relaciones como una experiencia afectiva permitiendo un alivio que 
impulsa a realizar alguna actividad hacia un fin y de esa forma se libera la energía que 
 9 
se guarda, además de que permite al organismo tener reservas para ser utilizadas ante 
las reacciones de emergencia. 
 Para González-Núñez (1988) la emoción puede ser definida como un estado en 
el que se desarrolla un cambio brusco más o menos precipitado y momentáneo. La 
emoción, es una reacción que da lugar a un determinado estado de ánimo de corta 
duración, provocado por estimulación relevante y acompañado de alteraciones 
orgánicas. En esta reacción es esencial una conexión entre lo biológico, lo cognitivo, lo 
conductual y la experiencia precisa de esa relación todavía está en vías de resolución 
(Hernández & Rojas, 2005). 
 Todas las personas tienen las emociones básicas con la particularidad de que la 
frecuencia y causa de dicha emoción puede variar, por lo cual se ha destacado otro 
concepto análogo a la emoción: el afecto. 
 Estas dos concepciones suelen confundirse al hacer uso de ellas, dándoles el 
mismo significado, en cuanto a los afectos el contenido es muy amplio lleva implícito 
varios conceptos, por ello es importante describir sus diferencias o particularidades, ya 
que en el presente tema se encuentra muy involucrado. 
 Para Bowlby (1969) (citado en López, 2006), la definición de afecto integra 
sentimientos y emociones como fases de evaluación intuitiva jugando un papel 
importante en la conducta acompañado de expresiones faciales específicas, 
complementando esta postura Palmero (1998), incluye emociones como positivos o 
negativos y con intensidad alta o baja permitiendo demostrar el valor del conocimiento 
que llegan a tener en el individuo las experiencias que aprende. 
 Igualmente, en el Diccionario de Pedagogía y Psicología Infantil (2000) se define 
a la afectividad como el conjunto de las reacciones psíquicas que el individuo enfrenta 
ante situaciones provocadas por las experiencias diarias. 
 Es importante mencionar que aunque haya teóricos que refieran los afectos 
como si fueran emociones, sentimientos finalmente convergen en un mismo punto, que 
es el de describir algún tipo de evaluación que hace el sujeto ante sus propios impulsos 
internos, ante eventos orgánicos o a estímulos ambientales. 
 Tal es el caso de Reeve (1994) que describe a la emoción dentro de un rótulo 
general en donde integra a los afectos, como un constructo psicológico en donde 
 10 
convergen y se desarrollan al mismo tiempo cuatro aspectos de la experiencia como 
son los subjetivos, fisiológicos, funcionales y expresivos y que además dan cuenta de 
la conducta. 
En cuanto al desarrollo Del Barrio (2002) citado en (Hernández y Rojas, 2005) 
refiere que las emociones al igual que cualquier conducta se constituyen de forma 
evolutiva, esto lo pudo comprobar a través de diversas investigaciones centradas en 
discriminar vivenciasde la conducta del niño, los niños evaluados tenían edades de 
fluctuaban de un mes hasta 5 años. Esta investigación fue aplicada durante largos 
periodos de tiempo, y con resultados sorprendentes, ya que se constató la evolución 
que se da en las emociones, desde las primeras semanas se observó en el niño, una 
excitación indiferenciada que se va concretando en forma positiva planteando que la 
evolución emocional infantil en relación a la edad con las experiencias y el 
reconocimiento de ellas, se desarrolla de la siguiente forma: 
De los 0 a 12 meses se encuentran las experiencias de emociones básicas; de 
los 6 a los 12 meses, empieza el reconocimiento de la expresión de emociones básicas 
con respecto a la figura materna; de los 18 meses a los 2 años existen las experiencias 
de emociones secundarias; de los 2 a los 3 años, hay un etiquetado verbal de las 
emociones básicas; de los 3 a los 4 años hay un reconocimiento del estado de ánimo 
propio; de los 4 a los 5 años se logran reconocer la estimulación de las propias 
emociones básicas; de los 6 a los 7 años hay un reconocimiento discriminativo de las 
emociones propias y de los otros; y a los 7 años se va teniendo el conocimiento de las 
emociones propias y ajenas que se encuentran totalmente establecidas. 
 Siguiendo a Jean Piaget (1948), en la edad de 6 a 9 años en la etapa de 
operaciones concretas el desarrollo de las emociones y afectos se da a partir de la 
formación de la personalidad haciendo ideas sobre su propio contexto, se da 
construcción de la identidad, el autoconcepto y autoestima son tres aspectos 
importantes para la estabilidad emocional del niño, ya que van según las valoraciones 
que él pone en los sentimientos y representaciones de sus experiencias. 
 La capacidad para responder ante estas experiencias, se presenta desde los 
recién nacidos sin embargo, al nacer, el pequeño no muestra respuestas bien definidas 
que se puedan identificar como estados emocionales específicos. 
 11 
 El patrón general emocional no sólo sigue un curso predecible, sino que también 
pronosticable, de manera similar, el patrón que corresponde a cada emoción diferente, 
por ejemplo, los "pataleos" o "berrinches" llegan a su punto culminante entre los 2 y 4 
años de edad y se ven reemplazados por otros patrones más maduros de expresiones 
de ira, tales como la terquedad y la indiferencia. 
 Aún cuando el patrón de desarrollo emocional es predecible, hay variaciones de 
frecuencia, intensidad y duración de las distintas emociones y las edades a las que 
aparecen. Todas las emociones se expresan menos violentamente cuando la edad de 
los niños aumenta, debido al hecho de que aprenden cuáles son los sentimientos de 
las personas hacia las expresiones emocionales violentas, incluso las de alegría y otras 
de placer. 
 Las variaciones se deben también, en parte, a los estados físicos de los niños en 
el momento de que se trate y sus niveles intelectuales y, en parte, a las condiciones 
ambientales o sociales. 
 Cuando esas reacciones sociales son desfavorables, como en el caso del temor 
o la envidia, a las emociones aparecerán con menos frecuente y en forma mejor 
controlada que lo que lo harían si las reacciones sociales fueran más favorable; si las 
emociones sirven para satisfacer las necesidades de los niños esto influirá en las 
variaciones que nombrábamos anteriormente. 
 Los niños, expresan las emociones que se consideran apropiadas para su 
género y edad, y como lo hayan aprendido, tales como temor, ansiedad y afecto, éstas 
características también van en función de la cultura. 
 Complementando lo anterior Solórzano (2007), menciona que todos los afectos 
son expresivos, en expresión facial, en gritos, modulación de voz, gestos, estas 
expresiones son señales para el otro y señales cuyo significado puede ser interpretado 
sin necesidad de claves. Las emociones y afectos de los niños dependen de la 
maduración en su desarrollo, como el aprendizaje. Los niños llegan responder a 
estímulos según su edad anterior. Los niños cuentan con emociones que se pueden 
denominar primarias o de sobrevivencia, es decir, el llanto del bebé puede provocar 
reacciones en la madre que al ser estimulada atiende las necesidades básicas de éste. 
 12 
La expresión emocional la podemos identificar por los actos de conducta y rasgos 
físicos, por ejemplo: los gestos como la risa, el llanto, expresiones de enojo, etc. 
 En cuanto al sentimiento no es fácil identificar a menos que expresen 
abiertamente su sentir, por ejemplo, el llanto se puede interpretar como dolor, coraje, 
tristeza o incluso alegría, pero, sólo cuando el menor expresa que está sintiendo es 
cuando cobra sentido ese llanto que en un principio se desconocía y sólo se infería. Por 
esta razón en los bebés sólo se pueden identificar las emociones ya que no se cuenta 
con la habilidad del lenguaje oral. 
 De acuerdo a Macías Valdéz (1999) (citado en Solórzano 2007) la emoción 
puede definirse como una modificación súbita o un padecer momentáneo; hace 
referencia a los impulsos primarios como llanto, ira, miedo, del ser humano y a su 
sustrato biológico. Existe prácticamente desde el nacimiento y posee un conjunto de 
manifestaciones corporales mediante las cuales un individuo se aleja o se acerca al 
objeto. Por otro lado, el afecto se considera para este autor una elaboración más 
avanzada de la emoción, puesto que ya no sólo se percibe, sino además, el niño se da 
cuenta de su sentimiento (Solórzano 2007:269). 
Llegar a una definición o clasificación definitiva de emociones, afectos o 
sentimientos es difícil, como ya se mencionó autores han hecho el intento por tratar de 
orientar las diferentes emociones, por esto la clasificación tomada en la aplicación del 
cuestionario a padres y tomar definiciones de emoción durante el taller se tomó en 
cuenta a los autores Ortony, Clore y Collins (1996), ya que ellos enfatizan en no 
pretender determinar las emociones en ciertas clasificaciones, pues tanto su intensidad 
o motivo de elaboración pueden provenir de diversas variables. 
Ortony, Clore y Collins (1996) proponen tres grupos principales de emociones, el 
primero que se refieren a emociones por acontecimiento, la característica principal es el 
sentirse contento o descontento la variable que determina la intensidad de estas es la 
deseabilidad que va con respecto a la consecución de metas propias respecto a 
vicisitudes de los otros y a las reacciones que uno tiene ante ellas. La segunda es 
referente a reacciones ante los agentes que tiene un matiz de aprobado y desaprobado 
y se dan por atribución, aquí la variable de intensidad es la plausibilidad que va 
respecto a una jerarquización de normas. La tercera es referente a objetos que tiene 
 13 
que ver con el agrado y desagrado y lo que determina la intensidad de dichas es la 
capacidad de atraer y se da en relación de las actitudes. 
 
