Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
I ASESORES: DR. JORGE HERNANDEZ FRANCO DR. FERNANDO RAFAEL JIMENEZ ALBARRAN DR. OSCAR MARIO GARCIA ANAYA 2012 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO CENTRO NACIONAL MODELO DE ATENCIÓN, INVESTIGACIÓN Y CAPACITACIÓN PARA LA REHABILITACIÓN E INTEGRACIÓN EDUCATIVA “GABY BRIMMER” EFICACIA DE UN PROGRAMA DE REHABILITACIÓN PARA EL MANEJO DE DISFAGIA Y SIALORREA EN EL PACIENTE CON ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE ESPECIALISTA EN MEDICINA DE REHABILITACIÓN PRESENTA: DRA. NALLELY ALVA CASTAÑEDA UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. II SISTEMA NACIONAL PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DE LA FAMILIA DIRECCIÓN GENERAL DE REHABILITACIÓN SUBDIRECCIÓN DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN CENTRO NACIONAL MODELO DE ATENCIÓN, INVESTIGACIÓN Y CAPACITACIÓN PARA LA REHABILITACIÓN E INTEGRACIÓN EDUCATIVA “GABY BRIMMER” III “EFICACIA DE UN PROGRAMA DE REHABILITACIÓN PARA EL MANEJO DE DISFAGIA Y SIALORREA EN EL PACIENTE CON ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA” IV INVESTIGADOR: DRA. NALLELY ALVA CASTAÑEDA Médico residente de 3er grado de la especialidad de medicina de rehabilitación. V ASESORES: DR. JORGE HERNANDEZ FRANCO JEFE DEL DEPARTAMENTO DE REHABILITACIÓN DEL INSTITUTO NACIONAL DE NEUROLOGÍA Y NEUROCIRUGÍA DR. FERNANDO RAFAEL JIMENEZ ALBARRAN SUBDIRECTOR DE EPIDEMIOLOGÍA EN EL INSTITUTO DE SALUD DEL ESTADO DE MÉXICO DR. OSCAR MARIO GARCIA ANAYA JEFE DEL DEPARTAMENTO DEL PROGRAMA DE UNIDADES OPERATIVAS DE LA SUBDIRECCIÓN DE REHABILITACIÓN DE LA DIRECCIÓN DE ATENCIÓN A LA DISCAPACIDAD DEL SISTEMA PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DE LA FAMILIA DEL ESTADO DE MÉXICO VI AGRADECIMIENTOS A mi país por ser tan diverso, productivo, amoroso, acogerme en su tierra y poder dormir bajo su cielo. A la Universidad Nacional Autónoma de México por adoptarme como su hija en formación esperando seguir siendo amada como siempre lo será ella por mí. Al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia por formarme bajo las premisas del humanismo, calidez y calidad en el deber médico en la especialidad de rehabilitación que han reforzado mis valores y virtudes. Al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Dr. Manuel Velásquez Suárez” por compartir su enseñanza de alta especialidad a través de sus valiosos recursos humanos y de sus pacientes. A todos los Institutos, centros y hospitales que han participado en mi desarrollo, formación y crecimiento como ser humano y recurso humano del área médica. A todos mis maestros por su interés, dedicación y esfuerzo en lograr la formación de nuevos médicos especialistas en beneficio de nuestra sociedad, en una forma especial al Dr. Jorge Hernández Franco por haberme permitido convivir con pacientes de quienes aprendí el valor de la vida y de la muerte. A todos mis pacientes de quienes he aprendido una nueva forma de ver la vida. A la vida misma por su benevolencia hacia mi persona. VII DEDICATORIA A mi creador por cada instante de mi existencia, por la esencia del ser que soy. A mis padres María Asunción y Raymundo por su amor y apoyo incondicional, por haber permitido ser su hija. A mis hermanas Dzaina, Yew y Aleph, por ser parte de mi vida y mis maestras en la constancia del mantenerse en el proceso evolutivo continuo. Con gratitud y cariño a la Dra. María Virginia Rico Martínez, subdirectora de enseñanza e investigación por su apoyo, tiempo y dedicación que ha invertido en mi formación y en la conclusión de este ciclo académico. A mis amigos Ivonne, Lorena, Rosaura, Humberto y Manuel; por ser ellos mismos, por su sinceridad, por su apoyo, por su alegría. Con mucho amor a mis pacientes y a sus familiares por brindarme su corazón y permitirme participar del duro proceso que les tocó vivir. A todos los seres que se encuentran cerca de mí favoreciendo mi desarrollo con amor, solidaridad y alegría; incluyendo a mis amigos de toda la vida que me han apoyado moral y económicamente o compartiendo su casa conmigo. A los obstáculos, porque sin ellos no conociera lo valiosa que soy y la capacidad que tengo de reponerme ante la adversidad. 1 ÍNDICE AGRADECIMIENTOS ............................................................................................ VI DEDICATORIA ...................................................................................................... VII INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 2 ANTECEDENTES ................................................................................................... 4 ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA ........................................................... 4 ANTECEDENTES HISTÓRICOS ..................................................................... 4 CONCEPTO ..................................................................................................... 4 EPIDEMIOLOGÍA ............................................................................................. 4 ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA.................................................................... 5 CUADRO CLÍNICO .......................................................................................... 8 DIAGNÓSTICO .............................................................................................. 10 TRATAMIENTO.............................................................................................. 11 CALIDAD DE VIDA ........................................................................................ 20 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL...................................................................... 21 ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS ................................................................... 22 JUSTIFICACIÓN ................................................................................................... 24 OBJETIVOS .......................................................................................................... 27 OBJETIVO GENERAL ....................................................................................... 27 OBJETIVOS ESPECÍFICOS .............................................................................. 27 HIPÓTESIS ........................................................................................................... 29 HIPÓTESIS NULA ............................................................................................. 29 HIPÓTESIS ALTERNA ...................................................................................... 29 MATERIAL Y MÉTODOS ...................................................................................... 30 RESULTADOS ......................................................................................................34 DISCUSIÓN .......................................................................................................... 38 CONCLUSIONES .................................................................................................. 40 OBSERVACIONES ............................................................................................... 41 TABLAS Y GRÁFICAS .......................................................................................... 43 REFERENCIAS ..................................................................................................... 61 ANEXOS ............................................................................................................... 64 2 INTRODUCCIÓN En los últimos años se ha incrementado la incidencia de enfermedades con mal pronóstico para la vida y la función de los individuos afectados, esta situación implica la modificación de la dinámica familiar, social y laboral, con deterioro progresivo del estado funcional y de la calidad de vida; en la mayoría de los casos con la necesidad de brindar cuidados especiales, paliativos y de sostén. (1,2,3) La esclerosis lateral amiotrófica se incluye dentro de este tipo de enfermedades, es una enfermedad neurodegenerativa, progresiva, fatal, de la neurona motora; trae consigo una gama de manifestaciones clínicas a las cuales tanto el individuo afectado como las personas que le proporcionan cuidado tienen que adaptarse continuamente; un aspecto habitualmente involucrado en forma desfavorable es el de alimentación, el compromiso bulbar favorece el desarrollo de disfagia progresiva a las diferentes consistencias de alimentos hasta que se hace necesario el apoyo con colocación de sonda por gastrostomía endoscópica percutánea; algunos pacientes presentan sialorrea que en ocasiones es tan abundante y frecuente que se torna incapacitante para las funciones de deglución y respiración con aspiración secundaria de la saliva. En el presente trabajo de investigación se planteó un programa para el manejo de la disfagia y la sialorrea en pacientes con manifestaciones bulbares como consecuencia de la enfermedad. Corresponde a un estudio cuasi experimental tipo antes y después, prospectivo, de un grupo, que se realizó en las instalaciones del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) de septiembre del 2006 a enero del 2007. La base del tratamiento propuesto fue la estimulación eléctrica neuromuscular a nivel de la cara anterior de cuello para favorecer las fases oral y faríngea de la deglución con apoyo de medidas generales previa evaluación clínica (escalas de calidad de vida, funcionales, etc…) y por estudios de gabinete (mecánica de la deglución por videofluoroscopía) en la primer fase; la segunda fase se basó en la 3 aplicación de toxina botulínica, sin embargo no se llevó a cabo por no ser necesaria su aplicación o por rechazo del paciente a la terapia propuesta por considerar tolerable su sialorrea. (15, 22) Participaron tres pacientes con disfagia y sialorrea, en los tres hubo modificaciones tanto clínicas como videofluoroscópicas de algunos factores de la mecánica de la deglución de forma favorable; en dos se observó mejoría con respecto a la intensidad y a la frecuencia de la sialorrea, ninguno presentó cambios significativos con respecto a su calidad de vida global. Es un estudio inicial que permitió evaluar la respuesta de pacientes con una patología neurodegenerativa, progresiva, incurable hasta este momento, en relación a la aplicación de electroestimulación neuromuscular transcutánea de forma objetiva y documentada. (1,2,3,6,21) Se espera sea de utilidad para continuar con estudios subsecuentes en pacientes con este tipo de patologías. 