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1 
 
 UNIVERSIDAD ALHER ARAGÓN 
INCORPORADA A LA UNAM 
 
 
 
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA 
CLAVE DE INCORPORACIÓN 895225 
 
 
“EL DAÑO PSÍQUICO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA 
PSICOLOGÍA FORENSE: UN ESTUDIO DOCUMENTAL” 
 
T E S I S 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
P R E S E N T A 
AREVALO MONTES ALBA VIANEY 
 
ASESOR 
Mtro. Miguel Ángel Aguilar Padilla 
 
 
 
 
 
 
 
 NOVIEMBRE DEL 2018 
 
 
 
Margarita
Texto escrito a máquina
CIUDAD NEZAHUALCÓYOTL, ESTADO DE
Margarita
Texto escrito a máquina
 MÉXICO
Margarita
Texto escrito a máquina
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
Agradecimientos 
Familia 
Agradezco el esfuerzo y la dedicación que mis padres proporcionaron para 
que yo culminará mis estudios, en esta tesis plasmo no solo el contenido 
de mis conocimientos, si no también se refleja el tiempo en cuatro años que 
no estuve con mi familia, agradezco a mis hermanos, quien con sus 
palabras de aliento me motivaban a seguir estudiando y esforzándome por 
llegar hasta el día de hoy, gracias por ser mi más grande inspiración para 
concluir esta meta. 
 
Profesores 
De mis profesores no solo me llevo sus conocimientos, sino también su 
experiencia y un gran afecto, aprendí a través de cada anécdota de su larga 
experiencia, cada uno desde un enfoque diferente, dejándonos conocer un 
abanico de bondades de nuestra carrera y hacernos saber que la elección 
que hicimos al estudiar esta hermosa ciencia había sido la mejor, gracias 
por enamorarme día a día de la Psicología. 
 
Sergio 
Por ser mi más grande apoyo en los cuatro años de carrera, por 
impulsándome a ser una mejor persona, por ayudarme cuando más te 
necesité, por la comprensión del tiempo que estuve ausente, por el orgullo 
que siempre demostraste hacia mí, por la motivación a realizar 
correctamente las cosas, hoy te agradezco infinitamente que hayas sido 
una pieza clave en mis estudios. 
 
 
 
3 
 
Índice 
Resumen y abstract………………………………………………………..……1 
Introducción………………………………………………………….…….…….2 
Planteamiento del problema………………………………….………………..4 
- Justificación……………………………………………..……………….4 
- Objetivo general……………………………...…………….……………6 
- Objetivos particulares………………………………………………..….6 
- Preguntas de Investigación………………………….…………………7 
- Viabilidad………………………………………………..………………..7 
 
Capítulo I: “Psicología Forense” …………………….……………………..8 
1.1 Ciencia Forense…………..……………………………………..………….9 
 1.1.1 La psicología Jurídica: Confluencia entre Psicología y 
Derecho.....................................................................................................12 
 1.1.2 Psicología del derecho, Psicología en el derecho y Psicología 
para el derecho……...…………………………………….…….…………..…12 
1.2 Psicología Jurídica………………………..……………………………….15 
 1.2.1 Historia de la Psicología Jurídica……………………..…………..15 
 1.2.2 Definición………………………………………….…….……...……17 
 1.2.3 Sub Áreas de la Psicología Jurídica………………...………...….19 
1.3 Psicología Forense………………..………………………………………21 
 1.3.1 La Psicología Forense en México…………………………...........21 
 1.3.2 Definición……………………………………………………………..25 
 1.3.3 Papel del Psicólogo en el actuar forense…………………………26 
 1.3.4 Concepto y fases de un peritaje psicológico forense…………....39 
4 
 
 1.3.5 Ámbitos de actuación del psicólogo en la administración de la 
justicia………………………….…………..……………………………………47 
 1.3.6 Acerca de cuestiones éticas………………………..……..………..50 
 
Capitulo II: “Daño psíquico” ………………………………….……………56 
2.1 Definición de daño……………………………………………………..57 
2.2 Daño psíquico…………………………………………………..………58 
2.3 Victimización criminal…………………………………………...……..61 
2.4 Diagnóstico del daño psíquico…………………………………..……67 
2.5 La batería de test…………………………………………………..…..68 
 2.5.1 Test Gestáltico visomotor de Bender ……………………………..69 
 2.5.2 Pruebas proyectivas………………………………………………...70 
 2.5.3 Dibujo de la figura humana de Machover……………………..….70 
 2.5.4 Test de la Familia……………………………………………………71 
 2.5.5 Escalas progresivas de Raven…………………………………..…72 
 2.5.6 Inventario Multifacético de Personalidad de Minnesota………...73 
 2.5.7 CMASR-2 Escala de Ansiedad Manifiesta en niños……………..75 
2.6 Factores moduladores del impacto psíquico tras una experiencia 
victimizante……………..………………………………………………………76 
2.7 Proceso de evaluación pericial del daño psíquico……………….…….79 
2.8 Daño moral…………………………………………………..……………..83 
 2.8.1 Diferencia entre daño psíquico y moral……………………...……85 
 2.8.2 Conformación de los daños psíquicos…………………………….86 
 2.8.3 El impacto no solo daña al individuo, sino también al entorno…90 
5 
 
 2.8.4 Dificultades para la cuantificación del daño psíquico……………91 
 2.8.5 Abuso de la figura daño psíquico………………………....……….92 
 2.8.5.1 Práctica profesional y daño psíquico…………………………....93 
 2.8.5.2 El profesional psicólogo. Práctica psíquica inadecuada………93 
 2.8.5.3 El psicólogo en tribunales……………………………….............95 
 2.8.5.4 ¿Cuáles son las capacidades requeridas a un psicólogo 
forense?.....................................................................................................95 
 2.8.5.5. Desde el ejercicio del derecho…………………………………..97 
 2.8.5.6 Desde el funcionario público prevaricador……...………………97 
 2.8.5.7 Desde los medios de comunicación……………………...……..97 
2.9 La magnitud del daño psíquico en las victimas de hechos y actos 
criminales…………………………………………..…………………...………99 
2.10 Reparación del daño…………………………….…………………..…100 
 
Capitulo III “Estudio Documental”………………………….……………107 
3. 1 Enfoque cualitativo…………………………………..………………….108 
3.2 Investigación Documental…………………………..…………………..109 
3.3 Pasos de una investigación documental………...…………………….113 
 3.3.1 Selección y limitación del tema…………………….……………..113 
 3.3.2 Acopio de información o de fuentes de información….………..113 
 3.3.3 Organización de los datos y elaboración de un esquema 
conceptual del tema……………………………………………………..…...114 
 3.3.4 Análisis de los datos…………………………………………….…114 
 3.3.5 Redacción o informe de la investigación y presentación final (oral 
y escrita) ...…………………………………………………………………....115 
6 
 
 
Capitulo IV “Investigación relacionada”……………...…………………118 
4.1 La evaluación psicológica forense del daño psíquico: propuesta de un 
protocolo de actuación pericial…………………………………………..….119 
4.2 Daño psicológico en casos de víctimas de violencia de género: estudio 
comparativo de las evaluaciones forenses………………….…………….120 
4.3 Peritajes psicológicos forenses en decisiones judiciales de primera 
instancia en delitos sexuales………………………..………...…………….121 
 
Discusión y conclusiones……………………………………..……………..123 
 
Referencias…..…………………………………………………………….....128 
1 
 
Resumen: La presente investigación es de corte cualitativo, siendo 
documental en donde se analizan los conceptos básicos de las Psicología 
Forense en la evaluación del daño psíquico, con el objetivo de conocer los 
procedimientos y las fases que deben llevarse a cabo, y concluir 
proporcionándoles reparación del daño a las personas que son víctimas de 
un acto delictivo. Esta investigacióntraza una línea en la cual los futuros 
psicólogos pueden seguir para aportar más conocimientos a esta disciplina 
y mitigar las limitantes que se presentan actualmente en los órganos de 
justicia, propiciando que los protocolos establecidos puedan modificarse a 
una realidad social mexicana y las evaluaciones se lleven a cabo de forma 
pronta y expedita como las hacen llamar. 
Palabras clave: Cualitativo, documental, Psicología Forense, Daño 
psíquico, víctimas 
 
Abstract: The present investigation is qualitative, being documentary where the 
basic concepts of Forensic Psychology in the evaluation of psychic damage are 
analyzed, with the objective of knowing the procedures and the phases that must 
be carried out, and concluding providing reparation of the damage to people who 
are victims of a criminal act. This research draws a line in which future 
psychologists can continue to contribute more knowledge to this discipline and 
mitigate the limitations that are currently present in the judicial bodies, favoring that 
the established protocols can be modified to a Mexican social reality and the 
evaluations are carry out promptly and expeditiously as they call them. 
Key words: Qualitative, documentary, Forensic Psychology, Psychic damage, 
victims. 
 
