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1 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO “DR. EDUARDO LICEAGA” “EXPERIENCIA EN EL MANEJO DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO” T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE ESPECIALISTA EN CIRUGÍA GENERAL P R E S E N T A : GOPAR OCHOA CLARA VERÓNICA DR. CESAR ATHIE GUTIÉRREZ PROFESOR TITULAR DEL CURSO DE ESPECIALIZACIÓN EN CIRUGÍA GENERAL DR. LUIS MAURICIO HURTADO LÓPEZ JEFE DEL SERVICIO DE CIRUGÍA GENERAL DR. OSCAR CHAPA AZUELA JEFE DEL SERVICIO DE CLÍNICA DE PÁNCREAS DEL HGM MÉXICO D.F. SEPTIEMBRE 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 EXPERIENCIA EN EL MANEJO DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO ÍNDICE I. RESUMEN II. INTRODUCCIÓN III. MARCO TEÓRICO IV. NEOPLASIAS QUÍSTICAS DEL PÁNCREAS (GENERALIDADES) V. NEOPLASIA QUÍSTICA SEROSA VI. NEOPLASIA QUÍSTICA MUCINOSA VII. NEOPLASIA QUÍSTICA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSA VIII. NEOPLASIA SÓLIDA-QUÍSTICA SEUDOPAPILAR IX. QUISTE LINFOEPITELIAL DE PÁNCREAS X. MÉTODOS DE IMAGEN UTILIZADOS EN EL DIAGNÓSTICO DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS XI. ULTRASONIDO ABDOMINAL XII. TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTADA XIII. RESONANCIA MAGNÉTICA YCOLANGIO-RESONANCIA MAGNÉTICA XIV. PET-CT XV. CPRE XVI. ULTRASONIDO ENDOSCÓPICO / BAAF GUIADA POR USE. XVII. ABORDAJE DIAGNÓSTICO Y TERAPÉUTICO DE ACUERDO AL CONSENSO INTERNACIONAL 2012. XVIII. CONTROVERSIAS SOBRE EL CONSENSO INTERNACIONAL 2012 XIX. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA XX. JUSTIFICACIÓN XXI. OBJETIVO XXII. HIPÓTESIS XXIII. DISEÑO DEL ESTUDIO Y METODOLOGÍA XXIV. RESULTADOS XXV. DISCUSIÓN DE RESULTADOS XXVI. CONCLUSIONES XXVII. BIBLIOGRAFÍA 3 EXPERIENCIA EN EL MANEJO DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS EN EL HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO. I. RESUMEN Los quistes de páncreas son lesiones con baja prevalencia, cuya caracterización inicia apenas hace unos 30 años con el desarrollo tecnológico de los métodos de imagen, que han permitido establecer un diagnóstico diferencial entre los mismos. Existen diversas lesiones quísticas de páncreas, la mayoría de origen inflamatorio (90%), el 10% restante lo constituyen las neoplasias quísticas y existe una amplia variedad histológica de las mismas; el 90% constituidas por 4 estirpes histológicas: Neoplasia Quística Serosa (SCA), Neoplasia Quística Mucinosa (MCN), Neoplasia Quística Intraductal Papilar Mucinosa (IPMN) y Neoplasia Sólida-Quística Seudopapilar (SPN), existiendo otras en menor frecuencia. La importancia de establecer un diagnóstico diferencial entre las neoplasias quísticas de páncreas, radica en que cada una de ellas posee comportamiento biológico y evolución clínica diferentes. Las neoplasias mucinosas (MCN y IPMN) son lesiones premalignas que evolucionan en la secuencia hiperplasia-adenoma-carcinoma con una porcentaje de progresión maligna del 17.5-65% a 6 años respectivamente. Tienen buen pronóstico y adecuada respuesta al tratamiento quirúrgico si son resecadas en etapas no invasivas. La SPN es también una lesión premaligna, aunque de bajo grado; es tratada mediante cirugía resectiva; la invasión de estructuras vasculares adyacentes al tumor o las metástasis distales no contraindican su resección ya que estas últimas pueden ser resecadas sin presentar recidivas. Por el contrario, las SCA son consideradas neoplasias benignas, con índice de transformación maligna menor al 5%, su manejo es conservador, ameritan seguimiento radiológico para identificar cambios morfológicos que sugieran progresión, en cuyo caso deberá revalorarse el tratamiento quirúrgico, la cirugía está indicada en lesiones sintomáticas, crecimiento tumoral acelerado y lesiones indiferenciadas. Por todo lo anterior, es indispensable contar con un diagnóstico lo más certero posible antes de establecer el tratamiento a seguir con el fin de evitar la exposición de pacientes a riesgos quirúrgicos innecesarios, el desarrollo de secuelas y la progresión de lesiones premalignas. En el año 2006 se realiza el primer consenso Internacional para el manejo de la MCN y la IPMN en Sendai, en el que expertos internacionales establecen los lineamientos de abordaje diagnóstico y terapéutico para estas lesiones, tomando como base sus características morfológicas identificadas mediante métodos de imagen. En 2012 (Fukuoka) se realiza una revisión de dichos criterios, realizando algunas modificaciones para mejorar la sensibilidad del consenso, sin embargo y como es referido por los mismos expertos, dichos lineamientos, cuentan con nivel de evidencia C, dado que se basan en series de casos y recomendaciones de expertos. El aumento en el número de publicaciones al respecto, mejorará paulatinamente el conocimiento y tratamiento de las NQP. 4 En nuestro país existen escasas series publicadas acerca de la prevalencia de NQP, por lo que el objetivo de este trabajo es conocer la experiencia en el manejo de estas lesiones en el Hospital General de México como centro de referencia Nacional, además de conocer la utilidad práctica de los métodos de imagen en el diagnóstico y caracterización de las mismas. Para ello se realizó un estudio transversal, descriptivo, retrospectivo y observacional. Se incluyó a todos los pacientes con diagnóstico de Neoplasia Quística de Páncreas tratados en la Clínica de Páncreas del Hospital General de México (HGM) de enero de 2006 a diciembre de 2012. Fueron excluidos los pacientes con diagnóstico de NQP tratados en otras unidades del Hospital General de México (HGM), pacientes que no contaran con estudios de imagen o histopatológico en el expediente clínico, así como pacientes con diagnóstico de neoplasia invasiva o pseudoquiste de páncreas. Se revisaron un total de 421 expedientes, de los cuales 13 tuvieron diagnóstico de neoplasia quística de páncrea; 2 casos fueron eliminados porque el diagnóstico histopatológico final correspondió a lesiones quísticas inflamatorias. Las NQP representaron el 2.6% de toda la patología pancreática y el 20% de las lesiones quísticas de p tratadas en la Clínica. Se caracterizaron las variables epidemiológicas de los pacientes estudiados. El 100% pertenecieron al sexo femenino, con edad media de presentación de 30 años, las lesiones encontradas fueron MCN 4 casos, SCA 3 casos, MCN 3 casos, Quiste linfoepitelial de Páncreas (QLP) 1 caso. El método más utilizado para valorar las características morfológicas de las neoplasias quísticas de páncreas fue la tomografía, seguida por el ultrasonido abdominal. Todos los pacientes fueron sometidos a cirugía resectiva en base a la localización tumoral. El 90% de las lesiones fueron encontradas en cuerpo y cola de páncreas. Un paciente presentó infección de sitio quirúrgico y 2 desarrollaron hernia post incisional durante el seguimiento. Del total de 11 pacientes, sólo uno presentó progresión a carcinoma invasivo y falleció 30 meses después del procedimiento quirúrgico. El resto presentaron remisión de la enfermedad, con bajo índice de secuelas. Las neoplasias quísticas de páncreas son lesiones de baja prevalencia y difícilabordaje diagnóstico y terapéutico. Las principales limitantes para su tratamiento adecuado son: la falta de sospecha clínica, su presentación clínica inespecífica, la inaccesibilidad a métodos diagnósticos, la semejanza entre los diversos tipos de NQP y la capacidad del radiólogo para caracterizar los elementos morfológicos de las mismas. Los resultados obtenidos en pacientes tratados con resección quirúrgica en la Clínica de Páncreas del Hospital General de México, fueron favorables con bajo índice se complicaciones y secuelas. Sólo uno de los casos desarrollo progresión a enfermedad invasiva con sobrevida de 30 meses post cirugía. El resto presentó remisión completa de la enfermedad. 5 Se debe continuar con el desarrollo de evidencias sobre el manejo de Neoplasias quísticas de páncreas, para conocer su evolución y comportamiento a fin de mejor los criterios de abordaje diagnóstico y terapéutico, favoreciendo el pronóstico de los pacientes que presentan dichas lesiones. Las abreviaturas que se utilizaran a lo largo del texto en referencia a la nomenclatura de las Neoplasias Quísticas de Páncreas son: Neoplasia quística serosa (SCA), Neoplasia Quística Mucinosa (MCN), Neoplasia Intraductal Papilar Mucinosa de Conducto Principal/Secundario (IPMN MD/BD), Neoplasia Sólido-quística seudopapilar (SPN); por sus siglas en inglés. Neoplasias quísticas de páncreas (NQP) II. INTRODUCCIÓN Las NEOPLASIAS QUÍSTICAS DEL PÁNCREAS (NQP) son lesiones tumorales derivadas a partir de los diversos componentes de esta glándula, poseen una composición tanto líquida cómo sólida y existen varios tipos histológicos según la clasificación de la OMS; cada uno de ellos con un comportamiento clínico distinto que varía desde lesiones benignas hasta carcinoma invasivo(1-4). Antes de 1980 estas neoplasias no eran diagnosticadas debido a su localización y sintomatología inespecífica, por lo cual no se conocían sus características ni su evolución clínica. A partir del desarrollo y mejora de las técnicas de imagen se ha logrado caracterizar a las diferentes neoplasias quísticas del páncreas, conocer su comportamiento biológico, su pronóstico y establecer criterios de tratamiento para cada una de ellas(5). No se conoce con certeza la prevalencia de las lesionen quísticas de páncreas, sin embargo en estudios recientes se han encontrado como hallazgos incidentales en el 2.4-2.6%de estudios tomográficos y hasta en el 13-20% de estudios de resonancia magnética realizados a población asintomática. En población hospitalizada se detectan lesiones quísticas de páncreas en 1 de cada 100 pacientes, mientras que se encuentran en el 24% de las autopsias realizadas. Así mismo, se ha observado que la presencia de estas lesiones se correlaciona en forma proporcional a la edad, y ocurren principalmente en el sexo femenino(6-12). Siendo que las NQP constituyen el 10% de los quistes de páncreas y el 1% de las tumores exocrinos del mismo, inferimos que su prevalencia es del 0.24-0.26% en estudios de imagen de acuerdo a los resultados más consistentes. La importancia de su diagnóstico radica en la toma de decisiones terapéuticas, ya que algunos tipos presentan comportamiento maligno evolucionando hacia carcinoma invasivo siguiendo la secuencia hiperplasia-adenoma-carcinoma observada en otras patologías tumorales como el cáncer de colon; son por tanto lesiones premalignas y el diagnóstico temprano permite llevar a cabo intervenciones que mejoran la sobrevida y evitan la progresión a carcinoma. Por otro lado existen lesiones cuyo comportamiento es benigno, por lo que se debe realizar diagnóstico diferencial entre las mismas. 