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PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA: PROPUESTAS CRÍTICAS DE ARTURO ANDRÉS ROIG T E S I S QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRA E N PEDAGOGÍA P R E S E N T A : LIC. DULCE MARÍA VELEZ ESQUIVEL D I R E C T O R A D E T E S I S : DRA. CLARA ISABEL CARPY NAVARRO (FFyL-UNAM) C O M I T É T U T O R : DR. HORACIO CERUTTI GULDBERG (CIALC-UNAM) DRA. GUADALUPE GARCÍA CASANOVA (FFyL-UNAM) MTRA. ANA MARÍA DEL PILAR MARTÍNEZ HERNÁNDEZ (FFyL-UNAM) MTRA. MARLENE ROMO RAMOS (FFyL-UNAM) UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PEDAGOGÍA CIUDAD UNIVERSITARIA JUNIO 2016 Veronica Texto escrito a máquina FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A LA MEMORIA DE ARTURO ANDRÉS ROIG Con todo mi amor para ustedes Dulce María Velez Esquivel A mi amada y encantadora mamá Lourdes Esquivel, una mujer hermosa en toda la extensión de la palabra. Gracias a ti he logrado absolutamente todo lo que me he propuesto en la vida, te debo las horas más felices de mi vida, pues, tu amor, apoyo, dedicación, enseñanzas, entrega, virtudes, ejemplo y valores han sido la luz y la guía a lo largo de mi vida. Jamás podré pagarte todo lo que has hecho por mí, sin embargo considera cada logro como un homenaje para ti. Te amo mami. A mi adorado hermano Luis Roberto el lujo de mi vida, porque eres el joven más noble, inteligente y afectuoso. Gracias a tu total apoyo e incondicionalidad he logrado realizar mis sueños. Siempre estaré contigo porque eres un ángel para mí y, por supuesto, el mejor hermano del mundo. A mi querido papá Martín Velez porque tengo recuerdos muy bellos de mis primeros años de vida contigo, cuya rememoración me alienta a agradecerte por ello. A mi cariño adorado Pólux, por tus inteligentes consejos, por los libros, por los detalles y por las muestras de amor romántico e incondicional que siempre estuvieron presentes. Porque cada momento compartido es símbolo de dulzura e infinita poesía. A mis maravillosos tíos, Javier, Manuel, Alfonso, Pedro, Rosa y Andrea Esquivel porque han hecho posible la conquista de esta meta, gracias a que siempre estuvieron cerca de mí, apoyándome. A mi querido primo Jorge Luis González y a su bella familia, porque siempre estuvieron al tanto de mí, con ustedes a mi lado se tornó más hermosa esta realidad. A todos ustedes, mi reconocimiento y admiración. Dulce María Velez Esquivel A la Mtra. Ana María del Pilar Martínez Hernández por sus observaciones tan precisas y el tiempo invertido para la mejora de la tesis. Por los conocimientos que ha compartido conmigo. Muchas gracias. Una mención muy especial para mi Directora de tesis la Dra. Clara Isabel Carpy Navarro, una eminencia en el quehacer pedagógico. Ha sido y es un gran honor para mí, contar con la sabiduría que la caracteriza, además de sus invaluables conocimientos sobre Pedagogía. Gracias por el diálogo permanente, los interesantes comentarios, las eminentes críticas y las constantes reuniones para trabajar metodológica y teóricamente la investigación. Sobre todo, gracias por acompañarme y guiarme en una tarea cargada de inmensa responsabilidad. Hoy y siempre mi admiración y respeto. A mi distinguido Comité Tutor, como testimonio de agradecimiento, reconocimiento y admiración. Cada uno de ustedes fue clave para culminar la presente investigación: Al Dr. Horacio Cerutti Guldberg, porque sus aportes fundamentales a la Filosofía desde un horizonte de compresión Nuestro Americano me permitieron comprender mejor el maravilloso, pero complicado pensamiento de un autor tan prolífico como el del Dr. Arturo Andrés Roig. Porque a su lado, he aprendido que es imperativo problematizar y repensar constantemente nuestra realidad, pues siempre hay un camino diferente ‘esperanzador’ para andar. A la Dra. Guadalupe García Casanova que hizo posible el enriquecimiento de la tesis, no sólo por los excelsos comentarios y observaciones realizadas, sino también por todo lo aprendido en su Seminario de Posgrado. Por haber contribuido a mi formación pedagógica. A la Mtra. Marlene Romo Ramos, por su cuidadosa lectura, aportaciones, observaciones y por el entusiasmo permanente hacia mi trabajo de investigación. Por eso y más, gracias. Al Dr. Sebastián Plá por su lectura permanente, por los interminables y enriquecedores diálogos, por las constantes observaciones, críticas y problematizaciones. A la Dra. Guadalupe Valencia García, porque usted es muy importante en mi vida. Estoy eternamente agradecida con usted por creer en mí, por apoyarme y proporcionarme todos los estímulos necesarios para crecer académica y profesionalmente. Gracias por estar conmigo en tiempo y espacio. A Elisabeth Roig, hija del Dr. Arturo Andrés Roig por conversar conmigo sobre su papá, aclararme dudas, precisar información. En general, por ser una maravillosa persona y hacerme sentir cerca de un hombre que admiro con ímpetu. A la Jefa de la División de Humanidades de la Facultad de Estudios Superiores - Campus Acatlán, Sara Luz Alvarado, por el testimonio brindado sobre la presencia del Dr. Roig en aquella institución durante su paso por México, específicamente en su exilio. Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología porque gracias a la beca otorgada dediqué tiempo completo a la investigación. A la Universidad Nacional Autónoma de México, mi alma máter, por abrirme las puertas que me llevarían a formar parte del colectivo comprometido con la educación de Nuestra América. ÍNDICE Introducción. Aproximaciones conceptuales y puntualizaciones básicas………... 1 Capítulo 1. Sobre la pedagogía universitaria de Arturo Andrés Roig……………… 7 1.1 Semblanza de Arturo Andrés Roig. Apuntes clave sobre su vida y obra……….. 9 1.2 La pedagogía universitaria en el pensamiento de Arturo Andrés Roig…………. 20 1.3 Aspectos metodológicos inherentes a la pedagogía universitaria caracterizada por Roig………………………………………………………………………………… 28 Capítulo 2. Educación basada en la imposición/imitación de modelos……………. 35 2.1 Neoliberalismo y educación………………………………………………………….. 36 2.2 En torno a la filosofía de la mismidad………………………………………………. 46 2.3 Procesos de unidireccionalidad: la clase…………………………………………… 51 Capítulo 3. Rasgos constitutivos de la pedagogía universitaria……………………. 55 3.1 Pensamiento alternativo……………………………………………………………… 57 3.2 En torno a la filosofía de la alteridad……………………………………………….. 61 3.3 Procesos de multiplicidad: el seminario……………………………………………. 67 Conclusión. Hacia un balancegeneral de la pedagogía universitaria de Arturo Andrés Roig…………………………………………………………………………………… 77 Fuentes consultadas………………………………………………………………………… 82 Anexo. Algunos escritos de Arturo Andrés Roig sobre Educación y Pedagogía... 87 1 Introducción. Aproximaciones conceptuales y puntualizaciones básicas Pensar y escribir en torno al pensamiento pedagógico de un autor que suele identificarse ineludiblemente en los terrenos filosóficos representa una tarea obligada e impostergable, pero también un fuerte motivo que inspira a conocer, indagar e investigar minuciosamente cómo ha llegado a plantear la necesidad de sistematizar una pedagogía enfocada a la enseñanza superior. Cabe resaltar que, dicha cuestión no solamente ha sido abordada por él, no obstante para seguir los fines convocados en el escrito, únicamente se atenderá su obra y los impactos de la misma a ese respecto. Plantear el vínculo entre Roig y la filosofía en las líneas anteriores no fue producto de la casualidad discursiva, ha sido un modo de proceder plenamente consciente. En buena medida, las aclaraciones pretendidas deben comenzar por dicha relación, ya que, generalmente, ha destacado por aportes teórico/metodológicos en disciplinas como la filosofía. Sin embargo, su incidencia en lo pedagógico condensa y justifica buena parte de su proceder filosófico y viceversa. Ambas miradas o si se prefiere lecturas de la realidad se han enriquecido mutuamente a través de su propia reflexión como educador y filósofo en América Latina, junto a su profunda convicción de que la educación es el motor impulsor de grandes cambios sociales. Pensó, problematizó, escribió y actuó desde una dimensión pedagógica para comprender mejor cómo se configuran los procesos de organización de la educación y el saber en América Latina, atendiendo paralelamente a qué intereses responde ese modo de proceder y cómo esto afecta directa e indirectamente el rumbo de la educación. Para aclarar la perspectiva de Roig sobre la idea de pedagogía universitaria es fundamental precisar lo siguiente: 1) Su interés no estaba centrado únicamente en la enseñanza de la filosofía, lo cual no erradica la enorme importancia que él otorgó a dicho quehacer. Veronica Texto escrito a máquina 2 También se encontraba profundamente interesado en entender el fenómeno educativo presente en América Latina, abordando sus diferentes problemáticas y tópicos. Lo que tienen en común los países del continente –desde la perspectiva de la filosofía latinoamericana- es el conflicto latente en que se encuentran inmersos debido al sometimiento que han resistido por parte de los países, cuyo proceder se ha centrado en reproducir e imponer “fórmulas” a manera de prescripciones con el propósito de mantener la misma situación de acatamiento de forma permanente. Con base en ello, elaboró propuestas de transformación pedagógica sustentadas en un ideal de ser humano. 