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FFAACCUULLTTAADD DDEE OODDOONNTTOOLLOOGGÍÍAA 
 
 
RELACIÓN ENTRE PÉRDIDA DENTAL Y OBESIDAD EN 
PACIENTES ADULTOS MAYORES QUE ACUDEN A LA 
CLÍNICA DE PRÓTESIS PARCIAL, FIJA Y REMOVIBLE DE 
LA FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DE LA UNAM. 
 
 
T E S I N A 
 
 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
 
 
C I R U J A N A D E N T I S T A 
 
 
P R E S E N T A: 
 
 
ITZEL ESTELA GARCÍA ZÁMANO 
 
 
TUTORA: Mtra. DENIS ANAYANSI CUEVAS ROJO 
 
 
 
 
 
MÉXICO, D.F. 2014 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE 
MÉXICO 
 
AGRADEZCO 
 
 
A mi querida institución educativa, la Universidad Nacional Autónoma de México, 
por su apoyo generoso durante mis estudios de preparatoria y licenciatura, que me 
acogió desinteresadamente y me permitió concluir esta etapa profesional. 
 
A mi amorosa tutora, la maestra Denis Anayansi Cuevas Rojo por su dirección, 
asesoría y enseñanza; quien sin darse cuenta sembró en mi una enorme autoestima 
para no rendirme ante las fallas y errores que se han cometido. Un agradecimiento 
especial porque sin su colaboración, este esfuerzo no habría valido la pena y el 
trabajo no se habría concluido. 
 
A mi mamá y psicóloga: Estela Zámano Segura, con la más profunda admiración y 
respeto; por su enorme sabiduría, comprensión, esfuerzo y amor. 
Mi modelo de mujer a seguir. 
 
A mi papá: Benjamín García Toríz, por su ejemplo de perseverancia, disciplina y 
responsabilidad que día a día con sus actos nos enseña. 
 
A mi hermano: Benjamín García Zámano, quien con su enorme fuerza de voluntad, 
me abrió los ojos para darme cuenta que a pesar de la adversidad; cuando tienes 
planes para tu vida hay que luchar por ellos. Ese ser humano indispensable que 
influyó positivamente en mí, desde el momento en que lo conocí. 
 
A mi incondicional amigo: Arturo Sabik Chaparro Granados, quien me enseñó a 
sonreír, disfrutar y reírme de la vida; de quien he recibido enorme impulso y me 
alenta para concluir esta y otras etapas importantes en mi vida. 
 
A todos mis familiares, en especial a mi tía Emma e Ivonne, de quienes he recibido 
todo el amor posible, sabios consejos, confianza y con quienes la palabra apoyo 
realmente tiene significado. 
 
 
Este trabajo también es de ustedes. 
“POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU” 
 
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MÉXICO 
 
ÍNDICE 
I. INTRODUCCIÓN. ...................................................................................................... 5 
II. MARCO TEÓRICO................................................................................................... 6 
1.- Adulto mayor. ................................................................................................................................6 
2.- Salud bucal. ...................................................................................................................................8 
3.- Sobrepeso y obesidad. .............................................................................................................11 
III. ANTECEDENTES. ................................................................................................ 18 
1.- Sobrepeso y obesidad en el adulto mayor. .........................................................................18 
2.- Salud bucal en el adulto mayor. .............................................................................................20 
3.- Relación entre obesidad y salud bucal en el adulto mayor. ...........................................23 
IV. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. ........................................................... 37 
V. JUSTIFICACIÓN. ................................................................................................... 38 
VI. OBJETIVOS. .......................................................................................................... 39 
General: ..............................................................................................................................................39 
Específicos: .......................................................................................................................................39 
VII. MATERIAL Y MÉTODO. .................................................................................... 40 
Tipo de estudio. ................................................................................................................................40 
Universo y tamaño de la muestra. ...............................................................................................40 
Criterios de selección. ....................................................................................................................40 
Criterios de inclusión. ....................................................................................................................40 
Criterios de exclusión. ...................................................................................................................40 
 
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Definición operacional y escala de medición de las variables. ...........................................41 
Método de recolección de información. ......................................................................................42 
Método de registro y análisis estadístico. ..................................................................................43 
Consideraciones éticas. .................................................................................................................43 
Recursos. ...........................................................................................................................................43 
VIII. RESULTADOS. ................................................................................................... 44 
IX. DISCUSIÓN ............................................................................................................ 54 
X. CONCLUSIONES. ................................................................................................. 64 
XI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. ............................................................... 67 
 
ANEXOS ..............................................................................................................69
 
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 5 
I. INTRODUCCIÓN. 
 
Los adultos mayores corren un alto riesgo de sufrir una salud bucal 
deficiente. Se encuentran expuestos durante más tiempo a los factores de 
riesgo de caries y enfermedad periodontal que son las causas principales de 
la pérdida dental. La frecuencia de estos trastornos en la adultez es alta y, 
aún es considerado que el deterioro bucal, el edentulismo, y el utilizar 
prótesis es normal e inevitable, consecuencia del envejecimiento. 
 
La clave para conservar una buena salud general es mantener una buena 
salud bucal; sin embargo, a nivel mundial en los adultos mayores ésta es 
deficiente. La pérdida dental, sumada a los cambios normales en la cavidad 
oral; afecta en la eficiencia de lafunción masticatoria, causa dolor o molestia 
y repercute en su dieta; dañando su salud general y su calidad de vida. 
 
Un número menor de dientes, contribuye a desarrollar sobrepeso y 
obesidad. Los adultos mayores realizan medidas para adaptarse a sus 
condiciones de salud, siendo propensos a evitar alimentos y practicar 
comportamientos de modificación, con mayor peligro de sufrir en su estado 
nutricional que se ve reflejado en su peso. 
 
Poder alcanzar la tercera edad con todos los dientes o con los pocos que 
queden en buen estado requiere de haber realizado una adecuada 
prevención y atención dental. Haciendo énfasis en mitigar los factores de 
riesgo de la pérdida dental, el odontólogo contribuye a mantener la salud 
general y por lo tanto una buena calidad de vida. Así es como el estado de 
salud oral de los adultos mayores debe ser una llave para comprender y 
mejorar su calidad nutricional, eliminando los factores de riesgo para adquirir 
obesidad y sobrepeso. 
 
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 6 
II. MARCO TEÓRICO. 
1.- Adulto mayor. 
Según la Ley Federal de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, 
define que una persona adulta mayor es aquella que tiene 60 años y más. 
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece que en los países 
en vías de desarrollo, la edad para definir a una persona como adulta mayor 
o anciano es de 60 años, mientras que en un país desarrollado es de 65 
años1. 
Según los criterios de la OMS, el adulto mayor se subdivide en las 
siguientes categorías2: 
 
 
 
 
 
 
 
La OMS introdujo el concepto de salud como "un estado de completo 
bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones y 
enfermedades". La salud es un estado de equilibrio, con un determinado 
grado de componente subjetivo, entre lo biológico y lo psíquico con el medio 
ambiente social, cultural y natural. Pero es difícil que este criterio para definir 
la salud, se ajuste a los adultos mayores. Los cambios que acompañan el 
proceso de envejecimiento conllevan determinadas deficiencias funcionales 
en órganos del cuerpo que conducen a la disminución funcional del 
organismo como un todo3. 
 
Tercera edad: 60 – 74 años 
Cuarta edad: 75 – 89 años 
Longevos: 90 – 99 años 
Centenarios Más de 100 años 
 
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 7 
Por esto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la 
Organización Mundial de la Salud (OMS) han definido el envejecimiento 
individual como el proceso de integración entre un individuo que envejece y 
una realidad contextual que está en proceso de cambio permanente. La 
OMS y la OPS definen a un adulto mayor funcionalmente sano como aquel 
anciano que es capaz de enfrentar este proceso de cambio con un nivel 
adecuado de adaptación funcional y de satisfacción personal; a su vez, han 
establecido siete aspectos que miden el estado de salud funcional en el 
adulto mayor4: 
 
1.- Las actividades de la vida diaria, entre ellas las instrumentales y las 
básicas del diario vivir. 
2.- La salud mental, principalmente el estado cognitivo y el estado de ánimo. 
3.- La funcionalidad psicosocial, concepto cada vez más relevante, en 
términos de la capacidad de responder a las exigencias de cambio. 
4.- La salud física, donde se centra toda la patología crónica. 
5.- Los recursos sociales. 
6.-Los recursos económicos en relación con un parámetro de país, es decir, 
con un indicador de pobreza, de acuerdo con un parámetro local. 
7.-Los recursos ambientales, cuya importancia es cada vez mayor. Por 
ejemplo, la facilidad que tenga un adulto mayor para usar adecuadamente 
su casa o para salir de su domicilio y acceder a un consultorio de atención 
primaria. 
 
El mantenimiento de una buena salud, se define como el evitar desarrollar 
cáncer, enfermedades cardiovasculares o pulmonares5. La actividad física 
puede ser un factor protector contra la mala percepción de salud. El 
sedentarismo y el ejercicio físico irregular han sido previamente asociados 
 
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 8 
con una mala percepción de ésta. Según la OMS, la inactividad física es el 
cuarto factor de riesgo principal que afecta a la mortalidad general. Se 
acepta en general que la actividad física es un elemento importante de un 
estilo de vida saludable, mejora el perfil lipídico, la presión arterial, el 
síndrome metabólico, la fuerza muscular, la densidad ósea, y se asocia con 
una reducción en el exceso de peso, problemas emocionales, y síntomas 
depresivos6. 
 