4 ANTECEDENTES ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA ANTECEDENTES HISTÓRICOS Charcot describió la patología y las características clínicas de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en 1824; denominó “amiotrofia” a la debilidad y disminución de la masa muscular, y en base a los hallazgos patológicos “esclerosis lateral” al aspecto de dureza de los cordones medulares vistos lateralmente debido a la gliosis de los tractos piramidales. Conocida en Europa como enfermedad de Charcot, en Estados Unidos de Norteamérica denominada enfermedad de Lou Gering (en honor a un jugador de béisbol de Nueva York fallecido por esta enfermedad en 1941), padecida por muchas personas famosas. (1, 2) CONCEPTO Enfermedad neurodegenerativa, progresiva, fatal, caracterizada por pérdida gradual de neuronas motoras superiores e inferiores en múltiples regiones del sistema nervioso central (astas anteriores de la médula espinal, tronco encefálico, corteza cerebral); manifestada por signos de neurona motora superior e inferior y síntomas relacionados con afectación de la musculatura bulbar, de extremidades y respiratoria. (1, 3, 4, 5, 6) EPIDEMIOLOGÍA Dentro de las enfermedades degenerativas de la neurona motora en la vida adulta, la ELA es la más común. (1,2) Se desconoce la etiología en el 90% al 95% de los casos (correspondientes a ELA esporádica), el 5% al 10% restante son de etología hereditaria (habitualmente herencia autosómica dominante). Con un cuadro clínico indistinguible entre ambas formas. (1, 6) 5 La incidencia en casi todas las poblaciones estudiadas a nivel mundial es de 1 a 2.5 casos por cada 100,000 habitantes, la prevalencia varía entre las series reportadas de 4 a 8 casos por cada 100,000 habitantes. Predomina en individuos de entre 40 y 70 años de edad, con una edad promedio de inicio de 58 años; incrementa su presentación conforme avanza la edad declinando nuevamente después de los 70 años. Afecta más a personas del sexo masculino con una relación 1.5–2: 1 (hombre: mujer). La sobrevida es de 2 a 3 años a partir del diagnóstico (rango: 1 - 10 años), con un promedio de vida de 3.5 años en relación al inicio de los síntomas, en algunos estudios se ha reportado una sobrevida a 5 años del 19% al 39% y a los 10 años del 8% al 22% de los casos. (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7) Se consideran predictores de supervivencia: la edad (mayor en personas jóvenes), el género (mejor pronóstico en el femenino), la presentación clínica (peor pronóstico en aquella con predominio bulbar en relación con la no bulbar) y el grado de progresión de la enfermedad. (6) ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA La fisiopatología aún es poco clara. Los conocimientos se sustentan en el estudio de las formas hereditarias de la enfermedad, en especial en aquellas transmitidas con un patrón de herencia autosómica dominante (5% al 10% de todos los casos); de éstos el 1% al 2% presentan mutaciones a nivel del gen que codifica para la síntesis de la enzima superóxido dismutasa Cu+2/Zn+2 citosólica (SOD1) de la cual se han reportado más de 90 mutaciones. “La SOD1 es una metaloenzima compuesta por 153 aminoácidos. Funciona como un homodímero (consta de 2 monómeros), cada monómero contiene un átomo de cobre y uno de zinc”. (8) Pertenece a una familia de proteínas relacionadas dentro de las cuales se encuentran: la superóxido dismutasa mitocondrial (SOD2) dependiente de Mg+2, y, la superóxido dismutasa extracelular (SOD3) dependiente de Cu+2/Zn+2. Su función es catalizar la conversión del ión superóxido (O2-) a peróxido de hidrógeno (H2O2) que a su vez es convertido en agua (H2O) por las enzimas glutatión peroxidasa y catalasa a nivel citoplasmático (figura 1). (6, 8) 6 O2 - H2O2 H2O SOD1 Glutatión peroxidasa + Catalasa +NO Fe2+Fe2+ ONOO- OH- Figura 1. La superóxido dismutasa citosólica SOD1 cataliza la conversión del ión superóxido (O2-) en peróxido de hidrógeno (H2O2), este último es convertido en agua (H2O) por las enzimas catalasa y glutatión peroxidasa. El O2- se puede combinar no catalíticamente con el óxido nítrico (NO) para formar peroxinitrito (ONOO -) que a su vez puede interactuar con el peróxido de hidrógeno para reducir elementos como el fierro (Fe2+) y el cobre (Cu2+) formando radicales hidroxilo. Modificado de Brown and Robberecht 2001. Las mutaciones de la SOD1 pueden disminuir su afinidad por el cobre y por el zinc, favorecer la formación de peroxinitrito y la reducción del cobre, acelerar la transferencia de grupos nitrato a tirosina, y aumentar su habilidad para actuar como peroxidasa (dentro de sus acciones principales); bajo estas circunstancias es considerada como una molécula citotóxica. (6,8) Dentro de los genes mutados identificados como causa de ELA familiar se encuentran los genes alsin, VAPB y senataxin. (9) La patogénesis de la ELA se ha dividido en cuatro estadios: (1) 1. Adquisición: del evento inicial que determina cuales pacientes pueden desarrollar la enfermedad. 2. Activación: del inicio del proceso de degeneración de la neurona motora. 3. Propagación: la evolución del proceso degenerativo de la neurona motora a través de la médula espinal y cerebro. 4. Muerte: por el proceso de degeneración terminal de las neuronas motoras individuales a través de apoptosis o necrosis. 7 Dentro de los mecanismos patogénicos se han propuesto los siguientes: (4, 6, 8, 9) 1. Excitotoxicidad como resultado de una sobreactivación de los receptores de glutamato (EAAT2 o GLT1). 2. Autoinmunidad, quizá anticuerpos contra los canales iónicos de calcio. 3. Estrés oxidativo por toxicidad secundaria a radicales libres. 4. Alteración de los canales de sodio sensibles a voltaje con disminución de la corriente de este elemento y cambio en su activación dependiente de voltaje en presencia de la SOD1 mutante. 5. Inducción de la muerte celular por activación de genes apoptóticos a nivel neuronal a través de la SOD1 mutante; en contraste con la SOD1 “silvestre” que es antiapoptótica. 6. Anormalidades del citoesqueleto, por ejemplo el acúmulo intracelular anormal de neurofilamentos. Las hipótesis a considerar en la patogénesis de la ELA son: (8) 1. La muerte de la neurona motora es una consecuencia directa de la pérdida de la función de la SOD1. 2. La nitración crítica de los residuos de tirosina es una clave en el evento, ya que se han encontrado altos niveles de nitrotirosina en el líquido cefalorraquídeo de seres humanos con esta patología. 3. La deficiencia de Zinc de la SOD1 aumenta su toxicidad potencial en ambas formas (mutante y silvestre), es decir, la deficiencia de Zinc de la apoproteína es tan tóxica como la deficiencia de zinc de la proteína mutante. 4. La SOD1 mutante incrementa su habilidad de actuar como peroxidasa teniendo H2O2 como sustrato. En los pacientes con manifestaciones bulbares a nivel de tallo cerebral los cambios predominantes son la degeneración y la depleción de cuerpos neuronales en los núcleos motores de los nervios craneales V, VII, IX, X y XII; la degeneración del tracto corticoespinal y la pérdida de las células piramidales de la corteza motora; los núcleos de los nervios craneales III, IV y VI se mantienen relativamente conservados. (1, 6, 10) 8 Bonduelle notó que las neuronas motoras alteradas con mayor frecuencia fueron las del núcleo del hipogloso, con frecuencia menor las del núcleo motor del trigémino, y las del núcleo del facial generalmente limitadas a grupos aislados de células. Shawker y Sonies sugieren que el deterioro del núcleo del hipogloso es progresivo en sentido rostral (los fascículos intrínsecos de la lengua están representados caudalmente en la columna de este núcleo en relación con los extrínsecos). Mientras que Lawyer y Netsky observaron alteraciones a nivel del núcleo ambiguo y en el núcleo motor dorsal. La pérdida potencial del núcleo ambiguo que inerva a los músculos constrictores de la faringe y velofaríngeos se puede correlacionar con manifestaciones de “nasalidad” durante el habla o con síntomas de disfagia. (1,10) CUADRO CLÍNICO Los pacientes con ELA manifiestan signos de neurona motora inferior como debilidad, atrofia, calambres, fasciculaciones; signos de neurona motora superior caracterizados por hiperreflexia, espasticidad, pérdida de destreza, presencia de reflejos patológicos; signos bulbares como disartria y disfagia; y/o signos pseudobulbares como risa y llanto patológicos. (1, 6) La presentación inicial más común se caracteriza por debilidad asimétrica focal en una extremidad superior o inferior, con una distribución similar de síntomas en miembros torácicos y pélvicos de predominio distal; sin embargo los signos y síntomas al comienzo son variables. (2, 6) En etapas tempranas de la ELA se identifica la presencia de calambres y fasciculaciones musculares que tienden a remitir con el desarrollo de atrofia muscular importante. El 15% de los pacientes alrededor de los 30 años y el 43% de los mayores de 70 años de edad presentan alteraciones bulbares al inicio de la enfermedad, primero se afecta el habla y varios meses después los procesos de deglución y de masticación; alrededor del 80% de los pacientes con ELA desarrollan signos y síntomas bulbares en algún momento de su evolución. (6) Dentro de las manifestaciones bulbares, la disartria y la disfagia son los signos más comunes en pacientes con ELA definitiva y probable. 