 
 
 
2 
 
Introducción 
El propósito de esta investigación es fomentar la práctica que realiza un 
Psicólogo en el ámbito Jurídico y no solo en el contexto clínico, educativo 
o laboral. Un contexto que es difícil, vicioso y corrupto., sin embargo, el 
psicólogo aprendió a coexistir en este medio, con abogados, médicos, 
criminólogos, etc., compartiendo el mismo objetivo, buscar la justicia y 
proporcionarles a las personas que son víctimas de un delito redes de 
apoyo para solucionar los problemas tanto psicológicos, fisiológicos, 
biológicos, sociales y culturales que se desarrollan después de la 
victimización. 
En el presente trabajo se hace mención de los conceptos básicos que 
intervienen en las valoraciones psicológicas dentro de la Psicología 
Forense, definiendo a la ciencia forense, explicando cómo es que la 
Psicología le sirve al Derecho o viceversa, desglosando la historia de la 
Psicología Jurídica. En muchas ocasiones se presenta la confusión de que 
la Psicología Forense es otro nombre con el que se le conoce a la 
Psicología Jurídica, y no es así, por ese motivo en uno de los apartados de 
esta investigación se explica las subáreas de la Psicología Forense, para 
dar paso a definir y explicar el papel que desempeña el psicólogo en el 
actuar jurídico y las cuestiones éticas que intervienen al momento de 
realizar una valoración del daño psíquico, por encomienda de un juez 
Otro concepto que se define en los siguientes párrafos es el daño psíquico, 
que conviene diferencias del daño psicológico, esto dependiendo del daño 
en las funcionalidades del individuo. Los autores que se mencionan en el 
apartado que define el daño moral, coinciden en que el daño moral, es en 
ocasiones, el peldaño para el daño psicológico, sin embargo, no se ha 
podido delimitar las fronteras de uno con el otro, esto debido a que la 
afectación suele confundirse, además, el daño moral no es medible ni 
cuantificable por ese motivo se explica en el contenido del texto que la 
facultad de tomar decisiones respecto al daño moral, es el juez. Se 
expondrán las malas prácticas en las que los peritos suelen enfrentarse, 
3 
 
desde el funcionario público prevaricador hasta los medios de 
comunicación. En cuanto a la reparación del daño, se explica qué se 
necesita para llevarlo a cabo, y de qué manera debe ser proporcionada, es 
decir, debe darse de forma expedita proporcional y justa. 
La metodología que se utilizó en esta investigación fue de corte cualitativo, 
siendo un estudio documental, la cual pareciese ser más sencillo, pero 
realmente no lo es, precisamente por ese motivo se agregó un capítulo 
exclusivo para la misma, en donde se explica la importancia de la 
investigación documental, de cuales fuentes podemos hacer uso, explicar 
de qué manera se puede desarrollar la investigación, sin embargo, los 
autores que se citan, nos indican que las etapas que se explican en dicho 
capitulo no están establecidas, son solo una guía para quien investiga, ya 
que la estructura de la investigación quedará a consideración del 
investigador, siempre y cuando respete las reglas marcadas en el APA, 
como son las citas, esto con el objetivo de evitar a toda costa el plagio y 
dar el reconocimiento al autor original. 
Por último, pero no menos importante, se dedica un capítulo a las 
investigaciones que se relacionan con la que se presenta, esto para que se 
pueda proporcionar al lector, un amplio panorama de esta complicada pero 
gratificante disciplina a lo largo de otros países. Se describen tres 
investigaciones las cuales fungen como guías, indicando el enfoque de 
investigación, se describe si se utilizaron participantes, claro, esto en 
función del enfoque que se empleó, se explica el propósito de las mismas, 
los resultados y qué aportación le proporciona a la presente investigación 
 
 
 
 
 
4 
 
Planteamiento del problema 
Actualmente en el mundo los referentes estadísticos cobran gran 
importancia porque muestran los indicadores reales sobre los fenómenos 
ocurridos en diferentes contextos, tal es el caso del país de México en lo 
general y particularmente en su capital. En la Ciudad de México la tasa de 
incidencia delictiva fue de 49.913 delitos por cada 100,000 habitantes de 
acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2018), 
entre los que se destacan, rapto en primer lugar seguido de incesto, acoso 
sexual, robo de maquinaria y robo en trasporte público colectivo. 
Los delitos violentos son sucesos negativos, vividos de forma brusca, que 
generan terror e indefensión, ponen en peligro la integridad física o 
psicológica de una persona y dejan a la víctima en tal situación emocional, 
que es incapaz de afrontarla con sus recursos psicológicos habituales 
(Kilpatrick, Saunders, Amick-McMullan, Best, Veronen & Jesnick, 1989 
citados en Echeburúa, Corral y Amor, 2004). 
Cualquier trauma -y un delito violento lo es- supone una quiebra en el 
sentimiento de seguridad de una persona y, de rebote, en el entorno familiar 
cercano. Más allá del sufrimiento de la víctima directa, queda alterada toda 
la estructura familiar. De ahí, que sea de interés el conocimiento de las 
reacciones y secuelas emocionales que arrastran muchas personas -en su 
mayoría mujeres y niños- durante períodos prolongados, incluso a lo largo 
de toda su vida (Hanson, Kilpatrick, Falsetti & Resnick, 1995 citados en 
Echeburua et al., 2004). 
La evaluación del daño psíquico (el “quantum doloris”) sufrido en las 
víctimas es importante para planificar el tratamiento, así como para tipificar 
los daños criminalmente, establecer una compensación adecuada o 
determinar la incapacidad laboral. Respecto a estos últimos puntos, los 
manuales de daño corporal y de discapacidad hacen referencia a los 
déficits somáticos e incluyen una baremación estandarizada de las lesiones 
corporales (en relación con los accidentes de coche, por ejemplo), pero 
5 
 
apenas prestan atención a la valoración de los daños psíquicos (Esbec, 
1994 citado en Echeburúa, et al., 2004). 
El daño psicológico requiere ser evaluado también en las víctimas 
indirectas de los sucesos violentos, que son las personas que, sin ser 
directamente concernidas por el hecho delictivo, sufren por las 
consecuencias del mismo. Es el caso, por ejemplo, de las madres que han 
sufrido el impacto brutal de la agresión sexual y asesinato de una hija o el 
de los hijos que se ven obligados bruscamente a readaptarse a una nueva 
vida tras el asesinato de su padre en un atentado terrorista. En la muerte 
violenta de un ser querido, existen; en un primer momento, sentimientos de 
dolor,tristeza, impotencia o rabia; en un segundo momento, de dolor e 
impotencia; finalmente, de dolor y soledad (que no necesariamente mejoran 
con el transcurso del tiempo) (Finkelhor & Kendall-Tackett, 1997 citado en 
Echeburúa et al., 2004). 
• El daño psíquico puede adoptar dos formas en terminología jurídica: 
lesión psíquica, que hace referencia a una alteración clínicamente 
significativa que afecta en mayor o menor grado la adaptación de la 
persona a los distintos ámbitos de su vida (personal, social, familiar 
o laboral), y secuela psíquica, que se refiere a la estabilización y 
consolidación de esos desajustes psicológicos (Echeburúa, De 
Corral & Amor, 2004 citados en Muñoz, 2013). Para delimitar la 
secuela psíquica debemos introducir un elemento cronológico (2 
años desde la exposición al delito) y valorar la intervención clínica 
realizada. La cristalización de la lesión psíquica (secuela) suele 
expresarse, desde el punto de vista psicopatológico, mediante la 
aparición de rasgos desajustados en la personalidad de base que 
dificultan la adaptación del sujeto a su entorno (i.e., dependencia 
emocional, suspicacia, hostilidad y aislamiento social) (Muñoz, 
2013). 
Las limitaciones con las que un Psicólogo se enfrenta en el actuar Jurídico 
son descomunales, comenzando por las jerarquías que están asignadas 
6 
 
desde años, las negligencias que día a día se presentan de parte de los 
servidores públicos, las alteraciones a los procesos judiciales por fines 
económicos, políticos y sociales, corrupción, etc. 
Esta investigación va a permitir enmarcar conceptos del área Jurídica, 
explicándolos desde el enfoque de la Psicología, proporcionando al 
profesional experto en esta ciencia, un lenguaje propio de la Psicología 
Forense, exponer los procesos en los que un Psicólogo tiene facultad para 
intervenir es de suma importancia para hacer que las limitaciones de las 
que se mencionó anteriormente reduzcan en gran medida. 
El interés principal de la investigación es explicar detalladamente los 
conceptos básicos de la Psicología Forense y los pasos o procesos que 
establece para realizar valoraciones de daño psíquico por medio de 
intervenciones psicológicas periciales, diferenciando el deber ser con las 
prácticas que se llevan a cabo en los órganos de justicia del país. Por lo 
tanto, ¿Convendría realizar una investigación documental sobre el daño 
psíquico desde la perspectiva de la psicología forense? 
 
Objetivo general 
Explicar el daño psíquico desde la perspectiva de la psicología forense 
 
Objetivos particulares 
 Exponer una ciencia forense 
 Precisar la Psicología Jurídica 
 Definir que es la Psicología Forense 
 Exponer el papel del Psicólogo en el actuar jurídico 
 Conocer el proceso de evaluación pericial Psicológica 
 Explicar el daño psíquico 
 Conocer las fases en la evaluación del daño psíquico 
 Conocer el proceso de reparación del daño psíquico 
7 
 
Preguntas de Investigación 
 ¿Qué es una ciencia forense? 
 ¿Qué es la Psicología Jurídica? 
 ¿Qué es la Psicología Forense? 
 ¿Cuál es el papel del Psicólogo en el actuar jurídico? 
 ¿Cómo es el proceso de evaluación pericial Psicológica? 
 ¿Qué es el daño psíquico? 
 ¿Cuáles son las fases en la evaluación del daño psíquico? 
 ¿Cómo se lleva a cabo la reparación del daño psíquico? 
Viabilidad 
 Estudiante de Psicología 
 Asesor de tesis 
 $1,500.00 pesos (pasajes, copias, impresiones). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO I 
PSICOLOGÍA FORENSE 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
En este capítulo se hablará de la práctica de la Psicología Forense en el 
ámbito jurídico por lo cual se consideró pertinente explicar qué es una 
ciencia forense, hacer un análisis del punto en el que convergen y coexisten 
el Derecho y la Psicología. Un parteaguas de la presencia de la Psicología 
en esta disciplina completamente diferente, es la Psicología Jurídica de la 
cual se abordará su definición, las áreas que la componen, para así 
considerar la Psicología Forense, que es el punto clave de esta 
investigación, es de suma importancia definir esta disciplina debido a que 
su concepto es esencial para entender y comprender cómo se lleva a cabo 
el papel del psicólogo en el actuar Forense. Una vez definido el concepto 
de Peritaje Psicológico se explicarán las fases del mismo, dónde si o dónde 
no, es que el psicólogo Forense tiene la jurisdicción para realizar una 
investigación. 
 