1) Reacciones ante acontecimientos. 
a. Las emociones de <Bienestar> que son estados psicológicos paradigmáticos de 
sentimientos que surgen de prestar atención a los acontecimientos en cuanto 
que son deseables o indeseables. Se incluyen: contento, júbilo, alegría, congoja, 
disgustado. 
b. Emociones de <Pérdida>, un subtipo de las emociones de <Bienestar>cuya 
especificación sería disgustado por un acontecimiento indeseable de pérdida. En 
los que se incluyen añoranza, soledad, pesadumbre 
c. Respecto a vicisitudes de los otros: son emociones especialmente sociales, se 
caracteriza por estar contento por un acontecimiento que se supone deseable 
para alguna otra persona: alegría y estar descontento por un acontecimiento que 
se supone indeseable para alguna otra persona como las compasión, y las otras 
dos emociones , estar contento por un acontecimiento que se supone indeseable 
para alguna otra persona y estar descontento por un acontecimiento que se 
supone deseablepara alguna otra persona la envidia, resentimiento, celos . 
d. Emociones basada en previsiones: se caracterizan como reacciones ante la 
previsión de un acontecimiento o ante la confirmación o refutación de la previsión 
de un acontecimiento. En ellas se incluyen: miedo, esperanza, satisfacción, 
alivio, decepción, fastidio. 
 
2) Reacciones ante los agentes. 
a) Emociones de atribución: se centran sobre las acciones de los agentes y no de 
los acontecimientos en sí mismos estas emociones se centran en el yo como 
condiciones desencadenantes como aprobación de y la desaprobación de. En las 
que se incluye orgullo y venganza. Las otras dos emociones de atribución se 
centran en la cualidad de agente de los otros ya sea de aprobación en las que se 
incluyen admiración, o desaprobación en las que se incluyen el reproche. 
 14 
b) Emociones compuestas: se centran en el agente del acontecimiento como en la 
deseabilidad del resultado como la gratitud que combina la aprobación de la 
acción de un agente con la alegría del resultado deseable, la ira, que combina la 
desaprobación de la acción de un agente con el desagrado del resultado 
indeseable, la complacencia , que combina la aprobación de una acción propia 
con la alegría por el resultado deseable, y el remordimiento, que combina la 
desaprobación de una acción propia con la alegría por el desagrado por el 
resultado. 
 
3) Reacciones ante los objetos. 
a) Emociones de atracción: reacciones momentáneas de agrado y desagrado, 
están entre las experiencias más sobresalientes que tenemos, parecen ser más 
inmediatas, espontáneas y menos afectadas por procesos cognoscitivos 
accesibles que casi todas las demás emociones, ya sea por un objeto atractivo o 
por un objeto repulsivo. En las que se incluyen el amor y el odio. 
 
También existen las emociones compuestas que serían las que se componen de 
bienestar y atribución al mismo tiempo y estados emocionales como el abandono, 
resentimiento, reproche, ira. 
 En resumen se puede observar una diversidad de intentos por definir emociones, 
afectos o sentimientos, pues a pesar de que en ciertas posturas se tome en cuenta solo 
la conducta, sigue existiendo “algo” en el interior del ser humano que no es posible 
observar o medir con exactitud. Pero que lo dirige en su conducta y desarrollo siendo 
un eje fundamental para el bienestar del mismo y de los demás. 
 
 
 
 
 15 
CAPÍTULO 2 
OBESIDAD EN NIÑOS 
 
2.1 Definición 
 
Debido a una alimentación incorrecta, junto con un estilo de vida sedentario, la 
obesidad infantil hoy presenta un gran problema de salud. Algunas décadas atrás, los 
niños obesos eran excepciones, el sobrepeso y la obesidad infantil actualmente van en 
aumento y desafortunadamente, no están sanos. Así como los adultos, los niños tienen 
que ser evaluados de manera particular para la intervención de cada caso. 
 De acuerdo con Saloma (2000), la obesidad es la enfermedad crónica compleja 
y multifactorial que se puede prevenir, es un proceso que suele iniciarse en la infancia y 
la adolescencia, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto 
energético. 
La obesidad infantil ha sido definida considerando la relación entre el peso total y 
la talla estimada mediante el índice de masa corporal (IMC) cuya fórmula es peso en kg 
sobre estatura en m al cuadrado. 
Mientras que para Montenegro (1999) la obesidad es una enfermedad crónica, 
de alta complejidad, caracterizada por un exceso de tejido adiposo en relación con la 
masa corporal magra y representa un alto factor de riesgo de morbimortalidad. 
En tanto Ajuriaguerra y González (Ríos, 2002) expresan que la obesidad es la 
enfermedad más frecuente observada actualmente en la población, y se identifica como 
un sobrepeso mayor a dos desviaciones estándar del peso medio correspondiente a su 
talla y edad, con la condición que este exceso de peso sea una acumulación de grasa 
reservada a consecuencia de un desbalance en la ingesta y del consumo energético. 
Barón (1995) (citado en Álvarez, 1998) menciona que al tratar de definir la 
obesidad se asume el hecho de que no existe una definición única de ésta, sino 
múltiples definiciones, que responden a la existencia también de las diversas etiologías 
de la obesidad; como son: la teoría genética, la neuro-química, la genética, la celular, la 
endocrina y finalmente las psicológicas. Por ello actualmente la obesidad se considera 
 16 
como un fenómeno multifactorial, donde persisten tanto influencias genéticas como 
ambientales. 
 
