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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN “OTRA FORMA DE LEER EL PERIQUILLO SARNIENTO: LOS GRABADOS” TESIS QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADA EN HISTORIA PRESENTA MARTÍN NAVARRETE MARÍA DEL CARMEN ASESORA: LIC. ADRIA PAULINA MILAGROS PICHARDO HERNÁNDEZ JUNIO DE 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos A Dios por darme la oportunidad de estudiar la carrera que hace seis años atrás pensaba que era un sueño, en la mejor Universidad de Iberoamérica, la Universidad Nacional Autónoma de México en su campus Acatlán, institución a la cual debo lo que soy y donde encontré maravillosas guías como la Maestra Milagros, quien sentó las bases de mi conocimiento sobre arte, me dejó incursionar en el ámbito docente al participar con ella en el Programa Interno de Adjuntías (PIA) y por asesorar esta tesis con sus valiosas aportaciones, gracias por todo su conocimiento y su paciencia. Otro mentor indiscutible ha sido la Maestra Eugenia Reyes, por la ayuda que me brindó en el trascurso de la licenciatura, contribuyendo con diversos enfoques, críticas constructivas y guiarme en mi primera ponencia. También agradezco a la Maestra María José Esparza Liberal por la experiencia tan valiosa de haber hecho mi servicio social en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y las invaluables aportaciones para el trabajo que terminó convirtiéndose en esta investigación. En el ámbito familiar, piedra angular en mi vida es mi hermana Rocío, a quien dedico el presente texto por su apoyo incondicional en todo momento, ¡muchas gracias muñeca! sé que seguirá siendo de esa manera. La disciplina cuasi militar que me forjó carácter sin el cual no habría podido sortear las dificultades que se me han presentado, tanto en la licenciatura como a nivel personal también los valores inculcados, la fortaleza y tenacidad, se lo debo a mi mamá, quien ha demostrado una fortaleza extraordinaria para siempre salir avante con dignidad, un gran ejemplo de mujer. Es importante agradecer a mi abuela María Luisa y mis tíos quienes por diversas circunstancias de mi vida, pagaron mi educación básica, base sólida para que pudiera llegar hasta aquí, en especial a mi tío Miguel por ser tan cariñoso conmigo. Mención especial merece Josafat, un gran hombre, simplemente gracias por “ser aquí” y por todo lo que has brindado. Es imposible dejar de expresar gratitud a quienes se convirtieron en mi familia durante los cuatro años de la licenciatura y continúan siendo parte muy importante de mi vida: Karina y Luis, gracias por la complicidad (en especial a Karina), su amistad, sus conocimientos, apoyo y paciencia, he tenido el privilegio de compartir y crecer con maravillosas personas. Se que serán grandes profesionales de la Historia, dignos representantes de la FES Acatlán y sobre todo, excelentes seres humanos, simplemente ¡los adoro! Y a Víctor, quien a pesar de todo lo sucedido, no ha dejado de ser un buen amigo. Por último, quiero agradecer al personal del Biblioteca Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional y del Centro de Estudios Históricos CARSO por las facilidades otorgadas en la investigación, asimismo, al Centro de Información y Documentación de la FES Acatlán, la Biblioteca Central y las bibliotecas Rafael García Granados, del Instituto de Investigaciones Históricas; Justino Fernández, del Instituto de Investigaciones Estéticas y Rubén Bonifaz Nuño, del Instituto de Investigaciones Filológicas. Otra forma de leer El Periquillo Sarniento: los grabados Índice Introducción ..................................................................................................... 9 I Literatura e imagen .................................................................................... 12 I.1 El Periquillo Sarniento y la literatura. ............................................................ 13 I.2 La imagen como reafirmante del discurso. .................................................... 22 II Conociendo la obra .................................................................................... 26 II.1 Contexto histórico de El Periquillo Sarniento y su autor. ............................ 27 II. 2 Contexto social de El Periquillo Sarniento y su autor. ............................. 36 II. 3 Importancia y vigencia de la obra. ............................................................... 37 II. 4 Generalidades sobre los grabados de la edición de 1816. .......................... 41 III Análisis de los grabados ........................................................................... 49 III.1 “Periquillo con los trofeos de sus aventuras” .................................... 50 III. 2 Usos y costumbres ................................................................................. 57 III.2.1 “¡Válgame Dios, cuanto tuvo mi padre que batallar con las preocupaciones de las malditas viejas¡” .............................................................. 58 III.2.2 “Iba yo embuelto en mi capa con mi pañuelo amarrado en la cabeza, y lleno de confusión, pensando q.e estaba excomulgado y separado de la compañía de aquellos siervos de Dios” ................................................................ 62 III.2.3 “Se daba al diablo el triste casero con semejante vista, mientras yo me ocupaba de otras atenciones más precisas” ......................................................... 66 III.2.4 “¡Qué de perdones no pedí a un cuerpo que ni podía agradecer mis lisonjas, ni remitir mis agravios” ......................................................................... 70 III.2.5 “¿Para qué quiero la vida sin dinero? Y diciendo esto se arrojó al mar sin que lo pudieramos estorbar ninguno de cuantos íbamos a su lado” ........... 73 III. 3 Educación y oficios ............................................................................... 76 III.3.1 “Tome V. el palo del tintero o todos sus algodones juntos y borre ahora mismo y antes que me vaya ese verso perversamente escrito” .......................... 77 III.3.2 “¿Mi hijo oficio? ¿Qué dijera la gente al ver al hijo de D. Manuel Sarmiento aprendiendo a sastre, pintor, platero u otra cosa?” ........................ 82 III.3.3 “Ello es q.e hice mi oposición a toda gramatica y quedé sobre las espumas” ................................................................................................................ 84 III.3.4 “Quando colocado frente de la catedra en medio de dos Sres. Vedeles con mazas al hombro me oí llamar Bachiller por un Sor. Doctor con su cap.lo y colgajos de limpia seda pensé en morirme o volverme loco de gusto” ........... 86 III.3.5 “Luego que yo le informé de mis dudas y le dije algo de lo que mi padre me predicó, se echó a reír y me dijo: eso no se pregunta, estudia para clérigo, como yo, que es la mejor carrera y cierra los ojos” ............................................ 89 III.3.6 “Tan embebecido estaba en su escoleta que no sintió queentre, y prosiguió brincando como un gamo” ................................................................... 91 III.3.7“Fueron otros dos novicios y presentándome dos cubetas de cuero, me dixeron: hermano, venga su caridad: tome esas cubetas y vamos á barrer el convento” ................................................................................................................ 93 III.3.8 “El miserable perro ponía sus gemidos en el cielo. Tales eran las cuchilladas que solía llevar de cuando en cuando” ............................................. 96 III.3.9 “Apriete V. el resuello, hermano, y recibala cuan caliente pueda que en esto consiste su salud” ........................................................................................... 99 III.3.10 “Caí privado bajo del amortajado pero a las orillas de su misma sepultura” ............................................................................................................. 102 III.3.11 “El frecuente trato que tenía con los soldados me acabó de imponer en sus modales” ......................................................................................................... 106 III.4 Diversiones ........................................................................................................... 109 III.4.1 “¿Quien había de ser por mis negros pecados sino el demonio de Juan Largo mi caro amigo y favorecedor? ................................................................. 110 III.4.2 ¡Ah, mi hermano! Si el viviera ¡que gusto había de tener viendo a su hijo Januario tan adelantado! No mucho, aunque me perdone; dixo el Vicario” ................................................................................................................................ 112 III.4.3 “Me levanté al momento, sin advertir que al golpe se me habían reventado los botones y las cintas de los calzoncillos, y así habiendoseme bajado a los talones, quedé engrillado, sin poder dar un paso y en la más vergonzosa figura” ................................................................................................................... 115 III.4.4 “El olor del guajolote y del pulque de piña, acarreó ese día a mi casa un porción de amigos y parientes que fueron a cumplimentarme” ...................... 117 III.4.5 “Fueron despertando y mirándose unos a otros las caras llenas de jaspes y labores no podían contener la risa, especialmente las mujeres” .................. 