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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO FACULTAD DE MEDICINA THE AMERICAN BRITISH COWDRAY MEDICAL CENTER, I.A.P. DEPARTAMENTO DE MEDICINA CRITICA RELACIÓN DE LA PARADOJA DE LA OBESIDAD CON CONTEO LINFOCITARIO EN SEPSIS DRA. BRAULIA AURELIA MARTÍNEZ DÍAZ ASESOR DE TESIS DR. JUVENAL FRANCO GRANILLO PROFESOR TITULAR DEL CURSO CIUDAD DE MÉXICO AGOSTO 2018 T E S I S P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E: ESPECIALISTA EN MEDICINA CRITICA P R E S E N T A : DRA. ALMA ROSA CONTRERAS CONTRERAS UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 HOJAS DE AUTORIZACIÓN DOCTOR AQUILES RAFAEL AYALA RUIZ JEFE DE LA DIVISIÓN DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN CENTRO MÉDICO ABC DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO FACULTAD DE MEDICINA U.N.A.M. DOCTORA. BRAULIA AURELIA MARTINEZ DIAZ ASESOR DE TESIS MÉDICO ADSCRITO AL DEPARTAMENTE DE MEDICINA CRÍTICA “DR MARIO SHAPIRO” CENTRO MÉDICO ABC DOCTOR JUVENAL FRANCO GRANILLO PROFESOR TITULAR DEL CURSO DE ESPECIALIZACIÓN EN MEDICINA CRÍTICA JEFE DEL DEPARTAMENTE DE MEDICINA CRÍTICA “DR MARIO SHAPIRO” CENTRO MÉDICO ABC 3 DOCTORA JANET SILVIA AGUIRRE SÁNCHEZ SUBJEFE DEL DEPARTAMENTO DE MEDICINA CRÍTICA “DR MARIO SHAPIRO” CENTRO MÉDICO ABC DOCTOR GILBERTO CAMARENA ALEJO SUBJEFE DEL DEPARTAMENTE DE MEDICINA CRÍTICA “DR MARIO SHAPIRO” CAMPUS SANTA FÉ CENTRO MÉDICO ABC Estudio aprobado por el Comité de ética e Investigación del Centro Médico ABC con el registro TABC-19-37. 4 AGRADECIMIENTOS A dios Por ser la luz que día tras día ilumina mi camino. A mi Familia A los seres humanos que me brindaron la oportunidad de realizarme como ser humano, por el cariño, la dedicación, la paciencia y sobre todo por la fe que ponen en mí. Con quienes siempre he contado en las buenas y en las malas, brindándome el apoyo y la confianza necesaria para ser mejor cada día, enseñándome los valores de una verdadera familia. Es tanto lo que les debo, que solo les puedo decir, gracias, los amo. A mis amigos y compañeros: A todos aquellos que han fortalecido el significado de la palabra amistad y compañerismo, somos parte de una familia alterna que ha sido pilar en mi vida, gracias por todo, éxito en sus vidas. A mis profesores “Si estas planeando para un año, planta arroz; si estas planeando para una década, planta árboles; si estas planeando para una vida entera, planta educación”. Gracias a los jefes y médicos adscritos del departamento de Medicina Critica ̈ Mario Shapiro¨, por todo lo que me ha enseñado y por ayudarme a crecer como persona, es un orgullo decir que soy egresada de su curso de especialización médica. Todo mi cariño y respeto por siempre. 5 INDICE I. Resumen………………………………………………………………………...….6 II. Marco Teórico …………………………………………………..……………….….7 III. Planteamiento del problema……………………………………..………………24 IV. Justificación………………………………………………………….………........24 V. Objetivos …………………………………………………………………….........26 VI. Hipótesis …………………………………………………………………............26 VII. Metodología de la investigación……………………………………..…………..27 Diseño de estudio………………………………………………………………… 27 Materiales y métodos ………………………………………………….…………27 Universo de estudio……………………………………………………….27 Tamaño de muestra……………………………………………………….27 Criterios de selección……………………………………………………..27 Definición de variables…………………………………………………….28 Descripción de procedimientos………………………………..…………32 Analisis estadístico………………………………………………………..32 VIII. Resultados ………………………………………………………….....................33 IX. Discusión ………………………………………………………….......................35 X. Conclusión ………………………………………………………….....................39 XI. Bibliografía …………………………………………………………….................40 6 I. RESUMEN La obesidad es un estado inflamatorio crónico caracterizado por el aumento del tejido graso.1 Sin embargo, la naturaleza de esta inflamación es única comparada con la respuesta inflamatoria clásica empleada en la defensa del huésped y en el reconocimiento a patógenos, teniendo un gran impacto en el control metabólico del flujo de nutrientes. A esta respuesta en la literatura le llaman “meta-inflamación” la cual es de baja intensidad, constante en el tiempo y con mejor respuesta en muchos tejidos metabólicos importantes en la regulación de nutrientes, como el hígado, musculo, páncreas y tejido adiposo.2 Teóricamente los pacientes obesos tienen mayor riesgo de mortalidad por el riesgo cardiovascular que con lleva el aumento de tejido adiposo,3 sin embargo, en la sepsis y choque séptico existen reportes donde el sobrepeso y obesidad son factores protectores ante mortalidad, llamándose este fenómeno como paradoja de la obesidad, no existiendo la causa especifica de este fenómeno, sin embargo, se tiene la teoría que estas morbilidades tienen un estado inflamatorio pre condicionado, y este incluye mediadores tanto de la inmunidad innata como adaptativa.4,5,6 Siendo un marcador de inmunidad adaptativa, el conteo linfocitario y existiendo múltiples estudios en sepsis, donde reportan a la linfopenia como un marcador de inmunosupresión que lleva a un peor curso clínico y mayor mortalidad.7 Por lo que el presente proyecto pretende tratar de explicar alguna causalidad de la paradoja de la obesidad en pacientes sépticos, teniendo en cuenta el conteo total linfocitario, una prueba de fácil acceso y bajo costo, con una relación directa con mortalidad. Dándonos un punto más a considerar al valorar un paciente con sepsis y choque séptico, para tener en cuenta el curso clínico y pronóstico y así orientar la toma de decisiones para el manejo adecuado y precoz. Así mismo abriendo campos para investigación de nuevas terapéuticas basadas en la respuesta inmune del paciente con sepsis y con choque séptico. 7 II. MARCO TEORICO INTRODUCCIÓN A lo largo de la historia la visión de la obesidad ha sido dinámica. Antes del siglo XX, el exceso de peso era asociado con mejor salud, opulencia y fortaleza, poniéndolo en el arte, la literatura y la política como un rasgo deseable. En 1905, Osler describió a la obesidad como “moralmente reprensible e indeseable”, posteriormente los psiquiatras Freudianos de la década de 1940 describieron al individuo con sobrepeso como un adulto emocionalmente niño, afectivo e intensamente reactivo. En 1960, la percepción de la obesidad fue indeseable, vinculándose con problemas de salud física y mental.8 Sin embargo, dicho estado mórbido ha ido en incremento en las últimas décadas.1 Anteriormente el sobrepeso y obesidad se consideraban problemas de salud propios de los países con ingresos altos, sin embargo, actualmente ambos trastornos han aumentado en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos medianos.1 La Organización de las Naciones Unidas reportaronque mientras la desnutrición y el hambre han disminuido, las tasas de obesidad y sobrepeso han aumentado en todos los países de América Latina y el Caribe, con un impacto mayor en mujeres y una tendencia al alza en niños y niñas, con una cifra alarmante de 41 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso y obesidad.1,9 Con respecto a el costo económico, se ha reportado que, comparado con individuos de peso normal, los pacientes obesos incrementan el 46% del gasto por paciente, con 27% más visitas médicas y el incremento del 80% en gastos por prescripción de fármacos. Nguyen reporto el costo aproximado de una hospitalización de los pacientes con sobre peso y obesidad en 15917 dólares.10 Y el costo en general de la obesidad en Estados Unido de América, aproximadamente es de 147 billones de dólares.11 8 OBESIDAD EN PACIENTES CRITICAMENTE ENFERMOS Cerca de un tercio de los pacientes que ingresan a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) son obesos y siguiendo el patrón de crecimiento de esta morbilidad, seguirá aumentado el ingreso de estos pacientes en el transcurso de los siguientes años.12 Debido a la mayor cantidad de tejido adiposo que tienen, presentan cuestiones físicas y no físicas que implican cierta atención especial para el manejo y monitorización en una unidad de cuidados intensivos, por ejemplo, en ocasiones dificultan algunos procedimientos