6 Hasta el momento el pilar de tratamiento para estas patologías es la cirugía, que está indicada para ciertos tipos de neoplasias siempre que la condición física de los pacientes no contraindique el procedimiento. Existen controversias en cuanto a la resección quirúrgica de lesiones con baja probabilidad de transformación maligna (neoplasia serosas y quistes epiteliales benignos) y de neoplasias intraductales mucinosas con “estigmas de bajo grado” (tamaño menor a 3 cm de diámetro, ausencia de involucro del conducto principal, ausencia de componente sólido, curso asintomático), ya que mientras la mayoría de expertos sugieren manejo observacional para estos últimos, comienzan a surgir estudios en los que se observa que hasta el 25% de los quistes menores a 3 cm pueden presentar carcinoma al momento de ser resecados, principalmente en referencia a la IPMN-BD(13). Aspectos fundamentales a considerar en la toma de decisiones, es la complejidad del procedimiento quirúrgico, los riesgos transoperatorios y la posibilidad de desarrollar complicaciones y secuelas(14). A pesar de los estudios realizados hasta el momento, a nivel mundial aún no están determinados los estándares de abordaje diagnóstico y terapéutico para el manejo de las NQP. Los expertos se han dado a la tarea de establecerlos, llevando a cabo en el año 2006 el primer consenso internacional para el diagnóstico y tratamiento de la neoplasia quística mucinosa (MCN) y la neoplasia intraductal papilar mucinosa (IPMN), y posteriormente en el año 2012 una revisión del previo modificando algunos criterios. Este mismo grupo de expertos ha decidido denominar a estas recomendaciones “consenso”, dado que muestran un nivel de evidencia C, y no existen estudios clínicos aleatorizados con suficiente evidencia para sustentarlos(15). La mayoría de los estudios publicados consisten en reportes de series de casos con análisis retrospectivos(16-18). México no es la excepción, existiendo escasas series publicadas por centros de tercer nivel en las diferentes instituciones de salud, en las que se analizan los datos de prevalencia y el manejo de estos pacientes; sin embargo, aún conocemos muy poco de la prevalencia y comportamiento de estas neoplasias en nuestra población(19-21). Es por ello que en el presente estudio, se revisa la experiencia que se tiene en el Hospital General de México en el manejo de estos pacientes, como centro de referencia nacional perteneciente a la Secretaría de Salud. III. MARCO TEÓRICO Las neoplasias quísticas de páncreas (NQP) son lesiones derivadas a partir de los diversos componentes de esta glándula, se caracterizan como su nombre lo indica por presentar un componente quístico. Se pueden clasificar en quistes verdaderos, aquellos formados por producción de líquido en el interior de la neoplasia (seroso o mucina) producido a partir de las células epiteliales que conforman el revestimiento y dan lugar al componente sólido del quiste. Por otro lado se encuentran los quistes degenerativos formados por neoplasias inicialmente sólidas que por su crecimiento van dejando zonas con pobre irrigación y necrosis, con formación secundaria de cavernas y espacios quísticos(1). 7 La OMS clasifica a las NQP en diferentes subtipos, el 90% de ellas lo conforman 4 estirpes histológicas: La neoplasia serosa quística (SCA) en el 20-30%, la neoplasia quística mucinosa (MCN) en un 10-25%, la neoplasia intraductal papilar mucinosa (IPMN-MD/IPMN-BD) en un 40-50%, y la neoplasia sólida-quística seudopapilar (SPN) en el 5-7%. Existen otras con menor frecuencia (10%) que incluyen a las lesiones con revestimiento escamoso: quistes linfoepiteliales, epidermoides y dermoides. Quistes provenientes de células acinares: adenomas acinares y cistadenocarcinomasacinares. Quistes endoteliales: linfangiomas, teratomas quísticos. Quistes neuroendocrinos, adenocarcinomas ductales de páncreas con degeneración quística, etc.(1-4, 6, 9, 16, 22-25) (Figura 1). FIG 1. SUBTIPOS DE NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS Y SU PROPORCIÓN SEGÚN LA OMS 2010 (1-7). SCA: NEOPLASIA QUÍSTICA SEROSA. MCN: NEOPLASIA QUÍSTICA MUCINOSA. IPMN-MD: NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSA DE CONDUCTO PRINCIPAL. IPMN-BD: NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILARMUCINOSA DE CONDUCTO SECUNDARIO. SPN: NEOPLASIA SÓLIDO-QUÍSTICA SEUDOPAPILAR. Las NQP han sido descritas en diferentes momentos a lo largo de la historia, dado que en su mayoría son asintomáticas o cursan con síntomas inespecíficos, su caracterización ha cobrado auge hace apenas unos 30 años con el desarrollo de nuevas técnicas de imagen que permiten diagnosticarlas como hallazgos incidentales(26). 20-30% 10-25% 15-20% 25-30% 5-7% 10% PROPORCIÓN DE NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS POR GRUPO NQS NQM IPMN-MD IPMN-BD NSQS OTRAS NQP 8 Tabla 1. CLASIFICACIÓN HISTOLÓGICA DE LAS PRINCIPALES NEOPLASIAS QUÍSTICAS DEL PÁNCREAS. ADAPTADO (1, 2, 30, 31). TIPO HISTOLÓGICO VARIEDAD COMPORTAMIENTO ICD-O NEOPLASIAS QUÍSTICAS SEROSAS CISTADENOMA SEROSO MICROQUÍSTICO OLIGOQUÍSTICO VON HIPPEL LINDAU BENIGNO 8441/0 CISTADENOCARCINOMA SEROSO METÁSTASIS O INVASIÓN CONTIGUA MALIGNO 8441/3 NEOPLASIAS QUÍSTICAS MUCINOSAS CISTADENOMA MUCINOSO BENIGNO DISPLASIA DE BAJO GRADO 8470/0 NEOPLASIA QUISTICA MUCINOSA PROLIFERATIVA NO INVASIVA (BORDERLINE) BORDERLINE 8470/1 CISTADENOCARCINOMA MUCINOSO IN SITU MALIGNO DISPLASIA DE ALTO GRADO 8470/2 CISTADENOCARCINOMA MUCINOSO INVASIVO 8470/3 NEOPLASIAS INTADUCTAL PAPILAR MUCINOSA ADENOMA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSO DE CONDUCTO PRINCIPAL, DE RAMA SECUNDARIA O MIXTO BENIGNO DISPLASIA DE BAJO GRADO 8453/0 NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILAR-MUCINOSA PROLIFERATIVA (BORDERLINE) BORDERLINE 8453/1 ADENOCARCINOMA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSO IN SITU MALIGNO DISPLASIA DE ALTO GRADO 8453/2 ADENOCARCINOMA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSO INVASIVO 8453/3 NEOPLASIA INTRADUCTAL TUBULO PAPILAR MUCINOSA NEOPLASIA SÓLIDO-QUÍSTICA SEUDOPAPILAR NEOPLASIA SÓLIDA PSEUDOPAPILAR BORDERLINE 8452/1 CARCINOMA SÓLIDO-PSEUDOPAPILAR MALIGNO 8452/3 No se conoce con certeza la prevalencia de las lesionen quísticas de páncreas, aunque al respecto se han realizado múltiples estudios: en cuanto a imagen se han encontrado en el 2.4-2.6% de estudios tomográficos, y en el 13-20%(10, 27) de estudios de resonancia magnética(8) realizados a población asintomática. En población hospitalizada se han detectado lesiones quísticas de páncreas en 1 de cada 100 pacientes(12) y en estudios de autopsia, en el 24% de los mismos(11). Así mismo, se ha observado que la presencia de estas lesiones se correlaciona en forma proporcional a la edad, aumentando hasta 7 veces la probabilidad de presentarlas a los 70 años en 9 comparación con población menor a 40 años y ocurren principalmente en el sexo femenino(6-10). Siendo que las NQP constituyen el 10% de los quistes de páncreas y el 1% de las tumores exocrinos del mismo, inferimos que su prevalencia es del 0.24- 0.26% de acuerdo a los resultados más consistentes reportados en estudios de imagen (6, 12, 17, 28, 29). En el año 2000, la OMS establece la clasificación de las NQP como parte de los tumores del Páncreas, en base a su histología y comportamiento biológico (tabla 1), agregando para el año 2010 en la nueva edición de “Patología y genética de los tumores del sistema digestivo” un nuevo subtipo: la neoplasia intraductaltubulo-papilar mucinosa. Posteriormente fueron adquiridos los términos de displasia de alto y bajo grado en 2009 para evitar confusiones en cuanto a la invasión tumoral, haciendo a un lado el término “malignidad”, previamente utilizado de manera indistinta por diferentes autores.