119 III.4.6 “El Sr. cura llenó un vasito y se lo dio al gobernador, diciéndole: toma hijo a la salud del Sr. Subdelegado” ................................................................... 122 III.4.7 “A las diez o doce bolas fue saliendo mi número (que era 7.596) premiado con tres mil pesos” .............................................................................. 126 III.4.8 “A cada instante tenía disputas, reconvenciones y reclamos, más el sabía sacudirse y quedarse con bola en mano” ........................................................... 130 III. 5 Pleitos .................................................................................................................... 136 III.5.1 “Se encerró conmigo y me dio tan soberbia tarea de trancazos que sino fuerzan los demás huéspedes la puerta y me quitan, no escribo mi vida” ..... 137 III.5.2 El perrillo alternaba sus ladridos con nuestros gritos y el gato todo espeluznado no se atrevía a bajar del brasero” ................................................ 138 III.5.3 “El parroco decía: todo el encono es contra el médico. Si estas honras se hicieran con más frecuencia a los charlatanes no habría tantos matasanos”...144 III.5.4 “Me empezó a retorcer el pañuelo con tanta fuerza que ya me ahogaba y con la otra mano cogía ollitas y cazuelas muy aprisa y me las quebraba en la cabeza” .................................................................................................................. 147 III.5.5 “¡Jesús me valga! Dije yo al tiempo de caer en el suelo revolcándome en mi sangre” ............................................................................................................. 149 III.6 Cárcel .................................................................................................... 151 III.6.1 “Yo estaba con el farol en la mano, desembozado el sarape y con aquella serenidad que infunde la inocencia” .................................................................. 152 III.6.2 “Si así lo hicieres Dios te ayude, y sino te lo demande” ........................ 155 III.6.3 “Cuando estaba en lo mejor de mi engaño he aquí que comienzan a disparar sobre mi unos jarritos de orines; pero tantos tan llenos y con tan buen tino que en menos de lo que cuento ya estaba yo hecho una sopa de meados, descalabrado y dado a Judas” ............................................................................ 157 III.6.4 “Se encendió la cosa de tal modo que en un instante llegamos a las manos” .................................................................................................................. 159 III.6.5 “Exclamé lleno de gusto ¡gracias a Dios que a lo menos tengo sombrero que me valga esta vez! Diciendo esto lo descolgué” .......................................... 161 III.6.6 “Me plantaron mi par de grillos, me montaron sobre un macho aparejado y me condujeron a la cárcel de la corte” ......................................... 164 III.6.7 “Cuatro o cinco veces grité y, o no me oían aquellos pícaros o se hacían dormidos… y así enfadado de su flojera, me incorporé de la cama a pesar de mis dolores y les tiré con el jarro de bebida con tan buen tino que los bañé mal de su agrado” ........................................................................................................ 166 Conclusiones ................................................................................................. 171 Anexo ............................................................................................................. 175 Fuentes consultadas...................................................................................... 184 Bibliográficas ......................................................................................................... 184 Tesis ........................................................................................................................ 188 Hemerográficas ..................................................................................................... 188 Sitios de Internet ................................................................................................... 190 9 Otra forma de leer El Periquillo Sarniento: los grabados Introducción El presente trabajo de investigación tiene como fin el análisis de los grabados que ilustran la primera edición (1816) de El Periquillo Sarniento escrito por José Joaquín Fernández de Lizardi. Esta obra aún no ha sido valorada del todo, ya que existen muchos elementos rescatables como la vida cotidiana, los usos y costumbres, el entorno en que se desarrolla el autor, así como el de Pedro Sarniento, protagonista de la novela, los cuales se retoman en éste a partir de los grabados. La metodología utilizada para la revisión de los grabados de este estudio es el análisis iconográfico, planteado por el historiador de arte Erwin Panofsky (1892-1968), el cual se fundamenta en dos principios: la iconografía y la iconología, es decir, se parte desde la identificación de objetos y/o personajes para culminar con la interpretación. Para fines prácticos, en esta investigación se combinan ambos aspectos, por ejemplo, se observa en un aguafuerte a una mujer, se describe a ésta y en seguida se interpreta el papel que desarrolla en la escena y por qué. Enel caso de los objetos, se menciona qué son y la razón de estar presente en la composición de la estampa. En el primer capítulo se expone, el papel que desempeña El Periquillo Sarniento dentro de la literatura nacional, ya que es considerada la primera novela mexicana por la mayoría de los críticos literarios. Asimismo se explica el motivo por el que Fernández de Lizardi decidió incluir ilustraciones, entendiendo de esa manera a la imagen como reafirmante del discurso. Como contenido del segundo apartado se aborda el contexto histórico y social en el que se escribió y publicó El Periquillo Sarniento, así como la trascendencia de la obra para comprender la causa por la que a ciento noventa y cinco años continua siendo publicada, leída y estudiada. Salvo por Enrique Flores quien analizó el la primera imagen que ilustra la novela, no se ha hecho un trabajo desde el punto de vista gráfico, lo cual hizo que surgiera el interés por este aspecto. De igual forma se establecen las generalidades de las estampas, 10 exponiendo los puntos en común que tienen entre sí los treinta y siete aguafuertes que ilustran la novela. En el tercer y último capítulo se analizan una a una las estampas del libro, utilizando como marco de referencia la obra y la vida cotidiana de la postrimería del virreinato, ello con la finalidad de lograr una interpretación objetiva de las imágenes. Posteriormente se presenta las conclusiones y después de éstas, se halla un anexo que consiste en un resumen de la primera edición de la novela. En la época en la cual se publicó El Periquillo…, no era común que las obras literarias fueran acompañados por ilustraciones, por ende, la presente investigación se pretende demostrar que sí el objetivo de la obra era didáctico por sus enseñanzas morales, la mejor manera de reafirmar su discurso era a través de la imagen y que por medio de ésta, lograría llegar a población la cual era mayoritariamente analfabeta. Las fuentes utilizadas para sustentar este estudio, son diversas, la consulta de diversos teóricos, entre ellos, Arnold Hauser, quien es primordial para comprender la relación entre la literatura y la sociedad, asimismo son fundamentales las ideas de Francoise Perus, con el fin de entender el uso de esa bella arte como fuente para el historiador. En cuanto a la temática del papel que desarrolla la novela El Periquillo Sarniento en la literatura, se hizo necesaria la revisión de los diversos estudios realizados, así como los prólogos de las diferentes ediciones de la novela, con la finalidad de analizar la obra. Las imágenes que corresponden a la primera edición de El Periquillo Sarniento, mismas que se estudian en este trabajo, se encuentran en el fondo reservado de la Biblioteca Nacional (tomos II y III) y en el Centro de Estudios Históricos de CARSO (microfilm). En ambos lugares el acceso es restringido. Existen otros textos imprescindibles en lo que respecta a la imagen, entre ellos los de Peter Burke y Beatriz de Alba-Koch. Con base en éstos se explica el uso de las ilustraciones como fuente para el historiador y la importancia de ésta como reafirmante del discurso. Para quien desee acercarse a la obra de Lizardi en general, es indispensable la revisión de José Joaquín Fernández de Lizardi. Obras, donde a lo largo de XIV tomos los investigadores del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional 11 Autónoma de México han recopilado, folletos, periódicos, obras de teatro, novelas, entre otras cosas. Por todo lo anterior es posible afirmar que las fuentes elegidas para llevar a cabo esta investigación son de suma utilidad, ya que gran parte de ellas posee información especializada. 12 Capítulo I. -Literatura e imagen Este capítulo partirá de la definición de literatura y de los conceptos que inciden en El Periquillo Sarniento, para familiarizar al lector con los términos y explicarlos con la obra a tratar. Por otra parte, hablar de la relación entre la historia y la literatura siempre es controversial, por aquello de la delgada frontera entre ambas para unos, y una distancia abismal para otros, todo en aras de la búsqueda de la cientificidad en las mencionadas disciplinas. Para fines prácticos de esta investigación, más que ahondar en la manera en la cual incide la literatura en el modo de escribir y/o hacer historia, se busca rescatar la interrelación la literatura y la imagen, como fuente de estudio para el historiador. De igual forma, se tratará el uso de la imagen por parte del autor como reafirmante del discurso. 