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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MEXICO POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES MANEJO DE RECURSOS LOCALES PARA LA ALIMENTACIÓN EN LLANO DEL HIGO, JOCOTLAN, VILLA PURIFICACIÓN, JALISCO, MÉXICO. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRÍA EN ANTROPOLOGIA PRESENTA DULCE MARÍA ESPINOSA DE LA MORA TUTORA DRA. ELENA LAZOS CHAVERO INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES, UNAM CIUDAD DE MÉXICO ABRIL, 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Índice Agradecimientos I. Introducción 1. Justificación 2. Problema de estudio 3. Preguntas de investigación 4. Hipótesis 5. Metodología 6. Esquema general de análisis 7. Marco Conceptual Alimentación- ambiente-cultura Sistemas alimentarios Manejo de recursos naturales 8. Escalas de sociabilidad CAPITULO II. CARACTERÍSTICAS DE LA REGIÓN DE ESTUDIO 2.1 Territorio y ambiente 2.2 Cuenca del Cuitzmala 2.3 Población 2.4 Tenencia de la tierra 2.5 Uso de suelo y tenencia de la tierra CAPITULO III. LA FORMACIÓN DE NUEVAS ETNICIDADES AL SUR DE JALISCO Y LOS PUEBLOS DE INDIOS COMO PARTE DEL MUNDO AGRARIO 3.1 Pobladores y poblados antes de la conquista y su naturaleza alimentaria 3.2 Los pueblos indios y la transición al periodo colonial: transformaciones en la dieta 3.3 Rebeliones en defensa de la tierra y el problema indígena 3.4 La consolidación de las instituciones agrarias del siglo XX y la restitución de tierras comunales a Jocotlán 3.5 Nuevos cultivos y sus efectos en la migración 3 CAPITULO IV. JOCOTLÁN: UN TERRITORIO INDÍGENA EN VILLA PURIFICACIÓN 4.1 Jocotlán: localidades y territorio 4.2 La tenencia de la tierra y la sociedad jocotleña 4.3 Llano del Higo 4.3.1 Vías de comunicación 4.3.2 Servicios 4.3.3 Medios de comunicación 4.3.4 Educación 4.3.5 Acceso a la salud 4.3.6 Migración 4.3.7 Empleo 4.3.8 Vida religiosa y festividades 4.4 Habitar Llano del Higo 4.4.1 Unidades domésticas 4.4.2 Espacios de sociabilidad 4.4.3 Las casas 4.4.4 El solar como portador de alimentos 4.4.5 El corral en la alimentación y la economía familiar 4.4.6 La división sexual del trabajo 4.4.7 Organización del trabajo: la ayuda mutua 4.4.8 Expresiones de la política alimentaria en Llano del Higo CAPITULO V. EL SISTEMA ALIMENTARIO 5.1 La alimentación estacional con recursos locales 5.2 Siembra de aguas 5.3 Siembra de yunta 5.4 La ganadería y sus recursos alimentarios 5.5 Los cerros y el bosque como portadores de alimentos y energía 4 CAPÍTULO VI. DETERMINACIÓN DE LA DIETA Y CONSUMO DE ALIMENTOS 6.1 La cocina como espacio de reproducción social 6.2 Preparación de alimentos 6.3 Alimentos consumidos fuera de la unidad doméstica 6.4 Consumo de alimentos por grupo doméstico 6.5 Los tiempos para la alimentación 6.6 Comidas y convites 6.7 Prohibiciones alimentarias Consideraciones finales Bibliografía temática Índice de tablas Índice de mapas Índice de figuras Apéndice Anexos 5 AGRADECIMIENTOS Es muy gratificante poder agradecer a todas aquellas personas que de muchas formas colaboraron para que este trabajo pudiera llegar a buen término. En primer lugar quiero agradecer vivamente a la Dra. Elena Lazos Chavero quien me puso en el camino de la antropología y su diálogo con otras disciplinas, sin su apoyo y compromiso este trabajo no hubiera sido posible. Gracias a su invitación a integrarme al proyecto “Vulnerabilidad e Instituciones Culturales y Sociales en el manejo de los recursos naturales: servicios ecosistémicos en Cuitzmala, Jalisco” recibí una beca CONACyT sin la que hubiera sido imposible realizar mi investigación. Agradezco también al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM por el apoyo que me brindó en todo momento tanto en el uso de las instalaciones como del transporte para la realización de las diversas estancias en campo. Así mismo agradecer a Isabel González secretaria del área de Estudios Rurales del Instituto quien siempre apoyó los detalles y las necedades propias de la labor de investigación. Mi agradecimiento también a los integrantes del proyecto “Desarrollo Interdisciplinario de modelos y herramientas metodológicas para el estudio de los servicios ecosistémicos” en el que participaron Dr. José Sarukhán Kermez (Instituto de Ecología), UNAM; la Dra. Patricia Balvanera Levy (Centro de Investigaciones en Ecosistemas,) UNAM; Dra. Alicia Castillo Álvarez (Centro de Investigaciones en Ecosistemas,) UNAM; Dra. Marisa Mazari Hiriart (Instituto de Ecología, UNAM); Dra. Patricia Ávila García (Centro de Investigaciones en Ecosistemas,) UNAM¸ Dra. Helena Cotler Ávalos (Instituto de Ecología, UNAM); Dr. Manuel Maass Moreno (Centro de Investigaciones en Ecosistemas, UNAM) por el estímulo económico como becaria CONACyT pero también por sus atenciones, su confianza y apoyo en las distintas reuniones y trabajo de campo que aportaron elementos importantes para el mejor desarrollo del trabajo que aquí presento. Asimismo quiero agradecer al personal de la Estación de Biología de Chamela- Cuixmal por su grata disposición para la realización de mi trabajo. A lo largo de este proyecto conté con el apoyo de un equipo de estudiantes, que al igual que yo, realizaron su investigación de tesis. Su compromiso, trabajo, 6 dedicación e ideas contribuyeron profundamente a la obtención y análisis de los datos aquí vertidos. Mi sincero agradecimiento a la Etnóloga Georgina Vences, al Antropólogo Gabriel Torales Ayala, Rosa Rodríguez y Amaranta Cabrera por el empeño vertido cada día y el arduo trabajo que realizamos en campo. Realzo y muestro especial gratitud a todas aquellas personas que gracias a sus testimonios, su tiempo, conocimientos y paciencia contribuyeron profundamente a la realización de este trabajo. Mi agradecimiento al Ing. Javier Corona y Lic. Cástulo Aguilar de Villa Purificación por las largas conversaciones que orientaron mi trabajo. En Llano del Higo a María Lara y su familia quienes me acogieron en su hogar y me abrieron las puertas de la comunidad. A Cirila Ventura Martínez, Jerónima Martínez Medina, Benita Sánchez Ventura, Angélica Vázquez Llamas, Juana Meza Gómez, Gumercinda Reyes Lara, Melia Lara Ventura, Delia Ventura Ventura, Verónica Anacleto Ventura, Cristina Llamas Ventura, Ma. De Jesús Pelayo Pelayo, Eufrasia Martínez Padilla, Juana Elena Ríos Martínez, Enedina Pelayo Urzúa, Ma. De Jesús Lara Ventura, Socorro Ventura Gómez, Fortina Gómez Rosas, Narcisa Lara Michel, María Magdalena Espinoza Ramírez, Higinia Ventura, Agustina Ventura, Rosa Elia Lara Sánchez, Juana Mesa Gómez, Hermelinda Águila Martínez, Teodora Gómez Sánchez, María Santos Ventura, Gumersinda Reyes Lara y María del Rosario Palafox. A todas ellas agradezco sinceramente su paciencia y entusiasmo durante las largas horas de preguntas quesupuso responder mis constantes cuestionamientos pero también sus risas y la manera tan valiente que tienen de vivir la vida. A Segismundo Rodríguez Reyes, Saturnino Ventura Martínez, Miguel Sánchez Ventura, Mateo Aldaco Llamas, Martín Sánchez Pelayo Martín Sánchez Pelayo, Martín Reyes Hernández, Arturo Gómez Rosas, Adrián Verdín Covarrubias, Ramón Ríos Rosales, Sabina Barragán de Jocotlán, Eustolio Sánchez Godoy y Sergio Godoy de la comunidad de Cimientos quienes a pesar de las jornadas de trabajo en el campo y con el ganado, siempre encontraron un espacio para platicar y permitirme entender la realidad del territorio que habitan. Finalmente mi gratitud con el Instituto de Investigaciones Antropológicas - UNAM por el sostén económico, material y teórico que me proporcionaron a lo largo de mis estudios en la institución. 7 I. INTRODUCCIÓN La investigación que presento a continuación se basa en los resultados obtenidos a partir del levantamiento de información etnográfica en el municipio de Villa Purificación en la comunidad de Jocotlán en la localidad de Llano del Higo en el estado de Jalisco, México. Me interesa dar a conocer algunos procesos que ha experimentado la comunidad indígena en relación a la conformación de su sistema alimentario, el manejo de sus recursos naturales locales a través de su historia, su territorio y la tenencia de la tierra. Se trata de un extenso territorio, importante para la conservación de recursos para miles de personas que viven allí. Diversos autores han influido en la mirada que tengo sobre la alimentación rural indígena en México en nichos ecológicos específicos (Hernández-Xolocotzi, 1976; Godelier, 1976; Alcorn, 1993; Casas y Katz, 1993; Mackinlay y Boege, 1996; Sánchez et. al, 1996; Lazos y Paré, 2000; Torres, 2003; Contreras y Arnáiz, 2005; Bertrán, 2005, 2006; Messer, 2006). En sus estudios se habla del cambio que ha experimentado el sector agropecuario del siglo XX y el impacto socio ambiental del manejo de los recursos de bosques y selvas. Estos autores han analizado las dimensiones socioculturales de la alimentación en diferentes regiones del mundo, con miras a entender el lugar que ocupa la naturaleza y el ambiente en la teoría antropológica y en la acción social, y hacen importantes consideraciones para entender la conformación de las poblaciones más empobrecidas. Los estudios sobre el problema del manejo de recursos locales para la alimentación en el municipio de Villa Purificación son casi inexistentes, si bien los hay para el Municipio de la Huerta, el caso de las comunidades indígenas de Purificación ha sido muy poco estudiado a pesar de los problemas que aquejan a la región por el impacto social y ambiental. El deterioro ambiental por tala de