2) Roig define a la pedagogía universitaria como “la conducción del acto creador, respecto de un determinado campo objetivo, realizado con espíritu crítico entre dos o más estudiosos, con diferente grado de experiencia respecto de la posesión de aquel campo”.1 3) Cabe aclarar que se debe tomar con mucha precaución la forma en que aborda la relación entre profesor y estudiante pues, interpretarla y entenderla en clave pedagógica, es un trabajo complejo, pese a la “aparente simpleza” que desde otras disciplinas puede representar. Múltiples opiniones emitidas sobre el tema han tergiversado el ideal de docente y estudiante planteado por el autor, destacando que él ha privilegiado la figura del estudiante sobre la del profesor y eso resulta completamente equivocado, pues de ser así, la operatividad de la pedagogía universitaria (que será abordada en el apartado 1.3) se vería totalmente obstruida y, por tanto, estaría comprometiendo sus fines; no existiría armonía ni conceptual ni práctica en los elementos que la componen, que le dan vida. 4) Otro aspecto de suma relevancia radica en el planteamiento de la siguiente cuestión: 1 Arturo A. Roig, La Universidad hacia la democracia. Bases doctrinarias e históricas para la constitución de una pedagogía participativa, Mendoza, EDIUNC, 1998, p.19. 3 ¿Cabe hablar de una sola y única pedagogía? En realidad, las diversas direcciones de la pedagogía no son más que aspectos o visiones parciales de un solo objeto: la educación considerada desde distintos puntos de mira. La pedagogía sería así como la integración de las diversas interpretaciones de la educación, las cuales no constituirían más que partes o capítulos de la misma. No hay, en efecto más que una sola pedagogía, la que tiene por objeto el estudio de la educación.2 De tal manera, cabe destacar que la pedagogía entendida como disciplina conlleva un campo de acción amplio y complejo, entre otras cosas porque debe atender un ideal de ser humano a formar. Para Roig ese ideal de ser humano encuentra su fundamento en el a priori antropológico, entendido como posibilidad de autoafirmación que: …se centra sobre la noción de sujeto y pretende ser una reflexión acerca del alcance y sentido de las pautas implícitas en la exigencia fundante de ponernos para nosotros y valer sencillamente para nosotros. Ahora bien, ese sujeto que se afirma o se niega a sí mismo, es inevitablemente un sujeto de discurso, dicho de diverso modo, se trata de un sujeto en acto de comunicación con otro.3 En este punto, lo notable es identificar qué se conoce y qué se necesita conocer para contar con los elementos necesarios para actuar sobre la realidad manifiesta. Esta conjunción debe entenderse como una operación ineludible para dar paso a la sistematización y configuración de una pedagogía universitaria claramente congruente con sus fines. 5) Retomando el primer punto y ligándolo con la relación educativa comúnmente identificada como profesor-estudiante; es primordial evitar comprenderla a partir de una inversión en los roles desempeñados por ambos actores educativos, pues no tiene ningún sentido. Para entender la razón de ello, es preciso situarse en el contexto específico de la dictadura militar ocurrida en Argentina en 1976, pues, fue a partir de ella que su concepción sobre cómo debía ser la estructura y la organización de la educación, particularmente en el nivel superior, trajo con mucha fuerza e intensidad su llamado a restaurar la pedagogía universitaria como una 2 Lorenzo Luzuriaga, Pedagogía, 12 ed., Buenos Aires, Losada, 1975, p. 13. 3 Arturo A. Roig, Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano, México, Fondo de Cultura Económica, 1981, p.16. 4 disciplina sistematizada capaz de accionar propuestas y proyectos de impacto en y para América Latina. Los factores de represión -política e ideológica- y de persecución que vivió Roig trastocaron su pensamiento en todos los aspectos, derivando en acciones orientadas a promover la participación social y política de los ciudadanos con miras a una democracia. Así lo ha dejado manifiesto en diferentes discursos orales y escritos que ahora forman parte de su legado intelectual; un ejemplo de ello es el libro La universidad hacia la democracia. Bases doctrinarias e históricas para la constitución de una pedagogía participativa (1998). Texto fundamental para crear un puente de conexión entre su pensamiento pedagógico atravesado –sin duda- por el de otros autores latinoamericanos. 6) Por todo lo anterior y ubicados en su enfoque teórico/metodológico, cuando aquí se habla de reproducción e imposición/imitación de modelos educativos, ello no se debe proyectar únicamente en la figura del profesor, pues existen disposiciones político/económicas que están fuera desu control y, en muchas ocasiones, los mismos docentes se ven obligados a reproducir saberes explícitos y/o acciones para perpetuar determinados intereses hegemónicos. 7) La referencia más o menos explícita sobre pedagogía universitaria tiene sus antecedentes en la publicación de Francisco Larroyo intitulada Pedagogía de la Enseñanza Superior.4 También se pueden encontrar en Risieri Frondizi5 y Josué Gollan, quienes en sus respectivos rectorados en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Litoral en Argentina, crean el Departamento de Pedagogía Universitaria, aproximadamente hacia 1958. Emprendiendo una tarea -hasta entonces- difusa. 4 Cf. Francisco Larroyo, Pedagogía de la Enseñanza Superior (Naturaleza, Métodos, Organización), 2 ed., México, Porrúa, 1964. 5 Cf. Risieri Frondizi, “Educación” en Ensayos Filosóficos, México, Fondo de Cultura Económica, 1986, pp. 345-455. 5 Los siete puntos anteriores resultan sustanciales para comenzar un estimulante ejercicio escrito, por la complejidad que requiere su abordaje en un contexto actual. Cada una de las precisiones hechas anteriormente tiene el propósito de orientar el análisis que se hará alrededor de su idea de pedagogía universitaria. En términos generales, el autor ha dejado un cúmulo de herramientas conceptuales y metodológicas para seguir trabajando sobre problemas regionales delimitados claramente por categorías analíticas que permiten realizar encuadres sobre situaciones concretas. Por ello, el objetivo general del presente texto busca sustentar mediante la revisión y confrontación de algunos elementos teórico-conceptuales la relevancia de la pedagogía universitaria entendida y justificada desde una filosofía de la alteridad frente a determinadas problemáticas contextualizadas socio-históricamente, específicamente aquellas que derivan del operar neoliberal. Para entender la estructura capitular de la tesis es necesario hacer una lectura que permita la confrontación de contenidos, cuyo tratamiento responda a una posible restauración de la pedagogía universitaria. En ese orden de ideas, el primer capítulo trata aspectos centrales de la vida y obra del autor, así como los ejes que orientan y respaldan su idea de pedagogía universitaria; además, en él se abordan de manera concisa los aspectos metodológicos vinculados a su operatividad, pues son cruciales para comprender su accionar frente a los supuestos neoliberales. El segundo y el tercer capítulo representan la confrontación a la cual se aludía en el objetivo. El segundo capítulo, específicamente, apunta a la problematización del neoliberalismo respecto a la imposición de determinados modelos, cuya relevancia radica en su constante articulación de discursos justificados a través de una clara filosofía de la mismidad, la cual, también se ve reproducida en espacios donde la clase es entendida como un lugar abierto a los procesos de unidireccionalidad, tal como los denominaba Roig. Frente a ello, en el tercer capítulo, se plantea la alternativa que propuso ante el panorama descrito; por un lado, se retoman los propósitos referentes a forjar un pensamiento 6 alternativo (al neoliberalismo), señalando bajo qué circunstancias surgió y sus principales representantes. Aunado a ello, se abordará el tema de la filosofía de la alteridad como aquella capaz de justificar ese pensamiento, para terminar por vincularlo con un espacio muy concreto dentro de la universidad: el seminario, el cual, es capaz de posibilitar procesos de multiplicidad. Para este último apartado, Roig sugiere revisar los trabajos del filósofo español José Gaos, acerca de los seminarios. Para lograr vislumbrar la incidencia de Arturo Andrés Roig en terrenos educativos, el lector debe tomar en cuenta todo lo anterior. En buena medida, conocer parte de la historia de vida del autor deriva en una tarea insoslayable, porque a través de ella nace la posibilidad de rastrear cómo se desarrolló su pensamiento pedagógico, el cual, contribuyó y sigue contribuyendo en la realización de pertinentes lecturas de la realidad. De algún modo, esto permite remitirse al contexto específico donde se originó, ayudando a contextualizar y dar respuesta al por qué y para qué procedió de determinada forma o bien, determinar cuál fue la finalidad de sus propuestas. En fin, podrían formularse un sinnúmero de interrogantes sobre la importancia de navegar en el inmenso mar que simboliza investigar aspectos recónditos de la vida y obra de una persona. Entonces, no hay duda de los aportes, pistas o claves que puede proporcionar la identificación de ciertos momentos y experiencias. En este punto de la exposición, existen