o colocación de instrumentos para la monitorización de un paciente crítico, como la colocación de accesos vasculares, el manejo instrumentado de la vía aérea o el uso de mascarillas de ventilación, existiendo evidencia de esto, a través de lo demostrado por el doctor Frat y cols, donde compararon la intubación orotraqueal y sus complicaciones entre 82 pacientes obesos y 124 no besos, demostrando que los obesos tenían mayor dificultad para intubación (15 vs 6%) y presentando mayor estridor post-extubación (15 vs 3%).13 Así mismo los pacientes obesos tienen la capacidad residual funcional disminuida, y una caja torácica restrictiva, por lo tanto, no toleran periodos de apnea largos, tienen mayor alteración de la ventilación, presentan mayor frecuencia de atelectasias, hipoxemia y un mayor requerimiento de PEEP. Adicionalmente, técnicas comunes para el diagnóstico y monitorización, como el ultrasonido, se dificulta realizarlas y en ocasiones no son posibles llevarlas a cabo. Estudios tomográficos o de resonancia magnética, en la mayoría de los equipos para realizarlas, tienen un límite de peso. La movilidad de estos pacientes se dificulta y con ello todo lo que conlleva la inmovilización de un paciente en hospitalización.12 También, estos pacientes obesos presentan cambios no físicos, que influyen en su manejo en la unidad de terapia intensiva, predominantemente se tratan de cambios metabólicos, con susceptibilidad para descontrol hiperglucémico y cambios que afectan en gran forma a la farmacocinética de los fármacos que se aplican ya que estos pacientes tienen un mayor volumen extracelular y mucho más tejido adiposo.12 9 Todo esto nos lleva a pensar en los pacientes con sobrepeso y obesidad como una población que amerita especial atención en su manejo, monitorización y comportamiento biológico y fisiológico ante las distintas enfermedades que los llevan a un estado crítico. De hecho, diversos estudios han mostrado una asociación entre la obesidad y el aumento de la utilización de recursos en la unidad de terapia intensiva, secundario a mayor estancia en la unidad, mayores días de ventilación mecánica.6 PARADOJA DE LA OBESIDAD EN PACIENTES CRITICOS Se tiene claro que los pacientes obesos tienen más tiempo viviendo en condiciones de comorbilidad, con respecto a pacientes no obesos,3 teóricamente eso los hace más susceptibles para desarrollar mayores alteraciones fisiológicas y tener menor reserva orgánica disponible para compensar el estrés en una enfermedad critica,14 sin embargo, a pesar de estos factores, las múltiples investigaciones realizadas no han logrado demostrar de manera contundente los efectos adversos de la obesidad en pacientes críticamente enfermos, de hecho, existen múltiples reportes que sugieren un efecto protector de la obesidad, también llamado, sobrevida paradójica de la obesidad. Dicho fenómeno se describió por primera vez en 1999 por el Doctor Fleischmann y colaboradores en 1346 pacientes en hemodiálisis, reportando mayor sobrevida a un año, en pacientes con IMC mayor de 27.5 que aquellos con IMC menor de 20 (P <0.01).15 Por lo que existen múltiples reportes de esta paradoja que presenta la obesidad, sin embargo, en un estudio recientemente publicado, el doctor Khan y cols reportan resultados compatibles con el estudio Framingham,3 es decir que, en la población general, la obesidad y sobrepeso de asocia con mayor morbilidad cardiovascular y mortalidad, comparada con pacientes con IMC normal. Sin embargo existe evidencia que en los pacientes críticamente enfermos, los pacientes con sobrepeso y obesidad presentan menor mortalidad con respecto a pacientes con 10 peso normal y bajo peso, aunque esto se ha investigado en diversos estudios multicéntricos, no se ha logrado realizar estudios sistemáticos, con cohortes representativos en distintos niveles regionales o nacionales, así como no se ha logrado estratificar el riesgo específico de la obesidad en ciertas poblaciones de pacientes de la unidad de cuidados críticos.16 De hecho, ciertos autores reportan un patrón de la sobrevida de los pacientes de la unidad de Cuidados Intensivos, en forma de U, es decir con un aumento en la mortalidad en los pacientes con IMC normal y en los extremos de este índice (IMC <18.5 y >40) y con menor mortalidad aquellos pacientes con sobrepeso y obesidad grado 1 y 2. Por lo que se sabe las consecuencias negativas hacia la salud de la obesidad, no pueden ser aplicadas a todos los subgrupos de pacientes críticamente enfermos. Y estas discrepancias entre los estudios reportados pueden ser explicadas por la heterogeneidad que lleva per se el paciente en estado crítico, además de no tener 100% claras las causas de este fenómeno que se da en los pacientes en estado crítico.4,17 Hablando de la población a la cual se dirigió este estudio, a continuación, presentaremos diversas hipótesis que se han descrito en la literatura, tratando de explicar los beneficios de la obesidad en pacientes sépticos críticamente enfermos, involucrando hechos biológicos y fisiológicos plausibles:5 -El incremento del tejido adiposo es asociado con mayor activad del sistema renina- angiotensina, por lo tanto, mientras esta actividad contribuye a la hipertensión arterial sistémica en pacientes con obesidad y sobrepeso estables, este hecho podría tener cierto efecto hemodinámico protector durante la sepsis y así disminuir el requerimiento de mayor reanimación hídrica y vasopresora, los cuales, su uso en gran cantidad está relacionado con peores resultados en el paciente.5 -Los niveles de lipoproteínas y tejido adiposo elevados en pacientes con incremento del IMC, se unen e inactivan a los lipopolisacáridos u otros productos dañinos bacterianos liberados durante la sepsis. Además, sirven como proveedores de precursores necesarios para la síntesis de esteroides adrenales durante la enfermedad critica.17 11 -El contar con exceso de tejido adiposo, incrementa las reservas energéticas nutricionales, predominantemente nutrientes liposolubles, lo cual provee sustrato durante el estado de gran catabolismo en sepsis.5,12,18 -El ingreso de un paciente obeso a la unidad de terapia intensiva, por lo regular es tratado de manera más agresiva y con mayor precaución que otros pacientes, porque los médicos están sensibilizados, con la comorbilidad asociada con estos pacientes (enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina,hipertensión).19 -El aumento del tejido adiposo tiene una importante función inmunológica, debido a que ha sido asociado con un incremento de la producción de Interleucina 10 (IL-10), interleucina conocida por sus efectos anti inflamatorios. De la misma forma, este tejido se ha relacionado con el aumento tanto del Factor de Necrosis Tumoral (TNF) como del receptor soluble a este TNF, y mientras el incremento de la producción del TNF, puede aumentar los mecanismos de protección de defensa del huésped durante la infección, el aumento de los niveles del receptor soluble del TNF, podría disminuir los efectos deletéreos de la producción excesiva de este Factor de Necrosis Tumoral durante la sepsis.5,6 -Durante el proceso de una enfermedad critica, los macrófagos del tejido adiposo cambian de fenotipos M1 pro inflamatorios a fenotipo M2 anti inflamatorio.20 -El rol de las adipocinas como leptina, adiponectina, resistina y visfatina, es uno de los más comentados en la literatura. Estas adipocinas son proteínas secretadas por el tejido adiposo e inicialmente fueron descritas como moléculas de señalización parecidas a las hormonas, relacionadas con la homeostasis metabólica, sin embargo, actualmente se ha mostrado que tienen efectos en la modulación tanto del sistema inmune innato como del sistema inmune adaptativo. Niveles más altos de adiponectina, una citocina anti inflamatoria, se relaciona con mayor sobrevida en pacientes sépticos.19. O´Brien y cols. encontraron niveles de adiponectina menores en pacientes que fallecieron durante el transcurso de la sepsis.21 Por lo tanto, se 12 piensa que las adipocinas anti inflamatorias modulan favorablemente la respuesta inflamatoria y las proinflamatorias, crean un estado inflamatorio