maderas y debido a una extracción histórica de un sinfín de materias primas y la ganadería, han afectado las condiciones de vida de las comunidades rurales, sometidas a procesos de desnutrición creciente por diversos procesos históricos que se desplegaron en todo el país. Estos autores también muestran que por lo menos, desde la década de los setenta del siglo XX, se ha puesto particular interés en la degradación de los recursos naturales a nivel mundial y en México. Esta discusión se ha ubicado 8 principalmente en el sector rural porque allí se conservan y extraen la mayor cantidad de recursos para la alimentación y son además zonas habitadas por miles de personas que se benefician con los recursos que extraen de su hábitat para el sustento alimentario y reproducción sociocultural. En su informe sobre “El estado de la Inseguridad alimentaria en el mundo del 2015”, la FAO estimó 795 millones de personas subalimentadas en el mundo, es decir, personas en estado de subnutrición, una ingesta de alimentos insuficiente para satisfacer las necesidades de energía alimentaria de manera continua (FAO:2015). Esta subnutrición en México se encuentra estancada desde 1990 con un 5% de población subalimentada constituida en gran medida por productores de alimentos de zonas rurales1 (Berthelot, 2005). A principios del año 2000, investigadores del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán en México (INNSZ)2 desarrollaron la primera versión de un indicador del estado de nutrición en el país por municipio que arrojó como resultado un país partido por la mitad en donde el norte presenta problemas de nutrición baja y moderada, y en el centro y sur predominan las categorías de hambre más graves. En 2003, los especialistas definieron un indicador más preciso: el Índice de Riesgo Nutricional por Municipio, que incluye 14 variables, agrupadas en tres bloques: estadísticas vitales (indicadores de mortalidad); sociales (de pobreza y marginación); y antropométricas (déficit de talla). Se identificaron los núcleos sociales en máxima prioridad de atención y se establecieron cinco categorías: riesgo nutricional bajo, moderado, alto, muy alto y extremo (las tres últimas se consideran graves). En esta clasificación, 70% de los municipios del país -que concentran 30% de la población- tienen problemas graves de nutrición. Son los municipios rurales, cuya delimitación geográfica empata con las zonas indígenas. A nivel estatal se 1 Población rural se refiere a las personas que viven en zonas rurales según la definición de la oficina nacional de estadísticas. Se calcula como la diferencia entre la población total y la población urbana. Los datos sobre las proporciones de la población urbana utilizados para estimar la población rural provienen de las Perspectivas de la Urbanización Mundial de las Naciones Unidas. Las cifras referidas a la población mundial son estimaciones del Banco Mundial. http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.RUR.TOTL 2 Roldán J.A., Chávez A., Avila A., Muñoz M., Alvarez A. y Ledesma A. 2000. “La desnutrición a nivel municipal en México de acuerdo a un indicador mixto de estado nutricional”. Edita INNSZ. http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.RUR.TOTL 9 encontraron ocho entidades con riesgo nutricional grave: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Yucatán, Hidalgo, Puebla y Campeche (que destaca por ser el estado que empeoró en los últimos años). El estudio también reflejó una tendencia hacia la polarización entre 1990 y 2000: los estados del norte mejoraron - salvo la Sierra Tarahumara- y los que ya tenían problemas graves empeoraron, que sería el caso de la comunidad de Jocotlán al sur de Jalisco3. Según el documento, “El Derecho a la Alimentación en México” exige “apoyar las estrategias relativas a los medios de vida que tengan como base una debida combinación de los bienes de subsistencia, que permitan a las personas y demás grupos acceder a una alimentación adecuada”4; sin embargo el gobierno mexicano no ha logrado ni a través de los distintos programas gubernamentales de apoyo a la alimentación, ni a la producción de alimentos y la conservación de recursos naturales, cubrir las necesidades alimentarias en poblaciones indígenas menos favorecidas; menos aún contribuir a mejorar sus medios de vida. Aunque existan algunos pocos casos a través de los cuales mostrar que con el trabajo comprometido de las comunidades y algunas organizaciones civiles abocadas a los problemas de alimentos con el apoyo gubernamental han podido mejorar las condiciones de vida de un pueblo. En un marco de inseguridad alimentaria global, si bien los programas gubernamentales cada vez tienen mayor cobertura y sin lugar a dudas los ingresos proporcionados por estos son valorados por la población beneficiaria, también es cierto que esos recursos tampoco han sido, ni son suficientes para dinamizar los mercados locales y estimular oportunidades para mejorar la producción primaria que se realiza en íntimo contacto con la naturaleza, mediada socialmente y queincluye la producción agrícola, pecuaria, forestal y pesquera. En México, el porcentaje de personas que habita en comunidades rurales ha disminuido fuertemente debido a la migración dados los cambios ambientales, agro 3 Cambios en la situación nutricional de México 1990-2000. 2003. Índice de riesgo nutricional por municipio. Índice de Riesgo Nutricional por Municipio. Sociedad Latinoamericana de Nutrición. México. 4 Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. 2012. http://www.cedrssa.gob.mx/?id=86 http://www.cedrssa.gob.mx/?id=86 10 productivos y por la violencia en las localidades o comunidades rurales e indígenas en el país. En 1950, la población rural representaba poco más del 57% del total de la población del país; en 1990 era de 29 por ciento y para el 2010, esta cifra disminuyó hasta ubicarse en 22%5. Las estadísticas las colocan generalmente en situaciones de alta marginalidad y con procesos críticos de hambre6. Para dar respuesta a esta y otras problemáticas, en 2012 durante la Conferencia Río+207 se planteó que para lograr un desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria, el buen manejo y uso de los recursos naturales deben ir de la mano. A partir de este evento se hicieron recomendaciones para mejorar el acceso a recursos (tierra, agua, suelos) como elementos fundamentales para la realización progresiva del derecho a la alimentación. Dentro de este contexto global, la presente investigación tiene como objetivo mostrar la importancia de entender el manejo local de los recursos en la conformación de los sistemas alimentarios por las unidades domésticas y a nivel regional en zonas rurales con problemas de producción de alimentos; así como pretende aportar elementos sobre algunas perspectivas socioculturales que caracterizan dichos sistemas, desde el campo de la antropología. 1. JUSTIFICACIÓN Esta investigación se desarrolló gracias al trabajo de campo realizado entre 2007 - 2010 como becaria del proyecto “Vulnerabilidad e Instituciones Culturales y Sociales 5 Fuente: INEGI. Volumen y crecimiento. Población total según tamaño de localidad para cada entidad federativa, 2010. 6 FAO, “El estado de la Inseguridad alimentaria en el mundo del 2015” 7 «Rio+20» es el nombre abreviado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, que tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil (del 20 al 22 de junio de 2012), veinte años después de la histórica Cumbre de la Tierra en Río en 1992. Fue una oportunidad para mirar hacia el mundo en 20 años. En la Conferencia los líderes mundiales, junto con miles de participantes del sector privado, las ONG y otros grupos, se unieron para dar forma a la manera en que se puede reducir la pobreza, fomentar la equidad social y garantizar la protección del medio ambiente en un planeta cada vez más poblado. Las conversaciones oficiales se centraron en dos temas principales: cómo construir una economía ecológica para lograr el desarrollo sostenible y sacar a la gente de la pobreza, y cómo mejorar la coordinación internacional para el desarrollo sostenible. http://www.un.org/es/sustainablefuture/about.shtml http://www.un.org/es/sustainablefuture/about.shtml 11 en el manejo de los recursos naturales: servicios ecosistémicos en Cuitzmala, Jalisco”, el cual formó parte del proyecto “Desarrollo interdisciplinario de modelos y herramientas metodológicas para el estudio de los servicios ecosistémicos” ambos realizados en la cuenca del Río Cuitzmala en la Costa Sur de Jalisco. A partir de la consolidación de los diversos grupos de trabajo surgieron otras investigaciones tanto de licenciatura, maestría y doctorado bajo este proyecto. Realizar el trabajo de campo para las diversas investigaciones en que participé, me llevó a conocer la problemática sociocultural alrededor de la Reserva de la Biósfera Chamela - Cuixmala y la cuenca del río Cuitzmala. Además me permitió trabajar con biólogos, economistas, sociólogos con quienes intentamos una forma de acercamiento al trabajo multidisciplinario, que supuso un reto en todo momento. Aprendí la perspectiva del Millenium Ecosystem Assessment (MEA) que desarrolla la perspectiva de los Servicios Ecosistémicos8 e integramos un grupo de trabajo. Construimos la posibilidad de trabajo interdisciplinario para alimentar, desde diferentes perspectivas, el estudio de cuenca planteado inicialmente por los investigadores de la UNAM. Con la consolidación de los equipos académicos pronto me encontré recorriendo rancherías, caseríos y cabeceras municipales con paisajes de sembradíos de maíz y ganado, de selva baja caducifolia y con bosques de encino a las que llegué para elegir los sitios de estudio9. Primero se desarrolló el trabajo como equipo y luego se seleccionaron las comunidades donde realizar las investigaciones de los distintos estudiantes que trabajamos para el levantamiento y sistematización de información de campo10. Como ya había un equipo del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM de Morelia trabajando en la parte baja de la Cuenca en el municipio de la Huerta coordinados por las Dras. Alicia Castillo y Patricia Balvanera; el equipo 8 Entendidos como aquellos recursos o procesos que se desarrollan en ecosistemas naturales que benefician a los seres humanos. 