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Estilos-de-afrontamiento-y-su-relacion-con-la-dependencia-emocional-en-vctimas-de-violencia-en-la-pareja

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA, DIVISiÓN DE ESTUDIOS DE 
POSGRADO 
, ' ~ , 
HOSPITAL PSIQUIATRICO "FRAY BERNARDINO ALVAREZ" 
I 
TESIS: 
Estilos de afrontamiento y su relación con la dependencia 
emocional en víctimas de violencia en la pareja. 
QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN 
PSIQUIATRíA 
Dra. María Rossana Castañeda Mendoza 
TUTORA: 
r si. Aurora Jaimes Medrano Dra. Rosal a O hoa Palacios 
As or Teórico Asesor M odológico 
CIUDAD DE MÉXICO, MARZO 2016 
1 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
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2 
 
 
 
 
TITULO. 
 
 
ESTILOS DE AFRONTAMIENTO Y SU RELACIÓN CON LA DEPENDENCIA 
EMOCIONAL EN VICTIMAS DE VIOLENCIA EN LA PAREJA 
 
INDICE. 
 
1. INTRODUCCIÓN ----------------------------------------------------------------------- 3 
2. ANTECEDENTES ----------------------------------------------------------------------- 5 
3. CRONOGRAMA ------------------------------------------------------------------------- 15 
4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA --------------------------------------------- 15 
5. JUSTIFICACIÓN-------------------------------------------------------------------------- 15 
6. OBJETIVOS ------------------------------------------------------------------------------- 16 
7. HIPOTESIS ------------------------------------------------------------------------------- 16 
8. METODOLOGÍA ------------------------------------------------------------------------ 16 
a. POBLACIÓN 
b. VARIABLES 
c. RECURSOS 
d. LOGÍSTICA 
9. ANÁLISIS ESTADÍSTICO ------------------------------------------------------------ 22 
10. ASPECTOS ÉTICOS ------------------------------------------------------------------- 22 
11. RESULTADOS --------------------------------------------------------------------------- 23 
12. DISCUSIÓN ------------------------------------------------------------------------------ 27 
13. CONCLUSIONES ---------------------------------------------------------------------- 29 
14. BIBLIOGRAFÍA ------------------------------------------------------------------------ 30 
15. ANEXOS ---------------------------------------------------------------------------------- 34 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
1. INTRODUCCIÓN. 
 
 
En el presente trabajo se estudiará la relación que existe entre la violencia de pareja, el 
grado de dependencia emocional y la forma de afrontamiento de las personas que se ven 
involucradas en éste tipo de relaciones, que en muchos de los casos se mantienen unidas por 
la codependencia que se genera en el círculo de violencia-agresor-víctima. 
 
Hasta el momento se conoce que el estrés puede generar acciones a nivel personal, que 
forman parte de un proceso denominado afrontamiento. 
 
El afrontamiento, es producto de un interjuego entre los recursos emocionales y cognitivos 
que poseen las personas y las estrategias que ponen en marcha para abordar aquellas 
situaciones que resultan estresantes. Es importante mencionar que los seres humanos 
tenemos la capacidad de adaptarnos a estas experiencias, utilizando todos los elementos que 
se van desarrollando a través de la experiencia de vida y que funcionan como defensa, para 
enfrentar, reducir el problema y tolerar las demandas internas y externas que genera una 
situación difícil o incluso psicopatológica. 
 
Existen periodos en la vida, como las crisis vitales, en donde los individuos frecuentemente 
logran salir adelante, utilizando nuevas técnicas o habilidades de afrontamiento que se han 
adquirido a través del tiempo, impactando positivamente en sus relaciones, haciéndolas más 
cercanas tanto a nivel familiar como social, generando así un espectro más amplio y 
jerárquico de prioridades y obteniendo al final una visión diferente de la vida. 
 
La gente en general responde de formas muy diversas a una situación estresante, sin 
embargo se sabe que aquellas que responden a las crisis buscando información o tomando 
acciones directas, frecuentemente, aprenden nuevas estrategias para solucionar los 
problemas. Además, cuando las personas aprenden nuevas habilidades, generalmente, 
aumenta su autoconfianza, comienzan a ser más independiente y logran manejar con éxito 
las tareas que inicialmente veían difíciles o imposibles de resolver. 
 
Dentro de las estrategias de afrontamiento existen diferencias marcadas en relación al 
género. Por ejemplo los hombres utilizan más la acción para modificar o manipular el 
problema y en cambio las mujeres tienden a presentar una respuesta emocional la cual 
matizará posteriormente la forma de enfrentar el mismo. 
 
La violencia en la pareja, se considera en la actualidad un problema de salud pública y 
representa una violación de los derechos humanos. Aunque la violencia a la mujer ejercida 
por su pareja varón es la más frecuente respecto a los distintos contextos de violencia, no 
puedo dejar de mencionar que en los últimos años se ha ido incrementando la violencia 
hacia el hombre, sin embargo su denuncia no se da por el proceso cultural en que estamos v 
inmersos y la falta de información hacia las víctimas. 
 
La conducta violenta en la pareja supone el uso de la fuerza para resolver conflictos 
interpersonales en un contexto de desequilibrio de poder. 
 
El círculo de violencia se produce en todos los países, en todas las culturas y en todos los 
niveles sociales sin excepción.Y se define como cualquier comportamiento que dentro de 
una relación íntima o de pareja causa daño físico, psíquico o sexual. 
 
 
4 
 
Otro aspecto importante que se describe detalladamente en éste trabajo es la dependencia 
emocional, la cual puede considerarse como un estado psicológico que puede desarrollarse 
en cualquier tipo de relación y que en la pareja desencadena comportamientos destructivos 
y paradójicos que afectan negativamente la dinámica y en muchos de los casos la 
autoestima, la confianza y el bienestar emocional y físico de los involucrados. 
 
La dependencia emocional, como se verá más adelante es la necesidad afectiva extrema que 
una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja. No obstante, 
su carácter crónico no se basa en la sucesión de dichas relaciones sino en la personalidad de 
estos sujetos; es decir, el dependiente emocional lo es también cuando no tiene pareja, 
aunque esto no sea lo más habitual porque su patología provoca que busque otra 
desesperadamente. De hecho, una de sus características es que no soportan la soledad. 
 
En el presente estudio, se encontró una asociación positiva entre los tipos de afrontamiento 
y la dependencia emocional en víctimas de violencia en la pareja. Además de obtenerse 
resultados similares a lo reportado anteriormente en la literatura con relación a las 
diferencias significativas que existen entre hombres y mujeres y el tipo de afrontamiento 
que presentan. 
 
Una de las limitaciones del presente trabajo, es que no se describe el tipo de violencia 
(agresiones físicas y/o verbales) y su correlación con el estilo de afrontamiento que 
presentan las víctimas. Sin embargo puede ser en un futuro un nuevo proyecto de 
investigación, sobre todo en un país como México, en donde la violencia de pareja se ha 
convertido como se decía anteriormente en un problema de salud pública. 
 
Finalmente,de acuerdo a los resultados obtenidos, podemos afirmar que el complejo 
fenómeno de dependencia emocional que se produce en un sector de las mujeres y hombres 
víctimas de maltrato, puede explicar el comportamiento errático de estos sujetos, los cuales 
van a presentar la mayor parte de las veces estrategias de afrontamiento de tipo pasivo y 
desadaptativo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
 2. ANTECEDENTES 
 
El estrés puede considerarse como un estado producido por una serie de demandas 
inusuales o excesivas que amenazan el bienestar o integridad de una persona (Cassaretto, 
Chanu, Oblitas y Valdez, 2003).6, 51 Actualmente el estrés resulta un tema de interés por la 
manera que afecta cada vez a más personas. En el concepto actual el estrés, el proceso de 
valoración psicológica se produce de dos formas (Lazarus y Folkman, 1986).51 
 
1. Valoración primaria: es un patrón de respuesta inicial, en el cual la persona evalúa la 
situación en base a cuatro modalidades: a. valoración de amenaza, que se presenta cuando 
la persona anticipa un posible peligro; b. valoración de desafío, que se presenta ante una 
valoración de amenaza en la que además existe una posibilidad de ganancia, c. evaluación 
de pérdida, cuando ha habido algún perjuicio o daño como una enfermedad incapacitante, 
un deterioro a la estima propia o haber perdido a algún ser querido; d. valoración de 
beneficio, que no genera reacciones de estrés.51 
 
2. Valoración secundaria: se busca determinar las acciones a realizar para enfrentar el estresor 
y la percepción de las habilidades de afrontamiento.51 
 
La interacción entre la valoración primaria y secundaria determina el grado de estrés, la 
intensidad y la calidad de la respuesta emocional. Las reacciones de estrés se presentan 
agrupadas en tres bloques: fisiológicas, emocionales y cognitivas.51 
 
a. Fisiológicas: Comprenden las respuestas neuroendocrinas y las asociadas al sistema 
nervioso autónomo como aumento de la presión sanguínea, incremento del movimiento 
peristáltico, dilatación de las pupilas, dolor de cabeza, incremento de la respiración, manos 
y pies fríos, sequedad de boca, entre otras (Sandin, 1995).51 
 
b. Emocionales: Abarca las sensaciones subjetivas de malestar emocional como el temor, la 
ansiedad, la excitación, la cólera, la depresión, el miedo y la ira, entre otros (Taylor, 
1999).51 
 
c. Cognitivas: Existen tres tipos de respuestas cognitivas de estrés principales: la 
preocupación, la negación y la pérdida del control, las mismas que se presentan 
acompañadas de bloqueos mentales, pérdida de memoria, sensación de irrealidad, procesos 
disociativos de la mente, entre otros (Sandin, 1995). Estos síntomas afectan el rendimiento 
de la persona y su relación que establezca con los demás. (Cassaretto et, al 2003).51 
 