2.- Salud bucal. 
Según la OMS, La salud bucodental puede definirse como la ausencia de 
dolor orofacial crónico, cáncer de boca o garganta, llagas bucales, defectos 
congénitos como labio leporino o paladar hendido, enfermedades 
periodontales, caries dental, pérdida de dientes, y otras enfermedades y 
trastornos que afectan a la boca y la cavidad bucal. 
Las dolencias bucodentales comparten factores de riesgo con las cuatro 
enfermedades crónicas más importantes; enfermedades cardiovasculares, 
cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes, pues se ven 
favorecidas por las dietas malsanas, el tabaquismo y el consumo nocivo de 
alcohol7. 
 
La masticación, la deglución y la fonación son funciones de la cavidad bucal; 
la boca participa como parte del sistema de protección del cuerpo, pues al 
masticar fragmenta los alimentos y los mezcla con la saliva, sustancia rica 
en lipasa lingual, amilasa-alfa salival, así como mucinas que facilitan la 
deglución y comienzan con el proceso de digestión de los alimentos, pero 
también participa en la fonación, lubricando y facilita los movimientos 
labiales y de la lengua. 
 
 
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MÉXICO 
 9 
Se sabe que las caries y la enfermedad periodontal son las causas de la 
pérdida dental. El perfil epidemiológico de morbilidad de la población adulta 
mayor en el 2011 muestra que, la enfermedad periodontal ocupa el quinto 
lugar después de las infecciones respiratorias agudas, las enfermedades 
diarreicas agudas, las infecciones urinarias y del grupo de alteraciones 
conformado por úlceras, gastritis y duodenitis. 
 
Algunas condiciones de salud sistémicas tienen manifestaciones bucales 
que aumentan el riesgo para desarrollar enfermedades de la boca y que, a 
su vez, son factores de riesgo para otras condiciones sistémicas. Roberto 
Carlos CP. En su capítulo, “Salud bucal en los adultos mayores y su impacto 
en la calidad de vida.”, ejemplifica el proceso de alteración de la salud bucal 
como un espiral que gira hacia un deterioro, cada vuelta aumenta el grado 
de complejidad de los problemas que se presenta en el adulto mayor, y 
menciona que sólo se interrumpe o detiene modificando los hábitos de 
higiene, junto con una intervención profesional adecuada para la 
rehabilitación hacia una boca saludable. 
 
La higiene inadecuada favorece la aparición de caries (muchas veces no 
atendida, que deriva en infecciones) y enfermedad periodontal, si estas 
enfermedades no son tratadas de manera oportuna, pueden ser el origen de 
la pérdida dental. Si ésta, no se trata de manera adecuada, con 
rehabilitación por medio de prótesis dental, o es atendida con técnicas 
deficientes; con prótesis fijas con zonas de retención o puntos que dificultan 
la higiene adecuada, prótesis removibles con ganchos que favorecer la 
migración del tejido de soporte o la aparición de caries radicular, se favorece 
la migración o extrusión de los órganos dentarios adyacentes a la pieza 
 
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 10 
perdida; creando mayores espacios de difícil acceso para la higiene y 
superficies propicias para el desarrollo de caries coronal y/o radicular.La migración dental promueve que se generen puntos de contacto 
inadecuados durante la oclusión, los cuales se convertirán en interferencias 
oclusales, que, combinadas con la mala función y la falta de higiene, 
favorece la presencia de la pérdida de tejido de soporte de una manera 
acelerada, terminando en un mayor número de dientes perdidos. 
 
El edentulismo no es el punto final del deterioro de la cavidad bucal, pero 
puede ser el punto de partida de otro espiral o circuito de deterioro que 
incluirá el uso de prótesis mal ajustadas, que dan lugar a lesiones en la 
mucosa bucal, y si esta presencia de zonas de irritación es combinada con 
el consumo de alcohol y el tabaquismo, existirá un mayor riesgo de que 
estas lesiones de los tejidos blandos se malignicen y se desarrolle algún tipo 
de cáncer en la cavidad bucal. 
 
La mayoría de los adultos mayores ingieren varios tipos de medicamentos y 
cuando las condiciones anteriores se combinan con ellos, puede afectar la 
función de las glándulas salivales; creando xerostomía que hará que la 
deglución, el habla y el portar prótesis sea incómodo y aumente el nivel de 
irritabilidad sobre la mucosa por falta de lubricación adecuada8. 
 
La percepción de salud es uno de las medidas más usadas frecuentemente 
para evaluar la salud en epidemiología social. Incorpora una construcción 
bio-psico-social no capturado por otras medidas, tiene un componente 
subjetivo que refleja evaluaciones objetivas de salud del pasado y de 
 
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 11 
expectativas del futuro, es una medida relativamente estable en el tiempo, y 
muestra una alta fiabilidad. 
En el artículo “Edentulism and other variables asociated with self reported 
health status in Mexican adults.”; la percepción de salud mala/muy mala se 
encuentra asociada con el edentulismo, es mayor en jóvenes que en las 
personas de edad avanzada, disminuyendo en un 3,6% por cada año que la 
edad aumenta. La sociedad considera que el deterioro bucal es 
consecuencia del envejecimiento, normal e inevitable. Entienden que la 
salud de su boca es ajena a la salud general e ignoran que los problemas 
bucodentales no tratados y con procesos infecciosos pueden llevar a 
infecciones sistémicas.6,8. 
 
Se acepta que un elemento clave de la salud general es la salud bucal6, 
ambas tienen causas y mecanismos de comportamiento similares. Por este 
motivo anteriormente, se han realizado diversas investigaciones en las que 
se ha vinculado el estado de salud bucal con el de salud general, 
encontrando asociación clara entre la enfermedad periodontal y algunas 
entidades crónicas como la diabetes8. 
 
3.- Sobrepeso y obesidad. 
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o 
excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para la salud, la causa 
fundamental es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y 
gastadas, resultando de un exceso de energía que con el tiempo se 
almacena en el cuerpo en forma de grasa7,. 
La prevalencia de la obesidad ha aumentado a nivel internacional en las 
últimas décadas, y en la década de 1990 se consideraba por la 
Organización Mundial de la Salud como una epidemia global9. Entre 1988 y 
 
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MÉXICO 
 12 
2008, la prevalencia de la obesidad aumentó en los adultos de todos los 
ingresos y niveles de educación10. 
 
El sobrepeso y la obesidad son enfermedades crónicas con orígenes de 
comportamiento que pueden ser rastreados desde la infancia. La etiología 
de la mayoría de los casos no se deben a un trastorno médico, sino más 
bien a una interacción de predisposición genética o hereditaria, al 
metabolismo de la dieta y a factores del estilo de vida; como los niveles de 
actividad física 10,11. En el mundo, se ha producido un aumento en la ingesta 
de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y azúcares pero 
pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes y un descenso en la 
actividad física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de 
muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de 
una creciente urbanización7. 
 
El consumo de alimentos de alta energía y la actividad física son un factor 
clave en la ecuación del balance de la energía. La definición de la obesidad 
se basa en el índice de masa corporal, altamente correlacionada con la 
masa de grasa, morbilidad y mortalidad11. 
 
Basándonos en el último periodo de encuestas (2006-2012) de la 
ENSANUT, se puede notar que el incremento en la prevalencia de 
sobrepeso y obesidad fue relativamente modesto (2.3%) comparado con el 
observado en el periodo 2000-2006 (12.8%). Existe una diversidad de 
posibles explicaciones para esta desaceleración que pueden estar 
contribuyendo de forma conjunta o independiente con este fenómeno. Entre 
ellas se ha documentado, por un lado: Una intensificación de los esfuerzos 
por elevar la alfabetización en nutrición de la población; la presentación de 
 
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MÉXICO 
 13 
encuestas y estudios sobre obesidad en medios y otras políticas y 
estrategias gubernamentales como la firma del ANSA. 
Por otro lado, existe la posibilidad de que México, como otros países, esté 
experimentando una estabilización de la prevalencia por saturación de la 
población susceptible de tener sobrepeso; llamada, “equilibrio de la 
saturación”. En esta hipótesis se expone que las personas con 
predisposición al sobrepeso adquieren ésta condición rápidamente al estar 
expuestos a un entorno poco favorable para la salud, mientras que una 
pequeña parte de la población, por diversas razones (culturales, de estilo de 
vida, de preferencias personales,características genéticas) serán resistentes 
a este entorno y no desarollarán tan fácilmente la obesidad12. 
 
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre 
peso y talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la 
obesidad en los adultos7. Es la medición mas utilizada para determinar el 
estado de nutrición en que se encuentra una persona, creado por el 
estadístico belga Adolphe J. Quetelet alrededor de 183513. Proporciona la 
medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es 
la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Se 
calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su 
talla en metros (kg/m2)7. 
 