13 I.1 El Periquillo Sarniento y la literatura Se sabe que el Arte se manifiesta en diversas disciplinas y al ser legado de su tiempo puede contener diversos significados e incluso interpretarse de distintas puntos de vista. En el caso de la literatura, ésta se define como el: “Arte que emplea como medio de expresión una lengua” 1 , y se divide en diversos géneros de acuerdo con la temática que plantean. Uno de éstos es la novela, la cual, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se explica como: “Obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres.” 2 Para el presente trabajo de investigación se ha estudiado la obra El Periquillo Sarniento publicado por vez primera en 1816 por José Joaquín Fernández de Lizardi y que es considerada como la primera novela mexicana. Este texto, efectivamente fue escrito en prosa, narra ficción en torno a Pedro Sarmiento, mejor conocido como “Periquillo Sarniento”, es decir, el personaje y sus vivencias son invención del autor, donde se ven plasmados, sucesos interesantes (Lizardi en algunos capítulos utiliza ese adjetivo para invitar al lector a que continúe con la obra, por ejemplo, en el capítulo VI del tomo I, lo titula de la siguiente manera: “En el que nuestro bachiller da razón de lo que le pasó en la hacienda, que es algo curioso y entretenido” 3 ) “de caracteres, de pasiones” en esta ocasión del protagonista y quienes lo rodean; y “de costumbres”, acerca de lo último, se hablará más adelante cuando se ahonde en el subgénero al que pertenece el texto. Como se ha observado, el único “punto” en que no coincide El Periquillo… con el concepto de novela es el “fin de causar placer estético al lector” ya que el objetivo de Lizardi, no se limita a deleitar, su meta es educar de una manera didáctica. Trasciende al comunicar sus ideas acerca del “deber ser” social, no utilizando un lenguaje uniforme, en ocasiones es culto y en otras es vulgar, así crea lazos de afinidad con quien recibiera el mensaje, tal es el caso del VII capítulo del primer tomo, a lo largo del cual se encuentran frases en latín en voz de Juanario como “quod ab experentia patet non indiget probatione” 1 Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, versión electrónica, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=literatura, revisado en septiembre de 2010 2 Ibídem. 3 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento, México, oficina de Alexandro Valdés, calle de Zuleta, 1816, tomo I, capítulo VI, p. 68-80 14 seguidas de varios “eclis” y “eclises” (refiriéndose a los eclipses) de Don Martín. 4 Lizardi en “Apología de El Periquillo Sarniento”, hace una aclaración al respecto pues estaba consciente que enfrentaría severas críticas por su forma de escribir y dice al respecto: Yo no atropello con todo las reglas del arte, y sería un necio si presumiera de ello. Los que entienden de arte saben muy bien qué reglastraspaso, cómo, cuándo y con que objeto. Suelo prescindir de aquellas reglas que me parezcan embarazosas para llegar al fin que me propongo, que es la instrucción de los ignorantes (...) persuadido de que los lectores para quienes escribo necesitan ordinariamente que se les den moralidades mascadas, y aun remolidas, para que les tomen el sabor y las puedan pasar…” 5 Esto fue muy importante porque refleja que Lizardi planteó la novela también para los estratos bajos de la sociedad novohispana, quienes no sabían leer y escribir, es decir eran ágrafos, así, propició una sencilla lectura en voz alta, utilizó ilustraciones en cada capítulo para facilitar la comprensión del texto, esto se profundizará en el apartado “La imagen como reafirmante del discurso”. Como se ha dicho anteriormente, la literatura se divide en varios géneros, éstos, a su vez en subgéneros. El Periquillo… ha causado controversia al respecto, Beatriz Alba-Koch da cuenta de ello, en su libro Ilustrando la Nueva España: Texto e imagen en El Periquillo Sarniento de Fernández de Lizardi 6 , donde discute si la mencionada novela corresponde a la picaresca o al costumbrismo, es importante retomar esta disertación pues dependiendo el autor que se consulte es el subgénero que se le atribuye a la novela, al respecto, el autor de este trabajo fijará su postura más adelante. De la misma manera en la que se definió a la literatura y a la novela, se recurrirá al concepto para poder entender mejor a que subdivisión pertenece la obra. Acerca del subgénero picaresco(a), nuevamente el Diccionario de la Real Academia Española, dice: 4 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo …tomo I, capítulo VII, p.81-95 5 “Apología de El Periquillo Sarniento” en José Joaquín Fernández de Lizardi, Obras VIII, Novelas, El Periquillo Sarniento, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas, prólogo, ed. y notas Felipe Reyes Palacios 1982, Tomos I y II, p. 25-26. 6 Beatriz de Alba-Koch, Ilustrando la Nueva España: Texto e imagen en El Periquillo Sarniento de Fernández de Lizardi, Cáceres, Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones, 1999. 15 “La que, normalmente en primera persona, relataba las peripecias poco honorables de un pícaro. Se cultivó durante los siglos XVI y XVII.” 7 El Periquillo… trata de la vida de Pedro Sarniento, (no debe perderse de vista que el narrador de la obra es Pedro Sarniento y no Periquillo) nacido en cuna criolla, tuvo el privilegio de acudir a la escuela y recibir una formación académica que desaprovecha yéndose a fiestas. Así, cuando muere su padre, (quien lo intentó guiar por el “camino recto”) se convirtió en un pícaro 8 , por lo tanto pasa de ser un criollo de clase media a un jugador y apostador en los juegos de cartas que por un mal entendido, tramado por su supuesto amigo y protector Juan Largo, terminó en la cárcel, donde conoció al escribano “Chanfaina” quien lo sacó del encierro. Es a partir de ese momento, en que por azares del destino, para sobrevivir sirvió a diferentes amos, aprendió (o mal aprendió) algunos oficios e incluso llegó a ser exiliado, el mismo Lizardi lo menciona en Idea de la obra: Los trabajos le siguieron, a medida de su vida libertina. Él fue fraile, médico, soldado, juez, mendigo, ladrón, sacristán comerciante, etcétera, etcétera, y en todas esta épocas tuvo raros acaecimientos, como era natural que sucediera. 9 En el ámbito de la novela picaresca, la aportación de Lizardi es que el Periquillo, tiene “final feliz”, es decir, después de haber sido un pícaro en su juventud, al final de su vida vuelve al “camino del bien”, ello se puede constatar hasta la tercera edición, ya que la primera fue censurada por incluir un capítulo en el cual expuso argumentos en contra de la esclavitud, y la segunda era una copia de ésta. Aunque los primeros lectores y oyentes de la novela se quedaron con el suspenso de conocer el final de Periquillo, es importante señalar que para Lizardi la “redención” del protagonista estaba planeada desde el principio, nuevamente en Idea de la obra, lo indica: 7 http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=literatura, revisado en septiembre de 2010. 8 Entiéndase por pícaro: “Bajo, ruin, doloso, falto de honra y vergüenza. Astuto, taimado. Tipo de persona descarada, atrevida, bufona, de mal vivir, sin oficio ni beneficio. Ingenioso y audaz y que sale adelante en las situaciones más críticas y apuradas.” Ibídem. 9 “Idea de la obra” en José Joaquín Fernández de Lizardi, Obras VIII, Novelas, El Periquillo… p. 6 16 Pero fuérase por los grandes y continuos trabajos que pasó, fuérase por el largo conocimiento que tenía del mundo, o por un riesgo inminentísimo en que se vio, determinó mudar de vida, se redujo, fue un hombre de bien; logró hacerse de un capitalito regular, se casó con una joven virtuosa y en los últimos días de su vida desquitó, con una continuación de acciones buenas, el escándalo que había dado con las malas. Finalmente le asaltó la enfermedad de la muerte… 10 Aquí se establece una clara diferencia de otras obras con las que se ha comparado El Periquillo…, como Gil Blas de Santillana o el Estebanillo de González, en las que los protagonistas terminan en la cárcel o enfermos. 