9Las localidades que integran la cuenca fueron definidas dentro del marco del proyecto Desarrollo interdisciplinario de modelos y herramientas metodológicas para el estudio de los servicios ecosistémicos. 10Georgina Vences, Gabriel Torales, Rosa Rodríguez, Amaranta Cabrera, Martha Almazán y Jazmín Solís. 12 integrado en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, definió trabajar la parte media y alta de la cuenca, en el municipio de Villa Purificación del que se sabía poco y tiene gran relevancia porque es allí en donde nacen los arroyos que son cabecera de la cuenca del rio Cuitzmala. Dichos recorridos los inicié entre octubre y noviembre del 2007, un primer acercamiento local que permitió identificar las comunidades indígenas reconocidas, tanto por la población local como por datos censales. Entre ellas: Mazatán en el municipio de la Huerta, así como las comunidades agrarias Jirosto y Jocotlán en Villa Purificación. Estas comunidades indígenas han vivido por largo tiempo en estos territorios y han reproducido una forma de tenencia de la tierra y organización social particular que les ha permitido seguir manejando el territorio y conservando sus recursos naturales de forma razonable, sobre todo después del reparto agrario del siglo XX, a partir del momento en que les fueron reconocidas algunas de sus tierras ancestrales. Este fenómeno llamó mi atención porque además de trabajar con poblaciones indígenas, es interesante pensar que si se entiende a las comunidades que habitan en la parte media y alta de la cuenca se tendrían mayores posibilidades en el esfuerzo de conservación y acceso a los recursos cuenca abajo. Así, la investigación que presento, se sitúa en la localidad de Llano del Higo que pertenece a una región que concentra ranchos y parcelas familiares donde se siembra maíz y se cría ganado. Además tienen bosques de los que obtienen alimentos que se manejan de manera diferenciada según el género. Un territorio donde los pobladores transforman el ambiental a partir de una realidad social, cultural y política a través de cambios históricos en el reparto agrario y la alimentación de la población. Dichos problemas son centrales para esta investigación y son analizados en este trabajo para aportar datos empíricos significativos y re utilizables para futurasinvestigaciones de la región, debido a que no existen trabajos de investigación de dichas poblaciones indígenas y sus problemáticas en relación al manejo de recursos naturales y su importancia en la conformación del sistema alimentario local. 13 2. PROBLEMA DE ESTUDIO El sistema alimentario de Jocotlán y específicamente el de Llano del Higo, tienen como base el manejo de los espacios donde se obtienen los alimentos; dicho manejo se traduce en actividades cuyos efectos trascienden impactando la organización social y la alimentación. Esta situación se complejiza al considerar que el manejo de recursos locales para la alimentación, constituye una práctica histórica de gran significado para los pobladores, que conlleva un proceso de tenencia de la tierra de vital importancia pero que muestra problemas por las diferencias de acceso alimentario que hay entre la población de la propia comunidad. Tanto en Jocotlán como en Llano del Higo las relaciones con el entorno ecológico están ligadas a un modelo agropecuario alimentario característico de sociedades con formas particulares de apropiación y manejo territorial como las que encontramos en comunidades indígenas, mismas que han enfrentado cambios frente a las grandes transformaciones de la modernización y los procesos alimentarios globales de los que forman parte. 3. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN A lo largo de este trabajo que lleva por nombre, Manejo de recursos locales para la alimentación en Llano del Higo, Jocotlán, Villa Purificación, Jalisco, México, busco dar respuesta a la siguiente pregunta de investigación ¿cuál es la importancia del manejo de los recursos locales para la provisión de los alimentos que conforman el sistema alimentario de las familias que viven en Llano del Higo? A través de esta pregunta se establecen aquellas dimensiones socioculturales bajo las que se entreteje el manejo de dichos recursos. Tanto el objetivo como las hipótesis se discutieron a la luz de las siguientes preguntas específicas: ¿Cuáles son los recursos empleados para la alimentación? ¿De dónde se obtienen? ¿En dónde se preparan? ¿Cuál es el conjunto de alimentos preparados y consumidos regularmente? ¿Cómo y con quién se consumen? ¿Cómo se conforma la dieta de las familias? ¿Cuáles son los alimentos preparados para las fiestas? ¿Cuáles son los significados y valoraciones que les atribuyen? ¿Cuál es el papel de los ecosistemas en la alimentación de las familias? ¿Existen instituciones 14 locales que regulen el consumo de alimentos? ¿Cuáles son los problemas que observa la población local con respecto a la alimentación y los recursos naturales? ¿Cuáles son las estrategias familiares para controlar y dirigir su producción y obtención de alimentos? ¿Por qué comen lo que comen? ¿Cómo funciona el sistema alimentario local? 4. HIPÓTESIS En Jocotlán la seguridad alimentaria se logra aún a partir de la disponibilidad de alimentos con base en el manejo que hacen de los recursos de los ecosistemas que siguen formando parte importante del sistema alimentario local. 5. METODOLOGÍA Los procedimientos utilizados para la consecución del objetivo de investigación de esta investigación, se fueron desarrollando gracias a las experiencias en campo. Este proceso implicó diversos recorridos de campo que desarrollé durante las siguientes prácticas de campo (Tabla 1). Tabla 1. Cronología de prácticas de campo Temporadas Fechas Lugares Objetivos Técnicas Número de cuestionarios 1 Octubre- Noviembre 2007 (30 días) -Estación de Biología de la Reserva de la Biósfera de Chamela - Cuixmala. -La Huerta y Villa Purificación, municipios atravesados en la cuenca del río Cuitzmala. Llano del Higo. -Revisión bibliográfica de la región -Identificación y selección de comunidades indígenas. -Recorridos de campo -Entrevistas abiertas -Guía de investigación de campo -Observación participante -Recordatorio de consumo de 24 horas. 15 entrevistas 2 Junio de 2008 (20 días) -Guadalajara -Villa Purificación: Llano del Higo, Jirosto, Jocotlán, Telpitita, San Miguel, La -Entender la lógica de manejo de recursos naturales en la parte alta de la cuenca. -Entrevistas abiertas y cerradas académicos y políticos. - Cuestionarios 25 entrevistas 15 Eca - Bibliográfica UDG -Profundizar sobre el sistema de cultivo y ganadería para entender manejo, identificar zonas forestales, frutícolas, identificar cadenas productivas. estructurados a productores locales en relación a su medio ambiente. 3 Octubre- Noviembre 2008 (20 días) Llano del Oro (Jirosto), Telpitita (Jirosto) La Eca (Jirosto), Jirosto San Miguel, Jocotlán, Llano del Higo, (Jocotlán), Pabelo, Huista -Profundizar sobre saberes locales en relación a manejo de socio ecosistemas. -completar referencias alimentarias con calendarios agrícolas y festivos. -Determinar vocabulario y utensilios sobre alimentación. -Observación participante - Cuestionarios estructurados 20 entrevistas mujeres 13 entrevistas a productores para las historias de comunidad 4 Enero 2010 (23 días) -Llano del Higo -Huista -Nuevo Rancho Tecomates -Jirosto -Pabelo -Terminar los detalles de la información de tesis -Últimas entrevistas de productores para el proyecto general. -Talleres para concretar percepciones entre las comunidades estudiadas. 