Los límites y categorías de peso que se emplean en la actualidad, con base 
en el IMC, fueron establecidos por la Organización Mundial de la Salud, y 
son aplicables para la población adulta, independientemente de la edad. Las 
categorías son13: 
 
 
 
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MÉXICO 
 14 
 
La distribución de la grasa; más que la grasa corporal total, ha sido 
postulado como un indicador clave del riesgo de enfermedad, y aunque el 
IMC se correlaciona con la cantidad de grasa corporal10, no es capaz de 
describir su distribución14, de medirla directamente, ni diferenciar la grasa de 
músculo; lo que limita su exactitud en el diagnóstico de la obesidad; en 
particular en el rango intermedio, así como en hombres y adultos mayores 
en general10. Esto es porque las personas mayores tienden a tener una 
composición de grasa corporal superior; por lo tanto, esta evaluación es 
menos precisa en personas mayores de 65 años de edad11. 
 
A diferencia del IMC, la circunferencia de la cintura y el índice cintura 
cadera, son utilizados como indicadores de la distribución de la grasa 
centralizada9. 
 
PESO BAJO O DELGADEZ (mala nutrición o desórdenes de 
la alimentación) 
 
< 18.5 kg/m2 
Delgadez severa < 16.00 kg/m2 
Delgadez moderada 16.00-16.99 kg/m2 
Delgadez aceptable 17.00-18.49kg/m2 
PESO IDEAL (normal) 18.50-24.99 kg/m2 
SOBREPESO grado I ≥ 25.00 kg/m2 
Sobrepeso grado II o preobesidad 25.00-29.99 kg/m2 
OBESIDAD ≥30.00 kg/m2 
Obesidad tipo I 30.00-34.99 kg/m2 
Obesidad tipo II 35.00-39.99 kg/m2 
Obesidad tipo III ≥ 40.00 kg/m2 
 
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MÉXICO 
 15 
La circunferencia de la cintura es una medida de adiposidad abdominal10. 
Para identificar a los adultos con obesidad abdominal se utiliza como 
referencia la clasificación de la Secretaría de Salud de México y la de la 
Federación Internacional de Diabetes (IDF), que definen como punto de 
corte una circunferencia de cintura mayor o igual a 80 cm en mujeres y 
mayor o igual a 90 cm en hombres12. Este índice es un predictor 
independiente de mortalidad por cualquier causa pero su limitación es que 
no toma en cuenta las diferencias en la altura, es utilizado para predecir el 
riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad y se asocia con la 
aposición de grasa visceral14. 
 
Los individuos con circunferencia de cintura cinco veces mayor, tienen más 
factores de riesgo cardiometabólicos, en comparación con los individuos con 
medidas de cintura dentro del rango normal10. Se ha demostrado que el 
tejido adiposo visceral, es metabólicamente más activo y secreta cantidades 
mucho mayores de citoquinas y hormonas en comparación con el tejido 
adiposo subcutáneo. 
 
Estudios han indicado que la medición de la circunferencia de la cintura o el 
índice cintura cadera puede ser un mejor predictor de riesgo de enfermedad 
en adultos mayores que el IMC, y todavía hay una intensa investigación en 
curso acerca de si el IMC, la circunferencia de la cintura o ambos deben ser 
utilizados para evaluar el riesgo de la enfermedad11. 
 
La creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado el interés 
en el uso de índices para predecir el riesgo de muchas enfermedades 
crónicas, incluyendo la enfermedad periodontal14, por esta razón, la elección 
de la medida de la obesidad es de importante significado en los resultados. 
 
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MÉXICO 
 16 
Se hace hincapié en la importancia de elegir correctamente la medida para 
determinar la obesidad en investigaciones de salud oral9. 
 
La obesidad ha dejado de ser sólo una preocupación estética y un asunto 
privado para convertirse en un problema de salud pública, debido, entre 
otros motivos, al incremento de padecimientos asociados con el exceso de 
peso13. Se ha confirmado la relación entre obesidad y una serie de 
enfermedades, en particular las cardiovasculares y la diabetes9. 
 
Un IMC elevado es un importante factor de riesgo de problemas de salud 
como enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares (hipertensión, 
arterioesclerosis, infartos cardiácos); las cardiopatías y el accidente 
cerebrovascular, en el 2008 fueron la causa principal de defunción; la 
diabetes mellitus tipo II; los trastornos del aparato locomotor (en especial la 
osteoartritis), enfermedades del hígado y la vesícula biliar, problemas de 
sueño, apnea, depresión, problemas de infertilidad y algunos cánceres (del 
hígado, riñón, mama, endometrio, próstata y el colon), con un mayor riesgo 
de muerte prematura en los adultos más jóvenes de 65 años6,10,11,12,13. 
 
El consumir verduras se asocia con un menor riesgo de padecer algunos 
tipos de cáncer. Las dietas que incluyen verduras, frutas, y frutos secos 
también se asocian con una menor incidencia de diabetes, enfermedad 
cardiovascular, menores tasas de factores de riesgo para la hipertensión, 
obesidad y menor riesgo de mortalidad15. 
 
La obesidad abdominal es uno de los cinco criterios de diagnostico para el 
síndrome metabólico. 
 
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MÉXICO 
 17 
El síndrome metabólico es una constelación de factores de riesgo, entre 
ellos la obesidad abdominal, aterogénico dislipidemia, presión arterial 
elevada, y niveles de glucosa en plasma elevados, que aumentar el riesgo 
de enfermedad cardiovascular. 
 
Los factores de riesgo subyacentes predominantes para el síndrome 
metabólico son la obesidad abdominal y resistencia a la insulina. 
Aproximadamente 34% de los adultos cumplen con los criterios para tener 
un síndrome metabólico y el riesgo aumenta con la edad. Los hombres de 
60 años o más son cuatro veces más propensos y las mujeres de 60 años o 
más, son propensos más de seis veces a ser diagnosticados con síndrome 
metabólico, en comparación con los adultos más jóvenes (edades de 20 a 
39 años). 
Muchos pacientes puede ser genéticamente susceptibles al síndrome 
metabólico, pero rara vez se desarrolla en la ausencia de la obesidad y la 
inactividad física. El énfasis fundamental está en mitigar los factores de 
riesgo modificables; como la obesidad, la inactividad física, dieta 
aterogénica, y el tabaquismo10. 
 
En la encuesta de la ENSANUT 2012, se reporta que a pesar de la alta 
prevalencia de obesidad a nivel nacional, sólo un 24.1% de los entrevistados 
reportó haber recibido en alguna institución de salud una evaluación de 
sobrepeso u obesidad. De estos, 55.1% obtuvo resultados positivos, y 
únicamente la mitad recibió tratamiento. Es decir, del total de los sujetos que 
recibieron un diagnóstico de sobrepeso u obesidad por parte de una 
institución de salud, solamente 50.6% reportó haber recibido tratamiento12. 
 
 
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 18 
III. ANTECEDENTES. 
1.- Sobrepeso y obesidad en el adulto mayor. 
El sobrepeso y la obesidad se han convertido en el factor de riesgo 
modificable más importante del país. En la actualidad 71.3% de los adultos 
mexicanos padece esta condición, con una prevalencia ligeramente elevada 
en las mujeres, la obesidad es más frecuente en la cuarta y quinta década 
de la vida. 
 
La tendencia en los últimos 12 años (2000 a 2012), basada en las tres 
últimas encuestas nacionales (ENSANUT 2000, ENSANUT 2006 y 
ENSANUT 2012) muestra que la prevalencia combinada de sobrepeso y 
obesidad en adultos aumentó 15.4%. En el último periodo de encuestas 
(2006-2012) se puede notar que el incremento en la prevalencia de 
sobrepeso y obesidad fue relativamente modesto (2.3%) comparado con el 
observado en el periodo 2000-2006 (12.8%). 
 
Al estratificar por sexo, en los hombres aumentó 16.6% (7.3 puntos 
porcentuales [pp] de 2000-2006 y 2.6pp del 2006-2012) y en mujeres 
aumento 13.9% (7.9 pp del 2000-2006 y 1.0pp del 2006-2012). La 
prevalencia de obesidad severa (grado III) en mujeres incrementó 64%, 
observándose actualmente una prevalencia de 4.1%. En tanto, en los 
hombres ésta prevalencia de obesidad grado III se duplicó, pero se mantiene 
por debajo de 2%. 
 
El incremento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en el periodo 2000 
a 2012 es mayor en los sujetos más jóvenes. En el grupo de edad de 20 a 
29 años, se observa un incremento de 15.8%. 
 
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MÉXICO 
 19 
 
De acuerdo con los puntos de corte de IMC propuestos por la OMS, la 
prevalencia de sobrepeso y obesidad en México en adultos mexicanos de 20 
años o más fue de 71.3% (que representan a 48.6 millones de personas). La 
prevalencia de obesidad (IMC ≥30 kg/m2) en este grupo fue de 32.4% 
(IC95%=31.6, 33.3) y la de sobrepeso de 38.8% (IC95%=38.1, 39.6). 
 
La obesidad fue más alta en el sexo femenino (37.5%, IC95%= 36.5, 38.6) 
que en el masculino (26.9%, IC95%=25.7, 28.0), al contrario del sobrepeso, 
donde el sexo masculino tuvo una prevalencia de 42.6%, (IC95%= 41.3, 
43.8) y el femenino una de 35.5%, (IC95%= 34.5, 36.5). 
 
