Logo Studenta

Motivos-heroicos-en-Profeca-de-Guatimoc--el-llamado-al-mexicano

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
LICENCIATURA EN LENGUA Y LITERATURAS HISPÁNICAS 
 
 
 
 
MOTIVOS HEROICOS EN “PROFECÍA DE GUATIMOC”: 
EL LLAMADO AL MEXICANO 
 
 
 
T E S I S Q U E P A R A O P T A R 
P O R E L T Í T U L O D E: 
L I C E N C I A D A E N L E N G U A Y 
L I T E R A T U R A S H I S P Á N I C A S 
P R E S E N T A: 
 
ABRIL ESTEVANÉ VÁZQUEZ 
 
 
 
ASESORA DE LA TESIS 
DRA. MARIANA OZUNA CASTAÑEDA 
 
 
 
MÉXICO, D.F. 2009 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
Dedico esta tesis al héroe de mi biografía: 
mi abuelo, Armando Vázquez 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimiento 
 
En primer lugar agradezco a mi madre y a mis hermanos Paloma y Alberto por su 
incondicional apoyo y cariño; lo mismo a mis tíos Armando, Gustavo, Jesús, Oscar y 
Adriana, sus esposos, y sus maravillosos hijos. 
A mi gran amiga y colega Gabriela Badillo con quien tuve oportunidad de 
compartir y disfrutar inolvidables momentos de mi vida universitaria, incluyendo el 
proceso que implicó la realización de este trabajo. 
Por otro lado, agradezco a mis maestros de la licenciatura, especialmente a la Dra. 
Mariana Ozuna, al Mtro. Rafael Mondragón, a la Dra. Carmen Armijo, la Dra. Lilián 
Camacho, la Dra. Dolores Bravo, el Dr. Bulmaro Reyes, el Dr. Arturo Noyola y la Dra. 
Ana María Morales. 
Por último, quiero hacer un agradecimiento muy especial al Dr. Federico Álvarez 
Arregui, mi gran maestro, quién quizás nunca se percató de lo determinantes que fueron 
sus clases de Teoría de la Literatura en casi todos los ámbitos de mi vida y en la de 
muchos de mis compañeros, también. Haber tenido la oportunidad de ser sus alumnos nos 
hizo darnos cuenta de de lo valiosa y gratificante que era nuestra vocación como literatos; 
asimismo, la importancia y compromiso social que esto conlleva. Comparto con él la idea 
de que si el fin último de estudiar Literatura no tiene que ver con la búsqueda de la 
empatía con el prójimo, entonces no tiene sentido continuar. 
Además de las personas que he mencionado existe una larga lista de otras más que 
me han apoyado de diversas maneras para la realización de este proyecto, no siendo éste 
el medio por el que les hago saber mi agradecimiento, espero poder hacerlo en otro 
momento. 
Abril Estevané Vázquez 
 
 
 
 
 
Índice pág. 
1 Introducción. . . . . . . . . . 1 
2 Contexto. . . . . . . . . . 7 
2.1 Antecedentes literarios. . . . . . . . . 8 
2.2 Contexto literario. . . . . . . . . 13 
2.3 Ignacio Rodríguez Galván: una leyenda sin biografía. . . . . 18 
2.3.1 El Editor. . . . . . . . . . 22 
2.3.2 El Literato. . . . . . . . . . 23 
3 Profeta y visionario: la creación de I. Rodríguez Galván. . . . 30 
4 Sobre “Profecía de Guatimoc” . . . . . . . 33 
4.1 La construcción de la profecía. . . . . . . . 35 
4.1.1 El Anima Mundi en la construcción del espacio profético. . . . 36 
4.1.2 El Legado de Guatimoc. . . . . . . . 56 
4.1.3 El llamado al mexicano. . . . . . . . 72 
5 Conclusiones. . . . . . . . . . 95 
Apéndice I. . . . . . . . . . . 101 
Apéndice II. . . . . . . . . . . 117 
6 Bibliografía. . . . . . . . . . 118 
6.1 Bibliografía citada. . . . . . . . . 118 
6.2 Bibliografía consultada. . . . . . . . 120 
Estevané Vázquez -1- Motivos heroicos 
 
Decir de alguien que es un pensador romántico 
o un héroe romántico no significa no decir nada. 
A veces significa decir que lo que éste es o lo que 
hace requiere ser explicado en función de un fin. 
o de un conjunto de fines o de una visión. . . 
Isaiah Berlin, Las Raíces del Romanticismo 
 
 
 
 
1. Introducción 
 
Al parecer, dentro de la Literatura Universal, el carácter heroico ha sido uno de los más 
recurrentes a los largo de la historia, por ejemplo en la literatura hindú en el 
Mahabharata; en Grecia, en la Iliada, y la Odisea; en Roma, en la Eneida; en la Biblia, 
en cuyos libros proféticos destacan personajes como José (el soñador), Moisés, 
Jeremías, Isaías entre muchos otros; en la literatura medieval personajes como el Cid, 
Roldán, el rey Arturo y muchísimos otros más. A partir del trabajo de investigación y 
análisis que llevé a cabo para desarrollar esta tesis, y de la lectura de autores como 
Joseph Campbell, Isaiah Berlin, Rafael Argullol, Ana María Morales, entre otros, 
considero que el “itinerario”
1
 de un héroe no termina cuando en el texto aparece el 
punto final, sino en el momento en que estos personajes son capaces de sobrepasar los 
límites de su condición literaria, convirtiéndose, de este modo, en elementos 
fundamentales y activos dentro de la sociedad a la que pertenecen. 
Cada vez que releo las palabras de I. Berlin que aparecen como epígrafe en este 
trabajo, me es posible recordar que hablar de “héroes” puede parecer un tema gastado. 
Evidentemente, no sólo existe una noción colectiva acerca de los atributos de un héroe, 
sino que además todos conocemos casos concretos que podríamos utilizar como 
ejemplos. Justamente, al darle a este tema un tratamiento como de “superado” o 
 
1
 Al hablar de un “itinerario” del héroe, me refiero a los diversos pasos o cualidades que ejercen los 
personajes para pertenecer a esta categoría de lo heroico. 
Estevané Vázquez -2- Motivos heroicos 
 
“popular” olvidamos que los héroes, además de haber participado como factores de 
cambio en diversos tiempos históricos, han ido cambiando a lo largo de la historia; es 
decir, que los héroes de un tiempo no corresponden a los de otro, ni los de un lugar con 
los de otro; incluso, que un mismo héroe no ha significado lo mismo para cada pueblo y 
generación. Lo que intentaré reflexionar por medio de este trabajo, es que el 
reconocimiento de una figura heroica implica además de un ideal personal, un ideal que 
debe ser compartido con alguien más y que nos permite, a pesar de nuestras diferencias, 
experimentar una verdadera empatía con otros, una noción de pertenencia. 
Partiendo desde esta perspectiva, un héroe, entonces, no se limita al personaje, 
sino a que éste incluye la visión del autor. Este último, no solamente es un nombre sino 
que representa un tiempo y un espacio determinado, un lenguaje, un conflicto, una 
cotidianeidad, una prisión, un ideal, una circunstancia, una serie de acontecimientos 
familiares, sociales, económicos y mucho más; surge de una vida. 
El panorama y la destreza del autor deben ser los suficientemente amplios y 
efectivos, de tal modo que el personaje en el que deposite sus ideales inspire y genere 
vínculos de empatía con quienes lo leen. Asimismo, es casi imposible que el 
compromiso ético y moral del autor no se vea reflejado en su héroe, ya que su función 
no se limita al de crear una empatía, sino al de enseñar, dejar una huella. 
Todas estasideas, que quizás podamos calificar como poco conexas, son 
planteamientos por los que me parece importante hacer una tesis que aborde el tema de 
lo heroico. No obstante, existen otros motivos, no menos importantes, por los que 
concretamente decidí trabajar en el tema. 
Debo confesar que mi primer acercamiento no sólo con “Profecía de Guatimoc”
2
 
sino con el nombre de Ignacio Rodríguez Galván fue hace tres años en una clase a la 
 
2
 En el apartado 6 de este trabajo se encuentra la edición facsimilar de “Profecía de Guatimoc” que 
apareció en el cuarto tomo de El Año Nuevo, Presente Amistoso, correspondiente a 1839. 
Estevané Vázquez -3- Motivos heroicos 
 
que asistía de oyente con la que posteriormente se convertiría en mi asesora de tesis: la 
doctora Mariana Ozuna. La verdad es que el poema no me sedujo inmediatamente 
después de haberlo leído sino hasta que la profesora comenzó a comentarlo en la clase, 
logrando que surgieran dudas acerca del contexto en el que fue escrito, en quién lo había 
hecho y para quiénes había sido concebido. Asimismo, comenzaron a borrarse de mi 
mente esos mitos acerca de que la literatura mexicana de la primera mitad del siglo XIX 
no era más que una copia intencional de lo que se estaba creando en Europa. 
Evidentemente, es una realidad que la lengua y la cultura mexicana parten y comparten 
un pasado español; no obstante, también es claro que a pesar de que el México 
independiente fue inspirado y construido por ideales o intereses de los criollos, entre el 
nacido en la península y el nacido en América hubo marcadas diferencias. Por lo tanto, 
con o sin la Independencia, el tema de la “otredad” ha estado presente en nuestro país 
desde la conquista española. 
A pesar del sincretismo, que lógicamente se manifestó con mayor intensidad en 
los estados del centro y del sur de la actual república mexicana, gran parte de nuestra 
cultura, por ejemplo, la religión y nuestras costumbres, tienen orígenes españoles. 
Partimos de una misma preceptiva. A medida que el tiempo pasaba, inevitablemente la 
sociedad colonial comenzó a experimentar un desarrollo que a su vez se iba traduciendo 
en un modo particular de ser. Para el inicio del siglo XIX, en el ámbito de la literatura, 
parece que ya en la Arcadia mexicana se puede visualizar esta otra sintonía en la que ya 
se encontraban inmersas nuestras letras -a lo largo de la tesis retomaré este asunto-. Por 
otro lado, podemos hablar de las luchas de independencia, las diversas batallas 
expansionistas de las que México tuvo que defenderse y reponerse, entre otras; quizás 
nunca seremos capaces de determinar con precisión en qué momento México se 
comenzó a considerar ajeno a la Península. 
Estevané Vázquez -4- Motivos heroicos 
 