(28). A continuación, se mencionan las características de las principales Neoplasias quísticas del páncreas. IV. NEOPLASIAS QUÍSTICAS SEROSAS Constituyen del 20 al 30% de las NQP, con edad promedio de presentación de 65 años, y rango entre 34 y 91 años. Se presenta en mujeres hasta en un 70% de los casos y se localizan en un 50-75% en cuerpo y cola de páncreas y en un 35% a nivel de la cabeza del páncreas; en esta última localización se ha asociado a mayor posibilidad de transformación maligna. Están constituidas por múltiples quistes de contenido seroso, claro, rodeados por una monocapa de células epiteliales cuboideas ricas en glucógeno. Su comportamiento es principalmente benigno, con algunos reportes de transformación maligna entre el 1 y 5% de los casos. El crecimiento de estas neoplasias es lento: para lesiones menores a 4 cm se estima de 9 mm por año, mientras que para lesiones mayores a 4 cm, en 2 cm por año(6, 9, 12, 22, 32). Existen a su vez cuatro subtipos de SCA: A) CISTADENOMA SEROSO MICROQUÍSTICO Es el subtipo más frecuente hasta en un 70%. Son lesiones que miden entre 1-25 cm, únicas, redondas, formadas por múltiples microquistes menores a 2 cm de diámetro cada uno, dispuestos a partir del centro. Pueden presentar una cicatriz fibrosa central en forma de estrella que llega a calcificarse en el 30% de los casos, brindando una imagen patognomónica en estudios de imagen. Si el componente sólido predomina sobre el componente quístico, será difícil establecer el diagnóstico diferencial con lesiones tumorales sólidas más que con otros quistes de páncreas(1, 2, 6, 8, 22, 28). Su curso es asintomático, lesiones de mayor tamaño se presentan con síntomas inespecíficos como dolor abdominal, masa palpable, náusea, vómito, pérdida de peso o ictericia obstructiva(6, 9, 12, 22, 32). 10 Se diagnostican de forma incidental a través de la realización de estudios de imagen, en donde muestran dos patrones característicos: microquístico, siendo el más frecuente (70%), en el que se observan múltiples quistes menores a 2 cm cada uno, organizados a partir del centro hacia la periferia, con apariencia espongiforme. El segundo patrón se denomina en panal de abejas: presentan cicatriz central fibrosa en forma de estrella, que puede presentar calcificaciones; este patrón se considera patognomónico de las SCA(6, 12, 25, 33). Aspecto macroscópico: Al corte transversal presentan aspecto espongiforme, con microquistes inmersos en un tejido fibroso denso. El contenido de los quistes es proteináceo, claro, de aspecto seroso. En cuanto a su histología están delimitados por una capa de células cuboideas ricas en glucógeno, con citoplasma claro y granular, PAS positivas, las cuales no presentan mitosis ni atipia. Son inmunoreactivas a antígenos de membrana: beta catenina y alfa inhibina, citoqueratinas 7, 8, 18 y 19 y algunas células neoplásicas presentan reactividad a Ca 19-9 y B72.3. Son uniformemente negativas a ACE, tripsina, cromogranina A, tripsina 9, sinaptofisina, desmina y vimentina(1-3, 6). El pronóstico es benigno y se indica resección quirúrgica únicamente en lesiones mayores a 4 cm o que sean sintomáticas. En lesiones que no ameriten resección quirúrgica inmediata, se debe llevar a cabo un seguimiento con estudios de imagen a fin de identificar cambios morfológicos o crecimiento tumoral, en cuyos casos deberá revalorarse el tratamiento quirúrgico. El estudio más recomendado para seguimiento, es la resonancia magnética por su capacidad para identificar adecuadamente componentes morfológicos evitando la exposición continua a radiación. El tratamiento quirúrgico resectivo en los casos indicados, dependerá de su localización: en el cuerpo y la cola, se recomienda pancreatectomía distal con preservación esplénica y pilórica. La pancreatectomía media y las resecciones no anatómicas (enucleación) presentan mayor número de complicaciones como el desarrollo de fístulas(12, 16, 21). B) CISTADENOMA SEROSO OLIGOQUÍSTICO O MACROQUÍSTICO Esta presentación es menos común que el cistadenoma microquístico, constituyendo el 30% de las SCA. Se presenta en igual proporción entre hombres y mujeres. La edad promedio de presentación es a los 55 años. Se localiza con mayor frecuencia en la cabeza del páncreas y su tamaño puede variar entre 2 y 15 cm en promedio. En estudiosde imagen es muy similar a las MCN, requiriendo métodos más sofisticados como el ultrasonido endoscópico y la biopsia guiada por aspiración del líquido intraquístico para análisis citológico, bioquímico y genético del mismo con el fin de establecer el diagnóstico diferencial. Los niveles de ACE y mucina poseen una alta sensibilidad para diferenciar entre lesiones mucinosas y no mucinosas.(24, 34) Macroscópicamente está formado por escasos quistes (en promedio 6), mayores a 2 cm de diámetro cada uno. No presentan cicatriz central. Microscópicamente los 11 quistes se encuentran separados por septos muy delgados constituidos de una monocapa de células cuboideas semejantes a las del adenoma microquístico, con tamaño nuclear mayor. Presenta marcadores de inmunohistoquímica característicos de las SCA(1, 6, 9, 12, 22) Su comportamiento al igual que el cistadenoma microquístico es benigno y su resección está indicada sólo en casos sintomáticos, lesiones mayores a 4 cm de diámetro o imposibilidad para establecer el diagnóstico diferencial con lesiones mucinosas, por el riesgo de progresión maligna de estas últimas. Dado que su localización principal es en la cabeza pancreática, el tratamiento resectivo más utilizado es la pancreatoduodenectomía (Whipple) con preservación pilórica(6, 16). C) CISTADENOMA SEROSO ASOCIADO A LA ENFERMEDAD DE VON- HIPPEL-LINDAU. Esta variedad histológica presenta quistes serosos dispuestos de forma generalizada a lo largo de toda la glándula. Histológicamente está constituido de igual forma que los anteriores. Se presentan como cistadenomas serosos, neoplasias endocrinas o como neoplasias mixtas con componente endocrino y seroso; asociados a la alteración del gen VHL. La enfermedad de Von Hippel Lindau, corresponde a un trastorno autosómico dominante, consistente en un defecto en el cromosoma 3p25, que provoca desarrollo de lesiones tumorales en el sistema nervioso central, riñón, glándulas suprarrenales, gónadas, así como en el páncreas. El 82% de los pacientes con enfermedad de VHL presentan quistes pancreáticos(6, 9, 12, 22) Aunque su comportamiento es benigno, se asocia a alteraciones metabólicas como insuficiencia pancreática exocrina. El tratamiento para neoplasias sintomáticas de tamaño importante consiste en la pancreatectomía total con remplazo exógeno. El pronóstico dependerá de las lesiones asociadas en otros órganos(6). D) CISTADENOCARCINOMA (INVASIVO) Existen pocos casos reportados en la literatura de neoplasias serosas con transformación maligna y se han determinado por la existencia de metástasis distales o invasión locoregional. La edad de presentación es a partir de los 63 años con la misma proporción entre hombres y mujeres. Es una neoplasia de crecimiento lento, el pronóstico depende de la etapa clínica al momento del diagnóstico, una vez establecida su comportamiento es sumamente agresivo. 12 En cuanto a los síntomas clínicos, son secundarios a actividad tumoral (náusea, astenia, adinamia, anorexia) y a compresión de estructuras anatómicas adyacentes (ictericia, distención, sensación de plenitud, pancreatitis). Algunos casos con cuadros de abdomen agudo, por tumores de gran tamaño que presentaron ruptura espontánea y hemorragia.(35). Se observa elevación de marcadores tumorales (Ca 19-9 y ACE) en estadios avanzados. Microscópicamente están formados por células cuboideas, semejantes a las encontradas en las neoplasias serosas benignas con atipia celular, aneuploidia, invasión neural, vascular y linfática. El tratamiento y el pronóstico se encuentran en función de la etapa clínica al momento del diagnóstico, sin embargo, son neoplasias agresivas, diagnosticadas en etapas invasivas(1, 35). Las SCAs se consideraban anteriormente como las NQP más frecuentes. Algunos autores recomiendan cirugía como tratamiento de los cistadenomas serosos, bajo la premisa de que su riesgo de transformación maligna es del 3%, semejante al porcentaje de mortalidad post quirúrgica (2.9%). No existe un consenso establecido acerca del manejo de estas lesiones, la gran mayoría de expertos, recomiendan manejo conservador en lesiones asintomáticas y menores a 4 cm. V. NEOPLASIAS QUÍSTICAS MUCINOSAS (MCN) Constituyen del 10 al 25% de las NQP en series representativas(16). Son lesiones epiteliales con comportamientos biológicos distintos que van desde adenoma benigno hasta el carcinomas invasivo dentro de la misma lesión quística. Se observan casi exclusivamente en mujeres, su edad media de presentación es a los 50 años, con rango de 20 a 80 años. Se localizan principalmente en cuerpo y cola de páncreas y tienen un tamaño promedio de 6 a 10 cm, llegando a medir hasta 35 cm. Su progresión a carcinoma invasivo es proporcional al tamaño de la lesión, la probabilidad de presentar displasia severa, se asocia con lesiones mayores a 4 cm.