 
Las fuentes generadoras de estrés son diversas, pueden ser una demanda ambiental, social o interna. 
Asimismo pueden ser hechos positivos o negativos. Sin embargo el grado de la reacción de estrés 
más que depender de estos eventos, dependerá del tipo de pensamientos evolutivos que tenga la 
persona. Un evento negativo no siempre ocasionará malestar, éste se origina cuando las demandas 
impuestas por la situación son valoradas como excedentes a las habilidades para afrontarlas 
(Lazarus y Folkman, 1986).42, 43 
 
El término afrontamiento se basa en el modelo animal que agrupa todos los actos que intentan 
controlar las condiciones adversas del entorno y que disminuyen el grado de perturbación 
psicofisiológica producida por estas condiciones (Lazarus y Folkman, 1984).20 
 
 
 
6 
 
El afrontamiento es entendido como un esfuerzo cognitivo conductual orientado a manejar las 
demandas externas e internas que aparecen y generan estrés. Los estresores presentan como 
características básicas el ser intensos, provocar tendencias incompatibles y ser incontrolables 
(Cassaretto et al., 2003).17, 19, 42 
 
El afrontamiento ayuda a identificar los elementos que intervienen en la relación dada entre 
situaciones de la vida estresantes y síntomas de enfermedad. El afrontamiento actúa como regulador 
de la perturbación emocional. Si es efectivo, no se presentará dicho malestar, en caso contrario, 
podría verse afectada la salud de forma negativa, aumentado el riesgo de mortalidad y morbilidad 
(Cassaretto et al, 2003).17 
 
Existen varios instrumentos generales para medir afrontamiento; no obstante, las investigaciones en 
áreas concretas del comportamiento obtienen mejores resultados en la medida que manejan 
instrumentos más específicos al objeto de investigación. En un estudio de las relaciones de pareja 
(México), se desarrolló un instrumento para medir el afrontamiento denominado Escala de 
Estrategias de Manejo de Conflictos. Arnaldo (2001). Este instrumento fue validado en relación con 
los estilos de comunicación y satisfacción en la pareja (Carrillo, 2004), así como el apoyo social y 
la violencia (Cienfuegos 2011)5, 38 
 
Así mismo, Endler y Parker (1990) plantearon que existen preferencias en el uso de determinadas 
estrategias, independientemente del estresor y a través del análisis factorial de las estrategias de 
afrontamiento medidas por su “inventario multidimensional de afrontamiento” identificaron tres 
dimensiones básicas el “afrontamiento orientado a la tarea, el “afrontamiento orientado a la 
emoción” y el “afrontamiento orientado a la evitación”. Posteriormente en un estudio realizado por 
Roger, Jarvis y Najarian (1993) al modelo anterior le añadieron una cuarta dimensión, denominada 
“separación o independencia afectiva respecto al estresor”.5 
 
Además, si se dirige a modificar la evaluación inicial de la situación, la estrategia de afrontamiento 
tiende a reevaluar el problema. Los esfuerzos cognitivos o comportamentales pueden darse de 
manera activa, pasiva o evitativas: 
a) activa, al movilizar esfuerzos para los distintos tipos de solución de la situación; 
b) pasiva, al basarse en no hacer nada directamente sobre la situación y esperar que cambien las 
condiciones; y 
c) evitativas, intentando evitar o huir de la situación y/o de las consecuencias (Fernández-Abascal y 
Palmero, 1999).5 
 
En relación con las estrategias de afrontamiento, su delimitación conceptual es menos precisa 
debido a las diferentes etiquetas verbales utilizadas, ya que su definición ha estado unida al 
desarrollo de instrumentos de medida de la misma. Revisadas las principales estrategias de 
afrontamiento, la tipología de Meichenbaum y Turk (1982); el” Inventario multidimensional de 
afrontamiento” de Endler y Parker (1990); el “Inventario de tipo de afrontamiento” de Folkman, 
Lazarus, Dunkel-Schetter, de Longis y Gruen (1986); el “Catálogo de afrontamiento” de Schreurs, 
Wilige, Tellegen y Brosschot (1987); el cope o “Estimación de afrontamiento” de Carver, Scheier y 
Weintraub (1989); el “Inventario de estrategias de afrontamiento” de Holroyd y Reynolds (1982); y 
el “Inventario breve de propensión a la enfermedad” de Eysenck (1991).5, 34 
 
Fernández-Abascal (1997) realizó un listado exhaustivo de las diferentes estrategias de 
afrontamiento que han sido definidas en la literatura científica. Se identificaron como tales 18 
estrategias diferentes y se construyó la “Escala de estilos y estrategias de afrontamiento”. Presentó 
en primer lugar los datos descriptivos de las escalas que componen la prueba, las estrategias y 
estilos de afrontamiento.18, 34 
 
 
7 
 
Otros autores que han trabajado los estilos de afrontamiento son Feuerstein, Labbé & Kuczmierczyk 
(1986). Estos autores ordenan las posibles categorías de afrontamiento con base en dos conceptos: 
el método usado y la focalización de las respuestas.Según el método empleado las respuestas 
pueden ser activas o evitativas. En función de la focalización pueden orientarse hacia el problema o 
bien hacia el control de las emociones. A su vez cada una de estas respuestas puede ser de carácter 
conductual o cognoscitivo dando lugar a la combinación de estos tres criterios, formando un total de 
ocho categorías de afrontamiento. Además se afirma que otra variable a tener en cuenta son las 
diferencias culturales, estas se consideran en gran medida como un factor determinante en el tipo de 
estrategia de afrontamiento que el individuo empleará.5, 18, 34 
 
Mechanic (1974), refiere que parte de la perspectiva sociopsicológica suscita también tres 
funciones: enfrentar las demandas sociales del entorno, crear el grado de motivación necesario para 
hacer frente a las demandas y mantener un estado de equilibrio psicológico para poder dirigir la 
energía y los recursos a las demandas externas. 
 
Es de gran importancia resaltar la existencia de variables que pueden influir en las estrategias de 
afrontamiento utilizadas por las personas en situaciones de estrés. Estas variables se denominan 
recursos para el afrontamiento, en los que se encuentran la salud y la energía, las técnicas para la 
resolución de problemas, las habilidades sociales, las condiciones personales y los recursos 
materiales (Lazarus &Folkman, 1986).19 
 
2.1 Estilos de afrontamiento en la pareja 
 
Los conflictos en la pareja constituyen una fuente importante de estrés en adultos. Como elementos 
presentes en el afrontamiento eficaz de un conflicto de pareja, siguiendo a (Goldring, 2004), se 
podrían señalar: 
 
 a). Analizar el conflicto, llegando a la raíz de los desacuerdos e identificando el problema clave, 
 b). Comunicación abierta para clarificar las diferentes perspectivas y comprender el punto de vista 
del otro, 
c). Buscar o generar salidas que permitan lograr un acuerdo entre las partes en conflicto, y que no 
sólo lo resuelvan sino que restauren y mejoren la relación, 
d). Negociar la solución, su evaluación conjunta y vías alternativas en caso de dificultades, 
e). Comprometerse en su implementación y 
f). Ejecutar el plan de acción con las evaluaciones y correcciones planeadas.34 
 
Por el contrario la evitación, falta de comunicación y desconsideración hacia la pareja agudiza los 
conflictos y suele llevar a situaciones de violencia (Díaz y Sánchez, 2002).Un conflicto de pareja 
afrontado de forma inadecuada se cronifica y usualmente lleva a peleas, violencia, distanciamiento 
y desamor. Precisamente la violencia puede definirse como una forma de imponerse en situaciones 
de conflictos vulnerando los derechos o voluntades de la otra parte. Por el contrario un 
afrontamiento eficaz, basado en el diálogo y la negociación, previenen los problemas de violencia y 
preserva el amor (Díaz y Sánchez, 2002).34 
 
Thomas y Kilmann (2009) describen 5 estrategias básicas para manejar los conflictos, incluidos los 
de pareja: colaborar, comprometerse, competir, evitar y acomodarse. Las dos primeras estrategias se 
asocian con cohesión y desarrollo, y las tres últimas con violencia y cronificación de conflictos. 
 
Hay propuestas teóricas que hablan de los círculos de violencia ante los problemas de cohesión y 
convivencia (estresores) que enfrentados de forma inadecuada conducen a dinámicas negativas. 
 
 
8 
 
La violencia ejercida contra la mujer se refiere todo acto, acción o conducta de maltrato basado en 
su género, que tiene como resultado posible, un daño físico, sexual o psicológico. Esto adopta 
numerosas dimensiones y busca someterla en todos los aspectos de su vida; afecta su libertad, 
dignidad, seguridad y su intimidad; es multiforme, pues tiene diferentes características y se 
manifiesta con diversos matices, unas veces interrelacionados y otras recurrentes, ya sea en 
situaciones cotidianas o extraordinarias, y afecta además a personas con quienes ellas mantienen 
ciertos vínculos afectivos.38 
 
Sus manifestaciones en el ámbito de la pareja no se reducen únicamente a los golpes. Comprende 
toda una gama de actos psicológicos, físicos y sexualmente coercitivos, en unas ocasiones 
exclusivos y en otras combinados e intencionales, así como el control, explotación y abuso 
económico practicados por su pareja actual o la de una relación previa. 
 