Más allá de lo que se pueda indagar acerca de lo anterior, uno de los grandes 
logros que encuentro en el poema “Profecía de Guatimoc” es, además de su valor 
estético y literario, el compromiso político y social por parte de su autor. En otras 
palabras, el héroe que construye en su poema fue diseñado para el tiempo y las 
circunstancias específicas de ese México. 
Ignacio Rodríguez Galván es un poeta moderno que se preocupa, desde su 
trinchera (las letras), por crear motivos para que el débil México de 1839 pueda resistir 
todas esas decepciones, agresiones y muertes que ha ido cargando desde antes de que 
comenzara a llevarse a cabo la gesta independentista. Este poeta comprometido era 
consciente de que para su pueblo más que explicaciones legales, tratados filosóficos o 
escrupulosos ensayos que explicaran la necesidad de permanecer unido; después de 
tanta masacre y atropello, era indispensable hacer un espacio para continuar soñando. 
Los miembros de la Academia de Letrán ya habían deslizado sus plumas por este 
camino. Considero que el acierto de este grupo radicó en que en un momento de total 
desencanto, se propusieron la tarea de soñar y de imaginar, no por ocio, sino para llevar 
a cabo la empresa de recrear los cimientos que sostenían su nación. Esto significó la 
recreación de un origen que justificara la noción de creer en el presente y el futuro. Este 
ideal en el pasado para hablar del presente, es decir partir de la imaginación para crear 
una nación donde no la hay, tiene raíces y aspiraciones míticas. A lo largo de la tesis 
abordaremos con todo detalle cómo se reflejan estos aspectos en el poema. 
Es en este contexto y bajo estos ideales en los que el joven poeta, crítico, 
literato, traductor y editor Ignacio Rodríguez Galván hizo su profecía y construyó a un 
héroe. El cuidado y decoro con el que llevó a cabo esta empresa se puede comprobar a 
través de la laboriosa construcción de espacios míticos y legendarios; asimismo, del 
orden y los atributos que le dió a la naturaleza en la que se encuentra enmarcado tanto el 
Estevané Vázquez -5- Motivos heroicos 
 
tema de lo profético como el de lo heroico; por otro lado, también es evidente cómo se 
compaginan la tradición judeocristiana, la grecolatina y las características del 
Romanticismo europeo, dentro de la realidad del México de ese entonces. Finalmente, y 
quizás lo que más me ha impresionado, la enunciación de la propuesta del autor: hacerle 
un “llamado” a todo aquel que se considere mexicano, con la intención, de revelarle, 
comunicarle y convencerlo de que ha nacido para ser héroe y que su momento para 
llevar a cabo esta empresa ha comenzado. Desde este sentido, se puede hablar de un 
poema con fines totalmente nacionalistas. 
Desde la escatología católica aunada a los ideales románticos, el mensaje de 
Ignacio Rodríguez Galván nos revela que no hay nada en este mundo que corresponda a 
este llamado heroico, asimismo, revela que el héroe al que convoca, probablemente no 
recibirá su recompensa en esta vida, ya que la empresa (para la que fue llamado) rebasa 
los límites de su compromiso como mexicano; asimismo, a pesar de que ésta se 
encuentra enraizada en un plano divino, pretende germinar en uno mortal: “El hombre/ 
tiene dos cosas solamente eternas:/ su Dios y su virtud, de Él emanada. . .”
3
. 
Prodigiosamente I. Rodríguez Galván es un poeta que sabe hacer uso y manejo 
de espacios oníricos, proféticos y de realidad; asimismo, lo maravilloso se encuentra 
presente en los momentos en que se detiene a describir las transgresiones que se 
manifiestan en el entrecruce de los límites de cada uno de estos espacios. 
Probablemente, a través de estos recursos podemos visualizar la formación del poeta en 
el campo de la épica con lecturas como La Araucana, la Eneida, la Odisea y la Ilíada. 
Otro factor que me pareció bastante interesante fue el modo en que el poeta 
partió de la leyenda del emperador azteca Guatimoc, más que como personaje histórico, 
como ente sobrenatural, para llevar a cabo la intencionalidad de ejercer su discurso. 
 
3
 Ignacio Rodríguez Galván, “Profecía de Guatimoc”, vv. 544-546 
Estevané Vázquez -6- Motivos heroicos 
 
I. Rodríguez Galván sabe lo valioso que puede resultar el recurso de lo profético para 
comunicar propuestas ideales y de este modo, indirectamente influir sobre quienes se 
acerquen a un texto con atributos formalmente ficcionales. 
Finalmente, me parece necesario justificar las razones por las que consideré 
elemental incluir una revisión acerca de la vida y contexto de Ignacio Rodríguez Galván 
en esta tesis. En primer lugar, tiene que ver con la relación que encontré entre las 
aspiraciones biográficas y generacionales, del poeta, y el uso del sueño romántico y 
mítico presentes en el poema. Es decir, partiendo de la idea de que el uso de estos 
recursos no se genera de manera gratuita en la literatura, me pareció necesario encontrar 
su función en la intencionalidad del autor. Afortunadamente, entre más indagaba en 
torno al tema mítico, más iba encontrandoun estrecha relación entre el poeta y su obra. 
Posteriormente, descubrí que “Profecía de Guatimoc” no sólo contiene temas míticos, 
sino que se encuentra estructurado bajo los parámetros de esta misma tradición. 
Asimismo, pude darme cuenta que era completamente congruente con el resto del 
trabajo de Ignacio Rodríguez Galván, con su empresa editorial, con sus estudios 
bíblicos, con sus interés por la traducción y por su visión romántica del mundo. 
 
Estevané Vázquez -7- Motivos heroicos 
 
2. Contexto 
 
“Profecía de Guatimoc” fue escrito entre el 16 y el 27 de septiembre de 1839, año 
incuestionablemente turbulento para la historia de México: tan sólo habían pasado 
dieciocho años de que el ejército trigarante anunciara la Independencia
1
; además, ya 
habían desfilado por la silla un emperador
2
 y once presidentes; las pugnas entre 
centralistas y federalistas
3
 estaban en pleno auge; además, en 1836 habían comenzado los 
movimientos separatistas de Texas y Yucatán; y, como si no fuese suficiente, estaba muy 
reciente la vergonzosa Guerra de los Pasteles (1838-1839). 
En este contexto, el intento por suplir al inmediato pasado hispánico por la 
sepultada cultura prehispánica podría resultar completamente comprensible, sobre todo si 
tomamos en cuenta que el país demandaba adquirir una unidad que le permitiese 
sobrevivir a las susodichas agresiones. Haciendo un diagnóstico de la salud del país, 
México se encontraba en un estado de caos
4
. 
Luis Villoro y José Luis Martínez proponen que la Independencia, más que una 
búsqueda, fue una coincidencia
5
. Es decir, desde una realidad y una problemática poco 
 
1
 José Luís Martínez denomina a este periodo de México como a un momento no sólo de asimilación sino 
de búsqueda de “una expresión nacional”; además, afirma que los politólogos y pensadores del país 
consideraban que éste se encontraba ensordecido por “una incultura favorecida por la violencia política” 
[en José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. V]. 
2
El imperio de Agustín de Iturbide que sólo duró unos días en el año de 1822. 
3
 Antonio López de Sana Anna representaba al grupo de los centralistas y Valentín Gómez Farías al de los 
federalistas. No obstante, hoy sabemos que en varias ocasiones Santa Anna se cambió de bando y que las 
reformas de Gómez Farías tampoco eran tan liberales. [Edmundo O´Gorman, “La trágica incomprensión: 
Conservadores y liberales”, en México (El trauma de su historia), págs. 30-41] 
4
 El concepto de caos es quizás uno de los que más estaré abordando a lo largo de esta tesis ya que 
propongo que a partir de esta noción se encuentran establecidos los cimientos en que los ideólogos de la 
primera mitad del siglo XIX mexicano estaban actuando. Rodríguez Galván no es la excepción, y me 
parece que mediante su grandioso poema, “Profecía de Guatimoc”, logró proyectar esta cosmovisión. 
5
 Luis Villoro hace una reflexión acerca de la distinción entre “soberanía” e “independencia” considerando 
que a pesar de que ambas implican una “simple libertad de gerencia”, la soberanía “no reside en la 
«voluntad general» de los ciudadanos -sino que- recae en una nación ya construida, organizada en 
estamentos y representada en cuerpos de gobierno establecidos” [en Luis Villoro, El proceso ideológico de 
la Revolución de Independencia, pág. 56]. José Luis Martínez observa que “España era nuestra, y por 
Estevané Vázquez -8- Motivos heroicos 
 
equiparable a la Independencia de Estados Unidos, nuestra autonomía fue recibida en un 
momento y circunstancias inesperadas. Villoro, al enfrentarse a comentarios como el del 
canónigo Berstáin de Souza
6
, acerca del tema de la Independencia, propone que debió de 
respirarse una incertidumbre por parte de los colonos con respecto a la misma. 
Para 1839 el tema de cuán conveniente era la independencia para México 
aparentemente había sido superado; no obstante, como ya mencioné, el país estaba en un 
estado de emergencia, producto de la gran cantidad de luchas intestinas que vivía. José 
Luis Martínez califica a este periodo como de “total desilusión del mundo”
7
. 
 