(6, 9, 12, 15, 22). Dentro de su comportamiento biológico, evolucionan en una secuencia hiperplasia- adenoma-carcinoma, por lo que una vez realizado el diagnóstico radiológico se sugiere resección quirúrgica siempre y cuando los pacientes no presenten riesgo quirúrgico elevado o esperanza de vida menor a 5 años, en cuyos casos el tratamiento es controversial y deberán valorarse el seguimiento por estudios de imagen o la ablación por Ultrasonido endoscópico de acuerdo a cada caso. Su riesgo de transformación maligna va del 6 al 36% en estudios recientes y aumenta en forma proporcional al tiempo de evolución y al tamaño de la lesión. Una vez resecados, siempre que los márgenes hayan sido negativos a displasia de alto grado, el riesgo de recidiva es menor al 10% (no es necesario ampliar márgenes que muestren displasia moderada o leve)(6, 15). Histológicamente son similares a las IPMN, por lo que anteriormente estas últimas eran consideradas como parte de las MCN, ocasionando sesgos en cuanto a su 13 prevalencia y características hasta que en 1980, Ohashi estableció a la IPMN como una entidad diferente. Dentro de las características de las MCNs presentan estroma ovárico subyacente al componente epitelial. Existe una teoría acerca de la migración de tejido del ovario izquierdo hacia la cola del páncreas a través del peritoneo durante la organogénesis, dada la localización adyacente de ambos órganos, lo cual explica su presentación casi exclusiva en el sexo femenino. El estímulo hormonal favorece el crecimiento tumoral ya que el estroma subepitelial presenta receptores de progesterona y estrógeno. Clínicamente las lesiones de menor tamaño son asintomáticas, lesiones de mayor tamaño ocasionan dolor abdominal difuso, distención, náusea o sensación de plenitud. No causan ictericia a menos de que se localicen en la cabeza o tengan un tamaño considerable para causar obstrucción de la vía biliar. Por su potencial de transformación maligna, habrá lesiones que se presenten como carcinomas invasivos: con metástasis a ganglios regionales y órganos distales. El riesgo de recidiva de lesiones invasivas posterior a resección quirúrgica es del 65%, con márgenes positivos a displasia de alto grado y menor al 10% para lesiones con márgenes negativos a la misma. El incremento en su diagnóstico se debe a su identificación como lesiones incidentales durante estudios de imagen realizados por otras causas. Radiológicamente son lesiones únicas, multiloculadas, formadas por quistes escasos en número de 1 a 6 en promedio, esféricas, con calcificación periférica en forma de cáscara de huevo y a diferencia de las neoplasias serosas no presentan cicatriz central. Pueden semejar lesiones inflamatorias septadas(11). Macroscópicamente son masas tumorales formadas por escasos quistes agrupados (en promedio 6), redondos, septados, que varían en tamaño de uno a varios centímetros y cuentan con recubrimiento epitelial fibroso que da lugar al componente sólido; si este último predomina sobre elcomponente quístico o presenta apariencia irregular con zonas de espesor variable, debe sospecharse de lesiones malignas. La pared del quiste puede tener nódulos sólidos, papilas y ser trabeculada. Las áreas sólidas deben ser muestreadas extensamente, ya que con frecuencia contienen zonas con displasia de alto grado. El contenido del quiste es mucoide, hemorrágico o cetrino. No hay comunicación visible entre el quiste y el sistema de conductos. Algunos estudios japoneses han reportado comunicaciones microscópicas de los quistes con el conducto pancreático principal. Presentan estroma ovárico subyacente al componente epitelial, semejando a las neoplasias quísticas de ovario, el cual contiene receptores de estrógenos, progesterona y hormona gonadotropina coriónica. Microscópicamente, los quistes están revestidos por epitelio cilíndrico, productor de moco con diferentes grados de atipia que coexisten dentro de la misma lesión, en un espectro que va desde displasia leve hasta carcinoma in situ y carcinoma invasor. El 14 criterio utilizado para catalogar a una lesión como carcinoma invasivo, es la infiltración del estroma, lo que le confiere una conducta agresiva. El epitelio puede ser plano o papilar, llegando a formar masas polipoides con arquitectura cribiforme. Se pueden encontrar células con diferenciación foveolar, células caliciformes y escasas células neuroendocrinas.(1, 2, 6, 8, 22, 28) Inmunohistoquímica: El epitelio de revestimiento de las MCN es positivo para citoqueratina 7, 8, 18 y 19, antígeno de membrana epitelial y ocasionalmente para citoqueratina 20. Las células del estroma reaccionan a receptores de estrógenos, receptores de progesterona, inhibina, vimentina y calretinina. Las lesiones invasivas serán positivas también para p53 y ACE. (1-3, 6). Se clasifican tomando en cuenta las características del epitelio en base al mayor grado de displasia observada, recordando que las zonas sólidas deben ser detalladamente analizadas puesto que coexisten diversos grados de displasia dentro de la misma lesión: A) CISTADENOMA MUCINOSOS Se presentan en el 65% de los casos, contienen un epitelio simple, columnar, mucoproductor, de aspecto benigno. Sus características fueron mencionadas en párrafos anteriores. B) NEOPLASIAS QUÍSTICAS MUCINOSAS PROLIFERATIVAS NO INVASORAS Comprenden el 30% de las MCN, están formadas por epitelio columnar con grados variables de atipia, displasia y proliferación papilar, en algunos sitios con cambios francos de carcinoma in situ, sin invasión al estroma. C) CISTADENOCARCINOMAS MUCINOSOS Se presentan en el 30% restante, se observan en edades más avanzadas en comparación con las neoplasias mucinosas no invasivas, con una diferencia aproximada de 10 años, lo que reafirma la progresión en secuencia adenoma- carcinoma previamente mencionada. Se trata de lesiones neoplasicas con elementos epiteliales y estromales característicos de las MCN, con focos de displasia y atipia invasores hacia el estroma alternando de forma abrupta con epitelio sin atipia, por lo que un muestreo minucioso es menester para su identificación.(1, 2). Las características radiológicas que se han asociado con carcinoma invasor incluyen: presencia de un área quística con calcificaciones o nódulo excéntrico, múltiples proyecciones papilares, engrosamiento septal o de papilas, invasión local a estructuras 15 Tabla 2. CARACTERÍSTICAS DE LAS LESIONES QUÍSTICAS DEL PÁNCREAS CARACTERÍSTICAS DE LAS LESIONES QUÍSTICAS DEL PÁNCREAS CARACTERÍSTICA PSEUDOQUISTE SCA MCN IPMN-MD IPMN-BD SPN Proporción Hombre : Mujer 1 a 1 1 a 4 En su mayoría mujeres (85%) 2 a 1 2 a 1 1a 4 Edad promedio (años) 40-70 60-80 30-50 60-80 60-80 20-30 Localización Cualquiera Cuerpo y cola Cuerpo y cola (90%) Cabeza y proceso uncinado Cabeza y proceso uncinado Cualquiera Características radiológicas Unilocular, pared falsa Multilocular, lobulada. Con apariencia microquística (panal de abejas), cicatriz central calcificada en un 30% Unilocular, liso, cápsula fibrosa que puede estar calcificada. Septos en su interior. Dilatación del conducto principal difusa. Apariencia en boca de pescado del ámpula de Vater con eversión de la mucosa Dilatación de los conductos laterales. Lobulado, con septos. Apariencia en racimo de uvas. Unilocular, encapsulado, con componente sólido en la periferia y quístico en el centro. Presenta zonas de necrosis y hemorragia. Involucro del Conducto Principal No No No Si No No Citología Detritus celulares Células cuboideas, PAS (+), macrófagos de hemosiderina Células columnares productoras de mucina, caliciformes. Atipia variable de displasia leve a carcinoma invasor. Mucina (+). Células columnares, productoras de mucina con grados distintos de atipia celular. Mucina (+). Células columnares con atipia celular variable. Mucina (+). Células polihédricas, monomórficas, estroma fibrovascular. Onas hemorrágicas, detritus. Amilasa (U/L) > 250 < 250 < 250 > 250 > 250 N / A ACE (ng/mL) < 5 < 5 > 192 > 192 > 192 N / A Mutación del gen KRAS No No Si Si Si N / A Potencial maligno No Raro Si (6-27%) Si (40-70%) Si (15-20%) Si (2-15%) Predictores morfológicos de transformación maligna No No Tamaño tumoral mayor a 6 cm. Componente sólido. Nódulos sólidos en la cápsula o presencia de calcificaciones. Dilatación del conducto principal mayor a 6 mm. Componente sólido, nódulos murales. Tamaño tumoral mayor a 3 cm., componente sólido. No 16 adyacentes, asociación con lesiones metastásicas, ascitis y datos que sugieran oclusión venosa. El tamaño de los nódulos murales o de las proyecciones papilares se relaciona directamente con la posibilidad de invasión estromal, asimismo quistes mayores de 8 cm se han propuesto como un indicador de malignidad(6). El componente invasor es de tipo adenocarcinoma ductal o tubular, presentando comportamiento biológico similar a este último en cuanto a agresividad. Han sido descritas otras variantes histológicas como el carcinoma indiferenciado, carcinoma adenoescamoso, carcinoma coloide y carcinoma sarcomatoide. Las características inmunohistoquímicas son descritas en la tabla 3. El tipo de resección quirúrgica dependerá de su localización con menores tasas de complicaciones en resecciones anatómicas distales. El pronóstico depende de la etapa clínica al momento de la resección, es frecuente el desarrollo de secuelas post tratamiento.(15) VI. NEOPLASIA QUÍSTICA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSA (IPMN) Representan el tipo más frecuente dentro del grupo de NQP, del 30 al 50% en series publicadas(16). Anteriormente fueron consideradas como neoplasias quísticas mucinosas dada su semejanza histológica, hasta 1982 cuando Oashi la describe como una entidad diferente, con características propias. Dentro de ellas, su origen a partir del epitelio ductal, involucro del sistema de conductos y ausencia de estroma ovárico subyacente. A partir de entonces se ha puesto un gran énfasis en el estudio y caracterización de este tipo de neopalsias, dado que poseen un alto porcentaje de transformación maligna, comportamiento biológico agresivo y riesgo elevado de recidivas post cirugía (hasta en un 20% para lesiones no invasivas, con márgenes negativos a displasia). Su índice de transformación maligna es del 65% a 6 años en neoplasias de conducto principal y del 25% de neoplasias de conducto secundario.