11 Otra discrepancia, con las obras citadas arriba es la del pícaro, por tradición, se ha dicho que Periquillo es el protagonista de la novela y es un pícaro, sin embargo, la Doctora María Rosa Palazón, expuso durante una lectura en voz alta, la teoría del “falso pícaro”, en la cual sostiene que el protagonista de la novela escrita por Lizardi no es Periquillo, pues quien narra es Pedro Sarniento, es decir, la historia se cuenta ya cuando el personaje se “redimió” y no en el momento de las vivencias. Sonia Marta Mora en su libro De la sujeción colonial a la patria criolla: El Periquillo Sarniento y los orígenes de la novela en Hispanoamérica 12 coincide en este sentido con la Doctora María Rosa Palazón, posturas con las cuales se concuerda en este trabajo. Por último, El Periquillo… como se ha dicho, se publicó por vez primera en 1816, por lo tanto no entra en la temporalidad ya mencionada para el género de la picaresca. El segundo subgénero, en el que se ha clasificado la novela es el costumbrismo, debido a la descripción que hace de la vida cotidiana, es decir, se ven reflejadas las costumbres de determinado sitio, de ahí su nombre. En El Periquillo…, Lizardi describe su sociedad, la cual está en tránsito, entre el fin del virreinato y el inicio del México independiente. Cabe subrayar lo expresado anteriormente, esta novela, no es únicamente descriptiva, sino el pensamiento del autor acerca del “deber ser” social. De acuerdo con Mario Calderón, la novela costumbrista proviene del cuadro de costumbres española de la primera mitad del siglo XIX, donde hay una mera descripción 10 Ibídem 11 Beatriz Alba-Koch, op. cit., p. 20 12 Sonia Marta Mora, De la sujeción colonial a la patria criolla: El Periquillo Sarniento y los orígenes de la novela en Hispanoamérica, Heredia, Costa Rica, EUNA, 1995, p. 238 17 del entorno, sin embargo, el autor señala que la novela costumbrista mexicana no proviene de la novela costumbrista española y fecha la de México a partir de 1832, año de la publicación 13 de Don Catrín de la Fachenda, también escrita por Fernández de Lizardi 14 , es decir, dieciséis años después de El Periquillo…, por lo tanto forma parte de la evolución del autor como novelista. Mario Calderón agrupa en trece puntos las características de la novela costumbrista mexicana, de los cuales El Periquillo… 15 coincide en cinco como ejemplo,éstos son los siguientes: 1. Lenguaje: Va del culto al popular pasando por una fuerte carga emotiva propia del romanticismo y el uso de palabras en náhuatl. Se mencionó anteriormente uno de tantos ejemplos en los cuales Lizardi, en boca de sus personajes combina el latín con términos populares, lo mismo sucede con los términos en náhuatl. En cuanto al romanticismo, para ilustrarlo, es mejor dejar hablar a Periquillo: Oh, instante fúnebre y terrible de mi cansada imaginación! ¡Qué de abrazos le di, qué de besos imprimí en sus labios amoratados, qué de expresiones dulcísimas la dije! ¡Qué de perdones no pedí a un cuerpo que ni podía agradecer mis lisonjas ni remitir mis agravios!...Espíritu de mi amada consorte, no me demandes ante Dios loa injustos disgustos que te causé, recibe sí, en recompensa de ellos los votos que te tengo ofrecidos por ti al dueño de las misericordias ante sus inmaculados altares. 16 2. De corte liberal17: Si bien por la temporalidad no puede considerarse a Lizardi como un liberal, por su propagación de las ideas ilustradas ya sea a través de novelas o periódicos, algunos autores como Beatriz Alba-Koch o Lilian Álvarez de Testa, le 13 Cabe aclarar que fue post mortem, el autor murió en 1827. 14 Mario Calderón, “La novela costumbrista mexicana” en La República de las letras, asomos a la cultura escrita del México decimonónico, volumen I Ambientes, asocicaciones y grupos. Movimientos, temas y géneros literarios, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2005, p. 315-324. 15 Es importanterecordar que el autor usó a Don Catrín de la Fachenda, última obra de Lizardi que fue publicada cinco años después del fallecimiento del autor, en 1832, como punto de partida. 16 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo…, tomo III, capítulo VII, p. 143 17 El autor señala que Manuel Payno es la excepción, Mario Calderón, op. cit.,p. 321 18 han considerado como un “protoliberal”. Un hecho representativo fue que Lizardi en vida no pudo ver publicada la obra en su totalidad pues los tomos IV y V fueron censurados por motivos previamente mencionados. 3. Protagonistas relacionados con algún oficio: Periquillo sirvió a varios amos, como en el género picaresco, pero ejerciendo varios oficios, por mencionar un ejemplo, el de barbero con Agustín Rapamentas, quien había sido barbero de su padre y al verlo en la calle le ofrece ser aprendiz, lo cual significaba además de formarse en el oficio en cuestión, casa y sustento. 18 4. Verdad en gente pobre y trabajadora: En el caso de El Periquillo…, quien tiene la razón es la gente trabajadora. Como muestra está el capítulo V del tomo III, en el cual, por querer “salvar el pellejo”, Periquillo culpa a un trapiento de haberle robado unas prendas que pertenecieron a su anterior amo, que el mismo se llevó en su partida. La policía lo aprehendió, pero en el transcurso de la tarde lo dejó en libertad, hecho desconocido por el protagonista. En la noche, el trapiento intercepta a Periquillo y le pregunta la razón de su proceder, después le cuenta cómo de ser un hijo de familia criolla cayó en la pobreza, pero a pesar de todo trabajaba por sacar a adelante a su descendencia. 19 5. Interés por la educación: Esta temática fue muy importante en la producción literaria de Fernández de Lizardi debido a que pensaba en ésta como el instrumento idóneo para lograr una mejor sociedad. En lo que se refiere a El Periquillo…, directamente dedicó seis capítulos (tomo I, capítulos II, III,IV, V, VI, IX, X y XI) de la obra a este tema, pero no hay que perder de vista el objetivo principal del autor en esta novela: didáctico. Ello se debe a la situación de la prensa en ese momento, primero, la creciente producción literaria a causa de la disminución del costo en las técnicas de impresión. Segundo, en 1812, es decir, cuatro años antes de la publicación de la novela que se estudia, se aprobó y derogó en la ciudad de México, 18 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo…, capítulo I, p. 1-24 19 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo…, tomo III, capítulo V, p. 77-99. 19 la libertad de imprenta estipulada por la Constitución de Cádiz (1812), por lo tanto periódicos aparecían y desparecían 20 ; así las cosas, Lizardi decidió difundir su pensar a través de la publicación de una novela, que además de ser un vehículo de expresión, se esforzó para que fuera el más atractivo, ameno y así llegar a un mayor número de personas. Por ello, los recursos que utilizó el autor buscaron tener afinidad con sus contemporáneos, al exponerles una historia, de alguien “común y corriente” que se enfrente a situaciones que sucedían en la Nueva España. De esa forma, Lizardi pasó de ser periodista a novelista y afianzar su unión con la literatura, a tal grado que el haber escrito El Periquillo… le ha hecho ser reconocido como el primer novelista mexicano y no como periodista. Como se ha visto hasta el momento, El Periquillo… claramente presenta elementos de ambos subgéneros literarios, sin embargo, se acopla mejor a la picaresca al narrar las aventuras de un pícaro, que sirve a distintos amos, describiendo su entorno. No obstante sobrepasa estos puntos al hacer mayor énfasis en usos y costumbres, tener final feliz y su objetivo didáctico. Estos aportes, más adelante sirvieron como sustento de la famosa novela costumbrista mexicana del siglo XIX, que retomaría lo hecho por Lizardi por tanto se ha llegado a la conclusión de que El Periquillo… es una obra de transición entre esos dos subgéneros. El Periquillo… es considerada la primera novela mexicana, a pesar de haberse escrito al final del virreinato. Cabe destacar que a lo largo de éste, los novohispanos cultivaron diversos géneros literarios, mas no propiamente la novela, como señalan diversos autores, entre ellos Carlos González Peña 21 así como Raymundo Ramos y Claudia Chantaca 22 , quienes en sus respectivos textos exponen una breve revisión de las diferentes obras producidas en la época virreinal, por ejemplo, Los sirgueros de la Virgen (1620) del bachiller Francisco Bramón o La portentosa vida de la muerte (1792) del padre Joaquín Bolaños, ni siquiera el relato llamado Los infortunios de Alfonso Ramírez (1690) de Carlos 20 Laura Suárez de la Torre, “La producción de libros, revistas, periódicos y folletos del siglo XIX” en La República de las… volumen II Publicaciones periódicas y otros impresos, p.9 21 Carlos González Peña, Historia de la Literatura Mexicana. Desde los orígenes hasta nuestros días, 6ª. Edición, México, Porrúa, 1958. 22 Raymundo Ramos, y Claudia Chantaca, “De los orígenes a Lizardi” en Guía crítica de la novela mexicana. De los orígenes al 2001, Serie Ensayos Material Académico, fascículo 1, México. Universidad Nacional Autónoma de México, 2008. 20 de Sigüenza y Góngora (1645-1700) y los autos sacramentales de Sor Juana Inés de la Cruz (1645/47-1695), aunque intentos loables, no son considerados novelas, sin embargo, ellos fueron de los literatos más destacados del llamado “siglo de oro novohispano”. En general en el virreinato se cultivó la poesía, el teatro y la historia en el ámbito literario. 23 El Periquillo… es una gran oportunidad para conocer la sociedad que vivió el proceso de Independencia novohispano aunque sólo menciona dicho acontecimiento de manera breve, pues en El Periquillo… Lizardi apenas escribió al respecto un par de cuartillas en el final de la novela, en el tomo IV, que como se mencionó antes, se publicó posmortem. Sobre aquel episodio escribió: “… y ya por poner aquéllos a cubierto de las resultas de la insurrección que se suscitó en el reino el año de 1810. ¡Época verdaderamentefatal y desastrosa para la Nueva España! ¡Época de horror, crimen sangre y desolación!” 24 Esta novela no es una mera descripción de su medio, “… que la trama está ahí sobre todo para sostener y ejemplificar la prédica moralizante y las ideas de reforma social.” 