8 entrevistas sobre historia 10 a mujeres Para la elección del sitio de investigación de esta tesis tuve dos criterios básicos. Por un lado satisfacer mi interés por el estudio de las comunidades indígenas debido 16 al conocimiento y la forma de manejo diferenciada que tienen de sus territorios11. Y por otro, la claridad con respecto al interés que la propia comunidad mostró acerca de la alimentación. Bajo este mismo criterio se eligieron a las familias, es decir familias que participaran en actividades agrícolas y vinculadas a producción y preparación de alimentos pertenecientes a la comunidad indígena. La elección no fue sencilla porque en la cabecera municipal siempre argumentaron que tanto Jirosto como Jocotlán eran comunidades violentas, en desacuerdo constante con las autoridades municipales. Para mí que he trabajado en otras regiones con poblaciones indígenas, no fue una sorpresa la visión que se tiene desde las cabeceras municipales sobre los indios. En la cabecera municipal me presentaron con el regidor de Villa Purificación quien me invitó a conocer su comunidad. Decidí encaminarme a su propiedad dentro del territorio de la comunidad indígena de Jocotlán. Me invitaron a conocer su pueblo, Llano del Higo, y a quedarme unos días. Entre otros criterios de selección del área de estudio, fueron decisivos también el interés que expresó la población sobre la alimentación y por mucho el criterio de tenencia comunal del territorio fueron determinantes. Jocotlán tiene más de 36 mil hectáreas repartidas entre diversas localidades y rancherías que sus dueños reconocen como territorio indígena12. Por si fuera poco los terrenos se ubicaban en la parte alta de la cuenca donde nacen los arroyos y manantiales que alimentan la cuenca del Cuitzmala, de interés para la conservación, la provisión de alimentos y otros recursos cuenca abajo donde se ubica la Reserva de la Biósfera de la UNAM y un sinfín de poblados que dependen de ellos. Si todas estas razones no fueran suficientes para la elección de la comunidad, en Llano del Higo, de acuerdo con datos proporcionados por una promotora del DIF, la comunidad tiene un programa exitoso llamado Espacio para la Alimentación que funciona gracias a la organización11Entiéndase para este trabajo al territorio como un espacio objetivado, constituido por lugares que se simbolizan de diversas maneras y se resignifican con el tiempo. Es escenario, producto y consecuencia de procesos sociales y de los hechos de poder, es también, en situaciones de lucha interétnica o interclasista, operador y resultado de la competencia, la resistencia y la negociación. (Valle, et al., 2003: 164) 12 Lo testifican también los documentos del Registro Agrario Nacional de la Ciudad de México, revisados para elaborar el mapa de la comunidad indígena que presento como parte de mi investigación. 17 de las mujeres y es un ejemplo de buen funcionamiento del programa desde hace años a nivel estatal13. La promotora argumentó que algunas de las mujeres que integraban dicho proyecto, lograron constituir además una panadería que les ha permitido reforzar la organización generando ingresos, a través de preparar alimentos para vender en la comunidad pero también a otras comunidades. Encontrar este interés frente a la comida, una escasa bibliografía sobre la alimentación local y la sensibilidad al tema, garantizó de algún modo, el buen desarrollo de mi tema de investigación. Estos criterios de selección junto a los recorridos de campo por la región, fueron justificando mi investigación y crearon el preámbulo para elaborar la tesis. Ya establecida en la localidad utilicé una guía de investigación de campo que me permitió identificar y adentrarme de manera dirigida, a responder el objetivo de investigación. A partir de recorridos en campo y por el pueblo, observé técnicas de manejo local de los recursos naturales tales como recolección, caza, pesca y la producción de alimentos a través de la agricultura y la ganadería. Recopilé datos acerca de tecnología casera y técnicas de elaboración de diversos platillos. Esta primera visita me permitió identificar los lugares y tipos de alimentos que suelen comprar, así como aquéllos que se intercambian o llegan por solidaridad social y pude conocer algunas perspectivas locales sobre programas públicos de apoyo que maneja tanto el DIF como el municipio. A través de la observación participante pude explorar las cocinas y la preparación de los alimentos así como identificar los episodios de comida y consumo de los mismos. Para entender los hábitos de consumo utilicé la técnica de recordatorio de consumo durante 24 horas en tres unidades domésticas. Hice recorridos de campo visité potreros, milpas14, montes y ríos del pueblo en ocasiones con trabajadores de la Reserva de la Biósfera de Chamela - Cuixmala, UNAM. 13 Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia. Datos otorgados por la representante del DIF ante el Llano del Higo, durante una entrevista realizada en Villa Purificación en 2007. 14 Sistema de producción que se basa en la siembra del maíz pero al que se suman en la misma parcela frijol, chile, jitomate, tomate, calabaza, quelites (o yerbas comestibles), árboles frutales, animales silvestres y diversos cultivos, utilizados en la alimentación de la unidad familiar para la alimentación. 18 Durante una segunda temporada de campo, de 20 días en el mes de junio del 2008, viajamos con todo el equipo de investigación coordinado por la Dra. Elena Lazos a la ciudad de Guadalajara a entrevistar tanto a académicos como políticos que estuvieron relacionados, con el municipio de Villa Purificación y La Huerta, los dos municipios que integran la cuenca del río Cuitzmala. El objetivo de esta salida fue entender la política del manejo de los recursos naturales en la parte media de la cuenca. Para ello se hicieron entrevistas abiertas y cerradas, además de una búsqueda bibliográfica en la Universidad de Guadalajara que puso en evidencia el vacío de estudios de corte social e histórico de la zona. Ya en Villa Purificación realizamos entrevistas estructuradas en 6 comunidades pertenecientes al municipio, dentro de las que se encontraba Llano del Higo, que me permitieron un acercamiento con los hombres para entender la forma de producción local y la relación con su medio ambiente desde su perspectiva. Con estos cuestionarios se pudo profundizar en información relacionada con número de parcelas que posee una familia, la descripción del sistema de cultivo para entender como manejan sus tierras, el manejo de zonas forestales, frutales, etc. Este cuestionario me permitió identificar la diversidad de los cultivos existentes y describirlos. Identificar distintas cadenas productivas, tipos de ganado y los productos que de él se obtienen, los tipos de pastos y calidad de los suelos; registrar el uso que se hace del agua, animales de monte, de río, uso de maderables y elementos de recolección. La tercera práctica de campo se realizó durante veinte días, entre los meses de octubre y noviembre de 2008, donde además de observación participante, apliqué un cuestionario estructurado a 20 familias de la localidad de Llano del Higo con la intención de completar referencias alimentarias con calendarios agrícolas y festivos; determinar vocabulario, utensilios, estructura básica de la dieta con sus condimentos, bebidas, vegetales, carnes, frutas, etc. Pude identificar formas de cocción, comidas de fiesta y en velorios, prohibiciones alimentarias y el papel tanto de hombres y mujeres en la provisión de alimentos. Dentro de los grupos domésticos me propuse registrar la forma de provisión de los alimentos al hogar, entender quiénes son parte de dicha provisión, identificar quienes preparan, pagan 19 y consumen - función que cumple la migración- e identificar el lugar que ocupan los recursos naturales en este proceso, además de entender al alimento como signo, símbolo y objeto. En la cuarta y última visita a campo, se consolidaron los datos faltantes de la investigación haciendo las últimas entrevistas de productores para el proyecto general. Entrevistas a distintas mujeres en Llano del Higo y dimos tres talleres en tres localidades para concretar las percepciones sobre recursos y manejo entre los pobladores (Ver apéndice metodológico 1). Durante los recorridos de campo, las técnicas de investigación y la metodología fueron consolidándose permanentemente gracias a las estancias en la región y en la localidad. Las guías de investigación, las entrevistas estructuradas y semi estructuradas, así como los recorridos en campo y la observación participante me permitieron perfilar algunas de las dimensiones socioculturales vinculadas a la conservación de facto15. Aunque se hicieron tres historias de vida formales, el trabajo de campo ayudó al conocimiento de las historias individuales y familiares en otras unidades domésticas. Además se llevó el registro de información en un diario de campo, en grabaciones y a través de entrevistas a 23 mujeres y a 10 hombres en las que se preguntó sobre el sistema alimentario y el ciclo agrario. Una vez obtenida la información se realizaron las transcripciones de las entrevistas utilizando el software Digital Voice Editor y el Dragon Naturally Speaking. La información cuantitativa se sistematizó en varias tablas de Excel, en tanto la información cualitativa se concentró en documentos de Word para su análisis. Para la construcción de la tesis se realizaron visitas a diversas bibliotecas y oficinas de gobierno en el estado de Jalisco. Pero también hice entrevistas abiertas en el municipio de la Huerta a sus autoridades y 15 Según Eckart Boege (2008) hay tres tipos de conservación a saber: de facto (proceso de larga duración de manejo sistemas resilentes), in situ (“conservación de ecosistemas y recursos domesticados, así como procesos recursos silvestres “reservas genéticas” en un solo sitio) y ex situ (conservación delgermoplasma en laboratorios y parcelas especializadas). Aquí me referiré sólo a la conservación de facto, aquella que realizan los pueblos indígenas en procesos de larga duración y que aprovecha los distintos pisos ecológicos de que disponen para la producción o recolección de materias primas o alimentos. 