2.1.1. Médico 
 
El incremento en la prevalencia de la obesidad en niños y adolescentes en el mundo es 
uno de los problemas en la salud pública actual, la mala nutrición como se ha venido 
observando, es un problema que afecta la calidad de vida de los que la padecen. Este 
proceso que tiene que ver con el organismo y su vinculación con el ambiente en el que 
está inmerso, ha sido abordado por las áreas médicas, tratando de dar una explicación 
desde su propio marco de estudio a los problemas de salud. 
Por un lado el modelo biomédico considera a la salud como carencia de 
enfermedad, y al individuo como al ser que está expuesto constantemente a una lucha 
con agentes nocivos provenientes del medio ambiente, mientras que el modelo 
sociocultural considera que las condiciones de vida son las determinantes del proceso 
salud-enfermedad, de tal forma que la salud depende de los factores ambientales con 
las que entre en contacto el individuo. 
Dávalos (1998) en su artículo “Obesidad Infantil: un problema de mala nutrición” 
plantea que hay tres períodos críticos para la instalación y evolución de la obesidad 
infantil, el primero corresponde a la etapa intrauterina, el segundo varía entre los 5 y 7 
años y finalmente en el período de la adolescencia. 
 
2.1.2 Psicológico 
 
Es importante considerar que el organismo se presenta interactuando sobre su medio 
ambiente, esto implica que la conducta influya en su salud razón por la cual se 
requiere un análisis integral de la interacción del organismo con su ambiente natural y 
social, pues sus acciones previenen o ponen en riesgo al individuo en el desarrollo de 
una enfermedad. Sin embargo, la interacción del individuo con su medio ambiente no lo 
es todo, también influyen las características propias de la persona como pensamientos 
 17 
que determinan de cierta manera su comportamiento y adquisición de hábitos. A partir 
de ello, la OMS define a la salud como: 
 
 "El completo estado de bienestar físico, mental y social y no sólo como la mera ausencia de 
enfermedad o dolencia" (Reynoso & Seligson 2002: 18). 
 
Debido a que la salud y enfermedad forman parte de una unidad indisoluble, el 
resultado de este proceso requiere de una adaptación constante ante los cambios del 
ambiente (biológicos, psicológicos y sociales), considerando al ser humano como un ser 
que evalúa y actúa para afrontar las demandas que perciba, ya sean internas o 
externas (Velasco 2004). 
 
2.2 Tipos de Obesidad 
Existen diferentes tipos de clasificación de la obesidad, en función de los rasgos 
morfológicos del tejido adiposo; de la edad de comienzo; de la distribución anatómica 
del tejido adiposo y del grado de obesidad. 
1. En función de los rasgos morfológicos del tejido adiposo. 
 Obesidad hipertrófica: aumenta el contenido lípidico de las células 
del tejido adiposo, sin que aumente el número de las mismas, 
aparece más en la obesidad adulta. 
 Obesidad hiperplásica: aumenta el número de las células adiposas 
que puede acompañarse o no de un contenido lípidico, 
apareciendo más en la obesidad de la infancia. 
2. En función de la edad del comienzo. 
 Obesidad infantil 
 Obesidad adulta 
3. En función de la distribución anatómica del tejido adiposo: 
 Obesidad androide (tipo manzana): Obesidad con predominio de 
la grasa en la mitad superior del cuerpo. Más característicoen os 
hombres. 
 18 
 Obesidad ginoide (tipo pera): Obesidad con predominio de grasa 
en la mitad inferior. Más característico en las mujeres. 
4. Según el grado de Obesidad. 
 Leve: del 120 al 140% del peso ideal 
 Moderada: del 141 al 200% del peso ideal 
 Grave o severa: cuando el peso excede el 200% del peso ideal 
(Guillén, 2001, p. 58). 
 
Hoy en día y debido a una alimentación incorrecta la obesidad ha dejado de ser 
un tema que afecte solo a adultos, actualmente la obesidad es una enfermedad que ha 
pasado a ser un gran problema de salud. 
La obesidad infantil según Garza (2010) ocurre en muy pocos casos por 
genética, tiene las mismas características que la obesidad en adultos, tanto adultos 
como niños la relación entre peso y la talla es el indicador de sobrepeso obesidad. 
 
 El sobrepeso infantil se establece con tablas de IMC cuando los niños están arriba 
del percentil 75 en las curvas de la tabla. 
 La obesidad infantil se considera arriba del percentil 85demlas curvas del IMC. 
 Las tablas relacionan también la edad del niño y son diferentes para niños niñas. 
Éstas las propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) (Garza, 2010: 10). 
 
Una vez que el médico determina la obesidad infantil, es momento de que los 
padres empiecen a realizar cambios para revertir el diagnóstico. 
 
2.3 Factores de Riesgo 
La obesidad no sólo es una cuestión de peso y de físico, involucra también la parte 
psicológica del niño y del entorno familiar y social. Garza (2010) menciona que un niño 
con obesidad puede ocasionar enfermedades en su vida adulta como diabetes mellitus 
tipo 2, presión alta (hipertensión) y enfermedades cardiacas a edades muy tempranas. 
La obesidad no es un padecimiento único de las sociedades desarrolladas, “lo 
que pone en evidencia es la tendencia globalizante de ciertos estilos de vida y hábitos 
 19 
alimentarios contraproducentes, siendo pues la obesidad una enfermedad multifactorial, 
que pone en juego a la población más vulnerable: la infantil” (Sánchez, 2004, p.33). 
De esta manera la obesidad infantil tiene relación directa con factores físicos, 
sociales, ambientales y psicológicos, cuya interacción da origen o mantienen dicha 
enfermedad, entre otras causas es un resultado de los estilos de vida y de los hábitos 
alimentarios. 
La obesidad tiene una diversidad de causas que parecen originarlas y 
mantenerlas, que van desde la genética de la persona hasta cubrir los aspectos 
ambientales, sociales y psicológicos. 
En la obesidad infantil, esta puede darse de acuerdo con Foz & Formiguera 
(1998) durante el primer año de vida, sin que necesariamente de adulto continúe 
siéndolo; un segundo período de aparición de la obesidad se sitúa entre los 4 y 11 
años. 
La obesidad en los niños, en su mayoría, es la consecuencia de una ingestión 
energética excesiva o un gasto energético reducido. De esta manera se vuelve un poco 
complicado el poder clasificar la obesidad en infantes. 
 Debido a esto, Salinas (2006) menciona la clasificación a través de la 
clasificación obesidad en general, para poder tomar como parámetro los 2 tipos 
mayormente reconocidos como indicadores de obesidad en adultos, por lo que de igual 
forma en el caso de los menores se pueden considerar dos grandes tipos de obesidad 
que son más específicas, tomando en consideración los indicadores en adultos: 
I. Obesidad nutricia (exógena, simple). 
II. Obesidad orgánica (mórbida, intrínseca, endógena). 
 El primer grupo constituye 95% de los casos de obesidad en niños y el 5% 
restante corresponde a síndromes dimórficos, endocrinopatías y lesiones en el sistema 
nervioso central. 
I. Obesidad nutricia: obesidad debida a una ingesta calórica superior a la necesaria, 
para cubrir las necesidades metabólicas del organismo. La composición de la dieta es 
otro factor etiológico en la obesidad importante, que va a depender del sujeto; si éste es 
menor y dependiente de sus padres la responsabilidad de una dieta equilibrada es de 
ellos. 
 20 
II. Obesidad orgánica: la producida por disfunción de los sistemas endócrinos-
metabólicos. Este tipo de obesidad, se presenta como característica endógena del 
sujeto, ya que surge desde el interior del organismo. Se distinguen como: obesidades 
difusas o constitucionales, aparecen en la infancia o en la adolescencia; las obesidades 
ginecoides, en mujeres predominan en la parte inferior del cuerpo; y las obesidades 
androides, en hombres las cuales la sobre carga de adipositos se localiza en el cuello, 
los hombros y el epigastrio. Sus complicaciones vasculares y metabólicas son: 
diabetes, hipertensión e hiperlipidemias. Si hay un avance progresivo de la enfermedad 
puede producir la muerte. 
Algunas de estas características pueden heredarse y desencadenarse por la 
acción de factores ambientales. 
 