25 Es decir que hay crítica y propuesta por parte de lo que el autor considera los valores apropiados para su entorno social, por tanto, la práctica de la libertad (por ejemplo de prensa), igualdad (legal, en contra de la esclavitud) 26 y fraternidad (término acuñado en la Revolución Francesa para sustituir la caridad católica), con mira a la construcción de una nación. Estos valores (libertad, igualdad y fraternidad), son tomados de la Ilustración francesa y para inculcarlos fue necesario su difusión, por ello Lizardi se propuso realizar una obra con un fin didáctico, desde el prólogo en voz de Pedro Sarniento lo deja claro: ” Si les manifiesto mis vicios no es por lisonjearme de haberlos contraído, sino por enseñarles a que los huyan pintándoles su deformidad; y del mismo modo, cuando les refiero tal o cual buena acción que he practicado, no es por granjearme su aplauso, sino por enamorarlos de la virtud” 27 En pocas palabras, Pedro Sarniento, conocido como Periquillo Sarniento busca dejarle a sus hijos el legado de una educación sustentada en valores. Para Lizardi serían los 23 Carlos González Peña, op. cit., p. 105-164 24 José Joaquín Fernández de Lizardi,Obras IX. Novelas El Periquillo…, p. 391 25 Lilian Álvarez de Testa, Ilustración, educación e independencia: Las ideas de José Joaquín Fernández de Lizardi, México, Univerdidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Humanidades, 1994, p. 173 26 Cecilia Noriega Elío, “Hacia una alegoría criolla. El proyecto de sociedad de Fernández de Lizardi” en Estudios de Historia Contemporánea de México, vol. 7, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1979, p. 12 27 José Joaquín Fernández de Lizardi,”El prólogo de Periquillo Sarniento” en El Periquillo …, p.VIII 21 lectores, o bien, los que llegasen a escuchar la novela, ya que hubo sociedades de lectura, para conocer las obras que se publicaban el mismo Lizardi fundó una, pero fracasó por el ya mencionado analfabetismo de la población. 28 Es importante aclarar que El Periquillo…, no fue planeado únicamente para adultos, el autor también pensó en los niños. La novela fue dirigida para quienes Lizardi creía podían hacer mejoras sociales, es decir, para aquellos nobles de espíritu pues sólo ellos tienen la disposición de corregir actitudes no importando su condición social, al respecto, el autor en “Razones contra insolencias. O respuesta de El Pensador al padre Soto” mencionó lo siguiente: “La nobleza adquirida consiste en las buenas acciones, de manera que el ruin plebeyo puede hacerse noble por sí mismo, la nobleza hereditaria es la que se logra sobre los hechos de nuestros ascendientes, y esta sola es nobleza quimérica, pues así como yo no puedo ser sabio porque mis abuelos lo fueron, así tampoco seré noble porque ellos lo fueron, si no imito sus acciones”. 29 Sin embargo cada casta en su status y haciendo lo que le correspondía, según su deber, podían lograr el bienestar social, es decir, el funcionamiento apropiado de la sociedad 30 . Si lo anterior llegaba a ser alterado, por ejemplo, un criollo venido a menos, caía en el desorden social porque tenía valores que no correspondían a su posición. Las principales influencias de Lizardi fueron el filósofo francés Jaques Rosseau y los españoles Campomanes y Jovellanos. 31 La influencia del pensador galo se evidencia en la amistad de Periquillo y Januario, ya que en El contrato social (1762) estipula que el hombre es bueno por naturaleza pero la sociedad lo corrompe, así, Periquillo es bueno, pero Januario y su mismo entorno le hacen cometer malas acciones. En cuanto a los hispanos, se revela el influjo de sus ideas, al señalar Lizardi en la novela al trabajo como medio para enaltecer el espíritu del ser humano. En otro orden de ideas es importante recordar que hay fuentes que no fueron realizadas expresamente para dejar algún testimonio, tampoco un tratado o ley que hable de alguna problemática en especial, pero, la Literatura, al igual que el resto de las Bellas Artes, 28 Luis González Obregón, Novelistas mexicanos. Don José Joaquín Fernández de Lizardi (El Pensador mexicano), México, Innovación, 1979, p. 122. 29 José Joaquín Fernández de Lizardi, “Razones contra insolencias. O respuesta de El Pensador al padre Soto” en Obras X,-Folletos (1810-1820), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas, 1981, p. 382 30 Cecilia Noriega Elío, op. cit., p. 30 31 Iris M. Zavala, Clandestinidad y libertinaje erudito en los albores del siglo XVIII, Barcelona-México, Ariel, 1978, páginas 15-31 22 como expresiones hechas por el ser humano, son legado de su tiempo. Esta herencia no se limita únicamente, como en el caso de la pintura, a conocer la ropa o costumbres de cierta época, en cambio la literatura, habla del ser humano y la forma en la que se relaciona con su entorno, por tanto se puede afirmar que aporta datos al historiador. 32 Al igual que a cualquier documento no puede creérsele todo, tomando en cuenta que no existe una única verdad, sino muchas interpretaciones, y cuenta con diferentes herramientas para discernir la información, en el caso de la Literatura, sucede lo mismo. I.2 La imagen como reafirmante del discurso La imagen por su parte, también se puede utilizar como fuente, de acuerdo con Peter Burke: “… los textos también nos ofrecen importantes pistas, las imágenes son la mejor guía para entender el poder que tenían las representaciones visuales en la vida política y religiosa de culturas pretéritas” 33 Esto es importante, ya que en sí mismas, las imágenes portan algún mensaje, idea o concepto, o bien la omisión de algún elemento de igual forma, es interpretable. Una imagen es una representación gráfica de alguna idea o concepto que da al espectador la posibilidad de convertir una idea abstracta en algo concreto. Por citar un ejemplo, la Patria, concepto que se refiere a Estado-nación, territorio, sentimiento de pertenecía, se hace “tangible” cuando se ve. En el caso de México, encontramos la siguiente representación: 32 Francoise Peruse (comp.), “Introducción” en Historia y Literatura, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Antología de Lecturas Universitarias, p.8 33 Peter Burke, Visto y no visto: el uso de la imagen como documento histórico, Barcelona, Critica, 2001, p. 17 23 Anónimo, Alegoría de la patria, siglo XIX 34 Se aprecia a una mujer mestiza de cabello largo y oscuro, la cual sostiene con su mano derecha una cornucopia, como símbolo de abundancia, sobre de ésta, se observa un águila que pone sobre la cabeza una corona de laureles; detrás hay dos banderas tricolores con los colores verde, el blanco y el rojo. Cada uno de los elementos que se han mencionado tienen una razón de estar presentes en la imagen, no es fortuito que la Patria sea una mujer, por ser fértil, como el suelo; mestiza, como el color de piel de los mexicanos, la cornucopia, de la cual ya se ha dicho su significado, el águila representando a la nación mexicana, ésta corona a la patria con los laureles de la victoria, y por último, las lábaros tricolores con los colores verde, blanco y rojo que recuerdan los colores de la bandera de México. Así pues, quien ideó esta imagen como un concepto, lo transforma en algo en que el espectador reconozca los elementos, le de un significado y se vea reflejado,por lo tanto se apropia de la imagen y del concepto. Esto quiere decir, trasladándolo al circuito de la comunicación, que el locutor crea lazos de identificación con el interlocutor para que su mensaje sea comprendido de la manera más clara posible. Un ejemplo de esto, se encuentra en El Periquillo… en el primer aguafuerte, titulado “Periquillo con sus trofeos” 35 donde se representa al protagonista rodeado de los objetos que serán partícipes en sus aventuras. Se sabe que muchas religiones, entre ellas la católica, utilizaban imágenes como medio de difusión de sus preceptos, por ello se procuraba producir una sensación de lo 34 http://www.kalipedia.com/kalipediamedia/historia/media/200805/10/hismexico/20080510klphishmx_14_Ies _SCO.jpg, revisado en septiembre de 2010 35 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Periquillo…, tomo I. 24 sacro a través del sentido de la vista de la persona36 Claro ejemplo fueron los jesuitas que, en sus Ejercicios espirituales instituidos por San Ignacio de Loyola (1491-1556), fundador de la orden; se apoyaban en la imagen para provocar sensaciones y lo que conllevaría a la reflexión y al arrepentimiento. No es extraño que Lizardi se inspirara en esa didáctica porque el acudió a colegios que en su momento ocuparon jesuitas, como se verá en el siguiente capítulo. Además, esta orden fue la que se encargó de educar a la mayor parte de los criollos en Nueva España, Lizardi creó un lazo de identidad con ese grupo social, al utilizar la imagen, evocando los Ejercicios… y al ser el protagonista de la novela un criollo. En el caso de este trabajo, se puede afirmar que el autor de El Periquillo…, decidió ilustrar su novela picaresca con un aguafuerte por capítulo, es decir, de cada capítulo, eligió algún pasaje que creyó representativo. Esto ayuda al lector a “aterrizar” ideas y, a quien no sabe leer, a comprender mejor lo que está escuchando. Ya se ha hablado de la importancia de la creación de lazos de identificación entre quien comunica y quien recibe el mensaje, Lizardi, consciente de ello, aprovechó al pensar cómo serían las ilustraciones de la novela, valiéndose de lo que tenía a su favor, o sea, la vida cotidiana, es decir, hacer la enseñanza