El grupo de edad que presentó la mayor prevalencia de obesidades fue el de 
los adultos de 40 a 49 años (40.5% IC95%=38.8,42.2), sin embargo en los 
gradosmás altos de obesidad (grado II y III) se observó una mayor 
prevalencia en los adultos de 50 a 59 años (14.3%, IC95%=12.8, 15.9). 
 
La prevalencia de obesidad presenta diferencias por nivel socioeconómico, 
región geográfica y localidad (p<0.05), siendo mayor en el nivel 
socioeconómico alto que en el bajo, en las localidades urbanas en 
comparación con las rurales y en la región norte del país en comparación 
con la del sur, centro y Ciudad de México. 
 
La media de IMC para mujeres y hombres es de 28.8 y 27.6 kg/m2 
respectivamente. Pero en los grupos de mujeres entre 40 a 49 años y 50 a 
59 años, la media de IMC fue mayor a 30 kg/m2, en el resto de los diferentes 
grupos etarios la media de IMC se encontró en la clasificación de sobrepeso, 
con un rango de IMC entre 26.3 kg/m2 y 29.4 kg/m2. 
 
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 20 
 
Al estratificar por edad, los valores promedio más altos de IMC y 
circunferencia de cintura se encuentran en las mujeres de 50 a 59 años de 
edad (IMC= 30.5 kg/m2, cintura=97.1 cm), mientras que en los hombres, los 
valores promedio más altos de IMC los presentan los del grupo de edad de 
40 a 49 años (IMC 28.7kg/m2) y las cifras más altas de circunferencia de 
cintura (97.8 cm) los del grupo de 50 a 59 años. 
 
El IMC por arriba de 30 kg/m2 es ya el promedio nacional para el grupo de 
mujeres entre 40 y 59 años, otros estratos en el sexo femenino tienen 29 
kg/m2 como promedio de IMC (tercera década de la vida, región norte, 
localidad urbana, entre otros)12. 
 
2.- Salud bucal en el adulto mayor. 
En México la población de adultos mayores de 60 y más años de edad es de 
10,055,379. Los ancianos corren un alto riesgo de sufrir enfermedades 
bucodentales, entre ellas las caries y las periodontopatías, que afectan a un 
5%-20% de los adultos de edad madura que pueden desembocar y son la 
causa de la pérdida dental, esta incidencia varía según la región geográfica 
7,16. 
 
La frecuencia de estos trastornos es alta y tanto la sociedad en general 
como los ancianos aún consideran y aceptan que el deterioro bucal, 
edentulismo, y el utilizar placas totales es normal e inevitable en la vejez, 
como una consecuencia del envejecimiento. Sin embargo, la pérdida dental 
está más íntimamente relacionada con experiencias de procesos infecciosos 
no atendidos o atendidos de manera deficiente y a la falta o deficiencia en la 
higiene bucal. Estos problemas bucodentales no tratados y con procesos 
 
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 21 
infecciosos en los ancianos, pueden llevar a infecciones sistémicas. No es 
de extrañarse el encontrar personas de 65 años en adelante que consideren 
que la salud de su boca es ajena a su salud general8,16. 
 
A nivel mundial, la salud bucal de los adultos mayores es en general 
deficiente, las condiciones bucales en los adultos mayores en México no son 
muy distintas, dónde se reporta que el componente principal del CPOD es el 
de dientes perdidos. 
 
Se sabe que; como resultado del avance de la edad, también se presentan 
complicaciones bucodentales, varias de ellas son: atrición y abrasión 
causada por el uso de los dientes, lesiones de la mucosa bucal 
(precancerosas y cancerosas), hiposalivación (xerostomía), el uso de 
prótesis mal ajustadas, migración dental y disminución de la eficiencia 
masticatoria. Además el número de papilas gustativas disminuye con la 
edad; las que detectan lo dulce y lo salado se deterioran primero, quedando 
las que detectan lo ácido y lo amargo; lo que se expresa en una pérdida 
parcial del sentido del gusto y del olfato8. 
 
El Índice de Evaluación de Salud Oral Geriátrica fue desarrollado para 
evaluar los problemas de salud oral en el envejecimiento y sugiere que la 
salud oral afecta a la percepción subjetiva de la vida cotidiana de los adultos 
mayores. Los impactos orales sobre el desempeño diario, es otro índice de 
la relación de la salud oral y la calidad de vida5. 
 
Los estudios en ancianos mexicanos describen a la falta de dientes, la 
presencia de caries y periodontopatías como problemas serios entre la 
población de más de 60 años, índices CPOD con valores de 16.3 (± 6.7), el 
 
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 22 
Índice de Necesidades de Tratamiento Periodontal de la Comunidad (CPITN) 
muestra que sólo 7.0% de la población presenta un periodonto sano. Otros 
resultados señalan índices periodontales con criterios de destrucción de 
tejidos de sostén del diente en 31.1% de los ancianos. 
En el estudio; “Perfil de salud bucodental en un grupo de adultos mayores 
del estado de Hidalgo”, se observa que en los adultos mayores de 70 años 
de edad, la higiene oral es deficiente (p < 0.04), la prevalencia de caries fue 
de 100% y la de enfermedad periodontal fue de 96.7%. En cuanto al grado 
de severidad, se encontraron con periodontitis leve, 34 casos, seguido por 
gingivitis agudas con 29. La mayor frecuencia de periodontopatías está 
presente en los ancianos con menos de seis años de escolaridad. En 
general se encontró que la prevalencia de periodontopatías fue de 96.7%, 
coincidiendo en que a mayor edad, la frecuencia y severidad de las lesiones 
del tejido de sostén se incrementan. 
 
Existió una alta frecuencia de edentulismo, siendo de 8.8%, las mujeres 
fueron las más afectadas con un riesgo clínico dos veces mayor que los 
hombres (RM 3.4,IC95% 0.41-28.8; p>0.44). El promedio en la categoría 
perdido del CPOD fue de 11.1 (± 9.2). 
 
En la actualidad se sabe que es posible mantener una buena salud 
bucodental de los individuos hasta edades avanzadas y que los dientes no 
se pierden a causa del envejecimiento, no tiene que ver con el avance de la 
edad. La razón es que los adultos mayores han estado expuestos durante 
más tiempo a los factores de riesgo de caries y enfermedad periodontal. 
Ahora se sabe que para llegar a la tercera edad con todos los dientes o con 
los pocos que queden en buen estado, requiere de una adecuada 
prevención y atención dental16. 
 
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 23 
3.- Relación entre obesidad y salud bucal en el adulto mayor. 
Siendo la obesidad una condición multisistémica, se ha sugerido que es un 
factor de riesgo para la enfermedad periodontal, resultante de la interacción 
entre bacterias patógenas y la respuesta inmune del huésped. El primer 
informe sobre la relación entre obesidad y enfermedad periodontal apareció 
en 1977 cuando Perlstein et al., encontró mayor resorción del hueso alveolar 
en ratas Zucker obesas, comparándolas con las no obesas. 
 
La enfermedad periodontal es una enfermedad crónica que afecta a 
aproximadamente a la mitad de los adultos estadounidenses de 30 años de 
edad y mayores y es una de las principales causas de pérdida de dientes en 
adultos14. Los estudios epidemiológicos revelan que más de dos tercios de la 
población mundial sufre de una de las formas crónicas de la enfermedad 
periodontal. La destrucción crónica de los tejidos de soporte conduce a la 
eventual pérdida de los dientes y por lo tanto, a la pérdida parcial o 
completa11. 
 
La mayoría de los estudios transversales recientes y un meta-análisis de la 
obesidad y la enfermedad periodontal han encontrado asociaciones positivas 
significativas entre el estado de obesidad y la prevalencia de la enfermedad 
periodontal14. Ha sido bien establecido que la inflamación se asocia con una 
forma moderada a la periodontitis. Se especifica que los efectos adversos de 
la obesidad en el periodonto pueden estar mediados a través de citoquinas 
pro-inflamatorias tales como factor de necrosis tumoral-α, interleucina-1 y la 
interleucina-6, entre otras varias sustancias bioactivas. Enfermedades 
inflamatorias como la periodontitis inducen la producciónde estas 
sustancias. Se sugiere que la secreción de TNF-α por el tejido adiposo 
 
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 24 
provocada por lipopolisacáridos de bacterias periodontales Gram negativas 
promueve la dislipidemia hepática y disminuye la insulina. 
 
En el artículo “Obesity, periodontal and general health: Relationship and 
management”; se trató de centralizar a la obesidad y sus enfermedades 
relacionadas, como un contribuyente potencial a la enfermedad periodontal y 
viceversa. Se encontró que la prevalencia de la enfermedad periodontal es 
un 76% mayor entre las personas obesas jóvenes de 18-34 años, que en 
personas de peso normal. El sobrepeso se asocia con un mayor riesgo de 
periodontitis entre los de 17 a 21 años11. 
 