ya las condiciones para tratar algunos datos significativos de su trayectoria de vida. 7 Capítulo 1 Sobre la pedagogía universitaria de Arturo Andrés Roig Maestro en el sentido más pleno y rico de la palabra, despertador de conciencia social sobre el papel desenajenante de la verdadera educación; historiador del pensamiento pedagógico mendocino, argentino y latinoamericano; teórico de una educación liberadora y participativa, promotor comprometido en la transformación democrática y humanista de nuestra universidad. En todas sus facetas Arturo Andrés Roig nos muestra una trayectoria realmente merecedora de reconocimiento por parte de los docentes latinoamericanos bajo el común interés por promover formas activas y creadoras de relaciones educativas, en el marco de relaciones humanas desalienantes y prometedoras de plenitud. -Estela Fernández Nadal-6 El epígrafe posee una descripción cálida, afable y, por supuesto, rigurosa acerca del trabajo intelectual de Arturo Andrés Roig. Los adjetivos con los que se procedió a calificar tal descripción, responden a la forma en que se relacionaba con los demás, pero también consigo mismo. Esto es, sus ideas, problematizaciones e incertidumbres se organizaban en función de alcanzar una transformación de lo acontecido. Para él la desesperanza nunca estuvo presente. Aún en tiempos difíciles solía impulsar la creación de posibles alternativas, no sólo desde su terreno de acción personal y académica, igualmente alentando a otros a elaborar propuestas pertinentes y fundamentadas; buscaba consolidar un pensar y un actuar con y para otros. En ese sentido, cuando aludía a la educación de carácter universitario, pretendía promover la participación de todos y cada uno de los actores que ahí desempeñan su labor. 6 Estela Fernández Nadal, “Teórico y guía de la educación” en Hugo Biagini y Raúl Fornet- Betancourt, (eds.), Arturo Ardao y Arturo Andrés Roig: filósofos de la Autenticidad. En homenaje, Aachen, Concordia, 2001, pp. 36-37. 8 Retomando el epígrafe, resulta imperativo destacar que Estela Fernández conoció de cerca al autor. Justamente en los años noventa fue becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina. Ahí, Roig fungía como director e investigador principal. Con amplio conocimiento sobre la obra del mendocino, sumada a una diversidad de publicaciones, ella obsequia unas palabras precisas, sintéticas y certeras acerca de la complejidad que representa el entramado teórico de un autor tan prolífico, cuyo testimonio resulta imprescindible para esquematizar un tema poco tratado – por lo menos en México- y, más aún, desde un horizonte de comprensión pedagógico. En esos términos, vale la pena mencionar algunos escritos de la autora, mismos que han contribuido al tratamiento y, por supuesto, la reflexión de determinados aspectos pedagógicos, filosóficos e históricos referidos en Roig; entre los textos versan: Pasado intelectual e identidad en los escritos de Arturo Roig sobreMendoza. La génesis de una teoría sobre la Historia de las ideas; El humanismo latinoamericanista de Arturo Andrés Roig; El sujeto en la filosofía latinoamericana actual. Arturo Roig y Franz Hinkelammert; La condición humana como problema filosófico en Arturo Roig. La conformación de la sujetividad en las fronteras de la contingencia; entre otros. De ahí que, el sentido primario del presente capítulo se encuentra en elaborar un análisis sobre los puntos más relevantes de su pensamiento pedagógico, mismo que se articula atendiendo a la siguiente lógica: en primer lugar, se puntualizan algunos conceptos e ideas que suelen prestarse a confusión debido a un manejo indiscriminado de su obra, sobre todo en materia de pedagogía; después se procede al abordaje de algunos aspectos de su vida, sin duda, necesarios para una mejor comprensión de su perspectiva pedagógica acompañada de acciones siempre congruentes con lo manifiesto en el plano teórico; finalmente, con ese cuadro de referencia se desmenuzará –en la medida de lo posible- el eje que vertebra toda la tesis, su idea de pedagogía universitaria difundida y promovida no sólo para lograr mejorar la educación universitaria mendocina, sino en sentido más amplio, para toda América Latina. 9 Quizá, la pregunta que ahora se hace el lector gira en torno a por qué la palabra “idea” -que en todo momento acompaña a la pedagogía universitaria- se encuentra en cursivas. El motivo acontece a raíz de que el concepto de idea cobra especial importancia y precisión dentro del contexto latinoamericano –en general- y el pensamiento roigeano –en particular- indicando que su uso no es volátil y tampoco fortuito. Como se abordará en el apartado 1.2, el autor encuentra en la Historia de las ideas un campo de acción fértil y útil para historiar el pensamiento nuestro, la intención es captar la realidad imperante, aquella que no es ajena a nuestras circunstancias sociales e históricas. Volcando así, inmensas posibilidades de enriquecerlo con formulaciones teóricas actualizadas y revitalizadoras capaces de enfrentar críticamente una realidad cargada de lucha, conflicto e imposición. Roig ha dejado claro que “no son las ideas en sí mismas las que interesan sino su naturaleza y función social”.7 Siguiendo tal planteamiento, para este texto la idea de pedagogía universitaria no es lo único a tratar. Es indispensable conocer cuándo, cómo, por qué y para qué se gestó en su ejercicio académico. Conjuntamente, se exhorta a vislumbrar cuál ha sido, es y será su función e impacto en la realidad. Únicamente así se atenderá circunstancialmente la verdadera importancia y alcances de la pedagogía universitaria. De lo contrario, el ejercicio reflexivo podría resultar estéril, por ello, es una tarea que ya no resulta posible aplazar. 1.1 Semblanza de Arturo Andrés Roig. Apuntes clave sobre su vida y obra Arturo Andrés Roig nace en la provincia de Mendoza, Argentina en el año de 1922, muere en el mismo lugar el 30 de abril de 2012. Su padre fue Fidel Roig Matons nacido el 27 de mayo de 1887 en Gerona, España, quién se distinguió por sus claras aptitudes y actitudes para apreciar elementos estéticos de diversos 7 Arturo A. Roig, “Historia de las ideas”, en Ricardo Salas Astrain (coord.), Pensamiento crítico latinoamericano. Conceptos fundamentales, Vol. II, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Católica Silva Henríquez, 2005, p. 534. 10 movimientos artísticos. Además, estudió música y pintura en la Academia de Bellas Artes de Barcelona. Tiempo después, hacia 1908 llega a Mendoza y conoce a María Elizabeth Simón con quien se casó y procreó cinco hijos, entre ellos, Arturo Andrés Roig y su mellizo (Fidel), los primogénitos. Como puede apreciarse, su padre se dedicó con esmero y fruición –a lo largo de su vida- a todas aquellas creaciones artísticas; falleció el 26 de mayo de 1977 en la aludida provincia. Por su parte, María Elizabeth Simón nació en Mendoza y dedicó buena parte de su vida a la enseñanza de primeras letras, labor desempeñada con esmero y profunda vocación, por eso, alentaba a sus hijos Fidel y Arturo a ser profesores. En efecto, la primera formación profesional de Roig se dirigió a la docencia, graduándose como maestro de la Escuela Normal de Mendoza. Posteriormente, en marzo de 1939, se funda la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) en la provincia de Mendoza con sedes en San Juan y San Luis.8 Ahí realiza sus estudios en filosofía, graduándose en 1949. Durante ese período puede ser útil destacar la sugestiva combinación hecha entre su formación de origen y la filosofía como campo disciplinar, volviéndose ambas imprescindibles en su quehacer profesional. Algunas problematizaciones que figuraban en sus campos de conocimiento giraban en torno a cómo y para qué se enseña filosofía. Característica que marca la mirada de un ser humano comprometido con el análisis de la complejidad inherente al proceso de enseñanza de cualquier disciplina (en este caso la filosofía). Para él, no era suficiente hacer un encuadre pertinente sobre el abordaje de los contenidos –obviamente- sin pretender soslayar su relevancia, más bien procuraba enriquecer simultáneamente otros puntos. En ese mismo año, sucedió otro acontecimiento relevante, contrajo matrimonio con Irma Alsina, a quien conoció en el mismo recinto universitario, sólo que ella estaba en la carrera de letras. Tuvieron cuatro hijos Arturo, Horacio, Elisabeth y Hebe. 8 Fue hasta el año de 1973 cuando se separan y quedan propiamente constituidas las Universidades de San Luis y San Juan en Argentina. 