9 En pacientes con afectación bulbar clínicamente se encuentra atrofia, alteración de la movilidad, debilidad y fasciculaciones a nivel de la lengua; con compromiso menos frecuente de la musculatura facial, velofaríngea o de la masticación. Se dificulta categorizar a estos individuos al comienzo de la enfermedad en base a signos de neurona motora superior y/o inferior. Sin embargo es más común el aumento de la respuesta de los reflejos maseterino, nasopalpebral, de mordida, así como la presencia del reflejo de succión; los reflejos de estiramiento miotático aumentados tienden a desaparecer cuando la atrofia muscular es severa. (10) Es importante reconocer que estos pacientes pueden cursar con síntomas disautonómicos, no prominentes pero reportados en varios estudios. Dentro de las manifestaciones cardiovasculares en casos con estadíos avanzados las fluctuaciones de presión arterial se dan frecuentemente durante el sueño (episodios paroxísticos hipertensivos acompañados de taquicardia), se ha identificado un aumento de las concentraciones plasmáticas de noradrenalina, así como un incremento en la respuesta a la administración de adrenalina (en pacientes dependientes de ventilador) y de la actividad simpática muscular durante el reposo. (10,11) La sudoración se encuentra aumentada en etapas iniciales o con mayor frecuencia disminuida en respuesta a estímulos térmicos (calor) y a la hormona liberadora de tirotropina, la temperatura reducida, y en ocasiones existe decoloración de la piel. Charchaflie et al., al estudiar la función salival encontraron disminuido el flujo de saliva posterior al estímulo oral de ácido cítrico (reflejo gustativo salival) con una respuesta normal a la estimulación directa de la glándula salival con pilocarpina subcutánea; estos hallazgos ponen de manifiesto que la sialorrea en el paciente con ELA es causada más comúnmente por disfagia que por una producción excesiva de saliva. (11) 10 DIAGNÓSTICO El diagnóstico se lleva a cabo por medio de los criterios de “El Escorial” aprobados en 1990 por la Federación Mundial de Neurología (World Federation ofNeurology), los cuales son sujetos a revisión cada 4 años; se mencionan a continuación: (1,6) Presencia de todo lo siguiente: Signos de degeneración de neurona motora inferior (NMI) por clínica, electrofisiología o examen neuropatológico. Signos de degeneración de neurona motora superior (NMS) por examen clínico. Evolución progresiva de los signos dentro de una región u otras regiones (bulbar, cervical, torácica, lumbosacra). Todo con ausencia de: Evidencia electrofisiológica de otros procesos patológicos que permitan explicar los signos de degeneración de NMI y/o NMS. Evidencia por neuroimagen de otro proceso patológico que permita explicar los signos clínicos y electrofisiológicos observados. Además de los criterios mencionados, se utilizan con mayor frecuencia los criterios electrodiagnósticos de Lambert (anexo 1). (6, 12) Así mismo El Escorial ha propuesto las siguientes categorías diagnósticas de la ELA: probada, definida, probable, posible y sospechosa (anexo 2). (6) 11 TRATAMIENTO Hasta este momento no existe un tratamiento curativo para esta enfermedad, sin embargo no debe considerase una condición intratable; el manejo se basa en el apoyo de un equipo multi e interdisciplinario en el cual se incluyen médicos y enfermeras rehabilitadores; terapistas físicos, del lenguaje y ocupacionales; médicos internistas, neurólogos, psiquiatras, gastroenterólogos y cirujanos; así como nutriólogos y psicólogos. (1,13, 14) El objetivo general es “mantener al individuo con un nivel funcional óptimo el mayor tiempo posible” (13), así como con una adecuada calidad de vida la cual se “conceptualiza de acuerdo con un sistema de valores, estándares o perspectivas que varían de persona a persona…” (14) El subcomité de la Academia Americana de Neurología sugiere los siguientes principios para el manejo del paciente con ELA: (15) 1. La decisión del paciente debe ser autónoma tomando en cuenta la relación terapéutica. La información y cuidados proporcionados deben ser acorde a su contexto psicosocial y cultural propio y familiar. 2. Los familiares y el paciente necesitan información oportuna en relación con el progreso de la enfermedad para tomar las decisiones pertinentes, especialmente para el cuidado respiratorio. 3. El médico en conjunto con otros profesionales de la salud debe estar en contacto continuo con el paciente y nutrir la relación terapéutica a través del cuidado paliativo enfatizando en la fase terminal de la enfermedad. 4. La evaluación médica debe ser con intervalos de tiempo no mayores a 6 meses, y menores en etapa terminal. Dentro de los signos y síntomas que presentan estos individuos algunos son considerados causa directa de la ELA como la debilidad, las fasciculaciones, los calambres, la espasticidad, la disartria, la disfagia, la disnea, la risa y el llanto patológicos; y otros se consideran causa indirecta de esta enfermedad como los problemas psicológicos, los trastornos del sueño, la sialorrea, las secreciones mucosas espesas, la constipación, el dolor, la enfermedad de reflujo 12 gastroesofágico, el edema de pies y manos, la urgencia y la frecuencia urinaria, el temblor de mandíbula o la dificultad para su apertura, el laringoespasmo y la congestión nasal. (6) DEBILIDAD MUSCULAR Y FATIGA Se considera que la debilidad y la fatiga son de etiología multifactorial (depresión, deterioro de la activación muscular, desacondicionamiento). En etapas iniciales de la ELA se recomienda realizar ejercicio aeróbico de bajo impacto como caminata, natación, ciclismo fijo, que pueden mejorar la resistencia, reducir la fatiga y depresión así como incrementar la eficiencia muscular. El ejercicio vigoroso o pesado puede traer como consecuencia dolor y/o calambre muscular causando daño y disfunción a este nivel. Cuando el individuo no puede realizar la actividad física o completar un arco de movimiento de forma independiente, se debe indicar movilizaciones activo-asistidas o pasivas así como ejercicios de estiramiento para prevenir contracturas y capsulitis adhesiva. Chan y Sinaki recomiendan un programa de fortalecimiento mediante ejercicios isométricos de 6 contracciones como máximo manteniendo cada una durante 6 segundos y/o ejercicios isotónicos con theraband a nivel submáximo. El terapeuta ocupacional debe realizar las adaptaciones para utensilios, ropa, calzado, etc., enseñar técnicas para sustituir funciones con habilidades residuales, técnicas para la conservación de la energía y para maximizar la funcionalidad en cada actividad de la vida diaria comprometida, esto en base al grado de debilidad muscular y a la(s) región(es) afectada(s); el uso de órtesis de mano puede minimizar las contracturas y mantener su estado funcional durante más tiempo. Si existe debilidad de los músculos extensores de cuello se utiliza un collarín con las siguientes características: ser ajustable, confortable y con buen soporte (por ejemplo el “freeman executive cervical collar”), el uso de otro tipo de collarines no es recomendable debido a que los muy blandos no ofrecen un soporte adecuado y los rígidos dificultan incluso los procesos de deglución-respiración con riesgo de que el individuo aspire. El compromiso de la marcha se compensa con el uso de órtesis tobillo-pie o andadera, y en casos avanzados se sustituye con la silla de ruedas; prescripción que depende de las condiciones del paciente. (1,6) 13 DISFUNCIÓN BULBAR COMUNICACIÓN El deterioro del habla antecede al de la deglución incluso con varios meses. Darley reportó que las alteraciones predominantes en el habla en su grupo de estudio se caracterizaron por pronunciación imprecisa de consonantes, distorsión de la voz, enlentecimiento y acortamiento de frases; mientras que para Carrol los síntomas en orden de frecuencia fueron: aspereza de voz (80%), hipernasalidad (75%), disminución del aliento (65%), temblor de voz (63%) y pronunciación imprecisa de consonantes (57%), en estadios más avanzados refiere una distorsión en la emisión de voz nasal y fonación continua. (10) DEGLUCIÓN Y NUTRICIÓN Los pacientes con ELA presentan signos como sialorrea, manipulación deficiente de los alimentos, falsa vía, reflujo nasal, aspiración, tos o ahogamiento durante la toma de los mismos; la mayoría cursan con pérdida adicional de la función de los miembros torácicos y en consecuencia de la habilidad para la autoalimentación. Todos los pacientes tienen dificultad para mantener un estado de hidratación y nutrición idóneos, especialmente cuando se exacerban los signos y síntomas bulbares. Como resultado sobrevienen la