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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS ORGANIZACIÓN SOCIAL CONFORME AL NOSOTROS. COSMOVISIÓN NOSÓTRICA DEL PUEBLO MAYA–TOJOLABAL. ja jlekilaltiki. T E S I S PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADO EN FILOSOFÍA P R E S E N T A SERGIO FLEMATE LÓPEZ ASESOR: DR. VICTÓRICO MUÑOZ ROSALES MÉXICO, D.F. 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 3 A Karl Lenkersdorf, totalmente tz´akatal, ´oj jneb´tik lek jas ´oj jkúltik gracias, aprenderemos nuestra tarea 4 Demian, la luz que nunca se apagará Esther, la deuda es mayor A todos los que han estado ahí, a todo lo que me ha afectado, Gracias Para las culturas milenarias, que se siga escuchando su voz 5 Organización social conforme al Nosotros. Cosmovisión nosótrica del pueblo maya–tojolabal. ja jlekilaltiki. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Capítulo I. Aclaración del Nosotros tojolabal § 1. Integración del Yo en el Nosotros sin disolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 § 2. Sin eliminación de los sujetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 § 3. Situación de exclusión, desplazamiento y represión . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 § 4. Fomento social a la individualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Capítulo II. La estructura de la lengua como reflejo de la cosmovisión § 5. Interdependencia del lenguaje y la cosmovisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 § 6. El sentido del lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 § 7. El diccionario tojolabal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 § 8. lajan lajan ´aytik . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 § 8.1 Autoridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 § 8.2 Consenso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Capítulo III. Concepción del mundo § 9. Miembros de este mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 § 10. El mundo no nos pertenece . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 § 11. Convivencia con el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 § 12. Respeto por el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 Capítulo IV. Vinculación entre la cosmovisión y lo social § 13. Iguales entre iguales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59 § 14. Estructura del anillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 § 14.1 No piramidal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 § 15. Colectividad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 Apéndices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 6 Introducción La necesidad de actualizar el pasado resulta de la experiencia que la sociedad tiene de este fracaso sin fin Bolívar Echeverría Este trabajo no tiene otro objetivo que el de mostrar la filosofía de la cultura maya- tojolabal. Pero siendo este un concepto alejado espacio-temporalmente a dicha cultura milenaria, presentará inconvenientes, rechazo y escepticismo a algún conjunto de la comunidad filosófica; a los filósofos recelosos y rigurosos del ejercicio del filosofar heredado por occidente. Bastante se ha discutido sobre la aplicación de esta palabra a ejercicios similares y no originarios de occidente. Pero como el problema no radica en la palabra misma – φιλοσοφία–, es decir, en su forma semántica, sino en lo que por ella misma se entiende, se ejerce, se cuestiona y se vive; se hace posible la adecuación a otras civilizaciones, en este caso, la maya-tojolabal. Ahora bien, en esta filosofía hay, del mismo modo, una pregunta por el principio de todas las cosas, de igual manera una física, una ética y una lógica; que es como se distinguió a la filosofía, grosso modo, en Grecia. La epistemología entre los maya tojolabales es tal que en su forma conciben ocho distintas clases de sujetos cognoscentes, todos activos. Sobre lo anterior, la conducción, enseñanza o transmisión, así la pedagogía. Una de las tantas posibles traducciones de tzamal es bello, que tiene la posibilidad de presentarnos aquello que suele estar escondido, a saber, el corazón, que conduce a lo auténtico de la vida dentro de esta cosmovisión, la manifestación del sentimiento puro, aquí la estética. Otro aspecto es la concepción que de ellos tienen como miembros de la realidad –una e indivisa– cósmica. Dado lo cual, existe una relación bidireccional con la realidad, donde sus miembros se hallan interconectados. Dicho de otro modo, la relación es intersubjetiva entre el total de los miembros, superando, así, la relación sujeto–objeto que impera en las lenguas de corte indoeuropeo. 7 Con lo anterior sólo se pretende hacer saber que la filosofía maya tojolabal también está estructurada de manera compleja y por ello se torna dificultosa una exposición de toda la filosofía tojolabal. Se reducirá entonces este trabajo a la exposición de una de sus vertientes, cuya consideración se valida como vía alterna de concepción del ser humano con relación al Todo, baalkah, para fines políticos, sociales, cuyo sustento no resulta ser otro más que el ético. Aunque de igual modo se filtrarán la lingüística y la pedagogía, pues esta filosofía es impresionantemente incluyente y abarcante. Las áreas de la filosofía maya tojolabal dependen unas de otras, es decir, se encuentran entre ellas interconectadas. ¿Por qué el Nosotros y no el Yo como sustento de la organización social? Esta es la pregunta nodal de la investigación que aquí concierne. Si bien es cierto que no es la pregunta originaria en mi esfuerzo por una aportación a la concepción que el ser humano tiene de sí mismo y que guía sus acciones, sí es una grata reorientación. Lo que en principio me interesaba y preocupaba era la construcción o reelaboración de una ética que permitiera al ser humano un desarrollo y convivencia armoniosos con el Todo, baalkah. Elfracaso en aquello, el replanteamiento del problema y coincidir con una filosofía alterna 1 que justamente rompe con los paradigmas y conceptos de la imperante, me hizo ver que dicha armonía no es posible de darse desde esa concepción. Para que ello sea posible resulta necesario que el modo de percibir y desarrollarse en el Todo, baalkah, modifique el ego. Dice Lenkersdorf: “La importancia del NOSOTROS excluye el énfasis del individuo, en particular el ego. El NOSOTROS absorbe al individuo y requiere su incorporación al NOSOTROS, al exigir la aportación de cada uno, mujer u hombre, al grupo nosótrico. Dicho aporte exige y moviliza todas las capacidades del individuo retado. El NOSOTROS, pues, no borra al individuo, sino que le da espacio 1 Expuesta por Carlos Lenkersdorf en los cursos de Filosofía maya–tojolabal hoy, en el año 2009. Cuyo manejo me permitió dejarme interpelar por aquella filosofía que ha estado ahí a lo largo de la historia pero que no se le ha dado el justo trato; pero que ahora, es nuestro deber rescatar y expandir. Por lo cual agradezco infinitamente al hermano Lenkersdorf por sus enseñanzas y por haberme auspiciado en el inicio de este proyecto. 8 para desarrollar todo su potencial.” 2 Entiéndase por esto, que no persigo en ningún grado ni sentido una tojolabalización de las sociedades, tampoco idealización alguna de esta cultura. Pues ello mismo es contrario a su cosmovisión. Por el contrario, la apuesta va por la vía de la exposición de una cosmovisión alterna y susceptible de alguna aplicación, de la que impera, ya sea heredada, impuesta o incluso adoptada; pero que tanto deterioro ha ocasionado, no sólo al propio ser humano, sino también el que este le ha propiciado al lugar que habita, así como al resto de la población, en fin, a la Naturaleza, balkah. Quizás estos objetivos puedan ser calificados de ingenuos, ramplones o aún, de poco filosóficos, pero ello lo será solamente desde los criterios de la filosofía imperante, donde no se ha sido capaz de dar cabida a una filosofía alterna. Siendo el modo de concebir, el desarrollo de la vida e incluso el lenguaje, no son otra cosa que el reflejo de la cosmovisión que se tiene. Por lo anterior, es que resulta importante además de necesario, hacer la aclaración del Nosotros, ke´ntik, tojolabal. Toda vez que por ello no debe entenderse una eliminación del sujeto y de la individualidad, como tampoco debe equiparársele al concepto de masa, debido a que no hay en el tojolabal una homogeneización de los individuos. Sin embargo, sí es una conjunción de varios individuos que persiguen fines comunes aunque no individualistas –egoístas–, ello en beneficio del total de la comunidad. Expresado de otra manera, la conjunción de estos individuos no se da porque coincidan en deseos, ideas o ideales –como sería el caso de las minorías en Ortega y Gasset– sino porque les es prioritaria una resolución de los problemas varios que se les presentan. Dicha resolución ha de ser totalmente abarcante, donde cada uno de los miembros habrá de pensar, opinar, actuar y ser satisfecho, pero, otra vez, no a favor de intereses particulares, sino de los intereses que benefician al grupo. Así, pues, si este ejercicio empieza desde el primer conjunto de personas, la familia, se irá fomentando y capacitando para los grupos subsiguientes. La disposición para el trabajo comunal, ´a´tel, habrá de fomentarse desde la infancia, desarrollándose en los distintos estadios de la organización social, hasta el Estado. 