(6, 13). Su importancia radica en que al igual que las MCN presentan progresión tumoral en la secuencia hiperplasia-adenoma-carcinoma, la detección temprana y el tratamiento oportuno son determinantes de su pronóstico. Dentro de sus características epidemiológicas se presentan con mayor frecuencia en hombres que en mujeres, con una proporción 2:1 y su edad media de presentación es entre los 60 y los 70 años deedad (1, 16, 36). Se asocian al desarrollo de neoplasias sincrónicas extra-pancreáticas como carcinoma de colon, estómago, pulmón, y neoplasias neuroendócrinas de páncreas en un porcentaje de 4.5-16.8% para occidentales y de 30-38% para orientales(37), de acuerdo a lo establecido en el Consenso Internacional 2012, aunque un estudio reciente demuestra que no existe tal asociación(38). Sin embargo, hasta contar con mayor número de evidencias, una vez tratada la enfermedad, se deben realizar los 17 estudios de tamizaje pertinentes para una detección oportuna de neoplasias extrapancreáticas además de un seguimiento estrecho para la detección de recidivas en lesiones resecadas(6). Se han identificado alteraciones genéticas asociadas al desarrollo de IPMN: mutaciones en el oncogen K-ras en el 80% de los casos (detectado también en el adenocarcinoma de páncreas), GNAS, pérdida de heterocigozidad (LOH). además de asociaciones con síndromes hereditarios como el Peutz-Jeghers y la poliposis adenomatosa familiar(24, 39). La elevación del Ca 19-9, se observa en el 74% de las lesiones invasivas y en el 14% de las IPMN no invasivas.(31) Miden en promedio 6 cm, con un rango que va 1 a 8 cm. Se considera dilatación del conducto pancreático principal, a partir de un diámetro de 5 mm, por lo que deben sospecharse lesiones de este tipo aun en quistes pequeños. Se localizan con mayor frecuencia en la cabeza del páncreas, aunque se pueden encontrar en cualquier parte del mismo. Se clasifican de acuerdo a su origen en los conductos pancreáticos en Neoplasias del conducto principal (IPMN-MD) (21-36%), neoplasias de rama secundaria (IPMN-BD) (38-48%) y neoplasias mixtas (28-41%). El 20 al 30% de las IPMN son multifocales y en un 10-15% afectan a toda la glándula, por lo que el tratamiento puede consistir en pancreatectomía total. En cuanto a su cuadro clínico, cursan asintomáticas en etapas tempranas, conforme aumenta su tamaño se presentan con dolor inespecífico, náusea, vómito, pérdida de peso, los episodios de pancreatitis son comunes por afección del sistema de conductos, así como el desarrollo de pancreatitis crónica, atrofia pancreática distal a la lesión e insuficiencia pancreática secundaria. El síndrome ictérico se presenta en lesiones, localizadas en la cabeza del páncreas o neoplasias invasivas por obstrucción secundaria de la vía biliar. Dentro de los auxiliares de diagnóstico y tratamiento más empleados para su detección, se encuentran el ultrasonido abdominal, la tomografía computada, la resonancia magnética, la CPRE con o sin cepillado, la pancreatografia peroral y el ultrasonido endoscópico (USE) con o sin Biopsia por aspiración con aguja fina. Como se mencionará más adelante, en el apartado dedicado a métodos diagnósticos, cada técnica juega un papel importante para llevar a cabo el diagnóstico correcto de las NQP y establecer en base a esto, el tratamiento indicado(3, 6, 15, 40). Macroscópicamente se observa dilatación del sistema de conductos que le brindan un aspecto quístico (ya sea del conducto principal o accesorio), secundario a la producción excesiva de mucina. Las paredes del conducto presentan engrosamiento focal o difuso a lo lardo del mismo y formación de nódulos murales. En cuanto a la afección del sistema de conductos, se observan 4 variantes: Ectasia difusa del conducto principal. Ectasia segmentaria del Conducto principal. Ectasia ductal de ramas secundarias (localizada principalmente en la cabeza del páncreas o en el proceso uncinado). 18 Quistes multifocales, localizados de forma difusa, regularmente con uno de mayor tamaño, que predomina sobre los demás. El aspecto típico de las lesiones de rama principal es un quiste uni o multilocular que involucra al conducto principal, dilatándolo (más de 5 mm) de forma segmentaria o difusa, con áreas de la pared del conducto engrosadas, alternando con zonas de apariencia normal y proyecciones papilares hacia el interior del quiste. Las neoplasias de rama secundaria, semejan racimos de uvas, son lesiones multiloculadas, con quistes de diversos tamaños, que presentan comunicación identificable con el conducto principal, sin afectarlo. El contenido líquido varía de aspecto seroso a turbio, de color café claro. Es rico en mucina, que le confiere viscosidad, además de presentar acúmulos mucosos dispersos en su interior en ocasiones adheridos a la pared. El epitelio del quiste posee aspecto papilar, granular o aterciopelado. El parénquima pancreático distal es pálido y firme reflejando cambios por pancreatitis obstructiva crónica. Cuando hay invasión, el tejido adyacente al quiste, presenta áreas gelatinosas inmersas en tejido fibrótico. Histológicamente el epitelio está constituido de células columnares, mucoproductoras, células caliciformes y algunas neuroendocrinas; pueden observarse células de Paneth, y células con metaplasia intestinal, gástrica, oncocítica o pancreatobiliar. El epitelio forma estructuras papilares y pseudopapilares, en algunas zonas se observa adelgazado y denudado. Coexisten diversos grados de displasia dentro de la misma lesión. Los quistes con bajo grado de displasia, mostrarán células uniformes con núcleos basales y escasas mitosis. Los quistes con displasia de alto grado mostrarán estructuras papilares complejas, neovascularización, atipia celular importante y abundantes mitosis. La presencia de componente invasivo, ocurre en el 50-65% de los casos a 6 años(1-4). Existen 4 subtipos histológicos de IPMN, cada uno de ellos con diferentes grados de agresividad y comportamiento biológico(1-3, 6, 41). IPMN TIPO GÁSTRICO-FOVEOLAR Este subtipo es el más frecuente, asociado a las IPMN-BD, con bajo grado de agresividad y bajo porcentaje de progresión a carcinoma invasivo; sin embargo una vez que este último se desarrolla, su comportamiento es agresivo, similar al del adenocarcinoma ductal de páncreas. Por estar asociadas a lesiones de rama secundaria, macroscópicamente presentan el aspecto característico en racimo de uvas y se localizan en la periferia del páncreas. A nivel histológico se caracterizan por la presencia de células con núcleos basales, citoplasma claro y mucina apical; poseen un aspecto similar al del epitelio gástrico foveolar. 19 Tabla 3. CARACTERÍSTICAS INMUNOHISTOQUÍMICAS DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS (1-3, 6). DIFERENCIACIÓN INMUNOHISTOQUÍMICA DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS Y EL ADENOCARCINOMA DUCTAL SCA MCN BENIGNA IPMN BENIGNA ADENOCARCINOMA DUCTAL SPN Positivo para Positivo para Positivo para Positivo para Positivo para Citoqueratinas 7, 8, 18, 19. Revestimiento epitelial MUC5 MUC 1 Vimentina Ca 19-9 Citoqueratinas 7, 8, 18, 19, 20. MUC2 MUC 3 CD10 B 72.3 Antígeno de membrana epitelial. Ca 19-9 MUC 5/6 CD56 β-catenina ACE Antígeno de membrana CA 19-9 Enolasaneuroespecífica α inhibina Células neoplásicas con diferenciación gástrica: Marcador de mucina M1 y PGII, marcadores de mucina intestinal CAR-5 y M3SI Citoqueratinas 7, 8, 18, 19. DUPAN 2 α 1-antitripsina Cél neoplásicas de tipo pancreático Marcador de mucina DUPAN-2 y Ca 19-9 c-erbB-2 positivo en lesiones borderline y displasia de alto grado) SPAN-1 Receptores de Estrógenos p53 se encuentra presente en más del 10% de las células neoplásicas en 20% de las MCN y se correlaciona con neoplasias malignas. p53 (31% de las IPMN) asociado a adenocarcinoma CA 125 α 1-antiquimiotripsina MUC5AC B72.3 TAG 72 Negativa para: MUC2 DUPAN-2 (en bajo porcentaje de células) ACE En menor grado: sinaptofisina ACE Marcadores de cel neuroendocrinas < 5% de las células CK4 Citoqueratina 20 CK 7,8,18,19 Cromogranina A Estroma ovárico: MUC1 Negativo en adenomas / positivo en carcinomas Tripsina Receptores de estrógeno MUC2 Positivo en adenomas / negativo en carcinomas tipo intestinal Receptoresde progesterona Negativa para: Inhibina *Células positivas a la tinción con Azul alcian: Adenomas contienen mucina neutra, carcinomas presentan sialomucina. Vimentina, sinaptofisina, quimiotripsina, lipasa, CK20 MUC2. Vimentina Presencia de PCNA y Ki67 indican progresión de adenoma a carcinoma. Calretina Hormona gonadotropina coriónica Desmina Actina 20 El epitelio ductal de estas lesiones es plano, no forma proyecciones papilares. Las células neoplásicas se extienden por el sistema de conductos infiltrando el parénquima y sustituyendo las células acinares por células mucoproductoras. Inmunohistoquímica: Las células son positivas para MUC5 y MUC6, y negativas para MUC1 y MUC2(2, 3, 6, 15). IPMN TIPO INTESTINAL La mayoría de las IPMN-MD presentan este tipo de diferenciación. Su principal localización es la cabeza del páncreas, aunque puede encontrarse a lo largo de todo el conducto incluyendo al ámpula de Vater. En los casos de displasia de alto grado, se observan gran cantidad de proyecciones papilares y engrosamiento del epitelio ductal infiltrante, así como células en anillo de sello. Las lesiones extensas y complejas pueden contener áreas de carcinoma invasivo de tipo coloide que infiltra al estroma, mostrando lagunas mucoides y escasas células. Histológicamente posee un patrón similar al epitelio velloso intestinal, con expresión difusa de los marcadores inmunohistoquímicos CDX2, MUC2 y MUC5, no expresa MUC1. La sobrevida para lesiones invasivas de este tipo, es de 5 años post resección a diferencia del adenocarcinoma ductal de páncreas, cuyo comportamiento es agresivo y su sobrevida es menor.