pérdida de peso por un aporte calórico inadecuado y la deshidratación que a su vez condicionan malestar, fatiga excesiva y secreciones espesas. (6) La deglución anormal con afectación biomecánica de los músculos oro-faringo- esofágicos secundaria a deterioro de la coordinación, obstrucción o debilidad (disfagia) (16); se puede presentar con alimentos sólidos, semisólidos o líquidos; la valoración orofaríngea inicial debe ser detallada, y si es posible hacer uso de auxiliares de gabinete como la videofluoroscopía que evalúa la mecánica de la deglución. Actualmente no existe un instrumento de valoración para alteraciones de la deglución considerado como el estándar de oro (antes del año 2000 la videofluoroscopía fue el prototipo, sin embargo a partir de entonces varios estudios refieren a la endoscopia como tal); sin embargo se ha evidenciado que ambas son complementarias en varios aspectos. Estos estudios no suplen a una 14 buena valoración clínica que es capaz de identificar los factores de riesgo y nos permite implementar un adecuado plan de tratamiento. (17) Con el fin de evaluar el grado de alteración de la deglución se ha implementado el uso de escalas validadas, en algunasde ellas se evalúa de forma parcial y global en conjunto con el estado funcional del paciente. Ejemplos de escalas son: la escala de Karnell para identificar el grado de alteración de la deglución, la escala de clasificación funcional en la esclerosis lateral amiotrófica que evalúa la funcionalidad global así como la de Norris (anexos 3 y 4). (18,19) Además de identificar los signos y síntomas, la evaluación clínica inicial debe tomar en cuenta en qué fase de la deglución se encuentra la alteración para implementar el tratamiento correcto. Las deficiencias que se pueden encontrar en la fase oral son: dificultad para llevar los alimentos a la boca, ausencia o disminución de la estabilidad de cabeza y cuello, alteración de la apertura bucal (incompleta o imposible), cierre bucal incompleto, alteración en la preparación del bolo alimenticio (masticación, salivación, movilidad lingual), un esfínter bucal posterior incompetente, y una propulsión difícil o imposible. En la fase faríngea: retraso o ausencia del reflejo de deglución, trastorno del peristaltismo faríngeo, éstasis valecular, cierre incompleto del vestíbulo laríngeo, ascensión alterada de la laringe, apertura inadecuada del esfínter esofágico superior. En la tercera fase o esofágica se puede encontrar un peristaltismo alterado o un trastorno del esfínter esofágico inferior. (16,20) Una vez identificado el déficit se procede a posicionar al paciente, la cabeza y el tronco deben de estar alineados, el paciente en posición cómoda en sedestación, con semiflexión de cabeza para facilitar el paso de los alimentos y evitar la aspiración. Existen varias técnicas de facilitación para la nutrición oral, entre éstas se tienen las siguientes: (20) Técnica de Logemann: en caso de reflejo de deglución ausente o disminuido. Se introduce un espejo laríngeo de diámetro pequeño el cual puede enfriarse para aumentar la capacidad de inducir el reflejo), a nivel de los pilares anteriores del paladar se estimula 5 a 10 veces de forma sucesiva posteriormente se solicita el cierre de la boca y la deglución. 15 Maniobra de Mendelson: utilizada para prolongar el tiempo de elevación de la laringe consecutiva a la deglución. Se solicita al paciente coloque un dedo sobre su cartílago tiroides para mantener elevada esta estructura de forma prolongada. Deglución forzada: se solicita pasar el bolo alimenticio de la manera más fuerte posible para obtener un esfuerzo muscular máximo. Deglución contra resistencia frontal: el objetivo es producir una contracción de los músculos suprahioideos por sinergia muscular, se coloca una mano en la frente del paciente y se presiona durante la deglución, el paciente tiene que resistir. Deglución supraglótica: su objetivo es permitir una alimentación oral tratando de evitar las aspiraciones hacia tráquea y bronquios, se indica al paciente inspire-bloquee-trague-espire (o tosa). Ascenso activo de a laringe: cuyo objetivo es proteger las vías respiratorias; el terapeuta acompaña el movimiento normal de la laringe y lo completa en caso necesario. En los pacientes con ELA la técnica utilizada es la de deglución supraglótica cuando el paciente puede cooperar aún. Las intervenciones iniciales se basan en la adecuación de la consistencia, temperatura y sabor de los alimentos así como en un correcto posicionamiento del paciente, habitualmente es necesario el uso de líquidos espesos y alimentos. (6, 20) Actualmente se ha aplicado la estimulación eléctrica neuromuscular a este tipo de pacientes con resultados satisfactorios; ésta activa los músculos a través de los nervios motores periféricos fortaleciendo los músculos débiles y mejorando su control motor. En este caso la principal utilidad que tiene es de mejorar la función muscular y la funcionalidad del movimiento. Se utiliza una corriente alterna, de baja frecuencia (80Hz), con un tipo de onda bifásica simétrica, pulsada (duración de pulso de 700 mcs, duración de fase 300 mcs, intervalo de fase 100 mcs). Se aplica utilizando una técnica bipolar, con colocación de 4 electrodos correspondientes a 2 canales dependiendo de las deficiencias en la fase de la 16 deglución alterada (oral y/o faríngea) se elige la forma de colocación de los mismos; la intensidad se aumenta hasta lograr una respuesta motora de los músculos del área a tratar. Los electrodos son de gel, desechables, útiles para una sesión de tratamiento de 60 minutos, deben fijarse adecuadamente a la piel para que tengan un manejo de corriente uniforme. Las contraindicaciones para este tratamiento son: uso de marcapasos, demencia severa con logorrea, reflujo importante, disfagia por medicamentos, la electroestimulación con alta intensidad sobre el área cardiaca, aplicar sobre un tumor o infección de forma directa, sobre el abdomen en mujeres embarazadas, áreas de enfermedades vasculares periféricas. Las precauciones son: uso de marcapasos, aparatos auditivos, demasiado tejido adiposo, diatermia cercana, piel anestesiada, epilepsia, heridas abiertas, colocación sobre el seno carotídeo. (21) Un factor predictor para iniciar tratamiento alternativo a la alimentación por vía oral es la pérdida de peso de un 10% a un 15% de forma rápida, de manera que se sugiere el uso de sonda nasogástrica o someter al paciente a una gastrostomía endoscópica percutánea (GEP). No todos son candidatos a GEP, deben tener como criterios de inclusión una capacidad vital forzada mayor del 50% y no encontrarse en fase terminal de la enfermedad. (15) Al comprometerse la inervación de la musculatura bulbar en estos pacientes y al progresar la disfagia se presenta otro signo que en algún momento puede ser incapacitante y favorecer el deterioro de la calidad de vida de por si afectada, se trata de la sialorrea. La sialorrea se ha definido como la secreción excesiva de saliva, en estos pacientes se relaciona con la incapacidad para controlar las secreciones orales más que por una producción exagerada de saliva, en los pacientes con ELA se debe a una alteración en la coordinación del mecanismo de control de la musculatura orofacial y palatolingual; clínicamente caracterizándose por una mala oclusión, boca abierta de forma constante, pobre control de labios (incompetencia del músculo orbicular de la boca), alteraciones de la lengua (fuerza, movilidad) y debilidad de cuello. Existen medidas terapéuticas invasivas y no invasivas para el manejo de este problema, éstas se resumen a continuación en el Cuadro 1: (22) 17 Cuadro 1. Manejo terapéutico de la sialorrea. TRATAMIENTO NO INVASIVO TRATAMIENTO MÍNIMAMENTE INVASIVO TRATAMIENTO INVASIVO Terapia oral motora Se aplican programas específicos para mejorar la succión, oclusión labial, así como los movimientos de lengua y mandíbula. Biofeedback El paciente deglute al escuchar un estímulo sonoro, debe tener la capacidad de seguir las órdenes, implica un nivel cognitivo aceptable. Terapia de regulación orofacial Basada en los principios de Castillo-Morales, se utiliza una placa de acrílico a nivel de paladar con estimuladores vestibulares y linguales, uso preferente en pacientes con musculatura perioral hipotónica. Farmacoterapia Atropina, escopolamina, glicopirrolato. Radioterapia A nivel de glándulas parótidas y submaxilares. Aplicación de toxina botulínica Inyección de toxina botulínica tipo A a nivel parotídeo y/o submaxilar Fotocoagulación de los conductos salivales Con laser intraductal a intensidad de 7 a 10 watts durante 10 segundos. Acupuntura lingual Aplicando en 5 puntos específicos de la lengua. Neurectomía Sección del plexo timpánico y del nervio cuerda del tímpano Procedimientos a nivel de conductos y de glándulas salivales Recolocación bilateral del conducto parotídeo a nivelde la fosa amigdalina más sialoadenectomía submandibular Ligadura de las glándulas parótidas más recolocación de los conductos submaxilares. Recolocación de los conductos submandibulares. 