2 Carlos Lenkersdorf, Filosofar en clave tojolabal, Miguel Ángel Porrúa, Filosofía de Nuestra América, México, 1ª. reimpresión, 2005, p. 13. 9 No se persiguen entonces intereses egoístas en las resoluciones de problemas, por el contrario, lo que se persigue es el beneficio de la comunidad cósmica tojolabal. No existe un fomento de la individualización exacerbada, superándose los problemas que esto trae consigo, tales como el egoísmo y la imposición, por mencionar un par. Diferentes culturas se relacionan con la misma realidad de distintos modos, puesto que se tratan de distintas percepciones, y de esta percepción se sigue el modo en que es nombrada esa realidad. Al observar las lenguas de las culturas indoeuropeas y contrastarlas con las amerindias, nos damos cuenta que la percepción, reflejada en el lenguaje, es rotundamente distinta. Mientras que en las amerindias el sentido del lenguaje se sostiene de manera bidireccional, en las indoeuropeas sólo puede percibirse una sola dirección. En las indoeuropeas la estructura de sus oraciones está constituida por un sujeto y un objeto, ligados por un verbo, así, el objeto recibe del sujeto la acción que expresa el verbo. Esto no pasa en las lenguas amerindias, no hay objeto porque la concepción de la realidad es intersubjetiva, todos y cada uno son sujetos; tanto los seres humanos, como los animales, como lo mineral y todo cuanto existe. De aquí que existan ocho distintos tipos de sujetos en el tojolabal 3 . Reflejo de la cosmovisión maya tojolabal es su lenguaje, las oraciones están constituidas, sí, por un verbo, pero que conecta a dos sujetos y no a un sujeto con su objeto. Siendo esto así porque ambos participan de la acción, ambos la hacen posible, en ambos recae la actividad, son ellos activos. Un ejemplo nos permitirá visualizar el sentido de esto: Español Yo te amo Inglés I love you Alemán Ich liebe dich Francés Je t'aime Portugués Amo voce Tojolabal jel yaj wa xkab´ya (yo quiero mucho tú) 3 Investigación realizada ampliamente en Carlos Lenkersdorf, Los hombres verdaderos. Voces y testimonios, Siglo XXI, México, 4ª. edición, 2005, que no se expondrá aquí. 10 Lo que podemos apreciar con estos ejemplos es que en las lenguas indoeuropeas el sujeto que recibe la acción es convertido en un objeto, expresado por su pronombre personal en dativo o acusativo, convirtiéndosele en un receptor pasivo. Mientras que en el tojolabal lo que se expresa es la participación de ambos sujetos, ambos son vivenciales en la acción. Esto no es más que por el modo en que el ser humano concibe la realidad, la percepción que de ella tiene. Apropiándose de lo otro en una y participando equilibradamente en la otra. No es necesario que se exprese explícitamente en una concepción la apropiación de lo otro, puesto que el modo de expresar el lenguaje expondrá dicha asimilación de la realidad. Por el contrario, sí es menester un enjuiciamiento objetivo del modo de asimilación de la realidad de la alteridad. Ya que se corre el engorroso inconveniente de distorsión y violentación si se pretende hacerlo desde la concepción relativa e intolerante de la otredad. La apelación es al principio de caridad de la alteridad. Por lo anterior es que trataremos de respondernos sobre la viabilidad de la Nosotridad tojolabal sobre la estructura del Yo occidental. 11 Capítulo I. Aclaración del Nosotros tojolabal ¿Quiénes son los bárbaros? Tzvetan Todorov § 1. Integración del Yo en el Nosotros sin disolución No hay otro término más común y relevante en la cultura maya-tojolabal que aquel que expresa al Nosotros, a saber, ke´ntik 1 . Reflejo esto de la realidad cósmica que poseen. Dicho de otra manera, la repetición constante del sufijo –tik en su lengua, nos hace percatar el modo en el cual conciben la realidad, y a ellos dentro de esta. La lengua es un reflejo de la cultura. 1 Carlos Lenkersdorf,Diccionario tojolabal–español, vol. 1, Nuestro Tiempo, México, 1979, p. 355. Aclaremos aquí que el papel del sufijo –tik –que es la partícula de mayor presencia sonora y escrita– al ser agregada a los verbos, sustantivos y pronombres, los tornará con un referente y responsable de la acción común. Es decir que, no es un individuo el que dicta una acción dirigida a un receptor; de igual modo sucede con los sustantivos, con el –tik se establece una relación bidireccional y no es que aquellos queden aislados o desprendidos de los individuos. Las relaciones en el tojolabal son bidireccionales. También se puede apreciar esto con los pronombres. El pronombre ke´n refiere al Yo, añadido al –tik que alude al Nosotros, obtenemos una inserción del Yo en el Nosotros, es decir, una Nosotrificación. Así, pues, el ke´ntik más que hacer referencia al Nosotros lo hace a la Nosotrificación. Esta no es otra cosa que la integración de los Yo, de cada uno de los individuos en el Nosotros, en la comunidad. No siendo sino la presencia activa como sujetos, excluyendo la clasificación como objetos de todo cuanto en la comunidad se halla presente. Esta unidad Nosótrica, ke´ntik, no es una homogenización de los individuos, no se busca aquí que todos 12 compartan el mismo pensamiento y que dejen de lado sus particularidades, tales como deseos, ideas, sueños, entre otras; por el contrario, es una unidad heterogénea, donde se encuentra el individuo desarrollando lo mejor de él de acuerdo a sus particularidades y tareas, pero siempre atendiendo al beneficio y resolución comunes. Es, pues, una vinculación interconectada de los sujetos, donde en tanto su existencia es patente su participación. Se le toma en cuenta y se le requiere ya sea un sujeto móvil o inmóvil (el occidental las clasificaría como orgánico e inorgánico, respectivamente). Decimos, entonces que en la cosmovisión maya tojolabal se requiere de una participación de sus partes para concretar un hecho o una idea. No basta el camino unidireccional de clasificación que hemos heredado de occidente. La complementariedad interconectada de sus partes nos manifiesta una intersubjetividad vivencial. Todos y cada uno de los miembros del Nosotros, ke´ntik, actuarán en lo que les corresponde de una manera responsable y comprometida. Siempre teniendo presente que el fin último a perseguir es un fin común y nunca un fin individualista y egoísta. Se supera, así, el fin de un solo hombre, winik 2 ; o del hombre egocéntrico, cruel y bravo, ma´winik puksík´al 3 . Podemos ver entonces que ke´ntik más que referir al Nosotros, refiere a la Nosotrificación. No se hace una alusión a esa unidad heterogénea de individuos, sino que su alusión es al ejercicio creador de dicha unidad. Unificación de los individuos que responde a la relación armoniosa –en la medida de lo posible– entre ellos y de ellos con el Todo, baalkah 4 , con la realidad, su realidad. Así, pues, el sustento de convivencia que se busca en la sociedad tojolabal es comunitario, a diferencia de la sociedad dominante cuyo sustento es el individual. La ventaja que de aquí resulta es el ejercicio de resolución y satisfacción por y para esa unidad heterogénea. Superando así el ejercicio de resolución y satisfacción del individuo con sus particularidades, contraponiéndose, en más de una ocasión, con los de algún otro individuo. En tanto que los miembros de la unidad heterogénea son capaces de buscar fines que 2 Término extraído del Diccionario maya–español; español–maya, Cordemex, director Alfredo Barrera Vásquez, Yucatán, 1980, p. 923. 3 Idem. 4 Ibid., p. 35. 13 contemplen a todos y suspenden intereses propios –porque así han sido formados–, se torna más factible la resolución y satisfacción de ellos. Existe una disposición y consciencia del individuo con respecto a su rol en la unidad. No así en la sociedad dominante, donde este ejercicio de resolución y satisfacción habrá de ser casual en el mejor de los casos. Digo con esto que cada individuo dentro de la sociedad dominante persigue intereses particulares, individualistas y egoístas, y la convivencia que aquí mejor se puede dar es aquella donde convergen varios individuos que coinciden en intereses o ideas o ideales. No existe allí la disposición y consciencia del papel que cada uno es capaz de jugar a favor de una convivencia armoniosa con el Todo, baalkah, con la realidad. Por ello es que la organización social sustentada en el Yo individual, tu winikil 5 , no es la más adecuada, ya que en ella se persiguen intereses individualistas y, en el mejor de los casos, mayoritarios. Pero jamás se piensa en la satisfacción de todos y cada uno de sus miembros. Pero cómo habrían de pensarse si desde la familia y luego –agrandándose el egoísmo– en la escuela se nos educó para uno mismo, para desplazar y superar al otro y nunca para complementarse el uno con el otro. Se nos indujo en la educación a tener los fines de este tipo como los fines últimos, nunca los fines comunes. Esto no es así en las comunidades tojolabales, donde los fines comunes son los fines últimos. Siendo así porque la organización social está sustentada en el Nosotros, ke´ntik, y el Nosotros, ke´ntik, es el reflejo de su cosmovisión que resulta ser total y abarcante. Existe pues, consciencia y compromiso de ellos para con la Totalidad, baalkah, para con la realidad que ellos perciben y crean. § 2. Sin eliminación de los sujetos Se piensa –en el contexto de la cultura occidental– que para el adecuado y armonioso desarrollo de grupos –desde la familia hasta el Estado, pasando por el escolar 6 –, es 5 Ibid., p. 828. 