En primer término, está la violencia física, la cual entraña el uso intencional de la fuerza o de un 
arma para perjudicar la integridad corporal, en un intento de intimidar y controlar a la mujer; se 
produce en diferentes magnitudes, todas potencialmente peligrosas porque pueden ir desde una 
bofetada o empujones hasta lesiones que causan la muerte de la víctima. Según datos de la 
ENDIREG 2011, las casadas o unidas del país agredidas físicamente por su pareja a lo largo de su 
relación ascienden a 2 842 309, es decir, 25.8% de todas las violentadas; aunque cabe destacar que 
este grupo también pudo ser blanco de otro tipo de agresión.3 
 
En el ámbito privado también se cometen agresiones sexuales, sin lugar a dudas una de las prácticas 
más habituales de la violencia de género, y de las menos denunciadas. Este tipo de afectación busca 
el sometimiento de las mujeres a través de la utilización de su cuerpo, atentando contra su libertad 
sexual, y comprenden el contacto abusivo, la presión para que participe en un acto sexual en contra 
de su voluntad y la tentativa o consumación de tales actos. Aunque esta modalidad de violencia es la 
menos reportada en la encuesta de 2011, llama la atención la cantidad de casadas o unidas que han 
sufrido estas experiencias en México, 1 288 793 en total, que representan 11.7% de todas las 
maltratadas a lo largo de su relación conyugal, cifra no excluyente de otros tipos de violencia. 
 
Una forma más de violencia es la económica, que como un medio de dominación entraña negar a 
las mujeres el acceso o control de los recursos monetarios básicos, el chantaje o manipulación 
económica, limitar su capacidad para trabajar, o apropiarse y despojarla de sus bienes. En este 
aspecto, de acuerdo con los datos de la ENDIREG 2011, en el país 56.4% de las casadas o unidas 
han vivido algún episodio de violencia económica, son 6 215 767 quienes probablemente también 
han sido víctimas de otros tipos de agresiones.28, 29 
 
Y, finalmente, la violencia psicológica o emocional en muchas ocasiones más devastadora que la 
física, y consiste en todas aquellas formas insidiosas de tratar a la mujer con el fin de controlarla o 
aislarla, de negarle sus derechos y menoscabar su dignidad, tales como los insultos, menosprecios, 
intimidaciones, imposición de tareas serviles y limitaciones para comunicarse con amigos, 
conocidos y familiares. Las estadísticas muestran que de los cuatro tipos de violencia captadas por 
la ENDIREG 2011, la más representativa es la emocional, pues a nivel nacional son un total de 9 
826 235 las casadas o unidas víctimas de estos abusos por parte de su pareja en el transcurso de su 
relación, es decir, 89.2%, pudiendo estas mismas mujeres haber reportado otros tipos de agresiones. 
La violencia más frecuente contra las mujeres ocurridas en ámbitos privados es la proveniente del 
esposo o pareja. Los datos de la ENDIREG 2011 revelan que en el ámbito nacional la violencia 
familiar afecta a 6.5% de las casadas. Los principales modelos teóricos asumen que la violencia 
hacia las mujeres debido a su pertenencia genérica es una situación de relaciones de poder entre 
sexos manejado desde una perspectiva de sometimiento, y como tal, las normas, costumbres, 
valores y asignación de jerarquías a los roles de género que la sustentan, se refuerzanen todos los 
 
 
9 
 
ámbitos, pero es dentro del seno familiar donde se reproducen y se adquieren durante la infancia. 
De tal manera, los antecedentes al respecto experimentados por la pareja en sus familias de origen sí 
representan un factor de probabilidad para reproducir estructuras similares en los hogares que 
forman.28 
 
 
Dentro de las múltiples consecuencias negativas derivadas de la violencia se encuentran las posibles 
alteraciones de la estabilidad emocional de la mujer, que, además de obstaculizar su desarrollo 
personal, también agudizan su vulnerabilidad. Comúnmente las víctimas de agresiones infligidas 
por su pareja tienen problemas de salud mental, angustia, cuadros de estrés, tristeza o depresión que 
minan su autoestima y las orillan al aislamiento, incluso, esto en ocasiones culmina en 
comportamientos suicidas como una forma de liberarse ante el sufrimiento padecido. Según la 
información de la ENDIREG 2011, en el país, de las mujeres casadas o unidas violentadas por su 
pareja, 8.1% han pensado en quitarse la vida, y de ellas 38.8% lo han intentado por lo menos en una 
ocasión.26, 28, 29 
Se ha intentado clarificar el comportamiento de un grupo determinado de personas víctimas de 
violencia doméstica y de otro grupo de maltratadores, que no necesariamente tiene que coincidir en 
una misma relación. Para ello se ha utilizado un modelo novedoso que recibe el nombre de 
"dependencia emocional", y que se ha propuesto como un trastorno de la personalidad. Se espera 
que la utilización de dicho modelo aporte algo, de luz a fenómenos como la violencia doméstica que 
día a día no dejan de desconcertarnos.7, 8, 9 
La dependencia emocional es la necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra a lo 
largo de sus diferentes relaciones de pareja. No obstante, su carácter crónico no se basa en la 
sucesión de dichas relaciones sino en la personalidad de estos sujetos; es decir, el dependiente 
emocional lo es también cuando no tiene pareja, aunque esto no sea lo más habitual porque su 
patología provoca que busque otra desesperadamente. De hecho, una de sus características es que 
no soportan la soledad.7, 8, 9 
Dos aspectos característicos emergen de la definición: en primer lugar, que la necesidad es excesiva 
y que por tanto no se reduce a la propia de una relación amorosa; en segundo lugar, que dicha 
necesidad es de carácter afectivo y no de otro tipo (pensemos en el clásico "trastorno de la 
personalidad por dependencia", en el que la indecisión y la sensación de inutilidad o desvalimiento 
personal es lo que une a la persona de la cual se depende).33 
Dividiremos estas características en tres áreas: relaciones interpersonales (con especial hincapié en 
las de pareja), autoestima y estado anímico: 
1) Relaciones interpersonales: 
 Tendencia a la exclusividad en las relaciones. Esto se da tanto en las relaciones de pareja 
como en las amistades de estas personas. Esta exclusividad, dentro ya de las relaciones de 
pareja, da a entender que más que cariño hay necesidad hacia el otro, implica una cierta 
falta de construcción personal. 
 Necesitan un acceso constante hacia la persona de la cual dependen emocionalmente. Esto 
se traduce en un agobio asfixiante hacia él o ella con continuas llamadas, mensajes al 
móvil, aferramiento excesivo, deseo de hacer con él o ella cualquier actividad, etc. La 
motivación de este acceso constante es por un lado la necesidad emocional y por otro la 
ansiedad por una posible pérdida del otro. 
 
 
10 
 
 Necesitan excesivamente la aprobación de los demás. De hecho, sondeando en los 
antecedentes patológicos de estos pacientes aparecen en muchas ocasiones historia de 
trastornos de la alimentación. Esto indica el desequilibrio emocional subyacente, su 
autorrechazo y también los deseos de agradar. 
 Ilusión al principio de una relación o cuando conocen a una persona "interesante". Esta 
ilusión tiene mucho de autoengaño. 
 Subordinación en las relaciones de pareja. Es un medio para preservar la relación a toda 
costa, algo que hacen muy bien y que es atrayente para sus parejas por el suministro 
narcisista que les proporciona. Las relaciones de pareja de los dependientes emocionales 
son marcadamente asimétricas, desequilibradas. Uno de sus componentes es el que domina 
claramente en la pareja y el otro (en este caso, el dependiente emocional) sólo se preocupa 
de su bienestar, de hacer lo que su pareja desee, de magnificar y alabar todo lo que hace, de 
ser el objeto de su desprecio narcisista e incluso a veces de su rabia, tanto psíquica como 
física. 
 Idealizan a sus parejas y las escogen con unas características determinadas: ególatras, con 
gran seguridad en sí mismas, frías emocionalmente, etc. El narcisismo de estas personas es 
la contrapartida de la baja autoestima de los dependientes emocionales, por eso se produce 
esta idealización y fascinación. 
 Las relaciones de pareja atenúan su necesidad, pero siguen sin ser felices. De todas maneras 
tampoco esperan serlo porque su existencia es una sucesión de desengaños y no tienen el 
componente esencial del bienestar: quererse a sí mismos. Este componente, por otra parte, 
es fundamental para poder llevar a cabo relaciones de pareja sanas, equilibradas y 
mutuamente gratificantes. 
 Pánico ante la ruptura y gran posibilidad de padecer trastornos mentales en caso de que se 
produzca. De hecho, uno de los dos motivos principales de consulta de los dependientes 
emocionales es el padecimiento de una psicopatología (generalmente, un episodio 
depresivo mayor) tras una ruptura. Este sufrimiento se puede producir con una persona que 
ha hecho la vida imposible o que incluso ha maltratado al dependiente emocional. 
 Tienen un miedo e intolerancia terribles a la soledad, base de su comportamiento ante las 
rupturas, de su necesidad de otra persona, del apego y parasitismo que tienen hacia ella u 
otras personas, etc. Esta intolerancia a la soledad se debe a que la relación del dependiente 
consigo mismo es muy negativa; con otras palabras podemos afirmar que "no se soportan". 
 