18 En pacientes con ELA se utilizan medidas conservadoras que incluyen: la terapia oral motora, la farmacoterapia y actualmente con resultados satisfactorios la aplicación de toxina botulínica tipo A a nivel intraparotídeo y/o de glándulas submaxilares. (22, 23) Fisiológicamente se considera que un sujeto sano secreta de entre 1 a 1 y ½ litros de saliva por día (45% glándulas parótidas, 45% submandibulares, 10% sublinguales y salivales menores), la accesibilidad de la glándula parótida y su importante función en la secreción salival la hacen objeto de tratamiento más seguro para la sialorrea. (24) La toxina botulínica es una potente neurotoxina de 150kDa producida por la bacteria Clostridium botulinum, se encuentra formada por una cadena pesada que se liga a través de un puente disulfuro a una cadena ligera la cual contiene una secuencia de aminoácidos que indica el sitio de acción. Existen 7 diferentes serotipos (A, B, C, D, E, F y G), de las cuales la tipo A es la más utilizada con fines terapéuticos. Las toxinas botulínicas bloquean la liberación de acetilcolina a nivel de las terminaciones nerviosas en la superficie presináptica; las toxinas botulínicas tipo A y E interactúan con la proteína asociada al sinaptosoma de 25kDa (SNAP 25), los tipos B, D y F afectan a la sinaptobrevina-2 (VAMP) y el tipo C actúa a nivel de la sintaxina. (24) Cuando se aplica en las glándulas salivales induce sequedad de boca y disminución de la salivación, por lo cual se ha utilizado en la sialorrea discapacitante en los pacientes con ELA. (26) “La aplicación transcutánea de toxina botulínica tipo A es un procedimiento relativamente seguro y eficaz para tratar la sialorrea en enfermedades neurológicas, por neurólogos con experiencia… con escasos efectos secundarios.” (22) La aplicación se ha realizado en ambas glándulas parótidas a nivel de su punto principal (área glandular preauricular) y en el accesorio (porción glandular ubicada por encima del músculo masetero) de cada una a dosis de entre 10U a 20U por punto de aplicación. Es considerada como un procedimiento médico. Dentro de los efectos secundarios potenciales de la aplicación de la toxina botulínica se encuentran los siguientes: hematomas menores, infecciones de glándulas salivales, cálculos en conductos salivales, y lesiones locales en pequeñas ramas 19 del N. facial y arteria carótida externa, dentro de los efectos colaterales temporales se tienen: rubor, dolor, edema en el sitio de aplicación, eritema, equimosis, hiperestesia en el punto de inyección, cefalea, se ha comunicado un único caso de anafilaxia en tratamiento de distonía, y dentro de las complicaciones generales se incluyen rash cutáneo y síndrome pseudogripal. (24, 27) PROBLEMAS PSICOLÓGICOS El enfrentar una patología de este tipo no es fácil, ya que no solo afecta al individuo que la padece, sino a todo su entorno familiar y social; es en este aspecto en donde se hace necesario el apoyo psicológico y/o psiquiátrico pertinente. La depresión varía ampliamente del 5 al 75% de los pacientes, y de acuerdo con Bocker et al. la severidad del estrés emocional se relaciona con la discapacidad progresiva que se presenta para el llevar a cabo sus actividades de la vida diaria. Muchas veces las personas afectadas se resisten a tomar sus medicamentos, en otras ocasiones no los toman por debilidad o incapacidad para cooperar. (1,6) Los pacientes que presentan síntomas pseudobubares afectivos como risa y llanto patológicos deben ser medicados correctamente, el uso de amitriptilina suele ser útil en el manejo de este estado. Se ha reportado la presencia de labilidad emocional en el 50% de los casos. (1) En el aspecto psicológico se debe proporcionar terapia individual y familiar; así como dar información concreta en la etapa de evolución precisa con el objetivo de lograr la cooperación y adaptación progresiva de ambas partes. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO En diciembre de 1995 fue aprobado por la U.S. Food and Drug Administration el uso de riluzol (Rilutec), un antagonista glutamaérgico que produce una prolongación de la superviviencia de 2 a 6 meses por disminución de la exitotocicidad al reducir la liberación del glutamato. En un estudio se observó mejoría de la fuerza en pacientes con ELA y afectación bulbar primaria. La dosis estándar es de 50mg (tabletas) vía oral dos veces por día, en el 2% de los pacientes se presenta toxicidad hepática por lo cual se debe discontinuar (se debe llevar un control mensual de transaminasas séricas durante los tres primeros 20 20 meses, posteriormente cada 3 meses durante el primer año), otros efectos secundarios incluyen astenia, vómito, náusea, vértigo, tos, rinitis, disminución de la función pulmonar, que se han presentado en casos raros. (1) Dentro de los medicamentos para el manejo de las fasiculaciones y los calambres se cuenta con: el sulfato de quinina (200mg), la carbamazepina (200mg), la fenitoína (100mg), el magnesio (mmol), la vitamina E (400 IE), el verapamilo (120mg), por vía oral. La espasticidad puede ser tratada mediante: el baclofeno (10-80mg), la tizanidina (6 a 24mg), la memantina (10 a 60mg), el tetrazepam (100 a 200mg) vía oral. La risa y el llanto patológicos se tratan mediante fármacos como: la amitriptilina (10 a 150mg), la fluvoxamina (100 a 200mg), el carbonato de litio (400 a 800mg), la L-Dopa (500 a 600mg) vía oral; el tratamiento de elección es la amitriptilina iniciando con 25mg/día incrementando gradualmente hasta 100 a 150mg/día, si se presenta constipación o sequedad de boca se puede emplear un inhibidor de la recaptación de serotonina (entre paréntesis se señala la dosis diaria recomendada de los medicamentos mencionados). (5) La fatiga puede ser tratada mediante: piridostigmina, sertralina, metilfedinato. En el caso de que la fatiga cause discapacidad cuando el paciente tiene una fuerza muscular relativamente conservada se sugiere utilizar un recaptador de serotonina. El tratamiento de elección para la salivación es el glicopirrolato (0.1 a 0.2 mg) vía oral, otros medicamentos alternativos son: los parches transdérmicos de hioscina (1 a 2 parches por día), amitriptilina (10 – 150 mg) vía oral, atropina/benzotropina (0.25 a 0.75mg/1 a 2 mg), trihexifenidilo (6 a 10mg) vía oral, clonidina (0.15 a 0.3mg) vía oral. En caso de depresión se recomienda el uso de sertralina o amitriptilina. (1,5) CALIDAD DE VIDA “La calidad de vida se conceptualiza de acuerdo con un sistema de valores, estándares o perspectivas que varían de persona a persona, de grupo a grupo y de lugar a lugar; así, la calidad de vida consiste en la sensación de bienestar que puede ser experimentada por las personas y que representa la suma de sensaciones subjetivas y personales del “sentirse bien.””(13) 21 Existen instrumentos para la valoración de la calidad de vida en diferentes patologías, en la ELA no hay uno apropiado para poder evaluarla, se han propuesto varios y dentro de éstos se encuentra el cuestionario de calidad de vida de McGill, el cual a diferencia de otros le da menor peso a la función física e incluye un dominio del aspecto existencial del individuo (anexo 8); la versión corta del Sickness Impact Profile para la ELA (SIP/ALS-19) es otro instrumento empleado habitualmente para la medición de este aspecto. (27) DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Se realiza en relación a otras enfermedades de neurona motora que incluyen un espectro de síndromes que afectan neuronas motoras superiores, inferiores o ambas; dentro de los cuales se encuentran los siguientes: (1, 3) Parálisis bulbar progresiva (PBP): los síntomas iniciales(alteraciones en la deglución y el habla) son resultado de disfunción a nivel bulbar, se encuentran relacionados con degeneración de neuronas motoras superiores, inferiores o ambas. Puede permanecer estable durante muchos años o evolucionar rápidamente siendo esto último lo más común. Esclerosis lateral primaria (ELP): caracterizada por degeneración exclusiva de la neurona motora superior, muy rara, de larga evolución, los afectados pueden sobrevivir décadas. Atrofia muscular progresiva o síndrome de Aran-Duchenne (AMP): se caracteriza por presentar compromiso de la neurona motora inferior únicamente, el pronóstico es mejor que en pacientes con ELA. Otras patologías con las que hay que realizar un diagnóstico diferencial son: mielopatía espondilótica cervical, radiculopatía cervical y/o lumbar, neuropatía motora multifocal, mononeuropatía, polineuropatía, tumores de médula espinal y cerebro, hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, gammapatía monoclonal con asociación a enfermedad maligna hematológica (por ejemplo linfoma, mieloma [solo se permite la gammapatía monoclonal]), siringomielia, siringobulbia, 22 22 esclerosis múltiple, miastenia gravis, enfermedad de Parkinson, paraparesia hereditaria espástica, enfermedad vascular cerebral, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), síndrome postpolio, miopatías, depresión, fasciculaciones benignas, enfermedad pulmonar o cardiaca, antecedente de radiación a nivel de sistema nervioso central (cerebro o médula espinal), deficiencia de hexosaminidasa (en pacientes menores de 30 años). (6) ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS VIDEOFLUOROSCOPÍA La videofluoroscopía orofaríngea es una técnica utilizada en la valoración de la disfagia orofaríngea, y proporciona información acerca cuatro categorías de disfunción oral y faríngea: 1. Incapacidad o dificultad para iniciar la deglución faríngea. 2. Aspiración del alimento ingerido. 3. Regurgitación nasofaríngea. 