6 La escuela vulgariza y corrompe la individualidad, además de limitar el desarrollo individual. Pues como enunciaba Antonio Caso se tendría que “Producir o cultivar el mayor número de individualidades 14 necesaria una homogeneidad de sus miembros. Se tiene como una condición necesaria para la organización social. Mientras todos los miembros del grupo persigan los mismos ideales, ideas, sueños y tareas, habrá de ser más sencilla la toma de decisiones y acuerdos a llegar y ejecutar, así también su convivencia. Es decir, lo que finalmente constituye la nacionalidad y después al Estado, no es otra cosa que la concordancia de las voluntades de sus integrantes 7 . El prejuicio que se tiene –en este contexto occidental– consiste en que el gobierno es del pueblo y el macrosujeto 8 es el gobierno; como si la Nación o el proyecto de Nación representaran, satisficieran y respondieran al conjunto total del pueblo. Se pretende, pues, una identificación de todos y cada uno con la Nación. La homogeneidad es el presupuesto cuando no el fin último del Estado. La absorción de las individualidades si no es el fin del proyecto de Nación, se da por hecho. Todo esto –vuelvo a señalar– en el contexto de la cultura occidental y la transmisión que a otros nos ha brindado. La pluralidad de individualidades es un hecho que obstaculiza el desarrollo de una nación. Distintas formas de concebir un problema lo conflictúa aún más. Se vuelve a pensar en Occidente. Es sólo en los distintos grupos en los que el individuo se encuentra que halla una identificación, pareciéndole todo lo otro ajeno. Ajeno en el mejor de los casos, porque el miedo, el rechazo y la descalificación, son constantes en el sentir del individuo y del grupo. La pretensión absoluta de verdad conlleva a la negación y ofensa y estas a la censura de lo otro. Se empeñan, pues, en suprimirla. Tal es el hecho, que se dan a la tarea –siempre condenada al fracaso– de anular al menos teóricamente las diferencias entre los unos y los otros. Pero lo que en realidad tenemos aquí es una manifestación de la negación de la alteridad o miedo a la alteridad,cuyo origen se halla en el sentimiento de inferioridad. irreductibles, de hombres, que tengan el alma propia bien puesta en su almario, lo cual engendrará en las relaciones complejísimas de la vida social la mayor heterogeneidad de fines y obras, el más rico comercio de los espíritus, la lucha más constante y profunda de aspiraciones, los más nobles conflictos de caracteres; tal debe ser el norte de la educación humana.” en Antonio Caso, “Personalidad y educación”, Antología filosófica, UNAM, p.163. No se puede ser sin Ser. 7 Cf. Carl Schmitt, Teoría de la constitución, Editora Nacional, trad. Francisco Ayala, México, 1966. 8 Gobernante del pueblo que representa al mismo. Jürgen Habermas, La inclusión del otro. Estudios de teoría política, Paidós, Básica 98, trad. Juan Carlos Velasco Arroyo y Gerard Vilar Roca, España, 2004. 15 Para cumplir ese destino, es necesario, primero, librar a los mexicanos [y al hombre en general] de los complejos inconscientes que hasta hoy han cohibido el desarrollo de su ser verdadero. […] el hombre no sabe lo que quiere y se engaña respecto a los resortes efectivos de su acción. Creando ilusiones de la imaginación, torciendo el juicio de la inteligencia, cegando el sentido de los valores hasta provocar un cambio mental en el sujeto favorable a esos fines misteriosos. 9 Adler nos ha hecho ver que cuando un individuo se encuentra limitado física o intelectualmente para realizar determinadas tareas, se da a la labor de manifestar lo opuesto, es decir, que es capaz de ejecutar dichas acciones, agrediendo, independizándose o rebajando a aquel que sí las puede realizar 10 . Aquí, lo que sucede es que al ser egocéntricos e intolerantes de lo ajeno, se quieren redimir de ese “defecto” proclamando la igualdad. Igualdad supuesta, entre hombres y mujeres y sobre todo, entre ciudadanos, entre hombres finalmente. Cuyo fracaso o engaño es eminente puesto que “ninguna razón puede sustentarse si no parte, si no arranca de un principio: el respeto del otro. Y eso lo tengo clarísimo. Y hay algo que es fruto de la razón, que es la ética, pero si la razón no sirve a la ética, se convierte [la razón] en un arma destructiva”. 11 Se pretende dar el paso de igualdad sustancial a igualdad existencial de los individuos. Pretendiéndose reflejar en la organización social, concretamente, en el juego de la democracia. “De esta sustancialización del pueblo del Estado [se refiere a la igualdad democrática de los ciudadanos] se sigue como derivación conceptual ulterior una concepción existencialista del proceso de decisión democrático”. 12 Esta condición, de la que tanto hace alarde occidente, no deja de ser meramente una condición existencial formal. Ella es motivo de teorización pero casi nunca de ejecución. Tanto ejercicio teórico, que si bien es de suma necesidad, no agota el problema. Es indispensable que el mismo esfuerzo teórico sea manifestado en el ámbito práctico. Para 9 Samuel Ramos, El perfil del hombre y la cultura en México, Espasa Calpe, Austral, México, 39ª. edición, 2002, pp. 99–100. 10 Véase Alfred Adler, El carácter neurótico, Origen / Planeta, Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo 20, trad. A. von Ritter-Zahóny y P.F. Valdés, México, 1985. 11 José Saramago, Soy un comunista hormonal. Conversaciones con Jorge Halperín, Oveja Negra, Le Monde, Colombia, 4ª. edición, 2003, p. 57. los corchetes son míos. 12 Jurgen Habermas, op. cit., p. 114. los corchetes son míos. 16 poder superar, así, el dilema teórico–práctico, que requiere la sociedad y quienes en ella habitan. Independientemente de la dificultad que esto conlleva, su puesta en práctica es realizable y no utópica. Percatémonos de lo primordial en el tema que nos aboca, la organización nosótrica del pueblo maya tojolabal. Pues ellos han podido dar el paso de aquella formalización a una condición formal de la existencia social. Observemos, que la diferencia entre ambas condiciones del existir radica fundamentalmente en su cosmovisión. Pues mientras que para aquellos, los herederos occidentales, la existencia social se queda en lo meramente formal sin llegar a su facticidad; para estos, las culturas originarias, la existencia social es una congruencia tangible de su concepción. V. gr. la actividad democrática maya, que es la participación activa y directa de todos y cada uno de los miembros que integran la comunidad tojolabal. Donde estos son requeridos para externar su opinión y aporte sobre el problema en cuestión. No haciéndose distinción ni de género, ni de edad, ni de experiencia o de algún otro tipo. Puesto que, tanto otra visión otra aportación. Si bien es cierto que será uno el que asuma la representación de todas las voces, haciéndolo generalmente el de mayor edad y experiencia, esto es así por la necesidad de congregación de ellas de manera asimilada. Llegando a un fin común donde nadie haya quedado excluido y todos hayan sido satisfechos. Observamos, pues, una democracia participativa, además de abarcante e incluyente. La forma de organización tojolabal confirma y se sigue de sus principios de la pluralidad y la complementariedad. La sociedad tojolabal es una sociedad t´aah ol 13 , activa, ágil y fuerte. Se entiende en la tradición occidental a la manifestación de la voluntad en la participación de “una masa popular reunida en acto” 14 como la autentica democracia. Se piensa con esto que el pueblo cumple su función al elegir a su gobernante que se quiere entender como representante. El pueblo se expresa en la elección, o aún peor, el pueblo es en la elección. 15 Resultaran de aquí dos problemas, a) la mayoría no es el todo y b) las coincidencias no son un proyecto. Me explico, en el juego de la democracia en donde nos han encerrado a jugar, el puesto en el que nos han colocado no nos permite otra cosa que no sea la decisión del 13 Diccionario maya–español; español–maya, Cordemex, p. 831. 