2.1. Antecedentes literarios 
 
Para finales del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX diversos sectores sociales 
en Nueva España, seducidos por el cultivo de las ciencias y por el rescate de la historia, 
fundaron grupos y academias
8
. En consonancia con este espíritu perfilado a la búsqueda 
de un patrimonio cultural común, se comenzaron a importar libros y revistas de diversas 
disciplinas; además, aparecieron las primeras casas editoriales. 
Me parece útil hacer un breve recuento de los antecesores de Ignacio Rodríguez 
Galván, antes que de la generación a la que perteneció, con el fin de aproximarnos a su 
tradición poética. 
 
razones políticas la habíamos abandonado apoyándonos en los grandes creadores de la Revolución en 
Francia. . .” [José Luis Martínez, “Prólogo” en Poesía Romántica, pág. VII]. Por otro lado, él mismo 
comenta que al haber sido el “espíritu de España alejado de nuestra patria por decisión popular” había 
traído como consecuencia “una incertidumbre al alma mexicana.” Es decir, el país resintió una especie de 
orfandad, misma que obligó a la poesía a deslizarse “irremediablemente hacia la otra nación hermana: 
Francia” [en José Luis Martínez, ibidem, pág. VI] 
6
 El canónigo Beristáin de Souza opinaba que “era innegable la justicia de los insurgentes, pero que no 
éramos aún dignos de la independencia y de la libertad” [José María Beristáin de Souza, El Ilustrador 
Americano, núm. 21, apud Luis Villoro, El proceso ideológico de. . ., pág. 206] 
7
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. V 
8
 Carlos González Peña habla de este fenómeno cultural que se vivió en México en su Historia de la 
literatura mexicana, Cuarta Parte, “De la consumación de la independencia a 1866”, págs. 137-172 
Estevané Vázquez -9- Motivos heroicos 
 
La Gaceta de México, compendio de noticias de Nueva España
9
 (1784-1809) es 
uno de los testimonios con que contamos del trabajo de los pensadores mexicanos de 
principios del siglo XIX. Estos no se perfilaron hacia el ámbito literario, sino a 
disciplinas como la “geología, medicina, botánica, cronologías, artes y -en pocos casos 
aparecen- algunos que otros versos”
10
. Además, contaban con una amplia noción de lo 
que estaba ocurriendo en los principales centros culturales como Francia e Inglaterra. En 
cuanto a las influencias españolas, Carlos González Peña comenta que fueron asiduos 
lectores de Luzán, Meléndez Valdés, Moratín, Feijoo y Cadalso
11
. 
Entre 1805 y 1812
12
 surgió un grupo de poetas mexicanos seguidores de Juan 
Meléndez Valdés
13
 que formaron lo que actualmente se conoce como la Arcadia de 
México
14
. Sus publicaciones se conservaron gracias al Diario de México
15
, cuya 
publicación estuvo a cargo de Carlos María de Bustamante y Jacobo de Villaurrutia en 
1806
16
. Martínez Luna comenta que la Arcadia: 
 
aglutinó a los poetas cuyas obras se caracterizan por el intento de alejarse del 
lenguaje oscuro en el que, según ellos, habían caído los poetas barrocos; los 
 
9
 Específicamente me refiero a la tercer Gaceta de México, la que fue publicada en 1728 por Juan Francisco 
Sahagún según Xavier Talavera Alfaro. La primera fue publicada en 1722; junto con Noticias de Nueva 
España son consideradas las primeras referencias periodísticas en la historia nacional. [en Carlos González 
Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 112]. 
10
 Carlos González Peña, ibidem, pág. 112. 
11
 Carlos González Peña, ibidem, pág. 112. 
12
 Fernando Tola de Habich ubica dentro de este grupo a escritores nacidos entre 1791 y 1805; no obstante,Belem Clark, difiere ya que algunos de los poetas nacidos en las susodichas fechas no precisamente 
pertenecieron a la Arcadia. 
13
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. 29. 
14
 Entres los escritores más destacados de la Arcadia se encuentran fray Manuel Martínez de Navarrete, 
Manuel Pomposo, Francisco Uraga, Antonio Salgado, Juan María Lucanza y José Manuel Sartorio [en 
Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 113]. 
15
 El Diario de México, además de haber sido el primer cotidiano que se publicó en la Nueva España fue un 
parteaguas generacional, ya que como comenta González Peña, a partir de él se formó la tradición 
neoclásica [en Carlos González Peña, ibídem, pág. 113]. 
16
 Carlos González Peña, ibídem, pág. 113. 
Estevané Vázquez -10- Motivos heroicos 
 
árcades buscaban un lenguaje claro que expresara de forma sencilla las 
emociones humanas y así restaurar lo que para ellos era el “buen gusto”
17
. 
 
El trabajo de poetas como Fray José Manuel Martínez de Navarrete fue 
considerado por los dictados de la Ilustración como de buen gusto poético y opuesto a lo 
vicioso. Este poeta, además, simpatizó con lo referente al ámbito “político-cultural”
18
. 
Considero que una de las principales aportaciones de los árcades a nuestras letras fue la 
inserción de motivos propiamente mexicanos ya sea léxicos, topográficos o de 
costumbre
19
 en su producción poética. Esther Martínez comenta que, al igual que en la 
Arcadia de Roma, los integrantes de este movimiento tuvieron el ideal de hacer 
restauraciones tanto lingüísticas como literarias, mismas que se encontraban vinculadas 
con el mundo social y político de su actualidad
20
. Por ejemplo, se llevaron a cabo 
polémicas acerca de la forma en que se debía escribir poesía. Otro de los intereses que 
fueron muy propios de esta asociación era demostrarle al mundo que en América también 
se realizaban obras a la altura de Europa. 
Para 1808, Juan Wenceslao Barquera comenzó a publicar el Semanario 
económico de noticias curiosas y eruditas, en el cual, entre otras cosas, se rescató el 
teatro español de los siglos XVII y XVIII; además, se realizaron traducciones de obras 
inglesas y francesas, de autores como W. Shakespeare. 
En 1805 ocurrió la derrota de Trafalgar en España, y en 1808 Fernando VII, 
traicionado por Napoleón, abdicó al trono español a nombre de José Bonaparte, lo que 
 
17
 Esther Martínez Luna, “Una amistad arcádica. . . “, pág. 191. 
18
 Belem Clark, “¿Generaciones o constelaciones?”, en La república de. . ., pág. 20. 
19
 Por ejemplo, Fray Manuel Martínez de Navarrete, en su poema “Las flores de Clorila”, introduce en un 
espacio que aparenta ser totalmente virgiliano al pájaro americano chupa-rosas: “Ésas que los zagales/ 
llamamos chupa-rosas,/ tras tu guirnalda vuelan,/ Clorinda, a tus horas” [en Manuel de Navarrete, Poesías 
profanas, pág. 36]. 
20
 Esther Martínez Luna, “Una amistad arcádica. . . “, pág. 192. 
Estevané Vázquez -11- Motivos heroicos 
 
dividió a los españoles peninsulares y levantó la resistencia política y militar a la invasión 
francesa. Este hecho condujo a acelerar el proceso de independencia política
21
. Por 
supuesto, también repercutió en prácticamente todos los sectores de las colonias 
españolas. Para José Luis Martínez “al calor de la Independencia” se buscaron nuevos 
medios de inspiración “para expresar la lucha por la creación de una patria”
22
. La poesía 
se transformó y “de bucólica y amatoria, se tornó heroica”
23
. 
A partir de lo anterior las letras generaron “un nuevo carácter: el político”
24
. El 
folleto fue el medio más práctico y popular al que pudieron recurrir la mayoría de los 
escritores debido a sus cualidades propagandísticas. Entre los pensadores más destacados 
que pertenecieron a este periodo se encuentran José Joaquín Fernández de Lizardi, 
Ignacio Borunda y Servando Teresa de Mier, entre otros. Éstos compartieron ideales 
ilustrados (tales como la importancia de difundir la educación) y deseaban dirigirse a 
sectores sociales amplios. En sus obras se manifestaba un compromiso moralista, 
religioso, social y político. 
Quizá el vínculo principal que hermanó a los diferentes sectores culturales en 
México fue la necesidad que comenzó a surgirles por encontrar su origen, por demostrar 
la existencia de una presencia sobrenatural en la que se reconociera una predestinación 
gloriosa; es decir, un respaldo tangible capaz de sobrellevar la necesidad de ser un país 
soberano. Los poetas hablaron de una nación, de un pueblo, de una generación huérfana
25
 
(tópico recurrente en la tradición heroica) no sólo después de la Conquista, sino antes y 
 
21
 Luis Villoro, “La revolución de Independencia”, Historia general de México, notas por Daniel Cosío 
Villegas, págs. 498-499. 
22
 José Luís Martínez, La expresión nacional, pág. 29. 
23
 Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 119. 
24
 Carlos González Peña, ibidem, pág. 115. 
25
 Acerca de esta orfandad, José Luis Martínez habla de la resolución que tomó México de recurrir a 
Francia, sobre todo desde el ámbito del pensamiento [en José Luis Martínez, “Prólogo”, Poesía Romántica, 
pág. VI]. 
Estevané Vázquez -12- Motivos heroicos 
 
después de la Independencia. La tradición romántica mexicana se afianzó en estas ideas 
hasta sus últimas consecuencias
 26
. 
En 1812 fue aprobada la Constitución de Cadiz, la cual promovía la libertad de 
imprenta; como consecuencia, se comenzaron a realizar numerosas publicaciones entre 
las que destaca El Pensador Mexicano de Fernández de Lizardi. Para José Luis Martínez 
en este autor “nace la voz del mestizo que expresa al pueblo”
27
. El mismo año de la 
Constitución de Cádiz Carlos María Bustamante publica sus Juguetillos
28
. 
El 27 de Septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró triunfalmente a la ciudad 
de México, evento que marcó la Consumación de la Independencia. Inmediatamente 
después de este acontecimiento dos tendencias se pusieron en pugna: “la que 
substancialmente aspiraba a conservar aquel régimen” y “la que pretendía destruirlo”
29
. 
Es decir, por un lado el imperialismo de Iturbide, y por el otro, la república de Santa 
Anna. Algunas tristes memorias, acerca de estos problemáticos momentos de luchas y 
revueltas, fueron las constantes traiciones y cambios de bandos entre miembros de ambos 
lados. 
En el ámbito cultural el poeta cubano José María Heredia fue una de las figuras 
más influyentes no sólo en I. Rodríguez Galván sino en todos sus contemporáneos. Su 
espíritu patriótico, melancólico, desencantado y apasionado tuvo buen recibimiento por 
 
26
 La idea de concebir a México como un lugar de predestinaciones parece que estuvo presente desde el 
Descubrimiento de América. Entre los testimonios que comprueban esta afirmación se encuentran: los 
mismos diarios de Colón y la enorme labor de Sahagún; la labor de los frailes y su teatro de evangelización, 
como el caso de Mendieta; los jesuitas y su teatro escolar, como; grandes novohispanos como Bernardo de 
Balbuena y Sor Juana Inés; la obra de Francisco de Terrazas, los discursos de Teresa de Mier, y muchos 
otros más, no menos importantes. Todas estas obras comparten la idea de sentirse herederos de una tierra de 
promesas; es decir, de un nuevo Jerusalén. [Pedro Piñero Ramírez, “La épica hispanoamericana colonial”, 
págs. 161- 185]. 
27
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. 25. 
28
 Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 117. 
29
 Carlos González Peña, ibidem, pág. 137. 
Estevané Vázquez -13- Motivos heroicos 
 
parte de muchos mexicanos. El 4 de febrero de 1826 Heredia fundó la revista El Iris, la 
cual estuvo dedicada “a las personas de buen gusto en general,y en particular al bello 
sexo”
30
. Los límites entre la política y la literatura, para este periodo de la historia, fueron 
totalmente vagos: los escritores eran escritores-políticos ocupados en su historia 
contemporánea. 
 