4. Permanencia del alimento ingerido en la cavidad faríngea durante o al final de la etapa faríngea de la deglución [remanente (durante la deglución) o residuo (después de la deglución)]. Este estudio permite evaluar la eficacia de la terapia deglutoria utilizada en la corrección de la deficiencia identificada. Dentro de las limitantes que se tienen no es posible cuantificar la contractilidad faríngea o la presión intrabolo durante la deglución ni detectar una relajación incompleta del esfínter esofágico superior, para lo cual se hace uso de la endoscopia y manometría respectivamente, siendo estudios complementarios en la evaluación del paciente con disfagia. (29, 30, 31) Para realizar la videofluoroscopía de la mecánica de la deglución a los pacientes se les da a comer alimentos de diferentes consistencias mezclados con un medio de contraste con bario, con exposición a la radiación desde el ingreso del alimento a la boca hasta el momento en que el bolo alimenticio llega al estómago. Para evitar la aspiración, la consistencia que se proporciona va de lo espeso a lo líquido hasta antes de que ocurra aspiración. 23 Existen dos términos a definir: la penetración y la aspiración. El primero ocurre cuando hay entrada del bolo alimenticio al vestíbulo laríngeo; el segundo se utiliza cuando existe paso de este bolo por debajo de las cuerdas vocales. Para interpretar un estudio de trago de bario modificado se utiliza una escala de deglución en base a la consistencia de los alimentos que pueden ser deglutidos por el paciente (anexo 8), la consistencia es uno de los aspectos a tomar en cuenta para evaluar el estado funcional (los pacientes pueden presentar mayor dificultad para deglutir algunas consistencias en relación a otras); una vez realizada la videofluoroscopía de la mecánica de la deglución se aplica una escala funcional de la disfagia inicialmente utilizada en pacientes con enfermedad vascular cerebral que puede ser útil en otras patologías debido a los aspectos que evalúa, en esta escala se consideran las alteraciones que pueden facilitar una aspiración tanto en la fase oral como faríngea de la deglución, además de observarse si un paciente presenta aspiración inadvertida o silente (anexo 9) . (33) 24 JUSTIFICACIÓN La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente de la neurona motora superior e inferior en la edad adulta. (1,5) La principal causa de mortalidad en las personas que la padecen es la neumonía por aspiración secundaria a disfagia por alteración de la motilidad de lengua, faringe y esófago. (5) En el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) se llevó a cabo un análisis epidemiológico de las enfermedades de neurona motora diagnosticadas de octubre de 1992 a octubre del 2002 contabilizando en total 146 pacientes de los cuales el 51% fueron hombres; en promedio el inicio de la enfermedad fue a los 52 años y 46 años en mujeres y hombres respectivamente; el diagnóstico de ELA se llevó a cabo en el 57% de la población total, 21 de estos pacientes tuvieron predominio bulbar como presentación clínica (14%); el síntoma inicial más frecuente fue debilidad, se presentaron síntomas bulbares al inicio de la patología en el 26% de los casos los cuales nunca estuvieron presentes antes de los 30 años de edad. En este momento no se cuentan con datos recientes específicos de la incidencia y prevalencia de esta patología en el Instituto, sin embargo de enero a diciembre del año 2005 en el área de hospitalización hubo un total de 16 pacientes de nuevo ingreso (12 del sexo femenino y 4 del masculino), en el área de rehabilitación se encontraron registrados un total de 24 pacientes con la enfermedad durante el mismo periodo. Para conocer la incidencia y prevalencia de esta población en el presente Instituto se tendrían que realizar otro estudio de investigación que no corresponde al objetivo de éste. Sin embargo evidentemente se ha incrementado la frecuencia de la misma en los últimos años. (28) Es conocido que actualmente “la medicina paliativa enfatiza el manejo de los síntomas para aliviar los sufrimientos y mejorar la calidad de vida… el criterio de éxito terapéutico no se mide por la prolongación de la vida o la curación del enfermo, sino de que la muerte es un final inevitable por la persona, con el menor sufrimiento posible”. (23) Por lo tanto teniendo en cuenta el carácter progresivo y hasta ahora incurable de esta enfermedad se hace necesario continuar 25 investigando medidas terapéuticas que disminuyan la sintomatología y sufrimiento de los pacientes. La medicina de rehabilitación no se enfoca únicamente a mejorar la funcionalidad como en la mayoría de las patologías que maneja, sino en mantener la funcionalidad el mayor tiempo posible e implementar nuevas estrategias de manejo para ofrecer una mejor calidad de vida a los pacientes que no se encuentran en condiciones de recuperarse físicamente por la historia natural de la enfermedad en sí. En este caso se buscó causar el menor sufrimiento posible a un paciente ya de por sí deteriorado por la patología de base, se sabe que no tienen alteraciones sensitivas, por tal motivo no se consideró prudente llevar a cabo un seguimiento electrofisiológico a base de electromiografía. En últimas fechas se ha utilizado la estimulación eléctrica neuromuscular en el manejo de disfagia en pacientes con parálisis cerebral, enfermedad vascular cerebral (32), enfermedad de parkinson, esclerosis lateral amiotrófica, con buenos resultados; así como la aplicación de toxina botulínica tipo A a nivel de la glándula parótida para el manejo de la salivación excesiva o de la sialorrea en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica logrando su reducción y mejoría en la sintomatología en la mayoría de los casos sinla presencia de efectos secundarios sistémicos que sí se presentan con el uso de fármacos como la atropina y sus derivados. En el INNN se ha iniciado la aplicación de estimulación eléctrica neuromuscular en pacientes con ELA, no se han publicado los resultados, sin embargo se ha logrado que algunos de los pacientes conserven la capacidad de deglución aún en estadíos avanzados. De forma general se considera que para observar resultados en un tratamiento para el manejo de la disfagia se deben aplicar de entre 10 a 14 sesiones de terapia con estimulación neuromuscular. Por lo tanto se considera que el uso de estas modalidades terapéuticas puede realizarse de la forma planteada en la población en estudio. Hasta la fecha no existen reportes de estudios publicados utilizando ambas modalidades terapéuticas en esta población ni de la forma en que influye el estímulo a nivel del sistema nervioso central. Se pudo realizar la primera fase de 26 tratamiento (estimulación eléctrica neuromuscular), la segunda fase queda pendiente para ser aplicada en un nuevo grupo de estudio. Se buscó realizar un estudio preliminar objetivo, documentado, que se continúe desarrollando en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía; para la población participante en esta ocasión las intervenciones terapéuticas no tuvieron costo alguno debido a que las empresas participantes proporcionaron los insumos. 27 OBJETIVOS OBJETIVO GENERAL Determinar si la aplicación de la estimulación eléctrica neuromuscular y de la toxina botulínica tipo A es eficaz en mejorar la deglución, la funcionalidad en la alimentación y la calidad de vida de los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica que cursan con disfagia y sialorrea. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Identificar y comparar el grado de disfagia en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica antes y después de la aplicación de estimulación eléctrica neuromuscular. 2. Identificar y comparar el grado de disfagia en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica antes y después de la de la inyección de toxina botulínica tipo A a nivel de la glándula parótida bilateral. 3. Identificar y comparar las alteraciones de la deglución en sus fases oral y faríngea antes y después del tratamiento con estimulación eléctrica neuromuscular. 4. Identificar y comparar la intensidad y frecuencia de sialorrea en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica antes y después de la aplicación de estimulación eléctrica neuromuscular 5. Identificar y comparar la intensidad y frecuencia de sialorrea en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica antes y después de la inyección de toxina botulínica tipo A, a nivel de la glándula parótida bilateral. 28 6. Comparar la funcionalidad en la alimentación antes y después del tratamiento con la estimulación eléctrica neuromuscular. 7. Comparar la funcionalidad en la alimentación antes y después del tratamiento con la inyección de toxina botulínica tipo A. 8. Comparar la calidad de vida al inicio y al final del tratamiento con la aplicación de estimulación eléctrica neuromuscular. 