11 Posteriormente, hacia 1950, hizo su primer viaje a Europa, ahí continuó sus investigaciones filosóficas con el francés Pierre-Maxime Schuhl; realizando también estudios de posgrado. Gustaba del pensamiento clásico. Estudió, conoció, profundizó e investigó el pensamiento europeo, gestando prolíferas ideas en él. Las inquietudes que le produjo esa experiencia fueron esenciales para configurar una visión más clara sobre el impacto de la racionalidad occidental en América Latina. Producto de todo ello, escribió un libro titulado: Platón, o la filosofía como libertad y expectativa, dedicado a Pierre-Maxime Schuhl, a Francisco Maffei y a sus alumnos de la Facultad de FFyL. Años más tarde, en 1959, empieza a impartir clases sobre Filosofía Antigua en la Universidad Nacional de Cuyo y, cerca de 1964 –según el testimonio de Daniel Prieto Castillo-,9 comenzó a impartir un seminario sobre textos de Platón, después otro sobre Filosofía de la Historia de Hegel. Básicamente, la noción de seminario que Roig asumía encontró su génesis en ese momento.10 Su experiencia como docente marcó el seminario como un espacio determinado por ciertas condiciones esenciales, para lograr la interacción permanente entre sus participantes. Sin duda, el estudio de textos clásicos -que en aquel tiempo realizaba en conjunto con los estudiantes- se veía beneficiado en un espacio como éste, donde los criterios de funcionamiento eran claros y congruentes con los objetivos perseguidos. La difusión e incidencia de trabajar en un lugar dispuesto a manera de seminario, aún no estaba “formalizado” institucionalmente hablando, pero él lo hacía operativo como un espacio de diálogo, confrontación e intercambio; los alcances fueron notables en los estudiantes y en él. Entre 1973-1974, lo nombraron Secretario Académico de la Universidad Nacional de Cuyo. El cargo le permitió poner en práctica muchas ideas producto 9 Desde los catorce años, Daniel Prieto Castillo conoció a Roig, pero fue hasta los diecinueve años que inició su relación con él como estudiante. Prieto Castillo, prologó uno delos libros más emblemáticos del autor sobre su pensamiento pedagógico La universidad hacia la democracia. Bases doctrinarias e históricas para la constitución de una pedagogía participativa, cuyo contenido responde a una puntual recopilación de textos presentados por el autor a lo largo de su vida en diferentes contextos y espacios. 10 Vid infra, apartado 3.3. 12 de su experiencia docente, junto a su enorme fascinación por alcanzar una enseñanza por y para los estudiantes universitarios. A raíz de esa inquietud, logró identificar una problemática: los profesores consideran que es suficiente poseer o dominar su campo disciplinar para lograr que los estudiantes aprendan. Su afán de contrarrestar y enfrentar dicha posición lo llevó a enfatizar sus acciones en pro de una pedagogía universitaria. La problemática no se agota ahí, las distintas dimensiones desde donde puede interpelarse tornan complejo su tratamiento. Entre sus experiencias concretas como Secretario Académico que permiten apreciar su trabajo administrativo, se encuentran las modificaciones realizadas al sistema de enseñanza de la UNCuyo, entre ellas, destaca la agrupación de disciplinas de acuerdo con su afinidad en los campos de conocimiento. A esto lo nombró “unidades pedagógicas”, de tal suerte que la intención estaba orientada a reemplazar el sistema de cátedras permanentemente reproducido. Las unidades pedagógicas estaban configuradas para romper con esa forma de llevar el proceso de enseñanza, intentando articular los distintos saberes disciplinares con otros quehaceres universitarios como el servicio social, la docencia y la investigación. El plan estaba en favorecer y diversificar las relaciones educativas, es decir, “docente-estudiante” dejaba de ser insuperable (y reforzada por el sistema de cátedras) para abrir paso a otras: “docente-docente” y “estudiante-estudiante”. Reconocer las distintas dimensiones con las que se puede trabajar posibilita nuevos campos de acción, así como la posibilidad de co- creación. A propósito de ello, La universidad inconclusa: de la Ratio Studiourum a la Reforma Universitaria en Mendoza 1973-1974, un libro de reciente publicación (2014), plasma con base en la Ordenanza 2 y la Circular 48 correspondiente a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, la manera como quedaron organizadas las disciplinas en función del Departamento, a partir 13 de la normativa del 15 de febrero de 1974. A continuación, se reproduce textualmente la información para una mejor apreciación del lector.11 CUADRO 1. Unidades Pedagógicas Departamento Director Unidad Pedagógica Coordinador Filosofía Prof. Arturo Andrés Roig Filosofía Filosofía Moral Historia de la Filosofía Lógica y Epistemología Prof. Dr. Nolberto Espinosa Prof. Dr. Enrique Dussel Prof. Diego Pró Prof. Cayetano Piccione Letras Prof. Atilio Anastasi Lengua Española y Estudios Lingüísticos Literatura Estudios Clásicos Metodología y teoría literaria Prof. Dr. Gabriel Bes Prof. Rodolfo Borello Prof. Claudio Soria Prof. Emilia P. de Zuleta Historia Prof. Esteban Fontana Historia General Historia Americana y Argentina Ciencias Antropológicas Prof. Nelly López de Hernández Prof. Dr. Pedro Santos Martínez Prof. Dr. Juan Schobinger Geografía Prof. Rosier O. Barrera Geografía Humana Geografía Física Geografía Argentina Geografía Regional Prof. Mariano Zamorano Prof. Dr. Gerónimo Sosa Prof. Miguel Marzo Prof. Michel Preuilh Inglés Prof. Irma A. Gigena de Rankin Lengua Inglesa y Estudios Lingüísticos Estudios literarios e históricos Prof. Teresa B. de Gregori Prof. Nora A. de Allende Francés Prof. Emilia L. de Guerrero Lengua Francesa y Estudios Lingüísticos Estudios Literarios e Históricos Prof. Eloísa R. de Maldonado Prof. Juana V. de Ansiaume Italiano Prof. Nidia A. de Chaves Lengua Italiana y Estudios Lingüísticos Estudios Literarios e Históricos Prof. Vicentina Ostuni Prof. Isolina D. de Varoli Formación Docente Prof. Laura Perino de Sáez Miembros de la Comisión formada por un docente de cada especialidad (Pedagogía, Psicología y Currículum) Profesores Luis Chacón, Mirta Bonvecchio, Thelma Brandi de Rearte. Comisión Coordinadora del Ciclo A: Director: Prof. Ana F. de Villalba Miembros: Profesoras Juana C. de Estupiñan, Marta Duda de De Rosas, Elda A. de Peña, Águeda R. de Bazán, Sara M. de Bonnardel, Estela Lafi, Prof. Enrique Dussel Fuente: Martín Omar Aveiro, La universidad inconclusa: de la Ratio Studiorum a la Reforma Universitaria en Mendoza 1973-1974, Mendoza, EDIUNC, 2014, pp. 170-171. 11 Cuadro extraído de la obra de Martín Omar Aveiro, La universidad inconclusa: de la Ratio Studiorum a la Reforma Universitaria en Mendoza 1973-1974, Mendoza, EDIUNC, 2014, pp. 170- 171. 14 Bajo ese entendido, las carreras docentes fueron divididas en tres ciclos.12 Siguiendo a Roig, Martín Aveiro describe que en el primer núcleo se fomentaba el trabajo entre las distintas disciplinas con el objetivo de erradicar el individualismo poco efectivo, para lograrlo se planteaba el tema de “vocación”, para sensibilizar y dar pie a la reflexión de las implicaciones de su quehacer como docentes, independientemente de su área. En el segundo, se atendía fundamentalmente la incidencia de su labor en el salón de clases, la institución y la misma sociedad, justificando desde ese horizonte su importante labor debido a la responsabilidad conllevada. En cuanto al tercer y último ciclo, el trabajo se enfocaba en la sistematización de la pedagogía universitaria planteada por Roig, sobre todo por sus componentes esenciales: la creatividad y la crítica, según él estas son indispensables para salir de una práctica docente poco productiva. Básicamente, las unidades pedagógicas pretendían promover el intercambio de ideas entre los profesores, producto de la agrupación de disciplinas afines por sus campos de conocimiento. Indudablemente, trató de reflejar en un plano de acción más extenso el abanico de posibilidades que ofrece ocuparse de las distintas relaciones educativas. No obstante, el 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas interrumpieron el mandato de la presidenta María Estela Martínez de Perón, el cual había iniciado el año de 1974, justo después de la muerte de Juan Domingo Perón, dando paso a un nuevo golpe de Estado en Argentina. Sin embargo, Roig había salido poco antes del país por toda la ola de violencia y represión que se venía manifestando desde 1973-1974.13 Bajo esas circunstancias y con todo lo que confluyó en el año de 1976, fue expulsado de la Universidad Nacional de Cuyo por considerársele poco confiable para la docencia (según la Resolución N° 1677, 1976),14 dejando todo lo que se había avanzado en ese ámbito. Inmediatamente, Otto Herbert 12 Cf. Martín Omar Aveiro, “Políticas académicas en dos pensadores latinoamericanos: Darcy Ribeiro y Arturo Andrés Roig”, en Roteiro, 2013, p. 89-108. [Consultado el 29 de junio de 2015] en: <http://editora.unoesc.edu.br/index.php/roteiro/article/view/2489/pdf> 13 Cf. Latin American Studies Association, La represión en Argentina, 1973-1974 Documentos, México, UNAM, 1978, 224 pp. 14 Resolución recuperada del artículo: Andrés Mora Ramírez, “Arturo Andrés Roig, maestro de nuestra América. Una aproximación a su pensamiento pedagógico”, en Revista Ensayos Pedagógicos, Costa Rica, Vol. VII, No. 1, enero-junio, 2012, p. 101. 