2.2. Contexto literario 
En junio de 1836 José María Lacunza y su hermano Juan Nepomuceno, junto con 
Guillermo Prieto y Manuel Tossiat Ferrer fundaron la Academia de San Juan de Letrán, 
postulando como presidente perpetuo a Andrés Quintana Roo. González Peña cuenta que, 
en sus orígenes, ésta era tan solo una libre reunión entre muchachos a la que “pudiéramos 
apellidar nuestra primitiva bohemia literaria”
31
. Belem Clark opina que el nacimiento de 
dicha institución dio origen al primer romanticismo mexicano
32
. La obra de Ignacio 
Rodríguez Galván debe entenderse en el seno de esta asociación literaria y de su entorno 
estético. 
El interés que tenían los miembros de la Academia para llevar a cabo sus tertulias 
era “la corrección y pluralismo formal de las obras de sus socios, además de la 
popularización y nacionalización de la literatura”
33
. Por consiguiente, la mayoría de los 
textos que se realizaron se inclinaban hacia los hechos políticos e históricos que estaban 
sucediendo en el país. Para José Luis Martínez, entre 1836 a 1867 nació la generación 
 
30
 Belem Clark, “Introducción” en La república de las letras, Vol. 1, pág. 22. 
31
 Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 139. 
32
 Belem Clark, “Introducción” en La república de las letras, Vol. 1, pág. 22. 
33
 María del Carmen Ruiz Castañeda, El Recreo de las Familias, pág. XXI. 
Estevané Vázquez -14- Motivos heroicos 
 
“propiamente mexicana”
34
 en el campo de la ideas y de las letras. Entre los escritores que 
gustaron e influyeron sobre los miembros de la Academia se encuentran: Horacio, 
Virgilio, Fernando de Herrera, fray Luis de León, Goethe, Schiller, Ossian y Byron
35
. 
Belem Clark habla de tres etapas o generaciones en la vida de la Academia de 
Letrán: la primera se encuentra compuesta de pensadores como Andrés Quintana Roo, 
José María Tornel, Pablo de Mendívil y Lucas Alamán; en la segunda, por pensadores 
conservadores como Manuel Carpio y José Joaquín Pesado; y en la última, por Ignacio 
Ramírez, Guillermo Prieto, Ignacio Rodríguez Galván, entre otros. Estos últimos fueron 
catalogados como “románticos y liberales en ideas, aunque no siempre en forma”
36
. 
Según José Luis Martínez, fue a través de José María Heredia como llegó el 
Romanticismo a México. Esto, aunado a que las condiciones ad hoc del país para que 
dicho movimiento fuera adoptado
37
, tomando en cuenta que, a diferencia de Europa “el 
paso del neoclasicismo al romanticismo no requirió en México el triunfo de una batalla 
cultural”
38
. 
Los miembros de la Academia se reunían semanalmente y realizaban trabajos 
como tesis, libre crítica y estudios gramaticales. Entre ellos “se imponían temas 
nacionales, ya sea relacionados con el pasado precortesiano y colonial, o bien se tratara 
de cuadros de costumbres o descripciones de tipos y paisajes nuestros”
39
. En la tradición 
 
34
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. 25. 
35
 Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 140. 
36
 Belem Clark, “¿Generaciones o constelaciones?”, en La república de las letras, vol. I pág. 23. 
37
 Esto me parece fundamental debido a que el Romanticismo que se gestó en México estuvo arraigado a un 
pesimismo, o negación, de algo mucho más arcaico que al Neoclasicismo que le precedió. A mi parecer, se 
encuentra instaurado en un espacio más mítico que histórico; es decir, en el origen de una nación que 
comenzaba a concebirse en términos de distinguirse de otras. 
38
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. 43. 
39
 Carlos González Peña Historia de la literatura mexicana, pág. 140. 
Estevané Vázquez -15- Motivos heroicos 
 
literaria arcádica heredada por nuestros románticos se encuentra ya cifrada parte de la 
forma literaria de la identidad nacional que se configuró a lo largo del siglo XIX. 
José Luis Martínez afirma que en este periodo se promovió el enriquecimiento 
cultural a través de asociaciones preocupadas por resolver las carencias que tenían las 
instituciones de cultura superior. Una medida que tomaron fue la elaboración de sus 
propias publicaciones; por ejemplo, la Academia de Letrán creó su revista anual El Año 
Nuevo
40
, donde aparecieron escritores como Eulalio María Ortega, Antonio Larrañaga, 
Joaquín Navarro, José Ramón Pacheco, Luís Martínez de Castro, y Fernando Calderón. 
En la edición de 1839, de esta revista, se publicó la “Profecía de Guatimoc”. 
Antes de Año Nuevo, Rafael Gondra y, posteriormente, Ignacio Cumplido 
publicaron la revista Mosaico mexicano o Colección de amenidades curiosas e 
instructivas cuyo primer volumen se editó en 1836. Ésta fue valorada como un “órgano 
artificioso de la recién creada Academia de Letran”
41
. En septiembre de 1837 se dejó de 
editar. Posteriormente, Cumplido viajó a Estados Unidos donde aprendió nuevas técnicas 
de tipografía y para enero de 1840 rescató la revista. En abril se comenzó a publicar 
semanalmente. 
 
40
 Esta revista se imprimió, anualmente, de 1837 a 1840 en la editorial de Mariano Galván. Ignacio 
Rodríguez Galván fue el editor de esta revista y entre sus principales colaboradores destacan José Joaquín 
Pesado, Guillermo Prieto, Manuel Payno, los hermanos José María y Juan N. Lacunza, Francisco Ortega, 
Tossiat Ferrer, Luis Martínez de Castro, Eulalio Ortega y Juan Navarro. Marco Antonio Campos comenta 
de cómo “María del Carmen Ruiz Castañeda escribió que con los Años Nuevo el joven Rodríguez «entregó 
a los bibliómanos de su tiempo no sólo unas auténticas joyas del arte tipográfico, son verdaderas antologías 
de la poesía, el drama y la narrativa mexicanos de su tiempo. Son también las publicaciones inaugurales de 
nuestro primer romanticismo y las primeras totalmente dedicadas a la literatura.” [Marco Antonio Campos, 
La Academia de Letrán, pág. 48] 
41
 María del Carmen Ruiz Castañeda , El Recreo de las Familias, pág. XVIII 
Estevané Vázquez -16- Motivos heroicos 
 
Los editores de la época eran una parte valiosa y primordial de la difusión 
cultural. Destacan el ya mencionado Mariano Galván
42
 (tío de Ignacio Rodríguez 
Galván), Ignacio Cumplido
43
, y Vicente García Torres
44
. El Siglo XIX, editado por 
Ignacio Cumplido de 1841 a 1896, y El Monitor Republicano, dirigido por Vicente 
García Torres de 1844 a 1896, fueron los periódicos más populares del siglo XIX
45
. 
Según Martínez el formato de estos periódicos era muy distinto al actual: la información 
ocupaba un lugar secundario y reducido, y se aderezaba con extensas crónicas; la 
temática no se dividía en secciones, así que, sin ningún conflicto editorial, se 
entremezclaba la información propagandística con documentos oficiales, crónicas, entre 
otros. Eran periódicos muy literarios, ajenos a la forma en la que en la actualidad son 
construidos
46
; es decir, no existía una distinción entre periodismo y literatura. 
Dentro de la Academia de Letrán también existían dos bandos: “el que sostenía la 
tradición y el que aspiraba a renovarse”
47
. Belem Clark señala que, a partir de la escisión 
entre liberales y conservadores, se crearon dos revistas más: la primera publicada por 
Ramón Isaac Alcaraz, Juan Navarro y Martínez Castro de 1843 a 1845 se llamó El 
Museo; mientras que la otra, por Guillermo Prieto y Manuel Payno, en 1844 se llamó El 
Liceo
48
. 
 
42
 Además de los ya mencionados Años nuevos, en su editorial nacieron: los primeros Calendarios de 
Galván (a partir de 1826), El recreo de las familias (de nov. de 1837 a abrilde 1838), los Calendarios de 
las Señoritas mexicanas (1838-1841 y 1843), entre otros. 
43
 Cumplido fue el editor de El Mosaico Mexicano (1845-1845), el Presente Amistoso (1847, 1851, y 
1852), El Álbum Mexicano (1849) y La Ilustración Mexicana (1851-1855). 
44
 García Torres editó el Semanario de las señoritas Mexicanas (1841-1842) y El Panorama de las 
Señoritas Mexicanas (1846-1849). 
45
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. 50. 
46
 José Luis Martínez, ibidem, pág. 50. 
47
 Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 141. 
48
 Belem Clark, “¿Generaciones o constelaciones?”, en La república de las letras, Vol. 1, pág. 78. 
Estevané Vázquez -17- Motivos heroicos 
 
En su intento por mexicanizar la literatura, los miembros de la Academia de 
Letrán adquirieron una actitud anticolonial
49
 que buscó borrar el pasado hispánico. Sin 
embargo, la literatura mexicana no logró emanciparse, “como no puede hacerlo ninguna 
literatura”
50
. A través de las publicaciones que se hicieron en el Año Nuevo pueden 
corroborarse las lecturas que poseían los miembros de la Academia de escritores tanto 
españoles, como ingleses, franceses, italianos e, incluso, de hebreos
51
que, además, 
difundían entre sus lectores. 
Además de lo seducidos que se sintieron los miembros de esta generación por el 
nacionalismo, produjeron artículos sobre episodios cruciales de la historia universal, 
biografías de personajes literarios o políticos, sobre temas de ciencia, cultura y temas de 
religión
52
. 
Según Francisco Pimentel, la información histórica con la que los miembros de la 
Academia de Letrán contaban, en síntesis, eran las obras de: Hernán Cortés, fray 
Bernardino de Sahagún, el padre Narciso Durán, fray Toribio de Benavente Motolinía, 
fray Gerónimo de Mendieta, Fernando de Alva Cortés Ixtlilxóchitl, el padre José Acosta, 
Carlos de Sigüenza y Góngora y Francisco Javier Clavijero. Éstos fueron rescatados por 
las Gacetas de Literatura de Alzate y el Diario de México
53
. El mundo indígena no era el 
que se encontraba presente en el aquí y en el ahora de los pensadores, sino su sentido 
exótico y maravilloso descrito en el pasado concebido por los cronistas. 
 