1.1 Ciencia forense 
Actualmente la Ciencia Forense tiene gran preeminencia para el sistema 
Judicial en todo el mundo, y en México no es la excepción, es utilizada en 
el órgano del Poder Ejecutivo Federal, la Procuraduría General de la 
República (PGR) que se encarga principalmente de investigar y perseguir 
los delitos del orden federal. Ejerce sus atribuciones respondiendo a la 
satisfacción del interés social y del bien común. Por otro lado la 
Procuraduría General de Justicia (PGJ) encargada de representar 
legalmente los intereses de los habitantes de la Ciudad de México, a través 
de la implementación de acciones eficaces y eficientes para la Persecución 
del Delito y la Procuración de Justicia con respeto irrestricto a los Derechos 
Humanos, han proporcionado la oportunidad de generar una 
pluridisciplinariedad entre ciencias que en años anteriores eran polos 
opuestos y que en la actualidad trabajan mano a mano persiguiendo un 
objetivo en común, la procuración de la justicia. 
La palabra forense proviene del latin forensis, "perteneciente o relativo al 
foro". Esto alude a la Antigua Roma donde la acusación, argumentación y 
pruebas de un crimen requerían ser presentadas en un foro de personas 
10 
 
consideradas notables, para que éstas últimas determinaran el veredicto. 
Fue también a partir de lo anterior que surgió la medicina forense, cuando 
la fundamentación de esos casos requirió del conocimiento médico. A lo 
largo de la historia, se han desarrollado disciplinas como la Criminología, la 
Psiquiatría Forense y la Criminalística a partir de la Medicina Forense. De 
igual manera, el estudio del hecho delictuoso ha incorporado otras áreas 
del saber humano que permiten investigar y, por ende, explicar con mayor 
exactitud la triada del hecho delictuoso integrada por el lugar de los hechos, 
la víctima y el victimario. Es así como se han adicionado áreas del 
conocimiento técnico y científico que en su conjunto permiten una mayor y 
mejor explicación de la verdad histórica del hecho delictuoso. En todo caso 
el desarrollo futuro de la investigación aplicada al área forense aportará de 
manera continua nuevos métodos y técnicas a incorporar en la formación y 
práctica de este profesional (Universidad Autónoma de México [UNAM], 
2012). 
Por lo tanto, la ciencia forense se define como la aplicación de la 
metodología, conocimiento y principios científicos a la resolución de 
cuestiones legales de carácter penal o civil (Chisum & Turvey, 2012: Houck 
& Seigal, 2010; James & Nordby, 2003; Saferstein, 2010; Thorton & 
Peterson, 2007 citados en Turvey, Coronado & Cervantes, 2016). 
Chisum & Turvey, 2012; Houck & Seigal, 2010; James & Nordby, 2003; 
Saferstein, 2010; Seigel, Saukko, y Knupfer, 2000 (citados en Turvey et al., 
2016) La ciencia forense promueve la examinación científica de la 
evidencia, ya sea física, conductual o de datos digitales. Esta definición, 
que es consistente en la literatura científica del tema en cuestión, es 
intencionalmente general e inclusiva, ya que existen diferentes sub 
disciplinas forenses que incluyen (pero no se limitan a éstas): criminalística, 
reconstrucción del crimen, patología forense, antropología forense, 
toxicología forense, entomología forense, salud mental forense (psicología 
y psiquiatría); y criminología forense 
Turvey et al. (2016) afirma: 
11 
 
Un científico forense es un profesional con formacióncientífica 
que se encarga de examinar evidencia con el método científico, 
usando el conocimiento científico pertinente y siguiendo 
protocolos reconocidos por la comunidad de conocimiento; esto 
con el objeto de testificar en un juicio como experto en el área 
que se desempeña. Es importante recordar que si un científico 
no ha participado en una audiencia de juicio como experto que 
realizó aportaciones en la investigación criminal, entonces no 
puede ni debe ser considerado científico forense (p. 3). 
 
Una vez entendida la opinión de los autores anteriores sobre la 
implementación del ejercicio profesional del psicólogo forense, es 
importante señalar como se sabe que toda ciencia se rige por 
metodologías, principios y reglas, en este caso la Ciencia Forense se guía 
mediante el mismo sistema, ya que el fin último de esta ciencia, es 
proporcionar evidencia en el contexto jurídico en relación a un delito de 
cualquier índole utilizando diferentes técnicas como son la fotografía, 
dibujo, Poligrafía, Lenguaje de señas y Arte por mencionar algunas, 
apoyada de diferentes ciencias, tales como Arquitectura, Química, 
Contaduría, Ingenierías en diferentes especialidades, Criminalística, 
Balística, Odontología, Antropología, Psiquiatría y Psicología. 
Así mismo, es trascendental que los profesionales de las ciencias ya 
mencionadas tengan una especialidad en Ciencia Forense, es necesario 
que sean Peritos en materia, es decir, expertos. En el caso especial de la 
Psicología existen diferentes especialidades dentro de la ciencia forense 
que proporciona el grado y la experiencia calificada para poder ejercer 
como perito Psicólogo, por mencionar algunas especialidades: Psicología 
Victimal, Psicología Criminal, Psicología del testimonio, Psicología Forense 
siendo estás ramificaciones de la Psicología Jurídica. 
Se habla de términos que son utilizados en el ámbito del derecho y que 
aparentemente la Psicología no maneja, pero con la inserción que ha tenido 
en los últimos años en el proceso jurídico, estas dos disciplinas coexisten 
y trabajan mano a mano persiguiendo un objetivo, a continuación, se 
hablará de la diferencia y los puntos en común que estas dos ciencias 
comparten. 
12 
 
 
1.1.1 La psicología jurídica: Confluencia entre psicología y derecho 
 
Para iniciar este apartado es necesario definir como ciencias a la 
Psicología, el Derecho, la Psicología Jurídica y la Psicología Forense. 
•Derecho: Es el conjunto de leyes, preceptos y reglas a que están 
sometidos los hombres en su vida social. Ciencia que estudia las leyes y 
su aplicación. 
•Psicología: Ciencia que estudia el comportamiento humano en el sentido 
más extenso. Abarca todas las actividades, sentimientos y razones de las 
personas (Arch & Jarme, 2009) 
La psicología y el derecho encuentran su coincidencia en el hecho de que 
ambas disciplinas son ciencias humanas y sociales y en que comparten el 
objeto de intervención: la conducta de las personas. En palabras de Munné 
(1987) “son ciencias llamadas a entenderse como ciencias humanas del 
comportamiento y sociales” (p. 5). 
Efectivamente, en las últimas décadas la colaboración entre juristas y 
psicólogos se ha ido desarrollando e implantando de forma práctica, 
requiriéndose cada vez en mayor medida, el aporte de los profesionales de 
la psicología a la realidad del mundo legal. Hoy es común que las personas 
especializadas en estas disciplinas trabajen juntas, pero se generan ciertas 
dudas en cuanto a quién apoya a quién, qué disciplina aporta más, cómo 
es que la Psicología puede hablar con un abogado de subjetividad. Por ese 
motivo el siguiente apartado explica que puede haber una Psicología del 
derecho, una Psicología en el derecho y una Psicología para el derecho, 
aclarando las dudas acerca de las intervenciones que se han realizado. 
 
1.1.2 Psicología del derecho, Psicología en el derecho y Psicología 
para el derecho 
 
Cada ciencia tiene bondades y limitaciones, también dudas que no se han 
resuelto a lo largo del tiempo, pero también manejan un lenguaje propio, la 
13 
 
jerga profesional que toda disciplina tiene. Pasa lo mismo con la Psicología 
y el Derecho, un Psicólogo no va a explicar ante un jurado la jurisdicción de 
un Policía de Investigación, o un Abogado no dará la estructura de la Psique 
humana, no se refiere a eso cuando hablamos de transdisciplinareidad, 
sino de cómo es que una disciplina ayuda a explicar los conceptos, 
métodos, procesos de la otra disciplina desde su enfoque. Por eso es 
importante anexar en este apartado la relación entre Psicología y el 
Derecho. 
A continuación, Muñoz, Bayes y Munné (2008) definen las tres formas 
diferentes en la que la Psicología se relaciona con el Derecho: 
1. La Psicología del derecho coincide con uno de los fines que J.P 
Haesaert atribuye a la Psicología Jurídica: el de explicar la esencia 
Jurídica. A esa función, calificada a veces como de psicologismo 
jurídico, es decir, investigación psicológica del derecho, habían ya 
aludido conocidos pensadores como Bierling, Windsched, Oertmann 
y Zitelmann, pero no fue demasiado bien recibida. 
En definitiva, el psicologismo jurídico se plantea el problema de la 
estimativa y validez del derecho partiendo de la base de que el 
derecho, en frase de Petrazycki, es una experiencia psíquica 
específica compuesta de una emoción específica, simultáneamente 
activa y pasiva, y de una noción de ciertas pautas de acción. La idea 
de lo justo no se ciñe pues a ciertos valores objetivos, sino que es 
siempre relativa y subjetiva. Recuérdese asimismo la importancia 
que por algunos autores se ha dado a lo psicológico como una de 
las fuerzas modeladoras del derecho y también el vasto tema de la 
“libertad”, omnipresente en casi toda la filosofía y la teoría del 
Derecho, explicado elocuentemente por Skinner mediante una 
aproximación a métodos puramente científico-naturales. 
No se pretende discutir este punto de vista. Se trata en definitiva de 
una teoría, y como tal, se piensa que no tiene cabida en una 
Psicología aplicada al Derecho cuyo alcance es mucho más 
14 
 