14 Jurgen Habermas, loq. cit. 15 Cf. Carl Schmitt, loq. cit. 17 gobierno por medio no de la elección (nótese) sino de la eliminación. Es decir, al emitir el voto el individuo, no lo hace eligiendo entre dos o más opciones –viables y claras– que responden a un proyecto común y abarcante; por el contrario, lo hará por el que coincida o se acerque más a sus propios intereses o a los de su grupo. Las coincidencias no tan distantes determinarán el voto. No se elige la mejor sino la menos discorde al sujeto votante y a su circunstancia. Cuando las coincidencias repercuten en la mayoría de los ciudadanos resulta electo ese gobernante. Pero es la mayoría y no el todo el que ha decidido. Los opuestos han sido excluidos y aún peor, integrados y absorbidos dentro de la mayoría electora; de la mayoría se pasa a concebir a la Totalidad, baalkah, como homogénea. Pero es justo aquí donde la persecución de fines comunes, que satisfagan al Todo, baalkah, se ve quebrantada. En cada nueva elección hay un nuevo proyecto, pudiendo ser diferente e incluso opuesto al anterior. Se persiguen en cada proyecto fines egoístamente limitativos, ya sea individuales o ya de grupos. Entonces las coincidencias de la mayoría que en un tiempo y en un espacio determinaron a un sujeto o cuerpo de sujetos a ser electos, no dan cabida a un proyecto en el que el Todo, baalkah, se encuentre incluido. Los fines comunes no se toman en cuenta y sí los mayoritarios, que siguen siendo egoístas. Se excluye, pues, la diferencia y se concibe la Totalidad, baalkah, como igual dentro del sistema dominante que permea a cada vez más comunidades. Existe una separación entre el gobernante y los gobernados.El punto nodal que impide un intercambio respetuoso o un respeto existencial es la oposición de la clase política a la autonomía de los pueblos indios por confundirla con la soberanía nacional. Se sienten amenazados ante una incomprensión que ellos mismos se niegan a aclararse. Pues como organización social delimitada por un espacio y restringida a sus propios habitantes, demandan una autonomía en lo que a ellos les concierne. La capacidad de autodeterminación, de ellos mismos para con ellos mismos en el espacio en el que se encuentran, sus tierras. Las familias que en esa extensión territorial demandan al Estado es la capacidad de decidir dentro de ese marco espacial. La organización y determinación que pudieran alcanzar no contrapone en lo más mínimo al Estado, puesto que ellos, los pueblos originarios, no desconocen en momento alguno las facultades del 18 Estado. Las asambleas, acuerdos y autoridades que ellos proyectan, lo son sólo para su propia organización dentro de su marco espacial. Dicho de otro modo, lo que los tojolabales requieren del Estado es la facultad de decisión y dominio sobre ellos mismos, su territorio y el uso del mismo. “Es importante subrayar que los comuneros consideran el uso en un contexto amplio de mantener la biodiversidad del terreno y también la convivencia de los humanos con la tierra, para ellos Nuestra Madre Tierra”. 16 Esta autonomía presupone el derecho de elección libre en los ámbitos político, económico, etc. que le conciernen a la propia comunidad. Pero que perjudica los intereses –principalmente– económicos de los sectores interesados, a saber, el poder político y el poder económico. Tal vez sea esto último el generador de la cerrazón gubernamental a la autonomía de las comunidades indígenas. Así, la diversidad es temida o ignorada –en esta cultura que domina–, pero también en muchas ocasiones, eliminada. Se comete el atroz delito de generalizar, ver la parte como el Todo, baalkah. La diversidad no obstaculiza el consenso sino por el contrario, lo enriquece; la condición para ello es la disposición y capacidad de recepción para con el otro; como sí pasa, se concibe y se vive, entre los maya–tojolabales. Existe pues, una importancia de las individualidades plurales en el grupo, para no cerrarse a percibir desde una sola perspectiva. El respeto por lo ajeno o alterno no se dará si no viene acompañado de una empatía de visión y concepción. Si seguimos pretendiendo una universalidad de nuestra visión y concepción, si seguimos creyendo que es la mejor o única, al grado de imponerla por cualesquiera medios; habremos de condenarnos a una ceguera y sordera de opciones, no mejores ni peores, sino simplemente de caminos distintos. No existe solo un medio o modo de ser y estar en el mundo; como nos lo ha hecho creer Occidente. Tampoco es aplicable una sola ley social por la existencia de una variedad de cosmovisiones o culturas, y la ley, suele venir de una sola, imponiéndose sobre las otras. “Desde el siglo XVII, Europa se ha extendido por el mundo como cáncer, al principio con sigilo pero desde hace tiempo a paso cada vez más rápido, hasta que hoy se dedica a aniquilar formas, animales, plantas, hábitats 16 Carlos Lenkersdorf, Filosofar en clave tojolabal, Miguel Ángel Porrúa, Filosofía de Nuestra América, México, 1ª. reimpresión, 2005, p. 99. 19 e idiomas”. 17 En todo caso, la ley y la organización social habrían de respetar a los distintos modus vivendi. Más que tratar de incorporarlos –pues tratar esto es seguir imponiendo una visión– se tendría que aceptar la alteridad. Los grupos minoritarios no son representados –y no pueden serlo– por las mayorías, ya que no existe una correspondencia o engranaje ajustable a esto, a las distintas cosmovisiones. Los tojolabales no pueden ser representados en el contexto de la sociedad dominante, su cosmovisión distinta no permite engranaje. Lo que sí es susceptible de darse es un contacto de respeto por la alteridad. Nunca se es tan diferente como para ignorar al otro. Lo que no hay aquí es una disposición para la alteridad. El tojolabal no puede ser representado por el Estado pero si pueden ser tolerados unos por los otros, respetando su derecho de existencia. Pasando de la mera coexistencia a una convivencia retroalimentadota. En los tojolabales la inclusión del Yo, ke´n, en el Nosotros, –tik, no se da como una disolución, una inmovilidad, una homogenización, es decir, no hay una pérdida de sus características, de su individualidad; sino por el contrario, un enriquecimiento, un aporte y un engrane más en la maquinaria que busca materializar fines que convengan al Todo, baalkah. La concepción que se tiene del individuo no es de manera aislada, disperso, sino como dentro de un grupo, integrado y como corresponsable de lo otro. § 3. Situación de exclusión, desplazamiento y represión Dado el trato que con los grupos minoritarios pero alternos, no afanosos de dominio o poder y sí dominados, se ha tenido a lo largo de la historia; desde la descripción-confesión que Bartolomé de las Casas 18 nos expone hasta la invasión de Iraq por George Bush, pasando por el interminable conflicto entre Israel y Palestina, se han visto obligados a pasar 17 Paul Zumthor, referencia en John Maxwell Coetzee, Elizabeth Costello, Mondadori, Literatura Mondadori 227, trad. Javier Calvo, Barcelona, 2004, p. 52. 18 Véase Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, varias ediciones. Además de una gama amplia de documentos que podemos encontrar en otros frailes de la época como Vasco de Quiroga o Alonso de la Vera Cruz, en su Información en derecho y Sobre el señorío de los infieles y la guerra justa, respectivamente; por sólo mencionar algunos. 20 sus demandas por exigencias. Por ello –no busco justificar y sí exponer– de un lado el surgimiento del EZLN, cuyo rostro aparece cubierto porque los fines que se persiguen no son personales sino comunitarios, y del otro lado la vulgarización del término “terrorismo”, ahora también el del “narcotráfico”, digo vulgarización por dos motivos, el primero es que ahora ya cualquier transgresión de la ley y la desidia para investigarla se le atribuye alguno de estos, y segundo, porque se vuelve cotidiano y usual defender lo propio, aunque se te niegue el único recurso honorable con el que se cuenta, la palabra. Estos grupos que no permiten ser absorbidos por el sistema (como se le quiera llamar: capitalista, de producción, occidental, postmoderno, etc.) se encuentran en su derecho sino es que obligados a defenderse de estos embates. Que los medios no nos parezcan los más adecuados es tema de otra discusión, pero lo que sí puedo decir es que ese mismo sistema orilla a esa opción, él mismo no te deja otra salida más que la resistencia violenta. La violencia legítima del Estado revierte contra sí mismo. El contraejemplo puede ser el movimiento que Gandhi encabezó en la India alrededor de la mitad del siglo XX, pero los ejemplos que rigen la regla son desbordantes. No quiere decir esto que las comunidades originarias no sepan hacer uso de la palabra y no puedan dialogar y demandar lo suyo de manera moderada, pacifica, ordenada y cabal (como los pseudointelectuales pretenden hacer creer al grueso de la población 19 ). No, por el contrario, se han empeñado hasta el cansancio en señalar de la manera más atenta aquello que les aqueja y aquello por lo cual son agredidos; sin embargo, la consideración y la respuesta siempre son omisas, desde la llamada evangelización en el siglo XVI hasta los acuerdos de San Andrés Larráinzar. Nunca se le pregunta al indio si está de acuerdo con lo estipulado por las autoridades (occidentales) si es agravado, si resulta escaso o si le satisface.Esta autoridad da por hecho las necesidades de aquellos grupos y actúa –según ella– por el bienestar de la nación. La opinión, las consideraciones y las faltas e injusticias que se le cometen a los de abajo son ignoradas por los de arriba. 19 Cf. Jean Meyer, Héctor Aguilar Camín o Enrique Krauze a lo largo de sus obras de investigación sobre estos temas. Ejemplo: Problemas agrarios y movimientos campesinos, En torno de la cultura nacional y Caudillos culturales en la Revlución Mexicana, respectivamente. 21 De hecho, ocurre que se ven a estos grupos “como parte de los problemas [sociales] […] Pocas veces se piensa en ellos como actores políticos”. 