precondicionado.12 La adipocina mejor estudiada es la Leptina, la cual es una citocina proinflamatoria perteneciente a la superfamilia de las citocinas clase 1. Esta citocina tiene diversas funciones, entre las que se destacan, la estimulación de la maduración mielomonocitica, el incremento en la activación de las células T, natural killer y macrófagos, el aumento en la proliferación de otras citocinas, el incremento de la respuesta de los Th1 en comparación con los Th2 y el aumento de la producción de la IL-6 y el TNF.22 Esta citocina se ha encontrado elevada a nivel sérico en enfermedades críticas, tanto en sepsis como en SDRA. Y de manera basal, los pacientes obesos presentan un estado de hiperleptinemia y de resistencia a la leptina, aparentemente por propia desensibilización de su receptor, por lo que, a pesar de mantener niveles elevados de leptina circulante, los efectos de esta citocina proinflamatoria no se llevan a cabo.23 De hecho, Bornstein y cols. encontraron que en pacientes sépticos los niveles de leptina plasmática eran tres veces más altos en los pacientes que sobreviven que los no sobrevivientes.24 Por lo que actualmente se piensa que la leptina tiene muchas más acciones como regulador en el sistema inmune, una teoría que surgió por un estudio en modelo animal, es que la leptina es protectora en sepsis, probablemente por estabilización de la temperatura corporal, mejoría de la respuesta inmune celular y reducción de la respuesta proinflamatoria de la citocina.25 LA OBESIDAD COMO UN ESTADO DE PRE ACONDICIONAMIENTO INFLAMATORIO En las últimas décadas, se ha considerado a la obesidad como un estado inflamatorio crónico, sin embargo, este estado de inflamación inducido por exceso metabólico, es distinto y está fuera de la fisiopatología de la respuesta inflamatoria clásica que se despierta en el huésped ante el reconocimiento de patógenos. Además de que esta 13 respuesta clásica es asociada con un incremento en el índice metabólico basal y representa la respuesta rápida y focal del sistema inmune para el sitio de daño o infección. Normalmente cuanto se retira o se neutraliza la agresión al huésped, la inflamación se resuelva, sin embargo, la respuesta inflamatoria encontrada en los obesos es de una naturaleza distinta, constante y de mayor duración.26,2 El trigger inflamatorio en los obesos es metabólico y causado por el exceso del consumo de nutrientes. Las células metabólicas (adipocitos) son las células que sostienen el insulto y su respuesta inicia la inflamación, mediante la interfase entre la entrada metabólica y la salida inflamatoria, dañando la homeostasis metabólica. El primer descubrimiento de inflamación en obesos, fueron los niveles elevados de la citocina TNF-α (Factor de Necrosis Tumoral α) en el tejido adiposo, posteriormente se fueron descubriendo demás citocinas, incluyendo IL-6, IL-1β, CCL2 y otras. Sin embargo, ahora se sabe que no solo en el tejido adiposo se encuentran elevadas estas citocinas, sino que también se encuentran en otros tejidos, como el hígado, páncreas, cerebro y musculo. Esta expresión de citocinas en el estado de obesidad, es significativa, pero frecuentemente moderada, cuando se compara con la elevación de citocinas que se da en una infección, trauma o respuesta inmune aguda. Posteriormente se identificó la expresión de otras citocinas como las quinasas c-Jun N-Terminal (JNK), el inhibidor de cinasa κ (IKK) y la proteína cinasa R (PKR), como principales contribuidores intracelulares para la inducción de la inflamación en los tejidos metabólicos. Además de observarse mayor activación de los sensores inmunes conocidos como los inflamasomas y los receptores tipo Toll (TLRs).26 También se han encontrado incremento de la infiltración de células inmunes en los tejidos metabólicos, contribuyendo al incremento de la expresión de las citocinas, principalmente, macrófagos mastocitos y células Natural Killer T (NKT). El estado de activación de los macrófagos puede ser tanto anti inflamatoria (M2) como proinflamatoria (M1) y es influida por factores metabólicos. En pacientes obesos se ha reportado un incremento en la población de macrófagos con activación M1 y esto a su vez ha mostrado una afectación negativa para la sensibilidad a la insulina, así 14 mismo se ha correlacionado a la infiltración de los macrófagos con un incremento de la muerte celular en los adipocitos, por lo que se ha hipotetizado que los macrófagos pueden ser responsables de la eliminación, muerte y remodelación del tejido adiposo.26 Existen también cambios en las poblaciones de células T. El índice de CD8+: CD4+ esta incrementado y las células T reguladoras (T regs) disminuidas, creando un ambiente favorable para la activación inmune.26 O’ Rourke y Lumeng, sugieren que las citosinas IL-17 e IL-22 pueden contribuir al estado proinflamatorio en los obesos, teniendo a las células Th17, como las células principales que las expresan. In vitro, la IL-17 demostró que inhibía la adipogénesis e iniciaba la inflamación y junto con la IL-22, bloqueaban la señalización de los receptores de insulina, alterando el metabolismo de la glucosa.2 Entendiendo entonces que, en un estado de exceso de nutrientes, múltiples vías de señalización, múltiples tipos de células inmunes, pueden activar en las células metabólicas una respuesta inflamatoria. Otro aspecto clave de la inflamación en los obesos, es su cronicidad. La expresión de las citocinas y la infiltración a los tejidos de las múltiples células inmunes, suceden gradualmente hasta llegar a quedarse sin resolver con el tiempo. La remodelación tisular en los obesos, es aún un área poco explorada, parece ser que el estado inflamatorio inducido por la sobrecarga de nutrientes puede no ser lo suficientemente agresiva como para estimular un estado de resolución completa y por lo tanto señales de bajo grado, se mantienen hasta llegar a un estado crónico. Sin embargo, existe evidencia que la respuesta inflamatoria evocada por nutrientes, puede ser aguda. Aljada y cols demostraron quehoras después a la ingesta de una dieta alta en lípidos y carbohidratos, se presenta aumento de leucocitos, de especies de oxigeno (ROS) reactivas y activación del factor nuclear κβ (NF-κβ).26 15 Dadas las características especiales ya explicadas, y para diferenciar este estado inflamatorio, del clásico, se ha propuesto llamar a la inflamación causada por la obesidad como “Meta-inflamación”.2,26 En esta “meta-inflamación”, a diferencia de lo ya conocido en el inicio de la inflamación clásica, no se tiene totalmente claro, como el insulto inicia la respuesta o a través de que vías de señalización se origina dentro de las células metabólicamente especializadas (adipocitos, hepatocitos o miocitos). Se piensa incluso, que las células no inmunes, tienen sus propios mecanismos de defensa, siendo totalmente capaces de crear una señalización inflamatoria y responder ante un agente. Por ejemplo, el adipocito puede ejecutar muchos de los eventos de señalización inflamatoria, tales como activación del inflamasoma y los TLRs, la señalización de JNK y NF-κβ y la producción de las citocinas inflamatorias, es respuesta a señales de estrés metabólico, que normalmente es trabajo de las células inmunes.26 Una teoría que explica el origen de la respuesta inflamatoria en la obesidad es que los nutrientes por si mismos son naturalmente inflamatorios, es decir, existe una respuesta fisiológica normal de las células metabólicas al encontrase con los nutrientes, produciéndose una inflamación leve. La propuesta de esta teoría es que la comida o los nutrientes, son ingestas externas y por lo tanto producen una leve respuesta inmune cuando son encontrados y metabolizados. De hecho, la digestión de los alimentos y su tránsito metabólico es una experiencia diaria pero intensa a medida que las células se encuentran con el flujo de energía y nutrientes en un corto periodo de tiempo (almuerzo), y por lo tanto se puede anticipar un estímulo de este tipo, que provoque un breve episodio de señalización de estrés en las células blanco. Si este es el caso, entonces puede haber mecanismos para mitigar esta