 Presentan cierto déficit de habilidades sociales, como falta de asertividad. También destaca 
el egoísmo, fruto de la necesidad patológica que tienen hacia otras personas. La 
exclusividad y el agobio que pueden llevar a cabo también hacia amistades denota 
precisamente ese egoísmo.7, 8, 9 
2) Autoestima: 
 Autoestima y autoconcepto muy bajos. No esperan ni echan a faltar el cariño de sus parejas 
porque tampoco lo sienten hacia sí mismos, y generalmente tampoco lo han tenido de sus 
personas más significativas a lo largo de sus vidas. Podemos afirmar sin temor a 
equivocarnos que así como el miedo a la soledad es uno de los rasgos distintivos de los 
dependientes emocionales, la falta de autoestima es el fundamento de dicho rasgo. El 
autoconcepto es también bajo por simple coherencia con la autoestima, aunque esto en 
 
 
11 
 
ocasiones no es así en tanto pueden desarrollar habilidades a lo largo de su vida en las 
cuales adquieran confianza y seguridad (por ejemplo en el área laboral).7, 8, 9 
3) Estado de ánimo y comorbilidad: 
 Manifiestan estar tristes y preocupados. Antes hemos hablado sobre la sensación de tristeza 
e infelicidad que planea sobre las vidas de los dependientes emocionales; el estado de 
ánimo es por tanto disfórico y con tendencia a las rumiaciones sobre posibles abandonos, 
sobre el futuro de la relación, el miedo a la soledad y qué podrían hacer para mitigarlo, etc. 
En consecuencia, la sintomatología ansiosa también es relevante. Las comorbilidades más 
frecuentes son, por tanto, con trastornos depresivos y ansiosos, y hay que considerar la 
posibilidad de antecedentes de trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia. 
Como síntesis de estas características podemos extraer las que consideramos básicas para la 
dependencia emocional, que deben estar presentes necesariamente para que una persona merezcaeste diagnóstico. Son las siguientes: 
a. Miedo e intolerancia a la soledad. 
b. Historia de relaciones de pareja gravemente desequilibradas, o una única relación que por 
su duración ha ocupado la mayor parte de la vida adulta del sujeto. 
c. Baja autoestima.7, 8, 9 
 
Cabe señalar que además, “la dependencia emocional genera relaciones destructivas” (Echeverría, 
2008, p. 101), y de igual manera “es la responsable del comportamiento del grupo de personas 
víctimas de malos tratos que continúa amando a su pareja” (Castelló 2003; 2009).7, 8, 9 
 
Las investigaciones sobre violencia en la pareja con muestras en las que participan ambos sexos, ya 
sean procedentes de población abierta o de estudiantes universitarios, reportan que la diferencia por 
sexos de violencia en la pareja no es significativa o los promedios de victimización son mayores en 
los hombres, (González y Santana, 2001); Rathus y Feindle, 2004. Precisamente algunos 
investigadores sugieren que las estadísticas oficiales de violencia contra los hombres 
frecuentemente infravaloran el fenómeno social (Álvarez, 2009; Thompson et al., 2006).33 
 
En una sociedad patriarcal, como la latina, la violencia contra el varón es despreciada y de pocos 
países se conocen estudios sobre la violencia especifica de mujeres contra varones, aunque si 
existen. Un estudio realizado en Lima concluyó que, dentro del orden de las emociones y vivencias, 
ambos sexos cuentan con importantes capacidades de agresión, pues la necesidad femenina por 
compensar su desigualdad física frente al varón, las conduce a aumentar su destreza en violencia 
psicológica, asimismo el ser mujer aumenta la probabilidad de usar objetos contundentes o 
punzantes contra la pareja en los casos de violencia (Becerra, Flores y Vázquez, 2009).33 
 
La idea de que el varón podría ser víctima de abuso y violencia doméstica es tan increíble para la 
mayoría de las personas, que muchos hombres ni siquiera intentan divulgar su condición. Si se da a 
conocer la situación, más de uno lo comenta como una novedad o con cinismo y burla, tanto por sus 
pares como por los que investigan la situación. Aún en nuestros días, los mitos y prejuicios 
prevalecen dentro de la sociedad. Se siguen adjudicando características y roles que tanto el hombre 
como la mujer deben desempeñar dentro de las relaciones de pareja: la mujer es el “sexo débil” 
dada a la ternura y la emocionalidad, es vulnerable y necesitada de amparo y protección. El hombre 
es el “sexo fuerte”, el “macho” enérgico, valiente, competitivo, callado, invulnerable a la ternura y 
 
 
12 
 
la emocionalidad, proveedor y protector del más débil. Sin embargo, el hombre también puede ser 
agredido física, psicológica, emocional, económica y hasta sexualmente. Esta problemática que sí 
existe aunque no en el mismo porcentaje alarmante de la víctima mujer, no es nueva, pero en los 
últimos años se está haciendo más evidente. Sin embargo aún no se ha logrado precisar en su real 
magnitud y su intervención como fenómeno social ha sido limitada consciente o inconscientemente, 
por ribetes culturales, religiosos, políticos, económicos. Es además, desconocida por legisladores y 
por la sociedad en su conjunto. La realidad es que en la práctica, no se le considera como violencia, 
se minimiza o se ridiculiza.27, 35 
 
Observamos una escena en la que el marido maltrata a la mujer: sentimos indignación, nos 
incomoda, lo desaprobamos y criticamos. Observamos otra escena en donde la mujer es la que 
maltrata al marido: nos causa gracia, nos reímos y lo aprobamos porque pensamos que el “débil” 
está venciendo al “fuerte”. Sin embargo, no nos damos cuenta de que en ambas escenas, se está 
ejerciendo violencia. Los factores comunes para que el varón víctima no se separe o haga la 
denuncia, son culturales, sociales e individuales y están en estrecha relación con las causas que 
originan este fenómeno.53 
 
Los estereotipos rígidos del varón con lo que se espera de él como “macho” o el temor a las burlas 
hacen que trate de esconder el problema. En ese “esquema social” de proveedor, jefe de familia y 
protector, una denuncia de agresión significaría trastocar los roles establecidos, donde se supone 
que el varón es el que “lleva las pantalones” y en último de los casos el que maltrata es el. Para 
muchos es inadmisible reconocer ante sí mismo y ante los demás la caída de su superioridad. No 
denuncian porque el maltrato de sus esposas o hijos es un duro golpe a su autoestima. Hay 
sentimientos comunes en el hombre maltratado: soledad, sufrimiento, vergüenza, pobre autoestima, 
culpa, inhibición, propensión a la humillación o temor a tomar una decisión. .La soledad que sienten 
es el denominador común, callan, sufren en silencio pues no hablan sobre su situación ni con el 
familiar más cercano ni el amigo de confianza. Su respuesta ante la violencia es quedarse callado y 
aceptar el hecho con resignación o huir momentáneamente de la situación. No es frecuente que un 
hombre exprese sus sentimientos y debilidades y le diga a alguien que está siendo maltratado. “No 
está bien” ver a los hombres lloriqueando o quejándose. Se le ha educado para que reprima sus 
emociones y se comporte como “todo un hombrecito” desde pequeño. Debe ser capaz entonces, de 
soportar y controlar el maltrato si es que se reconoce, pues no existe creencia de que la mujer 
violenta pudiera entrañar peligros potenciales, a pesar de los casos que se reseñan en la prensa 
mundial. La violencia, provenga del hombre o de la mujer, tiene el mismo origen: poder y control 
sobre la relación. Las motivaciones sin embargo pueden ser algo distintas, esposa, concubina, 
amante, pareja ocasional, madre, la violencia puede surgir con el fin de mantener control sobre la 
relación y la vida de la pareja, obtener algún tipo de beneficio económico, cuando se rompe la 
relación, cuando uno de los dos tiene una relación extramarital o cuando la relación extramarital 
pretende la formalidad de la relación.53 
 
Algunos varones piensan que el maltrato emocional y psicológico no es violencia. La violencia 
emocional o psicológica es tanta o más dañina que la violencia física o sexual. Una de las 
características que más resaltan de la violencia o abuso emocional es la sugestión o alienación o el 
“lavado de cerebro” de la víctima. Al igual que las mujeres maltratadas, ellos caen en una relación 
de la que no salen por muchas razones. No es que sean masoquistas. Es que se dan circunstancias 
emocionales que, si no buscan ayuda no pueden salir. Un ejemplo típico es la mujer que amedrenta 
al hombre con no dejarle ver a los hijos, que los esconde o les arruina las visitas. El maltrato 
muchas veces viene acompañado de chantaje y amenazas. Pueden utilizar la justicia de diferentes 
formas. Atacan por todos los frentes difaman, amenazan o inventan el maltrato. Algunas mujeres, al 
no lograr sus objetivos, al enterarse de que el ex marido o la ex pareja tiene novia o en el caso de la 
amante que no logra el objetivo de formalizar su situación o cuando el hombre participa su decisión 
 
 
13 
 
de separarse, lo acusan falsamente y piden una orden de protección. Inclusive hay casos que llegan 
al punto de autoinflingirse daño físico o psicológico, manipulan autoridades, amenazan o 
“molestan” a familiares cercanos, además de otras argucias, con el objeto de lograr sus propósitos. 
Muchas de las características y consecuencias del maltrato, son las mismas que la víctima mujer. 
Sin embargo, a diferencia de ésta, la violencia en el hombre no es tan prolongada ni extrema. A 
pesar de que en ocasiones la mujer puede ejercer algún tipo de violencia física, el hombre no siente 
peligro de daño físico ni temor por su propia seguridad. Tiene además, independencia social y 
económica, que lo hace pensar en que puede encontrar algún tipo de solución. El maltrato más 
común que sufren los hombres es psicológico y sutil, basado en la humillación y la manipulación y 
el económico, a través del engaño,el chantaje, el robo, el endeudarse para que pague el las cuentas, 
etc.3, 27 
 