20 Tal es la situación que las leyes sobre las Indias emitidas por el Estado terminan aislando en servidumbre al indígena 21 . Se les aleja del fin nacional porque no comparten la idea ni tienden al mismo fin que este proyecto. Construyéndose aquí uno de los tantos prejuicios que tenemos sobre los indígenas pero que creamos desde nuestra postura, a saber, pensar esa supuesta homogeneidad como un todo esclavizado por grupos dominantes. De la unión para la nación no puede participar el indígena, ya sea por su exclusión o ya por la cosmovisión inequiparable que guarda con la sociedad dominante, es decir, no es posible de darse entre ellos una unidad espiritual como tampoco material. La imposición pretendida y ejecutada por la sociedad dominante para con los de abajo, sustentada en el nulo respeto por la alteridad y en la pretensión de verdad con respecto al bienestar social o la ceguera y sordera encausadas a los placeres propios, generan “La expulsión del campesinado [y en general de los llamados grupos minoritarios] de sus tierras de origen, la sobreexplotación que padecían como obreros y como campesinos, las miserables condiciones de vida en que morían, el fracaso de la reforma agraria, el creciente desempleo de los trabajadores del campo que se refugiaban en la ciudad, etc.” 22 Llevando a estos grupos esclavizados, ignorados y reprimidos a cuestionar, demandar y exigir condiciones que garanticen y respeten su derecho a existir. Las solicitudes no van más allá de esto, sus deseos no son motivo de petición, las satisfacciones propias no son requeridas a la clase dominante, es su derecho a ser y estar lo que es pretendido, ahora exigido. Al indígena no sólo se le arrebatan sus pensamientos y modos de vida sino que también se le imponen formas de vida, represivas, por lo general. Se le hace pasar de un trabajo para el 20 Pablo González Casanova, Historia política de los campesinos latinoamericanos, tomo 1, Siglo XXI, Historia, México, 2ª. edición, 1998, p. 8. los corchetes son míos. 21 Han surgido algunas organizaciones –sobre todo en fechas recientes– con el fin de contrarrestar este fenómeno histórico. Dándole voz a los propios indígenas, cuando no son ellos mismos quienes crearon dichos organismos. Ejemplo de ello son el Indemaya y el Inali, que son organismos se dan a la tarea de rescatar, producir y fomentar lo concerniente a las culturas originarias. 22 Pablo González Casanova, Historia política de los campesinos latinoamericanos, tomo 2, Siglo XXI, Historia, México, 2ª. edición, 1998, p. 126. los corchetes son míos. 22 beneficio de la comunidad, ´a´tel 23 , a un trabajo para beneficio del patrón, ganar 24 , de herencia occidental. Del trabajo comunitario enfocado solamente a las necesidades de la comunidad puesto que respetan y cuidan a Su Madre Tierra pasan a ser tomados como objetos que regulan los medios de producción del dueño del capital, que en la inmensa mayoría de las ocasiones no tiene respeto alguno por la vida puesto que él lo único que persigue es el incremento de su capital. Es así porque las sociedades primitivas no tienen el concepto de “acumulación” pues este por sí mismo induciría al egoísmo y a la producción de excedente, siendo imposible de darse puesto que la concepción que en las sociedades primitivas se tiene es el de una sociedad igualitaria, equilibrada. Cierto es que llegan a producir objetos de mercado pero ello no es sino una producción para el sustento. Las necesidades de la comunidad son respaldadas económicamente por este tipo de materiales de venta, tales como su arte o lo que de la cosecha se obtiene. § 4. Fomento social a la individualidad Uno de los puntos nodales de la educación no formal –dentro de este sistema dominante– es aquel que entabla una enseñaza por el enorgullecimiento de las cualidades individuales, así como de las de nuestros próximos (familia, grupo) y en menor medida de las del resto (Nación, especie); pero dándole primacía a las individuales. Este ejercicio suele estar despojado de la crítica, dejándonos –a su vez– abandonados en lo estropeado por el estereotipo y la ignorancia del desarrollo de nuestras virtudes. Ya que es desde el nacimiento coartado el desarrollo de las capacidades; nuestra capacidad inventiva y nuestra representación habrán de encajonarse y moldearse a las formas que nuestro contexto social nos herede. Observamos, así, que la formación del niño no es otra cosa que la delimitación de sus capacidades; el lenguaje no será sino la implantación de reglas que le permiten estar dentro de lo social porque “El niño sabe toda clase de palabras sabias, aunque pocos en la 23 Trabajo por la vida, desinteresado del salario puesto que es para beneficio de la comunidad. 24 Trabajo asalariado, ya que corresponde a la fuerza de trabajo invertida en los medios de producción del capitalista. 23 tierra entenderían su significado. Mas no en balde no quiere hablar nunca”. 25 “Pero antes de que el niño aprenda a pensar filosóficamente, el mundo se ha convertido para él en algo habitual. ¡Una pena, digo yo!” 26 Así, terminamos siendo plena y tristemente socializados. Aquel individualismo fomentado para afrontar el mundo, el auge del concepto “tolerancia” –empobreciéndolo por cierto– y una plaga de derechos a lo que sea con obligaciones de nada, nos ha saciado hasta el fastidio de nosotros mismos. Pero de aquí no se sigue que estemos dispuestos a dejar este estado, por el contrario, permanecemos quietos en este empacho y buscamos –apenas vemos la oportunidad– nuevos satisfactores individuales. El deseo es insaciable y el confort irrenunciable. La consecuencia que aquello trae consigo es el despojamiento cada vez más y a pasos agigantados de nuestro ser humano para metamorfosearse en un ser ególatra y narcisista. Se deja de lado la solidaridad con el otro, la prudencia hacia lo otro, el logos como razón y palabra, para dar paso a la crueldad con el otro, la avaricia de lo otro y la ceguera y sordera desde sí mismo. Los deseos constantes que el hombre persigue no suelen ser otros que los que le remiten a la autocomplacencia, es decir, a aquellos medios sobre los que se actúa solamente para la satisfacción de sí, esto y no más. Pero este punto es ciego o digámoslo así, suele enceguecer al ejecutor, es así porque para que este ser egoísta se satisfaga habrá de actuar sobre medios cualesquiera, con el riesgo harto frecuente de no considerar a los otros como fines en sí mismos sino simplemente como medios –para decirlo con Kant–. No le importa a este hombre lo que los medios sean o contengan, no repara en ellos, actúa – aunque de manera mal interpretada– maquiavélicamente 27 . Los fines para los que se actúa son para las satisfacciones de sí mismo, no reparando en los medios, ni mucho menos, en los fines comunes. Este hombre se favorece sólo así mismo. Este hombre es totalmente individual, tu winikil 28 . 25 Tagore, Obras, UNAM, trad. Departamento Editorial, México, 1ª.reimpresión, 1988, p. 12. 26 Jostein, Gaarder, El mundo de Sofía, Patria / Siruela, trad. Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo, México, 26ª. reimpresión, 2004, p. 18. 27 Cf. Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, varias ediciones. Para Maquiavelo se debe actuar valorando y armonizando las situaciones, pues las necesidades son las que impondrán una respuesta. Se actúa al fin de lo común, es decir, del orden. 24 De aquí su contraparte, la humildad, pero no como la entiende Tomás de Aquino, donde “todo hombre, en lo que es suyo, debe someterse a cualquiera que sea su prójimo en cuanto a lo que hay de Dios en éste”. 29 Sino como la entiende la cultura tojolabal, ib´elajel ay 30 , adhesión y consciencia de lo propio y su alcance y responsabilidad para con lo otro, sin pretensiones o búsqueda de retribuciones, ya que finalmente todos se conciben como miembros de un Todo, baalkah, donde no hay una pieza central, reguladora ni dominante. Es decir, la humildad no como aquello que expresa subordinación del ser humano a Dios, por el contrario, la humildad como aquello que denota respeto por el cosmos 31 y solidaridad para con los miembros de ese Todo, baalkah. La egolatría que potencia el individualismo enajenado se reproduce y fomenta a niveles de la familia, la escuela, la propiedad privada y el Estado. Siguiendo a Aristóteles decimos que la ciudad es anterior y constituyente de la familia pero sobre todo del individuo, puesto que la participación común que se posibilita por la palabra se da para dirimir con respecto a lo que le es propio al hombre, como lo provechoso y lo nocivo, lo justo y lo injusto, entre otros. De ahí que el hombre sea un animal político –dice Aristóteles 32 –, pues habrá de relacionarse con las otras partes que constituyen al Todo, baalkah, ya que este animal político es incapaz de bastarse a sí mismo 33 . De manera natural, entonces, el hombre busca y crea relaciones, que no corresponden a otro motivo 28 Diccionario maya–español; español-maya, Cordemex, p. 828. 29 Tomás de Aquino, Suma teológica, parte II-II, cuestión 161; http://hjg.com.ar/sumat/ 30 Humilde, pueblo o masa debajo de…; ib´elajal ´aytik – somos gente humilde, somos los de abajo. Carlos Lenkersdorf, Diccionario tojolabal–español, vol. 1, p. 139. 