(2, 4, 15, 42) IPMN TIPO PANCREATO-BILIAR Es el subtipo menos frecuente y menos caracterizado; ocurre también en IPMN de conducto principal. Se encuentra formado por células cuboideas, dispuestas en un patrón cribiforme y arborizado, con alto grado de atipia, gran número de mitosis y nucléolo visible, pleomórfico, por el alto del grado de replicación celular. Es considerado por algunos como la versión agresiva del subtipo gástrico-foveolar. Expresa MUC1 y MUC5. Es negativa a MUC2 y CDX-2. Macroscópicamente tiende a formar proyecciones papilares prominentes hacia el interior del quiste. El carcinoma invasivo asociado a este tipo de diferenciación celular, es de tipo tubular, con comportamiento sumamente agresivo similar al adenocarcinoma ductal(2, 15). IPMN TIPO ONCOCÍTICA Se caracteriza por presentar células oncocíticas alargadas, con citoplasma eosinófilo granular y abundantes mitocondrias organizadas en núcleos dispersos en un patrón complejo arborizado con proyecciones papilares del epitelio hacia la luz del quiste, formando nódulos dentro del conducto principal. Pueden observarse células aglobadas dentro de la lesión. El tumor expresa núcleos focalizados de células positivas a MUC6, MUC1, MUC2 y MUC5. 21 Son lesiones extensas con bajo grado de progresión a neoplasia invasiva. El carcinoma invasor asociado a esta neoplasia mantiene las características citológicas oncocíticas.(2, 4, 6, 42) Las IPMN se clasifican morfológicamente, de acuerdo al conducto del cual se originan, a continuación se menciona cada tipo y sus características clínicas(12, 13): A) NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSA DE CONDUCTO PRINCIPAL Constituyen del 21 al 36% de las IPMN. Presenta un rango de transformación maligna que va del 36 al 100% en promedio 61.6%. La frecuencia de carcinoma invasivo en lesiones resecadas, es del 43%(6, 16). Involucran al conducto principal. La mayoría son sintomáticos, ocasionando dolor difuso y eventos de pancreatitis. Tabla 4. CARACTERÍSTICAS INMUNOHISTOQUÍMICAS DE LAS IPMN.(3, 42) INMUNOHISTOQUÍMICA DE LAS IPMN TIPO HISTOPATOLÓGICO MUC1 MUC2 MUC5AC MUC6 CDX2 IPMN* INTESTINAL - ++ ++ - ++ PANCREATOBILIAR ++ - ++ + - GÁSTRICO - - ++ - - ONCOCÍTICO + - + ++ - NITPM** + - - ++ - *Neoplasia Intraductal papilar mucinosa** Neoplasia Intratubulo-papilar-mucinosa Su localización más frecuente es la cabeza del páncreas, sólo un tercio de los casos se localizan en cuerpo y cola, produciendo ectasia segmentaria del conducto principal. Puede afectar a todo el conducto, dilatándolo en forma difusa y torutuosa, siendo difícil su diferenciación de la pancreatitis crónica. Ocasionan dilatación del conducto por exceso en la producción de mucina, considerando como parámetro normal un diámetro < 5 mm; entre 5 y 9 mm se considera “dato de alarma” y por arriba de 10 mm de diámetro, se considera estigma de alto riesgo para presencia de carcinoma(12, 15, 18). De acuerdo a su evolución natural, deben ser resecados al momento del diagnóstico si las condiciones del paciente lo permiten. Histológicamente se observan zonas de 22 displasia de diversos grados, desde leve hasta carcinoma invasivo, dentro de la misma lesión(6, 15, 37). Para lesiones invasivas, la recurrencia postoperatoria oscila en un 67%, mientras que para lesiones no invasivas, con márgenes negativos a displasia de alto grado, el riesgo es del 20%(6, 14). B) NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSA DE RAMA SECUNDARIA Son neoplasias originadas a partir de conductos secundarios que tienen comunicación directa con el conducto principal. Conforman el 40-50% de las IPMN. Su progresión maligna ocurre en el 25% de las lesiones y se presentan en pacientes más jóvenes en comparación con las IPMN-MD. Regularmente son multifocales, el tratamiento se basa en el consenso internacional 2012(6, 14, 15). En la mayor parte de los casos su manejo es conservador, con seguimiento imagenologico. Si aumenta de tamaño a más de 3 cm o presenta progresión en su morfología adquiriendo datos de alarma, deberá realizarse ultrasonido endoscópico con BAAF guiada para determinar la terapéutica a seguir. Algunos grupos defienden la postura de resecar estas lesiones siempre que la condición del paciente lo permita por el riesgo latente de progresión maligna. Incluso algunos estudios han demostrado que entre un 25 y 46% de las IPMN-BD, sin estigmas de alto riesgo, y con tamaño menor a 3 cm, presentan displasia severa, por lo que sugieren resección quirúrgica dado que las tasas de morbilidad y mortalidad asociadas han mejorado, principalmente en centros de referencia.(43-45). Al respecto Sahora et.al., publica en 2013 un estudio en el que analiza las controversias al respecto del manejo conservador de las IPMN-BD con estigmas de bajo grado, evaluando el desarrollo de carcinoma de páncreas en estas últimas, basándose en series de casos y concluyendo que los criterios establecidos en los consensos 2006 (Sendai) y 2012 (Fukuoka) no diagnostican el 8.8% y el 6.5% respectivamente, de las IPMN-BD con displasia severa, y que estos porcentajes se duplicarían si no se tomara en consideración el tamaño de las lesiones (mayor a 3 cm) y solo se tomara en cuenta la ausencia de datos de alarma para decidir un manejo conservador de estas lesiones. Sin embargo, en dicho estudio concluye que a pesar de estos porcentajes subdiagnosticados, el realizar cirugía resectiva a todas las IPMN- BD, aumentaría de sobremanera la morbi-mortalidad asociada al procedimiento quirúrgico, por lo que hasta que no surjan nuevas evidencias y se comprenda mejor la evolución natural de las IPMN-BD, los criterios terapéuticos deben basarse en las recomendaciones internacionales establecidas en el consenso(6, 43, 44, 46). C) NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILAR MIXTA Constituyen del 28 al 41% de las IPMN. Cumplen características morfológicas de las IPMN-MD y de IPMN-BD. Su presentación clínica y su comportamiento biológico son cartacterísticos de la IPMN-MD y su tratamientose rige en función de estas últimas(37). Presentan multifocalidad, con un quiste dominante. 23 VII. NEOPLASIA INTRADUCTAL TUBULO-PAPILAR MUCINOSA Para el año 2010, la OMS presenta en su nueva edición de “Patología y genética de los tumores del sistema digestivo”, un nuevo subtipo de NQP, denominada Neoplasia intraductal tubulo papilar mucinosa, son lesiones raras, ocurren en el 3% de las NQP, poseen la misma prevalencia entre hombres y mujeres, y su edad de presentación es entre los 55 y 60 años.(2, 42) Su sintomatología es inespecífica: dolor abdominal, pérdida de peso y vómito. Se presentan como lesiones nodulares, sólidas, que presentan crecimiento dentro de la luz de los conductos pancreáticos dilatados. Es raro que se presente como formaciones quísticas. El parénquima pancreático distal a la tumoración desarrolla atrofia y esclerosis. El 50% se presentan a nivel de cabeza de páncreas y el 30% de forma difusa en la totalidad del conducto. A nivel histológico muestra proyecciones papilares formando glándulas secretoras. Las células muestran alto grado de atipia celular, mitosis y diferenciación ductal, positivas para CK7 y CK19, MUC1 y MUC6(2, 42). Se asocian a carcinoma invasivo en el 40% de los casos, aunque su pronóstico es mejor que el del adenocarcinoma ductal, mostrando sobrevida de 5 años(1, 2, 6). VIII. NEOPLASIA SÓLIDA-QUÍSTICA PSEUDOPAPILAR No son lesiones quísticas como tal, ya que inician como tumores sólidos con neovascularización extensa que resulta insuficiente dando lugar a zonas de necrosis y hemorragia que forman cavernas y espacios quísticos de forma secundaria. Se le conoce también como tumor de Frantz, debido a que fue el primero en describirla en 1959. Representan del 4-7% de las neoplasias quísticas de páncreas. Ocurren en mujeres jóvenes en un 88% de los casos, con edad promedio de presentación de 33 años y rango de 14 a 60 años. Su localización más frecuente es en cuerpo y cola de páncreas (69%). Su tamaño varía entre 2 y 30 cm. Se encuentran asociados a la mutación del gen CTNNB1.(1, 2, 6, 22, 31, 47, 48). Presentan un riesgo latente de transformación maligna por lo que al ser diagnosticadas, deben resecarse. La OMS los clasifica como lesiones limítrofes y carcinomas de bajo grado. No hay una lesión benigna asociada a este tipo de neoplasia (Tabla 1). Se considera que estos tumores se originan a partir de células pluripotenciales de la cresta gonadal que fueron incorporadas al páncreas durante la embriogénesis y son capaces de presentar doble diferenciación: endocrina y exocrina(1, 2, 23, 28). Su diagnóstico es incidental, llega a presentarse de forma inespecífica con dolor abdominal, sensación de plenitud, náusea, vómito, masa palpable en epigastrio, 24 saciedad temprana o pérdida de peso. La ictericia es poco común y ocurre en lesiones localizadas a nivel de la cabeza. Se han reportado cuadros de abdomen agudo en lesiones de gran tamaño que cursan con ruptura y hemorragia. Dentro de sus características radiológicas, se observa una lesión sólida con componente sólido en la periferia, en ocasiones calcificado, centro quístico de aspecto heterogéneo, cribiforme, con zonas de hemorragia, sin septos. Solo un 25 a un 50% de las lesiones, llegan a quirófano con un diagnóstico preciso(1, 11, 49). El tipo de cirugía depende de la localización del tumor. Para los tumores en cuerpo y cola de páncreas, se recomienda la pancreatectomía distal con preservación pilórica y esplénica, el abordaje laparoscópico ha mostrado buenos resultados. Cuando el tumor se encuentra en la cabeza del páncreas, el tratamiento de elección es la pancreatoduodenectomía (Whipple). Se han descrito otras resecciones poco anatómicas como la pancreatectomía central o la enucleación, sin embargo, presentan mayor grado de complicaciones y desarrollo de fístulas. Son lesiones malignas de bajo grado, el hecho de presentar metástasis o invasión locorregional incluso de estructuras vasculares (vena porta o mesentérica) no contraindican el procedimiento resectivo. El pronóstico es favorable, con bajo índice de recidiva y sobrevida mayor a 5 años tras la resección del tumor primario y las metástasis(6, 50). Macroscópicamente la apariencia varía de acuerdo con el tamaño del tumor. Los tumores pequeños son de apariencia sólida, sin cápsula. Los tumores de mayor tamaño, presentarán seudocápsula fibrosa, con zonas de necrosis, hemorragia y áreas quísticas llenas de detritus celulares, con aspecto cribiforme y pseudopapilar en la periferia. Se encuentran bien demarcados del tejido parenquimatoso adyacente. Cuando presentan necrosis y hemorragia extensas, es común confundirlos con pseudoquistes complicados. A nivel histológico el tejido monomórfico que forma la cápsula tumoral presenta grados diversos de esclerosis, calcificación e incluso osificación; está formado por células polihédricas uniformes, PAS (+), con citoplasma eosinofílico y vacuolas de colesterol, con núcleos uniformes y ovalados; inmersas en tejido fibrovascular que se extiende de la periferia al centro(1-3). En el análisis inmunohistoquímico las células neoplásicas son positivas para vimentina, CD10, CD56, beta-catenina y negativas para cromoganina A. Hasta el 90 % son positivos para la enolasa-neuroespecífica, alfa1-antitripsina y receptores de estrógenos (Ver tabla 3). La utilidad de la inmunohistoquímica en este tipo de lesiones al igual que en todas las neoplasias quísticas del páncreas es que nos ayuda a realizar diagnóstico diferencial entre cada una de ellas y su grado de malignidad, lo que nos habla del pronóstico y el seguimiento.