15 Burgos asumió el rectorado paralizando completamente los cambios estructurales hechos por Roig. En palabras de Andrés Mora Ramírez la década de 1970 resultó crucial para la Argentina, pues: …un viento terriblede la historia, distinto de aquel viento que reclamaba una nueva reforma universitaria y que Arturo Andrés Roig había oteado en el horizonte de sus reflexiones en el año de 1971, azotó como un huracán las ventanas de la nación argentina: el régimen del terror de Estado, una fuerza bruta como nunca había conocido el cono sur, lanzaba sin escrúpulos su sombra de represión y muerte sobre todo el país.15 Durante su exilio, su primer destino fue México, vivió ahí de 1976 hasta finales de 1977. El filósofo Leopoldo Zea16 le ofreció dar clases en la Universidad Nacional Autónoma de México en Ciudad Universitaria, estuvo un breve lapso de tiempo ahí, pues posteriormente se trasladó a la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán (ENEP Acatlán), fundada el 06 de marzo de 1975, formando parte de la tercera generación de profesores de dicha institución. Según una breve plática sostenida con la actual Jefa de la División de Humanidades, de la ahora FES Acatlán, Sara Luz Alvarado Aranda, Roig fue su profesor. Justamente, cuando se inició la conversación con ella y, se le preguntó directamente por el Dr. Arturo Andrés Roig, su primera respuesta fue: ¡Mi maestro! e inmediatamente comenzó a describirlo físicamente, pero también en su trato con los demás. Destacando entre otras cosas, su calidez humana, su eminente intelecto y el gran compromiso con sus estudiantes. Definitivamente, su testimonio es invaluable y enriquecedor para el presente trabajo, más aún porque nos regaló información que era poco probable encontrar (sobre todo porque no es fácil acceder a la documentación que evidencia su paso por la FES Acatlán). Entre las cosas que comentó fue que, –efectivamente- Roig impartió clases de 15 Idem. 16 Profesor presente en la Universidad Nacional Autónoma de México durante el siglo XX, pensador de América Latina (1912-2004) que ha dejado una herencia intelectual inagotable. Sólo para reflejar algunas de sus producciones se citan las siguientes: Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica (1949); Conciencia y posibilidad del mexicano, (1952); El Pensamiento latinoamericano (1965); Filosofía de la historia en América (1976); Latinoamérica tercer mundo. (1976); Discurso desde la marginación y la barbarie (1988). 16 Epistemología a los estudiantes de Letras, Filosofía y Pedagogía. En el Plan de Estudios, la materia formaba parte de un tronco común.17 Atender una fundamentación epistemológica de la Pedagogía cobra especial importancia para el autor, según el testimonio de la Jefa de la División de Humanidades. Después de la experiencia vivida en México (del año 1976 hasta finales de 1977), viajó a Ecuador con el filósofo Hernán Malo González quien le abrió las puertas, residió ahí por más de cinco años. Su quehacer en ese país estuvo enfocado en la investigación, fundamentación de un pensamiento filosófico ecuatoriano, entre otras cosas. Sin duda, la tarea resultaba compleja, pues la justificación desde un horizonte epistemológico reclamaba profundos arraigos por parte del mendocino en la cultura e historia ecuatoriana. De dicha labor, tanto historiográfica como filosófica, surgió el libro Esquemas para una historia de la Filosofía Ecuatoriana, prologado precisamente por el filósofo ecuatoriano; la primera edición corresponde al año de 1977. Creó la Revista Ecuatoriana de Historia de las Ideas. Además, se desempeñó como fundador/director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Católica de Quito. En este orden de ideas, cabe aclarar que Roig tuvo oportunidades de trabajo en París -tal como él mismo lo ha relatado- se sintió profundamente agradecido por las muestras de solidaridad en un momento tan crítico, pero decidió continuar su labor docente y filosófica en América Latina. Su cometido y convicción era ser fiel a sus ideas y defenderlas aún en circunstancias poco favorables. En palabras de Beatriz Bruce:18 Su traza no siguió ninguna tendencia filosófica instituida, sino que marcó nuevas sendas siempre comprometidas en hacer de América Latina un hogar. Reconoció y trabajó como un operario vial abriendo picadas que 17 Conversación sostenida con la Jefa de la División de Humanidades de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Lic. Sara Luz Alvarado Aranda el día 17 de marzo de 2016, en la misma institución. 18 Directora de la Unidad de Investigación “Ciencias, Cultura y Procesos Sociales en Latinoamérica”, en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Jujuy, Argentina. 17 permitieran escapar a una situación de opresión intelectual y material como condena perpetua.19 Casi diez años después retornó a su país, en 1984, cuando Raúl Alfonsín estaba en el poder, le devolvieron su lugar en la Universidad Nacional de Cuyo y se incorporó al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), asumiendo también el cargo de director del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Mendoza (CRICYT) entre el año de 1986 a 1989, ya con todo el bagaje experiencial y teórico para orientar su ejercicio hacia las propias necesidades de la región. Producto de su incesante labor, en 1994 se convirtió en el Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA). Hasta el año 2001, ejerció su función como investigador principal y director interino del instituto. Digamos más aún: las cicatrices, los recuerdos, los testimonios de violencia y opresión acontecidas en su país, le dieron la fuerza suficiente para seguir pensando y actuando críticamente sobre la realidad. Su insondable inconformidad con lo vivido lo llevó a intentar transformarla, con los peligros que esta acepción pueda representar. La Universidad Nacional de Cuyo lo nombró Profesor Emérito en el 2003, tal reconocimiento significó mucho para él, no por el factor distintivo que representa, sino por los recuerdos de una época contundente; la misma institución que lo despojó de su lugar, posteriormente lo distinguió públicamente en una emotiva ceremonia donde se reconoció su trayectoria y aportes. Se destacó, también, su ejercicio permanente de problematización respecto a los asuntos universitarios. Su propuesta estaba relacionada con mejorar las condiciones de la universidad, entendiendo con esto una vinculación directa de las necesidades presentes con las acciones concretas; atender demandas y realizar aportes relevantes, apuntalando un sentido integrador para desvanecer la fragmentación e individualismo tan afianzado desde ese entonces. 19 María Luisa Rubinelli (comp.), Nosotros los latinoamericanos. Identidad y diversidad. Homenaje a Arturo Andrés Roig, San Salvador de Jujuy, EDIUNJU, 2013, p.41. 18 Más allá de ser considerado un autor prolífico -por lo anteriormente expuesto-, su incesante actividad en el campo de la Historia de las Ideas también fue un acierto a lo largo de su trayectoria. De alguna forma, pensar su labor académica insertos en esa tradición no debe tornarse un mero acto mecánico o aplicativo para entender ciertos momentos clave en la historia de la filosofía. El punto está en vislumbrar que, además de considerársele una disciplina con características claras, formaba parte de un ejercicio cotidiano. Él mismo lo describe así: …se trata de un modo particular de entender la filosofía que ha hecho que su historia fuera comprendida justamente como Historia de las ideas y no como la tradicional y académica ´Historia de la filosofía’. La razón es simple, se quería hacer filosofía e historia de nuestras cosas y, por supuesto, del discurso sobre nuestras cosas.20 Aquí es pensable, arriesgado y posible cuestionarnos ¿de qué manera Arturo Andrés Roig llegó a formar partede esa tradición? Sin duda, la respuesta no es sencilla, pero vale la pena indagar en dicha etapa para lograr hacer las conexiones necesarias sobre los aspectos metodológicos que se tratarán más adelante. La búsqueda puede comenzar aproximadamente a partir de 1955, cuando su inquietud por la experiencia cultural de Mendoza lo lleva a tratar el tema de lo regional desde un punto de vista historiográfico. Puede decirse que hubo una clara identificación de la postura ideológica de Roig con el tratamiento dado al pasado histórico y filosófico. Es decir, plantear una historia del pensamiento, en lugar de una historia de la filosofía, representaba una vía metodológicamente reformulada para decodificar discursos opresores y buscar crear conceptos acordes a nuestras circunstancias históricas. Aunque no es una tarea única de América Latina, se hace hincapié en matizar que la historia de la filosofía, comúnmente entendida desde el horizonte académico, desempeña un quehacer diferente al de la Historia de las Ideas, pues, esta última puede fijar la atención en una Filosofía Latinoamericana, donde su rasgo más característico es la función social de las ideas. Refiriéndose a la 20 Arturo A. Roig, Historia de las ideas, p. 533. 19 reformulación hecha alrededor del pensamiento latinoamericano, Cerutti destaca atinadamente que: Lejos de las categorías historiográficas que se nos quisieron imponer como “normalización” y “rigor” hoy debe afirmarse decididamente que en el discurso político de los marginados y explotados se patentiza la novedad histórica y que “por ahí avanza precisamente un pensamiento que tendría que haber sido asumido en el quehacer formalmente filosófico”.21 Bajo este entendido se puede generar en el lector otra inquietud ¿cuál es el eco del anotado tema en el pensamiento pedagógico de Arturo Andrés Roig? De entrada, se puede sostener que no se trata de un simple eco, puesto que los trabajos realizados en materia de pedagogía por pensadores latinoamericanos empeñados en alcanzar una autonomía de pensamiento han conducido a la afirmación del propio sujeto histórico como libre, lo cual, convoca a realizar un rastreo histórico de las ideas que sobre educación se han producido en América Latina. Por ello: Roig ha dedicado parte de su labor en el terreno de la Historia de las ideas latinoamericanas a la recuperación crítica de las tradiciones libertarias producidas en nuestro continente en materia de pedagogía. En este sentido ha estudiado en profundidad la Reforma universitaria iniciada en 1918 en Córdoba, sus repercusiones en diversos centros educativos del continente, la evolución ideológica de sus promotores, y los antecedentes del movimiento reformista, que se encuentran tanto en los diversos intentos de transformación pedagógica surgidos en Nuestra América y España como en los proyectos de integración cultural continental que fueron formulados por grandes pensadores latinoamericanos en el siglo XIX.22 Llegado a este punto, Roig afirma que estudiar las ideas adquiere un enorme sentido cuando se atiende su impacto en la sociedad. Estimando el anclaje entre la idea y su función, aclara que “dentro de nuestra tradición, no son las ideas en sí mismas las que interesan sino su naturaleza y función social, hecho únicamente captable de modo adecuado si se tiene bien presente que si las circunstancias nos hacen, también nosotros hacemos a las circunstancias”.23 Por lo tanto, si las 21 Horacio Cerutti Guldberg, Filosofía de la liberación latinoamericana, 2 ed., México, Fondo de Cultura Económica, 1992, p. 64. 