2.3.1 Psicológicos: aprendizaje social y creencias. 
 
La obesidad es multifactorial, por tanto, los factores psicológicos que la originan o la 
mantienen, van desde el estado de ánimo hasta la conducta que se presenta durante la 
ingesta de los alimentos. 
Los niños obesos a diferencias de los normales presentan tasas de aflicción más 
altas y de síntomas específicos de afectación emocional (Massa, 1999). Así los niños 
obesos en su investigación presentan fragilidad emocional, que se exhibe en una mayor 
tendencia a destacarse como susceptibles e inseguros, a describirse como afligidos, y 
en consecuencia, presenta el grupo más vulnerable ante cualquier hecho presente 
durante la vida diaria. 
Por otro lado Rosell (1988) (citado en López, 2003) indica que la ansiedad juega 
un papel central en la conducta de ingesta, de tal manera que las personas obesas 
comen más ante situaciones que les provoca ansiedad. 
El motivo por el que a continuación se explica el proceso de aprendizaje y 
creencias en el tema de obesidad infantil tiene que ver con la base de todas estas 
respuestas conductuales y emocionales que las personas padecen. 
Según Dickinson (1980) (citado en Rosas 2009) el aprendizaje puede 
considerarse como la capacidad de adaptación al medio ambiente, gracias al 
 21 
aprendizaje podemos conocer las relaciones entre distintos eventos ambientales, se 
tiende a identificar aprendizaje con ejecución a actuación, en muchas ocasiones es 
necesario dar con el contexto adecuado para que aparezca una conducta. 
Para Dojman (2002), el aprendizaje es un cambio relativamente permanente en 
la capacidad para realizar una conducta debido a la experiencia con determinados 
eventos ambientales relacionados con esa conducta particular. 
La vida en comunidad permite que el individuo pueda aprender de sus 
compañeros sin necesidad de tener que descubrir por sí mismo cada solución a una 
determinada situación, este aprendizaje es llamado aprendizaje social. 
Rosas (2009) menciona que los primeros planteamientos de las conocidas como 
teorías del aprendizaje social parten de la imitación como proceso fundamental del 
aprendizaje. 
Albert Bandura y colaboradores (1969) hicieron que un grupo de niños de corta 
edad observaran a adultos que atacaban a una muñeca inflada, y que otro grupo viera 
que los adultos se sentaban tranquilamente al lado de la muñeca, luego dejaron a 
ambos grupos con la muñeca. Los que habían visto a los adultos comportarse en forma 
agresiva, imitaron esa conducta en ambas situaciones. Según la teoría conductista, en 
cualquier etapa del desarrollo toda conducta humana es resultado de algún tipo de 
aprendizaje (Mc Candels 1984). 
Muchos de los investigadores dedicados a comprender el funcionamiento del 
aprendizaje social critican a las teorías tradicionales de aprendizaje por considerar que 
hacen a un lado los aspectos sociales, el aprendizaje social juega un papel sumamente 
importante en el desarrollo de la conducta de una persona, es una forma de 
aprendizaje más complejo que el condicionamiento clásicoo instrumental ya que 
supone aprender vicariamente acerca de las consecuencias del comportamiento según 
Dickinson (1980) (en Rosas procesos psicológicos básicos, aprendizaje). 
En cuanto a las creencias que las madres de familia tienen tiende a repercutir en 
que los niños coman mucho o poco y que estos alimentos tengan un valor nutritivo 
necesario para el desarrollo físico y psicológico de sus hijos (Sánchez, 2004). La 
ignorancia de las necesidades nutricionales, del valor calórico o nutritivo de los 
 22 
alimentos influyen sobre el tipo de alimento y la cantidad en que deben consumirse 
(Martínez, 2002). 
También las creencias y manera de pensar de los niños, al respeto Massa 
(1999) hace referencia a partir de su investigación que los niños no atribuyen su 
obesidad al hecho de comer demasiado sino más bien, a que así nacieron o que son 
como uno de sus progenitores asumiendo estas razones como válidas. 
Las creencias que tienen los padres de cuál debe de ser la mejor comida y 
porque dar o no cierto alimento, tiene que ver en primer lugar con la alimentación que 
ellos recibieron, y en segunda con las ideas que se van formando y compartiendo con 
los miembros de un lugar determinado. “Así escuchamos que los obesos son sinónimo 
de salud” (Sánchez, 2004: 54). 
Mahoney & Stuart (1989. en López, 2003), plantean que los obesos comparten 
las siguientes pautas de comportamiento relacionadas con la alimentación: consumen 
alimentos de alto valor energético por las noches, abusan en el consumo de hidratos de 
carbono simple, ingieren raciones mayores, se inclinan más por sabores dulces, 
consumen muchos bocados y bebidas entre comidas, presentan hábitos alimentarios 
estereotipados, compran y consumen alimentos de alto contenido de lípidos o de 
hidratos de carbono, duermen la siesta después de comer, o bien ven la televisión 
después de cenar, generalmente llevan consigo un paquete de dulces en los bolsillos. 
Si bien, estos autores generalizan este comportamiento con relación a la ingesta 
de alimentos, estos pueden aplicarse a los niños, ya que el niño tiende a seguir estos 
comportamientos durante su ingesta, siguiendo muchas de las veces los modelos que 
los padres le presentan. 
Por otro lado, la moda en las últimas décadas favorece una imagen esbelta y 
delgada, en los últimos tiempos, se han hecho famosas algunas modelos a las que las 
jóvenes intentan imitar en la forma de vestir y en el peinado (Gavino, 1995). 
 Teniendo como resultado el deseo delgadez, ya que el pertenecer a un 
determinado círculo de personas que presentan un cuerpo en apariencia aceptable 
socialmente provoca un problema en el desbalance de la ingesta de nutrientes. 
Donde de acuerdo con Gómez & Ávila (1998), el hacer dieta reductora de peso 
durante la niñez es un punto problemático, ya que es necesario una ingesta calórica 
 23 
adecuada para el crecimiento saludable, por lo que una reducción sustancial puede 
resultar muy riesgosa para la mayoría de los niños. 
Saloma (2000) indica que cada vez más, los niños están adquiriendo la neurosis 
de los adultos, la obsesión por un peso y forma corporal tendiente a la delgadez difícil 
de alcanzar. Se han reportado pacientes hasta de 8 años de edad que hacen dieta con 
la finalidad de estar delgados. Todo esto se debe a los factores socioculturales en 
donde los adultos parecen guardar culto a la delgadez y temor a subir de peso. 
Lo anterior tiene que ver mucho con el contexto en el que nos desenvolvemos, 
ya que para cada cultura la alimentación tiene un significado distinto y en cada familia 
se encuentran diferentes costumbres en la manera de ingerir los alimentos a la vez de 
la función que para cada cultura o familia tiene. 
La cultura occidental, hace mayor énfasis a las figuras esbeltas, conduciendo a 
que las personas con problemas de peso sean objeto de discriminación y de 
estigmatización (Villegas, 2003). 
También se considera que para que un niño se convierta en obeso hay 
predisposiciones como: que los padres sean gordos e inadecuados hábitos de 
alimentación en la familia, cuando la madre es la obesa, en virtud de que ella es la que 
convive mayor tiempo con él niño y las actitudes sedentarias como comer golosinas 
delante del televisor, en el automóvil y durante los juegos de salón o de mesa la 
favorecen, tal como lo manifiesta Serrano & Prieto (2003). 
Los factores psicológicos tienen un papel esencial en el control del hambre, la 
obesidad es una enfermedad, en la cual las alteraciones psicopatológicas constituirían 
un elemento nuclear (Foz & Formiguera 1998). 
De acuerdo con los estudios citados en Álvarez (1998), se resalta que los obesos 
muestran mayor amalgamamiento, alianzas y coaliciones rígidas (particularmente 
madre-hijo contra el padre), jerarquía disfuncional y una acentuada sobreprotección 
sobre el hijo focal, además de que la comunicación en familias obesas se caracteriza 
por metamensajes y rechazos; a diferencia de las familias normopeso que presentaron 
más alianza y atenciones de tipo verbal y corporal, incluso en familias con padres 
obesos se tiene una adaptabilidad muy alta, con base en involucrarse en interacciones 
 24 
pasivo agresiva, límites difusos (falta de control), poca capacidad para solucionar 
conflictos, roles y reglas poco claras. 
Así, el estilo de conducta o rasgo de personalidad de la madre y la percepción de 
riesgo que tiene del estado nutricional del niño, la lleva a presentar una diversidad o 
monotonía en la dieta del infante (Vera, 1999). 
 