(1-3, 6). Presentan receptores de estrógeno y progesterona, que aunque su patogenia es desconocida, sugieren que su crecimiento depende del estímulo hormonal. 25 No se conoce la respuesta de estas lesiones a terapias adyuvantes como la quimioterapia o la radioterapia(50). Existen otras lesiones quísticas de páncreas, como los adenocarcinomas quísticos, las neoplasias neuroendócrinas quísticas y los quistes epiteliales benignos. A continuación se mencionan las características del quiste linfoepitelial de páncreas en relación a nuestra serie de casos. IX. QUISTE LINFOEPITELIAL DE PÁNCREAS Es una neoplasia quística benigna, extremadamente rara, descrita por primera vez en 1985, fecha a partir de la cual han surgido algunos reportes de casos. Se presentan con igual prevalencia en ambos sexos. Su presentación clínica es inespecífica, algunos casos con pancreatitis asociada por compresión del sistema de conductos(1, 51). Su diagnóstico es incidental, en estudios de imagen, se observará una lesión quística, bien delimitada, de pared delgada, unilocular, sin componentes sólidos en su interior, con menor frecuencia forma un patrón multilocular. En imagen de ultrasonido se observa una lesión hipoecogénica con ecos en su interior y pared hiperecogénica delgada. En TC se observa una lesión de baja atenuación rodeada por una capa delgada o septada, la cual presenta realce tras la aplicación de contraste. No se observan detritus en su interior(42). Por resonancia magnética, los quistes se observan hipointensos en T1 e hiperintensos en T2. El diagnóstico se realiza con otras lesiones quísticas de páncreas, principalmente el pseudoquiste pancreático. Macroscópicamente son lesiones bien delimitadas, que no infiltran tejidos adyacentes, de superficie lisa, uniloculares, el contenido del quiste es espeso, blanquecino, con detritus, abundante en queratina y en ocasiones colesterol. A nivel histológico, la cápsula está formada por una capa de epitelio escamosos estratificado con infiltrado linfocitario abundante.(1, 42) El tratamiento de estas lesiones es conservador, a menos que sean sintomáticas, o en las que no se pueda realizar un diagnóstico diferencial principalmente con neoplasias quísticas de páncreas, deberánser resecadas. El pronóstico es favorable, con baja morbi-mortalidad asociada.(42, 51, 52) Conociendo las características anteriores para cada una de las NQP mencionadas, se entiende la importancia del diagnóstico radiológico ya que en él se basan los criterios terapéuticos. La transformación maligna no es proporcional al tamaño de la lesión en todos los casos, el tiempo de evolución y la estirpe histológica juegan un papel importante en la toma de decisiones para cada subtipo. 26 X. MÉTODOS DE IMAGEN UTILIZADOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE LAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS SUS CARACTERÍSTICAS Los métodos de imagen sin duda constituyen el avance más importante para el diagnóstico, caracterización, manejo y seguimiento de las Neoplasias quísticas del páncreas, ya que como se ha mencionado con anterioridad, son lesiones que cursan con síntomas clínicos inespecíficos. Es a partir del auge y desarrollo de los métodos diagnósticos que se han normado los lineamientos terapéuticos para cada una de ellas a nivel internacional(5, 15, 24). Los grupos de expertos, se han enfocado a identificar el método diagnóstico con mayor sensibilidad, especificidad y accesibilidad para diagnosticar NQP, los resultados arrojan índices de discordancia entre diagnósticos imagenológicos y el resultado histopatológico de entre el 20 y el 30% a pesar del uso de las técnicas con mejor precisión diagnóstica(38, 44, 47, 53-56). Existe una clasificación de las NQP en cuanto a su morfología por imagen, la cual es ampliamente utilizada porque facilita la clasificación e identificación del tipo de NQP en base a elementos sencillos, clasificándolos como unilocular, multilocular, microquístico o heterogéneo(11, 53). A continuación se mencionan las técnicas de imagen utilizadas en la valoración de las neoplasias quísticas del páncreas, así como sus ventajas, desventajas y las características que podemos observar. Ultrasonido abdominal convencional Tomografía computada (TC) Resonancia magnética / colangio-resonancia magnética (RM/CRM) Tomografía por emisión de positrones, (PET/PET-CT) Colangio-pancreatografía-retrógrada endoscópica (CPRE) Ultrasonido endoscópico (USE) c/s toma de biopsia por aspiración con aguja fina (FNA). XI. ULTRASONIDO ABDOMINAL Fue el primer método que permitió obtener la imagen del páncreas de forma no invasiva. Tiene ventajas sobre otros métodos de imagen más sofisticados debido a su accesibilidad y bajo costo en México y en el mundo. Suele ser el estudio inicial en el estudio de la patología pancreática. No requiere preparación especial, únicamente ayuno. Ha tenido grandes y continuos avances: calidad de las imágenes, resolución, aplicación de Doppler, valoración de imágenes 3D y aplicación de contrastes ecorealzadores y elastografía, que permiten valorar las diferencias en cuanto a las densidades de los tejidos. Dentro de sus desventajas se encuentran: Su carácter enteramente operador- dependiente, confiable sólo en manos expertas; la dificultad para visualizar la parte 27 distal del páncreas por interposición de gas en el colon, presencia de grasa subcutánea, y tamaño pequeño del lóbulo hepático izquierdo ya que siendo así, no brinda ventana adecuada para observar al páncreas. Identifican adecuadamente la localización de la lesión, su tamaño y su composición (sólida o quística). Sin embargo posee baja sensibilidad para establecer el diagnóstico específico de las NQP, con una certeza diagnóstica del 27%. Las técnicas de Doppler 3D, tienen como objetivo principal, brindar una mejor imagen de la vascularidad adyacente al órgano estudiado, en este caso el páncreas. Los contrastes ecorealzadores, se aplican vía intravenosa y difunden a través de los tejidos, mostrando diferencias en la ecogenicidad de los mismos, que van en relación directa con su densidad, demarcando lesiones específicas(12). La elastografía, tiene un objetivo similar, al conseguir identificar diferencias en las densidades de diversos órganos y lesiones. CARACTERÍSTICAS ECOGRÁFICAS DEL PÁNCREAS NORMAL El parénquima es homogéneo, hiperecogénico o isogénico al parénquima hepático, de bordes levemente lobulados. En pacientes de mayor edad, se observa infiltración grasa lo que le confiere mayor ecogenicidad. Tiene una longitud aproximada de 12 a 15 cm. La cabeza tiene diámetro anteroposterior promedio de 2.6 cm. El conducto pancreático tiene un diámetro normal de 2 a 3 mm y un trayecto recto, sin embargo pocas veces se visualiza. La vasculatura no se observa regularmente. CARACTERÍSTICAS ULTRASONOGRÁFICAS ENCONTRADAS EN ALGUNAS NEOPLASIAS QUÍSTICAS DE PÁNCREAS: A. NEOPLASIAS QUÍSTICAS SEROSAS Presentan tres patrones morfológicos característicos: microquístico (60%), en panal de abejas (30%) y macroquístico (10%)((11). El objetivo de los métodos diagnósticos es la identificación de cada uno de estos y su diferenciación de otras neoplasias. Para el tipo microquístico, se realiza el diagnóstico diferencial con lesiones sólidas ya que este tipo de lesiones presentan densidad similar. Para el patrón macroquístico el diagnóstico diferencial se realiza con neoplasias quísticas mucinosas. El patrón en panal de abejas se considera patognomónico y es mejor observado cuando la cicatriz central está calcificada, incluso en los métodos menos sensibles como el ultrasonido(11). Los adenomas microquísticos son masas hipoecoicas, heterogéneas, multiloculares, bien definidos, circunscritos del resto del parénquima, con lobulaciones externas, por lo general localizados en cuerpo y cola. Dependiendo del tamaño de los quistes individuales (regularmente menores a 2 cm de diámetro cada uno) organizados del 28 centro a la periferia, el aspecto ultrasonográfico varia de una masa sólida bien definida y ligeramente hiperecogénica a una masa de aspecto parcialmente sólido con áreas quísticas, que le confieren un aspecto espongiforme(1, 2, 40). El patrón en panal de abejas consiste en numerosos quistes pequeños con microlagunas, separados por tabiques