20 población civil porque pertenece a la cuenca del río Cuitzmala. Con esta información pude entender la organización del territorio, la tenencia de la tierra y algunos problemas que resultan del proceso. Gracias a las estancias en las casas de familias locales, las visitas a potreros, coamiles, montes y solares me permitieron asistir a eventos sociales como quince años, misas de luto, días de muertos, bailes, matanza de animales, lidias de toros, reuniones de comuneros pequeños, medianos y grandes, etc. Así pude construir algunas categorías que se utilizan a lo largo del trabajo y que si bien pueden resultar muy generales, dieron cuenta de unidades significativas utilizadas por las mujeres y hombres durante la realización de la investigación. Para entender mejor la problemática del manejo sociocultural de los recursos alimentarios, me centré en describir y analizar las escalas espaciales de identificación (Chávez: 1998) entre jocotleños16 y registrar factores históricos, sociales y culturales de la región. Presento una caracterización de las diferentes unidades familiares y/o grupos domésticos con quienes trabajé, tanto a través de los cuestionarios como en las estancias y entrevistas no estructuradas a lo largo del trabajo de campo, pero sobre todo a partir de las experiencias derivadas de la observación participante. Describo los espacios dónde se obtienen los alimentos a través de la recolección, la caza, la pesca, la agricultura y la ganadería para entender la conformación del sistema alimentario local. Identifico las formas de acceso y el tipo de alimentos que vienen del exterior por comercio y observo el papel que juegan en la alimentación de la comunidad. Elaboro la tipología que hacen de los alimentos para determinar las normas, creencias y prácticas que gobiernan la elección, la preparación y el consumo de alimentos; considerando las representaciones de los espacios construidos para transformar, comprar y consumir los alimentos diarios y los festivos y a través de este proceso entender las relaciones sociales y parentales a través de las cuales se da el manejo de recursos para la alimentación. Las fuentes consultadas son de dos tipos. Las primarias: 16 Habitantes de Jocotlán. 21 1) Cuestionarios: La gran mayoría de la información que sustenta este trabajo de investigación se deriva de la sistematización de los cuestionarios aplicados en campo de 2008 a 2010. 2) Notas de campo: descripciones, anotaciones a partir de pláticas en diversos contextos de la localidad y la región durante el trabajo de campo. 3) Entrevistas abiertas y cerradas realizadas desde 2007 a 2010 que fueron grabadas y transcritas para su posterior análisis. Y las secundarias que incluyen: 1) Fuentes bibliográficas, artículos y tesis: La bibliografía consultada para realizar este trabajo son trabajos históricos y arqueológicos de larga duración en la región, aunque son pocos son muy importantes para entender los procesos de poblamientos de la costa sur de Jalisco. Estos textos me permitieron entender la historia antigua de la región de estudio y algunos procesos que iniciaron hace siglos y siguen presentes aún en la región (De la Torre, 1977; Gerhard, 1996; Regalado, 2008, Sánchez, 2010). La bibliografía más abundante sobre la región se ha escrito a partir de las investigaciones de la propia Estación de Biología de Chamela – Cuixmala del Instituto de Biología de la UNAM, que desde 1971, ha sido prolija y da cuenta de temas vinculados con consideraciones biofísicas y sus relaciones bióticas. Esta producción se ha realizado bajo la consigna de la propia Reserva de la Biósfera de preservar los ecosistemas del área, conocer la estructura y funcionamiento de los ecosistemas protegidos, ofrecer servicios que permitan la realización de investigación, enseñanza y divulgación de datos recolectados, conocer la problemática social del área de influencia de la estación y contribuir a su solución. Dicha Reserva, se consolidó a través de tres planes maestros de desarrollo: el del manejo, la investigación y la difusión y el extensionismo (Noguera et al., 2002). A partir del desarrollo de estos planes en los años setenta del siglo pasado se hicieron tesis y artículos que contribuyeron a cumplir dicha consigna. Hacia 1996, tres años después del decreto de Reserva de la Biósfera, las tesis acerca de la región aumentaron considerablemente hasta llegar a quince en promedio por año, sin embargo los temas versaron nuevamente sobre consideraciones biofísicas y sus 22 relaciones bióticas. Los libros publicados como producto de estos trabajos de investigación fueron de gran relevancia, porque se trata de manuales y guías sobre la diversidad biológica de la región. Aunque existen algunas reflexiones que incluyen prácticas agrícolas, ganaderas, etc. de la población cercana a la Reserva. Entre los artículos referentes a la dinámica social están los relacionados al clima y los patrones de producción agrícola (De Ita, 1986) y la erosión de suelos por técnicas de manejo por citar alguno (Maass, Sarukhán, 1988). Hay algunos más sobre nutrientes del suelo por uso agropecuario (García Oliva y Maass, 1990), el manejo del fuego en el sistema roza, tumba y quema (Castellanos, Maass, Kummerow, 1998), el uso de la ganadería extensiva y el diseño de la imagen institucional, estos últimos vinculan actividades humanas al manejo de algún recurso local. Desafortunadamente ninguno de estos estudios se hizo en el municipio de Villa Purificación. Desde la perspectiva antropológica, fuera de la reserva de la biósfera, Patricia Arias y Rodolfo Fernández realizaron un interesante recuento sobre trabajos académicos en el estado de Jalisco ninguno remite a la de Villa Purificación. Por otro lado, los estudios realizados por Guillermo de la Peña en “Apuntes sobre los indígenas en Jalisco” cuando habla sobre la presencia del INI o los organismos gubernamentales de atención a la población indígena en el estado de Jalisco, no refiere datos sobre las comunidades indígenas de la Villa, cuando habla de los indígenas del sur de Jalisco indica que llegan hasta la sierra de Manantlán, una comunidad vecina a Jocotlán, de la que dice “en la sierra la población indígena se encuentra fuertemente segregada social y espacialmente, y una de sus señas de identidad ha sido durante siglos la lucha por la tierra” (Rojas, 1996). El mayor cúmulo referente a estudios de procesos sociales de la región se elaboró a partir del año 2003, cuando se publican trabajos sobre percepciones y actitudes de los productores locales hacia la selva (Magaña, 2003; Amante, 2006), percepciones sobre servicios ecosistémicos (Martínez, 2003), participación y comunicación social en los programas de ordenamiento (Pujadas, 2003), adquisición de conocimientos sobre ciclos hidrológicos entre niños, niñas y 23 maestros (Cano, 2006) pero sin duda siguen siendo escasos los casos socioculturales en comparación con las temáticas biológicas. Maass, Balvanera y Castillo (et al. 2005), buscaron información disponible sobre ecosistemas que se ha generado en Chamela a lo largo de 20 años e integraron los recientes estudios sociales de la zona. Para lograr una síntesis utilizaron el marco conceptual proporcionado por Millennium Assessment, que busca el entendimiento integrado de la relación entre actividades productivas, bienestar humano y funcionamiento del ecosistema. A partir de ese año, empezaron a realizarse estudiossobre las percepciones, perspectivas, valores, actitudes, actividades y finalidades que persiguen los actores involucrados con los recursos naturales locales (Maass, 1995; Magaña, 2003; Castillo et al., 2005, Solórzano, 2008; Sánchez, 2010; Torales, 2016). Al tiempo se elaboraron diversas investigaciones para discutir la lógica de los Servicios Ecosistémicos (Saldaña, 2008; Solórzano, 2008; Balvanera y Maass, 2010; Balvanera et al., 2011; Balvanera y Cotler, 2011; Martínez Harms, 2010; Russildi, 2010; Martínez Harms y Balvanera, 2012; Quijas et al., 2010, 2012; Vaca, 2012; Lazos, 2016). Estos estudios están integrando información nueva sobre los problemas ambientales, históricos, antropológicos, económicos y culturales, abriendo la posibilidad de relacionar el uso de la biodiversidad, con las transformaciones y el deterioro ambiental en contextos sociales y culturales en territorios particulares. 2) Fuentes estadísticas: La fuentes estadísticas utilizadas son del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Archivo General de la Nación (AGN), el Registro Agrario Nacional (RAN) y las páginas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), el Consejo Estatal de Población de Jalisco, el H. Ayuntamiento de Villa Purificación y distintas bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México como las de Instituto de Investigaciones Sociales y la del Instituto Investigaciones Antropológicas. Además de algunas de la Universidad de Guadalajara. 6. ESQUEMA GENERAL DE ANÁLISIS 24 Se tomó como unidad de análisis a las familias o unidades domésticas de la comunidad de Llano del Higo. La unidad doméstica se entiende como el ámbito social donde los individuos, unidos o no por lazos de parentesco, comparten una residencia organizada en armonía o en conflicto y dependen de las mismas actividades económicas. Se privilegió la inclusión de familias que estuvieran vinculadas con actividades agrarias y producción de alimentos. Tomando en cuenta que las causas y los efectos de la alimentación humana varían y que el problema ambiental está ligado a la explotación agropecuaria, fue necesario relacionar e interpretar las variables de análisis que ayudaron a explicar las formas de relación que guardan estas localidades con su entorno ecológico y las dimensiones socioculturales que se construyen alrededor de la alimentación a través del tiempo como se observa en el esquema 1. Esquema 1. Manejo local de recursos y sistema alimentario. 