 
 
49
 María del Carmen Ruiz Castañeda, El Recreo de las Familias, pág. XXII. 
50
 Marco Antonio Campos, La Academia de Letrán, pág. 8. 
51
 Marco Antonio Campos, ibidem, pág. 8. 
52
 José Luis Martínez, La expresión nacional, pág. 49. 
53
 Francisco Pimentel, “Historiografía de la literatura Mexicana. . .”, pág. 399. 
Estevané Vázquez -18- Motivos heroicos 
 
2.3. Ignacio Rodríguez Galván: una leyenda sin biografía 
Ignacio Rodríguez Galván nació el 22 de marzo de 1816 en el pueblo de Tizayuca, en 
aquel entonces Estado de México
54
; hijo de padres españoles
55
: José Simón Rodríguez 
Maldonado y María Ignacia Galván Rivera. Fue bautizado en la Parroquia del Divino 
Salvador Tizayuca el 23 de marzo de 1816 con el nombre de José Patricio, 
probablemente en estado delicado ya que, se cuenta que, ese mismo día le impusieron los 
santos óleos
56
. 
Lo que se sabe de la vida de Ignacio Rodríguez Galván es mucho de leyenda y 
poca información verificable. A la fecha no se cuenta con una biografía puntual, así que 
el único recurso es el de recopilar su leyenda. A pesar de haber nacido en el seno de una 
familia de terratenientes, Antonio, uno de los hermanos del poeta, cuenta que eran de 
“corta economía” debido a las crisis que venían cargando desde la Guerra de 
Insurrección
57
. Por lo tanto, en julio de 1827, después de la muerte de su madre, Ignacio 
fue llevado a la ciudad de México y encomendado con su tío Mariano Galván Rivera 
quien, además de ser un famoso editor de su tiempo, era dueño de la librería Galván. De 
este modo, Rodríguez Galván trabajó en la librería de su tío de los 11 hasta los 22 años: 
 
54
 María del Carmen Ruiz Castañeda señala que hoy en día el pueblo de Tizayuca pertenece al estado de 
Hidalgo [en María del Carmen Ruiz Castañeda, “Prólogo”, en El Recreo de las Familias, pág. XI]. 
55
 La subjetividad de estos datos es evidente, ya que según las descripciones físicas con las que actualmente 
contamos acerca de Rodríguez Galván señalan que tenía un aspecto indígena, a pesar de que su acta de 
nacimiento señala que era hijo de criollos. Basándose en el testimonio de Guillermo Prieto, de Memorias de 
mis tiempos, Tola de Habich comenta: “El aspecto de Ignacio era de indio puro, alto, de ancho busto y 
piernas delgadas no muy rectas, cabello negro y lacio que caía sobre una frente no levantada pero llena y 
saliente; tosca nariz, pómulos carnudos, boca grande y unos ojos negros un tanto parecidos a los de los 
chinos” [en Fernando Tola de Habich, Obras de Ignacio Rodríguez Galván, Tomo I, pág. XV]. 
56
 Hermógenes, 1901, “Notas biográficas de Ignacio Rodríguez Galván”, en El tiempo literario ilustrado, 
Núm. 42 pág. 496, (México), apud Fernando Tola de Habich, “Imágenes sobre Ignacio Rodríguez Galván” 
en Obras de Ignacio Rodríguez Galván, Tomo I, pág. X. 
57
 Antonio Rodríguez Galván, “Al lector”, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. Fernando Tola de 
Habich, Tomo I, pág VII. 
Estevané Vázquez -19- Motivos heroicos 
 
“ambiente en el que el pequeño descubrió sus inquietudes literarias. La lectura y el 
estudio de otras lenguas fueron sus intereses”
58
. 
Guillermo Prieto comenta que el poeta era “retraído y encogido, y solía 
interrumpir su silencio meditabundo con arranques bruscos y risas destempladas y 
estrepitosas”
59
. Por lo anterior, podemos imaginar que debió haber sido considerado algo 
excéntrico y poco sociable por sus contemporáneos. Tola de Habich opina que la mejor 
manera de describir al poeta es basándose en la típica definición que los manuales de 
literatura hacen con respecto a la escuela romántica: 
 
Afirmación del yo como centro del universo; prioridad del sentimiento sobre la 
razón; inclinación a la fantasía, el sueño, el amor como ejes centrales de 
cualquier preocupación; acentuada subjetividad, pesimismo y melancolía; 
también cierta actitud de rebelión contra las convenciones vigentes en la 
sociedad, en la literatura, en cualquier forma aceptada. Literariamente, una vuelta 
a asuntos religiosos como transfondos poéticos; búsqueda del romance como 
vehículo de expresión, paisajes oscuros, tormentosos, lluviosos; exaltación y 
anclaje en elementos históricos del pasado (factibles de “romantizar”); 
reivindicaciones patrióticas; amores siempre frustrados, desgarradores, muy 
deprimentes; llantos, quejas, protestas, reclamaciones e inclinaciones suicidas por 
despecho, celos y comprobaciones de ingratitud 
60
. 
 
Tola de Habich apunta que I. Rodríguez Galván solía usar la cabellera larga, el 
andar melancólico, buscaba la soledad, “pasaba de las lágrimas a la risa, del heroico 
caballero al bufón, del trovador enamorado al rústico insolente”
61
. 
Tanto los amigos del poeta como sus biógrafos coinciden acerca de que la 
formación literaria del poeta nació a partir de su llegada a la ciudad de México, aunada a 
 
58
 Margarita Alegría de la Colina, “Ignacio Rodríguez Galván, un coplero mexicano des siglo XIX”, en La 
república de las letras, ed. Belem Clark de Lara y Elisa Speckman Guerra, pág. 163. 
59
 Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. Fernando 
Tola de Habich, Tomo I., pág. XV. 
60
 Fernando Tola de Habich, Obras de Ignacio. . ., Tomo I, pág. XIX. 
61
 Fernando Tola de Habich, ibidem, Tomo I, pág. XVI. 
Estevané Vázquez -20- Motivos heroicos 
 
la influencia que su tío ejerció sobre éste, principalmente, mediante su librería donde se 
realizaban constantemente tertulias y discusiones literarias entre “literatos chancistas, 
clérigos de polendas,como el Dr. Quintero, Moreno Jové y otros, y poetas como Couto, 
Carpio, Pesado y algunos más”
62
. 
Por otro lado, gran parte de su conocimiento lo adquirió de modo autodidacta; por 
ejemplo, así aprendió la lengua francesa y la italiana; asimismo, “se familiarizó con los 
neoclásicos y prerrománticos, especialmente españoles, franceses e ingleses”
63
. El amigo 
del poeta Eulalio María Ortega cuenta: 
 
que su educación primaria fue escasa e imperfecta, que no estudió en ningún 
establecimiento de instrucción secundaria, que no tuvo maestro de ningún 
género, que se formó a sí mismo, y que lo hizo aprovechando horas de ocio, tan 
escasas, que para otros jóvenes de su edad, apenas habrían bastado para gustar 
los placeres propios de esa época de la vida
64
. 
 
De las tertulias de Francisco Ortega, Ignacio Rodríguez Galván aprendió el latín, 
lengua que, según Eulalio María Ortega
65
, el poeta deseaba aprender desde tiempo atrás, 
debido a su gran afición a la Biblia
66
. 
A lo que hasta ahora se ha recopilado de su espíritu romántico debemos añadir su 
amor no correspondido por la actriz Soledad Cordero. Ella parece ser, según afirma la 
leyenda de nuestro autor, el referente de sus poemas de desamor. Asimismo, algunos de 
 
62
 Fernando Tola de Habich, ibidem, Tomo I, pág. XVI. 
63
 María del Carmen Ruiz Castañeda, El Recreo de las Familias, pág. XIII. 
64
 Hermógenes: “Notas biográficas de Ignacio Rodríguez Galván”, El tiempo literario ilustrado. México 
1901. Tomo I. Núm.42. Págs. 496 a 497, nota 1, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. Fernando 
Tola de Habich, Tomo I, pág. XIV. 
65
 Eulalio María Ortega, “Rodrígez Galván (D. Ignacio)”, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. 
Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. XXXVII. 
66
 Eulalio María Ortega comenta que primero se deleitó con la traducción de Torre Amat, hasta que pudo 
acceder a la misma Vulgata [en Eulalio María Ortega, “Rodríguez Galván (D. Ignacio)” en Manual de 
biografía mexicana, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. 
CXXXVII]. 
Estevané Vázquez -21- Motivos heroicos 
 
los temas que quizás se relacionan con sus sentimientos por la artista son: el engaño
67
, la 
búsqueda
68
, el estado de ánimo de la voz poética
69
, etc. Al hacer una revisión de su obra 
poética
70
 pude notar que la presencia de la mujer suele jugar un papel regularmente 
negativo, excepto cuando se trata de la figura materna. 
En 1841, el proyecto de El Año Nuevo, presente amistoso cuya labor estaba a 
cargo de Ignacio Rodríguez Galván en la imprenta de su tío quebró. Por ende, al quedar 
Ignacio desempleado, José María Tornel y Mendívil (quien en ese entonces era Ministro 
de Guerra de Antonio López de Santa Anna) le ofreció trabajar en la sección literaria del 
Diario de gobierno, donde tuvo la oportunidad de acercarse más a José María Heredia. 
Tornel y Mendívil, además, nombró a Rodríguez Galván “oficial de la Legación 
Extraordinaria cerca de las Repúblicas del Sur de América e imperio del Brasil”, cuya 
comisión debía ejercer en La Habana. El 6 de junio de 1842 salió de Veracruz rumbo a 
La Habana, viaje del que jamás pudo regresar ya que contrajo vómito negro, enfermedad 
que lo llevó a la tumba el 26 de julio de 1842, contando con tan sólo 26 años de edad
71
. 
 