modesto. Ello no significa un juicio desestimatorio, sino simplemente 
un rechazo metodológico para los fines que se persiguen. 
2. La Psicología en el Derecho sugiere la idea de que todo el Derecho, 
o gran parte del mismo, está lleno de componentes psicológicos y 
que por tanto requiere de la Psicología para su puesta en 
funcionamiento. Las normas jurídicas no son otra cosa sino 
estímulos verbales tendientes a producir o impedir determinadas 
conductas. Dentro de estas normas figuran una serie de conceptos 
y definiciones de naturaleza igualmente psicológica. Y, por último, la 
formulación de dichas normas requiere de una gama de conductas 
hábilmente influidas por diversas variables ambientales y de los 
sujetos. Si se pretende lograr un máximo de eficacia jurídica es 
imprescindible controlar todo este abanico de factores. Desde este 
punto de vista, pues, la Psicología en el Derecho es ya una disciplina 
de la praxis y por tanto una Psicología aplicada. 
3. En tercer lugar, la Psicología para el Derecho. Aquí el papel de la 
Psicología no es distinto al que puede jugar la medicina, la 
arquitectura, la ingeniería o la contabilidad como ciencias auxiliares 
del derecho cuando son llamadas a informar sobre los fines o la 
política del mismo o para interpretar los hechos referentes al caso 
concreto. Ahora bien, una Psicología llamada a iluminar los fines del 
Derecho es algo que por su amplitud y generalidad no podrá jamás 
incorporarse al ámbito específico de una Psicología Jurídica, sino 
que pertenece a la Psicología a secas. 
El campo específico de una Psicología para el Derecho susceptible 
de incorporación metodológica dentro de una Psicología Jurídica 
sólo se ve, pues, en el área de interpretación del hecho jurídico 
concreto en la medida en que aquella puedaaplicar sus técnicas a 
la prueba de los hechos. Se trata en definitiva de una Psicología 
eminentemente probatoria. 
 
15 
 
Ahora que se han expuesto estas tres perspectivas y se aclaró la aportación 
de la Psicología al Derecho se hablará específicamente de la Psicología 
Jurídica. 
 
1.2 Psicología jurídica 
 
Antes de profundizar en la Psicología Jurídica es importante conocer la 
historia que tiene y así como las limitaciones y aportaciones que los 
grandes órganos, instituciones y dependencias gubernamentales han 
aportado a esta disciplina. 
 
1.2.1 Historia de la Psicología Jurídica 
 
En este creciente desarrollo de las relaciones entre Psicología y Derecho 
se puede distinguir cuatro etapas, tal y como refieren Fariña, Arce y Seijo 
(2005 citado en Arch & Jarme, 2009): 
 Desde comienzo de siglo hasta la década de los años 30: 
temáticamente orientada hacia fenómenos de testificación; destacan 
los trabajos pioneros de Stern, Binet y Münsterberg sobre los 
procesos psicológicos del testimonio. 
 De 1930 a 1950: Se ha considerado la época menos fructífera por 
parte de la psicología jurídica, aunque el entorno legal sí continuó 
contribuyendo a la literatura sobre el tema. Garzon (1990 citado en 
Arch & Jarme, 2009) considera que el descenso de las 
contribuciones de los psicólogos pudo estar motivado por la 
diversificación de la psicología en nuevos campos de trabajo, así 
como por la etapa de reflexión interna que vivía la misma psicología, 
produciéndose lo que Loh (1981 citado en Arch & Jarme, 2009) 
definió como “psicologismo jurídico” por la proliferación de trabajos 
de juristas que apelaban a la psicología para fundamentar su paso 
hacia el llamado realismo desde un anterior formalismo legal. 
16 
 
 1950 a 1970, los tribunales comienzan a acusar la necesidad de 
utilizar psicólogos cualificados como testigos expertos sobre 
cuestiones criminales en las que se debe establecer la 
responsabilidad del sujeto. 
 A partir de la década de los 70 puede contemplarse el “boom” de la 
Psicología Jurídica observándose un notable incremento en el 
número de publicaciones sobre la materia. La vertiente aplicada 
(Psicología Forense) cobra un gran impulso que se ha mantenido 
ascendente con un considerable crecimiento de demandas en las 
dos últimas décadas. En 1981 la American Psychological 
Association creó la División 41 (psicología jurídica), asimismo, se 
constituyen asociaciones como: The Association of Psychology and 
Law (1991) o la International Association of Forensic Mental Healt 
Service (2001). 
 
Tras un silencio prácticamente absoluto que se prolonga hasta la década 
de los años 70, tal y como señala Munné (1986 citado en Arch & Jarme, 
2009), El Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, crea en 1971 la 
Sección de Psicología y Sociología Jurídicas, en 1974 el Anuario de 
Sociología y Psicología Jurídicas, y en 1975 el Instituto del mismo nombre. 
En 1980, se publica “Introducción a la psicología jurídica”, en la que Ramón 
Bayés, Luis Muñoz-Sabaté y Federico Munné realizan una recopilación de 
trabajos aparecidos en años anteriores. 
Otro elemento clave para el desarrollo de esta disciplina en España, es el 
derivado del ámbito de la psicología penitenciaria ya que en los años 
setenta los psicólogos empezaron a trabajar dentro del ámbito carcelario, 
siendo los primeros que promovieron el interés tanto en las universidades 
como en otras instituciones sobre la labor de estos profesionales en el 
ámbito judicial. 
Ya en la década de los ochenta el Colegio Oficial de Psicólogos, desde sus 
diferentes sedes, sirve también como potenciador y difusor de esta 
disciplina. En este sentido cabe destacar los esfuerzos de la Delegación de 
17 
 
Madrid que en 1985 promovió el estudio para la elaboración de un Catálogo 
de Documentos en Psicología Jurídica, cuya primera edición ve la luz en 
enero de 1986. Asimismo, esta Delegación propulsó la creación de la 
Sección de Psicología Jurídica en 1987, propiciándose de esta forma tanto 
la difusión de esta rama de la Psicología como la formación para los 
profesionales. 
En Cataluña, a finales de los 80 ya existía un grupo de trabajo sobre 
Psicología Jurídica que en 1990 se constituiría como Comisión y en el año 
2000 como Sección Profesional. 
Entre las actividades más destacables se encuentran la organización de 
forma conjunta con el Centro de Estudios y Formación Especializada del 
Departamento de Justicia de las Primeras Jornadas de Psicología Jurídica 
en Cataluña en 1999 y las Segundas Jornadas de Psicología Jurídica en 
Cataluña co-organizadas con la Universidad de Barcelona en el año 2004 
La importancia de conocer la historia de la Psicología Jurídica es visualizar 
los huecos metodológicos que la disciplina tiene y así poder aportar más 
información, actualizando los procesos para lo que pueden ser eficaces y 
eficientes, que ayuden a proporcionar el servicio jurídico a las personas que 
lo necesitan, es importante que esta información quede asentada para 
poder explicar la definición de Psicología Jurídica que a continuación se 
expone. 
Es increíble como en un corto periodo de tiempo, la Psicología Jurídica ha 
avanzado, aunque de manera lenta, pero sin duda de forma significativa. 
Por lo tanto, a continuación, se expondrá la definición de ésta. 
 
1.2.2 Definición 
 
La Psicología Jurídica es un concepto nuevo y en México particularmente 
se está iniciando su implementación por lo que se expondrán diferentes 
definiciones que son tomadas de distintos países y así lograr contextualizar 
sus avances en el mundo. 
Con respecto a la definición Arch y Jarne (2009), proporcionan 
la siguiente: “Comprende el estudio, explicación, promoción, 
18 
 
evaluación, prevención y en su caso, asesoramiento y/o 
tratamiento de aquellos fenómenos psicológicos, conductuales 
y relacionales que inciden en el comportamiento legal de las 
personas, mediante la utilización de métodos propios de la 
psicología científica y cubriendo por lo tanto distintos ámbitos y 
niveles de estudio e intervención (Psicología aplicada a los 
tribunales, psicología penitenciaria, psicología de la 
delincuencia, psicología judicial – testimonio y jurado- , 
psicología policial y de las Fuerzas Armadas, victimología y 
mediación)” (p. 4). 
 
Además, tal como lo define Garrido, Masip y Herrero (2006) en uno 
de los puntos de encuentro entre la Psicología y la ley, es importante 
reconocer que la Psicología Jurídica también estudia la manera en 
que las normas o leyes influyen en las personas. Así, el concepto de 
Psicología Jurídica debe ser entendido en un sentido amplio y 
dinámico de relaciones entre la ciencia del comportamiento y la ley. 
 
Concepciones Psicología Jurídica Psicología Forense 
Psicología Psicología Colectiva 
Psicología Teórica 
Psicología individual 
Psicología aplicada 
Objetivos Fundamentación 
psicológica y social del 
derecho: 
- Origen del 
derecho 
- Sentimiento 
Jurídico 
- Evolución de 
las leyes 
Componentes 
psicológicos de la 
práctica judicial: 
- Psicología 
criminal 
- Psicología de 
testificación 
- Psicología de 
profesionales de 
la Ley 
Relación con el 
Derecho 
Filosofía del Derecho Práctica profesional 
19 
 
Relaciones con otras 
ciencias 
Sociología 
Antropológica 
Psicopatología 
Forense, ciencias 
naturales 
 
El objetivo principal del recuadro es presentar la forma en que se 
fundamenta una corriente de otra y en qué punto coexisten, pero sobre todo 
que se proporcione un aprendizaje concreto a la persona que lo visualice. 
En este segmento se habló de las Psicología Jurídica delimitando sus 
quehaceres y explicando que la Psicología Forense si bien pertenece a esta 
disciplina; y que por tanto se le asignan tareas dentro de ésta, por esta 
razón, en el siguiente subtema se profundiza al respecto para poder 
explicar las diferentes áreas que la PsicologíaJurídica ofrece. 
 