cercana. En cada aguafuerte, los personajes están representados realizando alguna actividad de la vida diaria correspondiendo a su clase social, claramente identificable en la vestimenta y si se observa en los rasgos de cada uno de éstos, lo que conlleva a que el espectador se sienta identificado al ver que la ilustración es similar a su entorno. Otro elemento que Fernández de Lizardi aprovechó de manera apropiada fue el uso de la imagen con una la cartela o iconotexto 37 , esto es el uso de texto dentro de la imagen, en el caso de El Periquillo… se observa al pie de la ilustración y contiene algunas líneas del capítulo, así la cartela, tiene por función reafirmar la imagen presentada, o sea una especie de confirmación de lo que está “diciendo” la imagen y a su vez, la novela. Así se tiene que el discurso de la novela se reafirma a través de la imagen ya que a través de la vista (leyendo o viendo imágenes) y del oído al escuchar la lectura en voz alta. 36 Peter Burke, op.cit., p. 59 37 Ibídem, p. 181 25 (cuando se dio el caso) se queda la memoria y conlleva al aprendizaje, 38 lo cual buscaba Lizardi. En la época en la cual fue publicado El Periquillo… los lectores y escuchas no necesitaron una interpretación iconográfica porque era su entorno, era lo que vivían día con día, sin embargo, era necesario leer o escuchar la novela, ya que por si mismas, las estampas, representan hechos aislados. En cambio, para el lector del siglo XXI, aparentemente no es necesaria una interpretación, no obstante, conforme, se va entrando en detalles, se hace vital, y de igual forma que los primeros lectores y oyentes de la obras, es necesario conocer la novela para darle un sentido a los aguafuertes, por tanto son ilustraciones literales, porque representan un pasaje de la novela. A lo largo de este capítulo se ha expuesto la importancia de El Periquillo… en la literatura mexicana, al ser ésta la obra que media entre la novela picaresca de origen europeo y la costumbrista mexicana (de la cual sentó algunas las bases), amén de ser considerada la primera novela en México, aunque fue publicada en 1816 aún en el virreinato de la Nueva España. Hecho muy interesante fue que Lizardi era periodista, no escritor, sin embargo, recurrió a la novela para intentar evadir la censura, lo que, como se ha visto, no logró. Otro punto destacable de la obra, fue su concepción didáctica, misma que Lizardi llevó acabo a través de digresiones morales e incluyendo imágenes como reafirmantes del discurso, es decir la imagen formó parte de la propuesta didáctica del autor, además de darle un plus para la novela, ya que no sólo la complementaba, sino que podría decirse que era un producto completo que cubría las necesidades de la población. Es importante subrayar las valiosas fuentes de información que se encuentran en la literatura y en las imágenes, pues sin haber sido creadas ex profeso para dejar testimonio, de manera indirecta dan cuenta del contexto en el que surgieron. En el caso de El Periquillo… se puede observar la vida cotidiana en 1816, sin hacer referencia la Lucha de Independencia de México. 38 Enrique Flores, Periquillo emblemático, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas,2009, páginas 45-49 26 Capítulo II.-Conociendo la obra Si bien es cierto que desde el título se ha dejado claro que el objetivo principal de esta tesis es analizar los grabados de la primera edición de El Periquillo Sarniento, escrito en 1816 por José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827), para entender las ilustraciones es necesario, además de conocer el libro, comprender el contexto histórico y social en cual se desarrolló el autor para así comprender las ideas, usos, costumbres, entre otros elementos, que influyeron en él y en la obra, también es elemental adentrarse en la biografía de Lizardi pues permite estar al tanto de sus opiniones acerca de su entorno, su proceder y, sobre todo, cuáles fueron los motivos de haber plasmado su pensar en una novela, asimismo el contenido de ésta. El segundo apartado de este capítulo, tratará de la importancia y vigencia de El Periquillo… en el transcurso del tiempo, con ello, se demostrará que la novela a pesar de las críticas, no sólo ha sido punto de referencia de escritores y periodistas sino que ha permanecido en el dominio público hasta nuestros días. Posteriormente se hablará de la técnica con la que fueron hechos los grabados, las generalidades y la razón por la cual Fernández de Lizardi decidió incluirlos en su novela. 27 II.1.- Contexto histórico de El Periquillo Sarniento y su autor A lo largo de esta sección se presentará el contexto histórico de la Nueva España a fines del siglo XVIII, principios del XIX y de manera general cómo se vivió el movimiento de Independencia, durante el cual vio la luz por vez primera El Periquillo… para, de esa forma, dejar en claro el por qué de la novela y su contenido. Según Luis Villoro, en el territorio novohispano “La segunda mitad del siglo XVIII fue la época de oro de la sociedad colonial; fue también cuando se delineó con caracteres más precisos su estructura de dependencia”. 39 Curiosamente, en esa etapa se encuentra el antecedente directo de la Revolución de Independencia con las llamadas Reformas Borbónicas. Éstas fueron propuestas por el visitador José de Gálvez y se llevaron acabo en las colonias españolas en América. Laspromulgó Carlos III entre 1760 y 1770, y consistieron en modificaciones a diversos sectores de la sociedad, por ejemplo, en el económico se buscó una eficaz recaudación de impuestos por medio de la creación de las intendencias, lo que amplió la participación política de algunos criollos, quienes ocuparon los puestos de intendentes, sin embargo, continuaron inconformes pues los cargos importantes en el gobierno como el de virrey o de oidores de la Real Audiencia eran asignados a españoles peninsulares. La apertura del comercio fue otra reforma importante, con ello el comercio exterior no sólo se desarrolló entre la Metrópoli (España) y Nueva España, a través de los puertos de Cádiz y Veracruz como se acostumbró desde la llegada de Cortés, al hoy territorio mexicano, también impulsó la apertura de otros puertos y el comercio entre virreinatos. En medio de ese ambiente, el criollo, José Joaquín Eugenio Fernández de Lizardi Gutiérrez, proveniente de clase media, nació el 14 de octubre de 1776 en la ciudad de México 40 . Se sabe que cuando murió su madre (Bárbara Gutiérrez), su educación quedó a 39 Luis Villoro, “La Revolución de Independencia” en Historia General de México, Volumen 2, México, El Colegio de México, 1975, p. 593 40 Es importante mencionar que fue hasta 1914 cuando se encontró su Partida de Bautismo. Ésta disipó dudas y erróneas afirmaciones de autores del siglo XIX acerca de la fecha y lugar de nacimiento del autor que se estudia. Dicho documento se puede encontrar trascrito en Luis González Obregón, Novelistas mexicanos. José Joaquín Fernández de Lizardi (El Pensador mexicano), Ediciones Botas, México, p. 147 28 cargo de su abuela materna y más adelante, de María Josefa Torres quien fue su madrastra 41 . Sin embargo, debido al trabajo de su padre, Manuel “Hernández” Lizardi 42 , médico de profesión, la infancia y parte de la adolescencia del autor en cuestión, transcurrieron en el pueblo de Tepotzotlán, pues su progenitor atendía a los enfermos en el dispensario medico del lugar. Fue ahí donde realizó sus primeros estudios en el Colegio que fuera el seminario de San Martín en época de los jesuitas. 43 En los años en que estudió Lizardi, quienes asistieron a éste eran niños indígenas que no hablaban español o bien, su dominio del idioma era pobre. 44 En 1792 (a los 16 años) regresó a la ciudad de México para aprender latín con don Manuel Enríquez, posteriormente, estudió en el Real Colegio de San Ildefonso (1793). A la par de comenzar su desarrollo intelectual en la capital del virreinato, la casa que le abrió las puertas para hospedarlo también le brindó la oportunidad de conocer a quien fue su esposa, Dolores Oredaín 45 con quien contrajo nupcias en 1811 y procreó a su única hija María Dolores Fernández de Lizardi. 46 Aunque adoptó a dos niños pobres, Nicolás Rangel, quien llegó a ser general y Marcelo, que adoptó el apellido Fernández de Lizardi. 47 Un año más tarde, tuvo su primer encuentro con el tribunal de la Santa Inquisición ya que fue llamado a comparecer por una copia de naipes, la cual, por inexperiencia, publicitó abiertamente entre conocidos y sin saberlo, ésta se expandió rápidamente, causa de su requerimiento en el Santo Oficio, Lizardi salió avante del proceso. Es importante agregar que quien realizó la denuncia fue el padre de José Joaquín Fernández de Lizardi. 