2.3.2 Biológicos: Herencia Genética 
Los factores que pueden predisponer la obesidad son los genéticos de acuerdo con 
Ibáñez & Barreto (1987) (citado en García, 1996) indican que los genes desempeñan un 
papel importante en la obesidad humana, al afectar varios miembros de una misma 
familia, comprobándose que si los progenitores son obesos, el 80% de su descendencia 
también lo es, así complementando este punto de vista Dávalos (1998) menciona que: 
 
“Entre los factores genéticos implicados, la ausencia de obesidad en ambos 
padres se relaciona con un riesgo de 14% de que los hijos presenten obesidad, el 
cual incrementa a 40% en caso de que uno de los padres sea obeso y hasta el 
80% si ambos son obesos”. (Dávalos, 1998: 50). 
 
Según Blanco (2002) los genes y mutaciones que causan la susceptibilidad del 
balance de energía positiva persistente y aumento en depósitos de grasa, todavía no ha 
sido identificado, pero el número de candidatos y los marcadores polimorfos están 
aumentando de manera creciente. Así los niños obesos que tienen padres obesos 
tenderán a ser obesos en la edad adulta. 
Finalmente Romero (2003) (www.cpnlac.org/padres.htm. parr. 2) destaca que los 
factores predisponentes de la obesidad infantil son: que ambos padres presenten 
obesidad, es decir antecedentes familiares de obesidad, ser hijo único o de una familia 
pequeña, ambos padres que trabajan y no desayunar. 
 
 
 
 
 
http://www.cpnlac.org/padres.htm
 25 
2.3.3 Ambientales : Escuela y Familia 
El papel que juega la dinámica familiar y la personalidad que tienen los progenitores 
influye entre otras cosas en la manera de cómo alimentar a sus miembros, en este caso 
a los niños. Quien además de enfrentarse con una serie de factores que lo inducen a la 
ingesta alimentaría, se encuentran con la personalidad y dinámica familiar que los 
induce a una ingesta en exceso o déficit en los alimentos. 
Díaz (1994) puntualiza que dentro del grupo familiar, es la madre la que 
desempeña un papel más importante en la obesidad del niño, pues al ser una madre 
sobre protectora trata de demostrar sus aptitudes a través de la alimentación, y para 
sentirse satisfecha, ofrece un exceso de comida a su hijo y le anima a que coma por 
encima de los niveles adecuados de saciedad. Relacionando de tal manera al niño 
obeso con el éxito en su papel de madre. 
Onnis & Ganley (1990) (citadoen López 2003) indican que el sistema familiar de 
sujetos obesos se caracteriza por ser más conflictivo, desorganizado, crítico y 
amurallado. Y el amalgamiento, rigidez y hastío así como el empleo de patrones de 
comunicación pobres son característicos de las familias, impidiendo así la expresión de 
las emociones. 
De tal suerte, la obesidad de los niños y niñas se encuentra asociada con la 
salud mental de los miembros de la familia y del funcionamiento de ésta. 
Se ha comprobado que la autoconfianza, la autoestima, la seguridad, la 
capacidad de compartir y amar, e incluso las habilidades intelectuales y sociales, tienen 
sus raíces en las experiencias vividas durante la primera infancia en el ámbito familiar. 
Según la UNICEF (2004), (www.unicef.org/colombia/pdf/ManualDP.pdf, parr.1)en 
un hogar donde se respira un ambiente de cariño, de respeto, de confianza y de 
estabilidad, los niños o niñas se crían y se desarrollan psíquicamente más sanos y 
seguros, y se relacionarán con el exterior de esta misma forma, con una actitud más 
positiva y constructiva hacia la vida. 
La capacidad que puedan tener las madres, los padres y la familia en general para 
promover de forma adecuada el desarrollo psicológico y físico de los niños o niñas, aun 
en medio de las tensiones y preocupaciones derivadas de la situación de pobreza, no 
dependen necesariamente de los recursos económicos del hogar. Muchas familias, a 
http://www.unicef.org/colombia/pdf/ManualDP.pdf
 26 
pesar de las dificultades que deben afrontar en la vida diaria por la falta de recursos 
económicos, son capaces de crear un clima afectivo cariñoso y cálido dentro del hogar 
y logran favorecer positivamente el desarrollo psicosocial de los niños. 
 