31 Se ha venido utilizando de manera indistinta los conceptos cosmos, tierra, la naturaleza, el todo y la totalidad, que aunque ciertamente pueden concebirse de manera equivalente en la cultura maya-tojolabal, las distinciones son mínimas pero imprescindibles. Se usará pues cosmos cuando se denote un carácter filosófico; tierra cuando se refiera al lugar en el que se habita y gracias al cual se vive; la naturaleza cuando se resalte la capacidad que se tiene para empatarse con lo que participa de la vida; minerales, flora, astros, etc. y; el todo y la totalidad cuando se quiera abarcar y señalar la unidad de todas las cosas, indivisa, única e infinita. Hemos encontrado en los dos diccionarios referidos (el de Barrera Vásquez y el de Lenkersdorf), que la lengua maya primigenia nos ofrece tres conceptos que expresan lo que aquí pretendemos señalar. El yok´ol kab es el cosmos; el balkah refiere a aquellos que en él viven, ligándose en lo referido aquí por naturaleza; y baalkah el mundo con los que en él viven, es decir, el todo o la totalidad. 32 Véase Aristóteles, Política, varias ediciones. 33 Diferencia fundamental aquí entre los pensamientos aristotélicos y tojolabales, mientras para Aristóteles las relaciones que habrán de efectuarse son referidas hacia otros hombres, en la cosmovisión tojolabal las relaciones son con cualquiera, móvil o inmóvil, dado que todo tiene ´altzil (corazón referido a la vida), por ende, todo vive. 25 más que al de sus intereses. En consecuencia, las asociaciones no son más que de minorías, ya que así se persiguen las mismas ideas, ideales y sueños, llámeseles pareja amorosa, institución escolar, empresa o país 34 . Dicho de otro modo, ¿quién tendría por pareja a una persona que es totalmente distinta de sí, o quién invertiría con alguien que no persigue los mismos fines básicos del plusvalor, o quién gobernaría con aquel que se contrapone a lo que su envergadura le posibilita –tristemente el poder mal encausado, hacia lo particular–, y también, quién educaría si no compartiera el fin común de la enseñanza y el aprendizaje – en el caso idóneo, cuando no el salario–? A pesar de encontrar diferencias entre los individuos de la asociación, estas son sólo matices para alcanzar el fin último que todos comparten. No existen en esos grupos dominantes diferencias tales que los obliguen a excluirse –como sí los hay de estos grupos para con otros menores como lo son los indígenas, al grado de relegarlos, por no decir reprimirlos–, debido a que en última instancia, el fin último es el mismo y los medios varían. 34 Atiéndase lo dicho en el §2, donde se argumenta contra la homogenización que los dirigentes de estos niveles de conjunción social llevan a cabo sin considerar las discrepancias o alternativas, pero que al final no nos deja ver mas que en una sola dirección, impuesta. Vid. supra. p. 13. 26 Capítulo II. La estructura de la lengua como reflejo de la cosmovisión El hombre puede concebir la grandeza, pero muy pocas veces es capaz de vivirla y asumirla. Juan José Arreola § 5. Interdependencia del lenguaje y la cosmovisión Cada grupo caracterizado o especificado dentro de la amplitud del género humano lo es con base en cualidades propias, aunque bien pueden suceder casos –y de hecho suceden– en que se compartan o existan símiles entre grupos. Esta diversidad se da de sí por la fuerza espiritual 1 que se conforma en el tiempo y el espacio. Consecuentemente, los pueblos al formar su lenguaje lo dotan de su fuerza espiritual. El lenguaje depende, así, de la fuerza espiritual de su comunidad creadora y en ella misma se sustenta la herencia a futuros individuos de dicha comunidad, dicho de otro modo, el lenguaje es un reflejo de la cosmovisión de las comunidades, donde a su vez, se forma ésta cosmovisión a partir de su fuerza espiritual. Tenemos, pues, un círculo virtuoso y creador, del cual resulta difícil predicar el comienzo, puesto que es una relación recíproca, sin embargo, lo que sí podemos predicar de esta relación es su carácter necesario y condicionante del uno para con el otro. Lenguaje ↔ Cosmovisión. Podemos decir, entonces, que el lenguaje es una manifestación de la comunidad. Condicionado aquel por esta, pero también, esta por aquel 2 . “El lenguaje está profundamente imbricado en la evolución espiritual de la humanidad, a la cual acompaña en cada etapa de su progresar o de caer aquí y allá, y en él se reconoce el grado de cultura alcanzado en cada instante”. 3 Se da una percepción distinta del mundo por parte de cada comunidad debido a que ella depende de la configuración de su lenguaje. Así, el lenguaje da un giro y avanza también en la dirección opuesta, es decir, además de configurarse por el 1 Se entenderá por fuerza espiritual lo señalado por Humboldt, a saber, el carácter nacional formado por la Naturaleza y las circunstancias, heredándose dentro de dicha comunidad. Véase Wilhelm von Humboldt, Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad, Anthropos, trad. Ana Agud, Barcelona, 1990. 2 Dado el esquema A Ξ B, donde uno es causa del otro pero también razón suficiente. 3 Wilhelm von Humboldt, op. cit., p. 27. 27 pensar de la comunidad, de igual modo determinala forma de percibir. Subrayemos que no existe aquí un orden, una jerarquía o una existencia cronológica. Dicho lo cual, mientras que para el tojolabal el término ´a´tijum cuya traducción más próxima sería trabajadores 4 , pero que traduciremos por autoridad porque para ellos denota a las personas elegidas por toda la comunidad, cuya responsabilidad no es otra que la de supervisar la ejecución del acuerdo emitido –también– por todos, es pues, un trabajador más de la comunidad; para la tradición occidental el término autoridad hace referencia a la persona elegida por la mayoría –aun cuando sea mínima la diferencia de los electores–, que se encarga de seleccionar, someter a votación de unos pocos –que se suponen con un mejor conocimiento– y ejecutar lo que debiera ser lo más conveniente para toda la comunidad, aunque la comunidad no entienda o no esté de acuerdo con dichas medidas. Para el tojolabal la autoridad es por todos elegida “y existe no para tener el poder en sus manos y para ejercerlo, sino para ejecutar los acuerdos consensuados del nosotros [ke´ntik] de los electores, es decir, del pueblo, y es este pueblo el que tiene el poder en sus manos”. 5 Ciertamente, el lenguaje, nace de la humanidad a través de una inconmensurable evolución, impidiéndonos ubicar espacio–temporalmente su surgimiento; lo que sí podemos apreciar es el modo en que cada comunidad lo ha reflejado, es decir, el trato y la forma como han dotado al lenguaje que a su vez forma a su comunidad. Si bien es cierto que el lenguaje tiene funciones que cumplir como las que enuncia Halliday 6 , existen divergencias de pensamiento y expresión en las lenguas. 4 Para el ejemplo nos bastará una acepción de este término y dejaremos de lado a algunas como el trabajo por la vida que derivan de la misma palabra ´a´tel, es este un trabajo no asalariado sino a favor de la comunidad y por subalternancia del individuo, dada la concepción comunitaria. Para el otro tipo de trabajo, el capitalista, adoptaron debido a las razones históricas el término ganar ya que su concepción y organización originarias no lo permite. Entran en juego para este último término los papeles del dinero, la cuantificación, el salario, el valor agregado, la enajenación, entre otras que ya Carlos Marx detalló en El Capital. Crítica de la economía política. 5 Carlos Lenkersdorf, La semántica del tojolabal y su cosmovisión, UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas, Colección de Bolsillo 27, México, 2006, p. 29. Los corchetes son míos. 6 Cf. M. A. K. Halliday, El lenguaje como semiótica social, FCE, Obras de Sociología, trad. Ferreiro Santana, Jorge, México, 1982, pp. 33 y ss., donde enumera en cuatro bloques las funciones que debe cumplir la lengua en todas las culturas, independientemente de las diferencias del medio físico y material; esas funciones son de tipo sumamente general. Resumo lo propuesto por Halliday en los cuatro bloques: 1. El lenguaje tiene que reflejar toda nuestra experiencia, reduciéndola a clases de fenómenos que podamos manejar, 2. El lenguaje tiene que expresar algunas relaciones lógicas elementales como y, o y si, lo mismo que las creadas por el propio lenguaje, como a saber, dice y significa, 3. El lenguaje tiene que expresar nuestra participación, como hablantes (dirían los tojolabales que como oyentes también), en la situación del discurso, 4. El lenguaje tiene 28 Así, pues, en la historia de unas (lenguas y comunidades) está el dominio de la Naturaleza, balkah, mientras que en otras la convivencia con la misma. Existe una enorme diferencia entre nombrar Tierra como el hábitat disponible para el hombre y jnantik lu´um como Nuestra Madre Tierra que habremos de cuidar porque somos en ella. La existencia no solamente del hombre sino de todo lo que se encuentra en la Tierra, es posible de darse a partir del marco que nos contiene, Nuestra Madre Tierra, por esto resulta indispensable procurarla y agradecerle. La existencia del hombre, depende de la existencia de su hábitat. Por consiguiente, cualquier atentado y detrimento contra Nuestra Madre Tierra, lo es también contra el hombre. Desde el lenguaje se ven las diferencias de los pueblos. “Nosotros [los de tradición occidental] dividimos la Naturaleza [balkah], la organizamos en conceptos, y adscribimos significados, principalmente porque hemos llegado al acuerdo de hacerlo así, un acuerdo que se mantiene a través de la comunidad que habla nuestra misma lengua y que está codificado en los modelos de nuestro lenguaje”. 