48 41 Su padre contrajo segundas nupcias en 1786, dato encontrado en: Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto de la utopía. Una antología general, selección de María Rosa Palazón Mayoral y María Esther Guzmán Gutiérrez, México, Fondo de Cultura Económica, Fundación para las Letras Mexicanas, Universidad Nacional Autónoma de México, 2006, p. 357 42 Ibídem, p. 353 43 Cabe recordar que los jesuitas fueron expulsados en 1767 de las posesiones españolas en América 44 María Rosa Palazón Mayoral, Imagen del hechizo que más quiero. Autobiografía apócrifa de Joaquín Fernández de Lizardi, México, Planeta, 1997, p. 32 45 Ibídem, p. 43 46 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto…, p. 374 47 María Rosa Palazón Mayoral, “José Joaquín Fernández de Lizardi”en La República de… volumen III Galería de escritores, p. 38 48 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto…, p. 360 29 En 1794 a la par de su proceso inquisitorial, asistió a la Real y Pontificia Universidad de México como alumno de la cátedra de retórica 49 y después de un curso temporal en artes, fue llamado por su padre a Tepotzotlán quien estaba enfermo, al poco tiempo sucedió lo inevitable, el progenitor falleció. Desde la muerte de su padre y hasta 1810 fue amanuense 50 , aprovechando que sabía escribir, por lo que logró que el gobierno lo colocara en Taxco, lugar donde llegó a impartir justicia de manera provisional 51 . A partir de 1803 fuera de la Nueva España, la situación política había cambiado. España fue obligada por Napoleón (aún no era nombrado emperador lo cual sucedió en 1804) a financiar sus campañas en contra de Inglaterra pues tenían conflictos bélicos por el control marítimo comercial. Para ello el rey español Carlos IV mandó al virrey en Nueva España, Félix Berenguer de la Marquina a pedir fuertes préstamos a la Iglesia y los comerciantes, estos se conocen como los “vales reales”, lo que causó graves estragos a la economía novohispana. 52 Cuatro años después, en 1808, con el fin de invadir a Portugal, aliado de Inglaterra, las tropas galas arribaron a la península Ibérica. El emperador francés presionó al monarca español Carlos IV para abdicar el trono en favor de su hijo Fernando VII, quien a su vez fue forzado por Napoleón a ceder el puesto a su hermano José Bonaparte, con ello, dejó en poder francés el territorio hispano y sus reinos en el continente americano. En abril de ese año, tanto Carlos IV como Fernando VII abandonaron la ciudad de Madrid, lo cual indignó al pueblo español quien no reconoció el gobierno extranjero y en mayo inició la resistencia, hecho que se conoce como la Guerra de Independencia de España. Carentes de gobierno los ciudadanos ibéricos se organizaron en juntas provinciales de gobierno. 53 Estos sucesos ocasionaron que varios criollos, comenzaran a escribir, se cree que posiblemente Lizardi lo haya hecho bajo algún seudónimo. De lo que se tiene certeza 49 María Rosa Palazón Mayoral, Imagen del hechizo…, p. 46 50 (Del lat. amanuensis) Persona que tiene por oficio escribir a mano, copiando o poniendo en limpio escritos ajenos, o escribiendo lo que se le dicta, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=amuense, revisado en junio de 2010. 51 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto…, p. 370 52 http://redalyc.uaemex.mx/pdf/600/60051403.pdf, revisado abril 2010 53 Luis Villoro, op. cit., páginas 604-605 30 es que editó en 1809 Polaca en honor a Fernando VII 54 , además, tuvo la oportunidad de publicar sus escritos en el Diario de México y en la Gaceta. A lo largo de su vida editó trescientos folletos aproximadamente (Razones contra insolencia. O Respuesta de El Pensador al Padre Soto, Respuesta cómica de El Pensador a la cómica constitucional, por mencionar algunos), nueve periódicos (El Pensador Mexicano, Alacena de Frioleras, El conductor eléctrico, entre otros), diez piezas de teatro y cuatro novelas (El Periquillo Sarniento, La Quijotita y su prima, Noches tristes y día alegre y Don Catrín de la Fachenda). 55 Como es sabido, en los reinos americanos las órdenes del rey se acataban a través del virrey pero, no habiendo soberano hispano los españoles americanos; era de esperarse, que se preguntaran a quién debían obediencia, en el caso de la Nueva España ese temase discutió en la ciudad de México, capital del virreinato. Se ha mencionado que el virrey y la Real Audiencia eran cargos ocupados por españoles peninsulares y los ayuntamientos e intendencias por españoles americanos, evidentemente esto fue causa de desacuerdo, pues los primeros creían conveniente esperar el regreso del Fernando VII, sin modificar la estructura gubernamental. Los segundos, en el ayuntamiento de la ciudad de México, encabezados por Francisco Primo de Verdad y Francisco Azcárate 56 propusieron al virrey José Iturrigaray que convocara a una junta de ciudadanos, de manera similar a las de España, mientras regresaba al trono Fernando VII, es decir, se propuso un gobierno autónomo a la metrópoli. El virrey Iturrigaray, escuchó el debate pero entró en alarma cuando comenzó a escuchar en algunos criollos la palabra “independencia”, a lo cual se sumó la presentación de un indio al Ayuntamiento de la ciudad de México, que diciéndose ser descendiente de Moctezuma reclamó el trono. El 15 de septiembre de 1808 un grupo de conspiradores, formado por criollos letrados (entre éstos figuró Gabriel Yermo y comerciantes), dieron un golpe de Estado al virrey, a quien aprehendieron y destituyeron del cargo. Entonces estalló la crisis política en Nueva España, siguieron tiempos de inestabilidad. En ese momento, la Real Audiencia nombró a Pedro Garibay (1808-1809) como virrey, meses después la Junta Central de España otorgó el cargo al arzobispo Francisco Lizana Beaumont (1809-1810), 54 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto…, p. 368 55 De acuerdo con Beatriz de Alba-Koch, op. cit., p. 15 56 Ibídem, p. 605 31 sin embargo su actitud conciliadora hizo que en 1810 fuera relevado por Francisco Javier Venegas (1810-1813), 57 más adelante se verá porque fue importante ese virrey en la vida de Lizardi. Fue también en el año de 1810 cuando el cura Miguel Hidalgo y Costilla (1753- 1811) el día 16 de septiembre, en el pueblo de Dolores, convocó, según la historiografía tradicional a la insurgencia 58 , este episodio conocido como “el grito de Dolores” fue el inicio de una guerra civil entre novohispanos que duró diez años y que culminó con la Independencia de la Nueva España. Como era de esperarse, en medio de este contexto era necesario tomar una postura ya fuera insurgente o realista. En el caso de Fernández de Lizardi algunos autores como Luis González Obregón señalan que desde temprano fue seguidor de la insurrección debido a que en 1811 cuando llegó a Taxco (lugar donde se encontraba el autor de El Periquillo… como se ha mencionado previamente) José María Morelos y Pavón (1765-1815), le entregó la plaza y municiones. 59 Este acontecimiento le causó problemas con el gobierno virreinal quien decidió encerrarlo en la cárcel. Lizardi, en defensa argumentó que su intención fue evitar un episodio sangriento como había sucedido en la ciudad minera de Guanajuato. En favor de Lizardi, González Obregón argumentó que lo hizo porque sería más útil a la causa fuera que encerrado. 60 Sin embargo otros estudiosos como Felipe Reyes Palacios, señalan que se recuperó correspondencia de Lizardi, donde se demuestra que mantuvo contacto con el virrey Venegas informándole de la situación en Taxco. No obstante fue apresado y reafirmó al virrey a través de una misiva lo conveniente de evitar un derramamiento de sangre. Lo cual Reyes Palacios interpreta como: “… un recurso de sobrevivencia apoyado en un juego doble de las circunstancias…” 61 Esta afirmación la sustenta que al término de la guerra de Independencia, solicitó una pensión y uno de sus argumentos fue precisamente, lo que ya se refirió en Taxco. 57 Ibídem, p. 611 58 Se discute actualmente si Hidalgo realmente convocó a una lucha por la Independencia de la Nueva España o si tenía ideas autonomistas. No se profundiza en este aspecto ya que no es el tema de esta investigación. 59 Posteriormente se descubrió que no fue Morelos ante quien cedió el territorio, que fue al Brigadier Francisco Hernández, Felipe Reyes Palacios, “Fernández de Lizardi antes del Periquillo”, en Literatura Mexicana, vol. X, núms. 1-2, 1999, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas-Centro de estudios literarios, p. 41 60 Luis González Obregón, op. cit., p. 29 61 Felipe Reyes Palacios, op. cit., p. 43 32 Mientras Lizardi impartía justicia, como se ha dicho, Miguel Hidalgo (después de varias batallas, aunque hoy se sabe que no fue un brillante militar) fue apresado el 21 de marzo de 1811 en Norias de Acatita de Baján, en el hoy estado de Coahuila. Posteriormente fue trasladado, enjuiciado y fusilado en Chihuahua el 31 de julio de 1811. Otros jefes insurgentes como Ignacio Allende (1769-1811), Juan Aldama (1774-1811), José Mariano Jiménez (1771-1811) corrieron la misma suerte. Además, como una forma de escarmiento público sus cabezas fueron colgadas una en cada esquina de la Alhóndiga de Granaditas. Otro hecho importante en la historia del territorio novohispano fue que el 30 de octubre de 1812 se promulgó la constitución de Cádiz en la ciudad de México. Dicho texto avaló la libertad de imprenta, desconocida hasta entonces en la Nueva España. Ésta fue aprovechada por varios escritores, entre ellos Fernández de Lizardi, quien en ese entonces dio a conocer a los aún novohispanos el periódico El Pensador Mexicano, donde anunció su oficio de escritor, así mismo, tomó el título de esta publicación con el seudónimo que lo haría conocido hasta el día de hoy. 62 La libertad de imprenta no duró mucho y la de Lizardi tampoco, pues para diciembre de ese mismo año fue suprimida la primera 63 y encarcelado el segundo, debido a la crítica que le escribió al virrey Juan Francisco Venegas el día de su cumpleaños; por lo que estuvo en prisión del 7 de diciembre de 1812 al 1 de junio de 1813. 