Las víctimas de violencia psicológica pueden mostrar ansiedad y desasosiego permanente, 
depresión y descontrol emocional, deterioro de la autoestima, dificultades para establecer relaciones 
interpersonales duraderas, disminución de sus posibilidades intelectuales y de su capacidad de 
trabajo e incapacidad para asumirlos cambios de vida de manera apropiada y/o pérdida de deseos e 
interés. Y esto es igual en hombres y mujeres. Aquellas parejas que han construido su mundo 
familiar en base a desigualdades nocivas, suelen vivir rupturas muy traumáticas y dolorosas. El 
daño perdura en el tiempo y potencialmente afecta futuras relaciones, tanto en las víctimas como en 
los hijos. Se “usa” al hijo como instrumento de agresión contra el otro, convirtiéndolo en una de las 
víctimas de los acontecimientos pero no al único dañado, ya que en la privación del rol paternal los 
hombres se ven fuertemente perjudicados. Si algún varón se atreve a denunciar, es probable que 
retire los cargos pues no cuenta con soporte, ni siquiera de su propia familia, ni tampoco con redes 
sociales de apoyo en la comunidad. Existe la presunción de que “No existe mayor afecto que el de 
una madre”, “no hay cuidados más excepcionales que los de la madre”, “nadie quiere a su hijo tanto 
como una madre”, “madre es una sola, padres pueden haber muchos”; exaltando el rol de la mujer 
como madre, a pesar de que en algunos casos no hay concordancia con esta concepción; asimismo, 
se menosprecia y se limita el rol del hombre como padre, al considerarlo solo como un simple 
proveedor. Sin tomar en cuenta los sentimientos del hombre y el amor y la dedicación que el padre 
pueda darle a los hijos. Los hijos parecen ser propiedad natural e indiscutible de la madre. En la 
separación, es a ella a la que le corresponde la potestad todopoderosa de permitir al padre seguir 
siéndolo o convertirse en visita de sus hijos. Comienza entonces una suerte de desautorización y 
supresión de la imagen paterna. Se ahuyenta al padre, se lo elimina del rol y de los afectos de los 
hijos y una vez que desaparece, entonces a menudo se les acusa de estar ausente, de no “visitar” a 
sus hijos y que “los hijos no le importan”.27 
 
Algunos dicen que la mujer se rebeló y reacciona con violencia como respuesta a las agresiones 
recibidas desde hace mucho tiempo. Sin embargo, los estudiosos han informado sobre 
características típicas de mujeres que suelen ejercer violencia en la relación de pareja. Las más 
resaltantes son las siguientes: 
 
Abuso del alcohol 
El abuso del alcohol es la mayor causa de la violencia doméstica, tanto en el hombre como en la 
mujer. Las personas bajo los efectos del alcohol, tienen poco control sobre sus impulsos, fácilmente 
se frustran, malinterpretan cualquier problema. Es muy frecuente que mujeres alcohólicas sean 
violentas en la relación de pareja. 
 
 
Desórdenes psicológicos 
Existen algunos trastornos, especialmente de la personalidad, en que la mujer tiene como 
característica ser abusiva y violenta con el hombre. El trastorno de la personalidad borderline, por 
 
 
14 
 
ejemplo, está asociado a un alto porcentaje de mujeres que ejercen violencia doméstica contra los 
hombres. Este desorden también se asocia con comportamiento suicida, cambios de humor severos, 
mitomanía, problemas sexuales y también puede relacionarse con abuso de alcohol y otras 
sustancias. 
 
Expectativas, presunciones y conclusiones no realistas 
Mujeres abusivas y manipuladoras que con frecuencia tienen falsas expectativas y hacen demandas 
no realistas al hombre. Estas mujeres reiteradamente, tienden a experimentar episodios depresivos, 
ansiedad, frustración e irritabilidad que atribuyen al comportamiento del varón. Culpan al hombre, 
lo hacen responsables de cómo viven su vida o los culpan de hacer que su vida sea miserable, antes 
de admitir su responsabilidad por sus actos y sus propios problemas. Por lo general se niegan a 
entrar a algún tipo de tratamiento y pueden insistir que es la pareja el que lo necesita. En lugar de 
ayudarse a sí mismas, culpan a éste de cómo se sienten y creen que es el quien tiene que hacer algo 
para que ella se sienta mejor. Cuando el hombre no puede hacerlas sentir mejor, se frustran y 
asumen que lo está haciendo a propósito y se quejan del “daño” que le están haciendo 
 
A pesar de una aparente independencia social y económica, el hombre se queda en la relación 
violenta, por los siguientes motivos, según algunos estudios realizados sobre este fenómeno: 
 
Protección de los hijos 
El hombre teme dejar a los hijos con una mujer violenta, pues piensa que de alguna u otra forma 
pueden estar en peligro. 
Por mitos y prejuicios, el hombre por lo general no cuenta con apoyo ni siquiera de su propia 
familia. Puede pensar que con la separación no volverán a ver a los hijos o que la mujer le diga a los 
éstos que es un mal padre o que no los quiere. 
 
Asumen la culpa 
Muchos hombres creen que son culpables o que merecen el trato que reciben. Se culpan de eventos 
que otras personas no asumirían. Se sienten responsables y tienen la idea irracional de que pueden y 
que harán algo que mejore la situación. 
 
Dependencia o temor a la independencia 
El hombre mental, emocional o económicamente dependiente de la mujer abusadora. Hay otros que 
la idea de dejar la relación crea sentimientos de depresión o ansiedad. Son “adictos” el uno hacia el 
otro.4 
 
Poco se sabe acerca de cómo afrontan su situación las mujeres que sufren de violencia familiar. 
Entender su afrontamiento puede darnos la clave de cómo guiarlas y apoyarlas en su esfuerzo ante 
esta situación. 
Considerando lo anterior, surge un gran interés por estudiar y profundizar la relación que existe 
entre el hecho de ser mujer víctima de violencia familiar y el estilo de afrontamiento utilizado, así 
como comparar entre las estrategias de afrontamiento al estrés elegidos por mujeres que 
permanecen en su relación y mujeres que la terminaron. 
 
En México es definida en el Articulo tercer de la Ley Asistencia y Prevención de la Violencia 
Intrafamiliar (LAPVI) para el Distrito Federal expedida el 9 de julio de 1996 como: Aquel acto de 
poder u omisión intencional, recurrente, cíclico, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir 
física, verbal, psico-emocional o sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro o fuera del 
domicilio familiar, que tengan parentesco o que lo hayan tenido por afinidad civil, matrimonio, 
concubinato o mantengan una relación de hecho, y que tiene por efecto causar daño (Cruz, 2006). 
Sin embargo los datos muestran que la violencia la ejerce con más frecuencia el varón de la familia, 
 
 
15 
 
siendo las principales víctimas las mujeres y los niños. En el 75% de los casos son las mujeres las 
víctimas, en el 23% de los casos se presenta violencia entre ambos cónyuges y el 2% hacia los 
varones (Velázquez, 2003).26, 28 
En México, según datos del Instituto de Estadística Geografía e Informática, avalados por el Fondo 
de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el 30.4% de los hogares de nuestro país sufre de 
alguna forma de violencia familiar (Cruz, 2006).29 
 
 
 
3. CRONOGRAMA 
 
 Febrero Marzo Abril Mayo Junio 
Anteproyecto XXX 
Selección de 
pacientes 
 XXX XXX 
Aplicación de 
cuestionario e 
inventario 
 XXX 
Evaluación de los 
resultados 
 XXX 
Análisis estadístico XXX 
Interpretación XXX XXX 
Discusión XXX 
Conclusiones XXX 
 
 
4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
 
¿Cuáles son los estilos de afrontamiento que utilizan las víctimas de violencia y su relación con la 
dependencia emocional? 
 
Surge un gran interés por estudiar y profundizar la relación que existe entre el hecho de ser víctima 
de violencia familiar, el estilo de afrontamiento utilizado, así como comparar entre las estrategias 
de afrontamiento al estrés y la dependencia emocional tanto en hombres comoen mujeres. 
 
Sin embargo, en México poco se sabe de las estrategias de afrontamiento que utilizan las mujeres 
mexicanas y si existe esta relación entre utilizar un afrontamiento enfocado en el problema 
utilizando más recursos de ayuda o bien abandonar a su pareja por esta situación puede estar 
afrontando positivamente el problema. 
 
 5.- JUSTIFICACIÓN: 
 
Considerando estos antecedentes la presente investigación en violencia doméstica se ha centrado 
mucho en el aspecto del ser víctima y en concreto en la mujer golpeada. Cuando se sabe que no es 
un fenómeno unidireccional y la asimetría de poder de género cuentan con apoyo empírico, aunque 
éstos no dejan de ser determinante y relevante. Hay propuestas teóricas que hablan de los círculos 
 
 
16 
 
de violencia ante los problemas de cohesión y convivencia (estresores) que enfrentados de forma 
inadecuada conducen a dinámicas negativas. 
 
Por otro lado, el estudio de los estilos y estrategias de afrontamiento ante situaciones de estrés 
interpersonal es un área de interés fundamental en la salud mental. En este sentido, los estilos y 
estrategias de afrontamiento de los que dispone la persona y que utiliza de forma habitual, pueden 
suponer un facilitador, o un obstáculo, para la interacción con los otros, es decir, para relacionarnos 
de forma efectiva con los demás 
 
Las relaciones de pareja corresponden a una de las relaciones más intensas que se pueden establecer 
entre seres humanos, corresponde al vínculo de mayor significación fuera de la familia de origen. 
 
Por lo anterior es importante realizar una investigación en donde se contemple la relación estrés- 
afrontamiento- emoción y su correlación con la dependencia emocional, situación que podría 
agravar el fenómeno de maltrato. 
 
 
6. OBJETIVOS: 
 
General: 
 a) Asociar los estilos de afrontamiento en las víctimas de violencia de pareja y su relación con la 
dependencia emocional. 
 
 Específicos: 
a) Describir los tipos de afrontamiento en hombres y mujeres víctimas de violencia en la pareja. 
b) Describir los tipos de dependencia emocional, en hombres y mujeres víctimas de violencia en la 
pareja. 
 
7. HIPOTESIS 
 
Se espera que los pacientes que tienen estilos de afrontamiento pasivo o de evitación 
presenten con mayor frecuencia dependencia emocional hacia su agresor, en comparación con 
aquellos que tiene estilos de afrontamiento activo o de tipo resolutivo. 
 