25 Para ello, los datos se integraron bajo el enfoque emic17 y etic18 de los fenómenos culturales observados, útil sobre todo para reducir los sesgos potenciales de la mirada del etnógrafo. Si sólo se registra la visión nativa de la cultura y no las percepciones e interpretaciones del etnógrafo de lo que es esa cultura, se corre el riesgo de negar la subjetividad y sin ésta la relación de investigación no se problematiza debido a que hay un sujeto que condiciona la relación por su marco de referencia (Sabina, 1994). Ahora bien, bajo el entendido de que nadie tiene un acceso directo al pensamiento de otra persona; los principios cognitivos, las reglas y los códigos son, en realidad inferencias sacadas por el etnógrafo. Las categorías derivadas de la antropología general y no exclusivamente las categorías nativas, permiten que las predilecciones, teóricas, sus sesgos y su papel activo queden lo más explícitos posible, como sugieren David Kaplan y Robert A. Manners en su Introducción Crítica a la Teoría Antropológica (306-307). Aunque el estudio de las categorías cognitivas de otros pueblos, ha mostrado que la “visión del mundo” de sociedades diferentes, no son completamente inconmensurables con la nuestra, (Kaplan y Manners, 1985: 309) el enfoque emic – etic ayuda a distinguir que las categorías cognitivas nativas son creadas para que la gente actúe dentro de su cultura y al igual que el lenguaje son para del uso de la gente, aceptadas y usadas de forma irreflexiva en ocasiones. En cambio, las categorías del antropólogo, están elaboradas con el propósito de hacerlas comprensibles dentro de un marco comparativo; están sujetas a una constante revisión y evaluación autocrítica. La revisión de estas condiciones puede mostrar que la habilidad para hablar acerca de categorías cognitivas de otros pueblos “visión del mundo” de sociedades diferentes, no son completamente inconmensurables (Kaplan y Manners, 1985: 309). De este modo, el propósito de la descripción y la investigación que realice para elaborar esta tesis, es expresar tanto categorías nativas (emic) como del antropólogo (etic). 17 Categorías nativas (Kaplan y Manners, 1979: 309). 18 En las categorías del antropólogo o en una combinación de ambas (Kaplan y Manners, 1979: 309). 26 7. MARCO CONCEPTUAL Ya planteado el tema de la investigación, me enfocaré en delinear los conceptos más relevantes planteados en el problema de estudio. La definición de estos conceptos ayudará a delimitar las perspectivas teóricas sobre los tres elementos que delimitan la investigación y el análisis. ALIMENTACIÓN- AMBIENTE- CULTURA El estudio de la alimentación en Antropología es amplio y diversificado pero puede resumirse en algunos ejes principales: a) las investigaciones en relación al análisis del equilibrio tecno-ecológico y demográfico de la subsistencia de estrategias alimentarias y de grupos humanos b) el estudio de los factores en la construcción de los modelos de producción, distribución y consumo c) el análisis de las transformaciones de los sistemas agroalimentarios d) la reconstrucción de las tradiciones culinarias, la patrimonialización de la alimentación y la creación de modelos gustativos en áreas culturales específicas. Los análisis iniciales explicaban la alimentación y la búsqueda de alimentos como un fenómeno mediatizado por la influencia del medio sobre la sociedad, perspectiva biológica de interpretación según la cual las poblaciones más tradicionales tenderían a sacar mejor provecho del medio en que evolucionaron y donde la influencia de la sociedad capitalista vendría a arruinar la edad de oro y la sabiduría atávica de la subsistencia. Al respecto, Vargas y de Garine (1997: 110) argumentaron “es discutible si existe la sabiduría alimentaria supuesta por una inadecuada interpretación del evolucionismo darwiniano, aunque algunas sociedades, antes del proceso de globalización iniciado en 1492, llegaron a tener un equilibrio adecuado entre los recursos a su alcance y sus necesidades biológicas”. En 1940-50 el énfasis de Julian Steward (1955) y Leslie White (1949) en la ecología, los tipos culturales y la evolución multilineal se expresó en la antropología de ésta década como una alternativa a los enfoques “tradicionales” de la evolución cultural. Dentro de la antropología se vio a la cultura y al medio físico como realidades 27 relacionadas de un modo no lineal, para pensar en una dependencia recíproca. Para Steward, el significado principal de ecología era “adaptación al entorno”. Ambos antropólogos centraron sus investigaciones en sociedades cazadoras recolectoras, pastores nómadas o agricultores ofreciendo etnografías detalladas en relación con la subsistencia (qué comen, cuánto comen, cuanto trabajan, etc.) y se centraron en entender cómo circula la energía a través de la cadena alimentaria. Uno de los problemas fundamentales fue determinar si adaptaciones similares, ocurren en entornos similares. A través de estudios de la antropología ecológica se explicó a la alimentación con fines económicos, ecológicos y nutricionales, especialmente en culturas sometidas a fuertes cambios socioeconómicos. Tanto White como Steward desde el neoevolucionismo delimitaron la importanciade estudiar con atención las bases materiales de la sociedad para reinterpretar a todas las culturas considerando sus procesos de adaptación a medios físicos determinados. Bajo la metodología de la Ecología Cultural se elaboraron pautas dietéticas y de consumo de nutrientes por día o por periodos de tiempo más largos en culturas particulares. Aunque estos estudios ayudaron a clarificar los parámetros biológicos y los “mecanismos de “retroalimentación” que existían entre el beneficio o la adecuación nutricional y la evolución de la dieta; olvidaron que la gente selecciona comida y no energía o cualquier nutriente (Messer, 1984). En tanto el materialismo cultural de Marvin Harris (1989), se basó en la afirmación de que todas las reglas se pueden explicar en términos de costo- beneficio argumentando que los alimentos son “buenos para comer”, un buen ejemplo en la relación costos y beneficios prácticos. Mostró que la arbitrariedad de los hábitos alimentarios puede explicarse mediante elecciones relacionadas con la calidad de la nutrición del grupo y la ecología. Esta teoría parte de la idea de que el hombre, la naturaleza y la cultura están unidas, lo que indicaría que no hay hecho natural que no esté mediado por la cultura y tampoco hay un hecho cultural que no tenga el sello de la naturaleza. Por lo que las preferencias y aversiones alimentarias han de explicarse en términos materialistas (ecológicos, económicos o nutricionales). Harris (1989) mantiene las mismas posiciones generales que Steward (1955) y White (1949) respecto de la teoría antropológica del siglo XX, es decir un enfoque 28 “materialista de la sociedad”, la cual fue la más contundente a las posiciones estructuralistas y culturalistas. Por eso mismo esta corriente fue criticada su por su utilitarismo radical y su materialismo extremo. Sin embargo como señala Jesús Contreras (1995: 51) hay que agradecer al neofuncionalismo que haya constatado que el ser humano no vive al borde del hambre o a la catástrofe, al señalar que la existencia de múltiples formas de racionalidad económica han dado más credibilidad científica a la antropología cultural en el seno de las ciencias naturales, promoviendo la investigación con disciplinas como la medicina, la biología, la nutrición, la demografía o la agronomía que dio pie a una interdisciplina inicial. Otras corrientes como la Antropología Ecológica, incluyen a la etnoecología, definida como el estudio de los sistemas de conocimiento, prácticas y creencias que los diferentes grupos humanos tienen sobre su medio ambiente (Toledo, 2002), en la actualidad, constituye un campo de estudio cada vez más activo y vigoroso. Dentro de la Antropología Ecológica, la etnoecología19 examinó las clasificaciones nativas de las especies animales y vegetales, entre ellas las especies alimenticias, documentando cómo la gente en sociedades tradicionales, utilizaba y gestionaba “todo el ecosistema” en sus diferentes estadios. Este tipo de estudios contribuyeron a construir categorías ecológicas y nutricionales “nativas” para hacer comparaciones interculturales. Más tarde, investigadores con interés en la ecología humana en relación a estudios de flujos de energía prestaron atención a la alimentación (Lee, 1965; Rappaport, 1968; Sahlins, 1972; Winterhalder, 1977; Thomas et al., 1979). En otras líneas 19 La etnoecología puede definirse como un enfoque o abordaje interdisciplinario que explora las maneras como la naturaleza es visualizada por los diferentes grupos humanos (culturas), a través de un conjunto de creencias y conocimientos, y cómo en términos de esas imágenes, tales grupos utilizan y/o manejan los recursos naturales. Dado lo anterior, la etnoecología se centra en el estudio del complejo kosmos-corpus-praxis, es decir en la triple exploración de: (1) el sistema de creencias o cosmovisiones (kosmos), (2) el repertorio completo de conocimientos o sistemas cognitivos (corpus), y (3) el conjunto de prácticas productivas, incluyendo los diferentes usos y manejos de los recursos naturales (praxis). La etnoecología ofrece entonces un marco conceptual y un método para el estudio integral de los procesos de la apropiación humana de la naturaleza, incluyendo factores políticos. (Toledo, 1992) 29 buscaron similitudes entre los cazadores recolectores contemporáneos y los de la protohistoria (Lee y de