Si bien se reconoce que la mayoría de las familias saben criar a sus hijos, los estimulan 
y los quieren, los padres y las madres necesitan la ayuda de las instituciones, públicas o 
privadas, para la crianza y el desarrollo infantil. (UNICEF, 2004: 7) 
 
Salinas (2006) menciona que las relaciones madre-hijo establecen los cimientos 
de las relaciones sociales del adulto, la satisfacción adecuada de las necesidades del 
niño, un cuidado constante en la medida en que éste lo necesite, una separación 
gradual, para crear sentimientos de independencia, confianza y seguridad, estimulando 
su capacidad de logro y fomentando su iniciativa, permitirán el desarrollo sano y 
armonioso de su personalidad. 
 Solórzano (2007), plantea que desde el punto de vista familiar es necesario 
conocer que rol juega cada uno de los miembros de la familia, tomando en cuenta el 
número de hijos, espaciamiento entre los nacimientos, el género del primogénito, 
expectativas del padre o la madre con relación a cada uno de ellos. Ya que esto nos 
está indicando si existe la probabilidad de frustración por parte de alguno de los padres, 
que se pueda convertir después en una dotación afectiva negativa hacia algún miembro 
de la familia (hijos), repercutiendo en el resto de la misma. 
Complementando Solórzano (2007), menciona que en el transcurso de la 
historia, se ha encontrado que el maltrato a los niños ha existido y es hasta épocas 
recientes que se ha investigado sobre las consecuencias que presentan los menores, 
encontrando diferentes deterioros en el desarrollo psicológicos que se pueden detectar 
en el estado de ánimo, en la conducta y en otras formas no fáciles de detectar a simple 
vista. 
Ya que las funciones mentales comprenden mecanismos como el pensamiento y 
muchos niños no expresan lo que sienten fácilmente, alterando las funciones 
fisiológicas en la generación neurohumoral específica provocando ambientes hostiles 
en los niños; por ejemplo, el aumento de la hormona cortizol que afecta y repercute en 
el desarrollo psicológico del niño, influyendo en su relación social, aprendizaje, etc. 
 27 
Por lo tanto si los padres o tutores tienen la disponibilidad emocional adecuada 
para el desarrollo de la personalidad del menor según el entorno en que se encuentre, 
será fundamental para las relaciones que establezca con los demás y a su vez 
determinará la forma de interacción social; para que la interacción se desarrolle, los 
padres proporcionarán los cuidados y brindarán una calidad afectiva, de lo contrario se 
presentaran problemas que pueden ocasionar severos trastornos emocionales. 
Según Solórzano (2007), para el niño es importante que cada uno de los padres 
cuente con buena disposición afectiva ya que estas actitudes ayudan a que los 
menores sean felices y obtengan los beneficios que brinda un ambiente agradable en 
sus vidas. 
En el caso de los padres que tienen un hijo que por alguna razón no lo desean el 
efecto que tendrá la exposición de este hijo será negativo tan sólo por sus 
antecedentes. Así, el niño que nace contra los deseos expresos de su madre originará 
con su nacimiento una situación conflictiva y molesta para la madre o el padre. 
La falta de valores en la persona puede conducir fácilmente a actitudes egoístas 
y a la no aceptación del papel específico que la realidad le impone en un momento 
dado. Así se tiene que el rechazo empieza con algo, y a partir de ese algo inicial 
evoluciona. 
 Es por ello que el rechazo parcial puede conducir a formas extremas de 
rechazo. La suma de pequeños rechazos, en el complejo marco que constituyen la 
relación familiar, conduce en muchas ocasiones al rechazo global. 
Entonces si el niño aprende de lo que ve, escucha, siente y el ambiente que 
habita, determinando la manera en que se relacionan y sus modelos a imitar, de ahí la 
importancia de la orientación que deben tener los padres y tutores para evitar que en 
los niños se siga generando estados afectivos inadecuados. 
Prevenir y fomentar ambientes familiares y sociales más favorables que 
contribuyan a un desarrollo afectivo sano en los niños y padres para entender y 
comprender mejor a sus hijos. 
La capacidad que tiene el individuo al emplear conductas aprendidas puede 
promover el desarrollo de nuevos aprendizajes con la práctica y unión de dichos a lo 
largo de su historia interactiva. 
 28 
En las interacciones pueden presentarse dichas competencias, las cuales 
pueden ser de distinto grado de complejidad dependiendo de la forma en que el 
individuo toma parte del evento. 
Ribes (1990), considera cuatro formas de interacción inclusivas con un grado 
creciente de complejidad. La interacción de menos complejidad es denominada 
situacional no instrumental, en ella el individuo presenta reacciones biológicas ante el 
evento en que se encuentre, es capaz de diferenciar las reglas establecidas por la 
situación, sin embargo no realiza algún cambio sobre ellas o sobre su conducta. 
En la situacional instrumental el individuo además de distinguir las reglas 
establecidas por el evento, decide elegir una u otra opción de varias de acuerdo a su 
conveniencia. 
En el nivel extrasituacional, el individuo tienen una mayor responsabilidad en el 
evento ya que además de detectar las reglas de este, las utiliza en otro similar, para ello 
hace uso del ejercicio lingüístico, a diferencia de los dos niveles anteriores. 
El nivel transituacional, es el de mayor complejidad, el comportamiento del 
individuo se caracteriza por realizar abstracciones más elaboradas que las del nivel 
extrasituacional, ya que al detectar las reglas que determinan un evento, es capaz de 
construir y llevar a la práctica nuevas formas de interactuar utilizando esas reglas. 
 Estas cuatro formas de interacción, son consideradas conductas instrumentales 
preventivas y/o de riesgo, ya que el llevar a cabo acciones en cualquiera de los niveles 
anteriores no significa que automáticamente el individuo esté expuesto a realizar 
conductas saludables, ya que por el contrario, el individuo puede estar realizando 
conductas bajo cualesquiera de estos niveles que le lleven al desarrollo de algún 
padecimiento.Según Parra (1994) existen dos eventos que resultan determinantes en la 
conducta alimentaría de los niños: la disponibilidad de alimentos y la presión que 
ejercen los padres sobre el niño para que éste los ingiera. Aunado a que durante la 
edad escolar, hay una falta de actividad física. Además del ambiente social y el nivel 
socioeconómico contribuyen a una predisposición del organismo a un aumento de peso 
y grasa originando la obesidad infantil. 
 29 
Al respecto Goldberg (2003) (www.foros.T-Salud.gob.mx) hace especial hincapié 
en que la actividad física como uno de los mayores determinantes del uso de la energía 
del cuerpo. El hecho de incrementar la actividad física hace que el cuerpo tenga que 
utilizar más calorías y logra que el balance calórico del cuerpo sea más favorable para 
no presentar obesidad, caso contrario sería no tener actividad física que genere entre 
otras cosas un almacenamiento en el cuerpo de calorías innecesarias. 
Por otro lado Dietz y Gortmaker (1984) (citado en Parra, 1994) encontraron un 
incremento en la prevalencia de la obesidad en niños escolares, por cada hora que 
miraban el televisor. En su conclusión resaltaron la importancia que tiene la disminución 
de la actividad física por permanecer frente al televisor y el consumo frecuente de 
productos de alta densidad calórica. 
Sí además se relaciona el contexto actual de avances tecnológicos que permiten 
al ser humano se libere de la carga física de algunas actividades, hablando 
directamente de hábitos , en vez de usar las escaleras, existe el elevador; en vez de 
que los niños salgan a jugar al parque prefieren quedarse sentados viendo la televisión 
o jugando video juegos. 
Los juegos como las escondidillas o el futbol son más difíciles de jugar ahora por 
la inseguridad de las calles. Además de que las madres ya no cuentan con el mismo 
tiempo para cocinar y existe mucha publicidad para cocinar en un tiempo muy corto 
pero con muchas calorías, conservadores, así se han perdido tradiciones benéficas en 
torno a la comida como el tiempo que se tiene para comer, en la escuela por ejemplo se 
tiene cafeterías o venden alimentos conocidos como “chatarra”. 
Goldberg (2003) apoya lo anterior al referirse al tiempo que los niños están frente 
a la televisión más el tiempo que se encuentran frente a la computadora con los juegos 
interactivos. 
Los medios de información ejercen gran influencia en las familias de niños 
desnutridos, pues se les pueden considerar grandes consumidores de propaganda 
mercantilista, repercutiendo en los hábitos alimentarios y como consecuencia del 
estado nutricional. 
Llevándose a cabo la información en los medios de televisión, radio, cine, 
periódico y revistas (Gamboa 1986 citada en García (1996). El impacto de la publicidad 
 30 
según Castillo y Jiménez (1995) de acuerdo con Rodríguez (1999) se encuentra en las 
amas de casa quienes son las que consumen productos industrializados anunciados en 
T.V. en total un 68.9% que tenían en la despensa como eran los cereales, refrescos y 
consomés. 
Mientras los padres tienen que cumplir con un trabajo asalariado, provocando 
que los padres no tengan una vigilancia y atención estrecha hacia sus hijos, situación 
que inicia desde la edad temprana del infante cuando es llevado a guarderías o dejado 
al cuidado de otras personas, suspendiendo la continuidad alimentaría del seno 
materno. 
Y en aquellos casos donde se cuenta con los recursos tanto económicos como 
de disponibilidad de aparatos modernos se genera que al paso del tiempo y conforme el 
niño crece se despierta en él la adicción por juegos de video o computadora, programas 
de T.V. llevando a una elevada ingesta de alimentos de rápida preparación, refrescos o 
comida chatarra. 
Según Díaz (1994) se ha comprobado que la obesidad guarda una relación 
directa con la edad de los padres e inversa con su nivel de educación y con el tamaño 
de la familia, siendo más frecuente en los hijos únicos. 
 