respuesta fisiológica a los nutrientes, en las células y tejidos metabólicos. Un estudio realizado por Wellen y cols 27 que apoya esta hipótesis, demostró que la proteína de seis dominios transmembrana STAMP2, puede tener un papel en los tejidos metabólicos que encuentran los nutrientes. La expresión de STAMP2 aumentó en el tejido 16 adiposo durante la alimentación y mostro propiedades antiinflamatorias en respuesta a la estimulación de los nutrientes en los adipocitos. Cuando los adipocitos cultivados carecen de STAMP2, producen una respuesta inflamatoria descontrolada, cuando se exponen a los nutrientes, de hecho, los ratones sin STAMP2, mostraron incremento de la inflamación en el tejido adiposo y disfunción metabólica sistémica, como resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa. Por lo tanto, estos resultados sugieren que la proteína STAMP2 puede tener una función como supresor inmune en las células metabólicas e inmunes, cuando responden a los nutrientes. En condiciones de obesidad, la regulación positiva de la expresión de STAMP2 durante la alimentación, se pierde lo que se correlaciona con un aumento de la respuesta inflamatoria.26 Una segunda hipótesis es que la alimentación, naturalmente une a los nutrientes con moléculas inflamatorias. Existiendo una mayor permeabilidad del intestino después de la alimentación, probablemente para asegurar la máxima absorción de nutrientes, demostrándose en estudios en ratones y humanos que los lipopolisacáridos (LPS) séricos estuvieron incrementados después de la alimentación, sugiriendo la hipótesis de que la permeabilidad intestinal libera moléculas inflamatorias en la circulación, acoplando la entrada de nutrientes con señales inflamatorias. Por lo tanto, las células metabólicas se adaptarían para hacer frente a ambos. En los animales obesos, el intestino es más permeable que animales no obesos, y los niveles séricos de LPS son mucho más altos, lo que indica que el sistema regulador ya no funciona de manera eficiente y puede ser un recurso constantemente presente, de señales inflamatorias. Los niveles más altos de LPS en obesos, también podrían explicarse por el aumento de las exposiciones a los nutrientes/LPS que aumentan la respuesta inflamatoria inicial de los tejidos metabólicos.26 De estas dos teorías, Gregor y Hotamisligil, dan una hipótesis general de la siguiente manera: Durante el ciclo alimentación/ ayuno, se produce una respuesta inflamatoria pulsátil en las células metabólicas. En condiciones normales, la inflamación que se encuentra en niveles leves, alcanza su punto máximo con la alimentación y se 17 resuelve después que los nutrientes se metabolizan. Sin embargo, con sobrepeso u obesidad, el estímulo constante de la ingesta de nutrientes, da como resultado una respuesta inflamatoria más consistentemente activa. Estas señales leves, se van acumulando a lo largo del tiempo y se amplifican con cada exposición a nutrientes, y poco a poco comienza a deteriorar las vías metabólicas normales y pueden alcanzar el nivel en el que las células inmunitarias especializadas son alertadas y llamadas al momento de que se inicie la respuesta inflamatoria. Una vez que las células inmunes se activan y participan en la respuesta a la inflamación, la gravedad de la respuesta aumenta y la interrupción de la función de la célula metabólica se completa.26 Otra teoría para explicar el origen de la inflamación encontrada en la obesidad, es que los nutrientes en sí mismos no son naturalmente inflamatorios, pero en exceso pueden comprometer las vías clásicas de detección de patógenos o de la respuesta inmune, esta es casi una teoría de identidad errónea: el sistema inmune es engañado para pensar que esta abundancia de nutrientes es patológica. Esta identidad errónea puede deberse a una pérdida de especificidad dosis dependiente que aprovecha la capacidad de los sensores de patógenos, para reconocer entidades estructurales similares, como los lípidos. Se menciona un ejemplo para respaldar esta teoría: En el estudio de los TLR, los receptores del sistema inmune innato que detectan patógenos, las células metabólicas al poseer su propio sistema de defensa, expresan varios TLRs, por ejemplo, los adipocitos, expresan TLR4 y TLR2. Estudios en ratones han demostrado que los TLR4 de os adipocitos pueden ser activados por infusión de unos ácidos grasos saturados y esta activación contribuye a la resistencia a la insulina. Otro ejemplo de esta teoría, es la quinasa sensible a patógenos PKR, la cual detecta el ARN bicatenario, que es indicativo de invasión viral a la célula y de iniciar una respuesta inflamatoria. Los doctores Gregor y Hotamisligil demostraron en modelo animal, que la PKR es activada en ausencia de virus, durante la obesidad o la infusión de lípidos. La PKR puede orquestar la actividad de JNK y regular a la baja la señalización de la insulina en las células metabólicas. Por lo tanto, el modelo derivado de estos ejemplos, es que la sobrecarga de nutrientes induce sensores de 18 patógenos. La capacidad de PKR para interactuar con JNK e IKK, así como con los componentes de señalización de la insulina, también lleva a postular que dichos complejos también pueden representar metaflamasomas y de hecho pueden ser los mecanismos de reconocimiento de señales metabólicas que desencadenan la inflamación. En condiciones normales, el nivel de nutrientes que se ingresa dentro del sistema es lo suficientemente bajo como para que solo se utilice en vías metabólicas normales. Sin embargo, al sobre alimentarse, el organismo está expuesto a altos niveles de nutrientes, que comienzan a activar directamente las moléculas o vías de detección de patógenos dentro delas células. Esta lluvia de señales, puede incluso alcanzar un tercer nivel a medida que las células inmunes se activan y coordinan múltiples respuestas dentro del tejido, bloqueando efectivamente la actividad anabólica inducida por los nutrientes.26 Aunque los macrófagos han sido los que por primera vez se identificaron en el tejido adiposo hipertrófico, la evidencia reciente marca un rol muy importante de los linfocitos B y T en el tejido graso.2 Por lo que, dirigiendo a la temática de esta tesis, a continuación, se explica, el rol de la línea linfoide en la inmunidad. EL PAPEL DE LOS LINFOCITOS EN LA INMUNIDAD Las células madres dan origen a dos líneas especiales; la mieloide y la linfoide y de esta línea linfoide surgen las células asesinas o natural killer, los linfocitos B y T.28 Dentro de los principales componentes del sistema inmune están los linfocitos. Estos son formados en la medula ósea y migran a diferentes tejidos y órganos linfoides mediante una variedad de mecanismos. Los linfocitos vírgenes migran a los órganos linfáticos en donde son activados por antígenos que favorecen la proliferación y diferenciación en células efectoras y memoria.29 Los linfocitos T son mediadores de la inmunidad celular. Después de ser producidos en la médula ósea, migran al Timo, en donde llevan a cabo el proceso de maduración 19 y adquieren el TCR (T-cell receptor). Expresan proteínas de membrana para distinguirse en subpoblaciones de linfocitos CD4+ (cooperadores) o CD8+(citotóxicos) positivos, estas junto con otras proteínas sirven para diferenciar y discriminar a poblaciones celulares, dicho receptor es específico para el reconocimiento del antígeno y con funciones diferentes. 