7 No se percibe del mismo modo la misma evidencia física. Porque la necesidad del lenguaje surge de manera social, ahí donde distintas individualidades ávidas de comunicar sus necesidades externas e internas confluyen en este punto que refleja aquello que los hace comunes, a saber, su fuerza espiritual. Sin embargo, el lenguaje no es solamente comunicación, es también –y con mucha fuerza– formación cultural y bien podemos decir impulso de comportamiento. Los individuos de una misma comunidad participan del mismo contexto. El espacio y el tiempo delimitan. El sentido precede a la palabra, en tanto que esta expresa la necesidad del concepto y busca su correspondencia con la realidad. Aclaremos, no se obtiene el lenguaje de la comunidad “sino que el principio que anima, manado de las profundidades del más puro sentido lingüístico, fluyó, como su civilización que hacer todo eso simultáneamente, de una manera en que se vincule todo lo se dice con el contexto en que se dice. 7 Benjamín Lee Whorf, Lenguaje, pensamiento y realidad, Barral, Breve Biblioteca de Reforma, Barcelona, 1971, p. 241. Los corchetes son míos. 29 misma, por impulso de la genial dirección del espíritu del pueblo”. 8 En tanto acción que es el nombrar, ya que se habla para referirse a algo, dicha acción depende de la fuerza espiritual de la comunidad nombrante. Se busca, así, hacer corresponder ese algo con la idea que refleja el nombre, pero esto, siempre sustentado por la fuerza espiritual comunal. De esto se sigue la inexistencia de términos en tojolabal para denotar al jefe, rey, líder, etc., puesto que su fuerza espiritual imposibilita pensar en personas a las cuales aplicárselos, sencillamente, porque su vida no está organizada ni familiar ni socialmente de esta manera. 9 Mientras que dentro de nuestra tradición occidental estas palabras y otras más nos resultan ordinarias y familiares en el lenguaje, debido a que nuestra organización social, política y familiar se hayan sustentadas de esta manera, por jerarquías. “El lenguaje es, puede decirse, la manifestación externa del espíritu de los pueblos” 10 y en tanto perteneciente a una comunidad “la estructura de las lenguas en la especie humana es distinta porque y en la medida en que ella es en sí misma la peculiaridad espiritual de las naciones”. 11 Las lenguas son distintas porque las comunidades son distintas, aun cuando compartan un mismo origen. Las formaciones de sociedad y del lenguajes se hayan correspondidas. 8 Wilhelm von Humboldt, op. cit., p. 41. 9 Existen términos que fueron adoptados del español debido al devenir histórico que sufrieron este tipo de culturas. Términos como derecho, riko, ganarum, jepe, etc. que se encuentran ya en el lenguaje tojolabal pero que son claramente un traslado del español. Este traslado responde fundamentalmente a dos hechos: el primero es el ya mencionado devenir histórico, donde se les sustrajo de su organización social para introducirlos forzosamente en una nueva en la cual se relacionaban bajo aquellos términos; y el segundo es la relación actual conla sociedad dominante, ya que para referirse a las personas que cumplen con este rol social de organización vertical de dominio, tienen que adoptar los propios términos con los que se califica el dominante. Esto es debido a que en su concepción y organización no se encuentran porque no encuentran un referente. Así, pues, la adopción de estos términos del español por la cultura maya tojolabal encuentra su aplicación sólo al referirse a aquellos que se encuentran fuera de su propia comunidad y que no suele ser ninguna otra cultura originaria sino siempre perteneciente a la sociedad dominante. 10 Wilhelm von Humboldt, op. cit., p. 60. 11 Ibid., p. 61. 30 § 6. El sentido del lenguaje La historia, contexto y carácter de las comunidades son distintos aunque bien puede darse el caso en que por distintas que sean, se aproximen un poco o en algún aspecto y compartan así algo de lo mucho, dos comunidades distintas espacio–temporalmente. Por ejemplo, aunque los tojolabales no hayan conocido nunca la filosofía estoica, ni tampoco se sucediera en sentido inverso, en ambas comunidades podemos apreciar una práctica filosófica vivida de convivencia ética con el próximo y el mundo, siendo así, debido a que ambas se conciben como pertenecientes de la Totalidad, baalkah, es decir, como miembros –unos más de los tantos– del mundo. No hay en estas comunidades un sentido de pertenencia o apropiación del mundo sino de convivencia y respeto. 12 A la lengua, en tanto actividad viva, le es inherente su habla así como su escucha. Se totaliza cuando se escucha lo que se habla. En conjunción, no debiendo tener una más relevancia que la otra. 13 Esto último en las culturas de nuestro continente americano –al menos–, no así en las indoeuropeas, donde sí tiene preferencia el hablar sobre el escuchar. Siendo esto también un reflejo del espíritu de su comunidad. La actividad física es guiada por el lenguaje. La lengua hablada y escuchada refleja a la cultura humana. “El lenguaje hablado [y escuchado] no era simplemente una `facultad´ elevada sobre su propia pértiga, sino algo que debía ser entendido a la luz del comportamiento y la cultura humanas de la que formaba parte, una parte especializada, pero que no está envuelta por un principio 12 El periodo de preeminencia del estoicismo va del siglo III antes de Cristo hasta finales del siglo II después de Cristo, en el mundo greco-romano. Teniendo como exponentes más representativos a Crisipo de Solos, Epicteto y Séneca, entre otros. El proyecto relevante de la escuela estoica recaía en el juicio que se tuviera sobre los hechos y no en los hechos mismos, de este modo la felicidad o la perturbación que el hombre experimentara se daba a su recto o viciado juicio. Mientras que para la cultura tojolabal no se poseen noticias en épocas anteriores a La Colonia y durante ella el conocimiento está nublado hacia un estudio certero sobre su historia debido al conocimiento imperfecto lingüístico y la confusión generada en los cronistas; lo que sí podemos decir es que en la actualidad su asentamiento principal se encuentra en el municipio de Las Margaritas, Chiapas, en la zona limítrofe del altiplano con la selva lacandona, aunque también se encuentran en los de Independencia, Comitán, Trinitaria y Altamirano. Aunado a esto, observamos una actividad, netamente filosófica en tanto su cosmovisión. Donde, si bien es cierto, se carece de un aparato teórico, no se puede negar la capacidad fáctica de su pensar filosófico. Pues la filosofía no se agota en el ámbito teórico, cobrando mayor importancia en su práctica congruente que en su razón pura. 13 Puesto que el habla proyecta un sentido, este necesita un receptor para completarse. 31 diferente al resto”. 14 Todo aquello que forma parte de la cultura se da por la cultura misma. La suma de sus partes configura el Todo, baalkah. Además de lo anterior, también cabe apuntar que “el lenguaje, partiendo del espíritu, revierte en él”. 15 La lengua también buscará ser consecuente con su fuerza espiritual, dicho de otro modo, la lengua se cuidará de no alterar su fuerza espiritual en la generación de nuevos conceptos o la adopción de conceptos externos. “Es éste un terreno en el cual la Naturaleza [balkah] sale en verdad al encuentro del hombre, y una materia en parte verdaderamente material viene a unirse con el espíritu que le da forma”. 16 O para decirlo con Sebastia Serrano, “Nosotros [el hombre en sociedad] somos lo que somos gracias a nuestra lengua y nuestra cultura”. 17 Digámoslo así, existen dos universos responsables de nuestra formación, a saber, el universo de lo natural y el universo de lo cultural, el primero hace referencia al ámbito de la ciencia, concretamente a la herencia biológica, mientras que el segundo encuentra su campo en la tradición externa. Yendo estos más allá de las necesidades –que son las mismas en cualquier sociedad, como la alimentación, la protección, la reproducción, entre otras– cuyas diferencias radican en los modos de la cultura. Pueden sucederse los mismos problemas o menesteres pero los planteamientos y resoluciones serán distintos, debido a que distintas son las fuerzas espirituales y en consecuencia sus culturas. Además, con ellas, sus lenguajes. Lenguaje que es representación de la cultura y medio para su transmisión. Por ello, existen culturas –las originarias de América, al menos– cuyos principios –explícitos o implícitos– en la conversación son la contribución, la cooperación, el respeto de los turnos, la honestidad, además de la inclusión y el compromiso. Por lo anterior, es que se considera al lenguaje la pieza nodal del trance del mono al hombre en la evolución, dejando un poco atrás al trabajo y al erotismo como sugerirían Engels 18 y 14 Benajamin Lee Whorf, op. cit., p.93. Referencia de Benjamín Lee Whorf a Fabre d´Olivet señalando de éste un modo de pensar antropológico y no simplemente gramático. Los corchetes son míos. 15 Wilhelm von Humboldt, op. cit., p. 74. 