1.2.3 Subáreas de la Psicología Jurídica 
 
La importancia de exponer las áreas de la Psicología Jurídica es conocer 
que el Psicólogo no se limita a estar en un cuarto de cuatro por cuatro frente 
a un diván como el estereotipo que coloquialmente se tiene del Psicólogo, 
si no explicar brevemente que el Psicólogo está presente en el Ámbito 
penal, que tiene la facultad para diferenciar un tipo de víctima, conocer los 
procesos criminológicos que se siguen en un peritaje etc. 
De acuerdo a Morales y García (2010), las subáreas que se proponen son 
las siguientes: 
 
A. Criminológica: estudia el comportamiento antisocial y delictivo. En 
este sentido son de interés los procesos y variables implicadas en el 
inicio, mantenimiento y desistimiento de la conducta delictiva. 
 
B. Correccional, penitenciaria y de prevención en el ámbito de 
menores y adultos: esta área está directamente relacionada con el 
ámbito criminológico, sin embargo, se le puede contemplar como un 
área de trabajo distinta, en la medida en que se encarga de los 
20 
 
esfuerzos específicos de intervención sobre el comportamiento 
delictivo. Este apartado incluye todos aquellos esfuerzos de control 
social informal y formal, dirigidos a la reducción del comportamiento 
delictivo, por ejemplo, los programas de prevención e intervención 
dirigidos tanto a menores como a adultos, a individuos y a grupos, a 
instituciones y a comunidades. 
 
C. Victimal, victimológica o de la víctima: esta área se encarga del 
estudio de las personas que han sido sujetos pasivos del delito. 
Interesan aquí la identificación de factores de riesgo y protectores 
asociados con la victimización, la prevención de la victimización, así 
como la reducción de las secuelas producto de la comisión del delito. 
Además, esta área se preocupa por la victimización causada por el 
aparato de justicia y por su prevención. 
 
D. Testimonio: en esta área, la Psicología se encarga de identificar las 
variables relacionadas con la validez y fiabilidad de los testimonios 
de víctimas y testigos, el proceso de toma de decisión de operadores 
y administradores de justicia, así como de los factores implicados en 
las tomas de declaraciones y de interrogatorios judiciales. 
 
E. Forense: aunque generalmente se toma el concepto de forense 
como sinónimo de jurídica, tal como se ha señalado antes, este 
último es más amplio y genérico, mientras el término forense está 
circunscrito —en especial en el idioma español— a las funciones de 
evaluación con valor probatorio. En este sentido, la Psicología 
Forense se refiere a la valoración y aporte de pruebas respecto al 
comportamiento de un sujeto de interés para la toma de decisiones 
en el sistema legal. Así, la Psicología actúa como experta en casos 
que requieren de su competencia en el estudio del comportamiento 
humano. 
 
21 
 
F. Normativa o de atribución: es la menos citada de las áreas, 
aunque es de por sí la columna vertebral de la Psicología Jurídica, 
ya que contempla el estudio del comportamiento humano en el 
marco de la normativa jurídica y, a su vez, del comportamiento en 
respuesta a las normas establecidas o por establecerse. 
 
G. Civil: se refiere al estudio del comportamiento en procesos del área 
del Derecho Civil. 
Como se muestra en este apartado son diferentes las áreas que trabaja la 
Psicología Jurídica, pero ahora se revisa minuciosamente para explicar la 
Psicología Forense que es considerada la más importante en esta 
investigación por los objetivos que persigue. 
 
1.3 Psicología forense 
 
Por lo que se refiere a la Psicología Forense, siendo esta una rama central 
de la Psicología Jurídica, se hablará de su Historia, de la definición que se 
tiene, del papel que desempeña el Psicólogo en el actuar jurídico, se 
expondrán las fases de un peritaje psicológico, los ámbitos en el que un 
Psicólogo tiene jurisdicción en el ámbito jurídico 
 
1.3.1 La Psicología Forense en México 
 
El campo de la Ley es un ámbito que aún no ha sido cubierto totalmente 
por los profesionales de la Psicología en México y, por lo tanto, la 
evaluación de la Psicología Forense está dando sus primeros, aunque 
firmes pasos. 
Los Psicólogos tienen una gran oportunidad para aportar a esta nueva 
disciplina; según Chargoy (2002), en la actualidad México es por desgracia 
el único país Iberoamericano que no cuenta y/o reconoce la existencia de 
esta área aplicada de la Psicología. Conceptualmente, el término que 
designa a la participación del Psicólogo en el ámbito judicial no ha llegado 
22 
 
a una unificación entre los profesionales del área, puesto que hasta el 
momento no se ha realizado una seria discusión epistemológica al 
respecto, debido al reciente auge y desarrollo de esta especialidad (Manso, 
2001). Pero, independientemente del término que se empleé para su 
designación, la idea fundamental que emana de todos los profesionales y 
su común denominador es la participación de la Psicología en el ámbito de 
la Justicia, de ahí que los primeros intentos de enganche de la Psicología 
Forense en la sociedad se están realizando a través del personal 
encargado de la procuración de la Justicia (policía, fiscalía), del personal 
que tiene encomendada la impartición de la justicia (Jueces) y de todas las 
personas relacionadas con los procesos y procedimientos de la Ley 
(Defensores, Agentes del Ministerio Público y, por supuesto peritos) 
(Chargoy, 2002). 
 
Evolución Histórica 
La psicología Forense en México no se ha desarrollado completamente, a 
pesar de la necesidad de la figura de los psicólogos expertos en temas 
forenses por parte de los jueces y de los ministerios públicos. Entre los 
principales motivos que hay que mencionar cabe destacar la falta de 
profesionales dedicados específicamente a esta área de la Psicología, la 
falta de sistematización y difusión del trabajo de los psicólogos en este 
ámbito de acción y del dominio del punto de vista de la Criminología (desde 
donde la psicología forense no es tomada en cuenta o acaso sólo como 
una rama auxiliar). Tampoco se incluyen las materias de Psicología Jurídica 
o Forense en los planes de estudio de las universidades mexicanas y es 
muy escaso el número de órganos o departamentos de Psicología 
existentes dentro de las procuradurías o de los Juzgados Estatales de 
Defensa Social (Chanona, 2003). No obstante, podemos resaltar algunos 
atisbos en el nacimiento en las bases necesarias para el asentamiento de 
esta disciplina; veamos cuáles son las más relevantes. En México se 
produjo un intento de modificación, el papel de la Psicología a nivel 
penitenciario con los trabajos de Ilda Malchiory, del doctor Sergio García 
23 
 
Ramírez y del doctor Rodríguez Manzanera. Estos investigadores 
propusieron cambiar el trato ofertado en las cárceles hasta ese momento, 
dando la oportunidad a los internos de salir, trabajar y regresar nuevamente 
a la institución donde se le ofrecía Psicoterapia. A partir de los primeros 
resultados se observó que los internos presentaban mejores condiciones 
psicológicas; sin embargo, tras el cambio del personal encargado del 
programa, éste se vino abajo (Manzo, 2001). En la actualidad existe un 
Sistema de Atención a Víctimas encuadrado dentro de la Dirección General 
de Atención a Víctimas del Delito (localizada en el Estado de Jalisco), pero 
éste no tiene los alcances de la Psicología Jurídica o de la Psicología 
Forense, y la función del psicólogo forense solo se limita a asesorar o a 
acompañar a las víctimas en el proceso de declaración, no ejerciendo aún 
funciones más globales como serían las de evaluación o tratamiento. No 
obstante, en la actualidad se está creando a nivel nacional una red de 
Centros de Apoyo Psicosocial para la Procuración de la Justicia, donde el 
papel del psicólogo forense tiene una mayor relevancia, y empieza a asumir 
competenciasde valoración, diagnóstico y atención psicológica. Así mismo, 
las Procuradurías de Chihuahua y del Distrito Federal cuentan con 
profesionales psicólogos en sus Departamentos de Servicios Periciales. 
Por otra parte, a nivel académico, actualmente no existen estudios reglados 
sobre psicología forense dentro de los planes de estudios universitarios; lo 
más cercano a esta rama de la Psicología en México son las maestrías en 
Ciencias Forenses, las cuales principalmente van dirigidas a médicos y 
químicos, y están enfocadas fundamentalmente hacia la temática de la 
Criminología. De ahí que de las dos clasificaciones existentes de las 
Ciencias Penales (la de Jiménez de Asua y la de Pavón Vasconcelos), en 
la primera no se incluye a la Psicología Forense, (únicamente a la 
Psicología Criminal), y en la segunda esta queda integrada como una 
disciplina auxiliar, no fundamental, junto con la Medicina Legal, la 
Criminalística y la Estadística Criminal (Lozano, 2001 citado en Sierra et al., 
2010). Pero no todo son malas noticias, y al día de hoy se cuenta con la 
existencia de cursos y talleres especializados en el tema del Derecho 
24 
 
Penal, Patología Criminal y otros más específicos sobre la Psicología 
Forense, a su vez existen estudios de posgrado, en el formato de 
diplomatura de uno o dos años, puesto que en la actualidad no existe como 
tal la especialidad de <<forense>> dentro de la Licenciatura. Por lo tanto, 
nos encontramos con que en la actualidad se están impartiendo en su 
mayor parte por expertos profesionales venidos de otros países, las 
primeras promociones de la Diplomatura o Maestría en la Psicología 
Jurídica y Criminología, como por ejemplo las realizadas por parte de la 
Universidad Autónoma de Yucatán, de la Academia Nacional del sistema 
Nacional de Seguridad Pública y del Colegio Nobel de Morelia. 
 