Se ha encontrado en estudios previos que la pérdida y un número reducido 
de dientes está relacionado con la obesidad, tal hecho se confirma en el 
artículo; “Oral health and obesity indicators ”; donde el objetivo fue estudiar 
las asociaciones entre las variables de salud oral y adiposidad total y 
central., Se encontró que el número de dientes mostró una asociación 
estadísticamente significativa, fuerte y consistente con la obesidad; sin 
embargo el patrón varió con diferentes medidas que la evalúan (IMC, ICC y 
circunferencia de cintura). Se observa que la media del número de dientes 
disminuye progresivamente con la edad, de 28,1 (SD 2.2) en 38 años de 
edad y 12,5 (SD 9,1) en los 78 años y mayores. 
 
Se observó que el número de dientes fue el factor más consistentemente 
asociado con la obesidad, un número mayor, mostró una tendencia general 
hacia un menor riesgo de obesidad, independientemente de los indicadores 
que se hayan utilizado para medir la obesidad (IMC, circunferencia de la 
cintura, relación radio cintura-cadera, etc.). La asociación de la salud oral 
 
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MÉXICO 
 25 
con el índice cintura-cadera, en este estudio fue menos consistentes y más 
inciertos. 
 
Estadísticamente, un mayor número de dientes restaurados demostró, 
menor riesgo a la obesidad. Explicando el mecanismo detrás de ésto podría 
haber sido por un mayor interés en temas sobre salud. Ni los dientes 
cariados, ni la función masticatoria revelaron asociación con la obesidad9. 
 
En cuanto al progreso de la enfermedad periodontal en personas con 
sobrepeso y obesidad, se puede observar que en el estudio de; “Overweight 
and obesity predict time to periodontal disease progression in men”, durante 
el mismo período de tiempo, los peligros de experimentar acontecimientos 
de progresión en la profundidad al sondaje, pérdida de inserción clínica y de 
hueso alveolar, fueron de 40%, 52% y 60%, respectivamente, mayores entre 
los hombres obesos con respecto a los hombres con peso ideal. La 
probabilidad de tener 2 o más dientes con progresión de la enfermedad 
periodontal es mayor cuanto uno tiene más dientes. En este análisis se 
encontraron tasas más altas de progresión de la enfermedad periodontal en 
los hombres obesos, pero sólo ligeros aumentos en los que tenían 
sobrepeso. 
 
Un incremento de 1cm en la circunferencia de la cintura fue asociado con 1-
2% de incremento en los riesgos de experimentar eventos de progresión en 
la profundidad del sondaje y pérdida de inserción clínica y cada incremento 
de 1% en la línea de base de relación cintura-estatura fue asociado con un 
aumento del 3% en el peligro de experimentar acontecimientos de 
progresión de la enfermedad periodontal. 
 
 
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 26 
Ninguno de los índices de tamaño de la cintura utilizado fue relacionado 
significativamente con los peligros de acontecimientos de progresión de la 
enfermedad periodontal. Las proporciones de riesgo tendieron a ser 
mayores en los hombres con alta relación cintura-altura (RCEst). Para medir 
la progresión de la enfermedad periodontal, aunque la pérdida de hueso 
alveolar es una característica de ésta. 
Se puede subrayar que las medidas acumulativas de erosión del tejido óseo, 
no siempre son prácticas para obtener mediciones en toda la boca. La 
pérdida de inserción clínica, se considera como un indicador clínico más 
preciso que la profundidad de sondaje para realizar la medición de la 
enfermedad crónica, pero la pérdida de inserción, también puede ser 
resultado de causas no inflamatorias. Por lo tanto, en este estudio 
recomiendan ambas mediciones, especialmente para estudios realizados en 
adultos mayores14. 
 
Las periodontopatías y las caries, además de provocar dolor o molestia, 
también impactan en la capacidad para desempeñar actividades habituales 
como comer, que repercuten en su mala nutrición, al hablar y socializar; es 
decir, en su calidad de vida16. 
 
En cuanto a la relación salud bucal y estado nutricional en los adultos 
mayores; la reducción del número y el funcionamiento de los dientes, 
cantidad de contactos oclusales posteriores funcionales, uso o no de 
prótesis parciales o totales, tener restauraciones mal ajustadas, sequedad 
bucal, cambios en el estado de la cavidad oral y otros déficits de salud que 
acompañan al envejecimiento, influyen en la salud general, siendo 
propensos a evitar o modificar los alimentos que son problemáticos para 
comer. 
 
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 27 
 
Debido al dolor, dificultades en su masticación, al deglutir o por temor a 
causar más daño a su dentadura frágil, comienzan a cambiar sus hábitos de 
alimentación, modificando la selección de alimentos que afecta la calidad de 
su dieta. 
 
El número y la ubicación de los dientes funcionales; ya sean naturales o 
prótesis, generan cambios en la capacidad masticatoria que compromete su 
eficiencia. Todo esto sumado a medicación por el padecimiento de 
enfermedades crónicas, modifican la absorción de vitaminas y minerales 
esenciales para su salud, causando un mayor peligro de sufrir en su estado 
nutricional que se ve reflejado en su peso5,8,15,17. 
 
El consumo de una dieta variada que incluye frutas y verduras frescas, frutos 
secos y carnes, se asocia con la protección en contra de una variedad de 
enfermedades crónicas y sus factores de riesgo. Los comportamientos que 
contribuyen a la ingesta alimentaria son importantes debido a la asociación 
de la dieta con el mantenimiento de la salud y prevención de 
enfermedades15. 
 
Si los adultos mayores, tienen una mala calidad en su salud bucal, se 
desalentan y evitan ciertos alimentos crujientes, fibrosos, o secos, como 
verduras, frutos enteros, ciertas carnes, o semillas y granos. Estas 
dificultades alimenticias, agravan el efecto de la disminución del gusto 
relacionada con la edad y aumenta la probabilidad de que las dietas sean 
inadecuadas en las poblaciones cuya elección de alimentos es también 
afectada por sus limitaciones físicas, deterioro psicológico y barreras 
financieras. 
 
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 28 
 
En 1995, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) 
introdujo el Índice de Alimentación Saludable (Healthy Eating Index-HEI) 
para evaluar las dietas. El original incluía una puntuación total calculada a 
partir de componentes de la dieta que presentaban tipos y cantidades de 
alimentos. Estas puntuaciones se han utilizado para caracterizar la 
asociación entre el estado dental deteriorado y calidad de la dieta. 
Las bajas puntuaciones totales de este índice, en los adultos mayores, se 
han asociado a la pérdida de dientes posteriores, uso de prótesis dentales, 
prótesis dentales mal ajustadas, y una masticación persistente, deglución, y 
dolor o ardor de boca. 
 
El Healthy Eating Index ha sido revisado y ahora es denominado Índice de 
Alimentación Saludable-2005(HEI-2005). Refleja las Guías Alimentarias, 
haciendo mayor énfasis en los granos enteros, verduras, ciertos aceites, y la 
energía de dulces, grasas sólidas, y el alcohol. Para los adultos mayores el 
enfoque estándar del Índice de Alimentación Saludable-2005 proporciona un 
método útil para la comprensión de la elección de alimentos. 
 
En el artículo “Severe tooth loss in older adults as a key indicator of 
compromised diet quality”; se encontró que aproximadamente la mitad de la 
muestra tiene una pérdida dental severa (0-10 dientes) y que tenían menor 
adhesión a las Guías Alimentarias de la USDA 2005, en comparación con 
los que tienen más de 11 dientes. Aquellos con 0-10 dientes, tenían pocas 
unidades funcionales en cualquier zona y reportaron tener mayores 
problemas en su masticación. 
 
 
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 29 
Independientemente de los efectos de la edad, sexo, condición de pobreza, 
situación de seguro dental, y educación, personas que tenían de 0-10 
dientes fueron asociados con una puntuación de cinco puntos inferior en su 
calidad de la dieta, en comparación con aquellos con más de 11 dientes. Los 
participantes con menos dientes tenían una baja ingesta o tasas de 
adherencia menor a recomendaciones para seis de los doce grupos de 
alimentos enfatizados por la orientación actual del USDA. La mayoría (70-
80%) de todos los participantes no consumían cantidades adecuadas de 
fruta ni granos enteros. 
 
Utilizando el índice original de Alimentación Saludable-healthy Eating Index, 
se encontró que las puntuaciones totales de componentes de frutas fueron 
más altos para los que tienen entre 5 y 8 unidades posteriores funcionales 
que aquellos con menos unidades funcionales, desdentados y los que 
utilizan una dentadura completa. 
 
Entre los adultos mayores que contaban con 1-10 dientes tenían 
significativamente más dificultad para comer manzanas y ciertos tipos de 
pan y verduras. Los que tienen menor cantidad de dientes tenían menor 
ingesta de fibra, carbohidratos, proteínas, grasas y ciertos micronutrientes. 
No se encontró diferencias comparables para los que tienen un menor 
número de unidades funcionales posteriores, pareciendo que tanto el 
número de dientes y la cantidad de unidades posteriores funcionales tienen 
relación similar con la ingesta alimentaria y el estado nutricional. 
 
Dos tercios de los participantes fueron totalmente desdentados y, entre el 
tercio restante, sólo el 11% tenía algunas unidades funcionales. El USDA ha 
encontrado que las personas desdentadas tenían menos variedad y la 
 
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 30 
calidad de su dieta era pobre, conteniendo un menor número de porciones 
de frutas, verduras y carne. Entre los adultos mayores (70-79 años), las 
personas desdentadas consumen menos energía de las proteínas, fibra 
dietética, frutas y jugos de frutas, pero consumen mayor cantidad de calorías 
de dulces, postres, grasas sólidas y aceites. Los pacientes desdentados 
consumían menos verduras, fibra dietética, manzanas, peras y zanahorias 
en comparación con los que tenían 25 o más dientes17. 
 