El riesgo de obesidad es mayor en aquellas familias en las que: 
1. Falta uno de los progenitores, por separación, divorcio o por haber 
fallecido. 
2. El niño se independiza del seno materno y logra interactuar con el 
entorno escolar, el de los padres y el de la familia. 
3. El consumo de los alimentos se vuelve una variable que constituye una 
forma de control sobre la madre para ganar recompensas y poder en el 
micro ambiente de la familia (Vera, 1999: 52). 
 
La familia y los factores que en ella se presentan parecen jugar un papel importante 
en la ingesta alimentaría. Ya que si no son factores predisponentes, influyen en algún 
grado en la presentación y mantenimiento de una alimentación no balanceada. 
 31 
Un ejemplo de ello es la educación de los padres, donde se encuentra una 
ambivalencia que abarca los extremos donde una educación de nivel superior 
(posgrado) parece tener mayor relación con la obesidad y en contraposición un nivel 
bajo académico (primaria) parece relacionarse con la desnutrición. 
 
“Por tanto el grado académico no es sinónimo de un conocimiento de lo que implica 
una alimentación balanceada. Entonces, es oportuno contemplar una reeducación en 
la conducta alimentaría que siguen los padres independientemente del grado de 
educación que tengan” (Sánchez, 2004: 40). 
 32 
CAPÍTULO 3 
ASPECTOS PSICOLÓGICOS EN LA OBESIDAD: 
ENFOQUE COGNITIVO-CONDUCTUAL 
 