 
 
 
67
 Algunos de los poemas en los que se maneja el tópico literario del desengaño son “Un crimen” donde se 
narra el engaño de una bella mujer; mientras que en “Yo he cargado de amor el fuego” se habla de una 
mujer que fingía ser pura y buena, pero después se descubre que todo había sido un brillo, realmente su 
alma era de “corrupción pantano/ Joya que adorna encallecida mano” [en Ignacio Rodríguez Galván, Obras 
de Ignacio. . ., Tomo I, pág. 309]. 
68
 En consonancia con el motivo de la búsqueda, en “A ella” el poeta busca morir a raíz del despecho de la 
mujer que ama; en “Profecía de Guatimoc”, decepcionado el protagonista habla de haber buscado el amor 
de aquella que “en otro tiempo sonrió” con él [en Ignacio Rodríguez Galván, ibidem , Tomo I, pág. 119]. 
69
 Varios estados de ánimo plantea el poeta a través de su contacto con la amada: en “Un crimen” primero 
describe sentirse feliz por ser correspondido por su amada, después expresa un desconcierto por el engaño 
que de ella recibe y, finalmente, su tormentoso enojo ante la traición [en Ignacio Rodríguez Galván, ibidem, 
Tomo I, pág. 51]. 
70
 Obras de Ignacio Rodríguez Galván, pról. Fernando Tola de Habich, Tomo 1. 
71
 Margarita Alegría, Historia y Religión, pág. 29. 
Estevané Vázquez -22- Motivos heroicos 
 
2.3.1. El editor 
Como ya hemos mencionado, Rodríguez Galván era un gran lector de la Biblia; 
Margarita Alegría, además, propone que debió haber sido especialista de dicho libro ya 
que para 1831 la imprenta de Galván publicó la Biblia de Vence
72
. 
Quizás la aportación más importante, en el ámbito literario, que como editor hizo 
fue la publicación del Año Nuevo
73
 (1837-1840). Sin dejar de lado que el 17 de 
noviembre de 1837 apareció por primera vez la revista quincenal El Recreo de las 
familias, también editada por Rodríguez Galván con muchos de los colaboradores del 
Año Nuevo, además se anexaron grandes escritores como Fernando Calderón y José 
María Heredia. 
Es evidente que la labor editorial de Rodríguez Galván fue monumental, aunque 
se estima que sólo duró trece años. El fracaso de la editorial de su tío fue inevitable, a 
pesar de la gran pasión y entrega que los Galván demostraron tener a través de sus 
estupendas publicaciones. Estos lograron llevar al papel tanto sus sueños como los de 
muchos otros, a través de sus finísimas ediciones, especialmente la de El Año Nuevo. 
Además de sus contribuciones literarias ya mencionadas, Ignacio Rodríguez 
Galván colaboró con otras revistas: en el mismo año de 1837 en El dirima de Miguel 
 
72
 Esta misma estudiosa comenta que dicha edición fue la primera hecha en México; además, con respecto a 
la introducción que para ésta elabora Mariano Galván, sugiere acerca de la influencia que probablemente 
ejerció sobre Ignacio Rodríguez Galván [en Margarita Alegría, Historia y religión en. . ., pág. 27]: 
La Iglesia de mi patria [es] altamente recomendable, por todos los títulos para todo 
mexicano, y para mí más, porque la gratitud que me ha inspirado la buena acogida a tan 
piadosa empresa (la de imprimir dicha obra), fijó desde luego mi resolución. A ella pues 
la consagro y dedico con todo el amor patrio de un mexicano, el respeto y veneración de 
un hijo, y la gratitud y reconocimiento de un favorecido. [en Sagrada Biblia en latín y 
español, Imprenta de Galván, México apud Margarita Alegría, “Ignacio Rodríguez 
Galván. . .”, en La república de las letras, Vol. III, pág. 166]. 
73
 Marco Antonio Campos opina que de no haber sido por esta revista “no sabríamos que escribían en los 
años treinta casi todos los mediocres autores de la Academia.” [en Marco Antonio Campos, La Academia 
de Letrán, pág. 45]. 
Estevané Vázquez -23- Motivos heroicos 
 
González; El museo popular (1840) de Guillermo Prieto y Camilo Bros; el Semanario de 
señoritas mexicanas (1840-1842) de Isidro Rafael Gondra, reproducido en la imprenta de 
García Torres; y el Repertorio de literatura y variedad (1841-1842) de Miguel 
González
74
. Asimismo, a través de sus textos y traducciones, sabemos que leyó a lord 
Byron, Goethe, Victor Hugo, Alphonse de Lamartine, Inés Castro, Vicente Monti, Juan 
Reboul, Alejandro Manzoni, además, por supuesto, de la Vulgata. 
Por otro lado, de 1838 a 1841 y en 1843 los Galván publicaron sus Calendarios 
para señoritas mexicanas. En éstos I. Rodríguez Galván tradujo a Barante, Thomas 
Moore, Bulwer y Metastasio
75
. 
 
2.3.2. El literatoLa obra literaria de Ignacio Rodríguez Galván se encuentra constituida por la lírica, la 
narrativa, la dramática, el ensayo y la traducción. Los sentimientos dominantes que 
expresa a través de ésta son el amor, el patriotismo, el religioso; además Francisco 
Pimentel habla de una pasión por la gloria y por la tristeza
76
. 
Fernando Tola de Habich menciona que I. Rodríguez Galván “se le conceptúa 
como el iniciador del romanticismo en México”
 77
. Asimismo, Gustavo Baz lo apoda el 
“apóstol del romanticismo en México”
78
. Esto significa que como escritor, no sólo 
 
74
 María del Carmen Ruiz Castañeda, El Recreo de las Familias, pág. XXII. 
75
 Ibídem, págs. XXV y XXVI. 
76
 Francisco Pimentel, “Ignacio Rodríguez Galván”, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. 
Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. CLIV. 
77
 Fernando Tola de Habich, “Imágenes sobre I. Rodríguez Galván”, en Obras de Ignacio Rodríguez 
Galván., Tomo I, pág. IX. 
78
 Gustavo Baz, “Rodríguez Galván” (ensayo crítico), apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed 
Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. CXLVII. 
Estevané Vázquez -24- Motivos heroicos 
 
compartió los cánones estéticos importados de Europa, sino que como he señalado fue 
asiduo lector de los poetas románticos. 
Entre 1834 y 1835 Ignacio Rodríguez Galván, además de comenzar a escribir sus 
primeras composiciones poéticas
79
, se incorporó a las tertulias que impartía Francisco 
Ortega de literatura y latín, nociones de retórica, prosodia, entre otras
80
. Otros escritores 
que pertenecieron a este grupo fueron: Luis Martínez de Castro, Guillermo Prieto y 
Manuel Orozco y Becerra
81
. 
A los 21 años ingresó a la Academia de Letrán. Guillermo Prieto narra, en 
Memorias de mis tiempos, que Rodríguez Galván remitió a Andrés Quintana Roo, 
secretario de la Academia, un pliego con una oda suya, “El tenebrario”, misma que se 
leyó y discutió en el consejo, llegando a la resolución de aceptarlo en la Academia. A la 
sesión siguiente Rodríguez Galván se presentó “con su gran capa azul, su sombrero en la 
mano, su raya abierta en el negro cabello, sus dientes sarrosos, su mirada melancólica y 
tierna, sus piernas no muy rectas, y su conjunto desgarbado y encogido”
82
. 
Los primeros poemas que se han rescatado de Ignacio Rodríguez Galván, según 
Eulalio María Ortega, son “¡Adiós!” y “A ella”; en éstos se refleja, además de una 
poética romántica, “bastante genio poético”
83
. 
La labor poética que Rodríguez Galván ejerció no se limitó solamente a la 
creación sino que además se preocupó por analizarla con un miramiento autocrítico y 
 
79
 Margarita Alegría señalaa que a los 19 años Ignacio Rodríguez Galván publicó sus primeros versos, entre 
los que destaca “El buitre”
79
, en un periódico veracruzano bajo el seudónimo de Isidoro Almada [en 
Margarita Alegría, “Ignacio Rodríguez Galván, un coplero mexicano del siglo XIX”, en La república de las 
letras, Vol. III, pág. 164]. 
80
 Ignacio Manuel Altamirano, “Ignacio Rodríguez Galván (Apuntes biográficos)”, apud Obras de Ignacio 
Rodríguez Galván, ed Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. CLXXIV. 
81
 María del Carmen Ruiz Castañeda, El Recreo de las Familias, pág. XIII. 
82
 Guillermo Prieto, Memorias de mis tiempos, 1818- 1840, Vol. I, pág. 187. 
83
 Eulalio María Ortega, “Rodríguez Galván (D. Ignacio), apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. 
Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. CXXXV. 
Estevané Vázquez -25- Motivos heroicos 
 
funcional. El 19 de octubre de 1837 escribió el artículo “Un coplero mexicano del siglo 
XIX”
84
, que de alguna manera caricaturiza la situación que vivían los poetas mexicanos 
de su tiempo y propone “adoptar la palabra coplero en vez de poeta”
85
 para designarlos. 
Entre los argumentos en que se basa para sostener dicha propuesta se encuentran: la 
escasez de cultura con que contaba la sociedad del país, el poco aprecio que se les tenía a 
los poetas, las falta de autoridad que las palabras de éstos ejercían sobre la gente y las 
condiciones tan ridículas en las que los poetas mexicanos solían vivir. Ignacio Rodríguez 
Galván contrasta todas estas realidades con la condición tan privilegiada con la que los 
poetas europeos vivían; por ejemplo, comenta que: “En Francia, en Inglaterra, en 
Alemania, un poeta, si no llega a disfrutar una gran fortuna, posee, por lo menos, algunas 
comodidades”
86
; asimismo, describe al mexicano como “pobre e infeliz, como un hombre 
reprobado por el cielo, como una sombra evocada de la tumba [. . .]. El coplero lanza un 
gemido de dolor, recuerda que está en un mundo prosaico, i esta idea hiela el alma, le 
despedaza el corazón [. . .]”
87
. 
En cuanto a los lectores europeos comenta lo siguiente: “agréguese a esto el 
entusiasmo general que hai en aquellos paises por la poesía”
88
. En contraste, critica los 
malos tratos que los poetas mexicanos sufren a causa de la sociedad a la que pertenecen: 
“Pero no bien ha acabado de recitar su estancia, cuando he ahí que hieren sus oídos 
descomunales carcajadas; baja la vista, i se encuentra rodeado de multitud de gente que le 
señala i le burla”
 89
. 
 