Vore, 1968). En México, en la década de los setenta, se desarrollaron estudios etnobotánicas definidos como el campo que estudia las interrelaciones entre el hombre y las plantas. Desarrollaron estudios metódicos y sistemáticos sobre alimentación- ambiente-cultura. A través de estos estudiaron la relación entre el hombre y las plantas, clasificándolas y describiéndolas, a través del tiempo y en diferentes ambientes (Hernández-X, 1976: 97, 1977, 1998; Garrido, 1995; Lazos, 1995; Gispert, 1998;). Estos autores reconocieron la relación medio y cultura como uno de los motores principales de la alimentación humana. Desde esta perspectiva, el uso que de los recursos vegetales ha hecho la humanidad para obtener alimentos, conocer, manejar su entorno y acumular conocimiento, se ha logrado a través de la experiencia empírica para mejorar variedades y obtener cosechas más abundantes. Esta visión posibilitó que se produjeran mayores rendimientos por cosecha y se aprovecharan mejor los saberes locales y los recursos (Hernández-X, 1976: 97). En este tipo de estudios se parte de una exploración en la que se recopila información de los usos alimenticios dados por los integrantes de una población (o poblaciones) específica, de las especies vegetales y/o animales de su entorno, así como información del tipo ecológico que lo describa y caracterice. Mucho tiempo se acusó a esta perspectiva de ser meramente utilitaria y descriptiva de los elementos biológicos más que de los sociales y culturales que influyen sobre el uso de los recursos. Sin embargo su metodología hoy sigue vigente. Posteriormente bajo esta perspectiva se realizaron estudios con patrones de ingesta, donde se registró el consumo diario y así se fue definiendo la importancia de estos recursos en la dieta local, de acuerdo a su frecuencia. Una medición del uso de recursos por medio de recordatorios de 24 horas durante un lapso de tiempo determinado (días, semanas o meses) en que se obtuvieron los datos etnobotánicos y los patrones con base a frecuencia de consumo de las especies mencionadas por los informantes. 30 También bajo la influencia de la Antropología Ecológica, Maurice Godelier (1976) analizó la creación de una nueva situación epistemológica en el seno de la antropología social que ofreció la posibilidad de una cooperación renovada y más profunda entre las ciencias sociales y las naturales, a partir de analizar el problema de la reproducción de los sistemas sociales, oponiéndose tajantemente a la visión funcionalista tradicional y al estructuralismo que explicaban la aparición de las estructuras sociales a partir de reconocer y aislar los niveles de realidad en modelos mecánicos y/o estadísticos en el seno de sociedades reales. Esta oposición se debió a que el estructuralismo explica que las estructuras sociales forman parte de la realidad, sin embargo, no son directamente visibles y su funcionamiento constituye la lógica profunda del sistema social y muestra el orden subyacente a partir del cual debe explicarse su orden aparente. Para ambas visiones, existen estructuras diferentes pertenecientes a un mismo sistema de relaciones de compatibilidad, cuyos efectos son necesarios de buscar. El acercamiento estructuralista, en que se basa esta corriente teórica, planteó el problema de la articulación de los niveles en una sociedad determinada, pero dejó fuera la historia real de las sociedades concretas.El problema de la reproducción de los sistemas sociales confrontó dos visiones, la ecología cultural (escuela norteamericana) y la aproximación marxista renovada (visión europea). Una vieja disputa por determinar cuál de los dos tiene mayor relevancia e influencia en la conformación de las relaciones entre el ambiente, la cultura y la sociedad. Ambas posturas teóricas prestaron atención a los roles de la economía en la lógica de la adaptación de las sociedades a su medio natural y a la lógica de su evolución. Este problema no era una novedad, pero en un inicio sólo se veía como una historia de las razas, las familias, las ideas y las religiones. Ante esta problemática Maurice Godelier propuso un método que intentó evitar la reducción de las realidades sociales e históricas, para descubrir sus leyes de reproducción y de no reproducción, de cambio o desaparición. Bajo la influencia de la Ecología Cultural, se reafirmó que cada sociedad debía ser estudiada como una totalidad, pero considerada como un subsistema, en el seno de una totalidad más amplia. Metodológicamente recurrieron a la teoría de sistemas 31 y a la de comunicación para explicar las condiciones de reproducción de un ecosistema y reconstruir los flujos de energía. Godelier (1976) argumentó que este acercamiento replanteaba exitosamente el problema de la comparación social, que los funcionalistas se negaban a afrontar, porque a partir de estos datos se podía plantear un nuevo esquema sobre la evolución bajo un esquema multilineal. La visión sistémica de la observación de las interrelaciones entre el hombre y las plantas permitieron nuevos hallazgos en los estudios sobre alimentación. Hacer análisis desde los grupos estudiados permitió que mitos como el de la escasez de recursos entre los cazadores recolectores se vinieran abajo, gracias a la comprensión de los tiempos y las formas de recolección que se desarrollaron entre esas poblaciones. Por ejemplo, al realizar un inventario de las taxonomías vegetales y animales establecidas por los bosquimanos se descubrió que de las variedades que habían identificado, sólo un porcentaje menor era considerado comestible. Entre ellos el mango, que si bien no es un alimento central, estaba prácticamente disponible todo el año. De las actividades productivas y los hábitos alimenticios, con este enfoque, se puso de manifiesto que ésta población es muy selectiva en sus hábitos alimenticios. Se registró que las especies que cazaban o recolectaban se seleccionaban según cuatro criterios: 1. Sabor, 2. Valor nutritivo reconocido, 3. Abundancia y 4. Facilidad para obtenerlos. Estos argumentos ayudaron a detectar la estrategia “cerca – lejos” bajo la cual en todo momento prefieren recolectar y cazar alimentos deseados que están a la distancia más corta del punto de agua donde establecían su campamento. Permitieron entender que algunas poblaciones no se mueven de lugar si el tiempo de caza y recolección es menor a un día. Ante el problema de la estacionalidad, Godelier (1976: 18) observó que las estrategias se modificaban según las secas y lluvias, y la vida se desarrollaba en función del ciclo anual. Bajo este enfoque Godelier rompió con algunos planteamientos de la Antropogeografía y el Posibilismo, porque su elemento de análisis no era ni la naturaleza ni la cultura, sino el proceso de interacción entre la organización social y los elementos del ambiente apropiados por un grupo cultural (Alcorn, 1993). 32 Del Posibilismo, Godelier retoma la idea de que las formas de comer de un grupo son formas de adaptación exitosas a un ambiente. Esta idea se presentó como explicación inicial unidimensional del fenómeno alimentario; pero al variar la imagen de la relación alimentación – recursos naturales, se dio paso a conceptos de análisis y metodologías que ven esta relación desde perspectivas más profundas que destacan el carácter abierto de los sistemas, la falta de autonomía en lo económico y lo político a nivel local. Y su dependencia con respecto a factores externos de origen regional, nacional e internacional. Posteriormente bajo una perspectiva procesual, se formaron las propuestas de Goody (1984), Mennell (1985), Mintz (1985) y Beardworth y Keil (1992) que agrupados bajo la teoría del desarrollismo, propusieron el análisis del contexto alimentario centrándose en el desarrollo de los sistemas alimentarios desde un análisis macro-micro de las prácticas alimentarias y el papel de las clases sociales, con una visión histórica, donde el cambio social se vuelve el problema principal determinante de las prácticas sociales. Se entiende el cambio en presencia de conflictos y contradicciones que se vuelven el hilo conductor del análisis antropológico, presentando relaciones de poder desiguales en relación con la producción, distribución y consumo de alimentos. Esto remite a una delimitación espacio – temporal bajo una reconstrucción histórica local con base en la cultura material. A estos elementos de análisis se agregan factores de poder y autoridad dentro de la esfera económica de la cocina. Por otro lado, bajo la influencia de la mundialización de la naturaleza, Appadurai (2004) pone énfasis en los circuitos o flujos través de los cuales circulan materiales culturales que traspasan lo nacional, entre lo que se encuentran los alimentos. Poniendo énfasis en la dimensión de la cultural como un recurso heurístico para hablar de las diferencias, mostró la necesidad de integrar las cosmologías y dinámicas locales de las sociedades estudiadas por los antropólogos porque al delimitar diferentes problemas, se daba cuenta de sus alcances y se podía intervenir en ellos. Sobre todo si se hablaba de conservación de la biodiversidad, la gestión de áreas protegidas y nociones vinculadas al paisaje como patrimonio cultural (De Garine, 2002: 138 -139). 