Marco Legal 
El marco legal que ampara la labor de los peritos, es decir el campo de la 
prueba pericial no sólo en materia de Psicología sino en cualquier otra 
ciencia, se encuentra en el Código Federal de Procedimientos Penales y 
en el Código Penal del Estado de México. Dentro del Código Federal de 
Procedimientos Penales, en su Artículo 220, se asienta que siempre que 
para el examen de personas, hechos u objetos se requieran conocimientos 
especiales, se procederá a la intervención de peritos, y en el Artículo 134 
del Código de Procedimientos de Materia Penal se especifica que siempre 
que para el debido conocimiento y apreciación de alguna persona, objeto, 
hecho o circunstancia importante fueren necesarios o convenientes 
conocimientos especiales, se dispondrá del examen o informe pericial 
(Código Penal Federal de 1999). De esta forma, el trabajo de los 
profesionales de la Psicología está sustentado por la Ley siendo 
reconocidos como peritos. Por lo tanto, el área general del trabajo y del 
psicólogo forense puede incluir el trabajo directo con jueces federales y 
estatales, así como con agencias del Ministerio Público desempeñando la 
función de expertos en su materia (Chanona, 2003). Por todo lo visto, se 
puede vaticinar que el futuro del psicólogo en el campo jurídico puede ser 
de gran trascendencia en México, aunque todavía debe transcurrir algún 
tiempo para que de dicha especialidad se formalice totalmente, para lo cual 
25 
 
se necesita una serie de acciones que ayuden a abarcar los máximos 
campos posibles de actuación. Es, por lo tanto, fundamental que se inicie 
y/o se continúe, desde el ámbito de la Psicología, con la labor divulgativa 
tanto dentro de su propia especialidad como en otras ciencias a fines 
(Derecho, Criminología, etc.) (Chanona, 2003). 
Conocer la historia de la Psicología Forense es elemental para tener un 
concepto claro sobre la misma, sus procesos, su actuación y temas 
relacionados a ésta que más adelante se plantearán. 
 
1.3.2 Definición 
Para dar inicio es importante definir la disciplina de la Psicología Forense 
la cual consiste en la aplicación de la Psicología (métodos y conocimientos) 
a la realización de pruebas periciales en al ámbito del Derecho. Es, por 
tanto, la psicología aplicada a los tribunales o aquellas actividades que el 
psicólogo puede realizar en el foro (Manzanero, 2009 citado en Turvey et 
al., 2018), entendido éste como las audiencias de juicio u otras diligencias 
judiciales en los que el psicólogo emita, como experto en la materia, su 
opinión respecto a un asunto en particular. 
Vale la pena hacer mención de la definición que Muñoz et al. (2011) ofrece 
respecto a la Psicología forense: La Psicología forense, pericial o psicología 
aplicada a los tribunales es la rama de la Psicología Jurídica que aplica sus 
conocimientos y técnicas para ayudar a jueces y tribunales en su toma de 
decisiones. 
En este sentido, el rol del perito psicólogo es colaborar en la toma de 
decisiones judiciales, convirtiéndose en un apoyo a la administración de 
justicia. A través de su participación, caracterizada por su objetividad e 
imparcialidad, brinda conocimientos científicamente fundamentados para el 
análisis de un caso, a través de una demanda concreta, objetivos de 
trabajo, metodología y conclusiones (Maffioletti, 2008 citado en Turvey et 
al., 2018). 
El rol que tiene un perito Psicólogo en el foro es de suma importancia por 
ese motivo a continuación se expone el papel que desempeña y que 
26 
 
cuestiones intervienen al momento de hacer una intervención en tan dificil 
área de trabajo. 
 
1.3.3 Papel del psicólogo en el actuar forense 
Si bien es cierto, la Psicología Forense es una disciplina relativamente 
nueva, existen diversidad de campos de acción en donde esta práctica 
interviene aportando sus conocimientos, ayuda a entender coceptos 
propios del la Criminología o el Derecho y poder visualizar términos del 
enfoque juridico desde el enfoque Psicológico y así acentar el conocimiento 
de los mismos. Permite explicar la etiología de la patología de una persona 
con un trastorno antisocial de la personalidad, por ejemplo, los patrones de 
comportamiento de algún individuo asesino en serie, pone de manifiesto 
los desequilibrios que un delito puede causar en la psique de una persona 
siendo víctima directa o indirecta. Es de suma importancia que otras 
disciplinas volteen a ver las aportaciones que la Psicología Forense ofrezca 
para los objetivos que persigue cada una de ellas. 
Por otra parte, la relación entre la Psicología y el sistema de justicia es un 
área altamente compleja y en completo desarrollo. Por ello, no existe un 
enfoque teórico ni metodológico acabado que dé cuenta de la diversidad 
de campos de acción en los que el psicólogo forense participa 
cotidianamente. Nos encontramos frente a una disciplina de la Psicología 
aplicada relativamente nueva, pero que recientemente ha producido 
investigaciones para la comprensión de fénomenos tan diversos como el 
delito en serie, las consecuencias de eventos traumáticos en víctimas de 
violencia, la relación entre personalidad y conducta criminal o violenta, los 
factores biológicos que intervienen en el comportamiento violento, la 
relación entre los trastornos mentales y el delito, entre otros (Bartol, 2001 
citado en Aristizabal & Amar, 2010). 
En Norteamérica y Europa la tendencia es la de agrupar en la categoría de 
psicología forense esta amplia variedad de enfoques teóricos y prácticos 
27 
 
alrededor del papel del psicólogo en el sistema legal. Como bien lo exponen 
Bartol y Bartol (1999 citado en Aristizabal & Amar, 2010), el campo de 
acción de la Psicología Forense se refiere a la producción y aplicación de 
conocimiento psicológico a los sistemas de justicia criminal y civil. De esta 
forma, la psicología forense incluye actividades tan variadas como las 
evaluaciones para decidir la custodia de menores, la selección de 
candidatos a policía, la atención clínica a personas privadas de libertad, la 
investigaciónaplicada en el área del comportamiento criminal, así como el 
diseño e implementación de programas de prevención e intervención para 
ofensores juveniles. 
Inclusive Abelleira y Delucca (2004) mencionan que: 
El perito psicólogo es aquel profesional de la Psicología que es 
convocado o habilitado por un Magistrado o Juez que entiende 
en una causa o expediente (es decir, que la dirige), a fin de 
recibir su asesoramiento especializado, en el contexto de un 
juicio dentro del fuero Penal, Civil y Comercial y de Familia (p. 
105). 
En esta misma línea de pensamiento, Hess (1999, citado en Aristizabal & 
Amar, 2010) menciona que la psicología forense puede definirse a partir de 
las siguientes funciones: proveedora de servicios psicológicos en el 
sistemas legislativo o judicial, desarrollando conocimiento especializado de 
aspectos legales en la medida que estos afectan la práctica psicológica, y 
conduciendo investigación en cuestiones legales que involucran procesos 
psicológicos. Psicología en la ley son los componentes de la Psicología en 
la ley, Psicología para la ley y Psicología de la ley son los componentes de 
la Psicología forense. Se puede resumir con Wrightsman (2000, citado en 
Aristizabal & Amar, 2010) que la Psicología Forense se refleja en cualquier 
aplicación de métodos o conocimiento psicológico a una tarea impuesta al 
sistema legal. Desde este punto de vista, el psicólogo forense puede 
desempeñar diversos papeles: creador de perfiles criminales, evaluador de 
custodia de niños, consejero o terapeuta policial, psicólogo penitenciario, 
testigo experto o investigador científico. 
28 
 
Tal como lo afirma Finol (2006 citado en Aristizabal & Amar, 2010), la misión 
del psicólogo forense es la de ilustrar, asesorar, aportar conocimientos al 
juez o tribunal; por lo tanto, se convierte en auxiliar o colaborador de la 
administración de justicia. En consecuencia, el psicólogo forense realiza un 
peritaje psico-legal o informe psicológico que recibe diferentes nombres, 
entre los cuales se destacan: prueba pericial, pericia, peritaje o peritación. 
Es decir, una declaración de conocimientos, técnica o práctica sobre los 
hechos enjuiciados, necesario para una adecuada administración de 
justicia. 
Sin embargo, señala Finol (2006, citado en Aristizabal y Amar, 2010), que, 
para la elaboración de dichos peritajes y demás funciones, el psicólogo 
forense debe poseer determinados conocimientos que pueden ser 
genéricos y específicos. Los conocimientos genéricos hacen referencia 
aquellos comunes a la ciencia de la Psicología, y los conocimientos 
específicos se refieren a aquellos que provienen del campo forense. Esta 
misma investigación afirma que el psicólogo que desee intervenir en el área 
forense como perito debe denominar siete grupos de conocimientos 
genéricos y cinco grupos de conocimientos específicos. 
Finol (2006, citado en Aristizabal y Amar, 2010) clasifica los conocimientos 
de la siguiente manera: 
CONOCIMIENTO GENÉRICOS 
DE LA PSICOLOGÍA FORENSE 
CONOCIMIENTOS 
ESPECÍFICOS DE LA 
PSICOLOGÍA FORENSE 
Evaluación: tendrá que conocer 
la cuestión legal exacta sobre la 
que tomará su decisión, 
diseñando una metodología 
específica valorativa para cada 
caso. Dominar el sustrato de las 
cuestiones legales planteadas. 
Bases biológicas de la 
conducta: necesita de la 
integración de los conocimientos 
procedentes de los estudios sobre 
las bases biológicas, del ajuste 
personal del entorno, los 
desórdenes mentales, la reacción 
al trauma y los comportamientos 
29 
 
antisociales. Además de la 
comprensión de las influencias 
genéticas, la farmacología 
constituye un elemento esencial 
en la planificación de los procesos 
evaluativos y de intervención en 
cuestiones forenses. 
Intervención: deberá dominar la 
estructura de la salud mental y de 
la legislación sobre la 
enfermedad mental y conocer de 
forma experiencial las distintas 
modalidades terapéuticas 
(hospitalización, tratamiento 
penitenciario, entre otros. Y 
técnicas utilizadas en el 
tratamiento de desórdenes de la 
personalidad, abuso de 
sustancias, agresión sexual entre 
otros. 
Bases cognitivo-afectivas de la 
conducta: requiere además 
conocimiento de los procesos de 
aprendizaje, memoria, 
percepción, cognición, 
pensamiento y motivación 
humana, así como las 
capacidades personales y su 
función con la cuestión legal 
planteada. 
Asesoramiento: deberá poseer 
conocimientos de la ley penal o la 
jurisdicción en que se 
desempeñe, de salud mental, 
sistema penitenciario y sistema 
forense. 
Bases sociales de la conducta: 
referidos a la conducta adaptativa, 
los procesos de integración social 
de socialización. 
Supervisión: el psicólogo tendrá 
que conocer y dominar los 
aspectos que definen la 
psicología forense y los métodos 
de enseñanza de los mismos. 
Bases individuales de la 
conducta: referido a las bases 
comportamentales, psicología, 
enfermedad, afectación 
psicológica, funcionamiento 
30 
 
intelectual e historias de 
aprendizaje. 
Investigación: debe poseer 
conocimientos en cuanto a 
diseños para investigar, 
metodología y análisis 
estadístico. 
Otros: Se debe destacar un 
entrenamiento especializado en 
regiones estadísticas, métodos 
epidemiológicos, diseño 
experimentales y 
cuasiexperimentales, entre otros. 
 