22 Estela Fernández Nadal, Op. cit., p. 34. 23 Arturo A. Roig, Historia de las ideas, p. 535. 20 circunstancias tienden a forjar el modo de proceder, también los sujetos tienen enormes posibilidades de crear las circunstancias con base en análisis y justificaciones oportunas sobre determinados hechos. En el tiempo presente corresponde reflexionar sobre la función social de las ideas en un acuciante contexto neoliberal. Si estos trazos teóricos apuntados por el argentino, los aplicamos a él mismo, es lógico que debe atenderse el contexto específico donde se gestaron sus ideas sobre educación, pedagogía, filosofía e historia (tal como se intentó en este apartado) en aras de reelaborar propuestas congruentes con la situación actual. Recuperar aquellas lecturas de la realidad hechas por él se convierte en una exigencia impostergable, sin olvidar los componentes “creatividad” y “crítica” ideales para enfrentar modelos hegemónicos y marcos normativos. Entonces, la pedagogía universitaria expresa para Roig una posibilidad de transformación, de acercarse a un nuevo sentido de educación dentro y fuera de la universidad, agregando un valor vivificador y activo de profesores y estudiantes, a pesar de las contradicciones reflejadas en el sistema. 1.2 La pedagogía universitaria en el pensamiento de Arturo Andrés Roig Como pudo apreciarse en el apartado anterior, su idea de pedagogía universitaria puede rastrearse desde su trabajo en las aulas a partir de 1959. Para él, la labor docente debía darse a partir de un abordamiento claro y definido sobre qué, cómo y para qué se enseña. Sin embargo, fue en el año de 1967, cuando dicta una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, intitulada “Hablemos, ya, de pedagogía universitaria”, donde queda plasmada “formalmente” la exhortación de fundamentarla y sistematizarla, con el fin de evitar vaguedades, sinsentidos e incluso dudas sobre su quehacer. Por lo anterior, se vuelve necesario identificar plenamente dichas limitantes y, por ello, antes de definirla destaca tres prejuicios relativos a ella. Uno, denominado el “prejuicio cronológico”, tiende a atar la pedagogía a su raíz etimológica, al reducir esta ciencia al niño como único objeto o, 21 cuanto más, extendiéndolo hasta el adolescente […] Otra prevención, a la que podríamos denominar “prejuicio académico” consiste en creer que quienes enseñan en la universidad no necesitan de una pedagogía en cuanto que es suficiente para una efectiva transmisión del saber superior con que el docente domine su especialidad en cuanto científico […] Un tercer prejuicio, al que se ha denominado “prejuicio antipedagógico”, deriva de la desconfianza y el consecuente rechazo de que ha sido objeto la pedagogía en general.24 La palabra prejuicio viene del latín praeiudicium traducido como juicio previo, al emitirlo y ejercerlo se impide el pleno desarrollo de la pedagogía. Por eso, para el mendocino resultaba evidente la actitud de muchos profesores al considerar el dominio de la disciplina a enseñar como lo más importante, no obstante, él sabía que resultaba esencial para construir una educación con sentido, tal como lo ha estudiado ampliamente Daniel Prieto Castillo, a propósito de los apuntes de Roig sobre el papel de la pedagogía en la universidad.25 En la conferencia, trató por vez primera su definición de pedagogía universitaria, asentando en un documento escrito que “es la conducción del acto creador, respecto de un determinado campo objetivo, realizado con espíritu crítico entre dos o más estudiosos, con diferente grado de experiencia respecto de la posesión de aquel campo”.26 Quizá, en un primer momento parezca sencilla y fácil de operativizar, incluso obvia. Literalmente y, sin pretender juegos de lenguaje, el problema subyace cuando se problematiza con todo y los prejuicios que la pretenden. Por consiguiente, articular someramente los componentes acto creador– conducción-espíritu crítico que la posibilitan en el situs universitario requiere salirse de la práctica academicista, es decir, más que identificarlos como momentos aislados de un proceso cuyo fines dinamizar una clase; se trata de situar la exigencia más allá, llegar a una cabal comprensión de cada uno de ellos, atendiendo su sentido integrador donde todos los participantes juegan un papel indispensable y activo. 24 Arturo A. Roig, La Universidad hacia la democracia…, pp. 16-17. 25 Cf. Daniel Prieto Castillo, Educar con sentido. Apuntes para el aprendizaje, Mendoza, EDIUNC, 1999, pp. 19-23 26 Arturo A. Roig, La Universidad hacia la democracia…, p. 19. 22 Puesto “el dedo en la llaga”, es fundamental atender propiamente y, de acuerdo con la definición, los componentes involucrados en su modus operandi.27 Por un lado, tenemos el dinamismo producido por la creatividad y, por otro, la sistematización que irremediablemente exige el ejercicio crítico. En función de la presente idea se puede decir que la creatividad, según Roig, …significa en primer lugar la capacidad de producir algo nuevo, algo que no existía o que no lo había. […] Primer nivel que no implica realmente aún creatividad, en cuanto que ésta se logra cuando a lo nuevo se le agrega un mundo de valor y de sentido, el que se establece no en sí mismo, sino en relación con una tradición la que a su vez no puede ser nunca una mera recepción.28 El componente de creatividad –de acuerdo con la visión roigeana- nace de una larga tradición, donde el impulso por desarrollar el acto creador viene desde los planteamientos que exigían un pensamiento nuestro en el sentido propio de ejercer una valoración de los recursos que se tienen. No se trata meramente de producir algo nuevo, sino de emplear lo que hay para edificar desde el quehacer pedagógico, filosófico e histórico nuevas miradas y generar discursos críticos capaces de desmontar universales ideológicos. La cuestión de lo nuestro viene acompañada de una tradición fuertemente marcada por hechos históricos que hacen necesario su tratamiento. La primera vía para alcanzar aquella actitud creadora será la de difundir y organizar entre nosotros, esto es tarea según Vaz Ferreira para las universidades sudamericanas- el ‘sentido crítico’ que nos permita despojarnos de toda actitud pasiva frente a los modelos consagrados. La segunda tarea será, en términos de un hermoso ejemplo que nos ha dejado Vaz Ferreira, la de elaborar nuestro propio vino. […] sea agrio o no el vino que hacen otros, no es el vino nuestro y la tarea que tenemos por delante es la de asumir fermentalmente, con palabra vazferreiriana, toda la cultura de la humanidad, en lo que ella tiene de impulso creador, para crear nuestra propia cultura.29 Es evidente que las tareas planteadas pueden lograrse con ayuda de la pedagogía universitaria que emerge, se desarrolla y vuelve a emerger cuantas veces es necesario. Problematizadora de las circunstancias de nuestro contexto, 27 Categoría retomada del filósofo argentino Horacio Cerutti Guldberg. 28 Arturo A. Roig, La Universidad hacia la democracia…, p. 224. 29 Arturo A. Roig, Filosofía, universidad y filósofos en América Latina, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1981, p. 92. 