28 Los linfocitos TCD4+ se dividen en tres subgrupos principales los cuales actúan para defender el hospedero participando en diferentes tipos de lesiones tisulares. Todos se desarrollan a partir de CD4+ vírgenes. El proceso es dirigido por citocinas y células presentadoras de antígenos. Dependiendo del microbio infectante es el tipo de respuesta que se desarrolla.30 Los linfocitos TH1 están dirigidos por las citosinas IL12 e IFN gamma y se generan principalmente cuando hay bacterias intracelulares, micobacterias y algunos parásitos. También puede ser estimulados por virus. Su principal función es activar a macrófagos para la ingesta y destrucción de microbios. Sin embargo, los macrófagos también generan inflamación y pueden dañar tejidos.29 El subgrupo TH2 es el mediador de defensa independiente de fagocitos, los eosinófilos y mastocitos llevan a cabo funciones centrales. Tienen relevancia en infecciones por helmintos y reacciones alérgicas. Su diferenciación es realizada por IL-4, está activa STAT6 y GATA-3 factores de transcripción. Inducen respuesta con anticuerpos IgE porque estimulan la producción de anticuerpos de los linfocitos B. Una vez activados, secreta IL-5, que activa eosinófilos y genera la de granulación de los mismos, liberando aminas vasoactivas, y citosinas como TNF. Además, estimulan el reclutamiento de leucocitos. Los linfocitos TH2 permiten la activación alternativa del macrófago, expresa enzimas que promueve la síntesis del colágeno y fibrosis y tiene efectos antiinflamatorios. Esta actividad también suprime la activación clásica del macrófago en especial las acciones microbicidas. 29 20 El grupo de linfocitos TH17 juega un papel fundamental en el reclutamiento de leucocitos e inducción de inflamación. Estas reacciones son importantes en la destrucción de hongos, bacterias extracelulares y participa en enfermedades inflamatorias. Induce una inflamación rica en neutrófilos. Se han asociado a enfermedades como la psoriasis, artritis reumatoide y enfermedad inflamatoria intestinal. 28,30 Las células T reguladoras expresan CD4+CD25+, son consideradas anérgicas y a no secretar interleucina 2. Son esenciales en la prevención de desarrollo de enfermedades autoinmunes, y alergias. Inhiben la activación, proliferación y funciones de células efectoras. Sin embargo, pueden inhibir respuestas antitumorales. Liberan IL-10, TGF, IL-35 y adenosina, estas inhiben la secreción de citosinas de los otros CD4+.29 Los linfocitos CD8+ expresan gránulos citotóxicos que permite matar a células infectadas. Constituyen un mecanismo fundamental contra células infectadas por virus, bacterias intracelulares y células tumorales. Para su diferenciación es necesario el reconocimiento del antígeno presentado por células dendríticas y señales de linfocitos TCD4 cooperadores. Guardan memoria del primer encuentro con el antígeno desarrollado, de forma que si hay una segunda exposición al mismo antígeno reaccionan de inmediato. Los linfocitos B, producen anticuerpos, a diferencia de los T maduran en la medula ósea. Para su maduración son necesarias diferentes citosinas, re-arreglo de genes y reacciones de empalme cuales resultan en la producción de un anticuerpo con especificidad para unir un epítope especifico. Los linfocitos B maduros reconocen dos tipos de antígenos; los timo dependientes, que son presentados por linfocitos T y los timo independientes, los cuales son presentados directamente, sin ninguna ayuda. La activación de linfocitos B inicia con la presentación del antígeno por células detríticas, macrófago o linfocitos T. Dicha activación conduce a los linfocitos B a su transformación en células plasmáticas mediante la acción de IL2 e IL10, se acompaña de un cambio de fenotipo. Estas nuevas células no se reproducen; sin embargo, su citoplasma aumenta por 21 crecimiento del retículo endoplásmico y ribosomas. Los linfocitos B pueden actuar como células presentadoras de antígeno a los linfocitos T. Interioriza el antígeno, lo procesa y toma el epítope proteico y es presentado a través de HLA II. La activación de las células B dependiente de células T el antígeno es internalizado y procesado por la vía endocítica, y mediada por MHC II.29,30 SEPSIS Y LINFOPENIA La sepsis sigue siendo una de las principales causas de muerte en la unidad de terapia intensiva, a pesar de los adelantos en el tratamiento en los últimos años, la mortalidad en pacientes sépticos aun es alta. Se sabe que la disfunción del sistema inmune es el principal suceso fisiopatológico en el desarrollo de la sepsis. La homeostasis inmune de los pacientes sépticos se altera totalmente, entrando en juego tanto procesos proinflamatorios como antiinflamatorios. La alternancia de pro inflamación y anti inflamación conduce a un estado inmunosupresor, teniendo alteraciones tanto en la inmunidad innata como en la adaptativa.31 La inmunosupresión se caracteriza por alteraciones en la fagocitosis, en la presentación de antígenos de monocitos, con expresión disminuida del antígeno leucocitario humano DR (HLA-DR) y en la disfunción y apoptosis de linfocitos, que finalmente conduce a un "cierre" de la inmunidad adaptativa innata. Entre los parámetros biológicos que evalúan el sistema inmune innato afectado por la sepsis, es el nivel de la expresión del antígeno leucocitario humano DR en la superficie de los monocitos (mHLA-DR), el cual se reconoce como un indicador eficaz de la inmunosupresión. Por lo general, se considera que un paciente es inmunocompetente cuando la expresión de mHLA-DR es superior a 15,000 AB/C, valores comprendidos entre 10,000 y 15,000 AB/C pueden representar inmunosupresión moderada y valores menores a 5000 AB/C puede representar alteraciones inmunológicas graves. Este marcador es una consecuencia del efecto de múltiples mediadores sobre la respuesta inflamatoria, además, una reducción en 22 el mHLA-DR es el único parámetro inmunitario que se muestra como un factor independiente de aparición de infección nosocomial y de mortalidad.32 Con respecto a la inmunidad adaptativa, los linfocitosT son las principales células efectoras. Los mecanismos patológicos de la inmunosupresión de los pacientes sépticos en los linfocitos, son el trastorno de su función y diferenciación, un aumento de su apoptosis y una redistribución grave de las subpoblaciones de linfocitos T circulantes.32,33 Los linfocitos T cooperadores son los que se han reportado con el papel principal en la sepsis. De las subpoblaciones de estos linfocitos, las investigaciones se han centrado inicialmente en las Th1 y Th2 para descubrir el mecanismo de la disfunción inmune. En los últimos años, con el descubrimiento de las células Th17 y el profundo conocimiento de los linfocitos T reg, los estudios sobre estas cuatro subpoblaciones arrojan nueva luz sobre la patogénesis de la sepsis.34 Existen diversos estudios que nos hablan del comportamiento de estas subpoblaciones linfocitarias, en algunas investigaciones encontraron que las cuatro subpoblaciones de linfocitos T auxiliares, disminuyeron en sangre periférica, en pacientes con sepsis grave y choque séptico, asociándose con mayor mortalidad. 35. Algunos otros han dado mayor importancia a las células T reg, las cuales tienen propiedades inmunosupresoras bien definidas y amplias, afectando tanto a las células presentadoras de antígeno de inmunidad innata como a los linfocitos de inmunidad adaptativa. Recientemente se ha demostrado que a mayor proporción de T reg observada en la sepsis, se correlaciona con una disminución en la proliferación de linfocitos, por lo tanto, los T reg participan en el desarrollo de la anergia de los linfocitos descrita en la sepsis, que se asocia significativamente con un aumento de la mortalidad y la aparición de infecciones secundarias en pacientes sépticos, es decir con un mal pronóstico.32 Al tener en cuenta las subpoblaciones de estos linfocitos, las investigaciones se dirigieron a estudiar ciertas moléculas celulares implicadas en la inmunosupresión adaptativa en la sepsis, de estas se encontraron que, las moléculas CD62L, que 23 participan en la respuesta inmune al regular la distribución de los linfocitos T en los tejidos y las CD28, la cual es una molécula co-estimuladora que desempeña un papel clave en la regulación de la activación y supervivencia de los linfocitos T, se encuentran disminuidas de manera importante en sepsis y choque séptico, por lo que Monserrat y cols mencionan que la expresión de CD62L y CD28 en las células T circulantes al momento del ingreso de la UTI, son buenos marcadores para predecir el resultado de los pacientes con choque séptico.33 En la actualidad, todavía no está claro en qué fase de gravedad de la sepsis tiene más relevancia la participación de los diferentes linfocitos, o a través de que vía fisiopatológica especifica se lleva a cabo la respuesta inmune por estas células y sus