64 No obstante, una vez libre, siguió dando a conocer sus ideas ya sea por medio de folletos o de periódicos como en el ya mencionado El Pensador Mexicano, o bien, en Alacena de Frioleras (1813-14). La insurgencia que dejó Hidalgo, quedó en manos de José María Morelos y Pavón. Al igual que su predecesor fue cura de profesión (por decirlo de alguna manera). Morelos era un gran estratega no sólo en el ámbito militar, ganando muchas batallas, entre ellas el célebre sitio de Cuautla, también lo fue en lo político, por ejemplo, con la proclamación de los Sentimientos de la Nación. Sin embargo, sus aciertos no evitaron que muriera de la misma forma que los anteriores jefes insurgentes: fusilado, en su caso este hecho sucedió el 22 de diciembre de 1815 en Ecatepec, hoy de Morelos en su honor. Mientras tanto 62 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto…, p. 375 63 Por disposición del virrey Francisco Venegas en el bando del 25 de junio del ya conocido año. Se restableció hasta 1820, Lilian Álvarez de Testa, op. cit., p. 138 64 Ibídem, p. 131 33 Fernández de Lizardi seguía publicando folletos y periódicos en los cuales su postura es clara, apoya la insurgencia pero no la forma violenta en que se ha llevado a cabo. 65 En 1816 publicó por primera ocasión su texto más celebre, la novela El Periquillo Sarniento, la cual fue conocida por los lectores de forma paulatina ya que semanalmente tuvo dos entregas, los días martes y jueves, es decir, un día por capítulo. Al editarse el cuarto tomo, por incluir un capitulo en contra de la esclavitud fue censurado 66 , tema muy delicado y a fin a la insurgencia por la proclama hecha por Miguel Hidalgo el 6 de diciembre de 1810, 67 no es sólo la sublevación, sino que censurar la esclavitud significaba una alteración en el orden social que muchoscriollos y españoles defendían. Con la muerte de Morelos el movimiento insurgente quedó acéfalo, parecía que éste había llegado a su fin, no obstante, aunque de manera efímera, fue encabezado por el recién desembarcado de Europa, Francisco Xavier Mina (1789-1817), por una parte, y por otra, los comandados por los novohispanos Guadalupe Victoria (1786-1843) y Vicente Guerrero (1783-1831), ambos se mantuvieron al pie de la lucha armada, aunque no con el éxito de antaño. Fue en 1820 cuando comenzaron a vislumbrarse de forma clara los efectos económicos de nueve años de guerra e inestabilidad, así pues, algunos criollos empezaron a apoyar la idea de Independencia. A la par, el ejército había cobrado importancia en la Nueva España, por ejemplo, algunos militares se habían hecho ricos pues se encargaron de vigilar accesos marítimos y terrestres, por lo tanto participaron del comercio. 68 En noviembre del mismo año el virrey Apodaca (1816-1821), nombró como cabeza de las tropas realistas a Agustín de Iturbide (1783-1824), criollo destacado en los combates en contra de los insurrectos, quien en vez de luchar contra ellos, logró convencer a Guerrero de hacer un frente común y unir tropas a favor de la Independencia de la Nueva España. Ese pacto se selló con el episodio nombrado por la historiografía como el “Abrazo de Acatempan” y la promulgación del Plan de Iguala, donde se estipuló la formación de una 65 Cabe recordar lo mencionado en el primer apartado, donde se trasncribió la opinión de Lizardi plasmada en El Periquillo… acerca de la insurgencia. 66 José Joaquín Fernández de Lizardi, “Capítulo XII. Refiere Periquillo su buena conducta en Manila, el duelo entre un inglés y un negro, y una discusioncilla no despreciable” en El Periquillo… tomo IV, p. 351-358. 67 Lilian Álvarez de Testa, op. cit., p. 155 68 Luis Villoro, op. cit., p.637 34 sola fuerza militar bajo el nombre de Ejército Trigarante, pues como su nombre lo indica, defendería las tres garantías: 1) Independencia de España 2) Religión católica como la única 3) Unión de criollos, europeos e indios en una nueva nación69 Todo eso sucedió en febrero de 1821, pero fue hasta el mes de agosto cuando desembarcó en Veracruz, Juan O’Donojú (septiembre de 1821), el nuevo virrey que al ver sitiado el puerto por las huestes trigarantes, decidió entablar negociaciones con Iturbide y posteriormente ambos firmaron el Tratado de Córdova en el cual se proclamó la Independencia de la Nueva España. El 27 de septiembre 70 del mismo año, entró a la ciudad de México el Ejército Trigarante bajo la tutela de Agustín de Iturbide, hecho que se conoce como la Consumación de la Independencia de México. Posteriormente se formó un Congreso que decidiría la forma de gobierno del territorio, sin embargo este fue disuelto por Iturbide, quien se proclamó como Agustín I, primer emperador de México. Esa primera aventura monárquica, casi duró un año, pues inició el 19 de mayo de 1822 y terminó el 19 de marzo de 1823, cuando abdicó al trono y partió al exilio, forzado por el golpe de Estado encabezado por Antonio López de Santa Anna (1795-1877) en Veracruz y el descontento de muchos criollos que no simpatizaban con la monarquía como forma de gobierno. Para Iturbide el desenlace llegó el 19 de julio de 1823 cuando regresó como incógnito del destierro, una vez que se develó su identidad fue apresado y fusilado, ya que se le declaró como “traidor a la patria”. Una vez declarada la Independencia en el territorio novohispano, Lizardi fue nombrado Capitán “mientras se encontraba cosa mejor con que premiar sus servicios a la Patria.” 71 Asimismo, se comentó que la razón fue el apoyo brindado a Agustín de Iturbide para gobernar el ahora territorio mexicano, inclusive lo nombró como jefe de prensas en 69 Ibídem, p. 639 70 Mismo día del cumpleaños de Iturbide. 71 Luis González Obregón, op. cit., páginas 28 y 29. Al término del proceso independentista recibió el sueldo de capitán retirado. Carlos González Peña, op.cit., p.203 35 Tepotzotlán en 1821. 72 Al principio la postura de Lizardi fue a favor del jefe trigarante, no obstante, una vez que éste disolvió el congreso y se declaró primer emperador de México, perdió la simpatía del escritor. El Pensador mexicano fue excomulgado en febrero de 1822 debido a su escrito Defensa de los francmasones, o sean observaciones críticas sobre las bulas de los SS. Clemente XIII y San Benedicto XIV. Lizardi no se quedó “con los brazos cruzados” y respondió a este acto con un par de textos e inició una batalla legal; la cual, al cabo de casi dos años la dio por perdida. Esto lo llevó a pedir a fines de 1823 la absolución, ésta le fue concedida en enero del siguiente año, como se puede constatar en la Gaceta Imperial Mexicana del 25 de enero de 1824, ahí se publicó la disculpa de Lizardi y debajo de ésta la respuesta por parte de la Iglesia Católica, a través del Sr. vicario general del arzobispado Mariano Salas Álvares {sic}, donde se le informa que puede ser absuelto en secreto por cualquier sacerdote, además se notificará de su perdón a la comunidad con “rótulos” en las iglesias. 73 Se cree que el motivo que lo orilló a retractarse fue por el bienestar de su familia, pues tanto pleito legal, la publicación de sus periódicos y novelas lo estaban dejando en la banca rota y por lo tanto sin un patrimonio que poder heredar. 74 A pesar de lo mencionado anteriormente, Lizardi siguió publicando escritos hasta que el 21 junio de 1827, a los 51 años de edad, murió en la ciudad de México a causa del deteriorado estado en el cual se encontraba su salud, debido a la tuberculosis, misma que contrajo su esposa quien le sobrevivió 6 meses. 75 Cabe agregar que después del fallecimiento de Lizardi, en la tercera edición, correspondiente a los años de 1830-31, El Periquillo… fue publicado de manera íntegra. 76 72 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto… p., 375 73 Gaceta Imperial Mexicana, 25 de enero de 1824, México, Ciudad de México, p. 4 74 José Joaquín Fernández de Lizardi, El Laberinto…, p. 376 75 Ibídem. 76 Carlos González Peña, op.cit., p. 205 36 José Joaquín Fernández de Lizardi 77 Como se ha visto, la época en que vivió el Pensador mexicano estuvo llena de una serie de cambios políticos y económicos por parte de la corona española, que provocaron en la Nueva España el malestar criollo, quienes cansados de “pelear con la pluma” a lo largo de casi trescientos años, con el fin de defender a su territorio de los ataques de algunos españoles peninsulares. Unos vieron como solución la insurgencia, otros querían algunas modificaciones en la manera de gobernar. A fin de cuentas, después de once años de guerra y sin tener en claro un proyecto de gobierno para un nuevo país, los novohispanos lograron la independencia de la corona española. A continuación se dará un esbozo de cómo era la sociedad de aquel periodo lleno de cambios. II. 2.- Contexto social de El Periquillo Sarniento y su autor Acerca de la sociedad novohispana en la cual vivió Lizardi, podemos afirmar que estaba en tránsito, pues vivió el fin del virreinato y la naciente República Mexicana. La estructura social era estamentaria, es decir, funcionaba por castas (estrato social) y riqueza (reflejado en la vestimenta y la posesión de bienes). Cada casta tiene su lugar y función específica y de acuerdo a ésta es el trato que se les da a sus integrantes, lo cual permite preservar el orden social. Incluso se puede afirmar que en su mayoría fueron muy pasivos, no practicaron la crítica social. El “pero” se gestó en el inicio de la Guerra de Independencia ya que algunos escritores
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