23 gracias a que posibilita la construcción y mantenimiento de algunas ideas viables para percibir la realidad en este caso educativa, tal como es. En cuanto a la cuestión del espíritu crítico la fundamentación se encuentra en lo que Roig ha denominado rearme categorial, el cual, consiste en encarar los discursos carentes de sólidas argumentaciones respecto a las lógicas imperantes encargadas de justificar la realidad. Contraponiendo las filosofías de denuncia, Roig manifiesta al respecto que: Hemos hablado de la necesidad de un rearme categorial. La acción de la que estamos hablando es seria. […] rescatar teorías, trabajadas entre nosotros en niveles respetables y no desde ahora, dentro del cauce de una tradición elaborada a lo largo de todo nuestro mundo iberoamericano y como lo hemos sabido hacer tantas veces, abiertos al mundo desde nuestro mundo.30 Para él, la crítica “nos permite ser permeables y receptivos respecto de lo irruptivo que se da en el mundo social tanto como en el mundo de la ciencia”.31 Lo anterior permite reiterar la indudable importancia de la pedagogía universitaria, aunque, pocas veces se reflexione en torno a su sentido, significación e impacto en el aprendizaje pues, “la actitud crítica se nos presenta como una capacidad de mirar desde fuera, actitud que es a la vez metodológica, pero que tiene como raíz la sospecha”.32 Desde las universidades y fundado en un ideal de ser humano puede darse vida a la crítica para combatir los falsos aforismos. La pedagogía universitaria concebida y ejercida por Roig tiene su razón de ser en la opción de vida que representa formarse como docente universitario. Desde esa perspectiva, deriva la justa exigencia de Horacio Cerutti respecto a pensar “la realidad desde la realidad misma”, siendo tal acción el núcleo de dicha pedagogía universitaria. Por esa razón, Roig ha planteado que “filósofos, poetas, pedagogos, políticos, juristas, historiadores o geógrafos, cada uno desde su ángulo, han aportado materiales que toca a la época actual, con el despertar de la 30 Arturo A. Roig, "Necesidad de una segunda independencia" en Millcayac. Anuario de Ciencias Políticas y Sociales, Año 1, No. 1, 2003, p.13. [Consultado el 08 de agosto de 2015] en: <http://bdigital.uncu.edu.ar/121> 31 Arturo A. Roig, La Universidad hacia la democracia…, p. 65. 32 Idem. http://bdigital.uncu.edu.ar/121 24 conciencia histórica, rastrear y coordinar orgánicamente”.33 En ese sentido, dejó plasmados cuatro puntos sustanciales que pueden auxiliar en la sistematización y dar estructura a la pedagogía universitaria. En el siguiente cuadro, se presentan organizados para una mejor apreciación del lector: 33 Arturo A. Roig, Mendoza en sus letras y sus ideas, 2 ed., Mendoza, Ediciones Culturales de Mendoza, 2005, p. 17. 25 PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA 1. Que el educando no es niño ni adolescente, si bien comienza sus estudios universitarios en la faz final de la adolescencia; se encuentra en una edad a la que se ha denominado “juvenil”, que posee caracteres propios y exige por eso mismo tratamientos que le sean adecuados a sus caracteres. 2. Que la relación entre educador y educando no se plantea en el nivel de una subjetividad, sino de una objetividad creciente. 3. Que la relación entre el educador y el educando, cuando se da de modo perfecto, supone la coparticipación en la tarea de creación de aquel mundo de objetividad cultural. 4. Que a diferencia de la enseñanza en otros niveles de menor edad, en los que de alguna manera se da aquella relación con lo objetivo, la tarea respecto de la objetividad cultural en la que ha de integrarse creativamente el joven, es de problematización y crítica. CUADRO 2. Puntos sustanciales de la Pedagogía Universitaria Fuente: Roig, Arturo A., La Universidad hacia la democracia. Bases doctrinarias e históricas para la constitución de una pedagogía participativa, Mendoza, EDIUNC, 1998, pp. 18-19. El cuadro reproduce literalmente los cuatro puntos tratados por el filósofo mendocino. 26 Organizar los cuatro puntos de esta manera direcciona una óptima comprensión sobre el vínculo existente entre la germinación de la idea de pedagogía universitaria y su particular interés por las problemáticas acontecidas en la universidad. En buena medida, puede apreciarse que la relación entre docente-estudiante fue un foco de atención permanente en el autor, pues en distintos puntos de discusión se encargaba de situar al estudiante como un sujeto de la educación y no como un mero receptáculode conocimientos. Una problematización de ese tipo se origina de la experiencia cotidiana de los profesores y de los intentos constantes por mejorar su práctica. Ante esto, se ha llevado a cabo un posgrado de Especialización en Docencia Universitaria en la Universidad Nacional de Cuyo, del cual se han obtenido innumerables ideas y se han identificado situaciones problema, inherentes al docente, al contenido y al estudiante. En este punto, Daniel Prieto Castillo advierte que “un contenido sin procedimientos pedagógicos, sin la participación de nuestros estudiantes, no vale gran cosa; una participación, un activismo sin contenidos, vale menos”.34 Evidentemente, se sugiere alcanzar un balance en los diferentes criterios involucrados, cuya correspondencia atiende la creación de alternativas, situando a las figuras docente y estudiante como condiciones de posibilidad, donde el docente acompañado de su amplio conocimiento y experiencia debe conducir el acto creador. Además, se muestra una notable diferencia en la concepción que se tiene del profesor, pues él ya no es concebido como un modelo cerrado que teje su puente de comunicación a través de la unidireccionalidad, más bien, busca abrirse a nuevas formas de desempeñar su quehacer. De esta manera, se traza un camino hacia el reconocimiento del otro (sujeto de la educación), un sujeto histórico que debe colaborar en la transformación de la realidad. Después de todo, la formación del estudiante está impregnada de la 34 Daniel Prieto Castillo, La enseñanza en la Universidad. Especialización en Docencia Universitaria Módulo I, 3 ed., Mendoza, EDIUNC, 2000, p.13. 27 participación de diferentes actores, es decir, se da con y para otros. Según Roig, este planteamiento muestra uno de los principales soportes de la pedagogía universitaria, mismo que, es retomado posteriormente por Prieto Castillo para justificar la relevancia de tal pedagogía en la enseñanza universitaria. Sin titubeos afirma: No estamos para nada frente a propuestas que llevarían a una pérdida de calidad científica; por el contrario nos toca reconocer de una vez por todas el valor de una buena pedagogía universitaria para que los estudiantes puedan abrirse camino en la ciencia y en la vida.35 ¿Cómo lograr lo anterior? Con plena conciencia del peligro que representa esbozar una respuesta, sobre todo porque las refutaciones pueden ser interminables, lo cual es bueno si contribuye a mejorar y enriquecer. Después de todo, la crítica es salud, tal como afirma José Martí. Entonces, en concordancia con la experiencia educativa de Roig, el camino estaría en la búsqueda de espacios que dinamicen y promuevan el trabajo creativo y crítico; ese espacio es el seminario.36 Las ideas centrales sobre la conformación de un seminario fueron trabajadas por Roig desde 1956, retomó estudios del filósofo español José Gaos, concretamente su obra: La filosofía en la Universidad. Ahí se muestra gran parte del camino emprendido en México con relación a la enseñanza universitaria. En el seminario, los participantes deben tener y mantener la convicción de desarrollar una actitud de aprender con otros. Aparte de atender el discurso del profesor, también se favorece la participación colectiva a través de la exposición de dudas e inquietudes acerca de un tema o texto concreto. Generalmente, los seminarios son integrados por jóvenes pertenecientes a las ciencias sociales y a las humanidades.37 De manera que, crear espacios y desarrollar habilidades para favorecer el seminario, es el propósito central de la tarea que implica aprender con otros. 35 Idem. 36 Cf. José Gaos, Obras completas. XVI. La Filosofía en la Universidad, Pról. de Juliana González México, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Humanidades, 2000, pp. 78- 89. (Nueva Biblioteca Mexicana). 37 Vid infra, apartado 3.3. 28 De la definición de pedagogía universitaria retomada al principio, es prudente mencionar qué elementos justifican su relevancia. Primero, la filosofía desde la cual se piensa esa pedagogía es aquella denominada filosofía de la alteridad,38 la cual, está relacionada con el reconocimiento de la capacidad y el poder transformador del otro (sujeto). Aquí cabe preguntarse cuáles son, entonces, los aspectos metodológicos inherentes a la pedagogía universitaria caracterizada por Roig. Entre ellos se pueden mencionar la dialéctica discursiva y la dialéctica real, pues el tránsito entre una y otra posibilita el análisis de una determinada realidad desde sus propios discursos. Se procederá a examinarlos con detalle en los párrafos que siguen. 1.3 Aspectos metodológicos inherentes a la pedagogía universitaria caracterizada por Roig Transitar por dicho camino metodológico da cuenta de los constantes empeños del mendocino por favorecer el acto creador, el espíritu crítico y la participación permanente y creativa que configuran y dan un vigor característico a su concepción de pedagogía universitaria. Por tanto, se considera atinado comenzar planteando una pregunta obligada, ya sea para aclarar dudas o curiosidades en el lector o bien para dar rienda suelta a las contrapreguntas y nuevas formulaciones. Sin duda, ambas posibilidades resultan idóneas para transitar por ese camino. Sin más preludios, es imperativo cuestionar ¿por qué se habla de aspectos metodológicos inherentes a la pedagogía universitaria? Dos motivos llevan a plantearlo así. El primero responde a una idea particular de entender la existencia de aspectos metodológicos sucintos trabajados por Roig a lo largo de su trayectoria académica. Es decir, irremediablemente son consustanciales en el abordaje de distintos ejercicios de análisis y problematización, sobre todo cuando se aspira a la sistematización de una pedagogía universitaria capaz de proponer o responder, independientemente de la profesión desempeñada o la disciplina 38 Vid infra, apartado 3.1. 