9. Comparar la calidad de vida al inicio y al final del tratamiento con la inyección de toxina botulínica tipo A. 29 HIPÓTESIS HIPÓTESIS NULA El manejo de la disfagia y la sialorrea con estimulación eléctrica neuromuscular y toxina botulínica tipo A no es eficaz, en base a que no mejoran la deglución, la funcionalidad del paciente con respecto a la alimentación así como tampoco su calidad de vida. HIPÓTESIS ALTERNA El manejo de la disfagia y la sialorrea con estimulación eléctrica neuromuscular y toxina botulínica tipo A es eficaz al mejorar la deglución, la funcionalidad del paciente con respecto a la alimentación así como su calidad de vida. 30 MATERIAL Y MÉTODOS Corresponde a un estudio cuasi experimental del tipo antes y después, prospectivo, de un grupo. El universo de trabajo incluyó a los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) de la consulta externa del servicio de Neurología y Rehabilitación en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Dr. Manuel Velásquez Suárez” (INNN), en el periodo comprendido de septiembre del 2006 a enero del 2007. Se seleccionaron de un total de 24 pacientes a aquellos que cumplieron con los criterios de inclusión para el presente estudio de investigación. Tres pacientes fueron incluidos, ninguno abandonó el estudio. Participaron dos individuos del género masculino y uno del femenino de 59, 56 y 55 años de edad respectivamente, con un promedio de edad de 56.6 años; para la presentación de los resultados los denominaremos paciente 1, paciente 2 y paciente 3 en lo sucesivo, los tres pacientes cuentan con diagnóstico de ELA definida, el paciente 1 de predominio bulbar. Se consideraron los siguientes criterios de inclusión: pacientes con esclerosis lateral amiotrófica definida, disfagia grado 3 a 7 en base a la escala de Karnell, sialorrea con intensidad de 3 a 5 y/o frecuencia 4 a 5 de acuerdo a la escala de intensidad y frecuencia de la sialorrea, subescalas de alimentación y salivación de 0 a 3, correspondientes a la escala de clasificación funcional en la esclerosis lateral amiotrófica, sexo indistinto, edad de 40 a 80 años, que acepten participar en el estudio de forma voluntaria. Se consideraron los siguientes criterios de exclusión: que presenten datos de aspiración importante en base a la videofluoroscopía, que refieran síntomas clínicos sugerentes de reflujo gastroesofágico importante, uso de marcapasos, lesión de la piel en la zona de aplicación los electrodos y/o de la inyección de la toxina botulínica, demencia severa, disfagia por medicamentos. Como criterios de eliminación se consideraron: quienes abandonen el esquema terapéutico (por deseo propio, 31 defunción, no acuda a las sesiones terapéuticas al INNN), pacientes en etapa terminal (insuficiencia respiratoria). Se informó de forma verbal y por escrito a los pacientes y a sus familiares sobre las características del estudio, la aplicación de cuestionarios, escalas, la valoración clínica y a través de estudios de gabinete pre y pos tratamiento. Una vez que aceptaron participar en el estudio se proporcionó la hoja de consentimiento informado la cual firmaron los representantes legales del paciente o el paciente por sí mismo. Se recopilaron datos personales como nombre, edad, sexo, fecha aproximada del diagnóstico de la enfermedad, teléfono, domicilio. De las dos fases previstas sólo se llevó a cabo la primer fase consistente en la aplicación de estimulación eléctrica neuromuscular para el manejo de la disfagia y de la sialorrea con las respectivas evaluaciones a través de las escalas previstas; de los tres pacientes dos no ameritaron la inclusión dentro de la segunda fase por mejoría clínica, uno no aceptó porque consideró que su sialorrea era tolerable y ya no estaba dispuesto a exponerse a la disminución de la motilidad de los músculos inervados por la rama cervicofacial del nervio facial. Por lo cual no se evaluaron los objetivos específicos propuestos para esta fase. El tratamiento con estimulación eléctrica neuromuscular por medio de un aparato denominado VitalStim consistió en la aplicación de una corriente pulsada de onda bifásica simétrica con un pulso de 700mcs e intervalo de fase de 100mcs a una frecuencia de 80Hz , a través de 4 electrodos correspondientes a 2 canales utilizando técnica bipolar a nivel de cuello o a nivel del tronco del nervio facial de acuerdo a la fase de deglución alterada (en base a las alteraciones documentadas); se proporcionaron 12 sesiones de tratamiento con una duraciónde 30 minutos 3 veces por semana; con una intensidad incrementada hasta obtener respuesta motora; se inició con el manejo de la fase faríngea de la deglución. Se aplicaron las siguientes escalas: la Escala de la Deglución de Karnell y la escala de la Función de la Deglución para evaluar el grado de disfagia, la Escala Funcional de la Disfagia utilizando videofluoroscopía en el estudio de las alteraciones en la mecánica de la deglución, la Escala de Intensidad y Frecuencia 32 de la sialorrea, la Escala de Clasificación Funcional en la Esclerosis Lateral Amiotrófica en sus subescalas de alimentación y salivación con la que se evaluó la función en la alimentación, así como el Cuestionario de Calidad de Vida de McGill. La escala de Deglución de Karnell clasifica a los pacientes en siete grados del 1 al 7 en donde el 1 representa una función normal y el 7 la alteración más severa, el grado 1 corresponde a una deglución normal, el grado 2 a una limitación leve del paciente que come una dieta normal, el grado 3 a una disfagia leve en donde el paciente ingiere una dieta vía oral modificada, el grado 4 a una disfagia leve- moderada en la cual el paciente se alimenta a base de una dieta vía oral precisando medidas terapéuticas para evitar aspiración, el grado 5 a una disfagia moderada en la que el paciente presenta aspiración traqueobronquial, el grado 6 a una disfagia moderada-severa en donde es necesario para el paciente el suplemento enteral y hay presencia de aspiración, y el grado 7 a una disfagia severa en la cual es absolutamente necesaria la alimentación enteral con imposibilidad de tomar alimentos por la boca. (Anexo 4) La Escala de la Función de la Deglución evalúa la consistencia de líquidos que el paciente puede deglutir sin aspiración, maneja siete grados diferentes de seguridad de la consistencia (del 0 al 6), dependiendo del tipo de consistencia aspirada (saliva, pudín, pasta, hielo, miel, néctar, líquidos delgados, agua) es la implicación clínica (tipo de alimentos cuya ingestión es segura) que se deduce así como el nivel de déficit de deglución correspondiente (profundo, sustancial, moderado, medio, mínimo); un menor puntaje indica una peor función, el mayor puntaje (6 puntos) se relaciona con una deglución normal . (Anexo 8) La Escala Funcional de la Disfagia utilizando videofluoroscopía en el estudio de la mecánica de la deglución evalúa once factores de este mecanismo (cierre de labios, formación de bolo, residuo en la cavidad oral, tiempo de tránsito oral, inicio de la deglución faríngea, elevación laríngea y cierre epiglótico, penetración nasal, residuos en valécula, residuos en senos piriformes, si se cubre la pared faríngea después de la deglución, y el tiempo de tránsito faríngeo), cada factor tiene un código de evaluación y a cada código se le asigna un puntaje, la suma total de estos puntos varía de 0 a 100 puntos, 0 puntos indica una deglución normal y 100 33 puntos la mayor alteración funcional en base al estudio de gabinete de la mecánica de la deglución mediante videofluoroscopía. (Anexo 9) La Escala de Intensidad y Frecuencia de Sialorrea consta de dos subescalas, la primera es la de intensidad y la segunda la de frecuencia de la sialorrea; la primera consta de 5 grados de severidad (1 a 5) y la segunda de cuatro grados (1 a 4), el primer grado se corresponde con una salivación normal, el grado 4 o 5 con una sialorrea importante que puede ser poco tolerable o discapacitante. (Anexo 5) La Escala de Clasificación Funcional en la Esclerosis Lateral Amiotrófica cuenta con diez subescalas (lenguaje, salivación, alimentación, escritura, cortar comida y manejar utensilios, vestido e higiene, movilizaciones en cama y ajuste de sábanas, marcha, subir escaleras, respiración), cada subescala tiene cinco opciones de respuesta, a cada respuesta se le asignó un puntaje de 0 a 4 puntos en base a su significado, 0 puntos indica dependencia total o incapacidad para realizar la actividad mencionada y 4 puntos implica independencia o la realización de la actividad de forma normal, el puntaje total es de 0 a 40 puntos en donde 0 puntos corresponde al peor estado funcional y 40 puntos a la funcionalidad normal. (Anexo 2) El Cuestionario de Calidad de Vida de McGill evalúa aspectos generales de la calidad de vida que son relevantes para toda la gente, se conforma de cuatro subescalas que se relacionan con los síntomas físicos, los síntomas psicológicos, el bienestar existencial y el apoyo, además de una pregunta única que indica el bienestar físico, estos aspectos se evalúan en base a las preguntas de las partes B y C; la parte A corresponde a una escala que evalúa a la calidad de vida del paciente de una forma global, maneja un puntaje del 0 al 10 puntos, 0 indica una mala calidad de vida, 10 una calidad de vida excelente. La subescala de síntomas físicos consta de las preguntas 1 a la 3 de la parte B, la subescala de síntomas psicológicos se evalúa en base a las preguntas 5 a 8 de la parte B, la subescala de bienestar existencial se corresponde con las preguntas 9 a 14 de la parte B, la subescala de apoyo se constituye con las preguntas 15 y 16 de la parte C, y la pregunta 4 nos indica el bienestar físico del paciente; cada pregunta se evalúa en una escala del 0 al 10, 0 indica la situación menos deseable y 10 la más deseable, 34 en algunas preguntas el puntaje debe transponerse, es decir al 10 se le asigna el valor de 0 y al 0 el valor de 10 (preguntas 1–3 y 5–8), para las tres preguntas de los síntomas físicos (1-3) un puntaje transpuesto de 10 es asignado cuando la respuesta es ningún síntoma. (Anexo 6) La presente investigación se realizó en base a la declaración de Helsinki en 1975 y su revisión en Edimburgo en el año 2000, así como en la Ley General de Salud artículos 96 al 102 en materia de investigación con apego a los procedimientos institucionales vigentes en materia de investigación y bioética. RESULTADOS Por la evolución de los pacientes ante la estimulación eléctrica neuromuscular no fue necesario pasar a la segunda fase del programa para