consecuencias específicas. Pero lo que se tiene claro y se ha reportado en múltiples estudios, es que en presencia de linfopenia se tiene mayor mortalidad, investigándose este efecto al ingreso a la UTI y en días después.7 Por lo tanto, se ha propuesto a la linfopenia prolongada como un marcador de inmunosupresión persistente en pacientes sépticos, teniendo en cuenta que los recuentos de linfocitos absolutos se miden fácilmente durante la atención de rutina.7 Estudios previos han demostrado que bajos recuentos de linfocitos absolutos, son predictivos de sepsis postoperatoria y son un mejor predictor de bacteriemia que los marcadores de infección convencionales en urgencias.36,37 Pacientes que sobreviven la fase hiperaguda de la sepsis, desarrollan una respuesta anti inflamatoria compensadora caracterizada por el aumento de los receptores inhibitorios en las células T y las células presentadoras de antígenos, así como la disminución de la producción de citocinas proinflamatorias, expansión de células supresoras derivadas de la línea mieloide y la disminución de la apoptosis de linfocitos y células dendríticas.7 24 III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: ¿La inflamación crónica de la obesidad, se relaciona con el conteo linfocitario y es causa de la paradoja de la obesidad en sepsis? IV. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reportado que desde 1975, la incidencia de la obesidad se ha triplicado en todo el mundo, reportándose en el 2016 más de 1900 millones de adultos de más de 18 años con sobrepeso (39%) y 650 millones con obesidad (13%).2 Mostrando las mismas tendencias internacionales, en México en la última década se ha presentado un aumento de la prevalencia de la obesidad, en hombres del 2000 al 2016 se aumentó el 14.3% y en mujeres de 1988 al 2016 el 42.4%. Actualmente se reporta una prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad de 72.5% en adultos mayores de 20 años, siendo mayor en mujeres (75.6%), que en hombres (69.4%).38 Desde el estudio Framingham en 1948, se reporta la relación de peso corporal con numerosas comorbilidades como, dislipidemia, enfermedad coronaria, evento vascular cerebral (EVC), diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial sistémica (HAS), apnea del sueño (SAOS), osteoartritis y algunos canceres (endometrio, mama y colón).39,40 De esta forma por ser un factor de riesgo independiente para enfermedades cardiovasculares, se reporta a la obesidad como causante de la mortalidad de 3 millones de adultos al año, siendo la sexta causa de muerte a nivel mundial.41 Sin embargo, en los últimos años, se ha desarrollado una controversia con respecto a la disminución de la mortalidad en los pacientes con sobrepeso y obesidad, 25 fenómeno denominado como la “paradoja de la obesidad”, existiendo diversas teorías tratando de explicar esto, como, la presentación más temprana de estos pacientes a los servicios médicos recibiendo tratamiento médico optimo, efectos metabólicos cardioprotectores de la grasa corporal y probables beneficios de mayores reservas metabólicas, sin embargo aún no hay nada determinado.42,43 Este fenómeno paradójico con respecto al peso corporal, se ha observado que se presenta en distintas patologías, una de estas es la Sepsis, la cual sigue teniendo una mortalidad del 25 al 30% a pesar de los avances en su tratamiento. Siendo una patología causada por una alteración en la homeostasis inmunológica del huésped, se ha intentado tomar múltiples marcadores inmunológicos que nos hablen del pronóstico y curso de la enfermedad, uno de estos es el número de linfocitos disminuido, como un marcador inmunológico fácil, de bajo costo y disponible para valorar a la orilla de la cama del paciente. En el contexto de que la sepsis aun es la causa de una alta morbimortalidad de los pacientes, el que exista un posible factor protector como el sobrepeso y la obesidad, nos obliga a entender e investigar las causas de este fenómeno para encontrar parámetros que podamos identificar como determinantes del curso clínico y pronóstico y así orientar la toma de decisiones para el manejo adecuado y precoz. De ahí que teniendo clara la participación de la inmunidad adaptativa, tanto en la sepsis como en el sobrepeso y obesidad, nos pareció prudente observar esta relación de sobrevida del fenómeno de la paradoja de obesidad con, un marcador disponible en un estudio de rutina, como lo es el número de linfocitos totales. Y así mismo, abriendo campos para investigación de nuevas terapéuticas basadas en la respuesta inmune del paciente con sepsis y con choque séptico. 26 V. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN Primario -Determinar la relación del Índice de masa corporal con conteo linfocitario y su relación con sobrevida en pacientes sépticos. Secundarios -Determinar la relación de obesidad y conteo linfocitario con lesión renal aguda -Establecer la relación de obesidad y conteolinfocitario con los días de estancia en la unidad de terapia intensiva e intrahospitalaria. -Conocer la relación de obesidad y conteo linfocitario con escalas pronosticas de la UTI. -Observar el comportamiento de los niveles de proteína C reactiva como marcador de inflamación, en los distintos grados de índice de masa corporal. VI. HIPOTÉSIS: HIPÓTESIS NULA: Los pacientes sépticos obesos no tienen ninguna relación con conteo linfocitario y tienen menor sobrevida. HIPÓTESIS VERDADERA: Los pacientes sépticos con obesidad se relacionan con mayor conteo linfocitario y tienen mayor sobrevida. 27 VII. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN VII.1 DISEÑO DE ESTUDIO. Estudio observacional, retrospectivo, cohortes, trasversal. Con datos obtenidos de los pacientes que ingresaron al Departamento de Medicina Crítica “Dr. Mario Shapiro”. Centro Médico ABC. Ciudad de México. VII.2 MATERIAL Y METODOS. VII.2.1 Universo de estudio. Pacientes con sepsis y choque séptico ingresados en el Departamento de Medicina Crítica “Dr. Mario Shapiro”. Centro Médico ABC VII.2.2 Tamaño de la muestra. Muestra por conveniencia. VII.2.3 Criterios de selección: ➢ Criterios de Inclusión. • Pacientes mayores de 18 años. • Genero indistinto. • Diagnóstico de sepsis con o sin foco identificado • Diagnóstico de Choque séptico con o sin foco identificado • Pacientes que se cuente con registro del Índice de masa corporal al ingreso a la unidad de terapia intensiva • Que cuenten con Biometría Hemática al ingreso a la unidad de terapia intensiva • Que se tenga en el expediente, historial completo de las variables requeridas para este estudio. 28 ➢ Criterios de exclusión. • Pacientes con enfermedades autoinmunes • Pacientes con tratamiento inmunosupresor antes o al momento del estudio. • Que no cuenten con historial completo en el expediente. VII.2.4. Definición de variables Variables dependientes • Sepsis: o Definición conceptual: Según el último consenso internacional de la Sociedad Europea de Medicina Critica y la Sociedad de Medicina Critica se trata de una disfunción orgánica potencialmente mortal causada por una respuesta no regulada del huésped a la infección. Haciendo la identificación de la disfunción orgánica a través de la escala SOFA mayor o igual a 2 puntos.44 o Definición operativa. Presencia de Infección y SOFA >2 puntos, registrado en el expediente. o Tipo de variable. Cualitativa nominal. o Escala de medición. 1: Sí; 0: No. • Choque séptico: o Definición conceptual: subcategoría de la sepsis con compromiso hemodinámico y del metabolismo celular, que aumenta considerablemente la mortalidad, se identifica por hipotensión persistente que requiere el uso de vasopresores para mantener la presión arterial media ≥ 65 mmHg y que tienen un lactato en suero de > 2 mmol/L a pesar de una resucitación liquida adecuada.44 29 o Definición operativa. Uso de sustancias vasopresoras en el contexto de sepsis, registrado en el expediente. o Tipo de variable. Cualitativa nominal. o Escala de medición. 