Dentro del ámbito social, los alimentos juegan un papel en el mantenimiento 
de la identidad y los sentimientos de conexión con la familia y el lugar. Los 
adultos mayores pueden a veces resistirse a la eliminación de algunos 
alimentos, realizando medidas para adaptarse a las condiciones cambiantes 
de sus salud. Practican comportamientos de modificación alimenticia, en la 
textura, tamaño o consistencia, cocinando demasiado o eliminando las 
cascaras para facilitar su consumo, reduciendo los nutrientes pero 
conservando una sensación de bienestar y, en la medida de lo posible, 
manteniendo su dieta. Estos alimentos ayudan a reforzar la pertenencia al 
grupo étnico, afiliación regional, o apego a las familias. Modificar alimentos 
en formas que aún permiten su consumo puede tener menos consecuencias 
dietéticas que el evitarlos, permitiendo de este modo que los adultos 
mayores mantengan sus patrones de consumo de alimentos tradicionales15. 
 
El artículo “Association between aspects of oral health–related quality of life 
and body mass index in community-dwelling older adults”; se centra en la 
potencial relación entre salud bucal, calidad de vida e índice de Masa 
Corporal, encontrando que las personas de 65 a 74 años eran más 
propensas a tener sobrepeso (39,9%), que ha tener bajo peso (5.2%). El 
42,6% de los participantes de entre 75 a 84 años eran obesos y el 8.9% 
 
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 31 
tenían peso bajo. De las personas entre 85 y más años, el 52,9% registraron 
un peso normal y el 11,8% eran obesos. 
 
Treinta y tres por ciento de los participantes obesos respondieron 
afirmativamente a la pregunta acerca de evitar el consumo de alimentos que 
les gustaría comer, en comparación con los participantes de peso normal 
(11,4%). Treinta y cinco por ciento de los sujetos obesos reportaron cocinar 
los alimentos por más tiempo o de manera diferente para que sea más 
suave, en comparación con el 16,8% de los participantes con sobrepeso. 
 
La xerostomía (boca seca) jugó un papel importante en la relación de la 
salud bucal y la calidad de vida, especialmente para aquellos que se 
consideraban de bajo peso. El 19% de los participantes con bajo peso 
respondieron que la sequedad bucal limitaba los tipos de alimentos que 
consumían, frente al 2,9% de los participantes con peso normal, el 23% 
dijeron que la xerostomía les causó molestias, dolor y mala degustación de 
los alimentos. 
 
En cuanto a la auto-evaluación, el 30,4% de los participantes obesos 
calificaron su capacidad para masticar los alimentos como regular o mala, en 
comparación con el 14,3% de los de la categoría de peso inferior. Casi el 
11% de los participantes con sobrepeso dijeron que tenían dolor, irritación 
dolorosa o incomodidad en la boca, en comparación con el 33,3% de los 
sujetos con bajo peso. Los participantes obesos eran casi tres veces más 
probables de dejar de comer alimentos que les gusta comer. Los que tenían 
sobrepeso fueron 12 veces más propensos, que los participantes con bajo 
peso, a limitar los tipos de alimentos que consumían debido a la xerostomía. 
 
 
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 32 
Se observó una relación importante entre salud bucal y calidad de vida que 
afecta a la masa corporal. Los resultados indicaron una asociación 
estadísticamente significativa entre la xerostomía y el IMC en los 
participantes con bajo peso, siendo más propensos a limitar los tipos de 
alimentos que comen. La xerostomía afecta al 20% de las personas mayores 
y ha sido conocido por estar asociado con dificultades en el consumo de 
ciertos alimentos, causando limitaciones dietéticas. 
La capacidad de masticar también se asoció con categoría de IMC en 
obesos, siendo más propensos a evitar el consumo de alimentos que los 
participantes con peso normal. La razón para esto puede ser en parte por los 
alimentos ricos en fibra que son más difíciles de masticar. 
 
Se demuestra que los adultos mayores que no pueden salir de su dormitorio, 
relacionado con su rendimiento físico, se encuentran limitados en el tipo de 
alimento al que tienen acceso, conduciendo de igual manera a déficits en la 
capacidad de salud nutricional. Los pacientes más educados pueden estar 
mejor informados sobre la calidad nutricional de su dieta y el efecto que 
tiene ésta sobre su salud personal5. 
 
Otro artículo que habla sobre la correlación entre salud bucal y dieta, es el 
de “Food avoidance and food modification practices of older rural adults: 
Association with oral health status and implications for service provision”; que 
reporta que la comidaque comúnmente se evitaba debido al estado de salud 
oral en su muestra eran las manzanas enteras. Fue eliminada de su dieta 
por 320 personas (50%). Nueces enteras, dulces pegajosos, y zanahorias 
crudas fueron los siguientes alimentos más reportados (32%). El maíz, 
palomitas de maíz, y carnes a la parrilla o fritas se evitaron alrededor de un 
14%. Otros alimentos se evitaron en un 10% o menos. 
 
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 33 
 
Casi dos tercios (419; 66%) de los participantes reporto haber evitando al 
menos un alimento; 216 (34%). De éstos, 111 (26%) evitan sólo un alimento 
y 71 (17%) evitan dos. Las 237 personas restantes (57%) evitaron de 3 a 14 
alimentos. Cuanto más piezas se tenían, se informaba de un menor número 
de alimentos evitados. 
 
Casi dos terceras partes de los informes como: excelente, muy buena o una 
buena salud oral no evitaban algún alimento, sólo un tercio de los que 
reportaron una salud bucal regular o mala evitaban algún alimento. Los 
adultos mayores con encías sangrantes eran cuatro veces más probables de 
informar sobre evitar algún alimento. 
 
Para la modificación de los alimentos, el porcentaje de adultos mayores que 
reportó cualquier tipo de modificación varió de 23,8% para el frijol a 67,8% 
para las manzanas, donde la modificación mas común fue el pelar las 
manzanas, seguida de rebanar finamente o cortar la comida en trozos 
pequeños. Más de la mitad de los participantes informó la modificación de 
las manzanas y las carnes de esta manera. Para todos los alimentos ellos 
las cocinaban mucho tiempo para suavizar. Más de un tercio presenta esta 
técnica para carnes debido a la condición de sus dientes, dentaduras 
postizas u otros cambios en el estado de la cavidad oral. 
 
La modificación de las manzanas se asoció con todos los déficits de la salud 
oral, excepto dolor y sequedad bucal. 
La modificación de las zanahorias tenían un patrón similar excepto que no 
se asoció con la percepción de salud oral. 
 
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MÉXICO 
 34 
La modificación de la carne fue relacionada con todos los déficits de salud 
oral, excepto para la enfermedad periodontal y el dolor. 
La modificación de los granos y la modificación de verduras verdes estaban 
relacionados con un menor número de déficit de salud bucal, sin embargo, 
ambos estaban relacionados con el dolor oral y la sequedad bucal. 
 
Se destaca que una proporción importante de los adultos mayores, debido a 
déficit en su salud bucal, evitan un gran número de alimentos, incluso los 
que son relativamente blandos. La modificación alimentaria es una práctica 
común en la población rural de edad avanzada para continuar manteniendo 
su dieta, lo que sugiere que también puede ser practicado en otras 
poblaciones. 
 
Se muestra que las personas que evitan unos alimentos son propensos a 
evitar otros, estudios sugieren que una vez que las personas empiezan a 
eliminarlos, no se vuelven a comer automáticamente cuando el problema 
bucal se alivia. Al ser restaurada la función a través de implantes, prótesis 
dentales, u otros medios no siempre resulta en una mejor ingesta 
alimentaria, así es como esta rehabilitación, también tiene que ir 
acompañada de la intervención dietética, dirigida a mejorar el conocimiento y 
cambiar las actitudes hacia el consumo de alimentos15. 
 
El crear, diseñar y modificar recetas para los adultos mayores con 
capacidad de masticación alterada puede ser una estrategia útil. El 
categorizar a los individuos basándose en la grave pérdida dental frente a 
pérdidas moderadas a bajas, puede proporcionar información eficaz sobre la 
calidad de la dieta que se lleva a cabo. Así es como el estado de salud oral 
de los adultos mayores debe ser una consideración clave en los esfuerzos 
 
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MÉXICO 
 35 
para comprender y mejorar su calidad de la dieta y por lo tanto favorecer en 
su calidad de vida17. 
 
La ENSANUT 2012, recomienda que “es importante incrementar los 
esfuerzos por promover una alimentación saludable centrada en alimentos y 
preparaciones tradicionales y buscar formas de orientar a la población a 
hacer elecciones saludables cuando consuman alimentos industrializados en 
los cuales el contenido de azúcar, grasa, sodio y su densidad energética 
total suelen ser elevados y problemáticos para la prevención y control del 
peso saludable. Además la inactividad física propia de los estilos de vida 
modernos debe ser contrarrestada con un énfasis en acumulación de 
minutos de actividad moderada o vigorosa, pero además es necesario 
promover estilos de vida que favorezcan la reducción del sedentarismo”12. 
 