 
8. METODOLOGIA 
 
El presente estudio es transversal descriptivo, comparativo, cuantitativo, no experimental. 
 
a. POBLACIÓN 
b. VARIABLES 
c. RECURSOS 
d. LOGÍSTICA 
 
MATERIAL Y MÉTODOS: 
 
DISEÑO: observacional, transversal, el tipo de muestreo es aleatorio no probabilístico tipo 
incidental. 
 
 
 
 
 
17 
 
POBLACION. 
Los participantes son adultos de 18 a 70 años de edad, de ambos sexos que acudieron a la consulta 
al Centro de Salud Urbano TIII-A Jurisdicción Iztacalco DDF a Consulta Externa de Psiquiatría y al 
Servicio Preventivo a la Atención de la Violencia de Género (SEPAVIGE) de la Ciudad de México. 
 
Criterios de inclusión: 
- Hombres o mujeres de 18 a 70 años de edad 
- Ser víctimas de violencia de género 
- Que sepan leer y escribir y que acepten participar previa información del estudio y 
consentimiento informado. 
Criterios de exclusión: 
- Presentar patología psiquiátrica ya diagnosticada previamente que interfiera con la 
compresión y respuesta de los instrumentos (retraso mental, demencia, intoxicación por 
sustancias) 
 
PROCEDIMIENTO. 
Los sujetos de éste estudio se evaluaron en el servicio de la consulta externa de psiquiatría 
posterior a la primera entrevista de captación en el Servicio Preventivo a la Atención de la Violencia 
de Género. A todos los participantes se les aplicaron una historia clínica estructurada, el Inventario 
de Estrategias de afrontamiento (CSI) y el Cuestionario de Dependencia Emocional (CDE). 
 
a. VARIABLES. 
Variable Definición 
conceptual 
Definición 
operacional 
Escala de 
medición 
Indicador Unidades de 
medida 
Edad Tiempo transcurrido 
a partir del 
nacimiento de un 
individuo 
Años cumplidos Cuantitativa 
continua 
Cuantitativa 
continua 
Años, meses 
Sexo Se refiere a las 
características 
biológicas que 
definen a un ser 
humano como 
hombre o mujer 
Sexo Cualitativa 
nominal 
dicotómica 
Fenotipo Femenino 
Masculino 
Escolaridad Grados o niveles que 
se han aprobado en 
una institución 
educativa 
Nivel escolar Cualitativa ordinal Grado escolar 
referido 
Analfabeta 
Primaria 
Secundaria 
Preparatoria 
Licenciatura 
Posgrado 
Nivel socio-
económico 
Es una medida total 
y sociológica 
combinada de la 
preparación laboral 
de una persona 
Posición 
económica y social 
individual o 
familiar basada en 
sus ingresos 
Cualitativa ordinal Estatus socio- 
económico 
-alto 
-medio 
-bajo 
Dinero 
(moneda) 
Lugar de 
nacimiento 
La entidad federal, 
país o territorio 
donde nació la 
País o Entidad 
Federativa 
Cualitativa Edad reportada Lugar geográfico 
 
 
18 
 
persona, 
empadronada 
Nominal 
Lugar de 
residencia 
Es el lugar 
geográfico donde la 
persona además de 
residir desarrolla sus 
actividades 
familiares, sociales y 
económicas 
País o Entidad 
Federativa 
Cualitativa 
nominal 
Área urbana Dirección 
Estado civil Es la situación de la 
persona física 
determinada por sus 
relaciones de 
familia, provenientes 
del matrimonio o del 
parentesco que 
establece ciertos 
derechos y deberes 
Hacer vínculos 
personales con 
otro individuo de 
otro sexo. 
Si tiene o no tiene 
pareja 
Cualitativa 
nominal 
Si tiene pareja o no 
tiene pareja 
Soltero (a) 
Casado (a) 
Unión libre 
Divorciado (a) 
Viudo (a) 
Ocupación La acción o función 
que se desempeña 
para ganar el 
sustento que 
generalmente 
requiere 
conocimientos 
especializados 
Trabajo asalariado 
al servicio de un 
empleador 
Cualitativa 
nominal 
A que se dedica Obrero 
Burócrata Trabaja 
por su cuenta, etc. 
Violencia Es un 
comportamiento 
deliberado, que 
provoca, o puede 
provocar, daño físico 
o psicológico a otros 
seres, y se asocia, 
aunque no 
necesariamente con 
la agresión física 
Violencia Cualitativa 
nominal 
Si se presenta o no Física 
Sexual 
Económica 
Psicológica o 
Emocional 
Violencia física Se refiere a todo 
acto de agresión 
intencional en que se 
utiliza alguna parte 
del cuerpo, algún 
objeto, arma o 
sustancia para 
sujetar, inmovilizar 
o causar daño, 
permanente o 
temporal, de parte 
del agresor 
 Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
Violencia sexual Toda forma de 
conducta, 
consistente en un 
acto u omisión, 
ocasionales o 
reiterados y cuya 
forma de expresión 
incluye, inducir a la 
realización de la 
práctica sexual no 
deseada. 
 
 Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
Violencia 
Económica 
Forma de agresión 
con el fin de 
controlar tanto el 
 Cualitativa 
nominal 
 Presente 
 
 
19 
 
flujo de recursos 
monetarios que 
ingresan al hogar, o 
bien la forma en que 
dicho ingreso se 
gasta 
Ausente 
Violencia 
emocional y/o 
psicológica 
 Se refiere a formas 
de agresión reiterada 
que no inciden 
directamente en el 
cuerpo, pero si en su 
psique 
(comparaciones 
ofensivas, 
humillaciones, 
encierros, 
prohibiciones, 
coacciones, insultos, 
etc.) 
 Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
Resolución de 
problemas 
Estrategias 
cognitivas y 
conductuales 
encaminadas a 
eliminar el estrés 
modificando la 
situación que lo 
produce 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales, las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
Restructuración 
cognitiva 
Estrategias 
cognitivas que 
modifican el 
significado de la 
situación estresante 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, lashabilidades 
sociales y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
Apoyo social Estrategias 
referidas a la 
búsqueda de 
apoyo emocional 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la 
salud y la 
energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
Expresión 
emocional 
Estrategias 
encaminadas a 
liberar las 
emociones que 
acontecen en los 
procesos de estrés 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
Ausente 
 
 
20 
 
 
Es de gran importancia resaltar la existencia de variables que puedan influir en las estrategias de 
afrontamiento utilizadas por las personas en situación de estrés. Estas variables se denominan 
recursos para el afrontamiento en los que se encuentran la salud y la energía, las técnicas para la 
resolución de problemas, las habilidades sociales, las condiciones personales y los recursos 
materiales. 
 
La salud y la energía se hallan entre los recursos más generalizados de los relevantes en el 
afrontamiento de muchas, si no de todas, las situaciones estresantes. Una persona frágil, enferma, 
cansada o débil tiene menos energía que aportar al proceso de afrontamiento que otra saludable. El 
importante papel desempeñado por el bienestar físico se hace particularmente relevante cuando hay 
que resistir problemas e interacciones estresantes que exigen una movilización importante. 
Verse a uno mismo positivamente puede considerarse también un importante recurso psicológico de 
afrontamiento. 
 
 
Evitación de 
problemas 
Estrategias que 
incluyen la negación 
y evitación de 
pensamientos o 
actos relacionados 
con el 
acontecimiento 
estresante 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
 
Ausente 
Pensamiento 
desiderativo 
Estrategias 
cognitivas que 
refuerzan el deseo de 
que la realidad no 
fuera estresante 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales, y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
 
Ausente 
Retirada social Estrategias de 
retirada de amigos, 
familiares, 
compañeros y 
personas 
significativas 
asociadas con la 
reacción emocional 
en el proceso 
estresante. 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
 
Ausente 
Autocrítica Estrategias basadas 
en la 
autoinculpación y la 
autocrítica por la 
ocurrencia de la 
situación estresante 
o su inadecuado 
manejo 
Recursos para el 
afrontamiento en 
los que se 
encuentran la salud 
y la energía, las 
técnicas para la 
resolución de 
problemas, las 
habilidades 
sociales y las 
condiciones 
personales 
Cualitativa 
nominal 
 Presente 
 
Ausente 
 
 
21 
 
Instrumentos: 
Se emplearán en el estudio instrumentos, un cuestionario de Datos Sociodemográficos elaborado 
específicamente para el estudio en el que se preguntara a los participantes edad, sexo, grado de 
estudios, lugar de nacimiento y residencia, estado civil, ocupación, si cohabitan con las familiares 
de origen, cuánto tiempo lleva con su actual pareja, nivel socioeconómico. 
 