84
 Ignacio Rodríguez Galván, “Un coplero mexicano del siglo XIX”, apud Obras de Ignacio Rodríguez 
Galván, ed. Fernando Tola de Habich, Tomo II, págs. 527-537. 
85
 Ignacio Rodríguez Galván, ibidem, pág. 527. 
86
 Ignacio Rodríguez Galván, ibidem, pág. 528. 
87
 Ignacio Rodríguez Galván, ibidem, pág. 529. 
88
 Ignacio Rodríguez Galván, ibidem, pág. 528. 
89
 Ignacio Rodríguez Galván, ibidem, pág. 530. 
Estevané Vázquez -26- Motivos heroicos 
 
Al referirse a la poesía Ignacio Rodríguez Galván no siempre se expresa de 
manera satírica, como acabamos de observar, también existen registros donde se presenta 
como un poeta idealista, soñador, esperanzado y preocupado por el futuro de su país. En 
la presentación que hace de El Recreo de las Familias de 1838, a diferencia del texto 
anterior, describe a una sociedad progresista, comprometida, sensible
90
. Indudablemente, 
la posición que juega en este último texto tiene fines más propagandísticos que en el 
primero; no obstante, me parece relevante considerar cuan ilimitados eran los rumbos por 
donde voló la pluma del poeta. 
Acerca de la probable amistad entre José María Heredia e Ignacio Rodríguez 
Galván, los únicos testimonios con que contamos son las contemporáneas contribuciones 
de ambos poetas en el Diario de Gobierno; por otro lado, se ha conservado una nota de 
Heredia, en este mismo diario, donde comenta acerca de El Año Nuevo de 1839 y, 
asimismo, critica a algunos de sus colaboradores, entre quienes destaca I. Rodríguez 
Galván. Algunas de las obras del poeta a las que hace alusión Heredia se encuentran, por 
ejemplo, la novela corta La procesión
91
 de la cual comenta: “La indignación excitada por 
el ultimátum y tal vez la toma de Ulúa, se halla fuertemente expresada en el odioso 
retrato de Mr. Le Braconier en la novelita la Procesión
92
”. 
 
90
 “En la época presente un estremecimiento general se nota en toda la república: la curiosidad, el deseo 
vehemente de adquirir noticias de todo género, se extiende de día en día: no hay hombre, por infeliz que 
sea, que no tenga una pequeña biblioteca, y la lea, y la relea, y la devore con ansiedad. Mégico, movido por 
un poderoso impulse, vuela rápidamente en seguimiento de las naciones civilizadas, y con pasos 
agigantados vemos caminar nuestra regeneración social. – En medio de este movimiento, de esta 
revolución, de este incendio, cada megicano desea tener una parte, aunque sea pequeña, en el 
engrandecimiento de su nación [. . .]” [en Ignacio Rodríguez Galván, “Presentación” de El Recreo de las 
Familias, ed. facsimilar de María del CarmenRuiz Castañeda, págs. 1-2]. 
91
 Ignacio Rodríguez Galván, La procesión, apud La novela corta en el primer romanticismo Mexicano, 
págs. 299-329. 
92
 José María Heredia, “El Año Nuevo de 1839”, en la sección “Revisión de Obras” del Diario de 
Gobierno, núm. 1437, Tomo XIV, sábado 6 de abril de 1839, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, 
ed. Fernando Tola de Habich. pág. XLIII. 
Estevané Vázquez -27- Motivos heroicos 
 
Asimismo, Heredia después de calificar como superior a la sección poética del 
Año Nuevo con respecto a la prosística, hace un comentario acerca de uno de los poemas 
de Ignacio Rodríguez Galván, “Mis ilusiones”: 
 
Las poesías del Año Nuevo son a nuestro juicio mucho más recomendables que su 
prosa. Sentimos que nuestros límites nos vedan insertar algunas de ellas; pero no 
podemos resistir el deseo de hacerlo con un fragmento de la composición 
intitulada Mis ilusiones. ¿Qué joven de imaginación y sensibilidad no ha tenido 
iguales aspiraciones, cuya falta de satisfacción ha sido el tormento de su 
existencia?
93
 
 
Heredia prosigue transcribiendo el susodicho poema y hace el siguiente 
comentario acerca del poeta mexicano: 
 
El autor de esta composición y de otras que adornan el Año Nuevo, es don 
Ignacio Rodríguez, joven que posee talentos poéticos de orden superior, y es 
sensible que se haya empeñado en desfigurarlos, adoptando las ridículas 
exageraciones de los insensatos que en Francia se han propuesto la atención con 
los delirios de su fantasía
94
. 
 
Finalmente, Heredia, a pesar de reconocer las capacidades poéticas de Ignacio 
Rodríguez Galván, percibe cierta inmadurez, propia de su juventud, por lo que decide 
imprimir la siguiente recomendación al autor del poema: 
 
Suplicamos muy de veras al Sr. Rodríguez que salga de esta atmósfera tenebrosa 
en que ha querido colocarse, que abra su pecho a la esperanza, que olvide para 
siempre esos fantasmas de muerte, dolor y crimen con que se rodea, y su genio se 
desarrollará mas vivamente bajo la influencia pura del bello cielo de su país, en 
vez de degradarse entre los pestilentes vapores del romanticismo
95
. 
 
 
93
 José María Heredia, “El Año Nuevo de 1839”, en la sección “Revisión de Obras” del Diario de 
Gobierno, núm. 1437, Tomo XIV, sábado 6 de abril de 1839, apud Obras de Ignacio Rodríguez Galván, 
pág. XLIV. 
94
 José María Heredia, ibidem, pág. XLV. 
95
 José María Heredia, ibidem, pág. XLV. 
Estevané Vázquez -28- Motivos heroicos 
 
González Peña, entre otros, propone que junto con Rodríguez Galván, Fernando 
Calderón es el primer romántico mexicano
96
. Sin indagar mucho en la afirmación 
anterior, quizás no esté de más mencionar que ambos poetas era muy amigos y que el 
Romanticismo que cada uno experimentó fue puesto de manifiesto desde perspectivas 
bastante diversas. Rodríguez Galván logró desenvolverse mejor en la poesía, Calderón 
en el teatro; mientras en el primero se manifiesta una impresionante influencia tanto 
clásica griega (a través de sus motivos heroicos), como hebrea (a través de su pasión por 
la Biblia), el segundo indaga en lo caballeresco medieval. 
A partir de las consideraciones que he señalado acerca de la figura de Ignacio 
Rodríguez Galván, me parece prudente hacer una breve síntesis sobre el amplio perfil 
que lo respaldaba. En primer lugar, he hablado de la importante labor editorial que 
desempeñó gracias a la imprenta de su tío Mariano Galván. Este vínculo le permitió 
pertenecer al minúsculo sector de impresores del México del siglo XIX, lo cual implicó 
algo mucho más complejo de lo que un lector del siglo XXI puede considerar; es decir, 
que en aquel entonces, los permisos para ser propietario de una imprenta estaban 
restringidos; esto también implicó que los Galván (tanto tío como sobrinos) formaran 
parte de uno de los núcleos más cultos del país. Por otro lado, hasta el momento no 
contamos con ningún documento o prueba que certifique que Mariano Galván tuvo hijos 
o algún heredero de su empresa, por lo que no me parece arrebatado creer en la teoría de 
que a raíz de esto, Ignacio Rodríguez Galván se haya desplazado a vivir con él. Sin hacer 
mucho caso a especulaciones, lo que sí es evidente es que Ignacio Rodríguez Galván 
elaboró valiosas traducciones que, de alguna forma, hicieron posible mantener al país un 
poco más cerca de los grandes centros culturales como Inglaterra o Francia. Finalmente, 
 
96
 Carlos González Peña, Historia de la literatura mexicana, pág. 152. 
Estevané Vázquez -29- Motivos heroicos 
 
me he referido a un literato en todos los sentidos de la expresión, ya que además de 
haber sido un hombre versado, creó sus propias obras, practicó en el género narrativo, el 
dramático, el poético, el ensayo crítico y la traducción. 
En la figura de Ignacio Rodríguez Galván se puede ver plasmado el perfil de 
letrado que el país estaba requiriendo: un mexicano culto, creativo, que participase en la 
actividad empresarial de su tiempo y, además, al haber sido simpatizante de los ideales 
románticos, contaba con firmes inclinaciones patrióticas. 
Estevané Vázquez -30- Motivos heroicos 
 
3. Profeta y visionario: la creación de I. Rodríguez Galván 
Al enfrentarnos al trabajo de I. Rodríguez Galván nos encontramos con un poeta cuya 
obra se cimentó sobre bases sobrenaturales
1
; es decir, ideológicamente estaba convencido 
de que la creación de mitos históricos podría aportar buenas bases al desarrollo y 
configuración de su país. Éste, al parecer, además posiblemente era consciente del estado 
en que se hallaba aún México y comprendía que era necesario inventar una manera de 
recordar un pasado glorioso. Los únicos recursos con los que contaba eran los ambiguos 
testimonios de los cronistas, que ya antes he mencionado, y el amplio imaginario que a 
través de las reliquias prehispánicas supo aprovechar como buen romántico. Todos estos 
juicios los podemos comprobar a través de su monumental labor editorial, su trabajo 
crítico y sus aportaciones literarias de las que ya hemos hecho mención. 
La empresa que el poeta ambicionó crear fue la de su propia nación. Para 
construirla, evidentemente tuvo que recurrir a modelos ya antes utilizados, por ejemplo, 
la Biblia
2
, extraída de la tradición judeocristiana; por otro lado, es evidente el 
conocimiento que tuvo de la tradición épica. Por otro lado, esta empresa demandaba una 
prueba que diera fe de un origen glorioso, en el que los mexicanos se reconocieran como 
parte de un patrimonio y que sintieran un arraigo, una identidad y una pertenencia. Una 
vez más, los únicos documentos o testimonios a los que pudo recurrir nuestro poeta eran 
las impresiones que se llevaron los cronistas españoles que llegaron a América en el siglo 
 