1: Sí; 0: No. o Índice de Masa Corporal: o Definición conceptual: es una razón matemática que asocia la masa y la talla de un individuo.45 o Definición operacional: cociente entre el peso expresado en kilos y el cuadrado de la altura, expresada en metros, reportados en el expediente al momento del ingreso del paciente a la UTI Tipo de variable: Cuantitativa o Escala de medición: conforme a la clasificación según la OMS (Tabla 1) Tabla 1. Clasificación de la obesidad según la OMS o Linfopenia: o Definición conceptual: Presencia de un número más bajo de lo normal de linfocitos, tomado como marcador de afección a la inmunidad adaptativa relacionada con mal pronóstico en múltiples patologías.29 Clasificación IMC Bajo Peso <18.5 Peso Normal 18.5-24.9 Sobrepeso 25-29.9 Obesidad Grado 1 30 – 34.9 Obesidad Grado 2 35-39.9 Obesidad Grado 3 > 40 https://es.wikipedia.org/wiki/Masa https://es.wikipedia.org/wiki/Talla_(estatura) 30 o Definición Operativa: Parámetro bioquímico reportado en la biometría hemática, como conteo linfocitario total menor de 1200 cels/μL. o Tipo de variable: Cuantitativa o Escala de medición: Numérica. • Sobrevida: o Definición conceptual: el permanecer vivo durante una determinada cantidad de tiempo, después del evento o diagnóstico de una enfermedad.46 o Definición operativa: El permanecer con vida después del diagnóstico de sepsis o choque séptico, en un periodo de vigilancia de 30 días, consignado en el expediente. o Tipo de variable. Cualitativa nominal. o Escala de medición: 1: Sí; 2: No. • SOFA o Definición conceptual. Es el acrónimo en inglés “Sequential Organ Failure Assessment score” (score SOFA). Es utilizado para seguir el estado del paciente durante su estadía en la Unidad de Cuidados Intensivos.47 o Definición operativa: Valor calculado de acuerdo al puntaje obtenido con variables clínicas y bioquímicas al ingreso del paciente. Determinando un puntaje 0-8 mortalidad < al 3%, y con puntaje >9, de más del 20%. o Tipo de variable. Cuantitativa discreta. o Escala de medición. Puntaje numérico. • Lesión Renal Aguda: 31 o Definición conceptual: afección abrupta de la función renal, con disminución de la capacidad que tienen los riñones para eliminar productos nitrogenados de desecho, instaurada en horas a días.48 o Definición Operacional: incremento en la creatinina sérica > 0.3mg/dl o un aumento porcentual >1.5 veces desde una basal obtenida en las 48 hrs previas. o Tipo de variable: cuantitativa o Escala de medición: numérica conforme a la clasificación de AKIN. • Proteína C reactiva: o Definición conceptual: es una proteína plasmática circulante, que aumenta sus niveles en respuesta a la inflamación (proteína de fase aguda), es sintetizada por el hígado en respuesta a factores liberadores y por los adipocitos.30 o Definición Operativa: se usará como marcador de inflamación, valor consignado en el expediente. o Tipo de variable: cuantitativa o Escala de medición: numérica. Variables independientes: • Obesidad: o Definición conceptual: Es un estado crónico, caracterizado por el aumento del tejido graso y definida conforme al reporte de 1998 de las guías de sobrepeso y obesidad, de acuerdo al Índice de Masa Corporal (IMC).49 o Definición Operativa: Pacientes con IMC mayor o igual de 30. o Tipo de variable. Cualitativa nominal. o Escala de medición. 1: Sí; 0: No. https://es.wikipedia.org/wiki/Prote%C3%ADna https://es.wikipedia.org/wiki/Inflamaci%C3%B3n https://es.wikipedia.org/wiki/Prote%C3%ADnas_de_fase_aguda https://es.wikipedia.org/wiki/Prote%C3%ADnas_de_fase_aguda https://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%ADgado https://es.wikipedia.org/wiki/Adipocitos 32 • Estancia hospitalaria o Definición conceptual. Tiempo que transcurre entre el ingreso a una unidad hospitalaria y su egreso de esta. o Definición operativa. Tiempo de la fecha del ingreso reportado en el expediente y egreso del centro médico ABC, consignado en el expediente. o Tipo variable: Cuantitativa discreta. o Escala de medición: Numérico VII.2.5. Descripción de procedimientos. Primero, solicitamos los permisos pertinentes al Comité de Ética del Hospital ABC, se nos dio autorización para llevarse a cabo con número de registro TABC-19-37. Posteriormente, se procedió a la recolección de datos de los pacientes ingresados al departamento de medicina critica ¨Mario Shapiro¨ del centro médico ABC tanto de campus observatorio, como de campus santa fe, durante el periodo comprendido de agosto de 2012 a agosto de 2016. A través de revisión de expediente electrónico, seleccionando a los pacientes según loscriterios de inclusión y exclusión ya comentados, se registró dicha información en una base de datos de Microsoft Excel. VII.2.6. Análisis estadístico: Se utilizo estadística descriptiva para las variables numéricas que incluía medidas de tendencia central y dispersión, media, mediana y desviación estándar o rangos intercuartiles (RIQ). Las variables categóricas serán representadas como frecuencias absolutas y relativas. Las pruebas de hipótesis para variables lineales serán T de Student y Chi cuadrada para las variables categóricas. La fuerza de asociación expresada mediante razones de riesgo (RR) e intervalos de confianza del 95% y Hazard ratios para el análisis 33 de sobrevida (HR). El rendimiento de las variables y pruebas diagnósticas para discriminar poblaciones blanco fue estudiado con el cálculo de la sensibilidad, especificidad, razones de verosimilidad positiva (RVP) y negativa (RVN) y la construcción de curvas características operativas del receptor (ROC) y las comparaciones de sus áreas bajo la curva (AUC). Todas las pruebas de hipótesis tendrán un error alfa ajustado para una p< 0.05. La paquetería estadística utilizada será STATA SE 11.0 VIII. RESULTADOS Se incluyeron 83 pacientes, 53% varones, con una edad media de 69 (SD ± 16) años y un IMC medio de 25.5 (SD ± 5.9) Kg / m2. Puntuación mediana para SOFA 5 (RIQ 3 - 9) y APACHE II 18 (RIQ 13 - 23). La proporción de pacientes con insuficiencia ponderal, normal, con sobrepeso y obesidad fue de 44.5, 8.4, 25.3 y 21.69%, respectivamente, linfopenia 65.1%. Mortalidad global del 27%, mediana LOS 7 (RIQ 4-12) días. IMC fuertemente correlacionado con el recuento linfocítico (r = 0.65, p <0.01) también. Los pacientes no obesos fueron más frecuentemente linfopenia 92.2 vs 7.8%, (p <0.01). Los pacientes obesos mostraron una mortalidad más baja (4.3 vs. 28.3%, p = 0.01) y un LOS más alto (10 (RIQ 7-14) vs. 7 (RIQ 4 -11) días, p = 0.027]. La linfopenia mostró una mayor mortalidad (41,2 frente a 6,3% p = 0,001). Los casos de mortalidad tuvieron recuentos linfocíticos más bajos [1.2 (SD ± 0.82) frente a 0.65 (SD ± 0.78), p = 0.004]. Los predictores de mortalidad fueron obesidad HR = 0.09 (IC95% 0.01 - 74, p = 0.025) y linfopenia HR = 7.7 (IC95% 1,8 - 33,4). 34 1 5 2 0 2 5 3 0 3 5 4 0 0 1 2 3 linf_tot IMC Fitted values Correlation between total lymphocyte count and Body Mass Index 0 1 2 3 lin f_ to t Survivors Non-Survivors Comparison of lymphocite count between survivors vs non-survivors. 35 IX. DISCUSIÓN A pesar del progreso en el manejo de los pacientes con sepsis y choque séptico, la mortalidad de estos pacientes solo ha disminuido ligeramente en las últimas décadas, manteniéndose alrededor en el 20-40%. Mientras la mortalidad en la primera semana ha disminuido, en las siguientes semanas continua con alto índice de mortalidad, de ahí que se cree que la inmunosupresión inducida por sepsis durante esta segunda fase, explica la mortalidad tardía, muy probablemente debido a un mayor riesgo de infecciones secundarias.33 Mientras que la aparición de inmunosupresión durante la estancia en la UTI está bien documentada, hasta la fecha, casi no hay datos después del alta de la UTI ni sobre la evolución a largo plazo de la inmunosupresión inducida por sepsis en los 0 .0 0 0 .2 5 0 .5 0 0 .7 5 1 .0 0 0 20 40 60 80 100 analysis time Linfopenia = 0 Linfopenia = 1 Kaplan-Meier survival estimates for mortality 36 supervivientes de shock séptico. Algunos datos respaldan la hipótesis de que la sepsis podría inducir disfunciones inmunes persistentes a largo plazo, incluso después del alta hospitalaria. De hecho, a largo plazo en los sobrevivientes de sepsis, incluso después de la recuperación clínica total, el aumento de la mortalidad continúa. Se