29 estudiada ante determinados hechos, o bien coadyuvar en el análisis de sus discursos subyacentes. Debe reconocerse que la pedagogía universitaria como conducción del acto creador encuentra su brío cuando la participación conjugada con la creatividad abre paso a nuevas lecturas (críticas) de la realidad. Por lo tanto, los aspectos metodológicos entendidos como herramientas de análisis –obviamente, sin pretender reducirlo a eso- se tornan inseparables del acto creador, permitiendo la operatividad de la pedagogía universitaria en el contexto donde Roig comenzó a trazarla, pero sin desdeñar su incidencia en tiempos actuales. El segundo motivo y, no por eso deja de ser preeminente, encuentra su inspiración en la posibilidad y, por supuesto, responsabilidad asumida, cuando se acentúa que en este escrito se aplicará y trabajará la misma metodología propuesta por el filósofo argentino, aquella que atiende un doble abordamiento de la dialéctica, la discursiva y la real. Labor que, sin duda, incita a conocer, problematizar e indagar los hechos y discursos acontecidos actualmente. Procediendo así, se puede vislumbrar la función social de la idea de pedagogía universitaria, puesto que el autor apuesta por una metodología cargada de tradición filosófica latinoamericana, tornando asequible que su configuración sea apta para atender las contradicciones generadas en diversos discursos sobre educación en la región. En pocas palabras, la vuelve operativa en tiempos donde cuestionar un sistema económico se torna por momentos ‘improcedente’ e ‘irracional’.39 Derivado del primer cuestionamiento surge una nueva pregunta: ¿qué entiende Roig por dialéctica? Su concepción dialéctica reside en enfrentar la realidad con los mismos discursosque la permean con la firme intención de mostrar las posibles contradicciones y falacias manifiestas. Se trata de pensar 39 Según algunos planteamientos del sistema económico neoliberal, respaldados por autores como Friedrich Hayek (economista austríaco, 1899-1992), Karl Popper (filósofo austríaco, 1902-1994), Milton Friedman (economista estadounidense, 1912-2006) y Francis Fukuyama (politólogo estadounidense, 1952- ¿?). Resulta que, es ‘improcedente’ e ‘irracional’ ir contra el neoliberalismo, entiéndase con ello: criticarlo, cuestionarlo, discutirlo o dudar de su magnificencia. Será trabajado en el siguiente capítulo con motivo del doble abordamiento de la dialéctica, específicamente, utilizando la dialéctica discursiva, la cual permitirá dar cuenta de sus contradicciones. 30 sobre determinada(s) problemática(s) con miras a una interpretación categorial que interpele la realidad misma, por ende, la dialéctica debe abordarse cubriendo dos dimensiones: la discursiva y la real. No se trata de una dicotomización de lo real en discursos/hechos, más bien, se pretende que a través de un doble tratamiento dialéctico se logre articular una visión más completa e integral de la realidad. Atendamos dicho planteamiento con más detalle en la siguiente cita, aparentemente extensa, pero con profundo valor para este apartado, ya que aborda concienzudamente los aspectos inherentes a una metodología que jamás debe concebirse como hermética. Al contrario, es un ejercicio de análisis, crítica y creatividad que intenta conocer y abrirse a la realidad tal como es, sin maquillaje, sin adornos o posibles apariencias. Para ahondar más en ello, Cerutti recupera las siguientes palabras de Arturo Andrés Roig: Si atendemos a los tipos de dialéctica puestos en ejercicio en los discursos que integran un universo discursivo podríamos hablar […] de un doble tratamiento que expresamos con la distinción entre una «dialéctica discursiva» y una «dialéctica real». Esta diferencia surge de haber aceptado como fuente de todo universo discursivo en su totalidad a la facticidad social. La dialéctica discursiva […] ignora el fenómeno de la mediación […] se caracteriza por una selección de «datos» dialectizables desde una posición que si bien no carece de objetividad, […] muestra una cara parcializada sobre cuya base se enuncian los «universales ideológicos». Frente a ella, la «dialéctica real» sería, sin más y con las dificultades que acarrea esta afirmación, la de los hechos. Los procesos sociales […] van desmontando universales ideológicos y quebrando su típica circularidad excluyente haciendo que aquella «dialéctica discursiva» se vaya negando a sí misma en sus formulaciones.40 Bajo esta mirada dialéctica y, atendiendo la doble extensión, se hacen visibles las tensiones provocadas en el seno de las contradicciones históricas del modelo económico imperante (neoliberalismo) saltando a la vista las múltiples mediaciones que configuran lo real. Por ello, Horacio Cerutti marca que la mediación: …es lingüísticamente efectuada por las ideas-palabras-discursos (comunicativos, por lo tanto), lo cual exige examinarla más acuciosamente para detectar en ella la conflictiva social y los 40 Horacio Cerutti Guldberg, Filosofando y con el mazo dando, México, Biblioteca Nueva, 2009, pp. 157-158. Las cursivas son de Horacio Cerutti. 31 enmascaramientos ideológicos. Con esto, el giro roigeano adquiría proporciones inéditas e inscribiría en quehacer filosófico latinoamericanista en una dimensión de cientificidad crítica y autocrítica impecable.41 Situarse en el asunto de las mediaciones es medular para Arturo Roig, en cuanto tiene estrecha concomitancia con la idea como término profundamente significativo para la Historia de las ideas.42 Su uso en esa tradición de pensamiento no puede reducirse a una mera representación mental. Su abordaje es mucho más complejo en la medida que recorre un proceso que le permite ser comunicable a través de diversos discursos comúnmente dirigidos a mediar entre los seres humanos y su realidad. La realidad es compleja y cambiante, por eso, analizar sus discursos implica redirigir o abrir nuevos cuestionamientos. De ahí, se infiere por qué la filosofía pensada para América Latina debía traer consigo una tarea especial, trabajar sobre la función social de las ideas, en un afán de recuperación histórica. Sin embargo, es preciso remarcar que el ejercicio filosófico concebido para América Latina “debe cumplir con la función crítica de descodificación del discurso opresor y de liberación de las cadenas conceptuales de enajenación, para luego abrirse a un discurso alternativo”.43 Desde luego, abrirse a un discurso alternativo se escribe fácil, pero las condiciones que lo posibilitan muchas veces están obstaculizadas por la aparente inutilidad del mismo. Dar cuenta de esa limitante permite apreciar la constante y casi obstinada colisión entre pensar un discurso ajustado a una realidad poco compatible con él o bregar en la permanente creación-recreación de un discurso capaz de evidenciar la realidad a partir de sus mismas contradicciones. Concretamente, la realidad no debe ajustarse a ningún molde, por más “adornado” que esté. Más bien hay que abogar por una oportuna construcción creativa y crítica de proyectos que muestren un camino diferente. Como es evidente a los ojos del lector, el uso de ambas dialécticas es una forma de transitar por otros 41 Ibidem, p. 110. 42 La Historia de las ideas “trata de una historiografía marcada muy fuertemente por situaciones históricas y sociales que no pueden ignorarse”. Cf. Arturo A. Roig, Historia de las ideas, p. 531. 43 Hugo Biagini y Arturo A. Roig (dir.), Diccionario del pensamiento alternativo, Buenos Aires, Biblos, 2008, p. 344. 32 senderos, si bien es cierto que la filosofía es clave, no se puede prescindir de la pedagogía universitaria pensada y practicada por el mendocino desde los albores de su juventud. Siguiendo al autor, el doble abordamiento dialéctico tiende a recuperar la consideración de tenerse a sí mismo como valioso (lo que se ha referido aquí como a priori antropológico), primera actitud-acción a ejercer para generar o recuperar ideas cuya función social contribuyen a su sostenido fortalecimiento. Ahora bien, el pensamiento pedagógico roigeano, admite entender ese a priori antropológico como el ideal de ser humano y vuelve factible la sistematización de una pedagogía universitaria, tal cual la proclamaba. Se dirá más al respecto, considera el a priori antropológico partiendo de que “la constitución de todo sujeto, supone el auto-reconocimiento en cuanto seres valiosos o dignos. Aquella dignidad únicamente es posible sobre la base del reconocimiento de la dignidad de los otros. La falta de tal reconocimiento establece la relación amo-esclavo”.44 Por consiguiente, el mendocino apunta que la Filosofía Latinoamericana “funciona sobre la base de una inversión de la célebre fórmula hegeliana según la cual ‘la Filosofía necesita de un pueblo’; aquí es el pueblo o nuestros pueblos los que reclaman para sí una filosofía”.45 En este sentido, se habla de una filosofía pensada para un sujeto negado, excluido y oprimido históricamente.46 Ante tales puntualizaciones es imperioso referir una más, aquella tocante a lo que se está entendiendo por filosofía latinoamericana, naturalmente es “la tradición de pensamiento propia de América Latina, que asume el quehacer filosófico como una tarea de reflexión contextual sobre la situación general y los problemas concretos de una comunidad históricamente situada”.47 Problematiza y confronta la realidad a partir de los discursos y los hechos, intentando desmantelar universales
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