33 Sobre el “Valor de los recursos naturales en el consumo interno”, en las discusiones sobre desarrollo sustentable que se dieron a finales del siglo pasado y principios del presente se abordó el tema de la disminución de los recursos por la sobre explotación de los recursos alimentarios y su relación con la situación de pobreza. Los estudios en relación a la “expansión de áreas agrícolas y la conservación de los recursos naturales” que incluye productos alimenticios, plantearon que si bien la expansión de las fronteras de la agricultura suponían una vía de progreso y bienestar, esta no se expresó igual para todos los sectores de población (Sanderson, 2004). Esta discusión se ubicó en el sector rural principalmente porque desde los territorios de este sector de la población se obtienen recursos para la alimentación, para la venta, el ornato y los rituales de dichas poblaciones; elementos que constituyen la vida simbólica y la sobrevivencia de miles de personas alrededor del globo y que se benefician también con los recursos que de las zonas rurales se extraen. Este argumento dio pie a una línea analítica que parte de un enfoque de desarrollo multilateral donde se discute la importancia de generar acciones, a través de programas, para lograr reducir la pobreza y alentar la conservación (Sanderson, 2004). Es por esto que se presenta un dilema entre el crecimiento económico, la conservación de los recursos naturales y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes. Otros trabajos registraron recursos silvestres como alimentos importantes de “Valor en los mercados” por ser escasos en zonas agrícolas. Plantearon la idea de que al abrir tierras de cultivo, muchos de estos recursos (animales, plantas, insectos, etc.) tienden a desaparecer, y con ellos formas y estrategias de vida. En esta visión se considera el papel de las ventas de los alimentos silvestres para calcular tanto el volumen de explotación de recursos naturales y su importancia en elabasto y consumo de la población, además del papel que desempeñan como fuentes de obtención de ingresos en poblaciones pobres (Merode et. al, 2003, Delang, 2006). Este acercamiento aporta elementos para entender cómo a través del crecimiento económico y el desarrollo rural se puede suprimir la pobreza y conservar la 34 biodiversidad en las décadas venideras, ya que el aporte que pueda hacer este sector a la población mundial, se vuelve más y más relevante para la humanidad. Otros estudios centraron su interés sobre la relación entre pobreza y usos de recursos silvestres comestibles (plantas, aves y mamíferos, arbustos, flores, hongos y semillas), técnicas de recolección, pesca y caza. Algunos datos que han surgido de esta discusión, los revela Emmanuel Merode et al. (2003) al plantear que la comida silvestre juega un papel poco significativo en el consumo del hogar en el Congo, y, paradójicamente, casi el 90% de lo que se pesca se vende en el mercado. Sin embargo explica que el valor de este tipo de alimento va en aumento cuando la producción agrícola es baja. Una acción concreta para resolver los problemas de deterioro del ambiente y la pobreza se puso en marcha en el 2005, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio que puso énfasis en el concepto de “servicios ecosistémicos” definiéndolos como aquellos beneficios que la gente obtiene de los ecosistemas. Se definió que dichos beneficios pueden ser de dos tipos: directos e indirectos. Se consideran beneficios a la producción de provisiones –agua y alimentos (servicios de aprovisionamiento), o la regulación de ciclos como las inundaciones, degradación de los suelos, desecación y salinización, pestes y enfermedades (servicios de regulación). Los beneficios indirectos se relacionan con el funcionamiento de procesos del ecosistema que genera los servicios directos (servicios de apoyo), como el proceso de fotosíntesis y la formación y almacenamiento de materia orgánica; el ciclo de nutrientes; la creación y asimilación del suelo y la neutralización de desechos tóxicos. Según la evaluación, los ecosistemas también ofrecen beneficios no materiales, como los valores estéticos y espirituales y culturales, o las oportunidades de recreación. Sin embargo, olvidaron la importancia de las políticas públicas como factores centrales a analizar para la explicación del deterioro o no, de dichos servicios. Y cómo estos servicios se incorporan a nuestros modos de vida y cómo emergen conflictos sobre el manejo de los sistemas y los servicios que proveen, pues no siempre las propiedades ecológicas de los ecosistemas se constituyen directamente en beneficios para sociedad (Quetiér et al., 2007; Challenger et al., 2014). El fin último fue evaluar las implicaciones de la destrucción 35 de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad en el bienestar humano y del planeta. En relación al problema del manejo de los recursos naturales, mostró que sigue siendo necesario describir etnográficamente las distintas formas de provisión, preparación y consumo de alimentos para entender cuáles son los elementos que están interrelacionados a la cultura alimentaria y al manejo del medio. Para finalizar este recorrido sobre el estudio de la relación alimentación - ambiente - cultura- , es bueno reconocer que el buen manejo y uso de los recursos para la alimentación sigue siendo una relación poco comprendida debido a que para entenderla se requiere primero analizar diversos procesos de acceso a los recursos naturales a nivel local y nacional (Katz, 1993; Lazos y Paré, 2000; Merino, 2005; Merode, 2003; Durand, 2005; Delang, 2006; Boege, 2008). Debido a que entender las circunstancias que rodean la alimentación de un pueblo son complejas porque se elaboran tanto en el nivel del manejo, la producción, transformación y el consumo de los mismos a través de procesos que no han sido del todo identificados (Wilken, 1987; Alcorn, 1993; Bertrán, 2005; Salcido et al., 2011). Debido a que dependen, en mucho, de las valoraciones culturales que cada sociedad les atribuye pero también de las políticas públicas que dirigen o no su manejo. Estudiar las relaciones entre alimentación-ambiente- cultura como hemos visto a lo largo de la revisión bibliográfica, implica analizar cómo el ser humano afecta la integridad de los ecosistemas, y cómo esto repercute en el bienestar o no de la vida humana. Tanto los estudiosos de las ciencias sociales como de las ciencias naturales, han reconocido esta relación como un proceso de “co evolución” entre los sistemas humanos y los ecosistemas20. Por último, en relación al estudio del sistema alimentario, gracias a los debates y reflexiones en el seno de la antropología social, a inicios de la década de los noventa 20 Esta co- evolución se define como el conjunto integrado de procesos naturales y sociales en un espacio y tiempo determinado, y considerando al manejo en su acepción más amplia, la cual incluye no sólo la manipulación del sistema con fines de apropiarse de los recursos y servicios que nos brinda, sino también a las acciones tendientes al estudio, ordenamiento, conservación y restauración de ecosistemas. El concepto incluye tanto a los ambientes terrestres como acuáticos (continentales, costeros y marinos), y considera tanto a los ecosistemas naturales como a los trasformados, incluyendo sistemas urbanos”. (Marcos conceptuales de la ReMAS) 36 en Francia, Inglaterra, Estados Unidos y España se generalizó el término “antropología de la alimentación” como un esfuerzo de conceptualización de un campo de estudio dentro de la antropología. Este no había sido abordado de manera frontal a pesar de la larga tradición que se inició en antropología desde el funcionalismo y el estructuralismo en relación a la alimentación, como argumentan Contreras y Gracia en su libro Alimentación y Cultura, Perspectivas Antropológicas (2005). En este texto y para dar cuenta del sistema alimentario como método de análisis se entiende por alimentación “el conjunto de representaciones, creencias, conocimientos y prácticas heredadas y/o aprendidas que están asociadas a la alimentación y que son compartidas por los individuos de una cultura dada o de un grupo social determinado”, refiriéndose a esta como un campo de estudio holista respecto a otros campos de estudio de la disciplina con respecto a otras áreas científicas en el que las cuestiones epistemológicas y metodológicas concernientes a la antropología social se aceptan, discuten y/o se renuevan (Contreras y Gracias, 2005:102). SISTEMAS ALIMENTARIOS El concepto de sistemas alimentarios se centra en aquellos enfoques sociales, culturales y biológicos del sistema, asumiendo, de acuerdo con Poulain (2002: 230- 231) que dicho sistema hace referencia al conjunto de estructuras tecnológicas y sociales, que desde la recolección hasta la cocina y pasando por todas las etapas de la producción –transformación, permiten al alimento llegar al consumidor y ser reconocido como comestible. Desde la antropología algunos estudiosos (Goody, 1982; Calvo, 1982; Khare, 1988; Carrasco, 1992; Fischler, 1995; Beardsworth y Keil, 1997, Poulain, 2002) han argumentado que el aprovisionamiento y la transformación de la alimentación pueden ser conceptualizados en cuatro procesos principales que equivalen a fases distintas que se producen en lugares específicos. 1) Producción y recolección: cultivo de alimentos y cría de animales (explotaciones agrícolas y ganaderas, caza, pesca, recolección) 2) Distribución: reparto y almacenamiento (almacenes y mercados) 37 3) Preparación: cocinar (cocina) 4) Consumo: comer (en torno a la mesa) Si bien se han elaborado otras propuestas bajo el concepto de “cadena alimentaria”, el sistema alimentario resulta más operativo porque contextualiza
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