ha reportado una mortalidad del 43% después de 1 año, 45% después de 2 años y 74% después de 5 años después del alta hospitalaria. Además, un aumento de las infecciones recurrentes en el año posterior al alta de la UTI. Tomados en conjunto, la inmunosupresión inducida por sepsis sistemática en la UCI y a largo plazo podría ser la razón subyacente de esta mortalidad retardada en los sobrevivientes de sepsis.44 Este marcador es una consecuencia del efecto de múltiples mediadores sobre la respuesta inflamatoria. Su determinación rutinaria podría ser un elemento importante del control inmunológico de pacientes sépticos o incluso de todos los pacientes que sufren una lesión inflamatoria y en riesgo de desarrollar infecciones secundarias. Por eso proponemos que se mida mHLA DR en obesos para corroborar el efecto de la inmunidad en la obesidad paradójica.27 Zorio et al encontraron que, aunque inesperado, estos datos sugieren que la inmunosupresión inducida por sepsis a nivel celular basada en estos tres marcadores es reversible después de un período de tiempo.38 La falla inmunológica no evaluada de rutina, puede representar una falla orgánica persistente con prolongación de la enfermedad de base y empeoramiento del pronóstico del paciente.19 La literatura médica sobre las células T reguladoras es poca. Drewry et al. reportaron que la linfopenia persistente en el día 4 después del inicio de la sepsis predijo mortalidad al día 28.16 Monneret et al. informaron en 2003(3) de su aumento relativo en pacientes sépticos, lo que fue confirmado posteriormente por otros.28 37 La presencia de linfocitos T reg se correlaciona con un mal pronóstico en la sepsis, se observa un aumento relativo de estos de manera temprana, pero si persisten se relaciona con mayor mortalidad. Esta asociación negativa con supervivencia también se informó en modelos animales [31]. En el presente estudio, casi la mitad de los pacientes tenían linfopenia T CD4 + en el día 3-4 y esta linfopenia permaneció presente para un tercio de los pacientes al alta de la UCI, aunque no estaba correlacionada con la estancia de la UCI. La falta de correlación entre los parámetros inmunológicos y la duración de la estadía es probablemente causada por el pequeño tamaño de la muestra que resulta en una falta de potencia para las pruebas de correlación.17 La población en estudio fue moderadamente vieja lo cual puede afectar los parámetros inmunológicos y servir como seso. Sin embargo, en el estudio de Zorio, demostraron con medición de CD4 y mHLA-DR que la inmunosenecescia no tenían impacto en lo parámetros medidos, pudiendo correlacionar los niveles de linfocitos medidos en nuestro estudio.26 Arens et al. desafió recientemente la persistencia a largo plazo de la hipótesis de inmunosupresión inducida por sepsis en un estudio de cohorte retrospectivo compuesto por 8 supervivientes de sepsis (sin haber estudiado los datos inmunológicos durante la estancia en la UTI ni en el alta de la UTI). Informaron que las alteraciones inmunes fueron mínimas de 26 meses (rango 9-52) después del evento séptico. No hubo diferencias significativas en el perfil de linfocitos (incluidos los recuentos de células Treg) y en la expresión de mHLA-DR entre sobrevivientes de sepsis y voluntarios sanos. La expresión de los receptores de reconocimiento de patrón (PRR) en la superficie de los leucocitos no fue diferente entre los dos grupos a excepción de TLR-5, que se expresó en un nivel inferior en el grupo septo. Finalmente, solo observaron alteraciones en las pruebas funcionales; después de la estimulación ex vivo de sangre completa con activadores potentes, las células inmunes mostraron una secreción disminuida de INF-γ, IL-10, IL-6 y TNF-α. Además, 38 el 62% de los pacientes supervivientes a la sepsis tuvieron al menos otro episodio de sepsis dentro del año anterior a la inclusión.35 Estos hallazgos aumentan la importancia de las pruebas funcionales quedeben seguir siendo la referencia para evaluar el estado inmune, ya que miden directamente la capacidad de las células para responder a los patógenos. Sin embargo, tales pruebas no son siempre factibles en la rutina debido a dificultades metodológicas tales como un largo período de incubación, procedimientos prolongados de purificación celular y ausencia de estandarización. Se necesitan esfuerzos para facilitar la práctica de pruebas funcionales con el objetivo de que su uso sea tan común como el de los biomarcadores estáticos. Los resultados presentados aquí completan dos limitaciones del estudio reportado por Arens et al. En primer lugar, en el estudio anterior, los pacientes sépticos no fueron monitorizados durante su estancia en la UCI, lo que significa que la inmunosupresión inducida por la sepsis no se demostró en estos pacientes. En segundo lugar, la demora entre el evento séptico y la medición de mHLA-DR fue muy larga (mediana: 26 meses), mientras que aquí se demuestra que la expresión de mHLA-DR regresa a valores normales antes de los meses después del alta de la UTI. Adicionalmente estudios con monitoreo inmunológico dentro de las semanas siguientes a la UTI son necesarios para determinar la recuperación de estado inmunológico después de la sepsis.38 Siempre a lo largo de los años, se ha intentado el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas para la sepsis, con más de 25 mil estudios de investigación no exitosos.29 El envejecimiento induce una reducción numérica de las células T CD8 + y la sepsis induce una reducción de las células T CD4 + en los ancianos, lo que lleva a una linfopenia mayor. La acumulación de células T reguladoras circulantes y células T nulas PD-1 + / CD28 también se observaron en pacientes ancianos con sepsis. Estos hallazgos sugieren que una reducción de las células T inmunocompetentes seguida 39 de una linfopenia prolongada pueden estar relacionadas con aumento en la mortalidad en los pacientes de edad avanzada con sepsis. Los linfocitos T colaboradores juegan un papel importante en la respuesta antiinfecciosa. De acuerdo con la diferenciación y los diferentes fenotipos, las células T auxiliares se pueden dividir en cuatro subpoblaciones: Th1, Th2, Th17 y linfocitos reguladores T (Treg).34 Monserrat et al. Relio un trabajo para caracterizar las anormalidades de los linfocitos T en los pacientes con choque séptico, durante los primeros 28 días de seguimiento de linfocitos T circulantes de 52 pacientes con choque séptico en la UTI y 36 sujetos sanos, fueron analizados al mismo tiempo, determinaron el conteo y distribución de la célula T principales (CD3,CD4, CD8, CD28, 45RA, 45RO y antígeno 62L) Recientemente, se ha informado que la estimulación de CD28 por un anticuerpo monoclonal en voluntarios sanos es seguida por un síndrome múltiple de liberación múltiple de citoquinas [28]. Nuestros resultados respaldan un papel relevante para las células T CD3 + CD8 + CD28 + en la patogénesis del shock séptico. Los estudios futuros deberían abordar la posible relevancia clínica de esta variable celular.40 X. CONCLUSIONES Los pacientes de UCI no obesos y linfopénicos mostraron un peor resultado en la sepsis. La inflamación crónica presente en la obesidad puede ser protectora en este contexto, sin embargo, se necesita más investigación para describir las respuestas inflamatorias con la medición de mediadores inflamatorios específicos. 40 XI. BIBLIOGRAFÍA 1. Organización Mundial de la Salud. Notas descriptivas Obesidad y Sobrepeso, Febrero 2018. 2. O'Rourke R, Lumeng C. Obesity heats up adipose tissue lymphocytes. Gastroenterology. 2013;145(2):282-285. 3. Khan SS, et al. Association of body mass index with lifetime risk of cardiovascular disease and compression of morbidity. JAMA cardiol. 2018;3(4):280-287. 4. Tremblay A, Bandi V. Impact of body mass index on outcomes following critical care. Chest.2003;123(4): 1202-1207. 5. Pepper JD, Sun J, et al. Increased body mass index and adjusted mortality in ICU patients with sepsis or septic shock: a systematic review and meta- analysis. Critical Care.2016;20(1):181. 6. Sakr Y, Elia C, Mascia L, et al. 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