Zurita y Acosta (s/f citado en Aristizabal y Amar, 2010) afirman que el 
psicólogo forense en su rol profesional puede ejercer funciones de estudio 
que incluyen todo lo relacionado con evaluación, investigación y 
diagnóstico, y por otra parte funciones de tratamiento, es decir, intervención 
psicoterapéutica individual y colectiva, consejería, tratamiento 
´penitenciario, intervención o preventiva y rehabilitación; funciones de 
asesoramiento, que incluyen capacitación, consultoría, evaluación e 
información, mediación, asesoría sobre programas, medidas y 
tratamientos. 
Teniendo en cuenta la descripción de Finol (2006, citado en Aristizabal y 
Amar, 2010), y algunos otros aspectos que se consideran necesarios, a 
continuación, se exponen las principales áreas en las que el psicólogo 
forense puede ejercer sus funciones: 
1. EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO: 
La evaluación psicológica juega un papel fundamental en el proceso de 
toma de decisiones legales debido a la gran variedad de situaciones que 
se enfrentan cotidianamente en distintos ámbitos de la administración 
de justicia. Weiner (2003, citado en Aristizabal y Amar, 2010) señala que 
la evaluación psicológica comprende una variedad de procedimientos 
que son utilizados de distintas formas para lograr diversos propósitos 
en relación con las condiciones psicológicas de los actores jurídicos. 
31 
 
En el contexto clínico terapéutico, los psicólogos cuentan con una serie 
de herramientas para cumplir con los propósitos de diagnóstico y 
tratamiento de trastornos psicológicos. Probablemente el más 
importante de esos métodos es la entrevista clínica, la cual consiste en 
un diálogo con el paciente en el que se explora el estado mental actual, 
experiencias pasadas y metas hacia el futuro. Información adicional que 
permita corroborar el diagnóstico, tal como la que se obtiene a través 
de pruebas psicológicas, puede ser útil para producir una imagen clínica 
del paciente y apoyar decisiones sobre su tratamiento. Así, los 
psicólogos que trabajan en el contexto clínico tradicional están 
entrenados para recopilar y sintetizar datos complejos de diversas 
fuentes. Estos mismos métodos también son útiles en la evaluación 
psicológica forense; sin embargo, la naturaleza del trabajo forense 
puede afectar tanto la confiabilidad del alcance como la forma en que 
estas estrategias son utilizadas (Melton, Petrila, Poythress & Slobogin, 
1997 citados en Aristizabal & Amar, 2010). 
En un estudio realizado por Skeem y Golding (1998, citados en 
Aristizabal y Amar, 2010),con el fin de determinar la habilidad forense 
de una serie de psicólogos clínicos que realizaban labores de 
evaluación forense de una serie de psicólogos clínicos, que realizaban 
labores de evaluación forense solamente de forma esporádica, se pudo 
determinar que aunque estos evaluadores usualmente proporcionaban 
un razonamiento adecuado para sustentar sus conclusiones a nivel 
clínico acerca de la psicopatología de los evaluados, la calidad de sus 
conclusiones más relevantes, a nivel forense, fue muy variable y pobre. 
Los resultados de este estudio sugieren que los «expertos forense 
ocasionales» se basan primariamente en sus habilidades clínicas 
tradicionales y tratan de aplicarlas en las evaluaciones periciales 
forenses. Debido a la carencia de comprensión de los constructos 
legales, los evaluadores se enfocaron principalmente en la evaluación 
de la psicopatología y no de su relación con aspectos de tipo psicolegal. 
32 
 
Por ello se debe tener claro que las evaluaciones psicológicas forenses 
difieren significativamente de las evaluaciones clínicas tradicionales en 
una serie de dimensiones, tales como los objetivos, alcance y producto 
de la evaluación, así como el papel de evaluador y el evaluado (Melton 
et al., 1997 citados en Aristizabal y Amar, 2010). De acuerdo con estos 
autores entre las más importantes se encuentran: 
DIMENSIÓN CONTEXTO CLÍNICO CONTEXTO FORENSE 
Eje Psicodiagnóstico 
Ajuste de Personalidad 
Tratamiento 
Determinado por el sistema 
legal (solo ocasionalmente 
interesan las necesidades 
de tratamiento). 
Importancia de la 
perspectiva del 
evaluado. 
La más importante es 
la perspectiva y visión 
del mundo del 
evaluado. 
La más importante es la 
credibilidad de la 
información (se usan 
fuentes colaterales para 
corroborarlas) 
Voluntariedad Relación usualmente 
voluntaria 
Usualmente ha pedido de 
una autoridad judicial 
Autonomía Evaluado al tanto de 
los objetivos y 
procedimientos de 
evaluación 
Los objetivos de la 
evaluación son usualmente 
intrusivos y restrictivos de 
la autonomía 
Amenazas a la validez Evaluado y evaluador 
buscan una agenda 
común basados en las 
necesidades de 
tratamiento del primero 
Debido a la naturaleza 
relativamente coercitiva de 
la evaluación, existe una 
amenaza de distorsión 
consciente e intencional 
Relación y dinámica Las interacciones 
orientadas al 
tratamiento enfatizan 
en el cuidado, la 
El evaluador tiene una 
posición más desvinculada 
(función principal es más 
adversarial y confrontativa) 
33 
 
confianza y la 
comprensión empática 
para construir una 
alianza terapéutica 
Ritmo y contexto de la 
evaluación 
La evaluación sigue un 
ritmo lento y el 
diagnóstico puede ser 
reconsiderado en el 
curso del tratamiento 
El acceso al evaluado en 
múltiples ocasiones es 
bastante limitado debido a 
factores como tiempo y 
curso 
 
En este sentido, Rogers y Shuman (2000, citados en Aristizabal y Amar, 
2010) han indicado que un evaluador forense competente debe ser 
escéptico, verificar en la medida de lo posible la información que reporta 
directamente el evaluado e integrar los datos obtenidos a través de 
distintos métodos y llegar a conclusiones apropiadas y objetivas, 
aunque no necesariamente terapéuticas. Por lo contrario, el terapeuta 
competente debe ser empático y aprobador. Por esta razón es que los 
estándares éticos de una gran cantidad de organizaciones 
profesionales en Norteamérica no recomiendan involucrarse de forma 
simultánea en los roles de terapeuta y evaluador forense. 
Lo anterior significa que es necesario tener en cuenta las diferencias 
fundamentales entre la evaluación psicológica clínica y la forense, ya 
que clínicos competentes podrían realizar evaluaciones forenses 
simplistas y sesgadas, pues seleccionarían procedimientos que les son 
familiares pero que no son óptimos en la conducción de una evaluación 
forense (Melton et al., 1997 citados en Aristizabal & Amar, 2010). 
Por otra parte, Ackerman (1999 citado en Aristizabal y Amar, 2010) ha 
llamado la atención en relación con el posible conflicto de intereses a 
que podría verse abocado un psicólogo al enfrentar relaciones duales 
en las que, por un lado, tiene la función de terapeuta y, por otro, la de 
evaluador forense. De acuerdo con este autor, este tipo de relaciones 
34 
 
debe evitarse para prevenir daños potenciales a las personas 
involucradas en estas situaciones. 
De igual manera, en la evaluación psicológica forense el evaluado 
puede presentar una motivación obvia para presentar de forma 
deliberada una imagen distorsionada de sí mismos (Goldstein, 2003 
citado en Aristizabal y Amar, 2010). Desde esa perspectiva, la 
recolección de información proveniente de terceras partes, tal como la 
revisión de expedientes médicos, judiciales, penitenciarios, educativos 
o laborales, así como la entrevista a víctimas, testigos o parientes, es 
una característica central de la evaluación forense que la distingue de 
la evaluación terapéutica tradicional (Heilbrun, Warren, Rosenfeld & 
Collins, 1994; Melton et al., 1997 citados en Aristizabal y Amar, 2010). 
Asimismo, debido a las ganancias secundarias de los evaluados al 
distorsionar la respuesta de preguntas de entrevistas o reactivos 
específicos de las pruebas, la información de terceras partes puede ser 
esencial para corroborar o descartar las hipótesis generadas de las 
fuentes tradicionales (Heilbrun, 1992; Melton et al., 1997; Heilbrun, 
Warren & Picarillo, 2003 citado en Aristizabal & Amar, 2010). 
Es claro entonces que, en el ámbito de evaluación psicológica forense, 
la rigurosidad de los procedimientos de evaluación adquiere un 
significado aún más importante. Conforme a lo planteado por Ackerman 
(1999, citado en Aristizabal & Amar, 2010), la recolección de análisis de 
datos es quizás la responsabilidad principal del psicólogo forense. En 
este sentido, recomiendan el uso de los mejores métodos disponibles y 
de su correcta aplicación e interpretación; reportar todos los resultados 
relevantes para el propósito de la evaluación y, al mismo tiempo, evitar 
ir «más allá de los datos» al especular sobre aspectos para los cuales 
no se cuenta con información que los apoye. En la misma línea Gacono 
y otros (2001 citado en Aristizabal y Amar, 2010) han sugerido que los 
psicólogos forenses están éticamente obligados a utilizar una batería de 
instrumentos y múltiples métodos para formarse una opinión sobre el 
evaluado. Además, todas las herramientas de evaluación psicológica 
35 
 