Estudios anteriores, han indicado que el mantenimiento de un peso normal y 
actividad física regular se asocia a una prevalencia más baja de enfermedad 
periodontal, una de las principales causas de la pérdida dental. Las 
personas que persiguen el ejercicio regular tienen niveles plasmáticos más 
bajos de marcadores inflamatorios, como la proteína IL-6 y C-reactiva (CRP 
), y muestran un aumento de la sensibilidad a la insulina que pueden afectar 
beneficiosamente a la salud periodontal. Se menciona que un estudio 
demostró que las personas que mantienen un peso normal, persiguieron el 
ejercicio regular, y consumen una dieta conforme a las Guías Alimentarias 
para los Estadounidenses y recomendaciones de la Pirámide de Alimentos, 
eran 40% menos propensos a tener periodontitis11. 
 
Un dentista puede evaluar a los pacientes para detectar signos y síntomas 
de las enfermedades relacionadas con la obesidad. Como se ha visto, la 
 
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 36 
obesidad está relacionada con varios aspectos de la salud bucal, como 
caries dental, periodontitis y xerostomía11. Evitar alimentos o modificarlos 
pueden indicar dolor oral, boca seca, u otros problemas dentales15. 
 
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MÉXICO 
 37 
IV. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. 
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la 
obesidad son el sexto factor principal de riesgo de defunción en el mundo, 
cada año fallecen alrededor 3,4 millones de personas adultas. 
 
Para 1980 la obesidad se había más que duplicado en todo el mundo, y en 
el año 2008, 1400 millones de adultos (de 20 y más años) tenían sobrepeso; 
por lo tanto se ha encontrado gran relación entre sobrepeso, obesidad y una 
mala nutrición, que va en ascendencia. 
 
La salud bucal, está íntimamente relacionada con la salud y bienestar 
general. La boca es un gran indicador de ésta en el individuo, y el poseer 
enfermedades que propician la pérdida dental, deterioran la capacidad 
masticatoria y de deglución, esencial para que nuestro cuerpo pueda tener 
acceso a los nutrientes necesarios, predisponiendo a una desnutrición y/o 
sobrepeso en personas mayores de 50 años. 
 
Para tener una buena función masticatoria, la OMS considera que se deben 
conservar; al menos, 20 dientes naturales. La pérdida dental es una 
deficiencia orgánica, que se convierte en una discapacidad cuando impide 
masticar adecuadamente los alimentos. En los adultos mayores es de suma 
importancia que no se deterioren las funciones de la cavidad bucal, ya que 
no podrán seleccionar y aprovechar de los alimentos, los nutrientes 
necesarios y por lo tanto, su salud general y el impacto de ésta en su 
calidad de vida, se verá gravemente afectada. 
 
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V. JUSTIFICACIÓN. 
Es fundamental que las personas comprendan la epidemia de la obesidad y 
que tomen medidas proactivas para tratar este asunto. Junto con una buena 
salud bucal y general; siempre recalcandola importancia de mantener un 
buen estado nutricional, se podría llegar a disminuir la obesidad y el 
sobrepeso, y junto con ella la expectativa de presentar pérdidas dentales. 
 
Sera indiscutible la predisposición a la desnutrición, sobrepeso y obesidad 
en aquellos pacientes adultos mayores con una salud bucal deteriorada, por 
lo tanto se debe hacer hincapié en educar y promover la salud bucal así 
como la importancia de su rehabilitación, para poder tener una eficiente 
función masticatoria y así aprovechar la mayoría de los nutrientes en los 
alimentos. 
 
De igual manera, se ha demostrado que la obesidad aumenta el riesgo de 
enfermedad periodontal, principal motivo de las pérdidas dentales, por lo 
tanto, el mantener una buena salud general, también es indispensable para 
mantener un buen control en la salud bucal. 
 
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VI. OBJETIVOS. 
General: 
Identificar la relación entre obesidad y pérdida dental de adultos mayores 
que acuden a la clínica de prótesis parcial, fija y removible de la Facultad de 
Odontología. 
Específicos: 
Identificar la prevalencia de perdida dental en adultos mayores que acuden 
a la clínica de prótesis parcial, fija y removible de la Facultad de 
Odontología. 
 
Identificar la prevalencia de obesidad y sobrepeso en pacientes que acuden 
a la clínica de prótesis parcial, fija y removible de la Facultad de 
Odontología. 
 
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VII. MATERIAL Y MÉTODO. 
Tipo de estudio. 
Transversal (descriptivo). 
Universo y tamaño de la muestra. 
Pacientes adultos mayores de 65 años o más con pérdida dental, portadores 
de prótesis, adscritos en la clínica de prótesis parcial, fija y removible de la 
Facultad de Odontología de la UNAM. 
Criterios de selección. 
Criterios de inclusión. 
Pacientes de ambos sexos. 
Mayores de 65 años. 
Que deseen participar en el proyecto. 
Adscritos a la clínica de prótesis parcial fija y removible de la UNAM. 
Pacientes con pérdida dental, obesidad, sobrepeso, peso normal o peso 
bajo. 
Pacientes con enfermedades sistémicas. 
Criterios de exclusión. 
Pacientes menores de 65 años. 
Que no deseen participar en el proyecto. 
Pacientes con alguna discapacidad que no puedan responder directamente 
la encuesta. 
No adscritos a la clínica de prótesis parcial fija y removible de la UNAM. 
 
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Definición operacional y escala de medición de las variables. 
Sexo. Género que identifica al sujeto.La información se obtuvo directamente 
a través del interrogatorio. Se registró como femenino o masculino. 
 
Edad. Años de vida cumplidos hasta la fecha del interrogatorio. La 
información se obtuvo directamente a través del interrogatorio, registrándose 
en años. 
 
Pérdida dental. Ausencia de dientes en boca por diversas causas, 
principalmente por caries y enfermedad periodontal. Se obtuvo mediante la 
inspección bucal, registrándose en el odontograma con los índices; 4: 
extraído por caries o 5: extraído por otra razón. 
 
Obesidad y/o sobrepeso. Acumulación anormal o excesiva de grasa 
corporal, la causa fundamental es un desequilibrio energético entre calorías 
consumidas y gastadas, resultando de un exceso de energía que con el 
tiempo se almacena en el cuerpo en forma de grasa. Se calculó mediante la 
fórmula del Índice de Masa Corporal (IMC). 
 
IMC. Medición para determinar sobrepeso y obesidad en la población de 
ambos sexos y todas las edades. Se calculó dividiendo el peso del paciente 
en kilos, por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). 
 
Enfermedades sistémicas. Enfermedad que afecta al cuerpo entero, en 
lugar de una sola parte o un solo órgano. Algunas enfermedades son las 
cardiovasculares y cerebrovasculares, cáncer (hígado, riñón, mama, 
endometrio, próstata y colon), enfermedades respiratorias crónicas, 
 
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trastornos del aparato locomotor (osteoartritis, osteoporosis) y diabetes. La 
información se obtuvo mediante el interrogatorio directo. 
 
Salud general. Estado de completo bienestar físico, mental y social y no 
solamente la ausencia de afecciones y enfermedades. Es un estado de 
equilibrio entre lo biológico y lo psíquico con el medio ambiente social, 
cultural y natural. La información se obtuvo directamente por medio del 
interrogatorio, registrando si el paciente padecía o no de enfermedades 
sistémicas, obesidad o sobrepeso. 
 
Salud bucal. Ausencia de dolor orofacial crónico, cáncer de boca o 
garganta, llagas bucales, defectos congénitos como labio leporino o paladar 
hendido, enfermedades periodontales, caries dental, pérdida de dientes, y 
otras enfermedades y trastornos que afectan a la boca y la cavidad bucal. 
La información se registró tanto de manera verbal, mediante la entrevista; 
como a la inspección bucal. 
Método de recolección de información. 
Previa autorización del coordinador de la asignatura de Prótesis parcial, fija y 
removible (anexo 1), a quien se le dio a firmar la carta de autorización para 
realizar encuestas e inspección bucal, se acudió a cada una de las clínicas 
donde el pacientes estaba siendo atendido. Al paciente se le pidió su 
autorización de forma verbal y escrita por medio del consentimiento 
informado, aceptando la encuesta y revisión bucal por medio de su firma en 
el mismo (anexo 2). Se realizaron los cuestionarios (anexo 3) a cada uno de 
los pacientes junto con la inspección bucal. 
 
 
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 43 
Método de registro y análisis estadístico. 
La información fue capturada de manera directa en el programa de Microsoft 
Excel para Windows. 
 
Los datos fueron analizados mediante estadística descriptiva, con la finalidad 
de conocer si había diferencia entre grupos por edad, sexo y relación entre 
obesidad y pérdida dental. 
Consideraciones éticas. 
Con lo que respecta a los aspectos éticos de la investigación en seres 
humanos y de acuerdo a los principios de Helsinki vertidos en el reglamento 
de la Ley General de la Salud, se contó con el consentimiento informado de 
manera verbal y escrita de los sujetos a estudiar. 
 