Inventario de Estrategias de Afrontamiento. (CSI): 
En la versión española de Otero, Luengo, Romero, Gómez y Castro (1998), instrumento diseñado a 
partir del inventario de Folkman y Lazarus (1980), como un cuestionario de 40 ítems que mide el 
grado de utilización de estrategias de afrontamiento, diferenciando entre estrategias de 
afrontamiento activo o dirigidas a la acción (resolución de problemas, reestructuración cognitiva, 
expresión de emociones y apoyo social), y estrategias de afrontamiento pasivo o no dirigidas a la 
acción (evitación de problemas, pensamientos ansiosos, autocrítica y retirada social), con un 
formato de respuesta tipo Likert de cinco intervalos (desde “nunca utilizada” a “siempre utilizada”). 
Se aplicó un nuevo análisis factorial y de esta forma se consiguió menor número y mayor 
representatividad de los ítems, así como mayor homogeneidad en los factores. 
Se factorizo los 40 ítems resultantes, obteniendo la definitiva solución de ocho factores, que 
consiguió una explicación del 61% de la varianza. Y los coeficientes de fiabilidad alfa de Cronbach, 
todos ellos son muy elevados. Análisis factorial (componentes principales y rotación varimax9 y se 
solicitaron 8 factores. Las alfas fluctuaron .70 y .86, siendo el promedio de .8125 
 
 
Se muestra en la siguiente tabla: 
Comparativa de datos psicométricos del CSI 
Estudio actual Tobin et al. 
Ítems Var. Alfa Ítems Var. Alfa 
 
Cuestionario de Dependencia Emocional. (CDE): 
Aplicado en población mexicana y elaborado por Méndez, A. Favila, M., Valencia, A. & Díaz-
Loving (2010). El cuestionario está conformado por 10 reactivos agrupados en 2 factores: ansiedad 
por separación y expresiones límite respectivamente, cuya varianza explicada fue de 62.58%, con 
Resolución de 
problemas 
5 9% 0,86 9 5% 0,82 Luché para resolver el 
problema 
Autocrítica 5 9% 0,89 9 12% 0,94 Me culpé a mí mismo 
Expresión emocional 5 8% 0,84 9 6% 0,89 Dejé salir mis 
sentimientos para 
reducir el estrés 
Pensamiento 
desiderativo 
5 8% 0,78 9 4% 0,78 Deseé que la 
situación nunca 
hubiera empezado 
Apoyo social 5 8% 0,80 9 6% 0,89 Encontré a alguien 
que escucho mi 
problema 
Restructuración 
cognitiva 
5 7% 0,80 9 3% 0,83 Repasé el problema 
una y otra vez en mi 
mente y al final vi las 
cosas de una forma 
diferente 
Evitación de problemas 5 6% 0,63 9 7% 0,72 No dejé que me 
afectara; evité pensar 
en ello demasiado 
Retirada social 5 5% 0,65 9 4% 0,81 Pasé algún tiempo 
solo 
Total 40 60% 72 47% 
 
 
22 
 
una confiabilidad interna de 0,90 y un indicador de autoestima con 2 reactivos y un reactivo suelto 
de búsqueda de atención. 
El CDE es autoaplicable, cada reactivo fue valorado bajo una escala de tipo Likert de seis puntos 
que va desde uno (completamente falso de mi) hasta seis (me describe perfectamente). 
La adaptación y el análisis de las propiedades psicométricas del CDE permiten a los profesionales 
de la salud mental contar con un instrumento confiable en nuestro país para detectar a individuos 
que presentan dependencia emocional. 
 
9. ANÁLISIS ESTADÍSTICO 
 
Se realizó un análisis descriptivo de todos los datos sociodemográficos y de las estrategias de 
afrontamiento, en forma de porcentajes para variables nominales y medidas de tendencia central y 
de dispersión para las variables cuantitativas. 
 
Para comparar las variables cuantitativas entre hombres y mujeres (factores de las estrategias de 
afrontamiento) se utilizó la prueba T de student para muestras independientes, previo análisis de 
normalidad. 
 
Para buscar asociación entre las estrategias de afrontamiento y los factores de dependencia 
emocional se utilizó la correlación de Pearson, el cual es un índice que mide la relación lineal entre 
dos variables aleatorias cuantitativas. El análisis se llevó a cabo con el programa SPSS versión 17. 
 
10. ASPECTOS ÉTICOS 
 
De acuerdo al Artículo 17, Título II Capítulo I del Reglamento de la Ley General de Salud en 
Materia de Investigación para la Salud, de los Aspectos Éticos de la Investigación en Seres 
Humanos, se considera un estudio de sin riesgo, debido a que sólo se aplicaran dos cuestionarios y 
no se realizará ningún otro procedimiento.Es probable que no haya un beneficio directo para el participante, pero los resultados permitirán 
realizar una intervención oportuna para un mejor tratamiento que impacte directamente en 
intervenciones terapéuticas en los pacientes que son víctimas de violencia. 
 
Confidencialidad 
En el estudio todos los datos que se obtengan durante la participación de los sujetos de estudio se 
mantendrán como confidenciales de acuerdo a lo que dictan las buenas prácticas clínicas. Sólo el 
personal autorizado, y que participe en el proyecto tendrá acceso a los datos, así como autoridades 
de los Comités de Ética, Investigación, docencia ;para la captura y procesamiento de la 
información, nadie más podrá tener acceso a ellos a menos de que el paciente decida lo contario. 
Los datos obtenidos se utilizarán sin indicar nombre, teléfono o dirección (se asignará un número) y 
se emplearán para evaluar el estudio, o para la participación en Congresos o cuando los datos sean 
publicados, pero nunca se dará información que pueda revelar su identidad. El número asignado es 
el que se utilizará en lugar del nombre en nuestra base de datos. 
Si el paciente tuviera alguna pregunta o duda relacionada con el estudio, podrá ponerse en contacto 
con la investigadora principal Dra. María Rossana Castañeda Mendoza (Servicio de Psiquiatría) del 
Centro de Salud TIII-A, tel. 56579690 de 8 a 14 hrs de lunes a viernes o al teléfono cell 044 55 
27611477 
 
 
 
 
 
 
23 
 
11. RESULTADOS 
 
Características descriptivas 
 
Tabla 1. Características sociodemográficas (n= 225) 
___________________________________________________ 
Sexo 
 Masculino 49 (21.7%) 
 Femenino 176 (77.9%) 
Edad 
 Masculino 41.02 ± 16.738 
 Femenino 40.57 ± 16.311 
Estado civil 
 Solteros 73 (32.3%) 
 Casados 68 (30.1%) 
 Divorciados 13 (5.8%) 
 Viudos 14 (6.2%) 
 Unión libre 39 (17.3%) 
Escolaridad 
 Primaria 33 (14.6%) 
 Secundaria 70 (31.1%) 
 Licenciatura 49 (21.8%) 
 Posgrado 3 (0.9%) 
Ocupación 
 Estudiantes 24 (10.6%) 
 Trabajadores 53 (23.5%) 
 Estudiantes y trabajadores 15 (6.6% ) 
 Desempleados 11 (4.9% ) 
 Dedicados al hogar 55 (24.3%) 
 Dedicados al hogar y 
 Empleados 67 (29.6%) 
 
 
 
 
De la muestra total, el 73% habían tenido una pareja anterior y en la actualidad, sólo el 60.6 % tenía 
pareja. Se encontró que los hombres tenían mayor número de parejas anteriores 2.06 ± 1.91, con 
respecto a las mujeres es 1.61± 2.209, sin embargo la diferencia no fue significativa (p=.847). 
 
En relación a la presencia de violencia en relaciones anteriores de pareja 198 (87.6%) reportaron 
haber sido víctimas de violencia. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 
Tabla 2. Estrategias de afrontamiento en hombres y mujeres víctimas de violencia 
 
 
Análisis comparativo entre hombres y mujeres 
Dentro de los resultados del CSI, se encontraron diferencias significativas en el factor 3 (expresión 
emocional) p= 0.003 y en el factor 5 (apoyo social). En la tabla 3 se muestran los resultados. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Factores 
Primarios 
 Media n Riesgo 
Factor 1 
Resolución de 
problemas 
2.09 ± .99 
20 
 
8.8% 
Factor 2 
Autocrítica 
2.38 ± 1.08 
25 
 
11.1% 
Factor 3 
Expresión emocional 
1.81 ± .873 
49 
 
21.7% 
Factor 4 
Pensamiento 
desiderativo 
2.85 ±1.054 
70 
 
31.1% 
Factor 5 
Apoyo social 
1.34 ± .887 
 
 
6 
 
2.6% 
Factor 6 
Restructuración 
cognitiva 
1.53 ± .977 
6 
 
2.6% 
Factor 7 
Evitación del problema 
1.46± .876 
6 
 
 
2.6% 
Factor 8 
Retirada social 
1.80 ± .838 
 
 
 
8 
 
3.6% 
 
Factores 
secundarios 
Manejo inadecuado 
centrado en el 
problema 
 
4.33 ± 1.261 
 
36 
 
16% 
Manejo adecuado 
centrado en el 
problema 
 
3.68 ± 1.531 
 
8 
 
3.5% 
Manejo adecuado 
centrado en la emoción 
 
3.15 ± 1.506 
 
20 
 
8.8% 
Manejo inadecuado 
centrado en la emoción 
 
4.11 ± 1.472 
 
7 
 
3.1% 
Factor terciario 
Afrontamiento 
pasivo y 
desadaptativo 
 
Manejo inadecuado de 
la situación estresante 
 
 
7.2 ± 1.24 
 
 
160 
 
 
71% 
 
 
25 
 
Tabla 3. Descripción de los tipos de afrontamiento de hombres y mujeres víctimas de violencia 
*p<0.05 DS= desviación estándar 
 
Dependencia emocional 
 
Con respecto a la dependencia emocional (CDE) la media fue 24.43 ± 7.285, con un puntaje 
máximo de 36 y un mínimo de 9. Treinta y nueve sujetos (17.3%) obtuvieron una puntuación total 
que los pone en riesgo de desarrollar relaciones desequilibradas o destructivas. 
En relación a la presencia de los factores se obtuvo: 
 
Factores Media % 
Ansiedad por separación 2.88 ± .928 19.5 
Expresiones límite 2.24 ± .878 8.4 
 
En cuanto a la interpretación de los datos de los instrumentos aplicados se encontró que en la 
muestra más de la mitad de los sujetos presentaban estrategias de afrontamiento inadecuado (71%), 
con presencia de autocrítica, autoinculpándose por la situación estresante y su forma de contender 
con dicha situación y pensamiento desiderativo, realizando estrategias cognitivas que reflejan el 
deseo de que la realidad no sea estresante. 
 
De acuerdo a lo encontrado en el CDE una quinta parte de la muestra total presenta ansiedad por 
separación, es decir una fuerte relación con el apego ansioso, lo que genera y refuerza las pautas 
interpersonales de dependencia. Y menos del 10% de los sujetos presentó expresiones límite, en 
donde se evidencian los impulsos de autoagresión, siendo estrategias de aferramiento que presentan 
uno o ambos miembros de una relación para evitar la pérdida. 
 