utilizadas en la evaluación forense deben mostrar que poseen 
estándares adecuados estándares de validez y confiabilidad en relación 
con el área en específica en la cual están siendo utilizados. Asimismo, 
ningún puntaje, índice o variable podría ser interpretada de forma 
aislada de la historia, estilo de respuesta y otro tipo de datos del 
evaluado. Nicholson y Norwood (2000 citado en Aristizabal y Amar, 
2010) han subrayado una serie de características de las evaluaciones y 
reportes forenses que ayudan a evaluar su calidad. Entre las más 
importantes se encuentran la adherencia a los estándares éticos por 
parte de los evaluadores, los tipos de fuentes de información 
utilizadas, la selección apropiada de pruebas psicológicas, el uso de 
instrumentos forenses especializados, así como la incorporación de 
información proveniente de terceras partes. Especial importancia 
reviste, desde el punto de vista de estos autores, si se proporcionó 
información en el reporte referente a los hechos clínicos y el 
razonamiento que subyace a la opinión experta en términos de si se 
ofrece información acerca del estado mental del evaluado, sus 
habilidades funcionales legalmente relevantes y la relación entre estos 
dos aspectos. 
2. ASESORAMIENTO 
Un psicólogo forense está en capacidad de orientar y/o asesorar comoexperto a los órganos judiciales en cuestiones propias de su disciplina. 
Así mismo, puede dotar al proceso judicial de unos principios, unas 
técnicas y unos instrumentos psicológicos que permitan una valoración 
más objetiva de la conducta humana y ayude al juez a dictar sentencias 
más acordes con las demandas de los imputados. 
La labor del psicólogo forense, como experto asesor en los procesos 
legales, es un trabajo clínico y diagnóstico en el que emite su juicio 
profesional acerca del estado mental de las personas implicadas de 
alguna manera en el proceso legal pertinente. El informe pericial 
elaborado por el psicólogo forense constituye un documento escrito en 
36 
 
el que este expone sus consideraciones y conclusiones sobre los 
hechos que han sido objeto de pericia. En algunos casos, el/los peritos 
deberán ratificarlo verbalmente en presencia judicial y someterse a las 
aclaraciones de las partes, según lo establecen los artículos 346 y 347 
de la Ley 1194 de 2008 del Código de Procedimiento Civil. 
El psicólogo forense también puede intervenir emitiendo un informe 
clínico. Se trata, por lo general, de casos que ha atendido con ocasión 
de su ejercicio profesional clínico y recibe la solicitud de un informe que 
verifique el tratamiento dispensado y las causas que lo originaron. 
Dentro de las principales temáticas en las que puede brindar asesoría 
un psicólogo forense encontramos: 
Derecho de Familia 
 Custodia de los menores (capacidad de los cónyuges). 
 Establecer régimen de visitas y seguimiento del mismo. 
 Adopción y tutela de menores. 
 Efecto psicológico de la separación o el divorcio. 
 Procesos de nulidad. Privación de patria potestad. 
Derecho Civil 
 Incapacitaciones legales. 
 Internamientos psiquiátricos voluntarios e involuntarios. 
 Capacidad testamentaria e impugnación de testamentos. 
 Valoración de secuelas psicológicas 
Derecho penal 
 Valoración de imputabilidad 
 Trastornos psicopatológicos 
 Toxicomanías 
 Agresiones sexuales 
 Personalidad criminal. 
 Daño moral – secuelas psicológicas 
37 
 
 Situaciones de maltrato 
Derecho laboral 
 Acciones laborales. 
 Psicopatologías laborales (burn out) 
 Situaciones de acoso (mobbing) 
 Incapacidad laboral. 
Psicología relacionada con menores 
 Credibilidad de testimonio. 
 Estado psicológico. 
 Evaluación maltrato. 
 Medidas alternativas a la prisión y su cumplimiento. 
Asesoramiento a profesionales del derecho 
 Reconstrucción de la demanda pericial. 
 Medios de prueba que se debe solicitar. 
 Asesoramiento en la selección del jurado. 
 Procesos intervinientes en la identificación. 
 
3. Intervención 
Diseño y realización de programas para la prevención, tratamiento, 
rehabilitación e integración de los actores jurídicos en la comunidad, en el 
medio penitenciario, tanto a nivel individual como colectivo. Para esto debe 
de haber un manejo de toda la temática de la salud mental y la legislación 
que la rige. 
4. Supervisión 
Esta área incluye, por una parte, entrar y/o seleccionar a profesionales del 
sistema legal (jueces y fiscales, policías, abogadas, personal de 
penitenciarias, etcétera) en contenidos y técnicas psicológicas útiles en su 
trabajo. Por otra parte, incluye todo el trabajo relacionado con la 
38 
 
elaboración con campañas de información social para la comunidad en 
general y la población en riesgo. Propiciar soluciones negociadas a los 
conflictos jurídicos, a través de una intervención mediadora que contribuya 
a paliar y prevenir el daño emocional y social, y presentar una alternativa a 
la vía legal, en la cual los implicados tienen un papel predominante. 
5. Investigación 
Con respeto a la psicología criminológica, las líneas generales de 
investigación han estado centradas en estudios como los de variables de 
personalidad y dentro de ellas las descrita por Eysenck (1991, 1996 citado 
en Aristizabal y Amar, 2010); las escalas de socialización y la búsqueda de 
sensaciones; las variables cognitivas, como la orientación, los valores y las 
habilidades cognitivas de solución de problemas, etcétera. 
Otro campo donde han surgido numerosos estudios ha sido el del 
testimonio. Este es el conjunto de conocimientos que, con base en los 
resultados de las investigaciones de la psicología experimental y la 
psicología social, intentan determinar la calidad (exactitud y credibilidad) de 
los testimonios de los testigos presenciales manifiestan sobre los delitos 
accidentes o sucesos cotidianos. 
Estos ámbitos son los que más desarrollo académico han tenido y mayor 
número de investigaciones han realizado, al contar con el impulso y 
respaldo del sector universitario. 
6. Victimología 
Dussich (1988 citado en Aristizabal y Amar, 2010) sostiene que victimología 
es el estudio científico de las personas que son víctimas de crímenes y 
otras acciones que causan sufrimiento y muerte. En segundo lugar, es el 
estudio científico de los hechos de victimización, entre los cuales se 
incluyen las circunstancias de los casos, por ejemplo, de homicidio, robo, 
violación, secuestro, accidentes, abuso de poder de desastres naturales. Y 
tercero, es el estudio científico acerca de cómo las agencias o los aparatos 
del Estado responde a la identificación de grupos vulnérales en la actividad 
39 
 
de prevención de la violencia, y en casos de victimización (como disminuir 
el sufrimiento y ayudar a las víctimas en su proceso de recuperación con el 
uso de voceros de víctimas, relativamente un nuevo rol dedicado a los 
derechos y los servicios de las victimas). 
Adicional a las etapas que se explicaron anteriormente, Aquino y Graciano 
(2012) de manera general explican que el perito habrá de cubrir actividades 
para clarificar la causa criminal, es de suma importancia especificar cuatro 
aspectos principales en su dictamen: 
• El estado psíquico de la víctima previo al hecho delictivo. 
• El impacto del delito en la víctima (Trauma). 
• La responsabilidad del inculpado en la comisión de la conducta criminal. 
• Las repercusiones en el estado psíquico de la víctima (la existencia o no 
de un trastorno de estrés postraumático o la generación de un trastorno 
secundario). 
Como se observó en los párrafos anteriores las áreas en las que el 
Psicólogo Forense ejerce sus funciones, son sumamente parecidas a las 
funciones que ejercen un Psicólogo Clínico o un Psicólogo Laboral, pero el 
punto de diferencia, aunque es mínimo es importante por los objetivos que 
se tienen y el ámbito Jurídico en el que se encuentra. A continuación, se 
explicará cómo estas funciones son aplicadas en un peritaje psicológico. 
 
1.3.4 Concepto y fases de un peritaje psicológico forense 
Cuando se escucha la palabra peritaje es común que lo primero que se 
viene a la cabeza es algún esquema del ámbito jurídico o que solo un 
criminólogo lo puede elaborar, pero esta idea no es del todo correcta, en 
este segmento se explicará cómo un Psicólogo está capacitado para 
realizar un peritaje y se expondrá cada una de las fases de éste. 
40 
 
Un peritaje psicológico penal es una evaluación psicológica realizada, en 
un proceso penal, con la finalidad de establecer la imputabilidad 
(responsabilidad) de una persona en relación con una o más conductas 
tipificadas como delito. Por tanto, al igual que cualquier tipo de evaluación 
psicológica, deben estar presentes: un evaluador, una persona evaluada, 
instrumentos y/o técnicas de evaluación. Esto que parece de lo más 
elemental no siempre se tiene en cuenta pues se dan casos reales de 
<Peritajes> donde el perito evalúa a un sujeto sin estar presente por 
ejemplo por medio de entrevistas con terceras personas (que en ocasiones 
incluso son parte interesada en el proceso). Esto en realidad no es un 
peritaje sólo un documento más que puede manejar un perito en relación 
al caso, pero siempre debe realizarse el peritaje directamente

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