Este trabajo cuenta con las consideraciones éticas de acuerdo con la Norma 
Oficial Mexicana (NOM-13) del Sector Salud con relación al respeto por la 
dignidad humana, y los principios éticos de justicia, beneficencia, no 
maleficencia, solidaridad y respeto por la autonomía, teniendo en cuenta el 
consentimiento informado verbal y escrito, el compromiso voluntario y 
consciente de los participantes, la transferencia de conocimientos de la 
Universidad, el manejo confidencial de la información y la utilización de la 
misma para los fines exclusivos del proyecto. 
Recursos. 
Humanos. Un tesista, un tutor. 
Materiales. Cuestionarios impresos, plumas, lápices, computadora y 
paquetes de instrumental 1x4 esterilizados. 
Económicos. Por recursos propios. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Microsoft_Excel
http://es.wikipedia.org/wiki/Microsoft_Excel
 
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VIII. RESULTADOS. 
 
El estudio incluyó a un total de 100 pacientes que estaban siendo atendidos 
dentro de los 15 grupos de las clínicas de Prótesis Parcial, Fija y Removible 
de la Facultad de Odontología de la UNAM. 
 
De los 100 pacientes el 67% (n=67) fueron mujeres y el 33% (n=33) 
hombres. La media de edad para el total de la población fue de 69 años. 
 
En la tabla 1 se muestra la descripción de la población de estudio por sexo. 
De los 33 pacientes masculinos, el 64% (n=21) tienen entre 65 y 69 años de 
edad, solo un hombre se registró en el rango de 80 y 84 años. Para las 
mujeres,el 67% (n=45) tienen entre 65 y 69 años, solo una mujer se registró 
con mas de 85 años. 
 
En el estado civil, para los hombres se muestra un 52% (n=17) casados, 
seguido de un 15% (n=5) solteros y divorciados. En la muestra femenina, el 
58% (n=39) se encuentran casadas, seguido de un 21% (n=14) con un 
estado civil viuda y solo el 13% (n=9) se encontraba soltera. 
 
El 21% (n=7) de los hombres tenían diabetes mellitus, el 15% (n=5) 
presentaban hipertensión y el 42% (n=14) se consideraba sano. En las 
mujeres, el 28% (n=19) presentaban hipertensión, seguido de un 25% (n=17) 
diagnosticadas con otra enfermedad; como colitis o gastritis, la diabetes 
mellitus se mostró en un 19% (n=13), las mujeres aparentemente sanas 
representaban un 33% (n=22). 
 
 
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En cuanto a los hábitos nocivos para la salud como el fumar o beber, tanto 
los hombres como las mujeres presentaron poca incidencia; con un 15% 
(n=5) del total de pacientes masculinos y un 4% (n=3) de pacientes 
femeninas que aún fuman. En los pacientes masculinos el 21% (n=7) y en 
las mujeres el 4% (n=3), aún ingieren bebidas alcohólicas. 
 
De los 100 pacientes encuestados, el 100% (n=100) indicó que tenían cepillo 
para lavarse sus dientes, de los cuales el 92% (n=92) indicó que algún 
Médico, enfermera, dentista u otro, les habían enseñado la técnica de 
cepillado. El 30% (n=10) de los pacientes masculinos se cepilla de 3 a más 
veces al día sus dientes y solo el 15% (n=5) una vez al día. El 52% (n=35) 
del total de mujeres lo hacen dos veces al día y el 4% (n=3) una vez al día. 
De igual manera el 100% (n=100) de la población total, portaba algún tipo de 
prótesis, el 75% (n=75) portaba prótesis fija y el 51% (n=51) prótesis 
removible. 
 
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En la tabla 2, se muestra la frecuencia y distribución de obesidad y salud 
bucal en la población por sexo. Se observa la evaluación del sobrepeso y 
obesidad con base en el IMC; donde se encontró que el 58% (n=19) y el 
73% (n=49) de la población masculina y femenina respectivamente, 
presentaban obesidad. 
El 52% (n=17) de la población masculina presentaba sobrepeso, seguido de 
un 42% (n=14) con peso ideal y solo un 6% (n=2) presentaba obesidad. Para 
la muestra femenina el 45% (n=30) presentó sobrepeso, seguido de un 28% 
(n=19) con obesidad, el 24% (n=16) se consideró con peso ideal y solo el 
3% (n=2) con peso bajo. 
 
Para evaluar la salud bucal de los adultos mayores, se realizó una 
inspección bucal; donde se observó que más de la mitad de los pacientes 
masculinos, con un 55% (n=18) presentaban caries radicular, para la 
muestra femenina no existió gran variación, obteniendo un 54% (n=36) con 
este proceso patológico. Pocos son los pacientes que muestran poca 
incidencia de pérdida dental, el 94% (n=31) de los pacientes masculinos y el 
93% (n=62) de la muestra femenina, presentan algún diente perdido siendo 
grande la prevalencia. 
 
Existe mayor incidencia de pérdida dental en la muestra masculina, solo con 
un 94% (n=31), en la femenina se encuentra en un 93% (n=62). Se observa 
mayor pérdida dental en el rango de 0 a 9 dientes perdidos tanto en la 
muestra masculina, como femenina, con un 73% (n=24) y un 63% (n=42) 
respectivamente. Seguido de un 21% (n=7) de 10 a 19 dientes perdidos en 
la muestra masculina y un 33% (n=22) en la muestra femenina. 
 
 
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Otra variable para establecer si existía salud bucal en los adultos mayores 
encuestados, fue preguntando si existía presencia de dolor en algún diente o 
en su boca en general. De los 33 pacientes masculinos, el 64% (n=21) y el 
51% (n=34) de los 67 pacientes femeninos, contestaron negativo a esta 
pregunta, pero al preguntarles sobre si existía algún problema con sus 
prótesis, el 54% (n=18) y el 61% (n=41) del total de hombres y mujeres 
respectivamente, contestaron afirmativo a esta pregunta. 
 
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En la tabla 3, se observa la relación entre pérdida dental y obesidad, sexo, 
edad por rango, enfermos diagnosticados y cepillado dental; donde 
únicamente se observaron diferencias estadísticas significativas en las 
variables pérdida dental/enfermos (p=0.04); y pérdida dental/veces de 
cepillado (p=0.036). Aunque se puede observar que de los 68 pacientes 
clasificados como obesos, el 93% (n=63) de éstos, tienen pérdida dental. 
 
En cuanto al sexo se puede observar que existe mayor pérdida dental en los 
hombres (93%,n =31) que en las mujeres (92%, n=62) pero con muy 
pequeña variación. 
 
De los pacientes atendidos en éstas clínicas, el 66% tenían un rango de 
edad entre 65 y 69 años, de los cuales el 89% (n=59) de éstos, tenían 
pérdida dental. Entre el rango 70 y mas de 85 años de edad, la pérdida 
dental se presentó en un 100%. 
 
De los pacientes clasificados como no enfermos el 100% (n=36) tenía 
pérdida dental, en comparación con los pacientes diagnosticados con alguna 
enfermedad, dónde el 89% (n=57) de éstos, presentaban dientes perdidos y 
solo el 11% (n=7) no presentaba pérdida dental. 
 
 
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En conjunto se realizaron preguntas para observar que tanto influye el déficit 
de salud bucal en la salud general de los pacientes; la cual nos proporcionó 
información un poco de información sobre la calidad de vida en el adulto 
mayor. En la tabla 4 se observa que la mayoría de los pacientes masculinos 
y femeninos, 70% (n=23) y 51% (n=34) respectivamente, encuentran sus 
dentaduras confortables, aunque a la inspección bucal; la mayoría de las 
prótesis, claramente se observen con poca retención y estabilidad. Pocos 
pacientes, 30% (n=10) de la muestra masculina y 24% (n=16) de la muestra 
femenina, tienen dificultad para masticar algún tipo de alimento. El 27% (n=9 
hombres y n=18, mujeres) mostraron evitar comer algún alimento debido a 
problemas dentales y solo el 12% (n=4) y 15% (n=10); hombres y mujeres 
respectivamente, piensan que ha sido insatisfactoria su dieta. 
 
En cuanto a la relación salud bucal y salud general que perciben los 
pacientes, se les preguntó sobre si sentían que su salud había empeorado 
debido o a partir de problemas dentales, el 85% (n=28) de los hombres y el 
81% (n=54) de las mujeres no consideró una relación estrecha entre ambos, 
esto se puede confirmar en la pregunta sobre si han sentido empeorada su 
digestión debido a problemas dentales; de los cuales solo el 6% (n=2) de los 
hombres y el 16% (n=11) de las mujeres, consideró relación alguna. En 
cuanto a su dieta tampoco reportaron tener problemas debido al déficit en su 
salud bucal; observándose en la pregunta si han sentido que su dieta sea 
insatisfactoria; con un 61% en la respuesta nunca; tanto para hombres 
(n=20) como para las mujeres (n=41). 
 
 
 
 
 
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IX. DISCUSIÓN 
 
Dado que el sobrepeso y la obesidad se han convertido en el factor de 
riesgo modificable más importante del país; según los autores Simón B, 
Ismael CN, Lucía HB, Andrea PT y Juan RD en el artículo “Prevalencia de 
obesidad en adultos mexicanos, ENSANUT 2012”; nos mencionna que el 
71.3% de los adultos mexicanos padece esta condición, con una prevalencia

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