3.1 Paradigmas del Enfoque Cognitivo-Conductual 
 
Durante el proceso de desarrollo y fundamentos teóricos en la terapia cognitivo 
conductual se encuentran 3 pilares básicos: el aprendizaje clásico, el aprendizaje 
operante y aprendizaje social, una propuesta donde la mente no es únicamente 
estudiada a través del método científico. 
 La psicología cognitiva aporta la explicación de los procesos mentales para 
explicar la conducta poniendo énfasis en la influencia del procesamiento de la 
información sobre la conducta, a través de su "esquema" o estructura cognitiva. 
El modelo cognitivo-conductual consiste en ampliar estrategias y desarrollar 
habilidades para que el individuo aprenda nuevas formas de pensamiento y conducta a 
través de la práctica y experiencia personal. Implica ayudar al paciente a pensar y 
actuar de un modo más adaptativo en relación con sus problemas psicológicos, 
reduciendo o eliminando así los síntomas. 
A través de una gran variedad de estrategias para lograr el objetivo de delimitar 
las falsas creencias y los supuestos desadaptativos, mediante técnicas de aprendizaje. 
Uno de los principales representantes de este enfoque es Albert Ellis con la TREC; 
relación pensamiento, emoción, conducta, creencias irracionales, la estructura A-B-C-D-
E. Este modelo se basa en que las perturbaciones emocionales pueden ser causadas 
por creencias, valoraciones y demandas o exigencias absolutistas y estas creencias 
acerca de los acontecimientos pueden perturbar a las personas. 
Comenzando por los pilares fundamentales en la formación del enfoque 
cognitivo-conductual se encuentra el aprendizaje social, vicario u observacional de 
Albert Bandura. 
El aprendizaje social de Albert Bandura (1977) es también conocido como 
aprendizaje vicario, observacional, imitación, modelado o aprendizaje cognitivo social, 
este aprendizaje está basado en una situación social. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Cognici%C3%B3n
 33 
Bandura (1977) plantea que ciertas representaciones son construidas a partir de 
las asociaciones estímulo-respuesta y ellas son las que en definitiva determinan el 
aprendizaje, asumiendo que el contenido del aprendizaje es cognitivo. Acepta que los 
humanos adquieren destrezas y conductas de modo operante e instrumental 
rechazando así que nuestro aprendizaje se realice según el modelo conductista. Toma 
en cuenta la observación y la imitación e intervienen factores cognitivos que ayudan al 
sujeto a decidir si lo observado se imita o no también medianteun modelo social 
significativo. 
 Es así, que un individuo presta atención a los refuerzos que genera una 
conducta, ya sea propia o de un modelo, luego codifica internamente la conducta 
modelada, posteriormente la reproduce, y al recibir refuerzo de esta, la incorpora como 
aprendizaje. Sugirió que el ambiente causa el comportamiento, pero que el 
comportamiento causa el ambiente también. Definió este concepto con el nombre de 
determinismo recíproco: el mundo y el comportamiento de una persona se dan 
mutuamente. Consideró la personalidad como una interacción entre: el ambiente, el 
comportamiento y los procesos psicológicos de la persona. 
 Según Bandura (1977) la conducta humana debe ser descrita en términos de la 
interacción reciproca entre determinantes cognoscitivos, conductuales y ambientales. 
Usa el término modelamiento para referirse al aprendizaje que ocurre como resultado 
de observar modelos, colocando más énfasis en la cognición y menos en el 
reforzamiento. 
Elementos del aprendizaje observacional: 
1. Atención. Si alguien va a aprender algo, necesita estar prestando atención. De la 
misma manera, todo aquello que suponga un freno a la atención, resultará en un 
incremento del aprendizaje, incluyendo el aprendizaje por observación. Si por ejemplo 
existe algún distractor se aprenderá de manera diferente. Alguna de las cosas que 
influye sobre la atención tiene que ver con las propiedades del modelo. Si el modelo es 
colorido y dramático, por ejemplo, prestamos más atención. Si el modelo es atractivo o 
prestigioso o parece ser particularmente competente, prestaremos más atención. Y si el 
modelo se parece más a nosotros, prestaremos más atención. 
 34 
2. Retención. El ser capaces de retener o recordar aquello a lo que le hemos prestado 
atención conlleva la intervención de la imaginación y el lenguaje que a su vez nos lleva 
a resurgir la imagen o la descripción de manera que podamos reproducirlas en nuestro 
propio comportamiento. 
3. Reproducción. Se traducen imágenes o descripciones al comportamiento actual. Por 
tanto, lo primero de lo que debemos ser capaces es de reproducir el comportamiento, 
nuestra habilidad para imitar mejora con la práctica de los comportamientos envueltos 
en la tarea 
4. Motivación. Bandura menciona un número de motivos: por reforzadores, por 
incentivos que se pueden imaginar, o reforzamiento vicario. 
Factores que influyen en el aprendizaje observacional son: el estado del 
desarrollo, competencia del modelo, consecuencias vicarias, expectativas de los 
resultados, establecimiento de metas teniendo 5 posibles resultados: enseñar nuevas 
conductas y actitudes, promover la conducta actual previamente aprendida, modificar 
inhibiciones, dirigir la atención y despertar emociones (Rodríguez & Paíno 1994). 
El aprendizaje vicario u observacional consiste en aprender observando a otros, 
de acuerdo con Bandura (1977) los efectos de los procesos vicarios pueden ser tan 
amplios y significativos como los efectos del aprendizaje directo, estos procesos 
simbólicos pueden generar la adquisición de respuestas nuevas. 
La Terapia Cognitiva postula que las emociones y conductas de las personas 
están influidas por su percepción de los eventos. No es una situación la que determina 
lo que una persona siente, sino más bien la forma en que ella interpreta la situación 
(Ellis, 1962; Beck, 1964). 
A. Beck (1960) inicia la terapia cognitiva como alternativa para la depresión, y 
orientada al presente, se considera una estructura cognitiva como sistema global de 
estrategias de procesamiento de información que tiene un individuo, cambia con la 
edad y se crean ciertos límites a las formas de conducta social (Schaffer, 197:1247). 
 35 
En dicho sistema global se encuentran los pensamientos, pensamientos 
evaluativos resultado de un razonamiento pareciendo ser automáticos que surgen de 
creencias, mismas que son tomadas como verdades absolutas. 
Según A. Beck (1976), las creencias pueden entenderse como un marco de 
referencia o conjunto de reglas que determinan nuestra forma de ser en el mundo, el 
modo en que evaluamos las situaciones, a los otros y a nosotros mismos y la forma en 
que interactuamos con los demás, estas estructuras, que generalmente actúan sin que 
seamos conscientes de ellas, se expresan con frecuencia en términos absolutos tales 
como “Soy un fracaso”, “No valgo para nada” o “El mundo es un lugar peligroso”. Beck 
utiliza la etiqueta “disfuncional” e “inadaptada” para referirse a las creencias que pueden 
subyacer a los problemas emocionales menciona Calvete & Cardeñoso (2001). 
Los aspectos conceptuales que aborda una teoría cognitiva, según Lazarus y 
Folkman (1986) incluyen dos tareas principales: la primera, especificar las actividades 
cognitivas y de afrontamiento que hacen posible la traducción emocional de la 
interacción con el medio, para incorporar los cambios que han tenido lugar en esa 
interacción y en las que sigan. La segunda labor principal es pasar de la descripción a 
la determinación de las causas y de las consecuencias, especificando las variables o 
condiciones bajo las cuales se efectúa una evaluación, con todas sus consecuencias 
emocionales, así como el modo en que se hallan relacionados funcionalmente el 
individuo, los antecedentes causales de la situación, los procesos y los resultados. 
 Las terapias cognitivas según Calvete & Cardeñoso (2001) se basan en los 
siguientes supuestos básicos: 
 Las personas no son simples receptores de los estímulos ambientales, sino que 
construyen activamente su "realidad". 
 La cognición es mediadora entre los estímulos y las respuestas (cognitivas, 
emotivas o conductuales). 
 La modificación del procesamiento cognitivo de la información (sistemas de 
atribución, creencias, esquemas, etc.) es central en el proceso de cambio. 
 Las personas pueden acceder a sus contenidos cognitivos. 
 
 36 
La TRE no solo intenta ser científica por proponer teorías y confirmarlas sino 
también enseña a los pacientes a hacer lo mismo sobre sus teorías, a discutir sus 
propias ideas y a descubrir lo que le lleva a resultados buenos o positivos y descartar 
aquellos que conducen a consecuencias negativas (Ellis, 1980). 
En el año 1956 Albert Ellis inicia una nueva corriente en psicoterapias que hoy se 
conoce con el nombre de Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC). La postura 
que Ellis desarrolló en cuanto a la forma de hacer terapia consistía en que las personas 
adquirieran una filosofía sana de la vida. Postuló la existencia de una serie de creencias 
“irracionales” en el desarrollo y mantenimiento de los trastornos emocionales. Estas 
creencias se caracterizan por los siguientes aspectos: son falsas, ya que no están 
apoyadas por la evidencia, son órdenes o mandatos, conducen a emociones 
inadecuadas como ansiedad y depresión, y no ayudan a lograr los objetivos de la 
persona. 
Se acepta la importancia de las emociones y de las conductas, pero poniendo 
énfasis en las cogniciones, es decir, en las creencias, pensamientos e imágenes 
mentales partiendo del esquema A-B-C, (A) representa los acontecimientos activadores 
que aparecen a primera vista como el antecedente, agente o acción desencadenante 
de (C) lo cual representa las consecuencias emocionales y conductuales. A pesar de 
que los acontecimientos activadores (A) pueden causar (C), esto sucede ya que las (B) 
que son el sistema de creencias y pensamientos sobre (A) y (C). 
Ellis (1980) propone que las tres principales creencias irracionales son referentes a 
la meta de Aprobación/Afecto: “Tengo que conseguir el afecto o aprobación de las 
personas importantes para mí”. Referente a la meta de Éxito/Competencia o Habilidad 
personal: "Tengo que ser competente (o tener mucho éxito), no cometer errores y 
conseguir mis objetivos". Referente a la meta de Bienestar: "Tengo que conseguir 
fácilmente

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