el manejo de disfagia y sialorrea en el paciente con esclerosis lateral amiotrófica, por lo cual el segundo, el quinto, el séptimo y el noveno objetivo no se evaluaron. Para cubrir el primer objetivo se valoró el grado de disfagia en base a la escala de deglución de Karnell, obteniendo los siguientes resultados: el paciente 1 de una disfagia leve-moderada inicial evolucionó a una disfagia leve, el paciente 2 se mantuvo en una disfagia moderada, y el paciente 3 presentó una disfagia moderada antes del tratamiento y una disfagia leve-moderada después del tratamiento (grados 4 a 3, 5 a 5 y 5 a 4 respectivamente). (Tabla I, gráfica I) Al aplicar la escala de la función de la deglución para identificar la consistencia de los líquidos que el paciente puede deglutir sin aspiración se obtuvieron los siguientes resultados: el paciente 1 comenzó en un nivel de déficit de la deglución profundo y finalizó en un déficit mínimo (de una puntuación de 2 inicial obtuvo una de 5 posteriormente), el paciente 2 presentó un nivel de déficit de la deglución moderado finalizando en el nivel normal (de 3 puntos al inicio evolucionó a 6 puntos al final), y el paciente 3 de un nivel de déficit de la deglución mínimo pasó al nivel normal posterior al tratamiento (de 5 puntos previos obtuvo 6 puntos posterior al manejo con electroestimulación neuromuscular). (Tabla II, gráfica II) 35 Es importante mencionar que el paciente 3 no pudo ser evaluado de forma objetiva con la presente escala debido a que presentaba disfagia a consistencias extremas tolerando de forma adecuada las semilíquidas pero con gran dificultad para deglutir las sólidas, tuvo aspiración con las consistencias líquidas antes del tratamiento, posterior al tratamientodeglutió todas las consistencias sin aspiración, se dio una puntuación de 5 por la tolerancia a consistencias semisólidas. El tercer objetivo se cumplió al identificar las alteraciones en las fases de deglución oral y faríngea evidenciadas en el estudio de la mecánica de la deglución por medio de videofluoroscopía, los datos se recolectaron en base a la escala funcional de la disfagia utilizando videofluoroscopía, se encontraron alteraciones en todos los pacientes. A continuación se menciona cada factor y el puntaje obtenido en la evaluación inicial y en la final respectivamente de cada paciente. En el paciente 1 se obtuvo el puntaje siguiente en la escala inicial: para el factor cierre de labios 5 puntos, en la formación de bolo 6, en la cantidad de residuo en la cavidad oral 4, en el tiempo de tránsito oral 6, en el inicio de la deglución faríngea 10, en la elevación laríngea y en el cierre epiglótico 12, en la penetración nasal 0, en los residuos en valécula 4, los residuos en senos piriformes 4, cuando se cubre la pared faríngea después de la deglución 0 y en el tiempo de tránsito faríngeo 4, con un total de 55 puntos; en la escala final los factores que se modificaron fueron la formación de bolo el cual disminuyó a 3 puntos, el factor indicativo de residuos en valécula se incrementó a 8, y el tiempo de tránsito faríngeo disminuyó a 0 puntos, sin modificación del resto de los factores con un total de 52 puntos (tabla III, gráfica III). En el paciente 2 el puntaje inicial de cada factor fue para el cierre de labios de 5 puntos, para la formación de bolo de 3, en la cantidad de residuo en la cavidad oral de 6, en el tiempo de tránsito oral de 6, en el inicio de la deglución faríngea de 10, en la elevación laríngea y cierre epiglótico de 12, en la penetración nasal de 4, para los residuos en valécula de 4, en los residuos en senos piriformes de 4, al cubrirse la pared faríngea después de la deglución de 0 y en el tiempo de tránsito faríngeo de 4 puntos, con un total de 58 puntos, hubo variación de puntaje en la escala final 36 respecto a la cantidad de residuo en la cavidad oral que disminuyó a 4 y en el tiempo de tránsito faríngeo a 0, sin cambio en los demás factores, totalizando 52 puntos (tabla IV, gráfica IV). En el paciente 3 la escala inicial recopiló los siguientes datos: en el cierre de labios 5 puntos, en la formación de bolo 5, en la cantidad de residuo en la cavidad oral 4, en el tiempo de tránsito oral 6, en el inicio de la deglución faríngea 10, en la elevación laríngea y cierre epiglótico 12, en la penetración nasal 0, en los residuos en valécula 4, en los residuos en senos piriformes 4, cuando se cubre la pared faríngea después de la deglución 0 y en el tiempo de tránsito faríngeo 0, con un total de 48 puntos, en comparación con la escala final se modificó la elevación laríngea y el cierre epiglótico disminuyendo a 0 puntos y los residuos en senos piriformes aumentando a 8 puntos, con un total de 40 puntos (tabla V, gráfica V) . El porcentaje de variación hacia la mejoría en el paciente 1 con respecto a la evaluación pre y postratamiento en base a esta escala fue del 5.4% (55 puntos al inicio, 52 al final), del paciente 2 fue del 10.3% (58 puntos al inicio, 52 al final) y del paciente 3 fue del 16.7% (48 puntos al inicio, 40 al final). (Tabla VI, gráfica VI) El cuarto objetivo se cumplió al identificar y comparar la intensidad y frecuencia de la sialorrea; con respecto a la intensidad, en los tres pacientes el grado fue menor al final del tratamiento, en el paciente 1 de sialorrea grave se modificó a moderada, en los paciente 2 y 3 de sialorrea grave pasó a leve; los tres pacientes iniciaron con sialorrea frecuente, el paciente 1 se mantuvo en el mismo grado, los pacientes 2 y 3 finalizaron con sialorrea ocasional. (Tabla VII, gráfica VII) Se evaluó además la salivación con la subescala de salivación de la Escala de Clasificación Funcional en la Esclerosis Lateral Amiotrófica, en el paciente 1 no se modificó iniciando en 2 y finalizando en 2 puntos, en el paciente 2 de 1 punto al inicio aumentó a 3 puntos al término del tratamiento, en el paciente 3 de 2 puntos pasó a 3 puntos lo cual indica que se mantuvo estable en el paciente 1 y una evolución favorable en los pacientes 2 y 3. (Tabla VIII, gráfica VIII) El sexto objetivo se cumplió al comparar el estado funcional global de cada paciente así como las subescala de alimentación de la Escala de Clasificación 37 Funcional en la Esclerosis Lateral Amiotrófica. El paciente 1 en la escala global obtuvo 29 puntos antes del tratamiento y 24 al final, con modificación en las subescalas de escritura, cortar comida y manejar utensilios, vestido e higiene, movilizaciones en cama y ajuste de sábanas con tendencia al deterioro reflejado en la disminución de uno a dos puntos por cada una, la subescala de alimentación no se modificó después del tratamiento, ameritando dos puntos antes y después del tratamiento. El paciente 2 tuvo 7 puntos previo tratamiento y 9 puntos en la escala global posterior al tratamiento sin modificación de la subescala de alimentación la cual se mantuvo en dos puntos, el resto de las subescalas no variaron. El paciente 3 comenzó con una escala global de 11 puntos y finalizó en una escala de 12 puntos, la escala de alimentación inició con 2 puntos y finalizó con 2 puntos, el resto de las subescalas conservaron el mismo puntaje. Se presentan los datos recabados al aplicar las subescalas de alimentación de los tres pacientes (tabla IX, gráfica IX), así como de la escala global de los mismos (tabla X, gráfica X). El octavo objetivo se valoró con la aplicación del cuestionario de calidad de vida de McGill. En el paciente 1 el puntaje global este cuestionario se modificó de forma favorable en base a la pregunta acerca del bienestar físico (5.0 puntos pre y 8.0 puntos postratamiento), el resto de subescalas permanecieron sin cambios significativos (síntomas físicos 4.3, 4.3 puntos; síntomas psicológicos 4.5, 4.5 puntos; apoyo 10.0, 10.0; bienestar existencial 8.5, 8.6 puntos, previos y posteriores al tratamiento respectivamente); obteniendo un puntaje total de 6.5 antes y 7.1 puntos después del tratamiento. (Tabla XI, gráfica XI) El paciente 2 presentó un deterioro de la calidad de vida en todos los aspectos reflejados en las subescalas con excepción de la de síntomas físicos que mantuvo el mismo puntaje (1.0 punto al inicio y al final), en la subescala de bienestar físico de 8.0 puntos al inicio quedó en 3.0 puntos al final, en la subescala de síntomas psicológicos de 4.5 puntos pasó a 1.0 punto, en la de bienestar existencial de 7.8 puntos disminuyó a 7.7 puntos, y en el aspecto de apoyo de 9.5 puntos a 9.0 38 puntos, el resultado fue un decremento de 6.0 a 4.3 puntos de forma global. (Tabla XII, gráfica XII) Las subescalas de apoyo y bienestar existencial en el paciente 3 se mantuvieron en 10 puntos la primera y en 9 puntos la segunda, con un incremento en el puntaje de la pregunta acerca del bienestar físico de 7.0 a 8.0 puntos y decremento de 5.0 a 2.3 puntos en la subescala de síntomas físicos y de 6.0 a 2.5 puntos en la de síntomas psicológicos; el total resultó en la disminución de un punto, con 7.4 puntos previos al tratamiento y 6.4 puntos posteriores a éste, lo cual es indicativo de un deterioro de la calidad de vida. (Tabla XIII, gráfica XIII) En la escala única de calidad de vida formada por la pregunta 1 de la parte A el paciente 1 antes del tratamiento la calificó con 6 puntos y después del tratamiento con 7, el paciente 2 con 8 y 7 puntos pre y postratamiento respectivamente, y el paciente 3 asignó 4 puntos en la evaluación inicial y 6 en la final; esto indica que dos pacientes consideraron que su calidad de vida con respecto a los aspectos de su vida físico, emocional,
Compartir