fibrosos formando una cicatriz central estrellada, que en un 30% de los casos se encuentra calcificada. Se observa como una imagen hipoecoica, heterogénea con cicatriz central hiperecoica. En estudios multicéntricos realizados en Japón, se ha determinado, que el ultrasonido convencional, identifica correctamente esta morfología (patrón en panal de abejas) en un 89.2%(11). La variedad oligoquística o macroquística, está formada por escasos quistes con diámetro mayor a 2 cm cada una o como quiste único. Se observa una imagen hipoecoica, lobulada, bien delimitada, frecuentemente localizada en la cabeza del páncreas, su cápsula presenta fibrosis y en ocasiones calcificaciones tanto en los septos como en la cápsula. Esta variedad se observa en un 10-20% de las neoplasias serosas y ultrasonográficamente es indistinguible de las neoplasias mucinosas del páncreas, por lo que deben usarse otros métodos para realizar el diagnóstico diferencial, incluso citología obtenida por biopsia guiada con ultrasonido endoscópico(11, 57). B. NEOPLASIAS QUÍSTICAS MUCINOSAS Son lesiones típicamente localizadas en el cuerpo y la cola del páncreas, de aspecto hipoecogénico, uni o multiloculares que consisten de un quiste de mayor tamaño dominante y otros de menor tamaño en su alrededor (en promedio 6 quistes), separados por septos, algunas zonas calcificadas entre los mismos. Es heterogéneo con respecto al parénquima circundante. Su cápsula es fibrosa, hiperecogénica, delgada y con calcificaciones que le confieren aspecto en cáscara de huevo en un 20% de estos quistes(33). Por su localización, no siempre son observables mediante esta técnica debido a la interposición del colon y la presencia de gas en este último. Dentro de sus consideraciones técnicas se sugiere la ingesta de agua al momento del estudio para utilizar a lacámara gástrica como ventana o en su defecto al lóbulo hepático izquierdo, aunque cuando este último es pequeño o se encuentra desplazado, no cumple dicho fin. La presencia de calcificaciones y el predominio de componente sólido sobre el quístico, así como engrosamiento capsular y presencia de nódulos murales mayores a 1 cm, son sugestivos de carcinoma invasivo. El diagnóstico diferencial se realiza con el cistadenoma seroso oligoquístico, ya que su morfología es muy similar(11, 57). 29 C. NEOPLASIA INTRADUCTAL PAPILAR MUCINOSA Las IPMN afectan al sistema de conductos pancreáticos ya sea al conducto principal o a los conductos accesorios. Su localización típica es en la cabeza del páncreas para las IPMN-MD, y en el proceso uncinado para las IPMN-BD. Las lesiones quísticas observadas pueden ser únicas (50%), multifocales en el 20 y 30% o afectar a toda la glándula en el 5-15%. Por ultrasonido, solamente es observable la presencia de una lesión quística a nivel de páncreas y su localización. No nos muestra elementos morfológicos ni características del conducto principal, para lo que se requieren técnicas de mayor resolución en imagen. El contenido quístico es hipoecogénico, con algunos ecos en su interior correspondientes a acúmulos de mucina. Los componentes sólidos, la pared del conducto y las zonas de fibrosis mostrarán un aspecto hiperecogénico así como algunas calcificaciones. Los acúmulos de mucina también pueden observarse adheridos a la pared y confundirlos con estructuras sólidas. Las calcificaciones muestran sombra acústica posterior(11). Distal a la neoplasia, se observa heterogeneidad del parénquima, secundario a cambios atróficos. El ultrasonido es un excelente método para identificar dilatación de la vía biliar, común en las IPMN invasivas, por su localización ya sea por compresión o invasión por contiguidad, además de observar el signo del doble conducto dilatado (colédoco y Wirsung) altamente sugestivo de malignidad. Se están desarrollando nuevas técnicas ultrasonográficas como la aplicación de contrastes intravenosos y la elastografía, aunque su disponibilidad aún no es amplia(26). La medición adecuada del diámetro del conducto, así como la caracterización de los elementos morfológicos: cápsula, nódulos murales, involucro del conducto principal, no son adecuadas por éste método diagnóstico. Por lo que su utilidad es baja para la identificación de IPMN. D. NEOPLASIA SÓLIDA SEUDOPAPILAR Se observan como masas heterogéneas, que aparecen en cualquier parte del páncreas. Lesiones pequeñas, se observan de aspecto hiperecogénico, lesiones de mayor tamaño, mostrarán heterogeneidad con áreas quísticas hemorrágicas hipoecogénicas en el centro. Por éste método diagnóstico, es indistinguible del pseudoquiste de páncreas(57). 30 E. QUISTE LINFOEPITELIAL DE PÁNCREAS Se observa regularmente como una lesión hipoecoica, única, uniloculada, con cápsula delgada, hiperecogánica y ecos dispersos en el interior del quiste. CARACTERÍSTICAS ULTRASONOGRÁFICAS SUGESTIVAS DE INVASIÓN Los hallazgos sugestivos de malignidad para cada una de las lesiones descritas presentarán además de lo ya mencionado para cada tipo, datos de invasión vascular y compresión de estructuras adyacentes(39, 57, 58): Con la aplicación de doppler color, aumento de la velocidad de flujo por la formación de fístulas arterio-venosas y disminución de la resistencia al mismo, secundario a neovascularización carente de paredes musculares. El Doppler color y pulsado pueden emplearse para valorar el atrapamiento de las estructuras venosas y arteriales, suboclusión o trombosis. El aumento focal de la velocidad del flujo arteria o venoso indica la presencia de compresión o atrapamiento del vaso. En la oclusión o la trombosis de la vena esplénica se observa interrupción del flujo, esplenomegalia y formación de colaterales en la región peripancreática, periportal y a lo largo de la pared gástrica. Es raro ver colaterales intrapancreáticas. El atrapamiento del tronco celiaco o de la arteria mesentérica superior por adenopatías regionales es fácilmente reconocido y puede ser el único signo de enfermedad invasiva. En los casos de carcinoma avanzado, se observa también ascitis. La principal utilidad del ultrasonido es distinguir entre lesiones sólidas y quísticas, así como ubicar su localización. Su sensibilidad y especificidad para la detección de neoplasias quísticas de páncreas oscilan entre el 70 y el 60% respectivamente y entre el 80 y 90% para distinguir entre lesiones benignas y malignas. Aunque su eficacia diagnóstica para otorgar un diagnóstico específico de ellas oscila alrededor del 25%. Es por lo regular el primer método diagnóstico utilizado en pacientes sintomáticos, es eficaz, rápido, económico, no invasivo y con una amplia disponibilidad. Sin embargo como veremos más adelante, no identifica componentes morfológicos específicos para cada lesión, ni realiza mediciones de los mismos, por lo que se sugiere complementar con otros métodos de mayor resolución en imagen como la tomografía y la resonancia magnética. (48, 59, 60). XII. TOMOGRAFÍA COMPUTADA De acuerdo a la capacidad del equipo utilizado, permite visualizar de 16 a 64 cortes axiales con espesor variable, los equipos más sofisticados logran efectuar hasta 320 cortes permitiendo un análisis minucioso y la realización de reconstrucciones en plano sagital. Es el método no invasivo más accesible después del ultrasonido. 31 La técnica de obtención de imágenes tomográficas para una adecuada valoración del páncreas consiste en la obtención de 2 fases: pancreática y portal: se emplea medio de contraste iónico con una concentración de 300 a 370 mgI/mL, utilizando entre 100 y 150 ml dependiendo del peso de cada paciente. Para la obtención de la fase pancreática se requiere infusión de 4 a 5 ml por segundo con cortes de 12.5 mm, obtenidos 40 segundos posterior a la inyección. Para la fase venosa portal se ocupa infusión de 3 ml por segundo, obteniendo cortes de 5 mm tras 70 segundos posterior a la inyección del contraste. Se realizan reconstrucciones coronales con cortes de 2.5- 3mm(57, 59). Las diferentes densidades de los tejidos, se expresan en términos de unidades Hounsfield de acuerdo a su patrón de atenuación en base a las densidades de otros tejidos o sustancias. A menor densidad del tejido, menor el valor de unidades Hounsfield. La administración de contraste intravenoso, favorece la identificación de lesiones tumorales, ya sea por hiper o hipovascularidad del tejido. Dentro de sus ventajas se encuentran su disponibilidad y la capacidad de realizar reconstrucciones. Dentro de sus desventajas la exposición a radiación (sobre todo en pacientes expuestos a radiación acumulada durante el seguimiento), reacciones adversas secundarias a la administración de contraste IV, y su contraindicación en pacientes con enfermedad renal. Densidades aproximadas de los diferentes tejidos, expresadas en unidades Hounsfield: ― 1000 UH.- Tejido pulmonar ― 100 UH.- Grasa ― 80 a ― 10.- Tejido subcutáneo con grasa 0 UH.- Agua 20 UH Parénquima renal 30 - 45 UH Páncreas 40 UH Hígado 60 UH Músculos 80 UH Sangre coagulada 200 UH Hueso trabecular 1000 UH Hueso compacto En un estudio tomográfico normal, se visualiza lo siguiente: El páncreas mide entre 12 y 15 cm, su localización es retroperitoneal. Se sitúa transversalmente, por delante de la columna vertebral, la aorta y la vena cava. Tiene una densidad aproximada de 40-55 unidades Hounfsield, isodenso en comparación con el parénquima hepático. El estómago se localiza anterior al cuerpo y cola del páncreas y el colon se sitúa sobre su cara antero-inferior. La cabeza del páncreas se encuentra en estrecha relación con el duodeno a la derecha, la vena mesentérica superior y la vena cava inferior. A nivel del cuello del páncreas,
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