16 Ibid., p. 121. Los corchetes son míos. 17 Sebastia Serrano, Signos, lengua y cultura, Anagrama, Argumentos 61, trad. Jordá, Joaquín, Barcelona, 1980, p. 13. Los corchetes son míos. 18 Véase Federico Engels, El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, Cometa de Papel, Colección Letras, trad. Editorial Progreso Moscú 1969, Medellín, 1998. 32 Bataille 19 , respectivamente. Así, pues, “el sentido o significado no es el resultado de palabras o morfemas, sino de una relación patentizada entre palabras o morfemas”. 20 Constituyendo esta relación la esencia del pensamiento, reflejado, a su vez, en el lenguaje. El lenguaje se expresa perfectamente en sí mismo. El esquema de concepción no otorga predominio a ninguno de sus componentes, por el contrario, la realidad, el pensamiento y el lenguaje se hallan en un circuito circular. El cual los dota de una equiparidad en relación a la función que cumplen dentro de la comunidad con sus sujetos. El equilibrio de estas partes forma la concepción de la cultura maya tojolabal. § 7. El diccionario tojolabal “Este diccionario se escribió a solicitud de compañeros tojolabales y con el propósito de que sirviera a ellos mismos”. 21 La preparación de los dos tomos del diccionario tojolabal por parte de Carlos Lenkersdorf es un estadio de suma trascendencia para el desarrollo y escritura de esta lengua. Si bien es cierto que no existía una regulación gramatical de su lengua, esto no fue porque esta cultura haya sido ágrafa, sino porque a esta cultura –diría Rosario Castellanos– se le despojó, se le arrebató lo que había atesorado, a saber, la palabra, que esel depósito de la memoria. Sin embargo, la oralidad siguió fluyendo y con ella la transmisión cultural. Así, su memoria la hemos cubierto de niebla, ahora habremos de develarla. Por tanto, la cultura maya –y en general las culturas prehispánicas– no son incapaces de formarse una escritura; ya sea esta pictográfica, ya ideográfica, ya cuneiforme, ya jeroglífica, ya fonética. Lo que sucedió es que bajo el yugo se les negó de manera colérica y por más de quinientos años, la transmisión escrita de su cultura, pudiéndose mantener sólo de modo oral, perdiéndose la evolución de esta herencia por la parte escrita. Teniendo que 19 Véase Georges Bataille, Las lágrimas de Eros, Tusquets, Ensayo 33, trad. David Fernández, iconografía en colaboración con J. M. Lo Duca, España, 4ª. edición, 2007. 20 Benjamín Lee Whorf, op. cit., p. 83. 21 Carlos Lenkersdorf, Diccionario tojolabal–español, vol. 1, p. 4. 33 sujetarse ahora a los símbolos de la herencia occidental 22 . Ello no en detrimento del sentido, puesto que éste crea sus propias palabras para reflejar aquello que quiere señalar. “El nombre es arquetipo de la cosa” 23 y esta acción se realiza de acuerdo a la percepción que se sustenta en la cosmovisión de los observantes que son nombrantes también. Para decirlo de otro modo, la palabra creada lo es con base en aquello a lo que se quiere hacer referencia, la fuerza espiritual del nombrante se reflejará en la palabra creada debido a que el sentido de la palabra precede la existencia de la misma. Es por esto que en la creación del diccionario tojolabal se omiten palabras ofensivas, no por el deseo de pureza de los tojolabales o por una moral conservadora que algunos les pudieran atribuir erróneamente, sino simplemente por la fuerza espiritual del respeto y formación comunitaria –solidaria con la cual cuentan. Ya que, en tanto el diccionario es material de consulta y en cierto sentido formador del lenguaje, al incluir aquellas palabras, se contrapondrían con el espíritu ético de esta comunidad. No reflejan, pues, aquellas palabras su ideología formativa. La negación de la existencia de dichas palabras no le es atribuible a la comunidad tojolabal, tampoco el uso que ocasionalmente suela ocurrir. Se hallan presentes y en acto, puesto que estamos exponiendo a un grupo de seres humanos que al igual que cualquier otro, se encuentra dotado de pasiones, anhelos, aversiones y tanto cuanto le es propio al hombre. No pretendemos en este ejercicio ni de ningún modo idealizar a una comunidad o a los grupos originarios; por el contrario, pretendemos valorar de la manera más objetiva su propuesta organizacional, no como mejor a la imperante, sino simplemente como alterna. Dicha exclusión responde a una necesidad formativa, sustentada en este caso, en una censura moral. Ya que este fenómeno pertenece a la vida pública y comunal de los maya tojolabales. Este motivo de vigilancia en el lenguaje responde a lo moralmente indeseable, entendiéndose como aquello que es indigno de ser deseado y no como aquello que no se puede desear. La prohibición o limitación es contra el deseo del uso de estos términos para impedir su reproducción o propagación vulgares, que tentarían al corrompimiento del pensar maya tojolabal. La censura es moral cuyo fin es la formación congruente tojolabal. 22 Pero diferenciándose profundamente en la fonética, la morfología, la sintaxis y la semántica. Adoptando solamente la grafología dominante. 23 Cf. Platón, Crátilo, varias ediciones. 34 § 8. lajan lajan ´aytik A diferencia de la tradición occidental, donde la enunciación de una acción tiene como responsable o eje rector a un sujeto, sobre un objeto; la enunciación tojolabal relaciona a dos sujetos y no existe objeto alguno dispuesto a un sujeto. Ambos son sujetos agénciales necesarios el uno para el otro. Se presentan así el uno al otro, posibilitando el conocimiento. V. gr. podemos observar y conocer el cielo porque este se nos presenta e influye sobre nosotros, observadores, es decir, para poder teorizar es necesario que el otro sujeto, en este caso el cielo, nos aporte su presencia y actúe sobre nosotros, sujetos teorizantes. Hay, pues, una acción de ambos sujetos; el hombre que observa y reflexiona, y las cosas que también son sujetos, que se presentan y actúan sobre sus observadores. Ambos son activos y ninguno es pasivo en la acción del conocer. Su actividad reside ya sea en la observación y teorización o ya en su manifestación. La presencia para el maya tojolabal es ya una actividad del sujeto a observar. Aquello se manifiesta para poderlo observar. Un sujeto tiene por actividad observar y otro manifestarse. Al ser capaces de concebir a todo y tanto como existe como sujetos y no como objetos, estamos dotándonos y dotándolos como miembros del Todo, baalkah. Nos eliminamos con esto las concepciones que tenemos de nosotros (conjunto de individualidades) como garantes, reguladores, dueños y regidores del Todo, baalkah. Esta concepción tojolabal es más sensata además de más ética, para una convivencia con y en el Todo, baalkah, convivencia ética universal. Porque es capaz de respetar, tolerar, actuar a favor y proyectar máximas no sólo en él y el otro, sino también en lo otro. No se limita su actuar ético en un antropomorfismo, por el contrario, es capaz de abarcar todo lo existente y su contenedor, puesto que se sabe dentro de este. No sólo no ve a los otros como medios, tampoco lo hace con lo otro, cualquier existente. No sólo se procura en el otro, también procura lo que existe. No sólo es en lo divino, también en lo fáctico. La práctica ética de la comunidad maya tojolabal es universal. 35 Como señalamos anteriormente, las palabras no cobran sentido por ellas mismas, sino con base en las relaciones entre ellas. De igual modo el conocimiento, este no se da de manera neutral al observar el sujeto al objeto, sino que el sujeto influye en el objeto. Dicho con los tojolabales, ambos agentes, sujetos, actúan sobre el otro influyendo en el respectivo conocimiento. Las relaciones entre sujeto y objetos para unos, y entre sujetos para otros, condicionan profundamente el modo de ser en y con el mundo. “No compartimos todos la misma visión de las cosas aunque todos veamos la misma realidad. De ahí las diferencias profundas con respecto a la percepción de la realidad y las lenguas”. 24 Puesto que no se considera algo como objeto y sí se considera todo como sujeto, es decir, como agentes activos, se puede hablar de una igualdad o para ser más precisos, de un emparejamiento entre todos 25 . Tanto el joven como el viejo, tanto el hombre como la mujer, tanto la autoridad como los electores, tanto el estudiado como el ignorante, se encuentran en el mismo estadio y con las mismas cualidades sociales. No hay jerarquías, no hay rangos y no hay organización social piramidal, por el contrario, la organización se da con base en una estructura igualitaria. Donde todas las voces que se emiten y se demandan son escuchadas con el mismo eco, donde todas las opiniones son escuchadas, donde todos asumen su responsabilidad y donde todos son satisfechos por el objetivo común y ninguno queda excluido o ignorado. Existen, en este punto de la filosofía tojolabal dos conceptos de suma relevancia para su entendimiento y su especificación, uno es la autoridad y otro el consenso. § 8.1 Autoridad Ya nos hemos hecho escuchar líneas atrás sobre lo que en tojolabal se tiene por autoridad. Aquella o aquellas personas que supervisan o regulan el cumplimiento de los acuerdos a los 24 Carlos Lenkersdorf, Los hombres verdaderos. Voces y testimonios tojolabales, Siglo XXI, México, 4ª. edición, 2005, p.
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