1
 Con respecto a esta sobrenaturalidad a la que me refiero y que analizaré con más detalle adelante, ya 
antes Menéndez y Pelayo consideró que “en la exaltación de su fantasía potente, pero desequilibrada, 
Rodríguez Galván llegó a creerse una especie de vidente de la Ley Antigua, con el mandato sobrenatural de 
intimar a los tiranos el anatema.” [en Marcelino Menéndez y Pelayo, “Ignacio Rodríguez Galván”, apud 
Obras de Ignacio Rodríguez Galván, ed. Fernando Tola de Habich, Tomo I, pág. CLXXVI]. 
2
 Margarita Alegría, a lo largo de su libro Historia y religión en “Profecía de Guatimoc”, como su título lo 
menciona, hace un estudio acerca de toda la influencia que no sólo la religión, sino la tradición bíblica 
ejercieron sobre el poema. 
Estevané Vázquez -31- Motivos heroicos 
 
XVI y que, posteriormente, fueron rescatadas en el siglo XVIII
3
. Me parece que el alma 
romántica de Ignacio Rodríguez Galván pudo establecer una empatía con estas primeras 
fuentes, o testimonios (las del siglo XVI), debido a que la objetividadde tales obras 
estaba embelesada ante la experiencia de encontrarse con el otro
4
- Por otro lado, el 
trabajo de los estudiosos del siglo XVIII, más que poner en tela de juicio los escritos 
hallados (de los primeros), les interesaba continuar en la búsqueda de más de estos 
testimonios; por lo tanto, no fueron filtrados con rigor crítico. 
En cuanto al tema de lo profético
5
 en “Profecía de Guatimoc”, no se trata de 
ubicarlo dentro de un grupo de textos sacros o proféticos, ya que evidentemente su autor 
no era profeta ni pretendía serlo, sino en una estética particular. I. Rodríguez Galván es 
un poeta que sueña; su poesía no construye realidades tangibles aun; simplemente canta, 
habla de recordar, reflexiona acerca de lo que posiblemente pueda ser el aquí y el ahora, y 
de lo que quizás pueda representar para la vida de las nacientes naciones una simple 
ilusión. 
En “Profecía de Guatimoc” I. Rodríguez Galván tampoco es el poeta guerrero que 
lucha por su amada, por una tierra, por una misión; es el poeta que está por nacer; aquél 
que se encuentra despertando en el origen de los tiempos. Vive en un caos mítico en el 
que la acción aún no se ha creado. Desde su herencia judeocristiana comprende que al 
principio sólo existió el verbo, la acción de nombrar, y que las cosas a partir de esto 
 
3
 Dentro de los que se encuentran Francisco Javier Clavijero, Manuel Orozco y Berra y Alfredo Chavero. 
4
 Al calificar a la mirada de los españoles como embelesada, ante el contacto con la nueva cultura 
descubierta en América, me refiero a la suma de fenómenos que Tzvetan Todorov considera acerca del 
descubrimiento y conquista de América en La Conquista de América. El problema del otro. 
5
 A lo largo del análisis definiré de qué manera I. Rodríguez Galván logra crear un espacio profético 
valiéndose de recursos descriptivos y discursivos. La Real Academia Española define a la profecía como: 
“Don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o futuras”. A partir de 
esta simple palabra, el lector puede asumir que el poema va a anunciar algo que tiene que ver con el futuro, 
además, que la fuente de donde emana tal mensaje proviene precisamente desde un terreno divino y, por lo 
tanto, el contenido de éste es incuestionablemente importante o trascendente. 
Estevané Vázquez -32- Motivos heroicos 
 
comenzaron a ser concebidas. En consonancia con la situación política de México, es 
decir, ante tanta revuelta y confusión, el poeta se eleva a tiempos y espacios 
sobrenaturales. De este modo, se vuelve un visionario que ilumina a su desolada nación 
por medio de la palabra. Por eso recurre a las únicas armas con las que un profeta de su 
tiempo puede emprender su empresa: la edición, la traducción, la crítica y lo poético. 
Estevané Vázquez -33- Motivos heroicos 
 
 
4. Sobre “Profecía de Guatimoc” 
―Profecía de Guatimoc‖ fue publicado por primera vez en el cuarto tomo de El Año Nuevo. 
Presente Amistoso; el poema contiene impresa la fecha de ―Septiembre 16-27 de 1839‖
1
; es 
decir, I. Rodríguez Galván contaba con tan sólo 23 años. Para Marcelino Menéndez y 
Pelayo
2
 este poema representó ―la obra maestra del romanticismo mexicano‖
3
. 
El poema se compone principalmente de endecasílabos. María del Carmen Ruiz 
Castañeda describe con más precisión sus características formales: se trata de una ―oda 
concebida en endecasílabos polirrítmicos sueltos en su primera y última partes, y en 
endecasílabos y heptasílabos rimados en parte, forma similar a la empleada por Heredia en 
su oda ‗Al Niágara‘ -1824- en su sección intermedia‖
4
. 
Desde una perspectiva de conjunto, me parece adecuado calificar al poema como 
una silva
5
, la cual, además de ser muy flexible, a través de la tradición literaria occidental 
suele ser identificada con el tema de lo onírico. Uno de los ejemplos más evidentes de la 
ejecución de esta forma poética, en México, es el Primero sueño de Sor Juana. El 
endecasílabo, según Fernando Lázaro Carreter, puede ser empleado para diversos fines; en 
el caso de ―Profecía de Guatimoc‖, desde el primer verso evidentemente existe una 
 
1
 Ignacio Rodríguez Galván, ―Profecía de Guatimoc‖, en Obras de Ignacio. . ., Tomo I, pág. 132. 
2
 Según Tola de Habich en su introducción a las Obras de Ignacio Rodríguez Galván, Menéndez y Pelayo 
rescató ―Profecía de Guatimoc‖ en 1893. 
3
 Marcelino Menéndez y Pelayo, ―Ignacio Rodríguez Galván‖, apud Obras de Ignacio. . ., Tomo I, pág. 
CLXXVI. 
4
 María del Carmen Ruiz Castañeda, ibidem, pág. XXXVIII. 
5
 Acerca de la silva, se trata de una ―serie indeterminada de heptasílabos y endecasílabo, mezclados al arbitrio 
del poeta, que distribuye las rimas consonantes según su deseo. Pueden quedar versos suelto. Se diferencia de 
la estancia‖ [en Fernando Lázaro Carreter, Cómo se comenta un texto literario, pág. 202]. 
Estevané Vázquez -34- Motivos heroicos 
 
 
tendencia hacia lo heroico‖
 6
. Por otro lado, Carreter considera que el de la silva ―es el 
verso típico de la poesía culta, frente al octosílabo‖
7
. 
El poema se divide en cuatro partes: 
 La primera parte, comprendida por seis estrofas, describe el lugar en el que 
se llevará a cabo la acción, las circunstancias y el estado de ánimo en el que 
se encuentra el personaje que invoca a Guatimoc. 
 En la segunda, de cinco estrofas, ocurre una transformación en la naturaleza 
que se subordina al estado de trance en el que se encuentra el personaje; 
 En la tercera, comprendida por veinticinco estrofas, aparece Guatimoc y 
revela su profecía; 
 Finalmente, en la cuarta, que tiene cinco estrofas, es cuando el poeta regresa 
de su trance o sueño y reflexiona acerca de su experiencia. 
 
En un principio, una voz comienza a narrar el poema; posteriormente, el único 
personaje que se encuentra presente en la obra (además del espectro de Guatimoc) asume la 
narración poética. En este cambio de narradores pareciera como si el mismo I. Rodríguez 
Galván se encontrara presente en la obra, no desde un yo biográfico, sino discursivo. Según 
Pedro Piñero, este recurso le da a los poemas la flexibilidad de introducir ―reflexiones 
éticas, con lo que se presentan como moralistas que sacan enseñanzas de los hechos que 
van contando‖
8
. Otra implicación que se presenta, a partir del uso del yo poético, es la 
verosimilitud testimonial. Asimismo, la profecía se hace también más contingente y, por 
 
6
 ―los endecasílabos principales son el heroico, con acentos en sexta sílaba y en décima‖ [en Fernando Lázaro 
Carreter, Cómo se comenta un texto literario, pág. 188]. 
7
 Fernando Lázaro Carreter, Cómo se comenta un texto literario, pág. 188. 
8
 Pedro Piñero Ramírez, ―La épica hispanoamericana colonial‖, pág. 175. 
Estevané Vázquez -35- Motivos heroicos 
 
 
ende, adquiere mayor peso sobre sus lectores. A lo largo del análisis del poema abordaré 
con más profundidad cómo maneja el poeta sus diversas voces narrativas. 
 
4.1. La construcción de la profecía 
Considero oportuno mencionar que desde el título el poema revela el contexto en el que se 
desarrollará: el profético; asimismo, que el sujeto que llevará a cabo la profecía es el 
legendario Guatimoc
9
 (Cuauhtémoc). Para Enrique Krauze los dos acontecimientos mejor 
conocidos de este personaje fueron el de haber sido el último emperador de la civilización 
prehispánica que peleó por la defensa de su imperio en contra de la conquista española y, 
por otro lado, el episodio en que lo torturaron quemándole los pies
10
. La figura del 
Cuauhtémoc de la que partió el poeta, es la de un héroe mártir
11
, socialmente reconocido. 
Para aderezar al título, el poeta selecciona como epígrafe una cita de San Juan 
Crisóstomo: ―No fue más que un sueño de la noche que se disipó con la

Continuar navegando