En el CDE se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en el factor 1 
(ansiedad por separación) p= 0.002, y en el puntaje total p=0.001, siendo los hombres los que 
presentaron mayor ansiedad por separación hacia sus parejas y obtuvieron una calificación mayor 
en el instrumento realizado; sin embargo en el factor 2 (expresiones límite) no se observaron 
diferencias entre los grupos p=0.185 (Gráfico 1) 
Resultados en instrumentos 
de evaluación 
Hombres Mujeres 
Media DS Media DS P 
Factor 1 Resolución de 
problemas 
2.02 ±1.145 2.11 ±.953 0.62 
Factor 2 Autocrítica 2.49 ±1.023 2.35 ±1.01 0.41 
Factor 3 Expresión 
emocional 
1.49 ±.794 1.90 ±.876 0.003* 
Factor 4 Pensamiento 
desiderativo 
2.65 ±1.032 2.90 ±1.057 0.13 
Factor 5 Apoyo social 1.14 ±.764 1.39 ±.913 0.05* 
Factor 6 Restructuración 
cognitiva 
1.55 ±1.001 1.53 ±.974 0.88 
Factor 7 Evitación de 
problemas 
1.45 ±.818 1.47 ±.894 0.90 
Factor 8 Retirada social 1.78 ±.771 1.81 ±.858 0.77 
 
 
26 
 
 
0
20
40
60
80
Factor 1 Ansiedad
por separación
Factor 2
Expresiones al
límite
Puntaje total ẋ
Mujeres 75 21 23.65
Hombres 31 17 27.22
N
ú
m
e
ro
 d
e
 s
u
je
to
s
Gráfico 1. Tipos de dependencia emocional en 
hombres y mujeres víctimas de violencia de pareja 
 
Tiposde afrontamiento y dependencia emocional entre hombres y mujeres. 
Se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en relación al puntaje total de 
CSI y el CDE; en el CSI los hombres presentaron un promedio de 273.08 ± 21.269 y en las mujeres 
164.10± 53.36 (p=.001) y en el CDE los hombres obtuvieron una media de 27.22± 6.101 y las 
mujeres 23.65± 7.41 (p=.000). Esto sugiere que aquellos hombres que son víctimas de violencia de 
género tendrán estrategias de afrontamiento de tipo desadaptativo, además de presentar un mayor 
grado de dependencia emocional hacia sus parejas, generando relaciones de tipo autodestructivo 
con excesivas demandas afectivas, la necesidad imperiosa de tener al otro y el miedo intenso al 
abandono. 
 
 
Tabla 4. Asociación entre las estrategias de afrontamiento y la dependencia emocional en 
relación al género 
*p=0.05 
 
En relación a lo anterior se puede observar que los pacientes que presentaron un manejo inadecuado 
del estrés, con presencia de autocrítica tienen una correlación positiva con la presencia de ansiedad 
por separación, es decir a mayor grado de autocrítica los pacientes tienen mayor ansiedad ante la 
ausencia de la pareja (r=.133,p=0.47), y aquellos pacientes que presentaron evitación de problemas, 
que se traducen en estrategias que incluyen la negación y la evitación de pensamientos o actos 
relacionados con el acontecimiento estresante, tuvieron una correlación directa con las expresiones 
límite (r=.165, p=0.013). (tabla 4) 
 
Se encontró en un análisis de regresión lineal, diferencias estadísticamente significativas entre el 
manejo adecuado y el puntaje total del CDE (t= -2.304, p=0.22), y el manejo inadecuado y el 
mismo puntaje (t=2.706, p=.007), lo que sugiere que aquellos pacientes que presentan un 
afrontamiento pasivo y desadaptativo de la situación estresante, es decir que son víctimas de 
 Resolución 
de 
problemas 
Autocrítica Expresión 
emocional 
Pensamiento 
desiderativo 
Apoyo 
social 
Restructuración 
cognitiva 
Evitación 
de 
problemas 
Retirada 
social 
Ansiedad 
por 
separación 
-.114 .133 * -.099 .073 -1.10 .049 .082 .011 
Expresiones 
límite 
-.085 .069 -.081 -.014 .041 .118 .165* .075 
 
 
27 
 
violencia en la pareja, tendrán un mayor grado de dependencia emocional en sus relaciones que 
aquellos que presentan esfuerzos activos y adaptativos que buscan compensar la situación 
generadora de estrés. 
 
 
12. DISCUSIÓN. 
 
En éste estudio se encontró una asociación positiva entre los tipos de afrontamiento y la 
dependencia emocional en víctimas de violencia en la pareja. 
 
En los hombres se encontró que la autocrítica, estrategia basada en autoinculparse, el manejo 
inadecuado de expresiones, la baja autoestima y la realización de acciones temerarias en donde se 
pone en riesgo la vida o la autodestrucción ante el abandono; son el tipo de estrategias utilizadas en 
ésta población. 
 
Por otro lado, en las mujeres se encontró presencia de pensamiento desiderativo, miedo excesivo al 
abandono, soledad y tendencia a aferrarse a la pareja, con gran dependencia emocional hacia la 
misma generando relaciones destructivas así como un inadecuado manejo centrado en las 
emociones. 
 
Otros factores a nivel sociodemográfico que demostraron tener una asociación importante en las 
víctimas de violencia en la pareja fueron: baja escolaridad, falta de un compromiso establecido, 
problemas económicos, desempleo, tener responsabilidades duplicadas tanto en el hogar como a 
nivel laboral, uniones anteriores fallidas y el antecedente de violencia con parejas anteriores. 
 
 
Estos resultados son consistentes con lo que plantean Cohen, Sherrod y Clark (1986) y Folkman, 
Lazarus, Dunkel- Schetter, Delongis, y Gruen, (1986). Los autores afirman que los hombres se 
caracterizan por usar más frecuentemente que las mujeres dos tipos de estrategias de afrontamiento 
como son ignorar el problema y la distracción física; lo que concuerda con los resultados obtenidos 
en esta investigación. Esto indica que los varones tienden a negar la existencia de los problemas y 
buscan sentirse mejor y distraerse realizando actividades deportivas. 
 
El apoyo espiritual, estrategia utilizada tanto en hombres como en mujeres resulta coincidente con 
los hallazgos de Compas, Malcarne y Fondacaro (1988), refiriéndose que las mujeres suelen acudir 
a la religión cuando experimentan conflictos y utilizan afrontamientos centrados en regular las 
emociones en relación con los demás. 
 
En términos generales, la mayoría de los factores obtenidos son consistentes con las dimensiones 
que se han venido señalando en la literatura sobre las estrategias de afrontamiento. Siendo los 
factores 3 (Expresión emocional, dejé salir mis sentimientos para reducir el estrés), factor 4 
(Pensamiento desiderativo, deseé que la situación nunca hubiera empezado) y factor 2 (Autocrítica, 
me culpé a mí mismo) los que predominaron en la muestra de éste estudio. 
 
Dentro de los factores secundarios o escalas secundarias se encontró que el factor que presentó 
mayor riesgo en la población total fue el (manejo inadecuado centrado en el problema); y 
el factor secundario (manejo inadecuado centrado en la emoción) presentó una puntuación de 
riesgo. 
 
En relación a los factores terciarios, presentaron un manejo inadecuado de la situación estresante, 
que sugiere un afrontamiento pasivo y desadaptativo 
 
 
28 
 
 
Los resultados obtenidos han mostrado diferencias en las estrategias de afrontamiento utilizadas por 
los sujetos en cada una de las condiciones de evaluación (situación de estrés general e interpersonal) 
propuestas, que han resultado significativas en las escalas primarias, pero no para las escalas 
secundarias o terciarias. Estos resultados suponen un apoyo a la propuesta de considerar los 
conceptos de estrategias y estilos de afrontamiento como complementarios, (Pelechano, 2000), en el 
sentido de que los sujetos modifican sus estrategias en función de la situación. 
 
En cuanto a la interpretación de los datos de los instrumentos aplicados se encontró que en la 
muestra más de la mitad de los sujetos presentaban estrategias de afrontamiento inadecuado, con 
presencia de autocrítica, autoinculpándose por la situación estresante y su forma de contender con 
dicha situación y pensamiento desiderativo, realizando estrategias cognitivas que reflejan el deseo 
de que la realidad no sea estresante. 
 
Con respecto a la dependencia emocional (CDE), se obtuvieron puntuaciones totales que los ponen 
en riesgo de desarrollar relaciones desequilibradas o destructivas. 
Así mismo, se encontró que en el (CDE), una quinta parte de la muestra total presentó ansiedad por 
separación, es decir una fuerte relación con el apego ansioso, lo que genera y refuerza las pautas 
interpersonales de dependencia. Y menos de los sujetos presentó expresiones límite, en donde se 
evidencian los impulsos de autoagresión, siendo estrategias de aferramiento que presentan uno o 
ambos miembros de una relación para evitar la pérdida. 
 
De acuerdo a los resultados obtenidos en la presente investigación, los datos indican que existen 
diferencias significativas entre varones y mujeres en relación a la utilización de las estrategias de 
afrontamiento buscar apoyo social y preocuparse. 
 
Las mujeres tienden a compartir sus problemas, a buscar más apoyo en la resolución de los mismos, 
a preocuparse y a temer por el futuro en mayor medida que los varones. Buscar soporte en personas 
e instituciones cuando se experimentan situaciones de tensión se ha considerado una forma positiva 
y adaptativa de afrontar los problemas, puesto que esto implica el manejo directo del problema 
a través de la orientación que otros puedan proveer, y el control de las emociones negativas 
generadas por éste (Cohen y Wills, 1985). 
 
 En general, puede considerarse que el apoyo social está relacionado con la salud y el

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